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Pierre Bourdieu La Nobleza de Estado. Grandes escuelas y espíritu de cuerpo. Cuarta Parte: El campo del poder y sus transformaciones. 1 LA NOBLEZA DE ESTADO Pierre Bourdieu Traducción: Cristina Chavez Morales CUARTA PARTE el campo del poder y sus transformaciones “A los burgueses Ustedes son la mayoría –número e inteligencia; -luego ustedes son la fuerza, -que es la justicia. Unos sabios, otros propietarios; -un día radiante vendrá en que los sabios serán propietarios, y los propietarios sabios. Entonces su poder será completo, y nada protestará contra éste.” Charles Baudelaire, Salon de 1846. capítulo 1 los poderes y su reproducción ¿Cómo ignorar la desmesura del proyecto de confrontar la estructura del campo de las escuelas del poder a la estructura del campo del poder mismo, y tratar de demostrar que la primera está unida a la segunda por una relación de homología estructural y, a través de ella, por una relación de interdependencia causal de una forma muy particular? El abismo no es jamás tan grande entre los datos empíricos de los cuales habría que disponer para fundar completamente la teoría del campo del poder que se ha esbozado poco a poco a lo largo de las investigaciones anteriores, tanto históricas (particularmente sobre las relaciones entre el campo intelectual y el campo del poder en el siglo XIX) como sociológicas (particularmente sobre los consumos artísticos), y aquellos que han podido ser reunidos, por una serie de investigaciones empíricas conducidas a propósito sólo del caso de Francia (pero, aún ahí, ¿cómo escapar a los límites de un lugar cuando no se pretende contentarse con la universalidad vacía del discurso llamado “teórico”?). Ars longa, vita brevis: hay que resignarse a presentar sin más espera una descripción provisional y aproximada de este universo complejo de relaciones objetivas de interdependencia (en y por la dominación cruzada) entre subcampos a la vez autónomos y unidos por la solidaridad orgánica de una verdadera división del trabajo de dominación. Ello a costa de una ruptura con el modo de pensamiento sustancialista que sostiene tanto las disertaciones teóricas de la tradición marxista sobre la “clase dominante” como encuestas sobre las “elites” enfocadas a dar una respuesta empírica a la cuestión de saber “quien gobierna” 1 : en los dos casos, en efecto, como en la tradición, amada por los historiadores, de la prosopografía, se privilegia a una población, es decir conjuntos de agentes susceptibles de ser sometidos a divisiones reales (con el corte en “fracciones de la clase dominante” o en “sectores” de las “elites”) y unidos por interacciones o vínculos reales (“las relaciones”, por ejemplo) y directamente observables. Esta ruptura es tanto más difícil cuanto que, a menos que se contente con programas “teóricos”, no se pueden construir científicamente los campos sino apoyándose en datos que, estando aunados a poblaciones (los patrones, los profesores de enseñanza superior, los obispos, los artistas) requieren un tratamiento estadístico ordinario. La mayor virtud del análisis de correspondencias, cuando se sabe construir los hechos tratados y leer los resultados obtenidos según la lógica del modo de pensamiento relacional que le es inmanente, es permitir llevar al día los sistemas de relaciones (entre posiciones, entre tomas de posición y entre los dos espacios así definidos): aunque sea inaccesible a 1 Según el título de un libro famoso: R. A. Dahl, Who Governs? Democracy and Power in an American City, New Haven, Londres, Yale University Press, 1965.

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Pierre Bourdieu La Nobleza de Estado. Grandes escuelas y espíritu de cuerpo. Cuarta Parte: El campo del poder y sus transformaciones.

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LA NOBLEZA DE ESTADO Pierre Bourdieu

Traducción: Cristina Chavez Morales

CUARTA PARTE el campo del poder y sus transformaciones “A los burgueses Ustedes son la mayoría –número e inteligencia; -luego ustedes son la fuerza, -que es la justicia. Unos sabios, otros propietarios; -un día radiante vendrá en que los sabios serán propietarios, y los propietarios sabios. Entonces su poder será completo, y nada protestará contra éste.” Charles Baudelaire, Salon de 1846. capítulo 1 los poderes y su reproducción ¿Cómo ignorar la desmesura del proyecto de confrontar la estructura del campo de las escuelas del poder a la estructura del campo del poder mismo, y tratar de demostrar que la primera está unida a la segunda por una relación de homología estructural y, a través de ella, por una relación de interdependencia causal de una forma muy particular? El abismo no es jamás tan grande entre los datos empíricos de los cuales habría que disponer para fundar completamente la teoría del campo del poder que se ha esbozado poco a poco a lo largo de las investigaciones anteriores, tanto históricas (particularmente sobre las relaciones entre el campo intelectual y el campo del poder en el siglo XIX) como sociológicas (particularmente sobre los consumos artísticos), y aquellos que han podido ser reunidos, por una serie de investigaciones empíricas conducidas a propósito sólo del caso de Francia (pero, aún ahí, ¿cómo escapar a los límites de un lugar cuando no se pretende contentarse con la universalidad vacía del discurso llamado “teórico”?). Ars longa, vita brevis: hay que resignarse a presentar sin más espera una descripción provisional y aproximada de este universo complejo de relaciones objetivas de interdependencia (en y por la dominación cruzada) entre subcampos a la vez autónomos y unidos por la solidaridad orgánica de una verdadera división del trabajo de dominación. Ello a costa de una ruptura con el modo de pensamiento sustancialista que sostiene tanto las disertaciones teóricas de la tradición marxista sobre la “clase dominante” como encuestas sobre las “elites” enfocadas a dar una respuesta empírica a la cuestión de saber “quien gobierna”1: en los dos casos, en efecto, como en la tradición, amada por los historiadores, de la prosopografía, se privilegia a una población, es decir conjuntos de agentes susceptibles de ser sometidos a divisiones reales (con el corte en “fracciones de la clase dominante” o en “sectores” de las “elites”) y unidos por interacciones o vínculos reales (“las relaciones”, por ejemplo) y directamente observables. Esta ruptura es tanto más difícil cuanto que, a menos que se contente con programas “teóricos”, no se pueden construir científicamente los campos sino apoyándose en datos que, estando aunados a poblaciones (los patrones, los profesores de enseñanza superior, los obispos, los artistas) requieren un tratamiento estadístico ordinario. La mayor virtud del análisis de correspondencias, cuando se sabe construir los hechos tratados y leer los resultados obtenidos según la lógica del modo de pensamiento relacional que le es inmanente, es permitir llevar al día los sistemas de relaciones (entre posiciones, entre tomas de posición y entre los dos espacios así definidos): aunque sea inaccesible a

1 Según el título de un libro famoso: R. A. Dahl, Who Governs? Democracy and Power in an American City, New

Haven, Londres, Yale University Press, 1965.

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la intuición desarmada de la experiencia ordinaria, este espacio de relaciones invisibles tiene más realidad que los datos inmediatos más visibles del conocimiento de sentido común, como los individuos, los grupos y sus propiedades, a los cuales se prenden las “tipologías” realistas, e incluso ciertos usos de la estadística (y del análisis de correspondencias mismo), que cortan poblaciones en clases identificadas (por la aplicación de una etiqueta constitutiva), unidades sustanciales susceptibles de ser pensadas en sí mismas y para sí mismas. Aunque no se pueda construirlo , al menos en este caso, sino a partir de poblaciones y de sus propiedades, este espacio es el verdadero principio de una definición a la vez descriptiva y predictiva de estas poblaciones y de estas propiedades redefinidas con respecto a él, es decir relacionalmente. Es en efecto a condición de pensar los agentes y las características que les están ligadas, como entidades estrictamente relacionales, que acontecen a los individuos o a los grupos y a sus propiedades en sus relaciones objetivas con otros individuos u otros grupos, portadores de otras propiedades, que se puede producir y comprender adecuadamente el sistema de relaciones de oposición y de similitud que define el espacio de las propiedades pertinenetes y, al mismo tiempo, el espacio de los individuos construidos caracterizados por esas propiedades y que reciben de ellas su posición diferencial. A diferencia de los espacios simples y abstractos que produce el análisis estadístico ordinario, los espacios que la ciencia social construye son definidos por las relaciones objetivas entre individuos y entre propiedades que son comparadas u opuestas bajo todas las relaciones pertinentes –desde el punto de vista de su relación misma- y que son caraterizadas por conjuntos socio-lógicamente coherentes, luego inteligibles, de propiedades estadísticamente ligadas entre sí (en grados diversos) y prácticamente sustituibles. Estas propiedades no funcionan como capital, es decir como relación social de poder, sino dentro y por el campo que les constituye como apuestas e instrumentos de lucha, arrancándoles así a la insignificancia y a la ineficacia a las cuales estarían necesariamente consagradas en otro campo o en otro estado del campo; más precisamente, están ligadas por relaciones que, constitutivas de la estructura del campo, contribuyen a definir su eficacia y su valor de tal suerte que pueden ejercer en el campo que contribuyen a definir, efectos diferentes de aquellos que ejercerían en otro campo. La estructura del campo del poder El campo del poder es un campo de fuerzas definido en su estructura por el estado de la relación de fuerza entre formas de poder, o especies de capital diferentes. Es también, inseparablemente, un campo de luchas por el poder entre detentores de poderes diferentes, un espacio de juego donde agentes e instituciones que tienen en común poseer una cantidad de capital específica (económico o cultural, particularmente) suficiente para ocupar posiciones dominantes al seno de sus campos respectivos, se enfrentan en estrategias destinadas a conservar o a transformar esa relación de fuerza. Las fuerzas que pueden ser comprometidas en esas luchas y la orientación, conservadora o subversiva, que les es aplicada, dependen de lo que se puede llamar la “tasa de cambio” (o de conversión) establecida entre las diferentes especies de capital, es decir de lo mismo que esas estrategias se enfocan a conservar o a transformar (particularmente por la defensa o la crítica de las representaciones de las diferentes especies de capital y de su legitimidad). Las diferentes especies de capital son poderes específicos que son actuantes en tal o cual campo (de fuerzas y de luchas) salidos del proceso de diferenciación y de autonomización2. En estos

2 La emergencia de un campo del poder es solidaria de la emergencia de una pluralidad de campos relativamente

autónomos, luego de una diferenciación del mundo social (que hay que cuidarse de confundir con un proceso de estratificación, aunque él conduce a la instauración de jerarquías sociales). Este proceso Ha sido ya analizado por Durkheim, quien, prolongando a Spencer, para quien el universo va “de lo homogéneo hacia lo heterogéneo”, opone al “vitalismo unitarista” de Bergson la evolución que conduce del “estado primitivo de indivisión” donde las “funciones diversas” están ya presentes pero en “estado de confusión” (mezclando la vida religiosa, por ejemplo, el rito, la moral, el derecho, el arte e incluso un ciencia principiante) a la “separación progresiva de todas esas funciones diversas y por tanto primitivamente confundidas”: “el pensamiento laico y científico es separado del pensamiento mítico y religioso; el arte es separado del culto; la moral y el derecho son separados del rito” (cf. particularmente E. Durkheim, Pragmatism et sociologie, Cours inédit, Armand Cuvilier, éd., Paris, Vrin, 1955, p.191-193). Durkheim ve en esta confusión de las diferentes formas de actividad, un obstáculo a la plena relaización de cada una de ellas: “Primitivamente todas las formas de actividad, todas las funciones son reunidas, como prisioneras las unas de las otras: son obstáculos las unas para las otras; cada una impide a la otra realizar completamente su naturaleza.” Si

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diferentes espacios de juego se engendran y se realizan especies de capital que funcionan a la vez como logros y apuestas características de cada uno de ellos. Estas especies diferentes son ellas mismas apuestas de luchas que tienen por objetivo no tanto la acumulación o incluso el monopolio de una especie particular de capital (o de poder), económico, religioso, artístico, etc., como aquellas que se desarrollan al seno de cada campo, sino la determinación del valor y de la fuerza relativos de los diferentes poderes capaces de ejercerse en los diferentes campos o, si se quiere, el poder sobre los diferentes poderes o el capital que confiere un poder sobre el capital. Esta lucha por la imposición del principio de dominación dominante que se soluciona, a cada momento, en un estado de equilibrio en el reparto de poderes, es decir en una división del trabajo de dominación (en ocasiones querido y pensado como tal, y explícitamente negociado), es también una lucha por el principio legítimo de legitimación e, inseparablemente, por el modo de reproducción legítima de los fundamentos de la dominación. Esta puede tomar la forma de enfrentamientos reales (con las “guerras de palacio” o las luchas armadas entre los poderes temporales y los poderes espirituales) o de confrontaciones simbólicas (tales como aquellas que, en la Edad Media, tuvieron por apuesta la preeminencia de los oratores sobre los bellatores o, durante todo el siglo XIX, y todavía hoy en día, la preeminencia del mérito sobre la herencia o el regalo). Ningún poder puede conformarse con existir en tanto poder, es decir en tanto fuerza desnuda, desprovista de toda justificación, en una palabra, arbitraria, y debe pues justificarse de existir, y de existir como existe, o, al menos, hacer desconocer la arbitrariedad que está en su fundamento y, por ello, hacerse reconocer como legítima. Ahora bien, la cuestión de la legitimidad está inscrita en el estado práctico en la existencia misma de una pluralidad de poderes en competencia que, en y por el hecho de su enfrentamiento, y en las justificaciones antitéticas, y a menudo inconciliables, que les oponen, hacen inevitablemente surgir la cuestión de su propia justificación. Se sigue que las estrategias de reproducción por las cuales los portadores de las diferentes especies de capital trabajan por conservar o aumentar su patrimonio y, correlativamente, por mantener o mejorar su posición en el espacio social, comportan inevitablemente estrategias simbólicas enfocadas a legitimar el fundamento social de su dominación, es decir la especie de capital sobre la cual descansa su poder y el modo de reproducción que le es inseparable. Las sociodiceas por las cuales los grupos dominantes buscan producir “una teodicea de su propio privilegio”, como dice Weber, no se presentan pues bajo la forma de un discurso único y plenamente unificado, como se deja suponer cuando se habla de “ideología dominante”. Son tantos los puntos de vista sobre el mundo social que, siendo el producto de sistemas de preferencias (o de valores) salidos de la interiorización de la estructura de oportunidades de beneficio objetivamente inscritas en el volumen y la estructura del capital poseído , se diferencian en sus expectativas y sus razones según la especie de capital que se trate de legitimar y su peso en la estructura del capital (aunque ellas tengan todas en común trabajar en inscribir en la naturaleza de los dominantes el fundamento de su dominación): las aristocracias de hacendados estarán, por ejemplo, más inclinadas a buscar del lado de la tierra y de la sangre el principio de su necesidad y de su diferencia con respecto a los advenedizos; por su parte, las nuevas “elites” burguesas, que deben su poder al concurso y al diploma, invocan más bien el mérito o el don contra los favores y los favoritismos inscritos en la tradición aristocrática de la protección y de la clientela.

Weber evoca apenas la avanzada fuera de la indiferenciación primitiva, él muestra, al menos en el caso de la economía, que la aparición de ámbitos separados se acompaña de la institución de una legalidad específica, manifestada por un en tanto que (als) constituyente (la economía en tanto que economía, etc.).

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Si ella presenta sin duda rasgos invariantes a través de las configuraciones históricas más variadas, tal como, por ejemplo, la oposición fundamental de la división del trabajo de dominación entre los poderes temporales y los poderes espirituales o culturales, guerreros y sacerdotes, bellatores y oratores, hombres de negocios (en ocasiones llamados caballeros de la industria) e intelectuales, la estructura del campo del poder depende a cada momento de las especies de capital puestas en práctica en las luchas por la dominación y de su peso relativo en la estructura. Y, aunque estemos aquí en un caso en que la intención de reunir la construcción teórica y la verificación empírica, encuentra su límite, la distancia es tan grande entre las exigencias de la construcción de objeto y los datos disponibles, se puede intentar proponer un modelo de la estructura del campo del poder tal como ésta se presenta hoy en día en el caso de Francia. Para dar una primera aproximación de esta estructura, se puede comenzar por recordar lo adquirido en un trabajo anterior (donde las exigencias de la estadística obligaban a pensar en términos de poblaciones construidas), presentando una forma simplificada del diagrama del espacio social propuesto en La distinction (diagrama 13 -ver glosario de términos en francés al final de la obraa). Se ve de golpe, si se le compara a los diagramas que representan el espacio de las instituciones de enseñanza superior (diagrama 14), que la correspondencia es casi perfecta, con solo algunas deformaciones, que introduce la corrección aportada por la institución escolar, entre las posiciones ocupadas por las diferentes categorías socio-profesionales dentro del espacio social (en función del valor sincrónicamente y diacrónicamente definido del volumen y de la estructura de su capital) y las posiciones originarias de los alumnos de las escuelas del poder. Para ir más lejos, habría que, tomando en cuenta todos los datos propios para proporcionar índices de posiciones relativas, como los flujos intergeneracionales (con los fenómenos llamados de “movilidad”) e intrageneracionales (como el pantouflage3) entre las posiciones, intentar construir una representación tan fiel como sea posible de la distribución, al seno del campo del poder, de los diferentes campos (y de los poderes correspondientes), de cada forma particular de poder.

3 Pantouflage es el salto de la alta administración en el Estado hacia el sector privado.

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DIAGRAMA 13 Y DIAGRAMA 14 (páginas 379 y 380 del original en francés)

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Se puede, en esta tentativa, apoyarse en los resultados de un análisis de correspondencias aplicado al conjunto de las poblaciones que han podido ser sometidas a la investigación empírica, es decir, yendo del polo económicamente dominante al polo económicamente dominado, los patrones de la industria y del comercio, los inspectores de finanzas, los ingenieros de minas, los miembros de gabinetes ministeriales, los directores de ministerio, los prefectos, los generales, los profesores y los obispos, caracterizados por su origen social (analizado de manera muy precisa).

Como se puede leer en el diagrama (diagrama 15a), el primer factor, que da cuenta de 31.5% de la inercia total, opone los obispos y los profesores, asociados a las posiciones de origen más bajas (agricultor y artesano particularmente), y los patrones, asociados a las posiciones más altas (tales como administrador, banquero o gran industrial), y secundariamente, a los inspectores de finanzas, los altos funcionarios (ingenieros de minas o prefectos) que ocupan una posición central. El segundo eje opone de un lado a los obispos –y, en un menor grado, los patrones- , que están asociados a orígenes situados del lado del espacio social caracterizado por la preeminencia del capital económico sobre el capital cultural (padre agricultor, artesano o comerciante) y el vínculo con el sector privado, y, por el otro, los generales y, en un menor grado los ingenieros de minas, fuertemente asociados a orígenes situados del lado del espacio caracterizado por el contrario por la preeminencia del capital cultural y el vínculo con el sector público –padre oficial o ejecutivo medio. (Hemos puesto en mayúsculas las categorías de pertenencia y en minúsculas las categorías de origen.)

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INSERTAR DIAGRAMA 15, de la página 382 del original francés

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Aunque no se pueda otorgan más que un valor limitado a este análisis (particularmente en razón de las discordancias entre las categorías empleadas para las diferentes poblaciones), este corrobora todos los conocimientos anteriores, y el análisis de los flujos inter e intra generacionales, que hacen aparecer una jerarquía de los campos, y de las formas de poderes o de especies de capital que ahí se engendran y se realizan. Los diferentes campos se distribuyen al interior del campo del poder conforme a la jerarquía objetiva de las especies de capital, económico y cultural particularmente, desde el campo económico hasta el campo artístico, ocupando los campos administrativo y universitario posiciones intermedias. Más precisamente, el campo del poder se organiza según una estructura quiasmotica: estando la distribución según el principio de jerarquización dominante, el capital económico, en cierto modo “cruzada” por la distribución según el segundo principio de jerarquización, el capital cultural, en la cual los diferentes campos se ordenan según una jerarquía inversa, es decir desde el campo artístico hasta el campo económico. El campo de la alta función pública debe muchas de sus propiedades al hecho de que ocupa una posición intermedia, lo que no quiere decir neutra, como testimonio entre otras cosas el hecho de que los desplazamientos intrageneracionales, particularmente el pantouflage, se orienten de manera indiscutible según la jerarquía dominante: los pasajes del campo administrativo al campo económico, hasta al polo privado de este campo, son frecuentes entre los altos funcionarios y los altos dignatarios de la armada, mientras que los movimientos de sentido inverso son excepcionales. La aprehensión estructural del campo del poder permite descubrir que cada uno de los campos que este engloba se organiza según una estructura homóloga a la suya, con, en un polo, las posiciones dominantes económicamente o temporalmente y dominadas culturalmente, y en el otro, las posiciones dominantes culturalmente y dominadas económicamente. Es el caso del campo universitario, donde los detentores de poderes temporales (es decir, más precisamente, del control sobre los instrumentos de reproducción), a menudo considerados intelectualmente, se oponen a los detentores de un capital simbólico de reconocimiento, que están frecuentemente desprovistos de toda influencia sobre las instituciones. Es verdad también del campo artístico donde, a pesar de una aceleración del proceso de consagración de las vanguardias ligado a una institucionalización de la rebelión anti-institucional, se puede todavía oponer los artistas que podríamos llamar de “extrema izquierda” y que, reconocidos por sus semejantes, están poco consagrados económica y temporalmente, y los artistas de “extrema derecha” que asocian a un prestigio artístico débil, ganancias económicas importantes4. Y se intentará mostrar más en detalle, en consecuencia, que encontramos una oposición del mismo tipo al seno del campo económico mismo: con, por un lado, los patrones “tecnocráticos”, cercanos bajo esta relación a los directores de la administración central y a los miembros de gabinetes ministeriales, que deben su posición al capital escolar y a la herencia cultural, y cuya carrera está totalmente colocada bajo el signo de lo público (grandes liceos de Estado, grandes escuelas, alta administración, grandes empresas ligadas al Estado) y, por el otro, los patrones "familiares”, que deben su posición a la herencia económica. La homología entre las oposiciones que se observan en diferentes campos (en el campo del poder, en el campo económico, en el campo universitario, en los campos de producción cultural) está al

4 Según el INSEE, que se da una amplia definición de la categoría, los artistas son muy cercanos a los mandos medios

tanto por el ingreso como por el nivel escolar; pero es claro que, en su caso, el capital cultural no se mide sólo por los títulos escolares. Se aprende además que, como lo habíamos observado en otras partes, los artistas tienen una tasa muy elevada de celibato (21% para los hombres y 36% para las mujeres), así como una proporción particularmente fuerte de hijos naturales (pero reconocidos por los padres en dos terceras partes). Ïndices de la permanencia de un estilo de vida de artista (Donnés sociales, 1984, p.16).

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principio de todo un conjunto de efectos que uno se impide comprender cuando, atento únicamente a las propiedades de condición, uno ignora las propiedades de posición que acontecen a las poblaciones y a sus características debido a su inserción en un espacio de relaciones. En realidad, en la mayoría de los casos, los diferentes niveles de oposición y de lucha tienden a superponerse, de suerte que los agentes, a la manera de Baudelaire reuniendo en la misma condenación al “artista burgués” y al “burgués”, pueden ser conducidos a alianzas básicamente ambiguas e inestables –como aquellas que se instauran entre los dominados (relativos) al seno del campo del poder y los dominados dentro del campo social global. La homología entre las oposiciones constitutivas de los diferentes campos (y muy especialmente entre las divisiones al seno del campo social en su conjunto) da un fundamento objetivo a la homología entre los principios de visión y de división en uso al seno de cada uno de ellos y al uso generalizado de las oposiciones cardinales del lenguaje ordinario (alto/bajo, ligero/pesado, fino/burdo, etc.) que deben su densidad semántica y su fuerza de sugestión al hecho de que están cargadas de todas las significaciones isomorfas que reciben en todos los universos. La homología entre los campos especializados y el campo social global hace que numerosas estrategias sean golpes dobles, que, aunque no hayan sido expresamente concebidos como tales, y aunque no se inspiren de ninguna especie de duplicidad, funcionan a la vez en varios campos –de suerte que son provistos de todos los atributos subjetivos y objetivos de la sinceridad, lo que puede contribuir grandemente a su eficacia simbólica. Un solo ejemplo, entre tantos otros, que este caso particular evocará sin duda por analogía: el de los magistrados del parlamento de París que, en su resistencia al poder real, “confunden sus privilegios con el bien público” y, tomando por un parlamento a la inglesa “una corte de justicia anacrónica”, llegan hasta a hacerse los defensores de los “intereses del pueblo”, directamente presente en su mente bajo la forma del “público” que asiste a sus deliberaciones sobre los “asuntos públicos” y que les anima, les sostiene o les censura5. La ambigüedad estructural que se ve bien en la polisemia de un discurso espontáneamente polifónico, por estar dotado de tantos registros como campos hay de recepción actual o potencial, se desenlaza y se denuncia en ocasiones retrospectivamente, particularmente en las situaciones críticas en que se impone la elección entre fidelidades jerarquizadas, o bien en virtud de la alteración de las relaciones de fuerzas simbólicas, en el campo y fuera del campo, y de vuelta al primer plano de los intereses inscritos en el hecho de ocupar una posición dominante (aunque sea en posición dominada) que no han dejado de actuar jamás subterráneamente a través de las acciones en apariencia propias para ponerlos a discusión (tantos procesos que son a menudo descritos en el lenguaje ingenuamente finalista de la “recuperación”). Y es incluso en la lógica del golpe doble que se ignora, es decir a través de la homología que se establece entre los

5 Cf. paritularmente, F. Bluche, Les magistrats du parlement de Paris au XVIIe siècle (1715-1771), Paris, Belles lettres,

1960, p.284-289, 296. Todos los observadores, desde los autores del siglo XVI (como Claude de Seyssel en La monarchie de France) hasta los historiadores actuales, han insistido en el papel ambiguo, particularmente en el terreno político, de la nobleza de vestimenta (cf. particularmente R. Mousnier, La vénalité des offices sous Henri IV et Louis XIII, Rouen, éd. Maugard, sd., p.53 y sobre todo 83-89, y también Denis Richet, La France moderne: l’esprit des institutions, Paris, Flammarion, 1973, p.102; B. Porchev, Les soulèvements populaires en France de 1623 à 1648, Paris, Sevpen, 1963; finalmente y sobre todo, J. H. M. Salmon, “Venal Office and Popular Sedition in Seventeenth-Century France: a Review of a Controversy”, Past and Present, 37, juillet 1967, p.21-43, donde encontramos un resumen de las discusiones que se han desarrollado sobre esta materia, particularmente entre Mousnier y Porchnev). Sobre los efectos análogos que resultan de la propensión de los dominados al seno de campos relativamente autónomos (bajo clero al seno de la Iglesia, asistentes al seno del cuerpo profesoral de las universidades, etc.) a universalizar sus luchas internas identificándolas con las luchas de los dominados simplemente, a costa, muy a menudo, de un uso amplificado y aproximativo de las palabras de orden –“democratización”, por ejemplo-, se podrá leer P. Bourdieu, Homo academicus, op.cit., p.231-233.

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principios de clasificación utilizados en los diferentes campos, y, en el caso particular, en el campo escolar y en el campo social global y que permite a las mismas parejas de adjetivos (por ejemplo ligero/pesado) funcionar, con connotaciones diferentes, en los diferentes universos, que se cumple, de la manera más invisible, la discriminación social que implican los actos de discernimiento escolar más irreprochables. Las estrategias de reproducción Habiendo así evocado la estructura del campo del poder, hay que intentar describir la dinámica, apoyándose en el conocimiento de las propiedades específicas de las diferentes especies de capital, particularmente desde el punto de vista de su transmisión, y sobre los triunfos que estas procuran a sus detentores en las luchas de competencia que les oponen. A riesgo de simplificar en exceso, se puede plantear de golpe que toda la lógica de la lucha por el poder sobre los poderes se ha encontrado modificada por los dos grandes cambios que han afectado los modos de reproducción dominantes y que, ya perceptibles al nivel del campo de las escuelas del poder, deber ser recuperados en el campo del poder mismo, es decir en las luchas de competencia que oponen, particularmente al seno del campo administrativo y del campo económico, a los detentores de especies de capital diferentes: por una parte, el crecimiento del peso relativo del título escolar (asociado o no a la propiedad) con respecto al título de propiedad económica, y ello incluso en el campo económico; por otra parte, entre los detentores de capital cultural, la declinación de los títulos técnicos en beneficio de los títulos que garantizan una cultura general de tipo burocrático. Para comprender como estas modificaciones de “tasas de cambio” de las diferentes especies de capital han afectado el funcionamiento del campo del poder y del campo de las escuelas del poder, al cual está dialécticamente ligado, en necesario primero aprehender en tanto tal el sistema de estrategias de reproducción que es constitutivo de un modo de reproducción y enseguida examinar cómo una estructura determinada del capital tiende a imponer un modo de reproducción particular, caracterizado por un conjunto de estrategias de reproducción adaptado a las particularidades de la especie de capital que se trata de reproducir. Hablar de estrategias de reproducción, no es imputar al cálculo racional, o incluso a la intención estratégica, las prácticas a través de las cuales se afirma la tendencia de los dominantes a perseverar en su ser. Es recordar solamente que numerosas prácticas fenomenalmente muy diferentes que se organizan objetivamente, sin haber sido explícitamente concebidas y planteadas por referencia a este fin, de tal manera que ellas contribuyen a la reproducción del capital poseído. Esto porque ellas tienen por principio el habitus, que tiende a reproducir las condiciones de su propia producción produciendo, en los ámbitos más diferentes de la práctica, las estrategias objetivamente coherentes y sistemáticas características de un modo de reproducción. Así como la disposición adquirida que llamamos una “escritura”, es decir una manera singular de trazar los caracteres, produce siempre la misma “escritura”, es decir trazos gráficos que, a pesar de las diferencias de tamaño, de material y de color ligados a la base, hoja de papel o pizarrón, o al instrumento, crayón, pluma o gis, a pesar pues de las diferencias entre los conjuntos motores movilizados, presentan una afinidad de estilo, un aire de familia, reconocibles a primera vista, asimismo las prácticas de un mismo agente o, más ampliamente, de todos los agentes dotados de habitus semejantes deben la afinidad de estilo que hace que ellas sean el producto de la puesta en práctica en campos diferentes de los mismos esquemas de percepción, de pensamiento y de acción.

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Así, restaurando en el análisis científico la unidad que está inscrita en las prácticas, se puede pensar bajo el mismo concepto de estrategia de reproducción de las prácticas que las ciencias del hombre aprehender en orden disperso y en estado separado: las estrategias de fecundidad, estrategias a muy largo plazo, puesto que todo el futuro del linaje y de su patrimonio dependes de ellas, que buscan reducir el número de hijos y, por ello, el número de pretendientes al patrimonio que pueden tomar vías directas, con todas las técnicas de limitación de nacimientos, o indirectas, con por ejemplo el matrimonio tardío o el celibato, que tiene la doble ventaja de impedir la reproducción biológica y de excluir (al menos de hecho) de la herencia (es la función de la orientación hacia el sacerdocio de ciertos hijos en las familias aristocráticas o burguesas bajo el Antiguo Régimen o del celibato de los menores en ciertas tradiciones campesinas)6; las estrategias sucesoriales, que se enfocan a asegurar la transmisión del patrimonio entre las generaciones con el mínimo de desperdicio posible, y en las cuales habría que hacer incluir, en tanto sea posible con los métodos tradicionales de investigación, no solamente las medidas codificadas de la costumbre o del derecho, sino también todas las astucias y todos los subterfugios que los dominantes y los profesionales de la asesoría en administración no cesan de inventar, y que van de la compra de cuadros a las diferentes formas de fraude; las estrategias educativas, conscientes e inconscientes –de las cuales las estrategias escolares de las familias y de los hijos escolarizados son un aspecto particular-, inversiones a muy largo plazo que no son necesariamente percibidas como tales y que no se reducen, como lo cree la economía del “capital humano”, a su dimensión estrictamente económica, o incluso moneraria, puesto que buscan primordialmente producir agentes sociales capaces y dignos de recibir la herencia del grupo, es decir de ser heredados por el grupo; las estrategias que se pueden llamar profilácticas, destinadas a mantener la salud o a descartar la enfermedad; las estrategias propiamente económicas, a corto o a largo plazo, como las operaciones de crédito, de ahorro y de inversión, destinadas a asegurarla reproducción del patrimonio económico; las estrategias de inversión social, consciente o inconscientemente orientadas hacia la instauración y el mantenimiento de relaciones sociales directamente movilizables y utilizables, a corto o a largo plazo, es decir hacia la transformación, operada por la alquimia del intercambio, de trabajo, de tiempo, etc. en obligaciones durables, subjetivamente sentidas (sentimientos de reconocimiento, de respeto, etc.) o institucionalmente garantizadas (derechos); las estrategias matrimoniales, caso particular de las precedentes, que deben asegurar la reproducción biológica del grupo sin amenazar su reproducción social por el casamiento desigual y proveer, por la alianza con un grupo al menos equivalente bajo todas las relaciones socialmente pertinentes, el mantenimiento del capital social; finalmente, las estrategias de sociodicea que , como se ha visto, se enfocan a legitimar la dominación y su fundamento (es decir la especie de capital sobre la cual esta descansa), naturalizándolos. Así, remontando de la opus operatum, de las prácticas que se revelan a la intuición como una rapsodia de datos, al modus operandi, al habitus generador y unificador que produce estrategias objetivamente sistemáticas, podemos aprehender las relaciones prácticas que se establecen continuamente entre las diferentes estrategias de reproducción y comprender en particular la extraña solidaridad de los niveles de práctica que, a la manera de las suplencias funcionales de las que hablan los biólogos, permite por ejemplo a las estrategias matrimoniales suplir las fallas de las estrategias de fecundidad.

