la cuche /segundo número

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Página número 1 LA CUCHE

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Revista digital La Cuche. Sobre música, esencialmente.

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Página número 1

LA CUCHE

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Página número 2 Página número 3

Nunca aprendí a existir. Puedo conseguir todo lo que quiero

con tal que sea dentro de mí.

Fernando Pessoa

o

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Indice

6Opeth: La herencia y la demenciaLeonardo Cárdenas

9Los crooners también pierdenÓscar García Meza

11Cosas que Rafo Raez piensaRafo Raez

13Spinetta: El alma de diamanteJaime Alata

15Entrevista a Jeffrey LewisVera Lucía Jiménez

21Haz amigosRay Ray Afrika

23¿Indie Folk peruano? Jimmy Ponce Campos

26Rohmer y el silencioVera Lucía Jiménez

29Padre, Jarvis, HijoÓscar García Meza

Revista La CucheEdición y corrección de textos

DiseñoFotografía

Colaboradores (en orden alfabético)

Dibujo de portada

N° 2 / Año 2 / 2012

Vera Lucía Jiménez / Óscar García MezaVera Lucía Jiménez

Jesús Sifuentes Villa-García

Leonardo Cárdenas/ Rafo Raez/ Jaime Alata / Ray Ray Afrika/ Jimmy Ponce Campos/ Óscar García Meza / Vera Lucía Jiménez Claudia Jiménez Araujo

Page 4: La Cuche /segundo número

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DISCOS. BANDAS. MÚSICA

Opeth: La herencia yla demencia

Un piano húmedo de notas tristes en un cuarto como el de la portada del Damnation. La muñeca y el resplandor… ¿resplandor? Heritage es oscuro y demente como «The devil’s Orchard», primera canción tras la melancólica introducción que da título al disco. Heritage no es Damnation. Ni es otro álbum. Opeth ha hecho algo nuevo.

Los seguidores se dividen entre los que lamentan que la banda no haya mantenido la línea de death metal progresivo (Mikael Åkerfeldt, cerebro de la agrupación, declaró que no pensaba volver al antiguo estilo), y los que escuchamos en el álbum una de las mejores obras del rock progresivo que se han compuesto en lo que va del siglo.

Me preguntarán si exagero. Sí. Tiendo a exagerar con las cosas que quiero que experimenten los demás para que empiecen a exagerar como yo en torno a lo mismo. Heritage es un aullido de libertad del lobo mayor de Opeth. Su mensaje va mucho más allá de las letras, y se transmite por la cantidad de matices que presenta el trabajo. Si seguimos avanzando en la escucha del disco, nos toparemos con la introducción acústica de «I feel the dark» y la voz de Mikael suave como pocas para arrullarnos en las sombras.

Mas, como dijimos, el álbum no es simplemente oscuro (si no, podría perderse en medio de un millón de discos con esta atmósfera), sino que

tiene cierta demencia propia de Åkerfeldt, propia del género progresivo y la experimentación. Heritage significa un pasaje de sonidos complejos y riffs sacados de la cabeza de varios locos que intentan ponerse de acuerdo y que terminan teniendo una idea conjunta bastante absurda pero innegablemente bella. El nivel de cada uno de los instrumentalistas del disco está por encima de cualquier aficionado a la guitarra de los domingos.

Esta confusión puede ser apreciada como armónica y «redonda» si es que se está acostumbrado o si se está dispuesto a entender la propuesta de Opeth. No me atrevería a decir que hay que ser un fanático de la banda para entender el disco, porque es singularísimo y no se parece a ninguno de sus trabajos anteriores, más agresivos en las distorsiones, pero nunca tan osados en su novedad y originalidad. Es que Åkerfeldt quiso hacer algo nuevo, un disco como el que siempre soñó componer. Y ese disco, señores, no incluye los growls del penúltimo Watershed. Aquellos que no estén dispuestos a aceptar el reto pueden ir buscando otra banda, porque el nuevo Opeth no volverá a mutar, al menos en largo tiempo, y por más que la audiencia se haya dividido tan claramente. Lo dijo en una entrevista el líder de la banda: no les importa, va a seguir componiendo lo que siempre soñó componer, aunque se queden con dos oyentes. ¿No es este el espíritu independiente? Nos hemos dado cuenta que cuando hace lo que le gusta, Åkerfeldt lo hace bien.

