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  • Pamela Fuentes

    Candidata a doctora en Historia por la Universidad de York (Toronto, Canad). En esa mismauniversidad se ha desempeado como profesora adjunta en los cursos de Historia de Latinoamricay Latinoamrica Contempornea. Maestra en Historia por la UNAM y licenciada en Historia por laUAM-Iztapalapa. Ha recibido varias becas y distinciones entre las que se encuentran: la becaCONACYT Bicentenario para estudiantes en el extranjero (2010), la beca para estudiantes distin-guidos del INEHRM (2006) y mencin honorfica en el concurso de tesis Sor Juana Ins de la Cruz.Primera feminista de Amrica (2002), organizado por el Instituto Nacional de las Mujeres.

    Resumen

    La Conferencia Mundial del Ao Internacionalde la Mujer se celebr del 19 de junio al 2 dejulio de 1975, con la participacin de ms de9 000 personas provenientes de 133 naciones. Laconferencia, organizada por las Naciones Uni-das, fue el primer y el ms grande intento poranalizar la inequidad de gnero desde una pers-pectiva global. Este artculo analiza el contextointernacional en el que se desenvolvi la con-ferencia y muchas de las discusiones que estaorigin en su momento: desde el optimismoacerca de los resultados positivos que la reuninmundial originara hasta aquellas opiniones queridiculizaban o hacan sentir su indiferenciahacia una reunin de mujeres. En particular,el anlisis se centra en los discursos acerca delconcepto de mujer debido a que este refleja lasperspectivas opuestas que las participantesmanifestaron en la conferencia. Las construc-

    ciones ideolgicas acerca de lo que significabaser mujer desempearon un papel central enlas confrontaciones diarias entre mujeres de lospases de los llamados Primer y Tercer Mun-dos. Las mujeres de las naciones econmica-mente desarrolladas fueron percibidas por laprensa y por algunas delegadas latinoamerica-nas como interesadas nicamente en asuntossexuales, como el lesbianismo, el aborto y laprostitucin. Por el contrario, el ideal de mujerdel Tercer Mundo estaba relacionado con la jus-ticia social y la igualdad econmica. Con esteanlisis, el presente ensayo tiene como objetivocontribuir al entendimiento de la construccinde identidades femeninas en un contexto globaly demostrar que dichas construcciones estnntimamente relacionadas con luchas polticas,econmicas y culturales en contextos naciona-les e internacionales.

    Fecha de recepcin:

    agosto de 2012

    Fecha de aceptacin:

    febrero de 2013

    Palabras clave:

    Conferencia; feminismo; mujeres; identidades; ONU.

  • Doctoral candidate in History at York University (Toronto, Canada), where she has served as asso-ciate professor in Latin American History and Contemporary Latin America courses. MA inHistory from UNAM and BA in History from the UAM-Iztapalapa. She has received several grantsand awards including the Bicentennial CONACYT scholarship for students abroad (2010), theINEHRM scholarship for distinguished students (2006) and honorable mention in the Sor JuanaIns de la Cruz. First Feminist of America, thesis competition (2002), organized by the NationalWomens Institute.

    Abstract

    The World Conference of the InternationalWomens Year was held from June 19 to July 21975. With the participation of more than9 000 people from 133 nations. The confer-ence, organized by the United Nations, was thefirst and largest attempt to analyze genderinequality from a global perspective. This arti-cle analyzes the international context in whichthe conference took place and many of the dis-cussions it sparked at the time: from the opti-mism about the positive results that wouldresult from the global meeting to opinions thatridiculed or were indifferent to a womansmeeting. In particular, the analysis focuses onthe discourse about the concept of woman,since this reflects the competing perspectivesthat participants expressed at the conference.

    Ideological constructions about what being awoman meant played a central role in the dailyconfrontations between women from countriesin the so-called First and Third Worlds.Women from economically developed nationswere perceived by the press and certain LatinAmerican delegates as interested solely in sex-ual matters, such as lesbianism, abortion andprostitution. Conversely, the ideal of ThirdWorld women was related to social justice andeconomic equality. With this analysis, this essayseeks to contribute to the understanding of theconstruction of female identities in a globalcontext and show that these constructions areclosely related to political, economic and cul-tural struggles in national and internationalcontexts.

    Final submission:August 2012

    Acceptance:February 2013

    Key words: Conference; feminism; women; identities; UN.

    Between Sexual Claims and Calls for

    Economic Justice: Political and Ideological

    Divisions during the World Conference of

    the International Womens Year. Mexico 1975

    Pamela Fuentes

  • Secuencia [165] nm. 89, mayo-agosto 2014

    Entre reivindicaciones sexuales y reclamos de

    justicia econmica: divisiones polticas e

    ideolgicas durante la Conferencia Mundial del

    Ao Internacional de la Mujer. Mxico, 1975

    Pamela Fuentes*

    INTRODUCCIN

    La Conferencia Mundial del AoInternacional de la Mujer se realizen la ciudad de Mxico del 19 dejunio al 2 de julio de 1975 en el edificiosede de la Secretara de Relaciones Exte-riores, en Tlatelolco. Este foro tena comopropsito analizar por primera vez aescala global las circunstancias que lasmujeres enfrentaban en distintas partesdel mundo. El principal objetivo de laconferencia era estudiar el Plan de AccinMundial redactado por la Organizacinde las Naciones Unidas para que las dis-tintas delegaciones propusieran las en-miendas necesarias con miras a resolverlos problemas que mantenan a las muje-res en desventaja.

    Tanto en Mxico como en otros pases,la Conferencia fue percibida de mltiples

    formas por los distintos sectores sociales,quienes se manifestaron a favor y en contra.Para algunos represent la oportunidadde incorporar a las mujeres al desarrollo;para otros, una manipulacin de los pa-ses industrializados; y, para varios ms, eraslo una prdida de tiempo. Durante elencuentro, las posturas mejor definidas enlas discusiones fueron las relativas al Pri-mer y al Tercer Mundos. Si bien es ciertoque durante la guerra fra dichas etique-tas se referan tanto a los pases industria-lizados alineados con Estados Unidoscomo a las naciones con economas endesarrollo en Asia, Latinoamrica y frica,durante la conferencia la tensin entreambos bloques estuvo representada, fun-damentalmente, por representantes deEstados Unidos y Amrica Latina.

    En este ensayo me ocupar de anali-zar, principalmente, cmo se fueron cons-truyendo los debates en torno al conceptode mujer asignados a cada bloque, el conflicto que generaron, qu elemen-tos conformaron ese debate y cmo inte-ractuaron entre s en una lucha ideolgicapor imponer la identidad que pudieraguiar los lineamientos a seguir para resol-ver los problemas ms urgentes para mejo-rar la situacin de las mujeres en el pla-neta. No obstante, cabe sealar que en

    * El presente artculo es producto de algunas de las ideas que presento en mi tesis de maestra La Conferencia Mundial del Ao Internacional de la Mujer y la Tribuna de las Organizaciones No Gu-bernamentales de 1975. Una aproximacin a las dis-cusiones en torno al gnero, Universidad NacionalAutnoma de Mxico, 2008. Agradezco la gua, elapoyo y las puntuales observaciones de Gabriela Canoa lo largo de ese proyecto.

  • 166 PAMELA FUENTES

    muchas ocasiones miembros de pasesindustrializados compartan los puntos devista expuestos por mujeres de los pasesen vas de desarrollo y viceversa.

    El estudio de estas posturas debe con-siderar, necesariamente, los elementossociales y econmicos nacionales e inter-nacionales, que convergieron en la dcadade 1970 y favorecieron la designacin, porparte de la Organizacin de las NacionesUnidas, de un ao dedicado al anlisisinternacional enfocado a las mujeres.

    En primer lugar, debe tenerse en cuen-ta el contexto internacional. Hacia 1975el mundo se encontraba dividido en gran-des bloques poltico-econmicos que man-tenan en tensin constante las relacionesmundiales a causa de los permanentes con-flictos de poder que haban delineado elmundo desde el trmino de la segundaguerra mundial. A partir de 1945, las su-perpotencias emergentes Estados Unidosy la Unin Sovitica trataron de mante-ner su hegemona alineando al resto delos pases a los bloques capitalista o so-cialista, respectivamente. Durante lasdcadas de 1950 y 1960 el grupo de losllamados pases del Tercer Mundo comen-z a mostrar una fuerza para equilibrar lasrelaciones internacionales que no habasido tomada en cuenta antes. Numerosospases asiticos y africanos se independiza-ron y las grandes potencias establecieronrelaciones diplomticas con la finalidadde adherirlos al sistema poltico que cadauno representaba.

    No obstante, los pases que recinhaban ganado su independencia trataronde escapar del neocolonialismo; es decir,no queran quedar bajo la tutela econ-mica o poltica de otro gobierno, desea-ban mantener una posicin autnoma enel escenario internacional. Aunque esto

    no fue posible debido a que no contabancon economas lo bastante fuertes paracompetir, estos pases fueron parte, al igualque Amrica Latina, de un emergente blo-que de naciones que, gracias a su impor-tancia numrica, tenan en sus manos elequilibrio de la balanza internacional.Adems, el rechazo de muchos de sushabitantes a las superpotencias fue ges-tando una ideologa propia basada, prin-cipalmente, en el rechazo al dominioextranjero.

    Al finalizar la segunda guerra mun-dial los pases del bloque aliado crearonla Organizacin de las Naciones Unidasbajo el argumento de la urgente necesi-dad de mantener la paz, la cooperacin yla seguridad internacionales. En su dis-curso los aliados sostuvieron que la segu-ridad y la armona del mundo se habanpuesto en riesgo a causa de la pobreza yel atraso heredados de los regmenes colo-niales, por ello era necesario que cadanacin alcanzara tanto la conciliacininterna como el progreso econmico para,de esta manera, construir un nuevo ordeninternacional que asegurara el progreso yla paz. Como consecuencia, durante ladcada de 1950 las Naciones Unidascomenzaron a acuar trminos como pa-ses en desarrollo y en los aos subsiguien-tes el concepto desarrollo fue adoptadopor economistas y estudiosos de las cien-cias sociales en diversas partes del mundo.1

    Los pases del Tercer Mundo, a pesarde tener niveles de vida, regmenes eco-nmicos o sistemas polticos diversos,compartan una caracterstica: respecto delos pases ricos, todos ellos eran subdesa-

    1 Hobsbawm, Historia, 2003, pp. 358-359, ySchmidt, Pases, 1977, pp. 12-24.

  • CONFERENCIA MUNDIAL DEL AO INTERNACIONAL DE LA MUJER 167

    rrollados. Entre las dcadas de 1950 y1960 el concepto desarrollo estuvo enel centro del debate internacional y se fuemodificando gradualmente: se le agregel trmino social para sealar que eneste proceso, tanto los gobiernos como lasorganizaciones internacionales deben lle-var a cabo polticas de alcance nacionalque involucraran a toda la poblacin conla finalidad de poner en prctica mecanis-mos de redistribucin y proporcionar ser-vicios para mejorar el nivel de vida de loshabitantes de los pases en vas de desa-rrollo.2 Como consecuencia, la ONU dejde considerar solamente la importanciade cambios en la economa y comenz abuscar la manera de disear polticas queestuvieran dirigidas a impactar de mododirecto en la vida cotidiana de las perso-nas. De esta manera, los temas vinculadoscon las necesidades fundamentales, comoeducacin, alimentacin y salud, cobraronfuerza en los organismos internacionalesy los diferentes gobiernos. Asimismo, ac-

    tores ignorados hasta entonces empezarona ser considerados como elementos indis-pensables de cambio para contribuir aldesarrollo mundial. Este es el caso de lasmujeres, quienes en pocos aos, de 1970a 1975, pasaron de ser prcticamente ine-xistentes en los proyectos de la ONU a seruna pieza clave para la solucin de los pro-blemas globales, particularmente en elfreno a la explosin demogrfica que diopie a las campaas de planificacin fami-liar de la dcada de 1970.3

