la solidaridad en rorty

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  • 8/17/2019 La Solidaridad en Rorty

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    La solidaridad,

    en Richar Rorty,una mirada extensiva del “nosotros”,que, mediante la narrativa y la conversación, se propone evitar la crueldad

    Licenciado en Filosofía Pontica Universidad JaverianaEspecialista en Pedagogía de los Valores Ponticia Universidad Javeriana

    Magíster en Educación Pontica Universidad JaverianaDocente de la Fundación Universitaria Luis Amigo

    [email protected]

    Recepción: 24 de Junio de 2008 Aprobación: 16 de Septiembre de 2008

    Resumen

    La solidaridad, como creación, es la contrapartida queRorty plantea frente a toda clase de crueldad y humillación,

    porque posibilita la elaboración de léxicos contingentes en

    lugar de dogmatizar a un léxico privilegiado y omnisciente,

    cuya tiranía se constata en quienes se han acoplado a lo

    heredado. La solidaridad, como creación, hace plausible tanto

    la redescripción, en lugar de enmudecer toda posibilidad de

    redescripción de sí mismo, como la capacidad para que el

    “nosotros” pueda expandirse a quienes se considera “ellos”.

    Rorty recurre a la narrativa y a la conversación con la esperanza

    de que se erradique la humillación que sufren muchos seres

    humanos en manos de otros. La educación a lo mejor muestre

    que por estos medios, narrativo y conversacional, las personas

    construyan la solidaridad desprendidos de odios prolongados.

    Paabra cavSolidaridad, “nosotros”, literatura, conversación,

    crueldad, contingencia del lenguaje, el Otro, la comunidad.

     ABsTRACT

    Solidarity, as a creation, is the contrasting approachthat Rorty states to face any kind of cruelty and humiliation,

    considering that it makes the elaboration of lexical contingents

    possible instead of dogmatizing a privileged, omniscient

    lexicon, whose tyranny can be evidenced in those who have

    adapted to what has been inherited. Solidarity as a creation

    allows both a re-description, instead of hiding any possibility

    of self-redescription, and the capability for “us” to expand

    to those who consider themselves as “them”. Rorty appeals

    to narrative and conversation with the hope of eradicating

    the humiliation that many people suffer because of others.

    Education can maybe show that, through these narrative and

    conversational means, people may build solidarity getting rid

    of prolonged hates.

    Ky WrSolidarity, “us”, literature, conversation, cruelty, lan-

    guage contingence, the Other, community.

    Solidarity, in Richard Rorty.An extensive glance to that part of “us”that attempts to avoid cruelty through narrative and conversation

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    InTRoduCCIn

    Las marchas que en Colombia se realizaron, el 4 de

    febrero y el 6 marzo del 2008, a propósito de la condena al

    secuestro o las distintas formas de violencia, evidenciaron la

    imperiosa necesidad de pensar la concepción de solidaridad

    que subyace en la sociedad. Los distintos actores sociales,

    al parecer, mostraron denodado respaldo por ciertas víctimas

    -sea por anidades afectivas, familiares o políticas- que por

    otras. El particular clamor contra las Farc, los paramilitares o el

    Estado podrían hacer pensar una solidaridad todavía mezquina,

    agotada, tal vez, a un “pequeño gueto” en detrimento de

    un “nosotros” extendido en el que quepan “ellos”, “esos” o

    “aquellos”. Entonces la solidaridad se reviste, intencional o no,

    de los intereses perversos de quienes persisten en divorciarse

    irreconciliablemente del “Otro” por profesar una ideología y una

    forma de pensar y de creer distintas.

