la nueva escuela by pedro rosales

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Extracto del capitulo 3 del libro "La Nueva Escuela" de Pedro Rosales Antelo

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Para desarrollar las capacidadesintegrales de la juventud

Santa Cruz - Bolivia

Pedro Rosales Antelo

CAPÍTULO III 3. Otras causas o factores concurrentes del fracaso de la enseñanza actual Iniciamos este capítulo, reiterando que la enseñanza actual, en sus dos componentes: educación e instrucción, muestra una profunda desconexión, y descontextualización, con la realidad social, y con los problemas cotidianos de la comunidad. Considerando a la educación como un todo, significa un fracaso social, cuya causa principal, fue la subsumisión, de los “responsables”, y mentores de la educación en el país a la inveterada teoría del conocimiento colonizadora; cuya epistemología, gnoseología y ontología, rechaza sin preámbulos la realidad objetiva, llevando todo al plano subjetivo, es decir que: “La Epistemología de la No Unidad, en correspondencia con su Ontología y Gnoseología, edifica el conocimiento científico, fundamentalmente, con la ´racionalidad´, en un proceso que ´verifica´ la separación de lo científico, con respeto a la realidad u objeto que investiga, para alcanzar su conocimiento, negando el empleo de todo el potencial humano al instrumentalizar sólo la razón”.1 Es precisamente esta forma de entender, y desarrollar la educación y la instrucción (teórica-abstracto), al margen de la realidad concreta, u objeto que se investiga, la que determina, por una parte la calidad del conocimiento, el que se refleja en el incipiente desarrollo de las capacidades (habilidades) de los egresados, desconectado de su propia realidad, sin perspectiva intelectual propia; a esto se suma, el “brumoso” componente educativo, con la “asimilación” ominosa, de los valores liberales, en detrimento de los valores morales de la comunidad, generalizando una crisis de valores y principios, llegando al extremo, de ser, casi, una pandemia. Lo que da lugar, a la siguiente pregunta: ¿Cuales son las causas o factores principales que han llevado al sistema educativo a su nivel más bajo? A la situación crítica de la educación o “fracaso de la educación”, se le pueden atribuir tres factores o causas principales:

1. En general, la no correspondencia de los modelos educativos (colonizadores), a la realidad nacional.

2. Causas Internas: a) la situación familiar; y, b) las de orden personal. 3. Causas Externas: a) la enseñanza actual; b) la pobreza; y, c) el daño de la

información mediática. Ahora bien, para entender y comprender la crisis de la educación en forma integral, analizaremos las causas señaladas, las cuales interactúan a su vez, creando el cuadro crítico actual; el primer factor o causa: “La no correspondencia, de los modelos educativos (liberales y/o colonizadores) a la realidad nacional”, es factor causal, ya fue ampliamente desarrollado en capítulos anteriores, por lo que pasamos a ver las otras causas o factores: 3.1. Causas internas

1 “Acerca de la descomposición y agonía de lo que hemos denominado “educación” y del surgimiento de la posibilidad de los procesos de sentir-pensar el ser y la autonomía en el cotidiano individual y colectivo”. (Jimena T. Gonzales G y J.M.I.P. 2003). p. 24.

