la política cultural de cuba; políticas culturales...

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Políticas culturales : estudios y documentos

En esta colección:

Lu politica cultural QJZ Colombia, por Jorge Eliécer Ruiz, con la colaboración de

Lu política cultural Politica cultural del Perú, por el Instituto Nacional de Cultura Lu pditica cultural en Bolivia, por Mariano Baptista Gumucio Hacia UJM politica cultural de Honduras, por Alba Alonso de Quesada La política cultural

La politica czdtural de la República de Panamá, por el Instituto Nacional de Cultura La política cultural en Guyam, por J. A. Seymour La política cultural en Argentina, por Edwin R. Harvey La politica cultural de México, por Eduardo Martínez La política cultural en Jamaica, por el Instituto de Jamaica La politica dtural de Cuba, por Jaime Saruski y Gerardo Mosquera

Valentina Murulanda Costa Rica, por Samuel Rovinski

Venezuela, por Felipe A. Massiani, con la colaboración del equipo de planificación del Consejo Nacional de la Cultura

La política cultural > )

de cuba^, Jaime Saruski y Gerardo Mosquera

Publicado en 1979 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 7, place de Fontenoy, 75700 Paris

Impreso por Artes Gráficas Benza], Virtudes, 7, Madrid-3 (Espana)

ISBN 92-3-301617-X

Edición inglesa : 92-3-101617-2

Unesco 1979

Prefacio

La finalidad de esta colección consiste en mostrar cómo se planean y apli- can en diferentes Estados Miembros las políticas culturales. Así como difieren las culturas, difieren también las maneras de enfo-

carlas; corresponde a cada Estado Miembro determinar su política cultu- ral y sus métodos de acción con arreglo a su propia concepción de la cultura, su sistema socioeconómico, su ideología política y su desarrollo tecnológico. No obstante, los métodos de la política cultural (como los medios de las políticas generales de desarrollo) se enfrentan con algunos problemas comunes; son éstos, en general, de tipo institucional, adminis- trativo y económico; de ahí que se insista cada vez más en la necesidad del intercambio de resultados de experiencias e informaciones al respecto. La presente colección versa principalmente sobre esos aspectos técnicos de las políticas culturales; cada estudio se ajusta, en la medida de lo posible, a un modelo uniforme, con objeto de facilitar las comparaciones.

Por lo general, los estudios versan sobre los principios y los métodos de acción de las políticas culturales, la evaluación de las necesidades cul- turales, las estructuras y la gestión administrativas, el planeamiento y el financiamiento, la organización de los recursos, la legislación, los presu- puestos, las instituciones públicas y privadas, el contenido cultural de la educación, la autonomía y la descentralización cultural, la formación del personal, las infraestructuras institucionales destinadas a satisfacer las necesidades culturales, la conservación del patrimonio cultural, las institu- ciones de divulgación de las artes, la cooperación cultural internacional y otras cuestiones afines.

Los estudios, que se refieren a países con sistemas sociales y económi- cos de regiones geográficas y niveles de desarrollo diferentes, presentan, por consiguiente, una amplia diversidad de enfoques y métodos de las políticas culturales. En conjunto, pueden facilitar pautas a los países que han de establecer políticas culturales, y todos los países, especialmente los

que buscan nuevas formulaciones de esas políticas, pueden sacar partido de las experiencias acumuladas. El presente estudio fue preparado para la Unesco por Jaime Saruski

y Gerardo Mosquera, del Ministerio de Cultura de Cuba, y reemplaza el estudio precedente Política Cultural de Cuba preparado por Lisandro Otero con el concurso de Francisco Martínez Hinojosa y publicado por la Unesco en 1971.

Las opiniones que en él se expresan son las personales de los autores y no reflejan necesariamente el criterio de la Unesco.

Índice

Antecedentes 9

24 24 26 27

30 30 32 33 34

36 37 38

41 42 43 45 46 47 49

L a política cultural de Cuba Esferas de responsabilidad institucìonal Financiamiento de la acción cultural Aficionados al arte Patrimonio cultural

21

Organismos, instituciones y agrupaciones culturales 30 Brigada Hermanos Saíz Casa de las Américas Ediciones Musicales Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) Instituto de Literatura y Linguistica (ILL) Bibliotecas Editoriales

L a creación artística 41 Enseñanza artística Artes plásticas Danza Literatura Música Teatro Cine

Perspectivas del desarrollo cultural en Cuba 51

Antecedentes

La expresión cultural cubana no pudo soslayar la realidad de que, hasta el triunfo de la Revolución, Cuba fue un país dominado, primero por el colonialismo y más tarde por el imperialismo. Por ello, es necesario me- dir las dificultades de la expansión de la cultura nacional, y precisar sus valores en una lucha dramática contra sus enemigos. El balance de los más significativos logros del pensamiento y la creación cubanos ofrecen, sin embargo, un saldo positivo.

Situada en el centro del Caribe, Cuba estaba llamada a ser un peren- ne punto de tránsito, intercambio y fusión de pueblos y culturas. La pri- mera certeza sobre la presencia del hombre en la isla se remonta a más de cinco milenios antes del descubrimiento de América. Los aborígenes desarrollaron culturas de recolectores-cazadores y de primitivas comuni- dades agrícolas, que fueron barridas por la Conquista. Sus manifestacio- nes tuvieron un peso insignificante en la composición de la cultura cuba- na, aunque paradójicamente dos de ellas pasaron a formar parte del patrimonio universal: la hamaca y el tabaco.

Andaluces, canarios, vascos, gallegos y otros peninsulares, cada uno con sus rasgos respectivos, se iban estableciendo en la isla, punto de trán- sito de gentes de todo el mundo. A ellos se unirán migraciones ocasiona- les, como la de los colonos franceses que huían de la revolución de Haití. A su vez, los esclavos negros arribaron ininterrumpidamente durante cuatro siglos. Procedían de distintas zonas africanas : Guinea, Dahomey, el Congo, Angola, donde vivían pueblos de culturas muy diversas. La diná- mica fusión de todos estos elementos en el nuevo medio geográfico, eco- nómico y social, dentro de condiciones históricas específicas, sentará las bases para la aparición de la cultura cubana, que será, pues, una cultura de integración, mestiza por excelencia.

Cuba fue por largo tiempo un punto de reabastecimiento de las flotas que conducían a Europa los tesoros extraídos de América; una facto- ría sin escuelas ni libros donde los intereses de la educación y la cultu-

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L a política cultural de Cuba

ra no ocupaban espacio alguno en el propósito de la rapacidad gober- nante.

En contraste con esta triste realidad, los conquistadores consideraban a Cuba la primera plaza fuerte de América, centro de la defensa del Im- perio español. L a Habana era célebre por sus fortificaciones, y en sus astilleros se construían grandes barcos, como correspondía al primer puer- to de América.

Lentamente fueron apareciendo los primeros brotes de un lenguaje artístico que no pudo, en sus inicios, ser más que una reiteración de los modos vigentes en la península, aunque alcanzara -como en el caso ex- cepcional de Esteban Salas (1725-1803), primer compositor importante de América- ciertos niveles de calidad. Pero ya antes de Salas surgieron, sobre todo en la música popular, incipientes elementos en los que se des- cubren rasgos nacionales, anunciadores de realizaciones propias.

La sociedad colonial limitó el avance cultural de la población criolla y lo negó del todo a las masas negras esclavizadas. Los valores de la cul- tura africana, que en un largo proceso de resistencia, integración y mes- tizaje constituyeron una de las corrientes matrices de nuestra nacionali- dad, fueron discriminados sistemáticamente como presencias deprimentes e indeseables.

L a imprenta no aparece hasta 1720, y aun así se trata de un taller dedicado a hacer prospectos, reglamentos y otros escritos sin propósitos científicos ni literarios. En 1728 se funda una universidad medieval, total- mente dominada por el escolasticismo. En 1790 surge el primer periódico que puede merecer tal nombre, y en 1797 la primera biblioteca pública.

Sólo cuando cuajan los factores integrantes de la nacionalidad adquie- re nuestra cultura un considerable nivel de desarrollo. Esto ocurre du- rante la última década del XVIII y las primeras del XIX, junto con el auge económico, basado ya sobre todo en el cultivo de la caña de azúcar, y el surgimiento de la contradicción entre colonia y metrópoli, que va a ser el principal motor histórico de todo el siglo XIX cubano.

Las nuevas corrientes filosóficas conmueven el ambiente, por tanto tiempo aletargado. L a burguesía terrateniente criolla fomenta una cultura dirigida hacia lo nacional, por contraposición a lo hispano. Sus manifes- taciones más importantes tienen lugar en el pensamiento y la literatura. Es la época de las innovaciones científicas y pedagógicas, de las ideas progresistas de Félix Varela (1788-1853) y también de los poemas de altura americana de José María Heredia (1803-1839), el primer gran poeta que canta la nacionalidad cubana. L a cultura popular se expresa principalmente en la música, la danza y el teatro.

Con el desarrollo de las guerras de independencia (1868-1878, 1879- 1880 y 1895-1899) se consolida la nación cubana y se completa el proceso de integración de sus componentes culturales. En estas guerras, iniciadas por la burguesía terrateniente, toman un papel cada vez más activo las clases populares, personificadas en figuras como las del mulato Antonio

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Antecedentes

Maceo (1845-1896) y el revolucionario internacionalista dominicano M á - ximo Gómez (1836-1905).

El sentimiento de independencia, el espíritu antiesclavista, la aspira- ción al progreso social, radicalizados al calor de esos años de luchas, se reflejan en las obras de creadores de relevancia, como el narrador Cirilo Villaverde (1812-1894), los músicos José White (1835-1918) e Ignacio Cer- vantes (1847-1905), el poeta y dramaturgo José Jacinto Milanés (1814- 1863). No resulta menos importante la proliferación de la canción revo- lucionaria anónima, las representaciones teatrales, la poesía de la guerra, la literatura de campaña y, en fin, un arte popular que luchó por expre- sar la existencia combativa de nuestra nacionalidad. Las clases populares fueron depositarias de estas tradiciones vitales de la cultura nacional y sus defensoras consecuentes.

A todo este patriótico esfuerzo liberador se opusieron distintas ten- dencias políticas reaccionarias, pero lo más puro y valioso de la intelec- tualidad cubana de la época, profesionales, universitarios, artistas y escri- tores, cerraron filas junto a los campesinos, antiguos esclavos, artesanos y otros trabajadores de la ciudad. L a llama patriótica, a semejanza de lo ocurrido en otros países latinoamericanos, exaltó la obra cultural.

La obra de José Marti (1853-1895) concentra y manifiesta la voluntad libertadora de su tiempo. La profundidad de su genio político alcanza vigencia actual. Patriota fervoroso, lúcido precursor de la lucha anti- imperialista, el ascenso de su pensamiento revolucionario eleva a niveles insuperados su obra literaria de dimensión mundial. Marti organizará la última etapa de las luchas independentistas con un carácter democrático- revolucionario y de liberwión nacional, dentro del objetivo superior de enfrentar la amenaza del imperialismo.

El carácter patriótico y progresista de la tarea cultural que culmina en Marti se mantiene en Cuba como una constante indeclinable. Todos los creadores de relieve nacional y vocación americana integran la gran tradición libertadora con su respuesta a los profundos intereses del pueblo.

La intervención norteamericana en 1899 frustró la victoria de las armas cubanas y ofreció a los monopolios yanquis la posibilidad de rea- lizar sus aspiraciones de dominación sobre la isla. A partir de este m o - mento Cuba se convierte en una neocolonia de los Estados Unidos.

En 1902 se inicia la historia de casi cincuenta y siete años de repú- blica mediatizada, durante los cuales el imperialismo ejerce el control real de la vida económica, política y cultural, penetra en el terreno edu- cacional, domina en los órganos de propaganda y desarrolla una labor sistemática encaminada a deformar la conciencia del pueblo.

La seudorrepública se caracterizó por el atraso económico, el mono- cultivo, el desempleo crónico, el analfabetismo, la descomposición moral, la corrupción política y administrativa y la existencia de gobiernos anti- democráticos, practicantes de todas las formas de latrocinio y violadores

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L a política cultural de Cuba

de los más elementales derechos y libertades del pueblo. U n a de sus ma- nifestaciones más denigrantes fue la discriminación racial, herencia de la esclavitud, que había perdurado hasta 1886.

La clase obrera, los campesinos, los estudiantes y los intelectuales, fie- les a la tradición patriótica, se enfrentaron a esta situación. L o mejor de la intelectualidad cubana fue heredera intransigente del legítimo pasado cultural en las nuevas condiciones históricas.

El proceso revolucionario cubano, en su8 distintas etapas, se ha inspi- rado en las más avanzadas concepciones de su tiempo y la tarea intelec- tual ha expresado idéntico carácter. L a Revolución de Octubre influyó en las vanguardias y marcó a los mejores creadores. M u y destacados traba- jadores de la cultura se sitúan al nivel de los tiempos nuevos, abrazan la causa del antjimperialismo, toman lugar junto con la clase obrera, asu- m e n su ideología revolucionaria, y en no pocos casos forman filas entre los difusores del marxismo-leninismo o dirigen la lucha social y política: Julio Antonio Mella (1905-1929), Rubén Martínez Villena (1899-1934), Pablo de la Torriente Brau (1901-1936) encabezan el desencadenamiento de la revolución de los aííos treinta, que el imperialismo también logrará frustrar.

