la noche es de ustedes, / el amanecer es … · el amanecer es nuestro^ /f s f universidad nacional...

196
«ÍT ¡ra LA NOCHE ES DE USTEDES, / EL AMANECER ES NUESTRO^ /f s f UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE R/IÉXICO

Upload: lycong

Post on 13-Oct-2018

217 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

«ÍT ¡ra

LA NOCHE ES DE USTEDES, / EL AMANECER ES NUESTRO^

/f

s

f

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE R/IÉXICO

ANGÉLICA CUÉLLAR VAZQUEZ

FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES

ANGÉLICA CUÉLLAR VÁZQUEZ

La noche es de ustedes, el amanecer es nuestro

Asamblea de Barrios y Superbarrio Gómez en la Ciudad de México

Universidad Nacional Autónoma de México México 1993

Primera edición: 1993

DR © 1993. Universidad Nacional Autónoma de México Ciudad Universitaria 04510. México, D. F.

Facuitad de Ciencias Pciítícas

Impreso y hecho en México

ISBN 968-36-2537-1

A Fernando Cuéllar T . a su recuerdo tierno y solidario.

A L u c i a . . . por haber llegado.

INTRODUCCIÓN

El texto que el lector tiene en sus manos pretende ser la historia social de un sujeto urbano en la ciudad de México: Asamblea de Barrios y Organi-zaciones Vecinales. Debo confesar que ios motivos que me llevaron a emprender ia investigación fue-ron la seducción y la curiosidad, razones por cierto poco originales, pero io suficientemente fuertes para empezar a plantear los primeros cuestionamientos.

Las expresiones visibles del movimiento me lla-maron profundamente ia atención. En los barrios del centro de la ciudad de México un enmascarado asumía ia defensa de ios inquilinos pobres y deman-daba viviendas dignas para todos los "sin techo".

\Moviilzaciones, mítines y discursos en donde se exal-taban valores como la dignidad, la honestidad, la solidaridad y la justicia aparecían como las expre-siones de un movimiento social que encaraba así uno de los problemas sociales más graves de la ciudad de México: ia escasez de vivienda. Me propuse inda-

gar, entonces, cómo se habían configurado esas ex-presiones coiectivas.

El agudo problema de la vivienda en la ciudad no era un explicación suficiente para entender sus ex-presiones. Si bien alrededor de ese problema se ar-ticulaban sus demandas, ello no explicaba las sin-gularidades de la Asamblea de Barrios, ni al perso-naje, ni sus expresiones, ni la buena cantidad de sus acciones.

Para tratar de entender esas expresiones colecti-vas había que buscar en otros espacios los elemen-tos que fueron delineando al sujeto social, y dándole un perfil singular.

Había que combinar, por tanto, los espacios socia-les más amplios en donde la Asamblea de Barrios se definía con un discurso y un proyecto, y rescatar también los valores y los símbolos que permitían que sus miembros reelaboraran su situación social. Bus-qué, asimismo, analizar los distintos niveles en que su constituyó como sujeto.

En e! espacio social más amplio el contorno del sujeto se fue dibujando, en buena medida, a partir de experiencias previas que se combinaron con prác-ticas singulares. Se mezclaban la historia de las or-ganizaciones inquiiinarias y de damnificados con for-mas particulares de asumir sus carencias y plantear sus demandas.

En el proceso de construcción de sus demandas y propuestas la Asamblea de Barrios se cohesionó alrededor de valores y símbolos, a partir de los cuales construyó una utopía de la ciudad y de la sociedad. En este nivel los Individuos que formaron el colec-tivo se reconocieron como los damnificados histó-

ricos y asumieron la tarea de cambiar su condición, como lo habían hecho los damnificados de los sis-mos de 1985.

En su proceso de afirmación como sujeto social la Asamblea de Barrios se definió frente a las Insti-tuciones abocadas a desarrollar las políticas de vi-vienda, y también frente al PRI y el gobierno de la ciudad. En estos espacios se convirtió en un gestor importante de créditos y vivienda, en un promotor incansable de una ley inquilinaria más ventajosa para los inquilinos, y se dio a la tarea de tratar de Impe-dir los lanzamientos.

En el análisis quise recuperar el proceso de cons-titución de la Asamblea de Barrios a partir de la construcción de una identidad colectiva, nutrida de las formas particulares por las cuales aprehendieron la realidad social y el proceso por el cual construye-ron sus demandas, buscando transformar su realidad y, por tanto, a otros sujetos e instituciones.

Es conveniente señalar que no partí de ninguna perspectiva determinista que asumiera la preexis-tencia de los sujetos sociales y la orientación de sus acciones. Busqué, por el contrario, acercarme a la forma en que el colectivo objetivó y representó el mundo que lo rodeaba, la interpretación particular que hizo de su realidad social y la reelaboración de ésta. A partir de esos procesos singulares busqué también entender cómo a través de sus propuestas, de su discurso, la Asamblea de Barrios definió, fren-te a otros sujetos e instituciones, sus campos de conflicto y construyó su utopía. En este punto quise resaltar la carga simbólica que con anterioridad die-

ron a lo vivido las otras organizaciones, concreta-mente los damnificados, y los valores que las cohe-sionaron. Las entrevistas y testimonios de los diri-gentes de la Asamblea de Barrios, de Superbarrio y los miembros del movimiento fueron de suma impor-tancia en este punto.

La crónica se mueve en estos planos. Primero, en la recuperación del entorno social en donde surgió y se constituyó el sujeto, condensando tensiones so-ciales y experiencias colectivas previas para proyec-tarlas hacia el futuro. Segundo, en el espacio de las políticas de vivienda, en donde se convirtió en un gestor importante. Y tercero, en el espacio de sus singularidades, sus núcleos aglutinadores, en donde los valores y símbolos eran exaltados y contrapues-tos a los contrarios.

El recorrido cronológico abarca poco más de un año; desde abril de 1987, momento del surgimiento de ia Asamblea de Barrios, hasta julio de 1988, cuando participó en las elecciones federales. Las razones del corte cronológico en 1988 obedecen a la necesi-dad de situar el instante en que sus demandas, pro-puestas, valores y símbolos fueron proyectados polí-ticamente en el terreno electoral.

El trabajo lo dividí en cinco capítulos. En el pri-mero hice un recuento del impacto social y político de los terremotos de septiembre de 1985. Este ante-cedente me pareció fundamental, ya que fue de la experiencia triunfante de los damnificados de donde surgió la Asamblea de Barrios.

En el segundo capítulo se narra su surgimiento, la forma en que el discurso de los dirigentes exaltó

10

el triunfo colectivo de los damnificados y la forma como se recreó con los damnificados históricos esa experiencia. En este capítulo también se narra el nacimiento de Superbarrio, como el personaje que simboliza y sintetiza una moral alternativa creada por el movimiento. Asimismo se tocan las formas de di-rección y organización. La primera, basada en la autoridad moral de los dirigentes que se deslindaron de ia CUD para continuar con la experiencia de los damnificados y, la segunda, en la formación de gru-pos de solicitantes con Identidad territorial.

En el tercer capítulo señala la consolidación del movimiento en ios espacios de gestión de vivienda, la forma en que fue madurando la reivindicación de la ciudad como un espacio colectivo, y la ampliación de sus demandas en este sentido.

En el capítulo cuarto se aborda la manera en que el movimiento encaró la coyuntura electoral y su decisión de participar en el proceso. La candidatura de Superbarrio a la presidencia de la república y su campaña sintetizan la forma en que la Asamblea de Barrios proyectó sus valores y símbolos en el terreno electoral, definió a sus enemigos y decidió no sólo ganar una vivienda, una ciudad, sino un país y un gobierno.

En el quinto se comenta el apoyo que dio la Asam-blea de Barrios al candidato del Frente Democrático Nacional, Cuauhtémoc Cárdenas, la traducción de sus demandas y propuestas en ese terreno, y su identificación con el neocardenismo.

Para terminar, se incluye una cronología de las acciones de la AB después del 6 de julio y una re-

11

flexión en donde, de modo general, se problematiza su desarrollo posterior vinculado a! PRD.

Antes de concluir, quiero agradecer a todas las personas que de diferentes maneras y perspectivas contribuyeron a la realización de este trabajo. Fer-nando Castañeda leyó con cuidado los borradores y me hizo útiles sugerencias e inteligentes comen-tarios. César Delgado, además de comentar el sen-tido del texto, ayudó a mejorar las formas de su expresión. Gabriel Sánchez hizo aportaciones y pre-cisiones importantes.

Enrique Contreras hizo ricas observaciones y su-gerencias propias de un entendido en la materia. Garios Imaz contribuyó también con comentarios y precisiones necesarias.

Arturo Chávez, Moisés Domínguez, Adriana Gar-cía, Laura Jiménez, Jorge Mayés, Luciano Mendoza, Saúl Reyes y Mauro Unas, mis alumnos del taller de investigación sociológica, en la Facultad de Cien-cias Políticas y Sociales de la UNAM, con sus co-mentarios frescos y agudos, me animaron y ayudaron a mejorar los primeros borradores.

Gilberto Silva Ruiz, coordinador de la carrera de sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y So-ciales de la UNAM, me brindó todo su apoyo para realizar la investigación y me puntualizó muchos as-pectos del análisis. Jorge Cadena Roa realizó una minuciosa lectura que me ayudó a mejorar el estilo y la claridad de muchas ideas. Alejandro Álvarez aportó ricas sugerencias; Esperanza Tuñón, amiga siempre, hizo comentarios y reflexiones pertinentes. Mónica Guitián y Claudia Bodek hicieron críticas

12

.1 A

Útiles, fraternales y entusiastas, Jorge Garcfa Ro-bles creyó en el trabajo y fue el puente maravillo-so que permitió convertir un original de computadora en libro.

Un reconocimiento muy especial para Francisco Saucedo y Yolanda Tello, que me abrieron las puer-tas de su casa, de sus archivos y de su experiencia. Sin las tardes que les robé en su casa, en la colonia Guerrero, no hubiera podido realizar este trabajo. Otro agradecimiento para Marco Rascón y para to-das las personas de la Asamblea de Barrios que me permitieron grabar sus testimonios y realizar las en-trevistas.

A Superbarrio Gómez no sólo le quedo agradecida por sus testimonios y por las entrevistas que le hice, su figura, despertó la curiosidad por emprender este trabajo y, al hacerlo, pude conocer mejor mi ciudad, sus habitantes y, desde la sociologfa, espiar un po-quito en sus mundos, sus sueños y sus misterios.

A todos ellos les debo los aciertos que el texto pueda tener; los errores, abusos y omisiones son de mi absoluta responsabilidad.

Angélica Cuéllar Vázquez. MIxcoac, Ciudad de México,

iunio de 1991.

13

CAPÍTULO I 1985. UN HITO OBLIGADO

Monumento histórico, debe ser restaurado Anónimo en una vecindad del centro i

1, Los sismos

El jueves 19 de septiembre de 1985, a las 7:19 horas, un sismo de 8.1 grados en la escala de Richter cim-bró a la ciudad de México y a sus 18 millones de habitantes durante 90 segundos. El viernes 20, a las 19.38 horas, un segundo sismo de 7.3 grados voívió a estremecernos. Los daños materiales cuantificados al 26 de septiembre señalaban que en las delega-ciones Venustiano Carranza, Cuauhtémoc, Benito Juárez y Gustavo A. Madero se localizaba el 80 por ciento de éstos.

En la Delegación Cuauhtémoc donde se registra-ron las cuatro quintas partes de los daños, se de-rrumbaron totalmente 258 edificios, cayeron parcial-

15

mente 143 y resultaron seriamente afectados 181; en la Venustiano Carranza hubo 83 derrumbes tota-les, 128 parciales y aproximadamente 1900 construc-ciones, casas principalmente, quedaron dañadas. En la Benito Juárez 50 edificios resultaron dañados, en la Gustavo A. Madero se desplomaron 25 construc-ciones y parcialmente 35.1 Según datos de la Comi-sión Económica para América Latina, de la ONU, en la ciudad de México deberían demolerse alrededor de 30 000 viviendas y habían quedado dañadas cer-ca de 60 000 más.2

Frente al siniestro la ciudad no sólo mudó su fiso-nomía sino que su cara solidaria, soterrada bajo la conflictiva vida cotidiana de la urbe más grande del mundo, emergió con una fuerza inusitada. A las pocas horas de ocurrido el primer terremoto, cientos, miles de voluntarios llegaron a las zonas devastadas. Es-tudiantes, jóvenes, amas de casa, profesionistas, tra-bajadores, aparecieron para remover' escombros, aprovisionar de agua y alimentos a los miles que habían perdido su techo. Buscar y proveer todos aquellos objetos útiles para las labores de rescate y salvar vidas fueron las tareas de los voluntarios que pronto organizaron brigadas.

La organización y la entrega de la población civil rebasaron en agilidad, eficacia y coordinación al go-bierno en el cumplimiento de las tareas más urgentes.' En los primeros días las autoridades mostraron cónr

1 Las razones y las obras. Crónicas del sexenio 7982-7989, tercer año, México, FCE, .1986, p. 520. • .

2 Guillermo Bolls, "Sismo y política habltaclonal", en Revista • Mexi-cana de Ciencias Políticas y Sociales, México, núm. 123, 'año .XXXfl, Nueva Época, enero-marzo, 1986, p. 48. ;

16

fusión y falta de coordinación. Miles de testimonios de aquellos días dan cuenta de uno y otro compor-tamiento.

Pasado el azoro, la rabia y la incredulidad, los problemas generados por los sismos aparecieron con toda su dimensión social. De un día a otro, la trage-dia había dejado a miles de familias sin casa, aproxi-madamente 250 000 personas.8

Las medidas inmediatas tomadas por el gobierno fueron improvisar albergues y crear oficinas Interse-cretariales para enfrentar el enorme problema. -El mismo día 19, en una reunión de trabajo convocada por el presidente De la Madrid, se crearon la Comi-sión Nacional de Emergencia y la Comisión Metro-politana de Emergencia. La primera la encabezó el titular de la Secretaría de Gobernación y participá-ron sus homólogos de la Defensa Nacional, Marina, Relaciones Exteriores, Programación y Presupuesto, Comunicaciones y Transportes, Desarrollo Urbano y Ecología y Salubridad. La segunda fue encabezada por el regente de la ciudad y participaron los titulares de la Defensa Nacional, Marina, Programación y Pre-supuesto, Agricultura, Salubridad, Comunicaciones y Educación.*

La primera evaluaría los daños a nivel nácionál y aplicaría las medidas necesarias de rehabilitación. La segunda se encargaría de evaluar los daños én la ciudad de México y coordinar las acciones de auxilio en la misma.

Como mencionamos ya, durante los primeros días las acciones del gobierno no pudieron controlar la

8 razonas y las obras, op. c í t , p. 502. ' . . . * lb ld. , p.. 501. _ .. í

17

situación, esto es, guiar y encabezar las labores de rescate y la ayuda a los miles de afectados. Las co-misiones Intersecretariales y las autoridades de las delegaciones no lograron acciones coordinadas. De-claraciones encontradas, acciones tardías, entorpe-cimiento en las funciones de rescate asumidas en su mayoría por la población civil y las brigadas inter-nacionales de rescate, hicieron aparecer a la ciudad con una configuración de "feudos", en la cual las autoridades delegacionales en lugar de coordinar esfuerzos parecía que se dudaban de cualquier in-terferencia en sus espacios, lo que los hizo adoptar, no en pocas ocasiones, posiciones absurdas. En el "ojo del huracán" los delegados fueron los que sin-tieron la presión de las brigadas de voluntarios que se negaban a aceptar decisiones absurdas y los cues-tionaban a cada paso que daban; fueron, sin duda, las autoridades más cuestionadas al lado del regente. Después de este primer momento, las autoridades gubernamentales y los recién creados damnificados entraron a una segunda fase, en la cual la recons-trucción de la ciudad los haría definir posiciones.

2. Los acíores

Los damnificados aparecieron al inicio agrupados en organizaciones de vecinos y barrios, muchas de ellas creadas antes de los sismos. De esas formas de organización transitaron a otras más amplias, que los aglutinaron a todos con miras a intervenir de una manera decidida en la reconstrucción. Este tránsito nos parece particularmente importante y nos. ayuda

18

a entender el nacimiento de la Coordinadora Única de Damnificados (CUD) como un punto de llegada y producto de experiencias y luchas previas, así co-mo de un acelerado proceso de aprendizaje y afir-mación frente a los otros actores que intervinieron en la reconstrucción.

Lo primero que destacó fue la diferente condición social de los damnificados, a los que podemos ubi-car en tres grandes grupos. Los vecinos de Tlatelolco y colonia Roma, en su mayoría clase media; los veci-nos del Multifamiliar Juárez, burócratas jubilados que alquilaban al Estado sus viviendas, y los vecinos de las colonias del Centro, Morelos, Guerrero, Doctores, etcétera, en su mayoría trabajadores, pequeños co-merciantes, algunos artesanos, dueños de pequeños talleres y trabajadores por su cuenta. Este grupo alquilaba viejas vecindades, cientos de ellas bajo el régimen de renta congelada, en malas condiciones y en donde, además de usarlas como habitación, al-gunos tenían ahí sus fuentes de trabajo. La mayor parte de las viviendas afectadas en esta zona se habían deteriorado por el escaso o nulo manteni-miento que recibían de los propietarios y que las convertían en una opción de vivienda barata para este sector.

Los vecinos de Tlatelolco, antes de los sismos, estaban agrupados en el Frente de Residentes, la Asociación de Residentes, la Coordinación de Cuar-tos de Azotea y el Consejo de Edificios en Autoad-ministración, que después se unieron en el Frente de Residentes de Tlatelolco.

En esa unidad habitacional se derrumbaron las dos terceras partes del edificio Nuevo León y dé los

19

102 edificios del conjunto, 23 resultaron seriamsnte dallados. El caso del edificio Nuevo León sacó a la luz un viejo problema: las construcciones que por negligencia o corrupción no cumplían con las nor-mas de seguridad en una ciudad enclavada en zona sísmica. Desde años atrás los pobladores de Tlate-¡olco exigían que se revisaran los cimientos de ios edificios, sobre todo en el Nuevo León, donde los da-ños en la estructura eran visibles. Después de los terremotos los vecinos rescataron entre los escom-bros la manta que colgaba del edificio, en la cual exigían las reparaciones necesarias a los organis-mos encargados del mantenimiento y la administra-ción: FONHAPO y BANOBRAS. Para los vecinos del Nuevo León la tragedia fue un homicidio colectivo y el gobierno había sido el responsable.s

Las demandas inmediatas de este grupo fueron que el gobierno pagara un precio justo por sus de-partamentos, indemnizaciones por los familiares muertos y por automóviles destruidos, y, algo muy importante, deslindar responsabilidades y castigar a los culpables, demanda que como veremos nunca fea cumplió.6

Los vecinos de Tlatelolco se resistieron a aceptar las opciones que para este grupo de damnificados ofrecía el gobierno. El 1 de octubre el gobierno creó el Programa Emergencia de Vivienda (PEV), el cual ofrecía tres opciones; 1) recibir una vivienda nueva con él correspondiente financiamiento de los orga-nismos del sector; 2) comprar una vivienda a terce-

8 Carlos Monslváis, Entrada Ubre. Crónicas de la sociedad que se organiza, México, ERÁ, 1988, p. 56. •• ••»/</., p. 62. •

20

ros;Con créditos hipotecarios del ISSSTE o del IN-FOÑAVIT; 3) reparar las viviendas con .materiales que se venderían a precios inferiores a los del mer-cado y con créditos especiales. Los tlatelolcás sé negaron a aceptar estas opciones y persistieron en sus demandas: , , no queremos comprar otra vez lo que ya teníamos... lo justo y legal es que haya reposición, dado que hubo Irresponsabilidad y ne-gligencia".7

El 5 de octubre de 1985 en la colonia Roma se constituyó la Unión de Vecinos y Damnificados "19 de septiembre", que representaba 289 edificios.8 En esta zona, una de las más devastadas, emergió el conflicto inquilinario. Una parte importante de la co-lonia eran edificios de departamentos alquilados por sectores medios. Los caseros, dueños de los edifi-cios afectados, presionaron y amenazaron para ex-pulsar a los inquilinos, y los dueños de los edificios no afectados llegaron a aumentar hasta 300 por cien-to las rentas con amenazas de lanzar a los inquilinos que no pagaran.

Este problema, unido al derrumbe de muchos epli-ficios de reciente construcción, movió a la recién creada Unión a realizar acciones como declarar una huelga general de pagos de rentas, exigir las inves-tigaciones necesarias para deslindar responsabilida-des de los derrumbes y negarse a abandonar sus colonias. Frente a las propuestas del Programa Emer-gente de Vivienda, la Unión declaró que los depar-

TLb3 razones. . . op. ctt., p, 647. 8 Alejandra Massolo, "(Que el gobierno entienda, lo primero es ta

vivienda!", en Revista Mexicana efe Sociología, año XLVIII,'. núm.' 2,' abrll-iunlo, México, 1986, p. 224.

21

tamentos que se les ofrecían en venta estaban en municipios del estado de México (Tultepec, Ecate-pec y Coacalco), muy alejados de sus centros de trabajo, y que no aceptarían abandonar la colonia.9

En el Multifamiliar Juárez se constituyó el consejo de representantes de la unidad. Aquí el núcleo de las demandas fue defender una conquista laboral: los inquilinos eran trabajadores al servicio del Estado, muchos de ellos pensionados y habían obtenido sus departamentos en renta. La vivienda de alquiler ofrecida por el Estado, práctica olvidada como po-lítica habitacional desde los años setenta, cuando irrumpieron los condominios de interés social, resu-citaba como una demanda. El consejo se negó a aceptar las opciones mencionadas del programá gubernamental y otra que, para este grupo en par-ticular, ofrecía la alternativa de que familiares de los pensionados se hicieran cargo de pagar las vi-viendas debido a lo raquítico de los montos de las pensiones. También se negaron a aceptar la opción del gobierno de enviar a los pensionados y jubilados a los asilos. •' El Consejo de Representantes del Multifamiliar Juá-rez y los residentes de Tlatelolco se opusieron a que continuaran las demoliciones arbitrarias antes dé realizar peritajes minuciosos y evaluar los edificios que podían ser rehabilitados.10 .

El otro grupo de damnificados, ubicado en los barrios del México viejo, constituía un problema dis-tinto para el gobierno. En la mayoría de estos barrios

* Ibld., p. 501. 10 Ibid., p. 227, 228. . ^

22

existían organizaciones de vecinos antes de los te-rremotos; por sus condiciones socioeconómicas, las características de sus viviendas y la larga tradición? de arraigo a sus barrios, sus demandas presentaron matices particulares.

En estos barrios, las organizaciones inquiiinarias y las formas de autodefensa frente a los diferentes planes de remodelación y vialidad habían creado capacidades colectivas no sólo de respuesta, sinoi de propuesta frente a todo tipo de amenaza a su arraigo. Los estragos del 19 y 20 de septiembre vinie^ ron a sacar antiguos problemas: el estado deplora-ble de la mayoría de las viviendas afectadas, con años de abandono.

La larga experiencia de resistencia a los planesi de remodelación gubernamentales se vivió de una manera particularmente importante en el barrio de Tepito, en la colonia Morelos, años antes de los sismos. En 1970 se intentó borrar del centro de la; ciudad la "herradura de tugurios" que circunda el Centro Histórico y construir la zona habitacional Tepito-Merced. Otros planes emprendidos por la Dirección General de Habitación Popular previeron: regenerar esta zona erradicando las "ciudades per-didas" y reubicar a los inquilinos que resultaran afec-tados. Se estima que la Dirección General de Habk táclón Popular trasladó a 2 000 familias de sus! vecindades a viviendas nuevas. Estos proyectos nun-ca se llevaron a cabo por la resistencia de los tépi-teños.11 . 1

1 1 Ma del Rocío Rosales Ortega, La vivienda en arrendamiento en !a zona centro de la ciudad de México (Delegación Cuauhtémoc), 1976-t985 tesis de licenciatura en sociología, FCP y 8, UNAM, 1988, p. 147., • '

23

< 'A partir de otro programa de regeneración, en la década del setenta se echó a andar el "Plan Tepito", que en diez años fue administrado por 12 dependen-cias gubernamentales diferentes. Algunos de sus re-sultados fueron la construcción de 556 viviendas, a cambio de 920 que fueron destruidas. De hecho, cuando ocurrieron los sismos, había campamentos de habitaciones transitorias debido a que los "bene-ficiados" no podían pagar el precio de las nuevas que ofrecía el "Plan Tepito". Frente a estos proble-mas, la asociación de inquilinos del barrio, organi-zaciones ' gremiales de comerciantes, el consejo representativo del barrio y el movimiento cultural "Tepito-arte-acá" lograron acuerdos, organizaron la resistencia para que no se continuara con el plan e Impidieron que se realizara el proyecto del centro có-íñercial "Plaza Tepito".

Con los sismos, los estudios realizados en Tepito Indicaron que alrededor de 90 vecindades con 1 600 Viviendas debían ser sustituidas urgentemente.12 Los tepiteñós se movilizaron desde los primeros días y sé puede decir que se convirtieron en la punta de lanza de los barrios de la zona, constituyendo un amplio frente social de resistencia en contra de la expulsión. Fueron también los que con mayor vehe-mencia demandaron información y control sobre el programa de reconstrucción en su barrio.18

. En la colonia Guerrero se había creado desde 1976 la Unión de Vecindades de la Colonia Guerrero (UVCG). Desde aquellos años la unión levantaba de-n 1 3 Alejandra Massolo, op. c í t , p. 209.

1 3 Iderr)^

24

mandas de reparación de viviendas y expropiación de lotes Ipaldfos para construir viviendas populares.^-La experiencia de lucha inquilinaria en contra de los desalojos y el alza arbitraria de rentas se combina-ron en esta organización para defender el barrio y la vivienda. En esta colonia, en sus orígenes obrera, los vecinos emprendieron dos líneas de acción para defenderse de los lanzamientos. Una, el asesorarse desde el punto de vista legal para impedir los lanza-mientos; otra, de carácter extralegal, basada en la solidaridad de los vecinos para oponerse colectiva-merite a los desalojos. Cuando uno de éstos era inminente, lanzaban tres cohetones al aire para pedir ayuda a (os vecinos.15

La posición vulnerable en la que se coloca siempre al inquilino en un juicio hizo que la unión se preocu-para de la elaboración del Manual del Inquilino, con el fin de socializar la información de cómo defen-derse de los caseros. En octubre de 1982 la unión, que pertenecía a la Coordinadora Nacional del Mo-vimiento Urbano Popular (CONAMUP), convocó a la primera reunión inquilinaria del Valle de México, con miras a coordinar a este tipo de organizaciones en todo el valle. A partir de 1983 se consolidó la Coor-dinadora Inquilinaria del Valle de México, En ella participaron grupos de las colonias Guerrero, More^ los, Santa María la Ribera, Valle Gómez, cuartos de azotea de Tlatelolco, Pensil, Martín Carrera, Docto-res, unidades habitacionales del IMSS, edificio Gao-na, edificio Condesa, Esta coordinadora no formó

1 4 Ma. del Rocfo Rosales Ortega, op. cít., p. 156. "A le jandra Massolo, op. c l t , p. 211. - v

25

parle de la CONAMUP y, podemos decir, fue la co-lumna vertebral de la CUD en 1985.

Como otras colonias de esta zona, la Guerrero había sufrido también los cambios urbanos de dis-tintos programas gubernamentales. La construcción del conjunto habitacional Nonoalco-TIateloico, asf como las obras de ampliación de la Av. Reforma Norte provocaron en los años sesenta la expulsión de 15 000 habitantes entre 1960 y 1970.ie

Como respuesta al plan Guerrero, presentado por INDECO, BANOBRAS y las autoridades de la Dele-gación Cuauhtémoc, en el barrio de Los Angeles sé gestó el plan de mejoramiento del mismo. Al igual que en Tepito, el proyecto pretendía liberar los pre-dios de renta congelada trasladando a los inquilinos a viviendas transitorias con la promesa de construir-les otras dignas.

Con la ayuda e influencia de las comunidades ecle-siáles de base, y asesorados por instituciones au-tónomas, la Cooperativa Guerrera presentó en agosto de 1976 a la Dirección General de Planificación del DDF el "Plan de Mejoramiento del Barrio de Los Angeles". Según el investigador René Coulomb, ésta fue la primera propuesta y experiencia de planeación popular en el área metropolitana.17 Asesorados por la Facultad de Arquitectura Autogobierno de la UNAM, el Plan de Mejoramiento del Barrio de Los Angeles contenía los proyectos de vivienda y equipa-- i^René Coulomb, "Organizaciones populares y planeación urbana en

lin barrio deteriorado de la ciudad de México", en Los Movimientos sociales en el Valle de México, Jorge Alonso (coordinador), México, SEP. 1986. p. 300-302, .

17 ibfd., p. 304.

26

miento urbano y vialidad, una especie de censo en el que aparecían el número de vecindades y los da-tps sobre empleo y alquileres. El objetivo central de éste plan fue asegurar la permanencia de los vecinos en el barrio, garantizar que no fueran lanzados (ley inquilinaria), obtener una vivienda digna, buscar nue-vos mecanismos de financiamiento y crear fuentes de trabajo. A pesar de que esto no se llevó a cabo pues sólo logró el interés de algunos funcionarios menores, fue una experiencia de movilización Im-portante en el barrio y sirvió para que los vecinos realizaran jornadas de trabajo en las vecindades para evitar derrumbes cuando se aproximaba la época de lluvias. La consigna en estas movilizaciones era: "Moriremos en la Guerrero, pero no aplastados". , De esta experiencia nació la Unión de Vecinos de la Colonia Guerrero, que buscó agrupar a toda la colonia, retomó la lucha inquilinaria y se vinculó con otras organizaciones del movimiento urbano al Inte-rior de la CONAMUP.19

También surgida de la resistencia inquilinaria, en 1980 nació la Unión Popular de Inquilinos de la Co-lonia Morelos y Peña Morelos. A partir de octubre de 1985 se publicó el boletín de la unión: "Voz de la Morelos". En éste se planteaban las formas de lucha y resistencia frente a las políticas que se perfilaban por'parte del gobierno en aquellos momentos críti-cos. Sus objetivos más importantes fueron: no aban-donar la colonia, no negociar por separado y, en caso de desalojo, acudir a la unión para impedirlo

18 Ibld., p. 305-310. 1» Ibld., p. 312.

27

y, mientras no se esclareciera el caso legalmente, nó pagar rentas.20

- Con esa historia de resistencia-y organización, las colonias Guerrero y Morelos elaboraron un pro-yecto de reconstrucción para ellas días después de los sismos; de hecho se adelantaron con. propuestas a los programas gubernamentales. A principios de octubre de 1985 se publicó el folleto "Proyecto de re-construcción de viviendas en las colonias Guerrero y Morelos". elaborado por la UVCG y UPICM-PM. La propuesta era construir vecindades de nuevo tipo, rescatar la vida colectiva de los barrios y que fueran los vecinos quienes realizaran y vigilaran la recons-trucción. Para elaborario se asesoraron de asocia-ciones civiles como Casa y Ciudad, eclesiales como la parroquia del barrio de Los Angeles, y obtuvieron recursos de organizaciones no gubernamentales na-cionales y extranjeras.21

En la colonia Doctores, también zona de inquilinos en vecindad, se organizó la Unión de Vecinos de la Colonia Doctores, cuyo eje de movilización a raíz de los sismos fue organizar peritajes con ayuda de la Facultad de Arquitectura Autogobierno de la UNAM. Exigían también respeto a las organizaciones de ve-cinos y participación en los proyectos de reconstruc-ción.22

La Unión Popular Valle Gómez nació en 1984, tam-bién para defenderse de desalojos y aumentos de rentas. En su lema "Reconstruir para transformar,,

' 20 Alejandra Massolo, op. cíf., p. 215. 21 Folleto "Provecto de reconstrucción de viviendas en las colonias

Guerrero y Morelos, UVCG, UPlCM-PM", oct. 1985. ' • ' 2 2 Alejandra Massolo, op. c í t , p. 221. ,

28

y en sus Ifneas de acción se reflejan otras preocupá-ciones urbanas, como la ecología y problemas, de salud. Esta unión igualmente se apoyó en grupos de profesionales e Instituciones académicas para realizar sus trabajos.23

También producto de los sismos, el 29 de sep-tiembre de 1985 nació la Unión de Inquilinos y Dam-nificados del Centro, que se coordinó con el Comité de Lucha Inquilinaria del Centro (CLIC), que existía desde 1983.

Todavía sin una organización unitaria, los grupos de damnificados empezaron a ganar las calles y bus-caron entrevistas con el presidente De la Madrid, para exigir que se cumplieran sus demandas. Desde el 26 de septiembre el titular de la SEDUE, Guillermo Carrillo Arena, Inició reuniones con los representan-tes de los distintos grupos de damnificados. El 27 de septiembre se realizó una enorme marcha a los Pinos con contingentes de Tepito, colonia Morelos y Tlatelolco. Exigían que se reconocieran a sus re-presentantes y no se diera prioridad a los diputados del II y III distritos, ambos del PRI, que también sé habían dirigido al titular de SEDUE para sollcitarie peritajes confiables en los edificios dañados,84 Los damnificados, desde estas primeras acciones, bus-caron deslindarse de las prácticas clientelistas del partido oficial y exigieron el reconocimiento de sus organizaciones y representantes. Ese día, 27 dé sepr tiembre, las comisiones de damnificados se entrevis-taron con Carrillo Arena y le expusieron el caudal

218. • •• . •• v • •• • • . • 2 4 Las razones. . . op. c l t , p. 545-548. — . ' . ,

29

de problemas que enfrentaban desde los sismos, el temor de los inquilinos de ser lanzados y pidieron que se escucharan sus propuestas. La entrevista se desenvolvió en un clima de tensión; el titular de la SEDUE asumió desde entonces una posición intran-sigente y despótica. Los damnificados, después de ese primer choque con un representante guberna-mental, realizaron reuniones en sus barrios deci-dieron que la mejor forma para presionar al gobierno a dar respuestas sería permanecer en sus colonias; la consigna fue: "No atiandonar sus barrios".

El mismo día 27 se constituyó el Comité Popular de Solidaridad y Reconstrucción (COPOSORE), con damnificados de las colonias Roma, Morelos, Gue-rrero, Asturias, Tránsito, Doctores, Valle Gómez, Centro, Santa María ia Rivera y Tlatelolco. Días des-pués el COPOSORE abrió una cuenta bancaria en el Banco Nacional de México, paralela y alternativa al Fondo Nacional para la Reconstrucción, creado por el gobierno con el fin de asegurar que los recursos de la ayuda internacional y nacional llegaran direc-tamente a los damnificados.25 Sin embargo, no cuajó como un órgano coordinador y su vida fue efímera.

El 2 de octubre se unió a la marcha tradicional que se realiza todos los años para conmemorar la matanza de 1968 un contingente de damnificados que reunió aproximadamente a 15 000 personas, que mar-charon del Museo de Antropología al Ángel de la Independencia en demanda de un programa demo-crático para la reconstrucción, retiro del ejército, de-tener los desalojos y respeto al arraigo,

25 Daniel Rodríguez Velázquez, "Cronología de la Coordinadora Onlca do Damnificados", en Metrópoli, suplemento de El Día, abril 20 de 1986, p. 8.

