las emociones

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Page 1: Las emociones

Las emociones resultan de la

actividad del sistema nervio-

so, al igual que los movi-

mientos voluntarios. Las

emociones proporcionan el

“color” al comportamiento, y

son necesarias para la super-

vivencia del individuo, por

ejemplo la rabia o la agresi-

vidad permite al sujeto en-

frentarse con un enemigo, o

si el sistema nervioso juzga

que el enemigo es demasiado

peligroso sustituye la rabia

por miedo para que se pueda

escapar de él.

La emoción tiene dos compo-

nentes: uno es la sensación

subjetiva que sentimos en

nuestro interior. El otro com-

ponente es la manifestación

externa de la emoción. A ve-

ces es posible separar los dos

componentes, por ejemplo,

un actor puede simular to-

das las manifestaciones de

una emoción sin realmente

sentirla. Eso indica que es-

tos dos aspectos de la emo-

ción pueden residir en regio-

nes separadas del sistema

nervioso.

Primeramente, el sistema

nervioso debe determinar

cuál es la emoción adecuada

en cada caso. Esto lo realiza,

al menos en parte, una es-

tructura llamada amígdala

cerebral. La corteza cerebral

envía una copia de la infor-

mación sensorial que recibe

a la amígdala, y esta decide

si el estímulo es amenaza-

dor, y si se debe responder

a él con agresividad o mie-

do. Los animales que tienen

lesionada la amígdala cere-

bral se vuelven mansos por-

que pierden toda la agresi-

vidad, y tampoco son capa-

ces de mostrar miedo ante

estímulos que normalmente

les asustarían. Parece que

en la amígdala se originan

las emociones del miedo y la

furia, pero no las emociones

agradables, como la alegría

o la felicidad. En dónde se

originan estas no se conoce.

Una vez que la amígdala ha

decidido que el estímulo

requiere una respuesta de

miedo o rabia, envía señales

a otros lugares del cerebro

para poner en marcha los

distintos componentes de

estas emociones. Por un

lado, envía señales a la cor-

teza cerebral para desenca-

denar la emoción subjetiva

interna, y por otro lado des-

encadena la expresión ex-

terna de la misma. Supon-

gamos que vamos por una

calle de noche y vemos una

sombra detrás de una es-

quina. Inmediatamente se

acelera el corazón, la respi-

ración se convierte en un

jadeo, y un sudor frío nos

cubre la piel. El vello se

eriza y se nos pone la

“carne de gallina” y senti-

mos un nudo en el estómago.

Si lo consideramos detenida-

mente, muchos de estos cam-

bios resultan lógicos para

enfrentarse a una amenaza:

el aumento de la frecuencia

cardiaca y respiratoria per-

mite aportar más oxígeno a

los músculos, en el caso de

que haya que hacer un es-

fuerzo, como salir corriendo.

El sudor permite eliminar el

exceso de calor que se produ-

cirá con ese esfuerzo. La pi-

loerección o erizamiento del

pelo no tiene mucha utilidad

en humanos, pero en anima-

les con pelaje tupido les hace

parecer más grandes, lo que

puede atemorizar a un posi-

ble enemigo.

En el interior del ce-

rebro, lo que ha sucedido es

que la corteza visual ha en-

viado la imagen de la sombra

a la amígdala, esta ha decidi-

do que representa una posi-

ble amenaza, y a su vez ha

enviado la orden al hipotála-

mo para que ponga en mar-

cha todo el sistema de emer-

gencia ante un peligro.

Las emociones

Las emociones Biología tercero medio

Las emociones

tienen un

componente de

experiencia

interna y un

componente de

manifestación

externa.

Las emociones

de miedo o

rabia se ori-

ginan en la

amígdala ce-

rebral

Page 2: Las emociones

El llamado “detector de

mentiras” o “máquina

de la verdad” se basa en

detectar algunos de los cam-

bios fisiológicos que acompa-

ñan a los cambios emociona-

les. La ansiedad aumenta la

transpiración en la piel, eso

deposita sales en la misma y

aumenta su conductividad

eléctrica, que se mide hacien-

do pasar una corriente entre

dos electrodos colocados sobre

la piel. La ansiedad también

aumenta la frecuencia de la

respiración, esta se mide con

una banda colocada alrededor

del tórax, y la frecuencia car-

diaca, que puede medirse re-

gistrando el pulso en un dedo.

Se supone que cuando el suje-

to miente se produce ansie-

dad, que se reflejará en cam-

bios en las variables registra-

das.

Hay que tener en cuenta que

el detector no mide realmente

la “verdad” o “mentira”, sino

los cambios fisiológicos

que acompañan a las

emociones. Un sujeto

con un alto grado de

autocontrol puede con-

seguir suprimir sus

emociones aunque esté

mintiendo, y al contra-

rio, un sujeto puede

sufrir ansiedad solo

por el hecho de ser in-

terrogado, aunque diga

la verdad. Se admite que el

detector es más fiable en los

negativos que en los positivos,

es decir, si el detector indica

que el sujeto está diciendo la

verdad es muy probable que

así sea, en cambio, si indica

que miente es mucho menos

seguro.

tico aumenta la frecuencia de los

latidos del corazón, y la fuerza

de su contracción, el parasimpá-

tico en cambio los reduce. En los

pulmones el parasimpático pro-

duce contracción de los bron-

quios y el simpático los relaja, y

así sucesivamente en casi todas

las vísceras.

