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Los resultados del Vº Congreso Ideológico de la JDC | 1

Acuerdos del V Congreso Ideológico de la Juventud Demócrata Cristiana

2 | JDC propone: una juventud que piensa Chile


Índice

Prólogo: Nuestro V Congreso JDC 5

Hacia un nuevo Chile 12

Los resultados del V Congreso Ideológico de la JDC 13

1. La Familia 15

2. Estado, Economía y Persona 17

3. Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable 23

4. Sistema Político 27

5. Educación 3 1

6. Trabajo 33

7. Salud 37

8. Reforma Popular 39

9. Juventud 43

10. Nuestra mirada al Globo 47

11. Un solo País 49

12. Democracia Cristiana 53

Agradecimientos 57


Prólogo: Nuestro V Congreso JDC

Camarada Jorge Andrés CashPresidente de la JDC

La decisión de desarrollar nuestro V Congreso Ideológico y Programático de la Juventud Demócrata Cristiana fue fruto de un amplio consenso político al interior de nuestro Frente, en el que convergieron todos los sectores y liderazgos juveniles de la JDC.

Se estimó, que la agitación social que comenzó a vivir el país a comienzos del año 2011, en el contexto de un mundo altamente convulsionado, en que la caída de las tiranías del mundo árabe y parte de África, el ocaso del neoliberalismo, expresado en el movimiento universal de los “indignados”, junto a la fuerte tensión social que aún vive Chile, asociada a uno de los gobiernos más deficientes que se recuerden en el ámbito de la conducción política, como también, a un alto desprestigio de la política y los partidos políticos, requería de nuestra parte la decisión firme y clara de reflexionar y decidir junto a nuestros dirigentes y jóvenes independientes a lo largo de todo Chile, un ideario programático común, que permitiese actualizar nuestro pensamiento y situar a una nueva generación de jóvenes democratacristianos en la vanguardia de las profundas transformaciones de nuestra época.

Tal decisión, también implicó reconocer que como juventud política, no teníamos la fuerza para contribuir a encauzar institucionalmente

el momento que vive el país, sin antes poseer propuestas e ideas claras, que realmente pudiesen ser un aporte a dichos objetivos.

Asimismo, como Presidente de la JDC, me parecía oportunista sumarnos a la movilización social y a las demandas de mayor justicia social, que entre otras banderas levantaba la consigna de que “el pueblo unido, avanza sin partidos”. Honestamente, sentía que las juventudes políticas éramos más bien deudoras que acreedoras de las demandas sociales.

En dicho contexto, junto a un grupo de dirigentes de la JDC, sólo concurrimos a una movilización, convocada por la CUT, para los días 24 y 25 de agosto de 2011, en que personalmente sentí con pesar, el alto rechazo que suscitaba nuestra presencia, aunque confieso que pensé que iba a ser peor.

Me asistía la convicción, no compartida por todos, de que asistir a las movilizaciones convocadas por los estudiantes, era una señal equívoca, que de alguna manera importaba renunciar a nuestro rol como dirigentes políticos y significaba también, aprovecharse de un momento que simplemente no era el nuestro, pero que requería respuestas claras desde la política.

A su vez, tampoco asistimos a marchas


convocadas por movimientos de liberación homosexual, ni de despenalización de la marihuana ni tampoco las que convocaron movimientos pro-vida o pro-familia.

Fue así, como mientras las calles de todo el país, se repletaban semana a semana de cientos de miles de estudiantes y los cacerolazos hacían recordar a nuestros padres lo vivido a comienzos de los ochentas durante la dictadura militar, nosotros recorrimos el país, de Arica a Magallanes, conversando, reflexionando y debatiendo, con nuestra estructura e independientes de distintos movimientos, la respuesta que una generación de jóvenes dirigentes políticos demócrata cristianos debía dar al país, a los jóvenes y a su partido.

Fueron en total 13 congresos regionales, -por distintas razones no hubo en Antofagasta ni Aysén- cuyo objetivo fue levantar las distintas propuestas y temas que debían discutirse en el futuro congreso nacional, que no obstante no ser vinculantes, enriquecieron sustantivamente el temario final de discusión para el Congreso Nacional. Asimismo, en tales congresos se elegían los congresales que participarían en el Congreso Nacional, que junto a la estructura territorial formal de la JDC, formarían el cuerpo de delegados total para la discusión final de las conclusiones.

En todo el proceso de congresos regionales, que se extendió desde junio de 2011 hasta enero de 2012, participaron un total de 879 jóvenes, militantes e independientes, siendo electos como congresales un total de 93 congresales, quienes sumados a la estructura formal, conformaron una delegación total para el Congreso Nacional de 223 congresales.

Fue así, como llegaron los días 27 y 28 de abril de 2012, fecha originalmente programada para la realización del Congreso Nacional y que afortunadamente pudimos cumplirla. El lugar escogido fue el Centro Cultural Espacio Matta, a

donde debían llegar los congresales de todo el país. El día viernes 27 de abril, con la primera

lluvia del año, que trajo truenos, relámpagos y estragos en todo Santiago, inauguramos el V Congreso Ideológico y Programático de la JDC. Nos acompañaron ese día, el Presidente del Senado, Camilo Escalona, tres de los cuatros presidentes de partido de la Concertación. Osvaldo Andrade por el PS, Carolina Tohá por el PPD e Ignacio Walker por la Democracia Cristiana. También, el doctor Juan Luis Lorca del PS, hermano de uno de los símbolos más respetados e importantes del PS y de la Juventud Socialista de Chile, el ex diputado y ex secretario general de la JS asesinado por la dictadura militar, Carlos Lorca Tobar. Nos acompañaron también, nuestros pre-candidatos presidenciales, la senadora Ximena Rincón y el alcalde de Peñalolen Claudio Orrego, los cuatro presidentes de las juventudes políticas de la Concertación, altas autoridades partidarias y cientos de camaradas.

Hablaron esa noche, en el orden que señalo; Edgardo Riveros, en su calidad de Presidente del Centro Democracia y Comunidad, quien suscribe, como Presidente de la JDC, Camilo Escalona, como Presidente del Senado e Ignacio Walker, en su calidad de Presidente del Partido Demócrata Cristiano.

Asimismo, inolvidable será la emoción que significó para todos los asistentes haber presenciado la inauguración de nuestro Congreso. Contamos nuevamente con un juramento masivo de más de 100 nuevos militantes jóvenes y con una mística sólo propia de los grandes momentos partidarios.

En el ámbito de lo que fueron nuestras conclusiones, tengo la seguridad, de que lo que ha ocurrido, debe ser motivo de orgullo, tranquilidad y esperanza para cada uno de nuestros camaradas.

En primer lugar, quisiera referirme a la notable contribución que se ha realizado en el ámbito de las reformas políticas. En este sentido, se realiza


un llamado a generar y conducir desde la política y desde los partidos, las condiciones que permitan la realización de una asamblea constituyente para Chile. Lo anterior, con el propósito de evitar estadillos sociales o rupturas institucionales que se susciten al margen de la institucionalidad vigente y que generen el mismo efecto sin ningún tipo de control o reacción desde la política. Miramos para dichos efectos con simpatía lo ocurrido en Brasil y con total distancia el proceso venezolano.

Del mismo modo, la Juventud Demócrata Cristiana no ha resultado indiferente ante el proceso de nacionalización que han iniciado países hermanos, en orden a proteger y preservar para sus ciudadanos, recursos naturales y minerales que nos permitan contener la apropiación de los mismos por parte de otras naciones, en momentos en que el desarrollo de los países se comenzará a jugar principalmente en esa área. En tal dirección, el agua, el Litio y el cobre, se presentan para nuestra generación como bienes fundamentales que debemos proteger como país.

Asimismo, me parece relevante destacar lo acordado en torno al proceso de integración latinoamericano, y la necesidad estratégica y de principios de superar nuestras diferencias históricas con nuestros países vecinos. Especialmente con Bolivia, país con el que compartimos las principales reservas de Litio del mundo, especialmente en los salares andinos y pre andinos, y en que apoyamos la idea de una salida soberana al mar, en un territorio sin población, y con compensaciones políticas, económicas y/o territoriales.

A su vez, en materia de medio ambiente, nos pareció de la máxima importancia promover que sea el Estado, el depositario de las decisiones destinadas a definir qué zonas son de alta prioridad ambiental o que ex ante, decida que desea conservar o preservar, de manera que los proyectos que causen importantes impacto sobre el medio ambiente, puedan realizarse o desarrollarse en la medida que sean compatibles con los intereses del

país, y no al revés.En materia de educación, aprobamos la

idea de que exista gratuidad para el 70% de los estudiantes más pobres y arancel diferenciado para el otro 30%. A su vez, se acordó la eliminación del financiamiento compartido, por ser un método que provoca segregación escolar y desigualdad y no calidad educativa, entre otras interesantes propuestas en materia de educación.

En el ámbito de nuestra política de alianzas, decidimos abstenernos de propiciar la generación de un Frente Amplio de Izquierda, no sin antes asumir que la Concertación de Partidos de la Democracia se ha visto superada, y que requiere ser reformulada por un nuevo espacio en que converjan el humanismo cristiano y el humanismo laico, asumiendo como nuestro primer partido aliado al Partido Socialista de Chile.

De igual manera, reafirmamos nuestro compromiso con la democracia representativa y participativa, en que el uso del plebiscito debe ser utilizado de manera responsable, alejándonos de las democracias plebiscitarias que tanto daño han hecho a América Latina.

Además, consolidamos nuestra posición en lo relativo al rol que nos corresponde como articuladores de acuerdos nacionales, y nos sentimos con la libertad, para cuando las necesidades del país lo requieran, de acordar y dialogar con movimientos o partidos de derecha o de izquierda, ya que nuestra justificación política justamente va más allá de éstas.

En lo referido a la familia, hemos propuesto una mirada amplia de la familia y hemos apostado más bien por el reconocimiento constitucional a las familias, independiente de su composición. Lo estimamos como un paso clave hacia la integración plena en la sociedad de aquellos núcleos de personas que se unen a través del amor y que requieren una respuesta clara desde el socialcristianismo. En la misma dirección, hemos


respaldado el matrimonio igualitario.Por otra parte, reafirmamos nuestra inclinación

ideológica hacia el principio de subsidiariedad del Estado. Sin embargo, la interpretación actual de este principio y su aplicación en Chile nos parece claramente insuficiente, toda vez que parece no estar respondiendo a las necesidades y demandas ciudadanas que el país requiere.

El ejercicio de la libertad responsable de la persona humana y el deber del Estado de cautelar el pleno desarrollo espiritual y material de la persona, no implica que el Estado deba abdicar de sus funciones como garante del progreso equitativo, justo, solidario y fraterno de cada uno de sus ciudadanos.

En materia tributaria, como ha quedado demostrado en diversos estudios internacionales OCDE, Chile tiene un nivel impositivo por debajo de su nivel de desarrollo.

Su carga impositiva es menor al promedio OCDE (20% Chile, 35,7% OCDE), la tasa impositiva de las empresas es de las más bajas (17% Chile, 25,6% OCDE) y la recaudación fiscal (50% aproximadamente) principalmente viene del IVA (Impuesto al Valor Agregado), que lo pagan todos los chilenos, y que proporcionalmente afecta mayormente a las economías de las personas con menores ingresos. En materia de impuestos, consideramos que las empresas deben pagarlos por utilidades generadas efectivas cada año y cuando sean retiradas. Lo anterior debe llevar a la eliminación paulatina del FUT (Fondo de Utilidades Tributables)

De igual forma, quisiera refirme a la integración de las minorías y al triunfo cultural que debemos lograr contra cualquier tipo de discriminación. En tal sentido, la incorporación plena de los inmigrantes a la vida nacional, el respeto y acompañamiento permanente a los adultos mayores, a las personas con capacidades distintas, a las minorías sexuales, a las mujeres, a los jóvenes y a las minorías étnicas,

se nos transforma en un imperativo ético, sin el cual, no podremos aspirar al desarrollo en un clima de prosperidad y armonía social.

No puedo soslayar que tras esta mirada, vemos un Chile profundamente injusto y desigual, en que las barreras para generar transformaciones profundas se encuentran mayoritariamente y de forma transversal en la propia dirigencia política.

En este sentido, la administración del modelo neoliberal heredado de la dictadura militar por parte de todos los partidos que conforman la centro izquierda desde 1989 hasta nuestros días, es una realidad incontrarrestable y objetiva. Poseemos un juicio crítico definitivo respecto a la profundización de este modelo, que ha contribuido a una concentración económica obscena y ha relegado a los sectores más desposeídos a niveles de pobreza material y espiritual tremendamente preocupantes. Asimismo, ha transportado a la sociedad chilena a una era de profundo individualismo y ha proscrito a la solidaridad, la fraternidad, la caridad y la justicia social como pilares morales del desarrollo de Chile.

Creemos que las reformas estructurales al Estado, al modelo económico y su relación con la persona humana, se desarrollan de forma gradual y fruto de amplios consensos políticos y sociales. Sin embargo, no advertimos, en ninguna fuerza política, la voluntad genuina de iniciar y liderar los procesos los cambios que el país requiere, como también, una distancia profunda con los movimientos sociales que las demandan.

La mayoría de los quiebres institucionales que ha vivido el país, se han ocasionado como consecuencia de la comodidad de los partidos políticos con el modelo de sociedad imperante y de su incapacidad de aceptar que las instituciones, por más exitosas que hayan sido las experiencias, requieren ser sustituidas, reformuladas o repensadas. Tanto en lo político, en lo cultural, en lo económico y en lo social. Advertimos una fatiga


general del modelo de sociedad chileno.En este sentido, se comprende que la

reconquista de la Democracia en 1988 y la recuperación del poder político luego de 17 años de dictadura, por parte de las distintas fuerzas que conformaron la Concertación de Partidos por la Democracia, implicó la realización de tareas urgentes y fundamentales para el país, que exigían de los nuevos dirigentes y gobernantes de Chile, la construcción de un adecuado equilibrio político, económico y social entre las instituciones generadas en la dictadura militar y el proyecto que pretendía impulsar esta nueva fuerza política, preservando la reconstitución de la paz social, la gobernabilidad y un adecuado diálogo democrático.

No obstante, dicho estado de cosas, denominado también como “transición”, se perpetuó indefinidamente en el tiempo y hoy constatamos con preocupación el paulatino abandono y desarraigo de los partidos de la Concertación con los sectores más desposeídos y un aburguesamiento transversal de la inmensa mayoría de sus dirigentes en la consecución de los objetivos mencionados. Tanto jóvenes como adultos.

De igual forma, es preocupante la pasividad con que hemos reaccionado frente a la forma en que sectores de extrema derecha se han posicionado en los sectores más necesitados, degenerando la actividad política, el legítimo proselitismo y la función pública, en un asistencialismo inmoral que ha socavado fuertemente la credibilidad de los partidos y la actividad política.

De esta manera, me atrevo a señalar, que si los partidos políticos no asumen en propiedad el rol que les corresponde y contribuyen decididamente a recomponer la confianza ciudadana en la política, a permitir la incorporación de nuevos sectores y actores al sistema político y a terminar con la enorme desigualdad que existe en Chile, restableciendo una sociedad de valores, más fraterna, más justa

y más solidaria, nuestro país vivirá en corto tiempo un nuevo quiebre institucional, generado por una nueva mayoría social que intentará propiciar tales transformaciones al margen de la institucionalidad vigente y a la que los partidos simplemente no podremos dar respuesta, por cuanto el proceso de deslegitimación social de la política habrá entrado en un punto de no retorno.

En tal dirección, la generación de un Estado que promueva el desarrollo de un espíritu libre, emprendedor y trascendente, implica garantizar a toda persona el desarrollo de una vida digna. Para esto, la promoción de la libertad, debe ir acompaña de la responsabilidad insustituible del Estado, en la promoción y garantía de otros valores igualmente importantes, como son la igualdad de oportunidades y el fomento de una sociedad justa, solidaria y profundamente fraterna, que le permita a cada chileno empinar su mirada con el mismo optimismo y seguridad.

Como jóvenes demócratas cristianos, reconocemos el valor, el coraje y la decisión de todos nuestros camaradas demócrata cristianos que lucharon valientemente contra la dictadura de Pinochet y tuvieron la capacidad de colocar a la Democracia Cristiana en la primera línea de articulación política y social hacia la reconquista de la democracia y en la construcción de una sociedad más justa, más libre y más solidaria.

Ese justo reconocimiento, nos impone también el deber de mirar con objetividad el actual estado de cosas y advertir con preocupación el contraste entre la pasión, el coraje y las ideas de nuestros líderes de aquella época y el aburguesamiento generalizado que ha aletargado de manera transversal a nuestra dirigencia partidaria desde la recuperación del poder político.

Observamos también, un clima de desconfianza en la militancia demócrata cristiana, respecto de las aptitudes de nuestro instrumento para ser protagonista nuevamente de las transformaciones


que el país necesita, lo que ha llevado a gran parte de la dirigencia territorial a trabajar sobre la base del mínimo esfuerzo, sin pasión, sin amor, sin audacia y sin convicción.

En términos personales, creo que la pérdida de nuestro electorado y la irrupción de corrientes neo-populistas, responde a la falta de confianza con que la Democracia Cristiana ha defendido sus postulados, a la sociedad electoral que ha construido con el Partido Comunista, al desdibujamiento progresivo de nuestra identidad desde el año 2000 al interior de la Concertación de Partidos por la Democracia y a la pasividad con que ha enfrentado la instalación de la extrema derecha populista en los sectores populares.

Con todo, nos consideramos optimistas y soñadores. Creemos que otro Chile es posible de la mano de la Democracia Cristiana y no concurrimos a la visión pesimista, reduccionista y derrotista de una expresión nítida al interior de nuestro partido que parece haber perdido la fe en la vigencia o aptitud transformadora de nuestro instrumento y que parece haberse rendido. Qué tiene que ocurrir para que recuperemos el optimismo, la seguridad y la confianza en lo que somos. ¡No olvidemos que somos la segunda bancada de diputados más grande y la primera de senadores! Después de 55 años de existencia como partido político.

