la inversión (en innovación) va por barrios

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Jueves, 3 de mayo de 2012 LA GACETA 1 María L. Nalda y Pierre Boulat. Con consenso parlamentario, la I+D está llamada a retomar las riendas del creci- miento en España y liderar la salida de la crisis; pero, ¿es España un país innovador? La respuesta no está clara, aunque si se compara con los países de la UE, no. El retraso estructural es evidente según los últimos datos de la Comisión Europea (Eurostat), que nos sitúan en el vagón de cola en gasto en I+D, muy por debajo de la media. Sólo países como Chipre, Letonia, Eslovaquia y Rumanía invierten menos. Sin embargo, la situación es más preocupante atendiendo a la estructura nacional: algu- nas comunidades autónomas sí que son indudablemente innovadoras, por ejemplo, Navarra o País Vasco, dos casos que supe- ran con creces el promedio europeo. Los datos arrojan un panorama muy desigual y a la brecha interestatal se une otra, no menos importante, en este caso, interregional. Baste un dato para ilustrar la situación: según el Instituto Nacional de Estadística (INE), más del 50% del gasto en innovación en empresas se reparte entre Madrid y Cataluña. El porcentaje restante se divide entre las otras 15 comunidades autónomas de forma desigual. Según Juan Mulet, director general de la Fundación para la Innovación Tecnoló- gica Cotec, “no se ha equiparado la situa- ción de las autonomías y el resultado es que tenemos un grupo de comunidades que tra- dicionalmente han aportado más ingresos y concentran la mayor parte de la industria en España, y otras donde las inversiones son bastante reducidas”. Desigualdad El panorama de la I+D en España supone una encrucijada estructural de difícil solu- ción en medio de una complicada realidad presupuestaria. De acuerdo con los datos del INE: las comunidades con más fuerza a nivel de innovación de nuestro país son Madrid, Cataluña, País Vasco, Navarra y Castilla y León. En un nivel intermedio, las regiones con una innovación en desarrollo serían Aragón, Andalucía, Galicia y la Comunidad Valenciana. Y por último, con una innovación incipiente se sitúan las Islas Baleares, Castilla–La Mancha, Extrema- dura, Murcia, Asturias, Cantabria, La Rioja y Canarias. Esta heterogeneidad tiene su repercusión sobre el PIB regional. Todas las comunidades autónomas cuentan con planes de fomento de la I+D, una estrategia a 17 bandas para grandes empresas y pymes bajo el paraguas finan- ciero de programas comunitarios y estata- les que, en los últimos tiempos, no se han librado de los recortes. La I+D deberá ejercer sus funciones con un presupuesto de mínimos, la reducción de personal investigador y la paralización de proyectos. La ciencia española contará este año con menos de 6.400 millones para cumplir su cometido, es decir, un 25% menos que hace un año. Y analizando los pormenores de la tijera, el mayor varapalo lo tendrán que asumir la mayoría de las ins- tituciones investigadoras beneficiarias de créditos y subvenciones, unas partidas que se han reducido el 40% desde 2009. Con los presupuestos en mínimos y cerrado el grifo de los préstamos, salen a la palestra los dos factores que han dirigido la situación de la I+D al contexto actual. Por un lado, la escasa inversión pública y priva- da en ciencia (continuamente reclamada por entidades científicas y el entorno uni- versitario) que no ha encontrado una res- puesta en los años de bonanza. Por otro lado, dicha inversión no ha gozado de esta- bilidad y se ha visto interrumpida o redu- cida a ritmo de vaivén, sin continuidad. Dadas las circunstancias queda por ver cómo se lleva a término la Ley de la Cien- cia, la Tecnología y la Innovación, la misma que reclama una apuesta decidida por un modelo productivo basado en la innovación y en la investigación y que fue aprobada hace un año por la práctica totalidad de los miembros del Congreso y cuya aplicación se esperaba con carácter de urgencia. INNOVACIÓN El gasto autonómico en innovación está marcado por la heterogeneidad l Más del 50% se reparte entre Madrid y Cataluña l El resto, entre las otras 15 comunidades autónomas La inversión va por barrios

