las enseñanzas secretas de quetzalcóat

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NUMA

Las enseanzas secretas de Quetzalcatl

Por Carlos C. Archer

CONTENIDOLIBRO SEGUNDO LA HUIDA 1. ADVERTENCIA MONGOLIA, AO 20 A. C. EL TBET MANCHURIA, LA TRAVESA LOS SEORES DEL SOL LA RUTA DEL ORO LOS MAYAS XOCHICALCO LA PARTIDA DE QUETZALCATL

2. 3. 4.5. 6. 7. 8.

9.

LIBRO SPTIMO LAS PROFECAS 1. 2. 3. 4. 5. 6. MXICO D.F. 1990 D.C. PALENQUE CHIAPAS LA SELVA LOS OVNIS EL ENCUENTRO LA CIUDAD PERDIDA NAK, EL SECRETO LAS ENSEANZAS LAS REGLAS EL REGRESO

7. 8.9. 10.

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11.

EL CONGRESO DE LAS RAZAS

ADVERTENCIA

El contenido de este libro, basado en algunos hechos reales, sin duda es susceptible de herir ciertas formas de ver y creer, sobre todo para aquellas personas que estn muy apegadas a determinadas religiones, ya sean modernas o antiguas. Pero en realidad no importa cul sea su forma de creer, puesto que lo que no quieren es cambiar la historia escrita y se encierran en su mundo, sin atreverse a la aventura de reescribirla, conformndose con lo que ya est establecido como verdadero. Tambin ocurre que por miedo a la crtica social o de las autoridades, ya sean stas religiosas o gubernamentales, la gente se autocensura, como ha sido siempre, ayer y hoy. As que si t eres de esas personas, quiz sea mejor que no lo leas. Pero si decides continuar e ingresar en el misterioso mundo de los mayas y las culturas prehispnicas gnsticas, como la Hermandad Blanca, el Nhuatl, los caballeros guila y Jaguar, el Inframundo, la ufologa y los rituales prehispnicos, ser bajo tu propio albedro. Pues este libro tambin habla del uso ritual de plantas psicotrpicas, e insina la vida oculta del Salvador, as como las profecas, relaciones, costumbres y usos de los pueblos de la antigedad, tanto de Occidente como de Oriente, que an hoy en da siguen vigentes en todo el mundo, algunas muy parecidas entre s, como si de alguna manera todas tuvieran un comn denominador. Esto puede verse inclusive en algunas lenguas muertas y semimuertas de Oriente, las cuales

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tienen relacin con el Maya Quich. Sabemos que los pueblos de la antigedad tenan nombres diferentes a los de hoy, pero el autor prefiri llamarlos por su nombre actual para ubicar a los lectores de una manera ms fcil en la trama de las historias del mundo. Es importante mencionar que el autor de esta novela no pretende cambiar la historia ni mucho menos la forma de creer del mundo cristiano, aunque tanto la hiptesis de la primera parte como el personaje de la segunda son historias basadas, muchas de ellas, en hechos reales, de ayer y hoy, que el autor escribe y enlaza con el pasado y el presente, siendo ambas mayormente desarrolladas en la zona central y sureste de Mxico. Por lo tanto, cualquier parecido o similitud con algn personaje de la historia o de la vida presente, ser pura y mera factible coincidencia.

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PRIMERA PARTE

Mongolia ao 20 a.C.

En las grandes llanuras de Mongolia se avecinaba una gran tormenta, la cual casi toma por sorpresa a la familia de emigrantes. El jefe de la caravana y padre de la familia tena una gran preocupacin, pues sobre sus cabezas penda la pena de muerte, sentencia dictada por el Imperio Romano, y por lo mismo tenan que huir a tierras cada vez ms lejanas, donde no llegaran las palomas mensajeras que pusieran en alerta a las tropas instaladas en todas las fronteras del Imperio. Ahora su preocupacin, adems de la tormenta, era que se adentraban en zonas desconocidas y salvajes. Pero no tenan otra opcin; atrs haban dejado una paloma que haba sido presa de un halcn y, para fortuna de ellos, sta no llegara a su destino, pues llevaba la orden de que mataran a todos, en especial a los nios de la familia. Esta cacera humana tena ya varios aos, pero por suerte para la familia una mano amiga siempre los ayudaba por donde anduvieran y de una forma casi milagrosa las personas se compadecan de ellos ofrecindoles casa y cobijo y en algunos casos dinero para viajar. Pero igualmente, por alguna razn poderosa, la orden de bsqueda era siempre renovada y no dejaba de estar vigente y activa. Por ello, aunque cansados de viajar y huir, haban decidido irse a los confines del mundo, no obstante que en ese momento ingresaban en zonas desconocidas y salvajes, donde se deca que existan canbales y seres monstruosos, pero

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tambin se hablaba que haba tierras, ms all del mar y de las tierras conocidas, donde viva gente de avanzada civilizacin y conocimiento. Decididos a encontrar esas tierras, se aventuraron a llegar al fin del mundo, donde nadie los conociera y donde pudieran rehacer su vida, l, su esposa e hijos. Pero por desgracia no iba a ser fcil. Jefe, jefe: acaba de avisarme el viga que ha divisado una pequea caravana que va cruzando la gran llanura! gritaba emocionado el guardia. Y para eso me molestas? Ve con unos hombres y triganme las mujeres y todo lo de valor! Y qu hacemos con los hombres? Lo de siempre, imbcil! El guardia sonri al momento que desenvainaba su sable y con una mirada de loco salio corriendo tras su presa. El jefe de los mongoles perteneca a una tribu nmada y salvaje que viva del asalto y robo de todo aquel que se aventuraba en sus terrenos. Era despiadado y malvado, pero muy supersticioso y creyente de sus dioses. Sali de su tienda para ver partir a su gente, percatndose de un hecho extrao, a la vez que sus hombres le decan y sealaban: Estn por donde alumbra ese lucero! Ja, ja, ja ri el jefe de los bandidos, esperen parece que los dioses nos estn favoreciendo pues hasta nos sealan dnde estn, poniendo un lucero encima de ellos, y as poderlos encontrar ms fcil. Vayan hacia all y triganmelos vivos! Quiero ver quines son y por qu se aventuran a cruzar mis tierras bajo una tormenta como la que se avecina. Aqu los tendr! grit el viga, al tiempo que sala a todo galope con una

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veintena de hombres bien armados y dispuestos a todo. La pequea caravana avanzaba lentamente debido a la fuerza del viento. Uno de los guas se percat entonces de que a lo lejos se acercaban unos hombres a todo galope y en seguida comenz a gritar: Bandidos, bandidos! Inmediatamente l y los otros tres guas salieron huyendo a toda prisa en direccin opuesta de donde venan los bandidos. Haban sido contratados para llevar a la familia, pero sus verdaderas intenciones eran robarlos y despus venderlos como esclavos. Al verse desamparados en la gran llanura, los miembros de la familia se agazaparon en el suelo tratando de esconderse entre los pastizales, pero los bandidos conocan bien sus terrenos y pronto se dividieron en dos grupos: uno fue por los guas que huan y otro por la familia. El viga de los mongoles rea y se deca: Eso es, no se muevan, ah esperen. Casi puedo verlos sin mucho problema, en especial con ese lucero que los delata, al momento que les deca a sus compaeros: Hoy tendremos fiesta, as que dense prisa. Hey!, qu es esa plida luz que se mueve all? Parece un fantasma. dijo uno de los bandidos. El viga volte hacia donde les seal sus compaeros y no vio nada; entonces alguien dijo: Ya se desvaneci, olvdenlo. Vamos!. Pero al dirigir todos la mirada hacia donde se encontraba la familia, sta ya no estaba. Qu!, qu es esto? Acaso se los trag la tierra? Alto!, alto! grit Seprense y vayamos despacio: no quiero maltratar la mercanca; deben estar escondidos en alguna pequea hondonada o al ras del suelo; no deben estar muy lejos. Qu demonios est sucediendo? grit otro de los bandidos Ya no est el

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lucero. Seguramente est oculto tras las nubes dijo el viga. Pero no se distraigan mirando el cielo, vean hacia el suelo: no quiero que los caballos pisen a esta gente y despus no tenga valor alguno y slo se convierta en comida de perros y bestias. Pero lo peor es que si se enoja el jefe, me sacar los ojos por no

haberlos encontrado, como lo hizo con Garzok, quien perdi a los chinos que traan las especies y las sedas, aunque despus el jefe los encontr. Pero por ser el viga y no haberlos visto, lo dej ciego. S, es verdad, mejor abran bien los ojos. En ese momento regresaba el otro grupo que ya traa hechos prisioneros a los guas de la caravana. Qu pasa, dnde estn los otros? Pregunt uno de los mongoles refirindose a los miembros de la familia. No s! dijo el viga Se los trag la tierra. Pero cmo? exclam otro de los bandidos, nadie se puede esconder por mucho tiempo en estos pastizales, en especial en esta poca del ao en que los pastos estn cortos. No tendrn que ver en esto los dos curanderos que tenemos de esclavos? Recuerdo que hace mucho tiempo, cuando los atrap el jefe, un lucero como el que hoy vimos estaba tambin encima de ellos y de otros tres; s, unos lunticos que viajaban por estas tierras y que, segn ellos, eran magos que iban a ver a un recin nacido al cual le llevaban regalos. El jefe, al ver que los regalos no eran propios de un beb y que los magos eran de los ms raros que haba visto, ri tanto y no par de rer al grado que los dej ir sin hacerles nada, quedndose solamente con dos, quienes as se lo pidieron a cambio de que dejara a los otros tres en libertad. Recuerdo que el jefe acept, para sorpresa nuestra, y ellos a su vez prometieron curarlo a l y a nuestro pueblo de las enfermedades que padecamos por ese tiempo, las

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cuales haban matado a muchos de la aldea. S, lo recuerdo, pero qu tienen que ver con todo esto? pregunt otro. Es que acaso ya lo olvidaste? respondi el bandido Cuando el jefe escuch la promesa de los magos, los amenaz que los asesinara a todos si no nos curaban, e inclusive se arrepinti de haber dejado ir a los otros, pero cuando quiso traerlos de regreso, stos ya no estaban. No obstante que los buscamos durante mucho tiempo, nunca los pudimos encontrar. Asimismo, el lucero tambin desapareci. Pero el jefe estaba tan contento de ya no padecer los terribles dolores de estmago gracias a la medicina que los curanderos le dieron, que no le import no hallar a los dems. Por eso es que hasta la fecha nadie molesta a los magos, quienes se han ganado el respeto de todos pues nunca han tratado ni siquiera de escapar aun teniendo la oportunidad de hacerlo, como cuando nos atacaron las tribus del norte, y ellos para bien nuestro han preferido quedarse a curar a los heridos. Es verdad, pero ahora es momento de irnos, ya que la tormenta est a punto de caer y los tornados y relmpagos nos pueden alcanzar y tal vez perderamos algunos hombres. Adems, todo indica que estos miserables no traen nada de valor, salvo estas cabras y unas cuantas aves de corral, as como el queso y pan que era el alimento para el viaje, y por la ropa que dejaron ms bien parecen esclavos fugitivos. S, no creo que lleguen muy lejos sin comida ni abrigo; maana los buscaremos. Por ahora, que los dioses se amparen de ellos y de nosotros. Por lo pronto ser mejor que regresemos a la aldea.

Mientras tanto la familia, que haba sido salvada milagrosamente por unos monjes, se agazapaba sin moverse en el escondite que stos les proporcionaron.

