la aventura del pensar f. savater

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Cultura y Valores Filosofa La aventura de pensar. F. Savater Autor: Fernando Savater Pocos flósoos son capaces de explicar con la sencillez y c Fernando Savater la vida y obra de los grandes pensadores. Con agudez orece conceptos ue per!iten introducirse e interesarse por ideas y or!as de entender la vida prounda!ente enraizados en nuestr cultura. La aventura del pensa!iento presenta, tanto para principiantes co!o p lectores avezados en floso"a, el legado de los flósoos !#s i!portan la $istoria de la $u!anidad% Platón, &ristóteles, 'ant, (egel, )arx, *ietzsc$e, &dorno, Foucault, Spinoza, +escartes, Loc e, -na!uno, rt /asset, entre otros. Savater de!uestra su or!a de entender la divulgación del pensa!iento sin te!ores de ning0n tipo y ec$ando !ano a los !edios de co!unicació !asiva. &s" genera nueva!ente una serie de televisión, ue l transor!a en un producto editorial, convirti1ndonos a todos, televid lectores, en aventureros del pensa!iento, algo ue parece cada vez !# original. La obra de Savater, sie!pre l0cida y pol1!ica, arre!ete est con el origen de las ideas ue or!aron la cultura occidental. 2l flósoo con el paso del tie!po 3 a u" esta!os, en un !undo ue !uestra al flósoo co!o un persona4e distinto al de la 1poca cl#sica. 2n el principio de los tie!pos del pensa!iento uno era flósoo sin tener ue $acer nada especial por ser uiero decir, ue por e4e!plo en la 1poca de S1neca, o en 5o!a, o en 2dad )edia, los flósoos eran personas ue viv"an de una !anera deter!inada. *o ten"an necesidad de desarrollar actividades es co!o dar clases o escribir6 y sin e!bargo se les consideraba flósoos por ue viv"an de una !anera estoica, o epic0rea, respondiendo a un pl vida deter!inado a trav1s del cual encauzaban su existencia. La floso era una or!a de vida, per!anente!ente so!etida a exa!en. Co!o se dice en la &polog"a de Sócrates% 7-na vida sin exa!en no !erece la pe ser vivida8. & eso respond"a la floso"a. 2n eso consist"a ser flóso el flósoo se convirtió en proesor, despu1s en una persona ue ense9 flosoar, ue explicaba las verdades del !undo ta!bi1n. (oy es un pro ue prepara otros proesores. Los papas del pensa!iento :uiz# ;ertrand 5ussell y <ean=Paul Sartre sean los 0lti!os representa esa idea de ue antes sie!pre $ab"a un Papa católico y un Papa flosóf

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La Aventura Del Pensar F. Savater

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Cultura y ValoresFilosofia La aventura de pensar. F. SavaterAutor: Fernando SavaterPocos filsofos son capaces de explicar con la sencillez y claridad de Fernando Savater la vida y obra de los grandes pensadores. Con agudeza, ofrece conceptos que permiten introducirse e interesarse por nombres, ideas y formas de entender la vida profundamente enraizados en nuestra cultura.La aventura del pensamiento presenta, tanto para principiantes como para lectores avezados en filosofa, el legado de los filsofos ms importantes de la historia de la humanidad: Platn, Aristteles, Kant, Hegel, Marx, Sartre, Nietzsche, Adorno, Foucault, Spinoza, Descartes, Locke, Unamuno, Ortiga y Gasset, entre otros. Savater demuestra su forma de entender la divulgacin del pensamiento, sin temores de ningn tipo y echando mano a los medios de comunicacin masiva. As genera nuevamente una serie de televisin, que luego se transforma en un producto editorial, convirtindonos a todos, televidentes y lectores, en aventureros del pensamiento, algo que parece cada vez ms original. La obra de Savater, siempre lcida y polmica, arremete esta vez con el origen de las ideas que formaron la cultura occidental. El filsofo con el paso del tiempoY aqu estamos, en un mundo que muestra al filsofo como un personaje distinto al de la poca clsica. En el principio de los tiempos del pensamiento uno era filsofo