la nueva política de partidos en la...
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La Nueva Política de Partidos en la Argentina: Crisis Política, Realineamientos Partidarios y Reforma Electoral
Ernesto Calvo [email protected]
Universidad de Houston/PEEL - UTDT
Marcelo Escolar [email protected]
Universidad de Buenos Aires/UNL/PEEL - UTDT
Asistentes de investigación: Natalia Calcagno
Gastón Gertner Juan Pablo Micozzi
Sandra Minvielle Christian Scaramella
Carolina Sternberg Julio Villarino
Asistencia Técnica: Mariana Caspani Jorge Takahashi
Mayo/2005
Buenos Aires/Houston
1
Prefacio
En Junio del 2003, luego de elecciones presidenciales caracterizadas por una alta
fragmentación política e intensa competencia entre múltiples candidaturas, José Maria Ghio y
Carlos Acuña nos invitaron al PENT para realizar un estudio sobre el nuevo escenario
político-electoral argentino. El proyecto era ambicioso e incluía el armado de distintas bases
de datos que permitieran reconstruir los cambios ocurridos en la competencia electoral
durante los últimos veinte años, un análisis de los realineamientos partidarios entre
electorados subnacionales y un estudio de las consecuencias políticas de los procesos de
reforma electoral en las provincias. Los resultados de este proyecto se transformaron en dos
informes y varios artículos que dan forma al presente libro.
La intuición política que articulaba las distintas partes de este proyecto era el de una
progresiva territorialización del sistema de partidos Argentino. Es decir, el proceso mediante
el cual el comportamiento de los partidos políticos y sus votantes se vuelven más
distintivamente locales.1 Dicho proceso de territorialización del sistema de partidos ha tenido
lugar en una gran cantidad de países de América Latina en los últimos veinte años,
concomitante al debilitamiento de las agendas programáticas nacionales que caracterizaron
los modelos desarrollistas de la posguerra (Levitsky, 2003; Jones y Mainwaring, 2003;
Gibson, 2004a; Torre, 2003).
Existe una amplia literatura que ha mostrado que cambios profundos en el sistema
político rara vez ocurren a nivel nacional de modo uniforme (Rokkan, 1970; Lijphart, 1999;
Chhibber y Kollman, 2004; Caramani, 2004). El surgimiento del Radicalismo a principio de
siglo XX, por ejemplo, tomo cuerpo primero en las Provincias más populosas y
electoralmente competitivas de la Argentina para luego expandirse gradualmente hacia el
resto del país (Rock, 1977). Pasarían una docena de años e innumerables intervenciones 1 Lo que también ha sido llamado la “desnacionalización” de la competencia partidaria. Jones y Mainwaring (2003) ubican a la Argentina entre los sistemas políticos de América Latina con bajo nivel de nacionalización electoral. Sus estimados GINI de (des)nacionalización electoral se duplican entre 1983 y el 2003.
2
federales, entre 1916 y 1928, para que el Radicalismo dejara de ser un partido metropolitano y
lograra controlar a su vez el ejecutivo de una mayoría de las provincias. De modo similar, el
crecimiento del Peronismo requirió la coordinación de al menos dos tipos de coaliciones
electorales, una metropolitana ligada al mundo de la fábrica y otra periférica. Los intentos de
capturar al Sabatinismo y los acuerdos con los remanentes de la Concordancia son un
testamento a la compleja articulación territorial del Peronismo en sus años de formación
(Gibson, 1997; Macor y Tcach, 2004; Mustapic, 2002; Mackinnon, 2002).
A pesar de su distinto origen político, el proceso de territorialización en años recientes
guarda similitudes con experiencias anteriores. La mayor fragmentación política observada
desde 1991 se consolidó primero en las regiones metropolitanas. El surgimiento de terceras
fuerzas fue intenso en la Ciudad de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires, La Plata, el Gran
Rosario y la Ciudad de Córdoba. El voto negativo (voto blanco y voto nulo) fue dominante en
el 2001 en Capital Federal, Gran Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe pero tuvo un magro
impacto en La Rioja, Salta, San Juan o San Luís.
A diferencia de otros procesos de reestructuración partidaria, sin embargo, la actual
transformación no estuvo ligada al surgimiento de una nueva fuerza política que incorporó a
grupos previamente excluidos del sistema político. Por el contrario, fue en un marco de crisis
económica y creciente exclusión social que se disolvió la Alianza entre el Frepaso y la UCR,
sellando el certificado de defunción del tradicional bipartidismo Argentino. Este contexto de
crisis económica y creciente exclusión facilitó el surgimiento de nuevos partidos políticos así
como nuevas prácticas de identificación y movilización política.
A su vez, la progresiva fragmentación del sistema político y la profunda crisis en la
que se sumió la Alianza a partir del 2001 fueron procesadas en el orden local por
configuraciones político-electorales muy diversas, con distinta capacidad de reacción
institucional y con distinta capacidad de movilización de recursos simbólicos, políticos y
económicos. El fin del bipartidismo Argentino a nivel nacional no fue replicado en el orden
3
local y, en consecuencia, sistemas de partidos altamente fragmentados como los de Capital
Federal y Mendoza contrastarían con otros de partido hegemónico como La Rioja y Neuquén.
Altos niveles de competencia bipartidista en Misiones y Entre Ríos contrastarían a su vez con
sistemas de tres partidos como Tierra del Fuego o Salta.
Estos cambios a nivel partidario tienen su correlato, a su vez, en realineamientos
políticos por parte de los votantes. El voto que se alejó de la UCR y el Frepaso a partir de la
crisis política del 2001 no tuvo un mismo destino partidario en todas las provincias. Por
ejemplo, y como se mostrará más adelante, la masiva fuga de votos hacia la derecha y la
centro-izquierda en Capital Federal guarda pocas similitudes con una moderada transferencia
de votos hacia el peronismo en el Chaco o las transferencias cruzadas de votos entre
Peronistas y Radicales en Entre Ríos.
El cambio político en las provincias también se vio acompañado por cambios
institucionales, muchos de ellos destinados a moderar los efectos no deseados de la crisis
sobre los sistemas de partidos locales (Calvo y Miccozi, 2004). En los últimos veinte años
tuvieron lugar 38 reformas electorales2 y 32 reformas constitucionales en el orden provincial.
Estos cambios en las instituciones locales han ido aislando progresivamente los sistemas
políticos provinciales de la competencia nacional, generando anidamientos políticos
complejos entre las distintas arenas electorales subnacionales y la competencia electoral
nacional.
Por ello, aun cuando la euforia reformista recién tomó estado público con la crisis
política del 2001, los argentinos hemos vivido de hecho en un estado de reforma política
permanente cuyas consecuencias no han sido estudiadas en modo adecuado. Como
mostraremos en este trabajo, los resultados de estos procesos de reforma electoral han tenido
efectos difusos sobre la calidad de la representación pero efectos concentrados sobre la
asignación de escaños. Los reclamos de una reforma profunda de la representación política 2 Este número no toma en consideración las decenas de pequeñas reformas procedurales que habitualmente se encuentran en la letra chica de los sistemas políticos provinciales. En este número tampoco son incorporadas las reformas que introdujeron leyes de lemas, como será analizado en el Capítulo 4 del presente libro.
4
han servido, en este sentido, como un Caballo de Troya que ha permitido a los partidos
electoralmente dominantes la obtención de beneficios extraordinarios en el orden local, tanto
en términos de bancas como en términos de financiamiento político (Calvo y Murillo, 2004).
A pesar de la importancia de estos cambios, existen pocos trabajos que hayan
estudiado de modo sistemático las nuevas condiciones de competencia partidaria en la
Argentina.3 Muchos son los problemas que dificultan un estudio de estas características,
comenzando con la limitada disponibilidad de datos electorales subnacionales, la falta de
encuestas con muestras provinciales significativas y la falta de datos institucionales sobre los
cambios electorales ocurridos en las provincias. Para resolver algunas de estas limitaciones,
hemos realizado un extenso trabajo de recopilación y armado de bases de datos, las cuales
presentan una visión de conjunto del sistema político argentino. Para lidiar con la falta de
datos sobre los cambios de preferencias de los votantes a nivel local, por otro lado, hemos
estimado matrices de transferencias de votos a partir de datos agregados (Inferencia
Ecológica). Esta metodología es discutida en detalle en el Capítulo 5, aun cuando algunos de
nuestros resultados son presentados también en capítulos anteriores. Los modelos de
inferencia ecológica, como ocurre habitualmente con las encuestas, producen estimados con
márgenes de confianza variables. A diferencia de las encuestas, sin embargo, el nivel de
confianza de los parámetros estimados no depende del tamaño de la muestra sino de los
distintos problemas de agregación observables en los datos. Por ello, los resultados deben ser
interpretados conjuntamente con los parámetros ancilares que indican el nivel de confianza
del cada estimado. Dado que la mayoría de nuestros estimados son estadísticamente
robustos,4 estos deberían converger en valores similares a los obtenidos por medio de
encuestas representativas.5
3 Algunas excepciones significativas que analizan aspectos de estos cambios incluyen a Canton y Jorrat, 2003; De Riz, 2002; Jones, De Luca, Tula, 2002; Levitsky, 2003; Mustapic, 2000; Torre, 2003; Cheresky y Blanquer, 2003. 4 Es decir, distintos modelos alternativos producen estimados relativamente similares. 5 De hecho, nuestros estimados nacionales son bastante similares a los obtenidos por Gervasoni (1998) mediante la utilización de encuestas.
5
Este libro desarrolla los argumentos recién presentados, comenzando con una
descripción de los efectos de la crisis sobre la competencia electoral, siguiendo con los efectos
de las reformas electorales sobre la asignación de escaños en las provincias, presentando
luego un análisis de los realineamientos partidarios nacionales y provinciales y, finalmente,
concluyendo con un análisis de las estrategias de reforma electoral nacional para la categoría
de diputados nacionales. Dado que nuestro principal objetivo es mapear la estructura
territorial de la competencia partidaria en la Argentina, capítulos con contenido más teórico se
alternan con otros fuertemente descriptivos.
El Capítulo 1 presenta brevemente los tres ejes que articulan nuestro trabajo: crisis
política, cambio partidario y reformas electorales. En dicho primer capítulo describimos
brevemente la trayectoria de la competencia política en Argentina en años recientes, los
cambios ocurridos en las preferencias de los votantes y los efectos de las reformas electorales.
En el Capítulo 2 introducimos teóricamente el problema de la progresiva territorialización del
sistema de partidos. Consistente con los análisis de Cox (1997), Chhibber y Kollman (2004) y
Danielle Caramani (2004); mostramos el impacto que ha tenido el proceso de
“provincialización” (Chhibber y Kollman, 2004) y “territorialización” (Caramani, 2004) sobre
la competencia partidaria nacional y subnacional. En el Capítulo 3 describimos las principales
características del sistema de partidos a nivel nacional y presentamos datos descriptivos que
muestran la evolución de la asignación de votos y bancas. Concluimos este capítulo
presentando evidencia de una mayor fragmentación electoral, así como una mayor volatilidad
en la competencia electoral de Presidente y Diputados Nacionales. En el Capítulo 4
describimos las principales características de los sistemas políticos provinciales y
comparamos la fragmentación política y volatilidad de la competencia nacional y provincial.
En el Capítulo 5 analizamos los efectos que han tenido las reformas electorales provinciales
sobre la competencia partidaria. Allí mostramos que las reformas electorales provinciales han
otorgado un premio sustantivo en bancas a los partidos que controlaron el proceso de reforma.
6
En los Capítulos 6 y 7, este ultimo escrito en colaboración con Sandra Minvielle, analizamos
los realineamientos partidarios ocurridos a nivel nacional y provincial utilizando datos
electorales por circuito. La estrategia de inferencia ecológica utilizada nos permite analizar las
propiedades locales de transformación del sistema político, a pesar de no disponer de
encuestas con muestras provinciales estadísticamente aceptables. Dado que existen buenas
encuestas a nivel nacional, cuyos resultados son similares a los que hemos obtenido mediante
IE, el énfasis de nuestro estudio esta enfocado en los sistemas políticos provinciales. En el
Capítulo 8, escrito en colaboración con Sandra Minvielle y Christian Scaramella, analizamos
las distintas estrategias de reforma del sistema electoral para Diputados Nacionales y
discutimos algunos de los problemas principales que caracterizan a los procesos de reforma.
• • •
Para compilar y procesar gran parte de los datos, tuvimos la innegable ventaja de
contar con un grupo de jóvenes investigadores de primera fila. Natalia Calcagno, Gastón
Gertner, Juan Pablo Micozzi, Sandra Minvielle, Christian Scaramella, Carolina Stenberg y
Julio Villarino nos ayudaron a compilar, limpiar, procesar una gran cantidad de bases de datos
electorales y estimar trasferencias de votos en las distintas elecciones. Con ellos hemos
intercambiado ideas durante años y discutido gran parte de los acontecimientos políticos que
forjaron los cambios analizados en este libro. En particular, el análisis estadístico del Capítulo
5 replica un trabajo anterior de Calvo y Micozzi (2004), así como el análisis de las
transferencias electorales en los Capítulos 6 y 8 profundiza trabajos en colaboración con
Calcagno, Minvielle y Scaramella publicados en Desarrollo Económico y Aportes. Mariana
Caspani y Jorge Takahashi colaboraron en la construcción de los mapas digitales que fueron
utilizados para visualizar los datos. Finalmente, Gastón Gertner colaboro con la edición que le
dio forma final a este manuscrito.
Con nuestros colegas Ana Maria Mustapic y Juan Carlos Torre, del Programa de
Estudios Electorales y Legislativos de la Universidad Di Tella (PEEL), hemos discutido
7
muchos de los resultados iniciales, algunos de los cuales fueron publicados en la Revista
Aportes, Desarrollo Económico y la Revista de la Universidad de San Martín, Política y
Gestión. Las discusiones iniciales con Edward Gibson, Tulia Falleti y Maria Victoria Murillo
han sido una fuente invaluable de ideas, así como lo fueron nuestras discusiones posteriores
con Juan Manuel Abal Medina (h), Carlos Acuña, Gerardo Aboy Carles, Isabella Alcaniz,
Ernesto Cabrera, Marcelo Cavarozzi, Isidoro Cheresky, Liliana De Riz, Scott Desposato,
Mark P. Jones, Noah Kaplan, Facundo Labanca, Marcelo Leiras, Steve Levitsky, German
Lodola, Juan Pablo Micozzi, Mario Pecheny, Juan Carlos Portantiero, Julieta Suárez Cao,
David Samuels, Mariela Szwarcberg y Mariano Tommasi. Como siempre, la exclusiva
responsabilidad por los errores y omisiones es nuestra.
Houston/Buenos Aires, Mayo, 2005.
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Índice
Prefacio ...................................................................................................................................... 2
Tablas ....................................................................................................................................... 12
Figuras ..................................................................................................................................... 14
Mapas ....................................................................................................................................... 17
Capítulo 1: Crisis Política, Cambio Partidario y Reformas Electorales ............................... 19
El Cambio Partidario Nacional desde la Transición 20
Realineamientos Partidarios y Transferencias de Votos a Nivel Nacional 24
Fragmentación Política y Volatilidad Electoral 27
La Competencia Electoral Provincial 31
Políticas de Distritado 33
Nominación de Candidatos 34
Conclusión: La necesidad de reforzar el control judicial y la administración electoral antes de reformar las reglas del juego electoral 36
Capítulo 2: Territorialización Partidaria y Realineamientos Electorales: Elementos Teóricos y Modelos de Estimación ......................................................................................... 41
El Anti-Rokkan: De la Nacionalización Electoral a la Territorialización del Voto 41
Modelos Político-Institucionales de Clivajes Territoriales 45
Anidamientos Territoriales y Sistema de Partidos 49
Modelos de Estimación de un Régimen Electoral: Votos y Bancas 54 Interpretando una Elección en un Régimen Electoral: ................................................. 55 Estimando la Esperanza en Bancas en múltiples Regimenes Electorales: ................... 57 El efecto de múltiples reformas sobre la distribución de votos y bancas ..................... 62 Anidamientos Electorales y Efectos sobre la Asignación de Bancas ........................... 63
Conclusiones 63
Capítulo 3: La Letra Chica del Contrato Democrático. Competencia Partidaria en el Sistema Electoral Nacional ..................................................................................................... 65
Una breve descripción del Sistema Electoral Nacional (1983-2003) 69
Evolución de la competencia partidaria en la Argentina según categorías electorales nacionales (1983-2003) 74
Competencia Electoral en Diputados Nacionales 75
Competencia Electoral Presidencial 78
La competencia efectiva en bancas parlamentarias 81
Volatilidad Regional Legislativa y Territorialización del Voto 83
Las Consecuencias de una mayor Competencia Electoral 86
Conclusión 90
Capítulo 4: Los nuevos refugios de la estabilidad partidaria. Competencia Política en los Sistemas Electorales Provinciales ........................................................................................... 92
Instituciones Político-Electorales Provinciales 94
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Evolución de la competencia partidaria en la Argentina según categorías electorales Provinciales (1983-2003) 101
Competencia Partidaria en Votos para la Categoría de Gobernador 102
Competencia Partidaria en la Categoría de Diputados Provinciales 108
Fragmentación Electoral y Estabilidad Legislativa 112
Competencia Electoral y Legislativa para la Categoría de Senadores Provinciales 117
Volatilidad Electoral en los Sistemas Políticos Provinciales 121
Volatilidad Temporal en la Categoría de Gobernador 122
Volatilidad Electoral en la Categoría de Diputados Provinciales 124
Conclusiones 129
Capítulo 5: Las consecuencias electorales de las reformas provinciales ............................ 135
Cambios en los Sistema Electorales Provinciales en el período 1983-2001: Una Visión de Conjunto 137
El doble voto simultáneo y acumulativo: La Ley de lemas en las provincias argentinas 138
Otras reformas 141
Las reformas electorales y sus objetivos 153
Sesgo Mayoritario 155
Sesgo Partidario 156
Un análisis de la Asignación de Bancas en las Provincias Argentinas 159
Reformas en las Provincias 162
Conclusiones 165
Capítulo 6: Coaliciones de gobierno y realineamientos partidarios en tiempos de cambio 177
El Votante Ocasional 181
El Cambio Partidario en las Elecciones Nacionales 184
La Crisis Política del 2001 193
Un Sistema de Partidos Peronista 200
Conclusión 210
Capítulo 7: Realineamientos Partidarios y Crisis Política: Un estudio de seis provincias ................................................................................................................................................ 213
Entre Ríos: Estabilidad partidaria y Volatilidad Electoral. 215
Chaco: Un Sistema Autónomo y un Electorado Volátil impactado por la Política Nacional. 225
Buenos Aires: Dilemas locales de un Escenario Político Nacionalizado 236
Córdoba: Coaliciones Inestables y Volatilidad del Electorado 252
Santa Fe: Regionalización del voto y compresión partidaria 264
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Transformación Partidaria Permanente y Estabilidad Política del Electorado 277
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Conclusiones 292
Capítulo 8: Un Análisis de Cuatro Sistemas Electorales para la Elección de Diputados Nacionales ............................................................................................................................. 296
Listas “sabana” y personalización efectiva de las candidaturas. 298
Dos escenarios electorales 302
La competencia partidaria en las provincias argentinas 305
Metodología para el Análisis 306
Estrategias para la elaboración de un diseño de distritos electorales. 307
Simulando una Reforma Electoral 310
Los sistemas electorales analizados 312
Análisis comparado de cuatro sistemas electorales alternativos 315
Figura 8.7: Asignación de bancas esperadas en la Provincias Periféricas, Simulaciones Monte Carlo Calibradas por la distribución territorial del voto 1999 325
Sesgos mayoritarios y partidarios 325
Las propiedades de los cuatro sistemas electorales estudiados 329
Capitulo 9: Conclusiones Generales .................................................................................... 336
Crisis Política, Realineamientos Partidarios y Reforma Electoral 336
La territorialización del Sistema de Partidos 339
Reforma Electoral y Fragmentación del Sistema Político Nacional 341
Conclusión 343
Apéndice del Capítulo 5: Estimación del Modelo Bayesiano de Votos y Bancas ............... 345
Modelo 345
Hiper-priors Jerárquicos 347
Computación 348
Apéndice del Capítulo 6: Inferencia Ecológica y Transferencia Electoral ........................ 350
Apéndice Metodológico: Estimación de errores en las transferencias ............................... 355
Bibliografía ............................................................................................................................ 361
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Tablas
Tabla 1.1: Voto PJ, UCR y Principal Tercera Fuerza, Diputados Nacionales, 1983-2003 (en porcentaje). Tabla 1.2: Promedio Histórico, Máxima, Mínimo y Desvío Standard de Bancas por Cada Partido que Obtiene Escaños: Diputados Nacionales 1983-2001. Tabla 1.3: Promedio anual, Máxima, Mínimo y Desvío Standard de Bancas por Cada Partido que Obtiene Escaños: Diputados Nacionales 1983-2001. Tabla 2.1: Número Efectivo de Partidos en Votos y Simultaneidad de las Elecciones Tabla 3.1: Elección de Presidente Mediante Voto Directo o Mediante Colegio Electoral Tabla 3.2: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Diputados Nacionales, Serie Temporal 1983-2003. Tabla 3.3.: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Presidente, Serie Temporal 1983-2003. Tabla 3.4: Número Efectivo de Partidos en Bancas, Categoría Diputados Nacionales, Serie Temporal 1983-2003 Tabla 3.5: Volatilidad Regional para Diputados Nacionales, por Provincia, Media Histórica, Máxima, Mínima y Desvío Estándar. Tabla 4.1: Descripción de Sistemas Electorales de los Legislativos Provinciales: 2001 Tabla 4.2: Sistemas Electorales de los Ejecutivos Provinciales: 2003 Tabla 4.3: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Gobernador (1983-2003), por Año. Tabla 4.4: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Gobernador, 1983-2003, por Provincia, por Año. Tabla 4.5. Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Diputados Provinciales, 1983-2003, por Año y por Provincia Tabla 4.6: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Diputados Provinciales, 1983-2003, por Año Tabla 4.7: Número Efectivo de Partidos en Bancas, Categoría Diputados Provinciales, 1983-2003, por Año Tabla 4.8: Número Efectivo de Partidos en Bancas, Categoría Diputados Provinciales, 1983-2003, por Provincia Tabla 4.9: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Senadores Provinciales, 1983-2003, por Año, por Provincia. Tabla 4.10: Número Efectivo de Partidos en Bancas, Categoría Senadores Provinciales, 1983-2003, por Provincia Tabla 4.11: Número Efectivo de Partidos en Bancas. Categoría Senadores Provinciales, 1983-2003, por Provincia Tabla 4.12: Volatilidad Temporal – Categoría Gobernador (1987-2003), por Año y por provincia. Tabla 4.13: Volatilidad Temporal Categoría Diputados Provinciales, 1985-2003 Por Provincia Tabla 5.1: Número de Reformas Políticas por Provincia para la Elección de Legisladores Provinciales Tabla 5.2: Reformas electorales y constitucionales que incorporaron la ley de lemas para la Categoría de Gobernador y Vicegobernador Tabla 5.3: Reformas Electorales en las Distintas Provincias: 1983-2004. Tabla 5.4: Votos y Bancas en las Elecciones Legislativas Provinciales, 1983-2003. Modelo Bayesiano Jerárquico. Tabla 6.1: Transferencia de Votos entre la Elección Presidencial 1989 y 1995: Carlos Gervasoni (1998), Estimado desde el Partido Emisor. Tabla 6.2: Elecciones 1999 Tabla 6.3: Elecciones 2001 Tabla 7.1: Entre Ríos. Porcentaje de votos elección presidencial 2003, Principales candidatos Tabla 7.2: Buenos Aires. Porcentaje de votos Presidente 2003, Principales candidatos Tabla 7.3: Córdoba. Porcentaje de votos Gobernador 2003
12
Tabla 7.4: Córdoba. Porcentaje de votos Presidente 2003, Principales candidatos Tabla 7.5: Santa Fe. Porcentaje de votos Presidente 2003, Principales candidatos Tabla 7.6: Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Porcentaje de votos Jefe de Gobierno 2003, principales candidatos. Tabla 7.7: Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Porcentaje de votos Presidente 2003, principales candidatos. Tabla 8.1: Promedio Ponderado de Representantes por Lista, Diputado Nacionales, 1985-2001. Tabla 8.2: Promedio Histórico, Máxima, Mínimo y Desvío Estándar de Bancas por Cada Partido que Obtiene Escaños, Diputados Nacionales 1985-2001. Tabla 8.3: Indicadores para la evaluación de las propiedades de un sistema electoral. Tabla Apend 6.1: Voto Nulo y Voto Alianza en el Circuito 30, La Boca
13
Figuras
Figura 1.1: Transferencias de Votos entre las elecciones Presidenciales de 1995 y 1999. Figura 1.2: Transferencias de Votos entre las elecciones Presidenciales de 1999 y 2003. Figura 1.3: Transferencias de Votos entre las elecciones Presidenciales de 1999 y de Diputados 2001. Figura 1.4: Competencia Nacional, Competencia Provincial, Volatilidad Nacional y Volatilidad Provincial, 1983-2003. Figura 2.1: Gasto Público Nacional y Provincial, Argentina, 1983-2001. Figura 2.2: Descentralización Económica y Descentralización Política, Argentina, 1983-2001. Figura 2.3: Distribución de votos y bancas en la elección de diputados nacionales, 1995. Figura 2.4: Dos posibles Regimenes Electorales que explican la distribución de votos bancas observada en la elección de Diputados Nacionales, 1995. Figura 2.5: Distribuciones de votos y bancas para todos los partidos en todas las elecciones de Diputados Provinciales, 1983-2001. Figura 2.6: Modelo Social de Generación de los Datos: Distintos Regimenes electorales tienen distintas esperanzas en la distribución de bancas. Figura 2.7: Distribución de Votos y Bancas para cada Provincia, Diputados Nacionales, 1983-2001 Figura 2.8: Efecto Mayoritario de una Menor Magnitud Efectiva en la Distribución de Bancas Figura 2.9: Efecto Mayoritario de un aumento en el número efectivo de Partidos Figura 3.1: Dos Escenarios de Elecciones Presidenciales 2003 Figura 3.2: Distribución de Bancas en las Distintas Provincias, Efecto de las Distintas Magnitudes en la Asignación de Escaños, 1983-2003 Figura 3.3: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categorías Diputados Nacionales y Presidente/ Vicepresidente, período 1983-2003 Figura 3.4: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Diputados Nacionales, Mediana Anual y Dispersión, 1983-2003 Figura 3.5: Porcentaje de Voto por Departamento; Menem, Kirchner y Rodríguez Saá 2003; Candidatos Justicialistas. Elección para Presidente 1ª vuelta. Figura 3.6: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Presidente, Mediana Anual y Dispersión – 1983-2003 Figura 3.7: Número Efectivo de Partidos en Bancas, Categoría Diputados Nacionales, Mediana Anual y Dispersión – 1983-2003 Figura 3.8: Volatilidad Regional y Volatilidad Temporal para Diputados Nacionales Media Anual Histórica (1983-2001) Figura 3.9: Evolución del Sesgo Mayoritario y Partidario en la Elección de Diputados Nacionales (1983-2001) Figura 3.10: Comparación del Premio en Bancas obtenido por el Peronismo en la Elección Legislativa de 1983 y del 2001 Figura 4.1: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Gobernador, 1983-2003, Mediana, Dispersión y Desvío Standard, por Provincia Figura 4.2: Número Efectivo de Partidos en Votos por Provincia 1983-2003: Gobernador y Presidente. Figura 4.3: Número Efectivo de Partidos en Votos por Provincia 1983-2003: Diputados Provinciales y Nacionales. Figura 4.4: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Diputados Provinciales, 1983-2003, Mediana, Dispersión y Desvío Standard, por Provincia Figura 4.5: Número Efectivo de Partidos en Bancas (gris) y Número Efectivo de Partidos en Votos (negro), Categoría Diputados Provinciales, 1983-2003. Figura 4.6: Número Efectivo de Partidos en Bancas. Categoría Diputados Provinciales, 1983-2003, Mediana, Desvío Standard y Dispersión, por Provincia Figura 4.7: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Senadores Provinciales, 1983-2003, Mediana, Desvío Standard y Dispersión, por Provincia Figura 4.8: Número Efectivo de Partidos en Bancas, Categoría Senadores Provinciales, 1983-2003, Mediana, Desvío Standard y Dispersión, por Provincia
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Figura 4.9: Volatilidad Temporal, Promedios Provinciales en la Elección de Diputados Nacionales y de Diputados Provinciales. Figura 4.10: Volatilidad Temporal Categoría Gobernador, 1985-2003, Mediana, Dispersión y Desvío Standard, Por Año Figura 4.11: Volatilidad Temporal Categoría Gobernador, 1985-2003, Mediana, Dispersión y Desvío Standard – Por Provincia. Figura 4.12: Volatilidad Temporal Categoría Diputados Provinciales, 1985-2003, Mediana, Dispersión y Desvío Standard Por Año Figura 4.13: Volatilidad Temporal Categoría Diputados Provinciales, 1985-2003, Mediana, Dispersión y Desvío Standard por Provincia Figura 4.14: Volatilidad Temporal para Gobernador, Diputados Provinciales y Medias Anuales Figura 5.1: Porcentaje de Elecciones Concurrentes y No-Concurrentes en la totalidad de los distritos, 1983-2003. Figura 5.2: Imagen de la relación entre votos y bancas en un Sistema electoral Proporcional y Mayoritario (arriba, izquierda), Con Sesgo Partidario (arriba, Derecha), con un creciente numero de partidos políticos bajo reglas mayoritarias (abajo a la izquierda), con un creciente numero de partidos políticos bajo reglas moderadamente proporcionales (abajo a la derecha). Figura 5.3: Gráfico de sesgo partidario en seis provincias. Líneas Verticales indican una reforma electoral, (bpe Estimado por Provincia y año). Figura 5.4: Gráfico de sesgo mayoritario en seis provincias. Líneas Verticales indican una reforma electoral, (bpe Estimado por Provincia y año) Figura 5.5: Distribución de Bancas en una Legislatura Provincial con tres partidos competitivos: Numero Efectivo de Partidos=3, ρ=1.69, b= [0,0.2]. Con Sesgo Partidario (línea Sólida) y sin sesgo partidario (línea espaciada). Figura 5.6: Sesgo Partidario y Mayoritario en los Sistemas Electorales Provinciales. Figura 6.1: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Presidenciales, 1989-1995: Estimado desde el Partido Emisor, Inferencia Ecológica Figura 6.2: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Presidenciales, 1989-1995: Estimado desde el Partido Receptor, Inferencia Ecológica Figura 6.3: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Presidenciales, 1995-1999: Estimado desde el Partido Emisor, Inferencia Ecológica Figura 6.4: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Presidenciales, 1995-1999: Estimado desde el Partido Receptor, Inferencia Ecológica Figura 6.5: Implantación geográfica de la recepción del voto UCR 1995 y Frepaso 1995 transferido al voto de la Alianza en 1999 Figura 6.6: Implantación geográfica de la recepción del voto Frepaso 1995 transferido a APR 1999 y del las transferencias cruzadas UCR y PJ 1995 a la Alianza y PJ 1999 Figura 6.7: Figura 6.8: Figura 6.9: Figura 6.10: Figura 6.11: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Legislativas 2001-2003: Estimado desde el Partido Emisor, Inferencia Ecológica Figura 6.12: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Presidenciales, 1999-2003: Estimado desde el Partido Emisor, Inferencia Ecológica Figura 6.13: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Presidenciales, 2001-2003: Estimado desde el Partido Receptor, Inferencia Ecológica. Figura 6.14: Participación de transferencias electorales provenientes de la Alianza 2001 (legislativa), en los votos obtenidos por: Kirchner, Menem, R. Saa y L. Murphy 2003 (presidenciales) y del ARI 2001 (legislativa) en E. Carrió 2003 (ejecutiva) Figura 6.15: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Presidenciales, 1999-2003: Estimado desde el Partido Receptor, Inferencia Ecológica Figura 6.16: Participación de transferencias electorales provenientes de la Alianza 1999 (ejecutiva), en los votos obtenidos por: Kirchner, Menem, R. Saa, L. Murphy y E. Carrió 2003 (ejecutiva Figura 6.17: Participación del voto nulo y blanco 2001 (legislativa) en las transferencias recibidas por el ARI y Recrear en el 2003 (ejecutiva)
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Figura: 6.18. Comparación histórica entre la implantación geográfica de terceras fuerzas Nacionales (Frepaso 1995, Frepaso1995 en la Alianza 1999 y ARI + Recrear 2003) con el voto negativo (Nulo + Blanco) + la Izquierda agregada 2001. Figura 7.1: Entre Ríos. Transferencias electorales Gobernador 1995-1999 Figura 7.2: Entre Ríos. Transferencias electorales Gobernador 1999-2003 Figura 7.3: Entre Ríos. Transferencias Presidente-Gobernador 2003 Figura 7.4: Chaco. Transferencias electorales Gobernador 1995-1999 Figura 7.5: Chaco. Transferencias Presidente-Gobernador 2003 Figura 7.6: Chaco. Transferencias electorales Gobernador 1999-2003 Figura 7.7: Buenos Aires. Trasferencias electorales Presidente–Gobernador 1995 Figura 7.8: Buenos Aires. Transferencias Gobernador 1995-1999 Figura 7.9: Buenos Aires. Transferencias electorales Gobernador 1999-2003 Figura 7.10: Buenos Aires. Transferencias Presidente-Gobernador 2003 Figura 7.11: Córdoba. Transferencias Gobernador 1995-1998 Figura 7.12: Córdoba. Transferencias electorales Gobernador 1998-2003 Figura 7.13: Córdoba. Transferencias Presidente-Gobernador 2003 Figura 7.14: Santa Fe. Transferencias Presidente – Gobernador 1995 Figura 7.15: Santa Fe. Transferencias electorales Gobernador 1999-2003 Figura 7. 16: Santa Fe. Transferencias Presidente-Gobernador 2003 Figura 7. 17: Ciudad de Buenos Aires. Transferencias Jefe de Gobierno 1996 - 2000 Figura 7.18: Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Transferencias electorales Jefe de Gobierno 2000-2003 Figura 7.19: Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Transferencias Presidente-Jefe de Gobierno 2003 Figura 8.1: Distribución del Voto Departamental del PJ, UCR y Frepaso (1995), Estimado de Densidad Kernell. Figura 8.2: Asignación de bancas esperadas en cuatro modelos de Reforma, Simulaciones Monte Carlo Calibradas por la distribución territorial del voto 1995 Figura 8.3: Asignación de bancas esperadas en cuatro modelos de Reforma, Simulaciones Monte Carlo Calibradas por la distribución territorial del voto 1999 Figura 8.4: Asignación de bancas esperadas en la Provincias Centrales, Simulaciones Monte Carlo Calibradas por la distribución territorial del voto 1995 Figura 8.5: Asignación de bancas esperadas en la Provincias Periféricas, Simulaciones Monte Carlo Calibradas por la distribución territorial del voto 1995 Figura 8.6: Asignación de bancas esperadas en la Provincias Centrales, Simulaciones Monte Carlo Calibradas por la distribución territorial del voto 1999 Figura 8.7: Asignación de bancas esperadas en la Provincias Periféricas, Simulaciones Monte Carlo Calibradas por la distribución territorial del voto 1999 Figura 8.8: Relación Votos-Bancas, Provincias Periféricas (gris claro) y Centrales (gris oscuro), Simulaciones Monte Carlo Calibradas para 1995 Figura 8.9: Provincias Periféricas (gris claro) y Centrales (gris oscuro), Simulaciones Monte Carlo Calibradas para 1999. Figura 8.10: Relación votos – bancas en el total del país, provincias centrales y provincias periféricas para los años 1995 y 2001. Figura 8.11: Mapas de voto y sesgo partidario. Figura 9.1: Índice de nacionalización de la competencia partidaria: PJ, UCR y promedio ponderado nacional. Jones y Mainwaring (2003).
16
17
Mapas
Mapa 7.1: Entre Ríos. Implantación geográfica de los votos recibidos por Nuevo Espacio Entrerriano desde el PJ y la UCR 1999 Mapa 7.2: Entre Ríos. Implantación geográfica del voto recibido por el candidato a gobernador Varisco 2003 desde los candidatos presidenciales Kirchner y Menem 2003. Mapa 7.3: Chaco. Implantación geográfica del voto recibido por el candidato a gobernador Nikisch 2003 desde los candidatos presidenciales Menem y Moreau 2003. Mapa 7.4: Chaco. Implantación geográfica del voto recibido por el candidato a gobernador Capitanich 2003 desde los candidatos presidenciales Menem y Moreau 2003 Mapa 7.5: Buenos Aires. Implantación geográfica del voto recibido por el candidato a gobernador Patti 2003 desde los candidatos presidenciales Menem y L.Murphy 2003. Mapa 7.6: Córdoba. Implantación geográfica del voto a gobernador recibido por el PJ y la UCR 2003 desde el PJ y la UCR 1998. Mapa 7.7: Santa Fe. Implantación geográfica del voto a gobernador recibido por el Lema Socialista 2003 desde los candidatos presidenciales Carrió y L. Murphy 2003. Mapa 7.8: Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Implantación geográfica del voto recibido a Jefe de Gobierno por Macri desde los candidatos presidenciales L. Murphy y Menem 2003. Mapa 7.9: Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Estimación de transferencias electorales desde candidatos presidenciales L. Murphy y Menem 2003 hacia el candidato a Jefe de Gobierno Ibarra 2003
Capítulo 1: Crisis Política, Cambio Partidario y Reformas Electorales
En los últimos veinte años hemos asistido a la consolidación de una democracia
competitiva en la Argentina que no ha sido acompañada por una consolidación de su sistema
de partidos. En efecto, aún cuando la democracia se ha constituido como el único régimen de
gobierno legítimo ante la ciudadanía (Portantiero, 2002; Torre, 2003), los políticos han sido
afectados por una creciente pérdida de legitimidad concomitante a una profunda
reestructuración del sistema de partidos (Cheresky y Blanquer, 2003; Cheresky y Pousadela,
2004; Abal Medina (h) y Suarez Cao, 2002).
La imagen de un sistema político bipartidista representando a dos electorados
claramente definidos, peronistas y radicales, ha ido resquebrajándose en los últimos veinte
años. En el peronismo, tímidamente a partir de la Renovación en los ’80 y con más virulencia
a partir del Menemismo, la estructura sectorial dominada por una simbología urbana ligada a
la resistencia sindical fue dejando lugar a un partido de estructura territorial dominada por
cuadros provinciales (Gibson, 1997; Levitsky, 2003; Torre, 2003). En el radicalismo,
comenzando con la crisis del Alfonsinismo y concluyendo con la ruptura de la Alianza en el
2001, la imagen de partido moderado representante de la clase media argentina se disolvió en
una docena de pequeños partidos distribuidos a lo largo del espectro ideológico (APR, PAIS,
UCR, ARI, Polo, NE-Zamora).
Las bases electorales de estos partidos, a su vez, no han sido inmunes a los recientes
cambios políticos. Los descamisados de Evita han dejado de ser columnas de trabajadores,
privados de beneficios sociales y organizados por sus centrales obreras, para constituirse en
columnas de desocupados, parcialmente subsidiados por los ejecutivos nacionales o
provinciales, y en estado de movilización permanente. En un contexto de nuevo pragmatismo
económico, la agenda distributiva del Peronismo ha perdido gran parte de sus ropajes
desarrollistas al tiempo que el Radicalismo ha perdidos gran parte de su vehemencia anti-
peronista.
A su vez, el sistema de partidos actual, como mostraremos en este libro, está
caracterizado por un peronismo atravesado por conflictos territoriales, los remanentes de un
radicalismo dedicado a mantener sus espacios provinciales, una multiplicidad de terceros
partidos alineados ideológicamente y un pequeño pero significativo grupo de partidos con
proyección estrictamente provincial. Y, al tiempo que el sistema de partidos se ha modificado
en la arena electoral, el viejo mito de un sistema bipartidista que enfrentaba a los cabecitas de
Evita contra el gorilaje de la Unión Democrática también se ha desvanecido del imaginario
público.
El Cambio Partidario Nacional desde la Transición En 1983, al calor de la transición democrática, la competencia electoral en la
Argentina se encontraba aún estructurada por el conflicto entre Peronistas y Radicales en
todas las categorías electorales. Al margen de algunos partidos provinciales fuertes, tan solo el
Partido Intransigente surgía como una tercera fuerza significativa con proyección nacional
aunque concentrado en las provincias más populosas.6 Los niveles de competencia electoral7
eran relativamente similares para la elección de Presidente, Diputados Nacionales,
Gobernadores y Legisladores Provinciales; con poco más de dos partidos políticos efectivos
compitiendo por votos en la mayoría de las provincias.
A pesar de la alta diversidad institucional que ya caracterizaba a los sistemas
electorales provinciales, los actores políticos locales competían a la sombra de los debates
programáticos nacionales, caracterizados por contenidos sectoriales antes que territoriales.
Consistente con el análisis que desarrollamos teóricamente en el Capítulo 2, el proceso de
provincialización del voto desarticuló las fuentes institucionales del centralismo partidario,
incrementando presiones localistas tanto en la distribución de recursos fiscales (Calvo y
Murillo, 2004) y de organización partidaria (Levitsky, 2003; Gibson, 2004a).
6 Vale la pena destacar que el PI nunca obtuvo más de un 7% de los votos en el orden nacional. 7 Número efectivo de Partidos Electorales, Número Efectivo de Partidos en Bancas, volatilidad territorial, etc.
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Tabla 1.1: Voto PJ, UCR y Principal Tercera Fuerza, Diputados Nacionales, 1983-2003 (en porcentaje)
Partido
Justicialista (PJ)
U. Cívica Radical
UCR /ALIANZA
Suma PJ/UCR 3º Fuerza Nombre de la Principal 3ra fuerza
1983 38,35 47,83 86,18 2,77 Partido Intransigente 1985 34,87** 43,58 78,35 6,07 Partido Intransigente 1987 41,46** 37,24 78,70 5,80 UCeDe/Alianza del Centro 1989 44,83 28,75 73,58 9,92 UCeDe/Alianza del Centro 1991 40,72 29,02 69,74 5,29 UCeDe/Alianza del Centro 1993 42,46 30,23 72,69 5,78 Modin 1995 43,03 21,70 64,73 20,69 Alianza Frente País Solidario (FREPASO) 1997 36,27 36,26* 72,53* 3,87 Acción por la República 1999 33,70 43,56* 77,26* 7,60 Acción por la República 2001 37,40 23,10* 60,5* 7,20 Alternativa p/ la República de Iguales (ARI) 2003 42,55 14,07 56,62 5,02 Alternativa p/ la República de Iguales (ARI) *ALIANZA como coalición entre la UCR y el FREPASO para las elecciones 1997-2001, no consolidada en algunos distritos.** En 1985 y 1987 PJ incluye los votos del Peronismo Renovador. Fuente: Payne, Mark, D. Zovatto, F. Carrillo Flórez, A. Allamand Zavala. (2002)
En 1983, el discurso democratizante de Alfonsín penetraría mas allá del electorado
tradicional de la UCR y, por primera vez en la historia, el radicalismo derrotaría al peronismo
en elecciones transparentes y competitivas. En los tres años siguientes, el proceso de
reestructuración partidario del peronismo liderado por la Renovación no solamente destronó a
la vieja guardia sino que, a su vez, abrió las puertas a un nuevo tipo de dirigencia dominada
por máquinas territoriales (Levitsky, 2003). El Menemismo sería la expresión última de este
movimiento, derrotando al aparato metropolitano del Cafierismo para acceder a la nominación
presidencial (Novaro, 1999).
Acompañando al proceso de reestructuración del peronismo, hicieron su aparición por
primera vez en la escena política provincial las leyes de lemas. Con la dirigencia del partido
sacudida por una fuerte interna, el peronismo encontró en las leyes de lemas un mecanismo
para mantener su caudal electoral a pesar de la falta de unidad política (De Riz, 1992).
Eventualmente, nueve provincias peronistas incorporarían leyes de lemas para la elección de
legisladores provinciales en el periodo 1987-1997, limitando la fragmentación del voto
peronista pero, a su vez, incentivando la proliferación de agrupaciones y de máquinas
partidarias de organización local.
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A diferencia del peronismo, la crisis político-económica que derivó en la renuncia de
Alfonsín no les dio mayor fuerza a los actores territoriales de la UCR.8 Con tan sólo dos
provincias controladas por el radicalismo entre 1987 y 1991, y a la sombra de la
confrontación con Menem, el Angelozismo representó un giro de centro derecha en la interna
Radical nacional. Y, así como el radicalismo enfrentó una pérdida de votos de centro-
izquierda a través del PI a mediados de los ’80, tuvo que enfrentar problemas similares al
perder votos de centro-derecha hacia la UCD y el Menemismo en los tempranos 90.
El debilitamiento del peso electoral del radicalismo en los años subsiguientes no
estuvo acompañado por el surgimiento de hombres fuertes provinciales como ocurriera en el
peronismo –por lo menos hasta la llegada de un Frepaso electoralmente competitivo durante
la Reforma Constitucional de 1994 y las elecciones del ’95—. La nominación de Masaccessi
fue, en este sentido, una respuesta al deterioro de la imagen pública de la vieja dirección
Radical antes que el inicio de un recambio territorial en la interna partidaria.
El giro hacia la centro-derecha y la des-sindicalización del peronismo llevada adelante
por Menem, mientras tanto, produjeron un segundo realineamiento dentro del PJ (Gervasoni,
1998). Así como la Renovación removió a la vieja guardia de la dirección del partido, el giro
territorial del Menemismo produjo sus primeras víctimas con la separación del Grupo de los 8
y la formación del Frente Grande concentrado en Capital Federal y Buenos Aires (Abal
Medina, 1998).
Una nueva serie de reformas electorales provinciales a principios de los ’90
acompañaron estos realineamientos partidarios, en beneficio de los oficialismos provinciales
mayoritariamente peronistas. Así como las leyes de lemas permitieron a los gobernadores
conservar los votos de distintas facciones en pugna (De Riz, 1992), modificaciones en la
estructura de los distritos electorales, en los mecanismos de registración y padrones y en los
procesos de nominación de candidatos; sirvieron a partir de 1983 para consolidar el poder
8 Vale la pena remarcar que, sin embargo, la distribución territorial del voto UCR se volvió distintivamente local. Ver Jones y Mainwaring (2003) para estimaciones del nivel de desnacionalización del voto Radical.
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político de facciones del partido Justicialista como el Juarismo en Santiago del Estero, el
Saadismo en San Luis y el Kirchnerismo en Santa Cruz, o de manera similar a las facciones
provinciales de la UCR en Río Negro o el MPN en Neuquén9. Mediante distintas reformas
electorales y constitucionales, los oficialismos de varias provincias introdujeron nuevos
sesgos partidarios en sus respectivos sistemas electorales. Este mayor control sobre las
legislaturas, a su vez, permitió una mayor discreción en la sanción de leyes provinciales y un
mejor financiamiento de los aparatos partidarios a través de la distribución de recursos
fiscales entre asesores, punteros y bases electorales territoriales.10
La regulación de las fechas electorales también sirvió para administrar el arrastre de
votos (coattail effects) entre las distintas arenas electorales (Oliveros y Sherlis, 2004).11 A
medida que la fragmentación partidaria en el orden nacional se incrementó, el desdoblamiento
de las elecciones para distintas categorías electorales permitió disminuir el número de listas
compitiendo contra el gobernador o reforzar las candidaturas de algunos hombres fuertes
provinciales.12
La formación de la Alianza en 1997 y la crisis del Delarruismo en el 2001 sellaron
definitivamente el futuro de la dirección nacional del radicalismo. Sin una liga de
gobernadores equivalente a la del peronismo y ante la falta de nuevos dirigentes provinciales
de proyección nacional, el radicalismo quedó reducido a un conjunto de aparatos provinciales,
con una distribución de votos más parecida a la de la vieja “Concordancia” que a la de sus
fundadores. Mientras tanto, el grueso de su voto metropolitano quedo dividido entre terceras
fuerzas a la derecha e izquierda del viejo tronco partidario.
9 Sobre las diferentes estrategias de anticipación y acomodación oficialista de las reformas electorales en estas dos últimas provincias consultese: Escolar y Villarino, 2005 10 Distintos trabajos han estimado el “costo político” en alrededor de un 10% del gasto publico nacional (Escolar y Pírez, 2001). 11 Un proceso similar al observado en Estados Unidos hacia fines del siglo XIX, un periodo caracterizado por el surgimiento de los party machines (Engstrom y Kernell, 2003). 12 Es de destacar que solo dos provincias efecturaon elecciones concurrentes en la categoría de gobernador en el 2003: La Rioja y San Luis, las cuales se beneficiaron del arrastre producido por las candidaturas de Menem y Rodríguez Saa.
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Con sistemas de partidos provinciales orientados a la preservación de su poder
territorial, reformas electorales destinadas a favorecer a los oficialismos provinciales,
administración de las reglas y tiempos electorales para anudar o desanudar la contienda
electoral local a los procesos nacionales, el sistema de partidos de la Argentina en la
actualidad tiene poco en común con aquel bipartidismo que en 1985 alimentó las fantasías
Alfonsinistas de un Tercer Movimiento Histórico.
En este contexto, el peronismo permaneció como el único partido que se ha adaptado a
las nuevas reglas territoriales de la competencia electoral en la Argentina, reconstituyendo
distintos electorados provinciales para garantizar tanto las elecciones locales como nacionales.
Sin embargo, el precio de la fuerte interna territorial se reflejó en la necesidad de forjar una
coalición de centro-derecha durante la presidencia de Menem así como en la nueva política de
“transversalidad” del Kirchnerismo. El radicalismo, mientras tanto, se aferra a sus espacios
institucionales acosado por una vasta oferta de terceros partidos concentrados especialmente
en las principales ciudades del país.
Realineamientos Partidarios y Transferencias de Votos a Nivel Nacional Con el crecimiento electoral del Frepaso a mediados de los 90 la contienda
presidencial mostró por primera vez en 50 años tres partidos competitivos. Este tercer partido
no representaba simplemente una facción interna del Peronismo o el Radicalismo. El Frepaso
tenía en Bordón un candidato presidencial que reflejaba sus orígenes Peronistas y una base
electoral alimentada por la crisis Radical.
La contra-cara de este desgajamiento “por izquierda” en el peronismo fue la estrategia
de apertura hacia candidaturas “extra-partidarias” de derecha, como fuera emblemáticamente
representado por la incorporación de Maria Julia Alzogaray al gobierno de Menem (Novaro,
2000).
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Como mostrara Gervasoni (1998), este giro de centro-derecha del Menemismo en las
elecciones de 1995 estuvo a su vez acompañado por un cambio significativo en las bases
electorales del PJ. Gervasoni muestra que cerca de un 65% del voto que en 1989 optó por
partidos de derecha votaría a Carlos Menem en 1995, en tanto que un ≈30% de este voto se
volcaría hacia el Frepaso. Con el apoyo de un 34% de votos de la UCR, por primera vez en 50
años el segundo partido mas votado en las elecciones presidenciales no era el Peronismo ni el
Radicalismo sino el recientemente creado Frepaso (Gervasoni, 1998: 11).
La debilidad electoral del Radicalismo en las elecciones presidenciales, sin embargo,
no se traduciría en pérdidas significativas en su bancada legislativa. La combinación de una
fuerte sobre-representación del voto Radical en las provincias menos populosas y de un bajo
arrastre presidencial en las candidaturas legislativas del Frepaso, alimentarían la imagen de un
radicalismo débil electoralmente y un Frepaso débil institucionalmente, sentando las bases
para una alianza estratégica en 1999.
Figura 1.1: Transferencias de Votos entre las elecciones Presidenciales de 1995 y 1999: Estimación Mediante EZI 1.5, Normalizada en votos de 1999
Alianza
PJ
APR
Par
tidos
199
9
0 2.000.000 4.000.000 6.000.000 8.000.000 10.000.000 Votos 1999
Partidos 1995 PJ Frepaso UCR Otros
Fuente: elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
A diferencia del Peronismo del 2003, que aprendió a utilizar las nuevas reglas del
ballotage presidencial para dirimir su interna presidencial, el Frepaso y la Alianza decidieron
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en 1999 su binomio presidencial mediante el uso de internas abiertas. Mediante ese acto, la
Alianza volvía a restituir el imaginario de un país con dos electorados, uno Peronista y otro
anti-peronista, aun cuando bajo la superficie se observaran fisuras considerablemente mas
profundas. Estas fisuras no solo reflejaban la distancia que separaba el Frepaso de la UCR
sino también una creciente volatilidad electoral en el orden local, caracterizada por crecientes
transferencias cruzadas de votos entre el Peronismo y la Alianza.
Como mostraremos en el Capítulo 6, consistente con los análisis de Gervasoni (1998),
una parte del voto de derecha que votó al Frepaso “en contra de las opciones tradicionales” en
1995, volvió a la derecha en favor del principal tercer partido de 1999, Acción por la
Republica. Ello explica que gran parte del voto de Acción por la Republica en 1999 tuviera un
origen Frepasista.
Figura 1.2: Transferencias de Votos entre las elecciones Presidenciales de 1999 y 2003: Estimación Mediante EZI 1.5, Normalizada en votos del 2003.
Menem
Kirchner
López Murphy
Saá
Carrió
Can
dida
tos
2003
0 2.000.000 4.000.000 6.000.000 8.000.000 10.000.000 Votos 2003
Partidos 1999 Alianza PJ APR
Fuente: Dirección Nacional Electoral, Ministerio del Interior
En el Menemismo, un sector que “votó por la convertibilidad” en 1995 “voto contra la
corrupción” en 1999. De hecho, el caudal de votos transferido desde el PJ hacia la Alianza es
casi el doble que el transferido de la UCR al Peronismo, como muestra la Figura 1.2. La crisis
política del 2001-2003 llevaría no solo a la disolución de la Alianza sino también al
26
desmembramiento de su electorado entre múltiples partidos y candidatos. El fin de la unidad
aliancista, a su vez, liberaría a las facciones del PJ, las cuales rápidamente vieron en la interna
partidaria el único obstáculo hacia la presidencia. En la elección presidencial del 2003 el voto
del PJ mostraría sus convicciones territoriales al tiempo que el voto de la Alianza se disolvería
entre los cinco candidatos principales.
Esto no representaba una novedad para la Alianza, ya que en las elecciones
legislativas del 2001 se había ya descompuesto en una docena de opciones políticas, en una
elección caracterizada por el surgimiento del voto negativo.
Figura 1.3: Transferencias de Votos entre las elecciones Presidenciales de 1999 y de Diputados 2001: Estimación Mediante EZI 1.5, Normalizada en votos del 2001.
PJ
Alianza
Nulos
Otros
Blancos
Izquierda
Provinciales
ARI
Centro Derecha
Par
tidos
200
1
0 2.000.000 4.000.000 6.000.000 8.000.000 10.000.000 Votos 2001
Partidos 1999 PJ Alianza APR Otros
Fuente: Dirección Nacional Electoral, Ministerio del Interior
Fragmentación Política y Volatilidad Electoral Los efectos del proceso de fragmentación partidaria sobre la competencia electoral
fueron igualmente dramáticos. La competencia partidaria nacional en las elecciones de
Presidente y Diputados Nacionales contaba con una distribución territorial relativamente
homogénea en 1983, con poco más de dos partidos competitivos en una gran mayoría de los
departamentos del país. El proceso de fragmentación electoral llevó a un aumento en el
27
número efectivo de partidos electorales entre 1983 y 1995, concentrado particularmente en los
departamentos más populosos y urbanizados. Si bien la imagen de un sistema de partidos
estable se reestableció entre 1997 y el 2000 al conformarse la Alianza, la ruptura que precedió
a la renuncia de Fernando De La Rúa puso al descubierto el verdadero nivel de fragmentación
del sistema político. El número efectivo de partidos electorales13 se elevó a su máximo
histórico (entre 4 y 5 partidos electorales) a la vez que las propiedades mayoritarias de las
provincias menos populosas le dieron un extraordinario premio en bancas a un triunfo
peronista muy deslucido.
Figura 1.4: Competencia Nacional, Competencia Provincial, Volatilidad Nacional y Volatilidad Provincial, 1983-2003
Competencia provincial
0,00
0,50
1,00
1,50
2,00
2,50
3,00
3,50
4,00
4,50
5,00
1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003
ncev Gob.
ncel DP
ncev DP
Volatilidad nacional
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003
Temp. DN
Reg. Pres
Temp. Pres
Reg. DN
Volatilidad provincial
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003
Temp. DP
Temp. Gob
Competencia nacional
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
4
4,5
5
1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003
ncev Pres
ncel DN
ncev DN
Competencia provincial
0,00
0,50
1,00
1,50
2,00
2,50
3,00
3,50
4,00
4,50
5,00
1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003
ncev Gob.
ncel DP
ncev DP
Volatilidad nacional
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003
Temp. DN
Reg. Pres
Temp. Pres
Reg. DN
Volatilidad provincial
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003
Temp. DP
Temp. Gob
Competencia nacional
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
4
4,5
5
1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003
ncev Pres
ncel DN
ncev DN
Fuente: Dirección Nacional Electoral, Ministerio del Interior
13 El número efectivo de partidos describe cuántos partidos relevantes existen a nivel electoral o legislativo. El
índice fue desarrollado por Laakso y Taagepera (1979): ∑=
21
ivNEPV
, donde v representa el cociente de votos
obtenido por un partido i. El indice se puede utilizar tambien para medir el numero efectivo de partidos en una
legislatura, ∑=
21
ibNEPB
, donde b representa el cociente de bancas obtenido por un partido i. Habitualmente
describimos con el termino “nivel de competencia” al número efectivo de partidos.
28
Si uno observa con detalle los cuadros de la Figura 1.4, es posible observar que la
Alianza tan solo ocultó la creciente fragmentación del sistema político. Esta mayor
fragmentación del voto, sin embargo, no se traduciría en una mayor fragmentación legislativa,
como se observa en la figura 1.4, el numero efectivo de partidos legislativos que se mantuvo
prácticamente sin cambios durante todo el periodo a pesar de la creciente fragmentación
electoral.
La eliminación del colegio electoral a partir de la reforma constitucional de 1994 y la
introducción del ballotage transformaron, a su vez, la lógica de las internas del sistema de
partidos (Jones, DeLuca, Tula, 2002). Un efecto no anticipado del ballotage, por ejemplo, fue
el de un peronismo que, de facto, utilizó la primera vuelta de las elecciones presidenciales de
2003 como una primaria abierta, resolviendo de este modo el conflicto entre sus distintas
facciones territoriales como lo hiciera durante años en las provincias a partir de la utilización
de lemas.
Llamativamente, el ballotage, un mecanismo que fue originalmente introducido para
garantizar que el ejecutivo fuera elegido por una mayoría del electorado, llevó a que el actual
Presidente pusiera al descubierto su estatus de minoría al ser elegido por un exiguo caudal de
votos propios. La utilización de una doble vuelta en la elección presidencial también tuvo
como consecuencia que elecciones legislativas concurrentes con la primera vuelta indujeran
una mayor fragmentación legislativa o que, elecciones no concurrentes, desnuden el peso
político de los distintos caudillos territoriales.14
Como muestra la Figura 1.4, el nivel de competencia electoral a nivel nacional creció
de modo continuo entre 1983 y 1997, año en que se formo la Alianza. El número efectivo de 14 Es importante notar que Kirchner fue el segundo candidato más votado en una primera vuelta que dio el mayor número de bancas legislativas de la primera vuelta al Menemismo y al Saadismo. El desdoblamiento de muchas elecciones legislativas en las provincias, por otro lado, obligó a Kirchner a un año de competencia electoral que podría haber debilitado la poca legitimidad de origen con la que asumió. El hecho de que Kirchner lograra volcar varias de estas elecciones a su favor en los meses subsiguientes no es una casualidad. Debe tomarse en realidad, como el resultado de una estrategia de negociación con faccciones territoriales del Partido Justicialista y de otros partidos nacionales y locales con el objetivo de obtener bancas legislativas adicionales que garantizacen condiciones minimas de gobernabilidad a su gobierno.
29
partidos electorales creció de alrededor de 2.5 en 1983 a alrededor de 3.5 en el 2003. Este
mayor nivel de competencia en votos, sin embargo, no se vio reflejado en una mayor
competitividad en bancas, resultado del efecto mayoritario del sistema electoral nacional en la
categoría de Diputados. Como contraste, el número efectivo de partidos electorales en la
categoría de Diputados Provinciales se mantuvo estable durante los ochenta y se redujo a
partir del año 1991 hasta la crisis de la Alianza en el 2001.
Así como en los últimos veinte años aumentaron los niveles de fragmentación política,
también creció la dispersión en el caudal de votos obtenidos por un mismo partido en las
distintas provincias. Es decir, aumentó la volatilidad regional15 generando incentivos para que
las distintas provincias administren los efectos (positivos o negativos) de la competencia
nacional en el orden provincial, lo que ha sido descrito como la desnacionalización del
sistema de Partidos (Jones y Mainwaring, 2003). Como indican las líneas de Volatilidad
Nacional en la Figura 1.4, la diferencia promedio entre los porcentajes de votos obtenidos por
todos los partidos a nivel nacional y lo obtenido en cada una de las provincias era menor a un
10% a principio de los 80s. A partir de 1995, sin embargo, estas diferencias se ubican en un
≈30% de los votos. Es decir, las diferencias esperadas entre los porcentajes obtenidos por
todos los partidos a nivel nacional respecto de cada una de las provincias se encontraban en
alrededor de un 30% de los votos.
La volatilidad temporal, el porcentaje de votos que cambiaba su preferencia partidaria
de una elección a otra también aumento significativamente a partir de 1995, como se observa
para las categorías de diputados provinciales y gobernador en el grafico de Volatilidad
Provincial de la Figura 1.4.
Si bien la competencia presidencial se ha modificado en modo dramático, la
competencia legislativa nacional no ha sufrido del mismo modo. En efecto, gran parte de los
fenómenos que dan cuenta de la creciente falta de legitimidad del sistema de partidos
15 La diferencia media entre los votos obtenidos por un Partido i en cada Provincia j y en el total del país.
30
(volatilidad, fragmentación, ausentismo, voto negativo) son descontadas por el sistema
electoral, el cual asigna un desproporcionado número de bancas a los ganadores de la
contienda electoral medida sobre votos positivos. Por ejemplo, dado que el umbral electoral se
contabiliza sobre los electores, una caída en la participación o el aumento del voto negativo
tiene efectos inesperados ya que eleva el umbral efectivo sobre votos positivos y redistribuye
un mayor número de bancas desde partidos minoritarios hacia los partidos que obtienen un
caudal electoral por encima de un ≈6% de los votos positivos. La subrepresentación electoral
de las provincias grandes, en las cuales la fragmentación ha sido más pronunciada, tiene
efectos similares, al descontar el peso legislativo de los sistemas políticos en los cuales la
crisis de representación ha sido mas profunda (Escolar, Calvo, 2003).
De este modo, la creciente inestabilidad del sistema de partidos no ha llevado a
cambios igualmente dramáticos en la composición de bancas en el Senado o la Cámara de
Diputados. Esta mayor estabilidad en la composición del Senado y la Cámara de Diputados es
explicada a partir de la menor variabilidad en el número efectivo de Partidos en bancas, los
cuales se encuentran por debajo de 4 en la elección del 2003.
La Competencia Electoral Provincial El debilitamiento del sistema de partidos nacional y la mayor fragmentación política
han también afectado a los sistemas políticos provinciales. Con el objetivo de afianzarse en el
orden local, en un contexto de crisis política nacional, los oficialismos locales han
instrumentado un gran número de reformas electorales y constitucionales, comenzando en las
elecciones de 1985. Las reformas introducidas para eliminar competidores en la categoría de
gobernadores han permitido una reducción significativa de la competencia electoral, la cual
muestra un número efectivo de partidos electorales muy inferior al de las otras categorías
tanto del orden nacional como provincial. Las reformas constitucionales y electorales
31
introducidas en los últimos 20 años también facilitaron la continuidad política de los
gobernadores, los cuales pueden actualmente ser reelegidos en 17 de 24 provincias.16
Las reformas introducidas en la elección de legisladores provinciales también han
llevado a una reducción de la oferta electoral y a una reducción significativa del número
efectivo de Partidos en bancas respecto de la competencia observada en las categorías
nacionales de Presidente y Diputados Nacionales. Un análisis sistemático de los efectos
distributivos de las reformas electorales muestra que estas han mejorado sistemáticamente la
cantidad de bancas obtenidas por los oficialismos provinciales. En promedio, las reformas
electorales han permitido un premio de entre un ≈3% y un ≈6% en bancas para los partidos
que controlaron el proceso de reforma.
La delegación de mayores atribuciones administrativas, fiscales y políticas a las
provincias también ha resaltado el peso institucional de los gobernadores dentro y fuera de sus
provincias (Falleti, 2004). Un mayor control político-electoral de los territorios también ha
garantizado un flujo más estable de recursos desde el orden nacional así como el
mantenimiento de mayores niveles de empleo público para sostener las maquinas políticas
provinciales (Calvo y Murillo, 2004).
Vistas en su totalidad, las reformas electorales provinciales han tenido efectos difusos
respecto de la calidad de la representación democrática en el orden local. A su vez, estas
reformas han tenido un impacto claro sobre la competencia partidaria, mejorando el número
de bancas obtenido por los partidos de reforma y reduciendo la competitividad de las
elecciones.
A medida que el centro de gravedad político se mueve desde la nación hacia el
territorio, la opinión publica y los operadores políticos apuestan a reforzar antes que revertir
esta tendencia localista. Las estrategias para eliminar las llamadas listas sábana, impulsar
16 Entre las provincias que pueden elegir de modo indefinido al Gobernador debemos destacar a La Rioja, San Luis y Santa Cruz, provincias controladas por los tres principales candidatos del PJ en la elección presidencial del 2003.
32
candidaturas uninominales o promover sistemas electorales mayoritarios se multiplican sin
anticipar los efectos negativos que dichas reformas podrían acarrear (Escolar y Calvo, 2003).
Si las reformas políticas provinciales son un buen ejemplo de aquello que podemos
esperar de una reforma nacional, el futuro de la competencia electoral en la Argentina puede
ser aún más inestable que su presente. En efecto, toda reforma que refuerce los rasgos
territoriales de la representación tendrá que resolver problemas políticos y técnicos complejos:
definir una política de distritos electorales que posiblemente acarreará significativas
distorsiones en la asignación de bancas, establecer una política de nominación que en un
marco localista sólo puede ser candidato-céntrica y limitar nuevas presiones para cultivar
minorías clientelares.
Políticas de Distritado
Si los distritos electorales que observamos al interior de las provincias son un
antecedente jurídico y político para definir los distritos que regularían la elección de diputados
nacionales, debemos anticipar la presencia de extraordinarios sesgos partidarios que
distorsionan la relación entre votos y bancas en la mayoría de las provincias. Los actuales
distritos electorales en provincias como Buenos Aires, Córdoba, La Rioja, Salta, Santiago del
Estero, Santa Cruz o Tierra del Fuego, sobre y sub-representan gravemente a distintas áreas
provinciales, habitualmente en perjuicio de la oposición provincial.17 Estos efectos se
podrían moderar, aunque no necesariamente eliminar, con la utilización de mecanismos de
reproporcionalización como los utilizados por los sistemas electorales mixtos.18
Por otro lado, si una futura política de distritado hace caso omiso de los distritos ya
existentes, debemos esperar que las estrategias territoriales de los partidos políticos y sus
17 Una excepción es Buenos Aires, una provincia gobernada por el peronismo pero donde los distritos más rurales y de extracción Radical se encuentran groseramente sobre-representados por efecto de los cambios historicos en la distribución geografica de la población provincial que produjo progresivamente un malapportioment muy pronunciado (Escolar, Minvielle, Castro, 2005). 18 Ver Escolar y Calvo (2003) para una descripción detallada de la implementación de sistemas electorales mixtos en legislaturas de magnitud fija.
33
punteros tengan una influencia decisiva en la definición de los límites geográficos de la
representación en la Argentina. Sin antecedentes políticos o jurídicos que regulen la validez
de los distritos electorales, sin mecanismos para consensuar distritos que tengan limitados
sesgos partidarios, sin que las autoridades electorales jurisdiccionales dispongan de medios
técnicos o legales para emitir fallos especializados sobre las distintas propiedades de los
diseños electorales, la reforma electoral no puede ser controlada por otro actor que no sean los
punteros territoriales.19
Una vez que estos distritos electorales se encuentren definidos comenzara la batalla
legal por modificarlos. Estas modificaciones responderán tanto a cambios reales en la
estructura de la población como a los realineamientos políticos que ocurran en el orden local.
En el caso de las provincias argentinas, la dificultad para cambiar los límites geográficos de
los distritos políticos ha llevado habitualmente a que se cambie el número de representantes.
El resultado no ha sido muy distinto, produciendo que la cantidad de bancas a asignar por
distrito premie, en definitiva, a los electorados más ligados al partido de gobierno.
Nominación de Candidatos El actual nivel de fragmentación política es tan significativo, que no existe
prácticamente ninguna provincia en la cual existan efectivamente las listas sábana. En efecto,
el número de candidatos elegidos por cada “lista sabana” es en promedio inferior a 3 (Tabla
1.2) y los valores de cada elección desde 1983 hasta la actualidad han decrecido
constantemente (Tabla 1.3). La presión hacia un control más directo del electorado sobre los
políticos ha llevado a que se ataque con mayor virulencia a las listas sábana sin evaluar cual
es la asignación efectiva de bancas bajo el viejo sistema y cuáles pueden ser los problemas de
asignación que pueden surgir con modelos “personalizados”.
19 La creación de agencias electorales especializadas e independientes como el IFE en México pueden llegar a facilitar una reforma en la cual los operadores políticos tengan menor peso.
34
Tabla Nº 1.2: Promedio Histórico, Máxima, Mínimo y Desvío Standard de Bancas por Cada Partido que Obtiene Escaños: Diputados Nacionales 1983-2001
Minimo Maximo Media D. E. 1 37 2.431 3.340
Fuente: Cómputos propios sobre datos del Ministerio del Interior
Tabla Nº 1.3: Promedio anual, Máxima, Mínimo y Desvío Standard de Bancas por Cada Partido que Obtiene Escaños: Diputados Nacionales 1983-2001 Minimo Maximo Media D.E.
1983 1 37 4.379 6.226 1985 1 16 2.190 2.530 1987 1 18 2.309 3.012 1989 1 19 2.175 2.759 1991 1 19 2.241 2.716 1993 1 20 2.117 2.793 1995 1 20 2.321 2.803 1997 1 19 2.228 3.224 1999 1 16 2.167 2.829 2001 1 18 2.186 2.396
Fuente: Cómputos propios sobre datos del Ministerio del Interior
Al igual que sucede con la utilización de leyes de lemas o con los distritos
uninominales, la pérdida de control sobre la nominación por parte del partido sólo puede
resultar en un incremento de la fragmentación política. Esta creciente fragmentación aumenta
la propensión a cultivar minorías como puede ser observado en las provincias que tienen leyes
de lemas, en el modelo de lista abierta utilizado en Brasil (Ames, 1994) y en Colombia, para
nombrar algunos ejemplos.
Asimismo, han sido por lo general los aparatos políticos locales los que primero han
aprendido a utilizar los mecanismos de personalización para solucionar sus internas. En Tierra
del Fuego, por ejemplo, el sistema de tachas fue sistemáticamente utilizado para dirimir la
interna de los partidos con el sorpresivo resultado que sólo los candidatos de facciones
menores evitaron ser vetados por los militantes de las principales agrupaciones, las cuales
terminaron con sus candidatos al final de la lista (Tula y De Luca 1999).
La Justicia Electoral, a su vez, también carece de precedentes judiciales y capacidad
técnica apropiada para administrar gran parte de los procesos electorales a medida en que
aumenta el número de candidatos y categorías electorales. Ello pudo ser observado
35
recientemente en Tucumán y Santa Fe, donde el proceso electoral tuvo que ser demorado ante
la imposibilidad de llevar adelante los comicios con las garantías requeridas para el caso.
En el marco de la actual competencia electoral, por otro lado, el efecto principal de
modificar los mecanismos de nominación muy posiblemente sea el aumentar el número de
facciones de los distintos partidos políticos antes que permitir mayor accountability por parte
de los representantes ante sus electores.
Finalmente, en condiciones de alta fragmentación política y una economía débil, el
sistema político se ha constituido en el primer empleador de la Argentina, con sueldos y
niveles de estabilidad laboral considerablemente más altos que aquellos accesibles en el
mercado privado (Calvo y Murillo, 2004). Ello ha acentuado los trazos clientelares de la
competencia electoral, en la cual no solamente se dirimen hoy la posibilidad de
implementación de distintas agendas políticas sino también la posibilidad de acceder y
distribuir recursos críticos para la supervivencia de las bases electorales de la mayoría de
estos punteros políticos.
Conclusión: La necesidad de reforzar el control judicial y la administración electoral antes de reformar las reglas del juego electoral El nuevo escenario político partidario en la Argentina está caracterizado entonces por
dos procesos superpuestos: (i) un sistema político de partido predominante pero no
hegemónico, con un PJ que se ha transformado en el único partido con presencia nacional
pero sin lograr una mayoría absoluta en el Congreso y con un caudal electoral propio
claramente inferior al 50% de los votos positivos, asediado por fuertes internas territoriales.
Por otra parte, (ii) políticas de reclutamiento y consolidación partidaria centradas en el orden
local que alcanzan al conjunto de los partidos políticos.
La interna partidaria del PJ hoy es sustantivamente distinta a aquella que lo caracterizó
en la etapa previa a 1983, dado que la legitimidad de cada una de sus facciones es revalidada
electoralmente en las distintas provincias. Estas facciones disponen de un acceso privilegiado
36
a recursos públicos que son independientes de la dirección del partido o del ejecutivo
nacional. En este sentido, las condiciones que han facilitado la consolidación de un sistema
electoral de partido predominante también han facilitado la institucionalización de sus
distintas facciones.
Como respuesta política, los ejecutivos del PJ han llevado adelante estrategias de des-
peronización hacia la derecha –Menemismo- o de centro-izquierda -la estrategia de
transversalidad del Kirchnerismo-, donde los terceros partidos han ocupado el lugar de voto
pivote, no ya frente a otras opciones partidarias como el radicalismo, sino frente a las propias
facciones del peronismo que no se encuentran alineados con el Ejecutivo. El alto nivel de
fragmentación electoral, en este sentido, le ha permitido al Menemismo, al Duhaldismo y al
Kirchnerismo, operar políticamente desde la presidencia a pesar de las fuertes presiones que
surgen desde la propia interna del partido.
Los sistemas políticos provinciales caracterizados por un partido predominante
sometido a fuertes presiones localistas no han sido atípicos en la Argentina. Una gran cantidad
de provincia como Santa Cruz, Salta y Santiago del Estero, se caracterizaron por sistemas
políticos similares a principios de los 90. Santa Fe y Córdoba, por otro lado, enfrentan
actualmente una competencia electoral similar, la cual ha facilitado recientes procesos de
reforma política. En estas provincias, las reformas electorales no solamente consolidaron al
oficialismo provincial sino, a su vez, disciplinaron a las distintas facciones partidarias en
conflicto. En Santa Cruz y Santiago del Estero, por ejemplo, las reformas electorales de 1998
y 1997 respectivamente no sólo fueron llevadas adelante a pesar de una oposición que se
retiró de las asambleas constituyentes, sino que también sirvieron para consolidar al
Kirchnerismo y al Juarismo que enfrentaron internas particularmente virulentas. En Córdoba,
sin embargo, las reformas electorales no limitaron sino que incrementaron los niveles de
fragmentación. Los resultados preliminares de Córdoba también indican que el nuevo sistema
37
mixto, introducido en el 2001, puede ser no solamente mayoritario sino, a su vez, permitir
sesgos partidarios sustantivos.
Una de las principales líneas de análisis de este libro apunta, por tanto, a levantar una
señal de alarma respecto de la utilidad de una reforma que tendrá efectos moderados sobre la
representación pero sustantivos respecto de la competencia partidaria. Los resultados que se
presentan a continuación indican que es necesario reforzar las instituciones de monitoreo y
control jurídico y político de las reformas políticas en el orden local. Estas reformas no sólo
han acompañado el proceso de crisis política sino que, a su vez, han permitido la
consolidación de algunas de sus características más problemáticas.
La recomendación principal, que anticipamos en forma deliberada en este primer
capítulo, es que debemos reforzar las instituciones de administración, fiscalización y control
electoral y los mecanismos de monitoreo de las reformas electorales antes de proceder a una
reforma de la representación política en el orden nacional20. Ello incluye reforzar la
autonomía decisoria y las capacidades técnicas de evaluación y administración electoral a
disposición de las autoridades electorales a medida que las reglas del juego electoral son
modificadas. También incluye la implementación de salvaguardas jurídicas y administrativas
para limitar la implementación de reformas cuyo resultado sea una mayor desigualdad en la
asignación de bancas favoreciendo a electorados y partidos particulares en desmedro del resto
de los votantes y sus partidos.