Los intelectuales cubanos desempeñaron un importante papel en el despertar de la conciencia nacional que caracteriza toda aquella etapa. Pensadores de la talla de Juan Marinello (1899-1977) y Raúl Roa (1909) cierran filas con el pueblo. Fernando Ortiz (1881-1969) desarrolla su obra monumental dirigida al estudio de las raíces populares cubanas. L a pin- tura se vale de los descubrimientos de las vanguardias para acometer su primer acercamiento importante a los problemas sociales y la primera profundización plástica en lo cubano. Artistas como Rafael Blanco (1885- 1955), Eduardo Abela (1891-1965), Victor Manuel García (1897-1969), Carlos Enríquez (1900-1957) pueden caracterizar esta tendencia. En un sentido semejante trabajan Amadeo Roldán (1900-1939) y Alejandro Gar- cía Caturla (1906-1940) en la música culta, mientras lo mejor de la mú- sica popular desarrolla su rica tradición de originalidad, cubanía y pa- triotismo.

Manuel Navarro Luna (1894-1966) y Regino Pedroso (1896) en la poe- sía, Luis Felipe Rodríguez (1888-1947) y Onelio Jorge Cardoso (1912) en la narrativa, José Antonio Ramos (1885-1946) en la dramaturgia, pueden representar la vinculación de esta etapa republicana con la tradición de nacionalismo e inquietud social de nuestra literatura, llevada a altos nive- les estéticos por Nicolás Guillén (1902) y Alejo Carpentier (1904).

Pero no todas sus obras podían llegar a las masas sumidas en el analfa- betismo y la miseria. Durante más de cincuenta aííos de opresión neo- colonial, la cultura en Cuba va a ser obstaculizada, perseguida, silenciada o mistificada en sus legítimas manifestaciones, y los intereses del opresor extranjero van a reflejarse en la ya estrecha vida intelectual.

La mayoría de los artistas, totalmente desamparados social y económi-

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Antecedentes

camente, estaban marginados o sólo eran aceptados para deleite de mino- rías. Cientos de talentos se frustraron ante el ambiente hostil que los rodeaba. Se estimulaban el sensacionalismo, el entretenimiento fácil y un arte de evasión. Los recursos eran usados para desvirtuar los valores cul- turales del pueblo y falsear la historia. Los escasos centros de difusión cultural sólo satisfacían a élites privilegiadas. Los medios de difusión ma- siva servían principalmente para la penetración ideológica, la introduc- ción de moldes foráneos y la propagación de manifestaciones deformadas de la cultura, humillantes para un pueblo sumido en el analfabetismo y la miseria cultural más embrutecedora.

A pesar de esta situación tan desfavorable, donde se mezclaban los problemas culturales inherentes al subdesarrollo y a la dependencia eco- nómica con manifestaciones de alienación y decadencia típicas del mundo capitalista desarrollado, en todo momento hubo grupos de intelectuales que lograron continuar una obra arraigada en la tradición nacional. Ale nos jóvenes como Raúl Gómez García, Gómez Lubian, los hermanos Saiz, llenos de talento y promesa, dejaron como su mejor obra el sacrificio en un combate donde por primera vez el pueblo iba a salir victorioso.

En 1959 triunfa la Revolución y define como uno de sus objetivos principales el desarrollo de la cultura «para que llegue a ser un real pa- trimonio del pueblo», como expresó Fidel Castro en sus Palabras U los intelectuales: «Y al igual que nosotros hemos querido para el pueblo una vida mejor en el orden material, queremos para el pueblo una vida me- jor en todos los órdenes espirituales [...]. Y lo mismo que la Revolución se preocupa por el desarrollo de las condiciones y de las fuerzas que per- mitan al pueblo la satisfacción de todas sus necesidades materiales, nos- otros queremos desarrollar también las condiciones que permitan al pue- blo la satisfacción de todas sus necesidades culturales.» El triunfo revo- lucionario da una dimensión cabal al sentimiento de la nacionalidad cubana.

Desde los primeros momentos se hizo evidente la necesidad de produ- cir mutaciones profundas, indispensables para la transformación cultural que pedía la nueva realidad histórica.

El problema más grave, y que, por tanto, se enfrenta de manera más radical, es el de la educación: los analfabetos y semianalfabetos compo- nían la tercera parte de la población total del país, mientras 600000 niÍíos permanecían sin escuelas. D e inmediato fueron creadas 10 O00 nuevas aulas, y pocos meses después del triunfo revolucionario ya había dos veces más maestros rurales que en toda la historia del capitalismo.

En 1961 se lleva a cabo un acontecimiento cultural decisivo: la C a m - paña de Alfabetización, extraordinaria proeza del pueblo cubano, que en sólo un año erradicó un mal considerado como insuperable en países de mayor desarrollo. Su realización fortaleció la unidad de las masas de la ciudad y el campo, y fue punto de partida para que las grandes mayorías se convirtieran en audiencia apta para recibir y disfrutar una obra de

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L a política cultural de Cuba

profundas raíces y elevada calidad, así como para llegar a ser, al propio tiempo, parte activa de la creación artística y literaria.

Con ella se iniciaba el proceso de educación de adultos, que daría origen a los cursos de “superación obrera” y a las Facultades obreras y campesinas, efectivos resortes en la elevación sistemática del nivel escolar del pueblo.

A fines de 1961 se inicia el plan masivo de becarios, con una matrícu- la inicial de 40000 jóvenes. Entre los primeros estaban los instructores de arte, que se prepararon durante dos años para estimular las distintas manifestaciones del arte en las zonas rurales, hasta entonces totalmente abandonadas. Este sistema, que se mantiene hasta hoy, ha permitido ins- truir en las distintas manifestaciones artísticas a importantes sectores de la población, enriqueciendo su vida espiritual y originando un movimien- to de aficionados a las artes del cual ha surgido un sinnúmero de talentos.

A partir de la fundación de la Escuela Nacional de Arte se ha exten- dido sistemáticamente la enseñanza de las artes, accesible ahora a todo el que, en cualquier parte del país, manifiesta una vocación. Esta incluye becas para continuar estudios de alto nivel en el extranjero. L a creación del Instituto Superior de Arte ha permitido ampliar esta esfera y satis- facer una parte de sus necesidades en el propio país gracias al apoyo brindado por la Unión Soviética.

Junto con la enseñanza artistica especializada, se ha desarrollado la ensefianza general de las artes desde la escuela elemental, pues se consi- dera la formación estética como imprescindible dentro de la preparación del hombre.

L a enseñanza universitaria también experimentó cambios radicales. En un país donde la mayor parte del reducido número de graduados corres- pondía sólo a tres o cuatro carreras, se produjo una verdadera explosión en el número de especialidades y en el volumen de alumnos y egresados. Se desarrollaron los estudios tecnológicos, en concordancia con las nece- sidades económicas del país, las disciplinas científicas -casi inexistentes en el pasado si se exceptúan la medicina, la estomatología y la veterina- ria-, se crearon los Institutos Pedagógicos, y las humanidades se diversi- ficaron en distintas ramas especializadas. Se adoptaron planes y progra- mas de estudio con bases científicas, se inició la investigación ligada al proceso docente, la relación del estudio con el trabajo y el servicio sociaI. Se fundó el sistema de becas universitarias y se facilitó la posibilidad de matrícula a toda la población del país.

En Cuba toda la enseiíanza es gratuita. D e cada tres personas, una es estudiante. L a educación primaria se ha multiplicado por 2,7 veces respec- to a 1958, la de nivel medio por 6,1, la universitaria por 5,5. El índice de escolarización de niños entre seis y doce años es del 100 por ciento. El número de becarios alcanza una cifra de más de 620 000. Cuba em-

plea actualmente once veces más en recursos para la educación que du- rante el capitalismo.

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Antecedentes

Nos hemos detenido en el aspecto de la educación porque en el caso de un país subdesarrollado resulta una base fundamental para garantizar cualquier avance cultural. D e ahí que en Cuba, aunque la educación y la cultura están situadas en áreas administrativas diferentes, forman parte de un solo complejo y exigen una acción simultánea. Esta acción, a su vez, no puede llevarse a cabo sin un paralelo desarrollo económico que le brinde las bases materiales y sociales necesarias. Es imposible una expan- sión de la cultura sin un coexistente crecimiento económico, como éste tampoco puede producirse divorciado del progreso social y cultural de las masas. En el terreno específico de la cultura, la Revolución liquidó las trabas

que el mercado capitalista determina en la producción artistica y litera- ria. Los creadores tienen garantizadas sus necesidades económicas de modo que puedan desplegar su talento sin ningún tipo de limitaciones.

Se han suprimido las condiciones de penuria y humillación en que se mantenía a la literatura y el arte. H a desaparecido la marginación de los creadores, integrados definitivamente en la estructura social como facto- res vitales en la construcción del socialismo. Se ha eliminado el carácter exclusivista que la burguesía imprimió a determinadas manifestaciones artísticas y se han echado las bases para el desarrollo de una cultura socialista.

Además de la organización del sistema de ensehanza del arte, al cual ya nos hemos referido, merecen especial señalamiento, entre otros mu- chos, los siguientes avances concretos :

a)

El gran recurso de un país que se encuentra entregado a la construcción del socialismo es el pueblo. No se puede pensar en un incremento de la cultura sin la incorporación activa de los trabajadores, los campesinos, los estudiantes y m u y especialmente los ninos y jóvenes.

Esta participación se ha producido en el doble aspecto inherente al arte y la literatura: el del creador y el del receptor. Por un lado se han proporcionado todas las facilidades para la creación artística ; por otro se ha viabilizado a las masas la posibilidad del disfrute estético como un derecho inalienable de su condición humana. En esto ha tenido una im- portancia decisiva el incremento del nivel de vida, la educación, el auge del movimiento de aficionados y la extraordinaria ampliación de los cir- cuitos de difusión cultural.

Uno de los grandes éxitos de la Revolución cubana ha sido la trans- formación de masas oprimidas, hambrientas e iletradas en un pueblo que gana los accesos a la cultura y se convierte, como dijera Fidel Castro, en ael gran creador».

Participaci& de las musas en la actividad cultural

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L a politica cultural de Cuba

b) La revalorización de las obras m á s importantes del arte y la litera- tura nacionales y de la cultura universal, así como el estudio de las raíces culturales, el reconocimiento de sus ualores, el desarrollo de éstos y la investigacion del folclor

La Revolución cargó con el lastre de un cúmulo de valores deformados. Los años de neocolonia habían favorecido, sobre todo en el último perio- do, la llamada cultura de masas, basada en los valores del sensacionalismo y el entretenimiento fácil, propiciadora de un arte de evasión en el cual el hombre no reconoce sus problemas.

El imperialismo exportaba esquemas culturales espúreos, fomentaba el desprecio hacia los valores nacionales y la cultura popular, a la vez qye fomentaba un arte y una literatura miméticos, atentos a problemas y ex presiones ajenos. El folclor, o era ignorado desdeñosamente, o era desvir- tuado dentro de los mecanismos comerciales de los medios de difusión masiva.

Todos los recursos eran usados para desvanecer los valores culturales de nuestro país, para falsificar su historia, para aplastar y desfigurar las mejores tradiciones nacionales, para entorpecer el intercambio cultural con el resto del mundo, con el propósito de que esta cultura degradada se convirtiera en un instrumento más de explotación.

Al pueblo y al Estado cubanos se les planteó la tarea importantísima de revalorizar las obras más importantes del acervo cultural cubano y universal. En este sentido se dirigió la política editorial, la organización de museos y exposiciones, el trabajo de los grupos teatrales, musicales y de danza, y de los medios de difusión masiva.

Se sistematizó la investigación científica de nuestras raíces culturales y del folclor. Se promovió el rescate de preciosos elementos de la cultura popular que permanecían escondidos y a punto de perderse, muchos de ellos en zonas aisladas e ignoradas antaño. El movimiento de artistas afi- cionados ha servido de base para el desarrollo auténtico, en su medio natural, de múltiples manifestaciones folclóricas, que a su vez han podido trascender al patrimonio general. Dondequiera que ha brotado un valor cultural ha recibido el cuidado y las posibilidades necesarias para su favo- rable crecimiento.

c) La fundación de organismos, instituciones y agrupaciones culturales Desde sus mismos inicios la Revolución se preocupó por crear y atender distintos organismos que pudieran canalizar el trabajo y los importan- tes recursos destinados al progreso cultural. En 1959 se fundó la Casa de las Américas, destinada al acercamiento cultural con los pueblos hermanos del Continente. En la actualidad constituye el centro de este tipo más prestigioso de América Latina. El mismo afio se constituyó el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, que ha propiciado el

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Antecedentes

desarrollo del cine cubano, situándolo en un rango de reconocimiento internacional. A principios de 1961 se creó el Consejo Nacional de Cultura, princi-

pal organismo encargado del trabajo en la esfera cultural. Este año los escritores y artistas se agruparon en la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, la cual amplió su esfera posteriormente con la creación de la Brigada de Artistas y Escritores Jóvenes “Hermanos Saíz”. La cons- titución en 1962 de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales ha facilitado la edición y difusión de discos y música impresa. El estableci- miento, en 1963, de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos dio inicio a una labor sistemática de protección y mantenimiento de las rique- zas del patrimonio cultural. Finalmente, en 1976, el Consejo Nacional de Cultura y el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, con- juntamente con el Instituto Cubano del Libro, se funden para dar lugar al Ministerio de Cultura, que eleva la gestión a un alto nivel instituciond.

