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Resumen y traducción libre del libro

The clockwork muse. A practical guide to writing theses, dissertations and books. Eviatar Zerubavel, Cambridge, Harvard University Press, Pp.107,

1999.

Por: Francisco Ledesma-LabCOMplex/CEIICH-UNAM.

Correo: paco_ledesma@labcomplex.net

ADVERTENCIA

La traducción que a continuación se presenta se realizó en formato libre, es decir, sin recurrir a una estricta traducción de todo el libro original. Se han omitido los ejemplos que el autor expone a fin de sintetizar lo más posible el texto y lograr fijar la atención en los temas que desarrolla. Con el fin de hacer más fluida la lectura se han incorporado algunas palabras y frases propias del español mexicano para hacer más entendibles algunos argumentos del autor.

Los cinco capítulos que comprenden el libro se han dividido para comodidad del lector en consejos. Diecinueve consejos que sirven a manera de guía para ir avanzando en cada etapa de la elaboración del proyecto: un libro, una tesis o una disertación.

Agradezco los comentarios y puntuales anotaciones que al texto realizó el Dr. Jorge González Sánchez y el equipo del LabCOMplex, compañeros que me han apoyado y alentado a realizar este trabajo que considero de mucha importancia. Cualquier error en la traducción es totalmente mía y agradezco los comentarios y retroalimentación que pueda recibir de quienes así lo deseen.

La intención de esta traducción es acercar una herramienta metodológica más a aquellos profesionales, profesores y en especial estudiantes que desean mejorar y en su caso iniciar el oficio de escribir. Como estudiantes nos enfrentamos todos los días a elaborar textos de muy diversos temas, aquí se ofrece una guía para hacer más amena esa tarea de trasladar al papel nuestras ideas.

En este libro Zeruvabel nos da una serie de consejos para mejorar nuestros hábitos de escritura a fin de mejorar -o en muchos casos empezar- el oficio de la escritura como medio para comunicar nuestras diversas ideas ya sea laborales, profesionales o simplemente personales. Zeruvabel ofrece en este libro consejos sobre cómo concentrarse específicamente en aspectos del proceso de producción de manuscritos. Esto incluye una efectiva planeación del tiempo como una llave que nos permitirá ir adquiriendo mejor control sobre nuestro proceso de escritura. Una efectiva organización del tiempo nos ayudará ha sentir menos estrés y así lograr alcanzar metas personales y profesionales que habíamos considerado fuera de nuestro alcance.

   

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CAPITULO 1. EL MECANISMO DE LA INSPIRACIÓN.

Método, orden y rutina ayudan a producir tesis, disertaciones y libros. Y son el horario de escritura y la tabla de tiempo herramientas que incorporaremos en nuestra escritura (en nuestros hábitos).

La idea misma de establecer tiempos regulares para escribir contrasta notablemente con nuestra visión de “escribir” (u otra idea de actividad creativa) sólo cuando estamos inspirados. Des-romantizar el proceso de escribir es extremadamente importante para cualquier escritor y básicamente un reto la forma en la que tradicionalmente se asocia la creatividad con la espontaneidad y la falta de estructura.

El horario de escritura nos ayuda a integrar nuestro escribir más eficazmente con el resto de nuestra vida, nos ayuda a establecer prioridades con respecto a aquellas cosas a las que le dedicamos más tiempo. Nos ayuda a mantener nuestra vida familiar y social estable mientras escribimos, también nos ayuda a protegernos de problemas de salud generados por una vida no estructurada.

Para escribir no hay que ser un estudiante brillante, se trata de ser simplemente una persona organizada y disciplinada, en el oficio de escribir -como en cualquier otro-, la realización tiene que ver más que con sólo la capacidad.

Finalmente este trabajo no ayuda como otros manuales del “cómo hacer”, ha incrementar la velocidad para escribir textos ni la eficacia para hacer tesis en dos semanas. De hecho, la perseverancia es mucho más importante para completar proyectos que adquirir una súper velocidad para escribir.

Es como la fabula de La Tortuga y La Liebre de Esopo. Las liebres por lo general tienen mucho éxito produciendo documentos e informes breves pero a menudo las tortugas, lentas pero constantes son las que realmente logran completar tesis, disertaciones y libros.

CAPITULO 2. EL HORARIO PARA ESCRIBIR.

Horario presupone regularidad. Organizar tu escritura de acuerdo con horarios y tablas de tiempo implica establecer algunas adecuaciones a tus tiempos de escritura. Lo que necesitas por lo tanto es establecer una rutina para escribir que se haga tan natural como vestirte o cepillarte los dientes cada mañana.

   

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CONSEJO 1: ESTABLECE PRIORIDADES

a) Crea un ajuste (equilibrio) cómodo entre tu escritura y el resto de tu vida.

b) Decide cuánto tiempo deseas o puedes dedicar a tu escritura sobre una base regular de tiempo.

c) Establece una prioridad relativa de tu escritura frente a todos los otros compromisos que tienes.

El marco más efectivo que te permite establecer prioridades de tiempo para la escritura con respecto a tus otras actividades es la semana ya que la mayoría de tus actividades ocurren “semanalmente”. Designar un horario semanal de escritura probablemente te permitirá establecer un buen equilibrio entre tu escritura y todos tus demás compromisos en términos de horas por semana.

Un horario de escritura semanal quizá requiera un cierto periodo de experimentación y ajuste.

Quizá ya te diste cuenta que al pensar en las horas a la semana que puedes dedicar a la escritura has sido un poco conservador en tus estimaciones y de hecho puedes sumar unas cuatro horas cada semana. Tus prioridades pueden cambiar de vez en cuando. También puedes diseñar más de un horario semanal al año, diferentes periodos del año ofrecen distintas condiciones para escribir y muchas veces están asociados con diferentes conjuntos de prioridades. Esto es particularmente cierto, por ejemplo si eres estudiante o profesor, de tal modo que tienes algunos meses del año en verano libres que por ejemplo en los meses de invierno.

Establecer nuestras prioridades por supuesto que no es enteramente un asunto de decisiones personales. Estamos confinados a varias limitaciones externas como un empleo que nos demanda siete u ocho horas del día, un bebé recién nacido o las horas de escuela. Sin embargo, por lo general tenemos más control sobre nuestro tiempo de lo que estamos dispuestos a admitir y sí en verdad estas comprometido en darle una alta prioridad a tu horario de escribir encontrarás la manera de gestionar tiempo para escribir incluso bajo condiciones de extrema dificultad entre tu hogar y trabajo. Establecer prioridades significa pues, tomar responsabilidad del tipo de decisiones que tomamos.

