la germanía de orihuela. josé ojeda nieto

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  • 7/21/2019 La Germana de Orihuela. Jos Ojeda Nieto

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    CAPTULO 9

    LA GERMANA DE ORIHUELA

    NOTA PRELIMINAR

    El estudio que el lector tiene en sus manos, de caractersticas y amplitud parcas,propias de un artculo, se escribi bajo unos parmetros concisos, prefijados por quien"propuso" un proyecto de anlisis histrico ms profundo y extenso.

    Jos Alenda, all por las primeras dcadas del siglo XVII, escribi un libro dehistoria local, o crnica adaptada a la poca, sobre Orihuela: desde sus orgeneshasta, ms o menos, los acontecimientos coetneos al autor. Los captulos en los quesubdividi su estudio los intitul annotaciones. As, en el libro pueden hallarse unasanotaciones sobre el origen de Orihuela, otras anotaciones sobre el pleito del obispado

    y otras ms... sobre la germana oriolana.El proyecto inicial, que como se ha dicho qued en eso, en proyecto, pretenda

    dar a conocer el trabajo original de Alenda, presentndolo en transcripcin fiel, msunas anotaciones que deberan, al tiempo que remedar al mismo Alenda, aportarnuevos conocimientos y nuevas visiones a los temas tratados por el autor. Es decir, setratara de llevar a cabo unas anotaciones a las annotaciones. De cada una de ellas seencargara una persona, "estudioso" prximo al tema. Me correspondi anotar las

    annotacionesde la germana.De modo y manera que "La germana de Orihuela " se organiza intentandorespondercorregir o confirmara Alenda. No es en modo alguno un estudio sobrela germana oriolana, sino una "glosa", si as puede decirse, al trabajo del autor. No heintentado, pues, hacer un anlisis del tema concreto, que dara para algo ms que unartculo, sino, dicho llanamente, responder al autor.

    El lector comprender por qu no se profundiza en determinados conceptos,hechos y explicaciones queverbigracia, el tema del obispadosurgen en el artculo.Se entenda que estos temas seran tratados por otros autores. Deba centrarme en "mianotacin", dan-do por hecho que otras precedentes quedaran argumentadas por lostrabajos del equipo restante. No fue as, y ahora pudiera pensarse que faltan

    explicaciones de determinados hechos que sin duda tuvieron un influjo cuando menosinteresante, si no de gran trascendencia, para entender el momento histrico analizado.

    1. PREFACIO

    En la Annotacion 14 del Libro 2, dedicada a las Comunidades de Castilla yGermania de Valencia, advierte Alenda que habr de tratarlo mui de paso pues yay estamos en la cuarta dcada del diecisietemuchos historiadores las han escritocumplidas. Cierto es que con respecto a otros temas, tales como el origen y nombre deOrihuela`, o el pleito del Obispado`, queda en inferioridad de trato, pero no es tan

    reducido, en proporcin a la amplitud temtica, como en principio quiere hacer creer.

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    Por la misma poca inicios de la dcimo sptima centuria, otros dos escritores, noambos historiadores, aunque s vecinos de la ciudad, se enfrentaron al tema de las Ger-

    manas con visin muy similar. Bellot, el primero el historiador, no quisoprofundizar demasiado; como si, a su entender, se precisase mayor lejana temporal parajuzgar con ms amplitud de miras. Y an as, lo que dijo servir de base a todos loshistoriadores posteriores. Unos aos antes Antoni Almnia, secretario del consell,realiz un resumen de las actas y al llegar al ao 1520 y tras dar noticia de algunosacontecimientos relacionados con el origen de la germana oriolana negosi tandanys a la present ciutat, opt por obviar los puntos ms calientes, sin duda lospuntos ms interesantes. Mas pas por encima:

    No determine desta matria tractar ms perqu mon intent no es cambie verdites coses, encara que tot consta ab actes que els que els (sic) voldran veure

    poden acodir al llibre dest any.

    En los tres autores mencionados parece descubrirse un cierto recelo al tema. Yes que los tres, aunque Almnia no hace historia, buscan el panegrico (Bellot,ciertamente, el ms realista), en el que Orihuela aparece siempre como ciudad fiel yleal, y la revuelta agermanada contradice la fidelidad. De aqu los intentos por probarque slo fue una parte de la ciudad la que se rebel. Lo veremos muy claro en Alenda, ytambin en Bellot. Ambos descargan la responsabilidad de la revuelta en el pueblollano. Bellot lleva al mismo ttulo su hiptesis: Tratado de la Germana que inventaronlos plebeyos contra los nobles, y enfocar su explicacin bajo esta ptica. Alenda noslo le sigue, sino que tomar la misma hiptesis y la ampliar con el objeto desalvaguardar la imagen de la ciudad. Advirtamos, antes de seguir adelante, que amboshistoriadores sacaron la idea de la documentacin. No slo interpretaron, sino que as lodicen explcitamente las fuentes escritas. Fuentes, al fin y al cabo, tambin interesadas.En efecto, en los informes elaborados tras la revuelta con el fin, sobre todo, de recuperarlo que se haba llevado el Marqus de los Vlez, se dice con claridad en aquestosanys fonch suscitada una rebellio o germania sagramentat entre la major part delspopulars.

    Por eso, nuestro autor se esforzar en demostrar que las Comunidades de Castillafueron peores, pues en ellas hubo caballeros, participaron nobles. O sea, personajes enlos que se mira la sociedad de entonces. En cambio, en Orihuela, y aun en todo el

    Reino, no caio en ella cavallero alguno. Por lo tanto, las Germanas no sonequiparables a la rebelin castellana, ni Orihuela que es lo que trata de demostrarha perdido el prestigio de ciudad leal, pues la gente de mayor estima la que haceciudad no se apunt a la revuelta. Pero an hay ms. Para remachar este hechoprecisar que si bien la mayor parte de los agermanados procede del grupo de losplebeyos, no lo fueron por eleccin propia, pues muchos fueron forsados. Juntoa l, todos los historiadores contemporneos insistirn en el hecho de que PerePalomares y los agermanados obligaron al pueblo a inscribirse como tales. Al exponereste hecho Alenda trata de probar que los revoltosos fueron pocos. El Rey y demsautoridades no opinara igual, y menos que nadie el gran vencedor de la batalla deBonanza, el Marqus de los Vlez, don Pedro Fajardo, para quien Orihuela se haba

    rebelado entera, razn por la que hubo de tomarla y ganarla.

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    El tema objeto de nuestro anlisis y estudio:

    la germana oriolana de la "Annotacion 14"

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    He aqu otra cuestin cara para un hombre gustoso en leyes como Alenda,

    cannigo y licenciado en derecho. Orihuela no fue ganada, sino reducida a obediencia.Cuestin que en esencia busca el mismo objeto ya sealado: demostrar que siemprepermaneci leal al Rey. Desde la lejana histrica, puede parecer balad el asunto de si

    fue ganada o reducida`, para los contemporneos al evento era de extrema importancia;y para los especialistas y doctores en leyes, un argumento bsico en su defensa paraprobar que la autorizacin del Marqus fue, adems de sanguinaria, impropia y noajustada a derecho. El Marqus, en cambio, defender la interpretacin contraria,porque hacerlo justificaba su actuacin en el saco de Orihuela: una ciudad ganada, queno reducida, quedaba a disposicin del ejrcito. Alenda, sin embargo, elucubrar una yotra vez sobre el sentido de reducir y ganar`, llevando el carro por su carril, pues si hasido reducida y no ganada es tanto como decir que Orihuela nunca dej de ser lealciudad, que los facinerosos slo fueron unos cuantos y de baja categora social, y que elMarqus sobrepas sus poderes al dejar al ejrcito con libertad de accin en el saqueo.

    Cuando el Marqus de los Vlez se niegue a devolver la artillera y las banderas

    (la ensea oriolana y otras de caballeros) alegar que fueron tomadas en justa guerra.Esta opinin ser defendida, y aireada, por el historiador murciano Cascales,

    justificando as a su compatriota. Y ste es el otro objetivo de Alenda: refutar lasexplicaciones y los argumentos del murciano. Porque la parte descriptiva, los hechos ens, tiene para l menos importancia, aunque no la rehya. Al cabo, los historiadores lashan escrito cumplidas, muy especialmente segn lEscolano, de quien se sirve enlneas generales.

    Hay un tercer argumento, reiterado por Alenda, reiterativo en la historiografalocal, que trata de justificar el porqu de la posicin oriolana en el bando agermanado,que no es otro que el famoso pleito de la catedralidad y del obispado`. La tensin conMurcia por esta ltima causa, ser razn utilizada una y otra vez por los cronistas. Elsaqueo de los murcianos lo usar Alenda para desviar la atencin, haciendo queOrihuela aparezca como ciudad mrtir ms que como ciudad rebelde.

    Mas Alenda no vio en esta explicacin el error interpretativo en el que habacado: si la plebe sali a enfrentarse al ejrcito murciano, fue la plebe que eraagermanada, y no los caballeros, la que defendi la ciudad, la que en ltima instanciapele por la catedral frente a los murcianos, pues estos mismos haban dicho quellegaron a Orihuela por esta causa de la catedral y nopor la de los agermanados.Una vez ms Alenda ha interpretado de acuerdo con los informes elaborados conposterioridad a la revuelta. Informes que buscaban tambin desviar la atencin,insistiendo, por ejemplo, en que si el Marqus de los Vlez es molt enemich capital de

    aquesta ciutat de Oriola, lo es por causa de la sglesia catredal.En resumen, toda la explicacin de Alenda sobre la germana de Orihuelapretende justificar la postura de la ciudad: expone argumentos que niegan la rebelin,descarga las culpas en una parte de la ciudad, los plebeyos, y aade un ingredientepeculiar para explicar por qu se exacerbaron los nimos, la tensin, que se remonta atiempos bajomedievales, entre Orihuela y Murcia. Mas no niega que hubo revuelta.Cmo la explica ser algo a lo que responderemos ms adelante. Configuremos primeroel lugar donde ocurrieron los hechos.

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    La Orihuela de la germana.(Representacin "imaginada" por el autor)

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    2. PRESENTACIN: EL ESCENARIO

    La Historia actual no explica los acontecimientos sin previa presentacin delescenario donde se desenvuelven. De aqu que haya historiadores actuales que definanla Historia como el anlisis del espacio histrico.

    Alenda, al describir la muralla que circunda la ciudad y explicar la evolucinurbana en la Annotacin 7 del Libro 1, aporta datos interesantes al conocimiento dela ciudad de Orihuela en el siglo XVII, pero nada dice de cmo era en 1521, y aosadyacentes. Hoy da no podra hacerse una Historia de la Germana de Orihuela sinprecisar primero esos interrogantes. Vayan, pues, unas breves pinceladas sobre elescenario y los actores.

    Era Orihuela, all por los aos veinte del siglo XVI, una ciudad desde el 11 deseptiembre de 1437mediana a nivel peninsular, con cierta consideracin a nivel delReino de Valencia. Ofreca una vista medieval, rodeada de murallas y muros. Lasprimeras cercando a la ciudad propiamente dicha, la antigua madinamusulmana, losmuros protegiendo a sus dos arrabales: arrabal de San Juan (nombre que ha desplazado

    a los deRabalety de Elche) y arrabal Mayor o del Puente (se oye ya decir tambin porestas fechas arrabal de San Agustn). Y est apareciendo, aunque todava no tienen lasuficiente entidad como para desgajarle de su parroquia en los padrones , y por eso sloespordicamente se le documenta, el Raval Roig. Por el momento, urbansticamentehablando, configurado por un nmero indefinido, pero ms bien escaso, de edificiosfuera de la muralla, saliendo por la Puerta de Murcia.