Auspiciados por estos organismos e instituciones ha aparecido un buen número de grupos artísticos. La fundación del Ballet Nacional de Cuba dio impulso a una actividad que en 1958 había tenido que cesar debido a Ia indiferencia del Estado. En 1959 surgieron el Conjunto de Danza Nacional de Cuba y el Conjunto Folclórico Nacional, y más tarde el Ballet de Camagüey. Se consolidó el Teatro Lírico Nacional y, a la vez que se creaban otros grupos de ese tipo, se iniciaba el teatro para niños y se multiplicaban los grupos de teatro dramático. Es un año signi- ficativo para la música en Cuba. En 1960 se reorganiza la Orquesta Sin- fónica Nacional, vehículo de una expresión que apenas había logrado sobrevivir con el esfuerzo de los músicos cubanos, y además se crean cinco orquestas provinciales de concierto. Con la fundación en 1959 del Coro Nacional se inició la expansión del movimiento coral, que en la actuali- dad cuenta con diez grupos permanentes. La línea tradicional de la can- ción cubana ha hallado una vía renovadora en el Movimiento de la Nue- va Trova.

d) La creación de la cinematografía nacional y la extensión de los ser- vicios cinematográficos a las zonas rurales y montañosas

Sin tradición en Cuba, el cine cubano es un resultado directo de la Revo- lución. En unos años se creó un movimiento y una industria cinematográ- ficos que han fructificado en una obra de altos valores estéticos e ideo- lógicos, reconocida mundialmente. El trabajo de los cines móviles es la experiencia más interesante en la

formación de un público nuevo. La ausencia del cine en las áreas rurales era una de las manifestaciones de la profunda diferencia de oportunida- des que se abría entre la población de las ciudades y la del campo. En camiones, en lanchas, a lomo de mulo o movido por tracción animal ha llegado el cine a lugares donde era totalmente desconocido. Los cines mó-

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L a política cultural de Cuba

viles han realizado más de un millón y medio de proyecciones para casi 200 millones de espectadores-función.

e) U n creciente movimiento editorial que da posibilidades al pueblo de conocer la variedad y riqueza de la cultura cubana y universal

Antes del triunfo de la Revolución la producción de libros en Cuba era prácticamente inexistente. Las pocas editoriales sólo servían como inter- mediarias de los autores cubanos. L a industria gráfica, en lo fundamental, se reducía a impresos comerciales.

L a edición de más de un millón de cartillas de alfabetización y de textos para la campana de cursos para adultos fue un paso vigoroso en la iniciación de un movimiento editorial. La creación, en 1962, de la Edi- torial Nacional de Cuba representó un gran avance, así como el surgi- miento de Ediciones Revolucionarias en 1965. Dos anos más tarde, los principales recursos se fundieron en el Instituto Cubano del Libro, encar- gado de cubrir los requerimientos de la población y lo fundamental de las necesidades docentes.

Actualmente, el pueblo cubano dispone de un per capita anual de 4,l libros, entre los producidos nacionalmente y los importados, que contrasta con el 0,6 existente en 1959. EI asombroso crecimiento del interés por la lectura, unido a la posibilidad material de realizarla, mantienen una red nacional de más de 200 librerías al servicio de la población.

f)

EI país dispone de una red de 130 bibliotecas públicas, además de un ser- vicio de 714 bibliotecas menores. C o m o base de esta actividad, en 1962 se constituyó la Escuela de Técnicos de Bibliotecas.

En la etapa seudorrepublicana, los pintores tenían que vencer grandes dificultades para llegar a exponer sus obras en las pocas salas de que dis- ponían el Estado o las instituciones privadas. Hoy, en cambio, tienen libre acceso a una veintena de galerías en todo el país.

En 1958 había 6 museos en precarias condiciones. El rescate, la res- tauración, la conservación y la creación de nuevas instalaciones han per- mitido que esta cifra se eleve a un total de 58.

Incremento de bibliotecas, galerias y museos

g) El rescate de los medios de difusión masiva y su gradual transfor- mación

En la etapa capitalista, la radio y la televisión tenían la función de agen- tes vendedores. La programación dramatizada en seriales, de contenido deformante, se usaba indiscriminadamente y dejaba una secuela de vul- garidad y mal gusto a la vez que estimulaba la superstición y perpetuaba la ignorancia. Raramente se exaltaban los verdaderos valores nacionales,

18

Antecedentes

y mucho menos se propiciaba el desarrollo de una conciencia nacional. Jamás interesó llevar la señal a zonas de población escasa o de bajo poder adquisitivo. Al triunfo de la Revolución se produjeron las intervenciones de las

emisoras comprometidas con la tiranía. El proceso de nacionalización se completó posteriormente, y en 1962 se creó el Instituto Cubano de Radio- difusión (hoy Instituto Cubano de Radio y Televisión).

Se inició un proceso de racionalización de las instalaciones, se constitu- yó la cadena nacional de radio y televisión, se reorganizaron las emisoras provinciales, se modernizaron los equipos, se insertaron las comunicacio- nes vía satélite y se inauguró la televisión en colores.

Los programas actuales buscan cumplir una función social : educar, informar, entretener y desarrollar el buen gusto.

La radio y la televisión al servicio del pueblo han desempeñado un papel sin precedentes en los esfuerzos por la propagación de la educación y la cultura.

h)

Se destaca el surgimiento de la Escuela Cubana de Ballet, resultado de la labor del Ballet Nacional de Cuba, reconocido dentro y fuera de Cuba por su alta calidad y por su originalidad artística, y del auge de la ense- ñanza y práctica de esta disciplina. Otros conjuntos danzantes han alcan- zado también logros importantes. El cine cubano ha recibido cerca de 200 premios en festivales interna-

cionales, lo que constituye el reconocimiento de una labor que, principal- mente en el documental, se distingue por la presencia de una expresión propia.

Con una tradición limitada a la publicidad comercial, la gráfica cuba- na es otro producto de la Revolución. Su éxito en asimilar de manera creadora los lenguajes plásticos usuales, colocándolos al servicio de nuevos contenidos, ha traspasado las fronteras americanas. Por encima de sus objetivos inmediatos, lia cumplido además una misión en la educación del gusto y en el mejoramiento del diseño ambiental. El grabado, que languidecía en la neocolonia, ha experimentado una

gran expansión, sustentada en el establecimiento de varios talleres. En ellos se han alcanzado resultados importantes en las técnicas tradicionales y en la experimentación.

A partir de la creación de un movimiento teatral profesional y el sur- gimiento de nuevos dramaturgos, aparecen experiencias renovadoras -como el Grupo de Teatro Escambray- directamente vinculadas a la solución de los problemas del desarrollo social. En la plástica, la música y la literatura, artistas poco conocidos antes

del triunfo revolucionario han desplegado una obra importante, mientras los viejos maestros enriquecían la suya en medio de óptimas condiciones

Relevantes logros en el terreno de la creación artística

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La política cultural de Cuba

para la creación. A la vez, han surgido nutridas promociones de artistas y escritores jóvenes que desarrollan movimientos de singular fuerza. El quehacer general se inscribe dentro de las mejores tradiciones de la cul- tura cubana.

Toda esta fructífera atención al progreso de la cultura se llevó a cabo en un país que ha dedicado la mayor parte de sus recursos a una gigan- tesca tarea de desarrollo económico y social, en medio de agresiones y bloqueos de toda índole. Nada puede expresar mejor la importancia que el pueblo, el Estado y el Partido Comunista cubanos conceden al arte y la literatura como agentes del avance social y de los derechos inalienables del hombre.

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La política cultural de Cuba

EI pueblo, el Estado y el Partido Comunista cubanos confieren una extra- ordinaria importancia al desarrollo de la cultura. Esta importancia viene dada por el papel que representa en la formación integral del hombre y en la reivindicación de su plena dignidad humana, proclamada por José Marti y establecida como ley de leyes de la República por nuestra Cons- titución. La cultura debe ser una actividad dirigida a la formación del hombre nuevo en la sociedad nueva.

Esta posibilidad va indisolublemente aparejada con la construcción del socialismo. Sólo en una sociedad donde ha desaparecido la explotación, y cuyos objetivos fundamentales consisten en satisfacer las necesidades materiales y espirituales humanas en perenne crecimiento, así como desarrollar un nuevo tipo de relaciones sociales, puede alcanzar la cultura su más bello florecimiento y expandirse hasta elevar a un rango estético la propia vida del hombre.

En el socialismo se libera al arte y a la literatura de las presiones de la oferta y la demanda imperantes en la sociedad burguesa, y se crean todas las posibilidades para la expresión y el disfrute estéticos. El capita- lismo, como señalara Marx, es hostil al desarrollo del arte y la literatura. Esta hostilidad se deriva de la conversión de la obra de arte en una mer- cancía y de su dependencia de los intereses de la clase dominante.

Por otra parte, la desigualdad inherente al capitalismo priva a las grandes masas del amplio disfrute de la cultura. Este sistema fomenta una especialización deshumanizada, conduce la creación artística a la ena- jenación, impide que el arte logre su hermoso destino de contribuir a la elevación y a la conquista de una sociedad justa.

Sólo el socialismo reconoce al arte y a la literatura sus reales valores, reivindica su papel social y da al artista libertad y estabilidad laboral y material que aseguren la vida decorosa a que tiene derecho. El socialismo crea las condiciones que hacen factible la auténtica libertad de creación.

En las condiciones de una sociedad colectivista, en la misma medida

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La política cultural de Cuba

en que avanzan la técnica y la ciencia, las necesidades culturales son más amplias y se hace más urgente y posible su satisfacción, que procura la plena e integral realización del trabajador como ser humano.

L a cultura del socialismo es una cultura humanista, porque exalta la solidaridad entre los hombres y los pueblos, y propugna lo mejor y más progresista que hay en el ser humano. Ofrece el terreno y los medios para el desarrollo universal del individuo, para la formación de su personali- dad creadora, capaz de actuar libre y efectivamente en distintas esferas sociales con el aporte de su iniciativa, enriquecida por una más amplia comprensión del mundo y de sí mismo.

L a cultura del socialismo progresa constantemente y busca los medios expresivos más adecuados al contenido de la vida del hombre. L o deci- sivo en el arte del socialismo es lo que expresa, las nuevas evaluaciones que hace posible, las necesidades artísticas reales que satisface, las pers- pectivas del futuro que interpreta y acerca. El arte en el socialismo es una de las vías principales del conocimiento, que utiliza para ello la apreciación estética con el fin de indagar y expresar la realidad por cami- nos propios.

Las bases para la consolidación de los elementos de una cultura socia- lista se dan objetivamente con el establecimiento del poder revoluciona- rio, con el cambio de las relaciones de producción que éste ha determi- nado, con el mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo y la universalización de la enseñanza.

La Constitución de la República de Cuba establece que el Estado orienta, fomenta y promueve la educación, la cultura y las ciencias en todas sus manifestaciones. Para ello fundamenta su política educacional y cultural en la concepción cientifica del mundo establecida y desarrolla- da por el marxismo-leninismo.

La Constitución asegura la libertad de creación artística, siempre que su contenido no sea contrario a la Revolución, y proclama libres las for- mas de expresión en el arte. Esta amplia definición fue formulada ya por el líder de la Revolución en 1961, apenas dos meses después de la inva- sión de Playa Girón, en una frase de su conversación con los intelectua- les: «Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada.»

La política cultural del Gobierno y el Partido Comunista de Cuba se dirige al establecimiento de un clima altamente creador que impulse el progreso de todas las manifestaciones culturales como aspiración legítima del pueblo y deber de los organismos políticos, estatales y de masas. Esta aspiración descansa sobre el propósito de que las capacidades creadoras expresen cabalmente su poder y singularidad, y sobre el interés de que la obra producida por escritores y artistas contribuya al empeño de libera- ción social y personal que el socialismo encarna.

L a política cultural estimula la aparición de nuevas obras capaces de expresar en su rica y multifacética variedad y con clara concepción hu- manista los múltiples aspectos de la vida cubana, de un arte que no igno-

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La política cultural de Cuba

re ni margine la realidad, las circunstancias de nuestra vida social, la historia combativa de nuestra patria, sino que las exprese en toda su complejidad y riqueza con la más elevada calidad, y que anime también la labor de los escritores y artistas, contribuyendo cada vez más a la esti- mación debida a su producción y al reconocimiento de sus valores.

Las expresiones de la cultura artística, surgidas con determinadas pe- culiaridades históricas y sociales, tienen un específico carácter nacional adquirido a lo largo de siglos de desarrollo. La cultura es elemento inte- grante de la nacionalidad y se nutre de las raíces de que ésta se ha for- mado. El pueblo, el Estado y el Partido Comunista de Cuba, al asumir la

defensa del carácter nacional de la cultura, reafirman sus valores patrió- ticos y descolonizantes y se pronuncian por la aprehensión en la obra artística de las transformaciones materiales y espirituales de la sociedad. Nuestra cultura se esfuerza en expresar las más puras tradiciones nacio- nales, la voluntad internacionalista del proletariado y el sentido universal de la cultura ajeno a un falso universalismo que desprecia los valores auténticos en la creación de cada pueblo.

