la república de las mujeres - ciedur

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MUJERES LA REPÚBLICA DE LAS | LA REPÚBLICA | DOMINGO 10.11.2013 | Nº 1049| Las hay durante todo el año, pero en noviembre se multiplican las actividades informativas y de denuncia de la violencia de género que, en sus múltiples formas, continúa ensañándose con la población femenina. Es que el 25 se conmemora el Día Internacional de la No Violencia Contra las Mujeres. El asesinato, forma extrema de esa violencia, se cobró 218 vidas entre abril de 2007 y octubre de 2013. En la inmensa mayoría de los casos, la muerte corrió por cuenta de maridos, concubinos, novios y ex de todas esas categorías, es decir: hombres que se relacionaron senti- mentalmente en presente o en pasado con las víctimas. Todos los primeros jueves de cada mes, Mujeres de Negro -con el apoyo de la Red uruguaya de lucha contra la violencia doméstica y sexual y la Secretaría de Género de la Intendencia de Montevideo- llama la atención sobre este grave problema de derechos humanos en la explanada de la sede del ejecutivo comunal capitalino. El último jue- ves “plantó” allí 218 lápidas con los nombres de las mujeres que fal- tan, acompañadas de otras tantas velas encendidas en señal de que se las recuerda y de claveles rojos. La performance fue organizada cuidadosamente, de modo de permitir la participación de familiares y amigos de las víctimas así como tam- bién de toda otra persona que quiso acompañarla. Mayoritariamente, las vestimentas fueron negras, en señal de duelo. VIOLENCIA DE GÉNERO 218 MUJERES ASESINADAS EN 6 AÑOS

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mujeresla república de las

| la república | domingo 10.11.2013 | nº 1049|

Las hay durante todo el año, pero en noviembre se multiplican las actividades informativas y de denuncia de la violencia de género que, en sus múltiples formas, continúa ensañándose con la población femenina. Es que el 25 se conmemora el Día Internacional de la No Violencia Contra las Mujeres. El asesinato, forma extrema de esa violencia, se cobró 218 vidas entre abril de 2007 y octubre de 2013. En la inmensa mayoría de los casos, la muerte corrió por cuenta de maridos, concubinos, novios y ex de todas esas categorías, es decir: hombres que se relacionaron senti-mentalmente en presente o en pasado con las víctimas. Todos los primeros jueves de cada mes, Mujeres de Negro -con el apoyo de la Red uruguaya de lucha contra la violencia doméstica y sexual y la Secretaría de Género de la Intendencia de Montevideo- llama la atención sobre este grave problema de derechos humanos en la explanada de la sede del ejecutivo comunal capitalino. El último jue-ves “plantó” allí 218 lápidas con los nombres de las mujeres que fal-tan, acompañadas de otras tantas velas encendidas en señal de que se las recuerda y de claveles rojos. La performance fue organizada cuidadosamente, de modo de permitir la participación de familiares y amigos de las víctimas así como tam-bién de toda otra persona que quiso acompañarla. Mayoritariamente, las vestimentas fueron negras, en señal de duelo.

Violencia de género

218 mujeres asesinadas en 6 años

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2 la república domingo 10.11.13la república de las mujeres

Proyecto regional Para mejorar Políticas Públicas

mujeres trabajandoEl aumento de la participación de las mujeres en el mercado de trabajo es uno de los cambios más notables en América Latina en los últimos 30 años. No obstante, las brechas de género en cuanto a ingresos y oportunidades laborales no se han reducido significativamente. Un proyecto de investigación de las realidades laborales de las muje-res en ocho países de la región, pretende producir información que se transforme en herramienta para mejorar las políticas públicas en materia de empleo femenino.

Promoviendo el empo-deramiento económico de las mujeres a través de las mejores políticas” es el nombre y el objeti-vo del proyecto que el

Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo-Uruguay (Ciedur) y el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad de La Plata, Argentina, apoyados por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDCR) de Canadá, presentaron recientemente en el Palacio Legislativo.

