la figura de maria a traves de los evangelist as

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    LA FIGURA DE MARA A TRAVS DE LOS EVANGELISTAS

    HORACIO BOJORGE

    INTRODUCCIN

    Mara en el Nuevo Testamento

    Un hecho que llama la atencin cuando buscamos lo que se dice en el NuevoTestamento, acerca de la Santsima Virgen Mara, es que de los veintisiete escritos queforman el canon del Nuevo Testamento, slo en cuatro se la nombra por su nombre:Mara. Y son stos los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, y el libro de los Hechos delos Apstoles. Otro libro ms, el evangelio segn san Juan, nos habla de ella sinnombrarla jams, y haciendo siempre referencia a ella como la madre de Jess, o sumadre. Fuera de estos cinco libros, ninguno de los veintids restantes nos habladirectamente de Mara. Slo los ojos de la fe han sabido atribuirle la parte que tiene en

    aquellos pasajes en que - por ejemplo - se habla de que Jess es el Hijo de David, o deque somos Hijos de la Promesa, o de la Jerusaln de arriba, o que el Padre nos envi asu Hijo, hecho hijo de mujer; o han sabido reconocerla en la misteriosa Mujer coronadade astros del Apocalipsis.Explcitamente nombrada en slo cinco libros de los veintisiete, Mara parece habersido reconocida - si nos atenemos a una primera impresin - por slo la mitad de loshagigrafos (escritores inspirados) que escribieron el Nuevo Testamento. De ocho queson, slo cuatro nos hablan de ella: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. No nos hablan deella ni Santiago, ni Pedro, ni Judas. Pablo slo alude indirectamente a ella en Glatas4, 4-5.Por lo tanto, hablar de la figura de Mara en el Nuevo Testamento, es hablar de Mara atravs de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, o sea a travs de los evangelistas.Ntese que no decimos a travs de los evangelios, sino a travs de los evangelistas.Porque casi podra decirse a travs de los evangelios, si no fuera por una referenciaque el evangelista Lucas hace fuera de su evangelio, en el libro de los Hechos de losApstoles (1,14) y por lo que puede interpretarse que de ella dice Juan en elApocalipsis, identificada ya con la Iglesia.Mara en el Nuevo Testamento, es prcticamente, por lo menos principalmente: Maraen los evangelios. Porque fuera de ellos no se nos dice prcticamente ms, o muchoms, acerca de Mara.Para contemplar la figura de Mara a travs de los evangelios podramos seguir doscaminos que vamos a llamar: el camino sinttico y el camino analtico. El caminosinttico consistira en sintetizar los datos dispersos de los cuatro evangelios en un soloretrato de Mara. Consistira en trazar un solo retrato a partir de la convergencia decuatro descripciones distintas.O se puede seguir otro camino, el analtico - y es el que hemos elegido - que consisteen considerar por separado las cuatro imgenes o semblanzas de Mara.El primer camino sinttico, se hubiera llamado propiamente: La figura de Mara en losEvangelios. Este segundo camino que queremos seguir es en cambio el de la figura, oms propiamente, las figuras, los retratos de Mara a travs de los evangelistas.Por supuesto, bien lo sabemos, hay un solo Evangelio: el Evangelio de Nuestro SeorJesucristo. Pero el mismo Dios que dispuso que hubiera un solo mensaje de salvacin,dispuso tambin que se nos conservaran cuatro presentaciones del mismo.

    http://ar.geocities.com/mariaevangelios/biografia.htmlhttp://ar.geocities.com/mariaevangelios/biografia.html
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    El nico Evangelio es, pues, un evangelio cuadriforme, como bien observa ya sanIreneo, refutando los errores de los herejes que esgriman los dichos de un evangelistaen contra de los dichos de otro (Adv. Haereses III,11).Esta presentacin cuadriforme de un nico Evangelio es la que nos da la profundidad,la perspectiva, el relieve de las miradas convergentes. Una sola visin estereofnica oestereofotogrfica de Jess. Un solo Jess y una sola obra salvadora pero cuatro

    perspectivas y cuatro modos de presentarlo - a l y a su obra -. Cada uno de losevangelistas tiene su manera propia de dibujar la figura de Jesucristo. Y todo lo quedice cada uno de ellos est al servicio de esa pintura que nos hace de Jess.Hay que extraarse de que, consecuentemente, seleccione los rasgos histricos, narrelos acontecimientos, altere a veces el orden cronolgico o prescinda de l, para seguirel orden de su propia lgica teolgica (si vale la redundancia) y subordine el modo depresentacin de los hechos y personas al fin de mostrar de manera eficaz a Jess y sumensaje, segn su inspiracin divina y las circunstancias de oyentes, tiempo y lugar?Y nos habramos de extraar de que las diversas perspectivas con que los cuatroevangelistas nos narran los mismos hechos y nos presentan a Jess, dieran lugar acuatro presentaciones distintas de Mara?Dado que el misterio de Mara es un aspecto del misterio de Cristo, todo lcito cambiode enfoque del misterio de Cristo (que como misterio divino es susceptible de unnmero inagotable de enfoques diversos - aunque jams puedan ser divergentes - ),comporta sus cambios de armnicos y de enfoque en el misterio de Mara.Hay pues un solo Jesucristo en cuadriforme presentacin, y hay tambin un solomisterio de Mara en presentacin cuadriforme. Y hay, adems, una coherencia muyespecial y significativa, entre el modo cmo cada evangelista nos muestra a Jess y elmodo cmo nos muestra a Mara, al servicio de su presentacin propia de Jess.Dejmonos guiar de la mano sucesivamente por cada uno de los cuatro evangelistas. Ya travs de su manera de presentarnos la figura de Mara, tratemos de penetrar msprofundamente en su comprensin del Seor. La mxima: A Jess por Mara no es unainvencin moderna; hunde sus races en la bimilenaria tradicin de nuestra SantaIglesia. Ella arraiga en los evangelios; y, en cuanto podemos rastrearlo valindonos deellos, incluso en una tradicin oral anterior a ellos y de la cual ellos son las primeras

    plasmaciones escritas.Dejemos, pues, que los evangelistas nos lleven a travs de Mara a un mayorconocimiento del Seor que viene y que esperamos.

    1. LA FIGURA DE MARA A TRAVS DE SAN MARCOS

    La imagen ms antiguaComenzamos por Marcos, el ms breve y, casi con seguridad, el ms antiguo de loscuatro evangelios. El que recoge, muy probablemente, las catequesis y predicacionesde San Pedro, o sea, el evangelio segn lo proclamaba Pedro.Acerca de Mara, este evangelio de Marcos es una parquedad extrema, comparable por la ausencia de referencias- al gran silencio marial neo-testamentario. Marcoscomienza su evangelio presentando la figura de san Juan Bautista, y casiinmediatamente a un Jess ya adulto que llega a bautizarse en el Jordn. Nada derelatos de la infancia, que como vemos en Mateo y Lucas- se prestan a decirnos algode la Madre. Nada comparable a dos grandes escenas marianas del evangelio de SanJuan: las bodas de Can y el Calvario.

    1. Dos textos: Mc 3, 31-35; 6, 1-3Lo que dice Marcos acerca de Mara se agota en dos brevsimos pasajes, ambossituados en la primera parte de su evangelio. Y en esos pasajes ni siquiera se advierte

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    la impronta personal del narrador. Este mantiene una fra objetividad de cronista y nosreporta lo que terceras personas dicen de Mara. Y si nos detenemos a analizar eltexto, encontramos que esas terceras personas son incrdulas, enemigos de Jess,que por supuesto no se ocupan de su madre con benevolencia, sino desde su hostilidady descreimiento. Para ellos se agrega, como contrapunto y refutacin, es testimonio deJess mismo acerca de Mara.

    Leamos los pasajes. El primero en Mc 3, 31-35 Vinieron su madre y sus hermanos y, quedndose fuera, le mandaron llamar.Se haba sentado gente a su alrededor y le dicen:-Mira, tu madre y tus hermanos y te buscan all fuera.El replic :-Quin es mi madre y mis hermanos? Y mirando en torno, a los que se haban sentado a su alrededor, dijo:-Aqu tienes a mi madre y mis hermanos.El que haga voluntad de Dios, se es mi hermano, mi hermana y mi madre .

    El segundo pasaje es la escptica exclamacin de los que se admiraban, incrdulos, desu inexplicable poder y sabidura; se lee en el captulo 6, 1-3

    Se march de all y fue a su tierra, y le siguieron sus discpulos. Cuando lleg el sbado, se puso a ensear en la sinagoga, y los muchos que le oan se admirabandiciendo:-De dnde le viene esto? Y qu sabidura es sta que se le ha dado? Y talesmilagros hechos por sus manos? No es ste el carpintero, el hijo de Mara y hermanode Santiago y Jos y Judas y Simn? Y no estn sus hermanos aqu con nosotros? Y se escandalizaron de l .

    Estos son los dos nicos pasajes del evangelio de Marcos en que se menciona a Mara.Ellos comprueban simplemente que a Jess se lo conoca en su medio como elcarpintero, el hijo de Mara. Que esa filiacin haca para muchos ms increble quefuera el enviado de Dios. Serva de excusa a los mal dispuestos para afirmarse en su

    incredulidad. Porque las mismas distancias entre las muestras de poder y sabiduraque segn el relato de Marcos- Jess iba dando por todas partes, era un argumentode que no le venan de herencia ni de bagaje humano, sino como don de lo alto. Lamisma humildad de su parentela galilea la parte proverbialmente ms ignorante delas cosas de la ley dentro del pueblo judo- deba haber sido argumento convincente afavor del origen divino de sus obras. Si ellas eran inexplicables por la carne y elparentesco, no habra que tratar de explicarlas por el espritu de Dios?

    2. El contexto del evangelioPero tratemos de comprender mejor el sentido de estos episodios colocndonos en laptica del relato de Marcos. Toda la primera parte de su evangelio, hasta el captulooctavo, versculos 27-30 (la confesin de Pedro), nos muestra a Jess que obramaravillas y portentos, que despierta la admiracin del pueblo, que deslumbra con supoder sobrehumano. Es decir, nos muestra la revelacin progresiva y creciente deJess. Y al mismo tiempo nos muestra la absoluta y general comprensin delverdadero carcter de su persona y su misin. Jess se revela, pero nadie entiende surevelacin. No la entiende el pueblo, no la entienden sus discpulos, no la entienden losescribas, no la entienden sus familiares. No la entienden los que se niegan a creer enl y con los que se enfrenta en polmicas y a los que les habla en parbolas.De esta incomprensin de los incrdulos no hay que admirarse. Pero s de quetampoco lo comprendan ni entiendan sus propios discpulos. En la privilegiadaconfesin de la fe de Pedro, con la que culmina la primera parte del evangelio, se

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    entrev al mismo tiempo un abismo de ignorancia y de resistencia al aspecto dolorosode la identidad de Jess Mesas.Nada ms comenzar la carrera de Jess con un sbado en Cafarnam, con suenseanza en la sinagoga y con numerosas curaciones de enfermos y expulsiones dedemonios, en cuanto han empezado a seguirle sus primeros discpulos y se haencendido el fervor popular, ya apuntan la oposicin y las crticas: Jess cura en

    sbado, come con pecadores; sus discpulos no ayunan y arrancan espigas en sbado.Y ya desde el comienzo del captulo tercer, los fariseos se confabulan con losherodianos para ver cmo eliminarlo. Pero ello se hace difcil, porque unamuchedumbre sigue a Jess. Este elige de entre ella a sus numerosos discpulos. Unode los primeros pasos de la confabulacin se advierte en 3, 20-21. Jess vuelve a sutierra. Se aglomera otra vez la muchedumbre de modo que ni siquiera podan comer.

