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Centro de Estudios Literarios "Antonio Cornejo Polar"- CELACP is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Revista de Crítica Literaria Latinoamericana. http://www.jstor.org La nacion cimarrona en el imaginario del Caribe no-hispanico Author(s): Ineke Phaf Source: Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Año 16, No. 31/32 (1990), pp. 67-97 Published by: Centro de Estudios Literarios "Antonio Cornejo Polar"- CELACP Stable URL: http://www.jstor.org/stable/4530497 Accessed: 28-08-2015 19:31 UTC Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/ info/about/policies/terms.jsp JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. This content downloaded from 132.248.72.254 on Fri, 28 Aug 2015 19:31:45 UTC All use subject to JSTOR Terms and Conditions

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La nacion cimarrona en el imaginario del Caribe no-hispanico Author(s): Ineke Phaf Source: Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Año 16, No. 31/32 (1990), pp. 67-97Published by: Centro de Estudios Literarios "Antonio Cornejo Polar"- CELACPStable URL: http://www.jstor.org/stable/4530497Accessed: 28-08-2015 19:31 UTC

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REVISTA DE CRITICA LITERARIA LATINOAMERICANA ANO XVI, NQ 31-32, Lima, 1990; pp. 67-97

IA NACION CIMARRONA EN EL IMAGINARIO DEL CARIBE NO-HISPANICO

Ineke Phaf Universidad Libre de Berlin

'I had no nation now but the imagination'

1. Introduccin

Cuando en 1973 se publica el estudio Maroon Societies. Rebel Slave Communities in the Americas, una colecci6n de ensayos seleccionados por el antropdlogo norteamericano Richard Price, llama la atenci6n que ]a experiencia cimarrona obviamente ha sido una experiencia cla- ve, compartida a trav6s de la historia por todas las Americas. En su ensayo introductorio, Price acentuia que las comunidades cimarronas en paises como la antigua colonia Sainte-Domingue (actual Haiti), los Estados Unidos, Cuba, M6xico, Venezuela, Colombia, Brasil, Jamaica, Surinam, etc. han tenido algunas caracteristicas significativas en co- muin. Al resumirlas Price resalta el constante contacto y, al mismo tiempo, la oposici6n al sistema colonizador de modelo europeo. Un con- tacto tan complejo exigi6 una organizaci6n interna de las comunida- des cimarronas, de acuerdo con las circunstancias especificas, conoci- mientos fntimos del terreno, capacidades tdcticas y ecol6gicas integra- das de manera orgAnica en las creencias y practicas religiosas, orga- nizaci6n de defensa militar eficaz y modos de producci6n econ6micos diferenciados. Todo esto era parte de un sistema de subversi6n conti- nua ante cualquier forma de colonizaci6n. Precisamente, Ana Pizarro retoma este rasgo subversivo en sus reflexiones sobre la historiograffa de la literatura del Caribe, ya que lo considera como factor que, de mo-

* "The Schooner Flight" (1979), en: Walcott 1986:350. Agradezco a Luis Antezana y Roxana Patiflo su apoyo y estfmulo.

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do ejemplar, evidencia una responsabilidad compartida en cuanto al papel de "establishing an identity, building a nation, in a common Third World discourse" (Pizarrol988:182). Dentro del marco de esta proyecci6n, la perspectiva cimarrona se entiende como oposici6n rebel- de ante las tendencias destructivas del mundo contemporaneo en aquellos pafses que sufren su impacto como obstaculo para el propio desarrollo socio-econ6mico y polftico nacional. Semejante CHOQUE contemporaneo de naciones, debido a un funcionamiento mecanico que tiene raices hist6ricas desde el siglo XVI, se concibe al mismo tiempo como destrucci6n paulatina de diferentes valores humanos, antes per- sonificada en el sistema de la esclavitud, y actualmente en un peligro- so descontrol politico que puede ocasionar ]a destrucci6n completa de toda la vida en el planeta.

En este ensayo se entiende la creaci6n de tal imaginario cimarr6n como desaffo intelectual que ha provocado una vehemente polMmica en la articulaci6n critica en torno a la literatura del Caribe no-hispAnico. Su reflexi6n consciente sobre tal CHOQUE contemporaneo de naciones confrontadas con su herencia de una destrucci6n hist6rica colonial, les empuja a construir la idea de una naci6n conflictiva, contextualiza- da en un discurso compartido con el Tercer Mundo, a manera de de- fensa protesta. Un imaginario cimarr6n asi concebido, equivale a lo que Wimal Dissanayake designa como concepto clave al analizar en la critica africana la recepci6n de la novela norteamericana Native Son, publicada en 1940, del escritor negro Richard Wright (1908-1962). Wright, nacido en el Sur de los Estados Unidos, form6 parte de la gran migraci6n hacia el norte de los pobres que esperaban allf mejorar su status social, ya que las grandes ciudades con sus llamadas posibili- dades infinitas para 'todos' se les ofrecian como muy prometedoras. Al llegar tropezaron con los mecanismos racistas y eurocentristas que dominan en los grandes centros urbanos industriales. Confrontado con los primeros intentos de articular una sociologfa urbana en el Chi- cago de esos afios -que se basaba en trabajo de 'campo' entre los mi- grantes de los nuevos suburbios-, y tambi6n con el Harlem Renaissan- ce en Nueva York, Wright trata de captar en su narrativa todos los ma- tices del funcionamiento de tal mecanismo urbano deshumanizante. Mediante las experiencias de un joven hombre negro, Bigger Thomas, desde su juventud hasta madurez, Wright prueba por qu6 ha sido tan dificil de entender la propia personalidad perteneciendo a una pobla- ci6n marginada en un pais en plena expansi6n industrial, como los Estados Unidos de entonces, que nunca ha podido expresar sus ex- periencias hist6ricas como colectividad. La falta de tal proyecci6n vital dentro del ambito en que vive desemboca en su muerte en la silla el6c- trica, acusado de haber asesinado a varias personas, sin que supiera cuales habian sido los motivos que le hicieron cometer tal crimen. Los crfticos africanos lo interpretaron como final trAgico e inevitable y, orientAndose en las teorias de Michel Foucault, Dissanayake insiste en demostrar c6mo el discurso dominante controla, selecciona, organiza y redistribuye posibles efectos de discursos dominados de acuerdo con

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una serie de procedimientos cuyo papel principal es modificar su posi- ble poder y sus consecuencias menos previsibles ante la tendencia ho- mogeneizante. Asi logra disociar, para no decir destruir, elementos di- ferenciados que no le son uitiles al excluirlos o marginarlos como no compatibles. Dissanayake constata que una escrupulosa lectura afri- cana de la novela de Wright selial6 su inversi6n completa de los valo- res -blancos- y eurocentristas, inversi6n que denominaba como lectura realizada dentro de un canon intelectual del imaginario del 'Tercer Mundo': "What Wright sought to emphasize was the fact that unless blacks were prepared to scrutinize and reject those aspects of their culture and personality which conformed to the terms defined by the regnant discourse and thereby pave the way for the assertion of their own identity, they would be eternally condemned to a role of pitiful ser- vility. This idea reverberates powerfully in the imagination of many Third World literary intellectuals. Wright was perturbed by the way in which southern blacks were being untrue to their deepest selves, thwarting their natural inclinations, twisting their dreams and aspir- ations so as to conform to the prevailing discourse. This he saw as a form of self-annihilation; to him, it was the worst form of destruction" (Dissanayake 1986:484).

La resistencia contra un eterno papel de servilidad miserable se nota igualmente en Ia elecci6n del tema proyectado en un amplio estu- dio del soci6logo y escritor jamaiquino Orlando Patterson, Slavery and social death. A comparative study. En su intento de formular caracte- risticas constantes de los mecanismos de esclavitud en toda la historia conocida, pero enfocado en el Caribe, Patterson describe c6mo funciona la 'alienaci6n' y 'violencia' esclavista innata en tres niveles, el social, el psicol6gico y el cultural. La interacci6n entre el 'honor del maestro' y la 'p6rdida del esclavo' (-He had no name of his own to defend-10) se halla interrelacionada de manera muy matizada y hasta obsesiva, ya que debe lograr la muerte social de los 'esclavos' al hacerles invisibles como colectividad que ha sufrido experiencias de opresi6n especifica. En un artlculo sobre el discurso de las minorias y la colectividad afri- cana, Josaphat Bekunuru Kubayanda proyecta esta visi6n hacia la cul- tura del Caribe y America Latina al profundizar Ia hip6tesis de Ana Pizarro en cuanto al papel cimarr6n del intelectual. El autor enfatiza la necesidad de levantar la conciencia nacional mediante el cuestio- namiento del 'minor self confrontado con la identidad o soberania na- cional y, por lo tanto, con sus conflictos percibidos en torno a la libertad y autocracia, la utopia y la realidad. De esta manera, Kubayanda da relieve a un contraste entre los dos polos -una naci6n colonizadora ver- sus el yo/colectivo/propio de sus llamadas minorias, y las naciones co- lonizadas de las cuales migran estas mismas 'minorias' robadas de su experiencia colectiva hist6rica y condenadas a figurar como 'muertos sociales' en la actualidad-. En su intento de-constructivo de un espacio binario semejante, Kubayanda acentua asimismo la posici6n cimarro- na del intelectual que se opone al hecho de que el 'maestro' se ne de

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sus 'esclavos', porque ya desde los primeros tiempos de la colonia esta posici6n cimarrona se habla manifestado bien definida en contra de ta- les mecanismos, una posici6n arraigada profundamente en los orige- nes de la experiencia africana. De tal modo, tanto la literatura del Ca- ribe como la de los palses latinoamericanos dan constancia de un dis- curso de resistencia contra la destrucci6n militante de parte de un dis- curso colonizador que a nivel semi6tico figura como eurocentrista, ob- sesionado por su empresa social, psicol6gica y cultural de eliminaci6n del verdadero cimarr6n rebelde. Son estos dos polos -el imaginario de naci6n eurocentrista y cimarrona- formulados de manera generaliza- da y anal6gica al principio de este ensayo, los que se pueden precisar con mas claridad si consideramos la critica que, de modo creciente, se concentra en defirir un espacio propio para una literatura del Caribe no-hispinico a fin de superar su presencia de muerto social como na- ci6n-colectividad, a pesar de que la colonia en esta regi6n ha sabido mantenerse hasta nuestros dias.

II. Haiti y la negritud

Como fecha clave en Ia historia literaria de todo el Caribe figura el aflo 1939, cuando Aim6 C6saire escribe en Paris su largo poema en prosa Cahiers d'un retour au pays natal. En la profunda reflexi6n po& tica sobre sus origenes que ve surgiendo "au bout d'un petit matin" en "icette ville plate", C6saire se concentra sobre una Martinica que resul- ta ser parte integrante de su propio ser:

Ce qui a moi, ces quelques milliers de mortif6r6s qui tournent en rond dans la calebasse d'une tle et ce qui est A moi aussi, l'archipel arque comme le desir inquiet de se nier, on dirait une anxi6t6 maternelle pour proteger la tenuit, plus delicate qui s6pare lune de lautre Am6rique; et ses flancs qui secretent pour l'Europe la bonne liqueur d'un Gulf Stream, et Fun des deux versants d'incandescence entre quoi lEquateur funambule vers F'Afrique. Et MON ILE NON- CLOTURE, sa claire audace debout A l'arribre de cette polyn(sie, devant elle, la Guadeloupe fendue en deux de sa raie dorsale et DE MEME MISERE QUE NOUS, HAITI OU LA NEGRITUDE SE MIT DEBOUT POUR LA PREMIERE FOIS ET DIT QU'ELLE CROYAIT A SON HUMANITE et la comique petite queue de la Floride ola d'un n6gre s'achbve la strangulation, et I'Afrique gigantesquement chenillant jusqu'au pied hispanique de l'Europe, sa nudit6 otf la Mort fauche A large sandains (C6saire 1985:24. El 6nfasis es mfo).