Los países de América Latina y del Caribe son poseedores de un va- lioso patrimonio cultural, que recibe de las civilizaciones originarias un legado inestimable del acervo humano. Estos pueblos están hermanados por una historia de lucha común, se enfrentan a problemas similares en su desarrollo económico y social, y sus culturas se encuentran unidas en raíces y propósitos. Así, los componentes de la cultura cubana tienen múltiples rasgos afines de carácter étnico y sociohistórico con los pueblos latinoamericanos y del Caribe y no pocas analogías de idiosincrasia y cos- tumbres. Cuba se halla fraternalmente enlazada con estos pueblos y favo- rece los intercambios y conocimientos mutuos de sus culturas. La creación artística y literaria en nuestro país debe también contribuir a sus luchas por el rescate de las riquezas naturales, la independencia económica y la soberanía política, así como a la defensa de sus culturas nacionales, cuyos valores forman parte de nuestro tesoro espiritual.

Los valores culturales y la creación intelectual y científica deben ser para beneficio universal. Muchos países subdesarrollados que muestran una vitalidad potencial para el desenvolvimiento acelerado de la cultura y la educación carecen de recursos para el disfrute de SUS beneficios. Nuestro país propugna fórmulas que permitan a todos los pueblos el más amplio acceso a la ciencia y la cultura.

Cuba estimula las manifestaciones del arte y la literatura con un espí- ritu clasista dentro de los principios del marxisnio-leninismo, que, en este sentido, abarca los siguientes aspectos: la asimilación de las mejores tra- diciones de la cultura nacional; la apropiación crítica, la reelaboración y el desarrollo de la cultura universal; la utilización de las formas más variadas y creadoras de la expresión artística; el reflejo real del mundo en que vivimos y el estímulo a la visión creadora hacia el futuro; la

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La política cultural de Cuba

vinculación del arte y la literatura con la vida de las masas y sus intere- ses más vitales; el rechazo a las manifestaciones artísticas y literarias ca- ducas y antihumanistas; y la formación del hombre en los sentimientos de solidaridad con todos los movimientos progresistas y revolucionarios. El Partido Comunista de Cuba, que valora altamente la importancia

que reviste el desarrollo de la cultura en el proceso de construcción de la sociedad socialista, considera que la promoción del arte y la literatura y el disfrute de una existencia culta para todo el pueblo son metas tan irrenunciables como las del mejoramiento de sus condiciones materiales de vida y su educación.

Esferas de responsabilidad institucional

Instituido en 1976, el Ministerio de Cultura es el encargado de dirigir, ejecutar y controlar la aplicación de la política cultural. Su gestión es fundamentalmente orientadora, técnica y metodológica. Corresponde al Poder Popular, en sus instancias municipal y provincial, la administración de los distintos centros e instalaciones culturales : casas de cultura, cines, teatros, bibliotecas, etc. Sólo algunas unidades de importancia nacional son atendidas directamente por las empresas del Ministerio. Este sistema descentralizado sitúa en manos de la comunidad la iniciativa fundamental en el quehacer cultural.

El Ministerio orienta las actividades del Estado y de sus organismos en el terreno del arte y la literatura, fomenta el desarrollo de sus distin- tas manifestaciones y promueve su investigación científica. Dirige la polí- tica general relacionada con la formación artística en tanto que parte integral de la educación, así como la orientación metodológica y técnica de la enseiianza del arte. A la vez, orienta y estimula el desarrollo de la cultura masiva, que incluye un amplio movimiento de aficionados al arte, y promueve el interés del pueblo por todas las expresiones culturales.

Dentro de sus funciones se encuentra la atención al desarrollo de la actividad editorial, la difusión y promoción del libro, la dirección, en lo que le compete, del arte y la industria cinematográficos, la conservación de los bienes que forman parte del patrimonio cultural, la dirección del intercambio artístico con el extranjero y la promoción del estudio del pasado cultural.

Financiamiento de la acción cultural

Por el carácter socialista de su estructura económico-política, la respon- sabilidad global del desarrollo cultural cubano corresponde al Estado y es parte de los planes generales del desarrollo. Es al Estado, a través de los órganos correspondientes, a quien corresponde la determinación de los

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La política cultural de Cuba

fondos destinados al financiamiento de la cultura, la fijación de su pro- porción respecto a las otras necesidades básicas de la nación y el estable- cimiento de prioridades dentro de las alternativas posibles. Es obvio que al analizar el financiamiento de la cultura en Cuba y

tratar de establecer comparaciones con otros países surjan todas las difi- cultades analizadas y previstas en los múltiples estudios sobre el tema: entre otras, la falta de un criterio común sobre los items a contabilizar dentro del “sector cultura”, los diversos conceptos derivados de las dife- rencias en cuanto a régimen político y desarrollo económico, etc. Pero hay un hecho común: el financiamiento de la cultura es el factor crucial de toda política cultural. Y a su vez este financiamiento está en depen- dencia con el desarrollo económico, que es el que marca el límite obje- tivo de los recursos disponibles. En Cuba, la situación de subdesarrollo económico y atraso cultural

conformaron las primeras medidas revolucionarias de financiamiento de la cultura. Y aunque es sumamente confuso y polémico trazar una línea clara entre inversiones en la cultura y la educación, podemos afirmar que en una etapa inicial los fondos disponibles estuvieron enfocados priorita- riamente al sector de la educación. Esta fue una decisión lógica si tene- mos en cuenta la imposibilidad de establecer una política cultural cohe- rente en un pueblo cuya población adulta tenía un grado de analfabetismo del 40 por ciento. Una extraordinaria campaña de alfabetización y la posterior política educacional transformaron violentamente la estructura de la masa receptora creadora de cultura planteando urgentes necesida- des de nuevos productos y servicios culturales. Por ejemplo, entre otros muchos requerimientos, fue necesario el incremento de la red biblioteca- ria del país hasta límites que sobrepasaron los estimados más altos de los planificadores. Este es un punto de difícil contabilización por cuanto la red bibliotecaria cae en el límite exacto de los conceptos tradicionales de educación y cultura.

Algo semejante ocurrió con los libros. El aumento del público lector -consecuencia de los planes educacionales-, el incremento del poder adquisitivo per capita y la política de precios constantes -consecuencia de la política económica- creó un mercado siempre insatisfecho de libros produciendo un crecimiento editorial sin precedentes. El libro dejó de ser un negocio privado para pasar a integrar el sector financiado en la cultura. En general, los libros se venden por debajo de los costos y los textos de ensefianza se entregan gratuitamente a los estudiantes. El finan- ciamiento editorial pasó a ser un importantísimo item del sector cultural educación.

Lo expresado anteriormente puede extenderse a otras actividades cul- turales como museos, exposiciones, teatro, música, danza, etc. Pero dos actividades que podemos calificar de culturales plantearon especiales pro- blemas financieros. Una, la radio y televisión, que al dejar de ser vehículo de propaganda comercial perdió su rentabilidad y hubo de ser financiada

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La política cultural de Cuba

por el Estado. Otra, el cine, que era casi la única opción y esparcimiento con que contaba el cubano, era una actividad altamente rentable pero que se circunscribía a la importación y proyección de filmes comerciales. La Revolución modificó el concepto comercial de importación y proyección sin que por ello perdiera su rentabilidad. Es decir, modificó la política de proyección enfocándola cada vez más hacia objetivos culturales y for- mación integral del ciudadano y, paralelamente, desarrolló el arte y la industria cinematográfica nacional. El saldo de ingresos de la totalidad del complejo cinematográfico -importación, producción nacional, expor- tación y proyección- es superior a la inversión hecha en la industria y el arte cinematográficos.

Finalmente, a modo de resumen: con el financiamiento de la cultura el Estado cubano ha perseguido objetivos formadores de la personalidad integral de sus ciudadanos y no objetivos económicos de rentabilidad. L o cual no obsta para la aplicación de una política de racionalización y opti- mización económicas en la inversión y que se busque la rentabilidad cuando ésta no vaya en detrimento de los fines esenciales de la cultura. Esto significa que la política de financiamiento, aun en las ramas cultu- rales rentables -como el cine-, no ha estado condicionada a los ingresos que brindan dichas ramas, sino a la necesidad inmanente del desarrollo cultural. Tampoco se han establecido cálculos mecánicos -por ejemplo, 1 por ciento del PNB- para la inversión en bienes y servicios cultura- les. Por el contrario, se ha seguido la alternativa casi única en un país subdesarrollado que escoge la vía socialista de poner en acción todos los medios disponibles -económicos y extraeconómicos- y tratar de lograr con ellos los máximos objetivos educacionales y culturales.

Aficionados al arte

Iniciado por la Revolución, el movimiento de aficionados posee un doble propósito : favorecer la universalización de la creación artística y fomen- tar en el pueblo la inclinación por la cultura. Así, ha promovido la prác- tica artística y se ha convertido en un instrumento de educación estética con la incorporación masiva de grupos de aficionados obreros, campesi- nos, estudiantiles y de combatientes, a la vez que ha vinculado a las ma- sas con el arte y la literatura en su calidad de destinatarias del hecho cultural.

Y a en 1964 existían más de 1000 grupos artísticos, y en 1975 más de 18000. Se concede gran importancia a la práctica del arte por los niños. En 1975, más de 600000 fueron incorporados a distintas actividades de música, teatro, danza y otras, como artes plásticas, que tiene permanente- mente cerca de 89 O00 niños. Ese mismo año las bandas rítmicas pioneriles sumaban 1000 aproximadamente en toda la isla, y los círculos de lectura cerca de 17 000.

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La política cultural de Cuba

Algunos grupos aficionados han visitado otros países y han participa- do en festivales internacionales o en Semanas de la Cultura Cubana.

Las Casas de Cultura adquieren una gran importancia por estar desti- nadas a la directa vinculación del pueblo con el arte, a divulgar la cul- tura, elevar el nivel educacional de la población y contribuir a su des- canso y esparcimiento. En ellas se organiza y desarrolla el movimiento de aficionados y se

realiza el trabajo cultural en las comunidades. Con estos fines se ofrecen charlas, seminarios, conciertos, festivales, exposiciones, círculos de interés, actividades recreativas, conciertos, talleres de artes plásticas, clases de música, cine-debates y otras manifestaciones.

Estos centros no pretenden formar profesionales. Su objetivo es acer- car las grandes masas a las distintas manifestaciones artísticas para sensi- bilizadas en el disfrute estético y brindarles la oportunidad de crear y desarrollar sus aficiones. Los profesionales de la comunidad donde se en- cuentra la casa de cultura colaboran activamente en este enriquecimiento cultural y se incorporan a la búsqueda de los valores nacionales.

Este plan está dando sus primeros pasos y ya se han inaugurado 50 Casas de Cultura en todo el país.

Patrimonio cultural

MUSEOS

Frente a los 6 museos existentes en 1958, Cuba dispone actualmente de 59 en 12 de las 14 provincias, distribuidos en las siguientes categorías y especialidades :

Museos polivalentes 6 Museos especializados 40 en historia 24 en arte 6 en ciencias 10

Casas memoriales 13

En 1976, 1500 O00 personas visitaron los museos cubanos, lo cual equi- vale a la séptima parte de los habitantes de la isla. Se trata de una cifra muy elevada si consideramos que Cuba es un país en vías de desarrollo y que la tradición de visitas al museo no estaba arraigada en el pueblo. El trabajo que desarrollan los museos se encuentra orientado hacia

objetivos mediatos bien definidos y concretos, apoyados en la museología y museografía contemporáneas como disciplinas científicas, y en el desarrollo de amplios planes de formación de técnicos y personal espe- cializado. ]Este se dirige hacia la puesta en práctica de nuevas experien- cias capaces de integrar el museo en todo un sistema de educación y acción cultural.

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La politica cultural de Cuba

L a investigación, en tanto que disciplina, no era practicada en los mu- seos cubanos antes de 1959. Para iniciarla se ha requerido la creación de una base técnico-material y el equipamiento de laboratorios y talleres es- pecializados, así como la formación de personal a niveles medio y supe- rior por medio de seminarios, cursos, becas en el extranjero y asistencia técnica internacional.

La Dirección de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura cuenta con un laboratorio central de conservación y restauración que atiende directamente a todos los museos del país y orienta y dirige el trabajo de los pequeños talleres en otras provincias.

Paralelamente a la labor de rescate, investigación, restauración y con- servación, y a la práctica museográfica, se ha desarrollado un trabajo que tradicionalmente se conoce como «educación y acción culturab, de vital importancia en la proyección general de los museos y de verdadera utili- dad en la formación y disfrute estético del pueblo. Los museos cubanos llevan a cabo una labor sistemática en centros de trabajo, organizaciones de masas, escuelas y universidades; imparten cursos y seminarios, crean y orientan círculos de interés para estudiantes de primaria y secundaria, y ofrecen proyecciones cinematográficas, conferencias y visitas dirigidas.

M O N U M E N T O S

Antes de 1959 no se había hecho ningún trabajo sistemático de conserva- ción, restauración o clasificación de los monumentos. Por el contrario, la especulación urbanística originó demoliciones indiscriminadas, que se unieron al abandono y a la acción del clima en la destrucción del patri- monio cultural inmueble.