    Se enteraron sus parientes y fueron a dominarlo, porque (les) decan: Est fuera des.

    3. La oposicin al MesasEl primer paso de la confabulacin contra Jess consiste en declararlo loco y eninteresar a los parientes para dominar a un consanguneo que podra implicarlo en suslocuras y traerles problemas. Que este mtodo intimidatorio de los parientes que fueusado contra Jess y los suyos- era un mtodo usual, nos lo demuestra el episodio delciego de nacimiento, en el evangelio segn san Juan, a cuyos padres llamaron adeclarar ante el tribunal (9, 18-23).Habiendo odo que Jess estaba fuera de s, y movidos quizs por temores y veladasamenazas, los parientes de Jess acuden a dominarlo. Arrastran a su madre a cuyasinstancias esperan que Jess no pueda resistir. Entre tanto, Marcos registra elcrescendo de las acusaciones contra Jess. Jess es ms que un loco. Es unendemoniado: Est posedo por un espritu inmundo (3, 22).En medio de esta tormenta, de hostilidad por un lado y de entusiasmo popular porotro, es cuando relata Marcos con laconismo de cronista:

    Llegan su madre y sus hermanos y, quedndose fuera, le envan a llamar.Se trata de arreglar un problema familiar. Los humildes aldeanos galileos no quieren

    discutir de teologas. Por la humildad, por modestias o por prudencia campesinaporque la falta de letras no es sinnimo de tontera-, no entran. (Segn Lucas, noentran simplemente porque la muchedumbre les impide acercarse).

    Estaba mucha gente sentada a su alrededor El odiado doctor est rodeado de una audiencia entusiasta que siente arder el corazncon su palabra, porque les enseaba como quien tiene autoridad y no como losescriba, ha registrado Marcos (1, 22). Algn malvolo infiltrado entre al audiencia secomplace en anunciar en voz alta a Jess:

    Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas estn fuera y te buscan.Es a Jess a quien lo dice, pero indirectamente a su auditorio: Ved de qu familiaviene vuestro doctor. Marcos registra ms adelante, en el captulo sexto que estamalvola cizaa ha prendido: No es ste el carpintero, el hijo de Mara, y noconocemos a toda su parentela?. Y se escandalizaban de l.La humildad de Mara y de los parientes de Jess es esgrimida para humillarlo, paraempequeecerlo delante de su auditorio: Qu candidato a Rey Mesas! Qu candidatoa doctor y salvador! He aqu la parentela del profeta. Es el mismo argumento que nosrelata tambin san Juan: Pero los judos murmuraban de l, porque haba dicho:

    Yo soy el pan que ha bajado del cielo.Y decan:No es ste Jess, hijo de Jos, cuyo padre y madre conocemos? Cmo puede decir ahora: He bajado del Cielo ? (6, 42).

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    Y registra adems san Juan que muchos de sus discpulos se apartaron de l conaquella ocasin: Es duro este lenguaje, quin puede escucharlo ? (Jn. 6, 61).

    Y ni siquiera sus parientes crean en l (Jn. 7, 5). Y los judos asombrados decan: cmo entiende de letras sin haber estudiado? (Jn.

    7,15).Marcos nos hace or a los que hablan de Mara, la madre de Jess, desde su profundahostilidad al Hijo. Hay en sus palabras un subrayar los humildes orgenes humanos deJess, que es tcita negacin de su origen y calidad divina.As como habr un Ecce homo! que escarnece a Jess en su pasin, hay aqu unadelanto del mismo, que envuelve a Mara en el mismo insulto de desprecio Eccemulier, ecce Mater eius- (He aqu a la mujer, ven quin es su madre).

    4. El testimonio de JessA este lanzazo polmico, oculto en el comedimiento de aquellos que le anuncian lapresencia de los suyos all afuera, responde el contrapunto tambin polmico de Jess:

    Quin es mi madre y mis hermanos?. Y mirando en torno a los que estaban sentados a su alrededor (Mateo precisa el lugarparalelo que son sus discpulos), dice: Estos son mi madre y mis hermanos.Frecuentemente Jess habla en los evangelios de sus discpulos como de sushermanos, o de estos hermanos mos mas pequeos, o simplemente de lospequeos. Se trata de aquellos que oyen a Jess con fe aunque no lo entiendanperfectamente. Se trata de los que no se le oponen, sino de los que le siguen y leescuchan. Esta es la familia de Jess, porque es la familia del Padre. (Cuyo vnculofamiliar no es la sangre, sino la Nueva Alianza en la Sangre de Jess, o sea, la fe enl).Como explicita san Juan: A los que creen en su nombre les dio el poder de llegar a serhijos de Dios (Jn. 1, 12).Por eso remata Jess con una explicacin de por qu son esos sus autnticosfamiliares:

    Quien cumpla la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.O en la versin de Lucas: El que oye la palabra de Dios y la guarda, ese es mi hermano y mi hermana y mimadre (Lc. 8, 21).La misteriosa (y quizs para muchos no muy evidentes) ecuacin entre cumplir lavoluntad de Dios o escuchar su Palabra y cumplirlas, y creer en Jesucristo, nos larevela explcitamente san Juan en su primera carta:

    Guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y ste es sumandamiento (y lo que le agrada): que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo yque nos amemos unos a otros, tal como nos lo mand (1 Jn 3, 22-23).Hacer la voluntad del Padre no es doblegarse a un oscuro querer, sino complacerse enhacer lo que a Dios le complace; es regocijarse en el regocijo de Dios. Y si nospregunta en qu se deleita y regocija nuestro Dios, que como Ser omnipotente puedeparecer muy difcil de contentar, sabemos qu responder porque ese Ser inaccesiblenos ha revelado qu es lo que le regocija:

    Este es mi Hijo, a quien amo y en quien me complazco: escuchdle (Mt 17, 1-8; Mc9, 7; Lc 9, 35).Nuestro Dios se revela como el Padre que ama a su Hijo Jesucristo, y se deleita en l,y no pide otra cosa de nosotros sino que lo escuchemos llenos de fe y lo sigamos comodiscpulos.

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    Entendemos quizs ahora por qu Lucas traduce el cumplir la voluntad de Dios, deque hablan Mateo y Marcos, con una frase equivalente: Escuchar su Palabra (que esescuchar a su Hijo) y guardarla (que es seguirlo como discpulo).Y similar identificacin de la voluntad de Dios con la Palabra de Jess nos ofrece untexto del evangelio de Juan:

    Mi doctrina no es ma, sino del que me ha enviado, y el que quiera cumplir su

    voluntad ver si mi doctrina es de Dios o hablo yo por mi cuenta (Jn 7, 16-17).Parientes de Jess son, pues, lo que por creer en l entran en la corriente del vnculode complacencia que une al Padre con el Hijo y al Hijo con el Padre.Por eso, su respuesta a los que lo envuelven a l y a su madre en un mismo rechazo yvilipendio es una seria advertencia. Equivale a distanciarse de ellos y negarle cualquierotra posibilidad de entrar en comunin con Dios que no sea a travs de la fe en l.Pero esta palabra de Jess tiene dos filos. Y el segundo filo es el de una alabanza, elde una declaracin de Alianza de parentesco (el nico real y ms fuerte que el desangre) entre el creyente y l. Y en la medida en que Mara mereci ser su Madre porhaber credo es ste el ms valioso testimonio que poda ofrecernos Marcos a cerca deMara.El testimonio de Jess a cerca de la razn ltima y nica por la cual Mara pudo llegara ser su Madre: la fe en l.

    5. Mara Madre de Jess por la feMara no estuvo unida a Jess solo ni primariamente por un vnculo de sangre. Paraque ese vnculo de sangre pudiera llegar a tener lugar, tuvo que haber previamente unvnculo que Jess estima como mucho ms importante.Pero todo esto Marco no lo explicita. Ni el Seor lo explicit sin duda en aquellaocasin. Es por otros caminos por donde hemos llegado a comprender lo que hayimplcito en el velado testimonio de Jess que Marcos nos relata. Que Mara crey enJess antes de que Jess fuera Jess. Y que solo porque el verbo encontr en ella esafe pudo encarnarse.Es as como el silencio mariano de Marcos da paso a la elocuencia mariana de Jess

    mismo. Una elocuencia que lleva la firma de la autenticidad en su mismo estilo

    enigmtico, velado, parablico, el estilo de Jess en todas sus polmicas. Un lenguajeque es revelacin para el creyente y ocultamiento para el incrdulo.Y quiero terminar para confirmar lo dicho- iluminando este primer retrato de Mara,segn Marcos, con una luz que tomar prestada del evangelio de Lucas, pero en la casiabsoluta certeza de que no se debe slo a su pluma, sino a la misma antiqusimatradicin pre-evangelista en que se apoya Marcos. Me complace considerarlo como unincidente ocurrido en la misma ocasin que Marcos nos relata, cmo lo sugiere suengarce en un contexto similarsimo. En medio de las acusaciones de que estendemoniado, y estando Jess ocupado en defenderse,

    Alz la voz una mujer del pueblo y dijo:Dichoso el seno que te llev y los pechos que te amamantaron.Pero l dijo: Dichosos ms bien los que oyen la palabra de Dios y la guardan . (Lc 11,27-28).Creo que Lucas ha querido explicitar directamente, al insertar este episodio en suevangelio, lo que no queda a su gusto suficientemente explcito en el relato de Marcos:que las palabras de Jess, en respuesta a los que le anunciaban la presencia de lossuyos, encerraban un testimonio acerca de Mara.

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    ConclusinLa figura de Mara segn Marcos es, como nos lo puede mostrar su comparacin conlos pasajes paralelos de Mateo y Lucas, la figura ms primitiva que podemos rastrear atravs de los escritos del Nuevo Testamento. Es la imagen de la tradicin pre-evanglica y se remonta a Jess mismo.

    Es una figura a penas esbozada, pero clara en sus rasgos esenciales. Rasgos que,como veremos, desarrollaran y explicitarn los dems evangelistas, limitndose solo amostrar lo que ya estaba implcito en esta figura de Mara, madre ignorada de unMesas ignorado. Madre vituperada del que es vituperado. Pero, para Jess, bienaventurada por haber credo en l. Madre por la fe ms que por su sangre.

    Y ya desde el principio, y desde el testimonio mismo de Jess: Madre del Mesas,presentada en explcita relacin, de parentesco con los que creen en Jess, comoMadre de sus discpulos, que es decir, de su Iglesia.

