¿la ciencia y la religión, son reinos del todo reparados?
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¿La ciencia y la religión,
son reinos del todo
reparados?
Juan Arana
Universidad
de Sevilla
“Hasta cierto punto no me siento inclinado a pronunciarme públicamente sobre temas religiosos, pues no creo haberlos meditado con una suficiente profundidad que justifique la divulgación de mis ideas.”
Doble aspecto de la cuestión:
1) De facto: ¿qué actitud han tenido los hombres de fe frente a la ciencia y los científicos respecto a la religión?
2) De jure: ¿qué relevancia tiene la religión para la ciencia y la ciencia para la religión? ¿Tienen en principio algo que ver una con otra?
«Hemos pasado revista, en los dos volúmenes a 432 nombres pertenecientes al siglo XIX. Quitando de este número los 34 cuya actitud religiosa nos es desconocida, quedan 398 que se reparten así: 15 indiferentes o agnósticos, 16 ateos y 367 creyentes.»
La tesis de la separación
Ciencia
Religión
«Estrictamente hablando, una negación científica de lo religioso no tiene sentido, puesto que ambos órdenes son mutuamente ajenos y porque no hay un sentido de la palabra verdad que sea común a ambos órdenes, en virtud del cual pudieran ponerse en contacto susodichos órdenes.»
Henri Poincaré
Etienne Gilson
«No puede haber moral científica, pero tampoco puede haber ciencia inmoral.»
«Nuestras ideas acerca de la naturaleza de la teoría física nacieron pues de la práctica de la investigación científica y de las exigencias de la enseñanza; por profundo que sea nuestro examen de conciencia intelectual, nos es imposible reconocer influencia alguna ejercida sobre la génesis de estas ideas, por cualquier preocupación religiosa. ¿Y cómo podría haber sido de otro modo? ¿Cómo podríamos haber pensado que la evolución experimentada por nuestras opiniones de físico podía tener importancia para nuestra fe católica? ¿No habíamos conocido cristianos, tan sinceros como ilustrados, que creían ciegamente en las explicaciones mecanicistas del Universo material? ¿No habíamos conocido cristianos ardientes partidarios del método inductivo de Newton? ¿No saltaba a los ojos, a los nuestros y a los de todo hombre de sentido común, que el objeto y naturaleza de la teoría física eran cosas ajenas a las doctrinas religiosas y sin contacto alguno con ellas? Y por lo demás, subrayando más y mejor lo poco que nuestra manera de pensar estas cuestiones se inspiraba en nuestras creencias, ¿no provinieron los ataques más numerosos y más mordaces contra dicha manera de pensar de quienes profesan la misma fe religiosa?»
Pierre Duhem
Stephen Jay Gould,
Ciencia versus religión.
Un falso conflicto,
Traducción castellana de
Joandoménec Ros,
Barcelona, Critica, 2000,
232 pp.
Título original: Rocks of
Ages Science and
Religion in the Fullness of
Life
1999.
Propongo que encapsulemos este principio básico de la no interferencia
respetuosa (acompañado de un diálogo intenso entre los dos temas
distintos, cada uno de los cuales cubre una faceta fundamental de la
existencia humana) enunciando el principio de los magisterios que no se
superponen, al que para abreviar denominaré MANS. (p. 13)
No veo de qué manera la ciencia y la religión podrían unificarse, o
siquiera sintetizarse, bajo un plan común de explicación o análisis; pero
tampoco entiendo por qué las dos empresas tendrían que experimentar
ningún conflicto. La ciencia intenta documentar el carácter objetivo del
mundo natural y desarrollar teorías que coordinen y expliquen tales
hechos. La religión, en cambio, opera en el reino igualmente importante,
pero absolutamente distinto, de los fines, los significados y los valores
humanos, temas que el dominio objetivo de la ciencia podría iluminar,
pero nunca resolver. De manera parecida, mientras que los científicos han
de actuar mediante principios éticos, algunos de ellos específicos de su
práctica, la validez de tales principios no puede inferirse nunca a partir de
los descubrimientos objetivos de la ciencia. (p. 12)
16 No soy creyente. Soy agnóstico en el sabio sentido de T. H.
Huxley, quien acuñó el término cuando identificó este
escepticismo liberal como la única posición racional porque,
realmente, no podemos saber. No obstante, habiéndome
apartado de los puntos de vista de mis padres (y siendo libre,
en mi propia educación, de las causas de su rebelión), tengo
un gran respeto por la religión.
