la escuadra la mandan los cabos

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 1 L A E S C U ADR A L A MANDAN L OS C AB OS ( dos fr agmentos ) MANUEL DOMINGUE Z BENAVIDES Publicados por la B ibli oteca Vir t ual Manuel Domínguez Benavides 

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  • 5/31/2018 La Escuadra La Mandan Los Cabos

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    L A E S CU ADR A L A MANDANL OS CAB OS

    ( dos f r agmentos )

    MANUEL DOMI NGUE Z BE NAVI DES

    Pu blicados por la B ibli oteca Vir t ual Manuel Domnguez Benavides

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    EL AUTOR: Nacido en Ponteareas (Pontevedra )en 1895. Su carencia de estudios, nole impidi ejercer como periodista, redactor del popular semanario La Estampa ynovelista de amplio xito, tambin escribi una comedia con la que en 1928 obtuvo el2 premio en el concurso de ABC. Se le podra definir como el tpico autodidactaformado en Las Casas del Pueblo y Ateneos Populares.

    Residi alternativamente en Madrid y Barcelona, militando en el PSOE. En 1933,publica su primera novela social :Un hombre de treinta aos, de corte autobiogrfico, ala que aadi al ao siguiente El ltimo pirata del mediterrneo,uno de los grandesxitos populares de aquellos aos.

    Durante la contienda fue comisario de la flota republicana. En 1938 asisti junto aJos Bergamn y Quiroga Pla, a la Conferencia Extraordinaria de la AsociacinInternacional de Escritores para la Defensa de la Cultura.

    En sus primeras novelas haba dedicado un inters preferente por el erotismo a travsdel psicoanlisis.

    Cuando acab la contienda, se exili en Mxico, donde milit en el Grupo Jaime Veradel PSOE. Poco antes de su fallecimiento, se pas al PCE. Fue secretario de redaccin

    de la revista Reconquista de Espaa, desarrollando asimismo una incansable laborcomo escritor, publicando varias novelas sobre episodios de la guerra civil, publicandosta de la que ofrecemos sus captulos 4 y 5, en 1944. en la misma, toma cuerpo lafigura de Alexandre Boveda, fundador del Partido Galleguista y fusilado por losnacionales en A Caeira (Pontevedra) el 17 de Agosto de 1936. A pesar de ser catlicopracticante, sus trabajos en pro del Estatuto Gallego, justicia social, antifascismo yconcepcin federalista de estados, hicieron que cayera bajo el punto de mira de losrebelados. Es un libro maldito y desconocido para el gran pblico, un documentoimportante y emocionante y aunque editado en el exilio, y no publicado en Espaahasta hace poco, alcanz un predicamento parecido a La forja de un rebelde, de ArturoBarea, tanto en Galicia como en el resto del pas.

    Alexandr e B oveda

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    Caudalosa Galicia, pura coma a chuvia, salgada para sempre polas bgoas Pablo Neruda, Terras ofendidas, 1937

    IV. VERDE CON SANGRE

    AUN HEMOS DE VOLVER

    Los marineros estaban inquietos. Los obreros de Vigo haban salido ala calle pidiendo armas... Los obreros no declararon la huelga. Laproclama de la U.G.T. invitaba a la huelga general solamente all dondelas guarniciones se sublevasen. En el caso contrario, no debainterrumpirse el trabajo. La proclama desorient a los dirigentes, que selimitaron a buscar seguridades cerca del Gobernador militar, FelipeSnchez.

    Ustedes saben que soy amigo y hombre de confianza del jefe delGobierno dijo el Gobernador militar.

    El "Jaime" ha desaparecido por detrs de las islas Ces. Por delante,tiene el horizonte del ocano. Cuando an sea tiempo de asistir a lo queharn en l los marineros, lo alcanzaremos.

    Qu va a pasar en Galicia? Qu mal ha hecho nunca? Tantotrabajo como cuesta hacerla producir y tanto gozo como da verla verde,y ahora, el acabse.

    Benigno!... Luciano!... Carmela!... Todo Galicia se estremece deecos. Se llama a los muertos y no contestan. Les pesa la tierra que les

    han echado encima. Ellos quisieran levantarse; la tierra pesa mucho...Habr que volver a Galicia y meterles de nuevo el corazn dentro, paraque puedan alzarse de sus tumbas.

    Manuelio, meu fillo!... Ay, rayos! Hemos de ir a levantar a losmuertos de Galicia. Hemos de ir! Hemos de ir!... Mientras tanto,vosotras las mujeres, "berrar":

    Benigno!... Luciano!... Carmela!...

    Vais a ver.

    En Pontevedra haba un gobernador. En La Corua haba un

    gobernador. En Orense haba un gobernador. En Lugo haba ungobernador... Cuntos gobernadores! Inocentes!

    Los gobernadores decan a los Frentes Populares:

    Los militares han dado su palabra de honor de permanecer leales yMadrid pide que se contine trabajando.

    La intervencin de Madrid en Galicia provoc el desastre.

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    Con un rgimen de autonoma, como el de Catalua, Galicia hubierahecho abortar el Movimiento. Los gallegos saban, mejor que losministros, lo que haba de hacerse en su tierra.

    Vais a ver, vais a ver.

    Primero se ha de contestar a esta pregunta: Cmo es Galicia? Qu

    era entonces Galicia y de qu manera sentan sus hombres?

    LA ULTIMA CONFERENCIA DE ALEJANDRO BOVEDA

    Hay que comenzar por conocer la tierra deca Bveda.

    Empuj las hojas de la ventana, abri los brazos y recogi el paisajeen ellos.

    Un pas verde todo el ao. Pinos, castaos, robles, lamos,nogales, hayas, abedules... Las tierras laborables no cultivadas secubren de produccin de pastos espontneos, y en el monte, en lastierras ms pobres y peor comunicadas, crecen el tojo y la retama.

    Guard silencio, le tembl la voz y pareca que las palabras eran dela misma substancia de aquellos rboles, de aquellos prados, deaquellos maizales, de aquellos cielos, de aquellos mares que estaban alalcance de nuestros ojos y a su vez todos metidos dentro del alma deBveda con su armona y su gracia permanentes.

    Merced a la lluvia, no existen las paradas estival e invernal para lavida vegetativa y el ao es aprovechado con el desarrollo de las plantascuyo ciclo entra en las alternativas de las cosechas ms corrientesseguidas en el Noroeste. A no ser en pequeos rodales de las montaas

    del macizo oriental, no hay estiaje ni padecemos las crudezas delinvierno. La deficiente insolacin, a causa de los muchos das lluviososo simplemente nublados, pone lmite al cultivo de los rboles y de lasplantas productores de frutos, que exigen una suma determinada degrados. De ah la orientacin ganadera, en cuanto se compagina conciertos cereales apropiados para piensos y leguminosas de las mismascaractersticas; el cultivo de los panificables se reserva a las hoyascalientes de Orense y Pontevedra.

    Alejandro Bveda, an no ha cumplido los cuarenta aos. Poco msde treinta ha de contar. A l que no le hablen sino de Galicia. Ahoraahllan los lobos a la puerta de su casa. Los enemigos de la verdad ydel bien arman sus fusiles para clavar los plomos mortales en el pechodonde, por tener cabida Galicia tan por entero, tena cabida el mundo.

    El no presiente el odio que acecha. Pero en cuanto suene el grito deangustia de su tierra agredida, aunque todo estar perdido por culpa deotros, que no suya, pues l no ejerce autoridad de gobierno, correr alldonde deba estar la cabeza, y ante la segura derrota, se ofrecer parael sacrificio:

    No matis a Galicia! Matadme a m!

    Sobre una mesa se extenda un mapa. Bveda explic:

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    Galicia se halla dividida en regiones naturales. La meseta de Lugo,que linda por levante con Asturias y Len, se vierte al norte en lastierras bajas de la maria que rodea a Vivero, y al noroeste en lasmarias de Betanzos y Puentedeume... Continuando por la costa deFinisterre, se pasa al pas de Bergantios y al de Jallas, para entrar,por la regin del Ulla, en las ras bajas. Si se asciende por el Ulla, endireccin de la meseta, nos encontraremos en la regin de la montaa,

    que tiene su centro en Lalin y al sur de la cual se derrama la zonavitcola del Rivero. Al sur de la capital orensana y en la linde dePortugal, estn las Limias alta y baja, y ms al este, el valle deMonterrey, en su confn con las provincias de Len y Zamora, y elnimo se esparce por las regiones de Valdeorras y del Bollo.

    No te cansen estos datos, lector. Sin ellos no comprenderas aGalicia. Son datos fciles de leer y aprender. Y ha de empezarse porellos para llegar hasta el hombre gallego.

    Hay que buscar y analizar las razones que expliquen el porqu lospacficos campesinos se echaron al hombro las escopetas de matarconejos.

    Escuchemos a Bveda:

    Esta es La Corua. Montaas no muy elevadas y valles siempreverdes, surcados por mltiples corrientes de corto recorrido y caudalescaso. En las cercanas de la capital donde la fertilidad del suelo y lasbuenas comunicaciones favorecen la prosperidad de pueblos comoBergondo, el Burgo, Oleiros, Sada... la vida de relacin es superior a lade la mayora de los pueblos gallegos. Al noroeste, la campia deOrtigueira en la ra alta de Santa Martha y el valle de San Saturninoregado por el Jubia, y detrs, hacia el este, los yermos de la sierraCapelada... Las marias cubren la costa entre Betanzos y El Ferrol.Todo aqu es bello y venturoso: el clima, la tierra, el mar... Mira el pasde Bergantios, con su centro en Carballo, y el valle de Vimianzo que

    posee las mejores tierras trigueras de la provincia. Al sur, y separadodel anterior por el valle de Camarias, est el pas de Jallas que seadentra hacia el este por la zona montaosa y pobre de Curtis y Arzua,donde predominan el tojo y los pastizales. Por debajo, se nos viene a losojos el deleite de los labrados de la comarca compostelana, tierras desembradura de primera calidad. Ms al sur, se encuentra la Ulla, enplena zona de las ras bajas, clima templado en invierno y caluroso enverano, con hermosos maizales. huertas feraces de abundantes frutalesy viedos que producen caldos parecidos a los del Rivero. Padrn es elcentro de La Ulla alta, que se prolonga a lo largo de la margen norte dela ra de Arosa hasta Santa Eugenia de Ribeira. Estos son los viales dela Espaa del siglo XIII, por los que la Pennsula miraba a Europa ytraspona las fronteras a lomos del caballo de Santiago Apstol. Elcaballo se le puso al santo recientemente, pues el que figuraba en las

    estampas era pintado. Las reliquias del equino de carne y hueso son deayer.

    Bveda hizo una digresin:

    Las primeras reliquias pertenecan al hijo de Zebedeo. Ocurri elhallazgo de esta manera. Una maana, la criada del Arzobispo Pay deSantiago despert a ste con una noticia asombrosa: "Ay, SuIlustrsima! Ya aparecieron las reliquias del Santo Apstol!" ElArzobispo se volvi en la cama y replic: "Pues que sigan escarbando

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    hasta encontrar las del caballo". No se ha comprobado si seencontraron los huesos del caballo, pero como la orden del Arzobispohaba que cumplirla, se dio por cierto que s se encontraron, y en esecaso, como el caballo que hasta entonces montaba el apstol era unaficcin, cabe suponer que a partir de esa fecha el caballo fueraautntico.