¿Qué quedaría esperar de la carátula del disco? Setentera donde se la vea, homenaje a esas

carátulas de los clásicos del rock progresivo. Me recuerda acaso al estilo que usó Hoelderlin en su disco homónimo del 75, o a Pantacle con su La Clef des songes, del mismo año. Grafica la demencia de la que hemos estado hablando, ligando el árbol del bien y del mal (del que los hombres arrancan los frutos) con el demonio del que hablan en todas las canciones. Así, tenemos varias veces repetida la muerte de Dios, pero también el miedo a la oscuridad, a la incertidumbre. El vacío y el caos que emerge de él es la herencia que deja el dios muerto. Esos son los sonidos del caos, de la locura que se escucha en el álbum.

Pero también es la herencia de los viejos álbumes que Åkerfeldt escuchó. Es una síntesis, es un paso más a partir de lo que él siente que es la continuación de la obra de sus padres, que a través de la música lo volvieron su heredero. Es que el autor de estas piezas sabía que debía un disco así a su propia vida, que le debía a sus padres muertos continuar con el legado progresivo de una manera distinta. Y con Heritage, lo logró.

Aunque se haga difícil resaltar una pista en especial, dado que el disco se entiende como un todo y envía un mensaje como unidad, debo destacar, aparte de las ya mencionadas al comienzo del artículo, las joyas que están en medio: «Haxprocess» y «Famine». Ambas están llenas de un dolor que se entrelaza con el virtuosismo de los instrumentalistas.

La herencia de padre Dios muerto. La herencia de los padres olvidados. El producto de la cabeza de un loco lúcido que nunca pudo expresarse con tanta autenticidad hasta Heritage. Hay que oírlo.

Leonardo Cárdenas

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JENS LEKMAN. EDITA EP

Los crooners también pierden(pero no pierden el humor por ello)

Si Frank Sinatra y Paul Anka chasqueaban los dedos y aparecía una rubia despampanante, Jens Lekman hace declaraciones de dependencia a chicas que stalkea. La imagen del crooner seguro de sí mismo, mujeriego y arrogante ha dado paso al looser dubitativo que rezuma honestidad e inteligencia.

Y es que el cambio de la masculinidad ha tocado también a la música. De la masculinidad burguesa, de aquel que había peleado una guerra, que no lloraba y era el poder económico de su casa, hemos pasado a una crisis de la masculinidad, mostrando ahora sí nuestros sentimientos, siendo nuestra cotidianeidad y nuestras paltas emocionales la guerra que nos ha tocado librar. De un Sinatra siempre ganador a un Morrissey que suplica el cariño de alguien –y le canta a un hombre encantador- la imagen del crooner ha

variado, siendo la actual la del chico witty –palabra anglosajona que se refiere a alguien gracioso que cuenta con diversas agudezas ingeniosas- que ha dejado en el olvido el vestir de frac. Si bien aún existen los crooners a la vieja usanza –Michael Bublé o, acá nomás, Jaime Cuadra- su forma de vestir/cantar es una suerte de nostalgia, no algo contemporáneo.

Entre los neo crooners podemos citar a Jarvis Cocker, Suart Staples –de Tindersticks- o el cantante de Belle and Sebastian, Stuart Mordoch. Haciéndose un espacio en este panorama aparece Jens Lekman, llamado el crooner sueco, editando en lo-fi su ep debut Maple Leaves en el 2003. Llamando la atención de la crítica mundial, sacudió a la, por ese entonces, aburrida escena sueca, grabando tres

Óscar García Meza

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álbumes que desde sus títulos – repasemos, When I said i wanted to be your dog, Oh’you’re so silent Jens y Night Falls Over Kortedala - demostraban la sutil ironía de sus canciones. Basta escuchar y ver y disfrutar el video de You are the light, para comprobar la calidad del sueco.

Precisamente, en este clip vemos las coordenadas de esta nueva nerviosa raza de crooners. Con una lírica que cuenta la historia de un chico que ha sido llevado a la cárcel, usando la única llamada que tiene para dedicarle a su amada una canción en la radio, Lekman muestra que no teme exhibir sus sentimientos, diciéndole a su numen que es la luz que lo guía. La valentía, a pesar de todos los defectos y la falta de fuerza física que se tenga, es patente en la toma en que se disfraza de caballero medieval, luchando contra los fantasmas de la inseguridad.

