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149 LA COSTA DE ALMERÍA: DESARROLLO SOCIO- ECONÓMICO Y DEGRADACIÓN FÍSICO-AMBIENTAL (1957-2007) Alfonso Viciana Martínez-Lage Dr. en Geografía. Grupo de Investigación Paralelo 37º. Universidad de Almería Resumen Este artículo analiza las fuertes transformaciones que la costa de Almería ha sufrido en las últimas décadas. El reciente proceso de concentración de actividades económicas y de la población que ha experimentado la franja litoral, ha provocado graves alteraciones paisajísticas y ambientales. Para ello, se han realizado análisis comparativos teniendo como referencia las fotografías aéreas de 1957 y 2005. Mediante el uso de métodos cartográficos, informáticos y de fotointerpretación, este trabajo compara, mide, cuantifica y analiza los cambios habidos en este medio durante los últimos años. Palabras clave: Desarrollo socio-económico, impactos ambientales, litoral de Almería. Abstract This article analyzes the strong changes that the coast of Almeria has suffered in the last years. The re- cent process of concentration of economic activities and population undergone by this coastal region has produced serious landscape and environmental alterations. For this reason, comparative analyses have been made, having as a reference aerial photographs of the years 1957 and 2005. Through the use of cartographic, computer and photogrammetric methods, this work compares, measures, quantifies and analyzes the environmental changes in this region during last years. Key words: socioeconomic development, environmental alterations, coast of Almeria

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LA COSTA DE ALMERÍA: DESARROLLO SOCIO- ECONÓMICO Y DEGRADACIÓN FÍSICO-AMBIENTAL (1957-2007)

Alfonso Viciana Martínez-LageDr. en Geografía. Grupo de Investigación Paralelo 37º.Universidad de Almería

ResumenEste artículo analiza las fuertes transformaciones que la costa de Almería ha sufrido en las últimas décadas.

El reciente proceso de concentración de actividades económicas y de la población que ha experimentado la franja litoral, ha provocado graves alteraciones paisajísticas y ambientales. Para ello, se han realizado análisis comparativos teniendo como referencia las fotografías aéreas de 1957 y 2005. Mediante el uso de métodos cartográfi cos, informáticos y de fotointerpretación, este trabajo compara, mide, cuantifi ca y analiza los cambios habidos en este medio durante los últimos años.

Palabras clave: Desarrollo socio-económico, impactos ambientales, litoral de Almería.

AbstractThis article analyzes the strong changes that the coast of Almeria has suffered in the last years. The re-

cent process of concentration of economic activities and population undergone by this coastal region has produced serious landscape and environmental alterations. For this reason, comparative analyses have been made, having as a reference aerial photographs of the years 1957 and 2005. Through the use of cartographic, computer and photogrammetric methods, this work compares, measures, quantifi es and analyzes the environmental changes in this region during last years.

Key words: socioeconomic development, environmental alterations, coast of Almeria

La costa de Almería: desarrollo socio-económico y degradación físico-ambiental (1957-2007)

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1. Introducción

La costa de Almería está inmersa en un acelerado proceso de cambio que amenaza la continuidad de los valores físicos, paisajísticos, ambientales y culturales que le han sido propios durante siglos. Estas transformaciones, cuyos inicios se remontan a las décadas de años 60 y 70 del siglo XX, se debe a la implantación en la franja costera de la agricultura intensiva y el turismo, sectores productivos esenciales en el actual desarrollo económico de la provincia de Almería. A diferencia de procesos anteriores de uso en este ámbito, esencialmente durante el siglo XIX y en enclaves territoriales muy concretos, el actual desarrollo económico es extensivo y afecta a la totalidad del espacio costero, con actuaciones de gran trascendencia e importantes implicaciones sobre la sosteni-bilidad de los recursos naturales, y sobre sus componentes ambientales y paisajísticos. La alteración, modifi cación o eliminación de los elementos, unidades, sinergias e interacciones naturales que rigen esta interfase, han desen-cadenando nuevos escenarios de relación, en los que la convivencia se diluye y el diálogo hombre-naturaleza se muestra cada vez más complejo y difícil.

Ello hace necesaria la intervención social, científi ca e institucional en la corrección de los desequilibrios observados. De ahí que el espa-cio litoral ocupe actualmente un lugar destacado en la ciencia ambiental y territorial, cuyo mayor exponente es la Ordenación del Territorio y el universo normativo que le acompaña.

2. Claves físicas y ambientales para comprender la relevancia de un litoral único

La principal característica del litoral de Alme-ría es su amplitud espacial: 231 Km. de costa,

enclavados en el sureste peninsular, entre dos grandes continentes, Europa y África, y entre dos grandes mares el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo. Esta localización ha posibilitado la formación de un espacio heterogéneo, de múl-tiples fl ujos e infl uencias procedentes de ámbitos geográfi cos muy diferentes entre sí, lo que va a quedar ejemplarmente plasmado en su modela-do y en sus características ambientales.

Desde el punto de vista físico, el rasgo que mejor defi ne este litoral es su acusado carácter montañoso. Las sierras del Calar, Gádor, Cabo de Gata, Cabrera y Almagrera asoman al mar en forma de acantilados, modelando perfi les violentos y abruptos de extraordinaria belleza plástica. Esto ocurre en el 34% de nuestra ribera marítima.

Entre los relieves se disponen las áreas llanas en coincidencia con la llegada al mar de la red hidrográfi ca. Surgen, entonces, las playas, los cordones litorales, los campos de dunas, las albuferas y marismas, en un frente que supone el 62% de nuestra costa1.

En cuanto al clima, es el gran protagonista de la confi guración actual del territorio y uno de los componentes esenciales de su personalidad geográfi ca. Precipitaciones escasas, entre 200 y 300 mm anuales de media, con una clara tendencia descendente conforme se avanza de oeste a este, temperaturas suaves a lo largo del año con medias de 18º C, insolación superior a las 3.000 horas al año y vientos frecuentes, ocasionalmente fuertes, confi guran unas condi-ciones climáticas de gran carácter, y uno de los grandes activos naturales de nuestra economía, al ser factores esenciales para el desarrollo de la agricultura intensiva y del turismo.

De la singularidad ambiental de la costa de Almería da cuenta el número de espacios prote-

1 El 4% de costa restante está ocupado por instalaciones humanas.

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gidos que posee: 1 Parque Natural, 2 Parajes Naturales, 2 Reservas Naturales, 3 Monumentos Naturales y la reciente declaración como Luga-res de Interés Comunitario (LIC) de las sierras de Cabrera y Almagrera, la desembocadura del Río Antas, los fondos marinos del Levante y varios tramos de los de Poniente.

De todos estos espacios destaca amplia-mente sobre los demás el Parque Natural Marí-timo-Terrestre de Cabo de Gata-Níjar. Con una extensión de 40.000 Ha., de las que 12.800 Ha. son marinas, y un frente costero de más de 95 Km., este territorio es único en Europa, y asume, justamente sobre sí, fi guras añadidas de protección que avalan su singularidad, a saber: es Reserva de la Biosfera, Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA) y está acogida al convenio RAMSAR.

El Paraje Natural de Punta Entinas-Sabinar es el otro gran espacio protegido de nuestra costa: 1.960 Ha., de humedales, grandes playas y dunas, conforman uno de los mode-lados sedimentarios más espectaculares del Mediterráneo peninsular, colonizado por una pródiga avifauna que le ha reportado la fi gura adicional de ZEPA.

Las albuferas de Adra, las islas de Alborán, Terreros, isla Negra o San Andrés y el arrecife de Posidonia oceanica de Roquetas de Mar, completan la nómina de los espacios protegidos que aporta el litoral de Almería a la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (RENPA).

Pero aún hay más. La valoración natural de nuestra costa por la comunidad científi ca internacional otorga al Levante almeriense la condición de Zona de Protección Integral en el Mediterráneo (ZPIM) y además lo suma al proyecto CAMP o Programa de Gestión Integral de Áreas Costeras auspiciado por Naciones Unidas.

3. La concentración de la población y de las actividades económicas en la franja costera

Aunque existen precedentes en el s. XIX de transformaciones puntuales de la costa almerien-se relacionados, sobre todo, con el desarrollo portuario, la minería y la agricultura, es desde mediados del s. XX cuando se produce la consa-gración del litoral de Almería como espacio de hábitat y de producción. Ello da lugar a proce-sos extensivos de utilización y uso de la franja costera, y convierte a este ámbito geográfi co en el escenario básico de la economía de Almería, así como en el espacio que habrá de amparar el nuevo patrón de distribución de la población.

Dentro de esta centuria resultan claves las décadas de los años 40-50 y 60, y especial-mente el año 1957 por varios motivos:

- En nuestra costa, comienzan las primeras iniciativas de carácter público en materia de agricultura. El antiguo Instituto Na-cional de Colonización (INC), declara las llanuras costeras de los Campos de Dalías y Níjar Zonas de Interés Nacional para su Colonización2. Dentro de este periodo, 1957 es el año en que arran-ca un nuevo modelo de agricultura, los cultivos enarenados, que posteriormente, empleando cubiertas de plástico, dará lugar al invernadero. Este binomio ena-renado-invernadero causará, con el paso del tiempo, profundas transformaciones en el litoral, así como un espectacular cambio de su paisaje.

- También durante este periodo, Almería es destinataria de los primeros impulsos turísticos al declarar el Estado Centros de

2 Decretos de 24 de junio de 1941 y de 7 de noviembre de 1952, respectivamente.

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Interés Turístico Nacional las barriadas de Aguadulce y Roquetas de Mar3. Con el desarrollo de esta actividad comienza la gran transformación y alteración del litoral almeriense.

- En 1957 se elabora la primera colección de fotografías aéreas en base al vuelo realizado por la United States Air Force (USAF), el conocido como “vuelo ame-ricano”. Con ello se tiene la primera referencia gráfi ca de precisión de nues-tra costa, esencial para poder realizar análisis comparativos, y punto de par-tida para poder apreciar los cambios sufridos en este ámbito.

Con estas dos actuaciones, en materia de agricultura y turismo, se ponen las bases del de-sarrollo almeriense, que tendrá como expresión territorial la franja costera.