    Alejandro Bveda reanud su exposicin geogrfica:

    Si le parece a usted, pasaremos a Lugo, cuya meseta se halla auna altura media de cuatrocientos metros. Su aspecto es el de uninmenso valle, por el fondo del cual corre de Norte a Sur nuestro ro, elMio. Este valle, encuadrado por montaas, marca las caractersticasagrcolas del conjunto. La configuracin permite distinguir tres zonas:la parte norte o costera, que en pendiente rpida desciende hasta lasorillas del mar; la meseta del centro en que abunda el gradero y lastierras del valle de Lemos, correspondiente a las riberas del Sil, quebordea la meseta por su extremo meridional... La primera zona de lamaria tiene como trozo representativo el Valle de Oro, con profusinde caseros, al igual que los valles de Landrove y la tierra de Castro delRey. La verdadera meseta en la zona central, es zona de transicin y lade ms inters, por cuanto la riqueza de la provincia estriba en susprados que hacen posible varios cortes al ao de hierba como el heno osoportan el pastoreo del ganado durante la casi totalidad del mismo. A1sur, estn los valles de Monforte y Quiroga, en los cuales se cultivan lavid y los frutales, con huertas bien regadas. Es zona ms baja ytemplada que la meseta, de la que la separan las montaas del Oural.

    Yo, Luis Tejeda, teniente de navo, soy amigo de Alejandro Bveda, yAlejandro Bveda es mi amigo. Nos conocimos en cualquier parte de lacosta atlntica, y a principios de la primavera de 1936, nos volvimos aencontrar en Pontevedra. El me habl del labriego gallego y yo le habl

    del cario del huertano de Murcia por su huerta y del entusiasmo delmenorqun pr su tierra. Esta geografa era el resultado de una relacinnaval Ferrol, Cartagena, Mahn que se desprenda de nuestracharla y de mis viajes marineros. Mi amigo cultivaba un galleguismoenjundioso. Por debajo y por encima de su programa poltico, sedesdoblaba el mapa de Galicia. Bveda reclamaba libertades, porque desu logro haca depender el bienestar del campesino, en lucha todavacon el cacique, el intermediario logrero y las gabelas de origen feudal.Era el suyo un galleguismo sin despegos ni exclusiones, con algo msque gaita y "morria", de cara al mundo aunque con una viva nostalgiade agravios recibidos de Castilla. Haba una cosa: el denominadorcomn del amor a la tierra del campesino gallego, murciano ymenorqun. Le indiqu esa analoga a Bveda.

    Todos los campesinos repuso Bveda aman la tierra.

    De la misma manera? Los gallegos parece que concentran supasin en el "paisaje", los huertanos en la "produccin" y losmenorquines en la "Isla".

    No le discuto las caractersticas del campesino murciano y delmenorqun. En cuanto a nosotros, le dir a usted luego lo que opino...Entremos, si no tiene usted prisa, en la provincia de Orense. De esenudo montaoso formado por la sierra de San Mamed y de Queija y la

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    Cabeza de Manzaneda, el punto ms alto de Galicia, desciende unsistema quebrado de montes y valles hacia las cuencas del Mio y delSil. Su centro es el pueblo de Viana, de invierno riguroso. Camino deponiente, al norte de la provincia, nos deslumbra la regin riberea delMio, y al noroeste, la regin del Rivero con la vid como cultivo.Finalmente, al sur de la capital, remontado Allariz y traspuestas unascadenas de montes se desarrolla la magnfica comarca de Limia,

    cerrada por las montaas en la raya de Portugal y dividida en dosporciones por una serie de lomas: la Limia alta y baja, con la lagunaAntela al sur de Ginzo, donde esto le sorprender a usted las tierrasde labor producen las cifras unitarias de trigo ms elevadas de Espaa;es el granero de Galicia. Al sudeste de la Limia, se halla el valle deTamega que tiene a Vern como pueblo ms importante.

    Bveda se interrumpi:

    Temo que le fatigue a usted un viaje tan largo. Quiere usted quedescansemos?

    Nos queda mucho trecho?

    La provincia de Pontevedra.

    He odo ponderar sus bellezas

    Todas las provincias gallegas son bellas: cada una ostenta subelleza particular... La provincia de Pontevedra est formada por doszonas: la costera ras bajas de Arosa, Villagarca y Vigo y la de lamontaa que, por no ser elevada, ha dado origen a un conjunto devalles y lomas vegetales. En la zona montaosa, los labrados de la zonacostera ceden el puesto a los prados, y en las partes ms altas y fras,se dan los pastos y el monte bajo. Los pinares pueblan las vertientes delas ras... El aspecto de esta provincia es la de un pequeo cuadrolabrado y bordeado por una parra armada a poca altura. Usted creerque esos arroyos, esas piedras, esos rboles y esas casas han sidocolocadas sobre la tierra de una manera preconcebida. Las casas quiz,pero las piedras, los arroyos y los rboles se encuentran ah desde elprincipio de los tiempos, y esa, unidad del paisaje, que recuerda unnacimiento, no es una elaboracin artifical, sino una creacinespontnea de la naturaleza. Dirase que todo ha sido demasiadocorrectamente distribuido y demasiado bien arreglado y que las ovejas ylas vacas son motivos del paisaje llevados a l por el hombre. No, lavaca y la oveja no son adornos, viven en el paisaje lo mismo que el rboly la piedra, forman parte de l y se mueven a su voluntad... Y henos altrmino de nuestra excursin con nuestro arribo a La Estrada y Laln,zonas ms fras, cuyo cultivo es anlogo al de la provincia de Lugo,patatas, nabos y maz.

    Nos sentamos a descansar de nuestra correra. Nos pusieron lamesa. Almorzamos truchas del Lrez y cabrito de la montaa. Bebimosun jarro de vino tinto.

    Y si esa es la tierra pregunt, cmo es el hombre?

    El hombre de Galicia, como el del resto del mundo, es su propiaverdad... Pruebe usted esos melocotones de Puenteareas; no losmejoran las pavas de Ribadavia... El campesino gallego, nace y se

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    desarrolla en un medio de mucho trabajo para arrancar a la tierra, ricaen apariencia, pobre en su constitucin, el sustento que ha decompartir con su numerosa familia. Esa pobreza suelos cidos y pocainsolacin y la prolificidad de la raza, amn de la visin constante delagua que bate nuestras costas rocosas, constituyen las races de quearranca el complejo que nos empuja a emigrar. El gallego esfundamentalmente trabajador de la tierra, y como la economa de sta

    se desenvuelve en frmulas de pequea propiedad la unidad demedida es el ferrado de cuatro a seis reas la trabaja a brazo. Nuestrolabriego tiene faena todos los das del ao, porque como le he dicho,carecemos de la parada estival. Tras de la cosecha invernal del centeno,viene la estival del maz con nabos y patatas, y lo que no se labra, secubre de hierba, aparte los terrenos dedicados a prados permanentes.Esa faena se completa con la del huerto anexo a la casa, donde se cranlas navizas, cuyas hojas, los grelos, son la base de nuestro caldo. Porltimo, el campesino ha de cuidar de la yunta de vacas, de la queobtiene trabajo, carne y ordeo, sin especializacin de funcin. Ellabriego gallego, esclavo de la tierra todo el ao, la ama en todos susaspectos porque la vive da a da: lluvias pertinaces, brumas, regatospor las corredoiras, carretas primitivas y chirriantes con bueyesuncidos por el cuello, bardas de piedra, la aliaga "toxo" elevada a la

    categora de arbusto nacional. Ese paisaje se entra en e1 alma de losrapaces que, descalzos y con un pedazo de borona en la boca, suben ybajan cerros, cazan nidos, pescan truchas en las claras aguas de lascorrientes sin arcilla y ven trabajar duro al padre, a la madre y a lashermanas. He aqu un conjunto de goce libre y grillete de trabajo que seamasa con el propio ser y engendra la "morria" cuando nos alejamosde Galicia, a la que aoramos volver para reintegrarnos a la tierra ycasarnos con una mujer de nuestra raza, de nuestra comarca y, a serposible, de nuestra parroquia. Nuestros males provienen de lanecesidad de emigrar que nos imponen, unas veces, la pobreza de latierra y otras, el cacique y el cura, quienes se aprovechan de la miseriay de la diseminacin de los caseros para ejercer, el primero, el dominiopoltico y el segundo, un dominio espiritual omnmodo sobre susfeligreses. Por supuesto, cura y cacique comparten el dominio material.

    Pero la Repblica habr puesto trmino a ese dominio?

    Lo ha quebrantado, no lo ha destruirlo.

    Bveda me invit a dar un paseo. Nos dirigimos a la Alameda. Conmarea alta, el agua llegaba hasta el talud de los jardines. Un solredondo y rojo resbalaba por la pared del cielo. Volaban altos unoshidros sobre la ra de Marn.

    Dentro de poco dijo Bveda el sol estar en el bao. Muchastardes vengo hasta aqu para verlo meterse en el agua... Regresa ustedpronto a Cartagena?

    La semana prxima. Tengo que acercarme al Ferrol.

    En todas partes observ Bveda la ciudad vale menos que elcampo. En Galicia, esa diferencia se hace ms ostensible. Recuerdo loque me deca un labrador: "Cuando ustedes los seoritos del pueblo selevantan de la cama, nosotros ya llevamos tres o cuatro horas detrabajo". Y es que nuestro campesino ve en la tierra no slo uninstrumento de produccin, y su afn por llegar a ser propietario, lolleva a extremos inverosmiles. Los terrenos alcanzan en las zonas

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    agrcolas precios desproporcionados respecto del valor en venta y conrentas que representan el dos por ciento de ese valor. Pero si el costo deuna finca resulta elevadsimo referido a la hectrea, referido al ferradocomo unidad de medida se halla al alcance de los pequeos labradores,que no tienen inconveniente en adquirir la extensin necesaria paracompletar su propiedad o para tener ms terreno que trabajar. Somosnosotros los responsables de esa absurda valoracin de la tierra. La

    queremos tan entraablemente que le hemos fijado esos precios, lo cualnos garantiza que ningn extrao se quedar con ella, porque elextrao busca beneficios en la tierra, y el gallego el contentamiento deposeerla y trabajarla.

    "Claro que cuando se habla de Galicia y de la pequea propiedad,surge la idea del minifundio sin lmites y la imagen de la rapaza quellora sus aoranzas sin justificacin. Un galleguismo infortunado se hahecho un lo con eso del minifundio, de la morria y de Rosala deCastro. El gallego no es esa criatura llorona que, a juicio de los que lodesconocen, anda por el mundo con el rostro vuelto hacia atrs. Eso lohan inventado las cocineras lricas y los abogados de nuestras villas.Escuche usted la voz de Curros, nuestro poeta civil, es la autntica vozde Galicia, vejada y oprimida, que flamea con una emocin

    revolucionaria que es nuestra emocin. Desgraciadamente, se confundeel reblandecimiento de los abogados y de las cocineras lricas con laapetencia de infinito que nos despierta nuestro paisaje, el verde de loscampos y el azul del cielo y del mar, colores de infinito. De ah nuestrosentido de la universalidad, tan contrario a eso que versifican lascocineras lricas y ensalzan los abogados de las villas gallegas.