MIS ARGUMENTOS LOS USO PARA CONVENCERME A MÍ MISMO

Luego de cuatro años de silencio, en los que hemos contado los días para la buena nueva de su regreso, nos enteramos de la edición del nuevo Ep An argument with myself, lo cual motivó que nos invadiera por un instante –breve, pero surgió- la interrogante de si su nuevo trabajo seguiría sacando lustre a su legado. Afortunadamente, los cinco temas que componen el minidisco muestran razones suficientes para disfrutarlas.

El ingenio de las letras, la frágil gravedad de las vocales y los múltiples juguetones instrumentos

siguen presentes, empatando esta vez la sobresaliente lírica con la exuberancia de la música. Si bien Lekman dice que no considera que sus letras sean gran cosa, sí afirma que hace énfasis en el humor y en los diálogos. Aunque no estemos de acuerdo con lo primero, sí coincidimos en que el absurdo sentido del humor de Lekman reviste sus temas, haciéndonos sentir identificados y agradecidos. Muestra de ello es el tema que da título al álbum, una suerte de monólogo interior, lleno de frases para el bronce y fundido en pop con raíces tropicales.

La capacidad para hilvanar historias se muestran en A promise, Waiting for Kirsten y en So this guy at my office. En la primera cuenta cómo reconforta a un amigo convaleciente, de paso valiéndose del truco que usaban los crooners de big band de los 50 de usar un país recóndito como lugar idealizado de redención. En la onda de vamos al Perú, que allí todo es de oro, Lekman usa a Chile como paraje mágico, cantando que allí se hace el mejor vino y habitan las mujeres más hermosas. Si al escribirla pensaba en Javiera Mena –con quien cantó a dúo en Sufrir- lo entendemos. En Waiting for Kirsten, le declara que desea ser su perro a una estrella de cine, valiéndose del stalkerismo para vivir su platónico amor. Y en So this guy.. narra a ritmo de reggae una clásica historia de amor Lekmania.

La mejor noticia es que este conciso y preciso Ep es un aperitivo para el largo que Lekman asegura es de aparición inminente. Esperamos que pronto; mientras, a reproducir de nuevo estas cinco whity razones.Disco Stream aquí

IDEAS. LIBRO. MÚSICA

Cosa

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Rafo

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El Libro tiene 5000 años con nosotros, el Disco, el fono grama en su forma por-tátil, llámese como se llame, apenas 100.

La música lleva cientos o miles de años institucionalizada, la literatura también. Música y Literatura Son dos perros finos con laureles, academias, respetabilidad,

premios y presupuesto. La canción es el cruce de ambos, un perro chusco.

La historieta, cruce de literatura y artes gráficas, es su hermano de otredad.

Pop y populares, ligeros, portátiles, semanales, surgen por fuera de la academia y viven en for-

matos juveniles.

Pero, la historieta es papel impreso, tarde o temprano se le protege en los san-tuarios de sus hermanos mayores, los libros.

Decía un slogan mejicano “ la historieta es el mejor amigo del libro”. Es cierto, y es cierto también que los libros prestan su templo, la biblioteca, a la preservación de, al menos algunas, historietas. Esto también porque las tiendas de libros no han muerto y han decidido vender de todo.

“El disco es cultura” decía un viejo slogan peruano, ojalá hubieran dicho “el disco es el mejor amigo del libro”, se hubiera entendido mejor su misión y, ay, su derrotero.

Decía Goethe, el gran literato alemán, que leer un libro es tan difícil como es-cribirlo.

Uno de los mejores libros que he leído es “el agua y los sueños “ de Gastón Bachelard. No es una lectura rápida, cada página nos obliga a detenernos y pensar. Cada página nos obliga a regresar, cada página conversa con nosotros, con nuestra propia vida.

Ese libro esta salvado, existe en la biblioteca.

Sé que en las universidades norteamericanas preparan a la gente para escribir muchas palabras sobre un tema. Desapruebo ese

modo de escribir. Ese modo de escribir es hijo de la lectura veloz.

Afortunadamente es imposible la lectura veloz de un disco, el Adagio de Albinioni sigue demorando lo que demoraba hace siglos.

Y, el que escucha Discos aprende a escuchar.