A partir del triunfo revolucionario se comienza a trabajar en direc- ciones concretas para la protección de estos bienes culturales. En 1963 se crea la Comisión Nacional de Monumentos, y, a pesar de las dificultades impuestas por el bloqueo económico, se llevan a cabo numerosas restau- raciones, proyectos y trabajos de conservación de edificios, fuertes, plazas y estatuas en todo el país, que en menos de cinco años superan en cali- dad y volumen todo lo efectuado durante los cincuenta años precedentes. D e este modo un buen número de construcciones fue salvado de la des- trucción.

Entre otras obras se destacan las del Castillo de la Fuerza, el Palacio Aldama, la Iglesia de Santa María del Rosario, la Plaza de Dolores en Santiago de Cuba, el Teatro Sauto de Matanzas, las casas de José Marti en La Habana y de Ignacio Agramonte en Camagüey, el fuerte El Morri- llo y otros muchos.

En 1963 se comienza un trabajo científico de clasificación, cataloga- ción e inventario de los monumentos; se creó una sección de investi- gación arqueológica encargada primordialmente del trabajo de restau- ración.

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La política cultural de Cuba

Recientemente se terminó el anteproyecto del Plan Director de La Habana Vieja, a partir de un detenido análisis demográfico, histórico, físico y cultural. Este plan traza los lineamientos del trabajo de rescate y salvaguardia de tan importante centro histórico y a la vez marca pautas para futuros proyectos de conservación de centros históricos en todo el país.

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Organismos, instituciones y agrupaciones culturales

Brigada Hermanos Sah

Creada en 1962 por iniciativa de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) , la Brigada Hermanos Saíz es una organización autónoma que agrupa a artistas y escritores de todo el país, y constituye la principal cantera para el crecimiento de la UNEAC.

Los objetivos de la brigada son facilitar la constante superación esté- tica, técnica e ideológica de sus integrantes y realizar sistemáticamente actividades encaminadas a la difusión del arte y la literatura y a la for- mación cultural de todo el pueblo.

En la actualidad reúne a cerca de 800 músicos, escritores, pintores, grabadores y diseiíadores que participan en sus tres secciones : Literatura, Artes Plásticas y Música. Por la calidad de su obra, no pocos de estos jóvenes han merecido premios dentro y fuera de Cuba.

La Brigada Hermanos Saíz organiza exposiciones, conferencias, recita- les, encuentros y publicaciones. Los miembros leen y discuten sus obras entre sí y brindan su cooperación al trabajo de otras instituciones cultu- rales, de las cuales, a su vez, reciben apoyo.

El Concurso David, organizado conjuntamente con la UNEAC, ha constituido un estímulo importante para los nuevos escritores.

Casa de las Américas

Esta institución de alcance y prestigio internacionales, creada en 1959, constituye un importante centro difusor de la cultura de nuestro conti- nente y ha coadyuvado en gran medida a contrarrestar la política de aislamiento impuesta a Cuba por el imperialismo. El bloqueo cultural contra Cuba nunca prosperó en América Latina gracias, en gran medida, a la labor unificadora de la Casa de las Américas con los intelectuales y las instituciones culturales latinoamericanas.

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Organismos, instituciones y agrupaciones culturales

La obra de la Casa, siempre en defensa de la unidad de los pueblos de América Latina y del despliegue genuino de su absoluta identidad, abarca los dominios de la literatura, las artes plásticas, la música, el sec- tor editorial, el teatro y otras manifestaciones del arte y la cultura.

EDICIONES

En sólo 18 años, el trabajo editorial de la Casa de las Américas ha alcan- zado más de 350 titulos y 4 200 O00 ejemplares, repartidos -entre otras- en las siguientes colecciones: Premio, que da a conocer los resultados del Premio Casa de las Américas; Pensamiento de Nuestra América, que reco- ge el pensamiento de figuras del mundo latinoamericano ; Nuestros Países, donde se analizan aspectos culturales, sociales e históricos del continente; Literatura Latinoamericana y La Honda, donde se presentan obras de reputados creadores ; Cuadernos Casa, de ensayos; Valoración Multiple, estudios completos sobre figuras y movimientos literarios, preparados por su Centro de Investigación Literaria.

Se editan, además, la revista Casa de las Américas, que ha publicado más de 100 números y cuenta con centenares de colaboradores; la revista Conjunto, dedicada al teatro, y el Boletín de Música.

EL P R E M I O CASA DE LAS AMERICAS

Una de las actividades más importantes de la Casa de las Américas es su premio literario anual, que está considerado actualmente como el más prestigioso de la lengua española.

Incluye los géneros de ficción (novela, cuento, teatro y poesía), inves- tigación (ensayo y testimonio) , literatura para niños y literatura anglo- antillana. En ellos han concursado un elevado número de obras, que pasa ya de 6000. EI Premio incluye cada año un encuentro de escritores lati- noamericanos y un ciclo de conferencias.

Este certamen ha sido una manera de dar a conocer la mejor litera- tura actual del continente, una vía de edición para muchos escritores lati- noamericanos y una forma de difundir sus obras por todo el mundo. Tam- bién ha contribuido eficazmente a estrechar lazos y a propiciar el mutuo conocimiento entre los diferentes países y pueblos de nuestra América.

ARTES PLASTICAS

La Casa ha montado más de 100 exposiciones de artes plásticas, que in- cluyen las realizadas en la Galería Latinoamericana, de la propia institu- ción, en otras dependencias del país y en el exterior.

Se han celebrado 9 muestras de la Exposición de La Habana, don- de se han otorgado 28 premios, y 3 Encuentros de Plástica Latinoame-

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La política cultural de Cuba

ricana, que se celebran cada dos años y han reunido cerca de 50 artistas invitados de países del continente.

La colección de artes plásticas de esta institución cuenta con miles de piezas de pintura, dibujo, grabado y arte popular latinoamericano.

MUSICA

L a Casa de las Américas ha propiciado encuentros, conciertos y otras acti- vidades donde la música latinoamericana ha tenido ocasión de manifes- tarse.

L a sección de Música posee un fondo de grabaciones, discos y partitu- ras que le permite confeccionar sus propias ediciones de música latino- americana y orientar a los investigadores y estudiosos. Algunos de los discos editados por la Casa poseen un carácter antológico.

El Boletin de Música ya ha publicado más de 60 números que recogen una amplia información periodística junto con importantes estudios sobre la música del continente.

TEATRO

La dramaturgia ha estado siempre incluida en el Premio Casa. Se han organizado diferentes festivales de teatro latinoamericano y jornadas de teatro leído, con la intervención del público. Esto ha contribuido a un intercambio más profundo entre los creadores, coadyuvando al desarrollo del arte teatral.

Los encuentros internacionales de teatro y todas las otras actividades organizadas por la Casa fundamentaron un vasto y profundo movimiento popular en el teatro latinoamericano.

La revista Conjunto, de orientación técnica, informativa y crítica, tiene ya publicados más de 30 números y más de 20 obras inéditas.

La sección de Teatro coordina la vinculación con los teatristas latino- americanos y asesora a grupos, a la vez que organiza un fichero del teatro latinoamericano.

BIBLIOTECA

La Casa de las Américas dispone de una biblioteca con un fondo de más de 77 O00 volúmenes y numerosas colecciones de revistas especializadas en temas de América Latina.

Ediciones musicales

Con el fin de atender una necesidad social y cultural del pueblo, en 1962 se fundó la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM). Se

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Organismos, instituciones y agrupaciones culturales

trata de una entidad especializada, dotada integralmente de un aparato nacional apto en los aspectos artísticos, técnicos, económicos, industriales, comerciales y legales para materializar la política del país en lo que COR- cierne a las ediciones y grabaciones musicales, así como a ediciones y re- gistros sonoros de índole diversa, destinados a satisfacer otras necesidades importantes a través de materiales políticos, educacionales, testimoniales, de investigación y experimentales.

Todos los procesos productivos en esta rama se realizan en Cuba. L a EGREM cuenta con un centro de grabaciones de la más alta tecnología, y con una capacidad instalada, en la producción de discos, de 3 millones de unidades. Esta capacidad se ampliará con un nuevo centro de grabacio- nes en la provincia de Santiago de Cuba, que también estará equipado con la última tecnología.

L a actividad cubana de grabaciones, producción de discos y ediciones de música impresa alcanza proyecciones internacionales. Sus principales líneas de trabajo se dirigen hacia la música folclórica nacional, la música popular actual, la música para niños, la llamada música culta, la música de contenido social y político, el testimonio literario, la música didáctica y las diferentes manifestaciones de la música internacional.

Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT)

L a radiodifusión cubana, que había alcanzado un rápido desarrollo, se caracterizaba por su multiplicidad caótica y su total sumisión al interés económico. Así, en 1959, la radio, aunque poseía 156 emisoras y una po- tencia instalada de 348,l kW, concentraba sus emisiones en la capital -que contaba con 32 emisoras y el 64 por ciento de la capacidad insta- lada- y en las áreas densamente pobladas, mientras mantenía sin seiíal a grandes extensiones del país. Otro tanto ocurría con la televisión: la capacidad de 150,5 k W correspondía a siete canales en La Habana y una pequeña planta en el interior, que dejaban a zonas importantes, incluso provincias enteras, sin recibir el servicio. A esta situación se unía, por otra parte, el carácter comercial y deformante de la programación, ajena en su casi totalidad a cualquier propósito educativo o cultural.

En 1962 el Gobierno Revolucionario creó el Instituto Cubano de Ra- diodifusión con el fin de difundir y orientar en forma coherente y pla- nificada las emisiones de radio y televisión. Desde 1959 hasta esa fecha había existido una etapa de tránsito hacia la institucionalización y el paso de los medios de propiedad privada a propiedad social.

La redistribución, sustitución y mejoramiento de las instalaciones y equipos permitió cubrir las grandes zonas de silencio existentes hasta 1959, y ha convertido a las cadenas nacionales de radio y televisión en verdaderas plantas que cubren actualmente el 85 por ciento del territorio

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La política cultural de Cuba

nacional. L a radio cuenta en estos momentos con 51 emisoras -5 nacio- nales, 7 provinciales y 39 regionales- con una capacidad total de 900,l kilovatios, el 30 por ciento de la cual corresponde a la capital. Para 1980 se prevé que las emisiones radiales cubrirán el 95 por ciento del territo- rio nacional. L a televisión posee dos canales nacionales y uno provincial en la parte oriental del país, con una potencia radiada total de 1198 kW. Además, se han introducido las transmisiones vía satélite en colores. To- das estas emisiones son recibidas a través de 1 865 O00 radiorreceptores y 635 O00 telerreceptores.

L a radio y la televisión han intensificado su política de diversificación de las transmisiones, tales como : información, educación, cultura, ciencia, programas de distracción, emisiones para audiencias especiales y otras.

Se ha incrementado la programación educacional, tanto directa como indirectamente, a través de clases en apoyo del Sistema Nacional de Edu- cación y mediante programas con temas, elementos y formas educativas. En 1976 la radio y la televisión dedicaron cerca del 40 por ciento de su programación a difundir la cultura universal.

En 1976 el Instituto Cubano de Radiodifusión pasó a nuevas formas de trabajo y administración bajo el nombre de Instituto Cubano de Radio y Televisión, encargado de dirigir, ejecutar y controlar la aplicación de la política del Estado en cuanto a las actividades de la radio y la televisión. Sus funciones y atribuciones principales son las siguientes: Dirigir y supervisar la programación de las emisoras de radio y tele-

Dirigir y supervisar los procesos cinematográficos para la televisión del

Asegurar el desarrollo planificado y la elevación de la calidad y la efica-

Poner en práctica las medidas necesarias para mejorar progresivamente

visión;

país;

cia de las instalaciones de radio y televisión;

los programas que se ofrecen al pueblo.

Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)

Fundada en ocasión del Congreso de Escritores y Artistas de Cuba cele- brado en 1961, esta institución ha logrado la cohesión de los creadores en un objetivo fundamental de calidad artística y construcción revolucio- naria.

L a UNEAC está integrada por las secciones de literatura, artes plásti- cas, música, cine, radio y televisión y artes escénicas.

LITERATURA

L a política editorial de la UNEAC conjuga la libertad de creación y la rigurosa exigencia de calidad. En este sentido, un trabajo de primer orden

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Organismos, instituciones y agrupaciones culturales

lo desempeñan el concurso anual de literatura dedicado exclusivamente a los escritores cubanos y el concurso David -también anual-, que se organiza conjuntamente con la Brigada Hermanos Saíz y constituye un estímulo para los escritores noveles.

D e 1965 -año de su creación- hasta 1976, más de 1600 concursantes han tomado parte en el certamen nacional para escritores cubanos. En cuanto al David, la cifra de participantes ha sido de aproximadamente 1700.

Ediciones Unión desempeña un papel importante en el trabajo de la UNEAC. Desde que se fundó en 1962 ha publicado alrededor de 350 títu- los, fundamentalmente de autores cubanos. H a n sido difundidos todos los géneros : ensayo, crítica, biografía, testimonio, novela, cuento, teatro, poe- sía, literatura para niños y jóvenes, y otros.