30

Ese mismo día, 2 de octubre, algunos dirigentes de organizaciones vecinales y de inquilinos de la colonia Morelos sostuvieron una entrevista con el presidente De la Madrid, Días antes habían sido ci-tados por el licenciado Zorrilla, funcionario de la Presidencia de la Fíepública, para presentarse a las 3 de la tarde a un costado de la casa presidencial. Alrededor de 14 dirigentes de la Unión Popular de Inquilinos de la Colonia Morelos-Peña Morelos, de Tepito Indómito y Centro Morelos acudieron a la cita. Entre ellos se encontraban Eduardo Macedo, Georgina Sandoval, Ismael Hernández, Francisco Saucedo, Miguel Armas, Javier Garcfa y Felipe Er-hemberg. Al llegar se les comunicó que el presidente De la Madrid los recibiría a las 5 P. M, y contaban con 7 minutos para exponerle sus demandas. La en-trevista se realizó en el salón Benito Juárez de los Pinos y Francisco Saucedo fue el encargado de presentar un documento en el cual precisaban sus demandas:

1, Expropiación de todos los predios dañados 2, Un proyecto de reconstrucción popular 3, Regularizaclón de los servicios en las zonas

devastadas, fundamentalmente, agua, luz y dre-naje.

Entregaron también al presidente el folleto "Pro-yecto de reconstrucción de vivienda en las colonias Guerrero y Morelos". La entrevista, según testimo-nios de los dirigentes que acudieron, se realizó en un clima cordial, el mandatario tuvo una actitud re-ceptiva, y duró 45.minutos. Cuando se tocó el proble-

31

ma de la expropiación. De la Madrid dijo que eso era un problema legal, pero que se estudiaría su viabilidad.28 Sin duda, esta entrevista, que no quedó registrada en los diarios, fue un antecedente impor-tante de la expropiación decretada por Miguel De la Madrid, pocos días después, para enfrentar el pro-blema específico de este sector de damnificados.

El presidente De la Madrid, el 11 de octubre, tomó la medida de expropiar a través de un decreto 5 500 predios en una superficie de 250 hectáreas, ubicados en las delegaciones Cuauhtémoc, Venustiano Ca-rranza, Gustavo A. Madero y Benito Juárez.27

Días antes de la expropiación el presidente De la Madrid, en un recorrido por los barrios del Centro, reconoció públicamente la obligación de respetar las formas de vida, el arraigo y las organizaciones populares de este sector, y prometió que estudiaría las formas para que participaran en las dependencias que se estaban creando para la reconstrucción.23

A pesar de haber sido una demanda de un grupo de damnificados, la medida presidencial sorprendió al conjunto de éstos. Ya señalamos que algunas or-ganizaciones como las de las colonias Guerrero y Morelos habían planteado la expropiación, pero ésta no se había levantado en otras organizaciones. A partir de ese momento, la inmovilidad gubernamental cedió el paso a una actitud prepositiva, sobre bases reales, que buscó ejercer el control del proceso.

La expropiación liberaba a buena parte de los damnificados del terror de los caseros y del miedo

^Test imonio de Francisco Saucedo. 27 ¡_gs razones. . . op. cit., p. 580. 2 3 Alejandra Massolo, op c i t , p. 201.

32

a los lanzamientos. La situación controlada por el gotJierno les abría otro campo de conflicto, plagado ele instancias, comisiones, antesalas y laberintos bu-rocráticos, en el cual los damnificados lucharon para ser oídos en el proceso de reconstrucción y conver-tirse, unidos, en el interlocutor obligado.

Frente a las presiones de los propietarios, laxex-propiación sufrió un ajuste político. A los pocos días aparecieron los "errores", y los errores del primer decreto expropiatorio. Entre éstos se habían incluido viviendas unifamiliares habitadas por sus propieta-X nos, otras que no habían sido dañadas, inmuebles \ que ya eran patrimonio de la nación, locales comer- \ cíales, iglesias, construcciones sindicales, etcétera. \ Para superarlos, y después de que el regente Ramón Aguirre reconoció las fallas derivadas de los defectos del catastro y del Registro Público de la Propiedad el 20 de octubre se dieron a conocer las rectifica-ciones al primer decreto. El total de predios expropia-dos se redujo a 4 332. Quedaron excluidos todos los predios ubicados en la Delegación Benito Juárez y todos los predios de la colonia Roma en la Deíeqa-cion Cuauhtémoc.20 y

Cabe señalar que en esta revisión del primer de-' i j0 líyer<?l

r? a | 9 u n o s predios a petición de la Unión de Inquilinos y Damnificados del Centro

seSHndo decreto en muchas vecin-Centro Histórico se colgaron mantas y

S S ñ l r reSurSo-9 "Monumento hiMértco,

. ¿ X S - Í . T S S £ . s r . T i r a r r u 80 Alejandra Massolo, op. c l t , p. 218.

33

Los damnificados de esta zona que habitaban los predios expropiados pudieron quedarse en sus ba-rrios y hacer valer su arraigo. Les tocaba, ahora, hacerse oír en la dependencia gubernamental creada después de la expropiación y que se encargaría de la reconstrucción.

El 14 de octubre, por decreto presidencial, se creó el Programa de Renovación Habitacional Popular (PRHP), el cual quedó bajo la responsabilidad del Departamento del Distrito Federal (DDF). El progra-ma en su inicio no tenía una idea clara del rumbo que tomaría el proceso de reconstrucción; como responsable directo fue designado el arquitecto José Parcero López.81 La presencia de los damni-ficados, sus propuestas y demandas fueron llenando algunos huecos, moldeando algunas decisiones en un proceso conflictivo, como veremos enseguida.

3. La CUD. Memoria, confluencia y aprendizaje

El 24 de octubre de 1985, en el auditorio 5 de mayo de la unidad habitacional Tlatelolco, se realizó el Primer Foro de los Damnificados y tomó cuerpo la Coordinadora Única de Damnificados, CUD. Días antes, doce organizaciones se habían reunido con el fin de constituir una forma más amplia que diera cabida a todos los damnificados y sus organizacio-nes, viejas y nuevas. Ese día, 19 de octubre, se acordó constituir la CUD y se elaboró un pliego único de peticiones y demandas. Fue, sin embargo, hasta

SI £.a razones. . . op. c í t . p. 556.

34

el día 24 que la CUD tomó cuerpo y se redactó su pliego petitorio.

Las organizaciones que formaron la CUD fueron las siguientes: Unión de Vecinos de la Colonia Gue-rrero, Unión Popular de Inquilinos de la Colonia Mo-relos-Peña Morelos, Unión de Vecinos y Damnifica-dos del Centro, Unión Popular Centro Morelos, Unión de Vecinos de la Colonia Doctores, Unión Emilio Carranza, Unión de Vecinos del Centro, Comité de Lucha Inquilinaria del Centro, Unión Popular Valle Gómez, colonia Peralvillo, colonia Faja de Oro, colo-nia Asturias, colonia Nicolás Bravo, colonia Obrera, Arcos de Belén Centro, campamento Salvatierra, Asociación Morelos, A, C, y vecinos del barrio de Tepito, el Frente de Residentes de Tlatelolco, el Con-sejo de Edificios en Autoadministración, Asociación de Residentes de Tlatelolco, la Coordinadora de Cuartos de Azotea, el Consejo del Multifamiliar Juá-rez, la Unión de Vecinos y Damnificados "19 de sep-tiembre", Unión de Inquilinos de la Colonia Pensil, Unión de Inquilinos en Lucha, Unión de Vecinos de la Colonia Martín Carrera, Unión de Vecinos I. Zara-goza, varios albergues, algunas organizaciones de colonos y el Sindicato Nacional de Costureras "19 de septiembre". En tota!, participaron en el foro 42 organizaciones.82

Las CUD se nutría de experiencias de resistencia y lucha previas a los terremotos. Como ya vimos, sobre todo en las colonias Guerrero, Morelos, Cen-tro, Valle Gómez y barrio de Tepito, se tenían orga-

8 2 n foro de damnificados de la ciudad de México. Relatorías de las mesas de trabajo, noviembre 9 de 1985, fotocopia.

35

nizaciones y una larga historia de lucha inquilinaria y de resistencia a abandonar sus barrios. Otra fuente de energía importante eran las organizaciones de Tlatelolco, que convirtieron su rabia en una exigen-cia de castigo a los culpables de los derrumbes y de indemnizaciones justas. Estaban también las nuevas organizaciones surgidas a raíz del siniestro, que no tenían experiencia de organización, pero aparecieron reivindicando para cada caso en particular las de-mandas que les parecían justas.

Algo los identificaba y los unía; el desastre los había convertido de la noche a la mañana en damni-ficados, tuvieron que enfrentar su nueva condición y transitar a una forma unitaria de presión y nego-ciación, Las acciones gubernamentales, erráticas durante los primeros días, los hicieron reconocerse frente al gobierno que apareció paralizado, Las innu-merables formas de solidaridad las habían encon-trado en la sociedad civil, en los vecinos, en las uni-versidades, en la Iglesia, en la ayuda de las brigadas de rescate (nacionales e internacionales), en sus organizaciones cuando ya existían. Después de la expropiación, cuando el gobierno asumió el mando del proceso de reconstrucción, los damnificados agrupados en la CUD enfrentaron las políticas del PRHP que quisieron segregarlos o hacerios negociar por separado. Estaban en una situación similar frente a PRHP, independientemente de cada problema es-pecífico o particular. El reto fue buscar la mejor solución para los problemas particulares, sin perder la unidad. " El 26 de octubre la CUD realizó su primera movili-

zación con más de 30 000 damnificados que marcha-

se

ron del Ángel de la Independencia a los Pinos. Sus demandas eran de carácter general y claramente politizadas. Exigían que el gobierno declarara la mo-ratoria unilateral del pago de la deuda y que canali-zara esos recursos a la reconstrucción; la destitución de sus cargos del regente Ramón Aguirre y del titular de la SEDUE, Carrillo Arena; peritajes honestos, exhaustivos e imparciales, y ampliar el decreto ex-propiatorio.33

La primera etapa del PRHP, según el Investigador Sergio Tamayo, fue una fase de "contención políti-ca" que se caracterizó por la Indefinición absoluta del programa. Fue un proceso de asimilación de la medida expropiatoria por parte de los funcionarios. Se desconocían el monto y la procedencia de los recursos para la reconstrucción y los criterios para calificar a quienes serían los beneficiados. Según el mismo autor, fueron momentos de roces políticos en la cúpula.31

Parcero López, director de PRHP, tenía cierta pre-sencia en las zonas más afectadas por los sismos, era exsecretario de la CNOP y diputado federal por un distrito del Centro. Con él llegó un equipo que venía básicamente de la CNOP y que intentó mane-jar el programa de renovación habitacional con cri-terios corporativos. Bajo la coordinación de Parcero López, las primeras acciones del PRHP fueron levan-tar un censo para identificar a los damnificados y empezar a expedir los certificados de derechos. Para

8 3 Las razones. . . op. c i t , p. 558. ^ Sergio Tamayo, "El programa de renovación habitacional popular

(análisis sin eufemismo)", en Ciudades, México, núm, 1, enero-marzo, 1989, p. 58

37

ello se crearon los Consejos de Renovación, que serían un espacio de conflicto con los damnificados por las formas empleadas para adjudicar ios certifi-cados de derechos, que en ocasiones condicionaban su entrega a pertenecer al PRI, En este sentido, po-demos decir que las organizaciones barriales, mu-chas de ellas creadas antes de los sismos, fueron la trinchera de resistencia contra el manejo corpo-rativo y sectario del PRHP.

La CUD fue el espacio amplio de coordinación y definición de propuestas más generales. Era la asam-blea general en donde las organizaciones barriales planteaban los problemas particulares, que después tomaban cuerpo en demandas y pliegos petitorios que incluían a todos los damnificados. Las organi-zaciones en los barrios, su presencia local, y en algunos casos su experiencia y tradición de resisten-cia, fueron el molde social de la reconstrucción. Las cabezas de la CUD —no es extraño que así fuera— pertenecían en su gran mayoría a esas organizacio-nes vecinales y de barrio creadas tiempo atrás.

El programa de renovación habitacional popular fue el espacio de conflicto, definición, presión y ne-gociación de los damnificados con el gobierno. El presidente De la Madrid había declarado que la par-ticipación de éstos en la reconstrucción era impor-tante. Sin embargo, hacia abajo de la declaración presidencial y en el marco del PRHP, los damnifica-dos tuvieron que hacer valer su participación y en-frentar un sinnúmero de obstáculos. Empezaron el vía crucis burocrático, los enfrentamientos con los Consejos de Renovación, las idas y venidas, las mar-

38

chas y los mítines, las entrevistas, las antesalas, el papeleo, etcétera.

Para la CUD los problemas se bifurcaban en dos líneas: primero, consolidarse y permanecer como el órgano representativo de los damnificados, enfren-tando a los Consejos de Renovación y las políticas clientelistas, y segundo, buscar las soluciones para cada grupo de damnificados en particular. En no-viembre las demandas de la CUD habían incluido una constelación de problemas que rebasaron el marco de la reconstrucción; se adicionaron deman-das inquiiinarias sobre derechos laborales, se ratifi-caba la de suspender el pago de la deuda y el respeto a sus organizaciones. El problema habitacio-nal fue abordado a la luz de cuestionar las políticas urbana y de vivienda del gobierno, lo que quedó plasmado en propuestas de más largo plazo que rebasaron la coyuntura de la destrucción. La buro-cratización y politización del PRHP, hasta ese mo-mento, hizo crecer el descontento de los damnifi-cados e intensificó su movilización.

El Segundo Foro de Damnificados, realizado el 9 de noviembre, concluyó con los siguientes plantea-mientos básicos;

Sobre los proyectos estatales para la vivienda concluían que la salida que el gobierno había dado para el problema habitacional, era fundamentalmente de carácter político y no una concreta y técnica que respondiera a las condiciones de las grandes urbes. El programa de vivienda, por lo tanto, debería com-prender todo este problema, no sólo en el centro de la ciudad sino en todas las zonas urbanas del país.

39

! De ahf se desprendían planteamientos concretos sobre la propiedad, los créditos y las características de las viviendas. En consecuencia, demandaban:

1. Adjudicación de los terrenos expropiados por el gobierno bajo propiedad colectiva, en patrimonio familiar.

2. Respeto a la propiedad de los predios, terrenos y departamentos que fueron adquiridos tiempo atrás, lo cual presupone un respeto a los certificados de participación inmobiliaria, así como a los contratos de arrendamiento.

3. Congelamiento de rentas que beneficie a todos los afectados. Acabar con los abusos de los casate-nientes. Promover una ley inquilinaria que sirva y atienda los verdaderos intereses de los inquilinos,

4. Créditos para restitución, reparación y rehabili-tación de vivienda, de acuerdo'con las posibilidades de pago de los beneficiarios y con bajas tasas de interés.

5. Que la vivienda nueva o rehabilitada reúna las condiciones de tamaño y servicios indispensables para su buen funcionamiento.

6. Inmediata reconstrucción habitacional. 7. Que se cuente con una vivienda definitiva en el

sitio o barrio en donde se vivía antes del sismo, res-petando el arraigo de la población en el barrio.

8. Canalizar los recursos del pago de la deuda externa para la construcción de vivienda.

9. Reconocimiento de todos los aspectos técnicos, como peritajes, inspecciones físicas, etcétera, reali-zados por otras instituciones no oficiales,

40

10, Respeto y aval a la formación de cooperativas o asociaciones civiles que busquen resolver el pro-blema de ía vivienda.

11, Ampliación de la expropiación de predios para buscar una mejor reordenación urbana,

12. Evitar que los predios expropiados pasen de nuevo a propiedad de los casatenientes.

13. Contra los despidos injustificados aprovechan-do la situación de emergencia.

14. Por un salario o seguro de desempleo para todos ios trabajadores que perdieron su fuente de trabajo. Indemnizaciones justas a los trabajadores damnificados y a los familiares de aquellos que per-dieron la vida.

15, Crear fuentes de trabajo para integrar a los desempleados a las tareas de reconstrucción,8B

Las respuestas gubernamentales en los meses si-guientes continuaron marcadas por la lentitud buro-crática y por la incapacidad política de acordar con los damnificados caso por caso, punto por punto, la reconstrucción. Como lo señalaría la CUD, que-daban un sinnúmero de propuestas gubernamentales en el aire.

El 8 de febrero de 1987 se realizó el Tercer Foro de Damnificados y, según el recuento que hizo la CUD, los resultados eran todavía muy inciertos. Los documentos redactados en el Tercer Foro apuntaban lo siguiente:

. . . Nos hemos reunido con más de medio gabinete presi-dencial y se han llevado a cabo Infinidad de gestiones ante

8 8 l i foro de damnificados de la ciudad de México, op. clt,

41

las autoridades, pero a la fecha no hay respuestas preci-sas y concretas a nuestras demandas. El decreto expropia-torio y la creación de Renovación Habitacional Popular abrieron esperanzas, las que han venido diluyéndose por la falta de recursos y claridad que manifiesta el organismo en muchos aspectos (créditos, Intereses, régimen de pro-p iedad. . . etcétera); al lado de esto se ha Iniciado un manejo clientelista del problema, aunque durante las tareas de rescate y asistencia no se viera ni a diputados priístas ni a funcionarios públ icos..

El documento también apuntaba que las organiza-ciones de los damnificados seguían buscando alter-nativas, independientemente de lo que hacía el gobierno. Se habían elaborado proyectos de recons-trucción alternativos en Valle Gómez, Guerrero, Mo-relos, Centro, Doctores, Asturias, Peralvillo y Emilio Carranza. Se tenían también proyectos de coopera-tivas de producción, de educación y salud. Las de-mandas continuaban vigentes. Para las viviendas expropiadas eran:

1. Que todo proyecto elaborado por PRHP se co-nociera y se aprobara por los beneficiarios.

2. Que los proyectos elaborados por las organiza-ciones de la CUD fueran respetados.

3. Que se respetaran las organizaciones de los damnificados.

4. Que se proporcionara información clara sobre los mecanismos financieros.

5. Que se detuviera el proceso de afiliación for-zosa al PRI y el manejo clientelar de los certificados de derechos.

8 6 Armando Ramírez Palomo, "Tercer foro de damnificados", en Me-trópoli, suplemento de El Día, México, 20 de abril de 1986, p. 10. •

42

Para las viviendas no expropiadas: 1. Que se ampliara el decreto expropiatorio de

acuerdo con la petición entregada el 26 de noviem-bre al DDF.

2. Que los terrenos baldíos expropiados fueran destinados a la restitución de viviendas dañadas en las zonas no expropiadas.

3. Que el DDF exija a los propietarios de Inmue-bles en mal estado la reparación inmediata.

4. Que se promuevan juicios a los propietarios para que, de acuerdo con el Código Civil, sea suspendido el pago de rentas.

5. Que sea creado un programa de vivienda en renta.

6. Que se congelen las rentas y todos los juicios que atentan contra la seguridad de la vivienda.

Para las unidades habitacionales afectadas: 1. Que se detenga la política de desarraigo y

despojo. 2. Que sea dada a conocer toda la información

técnica, jurídica y financiera que entraña un diagnós-tico, para su aprobación en las comisiones respecti-vas de los afectados.

3. Que en los casos correspondientes se lleven a cabo las reparaciones iniciales y

4. Que se agilicen las decisiones para definir el destino final de los edificios.87

El mes de febrero fue clave. El gobierno empezó a entender que sin la participación activa de los dam-

37 Idem.

43

nificados y una negociación amplia, el problema de la reconstrucción no podría ser resuelto. Los dam-nificados no sólo ejercieron presión, sino que habían desplegado una enorme capacidad social. En su es-fuerzo por ser reconocidos buscaron asesorías cali-ficadas, canales extraburocráticos para ser escu-chados, apelaron al derecho, se apoyaron en sus organizaciones, defendieron su derecho de arraigo y se convirtieron en los gestores del proceso. A esas fechas muchos de ellos aún vivían en los campamen-tos que improvisaron frente a las construcciones des-truidas; para defender su arraigo y presionar al go-bierno se habían negado a abandonar sus colonias. Contaban además con el apoyo y la simpatía de Instituciones civiles de toda índole, que también cuestionaban el burocratismo, la lentitud y ía politi-zación de la reconstrucción. El gobierno había asu-mido el control técnico, contaba con los recursos, con las instituciones, pero sus decisiones tenían que contar con el apoyo y la aceptación de la CUD. Las soluciones no podían borrar las particularidades de cada grupo, de cada caso.

La primera medida que indicó que el gobierno buscaba una negociación amplia fue remover de su cargo al titular de la SEDUE, Carrillo Arena. El 18 de febrero fue sustituido por Manuel Camacho Solís. A Carrillo Arena se le acusaba de prepotencia, de desconocer las organizaciones de damnificados, de no haber dado solución a los problemas de Tla-telolco y además, en su calidad de arquitecto, de haber participado como personal técnico en la cons-trucción de los edificios del hospital Juárez y del

44

Multifamiliar Benito Juárez, ambos derrumbados por ios sismos. La presencia de Camacho Solís abría posibilidades de llegar a acuerdos con los damnifi-cados. En cuanto asumió la Secretaría se intensifica-ron las reuniones con éstos y declaró que tendría una política de puertas abiertas para escucharlos a todos.1,8

En el mes de marzo quedó resuelto el problema de Tlatelolco. El día 14 se dio a conocer el Programa de Reconstrucción Democrática de Tlatelolco. En él se reconocía la representatividad de sus organiza-ciones y se asumía el compromiso de hacer un estu-dio minucioso, edificio por edificio, para determinar cuáles podían ser rehabilitados y cuáles tenían que ser demolidos. Se aceptaba también indemnizarlo? cuando no hubiera posibilidad de rehabilitar sus de-partamentos.

También se agilizó el PRHP; en los primeros días de marzo se habían distribuido 39 000 certificados de derechos, el 91 por ciento de¡ total del programa. Se iniciaron reparaciones en muchas vecindades y trabajos de apuntalamiento.

El 1 de abril fue removido Parcero López, a quien también se le había acusado de un manejo indebido y político del PRHP. Lo sustituyó Manuel Aguile-ra, quien prometió dar prioridad a la construcción de vivienda nueva y especificar en cada contrato de compraventa el lugar en que ésta se le daría al be-neficiado. Afirmó que no se haría nada sin que antes los vecinos aprobaran cada anteproyecto.89 Los

«8 ¿as razones y las obras. Crónicas del sexenio 1982-1983, cuarto año. México, FCE, 1987, p. 393.

20 Ibld., p. 393-396.

45

damnificados, sus organizaciones, sus proyectos y sus opiniones empezaban a ser escuchadas.

La última etapa se dio en mayo de 1986 y con-sistió en la formalización de los acuerdos entre los damnificados y el gobierno, en el marco del Conve-nio de Concertación Democrática, que se firmó el 13 de mayo. El convenio establecía las modalidades a partir de las cuales se llevaría a cabo el proceso de construcción y lo firmaron; por el gobierno fede-ral, los titulares de SEDUE, del DDF y del PRHP; por los damnificados, la Federación de Comités de Re-construcción del PRI, el Directorio de Damnificados del PST, organizaciones de colonos y la CUD, que agrupaba a la mayoría de éstos. También fue firmado por diez representantes de educación superior y ocho grupos técnicos de apoyo que asesoraban a los dam-nificados, 40

En el convenio, se señalaba que con el PRHP se llevarían a cabo acciones de vivienda para una po-blación de 250 000 habitantes. Estas viviendas, de-bían respetar las características urbanas y la identi-dad cultura! de los habitantes de la zona del centro de la ciudad. Se afirmó que se harían compatibles los recursos financieros disponibles, con la capaci-dad de pago de los beneficiarios y se advirtió tam-bién, que la magnitud de ¡atarea hacia indispensable la participación de la comunidad. Se reconocían los derechos de los damnificados a conocer el conte-nido de los contratos de compraventa de las vivien-das nuevas o reparadas, a escoger libremente la ase-soría que más les conviniera y a trabajar en proyectos

Sergio Tamayo, op. cit., p. 60, 61, Las razones. . . op. cit., p". 397

46

propios, con programas de autoconstrucción y auto-gestión. Se fijó que cada familia, firmaría un solo contrato que después sería elevado a escritura pú:: blica sin cargos impositivos. Los créditos, según ej caso, se pagarían entre 5 y 7 años y con intereses fijos del 16 o 17 por ciento con mensualidades entre 25 y 30 por ciento de un salarlo mínimo.41

• ; Para Cuauhtémoc Abarca, dirigente de la CUD sa-lido de las organizaciones de vecinos de Tlatelolco, ía firma del convenio significaba que

. . . el Estado admite la pluralidad de una sociedad y recof noce la participación social ganada a pulso de las crganl^^

Azadones sociales independientes, en este caso de los r damnificados, los cuales hemos venido trabajando no al

amparo de ficticios apoyos, sino gracias al apoyo que ^ nuestros propios representantes nos han otorgado desdé

los primeros días de los s ismos. . . a nosotros nos parece ^ muy Importantes que la inmensa mayoría de los plantea-^ miehtos emanarlos de la CUD estén comprendidos dentro

del convenio: nuestras propuestas para los monumentos hls: • tóricos, para la escrituración en forma gratuita; nuestra . propuesta sobre la posibilldrd de apoyos especiales a las

personas de menores recursos;, nuestra propuesta sobré 1 el contrato único que garantice Adecuadamente los dere-

chos y las obligaciones de las par tes . . . 4 2 •' . . [ , 'x

rí'En julio de 1986 las acciones del programa emer^ gente;dé vivienda y del programa de renovación habitaclonár popular habían asignado, reparado :y construido cerca de 80 000-viviendas en beneficio de 400 000 habitantes. En julio de 1986 se amplió el PEV en lo que se conoció como su Fase II, para

« L a s razones. . . op. clt., p. 397». » / i , \ • • : 0 Sergio Tamayo, op. c¡t., p, 6.1. • .í;' - , , -

47

atender a cerca de 8 000 familias de escasos recur-sos que habían quedado fuera de los programas anteriores.43 18 meses después de la expropiación, entre abril y mayo de 1987, según datos del PRHP se habían reconstruido 44 500 viviendas,44

La lucha de los damnificados había dejado una rica experiencia de solidaridad y organización. La confluencia en la CUD de las organizaciones de dam-nificados Ies permitió dar respuestas unitarias frente a las alternativas —o no alternativas— del gobierno para la reconstrucción. Habían presentado proyec-tos y propuestas, exigido participar, respeto a su arraigo, a sus tradiciones y sus formas de vida, tam-bién deslindar responsabilidades y enjuiciar a los funcionarios ineptos y corruptos.

Para muchos de ellos, el gobierno encamó en los laberintos burocráticos que tuvieron que recorrer y padecer, en las prácticas clientelistas usadas por el PRI para ser incluidos y que los damnificados en su gran mayoría rechazaron. Para otros, el gobierno apareció como el principal responsable de la trage-dia, como en el caso del edificio Nuevo León en Tlatelolco.

En ese doloroso camino los damnificados se reco-nocieron como parte de un colectivo que no pedía dádivas, que exigía respeto a sus organizaciones, vi-viendas decorosas, peritajes honestos y transparen-cia en el uso de los recursos. Reconocieron también sus diferencias y lograron que el gobierno diera so-luciones particulares.

4 3 Las razones. . . op. c l t , p. 400. 4 4 Sergio Tamayo, op. c l t , p. 6 M 1 .

48

Sus propuestas para la reconstrucción, nutridas de antiguas experiencias y de aprendizajes acelerados a partir de los terremotos, incluían a sus barrios y a sus colonias como parte de la ciudad. Ésta también íes pertenecía; ei barrio, cuna de sus padres y abue-los, era digno de respeto, A las demandas íiistóricas del MUP, los damnificados vinieron a agregar el res- , peto a su arraigo, a sus tradiciones y a sus formas de vida, Luctiaron por sus viviendas pero recupera-ron una reinvindicación más profunda: el derecho de pertenecer, de ser parte de ia ciudad. Su iugar en eiia era más que una vivienda, y con ello reivindica-ban sus creencias, sus prácticas, sus relaciones ve-cinales.

El proceso de reconstrucción fue un intenso movi-miento de autoafirmación, un Intenso proceso de aprendizaje y de construcción de espacios de con-fluencia físicos y sociales.

La CUD y las organizaciones barriales que le dieron vida fueron capaces de replantear ios problemas ur-banos y habían sido escuchadas en buena parte de sus demandas y reconocidas. En la politización que hizo el gobierno del proceso de reconstrucción las organizaciones de los damnificados crecieron y se autoafírmaron en dos planos: desde sus barrios y colonias, donde enfrentaron el clientelismo corpora-tivo, y, derivado de ello; como gestores y protago-nistas de la reconstrucción.

Los damnificados habían reconstruido sus casas de los escombros, pero también se habían autoafir-mado como habitantes de sus barrios y de su ciudad.

49

CAPITULO II . ; 1 - SURGIMIENTO DE LA ASAMBLEA DÉ BÁRRIOS J

í.•v , : Este movimientoinácló 00 la ibrivfdla - Francisco Saucedo ; )

Los otros damnificados V " ' • 1 . ' ':j

Concluido el PRHP en su primera fase, al interior dé la CUD se eyaluáróh sus logros"V el afóánce sóciáí y político del programá gubernamental. Pára aígünaá organizaciones el convenj6.de cdncertacióri debilitó á'Iá CUD, debido a que el gobierno se .había yhéctíp cargo de la reconstrucción, respondiendo en'büehá medida a las demandas y propuestas de los damni-ficados. Otras organizaciones hicieron una evalua-ción positiva" dé la récóristrucción y empézaroW a discutir la posibilidad de continiiar generando espa-cios, proyectos y alternátivas para' énfréhtar él pro-blema de ia vivierida, que parcialmente y sólo párá los damnificados había quedado resuelto.'Pará éstáá

fet

organizaciones ia experiencia de la CUD podía re-crearse con otros sujetos.

La CUD cumplió su papei y las organizaciones que le dieron vida no habían perdido su identidad. Al contrario, cuando empezó la reconstrucción cada una de ellas regresó a su barrio, a su colonia para acompañar el proceso. Su presencia volvió a ser local, y el marco amplio y general que les otorgó la CUD en su momento se hizo cada vez menos necesario. El conflicto de la reconstrucción había quedado superado, pero el impacto social que gene-ró, como veremos, sería parte de un clima propicio para continuar con la experiencia de los damnifi-cados. = AI iniciarse 1987 ^ a ñ o internacional de los sin techo, decretado por la ONU— las organizaciones de la CUD que decidieron recrear la experiencia de los damnificados discutieron las líneas a partir de las cuales podían continuar. Esas organizaciones fue-ron: la Coordinadora de Cuartos de Azotea de Tlate-lolco, el Comité de Lucha Inquilinaria del Centro (CLIC), una fracción de la Unión de Vecinos de la Colonia Guerrero, la Unión Popular de Inquilinos de la Colonia Pensil y la Unión Popular de Inquilinos de la Colonia Morelos-Peña Morelos, encabezadas jjor Marco Rascón, Francisco Alvarado, Francisco Saucedo y Javier Hidalgo.

Lo primero que reconocieron estos grupos fue que el*proceso de reconstrucción había despertado la expectativa de obtener vivienda en otros sectores que no eran los damnificados de los sismos. Existían otros damnificados, los de toda la vida, que, si bien

52

no habían obtenido esa condición merced a los terre-motos, se encontraban en situaciones similares. "Sj no tenían cuarteada su casa, tenían cuarteada su economía, su trabajo".1 Eran personas que no tenían acceso a créditos para comprar una vivienda, que habían llegado a la CUD buscando apoyo para soli-citarlos y, por no ser damnificados, no encontraban espacio en los marcos establecidos por la CUD y por el Programa de Renovación Habitacional Popu-lar, ni tenían acceso a los créditos baratos que se habían obtenido en la negociación con el gobierno.

Otra observación importante que hicieron estos grupos fue reconocer que el clima de organización y solidaridad, gestado por los damnificados y a su alrededor, era propicio para abrir un horizonte más amplio, más allá del PRHP. Es decir, la experiencia de la CUD fue interpretada como un triunfo colectivo y podían sucederse muchos más.2

Otra consecuencia importante de la reconstrucción que ellos reconocieron fue que, gracias a la presión ejercida por la CUD, en alguna medida se había lO' grado que el gobierno resolviera el problema no sólo con una política de reubicación (léase expulsión), ya que muchos damnificados, gracias a la expropia-ción, habían permanecido en sus barrios, en sus colonias, en sus viviendas y de Inquilinos habían pasado a ser propietarios. Fue precisamente en ios barrios del centro de la ciudad de México, donde la expropiación había tenido el impacto social más fuer-te, que surgió la Asamblea de Barrios.

1 Entrevista a Superbarrio Gómez, agosto da 1989. 8 Entrevistas a Francisco Saucedo, agosto de 1989. enero y febrero

de 1990.

53

Con estas observaciones, los dirigentes dé las or-ganizaciones mencionadas propusieron en et seno de la CUD formar grupos de solicitantes de vivienda que no eran damnificados; la propuesta no tuvo res-puesta. Sin romper formalmente con la CUD, esos grupos empezaron a actuar por separado.

La primera acción emprendida en marco de 1987 fue abrir centros de registro de solicitantes de vivien-da y con esos datos elaborar un censo. El rumor sé corrió y el primer día marcado pára el levantamiento del censo se: presentaron más de 1 000 personas á los centros de registro. Sin haber lanzado un ve-íante, una convocatoria, la gente empezó a jlegar de todos los puntos de la clüdad.

Muchas personas acudieron con la idea equivo::

cada de que se estaban entregando las viviendas construidas por PRHP- Efectivamente, éstas se esta^ ban entregando, pero a los damnificados; Sé explir caba entonces que esas viviendas eran producto de un gran esfuerzo y de una organización. COmo ejem-plo, la organización de los damnificados fue reivin-dicada y sus logros estaban a la vista. Se explicaba qüe, retomando esa experiencia, había qüe comén-1-zar de nuevo. Organizarse y luchar; además, sé les decía qué si los damnificados habían sido escucha-dos, ellos, los nuevos solicitantes, tenían'también derecho a una vivienda digna. La tarea era difícil; pero era pos/Jb/e,8 • - Desde los días en que sé levantó él primer censó empezó a tejerse el discurso de los dirigentes á partir de destacar el esfuerzo y la organización como

• Entrevista a Superbarrio Gómez, agosto de 1989.