Quizás sea sano recordar a quien nos inyectó una gran dosis de optimismo hace algunos meses en su visita a nuestro país y nos dio una lección de la vigencia de lo que somos y de lo que debemos seguir siendo. Me refiero al gran pensador democristiano español, Enrique San Miguel Pérez, para algunos el Maritain de nuestros tiempos y para otros el Mounier. San Miguel Pérez señala en la “Democracia Cristiana y la Democracia de los Cristianos” lo siguiente:

“El discurso histórico de la Democracia Cristiana disfruta de singular aceptación, y de especial visibilidad, en los períodos

fundadores o refundadores del sistema democrático, cuando la cultura social-cristiana, y su propuesta de libertad con responsabilidad, de justicia social, de expansión de los derechos y libertades fundamentales, de diálogo y apertura, de participación y cooperación, se convierte en especialmente sugestiva para la ciudadanía, por no decir imprescindible”“Y no sería interrogante menor el preguntarse si acaso el discurso cristiano-demócrata no es, precisamente un discurso singularmente apto para circunstancias extremas, de auténtica emergencia política e institucional y por el mismo motivo, un discurso del que se prescinde una vez consolidado el Estado de Derecho, cumplido su objetivo fundacional”“Un discurso que tiende a languidecer y extinguirse cuando su propuesta programática es adoptada, por convencimiento u oportunidad, por las fuerzas que, provenientes de eso que convencionalmente se denomina “la izquierda” y la “derecha”, aspiran a sucederse en las tareas de gobierno esgrimiendo la misma óptica conciliadora y la misma aspiración a identificarse con la centralidad institucional”“Partiendo de esas premisas, y en plena progresión de la peor crisis económica en ocho décadas, la vigencia histórica del mensaje del Humanismo Cristiano, del “humanismo de la razón práctica” de Robert Schuman y de Jacques Maritain, parece tan evidente como el fáctico agotamiento del discurso partidario de la Democracia Cristiana, excepción hecha de sus históricos santuarios germánicos y del Benelux, y de la también excepcional configuración de fuerzas latinoamericanas como el PAN mexicano, el Partido Popular Cristiano peruano, o el Partido Demócrata Cristiano chileno”

Estimados camaradas, el documento que pongo a su disposición, es nuestra respuesta a un momento de la historia de Chile, particularmente complejo y de profundas transformaciones sociales, que debe servir de marco ideológico y programático para las nuevas generaciones de jóvenes demócratas cristianos para que puedan afrontar con éxito, claridad, disciplina y unidad el momento de profundo cambio que vive el país, que ciertamente


también traerá consecuencias para nuestro instrumento.

El momento que vivimos exige la revitalización de nuestro movimiento y un rol activo de nuestros militantes en la constitución de las bases institucionales de un país que requiere que sus transformaciones sean conducidas y encauzadas desde la política hacia el establecimiento de nuevos supuestos éticos que sirvan de base para nueva sociedad de valores, inspirada fundamentalmente en la fraternidad, la solaridad, la caridad y la justicia social como principios ampliamente compartidos para un nuevo Chile.

Vivimos un momento refundacional, que exige una respuesta ética del socialcristianismo y particularmente de la juventud, y al que nosotros, desde la historia y futuro brillante de la JDC mediante nuestro V Congreso le hemos querido dar nuestra respuesta.

Muchas gracias a todos los militantes que hicieron esta posible esta tarea.

Juventud Chilena, Adelante!Jorge Andrés Cash

Presidente NacionalJuventud Demócrata Cristiana de Chile

2010-2012


En estas líneas sólo quiero manifestar mi profundo agradecimiento a todos los jóvenes camaradas y simpatizantes del Partido Demócrata Cristiano que participaron en el V Congreso Ideológico y Programático de la Juventud Demócrata Cristiana.

Este proceso comenzó el 28 de Mayo del 2011, con la decisión del Consejo Nacional de la Juventud en orden a declarar a nuestro Frente en estado de Congreso. A partir de esta fecha comenzamos el recorrido por nuestro país, y es por eso que agradezco a todos aquellos militantes que nos permitieron organizar cada Congreso Regional.

Agradezco también a los jóvenes que recorrieron kilómetros para acompañarnos en estos encuentros, los que decidieron voluntariamente participar en los espacios de debate político de los Congresos Regionales, donde se buscó definir los temas que finalmente se abordaron en abril de este año, en el CongresoNacional Ideológico y Programático.

También debo agradecer a todos los jóvenes que interesados en los principios del Humanismo Cristiano, deseaban representar a su región en el Congreso nacional, lo que por medio de un proceso eleccionario determinó a los Congresales electos que finalmente viajaron a Santiago.

En el V Congreso Ideológico y Programático mi sentimiento de gratitud es para todos los jóvenes que con respeto y fraternidad plantearon sus puntos de vista, tanto al interior de sus respectivas comisiones, como en el plenario. Lo que

permitió,tras un gran ejercicio democrático, elegir y definir los acuerdos del Congreso.

Este texto es el reflejo de lo que como Juventud proponemos para los desafíos del Chile actual. Pretendemos ser una voz que, desde el prisma del socialcristianismo postula ideas para la construcción de una sociedad más justa.

Espero que todos quienes participamos del V Congreso de la J.D.C comprendamos la importancia que tiene este documento y la responsabilidad que cae en nuestros hombros para con la difusión de cada uno de los acuerdos adoptados.

A su vez, espero que otros camaradas y ciudadanos se sientan interpretados por nuestro debate y decidan asumir como propias las definiciones de la Juventud Demócrata Cristiana.

Fraternalmente,

Nicole Sáez PañeroSecretaria Ejecutiva

V Congreso Ideológico Y Programático

Hacia un nuevo Chile


Los resultados del V Congreso Ideológico de la JDC

01.

El matrimonio igualitario, como una manifestación de la igualdad de derecho.Como jóvenes leales al humanismo cristiano, creemos en la aceptación activa de otras formas de construir familia.

La JDC propone

La familia, sin importar su composición, es la primera y más importante comunidad y la base sobre la cual se construye nuestra sociedad.

La sociedad paulatinamente ha ido relativizando su valor y trascendencia, postergando su consolidación como espacio de desarrollo vital.

Vemos con preocupación cómo muchas familias, que al no estar constituidas bajo la figura de un padre y de una madre, pierden acceso a oportunidades, derechos y prestaciones, lo cual constituye una discriminación.

El Estado debe otorgar reconocimiento constitucional a las familias, independiente cual sea su composición, prohibiendo y sancionando cualquier tipo de discriminación.

Respetamos y promovemos con fuerza el valor de la vida humana. Somos contrarios a la pena de muerte y contrarios al aborto, pero en el caso de embriones con enfermedades que lo hacen incompatible con la vida, es preciso otorgarle a la mujer y su familia un completo programa de asistencia espiritual y médico, de manera que les permitan dimensionar su experiencia y eventualmente tomar la decisión informada de interrumpir su embarazo.

Dignidad al nacer, al vivir y al morir. El Estado debe reconocer el derecho que asiste a todas las personas para oponerse a la obstinación terapéutica que prolongue artificialmente su agonía.

Regalar vida es regalar amor. Respetando las creencias religiosas, proponemos un sistema obligatorio que permita a toda persona ser donante de sus órganos, salvo expresa negación.

Hijos de la misma patria. Es imperioso avanzar en nuevas formas de igualación, que permitan garantizar a todos los hijos de Chile un acceso pleno y garantizado a todos los derechos sociales, en igualdad de condiciones, calidad y oportunidad.

La fraternidad como eje espiritual de nuestro progreso. Construir un modelo ético un modelo de desarrollo basado en el amor, en la caridad, la fraternidad y la solidaridad, como supuestos fundamentales que den coherencia y sentido al progreso y a nuestra acción política desde el humanismo cristiano.

¿Por qué?

Otras propuestas para la familia chilena

Fam

ilia

Una sociedad que fortalezca la familia

01.

Fam

ilia


Hacia una sociedad que reconozca a las familias

Para los jóvenes que adherimos al Humanismo Cristiano, la familia, sin importar su composición, es la primera y más importante comunidad y la base sobre la cual se construye nuestra sociedad. El lugar por excelencia en que se desarrolla la persona y la vida en común; el espacio del cuidado de las hijas e hijos, del afecto y la protección entre sus miembros; de la formación de valores y transmisión de la cultura; de la construcción de confianza y conciencia de derechos y responsabilidades sociales. La familia juega un rol fundamental en el desarrollo de una sociedad más justa, equitativa y con igualdad de oportunidades.

No obstante, vemos a una sociedad que paulatinamente ha ido relativizando su valor y trascendencia, postergando su consolidación como espacio de desarrollo vital de los seres humanos, en función de la obtención de logros materiales e individuales para sus miembros, desatendiendo el enriquecimiento espiritual de los mismos.

A su vez, vemos con preocupación cómo muchas familias, que al no estar constituidas bajo la figura de un padre y de una madre, pierden acceso a oportunidades, derechos y prestaciones,

lo cual constituye una discriminación que afecta y excluye de manera particular a las hijas e hijos.

Por esto, postulamos una mirada amplia de la familia, que supere culturalmente a aquella que proviene exclusivamente del matrimonio entre un hombre y una mujer. El Estado debe otorgar reconocimiento constitucional a las familias, independiente cual sea su composición, prohibiendo y sancionando cualquier tipo de discriminación que pueda afectar a alguno de sus miembros. Como jóvenes leales al humanismo cristiano, creemos en la aceptación activa de otras formas de construir familia.

Respetamos y promovemos con fuerza el valor de la vida humana

Los que adherimos al humanismo cristiano, creemos en el respeto a la persona basado en su dignidad. Asimismo, que ésta se genera desde el momento de la fecundación. Ningún ser humano ni el Estado, tiene el derecho de privar a otro ser humano de su vida. Somos contrarios a la pena de muerte y contrarios al aborto.

Con todo, entendemos que a consecuencia de un embarazo, pueda correr peligro la vida de la madre. En estos casos, respaldamos la implementación de todas aquellas medidas

Presidente, camarada Alberto LarraínSecretario, camarada Gianni Rivera Foo

01. La Familia


de carácter médico existentes en nuestra legislación (LexArtis), cuyo fin sea proteger la vida de la madre, incluso si a consecuencia de dicha intervención se produjere el efecto no deseado de interrumpir el embarazo. Creemos que en los casos de embriones con enfermedades que lo hacen incompatible con la vida, es preciso otorgarle a la mujer un completo programa de asistencia espiritual y médico, que la acompañe tanto a ella como a su familia, de manera que les permitan dimensionar su experiencia y eventualmente tomar la decisión informada de interrumpir su embarazo.

La unión en el amor

Creemos en el matrimonio igualitario, el que puede ser entre hombre y mujer, o entre personas del mismo sexo, como una manifestación de la igualdad de derecho.

Dignidad al nacer, al vivir y al morir

Creemos necesario iniciar un debate nacional, que permita enfrentar la realidad de los enfermos terminales en nuestro país. El imperativo ético de garantizar una vida digna para todas las personas, también impone el derecho de tener una muerte digna.

El Estado debe reconocer el derecho que asiste a todas las personas para oponerse a la obstinación terapéutica que prolongue artificialmente su agonía.

Todos los enfermos terminales deben tener garantizado el acceso a cuidados paliativos y al acompañamiento permanente de sus familiares.

Regalar vida es regalar amor

Respetando las creencias religiosas, proponemos un sistema obligatorio que permita a toda persona ser donante de sus órganos, salvo expresa negación.

Hijos de la misma patria

En Chile nacen hijos de primera y segunda categoría. Hijos de familias ricas e hijos de familias pobres.

Es al momento del nacimiento de los hijos, en el cual se marca el destino, futuro y desarrollo que tendrán durante su vida.

La igualación de los hijos a través del término de la discriminación entre hijos de filiación matrimonial y no matrimonial, significó un importante avance para el país y la familia chilena.

No obstante, se hace imperioso avanzar en nuevas formas de igualación, que permitan garantizar a todos los hijos de Chile, sea cual sea la composición de su núcleo familiar, un acceso pleno y garantizado a todos los derechos sociales, en igualdad de condiciones, calidad y oportunidad.

La fraternidad como eje espiritual de nuestro progreso

Chile debe avanzar hacia nuevas maneras de entendimiento en el progreso. Hacia nuevos supuestos y fundamentos éticos, morales y espirituales, que justifiquen la existencia de determinado modelo de crecimiento y desarrollo.

Un consenso en tales supuestos, importa la existencia de un marco de principios sobre los cuáles es posible entender la política pública, la legislación y los programas sociales. En el fondo, se trata de darle coherencia a un modelo de desarrollo a muy largo plazo.

La tecnificación de la política y de la función pública, inevitablemente ha socavado la conciencia moral de la persona en la búsqueda de mayores niveles de justicia, imponiéndose un clase de justicia conmutativa, por sobre una justicia distributiva y social.

La Democracia Cristiana posee un rol insustituible en la construcción de tales consensos éticos, morales y espirituales, en que sobre la base de la articulación de aquellas instituciones que se cimientan en la tradición judeocristiana, sea posible ofrecer al país, un modelo de desarrollo basado en el amor, en la caridad, la fraternidad y la solidaridad, como supuestos fundamentales que den coherencia y sentido al progreso y a nuestra acción política desde el humanismo cristiano.

02.

Un sistema financiero ético, transparente, regulado e informado que no asfixie a la clase media, que promueva el emprendimiento y que detenga el abuso a los más pobres.La JDC

proponeCreemos en un modelo económico que tenga a la persona en el centro de sus preocupaciones y asegure su dignidad, fomente el pleno empleo, la libre competencia, la transparencia, el comportamiento ético y asegure un rol activo del Estado en materias que considere estratégicas participar.

Este sistema debe ser justo, evitar todo tipo de arbitrariedades y debe apoyar especialmente la iniciativa empresarial de los sectores con menores ingresos.

Una subsidiaridad en que nadie quede a su suerte. Nos orienta el principio de subsidiariedad en las materias de Estado. Que promueva el desarrollo de un espíritu libre, emprendedor y trascendente, garantizando a toda persona el desarrollo de una vida digna. El Estado debe promover y garantizar otros valores igualmente importantes, como son la igualdad de oportunidades y el fomento de una sociedad justa, solidaria y profundamente fraterna.

Dignidad en la seguridad social como principal instrumento de protección de las personas. Un Estado garante de la protección y seguridad social para todos sus ciudadanos. La seguridad social es el principal instrumento de protección de cada persona, en la búsqueda de un modelo de sociedad que permita al Estado nuevamente situar a la persona humana en el centro de sus preocupaciones, asegurando equidad y promoviendo y desarrollando solidaridad.

Hacia una economía social y ecológica de mercado. El Desarrollo Sostenible es la visión que nos orienta, fundamentada en mayor equidad y más justicia social, en retribución al trabajo que desarrollan.

El salto al desarrollo depende de una estructura tributaria que garantice los derechos sociales, otorgue certidumbre y proteja nuestros recursos naturales.

La libertad empresarial debe estar al servicio del bien común, sobre la base del fomento al espíritu trascendente de la persona humana que supone su responsabilidad con la sociedad

¿Por qué?

Otras propuestas para la economía chilena

La economía debe estar al servicio de la persona humana

Econ

omía

02.

Econ

omía


Una subsidiaridad en que nadie quede a su suerte

Reconocemos que nos orienta el principio de subsidiariedad en las materias de Estado. Sin embargo, la interpretación actual de este principio y su aplicación en Chile nos parece claramente insuficiente. Lo anterior, dado que no está respondiendo a las necesidades y demandas ciudadanas que el país requiere. El ejercicio de la libertad responsable de la persona humana y el deber del Estado de cautelar el pleno desarrollo espiritual y material de la persona, no implica que el Estado deba abdicar de sus funciones como garante del progreso equitativo, justo, solidario y fraterno de cada uno de sus ciudadanos. Asimismo, el principio de subsidiariedad bien entendido, no impide la explotación de recursos naturales por parte del Estado, y más aún si los considera estratégicos para su desarrollo, como la derecha política y económica argumenta.

Promovemos un Estado proactivo, eficiente y eficaz, que fomente la iniciativa privada y el desarrollo y competitividad de los mercados, fortaleciendo los mecanismos de control y la regulación de los mismos y defendiendo los derechos de los consumidores. El Estado debe

generar las condiciones para que las grandes y pequeñas empresas compitan de manera leal, sin fomentar bajo ninguna circunstancia la concentración económica y los oligopolios.

La generación de un Estado que promueva el desarrollo de un espíritu libre, emprendedor y trascendente, implica garantizar a toda persona el desarrollo de una vida digna. Para esto, la promoción de la libertad, debe ir acompañada de la responsabilidad insustituible del Estado, en la promoción y garantía de otros valores igualmente importantes, como son la igualdad de oportunidades y el fomento de una sociedad justa, solidaria y profundamente fraterna.

Dignidad en la seguridad social como principal instrumento de protección de las personas

Postulamos un Estado garante de la protección y seguridad social para todos sus ciudadanos. La seguridad social es el principal instrumento de protección de cada persona, en la búsqueda de un modelo de sociedad que permita al Estado nuevamente situar a la persona humana en el centro de sus preocupaciones, asegurando equidad y promoviendo y desarrollando solidaridad.

Presidente, camarada Vladimir GlasinovicSecretario, camarada Carlos Aparicio Puentes

02. Estado, Economía y Persona


Los cambios demográficos y el envejecimiento de la población de Chile son elementos cada vez más presentes en nuestro país. Por tanto, se hace necesario asegurar bienestar y seguridad social para millones de chilenos que ven con tenebrosa incertidumbre su jubilación y su futuro, como también, el futuro de sus familias.