Si se compara la difusión de los autores cubanos antes del triunfo de la Revolución y la que ha realizado Ediciones Unión, resaltan claramente los resultados de su trabajo. Pero éste cobra mayor importancia aiin por- que ha dado a conocer a un centenar de escritores que no pudieron pu- blicar antes de 1959. Otros autores, si bien lograron publicar algunos de sus libros, tuvieron que costearlos y distribuirlos ellos mismos. Ahora han podido ver cómo sus obras son conocidas ampliamente y difundidas con notables tiradas tanto en el ámbito nacional como en el internacional, donde han sido traducidas a distintos idiomas. Es necesario destacar que no sólo han publicado sus libros los niiem-

bros de esta institución, ya que su mecanismo permite que cualquier escri- tor del país, miembro o no de la U N E A C , pueda presentar sus manuscri- tos a una comisión de publicaciones.

ARTES PLÁSTICAS

Los pintores, escultores, ceramistas, grabadores, dibujantes, diseñadores y fotógrafos cubanos, agrupados en esta sección, desarrollan desde hace ya muchos años una labor ininterrumpida y meritoria de organización, in- formación, asesoramiento, divulgación, captación, promoción de relaciones nacionales e internacionales, creación, exhibición y donación de obras, contribución al embellecimiento de centros docentes y laborales, y otras variadas tareas.

Mención m u y especial merecen, por constituir una práctica literalmen- te nueva en Cuba, fruto del espíritu internacionalista de la Revolución, las numerosas exposiciones de artes plásticas cubanas en el extranjero. Recíprocamente, numerosos países han posibilitado al pueblo cubano, por primera vez en su historia, el disfrute de muestras de la creación plástica de sus respectivas culturas. En cuanto al intercambio de interés mutuo, es bueno destacar que

entre 1968 y 1976 unos 175 artistas, representantes de 19 países, recibie- ron la hospitalidad de la Casa de los Plásticos en la sede de la UNEAC.

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La política cultural de Cuba

Igualmente, esta institución ha donado más de 350 obras a entidades cuba- nas y extranjeras.

MUSICA

L a sección agrupa a los músicos más destacados del país (compositores, intérpretes, musicólogos, etc.).

Notable calidad han alcanzado los concursos de música organizados por la UNEAC. Estos certámenes han dado a conocer a diversas figuras que realizan una actividad valiosa en el ámbito de esta manifestación.

A través de esta sección han visitado a Cuba numerosos compositores e intérpretes de diversos países, que han intercambiado experiencias y han actuado ante auditorios cubanos, posibilitando así un acercamiento con la cultura musical de sus naciones.

Otro aspecto destacado del trabajo de la UNEAC es la realización en Cuba de los Festivales de Música Contemporánea de los Países Socialistas, que han permitido también estrechar lazos con los artistas del campo socialista.

Instituto de Literatura y Lingüística (ILL)

Constituido oficialmente en 1965 como centro de investigación integrante de la Academia de Ciencias de Cuba, su objetivo es investigar y preservar nuestra herencia literaria y lingüística, y estudiar el proceso de la lengua y de la literatura en Cuba como expresiones de la conciencia nacional, como instrumento de formación y difusión ideológicas.

Está integrado por los departamentos de Literatura -que cuenta con grupos dedicados a la literatura cubana, la ruso-soviética, la norteameri- cana y la lengua y literatura gallegas-, de Lingüística y de Biblioteca. Esta tiene la importancia de haber sido la primera biblioteca pública de Cuba, fundada bajo los auscipios de la Sociedad Económica de Amigos del País, la más antigua institución cultural cubana, en cuya sede radica actualmente el Instituto. Su riqueza principal consiste en obras literarias y de ciencias sociales cubanas, así como en colecciones de publicaciones periódicas. Tanto la biblioteca como la hemeroteca anexa atienden las necesidades de los investigadores del Instituto a la vez que las del público, al que brindan además servicios de consulta y referencias. El Instituto cuenta también con un centro de bibliografía y documentación y un archi- vo literario.

Publica el Anuario LIL, que recoge trabajos de investigación, artículos, bibliografías, reseñas de libros, etc., y ha publicado obras de autores cu- banos, estudios y otros materiales. Sus especialistas realizan selecciones, revisiones, antologías, prólogos e investigaciones para las editoriales del Ministerio de Cultura. La institución colabora también estrechamente con

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Organismos, instituciones y agrupaciones culturales

otros organismos, a los cuales brinda consultas, cursos y ciclos de confe- rencias.

U n o de sus más destacados aportes ha sido la publicación del Diccio- nario de la literatura cubana, que incluye no sólo el aspecto biográfico y bibliográfico de los autores cubanos, sino informaciones sobre géneros, términos literarios, instituciones culturales y sobre las publicaciones pe- riódicas más importantes. Se trata de la primera obra de este tipo en Cuba, de indispensable consulta para cualquier estudio científico sobre la cultura cubana.

En la actualidad, el Instituto tiene en preparación el Atlas linguistico de Cuba, que incluye estudios parciales sobre los distintos campos semán- ticos en el español de Cuba, Ia norma culta en el habla cubana, los cuba- nismos en el lenguaje y el substrat0 lexical indígena. Además proyecta realizar una historia de la literatura cubana.

Bibliotecas

L a Biblioteca Nacional, fundada a principios de siglo, tuvo hasta 1958 un promedio de 28 O00 usuarios anuales y su colección se componía de 250 O00 volúmenes. En la actualidad, el promedio anual de visitantes ha ascendido a 168000 y el número de volúmenes se acerca a los 900000, con un pro- medio de incremento anual de 20 millares.

La Biblioteca Nacional ha editado 299 títulos, 273 de ellos con poste- rioridad al triunfo de la Revolución, y mantiene relaciones de canje con más de 300 centros afines en 100 países. Sus departamentos especializados son: Colección Cubana (incluye mapoteca y Sala Marti), Fondos Biblio- gráficos, Selección y Canje, Catalogación, Información de Ciencia y Téc- nica, Música, Arte, Hemeroteca e Información de Humanidades, Exten- sión Bibliotecaria, Biblioteca Circulante, Biblioteca Juvenil y Salas de Lectura y Referencia.

Estos departamentos ofrecen cursos, charlas, seminarios, círculos de interés, visitas dirigidas, exposiciones dentro y fuera de sus sedes y reco- gen investigaciones de especialistas, entre otras actividades. Además, se elabora un diccionario de artistas plásticos cubanos y se publica la Revis- ta de la Biblioteca Nacional y el Anuario Martiam.

L a Biblioteca Nacional se ocupa de proteger y organizar el patrimonio bibliográfico cubano y de hacer investigaciones y búsquedas retrospecti- vas. Tiene a su cargo el catálogo colectivo de publicaciones periódicas nacionales y extranjeras, compila bibliografías y publica cada dos años el directorio de bibliotecas del país.

Existen alrededor de 130 bibliotecas públicas, además de 134 centros de documentación con sus respectivas bibliotecas, que en unión de las pertenecientes al Ministerio de Educación y a otros organismos hacen un total de 2 150 aproximadamente. La red de bibliotecas públicas presta en

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La política cultural de Cuba

todo el país los siguientes servicios: salas de lectura, búsquedas bibliográ- ficas, referencias, préstamo de libros, láminas, diapositivas, mapas, etc.

Los servicios de extensión bibliotecaria comprenden pequeñas colec- ciones llamadas minibibliotecas, que se sitúan en hospitales, fábricas, uni- dades militares, barcos, establecimientos penitenciarios, granjas agrícolas y otros lugares. En algunas provincias existen bibliobuses que recorren las áreas rurales para prestar libros en estaciones fijas, donde además ofre- cen funciones de títeres y audiciones musicales.

L a introducción de la documentación en Cuba a partir de 1963 dio gran impulso al trabajo bibliotecológico, con la práctica de nuevas técni- cas para el procesamiento de la información. En la Universidad de L a Habana funciona la Escuela de Información Científica y Bibliográfica, mientras la Escuela de Técnicos de Biblioteca, perteneciente al Ministerio de Cultura, se encarga de la formación del personal de nivel medio.

Editoriales

El desarrollo de las necesidades culturales y técnicas del pueblo cubano exige un esfuerzo creciente en la edición de libros en todas las ramas.

La elevación del nivel educacional de las masas se ha reflejado en un aumento notable de la demanda de libros. D e alrededor de un millón de ejemplares editados en el afio anterior a la victoria de la Revolución, se llegó a cerca de 38 millones de libros y folletos en 1976.

Desde 1967 hasta 1976 las editoriales cubanas editaron 6 842 títulos con una tirada de cerca de 216 millones de ejemplares, 2 004 títulos de folle- tos en cerca de 58 millones de ejemplares. Para los niños y jóvenes la editorial Gente Nueva produjo desde su fundación unos 40 millones de ejemplares de literatura infantil y juvenil. El Ministerio de Cultura cuenta con 8 editoriales, cada una de las cua-

les dispone de un equipo completo de trabajo, que comprende redactores, correctores, realizadores y diseñadores. Estas editoriales son las siguientes :

Pueblo y Educación: Edita libros para todos los niveles de enseñanza, desde la primaria hasta la superior. Su producción abarca, además, los cuadernos de ejercicios, de consultas, mapas y guías metodológicas para profesores. Estos libros, al igual que la totalidad de los servicios educa- cionales, se entregan gratuitamente a los estudiantes.

Gente Nueva: Se encarga de editar la literatura dirigida a niños y jóve- nes. Esta editorial está estructurada en cuatro redacciones : dos secciones infantiles, una especializada en niños de hasta seis años y otra en niños de seis a doce años, y dos secciones juveniles, una histórico-literaria y otra científico-técnica, ambas para jóvenes de doce años en adelante.

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Organismos, instituciones y agrupaciones culturales

Orbe: Edita los materiales de capacitación, información, divulgación y propaganda a solicitud de los organismos estatales y otras instituciones. El trabajo de esta editorial está encaminado a la superación científico- técnica de los profesionales, técnicos medios y obreros calificados en todo el país.

Científico-Técnica: Tiene a su cargo los libros de ciencias médicas, agro- pecuarias, biología, geología, minería, metalurgia, técnicas e industria bá- sica y construcción, escritos por especialistas cubanos y extranjeros. Estas obras contribuyen al desarrollo del pensamiento científico y técnico, acor- de con los adelantos alcanzados en estas ramas y las necesidades particu- lares del país. L a editorial presta una especial atención a las obras de especialistas cubanos y se ocupa también de las de carácter científico popular.

Arte y Literatura: Publica en sus diferentes colecciones novelas, cuentos, teatro, poesía y otras obras literarias de diverso género, de autores clási- cos y contemporáneos, así como ensayos sobre arte y literatura.

En coordinación con Arte y Literatura se editan las publicaciones de la Casa de las Américas y la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.

Esta editorial publica, además, los premios de los concursos literarios nacionales en los que anualmente participan los escritores cubanos.

Ciencias Sociales: Se dedica a los libros sobre política, historia, economía, sociología, filosofía y temas sociales en general.

Letras Cubanas: D e nueva creación, esta editorial se ocupa de la 1itei.a- tura y el arte cubanos en general. Sus colecciones son Letras Cubanas, Biblioteca Básica de Literatura Cubana, Mínima, Música, Repertorio Tea- tral Cubano, Pluma en Ristre (publica a los autores jóvenes), Pintores Cubanos, Arquitectura Cubana, Ensayo Fotográfico, Figuras Cubanas y Colección Cubana.

Oriente: Estructurada sobre la base de tres redacciones : científico-técnica, infantil-juvenil y humanidades, atiende además la redacción de libros de texto y se ocupa de la publicación de libros de divulgación. Funciona en la región oriental de la isla.

PLANES DE DESARROLLO

Durante el quinquenio 1976-1980 se acomete la consolidación y desarrollo del sistema de editoriales y una sustancial ampliación de las capacidades industriales. El plan prevé una importante inversión en las instalaciones fabriles de L a Habana, donde está localizada la industria poligráfica. En

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La política cultural de Cuba

este aspecto es necesario destacar muy especialmente la moderna planta poligráfica aJuan Marinello», que se inauguró a mediados de 1977 en el extremo oriental del país y permitirá elevar en más de 20 millones de ejemplares anuales la producción editorial cubana.

DI S T R I B U C I ~ N

Con el fin de satisfacer la demanda reciente de libros se ha establecido una amplia red de más de 200 librerías, así como puntos de venta, libre- rías en centros de trabajo y otras formas que permiten la extensión de la distribución y aseguran que el libro llegue a los más recónditos lugares del país.

En 1975 el volumen de libros y folletos de producción nacional y ex- tranjera distribuidos fue de más de 54 millones de ejemplares. El 49 por ciento de los libros de distribución nacional corresponden a publicaciones destinadas a los planes del sistema de enseñanza nacional.

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1. Bihliotera Ceniral de la Universidad de La Habana

2. Feria del 1,ibro

4. La

3. Grupo folklórico formado por jóvenes

de la ((Brigada XX Aniversario»

Museo Nacional, I Habana

5. Escena del film /,u&, sobre la lurha de independencia y revolucionaria de Cuha

6. Cine iiióvil del Instituto Cubano de Cinematografía en una exhibición habitual en las montañas

O 5:

3 m

al 5 m

- m ?c U E :2 w ‘E u ä u E

l. Dúo «Los Compadres», cantores populares y tradirionalea

8. «Así cantó Cuba», espectáculo musical representado en la Plaza de la Caiedral

La creación artística

Enseñanza artística

En Cuba, las escasas escuelas donde se enseñaban algunas de las manifes- taciones artísticas eran generalmente privadas y no respondían a un plan nacional y uniforme. A partir de 1959 comienza el trabajo de aunar los esfuerzos y crear las bases para una enseñanza de las artes acorde con la nueva situación del país.