54

condiciones del triunfo. Se venía de una experiencia positiva pero incompleta y no se "valía dejar la re-t construcción a medias", pues había una enorme can-í tídad de problemas que no quedaron resueltos, j

El éxito de esa primera acción —el levantamieritó del censo— se explica por la enorme expectativa que había levantado la reconstrucción para obtener una vivienda. De los datos arrojados por el censo surgió un primer perfil de sus miembros. Muchos de ellos habían tenido alguna experiencia corporan tiva, tenían credenciales del PRI y, si bien no . se podían identificar como militantes activos, habían recurrido ya a las organizaciones corporativas para solicitar créditos, viviendas y servicios urbanosj Muchos otros habían sido víctimas de fraudes cuani do quisierog adquirir un terreno o una vivienda, q participaron en alguna invasión sin conseguir nadai ' Después de lá experiencia de los centros dé regís í

tro, y por iniciativa de la Coordinadora de Cuarto^ de Azotea de Tlatelolco, se convocó a una asamblea general que se réalizó el 4 de abril de 1987:-eh{el local del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), ubicado en las calles de Antonio Caso, a la que acu-dieron 4 000 familias de 280 colonias. En esta asahfi-blea se resaltó. Ia importancia de otro problema que ya había sido detectado.en el censo: eljnquilinário. Ese día se juntaron cientos de expedientes de inqui-linos que estaban a punto de ser. lanzados y que habían iniciado juicios; otros inquilinos ya no podían pagar la réntá y los demás ya vivían de "arrimadós" con algún pafiérite. Los problemas particulares füe¿ ron tomando cuerpo, yá que los nuévos solicitantes

55

de vivienda eran inquilinos con problemas o "arri-mados". La lucha por la vivienda y el conflicto Inqui-linario aparecieron como las dos caras de la misma moneda, y ambas darían pie a la conformación de las Clemandas y acciones de la Asamblea de Barrios.

Con el problema inquilinario enfrente quedaba claro que seguían vigentes antiguas demandas, re-cuperadas por la CUD, y que el programa de recons-trucción sólo había dado soluciones para los inquili-nos que habitaban las vecindades expropiadas, pero a nivel social no resolvía nada.

Ese día se decidió adoptar el nombre de Asamblea de Barrios y Organizaciones Vecinales, y se elaboró la primera declaración en la cual empezaron a defi-:nirse sus campos de conflicto, se levantaron las primeras demandas con relación a la lucha inquili-naria y sobre el acceso a créditos y viviendas dignas. En el documento leído se hizo también un diagnós-tico de ambos problemas: ! En virtud de las pésimas condiciones de vivienda en que ' habitantes miles de ciudadanos mexicanos en la ciudad y el

campo, debido a la escasez de éstas, al constante y - desmedido aumento de rentas, ante la amenaza de los . lanzamientos y desalojos, las arbitrariedades de jueces y . funcionarlos, la insalubridad y falta de servicios, los riesgos T por Inmuebles dañados, el hacinamiento, los bajos salarios,

la falta de créditos, las altas tasas de interés y el InmovI-- lismo gubernamental ante la voracidad de los caseros,

~ manifestamos:...

. 1. Cada año se requieren 500 000 viviendas nuevas y el gobierno a través del INFONAVIT, FOVISSSTE y FONHAPO sólo construye 300 000.

56

2. La gran enseñanza de la reconstrucción, a tra-vés del programa de renovación habitacionai, fue la socialización del suelo y su regularizaclón a favor de quienes lo ocupan,

3. Sólo entre 1983 y 1984 se ventilaron cerca de 200 mil juicios contra inquilinos provocando lanza-mientos en los barrios de la ciudad de México, lo cual se convirtió en una de las tensiones urbanas más fuertes,

Y, a continuación, demandan:

. 1, Que parte de los recursos destinados al pago de la deuda externa sea utilizada para la construc-ción de vivienda.

2. Solución a todos los inquilinos que viven en inmuebles dañados por los sismos y su Incorporación al programa Fase II, ; 3, Expropiación y/o adquisición, con créditos blan-dos, de los predios liabitados por los inquilinos, terre-nos baldíos en manos ociosas, intestados, abando-nados con grandes adeudos fiscales, propiedad del DDF, y su incorporación al programa de vivienda, -

4. Que el gobierno construya vivienda para renta. 5. Reformar el Código Civil y de Procedimientos

de 1984 que es favorable a ios caseros. Por ley deben terminar los lanzamientos, los aumentos excesivos á las rentas y ia intervención de la fuerza pública én favor de los caseros.

6. Respeto a las organizaciones vecinales y su independencia y libertad política.

57

7. Defender la democracia en los barrios y el res-peto a j a voluntad popular en la ciudad,4 1

El camino empezaba a trazarse. El primer paso sé había dado, los otros damnificados se reconocían ante, el triunfo colectivo de la CUD y se asumían como pobladores con dignidad y con derechos: "Por el derecho a una vivienda digna y a una ciudad pará todos . : . Para conjuntar el esfuerzo y el coraje de miles de habitantes de las vecindades, de los barrios', de los tugurios y las ciudades perdidas, para exigir con dignidad lo que por justicia y derecho nos áo-rresponde".5

• El segundo paso había sido reconocer su situa-ción y empezar a levantar sus demandas. Las leccio-nes de los sismos y de la CUD estaban frescas, Lá expropiación fue el inició dé la reconstrucción y vol-vía a aparecer como una demanda central para ac-ceder al suelo; los créditos baratos se consiguieron y.:se' planteaban de nuevo como la única vía para obtener viviendas. La lucha Inquilinaria, como vere-mos, permeará también gran parte de sus acciones. ^ Las primeras declaraciones y demandas de. la Asamblea de Barrios, (en adelante AB) además de incorporar, las de otras organizaciones barriales y yecinaiés agrupadas en la CUD, se fueron constru-yendo-también a partir del análisis que se hacía de los programas gubernamentales de vivienda. Así el Programa Nacional de Vivienda de 1987 fue también un marco de referencia importante. Cómo veremos;

«• 4 "Vecinos somos .y en ta lucha andamos". Acciones y declaraciones de la'Asamblea de Barrios, folleto, México, agosto de 1987.

6 Ibid., p. 5.

58

la AB desde su nacimiento dio una enorme impor^ tancia a las tareas de gestión para acceder al suelo, a las viviendas construidas por organismos guber^ namentales y para solicitar créditos blandos para construir. Frente a las instituciones gubernamental les involucradas en las políticas de vivienda, el mo-vimiento fue definiéndose y en algunos, casos fue reconocido y obtuvo un espacio. C • Según las crónicas oficiales, el programa dé vivien-da para 1987 —año en que surgió la Asamblea de Barrios— tuvo nuevas características y dimensiones sensiblemente mayores que en los años anteriores del sexenio y que en otros sexenios..

El programa comprendía acciones Msin preceden-tes" pará apoyar la construcción dé viviendas én el país; fue dado a conocer el 9 de febrero de 1987 por el titular de SEDUE, Manuel Cámacho Solís,r ante los titulares de SPP. SHCP. SECOFI, Banco de Mé-xico, los secretarlos generales de la CTM y la CNC) y el presidente de la CONCAMIN. Durante ésa cere» inoniá se firmó un convenio de concertación entre la SEDUE y la CONCAMIN,'el cual establecía'que el precio de los materiales de construcción utilizados en el programa seria liiferior ál del mercado.

El plan mencionaba que a lo largo déi año se dtorgaríáh 350 000 créditos a béneficiarids de Jas distintas Instituciones promotoras de vivíéndá" popu-lar y de interés soclal en ttído el país. Sé Incluía también una partida especial para lá vivienda cám: pesina y otra para la construcción de habitación para renta. El programa beneficiaría a un total de 1.7 mlliohes de personas y ^stirhularía a la industria

69

de la construcción, una de las más afectadas por la crisis económica. Se preveia también un ajuste en los créditos, acorde con los tiempos de inflación, que impidiera la descapitalización de los organismos públicos dedicados a la construcción de vivienda.

Según estimaciones de la SEDUE, a finales del año se habrían construido o rehabilitado alrededor de 700 000 viviendas en todo el país, que cubrirían la demanda anual de 300 000 y disminuirían, con las 400 000 restantes, el déficit habitacional acumulado durante años. Éste, hasta 1987, alcanzaba una cifra cercana a 5 millones de viviendas, si se incluían las que requerían ser rehabilitadas y las que debían ser repuestas.

El director del INFONAVIT, José Campillo Sainz, aseguró en varios foros la extraordinaria cobertura que tendrían en 1987 los créditos de la institución. Por su parte, e! director de FONHAPO, Enrique Ortiz. informó el 25 de mayo que en 1987 se atenderían a más de 90 000 familias de escasos recursos.

Antecedentes importantes en el sexenio de Miguel De la Madrid en el rubro de política de vivienda fue-ron: la creación de la Subsecretaría de la Vivienda de la SEDUE, en diciembre de 1982, y en 1983 se inte-gró en la Constitución el derecho de toda familia mexicana a una vivienda digna y decorosa, y se expi-dió una ley federal de vivienda.

Durante los primeros años del sexenio se dio ma-yor financiamiento al FONHAPO, organismo encar-gado de atender la demanda de los sectores no asalariados, lo que hizo que de 1983 a 1986 triplicara su participación en los programas nacionales de vi-

60

víenda, pasando del 4.5 al 12 por ciento respecti-vamente.

También durante el sexenio las Instituciones del sector público, creadas para resolver el problema de la vivienda, formaron reservas territoriales en las ciudades medias del país, como parte de una por lítica que buscaba "descongestionar" las grandes urbes.

En 1986 el número de viviendas construidas supe^ raba en 54 por ciento lo iiecho en el sexenio anterior, sin tomar en cuenta los programas de reconstrucción después de los sismos. Se estimaba que el programa para 1987 representaría la mitad de lo que antes sé había hecho en seis años y se calificaba como un récord en toda la historia. Se buscó también, desdd años antes, promover la construcción de vivienda para renta, ofreciendo créditos especiales y estímu-los fiscales, '

Con respecto a los conflictos inquilinarios, en 1987 se hicieron modificaciones a los códigos civiles y de procedimientos civiles, locales y del D. F., a fin de "equilibrar" las tensiones. Lo anterior se realizó per-mitiendo que el propietario pudiera obtener un renr dimiento razonable de su inversión y, a la vez respes tando los derechos de los inquilinos. Se fijaron loé aumentos de rentas en función de los aumentos d los salarios mínimos y se agilizaron los juicios legales que sostenían inquilinos y propietarios,® Como ve-remos posteriormente, estas reformas fueron cuestio-

«Las razones y tas obras. Crónicas del sexenio 1982-1988, ouinto año, México, FCE, 1988.

61

riadas por la AB, bajo el argumento de que favorecían aún más a los caseros. I De lo anterior resalta el impulso que en ese año él gobierno de Miguel De la Madrid dio a la vivienda, en buena parte por efecto de los terremotos que habían dejado al descubierto el enorme déficit y, sobre todo, ios problemas sociales que se generaron alrededor de ia destrucción y de la obtención de créditos para construir, rehabilitar u obtener vivien-fJas. Si bien se preveía un programa "sin preceden-tes", parecía que las . políticas para aplicar los créditos, dotar de viviendas a los beneficiarios del INFONAVIT y del FOVISSSTE seguían las mismas prácticas clientelistas y corporativas, rotas coyuntU7 raímente después de los sismos. El secretario de la SEDUÉ dio a conocer el programa a los secretarios de la CTM,y la CNC, mas no lo hizo con las prganizá-cibnes que demandaran vivienda y créditos, •

Esa fue la lucha que asumió la AB para ganar un espacio en el programá fuera dé los acuerdos cor-porativos y tratar de invertir la "agilización" de los juicios de los inquilinos que, como señalaron los dor cumentos de AB, en su enorme mayoría eran ganados por ios propietarios. Las críticas a la política d0 Vivienda, la denrianda de una ley inquilinaria que prO: tegiera a jos inquilinos y ia presión por ser reconpci-dos fueron el núcieo de las acciones más iniportáñteé dé la AB a lo largo de 1937. V

Ásí se dio el surgimiento de la AB como sujeto social, proceso que combinó distintos niveles; El gujeto nacía como productp. del impacto .social que habían generado la expropiación .y lá reconstruc?

62

ción. Cuando se Iniciaron los trabajos cíe recons-trucción de viviendas e! impacto en el entorno urbano fue evidente y socialmente significativo. De pronto, en ios barrios y colonias donde se habían expropiado las viviendas afectadas se construían nuevas, junto a otras que estaban en condiciones deplorables por el abandono de años. Éste fue un elemento importante en el proceso de reelaboración social que hicieron de su condición de "damnificados históricos ' todos los que acudieron a los centros de registro cuando se levantó el primer censo. Su con-dición de inquilinos podía ser modificada y se sin-tieron con el mismo derecho a construir la expecta-tiva de convertirse en dueños de una vivienda, de su casa.

El colectivo surgía así de una experiencia previa, positiva, que había permitido reivindicar las deman-das de los damnificados de los sismos, ahora asu-midas por los damnificados históricos.

En otro nivel, el perfil de la nueva organización la deslindaba de otras organizaciones del movimien-to urbano, caracterizadas por darle a sus demandas y acciones un claro matiz ideológico y que habían entrado en una etapa de reflujo, al menos en la ciu-dad de México, En este sentido, la ÁB empezó a llenar un hueco social. No tener un perfil ideológico constituido por estatutos y principios, como era el caso de otras organizaciones del movimiento urbano popular, permitió que muchas costumbres y tradi-ciones de los barrios, como formas de identidad cultural, fueran el tejido social, no siempre visible, de la organización. Su politización se dio en el espa-

63

cío en que exigió se cumplieran sus demandas y, por tanto, obligó a otros sujetos e instituciones a dar respuestas.

El movimiento nacía además en la zona centra! de la ciudad, en colonias y barrios constituidos, lo que implicaba estrategias diferentes para acceder al suelo y a la vivienda, a diferencia de las invasiones en la periferia de la ciudad que durante la década de los setenta había sido una forma de acceder a! suelo. Todo ello configuró el perfil de la AB, que asumió la gestión para la obtención de créditos y vivienda, y la lucha inquilinaria como el núcleo de sus acciones.

En el nivel de la política gubernamental se abría también la posibilidad de crear un espacio en los programas de vivienda que, como ya mencionamos, apuntaban a crecer sensiblemente.

2. La búsqueda de ios primeros espacios

El 21 de abril de 1987 la AB organizó una marcha que partió del Zócalo al Supremo Tribunal de Justi-cia y a la que asistieron cerca de 10 000 personas. Su objetivo fue exigir que pararan los desalojos y la intimidación policiaca hacia los Inquilinos. La presi-denta del Supremo Tribunal, Clementina Gil, les res-pondió escuetamente que se haría respetar la ley.7 .

En los días siguientes se hicieron asambleas por delegaciones, con el fin de dar una primera estruc-tura organizativa a la AB a partir de una identidad^ territorial, por coldniás, édificios y vecindades. Éstas

í Vecinos somos . . . op.. c/f.,"; p. 8. - '

64

se realizaron los dfas 25 y 26 de abril en : 15 delega-ciones políticas,® En estas asambleas se.constitu-yeron grupos y cada uno adoptó un nombre particu-lar; para identificarse. A partir de ellos surgieron representantes que en el futuro coordinarían accio-nes colectivas.

Paralelo a sus acciones organizativas, lá AB con-tinuó con el proceso iniciado desde su primera asam-blea general, de definir sus espacios de confronta-ción. Siguió reclamando del gobierno una ley inqui-linaria, tratando de buscar siempre una vía legal para protegerse de los desalojos, que los llevó a crear una asesoría más formal con un grupo de abogados abocados a ello. Cuando esta vía se agotaba, las acciones extralegales para detener los desalojos —en las cuales todos los vecinos acudían e intenta-ban que no se consumara el lanzamiento—, como viejas tradiciones de la lucha inquilinaria en las colo-nias Guerrero y Morelos, siguieron vigentes, > _ Para reclamar una ley inquilinaria, el 8 de mayo

de nueva cuenta, un contingente de la AB formado aproximadamente por 8 000 personas se dirigió á Palacio Nacional y una comisión pidió entrevistarsd con el presidente De la Madrid. A la ley inquilinariá se sumaban las demandas de expropiación de pre-dios ociosos y recursos para construir vivienda. Lá entrevista se les negó y la respuesta fue que "el C. Presidente sólo atiende después de haber sido

TiainSot h ,£ i e™[1 asambleas en las delegaciones Cuauhtémoc. Benito Juárez' Tlalpan, Xoohimllco, Coyoacán, Cuajlmalpa, Milpa Alta Venustiano Ca S , í t f a , , a p ? ' , ? a T , c o ' T , á h u a c ' A P Madem r S o S a l c ? de BaVrlos Asamblea de Barrios, archivo de la Asamblea

P5

atendidos los problemas por las instancias corres-pondientes'.'. De ahf se dirigieron a la que podía legislar sobre materia Inquilinaria, la Cámara de Diputados, en donde entregaron un documento en el cual protestaban por los cambios al código de prO' cedimientos civiles, aprobados el 14 de enero de ese año.8

El documento entregado en la Cámara de Dipu-tados exponía que el derecho a una vivienda digna y decorosa, consagrado en el Artículo 49 de la Cons-titución, en realidad era letra muerta para muchos mexicanos. Exponían que las modificaciones al códi-go hechas en 1985 a causa de los sismos, que habían introducido algunas ventajas para los inquilinos quedaban anuladas con las reformas de enero. Como ejemplo de que las modificaciones hechas en enero de 1987 se traducían contra el inquilino, el documen-to señalaba que. ahora se sancionaba hasta por. 120 días de salario mínimo vigente en el DF a los inqui-linos que no se presentaran a la audiencia concilia-toria. Antes el único efecto era la continuación del juicio. Otra modificación reducía el tiempo para hacer Ja demanda de nueve días a cinco, es decir, el inqui-: lino disponía de un tiempo menor para preparar su defensa. Ahora se establecía que el inquilino primero tenía que contestar la demanda y después celebrar la audiencia conciliatoria, lo que implicaba que este, a pesar de que pudiera llegar a un acuerdo con el propietario en la audiencia conciliatoria, debía pagar los servicios de un abogado para que contestara la demanda. En 1985 se había establecido que cuando

• "Vecinos somos . . . " , op. cíf., p. 6.

66

el inquilino acudiera sin asesor a la audiencia, ésta se suspendía automáticamente para darle tiempo de conseguir alguno. Con las reformas.de 1987 la au-diencia ya no se suspendía y quedaba en manos del juez buscar la equidad.

El documento enfatizaba que mientras el Código Civil no regulara bajo una forma verdaderamente equitativa y justa la relación de arrendamiento, los inquilinos seguirían colocados en clara desventaja, y en manos del íímás voraz y parasitario de los capitales; el capital inmobiliario", A continuación se anexaban demandas como efectivo control de ren-tas, congelamiento de los procesos judiciales inqui-linarios que estuvieran en trámite y otras más, ten-dientes a equilibrar en la ley la posición del inquilino frente al arrendador,10

La respuesta que obtuvieron en la Cámara de Diputados fue que no podía haber reformas ni legis-lación hasta que se iniciara el periodo de,sesiones en el mes de septiembre.

Las respuestas negativas para crear una ley Inqui-linaria justa no sólo enfrentaba a la AB con su ene-migo inmediato, los caseros, sino que los llevaba también a enfrentar el problema más allá de lo inme-diato. Los caseros no eran la única causa de los problemas inquilinarios, en muchas ocasiones éstos no eran los monstruos desalmados que desalojaban a los inquilinos y algunos tenían una condición socio-económica similar a la de los Inquilinos. El problema era la relación de desigualdad en la que se colocaba

, Documento entregado en la Cámara de Diputados durante la LUI Legislatura el 8 de mayo de 1987, archivo de la Asamblea de Barrios.

67

a los Inquilinos, la ausencia de una legislación justa. El enfrentamiénto con esta circunstancia —cuando se analizaban los casos individuales de ios inquilinos que se encontraban con problemas— llevó a la AB a asumir los dos caminos señalados: apelar a una legislación justa y detener los desalojos apegándose a la ley cuando esto era posible, o mediante las acciones extralegales. i Con el fin de identificar claramente todos sus pro-blemas y seguir ejerciendo presión en donde hubiera que hacerlo, el 16 de mayo, en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, se realizó la segunda asam-blea general de la AB y la organización tomó cuerpo por el tipo de problema que tenían sus miembros. De esta asamblea surgieron los siguientes grupos:

1, Inquilinos con problemas jurídicos. ' 2. Vecinos que carecen de vivienda.

3. Vecindades organizadas y con representantes 4. Vecinos con derecho al INFONAVIT o el FO-

VISSSTE. -

. En esa asamblea el número de familias ya había aumentado a 10 000 y se emitió la segunda declara-ción de la AB. En ella se hizo un recuento de sus acciones y solicitudes, se reprobaron las respuestas pbtenidas y se definieron dos acciones fundamen-tales: ' Hasta estas fechas parece ser que nadie en el país puede

hacer nada en contra de la voracidad de los caseros y la arbitrariedad de los tribunales ( . . . ) Frente a esta situa-

, ; ción, los Inquilinos, arrimados, solicitantes y habitantes '-..carentes de vivienda no podemos permanecer Impasibles

68

dejando que nos lancen a la calle y viviendo todos los dras con angustias y vida Incierta. SI el gobierno no res-ponde, itomemos nosotros las tareas y las soluciones!11

A continuación, plantearon sus acciones: Primero, defender la vivienda ante la negativa para

obtener una ley inquilinaria Justa. SI ya se pidió la vivienda, si se está en un juicio o si ya hubo senten-cia de lanzamiento, se planteó lo siguiente:

1. No permitir aumentos de renta por encima del 19.5 por ciento y asesorarse en los lugares donde se levantaron los censos.

, 2. No permitir el lanzamiento de ningún vecino. Avisar la fecha y hora del lanzamiento en el lugar donde se levantaron los censos, y advertir a los vecinos mediante cohetes y silbatos. . 3. SI no fue posible impedir el desalojo, avisar en los lugares de los censos y organizar campamentos de lanzados.

4. Dar a conocer públicamente los lanzamientos, pegar volantes de la AB, carteles y hacer pintas afue-ra de los edificios denunciando el nombre del casero. Acudir a la radio y a la TV para denunciar las arbi-trariedades de caseros y tribunales.

La segunda fue sobre las formas de acceder al suelo urbano: para tener techo había que ganar el suelo, y para ello planteaban: - 1. Gestionár ante el casero y las instituciones de vivienda para comprar el predio.

1 1 "Vecinos s o m o s . . o p . c l t , p. 25, 26.

69

2. Crear grupos de solicitantes con los arrimados, 3. Buscar los terrenos y edificios abandonados, In-

testados, propiedad del DDF, y lograr mediante la expropiación o la adquisición que estos predios pa-sen a los grupos de solicitantes.

4. Organizar a los derecholiabientes del INFONA-VIT y del FOVISSSTE miembros de ia AB y deman-dar ía entrega de viviendas.12

Después de esta asamblea general se realizaron asambleas por grupos, también en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco. El 30 de mayo se reu-nieron los inquilinos con problemas jurídicos; el 31 de mayo los arrimados; el 6 de junio las vecindades organizadas y con representantes, y el 7 de junio los derechohabientes del INFONAVIT y del FOVISSSTE.

En el caso de los inquilinos y vecindades organi-zadas las tareas definidas fueron buscar opciones de compra en los mismos predios que habitaban. En el caso de los arrimados y de inquilinos que no podían llegar a acuerdos con los caseros buscar predios en los barrios, y en el caso de los derecho-habientes, ejercer presión para acelerar los trámites y la entrega de viviendas como organización inde-pendiente de los sindicatos que habitualmente ne-gocian esto. De estas reuniones surgió también la estructura organizativa de la AB que descansó en los grupos mencionados.

En los meses siguientes, y de acuerdo con las acciones definidas en las asambleas de los grupos,

12 Ibld., p. 25-28.

70

la AB realizó su primera gran acción colectiva: la búsqueda de los predios ociosos y obtener toda la in-formación necesaria de la situación legal que guarda-ban éstos. Para esto, como veremos posteriormente, se organizaron grupos de 24 familias que se lanzaron a la búsqueda del suelo ocioso.

Un suceso, sin duda importante, nos hará detener-nos en el seguimiento de la AB: la creación del personaje Superbarrio Gómez, que tendrá un papel particular en la organización y el movimiento como personaje, símbolo y líder singular,

3. Superbarrio Gómez

Cuando apareció en escena Superbarrio Gómez la dirección de la AB la asumían los cuatro dirigentes que al interior de la CUD plantearon la continuidad de la lucha emprendida por los damnificados. Su presencia cotidiana en todas las acciones de la AB desde el levantamiento del primer censo, asf como su decisión de no vivir a expensas del movimiento, hizo que este grupo se ganara la confianza de la gente y se consolidara como la cabeza de la orga-nización. • Los cuatro venían de organizaciones vecinales, de inquilinos, de grupos de izquierda y, como muchos otros, se encontraron y reconocieron en las jornadas de los damnificados.

Según sus testimonios, ellos fueron los primeros sorprendidos cuando el rumor hizo que llegaran cientos de familias —y no unos cuantos para formar un grupo de solicitantes—a "apuntarse" en las listas

71

der censo y obtener una credencia!. En uríos cuantos dfas "el grupo de solicitantes" se hizo enorme y planteaba gran cantidad de problemas, lo cual tras-cendía la idea Inicial de formar pequeños grupos. Roto el esquema inicial, y prácticamente sobre ia marcha, se enfrentaron a un problema más rico y más complejo. De esa forma se constituyó la direc-bión de la AB: sin haber sido propuestos o electos y sin haber cumplido ninguna formalidad. Su repre-sentatividad se fue construyendo a partir de una autoridad moral, y con su preocupación de no buro-cratizarse y mantener un contacto cotidiano y directo con sus representados. En ese camino se han con-solidado como el grupo que propone, orienta, asesora o provee de asesorfas más especializadas al movi-miento. Han creado una moral basada en la honesti-dad y la transparencia, la cual ha sido asumida por las personas que participan en la AB, dándose casos gn que se ha castigado con la cárcel, por decisión de asamblea, a aquellos que han transgredido estas normas.

En su afán de no burocratizarse, casi simultánea-mente a la creación de la AB, se han promovido actividades que permiten que ese contacto cotidiano se refuerce. Todos los jueves se realiza una asam-blea general abierta a la que asisten la dirección, los coordinadores de grupos, todos los miembros de la AB que lo deseen y cualquier persona que por algún interés particular quiera hacerio. En estas reuniones, la dirección y los representantes de los grupos informan y proponen sobre las tareas de ges-toTía, movilizaciones y otras actividades que los man-

72

tienen cohesionados. Los miércoles se reúne ía comisión coordinadora de la AB, formada por la di-rección —que después se transformó en la comisión política—, ios coordinadores de grupos y personas encargadas de tareas específicas, como gestión, prensa y propaganda, y problemas jurídicos. Su tarea es coordinar y discutir los distintos problemas que en-frentan, y acordar acciones en consecuencia, qué después se proponen a la asamblea de los jueves. Con el tiempo, y la luz de los diferentes proble-mas, se fueron formando comisiones, como la jurí-dica, de mujeres, de prensa, de desalojos, etcétera. Semanalmente también se reúnen grupos de mujeres, en donde se presentan toda clase de problemas familiares y cotidianos, y se proponen soluciones. Todas estas actividades han permitido que entre los miembros de la AB, los coordinadores y la dirección haya una comunicación fluida y que los lazos perso-nales y las formas de solidaridad para muchas accio-nes y problemas concretos se refuerzen. En estas reuniones se discuten también problemas políticos, se acuerdan formas de coordinación con otros mo-vimientos y la discusión sobre el problema de la ciudad va adquiriendo matices que generan propues-tas y acciones, los cuales fueron llevando al movi-miento mucho más allá de la lucha inquilinaria y la obtención de viviendas.

En este proceso de intercambio constante de ideas y de problemas, y de presencia cotidiana, los cuatro dirigentes han sufrido también una transformación que. ha desdibujado prácticas de otras organizacio-nes, sobre todo pólíticas de izquierda que privilegian

73

posiciones vanguardistas, radicales, de enfrenta-miento con el gobierno (real o en el discurso) como un objetivo en sí mismo. Según sus testimonios, la experiencia de los sismos fue el inicio de esa mu-danza, al ser partícipes de la constitución de un movimiento como el de los damnificados que fue definiendo sus objetivos, sus espacios, sus interlo-cutores, sus aliados y enfrentó a sus enemigos. La lectura positiva y triunfante que hicieron de la re-construcción, y que significó deslindarse de la CUD. fue también parte importante de ese cambio, . Su proceso con la AB, a la que ellos califican como "un movimiento en constante transformación", ha definido más sus cambios y los ha alejado de posi-ciones en donde los principios ideológicos se sobre-ponen a la dinámica del movimiento. Éste se va defi-niendo en la confrontación con una realidad, frente a los problemas cotidianos y más apremiantes de la gente que participa en él; realidad en la cual quiere incidir para transformarla.

Para los dirigentes la ciudad es entendida como un espacio colectivo, y como habitantes de ella rei-vindican el derecho a opinar y a ser escuchados. Han rechazado la solemnidad y asumen la lucha social con un ánimo festivo, en donde la gente parti-cipa con lo que tiene, con lo que es. En mítines, marchas, plantones y hasta en algunos desalojos la gente de la AB se acompaña de música, confeti, consignas suspicaces; , , . la lucha social no tiene por qué ser aburrida",13

13 Entrevistas a Marco Rascón y Francisco Saucedo, agosto de 1989 y febrero de 1990.

74

. otra reivindicación y práctica importante al interior de la AB, y que tiene mucho que ver con este cambio sufrido por las cabezas del movimiento, ha sido el respeto a la libertad política y religiosa de sus miem-bros. Esta preocupación está muy ligada al afán de no reproducir las prácticas clientelistas del partido oficial o incluso de partidos de izquierda.

En este contexto, el 9 de Junio de 1987 la dirección de la AB ofreció una conferencia de prensa, en la cual anunciaron una marcha a las oficinas del FONHAPO para solicitar créditos destinados a la adquisición de terrenos para construir viviendas. A punto de acabar la conferencia de prensa se presentó una señora. Preguntó si ellos eran los que detenían los lanza-mientos y les Informó que por atraso en el pago de la renta había sido lanzada. Después volvió a pre-guntar: "¿Por qué los pobres no tenemos a alguien que nos defienda?" La dirección de la AB y otros de sus miembros que se encontraban en la confe-rencia de prensa se movilizaron hasta la vivienda de la señora, en el Pasaje de Santo Tomás en el barrio de La Merced. La mujer vivía en unas bodegas que eran subarrendadas como vivienda, sin ninguna condición sanitaria y en donde vivían cerca de 140 familias. La gente de la AB detuvo al subarrendador que ilegalmente había convertido las bodegas en "viviendas", impidió que la mujer se quedara en la calle y levantó un acta , ante el Ministerio Público, dando cuenta de los hechos.

De regreso, y recordando las palabras de la mujer, el contingente de la AB empezó a crear un símbolo,

75

una imagen, un mito un personaje que vigilara la ciudad, que impidiera tales atropellos y tomara par-tido por los pobres. Del otro lado, el de los case-ros y ios ricos, estaban ya las autoridades los jueces, la legislación, la política, por lo que había que hacerle un contrapeso a esa situación. La imagi-nación salió a escena y empezaron a hacer referen-cias de otros personajes como Chucho el Roto, el Tigre de Santa Julia, Robín Hood y hasta Superman, personajes que en su historia o en su leyenda han tomado partido por la justicia y han tratado de resar-cir a los pobres o a los que padecen una injusticia. Siguieron hablando de los luchadores, personajes del mundo del ring que llenaron una buena parte de la historia del cine mexicano y que están mucho más cerca de la cultura popular. En la lucha libre siempre ise polarizan dos fuerzas, el bien y el mal; la primera es encarnada por el luchador limpio, el técnico, que respeta las reglas y se opone al sucio, ai rudo, al marrullero, que se vale de cualquier artimaña y con frecuencia tiene la complicidad del réferi. El bueno cuenta siempre con el apoyo del público, que lo ayuda a sobreponerse al malo. El Santo, el Enmasca-rado de Plata de las películas, siempre era identifi-cado como la fuerza del bien y la justicia, defendía a los desvalidos y enfrentaba y vencía a los pode-rosos.

Así, de la anécdota, de la imaginación y la creati-vidad, nació el personaje. Luchador para enfrentar en cualquier ring a los rudos, pero ahora el cuadrilá-tero era la sociedad y los rudos todos aquellos que se oponen a la'justicia, los poderosos, los qiie nó

76

respetan las leyes. Sus enemigos, a diferencia del cine, encarnaron, tomaron cuerpo en la sociedad y én el papel que cumplen en ella, no son personajes ficticios.

El nombre de Superbarrio Gómez tiene también un sentido y un significado. Al ser "Super" se iguala con todos los "super" que están del otro lado y obtienen esa superioridad, muchas veces con tram-í pas y engaños. Barrio porque fue en los barrios po-bres de la ciudad de México que surgió y creció la AB, y porque su defensor y representante a la vez^ Gómez porque detrás de la máscara —indispensable por ser luchador— se esconde una identidad colec-tiva y no importa un rostro en particular. Un apellido tan común como Gómez lo homologa y lo identifica con cualquiera que esté de! lado de la fuerza posí-tiva. ; La creación del personaje tuvo también que crear su historia, y Superbarrio Gómez la cuenta así: !

Yo ful lanzado la primera vez cuando tenía ocho años, yr la segunda como o n c e . . . yo he sentido la . arbitrariedad de los caseros, los abusos policiacos, los he vivido. Después»

. cuando los terremotos, yo ful de los damnificados y partí-, clpó con las organizaciones de vecinos del centro. Hoy soy

vendedor ambulante. Un día, el 12 de junio de 1987, como a las siete y media de la mañana cuando abrí la puerta de la

• casa para salir a trabajar, entró a mi cuarto una luz roja y amarilla muy Intensa que no me permitía ver, y un viento que revolvió todo lo que tengo en la vivienda. Cuando estd se calmó, cuando la luz desapareció y el viento dejó de soplar, yo estaba con la máscara y con la ropa de Super-barrio y una voz me dijo: Tú eres Superbarrio, defensor de los inquilinos pobres y azote de los caseros voraces. Con toda la preocupación que yo tenía pprlos.lanzamientos

77

y por la gente que llegaba a denunciar que estaba próxima a ser lanzada, yo sentí que lo que ocurrió aquel día, con esa luz, con esas palabras, fue la respuesta a esa mortifica-ción que yo pasé muchas veces.14

Con toda la magia y él simbolismo que hay detrás del personaje y su creación, la figura de Superbarrio aparece como uno de tantos que ha sufrido injusti-cias, pero que se enfrenta a aquellos que las co-meten y además está en posibilidad de vencerlos. Se identifica en la historia de su vida con cientos de miles que han padecido situaciones violentas y humi-llantes, como un lanzamiento, y que no han tenido forma de evitarlas o de reivindicar sus derechos y su dignidad.

Superbarrio recupera la dignidad del que ha sido humillado desde una posición ética y moral, es decir, cuando los derechos no pueden hacerse valer a par-tir del Derecho, cuando la ley no sólo es parcial, sino que atraviesa los filtros y los arreglos de las normas no escritas. Así los derechos, aunque formen parte de una normatividad general en una sociedad como la mexicana, siempre pasan los filtros de las reglas y los códigos no escritos, en donde el autori-tarismo, el clientelismo o el corporativismo y la co-rrupción se sobreponen.