El primer paso para establecer un horario de escritura implica que no te quejes de que no encuentras tiempo para escribir, la mayoría de nosotros tenemos más tiempo del que estamos dispuestos a admitir que tenemos. La pregunta, sin embargo es, la forma en que decidimos establecer las prioridades entre los diferentes compromisos en la vida. Si parece que no podemos encontrar el tiempo para escribir, muy a menudo la culpa es sólo de nosotros mismos.

   

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CONSEJO 2: LA SESIÓN DE ESCRITURA

Una vez que has decidido cuánto tiempo deseas o puedes dedicar a escribir cada semana, necesitarás dividir ese tiempo en unidades de trabajo, es decir, establecer sesiones de escritura.

Aunque la familia, el trabajo y los amigos normalmente nos demandan cierto compromiso, debes esforzarte por identificar cuál sería tu ideal de una sesión de escritura, para esto debes tener en cuenta dos factores ergonómicos muy importantes:

1) Considera la cantidad de tiempo que te lleva entrar en tu momento creativo.

y

2) El periodo de tiempo que puedes mantener tu creatividad y ser productivo.

Organizar periodos de entre 30 o 40 minutos pueden resultar una total pérdida de tiempo y esfuerzos, incluso inefectivo y frustrante porque no tomamos en cuenta los factores ajenos a la escritura que son importantes para antes de comenzar a escribir.

Debemos contemplar todas esas actividades que realizamos antes de entrar de lleno en materia y escribir. Sacar punta al lápiz, prepara café, checar el correo, un vistazo al Facebook son actividades que debemos contemplar dentro del tiempo de escritura para que una vez concluidos estos rituales y ceremonias de apertura, no nos distraigan de la escritura y no se conviertan en un factor de distracción y nos permita tener la menta clara.

Debes aprender a determinar el periodo óptimo durante una sesión de escritura en el que mantienes un buen nivel de creatividad que te permita escribir. Si aprendes a reconocer ese punto podrás detenerte justo cuando sientas que estas saliendo de él y mantener tu escrito con un elevado nivel de creatividad. Si no logras identificar este momento quizá ocurra que en tu siguiente sesión de escritura, al leer tu texto, te des cuenta que lo que escribiste no te agrada y termines borrando y volviendo a empezar resultando bastante frustrante.

Si planeas armar sesiones de escritura de 5 horas quizá te des cuenta que las últimas dos horas no son tan satisfactorias como las primeras y continuar escribiendo luego de 5 horas puede resultar en una pérdida de esfuerzos y te haga dejar el escritorio con una desagradable sensación. Más tiempo no siempre es mejor. Es importante que experimentes y determines cuál es el horario más óptimo de tus sesiones.

   

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CONSEJO 3: TIEMPO DE ESCRIBIR

Debes identificar los tiempos entre los días de la semana en que particularmente te encuentras más creativo y productivo. Definitivamente no será algo de un día para otro, te llevará semanas quizá meses identificar estos tiempos pero es muy importante que hagas un esfuerzo por identificarlos. Elabora un cuadro que te ayude ha encontrar esos momentos.

Día Horarios Comentarios

Lunes 8:30-11:30 A.M. Lunes triste, encontré dificultades para llegar a mi momento de escritura.

Lunes 9:00-10:00 P.M. Muy concentrado y con energía, pero la sesión fue muy corta.

Martes 1:30-5:00 P.M. Algo lento y adormilado. No muy creativo. Me sentí algo frustrado.

Miércoles 9:00A.M.-1:00 P.M. Gran concentración. Muy productivo. Una sesión perfecta

Jueves 9:30-11:00 A.M. Demasiado corta. Me tomó una hora calentar.

Viernes 9:00A.M.- 3:00P.M Demasiado larga. El nivel de energía bajo dramáticamente alrededor de la 1:00P.M.

Debemos distinguir entre lo que es nuestro desempeño biotemporal (en qué hora del día somos más productivos) y sociotemporal (los momentos que usamos para interactuar con otros) para poder aprovechar al máximo nuestros momentos más lucidos y de inteligencia del día y convertirlos en un habito. Muchas veces subordinamos nuestros momentos de mayor lucidez a los compromisos de nuestro estilo de vida. Hay que saber detectar los momentos del día o de la semana en los que somos más productivos y dedicarlos a la escritura.

   

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CONSEJO 4: TIEMPO IDEAL Y LOS APREMIOS

Ya que estableciste la cantidad de tiempo que planeas dedicar a escribir, deberás dividir tus sesiones de trabajo identificando los mejores momentos que tienes en la semana para hacerlo, para esto es muy bueno que hagas un cruce entre tus actividades diarias que no puedes dejar de hacer y te imposibilitan para escribir mientras las realizas, como por ejemplo: pasear al perro, ir al súper, ir y venir del trabajo o la escuela, comer, dormir, recoger a los hijos del colegio, ver un programa de televisión, etc.

Ya que hiciste este cruce quizá te des cuenta que sólo tienes 24 horas en la semana para dedicarte a escribir y esto te cauce conflictos entre tu deseo de escribir y el tiempo real que tienes para dedicarte a ello.

Evitar la pelea entre escribir y tus otras actividades te ayudará a encontrar tus propios objetivos como escritor y no plantearte metas muy ambiciosas al momento de dedicarte a escribir.

Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Domingo

7:00 AM

8:00

9:00

10:00

11:00

12:00 PM

1:00

2:00

3:00

4:00

5:00

6:00

7:00

8:00

   

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Necesariamente tu horario final de escritura variará notablemente del que al inicio te planteaste y el horario soñado para escribir variará una vez que hayas definido las horas y el horario que has decidido emplear para escribir. Esto te será de mucha ayuda al momento de comprometer tus actividades diarias, por ejemplo si has notado que eres mucho más creativo y productivo por las mañanas de los martes y los miércoles, agendarás todas tus otras actividades de esos días para después del mediodía, por el contrario si descubres que no eres nada productivo las mañanas de los lunes deberás agendar tus actividades del lunes para el horario de la mañana y así dejar libre la tarde para escribir.

Crear una rutina de trabajo para escribir necesariamente cambiará tus hábitos cotidianos y tus actividades diarias tendrán horas y horarios más específicos. Esto además de generar un orden en tus actividades te dará la disciplina necesaria para crear un buen hábito de escritura en equilibrio con tus demás actividades cotidianas evitando confrontarlas, simplemente se trata de descubrir las condiciones para escribir más adecuadas para ti.

