la larga marcha del topo neoliberal y la ideología del reformismo postmoderno

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University of California, Hastings College of Law From the SelectedWorks of Ugo Maei May 2008 La larga marcha del topo neoliberal y la ideología del reformismo Contact Author Start Your Own SelectedWorks Notify Me of New Work Available at: hp://works.bepress.com/ugo_maei/38

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  • University of California, Hastings College of Law

    From the SelectedWorks of Ugo Mattei

    May 2008

    La larga marcha del topo neoliberal y la ideologadel reformismo

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    Available at: http://works.bepress.com/ugo_mattei/38

  • :: portada :: Opinin ::

    28-05-2008

    La larga marcha del topo neoliberal y la ideologa del reformismopostmodernoUgo MatteiIl Manifesto

    El reformismo se ha convertido en palabra clave de una nueva ideologa que predica el evangeliodel crecimiento econmico mientras el populismo recita el mantra de la seguridad y de unrenovado proteccionismo de base supranacional de las comunidades locales. El ejemplo mssignificativo de mitigacin de los efectos del libre mercado en el mundo son los proyectos de laFundacin de Melinda y Bill Gates. O la propuesta de una tercera va que supere la distincin entreizquierda y derecha.

    Es difcil encontrar en la jerga poltica italiana cont empo rnea un trmino ms difundido que el de"reformismo". Es ms, es difcil encontrar una ideologa poltica ms responsable de la catstrofeelectoral de las fuerzas democrticas de este pas, simbolizada por la pancarta con la inscripcin"Veltroni santo, ya!", expuesta por los fascistas que hoy se seorean en el Campidoglio.

    Es indiscutible que el uso reciente dado por la izquierda al trmino "reformismo" debe constituir elpunto de partida de cualquier anlisis sobre su completa derrota. La necesidad de "emprenderreformas" fue invocada en campaa electoral tanto por los lderes polticos de derechas como deizquierdas, hasta el punto de convertirse en el mnimo comn denominador de la poltica italianacont empo rnea: la reforma electoral, la reforma escolar, la reforma sanitaria, la reformauniversitaria, la reforma profesional, la reforma del mercado de trabajo. Qu se esconde tras estaextendida ideologa? Es bastante obvio que el trmino reformista transmite un tranquilo mensajede moderacin. Al mismo ti empo , sin embargo, esconde una feroz determinacin securitaria. Elreformista, a diferencia del revolucionario, no destruye, no trastoca, no revoluciona el status quo.Siempre est del lado de la autoridad constituida que garantiza seguridad a su propiedad. No estsatisfecho con algunos aspectos del sistema y, aunque suscribe su lgica de fondo, procuramejorarlo, repensarlo, favorecer su desarrollo, transformarlo de manera tal vez radical, peroarmnica, progresiva y siempre compatible con los fundamentos del orden propietario consolidado.

    La expresin "reformismo" pone el nfasis en el proceso de transformacin ms que en sucontenido, y admite la necesidad de redisear algunos aspectos del sistema institucional paraobtener crecimiento y desarrollo. Este es el declarado mensaje bipartidista de la mayora y de laoposicin que compiten de acuerdo a las reglas electorales de una "democracia liberal occidental

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  • moderna". Se trata de un tranquilo mensaje subliminal, que coloca a la expresin "reformismo" bajouna luz benvola, al ti empo que estigmatiza como extremista y veleidosa a cualquier vozalternativa.

    De Bentham a Carlo Rosselli

    En la era del reformismo bipartidista, la antigua oposicin entre conservador y reformista seesfuma, ya que el primero queda irremisiblemente condenado a la "inevitable" y "natural"aceleracin histrica y tecnolgica de la era postmoderna. Por razones en buena medida anlogaspero especulares, se esfuma tambin la contraposicin entre revolucionario y reformista. En efecto,aunque el trmino reformista fue acuado por Jeremy Bentham en 1811, quien lo situ en el centrode la reflexin poltica del movimiento obrero a mediados del siglo XIX, fue Eduard Bernstein elprimero en poner en cuestin la inminencia de la revolucin proletaria, sosteniendo la necesidad dealianzas estratgicas con los partidos burgueses. El reformismo socialista, teorizado en Francia porAlexandre Millerand en un famoso libro de ttulo homnimo, conquist a algunos de los msprestigiosos dirigentes del Partido Socialista Italiano a inicios del corto siglo XX. Cabe recordar, porejemplo, a Turati, Treves, Bissolati, Bonomi, Carlo Roselli, Matteotti y Gaetano Salvemini, la mayoraexpulsados en el congreso de Livorno de 1912 y tachados, precisamente, de revisionistas, untrmino que para entonces ya estaba contaminado de connotaciones negativas. Por supuesto, estacorriente reformista, que tuvo un peso notable en la Segunda Internacional (1889-1914) compartael proyecto de igualdad y justicia social del movimiento socialista, pero se distingua por el mtodolegalista y gradualista, ms que revolucionario, con el que el objetivo final deba alcanzarse. La ideade reformismo, en otras palabras, estaba imbricada en un vasto proyecto internacionalista,redistributivo y de emancipacin de las clases sociales ms necesitadas, una aspiracincompletamente perdida en la actual concepcin bipartidista.