En una sociedad donde la lógica política que im-pera es la imposibilidad de establecer un diálogo en una relación de equidad, en el cual los interlocu-tores se reconozcan y en donde las respuestas pue-dan ser socialmente calculadas, los derechos, las

1* Entrevista a Superbarrio Gómez, agosto de 1989.

78

leyes, tiénen que hacerse-valer a partir de otras formas, porque el que estén escritas no garantiza que se cumplan. Los movimientos como la AB, como él de los damnificados y muchos otros tienen que hacer una intensa movilización y presión para ser escuchados; pero, cuando llegan a ser escuchados, ello no garantiza que las reglas del juego político, áutoritario y corporativo haya cambiado.

La negación de una ley inquilinaria Justa y la exclusión en este terreno de la AB los llevó a dos prácticas que forman parte de sus acciones. Una, conocer y apelar a las leyes, y por tanto demandar derechos, modificaciones legales para tratar, por esa vía, de convertirse en interlocutores en una relación menos inequitativa. Otra, las movilizaciones^ presio-nes, acciones extralegales para conseguir sus obje-tivos, no previstos en una normatividad general de la sociedad y en donde no son predecibles los resul-tados. En este campo, los movimientos sociales como la AB yan definiendo a cada paso sus acciones, sus clemandas, sus movilizaciones, y van'cambiando y ^oiitizándose en'esé procedo. .. La supeditación de las leyeá a las reglas.nó escri-tas del juego político los obligá a' la movilizacií^n a veces como la única forma para-abrir. un, espacio; pará ser reconocidos y eventüalmente hacer valer alguna ley que los favorezca. En este sentido,'los Espacios'que. ganan s'uéléK ser efímeros'y, lá politi-zación de, lós movimientos, aparece conio lin resul-tado-de la negación y la exclusión, Z! V V'En ese carácter de inequidad de-la relación que éhtáblari con él gobierno', "con iristltücioñes públicas,

79

Superbarrio cumple un papel importante, y es que, simbólicamente, busca romper esa relación dé ine- quidad y presentarse como un igual frente a lá auto-ridad. Simbólicamente también busca crear un esce-nario político en donde se rompan las relaciones de inequidad en un enfrentamiento y el privilegiado ya no aparezca por encima del otro. Superbarrio sé iguala en una lógica también extralegal, y el perso-naje y el símbolo cobran una fuerza ética y rnoral. Se ¡guala simbólicamente porque en el plano moral defiende a los desprotegidos, fas causas justas, se enfrenta a sus enemigos y asume una representa-tividad que tampoco le fue dada por ningún mecanis-mo formal. Simboliza una forma de lucha para hacer cumplir una ley o para hacer justicia; conocer las leyes no basta, si así fuera, Superbarrio tendría que ser un buen abogado. , . 1

Sus presentaciones públicas tendrán siempre el. objetivo de romper simbólicamente la relación de desigualdad: con la burla, la audacia y la fuerza que le da el apoyo de la gente de la AB, que lo acogió como un símbolo con el cual se identifican; y como un representante.

El papel que asume Superbarrio puede ejemplifi-carse en un desalojo y en la manera como lo ven los miembros de la AB. La señora Manuela López Agui-lar lo explica asf:

Superbarrio es el héroe de todos los barrios qiie hay en la ciudad. Es un ídolo, como El Santo. En un desalojo, cuando se presenta, la gente lo ve y piensa: ya se salvó mi vivienda. Él se aparece como de magia, se aparece cuando uno menos lo piensa, en un lanzamiento, en una negociación, está donde lo necesitamos. Un desalojo da miedo cuando

80

la gente no está organizada, cuando no conoce sus dere-chos ni sabe cómo defenderse. Nosotros ya sabemos que s¡ llegan patrullas o granaderos, ellos no pueden Intervenir, sólo vigilar que no haya desórdenes. Si llega Superbarrio, nos da seguridad, se nos quita el miedo, porque a veces los actuarios se ponen muy pesados. A un desalojo nos presentamos varios compañeros y ya estamos organizados. Una parte empieza a meter las cosas de nuevo a la vivien-da, otros Iniciamos una negociación con el propietáñó^o con el actuarlo y otros gritan consignas.como "vivienda sfr desalojos no". Sabemos que un juicio siempre lo vamos a perder, pero podemos negociar que se le dé un tiempo al Inquilino para Integrarse a uno de los programas dé vivien-da do la AB, que le rente otra vivienda o que se le venda a la AB con los créditos que conseguimos. Lo Importante es que no se queden en la calle.15

^ El señor Joel León apunta lo siguiente sobre la situación de los Inquilinos: "El inquilino siempre está en desventaja. No genera ningún derecho aunque haya vivido muchos años en una vivienda. En el jui-cio siempre pierde el inquilino porque ai final el juez siempre da una sentencia de desalojo que es legal, pero es injusta. Y si la ley es injusta, pues vamos a estar en contra de esas leyes".18

En esa contraposición entre la ley y ia justicia, en-tre perder el miedo frente a un desalojo y actuar, impedirlo, negociar, Superbarrio cumple un paDéí central. K K

Superbarrio se convirtió en el símbolo del movi-miento y desde ei 12 de junio de 1987 su historia y la historia de la AB corren de ia mano, y en esa historia ambos fueron sufriendo transformaciones, AB 1 , l m^ , ^de , ( 1990 1 3 S e n o r a M a n u e , a L 6 P e z AguIIar, miembro de ta

i e Testimonio del seflor Joel Le<5n, miembro de la AB, marzo de 1990.

81

CAPITULO III CONSOLIDACIÓN DEL MOVIMIENTO

Barrio por barrio tenemos que librar , la lucha contra quienes dicen NO

Tercera asamblea de la AB :

1. La marcha a FONHAPO y el desalojo en la colonia Guerrero !

El 9 de junio de 1987 la AB presentó un documento al titular de la SEDUE, Manuel Camacho Solís, en el cual le anunciaban que el 12 de junio se presentarían a las oficinas de FONHAPO. El objetivo era, que una comisión se entrevistara con los directores de ese organismo para solicitar que todas las vecindades que no habían sido aceptadas en el Programa Emer-gente Fase II (en adelante Fase II), que ascendían a más de 500, fueran atendidas por ese programa,

El documento exponía que muchas,de esas vivi.en das no cubrían los requisitos marcados por FONHAPO

83

para considerarlas en "buen estado", ya que en su mayoría eran pequeños cuartos, habitaciones de madera, lámina y sin servicios. Se señalaba también que a la fecha en la AB existían 110 grupos de soli-citantes, Integrados por 24 familias cada uno, que buscaban acceder al suelo y a una casa. Incorpora-ban también la demanda de expropiar el suelo para convertirlo en vivienda popular y anunciaban que estaban dispuestos a demostrar, con "una gran ac-ción colectiva", que sí había suelo para expropiar dentro de la ciudad. Suelo que estaba en condiciones irregulares y podía ser usado para construir vivienda popular. Señalaban, además, que si el gobierno r ^ gularizaba grandes extensiones de suelo en la peri-feria, ese mismo criterio debía usarse en la parte consolidada de la ciudad. Argumentaban también la necesidad de contar con una ley inquilinaria justa.

El documento indicaba que la marcha estaba pre-vista para, el r día 12 de Junio a las 10 a. m„ que partirla del monumento a lá Independencia a las ofi-cinas de FONHAPO y pedían la presencia de üñ fun-cionarlo de^EC^UE.1

El día 12 de junio, a las 10:30 de la mañana, había más de 10 000 .personas congregadas en el Angel de la Independencia, sobre Av, Reforma, listas para emprender la marcha hasta las oficinas de FONHAPO ubicadas en las calles de Homero, en la colonia Rolanco. Aproximadamente a las 10:45 horas des-cendió de un Taunus modelo 1960, color pistache, S u p e r b a r r i o Gómez, con su vistoso uniforme rojo-

1 Documento dirigido a Manuel Camacho Solís, titular de la SEDUE, el 9 de Junio de 1987, archivo de la Asamblea de Barrios»

84

amarillo y su máscara de luchador. Superbarrio fue ¡Dresentado como el defensor de los Inquilinos po^ bres contra las arbitrariedades de los caseros vora-ces, tos jueces y los tribunales. Después se subió al toldo del Taunus y encabezó la marcha.

En esa asamblea la mayoría de la gente no sabía aún de la existencia de Superbarrio, pero lo acogió con simpatía y empezó a hacer lo suyo.

En lás oficinas de FONHAPO, Superbarrio encabe-zó una comisión que subió al sexto piso del edificio para iniciar pláticas con Salvador Pérez Briones, con-tralor interno de FONHAPO, Elena Solís, gerente de crédito de la misma institución, y José Luis Cuéllar Garza, coordinador de programas de vivienda de SEDUE.8

Desde una ventana, Superbarrio asomaba la cabe-za indicando que las pláticas Iban por buen camino. En esta aparición, el sentido de su presencia era asegurar que las negociaciones con los funcionarios fueran transparentes. Después, Superbarrio contó el impacto que causó su presencia en éstos. Unos lo ignoraron, otros se sintieron incómodos y uno más, el funcionario de SEDUE, Cuéllar Garza, le dijo: "Yo soy de los técnicos, ¿usted es de los rudos?" Super-barrio respondió, con toda tranquilidad, que en las negociaciones se vería quiénes eran los técnicos, los que respetaban las leyes, y quiénes los rudos que no respetaban ni sus propios reglamentos. El funcionario ya no habló.8

• 9 La Jornada, México, 13 de junio de 1987. «Entrevista a Superbarrio Gómez, agosto de 1989. .•

85

- El resultado de este primer acercamiento de la AB a FONHAPO fue positivo. Se acordó otorgar un cré-dito piloto para adquirir los primeros diez predios para construir viviendas y se obtuvo la simplificación de los trámites para conseguir créditos en el futuro. Se integró también una comisión para estudiar lá propuesta de expropiación del suelo correspondiente a prédiós baldíos y ociosos presentada por la AB; la comisión quedó integrada por representantes de SEDUE. DDF y AB. T La marcha a FONHAPO, sus resultados y la apari-ción pública de Superbarrio fueron importantes en varios sentidos, píies dieron al movimiento un perfil propio y lo áfirmaron en sus primeras tareas de géstióñ. La AB empezó a configurarse como una orga-nización urbana y popular, que ofrecía alternativas para resolver los problemas para el tipo dé gente que participaba en el movimiento, que era en su mayoríá inquilinos de colonias y barrios consolidados de la ciudad de México. El movimiento tenía ya claramente detectadas sus demandas y los posibles espacios en donde podía incidir para transformar, la realidad social de los inquilinos. En ese camino se fue forta^ leciendo en la medida en que se analizaban los pro.-blemas concretos y cotidianos de la gente y se buscaban vías para resolverlos: presionando, denun-ciando, gestionando.

Superbarrio, desde entonces, se hizo el personaje y el símbolo de esa particularidad. La AB, en lugar de crear moldes estatutarios o de principios pará definirse como movimiento, había creado un símbolo y una moral alternativá. Superbarrio représentáríá en

86

adelante una forma específica de asumir y realizar una lucha social. Encarnaba la dignidad, la honestidad y la justicia: valores que defendía en muy distintos escenarios y con diferentes estrategias.

Los primeros resultados positivos dieron un im-pulso importante al movimiento y, en el terreno de lo posible, empezó a ser explorado. Como sujeto podía incidir en la realidad social. '

La lucha por modificar la ley Inquilinaria, sin em-bargo, no encontró respuestas positivas, pero forta-leció al movimiento en otro sentido. El 17 de juriió' la AB detuvo uno de los desalojos que con mayor lujo de violencia quisieron consumarse en la colonia Guerrero. Alrededor de 200 granaderos intentaron sacar a una familia en la Plaza Abáselo. La génte que Iba a ser desalojada lanzó los tres cohetonés ál aire —según la arraigada costumbre— y pocos minutos después acudieron al lugar del lanzamiento más dé 1 000 vecinos, muchos de ellos miembros de la AB; Con palos y piedras enfrentaron a los granaderos, que se retiraron sin consumar el desalojó.4

Acciones como ésta reforzaron la presencia de lá AB en los barrios para detener los desalojos y foiv talecieron en el movimiento la demanda de una ley inquilinaria justa en donde, además, se prohibieran los lanzamientos, el uso de la violencia y la fuerza pública para consumarlos. En los desalojos, según testimonios de personas que los han padecido, sé vive una polarización violenta en donde se trásgr^

4 "Cronología de la Asamblea de Barrios", en Metrópoíl, suplemento 'de El Día, México, 14 de diciembre de 1987. : , . '

07

tíeri muchoá límites y la ley que faculta esas acciones aparece con un claro sentido de parcialidad; es una ley que permite la expulsión violenta de una familia de su vivienda, la invasión de su intimidad, de su espaciOi que la pone en la calle con todas sus per-tenencias, en síntesis, que permite esa humillación y aparece como una farsa para los inquilinos que la han padecido, y así lo interpretó desde un principio la AB. En situaciones como ésta, el personaje de Superbarrio cobra un sentido social enorme, lo mis-mo que la solidaridad de los vecinos que, como en este caso, fue el único recurso para detener, el lan-zamiento.

2. Exploración de nuevos espacios

El 20 de junio la AB realizó su tercera asamblea general én la explanada del Auditorio Nacional. Para entonces eran ya Í8 000 familias las que participaban eñ el niovimientó. En esa asamblea se planteó por primer vez promover una alianza amplia con otros séctores de la ciudad que se preocupaban por sus problemas y exponían soluciones.

Sus demandas básicas —^vivienda, crédito y ley inquilinaria—volvieron a ser reivindicadas, igual que ;sus acciones centrales, pero en esta asamblea la AB desplazó su interés a otros problemas de la ciudad, V a ésta la reivindicó como propia. • Del documento emitido en esa asamblea, cono-cido como la tercera declaración de los barrios, to-mamos los pasajes que nos parecen más Ilustrativos:

88

Quienes hoy constituimos la Asamblea de Barrios en la . ciudad de México ( . . . ) nos ha unido un problema básico

y fundamental: la carencia y falta de seguridad de una vivienda digna. Sin embargo; debido a las dimensiones tan gigantescas del problema que enfrentamos, nuestra lucha no es sólo ya por la vivienda, sino que tenemos que plan-tearnos tareas generales por la ciudad misma, por nuestra ciudad. Con base en esto, nuestras propuestas tienen el sentido de resolver, por una parte, nuestro problema básico y, por otro, retomar nuestro derecho a la ciudad

v mediante la participación, la movilización, la organización permanente y la Iniciativa { . . . ) Para hacer valer esta volun-tad ciudadana requerimos del establecimiento de una alian-za amplia con otros sectores de la ciudad: con los estu-diantes que luchan por defender el carácter popular de la

• educación, con los ecologistas que luchan por defender el medio ambiente, con organizaciones vecinales, los sindi-catos y las organizaciones que defienden los derechos de la mujer y de los niños. Barrio por barrio tenemos que librar la lucha contra los que dicen NO; con esta voluntad,

. respaldada por el derecho de los mexicanos, tenernos que convertir nuestra ciudad en la más bella y habitable del

- siglo X X I . . .

' Los acuerdos tomados en esa asamblea fueron: 1. Tareas de vigilancia y organización de todos los

vecinos para impedir más lanzamientos. 2. Agruparse y organizarse por vecindad o grupo de

24 y nombrar comisiones de trabajo. 3. Cada grupo localizará e investigará los predios

baldíos y ociosos, y propondrá a ios propietarios la compra de sus viviendas y el establecimiento de contratos de renta justos,

4. Los grupos de ecologistas, grupos culturales y asociaciones de mujeres podrán participar en la

89

AB proponiendo iniciativas y conformándolas. Estos grupos Interesados en la defensa de ía ciudad ten-drán un voto para cada 24 miembros,

5. Los representantes de los grupos se reunirán cada semana, constituyéndose como la Asamblea General de Representantes de la AB.

6. La Asamblea General de Representantes se reu-nirá todos los sábados a deliberar y discutir los pro-blemas de la ciudad, y acordará acciones y activida-des a realizarse,

7. La asamblea integrará comisiones permanen-tes de trabajo para la atención de los problemas de vivienda (vecindades, grupos de solicitantes, trabajadores derecliohabientes del INFONAVIT y FOVISSSTE, defensa inquilinaria, etcétera. 5 •

A partir de esta asamblea, y de la. creación de la Asamblea General de Representantes, la AB empezó a abrirse a grupos que tenían alguna preocupación sobre la ciudad y a movimientos sociales como los ecologistas, el CEU, grupos de mujeres, grupos cul-turales, intelectuales, y sus acciones se multipllca-róñ en un espacio más amplio.

El 27 de junio se Instaló la Asamblea General de Representantes, formada por un representante de ca-da grupo, y se crearon las comisiones especiales que fueron parte Importante de la organización del movimiento.

Podemos decir que, a partir de esta declaración y Ips acuerdos tomados el 20 de junio, la Idea (de la

• 6 "Vec inos somos . . . " , op. c¡ t , p. 29-31.

90

ciudad como un espacio colectivo, en donde todos sus habitantes tienen derecho a vivirla, a gozarla y a cuidarla, empezó a madurar. La vivienda y la lucha inquilinaria siguieron siendo el motor,de sus acciones y el espacio a partir del cual se definió su perfil como sujeto social; pero, al reivindicar (á ciu-dad como propia y en ese sentido reivindicar su voluntad ciudadana, la AB se movió hacia otras ac-tividades. . En este proceso la concepción del movimiento de los dirigentes y de Superbarrio fue sin duda impor-tante:

La. característica del movimiento urbano popular es que tienes que ser colono , o solicitante o Inquilino y estar

. organizado. Sin embargo, hay otras expresiones de orga-nización social y popular de lá ciudad que no'han sido tomadas en cuenta ( . . . ) hay grupos de vendedores ambu-lantes, de amas de casa, de artistas e Intelectuales, de

' ecologistas que también son parte de la ciudad Para - nosotros, el movimiento urbano popular debe incluir estos

grupos y alcanzar todos una expresión organizada de la ciudad.® -

Además de la vivienda, habíá que ganar la ciudad como un espf;c¡o colectivo. r • : .

Los acuerdos de la tercera asamblea general ges-taron una de las acciones colectivas más significa-tivas para la AB, la búsqueda del suelo ocioso. Los grupos de 24 familias formados en esa asamblea y que pasaron los 110 se lanzaron a localizar en sus barrios y colonias los predios ociosos y, después, a investigar toda la información posible sobre su situáf

/ •Entrevista d Súpérbarrio Gómez, agosto de-ig89.' ^

91

ción legal. Con esa información se empezó a formar el censo del suelo ocioso para presionar por la ex-propiación y constituir !a reserva territorial de ia AB.

Los miembros de la AB que participaron en esa búsqueda usaron todos sus recursos, la imaginación y el mgenio para conseguir todos los datos posibles» Una vez localizados los predios, averiguaban el nú-mero de boleta predial y acudían al Registro Público de la Propiedad para saber el nombre del dueño y después, en las oficinas de la Tesorería, averiguaban si íenía adeudos fiscales.

Esa información, que se fue acumulando desde junio hasta octubré de 1987, abarcó un total de 7 000 predios en las delegaciones Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Venustiano Carranza, Azcapotzalco, Gus-tavo A. Madero, Iztapalapa y Benito Juárez. Esta actividad proporcionó a la gente de la.AB un cono-cimiento más profundo de la ciudad y afirmó su demanda de expropiación. Podían demostrar que sí había suelo urbano, predios ociosos que le robaban recursos a la ciudad. Sin embargo, la demanda de expropiar selectivamente les fue sistemáticamente negáda y el movimiento encajó de otra fornia en los programas de vivienda.

La experiencia de levantar el primer censo de suelo ocioso fue rica en otro sentido. Involucró a la gente que participó en la búsqueda de soluciones al pro-blema urbano; ellos sintieron que eran los gestees de las propuestas para buscar dichas soluciones: Había que crear e Imaginar muchas alternativas.7 . '

* Entrevista a Francisco Saucedo, noviembre de 1989 y febrero de 1990.

92

Mientras.el censo se levantaba, la AB empezó a hacer propuestas para: los derechohabientes, del INFONAVIT y el FOVISSSTE. El 23 de junio se rea^ lizó una marcha a;estas instituciones y se entregó a José Campillo Sainz un documento con demandas y propuestas, t ^

En el documento se demandaba información sobre el fondo de vivienda (montos, antigüedad, etcétera) de los trabajadores derechohabientes miembros":de la AB, Información pública y abierta sobre.el sistema de distribución de vivienda a los sindicatps, .sobre las viviendas disponibles a la fecha y las que estaban en proyeóto de construirse en. el área metropolitana a lo largo de ese año. Demandaban también que el organjsnio utilizara parte de. sus recursos para la construcción de vivienda en la zona! centro, tanto para .venta como para renta.8 .

El subdirector financiero del INFONAVIT,.Salvador Villaseñor, reconoció frente a los representantes de la AB que los 110 mil millones de presupuesto de .la institución para el año de; 1987 eran Insuficientes para atender las demandas de sus afiliados en. el D; F.9 Pero se aceptaron propuestas de 'a AB como la de formar la unión de solicitantes del INFONAVIT de la AB y la dotación de viviendas conforme , a la lista de prioridades presentada, como por ejemplo, asignación de vivienda para los trabajadores de más edad y con mayor antigüedad.10

_ 8 Documento presentado a José Campillo Salnz, director del INFONAVIT el 23 de junio de 1987, archivo de la Asamblea de Barrios . • • •*

»La Jornada, México, 24 de Junio de 1987. p. 32. lo pnjnologfa de la Asamblea de Barrios, archivo de la Asamblea de

Barrios. • • • j i

93

Después, en las oficinas del FOVISSSTE, se llegó a un acuerdo similar y se formó la unión de solici-tantes del FOVISSSTE de ia AB.11

Con la información recabada en el censo del suelo ocioso al mes de julio, y después de una enorme marcha "por el suelo y la defensa de las viviendas", que realizaron varias organizaciones del monumento a la Revolución al Zócalo, se logró una entrevista con el regente de la ciudad, Ramón Aguirre, para el 7 de julio. En la marcha participaron contingentes de la AB, de la Coordinadora del Movimiento Urbano Popular (CONAMUP), de la Coordinadora de Luchas Urbanas (CLU) y de la Coordinadora de Pueblos y Colonias del Sur (CPCS), y reunieron aproximada-mente 35 000 personas. Sin embargo, hubo fricciones entre las organizaciones que participaron al momento de presentar sus demandas, lo que se hizo en forma desorganizada y sin ejes claramente definidos. Que marcharan juntas no significaba que asumieran las mismas demandas y estrategias. . . . En las pláticas con el regente, ante la demanda de

expropiación del suelo ocioso, éste aseveró que de nada serviría la expropiación dado que no había recursos para la construcción. Frente a la negativa del regente, la AB decidió levantar un campamento en el cual participaron 10 000 personas en prome-dio, en él atrio de la Catedral.12

El campamento sé instaló el 13" de julio, con tien-das de campafía que se Identificaban según el grupo aí'que perténépían. Sé ímprovís'apón; cocinas, sé le-

: «7</em. •• - - • • -• " ^ _ 13Vecinos somos . . . " , op. c l t , p. 11, 12. -

94

vantaron mantas que reivindicaban su demanda cen-tral expropiar para construir vivienda popular" y se organizaron distintas actividades.

El campamento permaneció hasta el día 23 de julio y una de las actividades realizadas fue un foro abierto sobre la vivienda, en el cual participaron organizaciones del movimiento urbano y orqaniza-ciones políticas.

El plantón, que tuvo una amplia difusión en la prensa, fue visitado por César Buenrostro, miembro de la Corriente Democrática del PRI, por Alejandro Rojas y Ramiro de la Rosa, de las juventudes progre-sistas del mismo partido, por Rosario Ibarra, del PRT, yHeberto Castillo, del PMS, entre otros. Todos ellos presentaron en el foro algunas ideas sobre el proble-ma dé la vivienda.

Buenrostro afirmó que el elemento fundamental para la solución del problema de la vivienda era la voluntad política, como lo había demostrado el PRHP. Por su parte, Alejandro Rojas expuso 20 puntos que proponían los jóvenes progresistas del PRI para resolver el problema. Entre ellos, resaltó la expropia-ción de terrenos baldíos, acciones contra la especu-lación y la promulgación de un código inquilinario y un programa masivo de construcción de viviendas dignas, pues aseguró: "Estamos en contra de la exis-tencia de cinturones de miseria y ciudades perdidas" En su turno, Ramiro de la Rosa cuestionó la gestión del regente Ramón Aguirre, que "cada día se aleja más del pueblo", y luego se manifestó a favor de que se eligiera un gobernador para el D. F.13

13 La Jornada, México, 22 de Julio de 1987,

95

• Heberto Castillo, precandidato a la presidencia por el PMS y todavía diputado, expuso: "Si el go-bierno dejase de pagar un día los intereses de la deuda externa, con ese dinero se podrían construir 20 000 viviendas..." Después se comprometió a luchar por sus demandas "al margen de la lucha partidista" y prometió plantear el problema de la ley inquilinaria en la Cámara de Diputados.14

Con la visita de estos personajes al campamento, lo que podía pensarse era que el ambiente preelec-toral empezaba a sentirse y el foro de la AB fue utilizado por distintas corrientes políticas para acer-carse y tomar banderas del movimiento popular más importante en ese momento en el D. F. que había crecido espectacularmente en pocas semanas y que empezaba a ganar espacios importantes en la gestión de créditos y vivienda.

Sin embargo, la gente de la AB que permanecía en el plantón no se preocupaba en aquel momento por las elecciones que estaban a un año de distancia. No conocía quiénes eran y qué representaban polí-ticamente la Corriente Democrática, los jóvenes pro-gresistas del PRI, ni el PRT. En ese momento lo importante era una respuesta a sus demandas y Su-perbarrio lo entendió asf:

AI campamento se acercaron algunos políticos como Heberto Castillo, Rosario Ibarra, César Buenrostro.. . lo que yo noté es que la gente de la AB no los conocía. Cuando llegó Heberto Castillo, algunos lograron ubicarlo, pero la mayoría de la gente le decía: "Olga, licenciado, ¿cuándo nos resuelven?"; como si fuera un funcionario del Departamento

1+ 5/ Universa!, México, 18 de Julio de 1987.

96

que iba a ver qué estaba pasando; lo mismo ocurrió con Rosario Ibarra y con la Corriente Democrática ( . . . ) Creo que la gente de la AB, que en su gran mayoría no tenía expe-riencia de lucha y organización, tampoco tenía muy claro las posiciones de la izquierda, ni su discurso, ni sus per-sonajes, ni sus candidatos.18

Otra de las actividades programadas durante el campamento fue la primera aparición de Superbarrio Gómez en un ring contra el casero voraz Catalino Creel. Se aprovechó la popularidad que tenía en ese momento la telenovela "Cuna de Lobos" y su per-sonaje central, Catalina Creel —perversa y desal-mada—: se creó un escenario para que Superbarrio. como representante de los Inquilinos pobres, enfren-tara a las fuerzas del mal. Para la pelea con Super-barrio, el personaje de la telenovela se convirtió en luchador, representante de los caseros voraces y ambos medirían sus fuerzas el 18 de julio. Sin embar-go, el espectáculo no se realizó porque el ring, que había sido llevado a la explanada del Templo Mayor, en el zócalo, fue confiscado en la madrugada de ese día por elementos de la policía capitalina. Carlos Monsiváis, que había llegado para presenciar la lu-cha, lamentó lo sucedido y comentó: "El rapto (del ring) es uno de los más tristes en la historia de México: se han raptado urnas y hasta el Angel de la Independencia, pero es la primera vez que se rapta un ring y eso demuestra la falta de humor de las autoridades del Distrito Federal","

La gente de la AB hizo un mitin a un costado de la Catedral, para protestar por el secuestro del ring

1 5 Entrevista a Superbarrio Gómez, agosto de 1989 . " ¿ a Jornada, México, 19 de Julio de 1987.

97

al cjU9 calificaron como "preso político"; exigieron que se les entregara ya que el alquiler les costaba 50 000 pesos diarios y anunciaron la obligada pos-tergación del espectáculo para una mejor ocasión.

El 20 de julio una comisión de la AB, se entrevistó de nuevo con el regente Ramón Aguirre, quien insis-tió en que la expropiación no resolvería nada, pues no había recursos. En esa ocasión se le entregó un documento, en el que se señalaba que el Programa Nacional de Vivienda de 1987 que preveía la realiza-ción de 350 mil acciones de vivienda, de ellas sólo el 15 por ciento se destinaría a ciudades como Mon-terrey, Guadalajara y la ciudad de México, lo que era insuficiente para atender las necesidades reales de vivienda en donde las carencias eran mayores. En particular, sobre los recursos destinados a la ciudad de México, el documento pedía que se aclarara si los recursos comprenderían la ampliación de los pro-gramas de vivienda de los damnificados en su Fase II; de ser así, argumentaban, se reducía sensiblemente el universo para atender a nuevos solicitantes. Rei-teraban que existía gran cantidad de predios ociosos, suceptibles de afectación, V a continuación solici-taban;

1. Se Ies diera a conocer el número de acciones de vivienda que se llevarían a cabo durante el año en la ciudad de México.

2. Que se desarrollara un programa de vivienda que abarcara todo ei inventario de suelo suceptible de afectación.

3. Que se hiciera Ileqar al C. presidente De la Ma-drid su petición de enviar a la Cámara de Diputados

98

una iniciativa de ley Inquilinaria que superara la desi-gualdad que existe entre inquilinos y dueños de in-muebles, y que se congelaran los juicios de recisión y terminación de contratos. El documento lo firma-ron AB, CONAMUP. CLU y la CPCS.

Aunque la posición del regente siempre fue hostil, como resultado de la entrevista se formó una comi-sión negociadora para estudiar la demanda de ex-propiación, con representantes de las organizaciones arriba mencionadas y funcionarios del DDF. SEDUE y SPP,"

El campamento se levantó el 23 de julio del atrio de la Catedral. Durante diez días la gente que parti-cipó de la AB compartió distintas actividades y sus lazos personales se fortalecieron. Fue una actividad que favoreció la cohesión del movimiento.

Para el 24 de julio se programó una marcha a los Pinos, en ia que participaron aproximadamente 15 000 personas. El objetivo era entregar al presiden-te Miguel De la Madrid un documento que recogía sus argumentos y propuestas sobre la expropiación corno la única vía para solucionar el grave problema habitacional. Volvían a considerar que el Programa Nacional de Vivienda era insuficiente y consideraban que la descentralización no podía fincarse en res-tringir los recursos para los antiguos habitantes de las ciudades, que reclamaban el derecho a conservar

17 "Vecinos s o m o s . . o p . c i t , p. 12. Documento presentado al regen-te de la ciudad, Ramón Aguirre, el 20 de Julio de 1987, elaborado por la AB, la CONAMUP, la CLU y la CPSC. Archivo de la Asamblea ae Barrios.

99

su arraigo y a tener una vivienda digna como lo marca el Artículo 4*? de la Constitución.18

Sin embargo, el estado mayor presidencial no dejó que la marcha se acercara a los Pinos. Se formó entonces una comisión, encabezada por Superbarrio, que entregó el documento al jefe de audiencias.

Durante la marcha hubo un incidente que no fue muy bien visto por la gente de la AB. Militantes del PMS repartieron volantes en los que se proponía a Heberto Castillo como candidato a la presidencia de la república. Los volantes decían que de llegar Cas-tillo a la presidencia se comprometía a dar una vi-vienda digna a todos los mexicanos. Superbarrio, días después, comentó que esa acción, más que apoyarlos en su lucha, tenía como objetivo ganarse los votos de la AB.19 El movimiento reivindicaba su autonomía y no adquiría compromisos políticos en esos momentos con ninguna fuerza política. La deci-sión de participar en las elecciones federales de 1988 se dio meses después.

El 27 de julio se iniciaron las reuniones con la comisión integrada por representantes de SEDUE, DDF y SPP. La AB entregó otro amplio documento en el que se volvían a plantear sus demandas y se defen-dían sus argumentos. El acceso a una vivienda pro-pia, la construcción de otras para renta, se pedían también explicaciones puntuales sobre los rubros y los recursos del Programa Nacional de Vivienda, se

18 Documento dirigido al presidente Miguel de la Madrid, Julio de 1987, archivo de la Asamblea .de Barrios.

19 Entrevista a Superbarrio Gómez, por Cristina Pacheco, en Siempre, México, núm. 1784, año XXXIV, septiembre de 1987.

100

cuestionaba que parte de esos recursos se hubieran destinado a la construcción de vivienda que no era de interés social y, además, pedían que se explicara si también parte de esos recursos había sido aplicada en los estímulos fiscales que el gobierno otorgó a los inversionistas privados a través de los Certificados de Promoción Fiscal, CEPROFIS y que, a pesar de ello se habían negado a construir vivienda para renta. Al respecto afirmaban que ninguna autoridad había in-formado ia cantidad de vivienda en renta, construida o por construirse que estaba prevista en el Programa Nacional de Vivienda. Se volvía a insistir en la expro-piación. Se cuestionaba la ineficacia de la Fase II, que no había podido resolver ei programa de 600 vecindades a pesar de contar con un aparato adminis-trativo de 500 personas.

Para ampliar los recursos destinados a ia vivienda popular proponían lo siguiente:

1. Utilizar recursos fiscales provenientes de la re-catastración de 200 mil predios que, según datos del DDF, generarían ingresos por 10 mil millones de pesos.

2. Reinvertir el fondo de recuperación del PRHP, de la Fase II y FONHAPO.20

La respuesta de Camacho Solfs, secretario de la SEDUE, fue positiva. Manifestó que había voluntad del gobierno para resolver el problema de la vivienda, que se estudiarían sus propuestas y que los progra-

8 0 Documento entregado a la comisión de SEDUE, DDF SPP el 27 de Julio de 1987, archivo de la Asamblea de Barrios.

101

mas de vivienda podrían reformarse con base en éstas.21 De nuevo, la figura de Camacho Solís co-braba su dimensión concertadora y anulaba la ima-gen del regente Aguirre Velasco.

El 8 de agosto, en la explanada del Auditorio Na-cional, la AB realizó su cuarta asamblea general. En ella se definieron los campos de gestión y negocia-ción: FONHAPO, SEDUE y Fase II. En la cuarta decla-ración se acordó continuar con los trabajos del censo del suelo ocioso y viviendas deterioradas, fortalecer la organización por grupos de 24 familias y exigir que los barrios fueran considerados en los "progra-mas de mejoramiento". Se acordó también realizar el congreso de los niños, en donde ellos expresaran sus puntos de vista sobre la vivienda y los problemas de ía ciudad. Se convocó también a las organiza-ciones del movimiento urbano popular, a los estu-diantes del CEU, a los miembros del pacto de ecolo-gistas, a los rescatistas y "a todos los ciudadanos que en aquellos días, posteriores al 19 de septiem-bre, realizaron una de las tareas más heroicas de los últimos tiempos" a conmemorar el segundo ani-versario de los terremotos. La convocatoria rezaba: "Por nuestros muertos, por la solidaridad y en de-fensa de la ciudad, marchemos e! próximo día 19 de septiembre al zócalo de la ciudad de México."22

En esta asamblea se dieron a conocer los avances de las negociaciones y las propuestas que se habían presentado a la AB, y se hizo un balance. Éste era

21 La Jornada, México, 28 de julio ds 1987, "Vecinos somos . . . " , op. Cit., p. 13..

22"Vecinos somos . . . " , op. cit., p. 32, 33.