La noci6n de un Haiti humano, como oposici6n a Ia tendencia asfi- xiante de naci6n-cuerpo social-muerto en la historia de la regi6n, figu- ra como punto de referencia desde este panorama islefio que se abre ante una regi6n, compuesta de muchos fragmentos geogrAficos, den- tro de los que Haiti desempefla un papel pionero. De acuerdo con tal proyecci6n de un inicial proceso de apertura, C6saire opta por una perspectiva universal proyectada en la indagaci6n del propio imagina-

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rio colectivo, el -nosotros- de su poema en prosa. En numerosas entre- vistas ha explicado cudl ha sido la inspiracion para su obra dentro del contexto de la idea de la negritud, que influye en su decisi6n de hablar 'en negro'. Durante los a-nos de estudio en Paris, cuando era amigo de estudiantes negros provenientes de otras colonias francesas, particu- larmente de Leopold S6dar Senghor de Senegal, se iba formando la idea de una necesaria revaloraci6n de todo lo que habia logrado ]a cul- tura 'negra'. Junto con estos amigos C6saire vuelve a leer y comentar los cldsicos europeos como tambi6n los clasicos africanos al analizar obras de investigadores alemanes como Leo Frobenius y Oswald Spen- gler, o poemas de Langston Hughes, Claude McKay y otros represen- tantes del Harlem Renaissance. Dentro de este 5mbito intelectual, co- mienza a entender las pautas falsificadoras del etnocentrismo domi- nante de la 6poca, en que nadie parecfa tener dudas sobre la justicia del sistema colonial.

La proyecci6n de una negritud como oposici6n al sistema coloni- zante mencionado, personalizada en el paradigma Haiti, se iba preci- sando mAs expllcitamente como tesis en el Discourse on Colonialism, una conferencia publicada en 1955 en franc6s, en la que C6saire acen- tila ]a distinci6n entre una Europa colonizadora y un pais colonizado que interioriza la visi6n del mismo colonizador. Segin 6l, en el siglo presente la humanidad vive dominada por la teorfa de Ia asimilaci6n, de manera que entiende Ia negritud como reacci6n en contra "d'abord l'affirmation de nous-memes, le retour A notre propre identite, Ia d& couverte de notre propre 'moi'" (Rowell 1989:54). C6saire sostiene que no se puede aceptar sin mds una civilizaci6n que ni siquiera es capaz de resolver los problemas basicos que origina a nivel humano al cerrar sus ojos ante las situaciones catastr6ficas que produce. y Ia caracteriza como una civilizaci6n moribunda, decadente y ya rendida. Para soste- ner su tesis menciona en su ensayo como ejemplos las atrocidades co- metidas durante Ia Segunda Guerra Mundial o en las guerras contra los movimientos liberadores en Africa y Asia. De este modo critica la capacidad destructiva -la barbarie- que configura la ideologia expan- sionista de las naciones europeas y americanas desde los tiempos de la colonizaci6n, ya que 6sta "undermined civilizations, destroyed coun- tries, ruined nationalities, extirpated 'the root of diversity'. No more di- kes, no more bulwarks. The hour of the barbarian is at hand. The mod- ern barbarian. The American hour. Violence, excess, waste, mercant- ilism, bluff, gregariousness, stupidity, vulgarity, disorder" (C6saire 1972:59). Repetidas veces recuerda C6saire la necesidad de rebeldia contra este tipo de naci6n-barbara-moderna, una ide- muy difuindida en Ia literatura del Caribe no-hispanico. Por primera vez la encuentra concretada en la fundaci6n de la repiublica de Haiti en 1804, con una Constituci6n moderna poco despu6s de la de una Francia 'revoluciona- ria', lo que constituye un evento de gran relevancia teniendo en cuenta la 6poca en que el sistema de la esclavitud segufa teniendo plena vi- gencia en los estados de sus alrededores. En una entrevista con el poe- ta haitiano Rene D6pestre, C6saire declara que, a causa de este hecho,

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Haiti se le presenta como el pais mAs africano de las Antillas. Lo considera al mismo tiempo como naci6n con una historia maravillosa al escribir la primera 6pica negra del Nuevo Mundo con sus paisanos combatientes y personajes destacados como Toussaint L'Ouverture, Henri Christophe, Jean-Jacques Dessalines e.o. Como naci6n, comen- ta C6saire, Haiti practica verdaderamente una negritud en accion en su aspiraci6n de crear un mundo mis libre para el 'muerto social' de la colonia, para la colectividad esclava al margen de cualquier dinami- ca social. La fascinaci6n que sigue sintiendo el escritor martiniqu6s por esta naci6n rebelde se hace notar tanto en obras sobre Toussaint L'Ouverture (un estudio hist6rico sobre la revoluci6n francesa y el pro- blema colonial) de 1960, como en los dramas La Tragedie du roi Chris- tophe (1963), Une Saison au Congo (1967) y Une Tempete (1969), todas escritas en torno del problema de la liberaci6n del modelo naci6n-eu- rocentrista. No cabe duda que desde esta raiz su anterior alumno Frantz Fanon ha elaborado sus teorias sobre los Condenados de la Tie- rra en que analiza c6mo funciona la interiorizaci6n de los mecanismos sociales, psicol6gicos y culturales dominantes en la propia memoria colectiva de los pueblos colonizados. Segiun estas coordenadas, Fanon aspira a lograr la de-construcci6n de los mismos como sujeto de un proceso de transculturaci6n descolonizadora a nivel nacional que tiene consecuencias decisivas tanto para los paises colonizados como, igual- mente, para los (ex)colonizadores.

En su batalla contra la ahistoricidad, Frantz Fanon atribuye gran importancia al papel cultural de los valores que transforman, de ma- nera progresiva, las relaciones de lo contempordneo con sus origenes negados, un tema que elabora Edouard Glissant con maestria en su Discours Antillais. Centrindose en las experiencias hist6ricas de su isla natal Martinica, Glissant sintetiza las observaciones de Cesaire y Fanon dentro del modelo de un discurso fragmentado (como la geogra- ffa de su propia regi6n) que en la superficie se encuentra en una situa- ci6n bloqueda si consideramos los datos cronol6gicos de su desarrollo hist6rico. Sin embargo Glissant sabe explicitar, dentro del panorama isleflo tan estatico, una 16gica de naci6n propia, de acuerdo con las ex- periencias vividas inscritas en una memoria colectiva en creole. A partir de tal 16gica, el autor disefia la dinamica de la 'poesia de la du- reza' con matices que posibilitan reconstruir una oposici6n cimarrona reparando en tres discursos existentes: el tradicional 'quebrantado', el delirante 'tragico' y el elitista 'vacio'. En el marco de la misma refle- xi6n discursiva, Glissant siempre enfatiza la referencia a la acci6n cultural como estrategia liberadora de verdad. En la opini6n del marti- niqu6s hay que detenerse en el discurso tragico y delirante del creole, bloqueado en su esfuerzo de comunicarse de manera vital en contra del mecanismo de destrucci6n occidental, ya que una verdadera transfor- maci6n ("ddcrire, c'est transformer") de los mecanismos sociocultura- les debe centrarse en ella. A fin de superar la psicologia patol6gica existente respecto al imaginario de una naci6n propia, Glissant insiste en la practica creadora del discurso antillano como un discurso litera- rio que `court de cette brisure A ce vide a ce tragique, tAchat d'en pra-

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tiquer une synthese depassante. II arrive le plus souvent qu'il en h6rite les manques, sans qu'il en degage les significations"(Glissant 1981: 165).

La relaci6n constatada a partir de 1939 en un discurso fundacional en la critica literaria se refiere obviamente a las repetidas connota- ciones en torno a un <Haiti-Africa-negritud en acci6n-naci6n-delirio verbal> articulindose como actitud intelectual cimarrona ante mode- los colonizadores que destruyen cada noci6n de "difference". Glissand la caracteriza como la relaci6n entre 'le m6me et le divers', es decir, por un lado, entre una igualdad sublimada que interrumpe los es- fuerzos del espiritu humano para trascender el humanismo universal que incorpora todas las peculiaridades (nacionales), y, por otro, una diversidad que aspira a procurar una relaci6n "cross-cultural", sin trascendencia universalista. Tal "diff6rence" funciona como el para- digma CONSTITUTIVO en la critica literaria de todo el Caribe no-his- panico, ya que se repite como constante en muchas obras y, en conse- cuencia, en la critica de la regi6n. Es interesante constatar que esto va acompafiado al mismo tiempo con una modificaci6n paulatina de las categorias sociol6gicas que han sido desarrolladas desde sus comien- zos, en el siglo pasado, de acuerdo (on el modelo expansionista de una sociedad europea en pleno desarrollo industrializador. La asimilaci6n de semejante modelo de una na(ci6n burgu6sa-capitalista, o de las al- ternativas polifticas que provoca, aparentemente no les convence a muchos intelectuales del Caribe -'Tercer Mundo' de manera decisiva, ya que no resulta capaz de entender sus experiencias desde una pers- pectiva cimarrona como formulamos arriba.