6 Sobre las funciones sociales del celibato de los hijos menores en la tradición bearnesa, ver P. Bourdieu, “Les stratégies matrimoniales dans le système des stratégies de reproduction”, Annales, 27 (4-5), juill.-oct. 1972, p. 1105-1127. Sobre la funciones del celibato de los sacerdotes bajo el Antiguo Régimen, ver F. Y. Besnard, Souvenirs d’un nonagénaire, Paris, 1880, I, p.1-2, citado en E. G. Barber, The Bourgeoisie in 18th Century France, Princeton, Princeton University Press, 1967, p.126.

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En efecto, debido a que se aplican a puntos diferentes del ciclo de vida como proceso irreversible, las diferentes estrategias de reproducción están también cronológicamente articuladas, debiendo cada una de ellas contar a cada momento con los resultados alcanzados por aquellas las otras que las han precedido o que tienen un alcance temporal más corto: es así por ejemplo que, en la tradición bearnesa, las estrategias matrimoniales dependían muy estrechamente de las estrategias de fecundidad de la familia (por la intermediación del número de pretendientes al patrimonio y de su sexo, es decir del número de hijos a dotar de una herencia o de una compensación), de las estrategias educativas, de las cuales el éxito era la condición de la puesta en obra de las estrategias enfocadas a descartar de la herencia a las hijas y a los menores (unas por el matrimonio apropiado y otros por el celibato o la emigración), estrategias propiamente económicas enfocadas entre otras cosas al mantenimiento o al aumento del capital de tierras, etc. Esta interdependencia se extendía sobre varias generaciones, pudiendo una familia tener que imponerse pesados sacrificios para compensar las salidas (particularmente en tierras) necesarias para “dotar” en tierras o en dinero una familia demasiado numerosa o para restablecer la posición material y sobre todo simbólica del grupo después de un matrimonio desigual. La misma interdependencia se observa hoy en día entre las estrategias escolares y las estrategias de fecundidad y se ve en efecto que las posibilidades de proporcionar estudios están siempre estrechamente ligadas, siendo por otra parte todas las cosas iguales, a una fecundidad más reducida: sin duda porque una familia más numerosa, a través de los costos de todos los órdenes que ella entraña, tiende a desalentar el esfuerzo de escolarización, pero también y sobre todo porque la ambición escolar estaba inscrita desde el origen en la disposición a la ascesis para el ascenso que estaba al principio de la limitación de la fecundidad. Y, así como las estrategias escolares deben contar con los resultados de las estrategias de fecundidad, que están de antemano habitadas por las exigencias de la inversión escolar, las estrategias matrimoniales no son sin duda independientes de las estrategias escolares y, más generalmente, del conjunto de las estrategias de reproducción. Basta pensar en la transformación de las estrategias que la burguesía de negocios ponía tradicionalmente en práctica para casar a sus hijas y que, como la transformación concomitante de las estrategias de fecundidad (que ella contribuye sin duda a explicar), es correlativa de una transformación de sus relaciones objetivas con el sistema de enseñanza. Con los progresos del acceso de las hijas a la enseñanza superior, los mecanismos de auto-orientación (“vocación”) y de selección que producen grupos escolares (facultad o escuela, disciplina, etc.) socialmente muy homogéneos han tendido a asegurar la homogamia al menos tan eficazmente, pero de manera mucho más discreta, como el intervencionismo de las familias y en particular sus esfuerzos por organizar ocasiones directamente controladas de encuentro (bailes, fiestas sorpresa, rallies, etc. ). Este efecto inesperado de la escolarización sin duda no ha contribuido poco a alentar a las familias a abandonar su política dirigista (en todo caso muy difícil de imponer) en beneficio del dejar-hacer, al mismo tiempo que se redefinía completamente el sistema de criterios que determinaban el valor de las hijas en el mercado matrimonial, que se trata del capital económico (dote) o del capital simbólico de honorabilidad (virginidad, porte, etc.)7. Y las reformas del derecho de la familia que han sido operadas en el curso de los años 70 (bajo la conducción de un presidente de la República, Valéry Giscard d’Estaing, que reproduce -en una trayectoria personal que conduce de las fracciones más tradicionales, cercanas al petainismo, a la burguesía nueva- toda la evolución de la burguesía) son el acompañamiento político, necesario para ajustar las normas a las prácticas, de una transformación del modo de reproducción en vigor en la gran burguesía: las nuevas medidas concernientes, para citar sin orden alguno, la autoridad paterna (sustituida por la autoridad paternal), la igualdad de cónyuges en los regímenes matrimoniales y la administración del patrimonio de las familias, el divorcio, el concubinato, la interrupción voluntaria del embarazo, etc., no hacen sino inscribir en el orden del derecho un conjunto de prácticas cuya aparición en la burguesía nueva8 había sido autorizada, favorecida o determinada por la transformación del modo de reproducción. Pero, para hacer percibir la necesidad de pensar como tal el sistema de las estrategias de reproducción, no hay sin duda mejor ejemplo que aquel de la inversión educativa, que está llamada por la división del trabajo entre los discípulos a ser el objeto de aprehensiones parciales y abstractas. Los economistas tienen el mérito aparente de

7 Semejantes observaciones han sido hechas en los Estados Unidos, donde el crecimiento de la escolarización asociada a

una intensificación de la selección escolar (que contribuye a mantener la homogeneidad social de cada institución o de cada nivel de enseñanza) tienden a compensar la libertad más grande con la que los jóvenes juegan dentro de las opciones de su conjunto (cf. B. K. Eckland, “New Mating Boudaries in Education”, Social Biology, 17 (4), déc.1970, p.269-277).

8 Un análisis secundario de un conjunto de sondeos nos había permitido observar que las categorías más favorecidas económica y culturalmente se mostraban sistemáticamente más “liberales” en el plano de la moral, familiar y sexual particularmente, que todas las demás categorías, pero permaneciendo más conservadores en el plano de la política (por ejemplo, en materia de derecho de huelga).

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plantear explícitamente la cuestión de la relación –y de su evolución en el tiempo- entre las tasas de ganancia aseguradas por la inversión educativa y por la inversión económica. Pero, además de que su medida del rendimiento de la inversión escolar no toma en cuenta más que los costos y las ganancias monetarias o directamente convertibles en dinero, como los gastos entrañados por los estudios y el equivalente en dinero del tiempo consagrado a estudiar, no pueden dar razón de las partes relativas que los diferentes agentes otorgan a la inversión económica y a la inversión cultural, a falta de tomar en cuenta sistemáticamente la estructura de la posibilidades diferenciales de beneficio que les son prometidas por los diferentes mercados en función del volumen y de la estructura de su patrimonio9. Más aún, omitiendo reemplazar las estrategias de inversión escolar en el conjunto de las estrategias educativas y en el sistema de las estrategias de reproducción, se condenan a dejar escapar, por una paradoja necesaria, la mejor escondida y la más importante socialmente de las inversiones educativas, a saber la transmisión doméstica de capital cultural: las interrogaciones ingenuas sobre la relación entre la “aptitud” (ability) a los estudios y la inversión en los estudios, se desvanecen desde que se toma en cuenta el hecho de que la aptitud, o el “don”, es también el producto de una inversión en tiempo y en capital cultural10. Se comprende que, cuando se intentan evaluar los beneficios de la inversión escolar, Gary Becker no puede ir más allá de los ingresos monetarios individuales más que para interrogarse, en una lógica típicamente funcionalista, sobre la rentabilidad de los gastos de educación para la “sociedad” en su conjunto (social rate of return)11 o sobre la contribución que la educación aporta a la “productividad nacional” (the social gain of education as measured by its effects on national productivity)12. Esta definición de las funciones de la educación, que ignora la contribución que el sistema de enseñanza aporta a la reproducción de la estructura social al aprobar la transmisión hereditaria del capital cultural, se encuentra de hecho implicada, desde el origen, en una definición del “capital humano” que, a pesar de sus connotaciones “humanistas”, no escapa al economismo y que ignora, entre otras cosas, que el rendimiento escolar de la acción escolar depende del capital cultural previamente invertido por la familia y que el rendimiento económico y social del título escolar depende del capital social, éste también heredado, que puede ser puesto a su servicio13. No todos lo agentes y todos los grupos utilizan de la misma manera y en el mismo grado todas las estrategias de reproducción disponibles, y el sistema de estrategias de reproducción realmente puestas en obra por cada uno de ellos depende en cada caso del volumen y sobre todo de la estructura de su patrimonio: a través particularmente de la estructura de oportunidades diferenciales de beneficio que son objetivamente ofertadas a las inversiones por los diferentes mercados sociales, se imponen estructuras diferentes de propensiones a invertir o, si se prefiere, sistemas de preferencias o de intereses diferentes. Así, por ejemplo, la propensión a invertir en trabajo y en celo escolares no depende sólo del volumen del capital cultura poseído; depende también del peso relativo del capital cultural en la estructura del patrimonio. Esto se ve claramente si se comparan las inversiones educativas de empleados y de profesores y las de patrones: a diferenica de los primeros, que tienden a concentrar todas sus inversiones en el mercado escolar, los segundo, cuyo éxito social no depende en el mismo grado del éxito escolar, invierten menos “interés” y trabajo en sus estudios y no obtienen el mismo rendimiento de su capital cultural. El “interés” que un agente (o una clase de agentes) da a los “estudios” (y que es, con el capital cultural heredado, del cual éste depende parcialmente, uno de los factores más poderosos del éxito escolar) depende no solamente de su éxito escolar actual o antes logrado (es decir de sus oportunidades de éxito dado su capital cultural), sino también del grado al cual su éxito social depende de su éxito escolar. Ahora bien, un agente o un grupo depende tanto menos

9 Cf. en particular G. S. Becker, Human Capital, New York, Columbia University Press, 1964. 10 Id., p.63-66. 11 Id., p.121. 12 Id., p.155. 13 Si hay que repetir aquí estas críticas, ya formuladas desde hace mucho tiempo (cf. P. Bourdieu, “Avenir de classe et

causalité du probable”, Revue française de sociologie, XV, janv.-mars, 1974, p.3-42), es porque ciertos adeptos del fast reading se obstinan en acercar mis análisis a los de los economistas y sociólogos que, en la línea de Becker, no quieren conocer otro principio de las prácticas más que el cálculo interesado y que, con la ayude de algunos “filósofos”, vuelven a poner hoy en día en escena al viejo fantasma del homo economicus.

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del capital cultura para su reproducción cuanto más rico en capital económico es y el rendimiento económico y social del capital escolar dependen en muchos casos del capital social (o incluso económico) que permite hacerle valer, doble atestiguamiento del estatuto dominado de esta especie de capital. Así, la estructura del sistema de estrategias de reproducción característica de una unidad doméstica depende del valor relativo de las ganancias que ella puede esperar de las diferentes colocaciones en función del poder efectivo sobre los diferentes mecanismos institucionalizados (tales como el mercado económico, el mercado matrimonial o el mercado escolar) pudiendo funcionar como instrumentos de reproducción que le son actual o potencialmente ofertados en función del volumen y de la estructura de su capital: la estructura de la distribución del poder sobre los instrumentos de reproducción es, en un estado determinado de la definciión dominante de lo que es legítimamente transmisible y de las maneras legítimas de transmitirlo, el factor determinante del rendimiento diferencial que los diferentes instrumentos de reproducción están en posibilidades de ofrecer a las inversiones de los diferentes agentes (o clases de agentes) y, por ello, de la reproducibilidad de su patrimonio y de su posición social, luego de la estructura de sus propensiones diferenciales a invertir en los diferentes mercados. Se sigue que todo cambio de la relación entre el patrimonio (considerado en su volumen y en su estructura) y el sistema de instrumentos de reproducción, con la transformación correlativa del sistema de oportunidades de ganancia, tiende a entrañar una reestructuración del sistema de las estrategias de inversión: los detentores de capital no pueden mantener su posición en el espacio social (o en la estructura de un campo determinado, como el campo artístico o científico) más que al precio de reconversiones de las especies de capital que ellos detentan en otras especies, más rentables o más legítimas en el estado considerado de los instrumentos de reproducción14. Estas reconversiones objetivamente impuestas por la necesidad de evitar la devaluación del patrimonio pueden ser subjetivamente vividas como cambios de gusto o de vocación, es decir como conversiones. Numerosos errores de apreciación que cometen aquellos que plantean ingenuamente la cuestión ingenua de la “democratización” y de la evolución de la “movilidad social” vienen de que se ignoran los fenómenos de translación de la estructura (describiendo por ejemplo como “movilidad ascendente” el paso intergeneracional del estatuto de maestro al de profesor de CEG, movimiento aparente destinado a mantener la posición relativo). Además, la visión unidimensional y lineal del espacio social (con la imagen de la “escala social”), impide pura y simplemente ver que la reproducción de la estructura social puede, en ciertas condiciones, exigir una muy débil “herencia profesional” (o, si se quiere, una muy débil “rigidez”): es el caso siempre que los agentes no pueden mantener su posición en la estructura social sino al precio de una reconversión de su capital, es decir de un cambio de condición (con, por ejemplo, el paso de la condición de pequeño propietario agrícola al de pequeño funcionario, o de pequeño artesano a empleado de comercio). Hay pues que distinguir entre los desplazamientos al interior del espacio propio de un campo, asociados a la acumulación (positiva o negativa) de la especie de capital que constituye la apuesta específica de la competencia que lo define propiamente, y los desplazamientos entre campos, asociados a la reconversión de una especie determinada de capital en otra especie, que tiene curso en otro campo, una y otra clase de desplazamiento dependiendo en su significación y su valor de las relaciones objetivas entre los diferentes campo, luego, de las tasas de conversión de las diferentes especies de capital, y de los cambios que les afectan en el curso del tiempo, al término de las luchas entre los detentores de las diferentes especies de capital.

14 Tal es el principio de fenómenos sociales de escala y de naturaleza muy diferente, sea la reconversión de una

aristocracia rústica en burocracia de Estado, o, en el otro extremo, la reconversión de una parte o de la totalidad de una disciplina científica en ootra, o de un género literario o artístico en otro (en este caso, la distancia entre la verdad objetiva y la verdad subjetiva es máxima y debe serlo, no pudiendo la reconversión tener éxito, es decir producir su efecto simbólico, más que si es vivida y percibida como conversión).

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En universos sociales donde los dominantes deben sin cesar cambiar para conservar, ellos tienden necesariamente a dividirse, sobre todo en los períodos de transformación rápida del modo de reproducción en vigor, según los “grados” (y las formas) de reconversión de sus estrategias de reproducción. Los agentes o los grupos mejor provistos de especies de capital que permiten recurrir a los nuevos instrumentos de reproducción, luego los más inclinados y los más aptos a emprender una reconversión, se oponen a aquellos que son los más estrechamente ligados a la especie de capital amenazado: así, en vísperas de la Revolución de 1789, los pequeños aristócratas de provincia sin fortuna ni cultura, o, en vísperas de la crisis de mayo del 68, los profesores de disciplinas directamente subordinadas a los concursos de reclutamiento de profesores, gramática, lenguas antiguas o incluso filosofía, son inclinados a buscar en un conservadurismo de la desesperación la negación o la compensación mágica de su regresión económica y social. A esas dos posiciones polares corresponden dos formas de sociodicea conservadora, aquellas que se enfocan ante todo a legitimar el modo de reproducción antiguo, diciendo lo que hasta entoces era evidente decir y transformando la doxa en ortodoxia, y aquellos que se enfocan a racionalizar, en el doble sentido del término, la reconversión apresurando la toma de consciencia de las transformaciones y la elaboración de las estrategias adaptadas y legitimando estas nuevas estrategias a los ojos de los “integristas”. Son luchas de este tipo las que oponen hoy en día, al seno del campo del poder, e incluso al seno del campo del poder económico, agentes o grupos de agentes que se distinguen por la estructura de su patrimonio, es decir por el perfil de la distribución de las diferentes especies (y subespecies) del capital que poseen, y que se orientan por este hecho hacia estrategias de reproducción totalmente diferentes: ya sea que ellos otorguen pesos inversos a las inversiones económicas y a las inversiones escolares; ya sea que, como es cada vez más frecuente el caso hoy en día, se distingan por las subespecies de capital escolar que buscan asegurarse por inversiones escolares considerablemente acrecentadas. Pero vemos todavía coexistir, en el mismo espacio económico, la transmisión enteramente controlada por la familia de un derecho de propiedad hereditario, que el hecho de los “patrones de familia”, y la transmisión, más o menos completamente asegurada y controlada por la Escuela (y el Estado), de un poder vitalicio, fundado en el título escolar –que, a diferencia del título de propiedad o del título de nobleza no es transmisible hereditariamente. El modo de reproducción familiar Para la empresa familiar, las estrategias propiamente económicas enfocadas a asegurar el desarrollo de la empresa son casi indisociables de las estrategias enfocadas a asegurar la reproducción de la familia y sobre todo de su integración, una de las condiciones principales de la perpetuación del poder de la familia sobre la empresa. Siempre que la familia posee el control total de un patrimonio constituido por una empresa agrícola, industrial o comercial, las estrategias por las cuales ella se enfoca a asegurar su propia reproducción (estrategias matrimoniales, estrategias de fecundidad, estrategias educativas, estrategias sucesoriales) tienden a subordinarse a las estrategias propiamente económicas enfocadas a asegurar la reproducción del capital económico15. La prosecución de los mismos fines que impone el recurso a las mismas estrategias, encuentra invariantes tales como la búsqueda consciente de la homogamia y la obsesión del matrimonio desigual, el rigorismo en materia de educación y la exaltación del “sentido de

15 Se podría repetir aquí, a propósito de las familias industriales, casi todo lo que había sido escrito acerca de las

familias campesinas (cf. P. Bourdieu, “Les stratégies matrimoniales dans le système des stratégies de reproduction”, Annales, 4-5, juill.-oct. 1972, p.1105-1127).

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familia”, el recurso a estrategias sucesoriales enfocadas a evitar la segmentación del patrimonio, etc. Y sería fácil mostrar, en cada caso particular, todo lo que, en la situación de la empresa en un momento dado del tiempo, en su progreso o en su declinación, depende de las estrategias de reproducción del conjunto de los miembros del linaje, desde los fundadores. Es apenas necesario recordar la vigilancia y el rigor extremos con los cuales las grandes dinastías burguesas manejaban sus intercambios matrimoniales. Baste citar un caso donde la voluntad de integrar las estrategias de reproducción del grupo familiar y las estrategias de reproducción de la empresa familiar es particularmente visible, aquel de las alianzas entre la familia lionesa de los Gillet –fundadora de una empresa de tintorería que se convirtió en una de las más grandes sociedades francesas de textiles artificiales y de donde salió el vicepresidente (en 1972), luego presidente (de 1973 a 1979) de Rhône-Poulenc- y la familia Motte de Roubaix, una de las mayores dinastías del textil, que han realizado en común varias operaciones financieras importantes (como la compra o la absorción de otras sociedades): Edmond Gillet, nacido en 1873, hijo de Joseph Gillet, que dió al negocio familiar un gran desarrollo, se casó con Léonie Motte, hija de Albert que presidía también las Minas de Lens mientras que Fernand Motte, hermano de Léonie, se casaba con Mathilde Balay, hija de Henri Balay y de Marguerite Gullet, hermana de Edmond. Pero no hay mejor caso que el de la familia Michelin para observar cómo estrategias matrimoniales y estrategias económicas se imbrican, cómo alianzas matrimoniales y vinculaciones financieras se superponen, cómo el éxito de las estrategias matrimoniales contribuye al éxito de las estrategias económicas y a la expansión continua de la sociedad. “Cásese entre primos a fin de que la dote permanezca en la familia”, recomendaba André Michelin (muerto en 1931). El consejo ha sido escuchado: la endogamia, que tiende a asegurar la integración del grupo, le ha permitido salvaguardar el capital pero también el secreto de sus negocios y el prestigio del linaje, es una constante en la familia. André Michelin y su hermano Edouard se había casado con dos hermanas, Sophie y Marie-Thérèse Wolff. Tres de los seis hijos (Marguerite, Etienne y Hélène) de Edouard Michelin se casaron con hijos (Jean, Joseph y Hélène) de Jacques Callies, ingeniero de ingeniería marítima16, y Marie Aussédat (cuya familia poseía las papelerías Aussédat); una cuarta, Anne, se casó con Robert Puiseux, presidentre, luego presidente honorario y administrador de la sociedad Citroën (de 1958 a 1970), que fue co-gerente de la Compañía general de establecimientos Michelin de 1938 a 1959 y miembro del consejo de vigilancia desde 1959 (otros tres de los Michelin se casaron con miembros de la familia Puiseux). François Michelin, actual presidente director general (PDG), co-gerente de Michelin et Cie primero con su tío, Robert Puiseux, luego gerente único y de nuevo co-gerente con François Rollier (hijo de Petrus Rollier y Marthe Callies, ella hija de de Jacques Callies y Marie Aussédat), administrador desde 1968 de la sociedad Citroën, se casó con Bernardette Montagne; su hermana Geneviève se casó con Rémy Montagne (diputado de Eure, ex-alcalde de Louviers); su otra hermana, Marthe, se casó con Marie Montagne, alcalde de Mirabeu. Prueba de que el conjunto de estrategias de reproducción encuentran su principio en las necesidades inmanentes a la posición que se trata de reproducir, y en los habitus generadores y unificadores que ellas forman, la fuerte endogamia va a la par con la fuerte concentración de la actividad económica alrededor de un producto bien determinado y con el rechazo deliberado de la diversificación que practica sistemáticamente el capitalismo financiero. Así, François Michelin, rechazando toda forma de diversificación que no incremente la “lógica técnica” y que “no expresa más que una voluntad de poder”, atribuye sus éxitos al hecho de que sus competidores, fuertemente diversificados, luego abundantemente provistos de “soluciones de recambio”, a diferencia de su empresa, para la que “no había otro asunto que el neumático”, “no han creído en el neumática de armazón radial y se despertaron demasiado tarde”, permitiendo así a Michelin tomar la mayor participación en el mercado17. Es en la misma lógica que hay que comprender las estrategias de fecundidad que hacen por ejemplo que, totalmente ausentes entre los patrones de sociedades de control tecnocrático, las familias muy numerosas –de siete hijos o más- se encuentren entre los PDG de las sociedades de control familiar con una frecuencia relativamente importante (10%; situándose la familia media en 3.5 contra 3.1 en las sociedades de control de tipo tecnocrático y 2.6 en las grandes empresas públicas). No basta, para darse cuenta, invocar las disposiciones alentadas por la ética católica en

16 Joseph Callies, primero ingeniero en Papeteties (Papelerías) Aussédat, se convierte en PDG de la Compañía de

máquinas Bull y administrador de Papeteries Aussédat-Rey. 17 Cf. P. Michelin, in A. Harris et A. de Sédouy, Les patrons, éd. du Seuil, 1977, p.245-250.

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materia de procreación y de regulación de nacimientos (la explicación, en este caso, exige ella misma explicación). De hecho, la empresa familiar ofrece el privilegio de no imponer ningún límite a la fecundidad; por el contrario ella la favorece, al menos en la fase de expansión donde el crecimiento del instrumento de producción corresponde al crecimiento de la descendencia, que puede así ser absorbida gradualmente, sea por la creación de nuevos establecimientos financiados al arranque por la empresa madre, sea por el empleo de hijos suplementarios a título de gerentes o directivos. Además, la riqueza en hijos constituye en sí, y también por el capital en alianzas que permite instaurar, una manera de acumular capital social –el cual sabemos es hecho con la suma, siempre potencialmente movilizable, de los capitales de todas las especies poseídas por cada uno de los miembros del grupo. Pero la gran familia no puede perpetuarse como tal si no llega a protegerse contra la división y contra el desmoronamiento del patrimonio que resulta. De ahí, seguramente, todas las estrategias sucesoriales enfocadas a evitar que la propiedad salga de la familia: sabemos así que las familias textiles del Norte excluían a las hijas, por que la propiedad puede ir a extranjeros, gracias a la ficción de la sociedad que pone el activo material al abrigo de la partición. De ahí sobre todo, las estrategias educativas y todas las prácticas que, como las fiestas y las ceremonias familiares, buscan crear entre todos los descendientes vínculos de solidaridad tales que la muerte de uno de los detentores de derechos sobre el patrimonio sea la ocasión no de una división sino de una reorganización de los negocios explotados en común. Las razones de la atención extrema que es llevada al matrimonio, y muy especialmente al matrimonio de los futuros dirigentes, no se reducen la deseo de reforzar la empresa aportándole capital económico, bajo la forma de dotes o herencias, y de capital social, por la extensión de su red vínculos. El cuidado de salvaguardar las disposiciones éticas que son consideradas como las condiciones del éxito económico de la empresa y de la afirmación del rango social de la familia, entra sin duda también dentro de la búsqueda de la homogamia más estricta: el hecho de no admitir en la familia sino mujeres capaces de encarnar y de inculcar el respeto a las virtudes burguesas, culto al trabajo, hábito del ahorro, espíritu de familia 18, cumple una función totalmente semejante al exclusivismo que lleva e elegir establecimientos de educación reservados y lugares de encuentro altamente selectivos. En efecto, se espera de la educación familiar, en general fuertemente rigorista, y de la educación escolar, lo más a menudo confiada a los jesuitas, o a instituciones a la inglesa como la école des Roches, que inculquen primeramente disposiciones éticas religiosamente garantizadas- sobre todo, seguramente, en las hijas, confiadas a internados tales como <<Les Oiseaux>>. La Ecole de Roches que se sitúa en Verneuil-sur-Avre en Normandia ha sido fundada en 1899 por Edmond Demolins, <<pensador y sociólogo>>, discípulo de Frédéric Le Play, amigo del barón de Coubertin y <<gran admirador de los métodos pedagógicos ingleses>> (Cf. sus obras A quoi tient la supériorité des anglo-saxons y L’éducation nouvelle), como escribe Jean-Calude Courbin, nieto del fundador, en una placa realizada con ocasión del setenta y cinco aniversario de la escuela, en 1974 (“Demolins escritor y conferenciante”, en Edmond Demolins, qui était-ce?). Y el mismo panegirista expresa en una frase toda la filosofía de la educación del patronato familiar: “Se necesitaba coraje para emprender una obra semejante en aquella época en una sociedad francesa entonces esencialmente centrada en el liceo-cuartel napoleónico y la universidad-máquina de hacer funcionarios dóciles y más o menos mediocres.”. La École de Roches contaba, a fines de los años 70, con más de 400 alumnos, hombres y mujeres (de los cuales alrededor de 120 son extranjeros), a razón de 20 alumnos por clase en promedio y de 12 alumnos para los trabajos prácticos; el precio de la pensión por trimestre para el período 1977-78 variaba de 7,205 F para un alumno de sexto o séptimo a 10,155 F para un alumno terminal. El folleto de presentación de la escuela evoca así la suntuosa casa solariega normanda donde los alumnos se encuentran “como en casa”: <<Una propiedad

18 Para una evocación de esta <<moral burguesa>> y del rol de las mujeres en su perpetuación, ver J.L. Dansette,

op.cit.,passim.

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en plena campiña, sin otro muro que los árboles, los setos y el río Iton; terrenos de deportes, aire, luz, y en los pinos numerosas ardillas. Portal, los Helechos, la Colina, el Molino ... repartidos por toda la propiedad, las casas de Roches reúnen de doce a cuarenta niños o adolescentes. Ellos se encuentran <<como en casa>> en habitaciones que ellos personalizan por afinidades (5 a 6 camas para los muchachos, 2 a 3 camas para las chicas), rincones de trabajo, salas de juegos, bibliotecas y salones de reunión. Cada casa tiene su estilo propio, sus jardines, su tenis y ... sus tradiciones. Dos exalumnos que se reencuentran se presentan así: Pinos 1924, Valle 1907!>>. Fiel a la exaltación de las actividades corporales que los fundadores, en un espíritu ilustrado por Coubertin, pretendían oponer al intelectualismo de los “fuertes en un tema”, la Escuela da un gran lugar a las actividades deportivas más selectas (el folleto muestra alumnos practicando esgrima o, en uniforme muy british, pantalón gris, chaqueta oscura, inclinados sobre un avión de turismo de la escuela o conduciendo por la brida a un caballo): <<Un gimnasio moderno, un espacio hípico muy grande (1,000 m2), numerosos caballos y ponys, un estadio de atletismo, terrenos de fútbol, de rugby, de basket y de volley, ocho canchas de tenis, una pista de karts, una sala de deportes de combate, una piscina con calefacción, cubierta en invierno, y también un terreno de aviación permiten a los alumnos de Roches entregarse a todos los deportes que les gustan y adquirir el dominio de sí mismos, el desarrollo físico y el espíritu deportivo.>> La relación con el sistema de enseñanza – y muy especialmente con las instituciones de enseñanza pública – es inseparable de una visión del mucho que privilegia todo lo que depende del orden de lo privado: el rechazo a la escuela laica es una dimensión de un rechazo global con respecto al Estado laico y a la filosofía social llamada <<republicana>>, que busca arrancar ámbitos reservados, empresa privada, escuela privada, a las tomas del universalismo burocrático. La enseñanza privada no es solamente una enseñanza exclusiva, cuyo límite es el recurso, sin duda bastante frecuente, a un preceptor a domicilio19 y una enseñanza protegida, que garantiza la fidelidad a las virtudes cardinales de la moral conservadora, trabajo, familia y propiedad; es una enseñanza religiosa que por su organización de cariz familiar tanto como por la “filosofía” personalista de la cual está impregnada, tiende a reducir lo público a lo privado, lo social a lo personal, lo político a lo ético, lo económico a lo psicológico, en una palabra a operar una despolitización que devuelve al orden de lo <<vivido>> más irreductiblemente singular todas las experiencias que la acción de <<politización>> apunta por el contrario a desligar de la <<persona>> en su unicidad para hacerles aparecer como comunes a una clase. Tan largo tiempo detentan el poder de transmitir de persona a persona, es decir, lo más frecuentemente, de padre a hijos, un poder que demanda ser ejercido personalmente por su detentor y que no exige ninguna competencia que no pueda adquirirse por la experiencia directa en la empresa familiar misma, los patrones no tienen sino que hacer una institución que, como la escuela, no confiera sus títulos de competencia pretendiendo la validez universal sino a cambio de garantías de capacidad que se quieren también universales. Se satisfacen perfectamente de un modo de reproducción dentro del cual las instituciones de enseñanza secundaria o incluso superior, cuya frecuentación no es apenas más que una clase de derecho estatutario de burguesía, se encuentran reducidas a una función de legitimación. El sentimiento de no deber su éxito sino a su experiencia, y a sus virtudes, adquiridas sobre la práctica, por la práctica misma, y la desconfianza con respecto a todas las formas de saber abstracto y libresco, apenas si les llevan a valorar los títulos escolares y la institución que los otorga. Cuando los imperativos del rango social los obligan, no piden al sistema escolar sino los títulos de buena educación moral y de

19 El preceptorado es espontáneamente evocado por dos patrones interrogados por André Harris y Alain de Sédouy,

Ferdinand Béghin y François Ceyrac. Este declara: “En la familia de mi padre, había una institutriz en la casa y los trece hijos de mi abuelo estudiaron todos con ella, antes de ir al Sacré-Coeur o con los jesuitas. Mi madre ha juzgado muy naturalmente indecente ¡que sus hijos fueran a la escuela primaria! Yo no he dejado ha mi institutriz sino para entrar en tercero, al colegio de los jesuitas de Sarlat donde mi padre y mi abuelo me habían precedido” (F. Ceyrac, in A. Harris et A. de Sédouy, op.cit., p.47).

