la fórmula actual de la felicidad parte viii. expectativas escatológicas
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La fórmula actual de la felicidad parte VIII
Expectativas escatológicas y de fin de la historia.
Imagen n 1
Acerca de cuándo comenzó la civilización propiamente dicha, los investigadores no han
logrado ponerse de acuerdo. Stephen William Hawking es un inglés, científico, físico teórico,
cosmólogo, autor y director de investigación en “El Centro de Cosmología Teórica” dentro de la
Universidad de Cambridge. Este notable científico, cita en uno de sus libros, “Breve Historia del
tiempo”, que San Agustín, teólogo y filósofo cristiano del siglo IV, de acuerdo con el libro del
Génesis, aceptaba una fecha de unos 5.000 años antes de Cristo para la creación del universo,
fecha comprobable y no tan lejana al final del último período glacial (ca. 10.000 a.C.) que los
arqueólogos suponen que empezó realmente la civilización (Hawkins, 2011, Pág. 7). Pero
calcular cuándo terminará todo, no se sabe tampoco. A lo largo de toda la historia, se ha
observado que una de las características los grupos mesiánicos es el separarse de la sociedad,
romper con normas ya establecidas y rebelarse de cualquier autoridad. Para poder mantenerse
aislados del supuesto desorden e inmoralidad reinante en la sociedad, tratan de proteger a esos
que se consideran “elegidos” de una catástrofe tipo apocalíptica que se avecina enseguida o en
cuestión de algunos años. Ejemplos sobran. Líderes o caudillos carismáticos, que ofrecen
alternativas para evitar contaminarse de los males de la sociedad llevan a sus seguidores a sufrir
todo tipo de sacrificios, vejaciones y en muchos de los casos luego también deciden acabar con
sus vidas. Se pueden citar algunos casos de carácter apocalíptico.
a) La secta religiosa de Puertas del cielo, liderado por Marshall Applewhite. En Marzo
26 de 1997, la policía de San Diego, California, descubrió los cadáveres de 39 de sus miembros
envenenados con cianuro, que habían cometido suicidio colectivo porque creían que el cometa
Hale-Bopp era seguido por una nave alienígena y ellos la querían arribar.
b) Vernon Wayne Howell, mejor conocido como David Koresh. Líder de la
desafortunada secta religiosa de los Davidianos, quienes creían que él era el profeta. En 1993,
tras un operativo de la Agencia para el control del tabaco y armas (ATF por sus siglas en ingles),
y de haber sido cercados en un rancho en Waco Texas por el FBI. Koresh, 54 adultos y 28 niños
fueron hallados muertos tras el incendio del edificio.
c) 1978, en Guyana. James Warren mejor conocido como “Jim Jones”, líder de la secta el
Templo del Pueblo, provocó el suicidio masivo más grande de la historia, 914 personas de las
cuales más de 200 eran niños.
d) La Nueva Jerusalén, fue fundada en el estado de Michoacán, al sur de México, en 1973
cuando la campesina Gabina Romero, afirmó haber visto a la virgen María, haber recibido su
mensaje en el que le pedía hablar con el párroco Nabor Cárdenas, para que creara un pueblo de
penitentes, que salvaría al mundo de un trágico destino. Cárdenas abandonó luego la Iglesia
Católica, se convirtió en Papá Nabor, líder del culto, y Romero se convirtió en Mamá Salomé, la
vidente que recibía mensajes de la virgen. A través de los años surgieron disidencias, algunas de
entre los videntes que sucedieron a Mamá Salomé. El propósito de los fundadores de "Nueva
Jerusalén" era salvarse del Apocalipsis. Primero lo anunciaron para 1980, luego para 1988 y la
última vez fue para el año 2000.
Pero a través de cualquier lectura que se pueda hacer de los acontecimientos registrados
en los últimos años, se sabe que “no son pocos los que piensan que toda religión debería
desaparecer”. Se responsabiliza a las religiones cuanto sectarismo apocalíptico aparece, de
cuanta atrocidad, guerra y odios enconados por generaciones esté dando vueltas. Este es, sin
dudas, uno de los argumentos favoritos de los ateos (Pérez Ranchal, 27-08-2014). Es que, como
bien dijo Chesterton, “cuando un hombre deja de creer en Dios, pasa a creer en cualquier cosa”
(Fernández Pérez, 06-03-2012).Y esto, está pasando en estos últimos tiempos de la historia,
donde se observa que las personas se congregan a oír que les digan lo que quieren escuchar (cf. 2
Tim. 4:3). Pero, la religión cristiana no ha desaparecido, y aún en estos días, son muchos
millones de personas las que aún ponen su confianza en el Dios de los cristianos. Pero también
hay que reconocer, que estas últimas décadas han sido difíciles para el cristianismo en Europa y
en los países donde el comunismo se ha impuesto como forma de gobierno. También lo ha sido
en los países de Medio Oriente donde los musulmanes han arrasado con miles y miles de
cristianos empujando a muchos a emigrar a otros países. Pero no ha llegado el fin del mundo,
como algunos esperan.