20 En Argentina la administración electoral se encuentra dividida entre las autoridades federales y las provinciales. En el orden federal existe una autoridad jurisdiccional especializada pero no autónoma de segunda instancia (Camara Nacional Electoral) que ejerce la superintendencia del proceso electoral y el registro de electores. Sin embargo la administración efectiva de ambas, junto a la fiscalización y control judicial en primera instancia corresponde a veinticuatro jueces no especializados (generalmente del fuero penal pero en la provincias mas perqueñas de fueros multiples) que se encuentran a cargo de secretarias electorales permanentes. Por otro lado, la transmisión y cálculo de resultados provisionales esta cargo de una oficina del Ministrio del Interior la cual también provee los fondos presupuestarios para el financiamiento de los partidos politicos. En el orden provincial en cambio, existen distintas formas de organización de las autoridades electorales: jurisdiccionales de primera y segunda instancia, juntas electorales permanentes, tribunales superiores a cargo de competencias electorales, tribunales mixtos (judiciales y politicos), etc. Generalmente, los organismos de orden provincial mantienen mayores niveles de especializacion que en el orden federal y conservan, en todos los casos, la dependencia financiera con los poderes ejecutivos locales.
38
39
Estas salvaguardas no sólo deberían dar protección legal a los ciudadanos sino también
dificultar la implementación de reformas cuyo objetivo sea garantizar “la próxima elección”,
tal como ha ocurrido frecuentemente en el orden provincial.
Capítulo 2: Territorialización Partidaria y Realineamientos Electorales: Elementos Teóricos y Modelos de Estimación
El Anti-Rokkan: De la Nacionalización Electoral a la Territorialización del Voto Hace mas de tres décadas, Stein Rokkan afirmaba en “Citizens, Elections, Parties,”,
que la historia electoral del Siglo XX estuvo caracterizada por dos procesos paralelos: en
primer lugar, el de (i) una progresiva expansión del concepto de ciudadanía electoral. En
segundo lugar, el de (ii) una progresiva estandarización y democratización de las practicas
electorales al interior de los estados nacionales (Rokkan, 1970). Estos dos procesos
constituyen el sustento institucional de una progresiva nacionalización de la competencia
partidaria, la cual caracterizó el desarrollo de una mayoría de los regimenes democráticos
contemporáneos.
La tesis de la nacionalización de los sistemas electorales, en tanto expansión de la
ciudadanía electoral y estandarización-democratización de las practicas electorales, ha
explicado la creciente homogenización electoral de la competencia partidaria en las distintas
sub-unidades políticas de una gran mayoría de los estados-nación modernos (Caramani,
2004). De acuerdo con esta tesis, la primacía de la política publica nacional sobre la política
local favorece la expansión de partidos programáticos nacionales (particularismo →
universalismo), al tiempo que la eliminación de las barreras a la competencia política en el
orden local limita el valor de cultivar minorías electorales concentradas territorialmente
(Clientelismo → Ciudadanía).
Esta progresiva expansión del sufragio desde fines del siglo XIX no solo permitió un
aumento en el número de electores autorizados a participar de la arena electoral sino que, a su
vez, sentó las bases políticas de un “mercado electoral” nacional. Este mercado electoral
nacional, a su vez, esta definido por la emergencia de grupos sociales dispersos
territorialmente con intereses programáticos y distributivos que no se encuentran
circunscriptos a una localidad en particular.
La primera sistematización de este modelo de nacionalización partidaria tiene su
origen en los estudios de Rokkan en los años 60s y 70s, quien afirmara que inicialmente la
representación política estaba “caracterizada por marcadas variaciones provinciales y locales
en la participación electoral -franchise practices- mediada por el reconocimiento explícito o
implícito de pertenencia en una corporación (la nobleza, el clérigo, corporaciones urbanas, de
mercaderes y artesanos, o, en algunos casos, de campesinos libres) como condición de
ciudadanía política” (Rokkan, 1970: 146). Una persistente diferenciación territorial y el
reconocimiento de pertenencia a distintas clases sociales, constituían el fundamento
geográfico y clasista de la representación política de fines del siglo XIX.
La progresiva expansión del sufragio estuvo acompañado, a su vez, no solo por la
extensión del derecho de ciudadanía política a grupos previamente excluidos (asalariados,
mujeres, jóvenes), sino también por la ecualización del voto entre las distintas clases sociales
y entre ciudadanos ubicados en distintas localidades del territorio nacional (Caramani, 2004;
McLaren, 1980). La progresiva estandarización y democratización de las prácticas electorales
les otorgo a nuevos partidos políticos de masas la posibilidad de competir en distritos
tradicionalmente monopolizados por caudillos locales, al tiempo que el proceso de
centralización político-administrativa cambio el horizonte de intervención de los partidos
desde el orden provincial hacia objetivos nacionales.
La incorporación del voto secreto (Australian Ballot) debilitó la capacidad de elites
locales para sancionar o premiar la participación electoral de sus distintas clientelas:
“De hecho, el garantizar un voto secreto cumplía dos funciones distintas: en primer lugar, le permitió al votante mantener su preferencia privada y evitar sanciones por parte de aquellas personas a las cuales el votante no quería informar de su decisión; segundo, le imposibilitaba al votante la posibilidad de mostrar como voto a aquellas personas a las cuales él quería informar” (Rokkan, 1970: 154).
42
Este proceso de progresiva estandarización y democratización de las practicas
electorales, no solo disminuyó la capacidad de monitoreo de los patrones sobre sus bases
electorales sino también impuso nuevos limites a los incentivos clientelares de los propios
votantes. Al tiempo que las desigualdades en el “precio” político de los distintos votantes
fueron eliminadas, por tanto, el proceso de expansión y rutinización de la participación
ciudadana derribo gran parte de las barreras que imposibilitaban la conformación de un
sistema competitivo de partidos nacionales.
En un trabajo reciente Daniele Caramani (2004) mostró que, sin embargo, dicho
proceso de expansión y rutinización de la ciudadanía electoral no llevo a la conformación del
mismo tipo de mercado electoral nacional en todos los países de Europa. En distinta medida
clivajes centro-periferia, culturales, y religiosos, subsistieron como categorías residuales, por
detrás de los conflictos clasistas que caracterizaron a la formación de los partidos de masas en
Europa occidental desde principios del siglo XX.
Un argumento similar es presentado por Chhibber y Kollman (2004), quienes
mostraron que Gran Bretaña y EEUU, en los cuales los mismo partidos políticos compiten en
todos los nivel de agregación, difieren considerablemente de la India o Canadá, en los cuales
clivajes étnicos, políticos y culturales han prevenido la proyección de partidos y electorados
nacionales.
En América Latina el proceso de formación de electorados nacionales estuvo también
mediado por el proceso de incorporación de clases medias bajas y trabajadores,
particularmente en los años formativos del modelo de sustitución de importaciones (Collier y
Colllier, 1991). En Argentina, la introducción del modelo de Lista Incompleta no solo facilitó
sino que impuso una mayor competitividad en la totalidad de las provincias. En efecto, la
principal oposición provincial, sin importar su caudal electoral, obtenía mediante el cambio de
formula electoral una representación institucional significativa al margen del nivel de
43
competitividad del distrito. Ello representaba un premio significativo para segundos partidos
en crecimiento, y favoreció la expansión territorial del Radicalismo.
El proceso de creciente centralización de la política publica, las constantes
intervenciones federales y el formato de lista incompleta que garantizó una representación
institucional a la minoría en la totalidad de las provincias, le dieron a la UCR la posibilidad de
constituirse en un partido de masas de alcance nacional. De este modo, mientras el voto
secreto puso un coto a los incentivos clientelares del viejo sistema electoral, la formula de
mayoría y minoría garantizó la formación de un mercado competitivo nacional con partidos
programáticos capaces de someter a sus distintas facciones provinciales.
La tesis de la nacionalización del sistema político democrático, sin embargo, no puede
hoy ser predicada sin mayores aclaraciones. El fin del siglo XX nos ha confrontado con
nuevos procesos de territorialización del voto, el renacimiento de identidades políticas
subnacionales y una creciente diferenciación político-electoral en un creciente número de
nuevos procesos de federalización (Gibson, 2004a). Estos procesos de territorialización (o
desnacionalización) de la política, sin embargo, no han resultado en una limitación del ideal
de ciudadanía política que motorizó a los procesos de expansión del sufragio a principios del
siglo XX, sino que descansa en la creación de esferas político-culturales de participación en
las cuales distintos grupos de ciudadanos tienen una distinta capacidad de acceso a la
representación política.
Esta distinta capacidad de acceso a la representación política ha sido justificada en
objetivos distributivos (cuando diferencias en la representación tienen como objetivo la
redistribución de recursos hacia minorías económicas territorialmente concentradas –
coparticipación en Argentina-), objetivos culturales (cuando diferencias en la representación
tienden a preservar una identidad cultural –autonomización de las regiones en España-), u
objetivos de preservación étnica (cuando diferencias en la representación tienden a preservar a
comunidades con un reclamo de auto-gobierno).
44
Modelos Político-Institucionales de Clivajes Territoriales Chhibber y Kollman (2004) proponen que los procesos de centralización política y
administrativa dan nuevo ímpetu a la formación de partidos políticos nacionales. Según los
autores, una mayor centralización política reduce el valor electoral de los actores orientados
localmente, quienes sólo pueden afectar marginalmente la aprobación de leyes que benefician
a sus bases electorales. En la medida en que el proceso de centralización avanza, por tanto, los
incentivos para el desarrollo de estrategias localistas decrece y las diferencias entre los
sistemas de partidos nacionales y provinciales se minimizan. Una mayor centralización
política, por tanto, conlleva una mayor nacionalización de la competencia electoral.
Por ejemplo, la formación de un mercado electoral nacional en la Argentina no puede
ser entendida al margen del proceso de disolución de las milicias provinciales, la
centralización de los recursos impositivos y del monopolio de emisión monetaria en el estado
nacional (Botana, 1977; Halperin Donghi, 2004). Este paulatino proceso de “expropiación” de
atribuciones políticas provinciales reduce la política local a funciones meramente
administrativas. La capacidad de las provincias para generar y distribuir recursos queda
progresivamente desligada del proceso político local, al tiempo que la vida cotidiana de los
ciudadanos queda sujetada a regulaciones centrales, códigos nacionales de empleo público,
asignación de beneficios sociales federales, etc.
Si, tal y como afirmase Weber (1969) los partidos políticos toman como modelo de
organización la estructura burocrática de aquellos órganos de gobierno que buscan controlar,
el progresivo proceso de centralización de la autoridad política facilitó una progresiva
centralización de la autoridad partidaria. A su vez, esta creciente centralización de la
autoridad partidaria, junto con una creciente homogeneización de las prácticas electorales en
los distritos de la federación, llevan a una reducción significativa en la variabilidad electoral
observada en las provincias.
45
Como contraste, procesos de “provincialización” o descentralización de la política
aumentan la importancia de las políticas públicas locales, llevando a una creciente
diferenciación de los sistemas políticos nacionales y provinciales. Los procesos de
descentralización político-administrativa, por ejemplo, fortalecen a los actores políticos
locales respecto de sus pares nacionales. Se reduce el valor político de la “etiqueta” partidaria
y crece el valor relativo de las agendas programáticas de alcance local. Asimismo, un mayor
control sobre la distribución discrecional de recursos políticos, económicos y simbólicos
permite a los actores locales consolidar apoyos de electorados territorialmente concentrados.
Este modelo de provincialización de la política partidaria también se ve reforzado por
la implementación de mecanismos electorales destinados a personalizar la selección de
candidatos. Estos sistemas de elección instan a los candidatos a hacer foco de sus campañas
en localidades para ser elegidos por electorados territorialmente concentrados. Los procesos
de provincialización, en este sentido, tienden a estar íntimamente vinculados, a su vez, con
procesos de personalización del voto (Ames, 1995).
46
Figura 2.1: Gasto Público Nacional y Provincial, Argentina, 1983-2001.
0
5
10
15
20
25
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
Gas
to P
ublic
o en
% d
e PB
I
Gasto Publico Provincial Gasto Publico Nacional
Fuente: Elaboración propia en base a datos de PROVINFO, Ministerio del Interior, http://www.mininterior.gov.ar/provinfo/inicio.asp
Figura 2.2: Descentralización Económica, LN (GPP/GPN), y Descentralización Política,
LN(NEPVN/NEPVP), Argentina, 1983-2001.
-0.6 -0.4 -0.2 0DESCENTRALIZACION POLITICA
Cambio Relativo en la Competencia Legislativa Nacional - Provincial
DES
CEN
TRA
LIZA
CIO
N EC
ONO
MIC
AC
ambi
o R
elat
ivo
en e
l Gas
to P
ublic
o N
acio
nal -
Pro
vinc
ia
Fuente: Elaboración propia en base a datos de PROVINFO, Ministerio del Interior,
http://www.mininterior.gov.ar/provinfo/inicio.asp
En el caso de la Argentina, la mayor disponibilidad de recursos económicos y políticos por
parte de los actores provinciales, así como la mayor discrecionalidad obtenida en la
distribución de estos recursos (Tommassi y Saiegh, 2000; Gibson y Calvo, 2000; Eaton,
2004), han favorecido el surgimiento de practicas neo-corporativas territoriales (Calvo y
47
Escolar 2003) así como un cambio del balance de poder entre las autoridades centrales
partidarias y sus dirigencias locales.
Como mostramos en las Figuras 2.1 y 2.2, consistente con la estrategia de
descentralización político-administrativa iniciada por Carlos Menem a principio de la década
de los ’90, se produjo en Argentina una importante delegación de funciones hacia las
Provincias con el consiguiente cambio en la composición del gasto publico nacional-
provincial (Eaton, 2002, Falleti, 2004). Simultáneamente, como muestra la Figura 2.2,
comienza un proceso de creciente diferenciación territorial en la competencia partidaria,
donde elecciones nacionales con un alto número de partidos competitivos contrastan con un
mercado electoral provincial de menor competitividad.
Así como el proceso de centralización de principios del siglo XX estuvo caracterizado
por una creciente nacionalización de la competencia partidaria, el proceso de
descentralización político-administrativo genera a su vez incentivos para una creciente
territorialización de la competencia partidaria. Sin embargo, esta creciente territorialización
de la organización político-partidaria no significa que las elecciones presidenciales y de
legisladores nacionales pierden todo valor. Implica, sin embargo, que en un contexto de
creciente territorialización del voto, el camino a la presidencia requiere la formación de
coaliciones políticas cuyo centro de gravedad se encuentra desplazado del ejecutivo y
legislativo nacional.
En este contexto de descentralización del poder partidario, la contienda electoral tiene
lugar en distintas arenas electorales que permiten la distribución de espacios de poder a
facciones políticas con distinta proyección territorial (local, provincial, nacional). Estas
distintas arenas electorales se encuentran estructuralmente superpuestas, obligando a los
partidos a diversificar su “portafolio” de estrategias electorales (Díaz Cayero et.al., 2001).
48
Anidamientos Territoriales y Sistema de Partidos Hace mas de una década, Tsebelis (1993) acuño el termino juegos anidados (“nested
games”) para explicar procesos políticos en los cuales un actor tiene que tomar decisiones en
dos o más arenas políticas superpuestas. Estas arenas políticas presentan al actor con
problemas de coordinación estratégica, tanto en términos de coaliciones nación-provincia,
como de implementación política (orden de juego entre arenas o “sequencing”). Desde el
punto de vista de un observador externo enfocado en tan solo una de estas arenas, las
decisiones del actor político aparecen a menudo como irracionales. Al entender los
anidamientos políticos de las distintas arenas del juego, sin embargo, estas mismas decisiones
políticas cobran sentido.
Por ejemplo, en 1988 Antonio Cafiero lanzó su campaña política hacia la presidencia,
tratando de capturar al voto indeciso que en 1983 había dado el triunfo electoral a Raúl
Alfonsín. Cafiero comenzó su campaña electoral con la certeza de que la interna Peronista
estaba definida y que el problema político era presentarse como un candidato presidenciable.
Por ende, Cafiero mantuvo un discurso moderado orientado hacia el voto no peronista. Con
pocas posibilidades de ganar la interna partidaria, mientras tanto, Menem vistió los
tradicionales ropajes peronistas atacando la estrategia económica del Cafierismo y
denunciando el abandono de los ideales desarrollistas del partido. A partir de movilizar la
base del partido y con un amplio sistema de alianzas en el interior, Menem logro derrotar a
Cafiero en la interna partidaria (Mustapic 2002, Novaro, 1999).
Sin embargo, la competencia interna había forzado a Menem a publicitar un programa
de gobierno difícilmente aceptable para gran parte del voto no peronista, en aquel momento
considerado crítico para ganar la elección. En vistas a la competencia presidencial, por tanto,
Menem moderó su discurso “desarrollista” con el fin de capturar este voto extra-partidario. El
anidamiento institucional de la primaria peronista y la elección nacional no fue tomada en
consideración por Cafiero, quien prescindió de un discurso capaz de capturara al voto
49
Peronista para poder cultivar un voto no peronista que consideraba clave para derrotar al
Radicalismo. Menem, por su parte, no podía darse el lujo de presentar un discurso
“presidenciable” o de pensar que aquello que se dijera en la interna resonaría en las elecciones
nacionales. Esto es, sin ganar la interna no habría elecciones nacionales.
Tal y como ocurre con las elecciones internas partidarias y las elecciones nacionales,
las elecciones provinciales y nacionales se encuentran también anidadas. Sin embargo, este
anidamiento esta caracterizado por una compleja articulación de facciones locales y
candidaturas nacionales. Es decir, mientras que en caso de la interna Cafiero-Menem el
problema se encontraba limitado a la relación entre el candidato, el votante mediano
partidario y el votante mediano nacional; en el caso de la superposición de arenas nación-
provincias, el anidamiento incluye la relación entre el candidato nacional, el candidato local,
el votante mediano nacional y el votante mediano local. El crecimiento partidario queda en
dicho contexto electoral, íntimamente vinculado a la administración de distintos arrastres
electorales entre sistemas competitivos nacionales y provinciales.
En la actualidad, tanto los actores políticos nacionales como provinciales tratan de
maximizar sus estrategias electorales a partir de la formación de alianzas nación-provincia así
como mediante el recurso de administrar las reglas del juego electoral en el orden provincial.
Dentro del Peronismo, por ejemplo, la construcción de un voto nacional en apoyo de un
candidato presidencial requiere la conformación de alianzas con maquinas políticas locales.
Estas alianzas pueden tener un carácter proactivo, para expandir el apoyo de un candidato
presidencial en provincias donde actualmente no tiene presencia, o reactivo, para prevenir la
entrada de competidores apoyados por candidatos presidenciales que buscan capturar una
faccion local. A su vez, administrando estos mecanismos electorales, distintas facciones
provinciales buscan maximizar el arrastre electoral de candidaturas nacionales exitosas o
minimizar los costos electorales de candidaturas nacionales controversiales. Estos sistemas de
alianza a menudo tienen como contrapartida la “implantación” de candidaturas nacionales en
50
mercados electorales locales (Fernández Meijide como candidata en la provincia de Buenos
Aires, Reutemann como candidato en la provincia de Santa Fe), así como la “nacionalización”
de figuras políticas locales.
El efecto de este modelo de coordinación estratégica de los partidos es la
conformación de un mercado electoral hibrido en el cual el nivel de “territorialización” del
voto no es constante en todas las provincias. La creciente diferenciación electoral provincial
no refleja simplemente la creciente autonomización y diferenciación de los sistemas políticos
locales sino, a su vez, ciclos de realineamientos nacional-provincial.
Por ejemplo, como muestra la Tabla 2.1, el promedio del número efectivo partidos
electorales para la cámara de Diputados nacionales, entre 1983 y el 2001, es de 3.07. Sin
embargo, en elecciones en las que simultáneamente son elegidos los Diputados Nacionales y
el Presidente, la competencia electoral para diputados cae en promedio alrededor de medio
partido (-.46).
Tabla 2.1: Número Efectivo de Partidos en Votos y Simultaneidad de las Elecciones (Arrastre Electoral), OLS
Variable Dependiente: NEPV
Arrastre Electoral Presidencial
-.467** (.204)
Arrastre Electoral Gobernador
.121 (.178)
Constante 3.07*** (.071)
N 239 Nota: Errores estándar en paréntesis. **p<.05, p***<.01.
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior.
El arrastre presidencial, por tanto, conlleva una concentración del voto que reduce la
competencia partidaria en la categoría de diputados nacionales. Esta reducción refleja la
decisión estratégica de los votantes de cambiar su voto hacia candidaturas presidenciales
viables. Sin embargo, el comportamiento estratégico de los votantes no es constante en todas
las provincias, como podemos observar al analizar la variación estándar de .20, la cual indica
51
que en algunas provincias el arrastre presidencial prácticamente no afecta la competitividad
de las elecciones en diputados (-.06) en tanto que en otras provincias lleva a una reducción de
aproximadamente un partido (-.86).21
El anidamiento estratégico entre distintas arenas y la capacidad para manipular las
reglas electorales son claves para entender el proceso de territorialización desigual ocurrido
en las distintas provincias. En provincias que no se ven muy afectadas por cambios en la
competencia nacional, administrar las reglas electorales con el fin de evitar las consecuencias
negativas de la competencia electoral tiene menos relevancia que en aquellas provincias que
se ven muy afectadas por elecciones concurrentes.
Una mayor territorialización del voto, por tanto, no implica simplemente que distintas
provincias tienen sistemas políticos que difieren del observado a nivel nacional. Implica a su
vez que distintas provincias tienen distintos niveles de integración política con la competencia
electoral nacional. Es decir, las arenas electorales nacional y provinciales tienen no solamente
distintos sistemas de partidos políticos sino, a su vez, distintos niveles de superposición con el
sistema político característico en el orden nacional.
A la base de estos anidamientos electorales se encuentran distintas reglas
institucionales que regulan la competencia política nacional y provincial. Por ejemplo, la
elección del presidente hasta 1994 se realizaba mediante colegio electoral a simple pluralidad
de votos. La existencia de una sola vuelta electoral en la cual se elije el presidente tiene un
efecto mayoritario, es decir, reduce el número efectivo de partidos electorales, dado que
induce a la concentración del voto en unas pocas candidaturas electoralmente viables. A partir
de la Reforma Constitucional de 1994, sin embargo, la existencia de dos vueltas electorales
facilita un crecimiento del número efectivo de partidos electorales dado que los votantes
tienen menores incentivos para votar estratégicamente en la primera vuelta. Al mismo tiempo,
por tanto, los partidos tienen menos incentivos para formar coaliciones electorales ex ante.
21 El análisis presentado en los Capítulos 4 y 5 muestra los cambios ocurridos en la competencia partidaria en detalle.
52
Esta disminución del voto estratégico tiene como resultado un debilitamiento del
arrastre electoral presidencial en la categoría de diputados nacionales. La Reforma
Constitucional de 1994, por tanto, favorece en principio la proliferación de partidos
electorales. Esto no quiere decir que el gran número de partidos observados en la actualidad
es simplemente un reflejo de las reglas electorales. La disolución de la Alianza entre el
Frepaso y la UCR tuvo un rol privilegiado en el surgimiento de nuevos partidos electorales en
los últimos años. Sin embargo, el sistema de doble vuelta elimina los incentivos para la
conformación de nuevas alianzas electorales presidenciales en un futuro próximo. El impacto
de estas nuevas reglas electorales pueden incluso ser observadas en la proliferación de
candidaturas peronistas en la elección presidencial del 2003, la cual no hubiera sido
técnicamente viable mediante el colegio electoral.
Así como las elecciones presidenciales favorecían el voto estratégico en las categorías
locales, la creciente territorialización del voto también implica que existe un arrastre electoral
inverso desde las arenas electorales locales hacia las nacionales (Ames, 1994; Jones, 1997b).
Como mostraremos en los Capítulos 4 y 5, sin embargo, no todas las elecciones
provinciales se comportan del mismo modo. Por tanto, mientras que las elecciones de
Gobernador y de Diputados Provinciales se han ido tornando crecientemente mayoritarias, las
elecciones de diputados nacionales muestran la mayor fragmentación del voto. Un efectivo
sistema de alianzas electorales Nación-Provincia, por tanto, tiene su centro político en los
acuerdos entre candidaturas presidenciales y de gobernadores, en tanto que la distribución de
cargos para Diputados Nacionales y Provinciales se ha transformado en moneda de pago para
consolidar estos acuerdos políticos. Dado que dichos cargos son a menudo distribuidos al
interior de las distintas facciones de un partido, la importancia de maximizar un mayor
número de asientos no esta limitada a su utilización en el orden legislativo (Jones, Saiegh,
Spiller, Tommassi, 2000). De hecho, es difícil sustraerse a la idea de que el valor principal de
53
un mayor numero de bancas legislativas es, en la actualidad, el de garantizar los sistemas de
alianzas necesarias para consolidar la fortaleza electoral del presidente y los gobernadores.
Modelos de Estimación de un Régimen Electoral: Votos y Bancas Los cambios ocurridos en la competencia a nivel nacional y provincial pueden ser
modelados teóricamente y medidos empíricamente. Para entender los cambios ocurridos en la
competencia política nacional y subnacional, así como sus relaciones reciprocas, es necesario
entender la estructura mecánica de los regímenes electorales y sus efectos sobre los votantes y
partidos. Utilizamos el término régimen electoral, reemplazando el término sistema electoral,
para describir distintas distribuciones esperadas de votos y bancas en función de atributos o
parámetros de la competencia partidaria y el diseño institucional de una unidad política. Estas
distribuciones de bancas no solamente reflejan elementos institucionales como la formula
electoral o la magnitud de distrito sino, asimismo, la interacción entre estos distintos
componentes institucionales y la competencia partidaria.
Hasta hace unos pocos años, la estructura formal de los sistemas electorales era casi
con exclusividad explicada a partir de extensas clasificaciones distinguiendo entre tipos
ideales puros. Estas clasificaciones eran realizadas mediante extensas comparaciones de
indicadores como el numero efectivo de partidos, la desproporcionalidad, la concentración
territorial del voto, la volatilidad electoral (Lijphart, 1994; Sartori, 1976; Powell, 2000); o la
clasificación de reglas electorales (tipo de umbral, tipo de formula, magnitud de distrito).
Estos indicadores permitieron, cuando existía una menor disponibilidad de procesamiento
estadistico, aproximar a nivel teórico distintos extremos como la Representación Proporcional
(RP) o de Simple Pluralidad (SP).
Sin embargo, la utilización de indicadores no nos permite responder a las preguntas
más importantes del sistema político: ¿Quién se beneficia más intensamente de las actuales
reglas de juego? ¿Cuál es el efecto en la asignación de bancas que tiene un cambio en el
54
número efectivo de partidos políticos? ¿Qué tan predecible es la asignación de bancas a
distintos partidos políticos bajo las actuales reglas electorales? Por ejemplo, las reglas
institucionales de la elección de Diputados Nacionales en la Argentina no se han modificado
en los últimos 40 años, sin embargo, la distribución esperada de votos y bancas actual es
considerablemente distinta a la observada a principios de los años 80. Ello se debe al modo en
que las reglas institucionales son afectadas por cambios sistemáticos en la competencia
partidaria.
En lo últimos 10 años, avances considerables en la formalización de sistemas
electorales nos han permitido construir modelos mas generales para representar la distribución
de cargos bajo distintas reglas electorales. El punto de partida de estos modelos es entender el
proceso social que genera los datos electorales y, en consecuencia, modelizar las posibles
asignaciones de bancas en lugar de clasificar los regimenes políticos (King, 1990; Cox y Katz,
2002; Calvo y Micozzi, 2004). Es decir, dejar que los regimenes electorales expliquen cual es
su comportamiento a partir de medir las distintas distribuciones de votos y bancas, en lugar de
ubicar arbitrariamente las distintas formulas electorales en distintas cajas. Una vez que
podemos describir la estructura formal de cualquier sistema electoral, podemos entonces
analizar como se comportan todos estos regimenes electorales una vez que se encuentran
anidados. En lo que sigue, comenzaremos por describir paso a paso como es posible
formalizar el analisis de los distintos regimenes electorales, lo cual le permitirá al lector
integrar los resultados de los análisis presentados en los Capítulos 3 al 8.
Interpretando una Elección en un Régimen Electoral:
Comencemos por describir la distribución de votos y bancas para la elección de
diputados nacionales en 1995. En la Figura 2.3 el eje horizontal describe la cantidad de votos
obtenidos por cualquier partido i y el eje vertical describe la cantidad de bancas obtenidas por
este mismo partido.
55
En 1995 el PJ obtuvo 45.7% de los votos y 53% de las bancas (69/130). La UCR, por
su parte, obtuvo 23% de los votos y un 22% de las bancas. El Frepaso, finalmente, obtuvo
22% del voto pero tan solo un 15% de las bancas. Aun cuando el sistema electoral nacional
para la elección nacional es formalmente proporcional, el Peronismo obtuvo un premio de
alrededor de 7% en bancas, por encima de su porcentaje de votos, en tanto que el Frepaso
obtuvo un 7% menos en bancas que su porcentaje de votos. Este “premio” en bancas, a favor
del peronismo, puede tener dos fuentes distintas. El régimen electoral puede estar sesgado
para favorecer al PJ o el régimen electoral puede estar sesgado para favorecer al partido
mayoritario.
Figura 2.3: Distribución de votos y bancas en la elección de diputados nacionales, 1995.
0
10
20
30
40
50
60
0 10 20 30 40 50 60
% Votos
% B
anca
s
Fuente: Dirección Nacional Electoral, Ministerio del Interior
La primera alternativa, por tanto, es que el régimen electoral tiene un efecto partisano
mientras que la segunda alternativa es que el régimen electoral es neutro desde el punto de
vista partisano, otorgando un premio de mayoría a cualquier partido que obtiene la pluralidad
de votos.
56
Figura 2.4: Dos posibles Regimenes Electorales que explican la distribución de votos-bancas observada en la elección de Diputados Nacionales, 1995.
Para aproximar estas dos alternativas podemos ver las Figuras 2.4.A y 2.4.B. En la
Figura 2.4.A mostramos un régimen electoral con tres partidos y un moderado sesgo
mayoritario, el cual otorga un premio de mayoría al PJ. En la Figura 2.4.B mostramos un
régimen electoral proporcional con un importante sesgo a favor del peronismo y un moderado
sesgo negativo para el Frepaso. El problema principal es estimar cual es la línea teórica en la
que efectivamente descansa la distribución de bancas del sistema electoral. Dada una sola
elección en un solo distrito electoral no es posible distinguir el origen teórico de estas dos
distintas distribuciones de bancas.
Estimando la Esperanza en Bancas en múltiples Regimenes Electorales:
Si tenemos varias elecciones, sin embargo, los determinantes del comportamiento de
un régimen electoral pueden ser estudiados bajo distintos niveles de competencia electoral. La
Figura 2.5, por ejemplo, muestra todas las distribuciones de votos y bancas para 204
elecciones de diputados provinciales ocurridas entre 1983 y el 2001.
Como es posible observar en la Figura 2.5, la cantidad de bancas esperadas por un
partido político es ligeramente mayoritaria, dado que la mayoría de los puntos se encuentran
por debajo de la línea diagonal (PR) cuando el porcentaje de votos obtenido por un partido es
57
menor al 40% de los votos y por encima de la línea cuando el porcentaje de votos es mayor al
40% de los votos. Es decir, los partidos perdedores tienden a obtener menos bancas que votos
en tanto que los partidos ganadores tienden a obtener mas bancas que votos.
Figura 2.5: Distribuciones de votos y bancas para todos los partidos en todas las elecciones de Diputados Provinciales, 1983-2001
0 .0 0 .2 0 .4 0 .6 0 .8 1 .0
0.0
0.2
0.4
0.6
0.8
1.0
vo tes
seat
s
Fuente: Dirección Nacional Electoral, Ministerio del Interior
La nube de puntos observada en la Figura 2.5, sin embargo, no describe un mismo
régimen electoral sino distintos regimenes electorales provinciales. El proceso social que
genera los datos, en este sentido, es similar al representado en la Figura 2.6, en la cual existen
múltiples regimenes electorales que producen distintas distribuciones de votos y bancas
(alrededor de uno por provincia si uno no considera las reformas electorales sub-provinciales).
La figura 2.5, por tanto, tiene interpretaciones sustantivamente distintas si se pierde de
vista las distintas distribuciones de votos y bancas en cada una de las provincias. En la medida
en que tenemos un número de distribuciones para distintas elecciones en distintos regimenes
electorales, sin embargo, podemos distinguir si la distribución esperada de bancas esta
sesgada a favor del Peronismo como en Figura 2.4.A o simplemente tiene un sesgo
mayoritario 2.4.B. Uno de los resultados más interesantes que presentaremos en el Capítulo 3,
de hecho, es que el sistema electoral nacional para la elección de Diputados Nacionales es
58
ligeramente mayoritario cuando existen dos partidos pero se sesga a favor del PJ conforme el
número de partidos efectivos crece.
Figura 2.6: Modelo Social de Generación de los Datos: Distintos Regimenes electorales tienen distintas esperanzas en la distribución de bancas (Distribución Logística)
Como mostraremos en el Capítulo 3, ese es el resultado del proceso de
territorialización del voto, que afecta más intensivamente a los distritos mas grandes los
cuales tienen magnitudes mas elevadas y una mayor proporcionalidad en la asignación de
votos y bancas.22
Si graficamos por separado las observaciones de la Figura 2.5 también podemos
distinguir distintos modelos de asignación de bancas para las distintas provincias. Utilizando
como ejemplo las elecciones de diputados nacionales por cada distrito electoral (Provincia),
podemos ver por ejemplo el efecto de las distintas magnitudes en la asignación de bancas.
Como muestra la Figura 2.7, provincias como Buenos Aires o Capital Federal con altas
magnitudes de electorales en la elección de diputados nacionales, tienen una distribución de
votos y bancas relativamente proporcional. Como contraste, provincias como San Juan o
Santa Cruz tienen una estructura “escalonada”, en la cual los partidos políticos que obtienen
por debajo de un ≈20% de votos no obtienen ninguna banca.
22 Una forma de ver este problema es comparar la asignación esperada de bancas en la provincial de Buenos Aires en la Figura 2.7 y compararla con Salta o Rió Negro.
59
Figura 2.7: Distribución de Votos y Bancas para cada Provincia, Diputados Nacionales, 1983-2001
Buenos Aires Capital Federal
Fuente: Dirección Nacional Electoral, Ministerio del Interior
Vale la pena destacar, sin embargo, que Provincias con magnitudes bajas tiene
distribuciones de votos y bancas considerablemente distintas. Por ejemplo, a diferencia de San
Juan, Chaco y La Pampa tienen una distribución considerablemente más ecléctica de votos y
bancas. Es decir, partidos con un mismo porcentaje de votos pueden obtener porcentajes
cualitativamente distintos de bancas. Ello es resultado del distinto efecto que distintos niveles
de competencia electoral tienen en contextos de bajas magnitudes electorales.
Efecto de bajas magnitudes sobre la distribución esperada de bancas
Habitualmente una menor magnitud de distrito tiene como efecto una curva en forma
de S más pronunciada, explicando la relación entre votos y bancas, la cual describe el
conocido efecto mayoritario de bajas magnitudes de distrito. Sin embargo, las bajas
0
.5
1
0
.5
1
0
.5
1
0
.5
1
0
.5
1
0 .2 .4 .6 .8
0 .2 .4 .6 .8 0 .2 .4 .6 .8 0 .2 .4 .6 .8 0 .2 .4 .6 .8
Catamarca Chaco Chubut
Corrientes Formosa Jujuy La Pampa La Rioja
Mendoza Misiones Salta San Juan San Luis
Santa Cruz Santa Fe Santiago del Estero Tierra del Fuego cordoba
entre rios neuquen rio negro tucuman
Ban
cas
Votos
60
magnitudes también tienden a producir una mayor variabilidad en la distribución de votos y
bancas. Como muestra la Figura 2.8, por tanto, una caída en la magnitud efectiva aumenta el
premio de mayoría para los distintos partidos políticos. A su vez, sin embargo, aumenta el
nivel de incertidumbre en la distribución de bancas esperada por los distintos actores
políticos.
Figura 2.8: Efecto Mayoritario de una Menor Magnitud Efectiva en la Distribución de Bancas
La utilización de formulas mayoritarias tiene efectos similares a los de las bajas
magnitudes de distrito. Formulas proporcionales, por su parte, no solo resultan en una S
menos pronunciada sino que, por lo general, resultan en una menor variabilidad en la
asignación esperada de bancas.
Efecto de mayor competencia sobre la distribución esperada de bancas
Un cambio en la competencia partidaria, por otro lado, desliza la S hacia la izquierda o
derecha del eje horizontal. Mayores niveles de competencia aumentan el número de bancas
obtenido por cualquier partido mayoritario en un sistema que no es estrictamente
proporcional. Por ejemplo, como mostramos en la Figura 2.9, un aumento en el numero de
61
partidos para la elección de diputados nacionales en la Argentina cambia la esperanza en
bancas de la línea sólida (dos partidos) a la línea de puntos (tres partidos).
Figura 2.9: Efecto Mayoritario de un aumento en el número efectivo de Partidos
Efectos partisanos son también detectados por un desplazamiento horizontal de la
línea, equivalente al cambio producido por una mayor competencia partidaria.
El efecto de múltiples reformas sobre la distribución de votos y bancas
Los procesos de reforma electoral habitualmente introducen un gran número de
pequeños cambios en las reglas institucionales que distribuyen votos y bancas. En efecto, aun
cuando la mayoría de los observadores de una reforma electoral se concentran en las
características generales (el “espíritu” de la reforma como por ejemplo un cambio de formula
electoral de Representación Proporcional a Sistema Mixto) es en la letra chica del proceso de
reforma donde observamos el mayor impacto sobre la distribución esperada de bancas en un
régimen electoral dado. Estos cambios no son unívocos y en un mismo proceso electoral
pueden existir reglas que incrementan los efectos mayoritarios del sistema político y otras que
los disminuyen; pueden ser introducidas cláusulas que afectan la competencia y otras que la
promueven. Un proceso de reforma electoral puede, por tanto, producir resultados mas
proporcionales pero sesgados a favor de un partido; más mayoritarios pero relativamente
62
neutros; distribuir bancas de modo mayoritario con una alta previsibilidad o de modo
relativamente errático. Dado que los cambios de régimen electoral ocurren en muchas
dimensiones simultáneamente, es necesario modelar la distribución de votos y bancas para
poder detectar cuales reformas tienen un mayor impacto. Antes de la reforma es posible
evaluar el efecto de distintas reformas a partir de la utilización sistemática de simulaciones
Monte Carlo.23 Después de la reforma, por otro lado, es posible evaluar las consecuencias
negativas mediante modelos de votos y bancas para sistemas multi-partidarios.24
Anidamientos Electorales y Efectos sobre la Asignación de Bancas
En la medida en que los distintos regimenes electorales del orden nacional y provincial
interactúan, el número de partidos competitivos también tiende a variar. Estos arrastres
electorales, a su vez, tienen estructuras territoriales lo cual potencia el efecto mayoritario de
algunos sistemas electorales y aumenta los sesgos mayoritarios y partidarios.
La mayor territorialización del voto, por tanto, conlleva una transformación del
régimen electoral, entendido este como un cambio sistemático en la distribución esperada de
bancas. Este cambio en el régimen electoral, a su vez, modifica los incentivos estratégicos de
los votantes así como el nivel de integración vertical de los partidos políticos.
Conclusiones El proceso de territorialización de la competencia partidaria en la Argentina esta
íntimamente vinculado con la creciente descentralización de la política pública así como la
creciente capacidad de las elites provinciales para “desanudar” la competencia provincial de
la competencia electoral nacional. El resultado de este proceso de territorialización, a su vez,
es una transformación radical de los efectos políticos de las reglas que regularan la
competencia electoral desde la introducción de RP a principios de los años 60. Esta
23 Ver el Capítulo 8 para un ejemplo de esta metodología. 24 Ver el Capítulo 5 para un ejemplo de esta metodología.
63
64
territorialización de los regimenes electorales, a su vez, ha incrementado el valor estratégico
de administrar los efectos de arrastre entre los niveles nacional y provincial. A partir de
entender los cambios ocurridos en la competencia electoral así como en las reglas
institucionales de los distintos regimenes electorales, tanto a nivel nacional como provincial,
los siguientes capítulos explican el cambio ocurrido en la política de partidos en la Argentina.
Capítulo 3: La Letra Chica del Contrato Democrático. Competencia Partidaria en el Sistema Electoral Nacional
Como indicara Lijphart (1994), “excepto en comunidades muy pequeñas, democracia
en realidad quiere decir democracia representativa, en la cual los candidatos elegidos toman
decisiones en representación de la gente” (Lijphart, 1994:1).25 La selección de estos
representantes, sin embargo, se encuentra mediada por una gran cantidad de procedimientos
para la nominación de candidatos, la recepción de votos, su procesamiento y recuento, así
como normativas para la asignación de escaños. Estos procedimientos incluyen aspectos en
apariencia irrelevantes como la capacidad para definir la ubicación geográfica de los centros
de votación,26 moderadamente sustantivos como la definición de procedimientos para declarar
un voto nulo, o muy sustantivos como la capacidad de garantizar la integridad de las urnas o
la implementación de distintas formulas para asignar los escaños. Estos procedimientos
constituyen la letra chica del contrato democrático y, lejos de ser triviales, son integrales a
toda elección, e incluso pueden definir su resultado, como ocurriera en las elecciones de
George W. Bush en el año 2001 o con Néstor Kirchner en el 2003.
Consideremos primero el caso de Bush, quien obtuvo casi un millón menos de votos
que Al Gore y, sin embargo, fue nominado presidente de EEUU. A diferencia del sistema
electoral vigente en la Argentina para la elección del ejecutivo nacional, Estados Unidos
utiliza un procedimiento indirecto mediante la elección de representantes estaduales en un
Colegio Electoral.27 Estos representantes, a su vez, son elegidos en cada uno de los estados
(provincias) mediante lista cerrada, a simple pluralidad de sufragios. La totalidad de las
bancas de California (55 electores), por ejemplo, son asignadas al ganador de la carrera
25 Nuestra traducción. 26 De hecho, la elección de la ubicación geográfica de un centro de votación esta lejos de ser trivial y pueden ser manipulados para “filtrar” grupos de votantes, particularmente en áreas de difícil acceso. Pero, por lo general, estos problemas escapan al radar de la opinión pública. 27 El colegio electoral es similar al utilizado en la Argentina antes de la reforma constitucional de 1994. Sin embargo, en la Argentina los representantes eran elegidos proporcionalmente y existían inequidades importantes en el número de electores requeridos para elegir un representante en las distintas provincias (Cabrera y Murillo, 1994).
presidencial en dicho estado, casi el doble que las bancas asignadas en representación de
Florida (27). Si el margen de victoria de todos los estados fuese similar, y las banca asignadas
representan a un mismo numero de votantes, el resultado del colegio electoral seria idéntico al
promedio de votos obtenido por los candidatos.28 Por otro lado, si los niveles de competencia
varían sustantivamente en los distintos distritos electorales, pueden surgir diferencias
importantes entre los dos mecanismos de asignación de bancas.
Tabla 3.1: Elección de Presidente Mediante Voto Directo o Mediante Colegio Electoral Estado A Republicanos 51% Demócratas 49% (Republicanos ganan 10 Electores)
Estado B Republicanos 51% Demócratas 49% (Republicanos ganan 10 Electores)
Alternativa 2: Promedio de Votos: Demócratas 51.75% Republicanos 48.25%
Estado C Republicanos 51% Demócratas 49% (Republicanos ganan 10 Electores)
Estado D Demócratas 60% Republicanos 40% (Demócratas ganan 10 Electores)
Alternativa 2: Suma de Electores Republicanos 75% Demócratas 25%
En la Tabla 3.1, por ejemplo, podemos ver que los Republicanos ganan en tres estados
mientras que los demócratas ganan en tan solo uno. Dado que los demócratas ganan con un
amplio margen en el Estado D, el promedio de votos le da la victoria al candidato demócrata,
en tanto que la suma de electores le da la victoria al candidato Republicano. En general, en la
medida que el nivel de competitividad estadual varia, lo mismo ocurre con el margen de
victoria de los Demócratas y los Republicanos a nivel nacional.
En la elección de Estados Unidos 2001, Bush obtuvo una pequeña ventaja en una
mayoría de Estados, en tanto que Gore obtuvo una gran ventaja en una minoría de los estados.
Sin tomar en consideración el escándalo electoral de Florida, la elección directa del presidente
hubiera dado la presidencia a Al Gore en tanto que la utilización del Colegio Electoral sentó a
Bush en el sillón presidencial. En este caso, el modo en que los votos fueron contabilizados
28 Ello puede no ocurrir si existe “mallaportionment”, es decir, desproporcionalidad el la cantidad de votantes requeridos para la elección de un elector en distintos distritos electorales (Snyder and Samuels, 2001).
66
resultó crítico para definir quien fue elegido presidente. La legitimidad de ambas alternativas,
por otro lado, depende de elecciones normativas realizadas por los actores políticos y no
simplemente de la suma de los votos. En este sentido, dado que en la negociación
constitucional de EEUU los estados han recibido un papel fiscalizador sobre el voto popular,
el resultado político que dio la presidencia a Bush es legítimo a pesar de no responder al
candidato mas votado. Por otro lado, si en el espíritu de la negociación constitucional el voto
popular debe elegir al presidente, Gore debería ser el presidente y, por tanto, la elección de
Bush tendría una menor legitimidad de origen.
Un caso distinto es el de Néstor Kirchner en la última elección nacional. Como fuera
notado por la prensa especializada, Menem era considerado el candidato “natural” para ganar
la interna Peronista y, por tanto, ganar la elección presidencial en el 2003. Si observamos
nuevamente la Figura 1.2 del Capítulo 1, nuestras estimaciones muestran que Menem obtuvo
casi el doble de votos Peronistas que Kirchner en la primera vuelta presidencial del 2003.
Anticipando una victoria Menemista en las elecciones internas, y ante la posibilidad de una
segunda vuelta controlada por el Peronismo, Duhalde llevo adelante una operación política
para que la elección presidencial se realizara mediante una competencia entre candidaturas
antes que partidos. En una primera vuelta, por tanto, el Peronismo pudo presentar múltiples
candidatos, lo cual evitó que en la segunda vuelta se enfrentaran Menem y López Murphy.
En la Figura 3.1 mostramos estas dos alternativas como un juego en forma extensiva,
lo cual clarifica la estrategia del Duhaldismo en la última elección presidencial. Si el
Peronismo se veía obligado a definir una candidatura única, la interna abierta hubiera dado
casi con seguridad la victoria a Menem. En una segunda vuelta, Menem se hubiera enfrentado
con un candidato no peronista como, por ejemplo, López Murphy.29 A diferencia de la
contienda Kirchner-Menem, que dividió al voto peronista y ubicó como pivote a la disuelta
29 Es de destacar, sin embargo, que ante la ausencia de Kirchner como candidato Carrió podría haber sobrepasado a López Murphy como el segundo candidato mas votado de nuestro escenario.
67
Alianza, una segunda vuelta entre Menem y López Murphy hubiera posiblemente llevado a
Menem a la presidencia.
Figura 3.1: Dos Escenarios de Elecciones Presidenciales 2003
Nota: El largo de las líneas representa el porcentaje de votos obtenido por los candidatos. Líneas mas cortas indican un menor porcentaje de votos, líneas mas largas indican un mayor porcentaje de votos. La primera vuelta del segundo escenario, la cual podría haber enfrentado a Carlos Menem y Elisa Carrió, no ha sido representada.
Menem
?
Lopez Murphy
Segunda Vuelta
Rodriguez Saa
Menem
Kirchner
Interna Peronista
Kirchner
?
Menem
Lopez Murphy
Kirchner
Menem
Segunda Vuelta
Primera Vuelta
El Duhaldismo se dio cuenta que el ballotage, un mecanismo originalmente
sancionado para evitar la elección de candidatos con un magro porcentaje de apoyo popular,
podía ser utilizado para dirimir la interna peronista y evitar una victoria de Menem. Utilizando
de un modo original30 los recursos institucionales de la nueva constitución, Duhalde
transformo la agenda electoral de un modo decisivo. Como consecuencia de este aprendizaje
en la utilización de las reglas del juego democrático, nos resulta imposible anticipar hoy si la
competencia en la próxima elección presidencial se desarrollara de acuerdo con el modelo de
competencia partidaria del ballotage clásico o de acuerdo con el modelo de competencia de
candidaturas utilizado por el Duhaldismo en la última elección.
En la elección de Kirchner, a diferencia de Bush, un cambio en la interpretación de las
reglas permitió esta “segunda vía” electoral, cuya legitimidad fue fuertemente cuestionada por
30 Es de destacar que el modelo de elección de candidaturas del Duhaldismo no fue tematizado en la constituyente de 1994.
68
el Menemismo, y utilizada como excusa para renunciar a la segunda vuelta electoral. Antes
que aceptar una muy probable derrota, Menem cuestionó el modo en que la letra chica había
sido modificada para imposibilitar su candidatura con un Peronismo unificado.
Es importante notar, sin embargo, que la estrategia de Duhalde solo podía ser exitosa
en un contexto de alta fragmentación de las demás fuerzas políticas. En efecto, si la Alianza
hubiera sido aun una opción electoral viable, dividir al Peronismo en la primera vuelta hubiera
ubicado a Kirchner como tercer candidato, enfrentando nuevamente al Menemismo contra la
Alianza en una segunda vuelta electoral. La transversalidad Kirchnerista, en este sentido,
solamente podía ser exitosa si el cambio de interpretación de las reglas de juego electoral
coincidía con un contexto político favorable, de alta fragmentación partidaria. Estos dos
ejemplos muestran el modo en que se articulan elementos estratégicos, coyunturales e
institucionales, en la elección de representantes.
En la primera parte de este Capítulo, luego de describir brevemente las principales
características del sistema electoral Nacional, analizamos la evolución de la competencia
partidaria en las categorías de Presidente y Diputados Nacionales, que acompaño la estrategia
presidencial de Kirchner. Concluimos este capítulo analizando los efectos de una mayor
fragmentación y volatilidad electoral en la asignación de bancas en la categoría de Diputados
Nacionales.
Una breve descripción del Sistema Electoral Nacional (1983-2003) El sistema electoral Nacional esta compuesto de tres distintas arenas que eligen al
Ejecutivo nacional, Diputados y Senadores. Cada una de estas elecciones está regulada por
reglas relativamente simples, aun cuando la articulación de estas tres arenas es
considerablemente más compleja. El Poder Ejecutivo es electo por voto directo de los
ciudadanos por mayoría absoluta atenuada. Si una fórmula logra el 45% de los votos positivos
o, en su defecto, el 40% con 10 puntos o más de diferencia sobre el segundo, el Presidente es
69
elegido en primera vuelta. En caso contrario, las dos fórmulas más votadas concurren a una
segunda vuelta. Este sistema fue incorporado en la reforma constitucional de 1994,
suplantando al antiguo Colegio Electoral. Como resultado de la eliminación del Colegio
Electoral, la elección del Presidente de la Nación esta dominada por los distritos más grandes
(Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Ciudad de Buenos Aires), los cuales concentran al grueso
de los votantes.
Por otra parte, la Cámara de Diputados se compone de 257 miembros electos en los 24
distritos electorales del país (23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires). Aun cuando la
Constitución establece que la elección de sus integrantes se realizará a “simple pluralidad de
sufragios” (mayoría simple), desde 1962 se utilizan formulas de representación Proporcional
(RP). La Constitución y la ley electoral vigente también establecen la cuota o fracción
poblacional que corresponde a cada distrito electoral, lo cual ha resultado en una moderada
sobre-representación de los distritos con bajo número de electores.31 En 1993 también fue
incorporado el denominado “cupo femenino”, que obliga a los partidos a intercalar como
mínimo la candidatura de una mujer cada dos hombres. Esto ha permitido un incremento
significativo de legisladoras en la Cámara, llegando a un 28% en el año 1999 (Jones, 1995:
42).
La fórmula electoral utilizada en los comicios de la Cámara de Diputados es D´Hondt,
con una barrera legal del 3% del padrón electoral distrital, lo cual reduce moderadamente la
proporcionalidad del sistema electoral en los distritos medianos y grandes. Las magnitudes de
distrito son variables, oscilando entre cinco y setenta. Sin embargo, debido a la renovación
parcial por mitades en cada distrito cada dos años, las magnitudes efectivas tienen un rango de
35 a 2.
31 Debido a las reformas de 1972 y 1982 (ambas realizadas por gobiernos de facto pero normalizadas con posterioridad), ningún distrito puede tener menos de cinco Diputados Nacionales, a la vez que se suman tres representantes a los que corresponderían por población a cada uno de ellos. Estas medidas han desembocado en la sobrerrepresentación actual, por la cual, a modo de ejemplo, un voto en Tierra del Fuego vale 9,88 veces más que uno de la Provincia de Buenos Aires.
70
Debido a las bajas magnitudes de distrito en muchas provincias, la distribución de
bancas tiene características mayoritarias en la mayoría de las provincias pequeñas y
relativamente proporcionales en las provincias grandes. Este premio es graficado en la Figura
3.2, que muestra que un mismo porcentaje de votos otorga un número considerablemente más
alto de bancas en las provincias chicas. En la Figura 3.2, el eje horizontal representa el
porcentaje de votos obtenidos por un Partido i y el eje vertical indica las bancas totales
obtenidas por un partido en una elección con renovación parcial –entre 0 y 127 bancas-.
Como es posible observar, un 40% de votos le otorga casi 15 bancas más a un partido en las
provincias más pequeñas. Ello tiene un fuerte impacto sobre la asignación de escaños para los
distintos partidos, los cuales obtienen un premio (sesgo partidario) si sus electores se ubican
en las provincias más pequeñas y con menor numero de partidos efectivos. Finalmente, así
como el centro de gravedad de la elección presidencial se encuentra en las provincias más
grandes, el centro de gravedad de la Cámara de Diputados se encuentra en las provincias
medianas y pequeñas, que en su conjunto eligen una mayoría de los Diputados.
Figura 3.2: Distribución de Bancas en las Distintas Provincias, Efecto de las Distintas Magnitudes en la Asignación de Escaños, Cámara de Diputados, Elecciones Nacionales,
1983-2003
Nota: Estimación por GLM sobre datos electorales provinciales 1983-2003. Detalles en el apéndice. Ecuación de votos y bancas de Calvo y Murillo (2004).
71
El Senado de la Nación, por su parte, está compuesto por 72 miembros electos por
voto directo en las provincias. Cada provincia elige 3 senadores mediante lista incompleta,
otorgando dos bancas para el partido con mayor cantidad de votos positivos y una banca para
el segundo. Estas reglas, incorporadas en la reforma constitucional de 1994, alteraron el
antiguo sistema de elección indirecta de senadores nominados por sus respectivas Legislaturas
provinciales. Esta reforma también incrementó el número de senadores, dificultando mediante
el sistema de mayoría-minoría que cualquier partido obtenga más del 66% de las bancas.32
La renovación de esta Cámara es por tercios cada dos años, con distintos distritos que
renuevan sus representantes cada 6 años. En consecuencia, si bien en el país se vota un tercio
del Senado cada dos años, cada distrito elige senadores cada seis. Existe también aquí un
decreto reglamentario que establece la obligación de que en cada binomio haya un candidato
de diferente género. Dado que todas las provincias eligen un mismo número de
representantes, la desproporcionalidad territorial es muy alta, y el senado tiene su centro de
gravedad política en las provincias más pequeñas.
La combinación de estas tres distintas arenas electorales tiene consecuencias
importantes para el proceso político en su conjunto. En efecto, dado que (i) los distintos
partidos políticos tienen una distribución geográfica del voto marcadamente distinta y (ii) que
las reglas electorales utilizadas favorecen distintos electorados en las categorías de Presidente,
Diputados y Senadores Nacionales, cada una las distintas instituciones de gobierno tienen
votantes medianos diferentes. De este modo, si bien el Radicalismo ha ganado la presidencia
en dos ocasiones, el Peronismo ha controlado el Senado desde 1983 hasta la actualidad. El
partido de gobierno, por su parte, ha controlado por lo general una primera minoría en votos
en la Cámara de Diputados. Por tanto, la Argentina ha tenido 15 años de gobierno dividido en
los últimos veinte años de democracia. Ello ha sido particularmente costoso para el
32 Es posible para un partido obtener los tres senadores si presenta listas separadas, como ocurriera en el caso de La Rioja.
72
Radicalismo que, excepto entre 1985 y 1987, ha controlado una minoría de asientos tanto en
la Cámara de Diputados como en el Senado.
Aun si las reglas electorales no cambian, sus propiedades en la asignación de bancas
dependen de elementos coyunturales como el número de partidos que compiten por votos o
los cambios en la distribución geográfica de los electores. Estos cambios afectan el premio de
mayoría obtenido por todos los partidos políticos (sesgo mayoritario) y el premio obtenido
por algunos partidos en particular (sesgo partidario). Estos sesgos no tienen en principio una
connotación negativa sino que indican las propiedades del sistema electoral al distribuir
bancas entre los distintos actores políticos.
Por ejemplo, supongamos que en Buenos Aires y en Tierra del Fuego se crea el ARI y,
por tanto, aumenta el número de partidos que compiten por votos. En la siguiente elección, el
ARI obtiene un 8% de los votos, lo cual le da un 6% en bancas en Buenos Aires (donde se
reparten 35 bancas) y un 0% en Tierra del Fuego (donde se reparten 3 bancas y las bajas
magnitudes no permiten ganar bancas a los partidos más chicos). Si bien los votos obtenidos
por el ARI han reducido el porcentaje de votos de los partidos mayoritarios, la reducción en
bancas es solo una fracción de su reducción en votos. El sistema electoral, por tanto, se ha
vuelto más mayoritario. La distribución geográfica del voto, por otra parte, define si la
transferencia de bancas desde los partidos minoritarios se realiza hacia la totalidad de los
partidos mayoritarios o hacia algunos de ellos en particular.
Una mayor fragmentación del voto, por tanto, cambiará las propiedades de asignación
de bancas en la Cámara de Diputados, del mismo modo que permitió al Duhaldismo utilizar la
doble vuelta y el ballotage para imponer la candidatura de Kirchner sobre Menem en la
elección presidencial del 2003. En la siguiente sección analizamos la mayor fragmentación y
volatilidad observada en la competencia partidaria, para luego analizar el efecto de esta mayor
fragmentación sobre la asignación de bancas en la Cámara de Diputados.
73
Evolución de la competencia partidaria en la Argentina según categorías electorales nacionales (1983-2003)
Entre los años 1983 y 2001, el número efectivo de partidos electorales en la categoría
Diputados Nacionales aumentó en el orden nacional de 2.69 a 4.01. 33 Este cambio fue
sustantivo no solamente en términos numéricos sino también respecto del tipo de competencia
que representaba.
Figura 3.3: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Diputados Nacionales y Presidente/ Vicepresidente, período 1983-2003
1,0
1,5
2,0
2,5
3,0
3,5
4,0
4,5
1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003
AÑO
NCEV DN NCEV Presidente
1,0
1,5
2,0
2,5
3,0
3,5
4,0
4,5
1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003
AÑO
NCEV DN NCEV Presidente
Fuente: elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior.
En efecto, si bien en 1983 la contienda electoral estaba dominada por el Peronismo y
el Radicalismo, hacia el año 2001 la competencia electoral se encontraba dominada tan sólo
por el Peronismo, enfrentando una multitud de partidos minoritarios entre las cuales se
encontraba la Alianza.
La situación no era muy distinta en la Categoría Presidente y Vicepresidente, donde la
competencia efectiva creció de 2.44 a 4.64 entre 1983-2003. Sin embargo, esta mayor
competencia era a su vez el resultado del cambio de estrategia que implicó la utilización de
candidaturas presidenciales en lugar de listas partidarias. El número efectivo de Partidos
electorales en la Categoría de Presidente en el 2003 sería considerablemente mas baja si
33 El número efectivo de partidos describe cuántos partidos relevantes existen a nivel electoral o legislativo. El
índice fue desarrollado por Laakso y Taagepera (1979): ∑=
21
ivNEPV
, donde v representa el cociente de votos
obtenido por un partido i. El indice se puede utilizar tambien para medir el numero efectivo de partidos en una
legislatura, ∑=
21
ibNEPB
, donde b representa el cociente de bancas obtenido por un partido i.
74
consideramos que el Peronismo aglutinó alrededor del 60% de los votos positivos en sus tres
candidatos principales. En este sentido, el aumento en la competencia efectiva representa
fenómenos muy distintos en la elección de diputados y presidente.
Competencia Electoral en Diputados Nacionales
Observando en detalle la evolución de la competencia en Diputados, podemos notar
una continua fragmentación de la oferta electoral entre 1983 y 1995. La formación de la
Alianza ocultó, antes que revirtió dicho proceso de fragmentación en las elecciones de 1997 y
1999, luego de lo cual dicha fragmentación reaparecería con particular virulencia.
Los mayores niveles de competencia electoral, a su vez, no se distribuyeron a lo largo
del país de modo homogéneo. Como es posible observar en la Tabla 3.2, provincias como
Catamarca, Corrientes, La Pampa, La Rioja, Misiones, Salta, San Luis y Santiago del Estero
registraban niveles de competencia inferior a 3 partidos en el año 2001. Estos valores, a su
vez, no eran muy distintos de los niveles de competencia registrados en las mismas provincias
en 1983.
En contraste, las provincias más populosas de Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires,
Córdoba y Mendoza mostraron niveles de competencia superiores a los cinco partidos
electorales efectivos, seguidas de cerca por Santa Fe (4.52) y Tucumán (4.55). Entre las
provincias menos populosas, tan solo las provincias patagónicas (Neuquén, Rió Negro y
Tierra del Fuego) mostraron altos niveles de competitividad electoral en la categoría de
Diputados Nacionales.
También cabe destacar otras provincias que históricamente han mostrado altos niveles
de competencia electoral, en la mayoría de los casos como resultado de la participación de
partidos provinciales importantes (Jujuy, Mendoza, Neuquén, San Juan, Santa Fe, Corrientes,
Tierra del Fuego y Tucumán).
75
Tabla 3.2: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Diputados Nacionales, Serie Temporal 1983-2003
Provincia 83 85 87 89 91 93 95 97 99 2001 MediaBuenos Aires 2.44 3.73 2.85 3.13 3.69 3.17 2.77 2.46 3.01 5.27 3.26
Capital Federal 3.18 3.71 4.02 4.18 3.82 4.48 4.38 2.59 3.12 9.96 4.35Catamarca 2.77 2.22 2.15 2.45 2.64 2.58 2.56 2.42 2.47 2.73 2.50
Chaco 2.28 2.35 2.18 2.66 3.07 3.29 3.29 2.09 2.14 2.75 2.62Chubut 2.51 2.93 2.87 3.75 2.73 2.51 2.91 2.57 2.12 3.76 2.87
Córdoba 2.18 2.47 2.41 2.86 2.85 2.90 2.97 3.74 3.43 6.34 3.22Corrientes 4.36 2.90 3.37 3.12 3.08 2.69 3.32 2.67 4.59 2.82 3.30Entre Ríos 2.37 2.63 2.39 2.49 2.26 2.54 2.64 2.08 2.18 3.35 2.50Formosa 2.80 2.45 2.03 2.01 2.88 2.09 2.66 2.02 2.43 3.19 2.46
Jujuy 2.75 4.12 3.00 3.96 3.55 3.45 4.98 2.86 2.20 3.34 3.43La Pampa 2.93 2.73 2.14 2.48 2.85 3.21 2.93 2.97 2.18 3.06 2.75La Rioja 2.13 2.24 2.06 1.92 2.16 1.98 1.59 2.06 1.74 2.40 2.03Mendoza 2.30 2.68 2.76 3.34 2.75 2.80 3.40 4.16 3.45 5.42 3.31Misiones 2.12 2.22 2.26 2.42 2.18 2.20 2.37 2.23 2.00 2.72 2.28Neuquén 3.14 3.41 3.18 3.33 2.70 3.76 3.85 4.21 2.86 4.95 3.54Río Negro 2.31 2.70 3.26 3.01 3.72 3.31 2.54 2.78 2.75 4.53 3.10
Salta 2.59 3.39 2.62 3.26 2.35 3.14 3.74 2.17 2.59 2.76 2.86San Juan 3.36 3.10 3.48 4.36 3.66 3.59 3.14 4.19 2.52 3.60 3.50San Luis 2.61 2.28 2.59 2.72 2.52 2.53 2.27 2.40 2.61 2.03 2.46
Santa Cruz 2.24 2.55 2.14 2.31 2.63 2.26 2.37 2.22 2.37 2.46 2.36Santa Fe 2.57 3.41 3.60 3.04 4.24 3.47 4.27 3.02 3.76 4.52 3.59
Santiago del Estero 2.59 2.20 2.28 3.26 3.00 2.57 3.20 2.07 3.68 2.63 2.75Tierra del Fuego 3.43 3.70 - 3.74 3.64 3.29 3.22 3.04 4.34 7.16 3.96
Tucumán 2.35 2.48 4.06 3.46 2.41 3.06 4.32 3.37 3.18 4.55 3.33Promedio 2.69 2.86 2.77 3.05 2.97 2.95 3.15 2.76 2.82 4.01 3.01
Fuente: Cómputos propios sobre datos del Ministerio del Interior
Esto es, los distritos en los cuales hacia el final del período el número efectivo de
Partidos en votos se ha fragmentado de modo más severo incluyen las provincias más
pobladas y aquellas caracterizadas por bastiones de voto UCR, particularmente el voto UCR
metropolitano. En algunos de estos distritos, el sistema de partidos se ha estabilizado con tres
o cuatro fuerzas competitivas (Mendoza y Tucumán), mientras que en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, el proceso de reestructuración de la competencia
partidaria aún no se ha consolidado34.
Un ejercicio teórico interesante que nos permite ver la continua fragmentación del
sistema político a pesar del surgimiento de la Alianza es observar las provincias en las cuales
la Alianza no se formó hasta el año 1999 (Tabla 3.2).
34 Debe tenerse en cuenta que no se han computado todos los comicios legislativos del año 2003.
76
Figura 3.4: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Diputados Nacionales, Mediana Anual y Dispersión, 1983-200335
ANO
2001199919971995199319911989198719851983
NIV
EL D
E C
OM
PET
ENC
IA E
FEC
TIV
A D
IPU
TAD
OS
NAC
ION
ALES
11
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
218
1227
Fuente: Cómputos propios sobre datos del Ministerio del Interior
En Mendoza el número efectivo de partidos competitivos en 1997 fue 4.16, muy
superior a la media de los distritos en los cuales la Alianza se formó y no muy distinto a los
valores de competencia observados en el año 2001 (5.43). Córdoba y La Pampa también
muestran una evolución similar, con niveles de competencia electoral más altos que la media
y no muy distintos de aquellos que se observaron luego de la crisis del 2001.
Otro aspecto importante que debe señalarse es que a pesar de la formación de la
Alianza en el año 1997, el número efectivo de partidos sólo disminuyó de 3.15 a 2.76 para los
años ‘97 y ’99 respectivamente, lo cual se debió a la importante dispersión de la competencia
política partidaria a nivel subnacional.
Como muestra la Figura 3.4, la mediana de competencia electoral nacional indicada
por la línea negra en el centro del grafico de caja (boxplot), no se eleva demasiado respecto de
las elecciones anteriores. En efecto, gran parte de la variación en la dispersión media anual
esta ligada al aumento de competitividad en las capitales de las provincias más populosas.
35 El boxplot describe la distribución de la competencia efectiva de todas las provincias para cada año. El ancho de la caja muestra el número de casos en el intervalo 25-75%. La línea negra describe la mediana (el valor central de la distribución), en tanto que las barras que surgen de la caja muestran la dispersión alrededor de los valores centrales. Las observaciones muy alejadas de la distribución central son representadas individualmente como outliers.
77
Finalmente, aun cuando hacia el año 2001 el número efectivo de partidos que
competían para la Cámara de Diputados aumentó a su máximo histórico (4.01), esta
estimación es conservadora dado que no toma en consideración el gran número de votos
blancos y nulos. Incorporando, en cambio, a los votos blancos y nulos como dos nuevos
partidos políticos, el nivel de competencia seria considerablemente superior al observado en
las elecciones del 2003.
Competencia Electoral Presidencial
Como ya se mencionó al principio del capítulo, el proceso de fragmentación partidaria
en la categoría de Presidente de la Nación ha presentado sus propias particularidades. Por un
lado, como resultado de la utilización estratégica del ballotage discutido anteriormente y
como resultado del surgimiento de nuevas fuerzas políticas (ARI, Recrear, Polo, etc.), el
número efectivo de Partidos en votos aumentó considerablemente en el año 2003.
Las diferencias que observamos entre las distintas provincias en elecciones nacionales
competitivas, sin embargo, merecen una nota aparte. Si estudiamos en detalle los resultados
provinciales presentados en la Tabla 3.3, es posible notar que en las elecciones de 1995 y el
2003 existió una alta variabilidad regional en la composición del voto.
En el año 2003, por ejemplo, las provincias de los tres principales candidatos
peronistas, La Rioja, San Luis y Santa Cruz, tuvieron niveles de competencia electoral
inferiores a 2 candidaturas efectivas. La contracara de estos bajos niveles de competencia
electoral fueron las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe, que
mostraron mas de 6 candidaturas competitivas, seguidas muy de cerca por la Ciudad de
Buenos Aires.
78
Tabla 3.3.: Numero Efectivo de Partidos Politicos, Categoría Presidente, Serie Temporal 1983-2003
Provincia 83 89 95 99 2003 MediaBuenos Aires 2.253 2.900 2.652 2.851 6.608 3.453
Capital Federal 2.040 3.438 3.494 2.791 5.946 3.542Catamarca 2.427 2.143 2.541 2.201 4.064 2.675
Chaco 2.234 2.375 3.766 2.406 4.693 3.095Chubut 2.315 3.181 3.072 2.402 3.238 2.842
Córdoba 2.102 2.605 3.202 2.936 6.495 3.468Corrientes 3.390 3.079 3.668 4.802 5.436 4.075Entre Ríos 2.265 2.364 2.898 2.300 6.410 3.247Formosa 2.766 1.996 2.703 2.163 4.207 2.767
Jujuy 2.631 3.851 4.697 2.195 4.230 3.521La Pampa 2.818 2.402 2.750 2.267 6.208 3.289La Rioja 2.096 1.906 1.638 2.136 1.622 1.880Mendoza 2.133 3.155 2.640 2.630 6.297 3.371Misiones 2.108 2.329 2.440 2.341 5.384 2.921Neuquén 2.965 3.326 3.830 2.676 5.942 3.748Río Negro 2.236 2.470 2.786 2.342 4.775 2.922
Salta 2.449 3.239 4.241 2.397 3.771 3.219San Juan 3.202 3.131 3.327 2.434 5.165 3.452San Luis 2.427 2.426 2.502 2.300 1.300 2.191
Santa Cruz 2.176 2.236 2.386 2.457 1.588 2.169Santa Fe 2.286 2.587 3.341 3.755 6.000 3.594
Santiago del Estero 2.455 3.382 2.174 3.214 2.963 2.837Tierra del Fuego 2.449 3.038 2.259 2.932 3.604 2.856
Tucumán 2.265 3.433 3.857 2.440 5.456 3.490Total 2.437 2.791 3.036 2.640 4.642 3.109
Fuente: Cómputos propios sobre datos del Ministerio del Interior
Estas diferencias regionales pueden ser observadas en la distribución del voto de los
tres principales candidatos del PJ en las elecciones presidenciales 2003, Figura 3.5. Los bajos
niveles de competitividad electoral son el resultado del gran arrastre de votos ejercido por los
candidatos presidenciales en sus respectivas provincias, lo cual será presentado en detalle en
el Capítulo 5 del presente libro.
A los fines de nuestra presentación actual, es importante destacar el modo en que la
utilización del ballotage como mecanismo de decisión de la interna Peronista pone también en
evidencia el alto nivel de territorialización de sus facciones electorales. La campaña electoral
del Menemismo, definida como la coalición del obelisco, en una segunda vuelta hubiera
claramente distinguido a la región noroeste del centro-sur.
79
Figura 3.5: Porcentaje de Voto por Departamento; Menem, Kirchner y Rodríguez Saá 2003; Candidatos Justicialistas. Elección para Presidente 1ª vuelta.
N
P r e s i d e n t e d e l a N a c iónM E N E M 2 0 0 3
L o s c á l c u l o s s e r e a l i z a r o n e n r e l a c i ó n a l o s d e p a r t a m e n t o s d e t o d o e l p a ísy l a s s e c c i o n e s e l e c t o r a l e s d e l a C i u d a d A u t ó n o m a d e B u e n o s A i r e s
0 2 0 K m 0 1 8 0 K m
V o t o s ( % ) 0 - 8 . 7 8 . 7 - 1 6 . 7 1 6 . 7 - 2 4 . 7 2 4 . 7 - 3 4 . 2 3 4 . 2 - 4 6 4 6 - 7 2 . 1 7 2 . 1 - 9 1 . 5
P r o v i n c i a s
0 180 Km 0 20 Km
L o s c álculos se realizaron en relacióna los departamentos de todo el paísy l a s secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
KIRCHNER 2003Presidente de la Nación
N
Votos (%)0 - 8.78.7 - 16.716.7 - 24.724.7 - 34.234.2 - 4646 - 72.172.1 - 91.5
Provincias
N
P r e s i d e n t e d e l a NaciónR O D R Í G U E Z S A Á 2003
Los cálculos s e r e a l i z a r o n e n r e l a c i ó n a l o s d e p a r t a m e n t o s d e t o d o el paísy las seccione s e l e c t o r a l e s d e l a C i u d a d A u t ó n o m a d e B u e n o s A i res
0 20 Km0 180 K m
Votos (%)0 - 8.78.7 - 16.716.7 - 24.724.7 - 34.234.2 - 4646 - 72.172.1 - 91.5
Provincias
Fuente: Cómputos propios sobre datos del Ministerio del Interior
La elección del 2003 no es atípica. Es interesante notar que en todos los comicios
presidenciales excepto el de 1999, los niveles de competencia partidaria en los distritos de los
principales candidatos se ubicaron por debajo de la media nacional: Buenos Aires y Capital en
1983, La Rioja y Córdoba en 1989, La Rioja, Mendoza y Río Negro en 1995 y Santa Cruz, La
Rioja y San Luis en el 2003.
Figura 3.6: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Presidente, Mediana Anual y Dispersión – 1983-2003
ANO
20031999199519891983
NIV
EL D
E C
OM
PET
ENC
IA E
FEC
TIV
A P
RES
IDEN
CIA
L
7
6
5
4
3
2
1
0
213
199
187
Fuente: Cómputos propios sobre datos del Ministerio del Interior
80
La dispersión de la competencia efectiva presidencial alrededor de su mediana
nacional por año electoral es mucho menor en las elecciones presidenciales que en las
legislativas, excepto cuando la competencia se realizó entre candidaturas. La diferencia en los
niveles de competencia de ambos tipos de competencia electoral, presidencial y legislativa, es
también un testamento del modo en que la elección presidencial incita al voto “estratégico”,
así como un indicador del modo en que se estructura la competencia a nivel local, como será
mostrado en detalle en el Capítulo 3.
Tal y como observamos en el mapa de la pagina anterior, la Figura 3.6 también
muestra en el 2003 un gran número de provincias con valores de competencia muy inferiores
a la media (línea inferior en el boxplot del año 2003).
La competencia efectiva en bancas parlamentarias
Una mayor competencia electoral en votos, sin embargo, no necesariamente implica
una mayor competencia electoral en bancas. Aun cuando el sistema electoral de Diputados
Nacionales utiliza una formula proporcional D’Hont, las importantes diferencias en la
magnitud de los distritos reducen significativamente el numero de bancas percibidas por los
distintos partidos electoralmente competitivos.
Como podemos observar comparando los niveles de competencia electoral efectiva
(Tabla 3.3) y de competencia legislativa efectiva (Tabla 3.4), aun cuando el promedio de
partidos electorales efectivos es ≈3, el promedio de partidos legislativos efectivos es ≈2. De
hecho, nueve provincias eligieron en promedio menos de dos partidos legislativos efectivos
durante todo el periodo 1983-2001. La reducción de la competencia efectiva fue
particularmente severa en el año 2001, cuando el alto nivel de fragmentación de las fuerzas
políticas minoritarias otorgó un muy alto premio en bancas al Peronismo y a los partidos
provinciales.