Entre las causas internas más importantes que afectan al buen desarrollo cognitivo del educando están: a) la situación familiar; y, b) las de orden personal. 3.1.1. La situación familiar Cada familia, como cada persona, tiene sus particularidades; sin embargo, tienen mucho de común, en la forma de “criar” a sus hijos, así se observan actualmente, formas no adecuadas, como las siguientes: el exceso de privilegios; criar hijos flojos; la falta de atención de los padres a sus hijos; la violencia intrafamiliar; el abandono de los hijos y la separación de los padres, etc. 3.1.1.1. La “moda” actual de los padres de familia: El exceso de privilegios y criar hijos(as) flojos 3.1.1.1.1. El exceso de privilegios Uno de los aspectos de moda en los padres familia, es: el exceso de privilegios que le dan a los hijos, se observa en el medio, que muchos padres de familia, le dan todas las facilidades a sus hijos, o tratan de dárselas (aun así sean pobres); el chico(a), no se levanta temprano; no sabe de su ropa; no alista sus materiales de estudio; hay que hacerle la mayor parte de las tareas escolares; generalmente no desayuna, por que se levanta tarde; y, hay que llevarlo en transporte, porque el chico(a), no puede caminar; etc., etc. Por lo que el niño(a), rápidamente se acostumbra al facilismo, la escuela actual, para muchos “estudiantes”, es un paseo y a la vez, un modo de participar del “consumismo”; estudiar, es gastar dinero, hoy se da mucho énfasis a la llamada estética,2 en detrimento de la ética; a los padres de familia más les place ver a sus hijos(as), en desfiles de “reyes y reinas” o disfrazados de artistas, que atender su formación de persona útil y con valores de vida. Esta tendencia se observa tanto en el área urbana como rural. 3.1.1.1.2. La moda actual: criar hijos “flojos” Aspecto similar al anterior, pero no igual, los padres de familia, en un alto porcentaje, han perdido la autoridad moral sobre sus hijos, en el peor de los casos, han engendrado lo que se llama la “flojera” en sus proles. Así, un artículo de una iglesia importante, dice: “Educar a un hijo flojo es construir un amigo del fracaso, de los vicios y de la delincuencia”. “La flojera es uno de los pecados capitales y se trata de la aversión al trabajo, al estudio, negligencia e indolencia”. “La pereza y la falta de una adecuada educación de la voluntad, constituyen una de las más dolorosas formas de pobreza, pues impiden disfrutar del trabajo y recrear el espíritu al nivel que a nuestra naturaleza humana corresponde”. “Los padres de familia deben tener en cuenta la alta responsabilidad que cuando educan a un niño deben hacerlo en el proyecto del trabajo manual, mental y también espiritual, es decir presentar a los hijos de Dios”.3

2 Principalmente en las ciudades grandes o capitales del llamado eje central, pero también se da el fenómeno en las ciudades intermedias y en localidades próximas a los grandes centros. 3 La Nueva Noticia. Diario Católico. N° 82.

