la medicina darwiniana y los genes paleolíticos

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La medicina Darwiniana y los genes paleolíticos - Genotipo ahorrador y sociedad de la opulencia - Dr.Jose Enrique Campillo Alvarez EL SEDENTARISMO ES UNA ENFERMEDAD CARENCIAL, QUE SE TRATA MEDIANTE EJERCICIO FÍSICO REGULAR: Hiperalimentación, sedentarismo y enfermedad cardiovascular. La perspectiva evolucionista - Dr. José Enrique Campillo Alvarez Factores que influencian la enfermedad cardiovascular La medicina darwiniana y los genes paleolíticos Los seres humanos somos hijos del hambre Los genes sobre los que actúa el sedentarismo El Genotipo Ahorrador y la vida opulenta: Catedrático de Fisiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura. Su labor investigadora se ha desarrollado en la diabetes, la nutrición humana y el ejercicio físico. En 1989 se le concedió el Premio Nacional de Investigación de la Sociedad Española de Diabetes. Sus últimos libros publicados son: El Mono Obeso (Ed. Crítica, 2004) y La Cadera de Eva (Ed. Crítica, 2005). Factores que influencian la enfermedad cardiovascular: La enfermedad cardiovascular es la principal causa de mortalidad en las sociedades desarrolladas. A este destino final

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La Medicina Darwiniana y Los Genes Paleolíticos

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La medicina Darwiniana y los genes paleolticos - Genotipo ahorrador y sociedad de la opulencia - Dr.Jose Enrique Campillo Alvarez

EL SEDENTARISMO ES UNA ENFERMEDAD CARENCIAL, QUE SE TRATA MEDIANTE EJERCICIO FSICO REGULAR:Hiperalimentacin, sedentarismo y enfermedad cardiovascular. La perspectiva evolucionista -Dr. Jos Enrique Campillo AlvarezFactores que influencian la enfermedad cardiovascularLa medicina darwiniana y los genes paleolticosLos seres humanos somos hijos del hambreLos genes sobre los que acta el sedentarismoEl Genotipo Ahorrador y la vida opulenta:

Catedrtico de Fisiologa en la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura. Su labor investigadora se ha desarrollado en la diabetes, la nutricin humana y el ejercicio fsico. En 1989 se le concedi el Premio Nacional de Investigacin de la Sociedad Espaola de Diabetes. Sus ltimos libros publicados son: El Mono Obeso (Ed. Crtica, 2004) y La Cadera de Eva (Ed. Crtica, 2005).

Factores que influencian la enfermedad cardiovascular:La enfermedad cardiovascular es la principal causa de mortalidad en las sociedades desarrolladas. A este destino final se llega tras varios aos de padecer algunas de las enfermedades llamadas de la opulencia (obesidad, diabetes, dislipemia, hipertensin y aterosclerosis), que suelen darse conjuntamente, ya que forman parte del llamado Sndrome Cardiometablico. Una determinada condicin gentica es fundamental para el desarrollo de estas enfermedades; ya que surgen de la expresin inadecuada de un determinado genotipo. Pero la expresin inadecuada de estos genes se debe a la actuacin continuada de una serie de factores ambientales como son la hiperalimentacin, el sedentarismo, el estrs, el tabaquismo, entre otros. Todos son factores propios de las sociedades desarrolladas y opulentas.La medicina darwiniana y los genes paleolticos:Una de las cuestiones que an no se ha resuelto por completo es el dilucidar cules son los mecanismos mediante los cuales el sedentarismo y la hiperalimentacin producen enfermedad.Una de las maneras de abordar esta cuestin es recurriendo a la llamada Medicina Darwiniana, que estudia la patologa humana desde una perspectiva evolucionista y considera que muchas de las enfermedades que hoy nos afligen son consecuencia de la incompatibilidad de nuestros genes de la Edad de Piedra, con nuestra forma de vida de la Era Espacial.Toda nuestra evolucin est escrita en nuestros genes. A lo largo de los millones de aos de evolucin nuestros genes se fueron adaptando a las condiciones de vida y de alimentacin que sufrieron nuestros ancestros. Nosotros somos hijos de los supervivientes, los mejor adaptados para sobrevivir bajo las condiciones de vida paleolticas. Dado que el genoma de los seres humanos apenas se ha modificado en los ltimos cien mil aos, nuestro genoma actual es, esencialmente, un genoma paleoltico.Los seres humanos somos hijos del hambre:Segn todos los datos paleoantropolgicos, nuestros antecesores nunca han sido gente fuerte. No hemos tenido garras, ni colmillos, ni hemos posedo mucha fuerza, ni hemos corrido a mucha velocidad. Con estas condiciones fsicas y la pobreza en recursos de casi todos los escenarios en donde transcurri nuestra evolucin, el conseguir alimento debera ser una labor incierta y que requera un gran esfuerzo.En estas condiciones, a lo largo de los millones de aos de evolucin, los supervivientes fueron desarrollando un genotipo que les permita adaptaciones musculares y metablicas para sobrevivir en estas difciles condiciones. Esta especial condicin gentica adquirida a lo largo de la evolucin de la especie humana se le denomina Genotipo ahorrador.El sedentarismo promueve enfermedad:Todos los animales, sin excepcin, tienen que pagar un precio de gasto energtico muscular para conseguir la energa de los alimentos. As ocurre tambin con el ser humano que vive bajo condiciones naturales y desarrolla favorablemente su genotipo para permitirle salud y supervivencia. Estos genes del ejercicio favorecen una serie de rutas metablicas y acciones contrctiles que dotan al organismo de una mayor eficacia muscular. Pero los habitantes de sociedades opulentas son sedentarios; adquieren cada da un montn de caloras con los alimentos, sin tener que pagar un precio energtico muscular por conseguirlos. Este sedentarismo crnico ocasiona la expresin inadecuada de estos genes del ejercicio fsico y favorecen la enfermedad.Los genes sobre los que acta el sedentarismo:La bsqueda de alimento exiga un gran esfuerzo fsico a nuestros ancestros, adems la supervivencia exiga la posibilidad de contracciones musculares eficientes durante deficientes situaciones metablicas. Un msculo capaz de trabajar en condiciones de penuria energtica era ms eficaz para lograr encontrar el alimento necesario. Por eso nuestros ancestros tuvieron que acumular una serie de mutaciones que promovan estas proezas y que permitan una forma de vida con un elevado y constante nivel de actividad fsica. Cuando estos alelos se enfrentan al sedentarismo del ser humano actual, ocasionan una inactividad de las rutas y propiedades contrctiles que promueven y esto es lo que ocasiona a la larga, una deficiente salud.Desde este punto de vista darviniano el sedentarismo debe ser considerado una enfermedad carencial que se cura con la prctica habitual de ejercicio fsico.Los efectos de la hiperalimentacin:La especie humana ha pasado mucha hambre a lo largo de su evolucin. Nuestro genoma se ha adaptado para sobrevivir a ciclos de hambre y abundancia, ms frecuentes los primeros. Nuestros ancestros tuvieron que adaptarse a estas carencias acumulando una serie de mutaciones favorables hasta constituir lo que se ha denominado el "Genotipo ahorrador" (Thrifty genotype). El problema surge cuando este genotipo desarrollado para sobrevivir a la escasez se enfrenta a la abundancia de la vida actual opulenta.El Genotipo Ahorrador y la vida opulenta:Se han identificado algunas de las mutaciones de un solo nucletido que sustentan al Genotipo Ahorrador. Las personas que porten en su genoma alguna o varias de estas mutaciones tienen una gran facilidad para desarrollar obesidad y el resto de las enfermedades de la opulencia si no siguen una dieta natural y saludable.En especial hay cinco circunstancias de la alimentacin de los pases desarrollados que inciden de manera especial sobre una expresin incorrecta de los genes ahorradores paleolticos: el exceso de caloras, el abuso de hidratos de carbono rpidos, el exceso de grasas saturadas, la presencia de txicos y contaminantes qumicos en los alimentos. Y, sobre todo, el embudo alimentario que ocasiona que hayamos reducido a slo unos polos alimentos toda nuestra alimentacin.Conclusiones:Los individuos portadores del genotipo ahorrador que viven en condiciones naturales con elevada actividad fsica y una alimentacin natural y precisa, su genotipo les confiere ventajas de salud y de supervivencia. Los individuos portadores del genotipo ahorrador que viven en condiciones opulentas con hiperalimentacin y sedentarismo sufren una errnea expresin de sus genes y ello les ocasiona las enfermedades de la opulencia, el sndrome cardiometablico y la enfermedad cardiovascular.Tenemos que intentar ajustar nuestros genes de la Edad de Piedra a nuestra forma de vida de la Era Espacial. Nuestra dieta debe de ser natural. Debemos mantener nuestro peso correcto y hacer ejercicio diariamente. No olvidar que cuando a las ocho de la tarde vamos a hacer aerobic, salimos a caminar o a correr, lo que pretendemos es pagar la deuda de gasto muscular contrada por la energa ingerida en forma de alimentos a lo largo del da.