En febrero de 1962 se funda la Escuela Nacional de Arte, y a partir de ese momento el sistema de enseñanza se va extendiendo hasta alcanzar, en 1975, un total de 47 escuelas en toda la isla, con 5 O00 alumnos que estu- dian para instructores, profesores o artistas. El plan de estudios para la enseñanza elemental contempla las especialidades de ballet, danza, pin- tura, escultura y música, además de asignaturas complementarias hasta el nivel de noveno grado de la instrucción general. El alumno recibe así una formación básica en su especialidad y se prepara para ingresar en el nivel medio.

El nivel medio incorpora, además, las especialidades de diseno, biblio- tecología e instructor de arte, y gradúa profesores, técnicos y artistas pro- fesionales. Los egresados pueden continuar estudios en el Instituto Supe- rior de Arte, inaugurado en 1976 a raíz de la creación del Ministerio de Educación Superior, o recibir becas para centros especializados en el extranjero, principalmente en los países socialistas.

El Instituto Superior de Arte graduará licenciados y doctores en: mú- sica (composición, musicología, dirección orquesta], dirección coral, piano, instrumentos de cuerda, de viento, de percusión, guitarra y canto) ; artes escénicas (actuación, dramaturgia, teatrología) , y artes plásticas (grabado, pintura, escultura). Está en estudio la incorporación en la rama de artes plásticas de las especialidades de diseiío urbanístico, de interiores, de muebles, juguetes y escenografía.

En el Instituto se fusionan y concentran las diversas especialidades,

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L a política cultural de Cuba

con lo p e persigue la formación de artistas y profesores integrales que conciban el arte como un todo, que comprendan y se sensibilicen con cada una de sus expresiones. Los artistas de alto nivel que se graduarán en el Instituto tendrán garantizado un lugar en la sociedad y podrán dedi- carse a la creación sin preocupaciones ni obstáculos de ningún tipo.

Además de la enseñanza artística especializada, la educación estética forma parte del sistema general de la enseñanza, pues se la considera iuse- parable de la formación integral del hombre.

Artes plásticas

Cuba cuenta con una red -creada desde 1961- de 25 galerías con edifi- caciones independientes y óptimas condiciones de exhibición, que con- juntamente con salones de exposición ubicados dentro de otras unidades culturales, como casas de cultura, museos, fábricas y otros centros de tra- bajo, ofrecen exposiciones transitorias de diversa índole. D e 1963 a 1975 el promedio anual de asistencia a las galerías fue de unas 900 000 personas.

L a programación frecuente de exposiciones y concursos, que abarcan múltiples manifestaciones plásticas, ha sido un vehículo de estímulo a la creación, especialmente para los jóvenes, y en el marco de las posibilida- des expresivas y de experimentación estética ofrecidas por la Revolución han desempeñado un papel importante en el desarrollo de la joven plás- tica cubana.

Cada año se organizan salones nacionales donde se exhiben las últimas creaciones y se establecen confrontaciones entre las diferentes disciplinas plásticas. L a sede de estos salones rota entre todas las provincias, las que, a su vez, generan sus propias actividades como salones provinciales y muestras de los artistas locales.

Las galerías y salones de la ciudad de La Habana reciben exposiciones provenientes de otros países, muchas de las cuales se presentan posterior- mente en las provincias. D e m o d o paralelo, la frecuente organización de muestras cubanas en el extranjero y la participación de nuestros artistas en distintos salones internacionales han permitido que las artes espaciales cubanas reciban un amplio reconocimiento. Este se ha concretado en más de 60 premios internacionales de importancia, recibidos a partir de 1960 en distintas manifestaciones. El desarrollo experimentado con la Revolución ha estado a tono con

las nuevas posibilidades y exigencias. Merece destacarse la gráfica, surgida en estos aiíos, que ha alcanzado un nivel artístico reconocido internacio-

. nalmente. Siguiendo el principio de incorporar coherentemente la belleza en todos los aspectos de la vida cotidiana, el diseño gráfico se ha manifes- tado con el mismo empeño estético en la valla, el cartel, el libro, las pu- blicaciones periódicas y otros impresos, las portadas de discos, los envases, los textiles, las cercas y los muros.

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La creación artistica

Este afán de diseñar el entorno vital del hombre se manifiesta además en experiencias aunadoras de varias disciplinas (exposiciones y ambienta- ción de espacios abiertos) y en la arquitectura, donde se han logrado buenos resultados en el empleo del prefabricado, especialmente en obras de carácter social. Igualmente, y de acuerdo con los principios emanados de los estudios de planificación física, en el urbanismo, con la confección de los planes directores de las ciudades, el desarrollo de nuevas comuni- dades y la remodelación de los conglomerados existentes, hasta llegar a la escala territorial, con la delineación de los grandes planes agrícolas, las redes viales y la protección del medio ambiente.

Por otro lado, manifestaciones como el grabado y la cerámica, que languidecían en la etapa prerrevolucionaria, han logrado una práctica intensa y creativa, sustentada en la existencia de varios talleres-escuelas.

En la pintura y el dibujo, los viejos maestros han enriquecido su obra mientras nuevas promociones llevan a cabo un trabajo que sobresale. L a propagación de la pintura mural en espacios públicos ha permitido que nuestros mejores artistas proyecten su obra en una dimensión de mayor alcance social.

En medio de una multiplicidad de lenguajes y expresiones, atenta a las últimas conquistas formales, la pintura cubana dirige su atención hacia las ricas vetas de lo nacional y a la aprehensión de las nuevas realidades.

Danza

L a danza es una de las artes que ha alcanzado mayor relevancia en nues- tro país. Además de su múltiple e intensa práctica dentro del movimiento de aficionados, Cuba cuenta en la actualidad con 6 grupos profesionales de importancia, que están totalmente subvencionados por el Estado.

L a Fundación del Ballet Nacional de Cuba, poco después del triunfo de la Revolución, dio impulso a una actividad artística que había tenido que cesar debido a la indiferencia gubernamental. Esta compaiiía, que ha recorrido el mundo, cimentó rápidamente un sólido prestigio internacio- nal, acreditado por un centenar de premios y distinciones, así como por los mayores reconocimientos de la crítica y el público. Al frente se en- cuentra Alicia Alonso, considerada como una de las bailarinas más impor- tantes de este siglo, y junto a ella una verdadera pléyade de figuras de primera línea surgidas con la Revolución, que frecuentemente actúan como artistas invitados en compaiiías de todo el mundo.

El repertorio del Ballet Nacional de Cuba, compuesto por más de 150 obras, incluye los clásicos, la producción de importantes autores contem- poráneos y las creaciones de los coreógrafos cubanos, que ya han recibido premios y reconocimientos de importancia.

Este conjunto es también el centro de los festivales internacionales de ballet de La Habana, que se celebra desde 1960 con la participación de

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La política cultural de Cuba

notables figuras de la danza de todo el mundo y constituyen una prueba de la capacidad y calidad de su cuerpo de baile.

Un fenómeno de trascendencia ha sido el surgimiento y desarrollo de la escuela cubana de ballet, que se basa en el estilo de los bailarines cu- banos, iniciado a partir de los acentos personales, la proyección didáctica y las peculiaridades coreográficas de los fundadores del Ballet Nacional de Cuba. L a escuela cubana de ballet, en su resultado final, se nos pre- senta como un hecho de proyección escénica particularísima, de sentido musical y cualidad teatral propios.

L a creación en 1959 del conjunto Danza Moderna de Cuba plasmaba los anhelos de algunos artistas que venían realizando esfuerzos aislados en la utilización de las técnicas de la danza moderna en el país. El con- junto dio m u y pronto pruebas de su calidad, que ha sido confirmada en múltiples giras internacionales y en su participación en distintos festiva- les, recibida siempre con los mayores elogios. Numerosos ballets integran su repertorio, basado sobre todo en obras de coreógrafos cubanos, que se han desenvuelto con éxito especialmente en la exploración del folclor.

El trabajo de este conjunto ha permitido también conformar un estilo cubano dentro de la danza moderna; estilo reconocido por autoridades en la materia.

EI Conjunto Folclórico Nacional fue creado en 1962 con el propósito de realizar una labor de rescate y recuperación de los bailes y leyendas folclóricas del país. A ese fin efectúa investigaciones en las fuentes popu- lares para su adaptación y presentación en escena. Su repertorio incluye varios ciclos sobre las distintas manifestaciones culturales de origen afri- cano que han sobrevivido en Cuba y múltiples coreografías sobre mitos y leyendas populares.

El Conjunto Folclórico Nacional ha realizado giras por una veintena de países y participado en numerosos festivales internacionales. Varios premios acreditan la calidad de su quehacer artístico.

El Ballet Camagüey surge profesionalmente a fines de 1969, en esta ciudad del este de la isla. Su repertorio incluye obras tradicionales y crea- ciones de jóvenes coreógrafos cubanos que le han permitido desenvolver una línea moderna y de acento propio. En la actualidad se encuentra bajo la dirección de Fernando Alonso, figura descollante de la danza en Cuba y uno de los fundadores del Ballet Nacional.

El Conjunto Folclórico de Oriente, constituido en 1961, se ha dedicado a desarrollar las especiales características del folclor de las provincias orientales, mientras que el Conjunto Folclórico de Artes Escénicas Pa- taquín, formado en 1967, se ha propuesto crear espectáculos sobre temas folclóricos donde intervienen la danza, la música, el teatro y la panto- mima.

L a mayor parte de estos grupos llevan a cabo una constante labor de extensión, que incluye charlas, encuentros, seminarios, funciones didác- ticas en centros de trabajo y estudio, programas de radio, etc. El Ballet

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L a creación artística

Nacional de Cuba edita además la revista Cuba en el Ballet y mantiene un espacio de televisión.

Literatura

El surgimiento de un creciente movimiento editorial a partir de 1959 da a los escritores la posibilidad de publicar sus obras y al pueblo la de co- nocer la variedad y riqueza de las literaturas cubana y extranjera. El in- cremento del número de bibliotecas permite, por otra parte, ampliar el contacto entre el libro y el lector.

El desarrollo sucesivo de importantes congresos ha permitido forta- lecer y estimular la creación literaria. Instituciones como la Casa de las Américas, la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba y la Direc- ción Nacional de Literatura del Ministerio de Cultura han desarrollado una amplia y profunda labor encaminada al auge de nuestras letras.

Se han establecido numerosos concursos que sirven de estímulo a la producción literaria y se ha puesto especial interés en la literatura para niÍíos y adolescentes.

También después de 1959 fueron creados los talleres literarios, para contribuir a la promoción de nuevos escritores. Estos talleres constituyen un vehículo a través del cual los aficionados a la literatura pueden cana- lizar sus inquietudes y desarrollar sus facultades.

El taller no es más que un lugar de trabajo donde sus miembros se reúnen semanal o quincenalmente para leer, discutir y analizar no sólo sus obras, sino también otros materiales relacionados con el quehacer inte- lectual, así como para estudiar técnica literaria y literatura cubana. Un amplio espíritu crítico caracteriza estas sesiones, en las que todos se ayu- dan mutuamente.

Los talleres, que funcionan hasta en los rincones más apartados de la isla, reciben asesoramiento por parte de escritores consagrados, folletos especializados y conferencias. Muchos de ellos editan boletines que refle- jan su actividad literaria.

U n a vez al aiío se realizan encuentros-debates entre los talleres, que culminan en el Encuentro-Debate Nacional, donde se seleccionan las m e - jores obras en los distintos géneros. Estos encuentros, además de su aspec- to competitivo, tienen fundamentalmente un carácter formativo, de con- frontación e intercambio de criterios y experiencias.

También existen círculos de amigos del libro y peñas literarias con actividades encaminadas a estimular la lectura, la apreciación y la crea- ción de obras que permitan el disfrute de una existencia culta.

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L a política cultural de Cuba

Música

A pesar de haber sido siempre una de las expresiones de mayor trascen- dencia, la música cubana, exenta de un apoyo institucional de importan- cia, había tenido que desarrollarse sólo a partir de esfuerzos personales. El triunfo revolucionario inicia una nueva etapa, caracterizada por el más amplio sostén a todas las manifestaciones de la actividad musical. L a Re- volución significó también la fundación de organismos culturales, planes de impulso a la creación y a la investigación musicológica, desarrollo de los medios de difusión, celebración de festivales, concurso e intercambios artísticos y técnicos con distintos países.

En 1959 se funda el Coro Nacional, iniciador de un movimiento que cuenta en la actualidad con 10 agrupaciones corales permanentes. En 1960 se crea la Orquesta Sinfónica Nacional, que ha cumplido un importante quehacer en la difusión de la música de todos los tiempos, estilos y paí- ses. Con ella actúan regularmente directores y solistas invitados de todo el mundo.

En 1960 surge también la Orquesta Nacional de Teatro, destinada a acompañar al ballet y al género lírico, y posteriormente aparecen 5 or- questas provinciales de concierto, así como el grupo instrumental Nuestro Tiempo, que se dedica preferentemente a la música de cámara contem- poránea. Las bandas de música fueron reestructuradas y subvencionadas institucionalmente.