    El concepto de solidaridad que Richard Rorty

    propuso, cobra actualidad en momentos en que ciertos

    sectores anuncian la necesidad de “recuperar” o de pensarlos valores. Este valor, en particular, se ha convertido en un

    valor clave al interior de un mundo abatido por el odio, la

    crueldad, la codicia y la indiferencia crecientes. La violencia

    se ha encargado de: “colapsar la responsabilidad social del

    yo”, silenciar las voces, volver trizas cualquier germen de vida

    colectiva y de atemorizar, sin tregua, a los más frágiles. Por

    eso es preciso empezar a asumir una mirada crítica de los

    valores que han pasado inmutables y que siguen habitando

    corazones petricados por una razón instrumental pues,

    como lo arma Drewerman (1994), se vuelven cada vez más

    impenetrables; se encierran en la coraza de sus prejuicios.

    Seguramente que la literatura y la conversación que

    Rorty trata van a soportar la solidaridad de aquellos que,

    desde la educación, se esfuerzan por construir comunidades

    de indagación cada vez más extensivas, y por ende, más

    cuidadosas del pensamiento propio y del Otro. En esos

    escenarios educativos los sujetos crecen en la sensatez y en

    la actitud para construir alteridad. Ahí, en la colectividad, los

    sujetos conrman su condición de hablantes en la medida en

    que les sea favorable la interacción plural para: desinstalarse

    de viejos conceptos, interpelar y ser interpelado, ventilar las

    ideas más dispares, exponerse a los demás sin reparos,

    y, sacar a la luz aquellas ideas, por lo general negadas o

    censuradas.

    La solidaridad, como descubrimiento, y que Rorty

    denuncia, está relacionada con algo que se encuentra en lo

    profundo del ser humano; un yo esencial que se comunica

    con un léxico único y privilegiado. Está sustentada por un tipo

    ideal de ser humano conforme a una perspectiva universalista,

    perenne y necesaria, cuya forma de tratar l a solidaridad surge

    del reconocimiento de una naturaleza humana que nos es

    común. En contraposición a esa concepción, Rorty preere

    hablar de la solidaridad en la perspectiva de la contingencia

    del lenguaje al describirla y redescribirla en el marco de la

    creación.Por lo anterior, resulta valioso involucrarse en la

    construcción del concepto de solidaridad como creación, sujeto

    al tiempo y al azar, sin pretender, llegar de antemano, a una

    denición acabada. En este sentido, Richard Rorty trabaja la

    solidaridad como una propuesta distinta al universalismo ético

    pues éste ha estado preñado de crueldad; en nombre de la

    magnicencia de la razón, ha ahogado la individualidad:

    “no podemos encontrar un asidero celestial que nos

    eleve desde nuestra mera coherencia, mero consenso,

    con algo como la corresponsabilidad con la realidad tal

    cual es en sí misma”1.

    1 RORT Y, Richard. Objetivismo,relativismo y verdad. Traducciónde Jorge Vigil Rubio, EscritosFilosóficos 1. Barcelona: Paidós, 1aedición, 1991. p. 61.

    Hagamos que “ellos”, “aquéllos” y” esos”

     hagan parte de un “nosotros” extendido.Edilberto Lasso

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    de lA CRueldAd A lA solIdARIdAd

    Rorty indica que las variadas formas de crueldad 2 

    han marcado los últimos siglos de historia europea ynorteamericana. Destaca, en varios de sus artículos, que

    las formas de crueldad dan para pensar el concepto de

    solidaridad como creación y no como descubrimiento.

     Algunas de las novelas de Orwel l jalonan a Rorty a

    presentar la política del siglo XX. Este lósofo está empeñado

    en despertar la sensibilidad de las personas ante prácticas

    como la prisión sin juicio, la utilización de prisioneros de

    guerra, las ejecuciones públicas, la tortura como medio de

    obtener una confesión, el uso de rehenes y la deportación de

    poblaciones enteras. En “1984”, en “Rebelión en la granja”

    Orwell describe todas las artimañas del totalitarismo político

    ejercidas cruelmente en los pensamientos y conciencia de

    los individuos más indefensos a quienes, por lo demás, se

    les niega intencionadamente todo ejercicio reexivo, es decir,

    la redescripción de sí mismos. El miedo, la crueldad y los

    desquiciados nervios de varias generaciones se han convertido

    insistentemente en las herramientas ecaces de algunos

    estados, como de grupos al margen de la ley, para justicar la

    inequidad, la injusticia y la violencia so pretexto de garantizaren nombre del “estado” o del “pueblo” respectivamente “la

    seguridad” o la “revolución”.