    El terremoto reaganiano

    En materia de poltica econmica, el trmino reformista se manifiesta en las grandes trans formaciones del modelo liberal propugnadas por los defensores del Estado de bienestar, en particular en suversin keynesiana. Esta concepcin fue barrida, tras la crisis del petrleo de los aos 70, por la"revolucin" reaganiana y tatcheriana que contribuira al hundimiento, en pocos aos, de laexperiencia del socialismo realmente existente. Es precisamente en el marco de las trans formaciones del contexto poltico-cultural global donde nace la actual ideologa del reformismo, una teoraanimada no por un proyecto bsico de justicia social sino, por el contrario, orientada principalmentea la reconstruccin de un sistema capitalista lo ms eficiente posible.

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  • En este mbito, el ordenamiento jurdico, lejos de postularse como un instrumento de limitacin delos impulsos posesivos individuales, se propone estimular su despliegue sin cortapisas. Elargumento de fondo es que estos impulsos, guiados por una mano invisible en un procesopuramente privado, acabarn por favorecer, al menos de forma indirecta, tambin a los sujetosms dbiles, en virtud del "derrame hacia abajo" (el llamado trickle down effect) de los beneficiosde un crecimiento econmico sostenido.

    El proyecto reaganiano y tatcheriano no intent remozar aspecto alguno del modelo contra el quese rebelaba. Por el contrario, contemplado con perspectiva global, trastoc con violencia"revolucionaria" todo su contenido poltico y cvico. Lo que se derrumba con la cada del Muro deBerln, haciendo retroceder en casi dos siglos el significado del reformismo, son precisamente lospresupuestos de la constitucin econmica de un modelo mixto (pblico y privado) que el estadodel bienestar haba producido y constitucionalizado a partir de la experiencia de la Repblica deWeimar y luego, en Italia, con la constitucin de 1948 y el gran compromiso entre Togliatti, Dossettiy Eunadi. Desde el punto de vista del contenido, en el nuevo orden global en el que el crecimientoeconmico se considera prioritario, con independencia de toda preocupacin distributiva, elreformista slo se propone mitigar los aspectos ms extremos e inhumanos del modelo dominante.De esta manera, el trmino adquiere una acepcin no muy distinta a la que permite presentarcomo reformistas a reyes "ilustrados" como Mara Teresa de Austria, Leopoldo de Toscana, FedericoII de Prusia, Carlos III de Npoles o Catalina II de Rusia. Una visin profundamente anclada en ladesigualdad sustancial de los derechos de propiedad, que hace suyo un modelo autoritario, clasista,etnocntrico, pero que se preocupa, sin embargo, por su "rostro humano" (el plan para frica deTony Blair o la Fundacin de Bill y Melinda Blair son, en este sentido, emblemticos)

    Este reformismo de la "tercera va", que a partir de los trabajos de Anthony Giddens pretendeexpugnar el frente intelectual y poltico que, al menos en Europa, separaba la izquierda de laderecha, encuentra en Tony Blair y Bill Clinton a los dos hroes epnimos capaces de naturalizar yencajar en el bipartidismo las recetas neoliberales confeccionadas una dcada atrs en inters delos actores fuertes de los mercados financieros globales (instituciones financieras internacionales,bancos, compaas de seguro, fondos de inversin). Dos hroes que no estn solos en Occidente.Que en Alemania tienen a Schroeder, quien con la ayuda del Fondo Monetario Internacional,margin a Oskar Lafontaine. Y que en Italia tienen a Massimo DAlema (primer ministropost-comunista ansioso por participar en las guerras globales) y a Romano Prodi, ambos dispuestosa hacer pasar el reformismo neoliberal como pensamiento de "izquierdas" y a abrir paso as a unagran convergencia bipartidista. La creacin de una ideologa reformista que acte comoinstrumento del abandono de la distribucin en beneficio de la produccin y de la acumulacinconcentrada de riqueza, permite abrazar sin traumas este modelo de desarrollo totalmente"mercantilista" (acompaado por la retrica de la competencia pero basado, en la prctica, en eloligopolio). Un modelo que entre nosotros ha sido celebrado con entusiasmo por el PartidoDemocrtico, justo cuando la derecha social neocorporativista, curiosamente, comenzaba arevisarlo, a travs de la impresionante pirueta de Giulio Tremonti, campen de las privatizaciones ylas finanzas creativas (La paura e la speranza, Mondadori, 2008, ha sido un best-seller de campaaelectoral, capaz de vender, simultneamente, anti-mercantilismo, securitarismo y xenofobia).