Surgió como respuesta a una inquietud: ¿por qué, pese al im-portante crecimiento económico de la región en la última década, a la reducción de la pobreza, a la mejoría de la educación de las mujeres y a su creciente participa-ción en el mercado de trabajo, las brechas de género en los ingresos y oportunidades laborales no se han reducido de manera propor-cional a estos cambios?

Para identificar las causas que perpetúan situaciones siempre desventajosas para las mujeres, el proyecto se propone responder a varias preguntas relacionadas con la idiosincrasia prevaleciente en las sociedades, las actitudes de las propias mujeres frente a los desafíos que les plantean sus en-tornos familiar y laboral, la inci-dencia de las diferentes políticas públicas aplicadas y su grado de efectividad.

La motivación de la propuesta se centra en investigar para cam-biar las políticas públicas, incidir en ellas y para aportar insumos a los debates sobre sus definiciones y derroteros.

El proyecto trabajará con ins-tituciones e investigadores de ocho países -Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, México y Uruguay- recogiendo aportes de académi-

cos, técnicos gubernamentales y organizaciones de la sociedad ci-vil, y buscando llegar a legislado-res y otros actores de gran inci-dencia en la generación de políti-cas públicas.

“Uruguay es más equitativo en comparación con otros países. Tiene igualdad formal pero toda-vía enormes baches en la igual-dad real, fundados en patrones culturales. Eso se traduce en blo-queos emocionales, instituciona-les, en las familias’’, afirmó la di-putada frenteamplista María Elena Laurnaga, dando la bienve-nida al proyecto en comentario junto a la embajadora de Canadá, Claire Poulin y a Jean Lebel, pre-sidente de IDCR.

Restricciones en el desempeño

Desde Ciedur, la coordinado-ra general del proyecto, Alma Espino, delineó la situación de base en pocas palabras: “No es obligatorio que todas las mujeres trabajen remuneradamente, pero tenemos derecho a hacerlo en igualdad de condiciones con los varones. Mientras que la tasa de ocupación de estos se ha manteni-do estable, la de las mujeres ha crecido sin parar desde los años 70, pero las desigualdades persis-ten. La bonanza económica no se traduce en mayores ingresos para ellas, hay más precariedad e in-formalidad y menos calidad en el

empleo de mujeres que en el de hombres”.

Aunque se acerquen los ingre-sos de hombres y mujeres, persis-te la segregación laboral: ellas constituyen el 54% en el rubro restaurantes y hoteles, el 65% en la enseñanza, el 75% en servicios sociales y de salud y el 99% en trabajo doméstico.

En Uruguay, el incremento de

puestos cotizantes a la seguridad social ha sido un éxito en los últi-mos años, no obstante la informa-lidad subsistente conduce al des-amparo, sobre todo entre trabaja-doras domésticas.

La reciente reforma de los subsidios por maternidad y pater-nidad, que introduce asimismo la licencia parental (que puede ser utilizada indistintamente o en for-

ma alternada por madre y padre) es un avance, pero todavía hay que evaluar qué tanto contribuye a mejorar la situación de la pobla-ción femenina en cuanto al em-pleo.

Citando bibliografía feminis-ta, la economista distingue al me-nos dos restricciones que afectan el desempeño de las mujeres. La intrínseca alude a los roles apren-didos en la familia y su estereoti-pación en torno a tareas domésti-cas y de cuidado. La segunda a limitaciones impuestas por leyes, preferencias de los empleadores, acceso a la educación y a los me-dios de producción.

“Como nunca en Uruguay los hombres están empleados, por lo que hay que ir por las mujeres. Pero persisten restricciones de oferta para ellas. Por esas restric-ciones o por elección para compa-tibilizar el trabajo con la vida fa-miliar, las mujeres van hacia em-pleos de menor calidad. Y el em-pleo es importante para el empo-deramiento de las mujeres, enten-dido este como el poder de tomar decisiones, entre ellas la de irse de la casa cuando son víctimas de violencia doméstica porque dis-ponen de dinero propio”, explica Espino, coordinadora general de proyecto, con el apoyo de Soledad Salvador, coordinadora técnica del mismo.

