la escalera

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HÉCTOR HERNÁDEZ MONTECINOS La Escalera o La Revelación de los Astros [Reescritura de El escalpelo de Jaime Sáenz] - adelanto -

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Título: La Escalera o la revelación de los Astros (reescritura de El escalpelo de Jaime Sáenz) Autor: Héctor Hernández Montecinos Tipo: Poesía País: Chilee Año: 2008

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Page 1: La Escalera

1

HÉCTOR HERNÁDEZ MONTECINOS

La Escalera

o La Revelación de los Astros

[Reescritura de El escalpelo de Jaime Sáenz]

- adelanto -

Page 2: La Escalera

2

Héctor Hernández Montecinos, 2008

© De esta edición: Editorial Yerba Mala Cartonera de Bolivia, 2008.

Proyecto social cultural y comunitario sin fines de lucro.

[email protected]

http://yerbamalacartonera.blogspot.com

Proyectos análogos: Eloísa Cartonera (Argentina), Sarita Cartonera (Perú),

Animita Cartonera (Chile), Lupita Cartonera (México), Yiyi Yambo

(Paraguay), Dulcineia Cadaroa (Brasil), La Cartonera (Cuernavaca México).

______________________________________________________

Impreso en: Imprenta “Río Seco”, patio 2, mzno. P, No. 214, El Alto.

Derechos exclusivos en Bolivia

Hecho el depósito legal: 4-2-1359-08

Impreso en Bolivia

______________________________________________________

Agradecemos al autor por su autorización para publicar este ejemplar.

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio.

Page 3: La Escalera

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A mis amigas

Marcia Mogro y Jessica Freudenthal.

A la memoria de

Jaime Sáenz, Blanca Wiethüchter

y todos nuestros muertos.

A Yaxkin Melchy.

Page 4: La Escalera

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Page 5: La Escalera

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HOMENAJE AL FIRMAMENTO

Page 6: La Escalera

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Page 7: La Escalera

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ESTAS SON LUCES DE LA

CONSTELACIÓN DEL SORDOMUDO NIÑO

Las luces de la constelación del sordomudoniño aparecen de

repente en la mitad de la noche. Resplandecen sus distancias

con los colores de su venganza, y parecieran estar vivos esos

cadáveres deslumbrantes en el espectro que hay entre el sonido y

el fulgor.

Entre estas luces, que celebro porque encienden y queman,

hay haces, también de luz, que conforman esta imagen en el

firmamento nacional.

Son estas luces de esta constelación que irradian la

imagen de un niño con la estrella más brillante en la mano.

Page 8: La Escalera

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LA NOCHE DE LOS SUEÑOS

Hace algunas noches, cuando estaba muerto, me hablaron de todas

estas cosas, incluso del Irradiador. Pero no pude entender los

secretos de este conocimiento.

Una noche cualquiera incliné la cabeza y miré al cielo.

Me produjo gran emoción. No recuerdo ahora si había o no

estrellas, pero desde ahí en adelante supe que mi destino

terminaba justamente allí.

Ese cielo que miré casi por casualidad me transmitió no sé

qué secreto pacto y no sé qué secreta revelación.

Era la noche de los sueños, eso me lo vino a decir cuando

yo ya escribía el sordomudoniño, quien se me apareció también

así como de la nada.

Todo esto, de manera fundamental, es el inicio de mi

escritura, pese a que esas estrellas el primer nombre que les di fue

manchas de luz y a esa primera noche, “la noche de los sueños”.

Page 9: La Escalera

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UN SUEÑO HA SOÑADO

Los sueños, como los poemas, también pueden soñar. Eso me lo

dijo el sordomudoniño, en una fría noche de sur.

Los sueños tienen el derecho de soñar.

La posibilidad de soñar a uno le permite poder escribir. Ese es un

secreto muy mal guardado.

Es por eso que los sueños se han ido a soñar.

Y por eso además que todo sueño es a la vez un poema.

Page 10: La Escalera

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EL PELDAÑO QUE DA INICIO A LA

ESCALERA

Se puede construir el primer peldaño de la Escalera, pero no un

peldaño con letras para salirse de la propia historia, sino que el

primer peldaño para acercarse al estrellado cielo.

Escribir una revelación, de tal modo que todos los que

quieran subir sepan cómo construir la Escalera.

[Las Tres Marías me hacen callar]

Ese sordomudoniño, no me cabe duda, fue el primero en hallar la

Escalera y subir, sin llegar, hago la salvedad, a la irresistible idea

de la resurrección de los opuestos.

Esa Escalera existe. Esa Escalera está esperándote, a mí

también, a varios. Está esperando a los veintisiete muchachos

desnudos que están en la Luna.

Hay que observar la constelación del sordomudoniño

cualquier noche de estas antes que el amanecer se lo lleve lejos y

te mire desde la muerte.

(Es ahí donde está el secreto de la Escalera)

Page 11: La Escalera

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UN FARO EN RUINAS

Un faro en ruinas no es mucho más que un faro en ruinas. Lo

increíble es que aunque esté en ruinas, por tal ya no es, se le siga

diciendo faro.

Pero ese faro que tú ves, en esta noche inmensa, es una

estrella muerta. Es de vital importancia saberlo.

Porque es una luz en ruinas.

Es una revelación, y hay que entender eso, allá está, tan

pequeña como el sol. Como si fuera un hoyo negro en lo blanco

de la página.

