LA VERDADERA HISTORIA DE OSHO (Introducción) Traducción: Pablo Briand 25 AÑOS DESPUES DE DESINTEGRADA LA COMUNIDAD, LA VERDAD SALE A LA LUZ : Por: Les Zaitz, de The Oregonian.

En un casi increíble capítulo de la historia de Oregon, un gurú de la India reunió 2000 adeptos para vivir en un remoto rancho al este de Oregon. El sueño colapsó hace 25 años entre intentos de asesinato, cargos criminales y deportaciones. Pero la verdadera historia nunca se publicó. Con este primer acceso a los archivos del gobierno, y el deseo de algunos participantes de hablar por primera vez, hoy vemos claramente que las cosas fueron peor de lo que pensamos. Lo que sigue es una mirada interior –basada en declaraciones de testigos, transcripciones del Gran Jurado, reportes policiales, registros de la Corte y flamantes interviews- de cómo los líderes de Rajneesh trataron de burlar las leyes territoriales, de inmigración y fiscales, terminando en decidir asesinar a la gente de Oregon para salvar su utopía religiosa.

COMIENZA LA HISTORIA: Ma Anand Puja se detuvo frente al Hospital St. Vincent una noche de verano de 1985, tratando de encontrar a James Comini. La enfermera filipina estaba allí para matar al político rural de Oregon, recuperado de una operación del oído en el Hospital de Portland. Llevaba una jeringa para inyectar una mezcla en el tubo intravenoso de Comini que pararía su corazón. Pero una vez que llegó al 7º piso de la sala de terapia intensiva, encontró que Comini no estaba entubado. Frustrada, salió rápido del hospital, se subió a un auto que la esperaba en la puerta, y volvió a casa. Su destino: el Rajneesh Ranch, un campamento espiritual a 200 millas del hospital, en el este de Oregon. La base para Bhagwan Shree Rajneesh, un gurú de la India y sus 2000 adoradores. El intento de asesinato fue uno de los tantos complots para salvar el imperio del gurú. Los Rajneeshes estaban en Oregon desde hacía 4 años. Miles de seguidores vestidos de rojo, trabajando sin paga, idolatrando a un hombre de calvicie avanzada que se sentaba silencioso frente a ellos. Tomaron un desvencijado rancho para construir su utopía religiosa. Formaron una ciudad y se apoderaron de otra, y compraron un Rolls Royce tras otro para el gurú: 93 en total. En su estadía, hicieron montones de enemigos. Eran poco simpáticos para pedir favores al gobierno y a la comunidad. A veces los oregonianos retrocedieron, bajo amenazas.

Ambos bandos comenzaron a pelear, incluso públicamente, en diarios y medios televisivos y radiales. Tres meses después de este complot de asesinato, la secta se derrumbó y sus secretos salieron a la luz. Estos Rajneeshes han ejecutado el más grande ataque de bioterrorismo en la historia de los EEUU, envenenando no menos de 700 personas. Y su fraude inmigratorio al cobijar extranjeros ilegales y venderles residencias no tuvo igual en números. Las revelaciones trajeron cargos criminales, persecuciones por todo el mundo, y encarcelamientos. Pero hay todavía mucho más. Los archivos del gobierno guardados hasta ahora bajo secreto de sumario y los nuevos interviews con ex-Rajneeshes, traen una nueva visión de lo que pasó en el rancho hace un cuarto de siglo. UN NUEVO COMIENZO Bhagwan Shree Rajneesh (Osho) necesitaba un nuevo lugar para construir su comunidad internacional. En la India, trabajaba como profesor de filosofía en un pequeño pueblo, hasta que descubrió que la iluminación daba mejores rendimientos. Construyó una empresa atrayendo gente de Occidente a sus conferencias y terapias de grupo. Gente que buscaba sentido a sus vidas, volviendo de la guerra de Vietnam, y con una economía mundial en plena crisis. Y Rajneesh hizo una combinación de espiritualidad y libertad sexual, tratando de garantizar publicidad para su marca. Las autoridades del gobierno de la India se le fueron encima enseguida, por su conducta ilegal, que incluía contrabando y fraude fiscal. El gurú escapó rápidamente, cayendo en un viejo rancho en la otra mitad del planeta. El primer contingente de seguidores llegó en el verano de 1981, pero no pudieron escapar de ser notados enseguida. Vestían de rojo o naranja, y llevaban colgantes con la foto del gurú. Establecerse en Oregon fue el trabajo de la Jefa de su staff, Ma Anand Sheela, de 31 años entonces. Una nativa de la India, nacida en el seno de una familia privilegiada como Sheela Patel. Ella no buscaba iluminación. Estaba necesitada y hambrienta de poder, el mejor instrumento para las ambiciones del gurú. De un hablar suave y melodioso, Sheela conquistó a los rancheros y políticos de Oregon. Hizo fiestas y bailes en Madras donde los cowboys bailaron hasta el anochecer. Ella quería levantar edificios, almacenes, depósitos y viviendas para los seguidores. Los negocios de la India se habían mudado al rancho.