Rafo Raez

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MEMORIAS.MÚSICA

Spinetta: el alma de diamante

“Gracias. Los quiero mucho. Felices Fiestas”. Fue el último mensaje escrito por el cantante Luis Alberto Spinetta en su cuenta de Twitter publicado el diciembre pasado. Meses después, la prensa recordóesas líneas en mediode una noticia lamentable: Spinetta había fallecido por un cáncer al pulmón. El músico y poeta apagó su voz el último 9 de febrero entre la aflicción de su familia y fanáticos. Recordarloes aludir la sensibilidad de sus letras como la inevitable mención de lo vivido en su natal Argentina.

LUIS ALBERTO, CORAZÓN DE TIZA

No es secreto que varios artistas utilizan la temática del amor como un ardid de éxito instantáneo. Sin

embargo, con Spinetta, el texto romántico surge a partir de influencias personales. El mejor ejemplo: su amor por Cristina Bustamante. Ella vivía en el edificio de Emilio del Guercio, amigo del colegio de Luis. Según el compositor argentino, Cristina fue “el primer gran amor, inolvidable amor”. Así nació uno de los éxitos más grandes del rock argentino: Muchacha ojos de papel.

Para los conocidos del repertorio “spinettiano”, “Muchacha” fue el primer hit de Almendra. Cuando se escucho por primera vez, la sensación general era de un tema capaz de emocionar hasta lágrimas. Artistas y pensadores consideraban que se trataba de una obra maestra por la propuesta erótica sutil y

Jaime Alata

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la delicadeza de las palabras para referirse a la mujer deseada. La canción se estrenó en el Teatro Coliseo de Buenos Aires en junio del 1966. Ese día, Spinetta había discutido con Bustamante. Luego de sonar el estribillo, lo que inicialmente era una prueba para gustarle al público, termino siendo su mejor arsenal para reconciliarse con ella.

Luego del éxito comercial de “Muchacha”, Spinetta formó el grupo Pescado Rabioso. En su primer disco, se puede escuchar “Desatormentándonos” y “Blues de Cris”. Este último, marcó la separación del cantante bonaerense con Cristina Bustamante. Según sus palabras, “era hora de buscar nuevos rumbos, nuevos amores”. En las próximas producciones de la banda, Spinetta demuestra un poco más su lado ideológico. La muestra es el contenido poético de su segundo disco “Pescado 2” inspirado en el poeta francés Rimbaud. El Spinetta enamorado entró en hibernación para beneficio de Spinetta, el argentino.

EL CHE BETO

Cada texto que el “flaco” escribió tenía un porqué y no siempre estuvo relacionado a su vida afectiva. Autores de filosofía, psicología y poesía fueron esenciales para la creación de letras logradas. ¡Qué habría sido de “Muchacha ojos de papel” si Spinetta nunca hubiera leído “Unión Libre” de André Bretón! O ¡Cómo se hubiera llamado al último disco de Pescado Rabioso si no supiera de la existencia de Antonin Artaud! Ciertamente, esas personalidades fueron el 50% de inspiración para el cantante argentino. ¿La otra mitad? Debe agradecérsela a todas las experiencias y aficiones: desde su niñez en el barrio Villa Urquiza cuando tocaba con sus amigos, futuros miembros de Almendra, o su fanatismo por RiverPlate, club de fútbol cuya cancha quedaba a cuadras de su casa. Estas

vivencias las tuvo que alternar con la realidad nacional: gente desaparecida durante el gobierno militar.

Estas experiencias permitieron que se crearan “Gabinetes espaciales”, alusiva a la llegada del hombre a la Luna. “Jaguar”, una canción como denuncia la represión militar. O también “El anillo del capitán Beto”, perteneciente a su tercera agrupación, y trata de identificarse con el inconsciente colectivo de un joven bonaerense. Por tal motivo, Spinetta es considerado un ícono del rock, porque cambió lo que estaba estética e ideológicamente establecido. Se pueden escribir canciones de amor y agregarles metáforas para aflorar la imaginación como también tocar temas de importancia nacional y así explicar los problemas que el país no puede solucionar.