Sin dudas, los atentados de los terroristas islámicos en EE.UU., aquel ya lejano 11 de
septiembre de 2001, trajeron cambios profundos en todas las sociedades del occidente. Richard
Dawkins, un biólogo británico y ateo empedernido publicó en el Periódico The Guardian, su
convicción de que las religiones del mundo eran peligrosas y que por lo tanto algo había que
hacer.
“Muchos de nosotros veíamos a la religión como una tontería inofensiva. Puede que las
creencias carezcan de toda evidencia pero, pensábamos, si la gente necesitaba un consuelo en el
que apoyarse, ¿dónde está el daño? El 11 de septiembre lo cambió todo. La fe revelada no es una
tontería inofensiva, puede ser una tontería letalmente peligrosa. Peligrosa porque le da a la gente
una confianza firme en su propia rectitud. Peligrosa porque les da el falso coraje de matarse a sí
mismos, lo que automáticamente elimina las barreras normales para matar a otros. Peligrosa
porque les inculca enemistad a otras personas etiquetadas únicamente por una diferencia en
tradiciones heredadas. Y peligrosa porque todos hemos adquirido un extraño respeto que protege
con exclusividad a la religión de la crítica normal. ¡Dejemos ya de ser tan condenadamente
respetuosos!" (The Guardian ,10-11-2001). Sin dudas Dawkins le perdió el respeto a toda
religión organizada, pues no ha dejado de hostigar la fe cristiana e islámica desde aquel
momento.
De acuerdo a lo publicado por el portal Noticias Cristianas, un estudio publicado por el
Instituto para la Investigación Religiosa del Grupo Barna, las guerras en curso y la amenaza de
una invasión militar extranjera de los EE.UU a Siria, provocó la sensación de proximidad del fin
del mundo. Alrededor del 41% de los estadounidenses, cree que el mundo ya está viviendo los
acontecimientos predichos en la Biblia acerca de los tiempos finales. El índice es mayor entre los
miembros de la mayoría de las iglesias contemporáneas, que no son parte de las denominaciones
seculares (77%). Entre los protestantes más tradicionales es sólo el 54%. Los católicos mostraron
una posición diferente, un 73% dijo que no creían que estos fuesen los últimos tiempos. James F.
Fitzgerald, teólogo y especialista en estudio de la profecía bíblica, opinó que los resultados
publicados por la revista evangélica Charisma, son porcentajes mucho altos de lo imaginado.
Hubert Jedin (1900-1980) fue un historiador de la Iglesia Católica de Alemania, cuyas
publicaciones especializadas sobre la historia de los concilios ecuménicos, en general, y el
Concilio de Trento, en particular dijo que “hay una serie de supuestos que se pueden compartir o
no con respecto al estudio de la historia de la Iglesia: la concepción de la historia como un
periplo que posee un principio y un fin -en el doble sentido de conclusión y de finalidad-, la idea
de que los hombres logran o pierden en la tierra su salvación espiritual, la creencia de que la
Iglesia es -en ciertas obras, con características decididamente atemporales- el espacio en que se
realiza esa salvación, que además ella ha sido fundada con tal objeto por el Cristo, así como un
largo etcétera” (Di Stefano, 2002). Todos estos temas citados provocan expectativas
escatológicas en los creyentes, especialmente el engendramiento de la historia como un
peregrinaje que posee un principio y un fin -en el doble sentido de conclusión y de finalidad. La
Iglesia no debe llenarse de ansiedad ante los eventos escatológicos. Somos peregrinos en esta
tierra y la Iglesia marcha triunfante en pos de la Patria celestial. Cristo bien dijo que Él es el
principio y el fin de todas las cosas (cf. Ap.1:8). Hay que creerle.
A lo largo de toda la historia de la Iglesia, ha habido expectativas escatológicas. Luego
del período de industrialización en occidente, en el siglo XIX, aparecieron los adventistas del 7º
día (defensores de una nueva era del espíritu), los irvinianos, los mormones, los menonitas y los
pentecostales. También la “comunidad católico- apostólica”, un cisma del anglicanismo. En el
siglo XIX algunos ultranacionalistas norteamericanos, defendieron un milenarismo basado en el
preponderante papel de Estados Unidos, entendiendo que aquí ya estaba comenzando la época
mesiánica. Y a principios del XX, los Testigos de Jehová también adoptarían el milenarismo.