102

positivo: con los resultados obtenidos en FONHAPO, en el INFONAVIT, en el FOVISSSTE y en SEDUE, la AB había ganado un espacio para la gestión de vi-vienda y de créditos. El movimiento había presionado, levantado propuestas y sido escuchado. Además de-mostró capacidad de convocatoria y movilización, que otras organizaciones del movimiento urbano popular, como la CONAMUP o la CUD, perdieron en esos momentos. La AB había conseguido recrear la experiencia de los damnificados con nuevos sujetos, los oíros damnificados. Las demandas, las accio-nes, las movilizaciones se iban definiendo, se evalua-ban los espacios en donde podía incidir y se afirmaba el carácter propositivo del movimiento.

El 9 de agosto finalmente se llevó a cabo la lucha entre Catalino Creel y Superbarrio Gómez en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco: "máscara contra parche a dos de tres caídas, sin límite de tiempo". Para realizarla se pidió permiso por escrito al dele-gado político de la Delegación Cuauhtémoc, Enrique Jackson. Al acto asistieron unas 1 000 personas que presenciaron cómo Superbarrio consiguió someter a su enemigo con el apoyo del público. Antes de em-pezar la lucha, se guardó un minuto de silencio en memoria de Salvador "Chava" Flores, "verdadero cronista de la ciudad", fallecido recientemente,23

El 8 de septiembre la AB realizó otra marcha del zócalo a la Cámara de Diputados para exigir una vez más una ley inquilinaria más favorable a los inquili-nos. Dos días después, una comisión de la AB com-pareció ante las comisiones de Asentamientos Huma-

2 3 La Jornada, México, Q de agosto de 1987.

103

nos y Gestoría y Quejas de la Cámara, para exponer sus demandas. En esta ocasión, Superbarrio logró entrar al recinto legislativo ante la sorpresa de los legisladores y el enojo de muchos de ellos. Nicolás Reynés Berezaluce, diputado priísta, comentó que quizá el personal de vigilancia no se dio cuenta de que Superbarrio entraba al palacio legislativo, ya que dos días antes se le había impedido la entrada. Lo cierto era que Superbarrio llevaba dos horas dentro del recinto cuando entró al salón de protocolo de la Cámara y había participado ya en la reunión de la co-misión de la AB con las comisiones mencionadas.

Superbarrio pidió el uso de la palabra para leer un documento de dos cuartillas, en las que se expo-nían las propuestas de la AB para una ley Inquilinaria, Se le negó el uso de la palabra, pero un diputado dio lectura al documento y los diputados del PRT propusieron una consulta popular, llamar a inquili-nos y arrendatarios para que expusieran sus puntos de vista sobre cómo legislar en ese punto.34 La pro-puesta no se concretó.

El 19 de septiembre se realizó la marcha por la solidaridad y en defensa de la ciudad. Alrededor de 70 000 personas participaron en ese acto. Tres orga-nizaciones, la AB, el CEU y el Pacto de Ecologistas, emitieron días antes, el 3 de septiembre, un boletín de prensa anunciando la marcha y el sentido que esas organizaciones le daban. Además de conmemorar el segundo aniversario de los sismos, reivindicaban sus demandas específicas como demandas sociales

9* Uno más Uno, México, 11 de septiembre de 1987, "Vecinos so-m o s . . . " , op. cít., p. 14. -

104

más amplias que Involucraban a distintos sectores de la ciudad. La lucha por la vivienda, por la educa-ción gratuita y la defensa del ambiente fueron levan-tadas como prácticas sociales que enfrentaban un sentir ciudadano a las prácticas autoritarias en las decisiones sobre la ciudad. Reivindicaban también el derecho de los habitantes de la ciudad a intervenir en su gobierno y en el diseño y aplicación de las políticas urbanas. Volvían a reivindicar la ciudad para todos.25

Las propuestas de la AB para ampliar el Programa Nacional de Vivienda de 1987 fueron escuchadas. El 18 de septiembre se dio a conocer el programa gubernamental de vivienda llamado Casa Propia. La experiencia del programa piloto, desarrollado a tra-vés de FONHAPO y mediante el cual se habían otor-gado créditos a la AB para la adquisición de diez predios para la edificación de vivienda, fue el ante-cedente de un programa mucho más amplio deno-minado Casa Propia. Los detalles del programa se especificaron en un decreto publicado ei 16 de no-viembre, pero desde el mes de septiembre se abrió la convocatoria para que solicitantes de vivienda participaran en él.

El presidente De la Madrid, después de reconocer que el déficit de vivienda era aun un problema no resuelto, aprobó un presupuesto inicial de 50 000 millones de pesos, adicionales a los recursos del Programa Nacional de Vivienda anunciado en el mes de febrero.

^ Boletín de prensa elaborado por la AB. el CEU y el Pacto de ecolo-gistas, septiembre 3 de 1987, "Vecinos somos op. c l t , p. 14.

105

El nuevo programa operó en forma de préstamo, calculado para beneficiar a 25 000 familias de esca-sos recursos y que arrendaban departamentos o vi-viendas en colonias populares y sujetos preferente-mente al régimen de renta congelada, para que pudieran comprarlos. Se buscaba llegar a un acuerdo con los propietarios, a fin de que dueños e inquili-nos salieran beneficiados.

El programa Casa Propia quedó a cargo del DDF, que abrió una oficina especial en cada una de las delegaciones políticas para recibir las solicitudes de crédito.20

A través del programa se dio respuesta a muchas demandas de solicitantes de vivienda organizados en la AB. En el programa se recogía la propuesta hecha tiempo atrás, de buscar fuentes de crédito para los inquilinos y que éstos pudieran transformarse en propietarios de las viviendas que habitaban.

Durante el mes de octubre la AB discutió las for-mas para ingresar al programa en un campamento que levantó frente a la Cámara de Diputados en pro-testa por el desalojo de seis familias de las colonias Romero Rubio y Malinche. Cuando se levantó el plan-tón, el 12 de octubre, se habían organizado los gru-pos de solicitantes por delegaciones y se había con-seguido que a las seis familias desalojadas se les otorgara vivienda a través del programa.27

26 Las razones y las obras. Crónicas del sexenio 1982-1988, quinto afio. México, FCE. 1987, p. 270.

2 7 "Vecinos somos . . . " , op. clt., p. 15.

106

3. Un bafance

El 3 de octubre la AB realizó su quinta asamblea general en la plaza del barrio de Los Angeles, en la colonia Guerrero, y emitió su quinta declaración. En ella se hizo un balance de los logros obtenidos a seis meses de su nacimiento.

En el balance se reconocieron como logros impor-tantes haber levantado la discusión y la atención sobre los problemas de la ciudad y en especial de la vivienda, en momentos de reflujo de otras organiza-ciones urbano-populares de la ciudad de IVléxico. Seis meses de movilización, lucha, propuestas, pre-siones y negociaciones llenaron al movimiento de pequeños triunfos, y sobre todo habían creado un clima de confianza y autoafirmación entre sus miem-bros.

Esos pequeños triunfos se valoraban como los elementos cohesionadores del movimiento y como la posibilidad de lograr muchos otros. La creación del programa Casa Propia ia reivindicaron como un avan-ce importante, pues el gobierno había tenido que reconocer el grave déficit de vivienda y transformar parcialmente su programa inicial.

Sin embargo, señalaban también que no habían podido cumplir todos los objetivos planteados y que en ese camino quedaba mucho por hacer. El déficit de vivienda era todavía una de las grandes carencias de muchos habitantes de la ciudad y no se había conseguido que, a través de la expropiación de los predios ociosos, se impulsara un programa de vivien-da popular. En el caso de los lanzamientos, sm ba-

107

lance volvía a reconocer que la ausencia de una legis-lación justa los obligaba a seguir la misma tónica para evitarlos, es decir, a partir de la solidaridad y la rebeldía.23

El balance al mes de noviembre de 1987 era en efecto positivo. La AB había conseguido convocar a un gran número de habitantes de la ciudad, organi-zar grupos de solicitantes, agrupaciones de barrios, colonias o vecindades, pequeños comerciantes y am-bulantes, trabajadores, amas de casa y estudiantes, alrededor del problema de la vivienda y de la lucha inquilinaria para buscar soluciones y diseñar pro-puestas. Había orquestado proposiciones y deman-das, había logrado encajar en los programas guber-namentales de vivienda a través de FONHAPO, IN-FONAVIT, FOVISSSTE y en ei programa especial Casa Propia. Había entablado relaciones con grupos ecologistas y otros movimientos sociales preocupa-dos por los problemas de la ciudad. Sus demandas y acciones se diversificaron en un espacio mucho más amplio, y la ciudad la reivindicaban plenamente como el espacio social, levantando el derecho a deci-dir e incidir en las soluciones de sus problemas.

Como grupos organizados para solicitar viviendas y créditos, ia AB se había convertido en un Interlo-cutor que presionaba y gestionaba el acceso a ellos. En la lucha inquilinaria había presionado por una sa-lida legal a los conflictos y, mientras ésta no se diera, seguía deteniendo los desalojos. La figura de Su-perbarrio Gómez era ya un símbolo de la AB y de una lucha social, de un movimiento creativo y propositivo

• 2 8 Ibid., p. 34. 35.

108

que había definido sus espacios y buscaba su afir-mación en otros terrenos. Su fuerza social y la poli-tización de sus acciones se manifestarían ahora en ei espacio electoral.

109

CAPÍTULO IV

EL ESPACIO ELECTORAL

Recorreré toda ia ciudad y todo e/ país. Haré superpolltica, del Superbarrio

1. El clima preelectoral

En noviembre de 1987 estaban ya definidas las can-didaturas de las distintas fuerzas políticas del país para contender por la presidencia de la república. Sin embargo, esta vez los ritos sexenales habían cambiado, debido a que otras fuerzas políticas vinie-

. ron a enriquecer no sólo el proceso de selección de candidatos, sino también la:> campañas políticas. El habitual rito de destape del candidato priísta y las desangeladas campañas—con o r in oposición—, por conocerse anticipadamente el final, esta ocasión no fueron iguales, ni dentro del partido oficial ni en los espacios de la oposición política.

111

El elemento novedoso fue la aparición dentro del PRI de un grupo de reconocidos políticos que bajo el nombre de Corriente Democrática (CD) presionó para que el destape fuera sustituido por un procedi-miento más apegado a los estatutos del propio par-tido. La CD pretendía ur. proceso de mayor consulta entre los priístas y que al interior del partido las distintas fuerzas pudieran ejercer su derecho de re-gistrar precandidatos.

El origen de la CDf encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas —en 1985 era todavía gobernador de Mi-choacán, hijo dal general Cárdenas, expresidente de México— y por Porfirio Muñoz Ledo —exsecretario de Estado, expresrdente del CEN del PRI y exrepre-sentante de México ante la ONU—, se remonta al segundo semestre de 1985, cuando de manera infor-mal y casi circunstancial algunos priístas se reunie-ron para analizar y discutir los problemas del partido y del país.

Durante 1986 las reuniones se hicieron más siste-máticas y el 21 de mayo se llevó a cabo en la ciudad de México una marcha por la soberanía nacional, encabezada por la CD. En esa ocasión, Muñoz Ledo destacó la necesidad de construir un frente democrá-tico nacional para defender la soberanía y apoyar al presidente De la Madrid en el desarrollo de una política nacionalista y democrática. En el mes de julio la CD había conseguido concretar sus primeros planteamientos sobre los problemas más importan-tes del país y levantar propuestas para resolverlos, a fin de tener un documento más acabado para difundirio entre los priístas y fomentar su discusión

112

más o menos, en los meses de enero a marzo d"© lyo/»

Sin embargo, la crítica que se hacía en esas reu-niones sobre el rumbo que había tomado la política economica, la pérdida del Ideano básico del partido y el peso de las fuerzas políticas a favor del grupo tecnocratico, responsable del manejo de la crisis, pronto orquestó un rechazo y una crítica beligerante

J f oór jCCI.on .C'6Í y c*e 1 0 8 tecnócratas. t i 22 de junio de 1987 la comisión nacional do

coordfnacion política del PRI expidió un comunicado en el que se condenaban, rechazaban y denunciaban los actos pronunciamientos y maniobras divisionistas de dos connotados militantes: Cuauhtémoc Cárdenas

M u n o z Ledo. El documento señalaba que, a d e .S"8 5' P R I respetaba el derecho de sus af¡-

liaaos a disentir, no podía tolerar la Indisciplina den-tro de partido, el uso de foros ajenos para insistir res" Pñf," f,an¡l1'eu,t0S supuestamente democratizado-rin l i m y a

fh a b í S n S l d 0 rechazados por la voluntad

NaclonaL^0r P r i 1 e n S U r e c ¡ e n t e X l 1 1 Asamblea

rfirti CnjÍm ,0 t 0 f i n ? e r i 0 r d e l Pf" n o puede ser enten-dido cabalmente si no se consideran algunos facto-

y e r o n a u n a acelerada pérdida de U n n I i d e l P ? r t i d 0 e n muchos sectores sociales.

r i i ü - u •0S' s m d u d a ' e r a l a política económica diseñada bajo los modelos de austeridad dictados

J y T Í alfánzas'^' P o Z T í l a

abril-junlo, México. 1988, p. 25. * N u e v a É P o c a - vol, 7,

presidenciales, SMéxlteo,0 f c £ í g . S e x e n Í 0 í 9 e 2 * 7 9 5 S - l ecc i ones

113

por el FMI. En el sexenio de Miguel de la Madrid y con eJ arribo de los tecnócratas a los puestos claves de decisión la política económica se convirtió en una suerte de instrumento técnico para controlar y com-batir la crisis económica. El "realismo económico sustituyó prácticas en donde los acuerdos políticos sobre la política económica tenían algún peso. A excepción .de los grandes empresarios, cuyos inte-reses no fueron tocados, sino más bien promovidos (V- g,f FICORCA, Bolsa de Valores, etcétera), la polí-tica económica fue cuestionada, tanto desde los ór-ganos coorporativos como fuera de ellos, por la manera acelerada en que los salarios perdían poder adquisitivo. Sin embargo, a pesar del descontento, de la proliferación de coordinadoras que buscaron aglutinar el descontento social de distintos sectores, la política económica no se movió un milímetro. La pérdida del poder adquisitivo del salario, ja inflación, la austeridad, la cancelación de los subsidios a pro-ductos básicos y servicios por precios más acordes con la realidad económica, eran en noviembre de 1987 la constante que Irritaba a buena parte de la población. ^ . El otro problema que también cuestionaba la CD, era el autoritarismo del partido, que desde la cúpula cerró filas con el grupo tecnocrático y no perrnitio ni el más leve asomo de autocrítica. Sus prácticas autoritarias, los fraudes electorales sobre todo en las elecciones para gobernador en el estado de Chihua-hua, en 1986, aumentaron la carga de descontento social. En este sentido, destacan los triunfos muni-cipales que el PAN había obtenido desde 1983 en el

114

mismo estado de Chihuahua, en la capital de Durango y la intolerancia política frente a los triunfos de la oposición. En Aguascalientes, Sinaloa y Baja Califor^ nia el PAN aumentaba la votación a su favor. En el Estado de México, en 1984, el PAN ganó tres Impor-tantes muncipios. En 1983, después de ahorcar finan: cieramsnte al municipio de Juchitán, Oaxaca, en manos de la COCEI, el PRI "recuperó" ese muni-cipio. 8

Las elecciones para gobernador en Chihuahua en julio de 1986, ganadas por el PRI, fueron sin duda las más cuestionadas durante el sexenio. El fraude y la irritación ciudadana que suscitó aumentaron el descontento sobre todo de los empresarios locales que habían apoyado al PAN en la contienda electo-ral. Al menos en el norte y en algunos estados del centro del pafs, la tendencia electoral apuntaba a un fortalecimiento de la derecha y su partido, como ex-presión del cuestionamiento social hacia el PRI y su autoritarismo.

La lectura que hizo el grupo tencocrático de estos conflictos no fue la mejor y quiso prevenir futuros descalabros electorales con una reforma, electoral. El 3 de noviembre de 1986 Miguel De la Madrid envió a la Cámara de Diputados una iniciativa de Código Federal Electoral para sustituir a la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales (LOPPE).4 Las modificaciones aseguraban para el partido oficial la mayoría parlamentarla e introducían

«Raúl Benítez Manaut, "México 1982-1988, Los conflictos políticos en la crisis", en Estudios Políticos, núm. 2. Nueva Época, vol. 7. abril-Junio, México, 1988, p. 9.

4 ¿as razones . . . , op. c l t , p. 14.

115

otras reformas que cerraban el espacio de la oposi-ción en el terreno electoral y dejaban en manos del gobierno prácticamente toda la organización y desa-rrollo de las elecciones. A pesar de que la integración de la Comisión Federal Electoral seguía criterios de proporcionalidad, en realidad el PRI tenía asegurada una mayoría amplia. La aprobación del nuevo có-digo, después de 22 horas de debate en la Cámara tíe Diputados el 19 de diciembre, se obtuvo con la mayoría priísta apoyada por los diputacíos del PST y del PARM y el voto en contra de los legisladores del PAN. PSUM, PDM, PRT y PMT.5

Sobre estos fenómenos que acusaban un debilita-miento del PRI y un enorme descontento social, la CD hizo otra lectura.

El 9 de septiembre la CD presentó a la opinión pública y al PRI un documento en el que se acu-saba el grado de tensión social y política acumulado en los últimos años a partir de dos fenómenos sus-tantivos: el manejo de la cris's económica y la sepa-iracíón del PRI y del gobierno del ideario revolucio-nario consagrado en la Constitución: • Durante estos años hemos presenciado la conversión de

una crisis financiera en desastre nacional. El mal que padecimos, traumático pero limitado, se ha extendido a

. todos ios ámbitos del cuerpo social, causando el desplome de la economfa, de la política, de la convivencia humana

• .y de la moral pública. El empeño de servir una deuda Impagable y la miopía

• tecnocrática han exaltado la acumulación de divisas a primera prioridad nacional. Todo lo demás se considera

í residual o secundarlo, así se trate de la soberanía, el

•Las razones , . . , op. cít., p. 20. '

116

crecimiento económico, el hambre del pueblo o la dignidad c iudadana.. .

El orden de las prioridades nacionales ha sido radical-mente trastocado. En vez de una economía orientada al aprovechamiento de nuestras capacidades y riquezas en beneficio de la población, se ha Instaurado una política especulativa que ahonda las desigualdades, desvaloriza el trabajo, paraliza la planta industrial, estrecha los mercados internos y cancela expectativas a las nuevas generaciones.

La carestía se ha vuelto programa del gobierno que finge combatir la inflación mientras la estimula sistemá-ticamente . . .

Cada día es mayor el número de compatriotas sometidos a la desocupación y la pobreza, y más alarmante el de quienes han sido confinados a una miseria sin horizontes.

Cuanto más derechos sociales se consagran en los códi-gos, menos se aseguran en la práct ica. . .

La lectura que hizo la CD de las tensiones sociales y políticas ponía el acento en un enjuiciamiento a la política económica de los últimos años y, por tanto, al grupo tecnocrático que la había diseñado.

En otra parte del documento la CD hizo un enjui-ciamiento de las prácticas políticas:

La escasa representatividad de las asociaciones gremiales fas convierte a menudo en apéndices del gobierno Ins-trumentos para la satisfacción de Intereses personales. Muchos sindicatos han venido perdiendo su carácter de organizaciones de resistencia por la medíatizaclón de sus dirigentes y la cancelación de la democracia In terna. . . La crisis rebasa las Instituciones que con incontables es" fuerzos había edificado el pueblo mexicano. Al retraerse el sector público y adelgazarse sin medida ni concierto, en razón de acuerdos con el exterior, el Estado atenta

. contra su legitimidad revolucionaria, reduce su capacidad de acción y pone en peligro su autonomía. El centralismo administrativo ahoga la Iniciativa ciudadana, entorpece ta

117

pluralidad económica y fomenta la macrocefalia que dice combatir. La lucha por la democracia y por el respeto al sufragio se ha vuelto así en muchas partes, a más de reivindicaciones de la dignidad personal y la Identidad loca!, defensa del federalismo conculcado. No obstante las reformas legales emprendidas, cada vez es menor la con-fianza ciudadana en los procesos electorales. El sisterna de

: partidos es frágil todavía y, la oposición se halla confinada por regla a los espacios parlamentarios donde su capacidad decisoria es casi nula. El Partido de la Revolución, que surgió con el compromiso de encabezar las causas popu-lares y promover la evolución democrática del país, se ha vuelto reducto de creciente autoritarismo y funge más como medio de encuadramiento y control do las bases que co-mo portavoz de sus reclamos y aspiraciones.. .#

La crítica que hacía la CD ponía el acento también en una crisis de representatividad del PRI y de sus cuerpos corporativos: ponía el acento en el divorcio del gobierno de Miguel De la Madrid del ideario revolucionarlo, de la Constitución y del pacto social gestado después del movimiento armado,

En efecto, el pacto social se encontraba bajo fuer-tes tensiones. Los papeles históricos de los organis-mos corporativos, de la burguesía, como los actores principales de éste, se habían desdibujado. La bur-guesía, a partir de 1982, año de ia nacionalización bancaria. había decidido hacer política autónoma del PRI, trasgrediendo uno de los acuerdos del pacto social. Las buenas relaciones que el gobierno de Miguel De la Madrid se empeñó en^ cultivar con los empresarios (v. g., devolvieron las Industrias y em-

«Citado por María Xeihuantzí López, "De legitimidad y de alianzas: do la Corriente Democrática al Frente Democrático Nacional", en Estudios Políticos, núm. 3, Nueva Época, vol. 7, Julio-septiembre de 1988, p. 6-8.

118

presas que eran propiedad de la banca nacionalizada e indemnizándolos generosamente) no bastaron para que desistieran de sus intenciones poiíticas y se acer^ caran al PAN. Los organismos corporativos, debili-tados por ia crisis al tener poco o nada que ofrecer a sus agremiados, al estar por fuera de las negocia-ciones salariales, ahora dictadas por las políticas de austeridad, fueron perdiendo credibilidad y peso po-lítico. La política tecnocrática, al quererse liberar de las ataduras coorporativas, fue disminuyendo sus cuotas políticas, sus curules y sus prebendas. El único recurso que les quedó, en buena parte presio-nados por sus bases, fue cuestionar la política eco-nómica, proponer una reforma económica y criticar que el peso de la crisis lo llevaran a cuestas los tra-bajadores. A pesar de la crítica y de las tensiones de los organismos coorporativos con el gobierno —sobre todo la CTM—, no consiguieron que la ten-dencia se invirtiera. ' Por su parte, los partidos políticos de derecha y de izquierda cuestionaron, como ya mencionamos, los procesos electorales y las reformas introducidas en la legislación electoral.

La crisis económica, su manejo perverso a partir del "realismo económico", se había traducido tam-bién en un enjuiciamiento político del régimen. No había forma, ni movilización, ni presión que moviera la política económica del régimen.

El descontento de clases medias, trabajadores, intelectuales, organizaciones y movimientos sociales no encontraba ningún contrapeso ni social ni políti-co frente al autoritarismo estatal. Como ya dijimos,

119

hasta finales de 1986 el descontento social podía medirse en parte por las tendencias electorales que empezaban a favorecer ai PAN.

Con la rápida descripción de ese entorno puede encontrarse una explicación más acabada del im-pacto que la CD tuvo al interior del partido y, des-pués, su impacto social al convertirse en una alter-nativa de contrapeso social y político al régimen.

El documento de la CD, antes citado, Incluía tam-bién una serie de propuestas en las cuales se afir-maban tesis nacionalistas. La reducción de la dependencia, el freno a la Inflación, el fortalecimiento del salario, la suspensión del pago de la deuda mien-tras no se hiciera un reajuste del débito externo, fueron algunas de las propuestas hechas en el do-cumento como la forma de corregir el rumbo. El conjunto de planteamientos y propuestas fue entre-gado por Ignacio Castillo Mena el 21 de septiembre a la dirigencia del PRI compuesta por Humberto Lugo Gil y Jesús Salazar Toledano, después de una mani-festación que organizó la CD en el monumento a la Revolución y en la que logró reunir a 25 000 simpa-tizantes. Los funcionarios del PRI rechazaron las propuestas de la CD y negaron la apertura del regis-tro de precandidaturas, en particular la de Cuauhté-moc Cárdenas.7

Septiembre había sido tradiclonalmente el mes del destape, sin embargo, en 1987 se rompió la tradición del PRI y no fue sino hasta octubre que apareció el nombre de su candidato.

En el mes de agosto, y para contrarrestar las crl-

T p. 9.

120

ticas de la CD que había despertado un gran interés cii la opinión pública y los medios políticos, ei kmi anunció otro cambio en el ritual. Esta vez el destape sería con eliminatcrías preliminares y los nombres que siempre se manejaban bajo el agua, ahora se manejaron abierta y públicamente. Seis "distinguidos priístas" hicieron una coiriparecencia en el PRI y abordaron diez puntos que debían considerarse para integrar una plataforma electoral básica. Las compa-recencias fueron cubiertas por todos los medios de comunicación y comentadas ampliamente por ana-listas políticos. Éstas se realizaron los días 17. 19, 21. 24. 26 y 27 de agosto. Los elegidos fueron Ramón. Aguirre. regente de la ciudad, Manuel Bartlet. secre-tario de Gobernación, Alfredo del Mazo, titular de la Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal,. Sergio García Ramírez, procurador general de la república, Miguel González Avelar, titular de la Se^ cretaría de Educación Pública y Carios Salinas de Gortari. secretario de Programación y Presupuesto.

Finalmente, el 3 de octubre hubo humo blanco en las oficinas del PRI y el elegido fue Carios Salinas de Gortari, el artífice de la política económica del régimen.

La designación de Salinas fue la muestra de que el régimen no cedería un ápice y su nominación fue cuestionada dentro y fuera del PRI. La poca satisfao-clón del lider vitalicio de la CTM. Fidel Velázquez, fue notoria. La candidatura de Carios Salinas de Gor-tari significaba no sólo la continuidad, sino la conso-lidación de una nueva élite gobernante que quería desprenderse de las ataduras y compromisos corpo^

121

rativos para el ejercicio del poder. Su nominación significó la derrota de los viejos grupos políticos del PRI, que saborearon la hiél de ver truncadas sus carreras políticas frente a los nuevos hombres del partido.

El 8 de noviembre Salinas de Gortari protestó como candidato a la presidencia por su partido e inició su campaña el día 10 del mismo mes. Sin embargo, algunos de los postulados políticos más importan1

tes, y que manejaría a lo largo de toda su campaña, se empezaron a definir y a conocer antes de que se íhiciara ésta. De sus discursos de aquellos días des-tacó el que pronunció en la ciudad de Hermoslllo, en el que hizo una apasionada defensa de la democracia e instó a los priístas a buscar triunfos electorales inobjetables. Afirmó, también, que la política moderna requería de elecciones limpias y de dejar atrás "tác-ticas anquilosadas y prácticas viciadas como las del carro completo".8

Para la CD el espacio se cerraba definitivamente al interior del PRI, que dio pie a un proceso de acer-camiento con otras fuerzas políticas. Uno de estos acercamientos fue con el PPS, hasta entonces par-tido satélite del PRI que siempre se había sumado a las candidaturas presidenciales del partido oficial a cambio de algunas curules. El otro partido que se acercó a la CD fue el PMS, nacido en el mes de marzo de la fusión del PMT, el PSUM, una fracción del PST y otras organizaciones de Izquierda,9 Por su parte, en el PST, cuando se hizo pública la candidatura de

8Las razones. , , , op. c i t , p. 79. • María Xelhuatzln, "De legitimidad y de aüanza. . . " , op. clt., p . 1 1 .

122

Salinas de Gortari, el 4 de octubre, su Comité Cen-tra] decidió cambiar su nombre a Partido Frente Car-denista de Reconstrucción Nacional e invitar al hijo del general a aceptar la precandidatura a la presi-dencia.

El PMS hábía llevado a cabo un proceso de elec-ción primaria para nombrar a su candidato a la pre1

sldencia el 6 de septiembre, y del cual había salido triunfante Heberto Castillo. Los acercamientos con la CD no cuajaron en acuerdos en estos meses y Heberto Castillo realizó su campaña presidencial como lo había previsto.

Otro partido que desde el principio se acercó a la CD fue el PARM, que tradiclonalmente también apoyaba a los candidatos del PRI a la presidencia a cambio de algunas diputaciones. El primer paso para promover la candidatura de Cárdenas a la pre-sidencia se dio bajo el cobijo de este partido, el 12 de octubre, cuando una comisión del PARM visitó a Cárdenas para proponerle un acuerdo y lanzar su candidatura. Dos días después, el 14 de octubre'. Cárdenas se afilió al PARM. El 16 de octubre el Comité Ejecutivo Nacional del PRI comunicó a todos sus dirigentes y militantes que Cuauhtémoc Cárde-nas Solórzano dejó de ser miembro del partido, ya que había ingresado al PARM y que, al aceptar ser candidato a la presidencia por ese partido, se enten-día que había "renunciado a sus derechos y obliga-ciones y. consecuentemente, a su calidad de inte-grante del PRI".10

- • El último fin de semana de noviembre se formalizó Las razones. . . , op. clt., p. 78.

123

!a candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano apoyada por el PARM, el PFCRN, la Corriente Demo-crática, el PPS y el PSD. El 29 de noviembre Cuauh-témoc Cárdenas inició en Morelia, Michoacán, su campaña electoral para presidente de la repúolica. Sus planteamientos fueron recuperar el camino de la Revolución Mexicana, su proyecto de sociedad democrática y plural y una justa distribución de la riqueza. En su discurso fue integrando reivindicacio-nes de distintos sectores sociales y se refirió a cada uno de ellos para integrarlos en una lucha amplia y plural. Se refirió asf a recuperar la democracia en los sindicatos, Igualdad de la mujer en la convivencia social, el acceso al suelo urbano y terminar con la especulación de la tierra, protección inquilinaria, acceso a la educación superior y la autonomía real de la educación superior, reconocimiento legal de los trabajadores no asalariados, sindicalización de los jornaleros; estímulos a los investigadores y científi-cos, así como a los artistas y escritores, defensa de Jos derechos humanos y plena vigencia de la ley, apoyo a los ecologistas en su lucha por conservar el patrimonio natural del país, por los derechos polí-ticos y laborales de los jóvenes, mejoras a las condi-ciones de los jubilados y por hacer respetar los derechos de los mexicanos que viven en el extran-jero.

En noviembre, también, la coalición denominada Unidad Popular de la Izquierda Revolucionaria, enca-bezaba por el PRT, nom'nó a Rosario Ibarra de Piedra como su candidata a la presidencia," La señora

María Xelhuatzln, "De legitimidad y de a l ianza. . . "

124

Ibarra comenzó su campaña el 2 de diciembre en la población de Atoyac de Alvarez. Guerrero, donde 13 años atrás había caído el guerrillero Lucio Cabanas. Ahí anunció que haría una campaña de denuncia y propuso crear otro país en el que los trabajadores manejaran las fábricas y no se encarcelara a la gente por sus ideas. Habló de una democracia para todos.n

Por su parte, el PMS, que había buscado acercarse a la CD para formular una candidatura única, ratificó en su I Congreso Nacional, efectuado el 23 de no-viembre, la candidatura de Castillo y no participar en nuevas elecciones primarias. Su campaña ia ini-ció desde ei 4 de octubre en el Estado de México, entidad en la que por primera vez la Izquierda había contenido para la gubernatura. Los planteamientos de Castillo se centraron en criticar la política econó-mica que privilegiaba el pago de la deuda sacri-ficando el desarrollo y crecimiento económico del país. Criticó también la corrupción del gobierno y prometió entregar tierras a los campesinos y casas a los colonos.18

El PAN, durante su XXXVI Convención Nacional, eligió a Manuel J. Clouthier como candidato a la presidencia. La figura de Clouthier, conocido em-presario sinaloense. representaba una corriente den-tro del PAN ,conocida como neopanismo y que era la muestra clara de la vinculación de los empresarios con ese partido,14 Clouthier empezó su gira prose-litista el 11 de diciembre en Dolores Hidalgo, en

12t-as razones. . . , op. c l t , p. 90. 18 Ibid., p. 88-89. 1 4 ibld., p. 80.

125

donde reiteró su voluntad de cambio, su crítica a la corrupción gubernamental.15

• Por su parte, el PDM había nominado a Gumersindo Magaña —abogado y exdiputado federal—, desde el 13 de septiembre, como candidato a la presidencja de la república.18 El 11 de octubre inició su campaña en el municipio de Calvillo, Aguascalientes. El candi-dato pedemista llamó a sus seguidores a fortalecer su fe en la filosofía social-cristiana, fundamento de su partido.17

El clima electoral se presentaba con matices dis-tintos a las elecciones anteriores. Lo primero qué llamó la atención fue que el PRI se había quedadp solo y sus partidos satélites se sumaron a la candi-datura de Cuauhtémoc Cárdenas. Se comentaba también el coqueteo de una parte de la izquierda, representada por el PMS, con la CD para buscar una candidatura única. Por su parte, el neopanismo a ia cabeza del PAN, se perfilaba como una corriente beligerante y de nuevo estilo político dispuesta a disputar el poder. La izquierda radical, representada por ia Unidad Popular, poco agregaba al panorama electoral. Después de no lograrse la integración del PRT a las fuerzas de izquierda, y de negarse a con-siderar una candidatura única tanto con el PMS como con la CD, lo único que dejaba ver eran sus viejas prácticas sectarias. La candidatura de Magaña tam-poco levantó ninguna expectación por el escaso peso político del PDM y de su candidato.

15 Ibid., p. 90. p. 89.

17 Idem.

126

La atención estaba centrada en el candidato del PRI, Carios Salinas de Gortari, y en las dos figu-ras que en la oposición podían convertirse en fuerzas que le disputaran la presidencia en ias campañas electorales: Manuei Cloutliier y Cuauhtémoc Cárde-nas.

2. La candidatura de Superbarrio Gómez

El 17 de noviembre y frente a la frustrada candidatura única de ias fuerzas de centro-izquierda (CD, PMS y PRT), la AB nominó a Superbarrio Gómez como su candidato a la presidencia de la república. En un acto organizado en el Hemiciclo a Juárez y emulando los destapes priístas, "los tres sectores" de ia AB desta-paron a su candidato. Los arrimados, los inquilinos y los derechohabientes del INFONAVIT y FOVISSSTE sin casa se pronunciaron por la candidatura de Su-perbarrio en un documento dirigido al "pueblo de México y a los habitantes de la ciudad".

En su exposición de motivos la AB señalaba el peligro que significaría para todo el país la continui-dad de la política económica impuesta por una mino-ría. En razón del descontento del pueblo, de que los inquilinos no encontraban respuesta a sus necesi-dades, en razón de que el PRi había declarado la guerra en los barrios y vecindades, y trataba de usar los programas de vivienda para ganar votos con en-gaño . . .