    "La representacin del labriego propietario de un puado de tierraque, para completar sus ingresos, ha de buscar otros trabajos, esconvencional. Sin duda, al contemplar desde la ventanilla del tren esemosaico de parcelas, algunas insignificantes, se recibe esa impresin.Tal correlacin de propiedad y propietario se da en algunos casos, perola estructura ms usual de nuestra propiedad se acerca ms a la

    divisin extrema de la fincabilidad de cada propietario que a ladivisin de la propiedad entre muchos propietarios. Es decir,diseminacin y no limitacin. El minifundio aparece como consecuenciade la divisin del terreno atribuido a cada propietario en gran nmerode parcelas. O dicho de otro modo: Hay muchas parcelas de un solopropietario y pocos propietarios de una sola parcela".

    Bveda se incorpor. Estbamos sentados en el espoln de laAlameda de Pontevedra, lugar de sosiego y de perspectivas.

    A esa rodaja de naranja dijo mi amigo slo le queda fuera delagua la corteza.

    Seguimos la carrera del sol hasta que se sumergi en la ra, y del

    remoto horizonte nos vino un gran silencio.

    La forma tpica de la propiedad rstica en Galicia aadiBveda es la del "lugar acasarado" o propiedad redonda, compuestade una casa-vivienda con sus dependencias de pajar, establo, etc., unhuerto anejo a la casa, varias parcelas de labrado, algo de pradern yun poco de monte, castaos y pinar, donde abunda el tojo y la retama.Esta forma de propiedad, frecuente en las provincias de Corua y Lugo,vara ligeramente en zonas como la regin vitcola y en la provincia dePontevedra. Se puede afirmar que la mitad del agro gallego se explota

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    por medio del "lugar acasarado" y con un carcter mixto de pecuario yagrcola: el labriego cra en estabulario varias cabezas de ganadovacuno y porcino, gallinas, ovejas y cabras, mientras en lo agrcolacultiva centeno, trigo, nabos, cebada, maz, patatas, coles, frutaleshierba y el monte le da madera, castaas y tojo.

    "La mayor parte de esos productos son consumidos in situ por el

    labrador, su familia y sus ganados, y si algo vende en mercados deciudades y villas, son los sobrantes de leche, huevos, aves, frutas,hortalizas y la cra de sus animales. La granja no es un coto cerrado,sino una serie de parcelas cerca de la casa, prximas a ella, noinmediatas entre s. Todas esas parcelas, aisladamente, poseen escasovalor. Su conjunto forma la unidad agrcola, lo que se llama el lugarde fulano, lugar que se procura conservar y transmitir evitando en loposible dividirlo. Repito que la unidad no es la finca, sino el lugar".

    Se nos ech la noche encima y se despertaron los vencejos, quetraan en las puntas de sus alas los ailes del crepsculo. Mujeres conlas faldas recogidas, golpeaban con la azada la fresca arena en busca dealmejas. Las sombras se enternecan penetradas de canciones de laribera.

    Calladamente nos alejamos de la Alameda hacia el ruido y la luz delas calles donde tan bien suenan las palabras. El suave manto que lacada de la tarde nos ech sobre los hombros, desprendise como sicambiramos de piel y los ojos y el odo volvieron a ser armas decombate.

    Voy a obsequiarle a usted me anunci Bveda con un plato demarisco en el que encontrar las ms puras substancias de nuestrascostas atlnticas.

    Me invit a entrar en una planta baja, olorosa de algas y pancaliente. De enormes fuentes de porcelana se alzaban los vahos del

    ocano. Bveda me ilustr:

    Langosta de Cambados, percebes de la isla de Slvora, langostinosde Sanjenjo, ostras y morrunchos de San Payo, centollos de Cangas,cangrejos y ncoras de La Toja, camarones del Grove, almejas deMarn... Sentmonos. Con el marisco probar usted un vino blanco delCondado que merece todas las alabanzas.

    Se me entrecerraron las entendederas para escuchar a Bveda, quecontinu hablando de sus campesinos:

    En Galicia, como en el resto de Espaa, hay labradores pobres yricos; pero nuestro labriego posee una superficie no menor de tres o

    cuatro hectreas distribuidas de la forma que le he indicado. En cuantoa la existencia de latifundios, son extremadamente raros. Existe el delos "Montes de Invernadeiro", en la provincia de Orense, trmino deVilario de Couso, entre la Gudia y la provincia de Zamora; es unafinca de 7,000 hectreas, casi incomunicada y de difcil venta, msdifcil arrendamiento y escaso provecho. En un pas como el nuestrodonde la hectrea ha llegado a alcanzar el precio de 30,000 pesetas, seintent vender la hectrea de los "Montes de Invernadeiro" a 75. Otrolatifundio es el de la isla de Ons, del que se cultivan 100 hectreas ensecano y unas 25 en regado, con 900 de monte, casas, un camino y unfaro. Se explota por el sistema mixto de aparcera y renta; los colonos

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    pagan una cantidad fija en dinero, una parte de la cosecha y la mitaddel aprovisionamiento del ganado. Viven as unas treinta familias que,desde el advenimiento de la Repblica, aspiran a que se parcele entreellas la finca. La propiedad de Brandeso, en Arzua, tiene 80 hectreas,y la de los baos de Incio 60...

    "Lo que s se encuentra en Galicia es el propietario de varios lugares

    acasarados, que reside en uno de ellos y de los restantes en rento,nunca a ms del tres por ciento del valor de la tierra. Ese propietario nopuede equipararse a los latifundistas de otras partes de Espaa. No esel absentista que vive alejado en la capital. Suele tratarse de unlabrador que invierte sus ahorros en nuevas tierras, e impotente paralabrarlas, ni aun con la ayuda de sus familiares, las explota en rento,convencido de que as tiene colocado el dinero de una manera segura...He conocido a un paisano de Corbantes, en la provincia de Lugo, quelabra con la ayuda de los suyos una docena de parcelas con unaextensin total de cuatro hectreas. Tena otro tanto dado en rento.Esas fincas le haban costado 50,000 pesetas y le producan una rentalquida de 925. Se le indic que, invirtiendo ese capital en cdulashipotecarias, la renta sera, al tipo de cotizacin de la poca, de unas2,500 pesetas. El paisano de Corbantes rechaz de plano: Si he

    comprado fincas dijo es para tenerlas a la vista. Con el dinero en elbanco estoy expuesto a perderlo y a no verlo ms".

    "Con unos labriegos que piensan de esa manera, el latifundista y elabsentista no tiene razn de ser. Nuestro campesino no entiende cmopuede vivirse sin trabajar y lucrndose del esfuerzo ajeno. Invertir susahorros en fincas y trabajar mientras viva encadenado al agro. Esdistinto el caso del indiano que march de muchacho a Amrica,regresa a la tierra y cifra su orgullo en adquirir, a cualquier precio, ellugar que fue de su padre. El indiano tampoco se convertir enlatifundista; la huella de su paso se marcar solamente por la alza delos precios.

    "En cuanto el terrateniente, que conserva el pazo solariego y algunapropiedad, restos de los dominios que antiguamente constituyeron elfeudo, incapaz de residir en el campo, donde faltan las comodidades,empieza por dar la finca en rento, y convencido del mal negocio que esorepresenta, la vende en cuanto puede. Con frecuencia se encuentra enla finca de un labriego, esculpido en piedra, el escudo seorial de lapoca feudal gallega, de la cual no nos queda otro recuerdo que elcacique de aldea, propietario y curial al mismo tiempo, delegado de laadministracin pblica, cobrador de impuestos y caricatura siniestradel desaparecido seor. Ese macabro personaje es el fascista de nuestratierra.

    "Cul es entonces el problema del campesino gallego?

    "El tipo de cultivo es familiar y de consumo directo. Por cadaexplotacin llevada en rento, se cuentan muchas en que el propietario ysu familia realizan la totalidad de las faenas agrcolas y prescinden demano de obra extraa. El trabajo propio, para el labriego carece devalor. El campesino que inicia su esfuerzo al amanecer y no lo dejahasta que falta luz del da, cree sinceramente que se ha ahorrado unosjornales. No piensa que se ha pagado a s mismo con el supuesto jornalahorrado y, al recoger la cosecha, no advierte que su valor es el valor enbuena parte de su trabajo. Tampoco comprende que podra ganar

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    dinero si se dedicara a un oficio o vendiese su esfuerzo. Mejor dicho, nole importa. Lo que l quiere es trabajar su tierra y vivir de ella".

    Mir el plato. Me avergonc de la cantidad de percebes, de patas decentollo, de conchas y de caparazones que haba dejado como despojos.

    En qu se diferencian los arrendamientos en Galicia de los del

    resto de la Pennsula? La pregunta era un recurso para fijar de nuevo laatencin de Bveda y distraerlo del espectculo que acababa de darle.

    La, costumbre es arrendar "lugares acasarados" y no fincas, conuna renta nica. Los contratos suelen ser verbales, y si son escritos, selimitan a consignar el plazo de duracin del arriendo, el importe de larenta y las labores necesarias para el cultivo y conservacin de lapropiedad arrendada. El plazo de duracin de tales arriendos se fija encinco aos y el pago de la renta se hace anualmente. La casa y losaccesorios no son objeto de rento; se consideran indispensables aldesenvolvimiento de la explotacin y se ceden gratuitamente o se les fijauna cantidad mdica. La aparcera en Galicia no es frecuente en laagricultura. Lo es, en cambio, en la industria pecuaria, y con carcter

    usurario, porque mediante el anticipo que el prestamista hace alaparcero para que adquiera las reses, el aparcero contrae la obligacinde mantenerlas hasta que estn en condiciones de venta, y cuando stase realiza, el prestamista cobra el cincuenta por ciento, despus dereintegrarse el anticipo que hizo para la compra.

    Le confieso a usted que no veo por ninguna parte el problema delagro gallego.

    Pues lo hay y muy grave repuso Bveda. En primer lugar, senos plantea un problema de tcnica y de cooperacin. La agricultura depastoreo es siempre primitiva. El ganado se come antes de que grane labuena hierba el trbol, las proas, las alfalfas, los vallicos... y dejaque las gramas el jaguarzo, las compuestas, las labiadas y las

    festucas invadan los pastos que el campesino no puede sostener porfalta de semillas. Tenemos que mejorar los cultivos y losprocedimientos. Para eso nos hace falta la. proteccin del Estado que, sicobra con regularidad los impuestos, pocas veces nos ayuda. En 1932,la Repblica dispuso la redencin obligatoria de los foros. Fue un paso,un pequeo paso, porque para redimir hay que pagar, y la economa denuestro campesino carece de reservas... La sociedad, para el gallego,tiene su ms alta representacin en la familia, y fuera de ese crculo,antes de la Repblica, todo le era hostil y l era hostil a todo. El gallegoamaba la tierra, admita la familia, odiaba al vecino y luchaba contra elEstado, personificado a sus ojos en el recaudador de contribuciones.

    "Al caer la Monarqua, el gallego descubri que el poder poltico noera una ficcin. Su porvenir dependa pues de l mismo. Todo el agro seincorpor a la Repblica con un entusiasmo conmovedor. Loscampesinos acudieron a los actos pblicos, a las manifestacionespopulares, se juntaron hombro con hombro, el vecino ya no era unenemigo... Pero sus enemigos seguan siendo poderosos: elintermediario pecuario, que se queda con la mayor parte del valor delganado; el prestamista agrcola, que se queda con los frutos; el curial,que favorece a los dos anteriores; el cura, que colabora con esos trescompadres... y los lepidpteros. La lucha contra los ltimos es unacuestin de tcnica y de recursos. La lucha contra la trinidad formadapor el prestamista, el curial y el cura, somos nosotros, los gallegos,

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    quienes hemos de resolverla con leyes de higiene interior, para lo cualnecesitamos la autonoma. Y entonces, amigo, cuando liquidemosnuestras viejas cuencas con el cura, el curial y el prestamista, estatierra nuestra ser una hermosa tierra de verdad. Porque con el paisajeno nos basta, aunque se haya pretendido hacernos creer otra cosa".