El ya mencionado CHOQUE contemporaneo entre una naci6n-bar- bara-eurocentrista y una naci6n-cimarrona, se puede percibir igual- mente en el CHOQUE entre el manejo de los criterios sociol6gicos y la percepci6n de las experiencias propias. Un ejemplo esclarecedor se encuentra en la comparaci6n de dos estudios sobre el mismo cuerpo de obras literarias. Primero hay que mencionar el estudio pionero de U1- rich Fleischmann Para una aproximaci6n sociol6gica a laliteratura haitiana. Al intentar una periodizaci6n de acuerdo con categorias so- ciol6gicas, Fleischmann distingue entre tres periodos hist6ricos que implican una actitud explicita ante la realidad social. Asi destaca una POSICION APOLOGETICA ante la literatura francesa en el siglo XIX, especialmente remarcable en las novelas de 'costumbres', lo que contribuye a Ia afirmaci6n del status social de una elite afrancesada. Esto significa que sus autores se orientan a la cultura de la antigua metr6polis, viajan para sus estudios a Paris, hablan y escriben en un frances impecable y aceptan los criterios socioculturales ajenos a su propio medio ambiente. S61o a partir de la reacci6n a la ocupaci6n norteamericana en 1915 (hasta 1934) esta actitud va cambiando al ini- ciarse el MOVIMIENTO INDIGENISTA, que enfatiza las RAICES AFRICANAS de la propia cultura, seguido por un tercer periodo de creciente PREOCUPACION SOCIAL en intercambio directo con el mo- vimiento proletario internacional. La controversia que implican tales

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criterios sociol6gicos es demostrada de manera indirecta en el articulo Satire and the birth of Haitian Fiction (1901-1905) deYvette Gindine, publicado en 1975. La autora da una versi6n completamente diferente en relaci6n con la supuesta posici6n apologRtica de los autores en el primer perfodo mencionado por Fleischmann. Gindine acentuia la ca- pacidad satfrica en ]a misma novela de 'costumbres' en Haiti que, en su opini6n, es mds bien evidencia de una anarqula politica. Tal actitud resulta el tono predilecto en las obras de un Fr6d6ric Marcelin, Justin Lh6risson o Fernand Hibbert, ya que estos se negaban a realizar una asimilacion completa a las normas de Ia novela realista francesa. De acuerdo con este criterio, Gindine sostiene que ellos han sido patriotas lilcidos para los que "Haiti's survival as a nation was a key preoccup- ation... faced with the deterioration of their country after a century of nominal freedom" (Gindine 1975:30). La actitud anarquica se demues- tra en el gran contraste que describen los autores respecto al impacto de Ia politica demag6gica haitiana del momento, inspirada por la Mec- ca-Haiti-Paris, y la evocaci6n del ambiente popular en los alrededores de las ciudades, como los mercados sabatinos, el domingo en el campo, las ceremonias religiosas, los fuegos y panicos compartidos con toda la poblaci6n. En el curso de la narraci6n exageran semejante contraste para sefialar la inutilidad de su instrumento linguistico que les obliga a presentarse con una retorica que conduce a la decepci6n, a la mani- pulaci6n formal, al "clich6 devoid of significance". De este modo los au- tores mas bien dejan constancia de su desesperaci6n impotente cuando se confrontan con esta situaci6n simbolizada en unas escenas claves. Cuando el hNroe de una de las novelas saca de su bolso una copia de la Constituci6n de la Republica, la policia interpreta este acto como re- sistencia armada, raz6n por la cual se ve 'autorizada' a asesinarle. En otro ejemplo que da Gindine, el autor resalta un contraste ir6nico entre el creole y los afrancesados. Semejante code-switching forma el tema principal enl a novela La Famille des Pitite-Caille (1905) de acuerdo con el ejemplo de un dicho popular: ̀ According to his axiom -a cr6ole proverb- 'Black has fooled Black ever since Guinea', and since 'cal- bindage' -creole for dissembling- is the local rule of behaviour, one should simply know when to enter the game and how to leave it un- scathed, sheer survival being at stake. A recommended expedient is to obtain a foreign nationality, the best protection against political vagar- ies" (Gindine 1975:35). Una ironizaci6n tan crftica se encuentra igual- mente inscrita en la famosa novela Sena (1905) de Fernand Hibbert, en la que se insiniia la sobrevivencia de patrones esclavistas en la prac- tica politica del Haiti contemporAneo hasta el grado de una locura tan grande en Ia que los inversores extranjeros gozan de mejores garan- tias de provecho en el Haiti libre' del siglo XX que en los dias de la plantaci6n colonial.

Resulta obvio que el contraste percibido entre las categorfas socio- l6gicas y el anAlisis de la capacidad ir6nica del texto comparte el sen- timiento de una profunda desilusi6n o desengaflo que se puede definir como experiencia 'traumatica' de la fundaci6n nacional. Pero mien-

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tras que Gindine destaca el ciclo infernal sin salida de guerras, catas- trofes econ6micas y prejuicios de color, sin percibir una ironizaci6n semejante en la literatura a partir de 1905, Fleischmann acentuia la incipiente preocupaci6n sobre lo rural y el pasado africano y las catego- rias sociales como nuevo rumbo de orientaci6n en ]a literatura del pais. Para Gindine ]a exclusi6n en la novela de las sociedades urbanas y ]a introducci6n del h6roe o victima campesino, va acompafiada de la perdida del valor ir6nico y anarquico en los textos, el que, seguin ella, s61o ha permanecido en las obras teatrales.

En otros estudios sobre la historiografia de la literatura haitiana los criterios tienden a acercarse a una sintesis de las posiciones pre- sentadas en torno a Ia significaci6n de la novela 'costumbrista'. Aun- que el estudio de Michael Dash, Literature and Ideology in Haiti. 1915- 1961, da a conocer en el titulo que quiere centrarse en el siglo presente, abre con ]a presentaci6n de un panorama resumido de la literatura del siglo XIX. Al delinear algunas caracteristicas, Dash destaca su perspectiva anti-colonial, anti-modelo-asimilador, tendencia para Ia cual menciona como primer ejemplo Ia obra Le systeme colonial devoi- le (1814), escrita por el bar6n de Vastey, secretario autodidacta del rey Christophe. Dash resalta la constante preocupaci6n por ]a sobreviven- cia nacional que tenia el bar6n, cuya ideologia influy6 en la temprana historiografia haitiana; asimismo lo caracteriza como prototipo de la voz protesta contra Ia destrucci6n material del pais intentada desde afuera. De igual manera, Dash nota urna fuerte voz polftica en el sur- gimiento del romanticismo haitiano a partir de 1836, con ]a fundaci6n de peri6dicos como Le Republicain y L'Union, una actitud distanciada respecto al ejemplo franc6s, acompafiada de una busqueda de elemen- tos que constituyen los compoinentes de la propia cultura nacional. S61o son imaginables cuando confluyen en una constante actitud de defensa afilrmativa de Haitf-naci6n que debe articularse en contra del omni- presente estereotipo del siglo XIX respecto de un Haiti-salvaje. Tal tendencia inspira tanto al poeta 'nacional' Oswald Durand a concebir su famoso poema, Choukoun (1883), escrito por completo en creole, co- mo al Sainement (1926), de Philippe Thoby-Marcelin, publicado en frances en Paris, que marca, segun Dash, el inicio de una tradicion intelectual anti-racionalista en Haiti. Poco a poco ]a actitud de protesta contra mecanismos de colonizaci6n perpetuados aun despues de la independencia -por estar internalizados en el propio sistema politico- comienza a orientarse hacia otros aspectos de expresi6n cultural. En su incansable reacci6n ante las corrientes francesas, los autores en- cuentran una inspiraci6n decisiva en el surrealismo y su concepto de 'delire verbal' y el "setting free of the image"(Dash 1981:81) en la con- cepcidn po6tica, lo que estiniula una verdadera relectura 'liberadora' de la poesia francesa del siglo pasado en sentido descolonizador. Des- pu6s que el etn6logo JeanPrice-Mars acentu6 ]a 'mistica' negra en el substratum psico]6gico de los ancestros haitianos, analizado con pro- fundidad en Ainsi Parla l'Oncle (1928), se empieza a definir una co- rriente literaria con orientaci6n antirracista y critica respecto a las

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condiciones sociales propias del pais. Jacques Roumain lo trata de cap- tar en su poema mas conocido, Bois d'ebene, fechado en 1939, el mismo anio en que C6saire public6 su Cahiers du retour au pays natal. Con su tftulo inspirado por Baudelaire, Roumain realiza una inversi6n de lo africano lejano y ex6tico hacia los tiempos modernos al evocar la lucha de los "ouvriers paysans de tous les pays" en relaci6n con las creencias de una sociedad no-urbana ni industrializada como era el Haiti de entonces. Tambi6n la obra de un Jacques StephenAlexis, en que se no- ta la profundizaci6n de los conceptos de Roumain, sigue ubicindose dentro de la misma tendencia, lo que hace posible notar el mundo ru- ral con sus creencias orientadas a otra l6gica que la del occidente. Se- mejante temario comienza a ser reflejado como conflictividad central en la novelistica desde los afios cuarenta y cincuenta. Es interesante constatar, que Barbara Harlow en su estudio sobre Resistance Lite rature habla de una misma tendencia en la literatura africana a par- tir de 1958, cuando el "folktale, which purports to explain a natural phenomenon of the village world, takes on a political significance and becomes an allegory for an African strategy for independence" (Harlow 1987:XIV-XV). Es obvio que tal estrategia aleg6rica en Haiti equivale a Ia africana, al contribuir a una mayor percepci6n del trauma de una naci6n-salvaje, con su orientaci6n al vudu, con sus simbolos 'amena- zantes' al logocentirismo de un mundo occidental, mientras que, al mismo tiempo, es posible contrastarla con los factores sociales de una opresi6n real.

A partir de los sesenta, 6poca nacionalista por excelencia en la re- gi6n, se ha revelado la enorme conflictividad al respecto. La reacci6n intelectual en Haiti incorpora todas las ideas tecnicas e ideol6gicas de la 'nueva novela' francesa, el criticismo estructuralista, y el 'd6lire verbal' ahora entendido dentro del marco de los deconstructivistas. Los escritores declaran su objetivo de elaborar un nuevo lenguaje de comu- nicacion dentro de las connotaciones que se les ofrecen en el propio ambiente proyectado hacia una transformaci6n social, lo que implica el vestirse con una mascara de un aparente 'd6sengagement' . Dentro de tal contexto, Francketienne, uno de los autores mas productivos de los que trabajan en el mismo Haiti, publica en 1975 la novela Dezafi, escrita completamente en creole y s61o despues traducida al franc6s por 6l. Este titulo, que sugiere una creolizaci6n de la palabra espaflola -desaffo-, se basa principalmente en la imagen del zombf para inter- pretar un escenario de todo lo que pas6 en Haiti. El cura-vudii Saintil, que controla una colonia de zombis, pierde su influencia cuando su hija se enamora de uno de ellos, Klodonis, por lo cual 6ste se convierte en hdroe liberador. Tanto en el uso del lenguaje como a nivel semi6tico se destacan los rasgos de un Haiti anti-moderno y anti-colonial al re- gresar a las leyendas y creencias originales que sirven como connota- ci6n principal a fin de plasmar todos los elementos de la conflictividad nacional contempordnea.