Ansiosa por cerrar el trato, cerró la escritura de los 64.000 acres sin consultar una cláusula territorial importante. No se dio cuenta que el Estado limitaba cuánta gente y cuántos edificios podían ser emplazados en el rancho. Pero ya era tarde. El dinero fue pagado, el gurú hizo sus maletas, y millares de Sannyasins esperaban su casa y su comida. En India, el soborno y la trampa eran moneda corriente. Por qué iba a ser distinto en Oregon? Sheela se reunió con los planificadores rurales del gobierno (Wasco County Planners) en el verano de 1981. Solamente autorizaban vivienda para granjeros y sus familias. Llevó a la reunión a su marido, un banquero de New York llamado John Shelfer, conocido en el rancho como Swami Jay. Y a David Knapp, un médico californiano conocido como Swami Krishna Deva. En la reunión, ella no mencionó ninguna afiliación con la secta. Se presentaron con ropas civiles, y sus nombres verdaderos. Le dijo a los planificadores que pensaba operar una comunidad de granjeros. Los trabajadores serían traídos para recultivar las tierras abandonadas. Necesitaban alojamiento para los granjeros. En el meeting estaba Dan Durow, un empleado que hacía un mes trabajaba en Wasco County. Por su procedencia campesina del oeste, era un hombre confiado y afable, y estaba intrigado por la idea de una comunidad de granjeros. Discutieron acerca de que el rancho podría albergar unos 150 trabajadores. Pero los tres visitantes no dejaban claro a quién representaban. Ustedes son una organización religiosa? –preguntó Durow. No, - contestó Sheela rápido- somos simples granjeros. Celebramos la alegría de vivir. En los siguientes meses, Durow viajó varias veces al rancho para monitorear los desarrollos de los trabajos. Descubrió casas modulares de cuatro habitaciones que eran sólo dormitorios, sin cocina ni living-room. Los Rajneeshes, alertados por sus visitas, rutinariamente escondían pilas de colchones para disimular la cantidad real de gente que vivía allí. GANANDO ENEMIGOS Para ampliar sus límites, los Rajneeshes se mudaron a tierras vecinas para formar su propia ciudad. Para ello, los abogados les advirtieron que necesitaban las firmas de 1000 vecinos amigos de Oregon. Sheela explicó que los trabajos se habían vuelto más grandes de lo esperado, y necesitaban más vivienda para alojar más gente. Los abogados del Dpto. Ambiental del gobierno aplaudieron la idea de restaurar la tierra, pero les dijeron que no veían la necesidad de construir una ciudad para eso. Levantar un

area urbana en medio de una operación agrícola no tenía sentido. Sheela les preguntó si su opinión podría cambiar si conseguía reunir una importante contribución por medio de 1000 trabajadores. La respuesta fue no. Sheela regresó ofuscada. Antes de irse, les dijo irónicamente que sería mejor cambiar sus muebles antiguos y humildes. A partir de allí, comenzó la batalla. La organización lanzó una agresiva campaña para la formación de una nueva ciudad. Entrenada por su gurú, Sheela se presentaba en TV diciendo que el gobierno estaba más interesado en destruir una religión que en proteger la tierra. La batalla duró años. Sheela daba escandalosos discursos en los medios y con su lengua aguda y afilada atacaba permanente a los antiguos residentes del pueblo vecino.

Pronto su conducta molestó a otros líderes del Rajsheen. Krishna Deva y Ma Yoga Vidya, una matemática que en realidad se llamaba Ann McCarthy, fueron a quejarse al gurú. Le dijeron que la conducta de Sheela les traería mayores problemas. Rajneesh hizo como que los escuchaba, pero no les contestó nada. Al día siguiente, Sheela se presentó ante el gurú y exigió que éste llamara a Vidya. Y ahora entonces el gurú sí tuvo algo que decir: le dijo a Vidya, que era la presidente de la comuna, que Sheela era su representante personal, y que cuando ella hablaba, hablaba por él. Le recomendó a Vidya jamás desafiar a Sheela y que hiciera esta instrucción extensiva a los demás miembros.

Los Rajneeshes se sorprendieron: ellos creían que el gurú sólo se ocupaba de cosas espirituales y estaba alejado de lo cotidiano en la comunidad, como un hombre iluminado que llevaba su sabiduría al rancho, pero quedó claro que sabía perfectamente todo lo que estaba ocurriendo y lo controlaba meticulosamente.

LA VERDADERA HISTORIA DE OSHO (2a PARTE) Por Les Zaitz COMIENZA EL HORROR; LA COMUNIDAD AL ATAQUE.

No todo podía ser controlado por el gurú en la comunidad. Se comenzaron a formar grupos de poder independientes. Como el grupo liderado por el médico personal y dentista de Rajneesh. Su independencia irritaba a los líderes comunales, pero especialmente encrespaba a Sheela. También llegó al rancho Big Moody, en 1984, un grupo de millonarios californianos que hicieron importantes donaciones. Entre ellos, Françoise Ruddy, cuyo marido fue el productor de El Padrino, y John Wally, un médico que había hecho una fortuna con una cadena de salas de emergencia. Ella fue Ma Prem Hasya; él, Swami Dyam John. Se instalaron en viviendas lujosas, aparte de los demás adeptos, trayendo muebles caros, obras de arte, y un Jaguar. No compartían la comida del rancho, salían a hacer sus propias compras. Atrajeron la atención del gurú de inmediato, quien los miraba con complacencia. Hasya se divorció de su esposo productor de cine y se casó con el médico del gurú.

Sheela los vio como una amenaza para la comunidad y para el gurú, y un peligro para su propio poder. Los separó en casas alejadas e intentó reemplazar al médico del gurú. Les puso micrófonos ocultos y equipos de grabación. E instaló un “botón de pánico” en una de las patas de la mesa del gurú. Pronto toda esta situación comenzó a molestar al gurú. Reunió a sus principales líderes y sermoneó delante de todos a Sheela. Le dijo que el centro de atención de la comunidad era la casa de él y no la de ella. Luego se volvió hacia los otros y les dijo: “Todo el que se acerque a mí se convierte inevitablemente en un blanco para Sheela”. Y profetizó: “Dos de los que están ahora sentados cerca mío están marcados para morir muy pronto”.