CONSEJO 5: MOMENTOS DE TRANQUILIDAD

Una vez que has establecido el tiempo que piensas dedicar a escribir y lo has dividido en sesiones de trabajo y has identificado tus mejores momentos para escribir contemplando el resto de las actividades durante las cuales no podrás hacerlo, ahora puedes proceder a designar tu horario regular semanal de escritura.

Lo primero que debes considerar es cómo minimizar las ocasiones en las que puedes ser interrumpido y así no perder tu impulso mental mientras estas escribiendo. De hecho, para ser capaz de realizar cualquier trabajo mental creativo se requiere de una suspensión temporal de otras obligaciones y actividades que quizá compitan por tu atención inmediata. Es muy difícil tratar de escribir un libro si por ejemplo hay alguien que te está hablando o si el timbre de la puerta suena constantemente.

El simple hecho de saber que podemos ser interrumpidos en cualquier momento por alguien más nos puede desconcentrar aun cuando estemos completamente solos, por ejemplo estar esperando una llamada importante o un correo. Estar distraído con este tipo de situaciones nos puede llevar a volver a escribir todo lo que hagamos durante esa sesión. Por lo tanto, cuando designemos nuestro horario regular de escritura por semana es fundamental identificar los momentos más privados del día y de la semana cuando sea menos probable ser interrumpido. Posicionarnos fuera de nuestro entorno social inmediato para reducir al mínimo el riesgo de ser interrumpido cuando estamos escribiendo.

   

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CONSEJO 6: MANTENIENDO TU IMPULSO

Es muy importante poner atención no sólo a cuándo sino también a qué tan seguido planeamos escribir, tratar de minimizar el número o los momentos en los que se tiene que interrumpir la escritura por más de un día, es decir, escribir lo más frecuentemente posible. Mientras más tiempo pase entre una sesión y otra, más tiempo toma recobrar el ritmo y el estado de ánimo de la última sesión y como es de esperarse los escritos pueden notarse entrecortados y con un descenso en el nivel de flujo en los capítulos o secciones.

Para escribir lo más frecuentemente posible es necesario no alejarse mucho del manuscrito por mucho tiempo, incluso durante los periodos más ocupados del año. Por lo tanto si se tiene la flexibilidad, tratar de agendar los compromisos regulares y las obligaciones ya sea por la tarde o por la mañana pero no en el mismo horario que la escritura, de manera que sea posible organizar las sesiones continuamente en tramos de cinco días, incluso en periodos de relativa carga de trabajo.

Es inevitable que haya un equilibrio entre la forma que elegimos de espaciar las sesiones y el tiempo real que duran, básicamente es decidir la duración y la frecuencia, y de ambas, qué es más importante para ti ya que una siempre se produce a expensas de la otra.

Si la cantidad total de tiempo que se tiene la intención de usar en la sesión se mantiene constante, necesariamente las sesiones serán cada vez más cortas y más productivas. Programar esas diez horas que puedes dedicar a tu escrito todas las semanas por la mañana o bien por la tarde según el caso, ayudará a realmente llegar a escribir todas las mañanas entre semana y no sólo los lunes y viernes o martes y jueves, te permitirá eliminar esas pérdidas de impulso mental que muchas veces se sufren al empezar cada sesión tratando de recobrar el ritmo de sesiones anteriores. También significa, sin embargo, que tendrás que hacer las sesiones en periodos de dos horas en lugar de cinco horas. Puedes probarte a ti mismo en estas sesiones breves e incrementar tu eficiencia, claro que también puedes elegir tener sesiones mucho más largas que se acerquen a tu ideal de una buena sesión pero inevitablemente pagarás el precio de perder algunos de tus flujos mentales entre cada sesión con tal de no sentirte correteado.

CONSEJO 7: “TIEMPO A” y “TIEMPO B”

Se pueden realizar grandes avances en algunas tareas “mecánicas” como revisar las notas de pie de página incluso cuando estas esperando una llamada muy importante o cuando tu vecino tiene una fiesta a un lado de tu casa y esto significa demasiado ruido a tu alrededor. También puede pasar que de repente en

   

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una sesión de cuatro horas justo a la mitad te des cuenta que estas algo cansado y lento, esto no es razón para que no puedas usar el tiempo restante en trabajar la bibliografía para lo que no necesitas estar en tu mejor momento.

También hay un montón de ideas que puedes tener en ese momento y no hay razón por la cual debas saturar tu sesión reflexionando todas las ideas que hay que hacer para tu proyecto. Las mejores ideas no siempre nos vienen cuando estamos sentados trabajando en nuestro escritorio. Aunque pensar y escribir no son tan diferentes como a veces las imaginamos, hay mucho de pensamiento relacionado con los proyectos que podemos hacer entre, y no sólo durante las sesiones reales de escritura.

Te resultará muy útil aprender a distinguir entre tu “Tiempo-A” que es el que está reservado para escribir y durante el cual darás lo mejor de ti y el “Tiempo-B” en el que no tienes las mejores condiciones para escribir eficientemente y sin embargo puedes hacer progresos considerables en otras varias tareas del proyecto. Un uso efectivo del “Tiempo-B” puede ser muy significativo en momentos de considerable presión, cuando necesitas realizar muchos trabajos en un periodo relativamente corto de tiempo. Y es precisamente este buen uso del “Tiempo-B” el que te permitirá aprovechar al máximo el “Tiempo-A” y no distraerte de escribir cuando debes hacerlo. Puedes incluso diseñar un “Tiempo-C” en el que vas de compras o paseas a tu perro y usarlo también para adelantar tareas y dejar el “Tiempo-A” exclusivamente para escribir. Incluso el “Tiempo-B” lo puedes utilizar para trabajar en tus siguientes proyectos. La mente puede manejar varias tareas simultáneamente y no hay razón para no usar ese tiempo en avanzar otros proyectos con escritos preliminares, todo con el fin de hacer más eficiente tu tiempo de escritura y te concentres exclusivamente en escribir cuando has decidido dedicarte a hacerlo.

CAPITULO 3. UNA MONTAÑA CON ESCALERAS.

CONSEJO 8: DIVIDE Y CONQUISTARÁS

Uno de los mayores obstáculos a los que nos enfrentamos al empezar un proyecto es la cantidad de tiempo que pasa desde que lo iniciamos y el punto final en el que lo completamos. El problema es particularmente serio cuando se trata de una tesis, disertación o un libro, nos puede traer algunas dificultades psicológicas imaginar el tamaño de la tesis o el libro cuando sabemos que este tipo de trabajos requieren cierta extensión. Como los corredores de distancia o los alpinistas, los escritores recorren un largo camino pavimentado con serias dudas, preguntándose si al final podrán alcanzar su meta final.