Desde 1961 comienzan a celebrarse distintos festivales de importancia, que han contribuido notablemente al desarrollo y conocimiento de la música cubana. Entre los de más trascendencia, aparte de los organizados por la Casa de las Américas y los correspondientes al movimiento de afi- cionados, figuran el Festival de Música Cubana, el Festival Nacional de Coros, el Festival Nacional de la Trova y el de la Nueva Trova, la Jor- nada de la Canción Política, el Festival del Creador Musical, el Festival de la Rumba, el del Sanzón, el del Son, el Festival de la Música Sinfónica Alejandro García Caturla, el Festival Nacional de Bandas de Música y el Festival Nacional de Arte Popular.

Los autores e intérpretes cubanos han podido dar a conocer su música mediante múltiples giras y presentaciones internacionales. Su exitosa par- ticipación en concursos y festivales ha sido reconocida por decenas de galardones en todo el mundo. Entre ellos se destaca Jorge Luis Prats, Gran Premio en el Concurso Margaritte LongJacques Thibaud de 1977, obtenido junto con tres lauros del certamen. Prats, un joven pianista for- mado totalmente en Cuba, acaba de finalizar el nivel medio en la Escuela Nacional del Arte.

La política de intercambio cultural con todos los países ha permitido asimismo que el pueblo cubano pueda conocer el arte de destacadísimos intérpretes de los más diversos géneros musicales. Las presentaciones de

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L a creación artística

estos artistas no sólo se realizan en la capital, sino también en el interior del país.

La creación musical también ha sido estimulada mediante concursos auspiciados por el Ministerio de Cultura, el Ministerio de las Fuerzas Armadas y la Casa de las Américas, los cuales han ayudado además a promover la investigación de la música, apoyada por diversos organismos e instituciones.

La música cubana ha seguido desarrollando sus características tradicio- nales y, a la vez, se ha ido ensanchando, enriqueciendo y profundizando en nuevos enfoques y proyecciones. En el ámbito de lo popular se ha producido una renovación en los ritmos y sonoridades, mientras que en la llamada música culta se incorporan la experimentación y el uso de las nuevas técnicas y lenguajes con u n sentido creador de indiscutible rai- gambre nacional. En este ambiente de libertad creadora se destaca la labor de compositores de promociones anteriores junto con la de jóvenes que alcanzan ya prestigio internacional. D e especial importancia resulta el movimiento de la Nueva Trova, que continúa una línea m u y genuina de la música popular, que es la canción tradicional trovadoresca de raíz nacional y de contenido social y que utiliza los elementos técnicos con- temporáneos.

Teatro

El triunfo de la Revolución en 1959 abre nuevas perspectivas al teatro cubano. A la reactivación de los pequenos grupos existentes -integrados por actores que tenían que ganarse la vida en otras actividades- se suma la creación de instituciones y organismos que brindan su apoyo al queha- cer teatral. Surgen nuevos grupos y, en consecuencia, nuevos autores, que tratan de reflejar en su obra los cambios sociales. Paulatinamente se for- m a n conjuntos de superior envergadura, con mayores recursos, totalmente financiados por el Estado, y por primera vez el pueblo tiene acceso al teatro gracias a la organización de representaciones a precios populares.

Además de su trabajo en las salas tradicionales, muchos grupos reali- zan una labor de extensión en fábricas, granjas y escuelas. Abundan tam- bién las experiencias en la calle y en zonas rurales, todo lo cual contri- buye a que esta manifestación cultural llegue a la mayor cantidad de espectadores.

Junto con el trabajo de alto nivel artístico en el repertorio cubano e internacional, mantenido por grupos como Teatro Estudio, y las signi- ficativas producciones internacionales realizadas por el Grupo de Teatro Político Bertolt Brecht, se han manifestado algunas tendencias propias de nuestro desarrollo social, influidas por la profunda transformación po- lítica y económica que ha tenido lugar en el país.

La experiencia iniciadora correspondió al Grupo de Teatro Escambray,

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La política cultural de Cuba

que mediante el análisis y la investigación de la problemática de la zona rural en que opera produce obras donde el pueblo ve reflejadas crítica- mente sus inquietudes y problemas, con lo que logra influir directamente sobre esa realidad.

Por otra parte, el Conjunto Dramático de Oriente ha reverdecido el “teatro de relaciones”, una forma teatral cubana del siglo pasado revalo- rizada y actualizada por este conjunto, que tiene entre sus escenarios ha- bituales las propias calles de Santiago de Cuba.

El Grupo L a Yaya ha llevado a cabo su trabajo en las nuevas comu- nidades rurales, con obras que reflejan la vida de los propios campesinos, quienes son, a la vez, los actores de este teatro. U n a experiencia similar es la del Grupo de Participación Popular, que trabaja con obreros de la ciudad de L a Habana.

Existe también la Teatrova, que es una combinación de espectáculo teatral con la trova moderna. El teatro lírico ha tenido un considerable crecimiento con la aparición de conjuntos en la capital y en el interior del país. El movimiento de teatro para niños y jóvenes tiene un desarrollo

extraordinario. Actualmente existen 26 grupos, que trabajan fundamental- mente con títeres y actores tanto en los propios teatros como en escuelas, círculos infantiles, parques y otros lugares de recreación para niños. Esta actividad de extensión es m u y importante en las zonas rurales. El teatro para niños y jóvenes cumple en Cuba tres propósitos funda-

mentales: divertir, ensefiar y desarrollar la sensibilidad. El Departamento de Teatro para Niños y Jóvenes del Ministerio de Cultura incluye en su equipo de trabajo a psicólogos y pedagogos, que velan por el cumplimien- to de estos objetivos a nivel nacional.

Además del estímulo que significa la presencia del género teatral en los diversos concursos literarios cubanos, para 10s autores jóvenes se han creado los talleres de dramaturgia, que operan en todo el país y en los cuales leen, reciben opiniones de los demás miembros del taller y de dra- maturgos profesionales y donde prestigiosas figuras del movimiento tea- tral ofrecen charlas y círculos de estudio.

L a dramaturgia para niños disfruta también de un considerable de- sarrollo estimulado por la inclusión del teatro para niiíos como un género específico en los diversos concursos literarios.

Todos los anos se celebran dos importantes festivales nacionales de teatro. El Panorama del Teatro en Cuba tiene el objetivo de mostrar los mejores espectáculos teatrales y establecer una confrontación donde un jurado otorga premios y menciones a los mejores trabajos. El equivalente de esta actividad en el teatro infantil es el Encuentro Nacional de Teatro para Niños y Jóvenes. Durante la celebración de estos festivales se orga- nizan charlas y encuentros entre los grupos participantes.

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La creación artística

Cine

La primera medida de la Revolución en el terreno de la cultura fue la instauración, en 1959, del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinema- tográficos (ICMC), que en 1976 pasó a integrar el Ministerio de Cultura. Con él nacía realmente el cine cubano, ante el cual se presentaba una doble tarea: engendrar de la nada una industria y un arte cinematográ- ficos y, al mismo tiempo, eliminar gradualmente la marca dejada en el público por un cine comercial y colonizado.

El ICAIC tuvo que crear toda la base material necesaria al proceso cinematográfico, formar cineastas, especialistas y técnicos, reeducar al pú- blico mediante una política coherente de producción y exhibición, la edi- ción de distintas publicaciones, el desarrollo de cine-clubs, cine-debates y programas de televisión.

H o y el cine cubano es conocido internacionalmente por sus altos resulta- dos estéticos e ideológicos. Sus éxitos han sido avalados por premios inter- nacionales de todo tipo, que hasta 1976 habían alcanzado 171 galardones.

Hasta 1976 el ICAIC había producido un total de 74 largometrajes, 12 mediometrajes, 575 documentales -género éste donde se han manifes- tado los logros más importantes- hasta 1975, y 108 dibujos animados y 46 noticiarios.

EI crecimiento y desarrollo de las instalaciones permite realizar actual- mente en el país todos los procesos de laboratorio, tanto en color como en blanco y negro, requeridos por una producción de volumen creciente. Se trabaja para poder garantizar en el futuro todas las necesidades de elaboración de copias para la distribución masiva.

En la actualidad funcionan alrededor de 450 salas de proyección cine- matográfica de 35 milímetros y 480 proyectores estacionarios de 16 milí- metros. El cine móvil cuenta con 136 unidades completas de proyección con su propia planta eléctrica, 112 de las cuales se mueven en camiones, 22 por tracción animal y 2 en transporte marítimo. Esto ha permitido que el cine llegue hasta los lugares más remotos e intrincados del archi- piélago cubano, donde era totalmente desconocido. Asimismo, el cine m ó - vil brinda sus servicios a escuelas, unidades militares y centros de trabajo. Hasta 1975 había realizado más de 1 millón y medio de proyecciones para cerca de 200 millones de espectadores. Su programación es semejante a la que puede encontrarse en cualquier cine de la ciudad.

L a política de exhibición se dirige a que el espectador conozca a m - pliamente el panorama de la cinematografía mundial y pueda encontrar en el cine un vehículo de entretenimiento, desarrollo cultural, disfrute estético y formación ideológica. A pesar' de las dificultades impuestas por el bloqueo a que ha sido sometida Cuba, han podido conocerse las cinc- matografías de muchos países, antiguamente excluidas de los circuitos de exhibición nacionales, totalmente dominados por el interés comercial de las grandes compaiíías transnacionales.

L a política cultural de Cuba

D e gran importancia ha sido la labor de la Cinemateca de Cuba, fun- dada en 1960 y considerada en la actualidad como la más importante de América Latina. L a Cinemateca realiza proyecciones en ciudades de todo el país a través de la televisión, lleva a cabo ediciones y tiene en su po- der la más importante colección de cine latinoamericano del mundo.

Las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Educación poseen sus propios estadios, laboratorios, personal técnico y medios de proyección cinema- tográficos. L a Sección Fílmica del Ministerio de las Fuerzas Armadas realiza proyecciones en unidades militares y produce documentales y noti- ciarios para los combatientes. El Cine Educativo del Ministerio de Educa- ción elabora cortos filmes didácticos que, de acuerdo con los programas docentes, son usados en las escuelas como medios para la enseñanza. Am- bos trabajan en coordinación con el Ministerio de Cultura y han logrado resultados efectivos y prometedores.

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Perspectivas del desarrollo cultural en Cuba

Si a pesar de haber tenido que desarrollarse en condiciones extremada- mente desfavorables -más de cuatrocientos años de opresión colonial y más de cincuenta de dominación imperialista- la cultura cubana logró un saldo positivo, sus resultados a partir de las condiciones propicias brin- dadas por la Revolución permiten avizorar extraordinarias perspectivas.

El futuro de la cultura cubana está determinado no sólo por sus avan- ces específicos, sino por el paralelo desarrollo económico y social, por la construcción de la sociedad socialista. L a marcha hacia el comunismo, en sí mismo, es un movimiento hacia el reino de la cultura, hacia la conver- sión de todo el quehacer humano en actividad estética. Esto se funda- menta en: Superación de las luchas de clases e integridad en la forma educacional

y cultural, que permite convertir a todos los hombres en receptores y creadores del arte.

Difusión de la educación general y la educación artística. Crecimiento cada vez mayor de la producción y de las necesidades esté-

Aparición del comportamiento estético como forma superior de relación

C o m o medidas concretas para un futuro inmediato, el pueblo, el Estado y el Partido Comunista de Cuba se han propuesto las tareas siguientes: Incremento coherente y armónico de la base material de la cultura, espe-

cialmente de las instalaciones culturales: casas de cultura, red de bibliotecas, teatros, museos, cines, salas de conferencias y de lectura, galerías de arte, etc.

Ampliación de la labor editorial y de prensa que permita un aumento en cantidad, calidad y variedad.

Perfeccionamiento de los programas y transmisiones de radio y televisión. Desarrollo de los estudios cinematográficos y avance cualitativo de su

ticas.

entre hombre y naturaleza, entre individuo y sociedad.

producción.

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L a política cultural de Cuba

Sistematización de la educación estética, poniendo énfasis en crear y desa- rrollar escuelas y talleres de arte y en incorporar la formación artís- tica en los programas docentes de la instrucción básica.

Fortalecimiento de las instituciones culturales y las organizaciones profe- sionales de los escritores y artistas.

Insistencia en fórmulas que acerquen las producciones artísticas y litera- rias a las grandes masas de la población, especialmente en las zonas rurales.

Promoción del movimiento de aficionados al arte, para contribuir a la elevación de la cultura del pueblo en forma masiva y propiciar el sur- gimiento de nuevos valores artísticos.

Estimular la creación de los jóvenes escritores y artistas y propiciar la difusión de sus obras.

Incremento de las relaciones culturales internacionales, en particular con los pueblos de América Latina, el Caribe y los países socialistas, prin- cipalmente mediante el intercambio de obras de arte, investigadores y especialistas, y la realización de jornadas culturales y coproduccio- nes artísticas.

Cuba marcha firmemente hacia una cultura enriquecida por las mejores tradiciones nacionales y universales, volcada hacia la más legítima origi- nalidad y consciente de su importante función en el advenimiento de una convivencia libre y justa, fuente de toda realización ennoblecedora de la sociedad y del individuo.

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[B.121 CC.78/XIX.55/S