    Rorty se aparta de quienes, pregonando las guerras,

    las amenazas nucleares y campos de concentración, esperan

    encontrar en sus teorías y en sus deniciones el secreto de las

    cosas. Por eso, con la búsqueda de esperanzas de mañanas

    mejores, confía en las sugerencias del sentimiento en vez

    de las órdenes de la razón, lo cual equivale a abandonar la

    relación del ser humano con algo ahistórico y ver más bien una

    forma particular de solidaridad, históricamente condicionada

    y transitoria; no como algo que está en el nivel más profundo

    del yo, ni constitutiva, sino como un mero articio de la

    socialización humana.

    Este lósofo va a desembarazarse de la búsqueda de

    fundamentos incontrovertibles y racionales para el pensar y

    el actuar moral y político de los sujetos. La moralidad, según

    Oakeshott, no se entiende como un sistema de principiosuniversales ni como un código de reglas. Ella se puede

    aceptar en tanto no sea concebida como la voz de la parte

    divina y sea vista mejor como la propia voz de la comunidad.

     Así, la losofía moral toma la forma de una narración histórica

    antes que la de una búsqueda de principios generales. Este

    modo propuesto por Oakeshott y por Sellars, de presentar

    la moralidad como un conjunto de prácticas, muestra la

    diferencia existente entre la concepción de la moralidad

    como la voz divinizada y la moralidad como la voz de una

    construcción humana contingente, que se ha desarrollado en

    el tiempo y al azar.

    La solidaridad por la que va propender Rorty, no está

    identicada con la humanidad denitiva, antes bien, la concibe

    como la duda respecto de sí mismo:

     

    “(...) la duda acerca de la sensibilidad que se tiene al

    dolor y a la humillación de los otros, la duda acerca desi los ordenamientos institucionales actuales son aptos

    para hacer frente a ese dolor y a esa humillación, y

    curiosidad por las alternativas posibles”3.

    La solidaridad frena el desarrollo de la crueldad en

    nuestras sociedades. El liberal sólo desea que las posibilidades

    de los sujetos de evitar la crueldad, la humillación de los Otros

    se expanda por medio de la redescripción:

    “(...) el ironista considera que la definición decisiva de

    la persona del sujeto moral es la de evitar que aquel

    pueda ser humillado”4.

    2 En lo que respecta a Colombia,

    las novelas de Gabriel GarcíaMárquez como El Coronel no

    tiene quien le escriba, La malahora, y La Vorágine de José E.Rivera muestran el trasfondo

    de escenarios de violencia. Enla Vorágine, se ve, por ejemplo,

    el trato inhumano a que sonsometidos los caucheros. En

    Cien años de soledad muestrala masacre de los obreros de lasbananeras. La fatalidad juega

    un papel preponderante en esteautor. En Macondo es posible

    pensar que estas formas deviolencia y crueldad se pueden

    llevar a cabo en cualquier parte,en Irak, en Palestina, en Ruanda,

    en Colombia etc. Asistimos a losfunerales de todo aquello quepropenda por la creación de sí

    como persona.3 RORTY, Richard. Contingencia,Ironía y Solidaridad, Traducciónde A. E. Sinnot, revisión de J.

    Vigil, Barcelona: Paidós, 1a.edición, 1989. p.216.