81
Tabla 3.4: Número Efectivo de Partidos en Bancas, Categoría Diputados Nacionales, Serie Temporal 1983-2003
83 85 87 89 91 93 95 97 99 2001 MEDIABuenos Aires 2.10 3.04 2.22 2.56 2.56 2.37 2.37 1.99 2.37 3.00 2.46Capital Federal 2.49 2.52 2.67 3.31 2.67 3.07 3.27 1.90 1.95 5.12 2.90Catamarca 1.92 1.80 2.00 1.80 2.00 1.80 2.00 1.80 2.00 1.80 1.89Chaco 1.96 2.00 1.80 2.00 3.00 2.67 1.80 1.60 1.80 2.00 2.06Chubut 1.92 2.00 1.80 2.00 1.80 2.00 1.80 2.00 1.80 2.00 1.91Córdoba 1.91 1.98 1.98 1.98 1.98 2.45 2.45 3.00 2.45 2.31 2.25Corrientes 3.27 1.80 2.67 3.00 2.00 1.80 2.00 1.80 4.00 1.80 2.41Entre Ríos 1.98 1.92 2.00 1.92 2.00 1.92 2.00 1.92 2.00 1.92 1.96Formosa 1.92 2.00 1.80 2.00 1.80 2.00 1.80 2.00 1.80 2.00 1.91Jujuy 2.57 3.00 1.80 1.80 3.00 3.00 3.00 1.80 1.80 1.80 2.36La Pampa 2.78 1.80 2.00 1.80 2.00 1.80 1.00 3.00 2.00 1.80 2.00La Rioja 1.92 2.00 1.80 1.00 1.80 2.00 1.00 2.00 1.80 1.00 1.63Mendoza 1.92 2.27 1.92 2.78 1.92 2.27 3.57 2.78 3.57 3.57 2.66Misiones 1.96 1.80 2.00 1.80 2.00 1.80 2.00 1.80 2.00 1.80 1.90Neuquén 2.78 3.00 2.00 3.00 2.00 3.00 2.00 3.00 2.00 1.80 2.46Río Negro 1.92 2.00 3.00 2.00 1.80 2.00 1.80 2.00 1.80 2.00 2.03Salta 1.96 3.00 2.67 3.00 2.00 1.80 2.00 1.80 2.00 1.80 2.20San Juan 3.00 1.80 1.80 3.00 3.00 1.80 1.80 3.00 1.80 1.80 2.28San Luis 1.92 1.80 2.00 1.80 2.00 1.80 1.00 1.80 2.00 1.00 1.53Santa Cruz 1.92 1.80 2.00 1.80 2.00 1.80 1.00 1.80 2.00 1.80 1.79Santa Fe 1.99 2.45 2.78 2.31 3.33 3.00 3.33 2.31 3.33 3.00 2.79Santiago 1.96 1.80 2.00 3.00 2.67 1.80 2.67 1.80 2.00 1.80 2.15Tierra del Fuego 2.00 2.00 - 2.00 1.80 2.00 1.80 2.00 3.00 1.00 1.76Tucumán 1.98 2.00 3.57 2.00 1.92 2.67 3.57 2.67 2.78 2.67 2.58TOTAL 2.17 2.15 2.09 2.16 2.21 2.19 2.13 2.15 2.25 2.11 2.16
Fuente: Cómputos propios sobre datos del Ministerio del Interior
Como muestra la Tabla 3.4, Tucumán, la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y
Mendoza son los distritos que muestran mayor competitividad en la Cámara de Diputados.
Una notable ausencia es la Provincia de Buenos Aires, la cual tiene un nivel de competencia
electoral relativamente bajo, en gran parte como resultado del rol dominante del Peronismo en
el Gran Buenos Aires y del Radicalismo en la zona oeste y sur. Esto será analizado en más
detalle cuando volvamos sobre los sistemas electorales provinciales en el siguiente Capítulo
Los datos analizados muestran claramente uno de los atributos más interesantes del
sistema electoral Argentino: las bajas magnitudes electorales de la gran mayoría de las
provincias permiten que la fragmentación electoral se traduzca en una menor competencia
legislativa, como podemos observar en la Figura 3.7.
82
Figura 3.7: Número Efectivo de Partidos en Bancas, Categoría Diputados Nacionales, Mediana Anual y Dispersión – 1983-2003
2001199919971995199319911989198719851983
NIV
EL
DE
CO
MPE
TEN
CIA
EFE
CTI
VA
EN
BA
NC
AS
- DN
6
5
4
3
2
1
0
235228239
217237
229
218
213205
199
72
18
7
Fuente: Cómputos propios sobre datos del Ministerio del Interior
Como resultado de los sesgos mayoritarios impuestos por las provincias de menor
magnitud electoral efectiva (Calvo y otros, 2001), el impacto de los cambios en la
competencia partidaria se ve pobremente reflejado en la conversión de votos en escaños
parlamentarios.
Volatilidad Regional Legislativa y Territorialización del Voto
Las diferencias provinciales en los niveles de competencia electoral tienen su correlato en
una mayor diferenciación del voto partidario provincial respecto del nacional a lo largo de un
período electoral. Esta diferencia entre el voto mediano de un partido a nivel nacional y su
voto en las distintas provincias es lo que definimos como volatilidad regional. Si se entiende a
la volatilidad distrital como la diferencia del comportamiento electoral entre distritos respecto
de la media nacional, podría deducirse que a menor uniformidad del índice debería esperarse
una menor nacionalización del sistema de partidos y de la competencia electoral del país y
viceversa. En otros términos, cuanto mayores sean los índices de volatilidad regional, más
83
proclive será el sistema partidario a hallarse desestructurado (Sartori, 1976).36 Otras
alternativas para medir este mismo fenómeno son el índice de nacionalización de Jones y
Mainwaring (2003), como fuera utilizado por Gertner (2004).
Así como una mayor competencia electoral incrementa el premio en bancas para los
partidos mayoritarios (sesgo mayoritario), una mayor territorialización del voto define cuáles
partidos se benefician mas intensivamente de la nueva asignación de bancas (sesgo
partidario). Entender la volatilidad regional -el nivel de diferenciación del voto provincial
respecto de la media nacional- es crítico para entender la distribución de bancas actual en la
Cámara de Diputados.
Figura 3.8: Volatilidad Regional y Volatilidad Temporal para Diputados Nacionales Media Anual Histórica (1983-2001)
0
5
10
15
20
25
30
35
40
1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003
voltemDN volregDN
Fuente: Estimación propia sobre datos del Ministerio de Interior.
En la sección anterior mostramos que la competencia electoral no ha cambiado de modo
homogéneo en todas las provincias, puesto que ha crecido significativamente en las provincias
36 Es decir, que la competencia partidaria no tiende a ser uniforme en las distintas constituencies del país, en este caso las provincias.
84
más populosas y escasamente en las provincias con menor número de electores. Estas
diferencias en el nivel de competitividad tienen su correlato en variaciones regionales
respecto del promedio de votos obtenidos por un partido a nivel nacional y en las distintas
provincias. En 1983 el nivel de volatilidad regional era 8.30%, lo cual indica que las
elecciones locales eran un ≈92% similar a las elecciones nacionales. Esta volatilidad crecería
de modo continuo hasta ubicarse en un ≈17%, como muestra la Figura 3.8.
Esta creciente diferenciación geográfica del voto es acompañada por una mayor
volatilidad temporal, es decir, una creciente diferenciación del voto partidario entre dos
elecciones consecutivas. La creciente volatilidad regional previamente analizada, expresa dos
tipos de procesos políticos distintos: (i) la alta inestabilidad del sistema de partidos en distritos
como la Capital Federal, Tucumán o Corrientes, y (ii) la permanencia de un voto estable
“oficialista” en provincias con sistemas de partido dominante como La Rioja o Neuquén.
85
Tabla Nº 3.5: Volatilidad Regional para Diputados Nacionales, por Provincia, Media Histórica, Máxima, Mínima y Desvío Estándar.
Minimum Maximum Mean Std. DeviationCapital Federal 11.00 39.00 22.53 7.18Corrientes 8.00 23.00 16.95 3.80La Rioja 10.00 25.00 16.08 4.65Tucumán 8.00 35.00 15.99 8.82Neuquén 8.00 25.00 15.88 5.15Salta 5.00 21.00 13.15 6.15Mendoza 4.00 30.00 12.02 5.45Santa Fe 3.00 21.00 11.74 4.75San Juan 6.00 22.00 11.63 5.06Santiago 2.00 26.00 11.50 7.01Córdoba 6.00 17.00 10.85 3.58Tierra del Fuego 5.00 26.00 10.76 5.77Formosa 6.00 20.00 10.73 3.04Río Negro 6.00 16.00 10.60 3.68Buenos Aires 3.00 18.00 10.45 4.97Jujuy 3.00 20.00 10.45 4.97Misiones 8.00 16.00 9.99 2.25San Luis 3.00 22.00 9.94 4.68Catamarca 3.00 16.00 9.80 3.98Chaco 6.00 16.00 9.19 2.98Santa Cruz 6.00 15.00 9.10 2.75Chubut 2.00 14.00 7.54 4.47Entre Ríos 5.00 12.00 7.13 2.42La Pampa 3.00 12.00 7.00 3.62
Fuente: Cómputos propios sobre información del Ministerio del Interior
Por debajo de la media histórica nacional encontramos los casos de Santa Fe, San Juan,
Santiago del Estero, Córdoba, Tierra del fuego, Formosa, Río Negro, Buenos Aires, Jujuy,
Misiones, San Luis, Catamarca, Chaco y Santa Cruz, que se ubican cerca de los niveles de
cambio partidario a nivel nacional.
Las Consecuencias de una mayor Competencia Electoral En la sección anterior mostramos que en las últimas dos décadas se ha incrementado el
número de partidos políticos que compiten por votos pero, a su vez, que este aumento de la
competencia electoral no se ha visto acompañado por un aumento significativo del número
efectivo de partidos en bancas. Ello se debe a que, concomitante a la creciente competencia en
la arena electoral, ha aumentado también el premio en bancas percibido por partidos políticos
cuyos electores se encuentran concentrados en las provincias con magnitudes mas bajas. El
86
resultado es una mayor concentración de bancas en los partidos más importantes a nivel
provincial a medida que se fragmenta el voto.
La creciente territorialización de la competencia electoral, por tanto, ha distribuido el
premio de mayoría del sistema electoral argentino de modo desigual entre los distintos
partidos políticos. Este efecto puede ser estimado utilizando un modelo dinámico de votos y
bancas (Calvo y otros, 2004), para medir la magnitud del cambio del sesgo mayoritario (ρ) y
los sesgos partidarios del PJ y de la UCR.
En una distribución perfectamente proporcional de bancas, el sesgo mayoritario se
encontraría centrado alrededor de 1, ρ=1. La utilización de distintos distritos electorales con
magnitudes bajas, sin embargo, otorga un pequeño premio de mayoría donde los partidos
ganadores obtienen mas bancas que votos y los partidos perdedores obtienen manos bancas
que votos, representado por valores superiores a 1, ρ>1.
Cuando estimamos el sesgo mayoritario controlando por otros factores en la
distribución de bancas, por ejemplo, podemos observar que el sesgo mayoritario del sistema
electoral se ha mantenido relativamente estable en los últimos veinte años, con valores que
oscilan alrededor de 1.2, como puede observarse en el grafico superior de la Figura 3.9.
87
Figura 3.9: Evolución del Sesgo Mayoritario y Partidario en la Elección de Diputados Nacionales (1983-2001)
1985 1990 1995 2000
1.0
1.1
1.2
1.3
1.4
1.5
year
Ses
go M
ayor
itario
Sesgo Mayoritario en Argentina, Diputados Nacionales, 1983-2001
1985 1990 1995 2000
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
0.6
0.8
year
Ses
go P
artid
ario
PJ
Sesgo Partidario PJ, Diputados Nacionales, 1983-2001
1985 1990 1995 2000
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
0.6
0.8
year
Ses
go P
artid
ario
UCR
Sesgo Partidario UCR, 1983-2001
Nota: Nuestra estimación, WinBUGS 1.4-R 1.8. Paréntesis representan 80/20 intervalos alrededor del sesgo mayoritario ρ y partidario β.
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior.
Ello también indica que casi la totalidad del premio de mayoría del sistema electoral
ha sido absorbido por sesgos partidarios. Esto sesgos partidarios han sido positivos en el caso
de los Partidos Provinciales (MPF, BS, MRS, etc.) y negativos en el caso de partidos que han
88
concentrado su voto en la región metropolitana (Frepaso, ARI, APR). Por otro lado, estos
sesgos partidarios también han beneficiado significativamente al PJ y al Radicalismo, en
particular a partir de la crisis del 2001.
Como muestra la Figura 3.9, el sesgo partidario a favor del PJ se ha incrementado de
β=0.15 a β=.04 en los últimos veinte años. Este incremento equivale a un premio en bancas de
alrededor de un 10%, por encima del premio de mayoría que obtendría cualquier otro partido
con un porcentaje equivalente en votos.
Figura 3.10: Comparación del Premio en Bancas obtenido por el Peronismo en la Elección Legislativa de 1983 y del 2001
Para interpretar correctamente el beneficio obtenido por el PJ en años recientes
podemos presentar nuestros resultados comparando la asignación de bancas esperada por este
partido en 1983 y en el año 2001. Como muestra la figura 3.10, el PJ tenía a su favor un sesgo
mayoritario y partidario que en 1983 le permitía con un 40% de los votos obtener casi un 45%
de las bancas. En la medida en que el sistema electoral se torno más competitivo, y como
resultado del nuevo sesgo favorable que resulta de su mayor concentración de votos en las
provincias menos pobladas, hacia el año 2001 el peronismo obtiene con el 40% de los votos
casi un 50% de las bancas.
89
Este crecimiento del beneficio en bancas con el que se vio favorecido el PJ durante los
últimos años arrojaría sus repercusiones en el sistema político. Ha consolidado una mayoría
peronista en la cámara de diputados a la vez que disminuyó el número de partidos legislativos
en la cámara baja. De esta forma se aseguró una distribución de poder en el Congreso que le
ha permitido reforzar el poder de los ejecutivos nacionales peronistas y ejercer un alto poder
de veto durante los años de la Alianza al frente del gobierno nacional.
El premio de mayoría obtenido por la UCR también ha aumentado significativamente,
lo cual le ha permitido continuar como uno de los partidos legislativos más relevantes a pesar
de su débil rendimiento electoral. El sesgo partidario del Radicalismo, sin embargo, tiene
también intervalos de confianza más anchos, lo cual representa mayores niveles de
incertidumbre en la estimación de los beneficios obtenidos bajo las nuevas condiciones de
competencia electoral.
Conclusión En los últimos veinte años el sistema político argentino se ha vuelto
considerablemente más competitivo. Esta mayor competitividad, sin embargo, no se ha
distribuido de modo homogéneo a lo largo del territorio. Una mayor fragmentación electoral
se ha visto acompañada por una creciente territorialización del voto, la cual ha generado
mayores distorsiones el en sistema electoral y mayores sesgos partidarios en la asignación de
bancas. Esta mayor fragmentación y territorialización del voto, a su vez, ha abierto nuevos
espacios de negociación política tanto en la nominación de candidatos para el ejecutivo
nacional y para la Cámara de Diputados.
Esta nueva estrategia fue inaugurada por Duhalde, al proponer la utilización de
candidaturas no partidarias para facilitar el ascenso de Kirchner a la presidencia y evitar un
retorno de Menem. Sin embargo, una vez introducida esta estrategia en el juego político, la
aparición de contextos de alta fragmentación e inestabilidad electoral pueden facilitar el
90
91
surgimiento de nuevas formas de manipulación electoral basadas en el poder de control
negativo de agenda.37
Las importantes diferencias en las magnitudes efectivas observadas en la elección de
Diputados en las provincias han facilitado que una mayor fragmentación del voto resulte,
paradójicamente, en una reducción del número efectivo de partidos legislativos. Este resultado
muestra que el sistema electoral es menos sensible al cambio de preferencias de la ciudadanía
que lo que podría ser anticipado al utilizar Representación Proporcional en distritos
electorales de magnitud variable. A su vez, el hecho de que el sistema electoral aumente el
premio de mayoría y que a la vez se incremente la fragmentación puede ser considerado un
atributo interesante del sistema político, que fuerza a la formación de coaliciones mayoritarias
lo cual podría contribuir a la postre a consolidar el sistema de partidos.
37 El poder negativo de control de agenda describe la capacidad para imponer resultados políticos a partir de modificar el orden de votación en que se presentan las alternativas, en lugar de modificando la posición ideológica de la propuesta (o el candidato).
Capítulo 4: Los nuevos refugios de la estabilidad partidaria. Competencia
Política en los Sistemas Electorales Provinciales
En un contexto de profunda crisis política caracterizado por la multiplicación de
candidaturas presidenciales así como una mayor transversalidad y fragmentación partidaria
nacional, la política territorial en las provincias argentinas ha mostrado notables rasgos de
continuidad política e institucional. Si bien las provincias no han sido inmunes frente a la
desarticulación de la Alianza a nivel nacional, actualmente 20 de 24 provincias38 han
permanecido bajo control del oficialismo provincial, en 21 de las 24 provincias el oficialismo
tiene control de la legislatura (gobierno unificado) y en todas las provincias excepto Capital
Federal el número efectivo de partidos políticos para elecciones locales ha sido
considerablemente inferior al numero efectivo de partidos para las elecciones nacionales.39
En el capítulo anterior mostramos que en un contexto de crisis y realineamiento
político nacional, el sistema de partidos en la Argentina se había territorializado. Una
creciente diferenciación del voto en las distintas provincias (volatilidad regional), una mayor
diferenciación del voto entre elecciones (volatilidad temporal) y la virtual desaparición del
bipartidismo Argentino (fragmentación), tenían como contracara el fortalecimiento electoral e
institucional de los aparatos políticos locales y provinciales. Esta territorialización del sistema
de partidos nacional representa un cambio sustantivo respecto del tipo de competencia
partidaria que dominó la arena política Argentina desde la llegada del Peronismo en 1946.
Como tarea pendiente, sin embargo, restan analizar los mecanismos que permitieron a
los sistemas políticos provinciales sobreponerse a los efectos negativos de la crisis política
nacional y resistir la creciente fragmentación del sistema de partidos observada a nivel
38 Rio Negro, Tierra del Fuego, Mendoza y Catamarca son las únicas provincias donde el oficialismo perdió la elección de Gobernador durante el año 2003, aun cuando en las dos últimas apoyó en forma no oficial al candidato de la oposición. En algunas provincias los realineamientos internos llevaron a que el oficialismo se presentara bajo otra lista (Capital Federal, San Luis, Tucumán) o que efectuar alianzas con la oposición para vencer a otra linea interna (Misiones). Santiago del Estero fue intervenida en el 2004 y la eleccion posterior le dio la victoria a un candidato de la oposición e intervenciones similares en el pasado, han desembocado en realineamientos importantes y nuevos oficialismos (Catamarca y Corrientes). 39 Sin considerar sub-lemas por supuesto.
nacional. Los mecanismos que estas provincias han utilizado para sobreponerse a los shocks
políticos nacionales explican los nuevos patrones geográficos de la política en Argentina.
Dada la notable diversidad de sistemas políticos provinciales, estudiar el modo en que
los actores políticos locales se han sobrepuesto a los realineamientos políticos nacionales no
es una tarea sencilla. En efecto, cada una de las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires poseen constituciones, instituciones políticas, sistemas de partidos y sistemas
electorales sustantivamente distintos (Escolar et. al, 2004). Esta diversidad institucional, aun
cuando no es nueva, se ha profundizado de modo dramático en las dos últimas décadas dando
lugar a tipos de competencia electoral territorialmente diferenciados en un nivel muy superior
al observado en la mayoría de las democracias modernas (Jones y Mainwaring 2003). Para
analizar los cambios ocurridos en la política provincial como consecuencia de los
reacomodamientos políticos nacionales, por tanto, es necesario entender las diferencias
político-institucionales preexistentes, analizar los cambios político-institucionales ocurridos
en las distintas provincias y, finalmente, estimar el impacto de estos cambios sobre el sistema
de partidos.
Si bien existen trabajos que han descrito los mecanismos de financiamiento de las
maquinas electorales provinciales (Tommasi y Saiegh, 2000; Calvo y Murillo 2004), en esta
ocasión nos concentramos en uno de los aspectos menos estudiados de la política provincial:
los mecanismos electorales que han facilitado un mayor control local a los partidos oficialistas
en las provincias. Estos mecanismos incluyen reformas electorales, judiciales y
constitucionales, que han permitido a los actores locales administrar los efectos negativos de
la crisis política nacional y recomponer los sistemas de partidos provinciales. La lista de
nuevas reglas e instituciones es extensa, incluyendo reformas en los procesos de nominación
de candidatos, leyes de lemas, sistemas mixtos, internas abiertas, redistritado de las secciones
electorales, reformas constitucionales, etc.
93
En este capítulo describimos la estructura político-institucional de los sistemas
políticos provinciales y de la competencia política provincial. Ello nos permitirá en el
Capítulo 5 analizar los mecanismos institucionales que le permitieron a gran parte de los
partidos políticos locales mantener o incrementar el control de sus territorios.
Comenzamos entonces contrastando los indicadores de participación política
provincial con los indicadores nacionales presentados en el Capítulo 3 y describimos la
estructura de competencia partidaria provincial.
El orden de presentación de este capítulo es el siguiente: en la primera sección
analizamos las instituciones electorales y de gobierno provinciales. Luego, analizamos los
indicadores de competencia efectiva y la volatilidad electoral durante el período 1983-2003 y
por último, luego comparamos estos últimos con los indicadores nacionales presentados en el
capítulo anterior.
Instituciones Político-Electorales Provinciales
Las provincias argentinas están caracterizadas por notables diferencias en lo que
respecta a sus instituciones de gobierno, electorales, administrativas y judiciales. No es una
exageración afirmar que cada provincia tiene un sistema político propio donde se combinan
reglas y tradiciones político-partidarias particulares. Estas tradiciones tienen su origen político
en los diferentes contextos de provincialización de cada territorio así como en la capacidad de
los distintos actores políticos (autoritarios y democráticos) que controlaron las reformas
institucionales subsiguientes.
Argentina sancionó en 1853 una constitución federal con un ejecutivo elegido por
colegio electoral y un legislativo bicameral. Los representantes de la H. Cámara de Diputados
eran elegidos directamente por voto popular en cada provincia a simple pluralidad de
sufragios hasta 1912, mediante lista incompleta hasta 1962, y utilizando RP en distritos de
magnitud variable hasta la actualidad. Los Senadores Nacionales, por otro lado, fueron
94
elegidos indirectamente por las provincias hasta el 2001 y por voto directo utilizando una
formula de mayoría y minoría a partir de entonces. La Constitución Nacional, sin embargo, no
se pronunció respecto de las reglas e instituciones que debían gobernar las provincias y
territorios nacionales. En consecuencia, las distintas provincias mantuvieron trayectorias
políticas e instituciones electorales propias hasta la actualidad.
Los sistemas electorales de fin de siglo XIX en las provincias metropolitanas fueron
usualmente híbridos locales de los sistemas de Simple Pluralidad utilizados en las elecciones
nacionales hasta 1912. Buenos Aires, Mendoza y Córdoba ya utilizaban a principios del siglo
XX distritos electorales relativamente similares a los utilizados actualmente. A partir de la
reforma de 1912, un mayor número de provincias incorporaron formulas de mayoría y
minoría. Estas formulas sobreviven aun hoy en las provincias de Chubut, Entre Ríos, Santa Fe
y Santiago del Estero40. A partir de 1962, un proceso de negociación iniciado por Frondizi y
continuado por los militares después del Golpe del ’62 llevo a la implementación de RP para
la elección de Diputados Nacionales.41 La mayoría de las provincias incorporaron formulas de
RP, en algunos casos en distrito único como en La Pampa, Formosa, Misiones, Catamarca,
Corrientes, Chaco, y Jujuy, en otros casos en distritos plurinominales variables como en La
Rioja, Salta, Buenos Aires, Tucumán, Mendoza y San Luis.
Finalmente, una ola de reformas a partir de la transición democrática en 1983
completó el actual mapa electoral. Un nuevo sistema electoral apareció en escena, los
sistemas electorales mixtos segmentados42 y, ante una creciente fragmentación del sistema de
partidos, gran parte de los partidos de gobierno en las distintas provincias comenzaron a
retocar el sistema político para consolidarse localmente. Una mirada rápida a los sistemas
40 Recientemente esta última provincia también adoptó la reperesentación prorporcional. 41 Ver Smulovitz (1991) 42 Los sistemas mixtos segmentados son aquellos en los que no existe vinculación entre los resultados de la arena mayoritaria (generalmente uninominal) y la proporcional, por esta razon tienen un sesgo claramente mayoritario cuya importancia depende de la disminución del tamaño relativo de la arena proporcional. (sobre este tema consultese Escolar y Calvo, 2002).
95
electorales de las distintas provincias permite observar el legado de las distintas tradiciones
políticas mencionadas.
Buenos Aires y Mendoza eligen sus representantes en distritos de mediana magnitud
similares a los utilizados a principios del siglo XX, pero utilizando fórmulas de RP a la vez
que sobre-representan a sus propias periferias provinciales. Córdoba elimino el senado en
favor de un sistema electoral mixto segmentado preservando a su vez los distritos electorales
utilizados anteriormente (departamentos). Distintos Sistemas electorales mixtos segmentados
fueron introducidos también en Santa Cruz, Santiago del Estero, Río Negro y San Juan con
variadas configuraciones en la cantidad de bancas distribuidas entre sus distritos electorales, y
en general favoreciendo a sus distritos rurales a costa de sus principales distritos urbanos.
Actualmente, tan solo 5 provincias utilizan RP en distrito único con un umbral de 3%,
similar a la formula utilizada para elegir Diputados nacionales. Tres provincias aumentaron el
umbral nominal a 5%, Buenos Aires utiliza como umbral la cuota de bancas de cada distrito
(superior a 6% de los electores para los distritos de magnitud alta y muy superior para los
otros distritos). Río Negro, por su parte, utiliza un umbral fijo de 22% en cada sección
electoral. En la medida en que la tasa de participación decrece, el umbral efectivo, basado en
el número de electores antes que en los votos emitidos, aumenta de modo significativo.43
Chaco y la Ciudad de Buenos Aires, esta ultima por decisión Judicial, son los únicos
ejemplos en los cuales el umbral nominal ha sido eliminado, lo cual ha llevado a un
crecimiento significativo en el numero efectivo de partidos políticos.44
La Tabla 4.1 presenta en forma resumida los principales atributos de los sistemas
electorales legislativos provinciales en la Argentina. Como es posible observar, entre las
reglas electorales que dominan la política electoral de las provincias encontramos formulas de
Simple Pluralidad (SP) originadas en el siglo XIX, de lista incompleta posterior a 1912, de
43 Como resultado de esta diferencia en participación, los partidos políticos que obtuvieron la cantidad de votos necesaria para acceder a una banca y más del 3% de los votos positivos, no han podido sin embargo cumplir con los requisitos legales impuestos por el umbral. 44 Ver Capítulo 4.
96
Representación Proporcional (RP) a partir de la posguerra y, mas recientemente, sistemas
mixtos segmentados (SMS).
Algunas de las provincias más antiguas como Buenos Aires siguen utilizando
múltiples distritos electorales cuyos límites geográficos no han cambiado en los últimos 50
años (Escolar, Minvielle, Castro, 2005). Mientras tanto, otras provincias como Santiago del
Estero, San Luis, San Juan, La Rioja o Córdoba, han cambiado múltiples veces el número de
distritos, sus límites geográficos o el número de cargos a distribuir en cada sección electoral.
Algunos territorios nacionales provincializados después del 63’ como Río Negro y Santa Cruz
se han ido alejando en años recientes de las formulas Representación Proporcional, en tanto
que otras como la Capital Federal y Chaco han acentuado dichas características eliminado el
umbral.45
45 En Capital Federal mediante una resolución del Tribunal Superior y ante la falta de un Código electoral local.
97
Tabla 4.1: Descripción de Sistemas Electorales de los Legislativos Provinciales: 2001
PODER LEGISLATIVO PROVINCIAL
DISTRITO CAMARAS CATEGORIA DISTRITOS MAGNITUD TOTAL DEL DISTRITO (Nº de escaños)
DURACION/ RENOVACION/ REELECCIÓN
DESCRIPCION FORMULA ELECTORAL
CIUDAD DE BUENOS AIRES
UNICAMERAL DIPUTADOS ÚNICO 60 4 AÑOS. RENOVACION PARCIAL CADA 2 AÑOS. SOLO DOS PERIODOS CONSECUTIVOS
D´HONDT SIN PISO
BUENOS AIRES
BICAMERAL SENADORES SECCIÓN ELECTORAL
TOTAL 46= 8 SECCIONES ELECTORALES CON MAGNITUD VARIABLE ENTRE 3 y 9
4 AÑOS. RENOVACION PARCIAL CADA 2 AÑOS EN CONJUNTO: A) capital , 2da, 3era, 6ta, y B) 1era, 4ta, 5ta y 7ma. REELECCIÓN.
HARE CON RESTO MAYOR EN LA PRIMERA DISTRIBUCIÓN , ORDENADO POR NÚMERO TOTAL DE VOTOS EN LA SEGUNDA Y A SIMPLE PLURALIDAD DE SUFRAGIOS EN LA TERCERA.
DIPUTADOS SECCIÓN ELECTORAL
TOTAL 92= 8 SECCIONES ELECTORALES CON MAGNITUD VARIABLE ENTRE 6 y 18
CATAMARCA BICAMERAL DIPUTADOS ÚNICO 41 4 AÑOS. RENOVACIÓN PARCIAL CADA 2 AÑOS. REELECCIÓN
D´HONDT CON PISO DEL 3% DEL PADRÓN
SENADORES DEPARTAMENTO
16 DEPARTAMENTOS UNINOMINALES
MAYORIA SIMPLE
CHACO UNICAMERAL DIPUTADOS ÚNICO 32 4 AÑOS. RENOVACIÓN PARCIAL CADA 2 AÑOS.
D´HONDT SIN PISO
CHUBUT UNICAMERAL DIPUTADOS ÚNICO 27 4 AÑOS. RENOVACION TOTAL.
LISTA INCOMPLETA: 16 BANCAS MAYORIA SIMPLE Y LAS 11 RESTANTES POR D´HONDT SIN PISO
CORDOBA UNICAMERAL DIPUTADOS SEGMENTADO: DEPARTAMENTO Y DISTRITO UNICO
TOTAL 70 = DEPARTAMENTOS UNINOMINALES (26) Y 44 POR DISTRITO UNICO
4 AÑOS. RENOVACION TOTAL.
POR DEPARTAMENTO MAYORIA SIMPLE PARA DEPTOS UNINOMINALES Y D´HONDT SIN PISO PARA DISTRITO ÚNICO
CORRIENTES BICAMERAL SENADORES ÚNICO 13 6 AÑOS. RENOVACIÓN EN TERCERAS PARTES CADA 2 AÑOS.
D´HONDT CON PISO DEL 3% DEL PADRÓN
DIPUTADOS PROVINCIALES
26 4 AÑOS. RENOVACIÓN PARCIAL
ENTRE RIOS BICAMERAL DIPUTADOS ÚNICO 28 4 AÑOS. RENOVACION TOTAL.
LISTA INCOMPLETA: MAYORÍA ABSOLUTA PARA EL GANADOR, Y EL RESTO POR HARE. PISO: COCIENTE ELECTORAL
SENADORES DEPARTAMENTOS
16 UNO POR DEPTO, MAYORIA SIMPLE
FORMOSA UNICAMERAL DIPUTADOS ÚNICO 30 4 AÑOS. RENOVACION PARCIAL.
D´HONT CON PISO DEL 3% EN LEMAS. SUBLEMAS SIN PISO
JUJUY UNICAMERAL DIPUTADOS ÚNICO 48 4 AÑOS. RENOVACIÓN PARCIAL.
D´HONDT CON 5% DEL PADRÓN ELECTORAL DISTRITO. LEY DE LEMAS
LA PAMPA UNICAMERAL DIPUTADOS ÚNICO 26 4 AÑOS. RENOVACIÓN TOTAL
REPRESENTACIÓN PROPORCIONAL D´HONDT. 3% DEL PADRÓN ELECTORAL
LA RIOJA UNICAMERAL DIPUTADOS DEPARTAMENTO
18 DEPARTAMENTOS. MAGNITUD VARIABLE DE 1 Y 4 DIP
4 AÑOS RENOVACIÓN PARCIAL
D´HONDT CON 3% DEL PADRÓN DEL DISTRITO
98
MENDOZA BICAMERAL SENADORES SECCIONES Total 38= 4 SECCIONES MAGNITUD ENTRE 4 Y 6
4 AÑOS. RENOVACIÓN PARCIAL
D´HONDT CON PISO DEL 3% DEL PADRÓN ELECTORAL DE CADA SECCIÓN
DIPUTADOS Total 48= 4 SECCIONES MAGNITUD ENTRE 5 Y 8
MISIONES UNICAMERAL DIPUTADOS ÚNICO 40 4 AÑOS. RENOVACIÓN PARCIAL
D´HONDT SIN PISO
NEUQUÉN UNICAMERAL DIPUTADOS ÚNICO 35 4 AÑOS. RENOVACIÓN TOTAL.
D´HONDT CON PISO DEL 3% DE LOS VOTOS VALIDOS
RIO NEGRO UNICAMERAL DIPUTADOS SEGMENTADO: POR REGION Y POR DISTRITO ÚNICO
TOTAL 43= 24 POR REPRESENTACIÓN REGIONAL 3 DIP X 8 REGIONES Y 19 POR DISTRITO ÚNICO
4 AÑOS. RENOVACIÓN TOTAL.
REPRESENTACIÓN REGIONAL: D´HONDT CON PISO DEL 22% . REPRESENTACION X DISTRITO: D´HONDT CON PISO DEL 5% .
SALTA BICAMERAL SENADORES DEPARTAMENTO
23 DEPARTAMENTOS UNINOMINALES
4 AÑOS. RENOVACION POR MITADES
A SIMPLE PLURALIDAD POR DEPARTAMENTO
DIPUTADOS 60 MAGNITUD VARIABLE DE 1 Y 9 DIP
D´HONDT CON PISO DEL 5% DE VOTOS
SAN LUIS BICAMERAL SENADORES DEPARTAMENTO
9 DEPARTAMENTOS UNINOMINALES
4 AÑOS. RENOVACION POR MITADES
MAYORIA SIMPLE (1 POR DEPTO)
DIPUTADOS TOTAL= 43. MAGNITUD ENTRE 2 Y 10
D´HONDT SIN PISO
SAN JUAN UNICAMERAL DIPUTADOS SEGMENTADO: DEPARTAMENTO Y DISTRITO UNICO
TOTAL: 45= 19 UNINOMINALES (1 X DEPTO) Y 26 POR DISTRITO ÚNICO
4 AÑOS. RENOVACIÓN TOTAL
MAYORÍA SIMPLE EN UNINOMINALES (RIGE LEY DE LEMAS) , D´HONDT CON PISO DEL 3% DE LOS VOTOS VÁLIDOS EN EL DISTRITO ÚNICO.
SANTA CRUZ UNICAMERAL DIPUTADOS SEGMENTADO: PUEBLOS Y DISTRITO ÚNICO
TOTAL 24= 14 PUEBLOS UNINOMINALES / DISTRITO ÚNICO: 10
4 AÑOS. RENOVACIÓN PARCIAL
D´HONDT CON PISO DEL 3% DEL PADRÓN ELECTORAL PARA LEMAS Y SUBLEMAS.
SANTA FE BICAMERAL SENADORES DEPARTAMENTOS
19 DEPTOS UNINOMINALES
4 AÑOS. RENOVACION TOTAL.
MAYORIA SIMPLE (LEY DE LEMAS)
DIPUTADOS ÚNICO 50 LISTA INCOMPLETA: 28 BANCAS PARA MAYORÍA; 22 MINORIA, D´HONDT, 3% PARA LEMAS, SIN PISO PARA SUBLEMAS
SANTIAGO DEL ESTERO
UNICAMERAL DIPUTADOS SEGMENTADO: DISTRITO ÚNICO Y SECCIONES ELECTORALES PLURINOMINALES
TOTAL 50= 22 DIP. POR DISTRITO ÚNICO; 28 DIP. POR LISTA INCOMPLETA EN SECCIONES ELECTORALES DE MAGNITUD VARIABLE
4 AÑOS. RENOVACIÓN PARCIAL
LISTA INCOMPLETA: DOS TERCIOS A LA MAYORÍA Y EL TERCIO RESTANTE ENTRE LAS MINORÍAS HARE PARA DISTRITO ÚNICO.
TUCUMAN UNICAMERAL DIPUTADOS SECCIONES TOTAL 40= 3 SECCIONES de MAGNITUD 2 DE 11 Y 1 DE 18
4 AÑOS. RENOVACIÓN TOTAL
D´HONDT SIN PISO. LEY DE LEMAS
TIERRA DEL FUEGO
UNICAMERAL DIPUTADOS ÚNICO 15 4 AÑOS. RENOVACION TOTAL
D´HONDT CON PISO DEL 5% DE LOS VOTOS VALIDOS.
Fuente: Elaboración propia en base a Datos del Ministerio del Interior, constituciones provinciales, leyes electorales provinciales y decretos reglamentarios.
99
Coincidiendo con la ruptura de la Renovación luego de la derrota del PJ en 1983,
varias provincias implementaron leyes de lemas para la elección del ejecutivo y el legislativo
local. El número de provincias que incorporaron lemas pasó de cero a cuatro en 1987:
Formosa, La Rioja, Misiones y Salta. Hacia 1991 seis provincias más habían incorporado
lemas: Chubut, Jujuy, San Juan, Santa Cruz, Santa Fe y Santiago del Estero. De las 10
provincias que incorporaron lemas nueve eran Peronistas y en tan solo una de ellas, Salta, el
Peronismo fue derrotado electoralmente luego de la incorporación del sistema.
Tabla 4.2: Sistemas Electorales de los Ejecutivos Provinciales: 2003 PODER EJECUTIVO
DISTRITO DESCRIPCION SISTEMA ELECTORAL REELECCION LEY DE LEMAS
CIUDAD DE BUENOS AIRES
MAYORIA ABSOLUTA (50% DE LOS VOTOS POSITIVOS).
Sólo dos períodos consecutivos, luego deja pasar uno NO
BUENOS AIRES MAYORIA SIMPLE Sólo dos períodos consecutivos, luego deja pasar uno NO
CATAMARCA MAYORIA SIMPLE Ilimitada NO
CORDOBA MAYORIA SIMPLE Sólo dos períodos consecutivos, luego deja pasar uno NO
CORRIENTES MAYORIA ABSOLUTA (50% DE LOS VOTOS POSITIVOS).
Sólo dos períodos consecutivos, luego deja pasar uno NO
CHACO MAYORIA ABSOLUTA
ATENUADA (45% O 40% CON 10 % DE DIFERENCIA)
Sólo dos períodos consecutivos, luego deja pasar uno NO
CHUBUT MAYORIA SIMPLE Sólo dos períodos consecutivos, luego deja pasar uno NO
ENTRE RIOS MAYORIA SIMPLE No consecutiva, debe intermediar un período NO
FORMOSA MAYORIA SIMPLE Sólo dos períodos consecutivos, luego deja pasar uno SI
JUJUY MAYORIA SIMPLE Sólo dos períodos consecutivos, luego deja pasar uno SI
LA PAMPA MAYORIA SIMPLE Sólo dos períodos consecutivos, luego deja pasar uno NO
LA RIOJA MAYORIA SIMPLE Ilimitada NO
MENDOZA MAYORIA SIMPLE No hay reelección NO
MISIONES MAYORIA SIMPLE Reelección consecutiva una sola vez NO
NEUQUEN MAYORIA SIMPLE Sólo dos períodos consecutivos, luego deja pasar uno NO
RIO NEGRO MAYORIA SIMPLE Sólo dos períodos consecutivos, luego deja pasar uno NO
SALTA MAYORIA SIMPLE Sólo dos períodos consecutivos, luego deja pasar uno NO
SAN JUAN MAYORIA SIMPLE Reelección consecutiva una sola vez NO
SAN LUIS MAYORIA SIMPLE Ilimitada NO
SANTA CRUZ MAYORIA SIMPLE Ilimitada SI
SANTA FE MAYORIA SIMPLE No consecutiva, debe intermediar un período SI
SANTIAGO DEL ESTERO MAYORIA SIMPLE Sólo dos períodos consecutivos, luego deja pasar uno NO
TIERRA DEL FUEGO MAYORÍA ABSOLUTA Sólo dos períodos consecutivos, luego deja pasar uno NO
TUCUMAN MAYORIA SIMPLE No consecutiva, debe intermediar un período NO
Fuente: Elaboración propia en base a Datos del Ministerio del Interior
100
En efecto, los lemas le permitieron al Peronismo negociar la interna durante el
periodo de reestructuración post-83. Sin embargo, a partir de la formación de la Alianza en
1997 y en la medida que los lemas otorgaban a la oposición la posibilidad de coordinarse
políticamente sin tener que negociar la distribución de bancas, su utilidad política declinó.46
En 1999 tres provincias peronistas eliminaron los lemas (Formosa, San Juan y Santiago del
Estero) y otras tres siguieron el mismo camino recientemente (Misiones, Santa Cruz y Salta).
Existen también diferencias, aunque más moderadas, respecto de la elección de los ejecutivos
provinciales. Entre ellas, cabe destacar la posibilidad de reelegir indefinidamente al ejecutivo
en cuatro provincias (Catamarca, La Rioja, San Luis y Santa Cruz), la imposibilidad de
reelegir al ejecutivo en Mendoza47 y la presencia de cuatro distritos con sistemas de mayoría
absoluta o absoluta atenuada (Ballotage).
Las diferencias institucionales en los sistemas electorales provinciales afectan a su vez
la competencia partidaria a nivel local. A continuación, analizamos los diferentes niveles de
competencia política en las provincias y los comparamos con los estudios de competencia en
el orden nacional.
Evolución de la competencia partidaria en la Argentina según categorías electorales Provinciales (1983-2003) Una primera aproximación al estudio de la competencia partidaria en las provincias
consiste en describir el número efectivo de partidos electorales48. Como se muestra
detalladamente en las próximas páginas, el número efectivo de partidos competitivos en las
46 En el Capítulo 5 volvemos a analizar en detalle las reformas electorales que llevaron a la implementacion de los Lemas en las distintas provincias. 47 Es de destacar que tres de estas cuatro provincias tuvieron ejecutivos fuertes y de proyección nacional. Menem, Rodríguez Saa y Néstor Kirchner fueron a su vez los tres candidatos peronistas que concentraron más del 60% de los votos nacionales en la elección del 2003. 48 El número efectivo de partidos describe cuántos partidos relevantes existen a nivel electoral o legislativo. El
índice fue desarrollado por Laakso y Taagepera (1979): ∑=
21
ivNEPV
, donde v representa el cociente de votos
obtenido por un partido i. El indice se puede utilizar tambien para medir el numero efectivo de partidos en una
legislatura, ∑=
21
ibNEPB
, donde b representa el cociente de bancas obtenido por un partido i.
101
elecciones para Gobernador era, a principios de esta década, considerablemente más bajo que
el observado para todas las demás categorías, incluida la elección del Presidente de la Nación.
El número efectivo de partidos competitivos para la elección de legisladores
provinciales, por otro lado, fue similar al observado en las elecciones nacionales. La presencia
de sesgos mayoritarios significativos a nivel provincial, sin embargo, resultó en un menor
número efectivo de partidos legislativos en el orden provincial. En otros términos, el principal
efecto de las reformas electorales provinciales no fue el de limitar la presentación de
candidaturas49 sino el de reducir la asignación de bancas a partidos minoritarios. El nivel de
competencia de los últimos veinte años fue en aumento en todas las categorías con la
excepción de la elección de los ejecutivos provinciales, indicando que la creciente
fragmentación afectó la competencia partidaria también en la elección de legisladores
provinciales, aun cuando en menor medida que en la elección de legisladores nacionales.
Competencia Partidaria en Votos para la Categoría de Gobernador En 1983 el número efectivo de partidos que competían por votos para la categoría de
Gobernador era 2.69 y para Diputados 2.83. Estos niveles de competencia efectiva eran
relativamente similares a los observados a nivel nacional en las elecciones de Presidente y
Diputados Nacionales (2.69) en la primera elección luego de la transición democrática de
1983.
Sin embargo, en contraste con la evolución de la competencia efectiva en la categoría
de Presidente y Diputados Nacionales, el número de partidos efectivos que competían por
votos en la categoría gobernador, comenzó a declinar sistemáticamente ya en la elección de
1987 (Tabla 4.3).
En el año 2003, cuando el número de partidos que compiten por votos se eleva hasta
alrededor de 4 en el orden nacional, el número efectivo de Partidos en votos para Gobernador
49 El efecto psicológico en términos de Duverger (1992).
102
se encuentra cómodamente por debajo de 3, alcanzando tan solo 2.81 partidos en promedio.
Como muestra la Figura 4.2, el promedio de competencia efectiva para la Categoría de
Gobernador de las últimas dos décadas se encuentra por debajo de la competencia para
Presidente. Aunque afecta a todas las provincias, se da con notoriedad en las provincias de
Misiones, Entre Ríos, Salta, Santa Fé y Corrientes con la notable excepción los casos de San
Luis y de la Capital Federal.
Tabla 4.3: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Gobernador (1983-2003),Por Año
ANO N Minimum Maximum Mean Std. Deviation1983 22 2.09 3.41 2.69 0.421987 21 1.98 4.03 2.60 0.541991 23 1.53 3.54 2.56 0.511995 24 1.43 4.62 2.46 0.641999 23 1.64 3.84 2.49 0.632003 23 1.22 4.94 2.81 0.90
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
Los menores niveles de competencia efectiva en la elección a gobernador se observan
en la Rioja, cómodamente por debajo de 2 partidos efectivos, y los niveles más altos se
observan en la Capital Federal, con valores en promedio superiores a 4 partidos efectivos
(Tabla 4.4). La dispersión alrededor de la media de competencia efectiva, sin embargo,
también ha ido creciendo como se puede observar en la tabla 4.3, la cual muestra un intervalo
de confianza de poco menos de un partido alrededor de la media de 2.69 en 1983
(1.96*.42≈0.82), comparando con una dispersión de casi dos partidos en el año 2003
(1.96*.90≈1.76). Así como la mayor dispersión en los niveles de competencia efectiva se
observa en el año 2003, al interior de cada provincia podemos también observar grandes
cambios históricos en los niveles de competencia efectiva. La Figura 4.1, muestra que en
Tierra del Fuego (.9), Buenos Aires (.75), Tucumán (.66) y Capital Federal (.65), se da la
mayor variación temporal en los niveles de competencia efectiva para Gobernador. Los
menores niveles de variación en la competencia efectiva para Gobernador, por otro lado, se
observan en Santa Cruz (.16), Neuquén (.22), Entre Ríos (.25) y La Rioja (.26). Excepto por el
103
caso de Entre Ríos, la cual tiene un sistema político bipartidista y competitivo, las otras tres
provincias están caracterizadas por sistemas políticos de partido hegemónico.
Tabla: 4.4.Número Efectivo de Partidos en Votos, por provincia y por año Categoría Gobernador, 1983-2003
s A
ar
ba
nte
s
ja
g
ais
Fe
án
Provincia 1983 1987 1991 1995 1999 2003 MEDIABueno ires 2.33 2.65 3.48 2.53 3.09 4.26 3.06Capital Federal 4.62 3.69 4.94 4.42Catam ca 3.16 2.15 2.52 2.11 2.10 2.19 2.37Chaco 2.28 2.13 3.06 3.24 2.00 2.21 2.49Chubut 2.98 2.58 1.99 2.25 2.38 2.60 2.46Córdo 2.15 2.28 2.45 2.58 3.84 2.44 2.62Corrie s 3.17 3.37 2.93 2.61 3.08 2.74 2.98Entre Ríos 2.42 2.31 2.23 2.30 2.14 2.86 2.38Formo a 3.17 2.02 2.89 1.94 1.64 1.74 2.23Jujuy 2.97 3.00 3.15 2.33 2.00 2.29 2.62La Pampa 3.22 2.17 2.86 2.75 2.08 2.89 2.66La Rio 2.09 1.98 1.53 1.43 1.79 2.02 1.81Mendoza 2.71 2.68 2.43 3.50 3.34 3.10 2.96Misiones 2.11 2.25 2.14 2.19 2.00 2.80 2.25Neuquén 2.52 3.02 2.63 2.40 2.82 2.76 2.69Río Ne ro 2.41 3.19 3.15 2.44 2.40 3.98 2.93Salta 2.79 2.64 2.24 2.42 1.99 2.94 2.50San Ju n 3.41 3.54 2.73 2.04 3.27 3.00San Lu 3.03 2.57 2.44 1.81 1.22 2.21Santa Cruz 2.13 2.11 2.00 1.84 2.02 1.72 1.97Santa 2.89 3.35 2.55 2.08 1.99 2.15 2.50Santiago del Estero 2.81 2.23 2.01 2.06 2.73 2.37Tierra del Fuego 2.49 2.15 2.90 4.20 2.94Tucum 2.43 4.03 2.22 2.76 3.19 3.32 2.99MEDIA 2.69 2.60 2.56 2.46 2.49 2.81 2.60* Capital y Corrientes fueron incluidos en las categorías más próximas
Fuente elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y Autoridades electorales provinciales
Figura 4.1: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Gobernador, 1983-2003, Mediana, Dispersión y Desvío Standard, por Provincia
La R
ioja
Form
osa
Sant
a C
ruz
Mis
ione
s
Cat
amar
ca
San
tiago
del
Est
ero
Cha
co
entre
rio
s
San
ta F
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San
Lui
s
cord
oba
Chu
but
Sal
ta
Juju
y
neuq
uen
Tier
ra d
el F
uego
rio n
egro
La P
ampa
Bue
nos
Aire
s
Men
doza
tucu
man
Corri
ente
s
San
Jua
n
Cap
ital F
eder
al
1
2
3
4
5
ncev
g
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
104
Figura 4.2: Número Efectivo de Partidos en Votos por Provincia 1983-2003: Gobernador (tramo claro) y Presidente (oscuro)
La R
ioja
Sant
a C
ruz
Mis
ione
s
Entre
Río
s
Form
osa
Sant
iago
Cat
amar
ca
Sal
ta
Chu
but
San
Luis
Tier
ra d
el F
uego
Cha
co
Sant
a Fe
La P
ampa
Cór
doba
Neu
quén
Juju
y
Río
Neg
ro
Buen
os A
ires
Tucu
mán
Men
doza
San
Juan
Cor
rient
es
Cap
ital F
eder
al
NCEVGobernador
0,00
0,50
1,00
1,50
2,00
2,50
3,00
3,50
4,00
4,50N
ivel
de
Com
pete
ncia
Efe
ctiv
a
PROVINCIANCEVGobernador NCEVPresidente
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
105
Para el periodo completo, el número efectivo de partidos electorales se encuentra en
2.61, valor sustantivamente inferior al 2.8 mostrado en la elección del 2003 y
considerablemente más bajo que el observado para todas las demás categorías electorales.
Esto último es consistente con la evidencia presentada por Jones (1997b), la cual mostraba
que las elecciones de gobernadores tienen a nivel provincial un arrastre electoral más
pronunciado que el producido por las elecciones presidenciales.
La Tabla 4.4 permite observar en detalle la competencia electoral provincial de estos
últimos veinte años. Allí podemos distinguir provincias que tienen sistemáticamente bajos
niveles de competencia electoral como La Rioja, de otras como Chaco, donde surgen
ocasionalmente terceros partidos electoralmente relevantes. Tal y como ocurre para las
elecciones legislativas nacionales, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Capital Federal) se
distingue una vez mas del resto de las provincias por su alto grado de fragmentación de la
oferta electoral. Mas aún, entre las cuatro provincias más populosas, solo Santa Fe tiene
niveles de competencia electoral por debajo de la media.
Asimismo, la Figura 4.1 muestra el alto grado de competitividad de Tierra del Fuego
asociado con una importante variabilidad en su desempeño electoral. Como contraste,
encontramos entre los sistemas políticos más estables y poco competitivos a Misiones, Entre
Ríos, Santa Cruz y Neuquén. Un dato interesante que vale la pena destacar es que el número
efectivo de Partidos en votos para Gobernador en el año 2003 resulta ser en la mayoría de las
provincias similar al observado en las elecciones anteriores. Gran parte del aumento en el
número de partidos efectivos que compiten por los ejecutivos provinciales se debe al efecto de
la primera vuelta en la Capital Federal. Por tanto, el valor medio anual descrito en la Tabla
4.3 debe ser analizado con cuidado, dado que se encuentra afectado por los altos niveles de
competencia observados en unos pocos distritos.
108
Competencia Partidaria en la Categoría de Diputados Provinciales Como indicamos anteriormente, los niveles de competencia efectiva para la categoría
de Diputados Provinciales son más altos que los observados en la elección de Gobernadores.
A diferencia de los altos niveles de fragmentación observados en las elecciones
presidenciales, los cuales crecieron hasta el surgimiento de la Alianza a fines de los 90’s, el
número efectivo de partidos competitivos para las elecciones legislativas provinciales
comenzó a declinar a principios de los años 90´s, presumiblemente como consecuencia de los
procesos de reforma electoral que son analizados con detalle en el Capítulo 5. En 1991,
mientras el Radicalismo y el Peronismo enfrentaron graves internas como resultado de la
derrota de Angeloz y el surgimiento del Frente Grande, el número efectivo de Partidos en
votos para Diputados Provinciales cae por debajo del nivel observado en la elección de 1983.
Y, por primera vez desde la transición democrática, también por debajo de los niveles de
competencia efectiva en votos de la elección de Diputados Nacionales. A partir de entonces, y
hasta la actualidad, el número efectivo de partidos en la elección de diputados provinciales
será inferior a los valores observados para la categoría de Diputados Nacionales (Figura 4.3).
En 1999 y 2001, con la disolución de la Alianza y la creciente fragmentación del
sistema de partidos en el orden nacional, los niveles de competencia efectiva en votos se
disparan hacia arriba también en el orden provincial. El número efectivo de Partidos en votos,
en efecto, se mantiene con cambios mínimos en Catamarca, Chubut, Corrientes, Entre Ríos,
Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Santa Cruz y Tucumán. El efecto más importante, sin
embargo, se observa en la Capital Federal, Córdoba y Buenos Aires (Tabla 4.5). De hecho, si
eliminamos estas provincias de la muestra, observamos que el número efectivo de partidos
competitivos aumenta moderadamente a 4.1.
Figura 4. 3: Número Efectivo de Partidos en Votos por Provincia 1983-2003: Diputados Provinciales (claro) y Nacionales (oscuro)
NCEV Dip. Provinciales
NCEV Diput ados Nacionales
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
4
4,5
5
PR OV IN C IA NCEV Dip. ProvincialesNCEV Diputados Nacionales
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
Tabla 4.5. Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Diputados Provinciales, 1983-2003, Por Año y por Provincia
Provincia 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003 MEDIABuenos Aires 1.97 2.76 2.17 2.36 2.71 2.29 2.53 1.97 2.11 2.42 2.66 2.36Capital Federal 2.09 2.90 3.02 3.46 2.90 3.95 2.23 4.14 8.91 3.73Catamarca 1.91 1.94 1.91 2.04 2.54 2.41 2.00 2.11 1.98 1.98 2.08Chaco 2.00 2.00 2.00 2.46 2.72 2.91 2.61 2.03 1.75 1.88 2.00 2.22Chubut 2.22 2.15 2.14 2.15 1.93 2.14 2.12Córdoba 1.80 2.24 2.40 2.40 2.40 4.61 2.50 2.62Corrientes 4.17 2.52 2.45 2.77 2.60 2.25 2.60 2.77 3.93 2.09 2.82Entre Ríos 1.99 2.12 2.12 2.24 1.99 2.51 2.16Formosa 3.00 2.27 1.99 1.92 2.71 1.92 1.87 1.92 1.64 1.64 2.09Jujuy 2.66 3.81 2.60 2.69 2.64 3.03 2.18 2.27 2.00 2.73 1.88 2.59La Pampa 3.00 1.96 2.55 2.38 1.99 2.50 2.40La Rioja 1.37 1.18 1.27 1.34 1.13 1.17 1.26 1.35 1.28 1.26Mendoza 2.37 2.32 2.46 2.74 2.07 2.32 3.24 3.06 3.24 3.56 2.46 2.71Misiones 2.00 1.92 2.00 2.15 1.98 1.98 2.00 2.00 1.98 3.08 2.42 2.14Neuquén 1.92 1.92 1.92 2.25 2.66 3.59 2.38Río Negro 1.95 2.69 2.22 2.09 2.02 2.60 2.26Salta 2.23 2.00 1.97 2.54 1.97 2.07 1.80 1.56 1.50 2.73 2.03San Juan 1.30 3.21 3.35 2.18 1.99 2.97 2.50San Luis 2.07 1.92 1.93 2.75 1.98 2.60 1.72 2.15 2.14Santa Cruz 2.13 2.32 2.00 1.95 1.80 1.80 1.95 2.18 1.80 1.18 1.91Santa Fe 2.22 2.51 2.29 1.97 1.97 2.22 2.20Santiago del Este 1.97 1.80 2.06 1.77 1.83 1.97 1.76 1.74 1.92 1.87Tierra del Fuego 2.78 2.92 2.85 2.92 2.71 2.92 2.85Tucumán 2.15 1.98 3.64 1.98 2.20 2.57 2.81 2.19 2.44MEDIA 2.22 2.32 2.29 2.36 2.31 2.33 2.23 2.15 2.17 2.76 2.63 2.33
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales Provinciales
La Figura 4.4 describe la competencia electoral para las legislaturas provinciales en
mayor detalle. Allí podemos también observar que la desviación estándar alrededor de la
media es considerablemente mas alta para Capital Federal y Córdoba que para el resto de las
provincias, reflejando la mayor inestabilidad del sistema de partidos políticos en estas
provincias. El efecto de Capital Federal y Córdoba sobre los promedios de competencia
nacionales también se puede observar en más detalle en la Tabla 4.6, la cual muestra que la
dispersión alrededor de la media de competencia prácticamente se triplica en el año 2003,
siguiendo la tendencia iniciada en las elecciones legislativas del 2001.
Una comparación sistemática de la Figura 4.4 y la Figura 4.1, muestra también cuanto
mayor es la variabilidad de la competencia electoral legislativa, respecto de la observada para
los ejecutivos provinciales. Esta mayor variabilidad se observa igualmente a nivel temporal,
en la mayor dispersión en los niveles de competencia descriptos en la Figura 4.4.
Tabla 4.6: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Diputados Provinciales, 1983-2003, por Año
ANO N Minimum Maximum Mean Std. Deviation1983 24 2.12 4.75 2.83 0.581985 15 2.22 4.16 2.91 0.711987 24 2.04 5.91 2.94 0.861989 16 2.05 4.36 3.03 0.701991 22 1.62 4.39 2.79 0.611993 14 1.79 5.08 2.94 0.811995 23 1.63 3.41 2.56 0.481997 14 2.07 4.11 2.64 0.541999 23 1.67 4.59 2.73 0.882001 12 2.35 6.63 3.63 1.452003 22 1.73 10.39 3.82 2.30
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior ya autoridades electorales provinciales
Figura 4.4: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Diputados Provinciales, 1983-2003, Mediana, Dispersión y Desvío Standard, por Provincia
La R
ioja
Form
osa
Sant
a C
ruz
Mis
ione
s
entre
rios
Chac
o
Cata
mar
ca
tucu
man
San
ta F
e
Sant
iago
del
Est
ero
Sal
ta
Chub
ut
cord
oba
neuq
uen
rio n
egro
La P
ampa
Bue
nos
Aire
s
Corri
ente
s
San
Lui
s
Juju
y
Men
doza
Tier
ra d
el F
uego
San
Jua
n
Capi
tal F
eder
al
2
4
6
8
10
ncev
dp
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior y autoridades electorales
provinciales
Fragmentación Electoral y Estabilidad Legislativa Una primera lectura de los resultados presentados en las páginas anteriores indica que
la fragmentación partidaria ocurrida en el orden nacional también afectó la competencia
112
política en las provincias. Esta imagen de fragmentación política provincial contrasta, sin
embargo, con los datos de competencia legislativa descriptos en esta sección.
El promedio del número efectivo de partidos en bancas es de 2.33, considerablemente
más bajo que el número efectivo de partidos electorales, 2.96. La diferencia es
particularmente notoria en las elecciones del 2001 y el 2003, donde el número efectivo de
partidos en bancas es de tan sólo 2.76 y 2.63 respectivamente. Más aún, las únicas provincias
que en el año 2003 tienen un número efectivo de partidos en bancas superior a 3 son Capital
Federal y Neuquén, contrastando con cuatro provincias que tienen un número de partidos
legislativos inferior a 2.
El efecto de compresión en bancas puede ser observado en la Figura 4.5, que muestra
simultáneamente el número efectivo de partidos en votos y el número efectivo de partidos en
bancas. Esta diferencia es explicada en su totalidad por las propiedades mecánicas de los
sistemas electorales que son estudiados en el Capítulo 5 de este libro.
Tabla 4.7: Número Efectivo de Partidos en Bancas, Categoría Diputados Provinciales, 1983-2003, Por Año
ANO N Minimum Maximum Mean Std. Deviation1983 24 1.30 4.17 2.22 0.591985 15 1.18 3.81 2.32 0.611987 24 1.27 3.64 2.29 0.521989 15 1.34 3.46 2.36 0.521991 22 1.13 3.35 2.31 0.471993 14 1.17 3.95 2.33 0.671995 22 1.26 3.24 2.23 0.391997 14 1.35 3.06 2.15 0.441999 22 1.28 3.93 2.17 0.612001 10 1.50 4.61 2.76 1.072003 21 1.18 8.91 2.63 1.52
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
A pesar del efecto de compresión del sistema electoral, podemos sin embargo observar
que el número de partidos legislativos que se mantuvo por debajo de 2.5 entre 1983 y 1999, se
eleva por lo menos medio punto en las elecciones del 2001 y 2003. La dispersión alrededor
del valor medio prácticamente se triplica en el año 2003, principalmente como resultado del
extraordinariamente alto número de partidos legislativos en la Capital Federal (Tabla 4.7).
Debido a la utilización de RP en un distrito único que elige 60 representantes, la Capital
113
Federal muestra consistentemente los mayores niveles de fragmentación legislativa y de
despersonalización política.
Sin embargo, si elimináramos a la Capital Federal de la muestra se podría observar
que el nivel de dispersión alrededor de la media de competencia legislativa sigue siendo
considerablemente más alto que el observado en el periodo previo a la crisis ejecutiva del
2001.
Tabla 4.8: Número Efectivo de Partidos en Bancas, Categoría Diputados Provinciales,
1983-2003, por provincia
Provincia N Minimum Maximum Mean Std. DeviationBuenos Aires 11 1.97 2.76 2.36 0.29Capital Federal 9 2.09 8.91 3.73 2.06Catamarca 10 1.91 2.54 2.08 0.22Chaco 11 1.75 2.91 2.22 0.39Chubut 6 1.93 2.22 2.12 0.10Córdoba 7 1.80 4.61 2.62 0.91Corrientes 10 2.09 4.17 2.82 0.69Entre Ríos 6 1.99 2.51 2.16 0.20Formosa 10 1.64 3.00 2.09 0.45Jujuy 11 1.88 3.81 2.59 0.53La Pampa 6 1.96 3.00 2.40 0.39La Rioja 9 1.13 1.37 1.26 0.09Mendoza 11 2.07 3.56 2.71 0.48Misiones 11 1.92 3.08 2.14 0.34Neuquén 6 1.92 3.59 2.38 0.66Río Negro 6 1.95 2.69 2.26 0.31Salta 10 1.50 2.73 2.03 0.39San Juan 6 1.30 3.35 2.50 0.81San Luis 8 1.72 2.75 2.14 0.35Santa Cruz 10 1.18 2.32 1.91 0.31Santa Fe 6 1.97 2.51 2.20 0.20Santiago del Estero 9 1.74 2.06 1.87 0.11Tierra del Fuego 6 2.71 2.92 2.85 0.09Tucumán 8 1.98 3.64 2.44 0.56
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
Los datos presentados en la Tabla 4.8 vuelven a mostrar que el alto grado de
dispersión observado en las últimas elecciones legislativas provinciales se encuentra ligado a
las elecciones en Capital Federal, las cuales muestran una desviación estándar de 2.06
alrededor de los valores medios de competencia de 3.73. En particular, tal y como podemos
observar en la Figura 4.6, una vez que Capital Federal no gravita en la muestra, dado que en el
boxplot esta observación cae fuera de los limites del grafico, los niveles de competencia
legislativa son muy similares a los observados durante todo el periodo 1983-2003.
114
Figura 4.5: Número Efectivo de Partidos en Bancas (gris) y Número Efectivo de Partidos en Votos (negro), Categoría Diputados Provinciales,
1983-2003.
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
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2.5
3.0
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5.0
ENC Votos Dip. Prov.ENC Bancas Dip.Prov
Figura 4.6: Número Efectivo de Partidos en Bancas, Categoría Diputados
Provinciales, 1983-2003, Mediana, Desvío Standard y Dispersión, por Provincia
La R
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Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
Competencia Electoral y Legislativa para la Categoría de Senadores Provinciales Por último, finalizamos nuestro análisis de la competencia electoral provincial
estudiando la competencia partidaria en los 10 distritos que han tenido elecciones para
Senadores Provinciales durante el período 1983-2003. Como es posible observar, los
resultados agregados son similares a los observados en la elección de Diputados
Provinciales aunque la muestra incluye varias provincias grandes con más altos niveles de
competencia electoral.
En el contexto de cada provincia, el nivel de competencia electoral es también
ligeramente inferior al observado en la categoría de Diputados Provinciales. En la
Provincia de Buenos Aires, por ejemplo, el número efectivo de partidos electorales es
menos acentuado en la mayoría de las elecciones con excepción de los años 2001 y 2003
(Tabla 4.9). Ello es de esperar dado que los distritos electorales para la elección de
Senadores usan magnitudes efectivas más chicas. Sin embargo, dado que la legislatura
renueva alternadamente la mitad de los distritos de Diputados y Senadores, el número
efectivo de Partidos en votos puede variar significativamente en algunas elecciones.
Tabla 4.9.: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Senadores Provinciales, 1983-2003, Por Año y por Provincia
PROVINCIA 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003 MEDIABuenos Aires 2.44 3.62 2.68 3.07 3.73 3.23 2.68 2.43 2.84 5.78 4.53 3.37Catamarca 3.10 2.21 2.24 2.15 2.67 2.63 2.18 2.12 2.09 2.36 2.37Córdoba 2.17 2.47 2.43 2.84 2.57 2.90 2.68 4.18 4.55 2.98Corrientes 4.70 2.86 3.37 3.08 2.95 2.67 3.33 3.13 4.57 2.81 2.97 3.31Entre Ríos 2.43 2.36 2.26 2.35 2.34 2.85 2.43Mendoza 2.67 2.75 2.78 3.28 2.67 2.79 3.43 4.09 3.37 5.40 4.28 3.41Salta 2.82 3.24 2.51 4.28 2.64 2.98 2.38 2.14 1.85 2.84 2.93 2.78San Luis 2.60 2.51 2.71 2.67 2.27 2.53 3.09 2.05 2.58 2.56Santa Fe 2.90 3.43 2.81 2.08 1.87 2.51 2.60Tucumán 2.46 2.50 3.99 2.53 2.87MEDIA 2.85 2.81 2.84 2.97 2.78 2.84 2.60 2.95 2.95 3.78 3.12 2.91 Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
Tabla 4.10: Número Efectivo de Partidos en Bancas, Categoría Senadores
Provinciales, 1983-2003, Por Provincia PROVINCIA N Minimum Maximum Mean Std. DeviationBuenos Aires 11 2.43 5.78 3.37 1.02Catamarca 10 2.09 3.10 2.37 0.33Córdoba 9 2.17 4.55 2.98 0.82Corrientes 11 2.67 4.70 3.31 0.69Entre Ríos 6 2.26 2.85 2.43 0.21Mendoza 11 2.67 5.40 3.41 0.87Salta 11 1.85 4.28 2.78 0.64San Luis 9 2.05 3.09 2.56 0.29Santa Fe 6 1.87 3.43 2.60 0.57Tucumán 4 2.46 3.99 2.87 0.75
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
Los resultados tampoco son muy distintos al observarlos agregadamente a
partir del promedio del período por provincia (Tabla 4.10). La ausencia de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires en la muestra de provincias analizadas, (puesto tiene una
legislatura unicameral), es lo único que reduce moderadamente la competencia efectiva en
el 2001 y el 2003 cuando comparamos estos datos con los datos de la competencia
electoral en la categoría de Diputados Provinciales. Las únicas diferencias notorias, por
tanto, parecieran depender de la muestra de provincias que tienen o han tenido Senado
antes que de cualquier otro atributo propiamente político.
118
Dado que la muestra de provincias que eligen Senadores Provinciales varia de
elección a elección, la Figura 4.7 muestra mayores niveles de variabilidad que aquellos
presentados en la Figura 4.4.
Figura 4.7: Número Efectivo de Partidos en Votos, Categoría Senadores Provinciales, 1983-2003, Mediana, Desvío Standard y Dispersión, por Provincia
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Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior y autoridades
electorales provinciales
Las diferencias, sin embargo, son mas sustantivas en términos de bancas. Aún
cuando la media de competencia electoral en la categoría de Senadores Provinciales es casi
idéntica a la observada para Diputados Provinciales, el número efectivo de partidos en
bancas es considerablemente menor. En efecto, el número efectivo de partidos en el
Senado es 1.86 contra los 2.33 de la elección de Diputados Provinciales (Figura 4.8).
119
Tabla 4.11: Número Efectivo de Partidos en Bancas. Categoría Senadores Provinciales, 1983-2003, Por Provincia
PROVINCIA N Minimum Maximum Mean Std. DeviationBuenos Aires 11 1.68 2.04 1.91 0.12Catamarca 10 1.28 2.00 1.60 0.26Córdoba 8 1.21 2.53 1.77 0.47Corrientes 11 1.00 5.33 2.46 1.24Entre Ríos 6 1.26 1.97 1.76 0.27Mendoza 11 1.85 3.50 2.52 0.53Salta 11 1.00 2.28 1.43 0.43San Luis 7 1.00 1.00 1.00 0.00Santa Fe 6 1.36 1.99 1.60 0.23Tucumán 4 1.72 3.33 2.23 0.74
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
Figura 4.8: Numero Efectivo de Partidos Legislativos, Categoría Senadores Provinciales, 1983-2003, Mediana, Desvío Standard y Dispersión, por Provincia
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Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
Las diferencias mencionadas, son particularmente notables en las provincias que
eligen senadores con distritos de muy baja magnitud como Salta, San Luis, y Santa Fe. En
todas ellas, el número efectivo de partidos en bancas se encuentra cómodamente por debajo
de 2. El resultado de un menor número efectivo de partidos en bancas también puede ser
observado en la menor dispersión alrededor de la media (ver Tabla 4.11).
120
Volatilidad Electoral en los Sistemas Políticos Provinciales Los niveles más elevados de competencia electoral no solamente se han reflejado
en un mayor número de partidos efectivos sino también en una mayor volatilidad en el
sufragio por parte de los electores. Esta creciente volatilidad electoral se observa tanto a
nivel nacional como también a nivel provincial. Como muestra la Figura 4.9, el número de
electores que votan por un partido distinto en dos elecciones consecutivas aumento de
alrededor de un 17% en 1985 a más de un 30% en el año 2003.50 Este aumento en la
volatilidad electoral es relativamente similar en las elecciones de Diputados Nacionales
(línea completa) y de Diputados Provinciales (línea punteada).
Figura 4.9: Volatilidad Temporal, Promedios Provinciales en la Elección de Diputados Nacionales y de Diputados Provinciales
0.00%
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10.00%
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83_85 85_87 87_89 89_91 91-93 93_95 95-97 97_99 99-01 01_03 Diputados Nacionales Diputados Provinciales
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
Como indicamos anteriormente, a partir del surgimiento del Frepaso a nivel
nacional los niveles de volatilidad electoral aumentaron considerablemente, pasando de
50 Nuestros estimados son conservadores dado que fueron computados sobre votos positivos. Ello es particularmente significativo en las elecciones del 2001 y 2003, donde gran parte de la volatilidad fue resultado del voto masivo a favor de las opciones blanco y nulo.
121
valores inferiores al ≈20% de los votos que cambiaron de partido entre dos elecciones
consecutivas, a alrededor de un ≈30% de los votos.
Volatilidad Temporal en la Categoría de Gobernador Los datos de volatilidad en la categoría de gobernador muestran un patrón similar a
los observados en las otras categorías electorales, tanto nacionales como provinciales. Sin
embargo, en la medida que el número de partidos electorales para la elección de
Gobernadores es menor al observado en otras categorías, la volatilidad promedio también
es inferior a la observada en la elección de Diputados Nacionales y Provinciales. En
particular si consideramos que la volatilidad entre elecciones de gobernadores tiene lugar
cada cuatro años en tanto que para diputados la volatilidad refleja cambios en la mayor
parte de los casos cada dos años51.
Los niveles de volatilidad más altos se observan en las elecciones de 1999 y 2003,
en el primer caso como resultado del debilitamiento del PJ y la conformación de la Alianza
con el voto de la UCR y el FREPASO. En el segundo caso, como resultado de la
disolución de la Alianza y la presentación de más de una lista peronista en Misiones, San
Juan y La Pampa. Dado que la rotación en los ejecutivos provinciales no ha sido alta, gran
parte de esta volatilidad es el resultado de realineamientos políticos entre los partidos de
oposición antes que en los partidos de gobierno. Aún cuando los índices de volatilidad más
altos se observan en las elecciones de 1999 y 2003, es de destacar que la mayor dispersión
ocurre en 1991, en la elección siguiente a la derrota de Angeloz en 1989. Gran parte de
esta volatilidad es el resultado de los realineamientos ocurridos en Chaco, Salta y
Tucumán, que llevaron a la gobernación a Acción Chaqueña, el Partido Renovador Salteño
y al Budismo (Tabla 4.12). 51 Las provincias que no tienen renovación parcial, y por lo tanto no cumplen con el criterio expuesto son: Chubut, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Santa Fé, San Juan, Tierra del Fuego (desde 1991) y Tucumán (desde 1991).
122
Es de destacar, asimismo, que con excepción del caso de Santa Fe todos los
distritos que optaron por incorporar la Ley de Lemas entre 1987 y 1991, exhibieron tasas
decrecientes de volatilidad temporal para el período siguiente (Jujuy, Formosa, La Rioja,
Salta, Santa Cruz) o la mantuvieron en niveles muy bajos (Misiones).
Tabla 4.12: Volatilidad Temporal – Categoría Gobernador (1987-2003) Por Año y por Provincia
Provincia 1987 1991 1995 1999 2003 MediaBuenos Aires 0.1512 0.1937 0.2722 0.4035 0.2660 0.2573Capital Federal 0 0 0 0.5358 0.5089 0.5224Catamarca 0.1210 0.1849 0.0664 0.2795 0.2783 0.1860Chaco 0.0358 0.3943 0.1983 0.4577 0.3439 0.2860Chubut 0.1145 0.0714 0.1449 0.3310 0.2820 0.1887Córdoba 0.0877 0.1024 0.1072 0.2131 0.1971 0.1415Corrientes 0.1127 0.1909 0.1216 0.4898 0.4089 0.2648Entre Ríos 0.1000 0.0324 0.0535 0.2627 0.2867 0.1471Formosa 0.1478 0.2180 0.1112 0.2033 0.1495 0.1660Jujuy 0.1717 0.1984 0.1376 0.2684 0.2471 0.2046La Pampa 0.1418 0.1968 0.2364 0.2287 0.2928 0.2193La Rioja 0.0741 0.1665 0.0391 0.2240 0.2893 0.1586Mendoza 0.1276 0.1013 0.2707 0.4083 0.3914 0.2599Misiones 0.0441 0.0437 0.0502 0.2542 0.2904 0.1365Neuquén 0.2151 0.2270 0.2045 0.2901 0.1963 0.2266Río Negro 0.2023 0.2164 0.1487 0.3058 0.4064 0.2559Salta 0.0238 0.3692 0.1474 0.2618 0.2952 0.2195San Juan 0 0 0.3367 0.3164 0.2970 0.3167San Luis 0.1553 0.0756 0.2558 0 0 0.1622Santa Cruz 0.0794 0.1289 0.0514 0.2822 0.2271 0.1538Santa Fe 0.1555 0.1438 0.2659 0.2463 0.2783 0.2179Santiago 0.0991 0.0281 0.2410 0.3055 0.0000 0.1684Tierra del Fuego 0 0 0.1204 0.3887 0.3740 0.2944Tucumán 0.3597 0.5940 0.1910 0.2174 0.2997 0.3324Media 0.1295 0.1846 0.1640 0.3119 0.3003 0.2195 Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
A diferencia de lo ocurrido en 1991, la creciente volatilidad en las elecciones de
1999 y el 2003 afectó al conjunto de las provincias. Como se puede observar en la Figura
4.10, por ejemplo, el piso de volatilidad en el año 1999 se encuentra por arriba de la media
observada en las tres elecciones anteriores. Entre las provincias que han mostrado
sistemáticamente altos niveles de volatilidad encontramos a Capital Federal, Tierra del
Fuego y San Juan. Otras provincias, como Chaco y Mendoza, se han caracterizado por
tener ocasionalmente altos niveles de volatilidad. En el caso de Mendoza, la alta dispersión
123
alrededor de la media esta a su vez ligada al surgimiento de un escenario provincial
altamente competitivo con al menos cuatro partidos políticos en posición de ganar el
ejecutivo provincial.