    Salimos de nuevo a la calle. El viento se afilaba las uas en las

    aristas de los edificios. Bveda me acompa hasta el hotel. Nosdespedimos. Dos meses ms tarde, Alejandro Bveda, uno de loshombres ms puros e inteligentes de Galicia, caera asesinado, muertopor defender a su tierra. Un adversario brbaro y ruin cav su tumba yle franque el paso hacia la inmortalidad.

    LA PALABRA DE HONOR DE UN GENERAL

    Venan con su trote menudo, trote de perros que emprenden una"carreiria de can". Bajaban de los montes, marchaban por las trochasy las correidoras, corran por los valles. Llevaban palos y escopetas. No

    saban lo que les pasaba. Era una fiebre nueva. Por primera vez en lahistoria, el labriego se armaba para combatir por una frmula poltica.Algo inusitado. La Repblica los arrancaba del apesadumbramientoantiguo y, por ella, el pacfico campesino haca "xuntanzas" en loslugares y en los caseros y se congregaba en los pueblos.

    Todos los hombres buenos. Todos los hombres vlidos. No eran losricos, pero tambin muchos ricos con la riqueza de una " leira" ms, deun monte ms. Todos, menos los curas, los curiales y los prestamistas.Venan hacia Puenteareas los de La Caiza y Salvatierra. Venan haciaMondariz los de la montaa. Los de Redondela, Porrio y Lavadores seencontraban a las entradas de Vigo. Los del Valle Mior iban haciaTeis. Acudan los de Matams y la Ramallosa, los de Bayona y LaGuardia, los de Corujo y Covelo... Los de Tuy, en Tuy. Los de las

    marias diriganse hacia El Ferrol y La Corua. Buscaban los de Lugoquien los mandase, y en Orense y Valdeorras, se echaban a loscaminos.

    Gritaban las mujeres:

    Acabade con eles!

    Y otros decan:

    Dadle vio os homes!

    Tantos aos de penas y trabajos. Tantos dolores y tantas

    emigraciones en lucha con la miseria, traer la Repblica que habapuesto a morir los censos, haber llevado el voto a las urnas contra lavoluntad de los caciques en las elecciones del 16 de febrero... Y que losamenazasen de nuevo con el grillete y la mordaza de las servidumbres!

    Non, non! Ay, rayos!

    En Mondariz haba un hombre, Luis Soto. En su casa de Vilanovados Infantes, cerca de Celanova, sus padres, para enviarlo a la escuela,pasaban hambre. Era maestro. Saba cosas: ensear a los rapaces,

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    hablar a los labriegos, contar y explicar, encender luces en losaposentos oscuros del pensamiento campesino. Poda vivir en una villagrande o en una capital. Estuvo en la Argentina y volvio a la tierra y alpueblo, porque su alma de gallego y de maestro lo llevaba hacia elhombre del campo necesitado de estmulo, de consejo y de ayuda... LuisSoto es un mozo de la mejor madera, de cabeza fuerte, con un candorde muchacho en los ojos y la malicia necesaria detrs de ellos, y luego,

    con una pasin siempre enardecida por la causa de su pueblo y detodos los pueblos.

    Luis Soto ejerca el magisterio en una escuela de Mondariz, dondebrotan las aguas que curan la diabetes. Buenas aguas! Y con unbalneario de primera. Quin no ha bebido agua de Mondariz? No hacefalta tener diabetes para beberla. Fuera de Mondariz, es agua de ricos.En Mondariz estn los manantiales y se puede beber un vaso sin que tecobren por l.

    El cacique de Mondariz se llamaba Rodrguez Fornos, un mdico.Nunca hubo elecciones en Mondariz. Rodrguez Fornos daba los votos asu candidato; los tena en una lista que guardaba en la mesa de sudespacho. Le bastaba abrir el cajn de la mesa para hacer un concejal oun alcalde o ayudar a fabricar un diputado. El 16 de febrero de 1936,se rompi esa costumbre. Triunf el Frente Popular y con el triunforobustecise la autoridad de Luis Soto, que haba prometido a loscampesinos: "Vamos a derrotar al cacique y no nos pasar nada". LuisSoto fue elegido presidente del Frente Popular, y el da 18 de julio, alenterarse por la radio de la sublevacin de los militares, telefone alGobernador civil:

    Cuente usted con el campesinado de Mondariz.

    Lo de Africa est sofocado contest el Gobernador.

    El da 19, Soto volvi a llamar a Pontevedra:

    Seor Gobernador, voy a concentrar a los campesinos de estacomarca.

    No haga usted eso; mndelos para sus casas.

    El infierno se instala en la Pennsula y Soto telefonea nuevamente:

    Los campesinos han bajado de las montaas, con escopetas y loshe concentrado en la plaza del Ayuntamiento.

    Mire usted, Soto replica el Gobernador, la orden ma de que loscampesinos regresen a sus casas no es una opinin personal sino una

    orden del Gobierno, con el que acabo de hablar. Si usted no obedece,atngase a las consecuencias.

    Soto prefiere atenerse a las consecuencias. Su pelo, que se leadelanta como una visera sobre la frente, se ha hecho ms visera.Mientras los caminos que descienden hacia la cuenca del Mioresonaban con los pasos de los labriegos en marcha, el Frente Populary la Casa del Pueblo de Vigo presionaban al Gobernador militar, FelipeSnchez. Este no regate las garantas verbales; dio todas las que lepidieron y mand veinticinco fusiles a la Casa del Pueblo por si se

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    produca una agresin falangista. Qu engao! Al Gobernador militar leinteresaba que la gente entrase al trabajo el da 20, fecha elegida parala declaracin del estado de guerra.

    La gente se dej engaar y los obreros hicieron lo que quera FelipeSnchez: entrar al trabajo.

    Al mismo tiempo, en la capital de la provincia, los rebeldesdesarrollaban una accin paralela. El Gobernador civil, Gonzalo Acosta,deca:

    El general me ha dado su palabra de honor de no sublevarse.

    Y cree usted en la palabra de honor del general ms que en la deeste sargento replic Bveda.

    El sargento acababa de fugarse del cuartel y traa la noticia de quelas tropas estaban acuarteladas. Alejandro Bveda se hallaba en elGobierno civil. Lo que se iba a ventilar no era el problema de la tierra nide la miseria del labriego, sino la vida misma de ese labriego y la vida

    libre de Galicia.

    Arme usted al pueblo y lncelo contra los cuarteles.

    Haca varios das que el capitn de guardias de Asalto, Juan RicoGonzlez, haba propuesto a Gonzalo Acosta la detencin de los jefesmilitares y de los elementos civiles que conspiraban con ellos.Exactamente, el 16 de julio, el jefe de las fuerzas de Asalto de laprovincia descubri los preparativos facciosos en la guarnicin deartillera y dentro del cuartel de la Benemrita.

    Usted, capitn, ve visiones! se burl el Gobernador. No haynada de eso, y yo no me atrevo a tomar una medida de esa naturaleza.

    Gonzalo Acosta temi que Rico Gonzlez hiciera lo que l no haca ylo envi el 17 a Vigo, donde el capitn tena desplazada una seccin desus fuerzas. Se ha dicho que en Galicia no hubo jefes. En la capital dela provincia de Pontevedra hubo dos: Alejandro Bveda y el capitnRico. Los dos lucharon. Murieron los dos. Eran hombres con manoscapaces de alcanzar la victoria y de retenerla. Un triste Gobernadorcivil, inspirado, mal inspirado, por Madrid, los empuj a la catstrofe, yl los sigui sin enterarse.

    El capitn Rico regres a Pontevedra el 18 y se puso en contacto conel Frente Popular. Convocse a una reunin de las juventudesSocialistas Unificadas y de los partidos de izquierda. Rico los areng yles proporcion las armas de la guardia municipal y las sobrantes del

    cuartel de Asalto. Desautorizado por Gonzalo Acosta, el capitnintervino las comunicaciones telefnicas. Al anochecer, se dio la ordende huelga. El general Iglesias, de Artillera, llam a Rico a su despacho.

    No puedo obedecer sino al Gobernador contest el capitn.Considero, adems, que el acuartelamiento de las tropas no se avienecon las disposiciones dictadas por Madrid.

    Todos los dirigentes del Frente Popular se hallan en el Gobiernocivil. Bveda dirige la palabra a la gente congregada frente al edificio.

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    Prev lo que va a suceder. Ha medido las tres dimensiones del enemigoy con una emocin honda se arranca la voz de la garganta para invitara la lucha.

    Gonzalo Acorta se desolaba:

    Qu pensarn de m en Madrid, de donde me dicen que no se

    sobresalte a los militares?

    LA ARTILLERIA EN LAS CALLES DE PONTEVEDRA

    En Galicia no se comprenda la situacin. Los militares se habansublevado en Africa. La rebelda comenzaba a prender en algunasciudades espaolas. Era ese un motivo para armar a la gente?

    Gonzalo Acosta estaba desmoralizado. Animse un momento y llama Puenteareas, una de las villas gallegas de mayor raigambre socialista.

    Tienen ustedes gente?

    La que usted necesite.

    Por lo pronto, los campesinos de veinte aldeas con sus escopetas dematar conejos. Qu haba que hacer? Dnde se ocultaba el enemigo?La Guardia civil se mantena neutral. Tampoco hara dao despus,como no lo hicieron los curas de Guillade, Gulanes y Angoares, sotanaslimpias, que defendieron a los feligreses. En Puenteareas, hubo muchasvctimas, no hubo asesinos; a los asesinos se les trajo de fuera.

    El alcalde de Puenteareas, Casasnovas, era un socialista con uninefable ensanchamiento de la conciencia para distinguir el bien del

    mal. Dos diputados provinciales, Pastor Candeira, de Izquierdarepublicana, y Ramn Troncoso, socialista, compartan con Casasnovaslas adhesiones campesinas. Haba tambin un gran luchador,Herminio, y un tirador formidable, Manolo Fresco. De todos ellos,Troncoso era el pararrayos de las iras de curas, prestamistas y curiales.

    El Gobernador pidi a Casasnovas que declarase la huelga general yenviara emisarios a Pontevedra para recoger armamento. Con esapeticin se agotaron las capacidades del Gobernador. Bveda lo invit adeclinar el mando, del que se hizo cargo, y en aquella hora vaca seuni a su pueblo que, bajo los balcones del Gobierno civil, an pedaque lo armasen. Ayudaron a Bveda, el alcalde Pontevedra, Filgueira, elnico alcalde comunista de Espaa, y el valiente y generoso capitnRico. El comandante de los civilones, indeciso en los primerosinstantes, se declar defensor de la Repblica. Un sargento lo mat ylos guardias se sublevaron.

    De qu fuerzas dispona el capitn de Asalto? Muchos de susguardias haban desertado. Con los que le quedaron, Rico se hizo fuertecon el Gobierno civil.

    Pero ya estaba la artillera en la calle.

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    Todava llam Bveda a Mondariz:

    Oye, Soto, manda campesinos armados y sin armar. La situacines angustiosa.

    Fue la ltima comunicacin de los pueblos de la provincia con lasautoridades. Cuando el alcalde de Puenteareas llam de nuevo a

    Pontevedra, le contest un militar: "No vengan ustedes; todo esttranquilo".