Todos ellos describirán presuntas y particulares profecías con fecha del año de la llegada del
Anticristo y del comienzo del reinado mesiánico. Todas estas falas e ilusas expectativas, fallaron.
Pero, hay épocas en las que estas expectativas recobran nuevas fuerzas.
Hasta hace algunos años atrás, era común oír a aquellos que dirigían la alabanza en el
templo, solían hablar de la apostasía que se venía, diciendo que ‘esto se está acabando, Cristo
viene pronto” y animando a los feligreses a orar y a buscar a Dios, esperando el derramamiento
del Espíritu para que el culto se encendiera y se transformara en una fiesta. Luego se olvidaban
de esta frase, y todos solían cantar que este culto “está bueno, este culto está encendido”. Y otras
expresiones similares. Estas frases fueron perdiendo fuerza y vigencia, pero la exhortación aún
sigue teniendo autoridad. Porque sin dudas, la apostasía “profetizada” ya ha llegado, no será un
evento del futuro, sino de nuestros días. Hedonismo religioso, caos político, social y cultural,
matrimonio gay, ministros y predicadores presos por predicar en contra del pecado, guerras,
persecuciones totalmente violentas en Medio Oriente y África, etc.
Fue allá por la década del 90, que estaba de moda en ámbitos intelectuales Francis
Fukuyama, un japonés nacionalizado americano, un importante “gurú” del capitalismo. Francis
Fukuyama, es un científico americano político, economista y autor. El es mejor conocido por su
libro (1992) titulado “El Fin de la Historia y el último Hombre”. Este trabajo, “conclusión del
agotamiento de modelos ideológicos que no sean el liberalismo” (Rodríguez Gervás, n.d.) (El
capitalismo neoliberal), está relacionado con el tema de la posmodernidad. La posmodernidad,
no el advenimiento de una nueva forma de vida social o de una nueva cultura, sino una visión y
reflexión crítica de la modernidad, que se alimenta con el derrumbe de la Unión Soviética y sus
satélites. Y este suceso es un hecho histórico. Pero no por aceptar esto quedan claros su
significado y su valor. Y esto ha dado qué pensar. Sobre estos acontecimientos es que pensó
Fukuyama su obra (Pimentel, 2012). El proponía que, la humanidad, en el estadio final de su
evolución, se estancaría en una especie de inestable y evanescente democracia liberal.
Argumentaba que la difusión mundial de las democracias liberales y el capitalismo de libre
mercado de Occidente y su estilo de vida puede señalar el punto final de la evolución
sociocultural de la humanidad y convertirse en la forma final de gobierno humano. Sin embargo,
su posterior libro Confianza: Virtudes Sociales y la Creación de la Prosperidad (1995),
modificaron su posición antes de reconocer que la cultura no puede separarse limpiamente de la
economía. Fukuyama también se asocia con el surgimiento del movimiento neoconservador, del
que se ha distanciado desde sí mismo. Juan Daniel Videla, de la Universidad Nacional de San
Juan, afirma que la tesis del “Fin de la Historia”, fue “acuñada probablemente por los padres de
la Iglesia y desarrollada en la modernidad por el idealismo alemán, particularmente por Hegel. Y
ha sido reflotada a propósito del proceso global de expansión capitalista” (Videla, Oct. 2000).
Para llegar a esas conclusiones, Fukuyama se basó en Hegel y Kojève, un intérprete hegeliano
interesado en «salvar a Hegel de sus intérpretes marxistas». Kojève aprovechaba los argumentos
esgrimidos por Hegel en “La fenomenología del espíritu” y sus reflexiones en torno al
advenimiento de un “estado homogéneo universal” en el que triunfarían los ideales de igualdad y
libertad de la Revolución francesa tras la batalla de Jena, donde Napoleón venció a los prusianos
ocupando fácilmente Berlín. Sobre estas ideas, Kojève concibió la idea del “Fin de la Historia”
basándose en ese “estado homogéneo universal”, que estaría representado, para él, en los países
de la Europa Occidental de la posguerra. De esta manera, Fukuyama argumentaba que el estado
actual del Fin de la Historia se debía al fracaso de los grandes regímenes autoritarios del siglo
XX: el fascismo y el comunismo. Esta circunstancia supondría el triunfo de la democracia
liberal, que se habría quedado sin alternativas. Las ideologías rivales que él veía en ese
momento, el nacionalismo y el fundamentalismo, no tenían la entidad suficiente para destronar a
la democracia liberal. Este “nuevo orden mundial”, que declararía Bush unos meses más tarde,
proporcionaría una paz al modo kantiano entre los países gobernados por democracias liberales,
superando el realismo político, el conflicto es inseparable del sistema internacional, que había
dominado las relaciones internacionales durante mucho tiempo (Sanmartín, n.d.). Pero el tiempo
ha ido pasando y el fin real de la historia no ha llegado. Todavía la historia se sigue escribiendo.