    Murallas que nacen del castillo, sito en lo alto de la sierra, al N de la ciudad, yque bajan por la ladera creando una amplia albacara hasta abrazar la madina. Cincopuertas de Murcia, del Puente, de Elche, Puerta Nueva y de Crevillente se abrenpara dar cobijo a los visitantes, o se cierran para aislar a los vecinos del enemigoexterior (guerras y pestes). Los dos arrabales se protegen con muros con sus puertas: delBordell, de San Agustn y de Magastre en el arrabal del Puente, y puertas de Almorad yde Callosa en el arrabal de San Juan. La mayor parte de las puertas y de las murallasnadie contemporneo nos ha dejado una descripcin deban presentar una figuramuy parecida a la que describe Alenda para la puerta de Crevillente, la nica que semantuvo sin cambios importantes hasta el siglo XVII. Las dems sufrirn cambios entrelas quinta y sexta dcadas del siglo XVI, adaptando la figura al estilo renacentista, comopuede verse en la nica representacin que ha llegado hasta la poca actual: la Puerta deCallosa.

    Ciudad, pues, medieval en su configuracin urbana. Repleta, para su tamao, deedificios religiosos: tres iglesias-parroquias (San Salvador con ttulo de catedral

    discutido

    , Santas Justa y Rufina y San Jaime), cinco conventos-monasterios (LaMerced, San Juan, San Francisco, San Agustn y Predicadores) y otras tantas ermitas.De calles estrechas, conservando todava, aunque ya haba reformas, la planimetramusulmana. Ciudad, por otra parte, regada por el ro y las acequias, que no slo lacircundan sino que forman parte del paisaje urbano por cuanto transcurren por susarrabales: tres acequias cuatro si consideramos la de Almoravit atraviesan elarrabal de San Juan acequias de Almorad, Escorratell y Callosa introduciendo lahuerta dentro de la ciudad. La acequia de Rocamora circunda el arrabal del Puente; yhasta la propia ciudad la madinacuenta con el agua retenida y encauzada que bajade los barrancos para regar los huertos de las casas seoriales.

    En este escenario urbano, junto al vasto campo de la comarca salpicado por una

    escasa decena de pequeas localidades (Callosa, Almorad, Guardamar, Catral,Benejzar, Cox, Redovn, La Daya), se mueven no ms de 1.500 vecinos; la mayor

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    parte, entre 1.000 y 1.100, residiendo en la propia ciudad. Son cifras que ponen en sujusto lugar a Orihuela, la segunda ciudad en importancia del reino, mas no deja de serciudad de mediana categora para aquel entonces. Estos vecinos, que convertidos enhabitantes se aproximan a los 6.000 para la comarca, unos 4.000 para la ciudad, han detenerse como puntos de referencia cuando leamos a los historiadores de la poca, en

    concreto a Alenda. Cuando leamos cifras del ejrcito agermanado y real, de muertos yheridos, debemos tener siempre presente la realidad de las cifras de los padrones, y muyespecialmente el que los propios agermanados hicieron para el adehenament de losvecinos, que contabiliza 1.140 varones y 3 mujeres (viudas, claro).

    Vecinos diferenciados, sin ninguna duda, por su riqueza, que marca distincionessociales. Pero, cmo conocer la representatividad de cada grupo social? Quiz el mejormedio, como ya hiciramos en estudios previos, sea a travs de los repartos impositivos,y es precisamente el Patro de la talla de la magnifiqua Ciutat de Oriola llevado a caboen 1522 el mejor daguerrotipo social, aun a sabiendas de que oculta al grupo msmenesteroso y que se hace post-germana. Pues bien, segn este padrn, los vecinos deOrihuela se clasificaran, atendiendo a la cuota impositiva, en 8 categoras (el padrn

    realiza 7 divisiones, mas faltan, como se ha indicado, los exceptuados del pago), comorefleja la Tabla 1.

    Tabla 1:Contribucin vecinal a la tallay cuota impositiva

    Cuota impositiva VecinosContribucin(en sueldos)

    A 6 ducados (126 s.) 14 1.764A 3 ducados (63 s.) 70 4.410A 2 ducados (42 s.) 99 4.158A 1 ducado (21 s.) 137 2.877A 15 sueldos 94 1.410A 10,5 sueldos 116 1.218A 5 sueldos 439 2.195

    Fuente: AMO, Lib. A-42, ff. aa. 282r-309r.

    Para los vecinos coetneos la clasificacin vecinal est muy lejos de laperspectiva social actual, de ah el agrupamiento que establece el padrn. Sin embargo,y slo por clarificacin didctica, se habla de distribucin social incluso de clases

    sociales a efecto de mejor comprensin. Desigualdad cuya representacin, reflejadaen la Figura 1, es de por s clarificadora.Propio de las sociedades del Antiguo Rgimen, Orihuela, en 1522, presenta una

    clasificacin bipolar, en el que apenas un 9 por 100 de la poblacin contribuye que estanto como decir poseecon ms de un tercio de la talla. Por el contrario, se precisa el67 por 100 de la vecindad para aportar algo ms de un cuarto (26,5 por 100,concretamente). En el medio, un cuarto de la vecindad (24,3 por 100) ingresaaproximadamente el 39 por 100 al pago de la talla. Son, sin embargo, ms explcitos lospuntos extremos porque muestran con diafanidad la bipolaridad. As, 1,4 por 100 de losvecinos (14 individuos, en cifras absolutas) aportan al pago de la talla cerca de un 10por 100, mientras que cerca de la mitad (45 por 100) slo contribuyen con algo ms de

    la octava parte (12 por 100).

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    Figura 1:Distribucin social(en porcentajes)

    0

    20

    40

    60

    80

    100

    Clase Alta Clase Media Clase Baja

    Vecinos Contribucin

    Fuente:dem.

    Ha de despertar, en cualquier caso, nuestra atencin el cuarto de la poblacinque constituye lo que hemos denominado clase media porque en l se hallan tantolabradores medianos como artesanos y oficios liberales. Grupo ste el de los oficiosliberalesde enorme inters para conocer cmo est evolucionando la ciudad. Es decir,cmo se hace ciudad, pues es de sobra conocido que la ciudad se define por lasactividades de los sectores secundario y terciario, de las que se ocupa la burguesa, o,con mejor precisin, pre-burguesa. Del mismo parecer son los propios artesanoscoetneos, pues no se olvidan, cuando solicitan permiso de apertura de un taller,alabarse a s mismos: los officis dels menestrals adems de buenosper les utilitatsgrans que de aquells resulta son tambin la honrra que a les ciutats. Mas estegrupo no slo importa por esto, sino porque de l saldrn las quejas, las peticiones; en

    suma, la revuelta, la rebelin si tal hubo, que ha de generar en germana.Fijmonos pues en este grupo. En principio, quin lo constituye? Letrados

    (abogados, notarios, escribientes), mdicos, cirujanos, boticarios, profesionales delcomercio (mercaderes, comerciantes, tenderos), profesionales de las artes liberales(pintores, escultores, msicos), de la artesana (tejedores, hiladores, zapateros,alpargateros, alfareros, herreros, albailes, carpinteros, canteros). Como puedeapreciarse, una gran variedad de oficios, que tienen en comn el no depender nosiempre exclusivamentede la tierra. Recelosos del poder de oligarcas y terratenientes,de seores y caballeros, y del propio porvenir, la burguesa se ha atrincherado enasociaciones que procuran su bienestar defendiendo el trabajo, fiscalizando el resultado,la obra, controlando el nmero de socios y extendiendo su amparo hasta los momentosdifciles (enfermedades, muertes): son los gremios. Que adems de todo esto sontambin centro de reunin donde se comentan noticias, se discuten normativas, seexponen quejas y se crean relaciones de hermandad que alientan ayudas colectivascomo, llegado el caso, oponerse al poder establecido.

    En Orihuela, ciudad mediana pero ciudad, se han multiplicado las profesionesliberales durante la baja Edad Media. Al acercarse a 1521 todas las profesiones propiasde una ciudad burguesa estn presentes, mas, es lgico, en proporcin al tamao de laciudad. Incluso hay profesiones de tan reducido nmero de componentes uno, dosque no precisan de gremio alguno. Ms adelante, en consonancia con el crecimientopoblacional, aumentar el nmero. Veamos una radiografa de las profesiones segn los

    propios agermanados, muy preocupados por conocer quines estaban prximos a susentir: enumeran algo ms de 60 profesiones, pero slo 6 de ellas cuentan con 10 o ms

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    profesionales, siendo el grupo de notarios-escribanos, con 17, el ms numeroso; lesiguen sastres y zapateros con 14; hay 11 peraires, 10 velluters, 9 obrers de vila, y 27profesiones con un solo miembro. De 1.140 hombres contabilizados, 207 integraran elgrupo de las profesiones liberales, o burguesa.

    En correspondencia con el desajuste social, el injusto reparto de cargos

    municipales: un 3 por 100, aproximadamente, de la poblacin (el grupo de caballeros)ocupa entre el 35 y 44 por 100 de los cargos; y el otro grupo poderoso, el de losciudadanos honrados (15 por 100), que se aproxima en poder econmico a loscaballeros, acapara otro 35 por 100 de los cargos. Queda entre el 18 y 23 por 100 depuestos municipales para algo menos del 80 por 100 de la poblacin. Si injustas semuestran las cifras, las condiciones requeridas para entrar en la bolsa, que capacitan laposibilidad de ocupar puestos municipales poseer armas, caballo, renta elevada,levantan una enorme barrera difcil de superar por la mayor parte del pueblo llano quevive al da y que, ni por lo ms remoto, suea con poseer armas y caballo que lucir losdas del alarde. Las triquiuelas que caballeros y ciudadanos usan para engaar` a lasautoridades, especialmente con el caballo, hablan, indirectamente, de la carga que

    supone: desde cedrselo unos a otros, hasta venderlo durante el tiempo en que no sepuede ocupar cargos y adquirirlo nuevamente cuando sus aspiraciones puedencumplirse. De modo y manera que, en la praxis, el gobierno municipal haba cado enmanos de unas pocas familias, que hacan y deshacan a su antojo, controlando el primerpaso: la insaculacin. Es por esta razn por la que se quejarn los agermanados, perotambin los reyes, de aqu las constantes intervenciones reales en los nombramientos delos cargos municipales, hecho ste que confluye con la revuelta.

    Pero ms que las intromisiones del poder real entindase de las autoridadesque dependen de la corona: virrey, batle, gobernador, contra las que se habanenfrentado constantemente, la preocupacin del pueblo llano, en cuanto a polticamunicipal se refiere, era ms simple: cmo alcanzar el nivel econmico que abriese lapuerta de la insaculacin? La preocupacin de los menestrales, por el contrario, era msprctica: por qu los ciudadanos de mano menor slo estaban representados por ochode los cuarenta consellers y, ms importante, no contaban con la posibilidad departicipar como jurados? Porque justicias (2) y jurados (5), que se los repartan entre loscaballeros y ciudadanos de mano mayor (1 justicia y 2 o 3 jurados cada grupo, enalternancia anual en el nmero de jurados), eran el todo del consell y del gobiernomunicipal.