Evolucin y salud: la medicina darwinistaporLaureano Castro Nogueira/Miguel ngel Toro IbezWhy We Get Sick: The New Science of Darwinian MedicineRANDOLPH M. NESSE, GEORGE C. WILLIAMSTimes Books, Nueva YorkEvolution in Health and DiseaseSTEPHEN C. STEARNS (ed.)Oxford University Press, OxfordEvolutionary medicineW. R. TREVATHAN (ed.), E. O. SMITH (ed.), J. J. MCKENNA (ed.)Oxford University Press, Oxford

La adaptacin de los seres vivos al medio en que viven constituye uno de los hechos fundamentales de la biologa, que induce a pensar que los organismos han sido diseados para una finalidad o propsito. El telogo ingls William Paley utiliz, a principios del siglo XIX , este diseo de los organismos como la prueba irrefutable de la existencia de un Dios creador, avalando la tesis bblica creacionista. La situacin experiment un cambio drstico en 1859 cuando Charles Darwin propuso, en su obraEl origen de las especies, el principio de seleccin natural como el mecanismo mediante el cual se puede justificar, sin necesidad de recurrir a la intervencin divina, la presencia de un diseo adaptativo en los seres vivos. Las serias dificultades que encontr la seleccin natural para ser aceptada, sobre todo en los aos que siguieron a la muerte de Darwin, terminaron cuando la sntesis neodarwinista situ a la seleccin natural actuando sobre mutaciones surgidas al azar, como el mecanismo orientador de la evolucin. Sin embargo, la seleccin natural no es un mecanismo perfecto sino que la adaptacin va acompaada, en no pocas ocasiones, de soluciones oportunistas, como es el caso de la evolucin del pulgar del panda que ha popularizado Stephen J. Gould1, o incluso de errores obvios de diseo, como el que se produce en la disposicin de las terminaciones nerviosas de las clulas de la retina que origina un punto ciego en la misma cuando se renen para formar el nervio ptico. La seleccin natural se comporta con frecuencia, ms que como un ingeniero experto en diseo, como un autntico chapucero o, en palabras de Richard Dawkins, acta como lo hara un relojero ciego2y no como el Dios creador que invoc Paley. La influencia de las ideas evolucionistas ha marcado el desarrollo de toda la biologa moderna. Sorprendentemente, la medicina se ha mantenido hasta hace muy pocos aos, y en gran medida as contina, al margen del pensamiento evolucionista. El anlisis de la interaccin entre estructura y funcin del cuerpo humano, as como de las alteraciones que modifican sunormalfuncionamiento, se corresponde ms con una posicin teleolgica creacionista que con una concepcin evolucionista. Esta situacin comenz a cambiar en 1994 cuando Randolph M. Nesse, mdico y profesor en el departamento de psiquiatra de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan, y George C. Williams, profesor emrito de la Universidad del Estado de Nueva York y prestigioso evolucionista, autor en 1966 de un libro ya clsico en la biologa evolutiva,Adaptation and Natural Selection, publicaron el primero de los libros arriba reseados:Why We Get Sick: The New Science of Darwinian Medicine. En este excelente libro, los autores defienden la necesidad de considerar la biologa evolutiva como una ciencia mdica fundamental cuyo objetivo es el anlisis de los problemas de la salud desde una perspectiva evolutiva3. La medicina darwinista trata de comprender los orgenes evolutivos de la enfermedad, esto es, intenta responder a preguntas sobre por qu el diseo de nuestro cuerpo le hace vulnerable a determinadas infecciones, al cncer, a una excesiva acumulacin de grasas, a la depresin o simplemente al envejecimiento. Se trata, ms que de obtener nuevos tratamientos mdicos, de lograr una mejor comprensin de los problemas a los que hay que hacer frente, aunque esto no descarta la importancia prctica que pueda tener alguno de sus hallazgos. Sirvan dos breves ejemplos como muestra de lo que representa el enfoque darwinista del binomio salud/enfermedad. En pacientes con determinadas enfermedades infecciosas, el hgado retiene una mayor cantidad de hierro disminuyendo la disponibilidad de este elemento en la sangre y produciendo, por tanto, una anemia. Lo que tradicionalmente se consider una consecuencia negativa de la infeccin puede ser en realidad un mecanismo de defensa que pone en marcha el hgado para evitar que los agentes infecciosos obtengan el hierro que necesitan para reproducirse. As, se ha comprobado que un aporte suplementario de hierro en la dieta, con el bienintencionado fin de aliviar la anemia de estos enfermos, puede convertirse en un remedio contraproducente ya que puede ser utilizado por los patgenos, incrementando su capacidad infecciosa. Margie Profet, una biloga de Seattle, ha sugerido que las nuseas y vmitos que acompaan las primeras etapas del embarazo pueden estar relacionados con un mecanismo destinado a proteger al feto en una etapa especialmente sensible de su desarrollo, en la que comienza la diferenciacin de tejidos, de las posibles toxinas que pueda ingerir la madre. De nuevo aqu, un tratamiento que disminuya las molestias derivadas de las nuseas puede tener consecuencias indeseables para el feto si se produce una ingestin de toxinas. Este enfoque darwinista de la medicina ha alcanzado un xito considerable que se ha traducido en la aparicin de un buen nmero de artculos y de libros en estos ltimos aos. Los otros dos libros que aparecen en la cabecera son buenos ejemplos de lo dicho.Evolution in Health and Disease, editado por S. Stearns, es una coleccin de veinticuatro ensayos escritos por especialistas de primera lnea, entre los que figuran cientficos de la categora de Maynard Smith o del propio G. C. Williams, que han compartido, junto con el tambin gran bilogo evolutivo Ernst Mayr, el Premio Crafoord de 1999, mxima distincin que otorga la Real Academia de Ciencias de Suecia para aquellas disciplinas en las que no existe el premio Nobel. Es, sin duda, un buen libro, que puede servir tanto de anlisis preciso de algunos problemas concretos como de introduccin al tema. El tercer libro reseadoEvolutionary medicine, editado por W. R. Trevathan, E. O. Smith y J. J. Mckenna, contiene una coleccin de ensayos de carcter ms orientado a temas mdicos que el anterior. La lista de coautores incluye a mdicos y cientficos relevantes, algunos de los cuales colaboran en ambos libros, como S. Boyd Eaton, S. Boyd Eaton III, R. Nesse o Paul W. Ewald, autntico pionero en este campo, pues en 1980 public en la revistaJournal of Theoretical Biology4un artculo ya clsico sobre el tratamiento de los sntomas de las enfermedades infecciosas desde una perspectiva evolucionista. Resulta sorprendente que an no haya sido traducido al castellano el primero de los libros comentados, ya que es una muy buena introduccin al tema que podra resultar atractiva para un amplio abanico de lectores. El segundo y, sobre