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No se preocupen dijo uno de los monjes, aqu no nos pueden or. Sigan caminando hasta la cmara siguiente. El padre de la familia no quera contestar para no hacer ruido, por lo que slo asinti con la cabeza y a su vez les hizo seas a su familia que de no hicieran ningn ruido, pues an tena miedo de que fueran descubiertos de nueva cuenta. Entraron a la cmara siguiente donde para su sorpresa vieron que se encontraban otros dos monjes, uno de ellos en un estado de meditacin profunda del cual fue saliendo de su sopor lentamente. Los monjes les indicaron mediante seas que tomaran asiento, a la vez que otro les ofreca t y un poco de pan. Uno de los nios de la familia, que tenia 13 aos de edad, pregunt al monje que estaba regresando de su estado de meditacin: Usted nos ayud distrayendo a los bandidos un momento mientras nos metamos a este refugio, verdad? Al ver esto, su madre lo jal y le dijo: No molestes al seor, hijo, que tan amablemente nos ha ayudado. No seora, djelo; por l precisamente nos hemos arriesgado; sabemos de su problema, pero no tengan miedo ya que no los vamos a delatar dijo el monje que de alguna manera era el encargado de esa misin, tal vez por ser el ms viejo y sabio, y dirigindose al nio le habl as: S, dios nos permite hacer cosas que no son fcil de explicar con palabras, pero las cuales se te conceden con tu fuerza de voluntad si son limpias y de corazn. Pero cmo pudo ser si usted nunca sali? le pregunt el padre de familia. No toda las cosas se ven con los ojos de la materia respondi el monje; por ejemplo, nosotros tenemos tres das esperndolos y bien podan haber sido siete hasta que las condiciones se dieran y slo hasta hoy se dieron, porque el gran

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espritu as lo quiso. Mire, desde que fueron descubiertos por el viga de los bandidos hasta el momento que ustedes se agazaparon y elevaron sus plegarias al gran espritu, todo fue medido en tiempo y espacio, pues fueron a parar exactamente a las puertas de este refugio, que ha servido a muchos de nuestros hermanos en sus misiones y que slo el miedo y el terror los ha hecho perderse, sin poder encontrarlo, y han sido presas de los bandidos. Pero su misin siempre contina aun al otro lado de la vida. Aquellos que dieron su vida construyendo poco a poco este refugio, ahora ven su fruto. No hay nada que una mente limpia y sincera no pueda hacer, y nada de esto es un desperdicio, sobre todo cuando se trata de ayudar a tus hermanos en desgracia. Pero ahora descansen, que maana ser un da difcil. Slo tengo una pregunta. S, dgame dijo el monje. Cmo es que sabe de nuestro problema y cmo es que tienen esperando aqu ya varios das? Adems no veo comida ni vveres. Cmo viajan con este fro? Bueno, esa es ms de una pregunta contest el monje, pero slo le puedo decir por el momento que adonde los llevaban esos guas malvados, no era donde ustedes quieren llegar; ellos los llevaban a vender como esclavos, pero ahora parece que van a pagar todos sus pecados muy pronto. Dios mo murmur la seora, que dios los perdone y los proteja de los bandidos. El monje sonri y slo dijo: Seora, no se preocupe, que sus plegarias han sido escuchadas. Y plcidamente cerr sus ojos. El padre de familia se qued pensando todo lo ocurrido y todava no poda

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concebir qu era lo que pasaba. Primero, el lucero que un da antes los fue en cierto modo guiando en la oscuridad; despus, cuando postrado en el suelo peda a dios que l y su familia tuvieran una muerte rpida y sin sufrimiento, pues saba lo sanguinario y despiadados que solan ser los bandidos por conseguir que la gente les diera dinero u otras cosas de valor que tuvieran escondidas, resignado a lo peor, le dijo a dios: seor, hgase tu voluntad, cuando en ese momento, delante de l se abri como por arte de magia una compuerta oculta, disimulada con los pastos y arbustos, de donde apareci un monje tibetano que los urga a entrar, y l, sin pensarlo y sin razonar qu pasaba, se meti por la pequea puerta seguido de su familia, quedando as a salvo de los bandidos, y as pensando entre preguntas e incgnitas el cansancio poco a poco lo fue venciendo, quedndose finalmente dormido.

De regreso en la aldea todos esperaban ansiosos al grupo de jinetes que se acercaban con su botn. El jefe sali de su tienda al or el alboroto mirando extraado que algo pasaba, y casi gruendo pregunt: Son todos! Dnde estn los dems? En ese momento el gua baj de su caballo y se tiro al suelo de rodillas y con la cabeza baja en seal de sumisin, respondindole: No lo va a creer, jefe, pero se los trag la tierra. Qu dices, mal nacido! De verdad, jefe, los tenamos a slo unos pasos y en un parpadeo se esfumaron delante de todos. A ver, triganme a los otros dijo el jefe de los bandidos, al momento que los arrastraban y los ponan a sus pies.

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A ver, a ver, ustedes no quieren que les pase nada, verdad? No su majestad, por favor, nosotros slo los traamos a vender! Y si los traas a vender, por qu tomaste la ruta del norte? Acaso se los llevabas a las tribus del norte, eh? Confiesa! No su excelencia, lo que pasa es que anoche, como no haba luna, estaba muy oscuro y nos oyeron discutir pues no nos ponamos de acuerdo en qu ruta tomar, entonces los nios nos dijeron: no se preocupen, mi hermano le va a pedir ayuda a los ngeles del seor, y enseguida uno de los nios empez a hablar dizque a su Dios para que los guiara por la mejor ruta, cuando de repente apareci un lucero que nos ilumin todo el camino. La verdad es que nosotros les dijimos que nos estbamos alejando de la ruta pero no les import, ellos continuaron caminando como si vieran slo por donde el lucero los llevaba. Pero no se preocupe, su ilustrsima, nosotros le vamos a conseguir los mejores esclavos, pues esos estaban muy flacos y debiluchos y no creo que les hubieran servido de mucho, qu le parece? Muy bien, muy bien, entonces ya no me preocupo pues ya tengo mis esclavos, y parece que estn bien alimentados. Cmo dice, mi seor? pregunt el gua. Eso precisamente, que de ahora en adelante as me van a llamar pues ustedes van hacer mis esclavos. Llvenselos, no quiero verlos ms! Y dejen de lloriquear, que les voy a dar unos azotes de bienvenida! No patroncito, ya estamos listos para lo que se le ofrezca decan, a la vez que se retiraban para no hacerlo enojar ms. No obstante, el jefe de los bandidos no estaba a gusto con lo que sucedi y mand a traer a los magos que tena de esclavos, pensando que ellos deban

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saber algo. Adems, en otras ocasiones lo haban ayudado con los problemas de la aldea con muy buenos resultados, pues era sabido por todos lo sabio y buenos que eran. Mientras tanto, los dos magos se encontraban atendiendo a una mujer de parto junto con las mujeres de la aldea. Cuando termin el parto el ms alto de los dos dijo: Listo, mujer, es un nio y trae buena estrella. S recalc el ms pequeo, y te vamos a decir algo que tienes que escuchar con mucha atencin, pues ya no nos vers. Pero cmo? Qu acaso los vendi el jefe? inquiri una de las parteras. No dijo otra, no creo porque toda la aldea se opondra, y menos an por todo lo que han hecho por nosotros. Adems a l nunca lo habamos visto que confiara tanto su salud en alguien como a ustedes, tanto que ni siquiera guardias les pone. Eso es verdad, hija respondi amorosamente el ms alto, pero nuestra misin ha terminado aqu y ha llegado el momento de partir. No creo que los dejen ir seal la partera. Ellos solamente sonrieron y le dijeron: Bueno, eso no importa. Ahora lo que importa es que tu hijo va a ser un Rey y de su descendencia nacer el que va a unir todas las tribus de Mongolia y formar una gran nacin, pero para ello tienen que dejar de emigrar y empezar a cultivar la tierra como les hemos enseado. En ese momento entr un guardia de los bandidos y les dijo: A ver, ustedes, el jefe los quiere ver! Est bien respondieron los magos y al momento se despidieron de las

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mujeres, no sin antes darles un ltimo consejo: No olviden guiarlo por el buen camino para que el mal no lo use y lo convierta en un rey maligno a l y a su descendencia. Sabias fueron sus palabras pues de la descendencia de ese nio nacera uno de los hombres ms crueles y despiadados de la historia, pero que a su vez unira a todas las tribus de Mongolia, dndoles el nombre que actualmente llevan, convirtiendo la nacin Mongol en una de las ms poderosas y temidas de su tiempo. Por qu tardaron tanto? pregunt el jefe de los mongoles. Porque tu descendencia sigue dando frutos, pues tu hija ha dado un varn a tu tribu el cual los llevar a grandes cambios respondieron los magos. Vaya, eso s es una sorpresa, y lo que acaban de decir merece un brindis. Y para que mi felicidad sea completa necesito que me digan mediante sus trucos visionarios dnde estn escondidos los miembros de la caravana, porque nadie los puede encontrar. Espera, no nos pidas que te ayudemos a atrapar al que viene protegido por el gran espritu. Pero de qu hablan? grit el jefe Cul espritu? El gran espritu es aquel que te dio la vida a ti y a todos los que vivimos en este mundo, y es el que permite que haya ngeles y demonios y esta noche obscura en la que el cielo est rugiendo como nunca: el mal anda suelto y no es bueno que alguien salga; cierren bien sus tiendas pues este maligno trae enfermedades y demonios que los pueden poseer. Al escuchar esto todos los presentes se agazaparon y en su rostro se reflejaba el miedo pues conocan la enfermedad. El ms pequeo de los magos continu

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diciendo: Esta noche la madre tierra ha dado cobijo al protegido y no lo podrs encontrar; te aconsejamos pues que los olvides. Qu! Estn locos? Y que todo mundo se entere que unos esclavos se me fueron de las manos en mis propias tierras y ser el hazmerrer de todos? Centinela, maana al primer canto de gallo salen a buscarlos y me los traen! Quiero conocer al protegido, ja, ja, ja! rea el jefe mongol. S!, s! gritaban todos al unsono, alabando a su jefe. Mientras los magos se retiraban, el jefe mongol les dijo: Y ustedes dos van a ir con ellos y los van ayudar, y ms vale que me obedezcan. Est bien, los vamos ayudar dijeron los magos y se retiraron mirndose uno a otro con una leve sonrisa, pues aunque ellos nunca mentan, esta vez parecan algo confundidos, de manera que el ms alto inquiri a su compaero. Oye, te dijo a quin tenamos que ayudar? No, yo slo escuche que furamos con ellos y que los ayudramos, me imagino que al protegido. Claro! exclam el otro sonriendo picaronamente, a quin ms poda ser?

En el refugio comenz a haber gran agitacin entre los monjes y la familia. Vamos, tenemos que partir pues creo que los bandidos se preparan para regresar a buscarnos los apuraba el monje, por lo que la familia se apresur a recoger sus pertenencias. Al momento que se dirigan haca la salida del pequeo refugio subterrneo, el monje los detuvo abruptamente dicindoles: Esperen, tenemos que aguardar un poco antes de salir. Primero saldr el

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maestro quien es nuestro gua. Muy bien respondi el padre, a la vez que le deca a su familia que no se alejaran mucho uno del otro.