    4 Ibíd. p.109.

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    de lA solIdARIdAd ComodesCuBRImIenTo A lA solIdARIdAdComo CReACIn

    “Hay dos constataciones que hace Rorty: la

    humillación y la crueldad. ¿Cómo enfrentar estas

    verdades, el hecho de que la deshumanización del

    prójimo sea un asunto de percepción diaria, ya sea en

    el propio terreno o por la comunicación mediática?

    La tortura, la vejación, el sadismo más variado, la

    conversión del hombre cautivo en carroña, lo quemostró Auschwitz, el Gulag, Sarajevo. El proceso, esto

    es lo que le preocupa a Rorty; la crueldad, el dolor

    gratuito que se inflige al desarmado, la alegría de la

    sangre ajena ¿Cómo disponer a los hombres a rechazar

    el placer de la humillación del más débil?”5

    La perspectiva universalista y fundacionalista de la

    “solidaridad humana” consiste en decir, que hay dentro decada uno, nuestra humanidad esencial, algo que resuena

    ante la presencia de eso mismo en otros seres humanos. Al

    contrario, Rorty se inclina por ver la solidaridad, en voz de

    Sellars, como una creación, producida en el devenir de la

    historia antes que como descubrimiento6.

    El propósito de Rorty es aseverar que la solidaridad

    humana es sostenible; es decir, viable y valiosa al mismo

    tiempo, aún cuando tal convicción resulte de la contingencia

    de las circunstancias históricas. Señala que el hombre intenta

    dar un sentido a su vida narrando el relato de su aportación

    a una comunidad que es histórica y real, no en la humanidad

    como tal o denitiva. Así, con el abandono de los supuestos

    metafísicos, no se pierde el sentido de la solidaridad humana;

    subsiste la obligación moral de experimentar un sentimiento

    de solidaridad con todos los demás seres humanos. Para el

    ironista liberal, la crueldad padecida por muchos, sí reclama

    la solidaridad. No se trata tanto de alegar que la violencia

    nos haga igual a todos cuanto de indicar que, aquello que

    compartimos con los demás es el ser susceptibles de padecer

    dolor. Y el dolor no es algo lingüístico.

    La noción de solidaridad es el sentimiento propio delironista liberal, que se siente un “nosotros” colectivo. En la

    persona del ironista liberal, conado en su contingencia, se

    puede encarnar la solidaridad de aquel que evita toda forma

    de crueldad junto con una actitud irónica ante la verdad.

    el “nosoTRos”

    “Las identidades deben construirse por medio

    de nuevas perspectivas apuntadas por el lenguaje,

    sólo aquellas que permitan una nueva dimensión

    llegarán a construir un nuevo “nosotros”. La

    literatura y la poesía deben ser entonces partes

    sustantivas de la edificación de cada ser humano y

    del ensanchamiento de nuestros horizontes hacia

    un objetivo común: vivir en una democracia” 7.

    El “nosotros” se crea efectivamente en pequeños

    espacios con la posibilidad de extenderse a otros. Procura

    congurar nuevas identidades culturales. A esto va a contribuir

    la literatura y la conversación por cuanto nos sensibilizan ante

    la humillación a la que están sometidos los miembros más

    débiles y frágiles de la sociedad. El tratar de evitar la crueldad

    que se causa a los otros es una característica especial a la

    hora de hablar o de crear la solidaridad.

    Rorty percibe que su posición no es incompatible

    con la exhortación a extender el sentimiento de “nosotros”

    a personas que anteriormente se consideraba como

    “ellos” ¿Pero cómo interpretar entonces el lema: tenemos

    obligaciones para con los seres humanos simplemente como

    tales? Habría dos formas de hacerlo: una aconsejable, que

    consiste en proponer crear un sentimiento de solidaridad más

    amplio que el que se tiene ahora; otra menos favorable, que

    consiste en reconocer una solidaridad como algo que existe

    5 ABRAHAM, Tomás. Batallas

    éticas. Buenos Aires: Nueva Visión,1995. p. 19.

