la purificación de la tierra. · formó en un objeto de explotación cuyo único sentido era...
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LA PURIFICACIÓN DE LA TIERRA
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PRÓLOGO
El maestro Hui Ko, uno de los más grandes representantes del Zen en
China en los siglos V y VI (Cf. El Zen transmite la enseñanza del Padre
III), después de ofrecer su mensaje, pidió que se llamase a la Tierra para su
purificación.
Estas fueron sus palabras:
Es necesario integrar a la Tierra al Plan del Padre. La destrucción que
han hecho los demonios usando a los hombres, del planeta, va mucho más
allá de lo que en el plano físico pueda observarse, ya que su estructura astral
se encuentra profundamente dañada y su conciencia desalojada de la co-
nexión con El Padre y del mismo sistema al que pertenece.
Quien pueda astralmente sobrevolarla, si se decide a la experiencia, sin
duda terminará horrorizado al comprobar las duras cortezas negras que la en-
vuelven, custodiadas por inquietantes demonios.
La Tierra no solo es el hábitat humano, sino también el de los diferen-
tes reinos de la vida que experimentan en ella su evolución con la colabora-
ción de los espíritus de la Naturaleza.
Una de las estrategias de los demonios fue aislar al hombre de su mun-
do natural, proyectandolo a la ilusión y deificación de sus construcciones
materiales, donde quedó prisionero.
Este aislamiento quebró la unidad de la vida, y la Naturaleza se trans-
formó en un objeto de explotación cuyo único sentido era producir y reprodu-
cir permanentemente un universo artificialmente demoníaco.
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A esta profunda equivocación es a la que el hombre llama mundo, sin
siquiera sospechar que el camino del progreso del que tanto se vanagloria lo
conduce al abismo más profundo, a sufrimientos interminables, a la más te-
rrible de las soledades, la soledad del Padre, a la reclusión perpetua en la cár-
cel satánica.
Pero El Padre al frente de su Ejército de Luz ha llegado al planeta para
entablar la batalla definitiva contra la oscuridad, y así salvar a la humanidad,
a todos los seres que habitan la Tierra, y al planeta mismo, de la pesadilla del
infierno en que están sumidos.
No falta demasiado para la victoria final.
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Se presenta el maestro Yukteswar, saluda con una reverencia a Hui Ko, y ex-
presa:
La Tierra, originalmente articulada dentro del orden del Universo, fue
posteriormente silenciada al ser capturada por las fuerzas oscuras.
Ahora, gracias al proceso purificador del Plan de Salvación podrá ser
rescatada y revivir en la Luz del Padre.
Los maestros ofrecen su bendición a la Tierra y a todos los reinos de
la vida y se despiden.
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I
LA INVITACIÓN A LA TIERRA
La Tierra se presenta en el plano de convocación. Yukteswar, para posibilitar la comunicación, bloquea sus capas oscuras.
EL CONVOCANTE ¿Conoces el Plan del Padre?
LA TIERRA No, lo desconozco.
El maestro Yukteswar, usando el lenguaje del planeta, se lo comunica y lo invita a participar del Plan de Salvación. Este, al recepcionarlo, se ilumina y se eleva, lo-grando algún grado de conexión con El Padre.
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II
LOS REINOS DE LA VIDA
El mundo mineral
Envuelta en una turbia opacidad se pre-
senta el mundo mineral cuando es convocado
por El Padre. Pero basta la vibración que lo
invoca para que empiece a manifestarse casi
latiendo, y las piedras envueltas en luz, deste-
llan en el regocijo del regreso a su paraíso
mineral perdido.
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El mundo vegetal
El maestro Hui Ko acaricia su aura dolorida
y le dice:
Hermano, demonios y hombres te mal-
tratan, te hieren, te corrompen con sus oscu-
ros experimentos, pero no te preocupes, el
calvario va a terminar porque la Luz del Pa-
dre ha llegado para rescatarte.
Ante las palabras de Hui Ko todo el reino ve-
getal se inunda con la Luz Divina.
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El mundo animal
YUKTESWAR
Está sumido en un profundo dolor que
no comprende, indefenso ante la bestial agre-
sión de los hombres posesos.
¿Son víctimas de un plan perverso?