Las posiciones complementarias de Fleischmann -que tambi6n menciona la publicaci6n de Dezafi como inicio de un perfodo en la lite-

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ratura haitiana- y Dash, se ven m§s profundizadas en las interpreta- ciones de Maximilien Laroche. En su L'image comme gcho Laroche resalta el desdoblamiento de la naci6n haitiana, a partir de la indepen- dencia, al caracterizarlo como "ce d6doublement de la France, en Am6rique, en la personne d'Haiti, c'est l'illusion apartir de laquelle les intelectuals haitiens ont pens6 l'utilisation de la langue franqaise par les Haitiens" (Larochel978:15). De acuerdo con los planteamientos de C6saire, Laroche asimismo concibe la idea de la negritud como con- cepci6n lingiistica, como un discurso de inversi6n rebelde, de "retour- nement du langage par lequel des n?gres renvoient aux Blancs les mots que ceux-ci leur lanqaient au visage. Le mot -negre- 6tait p6jora- tif. On fera donc le mot -n6gritude- qui, lui, sera positif" (Laroche 1978:143). De este modo se concibe una comunicaci6n verbal que se en- tiende como estrategia importante a fin de sensibilizar emocionalmen- te a los lectores/oyentes para una protesta cultural ante mecanismos deshumanizantes, factor para el cual Laroche da varios ejemplos. Cita una frase del escritor africano, ganador del Premio Nobel, Wole Soyin- ka, a prop6sito de la negritud: "Le tigre n'a pas a proclamer sa tigri- tude" (Laroche 1978:143). El ser 'negre' se relaciona con el ser 'neg', lo que significa 'hombre' en cr6ole, y al elaborar su "point de vue", La- roche elabora, comoGlissant, una periodizaci6n de la cultura nacional que no concuerda con los datos oficiales, aunque no los deja fuera de consideraci6n. S61o aspira a medir la sensibilizaci6n lingiiistica de al- gunos acontecimientos ocurridos en el pafs, empezando con el dato fundacional, 1804, seguido entonces por la ocupaci6n norteamericana que significa un retorno a la colonizaci6n econ6mica anterior, y 1944, afio en que se inician campafias de alfabetizaci6n en cr6ole. En su re- construcci6n de una historia literaria escrita en cr6ole Laroche men- ciona como primer texto conocido Lizet kite laplenn, publicado en 1750 en un libro de un consejero del gobierno colonial en Port-au-Prince, un miembro de la clase de los colonos esclavistas. Al indagar el desarrollo de esta escritura creole, aplicada tanto por los colonialistas como por los nacionalistas anticoloniales, Laroche acentuia los momentos de li- beraci6n y descolonizaci6n paulatina en el uso descriptivo de este idio- ma. De esta manera la primera novela Dezafi, escrita en creole, sig- nifica para 61 mAs bien la culminaci6n de todo un proceso anterior que envuelve y elabora una narrativa po6tica fomentada por los mitos de la tradici6n oral haitiana. Tanto se puede considerar este momento como apertura hacia otra conciencia y otro sistema de comunicaci6n cul- tural en la cotidianeidad moderna, como tambi6n el punto final de un largo proceso de descolonizaci6n intelectual anterior. Laroche compa- ra el funcionamiento de tal escritura creole liberadora con la t6cnica del montaje cinematogrifico, con que es posible alejarse y, al mismo momento, acercarse a una escena ficcional configurada. Posibilita plasmar un movimiento dinamico de enorme flexibilidad, de la idea de un viaje constante, "du zoomout au travelling in". Dentro de este mar- co insiste en el papel del tema zombi, sujeto permanente de reflexi6n en la conciencia haitiana, ya que simboliza la paradoja del ser-hai-

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tiano (creole) y el no-ser frances de manera tipica. El zombi, la imagen del muerto-vivo que obedece automaticamente a las 6rdenes de su maestro para hacer cualquier cosa, se arraiga ya desde la indepen- dencia en la consciencia de los haitianos como simbolo de resistencia contra la colonizaci6n. En el momento de darle la sal liberadora, se convierte en hMroe rebelde para vengarse del trato injusto. Asi se ma- nifiesta una memoria colectiva altamente politizada, de rafz africana pero ya muy concientizada en torno a ]a situacion haitiana, en espera observadora constante hasta que pueda convertir los elementos de la naci6n-esclavista en otros, mds provechosos para ella. Un discurso zombi semejante equivale al cimarronaje tipico del discurso antillano contemporTneo que se nutre de las obras de un Roumain, Ah6xis o Francketienne. Un nuevo sistema literario semejante se caracteriza, ademas de la sensibilizaci6rd linguistica, por una nueva identificaci6n, que no solo consiste en una IDENTIDAD nacional propia, sino tam- bien en una reflexi6n de SOLIDARIDAD regional que no disocia raza de clase. Sabe sugerir una realidad multiple cuya unidad profunda re- side en la exigencia de tal cimarronaje imaginario, que ya habia sido factor constitutivo de la idea 'naci6n' desde los primeros tiempos de la coloni a.

III. La naci6n-lenguaje como inversi6n cimarrona

El conocido critico Kenneth Ramchand de Trinidad sugiere que la malograda formaci6n de la Confederaci6n de las Indias s61o sigue so- breviviendo como proyecci6n regional en el cricket, en las universida- des de las Indias Occidentales y en la literatura. Debido a la fragmen- taci6n del Area, Jamaica, Guyana, Dominica, Trinidad/Tobago, Bar- bados, Grenada o Antigua e.o., estan buscando rasgos propios al defi- nirse como espacios independientes. Tal proyecci6n regional resalta como exigencia cultural de gran relevancia, ya demostrada en el gran esfuerzo intelectual a] respecto llevado a cabo en ensayos criticos edi- tados en revistas del propio ambiente. Desde finales de los afnos sesenta el debate se va concentrando en la pregunta de c6mo se puede inter- pretar la cultura a la luz de la creciente conciencia nacional vis-A-vis del panorama de un archipiMago complejo, de dificil entender. Mu- chos titulos de articulos en la revista Caribbean Quarterly, por ejem- plo, ya se refieren a tal planteamiento general de Ia problemAtica: 'The New Caribbean Man", "Caribbean Perspectives-The Creative Potential and the Quality of Life", "An Introduction to Caribbean Literature", "Problems in the Creation of Culture inthe Caribbean", "A Case for Re- gional Criticism of West Indian Literature", 'The New Caribbean Man", "Concern for Criticism", etc. La preocupaci6n por la toma de contacto a nivel regional resulta una reacci6n al aislamiento y a la fragmentaci6n que han durado varios siglos. Considerando el hecho - que comparten con los otros pafses del Caribe- de iue, por ausencia de lectores y editoriales propios, muchos autores se habian sentido obli-

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gados a migrar a Inglaterra o, tambi6n, a los Estados Unidos o Cana- dd, uno de los factores mas debatidos consiste en la importancia de la presencia del autor en su lugar de origen. En torno a este punto se de- sarrolla una polemica que se va condensando en las posiciones, a pri- mera vista contradictorias, de los autores Edward K. Brathwaite de Barbados y Derek Walcott de St. Lucia, respectivamente. Patricia Is- mond, en un articulo publicado en 1971, protesta contra la frecuente actitud de categorizarles de manera demasiado simplista a] distinguir entre un 'poeta puiblico' y un 'poeta privado'. No considera tan facil describir a Brathwaite como el "poet of the people, dealing with the his- torical and social themes that define the West Indian dilemma", mien- tras que Walcott no se deja ubicar exactamente dentro del marco de ]a misma definici6n, ya que el "at times appears to pay passing attention to these matters, but more consistently he seems to be a type of poet's poet, the kind of luxury we can ill afford, and which remains Eurocen- tric" (Ismond 1971:54). En vez de tales categornas, Ismond propone vol- ver a reflexionar sobre el tipo de sensibilidad que esta abri6ndose espa- cio a partir de la dinamica sociocultural que se hace palpable a nivel linguistico. Para Brathwaite la creaci6n de una palabra 'negra' propia implica una inversi6n de la palabra del Occidente, la 'blanca', y con esta posici6n se encuentra completamente en contraste con Walcott, para quien cuenta sobre todo la indagaci6n de las capacidades de resis- tencia posibles en la lengua colonizadora. De acuerlo con estos acentos 'contradictorios' Brathwaite investiga la sobrevivencia de las creencias de origen africano, lo que le lleva atras en Ia historia para de-construir su relaci6n con lo contemporaneo. Como sfmbolo mas caracteristico se le presenta en este marco el 'Rastaman', que proclama siempre la om- nipresencia de Babylon con sus rafces hist6ricas en ]a falsificaci6n de Ia historia africana de Etiopia. El despertar de la memoria colectiva con respecto a esta relaci6n le sirve a Brathwaite para dar nombres a los componentes socioculturales que observa en una Jamaica en proce- so de modernizaci6n acelerada, en que los 'Rastafari' manifiestan que siguen siendo mayormente exclufdos y altamente criticos ante seme- jante dinamica a nivel nacional. Al contrario de la posici6n sociohis- t6rica de Brathwaite, Walcott acentuia mas la responsabilidad indivi- dual del ser humano, considerando la capacidad de realizaci6n de su 'self en oposici6n constante con las condiciones socioculturales que van influyendo en su vida. Ismond resalta que ambas posiciones son complementarias en Ia proyeccidn del carnaval. Para Brathwaite sig- nifica Ia catarsis de un impulso instintivo y vital al expresar los con- flictos de Ia comunidad, mientras que Walcott no comparte las mismas ilusiones. En el poema The Spoiler's Return (1981), dedicado al relator del carnaval por excelencia, Earl Lovelace de Trinidad, Walcott acen- tu'a el vacio y Ia ausencia de significaci6n profunda del individuo en la sensualidad celebrada como creaci6n colectiva, en la atm6sfera deca- dente urbana de un Port-of-Spain, iman atractivo para turistas. Walcott, en Ia introducci6n de Dream on a monkey mountain, describe de manera manifiesta la importancia de entender la propia identidad

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individual. Allf reflexiona sobre sus origenes, es decir sobre las condiciones pobres, coloniales y psicol6gicas que influian en superso- nalidad. De acuerdo con ellas, Walcott sostiene que un hombre, de este modo colonizado por la historia, tiene que vivir en un estado de desdo- blamiento esquizofr6nico constante, porque, por un lado, vive su mun- do interior de poesfa, y, por otro, la vida exterior del dialecto y la ac- ci6n. Este desdoblamiento como 'doppelganger' de si mismo debe ser superado al indagar en la oscuridad cuyo nombre es amnesia. Pero, al mismo tiempo, Walcott deja en claro que no se considera a si mismo como a uno de los "pastoralists of the African revival", sino que lo que se necesita ahora es usar los nombres antiguos de una manera nueva: "something prickles in me when I see the word Ashanti as with the word Warwickshire, both seperately intimating my grandfathers' roots, both baptising this neither proud nor ashamed bastard, this hy- brid, this West Indian" (Walcott 1970:10). Dentro de tal perspectiva, que caracteriza como conflicto maniquefsta, proyecta sus reflexiones hacia un Haiti-h6roe, comparable con heroes equivalentes en su propia isla. Walcott evoca a Haiti, como isla francesa negra somnolienta en su ca- tolicismo y magia negra, su confianza ciega y sus creencias aun mas ciegas, factores que se dejan ubicar dentro de un medievalismo de divi- siones entre aristocracia, esclavos y clero, como visi6n manipulada por su burguesia mulata. S6lo las sombras del fuego inicial, jacobinos ne- gros de los tiempos de Ia Revoluci6n Haitiana.

Al intercalar la relaci6n entre el 'surgimiento y la decaida' de un rey haitiano y la vida de un sencillo pescador isleflo como sujeto lin- gulstico, Walcott explica c6mo el escritor puede hacer uso de manera creadora de su esquizofrenia innata. Considerando semejante relaci6n como espacio en que se realiza una fusi6n 'eh6ctrica' entre el curso his- t6rico y la contemporaneidad, Ia presencia de Haiti como inspiraci6n principal de otras energias regionales se le ofrece como rico cuadro de enfoque y como arma de conspiraci6n que logra constantemente lla- mar la atenci6n al respecto. Semejante discurso combativo, con tono universal y profundamente arraigado en la superaci6n de la propia amnesia, sera capaz de dar relieve a un individuo-cuerpo social antes eliminado del discurso Caribe. Se puede ver, ademas, como continuum dentro del panorama fragmentario existente, confiri6ndole una 16gica interna coherente. De manera metaf6rica Walcott lo formula como el fantasma de una llama inquieta que recorre como viajero errante la regi6n en buisqueda de Ia 'historia' que le puede dar raz6n a su existen- cia como tal.