    Durante esos aos los pases miembrosde la Organizacin de las Naciones Unidaspropusieron y realizaron una serie de reu-niones internacionales dedicadas a diversostemas que tenan que ver con el desarrollosocial, tales como: poblacin, medioam-biente, recursos naturales, derechos huma-nos, entre otros. Las conclusiones de estasconferencias hicieron patente que el papelde las mujeres para llevar a cabo las solu-ciones planeadas era fundamental, puesellas, principalmente en su papel de ma-dres, eran las encargadas de la educacin,alimentacin, salud y regulacin de lafecundidad dentro de la familia.4

    La importancia que las mujeres adqui-rieron en los planes de desarrollo interna-cional qued de manifiesto con la desig-

    2 El concepto Tercer Mundo agrupaba un gruposumamente heterogneo, principalmente por los mar-cados contrastes en el mbito econmico. Gracias alpetrleo, varios pases que hasta entonces se conside-raban pobres se convirtieron en millonarios; por otrolado, aunque algunos pases se industrializaban rpi-damente continuaban siendo menos desarrollados res-pecto de las potencias y, por ltimo, haba regionesque no podan siquiera calificarse como pases en vasde desarrollo, debido a la extrema pobreza de sus habi-tantes. En la perspectiva del desarrollo social, si bienla economa del pas es un factor determinante, otrosindicadores de la mejora en los niveles de vida son: lareduccin de la tasa de fecundidad, la elevacin de la esperanza de vida, el incremento de la ingesta cal-rica, el incremento del consumo cultural o el mejora-miento de los servicios urbanos. Acerca de los cambioshistricos en la concepcin del desarrollo social, vaseInchustegui, Desarrollo, 2000.

    3 Ajamil, Cooperacin, 1994, p. 107.4 Durante la dcada de 1970 la Organizacin de

    las Naciones Unidas organiz y llev a cabo diversascumbres internacionales para discutir las problemti-cas relacionadas con el desarrollo social que subraya-ron la importancia de las mujeres en la implementacinde las polticas de desarrollo. Entre estas reunionesdestacan: la Conferencia Mundial de los DerechosHumanos (Tehern, 1972); la Conferencia de lasNaciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano(Estocolmo, 1972); la Conferencia Mundial sobreAlimentacin (Roma, 1974), y la Conferencia Mun-dial de Poblacin (Bucarest, 1974).

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    nacin, por parte de las Naciones Unidas,de 1975 como el Ao Internacional de laMujer. En junio y julio de ese ao, mien-tras la Conferencia del Ao Internacionalde la Mujer se desarrollaba en Tlatelolco,en otro punto de la ciudad de Mxico tuvolugar la Tribuna de las Organizaciones NoGubernamentales. La Unidad de Congre-sos del Centro Mdico fue el edificio quealberg a cerca de 6 000 personas que sedieron cita all para discutir, al igual queen la Conferencia, distintos asuntos en tor-no a la situacin de las mujeres, aunquecon diferencias importantes en los temasque se presentaron y mtodos de trabajocompletamente distintos.

    Este foro paralelo fue adquiriendo, conel paso de los das, una importancia cadavez mayor, sobre todo entre las asistentesy la prensa. Aunque la Tribuna no presen-t conclusiones sobre los temas que all seexaminaron, ni tampoco emiti resolu-ciones, instrumentos jurdicos o recomen-daciones oficiales, los debates que all sesuscitaron recogen las tensiones que per-miten definir el ideal de mujer que cadauno de los bloques buscaba imponer.Adems, este encuentro puso en la mesade la discusin pblica temas que no estu-vieron considerados en la agenda de laConferencia como el lesbianismo, el abor-to y la prostitucin, los cuales mostraron,de manera contundente, la pluralidad,tanto de problemas como de identidades,que definan a las mujeres alrededor delmundo.

    Aunque las tensiones entre las delega-das de los pases desarrollados y las de lasnaciones en vas de desarrollo comenza-ron a delinearse en las discusiones sobrela redaccin final del Plan de AccinMundial principal labor de los partici-pantes en la Conferencia, fue en la

    Tribuna donde ambos bloques tomaronposturas mucho ms definidas y opues-tas. Por esta razn, en este ensayo me cen-trar en las discusiones que tuvieron lugaren el encuentro de las Organizaciones NoGubernamentales (ONG), sin perder devista los debates en la Conferencia.

    Los planteamientos de las mujeres delPrimer Mundo relacionados principal-mente con la sexualidad fueron califica-dos varias veces y por distintas voces comotriviales o extravagantes, sin relacin conlos asuntos que realmente deban resol-verse para mejorar la condicin de lasmujeres en el mundo. De acuerdo conalgunas participantes de los pases en vasde desarrollo, para lograr un cambio en lacondicin de las mujeres era necesario elreordenamiento de la economa mundialy un reparto justo de la riqueza. Aunque,reitero, la postura de los bloques no erauniforme.

    Debido a las numerosas discusionesque tuvieron lugar tanto en la Tribunacomo en la Conferencia, y que ocuparonnumerosas pginas en los peridicos de laciudad de Mxico, el balance inmediatode los hechos fue, en diversas ocasiones,negativo. Muchas veces se menosprecia-ron, en tono de burla, los debates quetuvieron lugar en ambos foros. Esto es, elintercambio de ideas y la discusin de pro-puestas no fueron vistos como un signode pluralidad, sino como la incapacidad delas mujeres para ponerse de acuerdo,debido a su naturaleza conflictiva. No obs-tante, hubo algunas opiniones cuyo re-cuento acerca de los resultados y de losposibles cambios que podran desencade-narse de este contacto entre mujeres detodo el mundo fue mesurado e inclusopositivo. Es importante sealar que ac-tualmente se percibe a la Conferencia no

  • CONFERENCIA MUNDIAL DEL AO INTERNACIONAL DE LA MUJER 169

    slo como un acontecimiento positivo,sino como un momento fundamental enla creacin de leyes y de instrumentos rela-cionados con mejorar la condicin de lasmujeres en el mundo.

    Para este artculo se tomaron en cuentadiferentes fuentes con el objetivo de re-construir los debates que tuvieron lugaren el marco de la Conferencia. Despus deresaltar la importancia que tuvo la Tribunade las Organizaciones No Gubernamenta-les para la generacin de dichas discusio-nes, examinar los principales elementosde tensin entre mujeres primermundis-tas estadunidenses y las mujeres latinoa-mericanas que representaron a los pasesen vas de desarrollo. En este anlisis fue-ron de importancia medular los documen-tos resguardados por el Consejo Nacionalde Poblacin, mismos que no slo contie-nen documentos oficiales sino reportes delas principales actividades de la tribuna,volantes, transcripciones de las ponenciasy carteles. A pesar de no ser un acervo par-ticularmente abundante, la riqueza de suinformacin radica en la posibilidad dereconstruir los quince das de la Conferen-cia y la Tribuna a travs de documentosque las mismas participantes generaron.

    Por ltimo, har un recuento del ba-lance que hicieron reporteros y colabora-dores en la prensa capitalina durante losdas posteriores a la Conferencia, el cualsirve para estudiar algunas de las estructu-ras sociales y culturales que fueron sacudi-das por la primera reunin en el mundodedicada a las mujeres. Adems, en dichorecuento es posible observar las diferen-tes temticas que fueron puestas a discu-sin y que seran incorporadas en los pla-nes de accin de cumbres de la mismanaturaleza (Nairobi, Copenhague y Pekn)en aos posteriores.

    LA TRIBUNA DE LAS ORGANIZACIONES NOGUBERNAMENTALES Y SU IMPORTANCIACOMO FORO DE DISCUSIN ABIERTO

    La Tribuna del Ao Internacional de laMujer fue organizada por una comisindesignada por la Conferencia de Organiza-ciones No Gubernamentales reconocidascomo entidades consultivas por el Conse-jo Econmico y Social de las NacionesUnidas y cont con el apoyo de la ONU ydel gobierno de Mxico.5 De forma para-lela a la Conferencia, las sesiones tambinse realizaron en la capital mexicana, en elCentro Mdico y, de acuerdo con algunasasistentes, las discusiones de la Tribuna fue-ron ms enriquecedoras, no slo por lasmesas de debate que se programaron, sinoporque tambin existi un activo intercam-bio de puntos de vista en escenarios menosformales como los pasillos o la cafetera.6

    A pesar de que podra pensarse, si-guiendo las crnicas de los peridicos me-xicanos, que en ese foro domin la violen-cia, el desorden o la trivialidad la prensaenfatiz las rias entre las asistentes e in-cluso en la forma en que estas iban vesti-das o peinadas, algunas de las personasall reunidas opinaron que la Tribuna fue[el] alma [de la Conferencia] porque all lagente fue ms franca entre s o que

    all haba gente de todas las clases sociales,de todas las ocupaciones, y de diferentes gru-pos que se juntaban para tratar de mirar almovimiento en su conjunto [] Esta expe-riencia [] cruz las barreras nacionales,culturales, idiomticas y clasistas. Fue algofabuloso.7

    5 Organizacin, Informe, 1975, p. 221.6 Papanek, Work, 1975, p. 216.7 Organizacin, Reunin, 1975, p. 41.

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    Durante el desarrollo de ambos en-cuentros, la Conferencia Mundial del AoInternacional de la Mujer poco a poco sefue conociendo como la conferencia oficial,para subrayar la formalidad de las discu-siones de Tlatelolco. Es probable que elelemento clave que marc la diferenciaentre ellas haya sido la manera en que fue-ron organizadas. En la Conferencia eraprcticamente imposible escapar del plande trabajo establecido. Las dos semanas serepartieron en sesiones plenarias y reunio-nes de trabajo cuyo objetivo principal eraconsolidar los numerosos proyectos deresolucin y las enmiendas al Plan de Ac-cin Mundial. De acuerdo con HannaPapanek, acadmica estadunidense que asis-ti a las dos reuniones, ese documento fuedescrito por algunas delegadas como unalista de cambios deseables para ser adopta-dos por los gobiernos, en lugar de conte-ner un cuidadoso enfoque de cambiosestructurales en el estatus de la mujer.8

    En cambio, la Tribuna fue un lugar enel que se discuti una multiplicidad detemas, muchos de ellos no estuvieron pre-vistos en la agenda oficial, lo que permitiuna sensacin de mayor libertad en tornoa lo que poda hablarse y la forma en laque se hara, como un foro abierto. Ade-ms, la participacin en este encuentro nofue exclusiva de las delegadas que losgobiernos enviaron a la Conferencia; tam-bin pudieron inscribirse para tomar parteen los debates de la Tribuna miles de par-ticipantes, que provenan, principalmente,de Amrica Latina y Estados Unidos.9

    En este encuentro, la nacionalidad delas participantes tuvo un papel fundamen-tal. La mayor parte de las asistentes a la

    Tribuna provenan del continente ameri-cano, de estas, alrededor de la tercera parteeran mexicanas. De acuerdo con Papanek,la poca concurrencia de representantes deregiones como Asia, frica y Europa deleste estuvo condicionada por los altos cos-tos que representaba el viaje a la ciudadde Mxico; por su parte, Francesca Miller,en su investigacin acerca de las mujeresen Latinoamrica, considera que esto obe-deci, adems, a la larga tradicin de lasmujeres latinoamericanas en reunionesinternacionales para discutir la situacinde las mujeres en la regin como el Pri-mer Congreso Interamericano de Mujeresde 1947 en Guatemala y a cierto apoyogubernamental para que algunas de ellaspudieran asistir a la reunin del Ao Inter-nacional de la Mujer.10 Lo importante, entodo caso, es que la composicin de lasasistentes influy de forma definitiva ensus distintos enfrentamientos, los cuales,si bien fueron percibidos o enunciadospor muchos de los asistentes y la prensacomo oposiciones entre el Primer y el Ter-cer Mundos, en general fueron conflictosentre latinoamericanas y estadunidenses.