En razón de que los inquilinos no habfan obtenido respues-tas a las demandas de expropiación de predios ociosos,

127

ni una legislación inquilinaria, ni ei paro de los desalojos, m se han detenido ios excesivos aumentos de rentas, en razón de que estamos cansados de ser usados y acarrea-dos . . . En razón de que el voto ciudadano es un derecho que expresa ia voluntad popu lar . , . porque necesitamos cambiar nuestro país, cambiar de gobernantes, cambiar de política económica, cambiar la democracia aparente, cambiar hacia la solución efectiva y popular de los pro-blemas . , . Ahora tenemos que hablar los inquilinos, ios arrimados, los sin techo, ios sin empleo, los trabajado-res, los estudiantes, los campesinos, ios indios, los ecolo-gistas, las mujeres en lucha, ios n iños . . .

En razón de todo lo anterior, los tres sectores de ía AB se pronunciaron por la nominación de Super-barrio Gómez, como la voz y el símbolo que conden-saba todo su descontento.18

El lema de campaña de Superbarrio Gómez fue "pueblo vota por tí mismo, vota por Superbarrio". y en su primer discurso, en el Hemiciclo a Juárez, expresó:

Espero contribuir a la unidad del pueblo y de las organiza-ciones políticas y sociales en favor de nuestra ciudad y del pa ís . . . Vamos a hacer política, mucha política, reco-rreré toda la ciudad y todo el país. Haré superpolítica del Superbarrio para tener vivienda, trabajo, escuela, tierras.19

La nominación de Superbarrio Gómez como can-didato a la presidencia de la república expresaba la lectura que hacia la AB del momento político y de su evaluación de la política económica dictada du-

18 Documento dirigido al pueblo de México y los habitantes de la ciudad, noviembre 17 de 1987, archivo de la Asamblea de Barrios.

19 Ramón Tirado Jiménez, Asamblea de Barrios. Nuestra Batalla, México, ed. Nuestro Tiempo, 1990, p. 30.

128

| [?ní.e.ías i c i n c o a ñ o s de gobierno de Miguel De la Madrid. Sobre el primer punto, el movimiento fue celoso

oe guardar su autonomía en un momento en que no nabfa sido posible la candidatura única de las fuer-zas de centro-izquierda, idea con la que sus dirigen-tes simpatizaban. Sobre el segundo punto, la AB, en su exposición de motivos para lanzar la candidatura de Superbarno, hacia la lectura particular de los problemas que como movimiento social lo habían ae^nido. En esta coyuntura el movimiento decidió monf i yASn e ' t e r r e n o electoral proyectarse política-mente. Además, reivindicaba las voces de otros suje-

, o s1

c l u . eA

h a b í a tenido acercamientos, estu-rnnmfnl e c ° l 0 9 i s t

l f s ' Srupos de mujeres, que en esos sen escuchados t a m b Í é n q U e SUS r e C l a m 0 S f U e -• ^ pesar de haber conseguido en d o g o s m p < ! p c :

hat p r o g r a n i a s aubernamentales de vivien-f0

anrT^®' b . a ' a n c e positivo que había hecho de sus

«f' I f ur r e c o n o c i a que muchas de sus deman-das se habían quedado, en el mejor de los casos

archivos de muchos funcionarios—, en sus movilizaciones y en la presión constante que había brrflffrmPH raf S0+ e s

Ic u c h a d o ' e l movimiento se ha-

V «1^ H ^ r e n t e sí otro, el gobierno. Sus acciones y sus demandas se habfan politizado en la medida pncandín e n política se habfan definido sus enemigo^ sus mteriocutores y, en este espacio, tam-bién sus demandas se negociaban. En este momento reconocían que si el gobierno había accedido a al-gunas de sus demandas, era gracias a la presión pero no era un indicador de cambios ni en la poiftí-

129

ca económica ni en ias reglas del juego político, y así lo manifestaron. Su lucha por obtener una ley inquilinaria que protegiera a los inquilinos, sin re-sultados, era muestra de ello.

En esa autoafirmación frente al ofro la AB decidió entrar al proceso de las elecciones y hacerle la guerra al PRI en ese terreno. Contestaban la guerra con la guerra. Cuando empezó a ser visible el espa-cio que ganaba la AB, sus primeros triunfos, dirigen-tes priístas crearon grupos de solicitantes de vivienda para captar los espacios de gestión de créditos. En las mismas colonias (Pensil y Guerrero, por ejemplo) surgieron organizaciones comandadas por priístas: inquilinos organizados de las colonias Guerrero y Masa, liderados por Valente Irena eran un ejemplo. En el centro, en el distrito XXXIll, la diputada Jarmiia Olmedo organizó también vecindades y grupos de solicitantes. Ésa era la guerra que el PRI había de-clarado a la organización en los barrios aludida en el documento que citamos. En él también se hacía referencia a los miles de desalojos que se consuma-ban diariamente en la ciudad y en los cuales como práctica cotidiana la AB intervenía no siempre con éxito. De tres a cuatro desalojos a la semana eran reportados a la AB de todos los puntos de la ciudad y, a la mayoría de ellos, los miembros de la AB asis-tían para intentar detenerlos.

La designación de Salinas significaba para la AB el continuismo de una política de austeridad que había sacrificado a las mayorías. Significaba tam-bién el continuismo de las arbitrariedades y abusos de autoridad del gobierno; asimismo que la desho-

130

nestidad y la corrupción seguirían impunes. Frente a las elecciones asumían su derecho de hablar como una organización social y reconocían como legítima sus demandas y aspiraciones que ahora se transfor-maban en la necesidad de cambiar al país, cambiar los gobernantes, cambiar la política económica. Eso sólo podría suceder al participar políticamente en las elecciones y ser gobierno. Y para ser gobierno había que buscar la unidad con otras fuerzas socia-les y políticas que también manifestaban su descon-tento frente a la catástrofe económica del país, el literal empobrecimiento de las clases medias, traba-jadores, asalariados, y frente al autoritarismo cre-ciente del Estado,

Las palabras de Superbarrio al aceptar su candi-datura a la presidencia de la república apuntaban claramente su intención de contribuir a la unidad del pueblo, de sus organizaciones sociales y políticas; además, buscaría erradicar el desánimo, la tristeza, la deshonestidad y crear un nuevo espíritu de lucha popular. Los valores asumidos por el movimiento, la moral alternativa, redondearon las propuestas de Superbarrio como candidato a la presidencia.

Días después de su nominación Superbarrio pidió permiso en la Arena Coliseo para retirarse temporal-mente de ese ring y dedicarse a su campaña do-lítica,20

Frente al aislamiento del PRI, la unidad fue el objetivo de Superbarrio como candidato a la presi-dencia:

20 Suplemento "Metrópoli", en £/ Día, diciembre 14 de 1987, crono-logía de la Asamblea de Barrios, archivo de ta Asamblea d© Barrios.

131

La unidad la propusimos desde noviembre y los argumentos eran que no teníamos por qué dispersar votos, que eran momentos de presentar un frente común contra el PRI, porque el PRi se había quedado s o l o . . . Cuando a mí me propusieron como candidato, parte de mi discurso era llamar !a atención de que corríamos el peligro de que no sólo nos lanzaran de nuestra vivienda, sino de nuestro país. Si llegaba Salinas o Clouthier era seguir entregando el país a ios gringos ( . . . ) como en ese momento no fue posible !a unidad y como habíamos decidido entrarle a la cuestión electoral, y como ciudadanos tenemos el derecho de.gobernar, la AB me postuló como candidato a la pre-sidencia. 21

La lucha por la vivienda, después por la ciudad, ahora se enriquecía con una lucha mucho más ambi-ciosa: ganar e! país. En este proceso la AB definió claramente a sus enemigos y reclamó su derecho ciudadano, ahora, como su derecho a gobernar.

La gente de la asamblea empezaba a tener claros muchos problemas, era evidente la actitud contraria de muchos fun-cionarlos del gobierno para resolverlos. Planteábamos ley inquilinaria y nos decían que no; planteábamos expropia-ción de predios ociosos y nos decían que no. Entonces, si el gobierno no quiere, pues vamos a poner otro, y si ellos no pueden gobernar, pues que nos dejen a nosotros; noso-tros sí podemos gobernar. Y la gente rápidamente se in-volucró y participó con la conciencia clara de que ya no era la lucha para ganar una vivienda, sino para ganar un país.22

En el pronunciamiento de la AB por la candidatura de Superbarrio afirmaban, además de la legitimidad,

21 Entrevista a Superbarrio Gómez, agosto de 1989. 22 Ídem.

132

la legalidad de su lucha: "por eso manifestamos pú-blicamente nuestra terca finalidad de luchar y conse-guir viviendas dignas, como lo señala nuestra Cons-titución . . . En esa lucha la figura de Superbarrio nos representa y nos unifica",23

Hasta ese momento el enemigo estaba claramente definido, y al nivel de los candidatos, Salinas de Gortari y Clouthier lo representaban. La afirmación y reconocimiento del movimiento con alguna otra fuerza política y candidato todavía no maduraba, o mejor, en esos momentos había abortado al no con-cretarse la candidatura única de centro-izquierda.

Ante ello, el celo de permanecer como un mo-vimiento autónomo de los partidos políticos tenía, según Superbarrio Gómez, varias razones. Primero, dentro de la AB había simpatizantes de distintas corrientes y candidatos; al no concretarse la can-didatura única, la AB prefirió lanzar el suyo. Sumarse a un partido o a un candidato en el mes de noviem-bre hubiera creado fracturas en el movimiento y su adhesión habría tomado carices corporativos.

La campaña de Superbarrio Gómez se inició el mismo 17 de noviembre, cuando instaló un campa-mento de familias desalojadas en la plaza de la So-lidaridad. El campamento fue desalojado por la policía la madrugada del día 19, bajo el pretexto de que no podían permanecer ahí, pues al día siguiente, 20 de noviembre, se celebraría el 77 aniversario de la Revolución Mexicana.24

2 3 Pronunciamiento de (as organizaciones vecinales de la Asamblea de Barrios, noviembe 17 de 1987, archivo de la Asamblea de Barrios.

24 Suplemento "Metrópoli", en El Día, diciembre 14 de 1987, crono-logía de la Asamblea de Barrios, archivo de la Asamblea de Barrios.

133

3. La campaña de Superbarrio y los acuerdos poiiticos

Los meses de noviembre y diciembre fueron par-ticularmente difíciles para ia economía nacional. Po-cos días después del destape se produjo el desplome de la Bolsa Mexicana de Valores. El 19 de octubre los principales centros bursátiles del mundo regis-traron el peor colapso de su historia. Para el 18 de noviembre el descenso del valor de las acciones en la BMV había caído casi un 70 por ciento en pro-medio, después de un auge espectacular desde me-diados de 1986.

Los efectos inmediatos fueron el alza de las tasas de interés internacionales que cobrarían los acree-dores extranjeros, la dolarización de la economía y la fuga de capitales. Para coronar el descalabro fi-nanciero, el peso se devaluó un 40 por ciento con respecto al dólar; la combinación de todos estos factores hizo que pronto se agudizara la inflación y el descontento social aumentara rápidamente.

Ante esta negra situación, el 23 de noviembre las 33 organizaciones sindicales afiliadas al Congreso del Trabajo (CT) por boca de Fidel Velázquez, a la sazón presidente de la organización obrera, deman-daron un aumento de emergencia del 46 por ciento, retroactivo al 18 de octubre, para resarcir el poder adquisitivo del salario. Anunciaron también que si su petición no era satisfecha emplazarían a huelga ge-neral en la cual participarían cerca de 10 000 sindi-catos, que agrupaban a más de 10 millones de traba-jadores en todo el país.

134

El 27 de noviembre, y a petición del presidente De la Madrid, e! secretario del Trabajo, Arsenio Fareil, convocó a una reunión urgente a los representantes de la iniciativa privada y del sector obrero, para lograr un acuerdo sobre el monto del aumento.

El dirigente del Consejo Coordinador Empresarial, Agustín F. Legorreta, reconoció que los trabajadores tenían razón en demandar un aumento, pero advir-tió que éste no podía ser del 46 por ciento porque la inflación se agudizaría. Por su parte, el 30 de noviembre, el CT volvió a advertir que, si el 15 de di-ciembre no fiabían sido resueltas sus demandas, el día 18 estallaría un paro nacional de labores.

Justo al inicio de las campañas presidenciales el panorama político para el gobierno se complicaba. La demanda del sector obrero y el tono amenazador utilizado por el vitalicio líder obrero eran una muestra clara del descontento de este sector corporativo por la nominación de Salinas de Gortari. Empujado en buena medida por las bases, el CT quería también hacerse presente y ser oído por un gobierno que había ignorado las propuestas de reforma económica planteadas, sobre todo por la CTM. El conflicto tenía como, es obvio, sus aristas políticas y el corporati-vismo obrero presionaba en esa forma a fin de obte-ner más lugares en las listas del PRI para candidatos a diputados, senadores y asambleístas.

El 8 de diciembre el gobierno solicitó una semana para responder a la demanda obrera. A su vez, los presidentes de la COPARMEX y la CONCANACO declararon que solo concederían aumentos si éstos se acompañan de otras medidas económicas más profundas.

135

El resultado del conflicto fue la firma del Pacto de Solidaridad Económica (PSE), el 15 de diciembre. En él se preveían medidas para detener la espiral inflacionaria y cada uno de los signantes pondría "un grano de arena" para lograrlo.

El sector obrero se comprometió a aceptar un aumento de sólo el 15 por ciento a partir del 15 de diciembre y otro del 20 por ciento a partir del 1 de enero. El sector campesino se comprometió a mantener los precios de garantía en su nivel de 1987. Los empresarios aprobaron que se acelerara la polí-tica de apertura comercial, y el gobierno se compro-metió a restringir más su gasto y reducir el tamaño del sector público, mediante la racionalización de sus estructuras administrativas y acelerando la venta de empresas no prioritarias ni estratégicas.2r'

La firma del PSE significaba la imposición de me-didas que sacrificaban aún más los salarios y los precios de garantía. Los afectados fueron los asala-riados en general y los campesinos. El gobierno con-tinuaría con las políticas de austeridad, el recorte de burócratas y la venta de paraestatales, medidas que no eran nuevas en el sexenio. La burguesía, a través del pacto, seguía asegurando el control de los salarios y aceptaba elevar sus niveles de compe-titividad, con su anuencia a una mayor apertura co-mercial.

En este marco, los seis candidatos a la presidencia, apoyados por partidos políticos con registro, y Su-

25 tas razones y las obras. Cr<5n/cas del sexenio 1982, sexto año, México. 1988, p. 188-193.

136

perbarrio Gómez continuaron sus campañas de pro-selitismo político.

Los efectos negativos que provocó en amplios sectores de la población el descalabro financiero y la firma del PSE, los cosechó la campaña de Garlos Salinas de Gortari, que empezó a configurarse como una campaña desangelada, prefabricada con los con-sabidos acarreos del PRI y por el sello de su figura que no despertó mucha simpatía. Por su parte, la oposición en su conjunto, incluido Superbarrio pro-testó contra el PSE y sus candidatos, intentaron encauzar el descontento popular y de los sectores medios provocado por las medidas tomadas por el gobierno de De la IVIadrid.

El 19 de diciembre se realizó una concentración política en el zócalo de la ciudad de México para protestar contra el PSE. La convocatoria la hicieron los moneros del periódico La Jornada y asistieron Heberto Castillo, Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Ibarra y Superbarrio, candidatos a la presidencia. Asistieron también algunos sindicatos y organiza-ciones independientes. En ese mitin nació el Frente Nacional contra el PSE.28

En ese clima, en el que se cuestionaba más la política económica del gobierno, la AB y su candi-dato a la presidencia continuaron con lo que se podía llamar su campaña política que, como ya señalamos tenía dos objetivos centrales. Uno, seguir insistiendo en la unidad para nombrar candidatos únicos a la presidencia, a las diputaciones y a la Asamblea de Representantes del DF, y dos, contrarrestar la guerra

2 8 Cronología de la Asamblea de Barrios, op. c l t ,

137

que el PRI les había declarado, defendiendo sus espacios, haciendo mítines, marchas, denuncias y parando desalojos. En la campaña se combinaron las acciones cotidianas como plataforma electoral para enfrentar al PRI en la ciudad de México.

En este periodo el personaje y el movimiento sufrie-ron otra transformación. La primera mudanza, cuando nació el personaje, había sido convertirse de vende-dor ambulante y damnificado de los sismos en una figura que dignificaba a los inquilinos pobres, a los sin techo, a los damnificados históricos. Esta figura fue tomando cuerpo y ganando espacio más allá de la AB, y pronto se había convertido en el símbolo del movimiento y portador de su utopía. Sus discur-sos, sus acciones, sus apariciones, las negociaciones que encabezaba, la confianza que inspiraba a la gen-te cuando detenía un desalojo o se buriaba de algún funcionario —a veces con el solo hecho de aparecer con su indumentaria llamativa y absolutamente fuera de todas las formalidades— proyectaban lo que el movimiento en su constitución, como tal, había defi-nido y reivindicaba como, un futuro: una sociedad justa y solidaria, una ciudad alegre y habitable, un espacio social en donde sus voces fueran escucha-das y su condición de damnificados históricos, trans-formada y dignificada. El primer acercamiento a ese futuro fueron las primeras demandas levantadas por la AB: viviendas y ley inquilinaria justa.

En ese proceso de constituirse como sujeto social la AB fue particularmente sensible a otros actores con los que se identificaba en su ¡dea de futuro. Su vinculación con los grupos ecologistas fue dándose

138

en ese camino de conocer, reconocer y reivindicar la ciudad como un espacio colectivo. Su vinculación con los grupos de mujeres surgió a partir de las mu-jeres de la AB que, como muclias otras, sufrieron una transformación en sus vidas al participar en un movimiento. Su acercamiento con el CEU se dio en la medida en que se compartía la Idea de una edu-cación gratuita y popular, que no excluyera a los estudiantes de escasos recursos económicos, pero fundamentalmente porque ese movimiento, en par-ticular, reivindicaba al joven solidario —mucíios de ellos universitarios— que removió escombros bus-cando vidas durante los terremotos.

Superbarrio encarnaba esos valores: justicia, soli-daridad, honestidad, alegría, dignidad y además los proyectaba con un ánimo de triunfo al recrear la experiencia de los damnificados. Se podía, por tanto, con estos valores enfrentar la corrupción, la buro-cracia, la deshonestidad, las humillaciones y ganar.

Así como en las jornadas de la CUD el enemigo se había identificado con el PRI y el gobierno que había querido manejar con criterios corporativos los programas de reconstrucción, ahora los nuevos suje-tos del movimiento urbano, los otros damnificados, habían identificado también las prácticas clientelis-tas, las injusticias de los desalojos, la corrupción y la burocracia, todo ello encarnado en el PRI y en el gobierno. Las experiencias particulares de los miem-bros de la AB las vertían ahora en un colectivo y en él se afirmaban como portadores de otros valores en donde la solidaridad, la justicia y la honestidad eran el núcleo.

139

Los enfrentamientos cotidianos con los funciona-rios, con las leyes Injustas, con la policía, sobre todo en los desalojos, los ponía como grupo frente a una realidad social que querían transformar. Ganando viviendas, deteniendo los lanzamientos, habían me-dido también su capacidad de lograr, de que era posi-ble reeditar la experiencia de los damnificados.

El salto que dio la AB cuando decidió entrar al proceso de las elecciones, reconociéndose como una fuerza social que tenía mucho que decir y que quería ser escuchada en ese terreno, fue entender y perci-bir que se podía enfrentar al enemigo y quizá derro-tarlo políticamente en las urnas.27

La candidatura de Superbarrio reforzó en el movi-miento su utopía y definió con mayor fuerza su re-chazo a la candidatura de Carlos Salinas de Gortari por simbolizar los valores contrarios. El juicio que ahora hacía la AB en su discurso, y a través de su símbolo como candidato a la presidencia, al candi-dato oficial era cualitativamente diferente al enjuicia-miento que antes había hecho a las políticas y pro-gramas gubernamentales de vivienda. En el terreno político ya no se trataba de incidir en un programa de vivienda, sino de hacer prevalecer sus valores, su idea de futuro, su utopía, siendo gobierno.

Superbarrio, portador de esos valores, ahora de-bía proyectarlos políticamente en el terreno electo-ral, con la Intención de hacerlos prevalecer por en-cima de los valores contrarios.

Como ya dijimos, Superbarrio continuó con sus actividades cotidianas, pero como candidato a la

27 Entrevista a Superbarrio Gómez, agosto de 1989.

140

presidencia empezó también a llamar más la aten-ción. Una vez nominado, fue entrevistado en el canal 7 y después en el canal 11; algunos diarios dieron la noticia y buscaban su opinión sobre los problemas del pafs y sus propuestas políticas. El léxico de Su-perbarrio "se tuvo que pulir y enriquecer porque ahora ya no sólo de la vivienda, hablaba de la deuda, del petróleo, de! desempleo . . .28

Como parte de su campaña política Superbarrio clausuró las oficinas del City Bank el 13 de enero. En esa ocasión leyó un discurso en el que acusaba al banco extranjero de saquear al país y se rescata-ban valores nacionales; se señalaba también que la clausura simbólica representaba el límite al que ha-bfan llegado los mexicanos al soportar el saqueo de sus recursos:

Seis años de agachar la cabeza ante los bancos acreedo-res, seis años de que el gobierno se ha portado bien ante los bancos acreedores; seis años de repetir que me-diante el buen pago saldríamos de la crisis y, al final, la puñalada; el Pacto de Solidaridad Económica. Nadie puede explicarnos lo inexplicable; las medidas del pacto -han empobrecido más al pueblo y han beneficiado a unos cuan-tos ( . . . ) Los que están de acuerdo son una minoría, es el puñado de tecnócratas sirvientes de los gringos, que viven gobernando nuestro país y entregándolo. Es el puñado de especuladores, empresarios, exbanqueros siempre benefi-ciados y protegidos por el gobierno, como si este puñado fuera todo el país ( . . . ) Debido a esto, deseamos manifestar que exigimos la suspenclón del pago de la deuda exter-na; que los representantes de los que nos saquean no son gratos en nuestro pafs y el pueblo mexicano quiere que se vayan; que no podemos pagar y no queremos, y háganle

28 Entrevista a Marco Rascón, agosto de 1989.

141

como quieran, que al cabo tenemos brazos, recursos, histo-ria y un país para resolver nosotros mismos nuestro futuro ( . . . ) Clausuramos simbólicamente este centro financiero debido a la inmoralidad e intereses Ilegales que representa.

Firma: Superbarrio Gómez, candidato a la presiden-cia y miembro del Frente Nacional de Resistencia contra el PSE y Asamblea de Barrios de la ciudad de México.29

En el discurso sobresale la censura moral que hacía Superbarrio al City Bank, como representante del capital extranjero que saquea y empobrece al país y además acusaba también a los tecnócratas de ser sus cómplices.

La clausura del City Bank se hizo con sellos gigan-tescos que tenían la leyenda "por saquear al país". Para llegar hasta las oficinas del banco, el contin-gente de la AB se reunió en el monumento a la Madre, pero, al llegar al cruce de avenida Reforma con avenida Insurgentes, un grupo de granaderos los intimidó para que no continuaran la marcha. Super-barrio les dijo que se dirigían a las oficinas del FONHAPO, y los granaderos y sus perros se enca-minaron en seguida a las calles de Homero. Libres de amenazas y burlándose de los granaderos, el contingente de la AB realizó su acto de campaña sin interferencias policíacas.80

Paralelo a estas actividades, la comisión política de la AB diseñó una propuesta para participar en las elecciones. En el documento se destacaba que exis-tían posibilidades de vulnerar a la mayoría priísta

29 Discurso de Superbarrio Gómez en la clausura simbólica del City Bank, archivo de la Asamblea de Barrios.

80 Cronología de la Asamblea de Barrios, op. clt.

142

en el Distrito Federal; para ello proponían establecer procesos únicos para elegir candidatos a diputados y asambleístas, y que se registraran por los tres partidos que apoyaban a Cárdenas (PPS, PFCRN, PARM), también por el PMS y el PRT. Llamaban tam-bién a los partidos a hacer propuestas para vincular a los movimientos sociales, en especial al urbano, con las fuerzas políticas que, unificadas, podrían derrotar al PRI. Esta propuesta la hicieron el 11 de enero de 1988.ai

Los acercamientos de la AB con fuerzas políticas y con otras organizaciones del movimiento urbano se había dado desde diciembre de 1987, con miras a participar en las elecciones de julio. En ese mes la comisión política de la AB se reunió con Cuauhtémoc Cárdenas y otros miembros de la Corriente Demo-crática. A pesar de que hubiese sido más "natural" un primer acercamiento con el PMS o el PRT, por la historia de militancia de Izquierda de los dirigentes de la AB (comisión política), éste se dio con la CD. En las reuniones que tuvieron, Porfirio Muñoz Ledo ofreció registrar los candidatos de la AB para dipu-tados y asambleístas, bajo el amparo de los tres partidos que apoyaban la candidatura de Cárdenas,

Con esta propuesta, comisiones de la AB se acercaron a organizaciones del movimiento urbano en donde el PMS y el PRT tenían alguna fuerza. Hubo entonces intentos de negociación con la Unión de Vecinos de la colonia Santa María la Ribera, parte de la Unión de Vecinos de la Colonia Guerrero, una

8 1 Propuesta para lograr las candidaturas únicas, archivo de la Asam-blea de Barrios.

143

sección de la Unión Popular Nueva Tenochtitlan, en donde el PRT tenía influencia. También hubo puentes con la Unión Popular Valle Gómez, Unión Popular Centro Morelos, Amanecer del Barrio y otra sección de la Unión Popular Nueva Tenochtitlan, en donde el PMS tenía trabajo de .organización.

Sin embargo, estos Intentos no fructificaron. El PRT había definido una posición, que se resumía en no apoyar la candidatura de Cárdenas por ser un "hombre del sistema". Tampoco quiso llegar a acuer-dos unitarios para las candidaturas a diputados y asambleístas. El PMS, que meses atrás había coque-teado con la CD, mantenía la candidatura de Castillo y tampoco quiso llegar a acuerdos con las otras.

Las diferencias de los partidos políticos, sus recor-tes ideológicos sobre el proceso electoral y la candi-datura de Cárdenas se mantuvieron a lo largo del periodo en el cual se definieron las candidaturas a di-putados y asambleístas. Estas diferencias permearon también a las organizaciones del movimiento urbano vinculadas a ellos e impidieron que cuajaran candi-daturas únicas. Los partidos que apoyaron a Cárde-nas no fueron la excepción, se unificaron en la can-didatura a la presidencia, pero después no lograron llegar a acuerdos unitarios. Además de apoyar a Cárdenas, cada partido quería sacar el mayor pro-vecho posible, postular a sus candidatos, promover sus cuadros y demostrar su fuerza —por lo general localizada y regional—, cuando ésta existía.

Ese juego ideológico y la pugna por los espacios privados de cada partido frustraron la unidad. Por ejemplo, en los intentos que hizo la AB para negociar

144

las candidaturas únicas el PMS ofreció algunas ex-pectativas, Pero el día en que debía Negarse a los acuerdos concretos, definir nombres, el PMS se arre-pintió, S2

La cerrazón dei PMS y del PRT dio ei último em-pujón para que la dirección de la AB se vinculara a la candidatura de Cárdenas, que se hizo pública en marzo de 1988 y obedeció a dos procesos: uno, los acuerdos políticos, en concreto el ofrecimiento de la CD de registrar los candidatos de la AB por los tres partidos mencionados; dos, la identificación de las bases con Cuauhtémoc Cárdenas.

4 3 Entrevista a Francisco Saucedo, abril de 1990.

145

CAPITULO V HACIA EL SEIS DE JULIO

Pero . , . ¿tumbar af PRI?, ¿ganarle al gobierno en las urnas? Ésa s i era la utopia.

Superbarrio.

1. El Frente Democrático Nacional -. i

Mientras se daban los acuerdos poIítícos, y ía CD intentaba inútilmente cuajar acuerdos unitarios cori los partidos políticos para proponer candidatos ún¡7 eos a diputados, senadores y asambleístas, y sé daban las alianzas con movimientos sociales, el fe-nómeno social del neocardenismo emergía con una fuerza inesperada.

Un doble proceso marcó la coyuntura política de los meses siguientes: la formación del FDN, pará ofrecer un amplio marco ideológico en el que pu-diera caber el mayor número de fuerzas y organiza-ciones políticas y sociales; la fuerza que ganó la fi-»

147

gura de Cárdenas sobre todo en los sectores urbanos,, populares y clases medias, y también en algunos sectores campesinos.

La CD, una vez que la candidatura de Cárdenas fue apoyada por los tres partidos que históricamente se habfan mantenido como satélites del PRI, diseñó una primera propuesta de plataforma política para integrar el FDN.

Esa plataforma y la integración del FDN se dieron a conocer en la ciudad de Jalapa, Veracruz, el 12 de enero de 1988. El documento leído en esa ocasión contenía los puntos sustantivos que la CD había le' vantado en su crítica al gobierno, al PRI y a su políti-ca económica.

Era un programa nacionalista que reivindicaba ía soberanía del país y del Estado, y proponía invertir la política económica. En este punto, el documento sostenía que debía suspenderse el pago de la deuda hasta no negociar con los acreedores condiciones más favorables que permitieran el crecimiento eco-nómico, la generación de empleos y la recuperación del salario. Sobre el salario, señalaba el documento, en los últimos cinco años había perdido la mitad del poder adquisitivo.

La reivindicación de los valores nacionales, de la Revolución de 1910 y de la Constitución, como las formas que había elegido el pueblo para la regula-ción de la vida social y política del país, fueron parte fundamental de ia propuesta ideológica.1

. 31 Plataforma común del Frente Democrático Nacional, Jalapa, Veracruz, 1988, en. Cuadernos Po//f/cos, núm. 3, Nueva Época, vol. 7, Julio-septiem-bre de 1988, México. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, p. 34-39.

148

El primer documento público del FDN reivindicaba también el respeto ¡rrestricto ele la voluntad ciuda-dana expresada en las urnas, el fortalecimiento de los poderes Legislativo y Judicial, subsumidos por el presidencialismo. Proponía ampliar el sistema de representación proporcional en las Cámaras, el res-peto a las garantías individuales y sociales; defendía los derechos de libre asociación, de expresión y de huelga. Sostenía también la necesidad de estimular la democratización de todas las organizaciones eli-minando la concentración del poder, así como alen-tar nuevas formas de participación y de representa-ción social. Reivindicaba el ejercicio de la democra-cia en los sindicatos y el respeto a la libre afiliación partidaria e Individual.

Proponía crear el estado de Anáhuao, para que los ciudadanos del DF ejercieran plenamente sus derechos democráticos al elegir directamente a sus gobernantes. • La propuesta de desarrollo económico se inclinaba por un programa de reconstrucción económica, des-tinando los recursos liberados del pago de la deuda al desarrollo social y a la modernización de los sec-tores económicos. Preveía también consumar la re-forma agraria, acabar con los latifundios y devolverle a! Artículo 27 constitucional su esencia revolucio-narla.

En otros puntos se hacía énfasis en la política social del Estado, que debía atender las prioridades de salud, educación y vivienda. Como forma de go-bierno se reivindicaba un gobierno democrático-po-

m

149

pular, que defendiera la integridad del país en todos los órdenes y reforzara los valores nacionales.

El programa del FDN asumía la defensa del am-biente, la dignificación del magisterio, el impulso a la ciencia y la tecnología, y replantear las relaciones exteriores, en particular con los Estados Unidos, para ejercer plena soberanía en materia económica y po-lítica. 3

El programa del FDN mantenía un alto nivel de generalidad. En él se mezclaban valores tradiciona-les y necesidades de modernización, críticas a la política económica y propuestas no acabadas para Invertir lo que se consideraba una tendencia desna-olonallzadora. Más que un programa de gobierno, era un amplio marco en el que podía caber buena parte del descontento social generado, sobre todo, durante el gobierno de Miguel De la Madrid. En un clima marcado por la crisis del PRI, por la tensión del pacto social al arribo de los tecnócratas al poder, por la crisis económica, las propuestas políticas del FDN vaciaban al PRI de sus contenidos ideológicos y ofrecían un amplio espacio para protestar.

Las fuerzas políticas y movimientos sociales que apoyaron a Cárdenas encontraron en las propuestas del FDN y en su discurso un espacio para afirmar sus demandas y manifestar su descontento.

La enorme gama de movimientos que se fueron sumando a ia candidatura de Cárdenas dieron cuenta de su proceso de afirmación de sus identidades en niveles sociales muy diversos. Ecologistas, movimien-

a Idem.

150

tos de mujeres, estudiantes, intelectuales, artistas, movimientos urbanos, homosexuales, campesinos; otjreros, maestros, etcétera, encontraron en el movi-miento neocardenista un espacio político de auto-afirmación de sus identidades, de sus demandas, de sus expectativas, de sus ideas de futuro. Enfrenta-ban desde ahí la cerrazón autoritaria de un gobierno que dictaba todas las políticas económicas —a la postre Ineficaces y empobrecedoras— para librar la crisis sin conceder ningún espacio político. Los reclamos de movimientos y organizaciones sociales se mantenían al margen de las decisiones políticas; hasta los sectores corporativos eran cada vez más marginados de las decisiones del gobierno.

En ese proceso de afirmación de los movimientos dentro del amplio marco de protesta que ofrecía el FDN no puede hablarse obviamente de un camino unilineal. Por el contrario, fue un proceso con múl-tiples formas y desdoblamientos imposibles de regis^ trar o clasificar. Por abajo de los acuerdos políticos que establecieron las direcciones de los movimien-tos que se adhirieron a Cárdenas, el neocardenismo prendió en las bases.

De manera muy general, podemos decir que el movimiento neocardenista capitalizó gran parte del descontento social, y éste, manifestado bajo múlti-ples formas y demandas, se potenció en la búsqueda de un cambio. Éste podía proyectarse como el recla-mo de un contrapeso social y político al autoritarismo estatal: como arribar a un espacio en la toma de decisiones políticas; como un medio para tener un mejor salario, un empleo, una vivienda. Los niveles

151

sociales e individuales de reclamo se multiplicaron y el neocardenismo creció hasta convertirse en el mo-vimiento social y político más importante del periodo posrrevolucionario.

Además de capitalizar buena parte del desconten-to social, Cuauhtémoc Cárdenas creció como una figura carismática con enorme arrastre popular. En ese fenómeno poco o nada tuvieron que ver los partidos y los acuerdos políticos.

Cárdenas significaba un rompimiento con el régi-men, pero no era ajeno a lá cultura política mexicana. Por el contrario, era producto y portador de esa cul-tura; reivindicaba los valores nacionalistas, el apego a los valores revolucionarios y al ideario constitu-cional. La figura de su padre, presente en la memoria de amplios sectores que lo apoyaron, fue también, sin lugar a dudas, otro factor importante que explica en parte el crecimiento del neocardenismo. Una com-binación de valores tradicionales, críticas al PRI, de inclusión particularizada de sectores y movimien-tos sociales, de valores apegados a la Constitución y un enorme carisma de Cuauhtémoc Cárdenas, pue-den aproximarnos a entender e! neocardenismo.