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  • Tambin en la izquierda, las peridicas y dramticas convulsiones productivas -la crisis de losmercados asiticos de 1997, la crisis de las suprime y recesin actual-, pero sobre todo elprogresivo ahondamiento de la brecha entre ricos y pobres que de manera estructural condena africa y a otros pases subalternos al hambre y la sed, deberan conducir a un honestoreplanteamiento de los trminos de la cuestin "reformista". El economista austraco JosephShumpeter escribi una vez que as como los frenos permiten a un vehculo avanzar rpido y sinaccidentes, lo mismo ocurre con el modelo econmico capitalista. Esta idea fue retomada porMichel Albert en su clebre ensayo sobre los dos capitalismos (el anglosajn y el renano) y ha sidodesarrollada en la literatura jurdica y econmica ms sensata, aunque minoritaria. No obstante, haobtenido escaso eco en las discusiones sobre poltica econmica italiana. Entre nosotros elreformismo se mide con el metro de las liberalizadoras medidas "sbana" del ex ministro de Prodi,Pierluigi Bersani, y hace suya la cruzada contra los "lmites de todo tipo" a la libre empresa (los lacci e lacciuoli de los que hablaba Guido Carlo, un maestro de la derecha clsica). Las reformasorientadas a la liberalizacin desacreditan as, de manera sistemtica, los controles jurdicopblicos (los lacciuoli, precisamente) al dirigirse a taxistas, farmacuticos y, sobre todo, atrabajadores autnomos (en defensa de este punto se han mostrado particularmente activos losprofesores Giavazzi y Alesina) y dependientes, ensandose, en nombre de la flexibilidad, con lasgarantas obtenidas por los trabajadores a lo largo de las luchas sindicales de los aos 60 y 70 (elnombre que cabe citar aqu es el de Pietro Ichino).

    El asalto de los mercados financieros

    Este reformismo neoliberal, evidentemente, otorga licencia econmica, poltica y cultural al actualcentro del capitalismo internacional, los Estados Unidos, que a pesar de atravesar una profundacrisis, han colonizado el imaginario postmoderno de Europa y de otros pases perifricos ysemi-perifricos, para utilizar la geoeconoma elaborada por Immanuel Wallerstein. El llamadocapitalismo estadounidense, tras haber determinado el fin del socialismo real en la Unin Sovitica,ha lanzado un dursimo ataque contra el capitalismo social europeo, desacreditndolo como unburocrtico conjunto de "lacci e lacciuoli" que impiden su despegue hacia el empreo paraso de losmercados financieros (pero que acaso impidan tambin su cada en las cumbres de los fondossuprime). Son estas, en realidad, las cuestiones que se ocultan tras la atractiva y tranquilizadorabandera del reformismo postmoderno. Una religin del crecimiento y del desarrollo sostenidaincluso culturalmente por los oligopolios globales. Una radical subversin de la idea reformista que,nacida de un pensamiento emancipatorio socialista e internacionalista, no poda sino colocar laigualdad, la justicia social y la redistribucin de riquezas por medio del derecho, en el primer lugarde las preocupaciones de una poltica que aspiraba a ser una poltica civilizatoria y que estabadispuesta a hacerse cargo de las impostergables demandas del resto del planeta. El actualreformismo eurocntrico, ms bien provinciano, no es sino una ideologa de resistencia delOccidente opulento que defiende de forma desesperada (con tonos ms o menos insoportables) losfrutos de su pluricentenaria depredacin. Que se trata de una poltica suicida lo ha experimentadoya el Partido Democrtico. La demografa y nuestros hermanos hambrientos nos mostrarn prontoque si no se revierte este rumbo lo nico que queda es la catstrofe anunciada.

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  • Ugo Mattei (Turn, 1961) es catedrtico de derecho internacional y comparado en la Facultad deDerecho( Hastings College of Law ), de la University of California, y de derecho civil en la Facultadde Jurisprudencia de la Universit degli Studi de Turn. C ivilista europeo de vivsimo ingenio -deltemple de sus dos grandes maestros, Rodolfo Sacco y Rudolf Schlesinger, rojo impenitente,trabajador infatigable, acadmico de libro, common lawyer a la anglosajona y abogado de todognero de causas, cruza el Ocano Atlntico al menos dos veces al ao para impartir sus clases, unsemestre en San Francisco y otro en Turn. La editorial italiana Il Mulino acaba de publicar su libro: Invertire la rotta. Idee per una riforma della propriet pubblica [Invertir el rumbo. Ideas para unareforma de la propiedad pblica], coescrito con Edoardo Reviglio e Stefano Rodot.

    Traduccin para www.sinpermiso.info : Gerardo Pisarello

    sin permiso electrnico se ofrece semanalmente de forma gratuita. No recibe ningn tipo desubvencin pblica ni privada, y su existencia slo es posible gracias al trabajo voluntario de suscolaboradores y a las donaciones altruistas de sus lectores. Si le ha interesado este artculo,considere la posibilidad de contribuir al desarrollo de este proyecto poltico-cultural realizando una DONACIN o haciendo una SUSCRIPCIN a la REVISTA SEMESTRAL

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