sin tener que hacer nada especial por serlo, quiero decir, que por ejemplo en la poca de Sneca, o en Roma, o en la Edad Media, los filsofos eran personas que vivan de una manera determinada. No tenan necesidad de desarrollar actividades especiales, como dar clases o escribir; y sin embargo se les consideraba filsofos porque vivan de una manera estoica, o epicrea, respondiendo a un plan de vida determinado a travs del cual encauzaban su existencia. La filosofa era una forma de vida, permanentemente sometida a examen. Como se dice en la Apologa de Scrates: Una vida sin examen no merece la pena ser vivida. A eso responda la filosofa. En eso consista ser filsofo. Luego el filsofo se convirti en profesor, despus en una persona que enseaba a filosofar, que explicaba las verdades del mundo tambin. Hoy es un profesor que prepara otros profesores.Los papas del pensamientoQuiz Bertrand Russell y Jean-Paul Sartre sean los ltimos representantes de esa idea de que antes siempre haba un Papa catlico y un Papa filosfico. Todos saban en vida de Russell y de Sartre que ellos eran los papas del pensamiento. Y la relacin era parecida a la que hay ahora con Benedicto XVI. Habr a quien pueda gustarle ms o menos, pero todos estn de acuerdo con que se es el Papa. Personalmente, creo que tras la muerte de Sartre ya no ha habido ms papas. Aunque hay figuras sumamente respetadas como Umberto Eco, ya no desempean ese papel pontifical de tiempos pasados.Adems, hay un nuevo elemento que ha sido revolucionario: el avance de los medios de comunicacin de masas, que refuerzan uno de los aspectos de la filosofa, como es la conexin con otros.Pensar y dudarLa diferencia fundamental que hay entre el sabio tipo oriental y un filsofo es que el sabio se las arregla solo, se va a un monte, medita, sufre transformaciones ntimas en la soledad, y a veces ve a su discpulo como un estorbo. El filsofo no, no va vendiendo conocimiento, juega con el conocimiento, de alguna manera va cuestionando lo que los otros creen saber y creando una inquietud con respecto a lo que los otros quieren saber. Yo siempre he dicho que se filosofa no para salir de dudas, sino para entrar en ellas.La filosofa busca no tomarlo todo de una manera aforstica, es decir, por separado, sino buscar la interrelacin. La filosofa siempre trata de buscar una plena visin de conjunto, de crear un marco en el que ir metiendo las cosas que salen, o sea, el problema hoy. No es que no sepamos cosas, es que nos llega una cantidad de informacin enorme, por ejemplo por internet. Pero esa enorme masa de informacin a veces es cierta, a veces es falsa, a veces es irrelevante, a veces importantsima, a veces est fundada, a veces infundada. El problema yano es recibir informacin, pues hoy todo el mundo tiene ms informacin de la que puede asimilar, el problema es orientarse de tal manera que la informacin sirva para algo, y no simplemente para ahogar a la persona. Entonces, la filosofa es la pretensin de que hay que crear un marco dentro del cual entre lo relevante y que de alguna manera sirva de muralla contra lo irrelevante, lo trivial y lo engaoso. El tamiz. El criterio, en el sentido literal de la palabra. Criterio significa en griego cedazo; sobre l se pasan de alguna manera las cosas para saber con qu nos quedamos y con qu no.La funcin de la filosofaPara que la filosofa no responda simplemente a pura pedantera o esnobismo, en mi opinin creo que ha de nacer de los fracasos personales. A todos algn da nos pasa algo que nos convierte en filsofos: la muerte de un ser querido, el fracaso de un proyecto profesional, la derrota de una esperanza poltica. Al que le va todo bien, no ha terminado de ponerse a pensar nunca, porque no le hace falta: las cosas le van sobre ruedas y no piensa. Pensamos cuando de pronto algo no funciona, cuando algo nos despierta. Una pesadilla nos puede ayudar a pensar. As pues, quien