todo, el tercero de los libros reseados es ms apropiado para especialistas o para lectores interesados en problemas ms especficos. De entre los diversos temas que abordan los tres libros, hemos seleccionado algunos con el fin de profundizar y comprender mejor la originalidad y las posibilidades que ofrece la medicina darwinista.SNTOMAS O DEFENSAS: LA LUCHA CONTRA LA INFECCINUn aspecto llamativo en la lucha contra la infeccin es la presencia de determinados trastornos corporales que tradicionalmente han sido considerados enfermedades o consecuencias de los mismas, pero que en la actualidad se consideran mecanismos de defensa que han evolucionado como tales. La fiebre, el dolor, la tos, los estornudos, los vmitos, la diarrea, la inflamacin o la ansiedad son estados molestos y desagradables de nuestro cuerpo que, sin embargo, funcionan como mecanismos de defensa. La tendencia mdica generalizada de procurar un bienestar atenuando su presencia puede tener, en ocasiones, consecuencias ms perjudiciales que beneficiosas ya que se suprimen sus efectos defensivos. Por ejemplo, la fiebre facilita la lucha contra los agentes patgenos. La temperatura corporal se ajusta un poco ms alta de lo normal cuando hay un proceso infeccioso para ayudar a combatirlo y, por tanto, puede ser contraproducente el empleo de antipirticos. Evidentemente, la fiebre exige un consumo energtico extra y, si es muy alta, puede contribuir a daar los tejidos. No se trata pues de abogar sin ms por las ventajas de los estados febriles, sino ms bien de analizar las ventajas e inconvenientes de disminuir la fiebre y de reflexionar sobre el uso actual de las sustancias antipirticas. Los vmitos y la diarrea son dos mecanismos de defensa que tienen como objetivo la expulsin de toxinas y microorganismos presentes en alimentos en mal estado. Los vmitos van acompaados de nuseas previas que nos permiten grabar con una sensacin desagradable determinados alimentos, olores y sabores con el fin de no consumirlos en una prxima ocasin. Ya se ha mencionado el peligro que puede tener una disminucin de las nuseas durante el embarazo. Otro tanto puede decirse del uso de sustancias antidiarreicas. Cuando se tiene una infeccin intestinal se desea en primer lugar detener la diarrea, pero esto significa detener la accin de un mecanismo defensivo y puede tener sus contraindicaciones. H. L. DuPont y R. Hornick, expertos en enfermedades infecciosas de la universidad de Texas, encontraron que algo as ocurra al estudiar la evolucin de veinticinco voluntarios que fueron infectados conShigella, una bacteria que produce una fuerte diarrea. Aquellos voluntarios que fueron tratados con un antidiarreico permanecieron con sntomas de fiebre y molestias durante el doble de tiempo que los que tomaron un placebo. Los investigadores concluyeron que el antidiarreico puede estar contraindicado en el tratamiento de una infeccin porShigella, ya que la diarrea puede estar actuando como un mecanismo de defensa. Parecidas reflexiones pueden hacerse del uso indiscriminado de antitusgenos, antiinflamatorios, analgsicos y ansiolticos, sin tener en cuenta que estas sustancias bloquean algunas defensas de nuestro cuerpo, lo que puede originar que termine siendo peor el remedio que la enfermedad. Se hace patente la necesidad de investigaciones en este campo que nos ayuden a precisar cul debe ser la pauta a seguir. La interaccin entre nuestro cuerpo y los agentes patgenos constituye una autntica carrera de armamentos que se establece entre nuestras defensas corporales y la capacidad infecciosa de los agentes, carrera que slo adquiere un sentido pleno en un contexto evolutivo. La seleccin natural favorece el desarrollo de mejores defensas en nuestro cuerpo, pero tambin favorece a los agentes patgenos que sepan burlarlas. Surge as un conflicto de intereses que se traduce en una dura competencia y en el que no est claro quin lleva ventaja, ya que, aunque nuestro organismo posee una estructura ms compleja, dotada de muchos genes y con un enorme potencial de adaptacin, los agentes patgenos tienen un tiempo de generacin muy rpido y pueden evolucionar con mayor rapidez. El objetivo es, en ltimo trmino, tratar de comprender por qu han evolucionado nuestras defensas como lo han hecho, cules son los puntos dbiles de nuestro sistema defensivo, por qu no se han podido corregir evolutivamente y qu cosas debemos hacer para mejorar la eficacia en la lucha contra los patgenos.LA EVOLUCIN DE LA VIRULENCIALa evolucin de la virulencia de los patgenos aparece recogida en los tres libros reseados como un tema sobre el cual la medicina evolucionista aporta una concepcin novedosa y, al mismo tiempo, til desde un punto de vista prctico. La concepcin clsica de la evolucin de la virulencia se forj durante los aos treinta y cuarenta, a la vez que la sntesis neodarwinista. La idea central era que entre los agentes infecciosos y los organismos enfermos que los acogen se produca una evolucin hacia una situacin de coexistencia pacfica, en la cual entre ambos grupos, parsitos y huspedes, se estableca un compromiso. La mayor parte de los mdicos pensaban que las enfermedades severas eran desajustes adaptativos que se producan entre huspedes y parsitos. No haba, por tanto, ninguna recomendacin que se pudiera hacer desde una perspectiva evolutiva con el fin de controlar las enfermedades infecciosas. Esta forma de pensar se mantuvo hasta bien entrada la dcada de los setenta. Desde entonces, la situacin ha cambiado gracias a los avances que se han producido en la investigacin de algunos aspectos relacionados con la virulencia. Por una parte, se ha analizado la relacin entre la eficacia biolgica fitness de un agente patgeno y su virulencia y, por otra, la relacin entre la virulencia de un patgeno y su mecanismo de transmisin. En principio, una mayor virulencia de una bacteria o de un virus implica una mayor capacidad de propagacin dentro del husped y, por tanto, una mayor fitness. Sin embargo, esta mayor virulencia implica tambin la posibilidad de terminar con el husped en un plazo de tiempo breve, lo que a su vez supone la propia muerte del agente infeccioso, salvo que logre trasladarse a otro husped. Si el mecanismo de transmisin exige un contacto directo con el enfermo, aquellos virus que sean ms virulentos y acaben en poco tiempo con su husped tendrn una menor probabilidad de pasar a otro husped y su nmero se reducir a pesar de que sean los que ms rpido se reproducen cuando logran introducirse en un individuo. Se genera un proceso de seleccin natural a dos niveles que afecta de manera diferente a los agentes patgenos: por una parte, la seleccin individual, que beneficia a los agentes con mayor virulencia dentro de cada grupo invasor, y por otra, la seleccin de grupo, que beneficia a las colonias de patgenos que cuentan con