    En esencia, el pueblo, pero ms aquellos que posean o se vean conposibilidades de acercarse al poder, se muestra descontento del procedimiento deeleccin de cargos. Descontento que habr de acentuarse cuando confluyan otros

    elementos de discordia entre los grupos sociales.

    3. EL PORQU DE LA GERMANA DE ORIHUELA

    Al iniciar las explicaciones de la revuelta, Alenda las califica de peste, de unapeste tan contagiosa que no dej de extenderse por todo el Reino. Con esta parca yprimeriza explicacin, dejando aparte la opinin, el cannigo avanza por dnde irn susargumentos al buscar los porqus y los cmos. Viene a decir, aadiendo as una nueva

    justificacin para salvar` a Orihuela, que la germana, ideas y actos, lleg importada.Todo, dice, comenz en Valencia, y de all la trajo Pere Palomares, ayudado,

    precisar Viciana, por Pedro Villes, uno de los treze de Val[n]cia. Tanto el porqucomo los hechos no van a tener, en consecuencia, nada de originalidad. Se copia, se

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    acta, en funcin de lo que se diga en Valencia, de lo que dicten los agermanados de lacapital. Si all se pidieron armas bajo pretexto de rebeliones o invasiones moras, aqu sehar lo propio. Si all se eligen y nombran autoridades agermanadas, aqu se repetir elmodelo. Si en la capital se adecen a los vecinos, Orihuela no iba a ser menos. Si a lasautoridades legales` valencianas se les cuestionaron decisiones, lo mismo se hara con

    las oriolanas.Hubo, pues, algo original en la germana de Orihuela? Cuando los diferentesautores que han tratado este tema intentan responder, acuden a las tensiones generadaspor el famoso litigio de la catedral. Siendo esta cuestin algo que pareca concernir soloa Orihuela, sostenemos que el pleito por el ttulo catedralicio servir para azuzar elenfrentamiento en el punto final de la germana oriolana, mas no explica ni es razn delagermanamiento. Orihuela imit y se dej arrastrar por la corriente que haba surgido enValencia. Cierto fue que esa corriente tanto en la ideologa como en la praxisprecis de lderes que la encauzaran y que estos hallaron unas condiciones quefacilitaron el camino de conversin` del pueblo hacia la senda revolucionaria por laque ya caminaban sus convecinos septentrionales.

    La germana oriolana, como contagio de la de Valencia, marca un antes y undespus del 1 de octubre de 1519, fecha que se tiene como principio de la revuelta en lacapital del Reino. El antes corresponde a esos aos previos a esta fecha, que llevaconsigo motivos que no hubiesen sido causa de germana, mas unidos a otros que van asurgir se retroalimentarn a s mismos y ayudarn a que se fortalezcan las restantescausas. Convendra as, tener bien presente las tensiones entre el consell y losarrendatarios de herbajes que se extralimitaban pastando los boalares, en especial contradon Juan Maza de Lizana y don Luis Maza. Frente a ellos, ya en 1511, se destac PerePalomares. Firme valedor de los derechos del consell contra el hijo de quien, andando eltiempo, en una decena de aos, sera su ms fiel enemigo. Junto a las tensionesinternas, las externas. Porque estos aos estn llenos de conflictos entre murcianos yoriolanos. La ereccin en catedral de la iglesia mayor de Orihuela exacerb, en losmurcianos, los nimos, hasta el punto de abrir portillos en el ro para causarinundaciones en Orihuela. Gesto`, por cierto, muy socorrido entre los de Murcia, puesno es invencin del Quinientos. Exacerb los nimos a unos a y otros, murcianos yoriolanos, adems de causarles grandes gastos que se reflejaran, sin duda, en las tasasimpositivas.

    A mitad de la dcada fallece el Rey (1516), y, como si los males viniesen juntos,en Orihuela se hacen sentir los primeros desequilibrios, quiz fruto de la inestabilidadpoltica, mas seguro que tambin por los males estructurales que arrastra la ciudad. Estemismo ao, el consell debe regular el abasto y precios de la carne, las notaras, el

    comercio de la seda, la sisa del pan, los jornales, adems de intentar, por todos losmedios, que la ciudad no pierda poblacin. Sin olvidar, cmo se va a olvidar!, el temade la catedral y del obispado. Si el tema de la catedral, como se ha indicado, rompi,an ms, la convivencia entre murcianos y oriolanos, no deben despreciarse las razonesinternas sealadas, destacando muy especialmente el conflicto entre ganaderos yagricultores. Es decir, entre oligarcas y medianos y pequeos explotadores, que no otracosa son aqu los ganaderos y los agricultores. Estos ltimos poniendo en explotacintierras por los secanos, aqullos pastndolas e impidiendo que se cultiven para nomenguar los pastos. El pueblo llano quera libertad para explotar las tierras de secano,pues era libertad heredada desde los moros, adems de concedida por fueros. As loaseguraban:

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    q tots los pobladors dla dita ciutat... pode[n] traure heretats en tots les monts eribes de mar e de riu y laurar y co[n]rear tot lo q los moros lauran[...] eco[n]rean[...] en lo temps q aqlls ere[n] Senyors dla dta ciutat... Pero frente aellos, estaban los pastors e Senyors de bestiars que han convertido lossecanos encamps de bestiars axi los guarets rambles e canyades actuando

    con alevosa, pues entran a pastorearen los dits blats... quant sabe[n] q losSrs dles dits heretats no stan en aquelles...

    La tensin entre los dos grupos se decantaba a favor de los ganaderos, quepresionaron hasta el punto de conseguir que el consell se plantease la posibilidad deprohibir las roturaciones en la zona de Riu Sec e al pou dles Set figueres e a lescovatelles pretendiendo emitir serta crjda p la qual entenen phibir que... nollaure[n] o senbren en les terres secans q tene[n] tretes en los mo[n]ts e termes,mencionados. Los agricultores pediran que se celebrase consell general para hacer orsus opiniones. Sin duda, estas tensiones, que no dejan de ser conflictos seculares,ayudaran a calentar los nimos cuando se inicie la revuelta agermanada.

    Tampoco ha de despreciarse, al contrario, se ha de tener bien presente, la gravesituacin econmica que arrastr Orihuela en la primera dcada del Quinientos. Todaslas pistas algunas ya sealadasno dejan lugar a dudas: el problema del pasto, porejemplo, no es sino un problema de abastecimiento, que tiene su corolario en lasdificultades del consell por hallar abastecedores de carne; las prohibiciones del consell alos jornaleros de labrar tierras en Murcia 1513 y las exenciones fiscales paraincentivar avecindamientos o impedir emigraciones son pruebas de que los vecinos deOrihuela prefieren buscarse la vida por otros lares; o, tambin, los conflictos originadospor la saca de trigo, o los apuros econmicos de los hospitales, o la desastrosa situacin,por las obras de reformas paralizadas, de los castillos de Callosa y Guardamar ymuros... Pruebas todas de que los aos previos adems de no favorecer la paz vecinalayudaran con su recuerdo de males pasados a aflorar tensiones llegado el momento deagermanarse.

    En todo caso, nos centramos en la situacin por la que estaba pasando Orihuelapoco antes de 1519, y que una vez llegadas las noticias de Valencia van a favorecer elmovimiento agermanado. Es a partir de 1519, pues, cuando se desencadenan una seriede acontecimientos mimticos a los de la capital que germinarn en la revuelta oriolana,que puede fecharse prxima al 11 de marzo de 1520, si no este mismo da. Da en el quelos lderes se presentaron ante las autoridades con sus primeras exigencias. El ao ymedio corto que transcurre entre esta fecha y la batalla de Bonanza, 30 de agosto de1521, correspondera al periodo propiamente agermanado. En conclusin, y a efecto de

    una clarificacin expositiva, la germana de Orihuela presenta tres etapas:1. Etapa previa, condicionante, que viene de atrs, sin origen preciso y que slopor encuadrarla puede fijarse entre 1510, ao de otorgacin del ttulo de catedral, yoctubre de 1519, cuando llegan las noticias de lo ocurrido en Valencia.

    2. Etapa pre-germana`, abarcara, como se ha indicado, entre octubre de 1519y el 11 de marzo de 1520. Medio ao de acontecimientos fulgurantes.

    Y 3, etapa de germana plena, entre el 11 de marzo y el 30 de agosto de 1521.

    3.1. Etapa previa: condicionante

    Limitmonos a los acontecimientos prximos a 1519, que marcan el lmite de

    esta primera etapa, porque de retroceder tiempo atrs habra que remontarse hastainicios del siglo XIV tratados de Torrellas-Elche, 1304-5, cuando Orihuela es

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    desgajada de la Corona de Castilla y se reactivan los conflictos con Murcia, que, porcierto, an retroceden ms atrs. Las tensiones, los pleitos, las rencillas, los homicidios,las banderas entre Murcia y Orihuela fueron constantes en las centurias bajomedievalese inicios de la Edad Moderna. La ereccin de catedral de Orihuela en 1510 slo aadiun argumento ms a lo que ya se daba de hecho: que por cuestiones de lmites, de

    intromisiones de pasto, de aprovechamiento indebido de montes, de quemasintencionadas o no, de robos y hurtos, de unos contra otros, murcianos y oriolanosandaban constantemente enfrentndose. El problema del ttulo catedralicio fueaprovechado por unos y por otros para sumar motivos al enfrentamiento. Unos y otros,en Murcia y en Orihuela. Unos y otros, tambin dentro de la misma Orihuela, pues losagermanados echaron en cara a los no-agermanados su pasividad, su falta de

    patriotismooriolano. Cierto es que esta queja se hizo ya en la segunda etapa, cuando losnimos estaban ya caldeados, mas su origen vena de atrs:

    sindichs e treze dl poble exponen ante justicias y jurados quelo pobledla dita ciutat sta prnto a pdre les vides y bens en lo q conpljra al be y onor de

    aquella protestando que vres merces no seran ffetes les diligensies eprvjsjons nesesarjos p el be y onor de la dita ciutat.

    Antes de llegar a esta situacin de germinacin agermanada, Orihuela ha hechollegar sus peticiones a Carlos I, recin llegado a Espaa, a travs de Pere Palomares.Han solicitado permiso para que justicias y jurados puedan llevar armas para defendersede los de murcia porcausa dla sgla catedral. Peticin sta, de 1517, que con elpaso del tiempo se ir incrementando al resto de la poblacin, aadiendo al problema dela catedral el del peligro moro (posibles rebeliones de los internos y ataques en la costa),por lo que tambin solicitaran, y conseguiran, el permiso para adquirir tres pees debronze o es hun gyrjfalt, hun sarce [sacre] e hun falconet. Peticin y adquisicionesque llegaban precedidas de la orden de compra dada a Rodrigo de Loazes el 26 deseptiembrede 2.000 piques, 400 cosalets y 200 celadis.