En la agricultura, desde el principio, los resultados económicos se revelan excelentes. Mayor número de cosechas al año, elevados rendimientos por hectárea y la puesta en los mercados europeos cuando éstos están des-abastecidos de género, procuran cuantiosas ganancias al sector. De ahí que rápidamente los cultivos bajo plástico experimenten una extraor-dinaria expansión. De 20 Ha. en 1957 (Rueda, 1987) se pasa a una superfi cie de 32.000 Ha. en 2003, con una elevada concentración en el Campo de Dalías, la mayor de Europa. Almería representa hoy el 53% de la superfi cie inverna-da de España y el 78% de la de Andalucía.

En cuanto al turismo ocurre prácticamente lo mismo. Tras un inicio amparado por los poderes públicos, pronto se pasa a una intervención pri-vada sin precedentes que desborda todo intento de planifi cación y que tendrá como resultado una

3 Decretos 3078 de 8 de octubre de 1964 y 6 de marzo de 1967, respectivamente.

gran presión constructiva sobre la costa. La costa es sinónimo de “producto turístico”, justifi cación válida para ampliar considerablemente el suelo urbanizable. Este concepto no ha cambiado, y hoy asistimos a otro “boom turístico y constructivo” iniciado a fi nales de los 90, cuya inercia aún per-siste, que está devorando espacios de alto valor. Volveremos más tarde a ello.

También la evolución del turismo resulta espec-tacular. Si en 1961 había en nuestra provincia un total de 2063 plazas en alojamientos turísticos, en 2005 se alcanzan las 50.000 plazas, con una clara concentración en la franja costera (más del 95%) y con áreas realmente especializadas como son Roquetas de Mar, Almerimar y el segmento Mojácar-Garrucha-Vera. Hoy el turismo es el se-gundo pilar de nuestra economía.

Este crecimiento económico tiene como conse-cuencia un espectacular aumento de la población. Si en 1900, la población residente en la costa suponía el 39% del total provincial, en 2006, ésta situación se invierte completamente y en la costa reside casi 450.000 personas, es decir, el 71% de la población, en áreas densamente pobladas como es el caso del Poniente y la Bahía de Alme-ría: Roquetas de Mar (1359 hb/km2); Almería (632 hb/Km2); El Ejido (333 hb/Km2); Adra (259 hb/Km2); Vera (192 hb/Km2). Según datos del Padrón Municipal, a 1 de enero de 2006, la den-sidad de población en el interior de la provincia es de sólo 28 hb/km2 lo que ha generado modelos demográfi cos regresivos frente a los 211 hb/Km2 de media que ofrece la franja costera.

En cuanto al valor económico y social del modelo almeriense, se puede decir que el desa-rrollo seguido en los últimos 50 años ha transfor-mado las estructuras productivas tradicionales, desde posiciones próximas al subdesarrollo hasta la situación actual, en la que se ha con-solidado una próspera economía basada en la especialización agrícola y turística.

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Como consecuencia de esta evolución, Al-mería ha abandonado los últimos puestos de los indicadores socio-económicos, mostrándose ac-tualmente como la más pujante de las provincias andaluzas y una de las más dinámicas del país. Esta es la expresión positiva de esta evolución. Sin embargo, estos cambios han tenido como escenario la franja costera fundamentalmente, lo que se ha traducido en fuertes desequilibrios territoriales (interior-litoral) y graves desajustes ambientales sobre este espacio.

4. Tensiones y presiones ambientales: La degradación físico-ambiental del litoral de Almería

La fragilidad del litoral y de los procesos naturales que en él interactúan hace que este medio se muestre muy sensible a cualquier intervención humana. Como acabamos de ver,

en los últimos 50 años ha tenido lugar un pro-ceso de desarrollo que ha superado cualquier previsión. Esta transformación se ha producido, al menos hasta mediados de los 80, de forma anárquica e irracional a falta de instrumentos legales de planifi cación. Pasados estos años, y cuando sí ha existido normativa específi ca, aún hemos seguido asistiendo atónitos a actuaciones incomprensibles por dejación e inobservancia de la propia Administración. Los problemas son múltiples y variados, y afectan de manera diferente a este ámbito, a sus componentes, interacciones y ecosistemas. Veámoslos dete-nidamente:

4.1. Impactos sobre los humedales costeros

Entre los casos más lamentables de degrada-ción ambiental está la destrucción de marismas, albuferas y humedales costeros, los mayores nú-

Gráfi co 1. Evolución de la población en el interior y en el litoral de la provincia de Almería. Periodo (1900-2006)

Fuente: Elaboración propia, a partir de datos del Instituto Nacional de Estadistica (INE).

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cleos generadores de vida en el litoral. Muchos de estos espacios, vitales para la producción biológica y enclaves esenciales para miles de aves en sus rutas y trasiegos migratorios, han sido destruidos bajo pretendidos motivos sanitarios o económicos, incluso a través de subvenciones y exenciones tributarias. Deben recordarse en tal sentido las leyes de aguas de 1866 y 1879, la nefasta Ley Cambó de 1918, vigente hasta 1986, o la Ley de Puertos de 1928 que fomentaron la desecación de lagunas y marismas, para su reutilización como tierras de cultivo o para su saneamiento por considerase focos de infección. Como consecuencia de ello, se estima que nuestro país ha perdido aproxi-madamente un 60% de sus humedales, situación que alcanza el 67% en Andalucía (Consejería de Medio Ambiente, 2002).

A nivel regional, el caso más dramático fue la transformación en tierras de labor de los humedales del Parque Nacional de Doñana, que ha pasado de una superfi cie histórica de 200.000 Ha., a las 30.000 actuales, es decir, una pérdida del 85%. Igualmente signifi cativos han sido los casos de las marismas de Isla Cris-tina en Huelva, con pérdidas de 419 Ha. o las de Barbate en Cádiz, donde se han desecado 1045 Ha. (Consejería de Medio Ambiente, 2002).

El litoral de Almería no ha sido ajeno a esta tendencia y también ha sufrido una importante presión antrópica sobre sus humedales costeros, con una notable reducción de su superfi cie.

La costa almeriense presenta una gran tipo-logía de espacios húmedos: marismas, albuferas y humedales de desembocadura en forma de lagunas y charcones de diversa amplitud, y en contextos geográfi cos diferentes y variados. Muchos de estos humedales han sido apro-vechados desde la Antigüedad como salinas (Cerrillos, San Rafael, Guardias Viejas, Cabo de Gata), en una ejemplar y extraordinaria

relación hombre-naturaleza, que en contados casos ha llegado hasta nuestros días y que era completada con la obtención de otros recursos naturales, esencialmente agua, pesca y caza. Esta relación milenaria ha sido quebrantada en épocas recientes. La ampliación de los te-rrazgos agrícolas sobre zonas húmedas como son los casos de las antiguas marismas de la Algaida en la playa de la Cañada, desecada completamente en el siglo XVIII, gran parte de las Albuferas de Adra, algunos sectores de Punta Entinas-Sabinar, Guardias Viejas o Los Bajos, y, sobre todo, el espectacular y voraz desarrollo turístico que se inicia en nuestra provincia en la década de los 60, ponen de relieve el esca-so interés que estas áreas han tenido para el hombre en la actualidad, al considerarse ám-bitos improductivos e insalubres, a no ser que estuvieran reconvertidos en salinas o protegidos como espacios naturales por la Administración. Si no se daba alguna de estas dos premisas, los humedales costeros han sido estigmatizados como lugares marginales, focos de infección y recurrentes vertederos4, siempre en el punto de mira de los planifi cadores urbanísticos y en la agenda de promotores y constructores.

Pero ciñámonos al tema que más nos pre-ocupa: la notable reducción de superfi cie que se ha observado en estos espacios en los últimos años. A través de análisis cartográfi cos y de fotointerpretación, teniendo como referencia el denominado vuelo aéreo americano de 1956-57 y la ortofoto de la Dirección General de Costas de 20055, se ha podido establecer la siguiente comparativa:

4 Las desembocaduras de los ríos Adra, Andarax, Almanzora y el humedal de los Bajos han actuado en el pasado, y actúan en la actualidad, como vertederos incontrolados de desechos.

5 Para la elaboración del Cuadro número 1, se ha seguido una metodología basada en el análisis comparativo. Se han cotejado las fotografías aéreas de 1956-57 correspondientes al denominado “vuelo americano” de la USAF, recientemente georreferenciadas por el Instituto

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Según se puede comprobar en el cuadro anterior, de una superfi cie de 1819 Ha. en 1957 se ha pasado a 1325 Ha. en 2005, lo que supone una reducción de 494 Ha., es de-cir, una pérdida del 27%. Veamos con detalle algunos casos:

Albuferas de Adra

Resultan un grave caso de degradación de un humedal en la costa de Almería. Aunque

Andaluz de Cartografía (ICA), con las ortofotos de la D.G. de Costas del año 2005. Posteriormente, se han individualizado y digitalizado por medios informáticos (ACAD, 2002) los perímetros de las zonas húmedas, tanto de las láminas de agua como de la vegetación de orla. Una vez obtenidas las superfi cies de los humedales estudiados, se han generado nuevas minutas cartográfi cas y se han realizado los cálculos oportunos para conocer las diferencias entre ambas tomas.

han sido protegidas bajo la fi gura de Reserva Natural, las albuferas de Adra estuvieron en el pasado, y están en la actualidad, sometidas a una fuerte presión antrópica:

- A fi nales del s. XIX fue desecada para uso agrícola la denominada “Albufera Ancha”, la mayor lámina de agua del conjunto lagunar (Paracuellos Rodríguez, 2006).

- Las actuales láminas de agua están so-metidas permanentemente a episodios de contaminación por desechos proce-dentes de la agricultura intensiva, con graves trastornos de polución del sistema acuático y con serios procesos de eutro-fi zación, que han hecho desaparecer de forma drástica la masa de plantas acuáticas (Nevado, J.C., 2002).

Nombre del humedal 1957 2005 Diferencia Perdida (%)

Cerrillos-Punta Entinas (*) 763,8 730,8 -33,0 -4,3 Guardias Viejas 113,5 0 -113,5 -100,0Salinas de San Rafael 145,8 0 -145,8 -100,0Humedal de Los Bajos 93,4 17,7 -75,7 -81,0Salinas de Cabo de Gata 448,3 448,3 0,0 0,0Albuferas de Adra 72,0 46,6 - 25,4 -35,0Salinas de Terreros 37,9 0 -37,9 -100,0Humedal del Gato-Saladar de los Cano 48,6 19,9 -28,7 -59,0Humedal Bahía de Genoveses 0,5 0,5 0,0 0,0Río Antas 11,2 9,8 -1,4 -13,0 Río Aguas 21,7 21,7 0,0 0,0 Río Almanzora 39,1 15,7 -23,4 -60,0Río Andarax 19,3 10,5 -8,8 -46,0 Rambla Morales 3,5 3,5 0,0 0,0

Total 1.819 1.325 -494 -27 %

Cuadro 1. Evolución de la superfi cie de humedales costeros en el litoral de la provincia de Almería (1957-2005). (Láminas de agua y vegetación de orla. En Ha.)