microorganismos menos virulentos. Esta contraposicin entre procesos selectivos a distinto nivel puede conducir a una disminucin de la virulencia, siempre y cuando el efecto de la seleccin de grupos sea mayor que el proceso de seleccin individual. El anlisis darwinista de la evolucin de la virulencia puede tener consecuencias interesantes a la hora de desarrollar una poltica sanitaria eficaz en la lucha contra la infeccin. Por ejemplo, la utilizacin de medidas preventivas para combatir el sida no slo puede evitar un rpido crecimiento de la enfermedad, sino tambin disminuir poco a poco su virulencia, ya que slo las cepas menos virulentas del virus dejarn tiempo suficiente al enfermo para transmitir la enfermedad. Este factor puede ser la mejor terapia a nivel de la poblacin.LA RESISTENCIA A LOS ANTIBITICOSLa medicina darwinista tambin puede orientarnos sobre el modo de utilizar los medicamentos. El desarrollo de antibiticos cada vez ms potentes ha supuesto uno de los mayores xitos en la lucha contra la infeccin, hasta el punto de hacernos pensar que las enfermedades infecciosas, en cierto modo, haban pasado a la historia. Sin embargo, esta creencia era, sin duda, excesivamente optimista. Cuanto ms se utilice un nuevo antibitico ms rpidamente incrementarn en nmero las bacterias que sean resistentes al mismo, favorecidas por la desaparicin de las cepas no resistentes. Adems, se ha descubierto recientemente que un medio hostil por ejemplo, con antibiticos facilita un aumento de la tasa de mutacin bacteriana, como consecuencia de un peor funcionamiento de los sistemas enzimticos encargados de la duplicacin y de la reparacin del ADN. Esto incrementa la probabilidad de que surja una mutacin que genere resistencia a los mismos. Por otra parte, las bacterias son capaces de recibir informacin gentica procedente de otras bacterias, lo cual tambin favorece la propagacin de las mutaciones favorables y, por tanto, una mayor velocidad evolutiva. Gracias a esta enorme capacidad de evolucin de las bacterias, la seleccin natural ha conseguido que, en muy pocos aos, se extiendan cepas bacterianas resistentes a los distintos antibiticos que se fabrican. Nesse y Williams ponen como ejemplo la aparicin en la ciudad de Nueva York de cepas del bacilo de Koch, causante de la tuberculosis, resistentes a los tres principales tipos de antibiticos que se utilizan para combatir esta enfermedad. Esto ocasiona que el pronstico para los infectados con estas cepas resistentes no sea mucho mejor hoy que hace un siglo. Si queremos evitar que la aparicin de resistencias termine por hacer intiles los antibiticos debemos no slo seguir desarrollando otros nuevos, sino tambin investigar cmo deben utilizarse por la poblacin para evitar que se propaguen con rapidez las cepas resistentes.FALTA DE ADAPTACIN FRENTE A LOS NUEVOS RETOS AMBIENTALESLa seleccin natural promueve la adaptacin al ambiente especfico en que dicha seleccin acta. Cabe pensar, por tanto, que cuando el ambiente cambia, el organismo quedar temporalmente maladaptado hasta que la seleccin natural pueda, aprovechando la variabilidad gentica presente, adaptar en lo posible el organismo a este nuevo ambiente. El organismo humano, incluidos determinados aspectos mentales, est bsicamente adaptado a la forma de vida que tuvieron nuestros antepasados en los ltimos dos millones de aos. No es de extraar, por ello, que haya enfermedades que resulten de la presencia de factores que han ido surgiendo desde hace diez mil aos, asociados al desarrollo de la civilizacin, y que no estaban presentes en el ambiente original en el que transcurri la mayor parte de nuestra evolucin. La seleccin natural no ha tenido tiempo para adaptar nuestro organismo a las dietas ricas en grasas, a los automviles, a las drogas o a la calefaccin central. Se ha observado que la probabilidad de cncer en el aparato reproductor femenino aumenta conforme aumenta el nmero de ciclos menstruales que experimenta la mujer. La probabilidad es mxima para aquellas mujeres que tuvieron una pronta menstruacin y una tarda menopausia sin interrupciones en los ciclos menstruales a causa de embarazos. Ahora bien, el alto nmero de menstruaciones es caracterstico de las sociedades modernas, pero no ocurra en las sociedades prehistricas de cazadores-recolectores. En stas, la menstruacin resultaba inhibida por largos perodos de lactancia, de hasta cuatro aos, que probablemente disminuan a menos de la mitad el nmero de menstruaciones que existe en las sociedades actuales. La miopa es una enfermedad clasificada como gentica, con un componente hereditario muy importante, que afecta al 25 % de los individuos de nuestra sociedad. Cabe pensar que afectara mucho ms negativamente a los individuos de una sociedad de cazadores recolectores y que, por tanto, debera haber sido eliminada por la seleccin natural. Cmo es posible que una enfermedad que posee una base gentica fuerte tenga una incidencia tan grande en las sociedades actuales? La respuesta se obtuvo al observar que la miopa era desconocida en las poblaciones esquimales cuando los primeros europeos contactaron con ellos pero, a medida que comenzaron a acudir a la escuela, el porcentaje pronto subi hasta el 25 %. Las personas miopes lo son porque tienen una predisposicin gentica que se manifiesta durante el proceso de aprendizaje temprano de la lectura.CONCLUSINA modo de conclusin, parece conveniente precisar, como hacen Nesse y Williams en su libro, que la medicina darwinista no pretende sustituir ni est hoy por hoy en condiciones de hacerlo los actuales tratamientos por otros nuevos. Se trata ms bien de modificar nuestras ideas sobre el propio concepto de enfermedad, de comprender mejor el sentido de un buen nmero de trastornos como el dolor, la fiebre, la tos o la ansiedad, de que analicemos los posibles costes y beneficios que reportan algunos tratamientos habituales, como por ejemplo, el uso excesivo de antibiticos que favorece la expansin de cepas bacterianas altamente resistentes a los mismos, o de conocer el significado de nuestro propio envejecimiento5. No quiere decir esto que una perspectiva evolucionista de la medicina anteponga los intereses del colectivo a los del individuo; el propsito de la medicina es, y debe seguir sindolo, ayudar al enfermo y no a la especie. Sin embargo, un enfoque evolucionista puede ayudarnos a elaborar normas de poltica sanitaria que favorezcan a todos sin perjudicar a los individuos por separado. Por ltimo, Nesse y Williams tienen cuidado tambin en marcar las distancias entre la medicina darwinista y cualquier planteamiento que suene a movimientos eugensicos o a darwinismo social. No se trata de mejorar una u otra raza ni de poner nfasis en las diferencias genticas entre los individuos, sino de preservar el patrimonio gentico que todos tenemos en comn.