Page 12: La Escalera

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MANTO QUE ARRASTRA LAS

LUCIÉRNAGAS MUERTAS

Es un manto de rostros indios. No me cabe duda de que nadie ha

visto un manto de rostros indios, aunque no haya estrellas. Lo han

mirado desde que nacieron. Sin embargo, yo he comenzado a

llamar así a la noche para que vuelva a ser única y eterna.

[Las Tres Marías me hacen callar]

Entonces entro a mi casita. Miro la noche tibia y limpia, pero es

sólo una imagen poética.

Me acuesto en una cama fría y sucia, sueño con los

rostros de los indios.

Se me acercan, me hablan sobre las luciérnagas muertas,

rechinan sus dientes en medio de la oscuridad. Más tarde, sus

dedos también aparecen para mostrarme el destino.

Vienen desde la Luna. Ellos viven allá, donde trabajan

día y noche, todos, ellos mueren allá, con sus tambores ciegos

del éxtasis.

Las manos enteras aparecen luego por todo el

mundo con la herida de su adiós.

Page 13: La Escalera

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EL ESTALLIDO LEJANO

Fue solamente un estallido lejano. Llegó de muy adentro. No tiene

que ver con el ombligo del mundo, ni con el corazón del planeta

ni con su culo. Es, simplemente, un estallido con el cual uno

podría irse, tranquilamente, a caminar por entre las

constelaciones, en especial, la de un niño con una estrella en la

mano. “Un estallido lejano siempre es parte de sí” dijo alguien, “el

estallido del origen de mi universo paralelo”.

Page 14: La Escalera

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CROMOSOMA DE UNA CONSTELACIÓN

Sus cromosomas son suaves. No se pueden ver, salvo por un

telescopio que está en la Colina de la Sorpresa.

No se puede ver, salvo por los pájaros que

atraviesan el lento aire que en este momento te separa de mí y

donde viven esas siete culebras que se han ido devorando el

alto cielo.

No se puede detener la dulce herencia de una

constelación.

[Las Tres Marías me hacen callar]

Así son sus cromosomas. La imagen de un cuerpo de luz

proyectada en lo alto de la muerte.

Tienen un código.

Ese código es un jardín donde están el Árbol de la

Sabiduría y el Árbol de la Eternidad, aunque las

constelaciones ya no quieran hablar de eternidad y sabiduría,

aunque sea un mero recuerdo para escribir este homenaje al

firmamento.

(Un hombre solo y triste que espera la muerte)

Page 15: La Escalera

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LA CATÁSTROFE Y LAS EXPLOSIONES DEL

AGUJERO NEGRO EN MIS OJOS

Este capítulo ya ha sido escrito. La celebración es bella.

Ahora, en esta fría noche, he rendido un homenaje al

místico firmamento, así, con total humildad como si estuviera

en un mar de la Luna.

Termino este homenaje. Silenciosamente, viene la

celebración. Los dedos y los ojos quieren volver ya al cielo.

Siempre así será.

Los lápices y el papel se hacen polvo y se

convierten en otras cosas que jamás imaginaron. Ya siento

mi próxima vida.

Page 16: La Escalera

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LA ASTROGRAFÍA

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Estos son los sueños que aparecieron en mi mente.

Eran como las constelaciones vistas desde la Luna-

repleta de mares de la tranquilidad del sueño del rocío del

néctar.

Una de esas constelaciones con sus ojos que parecen

estrellas en el frío de esta noche pareciera estar diciendo algo

sobre lo que alguna vez fue o será la imaginación.

Resplandecen en lo alto y ahora tienen aire de ángeles

como esos que yo veía desde mi Colina de la Sorpresa donde las

ráfagas subterráneas arrastran miles de esporas magnéticas

como su fueran cada una una letra de un alfabeto inventado para

que la ternura nunca pueda ser un discurso y sí una aurora

boreal de una época que no era un sueño, precisamente, sino un

montón de vientos lingüísticos escondidos entre las líneas de tu

mano.

Un centauro de oro aparece en el momento exacto en

que tus mejillas delatan su desnudez (y fue la suavidad que

sentí al pasar mis dedos sobre la página en blanco que me dejó

ciego).

En las carreteras milenarias, en los olores más dopler,

en el bolsillo cósmico donde me escondo del mundo contemplo

el rumor de tu ropa al caer cuando, allá, te desvistes y tomas una

ducha para que el agua suba por tu espalda y sea un nuevo ciclo

que comience con un canto más profundo y más puro que tus

lágrimas.

Page 19: La Escalera

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Page 20: La Escalera

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Ediciones Yerba Mala Cartonera

Para no desesperar en las trancaderas, para dejar pasar las propagandas de la TV, para aguantar las marchas, para

caminar subidas sin darse cuenta, para bailar al ritmo de la cumbia del minibús o para cuando tengas simplemente ganas

de leer. Un libro cartonero, casero, tu mejor cómplice.

Otros títulos

Crispín Portugal, Almha, la vengadora

Gabriel Pantoja, Plenilunio

Juan Pablo Piñeiro, El bolero triunfal de Sara

Jessica Freudenthal, Poemas ocultos

Beto Cáceres, Línea 257

Darío Manuel Luna, Khari-khari

Gabriel Llanos, De muertos y muy vivos

Santiago Roncagliolo, El arte nazi

Vicky Aillón, Liberalia

Adolfo Cárdenas, Sueño de Reyes

Juan José Podestá, Novela Negra

Saavedra, Lourdes: Memorias De Un Walkman

Cuentos De Alasitas (Ganadores Concurso Cuento Breve

Oscar Cerruto