    2. LA FIGURA DE MARA A TRAVS DE SAN MATEO

    El origen del Mesas

    1. De Marcos a MateoMarcos, cuya imagen de Mara ya hemos contemplado, escribi su evangelio para lacomunidad cristiana de Roma; y lo hizo atendiendo especialmente a explicar un hechodel que sin duda pedan explicacin los judos de la dispora romana a los misioneroscristianos: Cmo es posible que, siendo Jess el Hijo de Dios y Mesas, no fuerareconocido, sino rechazado y condenado a muerte por los jefes de la nacin palestina?Todo el evangelio de Marcos muestra, por un lado, la revelacin de Jess como Mesas,como Cristo o como Ungido (estos tres trminos significan exactamente lo mismo); y

    por otro lado, muestra el progresivo descreimiento de muchos, la incomprensin,incluso por parte de sus fieles, respecto del carcter sufriente de su mesianidad. Laescueta presentacin que Marcos nos hace de Mara ya lo vimos- es un engranaje enesta perspectiva marcana. Muestra una de las formas que asumi el rechazo y laoposicin de los dirigentes palestinos hacia Jess y cmo involucraron en su campaade difamacin y hostigamiento la condicin humilde y el origen galileo de su parentela.Ante este ataque Jess responde sin arredrarse- a quienes le pedan un signogenealgico, confrontndolo con la necesidad de creer sin pedir signos, y dando untestimonio velado para los incrdulos, pero elocuente para quienes crean en l- afavor de su madre y sus discpulos.Mateo, de cuya imagen de Mara nos ocuparemos ahora, no ignora la visin de Marcos,sino que la retoma en el cuerpo de su evangelio (Mt 12, 46-50; 13, 53-57), comotambin lo har san Lucas en el suyo (Lc 8, 19-21; 4, 22). No hay necesidad de volveraqu sobre esos pasajes, que son copia casi textual de Marcos o de una fuentepreexistente y en los que Mateo introduce slo algn ligero retoque. Vamos aocuparnos ms bien de los que Mateo agrega a la figura de Mara como rasgos de sucosecha. Ellos son una explicitacin de lo que estaba implcito en Marcos.

    2. Mara Virgen y esposa de Jos Mateo enriquece la figura de Mara respecto de la imagen de Marcos explicitando dosrasgos de la Madre del Mesas: 1) Mara es Virgen; 2) Mara es esposa de Jos, hijo deDavid.

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    Ambos rasgos los explicita Mateo no por satisfacer curiosidades, sino por lo que ellossignifican en el marco de su presentacin teolgica del misterioso origen del Mesas.Que Mara es Vrgen es un rasgo mariano que est en ntima conexin con la filiacin yorigen divino del Mesas. Este nace de Mara sin mediacin del hombre y por obra delEspritu Santo, nos dice Mateo.Que Mara sea esposa de Jos, hijo de David, es un rasgo mariano que est a su vez

    en ntima conexin con la filiacin davdica y el carcter humano del Mesas.Hijo de Dios por el misterio de la virginidad de su Madre, e Hijo de David por el nomenos misterioso matrimonio con Jos, hijo de David.

    3. El origen humano divino del Mesas .Hijo de David, hecho hijo de mujer.

    Es larga la galera de pintores cristianos que nos presenta a la Madre con el Nio. Esalarga galera, nos parece Mateo el precursor y pionero. Y sin embargo el texto msantiguo que poseemos de Jess y su Madre es muy probablemente de san Pablo.La adusta parquedad mariolgica de Pablo merece aqu, aunque sea lateralmente y depaso, el homenaje de nuestra atencin. Hacia el ao 51 de nuestra era, o sea unosveinte aos antes de la fecha probable de composicin del evangelio de Mateo, lesescribe Pablo a los Glatas:

    Pero al llegar la plenitud de los tiempos, envi Dios a su Hijo, hecho hijo de mujer, puesto bajo la ley para rescatar a los que se hallaban bajo la ley y para querecibiramos la filiacin adoptiva (Gl 4, 4-5).

    Y entre diez y doce aos ms tarde, entre el 61-63 de nuestra era, escribe el mismoPablo desde su primera cautividad a los fieles de Roma:

    Pablo, siervo de Cristo Jess, apstol por vocacin, escogido para el Evangelio deDios, (evangelio) que haba ya prometido por medio de sus profetas en las SagradasEscrituras, acerca de su Hijo (de Dios) nacido del linaje de David segn la carne,

    constituido Hijo de Dios con poder (Rom 1, 1-3).Estos dos textos de Pablo nos muestran la presencia en el estado ms primitivo de latradicin, de tres elementos esenciales que vamos a encontrar en los pasajes marianosde Mateo.El primero: lo que se dice de Jesucristo se presenta como sucedido segn lasEscrituras, como cumpliendo las Escrituras, como la realizacin de lo predicho por losprofetas que hablaron en nombre de Dios e ilustrados por el Espritu.El segundo elemento es la doble fijacin de Jess, Hijo de Dios y al mismo tiempo hijode David. Pablo ve en Jess dos filiaciones. Una filiacin espiritual, por la cual es Hijode Dios por obra del Espritu que nos permite clamar Abba!, o sea, Padre. Y unafiliacin segn la carne por la cual es hijo de David. Y notemos tercer elemento atener en cuenta- que no especifica el cmo de dicha descendencia davdicadicindonos: engendrado por Jos o nacido de varn, sino dicindonos: hecho hijode mujer. *He aqu los elementos constitutivos de uno de los problemas al que va a responderMateo en su evangelio.Es el mismo problema del origen del Mesas que se agita en los textos de Marcos queya vimos. Pero no ya planteado en trminos de objecin en boca de los enemigos,sino en trminos de respuesta a la objecin. Respuesta que se inspira, sin duda, en laque el mismo Jess haba dado en los tiempos de su carne mortal y que los tressinpticos nos narra en sus evangelios (Mt 22, 41ss. y paralelos).

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    Estando reunidos los fariseos le propuso Jess esta cuestin: Qu pensis acerca delMesas? De quin es Hijo?.Dcenle: De David.Replic: Pues cmo David, movido por el Espritu le llama Seor, cuando dice: Dijo elSeor a mi Seor: Sintate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus

    pies? (Sal 110, 1). Si, pues David le llama Seor, cmo puede ser Hijo suyo?.Nadie es capaz de contestarle nada; desde ese da ninguno se atrevi a preguntarlems.Ya Jess haba alertado, por lo tanto, a sus oyentes contra el peligro de juzgarloexclusivamente segn la carne. No es que rechazara el origen davdico del Mesas,pero sealaba que ese origen davdico encerraba un misterio, y que el misterio de lapersonalidad del Mesas no se explicaba exclusivamente por su ascendencia davdica,sino por una raz que lo haca superior a su antepasado segn la carne y que habraespacio, en el misterio de su origen, a la intervencin divina, pues, Seor era ttuloreservado a Dios.Y en esta filiacin doble y compleja del Mesas, es en la convergencia de estos dosttulos (Hijo de Dios e hijo de David) donde Mateo ve enclavado el misterio de Mara.

    4. La revelacin de la virginidad de Mara Al finalizar su genealoga de Jess, Mateo nos dice: Y Jacob engendr a Jos, el esposode Mara, de la que naci Jess, llamado Cristo. La frmula es ya intrigante. A lo largode toda la genealoga con la que comienza su evangelio, Mateo ha hablado empleandoel verbo engendrar: Abraham engendr a Isaac, Isaac engendr a Jacob. Y cuando,contra lo usual en la genealogas hebreas, nombra a una madre, dice: Jud engendrde Tamar a Fares; David engendr de la que fue mujer de Uras a Salomn Jacobengendr a Jos, el esposo de Mara.Jos es el ltimo de los engendrados. De Jess ya no se dice que haya sidoengendrado por Jos de Mara, sino que Jos es el esposo de Mara de la cual naciJess.Se abre, pues, para cualquier lector judo avezado en el estilo genealgico, un

    interrogante al que Mateo va a dar respuesta versculos ms abajo: El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, Mara, estaba desposadacon Jos y, antes de empezar a convivir ellos, se encontr encinta por obra del Espritu Santo .

    He aqu la revelacin de la virginidad de Mara. Nos asombra la sobriedad casi frialdadde Mateo al referirse a este portento. No hay ningn nfasis, ninguna consideracinencomiosa ni apologtica, ninguna apreciacin que exceda el mero anunciado delhecho. Mateo est ms preocupado por su significacin teolgica que por su rareza,ms preocupado por el problema de interpretacin que plantea al justo Jos que el quepuede plantear a todas las generaciones humanas despus de l.Qu significa teolgicamente hablando- la maternidad virginal de Mara?A Mateo no le interesa dar aqu argumentos que la hagan creble o aceptable. Y nopensemos que sus contemporneos fueran ms crdulos que los nuestros ni msproclives a aceptar sin chistar este misterio de la madre virgen. Hemos visto lasdificultades que levantaban contra un Jess reputado hijo carnal de Jos y Mara.Imaginemos las que podan levantar contra alguien que se presentara o fuerapresentado- con la pretensin de ser Hijo de Madre Virgen, de haber sido engendradosin participacin de varn y por obra directa de Dios en el seno de su madre.

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    5. La genealoga Entenderemos mejor por dnde va el inters de Mateo en la concepcin virginal deJess y su adopcin por Jos tomando a Mara por esposa; nos explicaremos mejor porqu Mateo engarza esta gema en el contexto tan poco elocuente para nosotros- deuna genealoga, si nos detenemos un poco a considerar qu funcin cumpla estegnero literario genealgico en el contexto vital del pueblo judo en tiempos de Jess.

    En tiempos de Jess, la genealoga de una persona y una familia tena sumaimportancia jurdica e implicaba consecuencias en la vida social y religiosa. No era,como hoy entre nosotros, un asunto de curiosidad histrica o de elegancia, o de merasatisfaccin de la vanidad.Una genealoga se custodiaba como un ttulo familiar. Posicin social, origen racial yreligioso dependan de ella.Slo formaban parte del verdadero Israel la familia que conservaban la pureza deorigen del pueblo elegido tal como lo haban establecido despus del exilio, la reformareligiosa de Esdras.Todas las dignidades, todos los puestos de confianza, los cargos pblicos importantes,estaban reservados a los israelitas puros. La pureza haba que demostrarla y elSanedrn contaba con un tribunal encargado de validar las genealogas e investigar losorgenes de los aspirantes a los cargos.El principal de todos los privilegios que reportaba una genaloga pura se situaba en eldomino estrictamente religioso. Gracias a la pureza de origen el israelita participabade los mritos de sus antepasados. En primer lugar, todo israelita participaba en virtudde ser hijo de Abraham, de los mritos del Patriarca y de las promesas que Dios lehiciera a Abraham. Todos los israelitas por ejemplo- tenan derecho a ser odos en suoracin, protegidos en los peligros, asistidos en la guerra, perdonados de sus pecados,salvados de la Gehena y admitidos a participar del Reino de Dios. Literalmente: elReino de Dios se adquira por herencia. Jess impugna enrgicamente esta creencia.

    Dios puede suscitar de las piedras hijos de Abraham (Lc 3, 8).

    Los publicanos y prostitutas los precedern en el Reino de los Cielos (Mt 21, 31).

    Porque, segn Jess, el ttulo que da derecho al Reino no es la pureza genealgica dela raza ni la sangre, sino la fe (Jn 3, 3ss.; 8, 3ss.).