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distinción social que la enseñanza privada está preparada a suministrarles, o, en rigor, las garantías de competencia técnica que permiten al patrón de segunda generación imponerse delante de su personal técnico, aquellos por ejemplo que otorgan la Ecole central, institución directamente acondicionada para responder a las expectativas del patronato tradicional, o las pequeñas escuelas de ingenieros20. La deploración de la incapacidad de los diplomas es uno de sus tópicos favoritos. Así, cuando se le interroga sobre la formación de sus directores, Marcel Fournier, fundador y PDG de la sociedad Carrefour, que, después de sus estudios secundarios en el colegio de Mongré en Villefranche-sur-Saône, trabajó en la mercería paterna, primero como <<empleado>>, luego como <<director>>, antes de fundar con Denis Defforey la sociedad Carrefour (el primer supermercado fue abierto en Annecy en 1960), explica: <<Ellos han sido primero jefes de departamento dentro de las tiendas precedentes. Y (...) son formados sobre la práctica. Nosotros tenemos gente que viene de todos los horizontes. Algunos de ellos han simplemente hecho estudios secundarios, e incluso, no todos. Algunos salen de escuelas de comercio. Hay también uno o dos de Sciences Po. Y todos han comenzado por subir todos los escalones (...). Este deseo de verles pasar por todos los puestos comenzando por aquel de maniobra seguramente ha apartado de nosotros muchachos que eran capaces, que creían demasiado en el valor de sus diplomas y no suficientemente en el valor de la experiencia>> (Face à face avec Marcel Fournier par R. Priouret, L’Expansion, juin 1973, pp.221). La misma visión de André Blanchet que, después de haber seguido los cursos de una escuela profesional, que se convirtió después en el liceo técnico Diderot, entró a los diecisiete años en Brandt y Fouilleret, constructores de equipamiento eléctrico industrial, antes de fundar en 1924 (con su hermano Pierre, y con Jules Sarrasin, ex –alumno de Arts et Métiers y Michel Le Gouellec del instituto electrotécnico de Grenoble) la Télémécanique électrique: <<La creatividad me parece ser una facultad innata. Aquel que la posee ve los productos nuevos salir sin pena de sus manos. Seguro, es preferible que sea ingeniero>> (...). [Un ingeniero de gran escuela], <<si no tiene el temperamento creador, no soy yo quien se lo podría dar, y, a la inversa, un hombre que no ha hecho los estudios puede tener ese temperamento (...). El mejor creador que hemos tenido –está retirado ahora- era un antiguo tornero provisto de su único certificado de estudios. Tenía un extraordinario don de creación>> (Cf. R. Priouret, La France et le management, Paris, Denoël, 1968, pp.251-252, Interview d’André Blanchet). Se objetará que los discursos hostiles a los títulos y a los titulados no son menos frecuentes en el otro extremo del espacio patronal, entre los fanáticos del <<man dev>> (man development) de las más grandes empresas que se rehusan a tratar el diploma como el criterio exclusivo de reclutamiento (cf. por ejemplo J. Fontaine, <<Les grandes entreprises jugent les grandes écoles>>, L’Expansion, 109, juillet-août 1977,pp.66-71). De hecho, estas profesiones de fe modernistas son contradichas de mil formas: es así que, interrogados sobre el valor que conceden al diploma para el acceso a los diferentes puestos de la empresa, los mismos responsables (que otorgan al diploma una importancia determinante para el reclutamiento de personal principiante) ponen en primer rango, como en la realidad, el X y el ENA cuando se trata de puestos de dirección, el ENA y HEC para los puestos financieros, HEC y los ESSEC para los puestos comerciales, Centrale para la producción, Sciences Po para la dirección de personal (ibid. P.68). Y se sabe por otra parte que las propiedades escolares del conjunto del personal de la empresa tienden a variar muy estrechamente como las propiedades de los PDG, que tienden tanto más a rodearse de portadores de títulos, lo más frecuentemente idénticos a los suyos, cuanto más diplomas tienen ellos mismos21.

20 Maurice Lévy-Leboyer muestra que la Escuela central que acogía, sin que tuvieran que sufrir una verdadera selección

antes de 1866, gente joven nacida en un 80% en medios acomodados, principalmente de la industria, y le preparaba –a través de un curso donde las ciencias no ocupaban más del 15% del horario, contra 37% en la Escuela politécnica- para las carreras de la industria (a razón de 40% del efectivo entre 1829 y 1885), a aquellas de caminos de fierro (27%), los trabajos públicos (9%) o incluso a las profesiones de ingeniero-consejero (16%) o de enseñanza (4%) (M. Lévy-Leboyer, Le patronat français a-t-il été malthusien?, Le mouvement social, 88, juillet-septembre 1974, pp.1-49), continuó reclutando principalmente dentro de la burguesía de negocios incluso después de la instauración de un concurso de ingreso: por ejemplo entre 1900 y 1925, 77.9% de los alumnos son originarios de <<medios acomodados>> (caseros, propietarios, industriales, negociantes, profesiones ), contra 45.4% en la Escuela politécnica en 1925.

21 Los fenómenos de racimo que favorece la cooptación entre exalumnos de la misma escuela, y que hacen que las luchas de sucesión alrededor de la posición de PDG movilicen a menudo al conjunto de mandos de diferentes orígenes escolares, directamente interesados en el éxito de uno de los suyos, se observan casi en todas partes. Así, en Saint-Gobain-Pont-à-Mousson, cuyo PDG en 1972 es Roger Martin, politécnico e ingeniero del cuerpo de Minas, se

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El derecho de sucesión no transmisible que asegura la escuela no es, para el patronato familiar, sino un ‘en el peor de los casos’ que se intenta asegurar cuando la empresa familiar está amenazada o no puede ya ofrecer puestos a todos los miembros de la familia, o un sustituto cuya adquisición no se impone sino cuando el derecho de propiedad hace falta. Como testigo, esta estadística22:

contaba el mismo año, entre los dieciséis directores, cinco politécnicos (de los cuales tres salieron en el cuerpo de Minas), dos exalumnos de la Escuela normal superior de la calle Ulm (del cual uno había tembién hecho el ENA). Por el contrario, en Boussois-Souchon-Neuvesel cuyo PDG, Antoine Riboud, se jacta de buena gana de haber salido de la Escuela superior de comercio de París, sobre dieciséis directores no se contaba más que un politécnico y ningún alumno de la Escuela normal superior o de la Escuela nacional de administración. En la sociedad Kodak-Pathé, cuyo PDG, Paul Villaume, es exalumno de HEC, cinco directores de nueve salieron de esta escuela, y el equipo dirigente no comporta ningún exalumno de Polytechnique, de la ENA o de la ENS. Y todavía podríamos multiplicar los ejemplos.

22 J. Saglio, Qui sont les patrons?, Economie et humanisme, 236, juillet-août 1977, pp.6-11.

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Estatuto

fundador heredero heredero 2ªgen o más

sin parentesco

jefe de establecimiento

en conjunto

Nivel escolar % % % % % %

Inferior a bachillerato

81

50 26 19 15 40

Enseñanza sup No científica

9 28 26 10 9 16

Enseñanza sup Científica

9 17 39 67 73 40

Enseñanza sup Doble

6 9 5 3 4

Dentro de esta población de 141 jefes de empresas y de establecimientos de la región Rhône-Alpes, se observa que el capital escolar que tiende a aumentar a medida que los vínculos con el fundador se debilitan constituye la condición de acceso casi obligado (en más de 2/3 de los casos) para aquellos que no tienen ningún vínculo con él. Dicho de otro modo, si el capital escolar no es indispensable para crear una empresa, se vuelve más necesario (se trata lo más frecuentemente de diplomas de derecho) cuando se trata de conservarla o acrecentarla y es casi indispensable para acceder a su dirección una vez que está plenamente desarrollada23. La facilidad dada a los jefes de empresa de asegurar la posición de sus hijos está sin duda al principio, paradójicamente, del ocaso de numerosas empresas familiares, no solamente en razón del incremento de cargas salariales que resulta de la multiplicación artificial de los <<cargos>> hereditarios nacida de la multiplicación ficticia de los puestos destinados a herederos más o menos <<capaces>> de cubrirlos, sino también porque ello permite rechazar hasta el último límite, es decir hasta el absurdo y el fracaso, toda reconversión de al menos una parte de los herederos a otras estrategias de reproducción, por ejemplo todas aquellas que suponen la acumulación de capital escolar24.

23 Nuestra propia emcuesta permite verificar esta hipótesis: la tasa de detentores de títulos de enseñanza superior entre

los dirigentes crece muy fueertemente cuano se va de las empresas de control familiar, a las empresas tecnocráticas o a las empresas nacionalizadas.

24 Reconversión tanto más difícil cuanto ella supone una conversión de toda la visión tradicional de la empresa, en particular de la fe en la formación sobre la tarea y del desdeño a los estudios que, en más de un caso, la hacen impensable. “Las familias textiles del norte eran muy prolíficas y habían conservado el hábito, adquirido en el curso

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El modo de reproducción de componente escolar En el modo de reproducción característico de las grandes empresas burocráticas, el título deja de ser un atributo estatutario (como el diploma de derecho de un Rothschild) para convertirse en un verdadero derecho de entrada: la escuela –bajo la forma de gran escuela- y el cuerpo, grupo social que la escuela produce en apariencia ex nihilo y, de hecho, a partir de propiedades también vinculadas a la familia, toman el lugar de la familia y del parentesco, jugando la cooptación de los condiscípulos sobre la base de solidaridades de escuela y de cuerpo, el rol que recuerda al nepotismo y a las alianzas matrimoniales dentro de las empresas que tienen el privilegio de la transmisibilidad de privilegios. Se observa así que la porción de los detentores de títulos de enseñanza superior entre los dirigentes de las más grandes sociedades industriales, comerciales o bancarias aumenta muy fuertemente cuando se pasa de sociedades de control familiar (es decir en las cuales las acciones son retenidas en una parte importante por una familia) a las sociedades tecnocráticas (i.e. en las cuales el capital está disperso entre un gran número de organismos, sociedades o individuos) o a las empresas nacionalizadas: solamente 3% de los PDG de sociedades de control familiar declaran haber obtenido dos diplomas de enseñanza superior o más contra 35% de los PDG de filiales extranjeras, 73% de los PDG de sociedades de control tecnocrático y 74% de las sociedades controladas por el Estado; los primeros han hecho más frecuentemente sus estudios secundarios en establecimientos privados de provincia, particularmente en el Collège des Roches (sea para el conjunto de establecimientos privados de provincia, 31%, 18%, 20% y 7%). Y el mismo sistema de diferencias se encuentra en la naturaleza de los títulos obtenidos, la proporción de detentores de títulos más prestigiosos (como X Minas) aumenta muy fuertemente cuando se va de empresas <<familiares>> a las empresas <<públicas>>. Tabla: El capital escolar de los PDG según la forma de control Forma de control

estudios secundarios o superiores no terminados

sólo derecho

pequeña escuela de ingeniería

letras, ciencias, medicina

Centrale, Minas de París, Nancy, Saint-Etienne

Sciences Po

Hec u otra escuela de comercio

sólo Polytechnique

Polytechnique, Minas, Puentes

Total

familiar (n 82)

21.5 18 19 4 9 15 7.5 1 5 100

extranjera (n 42) 10 17 7 5 7 10 19.5 14.5 10 100 tecnocrática (n 45)

4.5 6.5 2 - 15.5 38.5 2 - 31 100

del siglo XIX, de hacer entrar en el negocio a los hijos y los yernos; esta actitud, valiosa durante las fases de expansión, en que los puestos de dirección se multiplicaban, con la creación de nuevos establecimientos, se volvía muy peligrosa cuando había que reducir el número de unidades de producción” (M. Battiau, Les industries textiles de la région Nord-Pas-de-Calais, t.II, thèse, Lille, 1976, p.417). Y el mismo autor muestra más allá el efecto paralizante que ejercían sobre la dirección los que tenían parte, a menudo muy numerosos, que se asociaban en ocasiones a la dirección para evitar los conflictos: “Se encontraban diez, quince primos o más, que estaban asociados; cada rama de una de las familias se volvía propietaria de un puesto de responsabilidad, por no decir de un feudo. Se concluía fácilmente en la formación de un reclutamiento pletórico>> (p.418).

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Estado (n 31)

3 16 - 3 - 36 - 10 29 100

Las estrategias por las cuales los grandes cuerpos defienden su capital social obedecen a una lógica totalmente semejante a la de las familias –y ello se comprende puesto que, en los dos casos, el valor de cada uno de los miembros depende del aporte de todos los otros y de la posibilidad de movilizar prácticamente el capital así reunido, así pues de la solidaridad real entre los miembros del grupo. Así, cada vez que un miembro del grupo que se apropie una alta función, el capital social y el capital simbólico de todos los demás se encuentran reforzados y, como se dice, “sus acciones suben”. Se podría así establecer una suerte de contabilidad del capital global de los diferentes cuerpos inspirándose en la tabla de equivalencias entre los pesos sociales que propone un observador enterado: <<Un presidente de gran sociedad nacional ‘vale’ más que un delegado ministerial o que un secretario general de ministerio; una dirección general de empresa pública pesa varios puestos de dirección dentro de la administración central>>25. Se sigue que el capital de los grandes cuerpos, como el de las familias, no puede ser abandonado al azar de las iniciativas individuales y que no puede escapar a las amenazas permanentes de devaluación y de descrédito sino a condición de ser objeto de una vigilancia constante y de una gestión racional: cada cuerpo tiene un <<consejo de notables>> dirigido por un <<jefe de cuerpo>>> o <<consciencia del cuerpo>>, que vela sobre las decisiones de los politécnicos y <<sigue la evolución durante el tiempo de los rangos de salida del primer y del último de los alumnos que han querido adherirse al cuerpo>>26. Toda estrategia de reproducción implica una forma de numerus clausus. Ella cumple en efecto funciones de inclusión y funciones de exclusión que concurren a mantener constante el volumen del cuerpo, limitando ya sea el número de productos biológicos del cuerpo (pero sólo la familia puede así controlar, en ciertos límites, estrategias de fecundidad), ya sea el número de individuos habilitados a formar parte (de manera que se evite que excedan el número de posiciones cuya ocupación condiciona el mantenimiento dentro del cuerpo), y excluyendo al mismo tiempo, con su asentimiento, a una parte de los productos biológicos del cuerpo, así rechazados hacia otros universos o mantenidos en un estatuto ambiguo o amputado -es, en el caso de la aristocracia del Antiguo Régimen, el celibato de las hijas relegadas en instituciones religiosas o en la partida del menor de la familia, consagrado a la Iglesia). En el modo de reproducción “familiar”, la responsabilidad de estos ajustes incumbía a la familia. Con el modo de reproducción de componente escolar, al cual los patrones “tecnocráticos” deben su posición, éste pierde el dominio de las elecciones sucesoriales y el poder de designar él mismo los herederos. La diferencia fundamental entre los dos modos de reproducción reside en la lógica propiamente estadística del modo de reproducción de componente escolar. A diferencia de la transmisión directa de derechos de propiedad entre el detentor y el heredero designado por el detentor mismo, la transmisión operada por el intermediario de la escuela reposa en la agregación estadística de acciones aisladas de agentes individuales o colectivos y asegura a la clase en su conjunto propiedades que niega a tal o cual de sus elementos tomado separadamente27. La escuela no puede contribuir a la reproducción de la clase (en el sentido lógico del término) sino sacrificando a ciertos individuos de la clase que ahorrarían un modo de reproducción dejando a la familia el pleno poder sobre la transmisión. La contradicción específica del modo de reproducción que esta

25 J.A.Kosciusko-Morizet, La mafia polytechnicienne, Paris, Seuil, 1973, p.99. 26 J.A.Kosciusko-Morizet, op.cit., p.125. 27 Sobre la estadística y el axioma de omni et nullo, ver G. Bachelard, Le nouvel esprit scientifique, Paris, PUF, 1934,

pp. 113-134.

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caracteriza reside en la oposición entre los intereses de la clase que la escuela sirve estadísticamente y los intereses de miembros de la clase que sacrifica, es decir no solamente aquellos que son llamados los <<fracasados>> sino también los detentores de títulos que dan derecho <<normalmente>> - es decir en el estado anterior de la relación entre los títulos y los puestos- a una profesión burguesa que, frecuentemente porque no son salidos de la clase, no pueden hacer honrar esos títulos en el mercado. Tan largo tiempo como la familia burguesa tiene el control de su propia reproducción social y puede así ajustar el número de aspirantes legítimos al número de puestos a proveer, la sobreproducción de detentores de <<derechos de burguesía>> queda como un accidente y tiende a mantenerse dentro de límites razonables, por el hecho de que sanciones económicas golpean la transgresión. La sobreproducción, con todas las contradicciones que implica, se vuelve una constante estructural cuando, con el modo de reproducción de componente escolar, oportunidades teóricamente iguales son ofertadas a todos los <<herederos>> (chicas tanto como chicos, primogénitos como menores) de obtener títulos escolares, al mismo tiempo que el acceso de “no herederos” a estos títulos aumenta también (en cifras absolutas), como en Francia desde hace dos décadas, y la eliminación brutal, desde el ingreso en la enseñanza secundaria, cede el lugar a una eliminación suave, es decir progresiva, continua, pues lenta y costosa, que no puede hacerse aceptar y reconocer sino a condición de dejar aumentar el número de sobrevivientes originarios de las regiones dominadas del espacio social. Las estrategias que las víctimas de este instrumento de reproducción estocástica pueden oponer, ya sea que se trate de estrategias compensatorias de tipo individual o de estrategias colectivas de reivindicación o de subversión (de la cual el movimiento de mayo del 68 represente la forma ejemplar), son actualmente uno de los factores más importantes de la transformación de las estructuras sociales: son por un lado las estrategias individuales de recuperación ofrecidas solamente a aquellos que pueden encontrar en un capital social de relaciones heredadas el medio para suplir la ausencia de títulos o de sacar el máximo rendimiento de los títulos poseídos dirigiéndose hacia las profesiones refugio de las regiones todavía poco burocratizadas de la espacio social donde las disposiciones sociales cuentan más que las <<competencias>> específicas escolarmente garantizadas; son también las estrategias colectivas de reivindicación enfocadas a hacer valer los títulos y a obtener la contrapartida que les era asegurada en un estado; y los unos y los otros se conjugan para favorecer la creación de un gran número de posiciones semi-burguesas, salidas de la renovación de la definición de posiciones antiguas o de la <<invención>> de posiciones nuevas, y hechas para permitir a los <<herederos>> desprovistos de títulos escapar a la salida de su clase social y a los <<advenedizos>> obtener una contrapartida cercana a sus títulos devaluados. Sin duda el modo de reproducción escolar tolera una deformación de la estructura social mayor que el modo de transmisión familiar y sus procedimientos simples de transmisión directa; pero, debido a que los mecanismos de transmisión están en ésta doblemente ocultos, la simulación que opera la agregación estadística se duplica con la simulación de la transmisión directa del capital cultural que sesga la estadística, la transmisión escolar compensa su menor rendimiento reproductivo por una eficacia superior en la simulación del trabajo de reproducción: muy cercano en apariencia a un sistema de redistribución estocástico que conduciría inevitablemente a una redistribución de las posiciones en cada generación, el sistema de enseñanza funciona con la imparcialidad aparente de un tiro de suerte en realidad sistemáticamente sesgado, produciendo en toda inocencia efectos que son infinitamente más cercanos, en todo caso, de aquellos que aseguraban la transmisión por herencia directa que de la redistribución al azar28.

28 El concurso anónimo, corazón de la ideología de la igualdad de oportunidades que se ha convertido en uno de los

fundamentos de la legitimidad burguesa, se opone a la transmisión hereditaria, al reclutamiento por relaciones, al nepotismo y a todos los mecanismos de cooptación fundados en el interconocimiento como se opone al matrimonio arreglado por las familias, la libre elección, a la casualidad de encuentros de facultad y al grado de la afinidad de los

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La delimitación de lo que es legítimamente transmisible y de las maneras legítimas de conservarlo y de transmitirlo es, a cada momento, la apuesta de luchas larvadas o declaradas. La crítica subversiva tiende a restringir siempre primero la esfera de lo que es legítimamente transmisible por la revelación de lo arbitrario del modo de transmisión en vigor y de las motivaciones interesadas de las sociodiceas enfocadas a justificarlo. Este reforzamiento de la vigilancia crítica (al cual la ciencia social contribuye en una gran parte) y de los controles institucionales de la transmisión (leyes sucesoriales, etc.) es uno de los factores que contribuyen a favorecer la regresión de estrategias eficaces y poco costosas, pero declaradas, como la transmisión en línea directa, en beneficio de estrategias que, como la inversión escolar, aseguran una transmisión disimulada, hasta totalmente desconocida en tanto tal, luego perfectamente reconocida y legítima, pero a costa de un mayor desperdicio y de un costo más elevado. Pero, si bien es cierto que este modo de reproducción estadístico limita el control directo de la familia, esta desposesión permanece relativa: aunque ellas estén menos bien ubicados que la burguesía de vestimenta de las profesiones liberales y sobre todo de los altos funcionarios parisinos para aprovechar plenamente el modo de reproducción de dominante escolar, las familias de la gran burguesía de negocios están en posibilidades de transmitir un mínimo de capital cultural y de sacar el mejor partido de las instituciones escolares cortadas a su medida que se han multiplicado desde hace algunos años y que aseguran una forma de reconocimiento escolar a las disposiciones, poco propicias al éxito en las competencias escolares más estrictas, que ellas inculcan. Luego, el diploma no es ni una condición necesaria, ni una condición suficiente de acceso a todas las posiciones dominantes –comenzando, evidentemente, por aquellas que ofrecen las empresas familiares. Finalmente, si, como se ha visto, el acceso a la dirección de las grandes empresas tecnocráticas o estatales (o incluso a las posiciones de alto directivo) es cada vez más completamente cerrada a los self-made-men, queda que el título escolar no basta prácticamente jamás para asegurar por sí solo el acceso a las posiciones dominantes en el campo económico. Como prueba, los patrones de Estado son salidos casi en totalidad de familias con vínculos –de parentesco u otros- con el mundo de los negocios. 29% de los PDG de las sociedades de control tecnocrático y 25% de los PDG de las empresas nacionalizadas o de economía mixta solamente (contra 68.5% dentro de las sociedades de control familiar)son hijos de industriales, de negociantes, de banqueros, de presidentes de sociedades. Pero los vínculos con el mundo de los negocios son mucho más importantes de lo que dejan suponer las cifras: la profesión principal del padre (por ejemplo abogado, universitario, alto funcionario, etc.) puede ocultar su pertenencia a una familia de negocios. Así, Edmond Hannotin, padre de Marc Hannotin, abogado [maître de requêtes] honorario del Consejo de Estado, convertido en PDG de la sociedad de Ciments Français (sociedad de control tecnocrático), que, si uno cree en la declaración hecha a Who’s Who, es <<abogado del Consejo de Estado y del Tribunal Supremo, antiguo senador>>, pertenecía de hecho al consejo de administración de bancos y de sociedades muy importantes (Crédit Lyonnais, Lyonnaise des eaux et éclairage, Chemins de fer de l’Est, etc.)29. Asimismo, Jacques Donnedieu de Vabres, abogado [maître de requêtes] honorario del Consejo de Estado, convertido en PDG de la empresa Campenon Bernard (de control tecnocrático) es hijo de Henri Donnedieu de Vabres, que, caracterizado como <<universitario>>, era de hecho profesor de gran renombre en la facultad de derecho y de Edmée Beigbeder, hija de David Beigbeder, miembro de numerosos consejos de administración de empresas marítimas y mineras30. Robert Bizot, PDG de Dunlop (sociedad controlada en el extranjero), hijo de Jean-Jacques Bizot, <<Inspector de Finanzas>> (y vicegobernador de la Banque de France), pertenecen a un viejo linaje burgués cuyo origen conocido se remonta al siglo XVI y que cuenta con magistrados, oficiales, inspectores de finanzas, agentes de cambio, administradores de sociedades (su hermano Alain es director de Crédit Lyonnais desde 1973; su tío Ennemond, que se casó con Marguerite Gillet, de la gran familia lyonesa, es administrador de varias sociedades del grupo Rhône-Poulenc, miembro del consejo consultivo de la Banque de

habitus, de un conjunto que la homogeneidad social de grupos recortados por la lógica de las <<vocaciones>> y de las selecciones dota de características socialmente variadas.

29 Cf. A. Hamon, Les maîtres de la France, T.I, Paris, Ed. Sociales internationales, 1936, pp.46-47. 30 Cf. A. Hamon, op.cit. t.III, p.152.

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France; otro de sus tíos Henry, inspector de Finanzas también, ha <<pisado>> el Comptoir nacional de descuento de París del cual fue presidente antes de convertirse en presidente de la Banque nacional de París. Él mismo se ha casado con Chantal Paul Renard, hija del industrial de quesos Paul Renard, y el es administrador de Fromageries Paul Renard). Wilfrid Baumgartner, PDG de Rhône-Poulenc en 1972, antiguo Ministro de Finanzas, es hijo de Amédée Baumgartner, <<cirujano>>, y de Mathilde Clamageran que pertenecen <<a una familia de hombres políticos y de hombres de negocios bien conocidos en el siglo XIX>>31; su abuelo Edouard Baumgartner era industrial textil. Se ha casado con Chistiane Mercier, hija de Ernest Mercier, antiguo ingeniero en jefe de ingeniería marítima, uno de los magnates del petróleo y de la electricidad, que formaba parte de 24 consejos de administración (y presidía 8) y que, en 1953, era todavía administrador de la Société du Canal de Suez, presidente honorario de Alsthom y vicepresidente de la Société alsacienne de construcciones mecánicas. Su hermano, Richard Baumgartner se ha casado con otra hija de Ernest Mercier y era en 1972 PDG de la Société alsacienne de construcciones mecánicas convertida en ALSPI y de la sociedad Lille-Bonnières-Colombes, administrador de la Compañía general de Electricidad y de la Compañía francesa de petróleos. Su otro hermano, Philippe, médico que consulta en el Aix les Bains, se ha casado con Geneviève de Lacroix y está vinculado por su matrimonio a la familia Dollfus que controla el grupo textil Dollfus Mieg y tenía intereses en la Société alsacienne de construcciones mecánicas32. No terminaríamos de enumerar los ejemplos de esta mismo tipo. El predominio marcado de la gran burguesía de vestimenta dentro de todas las sociedades de control tecnocrático o estatal podría explicarse en parte por el hecho de que -a diferencia de la gran y mediana burguesía de negocios de provincia que, esperando poco y dependiendo poco del título escolar, confiaba sus hijos a la enseñanza privada- ésta desde hace largo tiempo ha enviado a sus hijos a los grandes liceos de <<bellos barrios33. En París, en efecto, mientras que las fracciones más tradicionales de la burguesía de negocios confiaban sus hijos a los establecimientos privados más prestigiosos, como el Collège Stanislas o Sainte-Croix de Neuilly, frecuentados también por los hijos de la gran burguesía industrial y de la aristocracia provincial, las fracciones modernistas (y <<laicas>>) de la gran burguesía de negocios (es decir, primero, las burguesía protestante y judía) colocaban a sus hijos en los liceos más <<exclusivos>>. Un establecimiento como Janson de Sailly tenía un lugar aparte: asociado a Gerson, colegio privado, permitía a ciertas familias católicas acumular de cierto modo las ventajas “intelectuales” de la enseñanza pública y las seguridades “morales” de la enseñanza privada34. Como lo muestra la estadística, son los patrones salidos de profesiones liberales o de la alta función pública quienes han sacado el mejor partido de los grandes liceos parisinos, ya sea que se trate de grandes liceos <<burgueses>> como Janson o Condorcet, de donde ellos se dirigían sobre todo hacia Sciences Po o la Facultad de derecho, o de los liceos del barrio latino como Louis-le-Grand o Saint-Louis, de donde van no solamente hacia Sciences Po sino también al Politécnico35. Es así que estas categorías, que se distinguen por una relación más abierta con el mundo social, se encuentran claramente mejor colocadas que la gran burguesía católica de provincia para aprovechar

31 M. Hamon, op.cit., t.III p.109 (sobre les Clamageran, t.I, p.78 y pp.100-101 sobre Ernest Mercier). 32 H. Claude, Le pouvoir et l’argent, Paris, Ed. sociales, 1965, pp.22-23. 33 Cf. R. Anderson, “Secondary Education in Mid Nineteenth Century France : Some Social Aspects”, Past and Present,

1971, pp.121-146. 34 <<La escuela Gerson vivía en simbiosis con el liceo Janson de Sailly. La fórmula complacía a las familia católicas,

aseguradas de un ambiente religioso en el colegio y una alta calidad de enseñanza en el liceo (...). Los estudios eran buenos en Gerson Janson. Entre mis camaradas de los cuales recuerdo, Robert Gérard, Ennemond Bizot y Georges de Montalivet hicieron el X, Henri Beau, Christian de Jumilhac y Henri de Gouvion-Saint-Cyr, la Central, René Bachelier, Aguas y selvas, Henri Blanche, Naval, Jacques Georges-Picot y Jacques Lagrenée, Inspección de finanzas, Jean Delorme, Minas, René de Kainlis se orientó hacia la química y Philippe Renaudin hacia el Consejo de estado>> (Duc de Brissac, En d’autres temps, 1900-1939, Paris, Grasset, 1972, pp.140 y 146-147).

35 La jerarquía de los establecimientos secundarios, con primero los grandes liceos burgueses, Janson, Condorcet, luego los grandes liceos del barrio latino, después los otros liceos de París, luego los liceos de provincia, corresponde grosso modo a una serie de filas jerarquizadas, abiertas a poblaciones ellas mismas socialmente jerarquizadas.