   

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La solución está en pensar tu manuscrito no como una sola pieza sino como una colección de pequeñas piezas mucho más manejables. Esto te permitirá transformar tu manuscrito en algo que de otra manera considerarías como una tarea intimidante, por el contrario, lo conviertes en una serie de pequeñas tareas nada intimidantes. En otras palabras, puedes manejar fácilmente tu manuscrito si aprendes a dividirlo en pequeñas y menos ambiciosas tareas y por lo tanto menos intimidantes, logrando finalizar cada una dentro de tus propios alcances. Así, sí tienes problemas con la segunda sección de tu tercer capítulo no te sentirás obligado a renunciar por entero a tu tesis o libro.

Estableciendo varias mini-metas a lo largo del camino te permitirá ir trabajando un paso a la vez e ir subiendo peldaños de manera más simple, así, en lugar de una gran tarea aparentemente muy grande se trata de una serie de pequeñas tareas fáciles de manejar. Sí divides tu libro o tesis en siete capítulos y cada uno lo divides en tres secciones y procedes a escribir cuatro borradores de cada uno tendrás ochenta y cuatro oportunidades diferentes de disfrutar la sensación de terminar algo y te dará mucho más confianza en continuar escribiendo y terminar tu proyecto.

CONSEJO 9: EL ESQUEMA

La forma más simple de mentalizar tu manuscrito en pequeños partes es dividiéndolo en capítulos y cada uno a su vez en secciones y trabajar con cada una de esas secciones será mucho menos intimidante. Por lo tanto, cuando estés trabajando la segunda sección del capítulo cuarto puedes enfocar tu atención psicológica e intelectualmente a esta sección en particular mientras mantienes el resto del manuscrito en otro plano mental. Con el fin de eficientar la segmentación del manuscrito se debe tener un esquema general, un esqueleto de proyecto que de alguna manera permita encapsular la estructura básica.

Tener un esquema ayuda a pensar de manera lineal -lo que es indispensable cuando estás trabajando en un manuscrito amplio-, de lo contrario difícilmente podrás desarrollar un sentido claro de hacia dónde vas con tu manuscrito o una idea general de la dirección a la que básicamente quieres dirigirlo, pasarás bastante tiempo releyendo lo que ya escribiste buscando la dirección hacia donde deseabas dirigir tu libro o tesis. Las personas que no usan un esquema cuando escriben por lo general terminan dando vueltas en círculos, lo cual hace que sea un tanto más difícil para ellos producir un solo manuscrito coherente y no una mera recopilación de parches inconexos. Para asegurarte de que la elaboración de estas secciones en verdad te sirve como una escalera mental que te permita cómodamente ir escalando peldaños debes tener claro qué es lo suficientemente pequeño, quizá descubras que una sección es demasiado amplia para poder trabajarla cómodamente y debas subdividirla para trabajarla mejor.

   

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La idea general es que tengas presente que el manuscrito se puede subdividir tanto como te sea útil, siempre y cuando no pierdas el rumbo que le quieres dar a tu libro o tesis. Debes tener presente que puedes arreglar o acomodar esas pequeñas secciones como mejor consideres dentro del manuscrito, esto quizá requiera un cierto grado de flexibilidad mental.

Para evitar caer en círculos procura hacer cambios importantes en tu manuscrito solamente entre cada borrador, cuando no estás escribiendo en realidad, así entre cada borrador podrás cambiar elementos puntales, recuerda que es un proyecto preliminar y puedes cambiarlo tanto como te sea necesario. Si bien no es una escultura ya tallada, tener una estructura tentativa es siempre preferible a no tener nada.

CONSEJO 10: BORRADORES Y REVISIONES

Dividir la tesis o el libro en capítulos y secciones dentro de los capítulos sin duda ayuda a aliviar en algo la enorme presión que normalmente genera tener que producir un manuscrito. Esto se complementa con la práctica de escribir en algunos borradores.

Escribir una tesis o libro entero más de una vez sin dudas suena mucho más estresante y provocador de ansiedad que sólo tener que escribirlo una sola vez. Pero precisamente el hecho de escribir más de un manuscrito te ayuda a liberar mucha de la presión así como reducir mucho la ansiedad que normalmente impone tener que escribir una tesis o un libro. Después de todo, escribir varios borradores te permitirá “dejarte ir” en la escritura de manera más relajada sabiendo que no es tu última oportunidad de mejorar tu actual escrito.

Escribir más de un manuscrito implica también algunos beneficios psicológicos extra, contrario a la imagen romántica que se tiene de un acto creativo (y del creador como un “genio”) muy poca literatura o trabajos escolares son de hecho piezas producidas de una sola entrega.

Un concepto equivocado que tienen la mayoría de los escritores inexpertos es que escribir es un simple proceso mecánico de reproducir ideas ya formadas en el papel. Nada más lejos de la verdad. En realidad escribir es virtualmente un proceso inseparable del de desarrollar nuestras ideas. En otras palabras, muchas de nuestras ideas tienen lugar mientras estamos escribiendo.

El número real de borradores que se requieren inevitablemente varia de escritor a escritor, depende altamente de las características idiosincráticas de cada persona, su temperamento y aguante. En general debes de identificar el número que consideres óptimo que no sea un número muy bajo pero tampoco un número muy elevado que te agote. Escribir un libro o una tesis un par de veces desde el principio hasta el final inevitablemente te ayudará a encontrar mucho más pronto ciertos puntos de no retorno que significan que ya estas teniendo bajo control tu manuscrito entero.

   

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En otras palabras tener por lo menos un manuscrito completamente terminado te permitirá experimentar mucho más pronto la sensación de llegar a la meta sin tener que esperar años. Después de todo, una vez que se tiene un primer borrador completo, la tesis o el libro ya está ahí, un pedazo de arcilla mental listo para ser moldeado.

Un beneficio de escribir varios borradores es que te ayuda a aumentar tu voz como autor así como darle más “tono” al manuscrito, esto ayuda a producir un escrito sólido de una sola pieza más que una colección de fragmentos esencialmente inconexos. Otro beneficio de escribir un borrador de principio a fin es que te ayuda a maximizar la calidad de lo que produces. Si distribuyes tus momentos creativos “altos” y “bajos” a través de los borradores que fueron escritos con meses o incluso años de diferencia notarás que logras alcanzar una consistencia de alta calidad como cuando logras esparcir adecuadamente la mantequilla sobre una rebanada de pan.