Sobre esta “nueva forma”, de criar a los hijos, César Mallea, psiquiatra por cierto, publica un artículo, con la pregunta fuerte ¿Estamos criando vagos?4: “Al niño hay que llamarlo varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela. Se levantan irritados, pues se acuestan muy tarde: hablando por teléfono, viendo televisión o conectados al internet. No se ocupan de que su ropa esté limpia, y mucho menos poner un dedo en nada, que tenga que ver con ´arreglar algo en el hogar´. Idolatran a sus amigos y viven poniéndoles ´defectos´ a sus padres, a los cuales acusan a diario de que ´están pasados´. No hay quién les hable de ideologías, de moral y de buenas costumbres, pues consideran que ya lo saben todo…”. “…Si son universitarios, siempre inventan unos paseos de fin de semana que lo menos que uno sospecha es que regresarán con un embarazo o habiendo fumado un pito de marihuana”. Definitivamente estamos rendidos y la tasa de retorno (del dinero que piden en efectivo) se aleja cada vez más, pues aún el día, en que consiguen trabajo hay que seguir manteniéndoles. Y el artículo sigue “…Me refiero a unos segmentos cada vez mayor, de los chicos de capas medias urbanas, que bien pudieran estar entre los 16 y los 24 años, y que para aquellos padres, que tienen de dos a cuatro hijos, constituyen un verdadero dolor de cabeza”. ¿En qué estamos fallando? Para los nacidos en los años cuarenta y cincuenta, el orgullo -reiterado-, es que se levantaban de madrugada, a ordeñar las vacas con el abuelo; que tenían que limpiar la casa; que lustraban sus zapatos; algunos fueron limpiabotas y repartidores de diarios; otros llevábamos al taller de costura la ropa que elaboraba nuestra madre o teníamos un pequeño salario en la iglesia, en donde ayudábamos a oficiar la misa cada madrugada. Lo que le pasó a nuestra generación, es que elaboramos un discurso, que no dio resultado: “¡Yo no quiero que mi hijo pase los ´trabajos” que yo pasé!´. Usted, por qué tiene lo que tiene... Porque le costó esfuerzo, sacrificios, y es así que se aprende a valorar los esfuerzos de los padres, y no acostumbrar a nuestros hijos a recibir todo por obligación”. El “dame” y el “cómprame” (se perdió el usted), siempre es generosamente complacido y “ellos” se convirtieron en habitantes de una pensión con todo incluido: televisión, DVD, equipo de sonido, Internet y comer en la cama, (además, hay que recogerle el “reguero”, que dejan porque siempre se les hace tarde para salir), y luego, nos preguntamos, por qué nuestros hijos se aíslan, no comparten con nosotros, cualquier cosa es mejor que sus padres o una actividad familiar. Quién les suministró todo eso a nuestros hijos “…nosotros mismos, solitos y sabiendo que no estaba bien”. Al final se marchan de la casa (de los padres) a la conquista de una pareja y vuelven al hogar divorciados o porque la cosa ´se les aprieta´ en su nueva vida”. Los que tienen hijos pequeños, pónganlos los fines de semana a: “lavar, limpiar, acomodar, a limpiar sus zapatos a ganarse las cosas”. Por un pago simbólico, pero ya eso puede generar una relación en sus mentes, entre trabajo y bienestar. Las hijas mujeres deben desde temprano, aprender a manejar el hogar, para que entiendan la economía doméstica en tiempos que podrían ser más difíciles, y porque ellas tienen (o deben tener) una conciencia más amplia del orden y la prosperidad del hogar. La música metálica, los conciertos, la tele, la moda y toda la electrónica de la comunicación han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó, y ellos se aprovechan de nuestra “supuesta des-información” para salirse con la suya. 4 Ibíd.

Estamos forzados, a revisar los resultados, si fuimos muy permisivos, o si sencillamente hemos trabajado tanto, que el cuidado de nuestros hijos, queda en manos de las domésticas y en un medio ambiente cada vez más deformante, y supuestamente por nuestro cargo de conciencia, de no tener mucho tiempo con ellos, subsanarlo con cosas materiales. Este comentario, bien puede afectar a una parte considerable, de las familias llamadas de la “Clase Media”, las que pueden pagar “domesticas”, y otorgar las exigencias de moda a sus hijos; sin embargo también existen, muchos padres pobres, que tratan de seguir esta “moda actual”. Pero la interrogante, de si ¿estamos criando vagos? permite decir categóricamente que ¡sí!, pero además preguntarnos ¿Acaso los animales no acarician a sus hijos, pero además, le enseñan a sus crías cómo buscar el alimento para vivir? ¿Acaso las aves, no le dan de comer a sus pichones por un tiempo, y luego los empujan a que busquen su alimento y caza? Nada de eso ocurre en una gran parte de las familias de hoy. Pero, “además”, han abandonado la comunicación agradable, por ejemplo: no hay cuentos, no hay historias, no hay lectura ¡nadie! lee, ya no hay canciones, poesías y sentimiento en los espacios sociales, sólo hay palabras vulgares, vicios peligrosos y cosas de la tienda. Por tanto hablar de los conceptos de: trabajo, voluntad, esfuerzo, justicia, conciencia, carácter, rectitud, solidaridad, virtud, etc., etc., es ya un caso raro, menos aún, hablar de humanidad, que es uno de los valores fundamentales, entendido como la sensibilidad y la comprensión de las desgracias de nuestros semejantes. Por lo que la moda actual: de “criar vagos”, es en primera instancia, atribuible a los padres de familia, quienes tal vez, por no tener conciencia real de lo que están haciendo, no comprenden el daño que están haciendo a sus seres más queridos, y por tanto no cooperan para que sus hijos, en la etapa más importante de la formación de la personalidad (infancia y adolescencia), adquieran los hábitos del amor al estudio y al trabajo. De donde este factor causal, afecta directamente al desempeño escolar, por el hecho real de que estudiar en serio, es un trabajo, y en todo trabajo, el cuerpo y la mente se cansan, se fatigan, si acostumbramos al cuerpo y mente al relajo o flojera, entonces no vamos a tener la suficiente energía para estudiar. 3.1.1.2. La violencia intrafamiliar Otro aspecto, que indudablemente causa un gran impacto emocional negativo en los niños(as) y adolescentes(as), es el aspecto de la violencia intrafamiliar, este aspecto abarca a las diversas capas sociales; en todo caso, hasta hoy, la familia es el núcleo básico de la sociedad, y los niños son imitadores de actitudes de este núcleo, lo que más tarde reflejan en sus comportamientos, “ellos” aprenden a reaccionar frente a diversos estímulos, básicamente de los padres y adultos en general, por lo que, todo lo que digan y hagan los padres, es absorbido por los hijos, si perciben insultos, violencia, gritos, amenazas, intolerancias, vicios como el alcoholismo, etc., esas emociones anómalas, serán reflejadas en la conducta de los niños y adolescentes, en cuando tengan ocasión de hacerlo. Es pues evidente, que la situación familiar y el entorno social, afectan marcadamente al desarrollo psicológico, de los niños en forma general. La historia demuestra, que las relaciones de poder, se transforman en relaciones de dominación, bajo formas de derechos (leyes, aparatos, instituciones, reglamentos, etc.).