La llamada desde su hogar asustó a Bill Hulse, un comisionado de la Wasco County y ranchero sembrador de trigo. Su esposa Rose tenía un ataque de pánico. Dos Rajneeshes habían estacionado su auto en la calle, justo en la puerta de su casa, y se quedaron adentro, de brazos cruzados; una hora, dos horas, cuatro horas. Rose llamó a la policía, pero le dijeron que tenían las manos atadas. No era ilegal parquear en la vía pública. Esta intimidación no sorprendió mucho a los oficiales de la policía, quienes de todas maneras se comunicaron privadamente con la secta. Nadie pidió disculpas. Los Rajneeshes querían tener campo libre para levantar su ciudad, proyecto que estaba objetado por políticos, reguladores y antiguos vecinos residentes. Los líderes de la secta comenzaron a pelear en forma pública y clandestina. Lo hacían en nombre de su maestro espiritual, el gurú hindú Bhagwan Shree Rajneesh. La opinión estuvo dividida cuando el Gobernador Vic Atiyeh aconsejó tolerancia.

Desde que el grupo había llegado en 1981, el escritorio del gobernador se había llenado de pilas de cartas de ciudadanos alarmados por el crecimiento de la secta. Otros, solicitaban ser más amables al recibir a un líder religioso de prestigio internacional. En una de sus respuestas públicas dijo “Sin tomar en cuenta las creencias religiosas o las prácticas de este grupo, ellos están protegidos por los derechos que les otorga la Constitución Nacional. Mi deber es proteger esos derechos”. LA VENGANZA COMIENZA

Dan Durow, de Wasco County, estaba en la línea frontal de batalla con los Rajneeshes. El controlaba qué podían y no podían hacer, según las regulaciones del Estado. Se volvió sospechoso para los residentes locales, desde que supieron que los hindúes le habían mentido en su primer entrevista, y él había autorizado su instalación. Siguió, por prudencia, todas las operaciones con ellos, al pie de la letra escrita de la Ley. El gurú sintió que Durow estaba impidiendo lo que trataban de hacer, y en varias de sus visitas al rancho le bloquearon la vía de entrada con vehículos y tractores. Grupos de Rajneeshes se paraban por horas frente a su oficina. Pero siguieron adelante: durante una conferencia en Eugene, encontró una goma de su auto pinchada con varios clavos incrustados. En una reunión en la Corte, Sheela clavó un pie justo adelante de donde él pasaba, haciéndolo tropezar y caer ante las risas de sus adeptos. Esta agresividad alarmó a Durow, quien mandó a sus tres hijos a vivir con su ex-esposa, lejos de la ciudad. Estas tácticas, por supuesto, no impidieron que la reacción del gobierno se manifestara ante lo que estaba ocurriendo en el Rancho Rajneesh. Durow y otros demoraron, o negaron el permiso para nuevos edificios, incluyendo un hospital. El Fiscal General Dave Frohnmayer presionó para que la secta fuera declarada ilegal. Estos obstáculos minaron el poder de Sheela en la secta, que provenía, en gran medida,

de su promesa de construir la maravillosa utopía. El gurú presionó sobre sus demoras en conseguir resultados. Millones de dólares estaban en riesgo si sus esfuerzos fracasaban. Impaciente con la acción de la Corte y los pequeños inconvenientes, Sheela formó escuadrones secretos para golpear a los enemigos de la comunidad. Reunió a discípulos que aceptaron la visión de Sheela de que la comunidad y su gurú estaban en serio peligro. Sheela, efectiva como una maestra del espionaje, dividió a sus seguidores en operadores separados. Ella operaba sola, o en pequeños grupos, a menudo sin saber lo que otros hacían. COCINANDO PROBLEMAS El veneno fue la principal arma propuesta por Ma Anand Puja, una enfermera conocida también como Diane Onang. Ella era la sombra de Sheela. Las dos habían sido muy amigas desde su estadía en la India, y ahora Puja era la encargada del Departamento Médico del rancho. Ella controlaba la rutina médica, pero también ordenaba el aislamiento de los Rajnashees rebeldes, y a veces trampeaba los diagnósticos y pasaba por encima de los médicos. Trataba a Sheela por su stress con medicaciones diarias. De tanto en tanto, Puja se recluía en un laboratorio escondido en una cabaña arriba de un cañón en el rancho, para experimentar en secreto con virus y bacterias. Sheela le había pedido algo que pudiera enfermar a la gente. En el verano de 1984, Puja hizo pruebas de campo de sus experimentos, haciéndoles ingerir probetas sin rotular a sus operadores-ayudantes secretos. Los operadores sabían, o sospechaban, que el líquido contenía salmonella, que produce severas diarreas y otros síntomas. A los pocos meses, ellos fueron encomendados para ir a desparramar las bacterias en The Dalles. Inicialmente querían enfermar a oficiales públicos que se cruzaran en su camino, pero terminaron atacando a ciudadanos inocentes. Swami Krishna Deva, alcalde de Rajneeshpuram, vertió la mezcla de Puja sobre las instalaciones del baño de hombres en la Wasco County en The Dalles. Ma Dhyan Yogini, también conocida como Alma Peralta, fue a la ciudad con frascos en su cartera. Fue a un comité político y se sentó. Puso el líquido contaminante en su mano, sin que la vieran, se volvió hacia un anciano que estaba atrás de ella y le dio la mano. También fue a una enfermería en The Dalles, pero su plan para contaminar la comida fue interrumpido por las sospechas de un trabajador de la cocina. Sheela hizo su trabajo de contaminación también, acompañada por una docena de Rajneeshees, incluyendo a Puja, yendo a visitar un mercadito en The Dalles. "Vamos a divertirnos un poco," les dijo. El grupo se amontonó alrededor de Sheela cubriéndola, mientras ella desparramaba el líquido marrón que había traído en los frascos bajo su manga. Al no haber ningún reporte público de intoxicación, Sheela presionó a Puja para

encontrar una solución más tóxica. Por ese entonces, Hulse y otros dos comisionados de la Wasco County llegaron al rancho para una visita. Estacionaron el auto de Hulse afuera del área de bienvenida de la comunidad. Cuando volvieron, tenía una goma pinchada. Se la arreglaron cobrándole 12 dólares. Como los comisionados esperaban bajo el sol caliente de Agosto, Puja se acercó, ofreciéndoles vasos de agua fresca. El gesto fue extraño, porque Puja estaba con su uniforme blanco y no estaba encargada de bienvenidas o saludos. Los hombres, sedientos, bebieron el agua.