Mientras tanto en la aldea se aprestaban a salir en busca de sus presas. Hey! grit uno de los bandidos Denles unos caballos a los curanderos porque van a venir con nosotros! Claro! exclam uno de los magos, tenemos que ir a ayudarlos. Muy bien, vmonos para estar en la zona antes del amanecer y al momento salieron todos a todo galope. Ya en la zona, el viga de los bandidos les dijo: Muy bien, aqu fue donde los perdimos, por lo tanto haremos grupos pequeos y saldremos a buscarlos hacia todos los puntos cardinales. Aunque a ustedes dirigindose a los magos, les dijo no s qu asignarles. Qu te parece le dijo uno de los magos si nos quedamos aqu como punto de referencia y de reunin; adems sera bueno que inspeccionramos el rea por si andan por aqu y creo que as podemos ayudar ms. Muy bien les dijo el viga; si requieren de nuestra presencia, tocan el cuerno. Est bien; vayan y que dios los ilumine. Vmonos! gritaron los bandidos, dejando solos a los magos. Bueno, creo que lleg la hora dijo el monje, al momento que se abra la pequea puerta. Hermanos, por fin nos volvemos a ver! exclamaron los monjes dndose un fraternal abrazo con los magos.

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Estn contigo, verdad? dijo uno de los magos. Claro, los designios del gran espritu son inequvocos. Perdn maestro, pero hemos esperado tanto que pensbamos que otros iban a terminar lo que se empez hace mucho. No hermano, todo el plan de nuestro seor parece que sigue sin cambios, por lo menos por lo que respecta a los siguientes dos mil aos. Bueno, ahora permtanme presentarles al elegido y diciendo esto se encamin hacia la pequea puerta y la abri. Salgan le dijo a la familia; les presento a sus protectores, quienes han de llevarlos a su destino. Al instante los magos se arrodillaron, ante el asombro de la familia; entonces el monje mayor los conmin a seguir: Vmonos hermanos, que el camino an es muy largo. S maestro aceptaron los magos, el camino al Tbet es siempre difcil. Caminemos dijo el maestro tibetano, y no importando lo que pase o lo que oigan, no miren nunca hacia atrs; concntrense en el camino. Pero no muy lejos de ah estaban los bandidos reunindose y tocando sus cuernos, dando el aviso de que ya haban visto a la familia. Vamos, rpido, all van, les podemos dar alcance mucho antes de que lleguen a las montaas! grit el viga saliendo a todo galope. Sin embargo, al momento se desat una tormenta con aires huracanados, cayendo sobre ellos rayos y centellas; los bandidos estaban sumamente confundidos pues no saban lo que pasaba, ya que una cortina de relmpagos les cort el paso, adems de que la fuerza del viento casi los tiraba de los caballos. Qu sucede? se preguntaban.

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No s contest el viga; pareciera que los dioses no quieren que nos les acerquemos. A lo lejos, el jefe de los mongoles se acercaba con sus hombres percatndose de lo que suceda. Desde donde se encontraba tena una vista que dominaba toda la llanura, as que poda ver a los caminantes fugitivos que iban con dos caballos, y ms atrs a su gente batallando con el viento y los relmpagos; pero se percat al mismo tiempo que la nube se interponia entre los dos grupos creando una tormenta de rayos que les permitia alejarse mas y mas a los fugitivos, entonces se dijo: En verdad, parece que s estn protegidos por los dioses. Al momento dio a sus hombres la orden de detenerse y les indic: Esperen aqu y t ve con dos hombres y diles a todos que regresen a la aldea y que ya nadie los persiga. As se har respondi el que recibi la orden y sali junto con los otros dos hombres a parar la cacera. Mientras, el jefe de los mongoles se sonrea y le deca a su gente: Los vamos a extraar. Que los dioses los acompaen. Todos extraados pero contentos por la decisin de su jefe empezaron a tocar sus cuernos con el toque de despedida, que fue escuchado a lo lejos de la llanura por los magos, quienes sonrieron pues saban que estaban siendo dejados en libertad. En ese momento apareci de entre la nube el lucero que haba guiado a la familia, y se fue alejando lentamente junto con los caminantes hasta desaparecer en el horizonte. Y as inicio la gran travesa hacia el Tibet.

EL TBET

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Haban pasado ya algunos meses pero por fin estaban a los pies de la cordillera del Himalaya y su impresionante montaa Komolangma [Chomo Lung Mah] (Everest). La familia, los monjes y los magos, as como otros hombres de diferentes pueblos que se unieron al grupo a lo largo del largo camino, haban cruzado China tras un sinfn de aventuras y estaban felices de que por fin podan respirar un poco de libertad y tranquilidad que les regalaba la montaa. Vamos, maana llegaremos a Laksha, una pequea aldea al pie de la montaa, pero tenemos que caminar siempre en subida, aunque no se preocupen pues ya vienen unos hermanos para ayudar dijo uno de los monjes, y acamparon all esa noche, slo para ser despertados muy temprano por unos jvenes monjes con el ir y traer de la lea, quienes ya estaban preparando el desayuno. Perdn maestro, pero estos aprendices no saben caminar sin hacer ruido dijo uno de los monjes jvenes al momento que todos se empezaban a salir de sus pequeas tiendas. Vaya, vienen varios nios aadi. S, y con mucha hambre respondi el maestro. Muy bien, pasen por ac, ya todo est listo. Comamos, pues nos esperan esta tarde en Laksha dijo el joven monje. Mientras tanto el padre de familia observaba la inmensa montaa y se preguntaba que cmo es que ya los esperaban si no haban hablado con nadie en das. En verdad se deca esta gente es muy misteriosa, pero muy sabia y buena, tanto que los hemos seguido durante meses sin saber qu es lo que quieren de nosotros, pues en estos das si no das algo a cambio, por cualquier favor nadie te ayuda. Entonces, por qu ellos daban todo sin querer nada a cambio? Cul era su plan y cul sera su costo?

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Estaba sumido en estos pensamientos cuando su hijo mayor le interrumpi. No se preocupe padre, todo va a estar bien le dijo, como si supiera lo que su padre pensaba en ese momento. Ay hijo, no te preocupes, yo s que dios nos lleva por buen camino; pero vamos, desayunemos pues parece que tendremos que caminar todava un poco ms en pos de nuestro destino. En la aldea todo era alegra y cuando llegaron fueron recibidos como grandes personajes. El padre de familia le coment al maestro: De verdad lo quieren mucho para recibirlo as. S, parece que as es; pero esta fiesta es por ustedes y la alegra es porque sus plegarias fueron escuchadas y gracias a ellas llegamos sanos y salvos respondi el maestro. Pero, entonces ya saban que venamos? S, y lo saban tambin sus antepasados, pero ellos son los dichosos de poder verlos y corroborar las profecas. Cules profecas? Muy pronto todas tus dudas sern esclarecidas y tendrs que afrontar los designios de Dios, pues Dios tiene grandes planes para ti y tu familia; pero ahora disfrutemos de la fiesta que es en su honor concluy el monje.

En lo alto de la gran cordillera, en un lugar secreto llamado Shangril, se encontraba el ermitao gran maestro de los grandes misterios, quien estaba despertando de un profundo estado catatnico en que haba estado mucho tiempo sin salir de la cueva donde se hallaba. l era uno de los ltimos descendientes directos de los maestros del continente perdido de la Atlntida, hombres de gran

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conocimiento cuyo poder los llev a su propia destruccin, de la que slo aquellos que lograron dominar sus debilidades fueron salvados por los ngeles del cielo, quienes los dejaron en diferentes puntos de la Tierra para que ensearan a los pocos sobrevivientes que quedaron despus de la gran tormenta que destruy todo y que cambio el eje terrestre dejando la tierra en ruinas. Y fue as que unas pequeas tribus se fueron organizando hasta crear nuevas civilizaciones. Pero pareca que a pesar de las enseanzas de los maestros todo estaba peor, pues cada vez se alejaban ms entre ellos por diferencias de poder y creencias, cada uno procurando encontrar nuevas tierras y al alejarse unos de otros formaron nuevas culturas y religiones, haciendo que se modificaron los idiomas, tanto as que pasaron 10,000 aos de cambios y desuniones. Sin embargo, el hombre no aprenda: quera ms y ms poder, por lo que los maestros prefirieron volverse ermitaos y solitarios y ensear slo a aquellos que mostraran cualidades especiales. Y fue as que los ngeles del cielo decidieron mostrar a los maestros cada 1000 aos, por medio de seales, al nuevo elegido para que lo protegieran y lo ayudaran a ensear las doctrinas del gran espritu, dndole el tiempo suficiente a la humanidad salvaje para evolucionar mentalmente por s misma. Pero sta, al parecer, hace todo lo contrario y quiere ms poder y materia, aun en contra de las leyes naturales y divinas, sembrando la semilla del mal y el caos. Por ello fue que naci la gran Hermandad Blanca, la cual trasmite su conocimiento slo de hermano a hermano, en una gran sociedad secreta alrededor del mundo, y que nicamente busca la paz y el amor entre los humanos para su evolucin espiritual y mental. No obstante, existen tambin sociedades malignas que desvirtan su gran labor, que crean confusin y avaricia por el poder y llevan a la humanidad a su destruccin. Por eso es que nacen esos hombres

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semidioses, quienes vienen a despertar conciencias y a sacar al hombre de la oscuridad en que vive, aun a costa de su propia vida material. El ermitao abri los ojos y con una dbil sonrisa se dijo: Por fin, aqu est el enviado, al momento que se incorporaba casi sin esfuerzo, como si su delgado cuerpo no tocara el suelo y como si flotara se dirigi a la entrada de la cueva, desde donde presenci a lo lejos, muy abajo, la fiesta de la pequea aldea. El maestro de los grandes misterios se prepar para descender a la aldea y dar tambin la bienvenida a los recin llegados. Mientras tanto el pueblo en su mayora nmadas y monjes salan de sus tiendas y se volcaban a las calles para ver a los recin llegados, quienes venan tambin con otros extraos personajes que se les haban unido durante el largo viaje. Uno era de la India, maestro de la meditacin y del control del cuerpo, quien fue despertado por el nio mayor de la familia despus de estar enterrado ms de un mes. Lo haban sacado de su tumba y la gente deca que esta vez s estaba muerto, pues su corazn no lata ni presentaba signo vital alguno, pero el nio les indic: Slo est con los ngeles. Vamos, despierta! y al decir esto le dio un pequeo golpe en su corazn y enseguida el maestro abri los ojos y le dijo: Estoy listo para el viaje y entonces si decir ms se fue con ellos. Otro provena de China; maestro de artes marciales y filosofa que se uni a ellos cuando vio que el pequeo nio perdonaba a unos bandidos que momentos antes los queran robar. El nio le pidi a l que dejara ir a los maleantes del camino sin lastimarlos ms, pues ste extrao guerrero evit que los robaran contra ellos. Por qu, mi pequeo nio, por qu quieres que los perdone?, qu no vez que peleando