    EL ENFRENTAMIENTO ENTRE LAS MUJERESDEL PRIMER Y DEL TERCER MUNDOSDENTRO DE LA TRIBUNA DE LASORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES: PROBLEMAS POLTICOS VS. PROBLEMASPERSONALES

    En las sesiones que tuvieron lugar en elCentro Mdico Nacional, sede de la Tri-buna de las Organizaciones No Guberna-mentales, tambin se discuti el Plan deAccin Mundial. A pesar de que, por razo-

    8 Papanek, Work, 1975, p. 216.9 Miller, Latin, 1991, p. 198.

    10 Papanek, Work, 1975, p. 219, y Miller,Latin, 1991, p. 199.

  • CONFERENCIA MUNDIAL DEL AO INTERNACIONAL DE LA MUJER 171

    nes tcnicas, las conclusiones de esteencuentro no seran incorporadas a losdocumentos oficiales que se presentarancomo resultado de la Conferencia, las per-sonas all reunidas hicieron varios intentospara que sus propuestas fueran tomadasen cuenta en los anlisis y resultados dela Conferencia del Ao Internacional de la Mujer.

    Las sesiones de la Tribuna estuvieronplagadas de intensos debates y profundasdiferencias. Estas manifiestan los elemen-tos que delinearon el concepto de mujerde cada uno de los bloques que entraronen conflicto. Adems, estas discusionesque tomaron la forma tanto de debatesideolgicos como de rias mostraron losmatices existentes dentro de cada uno delos bandos, situacin que dej al descu-bierto la pluralidad de la categora mujer ylas diversas formas de priorizar lo que cadagrupo consider como problemas propios.

    A pesar de la diversidad de opinionesque existi, a veces sin importar el blo-que econmico del que provenan los par-ticipantes, la prensa y la mayora de losasistentes concibieron las discusiones dela Tribuna como una lucha entre mujeresde los pases industrializados encarnadosen la figura de la feminista estadunidenseBetty Friedan y las del Tercer Mundo,quienes tuvieron dos portavoces: la ecua-toriana Marisa de los Andes cuyas hue-llas antes y despus de la Conferencia hasido difcil rastrear y, principalmente, laboliviana Domitila Barrios de Chungara,lder de los mineros de su pas.11

    La feminista estadunidense ocupnumerosas notas en los diarios de la capi-tal mexicana. Cuando los trabajos de laConferencia dieron inicio, Friedan ya eraconocida por su libro The Feminine Mysti-que, publicado por primera vez en EstadosUnidos en 1963. Se considera a esta obracomo representativa del feminismo libe-ral y aunque slo se centra en la situacinde las mujeres de clase media en EstadosUnidos, puso en evidencia la represinvelada que vivan las mujeres bajo el pesodel estereotipo entonces vigente de femi-nidad, ya que, a pesar del progreso o losavances en la tecnologa, las mujeres con-tinuaban viviendo situaciones discrimi-natorias. Adems, algunas estudiosas con-sideran que este libro permiti a miles de amas de casa alrededor del mundoidentificar referentes comunes para asu-mir las distintas formas de opresin ya nocomo experiencia personal sino colectiva,lo que se convirti en un ingredienteindispensable para el movimiento femi-nista internacional. Asimismo, en 1966,Betty Friedan haba fundado la NationalOrganization of Women (NOW) com-puesta por cerca de 10 000 miembros, ensu mayora amas de casa con hijos. Susplanteamientos pueden considerarse indi-vidualistas pues buscaban la paridad desalarios, la igualdad dentro de la familia yconsideraban a las mujeres, ante todo,como seres humanos que necesitaban unentorno propicio para desarrollar todo supotencial.12

    Por su parte, Domitila Barrios de Chun-gara fue conocida internacionalmente a

    11 Acerca de Marisa de los Andes, slo cuentocon lo registrado por los diarios durante la Confe-rencia. Sobre Domitila Barrios de Chungara y su par-ticipacin en el foro puede consultarse Viezzer, Si,1981, pp. 216-227. Un par de obras que dan cuenta

    de la biografa de Betty Friedan son Hennessee, Betty,1999, y Horowitz, Betty, 1998.

    12 Nash, Mujeres, 2004, pp. 166 y 167, y Muiz,Enigma, 1994, pp. 33-35.

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    partir de sus intervenciones en la Tribunadel Ao Internacional de la Mujer. Fueperseguida en su pas natal, Bolivia, acausa de su activismo poltico comomiembro del movimiento sindical. Madrede once hijos, era miembro activo delComit de Amas de Casa de las Minas,conocido como Siglo XX. En 1975Barrios de Chungara fue invitada por lasNaciones Unidas para participar en laTribuna. Sus intervenciones fueron pol-micas, pero, al mismo tiempo, se gan lasimpata de muchas mujeres de los pasesen vas de desarrollo quienes vieron en ellaa la encarnacin de todos los problemasque se sufran en sus pases.

    En la Tribuna, Barrios de Chungara seopuso a las ideas expuestas por muchosoradores cuando les dijo que slo repre-sentaban a profesionales de las clases altasy, por lo tanto, no tenan idea acerca delos problemas de las mujeres porque notenan contacto con la realidad a la queellas se enfrentaban en la pobreza. Criticduramente las propuestas relacionadas conla igualdad de oportunidades, los anticon-ceptivos y la libertad individual debido aque, para ella, estos eran problemas secun-darios, preocupaciones banales, que nosuperaban la importancia de problemascomo la explotacin y el reparto desigualde riquezas en el mundo.

    Con perspectivas opuestas respecto delos problemas que las mujeres debanresolver, Friedan fue presentada como la representante del feminismo imperia-lista, mientras que Domitila fue consi-derada una campesina, una mujer del pueblo, lo que le vali la simpata demuchas latinoamericanas, representantesde bloque del Tercer Mundo, mayormenteinteresadas en resolver los problemas delas desventajas econmicas que sus pa-

    ses sufran respecto de las naciones indus-trializadas.

    La difusin que alcanz la figura deDomitila fue notable y sus discursos fue-ron transcritos y recopilados por la edu-cadora brasilea Moema Viezzer en el librotestimonial Si me permiten hablar, publi-cado en 1977. En este libro, traducido yeditado en varios idiomas, Domitila des-cribe su vida en las minas, denuncia losabusos del gobierno en contra de la clasetrabajadora y narra su intervencin en laTribuna, con una fuerte crtica a la pers-pectiva de los asuntos de las mujeres quetenan las mujeres de los pases con msrecursos econmicos.13

    Adems de las diferencias en torno aldesarrollo social o la sexualidad, las luchasms agudas en ese foro se generaron unasemana despus de su inauguracin. Lasdiferencias se concentraron alrededor deun documento entregado por Friedan a lasecretaria de la Conferencia, la abogadafinlandesa Helvi Sipila, con recomenda-ciones al Plan de Accin Mundial que sediscuta en la conferencia. Aunque la Tri-buna no poda emitir ningn documentooficial, un grupo de mujeres encabezadaspor Friedan consideraron que el Plan deAccin Mundial, en su redaccin origi-nal, no reflejaba las necesidades msurgentes de las mujeres en el mundo.14

    Algunas de estas necesidades, de acuerdocon el documento, eran: el derecho de lasmujeres a decidir sobre el nmero de sushijos, el derecho a la salud y el derecho

    13 Sobre Domitila Barrios de Chungara vanseTompkins y Fosler, Notable, 2001, pp. 30-33; Miller,Latin, 1991, pp. 200 y 201, y Viezzer, Si, 1981.

    14 Lorenzo Len Diez, Present la Friedman [sic]varias peticiones, El Universal, 27 de junio de 1975,pp. 1 y 6.

  • CONFERENCIA MUNDIAL DEL AO INTERNACIONAL DE LA MUJER 173

    de las mujeres de los pases subdesarrolla-dos a intervenir en los programas que laONU llevara a cabo en sus pases.

    A pesar de que la propuesta fue fir-mada por representantes de quince nacio-nes entre las que se encontraban algu-nas del Tercer Mundo como AntonietaRascn, fundadora e integrante del pri-mer grupo feminista mexicano (Mujeresen Accin Solidaria) as como mujeres dela India, Egipto y Nigeria, los ataquesde la prensa se concentraron en BettyFriedan, quien fue acusada de intentar boi-cotear las recomendaciones que surgirande los debates de la Conferencia con el fin deevitar que en el Plan de Accin Mun-dial surgieran planteamientos en favor deun nuevo orden econmico mundial.15

    De acuerdo con lo expuesto por ungrupo de latinoamericanas, el problemade las sugerencias entregadas por Friedanes que se presentaron en nombre de todaslas participantes de la Tribuna y, adems,no tomaban en cuenta los planteamien-tos que la mayora de estas mujeres habahecho durante las sesiones. La polmicasobre este documento estuvo enmarcadapor el conflicto, los jaloneos e insultos,adems de la profunda divisin entre lasasistentes a la Tribuna, ya que haba esta-dunidenses y mujeres del Tercer Mundo afavor y en contra de las enmiendas que seentregaron a la representante de la Con-ferencia. Estas sugerencias, ms all de losenfrentamientos de que fueron causa, nofueron incorporadas al Plan Mundial deAccin de ese ao.16

    En torno al Plan de Accin Mundialhubo, por lo menos, dos sesiones que seconvirtieron en mtines antiimperialistas.En estas, algunas asistentes a la Tribunacoreaban consignas como: Amrica s,yanquis no, Gringos go home y Vivael Tercer Mundo. Las participantes sedividieron: algunas reclamaban el derechoa la libre expresin y acusaban a otras defascistas o pro imperialistas. Fue enuna de estas sesiones que el bloque latino-americano pidi la presencia de Barrios deChungara para que presidiera una de lasasambleas al grito de Domitila, Domiti-la, Domitila! Domitila a la Tribuna!.17

    Aunque la dirigente de los minerosbolivianos no fue aceptada por el pres-dium encabezado por la mexicanaEsperanza Brito de Mart, presidenta delgrupo feminista Movimiento Nacional deMujeres el enfrentamiento continu demanera extraoficial. Friedan declar a losreporteros que estaba de acuerdo con lasacusaciones que aseguraban que la Tribunaestaba siendo boicoteada, pero afirm queesto no era obra de la delegacin que ellarepresentaba, e insinu que los hombresestaban actuando para que las mujeres delTercer Mundo se dividieran. Adems,expres que las mujeres de ese bloquehaban confundido los problemas feme-

    15 Acusan a B. Friedan de boicotear la junta,Novedades, 27 de junio de 1975, pp. 1 y 8.

    16 Pronunciamiento aclaratorio del documentoque ha circulado a nombre de la Tribuna, en 1975.Ao de la Mujer, Repblica Dominicana, nm. 5, julio

    de 1975, p. 52; Roberto Guzmn, Pirotecnia en laTribuna de Mujeres. Rompen un micrfono,Novedades, 28 de junio de 1975, pp. 1-14, yDesorden por discrepancias mal expuestas, ElNacional, 28 de junio de 1975, p. 8.

    17 Antonio Andrade, Se aprob ya parte del Plande Accin Mundial Femenil, Exclsior, 1 de julio de1975, pp. 1-A y 12-A; Lorenzo Len de Diez, Hubomitin en vez de conferencia, El Universal, 1 de juliode 1975, p. 1, y Foro de Exclsior aclara causas de tri-fulca en la junta femenil, Exclsior, pp. 4-A y 21-A.