Una misma batalla contra la esquizofrenia en torno al dualismo sociocultural concibe Gordon Rohrlehr en su articulo "The problem of the form: The idea of an aesthetic continuum and aesthetic code- switching in West Indian literature", publicado en 1985. Para 61, lo que mas cuenta son las tradicioiles orales de la regi6n, y, considerados al mismo nivel, algunos aspectos de la estktica del modernismo en senti- do ingl6s, el CHOQUE con la modernizaci6n en la vida diaria del Cari- be. En su argumentaci6n, Rohrlehr acentuia que muchos de 'nuestros

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escritores' se han sentido muy atraidos simultaneamente por los dos polos, lo que crea tanto una tensi6n como, al mismo tiempo, dos modos de ser. Al formular ambos paradigmas, el autor sostiene que la comu- nicaci6n oral intuitivamente tiende a articularse en acciones comunes con una energia que desemboca en la catarsis como fuente vital de exploraci6n nueva. El panorama de los dioses evocados en ceremonias interlocutoras encuentra su equivalente en la Ceremonia de las Almas de Haiti, de los zombis. Mediante este procedimiento, el mundo amn& sico, de apariencia tan estatico, sabe comunicarse con el otro paradig- ma modernista, encuadrado en un mundo dinamico, repleto de voces (escritas). Es decir, que este mundo, abstracto hasta entonces, que se encuentra en un silencio privado solipsistico, se manifiesta ahora en su debate constante con el llamado 'ser hibrido' del Caribe concebido en transformaci6n esencial. Rohrlehr admite que ha fQrmulado su teo- rna del continuum est6tico a raiz de la polemica llevada a cabo en torno a Brathwaitey Walcott, ya que descubri6 una dial6ctica esencial entre las posiciones de ambos, que vefa ademas representada en los plantea- mientos de la mayoria de los escritores. De acuerdo con esta observa- ci6n, Rohirlehr propone la fusi6n entre, por un lado, la kinesis, anar- quica y temporal, nunca reducible a un patr6n fijo, como vivida du- rante el carnaval en Trinidad de manera colectiva, y, por otro lado, el silencio griego y atemporal que cada autor de 'dramas' en el Caribe puede ubicar dentro de los patrones formales del teatro griego, del kabulin o del noh japonds, al imponer el silencio sobre los propios mo- vimientos kin6ticos. Dentro de un marco similar, Robert Elliot Fox ha- bla del "Dis-ease" en ]a concepcion hist6rica de Walcott que anota el dilema del hombre Caribe en el contexto de cada hombre de la moder- nidad, "whose collective conscience is myriadly fragmented" (Fox 1986: 331). La unidad se constituye al apuntar a una sociedad diversificada para que d relieve a ]a "recognition of the spirit of place, and the net- work of one's relationships with those actually present as well as those who still survive in living memory" (Fox 1986:338). Una resistencia parecida contra la eliminaci6n de las experiencias vividas individual- y colectivamente a nivel local se puede ubicar dentro de lo que Glissand denomina como la creaci6n de una "difference" conflictiva en el dis- curso antillano.

A lo largo de los anios las ideas de Brathwaite van aproximandose de manera creciente a las de Walcott, como se puede desprender de su importante ensayo History of the Voice. The Development of Nation Language in Anglophone Caribbean Poetry, publicado en 1984. Proyec- tando esta visi6n regional que habia sido la rafz de todo el debate sobre el hombre Caribe, Brathwaite expone sus reflexiones sobre el papel de la 'naci6n-lenguaje' en la que logran sintetizarlos componentes de una fragmentaci6n compartida. Al centrarse en el ingl1s, resalta su fun- ci6n como lenguaje impuesto sobre el archipi6lago desde la coloniza- ci6n, como instrumento al servicio del imperio europeo, al igual que el frances, holandes y espaniol. Sin embargo, por otro lado, se desarrolla un ingl6s criollo como hablado en este nuevo ambito al incluir aspectos

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de otros idiomas hablados e importados, como el amerindio, hindi, chi- no y varias lenguas africanas. Todo este panorama linguistico se ha ido formando de acuerdo con una estructura que basicamente tiene una misma forma semintica y estilistica con raices profundamente africanas. Por supuesto, teniendo en cuenta las condiciones coloniales, el inglis criollo nunca logr6 manifestarse como discurso piiblico, sino que sigui6 manteniendo el status de un lenguaje inferior y subterraneo que se transformaba de acuerdo con este complejo status social. Cuan- do se introdujo un sistema de educaci6n mas elevado en la regi6n, en las escuelas continuaba la orientaci6n hacia el ingl6s institucionali- zado, lo que de ninguna manera concordaba con las experiencias del habla en la misma regi6n. De acuerdo con esta discordancia, el siste- ma de educaci6n provocaba una paralelizaci6n de los dos discursos, al evocar las dos culturas a la vez, caso para el cual Brathwaite da un ejemplo caracteristico, tornado del trabajo escolar de un alumno: "the snow was falling on the canefields"(9). El poeta insiste en la tesis de que en el Caribe anglo hablante la confrontaci6n entre los dos modos de hablar el ingles se iba condensando en un modo de expresi6n que apro- xima mucho mds la experiencia intima y propia, lo que denomina co- mo 'naci6n-lenguaje'. La diferencia con el llamado 'dialecto' es que sabe articularse muy bien con connotaciones sociales formuladas des- de la perspectiva colectiva de las experiencias no-representativas, par- ticularmente africanas. Asi se organiza este discurso con una 16gica relacionada con las experiencias de las plantaciones y sus condiciones tipicas hist6ricas de trabajo esclavo. Brathwaite sefiala que hasta aho- ra se ha escrito muy poco sobre este aspecto de la naci6n-lenguaje, una expresi6n que entiende como un "howl, or a shout or a machine-gun or the wind or a wave"(13), y que se orienta bAsicamente a una tradici6n oral y ritmica, como el calypso, la kumina, el shango, etc. Es obvio que, en contraste con una lectura como acto aislado e individual, la naci6n- lenguaje aspira -aunque sea tambi6n por escrito- a establecer, en pri- mer lugar, un contacto mis completo con la experiencia local, ya que, a veces acompafiada por la t6cnica electr6nica, la motiva a interrela- cionar los factores hist6ricos objetivos -como p.e. la independencia politica- y la posible recepci6n de los mismos en la cotidianeidad. Esto no quiere decir que este tipo de escritura no haya sido tambi6n influido por los clAsicos conocidos del mundo anglohablante, argumento para el cual Brathwaite menciona la influencia decisiva de T. S. Eliot como poeta que habia introducido el tono conversacional, la voz hablante. Pe- ro mas importa entender su arraigo en los propios discursos 'vivos'. Como ejemplo describe Brathwaite el impacto de la pelicula The hard- er they come, en la que Jimmy Cliff, como cantante del roots/reggae, figura como protagonista. Tanto la producci6n como la recepci6n pro- vocaron una "dislocation in the socio-colonial pentameter, in the same way that its music and its stars and their STYLE marked a revolution in the hierarchical structure in the arts of the Caribbean" (Brathwaite 1984:41). Es decir que la provocaci6n de esta pelicula no consiste s61o en sus connotaciones inscritas en el texto filmado, sino tambi6n en que

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habia cambiado el marco de recepci6n, tradicionalmente dominado por la Mite, que ahora se vefa reemplazada por una multitud de personas que se sentian representadas en esta pelicula. Para acentuar la impor- tancia de sus observaciones Brathwaite resume que "'for the first time at last' it was the people (the raw material) not the 'critics', who decided the criteria of praise, the measure and ground of qualifica- tions:'for the first time at last', a local face, a native ikon, a nation lan- guage voice was hero. In this small corner of our world, a revolution as significant as Emancipation" (Brathwaite 1984:41).

Semejantes momentos claves, que se articulan como una serie de 'chispas e16ctricas' de producci6n-recepci6n colectiva, caracterizan pa- ra Brathwaite el desarrollo de una naci6n-lenguaje en plena creaci6n cotidiana, lo que denomina como el continuum de la 'performance' de un 'Caribbean speech'. Incluye ahora la obra de Derek Walcott y de muchos otros escritores al relacionarlos con "ancestral through creole to national and international forms, so must we begin to be able to re- cognize and accept the similarly remarkable range of literary ex- pression within the Caribbean and throughout Plantation America. To confine our definitions of literature to written texts in a culture that re- mains ital in most of its people proceedings, is as limiting as its op- posite: trying to define Caribbean literature as esentially orature- like eating avocado without its little salt... The hidden world and proverb and conundrum (drum) reconquer the curriculum and make once more neglected Gran an expert on the culture. The word becomes a pebble stone or bomb and dub makes sense (or nonsenseness) of politics demanding of it life not death, community not a arvark, new world to make new words and we to overstand how modern ancient is. Like in this nation-language poem that doesn't even have to use a verb of nat- ion" (Brathwaite 1984:49-50). Una sensibilizaci6n tan rebelde de la experiencia colectiva se manifiesta asimismo en el trabajo de cantan- tes, como en los de pintores o poetas que la dan a conocer en sus reco- rridos hacia otros paises en el mundo. Michael Dash retoma la misma tendencia cuando define el Caribe como la imagen de una comunidad escondida, o, mejor dicho, negada, la 'otra America' que ahora empie- za a intervenir como capacidad creadora en el imaginario "cross-cult- ural" con una serie de relaciones multiples, un "world centered on displaced cultures, relocated peoples, individuals driven across fron- tiers of language and belief...exemplary instance of patterns of mut- ation and creolisation, which is the lived reality of the Americas" (Dashl988:15). Tambi6n Kenneth Ramchand, cuando esta analizando las obras de Wilson Harris, menciona la condici6n ambivalente del "helplessness and self-discovery, the starting point for new social structures" (Ramchand 1983:12) que contribuyen a superar la esclavi- tud en las relaciones personales, la "permanent, violent domination of natally alienated and generally dishonored persons" (13). Desde el de- sarrollo del 'Terranglia", al "BadEnglish", al "Negro English" va deli- neando esta de-construcci6n en forma de una visi6n nueva, que ya se habla iniciado en los afios veinte, cuando Jean Rhys escribi6 su obra

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Voyage in the Dark y The Left Bank. Todo este desenvolvimiento con- tribuye a romper definitivamente el gran silencio que habia dominado el discurso 'oficial' respecto a la presencia de las experiencias socio- culturales en un pais colonizado, ahora en pleno desarrollo como na- ci6n.