Si por alguna razón mientras estas escribiendo el borrador de alguna sección de tu manuscrito, sientes que pierdes la inspiración (lo cual es poco probable cuando estas escribiendo de acuerdo a un horario regular de escritura y no por pura inspiración) sabes que seguirás teniendo varias oportunidades más de volver y continuarla posteriormente sin causar una sensación de no inspiración de todo el manuscrito.

Otro beneficio de escribir tu manuscrito de principio a fin es que aproximadamente gastas la misma cantidad de tiempo revisando uno solo de los capítulos que todo el manuscrito, además de que al escribir todo el manuscrito ofrece la posibilidad de generar algunas nuevas ideas a las que les puedes dar otro enfoque en tu siguiente borrador. También garantiza elevar la madurez intelectual de cada sección del borrador.

Muchas veces el último capítulo refleja un pico más alto de manejo en el desarrollo de ideas que el primero. Un problema común entre el primer capítulo y el último es que hay algunos meses o incluso años de diferencia entre ellos pero aunque suene paradójico este problema resulta benéfico ya que al trabajar en tu último capítulo quizá afecte el primero y podrás seguir generando nuevas ideas, por ejemplo, al trabajar en el séptimo capítulo puede que surjan ideas para desarrollar el cuarto. Esto no pasa cuando estas determinado a no avanzar a otro capítulo sino es hasta que has concluido el anterior.

La única gran excepción sería con la introducción, la cual resulta difícil elaborar si no se tiene absolutamente claro el contenido de tu conclusión general, por consiguiente escribe la introducción hasta que tengas el resto del manuscrito saltándote el primer borrador, por lo general es mejor empezar a trabajar la introducción hasta el segundo borrador cuando se ha desarrollado un sentimiento básico de la dirección a la que se dirige el libro o la tesis.

   

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Finalmente al terminar un primer borrador del libro o tesis se hace más sencillo concluir el proyecto, al contrario de sólo ir elaborando algunas secciones. Las personas que completan algunas secciones de su proyecto muy a menudo no concluyen sus manuscritos. Puedes estar seguro que si completas un primer borrador de tu manuscrito difícilmente fallarás en alcanzar la cima de la montaña y completarás tu proyecto.

CAPITULO 4. EL CALENDARIO DEL PROYECTO.

Ahora que tienes planeado cómo completar tu manuscrito, puedes proceder a designar el calendario de tu proyecto. Hacer esto presupone que estas pensando en el tiempo no solamente en términos estructurales de “antes” y “después” sino también calendarizado en términos de semanas, meses o de hecho en plazos.

CONSEJO 11: ESTIMANDO LA LONGITUD

El primer paso es diseñar un calendario efectivo del proyecto que implica contemplar una comprensiva lista de los varios “escalones” que te llevarán a la cima de esa montaña mental que representa tu tesis, libro o disertación estimando aproximadamente “la altura” de cada escalón. En otras palabras, primero necesitas asignar una longitud aproximada a cada uno de los segmentos de tu manuscrito.

La forma más conveniente de estimar la longitud de los segmentos de tu manuscrito es en términos de número de páginas (asumiendo claro lo que cada quien entiende por página en términos de márgenes, tamaño de papel y tamaño de letra). Esto significa aprender a pensar los capítulos y las secciones dentro de los capítulos como bloques, por ejemplo de treinta páginas o doce páginas.

Estimar esta longitud es particularmente difícil cuando lo intentas hacer con el primer manuscrito, sobretodo porque estas empezando en cero. Aun así puedes ir haciendo estimaciones de aproximadamente cuantas cuartillas formarán cada sección de tu manuscrito y preguntarte tu mismo, ésta sección llevará: a) cincuenta, b) treinta, c) veinte, o d) diez páginas. Con esto podrás proyectar con confianza la longitud de las secciones, además es muy poco probable que en el primer borrador las secciones sean superiores a las siete u ocho cuartillas.

En algunas ocasiones sin embargo, es muy recomendable que asignes a cada una de las secciones un número mayor de páginas al que tienes contemplado que tenga. Sobrestimar deliberadamente la longitud de las secciones sin duda reducirá las posibilidades de que falles en lograr las metas que te propusiste.

   

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Trata de evitar la tentación común de subestimar el tamaño de tu proyecto, de lo contrario podrías experimentar una inevitable decepción y una sensación de fracaso asociada con no poder alcanzar las metas que estableciste. Sobrestimar la longitud de tu manuscrito te ayudará a aliviar mucha de la ansiedad y presión que más tarde conforme te acercas a la fecha límite se incrementa.

También ayuda incluir en el calendario un “colchón de tiempo” que puede resultar muy útil cuando inesperadamente los planes se ven interrumpidos, lo que necesariamente pasa en algún punto del proyecto.

Una vez que hayas terminado el primer borrador, estimar la longitud de cada segmento de tu manuscrito será una tarea mucho más sencilla tendiendo un borrador de respaldo. Por ejemplo, trabajando el tercer borrador de la segunda sección del cuarto capítulo, será sólo tarea de agregar algunas páginas más y desarrollar algunas ideas o simplemente modificar algunas palabras. Quizá al final una sección de siete cuartillas, en el siguiente borrador se convierta en una de nueve o doce o quizá en una de cuatro o cinco.

Al ir revisando el manuscrito entre borrador y borrador es normal que la longitud del mismo cambie por la naturaleza del proceso de escribir, así que debes revisar constantemente el calendario para cualquier modificación de tiempos y longitud de secciones entre cada borrador.

CONSEJO 12: CONTROLANDO EL RITMO

El siguiente paso necesario en el proceso de designar un efectivo calendario de tu proyecto es “traduciendo” lo que ya calculaste en términos de cantidad de cuartillas en el tiempo que te tomará escribir esas cuartillas.

Controlar el ritmo presupone contar con un ciclo de conteo regular contra el cual podemos medir la velocidad de actividades como correr o escribir. Con esto podemos establecernos cuotas ya sea de ciertas palabras generadas cada determinada hora o bien el número de capítulos terminados al final de cada año.

Al mismo tiempo, es importante evitar establecer el ritmo en función de ciclos muy cortos de tiempo ya que son demasiado sensibles a los propósitos de un proyecto como un libro o una tesis y te desvían a menudo del ritmo que estableciste. Es muy recomendable que cuando trabajas en un proyecto de la magnitud de un libro o una tesis establezcas tu ritmo en función de cierto número de cuartillas por completar al día.

La presión también juega un rol importante. Usualmente trabajamos mucho más rápido cuando necesitamos terminar algo justo antes de entregarlo. Necesitas proceder mucho más lento en secciones que son técnicamente más complejas y por consiguiente requieren un poco más de esfuerzo de tu parte por presentar tus argumentos o descubrimientos de una forma que pueda ser accesible para los lectores.