LA VERDADERA HISTORIA DE OSHO (3a PARTE) Por Les Zaitz LA VENGANZA DE LOS LIDERES RAJNEESHES CON VENENO, Y LOS HOMELESS.

Bill Hulse no pudo dormir por un insoportable dolor de estómago.

El comisionado de Wasco County corrió al baño a vomitar. Su esposa, preocupada, lo acompañó al hospital, donde los medicos trataron de diagnostar la causa del problema .

A 200 millas de distancia, en una cabaña de Camp Sherman, otro comisionado de Wasco County se despertó enfermo. Ray Matthew guardó cama por dos días, sin saber el motivo de su violenta enfermedad.

Pero un puñado de Rajneeshees lo sabía. Los hombres habían sido envenenados el día anterior, cuando visitaron el rancho de la secta religiosa, bebiendo potentes bacterias vertidas en el agua.

Hulse se quedó 4 días en el hospital, y los doctores le dijeron que, sin tratamiento, hubiera muerto. Recuperado luego en su casa, Hulse pensó que los Rajneeshees lo habían envenenado. Lo dijo públicamente.

Los Rajneeshees reaccionaron indignados ante su reclamo, diciendo que no había nada en el agua. "Fue una simple gentileza en un día caluroso," le escribió a Hulse uno de ellos. "Y ahora usted hace esa acusación histérica de que lo envenenamos!."

No fue hasta que la comunidad colapsó un año después que los Rajneeshee admitieron que Hulse estaba en lo cierto.

El veneno fue una venganza por la restricción de Wasco County al crecimiento del Rancho Rajneesh. Los líderes de la secta pensaron que enfermando a los oficiales públicos retardarían sus decisiones.

Incluso el gurú que adoraban, Bhagwan Shree Rajneesh, los empujó a cometer actos más extremos.

La Jefa de su staff, Ma Anand Sheela, compartió con su círculo íntimo que Rajneesh estaba harto de las actitudes de Wasco County. Él quería que su gente consiguiera un puesto, o tuviera algún control, en el directorio de los comisionados. Esto al menos le daría a la comunidad voz y voto en su futuro.

LA CIUDAD EN ESTADO DE SITIO

Sheela conspiró para que eso ocurra. Una Rajneeshee, ocultando que ella estaba relacionada con el rancho, se mudó a The Dalles intentando conseguir una posición en la oficina del condado.

Para elegirla, los Rajneeshees plantearon dos esquemas. Uno fue deprimir el ambiente de los residentes tradicionales deWasco County enfermándolos. El segundo fue conseguir nuevos votantes leales a los Rajneeshees.

El primero se hizo contaminando el suministro de agua de The Dalles. Los operadores consiguieron mapas del sistema de aguas y localizaron las reservas. Pero ninguno de ellos encontró una forma de contaminarlo con suficiente veneno.

Entonces decidieron atacar a la gente en los lugares donde comían: los restaurants de The Dalles. Una joven llamada Ma Anand Ava, una de las más íntimas relaciones de Sheela, fue enviada a la ciudad por un conductor que no tenía idea de su misión. Le fue ordenando parar en un restaurant tras otro, haciéndolo esperar unos instantes en cada parade.

Usando una peluca y vistiendo ropa común de calle, Ma Anand Puja – quien había supervisado las operaciones médicas de la comuna— inició una misión separada, sentándose a almorzar en un restaurant. Su compañero la ayudó a servirse la ensalada y vio, horrorizado, cómo Puja derramaba un líquido dentro de las ensaladas. Ella volvió tranquila a su mesa a terminar su almuerzo.

Para los residentes y viajeros que salían de la ruta Interestatal 84, ir a cualquiera de esos restaurants era una rutina.

Terry Turner, dueño de una mueblería, llevó a su esposa y a su hijo de 2 años a las orillas del Columbia River. Disfrutaron de una comida casual, y eligieron ensaladas.

Del otro lado de la ciudad, el patrullero Rick Carlton tenía el día libre. Llevó a su esposa y a sus hijos de 3 y 4 años a comer a un restaurant. Después de una comida que incluyó unas ensaladas, volvieron a su casa.

A la mañana siguiente, los dos hombres estaban violentamente enfermos. También la hija de Turner y el hijo de Carlton. Turner se dirigió a una clínica, para encontrar una fila de gente enferma esperando.

"Dónde comió?" le preguntó una enfermera a Turner.

"Qué?" le respondió él, confundido por la pregunta.

La enfermera le volvió a preguntar, y cuando Turner le contestó, ella le dijo, "Ya escuchamos lo mismo varias veces."

A pesar de no sentirse bien, Carlton intentó ir a su trabajo, pero pronto, débil y nauseabundo, volvió a su casa. Allí encontró a su esposa y su hijo también enfermos. Su suegra tuvo que manejar desde el desfiladero de Columbia River a Portland para llevar a su familia enferma al hospital.

Estas escenas se repitieron a ambos lados del desfiladero. Muy pronto fue obvio que había cientos de personas enfermas. Las salas de emergencia del hospital fueron desbordadas con gente sufriendo náuseas y diarreas.

"Rajneeshees," alguien sugirió, pero no había pruebas.