IV. La nacion-pluralidad antropol6gica

Viendo de esta manera el panorama del Caribe como una gran 'performance' de Caribbean Speech hay que preguntarse si 6ste no in- fluye en la "diff6rence" en plena realizaci6n en Aruba, CuraQao, Bo- naire, St. Maarten, St. Eustatius, Saba, y Surinam, las (ex-)colonias holandesas. Aqui se publica en ingl6s, espafiol, papiamentu, sranan, hindi, sarnami, para no mencionar los otros idiomas hablados en su realidad cotidiana. Como Richard Price ya sefial6 en su estudio sobre Maroon Societies. Rebel Slave Communities, las Guyanas habfan sido durante tres siglos el decorado clhsico para las comunidades cimarro- nas. Los cinco ensayos dedicados a los cimarrones de Surinam, quie- nes acompafiados por la antrop61oga Sylvia de Groot visitaron en 1970 por primera vez Africa, particularmente Nigeria, ya demuestran la gran importancia de esta cultura cimarrona que sobrevive como 'co- munidad' intacta en nuestros dias. Como punto de referencia que in- vestiga esta cultura 'viva' se debe remitir a la antropolog'a cultural y, en primer lugar, al trabajo pionero que realizaron los antrop6logos Jean Melville Herskovits y su esposa Frances. A fines de los afios vein- te empiezan a hacer investigaci6n 'de campo' entre los 'Bush Negroes' en la selva de 'Dutch Guyana', cuyos resultados presentan en el libro Rebel Destiny. Among the Bush Negroes of Dutch Guiana. Mientras conviven con las comunidades alrededor del rio Saramacca, observan los costumbres y creencias religiosas. Les llama mucho la atenci6n que, aunque las comunidades hablan sido aisladas por muchas gene- raciones de su origen africano y tampoco habian podido visitar este continente, siguen, sin embargo, conservando en su memoria colectiva una relaci6n estrecha con 61. Al reflexionar sobre sus propias raices occidentales, los Herskovits acentu'an esta constante relaci6n que se realiza en el intercambio de opiniones con los ancestros muertos du- rante las ceremonias rituales. El 'clan' se reutne regularmente con los espiritus muertos que les aconsejan c6mo pueden protegerse contra Ia 'magia' de sus enemigos, les ayudan en tiempos de sequia o er'ferme- dades y, a cada rato, interceden en su favor ante los dioses de la natu- raleza. Al estudiar tales procedimientos los Herskovits, por su lado, empiezan a contarles a los Saramaccas sobre sus experiencias en Africa, enseflandoles fotos y dejdndoles escuchar voces grabadas alli en gram6fono. Aunque los Herskovits llevaron a cabo varias investiga- ciones en Africa Occidental, Haiti, Trinidad y Brasil, el viaje hacia Surinam ha sido pr;cticamente el primero que les ensef16 con claridad la existencia de la conexi6n Africa-Am6rica en la memoria colectiva

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de un pueblo arraigado actualmente en las Americas. Es posible inter- pretar este esfuerzo investigador de los Herskovits como reacci6n de protesta contra el gran mito de la no-existencia de una historia afri- cana valiosa de los paisanos 'salvajes-negros' en los paises de Ame& rica, prejuicio originado en la esclavitud que sobrevive auin con mis ri- gidez a partir de su abolici6n.

El dirigente de la comunidad, Granman Moana Zankuso, les deja una gran impresi6n de su vitalidad, su capacidad estrategica como po- litico, su respetuosidad y habilidad imaginativa, su ret6rica apasiona- da al explicarles las diferencias entre la vida de los blancos, habitantes de las urbes, y la de los negros, dueflos de la selva. La presencia mis- ma de los investigadores le producen al Granman varios problemas, ya que su pueblo siempre se habfa considerado como utnico con su len- gua Saramacca, concebida como propia del lugar y de su historia. La sabiduria y las experienciasde los ancestros se encuentran incluidos en su composici6n estructural y los rituales, terreno completamente prohibido para Cualquier extranjero -blanco-. Sin embargo M61 la habla con la naturalidad mas grande del mundo! Granman Moana Zankuso les trata de explicar por qu6 este contacto ritual con los ancestros sigue siendo un factor de mtxima relevancia para la sobrevivencia de su pueblo al aprender de las experiencias del pasado que les dan el 'senti- do' de su existencia actual. Para los blancos, evidentemente, no es asi, ya que ellos pueden aprender de sus ancestros mediante una lectura de sus escritos. En Ia uiltima noche, antes de regresar a su pals, los Herskovits dejan escuchar las canciones que hablan grabado en Haiti, poco antes de venir a Surinam. Todos los miembrosde la comunidad estan presentes, invitados por su Granman, que desea que se enteren de la funci6n de la maquina, y de las canciones cantadas en otros lu- gares tan cercanos a ellos. La funci6n nocturna resulta un gran 6xito, especialmente para el Granman que se muestra muy emocionado y pensativo, factor que Herskovits anota sin mas comentario.

Los Herskovits resumen las observaciones basicas de la investiga- ci6n de campo a lo largo de treinta aflos en Cultural Relativism. Per- spectives in Cultural Pluralism, una recopilaci6n de conferencias y articulos, publicada en 1972. En primera instancia, resaltan la capaci- dad de resistencia de la cultura africana ante cualquier influencia opresiva desde afuera, lo que revela su capacidad de respuesta y cohe- rencia interna vital: "The facts about African responses to culture con- tact make it difficult to understand how the idea of the African as a passive recipient of European culture could have gained such wide currency. It provided the ideological base for the nineteenth century concepts of the white-man's burden and the MISSION CIVILIZA- TRICE. To an unrecognized extent, it was implicit in the interpreta- tion of the Marxist doctrine of social progress... The need to re-estab- lish the position of African culture by affirming its particular values was most vigorously expressed in the concepts of NEGRITUDE and of 'the African Personality'" (Herskovits 1972: 264).

Tal observaci6n de una resistencia psicol6gica africana provoca en

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la disciplina un debate sobre el papel de una cultura oral al memorizar la historia y su impacto en el comportamiento social contempordneo en Africa. Los m6todos de trabajo antropol6gico apenas habi an tomado en cuenta con la rigidez debida, cual era la importancia del sistema oral para la coherencia interna, es decir, la sobrevivencia de una colectivi- dad, en funci6n de la resistencia contra los invasores, aunque sea en forma de sistemas modernizadores. A otro nivel ahora se repite un de- bate como el del Granman y Herskovits, llevado a cabo d6cadas atras, en torno a la diferencia entre el sistema -blanco- del mundo occidental que transmite sus conocimientos primordialmente a traves de la escri- tura, y, por otro lado, un conocimiento profundo de la historia cultural de Africa que funciona seguin otras metas. El darse cuenta de este he- cho lleva consigo una buisqueda de fuentes escritas en archivos, que conservan documentos originales que habian registrado negociaciones en diversas regiones y 6pocas en Africa en el pasado. Herskovits re- cuerda el caso de un estudio comparativo entre los Gwambe en Mo- zambique, donde se habian comparado las fuentes portuguesas, escri- tas en el siglo XVI, con la versi6n transmitida por la tradici6n oral en la actualidad con respecto al mismo fen6meno de migraci6n de enton- ces. Grande ha sido la sorpresa al descubrir que las dos versiones eran perfectamente compatibles. Esto tuvo un 'efecto liberador' sobre la in- vestigaci6n de la historia africana, particularmente la orientada a la etnohistoria, en cuanto a la validez y el papel vital de la historia no- escrita. Dentro del marco de sus metodos alcanzan a tener un gran pa- pel los mitos o cuentos moralizantes, proverbios o aforismos, en la me- dida en que traen en si las connotaciones para interpretar asuntos locales vistos desde una perspectiva colectiva de la misma comunidad que los vivi6. Herskovits acentua el papel primordial de este factor, convencido de la idea de que "one machine can be compared to another -the value in each- is measurable... But to compare family systems, or ethical principles, or political organizations, or art, or music in this manner, is impossible, because we are here dealing with intangible values and ends about which there is no cross-cultural consensus" (Herskovits, 1972:278).

La importancia que consigna Herskovits a la interpretaci6n local de eventos hist6ricos a fin de entender los valores utnicos que tenian instituciones religiosas y sociales en su ambiente africano, va acompa- flada por una revaloraci6n total de todo lo que hasta entonces se habfa entendido como interpretaci6n correcta. El esfuerzo de sacar a la luz una dinamica hist6rica hasta entonces negada, tiene como consecuen- cia la valoraci6n de principios 6tnicos completamente irrelevantes en el mundo 'blanco'. Herskovits concluye subrayando este factor al ha- blar de los "new values placed on a pecuniary economy, on practically all aspects of technological change, on many kinds of non-African material goods, were rarely challenged. Indeed, one of the induced values that came to be accepted almost without dissent in these sectors of culture was change as an end in itself. Roads, bridges, motor cars, multistoried buildings, power dams, were its most dramatic manifes-

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tations. In the same category was the value laid on literacy. The value of recognition as free and independent nations in international deal- ings was similarly accepted" (Herskovitsl972:281). La tesis explicita presentada sobre la irrepetibilidad de un hecho cultural experimenta- do por un grupo especifico, ha sido muy tratada en debates sobre la his- toria de las ciencias contemporaneas. En su introducci6n al libro de Herskovits, Donald T. Campbell escribe sobre las dificultades que sur- gieron al respecto cuando las ciencias sociales se veian confrontadas con este factor que implicaba una revisi6n dramatica de todos los pre- supuestos basicos que manejaban como muy naturales, sin que nece- sitaran ninguna explicaci6n. El paradigma de la relatividad cultural versus el papel de una memoria colectiva trasmitida oralmente, cam- bia ademas de manera decisiva el papel que cumple un investigador social o antropol6gico, ya que este resulta ser un personaje cultural- mente ambiguo que tiende a imponer sus valores a la otra cultura so- bre la base de un nrgido etnocentrismo con respecto a sus interpreta- ciones.

Es remarcable que para los Saramacca, este debate sigue teniendo su actualidad en publicaciones mas recientes sobre ellos. Al estilo antropol6gico del 'revisiting' de RedfieldfLewis, Richard Price comien- za a trabajar con los Saramaccas en los anlos sesenta, seguido por una segunda investigaci6n de campo en los afios setenta. Algunos de los resultados son publicados en 1983, en To Slay the Hidra y First Time respectivamente, donde Price reconstruye una visi6n diferenciada de la historia del siglo XVIII, el periodo mas dificil para estos descen- dientes de los unicos cimarrones nunca vencidos por ej6rcitos euro- peos o 'nacionales'. Despu6s de haber investigado durante un aflo en los archivos de Holanda la interpretaci6n desde la perspectiva del colo- nizador frente al periodo de 1749 a 1763, Price regresa a los Saramac- cas para enterarse de su versi6n en un trabajo de 'campo' con ellos. Al introducir los resultados en los dos tomos mencionados, la interpre- taci6n -aunque combinada en torno a la misma tematica- resulta tener diferentes orientaciones remarcables. Como ya sugieren los tftulos, la versi6n europeizante y etnocentrista del siglo XVIII se concentra por completo en ]a aspiraci6n de DESTRUIR a esta comunidad, que funcio- na como hidra invencible y trauma dentro del sistema rigido colonial, con sus objetivos comerciales y sumamente pragmaticos. Al contrario, la versi6n Saramacca se encuentra totalmente ordenada en cuanto al enorme esfuerzo de CONSTRUCCION de los recuerdos de la continua defensa contra los ataques desde afuera. Tal memoria colectiva basada en los tiempos iniciales dan sentido a su existencia contemporanea. Al introducir a sus informantes con foto y nombre, Richard Price da cons- tancia a lo largo de la presentaci6n del material recopilado que ellos se consideran como personas ubicadas dentro de una historia afro- americana, en la cual reconstruyen su 'fesi-ten' en America mediante el contacto con sus ancestros y su memoria conservada en los rituales de la comunidad. Es interesante observar que Herskovits y Price de- sempeflan, en cierta manera, un mismo papel dentro de ]a comunidad

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como cientificos educados en lugares y culturas completamente dis- tintas. Herskovits comparte con ellos sus conocimientos de Africa y Price se aprovecha de los resultados de sus estudios en los archivos de Holanda, ambos completamente desconocidos en el ambiente para el que tiene tanta relevancia.