Figura 4.10: Volatilidad Temporal Categoría Gobernador, 1985-2003, Mediana, Dispersión y Desvío Standard, Por Año.
1987 1991 1995 1999 2003
0.10
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0.60Vo
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Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
Figura 4.11: Volatilidad Temporal Categoría Gobernador, 1985-2003,
Mediana, Dispersión y Desvío Standard – Por Provincia
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Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
Volatilidad Electoral en la Categoría de Diputados Provinciales Al analizar la volatilidad en las legislaturas provinciales, podemos ver que los
valores son ligeramente inferiores a los observados para gobernador, aun cuando en la
mayoría de los casos representan la volatilidad observada entre tan solo dos años.
124
Los valores anuales se mantienen por debajo de un 20% desde 1985 hasta 1997,
momento en el cual se conforma la Alianza en la mayoría de los distritos (figura 4.12). En
1999, arrastrada por el alto nivel de polarización de las elecciones presidenciales
nacionales, la volatilidad volvería a descender a un 20% de los votos. El efecto es
particularmente notorio en distritos altamente competitivos como Buenos Aires, Chaco,
Corrientes, Jujuy, Mendoza, Misiones, Salta o Santa Cruz (Figura 4.13). A partir de la
crisis del 2001, por otro lado, la volatilidad vuelve a ascender a alrededor de un ≈30%. El
reacomodamiento de los partidos opositores en frentes y coaliciones nuevos, junto a la
postulación abierta de facciones peronistas, alteraron la oferta electoral y provocaron un
concomitante aumento de la volatilidad. De esta manera se arriba a un enorme contraste
entre los valores iniciales y finales de una misma categoría, cuyos promedios anuales
culminan elevándose al doble tras 18 años de elecciones de diputados provinciales (Figura
4.12).
Los distritos, a su vez, muestran también promedios globales de volatilidad que
oscilan entre 11% y 34%. La Tabla 4.13 muestra en orden decreciente a las provincias
según sus indicadores, de las cuales San Juan y Río Negro emergen como las de mayor
volatilidad. Se diferencian entre sí, no obstante, por el desvío standard, muy bajo en San
Juan (distrito con cambios frecuentes en el voto y de alta alternancia ejecutiva) y muy alto
en Río Negro (único distrito con hegemonía radical desde 1983, pero con un swing muy
bajo y recurrente fragmentación opositora).
125
Figura 4.12: Volatilidad Temporal Categoría Diputados Provinciales, 1985-2003, Mediana, Dispersión y Desvío Standard por año
1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003
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Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior ya autoridades electorales
provinciales
Figura 4.13: Volatilidad Temporal Categoría Diputados Provinciales, 1985-2003,
Mediana, Dispersión y Desvío Standard por Provincia
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30.00
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Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior y autoridades electorales
provinciales
126
Tabla 4.13: Volatilidad Temporal Categoría Diputados Provinciales, 1985-2003
Por Provincia Provincia N Minimum Maximum Mean Std. Deviation
San Juan 5 27,72 38,63 34,16 4,17Río Negro 5 13,81 49,94 32,87 16,07Capital Federal 6 19,58 51,4 27,18 12,16Tucumán 7 8,07 49,94 25,18 17,25Santiago del Estero 8 10,05 36,18 24,77 8,37Salta 10 4,29 40,32 24,16 9,95Jujuy 10 6,25 44,35 23,78 12,08Buenos Aires 10 12,75 40,31 23,66 8,49Neuquén 5 18,59 29,34 23,29 4,47San Luis 9 11,35 50 22,89 12,06Corrientes 10 7,42 49,45 22,64 15,08Mendoza 10 5,58 37,23 22,19 9,91Santa Fe 5 12,82 27,84 21,28 6,34Córdoba 6 10,57 45,65 21,24 13,65La Pampa 5 13,55 27,61 20,71 5,68Chubut 5 8,82 30,87 20,31 10,07Catamarca 9 7,11 34,36 16,52 10,48Chaco 10 4,31 40,66 16,48 12,40Tierra del Fuego 4 10,99 21,84 16,21 5,48La Rioja 10 5,72 25,47 15,54 7,74Entre Ríos 5 3,99 27,37 14,68 11,41Formosa 9 3,02 21,31 11,90 7,40Santa Cruz 9 4,5 23,91 11,74 7,71Misiones 10 1,55 28,39 11,70 9,37
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
El grueso de los casos se sitúa dentro de los 20 puntos, con situaciones más
elevadas como la Ciudad de Buenos Aires o Tucumán, pero con la mayoría situada unos
pocos puntos por encima de la media. Por debajo de este valor, tres distritos con
alternancia ejecutiva (Catamarca, Tierra del Fuego y Chaco) obtienen promedios de 16%,
luego de los cuales se ubican las provincias tradicionalmente bipartidistas: La Rioja, Entre
Ríos, Formosa, Santa Cruz y Misiones.
127
Figura 4.14: Volatilidad Temporal para Gobernador, Diputados Provinciales y Medias Anuales
0,00
5,00
10,00
15,00
20,00
25,00
30,00
35,00
1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003
Volatilidad DP Volatilidad G Media DP Media G
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
¿Cómo se comportan ambas categorías en perspectiva comparada? Ya se ha
mencionado que tanto las medias globales como los valores anuales no se diferencian
demasiado entre sí, salvo casos específicos. Paralelamente, es de destacar el hecho de que,
salvo excepciones esporádicas o los casos de renovación parcial de las Cámaras, los
comicios de gobernador y diputados provinciales tienden a coincidir en el mismo día. La
Figura 4.13 muestra la evolución de ambos indicadores y sus respectivas medias anuales,
que, tal cual se podrá ver, presentan comportamientos más bien diferentes. Dicha figura
(4.13) también muestra con un grosor especial aquellos años en que ha habido
concurrencia de comicios ejecutivos y legislativos en las provincias, a los efectos de
verificar si se produce algún comportamiento especial.
La volatilidad de gobernador comienza debajo de la observada en diputados y crece
de modo moderado hacia 1991. La pendiente de la categoría legislativa mantiene un nivel
128
ciertamente parejo hasta el ’93, donde cae debajo del 15% y se distancia más de su par
ejecutiva. Hacia 1995, la volatilidad de gobernador, que había subido hacia 1991, decae
marginalmente y sí sube de modo abrupto en 1999, su punto más alto en toda la serie. En
paralelo, la volatilidad de diputados crece en 1997 de un modo similar al descrito para
gobernador en el ’99, pero vuelve a caer en este último año. Aquí es de esperar que la
reestructuración del ’97 -como fruto de la creación de la Alianza- se haya mantenido dos
años más tarde, haciendo que la volatilidad caiga. Como no hubo elecciones de gobernador
en ese año, el concomitante salto abrupto de la categoría ejecutiva se torna lógico en 1995.
Conclusiones
La territorialización del sistema de partido en argentina, que se mostró tan evidente
al analizar en el capítulo tres la distribución geográfica y la evolución histórica de la
competencia política en las categorías nacionales de cada provincia, encuentra condiciones
más estables y menos diferenciadas para todas las variables estudiadas cuando el análisis
se desenvuelve al interior de los escenarios electorales provinciales. La competencia
política para Gobernador es menos pronunciada que para Presidente. Lo mismo sucede
entre las elecciones para legisladores provinciales y para diputados nacionales (tanto en
bancas como en votos). Y también la volatilidad del electorado en las categorías ejecutivas
y legislativas provinciales es menos pronunciada si se las compara con las nacionales.
Una cuestión que no debe dejar de ser considerada seriamente, es que los
problemas de coordinación horizontal de coaliciones políticas entre constituencies para los
procesos electorales federales, tienen una intensidad mayor que los proceso de
coordinación horizontal interna (subprovinciales) al interior de cada provincia (Fillipov,
Ordeshook y Shvetsova, 2004: 186-190 Chhibber y Kollman, 2004: 64-71). Esta situación
se debe a que los niveles de descentralización económica y de autonomía política de
diferentes unidades municipales y distritos electorales ad hoc subprovinciales, son
129
evidentemente menores que los correspondientes a unidades constitutivas de Regimenes
federales. De esta manera, es lógico esperar que la territorialización del sistema político de
una federación sea más intensa que la de sus estados miembros.
En Argentina, este fenómeno se asocia a su vez con anidamientos partidarios muy
diversos de las estrategias de coalición electoral y las decisiones de los ejecutivos
provinciales para integrarse o distanciarse de los procesos electorales federales. En
términos generales, la tendencia es hacia un resguardo de la estabilidad política en la arena
electoral provincial para protegerla de los cambios producidos en la arena nacional El
origen de estos cambios nacionales, puede encontrase en condiciones sociopolíticas y
económicas propias de ciertos distritos (desarrollo de partidos nacionales a partir de
organizaciones y dirigentes de una provincia particular),52 o en las dificultades de
coordinación horizontal comentada mas arriba (necesidad del Ejecutivo Nacional de
negociar apoyos en forma bilateral con cada provincia por la presencia de actores de veto
territoriales)53. Lo cierto es que no resulta extraño encontrar mayor estabilidad en
promedio a nivel subnacional que en la arena federal considerada en su conjunto.
Sin embargo los análisis realizados en este capítulo en las diferentes provincias,
muestran una trama aún mas compleja en la estructura de la competencia política y en las
transformaciones del comportamiento de los electores a lo largo del todo el período
estudiado. Existe una situación de compresión efectiva de la competencia política para la
elección de gobernador que contrasta con su ampliación constante en la esfera ejecutiva
federal. En este sentido, no resultan significativas ni siquiera las diferencias entre
provincias con sistemas bipartidistas o de múltiples partidos dado que el número efectivo
de partidos reduce de manera constante las tendencias al aumento de la competitividad que,
de todas formas, resultan inferiores que en la arena nacional. En el plano legislativo el
fenómeno es inverso que a nivel federal. Una importante ampliación de la competencia
52 Ver Manor, J. (1995). 53 Ver Stepan (2004).
130
política se expresa en diferencias significativas entre el número de partidos electorales para
diputados y senadores provinciales y el correspondiente para la elección del Gobernador.
Aún cuando la magnitud media de la competencia legislativa o el número efectivo de
partidos sea superior a la de la categoría ejecutiva provincial, ambas son sin dudas
inferiores a la de presidente y prácticamente iguales a la de diputados nacionales.
Desde la perspectiva de los cambios en las preferencias del electorado, la situación
de la volatilidad temporal legislativa provincial no difiere substancialmente de su
equivalente en diputados nacionales. En sentido inverso, la volatilidad en la elección a
gobernador si resulta en término medio mas reducida que en la categoría de Presidente. La
compleja articulación entre ambos tipos de cambios constituye el indicador mas claro nó
solo de la relación entre los dos tipos de volatilidad (nacional y provincial) sino sobre todo,
de la presencia de comportamientos anidados en los electores. Este tipo de comportamiento
integra preferencias diferenciadas hacia las categorías nacionales y locales, y en paralelo,
voto estratégico coordinado entre categorías electorales legislativas y ejecutivas así como
entre arenas federales y subnacionales.
En síntesis, las provincias ven ampliada su esfera de competencia electoral y los
niveles de fragmentación partidaria fundamentalmente por la vía legislativa local, mientras
que en el plano nacional esto se produce por la vía ejecutiva. Pero también las provincias,
en promedio, constituyen un filtro de estabilidad frente a la fragmentación de la arena
federal y, en muchos casos, frente a los procesos políticos nacionales, evitando así que
estos últimos penetren en los contextos singulares de cada una de ellas.
Lo dicho anteriormente no debe oscurecer que la consideración de valores medios
en el caso de las elecciones provinciales es el resultado de los comportamientos
independientes de individuos de una muestra, es decir, que cada provincia tiene un sistema
político propio vinculado en mayor o menor medida con el sistema nacional. Por el
contrario, los valores medios en el caso de elecciones nacionales constituyen el resultado
131
de comportamientos coordinados de individuos de una muestra, donde cada provincia es
parte de un mismo escenario nacional pero impactado de diversa forma por los contextos
particulares de cada sistema político provincial.
Si se consideran las consecuencias de esta aclaración, la mayor parte de la
variabilidad en la competencia, en la volatilidad electoral nacional y aún en el sistema de
partidos, se explica a partir del hecho de que el sistema político argentino está
territorializado. Pero esta territorialización no es el resultado de condiciones regionalizadas
objetivamente, como las generadas por cibajes étnicos o religiosos, diferencias lingüísticas,
etc. (Amoretti et. al 2004; Requejo, 2002; Swenden, 2002; Stoner-Weiss, 2000, Manor,
1995). Sino por clivajes institucionales y políticos, productos de la existencia de las
propias unidades (constituencies) que constituyen las provincias de la federación (Gibson,
2004a; Stepan, 2001: 323-328).
Este permanente juego político anidado, aparentemente paradójico, entre la
tendencia a la estabilidad provincial y la territorialización de la política nacional encuentra
sus orígenes en la diferenciación geográfica de las instituciones y los sistemas políticos
subnacionales argentinos. Y a su vez, en las dificultades de coordinación electoral que
surgen cuando los procesos de descentralización política aumentan en magnitud. Un
elemento adicional que en gran medida puede justificar estas diferencias es el fuerte
contraste que, aún en tiempo de crisis como en el año 2002, tenían las estables arenas
políticas provinciales (sobre todo las periféricas) frente a la turbulencia que enfrentaba la
arena política nacional.
Por dicha razón resulta imprescindible para poder comprender mas acabadamente
esta situación tan particular y paradójica de territorialización federal y estabilización
subnacional, analizar con mayor profundidad una variable exógena no tenida debidamente
en cuenta hasta aquí y que probablemente este jugando un rol muy significativo en el
cuadro de situación aludido. Nos referimos al ciclo de reformas políticas provinciales
132
133
producidas durante el período 1983-2003 cuyo impacto analizaremos en el capítulo
siguiente.
Capítulo 5: Las consecuencias electorales de las reformas provinciales
En el Capítulo 4 describimos los distintos sistemas electorales provinciales
actualmente vigentes. Estos sistemas electorales han seguido distintas trayectorias político-
institucionales y tienen su origen en diferentes periodos históricos. Uno de los períodos de
reforma política más intenso ha tenido lugar en los últimos veinte años con la implementación
de 33 reformas constitucionales y 45 reformas electorales sustantivas.54 Estas reformas han
permitido que en 17 provincias exista la posibilidad de reelegir al gobernador al menos una
vez en forma sucesiva, lo cual no estaba legislado en ninguna provincia en 1983 (De Riz,
2000). Estas reformas también han modificado muchas de las fórmulas electorales utilizadas
previamente, creado nuevos distritos electorales, alterado los mecanismos de administración
electoral, la presentación de candidaturas, el tamaño de las legislaturas, modificado la
composición del poder legislativo y el número de cámaras, para nombrar algunos de los
cambios mas importantes.
En estos últimos veinte años, algunas provincias tuvieron múltiples reformas
electorales y constitucionales. Salta, por ejemplo, tuvo cuatro reformas electorales en los años
1985, 1987, 1991 y 2001. La Rioja realizo tres reformas sustantivas en 1987, 1989 y 1997 y
tres ajustes mas moderados. Buenos Aires, Mendoza y Entre Ríos, en cambio, mantuvieron
sus sistemas electorales sin cambios importantes entre 1983 y el 2003.55
54 El análisis presentado en este capítulo replica en parte el trabajo presentado en Calvo y Miccozi (2004), aun cuando el número de reformas es mayor debido a la incorporación de los lemas. Para la estimación presentada en la segunda parte de este capítulo, los lemas no han sido tomados en consideración. Ello se debe a que la Ley de Lemas afecta el proceso de nominación de candidatos pero no el proceso de asignación de bancas entre partidos políticos. Estas 70 reformas no incluyen las múltiples “enmiendas” sucesivas que producen “ajustes” menores en las reglas del juego electoral. El número de reformas puede variar en función de los criterios para definir que representa una reforma sustantiva o una enmienda. Medir el impacto electoral de las reformas por sus consecuencias distributivas es, por dicho motivo, menos susceptible a errores de clasificación. 55 Buenos Aires cambio su formula de RP de D’Hont a una versión modificada del Hare en 1987. Pero el efecto de dicho cambio ha sido marginal hasta las eleccion del 2003 (Escolar, Minvielle, Castro, 2005).
Tabla 5.1: Número de Reformas Políticas por Provincia para la Elección de Legisladores Provinciales
Provincia Reformas Electorales Provincia Reformas
Electorales Provincia Reformas Electorales
Provincia de B. Aires 0a/ Formosa 1 Salta 4
Ciudad de B. Aires 1b/ Jujuy 2 San Juan 4f/
Catamarca 2 La Pampa 0i/ San Luis 1
Córdoba 2c/ La Rioja 6e/ Santa Cruz 3g/
Corrientes 0 Mendoza 0 Santa Fe 2
Chaco 0h/ Misiones 3 Santiago del Estero 4
Chubut 2 Neuquén 1 Tierra del Fuego 2
Entre Ríos 0d/ Río Negro 2 Tucumán 3
a/Buenos Aires cambio su formula RP de D’Hont a Hare pero en magnitudes bajas dicha reforma no impacta en la distribución de bancas. b/Ciudad Autónoma a partir de 1996.c/ Recientemente elimino el Senado e incorporó un sistema Mixto. d/Incorporó dos nuevos departamentos. e/ Incluyendo la reforma constitucional del 2003, que modifico el sistema electoral. f /No fue tomado en consideración un cambio menor en la legislación sobre lemas en 1999.g/Incluye las cláusulas transitorias que rigieron en 1997. h/Un aumento de dos representantes en 1995 no ha sido tomado en consideración. i/un aumento de magnitud en 1995, de 21 a 26, no ha sido tomado en consideración.
En muchas de estas provincias las reformas fueron llevadas adelante por el oficialismo
provincial a pesar de la abierta resistencia de las fuerzas de oposición. Reformas
constitucionales en Santiago del Estero y Santa Cruz, por ejemplo, fueron votadas solamente
por el oficialismo provincial luego de que la oposición se retirara anticipando una derrota en
las convenciones constituyentes respectivas y ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo
político.56 En otras provincias, como en Córdoba o Santa Fe, las reformas han sido
relativamente consensuadas entre los partidos mayoritarios, aun cuando no exentas de
conflicto.
La falta de acuerdo también ha tenido consecuencias imprevistas cuando el oficialismo
fue incapaz de imponer sus preferencias. En Capital Federal la incapacidad para acordar un
nuevo código y una ley electoral ha llevado a la institucionalización de un sistema electoral
hibrido definido por las condiciones mínimas consignadas en la constitución del ’96, el
56 Ver el trabajo de Fuertes (2000) sobre la reforma de los sistemas mixtos provinciales.
136
código electoral nacional y la no aplicación de la renovación parcial de la legislatura. El
número de partidos legislativos es tres veces superior a los observados en el resto del país en
parte como consecuencia de la utilización de un distrito único de 60 miembros sin umbral y
ante la ausencia de legislación pertinente.
A pesar del gran número de cambios en las reglas electorales que han tenido lugar en
las provincias en los últimos veinte años, existen pocos trabajos que hayan medido el impacto
electoral de estas reformas (Calvo y Micozzi, 2004). En este Capítulo medimos el efecto
distributivo de las reformas en la asignación de bancas esperadas por los partidos en las
provincias desde 1983. Como mostraremos a continuación, los partidos políticos que
controlaron los procesos de reforma obtuvieron por lo general beneficios importantes en
bancas. Más aun, si bien es cierto que no todas las reformas electorales garantizaron que el
oficialismo provincial ganara las elecciones inmediatamente posteriores, estas reformas
lograron que dichos partidos obtuvieran una mayor cantidad de bancas que las que hubieran
obtenido bajo las anteriores reglas electorales.
El orden de presentación del capítulo es el siguiente: en la primera sección analizamos
en detalle los cambios ocurridos en los sistemas electorales provinciales desde 1983. En la
segunda sección discutimos de modo más general cuales son los objetivos que persigue una
reforma del sistema electoral y como modelizar el impacto de dichas reformas sobre la
asignación de bancas. En la tercera sección estimamos los efectos de las reformas electorales
en las distintas provincias, mostrando que ellas han introducido fuertes sesgos partidarios
antes que sesgos mayoritarios. Finalmente, concluimos analizando el impacto de estas
reformas sobre el sistema de partidos en el orden nacional.
Cambios en los Sistema Electorales Provinciales en el período 1983-2001: Una Visión de Conjunto
En el capítulo precedente hemos caracterizado los aspectos generales de las reformas
electorales que condujeron a la diversidad de sistemas existentes en la actualidad en las
137
provincias argentinas. Se discutieron sus orígenes y se caracterizaron las particularidades de
del funcionamiento mecánico de cada uno indagándose posteriormente en el impacto que tal
diversidad tuvo en la configuración de los sistemas de partidos locales, la competencia
política provincial y los cambios en las preferencias del electorado. Posteriormente se
contrastó el desempeño de los indicadores de competencia política y volatilidad electoral para
gobernador y legislativos provinciales, con los resultados obtenidos al aplicarlos en las
categorías nacionales en las mismas provincias. Quedó claro entonces que existían
importantes diferencias entre ambas arenas y que las condiciones de competencia política en
las categorías provinciales se habían comprimido desde 1983 a la fecha, mientras que en las
nacionales, por el contrario los índices de competencia habían tendido a aumentar. Los
orígenes de este fenómeno parecían entonces difíciles de vincular con las diferencias notorias
entre los sistemas electorales de las provincias y el sistema electoral nacional, y en cambio
tenían el aspecto de ser el resultado de trasformaciones sucesivas en los sistema provinciales
orientadas a reducir localmente los probables efectos de los cambios políticos a nivel
nacional.
El doble voto simultáneo y acumulativo: La Ley de lemas en las provincias argentinas
En 1983, por primera vez en quince años, un candidato presidencial peronista -Italo A.
Luder- fue derrotado en elecciones libres y abiertas por el candidato por la Unión Cívica
Radical, Raúl R. Alfonsín. Sin embargo, el Peronismo logro ganar la mayoría de las
provincias, catorce de las veintitrés gobernaciones.
El Peronismo también controló cómodamente sus respectivas legislaturas provinciales
y el Senado Nacional. Sin embargo, la crisis desatada a partir de la derrota presidencial
facilitó nuevos realineamientos partidarios y el surgimiento de una nueva facción dentro del
PJ: los Renovadores. En las elecciones legislativas de 1985, los Peronistas presentaron dos
listas de candidatos separadas en la mayoría de los distritos, obteniendo solo 32 bancas (25%
138
de las bancas renovadas) y permitiendo a la UCR el control holgado de una mayoría
legislativa en la Cámara de Diputados del Congreso Nacional.
En 1987, los oficialismos de cuatro provincias peronistas (Formosa, La Rioja,
Misiones y Salta), enfrentando elecciones provinciales altamente competitivas, lograron
mediante la implementación de leyes de lemas57 evitar una derrota electoral. La utilización de
Lemas, en efecto, permitió que el Peronismo sumara los votos de sus distintas listas y
mantuviera su condición de oficialismo provincial. Este nuevo mecanismo permitió al
Peronismo resolver el problema de su volátil interna sin sacrificar el premio de mayoría que
gran parte de los sistemas electorales provinciales otorgan al ganador de la contienda
electoral. Mas importante aun, le permitió a muchos de los gobernadores, administrar la
interna partidaria y evitar el surgimiento de una oposición “desde adentro”.
57 La ley de lemas es un mecanismo electoral que permite la presentación de varios candidatos a un mismo cargo dentro de un mismo partido. El partido se constituye como lema y cada corriente interna presenta su lista constituyendo un sublema. De esta manera el partido acumula la totalidad de los votos que reciben los sublemas. Esta forma de acumulación evita la realización de internas partidarias y ayuda a reducir conflictos internos que podrían perjudicar al partido. Para un análisis más en detalle de las leyes de lema ver Tula (1995) y (1997)
139
Tabla 5.2: Reformas Electorales y Constitucionales que incorporaron la Ley de
Lemas para la Categoría de Gobernador y Vicegobernador Instauración Supresión
Buenos AiresCapital Federal
CatamarcaChacoChubut 1991 1995
CórdobaCorrientesEntre RíosFormosa 1987
Jujuy 1991La PampaLa Rioja 1987MendozaMisiones 1987 2001NeuquénRío Negro
Salta 1987 1999San Juan 1991 1997San Luis
Santa Cruz 2001 1991Santa Fe 1991
Santiago del Estero 1991 1997Tierra del Fuego
Tucumán
Fuente: Elaboración propia en base a Leyes y decretos reglamentarios provinciales
A partir de la separación del Grupo de los 8 en 1991, y ante el giro a la derecha del
Menemismo, otras seis provincias introdujeron Lemas (Chubut, Jujuy, San Juan, Santa Cruz,
Santa Fe, y Santiago del Estero). De las 10 provincias que incorporaron Lemas, nueve eran
Peronistas y en tan solo una de ellas, Salta, el Peronismo fue derrotado luego de la
incorporación del sistema. Roberto Augusto Ulloa del Partido Renovador Salteño venció al
candidato Peronista en las elecciones de 1991 con la ayuda de un intenso clima de conflicto
interno dentro del PJ que llevó a la destitución del vise-gobernador.
A partir de la formación de la Alianza en 1997, sin embargo, las Leyes de Lemas se
convertirían en una herramienta de coordinación para la oposición, antes que en un
mecanismo para resolver la interna peronista. La Alianza, una coalición con serias
complicaciones para unificar sus listas de candidatos, tendría en los Lemas una herramienta
140
para coordinarse políticamente sin tener que negociar la distribución de bancas en elecciones
primarias. Como reacción, antes de las elecciones de 1997 tres provincias Peronistas
(Formosa, San Juan y Santiago del Estero) abandonaron los lemas, evitando en al menos dos
de estas provincias (Formosa y San Juan), que la UCR y el FREPASO se presentaran juntos.
En las elecciones provinciales del 2001 otras tres provincias eliminarían sus lemas, Misiones,
Santa Cruz y Salta.
En un contexto de fuerte faccionalismo Peronista, 9 de 13 provincias Peronistas
introdujeran Lemas en su legislaciones electorales, permitiendo que los votos de las distintas
listas fuesen sumados en el conteo final. Posteriormente, seis de estas provincias eliminaron
estas reglas electorales cuando la oposición (UCR-FREPASO) podía utilizarlos para resolver
su propia interna partidaria.
Otras reformas
Una mirada rápida al resto de los cambios en las reglas electorales es igualmente
instructiva. Si bien en 1983 ninguna provincia permitía la reelección de sus Gobernadores,
actualmente 17 de 24 provincias tienen mecanismos de reelección. En 1987 una serie de
reformas constitucionales permitieron la reelección al cargo de Gobernador en cinco
provincias (Córdoba, Jujuy, La Rioja, San Juan y San Luis). En 1991 el número de provincias
que autorizaron la reelección se duplico, contando los casos de Catamarca, Formosa,
Misiones, Río Negro y Tierra del Fuego. Para el año 2003, 17 de las 24 provincias permitían
la reelección del cargo de Gobernador, 4 de éstas sin imponer restricciones en el número de
períodos en que un Gobernador podía mantenerse en competencia por el cargo. En el 2001,
11 Gobernadores compitieron por la reelección y en 21 provincias (87%) resultó electo el
candidato a Gobernador del partido oficialista.
Numerosas reformas que retocaron la “letra chica” del contrato democrático fueron
también importantes para sostener a los oficialismos provinciales. Entre las más relevantes
141
encontramos la suba en los umbrales nominales para acceder a la distribución de bancas, las
estrategias de redistritado58 y asignación geografica de bancas (apportionment) controladas
por el oficialismo provincial (Santiago del Estero, San Luis, La Rioja, Salta, Río Negro), y las
reducciones en las magnitudes de distrito (Tucumán, La Rioja en 1999)
Muchas provincias comenzaron también a administrar las fechas de sus elecciones
locales para contrarrestar los efectos negativos del arrastre de votos entre las distintas arenas
nacional y subnacionales. Los efectos negativos del arrastre presidencial (coattail effect)
fueron de dos tipos distintos: (i) una parte importante de la pérdida de votos estaba vinculada
a la pertenencia o no del ganador de los candidatos presidenciales a un partido ó a una facción
distinta de la integrada por el gobernador. Por otro lado, (ii) los partidos político nacionales se
veían a menudo incapacitados de realizar campañas locales en todas las provincias, pero al
correr a la sombra de las campañas electorales nacionales, un mayor numero de partidos
políticos surgía para las elecciones provinciales, incrementando la dispersión de votos en
muchos casos críticos para el oficialismo provincial. Para administrar los efectos del arrastre,
los gobernadores han ido modificando estratégicamente cada vez con mayor frecuencia, la
fecha de las elecciones locales, eligiendo representantes en al calendario nacional (elecciones
concurrentes) o desdoblandolas (elecciones no-concurrentes).59
58 Ya sea cambiando los trazados de los distritos o la cantidad de cargos asignados a los distintos municipios. 59 En algunos casos, incluso, algunas Constituciones provinciales explícitamente prohíben que las elecciones locales sean concurrentes.
142
Figura 5.1: Porcentaje de Elecciones Concurrentes y No-Concurrentes en la totalidad de los distritos, 1983-2003
0%
20%
40%
60%
80%
100%
%
83 85 87 89 91 93 95 97 99 2001 2003
Año
Concurrente No concurrente
Fuente: Elaboración propia en base a datos electorales del Ministerio del Interior, de las autoridades electorales provinciales, leyes y decretos reglamentarios provinciales
Como muestra la Figura 5.1, mientras que en 1983 todas las elecciones nacionales y
provinciales fueron concurrentes, en el 2003 sólo 2 provincias mantuvieron elecciones para
Gobernador en la misma fecha que la elección presidencial. El ajuste del calendario electoral
fue un intento, finalmente exitoso, por beneficiarse de un arrastre positivo de la elección
presidencial sobre la elección a Gobernador a través de las candidaturas de dos hombres de
esas provincias en la elección presidencial (i.e La Rioja- Menem y San Luis-Rodriguez Saa-).
En resumen, por medio del uso de Lemas, el incremento en los niveles de umbrales
nominales, las políticas de redistritado y una administración oportunista de los efectos de
arrastre (coattail effects), la mayoría de las provincias resguardaron sus entornos políticos de
los shocks políticos nacionales; reduciendo el número efectivo de partidos competitivos en las
provincias y aumentando las probabilidades del Gobernador de ganar la reelección.
Los cuadros que presentamos a continuación muestran en detalle los cambios
ocurridos en los sistemas electorales provinciales. Vistos en particular, cada reforma
representa un universo de coaliciones políticas distinto. Una visión de conjunto, sin embargo,
muestra que las Provincias han vivido en un estado de Reforma Política permanente, cuyos
143
144
efectos han escapado al análisis político. En la siguiente sección proponemos un modelo para
estimar el impacto distributivo de estas reformas electorales y entender las ventajas políticas
obtenidas por los oficialismos provinciales.
-
Tabla 5.3: Reformas Electorales en las Distintas Provincias: 1983-2004 Fuente:
Distrito Categoría 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1996 1997 1999 2000 2001 2003
Presidente
Por Colegio Electoral. Cada provincia vota
una cantidad de electores equivalente
al doble de sus diputados y
senadores. Mayoría absoluta en el
Colegio, sino elige el Congreso.
Elección directa. Mayoría absoluta
atenuada, 45% de los votos positivos o 40%
con 10 puntos de diferencai del
segundo. Sino, ballottage entre los
dos primeros.
Diputados
Las provincias son las circunscripciones. Magnitudes variables
(entre 2 y 35 de magnitud efectiva), fórmula D´Hondt,
barrera del 3% del padrón de cada
distrito. Renovación parcial por mitades.
Senadores
Electos por las Legislaturas
provinciales. 9 años, renovación por tercios cada 3.
Incorporación del tercer senador por
provincia, pero designado por las
Legislaturas provinciales
Elección integral del senado, 3 por
provincia con voto limitado: 2 al ganador, 1 al
segundo. Renovación alternada por tercios
(tres grupos de 8 provincias) cada 2
años.
Gobernador Mayoría simple
Diputados
8 secciones electorales con
magnitudes variables. Fórmula D´Hondt, barrera del 3% del
padrón. Renovación parcial alternada (2ª, 3ª, 6ª y 8ª juntas, 1ª,
4ª, 5ª y 7ª juntas).
8 secciones electorales con
magnitudes variables. Fórmula Hare,
barrera del cociente electoral. Renovación parcial alternada (2ª, 3ª, 6ª y 8ª juntas, 1ª,
4ª, 5ª y 7ª juntas).
Senadores
8 secciones electorales con
magnitudes variables. Fórmula D´Hondt, barrera del 3% del
padrón (las magnitudes son la
mitad de las de Diputados).
Renovación parcial alternada (2ª, 3ª, 6ª y 8ª juntas, 1ª, 4ª, 5ª y
7ª juntas).
8 secciones electorales con
magnitudes variables. Fórmula Hare,
barrera del cociente electoral (las
magnitudes son la mitad de las de
Diputados). Renovación parcial
alternada (2ª, 3ª, 6ª y 8ª juntas, 1ª, 4ª, 5ª y
7ª juntas).
Nación
Buenos Aires
Distrito Categoría 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1996 1997 1999 2000 2001 2003
Jefe de Gobierno
Mayoría simpleMayoría absoluta (50% de los votos
positivos)
Diputados
60 concejales en distrito único, fórmula D´Hondt con barrera del 3% del padrón. Renovación parcial
por mitades
60 diputados en distrito único, fórmula D´Hondt sin barrera . Renovación parcial
por mitades ( a implementarse)
Gobernador Mayoría simple
Catamarca Diputados
33 diputados en distrito único, 60% de bancas al ganador, el
40% restante al segundo. Renovación
por mitades cada 2 años
Renovación parcial de 23 diputados, 60%
para el gaandor, el 40% restante
dividido: 5 cargos al segundo, 3 al tercero,
1 al cuarto
41 diputados en distrito único, fórmula D´Hondt. Renovación por mitades cada dos
años.
Senadores
1 senador por departamento (16), renovación parcial
alternada.
1 senador por departamento (16), renovación parcial
alternada.
Capital
Elaboración propia en base a Leyes y decretos reglamentarios provinciales
146
Distrito Categoría 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1996 1997 1999 2000 2001 2003Gobernador Mayoría simple
66 Diputados
Diputados
36 bancas por lista incompleta (2/3 para el ganador, 1/3 para
el segundo)
Fórmula fija prestablecida: 36 al
primero, 20 al segundo, 5 al tercero,
2 al cuarto. Si hay menos de 4 partidos
que superen el 2%: el total de votos
obtenidos por los PP serán divididos por 1 y por 2 cuando sólo hubiera 3 partidos minoritarios. Por 1,
por 2, por 3 por 4, por 5, cuando sólo
hubiera 2 partidos minoritarios.Renovación total cada 4 años
Sistema mixto segmentado: 70
bancas, una por cada uno de los 26
departamentos, 44 por distrito único por D´Hondt sin barrera
legal. Posible desbloqueo de lista (A reglamentar por
ley).
Senadores
40 bancas en 26 departmentos con magnitud variable
entre 1 y 3
70 bancas, por los 26 departamentos,
magnitudes variables según población. Repartición por
cuotas fijas: M=8: 4 al primero, 3 al
segundo, 1 al tercero. M=6: 3 al primero, 2
al segundo, 1 al tercero. M=2: 2 al primero. M=1: 1 al
primero. Renovación parcial alternada
cada 2 años.
Se eliminó el Senado
Gobernador
Mayoría absoluta del Colegio Electoral, electo en distrito
único.
Mayoría absoluta del Colegio Electoral, electo en las tres
secciones.
Directa, mayoría absoluta o ballottage
Diputados
26 Diputados por distrito único, fórmula Hare con el cociente
electoral como barrera.
26 Diputados por distrito único, fórmula D'Hondt con barrera del 3% del padrón.
Senadores
13 senadores electos en 3 secciones
electorales (5 en la 1ª, 4 en la 2ª, 4 en la
3ª). Renovación parcial alternada cada 2 años (1
seción cada 6 años)
13 senadores en distrito único,
D'Hondt con barrera de 3% del padrón
Gobernador Mayoría simple
Mayoría absoluta atenuada (45% de los positivos o 40% con 10% de diferencia sobre el segundo)
Diputados
30 Diputados en distrito único por
D´Hondt. Barrera del 3%.
32 Diputados en distrito único por
D´Hondt. Sin barrera legal. Renovación
parcial por mitades cada 2 años.
Corrientes
Chaco
Córdoba
147
Distrito Categoría 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1996 1997 1999 2000 2001 2003
Gobernador Mayoría simple
Ley de Lemas modificada. El
sublema más votado debe pertenecer al
lema ganador; en su defecto, habrá
ballotage entre el sublema más votado
y el sublema más exitoso del lema
ganador.
Mayoría simple.
Diputados
27 diputados en lista incompleta, 16 al ganador, 11 por
D´Hondt entre las minorías
27 diputados en lista incompleta, 16 al ganador, 11 por
D´Hondt entre las minorías. Rige ley de
lemas.
27 diputados en lista incompleta, 16 al ganador, 11 por
D´Hondt entre las minorías. No rige ley
de lemas
Gobernador Mayoría simple
Diputados
28 diputados son electos por fórmula Hare. Cuando por
este medio, el partido mayoritario no
obtiene la mayoría absoluta de bancas (15) se procede a
asignarle la mayoría absoluta de la representación
equivalente. Las 13 restantes se
distribuyen entre los partidos minoritarios
de acuerdo a un cociente de minoría
(total de votos partidos
minoritarios/bancas que restan asignar).
Renovación total cada 4 años.
Senadores
Uno por departamento a
simple pluralidad de sufragios (16
departamentos)
Uno por departamento a
simple pluralidad de sufragios (17
departamentos)
Gobernador Mayoría simple Rige Ley de Lemas
Diputados
30 Diputados por Lista Incompleta (2/3
al ganador, 1/3 al segundo).
Renovación parcial por mitades.
Fórmula D´Hondt. Rige Ley de Lemas
Formosa
Chubut
Entre Ríos
148
Distrito Categoría 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1996 1997 1999 2000 2001 2003
Gobernador Mayoría simple Mayoría simple, rige Ley de Lenas
Diputados30 miembros por
D´Hondt, renovación parcial por mitades
48 diputados por D´Hondt, barrera del
5% del padrón. Renovación parcial
por mitades.
48 diputados por D´Hondt, renovación parcial por mitades. Rige Ley de Lemas con barrera del 5%
del padrón para lemas y 10% del voto
del lema para sublemas.
Gobernador Mayoría simple
Diputados
21 diputados en distrito único, fórmula D´Hondt, barrera del 3%. Renovación total
cada 4 años.
26 diputados en distrito único, fórmula D´Hondt, barrera del 3%. Renovación total
cada 4 años.
Gobernador Mayoría simple Mayoría simple, rige Ley de Lemas
Mayoría simple, rige Ley de Lemas
Mayoría simple, no rige Ley de Lemas
Mayoría simple, rige Ley de Lemas
Diputados
25 diputados electos en los
departamentos, magnitudes variables (entre 1 y 5). Fórmula D´Hondt, piso del 3%
del padrón. Renovación parcial
por mitades.
Renovación parcial de 12 diputados, lista
incompleta.
30 diputados electos en los
departamentos, magnitudes variables
(entre 1 y 5). Lista incompleta.
Renovación parcial por mitades, lo cual reduce la magnitud efectiva a la mitad. Reserva de minoría de 2 diputados para
los partidos sin representación
departamental con un 2% del padrón. Se
eligieron 17 diputados.
30 diputados electos en los
departamentos, magnitudes variables (entre 1 y 7). Fórmula D´Hondt, piso del 3%
del padrón. Renovación parcial por mitades, lo cual reduce la magnitud efectiva a la mitad. Reserva de minoría de 2 diputados para
los partidos sin representación
departamental con un 2% del padrón. Se
eligieron 16 diputados.
Rige Ley de Lemas No rige Ley de Lemas
30 diputados electos en los
departamentos, magnitudes variables (entre 2 y 7). Fórmula D´Hondt, piso del 3%
del padrón. Renovación parcial por mitades, lo cual reduce la magnitud efectiva a la mitad
(entre 1 y 4). Reserva de minoría de 2
diputados para los partidos sin
representación departamental con un
2% del padrón. Se eligieron 16 diputados.
Reforma constitucional 2002,
reducción del 25% de la Cámara (23
miembros). Magnitudes entre 1 y
3. Se eligieron 9 diputados
GobernadorMayoría absoluta del
Colegio Electoral Mayoría simple
Diputados
48 diputados electos en 4 secciones de magnitud variable
(entre 10 y 16), fórmula D´Hondt, barrera del 3% del
padrón.
Renovación parcial por mitades
(magnitud efectiva entre 5 y 8).
Senadores
38 senadores electos en 4 secciones de magnitud variable
(entre 8 y 12), fórmula D´Hondt, barrera del 3% del
padrón.
Renovación parcial por mitades
(magnitud efectiva entre 4 y 6).
Mendoza
Jujuy
La Pampa
La Rioja
149
Distrito Categoría 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1996 1997 1999 2000 2001 2003
Gobernador Mayoría simple Rige Ley de Lemas No rige Ley de Lemas
Diputados40 diputados por
D´Hondt con barrera del 3%
40 diputados por D´Hondt sin barrera legal. Rige Ley de
Lemas. Renovación parcial por mitades
cada 2 años.
40 diputados por D´Hondt sin barrera legal. No rige Ley de
Lemas
Reducción de la Cámara a 30 cargos. Lista incompleta, 9 a
la mayoría, 6 por entre las minorías en
cada renovación.
Gobernador Mayoría simple
Diputados
25 diputados en lista incompleta, 3/5 al
ganador, 2/5 al segundo
35 diputados en distrito único, fórmula D´Hondt con piso del
3% de los votos válidos. Renovación total cada 4 años.
Gobernador Mayoría simple
Diputados
36 diputados en distrito único. Lista incompleta, 21 para la mayoría, el resto
se reparte por fórmula Hare entre
las minorías. Renovación total
cada 4 años.
36 diputados en 8 secciones electorales
con magnitudes variables, entre 3 y 6 por fórmula D´Hondt.
Renovación total cada 4 años.
Sistema mixto segmentado: 43 diputados, 19 en distrito único por
D´Hondt y barrera del 5% del voto emitido. 24 en 8 secciones trinominales con
barrera del 22% del voto emitido.
Renovación total cada 4 años.
Gobernador Mayoría simple Mayoría simple, rige Ley de Lemas
Mayoría simple, sin Ley de Lemas
Diputados
132 diputados por departamento (23), fórmula D´Hondt,
magnitudes variables según población
(mínimo un diputado). Barrera legal del % de los
votos válidos. Renovación por
mitades cada 2 años.
Por departamento, lista incompleta 2/3 Y 1/3, barrera legal del
8% de los votos válidos. Renovación por mitades cada 2
años.
60 miembros por departamento,
fórmula D´Hondt, magnitudes variables
según población (mínimo un diputado, magnitudes entre 1 y 10). Barrera legal del
5% del padrón departamental. Renovación por
mitades cada 2 años.
60 miembros por departamento,
fórmula D´Hondt, magnitudes variables
según población (mínimo un diputado, magnitudes entre 1 y 10). Barrera legal del
5% del padrón departamental. Renovación por
mitades cada 2 años. Rige Ley de Lemas.
Participan los sublemas con más
del 5% del voto válido.
Senadores
Por departamento (23), uninominales a
mayoría simple. Renovación alternada
cada 2 años.
Por departamento (23), uninominales a
mayoría simple. Renovación alternada
cada 2 años. Rige Ley de Lemas.
Salta
Misiones
Neuquén
Río Negro
150
Distrito Categoría 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1996 1997 1999 2000 2001 2003Mayoría simple, rige Mayoría simple, sin
Gobernador Mayoría simple Ley de Lemas Ley de Lemas
Diputados
30 diputados en circunscripciones uninominales por mayoría simple. Renovación total
cada 4 años.
Lista incompleta para elegir 30
convencionales constituyentes, 20 para la mayoría, el resto por D´Hondt entre las minorías.
Sistema mixto segmentado: 45
diputados, 19 uninominales (uno por departamento), 26 por D´Hondt con piso del 3% de los votos válidos en distrito único.
Renovación total cada 4 años.
Sistema mixto segmentado: 45
diputados, 19 uninominales (uno por departamento), 26 por D´Hondt con piso del 3% de los votos válidos en distrito único.
Renovación total cada 4 años.
Sistema mixto segmentado: 45
diputados, 19 uninominales (uno por departamento), 26 por D´Hondt con piso del 3% de los votos válidos en distrito único.
Renovación total cada 4 años. Rige Ley de Lemas para
ambas.
Sistema mixto segmentado: 45
diputados, 19 uninominales (uno por departamento), 26 por D´Hondt con piso del 3% de los votos válidos en distrito único.
Renovación total cada 4 años. Rige Ley de Lemas sólo
para diputados departamentales.
Reducción del número de
legisladores: se eligen 15 diputados
proporcionales.
Gobernador Mayoría simple
Diputados
30 diputados en distrito único, lista
incompleta, 2/3 para la mayoría, 1/3 para
el segundo. Renovación parcial
por mitades
Renovación parcial de 15 diputados
Elección de 28 diputados, que completan 43.
Fórmula D´Hondt sin piso, electos en los departamentos con
magnitudes variables (entre 2 y 10). Renovación alternada.
Elección de 28 diputados, que completan 43.
Fórmula D´Hondt con piso del 3%, electos
en los departamentos con magnitudes
variables (entre 2 y 10). Renovación
alternada.
Senadores
Uno por departamento,
mayoría simple. Renovación alternada
cada 2 años
Gobernador Mayoría simple Mayoría simple. Rige Ley de Lemas
Diputados
24 diputados en distrito único, fórmula D´Hondt con piso del
3% del padrón distrital. Renovación parcial por mitades
Renovación de 12 diputados en distrito único, D´Hondt con
piso del 3% del padrón. Rige Ley de
Lemas
Sistema mixto segmentado: 10 por D´Hondt en distrito
único, 14 uninominales (uno
por pueblo). Rige Ley de Lemas
Gobernador Fórmula electa por mayoría simple
Rige Ley de Lemas
Diputados
28 bancas se asignan a la mayoría simple y 22 a las minorías por fórmula proporcional D'Hondt. Renovación
total cada 4 años. Barrera del 3% del
padrón distrital
28 bancas se asignan a la mayoría simple y 22 a las minorías por fórmula proporcional D'Hondt. Rige Ley de
Lemas, adjudicándose las
bancas de cada lema por D'Hondt
proporcionalmente a los votos
obtenidospor cada uno de los sublemas.
Para sublemas, D´Hondt sin piso.
Para lemas, barrera del 3% del padrón.
Senadores
1 por departamento (19 departamentos) por mayoría simple.
Renovación total cada 4 años.
1 por cada uno de los 19 departamentos
por mayoría simple. Renovación total
cada 4 años. Rige Ley de Lemas.
Santa Fe
San Juan
San Luis
Santa Cruz
151
Distrito Categoría 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1996 1997 1999 2000 2001 2003
Gobernador Mayoría simple Mayoría simple, rige Ley de Lemas
Santiago Diputados
30 diputados en distrito único, 2/3 al ganador, el tercio
restante por D´Hondt. Barrera del 3%.
Renovación total.
45 diputados en distrito único, lista
incompleta, 2/3 para el ganador, El tercio
restante por D´Hondt. Renovación por
mitades cada 2 años.
Se renuevan 23 diputados en distrito
único, lista incompleta, 2/3 para el ganador, El tercio
restante por D´Hondt.
Se renuevan 23 diputados en distrito
único, lista incompleta. Rige Ley de Lemas., 2/3 para el lema ganador, el tercio restante por D´Hondt. Dentro de
los lemas, 2/3 al sublema ganador, el tercio restante por D´Hondt. Para los sublemas, piso del 25% de los votos de
su lema.
Sistema mixto segmentado: 22 en distrito único, 28 en seis secciones por
lista incompleta (5/3 en una, 3/1 en las otras cinco). Se
eligieron los 28 de las secciones.
Se eligieron los 22 por distrito único,
lista incompleta, 2/3 al ganador, 1/3 al
segundo.
¿Renovación de toda la cámara?
Gobernador Mayoría absoluta
Diputados
15 legisladores territoriales en distrito
único por D´Hondt con piso del 5% del
voto válido.
15 diputados en distrito único por
D´Hondt con piso del 5% del voto válido. Lista desbloqueada (sistema de tachas),
requiere 5 de las tachas para ejecutar
el desbloqueo.
15 diputados en distrito único por
D´Hondt con piso del 5% del voto válido. Lista desbloqueada (sistema de tachas), requiere 10% de las tachas para ejecutar
el desbloqueo.
15 diputados en distrito único por
D´Hondt con piso del 5% del voto válido. Lista desbloqueada (sistema de tachas), requiere 50% de las tachas para ejecutar
el desbloqueo.
Gobernador
Mayoría absoluta del Colegio Electoral,
electo en las secciones (24 y 36)
por D´Hondt
Mayoría absoluta del Colegio Electoral, electo en las tres secciones (24, 16,
20)
Elección directa en distrito único,
mayoría simple.
Diputados
40 diputados en 2 secciones (16 y 24)
por D´Hondt, barrera legal del 3%.
Renovación de 20 diputados en 5
secciones (una de 8, cuatro de 3) por
D´Hondt
Renovación de 20 diputados en 3
secciones (8, 5, 7),
Renovación de 20 diputados Por
departamentos, magnitudes variables
según población, D´Hondt con barrera
del 3%.
Elección integral de 40 diputados en tres secciones (18, 11, 11) por D´Hondt sin barrera. Renovación
total. Rige Ley de Lemas.
Senadores
20 senadores elegidos en los departamentos,
magnitudes variables según población (mínimo 1 per
cápita). Renovación por mitades.
Renovación de 10 senadores en 3
secciones (4, 3, 3)
Renovación de 10 senadores en 3
secciones (4, 3, 3). Rige Ley de Lemas
Se eliminó el Senado
Tierra del Fuego
Tucumán
Elaboración propia en base a Leyes y decretos reglamentarios provinciales
152
Las reformas electorales y sus objetivos Existe la creencia convencional de que las reformas electorales producen
resultados inciertos, muchas veces contrarios a los intereses y principios anunciados
públicamente por sus proponentes. Esta percepción esta ligada al hecho de que a
menudo los partidos que inician una reforma política pierden bancas o incluso el
ejecutivo en las elecciones inmediatamente posteriores, frente a partidos que no
controlaron y en algunos casos se opusieron abiertamente a las reformas propuestas.
Esta visión compite a su vez con la creencia contraria de que las reformas
electorales manipulan la representación democrática dándole a sus proponentes ventajas
políticas claras e inmerecidas. La primera visión ha sido sustentada en el análisis de
casos como el de la implementación de la Ley Sáenz Peña, en su momento propuesta
por un ejecutivo anti-radical y apoyada por gran número de conservadores que se
imaginaron como el partido mayoritario en 1912 y fueron definitivamente barridos del
mapa electoral en 1928. La segunda visión ha sido justificada por reformas electorales
controladas por partidos dominantes, como es el caso del Peronismo en la Capital
Federal en 1953, que presumiblemente le entregó la ciudad al PJ aun cuando este
partido obtuvo una exigua mayoría en votos. Un análisis detallado de dichas reformas
electorales, sin embargo, mostraría que otras alternativas electorales hubiesen sido
igualmente costosas para los conservadores a principio de siglo y marginalmente menos
beneficiosas para el Peronismo a mediados de siglo.
Estos ejemplos, sin embargo, dan cuenta del tipo de confusiones que surgen al
analizar el impacto de los cambios electorales comparando los votos obtenidos por un
partido antes y después de una reforma, en lugar de comparar las asignaciones de
bancas. A fin de cuentas, el objetivo de reformar las reglas de juego es maximizar las
bancas a obtener en una futura elección, puesto que obtener una mayor cantidad de
153
votos por lo general no depende de las reglas electorales. Más aún, dado que los
partidos políticos tienen más incentivos para iniciar una reforma cuando corren el riesgo
de perder una elección, medir los beneficios de una reforma electoral en función de los
votos obtenidos por el oficialismo puede ser engañoso.
Consideremos, por ejemplo, un partido que obtiene 65% de las bancas con 60%
de los votos en una elección. A medida que se aproxima la siguiente elección, y en
vistas de que la oposición puede crecer significativamente, el oficialismo anuncia una
reforma política y modifica las reglas electorales provinciales. Como resultado de las
nuevas reglas electorales, el oficialismo obtiene un 52% de las bancas con un 40% de
los votos, lo cual representa un premio significativo en bancas a pesar de perder un
porcentaje considerable de sufragios.
El premio en bancas es considerablemente superior en la segunda elección, aun
cuando un observador poco atento podría suponer que la reforma electoral fracaso. Un
análisis mas adecuado, sin embargo, debería enfatizar que el oficialismo ganó un premio
sustantivo de bancas respecto de la elección anterior. Para interpretar las consecuencias
políticas de una reforma electoral, por tanto, es necesario entender cuales son las
propiedades mecánicas que explican la asignación de bancas entre los distintos partidos
políticos.
En particular, dos propiedades distintas de toda reforma electoral deben ser
estimadas: (i) aquella que indica cual es el premio de mayoría que obtiene cualquier
partido político por su condición de ganador o perdedor (sesgo mayoritario); y (ii)
aquella que indica las bancas que obtiene un partido político particular por encima de
aquel esperado por cualquier otro partido político con un porcentaje equivalente de
votos (sesgo partidario). Primero describiremos en mayor detalle estas distintas
154
dimensiones de la reforma electoral, para luego analizar los efectos la las reformas
electorales en la asignación de bancas esperada por los oficialismos provinciales.
Sesgo Mayoritario
Comencemos con un ejemplo: existen muchos partidos minoritarios que en estos
últimos años han propuesto la implementación de distritos uninominales o la
eliminación de la “lista sabana”. Estas reformas han sido propuestas bajo la creencia de
que una mayor personalización es normativamente importante para mantener a los
políticos bajo un control más estricto del electorado.60 Otros partidos minoritarios que
se oponen a la modificación del sistema electoral vigente, tanto porque sostienen que
existe una mayor validez normativa en la representación estrictamente proporcional, a
pesar del alto nivel de fragmentación que esto puede producir en un cuerpo legislativo,
como por razones pragmáticas dado que la utilización de umbrales o distritos de menor
magnitud resultarían en la perdida de bancas o su entera eliminación del recinto.
En ambos ejemplos, aun cuando algunos partidos proponen una distribución de
bancas mayoritarias y otros proponen una distribución proporcional, ambas estrategias
comparten la presunción de que cualquier partido que obtiene un porcentaje de votos, v,
debería obtener un porcentaje de bancas, s. Dicho de otro modo, el sistema electoral es
neutro respecto de las etiquetas partidarias y asigna a cualquier partido una cantidad de
bancas que depende solamente de su porcentaje de votos y la fórmula repartidora. Esta
fórmula repartidora asigna un porcentaje de bancas solamente en función del porcentaje
de votos y es conocida técnicamente con el término de sesgo mayoritario. La Figura 60 Sin embargo, la implementación de estos sistemas electorales no permitiría la elección de candidatos de los mismos partidos minoritarios que proponen la elección (Escolar y Calvo, 2003). De hecho, la mayoría de los partidos que proponen dichas reformas electorales perderían su representación en las legislaturas provinciales mayoritarias, como se puede observar en las provincias que utilizan magnitudes electorales muy bajas (La Rioja, Salta). El éxito en la implementación de estas reformas, para sus proponentes, no pareciera estar ligado a obtener una mayor representación política en la legislatura sino en la creencia en el instrumento de la representación.
155
5.2, arriba a la izquierda, ilustra dos sesgos mayoritarios distintos con una línea recta
que describe un sistema estrictamente proporcional como el de la Ciudad de Buenos
Aires y con una línea en forma de S indicando un sesgo mayoritario importante como en
la Provincia de Salta. En el caso del sistema proporcional representado por la línea
recta, un partido obtiene un porcentaje de bancas similar a su porcentaje en votos, s=v.
En el caso del sistema mayoritario representado mediante la línea en forma de S, un
partido ganador obtiene mas bancas que su porcentaje en votos, s>v, y un partido
perdedor obtiene menos bancas que su porcentaje en votos, s<v. Si bien dos partidos
pueden diferir respecto de cual es el mejor sistema electoral, ambos partidos saben que
las bancas obtenidas son distribuidas de modo simétrico, en virtud del porcentaje de
votos obtenido por los distintos partidos. Por otro lado, si los porcentajes de votos
obtenidos por estos partidos se invirtieran, lo mismo ocurriría con las bancas obtenidas
por cada partido.
Un partido con intereses puramente normativos puede apoyar un determinado
sistema electoral (voto uninominal) porque esta convencido de los atributos positivos o
negativos que tiene un sistema con un sesgo mayoritario en particular aun cuando dicho
sistema electoral garantice su extinción. Un partido con intereses normativos
condicionales a la asignación de bancas, por otra parte, estaría interesado en elegir un
sistema electoral que además de ser normativamente aceptable también maximice sus
bancas. En este sentido, un partido mayoritario debería preferir sistemas con sesgos
mayoritarios más pronunciados en tanto que partidos con un voto minoritario
habitualmente maximizarían sus bancas con sistemas más proporcionales.
Sesgo Partidario
La condición de ganador o perdedor, sin embargo, cambia a menudo con el paso
del tiempo así como cambian las preferencias de los partidos políticos respecto de cual
156
es el “mejor” sistema electoral. Existen otras reformas que otorgan un premio en bancas
a un partido en particular. Gran parte de estas reformas electorales se realizan sobre la
base de identificar electorados específicos y darles mayor peso en la asignación de
bancas, mediante modificaciones de las reglas del juego electoral.
Figura 5.2: Imagen de la relación entre votos y bancas en un Sistema electoral Proporcional y otro Mayoritario (arriba, izquierda), Con Sesgo Partidario (arriba, Derecha), con un creciente numero de partidos políticos bajo reglas
mayoritarias (abajo a la izquierda), con un creciente numero de partidos políticos bajo reglas moderadamente proporcionales (abajo a la derecha).
Por ejemplo, el peronismo en el ’53 fue acusado de modificar los distritos
electorales en la Capital Federal con el fin de introducir votos peronistas en distritos no
peronistas en desmedro de los demás partidos políticos. El Juarismo en Santiago del
Estero fue también acusado de utilizar diseños electorales que favorecían a sus votantes
2 partidos
3 partidos
4 partidos
5 partidos
6 partidos
2 partidos
3 partidos
4 partidos
5 Partidos
6 partidos
SesgoPartidario
PR
Sesgo Mayoritario
157
en la Ciudad de la Banda y en alguno de los distritos periféricos de la provincia. Estos
sesgos partidarios están ejemplificados en la Figura 5.2, arriba a la derecha, en la cual
representamos un partido cuya línea de asignación de bancas se ubica a la izquierda de
los demás partidos. Las líneas horizontales cortan esta Figura en dos puntos, mostrando
que aun cuando cualquier partido obtiene con 40% de los votos poco mas del 20% en
bancas, el partido t con sesgo a su favor obtiene con el mismo porcentaje de votos 35%
de las bancas. En este caso, las reglas electorales le otorgan a un partido en particular un
premio en bancas que excede el esperado por cualquier otro partido con un porcentaje
equivalente de votos. La cantidad de partidos competitivos también afecta las
propiedades del sistema electoral, incrementando el premio de mayoría y, en algunos
casos, potenciando el sesgo partidario.
En la Figura 5.2, abajo a la izquierda, vemos que un sistema electoral con un
sesgo mayoritario importante se ve muy afectado por el aumento en el número de
partidos políticos. Por otro lado, un sistema electoral menos mayoritario se ve poco
afectado por un aumento de la fragmentación política, como muestra la Figura 5.2,
abajo a la derecha.
Por ejemplo, en un contexto de mayor fragmentación electoral como los
descriptos en los Capítulos 3 y 4, las propiedades mayoritarias del sistema electoral
argentino para Diputados Nacionales se han incrementado. Como consecuencia, el
premio de mayoría esperado por el Peronismo y la UCR en las provincias ha aumentado
de modo significativo. Esta es una propiedad de los sistemas electorales mayoritarios en
general, aun cuando no existan sesgos partidarios significativos.
Casi todos los estudios de reforma electoral se concentran en los mecanismos
por medio de los cuales distintas formulas electorales y magnitudes de distrito afectan
las propiedades mayoritarias del sistema electoral. Sin embargo, gran parte de las
158
reformas electorales que surgen de la negociación inter-partidaria buscan obtener bancas
de modo incondicionado, implementando reformas que favorecen preferencialmente a
las bases electorales de algunos partidos. Para poder analizar las consecuencias de una
reforma electoral, por tanto, es necesario estimar conjuntamente los sesgos mayoritarios
y partidarios, tanto en las elecciones anteriores al proceso de reforma como en las
posteriores.
Como mostraremos a continuación, un análisis de los sesgos mayoritarios y
partidarios posteriores a las reformas electorales en la Argentina muestra que en la
mayoría de las provincias, estas reformas favorecieron incondicionalmente a los
partidos oficialistas. Es decir, si bien es cierto que algunos partidos oficialistas
perdieron elecciones después de reformar, los partidos de gobierno obtuvieron en
promedio una mayor cantidad de bancas luego de las reformas que aquellas que
hubieran obtenido bajo las reglas electorales anteriores. Desde ese punto de vista, las
reformas electorales provinciales que analizamos fueron claramente beneficiosas para
los oficialismos provinciales.
Un análisis de la Asignación de Bancas en las Provincias Argentinas Para estimar el efecto de las reformas electorales sobre la asignación de bancas
utilizamos un modelo estadístico jerárquico (Calvo y Micozzi, 2004) que extiende los
trabajos de Taagepera (1986) y King (1990). El análisis utiliza una base que incluye los
votos y bancas de todos los partidos que se presentaron en las elecciones legislativas
provinciales entre 1983 y el 2003. Esta base también incluye variables que describen si
una reforma electoral fue implementada en el periodo previo a una elección, si un
partido es oficialista o de oposición y el número de partidos efectivos. El modelo
estima la cantidad de bancas que recibe cualquier partido j en una provincia p en una
159
elección e, controlando por efectos provinciales y temporales. Utilizando la notación
habitual en modelos jerárquicos bayesianos:61
),(~ pejpejpe KBinS μ
⎟⎟
⎠
⎞
⎜⎜
⎝
⎛
−+−+=
jpe
jpepepepjpepejpe v
vncIbit
1ln)1ln(**)(log ρμ Ec 1.
bpe ~ N(λ1,σ1), λ1 = r1 * Rpe log(ρpe) ~ N(λ2,σ2), λ2 = r2 * Rpe + rc2*Rpe* ln(npe-1)
Ec. 2 cp ~ N(λ3, σ3).
En este modelo, la cantidad de bancas Sjpe obtenidas por un partido j en una
provincia p y una elección e, es explicada en función de sus votos, v; su condición de
partido oficialista (I), una variable indicando si la elección tuvo lugar luego de una
reforma electoral (R), y una variable indicando el numero efectivo de partidos políticos
(n). Estas variables permiten estimar la relación entre votos y bancas, caracterizada por
distintos sesgos mayoritarios, ρ, sesgos partidarios, b.
Los resultados de la estimación de este modelo son presentados en la Tabla 5.4,
la cual muestra que las legislaturas provinciales tienen en promedio sesgos mayoritarios
más pronunciados que el observado en las elecciones legislativas nacionales,
1.69>1.4.62
61 El modelo es jerárquico, dado que el sesgo mayoritario ρ y el sesgo partidario b son explicados a su vez por dos ecuaciones que capturan los cambios en las reglas electorales, [log(ρpe) ~ N(λ2,σ2), λ2 = r2 * Rpe + rc2*Rpe* ln(npe-1) , bpe ~ N(λ1,σ1), λ1 = r1 * Rpe]. Otros efectos provinciales son capturados por la ecuación cp ~ N(λ3, σ3), que en nuestro modelo actúa como una constante aleatoria (“random intercept”). Para una descripción completa del modelo ver Calvo y Miccozi (2004). 62 El sesgo mayoritario nacional, 1.4, estimado en el Capítulo 3.
160
Tabla 5.4: Representación Mayoritaria en Elecciones Provinciales, Modelo Bayesiano Multivariado
Especificación Jerárquica
Modelo 1
Especificación Jerárquica
Modelo 2
Primer Nivel
Sesgo Mayoritario
(ρ)
1.398
[1.21 , 1.52]
1.61
[1.33 , 1.71]
Sesgo Partidario
(b)
.149
[.001 , .17 ]
.106
[ .001 , .133]
Competencia
(c)
.405
[.282 , .521]
.491
[.363 , .566]
Segundo Nivel
r1 - Sesgo Partidario*Reforma
.162
[.14 , .19]
.133
[.113 , .15]
r2 – Sesgo Mayoritario*Reforma
-
-0.313
[ -.47 , -.15]
rc2 – Sesgo Mayoritario*Reforma*c
- .004
[-.03 , .032]
N-Primer Nivel 1893 1893
N-Segundo Nivel 204 204
Nota: Para detalles de la estimación ver el apéndice del capítulo al final del libro. Primer y Tercer cuartil entre paréntesis.
Para aquellos familiarizados con la interpretación de los coeficientes de este
modelo, los resultados muestran que el partido de gobierno tiene en promedio un sesgo
partidario a su favor de .11 antes de reformar y que este sesgo sube a .124 después de
cada reforma. En términos de bancas, esto representa alrededor de un 3% más en bancas
por cada reforma electoral en el área crítica alrededor de un 50% de los votos. A su vez,
cada reforma electoral ha reducido ligeramente el sesgo mayoritario de las reglas
electorales. En otros términos, los sistemas electorales provinciales son en promedio
ligeramente menos mayoritarios que en 1983 pero tienen considerables sesgos
161
partidarios. Ello tiene sentido, dado que las reformas mayoritarias dan a los partidos de
gobierno un premio en bancas condicional a sus resultados electorales en tanto que los
sesgos partidarios entregan un premio incondicionado.
Reformas en las Provincias
Una interpretación más intuitiva de nuestros resultados surge de analizar la serie
temporal de cambios ocurridos en cada provincia durante los últimos veinte años y
compararlo con las Tablas de Reforma Electoral, 5.3. La evolución de los sesgos
partidarios y mayoritarios en las distintas provincias es presentada en las Figuras 5.3 y
5.4. En la Figura 5.3, cada línea vertical indica una reforma electoral63 y las líneas
horizontales describen el sesgo partidario. En la selección de casos de la Figura 5.3,
podemos observar que cada reforma electoral ha incrementado el sesgo partidario a
favor del oficialismo. En La Rioja, Salta, Santiago del Estero y Catamarca, por ejemplo,
los sesgos partidarios introducidos representan un premio de alrededor de un 10% en
bancas para los partidos oficialistas.
63 Las reformas analizadas excluyen la incorporación de leyes de lemas dado que estos no afectan la distribución de votos y bancas sino el proceso de nominación de candidaturas.
162
Figura 5.3: Gráfico de sesgo partidario en seis provincias. Líneas Verticales indican una reforma electoral, (bpe Estimado por Provincia y año)
163
Como se puede observar en la Figura 5.3 la línea de sesgo partidario a favor del
oficialismo se mueve hacia arriba en todas las provincias que introdujeron reformas
electorales.
Figura 5.4: Gráfico de sesgo mayoritario en seis provincias. Líneas Verticales indican una reforma electoral, (bpe Estimado por Provincia y año)
1985 1990 1995 2000
1.0
1.5
2.0
2.5
3.0
3.5
4.0
eleccion
Ses
go M
ayor
itario
Santa Cruz
1985 1990 1995 2000
1.0
1.5
2.0
2.5
3.0
3.5
4.0
eleccion
Ses
go M
ayor
itario
La Rioja
1985 1990 1995 2000
1.0
1.5
2.0
2.5
3.0
3.5
4.0
eleccion
Ses
go M
ayor
itario
Salta
1985 1990 1995 2000
1.0
1.5
2.0
2.5
3.0
3.5
4.0
eleccion
Ses
go M
ayor
itario
Santiago del Estero
1985 1990 1995 2000
1.0
1.5
2.0
2.5
3.0
3.5
4.0
eleccion
Ses
go M
ayor
itario
Catamarca
164
La Figura 5.5 muestra la diferencia en bancas que resulta de un sesgo partidario
de ≈0.02, introducida por las reformas electorales provinciales. Como es posible
observar en el grafico de la derecha, con un 40% del voto un partido no oficialista
obtendría 45% de las bancas. Como contraste, un partido oficialista obtendría un 49.9%
de las bancas lo cual le otorga virtual control de la cámara. El premio total es de
alrededor de 10% en bancas, repartidos entre un moderado sesgo mayoritario y un
significativo sesgo partidario.
Figura 5.5: Distribución de Bancas en una Legislatura Provincial con tres partidos
competitivos: Numero Efectivo de Partidos=3, ρ=1.69, b=[0,0.2]. Con Sesgo Partidario (línea Sólida) y sin sesgo partidario (línea espaciada).
Conclusiones
Los procesos de reforma política en las provincias han tenido una incidencia
clara sobre los resultados políticos post electorales y sobre la reproducción de sistemas
de partidos provinciales con bajos niveles de competencia política. La base de datos de
las reformas introducidas por año en cada provincia evidencia una amplia
predisposición de los oficialismos provinciales al cambio de reglas mediante reformas
165
constitucionales (que posibilitaron la reelección del gobernador en varias provincias) y
reformas de los sistemas electorales para la elección a diputados provinciales.
En el caso de las reformas electorales, tal como muestran los datos, los partidos
oficialistas se han visto ampliamente beneficiados en perjuicio de los partidos
minoritarios en la asignación de bancas. En una gran mayoría de los casos, los
escenarios post reformas presentan aumentos en los premios de mayoría en bancas que
obtienen los partidos oficialistas, impulsores de la reformas, independientemente de que
hayan visto disminuido su caudal electoral entre una elección y otra. En efecto, los
resultados indican que los partidos oficialistas fueron más proclives a introducir
reformas que de manera sistemática aumentaran su porcentaje de bancas (sesgos
partidarios positivos) antes que reformas que condicionaran un mayor número de bancas
a victorias electorales contundentes (sesgos mayoritarios).
En los gráficos de las 24 provincias presentados en la Figura 5.6, podemos
observar que en casi todas ellas el sesgo partidario a favor del oficialismo es positivo y
ha crecido en las dos últimas décadas. En cambio, los sesgos mayoritarios observados
en las distintas provincias varían de modo significativo, en muchos casos a la baja.
Por ejemplo, Chubut en la elección del 2003 tenía un sesgo mayoritario de
alrededor de 1.75 y un sesgo partidario a favor del oficialismo de .2. El efecto de mayor
competencia se puede incorporar pero en nuestro caso es factible suponer un escenario
simple con una competencia de 2 partidos -lo cual nos permite dejar el casillero
C(comp)=0-. Bajo estos parámetros electorales, como muestra la Figura 5.5, con 52%
de los votos el oficialismo obtendría 58% de las bancas en tanto que cualquier otro
partido obtendría 53.5% de las bancas.
Vale la pena observar también que la mayoría de estos crecientes sesgos
partidarios empiezan a ser introducidos hacia fines de los ochenta y principios de los 90.
166
Este es el periodo en el cual comenzamos a observar valores de competencia electoral
provinciales por debajo de los niveles de competencia electoral en las categorías
nacionales.
Cómo evidencian los resultados del modelo de la Tabla 5.4 y la Figura 5.3, los
oficialismos que han impulsado las reformas se han asegurado lograr maximizar la
obtención de bancas manipulando sobre los componentes incondicionales del proceso
de reforma. Estos aseguran que el premio esté orientado hacia determinados partidos en
particular (activando la operación del sesgo partidario sobre el sesgo mayoritario). En
la medida que, como muestra el modelo, los partidos oficialistas obtienen más bancas
que los partidos de oposición incluso cuando los últimos obtuviesen la misma cantidad
de votos que el partido ganador; aparece una distinción importante que permite analizar
un componente no neutro que se presenta con frecuencia en los procesos de reforma de
los sistemas electorales.
Por otro lado, en escenarios con mayores niveles de fragmentación partidaria,
los partidos oficialistas refuerzan sus premios de mayoría obteniendo más bancas que en
contextos electorales menos competitivos (Ver parte inferior de la Figura 5.2).
Teniendo en cuenta este resultado, el modelo llama la atención sobre posibles
escenarios de reforma impulsados por los oficialismos, que bajo una simulada intención
de apertura política, ocultan una deliberada práctica de aumento de la mayoría
legislativa a través de efectos de sesgo partidario (Calvo 2005a).
El análisis de los procesos de reforma electoral en las provincias que trata este
capítulo, no incorpora una lectura de los realineamientos partidarios que se ha dado
durante las últimas décadas tanto en el plano nacional como subnacional. Sin embargo,
se puede reconocer que el timing de las reformas impulsadas desde los oficialismos en
muchos casos se anticipó a los cambios en las preferencias políticas de los electores
167
que, de no haber existido una reforma, podrían haber dejado en desventaja al partido
oficialista. En los capítulos siguientes se abordará un análisis de las transferencias
nacionales (capítulo 6) y de 6 casos provinciales (capítulo 7) que pretende aproximarse
a identificar hacia donde estaría moviéndose el sistema de partidos en Argentina.
Figura 5.6: Sesgo Partidario y Mayoritario en los Sistemas Electorales Provinciales Sesgo partidario(a la derecha) y Sesgo mayoritario (a la izquierda)64
2 4 6 8 10
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Buenos Aires
2 4 6 8 10
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
s
Buenos Aires
2 4 6 8
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Capital Federal
2 4 6 8
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
s
Capital Federal
64 En el caso de Corrientes no se pudo estimar el sesgo mayoritario debido a las interrupciones del proceso político por las intervenciones federales de 1992 y de 1999.
168
1 2 3 4 5 6
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Chubut
1 2 3 4 5 6
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
s
Chubut
2 4 6 8 10
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Catamaca
2 4 6 8 10
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
sCatamaca
169
2 4 6 8 10
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Chaco
2 4 6 8 10
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
s
Chaco
1 2 3 4 5 6 7
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Cordoba
1 2 3 4 5 6 7
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
sCordoba
2 4 6 8 10
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Corrientes
170
1 2 3 4 5 6
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Entre Rios
1 2 3 4 5 6
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
s
Entre Rios
2 4 6 8 10
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Formosa
2 4 6 8 10
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
sFormosa
171
2 4 6 8 10
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Jujuy
2 4 6 8 10
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
s
Jujuy
1 2 3 4 5 6
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
La Pampa
1 2 3 4 5 6
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
sLa Pampa
2 4 6 8 10
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
La Rioja
2 4 6 8 10
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
s
La Rioja
172
2 4 6 8 10
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Mendoza
2 4 6 8 10
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
s
Mendoza
2 4 6 8 10
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Misiones
2 4 6 8 10
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
sMisiones
1 2 3 4 5 6
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Neuquen
1 2 3 4 5 6
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
s
Neuquen
173
1 2 3 4 5 6
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Rio Negro
1 2 3 4 5 6
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
s
Rio Negro
2 4 6 8 10
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Salta
2 4 6 8 10
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
sSalta
1 2 3 4 5 6
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
San Juan
1 2 3 4 5 6
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
s
San Juan
174
1 2 3 4 5 6 7 8
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
San Luis
1 2 3 4 5 6 7 8
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
s
San Luis
1 2 3 4 5
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Santa Fe
1 2 3 4 5
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
sSanta Fe
2 4 6 8 10
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Santa Cruz
2 4 6 8 10
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
s
Santa Cruz
175
2 4 6 8
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Santiago del Estero
2 4 6 8
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
s
Santiago del Estero
1 2 3 4 5 6
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Tierra del Fuego
1 2 3 4 5 6
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
sTierra del Fuego
1 2 3 4 5 6 7 8
-0.4
-0.2
0.0
0.2
0.4
Index
Incu
mbe
nt B
ias
Tucuman
1 2 3 4 5 6 7 8
01
23
45
6
Index
Maj
orita
rian
Bia
s
Tucuman
176
Capítulo 6: Coaliciones de gobierno y realineamientos
partidarios en tiempos de cambio
Como mostramos en los capítulos anteriores, los últimos veinte años han estado
caracterizados por una creciente fragmentación política y una mayor volatilidad
electoral. El efecto de esta mayor fragmentación y volatilidad ha sido el de habilitar
nuevas estrategias de competencia electoral presidencial, por un lado, y el de acentuar
las distorsiones mayoritarias y partidarias que caracterizan la asignación de bancas a
nivel legislativo, por el otro. En el orden provincial, la respuesta a esta mayor
fragmentación ha sido la implementación de un gran número de reformas electorales
subnacionales destinadas a consolidar los oficialismos provinciales y a administrar los
efectos negativos de una mayor competitividad electoral nacional.