recurre a la filosofa es el que est estremecido por un fracaso, por una derrota, por un horror.La filosofa es la herramienta que nos permite cuestionarnos.1Platn, los dilogos que iniciaron todoQu es la filosofa? Alguien ha llegado a decir que todas las obras filosficas que se han escrito son simplemente notas a pie de pgina de los dilogos de Platn. De modo que para hablar de filosofa, de manera inevitable, tenemos que empezar por Platn, autor de una serie de dilogos, protagonizados la mayora por el protofilsofo Scrates.Scrates fue maestro del propio Platn. Extrao y con sentido del humor, careca de estudios. Algunos lo tenan por bufn, otros por un subversivo que deambulaba por Atenas, sin ninguna prosopopeya, sin darse importancia, sin considerarse un profesor. Su actividad se resuma en preguntar a los ciudadanos de la polis ateniense si saban qu era la belleza, qu era la verdad, qu era la justicia. Cuando sus interlocutores le daban una respuesta convencional en medio de risas, seguros de que se trataba de temas muy sencillos, l les volva a preguntar una y otra vez hasta dejar claro que no saban cul era la respuesta correcta. Esto no significaba que Scrates ofreciera una contestacin definitiva, pero demostraba que los dems tampoco saban mucho sobre aquello que suponan tan claro, fcil y evidente. Ah, el placer de preguntar, de preguntar no para saber, sino para saber qu se puede preguntar y preguntar!Preguntar filosficamente es poner en un compromiso al que cree saber o al que quiere que aceptemos que sabe; lo cual no implica, ni mucho menos, que nosotros, preguntones, sepamos ms que l. Esta disposicin a preguntar para liberarse del sistema de verdades establecidas pero sin la prisa de sustituirlas por otras es propia de Scrates en los primeros dilogos platnicos. Luego se va haciendo cada vez ms asertivo, ms informativo. A veces uno pregunta para podar la frondosidad carcelaria de las creencias vigentes, su apariencia de infranqueable dictadura. Los dogmas no son concluyentes, sino concluyentes: taponan el libre juego de nuestros sentidos y la libertad de nuestra razn. No hay dogma cuando alguien dice: sta es mi roca de fondo y ya no me har ms preguntas. En ello consiste antes o despus la cordura. Pero s hay dogma cuando pretende pblicamente imponer a otros que algo es la roca de fondo y que ya no est permitido hacer ms preguntas. En tal situacin se hace urgente el riesgo de la pregunta, porque la certeza incuestionable decretada por la autoridad, a la que no hemos llegado por nuestro propio esfuerzo como llega a la playa el nadador exhausto, es ms asfixiante que la serie asfixiante de las dudas. En cuanto el gur ahueca la voz para dar por sentado que el mundo cabalga sobre un gran elefante, que Dios hizo cielos y tierra en seis das o que es nuestro deber amar al prjimo, el nio impertinente, la seora puntillosa y el filsofo preguntan a coro por qu?.Cuando yo era pequeo, mi padre me regal mi primera enciclopedia, la nica inolvidable: se llamaba El Tesoro de la Juventud. Cada uno de sus volmenes estaba formado por diferentes libros: el de las narraciones extraordinarias, el de los hechos heroicos, el de las grandes exploraciones, el de la naturaleza, el de la magia, el de la cienciaY cada una de esas secciones, estupendamente ilustradas, brindaba las ms elocuentes lecciones, narraba cuentos o describa paisajes. Una de mis favoritas se titulaba El libro de los por qu? y responda a multitud de inquietudes variopintas: por qu hierve el agua? Por qu flotan los barcos? Por qu los gatos ven en la oscuridad? Por qu a lo lejos las montaas son azules? Apenas recuerdo las respuestas de ese fabuloso cuestionario, y las que me vienen a la cabeza quiz las he aprendido despus en otros estudios menos gratos. Pero lo que no se me borra de la memoria es la satisfaccin que me producan las preguntas en s y su vrtigo cadencioso.