Son víctimas de la oscuridad que busca
destruir el planeta y todos los reinos de la vi-
da.
Pero el Ejército de Luz tiene como una
de las tareas encomendadas por El Padre cu-
rarlos y volver a integrarlos a una Naturaleza
unida a Lo Divino.
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El mundo humano
Aparece la humanidad como unidad en
la silueta de un hombre vacío, atravesado por
la oscuridad, acostado en la mesa del ban-
quete de los demonios.
De pronto un tenue rayo de luz cae so-
bre su cabeza, que en realidad son todas las
cabezas de todos los hombres, y se va for-
mando una colosal columna de Energía que
lleva a la humanidad y a cada uno de los
hombres al Reino del Padre para ser purifi-
cados e invitarlos a participar del Plan de
Salvación.
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La Tierra como mundo
EL PADRE
La Tierra se está curando porque se sen-
tía muy enferma, la destrucción a que ha sido
sometida es incomprensible para los hombres.
Ahora se está conectando con mi Ener-
gía y en este momento el resto de los planetas
la están recibiendo con la alegría que significa
el retorno a casa después de tanto tiempo de
haber estado perdida en la oscuridad.
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YUKTESWAR
Los reinos de la vida convocados vuelven a establecer su comunión na-
tural, y como una sola alma, se elevan al Padre.
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III
LOS ESPÍRITUS DE LA NATURALEZA
EL CONVOCANTE
Gnomos, ninfas, ondinas, elfos, salamandras… palabras que suenan irreales, parecen ecos de antiguas mitologías destinadas a llenar las páginas de los cuentos infantiles.
YUKTESWAR
Hace mucho tiempo que el hombre perdió el contacto con estos espíritus, y ahora solo son voces vacías de antiguas leyendas.
No siempre fue así, el hombre de la antigüedad era un alma más en el Alma de la Naturaleza, y respetaba a estos espíritus con quienes compartía su vida en la sacralidad de su hábitat.
Estos espíritus cumplían sus tareas en el plano astral, alimentando de energía al fuego, al aire, al agua, para que mantuviesen su pureza al servicio de la vida vege-tal, animal, y humana.
Ese hombre, aunque hoy parezca incomprensible, conocía el poder sagrado de la Naturaleza y de los espíritus que la servían.
Por eso sabía que de la armónica convivencia con todos los seres de la Naturaleza, de los que estos espíritus eran parte, dependía su existencia en el planeta. Pero esta existencia no solo se refería a su vida física, sino también, y fun-damentalmente a la de su alma, y desde esa interioridad podía percibir el alma de es-tos espíritus.
Sin embargo, los demonios fueron realizando su obra de destrucción, la que se fue cumpliendo mediante el engaño con que sometieron a las almas.
¿Y en qué consistió ese engaño? En que el alma se negase a sí misma y se identificase con un ego cada vez más descomunal.
La trampa estaba consumada, y la participación armónica con el Alma de la Naturaleza, y el alma de todos los seres que cobijaba se destruyó.
La Naturaleza se convirtió para el hombre en materia en movimiento, un simple objeto inerte donde podía realizar su voluntad de poderío.
Y así el hombre perdió la conexión con su alma, y con el alma de estos espí-ritus, que fueron desapareciendo de una vida convertida en antinatural.
EL CONVOCANTE ¿Qué sucedió con estos espíritus?
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YUKTESWAR
Al principio fueron obedientes a las leyes que El Padre les había asignado cumplir, pero al ser tocados por las vibraciones densas de los demonios se rebelaron y terminaron como servidores de las fuerzas oscuras a las que sirven ciegamente.
EL CONVOCANTE ¿Es posible rescatarlos?
YUKTESWAR En el Plan del Padre está contemplado su rescate.
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Ante la convocatoria del mandala de maestros se presentan estos espíritus, y que-dan envueltos en una energía purificadora. Entonces el mandala se dirige a sus al-mas.
EL MANDALA DE MAESTROS
¿Están dispuestos a renunciar a ser servidores del Plan Demoníaco, tomar
conciencia de su alma y retornar al Plan del Padre?
Los espíritus de la naturaleza, recuperado el gozo perdido, aceptan el ofrecimiento y se elevan al Reino del Padre, que es su verdadera morada.