    El Gobierno civil contra el que se emplaz la artillera, tuvo querendirse. Bveda pretendi salvar a los leales:

    Yo soy el nico responsable -dijo al ser detenido.

    Catn hubiera sido pisoteado por la piara militar y falangista. ABveda y al capitn Rico los escarnecieron y les dieron muerte.

    LA BATALLA DE LAVADORES

    De Vigo llegaron a Mondariz dos muchachos de las juventudes con lanoticia de que haba sido cortado el paso a Pontevedra. Los muchachospretendan que en Mondariz les proporcionaran fusiles. En Mondarizabunda el agua medicinal y el agua fresca y las escopetas atadas conbramantes de colores. Fusiles?... Los muchachos se miraron lasmanos vacas que los de Mondariz no podan llenar.

    "La pequea Rusia" llamaban a Lavadores, lugar de campesinos,pescadores y obreros de la industria conservera viguesa, con altosmaizales, bastidores de parras, pinares en las laderas del monte, ydebajo, el mar. Lavadores sera una de las llamaradas de Galicia en

    aquel mes de julio.

    El Gobernador militar, amigo del jefe del Gobierno, hecha su burla alas izquierdas que le pedan garantas, meti de noche en los cuartelesa los falangistas y los uniform.

    Los obreros entraron al trabajo el lunes, 20. A las once de lamaana, el capitn Carrer sali de los cuarteles del Monte del Castroal frente de una compaa de infantera, a tambores batientes y con labandera republicana desplegada. Ncleos de obreros y transentesaplaudieron. En el Paseo de Alfonso XII, el capitn orden un toque declarn y comenz a fijar en las paredes los bandos con la declaracin delestado de guerra. A cada bando que fijaba, lanzaba un "Viva laRepblica!" Los vigueses se espantaron.

    Carrer y sus tropas bajaron por la calle de Elduayen. A los talleres ya las fbricas lleg el rumor de la trampa militar. Eran los doce del da,hora de salida del trabajo. Cuando Carrer, con la espadadesenvainada, entr en la Puerta del Sol, haba en la plaza unoscentenares de obreros que, a gritos lo acusaban de traidor. Carrerorden un toque de atencin y se adelant a fijar un bando. Unmuchacho de las juventudes, se lo arranc de las manos y lo abofete.El capitn descarg su pistola en la cabeza del muchacho.

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    Entonces los obreros avanzaron contra los soldados.

    Fuego por descargas! manda Carrer.

    Rodilla en tierra, la compaa dispara sobre la masa indefensa ydesprevenida. Le haban dicho: "El Gobernador militar ha dadogarantas de que las tropas son leales... Hay que entrar al trabajo". Los

    obreros lo creyeron, entraron al trabajo, y al terminar la mitad de lajornada, se encontraron con la sorpresa de que debajo de cadauniforme se ocultaba un bandido.

    Las descargas se suceden con ritmo de maniobra. Caen treintaobreros. Los otros huyen, y sin mandos ni direccin, solos con suclera, tratan de hacerse fuertes: unos, en la calzada de Teis y otros,retroceden por la calle del Prncipe hacia Lavadores. De una maneralgica se parapetaban en las dos zonas obreras ms populosas de laciudad.

    La guardia de la Casa del Pueblo con sus veintitantos fusiles y dospeines para cada uno, es atacada por los falangistas uniformados. La

    Falange haba cubierto las entradas de Vigo con carteles en los que selea: "JONS es pan y justicia". La hora del pan y de la justicia de laJONS acababa de sonar.

    Los obreros vigueses se dispersan aterrorizados. No hay quien losgue ni quien les diga lo que deben hacer para organizar la defensa.Camino de Lavadores van los obreros y por la carretera vienen loscampesinos de Porrio, de Mondariz, de Puenteareas, de Salvatierra, deLa Caiza... Son miles, tantos que la Guardia civil de los puestos no seatreve a echarse el fusil a la cara. La de Lavadores, en mangas decamisa, a la puerta de la casa-cuartel, asegura que es neutral.

    El viejo Enrique H. Botana, el abuelo de los socialistas gallegos, sepone al frente con todos sus aos de los grupos que se concentran enTeis. A Lavadores acuden los jefes republicanos, los diputadossocialistas Bilbata y Seoane, el secretario general del Partido socialistade Vigo, Apolinar Torres, y los dirigentes comunistas Garrote y EduardoAraujo. Llegan atravesando las huertas.

    Se organiza la resistencia con el empedrado, se construyenbarricadas y se abren tres lneas de trincheras: la primera en la casetade consumos, la segunda, frente al cuartel de la Guardia civil y latercera junto al campo de futbol.

    Hay all una masa inmensa, desorganizada y llena de esperanzas. Semira hacia atrs en el tiempo, y el labriego no descubre que sus padresni sus abuelos hubieran empuado las armas para defender forma

    alguna de poder establecido. Por primera vez, ellos se arman con esaasombrosa finalidad. La ley, enemiga siempre, tena sus de-fensores enlos guardias y en los militares. Y resultaba que el labriego era sudefensor y el guardia militar los enemigos de la ley. Y pensaba ellabriego: "Con la ley de nuestra parte, de seguro ganamos".

    Se estableci una especie de cuartel general en Porrio, pueblo depaso, entre Puenteareas y Vigo. De las canteras se trajo dinamita, quese deposit en el Ayuntamiento. Los labriegos desconocan la tcnica dela fabricacin de las bombas. Qu hacer con la dinamita?

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    De Tuy decan:

    Volad los puentes de la carretera de Orense.

    Cmo se volaban? Con dinamita.

    La noche del 20, la carretera que pasaba por Lavadores era unhervidero de hombres. Haban venido los que disponan de una pistolao de una escopeta. Con tantas armas se poda hacer mucho ruido. Perolas ametralladoras de Carrer y los fusiles de los soldados y de losguardias de Asalto sobraban para acabar con la resistencia de loscampesinos que disparaban municin y disparaban gritos: elentusiasmo y la boca abierta contra las armas automticas.

    Cuando el Poder y la autoridad legales andan de por medio y esePoder y esa autoridad estn con el pueblo, el hombre del pueblo ponesu confianza en el Gobierno. Qu iban ellos a temer si tenan elGobierno a su lado?

    Han sido destacadas fuerzas populares para vigilar la carretera de

    Orense y la lnea del Mio.

    Qu hacemos con los que huyan a Portugal?

    Dejadlos que se vayan.

    Y las maletas?

    Quedaos con ellas.

    Porque no poda suceder otra cosa. Los rebeldes deban huir si noqueran perecer. Los labriegos se imaginaban a curiales y aprestamistas empaquetando sus ropas. No les haran dao. Que se

    fueran a Portugal; pero se les quedaran con los zapatos, los sombreros,las camisas y los trajes de buen casimir.

    Carrer no se dio prisa. Era un malhechor con experiencia militar.

    Al amanecer, las mujeres agasajaron a los combatientes con jarrasde leche. La mujer gallega vale tanto como el hombre: trabaja la tierra,cuida el ganado y derriba rboles con el mismo empuje que l. Adems,pare hijos. La condicin migratoria del pueblo gallego, ha impuesto a lahembra la tarea de suplir al hombre que se ha ido a las Amricas. Y aldesatarse el bandidaje rebelde, la mujer se puso junto a su compaero:

    Darlle vio os homes!

    Los mejores tiradores ocuparon la primera trinchera: Manolo Fresco,grande y bueno, alzaba en vilo al adversario por la solapa de laamericana y lo volva a dejar en el suelo sin hacerle mal. La mejorescopeta de Espaa! Con Fresco estaban Carballo de Mondariz, jessde Queimadelos y dos muchachos de Puenteareas. La lucha la diriganFresco, el hijo del alcalde de Vigo, el ex alcalde socialista de Lavadores,Jos Quintela, los comunistas Garrote y Araujo y los hermanosCabaleiro.

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    Desde el chalet de los Nez, familia de ricos, se dispararon losprimeros tiros. Los combatientes de la primera trinchera asaltaron elchalet. Corra un bulto por los maizales. Le hicieron fuego. Cay. Era elpadre de los Nez, que abandonaba la casa donde sus dos hijos selanzaban a la agresin. Se detuvo a los moradores del chalet. A lasmujeres se les devolvi la libertad. A los hombres... Eran falangistas. Seconsultaron los republicanos:

    Tenemos que entregarlos al Frente Popular.

    Pero ya suban hacia Lavadores las tropas de Carrer, con la Guardiacivil de Vigo y guardias de asalto y, a retaguardia, los falangistas. Lastropas se desplegaron y los guardias ocuparon las azoteas prximas alas concentraciones de los labriegos llenos de ilusiones blicas y con elalma en la boca. Empez la batalla, es decir, el ruido. Las escopetasescupan municin. La puntera de Fresco lograba a veces un blanco. El"Chicho" de Puenteareas y Antonio Couto, de Mondariz, fueron lasprimeras bajas.

    Se oa la radio de Madrid que trasmita el gozo de sus victorias sobre

    el enemigo. No la escuchaban los rebeldes?

    El grupo que ocupaba la avanzadilla de la lnea retrocedi a lasegunda trinchera, y entonces se juntaron las traiciones. Los guardiasde Lavadores, tomaron los fusiles. Para final, apareci un hidro de labase de Marn. La desorganizacin, la desilusin y la desventuradesbandaron a los campesinos. En lo alto de Puxeiros, el hidro losametrall. Los que lo presenciaron dijeron lo que se dir siempre:

    La sangre corra por las cunetas como el agua despus de la lluvia.

    Uno de los hijos de Nez empez a visitar las casas de Lavadores.Entraba y disparaba. Con los ojos bien abiertos, en una explosin deepilepsia homicida, mataba, mataba... Durante meses y meses no haraotra cosa sino matar. Todava debe seguir matando. Haba que huir,que por la carretera se acercaban en camiones los lobos de Orense. Enel crculo infernal del miedo, quedaron encerrados los que huan.Hombres hubo capaces de morder las piedras y que de un salivazoatravesaban una "tamanc", que se metieron en sus casas, abrieronuna ventana y murieron disparando perdigones contra las balas de losguardias.

    Y Madrid?... Dles algo, Madrid! Son muchos los que aguardan unapalabra tuya para hacerse fuertes detrs de una piedra o emboscarseen el mqnte. Hasta el viejo Carballido, de Padrones, no lo entenda. Lofueron a buscar. Desde su aldea lo trajeron en una carreta. Carballido,paraltico con ms de medio siglo a cuestas, gritaba por el camino:

    Muera la Guardia civil! Viva la Repblica!

    Los guardias le partieron el pecho con las culatas. Carballido jadeabay volva a gritar:

    Muera la Guardia civil! Un vecino le aconsej:

    Cllese Carballido, que lo van a matar.

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    El viejo paraltico se volvi a mirarlo:

    Pero no ve usted D. Manuel que ya me estoy muriendo?... Muerala Guardia civil!

    Haba que escapar.

    E ti, non fuxes?

    Eu andoche co ollo por encima do hombro.

    As andaban los que no huan. Los lobos de Orense se juntaron conlos de Vigo y Pontevedra. Ex presidiarios y curas iban con ellos. Notodos los curas. El de Guillade, la parroquia ms izquierdista dePuenteareas, era un buen cura. En Guillade detuvieron a numerososvecinos. El abad, sotana limpia, corri a Pontevedra

    Sultenme a los de Guillade dijo. Son los mejores feligreses quetengo.