Asimismo, la erradicación de la pobreza e indigencia en Chile, que permita dar un salto cualitativo al desarrollo social y económico, es fundamental para avanzar en un sistema de seguridad social integral para toda su población.

Para un buen sistema de seguridad social, es fundamental que el Estado garantice el acceso a un sistema de servicios básicos de calidad, que permita terminar con la brecha entre quienes pueden pagar por ellos y aquellos que no. Así también, se debe revisar la sostenibilidad y justicia del sistema de protección y seguridad social vigente que poseen ciertos grupos con privilegios injustificados en la sociedad, en desmedro de la inmensa mayoría de los chilenos.

En el sistema de Fondos de Pensiones, la revisión del principio de subsidiariedad reconoce que el Estado debe asumir un rol activo en la fiscalización y gestión de los fondos de todos los chilenos por parte de las empresas privadas, asegurando mayor competencia en el sistema, a través de la creación de una AFP del Estado.

Hacia una economía social y ecológica de mercado

Creemos en un modelo económico que tenga a la persona en el centro de sus preocupaciones y asegure su dignidad, fomente el pleno empleo, la libre competencia, la transparencia, el comportamiento ético y asegure un rol activo del Estado en materias que considere estratégicas participar.

El Desarrollo Sostenible es la visión que

nos orienta. Una sociedad donde la actividad económica, necesaria para avanzar en la generación de mayor bienestar y desarrollo, debe ir acompañada por el respeto a los derechos de quienes generan esa riqueza, fundamentada en mayor equidad y más justicia social, en retribución al trabajo que desarrollan.

La actividad económica debe ser respetuosa con el medio ambiente, porque su cuidado y sostenibilidad es la única manera de proyectarla a largo plazo. Para ello, proponemos una nueva legislación que permita elevar a mayores niveles de protección jurídica el cuidado del medioambiente, con una institucionalidad profesional, moderna e independiente de los intereses políticos del gobierno de turno, que evalúe en su mérito cada proyecto de inversión que cause importantes impactos al medio ambiente.

El principio que orienta esta visión económica es el crecimiento con equidad. El Estado debe redistribuir los recursos de manera justa y equitativa, entendiendo las distintas necesidades y requerimientos de las regiones y así superar también la inequidad territorial que se expresa en gran medida en los proyectos de significativos impactos al medio ambiente, concretados al margen de la opinión y de los intereses de determinado territorio.

Para el modelo económico que queremos como humanistas cristianos, aspiramos a una estrategia de desarrollo integral, que permita avanzar simultáneamente en la macro y microeconomía, siempre con el objeto de generar un sistema que esté al servicio y bienestar de las personas.

Creemos en un mejor Estado, que rechace la concentración económica, que fomente una mayor productividad y el desarrollo de las MIPYMES, generando valor agregado en la estrategia productiva del país, de manera que nos permita avanzar más allá de nuestra condición de país exportador de materias primas.


En esto último, promovemos la estrategia productiva de clusters, que fomente un mayor nivel de industrialización en las principales actividades económicas de país.

El salto al desarrollo depende de una estructura tributaria que garantice los derechos sociales, otorgue certidumbre y proteja nuestros recursos naturales

Nos parece fundamental avanzar hacia la generación de una nueva estructura tributaria, que permita cumplir con un principio elemental para mayores niveles de justicia social. Pagan más impuestos los que tienen y genera más ingresos y pagan menos impuestos los que tienen y generan menos ingresos. Esto, con el objeto de generar mayor equidad y distribución de los ingresos, materia en que Chile no ha podido avanzar en 22 años de gobiernos democráticos.

A su vez, como ha quedado demostrado en diversos estudios internacionales OCDE, nuestro país posee un nivel impositivo por debajo de su nivel de desarrollo. Su carga impositiva es menor al promedio OCDE (20% Chile, 35,7% OCDE). Asimismo, la tasa impositiva de las empresas es de las más bajas (17% Chile, 25,6% OCDE) y la recaudación fiscal (50% aproximadamente) principalmente viene del IVA (Impuesto al Valor Agregado), que lo pagan todos los chilenos, y que proporcionalmente afecta mayormente a las economías de las personas con menores ingresos. Por tanto, consideramos que en materia de impuestos, un primer paso, es que las empresas los paguen por utilidades generadas efectivas cada año y no cuando sean retiradas. Esto debe llevar a la eliminación paulatina pero definitiva del FUT (Fondo de Utilidades Tributables).

Asimismo, nos parece necesario que el país cuente con impuestos asociados a la extracción de sus recursos naturales, estableciendo royalties

en concordancia con las tasas impositivas internacionales, debiendo las empresas explotadoras de minerales pagar un impuesto creciente en base a sus resultados operacionales.

Como democratacristianos, nos oponemos a cualquier iniciativa tributaria regresiva que pretenda favorecer a quienes tienen mayores ingresos a pagar menos impuestos.

Respecto a exenciones tributarias relacionadas con las donaciones que realizan las empresas, se debe revisar la legislación actual para corregir las actuales imperfecciones que permiten abusos y malas prácticas por parte de distintas de empresas.

A su vez, el país debe propender a la aplicación de impuestos verdes, con el fin de proteger del medio ambiente, fomentar el uso del transporte público, disminuir las emisiones de dióxido de carbono y que sean coherentes con las realidades específicas de las regiones. Así también, la estructura impositiva, debe garantizar el respeto y cumplimiento de los dere-chos sociales existentes, permitir un financiamiento responsable del gasto fiscal y debe estar dirigida además, a disminuir la evasión fiscal y a evitar y san-cionar la elusión fiscal.

La libertad empresarial debe estar al servicio del bien común, sobre la base del fomento al espíritu trascendente de la persona humana que supone su responsabilidad con la sociedad

La libertad es un valor fundamental que deben tener las personas para desarrollarse y alcanzar su fin último: su propia felicidad y la de la sociedad en su conjunto. Libertad e igualdad en fraternidad, son los pilares necesarios para alcanzar el desarrollo del país en sus distintas dimensiones; política, económica, cultural y social.

La generación de un Estado que promueva el desarrollo de un espíritu libre, emprendedor y trascendente, implica garantizar a toda persona el


desarrollo de una vida digna. Para esto, la promoción de la libertad, debe ir acompaña de la responsabilidad insustituible del Estado, en la promoción y garantía de otros valores igualmente importantes, como son la igualdad de oportunidades y el fomento de una sociedad justa, solidaria y profundamente fraterna.

La economía social y ecológica de mercado, reconoce el principio de la libertad económica, la cual fomenta la iniciativa empresarial y el emprendimiento. El ejercicio de esta libertad, supone derechos y obligaciones, y debe tener como fin último el bien común. Tanto el Estado como los ciudadanos deben ejercer un rol fiscalizador en el cumplimiento de las obligaciones que supone la libertad económica.

La libertad empresarial debe estar fundamentada en la búsqueda del desarrollo sostenible, como fin úl-timo de la responsabilidad social.

Creemos que la responsabilidad social de las organizaciones público y privadas, debe consistir en hacerse cargo de las decisiones e impactos que sus actividades puedan generar en la sociedad y el medioambiente, como también, en la necesidad de actuar bajo un deber de conducta ético y transparente que contribuya al desarrollo sostenible, la salud y bienestar de la sociedad, considere las expectativas de sus partes interesadas, cumpla de manera estricta con la normativa legal del país e internacional y esté integrada en toda la organización y se lleve a la práctica en sus relaciones.

El Estado podrá entregar verificaciones y/o certificaciones a las organizaciones para que la sociedad pueda conocer a las empresas que cumplen con este tipo de comportamiento deseado.

Por último, la responsabilidad social, también debe propender a que la iniciativa empresarial maximice la contribución de las organizaciones al desarrollo sostenible, de manera de satisfacer las necesidades de la generación presente,

sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.

Un sistema financiero ético, transparente, regulado e informado, que no asfixie a la clase media, que promueva el emprendimiento y que detenga el abuso a los más pobres

La economía debe estar al servicio de la persona humana.

A nivel internacional, creemos necesario reformar el sistema financiero. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional deben existir, pero sobre la base de un esquema de funcionamiento que los coloque al servicio de las necesidades de los países y no al revés. Que fomenten el desarrollo de las zonas con menor bienestar social y económico y reconozca a la globalización como un medio y no un fin en sí mismo, fomentando que los países no descuiden sus economías ni renuncien a su identidad.

Para Chile, creemos en la existencia de un sistema financiero moderno, ético, responsable y transparente, que permita responder adecuadamente a las necesidades de crecimiento y desarrollo económico. Este sistema debe ser justo, evitar todo tipo de arbitrariedades y debe apoyar especialmente la iniciativa empresarial de los sectores con menores ingresos. Es fundamental para esto un Sernac Financiero con eficaces atribuciones para la defensa de los consumidores.

Aspiramos a un rol más activo del Banco Estado y de la CORFO en el apoyo a los sectores más vulnerables en sus emprendimientos.

Consideramos que la educación financiera, la ética y transparencia del sistema deben ser los valores fundamentales en los cuales debe fundarse el sistema financiero. Para ello, el rol del Estado es insustituible en la promoción de tales principios y


en la regulación de la entrega de los créditos, que muchas veces terminan asfixiando sin misericordia a la clase media y abusando sin ningún control o regulación de los más pobres, que en ocasiones no les queda otra que acceder al sistema financiero para satisfacer sus necesidades básicas.

Asimismo el Estado debe garantizar una adecuada fiscalización y establecer duras sanciones cuando estos principios son vulnerados por la instituciones que participan y se enriquecen en el sistema financiero a costa de millones chilenos, favoreciendo unas pocas familias.

03.

Definir una estrategia país, que integre las diferentes políticas sectoriales que permitan generar políticas públicas coherentes y armónicas, de manera que reflejen una incorporación genuina y permanente de la variable ambiental en el progreso del país.

La JDC propone

El Estado debe velar en su planificación presupuestaria por una asignación de recursos financieros simétrica a la preocupación que requiere el medio ambiente.

Este presupuesto debe fortalecer el rol del Estado en la evaluación de proyectos ambientales, la educación de la ciudadanía en estos temas y en el cuidado del patrimonio natural de la nación.

El Estado debe ejercer con fuerza un rol fiscalizador y sancionador, mediante programas de fiscalización modernos y transparentes.

La biodiversidad como bien público. Postulamos la incorporación en la Constitución Política de la República la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad como bien público. Impulsamos la definición por parte del Estado de zonas de alta prioridad ambiental.

Regalar el agua es hipotecar nuestro futuro y nuestro desarrollo. Chile debe contar con una Estrategia Nacional para el Agua. Se debe generar una estrategia para el manejo del agua que permita su uso eficiente a todos sus usuarios, y en que el principal actor sea el Estado.

El Litio debe ser nuestro. Hacemos un llamado a la autoridad pública a realizar un levantamiento de información sobre el litio que existe en el país, que permita un análisis del ciclo del Litio, el potencial de actividades de investigación y desarrollo, recursos naturales y económicos y ventajas competitivas para Chile en el mercado mundial.

Hacia la definición de una política energética nacional, sin sujeción a determinada matriz.Postulamos la generación de una política nacional, que sea capaz de coordinar las necesidades de consumo energético futuro en una matriz que sea segura, sustentable y de bajo costo.

Cambio climático, hacia una estrategia de supervivencia mundial.Creemos que es necesario que se legisle con respecto a la necesidad de medir y señalar la huella de carbono de los productos que se comercializan en el país

Hacia la renacionalización del Cobre chileno.

¿Por qué?

Otras propuestas para el desarrollo sustentable

Desarrollo sustentable como principio normativo eje de nuestro desarrollo

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03.

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Hacia la incorporación del desarrollo sustentable como principio normativo eje de nuestro desarrollo

Proponemos la definición de una estrategia país, que integre las diferentes políticas sectoriales que permitan generar políticas públicas coherentes y armónicas, de manera que reflejen una incorporación genuina y permanente de la variable ambiental en el progreso del país.

A su vez, el Estado debe velar en su planificación presupuestaria por una asignación de recursos financieros simétrica a la preocupación que requiere el medio ambiente. Este presupuesto debe fortalecer el rol del Estado en la evaluación de proyectos ambientales, la educación de la ciudadanía en estos temas y en el cuidado del patrimonio natural de la nación.

Asimismo, el Estado debe ejercer con fuerza un rol fiscalizador y sancionador, mediante programas de fiscalización modernos y transparentes, sanciones preventivas-disuasivas y perfeccionar la legislación actual cuando corresponda en aquellas materias que permitan armonizar nuestro marco normativo con el principio de desarrollo sustentable.

A su vez, promovemos la incorporación

obligatoria de la ecología como ramo para los colegios, como también, el concepto de desarrollo sustentable en la Constitución Política de la República.

La biodiversidad como bien público

Postulamos la incorporación en la Constitución Política de la República la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad como bien público.

Impulsamos la definición por parte del Estado de zonas de alta prioridad ambiental. En este sentido, es el Estado el que debe definir qué zonas son prioritarias para la conservación ambiental en nuestro país y que no pueden ser destinadas a otros usos.

De igual manera, el Estado debe ser capaz de definir áreas estratégicas en las cuales se puedan emplazar proyectos que afectarán el entorno y nuestra biodiversidad. (por ejemplo, centrales energéticas, industrias u otro tipo de actividad que dañe el entorno). Tales actividades deberán ser evaluadas en profundidad para definir los beneficios que se pueden alcanzar y cómo se compensará el daño generado.

Asimismo, proponemos la generación de instrumentos económicos y reglamentarios

Presidente, camarada Paulo HerreraSecretario, camarada Mario Fuentes

03. Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable


que permitan cuantificar el valor económico de los servicios eco sistémicos, con el propósito de incorporar dicha variable en la valoración de los daños, en el desarrollo de los proyectos de inversión y en la ejecución de las políticas, planes y programas en materia ambiental.

Regalar el agua es hipotecar nuestro futuro y nuestro desarrollo

Chile debe contar con una Estrategia Nacional para el Agua. Nuestro país es privilegiado al contar con grandes reservas de agua dulce, sin embargo, un bien tan valioso está en manos de privados. Se debe generar una estrategia para el manejo del agua que permita su uso eficiente a todos sus usuarios, y en que el principal actor sea el Estado. Para lo cual, tal estrategia debe abordar una reprogramación del uso del agua, que considere la suspensión de la entrega derechos de agua (dulce) a privados, hasta que exista claridad respecto a la proporción que se debe entregar en función de las necesidades de las personas, de la tierra cultivable y de las industrias de bajo impacto.

Asimismo, la industria de alto impacto hídrico, que requiera de agua (salada), debe utilizar el agua mediante el correspondiente proceso de desalinización, para lo cual el Estado debe generar la tecnología que permita liderar dicho proceso de purificación.

A su vez, cada uno de los chilenos debe tener derecho al agua, en proporción a sus necesidades, a su tierra y a los intereses que el Estado considere estratégicos e indispensables. Para tales objetivos, se promueve la idea de que se prohíba la comercialización del agua hasta que exista una Estrategia Nacional para el Agua, que considere al Estado como su principal propietario, administrador y distribuidor.

El Litio debe ser nuestro

Estimamos que los estudios que existen en Chile sobre el valor estratégico de este mineral, no son concluyentes, como también, que el potencial nacional del recurso no es lo suficientemente conocido. Asimismo, que la falta de una institucionalidad pública adecuada para estudiar con responsabilidad sus alcances políticos, económicos y sociales para las próximas décadas, tornan cualquier decisión de conceder administrativamente su explotación a privados, altamente inconveniente e irresponsable.

Por esto, postulamos que la discusión sobre el futuro del Litio en nuestro país se haga sobre la base de una doble dimensión.

Primero, en un contexto geopolítico, en el que se debe analizar la potencialidad que posee para el país, la circunstancia de que las mayores reservas se encuentren en el denominado “triángulo del litio”, ubicado en los territorios de Argentina, Bolivia y Chile, principalmente en sus salares. Circunstancia que nos debe hacer revisar la relación con nuestros vecinos.

En segundo lugar, sobre la base de la generación de una institucionalidad pública adecuada, que permita, con estudios de mayor profundidad, evaluar la decisión político-estratégica de reservar al Estado un exclusivo rol en el proceso de explotación del Litio.

Para esto, se propone la creación de la Corporación Nacional del Litio, como símil de Codelco para el caso del Cobre; la creación de un polo educacional especial para el estudio y explotación del Litio; mayor fuerza laboral en las zonas estratégicas, financiamiento de estudios especializados en el extranjero, condicionados que dichas personas trabajen posteriormente en dicha Corporación; generación de valor agregado, y no sólo concentrarse en la materia prima, reservando el proceso de extracción al Estado y en las fases posteriores evaluar la participación de privados.

Asimismo, facultades fiscalizadoras de los


organismos competentes para la extracción del mineral, y a su vez, la creación de una organización o espacio regional que agrupe a Chile, Bolivia y Argentina, de manera de mantener el control del mercado a nivel latinoamericano, evitando una competencia destructiva entre dichos países hermanos.

Para lo anterior, hacemos un llamado a la autoridad pública a realizar un levantamiento de información objetivo y fidedigno sobre el litio que existe en el país en el Salar de Atacama y en los Salares Pre Andinos y Andinos, como a su vez, estudios científicos sobre el futuro del litio, desde el punto de vista energético, que permita un análisis del ciclo del Litio, el potencial de actividades de investigación y desarrollo, recursos naturales y económicos y ventajas competitivas para Chile en el mercado mundial.

Hacia la definición de una política energética nacional, sin sujeción a determinada matriz.

Postulamos la generación de una política nacional, que sea capaz de coordinar las necesidades de consumo energético futuro en una matriz que sea segura, sustentable y de bajo costo. Para ello, se debe seguir el ejemplo de países que han logrado con éxito esta ecuación, promoviendo con mayor fuerza la eficiencia energética, las energías renovables (convencionales y no convencionales), y a su vez, disminuir la dependencia de los combustibles fósiles y del gas argentino.