    6. Hijo de DavidPero adems, y en segundo lugar, la pureza de una lnea genealgica daba aldescendiente participacin en los mritos particulares de sus antepasados propios.Un descendiente de David, por ejemplo, participaba de los mritos de David y eraespecialmente acreedor a las promesas divinas hechas a David.Por eso, cuando Mateo comienza su evangelio ocupndose del origen genealgico delMesas comienza por un punto candente para todo judo de su poca: el origendavdico del Mesas.Segn la conviccin comn y corriente de los contemporneos de Jess, fundada conrazn en la Escritura, el Mesas sera un descendiente de David. En la Palestina de lostiempos de Jess haba, adems de los hijos de Lev, otros grupos familiares o clanesque llevaban nombres de los ilustres antepasados de los que descendan. Exista todoun clan de los descendientes de David uno de los cuales era Jos-, que deba ser muynumeroso no solo en Beln, ciudad de origen de David, sino tambin en Jerusaln y entoda Palestina.No es exagerado calcular en nmero de los hijos de David, como cifra baja, en unosmil o dos mil. Ser hijo de David era, pues, llevar un apellido corriente que nonecesariamente le daba al portador demasiado brillo ni gloria. Y si comparamos el

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    ttulo Hijo de David con uno de nuestros apellidos equivaldra a la frecuencia denuestros Prez, Gonzlez y Rodrguez.Los parientes cercanos de Jess aparecen en el evangelio como un grupo numeroso, yparece que fueron un grupo importante de la comunidad primitiva de Jerusaln, quizscerca de un centenar.Entre los hijos de David haba, sin duda, familias pobres y familias acomodadas.

    Habra, sin duda tambin, miembros de la aristocracia de Jerusaln. Y la pretensin ylustre mesinico de Jess, su xito y el fervor popular que despertaba su persona, nohabr dejado de levantar ronchas y envidias entre los hijos de David ms acomodadose ilustrados, puesto que vendra a frustrar espectativas de eleccin divina de ms dealguna madre davdica orgullosa de sus hijos dotados de ms ttulos, relaciones yletras que el pariente galileo.La afirmacin de Mateo del origen davdico merece toda fe. Que no sea un invencintarda del Nuevo Testamento para fundamentar el origen mesinico de Jesshacindolo descendiente de David, nos lo muestra el testimonio unnime de todo elnuevo testamento y el de otras fuentes histricas. Eusebio registra en su HistoriaEclesistica el testimonio de Hegesipo, que escribe hacia el 180 de nuestra era,recogiendo una tradicin palestina, cmo los nietos de Judas, hermano del Seor,fueron denunciados a Domiciano como descendientes de David y reconocieron en eltranscurso del interrogatorio dicho origen davdico.Igualmente Simn, primo del Seor y sucesor sucesor de Santiago en el gobierno de lacomunidad de Jerusaln, fue denunciado como hijo de David y de sangre mesinica, ypor eso crucificado. Julio el Africano confirma que los parientes de Jess se gloriabande su origen davdico a todo lo cual se suma que ni los ms encarnizados adversariosde Jess ponen en duda su origen davdico, lo que hubiera sido un poderosoargumento contra l de haberlo podido alegar ante el pueblo.Para Mateo, todo hubiera sido a primera vista ms sencillo si hubiera podido presentara Jess como engendrado por Jos, a semejanza de todos sus antepasados. Enrealidad, el origen virginal de Jess le complica las cosas. No slo introduce unelemento inverosmil en su relato, una verdadera piedra de escndalo para muchos,sino que complica la evidencia del origen davdico de Jess al transponerlo del plano

    fsico al de los vnculos legales de la adopcin.Qu significado teolgico encerraba el ttulo Hijo de David de suyo tan vulgar-aplicado al Mesas? Y cmo lo entiende Mateo como ttulo aplicable a Jess?El evangelio de Mateo se abre con las palabras: Libro de la Historia de Jess el Ungido,Hijo de David, Hijo de Abrahm.Mateo parte de los ttulos mesinicos ms comunes y recibidos para mostrar en qumedida son falsos y en qu medida son verdaderos; para mostrar que no son ellos losque nos ilustran a cerca de la identidad del Mesas, sino que son el Mesas Jess- y suvida lo que nos ensean su verdadero sentido.Como Hijo de David, Jess es portador de las promesas hechas a David para Israel.Como Hijo de Abrahm, trae la promesa a todos los pueblos. Como Hijo de David esrey, pero un rey rechazado por su pueblo y perseguido a muerte desde su cuna, puesya Herodes siente amenazado su poder por su mera existencia y ordena para matarloel degello de los inocentes. No son los sabios de su pueblo, sino los de los paganos,venidos de oriente, los que preguntan por el rey de los judos y le traen presentes yregalos. Como Hijo de David, tambin le corresponde nacer en Beln, pero su origenes ignorado, pues luego es conocido como galileo nazareno.El sentido que tiene este reconocimiento inicial de los dos ttulos (Hijo de David, Hijode Abrahm) lo explicita ya el final de la genealoga: Hijo de Mara (por obra delEspritu Santo), esposa de Jos.Mara y Jos al culminar la lista genealgica arrojan sobre ella una luz que latransfigura. Esta genealoga misma encierran en su humildad carnal el testimonio

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    perpetuo de la libre iniciativa divina, que ha de brillar deslumbrante al trmino de ella.Porque Abrahm en su comienzo absoluto, puesto por una eleccin gratuita de Dios.Porque este hombre se perpeta en una mujer estril. Porque la primogenitura no latiene Ismael, sino Isaac, y ms tarde no es Esa, sino Jacob, quien la hereda, contralo que hubiera correspondido segn la carne; y lo mismo pasa con Jud que hereda enlugar del primognito, y con David, que es el menor de los hermanos. En la larga lista

    se cobijan justos, pero tambin grandes pecadores a quienes se enorgullecan de lapureza de su origen davdico, o pensaran el origen davdico del Mesas en orgullosostrminos de pureza racial, no poda dejarles de llamar la atencin que en la genealogaque introdujera Mateo, contra lo habitual en nombre de cuatro mujeres, todas ellasextranjeras y ajenas no slo a la estirpe sino a la nacin Juda: Tamar, cananea, quedisfrazndose de prostituta arranca a su suegro la descendencia que corresponda a sumarido muerto, segn la ley del levirato, y que sus parientes le negaban. Rajab, otracananea, gracias a la cual los judos pueden entrar en Jeric en tiempos de Josu, yque, segn las tradiciones rabnicas extra bblicas, fue madre de Booz, que a su vez,de Rut extranjera tambin y nada menos de la odiada regin moabita- engendr aObed, abuelo de David. Bat-Seba, por fin, la adltera presumiblemente hitita como sumarido Uras, general de David, a quien este pecaminosamente hace morir en combatepara arrebatarle a su mujer, la cual fue luego nada menos que madre de Salomn, hijode la promesa.Dnde queda lugar para el orgullo racial, para gloriarse en la pureza de la sangre o enlos mritos de los antepasados? No estn escritas en el linaje del Mesas, en cuantoprovienen de David, ni la impoluta pureza de la sangre ni la justicia sin mancha. Msbien, por el contrario, si el Mesas se debe a sus antepasados, se debe tambin a losextranjeros y a los pecadores, y tambin los extranjeros y pecadores tienen ttulos deparentesco que alegar sobre el Mesas.Mateo se complace en sealar as la verdadera lgica genealgica inscrita en la historiadel linaje davdico del Mesas y en contradecir con ella el orgullo carnal y el culto dellinaje.Aquellas mujeres extranjeras, a las cuales se debi la perpetuacin del linaje de David,son prefiguracin de Mara: ajena tambin al linaje de David segn la carne,

    despreciable por los que se gloriaban en sus genealogas.Pero, aunque eternamente extranjera al linaje de mujeres que conciben por obra devarn, es la madre del nuevo linaje de hombres que nace de Dios por la fe.

    7. Hijo de David e Hijo de DiosMara Virgen y Mara esposa de Jos no son rasgos que se yuxtaponen, sino que searticulan y dan lugar a una explicacin teolgica: iluminan cmo debe entenderse elttulo mesinico Hijo de David. La pertenencia del Mesas al linaje de David no seanuda a travs de un vnculo de sangre, pues Jos, hijo de David, no tiene parte fsicaen su concepcin. La pertenencia del Mesas a la casa de David se anuda a travs deuna Alianza. Una alianza matrimonial. Pero una alianza matrimonial que no se explicatampoco por mera decisin o eleccin humana, sino por dos consentimientos de fe a lavoluntad divina y, por lo tanto, a la vez que alianza matrimonial entre dos criaturas, esalianza de fe entre dos criaturas y Dios.El Mesas no es Hijo de David por voluntad ni por obra de varn ni por genealoga, sinoque entra en la genealoga en virtud de un asentimiento de fe que da Jos, hijo deDavid, a lo que se le revela como operado por Dios en Mara.El Mesas no es Hijo de Dios por voluntad ni obra de varn, sino en virtud de unasentimiento de fe que da Mara a la obra del Espritu en ella.Para que el Mesas, Hijo de Dios e Hijo de David, 1) viniera al mundo y 2) entrara en ladescendencia davdica, se necesitaron, pues, dos asentimientos de fe: el de Mara y elde Jos. Ambos fundan el verdadero Israel, la verdadera descendencia de Abraham,

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    que nace, se propaga y perpeta no por los medios de la generacin humana, sino porla fe.Mateo subraya que la filiacin davdica de Jess-Mesas no es signo genealgico quepueda ser ledo, rectamente comprendido ni interpretado al margen de la fe. No es unsigno que Dios haya dado en el campo de la generacin humana, accediendo a lacarnalidad de los judos que pedan signos para creer.

    Parece ms bien antisigno, porque, en la realidad, el Mesas existi anterior eindependientemente a su incorporacin en el linaje de David a travs del matrimoniode su Madre con un varn de ese linaje.Los hechos, que Mateo no elude, ms bien contradicen los modos concretos de laexpectacin mesinica juda.Mateo da muestras de un coraje y una honestidad intelectual muy grandes cuandoacomete la tarea de exponer estos hechos (aunque increbles) sin endulzarlos nicamuflarlos, en la confianza de que ellos manifiestan una coherencia tal con el AntiguoTestamento que no podrn menos de mover a reconocerlos si se perfora la costrasuperficial de su apariencia- como signos de credibilidad.De ah su recurso al Antiguo Testamento, en paralelo continuo con los hechos,mostrando cmo no son las profecas las que condenan al Jess Mesas, sino que es lavida real y concreta del Jess-Mesas la que arroja luz sobre el contenido proftico delAntiguo Testamento y la que ampla la extensin de su sentido proftico a regionesinsospechadas para los carriles vulgares de la teologa juda de su tiempo.

    * Tanto para justificar la traduccin hecho hijo de mujer, en vez de nacido de mujer, como paracomprender el sentido mesinico de la alusin a la madre, vase el artculo de Jos M. Bover, sj, Un textode san Pablo (Gl 4, 45) interpretado por san Ireneo (Estudios Eclesisticos 17, 1943, pp. 145-181), cuyatraduccin del pasaje de Glatas hemos adoptado.

    3. LA FIGURA DE MARA A TRAVS DE SAN LUCAS

    Testigo de Jesucristo

    1. La intencin de LucasLa obra del evangelista Lucas consta de dos libros: el Evangelio y los Hecho de losApstoles. El primero nos relata la historia de Jess, el segundo la historia de losorgenes de la Iglesia. Las intensin del dptico es iluminar la experiencia que los fielesde origen pagano encontraban en la comunidad eclesial, explicndola a la luz de suorigen histrico. Cmo? Mostrando en la experiencia actual del Espritu Santoderramada en las primeras comunidades- la continuidad de la accin del mismoEspritu que haba obrado en la Iglesia de los Apstoles, en la Vida y Obra de Jess yen su preparacin previa en la historia pasada de Israel.La inquietud de Lucas parte, pues, del presente; y para dar razn de l e interpretar susignificado religioso, se remonta al pasado. En cambio su obra escrita, por pura razndel mtodo, parte del pasado y, siguiendo un cierto orden cronolgico de los hechos,llega al presente. El prlogo de su evangelio nos muestra claramente que Lucas hausado la tcnica cinematogrfica del raconto:

    Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente los hechos que han tenidolugar entre nosotros, tal como nos los han transmitido los que presenciaron

    personalmente desde el comienzo mismo y que fueron hechos servidores del Mensaje,tambin a m, que he investigado todo diligentemente desde sus comienzos, me

    pareci bien escribirlos ordenadamente para ti ilustre Tefilo-, para que conocieras lacerteza de las informaciones que has recibido .