S61o con los trabajos de la poetisa/antrop61oga Trudy Guda se puede encontrar una investigaci6n, equivalente a las de los antrop61o- gos norteamericanos mencionados, por parte de una Surinamense. En su ensayo introductorio, Guda describe que se sinti6 muy motivada cuando ley6 la Biografia de un cimarr6n del escritor/antrop61ogo cu- bano Miguel Barnet, en que este reconstruye toda la trayectoria perso- nal del cubano Esteban Montejo, hombre que ya tiene 104 atlos cuando Barnet lo encuentra por primera vez. Los dos tomos Sye! ArkiTori! y Wan tori fu mi eygi srefi, publicados por Guda, incluyen los resultados de un trabajo de ocho afios con Aleks de Drie, hombre muy enterado de las versiones de la historia oral, tanto en los suburbios de Paramaribo como en el interior. Al principio la investigadora esperaba encontrar una vida igualmente her6ica como la de Esteban Montejo, dentro del marco de una historia nacional que se caracterizaria por su resis- tencia contra ]a esclavitud o su participaci6n en guerras anticolonia- les. Pero la versi6n oral de Surinam parece centrarse en otros aspectos de la vida cotidiana. Ya en la presentaci6n de su material, Guda se distingue mucho de sus colegas norteamericanos, porque enfatiza la importancia que tenfa la transcripci6n precisa del sranan hablado por Aleks de Drie, tarea dificil para un idioma sin ninguna estandari- zaci6n de su escritura. Ademas, ella se dirige con los cuarenta 'tori' y el discurso autobiogrf'ico de Aleks de Drie a un pu'blico lector que conoce esta lengua en su contextualidad real. El lugar de publicaci6n, Paramaribo en los anios 84 y 85, es el mismo ambiente urbano donde Guda habia realizado su investigaci6n con Aleks de Drie.

Esta preocupaci6n casi exclusiva sobre el sranan, lengua conocida por la mayoria de la poblaci6n de Surinam por entonces, y en relaci6n estrecha con la lucha cimarrona, se ve igualmente reflejada en la in- vestigaci6n Filo16gica. En una primera antologia mayor, Suriname: Spiegel der vaderlandse kooplieden. Een historischleesboek. (1958), los textos se remiten al siglo XVI (cuando se habla de canibales), seguido por el siglo XVIII (parte mas documentada) y terminan en los aftos inmediatamente posteriores a la emancipaci6n en 1863, cuando por primera vez se presenta un documento autobiografico de la mano de un cimarr6n, Johannes King. Este hombre extraordinario, miembro de la comunidad de Maripaston, se dej6 cristianizar bajo la influencia de los Hermanos Moravos. Como autodidacta, King inici6 la dificil ta- rea de transcribir en algunos cuadernos las costumbres y visiones reli- giosas que conocfa; escribi6 en un sranan distinto de su propia lengua hablada en Maripaston, porque us6 la de la ciudad Paramaribo. Los conflictos enormes que deben haberle causado esta empresa (contar la vida de la comunidad cimarrona a 'blancos' es traici6n desde la pers- pectiva de la primera) no son transmitidos con toda Ia precisi6n nece-

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saria, aunque se sabe que King fue expulsado de Maripaston. De todos modos, sus textos siguen figurando como documentos claves tambi6n en una segunda antologia, Creole Drum, publicada en 1975 en los Es- tados Unidos, en que se puede constatar el papel au'n mas importante del sranan. Esta presentaci6n se basa en transcripciones de la tradi- ci6n oral en los llamados 'Folksongs' (banya, du, laku, lobisingi) como cantados por informantes especialistas entre quienes figura p.e. Aleks de Drie. Al remitirse a la tradici6n oral del siglo XVIII, los editores de la antolog'a tratan de seguir un desarrollo que va desde entonces hasta las publicaciones de los aflos sesenta del siglo presente, lo que ya de- muestra el papel que tiene este idioma para Ia interpretaci6n de una identidad propia.

Sin embargo, al mismo tiempo, hay que darse cuenta que este tipo de antologia esta centrada por completo en una tradici6n literaria que trata Ia relaci6n compleja entre esclavos y esclavistas, y en el esfuerzo grande de entender los estereotipos aplicados a los mecanismos socio- culturales que dominan en tal ambiente. Cuando tomamos en cuenta ]a complejidad infinitamente mayor de la historia social de Surinam, es posible detenernos un momento en el importante estudio realizado por R.A.J. van Lier sobre ]a Frontier Society. A Social Analysis of the History of Surinam, resultado de una investigaci6n llevada a cabo en los anios cuarenta en Paramaribo. En su definici6n de Surinam van Lier acentiua igualmente el modelo de una sociedad de plantaci6n, que habia cumplido desde los inicios de Ia colonia su papel de frontera oc- cidental de la civilizaci6n europea, al designar un 'border-line' preciso con ella, signo de su neurosis psicol6gica: "Generally speaking, groups or individual persons may be said to live in a border-line situation when their environment has lost its trusted, familiar character, so that they are placed in a situation in which they lack the feeling that they are making a satisfactory adjustment. Because both slaves and their owners had been uprooted and had to adjust to conditions which were new and unfamiliar to them, both groups continuously lived in a border-line situation. Moreover, the social conditions which came about in consequence of the institution of slavery created a state of mind in both masters and slaves which was ruled by fear"(Van Lier 1971:8). En su interrto decaracterizar la dinamica sociocultural dentro de la existente complejidad 6tnica, van Lier no se muestra muy satis- fecho con el modelo de sociedad pluralista, con que la sociologia suele interpretar los elementos que componien una sociedad como objeto de estudio. Tal modelo se atiene a] presupuesto de que existe una relativa unidad de religi6n y de procedencia 6tnica, lo que no sirve para inter- pretar los problemas en sociedades de una composici6n infinitamente mas compleja. Debido a esta observaci6n, van Lier prefiere hablar de sociedades plurales, porque indica que las diferencias que surgen en este tipo de sociedad no pueden ser consideradas como gradaciones dentro de una misma cultura. Configuran mas bien diferentes grupos 6tnicos y sus culturas, diferenciados entre si por factores raciales, cul- turales y econ6micos. De acuerdo con este hecho existe "a stronger feel-

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ing of solidarity within the groups of a plural society than within the strata of the pluralistic society, which appear primarily as aresult of the methods of production and the distribution of economic goods" (10). Para dar relevancia a sus observaciones metodol6gicas, van Lier pre- cisa algunos datos sobre la composici6n de la. poblaci6n del pafs, por entonces colonia, entre 1940-1950 al distinguir entre europeos, 'creolen' (=negros de la ciudad), hindustanis, chinos, cimarrones, indigenas y otras nacionalidades y sus religiones respectivas. Es una naci6n que evidencia al mismo tiempo una gran diversidad, como asi tambi6n una falta de homogeneidad cultural a nivel nacional. Este mismo fac- tor ha resultado en una conflictividad enorme en Surinam a partir de la independencia formal en 1975, sin que hasta ahora se haya definido una polltica cultural muy precisa en cuanto al papel del sranan, uinico idioma de los 17 hablados que sabe memorizar la estrategia hist6rica de una resistencia compartida contra la jerarqula colonizante en la historia del pais. Tomando en consideraci6n este factor, es mis com- prensible aun que en CuraQao se haya tomado conciencia del peligro que significa esta falta de homogeneidad a nivel de 'naci6n'. Debido a este hecho, se realiza un esfuerzo de estandarizar el idioma hablado por la mayoria de ]a poblaci6n, el papiamentu, tambi6n insistiendo en el contacto estrecho con la esclavitud y su comercio, a trav6s de Cura- gao, con todas las Am6ricas. Se comienza a tomar en cuenta la tradi- ci6n de la escritura en papiamentu que tiene raices en el siglo XVII. Ya puede observarse un imaginario cimarr6n, concebido con los crite- rios que hemos formulado, en tres novelas de Frank Martinus Arion, publicadas en los setenta, que escribe en un holand6s muy determina- do por las experiencias con su idioma natal, el papiamentu, ademas de su poemario, parte en papiamentu, parte en holand6s. En nuestros dias, igualmente, se puede escuchar en las obras de un poeta como Elis Juliana p.e., que se estd formulando una actitud critica frente a la colonizaci6n interna. En la uiltima decada, Michiel van Kempen o Stanley Criens, entre otros, hacen esfuerzos para revelar una docu- mentaci6n confiable de publicaciones y materiales conseguibles sobre una producci6n literaria en plena realizaci6n activa, tanto en las Anti- llas Neerlandesas como en Surinam. Mediante una critica literaria que recien ahora se encuentra en construcci6n, se comienza a percibir el papel clave del sistema de compleja y rica comunicaci6n, tanto oral como escrita. La contiencia sumamente alerta ante los acontecimien- tos politicos dentro de la propia regi6n, tambien es muy remarcable en la poesia de un Lasana Sekou, habitante de St. Maarten/St. Martin. Como reacci6n al drama en torno a Grenada publica en 1983 el tomo Maroon lives for Grenadian freedom fighters, seguido dos aflos des- pu6s por Born here, un poemario que se articula como variante del poema en prosa fundador de Aim6 C6saire: "Culture is work...culture born here is new world and, nativity found/n/ation...= marronage = borning chance = journey = winds =self = solidarity = all over.