Para lo anterior, se requiere una planificación estatal que nos permita contar con una política energética clara, aunque de matriz diversificada, que en todo caso permita, entre otras cosas, otorgar subsidios a la generación de energías renovables, fomento del transporte de baja emisión de contaminantes y educación escolar y ciudadana para el consumo responsable de la energía.

No es posible que sean los grandes proyectos de inversión, los que definan qué tipo de matriz energética

debemos utilizar o dónde la debemos emplazar.

Cambio climático, hacia una estrategia de supervivencia mundial.

Chile tiene una contribución menor en cuanto a las emisiones de gases efecto invernadero en el contexto mundial, sin embargo, presenta el lamentable registro de mayor aumento de emisiones a nivel per cápita en América Latina y el Caribe durante 2008, y el segundo lugar en aumento porcentual de emisiones de gases efecto invernadero a nivel mundial en el mismo período, sólo superado por China.

Dentro de los impactos para la Región y Chile, se encuentra la aceleración del derretimiento de glaciares (Santiago de Chile, al igual que las capitales de Bolivia, Perú y Ecuador dependen de ríos y cuencas alimentadas por glaciares); un proceso de reducción de lluvias y cambios potencial hidrológico de las principales cuencas; intensificación de los procesos de desertificación; aumento de eventos extremos; pérdida de biodiversidad, disminución de recursos hídricos, entre otros fenómenos que tendrán repercusiones en el ámbito económico, como los cambios en las actividades de producción; de salud como propagación de enfermedades; sociales como migraciones (internas, regionales), impactos y agudización de la pobreza en comunidades rurales e indígenas.

Lo anterior, entre otros fenómenos que reafirman que el tema de cambio climático es la expresión más aguda de una crisis global que involucra no sólo aspectos ambientales sino también económicos, políticos, culturales y sociales y donde cada vez se requiere actuar más rápido y disponer de medidas de adaptación al cambio climático.

En relación a la huella de carbono, somos conscientes que a nivel internacional, la contribución


de nuestro país en la emisión de gases de efecto invernadero no es significativa, sin embargo, nuestra economía basa su crecimiento en la exportación de materia prima, y en este contexto, debemos estar atentos a las exigencias que tarde o temprano serán planteadas.

Por esto, creemos que es necesario que se legisle con respecto a la necesidad de medir y señalar la huella de carbono de los productos que se comercializan en el país, y los que se exportan, extensivo a todas las áreas de producción, de manera de medir el impacto que producen en sus respectivas zonas. El mercado no se hará cargo automáticamente del sistema, por lo que también proponemos un incentivo tributario para cambio tecnológico a aquellas empresas que midan y disminuyan sus emisiones. Nos parece razonable un plazo de 10 años para que todas las empresas chilenas midan su huella de carbono y disminuyan significativamente sus emisiones.

Asimismo, junto con la medición de la huella de carbono, se debe estudiar la posibilidad de instaurar un impuesto al carbono. Este impuesto busca reducir las distorsiones de una economía que no se preocupa por el bienestar medioambiental.

Hacia la renacionalización del Cobre chileno

La Juventud Demócrata Cristiana propone iniciar un proceso de chilenización progresivo del cobre, para alcanzar su renacionalización.

04.

Una nueva, legítima y justa fuente de derechos y obligaciones entre el Estado y la sociedad, impulsada desde la política y con todos los sectores sociales.La JDC

proponeEl texto constitucional vigente adolece no sólo de una ilegitimidad de sino, más importante, de una desequilibrada ordenación de sus componentes internos: una que favorece la desigualdad y el autoritarismo.

Las reformas constitucionales llevadas a cabo en 1989 y 2005 fueron insuficientes.

Creemos que la Asamblea Constituyente, en los términos explicados, es la herramienta que Chile necesita para robustecer su democracia, con una nueva carta magna.

A derribar los cerrojos que impiden un nuevo Chile. Binominal y Súper Quórums. Como reemplazo al sistema binominal, proponemos un sistema proporcional corregido, en la medida que los partidos políticos cuenten con una mínima representación nacional. Del mismo modo, creemos que debe producirse una redistritación de acuerdo a la realidad territorial con una justa representación geográfica.

Nuestro compromiso con la democracia representativa. Reafirmamos nuestro compromiso con la democracia representativa y participativa, considerando el componente del comunitarismo.

Moderar el presidencialismo extremo y equilibrar los poderes. Creemos que en este aspecto, la tradición chilena ha de ser modificada. Esto significa devolverle espacios de decisión no sólo al Congreso, sino también a las regiones.

Participación electoral y Participación comunitaria, a través del apoyo en la creación de espacios de participación comunitaria, que fomente la asociatividad de los grupos.Asimismo, promovemos la iniciativa ciudadana de ley, como una herramienta complementaria de mayor participación.

Generar procesos de descentralización, Desconcentración y Gobiernos Locales. Creemos que fomentar la democracia local exige potenciar los espacios de representatividad política y social disponibles a nivel local: el Concejo comunal y los Consejos Económico Sociales (CESCO). Estos espacios deben ser fortalecidos.

¿Por qué?

Otras propuestas para el Sistema Político

La Reforma del Sistema Político

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Una nueva, legítima y justa fuente de derechos y obligaciones entre el Estado y la sociedad, impulsada desde la política y con todos los sectores sociales

Creemos que el texto constitucional vigente adolece no sólo de una ilegitimidad de origen que jamás se borrará sino, más importante, de una desequilibrada ordenación de sus componentes internos: una que favorece la desigualdad y el autoritarismo.

Asimismo, consideramos que las reformas constitucionales llevadas a cabo en 1989 y 2005 fueron insuficientes. Ellas lograron eliminar del texto constitucional vigente enclaves autoritarios incompatibles con la democracia, como el artículo 8º, o que entrababan significativamente su funcionamiento, como los senadores designados.

Sin embargo, mantuvieron sin cambios el sistema de derechos deseado por la Junta Militar, uno donde las libertades civiles y políticas (expresión, reunión, igualdad en el voto, asociación, sindicación) y los derechos económicos y sociales (educación, trabajo, acceso a la propiedad) palidecen frente a las amplísimas libertades económicas y frente a la intensa defensa del derecho de propiedad.

Por esto, somos partidarios de la sustitución íntegra del texto constitucional, a través de métodos que garanticen una auténtica Constitución republicana, emanada de la voluntad popular, que abra un nuevo tiempo, de mayor participación en nuestro país, impulsada desde la política, con la participación de todos los sectores sociales y con garantías institucionales que aseguren un proceso serio y profundo de transformaciones en Chile. Creemos que la Asamblea Constituyente, en los términos explicados, es la herramienta que Chile necesita para robustecer su democracia, con una nueva carta magna.

A derribar los cerrojos que impiden un nuevo Chile. Binominal y Súper Quórums

Dar término al sistema electoral binominal, se ha transformado en un imperativo ético para los partidos políticos y en una necesidad de primer orden para solucionar y resolver las discrepancias sociales en el ámbito de los cauces institucionales que corresponden, que por excelencia deben darse en el parlamento. En este sentido, se deben abrir nuevos espacios en el Congreso Nacional que permitan representar otras y nuevas miradas de un Chile que ha cambiado.

Presidente, camarada José Antonio SabatSecretario, camarada José Manuel Ruiz

04. Sistema Político


Como reemplazo al sistema binominal, proponemos un sistema proporcional corregido, en la medida que los partidos políticos cuenten con una mínima representación nacional. Del mismo modo, creemos que debe producirse una redistritación de acuerdo a la realidad territorial con una justa representación geográfica.

Por otra parte, creemos que nuestro nuevo texto constitucional debe retomar la tradición constitucional republicana chilena, y eliminar la existencia de quórums especiales para legislar. En una democracia, la voluntad del pueblo es la voluntad de la mayoría electoral y legislativa; Chile debe reencontrarse con la democracia y optar por la simple mayoría.

Asimismo, se requiere mayor eficiencia y eficacia en la tramitación de las leyes. Se requiere un parlamento unicameral, con representantes que fiscalicen y legislen de acuerdo a los tiempos que los ciudadanos requieren. A su vez, reconocemos una contraposición de funciones entre el Senado y la Cámara de Diputados, en la representación de la ruralidad y lo urbano.

En el mismo sentido, proponemos limitar la reelección a un período en todos los cargos de elección popular, a excepción del Presidente de la República. Junto con disminuir a 4 años el periodo de los senadores, en la lógica de un parlamento unicameral.

Nuestro compromiso con la democracia representativa

Reconocemos a la democracia no sólo como la mejor forma de organización política y social existente, sino también, como una forma de vida, un concepto cultural y un ideal político, que implícitamente contribuye al desarrollo de la solidaridad y al fomento de la comunidad, principios rectores del Humanismo Cristiano.

Reafirmamos nuestro compromiso con

la democracia representativa y participativa, considerando el componente del comunitarismo.

Valoramos el plebiscito como una herramienta de participación necesaria, como a su vez, rechazamos su abuso y mal uso, pero creemos que debe ser complementaria con otras herramientas de participación ciudadana como la iniciativa ciudadana de ley y los presupuestos participativos.

Reconocemos la madurez democrática de Chile, que se diferencia de sus vecinos de Latinoamérica. No obstante, advertimos que la línea del paso a populismos es cada vez más delgada, por tanto no debemos desatenderlo y nos declaramos en alerta.

Moderar el presidencialismo extremo y equilibrar los poderes

Históricamente, nuestro país ha estado estructurado en torno a una presidencia omnipresente. Tanto el centralismo que minimiza a las regiones como el ocaso de la participación y la deliberación ciudadanas tras cada elección presidencial son resultados de este exagerado protagonismo presidencial.

Creemos que en este aspecto, la tradición chilena ha de ser modificada. La tendencia al presidencialismo que unen a Portales, Arturo Alessandri y Pinochet es una característica de nuestra historia constitucional que debe ser corregida.

Esto significa devolverle espacios de decisión no sólo al Congreso, sino también a las regiones, que deben ser capaces de diseñar y ejecutar con mayores niveles de autonomía sus políticas públicas locales.

Esta discusión no es simple y no se agota en soluciones como semi-presidencialismo o federalismo. Creemos en la necesidad de explorar nuevas alternativas, que nos permitan responder a las necesidades del país. Por esto convocamos a la sociedad civil toda, y a la clase política en general, a


reflexionar y generar propuestas que nos permitan compatibilizar la capacidad organizativa y ejecutiva del presidencialismo con la legitimidad social y la flexibilidad de otras formas de gobierno.

Participación electoral y Participación comunitaria

Aspiramos a un Estado que contribuya a la autogestión de las comunidades, a través del apoyo en la creación de espacios de participación comunitaria, que fomente la asociatividad de los grupos.

Reafirmamos nuestro compromiso con una sociedad de derechos y deberes, postulando la inscripción automática y el voto obligatorio, que se encuentra en perfecta sintonía con nuestro ideario de justicia social, pues el voto voluntario es un retroceso en la representación de los sectores más vulnerables de nuestra sociedad y más bien contribuye a la elitización de la política.

Asimismo, promovemos la iniciativa ciudadana de ley, como una herramienta complementaria de mayor participación.

Descentralización, Desconcentración y Gobiernos Locales

Creemos que fomentar la democracia local exige potenciar los espacios de representatividad política y social disponibles a nivel local: el Concejo comunal y los Consejos Económico Sociales (CESCO). Estos espacios deben ser fortalecidos.

Creemos que las regiones, en cuanto unidades culturales, políticas, sociales y económicas, deben también ser capaces de tomar decisiones cada vez con mayor autonomía, sin afectar la unidad territorial y política de Chile.

Demandamos un mayor empoderamiento de las regiones. Que la descentralización deje de ser un anhelo y se concrete a través de medidas específicas,

como por ejemplo: elección directa de Intendentes, aumentar la atribuciones de los gobiernos regionales en cuanto competencias normativas dentro del territorio de la región y que parte de los recursos generados en la región se queden en ella.

Asimismo, reconocemos en los concejales una labor fundamental y por ello creemos que se deben perfeccionar las condiciones que afectan directamente su desempeño en el cargo. En el mismo sentido, creemos necesario aumentar sus atribuciones fiscalizadoras y resolutivas. A su vez, postulamos que la elección de alcaldes sea por mayoría absoluta.

05.

Una política de aportes basales abundantes, y también el cambio en la entrega de recursos del AFI, en relación, a que ya no sea por puntaje PSU, sino que vaya orientado a la construcción de un nuevo sistema de equidad eliminando el método anterior.

La JDC propone

En el contexto del financiamiento de educación superior, se busca un método que garantice el correcto funcionamiento operacional de las Universidades del CRUCH.

El sistema actual arrastra un endeudamiento histórico, por el escaso financiamiento plasmado en el Aporte Fiscal Directo (AFD) y que el Aporte Fiscal Indirecto (AFI) en ningún caso ayuda a suplir.

Se propone arancel diferenciado para el 70% de los estudiantes más pobres, el 30% restante será cubierto por el sistema de crédito hasta llegar a aquellos estudiantes que sí pueden cubrir por sus propios medios los costos de las matrículas.

La eliminación del financiamiento compartido por ser un método que provoca segregación escolar y desigualdad y no calidad educativa.

Un Estado proveedor y garante, proponemosladesmunicipalización. En reemplazo al actual sistema proponemos la creación de Corporaciones Públicas, independientes del MINEDUC, que funcionen de manera descentralizada y administren la educación pública.

Educación y Bien Común. El lucro debe ser prohibido a todo nivel en el sistema educativo chileno, sea éste con recursos públicos o privados.

Fortalecimiento de la Educación Técnica. Proponemos el fortalecimiento de la educación técnica que imparten hoy las universidades estatales, en la perspectiva de que el Estado debe tender a ser proveedor de educación técnica.

Profesores y Estatuto Docente. Proponemos aumentar el pago por hora, tanto pedagógica como cronológica a los docentes en Chile. Los profesores que sean mal evaluados en dos evaluaciones docentes sucesivas, deberán ser desvinculados de los establecimientos y el Estado deberá proveerles capacitación para mejorar su desempeño en el futuro.

¿Por qué?

Otras propuestas para el proyecto Educativo Nacional

Hacia un proyecto Educativo Nacional

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Hacia un proyecto Educativo Nacional

En el contexto del financiamiento de educación superior, es que se busca un método que garantice el correcto funcionamiento operacional de las Universidades del CRUCH. Teniendo en cuenta que se arrastra un endeudamiento histórico, por el escaso financiamiento plasmado en el Aporte Fiscal Directo (AFD) y que el Aporte Fiscal Indirecto (AFI) en ningún caso ayuda a suplir. Por eso es que se propone una política de aportes basales abundantes, y también el cambio en la entrega de recursos del AFI, en relación, a que ya no sea por puntaje PSU, sino que vaya orientado a la construcción de un nuevo sistema de equidad eliminando el método anterior.

Asimismo, se propone arancel diferenciado para el 70% de los estudiantes más pobres, el 30% restante será cubierto por el sistema de crédito hasta llegar a aquellos estudiantes que sí pueden cubrir por sus propios medios los costos de las matrículas. No debe existir discriminación respecto al establecimiento de educación superior que ingresen, puesto que la medición será por rol público cumplido por el establecimiento.

¿Quién debe educar?

Estimamos que la sociedad en su conjunto es la responsable de educar. No sólo el Estado o las familias por sí solas.

No obstante lo anterior, proponemos la eliminación del financiamiento compartido por ser un método que provoca segregación escolar y desigualdad y no calidad educativa.

Un Estado proveedor y garante

La municipalización de la educación pública en Chile ha fracasado y se propone su desmunici-palización. En reemplazo al actual sistema pro-ponemos la creación de Corporaciones Públicas, independientes del MINEDUC, que funcionen de manera descentralizada y administren la edu-cación pública.

Para mejorar el financiamiento y la gestión de este sistema, se propone agregar nuevos instrumentos, más allá de la subvención por asistencia escolar existente hoy. Se propone que el financiamiento base de los establecimientos esté dado por la matrícula y que se entreguen montos adicionales por concepto de asistencia, evaluación docente y otros.

Presidente, camarada Ignacio SaffirioSecretario, camarada Manuel Gallardo

05. Educación


Educación y Bien Común

El lucro (entendido como retiro de utilidades con los excedentes financieros del proceso educativo) debe ser prohibido a todo nivel en el sistema educativo chileno, sea éste con recursos públicos o privados.

Hacia el fortalecimiento de la Educación Técnica

Proponemos el fortalecimiento de la educación técnica que imparten hoy las universidades estatales, en la perspectiva de que el Estado debe tender a ser proveedor de educación técnica. Esto implica la creación de carreras y mayor apoyo a las existentes.

Profesores y Estatuto Docente

Con el interés de dignificar la profesión docente y mejorar las condiciones laborales de quienes se desempeñan en este ámbito hoy, proponemos aumentar el pago por hora, tanto pedagógica como cronológica a los docentes en Chile.

Los profesores que sean mal evaluados en dos evaluaciones docentes sucesivas, deberán ser desvinculados de los establecimientos y el Estado deberá proveerles capacitación para mejorar su desempeño en el futuro.

06.

Un nuevo modelo de relaciones laborales construyendo, alrededor de una renovada centralidad del trabajo y de sus derechos, un discurso público que piense y proponga nuevas formas y espacios de participación de los trabajadores.

La JDC propone

En Chile, el modelo normativo que rige las relaciones entre trabajadores y empleadores se basa en el Plan Laboral implementado durante el régimen militar, que impone una serie de restricciones a los derechos laborales de los trabajadores.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) constató que “las relaciones laborales en Chile son generalmente confrontacionales y marcadas por la falta de confianza”.