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    Lucas es plenamente consciente de su condicin de testigo secundario y tardo. No esapstol ni testigo presencial de los orgenes del milagro cristiano. Se ha incorporado ala Iglesia, y a sido dentro de ella una figura relativamente oscura y de segundo rango.Pero no es judo; y se ha aproximado a esta nueva secta, nacida del judasmo, desdesu cultura y mentalidad griega, como hijo ilustrado de ella, amante de claridades ycertezas, de orden y de examen crtico de hechos y testigos.

    En su prlogo distingue claramente: 1) Los testigos presenciales (autoptai: los quevieron por s mismos) y desde los comienzos (aparjs) y que convertidos enservidores de ese mensaje, lo transmitieron (paredosan). Ellos son la fuente de latradicin. 2) Otros que se dieron a la tarea (epejiresan: pusieron la mano,escribieron) de repetir por escrito, en el mismo orden que la tradicin oral, lasnarraciones de los testigos (Marcos, por ejemplo?). Ellos son los que fijaron porescrito esas antiguas tradiciones. 3) El, Lucas, que adopta un orden propio. Ordenque fundado en una investigacin diligente de los hechos, tiene por fin hacer resaltaren ellos su coherencia interior y, por lo tanto, su credibilidad.Desde su relacin actual (catequstico apologtica) con Tefilo- personaje real opersonificacin de los paganos instruidos (como Lucas) que se haban acercado aenterarse de la fe cristiana-, Lucas emprende su obra, que es a la vez historia de la fey de teologa de la historia. Y como buen historiador griego, se funda en testigospresenciales y fidedignos.Su escrpulo de se refleja entre otras cosas. En que sita los acontecimientos querelata en relacin con ciertas coordenadas o hitos de la historia.Tefilo ha recibido informacin o instruccin en una de aquellas comunidadescontemporneas, suyas y de Lucas, en la que ha visto las obras del Espritu.. Lucasparte de all hacia atrs, explicndolo todo desde el comienzo como obra del EsprituSanto. Esta centralidad del Espritu Santo en la obra de Lucas se desprende del prlogode los Hechos de los Apstoles, segundo tomo de su obra:

    En mi primer libro, oh Tefilo, habl de lo que Jess hizo y ense desde el principio,hasta el da en que, despus de haber enseado a los Apstoles que El haba elegido

    por obra del Espritu Santo, fue llevado al cielo .

    El Espritu Santo ha presidido e inspirado la eleccin de los Apstoles y es el vnculodivino entre Jess y la Misin eclesial que comienza.Lucas, que escribe a gentiles o cristianos provenientes de la gentilidad, no puedecontentarse con el recurso al Antiguo Testamento y a la prueba de Escritura. Para supblico es necesario integrar estos elementos en un nuevo marco significativo. Lucasdebe atender a la solidez y certeza, y estas deben demostrarse a partir de hechosactuales, visibles en la iglesia. Desde estos hechos puede ya remontarse al pasadobblico, que no ofrece para su pblico pagano inters por s mismo.Cuando Lucas nos narra la infancia de Jess, trata la materia ms lejana al presente,toca la parte ms remota de su historia. Lucas poda haberlo omitido como Marcos yJuan. Era materia especialmente espinosa para explicar a gentiles. Mateo en cambio,poda mostrar ms fcilmente a su pblico, judo, como a travs de los hechos de lainfancia de Jess se cumplan las Escrituras. Pero para el pblico de Lucas, elargumento de Escritura adquira fuerza si se presentaba integrado en el testimonio deun testigo, dirigido histricamente y claramente vinculado a la explicacin del presenteeclesial.

    2. Mara como testigoY ese testigo de la infancia de Jess es Mara. A Lucas debemos una serie de rasgos deMara, un enriquecimiento de detalles de su figura que proviene precisamente de un

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    inters por ella como testigo privilegiado no solo de la vida de Jess, sino tambin delsignificado teolgico de esa vida.Si todo el evangelio de Lucas se funda en un testimonio de testigos oculares y si Lucasse atreve hablar de la infancia de Jess es porque cuenta con el testimonio de Mara acerca de ella. Lucas evoca por dos veces en su narracin de la infancia los recuerdosde Mara: Mara por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su

    corazn (2, 19); Su Madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en sucorazn (2, 51). Estas frmulas recuerdan la manera como san Juan invoca su propiotestimonio en su evangelio y los trminos anlogos usados por el mismo Lucas cuandoparece referirse al testimonio de vecinos y parientes:

    Invadi el temor a todos sus vecinos (viendo lo sucedido a Zacaras)y en toda la montaa de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que lasoan las guardaban en su corazn (1,66).

    Oyeron sus vecinos y parientes que el Seor le haba hecho gran misericordia (1,58).

    Se volvieron glorificando a Dios por todo lo que haban visto y o do (2, 20).

    Algunos de estos testimonios, que difcilmente a podido recoger Lucas directamente delos testigos presenciales, deben haberle llegado a travs de Mara o de familiares deJess que como sabemos- integraba la comunidad primitiva y guardaran tradicionesfamiliares, de las cuales, sin embargo, la fuente ltima debi ser Mara.

    3. Cualidades de Mara como testigoLucas pone especial cuidado en cualificarla como testigo: Mara es una persona llenade gracias de Dios, como lo dice el Angel. Instruido en las escrituras, como sedesprende del lenguaje bblico del Magnficat; como lo presupone la profunda reflexinbblica sobre los hechos, que se entreteje de manera inseparable de su narracin; ycomo se explica tambin por el parentesco levtico de Mara relacionada con Isabel, suprima, descendiente del linaje sacerdotal de Aarn y esposa del sacerdote Zacaras.

    Nos detenemos a subrayar esto, porque hay quienes con cierta facilidad se inclinan aatribuir los relatos de la infancia de Jess a la imaginacin de los evangelistas, como siestos los hubieran inventado libremente, inspirndose en los relatos que el AntiguoTestamento suele hacer de la infancia de los grandes hombres de Dios, como Moiss oSamuel.Es innegable que estos relatos de la infancia de Jess son como un tapiz, tejidos conhilos de reminiscencias veterotestamentarias. Pero con qu otro hilo poda tejer sumeditacin sobre los hechos Mara, una doncella juda, emparentada con levitas ysacerdotes, piadosa y llena de Dios, asistente asidua y atenta de las lecturas de lasexplicaciones de la sinagoga? Y quin puede distinguir cuando abre el cofre de susrecuerdos ms queridos, entre lo que un historiador fro podra llamar hechos, crnica,y la carga de evocacin, interpretacin personal y resonancias afectivas en quienvolvemos como entre terciopelos, las joyas de nuestra memoria?Lucas sabe que no puede pedir de Mara, su testigo, un testimonio redactado en elgnero de un parte de comisara. Ni tampoco le interesa. Porque en la meditacin conla que Mara comprendi los acontecimientos y los recuerda en la rumiacin midrshicade que los hizo objeto, hay algo que Lucas aprecia ms que la crnica de un archivo.Hay la revelacin, hecha a una criatura de fe privilegiada, del sentido de losacontecimientos de la infancia de Jess a la luz de la escritura, y hay una iluminacinde oscuros pasajes de la escritura a la luz de los misterios de la vida del Salvador. Y enese recproco iluminarse de los hechos presentes por los pasados, y de los pasados porlos presentes, no hay un mtodo inventado por Mara, sino un procedimiento muy

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    bblico que revela, sin necesidad de firmas en la tela al verdadero autor: el EsprituSanto. El que como Lucas gusta subrayar- obra en la Iglesia, obr en la vida de Maray que se revela como el conductor de toda la historia de salvacin, no slo hastaAbraham (segn Mateo), sino hasta Adn mismo, como Lucas la traza en sugenealoga de Jess. Es el Espritu Santo quien, a travs de Mara, est dandotestimonio de Jess y quien comenz por ella su tarea de ensear a los creyentes en

    Jesucristo todas las cosas.Por eso, Mara no poda faltar y no falta en la obra de Lucas, no slo en el momento dela infancia de Jess, como la voz del nio que todava no es capaz de hablar, sinotampoco en la infancia de la Iglesia, cuando los Apstoles despus de la Ascensin,encerrados todava en sus casas por temor a los judos perseveran en la oracin como nos narra Lucas al comienzo de los Hechos de los Apstoles- junto con la Madrede Jess, sin animarse todava a hablar; Apstoles infantes hasta la mayora de edaddel Espritu.Por eso Mara desaparece discretamente y cede humilde la palabra a su Hijo cuandoste a los doce aos en su Bar-Mitzv, en el Templo de Jerusaln- se convierte en unadulto maestro de la sabidura de su Pueblo y se hace capaz de dar testimonio vlidode s mismo y del Padre.Por eso desaparece tambin Mara muy pronto de los Hechos de los Apstoles, a penasstos llenos del Espritu Santo en el da de Pentecosts, se convierten en maestros dela Nueva Ley del Espritu, en servidores de la Palabra, revestidos con fuerza y poder delo alto en validos testigos de la Pasin y Resurreccin o sea, de la identidad mesinicay divina de Jess.Mara ocupa, pues, un puesto muy humilde como testigo, y cede ese puesto a penassu misin, provisoria deja de hacerse imprescindible. Pero su testimonio permanececomo eternamente vlido e irremplazable para aqul perodo de la concepcin einfancia del Seor que ella presenci y en cuyas modestas y oscuras prominenciassupo leer con fe, ilustrada por Dios y antes que nadie el cumplimiento de las profecas.El contenido del testimonio de Mara en los relatos de la infancia segn Lucas estpolarizado en la persona de Jess, protagonista de todo el evangelio, alrededor delcual se mueven muchas figuras: Zacaras, Isabel, Juan el Bautista, parientes y vecinos,

    pastores de Beln, Simen y Ana la profetiza, doctores del templo, Mara y Jos.4. La plenitud de los tiemposLucas, discpulo de Pablo refleja en su obra una idea muy paulina. Idea que ya hemosvisto en aqul pasaje de la carta a los Glatas que citbamos hablando de Mateo:

    Pero al llegar la plenitud de los tiempos envi Dios a su Hijo, hecho hijo de mujer (Gl 4,4). La plenitud de los tiempos ha llegado, y ella comienza y consiste en la vidade Cristo, pues en l est el centro de la historia de la salvacin.El oculto perodo de la infancia del Seor es el filo crtico en que comienza esa plenitudy termina lo antiguo, Juan el Bautista es el ltimo personaje del Antiguo Orden. Jesses el primero del Nuevo. De ah que Lucas coloque en paralelo sus milagrosasconcepciones, el anuncio anglico a sus padres sus nombres simblicos, reveladores desus respectivas identidades y misiones, sus infancias y su crecimiento. De este dpticode textos resalta una cierta semejanza pero tambin la radical diferencia de ambasfiguras: Juan-precursor y Jess-Mesas. Juan ltimo profeta del Antiguo Orden y JessHijo de Dios.Lucas se complace en leer ya desde la infancia, ms an desde antes del nacimientodel Bautista, su destino de heraldo del Mesas. El nio Juan salta de gozo en el seno desu madre. Y sta se llena del Espritu Santo. Es el mismo Espritu a cuya intervencinse debe la milagrosa inauguracin de la plenitud de los tiempos en el seno de Mara. ElEspritu que asegura la continuidad de una misma obra divina a travs de ladiscontinuidad de los tiempos de uno que se extingue y de otro que se inaugura.