Por este motivo, también es importante conocer lo que el intelectual uruguayo Fernando
López Alves explica al respecto, cuando dice que “el predominio del sistema capitalista sobre
sus alternativas planteaba lo que Fukuyama llamó el fin de la historia”, entendiendo esto como la
victoria del individualismo sobre el colectivismo, del sistema de la empresa privada sobre la
estatal (Aves, Pág. 23). Lo que se esperaba que sucediese, era que el capitalismo fuera el último
modo de producción. Pero el capitalismo en sí, no es un modo de producción que busque el
bienestar de la población, dado que su objetivo es lucrar y concentrar las ganancias obtenidas.
Por esa razón, tiene una gran capacidad para incrementar la productividad. Y es a este estado
social productivo, donde el capital y el libre mercado son los únicos interlocutores validos, al que
Fukuyama llamó en su ensayo “El Fin de la historia”.
Lo que si se ha observado, ha sido el triunfo del capitalismo sobre los socialismos, con la
caída del muro de Berlín y el fin de la guerra fría con el bloque de países soviéticos. La caída del
muro de Berlín, fue el triunfo de la democracia y de la clase obrera, que también proclamó el
estado de derecho. Fue el triunfo de la economía de mercado y del capitalismo moderno.
Occidente no tuvo que invadir militarmente a las Naciones comunistas. Los dirigentes
comunistas del este, tuvieron que aceptar la realidad de que había necesidad de un cambio radical
de sistema.
Pero el atentado del fundamentalismo islámico del 11 de septiembre contra los torres
gemelas en los Estados Unidos, citado al principio de este capítulo, aceleró un proceso de declive
del capitalismo norteamericano, presagiando quizás un pronto “Armagedón Económico” y un
posible nuevo orden mundial, que lleve a su fin el actual reinado del eje anglo americano.
Además de esto, la situación económica mundial deja mucho que desear de haber
alcanzado su ideal. Conforme indica el Banco Mundial, la cantidad absoluta de pobres en el
mundo disminuyó de 1.900 a 1.400 millones entre 1981 y 2005. Sin embargo, esta reducción es
dispar. Mientras hay una fuerte reducción en Asia Oriental, en Asia meridional y África del Sur
la pobreza aumentó. Lo gracioso de estos datos es que establecen una sutil diferencia entre vivir
con $us 1.25 o $us 2. Tan pequeño cambio muestra que en la actualidad 2.000 millones de
personas estarían viviendo en la pobreza (BM, 11-12-2013). Sin duda, todavía hay mucho por
hacer. Y el capitalismo neo-liberal actual, no ha dado los frutos sociales esperados. Y la brecha
mundial entre ricos y pobres se hace cada día más evidente. Ya es mucho, lo que los líderes
políticos mundiales han hablado acerca de un próximo nuevo orden mundial. Pero estos eventos,
son cuestiones todavía del futuro y los analistas geopolíticos, son quienes analizan estos temas
más que los teólogos.
Otro tema que dio mucho que hablar a los medios de comunicación fue el escándalo del
Vaticano, que culminó con la renuncia de Benedicto XVI. En un artículo recientemente
publicado por John Ross Schroeder, escritor de artículos para la revista protestante
norteamericana “La Buena Noticia”, periodista y pastor en Irlanda del Norte y el Este de Sussex,
habla de la sorpresiva renuncia del Papa Benedicto XVI. Posiblemente, este haya sido el
acontecimiento más importante de los últimos años dentro de la Iglesia Católica Romana.