  • 174 PAMELA FUENTES

    ninos que deban resolverse con los asun-tos polticos de sus pases, lo que las lle-vaba a ignorar por completo que estabanpeleando entre ellas.18

    Desde un punto de vista contrario, Ba-rrios de Chungara opin que los proble-mas femeninos a los que se refera Friedanno tenan que ver con muchos de los quese estaban exponiendo en la Tribuna. Laprostitucin, el lesbianismo y el controlde la natalidad no eran los asuntos pri-mordiales por los que ella, y muchas delas mujeres del Tercer Mundo, haba asis-tido a la reunin. De acuerdo con un tes-timonio escrito en retrospectiva:

    esa era la mentalidad y la preocupacin devarios grupos y para m eso fue un choquebien fuerte. Hablbamos lenguajes muy dis-tintos, no? Y esto volva difcil el trabajo enla Tribuna [] Entonces nos unimos ungrupo de latinoamericanas y criticamos todoaquello. Y dimos a conocer nuestros proble-mas comunes [] para nosotras el trabajoprimero y principal no consiste en pelear-nos con nuestros compaeros [] sino cam-biar el sistema en que vivimos por otro,donde hombres y mujeres tengamos dere-cho a la vida, al trabajo, a la organizacin.19

    Con argumentos que seguan la mismalnea, la ecuatoriana Marisa de los Andesle reclam a Friedan mientras esta hacaalgunas declaraciones a la prensa el quese hubieran dejado de lado temas como elimperialismo o la dictadura chilena en el documento que se entreg a Sipila. Lalatinoamericana quien en una ponencia

    se present como sociloga residente enNueva York20 enfrent a la estaduni-dense acusndola de que a ella slo le inte-resaban los problemas de ndole sexual.Friedan se defendi argumentando quelas mujeres de la organizacin feministaque presida (la NOW) estaban en contradel imperialismo y neg ser la causantede la divisin en la Tribuna o de conspi-rar para que los movimientos de libera-cin latinoamericanos quedaran domina-dos por su pas.21

    Un grupo de delegadas latinoameri-canas redact el Pronunciamiento aclaratoriodel documento que ha circulado a nombre de laTribuna, en el que se oponan a las diver-sas formas de opresin desarrolladas porel imperialismo estadunidense. En este do-cumento enfocan la lucha de la liberacinde las mujeres latinoamericanas como uncompromiso dentro de la lucha por la liber-tad de sus propios pases y como un pro-blema del subdesarrollo determinado por elorden internacional. Adems, proponanque se definiera una conciencia latinoa-mericanista comprometida con la revolu-cin y no con el modelo de mujer latinoa-mericana que impone el imperialismo.22

    18 Antonio Andrade, Se aprob ya parte del Plande Accin Mundial Femenil, Exclsior, 1 de julio de1975, pp. 1-A y 12-A, y Viezzer, Si, 1981, p. 224.

    19 Viezzer, Si, 1981, p. 221.

    20 Tribuna del Ao Internacional de la Mujer: foro en

    el que las Organizaciones No Gubernamentales y particu-

    lares, interesados en la posicin de la mujer en la sociedad

    trataron el tema del Ao, igualdad, desarrollo y paz,Informe de actividades desarrolladas por el serviciode edecanes en la Tribuna del Ao Internacional dela Mujer, en la Unidad de Congresos del CMN delIMSS del da 24 de junio de 1975, en Centro deDocumentacin Antonio Carrillo Flores del ConsejoNacional de Poblacin (en adelante CDACFCNP), M06.03.04, C61A, 1975, PT.1E/8, p.1.

    21 Una buena ocasin perdida por oposicin aldilogo, El Universal, 1 de julio de 1975, p. 8.

    22 El texto ntegro puede consultarse en Pronun-ciamiento aclaratorio del documento que ha circulado a nom-

  • CONFERENCIA MUNDIAL DEL AO INTERNACIONAL DE LA MUJER 175

    El pronunciamiento no pudo ser ledodebido a la falta de tiempo. Sin embargo,se trata de un documento importante por-que refleja la postura que sostuvieron lasmujeres del Tercer Mundo a lo largo dela cumbre. Por medio del antagonismocon el enemigo comn, Estados Unidos,las latinoamericanas se aglutinaron paraluchar en contra del imperialismo fu-sionando los problemas femeninos con larealidad econmico-social de sus propiospases. Antepusieron las dificultades de lacolectividad a los derechos individuales,pues consideraron que esa era la forma enla que ellas contribuiran con sus pasespara insertarse realmente en los grandesdebates internacionales.

    LA PERSPECTIVA TERCERMUNDISTAACERCA DE LA PROBLEMTICA DE LASMUJERES: EL REORDENAMIENTOECONMICO MUNDIAL COMO DEMANDAPRIORITARIA

    Los principales temas abordados por lasmujeres de los pases tercermundistas fue-ron el desarrollo y el reordenamiento de laeconoma internacional. Cuando seempez a discutir en la comunidad inter-nacional la necesidad de incluir a las muje-res en el proceso de desarrollo de acuerdocon los requerimientos que haban dic-tado los organismos internacionales, sur-

    gieron varios cuestionamientos acerca decmo seran integradas en las distintasesferas de la vida pblica, particularmenteen la economa. Algunas de las pregun-tas que el desarrollo traa consigo eran:qu pasara con la maternidad y el cui-dado de los hijos cuando las mujeres salie-ran a trabajar? y cul era la imagen o elmodelo de mujer que servira como refe-rente para medir el desarrollo?23

    A partir de estas interrogantes, losencargados de implementar las polticasde desarrollo en los pases con menosrecursos y las mujeres preocupadas porel tema mostraron su inquietud por re-solver el atraso econmico proponiendoque las acciones necesarias se ajustaran a sucontexto econmico, poltico, social y cul-tural. En consecuencia, la necesidad deforjar una identidad propia y representa-tiva de las mujeres del Tercer Mundocobr una enorme importancia, dado queimportar el modelo de mujer liberadade Estados Unidos o Europa se percibacomo una forma de imperialismo cultural.

    La Tribuna, al ser una reunin quecapt la atencin internacional, se convir-ti en el escenario perfecto para mostrarpblicamente los lineamientos ideolgicoscon los que las mujeres del Tercer Mundodeban identificarse. No obstante, inclusoentre las mujeres que compartan la eti-queta de mujeres de las naciones en vasde desarrollo, existan diferencias y mati-ces determinados por la posicin social,

    bre de la Tribuna y en el boletn 1975. Ao de la Mujer,Repblica Dominicana, nm. 5, julio de 1975, enCDACFCNP, M 06.03.04, C61A, 1975, PT.1E/8, t. 2,pp. 52 y 53. El documento fue firmado por las dele-gaciones de Argentina, Cuba, Chile, Chicanas delPartido Raza Unida, Bolivia, Ecuador, Guatemala,Nicaragua, Panam, Puerto Rico, Uruguay y Rep-blica Dominicana.

    23 Jaime de J. Daz C. (director de CorporacinIntegral para el Desarrollo Cultural y Social en Colom-bia), La mujer y su participacin en el desarrollo enAmrica Latina, ponencia presentada en la Tribunade las Organizaciones No Gubernamentales del AoInternacional de la Mujer, 1975, en CDACFCNP, M 06.03.04, C61A, 1975, PT.1E/8, pp. 1-3.

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    la regin en que vivan (rural o urbana) obien, el nivel educativo.24

    En las discusiones de la Tribuna y enalgunos artculos de opinin que apare-cieron en la prensa, el asunto de la libe-racin de las mujeres o los temas relacio-nados con su condicin se plantearon enfuncin de los problemas que enfrentabanlos pases latinoamericanos en la escenainternacional. De esta manera, la igualdady la integracin de las mujeres en las acti-vidades econmicas fueron consideradascomo seales de progreso y desarrollo por-que de esa manera ayudaran a sus pases asalir de la pobreza. Superar esa condicinera la meta primordial de los pases delTercer Mundo y sus mujeres.25 La inequi-dad o las desventajas slo por ser mujeresfueron vistas como un reflejo de las con-diciones econmicas desiguales entre lasnaciones. La igualdad entre hombres y mu-jeres slo se lograra plenamente cuandose alcanzara una situacin econmica quepermitiera a los pases en vas de desarro-llo enfrentarse en igualdad de circunstan-cias con las naciones industrializadas.

    Aunque se aceptaba que dentro de lassociedades de los pases subdesarrolladoslas mujeres tenan ms desventajas quelos hombres en distintos mbitos, la luchaen contra del colonialismo y del atrasoeconmico era un problema al que loshabitantes deban enfrentarse sin distin-cin debido a que todos sufran la injus-

    ticia y la discriminacin de la estructuraeconmica mundial.26 La emancipacinde las mujeres fue concebida, en los dia-rios y en la Tribuna, como inseparable dela liberacin de todos los seres humanos.27As, ellas tenan que librar una batalla endos frentes: contra el subdesarrollo y con-tra las posiciones, propias o ajenas, que ladiscriminan en virtud de su sexo.28

    De acuerdo con estos planteamientos,las mujeres tenan que colaborar al ladode los hombres y no en contra de ellos,pues el combate en contra del colonia-lismo necesitaba mucho ms de la uninque del fraccionamiento entre las personasdel Tercer Mundo. La lucha contra la de-pendencia era el problema medular, cual-quier otro planteamiento se calificabacomo secundario, ajeno a la realidad deestas sociedades o incluso como dramasdomsticos. Casi no se hablaba de pro-blemas propios de las mujeres, esta era unaactitud que se consideraba egosta ante losretos que, como conjunto, deban enfren-tar las naciones de escasos recursos. Esa po-sicin la expres una articulista de prensa.

    algunos [] dirn, a lo mejor, que no tienenada que ver el colonialismo del que se quejala mayor parte de la poblacin con elmachismo [...] Pero aqu ya se estara retor-ciendo la cuestin. Se estaran mezclandodos esferas que no guardan relaciones estre-

    24 Lamas, Miradas, 2007; Bartra, Fernndez yLau, Feminismo, 2002, y Snchez, Feminismo, 2002.

    25 Entre otros: Salvador Reyes Nevares, La con-dicin femenina, El Nacional, 21 de junio de 1975,p. 5; Editorial, Liberacin de la mujer. Factor decambio social, El Nacional, 21 de junio de 1975, p. 3, y Se pronunci por el desarrollo el encuentro deperiodistas, El Universal, 18 de junio de 1975.

    26 Editorial, Colaboracin entre mujeres y varo-nes, El Nacional, 17 de junio de 1975, p. 5.

    27 Salvador Reyes Nevares, La condicin feme-nina, El Nacional, 21 de junio de 1975, p. 5, yBeatriz Reyes Nevares, Una Conferencia poltica,El Nacional, 25 de junio de 1975, p. 5.

    28 Integracin femenina al mismo tiempo quelos varones y no a pesar de ellos, El Nacional, 22 dejunio de 1975, p. 5.

  • CONFERENCIA MUNDIAL DEL AO INTERNACIONAL DE LA MUJER 177

    chas entre s [] el machismo y las otraslindezas son importantes, pero en terrenodistinto: en el de la relacin subjetiva dehombres y mujeres [] Y nadie va a privarde importancia a estos dramas ni a estosniveles de anlisis. Es claro que la tienen.Pero poseen mucho ms las relaciones eco-nmicas y las estructuras sociales, y estas s,en muy buena parte, son hijas del colonia-lismo. Hasta podra aadirse sin gran teme-ridad, que los alardes machistas provienende dichos desajustes sociales y econmicos,y que, en tal sentido, son productos media-tos del hecho colonial o neocolonial.29

    La trinchera ideolgica desde la quelas mujeres del Tercer Mundo defendie-ron su posicin qued cimentada de talforma que sus asuntos se fundan con losdel conjunto social, con el fin de dar unabatalla frontal al sistema internacional quemantena a una gran parte del mundo enel atraso y la pobreza. Sin embargo, debedestacarse que entre las mujeres de los pa-ses en vas de desarrollo tambin habamujeres, en su mayora feministas, quesimpatizaban con las ideas propuestas porsus similares estadunidenses. No obstante,la mayora de los nacientes grupos femi-nistas mexicanos decidieron no participaren los eventos relacionados con el AoInternacional de la Mujer.