Fuente: Elaboración propia, a partir del vuelo aéreo de la USAF de 1956-57 y de la ortofoto 2005 de la D.G. de Costas del Ministerio de Medio Ambiente. (*) Este dato ha sido extraído de Gómez Mercado, F. y Mota J.F. (2001).

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- Según se desprende de las fotografías aéreas comparadas (1957-2005), el 42% de la vegetación de orla (carrizos y eneas) y el 100% de las cadenas de dunas que rodeaban el humedal han desaparecido sepultados por los cultivos intensivos.

- Ha habido una considerable disminución de la biodiversidad. Según informan los especialistas, se han extinguido varias especies fl orísticas y se ha reducido notablemente el número de ejemplares de anfibios, aves y peces. Sirva de ejemplo el caso de la focha común (Fu-lica atra), que ha pasado de tener una población de más de 3.000 individuos, a no alcanzar en los últimos censos los 300 ejemplares (Nevado, J.C., 2002), debido entre otras causas a la fuerte presión cinegética realizada antaño sobre este aguazal.

- Hay que hablar también de impacto visual y empobrecimiento del entorno por la presencia de los invernaderos, al degra-dar un espacio protegido de altísimas cualidades ambientales.

Salinas de Guardias Viejas (El Ejido)

Representa uno de los casos más graves de desaparición de un humedal en la costa alme-riense. Un antiguo ambiente marismeño de gran extensión y relevancia ambiental (113,5 Ha), explotado como salinas desde época fenicia y soporte de una rica biodiversidad, con uno de los índices de variedad ornítica más elevados de la Península Ibérica (Matamala García, 1997), fue masacrado a mediados de los 90 para su urbanización ante la mirada atónita de muchos, el silencio de otros y la protesta de sólo unos cuantos.

Las Albuferas de Adra en 1957. Obsérvese la extensa

vegetación de orla que rodeaba este humedal, el cordón

dunar y las nuevas albuferas en formación. Fuente: ICA.

Las Albuferas en 2001. Vegetación de orla, sistemas

de dunas y nuevas charcas han desaparecido sepultados

por los invernaderos. Fuente: SCA.

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Salinas de San Rafael (Roquetas de

Mar)

Explotadas hasta fechas recientes, este gran conjunto salinero (145,8 Has.) ha desaparecido por completo como consecuencia del intenso proceso urbano que soporta la franja costera de este municipio.

Humedal de los Bajos (Roquetas de

Mar)

Contiguo al antiguo conjunto salinero de San Rafael, este humedal costero cuyo origen se debe a una antigua albufera, se encuentran en un avan-zado proceso de desaparición. La mayor parte del humedal actúa de vertedero y ha sido sepultado por toneladas de escombros ante la manifi esta inoperancia administrativa, incapaz de salvar un espacio de altísimas cualidades ambientales. Estudios, informes y alegaciones retrasan su decla-ración como Dominio Público Marítimo-Terrestre, en un devenir administrativo y judicial de lentitud aterradora. En la actualidad, sólo quedan algu-nos reductos de vegetación halófi la e hidrófi la y pequeñas láminas de agua, fragmentadas y muy

degradadas, en las que aún pueden observarse ánades, fochas, garzas reales y avocetas. Los recientes temporales marinos de levante (agosto de 2007), en absoluta ausencia de aguas pluvia-les, han superado la berma sedimentaria que los aisla del mar inundando la zona más próxima a la costa. Ello demuestra la aportación de agua marina a este humedal costero y, por tanto, su condición como bien de domino público.

Humedal del Gato-Saladar de los

Cano (Vera)

Se trata de un lamentable ejemplo de des-trucción de un espacio húmedo en el Levante almeriense. Perpetuado en las toponimias de las más antiguas cartografías que se realizaron en la zona, parte de este humedal costero fue desecado para uso agrícola. Posteriormente, fue fragmentado por la carretera local (ALP-116) que une las localidades de Garrucha con Villaricos. En la actualidad, la presión humana sobre este ámbito deviene del acelerado e intenso proceso urbano-turístico en el que está inmerso el municipio de Vera. Una minúscula lámina de agua junto a un cartel explicativo

Destrucción de las antiguas salinas de San Rafael (Ro-

quetas de Mar). Año 2006. Fuente: SCA.

Proceso de aterramiento del humedal de Los Bajos (Ro-

quetas de Mar). Año 2006. Fuente: Beatriz Lores Calero

La costa de Almería: desarrollo socio-económico y degradación físico-ambiental (1957-2007)

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recuerda al visitante su condición de humedal y la diversidad biológica que hasta hace pocos años disfrutó este aguazal costero.

Humedal de desembocadura del río

Antas (Vera)

Asiento de una rica avifauna que le ha va-lido la reciente declaración de Lugar de Interés Comunitario, este humedal ha quedado confi na-do entre urbanizaciones, lo que ha supuesto una pérdida signifi cativa de superfi cie. Además, la construcción de sus márgenes ha generado para este colector fl uvial un “embudo” de difícil ope-ratividad ante episodios de lluvias torrenciales, como la memoria más reciente ha demostrado,6 y como desde luego, cualquier gota fría por venir nos habrá de recordar, puesto que éste fenómeno meteorológico es consustancial al clima del sureste peninsular. Como vemos, una

6 Remito al lector a los episodios de lluvias torrenciales de septiembre de 1989, donde gran parte de la Urbanización Pueblo Laguna fue anegada por las aguas al desbordarse el río Antas.

palpable transformación del territorio no exenta de riesgos naturales.

Salinas de San Juan de los Terreros

(Pulpí)

Se encuentran en un avanzado proceso de aterramiento debido a la proliferación de urbanizaciones turísticas, a la creación de un gran aparcamiento municipal y a la reciente construcción por la Administración de un paseo marítimo en la zona más próxima a la costa.

Como acabamos de comprobar, los hu-medales costeros en Almería han sufrido una fuerte presión antrópica que ha disminuido considerablemente su superfi cie, lo que ha conllevado un empobrecimiento de los valores ambientales en nuestro litoral y una merma sig-nifi cativa de su biodiversidad y geodiversidad. Esto es preocupante, pero lo más alarmante es la velocidad con que se ha producido esta grave alteración. Si se exceptúan algunos casos (marisma de la Algaida de la Cañada, Albufera Ancha de Adra), la mayor parte de las zonas húmedas costeras en Almería se han perdido

Humedal del Gato-Saladar de los Cano (Vera) en pro-

ceso de urbanización. Fuente: A. Viciana.

Humedal de desembocadura del río Antas. Año 2001.

Fuente: SCA.

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en los últimos 50 años a través de actuaciones fuera de toda lógica, que han demostrado la inefi cacia, falta de ética y sensibilidad de nuestros gestores públicos. Esta transformación se ha debido esencialmente a la implantación de un modelo productivo voraz e irracional, de incalculable coste ambiental, producto y expresión del malentendido desarrollo en que estamos inmersos.

4.2. Impactos sobre el medio sedimentario litoral: dunas, arenales costeros, deltas y playas

El medio costero almeriense presenta una

gran variedad de formaciones y tipologías sedimentarias: dunas, arenales, fl echas y cor-dones litorales, deltas y playas se distribuyen por toda la ribera de Almería, conformando un dominio costero de alto valor ambiental. Estas geoformas, resultado de la combinación de procesos atmosféricos, continentales y ma-rinos, son sumamente frágiles y dependientes de delicados fl ujos y complejas relaciones naturales que las mantienen en equilibrio

dinámico. En los últimos años, gran parte de estas interacciones han sido alteradas por la actividad humana desarrollada en la franja costera, lo que ha supuesto graves modifi ca-ciones en estas formaciones.

Ello ha provocado una patente degradación ambiental de las costas, con pérdidas impor-tantes de la fauna y la fl ora que coloniza estos ecosistemas, con graves interferencias en la dinámica litoral y eólica costera, y con altera-ciones del paisaje, irreversibles en la mayoría de los casos. Vayamos por partes.

4.2.1. Los impactos de la agricultura

El causante de los mayores estragos sobre estos ambientes de sedimentación costera ha sido la agricultura. Ningún caso en nuestro país, donde se haya utilizado la arena de playa como recurso económico, ha sido tan dramático como el de la provincia de Almería. La necesidad de un sustrato de 10 a 12 cm. de arenas para la preparación de los suelos agrícolas supuso, des-de 1957, año en que comienza ésta práctica, la extracción indiscriminada de 18 millones de

Aterramiento y destrucción de las salinas de Terreros

(Pulpí). Año 2006. Fuente: A. Viciana.

Cartel publicitario de una inmobiliaria en el humedal de

las salinas de San Juan de Los Terreros (Pulpí). Año 2006.

Fuente: A. Viciana.

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metros cúbicos de arenas, en su mayor parte extraídos de las playas y sistemas dunares.

Espacios de gran valor ambiental fueron arrasados por las sacas de áridos, incluso con el consentimiento de la Administración que, hasta bien avanzada la década de los 80, vendía la arena de las playas a través de tasas a los agricultores. No fue hasta 1988, con la nueva Ley de Costas, cuando se puso freno a este despropósito. Esta práctica, extensiva a toda nuestra costa, ha ocasionado graves daños a los ecosistemas de sedimentación litoral, pero además muchos de los casos de erosión costera que hoy padecemos tienen su origen en estas extracciones.

Para comprender la magnitud que adquirie-ron estas sacas de arenas veamos un ejemplo7. En el actual Paraje Natural de Punta Entinas-Sabinar, se extrajeron más de 5 millones de metros cúbicos de arenas, lo que supuso la des-trucción de 262 Ha. de dunas (Viciana, 1999, 2001), de las que 44 estaban colonizadas por la asociación arbustiva de lentiscos y sabinas, biotopo de enorme valor ecológico, único en las costas mediterráneas españolas. Igualmente, desaparecieron 293 Ha. de matorral arenófi lo en el sector oriental de las grandes playas de acumulación que recorren el paraje (Gómez Mercado, F. y Mota J.F., 2001).