    El seor abad, no sea movi de las puertas de la crcel hasta quesoltaron a sus feligreses. Ay, si todos los curas de Galicia hubieransido como el buen cura de Guillade!

    Haba que escapar, porque eso de andar con el ojo por encima delhombro no era asunto.

    Las guardias y los falangistas de Orense pasaron sin pararse en lospueblos del camino, hacia Pontevedra y Tuy; las ametralladoras quellevaban en los camiones consuman cintas de balas contra lospaisanos. Salvaban las zanjas que les cerraban el paso y los puentesvolados, mal volados, porque incluso para volar hay que estudiar y loslabriegos carecan de letras. Detrs de los camiones, las banderas

    republicanas todava ondeaban en las casas municipales.

    Los campesinos derrotados regresaron de noche a Puenteareas y aMondariz. No tenan asidero. Pendientes de Madrid, Madrid no les decanada. Madrid se cuidaba de lo que suceda en Madrid. Una frase dealiento hubiera bastado para que los labriegos se echaran a los montesy organizasen guerrillas. No se pronunci esa frase.

    Los que pudieron, atravesaron la frontera portuguesa. De all losdevolveran para que guardias y falangistas los apiolaran en lascunetas. El alcalde de Puenteareas se empared. Durante tres aosandara fugitivo y algunas noches dormira en los cuartos de autopsiasde los cementerios.

    Se abri la cuenta de los muertos. Al Ruco, de Angoares, jornalero, loaserraron vivo. A Jos de la Cigarreira y a Gustavo Taboas los ataronpor las muecas y les dispararon por la espalda. Taboas cay muerto;Jos de la Cigarreira emprendi carrera con el muerto atado a lamueca. Pesaba el muerto. De pronto dej de sentir el peso. Jos podacorrer ms. Una bala lo par en seco; llevaba atado a la mueca unbrazo arrancado de cuajo al cadver de Taboas. Qu cacho de hombreera Jos!

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    Despus de la lluvia, al pie de los rboles nacen los hongos. Despusdel miserable triunfo, sobre las tumbas de los cados, brotaron losverdugos. En la provincia de Pontevedra, el mdico y diputado VctorLis, Jess del Barrio, Ba... incendiaban y asesinaban.

    Que viene Vctor Lis! decan las madres a los hijos paraasustarlos.

    Luis Soto tambin tuvo que escapar. Lo ayud un fraile franciscano,alma pareja del abad de Guillade. Durante varias noches, el fraile hojelos libros de la biblioteca de su convento. Necesitaba confortarse conleyes cannicas y sabiduras morales. El fraile sinti en el silencio de labiblioteca un gran pavor nocturno al descubrir que los asesinos eranlos habituales de la sagrada mesa.

    Le aseguro a usted, Soto, que estoy viviendo en una agona. Ellosno tienen razn. Por qu Dios parece protegerlos?

    Eso, padre, pregnteselo usted a Dios repuso Soto. A m no mecontestara; no estamos presentados... Perdneme la irreverencia,

    padre. Las razones son otras. Los republicanos achacan la derrota a lafalta de armas. Los socialistas dicen: "No tenamos armas y carecamosde organizacin". Nosotros, los comunistas, no disponamos de la fuerzanecesaria para dirigir las masas en Galicia. Por su parte, republicanos ysocialistas pusieron su confianza en los gobernadores, y cuandoquisieron reaccionar, era tarde.

    Y qu culpa tienen los labriegos de que los partidos polticos nosupieran dirigirlos?

    Con la ayuda del fraile, Luis Soto se refugi en la provincia deOrense. Se encerr en una cueva. Huy luego a Portugal y por Franciavolvi a la Espaa republicana. Mas esta historia, como la historia delos verdugos Vctor Lis, Ba, Jess del Barrio... son otras historias.

    Vencidos los republicanos en Pontevedra y Vigo, en toda la provinciasolamente quedaba un pueblo libre: Tuy.

    HEROISMO Y GRANDEZA DE TUY

    El episodio de Tuy es el ms brillante de la lucha contra el fascismoen el noroeste peninsular. En Tuy se obtuvo y se retuvo la victoria. Losrepublicanos tudenses supieron organizarse y supieron combatir. Si laresistencia se hubiera afirmado en los otros pueblos de la provincia, lasfuerzas de Tuy habran reconquistado Vigo.

    La ciudad episcopal y fronteriza estaba guarnecida con fuerzas decarabineros al mando de un capitn faccioso; una lancha guardacosta;tropas de infantera de marina, cuyo comandante tambin se hallabacomprometido con los rebeldes, y un buen golpe de guardias civiles conun jefe de la misma categora que los anteriores. En Tuy resida elObispo de la dicesis, que meses antes de la sublevacin anduvo degira pastoral y recaudatoria a beneficio de los bribones. Los cannigosse hacan lenguas del desprendimiento de Avelino, propietario del hotel

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    de su nombre en Mondariz, que cotiz para esa suscripcin 12,000pesetas.

    Tuy era la sede del agrarismo de la provincia, con el recuerdo de lossucesos de Sobredo, en que la Guardia civil dispar sus muserescontra los que pedan la redencin de foros. El movimiento agrario,anterior a la dictadura de Primo de Rivera, se continu durante ella, y

    la Repblica atenu lo que tena de protesta al decretar la redencinobligatoria de la gabela feudal.

    Un hombre haba en Tuy de gran temple: Gumersindo Rodrguez,cenetista, obrero panadero. Gumersindo, no se colgaba de los flecos dela fanfarronada revolucionaria a destiempo y a toda hora; tras de laselecciones de 1936, persuadi a la C.N.T.F.A I. [ConfederacinNacional del TrabajoFederacin Anarquista Ibrica], para queingresara en el Frente Popular y aceptase las responsabilidades de laadministracin. Con ese objeto se produjeron unas vacantes deconcejales que pasaron a desempear los confederales.

    Los rebeldes y las derechas conocan esa unidad y en el mes de junio

    se llevaron las municiones que haba en los polvorines.

    El da 18 de julio, el Frente Popular cre una junta de Defensa.Figuraban en ella, el alcalde Guillermo de Vicente, el mdicoHermenegildo Losada, el diputado agrario Alfonso Ros organizador delos agrarios y carabineros de Forcadela, Tomio y La Guardia,Romero, Ulpiano, Pia y Gumersindo. Se nombr presidente de la juntaa Hermenegildo Losada, que se present en los cuarteles y llevseconsigo al Ayuntamiento a los jefes militares.

    Quiero que me acompaen ustedes para darle al pueblo unasensacin de seguridad. Renovados los mandos, se intervinieron lascomunicaciones, se confin a los fascistas en sus hogares y serecogieron lo aparatos de radio de las casas particulares y de los

    cuarteles. En el Ayuntamiento, funcionaba una radio que transmita lasemisiones republicanas. Se pusieron guardias a los Bancos yestablecise un cuartel general en el Seminario. A los seminaristas seles envi a sus pueblos y lo mismo a los cannigos que no quisieronpermanecer en la ciudad.

    El seor Obispo llam a la junta de Defensa y le ofreci. sucolaboracin:

    Cree usted que deben cerrarse las iglesias? pregunt.

    De ninguna manera, seor Obispo. El orden es completo. Opino,por el contrario, que conviene mantenerlas abiertas. De ese modo, las

    personas demasiado significadas pueden celebrar en ellas sus cultos enlugar de andar por la calle. El Obispo contest dando las gracias. Nohaba por qu. Lo cierto es que el Obispo, si se olvida su gira pastoral yrecaudatoria, se condujo correctamente. No se sabe que agravase lospeligros que corrieron los republicanos tudenses al ser vencidos, y aunhay quien asegura que fueron suyas unas declaraciones publicadas enun peridico portugus en las que se elogiaba la conducta humana delos defensores de la legalidad mientras dur la lucha.

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    En la ciudad y en los alrededores hubo que lamentar la barrabasadade un clrigo montaraz; que mat a un miliciano comisionado pararegistrar su casa, y la detencin de otro clrigo, al que se ledescubrieron armas en la rectoral. Los dos sacerdotes fueronentregados a la jurisdiccin ordinaria y puestos a la disposicin deljuez.

    Procedise seguidamente a concentrar los carabineros de la orilla delro Mio, desde Arbo hasta Tuy, y se movilizaron las fuerzas demarinera, con un total de sesenta hombres, y las de la guardia civilformadas por diez parejas, a las que se mezcl con tropas milicianas. Sereunieron cerca de doscientos fusiles.

    El da 19, el Gobernador de Pontevedra comunic que Sanjurjo sedispona a repasar la frontera. En la plaza portuguesa de Valencia deMio advirtise una aglomeracin de autos, que se acercaron al PuenteInternacional, dieron media vuelta y se dirigieron a Monzon. Lavigilancia que se ejerca en el ro no les permiti pasar, si es que tenanese propsito. Ms tarde se, supo que Sanjurjo deba trasladarse dePortugal a Espaa en avin. Si no era l la causa de la alarma, elmovimiento de coches en la plaza fronteriza y su viaje a Monzon fueronciertos.

    El mismo da aterriz en La Guardia una avioneta piloteada por elrepresentante de una casa comercial catalana. La Junta de Defensa seincaut del aparato y lo envi sobre Vigo. La avioneta arroj cincuentamil hojas intimando a la guarnicin a rendirse. A la maana siguiente,los hidros de Marn se presentaron sobre el campo de aterrizaje de LaGuardia y la destruyeron con bombas incendiarias.

    La avioneta sirvi para dar a conocer el grado de amistad de losgobernantes del pas vecino hacia la Repblica espaola. Valencia sehaba convertido en plaza de armas de los falangistas, probablementeobedeciendo a un proyecto del "Chip" de la Falange, Jos Antonio

    Primo de Rivera, quien planeaba la invasin de Espaa por suspistoleros si la revuelta militar se aplazaba. La junta de Defensapresumi que si se autorizaba el acuartelamiento de falangistas enPortugal, ella podra pretender la adquisicin de un poco de gasolina.Pronto se convenci de que su pretensin era disparatada. Nosolamente se negaron las autoridades portuguesas a facilitar lagasolina, sino que se apresuraron a hacer saber al Frente Popular que,si alguno de sus miembros se atreva a pasar a Valencia seproporcionaran la satisfaccin de fusilarlo. Aquella elocuentemanifestacin de simpata se acompa del cierre de la frontera, y Tuy,que provea de energa elctrica a los portugueses, los dej a oscuras.No era una represalia excesiva.

    La inesperada cada de Vigo hizo apresurar los trabajos de

    acumulacin de efectivos. Con militares, campesinos y obreros se formuna columna de tres mil hombres. Haba que detener a las fuerzas deOrense que avanzaban sobre Pontevedra, o retrasar su marcha volandolos puentes de la carretera de Villacastn. Tuy lo pidi.

    Qu haca Orense? Cmo no impedan los republicanos orensanosla salida de esas fuerzas?