Las relaciones de género, son relaciones de poder jerárquicas, entre las mujeres y los hombres, y tienden a poner a la mujer en desventaja. Estas jerarquías “sociales” a menudo son aceptadas como “naturales”, pero constituyen relaciones socialmente determinadas, basadas en factores culturales y sujetos a cambios a través del tiempo. “Las relaciones entre hombres y mujeres, también están permeadas por mecanismos de poder, que constituyen relaciones de fuerza, de las cuales resultarán, el posicionamiento social y cultural de cada género. Es importante ver que cuando la mujer se incorpora al espacio público, no se puede olvidar de sus responsabilidades domésticas, crianza de los hijos, atención de la casa. Esto determina que muchas veces, las mujeres en la comunidad posean poder, pero al estar restringida a la esfera privada, no logra proyectarse en el espacio público”.5 Sin embargo, cuando se trata de revisar las relaciones sociales, -que son también relaciones de poder-, entre mujeres y hombres, no siempre percibimos esa problemática a primera vista. Estamos tan habituadas/os, a vivir ciertos papeles sociales, que nos parecen, que forman parte de la propia naturaleza humana, que hasta llegamos a pensar, que los modelos de ser hombre y ser mujer siempre han sido así, y por tanto deben ser así. Ahora bien, este modelo de relaciones sociales, desencadena en muchos casos, la “violencia familiar”; y por tanto produce víctimas y afectados, la víctima “generalmente” es la madre de familia, y los afectados son los hijos(as), una investigación en este campo, afirma que: “siete de cada 10 mujeres sufren violencia doméstica, con consecuencias marcadas en el aspecto físico, psicológico, económico, institucional y sexual” (informe IFFI).6 En este nivel, y a la fecha, decimos que siguen intactas las relaciones de poder en la sociedad, entre clases o grupos sociales, por tanto, se reproducen, también, al interior de cada grupo social las relaciones sociales de dominación. Actualmente y sin “trastocar su esencia”, se trata de avanzar en busca de un equilibrio y buen trato en la familia, es decir de la “igualdad de género”, a través de escasos centros de apoyo (Casa de la Mujer), y de propuestas traducidas en algunas leyes, pero lo real es que todavía pervive en Bolivia la cultura (autoritaria) del más fuerte, que se refleja en las relaciones de poder al interior de la familia, entre el hombre y la mujer, y entre los padres y los hijos. Este breve análisis, de las relaciones de poder, en la familia entre hombre y mujer, hace evidente, que el inapropiado sistema de valores, y la anodina instrucción, se traducen en: individuos proclives a la violencia, y sin capacidades o habilidades, para enfrentar la vida, por un lado; y por otro lado: en mujeres que buscan en el hombre el apoyo para su sustento, al no estar aptas para la vida; y por lo que terminan “acostumbrándose” a vivir en un clima de violencia familiar, generando un circulo vicioso. En efecto, estas prácticas anómalas, en el seno familiar, se convertirán en una carga emocional adversa, que influirán decisivamente en la conducta del niño(a) y adolescente(a), a lo largo de su vida, manifestándose en posturas de inestabilidad emocional o actitudes agresivas, que entorpecerán las relaciones sociales, lo que