Benedicto como teólogo, ha sido influyente en Occidente, pero si realmente es un hombre
convertido al Jesús que se revela en la Biblia, hay que dudar mucho (Mat. 7:15-20). Creer en
Cristo, no es sinónimo de estar convertido a Él, o sea de creerle a El de todo corazón. Pero había
una pregunta que él se hacía: si acaso esta renuncia traería cambios importantes en sus prácticas
o en sus doctrinas, el seno de esta institución tan antigua. Pero algo más importante que este
intelectual se preguntaba, era si la profecía bíblica decía algo “acerca del destino final de la
Iglesia romana” (Schroeder, n.d.). Pero, dado que El Vaticano, siempre se ha caracterizado por
ser una institución sumamente burocrática, esta pregunta es muy difícil de responder, ya que la
Iglesia católica Romana no es igual en todo el mundo; no es lo mismo en China que en los
Estados Unidos, ni en los países musulmanes que en América Latina, aunque sea una sola
institución. La renuncia de Benedicto XVI, a los ojos de los observadores internacionales, ha
sido un signo muy claro del gran problema financiero que hay en el Vaticano. Además de todas
las denuncias que ha habido de Pedofilia, lavado de dinero y otros pecados más. Los secretos del
Vaticano han ido saliendo a luz en este último tiempo. Durante cerca de 1700 años, La Roma
Papal ha sido una poderosa red financiera global. Si es que se acepta como fecha de surgimiento
Papal, al Concilio de Nicea en el año 325.
Pero sin dudas, el ex-cardenal argentino Bergoglio, alias Francisco I, es un buen
ingeniero constructor de puentes ecuménicos. Si bien Bergoglio, es un hombre bastante austero y
sencillo, además de estas cualidades, hay que agregar que el es un hombre bien inteligente y de
carácter firme; sin dudas. Para desvanecer algún temor a que haya persecuciones en contra de
los grupos protestantes, que han experimentado un crecimiento formidable en el último medio
siglo que pasó, principalmente en América Latina y Estados Unidos, los medios de
comunicación dijeron que Bergoglio es amigo de los evangélicos. Pero Bergoglio, está
mostrando con evidencias firmes que es un hombre muy hábil para construir nuevos puentes
ecuménicos. Y hay líderes protestantes que, muy probablemente, han de estar mirando con
interés comercial, al atrayente mercado católico romano (para venderle sus libros, audios, etc.).
Si por ejemplo, de 1200 millones de personas, al menos un 1%, aproximadamente (unos diez
millones de personas) compraran y leyeran los libros de Joel Osteen, Rick Warren, Cash Luna o
de cualquier otro de los tantos bandidos que infectan al cristianismo evangélico de estos días,
sería un negocio bárbaro. Otra realidad a asumir es, que Bergoglio es “un cura ecuménico”. Y la
realidad de estos tiempos, es que en la agenda ecuménica del Vaticano, hay dos ítems
importantes: Unidad y Romanismo. Pero nada hay sobre el fin de la Iglesia Católica, como John
Ross Schroeder quizás soñó. La Iglesia evangélica espera honestamente que esto sirva para que
esta antigua institución eclesiástica se reforme espiritual y doctrinalmente; y aunque los
evangélicos no le desean mal a la Iglesia católica, ni tampoco a los católicos o al Papa, si la
I.C.R. no se renueva espiritualmente y doctrinalmente, no tiene mucho futuro en este sociedad
occidental donde reina el escepticismo. Y si no cambia su mentalidad, posiblemente quede como
un recuerdo del pasado dentro de algunas décadas nomas. Salvo que se organice
ecuménicamente con otras Iglesias y religiones no cristianas, como hay algunos que lo ven como
un evento no tan imposible.
Hasta hace algunos años atrás, era común oír a los cristianos que dirigían la alabanza en
el templo, hablar de la apostasía que se venía, diciendo que ‘esto se está acabando, Cristo viene
pronto” y animando a los creyentes a orar, a buscar a Dios y esperar el derramamiento del
Espíritu para que el culto se encendiera y la reunión se transformara en una fiesta. Luego se
olvidaron de esta frase, y todos solían cantar que este culto “está bueno, este culto está
encendido” (Ríos, n.d.), como canta el merenguero dominicano Giovanni Ríos. La frase, fue
perdiendo vigencia, pero la exhortación sigue teniendo autoridad. Cristo viene pronto y esto se
está acabando (ya viene la apostasía).
Koert van der Velde (1960) estudió ciencias religiosas en la Universidad de Leiden.