Otros espacios masacrados por las extrac-ciones de arenas fueron los deltas de los ríos Adra, Andarax y Almanzora, las cadenas de dunas de Cabo de Gata y diversas playas del Poniente y de la Bahía de Almería.

Además de las extracciones de arenas, la extensa ocupación de suelo por parte de la agri-cultura intensiva, ha llevado los invernaderos

7 En las tres provincias que componen la Comunidad Valencia se han extraído 5,7 millones de m3 de arenas en el periodo 1970-1989. Estas extracciones han sido consideradas una de las mayores agresiones causadas por el hombre sobre la franja costera valenciana (Burriel de Orueta, 2001).

hasta el mismo borde del mar, sepultando y des-truyendo campos de dunas o la propia playa, lo que ha generado problemas paisajísticos y confl ictos de competencia por el uso agrícola o turístico del litoral y sus recursos. En este aspecto resulta paradigmática la costa de Poniente, en donde los invernaderos constituyen el paisaje dominante, además de invadir, según un re-ciente estudio, en más de 60 Ha. el Dominio Público Marítimo-Terrestre y sus Servidumbres de Tránsito y Protección (Vivas Puig, 2007).

Mención aparte merecen los deltas. La ocu-pación de estos espacios por la agricultura ha sido una práctica habitual dada su alta fertilidad y capacidad agropecuaria. En nuestra costa, los deltas de los ríos Adra, Andarax y Almanzora se han convertido en espectaculares ámbitos de producción agrícola con abigarradas concen-traciones de invernaderos.

Desmantelamiento de dunas y vegetación asociada por

extracciones de arenas. Paraje Natural de Punta Entinas-

Sabinal. Año 2001. Fuente: SCA.

Alfonso Viciana Martínez-Lage

161

Sin embargo, no debe olvidarse que los deltas son áreas muy dinámicas, sujetas a grandes fl uctuaciones, por lo que su ocupación puede tener graves consecuencias para las ins-talaciones que soporta. Buen ejemplo de ello son los intensos procesos de erosión costera que padecen la totalidad de las formaciones deltaicas almerienses.

Pero, sobre todo, los deltas son los elementos geomorfológicos más importantes del medio sedimentario costero. En ellos se acumulan los sedimentos procedentes del continente que, des-pués, la deriva litoral distribuye por las playas, manteniéndolas en equilibrio.

Este proceso dinámico, que es básico para el óptimo funcionamiento de la costa, ha sido reite-radamente ignorado. Algunos deltas presentan en la actualidad escolleras de defensa que rigi-dizan su línea de costa para evitar el avance del mar. Ello impide su función geomorfológica, es decir, que el oleaje marino modele, erosione y reste sedimentos a sus márgenes para alimentar las playas a través de un proceso natural del que depende todo el medio sedimentario costero. La consecuencia es inmediata y las playas anexas a ese delta sufren fuertes procesos de erosión. En la actualidad, deltas como los de los ríos

Andarax y Adra, presenta gran parte de sus márgenes protegidas por escolleras, impidien-do su función básica de fuente de alimentación sedimentaria.

4.2.2. Los impactos del proceso

urbano

La otra actividad humana de gran impacto sobre los ambientes de sedimentación litoral en concreto y, sobre el conjunto de la franja costera, ha sido el proceso urbano ligado esencialmente al turismo. El turismo resulta un caso paradójico de uso del litoral, porque su presencia y desa-rrollo ha signifi cado, en multitud de ocasiones, la degradación, incluso desaparición, de los valores naturales que le sirvieron de móvil inicial (Ortega Alba, 1992).

Para analizar la reciente expansión urbana en la costa de Almería es posible diferenciar dos etapas: de un lado las décadas de los años 60-70 hasta principios de los 80 y, de otro, el periodo que se extiende desde 1996 hasta la actualidad.

En Almería, el modelo urbano-turístico seguido en los años 60-70 y parte de los 80, fue uno de los peores modelos posibles. La ca-rencia de disciplina urbanística y la inoperante Ley de Costas de 1969, incapaz de sancionar administrativamente las agresiones contra el medio, provocó que el urbanismo litoral fuese especialmente agresivo, al permitir:

- Desarrollos espontáneos al margen de fi guras de ordenación.

- Congestión y masifi cación urbana.- Edifi cación en altura.- Máximo aprovechamiento del suelo, sin

previsión de reservas.- Absoluta ausencia de respeto por los valo-

res naturales de la costa: Consumo de es-pacios de altísimo valor, graves impactos

Ocupación de zona de playa y pie de acantilado en

Adra. Fuente: Felipe Ortiz Molina.

La costa de Almería: desarrollo socio-económico y degradación físico-ambiental (1957-2007)

162

paisajísticos, eliminación de campos de dunas, arenales y humedales e incluso de la propia playa, bloqueando los pro-cesos dinámicos marinos y eólicos.

- Temerosa proximidad al mar de las urbani-zaciones sin respetar las mínimas distan-cias de seguridad ante las oscilaciones naturales de un medio especialmente dinámico, con frecuentes invasiones del DPM-T y de la Zona Marítimo Terrestre (ZMT).

Todo ello ocurrió en la costa Almería, consi-derada una de las provincias de este país que menos sufrió el torbellino desarrollista de los años 60-70. Y eso es cierto, pero sólo en parte, como veremos más adelante, si bien debe reconocerse que este primer impulso tuvo como escenario enclaves muy concretos de nuestro litoral.

Cuando parecía superada esta etapa de anarquía urbanística, y la normativa, planes y programas territoriales y ambientales surgen por doquier en las distintas Administraciones, en los años 90 nos vemos inmersos en una nueva espiral constructiva que repite los esquemas desarrollistas de los 708 y de la que nuestra provincia no solamente no escapa, sino que es alcanzada de lleno, dando lugar a un momento de crecimiento fuera de control, liderado por procesos especulativos y con la complicidad de algunos ayuntamientos que tienen en el mercado inmobiliario su recurso básico de pervivencia política y económica. Muestra de ello, son los aberrantes escándalos de corrupción que se

8 No solamente repite conceptos urbanísticos denostados, sino que este nuevo proceso es acompañado por una notable mejora de la tecnología e ingeniería capaz de allanar o desvanecer cerros en pocas horas (Pozo del Esparto, Mojácar, Carboneras, El Calón), desviar o eliminar cauces fl uviales (Macenas, Villaricos), desmontar moles acantiladas (Aguadulce) encaramar grandes edifi cios a las laderas de las montañas (Aguadulce, Carboneras, San José, Mojácar) o rellenar áreas inundables (Roquetas de mar, Vera).

están observando en numerosos municipios del litoral español.

Hoy la costa de Almería está de moda por ser virgen aún en amplios tramos de su frente ribere-ño. Eso es verdad. Pero también lo es que ostentar esta condición es el señuelo más llamativo para constructores y promotoras, sobre todo externas a la provincia y desconocedoras de la realidad ambiental de esta costa, lo que no quiere decir, ni mucho menos, que los autóctonos la conozcan. Ante un Poniente sacrifi cado en gran parte, el Levante de Almería asiste a un proceso de cambio que amenaza, y lo hace muy seriamente, a la con-tinuidad de los valores que le han hecho diferente dentro del conjunto de la costa española.

Este nuevo impulso constructivo, extensivo a toda la costa de Almería, ha dibujado un nuevo escenario con un espectacular cambio en los usos del suelo y con predomino de des-equilibrios territoriales, paisajísticos y ambien-tales gravísimos, cercanos al colapso y a una situación de crisis, que sólo será superada con una intervención institucional, también judicial, enérgica y sin paliativos.

En la actualidad, la longitud de costa urba-nizada en Almería es de 75 Km., cuando en 1957 apenas superaba los 11 Km., es decir un 33% de su longitud total y un 52% de la ocupada por playas. Resultado de ello se ha consolidado un continuo urbano congestionado y de alta densifi cación, como son los casos de Roquetas de Mar, 71% de su costa construida; Vera, 100%; Mojácar, 56%.

Veamos algunos casos que ilustran el desa-rrollo experimentado en nuestra costa durante estas dos fases expansivas:

La costa de Roquetas de Mar.

Sea quizás la que mejor explica lo comen-

tado. Es el municipio de Europa que más ha

Alfonso Viciana Martínez-Lage

163

Gráfi co 2. Evolución de la longitud de costa urbanizada en Almería entre 1957-2005. (En metros)

Fuente: Elaboración propia a partir de diversas cartografías y fotografías aéreas.

Municipios 1957 1973 1984 1990 2001 2006Adra 1370 2430 2940 3650 3940 4929Berja 0 380 530 600 1050 1181El Ejido 800 2205 3780 4550 6870 8160Roquetas de Mar 600 6700 7475 9445 10915 12872Enix 0 200 335 450 450 450Almería 4100 7910 8635 9580 11000 14716Nijar 1600 3300 3770 4100 4711 4711Carboneras 600 2100 4355 5600 5600 5873Mojácar 0 3065 5795 6680 6950 8500Garrucha 1250 1340 1500 (*) 2220 2220 2220Vera 0 1140 2325 2940 3200 4700Cuevas del Alm. 720 1710 2520 4275 4275 4687Pulpí 150 1415 1520 1990 2150 2832TOTAL 11.190 33.895 45.480 56.080 63.331 75.831

Cuadro 2. Evolución de la longitud de Costa urbanizada en el litoral almeriense (Periodo 1957-2005). (En metros)

Fuente: Elaboración propia. (*) Se recoge la nueva delimitación del municipio de Garrucha.

La costa de Almería: desarrollo socio-económico y degradación físico-ambiental (1957-2007)

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crecido en los últimos años. Lo hizo en los años 70 con la mayor urbanización construida en Almería y lo hace hoy al soportar una fortísima presión inmobiliaria. En consecuencia, se ha consolidado un frente litoral de intenso carác-ter urbano con claros procesos de conurbación que enlaza los distintos núcleos de población con pasillos de naturaleza también urbana, creando perfi les de megaciudad. Parte de este entramado se localiza sobre el mayor arenal de acumulación de la costa de Almería, tal y como demuestra el fotograma de 1957. Hoy, por incomprensible que parezca, algunas de sus playas tienen que ser regeneradas por la Administración para mantener un ancho aceptable que haga efectiva la actividad tu-rística. En este impulso constructivo también han sido sacrifi cadas zonas húmedas como las antiguas salinas de San Rafael y el am-biente marismeño de los Bajos, gran parte de la playa virgen de Cerrillos y los acantilados del Cañarete, en el espectacular contacto de la sierra de Gádor con el mar. Sin duda, un elevado precio ambiental merced a un cre-

cimiento urbano que no se corresponde, en absoluto, con un incremento poblacional y sí con la cultura especulativa a la que asistimos desde los años 90.