Junto a él había otro cantante bonaerense –un año menor que él- con la misma intención de llamar a reflexión de sus compatriotas: Charly García. Ambos fueron considerados renombradas figuras del rock latinoamericano, grabaron “Rezo por vos” en el año 85 que no llegaron a cantar en concierto por diferencias de pensamiento. La reunión de ambos íconos argentinos llegó en el 2009 en un concierto donde Luis Alberto rindió homenaje a García cuando interpretó “Filosofía barata y zapatos de goma”

Entre metáforas e historias de vida, Luis Alberto Spinetta se convirtió en uno de los referentes del rock sesentero revolucionario. Un cantante que piso tierras peruanas en más de una oportunidad y fue testigo de la admiración de muchos que no comparten la misma nacionalidad, pero saben lo que fue vivir en una época de represión y reconocen cuando se está haciendo buena música. Físicamente, él no está con nosotros. Quizá ya se volvió canción, o barro tal vez.

Entrevista-no-al-doblaje. Desde Nueva York, Jeffrey Lewiss, músico antifolk y caricaturista, amigo de Daniel Johnston

y Moldy Peaches, conversa con LA CUCHE

La música de Lewiss

www.TheJeffreyLewisSite.com

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Do you embrace being anti folk?

Anybody who ever played at the Sidewalk Cafe open mic has been called “antifolk” even though nobody knows what it means. It doesn’t really mean anything, but it sounds cool. I had never heard of antifolk when I start-ed playing, but people starting saying I was part of the antifolk scene - I don’t care, I think it’s fine.

How New York has changed since you were a child? Do you like that change?

It used to feel much more like a neighborhood, you knew all of the people who lived in your building, you knew all of the drug dealers on the street, everybody was a friend. Everything was dirty, but everything was cheap, and we liked it that way. Now everything is expensive and people are not as connected to each other.

I`ve read that you are very interested in Commu-nism, have you embrace it as a political speech or philosophy?

I am very interested in the idea that Communism was a tremendous ideal in the 20th century and for some of the 19th century too. The ideas and the morals are very pow-erful: the dream of a kinder world, a world with more human sharing and less greed, this is a dream that we cannot seriously consider a dead idea. This idea will not die. Human beings are too smart and too compassionate for profit to be the only motivating factor in society, so I think the triumphs and the failures of Communism in the 20th century are very much worth learning about and learning from as we move forward into the future.

In America this is a history that is very rarely explored, nobody talks about it in culture. So I like to make some songs and art that tell some of the stories of this history.

When I listen to your songs it reminds me of how our mind works, like very quick, a little paranoid and naive in a way. Do you think a lot about what is around you? Society, love, music, government

I don’t know how to write songs with no subject, I am not very good at writing abstract songs. I usually need to have a topic, it can be a serious topic or a silly topic, but I write better if I have something to really think about. So there are many things in life to think about and write about - travel, art, love, pain, humor, sorrow, philosophy, fantasy, history, death - many more things too. Some people can write great songs without topics, just writing about nonsense, but I don’t have those writing powers.

Do you write songs about things that many people think but don`t say out loud?

I’m not sure, I think I write very clearly about the things that I think about but I don’t know if other people think about the same things. I didn’t have a television when I was growing up so, maybe my thoughts started a little differently from the other children who were exposed to different kinds of stories and ideas. But everybody feels different and alienated in some ways.

How was playing with Daniel Johnston on tour? Were you looking after that? I mean he is such an important icon and you seem to be very close to him in creative manners

Daniel Johnston was a very important influence on me when I started writing songs, his work showed me that songs were the most important thing, it didn’t matter how you sang, didn’t matter how you played, how you looked, how expensive your guitar was, what you wore, nothing mattered except the power of the songs. That remains the most important lesson to me. I first played a show with Daniel in 1999 and I’ve played with him a few times over the years, the most recent time was last week in Texas.

Did you expected to support yourself (economic kind of way) by doing what you like? Sometimes you say that you are quite surprise about it too

I always thought I would grow up to make comic books, I am quite surprised that I support myself with music.

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Jens LekmanI Know What Love Isn’t

Loch LomondElephants and Little Girls

Real EstateIt’s Real

A.C. NewmanI am not talking

Walk manBob Dylan

Duquesne Whistle

Making Marks Hard To Be Good

LevekLoon and the Lion

Twin CabinsLonely Summer

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RAYRAYAFRIKA.COM

Haz amigos

Las razón por la cual la gente va a conciertos en vivo son varias. Teniendo a la mano una infinidad de mp3 gratuitos disponibles para oír en la comodidad de nuestra cama / el bus / la bañera, para algunos resulta bastante in-cómoda la idea de hacer cola y pagar por es-tar rodeado de extraños sudorosos que suelen hacer más bulla que la música que fuiste a ver en primer lugar. Para cualquier veterano, estar rodeado de extraños sudorosos es, en esencia, la razón por la cual vale la pena ir a conciertos (para algunos esto es más metafórico que para