Un funcionario de salud finalmente concluyó –ridículamente- que todos los empleados de los restaurants habían tenido faltas de higiene al mismo tiempo. La evidencia de la responsabilidad de los Rajneeshes no se conoció hasta el colapso de la comunidad.

USANDO LOS HOMELESS

El Rancho Rajneesh enfrentó su propio desastre.

Usando la tarjeta American Express de Sheela, los Rajneeshees alquilaron omnibus de costa a costa del país, llenándolos de homelesses, en su mayoría hombres. Dijeron que llevarlos al Rancho Rajneesh era una iniciativa humanitaria. Los que subieron a los omnibus fueron llevados con promesas de comida, bebidas y descanso.

En realidad, ésta era la segunda parte del plan.

Apenas los homeless llegaron al rancho, fueron obligados a registrar su voto. Tenían que votar por el partido de los Rajneeshes, para elegir nuevos comisonados del condado.

Pero los Rajneeshees pronto descubrieron que muchos de los homeless tenían problemas mentales. Un lejano rancho fundado sobre el amor y la libertad no era lugar para una turba enrarecida. Comenzaron las peleas. Para recuperar el control, los Rajneeshees inyectaron tranquilizante Haldol en las cervezas que les servían.

Escuchas secretos monitoreando el rancho oyeron desde un teléfono público que uno de los homeless planeaba secuestrar al gurú.

Los Sannyasins lo identificaron como Felton Walker y lo llevaron a la clínica médica, para un supuesto test de tuberculosis. Pero la clínica fue desocupada de otros pacientes cuando él llegó.

Walker fue acostado en una Camilla para un examen de rutina. Alguien le ató los brazos con cinta a los rieles, y Puja lo puso a dormir con una inyección. Entonces un doctor Rajneesh le administró una dosis de pentothal sódico, la conocida “droga de la verdad”. Sheela y otros seis se ubicaron alrededor de él, cachetéandolo para despertarlo y preguntarle acerca del complot. Le pasaron muchas veces la grabación de su llamada. Walker no podia despertarse, y sus interrogadores lo acosaban.

El episodio duró varias horas. A las 3 de la mañana, se rindieron sin haber conseguido nada importante. Lo mantuvieron sedado dos días más y lo echaron del rancho

Pronto, muchos más siguieron a Walker. En un primer momento, les habían dado pasajes para volver a sus ciudades. Los Rajneeshees luego cambiaron de idea. En lugar de ésto, los llevaron a pequeños pueblos cerca de la comuna y los dejaron ahí. Las calles en pueblitos como Madras fueron llenadas de indigentes lejos de sus hogares.

El espectáculo preocupó al estado y a las autoridades locales. Temieron que los ciudadanos se enojaran tanto que fueran a manifestar a la comuna. La Policía del Estado de Oregon y la Guardia Nacional desarrollaron planes contingentes, prometiendo al gobernador que movilizarían 10 mil soldados si era necesario.

Sheela vio la oportunidad de sacar provecho de la crisis y conseguir lo que no había podido en la corte y con sus crímenes. Organizó encuentros con el Gobernador Vic Atiyeh y el procurador general Dave Frohnmayer, invitando al gobernador al rancho.

Ninguno de los dos aceptó, pero cuando Sheela insistió, Atiyeh acordó que miembros de su staff se reunirían con ella. La comuna los estaba presionando. Y ahora, la inundación de homeless en las comunas de Oregon presionaba la paciencia de la gente y des estado.

Atiyeh esperaba que las conversaciones pudieran calmar la atmósfera cargada.

Sheela necesitó menos de media hora para arruinarle la esperanza.

LA VERDADERA HISTORIA DE OSHO (4a PARTE) Por Les Zaitz LOS LIDERES RAJNEESHES VEN ENEMIGOS POR TODOS LADOS.

En el otoño de 1984, Ma Anand Sheela creyó que podia jugar a “Hagamos un trato” con el gobernador de Oregon.

Quería que Vic Atiyeh, un republicano en su Segundo mandato, resolviera tres problemas de los Rajneeshees.

En cambio, ella solucionaría un problema del estado – qué hacer con miles de indigentes importados desde otras ciudades para votar por los Rajneeshees, y ahora abandonados por todos lados.

No pudo conseguir una entrevista con Atiyeh, pero la Jefa de su staff, Geraldine "Gerry" Thompson, arregló una entrevista privada con ella en Portland.

Thompson llegó con el Jefe de la Policía de Oregon State, quien discretamente colocó policías alrededor del edificio. Sheela llegó con Swami Krishna Deva, intendente de Rajneeshpuram y parte del escuadrón “sucio” de la comuna.

Thompson, consciente de la volatilidad de Sheela, puso las reglas. No se gritaría. No se dirían malas palabras.

Sheela comenzó con sus demandas.

Pidió que el gobernador solucione los problemas de visa del guru para evitar su deportación. Pidió que la ciudad desistiera de su caso contra la comuna pidiendo la

disolución de Rajneeshpuram. Y pidió que los obstáculos puestos a sus construcciones se levantaran para poder seguir edificando.

En devolución, dijo, los Rajneeshees ayudarían a todos los homeless a volver a sus casas.

Actuando con la autoridad de Atiyeh, Thompson dijo que no había trato. Enojada, Sheela se puso abusiva y maleducada.

Thompson finalmente golpeó la palma de su mano contra el escritorio. "Se acabó! Terminada la reunión." Sheela salió al hall, desparramando insultos.

Pero Krishna Deva, más conocido como KD, asomó la cabeza en la oficina de Thompson, y le dijo "Sigamos hablando nosotros." Ambos mantuvieron una relación privada, y desde entonces él mantuvo a Thompson informada de los más íntimos detalles de lo que ocurría en el rancho, incluyendo el peligro que se veía venir.