Urbanización de Roquetas de Mar sobre la mayor playa

de acumulación de la costa de Almería. En la actualidad,

algunas de sus playas tienen que ser regeneradas por la

Administración. Fuente: SCA.

Desarrollo urbano en la playa del Zapillo. Ocupación

de la zona de playa, edifi cación en altura, masifi cación,

ausencia de espacios libres y temerosa proximidad al mar,

caracterizan el impulso urbano de los años 70 en la capital

de Almería. Fuente: A. Viciana.

Lamentablemente, nuevos desarrollos urbanos repiten

los esquemas desarrollistas de los años 70. Playa del Zapillo.

Año 2007. Fuente: A. Viciana.

Alfonso Viciana Martínez-Lage

165

Barrio del Zapillo (Almería Capital)

Es un claro ejemplo del más incongruente y atroz urbanismo desarrollado en la década de los 70. Densifi cación urbana y consolidación de una primera línea de edifi cación, asentada sobre la misma playa, y sin reserva de espacios libres frente al mar. Al día de hoy, nuevos desa-rrollos repiten a las claras conceptos ya obsole-tos de diseño urbanístico que acerca grandes alturas edifi cativas y sensación de masifi cación a la primera línea de costa.

Mojácar

Desde los años 70 soporta un fuerte proceso constructivo que ha generado un contundente e impermeable frente urbano. Destrucción de terrazas marinas Tirrinienses, excelentes ex-ponentes de la riqueza geológica almeriense; eliminación de dunas, invasión de áreas de playa y ausencia de espacios libres, son las características más evidentes de este proceso urbanístico ligado al turismo.

Hoy, tras consumir la franja costera, las vertientes de Sierra Cabrera, una “joya” de la naturaleza almeriense, recientemente declarada Lugar de Interés Comunitario, están sometidas a un fortísimo proceso constructivo haciendo irre-conocibles perfi les naturales que han tardado miles de años en formarse. Todo a cambio de un diseminado de urbanizaciones, sin lógica alguna en la gestión municipal, en aspectos tan claros como la contraprestación de servicios públicos a una trama urbana desperdigada y sin ordenación, amén de los ingresos iniciales por licencias de obra. Al sur, la playa virgen de Macenas está sufriendo alteraciones de gran envergadura que han destruido para siempre las trazas naturales y milenarias de este paraje.

Níjar

Asiento de uno de los espacios protegidos de Andalucía más reconocidos internacional-mente, el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, tiene en su haber condiciones ambien-tales únicas en el continente europeo, que le

Desarrollo urbano en la costa de Mojácar y sobre las

vertientes orientales de sierra Cabrera. Año, 2001. Fuente:

SCA.

Destrucción de la playa virgen de Macenas (Mojácar).

Año, 2005. Fuente: SCA.

La costa de Almería: desarrollo socio-económico y degradación físico-ambiental (1957-2007)

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han hecho valedor de numerosas formas de protección para preservarlo de amenazas externas9. Esa es la intención al menos sobre el papel; pero sin embargo, nada más lejos de la realidad. Urbanizaciones por doquier en sus distintos núcleos costeros, amplían las tramas urbanas hasta el límite de su capaci-dad con manifi esta sensación de masifi cación; invasión de su territorio por cultivos intensivos; o la degradación por inoperancia y dejación de los cuidados que requiere un espacio de tan altas cualidades ambientales, paisajísticas y culturales, amenazan a esta reserva única en Europa. El proyecto de nuevos desarrollos urbanos en áreas tan sensibles como las sa-linas de Cabo de Gata o los acantilados de Aguamarga ponen en cuestión la protección institucional de este singular espacio.

Ensenada de San Miguel (Almerimar)

Fue uno de los sacrifi cios ambientales más importantes de nuestra provincia en la década de los 70. Humedales costeros, grandes playas, cadenas de dunas y su vegetación y fauna aso-ciada, son destruidos sin contemplación alguna al desarrollar la urbanización de Almerimar, inercia que se mantiene a un ritmo creciente en la actualidad. Este modelo desarrollista de mínimo respeto hacia los valores ambientales de nuestra costa, se repite en la década de los 90 con la destrucción y urbanización de las an-tiguas salinas de Guardias Viejas, vergonzoso proceso comentado en líneas anteriores.

9 El actual Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar estuvo en los años 70 y 80 gravemente amenazado de sufrir grandes operaciones urbanísticas. Sirva de ejemplo que El Campillo de Los Genoveses fue objeto de una parcelación sobre plano para su posterior venta y urbanización, y su playa a punto de acoger un campo de espigones para incrementar el ancho de superfi cie de “playa-turística” (Plan Indicativo de Usos del Litoral, 1976).

Vera

Su litoral era, hace sólo 6 años, un espa-cio virgen con un par de urbanizaciones muy demandadas por el turismo nacional e interna-cional. Hoy, tras sufrir un proceso inmobiliario muy veloz10 (Martín García, 2007), el litoral de Vera se ha convertido en un continuo urbano que ha colmatado de urbanizaciones su costa en un claro proceso de conurbación11. Con este acelerado impulso han desaparecido para siem-pre sistemas de dunas y su fauna y vegetación característica, gran parte del cordón litoral que recorre la zona y humedales históricos como el del Gato. Contiguos a la costa, antiguos pinares desaparecen ante inclementes talas por la presión urbanística, y áreas endorreicas e inundables, sostén de humedales pluviales, son transformados en tramas urbanas. De nue-vo, graves alteraciones no exentas de riesgos naturales. Las previsiones contenidas en el pla-neamiento municipal contemplan y anuncian la construcción 118.000 nuevas viviendas en su territorio.

Carboneras

Fue la gran sacrifi cada en los años 70 por una de las actuaciones de mayor impacto en nuestra provincia: la creación de un espacio portuario-industrial, desmedido en sus propor-ciones, que terminó con uno de los tramos más sobresalientes de nuestra costa12, situación que se comprende si atendemos a la memoria

10 Entre los años 2001 y 2003 el ayuntamiento de Vera otorgó licencia de obras para 10.000 nuevas viviendas (Martín García, 2007).

11 Mojácar, Garrucha y Vera han soldado sus respectivos entramados urbanos en primera línea de costa, a través de un frente que supera los 15 Km. de longitud.

12 El desarrollo portuario en la costa de carboneras supuso la destrucción de una longitud de 2400 m. de playa (33% del total del municipio) y una superfi cie de 210.000 m2 de costa sedimentaria.

Alfonso Viciana Martínez-Lage

167

del proyecto del año 1974 que dio lugar a la construcción del puerto de la Empresa Hornos Ibéricos S.A.13 en el que se afi rmaba textual-mente: “Como la costa en esta zona no tiene en la actualidad y previsiblemente en el futuro ningún atractivo turístico ni paisajístico, la es-tética de la obra no es fundamental…”. Debe recordarse al lector que la contigua playa de Los Muertos constituye actualmente uno de los iconos y emblemas del turismo ambiental y de sol-playa de Andalucía, además de estar con-siderada la mejor playa de Almería y una de las más valoradas a nivel nacional.

Hoy, en una clara apuesta de este municipio por el turismo, las agresiones vienen de la mano, precisamente, de esa motivación turística que oferta un litoral de grandes cualidades ambien-tales y que, sin embargo, en su desarrollo va de-vorando el medio que le sirve de señuelo. Sobre todo, en actuaciones tan lamentables como el famoso hotel del Algarrobico. Una playa virgen, con miles de años de formación a sus espaldas

13 Posteriormente denominado Grupo Cementero Hisalba.

y, dentro de un Parque Natural, sucumbe ante la inoperancia manifi esta de un elenco de Admi-nistraciones ambientales. Un cuerpo normativo extensísimo que ante actuaciones como ésta se muestra sin valor alguno.

En conjunto, si se revisan las previsiones de crecimiento de los municipios costeros alme-rienses y se suma la población que acogerá este incremento urbano, en un corto espacio de tiempo estaremos hablando de cifras millonarias de habitantes. Sirva el ejemplo de la costa de Levante, que entre 1998 y 2003 ha sufrido la mayor transformación territorial de su historia (Martín García, 2007) y donde los distintos planeamientos municipales contemplan la cons-trucción de más de 320.000 nuevas viviendas, lo que supone un incremento potencial de pobla-ción superior a 1.100.000 habitantes. Se habla de campos de golf (22), puertos deportivos de nueva creación, macro-urbanizaciones, grandes hoteles, áreas comerciales y de ocio. Pero en absoluto de infraestructuras básicas como son las de transporte, saneamiento, educativas, sanitarias y, sobre todo, del agua, recurso

Desarrollo portuario industrial en Carboneras. Año,

2001. Fuente: SCA.

Construcción de un hotel en la playa del Algarrobico

(Carboneras). Una mole de 21 plantas acaba con un espacio

virgen, dentro de un espacio natural protegido, en un claro

ejemplo de inobservancia y dejación administrativa. Año,

2006. Fuente: Felipe Ortiz Molina.

La costa de Almería: desarrollo socio-económico y degradación físico-ambiental (1957-2007)

168

imprescindible, como sabemos, para hacer efectivos los cambios.

4.2.3. Los impactos sobre la dinámica

litoral, eólica y fl uvial. Los efectos de

la infraestructura asociada

Varias infraestructuras asociadas a la acti-vidad humana han provocado graves transfor-maciones en la costa. La construcción de puer-tos comerciales y deportivos, presas, paseos marítimos, diques y espigones, han consumido igualmente áreas litorales de gran valor, cuando no han ocasionado graves desajustes en los procesos dinámicos que regulan este espacio, tantas veces olvidados, como es la dinámica fl uvial, litoral y eólica costera.

a) El efecto barrera de las obras costeras: Puertos, diques y espigones

Constituye un importante factor de des-equilibrio para el medio costero. El efecto barrera de los puertos ha inducido gravísimos

procesos de erosión, eliminando las playas situadas aguas abajo de sus diques. Buen ejemplo de ello, en la costa de Almería, son las espectaculares erosiones provocadas por los puertos de Adra, Almerimar o Garrucha. En el caso del puerto de Almerimar, 20.000 m2 de playa desaparecieron tras la construc-ción de ésta infraestructura deportiva. En la actualidad, las playas aledañas, grandes depósitos sedimentarios holocenos, tienen que ser realimentados artifi cialmente por la Administración.