Un tema ausente en la agenda de género

Los comentarios sobre el pro-yecto estuvieron a cargo de la di-putada nacionalista Ana Lía Piñeyrúa, su par frenteamplista Bertha Sanseverino; Elvira Domínguez, directora del BPS por el sector empresarial y Estela Escobar del Departamento de Género y Equidad del PIT-CNT, delegada a su vez a la Comisión Tripartita para la Igualdad de Oportunidades y Trato en el Empleo.

Para quien fuera ministra de Trabajo y Seguridad Social du-rante la segunda presidencia de Julio María Sanguinetti, las cau-sas de las dificultades de inser-ción laboral de las mujeres hay que buscarlas en el bajo nivel de calificación, fruto de condiciona-mientos familiares y culturales. También le parecen relevantes, por lo que hace a Uruguay parti-cularmente, los cambios en el comportamiento reproductivo.

mujeresla republica de las

Editora: Isabel Villar E.mail: [email protected]. Redacción: Garibaldi 2579 Teléfono: 2487 3565. Fax.: 2487 2419www.diariolarepublica.net

datos regionales* En América Latina, el 51% de las mujeres que traba-

jan lo hacen en los sectores servicios personales, sociales y comerciales, frente a solamente el 20% de los varones.

*Solo el 20% de las empresas de la región tienen un alto directivo femenino.

*Las empresas propiedad de mujeres son más pequeñas en tamaño, tienen una productividad labo-

ral más baja y son menos propensas a usar equipos como maquinarias y vehículos.

*En 18 países de América Latina, el ingreso laboral por hora promedio de los hombres es 10% mayor

que el de las mujeres, porcentaje que se eleva a 17% al controlar la diferencia de ingresos por edad y nivel edu-cativo.

*La brecha salarial de género es mayor cuando se comparan los ingresos mensuales, porque las muje-

res registran una menor cantidad de horas promedio trabajadas.

Elvira Domínguez, Bertha Sanseverino, Ana Lía Piñeyrúa, Estela Escobar y la moderadora del panel, periodista Ana María Mizrahi. (Departamento de Fotografía del Parlamento del Uruguay)

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3la repúblicadomingo 10.11.13 la república de las mujeres

Rebeca Grysnspan, secretaria general adjunta de las Naciones Unidas, fue recibida por la Bancada Bicameral Femenina en el Palacio Legislativo.

Grysnspan, también ex vice-presidenta de Costa Rica, llegó acompañada por la nueva coor-dinadora residente en Uruguay de las Naciones Unidas, Denise Cook y los señores Alto García y Pedro Manuel Moreno.

Por la BBF participaron en la reunión las diputadas Daniela Payssé, María Elena Laurnaga y

Alicia Porrini, así como Graciela Guido, integrante de la Red de Mujeres Políticas por el Partido Nacional.

El tema principal de inter-cambio fue la aplicación de la Ley Nº 18.476 de participación de ambos sexos en listas electo-rales y directorios de los partidos políticos, que se aplicará por única vez en las elecciones de 2014 y 2015. Grysnspan mani-festó interés en apoyar a las mujeres políticas uruguayas y al sistema político en general, en el

desenmascaramiento de las in-equidades y en evitar las prácti-cas discriminatorias encubiertas que obstaculizan la llegada de mujeres al Parlamento y a los cargos de decisión.

Con el objetivo de cambiar estas inequidades, se realizarán acciones tendientes a fortalecer a la BBF, promoviendo el inter-cambio con tribunales electora-les con experiencia en la mate-ria y un seminario de nivel inter-nacional al que se convocará a todos los líderes políticos.

aPoyo de rebeca grysnsPan

Fortalecimiento de la Bancada Femenina

actividades del proyecto1Estudio de las realidades laborales de ocho países

latinoamericanos, con métodos cuantitativos y cuali-tativos y comparación de resultados.