Sin embargo, estos cambios político-institucionales poco nos informan respecto
de cuales han sido los realineamientos que caracterizan al nuevo sistema de partidos en
la Argentina. La fragmentación partidaria, por ejemplo, ¿ha llevado al surgimiento de
políticos “ocasionales” electoralmente dominantes como en Perú o Guatemala? ¿Ha
debilitado en el orden local al Peronismo y al Radicalismo? ¿Ha generado en todas las
provincias múltiples partidos de derecha e izquierda como en Brasil o podemos
observar electorados de derecha e izquierda con distinto nivel de integración?
A su vez, la existencia de mayor fragmentación poco nos informa sobre el modo
en que se ha transformado el voto partidario en los distintos contextos políticos
provinciales y cuales partidos se han visto favorecidos en el nuevo escenario electoral
local, ya sea porque han logrado retener una mayor cantidad de sus votantes y/o porque
han capturado un mayor número de votantes provenientes de los partidos más afectados
por la crisis.
177
En los siguientes dos capítulos estudiamos estos realineamientos partidarios tanto
en el orden nacional como provincial y destacamos tres consecuencias políticas de
importancia: en primer lugar, en contraste con otros casos de realineamiento partidario
en América Latina, la descomposición de la Alianza ha llevado a la proliferación de
partidos políticos alineados ideológicamente de izquierda a derecha (Abal Medina y
Suárez Cao, 2002; Torre, 2003). En segundo lugar, dado que el peronismo es
actualmente un partido dominante pero no hegemónico, su dirigencia se ha visto forzada
a capturar un voto pivote a la derecha (Menem) o centro-izquierda (Duhalde, Kirchner)
del partido para implementar su agenda política. Finalmente, la estructura territorial que
acompañó a la desintegración de la Alianza ha generado micro-sistemas políticos
provinciales con características marcadamente distintas (Calvo y Escolar, 2003; Jones y
Mainwaring, 2003).
Analicemos en mayor detalle estos tres procesos. Desde 1983 el sistema de
partidos políticos en la Argentina ha visto el surgimiento de múltiples partidos con un
caudal de votos significativos y con una clara ubicación ideológica. En contraste con
otros países de Latinoamérica como Bolivia, Colombia, Guatemala, Nicaragua y Perú,
en los cuales una mayor fragmentación política ha llevado a la emergencia de
candidaturas extra-partidarias con una débil identificación ideológica; fuerzas políticas
como el PI, la UCeDe, el Frepaso, APR, ARI o Recrear se han definido como partidos
programáticos antes que carismáticos. Es decir, aun cuando tienen cuadros políticos con
alta visibilidad –Alende, Alsogaray, Chacho Alvarez, Cavallo, Elisa Carrio y Lopez
Murphy-, estos partidos han orientado su estrategia a cultivar “tipos” programáticos de
votantes. Encuestas de opinión muestran, a su vez, que los votantes identifican la
posición programática del partido y votan en consecuencia (Gervasoni, 2001; Cornelius,
2003). Asimismo, existen pocos candidatos cuyo alto rendimiento electoral ha estado
178
vinculado a elementos carismáticos que no resuenan con electorados que tienen una
afinidad ideológica con el partido y el candidato. Por tanto, como resultado de la
desintegración de la Alianza, el Peronismo es actualmente el único partido nacional
“catch-all” que tiene una alta variabilidad interna de izquierda a derecha.65
Existe también, sin embargo, una alta propensión al voto estratégico. Bordón, por
ejemplo, se transformó en un candidato “viable” para un sector del voto anti-peronista
de derecha una vez que la UCeDe fue absorbida por el Menemismo. El Frepaso obtuvo
un significativo numero de votos de la UCeDe como alternativa al voto Radical y
Peronista en el año 1995, voto que luego volvería hacia APR en las elecciones de 1999
y el 2001.
La dificultad que han tenido los terceros partidos para consolidarse es llamativa.
En efecto, ningún Partido se ha mantenido como la “principal” tercera fuerza en más de
dos elecciones consecutivas y ninguna tercera fuerza nacional se ha mantenido como un
partido electoralmente significativo en tres elecciones consecutivas.66 . Si bien existe
hoy el espacio político para el surgimiento de terceras fuerzas, ningún actor político
incluido el voto negativo, ha logrado capturar a estos votantes dispersos a la izquierda y
derecha de los partidos tradicionales.
Dada su posición de partido electoralmente dominante pero no hegemónico, el
Peronismo se ha beneficiado del surgimiento de terceras fuerzas débiles o volátiles
alineadas ideológicamente, las cuales le permiten constituir alianzas institucionales e
implementar políticas públicas a las que se opone alguna de sus facciones internas
(Calvo, 2005b; Llanos, 2003). Menem utilizo como voto pivote a la derecha
tradicionalmente anti-peronista para llevar adelante reformas económicas que
65 Mariana Llanos (2003) muestra por ejemplo en una encuesta de Senadores nacionales que el Peronismo tiene mayor dispersión ideológica que cualquier otro bloque en el Congreso. 66 El PI en 1985 y 1987, la UCeDe en 1989 y 1991, el Modin 1993, el Frepaso en 1994 (constituyente) y 1995, APR en 1999 y 2001. El ARI en el 2001 y el 2003 pero junto con otrras fuerzas políticas.
179
fracturaron al Peronismo y facilitaron la creación del Frepaso. Kirchner, por su parte, ha
incorporado actores políticos vinculados al ARI, al Frepaso y al Radicalismo, para
consolidar un bloque en el Congreso y en algunos de los distritos electorales menos
competitivos.
Esta estrategia de crecimiento varia significativamente en distritos donde la UCR
se ha desintegrado políticamente como Capital Federal, Provincia de Buenos Aires o
Santa Fe, comparado con distritos en los cuales la UCR mantiene su condición de
partido mayoritario de oposición como Chubut o Entre Ríos. La creciente diferenciación
territorial, por tanto, afecta también el modo en el cual el Peronismo se articula a nivel
nacional, permitiendo el triunfo de coaliciones que en otro momento hubieran sido
costosas para la interna Peronista (como ocurrió con la elección del gobernador en
Misiones) para facilitar la formación de mayorías legislativas favorables a la facción
dominante del partido a cargo del ejecutivo Nacional (Llanos, 2003; Calvo, 2005b).
Los efectos de la crisis política, sin embargo, no ha afectado a todos los partidos
del mismo modo. En particular, la tendencia a la fragmentación del sistema político ha
afectado en mayor medida al voto Radical y los terceros partidos. Mientras tanto, el
voto nacional del Peronismo se ha mantenido relativamente estable durante el periodo
de crisis iniciado en el 2001. Esto es, mientras la crisis política ha desarticulado a la
UCR en las provincias metropolitanas, ha reducido moderadamente su caudal de votos
en las provincias periféricas, donde permanece como uno de los partidos legislativos
mayoritarios, el Peronismo ha logrado mantener su caudal de votos en las provincias
metropolitanas –al menos como porcentaje sobre el total de votos positivos- y ha
logrado un moderado crecimiento en votos en las provincias periféricas.
180
Aun cuando existen diferencias importantes entre las distintas provincias,67
existen dos grupos de provincias caracterizados por una distinta dinámica política. Las
provincias mas pobladas y competitivas –Buenos Aires, Capital Federal, Córdoba y
Santa Fe-, a las cuales denominamos metropolitanas, han sido mucho mas afectadas por
la emergencia del voto negativo y la fragmentación de sus sistemas de partidos
tradicionales. Las provincias menos pobladas y competitivas –el resto de las provincias
con la excepción de Mendoza68-, a las que denominamos periféricas, han sido menos
afectadas por el voto negativo y han sufrido una menor fragmentación de sus sistemas
de partidos.
En la siguiente sección utilizamos datos agregados para estimar el destino y la
procedencia de los votos de cada partido desde 1989 en adelante. Debido a la ausencia
de datos de opinión publica con muestras provinciales estadísticamente significativas,
hemos utilizamos modelos de inferencia ecológica (IE) para recuperar las transferencias
de votos entre los distintos partidos políticos. Donde existen datos de encuestas
(Gervasoni, 1998), sin embargo, presentamos ambos grupos de estimados –IE y
encuestas-, los cuales producen resultados relativamente similares.
El Votante Ocasional
Aun cuando existe la creencia difundida de que los partidos políticos en la
Argentina tienen una mayoría de votos claramente definidos y bases de votantes
estables (Mora y Araujo et. al, 1980), los electorados definidos tienden a ser la
excepción antes que la regla en países recientemente democratizados (Domínguez y
McCann, 1996). En gran parte de las democracias jóvenes, cambios en las preferencias
de los votantes tienden a ser más frecuentes como muestran estudios de opinión en
67 Algunas de las cuales serán estudiadas en mayor detalle en el Capítulo 7. 68 Mendoza aparece como un caso limítrofe entre ambos grupos.
181
Brasil, Bolivia, México, Paraguay, Perú y Venezuela, para nombrar algunos de los casos
más conocidos (Lagos, 2003; Cornelius 1999, 2003). En México, por ejemplo, una gran
cantidad de estudios han mostrado que existe una muy baja identificación política de los
votantes del PRD y el PAN con sus respectivos partidos (Domínguez y McCann, 1996;
Cornelius, 2003). En Brasil, las campañas electorales y la política territorial producen
cambios dramáticos en la intención del voto. En la ultima campaña presidencial, por
ejemplo, los cuatro candidatos menos votados estuvieron en algún momento durante el
transcurso de la campaña entre las primeras dos preferencias de los votantes (Baker,
Ames, Renno, 2004).
En Argentina, aun cuando existió durante mucho tiempo la percepción de que los
electorados Peronistas y Radicales se encontraban bien definidos socio-
demográficamente (Germani, 1964; Mora y Araujo et. al, 1980; Smith, 1972), existe
una alta variabilidad en el voto en cada categoría socio-demográfica. Por tanto, si bien
es cierto que la propensión al voto no peronista aumenta monotonicamente con el
ingreso, el ingreso es un pobre predictor del voto comparado con otras variables como
la ubicación geográfica, la identificación política de los padres, etc.
Asimismo, los realineamientos y fracturas políticas han mostrado clivajes
profundos tanto ideológicos como territoriales al interior del Radicalismo y el
Peronismo (Torre, 2003). Desde mediados del siglo XX, por ejemplo, el Radicalismo
fue dividido en toda elección en la cual el Peronismo fue proscripto. El voto Peronista,
por otra parte, enfrento considerables dificultades para consolidarse bajo una dirección
partidaria (McGuire, 1997; Macor y Tcach, 2003; Mustapic, 2002; Mackinnon, 2002) y
ha mostrado una alta volatilidad regional y temporal (Jones y Mainwaring, 2003; Calvo
y Escolar, 2003). Como mostraremos mas adelante, existe también una alta variabilidad
en la composición del voto peronista, puesto que este electorado peronista
182
presumiblemente estable se compone de distintas configuraciones de votantes leales,
votantes ocasionales y votantes estratégicos.
Finalmente, aun cuando no existen estudios sistemáticos en la Argentina midiendo
el comportamiento de los “votantes episódicos” (Kaplan, 2004) u ocasionales, es decir,
votantes que participan en las elecciones de modo intermitente, nuestros análisis de
transferencias indican que un alto porcentaje del no voto en la Argentina tiene esta
modalidad episódica u ocasional, antes que no-votantes compulsivos con una clara
afinidad ideológica.69
El contexto político en el cual observamos realineamientos partidarios, por tanto,
no incluye simplemente la diferencia en votos obtenida por un mismo partido político
en dos elecciones consecutivas sino, a su vez, el cambio en la composición de dicho
voto. Por ejemplo, como fuera mostrado por Gervasoni (1998), Tabla 6.1, aun cuando el
Menemismo en 1995 obtuvo alrededor de un ≈3% mas de votos que en 1989, la
diferencia mas sustantiva fue el cambio de preferencias de una mayoría de los votantes
de la derecha (UCeDe) al Menemismo, y la perdida de casi un cuarto del voto Peronista
del ’89 hacia el Frepaso.
Tabla 6.1: Transferencia de Votos entre la Elección Presidencial 1989 y 1995: Carlos Gervasoni (1998), Estimado desde el Partido Emisor
PJ UCR2 DER1 IZQ3
MENEM 67% 14% 65%MASACCESSI 4% 42% 9%BORDON 22% 34% 30% 74%No explicado 7% 10% 5% 17%TOTAL 100% 100% 100% 100%
1. Básicamente la Alianza de Centro en 1989.2. Incluye a la CFI, que apoyó al candidato radical postulando la fórmula Eduardo Angeloz-M. Cristina Guzmán.3. Básicamente el Partido Intransigente en 1983 y la Izquierda Unida y la Unidad Socialista en 1989.
CANDIDATOS 1995
FUERZAS POLITICAS 1989
Fuente: Datos presentados en Gervasoni (1998).
69 Cabe destacar que estimar apropiadamente el perfil de los no votantes no es una tarea sencilla. Es común que los encuestados sobre-reporten sus tasas de participación efectiva cuando el no voto carece de contenido político.
183
El cambio mas sustantivo del comportamiento electoral entre 1989 y 1995, por
tanto, no es el aumento de un 3% en el voto global del peronismo sino el cambio de
coalición política Peronista del Menemismo sobre el voto de derecha y el surgimiento
del Frepaso sobre la centro-izquierda del Peronismo y el Radicalismo.
El Kirchnerismo representa también un cambio de coalición política dentro del
Peronismo, esta vez realineado sobre su centro-izquierda. Estimar este cambio político
en función del 60% de votos obtenido en la primera vuelta por sus distintas facciones
electorales no tiene la misma relevancia que entender el origen político de los votos que
fueron a Menem o Kirchner en el 2003.
El Cambio Partidario en las Elecciones Nacionales
En los últimos 15 años los votos obtenidos por el peronismo incluyen un núcleo
peronista así como un voto pivote proveniente de la derecha o la centro-izquierda. Esta
transversalidad les ha permitido a los ejecutivos peronistas disciplinar, y en ocasiones
sacrificar, facciones del partido cuando existe desacuerdo programático.
Estos votos de coalición obtenidos por el peronismo no solo han sido críticos
para ganar la presidencia –pivote- sino que, además, representa un porcentaje sustantivo
del voto Peronista en cada elección. En efecto, la tasa de retención de votos peronistas
entre 1989-1995 o entre 1995-1999 fue de alrededor de un 70%. Al mismo tiempo, el
Peronismo logro capturar en 1995 y 1999 un número importante de votos que eligieron
candidatos no peronistas en 1989 y 1995. Por tanto, aun cuando como indicara Llorente
(1980) el peronismo en cada elección se parece antes que nada a si mismo, la
composición de este voto peronista es a menudo considerablemente distinta en dos
elecciones consecutivas.
184
Una de las limitaciones mas importantes para estimar el cambio en la
composición del voto partidario ha sido la falta de encuestas (panel survey) estudiando a
un mismo grupo de votantes en varias elecciones consecutivas.70 En este capítulo
utilizamos datos agregados a nivel de departamento y a nivel de circuito para estimar el
cambio en la preferencia de los votantes mediante inferencia ecológica (Ver Apéndice).
Figura 6.1: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Presidenciales, 1989-1995: Estimado desde el Partido Emisor, Inferencia Ecológica71
PJ
UCR
UCEDE
OTROS
Parti
dos
1989
0 2.000.000 4.000.000 6.000.000 8.000.000
Votos 1999
Partidos 1995PJUCRFREPASOOTROS
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
PJ UCR UCEDE OTROSVOTOS 8152716 6100979 1072395 1180321
PJ 8589601 77% 16% 67% 14%UCR 2989190 9% 35% 2% 0%FREPASO 5091501 10% 48% 30% 67%OTROS 637136 4% 1% 0% 19%TOTAL 100% 100% 100% 100%
FUERZAS POLITICAS
1995
FUERZAS POLÍTICAS 1989
Fuente: elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
Como muestra la Figura 6.1, consistente con el análisis de Gervasoni (1998), nuestras
estimaciones muestran que un 77% de los votos de Menem en 1989 volvieron a votar a
Menem en el año72.
70 Encuestas de este tipo han sido realizadas en EEUU e Inglaterra, permitiendo medir el perfil social de los votantes episódicos (Kaplan, 2004) y de los votantes estratégicos. 71 Los detalles técnicos de nuestros estimados pueden ser consultados en el apéndice. Las tablas no reportan los intervalos de confianza para simplificar la presentación. Estos pueden ser consultados en el apéndice.
185
El 23% de votos perdidos por el PJ en 1995 no es nada desdeñable,
representando cerca de 2.000.000 de votos distribuidos en su mayoría entre el Frepaso y
la UCR. La distribución geográfica de ese voto resulta relevante, con una mayoría del
voto transferido al Frepaso en las provincias metropolitanas y una mayoría del voto
transferido al Radicalismo en las provincias chicas y medianas73.
Figura 6.2: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Presidenciales, 1989-
1995: Estimado desde el Partido Receptor, Inferencia Ecológica
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
PJ UCR FREPASO OTROS
Partidos 1995
0
2.000.000
4.000.000
6.000.000
8.000.000
Vot
os 1
9 95
Partidos 1989
PJUCRUCEDEOTROS
PJ UCR UCEDE OTROSVOTOS TOTAL 8152716 6100979 1072395 1180321
PJ 8589601 100% 77% 12% 9% 2%UCR 2989190 100% 24% 75% 1% 0%FREPASO 5091501 100% 17% 60% 7% 16%OTROS 637136 100% 57% 7% 0% 36%
FUERZAS POLITICAS
1995
FUERZAS POLITICAS 1989
Fuente: elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
72 Las estimaciones de transferencia de votos en este capítulo fueron realizadas utilizando la totalidad de los votos emitidos en las unidades departamentales de las distintas provincias. En el caso del analisis que replica el estudio de Gervasoni (1998), solo hemos considerado los departamentos con más de 10.000 votantes, mantendiendo el sesgo urbano que caracteriza a las encuestas en la Argentina. Para el resto de los analisis hemos considerado la totalidad de los departamentos nacionales. 73 Según lo consignado en la nota 71 no puede realizarse estimaciones de transferencias a nivel departamental para todo el pais, esta es la razon por la cual no se presenta la información cartografica. Sin embargo, sí es factible estimar a nivel provincial el comportamiento local de la estimacion en los departamentos mayores a 100.000 habitantes incluidos en la muestra.
186
El Radicalismo, por su parte, perdió mas de 3.000.000 de votos, un 48% de los
cuales fueron a la fórmula Bordón-Alvarez del Frepaso. Cabe destacar que el número de
votos que se fue del Radicalismo hacia el Peronismo fue un 35%, triplicando en
porcentaje (duplicando en número) los votos que el Peronismo transfirió al
Radicalismo.
Finalmente, consistente con la literatura sobre el tema, la UCeDe desapareció
como fuerza política, repartiendo dos tercios de sus votos hacia el Peronismo y casi un
tercio hacia el Frepaso. Este voto estratégico de derecha ya había sido detectado en
Gervasoni (1998), y se volcarían a APR en la elección del 2001 como mostraremos mas
adelante.
Es importante a su vez observar estos mismos datos desde la recepción de votos,
es decir, estudiando el efecto que tienen los votos transferidos desde distintas fuerzas
políticas en los partidos que obtienen posteriormente dichos votos. Por ejemplo, como
muestra la Figura 6.1, si bien la UCeDe transfirió un 30% de sus votos al Frepaso, ello
representa tan solo un 7% del voto total obtenido por la fórmula Bordón-Alvarez en
1995. Por su parte, el voto de la UCeDe represento un 9% del voto de Menem en la
elección de 1995, ratificando la idea de que el voto de la derecha fue pivote en la
construcción de la coalición Menemista, pero no capaz de explicar por si misma el alto
rendimiento electoral del PJ en 1995. Como contraste, cerca de un 16% del voto de
Angeloz en 1989 se transfirió al PJ en 1995, representado un 12% del voto Menemista,
3% más que los votos transferidos desde la UCeDe.
Visto desde el partido receptor, también podemos observar que la mayoría del
voto del Frepaso en 1995 provino de la UCR, a pesar de los orígenes neo-peronistas que
caracterizaron el surgimiento del Frente Grande. Los votos recibidos desde el
187
Peronismo, en efecto, representaron tan solo un 17% de los votos obtenidos por el
Frepaso en 1995, el cual presento una formula con dos candidatos peronistas.
Finalmente, el 75% de los votos del Radicalismo en 1995 volvieron a votar a la
UCR en 1989 (figura 6.2.).
Figura 6.3: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Presidenciales, 1995-1999: Estimado desde el Partido Emisor, Inferencia Ecológica
PJ
Frepaso
UCR
Fuer
zas
1995
0 2.000.000 4.000.000 6.000.000 8.000.000 10.000.000
Votos 1999
Candidatos 1999DuhaldeDe la RúaCavalloNo estimado
UCR PJ FREPASO3232492 9293181 5504782
Duhalde 7254147 29% 67% 0%De la Rúa 9167404 71% 22% 72%Cavallo 1937565 0% 1% 28%No estimado 10%TOTAL 100% 100% 100%
margen de error promedio: +- 1,07%; desvío estándar:0,49 %
VOTOS
FUERZAS POLÍTICAS 1995CANDIDATOS 1999
Fuente: elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
188
Figura 6.4.: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Presidenciales, 1995-1999: Estimado desde el Partido Receptor, Inferencia Ecológica
Alianza PJ APR
Partidos 1999
0
2.000.000
4.000.000
6.000.000
8.000.000
10.000.000Votos 1999
Partidos 1995
PJFrepasoUCROtros
UCR PJ FREPASO OTROS3232492 9293181 5504782
Duhalde 7254147 100% 13% 86% 0% 1%De la Rúa 9167404 100% 25% 22% 43% 10%Cavallo 1937565 100% 0% 6% 79% 15%
margen de error promedio: +- 1,07%; desvío estándar:0,49 %
CANDIDATOS 1999
FUERZAS POLÍTICAS 1995
VOTOS TOTAL
Fuente: elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior
La formación de la Alianza en 1997 permitiría la reunificación de gran parte de
los votos que en 1989 votaron a Angeloz. Un 71% de los votos de Massaccessi y un
72% de los votos de Bordón-Alvarez le permitirían a De La Rúa ganar la presidencia en
1999 absorviendo además un 22% de los votos que habían votado a Menem cuatro años
antes Figura 6.3.
Dichos votos impactarán por su valor absoluto de una manera muy llamativa en el
total de los obtenidos por De la Rúa en 1999 (figura 6.4). En efecto, el principal aporte
de votos logrado por el candidato Aliancista provendrá de votantes del Frepaso en 1995
189
(43%), seguido por los Masachessi (25%) y prácticamente en la misma proporción por
los de Menem (22%). Sin embargo, dichos votos no tenían la misma implantación
geográfica en todo el territorio nacional lo cual ofrece claros indicios sobre las
características del realineamiento partidario en los votantes que significó el apoyo
electoral a la Alianza en 1999.
Cómo puede observarse en la figura 6.5, el área predominante de los votos de la
alianza en 1999, cuyo origen se encuentra en los votantes del Frepaso en 1995, se
concentran tendencialmente en la Capital Federal y en los partidos del primer cordón de
la Región metropolitana de Buenos Aires (RMBA) junto con las provincias del litoral.
Figura 6.5: Implantación geográfica de la recepción del voto UCR 1995 y
Frepaso 1995 transferido al voto de la Alianza en 1999
<---ALIANZA 1999 UCR 1995Presidente de la Nación
<---ALIANZA 1999 FREPASO 1995Presidente de la Nación
Fuente: elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior
Esto se correspondería con el tipo de voto de perfil más progresista en dicha
coalición, implantado geográficamente en el área políticamente más competitiva del
país. Por otro lado, el voto Radical, que también alimenta a la Alianza el mismo año, si
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
N
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
N
Provincias
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
190
bien tiene niveles de transferencia uniformes en todo el territorio nacional, presenta
valores significativamente más altos en la periferia extrapampeana, coincidentemente
con un voto de perfil mas conservador, localizado en general en aquellas áreas
políticamente menos competitivas del país.
Como veremos inmediatamente, tales diferencias se justifican en una importante
recepción de votantes del frepaso 1995 por parte de Acción por la República en 1999 y
en la transferencia de votos desde la UCR 1995 al PJ 1999 en la RMBA y el litoral.
Uno de los datos más interesante para comprender el impacto del anidamiento
político descrito en los capítulos precedentes en los realineamientos partidarios del
electorado, se encuentra en el hecho de que parte de los votos de la derecha que en
1995 votaron al Frepaso retornarían en 1999, para permitir al Cavallismo constituirse
como tercera fuerza nacional (Figura 6.4 ) El perfil geográfico de tales transferencias
muestra una fuerte concentración en áreas chacareras y agroindustriales de la periferia
andina, en el eje norte sur Santafesino-cordobés y en las zonas de mas altos ingresos de
la RMBA (Figura 6.6 a la izquierda). Más importante, sin embargo, es la transferencia
de votos desde el Peronismo hacia De La Rúa y desde la UCR al Duhaldismo que, como
votos probablemente del mismo perfil ideológico, alternan en forma pendular entre
ambos partidos situándose tendencialmente en la periferia del país (Figura 6.6, en el
centro y a la derecha). Estos votos sin embargo, representarían casi un 22% del voto de
la Alianza comparado con tan solo un 13% del voto del Duhaldismo (Figura 6.4.).
191
Figura 6.6: Implantación geográfica de la recepción del voto Frepaso 1995 transferido a APR 1999 y del las transferencias cruzadas UCR y PJ 1995 a la
Alianza y PJ 1999 <---ALIANZA 1999 PJ 1995
Presidente de la Nación
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
N
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
<---
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
PJ 1999 UCR 1995Presidente de la Nación
N
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
<---
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
0 20 Km0 180 Km
Presidente de la NaciónFREPASO 1995APR 1999
N
Fuente: elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior
La alta intensidad de la campaña electoral de 1999 que llevó a la derrota de un
Peronismo “acorralado” por denuncias de corrupción alimentó la imagen de un voto
unificado y anti-menemista. Sin embargo, al analizar los cambios ocurridos en el voto
de los distintos partidos podemos observar que: (i) existió una importante cantidad de
votantes de la Alianza que apoyaron a Menem en 1995. Basta notar que Menem obtuvo
mas de un 50% de los votos en 1995 por lo cual el peronismo tuvo que transferir votos a
la Alianza en 1999 para que De La Rúa fuera elegido presidente.74 Por otro lado, (ii)
parte del voto de la UCD que voto a Menem en 1995 no apoyó a Duhalde, quien
apareció como un candidato peronista de “centro-izquierda”. El voto de derecha se
recompone en 1999 cuando aparece nuevamente un partido político de derecha viable
electoralmente, alimentándose del Menemismo y del voto de derecha anti-peronista que
74 La tasa de votantes no fue sustantivamente distinta.
192
opto estratégicamente por el Frepaso en 199575. Finalmente, (iii) parte del voto
Menemista comenzó a “pelear” la interna en la elección de 1999, facilitando la
formación de coaliciones “no duhaldistas” y en muchos distritos financiando
discretamente a candidatos de la oposición.
La Crisis Política del 2001
La elección legislativa de octubre del 2001 tuvo lugar en un marco de profunda
recesión económica y de creciente fragmentación política del partido gobernante. No
deja de sorprender, sin embargo, el proceso de acelerada descomposición de la Alianza
y de reestructuración del sistema de partidos.
Para poner en perspectiva estos comicios es conveniente describir algunos de los
datos más atípicos resultantes de la elección de diputados nacionales: por primera vez
en la historia electoral argentina el voto de los dos partidos mayoritarios llegó a
representar sólo un 30% del padrón electoral nacional, la tasa de participación electoral
fue menor al 75% del padrón y un 15% del padrón optó por el voto blanco o voto nulo.
Asimismo, el voto positivo se aproximó a los porcentajes observados en países con
sufragio optativo -como EEUU- y una docena de terceras fuerzas76 obtuvieron
representación en la Cámara de Diputados. También se produjeron resultados llamativos
en la elección de Senadores Nacionales, que por primera vez se realizó en forma directa.
En ella, prácticamente ningún candidato obtuvo una mayoría absoluta de sufragios y un
número significativo de senadores resultó electo con menos del 20% de los votos de sus
distritos. A su vez, el PJ obtuvo el 55% de los escaños del Senado con menos del 30%
75 Es de destacar que un 10% del voto PJ que fue hacia otras fuerzas no pudo ser correctamente estimado. Es de suponer que una parte considerable de esos votos se volcó hacia el Cavallismo. 76 A saber: ARI, Polo Social, Unidad Federal, Izquierda Unida, Autodeterminación y Libertad, Frente Nuevo País, Demócrata Progresista, FISCAL, Partido Demócrata, Fuerza Republicana, Movimiento Popular Neuquino y Renovador Salteño, entre otros.
193
de los votos -un premio de mayoría considerablemente alto, incluso mayor a aquel
obtenido mediante la elección indirecta de representantes ocurrida en años anteriores-.
Tabla 6.2: Elecciones 199977 ELECCIONES 1999
PARTIDOS VOTOS
OBTENIDOS % TOTAL SOBRE
VOTOS POSITIVOS% TOTAL SOBRE VOTOS VÁLIDOS
% TOTAL SOBRE PADRON
PJ 6.605.318 35,67% 33,36% 27,30% ALIANZA 7.998.504 43,20% 40,40% 33,05% APR 1.427.056 7,71% 7,21% 5,90% PROVINCIALES 1.310.395 7,08% 6,62% 5,42% IZQUIERDA 531.488 2,87% 2,68% 2,20% OTROS 644.101 3,48% 3,25% 2,66%
VOTOS POSITIVOS 18.516.862 - 93,52% 76,52% VOTOS EN BLANCO 1.092.901 - 5,52% 4,52% VOTOS NULOS 190.896 - 0,96% 0,79% AUSENTES 4.398.543 - - 18,18% ELECTORES HÁBILES 24.199.202 - - -
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
Estos resultados electorales fueron reinterpretados de modos muy diversos. En
círculos oficiales del ejecutivo nacional aliancista se los entendió como una señal del
descrédito en el que había caído la clase política en su conjunto; desde el peronismo, en
cambio, el nuevo escenario electoral fue considerado como un producto natural de la
progresiva disolución de la coalición de gobierno (Alianza). Por otro lado, desde la
prensa local se los interpretó como un “voto bronca” que expresaba el repudio
ciudadano ante una crisis profunda de representación política y años de aguda recesión
económica.
La tabulación de los resultados electorales nacionales presentados en las Tablas
6.2 y 6.3 permiten observar las principales transformaciones en los votos obtenidos por
las distintas opciones partidarias y no partidarias. El voto en blanco creció de modo
significativo, ya que pasó de un 4,5% en 1999 a 9,4% en el 2001 y alcanzó el valor más
alto de los últimos 20 años. El mayor crecimiento entre las opciones electorales no
partidarias correspondió, sin embargo, al voto nulo. Éste multiplicó casi en un 1000%
77 La tendencia política Izquierda está compuesta por: Partido Obrero, Partido Humanista, Movimiento Socialista de los Trabajadores, Movimiento por el Socialismo y el Trabajo, Izquierda Unida, Frente de Unidad Trabajadora, Frente de Liberación, Autodeterminación y Libertad y Socialista Auténtico; y la Centro Izquierda agrupa: ARI, Polo Social, Demócrata Cristiano.
194
su valor máximo anterior (1,3 %) y llegó a representar el 9% del padrón, equivalente al
12,5% de los votos válidos emitidos. Como muestra la Tabla 6.3, la suma total de votos
blancos y nulos –cerca de cuatro millones de votos- fue sólo superada por el Partido
Justicialista.
Respecto a las opciones partidarias, se advierte una alta fragmentación política. En
este sentido, puede observarse el bajo porcentaje de votos obtenidos por las dos fuerzas
mayoritarias, el PJ y la Alianza, que en conjunto apenas obtuvieron un 55,6% de los
votos positivos y un 31,6% del padrón.
Ello se debe a que, entre el año 1999 y el 2001, ambos partidos disminuyeron su
cantidad de votos -la Alianza perdió 4.531.465 votos y el Peronismo 667.130-. Por otro
lado, también se produjo la virtual desaparición de la principal opción de centro-derecha
-Acción por la República- que pasó de 1.427.056 a tan sólo 174.068 votos, logrando
preservar, por lo tanto, sólo el 13% del caudal obtenido dos años antes.
Tabla 6.3: Elecciones 2001
Partidos Votos obtenidos % sobre total votos positivos
% sobre total votos válidos
% sobre total padrón
- PJ 4.809.495 34,0% 26,6% 19,3% - Alianza 3.058.569 21,6% 16,9% 12,3% - APR 174.068 1,2% 1,0% 0,7% - Provinciales 1.200.118 8,5% 6,6% 4,8% - Izquierda 1.499.293 10,6% 8,3% 6,0% - Centro-izquierda* 1.772.438 12,5% 9,8% 7,1% - Otros 1.626.215 11,5% 9,0% 6,5% Total Votos positivos 14.140.196 100,0% - - - - - - Votos en blanco 1.704.514 - - - 9,4% 6,8% Votos nulos 2.261.332 - - - 12,5% 9,1% Total Votos válidos 18.106.042 - - - 100,0% - - - Ausentes 6.777.624 - - - - - - 27,2% Total electores 24.883.666 - - - - - - 100,0%
* Centro izquierda incluye al ARI, al Polo Social y a otras pequeñas fuerzas políticas de esta tendencia ideológica distribuidas en las distintas provincias
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
195
Es decir que, en el orden nacional, los grandes derrotados fueron la Alianza y
APR en tanto que los ganadores fueron el voto blanco y el nulo. Si bien se trataba de
una elección en la que no existía “arrastre presidencial” y, por tanto, era esperable que
los partidos mayoritarios obtuvieran un número menor de votos, resulta particularmente
llamativa la caída producida en el caso de la Alianza.
Los partidos de izquierda fueron los que mostraron un crecimiento mayor;
obtuvieron 528.000 votos en 1999 y 1.499.293 en el 2001, lo que representa un aumento
cercano al 200%. En el caso de la centro izquierda la gran cantidad de votos obtenidos
en el 2001 (1.841.923 votos) puede comprenderse mejor si se considera que la oferta
electoral de la Alianza en 1999 contenía ideológicamente a las opciones de esta
tendencia.
También es importante destacar el fuerte impacto que tiene la sobre-
representación territorial en contextos de mayor fragmentación partidaria. Como ya ha
sido mostrado en distintos trabajos (Cabrera, 1995; Gibson y Calvo, 2000; Snyder y
Samuels, 2001, Escolar y Pírez, 2001), el peso político de distintos electorados
provinciales varía significativamente como resultado del diferente número de votos
requeridos para elegir un diputado en las provincias metropolitanas y periféricas. Es
decir, mientras tan sólo 19800 electores eligen un diputado en Tierra del Fuego, se
precisan 243.000 electores para elegir un diputado en la Provincia de Buenos Aires.
Dado que este menor número de electores en Tierra del Fuego eligen en un contexto de
menor competencia partidaria, el voto de los partidos mayoritarios se encuentra sobre-
representado en tanto que el voto fragmentado de las provincias más populosas se
encuentra sub-representado. En una coyuntura geográficamente heterogénea de mayor
fragmentación del sistema de partidos, el impacto de la sobre-representación territorial
otorga premios de mayoría sustantivamente más altos a los partidos ganadores. Por
196
ejemplo, el peronismo obtuvo con el 34% de los votos el 51,2% de las bancas en disputa
(65 bancas de 127). Asimismo, con un 21,6% de los votos, la Alianza alcanzó un 28,3%
de las bancas a renovar. La sobre-tasa de bancas, de un 17% para el PJ y de un 7% para
la Alianza, fue muy superior a la tasa de sobre-representación de elecciones anteriores,
ubicada entre un 5% y un 10%.
La aplicación del sistema electoral nacional en cada distrito provincial amplía o
restringe mecánicamente el número de partidos que obtienen bancas parlamentarias
(Cabrera, 1993, 1997; Calvo et al. 2001; Escolar, 2001a; Escolar y Calvo, 2001b). Ello
es consecuencia del modo en que la magnitud de distrito y la fórmula D’Hont
interactúan restringiendo o expandiendo el número de partidos que pueden
efectivamente obtener bancas y competir por votos en las distintas provincias.
Figura Nº 6.7
ELECCIONES 2001. COMPOSICIÓN CÁMARA DE DIPUTADOS Distribución Vigente: Sistema D´Hont
Votos reagrupados por tendencia política
PJ65 bancas
DERECHA5 bancas
ALIANZA36 bancas
CENTRO - IZQUIERDA13 bancas
IZQUIERDA3 bancas
PROVINCIALES5 bancas
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
En la Figura 6.7 se muestra la distribución de escaños producida por la
aplicación del sistema electoral actual (fórmula de distribución D’Hont con número de
bancas determinado por provincia) y en la Figura 6.8 se grafica la distribución que se
197
obtendría en un sistema estrictamente proporcional (considerando al país como distrito
único, es decir, calculando la distribución D´Hont sobre el total de la Cámara).
La comparación de ambos gráficos permite destacar que la distribución
geográfica no concentrada del peronismo y su ventaja relativa en distritos sobre-
representados explica la gran diferencia entre el premio de mayoría obtenido por esta
fuerza y el alcanzado por la Alianza. Lo opuesto se puede afirmar respecto de la
izquierda ya que pierde un 77% de las bancas que hubiese obtenido en un sistema
estrictamente proporcional. Esto se debe a la existencia de sesgos mayoritarios que se
ven potenciados, tanto por la fragmentación partidaria, como por la concentración de
gran parte de los votos de esta tendencia en provincias con electorados sub-
representados.
Figura Nº 6.8
ELECCIONES 2001. COMPOSICIÓN CÁMARA DE DIPUTADOS. Sistema D'Hont considerando al país como distrito único.
Votos reagrupados por tendencia política.
ALIANZA30 bancas
CENTRO - IZQUIERDA18 bancas
IZQUIERDA13 bancas
PROVINCIALES6 bancas
PJ50 bancas
DERECHA10 bancas
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
Las Figuras 6.9 y 6.10 también muestran la distribución de bancas en la Cámara
Baja, pero en ellas se incorporaron los valores correspondientes a los votos blancos y
nulos como si conformaran una de las tendencias políticas en disputa. Del análisis de
198
estas figuras surgen algunos rasgos significativos de la composición política del voto en
blanco y nulo.
Figura Nº 6.9
ELECCIONES 2001. COMPOSICIÓN CÁMARA DE DIPUTADOS.Sistema D´Hont vigente
Votos reagrupados por tendencia política incluyendo a los votos blancos y nulos.
ALIANZA30 bancas
CENTRO - IZQUIERDA6 bancas
IZQUIERDA2 bancas
PROVINCIALES3 bancas
PJ52 bancas
DERECHA3 bancas
BLANCOS Y NULOS31 bancas
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
Figura Nº 6.10
ELECCIONES 2001. DISTRIBUCION DE DIPUTADOS.Sistema D´Hont considerando al país como distrito único
Votos reagrupados por tendencia política incluyendo a los votos blancos y nulos.
ALIANZA23 bancas
CENTRO - IZQUIERDA14 bancas
IZQUIERDA10 bancas
PROVINCIALES4 bancas
PJ39 bancas
DERECHA8 bancas
BLANCOS Y NULOS29 bancas
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
Puede advertirse que si el voto en blanco participara de la asignación de escaños
bajo el sistema vigente, obtendría tan sólo dos representantes más que si se tratara de un
199
sistema electoral estrictamente proporcional. La razón de esta diferencia es que el
premio de mayoría que obtendría debido a su alto porcentaje de votos, apenas llegaría a
compensar el número de bancas que perdería por concentrarse en distritos sub-
representados. Las dos bancas que teóricamente lograría el voto blanco y nulo serían un
premio de mayoría mucho menor que las siete bancas obtenidas por la Alianza, cuyo
porcentaje de sufragios fue sensiblemente más bajo. En este sentido, si el voto en blanco
y nulo fuera considerado un “voto bronca”, su bancada en la Cámara de Diputados
estaría sub-representada.
Un Sistema de Partidos Peronista Entre el año 2001 y el 2003, el sistema de partidos Argentino encontró un nuevo
centro de gravedad en el Peronismo. Con la oposición fragmentada y dispersa, la certeza
de un triunfo electoral en las elecciones presidenciales del 2003 incrementó
dramáticamente el nivel de faccionalismo dentro del PJ. Menem, Kirchner, Duhalde,
Reutemann, De La Sota y Rodríguez Saa, surgieron como las figuras más visibles de un
futuro gobierno Peronista. Elisa Carrió y Lopez Murphy, por su parte, pensaron una
campaña electoral destinada a unificar el voto disperso que en 1999 había llevado a De
La Rúa a la presidencia. El peso electoral del Menemismo dentro del PJ, en efecto, les
permitía a ambos candidatos presuponer un ballotage presidencial entre Menem y un
candidato no Peronista. El Duhaldismo, en dicho contexto electoral, perdía su lugar de
voto pivote y quedaba forzado a apoyar la candidatura de Menem en la segunda vuelta o
a acompañar estratégicamente el surgimiento de un gobierno de coalición aun menos
estable que la disuelta Alianza.
200
Una operación política de Duhalde previno la posibilidad de este escenario autorizando
a las distintas facciones del Peronismo a presentarse por separado en la primera vuelta,
lo cual resultaría en un ballotage con dos candidatos peronistas. Vale la pena interpretar
el cálculo político del Duhaldismo a la luz de las matrices de transferencia de votos
presentada en las Figuras 6.11 y 6.12.
Figura 6.11: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Legislativas 2001-2003:
Estimado desde el Partido Emisor, Inferencia Ecológica PJ
Alianza
ARI
DER
IZQ
Provinciales
Blanco
Nulo
Fuer
zas
Pol
ítica
s 20
01
0 2.000.000 4.000.000 6.000.000 8.000.000 10.000.000
Candidatos 2003MenemKirchnerLopez MurphySaáCarrióNo estimado
PJ ´01 ALIANZA ´01 ARI ´01 C.DER ´01 IZQ ´01 PROV. ´01 NULO ´01 BLANCO ´01VOTOS 4.809.495 3.058.569 1.078.096 674.753 1.499.293 1.200.118 2.261.332 1.704.514
MENEM 4.740.907 49% 28% 2% 0% 6% 47% 0% 9%KIRCHNER 4.312.517 34% 37% 2% 0% 10% 18% 15% 13%
LOPEZ MURPHY 3.173.475 2% 6% 22% 48% 24% 21% 44% 30%SÁA 2.735.829 10% 27% 21% 10% 17% 8% 13% 12%
CARRIÓ 2.723.574 6% 2% 39% 29% 33% 5% 20% 29%No estimado 0% 0% 13% 12% 9% 0% 8% 7%
TOTAL 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
margen de error promedio: + - 1,96%; desvío estandar:1,85%
CANDIDATOS 2003
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
Como es posible observar, Menem obtuvo en la primera vuelta un 47% de los
votos del PJ en el 2001 y un 57% del voto a Duhalde de 1999. Kirchner, por su parte,
obtuvo tan solo un 34% de los votos del PJ 2001 y 37% de los votos de Duhalde en
1999 Las elecciones nacionales del 2003, en efecto, nos permiten observar la estructura
del voto Peronista en el 2003. Sin Kirchner como candidato, el voto al ARI
201
posiblemente hubiera crecido significativamente, dado que un 37% del voto de la
Alianza 2001 (un 18% del voto de la Alianza en 1999) optó por Kirchner.
Figura 6.12: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Presidenciales, 1999-2003: Estimado desde el Partido Emisor, Inferencia Ecológica
PJ
Alianza
APR
Par
tidos
199
9
0 2.000.000 4.000.000 6.000.000 8.000.000 10.000.000
Candidatos 2003MenemKirchnerLópez MurphySaáCarrióNo estimado
ALIANZA PJ APRVOTOS 9081487 7133829 1894898
MENEM 4740907 5% 59% 0%KIRCHNER 4312517 18% 37% 2%LOPEZ MURPHY 3173475 27% 1% 35%SAÁ 2735829 23% 2% 28%CARRIÓ 2723574 23% 1% 26%No estimado 5% 0% 9%TOTAL 100% 100% 100%
margen de error promedio: +-1,17 %; desvío estándar:1,20 %
CANDIDATOS 2003
FUERZAS POLITICAS 1999
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
Cuando los datos se analizan considerando la recepción de transferencias de
votos del 2001 al 2003 (figura 6.13.), el nuevo perfil peronista del voto aliancista se
confirma aun más rotúndamente. Estos votos representan el mayor contingente de los
obtenidos por Rodríguez Saa (30 %) y Kirchner (26 %) y el segundo en importancia de
los de Menem (18 %). Pero a su vez sumados representan prácticamente la totalidad de
202
los votos aliancistas en 2001 (21,6 %). Frente a ello, los magros votos aliancistas
cosechados por Lopez Murphy solo representan el 6 % de su total y en el caso de E.
Carrio prácticamente no existen ya que ella es la única candidata que también se
presentó en el año 2001 y, por lo tanto, sus votos aliancistas ya los había cosechado ese
mismo año78.
Figura 6.13: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Presidenciales, 2001-2003: Estimado desde el Partido Receptor, Inferencia Ecológica
Menem Kirchner López Murphy Saá Carrió
Candidatos 2003
0
2.000.000
4.000.000
6.000.000
8.000.000
10.000.000
Partidos 2001
PJAlianzaARIC.DerechaIzquierdaProvincialesBlancoNuloOtros
Fuente: elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
Esta masiva transferencia de votos aliancistas 2001 a la los candidatos peronistas
en las elecciones de 2003 no es uniforme en todo el territorio nacional sino que se
encuentra totalmente regionalizada (Figura 6.14). Cada candidato presenta un bastión
CANDIDATOS PJ ´01 ALIANZA ´01 ARI ´01 C.DER ´01 IZQ ´01 PROV. ´01 NULO ´01 BLANCO ´01 OTR ´01V2003 OTOS
MENEM 4.740.KIRCHNER 4.312.
LOPEZ MURPHY 3.173.S
TOTAL 4.809.495 3.058.569 1.078.096 674.753 1.499.293 1.200.118 2.261.332 1.704.514907 100% 50% 18% 0% 0% 2% 12% 0% 3% 14%517 100% 38% 26% 1% 0% 4% 5% 8% 5% 14%475 100% 2% 6% 7% 10% 11% 8% 31% 16% 8%
ÁA 2.735.CARRI
829 100% 17% 30% 8% 3% 9% 4% 11% 8% 11%Ó 2.723.574 100% 10% 3% 16% 7% 18% 2% 17% 18% 9%
margen de error promedio: + - 1,96%; desvío estandar:1,85%
78 En las elecciones de 2003 E. Carrió logra retener el 16% de los votos obtenidos en el 2001. El resto es transferido a Lopez Murphy en el oeste en el Oeste de la Provincia de Buenos Aires y a Rodríguez Saa en el área de influencia de la Provincia San Luis.
203
territorial y a su vez una presencia diferenciada en la RMBA. Los votos aliancistas más
duros, es decir los que subsistieron a la debacle del 2001y no migraron aquel año hacia
nuevas terceras fuerzas políticas o el voto negativo, se reparten entre líderes
carismáticos de base regional. En todos los casos ex gobernadores justicialistas de
provincias que por razones geográficas o institucionales79 han podido escapar a la
recesión económica y muestran condiciones de bienestar superiores al resto del país. Por
esta razón la base electoral de Menem se concentra en el norte y débilmente en la
RMBA, Kirchner se establece con fuerza en la Patagonia, algunas provincias del
Noreste, en menor medida la región pampeana y con cierta intensidad en el Gran
Buenos Aires, y Rodríguez Saa obtiene un amplio caudal electoral en Cuyo y el sur de
Córdoba. Los candidatos de origen aliancista, por otro lado, solo cosechan un magro
resultado en áreas de predominio del candidato justicialista más afín a su perfil
ideológico. Lopez Murphy obtiene algunas transferencias en el área de implantación de
Menem y E. Carrió en gran parte del área con buen desempeño de Kirchner.
Si se vuelve a realizar la comparación de los orígenes de los votos obtenidos por
cada candidato en la elección presidencial del año 2003, pero esta vez evaluando su
proveniencia desde el año 1999 (Figura 6.15), resulta factible discriminar con mayor
claridad los perfiles políticos de la base electoral de cada uno de los candidatos de
origen peronista. Los electorados de Menem y Kirchner son fundamentalmente de
origen Justicialista, casi totalmente en el primer caso (89%) y con un fuerte impronta
aliancista en el segundo (61% de votos con origen PJ). Rodríguez Saa, en cambio, tiene
79 En el caso de Kirchner, la provincia de Santa Cruz se ha beneficiado de un permanente flujo de regalias petroleras asociado una población local muy reducida en número. En el de Rodríguez Saa, su distrito es la unica provincia peripampeana que ha gozado en forma ininterrrumpida de un régimen de promoción fiscal desde la decada del 70´. Y en el caso de la Rioja, durante el periodo menemista recibió sitmaticamente transferencias intergubernamentales discrecionales (ATNs) por valores varias veces superiores a la media nacional (Escolar y Pirez, 2001; Porto y Sanguinetti 2001).
204
un patrón de transferencia fundamentalmente aliancista y en menor medida de la APR,
prácticamente idéntico a los patrones de transferencias de Lopez Murphy y Elisa Carrió.
La principal diferencia de estos tres últimos, Rodríguez Saa, Lopez Murphy y E.
Carrio, es que la implantación geográfica de las transferencias provenientes de 1999,
esta totalmente regionalizada (Figura 6.16). Para el candidato de origen Justicialista se
reproduce y aumenta el perfil analizado con relación a las elecciones legislativas del
2001, mientras que en
Figura 6. 14: Participación de transferencias electorales provenientes de la Alianza 2001 (legislativa), en los votos obtenidos por: Kirchner, Menem, R. Saa y L. Murphy 2003 (presidenciales) y del ARI 2001 (legislativa) en E. Carrió 2003
(ejecutiva)
<---
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Diputados NacionalesALIANZA 2001KIRCHNER 2003
N
Presidente de la Nación
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
<---Presidente de la Nación
N
R. SAÁ 2003 ALIANZA 2001Diputados Nacionales
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
0 20 Km0 180 Km
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
<---Presidente de la Nación
N
LÓPEZ MURPHY 2003 ALIANZA 2001Diputados Nacionales
Los cálculos se realizaron en relac ión a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
0 20 Km0 180 Km
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se realizaron en relac ión a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Diputados NacionalesARI 2001CARRIÓ 2003
N
Presidente de la Nación<---
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
<---
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Diputados NacionalesALIANZA 2001MENEM 2003
N
Presidente de la Nación
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
205
Fuente: elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior los de origen aliancista, se parecen fuertemente ya que comparten el área de
implantación tradicional de terceras fuerzas en argentina (la región pampeana y el
litoral). La única diferencia entre ambos, es que mientras E. Carrio, no logra atraer votos
aliancistas de la zona chacarera agroindustrial de Santa Fe, Córdoba y Mendoza y su
implantación es predominantemente metropolitana (La RMBA y el Gran Rosario),
Lopez Murphy, por el contrario, sí obtiene una transferencia considerable de sufragios
“chacareros” al reproducir la captura por parte de APR del voto estratégico de centro
derecha a Bordón en el año 1999 que se suma a una muy buena performance en la
RMBA.
Figura 6.15: Matriz de Transferencias de Votos, Elecciones Presidenciales, 1999-2003: Estimado desde el Partido Receptor, Inferencia Ecológica
Menem Kirchner López Murphy Saá Carrió
Candidatos 2003
0
2.000.000
4.000.000
6.000.000
8.000.000
10.000.000
Partidos 1999
PJAlianzaAPROtros
ALIANZA PJ APR OTROSVOTOS TOTAL 9081487 7133829 1894898
MENEM 4740907 100% 9% 89% 0% 2%KIRCHNER 4312517 100% 37% 61% 1% 1%LOPEZ MURPHY 3173475 100% 76% 3% 21% 0%SAÁ 2735829 100% 76% 4% 20% 0%CARRIÓ 2723574 100% 78% 4% 18% 0%
margen de error promedio: +-1,17 %; desvío estándar:1,20 %
CANDIDATOS 2003
FUERZAS POLITICAS 1999
Fuente: elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior
206
Figura: 6.16. Participación de transferencias electorales provenientes de la Alianza 1999 (ejecutiva), en los votos obtenidos por: Kirchner, Menem, R. Saa, L.
Murphy y E. Carrió 2003 (ejecutiva
<---
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
ALIANZA 1999MENEM 2003
N
Presidente de la Nación
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
<---
Presidente de la Nación
N
KIRCHNER 2003 ALIANZA 1999
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
0 20 Km0 180 Km
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
<---
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se real izaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
ALIANZA 1999LÓPEZ MURPHY 2003
N
Presidente de la Nación
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
<--- ALIANZA 1999CARRIÓ 2003
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
N
Presidente de la Nación
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
<---Presidente de la Nación
N
R. SAÁ 2003 ALIANZA 1999
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
0 20 Km0 180 Km
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
Fuente: elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior
Otro dato interesante que surge de comparar las elecciones legislativas del año
2001 y las elecciones presidenciales del año 2003 es estudiar el retorno de gran parte del
voto nulo y blanco a candidaturas partidarias. Tal y como mostramos en otro trabajo
anterior (Escolar, Calvo, Calcagno, Minvielle, 2002), la mayoría del voto blanco y nulo
tuvo su origen en la crisis de la Alianza y en la desaparición prácticamente total de APR
que privó al electorado conservador de candidaturas viables orientadas hacia la centro
207
derecha. Como es posible observar, a su vez, en la figura 6.13, la mayoría del voto
blanco y nulo del año 2001 tuvo como principal destino a Lopez Murphy y en menor
medida a Carrió confirmando nuestros análisis anteriores.
Figura 6. 17: Participación del voto nulo y blanco 2001 (legislativa) en las transferencias recibidas por el ARI y Recrear en el 2003 (ejecutiva)
<---Presidente de la Nación
N
LÓPEZ MURPHY 2003 ALIANZA 2001Diputados Nacionales
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
0 20 Km0 180 Km
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
<---Presidente de la Nación
N
LÓPEZ MURPHY 2003 VOTO NULO 2001Diputados Nacionales
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
0 20 Km0 180 Km
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
<---
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Diputados NacionalesVOTO EN BLANCO 2001L. MURPHY 2003
N
Presidente de la Nación
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Diputados NacionalesARI 2001CARRIÓ 2003
N
Presidente de la Nación<---
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
<---Presidente de la Nación
N
CARRIÓ 2003 VOTO NULO 2001Diputados Nacionales
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
0 20 Km0 180 Km
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
<---
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Diputados NacionalesVOTO EN BLANCO 2001CARRIÓ 2003
N
Presidente de la Nación
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
Fuente: elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
Visto desde la recepción de votos el fenómeno aludido se refuerza aún más
puesto que los dos candidatos de origen aliancista (Lopez Murphy y E. Carrió) reúnen
prácticamente el 80% de las transferencias de voto negativo (Figura 6.13). Esto se
reproduce además -aunque en forma mas atenuada- en el tercer candidato de origen
208
Peronista del año 2003 (Rodríguez Saa) que también obtiene una participación
importante de voto negativo 2001 en su caudal electoral del año 2003. Pero donde
terminan de consolidarse las regularidades que venimos observando en este capítulo es
cuando se vuelven a observar patrones de implantación geográfica del voto nulo y
blanco en las transferencias recibidas por Lopez Murphy y E. Carrio en el año 2003
(figura 6.17.). Nuevamente cada candidato tiene una tendencia geográfica distinta en el
origen predominante de sus votos, mientras que el primero tiene capacidad para capturar
un electorado de perfil conservador en las áreas rurales mas desarrolladas y pobladas del
país y asociarlo con el voto urbano de las zonas mas favorecidas de la RMBA, la
segunda se concentra sólo en las dos principales regiones metropolitanas Argentinas.
Restaría entonces indagar en cuál ha sido el derrotero de las terceras fuerzas
nacionales en Argentina desde el año 1995 (en que hace su aparición el Frepaso a nivel
presidencial) hasta el año 2003 donde parecen encontrarse distribuidas las preferencias
hacia terceras alternativa políticas entre una fuerza de tendencia centroizquierdista (el
ARI) y otra de Centro Derecha (RECREAR).
La implantación geográfica a lo largo de los ultimo diez años de la terceras
fuerzas Nacionales, puede darnos indicios importantes a este respecto (Figura 6.18). Si
se compara el tipo de implantación geográfica del Frepaso en 1995, con las
transferencias del Frepaso a la Alianza en 1999, el voto negativo, la izquierda agregada
y al ARI en el 2001 y Lopez Murphy más Elisa Carrio en el 2003 encontraremos, por un
lado una sorprendente similitud entre el Frepaso 1995 y la suma de los dos candidatos
de origen aliancistas en el 2003 y por el otro, entre las transferencias del Frepaso a la
Alianza en 1999 y el voto negativo más la izquierda y el ARI en el 2001. Lo que se está
observando en definitiva en el primer caso, es la distribución por perfiles ideológicos y
geográficos de la totalidad del voto antiperonista y en el segundo caso, exclusivamente
209
del voto anti peronista de tendencia hacia la izquierda. El voto antiperonista de perfil de
centro derecha entonces, se expande entonces más allá de los límites de la Región
Pampeana y las dos principales áreas metropolitanas del país, mientras que el voto
antiperonista de perfil mas centroizquierdista se restringe prácticamente a la Región
Pampeana, concentrándose en la RMBA y el Gran Rosario80.
Conclusión
El sistema de partidos actual en la Argentina está caracterizado, como
afirmáramos anteriormente por tres elementos fundamentales.
En primer lugar el partido Justicialista, dominante pero no hegemónico, se
encuentra atravesado por conflictos territoriales, donde distintos ejecutivos peronistas
han cultivado candidaturas y electorados no peronistas para disciplinar facciones
internas o garantizar los votos necesarios en algunos contextos provinciales.
En segundo lugar, la desaparición en la ultima elección del Radicalismo como
partido político efectivo nacional es el resultado paulatino de la transferencia masiva en
el interior del país de votos radicales duros hacia dirigentes justicialistas de fuerte
impronta regional y del realineamiento del electorado radical volátil en dos nuevas
tercera fuerzas de centro derecha y centro izquierda creadas alrededor de figuras
políticas con origen partidario en la UCR.
En tercer lugar, la regularidad del perfil histórico del electorado antiperonista no
radical, el cual ha nutrido a las terceras fuerzas nacionales -con independencia de sus
sesgos ideológicos hacia la izquierda o la derecha- a lo largo de los diez últimos años.
80 El anidamiento ideológico y geográfico del comportamiento del electorado se puede verificar a su
vez en las transferencias cruzadas entre dos categorías de clivages políticos; el peronista-antiperonista y el derecha-izquierda que tambien permea la clasificadion realizada previamente. Un ejmplo de esto se ve en cómo un 26% del voto de APR en 1999 fue al ARI en la elección del 2003 (Figura 6.12) mostrando un tipo de votante que alterna entre el centro derecha y la centro-izquierda, como ocurriera con la transferencia de votos de la UCeDe al Frepaso en 1995.
210
Esta persistencia se evidencia principalmente en la implantación geográfica de dichos
votos.
Figura: 6. 18. Comparación histórica entre la implantación geográfica de terceras fuerzas Nacionales (Frepaso 1995, Frepaso1995 en la Alianza 1999 y ARI
+ Recrear 2003) con el voto negativo (Nulo + Blanco) + la Izquierda agregada 2001.
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
N
Presidente de la NaciónFREPASO 1995
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
0 20 Km0 180 Km
<---ALIANZA 1999 FREPASO 1995Presidente de la Nación
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
N
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
<---Ari-Nul-Bla-Izq 2001 ALIANZA 1999
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las Secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
N
Presidente de la NaciónDiputados Nacionales
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
0 180 Km 0 20 Km
Los cálculos se realizaron en relación a los departamentos de todo el país y las secciones electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
LÓPEZ MURPHY - CARRIO 2003Presidente de la Nación
N
Votos (%)
0.00 - 1.681.68 - 3.773.77 - 6.446.44 - 10.0510.05 - 14.6214.62 - 22.8922.89 - 42
Provincias
Fuente: elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior
Los realineamientos partidarios ocurridos a nivel nacional, sin embargo, guardan
pocas similitudes con aquellos ocurridos a nivel provincial, la prueba de ellos es la
211
permanente presencia de efectos locales difícilmente explicables si el análisis se centra
solo en la arena nacional. En el siguiente capítulo analizamos los realineamiento
partidarios en las elecciones de los ejecutivos en 6 provincias y contrastamos dichos
resultados con los realineamientos nacionales discutidos en este capítulo.
212
Capítulo 7: Realineamientos Partidarios y Crisis Política: Un estudio de seis provincias81
Sandra Minvielle, Marcelo Escolar y Ernesto Calvo
En los capítulos anteriores mostramos que la creciente fragmentación y
volatilidad del sistema de partidos tiene componentes partidarios y territoriales. Por este
motivo, el voto Peronista no solamente se ha mantenido más integro que el de la
Alianza en el orden nacional sino que, a su vez, esta mayor integridad del voto peronista
a nivel nacional le ha otorgado un creciente “premio” en bancas. Este resultado es
consistente con los resultados descriptivos del Capítulo 3, en el cual mostramos que en
un contexto de creciente fragmentación del régimen electoral nacional, ha aumentado el
sesgo mayoritario y partidario, así como las distorsiones territoriales que caracterizan la
asignación de escaños.
En el mismo sentido, se ha mostrado como los sistemas políticos provinciales
actúan como un freno a la fragmentación partidaria en el orden nacional, comprimiendo
el número efectivo de partidos en bancas, al reducir el impacto de procesos
generalmente nacionales sobre el aumento de la competencia efectiva provincial.
Dicho desempeño conservador de los sistemas políticos provinciales parece estar
asociado a una mayor capacidad de tracción local sobre el comportamiento de los
electores en las categorías nacionales. Ambas situaciones habrían terminado
configurando un fuerte realineamiento político y regional. Por un lado se ha consolidado
un electorado integrado por votos cautivos de los partidos tradicionales (PJ y UCR) y
localizado preferentemente en la interior y áreas rurales del centro del país. Las tres
candidaturas presidenciales del peronismo encontraron sustento en este electorado. Por
el otro, encontramos un electorado no tradicional, regionalizado en el centro del país,
81 Una cartografía detallada de los casos analizados en este capitulo puede ser solicitada de los autores.
213
que en forma continuada y con independencia de su tendencia ideológica ha venido
dando soporte a diferentes candidaturas provenientes de terceras fuerzas con proyección
nacional.
Por su parte, el anidamiento de las distintas arenas electorales también afecta el
nivel de fragmentación de los sistemas políticos provinciales. La utilización de distintas
reglas electorales para la elección de cargos provinciales, así como la diferente
integración de los sistemas políticos nacional y provincial hace que existan importantes
diferencias provinciales en el proceso de fragmentación del voto. Asimismo, aparecen
diferencias entre los tipos de partidos políticos que se benefician de dicha
fragmentación. En este capítulo analizamos mediante inferencia ecológica cuáles son
los partidos que se beneficiaron más intensamente del reciente proceso de
desestructuración de la Alianza y de qué manera los sistemas políticos provinciales
procesan las dinámicas diferenciadas de la competencia política correspondiente a cada
arena electoral.
Dado que no es posible analizar la totalidad de las transferencias de votos
provinciales en este libro, nos hemos concentrado en seis distritos con características
políticas marcadamente distintas: Entre Ríos, Chaco, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe
y Capital Federal. Los primeros dos muestran niveles de competencia claramente
bipartidistas y no se han visto afectadas por la creciente fragmentación política que
afecto la competencia nacional. Buenos Aires y Córdoba, por otra parte, muestran
valores de competencia efectiva y volatilidad cercanos a la media nacional. Estas
provincias han visto importantes realineamientos políticos que han premiado en forma
moderada al PJ, aún cuando la UCR continúa como un partido de oposición relevante.
Santa Fe y Capital Federal, finalmente, muestran escenarios de alta competencia
partidaria, fragmentación y volatilidad electoral.
214
Entre Ríos: Estabilidad partidaria y Volatilidad Electoral.
#
#
#
#
#
#
#
##
#
#
#
Colon
SanSalvador
Concordia
Villaguay
Gualeguaychu
Uruguay
NogoyaTala
Federacion
Feliciano
Federal
Islasdel Ibicuy
GualeguayVictoria
Diamante
La Paz
Parana
CHAJARI
CONCORDIA
PARANA
VILLAGUAY
DIAMANTE
COLONNOGOYA
CONCEPCIONDEL URUGUAY
VICTORIA
GUALEGUAYCHUGUALEGUAY
LA PAZ
DepartamentosProvincia de Entre Ríos
N
La provincia de Entre Ríos aparece como un caso representativo por tener un
comportamiento muy estable aunque con una cierta alternancia en el poder a diferencia
de las otras, como La Rioja, Santa Cruz o Misiones, caracterizadas por la continuidad
desde 1983 del mismo partido político en el ejecutivo provincial.
A grandes rasgos, puede decirse que la provincia presenta una estructura
bipartidista, en donde ninguno de los dos principales partidos, PJ y UCR, detenta en
forma permanente el poder político provincial, verificándose un alto nivel de
competencia entre ambos y un escaso margen de predominio de uno sobre el otro.
Como ejemplos basta señalar que en el año 1995 Jorge Busti fue electo por segunda vez
para la gobernación por el Partido Justicialista entrerriano aventajando por un escaso
wing (alrededor del 2% de los votos positivos) al candidato de la UCR. En la elección
215
posterior la situación se invirtió ya que en esa oportunidad fue el radical Montiel quien
ganó la gobernación por un reducido margen de votos.
Aún así, en el análisis temporal de los resultados electorales puede identificarse
un pequeño caudal de votos que se dirige hacia opciones no tradicionales,
particularmente a partidos de alcance nacional como el Frepaso o APR, en su
oportunidad. A pesar de su presencia continua, este conjunto de votos recién logra
impactar la estructura política provincial con el surgimiento de una tercera fuerza que
vincula partidos provinciales y nacionales en la elección de gobernador del año 200382.
En efecto, durante esa elección la distribución del voto se comportó de manera un tanto
diferente. En esa ocasión, y a diferencia de los años anteriores, el justicialista Jorge
Busti aventajó a su competidor Sergio Varisco -representante de la UCR- por más de 10
puntos porcentuales. Asimismo, el Nuevo Espacio Entrerriano, alianza realizada entre el
ARI, el partido provincial Nuevo Espacio, el PI y el PSP, logró más del 18% de los voto
positivos.
Esta estructura de apoyos partidarios a lo largo de las diversas elecciones del
ejecutivo provincial se organiza sobre un patrón regionalizado de las preferencias
ciudadanas. Efectivamente, existe una inserción justicialista amplia en la mayor parte de
la ciudad de Paraná y una preeminencia absoluta en Concordia, además de diversos
departamentos del interior provincial, sobre todo los situados en el centro y la costa
norte del Río Uruguay. Asimismo, la UCR mantiene su presencia en las áreas centrales
de las ciudades de Paraná y Concordia, aunque con tendencia a la disminución. Por su
parte, el Nuevo Espacio Entrerriano, que recupera algo del perfil del Frepaso en 1995,
concentra sus votos en el departamento de Gualeguaychú, (de cuya Cabecera era
82 Las terceras fuerzas en las elecciones mencionadas carecieron de peso en la disputa de los cargos provinciales ya que el Frepaso de 1995 sólo alcanzó un 5% de los votos positivos y APR en 1999 obtuvo un 2,5%, ambas agrupaciones con una performance mucho más baja que la que lograron en el distrito en las elecciones para cargos nacionales.
216
intendente el candidato a gobernador de esa misma fuerza, Emilio Martínez Garbino) y
en las áreas centrales de las ciudades de Paraná y Concordia.
La aparente estabilidad en la estructura de resultados electorales y la
competencia política partidaria provincial señalada se sustenta en comportamientos del
electorado algo más complejos. En principio, tanto el Partido Justicialista como la UCR
(o Alianza en su momento) cuentan con un importante caudal de votos y una alta
retención de sus adhesiones que les garantiza la posibilidad de competir efectivamente
por el poder; ello se sostiene aún cuando se verifica la existencia de un conjunto de
votantes que cambia su opción electoral de un partido mayoritario al otro entre dos
elecciones consecutivas (transferencia cruzada de votantes). Sin embargo, este volumen
de votos volátiles cruzados no resulta suficiente para explicar el cambio de ganador y
perdedor entre el justicialismo y el radicalismo entre la elección de 1995 y la de 1999,
por ejemplo. En ese caso, si esos votos de transferencia cruzada hubiesen sido retenidos
por las respectivas fuerzas el resultado de la elección de 1999 hubiese sido el mismo,
pero con una menor ventaja para la Alianza. ¿Cuál es entonces el origen de ese pequeño
caudal de votos que otorga la marcada victoria de la Alianza? Si se analiza la
composición del voto aliancista de 1999 que muestra la figura 7.1, se observa que casi
la cuarta parte proviene de pequeños partidos de 1995, especialmente del Frepaso de ese
año. Por lo tanto, básicamente fueron los votos frepasistas de 1995 los que, sumados a
los radicales, otorgaron la victoria a la Alianza en 1999. Esto significa que el pívot de la
elección está constituido por el pequeño caudal de electores que en una elección elige
terceras fuerzas y en la otra se inclina por uno de los principales competidores,
definiendo así al candidato ganador.
217
Figura 7.1: Entre Ríos. Transferencias electorales Gobernador 1995-1999
Alianza PJFuerzas Políticas 1999
0
50.000
100.000
150.000
200.000
250.000
300.000
350.000Fuerzas Políticas 1995UCR PJ Otros
Provincia de Entre RíosTransferencias Gobernador 1995 - 1999 (recepción)
FUERZAS POLÍTICAS 1999
FUERZAS POLÍTICAS 1995
VOTOS TOTAL PJ UCR Otros 264209 276095 85914
Alianza 307476 100% 6% 72% 23% PJ 296954 100% 83% 16% 1% Otros 21788 100% 3% 24% 73%
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
En la última elección a gobernador, como mencionáramos anteriormente, el
escenario político provincial tuvo algunas variaciones notables debido al aumento del
win entre el PJ y la UCR y al surgimiento de una tercera fuerza de peso en la provincia,
Nuevo Espacio Entrerriano, que fue fruto de una alianza entre un partido provincial de
origen peronista y base local – Nuevo Espacio – y el ARI. La identificación del origen
partidario del electorado de esta tercera fuerza resulta de interés para comprender cómo
se han reestructurado los dos partidos tradicionales en la provincia para gestar
finalmente la llegada de Jorge Busti por tercera vez a la gobernación.
218
Figura 7.2: Entre Ríos. Transferencias electorales Gobernador 1999-2003
PJ UCR NEEFuerzas Políticas 2003
0
50.000
100.000
150.000
200.000
250.000
300.000
Fuerzas Políticas 1999PJ Alianza
Provincia de Entre RíosTransferencias Gobernador 1999 - 2003 (recepción)
FUERZAS POLÍTICAS 2003
FUERZAS POLÍTICAS 1999
VOTOS TOTAL Alianza PJ 310011 299884
PJ 267605 100% 5% 95% UCR 207079 100% 100% 0% NEE 108623 100% 68% 32%
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
Las transferencias electorales, tal como puede observarse en el gráfico 7.2,
muestran el caudal de votos obtenido tanto el PJ como por la UCR se reduce respecto de
1999, aunque se conforma en cada caso por votantes provenientes de sus propias filas.
Las transferencias entre ambos partidos son casi inexistentes y se producen sólo desde
la Alianza hacia el justicialismo (el 5% de los votos obtenidos por el PJ proviene de
votantes a la Alianza de 1999).
El justicialismo perdió alrededor de 35000 votos a manos del Nuevo Espacio
Entrerriano, en tanto que los ex votantes de la Alianza que optaron por la nueva fuerza
219
provincial más que duplican esa cifra, representando el 68% del total de sufragios
obtenidos por NEE.
En síntesis, no puede decirse que el triunfo del justicialismo se debió a que la
Alianza de 1999 se fragmentó entre la UCR y NEE, sino que se trata de una situación en
donde los dos principales partidos pierden votos a favor de NEE, aunque la UCR en
mayor cuantía (ver Mapa 7.1).
Mapa 7.1: Entre Ríos. Implantación geográfica de los votos recibidos por Nuevo Espacio Entrerriano desde el PJ y la UCR 1999
220
ALIANZA 1999Nuevo Espacio Entrerriano 2003
0 30 60 Km
0 3 6Km
ConcordiaParaná
GobernadorPJ 1999Nuevo Espacio Entrerriano 2003
0 30 60 Km
0 3 6Km
ConcordiaParaná
Departamentos
Votos (%)
0 - 22 - 3.93.9 - 66 - 8.58.5 - 11.411.4 - 18.718.7 - 34
Gobernador
N
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos electorales de la Provincia de Entre Ríos.
0 3 6Km
N
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos electorales de la Provincia de Entre Ríos.
Departamentos
Votos (%)
0 - 22 - 3.9
3.9 - 66 - 8.58.5 - 11.411.4 - 18.718.7 - 34
0 3 6Km
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
La localización geográfica de las transferencias electorales aporta un dato
significativo acerca del origen de los votos que se dirigieron desde la Alianza de 1999 al
justicialismo del 2003 ya dichos votos se concentran en la ciudad de San Salvador y el
departamento homónimo. La particularidad que presenta el municipio de San Salvador
es que durante el período 1999-2003 fue el único de toda la provincia gobernado por un
Presidente Municipal de origen frepasista. Esta continuidad de los apoyos al candidato
del Frepaso, unida al hecho de que los votos que conformaron la alianza de 1999 habían
provenido mayoritariamente del radicalismo y del frepasismo de 1995 podría indicar
que, en definitiva, los votos recibidos por el justicialismo en el 2003 habrían provenido
del Frepaso de 1995.
Los resultados descriptos para de la elección de gobernador, realizada en
noviembre de 2003, no parecen responder a primera vista a la nueva estructura
partidaria configurada a nivel nacional para la elección presidencial desarrollada unos
meses antes. En dicha ocasión, la performance en la provincia de los cinco candidatos
presidenciales más destacados no tuvo grandes diferencias con los resultados generales
del país. En efecto, se observa el mismo orden de ganadores, desde el primero al quinto
de los principales candidatos a presidente. Así, Carlos Menem obtuvo el primer lugar
con el 23% de los votos positivos, Néstor Kirchner el segundo, con el 21%, Ricardo
López Murphy el tercero con el 14%, muy cerca Adolfo Rodríguez Saá el cuarto, con
unas décimas menos que López Murphy y, por último, Elisa Carrió con el 12% de los
votos (ver tabla 7.1). De esta forma, la provincia de Entre Ríos no constituyó una
excepción en términos de la notable fragmentación de votos ocurrida en la última
elección a presidente en la Argentina.
Cabe preguntarse entonces cuáles fueron los mecanismos que posibilitaron que
dicha fragmentación quedara virtualmente licuada en las elecciones del ejecutivo
provincial y produjera una notoria ganancia para el justicialismo.
Tabla 7.1: Entre Ríos. Porcentaje de votos elección presidencial 2003, Principales candidatos
Categoría Presidente – 2003 Candidato % de Votos
Menem 22,89 Kirchner 20,74
López Murphy 14,37 Rodríguez Saá 14,22
Carrió 12,09 Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior
221
Podría pensarse que el candidato justicialista a la gobernación debería haber
obtenido votos provenientes de los tres candidatos presidenciales de la misma filiación.
Por su parte, el candidato radical podría haber nutrido su caudal electoral de los votantes
de López Murphy y el la propuesta de NEE debería haber recibido votos provenientes
de adherentes al ARI nacional. Esta hipótesis, sin embargo, no prospera ya que Busti
obtuvo menos cantidad de votos que los tres candidatos peronistas sumados y Varisco y
Martínez Garbino, candidatos de la UCR y NEE respectivamente, obtuvieron mayor
cantidad de votos que López Murphy y Carrió.
Al observar la figura 7.3 es fácil concluir que no hubo un comportamiento
homogéneo del electorado y que se produjo una gran volatilidad de votos entre las
opciones de la categoría nacional y la provincial. Efectivamente, los votos de cada
candidato presidencial no se dirigieron en su totalidad hacia un mismo candidato a
gobernador sino que se dispersaron entre diversas opciones. Basta señalar, por ejemplo,
que los votos obtenidos por Carlos Menem se dirigieron fundamentalmente a la
candidatura peronista en la elección de gobernador, pero hubo también transferencias
hacia la UCR y NEE en proporciones similares. De esta forma se verifica nuevamente la
presencia de transferencias cruzadas, ya no sólo entre los principales partidos
provinciales sino también entre opciones ideológicas extremas como sucede con los
votantes de Carrió que apoyaron la candidatura local del peronismo o los seguidores de
L. Murphy que adhirieron al candidato de NEE. En esta ocasión, resulta significativo
que las estimaciones muestren un conjunto de votantes menemistas y kirchneristas que
inclinaron sus adhesiones hacia el candidato radical, Varisco, en la gobernación (ver
mapa 7.2). El volumen de estas transferencias alcanza, como se muestra en el cuadro de
datos de la figura 7.3, casi un tercio de los votos obtenidos por el radicalismo.