En cuanto al puerto de Garrucha, ha hecho falta la aportación de 730.000 m3 de arenas, varios diques y espigones, y el gasto de más de 5 millones de euros para mantener estables apenas 2 Km. de playa erosionada por efecto barrera de este puerto. Sin duda, un dato para la refl exión.

Finalmente, el puerto de Adra constituye uno de los ejemplos más evidentes de efecto barrera en nuestra costa, con graves erosiones sobre los tramos contiguos y una clara fragmentación

Efecto barrera del

espigón de Almerimar

(El Ejido), año 2001.

Fuente: SCA.

Alfonso Viciana Martínez-Lage

169

del circuito sedimentario que recorre la unidad fi siográfi ca donde se inserta14.

Diques y espigones han ocasionado igual-mente serias alteraciones de la dinámica litoral, al dividir la unidad fi siográfi ca e interrumpir la distribución de sedimentos a través de ella. Por reciente, deben señalarse los nefastos efectos que han tenido los mal llamados espigones de regene-ración de Peña del Moro y Almerimar en la costa de El Ejido15. Lejos de corregir el problema, am-bas estructuras han potenciado los procesos de erosión costera. En el caso concreto del espigón de Almerimar, a través de análisis comparativos, se ha podido comprobar que el efecto barrera de esta infraestructura ha generado la pérdida de más de 135.500 m2 de playa, afectando gravemente a la estabilidad sedimentaria del Paraje de Punta Entinas-Sabinar16.

b) El efecto barrera de las grandes presasLas actuaciones realizadas en las cuencas

fl uviales, como la construcción de embalses,17 también han tenido una amplia repercusión en los ambientes de sedimentación costera. Los panta-nos retienen las riadas y almacenan agua, eso es verdad y necesario en un medio tan precario en recursos hídricos como Almería, pero también es cierto que el efecto barrera que ejercen sobre la

14 Desde que se construyó el puerto de Adra hasta 1986, se han estimado retenciones de sedimentos por esta infraestructura superiores a los 2 millones de metros cúbicos (Fernández Rañada, 1986).

15 Estos espigones se construyeron por la Dirección General de Costas en 1996 con la intención de regenerar playas afectadas por erosión costera. Lejos de solventar los problemas, estas estructuras potenciaron considerablemente los procesos de erosión.

16 Para analizar los efectos de este espigón sobre el litoral se ha trabajado con medios informáticos sobre distintas líneas restituidas de costa, fotografías aéreas de diversos años y un levantamiento topográfi co de la línea de orilla o cota “0” tras la construcción de esa infraestructura.

17 Además de las presas, la extracción de áridos y los encauzamientos en ríos y ramblas también son responsables de la disminución de aportes sedimentarios al litoral.

dinámica fl uvial inmoviliza los sedimentos que de-ben alcanzar la costa, lo que genera una drástica disminución de los aportes sedimentarios que la alimentan. En consecuencia, los deltas retroceden y las playas asociados a ellos también.

Las presas de Benínar, en la cuenca hidro-gráfi ca del río Adra, y la de Cuevas, en el río Almanzora, han reducido su capacidad de des-carga sedimentaria en un 90%. Hoy, sus apor-taciones anuales apenas alcanzan los 10.000 m3, cuando con anterioridad eran de 100.000 m3, lo que se ha traducido en graves problemas erosivos, con retrocesos que en algunas zonas superan los 200 m de profundidad (playas del delta del río Adra, y playas de Quitapellejos y Palomares en Cuevas de Almanzora).

c) El efecto barrera de los procesos eólicos: paseos marítimos y pantallas arquitectónicas

Conforma otro signifi cativo factor de deses-tabilización en la costa. Los procesos eólicos en la costa transfi eren anualmente grandes cantida-des de sedimentos que son acumulados en forma de dunas y arenales costeros. Estas formaciones, además de constituir ricos ecosistemas, de gran biodiversidad, tienen implicaciones directas con la dinámica costera y constituyen reservas de áridos esenciales para mantener la estabilidad del sistema playa. Cuando se producen grandes temporales, las dunas y los arenales situados en las trasplaya actúan como un almacén de are-nas. Las olas le restan sedimentos y lo acumulan en barras sumergidas en uno de los mecanismos de defensa más interesantes de nuestro litoral. En la actualidad, el 52% de la costa sedimen-taria de Almería está urbanizada y, por tanto, desprovista de este curioso sistema de defensa natural. Los paseos marítimos y las pantallas arquitectónicas en primera línea de costa se interponen entre el mar y estas reservas de áridos, impidiendo los transportes transversales de sedimentos eólicos y marinos.

La costa de Almería: desarrollo socio-económico y degradación físico-ambiental (1957-2007)

170

4.2.4 Erosión costera: una dramática

relación causa-efecto

Todos los casos comentados, más el ascenso del nivel medio del mar debido al efecto inver-nadero, y evaluado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (2006) entre 0,08 y 3,00 mm/año, han favorecido la erosión costera, uno de los mayores problemas ambientales, sociales y económicos al que hacer frente en nuestro litoral.

La consecuencia más inmediata de este proceso es la regresión de las costas y la desaparición de las playas, un problema recurrente y generalizado en nuestro país y especialmente dramático en Almería, donde la mayor parte de sus playas están en regresión. Entre 1957 y 1996 se han perdido por este motivo 2.819.000 m2 de superfi cie de playa en Almería, es decir, 282 Ha., lo que demuestra la labilidad de los procesos naturales que regulan la costa, hoy la mayoría de ellos alterados de forma irreversible y con serias repercusiones socio-económicas (Viciana, 2001). Si a ello se suma lo efectos del ascenso del nivel medio

del mar, de cuyas consecuencias nos advierten voces expertas en foros igualmente expertos, con un importante incremento en el nivel de ata-que de los oleajes, se puede predecir, si no se actúa a tiempo, que la mayor parte de nuestras playas y todas las infraestructuras humanas que soportan están dramáticamente abocadas a un futuro más que incierto.

Ello exige un mantenimiento permanente por parte de la Administración en labores de defensa y regeneración de playas, con un alto coste económico y un gran esfuerzo humano y técnico. Que duda cabe, que estamos ante otro interesante dato para la refl exión.

4.3. Impactos sobre los Acantilados

También los acantilados han sufrido palpa-bles transformaciones en las últimas décadas: Vías de comunicación, canteras, urbanizacio-nes, explanaciones, desmontes y terraplenes que, en ocasiones, alcanzan la ribera marina y sepultan sus fondos próximos, han llenado de cicatrices estos espacios, rompiendo sus perfi les

Izquierda: Erosión costera. La playa de los Motores en

Cabo de Gata, año 1974. Fuente: Carlos Pérez Siquier.

Arriba: Erosión costera. La playa de Los Motores en

1998. Fuente: Felipe Ortiz Molina.

Alfonso Viciana Martínez-Lage

171

característicos y alterando los ecosistemas que acogen, fauna y vegetación rupícola esencial-mente. Además, muchas de estas actuaciones conllevan un evidente desprecio hacia situa-ciones de elevado riesgo, como puede ser la alta actividad sísmica de nuestra provincia o los frecuentes procesos de deslizamientos en laderas.

En la costa de Almería, también debe su-marse el impacto de la agricultura intensiva. Mediante grandes obras de aterrazamiento, los invernaderos ocupan y destruyen estas formacio-nes, generando, desde el punto de vista estético y paisajístico, daños irreparables. Según las mediciones efectuadas sobre ortoimágenes de 2005, en la actualidad el 27,5% de la longitud acantilada de la costa de Almería se encuentra alterada por la acción del hombre (Cuadro nº 3). Veamos con detalle algunos casos:

Acantilados de la Sierra del Calar y

la Contraviesa

Ejemplifi can claramente lo señalado. Edifi ca-ciones en la base del cantil, paso de la antigua

CN-340 a media altura con explanaciones y terraplenados que han desdibujado sus perfi -les originales, Autovía del Mediterráneo en la coronación y diversos invernaderos a diferentes niveles, componen un lamentable escenario de destrucción de formaciones acantiladas de enorme belleza en nuestra provincia.

Acantilados del Cañarete

El paso de la Autovía del Mediterráneo en su coronación y de la antigua CN-340 a media altura, con terraplenes que sepultan los fondos marinos próximos, urbanizaciones como la de Castell del Rey o Espejo del Mar, y diversas canteras de escollera, han generado graves impactos sobre esta monumental pared acantilada que nos brinda el contacto de la sierra de Gádor en su encuentro con el mar. Lamentable, por reciente, resulta el caso de su sector más occidental, destruido para encajar con calzo un gigantesco bloque de viviendas frente al puerto deportivo de Aguadulce, en un área saturada por la construcción. Ruptura de formas acantiladas de extraordinaria belleza

Fuerte erosión costera en la playa de Palomares (Cuevas

de Almanzora). Año, 2006. Fuente: Felipe Ortiz Molina.

Destrucción de áreas acantiladas en la sierra del Calar

(Adra). Año 2001. Edifi cios, carretera, autovía e inverna-

deros ocupan a diferentes niveles esta formación. Fuente:

SCA.

La costa de Almería: desarrollo socio-económico y degradación físico-ambiental (1957-2007)

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plástica y el estrangulamiento de la antigua carretera nacional 340 a la entrada de esta barriada costera, son las consecuencias más evidentes de una maniobra urbanística, sen-cillamente aberrante, y al margen de toda lógica.

4.4. Impactos sobre los fondos marinos

En las aguas próximas a la costa se de-sarrolla una de las joyas de nuestros fondos marinos, las praderas de Posidonia oceanica,

Ocupación de zonas acantiladas. San Juan de los Te-

rreros (Pulpí). Año 2006. Fuente: A. Viciana.