Esto aumentó el estado de alarma entre Sheela y su élite. Compró sus lealtades con privilegios que nadie tenía: habitaciones privadas, autos, ropas finas. Juntos, ellos percibirían el acecho de enemigos por afuera y por adentro.

Ellos creían que el guru sería acorralado por vigilantes o arrestado por las autoridades en lo que ellos pensaban que era un procedimiento ilegal. También temían perder sus posiciones en la secta.

Su vision apocalíptica no era compartida por los sannyasins ordinarios, quienes estaban enfocados en el trabajo diario, la meditación y una forma de vida que pensaban destinada a convertirse en un modelo mundial. No compartían la paranoia de Sheela, y pronto fueron perturbados por sus constants acosos.

Pero muchos observaban sin protestar.

Sabían que Sheela y su comité ejecutivo castigaban rápido a los dudosos o a los que se enfrentaban. Su rango y residencia podían ser removidos sin previo aviso. Uno de los abogados de la comuna se cruzó con Sheela y enseguida se encontró manejando un bulldozer.

El castigo más temido era el destierro.

Los sannyasins que se quejaban de algo fueron avisados que podrían tener que abandoner la comuna. Para llegar allí, los adoradores habían vendido todas sus posesiones, y donado su dinero a la comuna, y cortado lazos con sus familias y amigos.

Muchos creyeron realmente que el Rancho Rajneesh sería su hogar de por vida. Dónde irían si eran desalojados?

El escuadrón de Incendiarios

Al finalizar1984, Sheela y su equipo estaban más aisaldos que nunca.

Estaban exhaustos. Para poder continuar, Sheela comenzó un régimen de medicaciones. Su energía nerviosa le provocaba insomnio, lo que la llevó a administrarse sedantes. A ella y a los otros, ese aislamiento y esos nervios, los hacía ver enemigos en todos lados.

Uno de sus enemigos fue Dan Durow, el planificador de Wasco County que les bloqueó los proyectos de construcciones. Ellos estaban preocupados de que él había documentado construcción ilegal del rancho.

En su cerebro fatigado, Sheela razonó que Durow no podría actuar contra la comuna sis u eficina fuera destruída. Una noche de invierno de 1985, Sheela se reunió con media docena de seguidores, para tomar fotografías y hacer mapas de la casa que había sido destinada para ser la oficina del Departamento de Planificación de Wasco County. Decidieron incendiarla.

Sheela reunion operadores de confianza: Ma Anand Ava, nacida Ava Avalos, y Ma Dhyan Yogini, nacida Alma Peralta; y Swami Anugiten, un jardinero que se llamaba en realidad Richard Langford. El grupo usó nombres falsos para alquilar un departamento en Portland y recobraron un Buick abandonado en el aeropuerto.

Ava condujo al team por la carretera hasta The Dalles y cerca de la medianoche dejó a Yogini y Anugiten a pocas cuadras de la oficina de Durow. Abrieron una ventana, se metieron adentro, y cerraron las persianas.

Por más de una hora, Yogini y Anugiten revolvieron armarios y escritorios, buscando papeles del gobierno. Para comenzar el fuego, colocaron 8 velas en cuadraditos de cartón, impregnados con combustible. Querían que las velas actuaran como “timers”, hacienda arder el carbón una vez que hubieran salido. Pusieron las velas, bajaron las ventanas, y cerraron todo. Pero eso privó a las velas de oxígeno, y sólo dos se encendieron.

En su regreso, se deshicieron de sus ropas, mojadas de combustible. En Portland, llamaron a un líder del rancho con una señal pre-establecida que significaba "misión cumplida."

Volviendo a The Dalles, un motociclista que pasaba disparó la alarma, y los bomberos pronto extinguieron las llamas sin que se hubiera producido mucho daño. El calor derritió parte de las computadoras, pero el disco duro quedó intacto. Algunos papeles se quemaron, y otros fueron dañados por el agua. Pero Durow y su gente volvieron a trabajar en dos semanas.

====================================================================

PROBLEMAS LEGALES.

Los Rajneeshees no tuvieron mucho éxito en Mayo tratando de detener una audiencia sobre el problema de sus construcciones. El estado reclamó a la comunidad levantar ilegalmente 600 carpas para su festival mundial.

La audiencia fue en el Salón de Conferencias de una biblioteca de Salem. Un Rajneeshee contaminó el agua potable con una sobredosis de Haldol. Ese día, el Inspector de Electricidad se enfermó. Al día siguiente, la Procuradora General Karen Green quedó con las mandíbulas congeladas.

Cuando terminó la sesión, Green caminó dos cuadras hasta su oficina para hacer media hora de tareas. Sus pies y piernas, envenenados con Haldol, no podían moverse y quedó detenida.

Pero el envenenamiento no alteró el resultado. El official de la audiencia pidió una multa de 1 millón de dólares a la comunidad por las carpas ilegales.

Al mismo tiempo, los fiscales federales continuaron su investigación de problemas inmigratorios entre los Rajneeshees. Un gran jurado estuvo reunido por varias horas, dándoles la opción de ser procesados o volverse a sus casas. Los Rajneeshees se asustaron cuando un oficial federal les dijo que el mismo gurú podría enfrentarcargos criminales.

En el frente estatal, el Fiscal General Dave Frohnmayer iba ganando terreno en sus esfuerzos por declara a Rajneeshpuram como una ciudad ilegal. Todo el staff legal de la comunidad fue a ve al guru para transmitirle las noticias. Informado de que el caso estaba perdido, el guru los instruyó para que se armaran. Perdiendo el caso, defenderían la ciudad base de Rajneesh.