DARWIN Y LA MEDICINAEl 24 de noviembre del ao pasado se cumplieron ciento cincuenta aos de la publicacin de la primera edicin del Origen de las especies por medio de la seleccin natural, o la preservacin de las razas preferidas en la lucha por la vida cuyos 1250 ejemplares se agotaron inmediatamente. Es la obra ms famosa de Charles Darwin y un hito del conocimiento cientfico.Charles Darwin fue hijo y nieto de mdicos clebres y l mismo empez a estudiar medicina aunque solo durante dos aos. Aburrido en las tediosas clases, indignado por la poca categora humana de la mayora de sus profesores, al presenciar una intervencin de ciruga peditrica no se haba inventado la anestesia- abandon horrorizado el anfiteatro del quirfano y la facultad para no regresar nunca.Llama la atencin que la medicina, que se reivindica como ciencia, aunque sea ms preciso calificar as a la fisiopatologa que a la clnica porque los mdicos aplican los conocimientos cientficos pero necesitan otras habilidadesno preste mucha atencin a la evolucin. Sobre todo teniendo en mente la importancia de la biologa en los conocimientos mdicos. Y, segn dijo Theodosius Dobzhansky, nada en biologa tiene sentido si no es a la luz de la evolucin.En los planes de estudio de las titulaciones de ciencias de la salud, la evolucin apenas ocupa un lugar anecdtico. Tampoco destaca en los programas de investigacin sanitarios. Los motivos de esta omisin pueden ser varios. El predominio de una orientacin de las ciencias mdicas interesadas en dilucidar el cmo ms que los por qu puede ser uno. Al centrar los esfuerzos en el mal funcionamiento del organismo, de sus rganos y tejidos y de las alteraciones bioqumicas y moleculares que dan lugar a las enfermedades, se deja de lado el papel que las enfermedades juegan en la evolucin. Otro sera la oposicin, al menos aparente, de los propsitos de la medicina frente a la seleccin natural, la genuina aportacin del naturalista ingls y de Alfred Wallace.El objeto principal de las intervenciones mdicas ha sido durante muchos milenios la persona enferma, que ve mermado su funcionamiento fisiolgico, en buena parte por insuficiencias en su capacidad de adaptacin. Entre parntesis cabe sealar que de un tiempo a esta parte los sanos cada vez son ms objetivo de la medicina, un cambio que merece por si mismo anlisis y comentario aparte. Pero en cualquier caso la medicina ha pretendido interferir en el proceso de la seleccin natural, neutralizndolo o al menos postergando sus efectos. Es, en cierta forma un elemento nuevo del entorno de los seres humanos, como hace miles de millones de aos lo fue la actividad de las bacterias primitivas oxigenando la atmsfera de la tierra o, apenas diez mil, la adopcin de comportamiento sedentario como consecuencia de la invencin de la agricultura.La denominacin de seleccin natural no le acababa de satisfacer a Darwin ya que, en cierto sentido, distingue los procesos humanos de los de la naturaleza cuando el significado ms notorio de su descubrimiento es que el origen humano es del todo natural. No somos ms que una parte de la naturaleza.Pero de ms inters es considerar la utilidad que las aportaciones de Darwin en particular y del evolucionismo en general tienen para la medicina y la salud pblica. La concepcin del organismo como una mquina es una idea arraigada en el imaginario colectivo. Una idea que, si bien resalta el carcter natural del animal humano, induce a pensar en la existencia de un diseador, el autor de la mquina, que concibe tejidos, rganos y aparatos para que lleven a cabo adecuadamente sus funciones.Desde esta perspectiva, cuesta comprender entre otras, por ejemplo, las limitaciones del ojo de los vertebrados, particularmente la existencia del punto ciego de la retina, que se produce por la interposicin de las terminaciones nerviosas delante de las clulas fotorreceptoras. Una caracterstica fruto del camino evolutivo del desarrollo de la visin en los animales vertebrados, una limitacin que los ojos de los calamares no padecen.Precisamente la complejidad del ojo fue uno de los caballos de batalla del evolucionismo. Antes de Darwin no era posible una explicacin natural de su desarrollo. El reverendo Paley en 1802 argumentaba la existencia de Dios precisamente porque algo tan complicado como un ojo no podra aparecer espontneamente, sin nadie que hubiera cuidado tan exquisitamente cada elemento. Una explicacin sistemtica y exhaustivamente refutada por Richard Dawkins en El relojero ciego.La aparicin de los rganos de los animales y, en cierta forma, la de las distintas especies, es el resultado de la acumulacin de pequeos cambios que otorgan ventajas en la evolucin. Lo que explica, por cierto, algunos fenmenos como el hipo, consecuencia de las caractersticas respiratorias de los ancestros anfibios, o la frecuencia de hernias inguinales en los machos de primates bpedos, herencia de la disposicin interna de los testculos entre los primeros vertebrados.Pero muchos otros fenmenos, que a menudo interpretamos ahora como signos de enfermedad, han aparecido como ventajas evolutivas. Entre ellas la tos o la fiebre. Las elevaciones de la temperatura corporal no son sistemticamente perjudiciales, sino que en algunos casos incluso constituyen una defensa beneficiosa. Lo que debera hacernos pensar en la idoneidad de la respuesta de los sistemas sanitarios a uno de los motivos ms frecuentes de consulta mdica. Claro que muchas alteraciones no tienen ningn valor de adaptacin. La cianosis por ejemplo es el resultado de la falta de oxigenacin de la hemoglobina sin efecto positivo alguno.La perspectiva evolucionista permite tambin plantear alternativas frente a las estrategias con las que nos enfrentamos a los problemas de salud, muchos de los cuales han aparecido como consecuencia de los enormes cambios experimentados en nuestro entorno y nuestras condiciones de vida. Algunos de ellos, como la miopa, consecuencia de los cambios en las distancias ms usuales para enfocar.La vigente estrategia de control de las enfermedades transmisibles, junto a espectaculares xitos, nos ha llevado a una interminable carrera de armamentos con los microbios patgenos, fruto de la cual se han ido incrementando las resistencias a los antibiticos. Paul Ewald nos propone en Evolution of Infectious Disease una orientacin distinta, tratar de domesticar a los microorganismos patgenos. O la teraputica del cncer que, como nos cuenta Ian Chalmers en El cncer: un legado evolutivo quizs convenga enfocar desde otras perspectivas. Finalmente, la prevencin y el control de las enfermedades cardiovasculares y de la diabetes tipo dos, que requieren intervenciones sobre los determinantes comunitarios de los factores de riesgo, de las cuales las intervenciones clnicas preventivas, muy costosas, poco eficientes y poco equitativas, deberan ser un complemento.La evolucin sigue su curso y en los ltimos aos los cambios que ha experimentado la especie humana han sido muy notables. Las infecciones por virus gripales son un ejemplo de rabiosa actualidad, como tambin lo es la investigacin que acaba de publicarse en el NEJM sobre los polimorfismos que proporcionan resistencia a los priones responsables del Kuru en las poblaciones de las tierras altas de las islas orientales de Papua Nueva Guinea.Andreu SeguraMdico de Salud Pblica