    A principios de la dcada de 1970comenzaron a formarse distintas organi-

    zaciones feministas, no muy numerosas,que quedaron conformadas por mujeresde clase media, con formacin universi-taria, identificadas con la izquierda y con-siderablemente influidas por la ideologaeuropea y estadunidense acerca del femi-nismo.30 Los diversos grupos que forma-ban el movimiento se dedicaron a objetary denunciar las acciones gubernamenta-les o de los partidos polticos ms que abuscar alianzas con estos sectores. Iden-tificadas con la izquierda desconfiaban delas iniciativas del gobierno y de la aperturademocrtica promovida por el rgimen deLuis Echeverra.31

    Por esa razn, la mayora de las orga-nizaciones feministas decidi no participaren la Conferencia Mundial del Ao Inter-nacional de la Mujer; slo algunas inte-grantes de Mujeres en Accin Solidaria(MAS) colaboraron en la creacin del Cen-tro de Informacin y Documentacin parael Decenio de la Mujer (CIDDEM) y partici-paron en la Tribuna.32 En general, las femi-nistas consideraron que los objetivos rea-les del Ao Internacional de la Mujer eranintegrar a las mujeres de estos grupos alsistema y disfrazar los planes de control de-mogrfico en los pases del Tercer Mundo.33

    29 Beatriz Reyes Nevares, Una Conferencia pol-tica, El Nacional, 25 de junio de 1975, p. 5. Unapostura parecida fue expresada por Salvador ReyesNevares, La condicin femenina, El Nacional, 21de junio de 1975; Laura Bolaos, La ConferenciaMundial de la ONU, El Universal, 18 de junio de1975, p. 5, y Manuel Blanco, La torre de Babel, ElNacional, 19 de junio de 1975, p. 5.

    30 Lau, Nueva, 1987, p. 76; Gonzlez, Autonoma,2001, pp. 75 y 76, y Lamas, Protesta, 2006, p. 903.

    31 Lamas, Protesta, 2006, pp. 904 y 906.32 Desde 1970 hasta 1976 se conformaron cinco

    agrupaciones: Mujeres en Accin Solidaria en 1971,Movimiento Nacional de Mujeres en 1973,Movimiento de Liberacin de la Mujer en 1974. Conintegrantes que se separaron de este ltimo grupo seconformaron el Colectivo la Revuelta y el MovimientoFeminista Mexicano. Para un seguimiento puntualde la historia de estos grupos, vanse Lau, Nueva,1987, y Gonzlez, Autonoma, 2001.

    33 Carmen Lugo, El impacto del movimientofeminista en el cambio jurdico social, mimeo., s. a.,

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    Para mostrar su rechazo a la Conferencia,algunos grupos organizaron actividadesalternas: las integrantes del MovimientoNacional de Mujeres (MNM) prepararon elCiclo de Avanzada Feminista Ao Inter-nacional de la Mujer que dur dos das yen el que presentaron diversos trabajos.En algunos de ellos se critic duramentea las mujeres del MAS que participaron enel CIDDEM. Por su parte, el Movimiento deLiberacin de la Mujer (MLM) tuvo a sucargo el Contracongreso, una serie de reu-niones que tenan como objetivo mostrara la opinin pblica y a la prensa inter-nacional el repudio de estas feministashacia el encuentro oficial y sus objetivos.34

    De acuerdo con un boletn de prensaemitido por el MLM, el Ao Internacionalde la Mujer era un acontecimiento espec-tacular y simblico de carcter sexista,que perpetuaba la discriminacin de lasmujeres, pues no era ms que una conce-sin por parte de las agencias guberna-mentales que las conceban como seresinferiores necesitadas de amparo y pro-teccin.35 Para las feministas del MLM,los problemas de las mujeres no iban a seratacados desde la raz en la Conferencia,pues el verdadero objetivo de esta era uti-lizar todo el potencial femenino para for-tificar y mantener la continuidad del capi-talismo. En ese documento se haca nfasisen las cuestiones que ellas asuman como

    prioritarias dentro de sus demandas: eltrabajo domstico y la reproduccin.Consideraban que ambas estaban siendoanalizadas desde la perspectiva masculinacon la nica finalidad de favorecer almismo sistema que las mantena relegadasde la verdadera toma de decisin.

    De acuerdo con la ideologa feministatanto las labores del hogar como la plani-ficacin familiar haban recado principal-mente en las mujeres cuando eran respon-sabilidad de toda la sociedad. El trabajodomstico era una labor que no recibaremuneracin, careca de prestaciones, des-canso adecuado y, al relegarse a la esferaprivada, se converta en una pesada cargapara la mayora de las amas de casa. Por sifuera poco, muchas de las mujeres no ha-ban decidido dedicarse a las tareas doms-ticas; al contrario, haban sido orilladas apermanecer all por el sistema patriar-cal que perduraba en todos los sistemassociales en mayor o menor grado.36

    En lo referente a los anticonceptivos,aunque las feministas estaban de acuerdoen que constituan un elemento funda-mental para la liberacin de las mujeres,sospechaban de los verdaderos objetivosque los organismos internacionales ocul-taban detrs de las polticas demogrficasy del Ao Internacional de la Mujer. Ade-ms, consideraron que una demanda bsicadel movimiento feminista, la no penaliza-cin del aborto, no tena cabida en las dis-cusiones de la Conferencia, a pesar de lascondiciones riesgosas en las que se lleva-ban a cabo y las muertes que esto ocasio-naba.37 De acuerdo con su ideologa, este

    en Centro de Documentacin del Programa Inter-disciplinario de Estudios de la Mujer de El Colegio deMxico, 322.f L 951 i; Snchez, Feminismo, 2002, p. 118, y Gonzlez, Autonoma, 2001, pp. 112-116.

    34 Lau, Nueva, 1987, pp. 111-113, y Gonzlez,Autonoma, 2001, p. 115.

    35 Movimiento de Liberacin de la Mujer enMxico, Ao Internacional de la Mujer (Boletn deprensa), en CDACFCNP, M 06.03.04, C61a, 1975,pt.1E/8, t. 1.

    36 Ibid.37 In the IWY [International Womens Year]

    Why Dont Talk About, volante, en CDACFCNP,M 06.03.04, C61a, 1975, pt.1E/8, t. 1,

  • CONFERENCIA MUNDIAL DEL AO INTERNACIONAL DE LA MUJER 179

    era un asunto que necesitaba una solucinpronta, que no vendra de los gobiernosreunidos en la cumbre, pues resolver estetipo de problemas no beneficiaba al rgi-men dominante, que explotaba de lamisma manera a la mujer y al hombre.38

    Con el paso del tiempo, las feministasmexicanas han evaluado sus decisiones entorno a la Conferencia y muchas de ellascoinciden en que, aunque en ese momen-to, por el contexto poltico e ideolgico,sus sospechas y repudio eran fundados. Ala larga esa reunin trajo ms consecuen-cias positivas de las que esperaban y repre-sent una oportunidad de negociacinpoltica con el Estado o de vinculacincon feministas de otros pases que no seaprovech en su totalidad.39

    El feminismo proveniente del PrimerMundo, as como la influencia de susdemandas en las nacientes organizacionesfeministas latinoamericanas fueron con-cebidos por otras participantes como ele-mentos de distraccin, minucias o extra-vagancias que apartaban la vista de losverdaderos problemas de estas naciones.

    EL ENFOQUE DE LOS PASES DESARROLLADOSRESPECTO DE LOS PROBLEMAS DE LASMUJERES: DEFENSA DE LA INDIVIDUALIDADY LA LIBERTAD SOBRE EL CUERPO

    Los temas que defendieron en la Tribunalas asistentes estadunidenses y europeastenan un enfoque distinto de los asuntos

    desde los que se posicionaron las represen-tantes de los pases en vas de desarrollo.En general, se relacionaron estrechamentecon muchos de los problemas que se deba-tan en la agenda feminista y buscaron,sobre todo, que las mujeres decidieran, deforma individual, sobre su propio cuerpo.Esto provoc un choque frontal con losplanteamientos del bloque tercermundista.Dicho sea de paso, estos asuntos suscitaronlos debates que causaron mayor polmicaen las pginas de la prensa capitalina.

    A pesar de que hubo temas en los quemuchas latinoamericanas, en su mayorafeministas, externaron su afinidad con losplanteamientos de las mujeres del PrimerMundo, la percepcin general en los dia-rios fue que se trataba de posturas prcti-camente irreconciliables en torno a losproblemas femeninos. Debido al predo-minio de una ideologa marxista se califi-caba al feminismo, en general, como unaideologa burguesa y a las mujeres quesostenan una postura feminista se les con-sideraba burguesas, raras, extranjerizadaso sospechosas, aunque vivieran dentro delas sociedades subdesarrolladas.

    El primer debate importante que se sus-cit en la Tribuna y que involucr a lasmujeres del Primer Mundo estuvo protago-nizado por Betty Friedan quien, a partir deese momento, se convirti en la mujer msmencionada de la Tribuna en la prensa.Cuando Friedan declar que era un insul-to para todas las mujeres que un hombrePedro Ojeda Paullada presidiera la Con-ferencia del Ao Internacional de la Mujery que esto, adems, era un smbolo delmachismo40 en Mxico, los comentarios

    38 Carlos Ramrez Hernndez, Grupos de muje-res feministas por la legalizacin del aborto, El Da,30 de junio de 1975, p. 6.

    39 Ergas, Sujeto, 2002, pp. 593-620; Zinsser,Mexico, 2002, pp. 145-146; Gonzlez, Autonoma,2001, pp.112-116, y Lamas, Protesta, 2006, p. 904.

    40 Rafael Cardona, Insulto que un hombre pre-sida la junta femenil, Exclsior, 21 de junio de 1975,pp. 1-15.

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    no se hicieron esperar. El funcionario sedefendi de modo escueto al declarar sim-plemente que esa haba sido la decisindel presidente de Mxico Luis Echeverra,y que atribuir este hecho al machismo eracomo culpar a Echeverra de padecerlo;puntualiz, adems, que las asistentes ala Tribuna hablaban a ttulo personal o ennombre de organizaciones no guberna-mentales, a diferencia de lo que pasaba enla Conferencia, donde estaban representa-das las opiniones de los gobiernos.41

    A pesar de que esta inconformidad seatribuy casi de forma exclusiva a la femi-nista estadunidense, esa opinin no fueexpresada slo por ella. Varias representan-tes de pases en vas de desarrollo tambinhicieron saber su descontento al respecto,incluso, se organiz una junta fuera de lasinstalaciones del Centro Mdico para pla-near la redaccin de una carta en la quese repudiara la designacin del entoncesprocurador de justicia y se pidiera surenuncia o bien que se nombrara unacopresidenta. Dicho documento se harallegar a la Conferencia del Ao Interna-cional de la Mujer por medio de algnperiodista o representante del Tercer Mun-do.42 Aunque no encontr evidencia deque esto se llevara a cabo, es importantetomarlo en cuenta como evidencia de que

    el nombramiento de Ojeda Paullada causdescontento sin importar los bloques so-cioeconmicos. De igual forma, algunoscolumnistas consideraron que la presiden-cia de la Conferencia en manos de unamujer habra representado una decisinfundamental que ayudara a contrarrestarla idea de un paternalismo masculinocomo trasfondo de la cumbre.43

    Sin embargo, cualquier otra crtica fueopacada por la figura de Friedan. Llamala atencin que el primer ataque frontala la organizacin de la Conferencia le hayasido adjudicado como una opinin perso-nal a una representante del feminismo pri-mermundista, aunque representantes delotro bloque se hayan manifestado al res-pecto en la misma direccin. La tensinen torno a la declaracin de Friedan fueconstante durante la primera semana, in-clusive Ojeda Paullada se reuni con ellay, finalmente, la lder feminista declarque tena que reconocer que estaba equi-vocada puesto que trabajar en forma con-junta con hombres es positivo, adems,agradeci la colaboracin de las autorida-des mexicanas y de los organizadores dela Tribuna.44 Asimismo, declar que aun-que su designacin se deba a que era unhombre capaz, simblicamente era uninsulto para la reunin porque el hom-bre debe estar frente a nosotras y no alfrente de nosotras.4541 Rafael Cardona, Seala Ojeda que preside la

    junta por unanimidad, Exclsior, 22 de junio de1975, pp. 1-12 y 17, y Por acuerdo de la ONU par-ticipan hombres y mujeres en la CIM, El Nacional,22 de junio de 1975, p. 1.