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posibilidades de ascenso o de reconversión ofertadas por el nuevo modo de reproducción y de la nueva vía de acceso a las posiciones de poder que abrían las grandes escuelas y, particularmente, después de la segunda guerra mundial, la Escuela nacional de administración. Tabla 33 Los estudios secundarios según el origen social en % establecimientos publicos establecimientos privados perfil socioprofesional del padre

Janson

Condorcet

Louis le Grand

Saint Louis

otro liceo en Paris o los suburbios

liceo en provincia, extranjero

Roches, colegio de Normandie

Stanislas

Sainte Geneviève

otra escuela privada de París

escuela privada de provincia, extranjero extranjero

agric, empleado, obrero, clase media, artesano, comerciante (n 30)

- - 10 10 23 47 - 3 3 6 16.5

ejecutivo, directivo, ingeniero (n 26)

11.5 7.5 4 11.5 35 27 - 8 19 27 11.5

oficial, terrateniente (n 16)

12.5 - - 12.5 12.5 56 12.5 - 6 6 12.5

profesión liberal, alto funcionario (n 37)

24.5 11 19 5.5 19 16 - 5.5 - 8 8

gran comerciante, industrial (n 36)

14.5 6 - 3 17 29 9 6 3 20 37

gran industrial, administrador peq. sociedad, banquero

24.5 7 12 9 12.5 14 10.5 7 7 19 19

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(n 57) conjunto 16.5 6 9 8 19 26 5.5 5.5 6 15.5 18.5 La gestión familiar de la Escuela Hay que cuidarse siempre de reducir la oposición entre los dos modos de reproducción a la oposición entre el recurso a la familia y el recurso a la Escuela. Se trataría más bien, de hecho, de la diferencia entre una gestión puramente familiar de los problemas de reproducción y una gestión familiar que hace entrar un cierto uso de la Escuela en las estrategias de reproducción. En efecto, además de que la acción de reproducción que ejerce la Escuela se apoya en la transmisión doméstica de capital cultural, la familia continua poniendo la lógica relativamente autónoma de su economía propia, que le permite acumular el capital detentado por cada uno de sus miembros, al servicio de la acumulación y de la transmisión del patrimonio. El nuevo modo de apropiación del capital económico hace posible e incluso deseable la instauración entre los miembros de la familia de una solidaridad de una forma nueva: a diferencia de los propietarios de un patrimonio económico, que están divididos tanto como unidos por su común pretensión de apropiarse este patrimonio, siempre amenazado de ser dividido y dispersado al azar de las herencias y de las alianzas, los poseedores de un capital diversificado con fuerte componente cultural, tienen todo para ganar en mantener los vínculos de familia que les permiten acumular el capital poseído por cada uno de sus miembros. Así, la red de relaciones familiares puede ser el lugar de una circulación oficiosa de capital que dé toda su eficacia a las redes de circulación oficial o contrarreste los efectos contrarios a los intereses de la familia36: la relación dialéctica que se establece entre lo oficial y lo oficioso, entre la red familiar y la red propiamente económica de circulación del capital permite, aquí como en otra parte, maximizar los beneficios procuradas por sistemas de exigencias en apariencia incompatibles, acumular por ejemplo las ventajas garantizadas por los títulos escolares prestigiosos y aquellos que aseguran las protecciones capaces de obtener todo el rendimiento o aún de unir a las ventajas procuradas por los vínculos entre firmas los beneficios secundarios asegurados por los intercambios matrimoniales entre las familias de dirigentes. El <<espíritu de familia>> e incluso el afecto que confieren a la familia su cohesión contribuyen así a asegurar (sin evidentemente perseguirla como tal) una de las ventajas específicamente atadas a la pertenencia a un grupo familiar, a saber la participación del capital cuya integridad es garantizada por la integración de la familia, es decir de la suma de los activos de todos sus miembros37. Se piensa en el ejemplo de la familia Debré que reúne el capital bajo todas sus especies: Robert Debré, miembro del Instituto, de la Academia de medicina, ex profesor de la facultad de medicina de París, casado en primeras nupcias con Jeanne Debat-Ponsan, hija del pintor Edouard Debat-Ponsan y hermana de Jacques Debat-Ponsan que obtuvo el premio de Roma de arquitectura. Robert Debré quedó viudo y se casó con Elisabeth de la Panouse, hija de Sabine de Wendel (de la gran dinastía de la siderurgia),quien, de un primer matrimonio con Alphonse de la Bourdonnaye, había tenido seis hijo, de los cuales Oriane, se casó con Yves Guéna, consejero de Estado, ex Ministro). Jacques Debré,

36 Cuando C. S. Wilson y T. Lupton, (The Social Background and Connections of Top Decision-Makers, in K.W.

Rothschild (ed.), Power in Economics, Londres, Penguin Books, 1971, pp.220-248) se asombran de que las relaciones de parentesco hayan permanecido como muy importantes a pesar del cambio en la estructura de las empresas, no ven que es precisamente el cambio de la estructura de las empresas el que confiere toda su importancia al mantenimiento de las relaciones personales.

37 A la manera de un portafolio de acciones muy diversificado, un capital poseído bajo especies diferentes por personas diferentes, epro solidarias, permite disponer de triunfos a pesar de todos los cambios de la regla del juego. Es sin duda lo que exlica que, como lo han verificado muchas veces los historiadores, las grandes familias pasan sin daños a través de las revoluciones y los cambios de régimen.

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hermano de Robert, era alumno de la Escuela Politécnica, presidente de la Compañía industrial de telecomunicaciones y administrador de varias sociedades. Germain Debré, su otro hermano, era arquitecto. En la generación siguiente, encontramos a Michel Debré, hijo de Robert Debré y Jeanne Debat-Ponsan, abogado [maître de requêtes] honorario del Consejo de estado, ex primer Ministro, diputado, casado con Anne-Marie Le Maresquier, hija de Charles Le Maresquier, arquitecto en jefe de edificios civiles y palacios nacionales, miembro del Instituto, hermana de Nöel Le Maresquier, arquitecto y miembro del Instituto, conservador del museo Conde de Chantilly, y de Pierre Le maresquier, ex alumno de la Escuela normal superior, un tiempo consejero cultural de la embajada de Francia en Ankara, que ha sido profesor, consejero técnico y director de sociedades. Olivier Debré, hermano de Michel, es pintor y ha expuesto en numerosos salones, galerías y museos, y Claude Debré, su hermana, se casó con Philippe Monod-Broca, cirujano de hospitales, profesor de la facultad de medicina de Paris-Sud, hijo de Raoul Monbod, amigo de Robert Debré. Jean-Louis Debré, hijo de Michel Debré, que ha realizado sus estudios en Sciences Po, es magistrado, ha sido consejero técnico y luego encargado de misión del gabinete de Jacques Chirac. Esta vasta parentela bien mantenida no tiene nada de abstracto o de teórico. Robert Debré cuenta: <<Durante los últimos decenios, intensa fue nuestra vida familiar y social en nuestras casas parisinas y alrededor de aquellos a quienes estabamos muy unidos. Nosotros recibíamos a nuestros hijos y nuestros nietos. Matrimonios y nacimientos se sucedían. Los lazos permanecían íntimos con las parejas y sus hijos (...). Más tarde, los caracteres de los muchachos y las muchachas debían acusarse. Algunos se volvieron <<contestatarios>> (...). La tradición de la gran cena de Navidad era respetada. Los descendientes de dos líneas eran tan numerosos que reuniendo algunos sobrinos y sobrinas contábamos más de ochenta invitados (...). Nos regocijábamos profundamente de las alegrías personales y los éxitos profesionales de nuestros descendientes que se orientaban de las formas más variadas. Unos se habían convertido en profesores de medicina o de cirugía, ministros o generales y en la generación siguiente se revelaban diversos talentos. Quizá me conmovía particularmente el éxito de tres de mis nietos en el Internado del hospital de París>>38. El caso en que los accionistas pertenecientes a una misma familia delegan a uno de ellos el derecho de administrar el portafolio familiar no es sino un caso particular (en el cual los beneficios de la integración están limitados por las propiedades particulares de la especie de capital considerado) de todas las relaciones de participación en que el capital acumulado por cada uno de los miembros del grupo a título de posiciones que ocupa en diferentes instituciones y diferentes campos – y en particular su capital de relaciones sociales – es puesto en participación de suerte que cada uno tiene su parte y que todos tienen el todo. En pocas palabras, si el capital social es relativamente irreductible a las diferentes especies de capital, y en particular al capital económico y al capital cultural (del cual puede multiplicar el rendimiento), sin por tanto ser completamente independiente, esto es que el volumen de capital detentado a título individual por un agente individual se incrementa de un capital poseído por procración que depende del volumen de capital poseído por cada uno de los miembros de los grupos de los cuales forma parte y del grado de integración de esos grupos, familia, cuerpos, etc. El aumento de la duración biológica de la vida y el alargamiento correlativo de la duración de la existencia social contribuyen a retardar el momento en el cual los hijos heredan de sus padres y a llevarlos a una edad en que, debido a la disminución de la edad de matrimonio y de la edad del nacimiento del primer hijo, son frecuentemente ellos mismos padres de hijos en edad de entrar en la vida activa y de procrear; se sigue que la transmisión de una parte del patrimonio tiende a encontrarse subordinada a la lógica de las relaciones afectivas que rigen las relaciones al interior de la familia: como lo ha mostrado H. Le Bras39, los detentores de patrimonio heredan lo más frecuentemente entre 50 y 55 años, es decir en el momento en que se establecen sus hijos de 25 a 30 años, un patrimonio que pueden conservar en totalidad o del cual pueden hacer una donación parcial a sus hijos (bajo la forma por ejemplo de vivienda o de renta) según su buena voluntad y según el grado en el cual sus hijos se conformen a la definición que ellos tienen de la excelencia social. Estas transformaciones de las funciones económicas de la familia son correlativas a un cambio de las formas de autoridad al seno de la familia burguesa: la autoridad directa y abierta ejercida por el jefe de familia, jefe de empresa, guardián y garante del patrimonio común, se sustituye por un

38 R. Debré, L’honneur de vivre, Paris, Hermann et Stock, 1974, p.454 39 H. Le Bras, <<Parents, grands-parents, bisaïeux>>, Population 28 (1), janvier-février 1973, pp.9-37.

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conjunto de relaciones de dependencia afectiva fundadas en el <<afecto>>, la <<generosidad>> y la <<gratitud>> y propias para cumplir las mismas funciones, pero de manera oculta, engendrando vínculos que deben a su transfiguración sentimental y ética lo esencial de su fuerza. Así como los dos modos de reproducción corresponden a dos usos de la familia más que a un uso exclusivo de la familia o de la Escuela, asimismo estos se distinguen por dos usos de la Escuela o, más exactamente, por un uso privilegiado de instituciones situadas en regiones diferentes del espacio escolar. Mientras que para los unos, el título escolar otorgado por las instancias más escolares (como la escuela Politécnica) constituye la condición sine qua non de la entrada en el campo del poder, los otros exigen a instituciones escolares a la vez menos escolares y menos selectivas, que más que inculcar competencias nuevas refuerzan disposiciones heredadas, que les otorguen el mínimo de consagración necesaria para consagrar situaciones adquiridas. En un caso, la institución escolar afirma su autonomía a la vez por la naturaleza de los saberes inculcados y exigidos que no pueden ser adquiridos sino por un aprendizaje específico y específicamente y que son de poco precio en los mercados mundanos; en el otro caso, la Escuela, muy similar en ello a instituciones a las cuales los aristócratas de nacimiento o de dinero confían tradicionalmente sus hijos -Oxford y Yale, o la Ecole des Roches y los colegios jesuitas más estrictamente reservados- conceden una consagración que, aunque sea conferida por las menos <<escolares>> de las instituciones escolares, queda adornada de las apariencias de la neutralidad social que confiere a la Escuela su autonomía más o menos afirmada por relación a las exigencias mundanas. No es dudoso que el éxito social del Sciences Po, y del ENA que es su prolongación, se explique por el hecho de que estas instituciones han permitido a las familias de la gran burguesía más preocupadas de no encerrarse en la negativa del liceo del Estado y de las grandes escuelas que eran de buen tono dentro de la gran burguesía de provincia, asegurar la legitimación escolar de la transmisión de la herencia económica que, al menos desde finales del siglo XIX, tendía a ser cada vez más fuertemente exigida. Ello al menor costo escolar: por una parte, toda la lógica del reclutamiento social de su cuerpo profesoral y de su público predisponía a estas instituciones a reconocer la especie particular de capital cultural y la relación con la cultura y con el lenguaje que define propiamente la herencia de la burguesía parisina; y, por otra parte, el privilegio secreto que la burguesía de negocios otorga a las disposiciones garantizadas por los más mundanos títulos escolares cuando ella mantiene el dominio completo de elegir sus herederos al seno de la familia o, en su defecto, dentro de la clase, tendía a compensar y a corregir las distorsiones que la Escuela introduce en la correspondencia entre las jerarquías sociales y las jerarquías escolares cuando, como en el Politécnico, esta puede afirmar mejor su lógica específica. Nada haría ver mejor la oposición de dos líneas sociales que la confrontación, a traves de una serie de fotografías, de la hexis corporal, de la cosmética o de la vestimenta de los adolescentes que toman prestada la una o la otra de entre ellas o incluso la comparación de la arquitectura de los edificios en los cuales se desarrolla la enseñanza: por un lado la austeridad claustral de los grandes internados (que, hace poco, eran todavía exclusivamente masculinos), como Saint-Louis y Louis-le-Grand, totalmente encerrados en el trabajo y el estudio; por el otro, la apertura del Instituto de estudios políticos, organizado alrededor de una biblioteca y de un amplio vestíbulo muy moderno, que contrasta violentamente con el gran patio rodeado de columnas del liceo Louis-le-Grand40. O incluso la yuxtaposición del

40 Esta austeridad, mezclada con grandeza, ha sido expresamente investigada por los constructores de los grandes liceos

construidos a finales del sigloXIX, como el liceo Montaigne, el liceo Victor Hugo o el liceo Lakanal, edificado entre 1882 y 1886, acerca del cual Françoise Boudon escribe: “La administración quiere edificar un liceo modelo, tanto por sus disposiciones generales como por su acondicionamiento (...). El programa es importante. Destinado a recibir setecientos internos, se decide implantarlo fuera de París, en un parque de nueve hectáreas, plantado de árboles magníficos (...). Estas pequeñas invenciones decorativas no bastan para disipar la impresión de austeridad que se desprende de los edificios del liceo. Esta austeridad ha sido querida así por el arquitecto y debía ser compensada por

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registro de un oral de matemáticas o de física de la Escuela Politécnica con el registro de un oral del ENA tal como el que es reportado aquí. En la “conversación” de la cual reportamos la transcripción (indicando por puntos suspensivos los pasajes faltantes, es decir inaudibles), ejemplo completamente representativo de (treinta) exámenes del primer concurso que han podido ser observados en 1971, el candidato debía comentar el siguiente texto41: “Contribuyendo a la destrucción de estructuras ligadas tanto a la naturaleza como al rechazo de la historicidad, la acción de la gran ciudad ha sido y es todavía negativa. ¿Qué balance positivo dejar? Primero un saber más abstracto y más calculador; una experiencia cotidiana más variada a base de tentaciones múltiples, de condicionamientos diversos y de inserción en diferentes redes de relaciones sociales. En fin, la complejidad de situaciones, que ha sucedido al antiguo determinismo, ofrece a la libertad individual la posibilidad de realizarse a sí misma al interior del margen que le deja el juego de combinaciones existentes. La regla del juego quiere que tenga también la posibilidad de dejarse determinar al capricho de las circunstancias. Esta razón no justifica el temor que adhiere a algunos a la idea de que la vida urbana esterilizaría las virtudes creadoras infundiendo una especie de nublamiento conformista. La Historia enseña por el contrario que las fuertes personalidades son originarias de las grandes ciudades, o todas al menos han sufrido su influencia, y que las ciudades son el hogar y el receptáculo de las novedades revolucionarias” (Luc Thoré, Signification du phénomène urbain, 1965). Después de la exposición presentada por el candidato la “conversación” se entabla42: Primer interrogador

- Usted parece, en consecuencia, aprobar la posición de Thoré ..., usted lo ha matizado, usted ha citado a Henri Lefebvre; ¿cuál es justamente la posición de Thoré con relación a Lefebvre?

un gran confort interior. En el espíritu del racionalista que es Baudot, aliar una gran y bella simplicidad en la concepción arquitectónica a un real refinamiento en las instalaciones de la segunda obra constituye el objetivo mismo de la arquitectura moderna, que rechaza la superficialidad para no atarse más que al bienestar del hombre” (F. Boudon, “Recherche sur la pensée et l’oeuvre d’Anatole de Baudot, 1834-1915”, Architecture, mouvement et continuité, mars 1973; se podrá consultar también a Paul Chemetov, Architectures, Paris, 1848-1914, Paris, Secrétariat d’Etat à la culture, 1977, especialmente p.55-56 sobre el colegio Sainte-Barbe, p.62 sobre el liceo Montaigne y su invernadero, p.55 sobre el liceo Lakanal). Se ve que la atención que se ha puesto, desde hace algunos años, y después de Michel Foucault, en las funciones de vigilancia, indiscutibles, por un interés un poco ingenuo por los aspectos más visibles de la “represión”, ha conducido a dejar escapar, en este terreno como en muchos otros, aspectos mucho más fundamentales, y menos visibles, del ejercicio de la dominación simbólica (sobre la función de vigilancia, se podría citar por ejemplo al arquitecto del liceo Racine: “Toda la construcción sobre la calle está ocupada en este nivel por el departamento de la directora. En P está la oficina de esta funcionaria, de donde ella puede vigilar a la vez la entrada y la salida de los alumnos del lado de la calle, al mismo tiempo que lo que ocurre en la cancha y en los locales escolare. Esta pieza está precedida por una antesala y comunica directamente con un salón de recepciónY. En X, por encima de la logia, está dispuesta una terraza que facilita también la vigilancia.” P. Gout, “Lycée Racine”, Encyclopédie d’architecture, 4e série, no. 22, 14 mai 1889).

41 Las (quince) pruebas del concurso reservado a los candidatos que ocupan ya un empleo en la función pública (y más a menudo salidos de la pequeña burguesía) que han podido ser observados son formalmente idénticos a los del primer concurso. Todas las veces, los miembros del jurado (que no son los mismos que los del primer concurso) manifiestan frecuentemente una actitud protectora con respecto al candidato, y el interés que les dan parece siempre un poco forzado, un poco condescendiente y como de encargo. Se le dice: “Usted será quizá funcionario”, “Usted lo ha dicho bien”, y se hace creer que sus errores introducen a preguntas interesantes. Se le plantean preguntas más escolares, más cercanas a aquellas que se podrían encontrar en una encuesta (cf. por ejemplo: “Usted pertenece a la administración fiscal. ¿Piensa usted que la obligación juega un cierto papel en la administración a la cual usted pertenece en sus relaciones con los contribuyentes? ¿Cree usted que es un bien, o cree usted que se puede disponer la administración fiscal en el sentido que desea Spinoza, es decir dando a los contribuyentes el sentido de la libertad?” Y la respuesta, muy alejada de la soltura un poco desenvuelta de los “virtuosos” del primer concurso, expresa ante todo la buena voluntad, la preocupación por responder bien: “Yo creo que una mayor participación de los contribuyentes, una mejor organización en particular en el estado del espíritu de la administración serían de naturaleza tal para facilitar muchas cosas. Yo creo en particular que se podría plicar primero a hace comprender el fundamento de la fiscalización...; sin fiscalizacióm, yo pienso que no puede haber Estado.”

42 La llamada prueba de “conversación” es una de las piezas maestras del oral del concurso de la ENA: comienza por una exposición de diez minutos acerca de un texto; enseguida, uno de los miembros del jurado conduce con el candidato, durante una decena de minutos, una conversación, después de la cual los otros miembros del jurado (en número de tres o cuatro en general) pueden también intervenir.

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. Yo creo que Henri Lefebvre tiene una concepción mucho más amplia del urbanismo ... La ciudad no es para él solamente un islote de habitaciones ..., la ciudad rebosa, crea ...

- Hay pues varios elementos que Lefebvre considera como activos de la gran ciudad; ¿usted comparte absolutamente su punto de vista? ¿No hay ciertos elementos que usted consideraría más bien como pasivos?

. Pienso que si hiciera un juicio crítico sobre uno de esos elementos ... - ¿Y el saber abstracto y calculador? (alusión al texto de Luc Thoré)

. ... si, yo supongo que en la ciudad ... el juego puede ser más duro, más difícil y el saber calculador es la condición necesaria para la sobrevivencia.

- Es una condición necesaria para la supervivencia, ¿pero es un bien el saber calculador en sí mismo? . En la medida en que se desborda sobre ..., yo creo que es un paso positivo.

- ¿Bajo que condiciones, según usted, la libertad individual puede desarrollarse verdaderamente en la gran ciudad?

... - Usted es habitante de una gran ciudad. ¿Siente usted la plenitud de su libertad individual?

. Yo pienso que primero hay que definir su propia concepción de la libertad; yo pienso que la libertad es la capacidad de hacer lo que uno quiere, en la medida en que no interfiera con la libertad de los otros. La gran ciudad permite dentro del marco de esta definición una mayor libertad para todo el mundo ... El juicio de pueblo es mucho más duro que el juicio de una ciudad.

- ¿Es usted sensible al ‘Qué dirán’? . Yo no soy sensible a ello por el supuesto de que vivo en una ciudad ...

- ... ¿Es que la ciudad no permite el desarrollo de los fuertes y el aplastamiento de los débiles? . No creo que la ciudad deba ser percibida como un juego entre los más fuertes y los más débiles; yo creo que las relaciones de desigualdad son mayores en las grandes ciudades porque particularmente los habitantes son en cierta medida próximos y uniformes ... Por otra parte, las distinciones sociales que se establecen entre los barrios al interior mismo de una ciudad son quizá menos marcadas que las distinciones que existen al interior de un pueblo. Pienso por ejemplo en el castillo del pueblo ... que permanece aún para los paisanos como el rechazo ...

- ¿Tiene usted la experiencia de un pueblo francés en el cual haya vivido? . No conozco más que uno, que es un pequeño pueblo de Bourgogne ...

- ¿Hay ahí un castillo? ¿Cuál es actualmente la posición de los autóctonos, no hablo de los parisinos en vacaciones, con respecto al castillo?

. Es muy curioso, es todavía una posición hecha de respeto y casi de temor y de recelo. - El dueño del castillo, ¿qué hace?

. El dueño del castillo jamás está ahí, es un extranjero quien es propietario del castillo ... - Usted ha hablado en dos ocasiones durante su exposición de Parly II. ¿Estima usted personalmente a Parly II como un modelo de éxito del urbanismo?

. Yo creo que Parly II resulta de la fusión de dos elementos que son completamente contradictorios ... Yo creo que el urbanismo no debe fundarse alrededor del centro comercial ...

- Si usted hace un centro comercial, ¿dónde lo pone con relación a la ciudad? ¿Prefiere el sistema de centro comercial bien aquel de la pequeña boutique estilo antiguo?

. Personalmente, yo prefiero el centro comercial ... - ¿Es usted bien recibido en las boutiques de Parly II

. ... en las boutiques de ropa masculina [hay] una cierta frialdad. - Una cierta frialdad, y en la pequeña boutique tradicional, ¿encuentra usted esa frialdad?

. Si soy un cliente habitual de esa boutique, no la resiento. Si no soy cliente ..., siento ya sea una tentativa de seducción, o una tentativa de rechazo.

- ¿A usted le gustan las tentativas de seducción? . Personalmente, no.

- Y a usted, ¿le gusta seducir? . ...Yo creo que la seducción existe naturalmente.

- ¿Usted cree que es simplemente un influjo sobrenatural? ... Otro interrogador

- ¿Cree usted que el urbanismo debe tener en cuenta la existencia de clases sociales? ...

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El primer interrogador - Como última pregunta, quisiera llamar su atención hacia una frase del texto donde se dice que las ciudades son el hogar de novedades revolucionarias; ¿no conoce usted mismo fermentos revolucionarios que no han nacido en grandes ciudades?

. En el plano político, ... yo creo que se puede citar el ejemplo de ... - ¿Y más recientemente?

. En mayo del 68, las ciudades medias ... - No se es siempre revolucionario en la izquierda ... ¿Es que la gran ciudad favorece digamos las reivindicaciones conservadoras más que las pequeñas ciudades o los pueblos?

. Yo pienso que las pequeñas ciudades y los pueblos favorecen las reivindicaciones llamadas conservadoras ... Otro interrogador

- Usted ha hablado del celebre cómico que hablaba de construir ciudades en los pueblos. ¿Sabe usted quien es él?

... - ... ¿Se interesa usted en los cómicos43? - Yo creo que son muy útiles ... Personalmente, un cierto tipo de humor me gusta, pero no todas las formas de humor. - ¿En la vida?

. Tengo dificultad para comprender por ejemplo el humor inglés que me parece un humor muy frío ... - ¿Piensa usted que el humor tiene importancia en la administración?

. En el servicio, pienso que no ... Fuera del servicio, pienso que sí. - Si usted hubiera de elegir un amigo, ¿escogería usted más bien alguien de un saber abstracto o de un saber concreto para tener relaciones agradables?

. Un saber concreto porque ... pienso que no se funda una amistad sobre intercambios de ideas ... - La regla del juego de la que trata este texto, ¿le parece algo interesante, algo que hay que respetar?, cuando usted juega algo, ¿respeta las reglas del juego? ¿ello le incomoda?

. En principio, cuando yo gano, respeto la regla del juego; en los juegos de cartas particularmente, yo la respeto ... - ¿Hay una regla del juego en la administración?

. Yo no creo que la idea de regla del juego convenga; hay reglas, reglas de funcionamiento fuera de los textos. Último interrogador -Se dice en este texto que las grandes personalidades son originarias de las grandes ciudades cuya influencia se ha sufrido. ¿Ve usted cierto número de personalidades francesas que no han sufrido la influencia de las grandes ciudades? . Yo pienso ..., tomaré por ejemplo el ejemplo de ...

- Usted ha hablado inmediatamente de boutique, señor. ¿Cambia usted frecuentemente de boutique? . Teniendo en cuenta el hecho de que soy recién casado y que me mudé, he cambiado completamente de boutiques.

- Usted no ha hablado de la regla del juego y en particular del hecho de que no hay que pasarse los altos. Cuando usted está en una ciudad, ¿no ha llegado a pasarse un alto?

. Me he pasado alguna preventiva. - Si, pero cuando usted es peatón, ¿se atraviesa con el semáforo en rojo?

. Siempre atravieso con el semáforo en rojo. - Se dice que en Francia, todo se hace en París. Cite usted el festival de Avignon, pero jamás se cita la comunidad de Marseille ... ¿Cómo explicar que hay una especie de desvalorización sistemática de todo lo que se hace en provincia?

. Yo pienso en todo caso que si esta devaluación ha existido, tiende a disminuir ... - ¿No cree usted que sea incluso útil enviar el centro de las orquestas a provincia

. ... - ¿No le parece positivo este aspecto descentralizador de la cultura?

. Es absolutamente positivo y necesario ... Pienso que la orquesta Jean-François Paillard debería manifestarse en provincia y venir a París y no a la inversa ... La lógica aparente de la <<conversación>> con sus <<preguntas capciosas>>, sus saltos imprevisibles, en una palabra todo el ritual escolar del <<torneo de mentes>>, el 'a propósito', el sentido de réplica, etc., oculta la

43 El humor, maifestación por excelencia de la “distancia con el rol” que es sin duda la disposición burguesa por

excelencia, figura en el primer rango de las expectativas formuladas por el jurado.

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verdadera función del interrogatorio: es suficiente enumerar todas las informaciones que el candidato da de hecho sobre sí mismo, sin hablar de aquellas que traiciona con su actitud, para ver que el examen es de hecho un interrogatorio muy personal, que solo las exenciones ligadas a la irrealidad de la situación escolar salvan de la indiscreción (por ejemplo, las preguntas sobre la seducción) y que se enfoca, consciente o inconscientemente, a situar al candidato política y socialmente (la mayoría de las frases del candidato son en primera persona y toma muy a menudo la forma de <<yo pienso>>, <<yo creo>>). A otro candidato que debía comentar un texto de Simone de Beauvoir, donde se hace alusión a un cuento de Grimm, se preguntará si él ha leído a Grimm y los cuentos de Perrault, si cree que <<está bien provocar miedo a los niños pequeños>>, si ha leído <<cuentos atroces>> cuando era pequeño, a que edad considera <<que un niño debe ir al cine>>, lo que piensa de las películas de Walt Disney, de la gerontocracia, si conoce personas que vivan en un asilo o casa de retiro, si él está <<contra los comprometidos con una forma general>>, <<qué solución>> ve al conflicto <<en el caso de una huelga donde uno quiere dar cuatro céntimos y el otro quiere que le den diez>>. En pocas palabras, la desrealización determinada por el juego universitario (que se recuerda aquí a través del ritual de la explicación del texto) oculta una clase de entrevista de reclutamiento que mezcla las cuestiones políticas y las cuestiones personales y una prueba de compostura, enfocada a juzgar <<al hombre>>, como dice el jurado, es decir de las disposiciones propiamente sociales, tales como la seguridad necesaria para esquivar una pregunta embarazosa o reconocer una ignorancia o la <<detentación sin insolencia>> que permite devolver al interrogador su pregunta o interrumpirlo respetuosamente antes de que haya conseguido plantearla o incluso descartar con elegancia un tema difícil jugando con la complicidad de antemano otorgada al rechazo altivo de las pesadeces laboriosas del concepto pedante o del saber libresco (<<Sobre todo no me pregunte lo que es la epistemología>>). Pero hay que citar el prefacio, intitulado “Reflexiones de los jurados sobre los trabajos de los candidatos”, que está publicado en introducción al reporte sobre la pruebas del concurso (ENA, Epreuves et statistiques des concours de 1969, Paris, Imprimerie national, 1970): “Sobretodo, candidatos que ciertamente han trabajado mucho, no han dejado tiempo para reflexionar ni aún para leer otra cosa que Le Monde. No presentan ningún retroceso con relación a sus ingestas intelectuales. Les falta humor y alegría y, nos tememos, al escucharlos que la administración no se mejora triste ni demasiado seria: y si la alta administración y los grandes cuerpos del Estado se vuelven lugares geométricos de lúgubres <<sabelotodos>>, ¿cómo conseguirán una Francia feliz? Hemos olvidado que el examen de conversación no es un examen de conocimientos. Los conocimientos son juzgados, repetimos, con los exámenes técnicos. Es un método, con la imitación del primer día, para tratar de apreciar las cualidades humanas, a una edad en que no se saben todavía esconder demasiado y en que están ya afirmadas sin estar, hay que esperarlo, cristalizadas. Un miembro del jurado decía un día: <<Trato de imaginarme si me gustaría trabajar con el candidato que estoy escuchando y si podría darle entera confianza.>> Es pues el hombre al que queremos –ambiciosamente- llegar y no al ser rodeado de diplomas y de conocimientos librescos. La confesión de una ignorancia, la calma sin insolencia y también el don de réplica y la curiosidad de mente son excelentes cosas. Y a menudo las preguntas descabelladas o técnicas son lanzadas para picar a un candidato encerrado en su concha o alardeando de una suficiencia pesada. Malditas las citas de autores que no hemos leído, o las falsas elegancias, o las fórmulas vagas cuya imprecisión prejuzga la de la mente del candidato para los examinadores.” capítulo 2 escuelas del poder y poder sobre la economía44 Así, los dos modos de reproducción coexisten al seno del campo del poder económico donde representan los dos polos de un continuum45. Todo parece indicar que el recurso a una forma de consagración escolar, incluso rudimentaria, tiende a imponerse cada vez más ampliamente, y de manera cada vez más imperativa, a medida que se incrementa la antigüedad –lo más frecuentemente, desde la segunda generación- y la talla de la empresa (cf. diagramas 16 y 17, p.429 y 430). Lo que no debe hacer concluir que, según un esquema evolucionista simple, los dos modos de reproducción corresponden a dos momentos de una evolución inseparable de aquella que conduce, según ciertos autores, de un modo de dominación fundado en la propiedad y los

44 Este capítulo ha sido escrito en colaboración con Monique de Saint Martin. 45 Se encontrará en el Anexo 1 una descripción del camino seguido en la realización de la encuesta y del análisis

(establecimiento de la muestra, indicadores retenidos, procedimientos de codificación, fuentes utilizadas, etc.) así como un protocolo detallado de los resultados obtenidos.

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owners a otro, más racional y más democrático, fundado en la “competencia” y los managers. La definición del modo de reproducción legítimo es un juego de lucha, particularmente al seno del campo del poder económico, y hay que cuidarse de describir como el fin de la historia lo que no es más que un estado, susceptible de ser revertido, de una relación de fuerzas.

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INSERTAR DIAGRAMAS 16 Y 17, PAGS.429 Y 430

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Patrones de Estado y patrones familiares El espacio de las propiedades de los dirigentes de grandes sociedades se organiza alrededor de la oposición entre los patrones de Estado, ubicados a la cabeza de los grandes negocios fuertemente vinculados al Estado, grandes sociedades industriales (empresas nacionalizadas, de economía mixta o empresas fuertemente tributarias de mercados de Estado) o grandes bancos46, y los patrones privados de bancos y de sociedades industriales o comerciales privadas, más pequeños (relativamente) y menos vinculados al Estado47: los primeros, menos frecuentemente originarios del patronato y más frecuentemente salidos de familias de altos funcionarios o de profesiones liberales, poseen un fuerte capital escolar y un fuerte capital social de relaciones heredado o acumulado por el paso por la burocracia de Estado y los gabinetes ministeriales y toda su carrera escolar y profesional es puesta bajo el signo de pública, grandes liceos del Estado, grandes escuelas, alta administración y grandes cuerpos del Estado (particularmente Inspección de Finanzas, el Consejo de Estado y el Cuerpo de Minas) y finalmente grandes sociedades de escala nacional; los segundos, herederos de grandes dinastías burguesas o advenedizos salidos de la pequeña burguesía del comercio o los artesanos, han llevado a cabo sus estudios relativamente modestos en instituciones de enseñanza privada, han hecho toda su carrera dentro del sector privado, más frecuentemente dentro de una empresa propiedad de su familia48. El mundo de los grandes patrones cuenta con un número ínfimo de self made men, excepciones ejemplares, tan raras en la actualidad como en los orígenes, e igualmente predispuestas a alimentar la leyenda meritocrática del empresario hijo de sus obras. Del mismo modo que, como numerosos trabajos históricos lo han mostrado, los empresarios de la primera revolución industrial habían salido la mayoría de la burguesía de negocios y habían recibido una educación secundaria, asimismo actualmente, los hijos de obreros o de empleados son extremadamente raros entre los grandes patrones (7 de 216, o sea el 3%) y no se encuentran sino dentro de las empresas de segundo rango (no contamos más de 2 entre las 100 primeras); los hijos de pequeños empresarios independientes, artesanos o pequeños comerciantes (en número de 7) o de directivos medios (en número de 9) ocupan posiciones inferiores a aquellas de los patrones salidos de la clase dominante (es así que ellos son particularmente representados entre los directores de filiales

46 Hablaremos de patrones de Estado o de capitalistas de Estado para designar a los PDG que, incluso cuando no

pertenecen a la función pública, están estrechamente ligados al Estado por su formación, su carrera y sobre todo su posición, que les pone en posibilidad, al menos a los más poderosos de ellos, de orientar la política del Estado conforme a los intereses que representan.