    Al malestar por la catedral se aade otro similar, y es el trato que reciben losvecinos de Orihuela por el Santo Oficio, cuyo tribunal se halla en Murcia. La presenciade los inquisidores en Orihuela, que acuden con poderes especiales, causa enormesmolestias y graves conflictos, llegando en hartas ocasiones a la excomunin. EnOrihuela, al respecto, se oyen voces pidiendo que la jurisdiccin pasase a depender delarzobispado de Valencia, pues de esta manera se solventaran conflictos por causa de lalengua. Se peda tambin que el Tribunal actuase en Orihuela, a efectos de evitar losmalos tratos que reciban los vecinos y en especial las vecinaspor los guardas al

    pasar la frontera. Es decir, se insinuaba la posibilidad de crear un Tribunalindependiente, todo por no depender de Murcia. O, si no, q lo dit Sant offisi fasa totson exercici en... nostra ciutat de orjola e no en la ciutat de murcia.

    Siguen pasando los das, de 1519, y las tensiones con Murcia se acrecientan: elttulo catedralicio y la jurisdiccin inquisitorial siguen calentando los nimos. Los deMurcia, recelosos de las embajadas de Orihuela ante el Rey y ante el papado, se venganabriendo portillos p apartar lo curs del Riu q ve en orjola con el nimo de causar malen las heredades. Algo, como ya se vio en 1513, recurrente por parte de los murcianos.Pero no solo, a principios de 1519 los oriolanos recelan dl gra[n] preparatory qlmarques ffa p venjr qtra la ciutat de molta gent d cavall e de peu e molts artellerjas. ElMarqus de los Vlez deseaba dar un escarmiento a los oriolanos a fin de paralizar sus

    peticiones ante el Rey y el Papa. Los oriolanos, que se han enterado, deciden prepararse,ordenando que se hagan tres tiros de bronce ms tarde, en marzo, se acuerda tambin

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    habran de aadirse aquellos que generaran letrados y cortesanos cuando hiciesen suaparicin.

    Por si esto fuera poco, las tensiones con Murcia llegaron a tal cariz que elMarqus de los Vlez, anunciando lo que habra de repetir ao y medio ms tarde,invadira el reino valenciano con set milia homens entrando dins lo terme de

    Oriola, fins als murs dla ciutat, provocando enormes destrozos. La tensinaumentaba, y en esta tesitura, pasado ya el temor a la invasin murciana, el consell, enfebrero de 1520, decidi enviar a Berenguer Manresa y a mjcer fferrando de lloasesante el Rey para informar de los daos causados p lo marques de los Velez y, ya depaso, pedir la segregacin de Orihuela del obispado de Murcia.

    En los primeros meses de 1520, la sociedad oriolana dar muestras deinestabilidad, apareciendo los primeros enfrentamientos que enervarn los nimos enfechas posteriores. Uno de estos enfrentamientos es el, ya clsico, de labradores ypastores. Estos, al decir de los primeros, estaban pasando la barrera de las simplesintromisiones de ganado en los sembrados, pues se haba llegado a la situacin de que

    asolaban el campo, no guardant senbrats plantats panificats, valses, aygues olivars yaltres arbres, por lo que muchos campesinos haban determinado no plantar ms.Ahora bien, es preciso explicar quines eran los dueos de los rebaos? Ladocumentacin, en cada padrn de ganados, lo deja claro: grandes seores,terratenientes y oligarcas. Hay, pues, en esta queja de principios de 1520, algo ms queuna simple rencilla entre labradores y pastores. Como tambin lo hay en las quejasque no son sino el reflejo de la situacin socioeconmicapor el cobro del real de lasal, del derecho de la quema o por el del papel empleado en los pleitos degobernacin, as como sobre los usos de los protocolos de los notarios fallecidos y elejercicio de abogados y procuradores.

    Tambin dentro de la iglesia y el pueblo tom partido aparecierondisensiones: el sacristn de la catedral` Luis Soler pro-murciano, o respetuoso conlas normas? sera desterrado bandegat dla psent ciutat de oriola y son trme ptota lur (sic) vida para calmar los nimos del pueblo, por haberse atrevido acontradecir al cabildo de la ciudad. Vase como ocurrieron los hechos: acabada lamjsa de nra dona la verge maria estant en lo cor dla dta sgleia entra un home,Bernardino Miguel, con cartas de Murcia. Una, sobre el cobro del subsidio, que elcabildo oriolano asume; pero trae otra que levanta sospechas, pues suponen lo que trata.Le aconsejan que no la lea, pues, le dicen, no saldrjades bien dello. Interviene,entonces, mos Loys Solr, sacrista quiendix al dit home: venjus aquj cabo de mj yleer lo q quisiereds que no se nogara ny[n]gun o venjus a mj casa y leereys lo q

    quereys. Obedeci el correo, pero not la agitacin, y ley tremolant. La postura delLuis no gust al cabildo. Corri la noticia, llegaron autoridades y la iglesia se llen degente con armas cont lo dit sacrista. Se cerraron las puertas, el sacristn entoncespuga en lo campanar y repica la canpana, y acodi tot lo poble queriendo matarle,especialmente mos andreu soler y son geure questava tan yrat cont lo dit sacristatrebalant de ferlj tot lo mal ab un piqua q tenja al dit sacrita, crjdant: morjr p la sglia,senyors. Para salvarle y evitar desrdenes se opt por el destierro. Los hechos hanocurrido a finales de febrero de 1520, y el pleito de la catedral` se ha utilizado, por elclero, para aadir vientos La tempestad se avecina.

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    3.3. Etapa tercera: Nacimiento de la germana

    El 20 de febrero de 1520 los agermanados valencianos organizaron, con 40banderas y 8.000 infantes, un alarde, lo qual al decir de Viciana fue hermosavista, porque los valencianos todo lo hazen con mucha gracia y perfectin. La

    importancia del acto estriba en que, aprobado por el cardenal Adriano, dio sustento a losagermanados que, envalentonados se dispusieron a gobernar la ciudad. La noticia deldesfile, como las actuaciones posteriores que confirman la creacin de los Trece, hubode llegar a Orihuela muy pronto, disponindose a imitar a la capital.

    Al decir de Alenda, en documento que no hemos hallado, el 6 de marzocomparecieron ante el gobierno de Orihuela dos sndicos que se intitulaban sindichsdel poble y comunitat. Adems de solicitar que se fesen posar armes y tenirbanderes para guarda de la terra, el hecho en s viene a probar que a principios demarzo la germana oriolana haba dado sus primeros pasos. As lo reconoce Alenda, quecalifica la peticin de atrevimiento de sindichs y sos sequaces por quienes semovieron les comunitat y germanor (sic) que hague en Oriola. Quiz Alenda se

    refiera al documento conservado en el archivo municipal fechado die undcima en elque migl rausell, en pere perez terol sindichs e procuradors del poble y comunitat de laciutat de oriola, en Jaume parres, en pere ferrandez sindichs e procuradors del poble elloch de callosa, comparecieron frente a las autoridades municipales, presididas pormossen diego de soler, cavaller loctinent de Guovernador (sic), contando lo ocurridoen Valencia; a saber: el adecenamiento de los oficios, la compra de armas y la eleccinde sos capitans e cap de scuadres, banderes e atanbors. Todo lo cual, sigue eldocumento relatando, fue imitado en Xativa e altres viles reals. Por lo tanto, loscuatro sndicos pidieron que Orihuela hiciese otro tanto. Como la peticin, ydescripcin, se hace por escrito, el lugarteniente quiso saber quin lo haba redactado.La respuesta de los pre-agermanados no dej lugar a dudas: pere palomares, advocatdel dit poble. Diego de Soler, a pesar de que le presentaron la carta real de 1515que consenta armar al pueblo, dio largas a las peticiones de los sndicos, alegando queprecisaba estudiarlas con sus asesores, as como informar al gobernador don PedroMaza. Respuesta aparte, el acto en s tiene enorme importancia porque la peticin de lossndicos fue leda por el lugarteniente en presencia de la mayor part del poble. Lainoperancia de las autoridades legales, frente a la disponibilidad de accin de losagermanados, sera contrastada por el pueblo llano que, sin lugar a dudas, tomarapartido: la divisin vecinal se haba iniciado.

    Como el gobierno legal no actu, lo harn los lderes y seguidores agermanados.En veinte das, entre el 11 y el 31 de marzo, Orihuela qued imitando a Valencia

    fortalecida en su germana. Mas germana sagramentat; es decir, por cofradas y conjuramento al ser adecenado, no por gremios como en Valencia (ya se ha visto queOrihuela no tena, en 1520-21, potencial gremial). En efecto, el 31 de marzo,nuevamente los sindichs (lase con atencin) de les confraries de la verge maria degracia e del socors e de sent sebastia e del poble de Callosa comparecieron ante lasautoridades municipales y dieron cuenta de haber llevado a cabo lo que estos nohicieron: han fet cap de squadres, capitans p el exersisi de les armes ab ses banderes eatanbors. Un mes ms tarde, con autorizacin real, procedern a la distribucin dearmas entre los adecenados.

    Esta actuacin, donde los representantes ms directos del pueblo han procedidoa nombrar cargos militares sin contar con el consell, como las que a rengln seguido

    han de acordar, conlleva un matiz cuasi-revolucionario en el que slo faltara ladestitucin del gobierno legal para dar el paso definitivo a la revolucin. Sin

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    embargo, la documentacin municipal inserta los escritos agermanados como si nadafuese con ellos. Justicias y jurados parecen vivir ajenos a los acontecimientos. Se les vetomar decisiones sobre asuntos de todo tipo: cargar censales para realizar pagos, abonarparte de los gastos y trabajos del artillero que fa la artilleria, acordar el arreglo de losmuros del raval o, en lnea de menor trascendencia poltica pero s social, el arreglo

    del reloj, etc. Algunos de estos acuerdos arrastran incluso una connotacin impopular: afines de marzo, ante la escasez de trigo, fijaron el precio en 36 sueldos el cahz; muypronto, a principios de abril, lo elevaron a 44. Seguro que el pueblo tom nota, y nomuy buena.

    La germana est hecha. Por delante ao y medio largo para que losagermanados tomen medidas que convenzan al pueblo, al tiempo que han de mantenerun contacto fluido con Valencia para actuar conjuntamente. Los no agermanadosiniciarn la huida haciaaquellos lugares donde los seores han controlado la revuelta: a Albatera, sobre todo.

    Dieciocho meses largos dan para mucho cuando la vida de los pueblos rompe la

    monotona cotidiana y se ve alterada por revueltas o revoluciones. Orihuela no fue ajenaa esta premisa, desde marzo de 1520 a agosto de 1521 sentir todo el ajetreo quedeviene de cambios administrativos, soportar graves tensiones vecinales, intentarmodificar las estructuras polticas, ver desfilar por sus calles nuevos lderes yorganizadores, se opondr a decisiones reales, y conocer, como no conoca desdehaca tiempo, el dolor del fracaso y el de la prdida de seres queridos. Dieciocho mesesde revuelta in crescendo, que, no obstante, no ocultan momentos bien diferenciados:un primer medio ao de germana atemperada, apaciguadora, y un ao final enervante,de germana combativa. La frontera la marc la crida, 18 de agosto de 1520, deladehenament.

