la santísima trinidad pensamientos de san agustín obispo de hipona, doctor de la iglesia la...
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La Santísima Trinidad
La Santísima Trinidad
La Santísima Trinidad
Pensamientos de San Agustín
Obispo de Hipona,
doctor de la Iglesia
La Santísima Trinidad
Pensamientos de San Agustín
Obispo de Hipona,
doctor de la Iglesia
San Agustín y el niño
San Agustín y el niño
La historia de San Agustín con el niño es por muchos conocida.
La misma surge del mucho tiempo que dedicó este gran santo y teólogo a reflexionar sobre
el misterio de la Santísima Trinidad, de cómo tres personas diferentes podían
constituir un único Dios.
La historia de San Agustín con el niño es por muchos conocida.
La misma surge del mucho tiempo que dedicó este gran santo y teólogo a reflexionar sobre
el misterio de la Santísima Trinidad, de cómo tres personas diferentes podían
constituir un único Dios.
Cuenta la historia que mientras Agustín paseaba un día por la playa, pensando
en el misterio de la Trinidad, se encontró a un niño que había hecho un hoyo en la arena y con una concha
llenaba el agujero con agua de mar.
Cuenta la historia que mientras Agustín paseaba un día por la playa, pensando
en el misterio de la Trinidad, se encontró a un niño que había hecho un hoyo en la arena y con una concha
llenaba el agujero con agua de mar.
El niño corría hasta la orilla, llenaba la concha con agua de mar
y depositaba el agua en el hoyo que
había hecho en la arena.
El niño corría hasta la orilla, llenaba la concha con agua de mar
y depositaba el agua en el hoyo que
había hecho en la arena.
Hasta que ya San Agustín, sumido en gran curiosidad se acerca al niño y le
pregunta: "Oye, niño, ¿qué haces?" Y el niño le
responde: "Estoy sacando toda el agua del mar y la
voy a poner en este hoyo".
Hasta que ya San Agustín, sumido en gran curiosidad se acerca al niño y le
pregunta: "Oye, niño, ¿qué haces?" Y el niño le
responde: "Estoy sacando toda el agua del mar y la
voy a poner en este hoyo".
Y San Agustín dice: "Pero, eso es imposible".
Y el niño responde: "Más imposible es tratar de hacer lo que tú estas haciendo:
Tratar de comprender en tu mente pequeña
el misterio de la Santísima Trinidad".
Y San Agustín dice: "Pero, eso es imposible".
Y el niño responde: "Más imposible es tratar de hacer lo que tú estas haciendo:
Tratar de comprender en tu mente pequeña
el misterio de la Santísima Trinidad".
Algunos Pensamientos de San Agustín
acerca de la Santísima Trinidad.
Algunos Pensamientos de San Agustín
acerca de la Santísima Trinidad.
El Padre es, pues, para el Hijo verdad, origen veraz;
el Hijo es la verdad, nacida del Padre veraz;
y el Espíritu Santo es la bondad, emanada del Padre bueno y del Hijo
bueno...
El Padre es, pues, para el Hijo verdad, origen veraz;
el Hijo es la verdad, nacida del Padre veraz;
y el Espíritu Santo es la bondad, emanada del Padre bueno y del Hijo
bueno...
"Cuando hayas conseguido los tres panes, es decir, el alimento que es el conocimiento de la Trinidad, tendrás con qué vivir tú y con
qué alimentar al otro.
"Cuando hayas conseguido los tres panes, es decir, el alimento que es el conocimiento de la Trinidad, tendrás con qué vivir tú y con
qué alimentar al otro.
No tengas miedo de que venga un peregrino de viaje;
al contrario, hazle miembro de tu familia recibiéndole.
No temas tampoco que se te acaben las provisiones.
Ese pan no se termina; antes bien, terminará él con tu indigencia.
No tengas miedo de que venga un peregrino de viaje;
al contrario, hazle miembro de tu familia recibiéndole.
No temas tampoco que se te acaben las provisiones.
Ese pan no se termina; antes bien, terminará él con tu indigencia.
Es pan, y es pan, y es pan: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu
Santo.
Es pan, y es pan, y es pan: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu
Santo.
Eterno el Padre, coeterno el Hijo y coeterno el Espíritu Santo.
Inmutable el Padre, inmutable el
Hijo e inmutable el Espíritu Santo.
Eterno el Padre, coeterno el Hijo y coeterno el Espíritu Santo.
Inmutable el Padre, inmutable el
Hijo e inmutable el Espíritu Santo.
Creador tanto el Padre como el Hijo, como el Espíritu Santo.
Pastor y dador de vida tanto el Padre como el Hijo, como el Espíritu Santo. Alimento y pan eterno
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Creador tanto el Padre como el Hijo, como el Espíritu Santo.
Pastor y dador de vida tanto el Padre como el Hijo, como el Espíritu Santo. Alimento y pan eterno
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Aprende esto tú y enséñalo. Vive tú de él y alimenta al otro.
Dios, que es quien da, no puede darte cosa mejor que a sí
mismo. ¡Avaro! ¿Qué otra cosa deseas?
Si pides algo más, ¿qué te ha de bastar, si Dios no te
basta?".
Aprende esto tú y enséñalo. Vive tú de él y alimenta al otro.