Como jóvenes demócratas cristianos, propugnamos un modelo democrático de relaciones laborales, basado en el reconocimiento de derechos fundamentales del trabajador como centro del desarrollo de la economía y del equilibrio entre el capital y el trabajo.

Un nuevo Código del Trabajo, cuyo principio orientador sea un modelo de relaciones laborales basado en la confianza y cooperación entre el empleador y el trabajador y que debe también institucionalizar el concepto de “trabajo decente”, que asegure que el trabajo productivo sea con pleno respeto a los derechos laborales.

Más y Mejores Empleos. Creemos que en nuestro país existe una confianza desmedida en los beneficios del crecimiento económico y en el “chorreo” para disminuir la pobreza y la desigualdad

Empleo Juvenil. Proponemos la generación de políticas públicas que aborden en su integridad un problema estructural de nuestro mercado del trabajo, como es el desempleo juvenil.

Negociación colectiva. El actual sistema reglado consagrado en nuestro ordenamiento jurídico ha debilitado el dialogo social entre empleadores y trabajadores, transformándose exclusivamente en un instrumento meramente reivindicativo.

Sindicalización. Proponemos la modificación del concepto de empresa vigente en el código del trabajo, con la finalidad de fortalecer los principios fundantes del derecho laboral, eliminar las prácticas antisindicales que consagra el actual código del trabajo y el fortalecimiento de la formación sindical, entre otros.

¿Por qué?

Otras propuestas para el nuevo modelo de relaciones laborales

Un nuevo modelo de relaciones laborales

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06.

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Un nuevo modelo de relaciones laborales

Creemos en la necesidad de generar un nuevo modelo de relaciones laborales, entendiéndolo, como la necesidad de construir, alrededor de una renovada centralidad del trabajo y de sus derechos, un discurso público que piense y proponga nuevas formas y espacios de participación de los traba-jadores en las decisiones colectivas que los afectan.

En Chile, el modelo normativo que rige las relaciones entre trabajadores y empleadores es complejo, por cuanto se basa en el Plan Laboral implementado durante el régimen militar, que impone una serie de restricciones a los derechos laborales de los trabajadores, en especial los de índole colectiva.

La permanencia de este modelo importa un grave incumplimiento de estándares básicos de eficacia y participación de los trabajadores en el ejercicio de sus derechos. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) constató los problemas del modelo laboral chileno y afirmó que “las relaciones laborales en Chile son generalmente confrontacionales y marcadas por la falta de confianza”.

Según el organismo, la conflictividad se debe en parte a la limitada cobertura de los sindicatos

y asociaciones empresariales. Por ejemplo, solo el 11% de la fuerza laboral está sindicalizada y se concentra en determinados sectores, en particular en la minería (donde un 42% de los empleados está sindicalizado).

Lamentablemente, en el ámbito de las relaciones laborales el empleador tiene una voz más fuerte que el trabajador. Esto implica, entre otras cosas, que se queda con una mayor parte de los beneficios del progreso y finalmente es él quien decide en qué se puede capacitar el trabajador.

Para que este nuevo impulso tenga frutos, consideramos indispensable construir un nuevo marco de las relaciones laborales cuyo pilar angular sea la equidad y el equilibrio en relación empleador-trabajador.

Por tanto, es fundamental constituir un diálogo social que permita la consagración y reconocimiento pleno de los derechos fundamentales de los trabajadores: negociación colectiva, libertad sindical y derecho a huelga.

Como jóvenes demócratas cristianos, propug-namos un modelo democrático de relaciones labo-rales, basado en el reconocimiento de derechos fundamentales del trabajador como centro del desarrollo de la economía y del equilibrio entre el capital y el trabajo.

Presidente, camarada Josué Vega ToroSecretario, camarada Mauricio Araneda

06. Trabajo


Un nuevo Código del Trabajo

Nos parece fundamental la generación de un nuevo Código del Trabajo cuyo principio orientador, sea un modelo de relaciones laborales basado en la confianza y cooperación entre el empleador y el trabajador.

El nuevo código, debe también institucionalizar el concepto de “trabajo decente”, que asegure que el trabajo productivo sea con pleno respeto a los derechos laborales, con seguridad y protección y con la posibilidad de participación en las decisiones que afectan a los trabajadores.

La idea matriz del concepto de “trabajo decente”, es una propuesta integradora de diferentes aspectos que hacen a la calidad y cantidad de los empleos, pero también, y de manera fundamental, a las relaciones sociales y en última instancia al tipo de sociedad y de desarrollo al que se aspira.

Como concepto requiere de un desarrollo teórico y de un sustento científico que lo pueda transformar en un paradigma explicativo de la realidad laboral, tomando como eje al empleo. Sin embargo, su sola enunciación y su carácter dinámico revelan una voluntad política y una capacidad de crítica que toma posición frente a los graves problemas que vive el mundo laboral, y puede servir como un instrumento que ordena diferentes ejes a nivel micro (en las empresas) y a nivel macro (la economía y la sociedad).

Actualmente el trabajo decente podría derivar en el concepto de buenas prácticas laborales, presentes en normas nacionales e internacionales de responsabilidad social, que se podrían establecer a través de sistemas de certificación dinámicos que entreguen incentivos a los actores implicados en la relación laboral.

Más y Mejores Empleos

Creemos que en nuestro país existe una confianza desmedida en los beneficios del crecimiento

económico y en el “chorreo” para disminuir la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, pese a la disminución de la pobreza en el país desde un 40 a un 15% aproximadamente en 20 años, la desigualdad y la inequidad se han mantenido a niveles altos, por sobre la media a escala global.

Actualmente, los jóvenes en edad laboral y las mujeres en particular tienen serias dificultades para encontrar empleo. El empleo informal está menos generalizado que en otros lugares de América Latina, pero sigue siendo alto según las normas de los países de la OCDE.

Muchos de los empleos creados recientemente también han sido en servicios de baja produc-tividad, mal remunerados y en régimen de sub-contratación. Por consiguiente, para ser un país competitivo en Sudamérica y entre los países de la OCDE, proponemos que nuestro país genere más y mejores trabajos, con trabajadores especializados y capacitados de forma continua, de manera de propender al aumento de la inversión extranjera en el país, mejorar la productividad y avanzar en la batalla por derrotar la desigualdad, que vemos con asombro como nuestro país está perdiendo.

Empleo Juvenil

Hoy en el mundo existen más de 70 millones de jóvenes desempleados. Analistas internacionales señalan que el mundo está sentado sobre una bomba de tiempo social y económica.

En algunos países del mundo árabe hasta el 90% de los jóvenes en edades comprendidas entre los 16 y 24 años están desempleados.

En EE.UU. el desempleo juvenil llega a 23%, en España a casi el 50% y en el Reino Unido al 22%. El gobierno ha reconocido que en Chile una de las principales falencias en inclusión laboral se encuentra entre quienes tienen entre 18 y 25 años de edad.

Según los últimos datos de la Encuesta Casen, un 14% de la población tiene entre 18 y 35 años de


edad. A pesar de esto, cerca de 668 mil jóvenes no trabaja ni estudia, siendo un 62% de ellos personas pertenecientes a los quintiles más vulnerables.

La tasa de desempleo en Chile se ha situado en los últimos años en torno al 6%. La tasa de desempleo juvenil, por otra parte, se ha estabilizado en torno al 16%. Esto último nos genera una profunda preocupación, dado que vincula directamente a las desigualdades y a la falta de oportunidades en materia educacional.

En el grupo de edad formado por personas entre 30 y 34 años, un 48% tiene menos de 12 años de educación. En el grupo entre 25 y 29 años, un 43% tiene menos de 12 años de educación. Esta todavía alta tasa de deserción escolar se concentra especialmente entre los jóvenes que provienen de hogares de menores ingresos.

Es por ello que proponemos la generación de políticas públicas que aborden en su integridad un problema estructural de nuestro mercado del trabajo, como es el desempleo juvenil. Mejorar los niveles de capacitación, como también, la generación de políticas sociales que reduzcan la deserción escolar. Creemos que es el camino apropiado para terminar con el flagelo del desempleo juvenil, y sus efectos colaterales.

Negociación colectiva

El actual sistema reglado consagrado en nuestro ordenamiento jurídico ha debilitado el dialogo social entre empleadores y trabajadores, transformándose exclusivamente en un instrumento meramente reivindicativo. Por lo anterior, es fundamental consagrar un sistema que permita mantener una relación horizontal entre los referidos actores, promoviendo un régimen desregulado y por rama, en que el Estado cumpla un rol mediador.

Sindicalización

Aspiramos a mejores y mayores niveles de sindicalización en nuestro país. Nos parece indignante que sólo un 11% de la fuerza de trabajo esté sindicalizada y que menos de un 6% de la misma negocie colectivamente.

Los trabajadores y sus organizaciones deben ser los protagonistas principales para extender y potenciar la negociación colectiva.

Creemos que es el sindicato el espacio en el cual los trabajadores pueden organizarse al interior de la empresa y fortalecer el necesario dialogo social. Por tanto, promovemos su firme fortalecimiento.

La libertad sindical es el derecho del trabajador a organizarse y actuar al interior de su organización de trabajo sin peligros, limitantes o intromisiones que pueden provenir de los propios empresarios o del Estado. Sin sindicatos fuertes no hay una real negociación colectiva ni diálogo social necesario para que el trabajo se desarrolle al interior de la empresa, en condiciones de igualdad entre trabajadores y empleadores.

Por tanto, proponemos la modificación del con-cepto de empresa vigente en el código del trabajo, con la finalidad de fortalecer los principios fundan-tes del derecho laboral, eliminar las prácticas an-tisindicales que consagra el actual código del tra-bajo y el fortalecimiento de la formación sindical, entre otros.

07.

La salud es un derecho humano fundamental y los resultados en salud dependen de las condiciones de vida de las personas, por lo tanto, la salud debe ser enfrentada de manera multisectorial y tomando en cuenta el contexto histórico en el que desarrollan las personas.

La JDC propone

Concebimos a la salud como un estado de bienestar físico, emocional y social, el cual es influido por las condiciones de vida de las personas, es decir, educación, vivienda y trabajo entre otros.

No es sólo la atención de salud la que influye en la salud de una persona, la salud es un concepto integral, en el que todos los sectores como educación, vivienda, trabajo y medio ambiente interactúan.

Respetamos y promovemos con fuerza el valor de la vida humana. Somos contrarios a la pena de muerte y contrarios al aborto, pero en el caso de embriones con enfermedades que lo hacen incompatible con la vida, es preciso otorgarle a la mujer y su familia un completo programa de asistencia espiritual y médico, de manera que les permitan dimensionar su experiencia y eventualmente tomar la decisión informada de interrumpir su embarazo.

Dignidad al nacer, al vivir y al morir. El Estado debe reconocer el derecho que asiste a todas las personas para oponerse a la obstinación terapéutica que prolongue artificialmente su agonía.

Regalar vida es regalar amorRespetando las creencias religiosas, Proponemos un sistema obligatorio que permita a toda persona ser donante de sus órganos, salvo expresa negación.

Hijos de la misma patriaEs imperioso avanzar en nuevas formas de igualación, que permitan garantizar a todos los hijos de Chile un acceso pleno y garantizado a todos los derechos sociales, en igualdad de condiciones, calidad y oportunidad.

La fraternidad como eje espiritual de nuestro progreso. Construir un modelo ético un modelo de desarrollo basado en el amor, en la caridad, la fraternidad y la solidaridad, como supuestos fundamentales que den coherencia y sentido al progreso y a nuestra acción política desde el humanismo cristiano.

¿Por qué?

Otras propuestas para la garantía del derecho a la salud

El derecho a la salud como derecho humano fundamental

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07.

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Acceso y Gratuidad

El acceso a la atención de salud es un derecho humano fundamental. Por lo tanto, no deben existir barreras económicas que priven o condicionen el acceso a las personas que no tienen posibilidades económicas. Es el Estado el que debe garantizar el acceso a la atención de salud a todos sus ciudadanos.

El acceso no será sólo en términos económicos, sino también de oportunidad en la atención.

Reconocemos como un avance las Garantías Explícitas de Salud (GES ó AUGE) implementadas por la Democracia Cristiana, que buscan mejorar el acceso, la calidad y cobertura financiera para determinadas patologías, pero creemos imprescindible continuar mejorando el acceso a la salud pública oportuna y de calidad para todas y todos los habitantes de nuestro país.

Se debe fortalecer el AUGE o GES, especial-mente en Salud mental y odontología.

Asimismo, denunciamos la cruel realidad que todavía afecta a miles de chilenos, quienes deben esperar horas y días para obtener atención de urgencia en los hospitales públicos.

Se deben maximizar los recursos existentes para una mejor y mayor atención para todos los usuarios,

mejorar el vínculo existente entre el profesional y la persona que consulta.

Asimismo, nos parece fundamental fortalecer la atención primaria y a sus funcionarios/as.

Calidad en dignidad

Reafirmamos con vehemencia la necesidad de avanzar hacia mejoras en la calidad de la atención de salud recibida por las personas. Para ello, se requiere de un aumento presupuestario para el sector salud, que permita mejorar en infraestructura, ingreso y capacitación de profesionales existentes, aumento de profesionales y técnicos que trabajen efectiva e interdisciplinariamente en el sector.

Junto a lo anterior, es vital fortalecer la red de Atención primaria en salud (CESFAM y Consultorios), con enfoque de Salud familiar, holístico y orientado hacia la promoción de estilos de vida saludables, prevención de enfermedades y complicaciones, fortaleciendo la práctica e intervención en redes. Los bonos AUGE, no pueden ser la prioridad para enfrentar los problemas de salud, se deben orientar las políticas públicas a fortalecer la resolutividad de éstos. Además, los bonos AUGE fomentan la inequidad de acceso, pues son preferentemente ocupados por quienes tienen más información,

Presidente, María José Hinojosa ValdésSecretario, Nicolás Palacios

07. Salud


profundizando la lógica del sistema neoliberal imperante.

La calidad también implica entender las diferentes culturas que existen en nuestro país en que la concepción salud-enfermedad tiene variaciones de acuerdo a su cosmovisión.

Sistema de salud: Fonasa e Isapres. La solidaridad como principio fundante de nuevo Sistema de Salud para Chile

Creemos en un Seguro de Salud Público Único, Solidario y que no discrimine a las personas por su condición de salud, sexo ni edad.

Salud reproductiva y Planificación Familiar

El acceso a atención en salud sexual y reproductiva, oportuna y de calidad es un imperativo ético. Posibilita a que mujeres y hombres podamos planificar cuándo tener hijas e hijos. La atención debe ser confidencial, de calidad y de acuerdo a las necesidades de cada persona. Es fundamental mejorar el acceso y educación en salud sexual y reproductiva para la población en general, con énfasis en adolescentes, evitando embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.

Para ello, el Estado debe promover una educación sexual responsable en todas sus formas, considerando la abstinencia y el uso correcto de anticonceptivos, para lo cual, se requiere acceso universal a la anticoncepción de emergencia.

Protegemos el derecho a la vida humana, por esa razón, consideramos indispensable contar con atención de calidad en salud sexual y reproductiva. El ser “pro vida” también implica contar con una legislación adecuada que permita proteger la vida de la mujer en caso de que corra peligro y/o exista inviabilidad fetal, considerando, previo a un proceso de acompañamiento espiritual y médico a

la mujer, la posibilidad de interrumpir el embarazo antes de las 20 semanas.

Libertad y rol de la persona humana en el cuidado de la salud

Creemos que la persona humana está provista de derechos y deberes inherentes a su condición, como lo es la dignidad y también la libertad. En este contexto el auto cuidado que tenga cada persona de sí misma se traducirá en resultados en su condición de salud.

Para que cada persona sea verdaderamente responsable de su salud, debe contar con información oportuna y veraz, a través de atención de salud integral con enfoque comunitario, integral, orientado a la prevención y promoción de la salud por medio de la participación de usuarios/as en el proceso.

El derecho a salud como derecho humano fundamental

Concebimos a la salud como un estado de bienestar físico, emocional y social, el cual es influido por las condiciones de vida de las personas, es decir, educación, vivienda y trabajo entre otros. Por lo tanto, no es sólo la atención de salud la que influye en la salud de una persona, la salud es un concepto integral, en el que todos los sectores como educación, vivienda, trabajo y medio ambiente interactúan.

Como Demócrata Cristianos/as afirmamos que la salud es un derecho humano fundamental y que los resultados en salud dependen en gran parte de las condiciones de vida de las personas, por lo tanto, la salud debe ser enfrentada de manera multisectorial y tomando en cuenta el contexto histórico en el que desarrollan las personas.

08.

Impulsamos las transformaciones culturales, políticas, económicas y sociales, que le permitan al país transitar hacia un salto espiritual, sobre base del amor, la solidaridad, la caridad y la fraternidad, que conduzca hacia una nueva forma de relacionarse.

La JDC propone

La pobreza no se genera exclusivamente por la escases de bienes o recursos materiales o económicos, sino también, reconocemos la pobreza espiritual, que fomenta la desigualdad e inequidad del modelo neoliberal.

Reafirmamos nuestro compromiso y opción por los pobres, y los situamos en nuestra primera línea de preocupación ética, moral y política.

El Estado debe ser el colaborador fundamental para que las personas puedan superar su situación de pobreza a través de políticas de desarrollo sustentable que fomenten su inserción laboral, aumenten sus capacidades y competencia, apoyando siempre su emprendimiento.

No más segregación social. Nuestros esfuerzos deben apuntar a que la disminución de las desigualdades se refleje en una ciudad más justa.

Promoción Popular Humanista Cristiana. Reimpulsamos la idea del Presidente Eduardo Frei Montalva, y hacemos un llamado a la institucionalización de la organización popular en todos los niveles de la sociedad, sobre la base de la fraternidad, la solidaridad y la justicia social, especialmente de las Juntas de Vecinos de los sectores populares.