ANTROPOLOGIA Medicina darwiniana Los sntomas de algunas enfermedades no siempre son malos para la salud La fiebre es un mecanismo de defensa desarrollado para proteger la salud

Segn los seguidores de la medicina darwiniana, las enfermedades hanaparecido a lo largo de la evolucin como algo necesario para asegurar lasupervivencia de la especie humana..PABLO JAUREGUI

La fiebre, los vmitos, la diarrea, los estornudos, la tos, el Alzheimer ymuchos otros trastornos comunes no son en realidad averas orgnicas, sinomecanismos de defensa que han surgido en el transcurso de la evolucin paraasegurar la supervivencia de la especie humana. Al menos esto es lo queargumentan los defensores de la medicina darwiniana, una innovadora escuelacientfica a la que se estn convirtiendo cada vez ms investigadores de todoel mundo.Para los mdicos darwinianos, todas las caractersticas de la especie humana,incluyendo el hecho de que a veces sus miembros se pongan malos, debenanalizarse desde una perspectiva evolutiva. Si las enfermedades existen, losdarwinianos estn convencidos de que deben existir por algn motivo concretoque nada tenga que ver con dioses, demonios u otras causas metafsicas. Paralos darwinianos, cualquier dolor, sufrimiento o enfermedad no es ni un castigodivino, ni tampoco una avera indeseable en la maquinaria corporal, sino msbien un mal necesario, una adaptacin evolutiva de nuestra especie.La fiebre es el clsico ejemplo que les gusta poner a los poneros de estaescuela, entre los que destacan el psiquiatra Randolph Nesse y el bilogoGeorge Williams, ambos de Estados Unidos. Para estos investigadores, la fiebre,lejos de ser perjudicial, es en realidad un eficaz mecanismo de defensa que hadesarrollado nuestra especie en el transcurso de la evolucin.Al aumentar la temperatura corporal, el organismo de un ser humano es capaz dedeshacerse de una invasin de bacterias o virus, protegiendo de esta manera lasalud de un individuo. Por lo tanto, segn los darwinianos, en muchas ocasionespuede ser no beneficioso, sino ms bien perjudicial, reducir la fiebre de unenfermo con algn medicamento. De hecho, diversos experimentos ya handemostrado la validez de esta hiptesis en el caso de la varicela.Lo mismo, segn los darwinianos, podra decirse de la diarrea. En su opinin,el fenmeno de la diarrea no debe considerarse, al menos en muchas ocasiones,un defecto que hay que corregir, sino ms bien un astuto mecanismo de defensamediante el cual el cuerpo se deshace rpidamente de bacterias perjudiciales.Una vez ms, los darwinianos advierten que en muchos casos los fmacosanti-diarreicos pueden tener consecuencias desastrosas para la salud de unapersona.Otros ejemplos tpicos seran la tos y el vmito, reacciones desagradables peroindudablemente necesarias, ya que permiten la expulsin de sustancias yorganismos dainos. Desde una perspectiva evolutiva, estos fenmenos puedenentenderse como adaptaciones eficaces que han permitido a la especie humanaprotegerse y sobrevivir en un universo donde parece ser verdad que siempre ganael ms fuerte.El darwinismo ms radical, por lo tanto, considera que toda enfermedad odolencia es en realidad una adaptacin evolutiva que es beneficiosa ynecesaria. Sin embargo, por lo general los seguidores de esta escuela no suelenir tan lejos, y simplemente defienden que la perspectiva evolutiva debe tenerseen cuenta para que no se corrijan supuestos defectos que podran ser enrealidad mecanismos vitales de defensa.En Evolution and Healing (La Evolucin y la Curacin), el libro que se haconvertido en la biblia de la medicina darwiniana, Nesse y Williams hanintentado demostrar cmo el paradigma evolutivo puede ayudarnos a entender laaparicin de diversas enfermedades. Aparte de que en su opinin existenfenmenos como la fiebre que son sin duda alguna adaptaciones evolutivas dedefensa, estos cientficos darwinianos han propuesto varios argumentosadicionales para explicar el origen de otros trastornos.En primer lugar, Nesse y Williams creen que muchas infecciones se deben a quelos virus, al tener un ciclo de vida mucho ms corto, evolucionan a una mayorvelocidad que los seres humanos. Esto les permite imponerse a nuestro sistemainmunolgico antes de que podamos desarrollar defensas nuevas.Otras enfermedades como la aterosclerosis, la obesidad y el cncer son, segnestos darwinianos, una factura que nos est pasando la naturaleza por vivir enun entorno industrial muy diferente al ambiente en el que evolucionanteriormente el organismo humano. Para Nesse y Williams, el progreso de lacivilizacin ha sido tan frentico que nuestros cuerpos hasta el momento no hantenido tiempo para adaptarse del todo a un mundo de coches, aviones, microondasy ordenadores. Esta incongruencia entre el diseo biolgico de nuestroorganismo y las caractersticas del mundo industrial ha provocado todo tipo detrastornos..Mayores beneficios

Adems, segn estos investigadores hay algunas enfermedades que existen porquesus beneficios evolutivos son mayores que sus consecuencias negativas. Esteargumento explicara, por ejemplo, la aparicin de la fibrosis qustica, ya queeste trastorno hace a un individuo ms resistente al clera. Tambin es posibleque el Alzheimer haya surgido porque los genes que causan esta enfermedadprotegen a las personas de otras dolencias durante su juventud.Hay que tener en cuenta, segn Nesse y Williams, que la adaptacin evolutiva essiempre una especie de compromiso en el que la adquisicin de beneficiostambin suele conllevar algunas consecuencias negativas. Es posible, porejemplo, que el precio de haber desarrollado la capacidad para andar de pie fueel dolor de espalda, o que la consecuencia negativa de haber evolucionado unsistema sofisticado para reparar tejidos fue la aparicin del cncer.A los mdicos darwinianos se les ha criticado duramente por lanzarespeculaciones sin apoyarse en pruebas cientficas. Para algunosinvestigadores, la idea de que todo trastorno sea necesariamente el resultadode una adaptacin evolutiva es totalmente absurda. Sin embargo, no cabe duda deque las teoras de Nesse y Williams han provocado la aparicin de nuevosinterrogantes, y que por lo tanto sus ideas estimularn a otros cientficos aintentar verificar hasta qu punto podra ser cierto que las enfermedades sonen realidad buenas para la salud.

Medicina DarwinianaLa tos, las nuseas, los vmitos y la fiebre suelen ser molestos e incmodos. Pero, qu son?, y mejor an, para qu sirven? El evolucionismo esa herramienta del pensamiento intenta dar respuesta a estas y otras preguntas mdicas. Segn la medicina inspirada en Charles Darwin, lo que muchas veces se toma como enfermedades (o deficiencias en el diseo humano) no seran otra cosa que defensas evolutivas que ponen en alerta al organismo ante la presencia de peligros. En esta edicin de Futuro, un muestrario de las razones de los defensores de la medicina darwiniana.