47 Los pedidos del Estado y de las empresas públicas están concentrados en un pequeño número de sectores (construcción eléctrica y electrónica, construcción naval y aeronáutica, producción de petróleo y de gas natural, construcción mecánica) y en las grandes empresas: las empresas que emplean 2000 trabajadores o más, cuyas ventas en 1974 representaban 49% del total de las ventas de la industria, obtenían el mismo año 68% de las negociaciones públicas y contratos (a lo que habría que agregar, como lo sugieren los autores del estudio, los pedidos pasados a las filiales de menos de 2000 trabajadores). Los mercados públicos son además muy regulares, al menos para las empresas muy grandes, siendo la constancia en la elección de proveedores menos marcada cuando se trata de empresas que cuentan con menos de 2000 trabajadores (cf. E. Mathieu, M. Suberchicot, Marchés publics et structures industrielles, Economie et statistique, 96, janv.1978, pp.43-54).

48 Todo permite suponer que se reencontrarán dentro de las características de las esposas las oposiciones que estructuran el campo en su conjunto: así, según una encuesta realizada en 1967, a 159 PDG de las 500 primeras sociedades, más de la mitad de los patrones (57.3%) de las sociedades más pequeñas, que son más frecuentemente empresas familiares, se casaron con hijas de patrones contra 21.2% entre los patrones de las más grandes (cf. D.Hall, H.C. de Bettignies, L’élite française des dirigeants d’entreprise, Hommes et techniques, janvier 1969, pp.21 y 23). Dentro de los límites de lo que las informaciones que pueden ser recabadas acerca de la población estudiada permiten afirmar, parece que, al nivel de los herederos de las grandes dinastías, las estrategias se modifican y que las esposas pertenecen muy frecuentemente a familias de la gran burguesía de vestimenta. Como si la necesidad de reforzar los vínculos económicos por alianzas matrimoniales se impusiera cada vez menos a medida que se avanza en las generaciones y que crece la talla del grupo.

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extranjeras que no son muy frecuentemente sino aprendices de firmas multinacionales que tienen su verdadero centro de decisión en el extranjero). Además, no se cuentan prácticamente autodidáctas: 88% de los patrones declaran al menos el bachillerato y la mayoría de aquellos que no disponen de ningún título escolar han realizado estudios secundarios. Los raros <<self-made-men>> no parten por otro lado de la nada. Así Marcel Fournier, antes de crear Carrefour, había desarrollado el negocio familiar, una mercería fundada alrededor de 1822, <<pequeño negocio>> que, según se dice, ocupaba, cuando él entró en 1932 con <<una docena de personas>> de las cuales dos eran sus hermanos (cf. Face à face avec Marcel Fournier par Roger Priouret, L’Expansion, juin 1973, p.215). Por un lado pues, aquellos cuyo poder sobre las empresas de interés nacional (tal como, por ejemplo, en el presidente director general de la Régie Renault) y también cuyo capital escolar y cuyo capital social constantemente mantenido por la participación en las grandes instancias de concertación tecnocrática (desayunos de asuntos de Estado, comisiones del Plan, etc.) y consagrado por las más altas condecoraciones oficiales (oficial o comandante de la Legión de honor) predisponen a ejercer una acción cuasi política por sus intervenciones ante la alta administración de Estado y del poder político; por el otro, aquellos que, teniendo una relación muy reservada, y frecuentemente despreciativa con respecto a la política y a los <<políticos>>, a la función pública y a los funcionarios, y no poseyendo ni las disposiciones, ni las relaciones que favorecen los intercambios con los hombres políticos y los altos funcionarios, se entregan no sin reticencias a portavoces titulados y acantonan su acción política al nivel de las instituciones locales, que ellos controlan completamente49. Los patrones privados unen frecuentemente su apellido, manifestando así su concepción paternalista y cuasi monárquica de la función patronal, a instituciones de beneficencia privada, clínicas o maternidades. Estas instituciones se definen en su intención misma por oposición a la asistencia estatal y pública, es decir a la vez impersonal y anónima, así pues no llamando al reconocimiento, y susceptible de aparecer como una <<conquista social>>, arrancada al patronato por la lucha sindical, y no como un puro efecto de su benevolencia: <<Si hemos hecho clínicas, es por que un día, un obrero murió después de haber sido mal cuidado en el hospital público. Y si hemos hecho escuelas, es por que en esa época, no había escuelas valederas para los hijos de los obreros. Hemos hecho pues eso que el Estado no había hecho. Y no hemos necesitado de los sindicatos para hacerlo. Los sindicatos no son en absoluto necesarios para la vida de la empresa. En el fondo, los sindicatos no son sino la expresión de la insuficiencia de los patrones>> (F. Michelin, Propos recueillis par Georges Menant, Paris-Match,1497, 3 fév. 1978). En Clermont-Ferrand, existe entre otras una consulta de infantes Michelin, una clínica Michelin, consultas prenatales en el puesto médico Michelin (cf. Guide de la santé et de l’aide sociale, 1970). No terminaríamos de censar los estadios o equipos deportivos que han sido subvencionados o constituidos bajo el <<patrocinio>> de patrones, tal como el estadio Geoffroy Guichard (fundador de Casino) en Saint-Etienne, el estado Bouloumié en Vittel (apellido de la familia fundadora de la sociedad de aguas) de Vittel o el equipo de fútbol de Sochaux fundado en 1928 por Peugeot. Lo mismo para las <<ciudades>>, por ejemplo la ciudad de Bouchon en Nassandres en el Eure (del apellido del fabricante de azúcar), etc. Y se enumeran siempre las ciudades donde todos los equipamientos sociales son puestos bajo el patrocinio y el patronímico del gran patrón local, tales como Hayange, Moyeuvre o Joeuf donde <<todo es de Wendel>>, como en Clermont-Ferrand <<todo es Michelin>>. Por el contrario, los patrones <<de Estado>> animan muy frecuentemente asociaciones de beneficencia anónimas y, si se puede decir, de interés general: así, Jacques de Fouchier, presidente director general de la Compañía bancaria, Jacques Georges-Picot, presidente director general honorario de la Compañía financiera de Suez y de la Unión parisina, Pierre Ledoux, presidente de la Banca nacional de París, Yves Malécot, presidente de Crédito popular de Francia, Jean Merlin, presidente director general de Crédito comercial de Francia y también Antoine Riboud,

49 Los patrones <<privados>> son mucho menos frecuentemente condecorados y con condecoraciones menos

prestigiosas (no son muy a menudo más que caballeros de la Legión de honor o condecorados por la Orden del mérito). Todo permite suponer que la posesión de estos signos oficiales de reconocimiento de los servicios rendidos es un buen índice de la relación con todo lo que es público y oficial. Así, Dansette nota de paso que <<las condecoraciones eran relativamente poco numerosas entre la burguesía textil, alejada generalmente de la esferas y los puestos oficiales>> (J.L. Dansette, Quelques familles du patronat textile de Lille-Armentières, 1789-1914, Lille, E. Raoust, 1954, p.745, n.23).

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presidente director general de la Sociedad Boussois Souchon Neuvesel, formaban parte en 1973 del Consejo de administración de la Fundación de Francia. Esta institución creada, por iniciativa de la Caja de depósitos y consignaciones, por la Banca de Francia y los más grandes bancos nacionalizados o privados, se daba <<como fin contribuir a la renovación del ‘mecenazgo’ en el sentido más amplio de la palabra, bajo una forma adaptada a las exigencias de la sociedad industrial>>; <<desprivatizar>>, como aman decir en este universo, la beneficencia poniendo <<a la disposición de personas privadas, particulares o empresas, que desearan afectar cierta parte de sus recursos con fines de interés general pero que, no queriendo o no pudiendo ni crear su propia fundación, ni meter a sus herederos o ejecutores testamentarios, ni dirigirse directamente a las obras existentes, están en busca de un organismo especialmente concebido para recibir y administrar sus liberalidades en beneficio de organismos desinteresados, de carácter filantrópico, educativo, social, científico o cultural, respondiendo a su deseos>> (Presentación en el Bottin administratif, édition 1973, p.1021). En 1973 todavía, Francois Bloch-Lainé, entonces presidente de Crédito lyonés, era presidente de la Fundación para la investigación médica francesa que <<tiene como fin promover la investigación médica científica en todas sus formas>>. Los patrones privados están fuertemente arraigados en las regiones 50 y no ocupan prácticamente jamás posiciones fuera del campo económico. A la inversa, los patrones de Estado que han pasado la mayoría por la función pública, los gabinetes ministeriales y el sector nacionalizado, que detentan posiciones importantes en las escuelas de poder (ENA, Polytechnique, Sciences-Po) y que forman frecuentemente parte del consejo de administración de grandes institutos universitarios de investigación, están predispuestos, tanto por su trayectoria dentro del campo del poder, como por sus características institucionales o incluso personales -como el <<estilo>> y la cultura ecléctica que procuran el frecuentar medios diferentes y las relaciones personales que estos aseguran- a contribuir al desarrollo de relaciones de derecho y de hecho entre el campo del poder económico y los otros campos constitutivos del campo de poder. Y la oposición entre las posiciones se retraduce en la oposición entre las disposiciones: entre esos hombres privados o, como gusta repetirse, <<secretos>> que son los patrones <<privados>> y los <<hombres públicos>> que son los patrones <<tecnocráticos>>, solícitos a responder a las entrevistas, aparecer en televisión, escribir artículos y publicar libros 51. Esos hombres públicos son hombres de relaciones y de <<relaciones públicas>> cuyas relaciones de familia, de liceo, de gran escuela, y la trayectoria misma que les conduce de la función pública a la empresa privada, predisponen a jugar el rol de agentes de enlace, particularmente entre lo público y lo privado: se les encuentra en todas las instituciones, comités, comisiones, asociaciones, organizaciones, situadas en la intersección de lo público y lo privado, donde se elabora o se impone lo que llamamos la política económica52; tienen frecuentemente responsabilidades, y responsabilidades importantes, al seno

50 Se puede así señalar afinidades ligadas a las proximidades regionales y a las pertenencias religiosas.

<<Esquematizando, se puede trazar un eje Alsace-Franche-Comté-Lyon-Marseille que articula, alrededor de Lazard y de Paribas, las capitales de la burguesía protestante del Este (los Schlumberger, les Peugeot) y las capitales controladas por la burguesía lyonesa (los Gillet) y marsellesa (los C. Fabre des Chargeurs reunidos). Dentro de estas constelaciones de capitales, los vínculos matrimoniales, la ‘circulación’ de las mujeres y de los bienes (...) cuentan tanto como las clásicas relaciones personales y financieras>> (P. Allard, M. Beaud, B. Bellon, A.M. Lévy, S. Liénart, Dictionnaire des groupes industriels et financiers en France, Paris, ed. Du Seuil, 1978, p.18).

51 El capítulo consagrado a François Michelin en el libro de A. Harris y A. de Sédouy (Les patrons, Seuil, 1977, pp.245-250) y que relata el fracaso de una tentativa de entrevista, está intitulado <<Un hombre secreto>>. Asimismo, no hay cuadro de la burguesía de negocios de provincia, lillesa, lyonesa o bordelesa, que no insista en el secreto y la discreción de la cual la vieja burguesía hace un principio técnico y también ético -como testimonio la palabra de uno de los Mulliez-Phildar en respuesta a una solicitud de entrevista: <<El bien no hace ruido, el ruido no hace bien>> (conversación reportada por Philippe Labarde, periodista económico de Monde).

52 Sobre la “interpenetración” de los altos funcionarios y de los dirigentes de bancos o de empresas de Estado al seno de las comisiones que han conducido a la elaboración de la nueva política de vivienda a mediados de los años 70, ver P. Bourdieu et al., Eléments d’une analyse du marché de la maison individuelle, Paris, Centre de sociologie européenne, 1988, ronéo.

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del CNPF del cual se sabe que, creado –bajo el nombre de CGPF- por incitación del Estado, permanece percibido por muchos patrones <<privados>> como una instancia cuasi oficial, siempre sospechosa de complacencia con respecto al Estado (Pierre Jouven, Ambroise Roux, Pierre de Calan, ocupan ahí posiciones dirigentes mientras que a la inversa, François Michelin ha dimitido en mayo de 1968); se encuentran frecuentemente en la AGREF (Asociación de grandes empresas haciendo un llamado al ahorro) que, creada en 1969 <<por la iniciativa de algunas de las más importantes empresas industriales francesas y de M. Jacques Ferry>> a fin de <<dar a las grandes empresas los medios para reflexionar en común y expresarse sobre los problemas que les son específicos>> (Extracto del texto de presentación de la AGREF, septiembre 1977) reúne en 1977 veinticuatro muy grandes sociedades de la industria, del comercio y de la banca y es presidida por Ambroise Roux; están presentes en las federaciones patronales, en las cámaras de comercio y de industria 53 y en el Centro de estudios y de investigaciones de jefes de empresa, se sientan muy frecuentemente en los consejos de administración de las veinticinco primeras sociedades industriales y comerciales y, manifestando con ello que son también parte ligada con un modo de reproducción, están muy frecuentemente en los consejos de administración de organismos universitarios y particularmente de grandes escuelas: por ejemplo Pierre Jouven fué miembro del consejo de administración del ENA de 1964 a 1971 y del consejo de perfeccionamiento de la Escuela nacional superior de minas de París y administrador de la nueva universidad de Compiègne; Ambroise Roux, Jacques de Fouchier, François Bloch-Lainé, Pierre Moussa y Paul Delouvrier son miembros fundadores del Comité nacional para el desarrollo de grandes escuelas, etc. Les molestan las responsabilidades locales (muy rara vez son alcaldes o consejeros generales) y están casi ausentes en las CODER (Comisiones de desarrollo económico regional) donde los patrones privados, poco presentes en las grandes asociaciones patronales, están por el contrario fuertemente representados. Los patrones de sociedades con control tecnocrático constituyen en cierto modo el límite de la clase de patrones de Estado: ellos tienen en efecto al más alto grado el mayor número de propiedades asociadas al polo dominante, como Ambroise Roux, clase de personaje ejemplar que el grupo pone delante, menos quizá porque él se reconoce como tal que por encarnar la imagen del patrón legítimo, la más fácil de hacer reconocer 54. Pero, haciendo así una dicotomía de una población que se distribuyen de manera continua entre los dos polos, nos arriesgamos a hacer olvidar que las clases que la descripción divide para la facilidad de la exposición están separadas por límites estadísticos que no toman la forma de fronteras zanjadas: numerosos patrones de Estado tienen vínculos, incluso familiares , con el mundo de los negocios o participan en la vida política local (es el caso de Pierre Guillaumat) mientras que los patrones <<familiares>> pueden participar en comisiones tecnocráticas o ser recibidos en el Elysée (es el caso de François Michelin). Asimismo, si bien es cierto que 64.5% de los patrones de grandes sociedades de control tecnocrático han comenzado su carrera en la función pública (siendo 18% ex –inspectores de finanzas), es también el caso de 16% (y 4%) de los PDG de empresas familiares; o también si 27% y 24.5% de los primeros han pasado por

53 Los grandes patrones constituyen cerca de un tercio de los dirigentes de Cámaras de comercio y de industria de las

cuales sabemos la influencia que ejercen sobre la vida económica y política y dentro de la enseñanza y la formación (éstas controlan particularmente HEC y varias escuelas de comercio).

54 <<Por sus funciones de vicepresidente del CNPF, sus múltiples intervenciones públicas, su elogio de la ganancia y del ‘liberalismo salvaje’, sus relaciones con el mundo político, (Ambroise Roux) es uno de los ‘patrones’ franceses más a la vista>> (Le Monde, supplément aux dossiers et documents du Monde, novembre 1977); a lo cual opondremos, por ejemplo, este juicio sobre Henri de Wendel, <<este hombre sin experiencia de relaciones con la prensa>> (R. Priouret, L’Expansion, juillet-août 1971).

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gabinetes ministeriales o por comisiones del Plan, 7% y 5% de los segundos han conocido una carrera semejante. Además, sobre aquello mismo que opone más claramente los dos universos, el modo de sucesión, las diferencias no son de ningún modo naderías. Si no hay duda de que la posesión de títulos escolares prestigiosos se impone tanto más fuertemente cuanto se aleje uno en principio del polo familiar y privado, queda decir que esta se impone cada vez más, y a menudo desde la segunda generación, a los herederos mismo. Así, se insiste en el hecho de que, “exalumno de Polytechnique y de Sup Aéro”, Serge Dassault, “a probado [por ello mismo] que él es otra cosa que un hijo de papá”55. La sucesión hace, lo más frecuentemente, en favor de personas con más diplomas que sus predecesores (se piensa por ejemplo, en la sucesión de Paul Richard, PDG de Thompson Brandt, o de Sylvain Floirat). Pero, si no es raro que, para salir de la crisis en que les coloca la muerte del propietario, las familias responsables hayan recurrido al servicio de un manager, éste cuando no es tratado como un simple apoderado, o una clase de administrador, <<revocable ad nutum>>, como se dice en este medio donde se ha frecuentado mucho a los Jesuitas, es frecuentemente salido él mismo del mundo distinguido de los negocios. Es así que se puede apreciar el humor involuntario de las conversaciones por las cuales Jean-Marc Vernes, salido de la alta banca protestante (es PDG de la Banque Vernes-Commerciale de Paris), comenta su ascenso a la sucesión de Ferdinand Béghin, y se coloca como manager puro, atento a la sola gestión, extranjero a las querellas del clan e indiferente a la defensa de los patrimonios: <<Aquí, la dictadura de las grandes familias pertenece al pasado. Mi presencia en esta oficina lo demuestra claramente. ¿De que sirve sacar “los planes sobre la cometa” para saber si el negocio será aún familiar dentro de cinco, diez o veinte años? Lo importante, hoy, es administrarlo bien>> 56 . Es casi la misma lógica, a pesar de las apariencias, que se pone en obra en el reemplazo, a la cabeza de Rhône-Poulenc, de Wilfrid Baumgartner, el tipo mismo del gran empleado (ex ministro, ex gobernador de la Banque de France), por Renaud Gillet, ingeniero químico (diplomado en la escuela superior de química industrial de Lyon), presidente desde 1966 de Pricel, sociedad holding donde su familia posee intereses57, administrador de la Compañía financiera de París y de los Países Bajos, BSN Gervais- Danone, Eurafrance, la Unión química Belga, la Sociedad europea de relojería y de equipos mecánicos, pero también último nieto en línea directa del fundador de Rhône-Poulenc (François Gillet) donde su familia no tiene más que el 2.3% del capital58. De hecho, el peso del capital social heredado de la familia se hace sentir en todos los sectores del campo del poder económico: las operaciones sucesivas de cooptación que determinan la selección de los dirigentes (y, en menor grado, la carrera del personal ordinario) se arman de criterios que no son jamás completamente reducibles a los títulos escolares y menos todavía a lo que oficialmente se dice que miden. La burocratización no excluye evidentemente ni la transmisión hereditaria de privilegios ni el nepotismo, que toman a veces formas totalmente abiertas: es así que, en 1974, siendo Jacques de Fouchier presidente del consejo de vigilancia de la Compañía bancaria, encontrábamos a Louis-Charles de Fouchier, su hermano, presidente de honor del Crédito del Norte y de la Unión parisina, en el Consejo de administración de la Compañía bancaria (y de la banca Worms) y a Loïc, su sobrino (hijo de Louis), en la dirección del Crédito del Norte (del cual Jacques de Fouchier era administrador) y en el Consejo de administración de la Banca Worms (según una técnica cercana a la antigua

55 H. Jannic, “Les grandes successions”, l’Expansion, 52, mai 1972,p.94-101. 56 Ibid. 57 A. Jemain y J.P. Robin, Pricel: la base des Gillet, Entreprise, 2 nov.1973, pp.85-86. 58 R. Priouret, Rhône-Poulenc: l’ampleur de la crise, L’Express, 1er décembre 1975, pp.80-83; cf. R. Priouret, Face à

face avec Renaud Gillet, L’Expansion, avril 1975, pp.157-169.

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fosterage en uso en aquellos tiempos entre las familias nobles, el joven Loïc de Fouchier había comenzado su carrera como agregado de la BNCI, luego en la Banca de Algérie y de Tunisie, antes de regresar a la banca familiar). Si bien es cierto que el poder tecnocrático o burocrático es estrictamente vitalicio y no se transmite de padre a hijos, los grandes empleados pueden encontrar en el juego de los intercambios de servicios y de protecciones un medio para girar por una parte, el impedimento burocrático de la transmisión hereditaria59. Los diplomas más prestigiosos que, a este nivel, son valorados más como garantías de honorabilidad y de buena educación que como títulos de competencia puramente técnica60, no dan acceso a los grandes puestos controlados por el Estado más que si se asocian a las propiedades más raras, apenas definibles, que definen la pertenencia porque son producto de la pertenencia: es así que, dentro de la población que selecciona los mecanismos estadísticos de la eliminación escolar, la cooptación fundada en los criterios sutiles de la pertenencia al Establishment opera una segunda selección, orientada más precisamente hacia la reproducción del mundo de los negocios, que hace que la herencia, a falta de poder ir siempre al descendiente directo, permanezca mantenida entre los descendientes legítimos. La nobleza de la clase burguesa La capacidad que tiene el modo de reproducción escolar (que cede el sitio, como se sabe, a la transmisión familiar del capital cultural) de imponerse contra el modo de reproducción familiar encuentra su límite en el hecho de que la herencia familiar contribuye todavía a caracterizar, al seno de la población de los más grandes jefes de empresa, una verdadera “élite de élite” cuyo principio de selección, o de cooptación, es la antigüedad dentro de la burguesía, es decir en definitiva una forma particularmente cumplida del modo de reproducción familiar. Se observa en efecto que la oposición principal, entre los patrones privados y los patrones públicos, es dividida de nuevo por una oposición secundaria que distribuye a los patrones, al interior de cada una de las categorías definidas bajo la relación de la distancia con el Estado, según su antigüedad en el mundo de los negocios61: tenemos así por un lado a los patrones que, salidos de la aristocracia o de la gran burguesía de negocios parisina, poseen todos los atributos del estilo de vida burgués (clubes elegantes, Bottin mondain, etc.) y por el otro los llegados tarde, miembros de linajes menos antiguos o, en el extremo, los advenedizos salidos de la pequeña burguesía parisina o incluso provinciana. Y esta oposición corresponde muy exactamente a aquella que se establece según la posición ocupada en el espacio jerárquizado del poder económico: los banqueros,

59 Hay que contar con el número de privilegios concedidos a los <<grandes funcionarios>>, el de orientar, hasta de

determinar, la elección de su propio sucesor. Se podrá ver particularmente lo que escribe Pierre Dreyfus, quien fue PDG de la Régie Renault, sobre las condiciones de su propia designación y de la designación de sus sucesor (P. Dreyfus, La liberté de réussir, Paris, J.C. Simoen, 1977, pp.40-43 y 175-176).

60 <<Roger Martin, PDG de Saint-Gobain Pont-à-Mousson, lo ha dicho de una vez por todas a sus condiscípulos: ‘De todo lo que me han enseñado entre la Ecole polytechnique y la Ecole des mines, puedo afirmar solemnemente que nada me ha jamás servido’. Lo que un ingeniero o un gestor necesita realmente saber, lo aprenderá trabajando, y así solamente. Y que se tranquilice, la empresa lo sabe, y le ayudará. Si las bellas pieles de asno cuidan del prestigio, está bien más en la medida en que prejuzgan favorablemente estas cualidades de carácter que ponemos en primer rango: después de todo, ser recibido en el Politécnico prueba que se ha sido capaz de sujetarse a dos o tres años de trabajo duro>> (J. Fontaine, loc. cit.).

61 No es por casualidad que la antigüedad dentro de la posición toma más importancia (con todo aquello por lo cual se marca, modales, estilo de vida, etc.), a medida que se aproxima a la cima de la jerarquía social: se comprende que, tratándose de individuos llegados al mismo punto de arribo, es decir al término de la trayectoria, la búsqueda de la diferencia se reduce a la antigüedad, es decir al rango de llegada dentro de la posición que sobrevive dentro de la manera, más o menos asegurada, y facilitada, de ocupar la posición.

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<<nobleza de la clase burguesa>>, como decía Stendhal62, frecuentemente salida de la Inspección de finanzas, y los patrones de grandes grupos industriales que son también poderes financieros, se oponen a los capitalistas industriales, <<técnicos>> pasados por las escuelas de ingenieros y frecuentemente situados en la posición dominada de funcionarios del capitalismo financiero. Si se mide el poder ejercido sobre el campo económico por la participación en consejos de administración de sociedades distintas de la propia, se observa que varía muy fuertemente según el diploma poseído: los politécnicos y los exalumnos de Sciences-Po se reparten casi en igualdad las sillas de los consejos en las veinticinco primeras sociedades mientras que los PDG que han pasado por las escuelas de ingenieros, de comercio o por la facultad de derecho o que están desprovistos de títulos no ocupan la mayoría lugares en los consejos sino en las sociedades más pequeñas (relativamente). Pero, a diploma igual, las oportunidades de estar en los consejos de sociedades importantes varían fuertemente según el origen social63. Tabla: La participación en otros consejos de administración según el origen social y el diploma obtenido rango de los consejos de administración: 1 a 25 diploma obtenido

Polytechnique

Sciences Po

escuela de ingeniería

escuela de comercio

facultades de derecho, letras, ciencias

educ. secundaria sup. no terminada

total

perfil socioprofesional del padre

agric, empleado, obrero, clase media, artesano, comerciante

1 - - - 1 - 2

ejecutivo, directivo, ingeniero 6 - - - - 1 7 oficial, terrateniente 3 2 - - 1 - 6 profesión liberal, alto funcionario

1 8 - - 2 - 11

gran comerciante, industrial 3 - 1 1 - 2 7 gran industrial, administrador peq. sociedad, banquero

2 5 4 - 3 - 14

conjunto 16 15 5 1 7 3 47 rango de los consejos de administración: 26 a 100 diploma obtenido

Polytechnique

Sciences Po

escuela de ingeniería

escuela de comercio

facultades de derecho, letras, ciencias

educ. secundaria sup. no terminada

total

perfil socioprofesional del padre

agric, empleado, obrero, clase 1 - 2 - 1 - 4

62 <<Los banqueros son el corazón del Estado. La burguesía ha reemplazado el barrio Saint Germain y los banqueros

son la nobleza de la clase burguesa>> (citado sin referencia, por T. Zeldin, France 1848-1945, vol. I, Oxford, Clarendon Press, 1973, pp.77).

63 Sabemos que los títulos escolares –y más que cualquier otro el título de ex alumno de Gran escuela- no valen más que lo que vale su portador. El <<éxito social>> de los diplomas de una misma escuela varía muy fuertemente en función de un conjunto de variables que no son independientes del medio de origen. Así, se ha mostrado para los normalistas, cuyo éxito ulterior, incluso al seno de la Universidad, permanece ligado al origen social. Asimismo, se ha visto, los ingresos de ex alumnos del HEC varían al menos tanto según la manera en que han obtenido la posición que ocupan, es decir de hecho según el medio de origen, como según el rango de salida (que está lejos de ser independiente del origen social).

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media, artesano, comerciante ejecutivo, directivo, ingeniero 2 2 1 1 2 - 8 oficial, terrateniente 1 1 1 - - - 3 profesión liberal, alto funcionario

4 3 1 - - - 8

gran comerciante, industrial - - 1 - - 1 2 gran industrial, administrador peq. sociedad, banquero

- 3 3 1 - 7 14

conjunto - 9 9 2 3 8 39 rango de los consejos de administración: 101 o más diploma obtenido

Polytechnique

Sciences Po

escuela de ingeniería

escuela de comercio

facultades de derecho, letras, ciencias

educ. secundaria sup. no terminada

total

perfil socioprofesional del padre

agric, empleado, obrero, clase media, artesano, comerciante

4 - 7 3 4 6 24

ejecutivo, directivo, ingeniero 2 1 5 1 2 - 11 oficial, terrateniente 2 2 1 - 1 - 6 profesión liberal, alto funcionario

3 8 1 1 5 - 18

gran comerciante, industrial 2 2 8 2 5 6 25 gran industrial, administrador peq. sociedad, banquero

3 4 3 6 8 5 29

conjunto 16 17 25 13 25 17 113

Cualesquiera que sean sus títulos escolares, los PDG salidos de las categorías populares o medias tienen pocas oportunidades de ocupar lugares en consejos de primer rango. Por el contrario, es suficiente para los PDG salidos de la burguesía de vestimenta (que son más frecuentemente miembros de la AGREF y más frecuentemente citados entre los <<Cien que hacen la economía>>) haber hecho el Sciences-Po para participar en los consejos de las veinticinco primeras sociedades (8 de 11 de aquellos que son administradores en una de las veinticinco primeras sociedades han hecho el Sciences-Po)64. Asimismo, los PDG salidos de la gran burguesía de negocios, tienen fuertes oportunidades de participar en consejos importantes, y ello de manera casi independiente del diploma, a diferencia de los PDG salidos de la mediana burguesía que están presentes solamente dentro de consejos de segundo rango -cuando no son pura y simplemente privados de toda representación-. Confirmación a contrario del hecho de que el principio de las diferencias reales entre los portadores de títulos idénticos no es otro que la pertenencia antigua al mundo de los negocios: en el caso de los PDG hijos de ejecutivos, directores o de ingenieros, que son ricos solamente por sus títulos, las oportunidades de ocupar un puesto importante varían en función del diploma poseído (6 de 7 de aquellos que son administradores de una de las veinticinco primeras sociedades son Politécnicos). La pertenencia a clubes elegantes, lo cual sabemos que contribuye fuertemente a definir la segunda dimensión del espacio, varía muy estrechamente en función del origen social: los PDG salidos de la gran burguesía (de vestimenta o

64 El número relativamente elevado de PDG salidos de la burguesía de vestimenta que no forman parte de ningún

consejo, o solamente de consejos de sociedades de segundo rango, se debe al hecho de que una fuerte proporción de ellos está a la cabeza de grandes empresas públicas.

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de negocios) forman siempre más frecuentemente parte del Automobile Club que los PDG hijos de ejecutivos o de ingenieros o salidos de las clases medias o populares; aquellos que son salidos de fracciones antiguas (propietarios terratenientes o militares) están fuertemente representados en los clubes más antiguos (Jockey Club, Nouveau Cercle) y, a la inversa, ausentes en clubes más recientes y más “abiertos” (Rotary Club o Racing Club), los únicos a los que tienen acceso los PDG salidos de las regiones dominadas del espacio social. Observamos regularidades de semejantes para la inscripción en el Bottin mondain: los PDG salidos de clases populares o medias tienen 28% de oportunidades de ser inscritos, contra 36% para los hijos de ejecutivos o de ingenieros, 47% para los hijos de industriales o de negociantes, 65% para los hijos de banqueros, administradores de sociedades, grandes industriales, y 66% para los hijos de altos funcionarios o de miembros de profesiones liberales y 85% para los hijos de oficiales o de terratenientes. Los PDG salidos de la gran burguesía de negocios se distinguen muy claramente de aquellos que son salidos de la mediana burguesía de negocios: perteneciendo más a menudo a la nobleza por su padre (19% contra 3%), habiéndose casado más a menudo con una mujer salida de la nobleza (19% contra 5%) y sobre todo miembros de familias más antiguamente establecidas (47% tenían al menos un abuelo, a veces un ancestro más lejano, dentro de la burguesía contra 10% de los otros), son más frecuentemente miembros del Automobile Club (y también del Polo de Bagatelle y del Nouveau Cercle) y menos frecuentemente del Rotary Club.