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    5. Una nube de testigosAlrededor de la cuna de Jess, Lucas, nico evangelista que nos narra su nacimientoagrupa a sus testigos. Todos hablan de l. Zacaras da testimonio incluso con sumudez. Es el testimonio negativo de la mudez de la Antigua Ley de la cual essacerdote- para explicar lo que sucede. Dios no necesita de su testimonio ni de supalabra para llevar adelante su obra. A pesar del enmudecimiento de la Antigua Ley,

    de la Antigua Liturgia, del Antiguo Templo, de los cuales Zacaras es ministro, Diossuscita un testigo y precursor: Juan Bautista. Y cuando ste mudo todava tambinl- en el seno de su madre se estremece de gozo y comunica a la estril ancianaconvertida milagrosamente en madre fecunda para concebir al ltimo fruto del AntiguoIsrael, el testimonio a cerca del que viene: De dnde a m que la madre de mi Seorvenga a m? (1.43).Isabel presta su voz, no est sola como testigo del Seor que viene. Y esto debemostenerlo en cuenta cuando consideramos la figura de Mara segn san Lucas. En la telade Lucas, Mara no se dibuja aislada, solitaria figura de un retrato, sino en un grupo. Yes por contraste y por refelejo, por reflejado aire familiar y por contrastante geniopropio, como resaltan sus rasgos. Por un lado Zacaras e Isabel. Por otro Jos y Mara.All es el padre el destinatario del Mensaje anglico, aqu Mara, la madre. Aqulpregunta sin fe y es reducido al silencio. Esta pregunta llena de fe y se le da la vozpara un asentimiento trascendente.En este grupo de testigos que Lucas nos pinta, slo Jos est mudo. Al mismo Zacarasle es devuelta al fin su voz para que imponga al nio su nombre segn mandato delAngel- y para entonar el Benedictus, testimonio del origen davdico de Jess y de lamisin precursora de Juan. Tambin Isabel, Simen y Ana se llenan del Espritu Santoy dan testimonio acerca del Nio. Y es tambin por reflejo y por contraste con todasestas voces como Lucas presenta el contenido del cntico de Mara, el Magnficat, unaventana no slo hacia el alma del personaje, sino hacia el paisaje interior, hacia elcorazn que meditaba todas estas cosas guardndolas celosamente.Las miradas del grupo de testigos convergen en Jess, pero la luz que ilumina susrostros viene del Nio. Y as con la luz de su divinidad de la que ellos nos hablan,vemos iluminados sus rostros y entre ellos el gozoso de Mara.

    Es lo que muchos pintores han expresado con verdad plstica en sus telas, haciendodel Nio la fuente de luz que ilumina a los personajes del nacimiento. Lucas es suprecursor literario.

    6. Midrsh PsherPero Lucas recoge y usa tambin una tcnica que podramos llamar impresionista. Suestilo literario, sobre todo en estos relatos de la infancia, est cuajado de referenciasimplcitas al Antiguo Testamento, de alusiones que son cada una- evocacin ysugerencia de un mundo de antiguos textos, convocados ellos tambin como testigos.No haba invocado acaso Jess en su vida terrena, el testimonio de las Escrituras:

    Escudriad las Escrituras, ya que creis tener en ella vida eterna; ellas son las quedan testimonio de m? (Jn 5,39).Esa investigacin mediativa de la Escritura no la inventa Lucas. Era un quehacer de lasabidura de Israel; y al que lo practica, lo declara el salmo primero bienaventurado.Obedece a ciertas normas y tena su nombre: Midrash (= bsqueda) Este derivado delverbo darash (= buscar, investigar) denomina el esfuerzo de meditacin y depenetracin creyente del texto sagrado, para encontrar su explicacin profunda y suaplicacin prctica. Ese estudio puede estar dirigido a buscar en el texto bblicoinspiracin de la conducta (y entonces se llama Halakhh: derivado de halakhcaminar), o es meditacin del sentido salvador de un acontecimiento narrado en laEscritura. Sentido oculto que el texto le manifiesta al que lo medita e investiga,comunicndole el sentido divino de la historia. Y entonces se llama Haggadh:

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    narracin, relato, anuncio de hechos. Pero nunca crnica, sino interpretacin creyentede la historia.Una de las formas de Midrash haggadh es lo que tanto en la Sagrada Escritura comoen la literatura rabnica y sobre todo qunrmica es conocido con el nombre de Psher(plural: pesharim). El Psher es la interpretacin de hechos a la luz de los textosbblicos y viceversa: la interpretacin de textos bblicos a la luz de hechos. Como se ha

    visto en el apndice al captulo dedicado a Marcos, el Psher no es libre fabulacinmitolgica sino reflexin seria sobre la Escritura y presupone la realidad histrica delos hechos que se interpretan a su luz, y cuya luz se proyecta sobre las SagradasEscrituras.Midrash se le dice a menudo a la reflexin que tiene por objeto responder a unproblema o a una situacin nueva surgida en el curso de la historia del pueblo de Dios,incorporar a la Revelacin un dato nuevo, prolongando con audacia las virtualidades dela Escritura.Pero trasponiendo los lmites del estudio, el midrash invade en Israel la vida cotidiana,se hace estilo proverbial que colorea la conversacin, no slo la culta, sino tambin lapopular y la domstica. Hay una santificadora contaminacin de los temas profanos porlo que el israelita oye en la sinagoga sbado a sbado. Toma y acomoda expresionesdel texto a las situaciones de su vida, y hace de la Escritura vehculo y medio de sucomunicacin.Crea un estilo alusivo, metafrico, indirecto, estilo de familia ininteligible para el noiniciado en la Escritura.En este estilo de arcanas alusiones habla Gabriel a Mara, parafraseando el texto de unorculo proftico de Sofonas:

    (Sofonas 3, 14-17)

    Algrate,Hija de Sin,Yahv es el rey de Israelen ti.

    No temas, Jerusaln;Yahv tu Diosest dentro de ti,

    valiente salvador,rey de Israel en ti.

    (Lc 1, 28ss)

    Algrate, Mara,objeto del favor de Dios.El Seor (est)Contigo.

    No temas, Mara.Concebirs en tu senoy dars a luz un hijoy le llamars:Yahv Salva.El reinar

    Uno de los procedimientos corrientes del Midrash consiste en describir unacontecimiento actual (o futuro) a la luz de uno pasado, retomando los mismotrminos para sealar sus correspondencias y compararlos. Es el procedimiento queusa el libro de la Consolacin (Deutero-Isaas), que para hablar de la vuelta del Exilousa los trminos de la liberacin de Egipto (Exodo). Dios se apresta a repetir la hazaaliberadora de su pueblo.El uso que en la Anunciacin hace Gabriel de los trminos de Sofonas implica unadoble identificacin: Mara se identifica con la Hija de Sin, Jess con Yahv, Rey ySalvador.

    7. Mara: Hija de SinLa Hija de Sin (Bat Sin) es una expresin que aparece por primera vez en el profetaMiqueas (1, 13; 4, 10ss.). Decir Hija era una manera corriente en la antigedad dereferirse a la poblacin de una ciudad. Hija de Sin designaba tambin el barrio nuevode Jerusaln al norte de la ciudad de David, donde, despus del desastre de Samara y

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    antes de la cada de Jerusaln se haba refugiado la poblacin del norte: el Resto deIsrael.

    Qu significa su identificacin con Mara?

    La Hija de Sin, como expresin teolgica, significa en la escritura el Israel ideal y fiel,

    el pueblo de Dios en lo que tiene de ms genuino y puro, y puede encontrar suexpresin ocasional en grupos determinados, pero permanece abierta al futuro ytambin a una persona. El Midrash es capaz, as, de reflejar sutilmente los misteriospara los cuales est abierto, con particular habilidad. A lo largo de la historia teolgicade la expresin Hija de Sin, ha habido un proceso desde la parte hacia el todo, queahora el Angel reinvierte, volviendo del todo a una parte, a una persona, a Mara. Elbarrio de Jerusaln pas a cobijar bajo su nombre a la ciudad entera y al pueblo enterocomo portadores de una promesa de salvacin. Ahora es una persona, Mara, la que serevela como la Hija de Sin por excelencia y el punto diminuto del cosmo en que esamagnfica promesa se hace realidad.

    8. Mara y el Arca de la AlianzaNo nos detenemos a mostrar interesados como estamos principalmente en la figurade Mara- cmo la segunda parte del mensaje de Gabriel, la referente a Jess, glosatambin, aludindolo al texto capital de la promesa hecha a David (2 Sam 7); ni nosdetenemos en las dems alusiones a otros textos bblicos que encierra el breve oabreviado- mensaje del Angel. Pero s es relativo a Mara el paralelo entre Exodo 40,35 y lo que el Angel le anuncia sobre el modo misterioso de su concepcin. Esteparalelo nos permite invocar a Mara piadosa y msticamente en la letana marianacomo Foederis Arca (Arca de la Alianza) con toda verosimilitud, porque tambinsobre ella se poda la sombra de la Nube de Dios, donde l est presente actuando afavor de su Pueblo.

    La Nubecubri con su sombra

    el tabernculo.Y la gloria de Yahvcolm la morada.

    El poder del Altsimote cubrir con su sombra.

    Por eso lo que nacerde ti ser llamado Santo,Hijo de Dios.

    La concepcin virginal de Mara se describe aqu mediante la Epifana de Dios en elArca de la Alianza. La Nube de Dios aparece sobre ambas y sus consecuencias sonanlogas. El Arca es colmada de la Gloria; Mara es colmada de la presencia de un serque merece el nombre de Santo y de Hijo de Dios.Pero la accin del Espritu Santo que se manifiesta como Nube alumbradora no selimita a reposar sobre Mara. Esta manifestacin est sealando hacia delante en laobra de Lucas: hacia la escena del Bautismo, hacia la Transfiguracin, textos en losque la voz del cielo da testimonio de su Santidad y de su Filiacin divina. Ese es miHijo amado, en quien me complazco. Escuchadlo.Imposible tambin detenernos aqu a desentraar las alusiones midrshicas contenidasen la salutacin de santa Isabel a Mara, ni el mosaico antolgico tambin midrshico-de que consta el Magnficat, verdadero testimonio de Mara acerca de s misma.

    9. El signo del Espritu = el gozoQuiero solo retener para terminar- un aspecto de la imagen de Mara, segn Lucas,que transfigura el rostro de su testigo privilegiada. Gabriel la invita al gozo y la alegra,y en el Magnficat Mara exulta. Detengmonos a mirar ese rostro de Mara que se

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    alegra y se enciende de gozo. Vemosla prorrumpir en un cntico. No nos detengamosen las palabras, que pueden desviarnos o distraernos hacia una curiosa arqueologabblica. Contemplemos el gozo en las facciones que Lucas nos dibuja.Es el principal testimonio que Lucas se detiene a registrar. Porque en esa primigeniaalegra ve la fuente del gozo que invade a las comunidades cristianas cuando cantan sufe en el Seor. Dichosos tambin ellos por haber credo.