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los salv de que los robaran y tal vez de una muerte segura? dijo el maestro de la China. S respondi el pequeo, tal vez si nos hubiramos apurado a darles lo que queran, les hubiramos evitado la paliza que les diste. Pero nada de lo que traemos vale una gota de sangre. Acaso no queran ayuda? contest el maestro. No dijo el nio, aqu nadie estaba gritando ni alterado; los de los gritos eran ellos con sus espadas y cuchillos tratando de asustarnos, y parece que ese fue su error, pues llamaron tu atencin. Nunca haba visto tanta bondad y sabidura en un nio como t, y mira que conozco escuelas de filosofa y artes, de las ms exclusivas de China, pero a m tampoco me gusta la violencia, aunque es contradictorio que un maestro de las artes de la guerra sea un pacifista. Pero tu nobleza va ms all de mi entendimiento. Entonces el maestro puso una rodilla en el suelo y le dijo: Pequeo rey de bondad, permteme que sea tu escudero por el tiempo que dios quiera y se fue con ellos. Otro era de Tailandia, maestro de las bestias y los animales, que se uni a ellos cuando vio al nio detener a un elefante enojado en estampida, que mostr respeto por la vida del nio al hincarse a sus pies. El elefante, un gran macho, vena de las lejanas tierras de Tailandia. l y su dueo eran descendientes de una cultura de reyes; el dueo del elefante, un gran guerrero, al verlo postrado a los pies del nio, tambin hizo lo mismo y le dijo: Pequeo rey del amor universal, al fin lo encontramos. Me enva el rey de Burka, seor de bestias y hombres, y me encomend buscarlo por estas lejanas

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tierras, dicindome que lo reconocera cuando mi elefante se postrara ante alguien sin importarle nada ms, aun dejando su vida y la ma al descubierto, y es lo que ha hecho. Hemos sido atacados por los soldados del Mandarn, pues al parecer quieren mis armas y mi elefante, y nos encontrbamos en una lucha a muerte cuando me alcanz un mazo y me golpe la cabeza tirndome de mi elefante, que me defenda a muerte, cuando repentinamente vino haca ac sin ningn otro motivo que no fuera postrarse ante ti, por lo que tuve que terminar solo con ellos. Pero Dios nos permiti por fin encontrarlo para poder entregarle este obsequio que te manda mi rey y que te iluminar en tus das de oscuridad y al decir esto le entreg una esfera de un material cristalino poco conocido pero de un brillo excepcional y maravilloso, difcil de describir pues destellaba todos los colores del arco iris. Pequeo rey de la naturaleza termin diciendo, permteme ser tu acompaante y cuidar de tus animales y se fue con ellos. El ltimo en unrseles fue el Africano, maestro de la naturaleza y mdico brujo de gran sabidura, quien se uni a ellos el mismo da que lo hizo el tailands, ya que apareci en el momento de la trifulca y entonces se puso a curar las heridas del elefante y su dueo, al mismo tiempo que deca: Soy mdico y les pido que me permitan viajar y cuidar de ustedes y sus animales, y en especial del chaparrito que tiene muy mal color, pues creo que necesita de mi ayuda. Ey! grit el pequeo mago, yo soy maestro de las ciencias y no estoy enfermo, as somos los de mi raza: delgados, de piel griscea y de grandes ojos. S dijo el otro mago, yo tambin soy chaparro y soy maestro de astronoma y geografa y no medimos a la gente de los pies a la cabeza, sino de la cabeza

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para arriba. Perdn seores, creo que prejuzgu mal y es un defecto que tengo que eliminar, les vuelvo a pedir perdn y les pido humildemente me permitan caminar con ustedes y aprender de su sabidura, pues a pesar de que vengo del frica y soy un mdico afamado, he caminado mucho y pensaba que ya saba todo, pero al parecer no s nada, y justo cuando pensaba regresar a mis tierras, pues ya conozco la medicina egipcia, china, hind y persa, entre otras, le ped a Dios que si ya no haba nada que aprender que me guiara a mi destino, y miren, en un momento aprend ms de unos caminantes que de todas las cortes y escuelas del mundo. Est bien le dijo el nio, no creo que nadie se oponga. En ese momento el elefante barrit y movi su cabeza en seal de aceptacin, todos sonrieron y continuaron su largo viaje hacia el Tbet sin dejar de tener toda clase aventuras y peligros. As fue como entraron al pueblo como grandes seores, sus vestimentas

impresionaban mucho a la gente, quien los identificaba como a Dioses. Pues ya se contaban grandes acontecimientos del gran viaje del Dragn, pues as le llamaban al nio, ya que haban llegado rumores de que haba dominado a unos dragones en el camino. Y en efecto, algo haba al respecto, pero en realidad no haba dominado al dragn, sino que lo haba salvado de sus cazadores. Todo sucedi cerca de la frontera con China y el Tbet, cuando todos se disponan a comer y escucharon en ese momento un alboroto de hombres y los gruidos de un dragn as le llamaban a uno de los animales ms inteligentes, al parecer ya extinto del planeta. El dragn, un pequeo y travieso cachorro, se haba aventurado a bajar de las altas montanas, pues su alimento natural, las cabras de

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montaa, escaseaban debido a la desmedida cacera del hombre. El inexperto animal haba tratado de llevarse una pequea cabra de unos pastores, pero ellos lo vieron venir de las alturas y se atrevieron a querer atraparlo, pues sus garras, escamas y escasas plumas eran muy codiciadas en todas partes del mundo, sobre todo porque ya no se les vea por ningn lado, pues eran muy inteligentes y saban del peligro que representaba el hombre, por lo que regularmente se escondan de da para no ser vistos, de manera que se fueron alejando de las zonas pobladas por el hombre, internndose a lo ms profundo de las selvas y bosques, as como en lo alto de las cordilleras ms inaccesibles. Todos los de su especie eran muy inteligentes, ms aun que un perro o un elefante, por lo que se escondan donde el hombre no pudiera encontrarlos. Sin embargo, este pequeo dragn fue vencido por la curiosidad y el hambre. Ey Lee, mira al cielo esa enorme guila! Vaya, s que es grande, hermano! Estaban mirando la supuesta gran ave cuando se dieron cuenta de sus intenciones al pasar cerca de una cabra y fallar su intento de llevrsela. Fue hasta ese momento que descubrieron que no era un guila, sino un legendario dragn. Hermano, es un dragn! Trae a mi padre y a otros pastores, rpido!, yo aqu lo entretengo. S respondi Lee y corri hacia la aldea regresando con varios hombres que ya traan unas redes y palos para matar al dragn. Vamos, vamos!; amarremos una cabra como cebo all en aquel rbol para que cuando baje por ella lo atrapemos dijo el mayor de los pastores; y t sbete al rbol con la red y cuando est cerca lo atrapas, nosotros aqu abajo lo cazamos. Y as esperaron escondidos a que el dragn bajara. ste volaba muy alto y saba

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que algo no estaba bien, pero el hambre lo volvi

imprudente y atac a su presa; ya la tena cautiva cuando le cay la red encima y los pastores se le abalanzaron con ms redes. Estaban en eso cuando apareci la familia y sus extraos acompaantes; todos quedaron paralizados, unos viendo el dragn y otros viendo el elefante, pues no eran comunes en esas tierras. El tailands maestro de las bestias, fue el primero en parar la matanza diciendo: Detengan su ira; ningn animal merece morir por querer comer, permtanme pagarles por su libertad. Est loco?, este animal vale mucho; mtalo ya! grit el padre de los pastores, cuando de la nada apareci un enorme dragn que era la madre del pequeo, interponindose entre los atacantes. La dragona era slo un poco ms pequea que un caballo, pero su agresividad era la de una leona que defiende a su hijo de la muerte, y sin titubear atac al elefante considerndolo como el agresor. El elefante, entrenado para defender a su dueo, atac tambin lindose ambos en una lucha a muerte. El dueo del elefante trataba de separarlos, pero era demasiado tarde: la agresividad de ambos no les permita ceder. El elefante, ms grande y fuerte, haba herido con sus colmillos a la dragona y estaba a punto de aplastarla cuando apareci otro dragn, el padre, un hermoso ejemplar un poco ms grande, que con sus enormes alas pareca an ms grande; en realidad el elefante era ms poderoso, pero no importndole esto el dragn se lanz dispuesto a salvar a su familia, aun exponiendo su propia vida. Todos se haban apartado a una

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distancia prudente, pues la lucha haba tomado dimensiones catastrficas, ya que entre los dragones haban herido de muerte al elefante y a varios pastores; asimismo, el amo del elefante haba cado semiconmocionado en medio de la terrible lucha. Los dragones queran distraer a sus atacantes con sus colas, las cuales eran sus nicas armas y usndolas como ltigos haban herido a varios, entre ellos al amo del elefante; ste, desesperado al ver tirado a su amo, se levant en dos patas dispuesto a asestar un golpe mortal, pero esto fue su error ya que la dragona, en su ltimo aliento, le clav su cola en forma de lanza en el corazn, hacindolo caer pesadamente sobre ella, muriendo como dos grandes guerreros. Y cuando todo pareca fuera de control, apareci el nio de 13 aos y se dirigi al pequeo dragn desatndolo y quitndole la red lo liber. ste a su vez se le acerc y cuando todos esperaban lo peor se agach y oliendo al nio, peg suavemente con su nariz a l como seal de agradecimiento. Cuando el padre del pequeo dragn lo vio en libertad se elev volando en derredor del nio sin hacerle ningn dao, para sorpresa de todos. Pronto, preprense para atacar! gritaron los pastores, que ya se haban multiplicado al escuchar que unos dragones estaban atacando la aldea. Rpido, antes que se eleve el dragn pequeo trale la lanza! Entonces uno de los pastores tom el arma y se la lanz, pero el padre del dragn se interpuso y fue alcanzado por la mortfera lanza en el pecho, hacindolo caer agonizante. El pequeo dragn se elev tomando al nio de los brazos y lo llev a una loma fuera de la batalla para ponerlo a salvo, y regres de inmediato para enfrentar a los atacantes. Cuando lleg vio a sus padres muertos y solt un chillido de angustia y dolor, pues saba que se haba quedado solo en el mundo al ser el

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ltimo dragn. Enfurecido y listo para contender su ltima batalla,

todos se

disponan a atacarlo cuando la familia de emigrantes y sus acompaantes se interpusieron. Basta! grit el maestro de las artes marciales al momento que desarmaba a varios pastores; lo mismo hicieron los monjes. Alto! exclam el patriarca de los campesinos, ya tenemos dos dragones; dejemos el pequeo para ellos. En ese momento el maestro de las bestias se levant y vio a su elefante muerto junto a los padres del pequeo dragn, y cay hincado llorando a su elefante, su compaero desde nio, y slo se levanto para buscar a los culpables, pero el monje y gua de ellos lo detuvo: Basta le dijo, ya tenemos suficiente sangre derramada en este lugar y nuestro paso por estos lugares es de paz y amor. En ese momento el nio regresaba corriendo de la loma pidiendo compasin por el pequeo dragn, y sin temor a el se acerco y abrasndolo lo protegi, lo cual causo la admiracin de todos. El dragn, sumamente triste y sin importarle, nada se ech a los pies del nio. El pequeo nio Buda, como empezaron a llamarlo, slo dijo: Que esta masacre no se repita; no toda las cosas feas y horripilantes a nuestros ojos son malignas. Aprendan a amar incluso a los animales ms feos, pues ellos tambin son criaturas de nuestro padre Dios. Al ver la sabidura del nio y que la bestia era dominada por el pequeo, todos dijeron: Slo un hombre protegido por los Dioses es capaz de doblegar a estos demonios y enseguida se arrodillaron ante l pidindole su perdn: Perdona nuestra avaricia e ignorancia, joven y pequeo Buda, pues en tus ojos

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vemos la bondad y nicamente la reencarnacin de Buda puede hacer esto, y fue as como todo el pueblo lo alab lanzando flores a su paso y dndole a los dragones y al elefante un funeral como nunca se haba visto, haciendo que la gente cambiara su forma de ver y pensar acerca de los dragones, los cuales pasaron de ser vistos como bestias diablicas a seres ms aceptables e inteligentes; por lo menos as fue en China, donde hasta la fecha son bien vistos y venerados, y fue as como el pequeo dragn se elev haca las altas montaas, para no ser visto nunca ms ninguno de su especie. En el pequeo y humilde palacio a todos los del contingente ya los esperaba el Lama, lder del pequeo pueblo donde no exista polica ni armada ya que no haba necesidad pues era una aldea pacfica y dedicada a la meditacin, el pastoreo, la agricultura, y tambin a sus pieles y lanas que eran muy preciadas en la India. Todo tipo de problema era resuelto por los monjes mayores, de manera que Laksha era un pueblo modelo, como pocos en su tiempo, pues la mayora de las otras ciudades estaban constituidas por el abuso, el poder y la esclavitud; ellos decan que no era lo grande o pequeo de un pueblo lo que lo haca malo, sino la avaricia de sus gobernantes. El pequeo desfile termin en la casa del Lama, donde todos guardaron silencio cuando ste sali a recibir a los recin llegados. Bienvenidos dijo el lama, hoy es un da mgico para el Tbet y sus pueblos, al cumplirse la profeca de nuestros ancestros, la cual dice que el gran espritu encarnara y vivira nuestras alegras y penurias para ensearnos el camino directo al cielo. Por eso nuestro pueblo te da la bienvenida, pequeo Buda. Todo el pueblo grit de jbilo, pues saban que el Tbet sera desde ese momento el faro de luz para el mundo, pues de ah saldra la luz de sabidura para todos.