El primer filsofo, la cicuta y los dilogosPlatn recoge esos dilogos protagonizados por la figura de Scrates, si bien no sabemos hasta qu punto es fiel a la realidad. Se trata de una figura literaria que crea el propio Platn, protagonista de una historia filosfica? De lo que no hay duda es de que el Scrates que presenta Platn, sin aires de sabio y que se acerca a los dems ciudadanos de hombre a hombre, siempre con una interrogacin en los labios, da comienzo a la filosofa.Platn naci en Atenas en el ao 427 a.C. en el seno de una familia aristocrtica. Fue testigo de la guerra del Peloponeso entre Atenas y Esparta en la que lleg a combatir, y tambin presenci la decadencia ateniense, sacudida por una tirana oligrquica primero y por una democracia populista y demaggica despus.3 Platn, como discpulo de Scrates, haba heredado de su maestro la bsqueda conceptual y la exigencia tica. Pero Scrates fue vctima de acusaciones absurdas y finalmente result condenado a suicidarse mediante envenenamiento el ao 399 a.C.El proceso de Scrates se desencaden por razones polticas. Algunos de sus discpulos estuvieron vinculados a la tirana oligrquica y las autoridades democrticas creyeron oportuno alejarlos de las polis. Se le acus de pervertir a los jvenes, de defender el atesmo y, paradjicamente, de introducir nuevos dioses. Se pidi la pena de muerte porque, segn el derecho ateniense, el acusado poda optar por un castigo alternativo como el exilio. Pero Scrates expres que era culpable y mereca la muerte, o bien no lo era y entonces deban ser reconocidos sus servicios a la sociedad. Rechaz la posibilidad del exilio y hasta ironiz sobre la idoneidad de sus jueces. Fue condenado a beber una copa de cicuta, acept la sentencia con gran dignidad y muri sin sobresaltos.Platn, escandalizado por el proceso a su maestro y preocupado por lo que consideraba una crisis moral y poltica ateniense, puso toda su energa en tratar de establecer entre sus conciudadanos un ideal de justicia y de respeto por la verdad. Para ello, fund su clebreAcademia, destinada a ofrecer educacin filosfica a los futuros polticos y gobernantes, y escribi un gran nmero de bellsimos dilogos, donde abordaba diferentes problemas filosficos.Los dilogos de Platn se pueden dividir en tres grandes grupos. Estn los dilogos tempranos que, en general, plantean un problema y terminan sin dar una respuesta concluyente. Son los ms fieles al espritu socrtico: ms que solucionar un problema determinado, aspiran a revelar lo problemtico de algunas nociones que habitualmente se adoptan sin reflexin. Los dilogos medios o de madurez, entre los que se encuentran las obras ms conocidas de Platn como El banquete, Fedn y La Repblica, en donde expone bsicamente la teora de las ideas, aquellas que, segn Platn, son objetivas, eternas y universales. Al formular su teora de las ideas, Platn se preguntaba, por ejemplo, qu es la justicia, la bondad y la belleza. Y con este preguntar abre nada menos que el pensamiento metafsico occidental.Platn dice que para afirmar que algo tiene una propiedad, esa propiedad debe existir. Pero si esa propiedad no est en ninguna parte ni es percibida por los sentidos, Platn dice que la vemos con el ojo de la razn. Por ejemplo, cmo podemos reconocer ciertos actos comojustos y otros como injustos? Platn indica que hay una idea de justicia que no se agota en ningn acto particular, justo o injusto. Si no hubiera una idea de justicia, no podra llamarse justo a ningn acto. Del mismo modo, podemos encontrar bellas diferentes cosas, pero coincidimos en la idea de belleza, que afirmamos de unas y que negamos a otras.Platn expone que el filsofo es quien puede progresar desde las cosas bellas hasta la idea de belleza, es el que puede ascender de un cuerpo bello a todos los cuerpos bellos y de stos a las bellas normas de conducta, y de ah a los bellos conocimientos, y terminar en el conocimiento de la belleza absoluta, de la belleza en s. Si la idea de belleza fuera slo subjetiva, distinta en cada hombre, nadie sabra a qu se refiere otro al decir que algo es bello. Y la vida en comn sera entonces imposible. Esa vida en comn exige, segn Platn, que podamos compartir algunas ideas que son la base de toda comunicacin. En particular, la