Luego trabajó cinco años como periodista free-lance, y hacía trabajos para una organización de
drogas. Desde 1996 trabajó al servicio de la religión y la filosofía, en la editorial periódico
Trouw. Actualmente es escritor y periodista free-lance. Es importante también hay que recordar,
que en el diario neerlandés Trouw, de fecha 16 de febrero de 1999, este escritor escribía un
artículo bajo el título ‘Acercándonos al fin llenos de angustia’, en el que hace un resumen sobre
la fiebre del milenio existente en toda clase de grupos religiosos. Del mismo se deduce que
muchos estaban convencidos de que se vivían momentos cercanos a la venida de Cristo. Y
relacionado con esto, hay muchos que esperan que Dios, en breve plazo de tiempo, desate su ira
sobre el Planeta Tierra, haciendo que todos sean destruidos mediante la rotura de diques, el
desencadenamiento de catástrofes acuáticas y terremotos,etc. (Meint, Pag.9-10). Y seguramente,
que las personas de temperamento más moderado, preguntaran como salir o evitar a este
fanatismo religioso irracional y esperar con paz la segunda venida de Jesús, tranquilamente y sin
entrar en delirios y misticismos que tanto daño hace. Pero el problema, es que no hay una
formula especifico que solucione este problema humano. El problema es bastante profundo,
porque sus raíces están enterradas bajo décadas de historia de la Iglesia en Occidente.
Por ej., si uno se remonta con su imaginación por un instante al pasado, en los albores del
1400 d.C, hubo un predicador católico-romano llamado (san) Vicente Ferrer (1357-1419) quien
predicaba al estilo de los viejos profetas por toda Europa, que el fin del mundo estaba muy
próximo. Aunque este predicador, estaba totalmente fuera de enfoque doctrinal con este mensaje,
Dios confirmó su predicación otorgándole la realización de milagros y de muchas conversiones.
¿Estaba Dios confirmando la mentira? ¡Ni pensarlo! La verdad es que Ferrer estaba discerniendo
correctamente, la decadencia del final de la Edad Media, la explícita y casi total corrupción de
sus propios tiempos, como ensayo general de la corrupción total que vendría luego, previo al fin
de esta era de la Gracia.
También hasta hace un tiempo atrás, estaba candente el tema del rapto secreto de la
Iglesia”. La verdad que los escatólogos, con este tema del rapto inmediato cansan al más
tranquilo. Esto es una creencia fanática, que si dudas de ello, lo tildan a uno escéptico, que se
quedará cuando reine al anticristo. Pero solo les interesa meter miedo. La teoría del “Rapto
secreto” (RP) o “Arrebatamiento” ha echado raíces en la iglesia evangélica a partir del siglo 18
en adelante, expandiéndose en América en el siglo 19. Esta doctrina que fue desconocida por la
Iglesia Cristiana por más de 1700 años, ahora es parte de la escatología evangélica como si fuera
una doctrina realmente contenida en las Escrituras. Sin embargo la gran mayoría de los que creen
esta doctrina del “Rapto Secreto” ignoran su origen y como esta creencia errónea, entró a formar
parte del dogma evangélico.
El rapto secreto, ha sido otro exceso de la escatología. Pero pocos salieron a desmentir
que nunca ha existido una historia real del “rapto secreto” antes de 1830, aunque algunos
creyentes tratan de “justificarlo” apelando a una enseñanza apócrifa que apareció en el siglo 7 y
que se atribuye a un monje Ortodoxo del siglo 4 llamado Efraim de Nisibis (373) el cual dice que
“los santos y electos serían congregados antes de la tribulación y llevados al Señor para que no
vean al confusión que está por venir.” Este texto es espurio; y además no existe ninguna
evidencia histórica documentada que los cristianos durante los primeros cinco siglos hubiesen
tenido una creencia del “Rapto secreto” tal como lo enseñan estos grupos de creyentes. Pero hay
que citar al teólogo reformado L. Berkhof, quien con didáctica autoridad explica cual era la
creencia de los cristianos primitivos
A los primeros cristianos se les enseñó a esperar el retorno de Cristo, y aun en el Nuevo
Testamento es evidente que algunos esperaban un rápido retorno. La interpretación literal de
Apocalipsis 20:1-6, llevó a algunos de los Primeros Padres de la Iglesia, a distinguir entre una
primera y segunda resurrección, y a creer en la intervención de un reino milenial. Algunos de
ellos, acariciaban las esperanzas mileniales y se figuraban las felicidades de época futura de una
manera crasamente materialista (Berkhof, Pág. 337). Como se lee en este interesante manual de
teología, el dr. Berkhof explica que los primeros cristianos esperaban el retorno literal de Cristo.
Incluso, algunos esperaban un retorno inminente. Pero acerca de “un Rapto Secreto”, ni en la
Biblia ni en la historia del cristianismo, se encuentra algo parecido.