222
Aún con la mencionada diversidad de situaciones, es posible distinguir algunas
tendencias cuando se observa la forma en que se compone el voto de los tres principales
candidatos de la elección a gobernador. Efectivamente, puede observarse que el 92% de
los votos obtenidos por Busti proviene de algún candidato presidencial de filiación
justicialista. En tanto que el 71% de los sufragios logrados por Varisco tienen origen en
los dos candidatos de pasado radical, López Murphy y Elisa Carrió. Finalmente, casi la
mitad de los votos obtenidos por la joven fuerza NEE proviene de ex votantes al ARI.
Figura 7.3: Entre Ríos. Transferencias Presidente-Gobernador 2003
PJ UCR NEEFuerzas Políticas Gobernador 2003
0
50.000
100.000
150.000
200.000
250.000
300.000Candidatos Presidente 2003MenemKirchnerRodríguez SáaCarrióLópez MurphyOtros
Provincia de Entre RíosTransferencias Presidente 2003 - Gobernador 2003 (recepción)
FUERZAS POLÍTICAS 2003
CANDIDATOS A PRESIDENTE 2003
VOTOS TOTAL Menem R. Sáa Kirchner Carrió L. Murphy Otros184528 88936 75856 128079 89231 17200
PJ 267319 100% 55% 29% 8% 4% 0% 4% UCR 206911 100% 10% 0% 19% 33% 38% 0% NEE 108458 100% 16% 8% 12% 48% 10% 6%
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
223
En síntesis, si bien el comportamiento del electorado en la provincia es bastante
regular y con un claro perfil bipartidista, deben destacarse dos particularidades. En
primer lugar la importancia de las transferencias cruzadas entre las dos principales
fuerzas en una misma categoría electoral y entre categorías electorales nacionales y
provinciales83.
Mapa 7.2: Entre Ríos. Implantación geográfica del voto recibido por el candidato a gobernador Varisco 2003 desde los candidatos presidenciales Kirchner y Menem
2003.
0 3 6Km
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
Y en segundo lugar, que existe un fuerte impacto de las condiciones políticas
locales sobre el rol de las terceras fuerzas nacionales. Las terceras fuerzas que
mantuvieron una buena performance en el distrito durante las elecciones presidenciales
sólo lograron obtener un escaso caudal de votos en las elecciones de gobernador. Esto
último es válido tanto para las diversas opciones del año 2003 como para el Frepaso en
1995 o APR en 1999. En el caso del Frepaso los votos obtenidos en la categoría
nacional se dirigieron fundamentalmente hacia la UCR y, en menor medida, hacia el
83 Además de las mencionadas en el 2003 entre la categoría presidencial y la de gobernador pueden verificarse transferencias cruzadas en las elecciones de 1995 y 1999. En este último caso, por ejemplo el 11% de los votos obtenidos por el candidato Sergio Montiel (Alianza) proviene de votantes del PJ en la categoría presidencial y el 24% de lo obtenido por Maya (PJ) proviene de votantes a De la Rúa.
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos electorales de la Provincia de Entre Ríos.
N
Departamentos
Votos (%)
0 - 22 - 3.93.9 - 66 - 8.58.5 - 11.411.4 - 18.718.7 - 34
aná
0 30 60
Par Concordia
0 3 6Km
Km
VARISCO 2003 KIRCHNER 2003 MENEM 2003VARISCO 2003
0 30 60 Km
0 3 6Km
ConcordiaParaná
N
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos electorales de la Provincia de Entre Ríos.
0 3 6Km
Departamentos
Votos (%)
0 - 22 - 3.93.9 - 66 - 8.58.5 - 11.411.4 - 18.718.7 - 34
224
justicialismo. En el caso de APR de 1999, aún cuando la candidatura presidencial tuvo
menos adhesión que en el promedio del país, los votantes prefirieron inclinarse
mayoritariamente por Sergio Montiel, el candidato de la Alianza para la gobernación.
De todo ello se desprende que la estabilidad manifestada por esta provincia en el
orden nacional –debido a los bajos valores que muestran los indicadores de competencia
política y volatilidad electoral- se asocia en realidad, con una tendencia bastante
refractaria de la política provincial para adecuarse mecánicamente a la dinámica del
sistema político nacional, produciendo un efecto de arrastre de las terceras fuerzas
nacionales hacia las condiciones de competencia bipartidista local.
Chaco: Un Sistema Autónomo y un Electorado Volátil impactado por la Política Nacional.
#
#
#
##
#
#
#
# # ##
#
San Fernando
1 de Mayo
Libertad
Gral. Donovan
SargentoCabral
Presidencia de la Plaza
Bermejo
Libertador Gral .San Martin
Tapenaga
SanLorenzo
Mayor Luis J. Fontana
O'Higgins
Cmte.Fernandez
Quitilipi
25 de Mayo
Maipu
IndependenciaGral.
Belgrano
9 de Julio
Chacabuco
12 de Octubre
Fray Justo Santa Maria de Oro
Almirante Brown
General Guemes
2 de Abril
EL COLORADO
JUAN JOSE CASTELLI
LIBERTADOR GRAL. JOSE DE SAN MARTIN
Presidencia R.SAENZ PEÑA
QUITILIPIMACHAGAI
LAS BRE�AS
CHARATA
FONTANA
RESISTENCIABARRANQUERAS
VILLA ANGELA
LA LEONESA
N
DepartamentosProvincia del Chaco
225
Chaco es un distrito en el que, desde 1983, la preeminencia partidaria en el
Poder Ejecutivo provincial se ha mostrado oscilante84. El inicio de este período
democrático marcó el triunfo del justicialismo provincial, que se mantuvo en el
gobierno local hasta 1991. En ese año se produjo un cambio significativo con el triunfo
de un partido de extracción provincial como Acción Chaqueña, liderado por José Ruiz
Palacios, ex-gobernador del proceso militar, que impuso a Rolando Tauguinas como
mandatario. Las elecciones siguientes, realizadas en 1995, abrieron paso al predominio
del radicalismo que se mantiene hasta la actualidad, reflejado en los gobiernos de Ángel
Rozas en 1995 y 1999 y el triunfo de Roy Nikisch en el 2003.
La polarización del electorado en la categoría de gobernador es una
característica tradicional de la provincia ya que, en general, las dos primeras fuerzas en
conjunto han obtenido porcentajes que superan el 90% de los votos positivos. Al mismo
tiempo, los márgenes de ventaja entre las dos fuerzas mayoritarias han sido
generalmente bajos –a excepción de 1999 en que la Alianza se impuso por más de 30
puntos porcentuales-.
Los años 1991 y 1995 marcan una alteración de este bipartidismo clásico debido
al rol ejercido por Acción Chaqueña. En 1995, por ejemplo, los votos obtenidos por este
partido provincial alcanzaron el 20% y provocaron tal disminución en los porcentajes
del PJ y la UCR que debió realizarse una segunda vuelta electoral para definir la
gobernación85.
El análisis de la implantación geográfica de los votantes muestra la inexistencia
de una regionalización del voto –aún en los años en los que fueron tres los partidos en
84 Para un análisis más detallado de la evolución política chaqueña, ver Micozzi (2001). 85 Según la legislación vigente la segunda vuelta electoral debía cumplimentarse en caso de que ninguno de los partidos mayoritarios lograra obtener un porcentaje superior al 45% o existiera entre ellos una brecha inferior al 10%, es decir, aplicando idénticas reglas que en el caso de la elección presidencial. Los resultados de la primera vuelta ubicaron en primer lugar al PJ con el 43.8%, en segundo lugar a la UCR con el 35.4% y en tercer lugar a Acción Chaqueña, con el 20.2% de los votos positivos.
226
pugna- lo que indica un importante nivel de competencia en toda la provincia y la
imposibilidad de considerar algún área en particular como bastión de alguno de los
partidos. Esto resulta notorio aún analizando de manera individualizada las áreas
urbanas más importantes de la provincia, Resistencia y Roque Sáenz Peña, en las que
también resulta difícil identificar zonas de predominio absoluto de alguno de los
partidos.
A lo largo del período, los actores políticos provinciales han tenido una notoria
transformación ya que, por una parte, se verifica una marcada retracción del caudal de
votos del justicialismo y, por otra parte, también resulta evidente el desmembramiento
Acción Chaqueña y el fortalecimiento de la UCR (o Alianza en su momento). La
variación en las adhesiones recibidas por cada partido a lo largo del tiempo lleva a
reflexionar sobre la diversa capacidad que tienen las fuerzas políticas provinciales para
retener a sus votantes y para atraer a los seguidores de sus competidores. En este
sentido, cabe preguntar por ejemplo, cómo se construyó la marcada diferencia a favor
de la Alianza en la elección de 1999 en la que casi duplicó los votos del PJ.
En primera instancia, aunque no se llegaría a la cifra total obtenida en esa
oportunidad, podría pensarse que los votos aliancistas estuvieron constituidos por los
votos logrados por la UCR cuatro años antes más un aporte masivo de los votos
provenientes de Acción Chaqueña. La presunción anterior se corrobora parcialmente
con las estimaciones de transferencias que se muestran en la figura 7.4. En ellas se
observa que casi el 90% de los votos de la UCR de 1995 se dirigieron a la Alianza, lo
que marca una importante retención para esta fuerza política. Por su parte, los votantes
de Acción Chaqueña no tuvieron un comportamiento homogéneo ni respondieron a los
designios políticos de su partido, que explícitamente había apoyado al PJ, ya que casi
dos terceras partes adhirieron al candidato de la Alianza y sólo un tercio prefirió a la
227
fórmula del PJ. Al considerar las transferencias cruzadas producidas entre los partidos
mayoritarios surge que gran parte de los votantes del PJ ayudó a consolidar la primacía
absoluta de la Alianza en la elección de 1999; basta señalar que el PJ perdió el 35% de
sus votos a manos de la candidatura de Rozas y que si hubiese logrado retener a estos
votantes la elección hubiera resultado tan pareja como las que caracterizaron
históricamente a la pugna por la gobernación. También se produjeron transferencias
desde la UCR hacia el justicialismo en 1999, aunque éstas son de una magnitud mucho
menor.
Como se observa a través de las transferencias cruzadas entre los partidos
mayoritarios, una parte de los votantes provinciales muestra gran inestabilidad a la hora
de mantener su opción entre elecciones consecutivas. Dada esta situación y teniendo en
cuenta el contexto de alta fragmentación del electorado que tuvo lugar en las elecciones
desarrolladas durante el año 2003 resulta interesante identificar cuál ha sido el
comportamiento de los votantes chaqueños durante las elecciones del ejecutivo nacional
y provincial de ese año.
228
Figura 7.4: Chaco. Transferencias electorales Gobernador 1995-1999
Alianza PJFuerzas Políticas 1999
0
50.000
100.000
150.000
200.000
250.000
300.000Fuerzas Políticas 1995
PJUCRAcc. ChaqueñaNo explicado
Provincia de ChacoTransferencias Gobernador 1995 - 1999 (recepción)
FUERZAS POLÍTICAS 1999
FUERZAS POLÍTICAS 1995
VOTOS TOTAL PJ UCR Acc.
Chaqueña No
Explic.177913 144300 82054
PJ 163829 100% 71% 10% 18% Alianza 288533 100% 21% 44% 18% 17%Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
En la provincia de Chaco, la elección presidencial adquirió un matiz especial ya
el candidato radical, Leopoldo Moreau, obtuvo el segundo lugar en la provincia con en
el 20% de los votos positivos, una performance muy superior a la obtenida en el total
nacional en que sólo alcanzó el décimo puesto con el 2% de los votos. A su vez, resultó
ganador con más de un tercio de los votos el candidato Carlos Menem, quien también
obtendría la victoria en el total del país, pero por un margen mucho menor de votos
(24%). Por su parte, Néstor Kirchner se mantuvo dentro del promedio, mientras que
229
Carrió, López Murphy y Rodríguez Saá redujeron notablemente su caudal de votos en la
provincia si se lo compara con el promedio nacional.
El peso que tiene el radicalismo en la provincia podría explicar el inusual apoyo
que recibió en el distrito la UCR nacional, especialmente si se piensa que podría tratarse
de un electorado que mantuviera una fuerte identidad partidaria más allá de la especial
coyuntura política nacional. Un efecto adicional de este comportamiento es la reducción
de las adhesiones logradas por otros candidatos de origen radical, como Carrió o López
Murphy, a manos de la candidatura oficial del partido detentada por Moreau. Con una
coyuntura como la señalada, podría haberse esperado que los votos de estos tres
candidatos con pasado o presente radical se transfirieran en su totalidad a la candidatura
de Nikisch durante la elección a gobernador que se realizó sólo cinco meses después de
la presidencial. Sin embargo, la suma de los votos de esos tres candidatos presidenciales
no alcanza para formar el porcentaje obtenido por el gobernador, por lo que algunos
votos provenientes de candidatos de filiación justicialista tendrían que haberse
transferido hacia la UCR provincial.
El análisis de las estimaciones de transferencias electorales entre la categoría
nacional y provincial que se grafica en la figura 7.5 refuerza la idea de que hubo un
importante conjunto de votos volátiles entre las distintas fuerzas. Así, por ejemplo, los
votos provenientes de C. Menem se distribuyeron en proporciones bastante similares
hacia el PJ y la UCR provincial. El mismo fenómeno puede observarse en el caso de los
votos procedentes de N. Kirchner y L. Moreau.
Por su parte la totalidad de los electores que optaron en la elección presidencial
por Carrió, López Murphy y Rodríguez Saá se inclinaron hacia la candidatura de
Nikisch en el comicio local. Es interesante destacar en este punto que el voto a
Rodríguez Saá no se comportó como un voto peronista ya que no transfirió ningún voto
230
al PJ local, aún cuando el candidato puntano era un claro exponente del justicialismo en
el país.
Figura 7.5: Chaco. Transferencias Presidente-Gobernador 2003
UCR PJFuerzas Políticas Gobernador 2003
0
50.000
100.000
150.000
200.000
250.000
300.000Candidatos Presidente 2003
Menem KirchnerRodríguez Saá CarrióLópez Murphy Moreau
Provincia de ChacoTransferencias Presidente 2003 - Gobernador 2003 (recepción)
FUERZAS POLÍTICAS 2003
CANDIDATOS A PRESIDENTE 2003
VOTOS TOTAL Carrió Moreau L.Murphy Kirchner Menem R.Saá 55545 95052 31777 93301 171076 23425
PJ 194700 100% 0% 24% 0% 28% 48% 0% UCR 253152 100% 16% 20% 11% 15% 31% 7%
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
A pesar de la amplia variedad de opciones que conforman el voto de ambos
candidatos a gobernador, su composición presenta proporciones diferentes. En efecto, el
76% de los votos logrados por Capitanich provienen de votantes a Menem (48%) y
Kirchner (28%), en tanto que en el caso de Nikisch más de la mitad de los votos totales
que obtuvo tienen origen en votos a candidatos presidenciales peronistas (53%
distribuido de la siguiente manera: 31% a Menem, 15% a Kirchner y 7% a Rodríguez
Saá), mientras que el 47% restante proviene mayoritariamente de votantes a Moreau
231
(20%), en segundo término la totalidad de los obtenidos por Carrió (16%) y lo mismo
en el caso de López Murphy (10%). (ver mapas 7.3 y 7.4)
Mapa 7.3: Chaco. Implantación geográfica del voto recibido por el candidato a gobernador Nikisch 2003 desde los candidatos presidenciales Menem y Moreau
2003.
0 60000 120000 Km 0 7000Km
Gran Resistencia
Votos (%)Departamentos
0 - 7.77.7 - 1111 - 1414 - 17.217.2 - 2121 - 26.826.8 - 38
N
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos electorales de la Provincia del Chaco.
NIKISCH 2003 MENEM 2003
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos electorales de la Provincia del Chaco.
N
Gran Resistencia
0 7000Km0 60000 120000 Km
NIKISCH 2003 MOREAU 2003
Votos (%)Departamentos
0 - 7.77.7 - 1111 - 1414 - 17.217.2 - 2121 - 26.826.8 - 38
232
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos electorales de la Provincia del Chaco.
N
Gran Resistencia
0 7000Km0 60000 120000 Km
CAPITANICH 2003 MENEM 2003
Votos (%)Departamentos
0 - 7.77.7 - 1111 - 1414 - 17.217.2 - 2121 - 26.826.8 - 38
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos electorales de la Provincia del Chaco.
N
Gran Resistencia
0 7000Km0 60000 120000 Km
CAPITANICH 2003 MOREAU 2003
Votos (%)Departamentos
0 - 7.77.7 - 1111 - 1414 - 17.217.2 - 2121 - 26.826.8 - 38
Fuente: Elaboración propia en base a datos Mi el Interior y autoridades electorales provinciales
Mapa 7.4: Chaco. Implantación geográfica del voto recibido por el candidato a gobernador Capitanich 2003 desde los candidatos presidenciales Menem y Moreau 2003.
nisterio d
En síntesis, se observa una composición de voto compleja en ambos candidatos,
present
rnador mostraron
una red
orías electivas ejecutivas nacional y
provinc
ando los votos de Capitanich una mayor tendencia justicialista, mientras que en
el caso del radicalismo resulta más difícil de caracterizar ya que la gran cantidad de
votos obtenidos por Nikisch se compone de sufragios provenientes de electores que
adhirieron a los seis principales candidatos presidenciales en el 2003.
Un dato adicional es que los resultados de la elección de gobe
ucción de la distancia producida en 1999 entre la Alianza y el peronismo. Esto se
debió a que la UCR disminuyó su caudal de votos respecto de 1999 y el PJ aumentó
levemente el número de sus votantes. Tomando en cuenta el comportamiento de los
votantes en la anterior elección provincial, el resultado puede interpretarse por una
transferencia de votos desde el PJ hacia la UCR de menor cuantía que en la elección de
1999 y, al mismo tiempo, por el aumento de la participación de ex votantes de la
Alianza en la composición del PJ 2003, tal como lo señalan las tendencias descriptas en
la figura 7.6. Así podría decirse que el PJ ha recuperado en esta última contienda
provincial una parte (relativamente pequeña) de sus votantes históricos, particularmente
un grupo que desde el justicialismo de 1995 se dirigió hacia la Alianza de 1999 y desde
ella volvió a engrosar el caudal de votos peronistas del 2003. Si en el análisis se
considera el comportamiento de los votantes en las elecciones nacionales puede
reafirmarse la importancia de las transferencias interpartidarias en la definición de las
elecciones provinciales ya que si los votantes de los candidatos presidenciales de
filiación hubieran mantenido su opción partidaria el resultado de la elección de
gobernador hubiera sido exactamente el opuesto.
En resumen, la vinculación entre las categ
ial no muestra con claridad un comportamiento tendencialmente diferente por
parte de los electores que apoyaron a Nikisch y los que se inclinaron por Capitanich.
233
Algo que repite quizás con un poco más de orden situaciones anteriores, como las
existentes en 1999 muy impactadas por muy fuerte arrastre nacional. Por otro lado la
impronta de situaciones micro locales parecería indicar que el impacto de la política
subprovincial es muy fuerte con especial referencia a la dinámica política municipal.
Figura 7.6: Chaco. Transferencias electorales Gobernador 1999-2003
UCR PJFuerzas Políticas 2003
0
50.000
100.000
150.000
200.000
250.000
300.000
Fuerzas Políticas 1999PJ Alianza
Provincia de ChacoTransferencias Gobernador 1999 - 2003 (recepción)
FUERZAS POLÍTICAS 2003
FUERZAS POLÍTICAS 1999
VOTOS PJ Alianza TOTAL 163831 288536
PJ 194700 100% 72% 28% 253152 100% 9% 91% UCR
Fuente: Elaboración ia en base a sterio rior y a ades ele s provinciales
n suma, pareciera que la mayor parte del electorado chaqueño no se ve
influen
prop datos Mini del Inte utorid ctorale
E
ciado por la situación política nacional a la hora de elegir sus gobernantes
locales, aunque sí marginalmente en las áreas urbanas. Por otro lado, podría decirse que
conviven importantes electorados cautivos de fuerzas tradicionales con otros
234
sumamente volátiles. Estos últimos, en ciertas ocasiones como en la elección para
gobernador en 1999, ni siquiera acatan el apoyo a candidatos de otros partidos
prescripto por las decisiones coalicionales de sus partidos de preferencia (caso acción
Chaqueña en coalición con el PJ).
235
Buenos Aires: Dile
PartidosRegion Metropolitana de Buenos Aires
N
Alte.Brown
Avellaneda
Berazategui
Berisso
Ensenada
Escobar
E.Echeverria
Florencio Varela
Gral. Rodriguez
San Miguel
La MatanzaLanus
La Plata
Lomasde Zamora
Lujan
MarcosPaz
Merlo
Moreno
Moron
Pilar
Quilmes
San Fernando(islas)
San Isidro
San Vicente
Tigre
Tres deFebrero
Vicente Lopez
Pres.Peron
Jose C PazMalvinas Argentinas
Ezeiza
ItuzaingoHurlingham
San Martin
San Fernando
Seccion electoral
Departamentos
N
Provincia de Buenos AiresSecciones electorales y departamentos
###
##
#
#
#
#
#
#
#
#
AdolfoAlsina
Alberti
Ayacucho
Azul
Bahia Blanca
Balcarce
BaraderoArrecifes
Bolivar
Bragado
Brandsen
Campana
Cañuelas
Cap.Sarmiento
CarlosCasares
CarlosTejedor
Carmende Areco
Patagones
Castelli
Colon
Cnel.Dorrego
Cnel.Pringles
Cnel. de MarinaL.Rosales
Coronel Suarez
Chacabuco
Chascomus
Chivilcoy
Daireaux Dolores
E.de la Cruz
Gral.Alvarado
Gral. Alvear
Gral.Arenales
Gral.Belgrano
Gral.Guido
General Lamadrid
Gral.Las Heras
Gral.Lavalle
Gral. JuanMadariaga
Gral. Paz
Gral.Pinto
Gral.Pueyrredon
Gral.Viamonte
Gral.Villegas
AdolfoGonzales Chaves
Guamini
HipolitoYrigoyen
Benito Juarez
Junin
Laprida
Las Flores
LeandroN. Alem
Lincoln
Loberia
Lobos Magdalena
Maipu
Mar Chiquita
Mercedes
Monte
Navarro
Necochea
9 de Julio
Olavarria
Pehuajo
Pellegrini
Pergamino
Pila
Pinamar
Puan
Ramallo
Rauch
Rivadavia
Rojas
RoquePerez
Saavedra
Saladillo
Saliquelo
Salto
San A. de Giles
San A.de Areco
SanCayetano
San Nicolas
San Pedro
Suipacha
Tandil
Tapalque
Tornquist
TrenqueLauquen
Tordillo
Tres Arroyos
La Costa
MonteHermoso
25 de Mayo
Villa Gesell
Villarino
Zarate
TresLomas
FlorentinoAmeghino
Punta Indio
8
2
4
7
1
3
5
6
LA PLATA
MAR DEL PLATA
SAN NICOLASDE LOS ARROYOS
BAHIA BLANCA
PERGAMINO
JUNIN
TANDIL
OLAVARRIA
25DE MAYO
CAPITAL FEDERAL
mas locales de un Escenario Político Nacionalizado
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
Con la recuperación de la democra ia, la provincia de Buenos Aires -primer
distrito electoral del país- acompañó el desempeño del radicalismo en la elección
presidencial. Tal es así que la elección de gobernador tuvo como claro ganador a A.
Armendáriz con el 52% de los votos. Sin embargo, desde el final de ese mandato, la
UCR fue perdiendo peso y en todas las elecciones quedó ubicada por debajo del PJ e
incluso en varias oportunidades fue superada en votos por diversos partidos
provinciales. La retracción del radicalismo fue tan importante que llegó a obtener menos
del 10% de los votos en la elección del ejecutivo provincial del año 2003. La contracara
de este proceso fue el afianzamiento del PJ provincial que, con un máximo de adhesión
en 1995, triunfó en todas las elecciones para la gobernación realizadas desde 1987 hasta
la actualidad.
c
236
Además de este predominio del justicialismo en el logro de la gobernación, el
sistema de partido de la provincia de Buenos Aires se caracteriza por la presencia de
terceras
con el Frepaso en la elección de gobernador de
1995. E
fuerzas que logran una importante inserción en las zonas urbanas,
especialmente en el conurbano bonaerense. Entre ellas se destacan algunas de nivel
nacional que han competido y logrado buenos resultados en diversas elecciones
bonaerenses y otras de origen provincial, que se han fortalecido especialmente en
algunos municipios de la provincia, tal es el caso de los partidos Unidad Bonaerense y
Partido de Unidad Federalista, liderados por L. Patti, y de la Alianza Frente Popular
Bonaerense, encabezado por A. Rico.
Un ejemplo significativo de la performance lograda por terceras fuerzas
nacionales en el distrito es lo sucedido
n esa oportunidad la fórmula encabezada por Auyero obtuvo cerca del 21% de
los votos positivos y se posicionó en segundo lugar, sobre los candidatos de la
tradicional UCR provincial (que obtuvo el 17%). Resulta interesante señalar que estos
porcentajes fueron algo más bajos que los obtenidos por los mismos partidos en la
elección presidencial desarrollada en la misma oportunidad. Esta información sugiere la
existencia de un grupo de electores que optaron por realizar corte de boleta entre la
categoría nacional y la provincial apoyando, en consecuencia, a dos partidos diferentes.
Las estimaciones de transferencias entre ambas categorías en 1995 muestran la
existencia de transferencias cruzadas entre el PJ y el Frepaso y también entre este último
y la UCR. A través de la figura 7.7 puede observarse que los votos obtenidos por el
candidato radical Capelleri se compusieron en un 39% por aquellos provenientes del
Frepaso nacional, mientras que un 11% de los sufragios logrados por Auyero
procedieron de votantes a Massaccesi en los comicios nacionales y un 5% de adherentes
a Menem. Es decir que, aunque elevado, el porcentaje de retención del PJ no fue total,
237
ya que fugó un pequeño caudal de votos al Frepaso, mientras que los votos radicales y
frepasistas fueron destacadamente volátiles, sobre todo cruzándose entre sí.
Figura 7.7: Buenos Aires. Trasferencias electorales Presidente–Gobernador 1995
PJ Frepaso UCRCandidatos Gobernador 1995
0
1.000.000
2.000.000
3.000.000
4.000.000Candidatos Presidente 1995PJ UCRFrepaso Otros
Provincia de Buenos AiresTransferencias Presidente 1995 - Gobernador 1995 (recepción)
FUERZAS POLÍTICAS GOBERNADOR 1995
FUERZAS POLÍTICAS PRESIDENTE 1995
VOTOS TOTAL PJ UCR Frepaso 3357504 900155 1866638
PJ 3618671 100% 94% 0% 6%UCR 112 39% 2151 100% 0% 61% Frep 5% aso 1367932 100% 11% 84%
Fuente: da eri or e s s
el PJ y la UCR al analizar la vinculación entre las elecciones ejecutivas nacional y
provinc
Elaboración propia en base a tos Minist o del Interi y autoridad s electorale provinciale
También resulta importante resaltar que no se evidencian cruces de votos entre
ial. Es posible pensar entonces que la existencia del Frepaso en esa coyuntura
electoral generó en alguna parte del electorado bonaerense, tanto de filiación peronista
238
como radical, una práctica de corte de boleta que no se habría registrado en un escenario
bipartidista compuesto por el PJ y la UCR.
La presentación de la Alianza en los comicios a gobernador de 1999 llevó la
contienda a un escenario más tradicional que el que se había forjado cuatro años antes
con la presencia del Frepaso. De esta forma, la elección del ejecutivo bonaerense se
tornó altamente polarizada, ya que las dos fuerzas mayoritarias (PJ y Alianza) casi
alcanzaron el 90% de los votos positivos y el partido que se ubicó tercero, Unidad
Bonaerense, logró sólo el 8% de las adhesiones. En esta oportunidad el justicialismo
resultó ganador con el apoyo de otros dos partidos de nivel nacional, APR y la UCD,
que llevaron a la fórmula Ruckauf-Solá en sus boletas y que conjuntamente le aportaron
cerca del 20% de los votos obtenidos por esos candidatos. De acuerdo a las
estimaciones de transferencias electorales que se muestran en la figura 7.8, la
composición de los votantes que apoyaron a Ruckauf fue, sin embargo, marcadamente
peronista ya que casi el 80% de ellos habían votado a Duhalde en 1995. El predominio
del PJ se observa claramente en los altos porcentajes de votos que obtuvo en toda la
provincia, especialmente en la segunda y tercera corona del Gran Buenos Aires y en la
ciudad de La Plata.
239
Figura 7.8: Buenos Aires. Transferencias Gobernador 1995-1999
PJ Alianza UBCandidatos Gobernador 1999
0
500.000
1.000.000
1.500.000
2.000.000
2.500.000
3.000.000
3.500.000 Candidatos Gobernador 1995PJ UCRFrepaso OtrosNo explicado
Provincia de Buenos AiresTransferencias Gobernador 1995 - 1999 (recepción)
FUERZAS POLÍTICAS 1999
FUERZAS POLÍTICAS 1995
VOTOS TOTAL PJ UCR Frepaso Otros No
Explicado3610703 1116252 1367268 776373
PJ 3367427 100% 80% 2% 3% 15% Alianza 2908197 100% 6% 37% 42% 3% 13%UB 510698 100% 70% 1% 8% 17% 4%
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
El origen de los votos de la Alianza en 1999, por su parte, reflejó la
organización de la coalición partidaria entre el Frepaso y la UCR, ya que en términos
generales podría decirse que logró retener un 92% del conjunto de los votantes de
ambas fuerzas. Esta situación se hace más evidente al observar los mapas de
distribución de votantes ya que el correspondiente a la Alianza parece una suma de los
mapas de la UCR y el Frepaso de 1995.
240
Otro rasgo para destacar de esta elección es que el caudal de votos del Partido de
Unidad Bonaerense se debe casi exclusivamente a los aportes de votantes del PJ
bonaerense de 1995, ya que un 80% de los seguidores de Patti provinieron de esas filas,
siendo él mismo un reconocido adherente del menemismo. Este crecimiento de Patti a
expensas de los votos peronistas se evidencia claramente en la distribución geográfica
del voto de ambos partidos ya que aquellos lugares donde Patti obtuvo mejores
resultados, especialmente el centro de su bastión ubicado en Escobar y Pilar, son
justamente las zonas donde el PJ reduce su implantación.
Ahora bien, si el análisis del origen de los votos se realiza teniendo en cuenta la
elección presidencial puede advertirse nuevamente que el electorado bonaerense
presenta un comportamiento diferenciado para los comicios nacionales y provinciales.
Si bien Ruckauf y Fernández Meijide presentaron altos niveles de retención de votos
(81% PJ y 95% Alianza) es posible distinguir un conjunto de electores de esos partidos
que tomaron opciones distintas entre ambas categorías; este caudal de votos que a
primera vista puede parecer marginal, asciende a aproximadamente un millón
doscientos mil sufragios. Cabe señalar, además, que en esta oportunidad las
estimaciones estadísticas realizadas no registraron transferencias desde el PJ hacia la
Alianza, aunque sí en sentido contrario, es decir, la Alianza nacional perdió a manos del
PJ bonaerense alrededor de trescientos mil votos.
Por otra parte, puede advertirse que las opciones tomadas por los adherentes a
Cavallo en la categoría nacional fueron variadas al momento de elegir gobernador y se
dirigieron hacia la Alianza, el PJ y se inclinaron en mayor medida hacia Patti a pesar de
que la boleta oficial del partido apoyaba la candidatura de Ruckauf. Con este aporte, la
composición de los votantes Unidad Bonaerense resultó altamente heterogénea ya que
combina un 52% de votos provenientes de APR, un 30% del PJ y un 18% de la Alianza.
241
El escenario de la elección de gobernador de 2003 resultó diferente a los
anteriores, dado que el triunfante Partido Justicialista obtuvo cerca del 43% de los votos
positivos, lo que marcó una amplia ventaja sobre sus seguidores aún cuando disminuyó
en un 5% su porcentaje de votos respecto de la elección anterior. Pese a la merma del
caudal electoral justicialista, la concentración de votos en la candidatura de Solá revela
el respaldo explícito del presidente Kirchner y de la estructura Duhaldista bonaerense y,
a su vez, contrasta con la fragmentación del partido a nivel nacional durante la última
elección presidencial en la que los candidatos de origen peronista obtuvieron entre el
15% y el 25% de los votos.
La brecha entre el PJ y sus competidores se explica a partir de la fragmentación
de la oposición en varias candidaturas de muy diversa tendencia, fruto tanto de la
disgregación de la Alianza como del crecimiento de las escisiones locales del PJ.
Específicamente, el segundo y tercer actor de los comicios del ejecutivo provincial, Luis
Patti (intendente de Escobar, que obtuvo el 12% de los votos) y Aldo Rico (su par de
San Miguel, que alcanzó el 11%) han provenido de las filas del justicialismo
bonaerense. La diferencia a favor del PJ se alimenta también por el declive electoral de
la UCR provincial, que logró menos del 10% de los votos aún cuando superó varias
veces el promedio obtenido en la elección presidencial y, paralelamente, por los valores
moderados conseguidos por el ARI (cerca del 8% de los votos positivos).
Esta transformación de la competencia partidaria también se observa claramente
en la distribución geográfica del voto en la provincia. Así, el PJ continúa manteniendo
su hegemonía en la provincia pero pierde votos en los departamentos en los que se
fortalecen Rico y Patti. La UCR, por su parte, obtiene porcentajes importantes en todo
el interior provincial, en tanto se concentra en algunos sectores del Gran Buenos Aires.
242
El partido de Patti se intensifica y extiende su bastión en el Gran Buenos Aires,
a la vez que se inserta con mayor fuerza en la segunda sección electoral. El otro
candidato de origen provincial, A. Rico, también muestra una distribución espacial de
sus votantes concentrada en algunos partidos del conurbano bonaerense, en especial en
San Miguel, aunque también es notable su inserción en un municipio de gran peso
poblacional como La Matanza.
Por su parte, el ARI se concentra en los partidos de la primera y segunda
coronas del conurbano bonaerense y no presenta un patrón de implantación geográfica
definido en el interior provincial.
El escenario fragmentado de la elección de gobernador del año 2003 se
evidencia en la figura 7.9, que refleja cómo en esa ocasión, además de tres partidos de
alcance nacional como el PJ, la UCR y el ARI, hubo dos partidos provinciales que
alcanzaron una buena performance electoral.
Es necesario señalar que dada la alta disparidad en la cantidad de votos
absolutos que hubo entre las elecciones de 1999 y 2003 (fruto de las diferentes tasas de
participación) fue ineludible evaluar el comportamiento de quienes habían optado por
abstenerse en la primera ocasión, con el objeto de evitar sesgos al momento de atribuir
el origen de los votantes de la última elección. El análisis de esos electores ausentes no
arroja un resultado con sesgos ideológicos, aunque cabe destacar que se han distribuido
mayoritariamente hacia las tres primeras fuerzas en pugna.
La descomposición de la Alianza del provocó un giro del electorado hacia
diversas opciones políticas que, incluyendo a la UCR, van desde los desprendimientos
menemistas hasta las opciones de centro izquierda como el ARI. Asimismo, si bien el
PJ retuvo el 83% de sus votos contó con un 15% de votos provenientes de la Alianza,
tal cual se puede ver el cuadro de datos de la figura 7.9.
243
Figura 7.9: Buenos Aires. Transferencias electorales Gobernador 1999-2003
PJ UB Rico UCR ARI BlancoFuerzas Políticas 2003
0
500.000
1.000.000
1.500.000
2.000.000
2.500.000Fuerzas Políticas 1999
PJ AlianzaUB No Voto
Provincia de Buenos AiresTransferencias Gobernador 1999 - 2003 (recepción)
FUERZAS POLÍTICAS 2003
FUERZAS POLÍTICAS 1999
VOTOS TOTAL PJ ALI No Voto UB 3340595 2880183 2089787 537488
PJ 2351184 100% 83% 14% 3% 1% UB 661070 100% 9% 27% 12% 53%
Rico 623660 100% 83% 3% 10% 4% UCR 512028 100% 9% 88% 3% 0% ARI 461146 100% 8% 86% 1% 5%
Negativo 828264 100% 41% 51% 6% 2% Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
Resulta realmente llamativa la composición del electorado que apoyó a Patti, ya
que, por un lado, logró una altísima retención de sus propios votantes de 1999 y, por el
otro, se produjo una importante transformación del origen ideológico de sus seguidores.
Tal es así que la segunda fuerza que más aporta a su composición electoral es la
Alianza, que supera casi en tres veces al aporte del PJ. Baste recordar que en la elección
244
de 1999 el sufragio pattista había estado compuesto mayoritariamente por viejo voto
justicialista.
Los votantes de Rico parecen reproducir la estructura de Patti en la elección
anterior, ya que provienen casi exclusivamente de las filas del peronismo. Esto significa
que esta opción partidaria podría significar una disminución del apoyo al justicialismo
en algunas áreas de la provincia (básicamente la tercera sección electoral).
La distribución geográfica de las transferencias permite identificar de dónde
provinieron con mayor intensidad las transformaciones del escenario electoral entre
1999 y el 2003.
La notable retención de votos del PJ se evidencia en todo el territorio provincial
y, especialmente, en el tercer cordón del conurbano bonaerense y el Gran La Plata. Al
mismo tiempo, se hace evidente que tampoco se encuentran concentrados los ex
votantes de la Alianza que optaron por Solá en el 2003.
La UCR, por su parte, tiene una alta retención de votos de la Alianza en todo el
interior de la provincia y es casi inexistente en el conurbano bonaerense. Además, los ex
votantes del PJ que se volcaron hacia la UCR no muestran un patrón definido en la
provincia.
De manera contraria a lo que se señaló para el PJ y la UCR, los apoyos
recibidos por Patti, Rico y el ARI se encuentran concentrados en ciertos puntos de la
provincia. En el caso de Patti, recibe votantes del PJ que refuerzan su predominio en
Escobar y Pilar. La contribución de la Alianza a su caudal de votos proviene
especialmente de los partidos del Gran Buenos Aires. La retención de los votantes de
Patti es notable en su bastión de 1999 y en los partidos cercanos a él. Por su parte, la
implantación localizada del voto a Rico deviene de las transferencias realizadas
especialmente por el PJ en la primera sección electoral
245
En correspondencia con su fuerte dependencia de los votos de la Alianza de
1999, el ARI recibe su mayor caudal en la primera y segunda coronas del Gran Buenos
Aires, el Gran La Plata y en áreas centrales de las dos grandes ciudades del sur de la
provincia: Mar del Plata y Bahía Blanca.
El año electoral 2003 presentó en la escena política provincial una estructura de
partidos muy diferente en la categoría nacional y en la provincial. En las elecciones
presidenciales de mayo de ese año se presentaron una multiplicidad de partidos
políticos, entre los cuales no se encontraba el PJ como partido unificado. En efecto, los
cinco principales candidatos que competían con similares posibilidades por la
presidencia tenían orígenes radicales o peronistas, pero ninguno era representante oficial
de alguno de los dos partidos tradicionales. En ese sentido, los resultados de esa
elección en la Provincia de Buenos Aires y especialmente en el conurbano, se
consideraban de vital importancia por su notable concentración demográfica. Dentro de
dichos comicios, el santacruceño Néstor Kirchner, detentor del apoyo explícito del ex
gobernador bonaerense y hasta entonces presidente Eduardo Duhalde, resultó el
candidato más votado en la primera vuelta electoral con el 26%. Por su parte su próximo
competidor, Carlos Menem, logró el 20% de los votos, siguiéndolo López Murphy con
el 16% y muy cerca Elisa Carrió con el 15% y Rodríguez Saá con el 14% (ver tabla
7.2).
La victoria obtenida en la provincia no le alcanzó a Kirchner para obtener el
primer puesto en el total del país, probablemente debido a la alta fragmentación de voto
que se registró en todos los distritos del país, consiguiendo los candidatos primeros o
segundos puestos con porcentajes de votos inéditamente bajos en la historia electoral de
la Argentina.
246
La oferta partidaria existente en la elección de las autoridades para el ejecutivo
local (desplazada temporalmente seis meses de la presidencial) resultó bien diferente en
algunos aspectos. En efecto, la candidatura de Solá, representante del PJ, fue la
ganadora por un amplio margen de votos, ratificando de esta forma el justicialismo su
hegemonía política en la provincia, especialmente en el conurbano y sobre todo en el
bastión duhaldista de la tercera sección electoral.
Tabla 7.2: Buenos Aires. Porcentaje de votos Presidente 2003,
Principales candidatos Categoría Presidente – 2003 Candidato % de Votos Kirchner 25,72 Menem 20,40
López Murphy 15,83 Carrió 15,30
Rodríguez Saá 13,83 Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior
Resulta interesante analizar entonces cómo se comportó el electorado
bonaerense en ambas elecciones, con la intención de observar si la vinculación entre
ambas arenas permite establecer tendencias políticas entre los partidos nacionales y los
locales.
Es fácil observar en la figura 7.10 que existió un variado origen de voto
presidencial en la composición del de gobernador. Asimismo, en el caso de Solá esta
variación es mucho menor, limitándose prácticamente a las opciones de voto
presidencial de filiación justicialista, las cuales componen el 98% de su voto (ver figura
7.10).
En el mismo sentido, el voto de Rico presenta una estructura similar a la de Solá,
aunque, sorprendentemente, con 7% de votos con origen en el ARI. Muy distinta es la
situación del voto de Alianza Federalista, ya que 4 de cada 10 votos a Patti provienen de
RECREAR y el resto se completa con un 35% de origen en voto a Menem, un 13% a
247
Carrió y un 11% a Rodríguez Saá (ver Figura 7.10 y mapa 7.5). Cabe destacar para
precisar el análisis, que en un número importante de distritos, los candidatos a
intendente de RECREAR fueron los mismos que los de AFEBA, lo cual pudo haber
generado una tracción de sufragios hacia Patti.
Figura 7.10: Buenos Aires. Transferencias Presidente-Gobernador 2003
Solá Patti Rico Stolbizer Raimundi Blanco Candidatos Gobernador 2003
0
500.000
1.000.000
1.500.000
2.000.000
2.500.000
3.000.000Candidatos Presidente 2003MenemKirchnerR. SaáCarrióLopez Murphy
Provincia de Buenos AiresTransferencias Presidente 2003 - Gobernador 2003 (recepción)
CANDIDATOS 2003
CANDIDATOS 2003
VOTOS TOTAL KirchnerLopez
Murphy Carrió Menem Saá 1811885 1145379 1117425 1456063 1006281
Stolbizer 522110 100% 13% 45% 17% 25% 0% Solá 2457990 100% 58% 1% 1% 26% 13% Rico 654298 100% 20% 0% 7% 29% 45%
Raimundi 476385 100% 0% 33% 65% 0% 2% Patti 695228 100% 0% 41% 13% 35% 11% Otros 929658 100% 11% 29% 52% 1% 6%
Blanco 862885 100% 15% 19% 9% 28% 29% Asimismo, es llamativo que el 38% del voto a la UCR presente un origen
justicialista en la elección presidencial (25% a Menem y 13% a Kirchner) y que el
248
exiguo caudal de votos logrados por el candidato del ARI se componga únicamente en
un 66% de votos retenidos, lo cual indica claramente la falta de identificación por parte
del electorado bonaerense entre Raimundi y Carrió. Finalmente, el alto nivel de voto en
blanco registrado en la elección presenta los más diversos orígenes, aunque con una
mayor tendencia justicialista ya que la suma de lo aportado por los tres candidatos
peronistas asciende al 72%.
En lo referente a la implantación geográfica de estas transferencias electorales es
posible observar que los mayores valores porcentuales logrados por Solá de ex votantes
de Menem se encuentran en la primera sección electoral; mientras que en el interior de
la provincia se observan valores homogéneos. En tanto, la transferencia proveniente de
Kirchner también se ubica en mayor proporción en la tercera sección electoral, aunque
con valores más bajos en La Plata y la zona de mayor implantación de Patti. Los votos
recibidos de Rodríguez Saá muestran una clara concentración en el norte de la provincia
y una muy baja transferencia en el conurbano.
El caso de la distribución geográfica de las transferencias recibidas por el
radicalismo es muy variado. Por ejemplo, se concentran en el centro de la provincia los
votos provenientes de Menem y en el conurbano bonaerense los provenientes de Carrió.
249
Mapa 7.5: Buenos Aires. Implantación geográfica del voto recibido por el candidato a gobernador Patti 2003 desde los candidatos presidenciales Menem y
L.Murphy 2003.
San Fernando
MENEM 2003PATTI 2003
N
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos electoralesdel Área Metropolitana y Gran La Plata.
0 10 20 Km
Votos (% de positivos)Partidos
0 - 1.31.3 - 2.42.4 - 3.73.7 - 5.55.5 - 7.87.8 - 12.612.6 - 27
PATTI 2003 MENEM 2003
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos electorales de la Provincia de Buenos Aires.
N0 40 80Km
Bahia Blanca Mar del Plata
0 5Km 0 5Km
Votos (% de positivos)
0 - 1.31.3 - 2.42.4 - 3.73.7 - 5.55.5 - 7.87.8 - 12.612.6 - 27
DepartamentosSecciones electorales
250
Votos (% de positivos)
LOPEZ MURPHY 2003PATTI 2003
N
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos electoralesdel Área Metropolitana y Gran La Plata.
0 10 20 Km
Votos (% de positivos)Partidos
0 - 1.31.3 - 2.42.4 - 3.73.7 - 5.55.5 - 7.87.8 - 12.612.6 - 27
0 - 1.31.3 - 2.42.4 - 3.73.7 - 5.55.5 - 7.87.8 - 12.612.6 - 27
DepartamentosSecciones electorales
0 5Km0 5Km
Mar del PlataBahia Blanca
0 40 80KmN
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos electorales de la Provincia de Buenos Aires.
PATTI 2003 LOPEZ MURPHY 2003
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
En síntesis, la provincia de Buenos Aires presenta indudablemente una mayor
tendencia a verse influida por la dinámica política nacional, si se la compara con los dos
casos estudiados anteriormente (Entre Ríos y Chaco). Por otro lado el tipo de
fragmentación que se produce en el orden provincial no es completamente isomorfo del
que se verifica en el orden nacional. Resulta de interés en este punto verificar que mas
allá de la diferencia profunda entre el comportamiento del interior de la provincia y el
del Conurbano Bonaerense y el Gran la Plata, la impronta de los proceso políticos
subprovinciales no solo se evidencia en la diversidad de los resultados obtenidos por la
facciones provinciales de las principales fuerzas nacionales, sino también en las terceras
fuerzas de origen exclusivamente provincial. En cambio, en el caso de las terceras
fu l
(básicamente el conurbano), el comportamiento es aun mas nacionalizado y no
necesa
erzas nacionales que en la provincia han tenido y aún conservan su bastión principa
riamente vinculado con la dinámica política municipal.
Todo ello coadyuvaría a pensar que en Buenos Aires se produce una profunda
articulación de la política nacional con la provincial y aun con la municipal, es decir que
el arrastre de una arena electoral sobre la otra es mutuo, cambiante en el tiempo y de
intensidad variada, en coincidencia con el impacto demográfico electoral que tiene el
distrito en el conjunto de las categorías electorales nacionales argentinas.
251
Provincia de Cordoba
RIO SECO
SOBREMONTE
252
#
#
#
# ##
#
#
#
#
#
#
#
#
#
CALAMUCHITA
CAPITAL
COLON
CRUZDEL EJE
GRAL.SAN MARTIN
ISCHILIN
JUAREZCELMAN
MARCOSJUAREZ
MINAS
POCHO
PRES. R. SAENZ PENA
PUNILLA
RIO CUARTO
RIOPRIMERO
RIOSEGUNDO
SANALBERTO
SAN JAVIER
SAN JUSTO
SANTA MARIA
TERCEROARRIBA
TOTORAL
TULUMBA
UNION
DEAN FUNES
CRUZDEL EJE
JESUS MARIA
VILLA C.PAZ
CORDOBA
ALTA GRACIA
V.DOLORES
RIO TERCERO
VILLA MARIA
BELL VILLE
RIO CUARTO
LABOULAYE
MARCOSJUAREZ
MORTEROS
GENERAL ROCA
Departamentos
N
Córdoba: Coaliciones Inestables y Volatilidad del Electorado
electoral del país por
cantidad de democrático en 1983 y hasta
995, las elecc incial fueron ganadas por la UCR. Este
artido ostent s votos en cada una de las elecciones de
obernador re 1995. En cambio, la elección de 1998
rodujo un qu vo provincial, ya que por
rim partido justicialista. En esta oportunidad
7% de los votos, superando
por nueve puntos porcentua
n ras arcado
bipartidismo ente
La provincia de Córdoba es actualmente el cuarto distrito
electores. Desde el comienzo del período
iones para el Poder Ejecutivo prov
ó valores cercanos al 50% de lo
alizadas en 1983, 1987, 1991 y
iebre significativo en la conducción del ejecuti
era vez obtuvo el triunfo una fórmula del
se invirtieron los guarismos y fue el PJ el que alcanzó el 49,
les al radicalismo.
go característico de todo el período democrático actual es el m
presente en la provincia, donde los dos partidos históricam
su
1
p
g
p
p
U
mayoritarios han alcanzado en conjunto valores cercanos -e incluso superiores- al 90%
de los votos positivos en las elecciones a gobernador. Esta situación se verifica aún en
eleccio
s de las dos principales fuerzas políticas
naciona
en todos los departamentos provinciales. Esta retracción fue tan importante que
nes en las que a nivel nacional han tenido importancia terceras fuerzas como el
Frepaso en 1995. Este bipartidismo claro en los resultados electorales esconde, sin
embargo, un escenario de acuerdos explícitos por los cuales numerosos partidos
políticos menores apoyan habitualmente las candidaturas justicialistas o radicales86. Es
importante señalar que justamente como resultado de estos acuerdos se produjo la
victoria de De la Sota en 1998, ya que sin el apoyo del Unión de Centro Democrático
que le aportó un 8,6% de los votos positivo y Acción para el Cambio que contribuyó
con un 7%, el Partido Justicialista habría obtenido menos votos que la UCR.
La distribución geográfica de los votante
les tiene un perfil diferenciado y marcadamente variable a través de los años.
Así, la UCR contó en 1995 con una adhesión alta y prácticamente homogénea en la
provincia, incluyendo las principales áreas urbanas, como la zona central de la ciudad
de Córdoba. Específicamente, las áreas con mayores porcentajes de votantes se
localizaron en el norte provincial. Por su parte, el PJ obtuvo porcentajes menores en casi
toda la provincia, con algunas concentraciones mayores en las zonas periféricas de
Córdoba capital y en los departamentos del oeste provincial. En la elección de 1998 no
sólo se modificó la conducción provincial sino que se transformó completamente la
implantación geográfica de los votos de los partidos mayoritarios. Por una parte, la
UCR disminuyó notablemente sus porcentajes de votos, perdiendo un importante caudal
86 Esta práctica es frecuente en la provincia en diversas categorías electorales, tanto provinciales como nacionales. Así , por ejemplo, los candidatos a diputados nacionales del justicialismo en el año 2001 fueron apoyados por algunos partidos nacionales y otros de carácter netamente local conformándose un núcleo diverso de adhesiones entre los partidos Acción por la República, Demócrata Cristiano, Demócrata Liberal, Unión Vecinal de Córdoba, Acción para el Cambio, Movimiento de Unidad Vecinalista, Acción Popular Nuevo Movimiento y Frente Federal de Córdoba.
253
prácticamente no pueden encontrarse áreas con predominio del partido. Por otro lado, el
justicialismo renovó su mapa con altos porcentajes en la totalidad de la provincia,
destacándose el fortalecimiento en la periferia de la ciudad de Córdoba y el
desplazamiento de las áreas con mayores porcentajes hacia el sudoeste provincial.
Figura 7.11: Córdoba. Transferencias Gobernador 1995-1998
PJ UCRCandidatos Gobernador 1998
0
400.000
600.000
800.000
1.000.000
200.000
Candidatos Gobernador 1995PJ UCR Otros
Provincia de CórdobaTransferencias Gobernador 1995 - 1998 (recepción)
1998
FUERZAS POLÍTICAS 1995 FUERZAS POLÍTICAS
VOTOS TOTAL PJ UCR Otros 625450 784439 152211
UCR 8%635489 100% 40% 52%PJ 9%785484 100% 43% 48%
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
Estos cambios en la conducción política y en la geografía electoral provincial
tienen su base en una notable transformación del comportamiento de los votantes
cordobeses. Según las estimaciones de transferencias electorales realizadas, el caudal
electoral de ambos partidos mayoritarios en 1998 está conformado de manera muy
similar. En la figura 7.11 puede observarse que aproximadamente el 50% de los votos e
cada partido corresponde a la retención de sus propios votantes de 1995, un parte algo
254
menor proviene de ex votantes de la fuerza opositora y otra mucho más reducida es el
resultado de los votos provenientes de fuerzas políticas menores.
Las transferencias cruzadas que se registran entre el PJ y la UCR muestran que
una gran parte de los votantes cordobeses, alrededor de 600.000 personas, tuvo un
comportamiento electoral altamente volátil entre dos comicios consecutivos, apoyando
en 1995 a una fuerza y en 1998 a su principal opositora.
En las elecciones del año 2003 el partido justicialista obtuvo nuevamente el
triunfo para la gobernación, renovando el mandato de J. De la Sota. La brecha entre
ambas fuerzas se amplió por el aumento de los votos del PJ, que llega al 52%, y la
disminución de la UCR, que sólo alcanza el 37% de los votos positivos. Aún en esta
situación, en la que podría pensarse que el comportamiento de los votantes fue más
estable, las estimaciones presentadas en la f o la UCR como
el PJ conform caudal elec par tos qu en p
del partido y en parte con votos proveniente fuerza o ora. S bargo, a
diferencia de lo ocurrido entre las ele
cruzadas entre el PJ y la UCR son menores ya que en este caso involucran alrededor de
400.000 electores (ver Figura 7.12 y mapa 7.6).
En ese sentido, se observa que la retención de votantes es mayor en ambas
fuerzas y especialmente más elevada en el justicialismo que en la UCR. Esto último
permite suponer que una parte importante de quienes habían optado por la candidatura
de Mestre en 1995 y que en 1998 apoyaron a De la Sota continuaron tras las filas del
justicialismo en el año 2003.
igura 7.12 muestran que tant
an su toral en te con vo e respond a las pro ias filas
s de la posit in em
cciones de 1995 y 1998, las transferencias
255
Figura 7.12: Córdoba. Transferencias electorales Gobernador 1998-2003
PJ UCR0
200.000
400.000
600.000
Fuerzas Políticas 2003
800.000Fuerzas Políticas 1998
PJ UCROtros
Provincia de CórdobaTransferencias Gobernador 1998 - 2003 (recepción)
FUERZAS POLÍTICAS
2003
FUERZAS POLÍTICAS 1998
VOTOS TOTAL PJ UCR Otros 785484 635489 158193
UCR 585042 100% 33% 57% 10% PJ 815527 100% 66% 29% 5%
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
Las características de las elecciones provinciales identificadas a través de los
portamiento particular del electorado cordobés, ya que
por un lado se verifica una tendencia clara hacia el bipartidismo y, por otro, una alta
volatilidad de los electores. Esta volatilidad s tan significativa que no se restringe a la
transform isma
elección entre categorías nacionales y provinciales. La comparación de las elecciones de
presidente y gobernador de 1995 arroja resultados reveladores ya que el
análisis anteriores indican un com
e
ación partidaria a través del tiempo sino que se verifica para una m
256
Los cálculos se realizaron ende la Provincia de Córdoba.
Gobernador
relación a los circuitos electorales
Departamentos
Votos (%)
0 - 7.57.5 - 10.510.5 - 13.213.2 - 15.915.9 - 19.219.2 - 23.423.4 - 36
Departamento Capital
N
PJ 2003 UCR 1998
0 40 80 Km 0 3 6 Km
UCR 2003 PJ 1998
Departamentos
Votos (%)
0 - 7.57.5 - 10.510.5 - 13.213.2 - 15.915.9 - 19.219.2 - 23.4
Departamento Capital
0 3 6 Km0 40 80 Km
23.4 - 36
Gobernador
ectorales
N
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos elde la Provincia de Córdoba.
comportamiento del electorado en una y otra instancia fue tan diferenciado que
conformó contextos políticos totalmente opuestos.
Mapa 7.6: Córdoba. Implantación geográfica del voto a gobernador recibido por el PJ y la UCR 2003 desde el PJ y la UCR 1998.
Fuente: Elabor propia en base a dato provinciales
na primera observación sobr nce de los candidatos presidenciales
de 1995 m
pronta
peronista del candidato Johnson, ya que sus votantes provienen casi en su totalidad de
ación s Ministerio del Interior y autoridades electorales
e la performaU
uestra tres partidos en competencia con un claro predominio del PJ, con el
44% de los votos positivos, seguido por la UCR (27%) y el Frepaso (21%). Este
escenario contrasta con el que se produjo en la elección de gobernador donde la UCR
obtuvo el 47% de los votos, el PJ el 40% y el Frepaso prácticamente desapareció al
alcanzar un escaso 5%. La inversión de los roles partidarios entre ambas categorías tiene
su explicación en el comportamiento adoptado por los votantes que apoyaron al Frepaso
en la elección presidencial y también de quienes optaron por C. Menem, ya que la
fórmula encabezada por Johnson en la provincia obtuvo menos votos que su par
nacional. Con las estimaciones de transferencias es posible deducir la im
257
esas filas partidarias. En cambio, el apoyo recibido por Mestre se conforma en gran
a nivel nacional y también, en menor
medida, por votantes del justicialismo nacional que cambiaron su voto hacia el
radicalismo provincial.
A diferencia de otros contextos provinciales descriptos anteriormente, la UCR
retiene una importante cantidad de votos entre ambas elecciones, ya que prácticamente
la totalidad de sus votantes a nivel nacional se inclinaron por la fórmula partidaria del
radicalismo para el ejecutivo provincial. Por su parte, el PJ tiene un comportamiento
similar a lo visto en otras elecciones, ya que etiene una parte de sus votantes, aunque
otra se moviliza hacia la UCR. Como se me teriormente, la pésima elección
realizada por el Frepaso a nivel provincial implicó una altísima volatilidad de sus
s
na situación inversa a la anterior se verifica al trabajar con la elección del
ejecutiv
parte por los votantes de la UCR y el Frepaso
r
ncionara an
eguidores hacia la UCR.
U
o provincial de 1998 y la de presidente de 1999. Aunque desplazadas en el
tiempo, y realizando una lectura que va desde la elección presidencial hacia la categoría
provincial, la comparación de estas elecciones resulta interesante debido a que en esa
época se produjeron cambios significativos en el escenario político provincial.
En la elección del ejecutivo nacional la concentración de votos entre la Alianza
(47% de los votos positivos) y el PJ (40%) alcanzó casi el 90% de los votos positivos y,
consecuentemente, APR (en ese momento la tercera fuerza de nivel nacional) logró un
escaso 10%. Esta polarización del electorado fue similar a la observada en la elección
de gobernador de 1998, aunque con una inversión de los resultados para los partidos
mayoritarios. En la categoría provincial la retracción de la tercera fuerza fue aún más
marcada ya que en ella APR tuvo resultados electorales realmente magros, logrando
258
cerca del 5% de los votos positivos, es decir, la mitad de los votos obtenidos en la
elección presidencial.
La diferente performance de APR entre ambas categorías lleva a considerar si
los votantes de dicha fuerza habrán constituido una parte fundamental en la inversión de
las posiciones de los partidos principales, es decir, si habrán contribuido al triunfo del
peronismo en la gobernación. Esta hipótesis se refuerza si se tiene en cuenta que el
candidato a gobernador de APR, el ex juez Guillermo Johnson, había encabezado la
fórmula del justicialismo en 1995. Nuevamente las estimaciones de transferencias
permiten reconocer votos cruzados entre el PJ y la UCR y muestran que los votantes de
APR no han tenido una actitud unívoca en la elección de gobernador ya que han
compu
1998 no
pudo c
ntre los dos principales partidos tradicionales (ver Tablas 7.3 y
7.4).
esto casi en partes iguales a los dos partidos mayoritarios
Las transferencias cruzadas en esta ocasión tienen un significado especial si se
considera que Mestre, el candidato del Radicalismo (que se negó en ese momento a
conformar la Alianza), se presentaba a la reelección y es quien había concentrado los
votos radicales y frepasistas en 1995. Esto significa que en su presentación de
onseguir el apoyo de la nueva coalición que en otros distritos ya se había
formado en las legislativas de 1997 y que a nivel nacional acababa de concretarse con
miras a las presidenciales de 1999. Resulta indudable que ambas situaciones se expresan
claramente en la pérdida de una importante cantidad de votos potenciales por parte de la
candidatura Mestre que luego se unificarían en la Alianza presidencial, los cuales en
términos generales optaron en 1998 por el justicialismo.
Como se mencionara anteriormente, la elección presidencial del año 2003
constituyó un escenario altamente fragmentado, en tanto que la elección del ejecutivo
provincial se polarizó e
259
En primera instancia puede mencionarse que la sumatoria de los votos de los tres
candidatos justicialistas supera ampliamente lo obtenido por De la Sota en la provincia,
por lo que es esperable que se haya producido alguna transferencia de votos desde
alguno o algunos de los candidatos peronistas hacia la UCR.
Tabla 7.3: Córdoba. Porcentaje de votos Gobernador 2003 Categoría Gobernador – 2003
Fuerza Política % de Votos PJ 51,86
UCR 37,20 Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior
Principales candidatos Tabla 7.4: Córdoba. Porcentaje de votos Gobernador 2003,
Categoría Presidente – 2003 Candidato % de Votos
Menem 28,42 López Murphy 21,61 Rodríguez Saá 19,23
Carrió 11,22 Kirchner 10,81
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior
Si se observa la figura 7.13 se puede notar que, aún cuando todos los candidatos
presidenciales de extracción peronista han transferido votos hacia las dos fuerzas
mayoritarias provinciales, su comportamiento es diferenciado. En efecto, los votantes de
Menem y Kirchner apoyaron mayoritariamente al candidato justicialista en la provincia
y sólo unos pocos se volcaron muy tangencialmente hacia Néstor Aguad. Una estructura
diferente muestran los votantes de Rodríguez Saá, que se dividieron en dos grandes
grupos, uno que se inclinó en mayor medida por apoyar a De la Sota y otro, bastante
menor, que apoyó a Aguad.
Los votantes de los otros dos candidatos presidenciales, Carrió y L. Murphy, se
inclinaron mayoritariamente por la UCR provincial. También se puede mencionar que
260
en el caso de los votantes de RECREAR, una parte minoritaria se dirigió hacia el
justicialismo, apoyando a De la Sota.
Los aportes recibidos por los dos principales candidatos a gobernador
constituyen Sota es un
candidato totalmente pero tiene a un abanico de tendencias ideológicas
muy diversas que van desde las posiciones má ervadoras representadas por L.
Murphy o las populista de R. Saá, hasta las más progresistas de Carrió.
Figura 7.13: Córdoba te-Gobernador 2003
dos estructuras diferenciadas de votantes: mientras que De la
nista, Aguad con
s cons
. Transferencias Presiden
Provincia de C
Transferencias Presidente 2003 - Gobernador 2003 (recepción)
órdoba
Candidatos Presidente 2003MenemKirchnerRodríguez Saá
Otros
400.000
600.000
800.000
1.000.000
CarrióLópez Murphy
De la Sota AguadCandidatos Gobernador 2003
0
200.000
CANDIDATOS CANDIDATOS A PRESIDENTE 2003
2003 VOTOS TOTAL Murphy Sáa Kirchner Lopez Carrió Menem Rodríguez Otros
180026 360764 187702 473177 320886 49400Aguad 584738 100% 1% 55% 18% 2% 18% 6%
Sota 815125 100% 20% 2% 0% 55% 22% 1% De laOtros 172092 100% 9% 14% 48% 7% 21% 2%
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
261
departamentos
limítrofes de San Luis. Por último los votos de Kirchner tienen una implantación
netamente pampeana.
Por su parte, la configuración espacial de los votos de Aguad se organiza en base
a los aportes recibidos por L. Murphy, concentrados en el centro de la provincia,
especialmente en las principales zonas urbanas. Rodríguez Saá y Carrió también
contribuyen al caudal de votos de Aguad en áreas claramente diferenciadas, el primero
se concentra en los departamentos limítrofes de San Luis y la segunda en la ciudad de
Córdoba.
En forma resumida, la característica principal de la provincia es el importante
nivel de transferencias cruzadas que se produce entre las distintas fuerzas políticas.
Esto se verifica tanto en el plano temporal de las transferencias entre elecciones de
Gobernador, como entre diferentes categorías de una misma fecha electoral o en fechas
próximas (split voting).
rande d m p de ele s
cord cul l lto eles olat qu pro en s
principales partidos. A su vez, oscurece ién am en strib n
geográfica del apoyo partidario que podrían estar ligados a posibles transformaciones de
La distribución geográfica de las transferencias también muestra un perfil
diferenciado. Ciertamente, la mayor parte de los votos obtenidos por De la Sota
proviene de los votantes de Menem que se concentran en el norte de la provincia, en los
departamentos de marcada tradición peronista. En tanto, el núcleo de votantes de
Rodríguez Saá se encuentra en el sudoeste de la provincia, en los
A g s rasgos, la persistencia e un for ato bi artidista las ccione
obesas o ta no só o los a s niv de v ilidad e se ducen tre lo
tamb los c bios la di ució
los escenarios políticos subprovinciales de origen municipal. Por otro lado, la mayor
fragmentación del escenario político nacional parece expresarse al interior del
262
comportamiento del electorado en las elecciones para gobernador por medio de un
constante realineamiento partidario.
Como resultado de ello, en el período estudiado no se verifica ningún tipo de
impacto significativo en la performance de cualquiera de ambas categorías de
elecciones por efecto de la otra. Consecuentemente el electorado cordobés presenta
como rasgo estructural su tendencia a discernir entre diferentes categorías electorales y
a comportarse diferencialmente en la arena provincial y en la nacional.
263
264
#
##
#
#
##
##
#
#
#
#
Belgrano
Caseros
Castellanos
Constitucion
Garay
GeneralLopez
GeneralObligado
Iriondo
La Capital
LasColonias
9 de Julio
Rosario
San Cristobal San Javier
San Jeronimo
San Justo
SanLorenzo
San Martin
Vera RECONQUISTA
CERESCALCHAQUI
SAN JAVIER
SANTA FE
SAN LORENZOCAÑADA DE GOMEZ
ROSARIOCASILDA
VILLACONSTITUCION
VENADO TUERTO
RAFAELA
ESPERANZA
N
La provincia de Santa Fe es el tercer distrito nacional por el tamaño de su padrón
electoral y es la primera de las estudiadas que no ha tenido alternancia en la conducción
política debido a la presencia de un partido predominante.
justicialismo, que triunf
el 40% de los votos positivos y que se fuer
últimas elecciones la mitad de elecciones
realizadas en 1995 el justicialism rgen de votos
triunfó con el
8% de las adhesiones
obernación tras cada elec anera
significativa ismo, dada
Provincia de Santa FeDepartamentos
Santa Fe: Regionalización del voto y compresión partidaria
Desde 1983 y hasta la actualidad la gobernación provincial ha estado a cargo del
ó en todas las elecciones con porcentajes que siempre superaron
on incrementando hasta sobrepasar en las dos
los votos provinciales. Específicamente, en las
o obtuvo la victoria por un escaso ma
amplió notablemente la brecha en 1999 donde
contra el 41% de la Alianza Santafesina. Si bien el PJ renovó la
ción, en el año 2003 redujo su caudal electoral de m
y sólo alcanzó el 43% de los votos positivos. Asim
(tres puntos porcentuales) y
5
g
preeminencia política del justicialismo y las reglas electorales vigentes, la legislatura
rovincial ha estado también históricamente dominada por el bloque del PJ.
Por otra parte, se reconoce la existencia de partidos provinciales con identidad
ertemente local como el Partido Socialista, quien en alianza con la UCR se ha
onvertido en segunda fuerza en 2003, o el Partido Demócrata Progresista de vieja
igambre provincial.
A este diagnóstico, sin embargo, hay que agregarle un ingrediente que no tiene
n significado menor a la hora de comprender diversos procesos políticos provinciales:
existencia de la ley de lemas en las elecciones provinciales. En efecto, la presencia
el doble voto simultáneo acumulativo (DVSA) en una elección tiende a disminuir la
ompetencia efectiva, dado que incentiva a las fuerzas menores a integrarse a alguno de
los gra
n una mayor fragmentación
partidar
.
p
fu
c
ra
u
la
d
c
ndes lemas para no licuar sus votos en la arena general y aspirar a bancas
legislativas. Por ello, sería esperable que una elección ejecutiva que se realizara sin la
ley de lemas generase pautas competitivas diferentes, co
ia.
A través de los resultados electorales de los comicios realizados entre 1995 y
2003 es posible visualizar que no existe una tercera fuerza política, de carácter nacional
o provincial, que haya ido creciendo a medida que los dos principales partidos perdían
votos. En efecto, el Frepaso no tuvo ninguna relevancia en la elección provincial de
1995, ya que obtuvo menos del 1% del apoyo y el Partido Demócrata Progresista sólo
alcanzó el 2% de los votos en el 2003. Este comportamiento del electorado en las
elecciones provinciales resulta llamativo debido a que difiere sustantivamente del
observado a nivel nacional. Así, por ejemplo, la ruptura del bipartidismo que implicó la
presencia del Frepaso en la elección presidencial de 1995, en la que obtuvo un 37% de
los votos del distrito, se desdibujó completamente en la elección a gobernador
265
El crecimiento de la Alianza Santafesina y el PJ en el nivel provincial y el
debilitamiento del Frepaso se comprenden al considerar cómo se transfirieron los votos
desde la categoría presidencial a la de gobernador. Las estimaciones realizadas muestran
que mientras el PJ y la UCR mantuvieron sus votantes a nivel provincial, lo cual
equivale a afirmar que no han existido transferencias cruzadas entre los partidos, el
Frepaso generó una transferencia de votos dirigida especialmente a la UCR y de manera
secundaria al PJ (ver figura 7.14). Podría afirmarse que ese pequeño margen de votantes
del Frepaso nacional (alrededor de 60.000 personas) que dirigieron su voto hacia la
candidatura del justicialista Obeid en la gobernación fueron, en definitiva, los que
sellaron el triunfo del peronismo en la provincia dado que fue aproximadamente esa
cifra de votos la que diferenció al ganador del segundo.
Figura 7.14: Santa Fe. Transferencias Presidente – Gobernador 1995
PJ Alianza Santafesina
Provincia de Santa FeTransferencias Presidente 1995 - Gobernador 1995 (recepción)
Fuerzas Políticas Gobernador 1995
0
200.000
400.000
800.000Candidatos Presidente 1995
PJ UCR Frepaso
600.000
FUG
FUERZAS POLÍTICAS PRESIDENTE 1995 ERZAS POLÍTICAS obernador 1995 PJ UCR Frepaso
VOTOS TOTAL 724538 193661 581834PJ 771750 100% 92% 0% 8%Alianza Santafesina 720058 100% 0% 27% 73%
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
266
Este esquema se reitera cuando se analiza lo sucedido con APR en la elección de
1999 ya que una parte significativa de sus votantes en la categoría presidencial (82%)
apoyaron la candidatura del justicialista C. Reutemann a gobernador, aunque también
una parte dirigió su voto hacia la Alianza (18%). En esta oportunidad, sin embargo,
fueron las transferencias desde la Alianza en la categoría nacional hacia el PJ en la
elección de gobernador las que definieron al ganador. El caudal de sufragios recibidos
por Reutemann desde la Alianza representa la cuarta parte de total de votos del
candidato peronista.
La compresión del sistema provincial observado en las distintas elecciones y
ligado origen
estratégico opuesto en el caso de los dos partidos tradicionales. En efecto, es probable
que el PJ haya promovido inicialmente la adopción de la ley de lemas para evitar una
fragmentación del partido. Por su parte, es posible que el fin de la UCR bajo estas reglas
haya sido impedir el crecimiento de terceras fuerzas en forma independiente,
promoviendo una coalición bajo hegemonía radical. Consecuentemente, con el paso del
tiempo y ya dentro del período estudiado, la compresión del sistema de partidos a nivel
provincial mantuvo inalterado el aparente bipartidismo santafesino, cuyo carácter virtual
parece expresarse libremente en el comportamiento del electorado en la arena nacional.
Luego de una mirada sumaria de los resultados electorales de las últimas tres
elecciones provinciales, puede decirse que la provincia cuenta con un esquema bipolar
(puesto que en un caso siempre se trata de partidos que conforman una alianza electoral)
que por los emb es causados e confl aren l y
cuyas terceras fuerzas tampoco p n alt s relac de fue vigentes
votos e
fundamentalmente a la existencia de la ley de lemas, parece tener un
no o parece amenazad at n la ictiva a naciona
erecería erar la iones rzas .
Por su parte, la provincia se destaca por la existencia de un gran número de
n blanco cuya tendencia ha sido creciente a lo largo de los años, llegando en la
267
última elección al 15% de los votantes. Dado este comportamiento particular en el
distrito cabe indagar acerca de los motivos que inclinan a los votantes hacia las opciones
negativas al momento de elegir gobernador.
La implantación geográfica del voto puede acercar algunos indicios acerca del
comportamiento del electorado de las principales opciones partidarias a lo largo del
período 1995-2003. Puede decirse que, a excepción de las opciones negativas como el
voto bl
Rosario
anco y nulo, las vertientes ideológico-partidarias tienen áreas de predominio
diferenciadas. Esto es especialmente notable en las dos principales áreas urbanas de la
provincia, las ciudades de Rosario y Santa Fe.
Por ejemplo, las áreas donde el PJ alcanza los mayores porcentajes a lo largo de
los años bajo observación corresponden al norte provincial. En cuanto a las áreas
urbanas es notable la diferencia entre la capital provincial y Rosario, donde los valores
son marcadamente más bajos y con localización periférica.
La distribución geográfica del voto de la Alianza Santafesina (la UCR, el PSP y
en algunas elecciones el PDP) en 1995 muestra sus valores más altos en el sur
provincial, especialmente un marcado predominio en la zona central de la ciudad de
. Esta ciudad se mantiene como bastión en la elección a gobernador en 1999, ya
que en el resto de la provincia los valores son mucho más bajos y generalmente menores
que los del Partido Justicialista. La elección del 2003 muestra una continuidad del
patrón de 1999, ya que, salvo en el caso de Rosario, no hay áreas claras donde Binner
(candidato socialista con apoyo radical) tenga una clara primacía.
En cuanto al voto en blanco puede observarse que su distribución en el territorio
provincial a lo largo de los años bajo estudio es relativamente pareja, es decir, no
pueden indicarse áreas donde el voto negativo sea una opción explícita.
268
En síntesis, a través de la distribución territorial del voto es posible reconocer un
comportamiento altamente dispar en los dos principales aglomerados poblacionales de
la prov
el grado de adhesión del electorado que
produc
un grupo de electores que
modifiq
etención del sufragio
justicia
afesina, pero en
menor
incia (La Capital y Rosario). En efecto, como se mencionó anteriormente, la
región norte, con centro en la capital de la provincia, presenta una fuerte tendencia
peronista que se ha mantenido prácticamente inmóvil a lo largo de los años; en tanto, la
región sur, con centro en Rosario, demuestra un comportamiento favorable a la UCR y
al socialismo.
Ahora bien, la distribución geográfica y
e una estructura política bipolar en la provincia se sustentan en una particular
organización institucional (ley de lemas) y en un comportamiento particular de los
votantes que parecería privilegiar la continuidad más que la volatilidad entre opciones
políticas. En este contexto, sin embargo, la presencia de
ue su decisión entre dos elecciones podría haber provocado una variación
significativa en la conducción provincial. Así, por ejemplo, en las elecciones a
gobernador de 1995 se presentaron como principales contendientes el Partido
Justicialista y la Alianza Santafesina, fruto esta última de la coalición de la UCR, el
Partido Socialista y el Partido Demócrata Progresista, entre otros. Los mismos actores
protagonizaron la competencia provincial de 1999, pero con la diferencia de que el
Justicialismo realizó una mejor elección en detrimento de la Alianza. La composición
de votos del candidato peronista se basó fundamentalmente en la r
lista de 1995 aunque es destacable mencionar que un 18% de los votos obtenidos
por Reutemann provienen de ex votantes de la Alianza Santafesina. Esta situación de
transferencia cruzada se registra también en el caso de la Alianza Sant
medida, ya que del total de votos obtenidos sólo un 4% proviene de ex votantes
del PJ.
269
Es decir que si bien en ambos partidos se observa fundamentalmente una
retención de votos entre las dos elecciones (81% en el caso del PJ y 83% en el de la
Alianza Santafecina), también hay una masa de votos volátiles que de acuerdo a dónde
dirijan su opción electoral definen el ganador de la contienda, ya que si la Alianza no
hubiese transferido votos al PJ la victoria hubiese sido suya.