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Tabla: La antigüedad de la empresa y los diferentes indicadores de “nobleza” (en %) antigüedad en los negocios fecha de fundación de la empresa

PDG solamente

padre o suegro

abuelo y más alla

total abuelo burguesía de vestimenta

apellido con partícula

Bottin mondain

Jockey club

Automobile club

Inspección de finanzas

Los Cien que hacen la economía

antes de 1840 (n 24)

36.5 16 47.5 100 32 29 71 23 29 17 42

1840-1879 (n 32)

50 22 28 100 19 28 75 3 31 28 22

1880-1899 (n 38)

44.5 44.5 11 100 14 5 53 - 22 2.5 28

1900-1919 (n 42)

42.5 40 17.5 100 10 5 47.5 2.5 19 5 14

1920 y después (n 53)

58 32 10 100 16 11 36 - 19 6 7.5

conjunto 48 33 19 100 16 14 53 4 23 10 20

En lo que concierne a la antigüedad dentro de la burguesía de vestimenta, la posesión de un apellido con partícula, la inscripción en el Bottin mondain, etc., se trata del porcentaje de los PDG que, presidiendo sociedades fundadas (total o parcialmente) en las diferentes épocas, son detentores de cada una de esas características. Tabla: La pertenencia a clubes o a la orden de la Legión de Honor según el origen social categoría socioprofesional del padre en %

sin club

Automobile club

Maxim´s Business club

Jockey club

Racing club

Roptary club

sin legión de honor

caballero

oficial

comandante

gran oficial gran cruz

total

agric., obrero, empl, artesano, comerciante, ejec. medio

82.5 7 - - 3.5 7 17 36.5 26.5 20 - 100

ejecutivo, directivo, ingeniero

80 4 - - 12 4 23 50 23 - 4 1100

oficial, propietario terrateniente

74 13 - 13 - - 27 6.5 20 40 6.5 1100

prof. liberal, alto funcionario 48 32 5 5 5 5 11 16 32 38 3 1100

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gran comerciante, industrial 66 27 - 3 3 11 29.5 29.5 19 19 3 1100 gran industrial, administrador peq. sociedad, banquero

50.5 36 3.5 4 4 2 27 23 28.5 14.5 7 1100

conjunto 61.5 23.5 2 3.5 4.5 5 22.5 27.5 26 20 4 1100

Se ha retenido en la tabla que los clubes para los cuales la verificación ha podido ser hecha a partir del Anuario de miembros inscritos. Se trata del porcentaje de los PDG salidos de las diferentes categorías sociales que son inscritos en cada uno de los clubes. Otro índice, muy diferente puesto que es público y oficial, de nobleza social, pero igualmente vinculado al origen social, la Legión de honor. Si 77.5% de los PDG tiene la Legión de honor, 50% siendo al menos oficiales, los PDG salidos de la burguesía de vestimenta y de fracciones antiguas, que son los más numerosos en ocupar posiciones de vinculación entre el sector público y el sector privado, son también aquellos que el Estado reconoce y condecora más frecuentemente: es entre ellos que encontramos la más fuerte tasa de comandantes, de grandes oficiales o de grandes cruces y también detentores de la Cruz de guerra (61.5% para los hijos de oficiales y de terratenientes, 48.5% para los hijos de altos funcionarios o de miembros de profesiones liberales contra 27.5% de hijos de hombres de negocios). Los PDG salidos de clases populares o medias no acceden sino excepcionalmente a las más altas distinciones: no son a menudo más que caballeros de la Legión de honor y son un poco más condecorados que los otros con el Orden del mérito (25% contra 16%) y sobre todo con las Palmas académicas (17% contra 4%) aunque no han ejercido más a menudo que los otros funciones de enseñanza en las grandes escuelas y no ocupan más posiciones en los consejos de administración de organismos universitarios. Dos ejemplos opuestos: P. Lizon, PDG de la sociedad Le matériel téléphonique (del grupo ITT) cuyo padre era empleado y que ha realizado sus estudios en el colegio Arago y luego en la Escuela nacional superior de ingenieros de artes y materias de Paris, es oficial de la Legión de honor, comandante de la Orden nacional del mérito, tiene la Cruz de servicios militares voluntarios, la medalla de la Aeronáutica y acumula otras distinciones menores (la gran medalla de oro de la Electrónica, la medalla de honor, la medalla de oro del Trabajo, la medalla de oro de Educación física y deportes, la medalla de plata del Sindicato general de construcción eléctrica. Por el contrario, W. Baumgartner, PDG de Rhône-Pulenc en 1972, gobernador honorario de la Banque de France, ex ministro, indica una sola condecoración en el Who’s Who, la de gran cruz de la Legión de honor. Los negocios tienen su nobleza, que designa la antigüedad dentro de los negocios. La gente de los negocios es siempre noble a varios títulos. La antigüedad y la notoriedad de su linaje, que se recuerda por un nombre noble o celebre y por unos modales y una actitud <<distinguidos>>, propios para asegurarle el acceso a los honores, a los privilegios y a las propiedades más extrañas, como las obras de arte, confirmación sin par del gusto de sus poseedores, y a abrirle los grupos más estrictamente selectivos, como los clubes elegantes, se asocian lo más frecuentemente a la antigüedad de sus negocios, cuya nobleza se mide también por la antigüedad, y de las relaciones personales que ésta implica. Se observa en efecto que, entre más antigua es una empresa, mayor es la probabilidad de que la presidencia recaiga en un PDG perteneciente a las familias más antiguas de la gran burguesía de negocios o de la gran burguesía (o nobleza) de vestimenta; a la inversa, las sociedades más recientes, cuya fundación es ulterior a 1920, son presididas con una frecuencia que no puede ser efecto de la casualidad por PDG salidos de fracciones dominadas del campo del poder o de la pequeña burguesía (cf. Tabla 35)65. Cuando, por una excepción aparente,

65 J.P. Courthéoux muestra bien cómo, en la siderurgia, la antigüedad del medio social de los empresarios y la

antigüedad de las empresas van a la par. <<Los Audiffret-Pasquier, Fould, Girod de l’Ain, Hélie d’Oissel, Lacaze, Mallet, Périer, de Nervo, Petiet, Roederer, de Wendel, que han ilustrado la primera revolución industrial>> dirigían o administraban en 1960 <<una o varias firmas siderúrgicas y no las menores>>. Y precisa: <<El prestigio salido de la antigüedad en situaciones y funciones no serían suficiente para consolidar los poderes económicos y sociales de tales dinastías si estas no estuvieran aseguradas por relaciones de influencia, particularmente combinando sus funciones siderúrgicas con funciones políticas, públicas, académicas u honoríficas, o, en otros términos, acumulando funciones

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PDG hijos de miembros de profesiones liberales o de altos funcionarios, de banqueros o de presidentes de sociedades se encuentran colocados a la cabeza de sociedades relativamente recientes, es por que estas pertenecen a los sectores más nobles, como el petróleo o la electrónica. Con pocas excepciones – de lo cual daríamos sin duda razón tomando también en cuenta la actividad principal o dominante de la sociedad -, cuanto más antiguas son las sociedades, más oportunidades tienen de ser dirigidas por un PDG detentor de varios signos e insignias de la nobleza, apellido con partícula, presencia en el Bottin mondain, pertenencia a los clubes más antiguos (Jockey Club por supuesto, pero también el Automobile Club) y a la Inspección de finanzas. Cuando a todos estos títulos agrega la nobleza de los títulos escolares, la nobleza de los negocios está bien colocada para imponer el reconocimiento de su propio estilo de vida, bien colocada pues para imponer la dominación desconocida y reconocida de sus propias normas de percepción y de apreciación sobre el mercado de las relaciones personales donde se negocian los modales, los gustos, los acentos y la actitud y donde se determina el valor social de las <<personas>>. Es así que la dominación que esta ejerce sobre los advenedizos de la empresa o del diploma, tales como los dirigentes de empresas de segundo rango (a menudo controladas por un gran grupo extranjero o tecnocrático), y que se manifiesta por ejemplo en su participación sin reciprocidad en sus consejos de administración, debe tanto a la violencia suave de la dominación simbólica como a las obligaciones brutales del poder económico. Vemos como la oposición entre los puestos se expresa, una vez más, en las propiedades de aquellos que los ocupan, el habitus que está al principio del estilo de vida que estas caracterizan siendo la mediación práctica a través de la cual se cumple la potencialidad objetiva inscrita dentro de la estructura66: así como la oposición entre los dos modos de control, privado y público, se retraduce, lo hemos visto, en la oposición entre los patrones discretos y secretos de la empresa familiar y los <<hombres públicos>> de la empresa burocrática, asimismo la oposición entre el capitalismo financiero de la banca o los grupos industriales que se han casado con la lógica67 y el capitalismo monopolista de la gran industria se encuentra, según una lógica que no es la de reflejo, en el contraste entre los hombre de relaciones mundanas y de relaciones públicas, predispuestos a retraducir los vínculos financieros en vínculos personales, y el personal técnico, mejor preparado para ejercer las funciones tradicionales de autoridad y de supervisión que apela la gestión interna de la empresa (varios de ellos son ex oficiales superiores o ex prefectos) que las funciones de vinculación y de control <<suave>>, fundado en la autoridad de la información y del poder financiero, que apela la lógica del capital financiero. No tenemos pues que elegir entre las estructuras y los agentes, entre el campo, que da el sentido y el valor a las propiedades objetivadas en cosas o incorporadas en personas, y los agentes que juegan con sus propiedades en el espacio de juego así definido, o, para llegar al caso particular, entre las posiciones dentro del campo del poder económico y las disposiciones de sus ocupantes, entre las características de las sociedades (talla, antigüedad, modo de control, etc.) y las características de los dirigentes de estas sociedades (títulos de nobleza, de propiedad o

económicas y funciones sociales>> (cf. J.P. Couthéoux, Les pouvoirs économiques et sociaux dans un même secteur industriel: la sidérurgie, Revue d’histoire économique et sociale, XXXVIII, 3, 1960, pp.339-376).

66 Esta correspondencia entre las posiciones y las disposiciones de sus ocupantes se observa tanto a escala del espacio social en su conjunto como al interior de campos particulares (campo religioso, campo universitario, etc.), siendo las excepciones, es decir los casos de discordancia, inteligibles por referencia a la relación ordinaria de concordancia, particularmente en sus efectos: se sabe que los agentes colocados en falso están a menudo al principio de innovaciones, hasta de subversión.

67 Así, grupos industriales, como PUK, presidido (en 1972) por Pierre Jouven, o la CGE, presidida por Ambroise Roux, politécnico e ingeniero de puentes y calzadas, ligado a los negocios por su familia (su padre era administrador de sociedades, presidente de la Compañía general de accidentes, su abuelo médico) tienen de hecho <<objetivos más financieros que industriales>>: <<La CGE no ha sido fundada por técnicos sino por financieros. El aspecto técnico ha sido siempre tratado en el marco de la más estricta rentabilidad>> (A. Roux, entrevista de Entreprise, 1967).

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escolares, etc.). Se puede, reintroduciendo a las personas, tratar de establecer lo que, dentro del funcionamiento de las instituciones económicas, no ocurre sino por las personas (se piensa en el ejemplo límite de esos grupos extrañamente compuestos cuyo único principio unificador reside en la persona de su fundador, los Floirat, Béghin, Dassault o Prouvost). Ello sin por tanto olvidar que las personas en aquello que tienen de más personal son, por esencia, la personificación de exigencias realmente o potencialmente inscritas dentro de la estructura del campo o, más precisamente, dentro de la posición ocupada al interior de este campo. Es esto lo que hace que podamos sacar del conocimiento de la especie de capital preponderante entre los dirigentes de una sociedad una indicación sobre la posición de esta sociedad dentro del campo de poder económico y sobre sus relaciones con las otras sociedades y con el Estado: dándose por patrón un inspector de finanzas nacido en la burguesía parisina, una empresa manifiesta que, para reemplazar sus funciones más específicas necesita de un PDG que no sea solamente un <<dirigente>> ejerciendo su poder sobre la empresa en vista por ejemplo de aumentar la productividad y las utilidades sino un portavoz que, en todas las relaciones con los representantes de otras sociedades y sobre todo del Estado, añada al capital de la empresa eso que llamamos su crédito personal, es decir todos los recursos actualmente y potencialmente asegurados por las propiedades unidas o incluso incorporadas a su persona, <<honorabilidad>> y <<distinción>>, <<cultura>> y <<buenas maneras>>, títulos de nobleza y títulos escolares. Es evidente que es en vano, aquí más que en cualquier otra parte, intentar hacer la salida entre esto que es <<funcional>>, es decir las capacidades y las competencias que están inscritas en la definición estrictamente técnica de la función, y lo que es gratuita y artificialmente superpuesto a la función, por una acción simbólica tendiente a producir la definición del puesto propio para ofrecer el mercado más favorable a una especie particular de capital y para legitimar así la dominación de los detentores de este capital. Porque la definición de la función patronal, de la cual forma parte la capacidad de imponer la representación de la manera legítima de cumplir esta función, es en gran parte producida por aquel que la cumple con éxito, nada informa mejor sobre las propiedades de las posiciones elevadas del espacio social que las propiedades de aquellos que las ocupan, incluidos los más extranjeros en apariencia a la definición estrictamente técnica del puesto, como la posesión de una cuadra de caballos, de una departamento en la avenida Foch o de una colección de pinturas. La élite Ninguno de los títulos de nobleza es suficiente por sí mismo para conferir la nobleza en sociedades que profesan el rechazo a la nobleza. Así, los más altos títulos escolares son condiciones necesarias, más no suficientes, permisivas más no necesitantes, de acceso al Establishment. Pero la riqueza es aún menos suficiente cuando no se combina con <<modales>> convenientes: recordamos a Jacques Borel, sacrificado por el Establishment, que <<no podía tener éxito puesto que no tenía ni el dinero ni los modales>>; y pensando de manera verosímil en Sylvain Floirat, vice-presidente-director-general de la sociedad de máquinas Matra, presidente delegado de Europe nº1 Images et Son, nacido en Nailhac, en el departamento de la Dordogne, indica que la entrada al <<mundo>> supone que <<uno afine su educación>> y que <<uno pierda el acento de su terruño>> 68. La importancia de la posición ocupada, que se mide por la cifra de

68 Esta cita, como las siguientes, es extracto de una artículo que merecería ser reproducido enteramente: forma parte en

efecto de estos discursos hagiográficos, libros de oro de las grandes escuelas (v.g. Rue d’Ulm de Peyrefitte), necrologías, entrevistas literarias, etc., donde la inocencia de los celebrantes se conjuga con la suficiencia de los celebrados para revelar con toda claridad la verdad a la vez más objetiva y más íntima ante la cual uno exclama

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negocios de la sociedad o por la importancia de los fondos propios cuenta mucho pero concordamos en observar (y el análisis lo confirma) que <<se puede estar a la cabeza de una gran empresa y no formar parte del Establishment>>. Es ello lo que interviene primero la naturaleza de la sociedad y de sus actividades (el sector): se distinguen las actividades <<nobles>>, la banca, la industria pesada, el transporte marítimo, los servicios públicos, reducidos desde las nacionalizaciones de 1946 a la distribución del agua69, la hotelería y la <<cantina>> (Jacques Borel) y todas las actividades de comercio y de distribución con excepción de aquellas que realzan su antigüedad, tales como las grandes tiendas, versión “antiguo régimen” de las grandes superficies70, sin hablar de las más infrecuentables, como los <<cosméticos>> (François Dalle) y de las inmobiliarias71... Lo propio de las <<élites>> de las sociedades <<democráticas>> es definirse estadísticamente: por otra de esas excepciones al axioma de omni et nullo que opera la estadística, todos los miembros del grupo no poseen todas las propiedades que definen lo propio del grupo y, a la manera del límite de una nube o de una selva según Rapoport72, el límite de un grupo como el Establishment económico73 es una línea (o una superficie) imaginaria tal que la densidad de los individuos (gotas de vapor condensado, árboles o patrones) es de un lado superior, del otro inferior a un cierto valor. Vemos inmediatamente todos los efectos que se pueden sacar de esta propiedad: se puede siempre a la vez exhibir el pequeño número de individuos ejemplares que acumulan todas las propiedades y todos los títulos que dan derecho a la pertenencia (es el caso por ejemplo de Jacques de Fouchier) y mantener la ilusión de la apertura y de la <<igualdad de oportunidades>> poniendo delante todos los casos de individuos que poseen todas las propiedades excepto una74. Pero esto no es todo: el hecho de que los diferentes miembros del grupo son si no incomparables, al menos insustituibles, es decir tales que no se pueda jamás identificar los unos con los otros bajo todas las relaciones y que se puedan siempre oponer excepciones a todas las definiciones, produce la ilusión subjetiva del misterio de la <<persona>> indefinible y del grupo que, estando fundado en el milagro de la elección, no es nada más que una suma de individuos <<excepcionales>>o, como se dice, de <<personalidades>> irreemplazables. Todas las aristocracias se definen a sí mismas como más allá de toda definición: ¿la gentry de negocios se siente y se quiere más allá de criterios formales de reconocimiento y de reglas explícitas de mantenimiento? <<’El consenso no resulta de reglas, incluso no escritas, como lo explica el presidente Caplain, sino de la idea que uno se hace del comportamiento de un

cuando es puesta al día por el análisis científico (cf. R. Tendron, Establishment: Les intouchables, Le Nouvel économiste, 102, 17 oct. 1977, pp.66-72).

69 Jacques de Fouchier, presidente de la Banque de Paris et des Pays-Bas, François de Flers, PDG de la Banque de l’Indochine et de Suez, Pierre Champin, PDG de la sociedad Denain Nord-Est-Longwy, Ambroise Roux, PDG de la CGE, Francis Fabre, PDG de Chargeurs réunis, Tristan Vieljeux, PDG de la Sociedad naval Chargeurs Delmas-Vieljeux aparecen claramente en la parte superior del eje 2 del diagrama 17.

70 A diferencia de la mayoría de los PDG de sociedades comerciales, Jean Vignéras, presidente de la Société Au Printemps, se sitúa en la parte superior del eje 2.

71 Los pocos PDG que no están condecorados por la Legión de honor (22.5%) se encuentran en las actividades menos nobles (el comercio, las bebidas), a la cabeza de filiales de segundo rango de sociedades extranjeras o de sociedades controladas directamente por un grupo importante.

72 E. Rapoport, en R.R.Grincker, Toward a Unified Theory of Human Behavior, New York, Basic Books, 1956. 73 Es decir grosso modo los dos sectores superiores del espacio definido por el análisis de correspondencias (pudiendo

decirse lo mismo del límite de los grupos definidos por la proximidad a los dos polos del campo). 74 Estando la estadística inscrita en el funcionamiento mismo del mundo social, el análisis estadístico no podría limitarse

sólo al plano de la técnica: a falta de aprehender las implicaciones sociales de la estadística y las implicaciones estadísticas de la realidad social –otro ejemplo sería el debate sobre las probabilidades objetivas y las probabilidades subjetivas-, nos arriesgamos a hacer la sociología sin el saber, es decir, seguramente, mala sociología.

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individuo’. (...) ‘Uno reconoce instintivamente aquellos que son y aquellos que no lo son’, declara un gran patrón de la industria, que agrega: ‘Cuando se es parte del Establishment, no se habla del Establishment’>>. Evidentemente, <<no existe verdaderamente hombre de izquierda dentro del Establishment>>, pero aún así todo está en la manera; y si no se tiene sino desprecio para los <<groseros>> que, pregonando el progresismo, traicionan su casta y venden el secreto75, sabemos reconocer la preocupación bien comprendido por lo <<social>>: <<M. Marcel Demonque, ex patrón de Cementos Lafarge, ‘sacaba lágrimas a sus semejantes’ evocando sus preocupaciones sociales, pero ‘tenía un puño de derecha’>>. Así mismo, lo que es fatal a tal advenedizo de costumbres todavía rudas, es perdonado a tal otro, asegurado de la indulgencia de sus iguales. <<Este club sin estatuto escrito, sin lista de miembros, funcionando únicamente por cooptación instintiva y espontánea>>, del cual habla Jacques de Fouchier, y del cual, mejor que los clubes más selectos76 o las comidas del <<Siglo>>, los consejos de administración de ciertas grandes sociedades (Paribas o PUK por ejemplo) dan una idea aproximada, funciona como una instancia de legitimidad <<que se arrogue el derecho de hacer la ley y de castigar si no es respetada>>. Que no se vaya a pensar, en nombre de esta forma de economismo que parece imponerse desde que se trata del mundo económico, que estas solidaridades, como las afinidades de estilo de vida que las fundan, sean para acomodar en el orden de la gratuidad y del “suplemento de alma” culturales. Ellas están al principio de elecciones económicas que no se pueden ni explicar ni comprender en una lógica puramente económica. Sólo una visión estrechamente economista de las relaciones económicas puede hacer ignorar que sin <<crédito>> ante aquellos que tienen el poder sobre el crédito, no se obtiene crédito. Los grupos aristocráticos –esto es que hacen el misterio y el encanto para aquellos mismos que participan- no tienen otro fundamento que la arbitrariedad aparente del inter-reconocimiento. Totalmente aparente, puesto que el principio de todos los juicios de pertenencia o de exclusión no es otra cosa que la antigüedad dentro del grupo, es decir el modo de reproducción capaz de conferir a todas las prácticas de aquellos que son su producto esta modalidad rara y percibida, con justa razón, como inimitable, que caracteriza la distinción llamada natural, base de todas las cooptaciones. En estas materias, todo es cuestión de tiempo: <<’Dentro de una o dos generaciones los hijos de Carrefour serán quizá parte del Establishment’. ‘Quizá’, pues Guichard y Perrachon –nacidos a principios del siglo XX- jamás han rebasado el Establishment de provincia77’>>. Cuestión de

75 Entre estos aguafiestas, podemos citar a Lucien Pfeiffer, PDG de Prétabail desde 1965: entró al mundo bancario por

fractura, con el crédito hipotecario, este hijo de comerciante pasado por HEC, imprime ideas de <<izquierda>> (ha sido director de La Vie catholique illustrée de 1959 a 1961) y miembro de la asociación Empresa y progreso y del Centro de jóvenes dirigentes de empresa, tenía todo para contrariar al Establishment (cf. L’Expansion, janvier 1976, p.36 y J.P. Roulleau, Les champions de l’expansion, une nouvelle race de dirigeants, Paris, cercle du livre économique, 1969).

76 Es notable que la mayoría de los miembros del Establishment (situados en la parte superior del eje 2) omiten mencionar en el Who’s Who su pertenencia a un club, entendiendo sin duda manifestar así que están por debajo de estas formas de asociación. Demuestra este propósito: <<Yo, no soy para nada convencional, no soy snob en absoluto; esos chismes me aburren, me hacen... Si yo soy presidente del Polo de Bagatelle, es por tradición, por deber (...). Mi mujer no pone jamás un pie; cuando le digo: ’es necesario que vengas porque damos la copa en recuerdo de mi padre’, ella me dice: ’no tienes más que llevar a una de tus hijas, no me lleves a mí, eso me fastidia’>> (Entrevista de Elie de Rothschild, presidente del Polo de Bagatelle).

77 A. Duffau, Le palmarès des fusions, L’Expansion, mars 1974.<<Acerca de Raymond Sachot [hijo de artesano, licenciado en derecho, diplomado por Harvard] que apareció un momento como el gran federalizador de la industria alimenticia, un banquero dice: ‘Él ha querido ir demasiado rápido y no siempre se entiende bien con sus banqueros. Pagando en acciones sus adquisiciones, volvía luego parra ‘clasificar’ su título. Pero él cambiaba demasiado a menudo de banquero: en cuanto un paquete de acciones era clasificado, él lo regaba por todos lados'. He aquí por que

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tiempo, es decir de maneras, que no se adquieren por otro lado sino con el tiempo y que atestiguan que uno puede y uno sabe tomarse su tiempo: la especulación, que condenamos particularmente en los aventureros de la promoción inmobiliaria, traiciona una precipitación de advenedizo, en todo opuesta a la lenta y segura acumulación del banquero de viejo linaje. Si hay lugares como las inmobiliarias donde <<no es muy moral ganar dinero>> (al menos directamente –¿que serían en efecto los promotores sin los banqueros?-), es que ellos llaman a <<la especulación en el sentido peyorativo del término>> y a la <<derogación>>, es decir la sospecha del <<pot-de-vin>>, formas de presión que se pueden excluir, en nombre de la conveniencia de los negocios, cuando se dispone de técnicas de influencia altamente eufemistas que autorizan los vínculos personales entre personas igualmente honorables; es también que llaman agentes económicos conformes a la verdad bruta y brutal de las relaciones económicas (<<hombres de puño, ‘brutos’>>), es decir incapaces de meter en estas relaciones lo que se necesita de mala fe para ocultar, tanto a sí mismos como a los otros, la verdad. La conveniencia de los negocios, y todos los preceptos constitutivos del arte de vivir burgués, rechazo a los gastos ostentosos (es descortés <<pasear a su mujer con un diamante que le cubre la mitad del dedo>> o <<llegar en Rolls a su oficina>>), discreción (<<el Establishment no gusta de los éxitos demasiado visibles>>) y reserva (se reprocha a tal patrón hablar demasiado y de hacerse ver demasiado en la televisión o en los coloquios), honorabilidad de la vida privada 78 y austeridad afectada de los modales, son sin duda tantas expresiones de la mala colectiva por la cual el grupo se oculta a sí mismo el fundamento mismo de su existencia y de su poder, la negación originaria del beneficio y de las relaciones sociales que éste supone. Si las aristocracias no quieren jamás a los advenedizos, no es solamente por uno de esos reflejos de defensa que están al principio de toda especie de numerus clausus es sobre todo por que, por su éxito demasiado rápido, por la manera, necesariamente brutal, con la cual lo han obtenido y por la manera ingenuamente ostentosa con la cual lo afirman o lo anuncian, esos arrivistas tardíos recuerdan la violencia arbitraria que está al principio de la acumulación inicial. Si la pertenencia al Establishment está estrechamente ligada a la antigüedad del establecimiento dentro de los negocios79, es sin duda que el capital simbólico de reconocimiento, de confianza y, en una palabra, de legitimidad, tiene sus leyes propias de acumulación que no son aquellas del capital económico. Como dicen los hermanos Willot, <<es más fácil conquistar que guardar>>. Si el capital que dura tiende a convertirse en crédito, en prestigio, es decir en capital simbólico, capital desconocido, reconocido, legítimo, no es sin duda por un efecto propio del envejecimiento, sino más bien porque el capital debe siempre una parte de su poder de durar, de perpetuarse, de reproducirse, a su capacidad de hacerse reconocer, es decir de hacerse desconocer en tanto que capital convirtiéndose en especies mejor disimuladas, como las obras de arte o la educación; es también porque su perpetuación se acompaña inevitablemente de una transformación de la relación que sus propietarios mantienen con él, la aspereza brutal de los fundadores, transparente a la brutalidad de las relaciones de fuerza económicas, cediendo el lugar a la separación de la comodidad heredada.

el éxito de Raymond Sachot a sido efímero, y porque ha sido forzado a fundar su grupo dentro de la nebulosa multinacional de James Goldsmith>> (ibid.; subrayado por mí).

78 <<Un gran presidente se ha visto privado del acceso a la mesa del gobernador de la Banque de France durante dos años por causa de divorcio en condiciones delicadas. Porque aunque no está prohibido tener amantes e incluso mostrarlas, ‘no hay que provocar dramas’>>.(R. Tendron, loc.cit.).

79 Antigüedad del linaje, antigüedad del individuo mismo: la precocidad del <<pantouflage>>, donde se expresa la familiaridad con el mundo de los negocios que favorece la propensión y la probabilidad de realizarlo, contribuye fuertemente a definir la pertenencia al Establishment.

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Así, cuando se trata de acceder a las posiciones de poder económico, los diplomas no detentan más que una eficacia condicional que, sobre todo cuando son menos raros y más “mundanos”, no se ejerce plenamente más que si están combinados con títulos y cualidades que no corresponde a la escuela inculcar u otorgar. Los PDG desprovistos de títulos de enseñanza superior o que han pasado por el Sciences Po80 son salidos de familias que son antiguas, nobles –y de vieja nobleza81- y allegados a familias nobles en proporciones mucho más fuertes que los patrones salidos del Politécnico, mucho menos antiguos y mucho menos provistos de atributos tradicionales de la nobleza: los ex alumnos de Sciences Po son siempre más a menudo miembros de los clubes más antiguos y más prestigiosos (Jockey Club, Cercle Interallié) que los Politécnicos que están rara vez inscritos en un club –exceptuando al Cercle du Bois de Boulogne-, más rara vez incluso que aquellos que han pasado por escuelas de ingenieros, Centrale, Mines de Paris, Nancy, Saint-Etienne particularmente, o escuelas de comercio82. Para los patrones salidos del Politécnico, en particular para aquellos de entre ellos que son salidos de la pequeña burguesía de provincia y que se encuentran sobre todo entre los PDG de filiales extranjeras y de industrias menos antiguas, la escuela y el título escolar son condiciones determinantes del acceso al campo del poder; para aquellos que han pasado por Sciences Po y que, casi todos salidos de la burguesía de negocios parisina (y particularmente de la banca) o de la aristocracia más antigua, se encuentran sobre todo en las empresas familiares o tecnocráticas, el título otorgado por una institución escolar menos selectiva83, cumple ante todo una función de legitimación. Se ve así que, incluso si los títulos escolares pueden dar acceso a posiciones de poder económico, el modo de reproducción de componente escolar permanece fuertemente competido, y hasta sobre los terreno más favorables a su eficacia, como las grandes empresas burocráticas, por el modo de reproducción familiar: además de que continua abriendo por sí sólo el acceso a una parte importante de las posiciones dominantes, el aprendizaje cultural asegurado por las familiar más antiguas en la burguesía es único para procurar la forma muy particular de capital cultural, actitud, maneras, acento, y el capital social que, asociados al capital económico heredado o incluso sin él, dan la ventaja sobre los competidores dotados de títulos escolarmente equivalente o incluso superiores. Diagrama

80 El tercer factor opuesto a un conjunto de patrones que deben su éxito social a su éxito escolar (y donde dominan los

politécnicos) un conjunto de patrones pasados por Sciences Po, como el barón Elie de Rothschild, PDG de la Compagnie PLM, Wilfrid Baumgartner, PDG de Rhône-Poulenc en 1972, Christian de Waldner, PDG de IBM, hijo de un administraador de sociedades, o no diplomados como Edouard de Cazalet, PDG de la Sociedad marsellesa de crédito, hijo de banquero que ha hecho sus estudios en Janson, Jacques Corbière, PDG de Gervais-Danone en 1972, hijo de industrial y bisnieto de Charles Gervais, “creador de la industria lechera en Francia”, que ha hecho sus estudios en la escuela Fénelon y en el liceo Condorcet y que no tiene más que el bachillerato, o Ferdinand Béghin, PDG de Béghin-Say, hijo de industrial azucarero que ha hecho sus estudios en el liceo Janson.

81 Es notable que los PDG que han pasado por el Sciences Po y que tienen un apellido con partícula figuren más frecuentemente en los diccionarios de la nobleza (cf. particularmente Dugast Rouillé éd., Le nobiliaire de France (actuel), Nantes, 1972, 2 vol., o E. de Sereville, F. de Saint Simon, Dictionnaire de la noblesse française, Paris, La société française du XXe siècle, 1975) que los que han pasado por otras filas.

82 Los PDG salidos de escuelas de comercio (y a menudo originarios de familias que están desde hace varias generaciones dentro de los negocios) o de escuelas de ingenieros tales como la Centrale o las Minas participan frecuentemente en clubes (particularmente en el Automobile club) y tienen una fuerte práctica de los deportes más mundanos, golf y veleo.

83 Se sabe que los alumnos del Sciences Po tienen una tasa de éxito escolar (medida por las menciones en el bachillerato o las nominaciones en el Concurso general) ampliamente inferior a la de las clases preparatorias de las grandes escuelas (Khagnes y Taupes) y, a fortiori, de Ulm y del Politechnique.