En el caso particular que nos ocupa, la adhesión de la AB fue un ejemplo de ese doble proceso de integración al neocardenismo. Por un lado los acuer-dos políticos y por el otro, con sus múltiples dimen-siones, la adhesión de las bases que seguían a sus dirigentes, pero que también encontraron en Cárde-nas valores que reivindicaban en su - participación en el movimiento, con los que se habían identificado y que ios cohesionaba.

152

2, La declinación de Superbarrio y ía campaña de Cárdenas en los barrios

Sin duda, uno de los actos de la campaña carde-nista que dio cuenta del arrastre popular del candl-

F:DISI f u e 01 d e , a Laguna, en febrero de 1988, El 14 de febrero Cárdenas aglutinó a más de 40 000 personas en la ciudad de Torreón, Coahulla, y des-pués, en sus recorridos por Gómez Palacio, Durango. San Pedro de las Colonias y Francisco I. Madero, el neocardenismo empezó a tomar el perfil de un moví-miento de masas. En San Pedro de las Colonias Cárdenas fue izado en hombros y hubo un verdadero desborde de alegría popular a su paso. La gente salía a la orilla de las carreteras para manifestarle su simpatía. En sus discursos, Cárdenas acusó" al gobierno de gestar la violencia ai empobrecer a las mayorías, y en Torreón reafirmó su compromiso con el pueblo y con la memoria de su padre.8 La euforia popular alrededor de Cárdenas en ia Laguna con-trastó con la campaña saiinista en la reglón, que se •10 casi simultáneamente y en la que destacó el acarreo y las rechiflas al candidato del PRI.

Después del éxito de la campaña de Cárdenas en la Laguna y de que se habían sumado otros movi-mientos sociales a la misma, el 5 de marzo, Super-barrio Gómez declinó su candidatura a favor del ingeniero. El acto se realizó en el teatro Juan Ruiz de Aiarcón, en él se dio lectura a ia sexta declara-ción de la AB y se presentaron las planillas de los

9 Las razones y las obras. Crónicas del sexenio 1982-1988' Las elec-ciones de 1988, México, FCE, 1988 p. 106 y 107.

153

candidatos para diputados y asambleístas por los distritos li, lii, IV, V, IX, Xlll, XVIII, XXII, y XXXIV a un representante del FDN.

La sexta declaración de la AB recogía nítidamente lo que ei movimiento había logrado, cómo se asumía en ese momento, cómo se proyectaba al futuro y en la coyuntura electoral. Señalaban que, a once meses de haberse organizado, muchos grupos y comités se consolidaron y habían logrado la compra de suelo y obtención de viviendas. En muchos barrios y colonias también habían conseguido el acceso de muchas familias al abasto de tortillas y de leche subsidia-da por la Conasupo. Pero reconocían que los logros eran insuficientes para resolver masivamente y de fondo todos los problemas; volvían a reclamar una ley inquilinaria justa y la expropiación masiva de pre-dios ociosos. Ratificaban la confianza y la certeza de que "estos problemas sólo serán resueltos con la participación activa y organizada de todos nosotros. Hoy la Asamblea de Barrios somos un solo ciuda-dano, con pleno conocimiento de nuestros derechos y defensa de nuestra dignidad. Esta razón y una gran voluntad colectiva son razón y garantía suficien-te para cambiar y ganar la ciudad y el país".4

A continuación se definían frente al PRI y reivin-dicaban a Superbarrio como el símbolo portador de su utopía:

Hoy tenemos el reto de multiplicar el sueño de Superbarrio en miles más, en ciudadanos que sufren todo lo que los pobres de la ciudad sufren. Desde la Asamblea de Barrios

•* Asamblea de Barrios de la Ciudad de México, 3 años de lucha, declaraciones, folleto, México, abril de 1990, p. 13-14.

154

todos nosotros tenemos que aumentar nuestra voz que . reclama justicia y propone soluciones en estos momentos ; en que se desarrolla y se va a verificar una de las luchas

electorales más Importantes y esperanzadoras para el pue-blo. Por primera vez —después de más de 50 años— es posible cambiar nuestra situación derrotando ai PRI, que es ei principal responsable de la miseria y pobreza del pueblo mexicano.6

Después, reclamaban su participación en el pro-ceso:

Hoy, nuestra organización social demanda, en primer lugar, un cambio de actitud de los partidos; no deseamos candi-datos ajenos a nuestras luchas, sino que ios partidos sean un vehículo para que los representantes de nuestros barrios lleguen a la Cámara y a la Asamblea de Representantes del D. F. Demandamos que los candidatos, nombrados demo-cráticamente en esta Sexta Asamblea de los Barrios, sean registrados por los partidos que hoy representan ei cambio democrático de nuestro país.6

Se ratificó, también, la absoluta libertad de ios miembros de ia AB a ejercer su dereciio ciudadano de votar por los candidatos de su preferencia.

Los candidatos de la AB habían sido previamente seleccionados en asambleas distritales y tomaron la protesta ese día. El registro, sin embargo, ya no se hizo por los tres partidos como había sido el ofreci-miento inicial de ia CD, sino únicamente por el PPS, Esa división de los partidos que apoyaron a Cárdenas se tradujo en allanar el camino al PRI en el DF y suavizar su estrepitosa derrota; la oposición que apo-yó a Cárdenas presentó sus fórmulas distintas baio el registro de cada uno de los partidos.

6 ídem. «Ibld., p. 14-15.

155

El 5 de marzo en el teatro Juan Ruiz de Aiarcón, cuando Marco Rascón estaba dando lectura a la sexta declaración de la AB, se presentó Cuauhtémoc Cárdenas para asistir a la declinación de Superbarrio a su favor y tomar la protesta a los candidatos de la AB, La presencia del ingeniero sorprendió a las 5 000 personas presentes, pues nadie lo esperaba. Su llegada motivó aplausos y alegría en la gente que lo identificaba ya como su candidato a la presidencia. En seguida, Superbarrio pidió permiso a la asamblea para declinar su candidatura e improvisó un discurso que empezó así: "Un fantasma recorre México: el fantasma de Lázaro Cárdenas. Lo creíamos muerto, pero no fue así. El gobierno creyó muerto a Lázaro Cárdenas, pero los grandes hombres no se entierran, se siembran . , 7

Con ese acto terminaron tres meses de campaña de Superbarrio Gómez a la presidencia de la repú-blica, que habían servido para afirmar en el movimien-to sus valores, sus demandas, su utopía, su ¡dea de futuro. Clausurando bancos, deteniendo desalojos, instalando campamentos con familias lanzadas, ges-tionando y negociando créditos, Superbarrio había abogado por un país justo y solidario; había proyec-tado una moral alternativa para obtener viviendas, para luchar por la ciudad y para gobernar; había abogado por una candidatura unitaria para enfrentar al enemigo en las urnas, en una contienda que, por primera vez en muchos años, no se podía adivinar su resultado. A partir de entonces, Superbarrio acom-

7 Ramón Tirado Jiménez, Asamblea dd Barrios, nuestra batalla. México, 1990, editorial. Nuestro Tiempo, p. 11.

156

pañó a Cárdenas en muchos de sus actos de campa-ña, sobre todo en los barrios de la ciudad de México. A partir de entonces, también, se recrudeció el hos-tigamiento del PRI a la AB.

Según los testimonios recogidos de algunos miem-bros de la AB, Cárdenas simbolizaba la posibilidad de concretar un cambio, el ideal de futuro. Para ellos, Cárdenas era portador también de los valores de justicia, honestidad, solidaridad, pero, a diferencia de Superbarrio, llegaba investido de una historia po-lítica y de un gran prestigio, ambos valores importan-tes en la cultura política mexicana. En esa identifica-ción de la gente de la AB con Cárdenas, poco impor-taba el programa del FDN o incluso la utopía de un país democrático. Importaba más el hecho de haber-se enfrentado al PRI y al gobierno, y ganarle al PRI significaba hacer prevalecer la justicia, la hones-tidad y la solidaridad por encima de la Injusticia, la corrupción y la burocracia.

Con el apoyo de la AB y de muchas otras organi-zaciones sociales con sede en la ciudad, el neocar-denismo fue ganando simpatía y apoyo en el DF. El 18 de marzo, por la tarde, en un acto para conme-morar el 50 aniversario de la expropiación petrolera, se realizó la primera concentración masiva convoca-da por el candidato del FDN en el corazón de la ciudad, en el zócalo. Horas antes se había constituido el Movimiento al Socialismo (MAS), formado por un desgajamiento del PRT, líderes estudiantiles del CEU, mtelectuales y estudiantes.

A esas alturas, el interior del PMS, se volvía a dis-cutir la posibilidad de una candidatura única y exís-

157

tía ya una corriente importante dentro de ese partido que se inclinaba a apoyar a Cárdenas.

El neocardenismo, y el movimiento popular que había levantado, creaba un clima político singular. Por un lado, vaciaba de contenido ideológico el dis-curso del PRI al enfrentario con los principios revolu-cionarios que había abandonado. Por otro lado, P1*®" ducía desgajamientos en la izquierda que, detras del movimiento popular, confiaba cada día rnas en la posibilidad de que Cárdenas ganara la presidencia.

Para apuntalar la campaña de Cárdenas y de los 44 candidatos de la AB para diputados y asambleís-tas, el 11 de marzo se dio a conocer el "Plan de los barrios de la ciudad de México". En el escrito se recalcó la importancia de participar en el proceso electoral, a partir de reivindicar la lucha por la vivien-da, como un espacio en el cual se definían la con-ciencia civil y ciudadana. Planteaba también que la defensa de los derechos sociales y políticos abnria cauces democráticos para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los habitantes de los barrios de la ciudad, • Exponía, también, que en la lucha por abrir ese nuevo espacio tendrían que enfrentar la resistencia del gobierno, del PRI y de los partidos que represen-taban a los especuladores y latifundistas urbanos, el PAN y el PDM. Afirmaban que el moyimlerito po-pular había rebasado las formas tradicionales de representatividad política: los partidos. Por ello con-vocaban a los pobladores de los barrios a sumarse a la AB y, desde ahí, hacer valer sus derechos c\u-dadanos y transformar al país bajo un régimen de

158

democracia popular surgido desde abajo, desde los barrios, las vecindades, ias fábricas, las ciudades per-didas, las escuelas.

A continuación exponían sus demandas, ahora como plataforma política de sus candidatos. Los pro-blemas de vivienda y la demanda de una ley inquili-naria fueron la parle medular. Se sumaron la demo-cratización de ia ciudad, salarios decorosos, nuevos y mejores centros de salud, ei derecho a la cultura y la recreación, la entrega de la leche y las tortillas en las tiendas Conasupo sin distinción de afiliación poiftica, creación de centros de capacitación para mujeres, apertura de guarderías infantiles, defensa de la ciudad, un transporte colectivo eficiente y no contaminante, la reubicación de las industrias con-taminantes, construcción de centros recreativos para jóvenes, una reestructuración de los servicios de se-guridad pública e ¡mpartición de la justicia que ter-minara con la represión y la tortura.8

Con estas propuestas, los 44 candidatos de la AB realizaron sus campañas en los 11 distritos mencio-nados. Con el fin de prepararse para las elecciones, desde el 20 de marzo se realizaron reuniones sema-nales de ios 44 candidatos de la AB y muchos otros miembros de la organización que formaron comisio-nes.

Estas reuniones se llevaron a cabo en el centro de la ciudad, en ei exconvento de San Joaquín. En ellas se analizaron el Código Federal Electoral y to-

®PIan de los Barrios de la Ciudad de México, marzo i l de 1988 archivo de la Asamblea de Barrios. '

159

das las cuestiones técnicas sobre el proceso elec-toral, fueron en realidad cursos de capacitación.

Para la organización de la campaña ía AB levantó, el 8 de abril, el campamento de la democracia, en la plaza de San Fernando. Este campamento fue el cen-tro articulador de la campaña en los barrios. Ahf llegaban y se distribuían los carteles y volantes, se organizaban las pintas, los boteos, las marchas con el "Barriomóvü" (camioneta panel Ford, modelo 1963, donada por el PPS). Del campamento salía la gente a sus distritos, a realizar todas las actividades pla-neadas para la campaña, con la presencia, en la mayoría de ellas, de Superbarrio. Se organizaron tam-bÍén los recorridos con Cuauhtémoc Cárdenas.

El primer recorrido que realizó Cárdenas con la AB y sus candidatos fue el 26 de abril en el distrito XII, concretamente en las colonias Santa Úrsula, Coapa y Ajusco. Al principio la marcha la formaban unas 2 000 personas, pero, como avanzaba, se fueron su-mando más personas. Entre consignas, gritos, mues-tras de rechazo a Salinas de Gortari, el contingente llegó hasta el Pedregal de Santo Domingo y, al hacer alto en el mercado de la Bola, fueron miles más los que acompañaron a Cárdenas, a Porfirio Muñoz Ledo, a Superbarrio y a los candidatos de la AB por ese distrito. Cárdenas habló de la necesidad de una po-lítica urbana capaz de atender los problemas socia-les de una ciudad como México y señaló la posibi-lidad de ganar el 6 de julio.0

Mientras tanto, la AB seguía enfrentando la guerra que el PRI le había declarado, ahora a través de los

® Ramón Tirado Jiménez, op. c i t , p. 53 y 54.

160

delegados. El 5 de mayo, en la madrugada, ia policía desalojó el campamento de la democracia, destruyó la casa de campaña, se robó el equipo de sonido, la pintura, ios carteles, la máquina de escribir y ios botes con dinero. Al medio día, ia gente de ia AB volvió a instalar el campamento y pintó bajo los arcos de San Fernando: "La noclie es de ustedes, ei amanecer es nuestro". De nueva cuenta, el 7 de mayo la policía, los granaderos y sus perros y per-sonal de las camionetas blancas de la Delegación Cuauiitémoc desalojaron por segunda vez ei campa-mento de la democracia.

n^'smo día la AB había prograrnado otra acti-vidad; la celebración de las quinceañeras de los barrios. La misma se celebraría en la iglesia de Santo Dommgo, a las seis de ia tarde, y después habría un baile en ei deportivo Misterios, en la colonia P^aivilio. Sin embargo, el delegado, después de ordenar el desalojo dei campamento de ia democra-cia, impidió que ei baile se celebrara en ei lugar previsto y mandó que se sacaran a la calle las sillas, las mesas y las cajas de refrescos. Sin local para el baile, después de dos desalojos en el mismo día el ánimo para ei festejo de las quinceañeras parecía que se venía abajo. Sin embargo, ai salir de la misa, la gente se dio cuenta de que ia plaza estaba Ilumi-nada, que había galerías y hasta sonido. Horas antes I3 I , f . r í e p r e s e n t a d o u n a o b r a d e t e a t r c > el personal dei I NBA. Decidieron, entonces, quedarse en ia plaza aprovechar ias instalaciones, por el sonido "agrade-cieron" al delegado todas las facilidades que Ies había dado para la celebración de las quinceañeras

161

y realizaron el baile. Superbarrio fue el chambelán de honor y vistió su uniforme de gala en oro y rojo.1

El 12 de mayo se realizó la segunda caminata de Cárdenas con la AB, ahora por el distrito XXXIV, en las colonias Aeropuerto Arenal y Aviación Civil. En la primera estaban en proceso de construcción vivien-das para 1 200 familias, producto de la lucha de la AB. Esas familias, a las que se les llamaba "desdo-bladas", vivían "arrimadas" en viviendas que resul-taron dañadas en los terremotos y, por ser "arrima-dos", no obtuvieron certificados de los programas de reconstrucción. Casi desde el surgimiento de la AB se organizaron como grupo de solicitantes y en pocos meses sus viviendas estaban en proceso de con^ trucclón. En este fraccionamiento Cárdenas inauguró el centro deportivo "Lázaro Cárdenas" y rompió una botella de sidra en el Barriomóvil, que se inauguró también ese día y, pocas horas después, se desbleló.

En esas colonias Cárdenas felicitó a sus mora-dores por los triunfos logrados, manifestó su solida-ridad con las organizaciones populares que, según dijo, daban lecciones al resto de las fuerzas demo-cráticas y progresistas de México.11

La gira de Cárdenas continuó por las colonias Fe-deral, Gómez Farías y Pensil, en donde también hubo mítines y cientos de simpatizantes esperaron al can-didato del FDN. Por la tarde, el recorrido contmuó por la colonia Romero Rublo, en el distrito XIII, en el mercado se realizó otro mitin. En esta ocasión hizo uso de la palabra Marcos Ordoñez, candidato de la

10 Cronología de la Asamblea de Barrios, op. cit. n Idem., y Ramón Tirado Jiménez, op. cit., p. 55 y 56.

162

AB por ese distrito, quien expuso las condiciones difíciles de los liabitantes de esa zona de la ciudad, por los constantes desalojos y el abuso de la fuerza pública.12

Ese mismo día el recorrido terminó en el IV dis-trito, en el barrio de Tepito, en la colonia Morelos. A ese mitin asistieron también pobladores de las colonias Michoacana y 20 de Noviembre. Como suce-dió en los otros recorridos, la gente se fue uniendo al paso del candidato del FDN hasta sumar varios miles. En el mitin tomaron la palabra Marco Rascón y Francisco Saucedo, ambos miembros de la comi-sión política de la AB y este último candidato a diputado por ese distrito. Saucedo habló de la soli-daridad como medio para transformar realidades y como arma para resistir. En su turno. Cárdenas rei-vindicó la solidaridad ciudadana como respuesta a los terremotos de 1985, insistió en la posibilidad de ganar las elecciones y reconoció los logros de la organización popular.

Durante estos días también siguieron cosechán-dose los logros de la AB. El 14 de mayo se inauguró una vecindad adquirida por sus inquilinos y recons-truida posteriormente en la calle de Lago Cortina núm. 29, en la colonia Pensil.13 En esos actos se fortalecía la esperanza de cambio de la gente de la A^B; los inquilinos de esas viviendas ahora eran dueños de sus casas prácticamente nuevas. Esto transformaba sus vidas ellos ya no serían víctimas

1 3 Ramón Tirado Jiménez, op. c l t , p. 56 y 57 19 Ibid., p. 58 y 59.

163

de lanzamientos ni serían humillados; era posible por tanto transformar la realidad, incidir en ella.

El 31 de. mayo se realizó otro recorrido de Cárdenas con la AB, esta vez por los distritos XVlll, IX y XXXII, visitando las colonias Tlatilco, Argentina, Popotia, Torreblanca, Santa Julia, Anáhuao y Pensil. Carteles con las siglas del PPS y la figura de Superbarrio llamaban a votar por Cárdenas. En el mitin, habló la señora Josefina Ramírez, miembro de la AB, y se refirió a los problemas inquilinarios, a los abusos de los caseros y a los lanzamientos. Cárdenas, en su turno, hizo énfasis en la necesidad inmediata de crear una ley inquilinaria que realmente detuviera esos abusos.

Después, la caminata llegó hasta la colonia Tla-tilco, en el distrito IX. Por la noche continuó por el distrito XXXII, en las colonias Pensil y Anáhuao, Por la tarde Cárdenas había suspendido su recorrido por los barrios, pues asistió a la reunión constitutiva de la Coordinadora de los Trabajadores del Arte, la Ciencia y la Cultura (CTACC), que apoyaba también su candidatura. En la última concentración de ese día, ya de noche, esperaban a Cárdenas más de 3 000 personas y una banda de música que acom-pañó el recorrido hasta el mercado de la Curva, tocando "Juan Colorado". En el último punto del recorrido se habían sumado cerca de 20 000 perso-nas. 14

El 2 de junio se realizó la última movilización organizada por la AB en los distritos II, III, V y XXXIll, en las colonias Guerrero, Peralvillo, Atlampa Tlate-

1 4 Ibfd., p. 63 y 64 y Cronología de la Asamblea de Barrios op. clt.

164

lolco, Tabacalera, Juárez, San Rafael y Santa Marfa la Ribera. Se realizaron mítines en el mercado Mar-tínez de la Torre, en la Plaza Garlbaldi, en la Plaza de la Santísima, en el mercado de San Cosme, para terminar en la Plaza de las Tres Culturas. En cada mitin hicieron uso de la palabra los candidatos de la AB: Yolanda Tello, candidata a asambleísta por el II distrito, Gerardo i^endoza, candidato a diputado por el V distrito, Rubén Sosa y Beatriz Baños por el XXXIll. H

En el último mitin, en la Plaza de las Tres Culturas, Tlatelolco, la Unión Popular Nueva Tenochtitlan (UPNT) anunció su apoyo al candidato del FDN. Como se mencionó más arriba, una parte de esa unión estaba con el PRT y otra con el PMS. En su turno Cárdenas insistió en la unidad, en el compro-miso de las fuerzas democráticas por unirse en un solo frente.16 Cárdenas se refería a las declaraciones del candidato pemeslsta, del día anterior, 1 de junio. Castillo había hecho declaraciones que dejaban en-trever la posibilidad de llegar, al fin, a un acuerdo unitario. ^ La campaña de Cárdenas en los barrios de la

ciudad de México, acompañado por la AB y Super-barrio, fue un éxito. El candidato del FDN ganaba la ciudad, y el movimiento y su símbolo se hacían pre-sentes en la contienda electoral con sus candidatos, con sus propuestas. Para I?. gente de la AB y para Superbarrio era posible ganar un gobierno, ganar un país, y en Cárdenas habían encontrado su proyec-ción política para el futuro.

15 Ramón Tirado Jiménez, op. clt., p. 65-67 y Cronología de la Asamblea de Barrios, op. cít.

165

3. Et triunfo de Cárdenas en el D. F.

Conforme avanzaba y crecía la campaña de Cárde-nas, los resultados de las elecciones del 6 de julio eran objeto de toda clase de especulaciones. En la ciudad se vivía un clima que mezclaba excitación, alegría y ganas de votar, con toda clase de especula-ciones sobre el futuro político inmediato. Las eleccio-nes presidenciales que durante décadas habían pasado sin pena ni gloria se fueron convirtiendo en ei tema de conversación, discusión y polémica. La ciudad era un mapa político confeccionado con la propaganda de todos los partidos; no era difícil en-contrar carteles con la fotografía de Carlos Salinas de Gortari adulterados para hacerio aparecer ridículo o grotesco.

Los diarios publicaban buena cantidad de edito-riales dedicados a las elecciones; reconocidos priís-tas o editorialistas identificados con el partido tri-color se esforzaban en empequeñecer la figura de Cárdenas atribuyendo únicamente al prestigio de su padre ia razón de su presencia política. Otras edito-riales intentaban hacer un contrapeso a la avalancha oficialista que en todos los medios de comunicación se ocupaban del candidato del FDN con el fin de desprestigiario personal y políticamente.

Lo cierto era que Cárdenas había crecido como nadie lo esperaba y, a unas cuantas semanas de las elecciones, la guerra estaba declarada en la ciudad: pintas y contrapintas, el ingenio popular para revertir consignas priístas, para ganar los muros que coti-dianamente el PRI, el PAN y el FDN se disputaban.

166

A principios de junio era un hecho que Cárdenas había consolidado una exitosa campaña en la capital y que su candidatura seguía recibiendo adhesiones.

Un acto de campaña importante en el DF fue el mitin que se realizó en Ciudad Universitaria el 26 de mayo. La universidad era un espacio importante no tanto por ei número de votos que pudiera sumar ai FDN, sino por ía carga simbólica de apoyar en la gran explanada de Ciudad Universitaria a un candi-dato de la oposición a la presidencia de la república.

La Universidad, que en 1968 había sido vejada por el autoritarismo estatal, intervenida por el ejército y la policía, derrotada en su utopía de democratizar ai país, ahora recibía con agrado a Cuauhtémoc Cár-denas.

A pesar de que ias autoridades universitarias se opusieron a lá realización del mitin, se respiraban todavía los recientes triunfos del CEU, por lo que su negativa no impidió ia realización dei acto que se llevó a cabo sin ningún contratiempo.

En ei acto hicieron uso de ia palabra dirigentes del MAS y se hizo alusión a la. posibilidad de llegar unidas las fuerzas democráticas a las elecciones pre-sidenciales.

En ia Universidad, recinto de toda ciase de grupos políticos, muchos de ellos de izquierda, el PMS no era extraño. En el mitin la presencia de grupos de este partido fue evidente; ia corriente, que en su Inte-rior se inclinaba por la candidatura única, se había fortalecido.

En su turno. Cárdenas se ocupó de los problemas de la educación, y en especial de la Universidad.

167

Criticó el proyecto modernizador de Salinas de Gor-tari y defendió el derecho a la educación de las grandes mayorías. Criticó también las fugas de cere-bros producto de una errada política educativa y reivindicó la lucha del CEU y el Congreso Universi-tario, producto de esa lucha. Hizo hincapié en la responsabilidad del Estado hacia el desarrollo cien-tífico y tecnológico al que calificó de estratégico.16

Cárdenas levantaba las demandas y los argumentos que habían dado vida al CEU. Como era su costum-bre, leía cuidadosamente las cuartillas de su discurso sin modular la voz, sin ademanes, en un tono sobrio y severo. Como sucedía en todos los mítines, la gente lo escuchaba con respeto y en absoluto silencio.

El mitin de Ciudad Universitaria fue el último aviso para Heberto Castillo, que el 3 de junio declaró su decisión de declinar su candidatura a favor de Cuauh-témoc Cárdenas. En una conferencia de prensa Castillo afirmó que estaba dispuesto a declinar si la CD aceptaba formar con su partido una "alianza política programática de largo plazo". La adhesión del PMS había sido aprobada previamente por el CEN del partido y el candidato del FDN la recibió como "un alto honor,, desde Papantla, Veracruz, en donde se encontraba de gira.17

El 6 de junio, fuera del edificio del PMS y frente a militantes de ese partido y del FDN, se formalizó el acuerdo político. Éste era una propuesta de 12 pun-tos a los que el PMS condicionaba su adhesión. Entre

16 "Discurso de Cuauhtémoc Cárdenas en Ciudad Universitaria", 28 de tnayo de 1987, en Cuauhtémoc Cárdenas, Nuestra lucha apenas comienza. México, ed. Nuestro Tiempo, 1988, p. 93-106.

17 Las razones y las obras, op. clt., p. 149. •

168

ellos, destacaban eliminar el presidencialismo y el corporativismo, y establecer un régimen de partidos. También se aludía a la necesidad de cambiar la po-lítica económica, suspendiendo el pago de la deuda y haciendo una repartición más justa de la riqueza,18

La adhesión del PMS cerró el espectro dé fuerzas que apoyaron a Cárdenas.

El 6 de julio llegó con ese clima de esperanza y expectativas que había generado la nueva oposi-ción. El FDN, el PRT y el PAN se unificaron para defender el voto y tratar de impedir ei fraude electo-ral, que se había dibujado desde los "errores" del padrón electoral a nivel nacional.

En la ciudad de México, una vez cerradas las casillas y concluida esa parte del proceso, a la movi-lización de ios partidos se sumó la movilización de ciudadanos que querían se respetara el voto.

En la defensa del voto ia gente de la AB participó activamente. En todas las casillas de los distritos en donde había candidatos de la AB ios representantes cuidaron paso a paso la jornada electoral. Tuvieron un entrenamiento previo cuando en reuniones, ex profeso, se había explicado y estudiado el Código Federal Electoral. Conocían el procedimiento y con entusiasmo cuidaron que no se violentara. Participa-ron voiuntariarnente en un espacio al que habían llegado reivindicando lo suyo, defendieron sus votos y festejaron el triunfo de su candidato a la presi-dencia.

El fraude que se consumó en cientos de poblacio-nes rurales, con engaños, con ei uso de ia fuerza y

1 8 Idem.

169

con la flagrante violación de los votos y de las actas, no pudo consumarse en la capital. En la ciudad de l\^éxico ganó el candidato del FDN y, a nivel nacional, resulta imposible asegurar cual de los candidatos que obtuvieron la votación más alta —Cuauhtémoc Cár-denas y Salinas de Gortari— salió triunfante por el sinnúmero de irregularidades del proceso electoral.

La tarde del 6 de julio, y a través de la televisión, Superbarrio Gómez se sorprendió al saber que el ingeniero Cárdenas habfa votado por él para presi-dente de la república. Un voto que se anuló en la contabilidad de una casilla, pero que contenía un re-conocimiento a ia AB y a su símbolo enmascarado.

De ios candidatos de la AB, ninguno logró la vota-ción que Ies permitiera entrar a la Cámara de Diputa-dos a ia Asamblea de Representantes. Las diferencias interpartidarias fueron en buena parte la causa para que la AB no obtuviera triunfos electorales. También es cierto que, en muchos distritos en los que partici-paron sus candidatos, éstos no lograron penetrar otros sectores sociales que no habitaban en los barrios y las colonias populares donde el movimiento tenía su base social.

Sin enbargo, la participación electoral de la AB en apoyo a Cárdenas, y el triunfo de éste en la ciudad, en los barrios y zonas populares, fue un aprendizaje importante y una gran experiencia para sus miem-bros. En su memoria quedó registrado que era posi-ble ganar una vivienda, una ciudad, un país.

170

REFLEXIÓN FINAL

Resulta siempre difícil cerrar un texto cuando el fenómeno estudiado continua vivo y presente. Ei ries-go de emprender estudios del presente es precisa-mente no poder concluir en una forma que permita, a distancia, hacer un balance, una caracterización más completa y compleja, y emitir opiniones más acabadas, en este caso, de un movimiento social. Es, sin embargo, un riesgo írrenunciable para los soció-logos.

Como el lector pudo advertir, el tiempo del análisis de la AB se dio en una coyuntura política claramente dibujada. Ello permitió observarla politización de sus demandas, símbolos, valores. Descubrir algunos de los ejes que permitieron que un movimiento social con bases sociales heterogéneas, sin vinculaciones parti-darias, con demandas puntuales, transitara al campo electoral con una enorme fuerza y decisión.

Se puede decir que el trabajo realizado analiza una parte del ciclo de todo movimiento: surgimiento,

171

consolidación, logros importantes en los trabajos de gestoría y, en este caso, un proceso de politización en dos vertientes. Una, la politización de sus deman-das buscando espacios de negociación y gestoría, y otra, enmarcado en la coyuntura electoral, su vincu-lación con el neocardenismo.

Después de esa coyuntura, el desarrollo del movi-miento ha seguido un proceso marcado por su vincu-lación al Partido de la Revolución Democrática —fun-dado por Cuauhtémoc Cárdenas después de las elecciones de 1988—. A partir de esa vinculación se han permeado sus acciones y la lectura política so-bre las acciones del gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Sus movilizaciones, declaraciones y denun-cias, sin perder los ejes de las demandas que levan-taron al movimiento, se pueden identificar como acciones con un perfil de preferencia partidaria. Esto, sin duda, introduce —o yuxtapone— una lógica par-tidaria a la lógica del movimiento.

Ese análisis es motivo de otro estudio, de un se-guimiento puntual y cuidadoso que permita observar y descubrir como la lógica partidaria atraviesa y modifica la lógica del movimiento. En este sentido, pueden plantearse como problemas para futuras reflexiones los siguientes: ¿qué sucede cuando se politizan —me refiero al sesgo partidario— todos los espacios de gestoría y negociación?; ¿qué sucede con la dirección cuando los dirigentes del movimiento se encuentran vinculados al PRD?; ¿hasta donde el movimiento podrá asegurar espacios al futuro, in-corporando nuevas demandas como lo hizo en su primera etapa con imaginación e ingenio?; ¿qué pasa

172

con las bases de la AB que apoyaron a Cárdenas sin mediaciones partidarias en 1988?

En estefinai no se pretende recuperar este proceso en toda su compiejidad y riqueza. Sin embargo, bajo la forma de una cronología que destaque las accio-nes más significativas después de las elecciones y estudie el proceso del movimiento después del 6 de julio, aunque sea en forma muy general, esta reflexión puede aportar algunas ideas sobre el desarrollo más reciente de la AB y abrir vetas de investigación en esta segunda parte de su ciclo.

Huelga decir que ello de ninguna manera sustituye la necesidad de realizar un seguimiento y análisis como el mencionado arriba.

CRONOLOGÍA *

Después del 6 de Julio

La Asamblea de Barrios fue uno de los movimientos sociales que participó con más entusiasmo y deci-sión en las jornadas por la defensa del voto y la de-nuncia del fraude electoral, A la alegría de confirmar que Cárdenas había ganado en la capital de la repú-blica se sumó la indignación, cuando pocas horas después de concluida la jornada electoral se "cayó" (¿o calló?) el sistema de cómputo que recogía a ni-vel nacional los resultados de la elección.

* . , U . ^ r ^ n ^ , 0 g J a f.LJ. elaborada con dos fuentes: "Asamblea de Barrios. .. . c'un

dn

art

d México, 3 años de lucha". Declaraciones. Folleto, Fni l t í 1

1 9 ? 0 ' y ® " f r oc t

a ñ o s d e , u c h a y 103 que nos faltan". Cronología. V H d e

f1 9 9 1 - responsable directo de la elaboración de éstos,

y otros documentos de la AB es Francisco Saucedo.

173

La euforia neocardenista se vivió en esos días quizá con mayor fuerza que antes de las elecciones. La convocatoria que llegó a tener el FDN en esos días contrastaba con la aún mayor falta de credibilidad que caracterizó a los últimos meses del gobierno de Miguel De la Madrid.

En este marco de mayor politización, de Indigna-ción frente a las cifras adulteradas de las elecciones (el PAN y el PRT se unieron también a las protestas contra el fraude), la AB cumplió un papel importante en la ciudad de México. No solo participó en los actos políticos del FDN, sino que organizó comités para la defensa de! voto en colonias y barrios de la ciudad.

Su trayectoria después del 6 de julio, grosso modo, puede dibujarse en varios sentidos: la denuncia del fraude, el enjuiciamiento de la política del nuevo gobierno al que no reconocen como legítimo —^n este sentido se puede hablar de una radicallzacíón de sus posturas—, la politización de los espacios de gestoría, la participación de los dirigentes de la AB en puestos directivos del PRD. En esta segunda etapa también se puede reconocer que la reivindicación de la democracia política cobra un lugar central tanto en las propuestas como en el discurso de los diri-gentes.

Por ello, en las movilizaciones posteriores al 6 de julio podríamos decir que están mezcladas o yuxta-puestas las dos lógicas que arriba mencionamos; las acciones del movimiento se envuelven en el apoyo político al PRD, en particular a Cuauhtémoc Cár-denas.

174

EL 16 :de julio el FDN volvió a llenar el zócalo. La participación de Superbarrio, de contingentes de la AB^y del Barriomóvil, óomo era ya lo habitual, acom-pañaron a Cárdenas en este acto. En su discursó, Cárdenas hizo un llamado al gobierno y al , PRI a respetar la legalidad constitucional.

El 17 de julio Superbarrio y la AB participaron en las pintas que realizaron artistas integrantes'de la Coordinadora de Trabajadores del Arte, la Ciencia y Ja-Cultura (CTACC) frente a las instalaciones de Televisa, denunciando la "desinformación*1 y el con-trol gubernamental de los medios. • ' . Esta politización la vive la AB en todos los espa-cios,8 sus ámbitos de gestoría y negociación estuvie-ron permeados por los conflictos poselectorales. El 27 de julio la AB organizó una marcha a las oficinas del Prograrna Casa Propia y denunció que el manejó de éste nd^era adecuádo, ya que se hacía proselitis-mo político a favor dej PRI. Después, fuera de las oficinas pintaron un mural con la leyenda "todos con Cárdenas". — ... .