    El nico pasaje evanglico que nos registra un estremecimiento de gozo en el Seor esaqul en que Cristo se goza. Por qu? Porque el Padre lo ha revelado a sus creyentes.El episodio se conserva en Mateo y en Lucas. Pero mientras Mateo se limitasobriamente a decir que Jess tom la palabra Lucas nos precisa que en aqulmomento se llen de gozo Jess en el Espritu Santo y dijo:

    Yo te bendigo, Seor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas asabios y prudentes y se las has revelado a pequeos. S, Padre, porque te hascomplacido en esto. Todo me ha sido entregado por mi Padre y nadie conoce quin esel Hijo sino el Padre; y quin es el Padre sino el Hijo y aqul a quien el Hijo se loquiera revelar . (Lc 10, 21-22; Mt 11, 25-27).

    Y volviendo a los discpulos, les dijo aparte: Dichosos los ojos que ven lo que veis.Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, perono lo vieron; y or lo que vosotros os, pero no lo oyeron! . (Lc 10, 23-24; Mt 13, 16-17).

    Si alguien siente la alegra de creer, si se regocija y exulta por la pura y gozosa alegrade su vivir creyente, sepa que esa es una voz anglica en su interior, y que estoyendo el lenguaje de los ngeles. Sepa que esa es la sombra protectora del Espritusobre l y dentro de l. Es la nube del Espritu y la presencia divina en su interior. Es elesplendor de la manifestacin de la Gloria y la manifestacin gloriosa del Espritu en laIglesia. La que llam la atencin del ilustre Tefilo. La que Lucas quiere explicarle,remontndose a su origen en Mara, en Jess, en los discpulos.Y si alguien no siente en s esa alegra, mire el rostro iluminado de gozo de Mara

    creyente y oiga la exultacin de su Magnficat; y deje que esa alegra le inspire y lecontagie.Ella es para Lucas la garanta de solidez de las cosas que Tefilo ha escuchado.

    4. LA IMAGEN DE MARA A TRAVS DEL EVANGELIO DE SAN JUAN

    El Eco de la voz

    A. DOS HECHOS ENIGMTICOS

    1. Un primer hecho: Juan evita llamarla MaraUn primer hecho que nos llama la atencin al leer el evangelio de San Juan en buscade lo que nos dice de Mara, es que este evangelista ha evitado llamarla por el nombrede Mara. Juan nunca nombra a la Madre de Jess por este nombre, y es el nico delos cuatro evangelista que evita sistemticamente el hacerlo. Marcos trae el nombre deMara una sola vez. Mateo cinco veces. Lucas trece veces: doce en su evangelio y unaen los Hechos de los Apstoles. Juan nunca.Y decidimos que Juan evit intencionalmente el nombrarla con el nombre de Mara,porque hay indicios de que no se trata de omisin casual, sino premeditada, querida yplaneada.

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    Juan no ignora, por ejemplo, el oscuro nombre de Jos que cita cuando reproduceaquella frase de la incredulidad que comentbamos a propsito de Marcos y querecogen de una manera u otra tambin Mateo y Lucas: Y decan: no es acaso steJess, hijo de Jos, cuyo padre y madre conocemos? Cmo puede decir ahora: Hebajado del cielo. (Jn 6, 42).En segundo lugar, Juan conoce y nos nombra frecuentemente en su evangelio a otras

    mujeres llamadas Mara: Mara la de Cleofs, Mara Magdalena, Mara de Betania,hermana de Lzaro y Marta. Son personajes secundarios del evangelio y, sin embargoJuan no evita llamarlas por su nombre propio. Esto hace tambin con otros personajes,cuyo nombre poda aparentemente haber omitido, sin quitar nada a su evangelio,como Nicodemo y Jos de Arimatea. Si nos ha conservado estos nombres de figurasmenos importantes: Por qu no ha nombrado por el suyo a la Madre de Jess? Si larazn fuera como pudiera alguien suponer- la de no repetir lo que nos dicen ya losotros evangelistas, tampoco se habra preocupado por darnos los nombres de Jos yde las numerosas Maras de las que tambin aqullos nos han conservado la noticiaonomstica.En tercer lugar si haba un discpulo que poda y deba conocer a la Madre de Jess,se era Juan, el discpulo a quien Jess amaba y que por ltima voluntad de un Jessagonizante la tom como Madre propia y la recibi en su casa:

    Junto a la cruz de Jess estaban su Madre, la hermana de su Madre, Mara, mujer deCleofs, y Mara Magdalena. Jess, viendo a su Madre y junto a ella al discpulo a quienamaba, dice a su Madre: Mujer, ah tienes a tu Hijo. Luego dice al discpulo: Ah tienes a tu Madre. Y desde aquella hora el discpulo la acogi en su casa (Jn 19, 25-27)Pues bien, es este discpulo, que de todos ellos es quien en modo alguno puede ignorarel verdadero nombre de la Madre de Jess el que evitando consignarlo por escrito ensu evangelio- alude siempre a ella como la Madre de Jess o, ms brevemente suMadre. Y es precisamente este discpulo el que entre todos poda haber tenidomayores ttulos para referirse a la Madre de Jess como Mi Madre- quien insiste enreservarle con una exclusividad que ya convierte en nombre propio lo que es unepteto- el ttulo Madre de Jess.

    Juan no ignoraba el nombre de Mara y, si de hecho lo ignora es con alguna deliberadaintencin. Una intencin que no es fcil detectar a primera vista, pero que vale la penaesforzarse por comprender.

    2. Una hiptesisY una primera hiptesis explicativa podra ser la siguiente. Quizs san Juan evita usarel nombre de Mara como nombre propio de la Madre de Jess porque le parece unnombre demasiado comn para poder aplicrselo como propio. Si el nombre propio espara nosotros el que distingue a una persona, a un individuo de todos los dems; s adems- para la mentalidad israelita el nombre revela la esencia de una persona yenuncia su misin en la historia salvfica, entonces Juan tena razn: Mara no es unnombre suficiente mente propio como para designar de manera adecuada oinconfundible a la Madre de Jess. Es un nombre demasiado comn para ser propiosuyo. Maras hay muchas en los evangelios y sin duda eran muchsimas en el pueblo yen el tiempo de Jess, como lo son an hoy entre nosotros. Si Juan buscaba unnombre nico, un ttulo que le sealara la unicidad irrepetible del destino de aquellamujer, eligi bien: Madre de Jess fue ella y slo ella, en todos los siglos.En esta hiptesis, por lo tanto, Juan, al evitar llamarla Mara, y al decirle siempre laMadre de Jess, su Madre, lejos de silenciar el nombre propio de aquella mujer, nosestara revelando su nombre verdadero, el que mejor expresa su razn de ser y suexistir. Pero tratemos de ir ms lejos y ms hondo en las posibles intenciones ocultasde san Juan.

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    3. Otro hecho: Dilogos distantesAnalicemos un segundo hecho que llama la atencin al estudiar la imagen de Mara talcomo se desprende de los dos nicos pasajes de este evangelio en que ella aparece:las bodas de Can y la Crucifixin.Como sabemos, Juan, al igual que Marcos, no nos ofrece relatos de la infancia de

    Jess. Podemos adems desechar la referencia que hacen sus opositores- a su padrey a su madre, y que Juan, al igual que los sinpticos nos ha conservado (Jn 6, 42). Yavimos, al tratar de Marcos qu figura de Mara revela este enfoque de la ms tradicinpre-evanglica. Y por eso no volvemos a insistir aqu en ese aspecto, que no es propiode Juan.El materia estrictamente jonico acerca de la Madre de Jess desgraciadamente paranuestra piadosa curiosidad, pero afortunadamente para quien, como nosotros, ha deconsiderarlo en un breve lapso- se reduce a esas dos escenas, que junta no pasan decatorce versculos: las bodas de Can (Jn 2, 1-11) y la Crucifixin (Jn 19, 25-27). Si nofuera por el evangelio de Juan, no sabramos que Jess haba asistido con su Madre ycon sus discpulos a aquellas bodas en Can de Galilea. Ni sabramos tampoco que laMadre de Jess sigui de cerca su Pasin y fue de los poquitos que se hallaron al piede la cruz.Y he aqu ahora- el segundo hecho sobre el que quisiera llamar la atencin. Entretodos los pasajes evanglicos acerca de Mara, son poqusimos los que nos conservanalgo que se parezca a un dilogo entre Jess y su Madre. Para ser exactos son tres:estos dos del evangelio de Juan y la escena que nos narra Lucas del nio perdido yhallado en el Templo, cuando, en ocasin del acongojado reproche de la Madre: Hijo,por qu nos has hecho esto? Mira que tu padre y yo angustiados te andbamosbuscando (Lc 2, 48), responde Jess con aquellas enigmticas palabras que abren enLucas el repertorio de los dichos de Jess: Y por qu me buscabais? No sabais queyo tena que estar (aqu) en lo de mi Padre? (Lc 2, 49).Quien lea los dilogos jonicos habiendo recogido previamente en Lucas esta primeraimpresin no podr menos que desconcertarse ms. En la escena de las bodas de CanJess responde a su Madre que le expone la falta de vino: Mujer, qu hay entre t y

    yo? (o, como traducen otro para suavizar esta frase impactante: qu nos va a ti y am?), todava no ha llegado mi hora. Y en la escena de la crucifixin: Mujer, he ah atu hijo.Notemos, pues, que en los tres dilogos que se nos conservan, Jess parece poner unaaustera distancia entre l y su Madre. Son precisamente estos pasajes que, porpresentar a Jess y Mara en un t a t, podran haberse prestado para reflejar laternura y el afecto que sin lugar a dudas uni a estos dos seres sobre la tierra los quenos proponen, por el contrario, una imagen, al parecer, adusta, de esa relacin, capazde escandalizar la sensibilidad de nuestros contemporneos: 1) Mujer: Qu hay entret y yo?; 2) Mujer: He ah a tu hijo.Juan parece haber retomado y subrayado lo que Lucas nos adelantaba en su escena.La Madre de Jess slo aparece en su evangelio en estos dos pasajes dialogales, yJess parece en ellos distanciarse de su Madre: 1) con una pregunta que pone encuestin su relacin; 2) interpelndola con la genrica y hasta fra palabra Mujer; 3)remitindola a otro como a su hijo.La impresin -decamos- es desconcertante. Y agrega un segundo hecho, que pide serexplicado, al ya enigmtico silenciamiento del nombre de la Madre de Jess.

    B. EXPLICACIONES

    Tratemos de dar explicacin a estos dos hechos enigmticos.

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    1. Haced todo lo que El os digaEl evangelio de san Juan subraya la revelacin de Dios en Jesucristo como la revelacindel Padre de Jess. Dios es el Padre de Jess. Juan es el evangelista que nos muestramejor la intimidad de Jess con su Padre; la corriente de mutuo amor y complacenciaque los une; cmo Jess vive y se desvive por hacer lo que agrada a su Padre, cmose alimenta de la complacencia paterna, siendo sta su verdadera vida: El Padre me

    ama, porque doy mi vida para recobrarla de nuevo. Nadie me la arrebata; yo la doyvoluntariamente. Tengo poder para darla y recobrarla, y esa es la orden (la voluntad)que he recibido de mi Padre. (Jn 10, 17-18). El Padre y yo somos uno (Jn 10, 30).