idea de justicia. Pueden variar nuestras valoraciones respecto de qu cosas son justas y cules no, pero no puede cambiar aquello por lo que persistimos en llamar justas a algunas conductas. As pues, hay una idea eterna, objetiva y universal de justicia, por la cual es posible alcanzar consensos ticos o polticos. Otro ejemplo: los tringulos concretos pueden ser imperfectos, y, dibujados en una hoja de papel, terminan por borrarse o desaparecer, pero la idea de tringulo, en cambio, es perfecta e inmutable. Gracias a la idea de tringulo podemos reconocer que ciertas figuras geomtricas, a pesar de lo diferentes que puedan ser entre s en tamao y color, son, precisamente, tringulos. Lo mismo ocurre con otras ideas no geomtricas.Finalmente, en los dilogos tardos o de vejez, Platn expresa una reformulacin de su filosofa y advierte que las ideas no son estticas y autosuficientes, sino que se interconectan y remiten unas a otras. En ese momento de su vida, se vio obligado a admitir que no poda pretender que los gobernantes fuesen lcidos y desinteresados. En el ltimo de sus dilogos, titulado Las leyes, abandon la nocin del rey-filsofo y confi a la organizacin legal lo que ya no poda esperar de la sabidura de los individuos. Se trata de un dilogo extenso en el que ofrece un segundo modelo de Estado, pautado exclusivamente por leyes, a diferencia del modelo de los dilogos medios, donde importa sobre todo que los filsofos gobiernen.Pareciera que, esta vez, la ley no ocupa ya un lugar secundario. Podra decirse que en su ltimo dilogo Platn deposita la esperanza de un orden poltico justo y armonioso precisamente en el adecuado ordenamiento jurdico. Platn comenz ocupndose en sus primeros dilogos, muy a la manera de Scrates, de problemas ticos concretos. Y termin ascendiendo, en sus dilogos de vejez, a la cuestin de la estructura misma de toda realidad y a la posibilidad efectiva de una sociedad justa.Platn somos todosHablar de la gran influencia de Platn en todo el pensamiento, la vida intelectual y colectiva de Occidente no es exagerado. Dejando aparte alguna figura religiosa como la de Cristo, es imposible encontrar a nadie que haya tenido una influencia ms profunda, duradera y extensa. De hecho, la mayor parte de nuestro vocabulario filosfico, el de las ideas, de las definiciones y de los conceptos proviene de los mtodos de Platn. Suyo es el mtodo del dilogo y la discusin que permiten el anlisis para poco a poco conocer algo y luego ir ms all. Esto constituye el nervio mismo de la filosofa. Y todo proviene de la obra de Platn.De modo que, insisto, no es exagerado hablar de su gran influencia. Su existencia ha sido decisiva. Hoy el mundo que conocemos sera radicalmente distinto si Platn no hubiera existido. Adems, su gran obra sigue estando ah, contina siendo leda, comentada, teniendo una extraa frescura y espontaneidad.Ha habido grandes filsofos importantes e interesantes cuya obra ha quedado reducida al estudio de los especialistas o necesitan muchas introducciones y comentarios, ante los cuales hoy nos encontramos un poco desconcertados. No entendemos bien cules son sus preguntas, por qu dicen lo que dicen y qu problemas tratan de resolver. Son autores muy interesantes pero que han quedado un poco a trasmano. Necesitamos de profesores, de introductores para acercarnos a ellos. Con Platn es distinto. Gana frente al resto, y gana mucho ms con apenas unas pocas notas claras sobre su obra y sobre las circunstancias histricas en las que se viva en Atenas. Todo eso enriquece sus escritos y por supuesto tambin las notas filolgicas y sus trminos. Pero cualquiera puede leer los dilogos de Platn y encontrar, sin mediaciones, la emocin del pensamiento y la filosofa. Muchas veces se me acercan jvenes que me preguntan: Cmo puedo empezar a interesarme por la filosofa? Por dnde empiezo?. No hay dudas. El principio son los dilogos platnicos. Leer el Gorgias, La Repblica, el Fedro, El banquete, o cualquier otro es la mejor introduccin a la filosofa, porque en ellos sigue estando viva, activa y bullente la aventura de pensar.De La aventura del pensamiento, de Fernando Savater. Buenos Aires, Sudamericana, 2008. 384 pginas.Notas: Fuente: http://www.mdzol.com/mdz/nota/94879-La-aventura-de-pensar/