   

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Otro factor importante que puede afectar que tan rápido puedes escribir cada una de las secciones de tu manuscrito es la cantidad de trabajo previo que tengas antes de empezar a escribir. Por la misma razón excepto cuando se está trabajando en el primer borrador, necesitas tener en consideración la cantidad de nuevo material (ideas así como datos) generado para cada sección del manuscrito desde el primer borrador.

Así podemos calcular que en el primer y cuarto borrador el tiempo que toma elaborar y revisar respectivamente es mucho más corto que el que nos puede llevar trabajar en el segundo y tercer borrador, ya que es en estos donde se lleva más tiempo revisar e ir acomodando, quitando y agregando información. Prácticamente el cuarto borrador es solamente para afinar detalles y no para un trabajo exhaustivo de revisión del contenido.

Cualquiera que sea tu preferencia, probablemente te mantengas realizando algunos cambios al “ritmo” conforme te vayas moviendo en tu calendario de un borrador al otro. De hecho, tu calendario cambiará conforme te vayas acercando a terminar por completo tu manuscrito.

Independientemente de la velocidad a la que escribes, es muy recomendable establecer ciertos “límites de velocidad” en cuanto a qué tan rápido planeas moverte a lo largo de las metas que planeaste. Por la misma razón que se necesita sobrestimar la longitud del manuscrito, debes también deliberadamente subestimar el ritmo al que estas escribiendo. En otras palabras, siempre trata de establecerte un ritmo un poco más lento del que esperas lograr. Ser demasiado ambicioso casi siempre hace que inevitablemente experimentemos una decepción después.

La forma más efectiva de maximizar el sentimiento de realización y minimizar la experiencia decepcionante y el sentimiento de fracaso, es establecer desde el principio un nivel un poco más bajo de expectativas y establecerte metas que definitivamente estén dentro de tu alcance. Es decir, necesitas ser un poco menos codicioso y grandilocuente cuando diseñas tu calendario de proyecto y evitar plantearte objetivos que no podrás cumplir. Establecer un ritmo sostenible ayuda a incrementar las oportunidades de cumplir tus plazos y evitar decepciones y fracasos después. Has un esfuerzo concienzudo por no sucumbir ante la tentación común de extralimitarte.

CONSEJO 13: LA FECHA LÍMITE

Una vez establecido el ritmo que planeas tener para trabajar en tu manuscrito, implícitamente estableces la cantidad de tiempo que te llevará terminarlo. Tan sólo dividiendo la longitud estimada (en términos de número de cuartillas) de cada uno de los segmentos entre el ritmo (en términos de cuartillas por día) con el que tienes la intención de trabajar. Básicamente podrás aproximarte a la cantidad de tiempo (en términos de número de días de trabajo) que te tomará escribir tu proyecto.

   

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Ya estamos llegando al final del diseño del calendario de proyecto, cuando necesitamos convertir esa “red” de numerosos días de trabajo en un listado en el que coloquemos la fecha límite que contemplamos para alcanzar las metas establecidas. En otras palabras es tiempo de establecer el calendario de proyecto más allá de un calendario convencional.

Lo primero es identificar los días en los que planeas escribir y luego dividirlos en bloques en el calendario. Irónicamente como hemos visto anteriormente, la mejor manera de hacer esto es eliminando todos esos días en lo que probablemente no podremos escribir. Así podrás delinear el tiempo que en verdad tengas para escribir reconociendo explícitamente las diversas limitaciones en tu vida que te impiden ser solamente un escritor.

Todo lo que consideraste anteriormente cuando designaste tu horario regular de escritura semanal ahora debes retomarlo y tachar aquellos días en los que tus otros compromisos y obligaciones no te permitirán escribir. Debes asegurarte de eliminar todos esos días en los que probablemente no podrás escribir y así evitar cualquier futura “sorpresa” y “complicación de último minuto” que pueden ser anticipados y evitados con suficiente tiempo. En el calendario incluye algunos días extras más allá de lo que esperas tener listo cada segmento de tu manuscrito. Algo así como un colchón de tiempo que te permita soportar crisis inesperadas, así como enfermedades repentinas o cambios de empleo. Así, cada vez que te enfrentes a una fecha límite un tanto inflexible trata de establecer algunos días de anticipación para evitar presión innecesaria a medida que se acerca la fecha límite.

Escribir una disertación, un libro o una tesis es una tarea agotadora y quizá debas tomarte algún tiempo ocasionalmente para descansar. Trata de incluir este tiempo en el calendario del proyecto, algunos periodos de completo descanso entre borrador y borrador para darte la oportunidad de alejarte un poco del manuscrito de vez en vez, esto te permitirá enfocarte en el nuevo borrador con una mirada fresca que resulta muy complicado tener si estas en pleno proceso de escribir.

Dejando un tiempo entre borrador y borrador también te da la oportunidad de colectar más datos o realizar más lecturas antes de comenzar el trabajo del siguiente borrador (leer es una actividad que perfectamente puede ser realizada en el TIEMPO-B cuando definitivamente no puedes realizar ninguna actividad de seria escritura), esto también te da la oportunidad de mostrar tu manuscrito a tu editor, asesor de tesis, al comité de aprobación o algunos colegas y obtener comentarios de tu escrito.

Por ejemplo, si estás pensando terminar el actual borrador de tu proyecto a mediados de Octubre y empezar a trabajar en el siguiente al iniciar Diciembre trata de alertar a tu editor, comité o asesor de tesis en la segunda semana de Septiembre, para que así se preparen para recibir un escrito de aproximadamente 240 cuartillas y pedirles sus comentarios para mediados de Noviembre (para estar en tiempos). No es necesario decir que cuando le das a las personas el suficiente tiempo es más probable que se muestren cooperativas y se acomoden a nuestros planes que cuando de repente les soltamos un largo manuscrito en su escritorio de la nada y esperamos que lo lean para la próxima semana.

   

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Hay que considerar las situaciones que están fuera del calendario como el hecho de que el asesor de tesis te anuncie que tomará su año sabático o que te han impuesto una fecha límite de entrega en el último minuto. A este tipo de situaciones externas en las que no tenemos control se debe adaptar nuestro calendario. Toma la fecha límite de tu proyecto como punto de partida y la base del ritmo al que vas a escribir. Planear no solo se tratar de calcular el tiempo que necesitarás para establecer la alarma que te permita entregar tu trabajo a tiempo, también significa que tengas que tomar tu desayuno un poco más rápido si es que deseas evitar levantarte a las 7:00AM. Quizá necesites acelerar el ritmo al que tenias planeado escribir en el tercer borrador con el fin de alcanzar tu fecha límite, a diferencia del segundo que posiblemente terminaste mucho antes de la fecha límite. No es necesario decir que esto presupone trabajar de acuerdo a una efectiva calendarización.