Fundaciones, Corporaciones y Organizaciones Comunitarias. Consideramos a estas organizaciones como fundamentales para canalizar las inquietudes de las personas para aportar al desarrollo de la sociedad y su rol debe ser apoyado por la empresa privada y por el Estado.

Volver a la ruralidad. El pequeño campesino debe ser la preocupación principal del Estado y es por esto que reimpulsamos la idea de las cooperativas rurales para ingresar con mayor fuerza al mercado y generar recursos para sus socios.

Un espíritu emprendedor requiere todas las oportunidades que sean necesarias. El Estado debe garantizarlo

Nos desarrollamos en comunidad. Las cooperativas, las juntas de vecinos, las organizaciones comunitarias, las empresas, el Estado y la ciudad son comunidades que deben basarse en una constante solidaridad en la que todos asumamos los costos y participemos de las ganancias.

¿Por qué?

Otras propuestas sobre Reforma Popular

Mirar la pobreza sobre la base del amor y la justicia social

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08.

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Nuestra aproximación a la pobreza es sobre la base del amor y la justicia social. Nos indigna el asistencialismo y el clientelismo

Impulsamos la idea de generar las transforma-ciones culturales, políticas, económicas y sociales, que le permitan al país superar y transitar hacia un salto espiritual de la sociedad chilena, forjado sobre base del amor, la solidaridad, la caridad y la fraternidad, que conduzca a los chilenos a una nueva forma de relacionarse e integrarse. Así, la pobreza para los jóvenes demócrata cristianos, no es aquella que proviene o se genera exclusiva-mente por la escases de bienes o recursos materi-ales o económicos, sino también, reconocemos la pobreza espiritual, que fomenta la desigualdad e inequidad del modelo neoliberal en nuestros com-patriotas.

Reafirmamos nuestro compromiso y opción por los pobres, y los situamos en nuestra primera línea de preocupación ética, moral y política. Hacemos un llamado a los dirigentes del Partido Demócrata Cristiano a seguir la misma dirección y retomar el liderazgo histórico en los sectores más desposeídos, generando un permanente vínculo de trabajo conjunto entre nuestros representantes a nivel legislativo y local, especialmente con

la juventud en la búsqueda de una relación permanente y constante con las personas en situación de pobreza.

Asimismo evidenciamos una clara diferencia en las líneas de pobreza, afirmadas en nuestras diversas realidades a nivel regional, tanto rural como urbano. De esta manera, los panoramas políticos en las diversas regiones son variados, concluyendo en la constante disminución de nuestros representantes locales.

El Estado debe ser el colaborador fundamental para que las personas puedan superar su situación de pobreza a través de políticas de desarrollo sustentable que fomenten su inserción laboral, aumenten sus capacidades y competencia, apoy-ando siempre su emprendimiento. En ningún caso la pobreza se supera a través del asistencialismo. Sino que creemos en un Estado que debe apoyar, educar, fomentar y entregar las herramientas nec-esarias para la formación y superación.

No más segregación social

Una sociedad injusta y desigual también se demuestra en la forma en que se organiza la ciudad. Nuestros esfuerzos deben apuntar a que la disminución de las desigualdades se refleje en

Presidente, camarada ErickaSchulzSecretaria, camarada Claudia Valderrama

08. Reforma Popular


una ciudad más justa, en que puedan compartir fraternalmente los que más tienen con los que menos tienen.

Las políticas de vivienda que impulse el Estado, no pueden aumentar la segregación social que se produce en las periferias. La construcción de viviendas debe ser armoniosa con su entorno y establecer barrios en que los vecinos puedan acceder a servicios básicos como agua, luz, comunicaciones, salud comunitaria, seguridad, espacios verdes y educación inicial.

Es por esto que entendemos que frente a tiempos de crisis, la segregación se disminuye, generando una mayor agrupación comunitaria; es en esos momentos donde debemos trabajar hacia una mayor comunión social en función de superar las desigualdades sociales.

Los planos reguladores de las comunas y provincias deben procurar la integración social sin establecer guetos de pobreza. Para aquello es realmente fundamental impulsar la Participación Ciudadana desde nuestras propias comunidades.

Promoción Popular Humanista Cristiana

Reimpulsamos la idea del Presidente Eduardo Frei Montalva, y hacemos un llamado a la institucionalización de la organización popular en todos los niveles de la sociedad, sobre la base de la fraternidad, la solidaridad y la justicia social, especialmente de las Juntas de Vecinos de los sectores populares. Asimismo, llamamos a la Democracia Cristiana a liderar dicho proceso de articulación social y popular.

Por otra parte, hacemos un llamado a generar una nueva ley de organizaciones comunitarias y juntas de vecinos, que entregue más competencias a éstas últimas para influir en las decisiones que se toman las municipalidades para sus barrios, como también, dotarlas de instrumentos eficaces de participación comunal.

Basándose en la normativa vigente sobre la

Participación Ciudadana (Ley 20.500), hacemos un llamado a nuestro Partido, a crear políticas de formación en participación ciudadana y apertura a la información hacia los jóvenes, sobre los mecanismos formales de participación del Estado, fundamentándonos en un Estado no asistencialista y en un compromiso de primer orden con los más pobres.

Proponemos mantener la prohibición para que un dirigente sindical o vecinal pueda postular a un cargo político, ya que aquello puede disminuir la par-ticipación ciudadana, enfrentándonos a conflictos de intereses por parte de las autoridades y concentración de poder.

Fundaciones, Corporaciones y Organizaciones Comunitarias

Reconocemos la libertad de cada persona para asociarse con otras con un objetivo de servicio público determinado, lo valoramos, promovemos y apoyamos, como también, los avances contenidos en la ley 20.500 que entre otras cosas, promueve y facilita su formalización.

Consideramos a estas organizaciones como fundamentales para canalizar las inquietudes de las personas para aportar al desarrollo de la sociedad y su rol debe ser apoyado por la empresa privada y por el Estado.

Le asignamos a la JDC un rol fundamental en el fomento y articulación de mayor participación ciudadana, entendida como un empoderamiento de la ciudadanía en la generación de políticas públicas que puedan satisfacer las demandas y necesidades ciudadanas.

Volver a la ruralidad

Reafirmamos nuestro compromiso histórico con el mundo rural y campesino, y denunciamos con fuerza la concentración rígida del derecho de propiedad sobre la tierra y el agua en manos de


unos pocos, lo que profundiza los niveles de po-breza rural y la desigualdad e inequidad entre el mundo urbano y el rural.

El pequeño campesino debe ser la preocupación principal del Estado y es por esto que reimpulsamos la idea de las cooperativas rurales para ingresar con mayor fuerza al mercado y generar recursos para sus socios.

El rol del Estado se orienta a fiscalizar la producción de las grandes empresas con el objetivo de no perjudicar el trabajo de los campesinos.

Un espíritu emprendedor requiere todas las oportunidades que sean necesarias. El Estado debe garantizarlo

Entendemos el emprendimiento como un valor fundamental de los países libres y de la persona humana, en la medida que puede generar bienes y oportunidades para su familia, para la sociedad y para él.

Para los jóvenes demócratas cristianos, el desarrollo espiritual pleno de la persona, exige la posibilidad material de acceder a las oportunidades que permitan el emprendimiento. Para eso, el Estado debe generar las condiciones que permitan a cada miembro de la comunidad nacional desarrollar sus actividades empresariales con libertad, responsabilidad y justicia social. Especialmente quienes lo hacen a través de las empresas de menor tamaño.

Para eso, se debe confiar en las capacidades de la persona y generar mayores oportunidades y garantías para el emprendimiento, procurando que los riesgos que la persona asume le permi-tan emprender nuevamente con ayuda del Es-tado. Para aquello es necesario, un permanente seguimiento, formación de las personas en sus proyectos, promoción de las buenas prácticas or-ganizacionales y la constante retroalimentación.

Nos desarrollamos en comunidad

Nuestra identidad cristiana implica vivir en comunidad, esto es, una forma de organización basada en la solidaridad y no en el individualismo. Una en que las personas vivamos en constante comunicación para superar nuestras dificultades. La comunidad se basa en los afectos.

Las cooperativas, las juntas de vecinos, las organizaciones comunitarias, las empresas, el Estado y la ciudad son comunidades que deben basarse en una constante solidaridad en la que todos asumamos los costos y participemos de las ganancias. Esta red de comunidades forma una gran comunidad en la que todos vivimos fraternalmente. No obstante lo anterior, en la actualidad constatamos que no es prioridad para las autoridades.

Las comunidades virtuales que ha generado la modernidad, son un aporte a la comunicación, pero en ningún caso reemplaza o sustituye el valor y la trascendencia que posee el acercamiento y el intercambio de afectos persona a persona.

Sin embargo, no somos ajenos al gran impacto de las redes virtuales sobre la comunidad, por lo cual, un mecanismo digital es un complemento del trabajo en terreno con las organizaciones de la sociedad civil.

09.

La creación de un Ministerio de Juventud que pueda coordinar y ejecutar los distintos programas y políticas públicas que se generen para la juventud en los ámbitos de educación, política, salud, vivienda, previsión y empleo

La JDC propone

El Instituto Nacional de la Juventud fue una creación que aportó al país conocimientos y políticas públicas que no fueron efectivas para satisfacer las necesidades de los jóvenes.

La orgánica que hoy existe no da respuesta a las necesidades de la heterogénea juventud chilena, respecto al nuevo contexto social.

Proponemos un sistema debe permitir ordenar, sistematizar y evaluar los planes y programas en juventud que se implementan en la actualidad.

Creemos que se deben dar los espacios para el encuentro de la juventud en los barrios y ciudades.

Una nueva Juventud. La mayor participación juvenil, debe fomentarse también a través de políticas públicas focalizadas en dicho segmento, aspirando contar con una mejor institucionalidad pública y más presupuesto.

Más vocaciones públicas. Promoveremos que la vocación pública de miles de jóvenes chilenos se canalice a través del voto, los plebiscitos o consultas ciudadana, los partidos políticos, los cargos de elección popular y en general, en el desempeño honesto y leal de las distintas funciones públicas.

Familia Joven. Proponemos la generación de políticas públicas focalizadas a apoyar a los hijos de estas familias, de manera que los padres no deban postergar ni su trabajo ni educación para criarlos.

Creemos en la política como el instrumento idóneo para transformar el país y en los jóvenes, como los protagonistas de dichas transformaciones. Estamos convencidos que las nuevas generaciones, como sujetos de derechos y obligaciones, y actores fundamentales en los cambios que se han venido generando en el país, deben ser los protagonistas de los cambios sociales utilizando como medio permanente las instituciones políticas y democráticas.

¿Por qué?

Otras propuestas sobre una nueva institucionalidad pública para la juventud chilena

Una nueva institucionalidad pública para la juventud chilena

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09.

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Una nueva Juventud

Reconocemos en los estudiantes, a los grandes impulsores de las transformaciones sociales que Chile necesita y en el despertar de la ética de un país. Por otra parte, en las juventudes políticas reconocemos una gran deuda.

De la misma manera, valoramos la inclusión de la juventud en el proceso de cambio social, a través no sólo de la exigencia de derechos, sino también, de la disposición para asumir deberes.

A su vez, asumimos al movimiento social y su manifestación a través de marchas u otras expresiones ciudadanas, como también, su descontento con las autoridades políticas, como una clara señal que nos obliga a promover más y mejores jóvenes en cargos de representación popular, a fomentar la participación no sólo a través de la movilización, sino también a través del sufragio, lo que implica reimpulsar con fuerza la existencia del voto obligatorio en nuestro país.

La mayor participación juvenil, debe fo-mentarse también a través de políticas públicas focalizadas en dicho segmento, aspirando con-tar con una mejor institucionalidad pública y más presupuesto.

Lo anterior, también implica que la nueva

Juventud Demócrata Cristiana debe involucrarse en las demandas, movilizaciones y transformaciones sociales, promoviendo procesos de articulación social, asumiendo, sobre la base de una legitimación en el trabajo y las propuestas, rol de interlocución entre la autoridad y los distintos actores sociales, especialmente los jóvenes.

Más vocaciones públicas

La nueva juventud chilena ha demostrado su interés en participar en el proceso de cambio que se encuentra en marcha en nuestro país, contribuyendo a disminuir los niveles de pobreza y desigualdad a través de distintos movimientos y organizaciones no gubernamentales que se preocupan de estas materias. Nuestro compromiso es fortalecer este lazo entre los jóvenes y las organizaciones que promueven el trabajo voluntario. No pretendemos arrebatarle el legítimo espacio que han ocupado en canalizar las inquietudes de los jóvenes.

Sin embargo, como juventud política creemos que el espacio de transformación de la sociedad para construir un país más justo, se da fundamental y especialmente desde la participación en las instituciones democráticas del Estado y la sociedad civil.

Presidente, camarada Ramón MalleaSecretario, camarada Cristián Parra

09. Juventud


Por esto, promoveremos que la vocación pública de miles de jóvenes chilenos se canalice a través del voto, los plebiscitos o consultas ciudadana, los partidos políticos, los cargos de elección popular y en general, en el desempeño honesto y leal de las distintas funciones públicas.

Para lo anterior, asumimos el compromiso de modernizar nuestras estructuras internas, promoviendo con fuerza la modernización de las instituciones democráticas como los instrumentos idóneos para canalizar y encauzar las demandas sociales e inquietudes de servicio público, influyendo en el Congreso y el Ejecutivo, para que se creen los espacios de efectiva participación juvenil, disminuyendo las trabas que hoy existen para que esto se produzca con rapidez.

Se requiere una nueva institucionalidad pública para la juventud chilena

El Instituto Nacional de la Juventud fue una creación que aportó al país conocimientos y políticas públicas que no fueron efectivas para satisfacer las necesidades de los jóvenes. Nuestros gobiernos quisieron avanzar en la creación de una nueva institucionalidad que se acomodara a los nuevos tiempos, sin embargo, no tuvimos la fuerza y voluntad política para llevarlo a cabo. La orgánica que hoy existe no da respuesta a las necesidades de la heterogénea juventud chilena, respecto al nuevo contexto social.

Por esto, proponemos la creación de un Ministerio de Juventud que pueda coordinar y ejecutar los distintos programas y políticas públicas que se generen para la juventud en los ámbitos de educación, política, salud, vivienda, previsión y empleo.

Este sistema debe permitir ordenar, sistematizar y evaluar los planes y programas en juventud que se implementan en la actualidad. Esta medida está dirigida al establecimiento de un sistema de

información que permita medir el impacto de las acciones desarrolladas para mejorar la pertinencia y la cobertura de los esfuerzos desplegados en materia de juventud.

De igual forma, creemos que se deben dar los espacios para el encuentro de la juventud en los barrios y ciudades. La nueva institucionalidad juvenil debe tener como eje inspirador al joven como sujeto de derechos y deberes, garantías y obligaciones exigibles, tanto al Estado como a las personas en general.

Familia Joven

La nueva estructura de las familias jóvenes requiere de una especial atención por parte de la sociedad. Para nosotros, la familia constituye el núcleo básico de la sociedad en que las personas pueden alcanzar su desarrollo en comunidad. La realidad nos indica que los jóvenes que tienen familia, necesitan una red de apoyo estatal adicional cuando sus recursos son limitados para acceder a los servicios necesarios para asegurar sus condiciones mínimas.

Asimismo, proponemos la generación de políticas públicas focalizadas a apoyar a los hijos de estas familias, de manera que los padres no deban postergar ni su trabajo ni educación para criarlos. De esta manera, fomentamos también la natalidad para un país que envejece a gran velocidad.

Creemos en la política como el instrumento idóneo para transformar el país y en los jóvenes, como los protagonistas de dichas transformaciones

Reconocemos que la política y sus instituciones se encuentran en una profunda crisis de credibilidad y representatividad, reafirmamos la necesidad de una buena política para el desarrollo de Chile.

Del mismo modo, estamos convencidos que las


nuevas generaciones, como sujetos de derechos y obligaciones, y actores fundamentales en los cambios que se han venido generando en el país, deben ser los protagonistas de los cambios sociales utilizando como medio permanente las instituciones políticas y democráticas.

Nuestro llamado y nuestra responsabilidad desde la JDC

Cómo jóvenes demócratas cristianos, hacemos un llamado propositivo hacia la generación de distin-tas iniciativas dirigidas hacia la juventud chilena.

Proponemos mejorar las políticas de empleabilidad, capacitación y emprendimiento joven. Par esto, nos parece fundamental generar las condiciones para el “primer empleo remunerado”.

En virtud de que el desempleo juvenil en promedio es tres veces superior al desempleo nacional y que existen mayores barreras de entrada al mercado del trabajo, es que el Estado debe proporcionar las condiciones para el acceso al empleo juvenil, mediante la aplicación de incentivos permanentes a la contratación de los jóvenes. Esto significa también normar el trabajo de jornada parcial que permita a la juventud desempeñar trabajos remunerados y continuar con sus estudios.

Además fomentar el trabajo independiente, propiciando instrumentos y financiamiento que facilite el emprendimiento juvenil.

Por otra parte, estimamos necesario fortalecer la política de las Casas Integrales de Juventud. Esto significa aumentar y profundizar el funcionamiento de estos espacios en que la juventud obtiene apoyo psicosocial y un espacio de desarrollo vía ejecución de talleres. Adicionalmente solicitar o impulsar que todos los Municipios de Chile tengan Casas de la Juventud.

En materia de cultura y recreación juvenil, se

debe garantizar el acceso a eventos culturales y recreativos para la juventud. Este acceso gratuito se traduce en un instrumento distintivo por un monto anual prefijado (por ejemplo vía la Tarjeta Joven) que faculta a los jóvenes a acceder y participar en actividades recreativas y culturales. Esta medida puede estar focalizada en los segmentos bajos y medios bajos de la población joven, que por falta de recursos no pueden acceder a eventos culturales y recreativos.