22-23 Pero no puedo pensar en una afirmación más extraña a
las normas de la ciencia (en realidad, más poco ética bajo este
magisterio) que la célebre reconvención que Jesús hizo a
Tomás: “dichosos los que sin ver creyeron”. Una actitud
escéptica hacia las apelaciones basadas sólo en la autoridad,
combinada con una exigencia de evidencia directa (en especial
cuando se trata de apoyar afirmaciones insólitas), representa el
primer mandamiento de la actitud científica correcta. ¡Pobre
incrédulo Tomás! En su momento crucial y epónimo actuó de la
manera más admirable para un estilo de indagación... pero en
el magisterio equivocado. Adoptó el principio clave de la
ciencia al tiempo que operaba en el seno del magisterio distinto
de la fe.
«Cuando la religión intenta establecerse sobre las ruinas de la filosofía, lo normal es que surja un filósofo decidido a fundar la filosofía sobre las ruinas de la religión.»
Bellarmino
Galileo
«¿Quién pretenderá poner límite a los ingenios humanos?, ¿quién se atreverá a afirmar que ya sea sabido todo aquello que es cognoscible en el mundo?»
Interpenetraciones
“Es como si dijéramos de un rey que hubiera educado tan bien a sus súbditos que no tuviera necesidad de corregirlos, que es un rey solamente de nombre...”
G.W. Leibniz
La Religión de la Ciencia
Ernest Renan
«Vosotros sois los escépticos y nosotros los creyentes. Creemos en la obra de los tiempos modernos, en su santidad, en su
porvenir, y vosotros la maldecís. Creemos en la razón, y la insultáis;
creemos en la humanidad, en sus divinos sentidos, en su imperecedero porvenir, y
os reís de ello; creemos en la dignidad del hombre, en la bondad de su
naturaleza, en la rectitud de su corazón, en su derecho a ser perfecto, y meneáis la
cabeza al oír tan consoladoras verdades [...] Creemos en todo lo que es verdad,
amamos todo lo que es bello, y vosotros, cerrando los ojos al encanto infinito de las cosas, atravesáis el mundo hermoso
sin dedicarle una sonrisa.»
«Aunque los intentos de describir la materialización del universo a partir de la nada siguen siendo hoy muy especulativos, representan una ampliación apasionante de los límites de la ciencia. Si algún día este programa se completa, significaría que la existencia y la historia del universo podrían explicarse por las leyes substantes de la naturaleza.»
Alan Guth
«La certeza de que existe algo que no podemos alcanzar, nuestra percepción de la razón más profunda y la belleza más deslumbradora, a las que nuestras mentes sólo pueden acceder en sus formas más toscas..., son esta certeza y esta emoción las que constituyen la auténtica religiosidad. En este sentido, y sólo en éste, es en el que soy un hombre profundamente religioso.»
Max Born
Albert Einstein
«Leí recientemente en los periódicos que tú habías dicho que si volvieras a nacer no serías físico sino artesano. Estas palabras fueron para mí una gran confortación, porque a mí también me pasan por la cabeza ideas semejantes al ver el daño que nuestra otrora tan bella ciencia ha causado al mundo.»
N e g a c ió n d e lo s á m b ito s
e n lo s q u e n o s e a a p lica b le :
in m a n e n t is m o
L a c ie n c ia re sp e ta
lo s l ím ite s d e la
a p l ic a b il id a d d e s u
m é to d o
E xc lu s iv is m o :
m a te r ia lism o
d e te rm in is ta
L a c ie n c ia e s tu d ia
c ie r to tip o d e
re a lid a d
E x ig e n c ia in m o d e ra d a
d e d e m o s tra b i lid a d
L a c ie n c ia a p l ic a
la ra c io n a lid a d
In c a p a c id a d p a ra
tra s ce n d e r lo s
L a c ie n c ia p a r te
d e lo s h e c h o s
d e sa rro l la d a s a p a rt i r
d e lo s p re s u p u e s to s d e la
a c t iv id a d c ie n t í f ica
P a to lo g ía s a n t ir re lig io s a s
«...yo estaba muy poco inclinado a renunciar a mi creencia; estoy seguro de ello, pues recuerdo bien haber inventado
muchísimas veces fantasías sobre antiguas cartas en poder de romanos
ilustres, y manuscritos descubiertos en Pompeya o en cualquier otro sitio, que
confirmaban de la manera más asombrosa todo lo que estaba escrito en
los Evangelios. Pero cada vez me resultaba más difícil, dando rienda suelta
a mi imaginación, inventar una prueba que bastase para convencerme. De esta
forma me fue invadiendo el escepticismo poco a poco, hasta que me
convertí en un incrédulo completo. El proceso fue tan lento que no sentí
ningún dolor.»
