la noche del elefante

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Page 1: La Noche Del Elefante
Page 2: La Noche Del Elefante

GTJSTAVO ROLDANNació en Sáenz Peña, provincia del Chaco, Argentina, en 1g35. Es

Licenciado en Letras Modernas de la Universidad Nacionalde Córdoba.Se desempeñó como periodista y docente. Dirigió las coleccionesfl Paiarito Remendado, Libros del Malabaista, Los Morochitos, LosFileteados y Libros del Monigofe, de Ediciones Colihue. Actualmentese dedica a la escritura, coordina talleres literarios, realiza talleres yencuentros con chicos en escuelas y bibliotecas de todo el país.

Escribió más de sesenta libros, entre ellos El día de las tortugas, Historiade Pajarito Remendado, El carnavalde los sapog Prohibido el slefante,Todos /os juegos el juego, Dragón, La leyenda del bicho colorada, Etcamino de la hormiga, Pá'jaro de nueve colores, Cuenfos con plumas ysin plumas, Como siel ruido pudiera molestar; El pájaro más pequeño, Elvuelo del sapo. Realizó, junto a Laura Devetach, una hermosa versión deLas aventuns de Pinocho y Gustavo Roldán hijo la ilustró.

Recibió, entre otras distinciones, los premios Periquilkl (México, 1g7g),Konex (1994), Fondo Nacional de las Artes (199b), Libro Total (19g9) yPregonero de Honor a la trayectoriaQAOZ\.

"En un mundo donde se denumban los valores, todavía -creo,quiero creer-, todavía quedan los libros como un baluarte de ladignidad. Un libro es una llave, es una puerta que puede abrirse,es una habitación donde se encuentra lo que no se debe saber;es un ámbito de conocimiento de la verdad y de lo prohibido, que

LA NOCHE DEL ELEFA|{TE

1 circo llegó al pueblo,y con el circo llegó el elefante.

-¡Estoy podrido! -fue 1o único que se le oyo decircuando bajó del tren.

El elefante había viajado con el circo por París, Londres,

Moscú, Buenos Aires, siempre por las más grandes ciudades del

mundo, y ahorarcruzando el Chaco, había llegado aSáenz Peña,

que seguramente también era una de las grandes ciudades del

mundo.

Fr-

deja marcas que después no se pueden bonan"Gustavo Roldán (Conferencia "La aventura d6l€er'l

-S¿a.

Page 3: La Noche Del Elefante

Ahí fue cuando diio:

*¡Estoypodrido!

Y no habló más. Los otros animales 1o miraron sorprendickrs,porque no estaban acostumbrados a que anduviera protestando.Al contrario, tenía fama casi de demasiado manso.La rutina siguió. Levantaron la carpa, acomodaron las jaulas deias fieras, y prepararon un desfile por las calles para que a todoel pueblo 1e diera ganas de ir a ver las maravillas del circo máshermoso.

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Nunc¿ intentaron volver.

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Page 4: La Noche Del Elefante

9 I I,{. NOCHE DEL ELEFANTE

Cada vez que escuchaban algún ruido se quedaban quietos.Sentían demasiado el olor de los hombres todavía. Tenían quellegar más lejos.

¿Dónde quedaba ese lugar más lejos?

Siguieron caminando...

Y entonces se acordó de los grandes espacios por dondecorreteaba con la mtnada, se acordó del calor y de las nochesinmensas cuando toda la tierra era de los elefantes. Se acordó delas grandes caminatas para buscar Lgrn.y comida y de las peleascon el tigre.

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19 I tA NOCHE DEL ELEFANTE

Y vino un olor a tierra mojada y los elefantes se quedaroninmóviles,recordando. Sabían que ahoravendría una de las cosasmás hermosas. Llegaría la lluvia. Esperaron la lluvia. Esperaronla lluvia con las trompas levantadas,Ianzando el enorme grito delos elefantes.

El agua comenzó a caer y sentían que los Iavabay refrescaba,que les stcaba el recuerdo de las jaulas y de las cadenas y gritaronde nuevo. Hasta cansarse de gritar. Hasta que se acabó la lluvia.Eran nuevos'r elefante s.

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Y se acordó del miedo.Era un elefante joven, con colmillos que comenzaban a crecer

con fuerza, cuando conoció el miedo. Fue cuando llegaron loscazadorcs. Hasta entonces creía ser un animal más fuerte, unanimal que podía mltat al león con su trompa poderosa y suscolmillos. Un animal que ya había enfrentado al tigre de suavesmanchas ylo había visto huir.

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Page 6: La Noche Del Elefante

Y encontraron espacios abiertos para correr y largas nochesbajo las estrellas. Descubrieron el canto de los pájaros y elsonido del viento. Vieron volar las bandadas de garuas blancasy se quedaron quietos escuchando el griterío de las cotorras.Probaron distintos pastos y las hojas de distintos árboles,y fueron descubriendo sabores dulces y amargos y fueroneligiendo, porque tenían para elegir.