2Publicación de un libro que reúna los resultados del análisis a nivel regional sobre determinantes de la

participación femenina en el mercado laboral, la evolu-ción de la fecundidad y sugerencias de políticas públi-cas para mejorar la situación de las mujeres en el empleo.

3Convocatoria abierta desde Cedlas a propuestas de evaluaciones de impacto de políticas y programas

específicos implementados para mejorar la participa-ción de las mujeres en los mercados de trabajo.

4Concursos de propuestas de investigación sobre género y mercado laboral para estudiantes de grado

y posgrado.

5Activa estrategia de divulgación de investigaciones en diálogo con los tomadores de decisiones,

medios de comunicación, sindicatos, universidades y organizaciones de la sociedad civil.

6Producción de materiales para comunicar los resul-tados del proyecto, tales como un audiovisual,

documentos de análisis y recomendaciones de políti-cas, divulgación en medios de comunicación, talleres de capacitación y una conferencia regional. El sitio web del proyecto, dotado de diversas herramientas de visualización, será la sede de resultados y actividades.

7Cursos y talleres de formación en género sobre aná-lisis de mercado, pobreza y desigualdad laboral

para responsables de políticas públicas y jóvenes inves-tigadores, y otros para organizaciones no guberna-mentales.

Entre 1996 y 2011, la tasa de nata-lidad pasó de 2,45 a 1.93 hijos por mujer (por debajo de la tasa de reemplazo) pero no en forma ho-mogénea: se mantuvo la polariza-ción por nivel social como lo de-muestra que la tasa de paridez de las mujeres pobres es de 4.47 y las de las no pobres de 2,50.

Por otra parte, sobre todo en los sectores más pobres, hay más madres adolescentes que tienen hijos más tempranamente, con la consecuencia de que luego de parir no retoman los estudios ni se insertan laboralmente, lo que abona la reproducción de la po-breza.

La diputada frenteamplista Bertha Sanseverino llama la aten-ción sobre lo ausente que está el tema del empoderamiento eco-nómico en la agenda de políticas de género. Prueba de ello es, por ejemplo, que en el Consenso de Montevideo, emanado de la Conferencia regional sobre las Mujeres de la Cepal que se realizó recientemente en nuestra ciudad capital, entre 130 puntos solo uno, el 54, refiere a leyes y políticas de igualdad laboral.

La Bancada Bicameral Femenina (BBF) tiene en su agen-da tres temas fuertes: violencia de género, salud y participación polí-tica, pero nada de empodera-miento económico.

Para la legisladora, Uruguay tiene “la gran oportunidad de me-jorar en calidad educativa, salud y cuidados. En un tercer gobierno del Frente Amplio se tendría que instalar el Sistema Nacional de Cuidados, así como se hizo en el primero con la reforma de la sa-lud”.

Avances y pendientesEl sector empresarial apuesta

a la educación pero también a la formación para gestionar empre-sas.

Elvira Domínguez pone el én-fasis en las dificultades que tienen las microempresas para integrar-se a otras más grandes porque el monotributo, que es el primer es-

labón de la formalización en el trabajo, se los impide. Su propues-ta es que este sea gradual, de ma-nera que permita a las mujeres, mayoría de titulares de microem-presas, acceder a un mayor desa-rrollo.

La representante del sector empresarial en el BPS también señala la desprotección de las mujeres empresarias en materia de maternidad y enfermedad, en-tre otras, por no acceder a los respectivos subsidios. En cobertu-ra de salud se ha avanzado: ahora ingresan al Seguro Nacional de Salud si tienen hasta cinco traba-jadores dependientes.

Otra propuesta es la creación de un fondo de cesantía para que,

ante crisis económicas o actos delictivos que afecten el patrimo-nio empresarial, la empresaria no pierda el espacio acumulado.