El 6 de agosto se:realizó fel primer Consejo Gene-ral de Organización de la AB. Uno de los puntos más impoTtantes fue la discusión5 sobre un proyecto de ciudad, y convocar a otras organizaciones y fuerzáé sociales a'constituir la Convención del Anáhuac.

El 15 dé agosto Se instaló un plantón a las puertas de la ! Cámara de Diputados, en _ donde se había instalado el Colegio Electoral para calificar las elec-ciones. La AB participó activamente en el plantón, qué tehfa por objeto presionar al colegio a abrir los

175

paquetes electorales y, con las actas, calificar las elecciones. . . ^

El 18 de agosto se realizó un mitin en Ciudad Universitaria al que asistieron Cuauhtémoc Cárdenas, Heberto Castillo, Rosario Ibarra y Superbarrio,

El 26 de agosto la AB participó en la marcha hacia la Procuraduría General de la República, en protesta por el asesinato de cuatro estudiantes que partici-paban en la defensa del voto. i

El 27 de agosto la AB realizó su segundo Consejo General de Organización, en el exconvento de San Joaquín. »

El 4 de octubre se instaló el Colegio Electoral para calificar las elecciones de asambleístas. A las 11:15 a. m. Superbarrio apareció en el recinto pidiendo la palabra. Para poder hacerlo tuvo que entrar sin su vestimenta característica. Adentro, iin grupo de seño-ras llevaban los distintos accesorios de su indumen-taria y así pudo convertirse en Superbarrio y pedir el uso de la palabra. El presidente de la sesión dio lectura a un acuerdo firmado por los representantes de los diferentes partidos, en el cual no se permitía el acceso al recinto a "drogados, briagos y emboza-dos". Fuera del recinto. Superbarrio dio lectura, a su comunicado ante la prensa, que registró los acon-tecimientos.

El 7 de octubre Javier Hidalgo, candidato a asam-bleísta por la AB, leyó un discurso en el recinto de la Asamblea de Representantes, en donde critica-ba la composición de la misma y aludía a la Conven-ción del Anáhuac como la confluencia y expresión amplia de los auténticos intereses de la ciudadanía del DF.

176

El 22 de octubre la AB y Superbarrio participan en la marcha antinuclear, de la Comisión Federal Elec-toral al Zócalo.

El 12 de noviembre se entregaron las primeras vi-viendas del programa fraccionamiento popular Eca-tepec-PROFOPEC. En este programa la AB promovió 1 200 viviendas.

El 14 de noviembre, en el cine Tlatelolco, se instaló la Convención del Anáhuac con la participación de distintas organizaciones sociales y políticas. Ei acto fue presidido por Cuauhtémoc Cárdenas, Superbarrio y Rosario Ibarra. Cárdenas invitó a luchar por con-quistar los derechos políticos y ciudadanos de la entidad más grande del mundo, -

El 18 de noviembre se realizó un festival contra Laguna Verde en la plaza de Santo Domingo^ Super-barrio se enfrentó al "Nucleosaurío".

El 1 de diciembre tomó posesión como presidente de la república Carlos Salinas dé Gortari. Por la tardé se realizó una marcha a la cual convocó la Conven-ción del Anáhuac, que partió de la columna de lá Independencia al hemiciclo a Juárez. En el acto par-ticiparon la AB y otras fuerzas sociales que apoya-ban a Cárdenas, para protestar por el fraude electoral consumado y la toma de posesión de un presidente Ilegítimo. ,

1989

de las Iniciativas democráticas en la Ciudad caiifican los dirigentes de la AB sus activida-des durante 1989. Después de la experiencia electoraD

177

tJe 1988, de la movilización para defender el voto y denunciar el fraude, la búsqueda de espacios^so-ciales y políticos en la ciudad se refuerza con dife-rentes acciones. Sin duda, una de ellas fue la Con-vención de! Anáhuac que buscó dar la cobertura política y ejercer mayor presión para crear el estado de Anáhuac. Otras acciones para ganarse espacios se realizaron, por ejemplo, en campañas pon;¡'a ^ SIDA, contra la contaminación ambiental del valle ae México y en un proyecto de recuperación del Centro Histórico.

El 7 de enero la AB se movilizó en apoyo de vende-dores ambulantes de la Delegación Cuauhtémoc que eran hostigados por las camionetas blancas* i- El 10 de enero la AB inició un plantón en el atrio de la Catedral. Se pedían respuestas al regente Ma-nuel Camacho sobre la constitución del estado libre y soberano del Anáhuac, que se garantizara la lirn-pieza en las próximas elecciones para el Consto Consultivo de la.ciudad y se exigía la "Nassar Haro a la Dirección de Inteligencia por sus antecedentes de represor. Se demandaba también enfrentar de manera eficaz P r o b , e n r¡? la vivienda y respetar el conriercio ambulante. EM4 de enero se levantó el plantón sin haber obtenido respuestas. Se levantó la consigna "saca al gusano de tu manzana" para participar en las elecciones de jefe de manzana. i ' *

El 2 de febrero se llevó a cabo la séptima a s ^ -blea general de los barrios y se dio lectura a la sép-tima declaración de la AB. En ella se hicieron pro-i puestas para integrar el movimiento urbano popular

178

con todas las expresiones sociales de la ;Cludad; grupos ecologistas, estudiantes, trabajadores, rnuje-» res, vendedores ambulantes, ancianos, artistas, inte-, lectuales, etcétera, no sólo aquellos grupos que lu-* chan por la vivienda o por la obtención de servicios urbanos. Se propone también organizarse para las elecciones de los jefes de manzana y recuperar para los ciudadanos el Consejo Consultivo de ia ciudad. Demandan que la democracia surja de la amplia mo-. villzación y organización popular de la ciudad, Anun-^ ciaron también la invitación hecha por Cárdenas para formar el Partido de la Revolución Democrática; en este punto destacaron que la participación de los. miembros de la AB será individual y en plena libertad para asumir un compromiso político y partidario.

El 11 de febrero se realizó el tercer Consejo Gene-ral dé Organización de la AB. Se discutieron docu-mentos sobre la línea que debía sostener la organí-^ zación ante el gobierno ilegítimo de Salinas de Gor--tari. Se avanzó también en la estructura de organiza-ción de la AB.

Ei 12 de febréro se inauguró el proyecto de 12 viviendas "una luz en mi camino", en San Juan de Aragón.

El 15 de febrero la AB realizó la clausura simbólica de ias oficinas del Programa Casa Propia, Acusaron a los funcionarios de hacer proselitismo a favor del PRi,

El 17 de febrero se inició la gira de Superbarrio a los Estados Unidos. Recorrió 20 ciudades de Cali-fornia y de Baja California, Su objetivo fue denunciar abusos contra migrantes mexicanos y el drama de

179

ios "sin techo" en EUA. En la ciudad de Fresno, el oficial mayor, Dale Doíg, declaró el día 2 de marzo de 1989 como "Día de Superbarrio", Esta gira tuvo una amplia difusión en los diarios locales, ' El 25 de febrero se entregaron viviendas del pro-grama de Fraccionamiento Popular Ecatepec a familias de la AB.

El 3 de marzo la AB realizó una marcha a las ofici-nas de FOVISSSTE, para retomar los acuerdos que ya habían tenido con esta institución de vivienda y abrir la lista de los derechohabientes de la AB. . El 7 de marzo la AB tomó las instalaciones de FONHAPO, en Polanco, Acusaron a los funcionarios de obstaculizar los trámites a los grupos de solici-tantes de la AB, Lograron firmar un documento de acuerdos después de cinco horas de negociaciones.

El 8 de marzo, "día internacional de la mujer", un contingente femenino de la AB participó en la mar-cha al Zócalo.

El 16 de marzo, la AB apoyó la movilización de los vendedores ambulantes de la Delegación Cuauhté-moc para defender sus lugares de trabajo.

El 28 de marzo se realizó un acto convocado por la Convención del Anáhuac. En el Zócalo se leyó la segunda declaración de la convención, en la cual se enfatizó la importancia de las elecciones vecina-les después de la derrota del PRI en la ciudad el 6 de julio.

El 6 de abril la AB denunció, en una conferencia de prensa, las irregularidades y acciones fraudulen-tas en las elecciones vecinales llevadas a cabo el 30 de marzo. A pesar de ello, destacaron sus triunfos.

180

. El :11 de abril tres familias de la colonia Pensil fueróh desalojadas. Acompañadas por el Superba-rrio, las familias se instalaron fuera de ia Asamblea de Representantes del DF; Superbarrio tiizo ilegar un escrito al Comité de Atención Ciudadana de ia 'Asámblea, pidiendo que se resolviera el problema de las tres familias. Al día siguiente y a través de FiViDESU se jes ofreció una alternativa. t El 15 de abril la Convención del Anáhuac convocó a una asarnblea con la participación de organizaciones sociales, representantes vecinales del Anáhuac. El resultado fue una declaración en la cual se destacó íá demanda de participación de los capitalinos, sus derechos plenos para nombrar gobernantes.

El 22 de. abril la AB asistió a la celebración del "día de la tierra", convocada por grupos ecologistas., ¿ Ei 29 de abril la AB asistió ai foro sobre el suelo y la' vivienda, organizado por la Unión de Colonias Populares del Valle de México (UCP), en el local de! Frente Auténtico del Trabajo (FAT). ; E! 5 de mayo, en un acto realizado en e! zócalo, Cuauhtémoc Cárdenas anunció el nacimiento del Partido Revolucionario Democrático (PRD). La AB asistió apoyando la creación del nuevo partido.

El 11 de mayo las organizaciones firmantes de! Pacto de Tacuba (AB, UCP, Alianza Vecinal, Unión Popular Fuerza y Solidaridad) entregaron un escrito a ia Asamblea de Representantes, en el cual plantea-ron propuestas que fueran materia para legislar y desarrollar políticas concretas. Los puntos más im? portantes fueron; suelo, Programa Fase II, problema

181

inquinnário,-crédito y organismos de vivienda. En es-pera de la respuesta levantaron un plantón frente al recinto de los asambleístas. . .. . ..

El 23 de mayo la Asamblea de Representante? f í r r

mó un "Punto de'Acuérdo" con las organizaciones del Pacto de Tacuba. Todos los partidos políticos se pronunciaron por: incluir a los damnificados que quedaban de" los sismos en algún programa dé vivienda; Incrementar los recursos para la vivienda; estudiar una legislación Inquilinaria que dé protec-ción a las familias; convocar a una reunión para ana-lizar las propuestas presentadas. Con esta respuesta positiva se levantó el plantón. vEI 18 .de mayo Jas organizaciones del Pactó de Ta-

cuba: realizaron una marcha a la SEDUE, buscando acuerdos similares a los logrados en la Asamblea de Representantes. Se acordó aumento en los montos de los créditos, mayor atención en el programa "Ca-sa Propia", •

El 30 de mayó l a Unión Péña-Morelos de la AB recibió un premio del Museo de Antropología por el trabajo: de rehabilitación y conservación realizado en el predio de Gorostiza núm. 36, colonia Morelos. Los trabajos se realizaron con un financiamiento de la Cruz Roja suiza, con autoadministración de los vecinos beneficiados y un proyecto de supervisión de Casa y Ciudad, A. C, .

El 1 de julio la AB organzó el primer torneó de trom-po de los barrios, a la entrada del Palacio de Bellas Artes, Con ese tomeo se constituyó Barriocült, Con-sejo para la Cultura y las Artes de los Barrios, i :

182

; . El 10 dé julio la AB en' conferencia de prénsa en la plaza de Santo Domingo, dio a conocer süs pro-puestas para la recuperación del Centro Histórico de la Ciudad de México. El documento contenía planes sobre'rehabilitaclón, creación de un fondo, comercio sémlfijo'y ambulante, organización vecinal, regulart-zación de predios.

El 18 de julio la AB organizó una marcha a las ofi-cinas de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, con la ^Intención de entrevistarse con Arsenio Farel!, en su calidad de presidente de la comisión del Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento Económico (PECE). La denuncia de lá. AB se fundamentó en el aumento en el costo de la vivienda, de las rentas y de productos básicos que, de acuerdo con el pacto y para controlar la inflación, no debían aumentar. No lograron entrar. - " :

El 6 de septiembre la AB realizó una toma simbó-lica de las oficinas del INFONAVIT. Trataron cóh él director los problemas de la unidad CTM-XIV, Ecate-pec, y la lista de los derechohabientes miembros de la AB.

El 6 de octubre, en un acto en el zócafo, la AB asistió a la celebración del "día internacional de la vivienda" y se dio lectura a una declaración conjun-ta con otras organizaciones del MUP, en la cual se exigía que el 8 por ciento del PIB se dedique a1 la construcción y rehabilitación de vivienda, •

El 20 de octbure se inauguró el predio del" Zarco núm. 115, con 34 viviendas; en Mina núm. 121 se fes-tejó el triunfo de sus habitantes por integrarse al Programa "Casa Propia"; en Plaza Abasolo núm. 2

183

se realizó un mitin como homenaje a la resistencia vecinal que impidió se consumara un desalojo el 17 de junio de 1987 con el uso de la fuerza, la violencia y la participación de 300 granaderos.

El 23 de octubre la AB marchó al Tribunal Superior de Justicia para denunciar abusos contra inquilinos y corrupción de actuarios y jueces. ..- El 11 de noviembre se realizó el cuarto Consejo Generál de Organización de la AB en el local del Frente Auténtico del Trabajo (FAT). Asistieron 148 representantes de grupos y organizaciones. Uno de los objetivos fue plantear la creación de la Conven-ción Nacional Urbano Popular. . El cartel de-Superbarrio y la Mujer Maravilla ela-borado como parte de la campaña en contra del SIDA fue premiado el 17 de noviembre.

El 19 de noviembre, en la feria del fraccionamiento Arenal, Superbarrio se enfrentó al SIDA en un ring al qúe venció con la ayuda de un condón. .. Él 21 de noviembre la AB organizó el operativo •'para tu nave" (PTN). Superbarrio paró 36 vehículos que violaban las disposiciones del "hoy no circula". Apoyaron la medida del DDF por considerarla be-néfica.

El 25 de noviembre se inauguraron 152 viviendas para familias de la AB en Chabacano núm. 115.

Los días 2 y 3 de diciembre se realizó la primera reunión de la Convención Nacional Urbano Popular en la Universidad Obrera. Participaron 48 organiza-ciones con la idea de construir un nuevo proyecto que unificara las luchas del movimiento urbano po-pular.

184

El 9 de diciembre se realizó el tercer encuentro de mujeres de la AB con el tema "La democracia y ios derechos de la mujer".

1990

Ese año, la AB buscó consolidar la unidad del movimiento urbano popular. Se hicieron esfuerzos jpara que cuajara la Convención Nacional Urbano Popular, como una nueva organización que buscara la unidad del movimiento urbano.

El 18 de enero se iniciaron reuniones de discusión sobre el movimiento urbano entre dirigentes de la AB y otras organizaciones de la Convención Náclonal Urbano Popular, con la Unión de Colonos, Inquilinos y Solicitantes de Vivienda de Veracruz y la Unión Popular Revolucionaria "Emiliano Zapata".

El 25 de enero Superbarrio, frente a la embajada norteamericana, mostró los ingredientes con los que se elaboraron los tamales. La demostración obede-ció a la noticia de que el Pentágono, después de analizar unos bultos sospechosos encontrados en el refrigerador de Noriega, concluía que no era cocaína, como se había pensado, sino tamales.

El 2 de febrero la AB realizó una concentración frente a las oficinas de FONHAPO, para exigir el cumplimiento de los acuerdos tomados el 11 de di-ciembre anterior. Por la tarde una comisión de la AB se trasladó a la Asamblea de Representantes para apoyar el plantón de la Coordinadora de Comercian-tes Ambulantes. .

185

Er 9 de febrero, organizada por ta comisión de mujeres de la AB, se realizó una campaña de infor^ mación para la prevención del SIDA en la zona de la Merced.

El 5 de marzo se integró la Comisión de Formación de la AB.

El 17 de marzo gente de la AB en las colonias Pensil y Anáhuac se movilizó en solidaridad con los trabajadores de la cervecería Modelo, que fueron arrojados de las instalaciones de la empresa. La AB levantó un campamento en apoyo a los trabajadores en huelga.

El 18 de marzo, en el monumento a la Revolución, la AB asistió a la conmemoración del 52 aniversario de la expropiación petrolera. El acto fue presidido por Cuauhtémoc Cárdenas,

El 20 dé marzo la AB organizó una marcha de la plaza de la Solidaridad al zócalo. Las consignas fueron generalizar una huelga de pagos del impuesto predial y el agua, derogación de la miscelánea fiscal

vy las reformas en el DF. ~ El 5 de abril la AB festejó su tercer aniversario

en el teatro al aire libre "Juan Ruiz de Aiarcón". Asistió como invitado especial Cuauhtémpc Cárde-nas. Superbarrio dio lectura a la octava declaración de los barrios. En ella señalaba que 2 718 familias habitaban ya sus viviendas gracias a los créditos conseguidos en FONHAPO, Casa Propia, INFONAVIT y FOVISSSTE. En ese momento se encontraban en proceso de construcción 62 viviendas y en proyecto de compra 1 133. En el texto reconocían el liderazgo social y político de Cuauhtémoc Cárdenas y a conti-

186

nuación declararon consolidar y mejorar la organi-zación de la AB para garantizar la permanencia e Identidad en toda la ciudad; intensificar la lucha por Ja democracia y por un gobierno democrático en la ciudad; rechazo a las recientes disposiciones fiscaies y aumentos de impuestos.

Ei 22 de abril ia AB participó en la celebración dei "dfa de la tierra" y Superbarrio y el Ecologista I vencieron en el ring a los rudos Lluvia ácida e Inver-sión térmica.

El Frente Patriótico Nacional, formado alrededor del PRD para aglutinar fuerzas sociales y políticas, convocó el 5 de mayo a realizar la Cohferencla Na-cional de Fuerzas Patrióticas y democráticas en un acto político en el heitilcició a Juárez. La AB asistió ál acto. • -1

; Desde la Convención Nacional Urbano Popular los dirigentes de la AB iniciaron una serié de reuniones para discutir la cuestión electoral a partir del 19 de mayó. 1 El i21 de mayo, al cunriplirse 500 días de gestión de Manuel Camacho Solís al frente del DDF, la ÁB realizó una pequeña marcha que partió de la plaza de Santo Domingo al zócalo, justo frente a las ofici^ ñas del DDF. Ahí Superbarrio dio lecturá ál "Mahi-fiésto de los 500 días", desde el techo del Barriomó-vil. Remarcó el problema de la vivienda, qüe existe un promedio de 15 desalojos diarios en Ja ciudad, la falta de voluntad política para democratizar al DF e irresponsabilidad en el manejo de los recursos. Sim^ bóllcamente declararon cesado al gobierno local por una hora. ; „ > v :

:187

El 30 de mayo y el 6 y 13 de junio, la AB participó en las sesiones del foro "Todos por el Centro Histó-rico". El acto fue organizado por la Asociación Civil de Comerciantes Unidos para la Protección del Cen-tro Histórico de la. Ciudad de México.

El 25 de junio aproximadamente 4 000 personas marcharon.de la Secretaría de la Contraloría (Ba-rranca del Muerto e Insurgentes sur) a la Procura-duría General de la República (Reforma y Violeta, colonia Guerrero). En ambos sitios la AB entregó documentación relacionada con la intención de FONHAPO de suspender 35 créditos de vivienda ya aprobadós, todos proyectos de la AB. Ese mismo día ofrecieron una conferencia de prensa en el Club de Corresponsales Extranjeros y apareció un desplegado en La Jornada. Entregaron también la documentación a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, a la ONU y al Banco Mundial, una de las principales fuentes de recursos del FONHAPO.

EI4 de julio, en las oficinas de FONHAPO, después de horas de negociación, la AB logró la firma de un acuerdo en el cual se respetan los 35 créditos.

El 3Ó de julio la AB participó en la reunión de los Consejos Populares de Abasto y la regional de mu-jeres de la CONAMUP. Acordaron formar un frente denominado "Pacto contra el hambre". El 1 de agosto se dio a conocer su primer manifiesto.

El 5 de agosto la AB festejó en las colonias Aná-huac y Pensil haber conseguido tres predios para la construcción de vivienda.

El 8 de agosto el Pacto contra el hambre realizó la marcha "de la envidia popular por la extrema r¡-

183

qúeza". En el recorrido tocaron Probursa, la embaja-da de EÜA y el City Bank,

El 14 de septiembre se inauguraron 50 viviendas en "Cabeza de Juárez", del grupo la Magueyera de la AB. . EM5 de septiembre se colocó la primera piedra

en el predio de Cuatotonque 25, en Atzcapotzalco. El proyecto consta de 24 viviendas. Ese mismo día la AB estuvo presente en la presentación de los candi-datos por el PRD en Ecatepec, estado de México, Un miembro de la AB fue candidato a regidor suplente.

El 19 de sejjtiembre, como cada añó, la AB recordó a los muertos en los sismos. En la tarde sé organizó una marcha de la columna de la Independencia ál Zócalo, se leyó un desplegado del Pacto contra el hambre, y fue orador de la Convención Nacional Urbano Popular Cuauhtémoc Cárdenas.

El 10 de octubre, "día mundial de lá álímentaclón,,t

el Pacto contra e| hambre publicó un manifiesto titu-lado "México: desnutrición, pobreza y perversidad extrema".

1991 .

Este año, el 18 de agosto, se realizarán elecciones federales para renovar la Asamblea de Representan-tes del DF, lá Cámara de Diputados y la mitad de la Cámara de Senadores. Para muchos analistas polí-ticos, las elecciones serán una prueba difícil para lás fuerzas políticas de oposición, que en 1988 apoyaron ia candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas a la presi-dencia de la república. La mayoría de esas fuerzas,

189

ahorá. agrupadas en el PRD, han permanecido al interior como tendencias y corrientes a veces con posiciones encontradas. Fuente de diferencias ha sido, por ejemplo, la posición que debe asumir el PRD frente al gobierno de Carios Salinas de Gortari. Algunos grupos sostienen que no hay posibilidades de diálogo o negociación con un gobierno intransi-gente e ilegítimo. Otros grupos apoyan la postura de ir adelante en negociaciones puntuales que permitan el tránsito democrático. Entre estos últimos pueden mencionarse a antiguos militantes del PMS.-

. Hasta hoy, el trato del gobierno hacia el PRD no ha permitido que : éste pueda asentarse como una fuerza política legal y legítima. El fraude en las elec-ciones de Michoacán, Morelos y el Estado de México ha roto esa posibilidad y ha obligado en varias oca-siones a que militantes de PRD defiendan sus triunfos g respondan a las provocaciones del PRI con accio-nes violentas. !- ..Bajo :estas. tensiones, las elecciones de,:agosto, en particular en la ciudad de México, ganada por Cárdenas en 1988, son especialmente i ni portantes. Deben sumarse también las diferencias al interior del PRD, que en el proceso de selección de candidatos se agudizaron sensiblemente. - Durante los primeros meses de este año la AB

se ha preparado para las elecciones. A sus acciones Cotidianas, gestión de créditos, paros de desalojos, denuncias, seguimiento del PECE, etcétera, se han sumado las tareas enfocadas a su participación elec-toral.'Como una fuerza social importante en la ciudad de México, vinculada al PRD, las propuestas y accio-

190

nes de la AB representan una posición y la presencia de sus dirigentes al interior del ,partido. Cabe men-cionar que los dirigentes de la AB guardan un gran respecto y lealtad al dirigente nacional del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas.

Con la ¡dea de abrir una discusión que ventilara de alguna forma las diferentes posturas y tensiones al Interior del PRD, Superbarrio Gómez emitió un men-saje a la ciudad, publicado en el diario La Jornada e l 1 de febrero de 1991.

El mensaje acusa la importancia de participar en las elecciones, evoca el espíritu que permeó a la ciudad en 1985 durante los terremotos y en 1988 en las elecciones. Hacen énfasis en la lucha por la de-mocracia, en convertir a la ciudad .más grande del mundo en el estado 32 de la federación. En este sentido, el comunicado propone una cuarta boleta, de referéndum en donde se exprese un Sí o un No a la creación del estado de Anáhuac. Reivindica al PRD como una fuerza democrática y a su dirigente nacional como el .representante de los intereses de la mayoría de los habitantes de la ciudad.

A continuación se enlistan posibles candidatos para diputados y asambleístas por los 40 distritos del pF, y el candidato a senador. Muchos de esos nom-bres correspondían a mtelectuales artistas, clentffl-S0f,[?1r!embros c 'e P a r t i d o s po'fí'cos —principalmente del PRD, aunque se incluyen nombres de-militan-tes del PAN y del PPS—, dirigentes de organizacio-nes sociales y populares. Incluida la AB.

Entre los miembros de la AB se sugiere a Francisco Saucedo, lo proponen como candidato .a diputado

191

por el IV distrito; a Yolanda Tello como candidata a asambleísta por el II distrito; a Javier Hidalgo como candidato a asambleísta por el XVIII distrito; a Fran-cisco Alvarado como candidato a asambleísta por el V distrito; a Beatriz Baños como candidata a asam-bleísta por el XXXm distrito, y a Marco Rascón, diri-gente de la AB y secretario de organización del PRD en el DF, como candidato a senador.

Este comunicado motivó distintas reacciones al interior del PRD. Una de ellas fue la del exdirigente del PMS, Heberto Castillo, que acusó a la AB de madrugar en decisiones políticas de tanta enver-gadura y de tener un comportamiento corporativo.

Posteriormente, el conflicto verbal se llevó a las urnas para elegir el candidato a senador por el DF. Las elecciones se realizaron el 5 de mayo y se instaló una casilla en cada uno de los 40 distritos. El único requisito para votar era llevar el comprobante de solicitud de empadronamiento. A esas alturas, un antiguo priísta disidente, fundador de la corriente crítica al interior del PRI, había ingresado a las filas del PRD, Rodolfo González Guevara.

Los acuerdos, tensiones y discrepancias al interior del PRD dieron como resultado la declinación de Marco Rascón a favor de González Guevara. Éste, Heberto Castillo e Ignacio Castillo Mena contendie-ron el 5 de mayo. La AB llamó a votar por González Guevara, pero Heberto Castillo obtuvo el apoyo de antiguos militantes del PSUM y del PMS. Finalmente, el resultado de la votación favoreció a Heberto Cas-tillo, que consiguió así ser el candidato a senador por el PRD.

192

De los dirigentes de la AB permanecen como can-didatos para diputados y asambleístas Francisco Saucedo, Yolanda Tello, Francisco Alvarado y Javier Hidalgo. El futuro del PRD y la presencia de ia AB como fuerza política en los barrios, y al interior del partido, en buena medida se dibujará en los resulta-dos del 18 de agosto.

193

BIBLIOGRAFÍA

ALBERONI, Francesco, Movimiento e Institución, Madrid, Editorial Nacional, Cultura y Sociedad, 1984.

ALONSO, Jorge (comp.). Los movimientos sociales en el Valle de México México, SEP, 1986.

BENÍTEZ M., Raúl, "México 1982-1988. Los conflictos políticos en la crisis", en Estudios Políticos, núm. 2. Nueva Época, voL 7. abrll-lunlo México, 1988. '

BOHÓRQUEZ, Gerardo, "Tendencias actuales del movimiento urbano po-pular , en El Cotidiano, México, UAM-A, núm. 31, septiembre-octubre año 6, 1989.

BOILS, Guillermo, "Sismo y política habitacional", en Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, núm. 123, año XXXII, México, Nueva Época, enero-marzo FCP y S, UNAM, 1988.

CALDERÓN, Fernando (comp.), Los movimientos sociales ante la crisis Buenos Aires, CLACSO, UNAM-IIS, 1986.

CARDENAS, Cuauhtémoc, Nuestra lucha apenas comienza, México ed Nuestro Tiempo, 1888.

COULOMB, René y Emilio DAHAU (comp.). La ciudad y sus actores. México, UAM-A IFAL, 1988.

CUÉLLAR V., Angélica, "El camino abierto", en Estudios Políticos, núm. 2, Nueva Época, vol. 7, abril-junio, México FCP y S, UNAM, 1988.

CUÉLLAR V., Angélica y V. Manuel DURAND P., Ciases y sujetos sociales. Un enfoque critico comparativo, México, liSUNAM, 1990.

Las razones y las obras. Crónicas del sexenio 1982-1988, México FCE seis tomos (1983, 1984, 1985, 1986, 1987, 1988).

Las razones y tas obras. Las elecciones federales de 1988, México. FCE 1988.

195

MASSOLO, Alejandra, " iQue el gobierno entienda, lo primero es la vivienda!", en Revista Mexicana de Sociología, año XLVIII, núm. 2, abril-junio, México, IIS-UNAM, 1986.

MELUCCI, Alberto, "Um objetivo para os movimentos soclals", en tua Nova, Revista de Cultura e Politice, núm. 17, junho, Sao Paulo, CEDEC, 1989.

MERCADO, Angel, "La gestión social en la reconstrucción de la ciudad , en El Cotidiano, núm. 31, septiembre-octubre, año 6, México, UAM-A, 1989.

MONSIVAiS, Carlos, Entrada Ubre. Crónicas de la sociedad que se orga-niza, México, ERA. 1988.

RAMÍREZ PALOMO, Armando, "Tercer foro de damnificados", en Metró-poli, suplemento de El Dia, México, 20 de abril de 1986.

RAMÍREZ SAIZ, Juan Manuel, Ei movimiento urbano popular en México. México, IIS-UNAM, S. XXI, 1986.

RODRÍGUEZ VELAZQUEZ, Daniel, "Cronología de la Coordinadora Onlca de Damnificados", en Metrópoli, suplemento de El Día, México, abril 20 de 1986.

ROSALES ORTEGA, Ma. del Rocío, La vivienda en arrendamiento en la zona centro de la ciudad de México (Delegación Cuauhtémoc). 1976-1985, tesis de licenciatura en sociología, FCP y 8, UNAM, 1988.

SADER, Eder, Quando novos personagens entraram em cena, Sao Paulo, Paz e Terra, 1988.

TAMAYO, Sergio, "El programa de renovación habitacional popular (Aná-lisis sin eufemismos)", en Ciudades, núm. 1, enero-marzo, México, 1989.

TIRADO JIMÉNEZ, Ramón, Asamblea de barrios. Nuestra batalla, ed. Nuestro Tiempo, México, 1990.

XELHUATZIN, María, "La Corriente Democrática: de la legitimidad y las alianzas", en Cuadernos Políticos, núm. 2, Nueva Época, vol. 7, abril-junio, México. FCP y S, UNAM, 1988.

, "De legitimidad y de alianzas: de la Corriente Democrática al Frente Democrático Nacional", en Cuadernos Políticos, núm. 3, Nueva Época, vol. 7, julio-septiembre, México, FCP y S, UNAM, 1988.

ZEMELMAN, Hugo, De la historia a ta política, México, Siglo XXI, UNU, 1989. ZICCARDI, Alicia, "Política de vivienda para un espacio destruido", en

Revista Mexicana de Socioíogía, año XLVIII, núm. 2, abril-junio, México, IIS-UNAM, 1986.

FOLLETOS, DOCUMENTOS Y ENTREVISTAS

Archivo de la Asamblea de Barrios. Documentos, pronunciamientos, comu-nicados, boletines de prensa, propuestas, etcétera.

Folleto "Vecinos somos y en la lucha andamos". Acciones y declaraciones de la Asamblea de Barrios. México, agosto de 1988.

196

Folleto "Asamblea de Barrios de ia Ciudad de México". 3 años de lucha. Cronología, México, 1990.

Folleto "Asamblea de Barrios de la Ciudad de México". 3 años de lucha. Declaraciones. México, 1990.

Folleto "Cuatro años de lucha y los que nos faltan". Cronología, México, I 1 •

Folleto "Queremos ser gobierno". Declaraciones, México, 1991. Folleto "Proyecto de reconstrucción de viviendas en las colonias Guerrero

y Morelos, UVCG, UPlCM-PM", México, octubre de 1985.

Cronología de la Asamblea de Barrios, México, 1989.

Entrevistas a Superbarrio Gómez, Francisco Saucedo y Marco Rascón. Agosto y noviembre de 1989,. enero, febrero y abril de 1990. Testimonios recogidos de miembros de la AB al lo largo del mes de abril de 1990.

197

INDICE

Introducción

Capitulo I. 1985. Un hito obligado 1. Los sismos 2. Los actores 3. La CUD. Memoria, confluencia y aprendizaje

Capitulo II. Sí/rsr/m/enfo de la Asamblea de Barrios 1. Los otros damnificados 2. La búsqueda de los primeros espacios . 3. Superbarrio Gómez

Capítulo III, Consolidación del movimiento 1. La marcha a FONHAPO . . . . 2. Exploración de nuevos espacios . 3. Un balance

Capítulo IV. El espacio electoral

1. El cilma preelectoral 2. La candidatura de Superbarrio Gómez . . . 3. La campaña de Superbarrio y los acuerdos políticos

199

15 15 18 34

51 51 64 71

83 83 88

107

111

111 127 134

Capítulo V. Hacia el seis de julio

1. El Frente Democrático Nacional 2. La declinación de Superbarrio y la campaña de

Cárdenas en los barrios 3. El triunfo de Cárdenas en el D. F

Reflexión final

Cronología

147

147

153 166

171

173

Bibliografía I 9 5

200

( ?ÍIVKR»I1 «Rl t

La noche es de ustedes, el amanecer es nuestro, editado por la Dirección General de Publicaciones, se terminó de imprimir en la Imprenta Universitaria el mes de noviembre de 1992. Su com-posición se hizo en tipo Helvética de 12:13, 10:11, 9:10 y 8:9 puntos. 1^ edi-

ción consta de 1 000 ejemplares.

La noche e íistedei,- 4i 8rn09C^r es nuestro. es el análisis del «ufgígD|| to dé M**'movimíei||® urbano.popular en la Ciudadd0 W^co, después de los sfemos de 1985 que recuperó coiiít) «xperlencla tñW^nte. bs movüizaciones que píCtap¡0ÍÍ&«m los f^iftitcados. AíJemás de analizar IM d é m a r t d w ^ ^ ^ ,d .p0rnO ,a l ucha

por la v í v t o n ^ f Í # Í Í B ^ máf t .equ^at iva , el u í x t c » » o e g # j t w 9 ^ | | M p c londe

ró|vi^icW) afem éstos en el t t r r ^ M P'61Í3SR tW ®le1^ionés f ede ra ' 4esci#198i"

Angél íáB f C Ciencias Polftl el grado de doc carrera ^Igi mis diverso^^^KTajos Só' obtuvo laDistinción Acad^ioés en el área de

JS^ *

a de la Faculta<| tíe M, en donde ebti^o

983i Eaprof§ftora de S^np^ubtteiKlo

ntoS''4^ia)^. Gfn 1.989 Jóvenes

en C Í« i ^ p Sí^es .

h m u

M

A M m b l e a d« B w t í o * , Congr««o de niños. Fotografía ¡ Tomi« M»rt fn«/CU ARTOS CURO