otros). Me refiero a la experiencia en sí, que engloba mucho más que la música en vivo, a menudo teñida de errores y minutos incó-modos de “Probando. Sí. Sí. Probando. Uno, dos.” Ir a un concierto es una experiencia que comienza a la hora que saliste de tu casa y termina cuando pierdas el conocimiento. La combi, la cola, el ir a comprar chelas, el pogo, la tipa que se metió al pogo y se cayó. Todo eso forma parte del concierto tanto como la música y, por lo tanto, debería ser tomado en consideración.

Ray Ray Afrika

Fotografía: Jesús Sifuentes Villa-García

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REFLEXIÓN. INDIE FOLK PERUANO

¿Un país sin paradigmas musicales?

Si buscamos entre nuestras referencias musicales encontraremos un sinfín de bandas extranjeras que de alguna forma rescatan su música local y tradicional. Emplean no sólo sus instrumentos nativos, sino también ritmos del folklore de su tierra, creando un mélange moderno con matices históricos. Tal es el caso de Jonsi y toda la onda Islandesa, así como los Singer song -writers estadounidenses.

Pero, ¿existe en este segundo milenio una herencia musical que haya traído consigo una gama de músicos asociados a la música folklórica Andina de territorio peruano? Para ejemplificar esta pregunta podríamos lanzar la analogía: The

Tallest Man On The Earth es a Bob Dylan como Beirut a los Balcanes.

Si hablamos en instrumentos peruanos tendríamos que hacer una división cronológica entre los Pre-Colombinos y los Coloniales.

Dentro de los primeros encontraríamos tambores de piel, quenas de hueso, zampoñas, flautas traversas, etc. Para los segundos tenemos al Charango y todos los instrumentos derivados de la guitarra Barroca, el cajón, etc. Ahora… si nos ponemos a reflexionar sobre la presencia de dichos instrumentos en la música encabezada por las bandas fusión de estos tiempos, nos

Jimmy Ponce Campos

Si queremos diseccionar un concierto en sus partes, tendría que decir que para mí, uno de mis momentos favoritos en cada concierto grande que he ido ha sido conocer a gente haciendo cola. Estoy hablando de conci-ertos grandes en los que vale la pena hacer cola por infinitas horas. Siempre he sido hin-cha de hacerlo, además. Un hombre paciente, yo. Radiohead: 12 horas. Crystal Castles: 10 horas. Björk: 10 horas y faltar a un parcial de filosofía. Además de estar sentado bajo el sol por una cantidad de horas ridículas, siempre lo he hecho solo, lo que hace que se vuelva mucho más propenso empezar a conocer a gente que está allí haciendo lo mismo que tú. Otros fans sin nada mejor que hacer.

Quizá la espera más memorable para mí haya sido Crystal Castles en Santiago, Chile, el 2010. Estuve en un parque haciendo cola por 10 horas en las que no se supone que debí estar solo. Plantado, inicié conversación con extraños. Es fácil hacerlo porque todos están tan aburridos como tú, allí en la cola (esta misma técnica funciona igual de bien haci-endo cola en el banco o si estás atrapado en el tráfico en el bus). Así, conocí a dos adoles-centes que hacían cola desde el medio día con carnets de identidad falso para poder ingresar al concierto. Andrés parecía el chico de ‘Casi Famosos’ y Almendra tenía el pelo pintado. Ambos de 15 años me pasé la tarde conver-sando con ellos sobre música y amablemente rechazando sus drogas.

“¿Querí Ritalín?”

“No, gracias” “¿MD?” “Estoy bien, en serio.” “¿Vamo a fumar un pito?” “¿Un qué?” “Ah, marihuana.”

Levanté la ceja y extendí la mano. Tampoco hay que ser maleducado, pues. Una sonrisa después, nos volvimos todos más amigos.

Si quieres escribir en La Cuche,

envíanos tu artículo a www.facebook.com/la.cuche

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daremos cuenta que carecen mucho de ritmos Andinos. La cumbia no está en juego porque es un fenómeno del siglo XX, además ya es un género fusión. Salvo el Ska usa charangos o vientos andinos, y con la excepción de bandas que podríamos considerarlas indie folk como Kanaku y el Tigre y Chico Unicornio. Estos geniales músicos emplean el charango, mas sus rasgueos no guardan ninguna relación con la música andina.