Municipio Long. Acantilados Longitud de acantilado afectada %Adra(*) 7.957 5.533 70.0Roquetas de mar 981 981 100,0Enix 2.312 2.312 100,0Almeria 3.111 3.111 100,0Níjar 46.281 3.605 7,8Carboneras 7.531 270 3,6Mojacar 3.053 950 31,1Cuevas de almanzora 8.061 4.813 59,7Pulpi 4.932 1.620 32,8Total 84.219 23.195 27,5 %

Cuadro 3. Longitud de acantilados afectada por la actividad humana en la costa de Almería. Año 2005 (En metros)

Fuente: Elaboración propia. (*) Los cantiles de Adra responden a la tipología de acantilados “muertos” o “inactivos”, por no contactar directamente

con el mar y estar separados de éste por una estrecha banda sedimentaria.

Destrucción de paredes acantiladas en sierra de Gádor.

Año, 2001. Fuente: SCA.

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endemismo del Mediterráneo, que coloniza las aguas superfi ciales hasta los 30-40 m de profundidad. Además de constituir ricos nichos ecológicos de altísima diversidad faunística, intervienen en los procesos de dinámica cos-tera, contribuyendo a la estabilidad del litoral, por lo que su eliminación conlleva importantes cambios en la evolución de la línea de costa (Viciana, 2001).

Por una parte, está demostrado que las pra-deras de fanerógamas marinas18 captan, fi jan y, sobre todo, producen sedimentos. En Menorca, recientes estudios señalan que más del 80% del material que componen algunas de sus playas está formado por sedimentos biogénicos, en gran parte procedentes de lechos colonizados por Posidonia oceanica (Roig i Munar, 2004), de lo que se desprende que las praderas de fanerógamas marinas actúan como una fuente sedimentaria para el litoral.

Por otra parte, salvaguardan la costa de los efectos directos del oleaje y, por tanto, de la erosión costera al amortiguar el hidrodinamismo

18 Otras fanerógamas marinas de nuestras aguas son: Cymodocea nodosa, Zostera marina y Zostera Noltii.

(reducen la velocidad de la corriente de agua, disipan su energía y atenúan su turbulencia). Finalmente, la Posidonia oceanica genera, du-rante el otoño y el invierno, grandes depósitos de hojas muertas en la orilla (arribazones) que actúan como colchones defensivos ante los embates del mar, precisamente en el periodo en el que se producen los mayores temporales marinos. Todo ello las convierte en elementos morfodinámicos esenciales en el sistema playa (Duarte, C. M., 2004).

Las praderas de fanerógama marinas en general y, la Posidonia oceanica en particular, se encuentran amenazada por distintas causas antrópicas. Las frágiles condiciones bióticas en que se desarrollan de luminosidad, temperatura, transparencia del agua u óptimo nivel de nutrien-tes (Sánchez Lizaso, J.L., 2004) están siendo modifi cadas por el hombre. Contaminación del agua del mar en todas sus formas19, pesca de arrastre, construcción de puertos, diques y espi-

19 Además de los vertidos industriales, vertidos de hidrocarburos y de aguas residuales, en los últimos años han proliferado los vertidos procedentes de las piscifactorías, así como de las salmueras de las desaladoras, con efectos también muy negativos para estas praderas.

Antes y después de la construcción de un bloque de apartamentos en los acantilados de Aguadulce (Roquetas de Mar).

Fuente: Gentileza de Plataforma ciudadana SOS Acantilados de Aguadulce.

La costa de Almería: desarrollo socio-económico y degradación físico-ambiental (1957-2007)

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gones, dragados, e incluso, las regeneraciones de playas, han provocado serias regresiones en estas praderas.

Según el Laboratorio de Biología Marina de Madrid (1997), la Posidonia está en avanza-do estado de regresión en algunos tramos de nuestro litoral con coberturas que no alcanzan el 50%. Estas zonas coinciden precisamente con los sectores más castigados por la pesca de arrastre (Punta Entinas-Sabinar), con zonas afectadas por vertidos industriales (Villaricos), o con áreas donde ha habido importantes transfor-maciones del lecho marino, como es el caso de Carboneras, donde se han construido 3 puertos en los últimos años y donde las coberturas de la pradera se sitúan entre el 25-50 %.

4.5. Sobreexplotación de acuíferos litorales

Este problema es especialmente importante en nuestra costa, donde se realiza una explotación intensiva de las aguas subterráneas para su uso en la agricultura y el turismo, lo que ha produci-do un alarmante descenso del nivel freático, con serios procesos de intrusión marina y salinización, así como repercusiones económicas.

Dos de los mayores acuíferos costeros de Almería se encuentran en un avanzado estado de salinización, en uno de los casos más graves por este concepto a nivel nacional (Benavente Herrera, 2007). El acuífero de Níjar ya fue declarado sobreexplotado en 1973. El acuífe-ro del Campo de Dalías lo fue por decreto en 1984. Hoy, los bombeos continúan a un ritmo creciente poniendo en serio peligro el modelo de desarrollo de estas dos comarcas, pilares bá-sicos de la economía provincial. Otra situación alarmante la tenemos en el caso concreto del acuífero de Aguadulce20, donde es necesaria

20 El acuífero de Aguadulce forma junto a los de Balanegra y

una desaladora para potabilizar el agua de consumo humano.

Si bien en la agricultura intensiva se han realizado grandes avances en la optimización del recurso agua, con sistemas de riego cada vez más efi caces, no se puede decir lo mismo del sector turístico.

Los campos de golf, modelo de desarrollo amparado desde la propia Administración como una infraestructura complementaria de reclamo a un turismo de élite, representan un caso de uso masivo de agua por esta actividad. Buen ejem-plo de lo comentado son los campos de golf de Playa Serena21 (Roquetas de Mar) y Almerimar22 (El Ejido) con consumos anuales de 270.000 m3/año y 360.000 m3/año, respectivamente (Rico, 1998).

Aunque los consumos dependen de varios factores, como el tipo de vegetación utilizada, efi cacia en la gestión del agua, emplazamiento geográfi co, etc. (Espejo Marín, 2004), se ha estimado, para un campo de golf de 18 hoyos (40 Ha.), un consumo de 1500 a 2000 m3 por día en los meses de máxima irrigación, o 6.000 m3 al año por hectárea (García Lorca, 2007), lo que totaliza un gasto medio de entre 150.000 a 300.000 m3/año (Durán, 2001). Siguiendo esta valoración, los campos de golf de Almería mantendrían, en el mejor de los ca-sos, un consumo anual de agua de 1.200.000 m3, cifra importante para una provincia con un clima semiárido.

Ubicados en su mayor parte en la franja costera, los campos de golf amparan grandes desarrollos urbanísticos que aumentan el con-

Balerma-Las Marinas, el sistema de acuíferos del Campo de Dalías. (Pulido Bosh, A., 1988).

21 Los recursos hídricos para su mantenimiento proceden de las depuradoras de la Urbanización Playa Serena (Rico, 1998).

22 Su consumo de agua procede en un 50% de pozos y de la depuradora de la urbanización Almerimar (Rico, 1998).

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sumo de agua, transforman el paisaje, utilizan masivamente fi tosanitarios y ocupan grandes extensiones de suelo, en ocasiones de alto va-lor ambiental (Almerimar, Roquetas de Mar, El Toyo). En la provincia de Almería, uno de los territorios más áridos de la Península Ibérica, existen en la actualidad 8 campos de golf y están en proyecto un total de 22 nuevas insta-laciones que incrementaran notablemente los consumos hídricos.

4.6. Sobreexplotación pesquera

Un reciente informe de la FAO (2007) señala que el 75% de los caladeros mundiales están sobreexplotados y que el 77% de las especies comerciales están al límite de su capacidad de pervivencia, por lo que con el actual ritmo de capturas, el futuro del sector es inviable, tanto en su dimensión ambiental como económica. En el ámbito de la cuenca Mediterránea, otro estudio, esta vez del Banco Mundial, alerta que el 80% de los caladeros se han perdido por capturas masivas e indiscriminadas, presentan-do en la actualidad una alarmante escasez de recursos. Ante datos tan contundentes como los

señalados, que duda cabe que asistimos a un problema de escala global del que nuestro país, con una de las fl otas y cuotas de producción y consumo más elevadas del mundo, tampoco escapa.

En la provincia de Almería, desde los años 70, los técnicos hablan de sobreexplotación pesquera y del agotamiento de la mayor parte de los caladeros donde faenan nuestros pesca-dores. Durante años, el exceso de capturas, el mantenimiento de una fl ota sobredimensionada y el uso de técnicas de pesca no selectivas, agre-sivas e inadecuadas, han devastado ecosistemas marinos y han reducido considerablemente su biomasa, abocando al sector a la denominada “crisis biológica” (Suárez de Vivero, J.L. y Rodrí-guez Rodríguez, J.A., 2003). Situación que se agrava por la escasa capacidad de respuesta que tiene la estructura de esta actividad en nues-tra provincia, formada por pequeñas empresas de carácter familiar y una fl ota esencialmente artesanal. Esto ha provocado que los principales indicadores de la actividad pesquera presenten una clara tendencia a la baja. La grave crisis que atraviesa el sector en los últimos años ha dejado varada en tierra a miles de personas

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía y de los Informes Económicos de la Cámara de Comercio de Almería.

Gráfi co 3. Evolución del volumen de capturas pesqueras en la provincia de Almería. Período 1980-2006 (En TM).

La costa de Almería: desarrollo socio-económico y degradación físico-ambiental (1957-2007)

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en nuestra provincia, cuya continuidad laboral depende de los acuerdos con otros países o de los subsidios y ayudas públicas. Actualmente, las capturas presentan, tal y como muestra el gráfi co adjunto, una preocupante tendencia descendente.

Puertos y núcleos costeros de gran tradición pesquera como Adra, Roquetas de Mar, Almería o Garrucha, han visto descender, año tras año, los rendimientos, el volumen de negocio y el empleo hasta límites impensables hace sólo unas décadas. Lamentablemente, la pesca es, al día de hoy, una actividad testimonial, más importante por su carácter social que por su valor productivo, con una importante merma de su incidencia en el conjunto de la economía provincial.