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Viva el nio Buda! gritaban las multitudes cuando apareci el ermitao, quien era considerado un hombre santo en la comarca y bien conocido por todos. Viva el santo maestro, viva!, gritaban todos llenos de jbilo, pues era bueno verle despus de una de sus grandes ausencias, ya que ese da l confirmaba tambin la santidad de los presentes y de las tierras escogidas por el gran espritu. Viva el pequeo dragn, viva!, exclam alguno y pronto todos empezaron a gritar: El dragn, el dragn, el dragn!, entonces el maestro de las artes marciales lo levant para beneplcito de la multitud que ya lo aclamaba, lo que marc ese da como el ao del dragn. Pasen, por favor dijo el Lama y todos pasaron a comer a una mesa ya dispuesta para ellos. Deseo que usted y su esposa se sienten aqu y su hijo en la cabecera. No respondi el nio, prefiero sentarme en medio con mis padres, y usted y el santo maestro en las cabeceras. Como disponga nuestro distinguido husped le respondieron. Todos cenaron con gran apetito, pues era la primera comida que tenan en abundancia y sin el temor de ser sorprendidos por guardias del Imperio o maleantes del camino. Al trmino de la cena fueron invitados a un saln muy amplio donde todos formaron un crculo y el Lama les pidi que cada quien se presentara y expusiera sus deseos y proyectos para el nio y su familia. El primero en hablar fue el Ermitao descendiente de Atlantes, maestro de los grandes misterios de las ciencias ocultas y gran sacerdote de la gran Hermandad Blanca: Hermanos, Dios nos ha reunido aqu para seguir su plan y el destino de la humanidad, marcada y escrita por sus ngeles y profetas, el cual hasta ahora se est cumpliendo; y ese destino es llevar a la humanidad a la armona celestial

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para su evolucin mental. Pero la fuerza obscura no lo quiere y prefiere tener al hombre en su estado animal y sin conciencia; por eso el Creador cada era nos enva un descendiente con los ms puros sentimientos, a mostrarnos el camino de la conciencia universal. Y esta vez nos honra con este nio de inocente culpa, pero ya perseguido por la fuerza obscura; l todava tiene que despertar y recordar lo que el Padre le ense, y es por eso que nos reuni a nosotros, para ayudarlo a conseguir su propsito, cualquiera que ste sea, pues Dios tiene extraas formas de hacer las cosas, aunque al final nos sorprende con su infinito amor y sabidura, no obstante que a veces tenemos que esperar mucho para danos cuenta de su magnificencia. Pero ahora pidmosles a sus escuderos y maestros que nos digan cmo fue que la luz los gui a l y por qu tomaron la decisin de seguirlo, aun a costa de sus propias vidas. Tom la palabra el General, maestro de las artes marciales y gran filsofo de la China: Yo soy el general Wan Tsu Lim y me retir de mi ejrcito porque mi seor peleaba una causa injusta y maligna al tratar de apoderarse de las tierras de gente desprotegida y sin recursos, y no conforme con las tierras mand a matar a todos los jvenes para evitar futuras rebeliones de las juventudes que quisieran retomar sus tierras y vengar las matanzas de sus familiares; era como borrar la memoria de los pueblos y eso no va conmigo: soy un guerrero, no un asesino, soy de descendencia humilde y an recuerdo el da en que me separaron de mis padres por el pasado Mandarn, que era un poco ms benvolo que el actual, pues l prefiri reclutar a todos los nios y jvenes en las escuelas militares lavndonos el cerebro, dicindonos que tenamos que pelear con l contra los extranjeros y gente de otras tierras, y que nos dara libertad y bienestar. Palabras, ese era nuestro alimento. Muy joven, yo me entregu a l y su causa convirtindome en un

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maestro de las artes marciales, llegando a ser el gran general de todas sus tropas. A su muerte pas a formar parte de la guardia imperial de su hijo, pero pronto me di cuenta de todas las mentiras que se planeaban en el palacio y cmo, a costa del sufrimiento de pueblos enteros, se mantena una intil e innecesaria opulencia de vicio y desenfreno. Fue as que un da escap y vagando arrepentido de mi ceguera y cobarda para enfrentar la verdad, le ped a Dios que me guiara hacia mi destino y as poder pagar mis pecados. Fue entonces que una luz me encegueci y me habl as: Ve y busca a un nio; cuando lo veas t sabrs que es el escogido por m; ve y protgelo y l te salvara y limpiar tus pecados. As que aqu estoy, dispuesto a dar una vez ms mi vida, pero esta vez no por la posesin de los bienes materiales, sino por la gloria del Creador. Yo te acepto como mi protector terrenal, si as lo decidi nuestro Padre contest el nio. El siguiente en tomar la palabra fue el Gur, maestro del control del cuerpo y la meditacin: Yo tom la decisin de viajar con mi pequeo Gur, cuando en estado de profunda meditacin mi maestro, ya difunto, me habl y me dijo: Majal Jalil, por qu buscas el saber de la muerte enterrndote, sin vivir por das y semanas, dejando de latir tu corazn y tu respiracin, slo para descubrir la vida otra vez? El poder que ostentas al desafiar a la muerte, slo sorprende a los pecadores e ingenuos, y no tiene ningn beneficio para nadie. A lo que yo contest: Maestro, al conocer la muerte tal vez pueda ensear cmo vivir mejor a mis hermanos de sufrimiento. Calla Majal Jalil me dijo, que la vida no necesita conocer la muerte antes para respirar. La vida misma sabe que algn da todo acabar y se transformar, y a eso le llama muerte; pero la dicha de la respiracin slo Dios la

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da y slo l la quita, y el hombre tiene que entender que nicamente en la vida se llega a Dios y que son menesteres del hombre hacer de la vida un cielo o un infierno, y cuando el destino lo alcance solamente tiene que darle gracias a Dios por una vida llena de placeres y sufrimientos, pero sobre todo de conocimiento. Pero si sta hubiese sido una vida de infierno y pesadillas, entonces aun as le dirs a Dios: Gracias Seor por quitarme de esta pesadilla; espero que en mi sufrimiento encuentre el perdn y el amor que tanto necesito! Pon atencin y creme: l sabe lo que hace; te va a dar la vida otra vez y l que te va a despertar, pues es el amor mismo. Ve con l y aprende a vivir: l es la vida; ensale tu conocimiento, que lo que sabes lo aprendiste para l. Y fue en ese momento que sent una pequea mano, tan tierna y amorosa que cuando despert saba que era l y que tena que seguirlo. El nio nicamente expres: Deseoso estoy de aprender sus conocimientos, maestro. Claro que mi conocimiento es pobre comparado con tu bondad contest el maestro de la India. Pero es menester de la humanidad conocerlo, sobre todo aquellos que padecen dolores por enfermedades fsicas o espirituales seal Majal Jalil, y dirigindose al gran maestro del frica, le dijo: tu turno es, gran maestro; platcanos por qu un doctor con el conocimiento de la medicina de las ciudades ms antiguas como Egipto, Bagdad y Atenas, conocedor de las plantas y hierbas ms exticas, procedente de un pueblo famoso por sus medicinas y sus grandes animales, cmo fue que decidi unirse a nosotros, pues tienes una vida llena de bienes y prestigio en el mundo. S contest el africano, mi pas, el Congo, es la cuna de la Humanidad y en esa franja del mundo est la solucin a todas las enfermedades del hombre: mi

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nombre es Abdul Olmec y soy un brujo, chamn y curandero en mi natal tribu, pero mi conocimiento no me llenaba y decid partir para aprender ms medicina, pues vi que a veces no poda salvar a mi gente de enfermedades extraas y que en otras tribus curanderos con menos prestigio que el mo las haban curado, lo cual me hizo querer aprender las formas de ver y curar de otros pases, por lo que he llegado a conocer las ciudades ms cultas y sabias en medicina, as como a sus doctores. Algunos de stos slo servan a sus reyes y sus cortes, y deseosos de sanarlos buscaban entre los curanderos africanos, pues saban de nuestras plantas curativas, lo cual yo aprovechaba para curarlos a cambio de sus conocimientos y sus secretos para tratar las enfermedades que ellos curaban y que yo desconoca. A veces me sorprenda lo fcil que era y me dola que yo, teniendo la medicina a mi alcance dej morir a mi gente slo por la falta de este saber y conocimiento. De manera que por la avaricia y codicia de la gran mayora que tiene el conocimiento, la cual solamente lo usa para lucrar con la dolida humanidad, fue que decid dar mi conocimiento gratis a los pobres y ensear a todo aquel que lo deseara para ayudar a su pueblo y familia. Pero empezaron a perseguirme los poderosos seores, pues no queran que se divulgaran sus secretos de medicina, ya que segn ellos los Dioses les haban regalado ese conocimiento y no era bueno que todos conocieran el saber de los Dioses. Sin embargo, yo creo que Dios quiere que el que sabe ms, debe dar al que menos sabe y de esta manera Dios te dar ms sabidura a travs del espritu santo, pues cranme: yo he aprendido de gente con menos conocimiento, los secretos ms fabulosos, los cuales me han servido para salvar vidas. Y as fue que a donde iba, era perseguido por la misma avaricia y maldad. Cansado de huir me encomend a Dios y fueron los sabios elefantes los que en sueos me dijeron: No