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La antigüedad en los negocios y los indicadores de “nobleza” según el establecimiento de enseñanza superior diploma PDG en % Antigüedad en los negocios abu

elo de la burguesía de vestimenta

Apellido con partícula

Bottin mondain

el PDG solamente

el padre o el suegro al menos

el abuelo y más allá

total

madre

padre

esposa

Polytechnique (n 43)

72.5 22.5 5 100 15 5 - 9 46.5

Sciences Po (n 45)

57.5 15 27.5 100 37.5 29 16 22 80

escuela de ingeniería (n 39)

49 36 15 100 5 5 8 8 38.5

escuela de comercio (n 17)

35 41 24 100 6 6 - 12 53

facultades de derecho, letras, ciencias (n 39)

46 37 17 100 8 13 8 15 44

enseñanza secundaria o superior no terminada (n 29)

18 53 29 100 14 14 17 14 52

conjunto 49 32 19 100 16 13 9 14 53 Nota al diagrama 37: En lo que concierne a la antigüedad de la familia en la burguesía de vestimenta, la pertenencia a la nobleza y la inscripción en el Bottin Mondain, se trata del porcentaje de los PDG que, habiendo pasado por una u otra de las filas escolares, son detentores de cada una de estas características. El sentido de la evolución Dicho esto, el hecho de que, al corazón mismo del campo económico, ciertas posiciones, y entre las más importantes, se vuelven accesibles a patrones cuya autoridad y poder se fundan más en el título escolar y menos en el título de propiedad, no puede no afectar la representación social de la

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transmisión directa de la herencia económico. La nueva “nobleza de negocios” percibe los patrones familiares, cuyo poder reposa en una forma más elemental de herencia social, como los sobrevivientes de una era pasada y los presenta de buena gana, en la Vulgata que se produce en las comisiones, los comités o los clubes donde los adltos funcionarios dialogan con los patrones de Estado y que se enseña en los institutos de ciencias políticas, como los detentores ilegítimos de privilegios otra época: convencido de tener su legitimidad no más por la riqueza, ni por el nacimiento, sino por la <<inteligencia>>84 y la <<competencia>>, se percibe como una vanguardia iluminada, capaz de concebir, de querer y de dirigir el cambio que es necesario para conservar85. Se comprende que en estas condiciones el porvenir de dos modos de dominación y de reproducción sea una de las apuestas mayores de las profecías interesadas por las cuales los portavoces de la nueva “élite” intentan producir el porvenir bajo apariencia de describirlo. Y tenemos fundamento para sospechar que las “teorías” que anuncian la decadencia ineludible de la empresa privada y el triunfo de los <<tecnócratas>> sobre los <<herederos>> (con Granick) o de los managers sobre los owners (con Bearle y Mills) no hace quiza más que inscribir en la lógica de una evolución irreversible y fatal, que reenvía uno de los términos al pasado, , una oposición siempre presente y activa en el campo económico. El simple hecho de describir en el lenguaje del antes y el después, del pasado y del porvenir, de la vanguardia y la retaguardia, como lo hacemos sin siquiera soñarlo, los dos polos del espacio del poder económico, constituye por sí una toma de posición dentro de la lucha política que les opone, a cada momento, y que tiene por juego la definición del ejercicio legítimo del poder económico y de los títulos legítimos del acceso a ese poder y, más precisamente, el poder de definir el porvenir de dos modos de dominación y de reproducción de las empresas definiendo las medidas políticas más favorables a sus intereses respectivos. Hablar en términos de evolución, evocar el debilitamiento de las propietarios y el ascenso de los gerentes, es tomar partido implícitamente sobre el sentido de la historia y describir como el término de un proceso fatal lo que podría no ser más que un estado de la relación de fuerzas que está al principio de la estructura del campo de las empresas y de su cambio en el tiempo86. Para hacer ver lo que está en juego en las operaciones de clasificación más elementales, y en las dicotomías que oponen por ejemplo los owners y los managers, es decir toda una profecía concerniente a la gestión de la empresa y sus relaciones con la burocracia de Estado, bastará citar tres declaraciones de patrones de empresa <<condenados>> por la nueva visión dominante: <<Nosotros estamos completamente fuera de las preocupaciones de los tecnócratas de

84 Se habla siempre de Ambroise Roux como de una <<gran inteligencia>>. Identificando la inteligencia con el éxito en

los concursos, se recuerda de buena gana los rangos obtenidos en estas competencias: así no falta jamás señalar que Jacques de Fouchier ha sido recibido como primero en la Inspección de finanzas. Después de las audiencias del patronato en Marseille en octubre de 1972, los dirigentes del CNPF se regocijaron, relata Bernard Brizay, <<con esta opinión aparecida en el periódico del PSU, Tribune socialiste: ‘Ese capitalismo es inteligente’>> (cf. B. Brizay, Le patronat, histoire, structure, stratégie du CNPF, Paris, De. du Seuil, 1975, p.192).

85 La oposición entra la empresa familiar y la granempresa moderna y abierta al progreso social se inscribe muy naturalmente en la larga serie de lugares comúnes producidos en los lugares neutros que organizan la visión del mundo de la nueva “élite” económico-burocrática: pasado (rebasado)/futuro, cerrado/abierto, local/nacional, tradicional/moderno, etc. (se encontrará un análisis de la estructura y las funciones de este conservadurismo reconvertido en P. Bourdieu et L. Boltanski, “La science royale et le fatalisme du probable”, Actes de la recherche en sciences sociales, juin 1976, no.2-3, p.39-55).

86 Numerosos debates sabios sobre el sentido de la evolución del mundo social o de tal o cual de sus aspectos oponen tesis perfectamente indeterminables (al menos con los medios puestos en obra) que son profecías pretendiendo la autoverificación, es decir golpes de fuerza simbólicos enfocados a hacer advenir, anunciándolo, el porvenir más conforme a los intereses del profeta y a condenar mágicamente, por una suerte de maldición, la eventualidad opuesta.

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París, que consideran que la empresa familiar está arruinada y, lo que es más grave, que es toda la industria textil la que está arruinada>> (Entrevista de Bertrand Lepoutre, PDG de una empresa textil mediana, los Etablissementes Lepoutre, en A. Harris y A. de Sedouy, Les patrons, op.cit., 1977, p.79). <<Yo creo firmemente que la teoría que quiere que todo vaya hacia la concentración de grandes empresas es falsa. Yo digo que se volverá atrás...>> (Entrevista de Yvon Gattaz, PDG de Radiall, op.cit., p.202). La discusión del destino que la filosofía tecnocrática trata de imponer, es decir hasta la puesta en cuestión de la pretensión de una racionalidad y una productividad superiores: <<Estos grupos no dan casi nunca beneficios, reagrupan ellos mismos cantidad de empresas, y hay siempre una para recuperar otra, lo que conduce a un mantenimiento del empleo prácticamente constante. No sucede jamás nada realmente grave y ellos no se encuentran con el montón de gente en la calle. Pero toman una parte mínima de lo que tienen entre las manos: está casi nacionalizado, casi burocrático, por consecuencia muy poco eficaz>> (Entrevista de Francine Gomez, PDG de Waterman, op.cit., p.33). Estas declaraciones de patrones <<privados>> encuentran su contraparte en las declaraciones de los tecnócratas siempre listos, como Alain Gomez, PDG (de izquierda) de Saint-Gobain embalajes, para recitar los cursos de Sciences Po sobre el pequeño patrón familiar que confunde la caja de la empresa y la caja familiar, que perpetúa formas de autoridad autocráticas y una mentalidad de rentista, etc. (cf. op.cit., pp.271 sigs.). No hay estudio histórico sobre la evolución de las sociedades industriales o de las características de sus dirigentes que no encierre una toma de posición implícita o explícita sobre la cuestión de saber cuales son, entre las categorías de sociedades distinguidas por el análisis, aquellas que tienen porvenir y que pueden, por ello, pretender definir, por la intermediación del Estado, lo que debe ser el porvenir del conjunto de sociedades. Hablar de concentración y de burocratización, notar el incremento de las oportunidades de acceder al poder económico por el capital escolar, establecer la relación que existe, sincrónicamente y diacrónicamente, entre estos hechos, es sugerir, tácitamente, que el porvenir es para los tecnócratas. Es suficiente olvidar que las estadísticas de evolución no hacen más que registrar el resultado en un momento dado del tiempo de una lucha política que tiene por apuesta la dominación del campo del poder económico por intermediación del confiscación sobre el Estado, para proveer un arma suplementaria a aquellos que han sabido imponer, describiéndola como una evolución inevitable, una orientación inscrita en el estado de potencialidad objetiva en la lógica del campo. Pero no es suficiente saber que la cuestión misma del sentido de la evolución de las características de los dirigentes de empresas es una apuesta esencialmente política en cuanto que oculta la cuestión del grado al cual los detentores de diferentes propiedades están justificados para ocupar la posición que ocupan y ejercerla como la ejercen: por ejemplo con más o menos eficacia –legitimación por la productividad- o con más o menos <<dureza>> o, por el contrario, <<liberalismo>> -legitimación por la “política social”-. Todavía hay que cuestionar la evidencia de pruebas estadísticas, tales como el <<hecho>>, a primera vista indiscutible, de que, entre 1952 y 1972, la proporción de PDG que no poseen ningún diploma de enseñanza superior o que no han hecho estudios secundarios o superiores no deja de decrecer, y muy fuertemente. Tabla Títulos escolares y origen social de los PDG de las 100 primeras empresas en 1952, 1962 y 1972.

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1952 X (solamente)

X, Mines, Ponts, etc.

otra escuela de ingeniería

derecho

letras, ciencias, medicina

Sciences Po

escuela de comercio

bachillerato, univ. sin precisión

solo estudios secundarios

NR (no respuesta)

Total

clases populares y medias 4 4 - 1 - - - 2 - - 11 clase dominante de la cual

6 13 14 8 4 4 - 2 5 13 69

-ejecutivos, directores 1 5 3 1 1 - - - 1 - 12 -oficiales, terratenientes 1 2 3 3 - - - - - 2 11 -prof. liberales, altos funcionarios - 4 3 2 1 1 - 1 2 1 15 industriales, banqueros 4 2 5 2 2 3 - 1 2 10 31 NR 4 2 3 1 - 1 - - - 9 20 Conjunto 14 19 17 10 4 5 - 4 5 22 100

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1962 X (solamente)

X, Mines, Ponts, etc.

otra escuela de ingeniería

derecho

letras, ciencias, medicina

Sciences Po

escuela de comercio

bachillerato, univ. sin precisión

solo estudios secundarios

NR (no respuesta)

Total

clases populares y medias 1 5 2 - - - 1 - - 1 10 clase dominante de la cual

6 20 18 7 5 8 5 3 3 5 80

-ejecutivos, directores 1 3 4 2 - - - - 1 1 12 -oficiales, terratenientes - 4 4 - 1 - - - - 1 11 -prof. liberales, altos funcionarios 1 6 1 - - 1 1 1 - 1 12 industriales, banqueros 4 7 9 5 4 7 3 2 2 2 45 NR 1 1 - 1 - 1 - - - 6 10 Conjunto 8 26 20 8 5 9 6 3 3 12 100

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1972 X (solamente)

X, Mines, Ponts, etc.

otra escuela de ingeniería

derecho

letras, ciencias, medicina

Sciences Po

escuela de comercio

bachillerato, univ. sin precisión

solo estudios secundarios

NR (no respuesta)

Total

clases populares y medias 3 1 5 2 - - 2 - - - 13 clase dominante de la cual

1 18 16 11 3 15 7 4 5 1 81

-ejecutivos, directores - 4 4 2 - 2 1 - - - 13 -oficiales, terratenientes - 3 2 1 - 3 - - - 1 10 -prof. liberales, altos funcionarios - 6 - 3 - 4 1 - - - 14 industriales, banqueros 1 5 10 5 3 6 5 4 5 - 44 NR - - - 2 - - - - 1 3 6 Conjunto 4 19 21 15 3 15 9 4 6 4 100 Se sabe que el período considerado ha estado caracterizado por todo un conjunto de reestructuraciones conducentes a la <<desaparición>> (nominal) de ciertas sociedades estudiadas y al incremento (nominal) de otras, lo que, unido a los efectos del incremento (real) de ciertas sociedades se traduce por un incremento muy brutal de la talla de los grupos. La relación entre el crecimiento de las sociedades y el crecimiento de la tasa de diplomas elevados se debe por una parte al hecho de que las empresas que han sido eliminadas –por absorción o por decadencia- son aquellas que tenían a la cabeza los patrones menos diplomados.

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Sabiendo que el incremento de la talla de las sociedades se acompaña de todo un conjunto de cambios, entre los cuales hay que contar el cambio de las características de los dirigentes y, en particular, el incremento de su capital escolar, tenemos fundamentos para pensar que la elevación de la tasa de diplomas resulta (al menos por una parte) del incremento de la talla de las sociedades y del incremento del peso de las grandes sociedades en el campo económico. Los dirigentes (en 1972) de las firmas francesas (jerarquizadas según el volumen de sus capitales propios) poseen tanto más frecuentemente un diploma (y un diploma más prestigioso) cuanto mayor es su empresa; más precisamente, la posesión de un capital económico y social es tanto menos suficiente para asegurar por sí el acceso al poder dentro de la empresa cuanto más importante es la empresa: la porción de patrones que, siendo hijos de industriales, de administradores de sociedades, de banqueros o de grandes comerciantes, no han hecho estudios superiores, decrece cuando crece la talla de la empresa, pasando de un 23.5% para las sociedades clasificadas del lugar 101 al 200, a 11.5% para las 100 primeras sociedades. Pero además nos podemos preguntar sobre la comparabilidad de poblaciones cuyos límites y composición dependen totalmente de los principios de definición adoptados cuando esos principios han cambiado profundamente en el curso del período observado: aquel que era (o hubiera podido ser) cuestionado en tanto PDG en el período inicial no podía serlo más, en tanto que director de una filial, en el período final, ello sin que su posición <<real>> y la de la sociedad que él dirige hayan necesariamente sufrido cambios profundos. A la inversa, tal otro que ha podido ser tratado como patrón en primera persona puede, por el juego de alianzas o de controles ocultos u oficiosos, disponer de una independencia tan aparente como la de tal director de filial que no ha sido retenido; o, en el caso de filiales extranjeras, el patrón nominal puede no ser sino la manifestación aparente (en el doble sentido de visible e ilusoria) de un poder cuyo principio real está en otra parte, sin hablar del caso en que el PDG declarado, oficial, no es más que el apoderado de un patrón real, así ausente del espacio87. Lo que está en cuestión en efecto, es la noción de grupo, el juego de lo nominal y lo real, de lo oficial y de lo oficioso, que esta favorece, y al mismo tiempo la cuestión del poder dentro del campo del poder económico en su conjunto y dentro del campo de cada grupo particular. Esta cuestión, el muestreo lo resuelve por una parte tácitamente decidiendo retener ciertos patrones y excluir otros, y tomando partido, de este modo, sobre los <<límites>> del grupo, es decir sobre la autonomía relativa del campo de la sociedad –pues de sus dirigentes-; autonomía que es una de las apuestas mismas de la lucha entre las sociedades88. Y de hecho, según la definición del <<control>> que se da, y que puede o no coincidir con la definición explícita o implícitamente asentada dentro de la delimitación oficial de las unidades, se puede hacer variar considerablemente el número y la talla de las unidades elementales, o sea la naturaleza y las cualidades de aquellos que las dirigen: lo que significa que la división adoptada en el establecimiento de la muestra y en las operaciones de codificación prejuzga inevitablemente la respuesta misma a una de las cuestiones que uno se esfuerza en resolver por la comparación de estados diferentes del campo, aquella de la <<concentración>> y de los cambios correlativos de los dirigentes. Registrando las divisiones oficiales, ¿no se

87 La posición ocupada dentro del espacio del poder por Benno Vallières, PDG de la Sociedad de aviones Marcel

Dassault-Breguet, se explica fácilmente, sabiendo que, semejante a los PDG de filiales de grandes empresas extranjeras, se encuentra aislado en las tareas de gerencia, como lo vemos claramente a través de lo que dice de él el patrón real, Marcel Dassault: <<El sr. Vallières se ha revelado como un maravilloso industrial y un excelente comerciante, dotado de todas la cualidades técnicas necesarias. Es él quien discute los contratos tanto con el Estado como con los proveedores, y quien fija las remuneraciones del personal>> (cf. H. Jannic, Les grandes successions, L’Expansion, 52, mai 1972, pp.94-101).

88 La cuestión de las unidades elementales es un caso particular de la cuestión muy general, aquella de la existencia de los grupos, de las relaciones entre lo nominal y lo real, entre lo oficial y lo oficioso, entre las fronteras institucionalizadas y jurídicamente garantizadas y los límites reales. Como en el caso de relaciones de parentesco, la verdad no está aquí ni en de la definición oficial que puede tener varias funciones (tradición, imagen de marca, etc.) ni en la definición real, entre otras razones porque, dentro del caso mismo en que la <<fusión>> es tan completa como es posible, cada una de las unidades anteriores conserva una autonomía que es la de una historia, de una tradición propias.

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hace otra cosa que tomar y dar por un dato lo que es el producto de estrategias? Pero, ¿no se pierde un aspecto muy real de la realidad procediendo a divisiones fundadas sobre la sola consideración de vínculos reales o, al menos, los más determinantes de entre ellos, aquellos que reposan en la detentación del capital? La definición nominal (es decir oficial) que los agentes comprometidos en la lucha por la dominación económica se dan y se esfuerzan por dar, en función de una definición particular de la autonomía y de la dependencia, forma parte de la verdad objetiva. <<Es grupo, según la definición oficial, es decir, como bien dice Michel Dollé, en de la imagen que los interesados mismos difunden, todo conjunto de empresas cuyas principales decisiones u orientaciones estratégicas son, o pueden ser coordinadas por un mismo centro de decisión>>. Pero, a las claras discontinuidades de las definiciones del grupo por sí mismo, la observación opone el tejido continuo de lazos innumerables y variados que unen las empresas y que, como lo dice también Michel Dollé, <<a partir de un grado de intensidad difícil de precisar>>, los constituyen en grupos, relaciones de cliente-proveedor (pudiendo ser la subcontratación el principio de dependencias estrechas y durables), relaciones de dependencia tecnológica (patentes) y sobre todo vínculos financieros y vínculos personales89. Sin duda no es exagerado decir que, según la definición de la dependencia adoptada, se podrá retener una muestra de 200, 300 o 5 000 sociedades, o por el contrario no considerar más que cincuenta grupos, o diez, o dos, y al mismo tiempo, cincuenta, diez o dos PDG. Así, Paribas puede ser definido como un grupo que <<emplea más de 22 000 personas>>90 o como <<un grupo financiero que ejerce un poder directo sobre un conjunto de sociedades filiales representando más de 340 000 trabajadores repartidos en todas las actividades>>91 o incluso como el centro (o el cerebro) de una inmensa red sobre la cual ejerce, por efecto de las participaciones financieras (incluso reducidas), del crédito y de la información, un <<control>> indirecto e invisible, que no está sancionado por ninguna alianza o vínculo oficial. Lo mismo valdría para la Compañía financiera de Suez de la cual se puede hacer variar la talla en enormes proporciones, según se retenga la definición más restrictiva o se considere el conjunto financiero de grupos autónomos más o menos ligados entre sí (AirLiquide, Béghin-Say, la CGE, Ferodo, Lafarge, Pernod-Ricard, Wendel) que Suez controla o en las cuales tiene participaciones92. Todas estas dificultades, que no son fáciles de vencer cuando uno se ata a un estado del campo, son evidentemente duplicadas cuando se llega a las comparaciones dentro del tiempo: en efecto, lo esencial de los cambios consiste en manipulaciones de unidades nominales que pueden no ser más que una ratificación de vínculos preexistentes, es decir en una transformación de la definición oficial que puede tener efectos más o menos reales, como la intensificación, por la oficialización, del poder de coordinación y de control que pertenece al PDG ubicado al centro de la decisión. Cuando toda la estructura del campo de las empresas se encuentra modificada en el intervalo, la comparación de dos poblaciones de PDG tratados como simples sumas de unidades separadas se arriega a hacer olvidar que la constancia aparente puede ocultar el cambio, mientras que la constancia puede esconderse bajo el cambio aparente. En consecuencia, no hay comparación rigurosa, sino de estructura a estructura, de campo a campo. La ceguera a las estructuras y a los cambios estructurales lleva a reducir el cambio a una transformación de propiedades sustanciales de los individuos93. Y así se puede discutir interminablemente para saber si los patrones son más o menos instruidos actualmente que a fines del siglo XIX. Además de que el valor del mismo diploma varía según la rareza de ese diploma en el momento considerado, es claro que lo que cuenta, a cada momento, es la estructura de la distribución de diferentes títulos escolares entre los diferentes PDG y, más precisamente, las diferencias registradas, en las diferentes épocas, dentro de las variaciones de esta estructura según el origen de cada uno de ellos.

89 M. Dollé, Editorial, Economie et statistique, 87, mars 1977, pp.3-8. 90 Le dossier des nationalisations, Le monde, Dossiers et documents, novembre 1977. 91 P. Allard, M. Beaud, B. Bellon, A.M. Lévy et S. Lienart, Dictionnaire des groupes industriels et financiers en

France, Paris, De. du Seuil, 1978. 92 Ibid. 93 Las mismas observaciones valdrían para toda comparación histórica que trate como poblaciones (los obispos, los altos

funcionarios, los artistas, los escritores, etc.) agentes definidos por la ocupación de posiciones al interior de un campo.

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Así, en las tres fechas consideradas, 1952, 1962, 1972, los PDG que son salidos de clases populares y medias o de asalariados burgueses (ejecutivos, ingenieros, directores) poseen todos un título de enseñanza superior y han pasado, salvo muy raras excepciones, por el Polytechnique (o, en 1972, por otra escuela de ingenieros, les Mines más frecuentemente); y prácticamente jamás (se cuentan dos excepciones en 1972) por el Sciences-Po. Por el contrario, los PDG que son hijos de miembros de profesiones liberales o de altos funcionarios, todos tienen al menos un título de enseñanza superior en 1972, lo que no era el caso en 1962 o en 1952, y la proporción de aquellos que pasan más bien por derecho, Sciences-Po o una escuela de comercio, ha progresado fuertemente. Pero lo esencial es sin duda que una parte de los PDG salidos de la burguesía de negocios que, en 1952, eran relativamente numerosos (13 de 31) en no haber (o poco) realizado estudios, puede todavía, en 1972 acceder a los más altos puestos sin diploma de enseñanza superior (es el caso de 9 de entre ellos sobre 44); aunque sean cada vez más numerosos en poseer un título de enseñanza superior, sea un título de ingeniero de segundo rango (como de Centrale), sea un título de facultad de derecho, de Sciences-Po o de una escuela de comercio. Dado que no se contaba ninguna sociedad comercial entre las sociedades seleccionadas en 1952, los diplomas de HEC pueden haberse encontrado subestimados para esa fecha. Lo que es cierto, es que el ascenso de los de HEC es mucho más clara al nivel de directores de sociedades que al nivel de los PDG de las mayores sociedades. El análisis de las carreras de 908 dirigentes (PDG, directores generales, financieros, administrativos, de mercadotecnia, comerciales, técnicos y de personal) en actividad en 1977 hace aparecer que son ex alumnos de HEC, del Essec, de Sup de Co Paris o de Sciences-Po (siendo esta última escuela desafortunadamente confundida en esas estadísticas con las escuelas de comercio) quienes ocupan más frecuentemente los puestos de director administrativo, director financiero, director de mercadotencia, director comercial94. En pocas palabras, la transformación del campo de las empresas se ha acompañado por un incremento global de la porción de diplomados, y ello incluso entre los <<herederos>>, y por una evolución de sentido inverso de Politécnicos y de exalumnos del HEC o de Sciences-Po: los primeros, y muy particularmente aquellos de entre ellos que no son salidos en una gran cuerpo y no han realizado estudios complementarios, han visto su representación disminuir, mientras que la parte relativa de los segundos conocía un fuerte crecimiento (este aumento, particularmente marcado entre los descendientes de la burguesía de negocios, sería mucho más claro si se tomara también en cuenta la banca). Así, el análisis diacrónico de la evolución de las relaciones de fuerza confirma las conclusiones que se desprendían de la observación de las fuerzas en presencia en un momento dado: si es indiscutible que la necesidad de poseer títulos escolares se impone cada vez más fuertemente a todos aquellos que desean acceder a las posiciones más codiciadas del campo económico, y a los herederos mismos, lo que podría hacer creer en el triunfo progresivo del modo de reproducción escolar, queda decir que los patrones que tienen parte ligada con el modo de reproducción familiar han encontrado el medio para rodear el obstáculo escolar: el mayor aumento concierne a títulos que, como los que otorgan Sciences-Po o HEC o incluso Centrale, funcionan como instrumentos de legitimación estructuralmente y funcionalmente equivalentes a aquello que era en otro estado de la competencia y de la exigencia social de legitimación, el bachillerato o para las dinastías de provincia más aseguradas de su legitimidad, la simple frecuentación de un colegio jesuita. Evocando como él se encontraba orientado hacia el Sciencies-Po, y en particular la <<humillación>> que había representado para él el hecho de que su hermano mayor, filósofo, le aconsejara esta escuela, tal ex alumno revela

94 Cf. P. Beaudeux, “Le prix des cadres”, L’Expansion, juin 1977, pp.125-156

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claramente lo que era, alrededor de los años 50, la imagen social de esta institución: <<Luego, como todos los amigos que había poco a poco conocido en París –en la Claude Bernard y luego en Janson de Sailly- estaban ahí, al menos todos aquellos que eran más o menos normales o que no eran matemáticos, yo fui al Sciences-Po con un sentimiento de burla y de gran desprecio por esta escuela>>. Y evoca así su experiencia de la enseñanza: <<¡Estaba estupefacto de ver en el Sciences-Po la ausencia de razonamiento causal, de subir río arriba, el rechazo a observar donde se está; no hacíamos más que lo descriptivo! El menor análisis sociológico aparecía como digno de Descartes o de Kant; lo que mi amigo llama la ‘semi-cultura’ erra verdaderamente la base del Sciences-Po: ‘Hazme un close-up sobre Proust, diez minutos’>>95. El privilegio de los togados La ventaja que han tomado, dentro de la lucha por el poder económico, los pretendientes salidos de la gran burguesía parisina, es decir de la gran burguesía de negocios evidentemente, pero también de la alta función pública y de las profesiones liberales, que han pasado por Sciences-Po y la Inspección de finanzas no encuentra su explicación completa más que si se toma en cuenta las transformaciones de la estructura del campo del poder que han sido determinadas por una transformación de las relaciones entre el capital bancario y el capital industrial, conduciendo a un reforzamiento de la posición de los bancos y los banqueros al seno del campo del poder económico. Las empresas industriales tienden a perder su autonomía financiera (que era todavía muy real, según Jean Bouvier, a principios del siglo XX) en relación a los grandes grupos bancarios, que, gracias a la invención de nuevas formas de concentración de los capitales y del ahorro llegan a controlar ramos enteros de la industria sin ser sus propietarios exclusivos. Los banqueros están así en posibilidades de imponer sus visiones y sus previsiones96, que hacen pasar al primer plano los problemas de administración y aprehenden el porvenir de la empresa desde un punto de vista financiero y contable, en relación a los industriales y a los técnicos que se interesan primero por la racionalización de la técnica. El reforzamiento del poder de los bancos también tiene por efecto favorecer, dentro del campo de la empresa, un reforzamiento de la dirección financiera con respecto a la dirección técnica, es decir, de Inspectores de finanzas y de ex alumnos del Sciences-Po, con respecto a detentores de diplomas técnicos como los Ingenieros de Minas. A medida que su talla crece y que se burocratiza, la empresa tiende cada vez más a funcionar como un campo de luchas entre agentes cuya fuerza, intereses y estrategias dependen del volumen y de la estructura del capital, más bien económico o más bien escolar, que poseen. Una de las apuestas de estas luchas es la transformación o la conservación de los principios de jerarquización: subvertir el orden de precedencia entre las propiedades (por ejemplo entre los diferentes títulos de grandes escuelas) que se expresa en el orden de precedencias entre los portadores de estas propiedades, volvería a invertir el equilibrio de fuerzas entre los dirigentes. Se ve que, dentro de esta lógica, la cooptación entre detentores de propiedades idénticas que está al principio por ejemplo de grupos de condiscípulos de grandes escuelas no se explica solamente por los vínculos personales establecidos en la escuela o por las afinidades de habitus sino por la necesidad de asegurar la reproducción de la jerarquía establecida al seno de la sociedad afirmando la constancia de los criterios de jerarquización. Y se comprende que las propiedades notables de los <<patrones>>, tales como la pertenencia a una gran escuela o a un cuerpo, tienden a reencontrarse con una frecuencia no aleatoria entre los miembros del personal de la empresa. Las <<estrategias>> de la empresa considerada como una persona moral dotada, en tanto ser colectivo institucionalmente constituido como tal, del poder de actuar y de reaccionar a las acciones y las reacciones de empresas aliadas o de la competencia y a los otros grupos de intereses (socios capitalistas, proveedores, consumidores, sindicatos de trabajadores, Estado, etc.) son ellas mismas el producto de las interacciones que se instauran, sobre la base de una relación de fuerzas determinada, entre los agentes, individuales o colectivos, dotados de capitales (particularmente escolares) diferenes y de intereses

95 D. Toscan du Plantier, en A. Harris et A. de Sédouy, op.cit., p.347. 96 Ver en particular, J. Bouvier, Capital bancaire, capital industriel et capital financier dens la croissance française au

XIXe siècle, La Pensée, 178, décembre 1974, pp.3-17.

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convergentes o divergentes que ocupan, al título que sea, posiciones de poder dentro del campo de la empresa (acconistas –mayoritarios o no-, presidentes, directores, ejecutivos, etc.). Se puede también suponer que el crecimiento de la interdependencia entre las empresas no puede sino reforzar, en la competencia al seno de la empresa y del campo del poder económico, las posiciones situadas en el nodo de la red de relaciones y apelar agentes de una especie nueva. El crecimiento de la talla de las empresas resulta al menos tan frecuentemente de la instauración de nuevas formas de solidaridad entre las unidades económicas como de un desarrollo autónomo: la disminución de la parte relativa de empresas individuales es correlativa a la aparición de personas morales de un nuevo tipo, como el “agrupamiento de interés común”, o incluso de la multiplicación de sociedades situadas en la frontera de los sectores privado y público y de la instauración de relaciones más diversificadas y más complejas entre las unidades económicas elementales: relaciones de competencia entre empresas independientes, pero también relaciones administrativas entre empresas de un mismo grupo, relaciones de dominación entre sociedades formalmente distintas pero unidas por vínculos financieros, “vínculos personales” entre empresas integradas a grupos diferentes, o incluso dominación del mercado, que permita a una gran sociedad integrada asegurar el equivalente de un control burocrático sobre las pequeñas empresas a las cuales ella compra. Estas transformaciones de la estructura del campo económico tienden a aumentar la interdependencia de hecho entre las firmas, sustituyendo así a la antigua solidaridad mecánica entre empresas y empresarios conformes a un “tipo común”, como dice Durkheim, una solidaridad orgánica, fundada en la complementariedad de los intereses y en redes complejas (y en ocasiones circulares) de dominación. Dentro de la competencia que opone por un lado a los patrones familiares, fundadores o herederos, que tienen contra sí todo el discurso oficial y la política que este inspira, y por el otro a los técnicos, hijos de sus obras escolares, a las virtudes un tanto demasiado militares para las necesidades del muevo modo de dominación, los administradores financieros parecen los mejor ubicados para hacer triunfar su visión del mundo económico y social97. El incremento de la interdependencia de hecho y de derecho entre las empresas, en particular la intensificación de las relaciones entre el sector privado y el sector público así como de las relaciones con el extranjero98, no están sin duda para nada en el aumento de valor conferido a los exalumnos des Sciences-Po o de la ENA: por su reclutamiento social sobre todo pero también por la filosofía social que inculcan y por el privilegio que otorgan a la aptitud de discusión y de negociación, al conocimiento de lenguas extranjeras y a las maneras civilizadas del alto funcionario, en todo opuestas a la brutalidad enérgica y huraña del patrón de combate, estas escuelas constituyen en

97 Aunque no dispongamos de datos que permitan establecer directamente la relación entre las posiciones dentro del

campo y las tomas de posición políticas, y en particular las estrategias empleadas en la gestión de los conflictos sociales, se puede, a partir de un análisis de los resultados de una encuesta realizada por l’Expansion, (avr.1975, p.78-97) sobre el balance social de cincuenta empresas, verificar que se encuentra, a nivel de “políticas sociales”, la oposición principal del campo de las empresas entre las grandes empresas públicas, más abiertas a la acción sindical, y las empresas privadas, y una oposición secundaria entre un neo-paternalismo modernista, a menudo practicado por exalumnos de Science-Po y de escuelas de comercio, y un paternalismo más rudo, más bien asociado a los politécnicos (ver anexo 2).