    42 Opiniones encontradas sobre la designacin deOjeda P., Novedades, 24 de junio de 1975, p. 15;Informe de actividades desarrolladas por el serviciode edecanes en la Tribuna del Ao Internacional dela Mujer, en la Unidad de Congresos del CMN delIMSS del da 24 de junio de 1975, en CDACFCNP, M06.03.04, C61A, 1975, PT.1E/8, p. 3.

    43 Feminismo militante, Exclsior, 23 de juniode 1975, pgina editorial, y Vicente Leero, Paterna-lismo masculino. Ao de la Mujer decretado por hom-bres, Exclsior, 25 de junio de 1975, pgina editorial.

    44 Acusan a B. Friedan de boicotear la junta,Novedades, 27 de junio de 1975, pp. 1 y 8.

    45 Francisco de la Sota y Roberto Guzmn, Elhombre debe estar frente a nosotras y no al frente denosotras, Novedades, 26 de junio de 1975, pp. 1 y 16.

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    El encuentro Friedan-Ojeda Paulladadio fin a esta polmica. Aunque la figurade la estadunidense acapar la atencin yesta protesta se adjudic al Primer Mun-do, numerosas notas en la prensa mostra-ron el acuerdo que exista con ella porparte de analistas y mujeres de las nacio-nes en vas de desarrollo. Esa fue una si-tuacin particular, otras declaraciones demujeres europeas, estadunidenses o de lamisma Betty Friedan en la Tribuna notuvieron la suerte de tener una aproba-cin tan amplia en otros sectores. Ese fueel caso de quienes se pronunciaron entorno a tres temas que se relacionaron deforma directa con la sexualidad: el lesbia-nismo, el aborto y la prostitucin.

    Los debates dentro de la Tribuna entorno a la homosexualidad comenzaron el20 de junio de 1975 cuando Laurie Be-bbington, de la Unin Estudiantil de Aus-tralia, tom la palabra para solicitar que setomaran en cuenta los problemas de las les-bianas y para protestar en contra de los linea-mientos culturales que mantenan a lasmujeres bajo los dictados tanto de los hom-bres como de los heterosexuales. Bebbing-ton pidi que no se restringiera la realiza-cin plena de la mujer al matrimonio o lamaternidad, que se aceptara que existenotras formas de vivir como mujeres y quetodos los seres humanos sin importar sieran hombres o mujeres gozaban del dere-cho de controlar sus propias vidas. Las reac-ciones simultneas a estas declaraciones sonsintomticas de las tensiones que se vivanen el foro. Entre silbidos, rechiflas y al gritode squenla, vieja loca, ese no es un pro-blema social, es un problema de degenera-cin, la australiana termin su ponencia.46

    Otras asistentes, entre ellas algunas mexi-canas como Adelina Zendejas, pidieronque se dejaran de lado cuestiones comoestas que convertan la asamblea en unshow.47

    A pesar de las protestas, el 26 de juniose llev a cabo una mesa para hablar espe-cficamente sobre el lesbianismo. En ella,las ponentes expusieron los problemas quese enfrentaban debido a su preferenciasexual. Aseguraron, por ejemplo, que lasociedad presentaba slo una forma derelacionarse sexualmente, por lo que cual-quier otra decisin era considerada comoalgo degenerado. A causa de la presinque la sociedad impona, en muchas oca-siones se casaban con hombres pero, encaso de divorcio, tenan desventajas lega-les, pues su orientacin sexual poda serusada en su contra para quitarles la custo-dia de sus hijos.48

    Durante ese debate tambin se leyuna carta declaratoria de las lesbianasmexicanas, en la que las firmantes asegu-raron que lucharan por la aceptacinsocial de su identidad sexual.49 Durante

    46 La transcripcin ms amplia de esta interven-cin que he localizado est en Elena Poniatowska,

    Arm la gorda una joven que amaa otras jve-nes, Novedades, 24 de junio de 1975, pp. 1 y 19. Lascursivas son mas.

    47 En la Tribuna se pidi hacer a un lado asuntosde show, El Nacional, 24 de junio de 1975, p. 7; yAntonio Andrade, Escritoras mexicanas contra latrivialidad, Exclsior, 24 de junio de 1975, pp. 1 y 14.

    48 Tribuna del Ao Internacional de la Mujer:Foro en el que las Organizaciones No Gubernamen-tales y particulares, interesados en la posicin de lamujer en la sociedad trataron el tema del ao, igual-dad, desarrollo y paz , Informe de actividades desarro-lladas por el servicio de edecanes en la Tribuna del Ao

    Internacional de la Mujer en la Unidad de Congresos delCMN del IMSS del da 26 de junio de 1975, enCDACFCNP, M 06.03.04, C61A, 1975, PT.1E/8, p. 8.

    49 Ibid.

  • 182 PAMELA FUENTES

    aquellos aos, una de las principales acti-vistas en favor de los derechos de loshomosexuales era la acadmica y feministaNancy Crdenas. En 1974 se convirti enel primer rostro pblico del movimientolsbico mexicano50 y fue uno de los prin-cipales blancos de las agudas crticas queen torno a ese tema se suscitaron fuera dela Tribuna.

    Alrededor de las instalaciones del Cen-tro Mdico Nacional se llevaron a cabomanifestaciones en contra de los temasque se discutan en la reunin de las orga-nizaciones no gubernamentales, particu-larmente aquellos relacionados con lasexualidad. Por ejemplo, una asociacinde vecinos protest en contra de las les-bianas, repartieron un volante en el querepudiaban las actividades que NancyCrdenas llevaba a cabo en favor de losderechos de los homosexuales y deman-daban que se investigaran las escuelas de teatro que ella diriga debido a que las consideraban un verdadero peligropara las ingenuas seoritas que acuden a ellas.51

    Otro grupo llamado Club de la Amis-tad Universal se expres en la misma lneay solicitaba que en la prxima reuninmundial sobre las mujeres se seleccionaranvalores autnticos que dignificaran a laspersonas. Invitaban a las lesbianas y a las prostitutas a que hicieran sus propioscongresos para que en ellos encontraran

    la solucin a sus problemas y un tra-tamiento psiquitrico adecuado.52

    Al trmino de los trabajos sobre les-bianismo, Nancy Crdenas sali del Cen-tro Mdico y fue agredida verbalmentepor las manifestantes quienes le gritaron:Fuera Nancy Crdenas de Mxico!Mueran las degeneradas! Queremos unMxico limpio de perversiones!53 Paraesas mujeres, el lesbianismo iba en contrade los valores autnticos de las mujeresmexicanas quienes tenan la obligacin deguardar a la niez, a la juventud, al hogary la patria de actitudes equivocadas yantinaturales que podran destruir a la familia, considerada por ellas como laesencia de la sociedad.54

    Al igual que la homosexualidad, elaborto y la prostitucin estaban entre lasperversiones que provocaban las agresi-vas protestas. Adems, desde la perspec-tiva de algunas asistentes a la Tribuna,estos asuntos trivializaban la reunin. Apesar de que ninguno de los dos ltimostemas era nuevo en las discusiones relacio-nadas con las mujeres, dentro del contextode la introduccin de las polticas de pobla-cin a los pases en vas de desarrollo y dela oposicin entre los bloques econmicos,los asuntos de ndole sexual se mantuvie-ron en el centro de muchos de los debatesque se llevaron a cabo en la Tribuna, y, quesuscitaron diversas opiniones en la prensa.

    50 Monsivis, Envo, 1994, p. 262.51 Tribuna del Ao Internacional de la Mujer:

    Foro en el que las Organizaciones No Gubernamen-tales y particulares, interesados en la posicin de lamujer en la sociedad trataron el tema del ao, igual-dad, desarrollo y paz, Manifiesto a la opinin pblica,volante, en CDACFCNP, M 06.03.04, C61A, 1975,PT.1E/8,

    52 Ibid., Club de la Amistad Universal, volante.53 Monsivis, Envo, 1994, p. 262.54 Tribuna del Ao Internacional de la Mujer:

    Foro en el que las Organizaciones No Gubernamen-tales y particulares, interesados en la posicin de lamujer en la sociedad trataron el tema del ao, igual-dad, desarrollo y paz, Manifiesto a la opinin pblica,volante, y Club de la Amistad Universal, volante, enCDACFCNP, M 06.03.04, C61A, 1975, PT.1E/8.

  • CONFERENCIA MUNDIAL DEL AO INTERNACIONAL DE LA MUJER 183

    55 Tribuna Nacional. Opinin abierta de nues-tros lectores. Proteccin por ley a mujeres abandona-das, Novedades, 12 de julio de 1975, p. 5; SalvadorReyes Nevares, La condicin femenina, El Nacional,21 de junio de 1975, p. 5; Beatriz Reyes Nevares, UnaConferencia poltica, El Nacional, 25 de junio de 1975,p. 5, y Se aplican en nombre de una libertad malentendida, Exclsior, 24 de junio de 1975, pp. 1 y 8.

    56 Si se legalizara el aborto se incrementara en30%, Novedades, 24 de junio de 1975, p. 8.

    57 Berta Fernndez, Urge movilizar a la mujerpara que sea activa, Novedades, 16 de junio de 1975,p. 23.

    58 Desvirta valores sociales la mal entendidaliberacin femenil, Exclsior, 25 de junio de 1975,p. 9 A, y ADI hace del aborto la III Guerra Mundial,El Universal, 21 de junio de 1975, pp. 1 y 11.

    59 Integracin femenina al mismo tiempo quelos varones y no a pesar de ellos, El Nacional, 22 dejunio de 1975, p. 5, y Pide la secretaria del CNP: siquieren aborto que lo expresen, Exclsior, 21 de juniode 1975, pp. 1 y 11.