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Page 1: La inversión (en innovación) va por barrios

Jueves, 3 de mayo de 2012 la GaCETa 1

María L. Nalda y Pierre Boulat. Con consenso parlamentario, la I+D está llamada a retomar las riendas del creci-miento en España y liderar la salida de la crisis; pero, ¿es España un país innovador? la respuesta no está clara, aunque si se compara con los países de la UE, no. El retraso estructural es evidente según los últimos datos de la Comisión Europea (Eurostat), que nos sitúan en el vagón de cola en gasto en I+D, muy por debajo de la media. Sólo países como Chipre, letonia, Eslovaquia y Rumanía invierten menos. Sin embargo, la situación es más preocupante atendiendo a la estructura nacional: algu-nas comunidades autónomas sí que son indudablemente innovadoras, por ejemplo, Navarra o País Vasco, dos casos que supe-ran con creces el promedio europeo. los datos arrojan un panorama muy desigual y a la brecha interestatal se une otra, no menos importante, en este caso, interregional. Baste un dato para ilustrar la situación: según el Instituto Nacional de

Estadística (INE), más del 50% del gasto en innovación en empresas se reparte entre Madrid y Cataluña. El porcentaje restante se divide entre las otras 15 comunidades autónomas de forma desigual. Según Juan Mulet, director general de la Fundación para la Innovación Tecnoló-gica Cotec, “no se ha equiparado la situa-ción de las autonomías y el resultado es que tenemos un grupo de comunidades que tra-dicionalmente han aportado más ingresos y concentran la mayor parte de la industria en España, y otras donde las inversiones son bastante reducidas”.

DesigualdadEl panorama de la I+D en España supone una encrucijada estructural de difícil solu-ción en medio de una complicada realidad presupuestaria. De acuerdo con los datos del INE: las comunidades con más fuerza a nivel de innovación de nuestro país son Madrid, Cataluña, País Vasco, Navarra y Castilla y león. En un nivel intermedio, las

regiones con una innovación en desarrollo serían aragón, andalucía, Galicia y la Comunidad Valenciana. Y por último, con una innovación incipiente se sitúan las Islas Baleares, Castilla–la Mancha, Extrema-dura, Murcia, asturias, Cantabria, la Rioja y Canarias. Esta heterogeneidad tiene su repercusión sobre el PIB regional. Todas las comunidades autónomas cuentan con planes de fomento de la I+D, una estrategia a 17 bandas para grandes empresas y pymes bajo el paraguas finan-ciero de programas comunitarios y estata-les que, en los últimos tiempos, no se han librado de los recortes. la I+D deberá ejercer sus funciones con un presupuesto de mínimos, la reducción de personal investigador y la paralización de proyectos. la ciencia española contará este año con menos de 6.400 millones para cumplir su cometido, es decir, un 25% menos que hace un año. Y analizando los pormenores de la tijera, el mayor varapalo lo tendrán que asumir la mayoría de las ins-

tituciones investigadoras beneficiarias de créditos y subvenciones, unas partidas que se han reducido el 40% desde 2009. Con los presupuestos en mínimos y cerrado el grifo de los préstamos, salen a la palestra los dos factores que han dirigido la situación de la I+D al contexto actual. Por un lado, la escasa inversión pública y priva-da en ciencia (continuamente reclamada por entidades científicas y el entorno uni-versitario) que no ha encontrado una res-puesta en los años de bonanza. Por otro lado, dicha inversión no ha gozado de esta-bilidad y se ha visto interrumpida o redu-cida a ritmo de vaivén, sin continuidad. Dadas las circunstancias queda por ver cómo se lleva a término la ley de la Cien-cia, la Tecnología y la Innovación, la misma que reclama una apuesta decidida por un modelo productivo basado en la innovación y en la investigación y que fue aprobada hace un año por la práctica totalidad de los miembros del Congreso y cuya aplicación se esperaba con carácter de urgencia.

innovación

El gasto autonómico en innovación está marcado por la heterogeneidad l Más del 50% se reparte entre Madrid y Cataluña l El resto, entre las otras 15 comunidades autónomas

La inversión va por barrios