La elección a gobernador en el año 2003, si bien mantuvo un patrón de
competencia bipolar, muestra algunas diferencias que responden a los bruscos cambios
acaecidos en el orden nacional. Concretamente, el Partido Socialista, si bien recibió el
apoyo de gran parte del radicalismo de la provincia e inicialmente de figuras nacionales
como Elisa Carrió, se presentó sin conformar alianzas formales. No obstante, la
distribución interna de candidaturas en todos los niveles sí refleja la presencia de la
estructura radical dentro del Lema Socialista87.
Asimismo, dentro de la variedad de sublemas justicialistas, el PJ presentó dos
candidatos a gobernador muy fuertes que respondían a diferentes facciones de la interna
peronista. Concretamente, Alberto Hammerly contaba con el apoyo del hasta entonces
gobernador Carlos Reutemann, mientras que Jorge Obeid estaba respaldado por el
presidente Kirchner, entonces enfrentado con el gobernador santafesino. La elección
general reflejó esta interna justicialista, fragmentando el voto del Lema, lo que provocó
que el candidato Binner fuese el que logró obtener la mayor cantidad de votos del
distrito. No obstante, reglas acumulativas mediante, Obeid (del sublema peronista más
votado) culminó siendo el gobernador electo, en última instancia gracias a los votos
aportados por el “delfín” de Reutemann.
ar sólo algunos ejemplos de militantes radicales que participaron de las listas de diputados
provinciales del lema socialista y de los lugares que ocuparon en ellas cabe mencionar a Santiago Mascheroni (candidato 2), Juan Carlos Millet (8), Monica Alcira Tomei (9). También provienen de las
87 Por cit
filas del radicalismo Alberto Beccani y Alicia Tate, diputados nacionales electos por el lema socialista (Página web oficial de la UCR de la provincia de Santa Fe y Boletas oficializadas).
270
Entre las elecciones de 1999 y 2003 las transferencias cruzadas son menores. La
figura 7.15 muestra la estimación de transferencias entre esas elecciones y allí se
observa que el PJ prácticamente no recibe votos provenientes de otras fuerzas, por lo
que su
ectorales Gobernador 1999-2003
composición es en un 98% de origen peronista. Esta composición puramente
peronista no se observa en el plano nacional, ni siquiera con Menem, el candidato
peronista más puro desde el punto de vista de su composición del voto, ya que del total
de votos obtenidos por este candidato, el 10% de sus votos provino de la Alianza en
1999.
Figura 7.15: Santa Fe. Transferencias el
PJ0
200.000
400.000
PS En blanco
600.000
800.000Fuerzas Políticas 1999
AlianzaPJ
En blanco
Provincia de Santa FeTransferencias Gobernador 1999 - 2003 (recepción)
Fuerzas Políticas 2003
Gobernador 2003
FUERZAS POLÍTICAS FUERZAS POLÍTICAS, Gobernador 1999 PJ Alianza En blanco
VOTOS TOTAL 923698 664605 97138 PJ 701579 100% 98% 1% 1% PS 619615 100% 10% 84% 6% En blanco 239045 100% 46% 34% 21%
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
271
En tanto, el Partido Socialista, si bien mantiene una gran cantidad de votos
provenientes de la Alianza en 1999, también recibe votos del PJ, los cuales representan
el 10% del total obtenido. Es interesante destacar en este punto que la composición del
voto socialista es similar al del ARI a nivel nacional, aunque Carrió obtuvo una menor
cantidad de votos provenientes del PJ (4% recibe el ARI contra el 10% de PS)
ada
con el apoyo “transversal”88 que le brindó el presidente Kirchner, quien además
respaldaba dentro de su partido al candidato Obeid.
La composición del voto en blanco es diversa ya que su caudal proviene en un
46% de ex votantes al PJ, en un 34% de la Alianza y sólo en un 21% de votos blancos.
Esta variedad en el origen del voto blanco hace pensar en que se trata de un grupo de
votantes sin una identidad política clara. Esto podría estar en concordancia con una
práctica habitual en los escrutinios de mesa provinciales, en los que los votos en blanco
son contabilizados para resolver desajustes en la sumarización de los votos entre
columnas (distintas categorías electorales)89. Esta idea se refuerza al considerar la
distribución geográfica de los aportes de cada una de las fuerzas políticas de 1999 al
voto en blanco del año 2003 ya que estos están distribuidos de manera bastante
homogénea a lo largo de la provincia.
N ación de la elecciones
pr 03 jun not m que arrojaron los resultados
el rales (ver Tabla 7.5), en se arad la e n de gob dor en
e
Esta transferencia desde el PJ hacia el candidato Binner podría estar relacion
uevamente la atomiz oferta partidaria registrada en las
esidenciales de 20 to con la able frag entación
ecto no pued r equip as con lecció erna
se mismo año.
88 Si bienpropio B
89 Técnicamente conocidos como incidencias.
no hubo un apoyo explícito hacia el candidato socialista por parte del Presidente Kirchner, el inner mencionó en diversos actos el aval el kirchnerismo e incluso estuvo acompañado por varios
peronistas de esa línea como el candidato a intendente de Santa Fe, Erwin Zwiener. (esta información se difundió a través de diversos medios de comunicación como Rosario/12 del 27/8/2003)
272
Tabla 7.5: Santa Fe. Porcentaje de votos Presidente 2003, Principales candidatos
Categoría Presidente – 2003 Candidato % de Votos
Menem 25,26 Carrió 25,16
López Murphy 17,33 Kirchner 16,11
Rodríguez Saá 8,5 Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior
antes de Carlos Menem, proporción que se
Además, dado que la suma de los porcentajes de voto obtenidos por los tres
candidatos de origen peronista en la elección presidencial alcanza casi el 50% -valor
bastante más elevado que el obtenido por el candidato justicialista en la elección de
gobernador- resulta importante identificar el destino de esta pérdida de votos a través de
las transferencias electorales entre ambas categorías.
Puede decirse que, según las estimaciones de transferencias, la composición del
voto del Lema justicialista es 100% peronista (ver figura 7.16). Esto significa que gran
parte de los votantes de Menem, Kirchner y Rodríguez Saá se inclinaron por apoyar al
mismo partido en la elección provincial. Concretamente, algo más de la mitad de los
votos obtenidos por Obeid proviene de vot
reduce a un tercio en el caso de los votantes de Kirchner y algo más de un 10% en los de
Rodríguez Saá.
273
Figura 7.16: Santa Fe. Transferencias Presidente-Gobernador 2003
Provincia de SantaTransferencias Presidente 2003 - Gobernador 2003 (recepción)
Fe
0
100.000
200.000
300.000
600.0
700.000Candidatos Presidente 2003Menem
400.000
500.000
00 KirchnerRodríguez SaáCarrióLópez Murphy
Lema Justicialista Lema Socialista En blancoFuerzas Políticas Gobernador 2003
CANDIDATOS Gobernador
2003
CANDIDATOS A PRESIDENTE 2003
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
Por su parte, sólo un bajo porcentaje de votantes a Kirchner y a Rodríguez Saá
se inclinaron en la elección de gobernador por el Lema Socialista, constituyéndose
como una parte marginal del total de votos obtenidos por el PS. En efecto, los electores
de Binner han sido en primer lugar quienes votaron a Carrió, que apoyó públicamente la
candidatura de Binner, y en menor medida quienes votaron a López Murphy.
Asimismo, como puede observarse claramente en la figura 7.16, una vez más el
voto blanco tuvo su origen en proporciones similares para la totalidad de las opciones
Kirchner Murphy Carrio Menem Sáa Otros Lopez Rodríguez
VOTOS TOTAL 269677 290466 422124 423537 144898 59887 Obeid 700524 100% 27% 0% 0% 53% 13% 7% Binner 618984 100% 5% 34% 56% 0% 4% 0% Otros 52459 100% 0% 53% 43% 4% 0% 0%
En blanco 238440 100% 20% 21% 23% 21% 13% 4%
274
CARRIÓ 2003BINNER 2003
Lode
s cálculos se realizaron en relación a los circuitos electorales la Provincia de Santa Fe.
N
Rosario
Santa Fe
0 20 40 Km
0 4 Km
0 4Km
Votos (% de totales)
Departamentos
0 - 5.85.8 - 10.210.2 - 14.514.5 - 1919 - 24.424.4 - 31.731.7 - 41
0 4Km
0 4 Km
0 20 40 Km
Santa Fe
Rosario
N
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos electoralesde la Provincia de Santa Fe.
LOPEZ MURPHY 2003BINNER 2003
Votos (% de totales)
Departamentos
0 - 5.85.8 - 10.210.2 - 14.514.5 - 1919 - 24.424.4 - 31.731.7 - 41
presiden upo de
quienes votaron en blanco.
Mapa 7.7: Santa Fe. Implantación geográfica del voto a gobernador recibido por el Lema Socialista 2003 desde los candidatos presidenciales Carrió y L. Murphy 2003.
ción prop en base I e p es
En l nte t n g áfica s tr en recibidas por Obeid, se
observa un patrón similar en los tres candidatos presidenciales de origen peronista, con
na intensidad mayor en el caso de C. Menem, menor en Kirchner y mucho más baja en
R. Saá.
La implantación geográfica del voto del candidato Binner muestra características
muy diferenciadas. Su implantación es mayor donde se concentran los votantes de
Carrió, especialmente en el sur provincial y las grandes concentraciones urbanas,
Rosario y Santa Fe, mientras que la contribución de los votantes de L. Murphy se
concentra en el centro provincial, donde RECREAR tuvo su mayor caudal de votos (ver
figura 7.7).
ciales, es decir, no es posible identificar alguna tendencia clara en el gr
Fuente: Elabora ia a datos Ministerio del nterior y autoridad s electorales rovincial
o refere a la dis ribució eogr de la ansfer cias
u
275
En síntesis el caso de la provincia de Santa Fe es un arquetipo del impacto que
pueden producir los incentivos electorales (institucionales) sobre el número de partidos
ial por la ley de lemas se puede verificar claramente si se la compara con lo que
regularmente sucede en la fragmentada y atípica –respecto a al media – arena nacional.
Pero esta marcada diferencia no produce en cambio marcados transformaciones de
filiación de voto ni entre elecciones ni entre categorías y cuando esto se produce es el
resultado del reagrupamiento en una sola dirección, sea el de la Alianza Santafesina en
1995 o el del PJ en 1999. El substrato entonces de este comportamiento es una marcada
y estable regionalización subprovincial y especialización urbana e intraurbana de la
implantación geográfica del apoyo partidario.
y el perfil de la competencia partidaria. En efecto, la compresión provocada en la arena
provinc
276
Ciudad Autonoma de Buenos AiresCircunscripciones Electorales
28
27
2625
24
23
22
21
201918
15
14
12
119
8
7
65
432
1
17
16
1310
277
N
La CiuEstabilidad Política del Electorado
La Ciudad de Buenos Aires constituye una unidad de gran importancia en el
plano nacional debido a su relevancia política por su condición de asiento de las
autoridades nacionales y por el gran tamaño de su electorado, el cual asciende a casi 3
millones de ciudadanos y la ubica actualmente como el segundo distrito electoral del
país.
Al abordar su historia política, es factible reconocer algunas tradiciones, dentro
de las cuales sobresale la de ser un distrito en donde el peronismo nunca cosechó
grandes adhesiones. Esta tendencia no se vio alterada a partir del momento en que los
porteños contaron con la posibilidad de elegir a su Jefe de Gobierno90, sucediéndose
mandatarios ajenos al PJ en el Ejecutivo local.
dad Autónoma de Buenos Aires: Transformación Partidaria Permanente y
90 La primera elección del ejecutivo porteño tuvo lugar en 1996 como consecuencia de la modificación del status jurídico de la Ciudad en la Constitución Nacional de 1994 en la que se le otorga el carácter de
En contraste, la UCR logró la primer Jefatura de Gobierno, a cargo del
posteriorme Rúa, y los dos mandatos posteriores fueron
ejercidos por Aníbal Ibarra, quien surgió a la arena política como uno de los líderes del
Frepaso porteño.
n lo que respecta al ámbito legislativo local, la Legislatura porteña se ha
caracterizado desde su creación en 1996 por la heterogeneidad de bloques existentes.
Esta realidad está vinculada no sólo a los cambios realizados por los mismos
legisladores, sino también a que pequeños partidos de izquierda, como Izquierda Unida
o el Partido Humanista, y otros locales como el Partido de Jubilados y Juventud o el
Partido e la Ciudad, han obtenido bancas en más de una elección. Por lo tanto, como
continuidades políticas pueden reconocerse en la Ciudad una baja performance electoral
del PJ, grandes adhesiones al radicalismo y el Frepaso y la presencia de pequeños
partidos de diverso origen en la labor legislativa.
n cuanto a la distribución geográfica del voto, es posible reconocer en la ciudad
zonas d
de los votos positivos y superó por trece puntos al frepasista La Porta. El
peronis
nte presidente Fernando de la
E
d
E
e mayor implantación geográfica para cada tendencia política habida cuenta la
dificultad para identificarlas desde el punto de vista del rótulo partidario a lo largo de
todo el período bajo estudio
En la elección de 1996 se produjo una clara victoria de la UCR que alcanzó el
40%
mo obtuvo el tercer lugar (19% de los votos positivos) con la candidatura de
Domínguez y en cuarto lugar se posicionó Nueva Dirigencia que logró alrededor del
13% de los votos (situación que se invirtió en la elección simultánea para constituyentes
de la ciudad). Esta última es una fuerza local que surgió en esa elección y que puede
Ciudad autónoma. Con anterioridad a ese momento, la autoridad máxima del ejecutivo local era el Intendente designado pro el Presidente de la Nación. Sin embargo, en la ciudad de Buenos Aires se desarrollaron desde 1983 diversos comicioes para cargos nacionales y también locales, como los concejales que integraban el Concejo Deliberante.
278
conside
lantación más fuerte en zona centro y oeste de la Ciudad. Con un
patrón
oyada también por la UCeDé y dos
partido
o por la Ciudad, encabezada por el titular de Acción por la
Repúbl
geográfica de los votos presenta un predominio para Ibarra en las zonas centro y oeste
zona
rarse como neoperonista ya que su líder, Gustavo Béliz, se perfilaba en ese
momento como un claro disidente menemista. La distribución geográfica de los
votantes de cada una de estas fuerzas está claramente regionalizada. Así, la UCR
presenta una imp
similar se distribuye el Frepaso, aunque con menor intensidad. En tanto, el PJ se
muestra más fuerte en la zona sur y norte de la Ciudad, al igual que Nueva Dirigencia,
aunque esta última tiene mayor preponderancia en el norte.
Estos partidos políticos se reorganizaron mediante alianzas formales para la
elección del año 2000 y produjeron un escenario de virtual bipartidismo entre las
candidaturas de la Alianza UCR-Frepaso y Encuentro por la Ciudad.
Así, en la elección de 2000 triunfó por una amplia mayoría la Alianza que llevó
al frepasista Aníbal Ibarra como candidato a Jefe de Gobierno, obteniendo el 49% de los
votos positivos. La candidatura de Ibarra fue ap
s locales – Movimiento de Generación Intermedia y el Partido de Jubilados y
Juventud – el primero liderado por un dirigente de origen radical, y el segundo por uno
de origen peronista.
La coalición Encuentr
ica (Domingo Cavallo), por Gustavo Béliz y por sectores del PJ porteño logró el
segundo lugar con el 33% de los votos positivos. Pese a que la Constitución de la
Ciudad prescribía un ballottage en caso de no llegar ninguna fórmula al 50%, la amplia
diferencia entre los dos primeros candidatos, junto a los más de 49 puntos obtenidos por
la Alianza, llevaron a Cavallo a renunciar a la segunda vuelta.
De manera congruente con las alianzas formadas por los partidos, la distribución
de la Ciudad, es decir, un patrón similar al de la UCR y el Frepaso en 1996 y una
279
de preeminencia de Cavallo, en el norte de la ciudad, recordando la distribución que
caracterizó a Nueva Dirigencia cuatro años antes.
La Alianza se encontraba en un momento de alta popularidad luego del triunfo
presidencial obtenido en 1999. El escenario político de ambas elecciones fue
llamativamente similar para esta agrupación política que había obtenido más de la mitad
de los votos del comicio presidencial de la ciudad de Buenos Aires (54%), en cambio, el
PJ y APR lucharon en forma pareja por el segundo lugar y obtuvieron 18% y 16%
respect
e la Rúa–Álvarez
en la el
de lo obtenido por Encuentro por la Ciudad y sólo el 8% de lo
cosecha
rupos de electores con
tendenc
ivamente.
Tal como puede advertirse en los resultados nacionales y locales y en las
estimaciones de transferencias, los votos cosechados por el binomio D
ección presidencial se derivaron íntegramente hacia la Alianza local, en tanto los
votos obtenidos por APR se volcaron en su totalidad a la candidatura del ex ministro en
la coalición Encuentro por la Ciudad.
El PJ en la categoría nacional constituye el caso más confuso, ya que transfiere
votos a las dos fuerzas en contienda en la elección local. Esta transferencia de votos del
PJ representa el 23%
do por la Alianza. Por lo tanto, puede observarse en este caso que la
composición del voto Alianza en la elección de jefe de gobierno es fundamentalmente
una retención de votos aliancistas, mientras que en el caso de APR la retención de
votos sólo representa un poco más de la mitad del total obtenido.
En estas elecciones, por tanto, no se observan cruces de votos entre la Alianza y
Acción por la República, reconociéndose una vez más dos g
ias definidas.
Cuando las estimaciones de transferencias se realizan entre las dos primeras
elecciones de Jefe de Gobierno consecutivas, se observa una clara correspondencia entre
280
los votos recibidos por los partidos que lograron los cuatro primeros lugares en la
elección de 1996 y las alianzas conformadas por ellos en el año 2000. Tal como lo
muestra
en 1996.
Figura
la figura 7.17, los votos obtenidos por la Alianza en el 2000 se componen
únicamente de aquellos que provienen de la UCR o el Frepaso de 1996. En tanto la
composición del voto de Cavallo es de origen mayoritariamente peronista y en segundo
lugar de ex votantes de Béliz. En este caso sí es posible decir que el 33% de los votos
que obtuvo Cavallo son resultado de la adición de los votos justicialistas más los de
Nueva Dirigencia
7.17: Ciudad de Buenos Aires. Transferencias Jefe de Gobierno 1996 - 2000
800.000
1.000.000Candidatos Jefe de Gobierno 1996
UCR Frepaso NDPJ
Ciudad de Buenos AiresTransferencias Jefe de Gobierno 1996 - 2000 (recepción)
Ibarra CavalloCandidatos Jefe de Gobierno 2000
0
400.000
200.000
600.000
FUERZAS POLÍTICAS
2000
FUERZAS POLÍTICAS 1996
VOTOS TOTAL ND Frepaso UCR PJ 240380 486985 731969 341659
Ibarra 881431 100% 0% 38% 62% 0% Cavallo 594260 100% 41% 0% 0% 59%
Fuente:
Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
281
Resulta llamativo que los orígenes del voto de los dos principales candidatos de
la elección del 2000 sean claramente definidos y concordantes con su plataforma y
propuestas, ya que no se observan cruces ideológicos de voto como, por ejemplo, de ex
votantes radicales dirigidos a Encuentro por la Ciudad o de ex votantes de Béliz a
Ibarra. Es decir que aunque no es posible reconocer a lo largo de estas dos elecciones
una estructura claramente bipartidista en la Ciudad de Buenos Aires, sí es posible
distinguir dos grupos de electores que mantienen una misma tendencia a la hora de
realizar su elección partidaria en las elecciones de 1996 y de 2000: los votantes con
radical – progresista y de centroizquierda por otro. Esta situación se refuerza con el
análisis de la distribución geográfica de los votantes y de las transferencias ya que una
vez más se observan patrones de implantación diferenciados para cada fuerza.
En las elecciones de 2003 la situación partidaria en la Ciudad cambió
radicalmente: no se presentó a la elección de Jefe de Gobierno un candidato oficial del
PJ y Cristian Caram, postulante de la UCR, no llegó a obtener el 3% de los votos. A su
vez, la segunda fuerza más votada en el 2000, Encuentro por la Ciudad, tampoco
participó de los comicios. En cambio, se presentaron partidos nuevos, coaliciones y
candidatos con variadas trayectorias políticas, desde el hasta entonces Jefe de Gobierno,
Aníbal Ibarra, hasta el empresario y presidente del club de fútbol Boca Juniors,
Mauricio Macri.
Este contexto partidario refleja de mación en la
estructura ac n l esquema
bipolar del 0 para da nu ent entado, en donde
se presentan candidatos avalados por nuevos pa
Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra se presentó buscando la reelección a través de una
tendencia centro – derechista y peronista por un lado y aquellos con una inclinación
alguna manera la transfor
de partidos aecida e el orden nnacio al, ya que desapa erece
año 200 r lugar evam e a un escenario fragm
rtidos políticos. Así, el hasta entonces
282
alianza
a red de
alianza
Porcentaje de votos Jefe de Gobierno 2003, principales candidatos.
, “Fuerza Porteña” que congregó al Frepaso, el ARI, sectores alfonsinistas de la
UCR y pequeños partidos, más el apoyo de fracciones disidentes del PJ porteño
encolumnadas tras la figura del presidente Kirchner. En tanto, “Compromiso para el
Cambio”, liderado por Mauricio Macri, incorporó al PJ oficial porteño, sectores del
radicalismo delarruista y a una importante porción de partidos de centroderecha y viejos
integrantes de APR en 1999. Patricia Bullrich, en tanto, se presenta aliada con el partido
fundado por López Murphy ese mismo año, Recrear. Y Finalmente una nueva fuerza de
izquierda surgida en las elecciones a diputados nacionales de 2001, Autoderminación y
Libertad, presenta como candidato a su líder, Luis Zamora (ver tabla 7.6)
Esta fragmentación llevó a que se realizara por primera vez en la historia
electoral de la Ciudad una segunda vuelta o ballotage¸ en donde Ibarra revirtió el
resultado de la primera vuelta y consiguió su reelección mediante una ampli
s de centro izquierda que le permitió mantenerse en el ejecutivo porteño por
cuatro años más.
Tabla 7.6: Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Categoría Jefe de Gobierno - 2003Candidatos % de Votos
Macri 37,55 Ibarra 33,54
Zamora 12,29 Bullrich 9,76
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior
Cabe preguntarse entonces cómo reaccionó el electorado ante un cambio de
escenario político tan marcado, es decir, si se mantuvo la estructura de pertenencia
ideológica de los votantes o si los seguidores de Cavallo e Ibarra en la elección de 2000
se distribuyeron hacia tendencias ideológicas variadas.
Los resultados de la estimación de transferencias electorales que muestra la
figura 7.18 confirman los resultados esperados, puesto que una vez más el electorado de
283
la Ciudad se comporta en forma consistente con el realineamiento ideológico de las
fuerzas preexistentes y efectúa una lectura transversal de las candidaturas.
En efecto, para dos de los cuatro candidatos, Ibarra y Zamora, los votos
transferidos por parte de la Alianza 2000 representan el 73 % del total recibido, (ver
cuadro de datos de figura 7.18). Mientras que para los otros dos, Macri y Bullrich, son
los votos de Cavallo 1999 aquellos que más pesan en las transferencias recibidas, ya que
representan el 70% del total para el primero y 85 % en el caso de la segunda.
También se estimaron dos transferencias, de carácter marginal, que rompen
aparentemente con la coherencia ideológica del electorado porteño, y son la que se
dirigen
so a votar directamente por candidatos con perfil explícito de centro
derecha, sobre todo en sidente radical
de perfil conservador como en 1999 (ver cuadro de datos de figura 7.18).
desde la Alianza 2000 tanto hacia Macri (9%) como hacia Patricia Bullrich
(15%). Estas transferencias, en apariencia contradictorias, no carecen de sentido puesto
que gran parte del radicalismo porteño que había apoyado a la Alianza en el año 2000
ciertamente tenía un perfil mas conservador que el candidato Ibarra del Frepaso y por
ende, más propen
un contexto que no contase la presencia de un pre
284
Transferencias electorales Jefe de Gobierno 2000-2003 Figura 7.18: Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Macri Ibarra Zamora Bullrich
Ciudad de Buenos Aires Transferencias Jefe de Gobierno 2000 - 2003 (recepción)
500.000
600.000
700.000
Fuerzas Políticas 2000
AlianzaOtros
EPC
Candidatos 2003
0
100.000
200.000
300.000
400.000
CANDIDATOS 2003 FUERZAS POLÍTICAS 2000
VOTOS TOTAL Alianza EPC Otros 881431 594260 313334
Ibarra 582138 100% 73% 0% 27% Macri 639497 100% 9% 70% 21%
Zamora 212637 100% 73% 0% 27% Bullrich 170023 100% 15% 85% 0%
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
Por último, los votantes del resto de las fuerzas políticas menores que se
presentaron a los comicios para Jefe de Gobierno en 2000, dirigieron sus preferencias
electorales en el 2003, por un lado hacia Ibarra y Zamora (ambos 27 %) y por el otro,
exclusivamente hacia Macri (21%) (ver cuadro de datos de figura 7.18). Explicitando
con ello una vez más la diversidad de orígenes ideológicos de las diferentes fuerzas
menores en el distrito
285
La implantación geográfica de las transferencias electorales no hacen más que
confirmar la f la Ciudad de
Buenos Aires. Reproduciendo situaciones pretéritas, la centro derecha (Cavallo),
transfiere votos a Macri y a Bullrich con epicentro en el corredor norte de la ciudad.
Luego, en el caso del primero se desplaza hacia el sur (captando marginalmente votos
de origen peronista) y en el caso de la segunda hacia el centro de la Ciudad. La centro
izquierda representada por Ibarra, mientras tanto, transfiere votos a Zamora en el viejo
bastión del Frepaso 1995 ubicado en el centro y oeste de la Ciudad y le permite retener
a Ibarra votos con un perfil similar al anterior pero más desplazados hacia el norte y el
sur.
En cuanto a las transferencia desde la Alianza 2000 hacia Macri en el 2003, el
patrón de implantación geográfico corrobora las presunciones expuestas más arriba ya
que prácticamente reproduce el correspondiente a las trasferencias del Radicalismo a
El escenario de las elecciones presidenciales de 2003 se mo
fragmentado en la d, obtenien toria didato pez M y,
aventajó a Carrió 6 puntos ales. A o ti la c ata
ARI y Kirchner prácticam
Rodríguez Saá, a su vez, obtuvo sólo el 8% de los votos positivos (ver tabla 7.7).
Esta altísima fragmentación del voto reflejó sin duda la variada reacción del
electorado porteño ante los grandes cambios acaecidos en la arena política nacional. Sin
embargo, es probable que esta distribución heterogénea de votos no signifique una
fragmentación de los electorados reconocidos hasta ahora con una tendencia ideológica
definida.
Tabla 7.7: Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Porcentaje de votos Presidente 2003, principales candidatos
uerte estructuración ideológica y territorial del voto en
Ibarra en 2000.
stró altamente
Ciuda do la vic el can Ló urph que
por sólo porcentu l mism empo, andid del
ente empataron y Menem obtuvo sólo 4% menos que ellos.
286
Categoría Presidente – 2003 Candidato % de Votos
López Murphy 25,85 Carrió 19,86
Kirchner 19,46 Menem 16,05
Rodríguez Saá 8,21 Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior
Es interesante analizar entonces la distribución geográfica del voto, ya que la
forma en que se agrupan los sufragios a lo largo de la ciudad puede brindar elementos
que permitan identificar el voto de cada candidato con la distribución típica de algunos
partidos en años anteriores.
Por ejemplo, es el caso de los votos de Rodríguez Saá y Menem, los cuales, al
igual que el PJ en años anteriores, se concentran fundamentalmente en el sur, aunque
Menem presenta también un alto porcentaje en la una de las secciones del norte de la
ciudad.
Por su parte, los votos de López Murphy presentan un patrón casi idéntico al de
APR o Nueva Dirigencia en años anteriores, concentrándose en la zona norte de la
ciudad; a su vez, la distribución de los votos obtenidos por Carrió se asemeja a la de
Alianza en elecciones previas, concentrándose en las zonas centro y oeste.
El caso de los votos de Néstor Kirchner es diferente, puesto que su distribución
abarca homogéneamente a toda la ciudad, destacándose únicamente una merma de votos
en la zona norte.
Para corroborar la presunción acerca de que la fragmentación de votos existente
en la elección nacional no significa un resquebrajamiento de tipo ideológico se
analizarán a continuación las transferencias de votos entre las últimas elecciones
presidenciales y de Jefe de Gobierno en el 2003.
Como puede observarse en la figura 7.19, la estimación de transferencias indica
que la total idencial se idad de los votos obtenidos por Menem en la elección pres
287
dirigieron a Mauricio Macri ierno. Este caudal de votos
significa para Macri el 45% del total obtenido (ver cuadro de datos de la figura 7.19), en
tanto que el resto se compone de votos provenientes de adherentes a López Murphy. Por
lo tanto, en este caso result upo de res que apoyaron en la primera
vuelta electoral a M
Figura 7.19: Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
en la elección a Jefe de Gob
a claro que el gr electo
acri presenta una tendencia conservadora y peronista.
Transferencias Presidente-Jefe de Gobierno 2003
Macri Ibarra Zamora Bullrich
Ciudad de Buenos AiresTransferencias Presidente 2003 - Jefe de Gobierno 2003 (recepción)
Candidatos Jefe de Gobierno 2003
0
100.000
00200.0
600.000
700.000
300.000
400.000
500.000
Candidatos Presidente 2003Menem Kirchner
L. MurphySaá Carrió
FUERZAS POLÍTICAS 2003
FUERZAS POLÍTICAS 2003
VOTOS TOTAL Kirchner L. Murphy Carrió Menem R. Saá379779 503800 386955 312606 159173
Ibarra 582138 100% 43% 0% 41% 0% 16% Macri 639497 100% 0% 55% 0% 45% 0%
Zamora 212637 100% 38% 2% 48% 0% 12% Bullrich 170023 100% 0% 100% 0% 0% 0%
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales
Por su parte, la composición de los votos de Aníbal Ibarra es similar a la de Luis
Zamora. En efecto, ambos candidatos, de acuerdo a las estimaciones, reciben sufragios
288
provenientes de ex votantes a Carrió, Kirchner y Rodríguez Saá, absorbiendo entre el
candidato de Fuerza Porteña y el de Autodeterminación y Libertad la totalidad de los
votos transferidos por estos tres candidatos presidenciales (ver figura 7.19).
Sin embargo, hay pequeñas diferencias en la composición del voto entre ambos
candidatos que merecen resaltarse. Ciertamente, los votos de Ibarra están compuestos en
primer lugar por o de Zamora la
ayoría de sus votos proviene de adherentes a Carrió (48%). Asimismo, el caudal de
votos transferido por ciudadanos que apoyaron a Rodríguez Saá en la elección
presidencial representa un mayor porcentaje en el caso de Ibarra (16%) que en el de
Zamora (12%). Por lo tanto es posible afirmar que si bien la composición de ambos
candidatos es similar, en el caso de Ibarra presenta una composición de mayor tinte
justicialista (ver cuadro de datos de la figura 7.19).
El caso de Patricia Bullrich, en cambio, resulta claro y conciso: la totalidad de
los votos obtenidos por esta candidata proviene de ex votantes a López Murphy, quien
como socio de Bullrich en el distrito apoyó explícitamente su candidatura (ver figura
7.19).
En lo que refiere a la distribución geográfica del voto se observa que los votos
recibidos por Macri están claramente regionalizadas, por un lado, los provenientes de
Men centran en el sur y, po r López Murphy se
concentran claramente en la zona no d ad a
ex votantes a Kirchner (43%) mientras que en el cas
m
em se con r otro, los transferidos po
rte e la ciud (ver map 7.8).
289
290
1
2 3 4
6
7 910
11
1213
14
1518
19 20
21
22
23
24
25
27
28
5 8
16
17
26
M 2003 MACRI 2003 MENEJefe de Gobierno
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos electoralesde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
N
Votos (%)0 - 10.110.1 - 13.413.4 - 15.615.6 - 1919 - 24.524.5 - 31.831.8 - 47
0 1 2 Km CircunscripcionesElectorales
CircunscripcionesElectorales
0 1 2 Km
Votos (%)0 - 10.110.1 - 13.413.4 - 15.615.6 - 1919 - 24.524.5 - 31.831.8 - 47
NLos cálculos se realizaron en relación a los circuitos electoralesde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Jefe de GobiernoLOPEZ MURPHY 2003 MACRI 2003
1
2 3 4
6
7 910
11
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14
1518
19 20
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27
28
5 8
16
17
26
recibido a Jefe de Gobierno por Macri desde los candidatos presidenciales L.
Fuente: Elaboración propia en base a datos Ministerio del Interior y autoridades electorales provinciales.
inuyen gradualmente hacia el centro y se tornan muy bajas en la zona
norte de la ciudad. En cambio, las transfer
mora
presentan un patrón similar al de las transfe
de origen peronista tienen una distribución homogénea en toda la ciudad y las de Carrió,
una vez más, se concentran en la zona centro y oeste de la ciudad.
Mapa 7.8: Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Implantación geográfica del voto
Murphy y Menem 2003.
Por su parte, las transferencias recibidas por Ibarra provenientes de Kirchner, no
presentan un patrón claro de implantación ya que se despliegan con mayor intensidad en
la zona sur, dism
encias provenientes de votantes a Carrió se
asemejan al patrón de votos aliancista, concentrándose en el centro y oeste (ver mapa
7.9).
Asimismo, las transferencias desde Kirchner, Rodríguez Saá y Carrió a Za
rencias a Ibarra, en tanto los dos candidatos
Mapa 7.9: Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Estimación de transferencias electorales desde candidatos presidenciales L. Murphy y Menem 2003 hacia el
candidato a Jefe de Gobierno Ibarra 2003
1
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0 1 2 Km
Los cálculos se realizaron en relación a los circuitos electoralesde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
N
CircunscripcionesElectorales
CARRIÓ 2003IBARRA 2003
Votos (%)0 - 10.110.1 - 13.413.4 - 15.615.6 - 1919 - 24.524.5 - 31.831.8 - 47
KIRCHNER 2003IBARRA 2003
CircunscripcionesElectorales
NLos cálculos se realizaron en relación a los circuitos electoralesde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
0 1 2 Km
1
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Votos (%)0 - 10.110.1 - 13.413.4 - 15.615.6 - 1919 - 24.524.5 - 31.831.8 - 47
Finalmente, y como era de esperarse, la transferencia de votos de López Murphy
peronista conservadora se volcaron mayoritariamente hacia Macri; los de
tendencia de
tradicional y estable, sino que se observa la aparición de partidos nuevos – como
a Bullrich es la misma que la implantación geográfica de los votos obtenidos por la
candidata de RECREAR, en tanto la totalidad de los sufragios logrados por ella
proviene de ex votantes a López Murphy.
En base a lo desarrollado previamente, pueden reconocerse tendencias
ideológicas por parte de los votantes en la elección de 2003, ya que aquellos con una
inclinación
centro – derecha lo hicieron hacia Bullrich y los votantes de Carrió,
Kirchner y Rodríguez Saá optaron por Ibarra y Zamora, inclinándose más hacia el
candidato de Fuerza Porteña aquellos con una filiación peronista progresista.
En síntesis, no puede hablarse en la Ciudad de una estructura partidaria
291
Au as
tradicionales como la zas entre partidos se
presenta cambiante en cada elección aunque con un comportamiento por parte del
electorado siempre tendiente a no apoyar al Justicialismo tradicional y ya en la última
elección reproduciéndose la misma tendencia también con la UCR e inclusive con otros
partidos menores como el socialismo.
Además, a través del análisis de los distintos años electorales en la Ciudad, es
posible observar que la distribución geográfica del voto presenta patrones claros: los
votos de la centro derecha se concentran en el norte, los justicialistas en el sur y los
radicales, frepasistas y la izquierda no ideológica en las zonas centro y oeste de la
ciudad.
Por lo tanto, el distrito con mayores índices de competencia política y volatilidad
electoral del país en las categorías nacionales, presenta en el plano distrital una clara
tendencia a la bipolaridad. Sin embargo, a diferencia de los casos de Córdoba y Santa
Fe estudiados precedentemente -si bien también en la Ciudad los cambios de
preferencias del electorado son muy acentuados- no se verifican situaciones de voto
cruzado de magnitud significativa, sino mas bien un progresivo proceso de
consolidación de tendencias políticas bipolares en el electorado que se imponen en
forma colateral a la altísima movilidad de los dirigentes y los rótulos partidarios del
distrito. En el trasfondo, al igual que en Santa Fe la estabilidad del emplazamiento
geográfico del voto es notable pero también la vinculación de dicho patrón localizado
con la diferenciación ideológica del perfil de los votantes.
Conclusiones
toderminación y Libertad o Nueva Dirigencia - y el profundo declive de fuerz
UCR o el PJ. Es decir, la distribución de fuer
292
Las estimaciones de transferencias de votos y el análisis comparativo de los
resultados electorales en las categorías provinciales y nacionales permiten identificar
perfiles de electorados y comportamientos partidarios diferenciados al interior del país.
Algunas provincias como Entre Ríos, Chaco o Córdoba, podrían ser
identificadas por su marcado comportamiento bipartidista a nivel local. Sin embargo, la
adopción de este rótulo sin mayor profundización dejaría ocultos rasgos esenciales del
electora
o. A su vez, la forma de procesar las transformaciones partidarias nacionales,
tendien
de votantes entre tendencias
ideológ estas.
arte, tanto la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, como la provincia de
Buenos Aires resultan más proclives a la fragmentación partidaria en las distintas arenas
do y del sistema de partido que conllevan una lectura particular de la práctica
política local y nacional. En efecto, el alto nivel de volatilidad producido por las
transferencias cruzadas entre los dos principales partidos en Entre Ríos o Córdoba
difiere claramente de la existencia de electorados cautivos de las fuerzas tradicionales
en Chac
tes a la fragmentación, también es variable en cada una de las provincias. En
Entre Ríos las condiciones locales logran licuar el ingreso de terceras fuerzas nacionales
a la arena provincial, en tanto que en Córdoba el electorado discierne entre las distintas
categorías a través del permanente realineamiento partidario.
En otros casos, como el de Santa Fe y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es
notable cómo el comportamiento de los electores tanto en las elecciones locales como
nacionales genera una tendencia hacia la bipolaridad. Esta se incentiva, en el primer
caso por las reglas electorales locales y en el segundo por una clara identificación, por
parte de los electores, de las diversas tendencias ideológicas que representan los
candidatos y coaliciones políticas. A su vez, se manifiesta en una clara regionalización
de los apoyos partidarios y en escaso o nulo traspaso
icas contrapu
Por su p
293
electora
de cond
trica en el orden nacional
y, por
cesidades de articulación dentro de un sistema de partido
estructu
les, aunque en ninguno de los casos se reproduce exactamente la dinámica
nacional.
En síntesis, la política provincial no reproduce de manera mimética los patrones
ucta agregados a nivel nacional. Cada distrito constituye un submundo político
donde el anidamiento partidario se estructura en forma diferente. Pero sobre esta
diversidad que surge como el dato mas relevante de la dinámica política provincial, se
pueden observar de todas formas ciertos rasgos que atraviesan a el conjunto de los casos
estudiados.
En cada provincia, los procesos de fragmentación política nacionales inducen
progresivamente la autonomización de los sistemas de coaliciones provinciales y locales
para protegerse del cambio. Esta situación ha ido modificando en los hechos la
preeminencia de las candidaturas nacionales en las preferencias del electorado por
medio de tres mecanismos: la diferenciación de las preferencias que en la practica aísla
los resultado de ambas arenas, la tracción de candidaturas y adhesiones partidarias
locales mas estables locales sobre una oferta demasiado excén
ultimo, la nacionalización de sistemas partidarios provinciales cuando la
importancia de sus electorados los sitúa en el centro del voto mediano nacional.
En suma, la competencia política, el realineamiento partidario y el comportamiento del
electorado argentino en la actualidad se desarrollan en escenarios subnacionales
fuertemente diferenciados. La política nacional se ha visto transformada en un juego de
estrategias de coalición cada vez mas centradas en las realidades e intereses provinciales
y aun locales. De esta forma, la dinámica política en Argentina hoy se encuentra cada
vez menos sujeta a las ne
rado alrededor de los incentivos aglutinantes de las instituciones y los procesos
políticos nacionales.
294
295
Capítulo 8: Un Análisis de Cuatro Sistemas Electorales para la Elección de Diputados Nacionales91
Marcelo Escolar, Ernesto Calvo, Sandra Minvielle y Christian Scaramella
A partir de la crisis política que acompaño el fin de la Alianza en el 2001, la
necesidad de una reforma profunda del sistema electoral se ha instalado en los medios
de prensa y en el imaginario de la sociedad Argentina. Frente al descrédito de los
políticos, y acompañando cacerolazos, escraches y movilizaciones al Congreso, la
agenda reformista se ha instalado como un tema prioritario entre actores políticos
presumiblemente preocupados por mejorar la relación con sus votantes y resolver la
actual crisis de representación política.
Muchas de estas reformas, sin embargo, tienen objetivos mediáticos y
difícilmente podrían ser implementados. La eliminación de la lista sabana y su
reemplazo por distritos uninominales, por ejemplo, introduciría tales distorsiones en la
asignación de escaños que la gran mayoría de los representantes serian elegidos con una
exigua cantidad de votos al tiempo que el número efectivo de partidos en bancas se
reduciría de modo dramático. La personalización de las candidaturas debilitaría el poco
control político que existe hoy sobre los candidatos, incrementando sustantivamente la
presión clientelar en el acceso y la distribución de recursos fiscales (Calvo y Murillo,
2004).
Sin embargo, al tiempo que las reformas electorales toman centralidad en el
debate público nacional, la falta de estudios que midan las consecuencias dichas
reformas se torna más evidente y los costos que estas reformas pueden generar sobre los
candidatos y sus partidos permanecen conspicuamente ausentes del debate.
91 Una versión anterior de este capítulo fue Publicada como Escolar, Calvo, Minvielle y Scaramella (2002) Personalización, Representación, y Gobernabilidad. Revista Aportes Nº 19.
296
Como mostramos en el capítulo 4, por otro lado, la implementación de refor
vincias ha sistemáticamente introducido d
mas
electorales en las pro istorsiones en la
sign
control
rios, por tanto, tienen incentivos para mantener
o modi
orcionalizen la asignación de escaños enfrentaran la dura
oposici
Nacionales
y la débil personalización de las candidaturas ofrecidas por los partidos políticos,
a ación de bancas, las cuales generalmente han beneficiado a los partidos que
aron el proceso de reforma. La existencia de legados institucionales previos
también condiciona el tipo de reformas electorales que pueden ser implementadas. El
anidamiento de las distintas arenas electorales que fuera descrito en el Capítulo 3 y el
Capítulo 4, a su vez, genera dificultades estructurales para el ingreso de nuevos partidos
en ambas Cámaras y limitan las posibilidades de formación de mayorías parlamentarias
en la Cámara Baja que garanticen una reforma consensuada. Tanto los partidos
mayoritarios como los partidos minorita
ficar el sistema electoral que no están relacionados con problemas de la “calidad
de la representación”.
Evaluar los efectos posibles de una reforma electoral es, por tanto, clave para
garantizar la futura legitimidad de la asignación de escaños bajo nuevas reglas del juego
electoral. Futuras reformas que acentúen las actuales inequidades en el acceso a cargos
políticos, por ejemplo, dispondrán de poca legitimidad de origen, como ha ocurrido en
gran parte de los sistemas políticos Provinciales. Y así como una reforma que favorezca
a los partidos tradicionales no tendrá el apoyo de los partidos minoritarios; sistemas
electorales que re-prop
ón del Peronismo, de la UCR de las provincias menos pobladas y de los partidos
provinciales.
Entre las principales críticas a las actuales instituciones electorales se encuentran
la falta de autonomía del elector para seleccionar los candidatos a Diputados
297
argume
toral, a su vez, sobrevivirían a las posibles reformas. Estos
resulta
os en el Capítulo 2, tan sólo la Provincia de Buenos Aires
elige u
listas de tan solo 2 a 5 candidatos por elección en cada distrito. En principio, ello
ntos centrales para proponer cambios institucionales que eliminen las llamadas
“listas sábanas”.
En la primera sección de este Capítulo mostramos que proyectos de reforma
destinados a solucionar el problema de las listas sabanas carecen de sentido. En efecto,
el número de candidatos elegidos por cada lista es extraordinariamente bajo a pesar de
la gran cantidad de nombres que aparecen en algunas boletas como las de la Provincia
de Buenos Aires. En la segunda sección de este capítulo utilizamos simulaciones
Monte Carlo para estimar la asignación de bancas en cuatro distintos sistemas
electorales y analizamos sus efectos distributivos. Como es posible observar, muchas de
estas reformas tendrían efectos muy mayoritarios y una distribución más errática de
bancas a los distintos partidos políticos. Muchos de los efectos estructurales que afectan
al actual sistema elec
dos deberían generar cierto escepticismo entre quienes ven las reformas
electorales como un mecanismo simple para mejorar la calidad de la representación.
Nuestros resultados también muestran, sin embargo, que existen reglas electorales que
pueden moderar los efectos de las bajas magnitudes en las provincias menos populosas
y facilitar una mayor “nacionalización” de la competencia electoral para la elección de
diputados nacionales.
Listas “sabana” y personalización efectiva de las candidaturas.
Como ya indicáram
na gran cantidad de representantes en cada renovación parcial (35), en tanto que
la Ciudad de Buenos Aires (12 y 13), Santa Fe (10 y 9) y Córdoba (9) tienen
magnitudes efectivas medianas. Mientras tanto, el resto del país elige sus Diputados en
298
debería generar cierto escepticismo respecto de la importancia que tienen las listas
sabanas en la elección de los Diputados Nacionales.
en “listas sabanas” no es menos cierto hoy que lo que lo fue
desde 1985. Con excepción de 1983, primera elección de la democracia donde las
oca variación en la
media
Más aun, en los distritos que utilizan magnitudes electorales grandes, el número
de candidatos elegidos por cada lista es considerablemente inferior a la magnitud total
del distrito. Por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires el número de candidatos
elegidos por la lista más votada difícilmente llega a 6 en la totalidad de las elecciones
ocurridas desde la transición democrática. Esto es, si bien en los distritos con mayor
magnitud efectiva se presentan listas con una cantidad de candidatos igual a la magnitud
efectiva del distrito, los distritos grandes tienen también un mayor número efectivo de
partidos competitivos y de partidos legislativos.
Tomando la totalidad de los partidos que accedieron a bancas legislativas entre
1983 y 2001, el promedio de candidatos que ingresan por cada lista es llamativamente
bajo: 2,48. Es decir, en promedio los votantes están eligiendo los dos o tres primeros
candidatos de cada “listas sábana”, un alto nivel de personalización de las candidaturas.
El desvío estándar es de 3.34, lo cual indica que la variación alrededor de la
media también incluye pocos candidatos de la lista.92 Las medias anuales de variación
también son bajas, indicando que al margen del reciente proceso de fragmentación, la
percepción de que exist
magnitudes efectivas se duplicaron, el resto de los años muestra p
de candidatos elegidos por cada partido legislativo.
92 Dado que la distribución es gamma antes que normal, el desvió estándar que reportamos es un poco mas bajo que el que describe la dispersión alrededor de la media.
299
Tabla 8.1: Promedio Ponderado de Representantes por Lista, Diputado
Año Promedio sin Nacionales, 1985-2001
Ponderar Promedio
Ponderado* 1985 2.190 4.12 1987 2.309 6.14 1989
2.175 4.11
1991 2.241 4.74 1993 2.117 4.54 1995 2.321 5.67 1997 2.228 7.90 1999 2.167 4.65 2001 2.186 3.80
MEDIA 2.211 5.07 Fuente: Cómputos propios sobre datos del Ministerio del Interior.
Se podría argumentar que casi la mitad de
*Promedio ponderado por la magnitud efectiva de los distritos electorales.
la Cámara de Diputados es elegida en
las pro
sta sabana sobre los cargos
menores.
vincias con magnitudes efectivas más grandes. Para evaluar el efecto sobre el
total de la Cámara también computamos el promedio ponderado del número de
candidatos elegido por lista, tomando en consideración las magnitudes efectivas de las
provincias. El numero de candidatos elegidos por lista, en ese caso, es de alrededor de 5.
Más ilustrativo, sin embargo, es observar la media histórica de bancas obtenidas
por lista en cada provincia. Como muestra la Tabla 8.2., sólo una provincia (Buenos
Aires) asigna alrededor de 9 bancas en promedio. Mientras tanto, el resto de los
distritos asignan bancas de modo muy personalizado, incluidos los otros tres distritos
con magnitudes medianas. Dado que en 23 de los 24 distritos el promedio de candidatos
elegidos por lista es inferior a 3, uno debería esperar que existan pocos candidatos
votados a la cámara como resultado del arrastre de la li
300
, Máxima, Mínimo y DeTabla 8.2: Promedio Histórico svío Estándar de Bancas por
Cada Partido que Obtiene Escaños, Diputados Nacionales 1985-2001
Numero de
Par Mínim áximo dio Desviación Estándar tidos o M Prome
Buenos Aires 3 1 20 0 6.979 5 9.00Córdoba 2 1 5 0 1.492 5 3.32
Capital Federal 35 1 9 3.229 2.143 Santa Fe 3 1 5 6 1.415 3 2.57
Entre Ríos 1 2 3 8 0.461 8 2.27Misiones 1 1 2 2 0.461 8 1.72Mendoza 2 1 3 7 0.737 8 1.60
Chaco 2 1 3 0 0.598 0 1.60Tucumán 2 1 3 1.539 0.582 6
Salta 21 1 2 6 0.5121.47Santiago 21 1 2 1.476 0.512 La Rioja 15 1 3 1.467 0.640 San Luis 14 1 3 1.429 0.646
Corrientes 22 1 2 1.409 0.503 Santa Cruz 17 1 2 1.353 0.493 San Juan 21 1 2 1.286 0.463
Catamarca 18 1 2 1.278 0.461 La Pampa 18 1 2 1.278 0.461
Jujuy 22 1 2 1.227 0.429 Chubut 18 1 2 1.222 0.428
Formosa 18 1 2 1.222 0.428 Tierra del Fuego 16 1 2 1.188 0.403
Río Negro 19 1 2 1.158 0.375 Neuquén 22 1 2 1.046 0.213
Fuente: Cómputos propios sobre datos del Ministerio del Interior
Un alto nivel de personalización del voto, por tanto, difícilmente se podría
obtener modificando el sistema electoral, excepto multiplicando el número de distritos
en las cuatro provincias con magnitudes efectivas más altas o mediante la introducción
de distritos uninominales. Pero, ¿Cuál sería la distribución de bancas que uno debería
esperar en caso de implementar distritos uninominales? En la siguiente sección
estimamos la asignación probable de bancas bajo distintos escenarios de reforma
electoral y mostramos que las consecuencias políticas de dichas reformas no deben ser
tomadas a la ligera.
301
Dos escenarios electorales
narios
distintos de competen ral ig ren e acc ámara
de Diputados de la Nación. Cerca de la mitad de los representantes son elegidos en
distrito rios de a las bajas magnitu s efect ilizadas en la elección
(entre 2 y 5 escaños por renovación). La otra mita de los r ntantes s idos en
distritos relativamente proporcionales de alta ma itud efe entre 8 con un
mayor n partidos competitivos (Escolar, 2001a, Calvo et al 200 primera
arena es da por l rovincias enos pop osas y os porce de PBG
sobre el PBI del país, las cuales denominaremo provin riféricas segunda
arena, por las “provincias centrales”, tegrad los dist mayor
población yor PBG: enos Aire Ciudad a enos Ai rdoba y
Santa F
uencias de estas disparidades en la asignación de bancas del sistema
electoral Nac te una alta
personalización de las candidaturas con una reducción sustantiva del nivel de
representación efectivo de los votantes, mientras que en las provincias centrales se
verifica una menor personalización de las candidaturas con una competencia electoral
significativamente más alta.
En las provincias periféricas, esta problemática no se expresa en dificultades
para la identificación (visibilidad) de los candidatos por parte de los votantes –y con
ello en la capacidad para premiar o sancionar sus candidaturas- sino en las limitaciones
estructurales que la magnitud efectiva de distrito le impone a la representación de las
minorías (Escolar, 2001b; Cabrera, 1991).
Como mostramos en el Capítulo 3, en la Argentina existen dos esce
cia electo que conf uran dife tes vías d eso a la C
s mayorita bido de ivas ut
d eprese on eleg
gn ctiva ( y 35) y
úmero de 1). La
tá integra as p m ul con baj ntajes
s “ cias pe ”. La
compuesta in as por ritos de
y ma Bu s, Autónom de Bu res, Có
e.
Las consec
ional son sustantivas: en las provincias periféricas exis
302
En las provincias centrales, sigue el argumento, el problema se encuentra en la
despers
l Partido Intransigente, la UCeDe, el Frepaso o Acción por la República en
distinto
periféricas.
ismas cuentan con el 49% de las bancas con
sólo el 35% de la población total del país. En consecuencia –y dado que la competencia
onalización de las candidaturas y en la falta de control de los electores sobre sus
representantes –accountability – (Escolar y Calvo, 2002; Corbacho, 1988; Gibson y
Calvo 2000; Lijphart y Grofman, 1984). Vista desde esta perspectiva, la problemática
dual del sistema electoral nacional argentino podría resumirse en una falta de calidad en
la representación política del centro y una falta de proporcionalidad en la representación
política de la periferia.
Por el otro lado, debe considerarse una consecuencia adicional a esta doble vía
de acceso a la Cámara de Diputados Nacional y es que la alta magnitud efectiva
favorece la emergencia de terceras fuerzas nacionales en las provincias centrales, en
tanto la baja magnitud efectiva en las provincias periféricas la limita (Taagepera y
Shugart, 1989). Por lo tanto, el desarrollo de nuevas fuerzas políticas nacionales -como
lo fueron e
s momentos- se produjo con relativa facilidad en las provincias centrales, pero
les resultó casi imposible acceder a bancas nacionales a través de las segundas (esta
misma situación se presenta actualmente con el ARI). Como resultado de ello, existe
mayor fragmentación de la representación política originado en las provincias centrales,
y una menor diversidad en la competencia partidaria para la representación política
proveniente de las provincias
A los resultados producidos por esta disparidad en la representación política y la
competencia partidaria entre centro y periferia debe sumarse además, el hecho de que
las provincias periféricas se benefician con una sobre-representación en el numero de
bancas asignadas legalmente a cada distrito que favorece sistemáticamente a sus
electores y partidos (Cabrera, 1997). Las m
303
partida
ue cualquier diagnostico correcto, pero parcial, como por
ejempl
e la atención en obtener un diagnóstico del
impact
ria es más limitada en ellas - la sobre-representación de las provincias periféricas
tenderá a beneficiar sistemáticamente a los dos partidos mayoritarios.
Un proyecto de reforma dirigido al sistema electoral nacional en Argentina, en
función de la descripción anterior, debería prestar especial atención los diferentes
patrones de representación y competencia partidaria vigente en las provincias centrales
y periféricas.
Esto significa q
o que el problema se encuentra exclusivamente en la despersonalización de las
candidaturas, sólo estaría en condiciones de resolver los dificultades de uno de los dos
grupos de provincias (en este caso las centrales). Seguramente este intento de solución
podría llevar a una mejora en el aspecto considerado (personalización) pero
paralelamente contribuiría a un empeoramiento significativo de otros, como la falta de
representación de las minorías y la reducción de la competencia partidaria a nivel
nacional.
Más razonable resulta entonces, orientar la investigación hacia la evaluación de
distintas alternativas de diseño electoral, con diferente capacidad para atenuar las
disparidades presentes en los incentivos institucionales y restricciones estructurales
producidas por el sistema actual.
Por este camino, debería centrars
o diferencial de las normas electorales nacionales sobre la representación política
y el sistema de partidos argentino. En este sentido, debería evaluarse la capacidad que
tienen distintos sistemas electorales para promover tres cambios estructurales al actual
sistema. Por un lado es necesario reducir el sesgo mayoritario de las provincias
periféricas aumentando las magnitudes efectivas actuales y facilitando un sistema de
representación que admita una mayor competencia electoral y, por el otro, es necesario
304
lograr una mayor personalización en las provincias centrales, facilitando una mayor
accountability electoral y evitar, al mismo tiempo, el debilitamiento de un poder
legislat
J y UCR) y también a las terceras fuerzas nacionales, la posibilidad de
desarro
La com
e el número de partidos que compiten efectivamente
(compe
por debajo del observado en las provincias centrales (en promedio 3,31 partidos por
distrito electoral). Asimismo, es destacable que el número de partidos que
ivo incapaz de formar mayorías que se adecuen al presidencialismo argentino
(Jones, 1997b). Pero fundamentalmente es necesario estandarizar las condiciones de
acceso a los premios de mayoría y con ello otorgarle a los partidos mayoritarios
tradicionales (P
llarse políticamente y competir en igualdad de condiciones en todos los distritos
electorales del país.
Este es el motivo por el cual todo proyecto de reforma electoral del sistema
nacional para la categoría de Diputados, debe estimar el impacto que tendría su
implementación sobre las provincias centrales y periféricas, de modo de poder evaluar
su futura repercusión diferencial sobre partidos, candidatos y la gobernabilidad del
sistema.
petencia partidaria en las provincias argentinas
El impacto de las actuales reglas electorales sobre la competencia partidaria en
las distintas provincias dista de ser trivial. La baja magnitud efectiva observada en los
distritos de la periferia permite qu
tencia electoral efectiva) y el número de partidos que acceden a cargos
legislativos (competencia legislativa) en la periferia sea menor que el observado en las
provincias centrales (Calvo et. al, 2000; Rae, 1971; Snynder y Samuels 2001). En
particular, podemos mencionar que el número efectivo de partidos competitivos en las
provincias periféricas, que entre 1983 y 1999 fue ≈2,88, se encuentra sustantivamente
305
efectivamente eligieron representantes en la Cámara Baja es notoriamente inferior en las
provincias periféricas (en promedio 2,13 partidos por distrito), comparado con las
provincias centrales donde este valor ascendió a 2,51 (Calvo et. al. 2001)
Otro resultado importante de las actuales reglas electorales es el de impedir que
una mayor competencia electoral efectiva en la periferia, redunde en una mayor
competencia efectiva legislativa. En este sentido, los cambios ocurridos en el número
efectivo de Partidos en votos entre 1983 y 1999 no tuvieron ninguna incidencia
sustantiva en el nivel de competencia legislativa; de hecho, con el surgimiento del
Frepas
impacto sustantivo en el número efectivo de partidos en bancas.
a existencia de sobrerrepresentación electoral en las provincias periféricas
uedan competir por algunos
votos s
de interés del nuevo sistema electoral. A continuación describimos como fueron
elaborados estos procedimientos.
o, cuando el sistema electoral nacional claramente tuvo más de tres partidos, el
nivel de competencia legislativa en las provincias periféricas se redujo ligeramente,
cayendo por debajo de 2. Todo lo contrario sucede en las provincias centrales donde, las
transformaciones en el número efectivo de Partidos en votos en las provincias centrales
tienen un
L
(Cabrera, 1995; Cabrera, 1997) lleva a que pocos partidos p
obrerrepresentados y muchos partidos compitan por votos sub-representados en
las provincias centrales. Estas diferencias constituyen el parámetro para evaluar futuras
reformas.
Metodología para el Análisis
Para realizar y evaluar distintas alternativas de reforma deben seguirse tres pasos
metodológicos sustantivos: (i) elaboración de la nueva delimitación de distritos
electorales, (ii) replicación de resultados electorales y (iii) estimación de los parámetros
306
Estrategias para la elaboración de un diseño de distritos electorales.
La mayoría de los proyectos de reforma implican la elaboració
n de distritos
elector
rsase el voto
urbano.
olíticos –y en un número limitado de provincias- se verían levemente
fectados por un proceso de delimitación distrital. En particular las provincias de
mosa y Buenos Aires, puesto que presentan un sistema
de par
ales diferentes a los utilizados actualmente –las provincias-.
En este sentido, el primer paso para diseñar nuevos distritos electorales es
evaluar la sensibilidad de las distintas provincias a la delimitación de nuevos distritos
(Eagles, Katz y Mark, 2000; Grofman, 1990; King 1989; Cox, 1997), analizando para
ello la distribución del voto en cada unidad de agregación geográfica de datos
electorales (secciones y circuitos)93.
Para realizar esta tarea, se diseñaron dos delimitaciones geográficas alternativas
para cada sistema electoral; (i) una conforme a los bastiones94 electorales en la Región
Metropolitana de Buenos Aires y que en el resto del país concentrase el voto urbano y
(ii) otra no conforme a dichos bastiones y que en el resto del país dispe
Posteriormente se estimó el tipo de distribución geográfica del voto partidario en
cada provincias (uniforme o concentrada) para estudiar cuán sensibles serían cada una
de ellas a los distintos diseños de distritos. Esto permitió determinar que sólo algunos
partidos p
a
Santiago del Estero, Jujuy, For
tidos más proclive a la delimitación estratégica –gerrymandering- (Escolar,
93
(departamentos) y solo para el caso de la Región Metropolitana de Buenos Aires una unidad geográfica menor: los circuitos electorales.
94 Entendemos por bastión electoral un área geográfica con un alto porcentaje de votantes del mismo partido durante un período de tiempo determinado, con la mayor compacidad posible en la distribución
concentración o dispersión geográfica
Por razones vinculadas a la disponibilidad de datos electorales, se utilizaron las secciones electorales
geográfica de esos votantes y un porcentaje de votos lo suficientemente importante como para que su afecte los resultados electorales generales de ese partido
(Escolar, 2001a).
307
2001a). Por otro lado, terceras fuerzas urbanas y la UCR muestran mayor sensibilidad
uien presenta
distribu
a variación del voto
del PJ
relativa a la delimitación estratégica que el Partido Justicialista, q
ciones notablemente más homogéneas95.
En el caso de Buenos Aires para el año 1995 (Figura 8.1) l
osciló entre un mínimo de 35% y un máximo de 60%. Por tanto, distintos
reagrupamientos de distritos en la Provincia de Buenos Aires, manteniendo las demás
propiedades del sistema electoral constantes, deberían tener poco impacto en la
asignación de bancas para el PJ.
Figura 8.1: Distribución del Voto Departamental del PJ, UCR y Frepaso (1995),
Estimado de Densidad Kernell. Buenos Aires Santiago del Estero
La sensibilidad a 95 las dos alternativas de delimitación para cada uno de los sistemas electorales, resultó r marginal, según se constata con los datos reales para los años 1995, 1997, 1999 y 2001. se
308
309
Densida
- Distribución del Voto
0 1 0
11
Densida
- Distribución del Voto
1 0
11
- Distribución del Voto
0 1 0
11
PJ
UCR
Frepaso
Entre Ríos Jujuy
-Distribución del Voto
Fuente: Elaboración propia en base a datos estadísCalvo
En el caso de la UCR y el Frepas ,
estratégica podría tener un impacto moderado
la implantación geográfica de sus votantes.
Un caso distinto es el de Santiago del
geográfica del voto tanto para el PJ como pa
tico electorales (Ministerio del Interior), INDRA, y et.al. 2001.
en cambio, una política de delimitación
dado que existe una mayor dispersión en
Estero, donde existe una mayor variación
ra la UCR y la UCeDe. El gráfico Kernell
(Figura 8.1) que describe la distribución de voto para los tres partidos en 1995, es más
aplanado y se extiende sobre un mayor rango de resultados electorales.
Es interesante el contraste de dicha provincia con Entre Ríos. En esta última, la
a
sobre t iones de los
D
0
o
l
lta homogeneidad del voto para los tres partidos graficados en la Figura 8.1 –pero
odo para el caso del PJ- lleva a que un cambio global en las intenc
votantes, antes que variaciones entre distintos departamentos, definan el grueso de
ensi
dad
1
0
9D
0
ensi
dad
-Distribución del Voto
1
0
9
UCD
D
0
ensi
dad
-Distribución del Voto
1
0
9
PJ
UCR
Kernel Density Estimate
ucr95per 0
Densit
10
9
Densit
Kernel Density Estimate fr95per
-.003232 10
9
Kernel Density Estimate pj95per
0 10
9
PJ UCR
Frepaso
d
Den
sida
Distribución del voto
Den
sida
d
-Distribución del Voto
-.016943 1
0
11
Den
sida
d
-Distribución del Voto
0 1
0
11
Den
sida
d
-Distribución del Voto
0 1
0
11
PJ
UCR
Frepaso
asignación de bancas. En Entre Ríos, por tanto, la posibilidad de delimitaciones
estratégicas es muy pequeña.
Finalmente, un caso atípico es el de la Provincia de Jujuy, en la cual el PJ
muestra una alta heterogeneidad geográfica en la distribución de sus votantes, mientras
que la UCR y el Frepaso muestran una distribución relativamente homogénea. Una vez
identificadas las provincias con propensión marginal a la delimitación estratégica, se
proced to q ndrían los dos diseños
alternativos de distritos96 sobre el comportamiento de los sistemas electorales
estudiados. Los resultados de dicho análisis arrojaron una incidencia limitada de la
distribución geográfica del voto sobre el número de escaños parlamentarios obtenidos
por cada partido.
Simulando una Reforma Electoral
Una vez que se ha diseñado el sistema electoral y los distritos, es necesario
ar el impacto que esa propuesta tendría sobre partidos y candidatos en caso de ser
implem
ite evaluar su impacto relativo sobre los
partido
ió a evaluar en cada una de ellas el impac ue te
estim
entado. La utilización de datos provenientes de elecciones anteriores sólo puede
dar una noción limitada del rango de resultados posibles bajo este nuevo sistema, dado
que la estimación de 2 ó 3 casos no perm
s en una multiplicidad de escenarios posibles. La simulación Monte Carlo de
resultados electorales permite estudiar estos escenarios alternativos y comparar el
rendimiento del nuevo diseño electoral en un número estadísticamente significativo de
elecciones.
Por ello, se realizaron entre 200 y 1.000 simulaciones por diseño electoral,
generando bases de datos de 100.000 a 250.000 observaciones por propuesta. Estas
simulaciones fueron randomizadas dentro de rangos de variación para los partidos
96 Voto urbano y bastiones electorales concentrados y voto urbano y bastiones electorales dispersos.
310
relevantes, con oscilaciones menores a 2 desviaciones estándar, en un conjunto de
combinaciones de competencia multipartidaria. Esta replicación utilizó la formula
D´Hon
ra del comportamiento del nuevo diseño electoral y, (ii) la realización
e una serie de análisis sobre esta muestra para medir el rendimiento del sistema
lectoral y detectar sesgos mayoritarios y partidarios. Con este fin se evaluó la relación
entre votos y bancas (sesgo mayoritario, proporcionalidad) y se estimó el impacto que
tiene cada sistema electoral sobre los distintos partidos (sesgos partidarios)
Estos análisis pueden mostrar fácilmente cuáles reformas electorales atentarían
contra la formación de mayorías legislativas, cuáles limitarían excesivamente la
participación de partidos minoritarios o cuáles estarían en condiciones de otorgar
ventajas extraordinarias a determinados partidos.
La metodología de estimación de sesgos mayoritarios y partidarios se basó en la
utilización de cinco indicadores claves que permiten observar claramente las
propiedades de un sistema electoral: el número efectivo de partidos legislativos, es
decir, cual es el número de partidos que pueden obtener escaños legislativos en un
diseño electoral dado; el nivel de desproporcionalidad, o cuán importante es la
t de asignación de bancas en distritos plurinominales, con elecciones de tres o
más partidos significativos97.
Por tanto, luego de diseñar los nuevos distritos electorales y establecer las reglas
de asignación de acuerdo con los proyectos estudiados, fue necesario definir una
metodología de evaluación del impacto que tendrían esos diseños electorales al ser
implementados (Grofman, 1991; Escolar y Calvo 2001b). La metodología de evaluación
electoral propuesta tiene dos etapas fundamentales: (i) la automatización, mediante la
utilización de herramientas informáticas, del proceso de simulación electoral para
obtener una muest
d
e
97 En todas las simulaciones Monte Carlo se utilizaron un mínimo de 10 partidos políticos.
311
diferencia entre el porcentaje de votos y de escaños que obtienen los distintos partidos;
el sesgo mayoritario, es decir el plus de escaños obtenidos por los partidos ganadores;
el sesgo partidario, que muestra el plus de escaños que, con el mismo porcentaje de
votos, obtiene un partido respecto de cualquier otro partido; y, finalmente, la
distribu
riféricas se
observ
o entre estos dos subgrupos es de 16.5
a 3.12.
mayoritario y uniforme para luego desplazar el análisis hacia sistemas de mayor
ción global del porcentaje de votos y asientos para todo partido en toda
elección posible. Estos cinco indicadores pueden ser calculados fácilmente de la
muestra obtenida mediante la simulación calibrada explicada en la sección anterior.
Los sistemas electorales analizados
En el sistema electoral vigente, para la elección de diputados nacionales, cada
provincia se constituye en un distrito electoral con un rango de magnitud absoluta de 5 a
70 (la cantidad de bancas que tiene cada distrito electoral) y magnitudes efectivas de 2 a
35 (la cantidad de bancas que se eligen por cada distrito electoral en cada elección).
Actualmente existe una gran dispersión en el número de bancas asignadas a los distintos
distritos. Si trabajamos con los agrupamientos de provincias centrales y pe
a que los 132 diputados correspondientes a las provincias centrales son elegidos
en distritos de magnitud relativamente alta en tanto que los 125 diputados de las
provincias periféricas son elegidos en magnitudes efectivas pequeñas o muy pequeñas.
La diferencia en las magnitudes efectivas promedi
Las consecuencias de estas diferencias son significativas llevando a que cerca de
la mitad de la cámara se elija en distritos semi-proporcionales en tanto la otra mitad de
la Cámara se elija en distritos semi-mayoritarios.
Con la intención de realizar un análisis comparativo de diferentes alternativas de
sistemas electorales se pensó, en primer término, en un sistema simple, fuertemente
312
complejidad. Comenzamos analizando cuál sería el impacto de la implementación de
un sistema de mayoría simple (pluralidad) en distritos uninominales aplicado de modo
uniforme en todo el país.
El sistema electoral diseñado es compatible con la letra constitucional y tiene
magnitudes absolutas de distrito binominales en todo el territorio nacional, que son
renovadas por mitades cada dos años –lo que implica una magnitud efectiva
uninominal-. Para lograr la binominalidad de los distritos y mantener la
roporcionalidad actual, sin embargo, ha sido necesario aumentar el número de
chicas –de 5 a 6- y realizar un ajuste de
propor
y
como una fuente de clientelismo y
patrona
p
Diputados en las magnitudes más
cionalidad en las provincias más grandes.
La estrategia de reforma en distritos uninominales ha ganado cierta respetabilidad en
años recientes en virtud de la alta personalización de candidaturas que produce. Algunos
académicos (Jones et al, 2000) y políticos (Béliz para la Ciudad de Buenos Aires
Corach para el país) han propuesto la utilización de sistemas de mayor personalización.
Sin embargo, los sistemas de alta personalización (en circunscripciones geográficas)
son fuertemente mayoritarios y pueden impactar negativamente en la competencia
electoral de sistemas multi-partidistas; por un lado, aumentando la especialización
electoral y la fragmentación regional del sistema de partidos y por otro, facilitando la
emergencia de nichos fuertemente clientelísticos. Hay que tomar en consideración que
existen provincias en las cuales desde hace muchos años el voto está altamente
personalizado, y que esto no es considerado habitualmente como una fuente de
accountability electoral sino, por el contrario,
zgo político.
Con la intención de tornar gradualmente más complejo el análisis comparativo,
incorporamos al análisis un sistema electoral mixto de tipo segmentado (Escolar y
313
Calvo, 2003). En el año 2000, bajo el número de proyecto 2588/00, el Senador Carlos
Vladimiro Corach presentó una propuesta en el Congreso de la Nación para modificar el
actual sistema de elección de los Diputados Nacionales. En este proyecto, el sistema
elector
o la mitad de los diputados de cada
a magnitud efectiva promedio de los distritos a 6 y creamos un
sistema
al vigente no se modifica en 20 de las provincias (provincias periféricas) en tanto
que en las 4 provincias centrales (Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Córdoba y Santa Fe) se introduce un sistema mixto segmentado con distritos
uninominales y una arena plurinominal complementaria.
Por esta razón, el “proyecto Corach” reduce drásticamente las magnitudes
efectivas de los distritos electorales incluidos en las provincias centrales por medio de
dos mecanismos distintos. Por un lado, eligiend
provincia en distritos uninominales y, por el otro, dividiendo la magnitud efectiva del
distrito plurinominal a la mitad. De este modo, por ejemplo Buenos Aires pasa de tener
una magnitud efectiva promedio de 35 a una de 4,5.
Este sistema mantiene, en consecuencia, la estructura de competencia en las
provincias periféricas inalterada, pero introduce fuertes sesgos mayoritarios en las
provincias centrales. En teoría, una reforma de este tipo debería facilitar el trabajo
legislativo del partido de gobierno en la Cámara de Diputados y personalizar las
candidaturas en los distritos grandes, pero en paralelo también producirá una Cámara
mucho más mayoritaria limitando significativamente la participación de terceras fuerzas
nacionales allí donde ya existen, es decir, en las provincias centrales.
La tercera alternativa elegida para llevar adelante el análisis comparativo, es
considerar la implementación de un sistema homogéneo de proporcionalidad limitada.
Para ello aumentamos l
que hemos denominado Hexanominal. El sistema hexanominal tiene la ventaja
política de no requerir un ajuste en el número de legisladores totales de la Cámara de
314
Diputados (salvo en Entre Ríos y Tucumán que aumentan la magnitud absoluta en 1) y,
en este sentido, no requeriría una reforma constitucional en ninguno de sus aspectos
operativos.
Dicho sistema renueva la mitad de la Cámara de Diputados alternando las
elecciones entre distritos, ello permite doblar la magnitud efectiva en las provincias
periféricas y reducir la de las provincias centrales, las cuales serán divididas en un
número de subdistritos electorales acorde para alcanzar la magnitud efectiva promedio
de seis
turas en las provincias centrales y,
como v
os 1995 y 1999.
escaños.
De esta forma, mediante la creación de subdistritos dentro de las provincias
centrales y la eliminación de la renovación parcial simultánea en las provincias
periféricas, se establece para todo el país un rango de variación distrital de entre 5 y 7
bancas, lo que produciría una estructura de incentivos homogéneos para la competencia
partidaria, un perfil más personalizado de las candida
eremos a continuación, una tendencia a la proporcionalidad mayor que en los
sistemas uninominal y mixto segmentado, muy similar a la existente en la actualidad.
Análisis comparado de cuatro sistemas electorales alternativos
Con la intención de analizar comparativamente el impacto que tendría el sistema
vigente y cada uno de los tres sistemas electorales propuestos, se realizaron
simulaciones calibradas a partir de los datos de las elecciones de los añ
La elección de diputados nacionales en 1995 tuvo la particularidad de que
existieron tres partidos que obtuvieron más del 20% de los votos en el orden nacional.
El PJ, sin embargo, fue un claro vencedor con el 43% de los sufragios, comparados con
un 20% y un 21% del Frepaso y la UCR respectivamente. Con tales resultados -y
315
aplicando el sistema electoral vigente- el PJ obtuvo un 53% de las bancas, contra un
15% del Frepaso y un 21% del radicalismo.
Los resultados de 1995 parecieran mostrar que el sistema electoral vigente tiene
un clar
en la elección de 1999, el PJ obtuvo 37.7% de las bancas con el 35%
de los
Con el sistema uninominal, en cambio, se observa con toda claridad el sesgo
que, con el sistema
electora
regiona
encuentren fuertemente concentradas geográficamente (ver Figura 8.2).
o sesgo mayoritario ya que, mientras el PJ obtuvo un porcentaje de bancas
aproximadamente un 13% superior a su porcentaje de votos, el Frepaso -por el
contrario- obtuvo un porcentaje aproximadamente un 5% inferior a su porcentaje de
votos.
En tanto
votos, mientras que la Alianza obtuvo un 48.5% de bancas con un 48.5% de los
votos. Es decir, el PJ obtuvo una sobre-tasa de casi 3% a pesar de salir segundo ¿Cuál es
el motivo por el cual puede existir un efecto contra-mayoritario en 1999? A partir de las
simulaciones calibradas del sistema actual es posible mostrar cómo la distribución
regional de su caudal electoral le confirió al PJ una sobre-tasa en bancas distinta al
premio de mayoría que normalmente otorga el sistema D´Hont con un umbral de 3% en
distritos de variada magnitud efectiva.
mayoritario que generaría su aplicación (ver Figura 8.2). Mientras
l mixto segmentado, su impacto -también mayoritario- en un sistema de partidos
relativamente disperso es difícil de evaluar en el largo plazo, dado que generaría
presiones tanto para formar coaliciones mayoritarias a nivel local como para fragmentar
lmente la implantación territorial de los distintos partidos políticos nacionales.