Dios, que es quien da, no puede darte cosa mejor que a sí
mismo. ¡Avaro! ¿Qué otra cosa deseas?
Si pides algo más, ¿qué te ha de bastar, si Dios no te
basta?".
"... que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
de una misma e idéntica substancia, insinúan, en inseparable igualdad, la
unicidad divina, y, en consecuencia, no son tres dioses,
sino un solo Dios.”
"... que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
de una misma e idéntica substancia, insinúan, en inseparable igualdad, la
unicidad divina, y, en consecuencia, no son tres dioses,
sino un solo Dios.”
“Y aunque el Padre engendró un Hijo, el Hijo no es el Padre;
y aunque el Hijo es engendrado por el Padre, el Padre no es el Hijo;
y el Espíritu Santo no es ni el Padre ni el Hijo, sino el Espíritu del Padre y del Hijo, al Padre y al
Hijo coigual y perteneciente a la unidad trina"
“Y aunque el Padre engendró un Hijo, el Hijo no es el Padre;
y aunque el Hijo es engendrado por el Padre, el Padre no es el Hijo;
y el Espíritu Santo no es ni el Padre ni el Hijo, sino el Espíritu del Padre y del Hijo, al Padre y al
Hijo coigual y perteneciente a la unidad trina"
“El padre manda que se le ponga el primer vestido,
el que había perdido Adán al pecar. Tras haber recibido en paz al hijo y haberlo
besado, ordena que se le dé un vestido: la esperanza de la inmortalidad que confiere
el bautismo”.
“El padre manda que se le ponga el primer vestido,
el que había perdido Adán al pecar. Tras haber recibido en paz al hijo y haberlo
besado, ordena que se le dé un vestido: la esperanza de la inmortalidad que confiere
el bautismo”.
“Manda asimismo que se le ponga anillo, prenda del Espíritu Santo, y calzado para
los pies como preparación para el Evangelio de la
paz, para que sean hermosos los pies del
anunciador del bien"
“Manda asimismo que se le ponga anillo, prenda del Espíritu Santo, y calzado para
los pies como preparación para el Evangelio de la
paz, para que sean hermosos los pies del
anunciador del bien"
Señor y Dios mío, en ti creo, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
No hubieras dicho ésta Verdad: “Id, bautizad a todas las gentes en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo?
Si no fueras Trinidad...
Señor y Dios mío, en ti creo, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
No hubieras dicho ésta Verdad: “Id, bautizad a todas las gentes en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo?
Si no fueras Trinidad...
“Esta Trinidad de la fe Católica es presentada y creída de una manera
inseparable...que todo lo que por ella se realiza debe considerarse realizada por el Padre, por
el Hijo y por el Espíritu Santo”.
“Esta Trinidad de la fe Católica es presentada y creída de una manera
inseparable...que todo lo que por ella se realiza debe considerarse realizada por el Padre, por
el Hijo y por el Espíritu Santo”.
“Nada hace el Padre que no lo haga también el Hijo y el Espíritu Santo, ni nada hace el Espíritu Santo que no lo
hagan el Padre y el Hijo, y nada hace el Hijo que no lo hagan
también el Padre y el Espíritu Santo...”
“Nada hace el Padre que no lo haga también el Hijo y el Espíritu Santo, ni nada hace el Espíritu Santo que no lo
hagan el Padre y el Hijo, y nada hace el Hijo que no lo hagan
también el Padre y el Espíritu Santo...”
“El designio divino de la encarnación se debe atribuir propiamente al Hijo,
ya que, por medio del Hijo se deriva el conocimiento del mismo Padre
(es decir, del único principio del que derivan las
cosas)”
“El designio divino de la encarnación se debe atribuir propiamente al Hijo,
ya que, por medio del Hijo se deriva el conocimiento del mismo Padre
(es decir, del único principio del que derivan las
cosas)”
“Y al Espíritu Santo se le atribuye la función y el don de una cierta suavidad y dulzura interior e inefable en el querer
permanecer en este conocimiento y en el despreciar todas las cosas
mortales”.
“Y al Espíritu Santo se le atribuye la función y el don de una cierta suavidad y dulzura interior e inefable en el querer
permanecer en este conocimiento y en el despreciar todas las cosas
mortales”.
"Si lo has encontrado en ti mismo, si lo has hallado en el hombre,
si en una persona cualquiera que deambula por la tierra arrastrando un
cuerpo frágil que agrava al alma, cree entonces que el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo pueden manifestarse separadamente a través de distintas
cosas visibles, a través de ciertas formas tomadas de
las criaturas, y que obran inseparablemente.
"Si lo has encontrado en ti mismo, si lo has hallado en el hombre,
si en una persona cualquiera que deambula por la tierra arrastrando un
cuerpo frágil que agrava al alma, cree entonces que el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo pueden manifestarse separadamente a través de distintas
cosas visibles, a través de ciertas formas tomadas de
las criaturas, y que obran inseparablemente.
Si deseas recibir mails, relacionados con la Iglesia:
que contienen diapositivas, vida de Santos, Evangelio del Domingo, etc.
Escribe a: [email protected] con el título suscripciones.
Servicio Gratuito. Que Dios te llene de bendiciones.
Y que permanezcamos unidos en el amor a Jesús.
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