Entonces, como todos observan, sin dudas el fin del mundo aún no ha llegado y tampoco
hay fecha pare precisar acerca de este evento. Pero la apostasía profetizada si ha llegado. Esto no
es un tema del futuro, sino de nuestros días. Hedonismo religioso, caos político, social y cultural,
matrimonio gay, ministros y predicadores presos por predicar en contra del pecado, guerras,
persecuciones totalmente violentas en medio oriente y África, etc. Es una idea errónea creer que
Dios no permite la apostasía o el pecado en la Iglesia. Dios permite que el pecado entre en la
Iglesia, aunque El no tolera el pecado. La Ira de Dios y Sus juicios son una realidad. Y según el
evangelio, la esperanza en la venida de Cristo, que aparecerá con toda su gloria, constituye un
elemento real en la vida del cristiano. (Meint, Pag.9-10). Es en este sentido, si hay optimismo
porque se anhela la resurrección de los cuerpos y la segunda venida de Cristo. Aún así, alegra
saber que en estos tiempos, aún cuando estos asuntos han ido perdiendo interés para muchos
creyentes, todavía quedan otros que prestan su atención a estos temas.
Pero hay grupos de creyentes que a veces se pasan de los límites, cuando pretenden
desarrollar escenarios catastróficos, e incluso cuando se atreven a calcular la fecha de la venida
de Cristo, como lo sucedido en relación con el ministerio de Harold Campings en Estados
Unidos, evento denunciado por el Dr. Albert Mohler, presidente del Seminario Teológico
Bautista del Sur en los Estados Unidos (Mohler, n.d.). Muchas veces sucede que, con el fin de
mantener el buen rumbo de la ortodoxia, la iglesia se descuida de asuntos relacionados con la
apostasía y la venida inminente de Cristo, desatendiendo, por un lado, o exagerando por el otro,
en vez de concentrarnos en lo que dice la Biblia. Porque como escribió el apóstol Pablo “la
palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es
poder de Dios.” (1 Cor. 1:18). Porque Dios ha enloquecido la sabiduría del mundo. Hay muchos
que quizás piensen que solo se habla mal de todo, que hace daño ser tan pesimista. Pero bien dice
la escritura que “todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios” (Ro.8:26 RV 1960). El
cristianismo actual no tiene todo lo que está sucediendo bajo su control. Solo Dios tiene el
control de la situación. Nada escapa a su soberanía.
Hay que resaltar que “el milenarismo y el mito del Anticristo no son como plantillas que,
una vez estampadas, continúan empleándose como partes fijas de la escatología cristiana
primitiva o bien se dejan aparte. Son más exactamente figuras vivas de una disputa teológica en
la que participan destacados pensadores de dentro y de fuera de la Iglesia”(Heid, Pág. 177). Por
esta razón, la escatología mueve los sentimientos de los cristianos y muchos líderes han estado
pendientes de las profecías bíblicas a lo largo de la Historia. Hay que recordar que antes de la
ascensión de Jesús al cielo, sus discípulos se juntaron alrededor de Él y le preguntaron "Señor,
¿restaurarás en este tiempo el reino a Israel?" (Hch. 1:6 LNBH). Los fariseos previamente habían
formulado una pregunta similar. Jesús la había contestado afirmando: "El reino de Dios no
vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre
vosotros" (Lc. 17:20, 21). El reino de Dios no vendría con señales que podrían ser observadas.
Los discípulos no debían dejarse engañar por aquellos que afirmaban ser los mesías que
establecerían un reino político (Viertel, Pag.10).
Utilizar la fórmula redentora F=CMC, le enseña a los hijos de Dios un consejo sano: no
deben volverse loco con el estudio del Apocalipsis ni tenga miedo. Jesús les dijo a sus discípulos
que en la casa del Padre, había lugar para todos ellos; y que si esto no fuese cierto, El no les
habría dicho que iba para el cielo a prepararles un lugar adecuado (cf. Jn. 14:2). Dios espera de
cada creyente que sea un cristiano sincero y honesto, que viva en paz, que le sea fiel, que
escudriñe a diario las escrituras y que le adore de manera espiritual pero ordenada. Porque, como
Pablo escribió a los corintios que
“nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si
sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la
obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y
la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que
sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él
mismo será salvo, aunque así como por fuego.”(I Cor. 3:11-15) Y recuerde también, que dice la
biblia, que “todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios, los que conforme a su propósito
fueron llamados” (Ro. 8:28 RV 1960). Esto también es fruto de aplicar la fórmula redentora
F=CMC. Como escribe el apóstol Juan, “El viene con las nubes, y todo ojo lo verá, aun los que
lo traspasaron; y todas las tribus (linajes y razas) de la tierra harán lamentación por El. Sí.
Amén.”(Ap. 1: LNBLH).