98 Solo 37% de las empresas con 20 a 49 empleados exportan contra 60% de las empresas con 100 a 199 empleados, 80% de las empresas con 500 a 4,999 empleados y más de 90% de las empresas de 10,000 empleados o más (R. Brocard et J.M. Gandois, Grandes entreprises et PME, Economie et statistique, 96, janvier 1978, pp.25-41).

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efecto uno de los laboratorios del nuevo estilo de sociabilidad que piden los cambios de la estructura del campo económico99. Los patrones de las 100 mayores empresas son mucho menos numerosos en 1952 que en 1972 en participar en comités o comisiones ad hoc (que se multiplicaron bajo la Quinta República), en haber formado parte de la alta administración o haber pasado por gabinetes ministeriales. Además, cuando en 1952, el monopolio de las relaciones con las instancias burocráticas pertenecía a los exalumnos de las grandes escuelas científicas (y primero a los Politécnicos del Cuerpo de Minas), en 1972 son más bien los patrones hijos de funcionarios o de miembros de profesiones liberales y a menudo salidos de los grandes cuerpos (particularmente la Inspección de Finanzas) y pasados por los gabinetes ministeriales quienes se encuentran en las comisiones del Plan y sobre todo en los comités restringidos donde se codean con altos funcionarios ligados al medio de los negocios y representantes del sector privado a menudo próximos a la alta función pública100. Los grandes patrones de Estado (es decir, por ejemplo, en la época de la encuesta, Pierre Jouven, Wilfrid Baumgartner, Ambroise Roux, Roger Martin, Pierre de Calan, Jacques de Fouchier), muy especialmente aquellos de entre estos que son salidos de la gran burguesía de vestimenta (alta función pública y profesiones liberales) y también, pero en menor medida, de viejas fracciones de la burguesía (oficiales o terratenientes), estaban de cierto modo “predestinados” a ocupar las posiciones situadas en la intersección entre el sector público y el sector privado o, más bien, entre la banca, la industria y el Estado que es actualmente el lugar mismo del poder: todo prepara en efecto a estos hombres de relaciones* a ocupar esas posiciones eminentes, grandes bancos de negocios, empresas públicas, de energía o de transportes, sociedades de economía mixta, etc. donde se negocian, dentro de la complicidad y el conflicto, las compras mayoristas del Estado, las subvenciones públicas a las industrias llamadas <<de base>> o <<de punta>>, y donde se elaboran las decisiones políticas (en materia de crédito, de vivienda, etc.) propias para ofrecer nuevos terrenos a la inversión y nuevas fuentes de ganancias. Tabla: La carrera y los vínculos con el Estado según el origen social perfil socioprofesional del padre

La carrera Los vínculos con el Estado

sector privado únicamente

pantouflage antes de los 35 años

pantouflage de 35 a 50 años

pantouflage 51 años o más

sector público únicamente

total

Inspección de finanzas

Consejo de Estado

Tribunal de cuentas

cuerpo prefectoral

gabinete ministerial

agricultor obrero, empelado, ejecutivo medio, artesano, comerciante

74 4 7 4 11 100 3 - - - 13

ejecutivo, directivo, ingeniero

64 4 24 4 4 100 4 - 4 - 27

oficial, terrateniente 36 7 21 7 29 100 27 6.5 - 6.5 47 prof.liberal, alto 25 22 22 14 17 100 22 19 3 5.5 43

99 Dotados de un conjunto de competencias de una especie nueva, tales como el manejo de lenguas extranjeras, el

conocimiento práctico del campo de las empresas y de las técnicas de mercadotecnia y de publicidad, los patrones salidos de escuelas como HEC o el Institut européen d’administration des affaires (INSEAD) están predispuestos a buscar posiciones dentro de las firmas multinacionales: se oponen en muchos rasgos a los patrones salidos de una escuela de ingenieros cuyos intereses se llevan hacia la producción más que hacia la comercialización, hacia la administración interna de la empresa más que hacia la prospección del mercado.

100 Son también ellos a quienes los periodistas citan con mayor disposición en sus listas del poder (v.g. <<Les Cent que font l’économie>>).

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funcionario gran comerciante, industrial

75.5 11 2.5 5.5 5.5 100 3 - - 3 5.5

gran industrial, administrador peq.sociedad, banquero

82 5.5 3.5 - 9 100 7 2 - 2 11

conjunto 64 9 11 5 11 100 9.5 4.5 1 2.5 21

Miembros de familias vinculadas a varios universos sociales (profesiones liberales y negocios por ejemplo), habiendo a menudo realizado estudios eclécticos (científicos y jurídicos por ejemplo), eran ubicados en un espacio de posibilidades más amplio101 que aquel que se ofrecía a los hombres de negocios salidos del mundo de los negocios (Guy de Rothschild, Stanislas Darblay, Tristan Vieljeux, Renaud Gillet, Pierre Champin, etc.)102. Más frecuentemente nacidos en París o en la región parisina, más frecuentemente pasados por el mundo (relativamente) más diverso y más abierto de los grandes liceos, luego por las grandes escuelas y los grandes cuerpos (particularmente la Inspección de finanzas y las Minas), han estado frecuentemente ligados, y desde el inicio de su carrera, al mundo de los negocios, sea en tanto miembros de un gabinete ministerial, más a menudo en el Ministerio de finanzas, o en el Ministerio de la industria, sea en tanto adjuntos de un director del Ministerio de la industria o del Ministerio de finanzas, adquiriendo así, cuando no lo tenía ya por su familia, la vasta red de relaciones que le ha permitido operar muy tempranamente su paso hacia el sector privado. Pero hay más: la pertenencia a una familia de vieja nobleza o de burguesía antigua implica, por definición, la posesión de un capital social de relaciones (de parentesco u otras), que, son siempre parcialmente transmisibles; además, esta predispone de mil maneras a aumentar este capital: primero por que en estas materias más que en cualquier otra, el capital va al capital y la pertenencia a un linaje prestigioso, simbolizado por un apellido famoso, procura por sí mismo relaciones (matrimonios, amistades, vinculaciones, etc.); y después, porque las estrategias expresas de ubicación, como aquellas que llevan a agregarse a grupos del mismo rango y a evitar los grupos inferiores, tienden a favorecer la instauración de relaciones socialmente homogéneas; en fin, porque la inserción precoz en un universo que da un lugar importante a la <<vida de relaciones>> (a las recepciones, a las ceremonias de la vida familiar, como los aniversarios, etc.) y otorga un gran valor a las instituciones y a las ocasiones destinadas a establecer o a mantener las relaciones sociales (felicitaciones de año nuevo, visitas, etc.) es adecuada para inculcar la propensión y la aptitud (bajo la forma, por ejemplo, de una especie muy especial de memoria de los apellidos y las genealogías) a cultivar las relaciones al mismo tiempo que el <<sentido>> de las relaciones convenientes103. Habría que examinar, de la misma manera, todas las ventajas que están asociadas al nacimiento y a la residencia parisinas

101 Así, Jacques de Fouchier obtuvo, a los 16 años el premio de poesía de la Académie française y, según Merry

Bromberger, él <<estaba atormentado por el deseo de escribir>> (Archives du service de presse de la Compagnie bancaire). Así mismo, cuando se le pregunta a Ambroise Roux <<sobre sus violínes de Ingres, no habla de la jardinería, el golf, la caza o el veleo, él habla de literatura surrealista y de pintura abstracta>> (J. Baumier, Les grandes affaires françaisses, Paris, Julliard, 1967,p.145).

102 Los PDG salidos de la gran burguesía de negocios ocupan, bajo todas las relaciones, una posición intermedia entre los PDG salidos de la burguesía de vestimenta y los PDG salidos de la media burguesía de negocios. Lo que les distingue de estos últimos, con quienes tienen en común más frecuentemente que los PDG salidos de la burguesía de vestimenta hacer toda su carrera en el sector privado, es que son con más frecuencia parisinos (a razón de 53% contra 32%), han frecuentado menos las escuelas privadas y un poco más los liceos parisinos, y sobre todo han pasado más frecuentemente por los grandes cuerpos y los gabinetes ministeriales antes de acceder a la presidencia de sociedades privadas.

103 La conjunción de la falta de capital social heredado y la débil inclinación a adquirirlo, hacen que los miembros de la alta función pública que son salidos de las regiones dominadas del espacio social no tengan sino pocas posibilidades de pasar al sector privado y, si lo hacen, es solamente muy tarde, al final de su carrera; se dirigen pues hacia posiciones cuasi burocráticas. Los PDG hijos de ingenieros o de directivos, que más frecuentemente pasaron por las grandes escuelas y los grandes cuerpos, deben sin duda a sus relaciones de escuela haber formado parte más frecuentemente de los gabinetes ministeriales y haber <<ingresado>> más jóvenes que los PDG originarios de las categorías medias o populares, que son a menudo antiguos ingenieros salidos de Ingeniería Marítima, de Houillères o de la EDF, más que de los grandes cuerpos.

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dentro de un universo social altamente centralizado, no solamente desde el punto de vista económico y político, sino también y sobre todo desde el punto de vista cultural y <<mundano>>104: la importancia atribuida al lugar de residencia se explica no solamente por el valor otorgado al domicilio que es un signo de nobleza entre otros , sino también por la importancia que reviste, para la vida de relaciones, recepciones, cenas, reencuentros, el hecho de estar el el corazón mismo del <<mundo>>. Así, entre los PDG (que habitan casi todos en Paris o la región parisina y, en una fuerte proporción, el 16º distrito), aquellos que pasaron por el Sciences-Po, particularmente aquellos que vienen de la burguesía o de la nobleza de vestimenta habitan más frecuentemente en los siete primeros distritos y concretamente en el 6º y el 7º, residencia tradicional de la aristocracia y lugar de implantación de los grandes ministerios (mientras que los del Polytechnique habitan más a menudo en los alrededores elegantes de Paris, Neuilly, Saint-Cloud, Versailles, etc.). Tabla: El lugar de nacimiento y la residencia según el establecimiento de enseñanza superior diploma PDG en % Polyt

echnique

Sciences PO

escuela de ingeniería

escuela de comercio

facultad derecho, letras, ciencias

enseñanza sec. o sup. no terminada

conjunto

Lugar de nacimiento

París, región parisina 37 64.5 33.5 47 39 35 43

más de 100 000 h. 14 4.5 20.5 23 20.5 24 16.5 de 5 a 100 000 h. 28 20 10 12 10 17 17 menos de 5 000 h. 12 - 26 12 20.5 17 14 extranjero 9 11 10 6 10 7 9.5 conjunto 100 100 100 100 100 100 100 París, sector I a VI 9.5 14 3 - 8 - 7 París, VII 2 21 18 12.5 5 14 12 París, VIII 7 5 3 25 13 3.5 8 París, XVI 36 30 34 25 24 38 31.5

Residencia

París, XVII 5 5 5 - 5 7 5

París, otro sector 2 - 3 6 5 - 2.5 Neuilly 21.5 11 8 12.5 24 3.5 14 suburbios 12 9 13 6 - 3.5 8 provincia 5 5 13 12.5 16 31 12 total 100 100 100 100 100 100 100

Grandes portadores de capital cultural (detentan los títulos escolares más prestigiosos), de capital simbólico (frecuentemente nobles, acumulan los honores públicos, como la Legión de honor, o privados, como la pertenencia a los clubes más cerrados), de capital social, heredado de su familia o adquirido por el matrimonio, por el paso por los grandes liceos, las grandes escuelas, los gabinetes ministeriales o por la participación en los consejos de administración de las más

104 Si bien la mayoría de los PDG son nacidos en París o en grandes ciudades, son aquellos que han hecho sus estudios en Sciences-Po o en una escuela de comercio los más frecuentemente nacidos en París o la región parisina (a la inversa, ningún ex alumno del Sciences-Po nació en una comunidad de menos de 5 000 habitantes), más frecuentemente en particular que los del Polytechnique que son a menudo nacidos en ciudades medias, o que los PDG salidos de otra escuela de ingeniería que han pasado muy a menudo su infancia en pequeñas poblaciones.

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grandes sociedades, los patrones salidos de la burguesía y de la nobleza de vestimenta parisina, donde se recluta principalmente la nueva oligarquía financiera de Estado, son de cierto modo la personificación de un estado de la estructura del campo del poder económico105. No solamente porque poseen todas las propiedades necesarias para que se cumpla la parte de necesidad del campo que se cumple por intermediación de los agentes y por esta intermediación solamente, es decir dentro de la relación entre la red de relaciones financieras y la red de <<vínculos personales>>, en el sentido más amplio; sino también porque poseen todos los títulos, aquellos que dan realmente acceso a las posiciones que ellos ocupan como los títulos de propiedad o de nobleza, y también aquellos que les legitiman para ocuparlas: y la principal función de los títulos otorgados por las más mundanas instituciones escolares podría ser así alentar a imputar a la competencia que se considera que ellas garantizan lo que es en realidad un efecto de todo el conjunto de propiedades secundarias que estas designan por implicación, como el capital social de relaciones de escuela o la <<autoridad>> y la <<seguridad>> de las <<élites>> escolares, o que le son estadísticamente asociadas, como la <<distinción>> asegurada por la antigüedad en la burguesía. La fachada de pura racionalidad técnica de la que el gran patronato, y la oligarquía financiera de Estado que lo domina, hacen alarde, sobre todo en honor del exterior, haciendo de la <<competencia>>, entendida como garantía de eficacia y de productividad, el valor de valores, tiene por efecto ocultar las condiciones verdaderas del acceso a las posiciones dominantes. Los criterios en uso al interior son opuestos a la imagen modernista y racional que propone hacia el exterior el gran desfile tecnocrático: es en el pasado, en la historia y en la antigüedad de los derechos adquiridos que esta “élite” dirigente, que se quiere toda entera proyectada hacia el futuro, encuentra los verdaderos principios de su selección al mismo tiempo que las justificaciones prácticas de sus privilegios. No hemos subrayado suficientemente que, en favor de un concurso que, como el de la ENA, consagra disposiciones muy particulares, tan alejadas de aquellas que se considera se deben exigir de un patrón de industria como de aquellas que se esperan de un investigador o de un intelectual, todo un conjunto de categorías sociales dejadas al margen del desarrollo industrial y del progreso científico, grandes propietarios, altos funcionarios, dignatarios del Ejército, grandes magistrados, vuelven al primer plano; y que sin duda jamás hemos visto tantos portadores de nombres nobles o ennoblecidos en las posiciones más importantes del Estado. Hacer de la antigüedad dentro del poder el principio (escondido) de las jerarquías de poder, no es solamente imponer a los advenedizos el tiempo de prueba que es necesario para que se asimilen asimilando las maneras que no pueden ser profundamente incorporadas más que a la larga y para que sean asimilados, entre otras cosas, por el matrimonio o los vínculos que, en todos los medios y en todas las épocas, constituyen uno de los medios más seguros para civilizar a los recién llegados. Ubicar el esfuerzo de asimilación bajo el signo del pasado, de lo antiguo, y del orden establecido del cual los más <<antiguos>> son los garantes y los guardianes, es poner un obstáculo infranqueable a la impaciencia de los recién llegados. No hay barrera más insuperable que el tiempo (<<el tiempo, marca de mi impotencia>>, decía el filósofo, que no creía decir bien) y todos los cuerpos sociales lo utilizan para mantener el orden de las sucesiones, como decía Leibniz a propósito del tiempo, es decir las distancia que hay que tener, como decimos, porque son constitutivas del orden social, aquellas que separan a los poseedores y los pretendientes, a padres e hijos, poseedores y herederos, maestros y discípulos, predecesores y sucesores, y tantos

105 Se encontrará un análisis de los vínculos institucionalizados (particularmente los consejos de administración) y de sus

funciones en la acumulación de la información económica en el anexo 4.

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estatutos sociales que nada separa, sino el tiempo. Vemos todo lo que oculta el debate ritual sobre los propietarios (owners) y los administradores (managers) desde hace tanto tiempo que no se consideran más que los títulos de propiedad106. El proceso por el cual el gran establishment económico se incorpora algunos de sus <<grandes empleados>> o por el cual algunos de los <<grandes empleados>> se incorporan a él (cuando no son ya nacidos en él) no se mide solo por los índices económicos tales como la posesión de acciones o la participación en los consejos de administración. Y estos mismos índices, si son tomados en serio, son suficientes para poner en duda la ideología según la cual los managers, administradores autorizados por su sola competencia, substituirán poco a poco a los propietarios: se observa en efecto que los PDG de las mayores sociedades, los más conformes pues a la imagen ordinaria del manager, poseen casi tan frecuentemente como los otros una parte notable de acciones y son muy a menudo nacidos en familias pertenecientes desde largo tiempo a los negocios, o incluso que buen número de dirigentes de grandes firmas son también patrones de filiales más pequeñas y poseen entonces <<derechos de propiedad>>, o finalmente que, sin tener necesidad de manejar directamente la caja de la empresa a la manera del patrón familiar tal como ellos se lo representan, la mayoría de los managers reciben remuneraciones directamente deducidas de las utilidades de la empresa, <<primas>>, vivienda, automóviles, servicios, bajo la forma particularmente de viajes turísticos o de comidas de negocios107. En pocas palabras, es suficiente ignorar las formas de integración al establishment que no pasan necesariamente por la participación del capital y confundir una transformación del modo de reproducción con una transformación del modo de apropiación del capital y de sus utilidades, para sacrificar el mito de la <<democratización>> de capital o, como decía Keynes, de la <<tendencia de la gran empresa a socializarse ella misma>>108, que encuentra un reforzamiento natural en el mito de la <<democratización escolar>>109: la lógica de los mecanismos de reproducción escolar que tienen por efecto, entre otros, disimular su propia eficacia, la inercia de taxinomias que, oponiendo la renta y el salario, impide reconocer bajo las apariencias irreprochables del salario las rentas de un capital inseparablemente económico, cultural y social, el reinado de la ideología del <<servicio público>> que se asocia a la ilusión de la neutralidad

106 Por un efecto de censura ejercida por la división del trabajo entre economistas y sociólogos, los estudios que han sido

realizados por economistas para responder a la pregunta planteada por el estudio célebre de Berle y Means (A.A. Berle and G.C. Means, The Modern Corporation and Private Property, New York, The Macmillan Co., 1933) y entre los cuales se pueden citar los trabajos de Chevalier (J.M. Chevalier, La structure financière de l’industrie américaine, Paris, Cujas, 1970) y de Morin (F. Morin, La structure financière du capitalisme français, Paris, Calmann-Lévy, 1974) han ignorado las propiedades personales de los patrones (por ejemplo los vínculos que les unen al medio de los negocios por el nacimiento o el matrimonio) y todas las formas de control social (por oposición a económico) por los cuales es asegurada la incorporación de los managers.

107 Por su parte, los patrones “familiares” tienden cada vez más, incluso cuando su empresa es pequeña y es administrada según el modo tradicional, a concederse una parte de las utilidades bajo la forma de salario, como testimonio el hecho de que entre 1956 y 1970 la parte de sueldos, salarios y pensiones en los impuestos pasó de 12.9% a 31.3% para los patrones de la industria y del comercio (cf. G. Banderier, P. Ghigliazza, Les revenues des ménages en 1970, Paris, Collections de l’INSEE, M 40, décembre 1974, pp.128-129).

108 J.M. Keynes, The End of laisser-faire, 1926, republié in Essays in Persuasion, Londres, Macmillan, 1931, pp.314-315.

109 Que baste con un ejemplo, verdadero concentrado de la nueva sociodicea, que merecería a su autor la palma de nuevo “Pindare de los manufactureros”, en otros tiempos atribuido por Marx a Andrew Ure, laudator intrépido de los managers, “alma de nuestro sistema industrial” (K. Marx, Le Capital, in Oeuvres II, Paris, Gallimard, Pléiade, p.1147-1148): <<Así, la burguesía tradicional, ligada a la posesión de cosas evoluciona hacia una neo-burguesía sin capital que incrementa en su base la extensión del terciario. En pocas palabras, la propiedad heredada tiende a cederle a la propiedad merecida (en la medida en que el diploma sancione el mérito)- pero que hay más personal que tal propiedad>> (A. Piettre, La propiété héritée ou méritée? le Monde, janvier 1978).

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escolar para sustituir el título escolar al título de propiedad en tanto instrumento de apropiación legítimo de las utilidades del capital económico, todo concurre a hacer aparecer los patrones del presente y sobre todo del futuro no más como los herederos abusivos de una fortuna que ellos no hicieron, sino como los más ejemplares self-made men, designados por sus <<dones>> y sus <<méritos>> para ejercer, en nombre de la <<competencia>> y de la <<inteligencia>>, el poder sobre la producción económica. La moral del servicio público que gustan de profesar los altos funcionarios o los patrones <<tecnocráticos>> encuentra sin duda algún fundamento objetivo en las disposiciones heredadas de un medio familiar que, tanto en el caso de la burguesía de vestimenta como en el caso de fracciones asalariadas de la pequeña burguesía, casi no fomenta el interés por los negocios y el culto al dinero: todo pasa en efecto como si los individuos salidos de estas fracciones de clase no pudieran afrontar los negocios más que al término de un rodeo legitimador por el aprendizaje escolar y el servicio público que les conduce a administrar los negocios ya hechos más que a hacer los negocios todavía por hacer, con todos los riesgos y todos los compromisos que ello puede implicar. En un proyecto de obra sobre Jacques de Fouchier, Merry Bromberger describe también su medio familiar de origen: <<Él nació en Pecq, en Seine-et-Oise, el 11 de junio de 1911, en una quinta rodeada de viejos árboles y de consideración, hijo de un Presidente de Cámara en el Tribunal de cuentas, Louis de Fouchier. El Tribunal de cuentas tenía, en esa época, la prioridad sobre todos los otros cuerpos del Estado. El presidente de Cámara era un magistrado de finos modales pero lleno de alegría, amante del teatro, el ingenio, apreciando un trabajo honorífico que le permitía ocios (...). Veíamos el dinero desde muy alto y las ganas de tenerlo como un defecto>> (Archives du Service de presse de la Compagnie bancaire). Pocos grupos dirigentes han reunido jamás tantos principios de legitimación tan diferentes, y que, aunque en apariencia contradictorios, como la aristocracia de nacimiento y la meritocracia del éxito escolar o de la competencia científica, o como la ideología del “servicio público” y el culto a las ganancias disfraza como exaltación de la productividad, se combinan para inspirar a los nuevos dirigentes la certeza más absoluta de su legitimidad110. La gran burguesía, este conjunto de linajes, casi todos parisinos, de banqueros, de industriales, de grandes patrones de Estados y de grandes burgueses de vestimenta, entre los cuales se redistribuyen el conjunto de posiciones de poder económico y político, a merced de las “vocaciones” y de las cooptaciones, con discontinuidades aparentes en la cadena mecánica de las sucesiones –pudiendo el hijo del banquero convertirse en profesor de la facultad de derecho, mientras que el hijo del profesor de medicina puede devenir patrón de Estado- tiende a ejercer en todos los ámbitos de la práctica un poder equivalente al poder sobre el capital económico que le asegura su capacidad de movilizar el capital financiero. La interpenetración del sector público y del sector privado, la coexistencia del modo de reproducción familiar y de un modo de reproducción de componente escolar corregido por el juego de la cooptación –que tienen en común hacer de la cultura y del arte de vivir burgués, muy ampliamente reconocidos como realizaciones de la excelencia humana, la condición del acceso al poder económico-, todo ello hace de la combinación histórica así realizada un forma altamente eufemizada y sublimada de poder, que las denuncias ordinarias dejan intacta, a falta de cuestionar los fundamentos de la creencia que le es otorgada111.

110 Se encontrará una ilustración de la influencia que el establishment ejerce sobre el conjunto del campo en el anexo 5. 111 Hecho de resentimiento convertido en indignación ética contra los “logreros”, los “marchantes” y los “explotadores”,

la denuncia ordinaria de los “grandes”, de los “magnates de la industria y de las finanzas”, de las “doscientas familias”, que es uno de los temas predilectos de la tradición política pequeño-burguesa, de extrema derecha o de extrema izquierda, está sujeta a sucumbir a la primera ocasión a lo que ella denuncia porque, ciega a su propia verdad, permanece dominada, en su principio mismo, por lo que ella denuncia. ¿Está en efecto asegurado que la indignación que se manifiesta, en ocasiones colectivamente, como en 1968, en las regiones dominadas del campo del poder, contra las pretensiones meritocráticas de los nuevos dirigentes de la economía y contra la exaltación elitista de la competencia no debe nada a la cólera de los herederos decepcionados contra una institución escolar incapaz de

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a champ du pouvoir campo del poder professeurs du supérieur profesores enseñanza superior cadres du privé directivos del sector privado cadres moyens ejecutivos employés du bureau empleados de oficina contremaitres contramaestres ouvriers qualifiés obreros calificados manoeuvres peón salariés agricoles trabajadores agrícolas artisans artesanos petits commerçants pequeños comerciantes Exploitants agricoles grandes propietarios explotadores agrícolas champs des écoles du pouvoir campo de las escuelas del poder cadres superieurs directivos superiores professions intelect. profesiones intelectuales gros comerçants grandes comerciantes cadres moyens directivos o ejecutivos medios employes empleados autres professions otras profesiones ouvriers obreros Agro o INA, Instituto nacional de agronomía, París, 1876 Archi Toulouse, Escuela de arquitectura de Toulouse convertida en Unidad pedagógica de arquitectura en 1968, Toulouse, 1904. Arts déco, Escuela nacional superior de artes decorativas, París, 1795. Arts et industries textiles, Escuela nacional de artes e industrias textiles, Roubaix, 1948. Beaux-Arts/Bellas Artes, Escuela nacional superior de bellas artes, París, 1795. Bibliothécaires/Bibliotecarios, Escuela nacional superior de bibliotecarios, París, 1963. Breguet/ESIEE, Escuela superior de ingenieros de electrotécnica y de electrónica, París, 1904. Centrale, Escuela central de artes y manufacturas, París, 1829. Centrale Lyon, Escuela central lyonesa, Lyon, 1857. Chartes/Cartas, Escuela nacional de cartas, París, 1821. Chimie industrielle/Química industrial, Escuela superior de química industrial de Lyon, Lyon, 1883. Douanes/Aduanas, Escuela nacional de aduanas, Neuilly-sur-Seine, 1946. ECAM, Escuela católica de artes y oficios, Lyon, 1900. École de l’air/Escuela del Aire, Salon-de-Provence, 1933. ENSI/École national superieur de chimie de Lille, Escuela nacional superior de química de Lille, Lille, 1894. École spéciale d’architecture/Escuela especial de arquitectura, París, 1865. Électronique/Electrónica Grenoble, Escuela nacional superior de electrónica y de radioelectricidad, Grenoble, 1957. ENA, Escuela nacional de administración, ENA 1er concurso (concurso reservado a los estudiantes), ENA 2º concurso (concurso reservado a los funcionarios), París, 1945. ENS, Escuela(s) normal(es) superior(es) de Ulm, de Sèvres, de Fontenay, de Saint-Cloud y ENSET. Si ENS está indicado en singular, sin más precisión, se trata solo de la Escuela normal superior de la calle Ulm. ENSA, Escuela(s) nacional(es) superior(es) de agronomía, Montpellier, 1872; Nancy, 1901; Rennes, 1830; Toulouse, 1948.

reconocerles o a la indignación meritocrática de los detentores de títulos raros convencidos de no haber recibido la justa recompensa por sus diplomas de burguesía?

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ENSAE, Escuela nacional de la estadística y de la administración económica; ENSAE 1ª división (formación de administradores del INSEE y de estadísticos); ENSAE 2ª división (formación de agregados del INSEE y de auxiliares estadísticos), París, 1960. ENSAM Lille, Escuela nacional superior de artes y oficios, Lille, 1881. ENSET, Escuela normal superior de la enseñanza técnica, Cachan, 1912. ENSIA, Escuela nacional superior de industrias agrícolas y alimenticias, Massy, 1893. ESCAE o ESC, Escuela(s) superior(es) de comercio y de administración de empresas. Red de 17 escuelas al momento de la investigación. Siendo las más antiguas las de Havre, 1871; Lyon, 1871; Rouen, 1871; las más recientes: Amiens, 1962; Nice, 1962. ESSEC, Escuela superior de ciencias económicas y comerciales, París, 1913. Fontenay, Escuela normal superior de Fontenay-aux-Roses, sección letras y sección ciencias, Fontenay-aux-Roses, 1887. Grignon, Escuela nacional superior de agronomía, Grignon-Thiverval, 1826. HEC, Escuela de altos estudios comerciales, Jouy-en-Josas, 1881. HECJF, Escuela de alta enseñanza comercial para las jóvenes, París, 1916. Horticultura, Escuela nacional superior de horticultura, Versailles, 1873. ICAM Lille, Instituto católico de artes y oficios, Lille, 1898. IEJ, Instituto de estudios judiciales, París, 1961. IEP (sin más precisión), Instituto de estudios políticos de París, Sciences-Po, París, 1872. IEP Bordeaux, Instituto de estudios políticos de Bordeaux, Bordeaux, 1948. IEP Grenoble, Instituto de estudios políticos de Grenoble, Grenoble, 1948. Institut industriel du Nord de la France/Instituto industrial del Norte de Francia, Lille, 1854. Institut polytechnique de Grenoble/Instituto politécnico de Grenoble, Grenoble, 1901. Internat/Internado, Internado de medicina de París. IUT, Instituto(s) universitario(s) de tecnología en París y en provincia, 1965. Khâgne, Clases preparatorias literarias a las grandes escuelas. Magistratura, Escuela nacional de la magistratura, Bordeaux, 1958. Mecánica (y electricidad), Escuela especial de mecánica y de electricidad, Sudria, París, 1905. Mines/Minas (sin más precisión), Escuela nacional superior de minas de París (ingenieros alumnos del cuerpo de minas de París reclutados principalmente entre los alumnos de Polytechnique y alumnos titulares admitidos por vía de concurso a la salida de las clases preparatorias), París, 1783. Mines Nancy/Minas de Nancy, Escuela nacional superior de la metalurgia y de la industria de minas de Nancy, 1919. Mines Saint-Etienne/Minas de Saint-Etienne, Escuela nacional superior de minas de Saint-Etienne, Saint-Etienne, 1816. Navale/Naval/EN, Escuela naval, Lanvéoc-Poulmic, 1830. Notariat/Notariado, Escuela(s) de notariado de París y de provincia, la escuela de notariado de París fue fundada en 1896. Physique-Chimie/Física-Química/EPCI, Escuela superior de física y de química industriales, París, 1882. Polytechnique, Escuela politécnica, París, 1794. Politéchnique féminine, Escuela politécnica femenina, París, 1925. Ponts/Puentes/ENPC, Escuela nacional superior de puentes y calzadas, París, 1747. PTT, Escuela nacional superior de PTT, París, 1888. Saint-Cloud, Escuela normal superior de Saint-Cloud, sección letras y sección ciencias, Saint-Cloud, 1882. Saint-Cyr/ESMIA, Escuela especial militar (Saint-Cyr), Coëtquidan, 1802. Sciences-Po, ver IEP. Sèvres, Escuela normal superior de mujeres, sección letras y sección ciencias, París, 1881. SUPELEC/ESE, Escuela superior de electricidad, París, 1894. Tannerie/Curtiduría, Escuela francesa de curtiduría, Lyon, 1899. Taupe, clases preparatorias científicas a las grandes escuelas. Telecom/ENST, Escuela nacional superior de telecomunicaciones, París, 1878. Ulm/ENS, Escuela normal superior de la calle Ulm, sección letras y sección ciencias, París, 1794.

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Veto, Escuela nacional veterinaria, Maisons-Alfort, 1765. X, ver Polytechnique. officier oficial sans prof sin profesión ht fonc alto funcionario eveques obispos dir.min.finances director ministerio finanzas prop terrien terrateniente gros industriel gran industrial ancienneté dans les affaires antigüedad en los negocios enseign.second. ou sup. inachevé enseñanza sec. o superior inconclusa école escuela droit derecho père o beau-père padre o suegro grand-père et au-delà abuelo y más allá épouse esposa mère madre