    6 RORTY, Contingencia, ironía ysolidaridad, Op. cit., p.213.

    7 PIA LARA, María. LaDemocracia como proyectode identidad ética. Barcelona:Anthropos, 1 a. edición, 1992. p.138-139.

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    con anterioridad al reconocimiento que se hace de ella. Rorty

    se inclina por la primera forma cuando dene la solidaridad:

    la litratra y a Cra

    “Por otro lado, el pragmatista cree que la búsqueda

    de una comunidad humana universal conducirá a

    su propio fracaso desde el momento en que intente

    preservar los elementos de toda tradición intelectual,

    todas las intuiciones “profundas” que cualquiera pueda

    haber tenido (...) La alcanzaremos, si es que podemos,

    mediante actos de creación, más que de descubrimiento,

    mediante los logros poéticos en vez de Filosóficos”�9.

    “(...) como la capacidad de percibir cada vez con

    mayor claridad que las diferencias tradicionales, de

    tribu, de religión, de raza (…), carecen de importancia

    cuando se las compara con las similitudes referentes

    al dolor y la humillación; se la concibe pues, como la

    capacidad de considerar a personas muy diferentes de

    nosotros incluidas en la categoría de nosotros”8.

    lA solIdARIdAd en lA eduCACIn

    El valor de la solidaridad no puede considerarse

    entonces, como lo ha expuesto Rorty, como un valor dado y

    que los individuos deben internalizar acríticamente, sino como

    un valor que se crea gracias a la contingencia del lenguaje.

    Posiblemente este lósofo, que acude a la redescripción,

    comulga con Nietzsche al momento de rearmar la intención,por parte del individuo, de “poner alguna vez en entredicho el

    valor mismo de esos valores (…)”; “se trata de recorrer con

    preguntas totalmente nuevas y, por así decirlo, con nuevos

    ojos, el inmenso, lejano y tan recóndito país de la moral (…).

    El aula se convierte en el escenario propicio donde

    la comunidad de investigación se redescribe y se pone en

    entredicho; se cohesiona y se tensiona; aprende y desaprende

    sin el menoscabo del Otro y sin acudir a la crueldad. Rorty ve

    en la literatura y en la conversación unas formas de sensibilizar

    a los sujetos frente al dolor y la crueldad.

    Es persistente la alusión que Rorty hace respecto a

    la crueldad: “(...) se los puede humillar destruyendo a través

    de la violencia las estructuras particulares del lenguaje y de

    creencias en los que fueron socializados”10. Está de acuerdo

    con Scarry en que lo más lamentable que se puede causar en

    una persona no tiene que ver con la agonía que ésta maniesta

    cuanto que ella no puede reconstituirse o redescubrirse.

    Sencillamente se ha “deshecho su mundo” sin la posibilidad

    de usar un lenguaje nuevo.

    La tarea de elaborar el concepto de solidaridad sedará en los nuevos léxicos propiciados por la imaginación y la

    narrativa en cuanto que éstas sensibilizan a las personas y les

    permiten evitar, mediante la redescripción11  permanente del

    “nosotros”, la humillación y la crueldad para con las personas

    y las sociedades. La imaginación es el vínculo que hace

    plausible transitar hacia dimensiones como la otredad, con

    algo distinto de “nosotros” mismos. Es un plegarse al dolor

    del otro en la medida en que se tome distancia de las propias

    identidades y se acceda a otras identicaciones. De modo

    que la solidaridad se va logrando por la capacidad imaginativa

    de ver a los extraños como compañeros en el sufrimiento. La

    literatura estimula la capacidad imaginativa; posibilita que la

    persona se desterritorialice impidiendo que margine aquellas

    personas que no comparten su manera de pensar. En igual

    sentido Macintyre (1987) y Paul Ricoeur (2003) ven en la

    narración la alternativa razonable para sensibilizar y vincular

    a las personas alrededor del yo y el otro. Especícamente

    8 RORT Y, Contingencia, ironía ysolidaridad, Op. cit., p. 210.

    9RORTY, Richard. Consecuenciasdel Pragmatismo, Traducción de José Miguel Esteban Cloquell.España: Tecnos, 1982.