PorMariana CarbajalPor Martn De Ambrosio

El evolucionismo ha demostrado ser una herramienta del pensamiento tan eficaz que en la actualidad casi no existe disciplina cientfica que no ofrezca una variante darwiniana. Naturalmente, los diferentes darwinismos tienen a veces una relacin equvoca con la ciencia, como en el caso patente del darwinismo social, lamentable sucedneo que invent la derecha para justificar as, se dira que alegremente, las diferencias sociales. O como el muy polmico caso del funcionamiento de la mente, ya analizado en Futuro en diciembre de 2001 a raz del libro de Steven Pinker titulado Cmo funciona la mente. Como no poda ser de otra manera, el evolucionismo tambin se introdujo en la medicina.La medicina darwiniana, por lo tanto, busca a rajatabla cumplir con las premisas del darwinismo, segn el cual las explicaciones causales de los hechos biolgicos se pueden reducir a la frmula: funciona para que la especie sobreviva o no; y extiende a casi todo objeto vivo la seleccin natural. Segn esta corriente (cuyos mximos referentes son Randolph Nesse y George Williams, ver recuadro), la humanidad, como especie que interacta con el medio ambiente y con otras especies, va modificando permanentemente su condicin (sus caractersticas) para continuar con vida. As, por ejemplo, su sistema inmune identifica (y destruye) muchos tipos de materia extraa, pero otras son ignoradas, y se transforman en enfermedades que pueden matarnos.A continuacin, con curiosidad y una cierta cuota de escepticismo, Futuro presenta una somera gua de cmo explica la medicina darwiniana el funcionamiento del cuerpo frente a enfermedades (y otros avatares) y por qu subsisten algunos rganos que parecen no tener ninguna utilidad, entre otras curiosidades evolucionistas.

Enfermedades, sabias defensasCiertas incomodidades de la vida, como el dolor, la fiebre, la tos, los vmitos y la ansiedad no son enfermedades ni defectos del diseo humano sino ms bien defensas evolutivas. Los conflictos con otros organismos son circunstancias inevitables de la vida y como tales deben ser tratadas en pos de la continuidad de los individuos. Quizs el ms obvio mecanismo de defensa sea la tos. Quienes no pueden limpiar de cuerpos extraos su garganta y sus pulmones estn expuestos a morir. La capacidad para el dolor, entonces, es ciertamente benfica. Los pocos individuos que no pueden sentir dolor, ni siquiera estando en la misma posicin corporal durante horas, tienen problemas para sobrevivir porque las posiciones no naturales impiden la llegada de sangre a los tejidos, que se deterioran con rapidez. Normalmente quienes son insensibles al dolor mueren jvenes, vctimas de infecciones y daos en los tejidos.La tos o el dolor son usualmente interpretados como enfermedades pero en realidad son ms bien parte de la solucin antes que del problema. Son capacidades defensivas, modeladas por la seleccin natural y mantenidas en reserva hasta que se necesitan. La fiebre, por ejemplo, es un cuidadosoregulador del termostato del cuerpo y no tan slo un incremento del metabolismo corporal. Una ms alta temperatura facilita la destruccin de grmenes patgenos. Un trabajo de Matthew Kluger del Instituto Lovelace de Albuquerque, Estados Unidos, demostr que las lagartijas de sangre caliente cuando estn infectadas se mueven a lugares ms calientes hasta que sus cuerpos aumentan varios grados su habitual temperatura. Si no lo hiciesen, correran riesgo de morir por la infeccin. Complementariamente, Evelyn Satinoff, de la Universidad de Delaware, realiz un estudio similar en el que ratas viejas infectadas, que no tienen ya las defensas de las ratas jvenes, intuitivamente se dirigieron a lugares ms calientes.Un nivel reducido de hierro en la sangre es otro mecanismo de defensa malentendido. La gente que sufre de infecciones crnicas a veces tiene muy bajos niveles de hierro en sangre. Aunque este bajo nivel de hierro es a veces traducido en una enfermedad, en verdad es una proteccin. Sucede as: durante una infeccin, el hierro es retenido en el hgado; esta retencin impide que las bacterias que invaden el cuerpo consigan hacerse de este elemento vital para su reproduccin.

Nauseas y diarreasLas nuseas matutinas han sido consideradas por mucho tiempo un efecto indeseado del embarazo. Sin embargo, el perodo en el que son ms frecuentes las nuseas coincide con el tiempo de diferenciacin del tejido fetal, cuando el beb es ms vulnerable a las toxinas. Una mujer con nusea tiende a restringir el consumo de alimentos de sabor fuerte, que pueden contener sustancias potencialmente peligrosas para el futuro beb. Estas consideraciones llevaron a la biloga Margie Profet a hipotetizar que la nusea del embarazo tal vez sea una adaptacin por la cual la madre protege al feto de la exposicin a toxinas. Profet teste esta idea examinando el resultado de los embarazos y result que las mujeres con ms nuseas fueron las que menos sufrieron partos malos y abortos naturales.No es el nico caso. La utilidad de las comunes y desagradables diarreas, de la fiebre y de la ansiedad no son intuitivas. Herbert DuPont, de la Universidad de Texas, Estados Unidos, y Richard Hornick, del Centro Mdico Regional de Orlando, estudiaron la diarrea causada por la infeccin Shigella y descubrieron que la gente que tom drogas para evitar la diarrea permaneci enferma ms tiempo y fue ms proclive a tener complicaciones que aquellos que tomaron placebos. En otro ejemplo, Eugenio Weinberg, de la Universidad de Indiana, document que los intentos de corregir las deficiencias de hierro han llevado a incrementos de las enfermedades infecciosas, especialmente la parasitosis, en Africa. El hierro puede afectar seriamente a personas mal nutridas que no pueden hacer suficientes protenas para asimilar el hierro, dejndolo libre para el uso de agentes infecciosos.

Sistema de alarmasEl dolor no siempre parece algo til. Muchos individuos experimentan aparentemente intiles reacciones de ansiedad, dolor, fiebre, diarrea y nuseas. Pero los malestares son sistemas de alerta a los que conviene prestar atencin, aunque no todas las veces sealen un real peligro. Una toxina que circula por el estmago puede ser expelida por vmitos. El costo de una falsa alarma vomitar en ausencia de toxinas son unas tantas caloras. Pero el castigo por un nico error en caso de real alarma por intoxicacin puede ser la muerte.La seleccin natural tiende a otorgar mecanismos de regulacin que tienen un principio similar a los detectores de humo. Una alarma de humo que despierta a una familia en caso de fuego dar necesariamente una falsa alarma cada vez que se quemen las tostadas. El precio de las numerosas alarmas de humo del cuerpo humano es sufrir, aunque en muchas ocasiones sea innecesario.