    Los dieciocho meses, o los dos momentos si se quiere, tienen en comn tanto labsqueda del poder por los agermanados, como la existencia de dos rganos de poder:el legal y el agermanado. Que ste no diera el paso definitivo hacia la exclusin delprimero define claramente el sentido de revuelta o pre-revolucin`, no de revolucin,con el que ha de calificarse la germana oriolana.

    Siguiendo, pues, e imitando a Valencia, los agermanados oriolanos seorganizaron en cofradas, adecenaron a la poblacin (no a toda, en principio),nombraron a los Trece (que van a constituirse en gobierno de germana), eligieron a sussndicos (proponentes, embajadores y defensores ante las autoridades) y presentaron asus electos (para los cargos del consell). Ahora bien, si el primer objetivo es controlar elgobierno, para ello es preciso introducir personas afines. Pero los cargos ms

    importantes

    justicias y jurados

    recaen, a travs de la insaculacin, en los caballerosy ciudadanos de mano mayor. Y, al igual que en Valencia, a los ciudadanos de manomenor les parece injusto. Los agermanados harn suya esta queja e impondrn sus dos

    jurados. El 25 de junio lo haban pedido los sndicos, Pere Palomares entre ellos, y el30, dissabte, lo exigieron los Trece:

    P. los magnifichs y honorables tretze en no[m] del poble de aquesta ciutattenjnt poder p fer les djtes coses requieren ajust e jurats que en les cosestocants al regime[n]t de la dita ciutat tjuguesen p jurats ab vosaltres als honos engines llinares y a fs estopi[n]ya jurats nomenats p lo poble del estame[n]tmenor.

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    Previamente se haba procedido a nombrar los cuatro jurados restantescombinando la eleccin: el consell haba propuesto a cuatro jurados y el batle Miguelde Santngel otros tantos. Con los ocho se realiz el nombramiento por insaculacin:dos de los propuestos por cada parte. Esta actuacin del batle, y alguna otra, como lapresin que ejerci junto a los agermanados para que fuese nombrado sobrecequiero

    ferrando de mequa alferis q era tinch dla dita Rebelio, se han utilizado comoargumento para tenerle por prximo a la germana. Sin embargo, las reaccionesposteriores de Santngel inducen a pensar en un intento por controlar a los agermanadosy al gobierno localconcedindoles ciertas peticiones. Cuando en junio, como se havisto, los agermanados no acepten la componenda, el batlese desligar de la revuelta.

    Los ltimos das de mayo y los primeros de junio llegan marcados por elaumento de la tensin entre gobierno y batle, por una parte, y agermanados, por otra, acosta de cmo proceder en los nombramientos de sobrecequier y jurados, recordando, alrespecto, que el proceso insaculatorio haba sido restaurado el 9 de octubre de 1519. Noes, por lo tanto, una exageracin afirmar que sera a partir de junio cuando losagermanados iniciaron su "intento revolucionario", pues sera en este mes, en la ltima

    decena, cuando, inician la escalada por el control municipal, haciendo llegar al consell,e imponiendo, sus peticiones. As, a travs de sus sndicos, en p epalomares, en p peterol, en anthon s[anche]s e diego d tegada, el 25 de junio, se quejarn de que micer

    Alananya cope dos cargos de asesora del g e batle que consideranincompatibles en caso de presentacin de pruebas en pleito. Elevarn tambin quejaspor el descrdito con el que son tratados los dos jurados de mano menor, a quienes elconsell no quiso tomar la jura. Los agermanados no se amedrentaron, sino que dieron unpaso adelante llevando a cabo el acto protocolario en la Seu de la dita ciutat enpresencja dels reverents vicarj genral e cano[n]ges, imponiendo al gobierno lapresencia de los dos jurados de mano menor, por ms que aqul se mostrase remiso aconvocarles a las reuniones del consell. Obvio es anotar la tensin generada. Pero, pocoa poco, los jurados de mano menor son aceptados:

    gue ells son alegres e contents gue la electio de jurats del estament menor sia haumentat lo numero de jurats de hon here[n] cinch sie[n] sis jurats ede cascun estame[n]t sie[n] elets dos jurats del estame[n]t militar dos e delsciutadans de ma major dos e del menor dos.

    Se insistir, no obstante, en marcar la diferencia entre jurados electos por elprocedimiento tradicional y electos p los sindichs dl adehename[n]t. A losagermanados, sin embargo, no les importa reconocerlo mientras se mantenga el nuevo

    a su entender viejo

    orden. No ocultan la debilidad legal

    a su decir fue privilegiodel rey don Pedro, por lo que intentarn conseguir provjsio o prjvilegi real que loratifique.

    Pero en el entreacto ha tenido lugar un intercambio de cartas entre Murcia yOrihuela que viene a demostrar que ambas ciudades, ante el cariz que tomaban losacontecimientos de las Comunidades y las Germanas, recelaban de un posibleenfrentamiento. Las excusas, como siempre, podan hallarlas ambas ciudades en latensin provocada por el secular pleito de la catedral y dems rencillas. De hecho, todaslas autoridades de Orihuela participaban de esta creencia, y todas trabajaron por labsqueda de una solucin o, al menos, una paralizacin de las hostilidades. En efecto, el

    3 de julio, en la iglesia de Santas Justa y Rufina, tuvo lugar una reunin entre loselets... del reverent capitol de la Seu..., elets e diputats... del magf. qsell de la dita

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    ciutat mslos magfs en Joha[n] Royz donzell just de la dita ciutat en lo criminaly los cuatro jurados (faltan los dos de mano menor), para leer las cartas recibidas delsmagfs sindjchs e tretze del poble de la ciutat de murcja e de nres sindjchs dla ciutat dev, solicitando se autorice a los sndicos del pueblo en pepalomares, en migl rausellen pot pez de terol el poder concertar la paz y llegar a los convenios y acuerdos

    necesarios para frenar y aparcar los pleitos entre ambas ciudades. En la reunin, sinembargo, no se ve a los representantes del poder real, seguramente no dispuestos aaceptar tal componenda. El pacto` que se pretenda, si as puede llamarse, estaba puescondenado al fracaso.

    En efecto, los recelos eran mutuos y muchos. El 22 de julio, los sindichs etretze dl poble de Orihuela se quejaron del poco inters de las autoridades porprepararse ante el peligro murciano, cuando lo poble segn ellossta prestoapdre la vida y bens por defender la ciudad. Exigirn al consell mayor vigilancia ymejora en los preparativos defensivos. Es decir, si hubo pacto` no se respet, o seincumpli, visto el cariz que tomaban los acontecimientos en Murcia. Pero aunque estosno hubiesen influido, el fracaso estaba anunciado, pues no se olvide que el acuerdo se

    intentaba llevar a cabo con los sindjchs e tretze del poble de la ciutat de murcja, o sea,con los comuneros, algo que las autoridades expresamente las dependientes del poderreal, pero tambin las municipales legales de Orihuela no estaran dispuestos aaceptar. El colofn del fracaso se sald con la decisin del consell 4 de noviembre de1520 de adquirir 300 cosalets y 200 scopetes para defenderse del Marqus delos Vlez que fa molta gent e gran aparell pera venir contra la dita e present ciutat acausa de la sglesia catredal.

    En todo este tiempo, que media entre finales de junio y mediados de agosto, losagermanados oriolanos llevarn a cabo una serie de medidas encaminadas a demostrarsu poder: obligarn al consell a dictaminar contra los botiguers que vendan drapsenOrihuela en perjuicio del ofici de la perayrja, seguirn adecenando a la poblacin, seproveern de armas una culebrina, especialmente para ayudar a los agermanadosvalencianos. Se apropiarn tambin, como ya se indic, del pleito de la catedral.Solicitarn del consell se adquiera trigo, se arreglen muros y castillos de Orihuela,Guardamar, Callosa, se paguen deudas y salarios, se acuda a Roma, se redimancensales de ms de veinticinco aos, se acristiane como al parecer hizo PerePalomaresa los moros Y que no se pague a don Juan Maza, pues nada ha hechopor lo del pleito; y que el clavario informe, antes de hacer los pagos, a los sndicos.

    Sin duda, todas estas medidas fueron gustosas a menestrales y al pueblo llano,quiz por ello el adecenamiento no encontr tanta oposicin: de 1.143 adecenados,

    segn padrn, que distingue entre adecenados a la fuerza, 152, y pacficamente, 991;estos ltimos, como se ve, superaron con mucho a los ocultos. Mas en esteadehename[n]t, hecho por zonas de la ciudad, sin distincin social, los agermanadospretendieron incluir a toda la poblacin. Fue en este momento cuando los caballerosentre 30 y 40se reunieron en el archivo de la lonja y se opusieron a participar eneste tipo de organizacin. Los agermanados, percibiendo que la pretensin de loscaballeros era controlar los adecenamientos, contraatacaron dictando una crida deadecenamiento general, so pena de 25 libras, mas excluyendo a determinadas familias.La crida se dict el 18 de agosto, y el 20, dilluns, se presentaron el justicia criminal,don Juan Roiz, y cinco jurados (lase con atencin) en la casa dl dit en p epalomarespara, entre otras, quejarse por el adecenamiento, de donde se ha exceptat certs

    linatges. Los agermanados recelaban de determinadas personas que, a su parecer,

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    estaban en contra de la germana, de aqu la exclusin, de la que se defienden alegandoque :

    los sindichs del poble de aqsta ciutat este[n] fen e provjsada hu[n]a crjda ab laqual avian manat que tot lo poble de aqlla se aje[n] adeenar e fer unjo e germanja

    ab lo dit poble por lo que los caballeros excluidos alegan se hace en deserviciode Su Magestad, lo cual fue replicado porlos magnifichs sindichs elets e tretzealegando queen lo dia de huy dien que ells no an fet ni fan coses que sien endeservey de nre seor deu ni de la inperial matatni del poble... y que los que noentranen dita germanja es porque lestene[n] p sospitossos e contrarjs ylos que entran lestene[n] p magnifiques e honrades psones.

    Ahora s, ahora la ciudad queda dividida en dos grupos desiguales. Elminoritario, los no adecenados, que en el caso de caballeros y gentiles hombres huirnde la ciudad (esas 30 o 40 familias), y los adecenados, la mayora, pues los que faltabanpor adecenar (esos 152), lo sern a la fuerza. Los no adecenados, en el futuro, sern

    tenidos por leales y no se les imputarn cargos. A los otros, tanto los adecenados en elprimer momento como los que cedieron a las presiones, se les culpar de la revuelta yhabrn de pagar la composicin impuesta a la ciudad.

    3.3.1. Gobierno de germana: de agosto a agosto

    Si en el primer momento de esta ltima etapa, en los seis meses descritos, losagermanados compaginaron, mal que bien, el gobierno de la ciudad con los elegidos porel procedimiento tradicional, tras la crida y el adecenamiento forzoso, se inicia uncamino de ruptura con las autoridades legales que nunca lleg a ser total. La batalla deBonanza abort el camino, la revolucin qued en pre-revolucin.