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has aprendido lo ms importante de la vida y la muerte; t que la ves con indiferencia y piensas que todo es saber, me vers muy pronto fuera de mi ambiente y conocers al que te ha de ensear el secreto de la vida eterna: sguelo y protgelo, l es el escogido por Maya, la madre naturaleza, que tambin es Dios. Sguelo y conocer otros mundos y culturas y sabrs que Dios es igual en todos lados y que a todos ama por igual. As que aqu estoy, listo para servir a mis hermanos en su misin de amor. --Y t, valiente guerrero, s de la prdida de tu elefante y de tu gran travesa desde las lejanas tierras de Bangkok. Ahora cuntanos tu historia dijo el Gran Lama. As es, maestro, yo vengo del reino lejano de Burka y mi nombre es Zali Ram Tai; soy un guerrero de la ciudad sagrada y secreta de Mayam, que est en lo ms profundo de la selva y es inaccesible para los pecadores; ni siquiera los ejrcitos ms poderosos han podido penetrar sus selvas. Es all donde vive mi rey y soberano; l me envi a buscar al que tiene que trasmitir nuestras enseanzas al mundo, y a seguirlo, pero por lo que he aprendido con ustedes, son tambin las mismas enseanzas que predican nuestros sacerdotes. Nosotros, los guerreros de Mayam, somos escogidos entre muchos bebs por los sacerdotes y nos entrenan desde pequeos en todas las artes, siendo la ms importante la de comunicarnos con nuestros elefantes. Desde nios crecemos con ellos y los entrenamos en el arte de la guerra; dormimos con ellos, comemos y sufrimos con ellos, y nicamente estamos listos, hombre y elefante, cuando somos como uno solo, hombre y bestia, y no importa qu pase, pues no se perturban con nada y dan su vida por defender la ciudad sagrada del Mayam. Mi elefante y yo fuimos los ms jvenes en comprendernos y en comunicarnos con los ojos; pronto aprendimos las artes de los guerreros ms experimentados y mi elefante aun cuando lo atacaba el

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mal saba controlarlo. Y cmo sabas que tena el mal? pregunt el pequeo elegido. Buena pregunta contest Zali; este secreto no se divulga, aun entre nosotros, sino que ese era el meollo del asunto: que t descubrieras cundo se empezaba a metrsele el mal a tu elefante, y slo te puedo decir que tanto a hombres como animales les sale una supuracin de la piel, que es como la pus de las infecciones. En el caso de los elefantes, descubr que a mi elefante le brotaba algo de la cara, debajo de la sien, y cuando empezaba a salirle esa pus se pona como loco, no obedeca y tenan que amarrarlo e inclusive llegaba a atacarme, a m que era su amo, y con todos suceda lo mismo; algunos llegaron a matar a sus amos y los tuvieron que sacrificar. Recuerdo que un da mi elefante se liber de sus cadenas y atac la aldea causando destrozos, y cuando se disponan a matarlo aparec yo y, armado con mi espada, detuve la matanza dicindoles: Este elefante es un guerrero del rey, al igual que yo, y l no ha matado a nadie. Permitan que muera yo primero bajo su peso y despus tendrn el motivo para matarlo! Todos aceptaron y entonces yo me dirig hacia mi elefante que an estaba furioso y segua haciendo destrozos; me par ante l y le dije: Hermano, no permitas que nos maten por culpa de la bestia maligna que tenemos dentro. El elefante fuera de s corri hacia m con la intencin de atacarme, mirndome con ojos de furia. Yo me hinqu, lo mire a los ojos y llor amargamente y le perdon; le dije que lo comprenda, pues yo tambin senta el mal dentro de m algunas veces, pero mi amor por l era ms grande y no poda verlo morir primero que yo, por lo que le dije: Mtame!, y cuando calmes tu furia huye a la selva. Entonces el elefante, postrado en sus patas traseras y listo para aplastarme, al ver mis ojos llenos de amor como el padre que ve a su hijo sufriendo, se calm y se hinc ante

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m, tambin llor conmigo, ofrecindome luego su pata para que lo montara. Me sub en l y le dije: Vmonos antes de que nos maten por los destrozos, pues no s cmo pagar. Ojal y nos perdone el rey. En ese momento lleg la guardia del rey con sus enormes elefantes y uno de los guardias habl as a los aldeanos: No se preocupen, el rey mandar a reparar todo y les ofrece sus disculpas y les pide perdn por lo sucedido. Este joven y su elefante han sido elegidos para una misin muy importante. --Pero cmo es que el rey se enter tan pronto? dijeron los aldeanos. En ese momento sali el rey de la espesa jungla y les dijo: l es mi elegido y ha sido puesto a prueba por Maya, prueba que ha pasado ms que satisfactoriamente. Ahora, que vuelva la calma al Mayam. Y sin ms se retir; el pueblo, obediente, lo alab y se fueron a sus casas. Ya en palacio, el rey me mand a llamar y me dijo que haba estado siguiendo mi evolucin y la de mi elefante y que estaba sorprendido con lo rpido de mi aprendizaje y de la inteligencia de ambos. Dime, pequeo guerrero, por fin has podido comunicarte con tu elefante? Pues de ahora en adelante los dos se comunicarn con slo verse a los ojos, pues ya aprendiste las palabras secretas del idioma universal y a eso se le dice telepata; esta palabra no es comprensible para la gran mayora e inclusive para ti, pero t, sin entender lo que digo, sabes de qu hablo, o no es as? Pregunt el rey. Es verdad mi soberano, nunca haba odo esas palabras y no s cmo, pero s de que est hablando, en esto estaba cuando me di cuenta que no habamos abierto ni l ni yo la boca, y nicamente nos comunicbamos con los ojos. Yo, sorprendido, me tap la boca como queriendo que no se me escaparan las palabras, y el rey sonri y me dijo: No te apures, pronto se te pasar la sorpresa. Lo importante es que no malgastes en cosas malas los regalos que Dios nos da: usa ese don slo para el bien. S, su excelencia contest. --Bien,

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ahora vas a escuchar con atencin tu misin, pues es lo ms importante que vas hacer en tu vida por ti y tu rey. --Me hinqu ante mi rey y le dije: Dispuestos estamos a dar nuestra vida por ti y por la gloria del Mayam. Muy bien contest, pero esta misin va ms all de nuestra gloria; yo dira para la gloria de la humanidad coment. Ahora acrcate ms pues quiero que solamente t escuches lo que te voy a decir, y acercndome me dijo casi al odo: Conocers al elegido de Dios. Los astros y los animales de la Tierra ya han cantado su llegada; el mal lo ha empezado a perseguir. Ve y encuntrale; viajars muchas lunas llenas hacia donde se mete el sol. En el camino te querrn robar y sufrirn hambre t y tu elefante. Tambin sern humillados: te vern a ti y a tu elefante como a seres del circo, pero no flaquees pues tu elefante te guiar; l ya sabe cmo encontrarlo: se lo dijeron las aves. Ve y entrgale este presente: es nuestra ms preciada gema, trada de las estrellas, la cual te proteger e iluminar en los diferentes mundos y dimensiones. l sabr usarla cuando llegu el momento, as que no la pierdas: protgela aun con tu vida y si quieren robrtela es mejor que la destruyas a que caiga en manos obscuras. Recuerda: nadie debe tocarla antes que l. S le conteste, salgo al momento. Me ataviaron con las mejores armas y armaduras al igual que a mi elefante, Y parti. Quiero decirles que esto sucedi cuando yo era un joven. Mi elefante y yo hemos pasado por muchas aventuras y peligros todos estos aos, pero finalmente cumplimos el mandato de mi rey. Muchas veces pensamos en regresar, pero mi promesa de entregar y proteger con mi vida la gema era ms fuerte que yo. En ocasiones, con slo verla, su hermosura me sanaba y me senta fortalecido para continuar. Vaya, todos tienen en verdad una misin que cumplir dijo el Lama. Slo falta que se presenten nuestros amigos y bien conocidos por aqu, los magos de

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las ciencias y hermanos espirituales, y como s que no son hombres de muchas palabras los voy a presentar yo. El bajito de la tnica con capuchn, que por cierto ya algunos seguidores de l la han tomado como una moda, siguiendo sus hbitos el maestro slo sonri y movi la cabeza diciendo entre dientes: lo mismo sucede donde quiera, como si la ropa te cambiar y te purificar, pues bien, como deca, l es Uriel y viene de muy lejos, de ms all de nuestro mundo, y nicamente le rebela su procedencia a aquellos que saben amar al dios universal y que aprenden amar a todas las criaturas del universo; l tambin fue escogido por nuestro seor universal y lo envi para ayudar a todos nuestros hermanos del mundo y tratar de concientizar a aquellos que no pueden salir de la animalidad y siguen en la oscuridad, autodestruyndose, pues solamente deteniendo la autodestruccin del hombre y su medio podremos descansar. No obstante, l sabe que este cambio tiene que ser poco a poco y realizado por alguien que verdaderamente conozca a los hombres y sus frmulas de sentimientos entre buenos y malos, pues la gente es muy rara de ver y pensar: todos oyen y ven segn su cultura, y Uriel no entiende cmo fue que el hombre perdi su comunicacin mental y mediante la mirada, as que sa es su labor: ensear el amor universal para que el hombre tenga amor en la mirada y pueda ayudar a mejorar su entorno y vivir en armona con todo lo que lo rodea. Pero la regla universal es que slo el hombre se puede salvar por s mismo o destruirse a s mismo, y nicamente entregndose a aquellos sentimientos bellos y limpios que enaltecen y liberan al hombre de su esclavitud, es como podrn ver el reino de nuestro Seor y viajar por l; pero slo el hombre por s mismo lo puede descubrir y auto ensearse, y es muy fcil, pero a la vez por eso es tan difcil, porque como dice el maestro Uriel, no importa cmo les expliques, en palabras simples y llanas

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o finas y sofisticadas, o con el sentido comn o cientfico, y al igual no importa en qu idioma, simplemente no entienden; entonces Dios nos manda a dar el

ejemplo y preparar a la gente para ver el reino de Dios, pero el hombre es muy dbil y se deja deslumbrar con la materia y es por eso que en cada era llega un verdadero Mesas, quien con su ejemplo despierta conciencias e incluso da su vida por concientizar a la gente. Pero en su sacrificio est su premio, que es la misma vida. Bueno, estas son palabras de Uriel que yo transmito por l. Por ltimo tenemos a Balka Poo; este hermano viene tambin de tierras muy lejanas y ha caminado con Uriel todo el mundo, siguiendo las seales de la venida del escogido, y gracias a su sacrificio y paciencia lo han podido traer a esta tierra santa para su preparacin inicial, donde maestros de todo el mundo le ofrecern su conocimiento. Balka Poo es descendiente de la raza de los Atlantes, quienes provienen de un continente perdido en las profundidades del mar, el cual fue destruido hace mucho tiempo y slo unos cuantos pudieron predecir su destruccin y salvarse a tiempo. Los ms sabios decidieron regarse por toda la Tierra y repoblarla, de ah la similitud de su idioma y el nuestro, as como de todo el Mediterrneo y sus lenguas muertas. Su pueblo est ms all del mar, donde se oculta el sol. Permtame, maestro Lama y Balka Poo tom la palabra. Soy un sacerdote Maya y mi pueblo se dispers por un continente muy lejano, y tom diferentes nombres al mezclarse con otras razas locales, empezando por llamarse los hombres de Muaztln para convertirse despus en Olmecas, Toltecas y mayas, los cuales derivaron en una variedad de tribus que empezaron a pelear por la tierra. Puesto que el nuevo continente era muy rico, la ambicin y la locura se posesion de todos, comenzando por los sacerdotes, que al ver la ignorancia de