«Supongamos, no obstante, que el próximo martes por la mañana
inmediatamente después de nuestro desayuno, todos los que estamos en el
mundo nos vemos postrados de rodillas por un tronido percusivo [...]
descubriendo una figura de Zeus increíblemente inmensa y radiante que se eleva por encima de nosotros como cien
Everest. Frunce el ceño de un modo sombrío [...] apunta -¡a mi!- y exclama,
para que puedan oírle todos los hombres, las mujeres y los niños: “Ya he tenido
bastante con tu habilidoso cortar-lógico y de tu rebuscar-en-las-palabras en
cuestión de teología. Convéncete, N. R. Hanson, de que muy ciertamente
existo.”»
«...el científico está imbuido del sentimiento de la causalidad
universal. Para él, el futuro es algo tan inevitable y determinado como el
pasado. En la moral no hay nada divino, es un asunto puramente
humano. Su sentimiento religioso adquiere la forma de un asombro
extasiado ante la armonía de la ley natural, que revela una inteligencia
de tal superioridad que, comparados con ella, todo el pensamiento y todas las acciones de los seres humanos no
son más que un reflejo insignificante.»
«Podríamos sospechar la intención de reducir a Dios a un sistema de ecuaciones diferenciales, como ha
ocurrido con las demás instancias introducidas en diversas ocasiones para restablecer el orden en el esquema físico de la realidad. Esta posibilidad, al
menos, queda evitada. Pues [...] no pueden por su propia naturaleza penetrar en el trasfondo que sustenta su ser,
su existencia de hecho. En este trasfondo es donde reside la propia conciencia mental; y es aquí donde, si en algún lugar, podemos encontrar un Poder superior
afín a la propia conciencia. Las leyes que controlan este substrato espiritual, que por lo que de ellas conocemos en nuestra propia conciencia escapan esencialmente a
toda medición, no pueden ser análogas a las ecuaciones diferenciales ni a otras ecuaciones matemáticas propias
de la física, que para encontrar sentido necesitan nutrirse de cantidades determinadas producto de las
mediciones efectuadas.»
Arthur
Eddington
«Cuanto más avanza la técnica, mayor es el peligro... En mi calidad de antiguo ministro de modernísimos armamentos, es mi deber manifestar: Una nueva guerra acabaría con la civilización. [...] Todos los Estados del mundo corren hoy el peligro de caer bajo el terror de la técnica, pero en un régimen dictatorial ello es ineludible. Por lo tanto, a mayores progresos de la técnica, más necesario será que, en contrapartida, se fomente la libertad individual y el respeto en cada hombre de la propia dignidad.»
Albert Speer
«La antigua alianza está ya rota; el hombre sabe al fin que está solo en la inmensidad indiferente del Universo de donde ha emergido por azar. Igual que su destino, su deber no está escrito en ninguna parte. Puede escoger entre el Reino y las tinieblas.»
Jacques Monod
«Mantengo que la única forma de explicar la creación es mostrar que el creador no tiene absolutamente ningún trabajo que hacer, y que, por tanto, podría muy bien no haber existido.[...] Veremos que todos los eventos que acaecen en nosotros y a nuestro alrededor tienen la misma motivación. Un colapso hacia el caos, sin objetivo ni propósito alguno.» «En vez de desvanecerse como todas las otras improbabilidades, esta extrema improbabilidad se congela en la existencia. [...] El universo ha comenzado. Al azar. [...] En el momento de la creación la nada se divide, en cierto sentido, en opuestos extremadamente simples. [...] Al colisionar una partícula y su antipartícula se convierten en algo que esencialmente es nada, una burbuja de energía.»