    La legalizacin del aborto es unademanda que se ha relacionado estrecha-mente con el feminismo de la dcada de1970 y que, an en la actualidad, ocasionagran polmica. Durante las reuniones enel Centro Mdico la interrupcin del em-barazo fue concebida por las mujeres delTercer Mundo como una falsa solucinque no resolvera los problemas de explo-sin demogrfica y subdesarrollo queenfrentaban sus naciones. A las represen-tantes de los pases en vas de desarrollo lespreocupaba, por una parte, que estasmedidas de control poblacional fueran unaimposicin de los pases ricos y, por otrolado, que las mujeres adoptaran los dis-cursos de la liberacin femenina, ajenosa la realidad de sus pases.55

    Con las mujeres en el centro de losdebates para frenar la explosin demogr-fica, las discusiones sobre el aborto no sehicieron esperar. Respecto a este tema se hicieron numerosas declaraciones quelo sealaban como un peligro y un cri-men. Un peligro porque su prctica traaconsigo numerosas complicaciones tantofsicas como psicolgicas, an en manosde los mejores mdicos y un crimen por-que, de acuerdo con quienes defendanesta postura, las mujeres estaban dispo-niendo de la vida de un ser indefenso, porlo que deban ser castigadas penalmente.56

    Muchas de las opiniones que se expre-saron para evitar la legalizacin de la inte-rrupcin del embarazo venan tanto demujeres del Tercer Mundo como de secto-res conservadores. Algunos grupos opina-ron que era mejor enfatizar las polticaspreventivas como la educacin sexual o eluso de los anticonceptivos.57 Mientras quelos ms radicales acusaron a los mtodosde control natal, el aborto, y la liberacinfemenina de corromper los valores mo-rales al convertir el sexo en libertinaje.Incluso algunos mdicos sealaron a losmovimientos de liberacin de la mujercomo los responsables del recrudecimientode las enfermedades venreas. En elmismo sentido, otras participantes decla-raron que slo las mujeres de los pasesdesarrollados con ideas feministas recu-rran a la interrupcin del embarazo.58

    Para aquellos que estaban en contradel aborto, este era una manera crimi-nal de resolver el problema de la explo-sin demogrfica, adems de una manio-bra de los pases industrializados paradebilitar moralmente a las naciones ter-cermundistas. Asimismo, aseguraron quela legalizacin de esta prctica no contri-buira al desarrollo pues slo los pasesque haban alcanzado economas avanza-das lo haban aprobado.59 Por ejemplo, la

  • 184 PAMELA FUENTES

    doctora en derecho y delegada de CubaDora Gmez Hctor, en su calidad de re-presentante de un Comit Latinoameri-cano a favor de la vida, declar en unaentrevista:

    La legislacin del aborto traer como con-secuencia la eutanasia y el homicidio serun crimen autorizado por la ley [] es unamanera criminal de frenar la superpobla-cin y frenar econmicamente a los pueblos[] De qu se tiene que liberar la mujer?Es una palabra ofensiva. La mujer est libe-rada desde el momento que se prepara,toma decisiones, desde que contrae matri-monio, y adquiere seguridad en s misma[] Esta clase de mujeres liberadas songeneralmente las que provocan los abortos[] por estorbarles los hijos y se convier-ten en criminales.60

    Por su parte, participantes de las nacio-nes industrializadas y feministas de los pa-ses con menos recursos conceban al abortocomo una prerrogativa exclusiva de lasmujeres y del derecho que ellas tienensobre su propio cuerpo.61 Algunas trata-ron de defender su postura argumentandoque no se trataba de impulsar la prctica dela interrupcin del embarazo, sino de per-mitirla dentro de un marco tanto mdicocomo legal que beneficiara a las mujeres.

    En este caso, una declaracin de BettyFriedan sobre el tema es til para resumirlas declaraciones a favor de la legalizacindel aborto. La feminista expres en unasesin de la Tribuna que ni el Estado nihombre alguno puede obligar a la mu-jer a tener un hijo en contra de su volun-tad. Asegur que en Estados Unidos lasmujeres haban tomado conciencia delcontrol que tienen sobre su propio cuer-po, por lo que en su pas haba descen-dido la mortalidad infantil. Es el hijo nodeseado el que no sobrevive, asegurFriedan.62 Esta perspectiva individualistano slo chocaba de frente con la concep-cin social de las naciones en vas de desa-rrollo sino que, adems, criminalizaba alas mujeres.

    La prostitucin era otra actividad queestaba relacionada con la legislacin. Lapresencia de las representantes de la orga-nizacin estadounidense COYOTE (Call OffYour Old Tired Ethics) caus revuelo ydistintos pronunciamientos, pues eran fe-ministas que defendan el libre ejerciciode la prostitucin. Asimismo, buscabanla solidaridad de las mujeres de la Tribunapara que esta actividad ya no fuera casti-gada por las leyes.63 En el discurso de susrepresentantes se perciba un lenguajeclaro y directo en torno a la sexualidad,lo que muy probablemente encendi msla polmica sobre este asunto:

    la prostituta es necesaria porque el sexo esuna necesidad biolgica, tanto en el hom-

    60 Guadalupe Appendini, Liberacin es unapalabra ofensiva, dice la doctora Dora Gmez Hctor,delegada cubana, Exclsior, 21 de junio de 1976, pp.1B y 2B

    61 El aborto (resumen de las ponencias presenta-das por delegadas japonesas y estadounidenses entorno a este tema en la Tribuna de la Conferencia delas Organizaciones No Gubernamentales), 30 de juniode 1975, en CDACFCNP, M 06.03.04, C61A, 1975,PT.1E/8, pp. 1-3.

    62 Elena Poniatowska, Tena que ser: se dividenlas mujeres y llueven cargos, Novedades, 22 de juniode 1975, pp. 1 y 4.

    63 Miguel ngel Rivera, COYOTE pedir en lajunta que la prostitucin no sea ya un delito, Exclsior,24 de junio de 1975, p. 14-A.

  • CONFERENCIA MUNDIAL DEL AO INTERNACIONAL DE LA MUJER 185

    bre como en la mujer [] lo que pasa esque esto siempre lo ha ocultado la sociedadhipcrita [] Nosotras prestamos un esen-cial servicio social y pedimos que se nos reco-nozca pues es tan natural como comer, dor-mir y defecar.64

    El 26 de junio se llev a cabo la mesade debate sobre la prostitucin en la Tri-buna. En esta reunin algunos panelistasse pronunciaron a favor de que las muje-res utilizaran sus cuerpos libremente, deque los gineclogos les dieran tratamientomdico sin que estuvieran estigmatizadaspor su oficio, adems de que se dejara deencarcelar a las mujeres que ejercan estaactividad.65

    En este panel tambin se expresaronargumentos acerca de las causas de la pros-titucin que tenan que ver con las ten-siones econmicas que se vivan en elmundo. La mexicana Lourdes Romeroopin que en los pases subdesarrolladosesta actividad se presentaba de acuerdocon el grado de explotacin social de lamujer o el grado de cultura de las dife-rentes capas sociales, mientras que lasprostitutas de las naciones ms desarro-lladas estaban influidas por el factor psi-colgico, es decir, con cuestiones de per-sonalidad y comportamiento.66

    Se acus al rgimen capitalista de pro-piciar la prostitucin. Una panelista ase-gur que mientras existiera la propiedadprivada seguira existiendo el comercio

    sexual, por lo que era necesario cambiarde rgimen econmico.67

    A pesar de que algunas asistentes a laTribuna trataron de negar la participacinde COYOTE en el foro argumentando quedeformaran el Ao de la Mujer,68 laabogada de esta organizacin, Flo Kenne-dy, pudo hablar en la mesa en torno a estetema. En su intervencin manifest queCOYOTE estaba luchando porque se lega-lizara la prostitucin y se mejoraran lascondiciones de trabajo que tenan estasmujeres. En esa mesa particip, adems, latambin abogada estadounidense CaroleTuroff, quien se uni a la peticin de quese dejara de penalizar el comercio sexual,pues las mujeres tenan el derecho de usarsu cuerpo a conveniencia. Si las prostitu-tas podan desempear su actividad deforma libre, pagando impuestos al gobier-no, entonces tendran mayores beneficioseconmicos o incluso en la salud, pues po-dran rechazar a clientes que padecieranalguna enfermedad.

    Si bien la prostitucin, el lesbianismoo el aborto eran problemas que enfrenta-ban las mujeres en las sociedades en vasde desarrollo, en el marco de la conferen-cia muchas de las representantes de esospases evitaron incluirlos en sus deman-das e incluso los negaron. 69 Por ejemplo,una asistente a la tribuna le asegur a larepresentante de la delegacin francesa

    64 Nidia Marn y Lorenzo Len Diez, Quierenevitar que el gobierno de EU sea su pachuco, ElUniversal, 24 de junio de 1975, p. 19.

    65 Reporte de actividades del 26 de junio de1975, en CDACFCNP, M 06.03.04, C61A, 1975,PT.1E/8, pp. 2-4.

    66 Ibid., p. 3.

    67 Ibid., p. 4.68 La mujer en el rea rural, la ms explotada

    de todas, se denuncia en la Tribuna Mundial, ElNacional, 25 de junio de 1975, p. 8.

    69 El aborto y la prostitucin en Mxico durantey despus de la dcada de 1970 han sido un tema deespecial inters para acadmicas y feministas; vanseEspinosa y Lau, Fantasma, 2011, y Lamas, Miradas,2007.

  • 186 PAMELA FUENTES

    Franoise Giroud que las mexicanas noera[n] lesbianas ni nada de esas cosas tanfeas, tan horrorosas que se decan pblica-mente.70 Desde su perspectiva las decisio-nes individualistas ms que integrarlasa la sociedad las apartaban de ella, de talforma que la discusin de estos asuntosno ayudaba a liberar a sus pases de laopresin ni contribua para que salierandel subdesarrollo.

    EL BALANCE INMEDIATO A LACONFERENCIA DEL AO INTERNACIONALDE LA MUJER

    El recuento negativo: la Conferencia comofracaso

    La idea de una reunin de mujeres, los en-frentamientos que protagonizaron las dele-gadas de uno y otro bloque, as como ladiversidad de temas que se pusieron aldescubierto incluyendo aquellos de ndo-le sexual propiciaron una serie de opi-niones negativas en torno a la Conferenciay la Tribuna, que se manifestaron en laprensa mexicana.

    Cuando ambos foros concluyeron, algu-nos columnistas manifestaron su balancesobre ellos en las pginas de los peridicos.En muchas ocasiones se leyeron expresio-nes negativas e incluso sarcsticas acerca delos resultados y las discusiones del encuen-tro mundial. Aunque es imposible saberde qu manera impactaron estas declara-ciones entre los lectores de los diarios,algunos de estos argumentos al igual quelos positivos pueden considerarse sinto-

    mticos de las diversas reacciones que sesuscitaron en torno a esos acontecimientos.

    De acuerdo con Antonio Lara Barragn,colaborador de El Universal, no existiprcticamente ningn comentario favo-rable de los hombres que se refirieron a laConferencia, ya que se expresaron deforma cruel, condenatoria o humillante alrespecto, anulando as los primeros inten-tos de las mujeres por hacerse escuchar.71

    En realidad no puede afirmarse que todaslas opiniones de los hombres hayan giradoen ese sentido, aunque entre algunos pe-riodistas existieron notas que ridiculiza-ron los acontecimientos. Quiz una de lasms representativas sea la siguiente, publi-cada en El Universal

    A la aberrante pachanga del Ao Interna-cional de la Gorda, vinieron damas tan dis-tinguidas como la lideresa de las lesbianaslondinenses [sic] o la prostituta respetuosaque acaudilla al gremio de suripantas deEstados Unidos. Y no haba por qu haberdespilfarrado en tan nefandas importacio-nes. Aqu, ms cerca, podan haber con-vidado a liberadas de catego como LasPoquianchis.72

    Este tipo de expresiones son frecuentesen los peridicos y sirven para analizaralgunas de las reacciones que se produje-ron cuando ciertos elementos ideolgicosque conformaban el ideal de mujer se vie-ron perturbados con una entrada tan visi-ble de las mujeres y sus problemas enel espacio pblico.

    70 Elena Poniatowska, La liberacin no ser unregalo en bandeja de plata para la mujer, Novedades,25 de junio de 1975, p. 1.