Calendario de proyecto.

CAPITULO 5. LA MECÁNICA DE PROGRESO

Con el fin de poder hacer del horario de escritura así como del calendario de proyecto herramientas más efectivas se necesitan agregar algunos aspectos mecánicos al proceso de escribir una tesis, una disertación o un libro.

Sección Longitud

(cuartillas)

Ritmo

(cuartillas por día)

Tiempo

(días)

Fecha Límite

ENTREGA 15 DE JUNIO

Introducción 5 1 5 5 mayo

Capítulo I Idea 1. 7 1 7 12 mayo

Capítulo I Idea 1.1. 11 2 6 19 mayo

Capítulo II Idea 2. 24 3 8 27 mayo

Capítulo III Idea 3. 17 2 9 5 junio

   

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CONSEJO 14: PRIMEROS PASOS

Lo primero que hay que hacer para poder escribir una tesis o un libro es producir el primer borrador. De hecho, escribir el primer borrador es lo que separa a las cientos de personas que quieren escribir un libro de las pocas que efectivamente lo logran.

El primer borrador de tu manuscrito, es el que básicamente permite transformar algunas ideas muchas veces desarticuladas en una sola con una narrativa coherente, y es casi inevitable que este resulte bastante imperfecto. Es por esto que es muy importante que trates a tu primer borrador con pinzas y guantes y aceptes el hecho de que al final no lucirá nada perfecto.

Sin embargo, muy a menudo somos nosotros mismos nuestro público más crítico y nos inhibimos. En esta etapa de nuestro proyecto es cuando estamos obviamente más vulnerables, es por lo tanto la etapa más crítica en la que debemos evitar auto-censurarnos. Después de todo, el primer borrador es también “el más incierto, cuando se necesita más coraje para aceptar lo imperfecto hasta que sea mejor”. Y ya que es básicamente más fácil trabajar con barro que con mármol, tendrás la oportunidad más adelante de mejorar aún más lo que has escrito.

Esto nos coloca en una posición que nos permite escribir el primer borrador de una manera mucho más relajada.

CONSEJO 15: MOVIENDONOS A LO LARGO

Un gran problema con el que inevitablemente te vas a enganchar como escritor es cómo hacer que tu escrito sea más “lineal”. A diferencia de tus actividades rutinarias como ir al supermercado o tender tu cama por las mañanas, escribir tiene una dimensión critica acumulada en el proceso de producir un manuscrito. El reto, por supuesto, es asegurarte de que tu escrito se mueve en una forma lineal más que “en círculos”, esto te permitirá de hecho terminar completamente tu tesis, disertación o libro y no solo estar en un lugar dando vueltas y vueltas.

En el ámbito de las sesiones de escritura, la tarea principal es asegurarse evitar el marcado contraste de actividades “circulares” (cíclicas) como asear la cocina u ordenar tu colección de libros. Al iniciar una nueva sesión no empieces justo donde te habías quedado. En otras palabras necesitas estar “moviéndote a lo largo”. Para evitar estar escribiendo en círculos, es muy recomendable no iniciar la sesión de escritura revisando lo que escribiste en la sesión anterior.

   

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Este lugar común (la revisión de lo ya escrito) aparentemente inocuo, en realidad se basa en nuestras más profundas inseguridades como escritores (aquellos que impiden nuestra capacidad de "dejar ir” nuestras ideas), lo que a menudo sirve como una excusa bien disimulada para procrastinar.

Para evitar esta trampa, sin embargo, se debe reforzar el vínculo entre la idea de la sesión actual y la anterior con el fin de que te permita “entrar” con un poco menos de esfuerzo. Debes ser capaz de empezar tu sesión justo donde la dejaste la última vez. Una buena idea para terminar una sesión es hacer los preparativos para las siguientes sesiones. No tratar de permanecer escribiendo hasta el último minuto de la sesión sino aprender a reconocer el momento de mayor creatividad y detenernos para no perder el impulso y usar el resto de tiempo en el que ya estamos un tanto cansados y poco creativos para preparar todo lo necesario para el uso del Tiempo-B de la siguiente sesión.

Es recomendable tener un pizarrón o una superficie donde podamos trabajar y enlistar las tareas que debemos realizar ya sea para anexar nueva información al segmento de nuestro borrador que estamos trabajando o bien para enlistar nueva bibliografía a trabajar o nuevos datos que podamos incorporar así como ideas que han surgido entre cada sesión. Ordenar la información de acuerdo con el orden del párrafo que vayamos a trabajar permite construir no solo un mapa visual de la idea, también nos permite tener una imagen muy clara en la mente de cómo queremos estructurar el párrafo durante la siguiente sesión de escritura.

CONSEJO 16: CERRANDO

La mejor manera de resistirnos al perfeccionismo es usando los plazos. Establecer firmemente plazos para finalizar tareas sin límites fijos es la manera más efectiva de “cerrar” estas tareas con faltas inherentes de límites.

Los estudiantes que piden a sus profesores una extensión para entregar sus trabajos de clase quizá no se dan cuenta que, excepto en situaciones extremas como haber sido sometido a una operación de emergencia o haber perdido un pariente, darles esa extensión y una calificación “Incompleta” significa hacerles más mal que bien. De hecho, se les ayuda a caer en una trampa hecha por ellos mismos, en un círculo vicioso de procrastinar el término de sus trabajos algunas veces indefinidamente.

Establecer plazos firmemente para terminar un escrito es la forma más efectiva de ponernos un alto en algo que de lo contrario se convertiría en un calvario interminable. Por lo tanto, debemos aprender a usar esta herramienta extremadamente útil incluso cuando no somos forzados por otros a utilizarla. Esto nos ayudará a resolver el problema de retrocesos en el horizonte indefinidamente. Los plazos se deben de convertir en el mejor amigo de un escritor.

   

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CONSEJO 17: ALMACENAMIENTO Y RECUPERACIÓN

Parte de lo que hace fácil seguir adelante y cerrar cualquier segmento del texto es justamente saber que no porque no estés activamente revisando el texto por unos meses no significa que no sigas trabajando en él. Esto implica, por supuesto, que se pueden seguir generando ideas así como recolectar nuevos datos que quizá más adelante se incorporen en algún segmento cuando sea oportunidad en un nuevo borrador.