    La tensin, el camino hacia la ruptura, se inici a los cuatro das de la crida,cuando se comunic al gobierno agermanado que su poder era solo para adehenarse eaxi adehenats star a ordenacio del spectable guovernador (sic) del Regne de Valenciahacindoles responsables de lasmorts, das yscandals. En consecuencia, seordena a justicias y jurados trabajen unidos con los seors lochtine[n]ts deguovernador e batle. Estas rdenes llegaban tras los asaltos a casas de caballeros y noagermanados que tuvieron lugar en los das prximos a la crida. La orden fue muy malvista por los agermanados, que respondieron al lugarteniente del gobernador mossenDieguo (sic) de Solerque fueron execucions, no robos, por no respetar la crida, yque la justicia le corresponda al gobernador, don Pero Maza de Lizana, ausente de la

    ciudad. El lugarteniente replicara ordenando a los sindichs y tretze que so pena de1.000 florines no se entrometiesen en ms adecenamientos, obedeciesen las rdenesreales y tornasen lo robado.

    Desde este momento, las medidas de los agermanados se radicalizan, buscandocongraciarse con el pueblo. Verbigracia: exigirn a los arrendatarios de pastos quedemuestren los ttulos de propiedad; es decir, dictaminaron contra los seores que sehaban apropiado de pastos y caadas. Pretenden as acercarse tambin al Rey, pues silos pastos son realengos no pueden los seores ser arrendadores. Pidieron ejecucin debienes de antiagermanados, como los de Bernardo Masquefa. Insistieron nuevamente enguarnecer los castillos, pues no tenan, a su entender, ni llenya, ni farina ni provisio, yse desconocan

    las armas que guardaban (No saban que estas medidas jugaran en su contra).Nuevamente tambin, requirieron que los sndicos en pe palomares, en pe terol y

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    anto[n] sanches se hallasen presentes en la toma de cuentas, especialmente en las deSantangel, sisero y arrendador de la sisa mayor, que haca tiempo que no lasentregaba. Pidieron ronda de noche y vigilancia, mas para que fuese efectiva debanencargarse a tots los vehins e abitadors.

    Igualmente, los sindjchs e procuradors del poble pidieron que se abasteciera

    la ciudad de trigo, para lo que emitieron crida que obligaba a los dueos de heredades atraerlo a la ciudad y a prohibirles la venta a extraos bajo pena de 1.000 sueldos; ycuestionaron la eleccin del mustaaf . Otras medidas ms tomar el consell a laque asisten los dos jurados de mano menor, quiz no presionado, pero sin dudainfluido por los agermanados: fija precios de esparteas, organiza el lugar de venta delas hortalizas, etc.

    El 11 de noviembre de 1520 lleg una orden del Rey revocando la germana y elpermiso de tener armas, las cuales deban pasar a las casas de las confradias de cadapueblo. En principio y sobre todo, ante este cambio de rumbo, segn cuenta Viciana,los Trece piden ayuda a Valencia. Las rdenes reales, por contra, viendo el cariz quetomaban los acontecimientos, intentan parar las actuaciones de los agermanados, mas

    estos no cejaron en el empeo de emitir medidas populares. En enero de 1521dictaminarn contra el exceso de cobro de la maquila de los molineros, que causangrans fraus, robos e furts. Igualmente, se apropiarn de ganado para abastecer lascarniceras (210 moltons por ejemplo a don gaspar maa de lisana). Medidaspopulares, como se ve. Todas tratan de bajar las rentas o los costes para abaratar preciose impuestos. Y como estos son los ms impopulares, hasta ellos llegaron losagermanados, siguiendo, digmoslo una vez ms, a Valencia. Bien lo saban tambin lasautoridades reales, y hasta el mismo Rey. Por eso escribir a Orihuela, pidiendodesistiese de hacer lo mismo que en la capital, donde haban quitado los drechosordjnarios. Las rdenes exigan algo ms: que os aparteys totalme[n]te dla unjion ygermanja y obedezcisa don diego de mendoa y que se recogiesen las armas. Laorden, como acaba de explicarse, encrespar an ms los nimos.

    Se trataba, desde la Corte y desde Valencia, de controlar las medidasrevolucionarias que, como las dictadas por Pere Palomares, conllevaban una alteracindel status quo: En esta ciudad estamos para defender Elig y esta tierra de Orihuelahasta perder las vidas primero, q tornar en el captiverio passado..., que estavamos condesseo desta libertad por salir del duro y pesado yugo que nos tenian assentado loscavalleros y poderosas personas. No era el programa poltico` lo que asustaba en lasaltas esferas, que al cabo se saba eran palabras, sino las medidas concretas quepropona y llevaba a cabo el capitn de Orihuela, como baptizar los agarenos del reynoadems de quitarleslas armas, como yo he hecho en esta gobernacion, sin olvidar

    el redimir censales de ms de veinticinco aos paga[n]doles

    eso s

    las pensioneshasta agora devidas, adems de otras.

    Los agermanados, como reaccin (y esto debe interpretarse como un pasorevolucionario, por ms que quedase en eso, en un paso que no lleg al final delcamino), intentarn cada vez ms controlar el consell. Es el primer acto para ocupar loscargos. Para ello, nada mejor que introducir a sus allegados en el proceso insaculatorio,como haban hecho ya con los dos jurados. A principios de mayo, cuando losagermanados intentan hacerse con las riendas del consell, solicitan les sean entregadaslo acort retengut sobre la agraduacjo nullement fet de la presona de[n] b dealmodover. Los hechos haban tenido lugar en febrero, el 20 y el 21, cuando se haba

    procedido a la graduacin y se haba rechazado a persona afn al movimiento de la ger-mana:

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    los sindichs elets e tretze del poble exponen que en la graduacjo que esestada feta de certes psones dela djta ciutat queriendo graduarselos honosen b almodover quj es psona honrada y as mismo aen pealmodover fill fsalmodover e nebot del dit b almodover... y a en jacme pedros e diego

    canpillo q son psones honrades e abonades tots los quals e altres molts de la djtaciutat quj son psones molt honrades... Pero los agraduaduadors... noconforme a dret han graduado al dit en p almodover e no an admes neagraduat al dit b almodover oncle paternal del dit en pealmodover...

    En vista de lo cual optan por presionar a los que deciden en las graduaciones.Todava ms, elaborarn informes favorables de sus aspirantes: caso, por ejemplo, deberth almodover. No obstante, el control nunca fue total, y, sin embargo, laspresiones que ejercan sobre el consell mostraban a las claras que durante estas fechas,primer semestre de 1521, se adoptaban medidas de carcter social que buscaban elapoyo del pueblo: que no se gaste ms en embajadas a Valencia por motivo del pleito de

    la catedral, que se controlen los salarios y el cobro de impuestos, que se vigile el usoabusivo del pastoreo, incluso que se exija que sia interrogat ab jurament... don pedroRoqamora por un problema particular de vecindad...

    Por el lado contrario, la de los no agermanados, los gestos son bien distintos. Enprincipio, el Rey ha mandado a las ciudades agermanadas a unos embajadores` coninstrucciones apaciguadoras. En Orihuela son mal recibidos y no aceptan la oferta. PerePalomares incluso protesta contra la situacin de castillo, en manos de losantiagermanados. Por otra parte, el virrey don Diego incidir en el cumplimiento de lasrdenes reales, pidiendo se depongan las armas y se respete a las autoridades legales.Pero, una vez ms, esto sirvi para ahondar en la tensin:

    en lo posar les armes stan maravellats co[m] se pode[n] posar en cambrane[n]gu[n]a p la molt necessitat q tenen de aquelles axi p als peros ( sic) moros yturcos co[m] cascu[n] jorn van als dits moros q vene[n] a corer (sic) la costa e paltres necessitats adems de haber sidocomprades p les confraries.

    La fractura se ensanchaba. Todo anunciaba la ruptura total, frenada (lo sabemosa posteriori) en la derrota de Bonanza. Pero, por el momento, el gobierno legal no cejen su empeo de continuar con la labor que les corresponda. Se lleg as a unasituacin en la que los agermanados tomaban las decisiones ms graves y dejaban haceren las menos (las actas entremezclan unas y otras). Pero no se atrevieron a eliminar del

    todo a las autoridades legales. (Cabra aqu preguntarse qu hubiesen hecho de habervencido en la batalla de Bonanza). Como justicias y jurados legalesse sienten conderecho responden al Virrey que ellos s estn dispuestos a obedecerle, pues son estatsy son en no segujr la germanja. Es decir, el gobierno legal, antiagermanado, entra enun doble juego: acepta lo que los agermanados hacen, o ms bien no le queda msremedio, y se prepara para enfrentarse a ellos cuando llegue el momento. Haatrincherado el castillo, siguiendo las directrices agermanadas, pero al frente de l estnhombres del gobierno legal. Se comunica con las autoridades reales, como acabamos dever, y est al tanto de lo que stas preparan: el 10 de agosto de 1521 escriben alIll[u]strissimo Sor lo S don pedro Fajardo marques dels Velis pues saben que steprepara ya el aparejo por reposar estos pueblos y aaden, terminando la misiva

    p lo qual tenemos tanta nessesidad. Es obvio que esta misiva demuestra no slo eldoble juego de los muncipes antiagermanados, sino el hecho de que el Marqus de los

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    Vlez preparaba el ataque a Orihuela mucho antes de que don Pedro Maza le solicitaseayuda. Estos preparativos eran conocidos por las autoridades legales oriolanasdesde el mismo momento en que el Marqus se decidi a ayudar al marqus de Elcheen la Recuperacion d suvilla, pues se han enterado que el pensamyento q vrasenyoria tiene es q dada conclusion en la cossas delche a de aber con esta ciudad.

    Igualmente, pero en otro orden de cosas, los agermanados de Orihuela hanestado en contacto con los de Valencia. No slo en contacto, han acudido, con PerePalomares al frente, a combatir en las refriegas y batallas que tuvieron lugar en julio yagosto, en especial en las batallas de Jtiva (14 de julio) y Ganda (25 de julio),victoriosas para los agermanados. La ltima una gran acontecimiento para PerePalomares, que dirigi el flanco derecho. En el bando contrario estuvo el gobernador deOrihuela, don Pedro Maza de Lizana, con 40 caballeros (algunos, seguro, de Orihuela).Para l una mancha. Se resarcira al cabo de un mes, con gran saa, por cierto, contra sucontrincante.

    En agosto, como haban anunciado las autoridades legales, se preparaba el

    ejrcito real. Al frente de l el Marqus de los Vlez. Y los agermanados oriolanos, quetambin estaban al tanto, piden ayuda: el 7 y el 12 de agosto remiten sendas cartasperentorias. La del 12 dice textualmente: Mirad seores que si tardays en socorrernosen este peligroso trance, nos perderemos. Ahora les toca a ellos recibir ayuda, en justacorrespondencia con la que haban prestado un mes antes: y llegaron el 27 deagostodesde Xixona, al mando de fray Miquel Garcia, capitn de Xativa, con msde 2.000 hombres, cuenta Alenda, a los que hay que aadir los 4.000 que llegaron conBocanegra y los ms de 1.000 de la propia Orihuela, que Alenda desglosa: 669 deOrihuela, 189 de Callosa, 122 de Almorad, con 16 de La Daya, 69 de Catral y 79 deGuardamar. Ambos ejrcitos con unos 7.000 soldados cada unoestn a la espera dela batalla. Los agermanados oriolanos deciden tomar el castillo. Cuando estn en elloven el movimiento del ejrcito real aproximndose por la ribera izquierda del roSegura. Abandonan el ataque y, sea leyenda o acto heroico, el castillo se queda sinconquistar. Para Alenda, el gesto heroico es incuestionable y lo relata con todo lujo dedetalles. Ocurra esto el 28 de agosto. El 29 veran el polvo del ejrcito murcianoacercarse a los lmites del Reino, abandonaron entonces el cerco para ocuparse de algoms preocupante. Segn Bellot, el castillo reciba cada da recios combates, indicandoque no fueron slo dos das los que hubo de soportar el cerco agermanado. El relato, ensuma, parece que lo tomaron ambos de Viciana (o de Viciana a travs de Escolano),dndole cada uno su versin, pero sin olvidar ambos cmo lo iban a olvidar losintentos de don Pedro Maza por ayudar a los sitiados, que al decir de nuestros dos

    historiadores sera motivo de disputa con el Marqus de los Vlez, y cuyo resultadofinal fue adelantar el ataque a Orihuela para dar contento al gobernador. Cascales, encambio, lo plantea como una escaramuza que acab en batalla mui reida.