Con el surgimiento de nuevos movimientos religiosos, la actividad creciente de otros en
Latinoamérica, los cambios en algunas de las religiones y ciertas tendencias peligrosas en
algunas iglesias evangélicas, me hace pensar que a medida que Estados Unidos y el mundo
occidental post cristiano, se aleje cada vez más de la sana doctrina del Nombre de Jesucristo,
muchas iglesias sucumbirán a las tentaciones y a la presión e irán acomodando y cambiando sus
doctrinas y el contenido de las Sagradas Escrituras, para amoldarse a las exigencias de un mundo
cada vez más exigente de ser individualista. ¡Hay sistemas de la cristiandad que ya tienen siglos
de hacer esto! Esto es la Apostasía de la que nos advierte la Biblia y en estos tiempos proféticos
antes del fin de esta era cristiana, son cada vez más evidentes las artimañas de Satanás; quien en
el nombre de la igualdad, la madre tierra, la libertad de religión y la individualidad, condena a
billones de almas a acompañarlo al infierno para toda la eternidad.
Y en la medida en que se acercan los tiempos finales, la crisis mundial se generaliza para
conducir al mundo a la confusión y perdición. La conducta humana está dando origen a la
proliferación de todo tipo de sectas, videntes, curanderos, psíquicos, iluminados y falsos profetas
que abundan en casi todos los países del mundo. El pecado estará habitando dentro de las
iglesias, y líderes autoritarios y pecadores, muchas veces sentados en las iglesias como señor
honorable. A los verdaderos cristianos se los tilda de fanáticos, exagerados, radicales, falsos
cristianos, y les llamarán sectas, a lo bueno le llamarán malo y a lo malo bueno.
Y a pesar de que todo esto fue profetizado y tanto Nuestro Señor Jesucristo como los
Apóstoles nos lo advirtieron, el mundo ha sido cegado ( 2 Tes 2:3 dice “Nadie os engañe en
ninguna manera; porque no vendrá (el Señor) sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el
hombre de pecado, el hijo de perdición”). No les interesa ver la verdad, ni con luces de neón.
Hay una frase de un filósofo que decía que gran parte de la sociedad vive en un estado de
“interpretado”. Vivir de esta manera significa que: 1) Hacer cosas que otros nos dicen que
hagamos. 2) Comprar lo que otros nos dicen que compremos. 3) Pensar lo que otros nos dicen
que pensemos. 4) Actuar como otros nos dicen que actuemos, etc.
Esta forma de vivir en un estado de interpretado nos hace imitar a los hombres y dejamos
de lado lo sabemos que Dios dice en su Palabra y que no existen dudas de que moralmente y
espiritualmente hagamos. La cristiandad debería seguir el consejo del apóstol Pablo de renovar el
entendimiento para entender lo que es verdaderamente relevante para este tiempo. Por este
motivo, a aquel que se le ocurre marchar en contra de la corriente puede quedar solo y que lo
tilden de fundamentalista, similarmente a un musulmán fanático e irracional o a un terrorista
protestante del norte de Irlanda.
Pero los cristianos saben bien que la apostasía nunca es total ni completa. Porque,
cuando Moisés bajó de la montaña, ¿estaban los 3 millones de judíos bailando alrededor de un
becerro de oro? No. La Torá, en Éxodo 32:28, dice que fueron cerca de 3 mil personas, de los
cuales la mayoría eran los individuos que habían salido de Egipto con los judíos al estar
sumamente impresionados con lo que había ocurrido durante las Diez Plagas. Esto significa que
sólo el 0,1% de los judíos (uno en mil) participaron, y que el 99,9% de los judíos no hicieron
nada malo (a pesar de que no haber impedido que dicha minoría idolatrara al becerro de oro fue
considerado un error). Pero la reacción de Dios deja en claro que Él culpó a toda la nación (Cf.
Éx. 32:4, Éx. 32:7 y 32:28). Tristemente la cristiandad no piensa por sí mismo, ni toma
decisiones por sí misma. Si los líderes no son conforme al corazón de Dios (cf. Jer. 3:15; Ef.
4:11-12; Heb. 13:7), las iglesias tendrán muchísimos problemas en hallar pastos frescos.
A la luz de las escrituras y analizando la formula F=CMC, se puede leer que en Jn. 8:32
dice: “…y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres…” La verdad de Dios es la que nos ha
hecho libres. La sangre de Cristo es la que nos redimió a todos los cristianos, y la que nos limpió
de todo pecado. Y la verdad y la sangre de Cristo es lo único que puede hacer diferencia en este
mundo.
Referencias
Imagen n1
http://elteologillo.wordpress.com/2013/07/25/el-fin-del-mundo-el-fin-de-esto-o-el-fin-del-
evangelicalismo-moderno/