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V. Observaciones finales

Al resumir las tendencias crfticas en torno a la literatura del Cari- be no-hispanico hay que senialar que el paradigma formulado al prin- cipio de un <Haitf/Africa/negritud en acci6n/naci6n/delirio verbal> se repite constantemente relacionado con la proyecci6n directa hacia la dinamica sociocultural en la propia cotidianidad local. De ninguna manera esto implica una marginaci6n del conocimiento del mundo internacional, sino que se trata mas bien de la creaci6n de una naci6n- lenguaje que posibilita la participaci6n en un dialogo internacional al comunicarse con experiencias colectivas del continuum de un aisla- miento forzado. A la manera de ]a t6cnica cinematogrMfica que pro- yecta desde afuera y desde adentro, sabe sugerir una invers;6n al plan- tear las condiciones de vida local. Mediante una 'performance' seme- jante del 'Caribbean speech' en el sentido mas amplio de la palabra, sabe dar pautas para la sensibilizaci6n profunda ante cualquier jerar- quia que aspire a imponerse al de-centralizarla de acuerdo con argu- mentos en contraste con el discurso occidental-colonizante. La forma- ci6n de esta 'ethno-socio-sexual poetics', a la cual aludi6 Sylvia Wynter durante un simposio sobre escritoras del Caribean gloparlante en abril del 1988, organizado en Wellesley College, Massachusetts por Selwyn R. Cudjoe, esta amplidndose cada dfa mas hacia todos los niveles ima- ginables. Dentro de este marco, las obras de escritoras como Maryse Conde de Guadalupe, Astrid Roemerde Surinam, o Jamaica Kincaid de Antigua (para sdlo mencionar algunas) cumplen un papel cada vez mayor. Tomando en cuenta el bajo grado de alfabetizaci6n de gran parte de la poblaci6n del Caribeflo-hisptnico, sumado a la poca expe- riencia como naci6n independiente, esta apertura se puede comparar con lo que E.D. Hirsch plantea como papel de la 'literacidad' en su best-seller Cultural literacy. What every American has to know. Al citar a Oscar Patterson, Hirsch resalta el deber de alfabetizar con una informaci6n que sepa reflejar experiencias compartidas como base in- dispensable para un desarrollo democratico en cualquier sociedad na- cional. De acuerdo con este criterio, los criticos literarios, asf como los escritores, enfatizan la relaci6n local que interviene en una relaci6n planetaria, lo que Edouard Glissant ya habla formulado en su Dis- cours Antillais como sociologi a cultural opuesta a las metas de los es- tudios cross-culturales. Su 6nfasis en una creaci6n productiva que elimina ]a situaci6n 'bloqueada' por falta de una dinamica social, se contrasta con un delirio verbal creador al oponerse a una historia 're- presentativa' con datos y fechas que no tienen nada que ver con la pro- ducci6n-reproducci6n vital de comunidades protestando cuando se ven absorbidas o, igualmente, excluidas del ciclo internacional. Asi se va invirtiendo la cronologia oficial hacia otra 16gica que sabe acentuar los conflictos de una naci6n-regional que tradicionalmente ha figurado como 'border-line' neur6tico de la civilizaci6n eurocentrista.

La extrema sensibilizaci6n al respecto, tan tipica para los intelec- tuales del 'Tercer Mundo', se entiende dentro del contexto del Caribe

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no-hispAnico como lucha simb61ica de-constructiva, para la cual la se- fial de cualquier elemento falsificado de la historia propia, provoca una reacci6n reflexiva. Rene Depestre lo precisa en su ensayo Bonjou/ et adieu a la negritude, publicado en 1980, en el que proyecta este aspecto de ]a literatura del Caribe como aspecto compartido con Am6rica La- tina. En el esfuerzo comun de evitar el NAUFRAGIO ABSOLUTO al terminar como muerto social en el panorama contemporaneo de las naciones competitivas, Depestre repite que estos pueblos se han disfra- zado como pueblos con mascara-zombi al divagar en su cimarronaje hacia el interior: 'le marronnage fut un ph6nomene pr6coce de d6- zombification et de quete de identit& B fut un effort collectif et indi- viduel de connaissance et de saisie de soi; un retour passionn6 au cen- tre le plus rafraichissant et le plus <noir> de soi, pour se proteger de l'insolation <blanche>" (D6pestre 1980:10). El ritual del zombi, origi- nado en Africa y ahora aplicado en la vida intelectual de todo este con- tinente, tiene precursores heroicos en la historia vivida desde el mo- mento en que las colonias empezaban a articularse como naciones in- dependientes, a fines del siglo XVIII. La tragedia heroica, como lo plantea Cesaire en su teatro sobre el rey Christoph de Haiti, demuestra los limites temporales pero de ninguna manera admite que el esfuerzo se termine con el fracaso momentaneo. Al volver al pasado, al pregun- tarle por sus experiencias siempre desde la 6ptica conflictiva del pre- sen'e que sabe tambi6n aprovecharse de la tecnologia de comunicaci6n masiva moderna, produce un efecto de relativizaci6n cultural reflexiva constante en forma de una carnavalizaci6n que sigue ateni6ndose a los propios origenes. Segiun Depestre, tal actitud lucida e ilustrada no se plantea s6]o a nivel local sino que ocupa su lugar dentro de una lucha panhumana y debe acompaffar igualmente cada investigaci6n critica. Dentro de este contexto condena severamente -a pesar de su respeto y admiraci6n para el trabajo que se ha llevado a cabo- los estudios de 'caso' realizados por muchos antrop6logos. El hecho de que nunca ha- yan planteado sus observaciones dentro de un marco 'nacional' de las comunidades analizadas por ellos, ya evidencia su etnocentrismo, que sigue siendo -aunque confirme ser todo lo contrario- racista: "Dans cette optique raciste, les revoltes d'esclaves, les faits du marronage politique et culturel, la participation des Noirs aux guerres de la pre- miere indSpendance, leur presence ult6rieure dans les luttes paysan- nes et ouvrieres, rarement, 6taient consider6s comme des contribu- tions dcisives a Ia formation des societes et des cultures nationales de l'Amerique (Latine)" (Depestre 1980:84). Debido a semejante racismo, Depestre argumenta que la investigaci6n acad6mica, realizada por an- trop61ogos o criticos literarios o sociologos, no ha relacionado sus ob- servaciones suficientemente con la propia herencia eurocentrista, la que determina su interpretaci6n de manera decisiva. La doble meta- morfosis que esta por realizar, por un lado de la relaci6n cosificada de 'maestros' y 'esclavos', y, por otro, una no menos fetichizada, entre 'negro' y 'blancos' en su sentido etnohist6rico especffico, impulsa la di- mensi6n imaginaria como un mito-zombi semi6tico y una semiologfa

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somatica al develarla como cimarr6n-rebelde. Asi la supuesta no-iden- tidad se manifiesta como todo lo contrario, como debate directo y crftico con los modos de producci6n competitivos que determinan el desarrollo de una 'naci6n' a nivel regional en camino de internacionalizarse sin eliminar su propia experiencia de "difference". Glissand lo ha formu- lado como "de-possession" paulatina de una historia que convertird en muertos sociales a tales paises que siguen andando en su camino eu- rocentrista. Lo ve como aplicaci6n de un m6todo de una sociologia cul- tural de acuer(lo con las pautas de las condiciones locales en su for- maci6n continua de un "meme et divers", sin que haga falta ninguna teorizaci6n formal al principio, ya que cuenta mas bien la prictica cul- tural como estrategia preferible. De esta manera, la epopeya drama- tica en creaci6n del Caribe no-hispanico, puede ser considerada como una literatura testimonial por excelencia, una lectura descolonizadora de Ia realidad contextualizada que comparte con la literatura latinoa- mericana y africana.

Es relevante observar c6mo en el debate academico se puede cons- tatar un contraste parecido, de una proyecci6n plastica hacia adentro y afuera de un imaginario descentralizante, con respecto a los conceptos de la 'etnopoesia' y la 'posmodernidad'. En su libro Black Literature and Humanism in Latin America, Richard L. Jackson propone el t6r- mino de la 'etnopoesla' como concepto basico en el anhelo de superar el etnocentrismo reinante en Ia crftica literaria. Al devolverle su sentido original en el prefacio de un tomo de la revista alcheringa, Jerome Rothenberg se refiere al significado griego del t6rmino, en los tiempos en los que s6lo el poeta sabia relacionar la POLIS centralizante con los ETHNOS salvajes exclufdos del mismo mediante su capacidad c6smi- ca de identificaci6n total con lo 'otro': "At that earlier time then, ETHNOS meant nation, people, group, or race, not as THIS NATION (- us-) but as THOSE NATIONS (-them- or -others-). It was the Greek equivalent for gentiles, goyim, pagan, heathen...meaning people of the heath, the countryside, the wilderness, the unclaimed land, the ones in nature, natural, the lower foreign orders set apar tfrom us, apart from cities, blocks to human progress, ancients, primitives, the fa- thers or mothers we must kill, the poets (Plato said) whom we must drive out of our cities, out of our bodies &minds in point of fact, those who scorn the new god, the abstraction, unity, the unconflicted single truth we worship"(Rothenberg 1976:6). Sylvia Wynter caracteriza la re- sistencia contra tal imposici6n de la POLIS mediante la descentraliza- ci6n de la misma, como exploraci6n de modos alternativos cognitivos aun vivos como fuerza vital entre las mayorias de los pueblos del Ter- cer Mundo y los relaciona de manera directa con el concepto dinamico de 'socio poetics'.

Julio Ortega recuerda la descentralizaci6n de la POLIS dentro de otro marco de referencia, el de la teorna francesa de la deconstrucci6n. En el ensayo Postmodernism in Latin America, Ortega sefiala la sub- versi6n del 'museo' de los valores institucionalizados en la alegoriza- ci6n realizada en la novela hispanoamericana actual en torno a la ciu-

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dad metr6polis como metafora posmoderna en forma apocallptica o ba- canal. Ahora no simboliza mas la Mecca cultural que ha sido para el modernismo sino que es un espacio urbano que debe ser conquistado y ocupado por los "disinherited of modernity" (Ortega 1988:197). Es la misma tendencia que constata Antonio Benftez Rojo en La isla que se repite. El Caribe y laperspectiva posmoderna, cuando sugiere en la presupuesta existencia de una ciudad cimarrona como Nueva Vene- cia, evocada en Ia novela La noche oscura del Ninto Aviles (1984) del puertorriquefno Edgardo Rodriguez Julia, una presencia subversiva. Es posible pensarla en relaci6n con Ia "descomunal conspiraci6n, de la cual la Revoluci6n Haitiana fue s61o una parte, la parte que triunf6 vi- siblemente" (Benitez Rojo 1989:294). Para Benitez Rojo este imaginario puede configurar como simbolo de un "espectaculo doblemente espec- tacular: uno dirigido al Occidente en terminos de exceso de inventiva y competencia profesional (para impresionar y seguir la corriente), y otro dirigido al lector del meta-archipidlago, bajo un lenguaje ritual que, en su repetici6n, intenta interpretar dos PERFORMANCES de lo imposible: ser caribetlo y estar en el Caribe" (Benftez Rojo 1989:275). Asi lo piensa el escritor-cimarr6n con su naci6n-lenguaje, ya que sabe disfrazarse como Granman que dirige ]a ceremonia ritual de "turning the mind upside down" como "primal exercise of human freedom against/& for the tribe". Al hacerse maestro del 'acto publico de locura' Derek Walcott, en el poema The Schooner Flight (1979), que da el epi- grafe de este ensayo, fabula sobre su experiencia como viajante errante dejando atras su ambiente urbano de Castries/St. Lucia al hacerse poe- ta-marinero en un barco-fantasma que navega por todo el mar Caribe. Al pasar por Dominica donde siguen viviendo descendientes de los in- digenas Caribes, este Shabine (red nigger en creole) comenta en dialo- go con su colega Vinc ]a historia del archipi6lago:

'Progress, Shabine, that's what's all about.fProgress leaving all we small islands behind./I was at the wheel, Vince sitting next to me/ gaffing. Crisp, bracing day. A high running sea.! Progress is something to ask the Caribs about.! They kill them by millions, some in war, some by forced labour dying in the mines/ looking for silver, after the niggers; more/ progress. Until I see definite signs/ that mankind change, Vince, I ain't want to hear./ Progress is history's dirty joke.! Ask that sad green island getting nearer.! Green islands, like mangoes pickled in brine./ In such fierce salt let my wound be healed,/ me, in my freshness as a seafarer". (Walcott 1986:355-356)

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