¿A qué se debe esta falta de exploración musical en Huaynos, Yaravìes, Morenadas, Criolladas y Diabladas? La respuesta es infinita pero podríamos citar: 1-Las reformas de Velasco Alvarado en la década del 60, años en los cuales aparecieron en el mundo muchos de los grupos que ahora son vistos como referentes en la juventud. 2-La falta de ídolos en la movida peruana musical, que no fueron originales y copiaron los paradigmas extranjeros (Como We All Together y El Polen). 3-La época del terrorismo que deslegitimó la cultura andina tras la equívoca asociación entre Andes es igual a barbarie e ignorancia y muerte. 4- El desarrollo de Internet en la década del 90 y la apreciación de música más que el de la producción.

En el Perù ahora se gesta un fenómeno nuevo, de padre extranjero y de madre peruana, una mezcla intensa de colores que desembocará en un original sonido. El Perú experimenta un boom de la producción cultural en todos los sectores sociales y es recién que la juventud conoce su folklore incorporándolo a sus gustos musicales y en parte a su forma de vida. Poco a poco, lento pero seguro.

La araña cuelga

demasiado lejos de la tierra

La araña cuelga demasiado lejos de la tierra, tiene ocho patas peludas y rápidas como las míasy tiene mal humor y puede ser grosera como yoy tiene un sexo y una hembra -o macho, es difícilsaberlo en las arañas- y dos o tres amigos,desde hace algunos añosalmuerza todo lo que se enreda en su telay su apetito es casi como el mío, aunque yo pelolos animales antes de morderlos y soy desordenado,la araña cuelga demasiado lejos de la tierray ha de morir en su redonda casa de saliva,y yo cuelgo demasiado lejos de la tierrapero eso me preocupa: quisiera caminar alegrementeunos cuantos kilómetros sobre los gordos pastosantes de que me entierren,

y ésa será mi habilidad.

Antonio CisnerosEn Canto Ceremonial contra un oso hormiguero

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MÚSICA. CINE

Rohmer y el sonido

Descripción de la escena. Un hombre camina entre la multitud que sale de la Saint –Lazare y, mientras los demás se aglomeran –vaya a saber uno por qué- , piensa en lo bien que le hace bogar entre el tumulto, “igual que el mar, la multitud me tonifica y favorece mi ensimismamiento”. De no ser por su voz y porque la escucho sobre todas las demás, aquel hombre no llamaría mi atención. Podría ser cualquiera, incluso yo. Sin embargo, durante la función escucho lo que piensa y los que actúan con él en pantalla me envidian porque dice muy poco.

Todavía turbado por sus pretensiones literarias, Eric Rohmer escribe “¿por qué filmar una historia, cuando se puede escribir?”. La duda se hizo tan intensa que, al poco tiempo, abandona su empresa cinematográfica y se entrega a la escritura de seis cuentos. Los reúne y publica bajo el título de Seis Cuentos Morales. La idea era mostrar diversas variaciones respecto a un tema: “el del narrador que busca a una mujer y luego encuentra a otra que acapara su atención hasta el momento en que reencuentra a la primera”. La escena del comienzo, la del hombre caminando entre la multitud,

Vera Lucía Jiménez Araujo

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MÚSICA. LIBROS

Padre, Jarvis, Hijo

Cocker toma sus vinilos, recoge un torname-sas y los audífonos más profesionales que tiene y parte a cumplir uno de esos anhelos que no mucha gente entiende, por lo poco común que son. En este caso, ser dj de una radio al otro lado del mundo, específicamente en Sydney, Australia, donde Mac Cocker se hizo de un nombre aprovechando su provi-dencial apellido: decía ser el medio hermano del cantante Joe Cocker.

En casa deja a su familia, en donde su hijo Jarvis observa maravillado Help!, segundo filme de los Beatles que empalma un bizarro

argumento con los números musicales del dis-co homónimo. Jarvis decide que ser doctor, bombero o ingeniero no le interesa, sino, más modestamente, quiere ser rock star.

Hacer una banda puede ser un proceso es-timulante hasta que te das cuenta que alguien tiene que saber tocar los instrumentos, otra saber cantar y alguien debe escribirle las parti-turas a los primeros y las palabras al segundo. Y Jarvis & compañía empiezan llamándose Arabacus Pulp, siendo Sheffield su Liverpool particular, con canciones que retrataban el aquí y ahora del británico de clase media.