Sheela, mientras, preparaba un viaje a Australia. Allí, intentó manejar torpemente un negocio. Recurriendo a las drogas y a las escuchas privadas, Sheela manejó su ingreso

a la participación accionaria de una compañía pública, sólo para ver que su plan se desmoronaba de la noche a la mañana. La movida le costó 1 millón de dólares a la comunidad.

Cuando volvió al Rancho Rajneesh, se enfrentó con incesantes demandas de Rajneesh para aumentar su flota de Rolls-Royces.

El quería quedar en el libro de records como el hombre que más tuvo en el mundo, y eso le estaba costando a la comunidad $200,000 por mes. El también pedía un reloj que costara 1 millón de dólares, diciéndole a ella que tomara fondos de las necesidades comunitarias si era necesario.

Entonces, un Juzgado federal premió con $1.7 millones a una antigua sannyasin a quien no se le había devuelto un préstamo. Durante el juicio, Sheela mandó a envenenar a la mujer, pero la misión falló.

Sheela hirvió cuando escuchó el veredicto. Se sintió traicionada por el jurado y sus propios abogados. La comunidad no tenía ese monto de dinero disponible.

El camino hacia adelante era triste. Sheela vio una única salida: el asesinato.

LA VERDADERA HISTORIA DE OSHO (5a PARTE) Por Les Zaitz LOS SUEÑOS UTOPICOS COLAPSAN CUANDO SE HABLA DE ASESINATO.

Ma Anand Sheela's miró fijamente a los lídres de la comunidad sentados delante de ella en el suelo. Su humor era del peor.

"Ustedes son cobardes o son sannyasins de Bhagwan Shree Rajneesh?" les preguntó.

El día anterior, un jurado sacudió a la comunidad con una compensación de 1 millón 700 mil dólares que debían pagar a una persona a quien no se le había devuelto un préstamo.

Sheela dijo que el veredicto demostraba que los Rajneeshees no podían contar con un tratamiento justo de las cortes dde Estados Unidos. Los enemigos de la comunidad debían ser detenidos, les dijo.

Había que matarlos.

Esa noche, Sheela fue una mujer exhausta y derrotada. Por 4 años, ella fue el sostén de Rajneesh, un gurú indio que la presionó para que le construyera una comunidad internacional. Sheela llevó el proyecto adelante con un rancho de 64,000 acres al Norte de Madras.

Muchos de los que estaban sentados frente a ella habían colaborado. Los reunidos esa noche de Mayo de 1985 incluían los presidentes de la comunidad, sus inversores y el equipo médico. El estado mayor de la secta estaba allí, como el puñado de operadores que habían ejecutado secretamente algunos planes de Sheela.

Después que ella habló, uno de los líderes apoyó su idea..

Una mujer levantó su mano. "Yo no puedo matar a nadie, pero yo los apoyo si lo hacen." Dos hombres protestaron que la idea de asesinatos era insana. Fueron tildados de cobardes.

El meeting procedió a identificar a los enemigos en una larga lista.

En realidad, los actos escandolosos no habían ayudado a la causa Rajneeshee. Los escuadrones secretos envenenaron cientos de personas en The Dalles. Incendiaron una oficina del condado. Explotaron a los homeless, costándole a los contribuyentes de $100,000 en pasajes de ómnibus para volverlos a sus lugares de origen.

El asesinato no tenía mucho sentido, tampoco, pero el juicio de los líderes fue dominado por el hartazgo, el aislamiento, y su inquebrantable fé en su gurú.

Muchoas otras reunions se sucedieron en la habitación de Sheela. Ella acudió al guru por consejo. Volvió con una grabación de su conversación. Pudieron escuchar a Rajneesh decir que si 10,000 tenían que morir para salvar a un maestro iluminado, entonces, así debía ser.

Su blanco principal fue Charles Turner, el fiscal federal de Oregon. Sus asistentes estaban investigando fraude inmigratorio en la comunidad. Un mediador federal había explicado a los Rajneeshees que recibirían cargos criminales y el gurú estaría incluído. Y también Sheela.

Sheela pensó que matar a Turner demoraría la investigación.

Un plan fue preparado para dispararle al volver a su casa. Uno de los asesinos viajó con un sannyasin, comprando pistolas que no pudieran ser rastreadas. Otros establecieron un refugio en Portland, que sería la base para espiar la casa de Turner. En una oportunidad, dos asesinos se sentaron en un McDonald's en Portland enfrente de la oficina de Turner, tomando café y monitoreando sus movimientos. Consideraban dispararle en un garage pero no encontraban una forma eficiente de escapar.

Dave Frohnmayer, el Fiscal General del Estado, fue otro blanco para el crimen. Para determiner dónde vivía, un Rajneeshee se paró frente a su puerta como un vendedor de biblias. Otros se paraban frente a la oficina de Frohnmayer's en Salem.

Un grupo de tres fue a Portland para matar a James Comini que estaba internado en el St. Vincent Hospital, recuperándose de una cirugía en el oído. Como comisionado de Wasco County, Comini habías sido crítico de los Rajneeshees, y conservó su criticismo luego de dejar la oficina.

También había peligro para los enemigos dentro del rancho. Parte del plan era matar dos asistentes personales del gurú: su doctor, Swami Devaraj,y su enfermera, Ma Yoga Vivek. Sheela convenció a los otros que eran una amenaza para el guru. Como prueba,

mostró una conversación del doctor en la que hablaba de drogas que le ocasionarían una muerte pacífica al gurú, si quisiera suicidarse.

La mission de matar a Vivek fue para Ma Anand Ava and Ma Anand Su, presidente de la firma secreta de inversores de la secta, que se llamaba Susan Hagan.Los dos se juntaron una noche para sorprender a Vivek en su cuarto de hospital. Llevaban un paño impregnado de éter para dormirlo. Anticipadamente, Su se cortó las uñas, para que ningún resto de piel o carne quedara como evidencia se Vivek luchaba.