    Felipe: el que me ha visto a m ha visto al Padre (Jn 14, 9).Es en paralelo, y por analoga con esos en san Juan ubicuos- mi Padre, el Padre deJess, como creo debemos comprender la insistencia de Juan en referirse a Mara solay exclusivamente como su Madre, la Madre de Jess.As como Dios es para Jess el Padre, omnipresente en su vida y en sus labios (miPadre, el Padre que me envi, voy al Padre, mi Padre y vuestro Padre, el Padre que meama, la casa de mi Padre), as tambin y para sealar una msitica analoga, parasubrayar una paralela realidad espiritual, Juan llama a aquella que es como un eco dela divina figura paterna no slo a travs de una maternidad fsica, sino principalmentea travs de una comunin en el mismo Espritu Santo- la Madre de Jess.Y una de las principales finalidades de la escena de Can nos parece que es en laintencin de Juan- la de mostrar hasta qu punto la Madre de Jess est identificadaen su espritu con el Espritu del Padre de Jess.En la escena de Can, en efecto, parecera que Juan se complace en subrayar lacoincidencia del velado testimonio que de Jess da Mara ante los hombres, con eltestimonio que de Jess da su Padre: Haced todo cuanto os diga, dice la Madre.

    Escuchadlo, dice el Padre; que es decir lo mismo: obedecerle. Sabemos, en efecto,por el testimonio de los sinpticos, que en los dos momentos decisivos del Bautismo yde la Transfiguracin se abren los cielos sobre Jess y desciende una voz la voz deDios- que proclama (con pequeas variantes segn cada evangelista): Este es mi Hijoamado, en quien me complazco.En el Bautismo, la finalidad de esta voz que se revela como la del Padre- es

    credencial de la identidad mesinica y de la filiacin divina de Jess, y suena comosolemne decreto de entronizacin pblica en su misin de Hijo y en su destino deMesas. En la Transfiguracin, la finalidad de esta voz es dar confirmacin y garantade autenticidad mesinica a la va dolorosa que Jess anuncia con ternariasolemnidad- a sus discpulos. Y la voz celestial completa su mensaje con un segundomiembro de la frase: Escuchadlo.San Juan, a diferencia de los sinpticos, no nos relata la escena del Bautismo.Tampoco hace referencia a la voz celestial que segn los sinpticos- se dej or en elBautismo. Ha puesto en su lugar no slo ms profuso y explcito testimonio delBautista, sino tambin nos parece- la voz de Mara: Haced todo lo que os diga, queequivale al escuchadle de la voz divina en la Transfiguracin, pero adelantada aqu alcomienzo del ministerio de Jess.Antes de la escena de Can, Jess no ha nombrado ni una sola vez a su Padre, lo harpor primera vez en la escena de la purificacin del templo, que sigue inmediatamentea la de Can. Es a travs de su Madre como le llega a Jess ya en Can, como a travsde un eco fidelsimo la voz de su Padre. No, como en los sinpticos, a travs de unavoz del cielo ni como ms adelante, en el mismo evangelio de Juan con un estruendo que los circundantes, a quienes va destinado, se dividen en atribuir a trueno o voz dengel-, sino como una sencilla frase de mujer cuyo carcter proftico solo Jess pudoentender, oculto como estaba bajo el ms modesto ropaje del lenguaje domstico.Y prueba de que Jess reconoci en las palabras de la Madre un eco de la voz de suPadre es que, habiendo alegado que an no haba llegado su hora, cambia sbitamente

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    tras las palabras: Haced cuanto os diga, y realiza el milagro de cambiar el agua envino.No fuera mera deferencia o cortesa, ni mucho menos debilidad para rechazar unapeticin inoportuna. Fue reconocimiento en la voz de la Madre, del eco clarsimo de lavoluntad del Padre. Obedeciendo a esa voz, Jess realiz este primer signo ymanifest su gloria, y sus discpulos creyeron en l. Y san Juan se preocupa, en otros

    pasajes del Evangelio, de subrayar el escrpulo de Jess en no hacer sino lo que elPadre le ordena, en mostrar, slo lo que el Padre le muestra y en guardar celosamentelo que el Padre le da.S, pues, Mara es por un lado Hija de Sin, en cuanto encarna lo ms santo delPueblo de Dios, es tambin Hija de la Voz, que as se dice en hebreo lo que nosotrosdecimos: Eco. Eco de la Voz de Dios = Bat Qol, Hija de la Voz.

    2. Entre Can y el CalvarioLa importancia que la figura de la Madre de Jess tiene en el evangelio segn san Juanno la podemos inferir de la abundancia de referencias a ella, pues, como hemos visto,son pocas. La hemos de deducir de la sugestiva colocacin, dentro del plan total delevangelio, de las dos nicas y breves escenas en que ella aparece: Can y el Calvario.Y no slo por supuesto- de su lugar material, sino tambin de su contenido revelador.Can y el Calvario constituyen una gran inclusin mariana en el evangelio de san Juan.Encierran toda la vida pblica de Jess como entre parntesis. Son como unentrecomillado mariano de la misin de Jess. Abarcan como con un gran abrazomaterno discretsimo pero a la vez revelador de una plena comprensin ycompenetracin entre Madre e Hijo- toda la vida pblica de Jess desde suinauguracin en Can hasta la consumacin en el Calvario.La Mara de san Juan no es slo como en Marcos- la Madre solidaria con su Hijo anteel desprecio. No es tampoco como en Mateo y en Lucas- una estrella fugaz queilumina el origen oscuro del Mesas o la noche de una infancia perdida en el olvido delos hombres.La Madre de Jess es para san Juan testigo y actor principal en la vida misma deJess. Su presencia al comienzo y al fin, en el exordio y el desenlace es como la

    sbita, fugaz, pero iluminadora irrupcin de un relmpago comparable al tambindoble inesperado trueno de la voz del Padre en el Bautismo y la Transfiguracin.

    3. El dilogo en CanLa Madre de Jess tal como nos la presenta Juan, sabe y entiende. Es para Jess uninterlocutor vlido e inteligente como iniciado en el misterio de la hora de Jess, seentiende con l en un lenguaje de veladas alusiones a un arcano comn.Quien oye desde fuera este lenguaje, puede impresionarse por las apariencias.Aparente banalidad de la intervencin de la Madre: No tienen vino. Aparente distanciay frialdad descorts del Hijo: Mujer, qu hay entre t y yo? An no ha llegado mihora.Con ocasin de una fiesta de alianza matrimonial, Madre e Hijo tocan en suconversacin el tema de la Alianza. La Antigua y la Nueva. Vino viejo y vino nuevo.Vino ordinario y vino excelente que Dios ha guardado para servir al final. AntiguaAlianza es agua de purificacin rituales, que sale de la piedra de la incredulidad y slolava lo exterior. Nueva Alianza que brota inexplicablemente por la fuerza de la palabrade Cristo, como buen vino, como sangre brotando de su interior por su costado abiertoy que alegra desde lo interior.La observacin de la Madre (no tiene vino) encierra una discreta alusin midrshica ala alegra de la Alianza Mesinica, an por venir, y de la cual el vino es smbolo de laEscritura.

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    Sabemos por san Lucas que no slo Jess sino tambin Mara, habla y entiende aquelestilo midrshico, que entreteje Escritura y vida cotidiana. En el evangelio de san Juan,Jess aparece como Maestro en este estilo, que estriba en realidades materiales y lashace proverbio cargado de sentido divino: hablaba del Templo de su Cuerpo; comoel viento es todo lo que nace del Espritu; el que beba de esta agua volver a tenersed pero el que beba del agua que yo le dar; mi carne es verdadera comida

    Y si la observacin de Mara hay que entenderla como el ncleo de un dilogo msamplio, que san Juan abrevia y reproduce slo en su esencia, tambin la arcanarespuesta de Jess hemos de interpretarla no como la de alguien que ensea alignorante, sino como la de quien responde a una pregunta inteligente.La frase de Jess (Mujer, qu hay entre t y yo? Ano no ha llegado mi hora), antesque negar una relacin con Mara es una adelantada referencia a que una vez llegadala hora de Jess- se crear entre l y su Madre el vnculo perfecto, ltimo y definitivoante el cual, palidecen los ya fuertes que lo unen con su Madre en la carne y elEspritu. Un vnculo tan fuerte que como veremos. Se podr decir que la hora deJess es a la vez la hora de Mara, la hora de un alumbramiento escatolgico, en la queel Crucificado le muestra en Juan al Hijo de sus dolores, primognito de la Iglesia.Y si la Madre pregunta indirectamente a cerca de la alegra simbolizada por el vino (nohay fiesta si no hay vino, dice el refrn judo), Jess alude a una alegra que viene enel dolor de su hora, de su pasin, alegra que Jess anunciar oportunamente a suMadre, desde la cruz, como la dolorosa alegra del alumbramiento.

    4. La escena en el CalvarioY con esto hemos iniciado nuestra respuesta al segundo hecho sorprendente: el de lafrialdad y distancia que parece interponer Jess en sus dilogos con su Madre. Pero, almismo tiempo, acabamos de insinuar el sentido de la segundo escena mariana en elevangelio de Juan: la del Calvario. Tommosla en consideracin con msdetenimiento:

    Junto a la cruz de Jess estaban su Madre, la hermana de su Madre, Mara, mujer deCleofs, y Mara Magdalena. Jess, viendo a su Madre y junto a ella al discpulo a

    quien amaba, dice a su Madre: Mujer, ah tienes a tu Hijo. Luego dice al discpulo:Ah tienes a tu Madre. Y desde aquella hora el discpulo la acogi en su casa (Jn 19,25-27).

    Nos parece que podemos partir para interpretar el sentido de este pasaje, de laspalabras desde aquella hora. Juan ama las frases aparentemente comunes, perocargadas de sentido. Y stas, es una de ellas. Porque aquella hora es nada menos quela hora de Jess; de la cual l dijo: ha llegado la hora, y qu voy a decir? Padre,lbrame de estas hora? Pero, si para esto he llegado a esta hora! Padre, glorifica tunombre! (Jn 12, 23-27).Para san Juan la hora de alguien es el tiempo en que este cumple la obra para la cualest particularmente destinado. La hora de los judos incrdulos es el tiempo en queDios les perpetrar el crimen en la persona de Cristo o de sus discpulos:

    Incluso llegar la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios. Y loharn. Porque no han conocido ni al Padre ni a m. Os lo he dicho para que cuandollegue la hora os acordis (16, 3-4).

    Y esta expresin la hora, posiblemente se remonta a Jess mismo, fuera de losnumerosos pasajes de san Juan, tambin Lucas, nos guarda un dicho del Seor quehabla de su Pasin como de la hora: Pero sta es vuestra hora, y del poder de lastinieblas (Lc 22, 53).

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    La hora de Jess es aqul momento en que se realiza definitivamente la obra para lacual fue enviado el Padre a este mundo. Es la hora de su victoria sobre Satans, sobreel pecado y la muerte: Ahora es el juicio de este mundo, ahora el Prncipe de estemundo ser derribado; cuando yo sea levantado de la tierra, atraer a todos hacia m (Jn 12, 31-32).Por ser la hora de la Pasin una hora dolorosa pero victoriosa a la vez, est para san

    Juan ntimamente unida a la gloria, a la gloriosa victoria de Jess. Y esa gloria semanifiesta por primera vez