En la laguna vieron rastros de toda clase de animales yjugaron echándose agua con la trompa. Y sintieron el calor delsol y la frescura de la sombra. Caminaron. Y cada noche sentíanue estaban un poco más cerca.

11 I TA NOCHE DEL ELETANTE

-¡fué pequeños son!-pensó cuando vio a los cazadores.

Pero no sabía que tenían dardos con venenos para hacer dormira un elefante, y que tenían jaulas de hierro capaces de aguantartoda la fuercay el peso de su cuerpo.

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Y se internaron enabriéndose paso enffeencontrando cada vezgrandes.

17 I LANocHE DEL TLEFANTE

el monte, y caminaron sin descansaqla maleza. Días y noches caminaron,más árboles v áróoles cada vez más

Después pasó a otras manos que 1o cuidaron mucho mejor.Nunca le faltó agua ni comida, pero siempre con una gruesacadenaatadaatapata. Le enseñaron pruebas ylo premiaron cadavez que aprendía a repetirlas. Y cada vez que aprendía tambiéniba aprendiendo que ahora debía vivir con los hombres.

Entonces 1o llevaron al circo con otros anirnales y con otroselefantes. Durante muchos años siguié aprendiendo y olvidando,hasta que un día casi estuvo convencido de haber nacido en elcirco y de que ése era el mundo de los elefantes.

Ya no tenía la gruesa cadena atada ala pata. Pero había otracadena, invisible, que 1o dejaba atado al lado de los hombres. Ytalvez era más difícil de romper que una cadena de hierro.

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Caminaron sin hacer ruido, y se alejaron lentamente delcirco. Siguieron por las calles dormidas de la ciudad y sin miraratrás llegaron a los primeros árboles. Arrancaron con Ia trompaun manojo de hojas frescas y sintieron que eso se parecía a lafelicidad.

-Ahora podemos descansar un rato -dijo la elefanta.-No, todavía no -dijo el elefante-. Mañana van a salir abuscar,nos.

lNos encontrarán?-Si nos alejamos mucho, no. Tenemos que meternos enel monter lejos de los caminos. Nos van a buscar por loscaminos.

13 | rA NOCHE DEL ELETANTI

Recorrió grandes ciudades, y *horq al sentir el olor de losárboles, del bosque, al ver volar tantos pájaros, fue como ungolpe, casi como el pequeño golpe que sintiera cuando un dardose le clavó una tarde lejana porque no huyó de los cazadores.

No estaba dispuesto a escapar de seres tan débiles.

Fue así, como un pequeño golpe. Y se le vino encimx todalamemoria.

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fEsa noche, cansados, todos en el circo se durmieron

temprano. Pero el elefante no. Despertó ala, elefanta y le contósus planes.

Ella dijo primero que no, que estaba loco, que qué iban ahacer en un mundo desconocido, que aquí nunca les faltabacomida, que todas las noches los aplaudían a rubiar, que quiénsabe lo que les esperaba afuera de la carpa.

-Claro que quiero irrne y ya mismo -düo finalmente laelefanta.

-¿Qgé vamos a hacerl -dudó ahora el elefante.-No sé. Pero si allá afuer¿ hay rírboles y hay un río y hay unaselva, ése es nuestro lugar.-¡Aquí estamos seguros!-Pero no tenemos aire libre.-¿Entonces querés irte?-Elefante, ¿qué estáe pensando? Este es el mejor momentopara salir de aquí. Después veremos -düo convencida la ele-fanta.

Y se fueron...

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Nadie sabe si fue el instinto y la inteligencia de los elefantes, osi fue simplemente eLazar.Pero 1o cierto es que se encaminaronhacia un lugar de monte impenetrable lejos de las ciudades ydel hombre.

7 I tA NocHE DEL ELEFANTE

Todo marchaba sobre ruedas. O por 1o menos parecía. I.{a-die se había dado cuenta de que el elefante andaba más trom-pudo que de costumbre. Nadie sabía que mientras el tren ibarecorriendo los caminos del Chaco el elefante se había puestoa oler.

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Page 11: La Noche Del Elefante

2I LA NOCHE DEL ELEFANTE

Era el olor de los árboles, era el olor de un río, era el olor de laselva. Miró por entre los barrotes de su jaulay vio miles de pá*jaros que volaban y se posaban en los árboles, y miró los árboles.No eran los mismos que conociera, pero eran árboles.

Tampoco los pájaros eran los mismos, pero eran pájaros.I)e un lugar así lo habían sacado los cazarlores hacía muchosaños, tantos, que ya ni sabía que se acordaba. Pero ahora de golpe,se le vino encima toda la memoria.

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