Cuando se produce una

emoción intensa se produce acti-

vación, primordialmente, del

simpático. El simpático produce

muchos de los cambios emociona-

les que acompañan a las emocio-

nes, como el aumento de la fre-

cuencia cardiaca y de la presión

arterial, la sudoración, etc.

Además se estimula la médula

suprarrenal, que libera a la san-

El sistema nervioso tiene una

sección especial dedicada al con-

trol de las vísceras, como el co-

razón, el aparato digestivo, etc.

Se pensaba que esta sección fun-

cionaba de manera separada del

resto del sistema nervioso, por

eso se le llamó sistema nervioso

autónomo. Hoy sabemos que en

realidad funciona de forma coor-

dinada con el resto del sistema

nervioso. A su vez, el sistema

nervioso autónomo se divide en

dos partes: el sistema simpático

y el parasimpático. Casi todas

las vísceras reciben fibras ner-

viosas simpáticas y parasimpáti-

cas, y estos dos tipos de fibras

tienen efectos contrarios: Por

ejemplo, en el corazón el simpá-

gre la hormona adrenalina. Esta

hormona tiene efectos muy pare-

cidos a los de la activación simpá-

tica, y refuerza y complementa

sus efectos. Sin embargo, el

simpático no es el único medio

que utiliza el hipotálamo para

producir estos cambios. El hipo-

tálamo además estimula la secre-

ción de glucocorticoides por la cor-

teza suprarrenal, que son las hor-

monas que preparan al organismo

para sufrir un estrés o agresión

¿ Sabías que…?

Emociones y sistema nervioso autónomo

Page 2 Las emociones

Hay que tener en cuenta que el detector no mide

realmente la “verdad” o “mentira”, sino los cambios

fisiológicos que acompañan a las emociones.

En las emociones se

produce activación del

sistema nervioso autó-

nomo simpático

Page 3: Las emociones

En los años 50, el neurofisiólo-go James Olds realizó unos ex-

perimentos con ratas, en los que

se les implantaba un electrodo en ciertos lugares del cerebro.

Tras la im-

plantación,

cuando el animal estaba

recuperado,

se conectaba este electrodo

a una palan-

ca, de manera que cuando la

rata pulsaba

la palanca

recibía una pequeña co-

rriente eléc-

trica en el cerebro. Se observó que cuando el electrodo estaba

colocado en determinados luga-

res, la rata pulsaba la palanca continuamente, hasta incluso

dejaba de comer para seguir

pulsándola. Entonces se pensó

que la estimulación en estos lugares producía placer muy

intenso, hoy en cambio se pien-

sa que la estimulación no pro-duce placer, sino que tiende a

reforzar el comportamiento que

se estaba produciendo en ese

momento, y hace que se repita. Estos centros nerviosos

forman el llamado sis-

tema de recompensa y el neurotransmisor fun-

damental en su funcio-

namiento es la dopami-

na. Este sistema sirve

para modelar la con-

ducta del animal de

forma adecuada a su supervivencia. Supon-

gamos que el animal encuentra

algo que es beneficioso para él,

como una porción de comida. Entonces se activa el sistema de

recompensa cerebral y se libera

dopamina en su cerebro, y eso hace que el animal tienda a repe-

tir el compor-

tamiento que

estaba reali-zando en ese

momento, y

que es el que le ha llevado

a encontrar

alimento. Cuando se

implanta un

electrodo en

esos centros nerviosos,

cada vez que

la rata pulsa la palanca se activan el sistema de recompensa por la

estimulación eléctrica y se libera

dopamina, y la rata tiende a repe-tir la conducta que realizaba en

ese momento, que era pulsar la

palanca, aunque en este caso no

le ha producido nada útil.

Algunas sustancias son capa-

ces de aumentar la actividad de la dopamina, de forma directa o

indirecta. Entre estas sustan-

cias potenciadoras de la dopa-

mina están los derivados del opio, como la morfina o la

heroína, las anfetaminas

y la cocaína, los barbitú-

ricos, el alcohol o la nico-

tina. Todas estas sustan-

cias tienen en común que pueden producir adicción.

Se supone que cuando el

adicto consume alguna de

estas sustancias se activa el sistema de recompensa,

y se refuerza esa conducta de

manera que tiende a repetir la

toma de la droga, igual que la rata con los electrodos im-

plantados tiende a seguir

apretando la palanca. Esta teoría explica varios aspectos

de la adicción, por ejemplo,

aunque algunas drogas produ-

cen una sensación placentera, esa sensación suele disminuir

con el tiempo, en cambio la

necesidad de tomar la droga se hace cada vez más fuerte.

A veces, esa necesidad resulta

inexplicable para el propio adicto. Por otro lado, parece

que se producen cambios per-

manentes en el cerebro, de

forma que la tendencia a to-mar la droga no desaparece

del todo nunca. Por eso los

adictos están toda su vida en peligro de recaer en la adic-

ción, aunque lleven mucho

tiempo sin tener contacto con la droga .

El sistema de recompensa o “Centro del placer” y la adicción

En el llamado

sistema de

recompensa, el

neurotransmisor

fundamental en

su

funcionamiento

es la dopamina.

Volume 1, Issue 1 Page 3