Oscar García Meza

pertenece a la película Love in the afternoon (1972), el último cuento de la colección.

Una de las características del cine rohmeriano, y se utiliza con más pertinencia en la narración de los Cuentos Morales, es la ausencia de música como banda sonora. Ni siquiera durante los títulos de crédito, Rohmer atribuye a sus acciones algún fondo musical. En 1965, durante una entrevista que le hiciera Jean –Claude Biette, Jacques Bontemps y Jean-Louis Comolli, Eric Rohmer afirma que algunas películas se ven muy perjudicadas por la música y son en absoluto necesarias. Dijo “no veo para qué puede servir la música, si no es para arreglar una película mala”.

Sea porque Eric Rohmer pertenecía a lo que llamaron La Nouvelle Vague (y ciertamente a los innovadores les corresponde decidir qué es lo anticuado) o porque la convención de una banda sonora, heredada del cine mudo y sus piezas musicales en vivo, era de por sí una fase superada, la conjunción entre la composición musical y la imagen impone un juicio moral al relato que se proyecta. La elección de tal o cual fondo instrumental define la posición moral del director hacia sus personajes y hacia lo narrado. Suprimir esa presencia, da al espectador la oportunidad de decidir qué pensar frente a la situación, sin considerar la opinión del cineasta.

La aversión a la musicalización de las acciones en los filmes no se prolonga a la valorización del cine sonoro frente al mudo. La posibilidad de atribuirle sonido a la voz del actor inauguró

la noción de individualidad en el cine, en el sentido de que los personajes adquirieron conciencia: dejaron de ser juzgados por sus acciones y se convirtieron en seres capaces de reflexionar, de perturbarse, de ejercer su libertad. Sin el sonido de sus voces en primera persona –como narradores o como personajes activos en el filme - era imposible definirlos, diferenciarlos y calificarlos más allá de su comportamiento.

En Seis Cuentos Morales, las historias se desarrollan en la cabeza de los personajes. El mismo Rohmer dice que los relatos “están desprovistos de acciones físicas, sus personajes se hallan profundamente arraigados en su conciencia. Hablan de ellos y se juzgan; están filmados en tanto que se juzgan”. Era imposible concebir a sus personajes al margen de las bondades del cine sonoro. La digresión en el cine existe por Rohmer y el sonido.

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‘Las letras de las canciones de Pulp son lo más parecido que tengo a una autobiografía’, ha revelado Jarvis, quien desde que empezó pasó por muchos revestimientos pero siempre marcado por la melodía. Era oscura-electro de sus inicios, el éxito que llega con el pop hedonista de His n’hers, lleno de referencias sexuales (tema que le importaba en demasía sobre todo porque no lo había practicado), las referencias a la lucha de clases y la sociedad londinense de los noventa en Different Class, la oscuridad y decepción posfama de This is Hardcore y el regreso a lo básico y bucólico de We love life.

Jarvis se hastía de la fama, reniega de su sue-ño y se da cuenta que ahora quiere una vida como la gente común. Pulp entra en un hiato, luego de una larga e intensa actividad desde el 83 hasta el 2001 y se muda a Francia para vi-vir con su esposa, la modela Camille Bidault-Waddington y sobre todo para criar a su hijo Albert.

Aunque declaró que volver a escuchar las can-ciones de Pulp le apetecía tanto como que le extrajeran todas las muelas, en el 2011 vuelve con su banda para recorrer cuanto festival existe. Puede sonar contradictorio, pero la sinceridad que siempre ha demostrado (y el encanto: no hay artículo que hable de él que no enfatice que él es aquel hombre encanta-dor) hace que su regreso no parezca oportun-

ismo, sino más bien algo lógico, dada su cali-dad como frontman en el escenario, en donde baila como si no hubieran miles de personas viéndolo.

Y su vuelta vino con libro incluido. Mother, Brother, Lover (una rima que él pensaba era el inventor) recopila las letras de sus cancio-nes, tanto al frente de Pulp como de sus dos discos solistas. Pero la principal razón para volver con Pulp era demostrarle a su hijo que él ‘no es solo aquel hombre que se sienta en el sofá todo el día’. Y parte de gira, pero con fecha de regreso.

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