A su vez, nos parece necesario potenciar el turismo joven, propiciando convenios con empresas de turismo para incentivar el turismo joven mediante la utilización de albergues a precios menores.

En materia de salud y auto cuidado, nos parece clave profundizar en programas que promuevan la salud y el auto cuidado de la juventud que no tenga acceso a un plan de salud. Esto significa garantizar desde el acceso a las prestaciones médicas necesarias que cubre el sistema salud nacional, hasta los planes con énfasis en problemáticas propias de este segmento etario.

Entre estos, planes que se puedan hacer cargo de los elevados niveles de embarazo adolescente, el consumo de drogas y alcohol o los problemas asociados a malas conductas, que tienen una fuente común, que es la falta de información y educación adecuada y pertinente para la juventud.

En la misma dirección, nos parece necesario promover programas públicos orientados a la salud mental de la juventud. Esta medida se justifica por los crecientes niveles de violencia presente en los segmentos juveniles. Por lo tanto, proponemos incorporar una línea específica de salud mental para jóvenes en los establecimientos primarios de salud, que pueda ayudar en la tarea de evitar y reducir los problemas asociados con eventos de depresión u otros en la población joven.

Asimismo, se requiere un sistema de subsidio que reduzca las brechas de inequidad existentes en


el transporte público, entendiendo éste como una necesidad básica y cotidiana de los jóvenes.

A su vez, se requiere aumentar el acceso a las tecnologías de la información en los segmentos juveniles más vulnerables, de manera de abrir espacios de aprendizaje y desarrollo que resultan claves en la actualidad y que nos puedan permitir disminuir también la enorme brecha digital.

10.

Promover la Democracia en todo el mundo y el respeto a los derechos humanos, respetando la cultura particular de cada nación. Entender la democracia como un valor en todo el orbe, también implica respetar los derechos humanos de sus ciudadanos.

La JDC propone

Lo que ha ocurrido en los países árabes y en parte de África durante los últimos años, especialmente el año 2011, ha permitido a millones de personas organizarse en torno a la búsqueda de una nueva forma de entenderse, relacionarse y desarrollarse, que debiese culminar en la consolidación de nuevas democracias para tales países.

Hacia mayor integración Latinoamericana y mayor fraternidad con nuestros vecinos. Nuestro país debe mantener su vocación de diálogo con toda América Latina y nuestros países vecinos, promoviendo mayores niveles de integración en nuestra región. En tal sentido, nos plantamos en el mundo como un espacio de centro, que actúa también como articulador de consensos entre las derechas y las izquierdas.

Salida al mar para Bolivia. Creemos necesario otorgar salida soberana al mar para Bolivia, en un territorio sin población con compensaciones políticas, económicas y/o territoriales.

Centro Humanista y Reformista. Hoy el mundo demanda mayor participación y nuestra idea de democracia, no debe ser impuesta, sino que debe ser el reflejo de cada sociedad que anhela una forma más igualitaria de representación.

Nuestro movimiento en el mundo. Debemos ser una juventud que milita en un partido de centro, que promueve el respeto a los derechos humanos y la libertad individual del ser humano en todo el mundo, la promoción de la economía libre, en que el Estado genere las opciones para el desarrollo económico y que éste garantice a todos sus ciudadanos los servicio elementales para su desarrollo espiritual y material.

¿Por qué?

Otras propuestas sobre una mirada del globo integradora y democrática

Una mirada del globo integradora y democrática

Nues

tra

mir

ada

al G

lobo

10.

Nues

tra

mir

ada

al G

lobo


Hacia mayor integración Latinoamericana y mayor fraternidad con nuestros vecinos

Nuestro país debe mantener su vocación de diálogo con toda América Latina y nuestros países vecinos, promoviendo mayores niveles de integración en nuestra región. En tal sentido, nos plantamos en el mundo como un espacio de centro, que actúa también como articulador de consensos entre las derechas y las izquierdas.

De igual manera, creemos necesario otorgar salida soberana al mar para Bolivia, en un terri-torio sin población con compensaciones políticas, económicas y/o territoriales.

Centro Humanista y Reformista

Hoy el Humanismo Cristiano ha tomado mayor fuerza, a través del Centro Reformismo. Nuestras posiciones son de centro- que no escatiman tiempo ni forma, en expresar nuestras profundas diferencias con el neoliberalismo que coloca al ser humano como un ser individual, que sólo debe lograr sus propósitos, con el fin de una vez provocado esto, pueda “beneficiar” al resto. De igual manera, rechazamos las visiones marxistas totalitarias.

No podemos avergonzarnos de nuestras posiciones, de nuestras divergencias, que siempre han estado en la promoción del ser humano, de la persona, en el más amplio sentido. No somos confesionales, -aunque nos reconocemos provenientes del Cristianismo- donde la tolerancia apunta a ser nuestra forma de aceptar la conformación de una sociedad más justa y más humana.

Hoy el mundo demanda mayor participación y nuestra idea de democracia, no debe ser impuesta, sino que debe ser el reflejo de cada sociedad que anhela una forma más igualitaria de represent-ación.

Promovemos la Democracia en todo el mundo y el respeto a los derechos humanos

Lo que ha ocurrido en los países árabes y en parte de África durante los últimos años, especialmente el año 2011, ha permitido a millones de personas organizarse en torno a la búsqueda de una nueva forma de entenderse, relacionarse y desarrollarse, que debiese culminar en la consolidación de nuevas democracias para tales países, como también, en países como Cuba, Corea del Norte o China, que se encuentran lejanos a iniciar procesos de democratización política que permitan asumir a

Presidente, camarada Jaime BaezaSecretario, camarada Javier Muñoz

10. Nuestra mirada al Globo


la democracia como un sistema político universal, respetando la cultura particular de cada nación. Entender la democracia como un valor en todo el orbe, también implica respetar los derechos humanos de sus ciudadanos.

Nuestro movimiento en el mundo

Debemos ser una juventud que milita en un partido de centro, que promueve el respeto a los derechos humanos y la libertad individual del ser humano en todo el mundo, la promoción de la economía libre, en que el Estado genere las opciones para el desarrollo económico y que éste garantice a todos sus ciudadanos los servicio elementales para su desarrollo espiritual y material.

La Democracia Cristiana, debe seguir siendo parte de la Internacional Demócrata Cristiana, promoviendo sus alianzas con aquellos partidos que comparten nuestra acción y rol desde el centro político. Nuestra posición debe ser sin ambigüedades, sin complejos y sin complicaciones.

11.

Un país se en donde la persona sea centro de la acción de las políticas públicas, con valor en su condición humana que es independiente de sus características diferenciadoras de las demás personas.

La JDC propone

Los inmigrantes, pueblos originarios, la diversidad sexual, los adultos mayores, los jóvenes, las mujeres y las personas con capacidades diferentes, requieren que el humanismo cristiano acoja sus dificultades, escuche sus necesidades, establezca sus derechos y los integre en plenitud a la sociedad.

La preocupación del humanismo cristiano por los grupos minoritarios, sus diferencias, derechos y oportunidades debe ser central en la reflexión del país justo, libre, solidario y comunitario que queremos construir a través de la Juventud Demócrata Cristiana.

Acogemos a los inmigrantes con amor, fraternidad y solidaridad. El Estado debe generar políticas públicas que integren de manera plena a los inmigrantes, en los derechos y oportunidades que Chile garantiza a todos sus habitantes.

Nuestros pueblos originarios son parte fundamental del nuevo Chile. Exigimos que Chile, sea capaz de reconocer constitucionalmente la interculturalidad, que implique otorgarles a los pueblos originarios la posibilidad de influir políticamente en las instituciones del Estado, generando políticas públicas que garanticen la participación en todos los procesos que busquen la representación popular.

La diversidad sexual también es parte de un nuevo Chile. La orientación sexual de las personas no debe ser motivo de discriminación y sus derechos deben ser respetados con la dignidad que les otorga su naturaleza humana.

En los adultos mayores está la sabiduría que Chile necesita para avanzar y en los jóvenes las ideas y energía para impulsar los cambios. Exigimos dignidad y respeto para nuestros adultos mayores y más amor y solidaridad intergeneracional

Personas con capacidades distintas. Las ciudades deben estar acondicionadas para que las personas con discapacidades físicas y/o sensoriales puedan desplazarse sin dificultades. Asimismo, deben tener una atención especial en la salud pública que les permita acceder a lo que requieran con la celeridad que exige su condición.

Equidad de género. La legislación debe eliminar diferencias arbitrarias entre hombres y mujeres, creemos firmemente que los patrimonios familiares deben ser administrados en forma participativa entre hombres y mujeres.

¿Por qué?

Otras propuestas sobre un solo país

Un solo país, sin discriminación y que valore la diferencia

Un s

olo

País

11.

Un s

olo

País


Reflexiones previas

La construcción de un país más justo y solidario supone también el reconocimiento que como sociedad debemos hacer de aquellos grupos que por ser minoritarios son vulnerables. Los inmigrantes, pueblos originarios, la diversidad sexual, los adultos mayores, los jóvenes, las mujeres y las personas con capacidades diferentes, requieren que el humanismo cristiano acoja sus dificultades, escuche sus necesidades, establezca sus derechos y los integre en plenitud a la sociedad.

Cada vez, en mayor medida, los grupos minoritarios van tomando notoriedad ya que exigen más y mejores derechos de la sociedad en su conjunto. Las diferencias de nacionalidad, etnia, sexo o edad ya no se esconden sino que se intensifican, debido a un cambio cultural de mayor aceptación de esas diferencias, lo que ha sido influido en muchos casos por movimientos ciudadanos que se atreven a visualizar estos temas por años escondidos.

La preocupación del humanismo cristiano por los grupos minoritarios, sus diferencias, derechos y oportunidades debe ser central en la reflexión del país justo, libre, solidario y comunitario que queremos construir a través

de la Juventud Demócrata Cristiana. Nuestro sueño de país se basa en la persona

como centro de la acción de las políticas públicas, con valor en su condición humana que es independiente de sus características diferenciadoras de las demás personas. Una sociedad de valores como la que soñamos, no sólo nos exige enfocar nuestros esfuerzos en derrotar la pobreza, superar las desigualdades económicas o mejorar la calidad de la educación, sino que también, ocuparnos de garantizar para sus ciudadanos una integración verdadera a los beneficios del desarrollo.

El aceptar estas diferencias, comprenderlas e integrarlas como naturales, supone que pensemos en nuevo Chile.

Con la llegada de la democracia, los gobiernos de la Concertación realizaron una decidida contribución en muchas de las materias vinculadas a los grupos minoritarios, sin embargo, falta mucho por avanzar para lograr la verdadera integración que los chilenos se merecen.

El Chile que dejamos atrás era un país con poco desarrollo cultural, con poca integración a la comunidad de internacional, con fuertes rasgos de discriminación y de nula integración.

Presidente, Juan Ignacio Olave ZuloagaSecretaria, Paulina Pizarro Barbieri

11. Un solo País


Acogemos a los inmigrantes con amor, fraternidad y solidaridad

Valoramos el aporte cultural, económico y social que han realizado las distintas colonias de inmigrantes al desarrollo de nuestro país. La interacción cultural nos permite integrar nuevas experiencias hacia un desarrollo integral de nuestra sociedad.

Reconocemos a todos aquellos inmigrantes que han contribuido con su esfuerzo y compromiso al enriquecimiento cultural de nuestro país. Reafirmamos nuestro compromiso con un mundo y una América Latina unida, que acoja a todos sus hijos con fraternidad y solidaridad en cada uno de sus países.

Rechazamos cualquier tipo de discriminación que se base en la nacionalidad de las personas. El Estado debe generar políticas públicas que integren de manera plena a los inmigrantes, en los derechos y oportunidades que Chile garantiza a todos sus hab-itantes. De igual forma, se debe generar una política de Estado para una inmigración ordenada a Chile.

Nuestros pueblos originarios son parte fundamental del nuevo Chile

Nos identificamos como un país en el que comparten herederos de diversos pueblos originarios. La Concertación en sus gobiernos avanzó en dignidad y derechos para los pueblos originarios en términos de salud, vivienda y educación, sin embargo, dejó mucho que hacer en reconocimiento de sus tradiciones, costumbres y enseñanzas, invisibilizando su tremendo aporte cultural a Chile.

Exigimos que Chile, sea capaz de reconocer constitucionalmente la interculturalidad, que implique otorgarles a los pueblos originarios la posibilidad de influir políticamente en las instituciones del Estado, generando políticas públicas que garanticen la participación en todos los procesos que busquen la representación popular.

Reconocemos en el “conflicto mapuche” un llamado de atención no sólo en lo que concierne a la situación de vulnerabilidad de muchos de ellos, sino que también en cuidar, preservar, promover y reconocer la identidad cultural del pueblo mapuche, como de todos los pueblos originarios existentes en Chile. Debemos ser capaces de avanzar hacia mayores niveles de autonomía en la organización política de los pueblos originarios, sin afectar la unidad política y territorial del país.

La diversidad sexual también es parte de un nuevo Chile y requiere respuestas desde nuestra inspiración cristiana y no sólo como expresión de la igualdad de derechos

La orientación sexual de las personas no debe ser motivo de discriminación y sus derechos deben ser respetados con la dignidad que les otorga su naturaleza humana. La legislación chilena debe procurar que no se cometan abusos contra la diversidad sexual y condenar categóricamente a aquellos que intenten hacerlo.

Como humanistas cristianos defendemos el principio básico de la plena igualdad de derechos para toda persona humana, sólo por su condición de tal, independiente cual sea su orientación sexual. Como cristianos, debemos dar respuesta a esta nueva realidad.

Culturalmente debemos avanzar hacia niveles de aceptación de la diversidad sexual, que impliquen su integración total a la vida social.


En los adultos mayores está la sabiduría que Chile necesita para avanzar y en los jóvenes las ideas y energía para impulsar los cambios. Exigimos dignidad y respeto para nuestros adultos mayores y más amor y solidaridad intergeneracional

Chile es un país que envejece a pasos agigantados. Los adultos mayores se han transformado en un grupo de personas que merece y requiere la máxima atención de la sociedad en su conjunto, especialmente respeto a su autonomía, además de protección y reconocimiento de los más jóvenes.

La Concertación durante sus gobiernos apoyó a los adultos mayores e implementó una reforma previsional, la que no obstante fue insuficiente.

Exigimos que nuestros adultos mayores tengan una vejez digna, en que la familia se preocupe de ellos, los cuide, los acompañe y los ame hasta el final de sus días. En caso de la no existencia o incapacidad de esta familia, es el Estado quien debe dar respuesta y generar las políticas públicas necesarias, tendientes a proteger y velar por su cuidado e integración.

La vejez de los chilenos debe darse en tranquilidad, como merecida retribución a una vida entregada al desarrollo del país, porque en ellos descansa la sabiduría para iluminar el devenir de las próximas generaciones. Para esto, se deben garantizar pensiones dignas, a todo evento y profundizar lo avanzado en tal dirección. Mejorar la calidad de la atención de salud pública, la cual debe ser completamente gratuita en su acceso y tratamiento, crear espacios de encuentro, integración al mundo laboral de ser posible y apoyar la educación continua de adultos mayores.

Nuestro compromiso es contribuir a conseguir altos niveles de cooperación entre las distintas generaciones, sobre la base del respeto, el amor y la dignidad humana.

Personas con capacidades distintas

Condenamos cualquier tipo de discriminación a las personas con capacidades distintas, nos indigna que sean mayoritariamente vulnerables y nos preocupa su salud. Nuestros gobiernos fueron capaces de impulsar reformas destinadas a integrarlos de mejor manera a la sociedad, sin embargo, los esfuerzos no fueron suficientes y hoy urge corregir los errores y complementar la tarea.

Las ciudades deben estar acondicionadas para que las personas con discapacidades físicas y/o sensoriales puedan desplazarse sin dificultades. Asimismo, deben tener una atención especial en la salud pública que les permita acceder a lo que requieran con la celeridad que exige su condición.

A su vez, los espacios públicos, relativo a los accesos a distintas instituciones (público-privadas) deben contar con adecuada infraestructura que permita su integración.

Ningún establecimiento de educación en Chile puede discriminar e impedir arbitrariamente la matrícula de un alumno con necesidades especiales, e incluso debe promover su integración en igualdad de condiciones con sus compañeros.

El Estado debe ser garante de la atención y tratamiento de las personas con necesidades especiales, debe promover su integración al mundo laboral a través de instrumentos económicos permanentes, debe apoyar a la persona y su familia desde la niñez hasta la vejez e impedir que una persona por el hecho de tener capacidades distintas sea objeto de discriminación y vulneración de derechos.

Equidad de género

Fueron los gobiernos de la Concertación, a través del Servicio Nacional de la Mujer, los que lograron instalar el tema de la equidad y paridad de género en el debate nacional. Sin embargo hoy la modernidad nos demanda otras necesidades que


debemos abordar con liderazgo. Reconocemos en el hombre y la mujer igualdad

en la contribución y participación en el desarrollo de la sociedad.

Las diferencias entre hombres y mujeres son naturales, se deben comprender y respetar y no deben ser objeto de discriminación en uno u otro sentido para ejercer los derechos que le asisten a todas las personas.

La legislación debe eliminar diferencias arbitrarias entre hombres y mujeres, creemos firmemente que los patrimonios familiares deben ser administrados en forma participativa entre hombres y mujeres.

Creemos y apoyamos el rol que deben cumplir hombres y mujeres en la crianza y cuidado de los hijos, por cuanto impulsamos y respaldamos la legislación de tuición compartida en el caso disolución familiar.

En salud y previsión no se puede discriminar a la mujer, por el hecho de ser madre o estar en edad de serlo. En lo laboral, a igual trabajo debe ser igual remuneración. En política se debe fomentar su participación mediante mecanismos que le permitan competir en igualdad de condiciones.