    10 RORT Y, Contingencia, ironía ysolidaridad, Op. cit., p. 195.

    11 La redescripción es la

    posibilidad de cambiar la manerade ver, de considerar las cosas, loshechos, las situaciones a través dela utilización de un nuevo léxico.Este léxico es revisable por estarsujeto a la contingencia mediantela redescripción que de él se haga.En este sentido el yo es entendidocomo un tejido de contingencias.

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    Macintyre comenta que: “por una parte, soy el tema de una

    historia que es la mía propia y la de nadie más, que tiene su

    propio y peculiar signicado -vida con sentido-. Y segundo,

    no sólo soy alguien que tiene que dar cuentas a los demás,que puede poner a los demás en cuestión. Soy parte de

    sus historias, como ellos son parte de la mía. El relato de

    la vida de cualquiera es parte de un conjunto de relatos

    interconectados”. Paul Ricoeur es contundente cuando

    piensa que: “las historias vividas de unos se imbrican en las

    historias de los demás. Episodios enteros de mi vida forman

    parte de la historia de la vida de los otros”.

    la cvració a cració aiaria

    conversación es una práctica como recurso de comprensión

    de otras culturas y de ot ras formas de pensar. En igual sentido

    algunos autores rearman la importancia que representa para

    los actores sociales compartir, sin descartar el disenso, unaspreocupaciones y búsquedas colectivas. Rafael del Águila así

    lo ratica cuando expresa:

    “Para los que como Rorty también quieren evitar

    la guerra, la estrategia es diferente. La humanidad

    en actitud conversacional reconoce la pluralidad de

    lenguajes, poco le importa establecer los fundamentos

    de una lengua verdadera, declara la contingencia de las

    creencias y reconoce como único valor apreciable, lacreación de nuevas metáforas y nuevos vocabularios. En

    la conversación se disfruta el placer del don de sí en el

    lenguaje a través de una palabra propia”�12.

     Así como José Olimpo Suárez: asegura que “la

    solidaridad propuesta resulta ser un producto de la socialización

    del individuo alcanzada a partir de la imaginación que permite

    distinguir a los nuestros de los Otros,”13 Rorty, atestigua que la

    interacción de los nuevos léxicos acontece en una comunidad

    liberal. El ironista enfatiza que la humillación de seres humanos

    ha de cesar. La solidaridad es necesaria para la constitución de

    identidades colectivas de grupos especícos, pues ella no se

    distancia de las personas reales de carne y hueso. La identidad

    cultural se construye conversacionalmente;14  se produce

    cuando las plurales voces conversan y se autointerpretan. La

    “Rorty afirma que lo cierto es que todos somos

    etnocéntricos, porque para conversar y actuar en común,

    necesitamos compartir mínimamente con el interlocutor un

    conjunto de creencias etnocéntricamente definidas”15.

    Del mismo modo Pía Lara avala la apreciación de Rorty, en

    común acuerdo con Rafael del Águila, cuando alude:

    “aquí, la acción se caracteriza por “compartir vocabularios

    y objetivos” mediante procesos de deliberación colectiva y

    reacomodos mutuos, más que por la lucha para alcanzar la

    gloria y la inmortalidad”16.