El plan de Ava era inyectarle una combinación mortal de potasio y adrenalina. Nunca tuvieron la oportunidad, porque no pudieron abrir la puerta trasera del cuarto de Vivek. Habían llevado la llave equivocada.

A continuación, hicieron un plan más elaborado para matar a Devaraj, un doctor inglés conocido como George Meredith. El intento fue en la mañana del 6 de Julio de1985, mientras la comunidad estaba atareada con la visita de sannyasins por el festival anual. El rancho estaría lleno de sannyasins bailando con música entusiasta.

Devaraj, sentado con las piernas cruzadas en el suelo, ya se iba a levantar para bailar. Entonces, una mujer llamada Ma Shanti Bhadra, conocida como Jane Elsea, se inclinó sobre su hombro y le susurró en el oído. El sintió un fuerte pinchazo en el cuello. Ella lo había inyectado con una jeringa en miniatura envuelta en un pañuelo

El la miró. "Oh, ésto es lo que tenía que pasar, no?" le dijo mientras se incorporaba. Shanti Bhadra caminó con el doctor.

"Qué pasa? Qué pasa?" preguntó ella fingiendo sorpresa.

Devaraj entró en el hall del rancho y fue llevado al Bend hospital. Casi se muere por la inyección de adrenalina.

El ataque fue un shock. Desde ahora, estos episodios serían asumidos como actos de defensa. Pero ahora los Rajneeshees casi habían matado a uno de los suyos. El guru ordenó que Shanti Bhadra fuera drogado e interrogado, una orden que Sheela ignoró.

Ma Yoga Vidya, una de las top executives de la comunidad, conocida como Ann McCarthy, pensó que otros planes de asesinato habían sido abortados cuando escuchó a otros dos hablar de lo de Turner.

Vidya había discutido con Sheela en privado sobre esos planes. Sheela desestimó sus preocupaciones pero mantuvo a Vidya leal amenazándola con asesinar a su marido.

Ahora, descubriendo que el asesinato era todavía parte de la operación, Vidya comprendió.

Se dirigió a la habitación de Sheela, interrumpiendo un meeting.

"Esto tiene que parar. No voy a soportar seguir hablando de asesinatos. No puedo soportarlo," dijo Vidya. Y se cayó al suelo, con gritos y convulsiones.

Sheela llamó a Shanti Bhadra desde una pieza vecina, pidiéndole que calme a Vidya. Shanti Bhadra fue quien trató de matar a Devaraj, y asignada para dispararle a Turner. Se sorprendió cuando encontró a Vidya.

"No voy a matar a nadie," dijo Shanti Bhadra. "Nadie va a matar a nadie."

El final había llegado, para la comunidad y para Oregon.

Los complots de asesinato terminaron ahí, como los demás trucos sucios. Después del Labor Day de1985, Sheela se mudó del rancho. Viajó a Europe con selectas grabaciones involucrando al guru, pagarés de la secta y pequeñas jeringas hipodérmicas como la usada para atacar a Devaraj. Una docena de sus aliados también dejaron la comunidad, juntándose con ella en Alemania o viajando a otros lados.

El rancho rápidamente quedó vacío.

En una conferencia de prensa, el gurú describió una serie de crímenes que atribuyó a Sheela y su "banda." La gente de Oregon y los Rajneeshees estaban aterrorizados.

Los nuevos líderes de la comunidad contrataron abogados externos, quienes preguntaron a los sannyasins qué había pasado. El guru les dijo a sus seguidores que dijeran la verdad.

Al mismo tiempo, los investigadores estatales aparecieron, interrogando a los Rajneeshees y juntando evidencias. Pronto, dos de los seguidores de Sheela hicieron arreglos con la la justicia. Krishna Deva, el intendente de Rajneeshpuram, y Ava, uno de los miembros clave de los juegos sucios de la comunidad.

Los dos hicieron largas declaraciones que sorprendieron a los investigadores. El sumario de Krishna Deva, que tardó 8 días de declaraciones, tiene 96 páginas.

En los meses siguientes, un sannyasin detrás de otro cayó en la corte, admitiendo conducta criminal por medio de la secta. Los cargos incluían intento de asesinato, asalto, terrorismo, fraude inmigratorio, intervención de teléfonos y conspiración.

Sheela, la enfermera Ma Anand Puja y Shanti Bhadra enfrentaron cargos que incluyeron pasar algún tiempo en prisión.

El guru intentó escapar en un jet, pero fue capturado en North Carolina cuando casi estaba por dejar el país. Fue llevado de vuelta a Portland esposado, y encarcelado como un criminal común. Le ordenóa sus abogados un juicio rápido, y fue deportado como un convicto, culpable de crímenes inmigratorios.

Las cortes estuvieron ocupadas con casos civiles también. Quiebras de las corporaciones Rajneeshees, juicios por envenenamiento y el Estado presionó el caso contra Rajneeshpuram.

Las compañías de seguros que tenían la hipoteca del rancho, se lo vendieron a un rico ranchero de Montana. Y lo transformó en un campo para deportes juveniles, y una organización cristiana que trae gente de todo el Oeste.

Los Rajneeshees se desparramaron por el planeta, y el guru terminó de vuelta en la India. Rebautizado como Osho, murió en 1990, pero la fé mantiene vivo su espíritu, recorriendo centros de meditación alrededor del mundo. De todos modos, muchos volvieron a sus vidas normales, no dejando rastros de su estadía en la secta.

Ahora en Suiza, Sheela culpa a la gente de Oregon por lo que ocurrió en el Rancho Rajneesh. Habla de sus días en Oregon, pero no de sus crímenes. Esquiva el tema cuando se le pregunta.

"Déjeme en paz."