    4. LA BATALLA DE ORIHUELA-BONANZA

    La batalla del 30 de agosto de 1521, no tan famosa en la historiografa comodebiera, tuvo lugar en la zona ms angosta de la ribera izquierda del ro Segura segn seviene de Murcia a Orihuela, all donde la sierra de Bonanza (de aqu el nombre que sele dara despus)se aproxima al ro. Lugar idneo para realizar un foso que impidiese

    el paso a las tropas que llegasen por el sur, como as se hizo. Mas, como

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    Batalla Orihuela-Bonanza(Segn imaginacin y

    "maa" del autor)

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    dicen los cronistas, no estuvo bien protegido, que otro gallo cantara` si hubieranpuesto en l buena guarnicin. La batalla est relatada por Alenda, que la copia deEscolano-Viciana, y que al cabo no desdice las descripciones de los historiadoresactuales.

    Dice Viciana que el ejrcito agermanado se compona de tres esquadrones con

    buen orde[n]: Bocanegra venia con un rezio esquadron de aventureros a la parte delro... Otro esquadron trahia fray Miguel Garcia con la gente de Xativa y de lasmontaas... El otro esquadron de la gente de Orihuela venia a su mano derecha apegadoa la sierra. Bocanegra lleva a cabo la iniciativa del ataque, pero entonces Dios quetodo lo provee: dio de presto agua del cielo y todo se trastoc.

    Dos hechos, que no dejan de mencionarse, son poco analizados, empero. Es eluno que el artfice del ejrcito real y de la batalla es el Marqus de los Vlez, don PedroFajardo. Los cronistas e historiadores coetneos, que no pueden ocultar el hecho, pasanpor l muy por encima, dando ms importancia a la peticin del gobernador deOrihuela, don Pedro Maza. Como si esta peticin fuese el todo de la batalla. Para restarvalor a Fajardo se insistir, adems, en el saco que consinti, y alent, de Orihuela.

    Llegarn a odos del Marqus, sobre todo cuando le pidan insistentemente la artillera ylas banderas, las insinuaciones de descrdito, y entonces replicar seguimos en estoAlendaque el no havia ido con Don Pedro Masa, sino Don Pedro Masa con el.

    El juicio que se hace a don Pedro Fajardo de pre-comunero o agermanado desdeel lado valenciano es corto de miras. Un Marqus menospreciado` por un Reyadvenedizo tiene mucho que decir todava en una poca de transicin Medievo-modernista. Su actuacin estuvo encaminada a que el Rey apreciase sus cualidades y,sobre todo, entendiese qu se poda hacer y no hacer con un marqus. Bast entoncesque se le diese el poder para que se convirtiese en el ms firme valedor del ordenestablecido. Por eso no aceptar que se le venga pidiendo lo que haba tomado endrcho y practica de guerra usada en Espaa y en todo el mundo que los bienes delenemigo son de quien lo[s] tome en guerra. La guerra, para el Marqus, se movatodava por parmetros medievales.

    Tampoco se ha sealado con nfasis aunque no se ha soslayado, y menos quenadie Viciana (como queda sealado),que la batalla se gan por provisin divina. Unrey, Carlos I, que llega a Espaa y se le rebelan los sbditos y dos de las msimportantes batallas equiparables, pues Villalar no marc el final, la de Orihuela-Bonanza slo fue el comienzo del finalse las ganan porque la naturaleza se pone desu parte. Pero la naturaleza se halla en manos de Dios, por lo que es tanto como decirque el Rey tena a Dios de su parte. Es decir, que aun en el diecisis el providencialismosirve de interpretacin de los acontecimientos. Dos batallas, Villalar, 23 de abril, y

    Orihuela, 30 de agosto, en que la tradicin se impone al modernismo, la caballera a lainfantera (Cmo le hubiese gustado a Carlos participar en ellas!). En ambas batallasdiluvi, en ambas batallas la escopetera y artillera quedaron inhabilitadas, en ambas,la plvora se inutiliz, y la caballera, en ambas, a lo medieval, corri a unadesperdigada infantera entre el lodo y el barro. Y en ambas, la caballera perteneca alejrcito real. Y todo en una poca en que la plvora estaba imponindose. Desde luego,Dios que todo lo provee se puso de parte del emperador!

    Tras la batalla, las consecuencias. La primera, las muertes. Cuntos murieronen, y de, Orihuela? Las cifras varan segn cronistas e historiadores: 3.000, 2.000, 1.500muertos en la batalla, de los que 500, o 400, o 200... seran de Orihuela. Confrontemos

    cifras, contrastemos datos, para Orihuela que es nuestro objetivo.

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    Segn padrn de adecenamiento, del que ya se ha dado cuenta en variasocasiones en este trabajo, los hombres integrados en la germana fueron 1.143 (hay tresmujeres que se incluyen pensando en el hijo). Pero el adecenamiento distingue entre:

    Los que fueron adecenados al comienzo: 991 (seran los ms agermanados,los ms predispuestos a luchar?).

    Y los que se adecenaron apres de haver feta la crjda: 152 (forzados aagermanarse, poco incentivados, pues, para defender la germana?).

    Si todos acudieron a la batalla lgicamente cabe pensar que no la ciudadquedara sin hombres. Restemos ancianos y aadamos, no obstante, los hombres deCallosa, Catral y Almorad (y Guardamar?), como lugares dependientes de la ciudadpedanas, diramos hoy da. La cifra de mes de myl mortes, en todo caso, no secita porque s tampoco Alenda, sino porque la documentacin de 1524 as lo haceconstar, cierto que como cifra estimada. En todo caso, exagerada pues se est buscandoel perdn y la rebaja de la composicin propuesta por la virreina Germana. Bellot no laacepta y da una cifra ms baja, aproximadamente 400 muertos. No obstante, nuestras

    dos propuestas son ms comedidas: si se tiene en cuenta, en primer lugar, el padrn dela talla derramada para pagar a los soldados remitidos en 1522, que contabiliza a 969vecinos, y se compara con la lista del total agermanado, esos 1.143, faltaran 174; si estomismo se hace con el padrn de repartimiento de 1524, que inscribe a 932 vecinos, seecharan en falta a 211. En ambos casos, los que faltan debieran corresponder conmuertos incluidos los ajusticiadosy huidos. Como se ve, cifras que rondan las 200personas. Si bien, ha-bra que aadir las personas que no siendo cabezas de familia nose contabilizan en los padrones, por lo que los muertos y huidossuperaran las doscentenas.

    La segunda consecuencia ha sido la ms estudiada, por cuanto fue enarboladaao tras ao por Orihuela. Nos referimos al desastre ocasionado por las tropasmurcianas durante el mes de ocupacin: del 30 de agosto al 29 de septiembre. Ladescripcin de los robos, atropellos y tropelas por el ejrcito del Marqus quedreflejada en el informe que se present ante Luis Togores. Informe realizado en 1525, acuatro aos del desastre, que da fe de los desmanes pero que, sin duda tambin, se infl,se exager con vista a ablandar el corazn de la Virreina. Alenda, como Bellot, debileer el informe y lo compar con el relato de Escolano, deduciendo que siendo muchaslas exorvitancias que refiere sonmui pocas segn las informaciones que sehicieron ante Luis Thogores doncel lugarteniente de esta governacion. Y es que elMarqus no slo dio carta blanca al ejrcito, l mismo dirigi la represin, no

    respetando ni sala del consell ni casas de anti-agermanados ni lugares sagrados.Qu hizo don Pero Maza de Lizana y de Carrs, como gobernador que era paracontrolar al Marqus? Poco, muy poco. Se limit a perseguir a los cabecillasagermanados, y a protestar y pedir se respetasen los bienes de los no agermanados y adejar hacer. Parcos gestos que sealan quin mandaba all. Y el Marqus pudo actuarpor la misma razn. Es decir, adems de dar un escarmiento a los agermanados quehaban procedido con similar saa en los saqueos de Ganda y Jtiva, aunque Alendadiga que nunca pudieron llegar a ser tan grandes ni tan exorbitantes, el Marqus quisodemostrar su autoridad incuestionable. Se resarca de las veleidades que pudieronachacarle cuando en Murcia no combati en principioa los comuneros. Se esforztambin en doblegar institucionalmente a Orihuela en donde poda, que no era sino en

    los asuntos eclesisticos: oblig a los oriolanos a jurar fidelidad al obispo de Cartagenay a renunciar a las pretensiones catedralicias. Abri viejos rencores y actu vengndose.

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    Se sirvi de la aquiescencia real y se gui por su mentalidad tradicional. Resultadofinal: Orihuela qued devastada y los murcianos se llevaron todo lo que pudieron.Durante un mes, cuentan las crnicas sin duda exageradas, salieron mas de 700carros cargados con oro, plata, ropa, trigo, cebada, camo, enseres domsticos,puertas, ventanas, madera.

    Con la batalla se acaba la germana. Ha sido, ajustando fechas, ao y medio degobierno dirigido por rebeldes`. Bien pueden, entonces, presentarse los hechos de eseao y medio como tercera consecuencia. Hechos que han sido descritos y que noprecisan de ms explicaciones, mas si la requiere la visin posterior que daran losvencedores, alterando acontecimientos. Por de pronto, no hay un solo documento queprecise una muerte, por ms que, con el tiempo, las autoridades buscando otros finesexageren. As, dirn, que una vez los agermanados se hicieron con las armasdesterare[n] los officials reals y cavallers de ses cases lo cual, slo en parte, esciertomatant y degollants als quj contradien ses coses. Si as hubiese sido, mas deuna familia habra expuesto estos hechos en documento oficial. Pues bien, no he hallado

    ninguno. Igualmente, tergiversarn mezclando acontecimientos, como la decisin deadquirir armas y la del reparto de stas entre el pueblo, obras dirnde Palomares ylos suyos que ab les espases tretes prestos a degollar a los que se opusiesen.Quiz fue as, es decir, la amenaza bien pudo ser, pero no hubo tales degellos. Por lotanto, las consecuencias de ese ao y medio de gobierno` agermanado no parecen tandesastrosas como despus fueron pintadas. Incluso el pueblo llano pudo sentirse a gustocon ellas, no as caballeros y terratenientes.