5 Agenda de género para vivir bien. Documento de Investigación. Mariella Pereyra Ortiz. p. 4. 6 Análisis Crítico de la Realidad. P. Gregório Iriarte O.M.I. 2004. p. 514.

naturalmente gravitará negativamente en el rendimiento del niño(a) a la hora de estudiar. 3.1.1.3. El abandono de los hijos 3.1.1.3.1. Caso 1. El abandono de los hijos, por separación de los padres Partiendo de la premisa de que la familia es la “unidad básica”, de cualquier sociedad, y que su análisis es ineludible a la hora de entender y comprender el tejido social en el que se desarrolla una forma, o modelo económico. Es muy evidente que hoy vivimos tiempos en los que la familia “nuclear” (tradicional), se ve seriamente afectada; es ya una tendencia la disminución de los miembros de la familia; cada vez son menos las familias con una numerosa prole: “el 79% de los hogares cruceños no tiene más de seis miembros; poco más de dos tercios son grupos de entre tres a seis miembros”,7 a su vez, una parte considerable de estos hogares o familias, contienen una característica específica, pues están formados por miembros jóvenes, con mayor grado de instrucción, y menor cantidad de hijos. Sin embargo, y contradictoriamente, a pesar de esta característica “especifica”, estos hogares en gran medida son inestables, es decir que está latente la ruptura del hogar, lo que nos lleva al tema del “abandono” de los hijos, por la “separación” de los padres, que es un tema, muy conocido, pues, en cada barrio, comunidad, organización social, o aglomeración humana, siempre se encuentra un considerable porcentaje de madres abandonadas o solteras, las que, por quedar a cargo de los hijos, tienen que trabajar en “cualquier cosa”, para afrontar las vicisitudes de la vida, la mayoría de estas mujeres, tienen escasa formación y son de condición humilde, y por tanto están condenadas, a una condición de vida precaria, llena de privaciones, y además, presionadas socialmente, por el sin fin, de “mercancías” en oferta y mediatizadas, que fomentan el consumo compulsivo, que es una de las características del modelo neoliberal. Este caso 1, se acentuó bastante, en las últimas décadas, desde que la migración al exterior, tomó fuerte impulso (año 1999), pues, paradójicamente, la ansiada solución al problema económico del hogar, generalmente ha terminado en la separación de las parejas, y la destrucción de los hogares, y con ello el abandono de los hijos, los cuales terminan de criarse como huérfanos de guerra; no se tienen cifras exactas de los emigrantes, pero es seguro que pasa del millón; lo cierto es que la mayor parte de ellos (padres), tienen una “formación deficiente”, y por tanto no ven otra salida que emigrar al exterior, como una única solución, al problema económico, y la seguridad del mañana. Este caso o tipo de abandono, de padres a hijos, es uno de los factores causales directo de perturbación para el niño(a) y adolescente(a), y en consecuencia del fracaso escolar para un considerable número de estudiantes.

7 Mojón 21. Asimetrías y Desafíos del Modelo Económico Cruceño. (septiembre/2012). p. 22.