Estela Escobar, una de las to-davía escasas trabajadoras de la construcción (el 98% de la fuerza de trabajo es masculina), destaca los logros de los últimas décadas, que incluyen la Tripartita de Igualdad de Oportunidades y Trato en el Empleo, el Proimujer, el Plan Nacional de igualdad de oportunidades en el trabajo, las leyes de trabajo doméstico y de prevención del acoso sexual en los ámbitos laboral y docente, los más de cien convenios colectivos que incluyen cláusulas de igual-dad de género, la reciente amplia-

ción del subsidio por maternidad y paternidad, aunque persista desigualdad entre beneficios para trabajadoras públicas y privadas.

Frente a eso, sigue sin regula-ción el trabajo de las consejeras para la venta de productos cos-méticos, las mujeres en ferias permanentes (que permanecen de 10 a 12 horas de corrido en condiciones precarias), aquellas que laboran en talleres de confec-ción de ropa (que les consumen gran parte de su jornada), la des-protección de las trabajadoras migrantes, la persistencia del tra-bajo infantil y la falta de un siste-ma de cuidados, tan caro a las mujeres que trabajan remunera-damente.

Alma Espino y Soledad Salvador, las coordinadoras del proyecto. (Departamento de Fotografía del Parlamento del Uruguay)

Jean Lebel, Claire Poulin, María Elena Laurnaga y Mizrahi. (Departamento de Fotografìa del Parlamento del Uruguay)

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4 la república domingo 10.11.13la república de las mujeres

Violaciones en el cine

Confesiones de Bernardo BertolucciNi el arte, o por lo menos el séptimo arte, escapan a ciertas conductas. Recientemente Bernardo Bertolucci, el renombrado y oscarizado director de cine italiano, ha contado cómo se rodó realmente la escena de la mantequilla en la película “El último tango en París”. Esperó más de cuarenta años para hacerlo y que María Schneider, la protagonista, hubiera fallecido.

La idea se nos ocurrió con (Marlon) Brando mientras estábamos desayunando. En un momento, él comenzó a untar una baguette

con manteca, y de pronto nos miramos cómplices”, señaló el director Bernardo Bertolucci, agregando que ”Decidimos no decirle nada a María (Schneider) para obtener una reacción más realista, no de actriz sino de mujer joven. En el momento en que llora, grita y se siente heri-da, en verdad ya estaba dolida por el hecho de que se le había ocultado cómo sería la escena en que su personaje era sodomi-zado, y lo cierto es que haberse sentido de esa manera fue útil a la película”. O lo que es lo mis-mo: Bertolucci y Brando deci-dieron ser cómplices en una agresión sexual en directo y con fines claramente comerciales, sin ni siquiera plantearse la opi-nión de la coprotagonista de la película. Sencillamente delez-nable. María Schneider ya ha-bía deslizado esta versión al “Daily Mail” en 2007: “Debería haber llamado a mi agente o a mi abogado, porque nadie pue-de ser obligado como actor a hacer algo que no esté en el guion. Pero en ese entonces yo era muy joven y no lo sabía. Fui obligada a exponerme a lo que creo fue verdadera violencia. Las lágrimas que derramo en esa película son verdaderas: son lágrimas de humillación”.

Y no pasa nada…Han transcurrido más de

cuarenta años desde el estreno de “El último tango en París”, pero… ¿no pasa nada porque se confiese la violación de una mu-jer joven por parte de un actor y del director de la película?

No fue una escena pactada. Fue una agresión sexual, ¿y si-gue sin pasar nada, pese a la confesión de uno de los cómpli-ces?

Me pregunto: ¿en cuántas películas en donde la violencia que se ejerce contra las mujeres parece estar pactada en el guion no lo será?, ¿cuántas de las esce-nas de agresiones sexuales o violaciones que nos ha ofrecido el cine no habrán sido reales y

la ciudadanía, el público en ge-neral, no nos habremos entera-do?