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las tribus locales se convirtieron en semidioses, alcanzando un poder enorme, disponiendo de la vida de sus pueblos y subyugando a otros, creando castas, esclavitud y un desorden espiritual. Yo logr comunicarme con los pocos integrantes de la Hermandad Blanca regados por el mundo, para poder proteger al elegido por Dios y seguir las seales de las profecas y no permitir que el mal avance. Solamente algunos reinos en la tierra son bien vistos por nuestros hermanos, y entre ellos est el reino de Burka. Por ello l tena la custodia de la piedra de la vida, y junto con su sabidura el rey ha podido conducir a su pueblo hacia una civilizacin excelsa, dentro de una selva inaccesible y peligrosa, pero donde la armona impera. Ahora es tiempo que su armona se contagie al Tbet y del Tbet al mundo. As sea! todos exclamaron, y a continuacin oraron por que se lograra con buen trmino la profeca. Mientras, en las afueras del pequeo palacio, llamado Potala, la gente comentaba: Ya han comprobado la autenticidad del pequeo Dragn. S, es la reencarnacin de nuestro Buda. Viva, viva! gritaban todos jubilosos, tenemos con nosotros al que ha de salvarnos de la esclavitud y el hambre, y nos mostrar el camino al reino del cielo, donde viven los dioses. Viva el pequeo dragn! Y entre cantos y bailes festejaron a su pequeo Buda. El tiempo pas y todo en la comarca era armona y haba una extraa abundancia. La familia de emigrantes junto con sus seguidores eran atendidos y educados en todas las materias por maestros de todo el mundo, y sobre todo el nio, quien reciba una educacin especial y secreta por maestros venidos de Egipto y de una ciudad desconocida y lejana, la cual nadie la mencionaba ni hablaba de ella, pero

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se deca que eran los maestros del vuelo y que su pas haba sido devorado por el mar y que slo quedaban islas pequeas de ese gran continente llamado Mu. Se deca que eran maestros que conocan el arte de volar y trasladarse en poco tiempo a lejanas tierras y nicamente transmitan su sabidura a aquellos pocos iniciados que pasaran sus pruebas y mostraran el amor por sus semejantes y todo lo que les rodeara. El pequeo nio super por mucho estas pruebas, siendo alabado por sus propios maestros, pues su inteligencia era fuera de lo comn, su templanza la de un rey, pero su humildad y carisma eran indescriptibles. Transcurrieron casi dos aos desde su llegada y una noche los mand a llamar el Lama a todos. Hermanos les dijo, tengo que comunicarles que nuestros hermanos y maestros me han dicho que es el momento del gran cambio, y vaya que si va haber un gran cambio. Por qu dice eso maestro Lama? pregunt el padre de familia. Oh, mi querido seor; yo dira que usted y su familia tendrn que tomar una decisin muy fuerte y radical muy pronto. Pero ahora tomemos asiento con los dems para que oremos y podamos tomar una decisin clara y honesta. Todos oraban en sus diferentes lenguas y a sus distintos dioses, pero no exista celo ni rencores, pues todos ellos saban que el dios universal era el mismo para todos, as como de la unificacin de todas las religiones, pues sa era la misin del elegido. Al terminar sus oraciones el maestro ermitao tom la palabra: Hermanos, lleg el momento de la gran decisin de nuestra vida, que har que el mundo cambie para siempre o se pierda en el intento. Tomarn aos de trabajo y tal vez de sufrimiento, pero como ya lo hemos hablado, todo lo que aqu hemos aprendido ser slo para nosotros: todas estas ciencias debern ser ocultas y

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nicamente para aquellos iniciados sern rebeladas. Mientras tanto nuestras bocas debern ser selladas con humildad y nunca deberemos usar nuestro conocimiento para aprovechar la ignorancia de nuestros semejantes. Por ahora les voy a pedir a nuestros hermanos que cierren puertas y ventanas y que solamente se queden nuestros invitados del mundo. Y vaya que ya eran muchos, pues con el tiempo haban llegado de muchas partes del mundo conocido. As que varios monjes se aprestaron a cerrar las puertas y ventanas dejndolos solos, hacindose en el saln un silencio que rompi el Lama con su suave voz. Pues s, como dice el maestro, pronto tendremos que partir; pero desgraciadamente tendremos que separarnos y slo saldrn a proseguir sus estudios en este viaje los que voy a mencionar; y reitero una vez ms: la decisin es de ustedes si quieren proseguir con el plan de nuestro seor universal, o con su plan y destino propios. El plan de Dios es para salvacin de la humanidad, y nuestro plan particular, si acaso, nos salvar a nosotros mismos. Estas sabias palabras me las dijo nuestro nio santo, el pequeo Dragn, y he meditado en ellas y slo unos pocos hijos de Dios se han entregado a l. Pero quiero recalcar que en todos estos miles de siglos que han pasado y a pesar de mandar millones de hombres a la Tierra, nicamente se requiere de una sola mano para contarlos; con esto no quiero decir que no existieron hombres santos ni sabios: ellos tambin dejaron su legado a la humanidad haciendo de muchos hombres, hombres de bien, salvndolos particular e individualmente del mal. Sin embargo, el plan de dios no es para que unos cuantos sean felices, sino para que toda la humanidad alcance la dicha. ste es el plan universal de Dios y hasta ahora todos ustedes lo han seguido; solamente esperemos que el mal no invada nuestro corazn y

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mente, alejndonos de l y de su obra. Ahora bien, dir los nombres de los escogidos, para nuestra gracia y bien de la humanidad; pero si alguien piensa que Dios le tiene otra misin y no quiere seguir adelante, que se levante y se retire, pues no habr ningn rencor o mal pensamiento haca l y ser respetada su voluntad, que tambin es la de Dios, pues no hay nada que Dios no quiera o se haga sin saberlo l; as que es mejor ahora, pues adonde van es muy lejos y lleno de peligros y les tomara aos ir y volver, y muchos tal vez no regresen. Al decir esto se empezaron a levantar muchos hombre, algunos diciendo: Perdn maestros, pero s me voy, pues no hay quien vea por mi familia, mientras que otros decan que ya tenan compromisos con otras iglesias, pero el maestro los interrumpi dicindoles: Por favor, no digan nada; los entiendo cualquiera que sea su explicacin, pero si ustedes en su corazn as lo sienten, est bien; recuerden que tal vez Dios tiene un plan diferente para cada uno de ustedes. Como siempre, vayan con Dios y su santa paz. As partieron casi todos, aunque el Lama tena una sonrisa, como si algo le causara jbilo, pues los que quedaron eran tan solo unos cuantos de los treinta o ms invitados. Perdn maestro dijo el maestro Chino de las artes marciales Wan Tsu Lim, no entiendo su sonrisa. Yo, como general, si mis tropas desertaran me sentira triste, pero usted creo que se pone ms contento a medida que se van casi todos. Claro, hijo, fueron muchos los invitados, pero muchos menos sern los escogidos; sin embargo me da gusto que ustedes desde el principio fueron los elegidos y slo unos pocos de los que aqu se quedaron sern excluidos por razones que tal vez nunca las podamos explicar, pero es el designio de Dios; por

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eso pongan atencin entonces se levant el Lama y solemnemente dijo: maestro Zali Ram Tai, de las tierras del tigre y el elefante, maestro de las bestias y del culto de la luz, marchars con nuestro joven dragn. ste, en cuanto oy su nombre, de un salto se puso de pie y con una rodilla en el suelo dijo: A tus pies mis armas y conocimiento, al igual que mi vida: son tuyas y estn a tu disposicin. Zali, quien vena de las tierras selvticas que hoy se conocen como Tailandia, al decir esto se aline paso atrs junto al pequeo nio y su familia. El Lama se dirigi al maestro Abdul Olmec, el de las tierras donde Dios cre a todas las criaturas y las plantas diseminndolas por todo el mundo, y donde est y saldr la cura para los males de la humanidad (frica), a quien le dijo: T sers su mdico y consejero; ve con l y protgelo de los males que no vemos. Enseguida se levant el maestro de frica y con una mano en el pecho se inclin ante el nio y solamente se irgui cuando ste le dijo: Ven a mi lado y llevemos salud a las tierras a las que vamos. l tambin se par al lado de Zali y atrs del elegido. El Lama continu: Maestro Majal Jalil, de las tierras santas donde los hombres se vuelven ngeles y filsofos; t que eres maestro en el control del cuerpo y la meditacin, te pido que los acompaes y que tu paciencia los invada en este viaje tan largo. El maestro Majal Jalil, quien vena de lo que hoy conocemos como la India, se puso de pie y dijo: Gracias por aceptarme con ustedes, estoy a sus pies. Al decir esto se hinc y pos su cabeza en el suelo en seal de respeto. El nio

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nicamente le pidi que se levantara y se acercara, y l obedientemente se aline con los dems para que el Lama continuara. Maestro Balk Poo de las tierras de Maya, nuestra madre naturaleza a la que slo aquellos guiados por Dios encuentran, pues est ms all del gran mar y de donde se oculta el sol; t y el maestro Uriel, quien proviene de las tierras inaccesibles para el hombre comn y que solamente cuando ste alcance su evolucin espiritual podr entrar a esos cielos, pues por ahora nicamente los iniciados la pueden visitar, ya que el hombre comn y pecador se volvera loco por la gran sabidura que all se profesa; ustedes son los grandes maestros que acompaarn al pequeo dragn y a su padre en esta gran odisea. Todos los dems tenemos una misin aqu y cada uno en sus diferentes tierras, y debemos sacrificarnos por el bien de todo y de todos; as que dejmosles ir con nuestra bendicin. Los ah presentes se entristecieron al escuchar el llanto de la madre del pequeo nio, pero pronto comprendieron que ella y sus otros hijos tenan su propia misin y saban que tenan que esperar por l y que la mejor forma de ayudarlo era con lo que haban aprendido en estos aos: que el amor y la bondad les abrira el camino a ellos y a l. La familia se reuni y en un largo abrazo, lloraron y se despidieron. Entonces el pequeo dragn les dijo a sus familiares: No lloren; saben que Dios nos reunir otra vez y yo s que esto har que la maldad que obscurece los corazones de la humanidad se aleje y no permita que avance a la gran oscuridad del abismo. Ve, hijo mo respondi su madre; no te mortifiques por nosotros, y t, esposo mo, pretjelo; y ustedes, maestros, edquenlo con su sabidura, pero sobre todo mustrenle el camino de amor que tanta falta le hace a esta dolida

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humanidad. Enseguida todos formaron un semicrculo y exclamaron: Con nuestra vida los honraremos! Viva el escogido de nuestro seor! Entonces se escuch una voz como el trueno, y era del maestro ermitao descendiente de los Atlantes, quien les dijo: Hermano, yo tambin estar con ustedes, pero marchar por un camino paralelo y solamente me vern en los momentos ms difciles que requieran mi ayuda; bueno, si no dispone otra cosa el pequeo maestro. As sea, maestro dijo el nio con su sonrisa eterna. Al da siguiente, muy temprano el sol empezaba a salir y todo el pueblo ya esperaba a los emigrantes. Una gran multitud que haban llegado de todas partes de la comarca los esperaba, pues su fama creca como la espuma, lo cual no era muy bueno para ellos ni para los monjes, pues era su lugar de meditacin y retiro espiritual al que slo llegaban en el verano algunas personas en busca de curacin y consejo de los hombres santos. Por ello, lo que menos queran era que perturbaran su paz, aunque entonces no saban que esta aldea, inexistente para muchos, se convertira en un futuro capital del Tbet, donde se construiran los monasterios ms bellos del pas, y que pasara de ser un lugar inhspito y alejado de todo y todos, donde solamente los monjes solan ir a meditar, a ser un lugar santo a nivel mundial. De manera que todos estaban esperando al pequeo Buda cuando se escuch una exclamacin de la multitud al salir los emigrantes ataviados con sus trajes de grandes maestros, con los que imponan un gran respeto. Y as fueron saliendo de la potala del gran Lama. Todos queran verlos, pero cuando apareci el nio, vestido tan slo con una sencilla tnica blanca, todos se postraron ante su presencia por primera vez, pues era impactante como la de un dios, al grado que

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pocos se atrevan a verlo ya que su vestimenta pareca enceguecer por una extraa luz blanca que emanaba de todo su ser. l, orgulloso, les mostr la bella piedra que le haba regalado el rey de Burka, la cual traa colgando en su pecho y que con el sol de la maana despidi un hermoso destello, como si un arco iris saliera del corazn del nio. Y fue as que partieron a las tierras desconocidas de la civilizacin Maya, al otro lado del mundo, donde les esperaban las ms grandes aventuras jams vividas por hombre alguno.