    71 Antonio Lara Barragn, La guerra de los sexos.La esterilidad de la ONU, El Universal, 5 de julio de1975, p. 4.

    72 Carlos Len, Titirimundi, Novedades, 6 dejulio de 1975, p. 2.

  • CONFERENCIA MUNDIAL DEL AO INTERNACIONAL DE LA MUJER 187

    Una de estas reacciones fue el menos-precio, cuando se calific de intil a laConferencia. De acuerdo con algunas opiniones lo primero era recuperar lacalma, porque aunque la reunin habaprovocado muchas reflexiones en torno ala liberacin, en realidad haba sido unencuentro vano, lleno de discursos que nollegaron a nada novedoso ni concreto. Entono de burla se mencion que la reuninslo haba demostrado que las mujerestenan la misma capacidad de razona-miento que los hombres porque, al igualque ellos, organizaron una gran reuninsin lograr conclusiones importantes.Adems, de acuerdo con algunos articulis-tas, las asistentes seguramente habantenido que regresar a sus casas porque elmarido slo les dio permiso de estar aquhasta el da de la clausura y con el seor novalen estas cosas de igualdad de sexos ninada por el estilo.73 Desde esta perspec-tiva no era necesario preocuparse por laalteracin de las funciones sociales debidoa que se consider que durante la Conferen-cia no haba acontecido nada trascendente.

    En otro sentido, se percibi cierto de-sencanto porque la reunin hubiera tenidoel mismo estilo que las organizadas porhombres debido a que esto representabaque las mujeres no haban sido capaces de presentarse con ideas propias y habanasumido, una vez ms, los sistemas con-cebidos, creados y ejecutados por los hom-bres.74 Asimismo, algunas expresiones gira-

    ron en torno a la desilusin de ver que unforo importante se desperdici en discusio-nes anecdticas o exhibiendo problemaspropios de casas de salud o reformato-rios.75 Incluso Gloria Brasdefer, delegadaejecutiva del Ao Internacional de la Mujeren Mxico, coincidi en que encontrabadivertido que se hubiera gastado el tiem-po en ponencias superficiales porque lasasistentes muchas veces no tenan una ideaclara de lo que se iba a decir y haban hechomal uso de la oportunidad de expresin querepresentaron la Conferencia y la Tribuna.76

    En el recuento de los hechos continumanifestndose la dicotoma entre el Pri-mer y el Tercer Mundos, hecho que resultlamentable para aquellos que consideraronque los enfrentamientos ideolgicos o pol-ticos no haban permitido que se analizarancon claridad los problemas de las mujeres.Asimismo, se aprovech para diferenciarlos dos grandes encuentros de acuerdo conlas formas y los aspectos que se discutieronen cada uno de ellos. As, la Conferenciafue concebida como un foro que cumpli elprotocolo establecido y la Tribuna fue unareunin en donde se llevaron a cabo deba-tes de toda ndole, increbles, en los que laprensa volc su atencin.77

    73 Sergio Iracheta, Y ahora qu?, El Universal,6 de julio de 1975, p. 13, y Salvador Calvillo Ma-drigal, Despus de la tormenta, El Nacional, 3 dejulio de 1975, p. 5.

    74 Vicente Leero, Paternalismo masculino. Aode la Mujer decretado por hombres, Exclsior, 25 dejunio de 1975, pgina editorial.

    75 Antonio Armendriz, Liberacin femenina,Novedades, 2 de julio de 1975, p. 5.

    76 Armando Carlock, La oportunidad perdida(entrevista a Gloria Brasdefer, ejecutiva general delcoordinador del Ao Internacional de la Mujer),Novedades, 2 de julio de 1975, p. 7, y Jos Luis Mejas,Los intocables. Explicacin, Novedades, 2 de juliode 1975, pp. 1 y 18.

    77 Crticas en Pars a la reunin, Novedades, 3 dejulio de 1975, pp. 1 y 12; Guillermo Jordn, Cuandolas damas hablan, entre la libertad y la liberacin,Exclsior, 25 de junio de 1975, p. 7-A , y Liberacinfemenina. Excesos y defectos, Exclsior, 27 de juniode 1975, p. 7-A.

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    En resumen, al hacer el balance de lasreuniones se reiter el estereotipo de quelas mujeres eran desorganizadas, conflicti-vas e intrascendentes particularmente lasque participaron en la Tribuna y expusie-ron temas socialmente incmodos, inca-paces de trabajar juntas, ni siquiera en supropio beneficio, o de proponer mtodosnovedosos, completamente diferentes alos de los hombres. De esta manera, tantola Conferencia como la Tribuna se pensa-ron como foros en los que no se hizo msque discutir en vano y que no traeranconsigo ningn cambio.

    De acuerdo con un extendido estereo-tipo, las mujeres son descritas como msproclives que los hombres a las pasiones,de tal forma que no es de extraar que sehayan exaltado, en la prensa, las manifes-taciones de este tipo en ambos eventos.Al mismo tiempo, aunque durante la d-cada de 1970 la organizacin poltica de las mujeres a escala internacional erauna necesidad econmica y poltica queno poda dejarse atrs, los obstculos cul-turales ms difciles de transformar con-tinuaban muy arraigados; quiz en algu-nas ocasiones fue mejor presentar losdebates que se llevaron a cabo comointrascendentes, de esa manera, era msfcil dejarlos atrs sin alterar los patronesde conducta preestablecidos.

    El examen positivo: pluralidad, puentes decomunicacin y la utilidad de los acuerdosinternacionales

    Desde una perspectiva casi opuesta, exis-tieron notas periodsticas que rescataronlos aspectos positivos de la reunin. Dehecho, algunas criticaron a los reporterosy comentaristas que privilegiaron las notas

    sensacionalistas en lugar de enfocarse enlos asuntos que podan rescatarse de laConferencia y la Tribuna.

    Partiendo de algunos de los ataquesque se haban hecho, algunos columnis-tas se opusieron a que se calificara elencuentro de mujeres como una prdidade tiempo. Argumentaron que, si bien eracierto que exista la sospecha de que inte-reses masculinos estuvieron detrs de laorganizacin y que era necesario esperarpara ver los resultados efectivos, no podadejarse de lado que se registraron avancessignificativos que mejoraran en el futurola condicin de las mujeres en el mundo.Prefirieron llamar pluralismo a la diver-sidad de enfoques que se manifestaron, enlugar de calificarlos como pandemniumo simple reunin femenina.78

    De hecho, el enfrentamiento entre losbloques poltico-econmicos se considercomo un encuentro de dos realidades dife-rentes que, gracias a la Tribuna y la Con-ferencia, sirvi para que mujeres de lasdiferentes esferas econmicas se entera-ran de los problemas y las prioridades decada una de ellas. Como consecuencia, sereflexion en torno a la inexistencia de unsolo problema femenino y de los maticesexistentes en cada sociedad, enfatizandolos del Tercer Mundo. De esta manera, laConferencia tendra el mrito de habersacado a la luz pblica e internacional larelevancia de los asuntos de las mujeres.79

    78 Miguel Bueno, Paralipmenos. Liberacinfemenina, El Universal, 7 de junio de 1975, p. 4, yLaura Bolaos, Si se enojaron por algo ser, ElUniversal, 9 de junio de 1975, p. 4.

    79 Enrique Surez Gaona, AIM, condicin cul-tural y estructural, Exclsior, 25 de junio de 1975,p. 7-A; Los varios feminismos, Novedades, 25 dejunio de 1975, p. 4, y Dos mundos femeninos, dice

  • CONFERENCIA MUNDIAL DEL AO INTERNACIONAL DE LA MUJER 189

    A pesar de que no dejaron de mencionarselos conflictos que hubo y de una clara ten-dencia favorable hacia las opiniones delTercer Mundo, hubo manifestaciones enfavor de que las ideas que se expusieron,como quiera que haya sido, eran un lla-mado a revisar las situaciones que man-tenan a las mujeres en condiciones de des-ventaja, adems, la sola posibilidad deexpresarse de forma libre se concibi comoun avance en s misma.80

    De la misma forma, este encuentro derealidades se consider como una opor-tunidad valiosa de tender puentes de co-municacin entre mujeres de diversas latitudes. Aunque existan posturas diver-sas, en las que no todo mundo estuvo deacuerdo, pudieron exponerse distintospuntos de vista, es decir, se pusieron sobrela mesa problemas que no se haban dis-cutido antes a escala internacional y sepropici la comunicacin, aunque esto nosignific, necesariamente estar de acuer-do.81 Adems, se elogi que las mujereslograran sacar adelante un Plan Mundialde Accin en el que se marcaron diversoslineamientos que los gobiernos adopta-ran de acuerdo con su propio contexto,

    para erradicar la discriminacin de lasmujeres.

    La conferencia se consider un xitopoltico de las mujeres del Tercer Mundoy los documentos surgidos de ella unacontribucin fundamental en la bsquedade un orden econmico ms equitativo.Sin embargo, no dej de sealarse que losinstrumentos por s mismos no tenanfuerza de accin, pues para ejecutarlos eranecesaria tanto la puesta en prctica comola vigilancia de su cumplimiento por partede los gobiernos y de las organizacionesinternacionales, ambos dominados porhombres. No obstante, estas conclusioneseran tiles para que cuando las mujeresregresaran a sus respectivos pases, tuvie-ran la posibilidad legal, poltica, discursivay de organizacin para presionar con msfuerza a quienes dictaban las leyes que lasregan.82

    CONCLUSIN

    Los encuentros y desencuentros a causa delos continuos choques ideolgicos fueronnumerosos y muchos personajes a vecesse perdieron bajo las etiquetas del Pri-mer o del Tercer Mundos. En las pgi-nas de la prensa los nombres surgen y se

    el NYT, El Nacional, 6 de julio de 1975, p. 7. Estanota, que reproduca un editorial del New York Times,apareci tambin en las ediciones del 6 de julio de1975 en El Universal y Novedades, bajo los ttulosQue la Conferencia Mundial de la Mujer result per-judicial y La Conferencia dej algn fruto pero sloretrico, en las pginas 13 y 2, respectivamente.

    80 Esteban Illanes, Mini comentarios. La tumul-tuosa algaraba femenil-avance modesto y fecundo enla UNAM-ominosa designacin-mitos racionales per-sistentes, Novedades, 5 de julio de 1975, p. 4.

    81 Beatriz Reyes Nevares, Comunicacin feme-nina, El Nacional, 9 de julio de 1975, p. 5, y FroylnM. Lpez Narvez, Dcada femenil. Mujeres libe-rndose, Exclsior, 4 de julio de 1975, p. 7-A.

    82 Elena Poniatowska, La Tribuna, la primeragran experiencia de las mujeres, Novedades, 29 dejunio de 1975, pp. 1 y 12; Editorial, Saldo positivode la Conferencia de la Mujer, El Nacional, 30 dejunio de 1975, p. 5; Roberto Guzmn y Berta Fer-nndez, LE: fracas el intento de sabotear la reunin,Novedades, 3 de julio de 1975, pp.1 y 11; La Con-ferencia Mundial de la Mujer fue un xito, afirman enCuba, El Nacional, 20 de julio de 1975, p. 6, y JudyKlemesrud, Exigir el cumplimiento. Plan de accinfemenil, Exclsior, 4 de julio de 1974, p. 7-A.

  • 190 PAMELA FUENTES

    pierden, aunque la atencin, tanto den-tro como fuera de la tribuna, se centr enlas mujeres que encarnaron la dicotomaque se gest en la Tribuna: Betty Friedany Domitila Barrios de Chungara.

    Puede notarse que las perspectivas deFriedan y Barrios de Chungara tenanprioridades muy distintas. Sin embargo,aunque no compartan los mtodos, en elfondo ambas tenan inters en mejorar lasituacin de