    11 de octubre, se rene el consell. Se inicia, a tenor de los autores, la vuelta a lanormalidad. La realidad sera ms cruda. El pueblo ha de enfrentarse a una situacin dedesastre, de caos cuasi total. Lo superara, pero no le sera fcil, porque a la herencia`dejada por los murcianos se aadira la represalia real, que habra de llegar vaimpositiva. Pero Orihuela hubo de pagar tambin sus devaneos pre-revolucionarios conun coste poltico: perdera, temporalmente, el control de los cargos municipales msimportantes, como por otra parte vena ocurriendo cuando las autoridades realesdeseaban controlar el gobierno de la ciudad, si bien esto no ocurrira hasta acabada laGuerra de las Germanas. Mientras llega este momento de castigo poltico`, Orihuela segobernara por el procedimiento insaculatorio. No obstante, la justicia, al menos la queha de aplicarse a los agermanados, y las escribanas tambin les fueron cuestionadas. Y,como si nada hubiera pasado o como si lo pasado se justificase en la anmalaorganizacin eclesistica, el pleito de la catedral seguir adelante. Se entra as en la

    etapa post-germana. Veamos hechos y gestos que la definen, centrndonos en los msprximos que son tambin los de Alenda, con inicio bien definido: lo que vienetras el fin del saco o, si se quiere, tras ese 11 de octubre. No puede decirse lo mismo delfinal, que queda sin precisin; pero que lo marcaramos en la dcada de los treinta,cuando amortizada la composicin del perdn y alentada por la coyuntura expansionistase inicie la recuperacin que habra de llevar a Orihuela, al cabo de media centuria, avivir la poca de mayor esplendor foral.

    5. POST-GERMANA

    Se marchan los ltimos soldados del Marqus, finaliza el saco, es San Miguel.La ciudad queda expoliada, muchos de sus vecinos huidos. Peor lo pasan los prisioneros

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    esos 35 a 50, aproximadamente, que don Pero Maza retuvo. Los ajusticiadosesos 13, aproximadamente, en que se ensa ya no sufren, s sus familias. Y elpueblo? No olvidemos a los que todava siguen combatiendo, que la guerra an no haterminado. Luchan ahora en el bando real, unos por decisin propia esos quarantafins sixanta de cavall que acompaan a don Pedro Maza de Lizana; otros, los ms,

    forzados. El Virrey, que se hallaba atacando Jtiva y Alzira, requiere constantesrefuerzos. Haba solicitado, en principio, 60 hombres y su equivalente enmantenimiento: nos envys en sueldo de hun mes de sesenta hombres a raon de tresducados. Peticin que hace desde Canales, a XIIII del mes de mayo Mil D. XXII.Enseguida se ver obligado a hacer nuevas peticiones hasta llegar a los dozjientesonbres de guera (sic), siempre pagados por hun mes. El envo de soldados no se harsin quejas de la ciudad y de los lugares, como Guardamar. Constan, por otra parte, lasdificultades de las levas: la primera de cent e dos homens, la segunda de sexanta unhomes, al final, segn carta de agradecimiento del virrey, los doscientos solicitados.Muchos de ellos, unos 40, pagando por otros, por ejemplo pedro lamiques pedrapiqrpag por l a pedro frances. Porque las dificultades se constatan no slo en las

    levas de hombres, de por s difcil de hallar voluntarios tras la experiencia de fracasoreciente, tambin en las recaudaciones para pagar las soldadas. En efecto, hubo querealizar varios repartimientos entre la poblacin que levantaron ms de una queja,adems de presentar grandes dificultades de cobro de las tallas impuestas. Recurdense,pues ya han sido citados, los repartimientos que clasificaban y obligaban a pagaralos vecinos en siete categoras, en un primer repartimiento, y luego, otro segundo, enseis manos.

    Es decir, los doscientos hombres no llegaron fcilmente. El Virrey hubo deinsistir una y otra vez, haciendo notar la escasa predisposicin de Orihuela. Por si estofuera poco, enseguida se produjeron las primeras deserciones, hasta el punto de que sedud de si en algn momento hubo doscientos: no se hallaro[n] sino cie[n]to sesenta ytres hombres y agora postrerame[n]te recontadosno se han hallado mas de ciento yquarenta. El Virrey se extraa de esta actitud, pues pensaba tener aca gente fiel a SuMat. Pero las deserciones no acabaron aqu, una vez que se cumpli el tiempo dereclutamiento y el mantenimiento se paraliz, se produjo la desbandada:

    la gente que aca teniades en srvio de su Mat segun paree se es yda y handexado la bandera sola por falta de no tener provisio[n] que les haviads deenviar ysin pedirnos licencia se se(sic) an ydo.

    Asombro, pues, de don Diego.

    Pero acaso el comportamiento no entra dentro de la lgica de los hechos?Acaso no caba esperar deserciones al menor pretexto en personas que un ao anteshaban luchado en el bando contrario? Porque es evidente que en ese grupo de 200 o163 hombres que engrosaron las huestes del Virrey para enfrentarse a los agermanadosdesde septiembre a finales de octubre de 1522 muchos debieron estar en el bandocontrario en la primavera-verano de 1521. Que esto fue as se explica tambin en lasactitudes posteriores, cuando el Virrey, asombrado por la desercin masiva, pide a laciudad que torneys ha enbiar otros dozientos hombres pagados p hun mes, ymirarejs insisteque sean mas fieles q los otros. No debi acabar aqu el asombrodel Virrey, porque si la peticin la hace el 30 de octubre pasa un mes y los refuerzos nollegan. El asombro se convirti en enfado y don Diego Hurtado de Mendoza dio

    entonces una orden que muestra hasta dnde se haba encrespado su nimo contra los deOrihuela:

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    Dos noticias a punto de desaparecer: primera, que en el libro de 1526 se encuentra descrito loocurrido con el inquisidor Juan Yez; segunda, que la poblacin de Orihuela y sus aldeas

    era de 1.130[roto]AMO, Lib. A-45, f. 4r.

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    en el mismo punto que recibieredes esta salga toda la gente dessa Ciudad con labandera della, a saber es de qui[n]ze anyos arriba y de cinquenta cinco abaxosiguie[n]do la forma en esto que se suele husar en las hostes (sic) ycavalgadas tra-yendo todos los obreros de villa, pedrapiqueros, fusteroscon sus herrame[n]tas adems de pan y vino porque no haya falta de

    pvisio.

    Orihuela se defendi sacando a relucir todos los alegatos que haba usado desdeseptiembre de 1521: despoblacin por muertos y huidos tras el saco, peligro moro, lapeste acechando, falta de dinero, y una quinta columna` de posibles rebeldes prestosa iniciar otra revuelta. En resumen, explican, la ciudad aze mas de lo q puede. Yadems, claro, comunican que se est gestionando el envo de los 200 soldados pedidos.La carta es de 25 de noviembre, en menos de una decena de das primeros das dediciembre caen Alzira y Jtiva. La guerra, en el Reino de Valencia, ha terminado.Dejan de ser necesarias las levas numerosas, por lo que la peticin del Virrey no debicumplirse. En cualquier caso, est claro que la actitud de Orihuela defraud las

    expectativas del Virrey, mas habra que preguntarse tambin por la otra parte, por laciudad, por qu respondi de esta manera.

    Por de pronto, debe tenerse muy en cuenta que cuando la ciudad enve los dosembajadores Fernando de Loaces y Lope Ferrndez de Mesa ante el Rey, lasinstrucciones que llevan modifican los hechos que les interesa. As, al tiempo queinsisten en que la rebelio e germania fue cosa de los populars, tambin aadirnque los caballeros y gentiles hombres y honrados ciudadanos contribuyeron ayudando adon Diego Hurtado de Mendoza con 80 o 50 personas a caballo, adems de 230hombres paguats p la dita ciutat. No podan, evidentemente, aparecer como nicos.Alardearn de que batallaron con el Virrey, o sus tropas, en los frente de Ganda,Alicante, Elche, Orihuela, Valencia, Jtiva y Alcira sens pagua, sou ni quitacio alguna,solo p. servjr a su magestat, y que incluso cuando las tropas del Marqus entraron enOrihuela y se dedicaron al saqueo p[er]me-tere[n] ser saquejats p servey de samagestat, lo que demostraba hasta dnde llegaba su fidelidad y servicio sin paliativos,pero que no era tan cierto como ocurrieron los hechos.

    Ha pasado un ao, pero no se ha olvidado ni el saco del Marqus ni lainoperancia del gobernador en la proteccin de Orihuela frente al primero, adanseahora las exigencias del Virrey y tendremos parte de las razones. Los tres factores, a losque habra que sumar los personales, removieron los nimos de quienes sintieron laderrota de Bonanza como una derrota de sus expectativas. El caldo de cultivo estaba ah,

    a la espera de acontecimientos. La derrota definitiva de los agermanados echar portierra los sueos anhelados. Pero sueos ha-ba y deban inundar las calles de Orihuela,porque no tardando mucho, como se ver cuando doa Germana imponga lacomposicin en 1525 como medio para conseguir el perdn real, nuevamente esossueos de los que venimos dando cuenta se removern. Las autoridades municipales lovieron y lo sealaron, prueba de que la germana mantena un rescoldo que poda re-avivarse. Sin embargo, cronistas e historiadores de la ciudad, entre ellos Alenda,ocultaron este comportamiento. Es obvio que desde su perspectiva, de ciudad defensorade la realeza, la actitud displicente y poco comprometida de 1522 no la dejaba en buenlugar.

    Pero regresemos a la ciudad, al pueblo en s: a qu problemas se enfrenta? Porde pronto, y primero, al descontrol de los organismos del poder local, desvirtuados por

  • 7/21/2019 La Germana de Orihuela. Jos Ojeda Nieto

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    mor de los agermanados. Si se recuerda, y yendo a lo esencial, los agermanadosimpusieron dos jurados de mano menor e intentaron controlar el proceso insaculatoriopara introducir consellers de su bando, quisieron adems gobernar instaurando unrgano municipal nuevo, los Trece, con poder para legislar. Tras el 30 de agosto todo lohecho por los revolucionarios`, Trece, jurados de mano menor e insaculados bajo

    presin, es anulado. El gobierno municipal quedar a cargo de los justicias y cuatrojurados, a la espera de que llegue el momento recurdese que organismos y oficiostiene su tempo de proceder a la renovacin de cargos. Habr, no obstante, unproblema, mas algo ha quedado evidenciado: el gobierno municipal vuelve a ser lo queera, vuelve al estado de normalidad previo a la germana.

    La normalidad, empero, requiere que se solvente un problema inmediato, queaparece al acercarse diciembre, cuando ha de procederse a la eleccin de los justicias.Se echan en falta las bolsas donde figuran quines son los insaculados. Sin las bolsas,que es tanto como decir sin la lista de personas aptas a la eleccin de justicias, no puederealizarse todo el proceso protocolario que conlleva la eleccin por insaculacin. Es 16de diciembre y el acto ha de tener lugar el da de Sto. Toms, el 21. Las bolsas, el

    listado, faltaban porque, como se recordar, los soldados del Marqus de los Vlezcuando saquearon la ciudad no respetaron nada, ni, en este caso, las caxes donde sehallabanles sachs dels cavallers militars e gentils homes... y los sachs dels ciutadansde ma major... y los sachs dels ciutadans de ma menor... ni los albarans delsensaculats. Se recuerda entonces, lo cua