La equidad de género para nosotros supone reconocer, respetar y promover las diferencias, pero jamás discriminar en los derechos.

12.

Ratificamos nuestra vocación popular y transformadora y aspiramos a superar el concepto de vocación hacia la acción popular y transformadora. A partir de nuestra vocación de mayoría, buscamos superar las estructuras de de injusticia.

La JDC propone

La Democracia Cristiana debe reorientar sus esfuerzos a recuperar presencia y liderazgo en los sectores más desposeídos, retomando nuestra aproximación ética y doctrinaria al combate de la pobreza, por sobre consideraciones estratégicas y utilitaristas.

La DC debe condenar y denunciar con dureza el asistencialismo feroz, la instrumentalización de la pobreza y la degeneración del proselitismo político en una actividad mercantil, con que la extrema derecha populista, ha capturado a los sectores populares obteniendo importantes dividendos electorales.

Propondremos al partido en su próxima Junta Nacional, la creación de un Vicepresidente nacional del PDC, avocado a la generación de una estructura de cuadros de dirigentes sociales en todo el país.

La JDC, revolución y vanguardia para una nueva Democracia Cristiana. La JDC debe ser el principal motor del partido en el planteamiento crítico respecto a la vigencia de las aptitudes transformadoras de nuestra doctrina.

Con quienes queremos transitar. La JDC debe avanzar hacia la superación de la Concertación, que sea el claro heredero del legado de los últimos 22 años; que asuma sus éxitos y que revise críticamente sus deficiencias; que sustente su domicilio en la alianza firme y fraterna entre el humanismo cristiano y el humanismo laico; y que se construya desde el centro hacia la izquierda,

Hacia una reinserción decidida en la base social. Consideramos necesario impulsar un proceso de capacitación y adoctrinamiento de dirigentes sociales en el marco de nuestros principios, destinado a fortalecer la organización de la base social, los mecanismos de rendición de cuentas de las autoridades y la presencia de nuestro movimiento en todo el país.

La Renovación como tarea institucional de la JDC, promovida y apoyada desde el PDC. La Democracia Cristiana debe fijar anualmente una política estratégica de renovación de sus cuadros. Tanto al interior del partido, como para el ejercicio de distintas responsabilidades públicas.

Fraternidad, Unidad y Disciplina interna. Hacia nuestra Fiesta Anual de la Fraternidad Demócrata Cristiana

¿Por qué?

Otras propuestas sobre la Democracia Cristiana

Una Democracia Cristiana de Acción Popular Cristiana y Transformadora

Dem

ocra

cia

Cris

tiana

12.

Dem

ocra

cia

Cris

tiana


La JDC, revolución y vanguardia para una nueva Democracia Cristiana

Como jóvenes demócrata cristianos, no nos conformamos con cambios cosméticos para nuestra sociedad, aspiramos a una verdadera revolución de las estructuras sociales.

A su vez, reafirmamos la vigencia de nuestra doctrina y asumimos como rol de la Juventud Demócrata Cristiana su preservación y práctica, asumiendo que la forma de llevarla a cabo actualmente atraviesa por una crisis.

En tal sentido, la JDC debe ser el principal motor del partido en el planteamiento crítico respecto a la vigencia de las aptitudes transformadoras de nuestra doctrina.

Reafirmamos la vigencia de nuestra identidad como jóvenes, que es revolucionaria, vanguardista, idealista y racional.

Con quienes queremos transitar

Las alianzas de nuestro partido deben darse en el marco de nuestro proyecto de sociedad, siempre sujeta al bien común del país y tener como fundamento elemental la promoción de la dignidad de la persona, la democracia, la justicia social, la

distribución de la riqueza y el respeto a los derechos humanos, como también, no las justificamos para fines exclusivamente electorales. Asimismo, nuestra política de alianza debe respetar nuestra identidad vanguardia.

En el mismo sentido y en la medida que las necesidades del país lo exijan, creemos en la promoción de acuerdos en temas de interés nacional con bloques o movimientos que no son nuestros naturales aliados (izquierda- derecha), pero con los que compartimos los fundamentos elementos señalados.

A su vez, y en lo que se refiere al estado actual de la Concertación de Partidos por la Democracia, reconocemos a una coalición que dirigió con va-lentía y autoridad la transición desde la dictadura a la democracia en nuestro país, jugando un rol fundamental en la recuperación de la dignidad del pueblo chileno.

Sin embargo, los tiempos actuales requieren dar un paso más. Tal como lo exigen y lo esperan la gran mayoría de los chilenos y bajo el firme compromiso de derribar las estructuras de injusticia social, política y económica en el Chile de hoy, la JDC debe avanzar hacia la superación de la Concertación, promoviendo la conformación de un espacio que expresen fielmente los anhelos

Presidente, camarada Priscila Corsi CáceresSecretario, camarada Pedro Isla Reyes

12. Democracia Cristiana


de dicha mayoría social y política; que sea el claro heredero del legado de los últimos 22 años; que asuma sus éxitos y que revise críticamente sus deficiencias; que sustente su domicilio en la alianza firme y fraterna entre el humanismo cristiano y el humanismo laico; y que se construya desde el centro hacia la izquierda, de la misma forma como lo ratifica la férrea alianza entre el Partido Demócrata Cristiano y el Partido Socialista de Chile.

Desde ese domicilio político debe buscar el trabajo conjunto y coordinado con todos aquellos partidos y movimientos sociales que compartan los marcos de acción definidos en las conclusiones de nuestro V Congreso Ideológico y Programático, avanzando con prioridad en aquellas que modifican nuestro actual sistema electoral.

Un partido de vocación popular a uno de Acción Popular Cristiana y Transformadora

Ratificamos nuestra vocación popular y transformadora y aspiramos a superar el concepto de vocación hacia la acción popular y transformadora.

A partir de nuestra vocación de mayoría, buscamos superar las estructuras de de injusticia.

La Democracia Cristiana debe reorientar sus esfuerzos a recuperar presencia y liderazgo en los sectores más desposeídos, retomando nuestra aproximación ética y doctrinaria al combate de la pobreza, por sobre consideraciones estratégicas y utilitaristas.

De igual forma, debe condenar y denunciar con dureza el asistencialismo feroz, la instrumentali-zación de la pobreza y la degeneración del proselit-ismo político en una actividad mercantil, con que la extrema derecha populista, ha capturado a los sec-tores populares obteniendo importantes dividendos electorales.

Nuestra relación con los más pobres se construye sobre la base del amor, la solidaridad, la caridad y la

justicia social y no sobre la base del clientelismo. Propondremos al partido en su próxima Junta Nacional, la creación de un Vicepresidente nacional del PDC, avocado a la generación de una estructura de cuadros de dirigentes sociales en todo el país, que asegure la reinserción del partido en los sectores más desposeídos de manera de permitir nuevamente a la Democracia Cristiana recuperar nuestra mayoría política y social. Dicho Vicepresidente, deberá ser electo en una Junta Nacional a propuesta de todos los Frentes.

Hacia una reinserción decidida en la base social

La Democracia Cristiana no se entiende si no está inserta en la base social. Consideramos necesario impulsar un proceso de capacitación y adoctrinamiento de dirigentes sociales en el marco de nuestros principios, destinado a fortalecer la organización de la base social, los mecanismos de rendición de cuentas de las autoridades y la presencia de nuestro movimiento en todo el país.

Asimismo, nos parece necesario promover la participación de los militantes en los niveles sociales, como también, que aquellos que deban representar a nuestro partido tengan previamente participación en la base social. De igual manera, estimamos necesario dar mayores atribuciones y obligaciones a las estructuras territoriales comunales y una política nacional de capacitación y adoctrinamiento para éstos que favorezcan el ejercicio de sus cargos.

La Renovación como tarea institucional de la JDC, promovida y apoyada desde el PDC

La renovación de elenco y de cuadros debe constituir un imperativo ético y estratégico para la Democracia Cristiana. Para eso, debe transformar la formación y capacitación de nuevos dirigentes en una tarea prioritaria y promover a los mejores,


depositando para ello la responsabilidad política en la Juventud Demócrata Cristiana, tanto para la formación y captación de nuevos jóvenes. Esto supone la colaboración permanente del partido en todas aquellas materias que sean necesarias para alcanzar dichos fines estratégicos.

De igual manera, la Democracia Cristiana debe fijar anualmente una política estratégica de renovación de sus cuadros. Tanto al interior del partido, como para el ejercicio de distintas responsabilidades públicas.

Fraternidad, Unidad y Disciplina interna. Hacia nuestra Fiesta Anual de la Fraternidad Demócrata Cristiana

Proponemos un nuevo trato al interior del partido, construido sobre la base del reconocimiento y promoción de nuestros liderazgos, del entendimiento y el diálogo respetuoso entre las distintas miradas que conviven al interior del partido, de la generosidad y la valoración del esfuerzo, dedicación y capacidades de sus dirigentes.

Asimismo, rechazamos aquellas manifesta-ciones públicas de camaradas que atenten contra el interés superior del partido o que ventile públi-camente nuestra vida íntima y partidaria. Nuestras diferencias las resolvemos en el seno de nuestra institucionalidad y en los cauces establecidos para ello.

Proponemos transformarnos en un partido en que la fraternidad, la unidad y la disciplina interna, sean los pilares fundamentales que guíen la actividad política de los dirigentes demócratas cristianos y de cada uno de sus militantes.

Para lo anterior, se propone actualizar y modificar la orgánica partidaria (estructuras-estatutos) con el objeto de fomentar la aplicación práctica de estos conceptos. Entre éstos, la creación de comités de ética regionales.

Asimismo, el partido debe organizar una instancia anual de reunión y reencuentro de su militancia, en los niveles regionales y nacionales. Par esto, proponemos la Fiesta Anual de la Fraternidad Demócrata Cristiana.


Agradecimientos

Juventud Demócrata CristianaAgradecemos a todas las personas que de

una u otra manera, con su compañía, apoyo y contribución en distintos aspectos, hicieron posible la realización de nuestro V Congreso

juvenil. Especialmente a:

Alvear, SoledadAlessandri, RositaAliaga, ErikaAlmanza, CarlosAlbornoz, LauraAravena, RobertoArriagada, ClaudioAuri, RenatoAylwin Azocar, Patricio Badenier, OsvaldoBadenier, PabloBaeza, JaimeBarahona, FabiánBarría, HéctorBeas, EduardoBehnke, ErnestoBoizard, RicardoBravo, MarceloBriceño, CamilaBurgos, HugoBurmeister, José MiguelBurrows, JaimeCalderón, RamónCampbell, PaulinoCampos, JoséCaraball, ElianaCárcamo, Juan

Carvajal, LuzCastro, ClaudioCerda, EduardoCéspedes, OrlandoChahín, FuadChamia, DaniloCierpes, MiguelCollins, ElizabethConcha, EstebanCruz-Coke, MartaDazarola, FernandoDe Gregorio, JoséDíaz, ClaudiaDíaz, JoséDrago, MarceloElórtegui, EstebanEpuyado, LucioEscudero, CristinaEspina, JessicaFernández, MarioFuentes, MarioGalgani, DanteGallardo, ManuelGálvez, NicolásGarcía, PabloGarcía-Huidobro, Ana María

Gavilán, PatricioGlasinovic, WladimirGoic, CarolinaHenríquez, CarolinaHernández, JoséHernández, OsvaldoHerrera, CristiánHerrera, PauloHinojosa, María JoséHuneeus, CarlosInsulza, ValentinaJiménez, EvaJiménez, JorgeJouannet, ChantalKucera, CeciliaLarraín, AlbertoLe-Fort, Guillermo León, GracielaLeón, RobertoMadrid, JulioMaldonado, VíctorMalla, CarlaMallea, PilarMancilla, EugeniaMartínez, GutenbergMartínez, PabloMassad, Carlos

Matta, EnriqueMatta, Manuel AntonioMéndez, FelipeMicco, SergioMiranda, CarlaMolina, MiguelMolina, SergioMontiglio, Ignacio Montoya, JoséMorales, DavidMorano, JuanMuñoz, FernandoMuñoz, JavierMuñoz, SergioOlave, Juan IgnacioOrellana, CristinaOrrego, ClaudioOrtega, SergioOrtiz, José MiguelOtaíza, FernandoOvalle, MauricioPacheco, MáximoPalacios, NicolásPalma, GabrielParedes, María EugeniaParra, IvánPeña, Pilar


Pesce, AlfredoPizarro, JorgePizarro, PaulinaProvoste, YasnaQuiroga, AnitaRincón, RicardoRincón, XimenaRiveros, EdgardoRomero, AndrésRosas, José AntonioRuiz, HéctorRuiz-Esquide, MarianoSabat, José AntonioSaffirio, EduardoSaffirio, IgnacioSánchez, ArmandoSanhueza, EstebanSanhueza, RubiSanta Cruz, Andrés Santibañez, PaulinaSchulz, ErickaSepúlveda, GabrielaSepúlveda, RodrigoSesnich, PatricioSilva Bascuñán, AlejandroSilva, JaimeSoto, Juan CarlosSoto, MarioSzmulewicz, EstebanTorres, José MiguelTorres, VíctorUndurraga, AlbertoUrrutia, NelsonUrrutia, RobertoValderrama, ClaudiaValdés, RodolfoValenzuela, MoisésVega, JosuéVial, Sebastián Walker, IgnacioWalker, JoaquínWalker, Patricio

Zaldívar, AndrésZilic, Martín

Comisión Organizadora del V Congreso Ideológico y Programático de la Juventud

Demócrata Cristiana

Sáez, Nicole Secretaria Ejecutiva Congreso Ideológico y Programática de la JDC

Ruiz, José Manuel Coordinador General del V Congreso Ideológico y Programático de la JDC

Bascuñan, LorenzoCortes, IsidroGuzmán, PaulJorquera, TamaraLeyton, AndreaMadrid, GabrielMallea, RamónPalma, BraulioPérez, ConstanzaRomo, IgnacioSoto, Bernardita

“Comisión Programática V Congreso Ideológico y Programático de la Juventud

Demócrata Cristians

Rivera Foo, Gianni Presidente

Aparicio, Carlos Secretario

Muñoz, FernandoMadrid, GabrielRamírez, Oscar

Morales, IvánIturri, SergioPerez, PatricioVega, EstebanSifri, DanielaDíaz, Juan Pablo

Juventud Demócrata Cristiana,

2010-2012

Cash, Jorge Andrés Presidente Nacional JDC

Leyton, Andrea 1era Vicepresidente Nacional JDC

Ogaz, Mario 2do Vicepresidente Nacional JDC

Díaz, Juan Pablo 3er Vicepresidente Nacional JDC

Salvo, Constanza 4to Vicepresidente Nacional JDC

Perez, Patricio 5to Vicepresidente Nacional JDC

Vega, Esteban 6to Vicepresidente Nacional JDC

Barrientos, Nicolás 7mo Vicepresidente Nacional JDC

Muñoz, Irene Secretaria Nacional JDC

Bascuñán, Lorenzo Subsecretario de Regiones JDC

Pinochet, María Gabriela Subsecretaria Nacional JDCAcuña, Mario Consejero Nacional JDC

Ahumada, Israel Consejero Nacional JDC

Aparicio, Carlos Consejero Nacional JDC

Arriagada, Armando Consejero Nacional JDC

Cáceres, Nicolás Consejero Nacional JDC

Gómez, Pamela Consejero Nacional JDC

Iturri, Sergio Consejero Nacional JDC

Kloker, Juan Andrés Consejero Nacional JDC

Madrid, Gabriel Consejero Nacional JDC

Matus, Esteban Consejero Nacional JDC


Morales, Iván Consejero Nacional JDC

Muñoz, Fernando Consejero Nacional JDCParra, Cristian

Consejero Nacional JDC

Ramírez, Oscar Consejero Nacional JDC

Rivera, Gianni Consejero Nacional JDC Sifri, Daniela Consejero Nacional JDC

Araya, Solange Presidenta Regional JDC Arica

Ceballos, Juan Pablo Presidente Regional JDC Tarapacá

Saavedra, María Presidenta Regional JDC Antofagasta

López, Eliana Presidenta Regional JDC Atacama

Pizarro, Héctor Presidente Regional JDC Coquimbo

Araneda, Mauricio

Presidente Regional JDC Valparaíso Costa

Ochoa, Sergio Presidente Regional JDC Valparaíso Cordillera

Tobar, Max Presidente Regional JDC O`Higgins

Domínguez, Patricio Presidente Regional JDC Maule Norte

Vergara, Mauricio Presidente Regional JDC Maule Sur

Inostroza, María

Carolina, Presidenta Regional JDC BíoBío Costa

Concha, Cristián Presidente Regional JDC BíoBío Cordillera

Morales, Silvana Presidenta Regional JDC Araucanía Norte

Vergara, Eduardo Presidente Regional JDC Araucanía Sur

Lepe, Rodrigo Presidente Regional JDC Los Ríos

Nuñez, Guillermo

Ex Presidente Regional JDC Los Lagos

Peranchiguay, Alexis Presidente Regional JDC Magallanes

Isla, Pedro Presidente Regional JDC Metropolitana Oriente

Muñoz, José Miguel Presidente Regional JDC Metropolitana Poniente

Ruiz, José Manuel Encargado Nacional Secundario JDC

Sáez, Nicole Encargada Nacional de Formación JDC

Padilla, Marcelo Encargado Nacional Medio Ambiente JDC

Calderón, Diego

Encargado Nacional Universitario JDC

Godoy, Loreto Encargada Relaciones Internacionales JDC

Almendras, Ángel Encargado Nacional Cultura JDC

González, Wilson Encargado Nacional Comunicaciones JDC

Pérez, Constanza Encargada Nacional Comisión Digital JDC

Ramírez, Trinidad Editora publicación V Congreso Ideológico JDC


FotografíaTrabajo, Reforma popular,

Medio Ambiente, Mirada al Globo y Juventud

Jorge Ponce

Diseño Editorial

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