Así, el sistema mixto segmentado propuesto por el Senador Corach es en el
orden Nacional considerablemente más mayoritario que el actual, ya que sólo permite la
entrada en la Cámara a fuerzas que obtengan alrededor de un 12% nacional o que se
316
Las simulaciones calibradas, por otro lado, permiten evaluar las características
relativamente proporcionales del sistema hexanominal, aunque con una tendencia a
reducir
evaría a la obtención de aproximadamente el 45% de las bancas, lo cual implica
una so
representación aumentaría con la aplicación de
sistema
Simulaciones Monte Carlo Calibradas por la distribución territorial del voto 1995
Sistema Vigente Sistema Uninominal
ligeramente el número efectivo de partidos en bancas. De esta forma, podemos
observar una distribución votos-bancas semi-proporcional (similar al sistema vigente)
pero con una pequeña sobre-tasa distribuida mas homogéneamente entre todos los
partidos y con una ventaja marginal para los mayoritarios. Por ejemplo, un 40% de los
votos ll
bre-tasa de sólo del 5%. Asimismo, este sistema daría mayor uniformidad a la
competencia partidaria en todas las provincias del país (ver Figura 8.2).
Al realizar simulaciones calibradas, cubriendo una variada gama de resultados
electorales posibles, podemos notar que la distribución regional del voto del PJ ( )
obtiene, en todos los sistemas electorales simulados, una sobre-tasa de representación de
cerca de 5% respecto de la media de los demás partidos. En cambio, con el mismo
porcentaje de votos el Frepaso ( ) obtendría menos cargos que el Justicialismo con la
aplicación del sistema vigente. Esta sub
s mayoritarios como el “Proyecto Corach” o el Uninominal y se reduciría
parcialmente con el Hexanominal. En tanto, la distribución distrital del voto de la UCR
en 1995 es también similar e incluso más favorable que la observada para el PJ. Sin
embargo, debemos considerar que el bajo porcentaje de votos obtenidos en 1995 le dio
mayor peso relativo al voto radical en las provincias periféricas.
Figura 8.2: Asignación de bancas esperadas en cuatro modelos de Reforma,
317
% Votos
.6.5.4.3.2.10.0
.6
.4
.3
.2
0.0
% B
anca
s
.7
.5
.1
Partidos
Provinciales
Frepaso
UCR
PJ
% Votos
.6.5.4.3.2.10.0
% B
1.0
.8
.6
.4
.2
0.0
anca
s
Partidos
Otros
Provinciales
UCR
Frepaso
PJ
Sistema Mixto Segmentado Sistema Hexanominal
% Votos
.6.5.4.3.2.10.0
.3
.1
0.0
% B
anca
s
.7
.5
.4
.2
.8
.6
Partidos
Provinciales
UCR
Frepaso
PJ
% Votos
.6.5.4.3.2.10.0
.4
.3
.1
0.0
% B
anca
s
.6
.2
.7
.5
Partidos
Provinciales
UCR
Frepaso
PJ
Interior), INDRA
minal, que se mantiene
dentro de la proporcionalidad.
Figura 8.3: Asignación de bancas esperadas en cuatro modelos de Reforma, Simulaciones Monte Carlo Calibradas por la distribución territorial del voto 1999
Fuente: Elaboración propia en base a datos estadístico electorales (Ministerio del
Cuando, en cambio, observamos el voto de la Alianza en 1999 (Figura 8.3)
podemos notar que la Alianza (●), se encuentra ubicado casi en el lugar del PJ,
ligeramente volcada sobre la derecha. Esto significa que en 1999 ambos partidos
mayoritarios cruzan la línea de referencia (proporcionalidad) de izquierda a derecha en
todos los sistemas electorales estudiados, a excepción del Hexano
318
Sistema Vigente Sistema Uninominal
% Votos
.4.3.2.10.0 .6.5
% B
anca
s.7
.6
.5
.4
.3
.2
.1
0.0
Partidos
Provinciales
APR
Alianza
PJ
% Votos
.6.5.4.3.20.0 .1
% B
anca
s
1.0
.8
.6
.4
.2
0.0
Partido
Provinciales
APR
Alianza
PJ
Sistema Mixto Segmentado Sistema Hexanominal
% Votos
.5.4.3.2.10.0
% B
anca
s
.7
.6
.5
.4
.3
.2
.1
0.0
Partidos
Provinciales
APR
Alianza
PJ
% Votos
.6.5.4.3.2.1
% B
anca
s.6
.5
.4
.3
.2
.1
Partidos
Provinciales
APR
PJ
Alianza
0.00.0
Fuente: Elaboración propia en base a datos estadístico electorales (Ministerio del Interior), INDRA
Otra forma de analizar estas diferencias es estudiando por separado las provincias
centrales y las periféricas. De esta manera, podemos observar que el sistema vigente las
genera en las provincias centrales una distribución muy proporcional que no corta la línea
de referencia y, para las elecciones de 1995, esto le daría una ventaja del Frepaso sobre la
UCR (ver Figura 4).
319
Figura 8.4: Asignación de bancas esperadas en la Provincias Centrales, Simulaciones Monte Carlo Calibradas por la distribución territorial del voto 1995
Sistema Vigente Sistema Uninominal
% Votos
.6.5.4.3.2.10.0
% B
anca
s
.6
.5
.4
.3
.2
.1
0.0
Partidos
Provinciales
Frepaso
UCR
PJ
% Votos
.6.5.4.3.2.10.0%
Ban
cas
1.0
.8
.6
.4
Partidos
Provinciales
UCR
so
PJ
.2 Frepa
0.0
Sistema Mixto Segmentado Sistema Hexanominal
% Votos
.6.5.4.3.2.10.0
% B
anca
s
1.0
.9
.8
.7
.6
.5
.2
.1
0.0
.4
.3
Partido
Frepaso
UCR
PJ
Provinciales
% Votos
% B
anca
s
.7
.6
.5
.4
.3
.2
.1
Partidos
s
Frepaso
UCR
PJ
Provinciale
.6.5.4.3.2.10.00.0
Fuente: Elaboración propia en base a datos estadístico electorales (Ministerio del Interior), INDRA
Mientras que, con el sistema Hexanominal, en las provincias centrales podemos
percibir un ligero sesgo favorable a la UCR en 1995 y a APR en 1999. Ello parecería
indicar un ligero premio de minoría para las terceras fuerzas cuyos votos no se
concentren significativamente en el Conurbano. Tales sesgos pueden ser también
observados en las Figuras 4 y 6 que describen la relación votos-bancas en las provincias
centrales calibradas para 1995 y 1999 respectivamente.
320
En las provincias periféricas, en cambio, podemos ver cómo el sistema vigente
de crecimiento, mientras que los partidos provinciales obtendrían importantes sobre-tasas
de representación.
Con la aplicación de un sistema uninominal, mientras tanto, la elección de 1995
muestra un sesgo mayoritario uniforme en todo el país. Con pocas excepciones, un
partido político puede obtener representación en la Cámara si no logra al menos el 10%
de los votos en el orden nacional o un porcentaje ligeramente menor y geográficamente
muy especializado en alguna provincias.
Así, podemos observar cómo en un sistema de tres partidos como el que
simulamos en base a los datos electorales de 1995, un partido que obtuviese el 20% de
los votos en el conjunto de las provincias periféricas solo le corresponderían alrededor de
un 10% de las bancas, mientras que un partido ganador, incrementaría sus bancas de
modo más que proporcional, lo que le permitiría obtener con el 40% de los votos cerca de
un 70% de los escaños (ver Figura 8.5). Es decir, un aumento de 20% en votos resultaría
en uno del 60% en bancas, y lo mismo ocurriría para las provincias centrales
consideradas en su conjunto.
Con el sistema mixto segmentado, sin embargo, el alto umbral de entrada es el
res las
cuales
s en las provincias centrales. Por
determina que una tercera fuerza nacional como el Frepaso tenga importantes dificultades
ultado del impacto que tienen los distritos uninominales en las provincias centrales,
permiten acceder a la Cámara únicamente a fuerzas que en promedio obtengan el
20% de los votos en ellas. La comparación de las figuras 8.4 y 8.5 resulta ilustrativa al
respecto.
La figura 8.5 que evalúa el sistema electoral en las provincias periféricas muestra
la misma distribución que el sistema vigente. Ello se debe a que el “Proyecto Corach”
sólo introduce modificaciones a la asignación de banca
321
otro la
s y periféricas (Figuras 8.4 y 8.5) con la aplicación del sistema
hexano
Monte Carlo Calibradas por la distribución territorial del voto 1995
Sistema Vigente Sistema Uninominal
do, la Figura 4 muestra una distribución apenas menos mayoritaria que la del
diseño uninominal puro.
En tanto, puede observarse cómo se homogeneiza el comportamiento de las
provincias centrale
minal, resultando más proporcional en comparación con el resto de los sistemas
analizados.
Figura 8.5: Asignación de bancas esperadas en la Provincias Periféricas, Simulaciones
% Votos
% B
anca
s
.6
.5
.3
.2
.1
0.0.6.5.4.3.2.10.0
.7
.4
Partidos
Provinciales
Frepaso
PJ
UCR
% Votos
% B
anca
s
.6
.2
0.0.6.5.4.3.2.10.0
1.0
.8
.4
Partidos
Provinciales
Frepaso
UCR
PJ
Sistema Mixto Segmentado Sistema Hexanominal
Fuente: Elaboración propia en base a datos estadístico electorales (Ministerio del Interior), INDRA
% Votos
.6.5.4.3.2.10.00.0
% B
anca
s
.7
.6
.4
.3
.5
.2
.1
Partid
Provinciales
os
UCR
Frepaso
PJ
% B
anca
s
.9
.7
.5
.3
.1
% Votos
.6.5.4.3.2.10.00.0
1.0
.8
.6
.4
.2
Partido
Provinciales
Frepaso
UCR
PJ
322
Las diferencias entre el comportamiento de las provincias centrales y periféricas
también pueden ser estudiadas en las simulaciones calibradas para el año 1999. Allí, con
el siste
en las provincias periféricas. Nuevamente, el voto fuertemente concentrado
de los partidos provinciales, sumado al sesgo mayoritario de sus distritos, les permite
de crecimiento nacional.
En tanto, con el sistema uninominal –y debido a la distinta especialización del
voto en las provincias centrales y periféricas- los trazos mayoritarios se moderarían en el
orden nacional, llevando a que un aumento de 20 puntos de los votos (entre 20% y 40%)
se traduzca en un aumento de 45 puntos (entre 10 y 55% de las bancas).
A diferencia de lo ocurrido con la calibración de 1995, un sistema con rasgos
bipartidistas como el calibrado en base a 1999 tiene un sesgo mayoritario relativamente
más moderado. La tendencia a la especialización regional del voto de los partidos
provinc entad en l esca los cuales los
artidos provinciales ( ) muestran sesgos partidarios positivos (ver Figuras 8.6 y 8.7).
Asimismo, el diseño hexanominal otorga una sobre-tasa en bancas a los partidos
provinciales. Ello puede ser observado por la distribución de los puntos ( ) en las
Figuras 8.5 y 8.7, mientras que el sistema mixto segmentado no muestra diferencias
sustantivas entre la distribución votos-bancas de las provincias centrales y periféricas
calibradas para 1999 y 1995.
ma vigente, las dificultades de crecimiento para el APR ( ) en las provincias
periféricas acompañan una distribución similar a la representada en 1995, donde la
relativa proporcionalidad de las provincias centrales contrasta con los sesgos mayoritarios
observados
aparecer sobre-representados en la distribución global, pero con limitadas posibilidades
iales queda bien repres a os togramas de 1999, en
p
323
Figura 8.6: Asignación de bancas esperadas en la Provincias Centrales,
Simulaciones Monte Carlo Calibradas por la distribución territorial del voto 1999
Sistema Vigente Sistema Uninominal
% Votos
%B
anca
s
.5
.4
.3
.2
0.0.6.5.4.3.2.10.0
.6
.1
Partidos
Provinciales
Alianza
APR
PJ
% Votos
.6.5.4.3.2.10.0
% B
anc
.2
0.0
as
1.0
.8
.6
.4
Partidos
Provinciales
APR
PJ
Alianza
Sistema Mixto Segmentado Sistema Hexanominal
% Votos
.6.5.4.3.2.10.0
.2
0.0
% B
anca
s
.9
.7
.5
.4
.3
.1
1.0
.8
.6
Partido
Provinciales
Alianza
APR
PJ
% Votos
.6.5.4.3.2.10.0
.3
.1
0.0
% B
anca
s
.5
.2
.7
.6
.4
Partidos
Provinciales
Alianza
APR
PJ
Fuente: Elaboración propia en base a datos estadístico electorales (Ministerio del Interior), INDRA
324
FiguraS Sistema Vigente Sistema Uninominal
8.7: Asignación de bancas esperadas en la Provincias Periféricas, imulaciones Monte Carlo Calibradas por la distribución territorial del voto 1999
% Votos
.6.5.4.3.2.10.0
% B
anca
s
.7
.6
.5
.4
.3
.2
.1
0.0
Partidos
Provinciales
APR
Alianza
PJ
% Votos
.6.5.4.3.2.10.0
% B
anca
s
1.0
.8
.6
.4
.2
0.0
Partidos
Provinciales
APR
Alianza
PJ
Sistema Mixto Segmentado Sistema Hexanominal
% Votos
.6.5.4.3.2.10.0
% B
anca
s
.7
.6
.5
.4
.3
.2
.1
0.0
Partido
Provinciales
APR
Alianza
PJ
% Votos
.5.4.3.2.10.0
% B
anca
s
.6
.5
.4
.3
.2
.1
0.0
Partidos
Provinciales
APR
PJ
Alianza
Fuente: Elaboración propia en base a datos estadístico electorales (Ministerio del Interior), INDRA
Sesgos mayoritarios y partidarios
Una forma de observar la diferencia entre las provincias centrales y las
periféricas es re-estimando los resultados de las simulaciones Monte Carlo y graficando
una línea que pase por el centro de esta distribución. Tal y como muestra la Figura 8.8,
la diferencia entre el sesgo mayoritario de las provincias centrales y periféricas llega a
distribuir cerca de 10 bancas más a los partidos mayoritarios en la periferia. Sin
325
embargo, ello ocurre en el punto de mayor distancia entre la curva gris claro y la gris
en apro imadamente al punto donde se encuentran el 65% de los
votos.
Existen sin embargo diferencias notorias entre las provincias centrales y las
periféricas que se relacionan con el distinto nivel de competencia en cada grupo. Por
ejemplo, si bien el PJ obtuvo cerca del 43% de los votos en las provincias centrales y
también en las periféricas, el Frepaso obtuvo cerca de un 25% de votos en las provincias
centrales y solo un 12% en las periféricas. Estas diferencias explican por qué la línea de
distribución de asientos para el Frepaso (Figura 8.9) se encuentra por debajo de la línea
de asignación de bancas de los otros dos partidos nacionales analizados aquí.
Asimismo, el sesgo mayoritario para el total nacional 95 y 99 del “Proyecto
Corach”, en el cual la moderada sobre-tasa obtenida por los partidos ganadores en la
periferia, se ve incrementada por la fuerte sobre-tasa en las provincias centrales. El
resultado es un premio de mayoría de un 5% a un 20% de la Cámara en el orden
nacional, desbalanceado por el impacto del sesgo mayoritario en las provincias centrales
(Figuras 8.8 y 8.9).
En contraste, con la aplicación del sistema Hexanominal, el promedio de
distr
pura proporcionalidad en una competencia de 3 o más partidos como la observada en
ompetencia calibrada para 2 partidos en 1999.
oscura, correspondi te x
ibución de bancas observado para la totalidad del país se encuentra muy cercano a
la
1995, pero es más mayoritario en la c
Por otra parte, puede verse con claridad cómo el sistema uninominal es
fuertemente mayoritario en la elección de 1995, restringiendo el acceso a bancas para
todo partido que no obtenga al menos un 10% del voto nacional y otorgando un premio
de mayoría extraordinariamente grande a los ganadores de la contienda electoral
(Figuras 8 y 9).
326
(gris oscuro), Simulaciones Monte Carlo Calibradas para 1995 Figura 8.8: Relación Votos-Bancas, Provincias Periféricas (gris claro) y Centrales
Sistema Vigente Sistema Uninominal
Sistema Mixto Segmentado Sistema Hexanominal
Fuente: Elaboración propia en base a datos estadístico electorales (Ministerio del Interior), INDRA
Asimismo, en el diseño uninominal se ve que el sesgo mayoritario de las
provincias centrales se encuentra a la izquierda del sesgo de las provincias periféricas.
Esto se explica porque la fuerte implantación del voto urbano del Frepaso en las
provincias centrales es licuado con el voto rural. Mientras tanto, el control del PJ y la
UCR en las zonas menos urbanas, queda diluido a partir de su vinculación con los
distritos más competitivos.
En tanto, con el sistema Hexanominal los sesgos mayoritarios de las provincias
centrales y periféricas tienden a diferenciarse marginalmente, siendo dichas distancias
327
significativamente menores, no solo res inal y mixto
segmentad
Figura 8.9: Provincias Periféricas (gris claro) y Centrales (gris oscuro),
Simulaciones Monte Carlo Calibradas para 1999
Sistema Vigente Sistema Uninominal
pecto a los diseños uninom
o, sino también en relación con el sistema vigente.
Sistema Mixto Segmentado Sistema Hexanominal
Fuente: Elaboración propia en base a datos estadístico electorales (Ministerio del Interior), INDRA
Con respecto al sistema mixto segmentado, puede observarse cómo, dado que el
eje vertical representa el total de bancas en lugar del porcentaje de bancas, el valor
medio es de 64.25, por lo tanto, con un 40% de los votos se obtiene un numero por
encima del 50% de las bancas en las provincias centrales y por debajo del 50% de las
bancas en las provincias periféricas. La distancia entre la asignación de bancas en las
328
provincias periféricas y las centrales se maximiza, consecuentemente, en alrededor de
un 60% de los votos (ver 8 y 9).
Las propiedades de los cuatro sistemas el torales estudiados
Puede afir sólo resulta ser
mayor xan minal y en el vig nte, s primero
homogeneiza los valores de las provincias centrales y las periféricas, permitiendo el
ingreso de terceras fuerzas nacionales en condiciones competitivas para estas últimas y
reduciendo la posibilidad de dispersión de escaños entre fuerzas minoritarias en las
provincias centrales. Los sistemas uninominal y mixto segmentado, en cambio, reducen
aun más la competencia efectiva, imposibilitando el surgimiento de terceras fuerzas
acionales competitivas en las provincias periféricas y obstaculizándolo dicho proceso
en las p tabla .3).
También se puede verificar un sesgo mucho mas proporcional tanto en el
sistema hexanominal como en el vigente, con la diferencia de que el primero permite
homogeneizar la proporcionalidad -y con ello la competencia partidaria -entre las
provincias centrales y las periféricas.
De la misma manera, los sesgos ma oritarios y partidarios resultan ser menores
en
ambos
gobernabilidad, accesibilidad de las terceras fuerzas políticas para convertirse en fuerzas
ec
marse que la competencia efectiva legislativa no
en el sistema he o e ino que además el
n
rovincias centrales (ver 8
y
los sistemas vigentes y hexanominal, sin mostrar diferencias sustanciales entre
en el total del país. Sin embargo, el sistema hexanominal presenta mínimas
diferencias entre estos indicadores para el Centro mientras que los aumenta levemente
en las provincias centrales.
Con los resultados analizados hasta aquí es posible afirmar que, de los sistemas
alternativos propuestos al vigente, el hexanominal es el único que permite garantizar
329
parlamentarias y mayores condiciones competitivas en las provincias periféricas sobre-
representadas. Por este motivo concentraremos el análisis en la comparación del sistema
exanominal con el vigente incorporando datos de las elecciones de 1995 y 2001.
Taelectoral
h
bla 8.3: Indicadores para la evaluación de las propiedades de un sistema
Indicador elecc. 1995 elecc. 1999 1995 + 1999 Indicador elecc. 1995 elecc. 1999 1995 + 1999CEV 2.99 3.19 3.10 CEV 3.28 3.55 3.41
SP 1.48 1.50 1.49 SP 1.74 1.71 1.72
CEL 2.19 2.19 2.19 CEL 2.27 2.39 2.33DESP 0.19 0.21 0.20 DESP 0.19 0.19 0.19SM 1.43 1.42 1.42 SM 1.62 1.63 1.63
CEV 3.14 3.29 3.23 CEV 3.76 4.10 3.93CEL 2.63 2.71 2.67 CEL 2.52 2.54 2.53
SM 1.29 1.28 1.28 SM 1.64 1.75 1.69SP 1.30 1.32 1.31 SP 1.79 1.87 1.83
DESP 0.09 0.10 0.10 DESP 0.20 0.23 0.21
CEV 2.96 3.17 3.07 CEV 2.77 2.95 2.86
SM 1.61 1.61 1.61 SM 1.62 1.58 1.60
Indicador elecc. 1995 elecc. 1999 1995 + 199
CEL 2.11 2.08 2.09 CEL 2.01 2.22 2.12DESP 0.21 0.23 0.22 DESP 0.17 0.15 0.16
SP 1.68 1.76 1.72 SP 1.73 1.64 1.68
Indicador elecc. 1995 elecc. 1999 1995 + 1999 9CEV 2.99 2.98 2.99 CEV 3.37 3.27 3.32CEL 1.28 1.31 1.31 CEL 2.07 1.93 2.01DESP 0.45 0.45 0.45 DESP 0.27 0.27 0.27
SP 2.63 2.33 2.47SM 2.49 2.26 2.37 SM 1.75 1.73 1.74
SP 2.36 2.24 2.29
CEV 3.07 3.07 3.07 CEV 3.16 3.15 3.15CEDESSP 3.65 3.29 3.46 SP 1.89 2.44 2.16
L 1.08 1.09 1.09 CEL 1.96 1.78 1.87SP 0.53 0.53 0.53 DESP 0.27 0.28 0.28
M 3.42 3.17 3.29 SM 1.60 1.93 1.76
CEV 2.71 2.68 2.69 CEV 3.59 3.40 3.50CEL 1.95 2.06 2.01 CEL 2.19 2.08 2.14
SM 1.82 1.65 1.73 SM 1.97 1.59 1.74SP 1.89 1.68 1.78 SP 3.17 2.12 2.51
CE
DESP 0.20 0.17 0.19 DESP 0.27 0.27 0.27
Referencias:V: Competencia Efectiva de Votos; CEL: Competencia Ef
SM: Sesgo Mayoritario; SP: Sesgo Partidario
provincias PERIFERICAS provincias PERIFERICAS
ectiva Legislativa; DESP: Desproporcionalidad;
provincias CENTRALES
SISTEMA CORACH
provincias CENTRALES
SISTEMA UNINOMINAL
SISTEMA HEXANOMINAL
provincias CENTRALES
provincias PERIFERICAS
SISTEMA ACTUAL
provincias CENTRALES
provincias PERIFERICAS
Fuen
l en la asignación total de escaños para las fuerzas políticas,
pero sí
te: Elaboración propia en base a datos estadístico electorales (Ministerio del Interior), INDRA
En la figura 8.10 se puede observar el porcentaje de votos y bancas en los años
1995 y 2001 para el sistema vigente y el hexanominal. Allí, este último sistema no
muestra un cambio sustancia
en la asignación parcial entre el centro y la periferia.
En el caso del PJ, el peso interno que tienen las bancas obtenidas en las
provincias periféricas disminuye tanto en el año 1995 como en el 2001 aumentando, en
330
cambio, el de las provincias centrales. Por otro lado, permite a las terceras fuerzas
nacionales (Frepaso en 1995 y ARI en 2001) poder competir por bancas en la periferia,
aumentando su participación en la misma. En este punto resulta importante destacar que
el ARI, a diferencia del Frepaso, disminuye vemente el porcentaje de bancas obtenidas
en l el
2001 es menor que el de la tercera fuerza en 1995 (el Frepaso) y a que el sistema
hexanominal presenta un sesgo mayoritario levemente más alto en las provincias
centrales (reducción de la magnitud efectiva). En el caso de la UCR – Alianza, por el
contrario, se puede observar un aumento de la importancia de la periferia, situación que
se ve posibilitada por una magnitud efectiva mayor en esos distritos, que la existente en
la actualidad.
Figura 8.10: Relación votos – bancas en el total del país, provincias centrales y provincias periféricas para los años 1995 y 2001
le
as provincias centrales debido a que el porcentaje de votos de la tercera fuerza en
Fuente: Elaboración propia en base a datos estadístico electorales (Ministerio del Interior), INDRA.
331
A continuación analizaremos comparativamente el impacto de los sistemas
vigente y hexanominal sobre la implantación geográfica del voto partidario y el sesgo
electoral partidario en el país para las elecciones 1995 y 2001.
Implantación geográfica del voto partidario y del sesgo electoral partidario98
Todas las fuerzas políticas muestran una implantación geográfica del voto
partidario altamente concentrada en las provincias centrales y en algunos de los grandes
centros urbanos de las provincias periféricas. Sin embargo, el PJ y la UCR-Alianza
también logran una buena actuación en las provincias periféricas debido al bipartidismo
predominante en la mayoría de ellas (ej. Santa Cruz, San Luis), aún cuando esta
situación sea más pronunciada en el caso del PJ por tener una distribución más
homogénea y un m entras tanto, no
presentan valores significativos en la periferia en ninguna de las dos elecciones
analizadas (ver Figura 8.11).
En 1995 si bien el Frepaso tiene una muy buena actuación electoral a nivel
nacional, solo logra destacarse moderadamente en algunas pocas provincias periféricas
como Santa Cruz, Mendoza y Tucumán, algo similar a lo sucedido en el 2001 con el
ARI en provincias periféricas como Chaco, San Luis y La Pampa.
Pero al momento de estudiar el sesgo electoral partidario en 1995 y el 2001 se
puede observar como el PJ, por efecto de la aplicación del sistema hexanominal, pierde
peso en las provincias periféricas ya que, al aumentar la magnitud efectiva en las
mismas su comportamiento se vuelve más proporcional. En cambio, bajo el mismo
ayor peso electoral relativo. Las terceras fuerzas, mi
98 Para el voto partidario se calculó el logaritmo nepperiano de la relación entre el total de votos de cada
fuerza política en cada sección electoral o circuito electoral y el total nacional de votos positivos, luego ponderado para llevarlo a valores de 0 a 1. Para el sesgo electoral partidario se calculó el logaritmo nepperiano del índice anterior con la desproporcionalidad de votos-bancas de cada fuerza política por distrito electoral, luego ponderado para ser llevado a valores entre 0 y 1.
332
sistema
so con un porcentaje de
otos más alto que el ARI, logra ampliar su presencia a varias provincias periféricas
pliar
moderadamente su escenario a La Pampa (provincia periférica) perdiendo en cambio
cierto peso en las provincias centrales, debido a que obtiene un porcentaje de votos muy
inferior al Frepaso en 1995 y a que, con la aplicación del sistema hexanominal, el
umbral efectivo en las provincias centrales es más alto que con el sistema vigente, lo
cual reduce la posibilidad de ingreso para terceras fuerzas con valores de voto en
promedio inferiores al diez por ciento en cada subdistrito.
, la UCR en 1995 y la Alianza en 2001 pierden peso en las provincias centrales,
por ser allí donde muestran en forma relativa una peor performance electoral.
Finalmente, en el caso de las terceras fuerzas, el Frepa
v
donde tiene una buena actuación electoral, mientras que el ARI apenas logra am
333
Figura 8.11: Mapas de voto y sesgo partidario
Fuente: Elaboración propia en base a datos estadístico electorales (Ministerio del Interior), INDRA
334
335
Figura 8.11 (cont.)
Fuente: Elaboración propia en base a datos estadístico electorales (Ministerio del Interior), INDRA
Capitulo 9: Conclusiones Generales
“Un joven universitario que había sacado mención honorífica en retórica y lógica, llega a su casa –honorables comerciantes sus padres. Estaban comiendo, y se sirve un pollo a la mesa. Dice el hijo: mira, papá, te voy a probar que este pollo son dos. –Bueno, mi hijo, dice el padre; mientras tu madre y yo comemos este, tú comerás el otro. ¡Ese, señor presidente, es el pollo que va a comer la minoría!”
Nicolás A. Calvo, Debate sobre la Reforma Electoral, Honorable Cámara de Diputados, Buenos Aires, Noviembre 10, 191199.
“porque ya la Naturaleza nos ha hecho geográficamente desequilibrados y nuestra política económica no ha hecho sino acentuar, imprudentemente, ese desequilibrio. Y me digo: la lista incompleta, arbitraria en cuanto da a unos un tercio y a otros dos tercios de la representación, puede servir de contrapeso, de moderador del desequilibrio. Porque la mayoría del litoral y la metrópoli será la minoría del interior y las provincias, -y, a su vez, la minoría del litoral, podrá sumar sus elementos a las mayorías del interior, y entonces pasaran las leyes de censo y podrán proponerse tantos problemas que hoy están en retardo”
López Manan, Debate de Reforma Electoral en la Honorable Cámara de Diputados, Buenos Aires, Noviembre 10, 1911.100
Crisis Política, Realineamientos Partidarios y Reforma Electoral En la historia política Argentina, cambios importantes en la competencia partidaria
han sido a su vez acompañados por cambios significativos en las reglas institucionales que
regulan la competencia electoral. El surgimiento del Radicalismo como partido de masas a
fines del siglo XIX fue determinante para motorizar el proceso de reforma electoral iniciado
en 1911. La nueva dinámica política impulsada por la “cuestión social”, como fuera
denominado el proceso de movilización política y social que caracterizo a la primera década
del Siglo XX, reforzó la imagen de un federalismo fracturado entre una metrópoli progresista
y una periferia conservadora. La lista incompleta representó un compromiso electoral entre
Radic toral
nacional tal y como fuera descrito en el Capitulo 2 del presente libro.101
Cuatro décadas más tarde, el surgimiento del Peronismo también llevaría a nuevos
reacomodamientos en el sistema de partidos y, posteriormente, a cambios en las reglas
ales y Conservadores, el cual facilitaría a su vez el surgimiento de un mercado elec
99 Diario de Sesiones, Noviembre 10, 1911, Reunión num. 59, pg. 178. 100 Diario de Sesiones, Noviembre 10, 1911, Reunión num. 59, pg. 212. 101 Ver el Capítulo 2.
337
electorales. En 1949 y 1951, a partir de la cr ción de distritos uninominales cuyos límites
geográficos fueron sancionados mediante decreto del poder ejecutivo, el Peronismo impuso
una distribución de bancas marcadamente mayoritaria en un contexto de creciente
polarizaci
incomplet
Proporcional luego de ltima reforma fue inicialmente
propuesta
los incent
formalme
El retorno a
tema de partidos. El Justicialismo, por primera vez en su historia, fue
derrotado en elecciones abiertas y competitivas. Esta derrota cimentó las bases para una
crisis económica y política, por tanto, el sistema de partidos en la Argentina se ha
Sin embargo, tal y como mostráramos a lo largo de este libro, la fragmentación del
actual proceso de
de los sistemas políticos en las
ea
ón social y política. El golpe de estado de 1955 restauró brevemente la lista
a, la cual finalmente fue remplazada por una formula de Representación
l golpe militar del ’62. Aun cuando esta ú
por la UCRI, los militares vieron en la formula de RP la posibilidad de minimizar
ivos que distintas facciones del radicalismo tenían para negociar con un Peronismo
nte proscrito pero electoralmente dominante.
la democracia en 1983 ha estado también caracterizado por cambios
sustantivos en el sis
transformación institucional del partido, cambios programáticos profundos y la selección de
una nueva dirigencia política (Levitsky, 2003; Novaro, 2000; Torre, 2003). El Radicalismo,
por su parte, fue perdiendo consistencia electoral, disolviéndose en el orden nacional en una
multitud de nuevas agrupaciones alineadas ideológicamente. En un contexto de profunda
fragmentado, tanto en lo que refiere al número efectivo de partidos competitivos como a la
distribución territorial de dichos partidos. Nuevos realineamientos políticos nacionales y
provinciales, a su vez, han debilitado las identidades partidarias que caracterizaran a la
Argentina de la posguerra.
sistema político no ha sido uniforme en todas las provincias. El
realineamiento partidario muestra características geográfico-políticas similares a aquellas que
caracterizaron al surgimiento de la UCR de fines del siglo XIX y al Peronismo hace más de
50 años. En este último caso, una creciente fragmentación
338
o los efectos mayoritarios de las
agnit
políticos locales. Estas estrategias de control de fronteras,
provincias más pobladas ha sido acompañada por una relativa estabilidad partidaria en las
provincias chicas y medianas.
Como ocurriera a lo largo del siglo XX, estos realineamientos en el sistema de
partidos han facilitado a su vez cambios importantes en las reglas institucionales que regulan
la representación política. En el orden nacional, la introducción del ballotage ha dado nuevo
ímpetu al surgimiento de terceros partidos y a la proliferación de candidaturas extra-
partidarias, quienes han perdido incentivos para coordinar sus estrategias electorales en la
primera vuelta presidencial (Negretto, 2005). Un mayor nivel de competencia partidaria en la
elección de diputados nacionales, a su vez, ha potenciad
m udes bajas en las provincias chicas y medianas, incrementando el premio en bancas
obtenido por el Peronismo y, en menor medida, por el Radicalismo y los partidos
provinciales.102 La fragmentación política ha tenido también consecuencias para la sanción de
leyes en el Congreso, en el cual hemos observado una caída significativa en la tasa de
aprobación de leyes y mayores niveles de cartelización política (Jones y Hwang, 2005; Calvo,
2004b).
En el orden provincial, múltiples reformas constitucionales y electorales les han
permitido a los distintos oficialismos provinciales administrar los efectos negativos de una
creciente competencia partidaria nacional. En un contexto de crisis económica y mayor
competitividad electoral las provincias han llevando adelante estrategias de control de
fronteras (“boundary control”), como fuera definido por Gibson (2004b), con el objetivo de
resguardar a los actores
conjuntamente con la creciente disponibilidad de recursos fiscales asignados a partir de las
políticas de descentralización en los ‘90s, han favorecido una mayor territorialización de la
competencia política en la Argentina.103
102 Ver la última sección del Capitulo 3. 103 Ver Capitulo 4.
339
a de Partidos
contemporáneos. Esta tendencia a la uniformización y rutinización de la competencia
dos nacionales y provinciales se minimizan. Una
La territorialización del Sistem
A lo largo del siglo XX, a partir del surgimiento de nuevos actores políticos y de
recurrentes crisis de representación, la política electoral argentina fue progresivamente
nacionalizando su sistema de partidos. Esta nacionalización del sistema de partidos se
caracterizó por (i) una menor diferenciación de la competencia partidaria provincial respecto
de aquella que caracterizó a la competencia partidaria nacional, (ii) una menor diferenciación
entre los sistemas de partidos de distintas provincias, y (iii) una creciente orientación
programática nacional en la definición de las políticas publicas implementadas por los
partidos mayoritarios. Esta mayor nacionalización de la competencia partidaria también se vio
favorecida por las estrategias de centralización burocrática de distintos gobiernos civiles y
militares.104
El proceso de nacionalización de la competencia partidaria no ha sido distintivo del
sistema político argentino y ha caracterizado la evolución de una mayoría de los sistemas de
partidos
política fue extensamente analizada por Rokkan y es habitualmente referida como la tesis de
la nacionalización de la competencia partidaria (Rokkan, 1970; Caramani, 2004).
Como describiéramos en el Capitulo 2, Chhibber y Kollman (2004) mostraron que los
procesos de centralización política y administrativa tienden a favorecer la formación de
partidos políticos nacionales, reduciendo el valor electoral de aquellos actores orientados
localmente -dado que dichos actores afectan de modo marginal la aprobación de leyes
políticamente sustantivas-. En la medida en que el proceso de centralización política y
administrativa se consolida, por tanto, los incentivos para votar partidos localistas decrece y
las diferencias entre los sistemas de parti
104 En particular el modelo burocrático-autoritario del onganiato (O’Donnell, 1974). Esta estrategia contrasta con
adores mantuvieron considerable poder durante la dictadura militar de s y Abrucio, 2000).
la observada en Brasil, donde los gobern1964-1985 (Samuel
340
ayor centralización política conlleva, por tanto, a una mayor nacionalización de la
bson, 2004b) respecto de la competencia electoral nacional (Calvo y Murillo,
ponderado nacional. Jones y Mainwaring (2003).
Fuente: Elaborado en base a datos de Jones y Mainwaring (2003) y del Ministerio del Interior.
m
competencia electoral.
En las ultimas dos décadas, sin embargo, el proceso de territorialización o
“provincialización” de la política publica ha dado nuevo valor a la prosecución de estrategias
localistas, llevando a una creciente diferenciación de los sistemas políticos nacionales y
provinciales. Procesos de descentralización político-administrativa han fortalecido a los
actores políticos locales respecto de sus pares nacionales, reduciendo el valor político de
“etiquetas” partidarias orientadas nacionalmente. Esta creciente capacidad de distribución
discrecional de recursos políticos, económicos y simbólicos a electorados territorialmente
concentrados ha fortalecido, a su vez, el poder relativo de los actores locales –particularmente
los gobernadores—, incrementando los potenciales beneficios de un mayor control de
fronteras (Gi
2004; Escolar y Calcagno , 2004).
Figura 9.1: Índice de nacionalización de la competencia partidaria: PJ, UCR y promedio
0.9
1
0.7
0.8
0.3
0.4
0.5
0.6
1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003
PJ UCR Total Nacional
341
El valor máximo de este índice es igual a 1 cuando la competencia
sultados electorales observados en las distintas provincias
oto, a su vez, profundiza las diferencias entre sistemas políticos provinciales de por sí
or trayectorias institucionales distintas.
eforma Electoral y Fragmentación del Sistema Político Nacional
En los últimos años, en un contexto de crisis política y económica, la legitimidad de los
olíticos y sus partidos ha sido duramente cuestionada. Importantes movilizaciones
iudadanas, bajo la consigna “que se vayan todos”, han dado una clara señal que nuevas
formas son necesarias. Esta importante demanda de la ciudadanía, sin embargo, no expresa
n mandato específico sino un estado de ánimo político. Mientras el Radicalismo de principio
La Figura 9.1 muestra el índice de nacionalización del sistema de partidos de Jones y
Mainwaring (2003).105
partidaria es idéntica en todas las provincias y tiene un valor mínimo igual a 0 cuando
distintos partidos políticos compiten en cada una de las provincias.106
Tal y como se puede observar en la Figura 9.1, el índice de nacionalización de la
competencia partidaria en la Argentino ha sido cada vez menor en los últimos veinte años.
Este efecto es considerablemente más pronunciado en el caso de la UCR y de otros terceros
partidos, los cuales tienden a crecer concentradamente en algunas provincias. Sin embargo, la
creciente territorialización del voto ha sido notoria también en el Peronismo, aun cuando un
mayor faccionalismo a nivel provincial no puede ser capturado por el índice de Jones y
Mainwaring.
A su vez, una mayor volatilidad electoral nacional ha sido acompañada por una
creciente diferenciación entre los re
(volatilidad territorial) para el conjunto de los partidos políticos.107 Esta territorialización del
v
caracterizados p
R
p
c
re
u
105 La figura 9.1 reporta los valores computados por Jones y Mainwaring para el periodo 1983-2001. Los valores del a106 El índice de Jones y Mainwaring (2003) de nacionalización del sistema de partidos es igual a NSP= 1-Gini(pi). Es decir, el índice es igual a 1 menos el promedio ponderado del índice Gini de desigualdad para cada uno de los partidos. 107 Ver Capitulos 3 y 4.
ño 2003 fueron computados por los autores.
342
e sig
e claro perfil partidario
res locales relevantes. Mientras la ciudadanía reclama un cambio profundo en la
prese
mas políticos provinciales dificulta
implementación de reformas “nacionales”. En un contexto de mayor
arácter nacional puede
dramático en Salta que en Entre Ríos. Estas diferencias son ejemplificadas en detalle en el
jes político-territoriales observados en la Argentina
d lo se movilizó por el voto secreto y la social-democracia europea defendió la
representación proporcional, el reclamo de una reforma profunda de la política en la Argentina
no ha tomado cuerpo en una estrategia de representación política específica. El resultado de
esta falta de mandato reformista es el de facilitar reformas políticas d
que son publicitadas como una respuesta a las “demandas” de la ciudadanía.
Este libro pone de manifiesto los incentivos para introducir reformas electorales que
tienen su origen en los propios actores políticos antes que en la ciudadanía. Como
consecuencia de la mayor competitividad electoral y la creciente fragmentación del sistema de
partidos a nivel nacional, los propios actores políticos han percibido la necesidad de reformas
institucionales destinadas a acomodar o limitar, dependiendo del caso, a un creciente número
de nuevos acto
re ntación política, por tanto, un gran número de reformas institucionales han sido
propuestas, votadas e implementadas; cuyos objetivos son en realidad el regular una creciente
competencia partidaria.
Si bien una reforma de la política electoral puede ser necesaria, en este libro
mostramos que la creciente diferenciación de siste
considerablemente la
diferenciación local, la implementación de reformas electorales de c
tener efectos considerablemente distintos en la medida en que la competencia electoral varíe a
nivel local. Por ejemplo, la implementación de distritos uninominales para la elección de
diputados nacionales tendría efectos moderados en sistemas de baja competitividad como La
Rioja pero tendría consecuencias dramáticas en provincias de alta competitividad como
Mendoza. Reformas que incrementen las magnitudes efectivas tendrían un efecto más
Capitulo 8, el cual muestra que los cliva
afectarían la asignación de bancas de toda reforma que se pretenda implementar.
343
l de legitimidad
e incrementaron la percepción de un presidencialismo fuerte y
política, por
Conclusión
El siglo XX estuvo signado por el nacimiento de la política de masas como fenómeno
social. Si bien el centro de gravedad de la soberanía en las democracias modernas se
encuentra jurídicamente ligado al ideal de ciudadanía individual, el idea
política ha quedado indisolublemente ligado al concepto de mayoría electoral. Una mayoría
que en las democracias contemporáneas, como afirmara Rokkan, ha estado moldeada por la
expansión y rutinización de la participación política.
En la Argentina, dicha política de masas estuvo íntimamente vinculada con el
surgimiento del Radicalismo y el Peronismo. En distintos periodos históricos, estos dos
partidos se arrogaron el derecho de representar la voluntad de la mayoría, incorporando a
grupos previamente excluidos del sistema político o forzando realineamientos partidarios
significativos. Las constantes intervenciones militares previnieron la posibilidad de una
alternancia democrática
partisano, incapaz de atravesar la barrera programática que separaba a los dos partidos
mayoritarios.
Veinte años de democracia y un contexto de creciente fragmentación político-
partidaria, sin embargo, le han dado un tinte semi-parlamentario al presidencialismo
argentino. El Peronismo se ha transformado en un partido dominante pero sin capacidad para
capturar con sus propias fuerzas a una mayoría del voto presidencial. Un creciente
faccionalismo al interior del partido ha incrementado el valor de coaliciones extra-partidarias,
y la presencia de una oposición dispersa ha aumentado la fluidez de la competencia electoral a
nivel nacional.
El debilitamiento de los clivajes programáticos que caracterizaron la competencia
partidaria de la posguerra, por otro lado, ha reducido la capacidad de la oposición para
unificar una alternativa política viable al peronismo. La territorialización de la
344
tra parte, dificulta el surgimiento de una oposición política “nacional”, al tiempo que
eso relativo de facciones localistas al interior de los distintos partidos políticos.
o los mecanismos institucionales de
eforma electoral que mejore la representación tiene que estar, a nuestro juicio,
ienta
o
aumenta el p
Todos estos elementos muestran un sistema de partidos centrífugo y volátil.
Este nuevo sistema de partidos difícilmente pueda sostenerse a lo largo del tiempo.
La alta fragmentación partidaria impone costos elevados a la formación de coaliciones
legislativas, las cuales son necesarias para avanzar la política del presidente en el Congreso.
La alternativa de distintos ejecutivos en los últimos 10 años ha sido la creciente utilización de
decretos para evitar el bloqueo legislativo, debilitand
control democrático (O’Donnell, 1995) y favoreciendo el surgimiento de estrategias
clientelares. En el mediano plazo, un sistema de partidos estable y competitivo requiere del
surgimiento de alternativas programáticas nacionales que le permitan al peronismo mantener
su integridad partidaria, así como un horizonte de intervención nacional para la oposición. Los
requerimientos electorales de la Argentina actual, sin embargo, conspiran contra este objetivo
de re-centralización programática. Una mejora de la representación en el largo plazo requiere
el control democrático ejercido por partidos centralizados con un horizonte de intervención
nacional. Una r
or da a fortalecer aquellos mecanismos institucionales que les permitan a los partidos
disminuir las presiones clientelares y localistas que han capturado al sistema político
Argentino.
Apéndice del Capítulo 5: Estimación del Modelo Bayesiano de Votos
y Bancas
En este apéndice presentamos los detalles para estimar el modelo descrito en las
ecuaciones 5.1 y 5.2 del Capitulo 5. Los modelos multi-nivel bayesianos permiten la
incorporación de conocimiento previo (priors) durante el proceso de estimación. Este
conocimiento previo puede ser información objetiva (datos de encuesta, datos estadísticos
externos a la muestra, etc.) o subjetiva (información privada, prejuicios, etc.) que se encuentra
a disposición del investigador. En el caso del modelo que presentamos en este apéndice, la
información previa que incorporamos tiene el objetivo de analizar el efecto de distintas
reformas electorales en la asignación de bancas. Estos priors son objetivos, obtenidos de de
datos en un distinto nivel de agregación. La combinación de esta información previa (prior) y
del modelo de probabilidad (likelihood), produce una distribución esperada (posterior) que
resume toda la información del proceso estadístico. Para una derivación completa de la
distribución posterior esperada (joint posterior) del modelo binomial-logistico bayesiano
recomendamos al lector consultar a Gelman et.al.(2000), pgs: 291-297. Datos y código para
replicar estos resultados puede ser obtenido en la página de web: http://calvo.polsci.uh.edu/.
Modelo
Comenzamos describiendo la distribución esperada de asientos para un determinado
partido j en una provincial p y elección e. El modelo estadístico presume una distribución
binomial con un link logístico, aun cuando distintas distribuciones pueden ser utilizadas
(King, 1998; Cox and Katz, 2002).108 Cada elección en una provincia y año es tratada como
un experimento distinto con un número p de partidos. Podemos escribir el modelo de
probabilidad del primer nivel (sampling distribution) del siguiente modo:
108 Ver Gelman, et.al. (2000), Capitulo 12 para una alternative bayesiana al modelo de Cox y Katz (2002).
( )
346
[ ] [ ]
⎟⎟⎞
⎜⎜⎛
−++−=
⎟⎟⎞
⎜⎜⎛
− j
jj
j
jv
vIbnc
1ln*)1ln(*
1log ρ
π
π
El numero total de bancas, Sj obtenidos por el partido j es el producto de la suma de
las probabilidades de obtener una banca multiplicado por la magnitud de distrito, K. Las
probabilidades individuales πj son explicados por la función logistica (log-odds ratio) de los
votos obtenidos por un partido, vj, una variable nominal indicando su condición de partido
oficialista, Ij, y el numero efectivo de partidos competitivos, n. Utilizamos la formula de
Laakso y Taagepera’s (1979) para determinar el numero efectivo de partidos competitivos. El
logaritmo natural del numero efectivo de partidos menos 1 garantiza que este modelo general
se reduce a King (1986) cuando existen tan solo dos partidos competitivos., ln(n-1)=0.
Podemos extender este modelo a todas las provincias y elecciones y estimar iterativamente
mediante maximum likelihood.
⎠⎝⎠⎝
−−∏
=
−J
j
SKjj
jjj
jSKS
Kjjj 1
)!(!!
1
ππ
∝
S
jSp |π
( )∝jpeSp |π
[ ] [ ]
⎟⎟
⎠⎜⎜
⎝ −++−=
⎟⎟
⎠⎜⎜
⎝ − jpepejpepepep
jpe vIbnc
1ln*)1ln(*
1log ρ
π
La variación observada en los parámetros, sin embargo, no queda explicada por las
variables del primer nivel. En el marco de una estimación bayesiana, nueva información sobre
los parámetros de interés puede ser incorporada en forma de priors. Para
⎞⎛⎞⎛
−−∏∏∏
= = =
−
jpejpe
J
j
P
p
E
e
SKjpe
Sjpe
jpejpejpe
jpe
v
SKSK
jpejpejpe 1)!(!
!
1 1 1
π
ππ
ello incorporamos
variables en un distinto (Segundo) nivel de agregación.
347
Hiper-priors Jerárquicos
La información previa que incorporamos puede estar formada por apreciaciones
subjetivas sobre el proceso social que genera los datos o puede ser modelada a partir de
variables a nivel agregado. En el caso de un modelo jerárquico binomial-logistico, cualquier
prior distribuido normalmente en el segundo nivel puede ser conjugado con la aproximación
normal de la maximización de probabilidad del primer nivel (Gelman, et.al 2000, 391). Por
tanto, podemos utilizar en el segundo nivel priors normales no informativos o cualquier
modelo con una distribución normal que explique la variabilidad de los parámetros
observados en el primer nivel. Por ejemplo, podemos escribir la distribución posterior del
modelo jerárquico con priors informativos explicando la variación en los parámetros que
describen el sesgo partidario:
109
( ) pepe
Dado que el modelo es
RrNb *,~ 2 =σλ .
pecifica una constante aleatoria (cp) distinta para cada nivel
(random intercept), podemos omitir la constante en el modelo del segundo nivel.110 La
distribución posterior esperada del modelo puede ser escrita como:
( ) ( )( ) ( )
∏
∏∏ ∏∏
=
−
= = = =
−
⎟⎟⎟
⎠
⎞
⎜⎜⎜
⎝
⎛
⎟⎟
⎠
⎞
⎜⎜
⎝
⎛
⎟⎟
⎠
⎞
⎜⎜
⎝
⎛
−++−×
∝
J
j j
jjPEjjj
P
p
E
e
P
p
E
epepepepe
vv
IbncitKSBin
bNbitKSBinSbcp
1
1
1 1 1 1
21
1ln*)1ln(*log,|
,|log,||,,,
ρ
σλλρ
Donde el termino bPE describe el sesgo partidario en la elección “actual”. El promedio
del sesgo partidario esta distribuido normalmente, λ, y depende linealmente de la variable
pe
utilize el logaritmo natural de ρ (Gelman et. al 2000, 392). 109 Dado que ρ tiene una distribución exponencial, la información previa es incorporado en un modelo que
110 Un modelo lineal con una constante extra puede ser utilizada para modelar extra random variation en el segundo ivel. n
348
reform Rpe, λ=r*R. El término normal del segundo nivel combina la información
adicion l que es utilizada para estimar los parámetros de interés a nivel agregado. Para el
definir nuevas distribuciones para los hiper-parámetros φ≡{r, σ2,
λ} del s
Computación
Estimamos este modelo mediante simulación MCMC bayesiana (Markov chain Monte
Carlo simulations), utilizando WinBUGS 1.4 (Spielgelhalter et al. 2003) y R 2.1.0. Las
observaciones fueron ordenadas por partido, provincia y elección, generando una base de
datos de 1893 observaciones en 204 elecciones, con un promedio de 9.2 partidos por elección
y provincia. Corrimos dos cadenas Monte Carlo de 20.000 MCMC repeticiones, 16.2 minutos
en una Pentium 4, 2.2 Ghz, y 1000 GB de RAM. Todos los parámetros estimados
conver
.
requerimientos de hardware son moderados. El software requerido para estimar este modelo
puede ser obtenido en http://calvo.polsci.uh.edu/
a electoral,
a
segundo nivel es necesario
egundo nivel. En nuestro caso utilizamos priors independientes y no informativos para
la media de los parámetros r1,λ ~ N(0,1000) y la varianza de los parámetros σ2 ~
inv.gamma(.0001,.0001).
gieron rápidamente y los estimados de convergencia de Gelman R-hat registraron
valores inferiores a 1.05 (convergencia es caracterizada por valores inferiores a ≈1.2) Los
.
Codigo R 2.0.0 con anotaciones: Modelo 1
#Llamalibrary(R2WinBUGS)
#Leer los datos del primer nivel
r bibliotecas de R
library(foreign)
data = read.dta("partydata.dta") attach(data) #Leer los datos del Segundo nivel regime = read.dta("regime.dta")
349
os de las cadenas de MCMC. r.b=rnorm(1,0,1), c=rnorm(24,0,1),b=rnorm(204,0,1),
rho=runif(204,1,6) )} # Definir los parameters
= c("rho", "c", "b", "r.b", "sigma.b",)
# Correjop.sim = bugs(data.data, data.inits, data.parameters,"jop_mod.txt", n.chains=2, n.thin=1,
Codigo de WinBUGS 1.4 con Anotaciones
{
for (i in 1:N) {
logit(g[i]) <- c[prov[i]]*log(encp[i]-1)+b[regimenum[i]]*incumb[i]
}
#Segundo nivel, estimación de ρ y b para las 204 elecciones
rho[k]~dexp(mu.rho[k])
b[k]~dnorm(mu.b[k],tau.b) b*refelec[k] } # Segundo nivel, estimación de parametro c para cada provincia
c)
attach(regime)
#Crear un indice para las observaciones del primer (N) y Segundo (K) nivel N = nrow(data) K = nrow(regime) #Generar el objeto de datos de WinBugs data.data = list(N=N, K=K, s=dps, M=kdp, lnvdp=lnvdp, encp=encpdp,refelec=grefelec, regimenum=regimenum, prov=provi,incumb=incumb) # Generar los valores previdata.inits = function() {list(
data.parameters
r el modelo en WinBUGS
n.burnin=15000,n.iter=20000, debug=T)
model
#Primer nivel Likelihood Model
s[i] ~ dbin(g[i], K[i])
+rho[regimenum[i]]*lnvdp[i]
for (k in 1:K) {
log(mu.rho[k]) <- mu.rho.b
mu.b[k] <- r.
for (j in 1:24) { c[j] ~ dnorm(0,tau. } #Definiciones r.b ~ dnorm(0,.001) mu.rho.b ~ dnorm(0,.001) tau.b ~ dgamma(.0001,.0001) tau.c ~ dgamma(.0001,.0001) }
350
Capítulo 6: Inferencia Ecológica y Transferencia Electoral 111
como inferencia ecológica al proceso de estimación de parámetros sobre
gados. Por ejemplo, dado que el voto es secreto, una
ón a
rtamento, etc. Existe una gran
ámetros de
particularmente susceptible a cambios en los
riginales, es conveniente contrastar los
rcuito y departamento otorgan numerosas
as partidarias de votos. Entre
demos destacar la existencia de muestras estadísticamente significativas a distintos
ia de sesgos muestrales urbanos, la existencia de muestras
declarada por
embargo, sólo pueden ser capitalizadas mediante una correcta
odelización del proceso ecológico de generación de datos.
inferencia ecológica podía ser
entradas en la cual los valores marginales son conocidos
eldas internas no son conocidos.
lianza Voto No Alianza Total
Apéndice del
Se conoce
valores individuales a partir de datos agre
aproximación al voto de un tipo de ciudadano particular requiere modelos de estimaci
partir de votos totales agregados a nivel de mesa, circuito, depa
variedad de modelos de inferencia ecológica y, dado que la estimación de par
acción individual a partir de datos agregados es
presupuestos de distribución estadística de los datos o
parámetros estimados por distintos modelos.
Los datos electorales a nivel de mesa, ci
ventajas metodológicas para realizar un análisis de transferenci
ellas po
niveles de agregación, la ausenc
sub-provinciales representativas y capacidad para validar la intención de voto
los electores. Estas ventajas, sin
m
En 1953, Goodman mostró que el problema de la
descrito mediante una tabla de dos
pero, en cambio, los valores de las c
Tabla Apéndice 6.1: Voto Nulo y Voto Alianza en el Circuito 30, La Boca
Voto AVoto Nulo Vi
AB? ? ViB 12.87%
Voto No Nulo ? ? 87.12% Total Vi
A 46.78% 53.22% 100 111 Tanto el Método de Goodman com
este informe, son habitualmente uto el método EI de King, con los que estimamos la transferencia de votos ilizados por la corte en EEUU para definir juicios sobre redistritado
ctoral. Una descripción de nuestro método de corrección para datos espacialmente dependientes se encuentra en Calvo y Escolar (2002) y (2004)..
en ele
351
otos Nulos de La Boca (ViB) en el 2001, así como el porcentaje de electores que voto por la
Alianza en la elección de 1999 (Vi
i
ación geográfica sistemática114 en la
naturaleza
Ecuación 1
Como muestra la Tabla Apend 6.1, por ejemplo, conocemos el porcentaje total de
v
A). Sin embargo, no podemos deducir cual fue el porcentaje
de los votantes de la Alianza en 1999 que votó Nulo en el 2001 (V AB). Este porcentaje puede
variar desde un 0% hasta un 26,8% de los votos de la Alianza –es decir, entre 0 y 12,87% del
total de votos válidos emitidos112— dependiendo del porcentaje de votos emitidos por el
conjunto de electores de otros partidos que decidieron votar Nulo en el 2001. Por simplicidad
describimos113 el voto nulo de estos otros partidos como VRB.
Goodman mostró que si se dispone de información sobre un número estadísticamente
significativo de distritos electorales y no existe una vari
de la relación entre votos Nulos y voto de la Alianza –constancy assumption-115
las condiciones de Gauss-Markov –GM— que validan una regresión lineal de mínimos
cuadrados (OLS) se sostienen y, en consecuencia, es posible estimar el voto Nulo 2001 del
votante de la Alianza 1999 en términos de la ecuación 1.
VBN = β X + β (1-X) + i AB RB e
Esta ecuación estima el voto nulo por parte del votante de la Alianza en 1999 mediante
una regresión del cociente de voto de la Alianza (X) y del cociente de votos de las otras
fuerzas (1-X) para explicar el cociente de votos Nulos. La ecuación no tiene constante y el
ue el total de los votos nulos provengan de la Alianza, el 12% de votos nulos totales debe s112 Para q urgir del
% de votos totales de la un 26% s por la Alianza en el strito 30 de la oca en la elección del año
camos en este caso e n el sufijo i para simplificar la Notaci ndexamos Nulo del resto de l lectores.
114 Esta n sistemática o heterogen cial extrema: “El fenómeno donde un odelo (i.e. parámetros, forma funcional, especificación del error, etc.) no es constante a través de observaciones
spaciales” (Anselin and Tam Cho, 2000). Esta heterogeneidad puede ser resultado de una variable omitida (agregación espacial, dependencia espacial); o de una covariación no identificada en los residuales del análisis
46B
Alianza. Es decir, 1999.
de los votos obtenido di
113 No identifi l distrito co ón. Asimismo, imediante RB el voto os e
variació es conocida com eidad espame
(auto-correlación espacial). Para una discusión más detallada ver Fotheringham, Brunsdon y Charlton (2000). 115 Nótese que no varía el cociente entre nulos y Nulos de la Alianza pero puede variar tanto la cantidad de votos de la Alianza como la cantidad de nulos y Nulos.
352
so un modelo alternativo de
inferen
lmente un avance sustantivo en la
inferencia ecológica. Sin embargo, los estimados pueden ser menos robustos
cuando existen problemas de ag omitidas (Anselin y Tam Cho,
00; erron y Shorts, 2004) que aquellos producidos por el método de Goodman.
Finalm
elaborada en este informe.
coeficiente βAB puede ser interpretado naturalmente como el porcentaje de votos Nulos
emitidos por votantes de la Alianza en 1999. Por otro lado, el coeficiente βAB puede ser
interpretado como el porcentaje de votos nulos emitidos por el resto de los partidos políticos.
La estimación de la identidad de Goodman derivada de la Tabla Apend 6.1 no produce
resultados aceptables si: (i) La covariación entre el voto Nulo y el voto Alianza es
geográficamente heterogénea debido a una variable Zb no incorporada en la ecuación y/o (ii)
el voto Nulo está endógenamente relacionado con el voto Alianza.
Para solucionar estos problemas King (1997) propu
cia ecológica conocido como EI. En lugar de asumir una distribución normal, el
modelo de King impone límites locales (bounds) para construir una superficie de covariación
entre los parámetros VB y VA. Sobre estos límites locales, King asume una función truncada
normal bivariada (bivariate truncated normal), que converge en valores de VAB aceptables si
los presupuestos son estadísticamente robustos.
El modelo de King (1997) representa conceptua
resultados
regación espacial u variables
20 H
ente, tanto en el caso de Goodman como en EI, la extensión de estos modelos de
inferencia ecológica a matrices superiores a 2x2 es problemática y, por tanto, es conveniente
renormalizar los resultados bivariados, los cuales presentamos en la matriz de transferencia
El problema de la inferencia ecológica ha quedado subsumido bajo dos áreas de
desarrollo metodológico de modelos que intentan solucionar:
(i) sesgos de agregación estadística, ligados al impacto que tiene el agrupamiento de
datos como resultado de la omisión de variables significativas (contextuales) en casos de
inferencia ecológica,
353
timac
modelos y comparar los
estimar Goodman, EI, GWR-EI, así como
(ii) heterogeneidad espacial extrema y auto-correlación espacial,116 que afecta la
estimación de las cantidades de interés en datos espacialmente dependientes y en el cual los
parametros de interés pueden variar condicional al punto geográfico-espacial en el cual la
es ión es realizada (sujeto a una distinta concentración/dispersión de las variables de
interés en un ámbito geográfico determinado).
Debido a que cada modelo de inferencia ecológica tiene una susceptibilidad diferente
ante distintas especificaciones, la mejor opción es aplicar ambos
resultados producidos. De esta forma, el nivel de confianza sobre nuestras estimaciones crece
cuando las distintas metodologías convergen en la estimación. Cuando no existe
convergencia, lo cual ocurre en alrededor de un 15% de los casos, es necesario introducir
nuevos tests y correcciones que permitan evaluar la existencia de problemas de agregación o
de auto-correlación espacial no detectados, como por ejemplo GWR-EI.
Código de WinBUGS, Stata y R, para
modelos bayesianos de Inferencia Ecológica –2x2 y RxC—, puede ser solicitado a los autores
a [email protected] y [email protected].
iscute el problema de la “indeterminación” de los resultados agregados, donde existe
mero de parámetros requerido para estimar el modelo ecológico. King muestra, sin embargo, que los problemas de agregación y de indeterminación son matemáticamente equivalentes.
116 King (1997) también duna incógnita más que el nú
Apéndice Metodológico: Estimación de errores en las transferencias Tablas de Transferencias Nacionales
Transferencia de Votos entre las elecciones Presidenciales de 1995 y 1999
UCR Error PJ Error FREPASO Error3232492 9293181 5504782
DUHADE 7254147 0,29 0,01852 0,67 0,0088 0DE LA RUA 9167404 0,71 0,01501 0,22 0,0073 0,72 0,0126CAVALLO 1937565 0 0,0047 0,01 0,0047 0,28 0,0074No estimado 0,1TOTAL 1 1 1
CANDIDATOS 1999 VOTOS
FUERZAS POLITICAS 1995
Transferencia de Votos entre las elecciones Legislativas de 2001 y Presidenciales de 2003
PJ ´01 Erro rror BLANCO ´01
r ALIANZA ´01 Error ARI ´01 Error C.DER ´01 Error IZQ ´01 Error PROV. ´01 Error NULO ´01 EVOTOS 4809495 3058569 1078096 674753 1499293 1200118 2261332 1704514
4740907 0,49 0,0057 0,28 0,0136 0,02 0,0031 0 0 0,06 0,006 0,47 0,0155622 0 0 0,09R 4312517 0,34 0,0093 0,37 0,0879 0,02 0,0029 0 0 0,1 0,0229 0,18 0,0187913 0,15 0,0166 0,13URPHY 3173475 0,02 0,0024 0,06 0,016 0,22 0,0178 0,48 0,0784 0,24 187 0,21 0,0231 0,44 0,0185 0,3
MENEMKIRCHNELOPEZ MSAA 2735829 0,1 0,0054 0,27 0,0111 0,21 0,022 0,1 0,0354 0,17 0,0235 0,08 0,0119 0,13 0,0174 0,12
2723574 0,06 0,0224 0,02 0,0055 0,39 0,0596 0,29 0,0331 0,33 0,0227 0,05 0,0087 0,2 0,0199 0,29mado 0 0 0,13 0,12 0,09 0 0,08 0,07
TOTAL 1 1 1 1 1 1 1 1
2003
FUERZAS POLÍTICAS 2001
CARRIONo esti
CANDIDATOS
Transferencia de Votos entre las elecciones Presidenciales de 1999 y 2003
ALIANZA Error PJ Error APR ErrorVOTOS 9081487 7133829 1894898
MENEM 4740907 0,05 0,0129879 0,59 0,0112487 0 0,0423109KIRCHNER 4312517 0,18 0,0138347 0,37 0,0109599 0,02 0,0416164LOPEZ MURPHY 3173475 0,27 0,0096914 0,01 0,0070275 0,35 0,0239335SAA 2735829 0,23 0,0110856 0,02 0,009066 0,28 0,0311256CARRIO 2723574 0,23 0,0057707 0,01 0,0051066 0,26 0,0206627No estimado 0,05 0 0,09
CANDIDATOS2003
FUERZAS POLITICAS 1999
TOTAL 1 1 1
Tablas de Transferencias Provinciales Tabla 7.1: Entre Ríos. Transferencias electorales Gobernador 1995-1999
PJ Error UCR Error Otros Er264209 276095 85914
Alianza 307476 1 0,06 0,0161 0,72 0,0140 0,23PJ 296954 1 0,83 0,0159 0,16 0,0157 0,01Otros 21788 1 0,03 0,0070 0,24 0,0061 0,73
FUERZAS POLÍTICAS 1999 VOTOS TOTAL
FUERZAS POLÍTICAS 1995 ror
0,08450,07520,0319
Tabla 7.2: Entre Ríos. Transferencias electorales Gobernador 1999-2003
Alianza Error PJ Error310011 299884
PJ 267605 1 0,05 0,0189 0,95 0,0208UCR 207079 0,018 0 0,0020NEE 108623 1 0,68 0,0122 0,32 0,0133
FUERZAS POLÍTICAS 2003 VOTOS TOTAL
FUERZAS POLÍTICAS 1999
1 1 1
Tabla 7.3: Entre Ríos. Transferencias Presidente-Gobernador 2003
Menem Error R. Sáa Error Kirchner Error Carrió Error L. Murphy Error Otros184528 88936 75856 128079 89231 17200
PJ 267319 1 0,55 0,0353 0,29 0,1038 0,08 0,0601 0,04 0,1129 0 0,0753 0,04UCR 20691 0,1 0,0377 0 0,0896 0,19 0,0558 0,33 0,1122 0,38 0,0761 0NEE 108458 0,16 0,0169 0,08 0,0198 0,12 0,0146 0,48 0,0418 0,1 0,0271 0,06
FUERZAS POLÍTICAS 2003
CANDIDATOS A PRESIDENTE 2003
VOTOS TOTAL
1 11
Tabla 7.4: Chaco. Transferencias electorales Gobernador 1995-1999 Acc. No
Erro r
Error Chaqueña Error Explic.177913 144300 82054
PJ 163829 1 0,71 0,0253 0,1 0,0246 0,18 0,5022Alianza 288533 1 0,21 0,0226 0,44 0,0242 0,18 0,4923 0,17
FUERZAS POLÍTICAS 1999
FUERZAS POLÍTICAS 1995
VOTOS TOTALPJ UCR
356
Tabla 7.5: Chaco. Transferencias Presidente-Gobernador 2003
Carrió Error Moreau Error L.Murphy Error Kirchner Error Menem Error R.Saá Error55545 95052 31777 93301 171076 23425
PJ 194700 1 0 0,1128 0,24 0,0655 0 0,1434 0,28 0,0784 0,48 0,0522 0 0,3840UCR 253152 1 0,16 0,1088 0,2 0,0580 0,11 0,1412 0,15 0,0808 0,31 0,0461 0,07 0,3200
FUERZAS POLÍTICAS 2003 VOTOS TOTAL
CANDIDATOS A PRESIDENTE 2003
Tabla 7.6: Chaco. Transferencias electorales Gobernador 1999-2003
PJ Error Alianza Error163831 288536
PJ 194700 1 0,72 0,0420 0,28 0,0292UCR 253152 1 0,09 0,0425 0,91 0,0289
FUERZAS POLÍTICAS 2003 VOTOS TOTAL
FUERZAS POLÍTICAS 1999
Tabla 7.7: Buenos Aires. Trasferencias electorales Presidente–Gobernador 1995
PJ Error UCR Error Frepaso Error3357504 900155 1866638
PJ 3618671 1 0,94 0,0110 0 0,0152 0,06 0,0286UCR 1122151 1 0 0,0110 0,61 0,0123 0,39 0,0227Frepaso 1367932 1 0,05 0,0063 0,11 0,0108 0,84 0,0130
FUERZAS POLÍTICAS GOBERNADOR 1995 VOTOS TOTAL
FUERZAS POLÍTICAS PRESIDENTE 1995
Tabla 7.8: Buenos Aires. Transferencias Gobernador 1995-1999
PJ Error UCR Error Frepaso Error Otros Error No explicado3610703 1116252 1367268 776373
PJ 3367427 1 0,8 0,0097 0,02 0,0101 0,03 0,0274 0,15 0,0609Alianza 2908197 1 0,06 0,0110 0,37 0,0138 0,42 0,0515 0,03 0,0496 0,13UB 510698 1 0,7 0,0036 0,01 0,0047 0,08 0,0138 0,17 0,0161 0,04
FUERZAS POLÍTICAS 1999
FUERZAS POLÍTICAS 1995
357
Tabla 7.9: Buenos Aires. Transferencias electorales Gobernador 1999-2003
PJ Error ALIANZA Error No Voto Error UB Error3340595 2880183 2089787 537488
PJ 2351184 1 0,83 0,0150 0,14 0,0171 0,03 0,0221 0,01 0,0863UB 661070 1 0,09 0,0071 0,27 0,0067 0,12 0,0093 0,53 0,0343Rico 623660 1 0,83 0,0047 0,03 0,0046 0,1 0,0062 0,04 0,0227UCR 512028 1 0,09 0,0130 0,88 0,0127 0,03 0,0170 0 0,0626ARI 461146 1 0,08 0,0040 0,86 0,0038 0,01 0,0053 0,05 0,0199Negativo 828264 1 0,41 0,0125 0,51 0,0119 0,06 0,0143 0,02 0,0600
FUERZAS POLÍTICAS 2003 VOTOS TOTAL
FUERZAS POLÍTICAS 1999
Tabla: 7.10: Buenos Aires. Transferencias Presidente-Gobernador 2003
Kirchner Error Lopez Murphy Error Carrió Error Menem Error Saá Error1811885 1145379 1117425 1456063 1006281
Stolbizer 522110 1 0,13 0,0210 0,45 0,0215 0,17 0,0256 0,25 0,0244 0 0,0098Solá 2457990 1 0,58 0,0270 0,01 0,0243 0,01 0,0319 0,26 0,0249 0,13 0,0134Rico 654298 1 0,2 0,0090 0 0,0089 0,07 0,0119 0,29 0,0095 0,45 0,0038Raimundi 476385 1 0 0,0123 0,33 0,0118 0,65 0,0274 0 0,0135 0,02 0,0081Patti 695228 1 0 0,0176 0,41 0,0150 0,13 0,0270 0,35 0,0245 0,11 0,0293Otros 929658 1 0,11 0,0195 0,29 0,0161 0,52 0,0233 0,01 0,0182 0,06 0,0081Blanco 862885 1 0,15 0,0172 0,19 0,0163 0,09 0,0206 0,28 0,0178 0,29 0,0066
CANDIDATOS 2003 VOTOS TOTAL
CANDIDATOS 2003
Tabla 7.11: Córdoba. Transferencias Gobernador 1995-1998
PJ Error UCR Error Otros Error625450 784439 152211
UCR 635489 1 0,4 0,0107 0,52 0,0094 0,08 0,0333PJ 785484 1 0,43 0,0121 0,48 0,0105 0,09 0,0372
FUERZAS POLÍTICAS 1998
VOTOS TOTAL
FUERZAS POLÍTICAS 1995
358
Tabla 7.12: Córdoba. Transferencias electorales Gobernador 1998-2003
PJ Error UCR Error Otros Error785484 635489 158193
UCR 585042 1 0,33 0,0383 0,57 0,0445 0,1 0,11PJ 815527 1 0,66 0,0388 0,29 0,0448 0,05 0,11
FUERZAS POLÍTICAS 2003FUERZAS POLÍTICAS 1998
VOTOS TOTAL
2107
Tabla 7.13: Córdoba: Transferencias Presidente-Gobernador 2003
Kirchner Error Lopez Murphy Error Carrió Error Menem Error Rodríguez Sáa Error Otros180026 360764 187702 473177 320886 49400
Aguad 584738 1 0,01 0,0545 0,55 0,0278 0,18 0,0745 0,02 0,0197 0,18 0,0264 0,06De la Sota 815125 1 0,2 0,0558 0,02 0,0303 0 0,0718 0,55 0,0203 0,22 0,0245 0,01Otros 172092 1 0,09 0,0189 0,14 0,0116 0,48 0,0265 0,07 0,0088 0,21 0,0156 0,02
CANDIDATOS 2003
CANDIDATOS A PRESIDENTE 2003
Tabla 7.14: Santa Fe. Transferencias Presidente – Gobernador 1995
PJ Error UCR Error Frepaso ErrorVOTOS TOTAL 724538 193661 581834
PJ 771750 1 0,92 0,0155 0 0,0400 0,08 0,0251Alianza Santafesina 720058 1 0 0,0174 0,27 0,0422 0,73 0,0254
FUERZAS POLÍTICAS PRESIDENTE 1995FUERZAS POLÍTICAS Gobernador 1995
Tabla 7.15: Santa Fe. Transferencias electorales Gobernador 1999-2003
PJ Error Alianza Error En blanco Error
VOTOS TOTAL 923698 664605 97138PJ 701579 1 0,98 0,0144 0,01 0,0196 0,01 0,2542PS 619615 1 0,1 0,0154 0,84 0,0221 0,06 0,2448En blanco 239045 1 0,46 0,2448 0,34 0,0110 0,21 0,0920
FUERZAS POLÍTICAS Gobernador 2003
FUERZAS POLÍTICAS, Gobernador 1999
359
r
360
Tabla 7.16: Santa Fe. Transferencias Presidente-Gobernador 2003
Kirchner Error Lopez Murphy Error Carrio Error Menem Error Rodríguez Sáa Error OtrosVOTOS TOTAL 269677 290466 422124 423537 144898 59887
Obeid 700524 1 0,27 0,0672 0 0,0616 0 0,0470 0,53 0,0345 0,13 0,1126 0,07Binner 618984 1 0,05 0,0703 0,34 0,0622 0,56 0,0465 0 0,0344 0,04 0,1155 0Otros 52459 1 0 0,0205 0,53 0,0200 0,43 0,0148 0,04 0,0110 0 0,0342 0En blanco 238440 1 0,2 0,0283 0,21 0,0281 0,23 0,0200 0,21 0,0160 0,13 0,0462 0,04
FUERZAS POLÍTICAS Gobernador 2003
CANDIDATOS A PRESIDENTE 2003
Tabla 7.17: Ciudad de Buenos Aires. Transferencias Jefe de Gobierno 1996 - 2000
ND Error Frepaso Error UCR Error PJ Error240380 486985 731969 341659FUERZAS POLÍTICAS 2000
Ibarra 881431 1 0 0,0307 0,38 0,0216 0,62 0,0218 0 0,0185Cavallo 594260 1 0,41 0,0339 0 0,0226 0 0,0269 0,59 0,0241
VOTOS TOTAL
FUERZAS POLÍTICAS 1996
Tabla 7.19: Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Transferencias Presidente-Jefe de Gobierno 2003
Kirchner Error L. Murphy Error Carrió Error Menem Error R. Saá Erro379779 503800 386955 312606 159173
Ibarra 582138 1 0,43 0,0328 0 0,0078 0,41 0,0338 0 0,0258 0,16 0,0527Macri 639497 1 0 0,0371 0,55 0,0093 0 0,0318 0,45 0,0266 0 0,0731Zamora 212637 1 0,38 0,0182 0,02 0,0048 0,48 0,0126 0 0,0178 0,12 0,0456Bullrich 170023 1 0 0,0154 1 0,0027 0 0,0121 0 0,0113 0 0,0251
FUERZAS POLÍTICAS 2003
Tabla 7.18: Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Transferencias electorales Jefe de Gobierno 2000-2003
Alianza Error EPC Error Otros Error881431 594260 313334CANDIDATOS 2003
Ibarra 582138 1 0,73 0,0105 0 0,0088 0,27 0,0310Macri 639497 1 0,09 0,0101 0,7 0,0079 0,21 0,0401Zamora 212637 1 0,73 0,0045 0 0,0042 0,27 0,0174Bullrich 170023 1 0,15 0,0046 0,85 0,0045 0 0,0138
VOTOS TOTAL
FUERZAS POLÍTICAS 2000
VOTOS TOTAL
FUERZAS POLÍTICAS 2003
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