Carreras evolutivasLa seleccin natural no est capacitada para proveernos de proteccin perfecta contra todos los grmenes patgenos porque ellos tienden a evolucionar ms rpido que los humanos. Sin ir ms lejos, la afamada bacteria Escherichia coli, con su alta tasa de reproduccin, tiene ms oportunidades de mutacin y seleccin en un da que la humanidad en un milenio. Se dan verdaderas carreras en pos de la vida. Mientras las defensas humanas, naturales y artificiales, hacen fuerzas para evitar a las bacterias conocidas, los grmenes tambin rpidamente crean una contradefensa. Si no lo hiciesen, se extinguiran.La humanidad ha ganado grandes batallas en la guerra contra los grmenes con el desarrollo de antibiticos y vacunas. Las victorias fueron tan rpidas y aparentemente completas que en 1969 William Stewart, cirujano general de los Estados Unidos, dijo que era tiempo de cerrar el libro de las enfermedades infecciosas. Pero el poder de la seleccin natural haba sido desestimado. La realidad es que los grmenes pueden adaptarse casi a cada desarrollo qumico de los investigadores. La resistencia a los antibiticos es una clsica demostracin de la seleccin natural. Las bacterias que legan genes que les permiten prosperar contra la presencia de antibiticos se reproducen ms rpido que las otras. Por eso los genes que confieren resistencia son ms. Hay algunas clases de tuberculosis en Nueva York que son resistentes a todo tratamiento antibitico. Estos pacientes no tienen mejores chances de sobrevivir que las que tena un tuberculoso hace un siglo. (Ver edicin de Futuro del 19 de agosto del 2000.)En muchos lugares se contina pensando la antigua teora segn la cual los grmenes necesariamente llegan a ser benignos despus de una larga asociacin con su hospedador. En principio, esto tendra sentido porque un organismo que mata rpidamente no puede tomar una nueva vctima, entonces la seleccin natural parecera favorecer la baja virulencia. La sfilis, por ejemplo, fue extremadamente virulenta cuando apareci en Europa, pero a travs de los siglos se fue haciendo ms moderada.Sin embargo, la virulencia de un germen puede aumentar o disminuir, segn qu opcin sea ms ventajosa para sus genes. Para agentes de enfermedades que se contagian de persona a persona, la baja virulencia tiende a ser benfica para permitir al hospedador mantenerse activo y en contacto con otros potenciales hospedadores. Pero algunas enfermedades, como la malaria, son tan transmisoras como incapacitantes. Para tales grmenes, que suelen pasar por vectores intermedios como mosquitos, la alta virulencia puede ser una ventaja selectiva. Este principio tiene directas implicaciones para el control de las infecciones hospitalarias, donde las manos de los trabajadores de la salud pueden ser vectores que lleven a la seleccin de ms virulentos especmenes.En el caso del clera, el agua pblica juega el rol de los mosquitos. Cuando el agua est contaminada por desechos de pacientes inmovilizados, la seleccin tiende a aumentar la virulencia porque ms diarrea aumenta la difusin del organismo incluso si el hospedador individual muere rpidamente.

Nuevos problemasLos ataques al corazn resultan principalmente de la aterosclerosis, un problema propio del siglo XX. Ya se sabe qu recomiendan los especialistas para prevenir estos infartos: limitar la ingestin de grasas, comer frutas y verduras, y ejercitarse todos los das. Sin embargo, las cadenas de hamburguesas proliferan, las dietas esperan hasta el lunes y no todos hacen los ejercicios de rigor. Buena parte de las personas en los pases desarrollados tienen sobrepeso (en los Estados Unidos, un tercio de la poblacin; en la Argentina el porcentaje es similar) y la tendencia aumenta.Por qu ocurre esto? Existe una explicacin en torno de los antepasados humanos que da cuenta de la situacin. En la sabana africana, de donde proviene el Homo sapiens, la grasa, la sal y el azcar eran sustancias escasas y preciosas. Los individuos que tenan una tendencia a consumir grandes cantidades de grasa cuando se presentaban las pocas oportunidades tenan una ventaja selectiva porque la carencia mataba a los ms flacos. La cuestin es que ahora seguimos acarreando esa voracidad de alimentos cuando no son escasos.Las malas decisiones sobre dietas y ejercicios estn hechas por cerebros acostumbrados a lidiar con un medio ambiente sustancialmente diferente del que nuestra especie ahora habita.El cancerLos relativamente recientes casos de incrementos en el cncer de mama pueden ser resultado en gran parte de los cambios de medio ambiente, y slo en contados casos resultado de anormalidades genticas. Boyd Eaton, de la Universidad Emory en Estados Unidos, observ que la tasa de cncer de mama en las sociedades no modernas es slo una fraccin de la misma tasa en su pas. Eaton hipotetiz que el aumento del tiempo entre la menarca (primera menstruacin) y el primer embarazo es un crucial factor de riesgo, as como tambin la relacin entre el nmero total de ciclos menstruales en la vida de una mujer en una y otra sociedad.En las sociedades cazadoras-recolectoras, la menarca ocurre a partir de los 15 aos. Luego, la mujer queda embarazada y despus de dos o tres aos de crianza vuelve a comenzar el ciclo, cuando concibe nuevamente. Slo entre el fin de un embarazo y el siguiente la mujer menstruar y experimentar los altos niveles de hormonas que pueden afectar adversamente las clulas mamarias.En cambio, en las sociedades modernas la menarca ocurre a los 12 o 13 aos (probablemente, segn el mismo investigador, a causa de la ingesta de grasas) y el primer embarazo se puede dar lustros despus o nunca. Una mujer cazadora-recolectora puede tener un total de 150 ciclos menstruales, mientras que el promedio de una mujer en las sociedades modernas es de 400 veces o ms. Segn Eaton, esta es una de las claves de la explosin de casos de cncer mamario.

Cambios y posibilidadesMuchos genes que causan enfermedad pueden tambin ofrecer beneficios, al menos en algunos ambientes. Uno de cada 2500 caucasianos muere por tener un gen que los convierte en vulnerables a la fibrosis qustica (enfermedad gentica causada por una mutacin del gen CF, en el cromosoma 7). Sin embargo, tal gen no es eliminado. Por muchos aos los investigadores evolucionistas estimaron que el gen de la fibrosis qustica quiz confiriese alguna ventaja. Un estudio de Gerald Pier, del Harvard Medical School, dio asidero a la especulacin: tener una copia del gen de la fibrosis qustica disminuye las chances de contraer la fiebre tifoidea, que en la zona tiene un 15% de mortalidad.Lo mismo puede suceder con la apendicitis. El apndice es el vestigio de una cavidad que nuestros ancestros emplearon para la digestin. Como hace mucho que no cumple esa funcin, y puede matar cuando se infecta, la expectativa indica que la seleccin natural habra de eliminarla. Pero la realidad suele ser ms compleja. La apendicitis ocurre cuando la inflamacin causa tal hinchazn que comprime la arteria que lleva sangre al rgano. El flujo sanguneo protege contra el crecimiento bacterial, por eso cualquier reduccin contribuye a la infeccin. Si la llegada de sangre es cortada completamente, las bacterias tienen va libre hasta que el apndice colapsa. Un apndice delgado es especialmente susceptible a esta cadena de eventos, por eso la apendicitis puede, paradjicamente, aplicar la presin selectiva para mantener un apndice grande.El hombre tendra huesos casi irrompibles si fueran tres veces ms gruesos que los actuales, pero el Homo Sapiens alumbrara criaturas en permanente bsqueda de calcio. Hombres y mujeres podran tener odos ms sensibles, pero les molestara el ruido de las molculas de aire apualando los tmpanos... Detrs de la evolucin, y de su presencia en la cotidianidad del hombre, se esconde el pertinaz deseo de ciertas estructuras moleculares de mantenerse y reproducirse. Y, tal vez esa intencin de la vida de continuar no es otra cosa que una momentnea inercia. Lo cierto es que, si mantiene a raya a las peores tendencias reduccionistas, la medicina darwiniana tal como hizo en otros campos cientficos puede alumbrar nuevos caminos. Por lo pronto, estas hiptesis no dejan de tener su atractivo.