MANCHURIA, LA TRAVESA

El pequeo grupo de siete hombres y el nio avanzaron por toda la China rumbo al norte, milagrosamente sin peligros de consideracin. Los meses pasaron y el invierno estaba cerca cuando llegaron a las tierras que se conocen como la Manchuria, donde se supona que encontraran a un hombre que conoca la gran zona Maya. Maestro, creo que sera bueno tomar un descanso, los caballos estn a punto de caer de cansancio dijo el pequeo dragn.Est bien, mi nio contest el maestro Uriel, aqu descansaremos y maana estaremos llegando a la costa de Manchuria, donde se encuentra el gran ocano que debemos cruzar; pero antes debemos encontrar al maestro y guerrero de la tierra del sol (Japn), y por lo que veo ya est cerca pues nuestro bello lucero y gua se ha detenido sobre aquellos montes. As es dijo Balk Poo, del otro lado est el mar y Noshiro ya debe haber visto el lucero y pronto deber aparecer con su gente. Descansemos y comamos,

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hermanos, que maana ser otro da. Muy temprano todos estaban listos para partir, cuando a lo lejos vieron venir cinco jinetes a todo galope. Como les dije, ah viene nuestro amigo dijo Balk Poo. Siempre atento a los astros y designios del cielo, al poco tiempo lleg Noshiro con sus ayudantes, y desmontando sus caballos se postraron ante ellos. Levantaos, hermanos, y sean bienvenidos dijo Uriel, mientras que Noshiro les deca a sus ayudantes en su idioma que se levantaran. Entonces se dirigi a los maestros dicindoles: Maestros, perdn que no les haya enseado a estos hombres el idioma madre de nuestros antepasados, pero son muy brutos y con trabajos entienden su idioma natural. No te preocupes respondi Uriel, pocos son ya los que entienden el idioma de los Atlantes, y slo te puedo decir que se ha convertido en una lengua muerta y secreta por estas partes del mundo. Efectivamente, Uriel, pero a donde vamos toda una nacin lo habla dijo Balk Poo. Ahora partamos pues ya ansi ver el gran mar. As avanzaron hasta llegar a orillas del gran ocano, como lo llamaban los antiguos navegantes. Bienvenidos, maestros, por fin estamos en mi pequeo pueblo donde tendremos que pasar un inverno muy crudo, pues mi gente llegar hasta principios del verano en la Nao china (pequeo barco chino). No te preocupes Noshiro, sabemos de todos los problemas que has deber tenido para convencer a los marinos chinos de ir hasta el fin del mundo. As es, maestro Uriel, pero aqu esperaremos antes de cruzar a la gran isla

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(Japn) de donde soy originario y desde donde partiremos a la tierra de los maestros de las estrellas; pero eso ser cuando el clima sea benigno. Mientras tanto el tiempo pas y el pequeo dragn segua sus estudios por estas tierras, cuyos habitantes estaban maravillados por los milagros all realizados por todos, pero en especial por el pequeo dragn. Y as llego el verano y con l la nave china que los llevara al Nuevo Mundo. Cruzaron en unos pequeos botes el mar desde las costas de Manchuria hasta llegar a la gran isla y luego recorrieron todo el Japn desde Sapporo hasta el pueblo de Ktushu, donde los esperaban los marineros chinos y la Nao. Balk Poo y Uriel por lo regular eran los intrpretes, pues eran quienes ms conocan los idiomas del viejo mundo. El capitn de la Nao china se prepar para zarpar. Muy bien seores dijo el capitn, estamos listos para el viaje; pero antes debo pagar a mi gente lo prometido, as que espero que tengan el oro que convenimos, ya que debemos drselo a sus familias, por si acaso no regresamos. No se preocupe capitn le respondieron, se le dar lo prometido en oro, y cuando regresen se les dar tambin una compensacin en oro. El pequeo dragn entr a una choza y pidi que le trajeran los desperdicios de metal de la herrera del pueblo y que le dejaran solo. Una vez a solas, tom su gema sacndola de un saquito donde la tena guardada y orando se la coloc en su pecho pronunciando estas palabras: YTZEEN KAAN YTZEIN MUAYAL; repentinamente el cuarto donde estaba se ilumin y una luz entre dorada y rosa salio de la gema que tena en el pecho, y al tocar los restos de metal que all se encontraban, stos se convirtieron en oro puro. Al poco rato sali de la choza el nio y les dijo a los presentes: Entren y tomen lo justo, y lo que sobre que sea para la prosperidad de todas las

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familias de este bello puerto. Todo mundo se maravill pensando que era un gran mago y nadie supo cmo lo hizo, pues ninguno vio cmo lo realiz, pues en realidad no tena nada cuando entr a la choza, salvo la gema que llevaba colgando al pecho oculta en un saquito para que no la vieran los pecadores. Poco despus todos abordaron la pequea embarcacin, la cual no pasaba de 270 pies de largo, muy pequea en verdad para la gran travesa que pretendan hacer; sin embargo, todos confiaban en los experimentados marineros, a quienes en sus juventudes y por azar del destino una tormenta los haba llevado a las corrientes del gran ocano (hoy Ocano Pacfico), llegando as a esas lejanas tierras del nuevo mundo, prometiendo no revelar su ubicacin, pues sus benefactores aparte de curarlos y darles alimentos, les regalaron piedras preciosas, dicindoles: nicamente ustedes podrn volver y sern bienvenidos, pero con la condicin de que un da traigan al que la profeca dice que llegar del mar, pero que es el hijo del sol. El capitn le dijo a Noshiro: Siempre ha sido usted un hombre recto, pero ahora que veo con mis propios ojos a este nio y sus proezas, y de quien dice usted que es la reencarnacin de Buda, adems de que los del nuevo mundo me dijeron que yo lo traera a estas tierras, no me queda ms que pedirle perdn a usted y a ellos, pues nunca les cre; ms bien pensaba que estaban locos. No se preocupe capitn le dijo Noshiro, aunque en este momento presiento peligro. Ser mejor apresurar a todos, capitn. Ya oyeron al capitn Noshiro respondi el capitn de la Nao. La carga y todos estamos listos, capitn! contestaron los marineros. Bien, pero de aqu en adelante slo usted ser el capitn y yo solamente

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Noshiro, su navegante y gua; recurdelo: slo usted manda, capitn. Ahora es mejor partir lo antes posible, porque empiezo a percibir la codicia de algunos hombres y tal vez quieran secuestrar a nuestro protegido. Apenas haban abordado la Nao y soltado las amarras del barco, cuando de la nada surgi una turba de maleantes dispuestos a raptar al nio para sacarle el secreto del oro, corriendo rpidamente para detener la Nao china. Entonces Noshiro, Zali Ram Tai y Wan Tzu Lim saltaron al muelle para detenerlos, enfrentndolos ellos tres nicamente con sus varas de bamb, y les propinaron una paliza como nunca se haba visto, pues ms de una veintena de hombres quedaron tirados en el muelle. A su vez ellos corrieron y saltaron a la embarcacin en el momento que se alejaba del muelle. El nio, que estaba dentro de la pequea cabina del capitn, pregunt: Qu pasa?, se oye mucho alboroto. No te preocupes le contest Uriel; y viendo a sus tres protectores les hizo una seal para que guardaran silencio. Es la muchedumbre que est agitada por la calurosa despedida que nos acaban de dar. Ah, vaya respondi el nio, qu rara es la gente en todo el mundo; jurara que ms que gritos de jbilo eran gemidos de dolor. Pero, bueno, mucha gente llora en las despedidas an sin conocer a quines despide. As es coment uno de los tres, en mi tierra pagan para que la gente llore en los funerales, y al parecer aqu es igual. As es, mi nio, la gente es rara le dijo Uriel; culturas van y vienen, pero las pasiones bajas es lo que las vuelve iguales: la avaricia, el poder, el sexo y, desde luego, la ignorancia. Pero por ahora descansen usted y su padre, mi nio, que el viaje es largo.

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Pronto se alejaron de la costa tomando las fuertes corrientes del Pacfico. Los marineros y su valiente capitn, conocedores de la ruta, paraban y pernoctaban sin detenerse mucho tiempo en las pequeas islas para abastecerse de agua y vveres, y nuevamente se hacan a la mar sin importarles el clima, ya que confiaban en los maestros quienes se ponan de acuerdo en si el tiempo era propicio para navegar o no. Y en verdad sus predicciones siempre se cumplan. Si decan, por ejemplo, no hay nubes pero va a llover, llova, y si decan que las nubes presagiaban mal tiempo pero que no pasara nada, que todo iba a estar bien, suceda tal como ellos decan, y fue as que los marineros empezaron a confiar en ellos casi a ciegas. Sin embargo, un da bello y soleado los marineros dijeron: Esta vez tenemos que ir a la buena de Dios. Nadie comprendi por qu decan eso y fue cuando una tormenta huracanada apareci repentinamente y los desvi de su camino, alejndolos cada da ms del Mayab, y sin saber cmo, la fuerte tormenta los arroj cerca de las costas del Per. Perdidos y sin avistar an las costas, comenzaron a rendirse, por lo que el capitn se dirigi a los maestros dicindoles: Maestros, qu hacemos? No creo que resista ms la Nao; las olas son enormes, la Nao est a punto de partirse en dos y mis hombres ya estn exhaustos de tantos das de lucha con la tormenta. Creo que muy pronto vamos a caer muertos de cansancio! Est bien, capitn le dijo el Pequeo Dragn, dgales a sus marineros que todos se amarren, incluso ustedes maestros, pues la lucha va ser dura con esta tormenta, la cual est dirigida por una fuerza obscura y nos ha desviado muy al sur de nuestro destino. Pero tenemos que enfrentarla sin miedo y sin titubeos, por lo que voy a necesitar su concentracin maestros, para poner en prctica sus

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enseanzas! Todos cumplieron la orden del que ahora era un hermoso joven, pues ese da cumpla casualmente 18 aos de edad. Todos estamos amarrados, slo faltas t, hijo! No te preocupes padre, pero tengo que salir ahora! El viento silbaba y los truenos eran ensordecedores; todos le gritaban que sera su muerte y el capitn a gritos les deca: Si de todos modos moriremos pronto, por qu mejor no te quedas y aceptas lo inevitable junto con tu padre?, y as por lo menos estars junto a l cuando llegue el momento! Al or esto Uriel le grit al capitn: Tengmosle fe a nuestro protegido, que l sabr protegernos de las fuerzas obscuras. En ese momento se sala el joven valiente de la pequea cabina del capitn, enfr