    La conversación hace posible que el sujeto vele por el

    cuidado de su pensamiento y por el cuidado del pensamiento

    del Otro en conformidad con la consideración que hace

    Jaime Parra, al citar a Batesosn como a Von Foerster, según

    la cual existe una mente social que está caracterizada por un

    conjunto de redes lingüísticas que unen las ideas de los seres

    humanos. Precisamente en la conversación e interacción, unos

    conguran la cognición distribuida, que no es otra cosa que

    entender el intelecto en la acción y en l a relación con Otros. En

    la conversación uyen y transitan, sin censura, la debili dad, el

    error y la incompletud del yo. Ahí se hace evidente el principio

    del altruismo cognitivo: el intelecto se pone a disposición de

    los Otros y no de sí mismo. Asimismo Ann Margaret Sharp

    (1997)17, al rearmar la preocupación que el Otro representa

    para la comunidad conversacional, expone: 

    12 ABRAHAM, Tomás, “Batallaséticas”, Op. cit., p. 15.

    13 SUAREZ M, José Olimpo.‘’Richard Rorty: la nueva crítica a lametafísica”. En: Revista Universidadde Antioquia, Medellín, No. 244,Abril-junio, 1996. p.70.

    14 Si bien Rorty no trabaja el tema

    de la conversación en su libro deContingencia, ironía y solidaridad,lo hará posteriormente según losconstatan varios comentaristascuando hacen constante alusióna dicho asunto como elementoimportante a la hora de crear lasolidaridad. Tomás Abraham , porejemplo, hace especial referenciaa la conversación en boca de Rortycomo un término introducido en lafilosofía por Oakeshott.

    15 DEL AGUILA, Rafael. ElCaballero Pragmático: RichardRorty o el liberalismo con rostrohumano. En: Isegoría, Revista de

    Filosofía moral y política. Madrid:No. 8, Octubre, 1993. p.35.

    16 PIA LARA, María, Op.cit.,p. 163.

    17 SHARP, Ann Margaret. Lacomunidad de cuestionamiento einvestigación filosóficos: educaciónpara la democracia”. En: KOHAN, Walter y WAKSMAN, Vera(comps): ¿Qué es filosofía paraniños? Ideas y propuestas parapensar la educación, Buenos Aires:Universidad de Buenos Aires, 1997.p. 175 - 186.

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    “(...) el grupo manifiesta un cierto cuidado, no sólo

    por los procedimientos lógicos sino por el crecimiento

    de cada miembro de la comunidad: este cuidado

    presupone una disposición a ser abierto, a ser capaz de

    cambiar sus opiniones y prioridades en vistas a tener

    cuidado por el Otro. En un sentido real, cuidar del

    Otro supone la voluntad de ser transformado por el

    Otro, de ser afectado por él (...)”. A su vez Lipman

    se vincula, en su apuesta por la filosofía para niños

    (FpN), a las insinuaciones aquí esbozadas de Jaime

    Parra y de Ann Margaret Shar: “(…) en la comunidad,

    los sujetos se liberan de la necesidad de tener siempre

    la razón, aprenden de sus propios errores y, sobre todo,

    se preocupan del crecimiento vital de cada uno de sus

    miembros”.

    Enhorabuena Rorty se convierte en una referencia,

    para quienes no claudican en los esfuerzos de buscar

    salidas razonables a la interminable cadena de odios, que

    perviven en los distintos actores sociales. La educacióndebe resistirse a que la violencia no sólo la atreviese

    sino que anide impunemente en sus aulas. La reflexión,

    la crítica y la indagación expresadas cooperativamente

    en el arte, el teatro, la palabra, la escritura y en otras

    expresiones, les corresponde evidenciar a la violencia a fin

    de desenmascararla, denunciarla, no con más muerte sino

    con más vida; no con crueldad, sino con más ternura; no

    con alaridos sino con serenidad; no con agresividad sino

    con la conversación y la acogida. En definitiva la creación

    de sociedades solidarias será sensata, en la medida en

    que los ciudadanos, que las conforman, tengan el arrojo de

    vincular, incluir y extender el “nosotros” a quienes muchos

    se obstinan en seguir denominando “ellos”; esos a quienes

    se les impone fronteras, y, se los rotula para someterlos,

    marginarlos y discriminarlos.

  • 8/17/2019 La Solidaridad en Rorty

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