El tiempo relativamente amplio entre cada borrador puede requerir que guardes cuidadosamente el material que has utilizado para generar los borradores e implica asegurarte de no olvidarlos o perderlos para la próxima vez que trabajes en determinado segmento. Esto, por supuesto, implica la necesidad de considerar cómo almacenarás tus ideas y cómo recuperarlas.

Es extremadamente importante, por ejemplo, que pongas todas tus nuevas ideas por escrito ya sea en el margen de tu actual borrador o bien en notas separadas que puedan ser adjuntadas o almacenadas (ya sea físicamente o electrónicamente) junto con él. Para evitar perder algo que podría ser una muy buena idea, necesitas meterte en el hábito de escribir tus ideas tan pronto como las tienes (lo que implica tener a la mano muchas plumas y hojas alrededor, incluyendo los lugares de tu casa donde pasas más tiempo, o el auto por ejemplo, nunca se sabe donde nos puede surgir una muy buena idea). Si mantienes un registro de esos pensamientos quedarás bastante sorprendido al descubrir que con el tiempo has generado e incorporado muchísimas nuevas ideas a tu siguiente borrador.

Cuando escribas tus ideas, trata de no preocuparte de la posibilidad de encontrar algunas redundancias cuando inicias un nuevo borrador y reexaminas todo lo que has acumulado desde el último. Después de todo, es mejor escribir la misma idea tres veces que perderla simplemente porque has asumido que ya la escribiste hace algunos meses en algún lugar. Es muy posible, por ejemplo, que lo que escribiste en ese entonces sea un poco diferente, y que el nuevo matiz que estas introduciendo de hecho, puede hacer que la sección entera de tu manuscrito sea mucho más rica o más clara.

Por la misma razón, es extremadamente útil, escribir relatos (resúmenes) breves de cómo presentas tu proyecto (o partes de él) a los demás. Las personas usualmente toman algunas partes diferentes de nuestro trabajo y nosotros normalmente resaltamos algunas partes de nuestro trabajo. Por lo tanto, si escribes algunos relatos breves de como presentas un capítulo particular de tu tesis o libro en tres diferentes ocasiones, quizá descubras que después de reexaminarlos no sean precisamente idénticos como originalmente te parecieron y así, teniendo estas tres diferentes versiones frente a ti te puedan ayudar a hacer tu argumento mucho más rico, fuerte, nítido o claro la siguiente vez que trabajes ese capítulo.

   

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CONSEJO 18: MAPAS DEL CAMINO Y PUNTOS DE REFERENCIA

Escribir de una manera lineal casi siempre te lleva a articular tus planes de una manera grafica, como un mapa de carretera en el cual puedes construir un curso general por ti mismo, así como diferentes puntos de referencia a manera de apoyo que te ayudarán a controlar la evolución de tu escrito periódicamente.

Ser capaz de visualizar tus planes de escritura con gran detalle sin duda ayuda a desmitificar tu proyecto, después de todo, puedes así visualizar tu próximo semestre de una forma más clara y te dará una imagen mucho más realista de lo que realmente puedes esperar de ti mismo durante este período.

Resulta de mucha ayuda proyectar la evolución de tu proyecto, lo hace mucho más predecible y por lo tanto menos intimidante.

Habiendo diseñado un notable “mapa del camino”, es necesario asegurarte de mirarlo de vez en vez con el fin de monitorear el progreso que tengas de tu manuscrito, como los pilotos y marinos que constantemente están monitoreando su posición en el aire o en el mar, comparando posiciones para asegurarse que van de acuerdo con sus proyecciones.

El escritor debe desarrollar el hábito de mirar su calendario de sesiones periódicamente con el fin de comparar donde se encuentra actualmente en su manuscrito y donde debería estar en realidad de acuerdo con su proyecto de calendario y así saber si se va atrasado o bien lleva un buen avance.

CONSEJO 19: DISCIPLINA Y FEXIBILIDAD

Finalmente como cualquier viajero experimentado, también necesitarás desarrollar un cierto grado de flexibilidad con el fin de poder adaptar tus planes a circunstancias cambiantes, de modo que la estructura de tu proyecto no colapse cada vez que algo no marche de acuerdo a tus planes. Así por ejemplo, cuando notes que vas un poco retrasado con tu calendario de escritura siempre podrás hacer unos ligeros ajustes (acelerar el paso, trabajar más horas) para corregir la situación. Y si tus sesiones de escritura son inesperadamente interrumpidas por un par de semanas por alguna emergencia familiar o cuando tienes que iniciar un nuevo empleo, sin duda deberás ser capaz de reajustar tus planes para continuar con tu itinerario de escritura.

Al mismo tiempo, sin embargo, trata de no alterar tu calendario y horarios tan seguido, todo lo sugerido hasta ahora sólo puede funcionar efectivamente si logras desarrollar un compromiso con las diversas rutinas, planes y plazos que tú mismo te has establecido, de lo contrario será completamente inútil y una pérdida de esfuerzos.

   

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Es por esto que resulta muy importante que deliberadamente sobrestimes la magnitud de tu proyecto mientras que al mismo tiempo subestimas el ritmo con el que piensas trabajar, de este modo construirás algunos colchones de tiempo que te permitirán superar los problemas inesperados sin tener que estar reajustando tu calendario cada que pasa algo que interrumpe tus sesiones de escritura. Sin embargo, también es necesario desarrollar un poco de autodisciplina.

Se requiere de muchísima autodisciplina para respetar tus tiempos regulares de escritura como si fueran sagrados y siempre estar listo para escribir en ciertos días y ciertos tiempos en los que te sientas particularmente “inspirado” o no. Se necesita mucha autodisciplina para establecerse plazos sobre todo cuando ya has salido de la escuela y los plazos los estableces tu mismo. De hecho, muy probablemente descubrirás que en realidad no echas de menos tener a tu alrededor a esos "desconsiderados" profesores que siempre te obligaban a entregar tus ensayos antes de cierta fecha sin importar nada más.

La misma noción de un ”mecanismo de inspiración" puede sonar un tanto contradictorio en un primer momento, dada la forma en que normalmente se asocia la creatividad con la espontaneidad. Esto, sin duda va en contra de nuestra imagen tradicional romántica de un escritor como alguien que renuncia a la estructura para dar cabida a estallidos -en esencia no programada- de la energía creadora. Sin embargo, sólo aquellos que desarrollan una cierta cantidad de auto- disciplina en realidad logran completar tesis, disertaciones y libros.

Desarrollar esta auto-disciplina es lo que tienes que hacer para convertirte en autor de uno de ellos.