    La organizacin falangista ms poderosa de Galicia era la de Orense.Quiz parezca extrao que su jefe fuese Calvo Sotelo, porque en

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    ninguno de sus discursos se solidariz con la Falange, aunque sedeclarase un aliado. El peligroso colaborador de Primo de Rivera sabaque ni el partido monrquico de Renovacin espaola, ni el carlismo,casi inexistente en Galicia, ni ninguno de los grupos catlicos de AccinPopular ejerca sobre las derechas orensanas la atraccin delpistolerismo falangista. En la geografa del seoritismo gallego, losseoritos de Orense y Vigo se destacaban por su majeza, tan peleador el

    de Orense como el de Vigo, con la misma mentalidad escabrosa y unaneurosis criminal anloga. Y una diferencia: el seorito de Vigo, deascendencia industrial, algunas veces acuda a los despachos de lasfbricas; el de Orense, de ascendencia agraria, se pasaba la vidasentado en los cafs o en las casas de prostitucin. Despus de laselecciones del 16 de febrero, los encuentros entre el Frente Popular y laFalange de Orense dejaban un saldo semanal de varios muertos.Fernando Meleiro, hjo de un Registrador de la propiedad y nieto de unaboticario de Celanova, acaudillaba a los pcaros de la Falange orensana,de la que el jefe, en realidad, era Calvo Sotelo.

    Como reaccin contra los asesinatos falangistas, las fuerzas sepolarizaron y en Orense llegaron a agotarse los carns comunistas. Elcampesino buscaba las filas de un partido que, mejor, que ningn otro,

    sealaba el peligro e indicaba la manera de eliminarlo. Pero aquellasnacientes fuerzas comunistas carecan de preparacin al iniciarse lalucha.

    El Gobernador, Gonzalo Martn, pregunt el da 19 a los otros tresgobernadores cmo se presentaban las cosas en las provincias de sumando. Los otros tres gobernadores contestaron que no pasaba nada.Tan alentadoras noticias animaron a Gonzalo Martn a ordenar larecogida de las armas de las armeras, no hiciera el diablo que el pueblose apoderase de ellas. Llam luego al Gobernador de Zamora y se enterde que Zamora estaba en poder de los militares.

    Qu hacemos? inquiri de su asesor militar.

    Organizar una columna y dirigirnos a Zamora. Nos llevaremos connosotros a la Guardia civil, para no dejar un enemigo a la espalda.

    Por la tarde, celebrse una reunin del Frente Popular en la Casa delPueblo, nombrse una comisin formada por tres dirigentes deizquierda Benigno, Taboada y Canal y, de acuerdo con elGobernador, se puso una vigilancia discreta al Gobernador militar.

    Todas las medidas que se adoptaron tuvieron un carcter dilatorio.No se quera sobresaltar a los militares. Autorizse a los representantescampesinos a usar pistola y se negaron al pueblo las armas que peda avoces.

    Al amanecer del 20, el cansancio, la indecisin y el temor ocupabanel Gobierno civil, en cuyo edificio se hallaba instalada asimismo laBenemrita.

    Qu decide usted, Gobernador?

    En Madrid la situacin no ha empeorado y en Galicia tampoco.

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    De pronto abrise la puerta del despacho y entr el teniente coronelSoto, jefe de los sublevados, con guardias civiles y guardias de paisano.El teniente Pol, de Asalto, tom la palabra:

    Quedan ustedes detenidos.

    El Gobernador se volvi hacia los rebeldes:

    Es esa la palabra de honor que ustedes me han dado?

    Vaya una broma! Qu tena que ver el honor con aquello?

    Ahora, a correr como en Pontevedra, perseguidos por Meleiro y supartida de verdugos.

    Ay, mi madria! Que nos van a matar! Que nos matan! Que yaestamos muertos!

    Toda la provincia se impregn del olor dulzn y nauseabundo de loscadveres. Un limpiabotas de Celanova, "el Mudo", con una pistolaametralladora y una camisa azul, escabech a quien quiso. Lasseoritas lo aplaudan al verlo en la calle. Lo llevaron a Burgos paraque lo felicitasen los jefes de la Falange. Lo hicieron viajar hasta Italia,donde un cirujano lo oper y le facilit el uso de una voz gangosa queno mejor su trabajo. "El Mudo" se emborrach de sangre. Un da, enuna taberna, mat a un correligionario. Hubo que matarlo a l. R.I.P.

    La resistencia en los pueblos de la provincia de Orense es sofocada.La lucha slo presenta episodios en el Barco de Valdeorras, donde seorganiz una de las guerrillas ms valientes de nuestra guerra en lasmontaas. Los obreros de la va del ferrocarril Zamora-Orense, en lafrontera de Zamora, fueron los que se sostuvieron ms tiempo. Conellos se encontr el general Caminero cuando hua hacia Portugal. Esos

    ferroviarios ayudaron a Caminero a ponerse a salvo.

    Esta es la causa que permiti a las fuerzas de Orense desplazarsecontra Tuy.

    El 23 de julio, el Gobernador militar de Vigo, llam al jefe decarabineros de la plaza fronteriza. Hermenegildo Losada, sinidentificarse, se puso al aparato:

    Declare usted el estado de guerra, fusile a los dirigentes de lospartidos polticos, de las organizaciones sindicales y del Frente

    Popular... y meta en la crcel a los dems.

    La inspiracin de esas rdenes vena de arriba, del Norte, de Navarra,del general Mola, y las alentaban los generales Cavalcanti y MillnAstray y el Obispo de Madrid, Leopoldo Eijo. Los facciosos no separaban en barras. Iban a lo suyo de sumar muertos y de restar vivos.

    Es verdad que se mata mucho reconocera en el mes de agosto eldan de la catedral de Len. Pero convendr usted conmigo que estonos asegura cincuenta aos de tranquilidad.

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    A un vecino de Tuy, de Puenteareas o de Ribadeo dgale usted que,por ser republicano y defender el rgimen votado por la mayora de losespaoles, lo van a matar. Y que no contentos con matarlo, losenemigos lo van a ultrajar en sus mujeres, y que sus padres y sus hijossern perseguidos, y robados o incendiados sus bienes. Es intil queusted se lo diga; no lo creer.

    El Ejrcito aplicara en Espaa los procedimientos empleados enMarruecos. Lo mismo que en una operacin de castigo se quemaban losaduares, a los campesinos gallegos les quemaran las casas y lascosechas y les mataran los animales domsticos. Los montes y loscaminos se cubriran de escombros, de hombres y bestias degollados yun montn de restos carbonizados indicara el sitio donde estuvo "ellugar de fulano".

    Corrern los das, corrern los meses, corrern los aos y no seolvidar lo que pas. El tiempo no arrastrar en su corriente losrecuerdos. Porque Franco, con sus generales y la Falange, handestruido un pueblo, le han destrozado el alma y sobre las ruinas hansembrado sal.

    El da 25, las fuerzas procedentes de Orense infantera, guardiasde Asalto y falangistas y la artillera de Pontevedra se apoderaron delPorrio.

    Tuy se prepar para la defensa. Se construyeron blocaos de cementoarmado en las entradas de la ciudad y establecise un sistema detrincheras. Asumi el mando un suboficial de carabineros. El frentetena por el lado izquierdo el ro Loiro, por el centro un pinar sobre lasgndaras de Guillarey, y por la derecha, un monte sobre la carretera.Este dispositivo se situ a tres kilmetros de la poblacin. Habaseprevisto la direccin de ataque faccioso. Se organizaron tres columnas:una, detrs del ro Loiro, de obreros y campesinos; otra, de carabineros,marineros, polica y milicianos, que ocup el centro, y el ala derecha,

    guarnecida con Guardia civil y milicianos.

    La finca del Obispado, la mejor del Ayuntamiento, provea, con laautorizacin del Obispo, de carne, leche y patatas a los combatientes.

    El primer ataque comenz a las ocho de la maana y dur hasta lasocho de la noche. Abri el fuego la artillera. Ninguno de sus disparoslogr hacer blanco en los blocaos ni en las trincheras. Las granadascayeron en el ro de la plaza de Valencia. Las autoridades lusasprotestaron:

    Contra quienes disparan los "nacionales", contra los rojos ocontra sus amigos los portugueses?

    A las ocho de la noche, las columnas republicanas de los flancos sesituaron en su avance a menos de medio kilmetro de los facciosos. Laescasez de municiones, las oblig a replegarse a sus lneas primitivas.Aguardaran a que el enemigo se acercase para atacarlo con dinamita.Se recurrira a las armas largas en los momentos difciles... La luchacambi de signo con la llegada de refuerzos de Pontevedra. De pocovala el ardor de los republicanos ni la direccin inteligente, ante la faltade elementos. Galicia entera haba cado. Sin posibilidad de recibirsocorros, Tuy era indefendible.

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    Al tercer da, fuerzas de Vigo engrosaron las fuerzas atacantes.Ordense la retirada. A los republicanos les quedaba un cargador porhombre. La Junta de Defensa hizo entrega de la ciudad a los militareslocales. Las milicias se fortificaron en el monte Aloya, con el propsitode acosar al adversario durante la noche. La capilla de la cima delmonte se convirti en depsito de alimentos para un mes.

    En los combates haban muerto la mayora de los dirigentes.

    Y pas la noche del tercer da, conteniendo al enemigo con losdisparos del ltimo cargador.

    Un confidencia previno a los milicianos de que el monte seraatacado por las dos carreteras de acceso al mismo. Llova. Se envi unemisario a las milicias para que se refugiaran en las zonas alejadas alas carreteras. Con la lluvia y el sueo, el miliciano se durmi. A tiros ya machetazos acabaron con l. Gumersindo Rodrguez tena sietebalazos.

    A los dos das, de las aldeas acudieron los padres y las mujeres de

    los detenidos. Funcionaban los Consejos de guerra y los pelotones deejecucin. A la salida de los Consejos, las figuras de los campesinos seapiaban en las sombras de la Corredera, juntaban los rostros, alzabanlos brazos y desaparecan en la noche con una "carreiria de can" allevar a las aldeas la noticia del fusilamiento del esposo o del hijo.

    V. VICTORIOSOS EN EL MAR Y VENCIDOS EN TIERRA

    LOS CABOS DEL "JAIME I"

    El trabajo, los ejercicios y la limpieza ocupaban el tiempo de lamarinera. Se coma por brigadas, para no interrumpir el servicio.Cuando el barco estaba en puerto, despus de almorzar se daba francoa los marineros. Navegando, haba que hacer las guardias de mar;guardias de botes, de serviolas, guardia interior. Una guardia mala, lade ocho de la tarde a doce de la noche, con un descanso de cuatrohoras y renovacin de la guardia de cuatro a ocho de la maana. Alcabo de marinera Jos Fernndez, "el Feo", le correspondi esa guardiaal cortar amarras el "Jaime" en Vigo. El da vena por la mar abrindosede luces por detrs de las islas Ces.

    El acorazado recibi un radio en clave. Los operadores Gili y Lpez,lo ocultaron. Era un parte faccioso dirigido a los jefes del buque para

    que detuvieran a los radiotelegrafistas. Gili y Lpez mantenancomunicacin con Madrid. Benjamn Balboa y sus colaboradorescontinuaban elaborando la moral de la lealtad. Madrid saba que losmandos se hallaban juramentados para secundar la insurreccin yradiaba recomendaciones a los cabos invitndoles a estar alertas. Giliacus recibo de esa comunicacin a las 11 y 30 de la maana del da20. Como se ignoraba el carbn hecho por el buque en Vigo, Madridpregunt cuntas toneladas se haban estibado. "Quinientastoneladas", contest el "Jaime". "No aguardis ms", replic Madrid.