Me hago estas preguntas, porque no ha sido la única oca-sión en que la mujer protagonis-ta ha sido víctima de estas re-probables prácticas.

Al parecer a la protagonista femenina del film “L’Amant” (El amante), dirigido por Jean-Jacques Annaud y basado en la novela homónima de Marguerite Duras, también la “condujeron” a que las escenas de sexo fueran

reales y no interpretadas, para dar una mayor credibilidad y publicidad a la película. Esta actriz llamada Jane March, al igual que María Schneider, nun-ca más se mostraron desnudas en sus films porque las hicieron sentir culpables de aquellas es-cenas, lo cual ya es el colmo.

No todo es ficción en la ficción

De pequeña, cuando lloraba viendo alguna película (aún me sigue pasando a veces), mi ma-

dre venía y me decía aquello de “Hija, en el cine todo es mentira, todo ficción, cuando se acaban las luces todo vuelve a la norma-lidad. Y mira como la persona que crees muerta no lo está, ob-serva cómo sigue respirando a pesar de que le han disparado. Porque lo han hecho con balas de broma”. Aquella visión prag-mática de mi madre respecto del cine, me tranquilizó durante años y, aunque nunca he podido ver una escena de violación, siempre quería pensar que era ficción, que era parte del guion, que todo estaba pactado y que todo el mundo estaba de acuer-do en protagonizar sus papeles, previamente aceptados, incluso en sus modificaciones. Y ahora, esto me lleva a plantearme si este tipo de personajes laurea-dos como Brando o Bertolucci han sido capaces de perpetrar esta agresión sexual para au-mentar el realismo de una pelí-cula (y sus bolsillos, que todo hay que decirlo), ¿qué no habrán hecho con los cuerpos de muje-res actrices algunos otros direc-tores por las mismas razones? Porque ahora ya no me sirve el discurso de mi madre de que todo era mentira. Ahora ya veo que no todo lo es. Pero además, y lo más grave del tema, es cómo al tratarse de personajes de re-nombre mundial y a pesar de haber pasado más de cuarenta años, el tema continúa tratándo-se como algo “anecdótico” y si-gue sin pasar nada. (La Independent)

Historias de Humanas

el país de aliceSonia Santoro

Qué decir que no se haya di-cho ya sobre Alice. La Munro, claro. No hay otra. La que ganó el premio Nobel. La vie-jita que juega a las escondi-das detrás de sus libros en las cientos y miles de fotos que andan dando vuelta el mundo en estas semanas. La maravi-llosa escritora de cuentos, re-latos frondosos y deslum-brantes.Tuve la suerte de conocer a Alice Munro –a su escritura- antes de que la premiaran (no me pasó lo mismo con Doris Lessing, a la que adoro tam-bién). Alguien la recomendó hace unos años en un suple-mento dominical de cultura y desde entonces caí en la trampa de sus historias de gente sencilla, que pasa por cosas horrorosas y sobrevive, y no hace de su sufrimiento la gran cosa; que está movida por pasiones que la desbor-dan; que es tenaz hasta el fi-nal. Gente cincelada por Alice con destreza sutil y certera, considerando las múltiples, movedizas, variables cualida-des que nos hacen humanas (sí, la mayoría de sus protago-nistas son mujeres).Es curioso porque ella no se considera una mujer “nor-mal”. No supo qué hacer cuando intentó retirarse, por-que no tenía la más remota idea de cómo levantarse a la mañana y hacer lo que una mujer de su edad se supone que hace: ver amigas, nietos, acompañar a su marido, si es que hay uno, cocinar, cuidar las plantas, quejarse de sus achaques.No, ella no pudo con eso. Por suerte para todos, el país de Alice sigue poblándose de historias.Gracias Alice. (http://sonia-santoro.com)

Teresa Molla Ontinyent

María Schneider y Marlon Brando en “El último tango en París”.

El director italiano: “Decidimos no decir nada para obtener una reacción más realista”.