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YUKTESWAR
Estos espíritus vuelven a su orden natural, y a través de la Gracia del Padre, a medida que el Plan de Salvación se afiance en el planeta, la antigua armonía los uni-rá nuevamente con el hombre.
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IV
LA PURIFICACIÓN DE LA TIERRA
EL CONVOCANTE
Veo a la Tierra como una luna negra. La visión es muy tormentosa, hay mucho fuego y sufrimiento. Es un fuego dantesco que transforma todo en cenizas, que arrastradas por los
vientos del infierno, cubren campos, ríos, mares y montañas. La Tierra parece una Gran Pompeya con un Vesubio en sus entrañas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . .
Desde el astral recibe una lluvia de luz, pero es muy débil, no alcanza para
iluminar tanta oscuridad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . .
Ahora se abre un espacio en el sistema al cual pertenece, y entonces el Sol
silenciosamente la va atrayendo. De pronto el viaje se detiene, y el Sol explica que hasta esa distancia puede
llegar y resistir, sin peligro de ser dañada y saturada por su energía. En ese punto se van quemando los circuitos que la enganchan a la oscuridad. Entonces el planeta poco a poco recupera su conciencia y se dirige hacia su
órbita. El maestro Yukteswar le agradece al Sol su colaboración en la purificación
de la Tierra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . .
Su órbita se va ampliando rápidamente y la observo salir del sistema de los
planetas conocidos, hasta llegar a la cercanía de la Estrella Polar.
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Es tal el frío que hay en esa región del universo que queda psicológicamente detenida.
Aquí se da otro proceso, al estar congelado el planeta, comienza a operar en su interior la energía de la Estrella Polar, y sus circuitos son reparados y rectifica-dos.
Todo parece haber quedado en su lugar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . .
Envuelta en una luz que proviene de lo más remoto del espacio, la Tierra re-
gresa a su lugar de rotación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . .
Escucho al maestro Yukteswar decir que esta purificación fue posible por la
Gracia del Padre, y que ahora la Tierrra vuelve a integrarse al orden del universo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . .
La imagen del planeta se va alejando hasta que desaparece de la visión.
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V
LA LUZ DEL PADRE DESTRUYE EL BUNKER DE LA OSCURIDAD
YUKTESWAR
Voy a mostrarles la Tierra como una masa de energía, concéntrense en la meditación y observen.
¿Pueden ver la energía negativa densificada sobre su eje de rotación? Desde ese eje virtual la oscuridad se expande y al hacerlo va invadiendo esa
región del espacio conocida como atmósfera. Esta energía, como pueden ver, va girando de un polo de su eje hacia el otro,
estableciendo de ese modo un campo magnético muy fuerte e impenetrable. El aire encerrado en ese espacio, al encontrarse totalmente contaminado,
descompone toda forma de vida que se encuentra en su circuito. Precisamente este circuito espacial de la energía oscura es el punto funda-
mental a alcanzar por la Luz del Padre. Si se concentran atentamente en ese espacio, verán un movimiento casi im-
perceptible hacia la verticalidad del eje. En la medida en que se profundice esta modificación, se producirá un debili-
tamiento en la circulación de la energía oscura. El objetivo es la variación del eje, esto es, su verticalización, pues como
pueden comprobar, cuanto más inclinado se encuentre, mayor es la potencialización de las fuerzas de la oscuridad.
Por lo tanto ahí, se descargarán las fuerzas del Padre para destruir este blo-queo.
Pero hay algo a tener en cuenta, la destrucción no es muerte sino modifica-ción de la vibración de las estructuras, porque también en esto la Piedad y el Amor del Padre están presentes.
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VI
CONFESIONES DE LA TIERRA
LA TIERRA
Siento una gran conmoción, un gran choque de energías dentro de mi mismo seno. Este proceso me provoca convulsiones. Algo está cambiando en mi interior. Todo lo pútrido comienza a expeler un mal olor. Veo inquietud entre mis ocupantes. No sé cual será mi destino, pero la energía vuelve a circular. Ahora sé que nuevamente podré articularme en el orden del Cosmos.
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EPÍLOGO
YUKTESWAR
Todo lo manifestado, aún siendo parte de la Gran Ilusión, responde a
un orden universal.
Gracias a su purificación, la Tierra vuelve a reinsertarse en ese orden.