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    Haca bien Madrid en alancear la impaciencia de los marineros. Seequivocaba al suponer que el cargamento incompleto de combustibledejara el acorazado, a su llegada a Cdiz, a merced de las bateras dela plaza. En Cdiz no existan defensas artilleras de costa; el can de30 y medio emplazado en Torregorda, no poda, por su situacin, tirarsobre la boca de la baha gaditana, y la batera "MunaizArgelles" delpuerto, de menos alcance que la artillera del "Jaime", buque acorazado

    adems, sera fcilmente destruida por ste.

    A las 13, el telegrafista del barco avis a Madrid: "Estamospreparados". Madrid envi en respuesta esta circular:

    "Camaradas del Jaime", los traidores no pueden tenercabida en nuestros buques. Seguid el ejemplo delcrucero "Libertad".

    Terminada su guardia de las ocho de la maana, Jos Fernndez, "elFeo", se caa de sueo. Las noticias de sus compaeros lo espabilaron.

    El "Jaime" navegaba frente a las costas portuguesas. La navegacin

    se haca con sol fuerte y el horizonte cerrado de neblina. La primerabrigada terminaba en aquel momento de comer. Por los ranchos corrila orden de que los cabos se preparasen. Repartironse las pistolas dela Compaa de desembarco que no se haban distribuido. Los cabosSouto, Garca, Alonso y Mosquera, seguidos del condestable Antnez, elmaquinista Caneiro y el marinero Romero se situaron en los telmetrosen la cofa y en los entrepuentes, mientras otro grupo cercaba la cmarade oficiales. La gente de mquinas era de confianza. Hacan falta armas.Se busc al cabo paolero.

    Esto se abre as dijo el cabo Garca, y con una llave de maniobrarompi el candado de paoles.

    Y cabos y marineros, provistos de municin, se apoderaron de losfusiles de los armeros, que estaban a popa.

    Los jefes y oficiales, sorprendidos con el tenedor en la mano, soltaronel tenedor y se quedaron sin postre. Gacha la cabeza, larga la nariz y lalgrima en el ojo, perdido el tipo y perdida la voz, se dejaron desarmar.El tercero de artillera trat de abalanzarse sobre el cabo Sanz, que loderrib de un empelln.

    Haba que detener al oficial de guardia de cubierta. El sargento deguardia, Fernndez Pol, le dio un susto.

    Arriba las manos!... Acompeme usted a la Cmara de oficiales,donde se hallan detenidos sus compaeros.

    Terminada la redada, se condujo a los rebeldes a la casamatas. Losmarineros no tenan cancin de guerra. Pero la cancin que no tenandeca as:

    "Vamos al puente, marineros. Cerrad el pico. No le dis al gatillo.Pian, piano, un pie delante del otro y sin espantar la caza. En el puentehay un pjaro de cuidado".

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    El comandante, Joaqun Garca del Valle, al margen de losconspiradores, haca de comandante en lo que se refiere a la orgnicadel buque. El puente era su puesto y en el puente lo pillaron lossucesos de los que sera un espectador aturdido. Con l se encontrabanel tercer comandante, Carlos Aguilar Tablada, jefe de los insurrectos,los oficiales de derrota Otero y Falquina y el director de tiro, teniente denavo Jos Caas. Menos Garca del Valle, todos se haban armado y

    Aguilar Tablada con dos pistolas corrientes y una pistola ametralladora;era un armera ambulante.

    La orden de rendicin tuvo una escenografa como no se volver aver. El condestable Antnez arrastr una ametralladora y la situ apopa, y el puente alto, la cofa y los hongos de ventilacin se erizaron defusiles que apuntaban a los mandos. Siete cabos avanzaron. Losoficiales sacaron las pistolas. Se les contest haciendo fuego. Falquina,segundo oficial de derrota, apareci en la escalera; el cabo de marineraMera, lo tumb de un culatazo. Lleg Otero en socorro de Falquina:

    Espera, Falquina, que me voy a cargar a ese canalla!

    De un tiro, el cabo de artillera Aguado lo puso fuera de combate.

    Con una pistola en cada mano, Carlos Aguilar Tablada cerraba elpaso al puente. El comandante Garca del Valle despert de su letargo:

    Todos somos hermanos exclam.

    La marinera senta cierta estimacin por el director de tiro JosCaas, que no agraviaba ni humillaba al marinero.

    Aprtese, D. Jos! le gritaron. Aprtese!

    El teniente Caas intent exaltar a los marineros con vivas a la

    Repblica. . Los cabos volvieron a rogarle que se alejara. Perdidos lospapeles, a Caas se le ocurri esta frase temeraria e incongruente:

    Tirad contra los cabos traidores!

    Una bala lo derrib, y Jos Fernndez "el Feo". dueo de sus cabalesaunque slo haba dormido dos horas, agujere las piernas a losmarineros que respondieron al llamamiento del teniente.

    Las rfagas de la ametralladora del condestable Antnez suprimenobstculos y derriban uniformes. En las cofas y en los hongos deventilacin, disparan los cabos sus fusiles. Carlos Aguilar Tabladaherido una, dos, tres veces, se dobla. sin soltar la pistola y encaona altimonel Jos Morado, que mete toda la caa a estribor y se arroja por elhueco del palo al puente de combate. Es una pirueta que hace rer a lamarinera. Al inclinarse el barco de una banda. Carlos Aguilar Tabladasolt la pistola y comenz a desangrarse.

    Detenido con los oficiales, el comandante Garca del Valle explic:

    Yo no conozco a la dotacin ni sta me conoce a m. No puedoaspirar, por lo tanto, a inspirarles a ustedes confianza.

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    Claaa...ro!

    Consltenme si tienen ustedes alguna duda; les ofrezco miconcurso para llevar el barco.

    Nooo!...

    Soy leal al Rgimen.

    Buenooo!...

    La dotacin haba perdido el respeto al Cuerpo general. No podarecobrarlo de pronto o acaso no lo recobrase nunca. Entre losmaleantes sublevados, quin se atrevera a decir ste es leal y stetraidor? De momento, todos unos.

    Carlos Aguilar Tablada est en las ltimas. Los practicantes de abordo lo atienden. Ha defendido con bravura una causa vil. La hadefendido con la furia del asesino acosado por la polica. Su gallarda esla del delincuente que hace frente a la ley. No puede estimarse en ms

    su coraje. Agonizante, Agular Tablada piensa en los promotores de laguerra de ultraje. Espaa y el pueblo espaol, no significaban nadapara l, como no significaron nada para sus compaeros desde el da enque cesaron de ser materia viva de servidumbre sobre la que operaba lacasta militar.

    Dles como he muerto rog al tercero de artillera, a quien ladotacin autoriz para que asistiera a su compaero. Dles que hepeleado hasta caer... Se lo dirs?

    Mas aqu llegan los penitentes de la falsa generosidad, del falsohonor militar, con sus fraternales suspiros y sus cabezas rellenas deaserrn democrtico. Son los arrepentidos de las causas populares que

    enferman de emocin ante el adversario que cae combatiendo.Considerar a ese adversario como un enemigo respetable es conferirleuna categora que no cabe otorgar a los perjuros. Al criminal se leinfama y no se le elogia... "Todos somos hermanos! Al fin, todosespaoles!"... El capitn Snchez ha sido espaol y los asesinos delexpreso de Andaluca y el cura Santa Cruz, y no creo que estemosorgullosos de que lo fueran. Franco tambin es espaol y a todos nosavergenza que lo sea.

    De la central telefnica del buque, los radiotelegrafistas radiaron aMadrid:

    "Dotacin buque, tras breve lucha, pnese con granentusiasmo rdenes Repblica. Tom mando auxiliar

    naval, que conducir buque a Tanger cumplimientordenes anteriores para hacer carbn y desembarcarheridos".

    Hay que constituir a bordo un Comit responsable.

    No estar tranquilo hasta que no se constituya dice el cabo Souto.

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    Rogelio Souto, alto y seco, haba dirigido con acierto la lucha contralos rebeldes. Ms tarde en el Comit, sera un excelente organizador dela vida interna del buque.

    Se constituy el Comit con los cabos Souto, Alonso, Padn, elfogonero Csar y el maquinista Caneiro. Se nombr presidente alauxiliar de artillera Antnez.

    Los ministros y los amigos de los ministros, con el horror y lafascinacin de la. guerra, sintieron un verde entusiasmo por lamagnfica aventura de la dotacin del acorazado. Todos queranacercarse al micrfono y hablarle a Espaa de la lealtad de la Marina.Todos deseaban decir algo en elogio de la marinera. El primero enexpresarlo fue Indalecio Prieto. Le dara un patats si no dijese unaspalabras. Y las dijo:

    Desde los puentes de mando, los hijos del pueblo se han hechodueos de la Flota.

    Largo Caballero abri la boca. Asustaba pensar lo que iba a decir.

    Pero lo dijo:

    Viva la santa indisciplina! Como si no hubieran sido lasdotaciones las fuerzas disciplinadas de los buques que sometieron a laley a los mandos indisciplinados!

    Vestida de gala y con brigadas de cornetas y tambores, la dotacindio sepultura a los muertos. Se arroj el cadver de Aguilar Tablada almar al grito de "Mueran los traidores!" y a los compaeros cados en lalucha, se les despidi con vivas a la Repblica.

    Preparse el barco para el combate: se instalaron ametralladoras enlos puentes altos en previsin de posibles ataques areos yestablecironse los servicios de vigilancia. De la derrota se hicieroncargo los auxiliares navales Aldegunda y Juan Muios; Aldegundallevaba un traidor dentro.

    La marinera, duea del acorazado, de su armamento y de susmquinas, tena que cuidar la mole artillada. Despertse en todos unafn por hacer las cosas mejor, un deseo de merecer mayoresparabienes. Con cunta torpeza se echaron a perder esas emociones!Se les rob a los marineros su limpia alegra y se les indujo a larelajacin y a la indisciplina.

    Al avistar Tanger, se presentaron unos aviones. Traan banderablanca. Sus tripulantes saludaron con el puo en alto, y al cruzar porencima del "Jaime" arrojaron unas bombas de poco peso y escasa

    fuerza explosiva, que levantaron surtidores en el agua.

    Se les contest con fuego de fusil, y como si las descargas rasgasenel horizonte, el blanco casero tangerino se perfil sobre el mar. En larada del puerto africano, estaban anclados los buques rescatados. El"Jaime" radi su llegada. Sobre las cubiertas del "Libertad", del "Miguelde Cervantes", del "Snchez Barciztegui", del "Tofio", del "Laya"formaron las dotaciones. El pueblo se enardeca en los muelles. Elentusiasmo por las cosas logradas llenaba las cabezas de ideas fuertese inflamaba los pechos.

  • 5/31/2018 La Escuadra La Mandan Los Cabos

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    El "Jaime" desembarc los heridos: el cabo Julin Fernndez y losoficiales Otero y Falquina. Julin Fernndez y Falquina murieron desus heridas, el teniente Otero huy hacia Tetan protegido por eldirector del hospital.

    LA DIVISION DE CRUCEROS

    En el crucero "Miguel de Cervantes" 7,365 ton., y 564 hombres dedotacin radicaba el Estado Mayor de la Flota. Fue ese buque uno delos centros de las conspiraciones del Cuerpo general durante lasmaniobras en Canarias. De regreso al Ferrol, entr en dique, y al salirde l, amarr en el Arsenal. El 15 de julio comenz la reparacin del"Miguel de Cervantes", el "Cervera" qued en seco y el "Libertad"fondeado en la baha. El 18 de julio, a las once de la maana, elMinisterio de Marina envi al Almirante de la Escuadra esteradiograma:

    "Ministro Marina a Almirante Escuadra Salga