4.7. Contaminación de las aguas marinas

Constituye una de las causas fundamentales de la degradación de los ecosistemas marinos. Si bien es verdad, que en nuestra comunidad cada vez es menor el caudal de vertidos con-taminantes gracias a los esfuerzos realizados por la Administración, estos no han desapare-cido por completo y, sobre todo, se plantea la necesidad de una constante vigilancia de las infraestructuras de saneamiento. Entre los focos de contaminación más importantes están:

a) Aguas residuales urbanas: Las aguas residuales urbanas portan grandes cantidades de microorganismos patógenos (coliformes), sumamente peligrosos en contacto directo con el hombre o bien a través de la ingesta de mo-luscos fi ltradores que acumulan en su carne las bacterias. Producen eutrofi zación, disminuyen la transparencia del agua y generan graves trastornos en las comunidades bentónicas por sedimentación de la carga sólida que portan. Aunque la depuración de aguas residuales

urbanas se encuentra en un avanzado proceso de corrección bajo métodos cada vez más sofi sticados y efi caces, los problemas, según los técnicos, devienen del mantenimiento en óptimas condiciones de las infraestructuras de saneamiento, sobre todo, durante los periodos punta. Debe recordarse en tal sentido que, en verano, debido al turismo, la población de la mayor parte de los núcleos costeros se incre-menta notablemente, generando problemas de saturación en las redes de saneamiento. Buen ejemplo de lo comentado son las localidades de Aguadulce, Roquetas de Mar, Almería, Villaricos o Vera, con infraestructuras de sanea-miento que se muestran claramente insufi cientes para hacer frente al aumento demográfi co del periodo estival, lo que lamentablemente puede comprobarse la mayor parte de los veranos en sus aguas de baño.

En Andalucía existen 864 vertidos de natu-raleza urbana, de los que 120 se localizan en Almería y 18 emisarios de aguas residuales, el 23% de los existentes en la costa andaluza (Consejería de Medio Ambiente, 2007).

b) Vertidos industriales: Constituye el grupo de efl uentes más tóxicos y peligrosos para el medio marino. Alcanzan el mar a través de emisarios o procedentes de la quema de com-bustibles fósiles, generando graves trastornos en los ecosistemas marinos (eutrofi zación, altera-ción del bentos, degradación de la calidad de las aguas, bioacumulación de metales pesados en el grupo de los animales fi ltradores, etc.). De los 148 emisiones inventariadas en Andalucía, 13 corresponden a la costa almeriense (Con-sejería de Medio Ambiente, 2007), siendo los más perjudiciales y agresivos los vertidos de la industria farmacéutica DSM-Deretil en Villaricos, la planta de cogeneración de Abengoa en la misma localidad, y la Central Térmica de Endesa (Carboneras).

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c) Vertidos sólidos y sus lixiviados: Aunque se trata de una problemática extensiva a toda la costa de Almería, por reiterativos, re-sultan paradigmáticos los vertidos de desechos agrícolas y urbanos en la costa de Poniente, sobre todo, en los cauces y desembocaduras de las ramblas, y muy especialmente en la Vega de Adra donde hay zonas que actúan, desde años, como vertederos incontrolados.

d) Escorrentías agrícolas: De los 215 puntos de emisión inventariados en la costa an-daluza, 14 se localizan en Almería. Gran parte de estos vertidos portan restos de fi tosanitarios, pesticidas y fertilizantes de gran toxicidad para el medio costero. De nuevo, la costa del Poniente registra el mayor número de emisiones de este tipo, concentradas esencialmente en la Vega de Adra.

e) Contaminación térmica: Aunque su infl uencia es limitada sobre el medio marino, se ha observado una disminución de los con-tenidos de oxígeno en agua, situación que se agrava por el uso de “antifouling” que evitan

la colonización biológica de las conduccio-nes (Mas Hernández, 1992). En la costa de Almería existe un vertido de este tipo, proce-dente de los procesos de refrigeración de la Central Térmica de Endesa en la localidad de Carboneras.

f) Desechos de las piscifactorías: El vertido masivo de materia orgánica producida por las heces de los peces, el uso de antibióticos y de antifouling, en grandes concentraciones y en puntos muy localizados de la costa, genera procesos de eutrofi zación, anoxia y contami-nación por sustancias químicas en la columna de agua. En la costa almeriense existen 5 pis-cifactorias: Adra, Aguadulce, Isleta del Moro, Carboneras y Villaricos.

Por último, el vertido de salmueras de las desaladoras y el vertido de hidrocarburos desde buques o procedentes de la actividad portuaria, constituyen otro grupo de efl uentes contaminan-tes con efectos negativos sobre la calidad de las aguas, los ecosistemas marinos y sobre sectores económicos como la pesca o el turismo, de los que nuestra costa tampoco escapa.

Vertedero incontrolado junto al mar en la Vega de Adra.

Año, 2006. Fuente: A. Viciana.

Escurrimiento agrícola al mar en la Vega de Adra. Año,

2001. Fuente: SCA.

La costa de Almería: desarrollo socio-económico y degradación físico-ambiental (1957-2007)

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Conclusiones

Como hemos visto, el litoral es por su propia naturaleza un sistema complejo en el que todos sus elementos interactúan entre sí. Sin embargo, en buena parte, este equilibrio se ha roto por una inadecuada gestión del medio natural. La realidad ambiental de nuestra costa es preocu-pante como ha quedado demostrado, pero lo más alarmante es el modelo de intervención que se está estableciendo. La destrucción de hábitats, la pérdida de biodiversidad y geo-diversidad, la sobreexplotación pesquera, la salinización de acuíferos costeros, la contami-nación en todas sus formas y la erosión costera, son expresiones del enorme coste ambiental que ha tenido el actual y malentendido desarrollo en el litoral de Almería. También inquieta que este proceso de ocupación intensiva y extensiva venga a coincidir con un momento de máximo desarrollo e implantación de normativa espe-cífi ca de carácter territorial y ambiental. Esto nos dice a las claras que algo está fallando en el sistema.

Ante la situación que se ha descrito ¿Cómo resolver este abanico de problemas? La solución pasaría por las siguientes propuestas:

- La Ley de Costas de 1988 es la ley básica en la ordenación de la franja costera. El problema es que llegó tarde y se ha puesto en marcha aún más tarde. Pese a haber sido considerada por los expertos una excelente ley, innovadora y ambiciosa, hoy ya casi resulta obsoleta. Desde luego, es fundamental concluir el deslinde de los bienes que integran el DPM-T. Es imposible defender lo que aún no se ha concretado ni delimitado formal y jurídicamente. Desde que se aprobó la Ley han pasado 19 años y tan sólo se ha deslindado el 68% de la costa de Almería. Esto provoca

situaciones de indefensión jurídica tanto para el administrado como para la propia Administración. Además, este retraso ha provocado que la degradación de muchos bienes que debían incorporarse al dominio público hayan perdido toda evidencia que justifi que su inclusión en el patrimonio demanial. Sirva el ejemplo del humedal de Los Bajos en Roquetas de Mar, sepultado por toneladas de escombros, imposibili-tando la labor de deslinde y eliminando todo tipo de pruebas para su declaración como zona húmeda costera y, por tanto, como dominio público.

- Es necesario ampliar los espacios natura-les protegidos en la costa, en base a la Ley 2/89 de nuestra comunidad. Sería necesario que las sierras de Cabrera y Almagrera se incorporaran cuanto antes a la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía. Pero también es necesario que la Administración au-tonómica asuma, de una vez por todas, la necesidad de invertir en los espacios protegidos garantizando, además de su conservación, el desarrollo económico y social. Con ello se superaría la sensación de desasosiego y desgracia que tienen los habitantes de un territorio cuando es declarado espacio protegido.

- Por otra parte, el litoral no puede ser úni-camente sinónimo de desarrollo turístico-inmobiliario. Los espacios en los que no se ha intervenido urbanísticamente han demostrado tener una notable capaci-dad de atracción sobre el sector turístico y engrosan ya listas preferentes a la hora de elegir destino.

- Compromiso de las administraciones públi-cas. No vale mirar para otro lado. Hace falta celo en las distintas administracio-nes y entendimiento real entre ellas. Es

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necesario pasar a la acción y actuar con premura en la resolución de casos. La normativa territorial y ambiental está ahí, es cuestión de hacerla cumplir con rigor y por igual para todos. Muy importante es llevar hasta el fi nal las sentencias judiciales sobre ilegalidades en la costa por su gran poder ejemplarizante.

- Es necesario avanzar en la aplicación de los postulados de la Gestión Integral de Áreas Costeras. Con ello se superaría la visión parcial y fragmentada que las distintas Administraciones tienen sobre los problemas en la franja litoral, en un esfuerzo por coordinar las diferentes estrategias y adoptar una perspectiva global en el que queden involucradas todas las partes interesadas.

- Andalucía ha desarrollado un instrumento jurídico básico: la ley 1/94 de Orde-nación del Territorio que tiene como ex-presión espacial el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía y los distintos Planes de Ordenación de carácter Su-bregional. Esto se ha concretado para Almería con el Plan de Ordenación del

Territorio del Poniente ya aprobado, y con el del Levante, en tramitación. Estos documentos valoran de manera ajustada la situación actual del litoral y diseñan actuaciones y medidas concretas para su ordenación. Pero, sin embargo, como dice un querido profesor “el papel lo aguanta todo”. El verdadero reto está en trasladar sus contenidos a la compleja realidad del territorio y hacerlos efecti-vos. Hay ya medidas contenidas en estos planes que no se están cumpliendo.

- Sería igualmente necesario potenciar estrategias que han demostrado una excelente aceptación social, tal es el caso de la compra por parte de la Administración de fi ncas aledañas al Dominio Público Marítimo-Terrestre o dentro de espacios naturales protegidos en la costa, especialmente en zonas sensibles o que presenten un alto riesgo de transformación.

- Potenciar la movilización ciudadana. Casos como el del Algarrobico, ya-cimiento arqueológico de Baria o las extracciones de arenas, entre otros, han sido paralizados y reconsiderados por la Administración gracias a la presión social. Es fundamental atender estas convocatorias para defender lo que se considera legítimo.

- Asumir todo lo que se ha comentado redun-daría en mejorar la calidad ambiental del litoral y conseguir el uso racional del enorme y valiosísimo “capital natural” del que disponemos en nuestra costa. Se trata en defi nitiva de progresar, pero de verdad, hacia el desarrollo sosteni-ble que altisonadamente, pero no de manera efectiva, está en boca de todos los agentes y actores que intervienen en el litoral.

Demolición de edifi cio ilegal en San José, reconvertido

en mirador. Año, 2006. Fuente: TRAGSA. En agradeci-

miento y memoria de Josefi na Huertas.

La costa de Almería: desarrollo socio-económico y degradación físico-ambiental (1957-2007)

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Cartografías

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