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La Argentina y el Plan Marshall: promesas y realidades Argentina and the Marshall Plan: promises and realities Mario Rapoport I ; Claudio Spiguel RESUMEN El artículo analiza los intereses y prioridades de la política económica externa de los Estados Unidos y las complejas relaciones entre Washington y el gobierno de Buenos Aires en relación a la puesta en marcha del Plan Marshall de reconstrucción de Europa Occidental. La no participación de la Argentina en él dificultó su proceso de industrialización al restringir su comercio con el viejo continente e impedirle obtener las divisas necesarias para comprar en los EEUU, proveedor fundamental de los bienes Introducción Este artículo tiene como objetivo analizar la cuestión de la posible participación de la Argentina en el Plan Marshall y los vaivenes de la política norteamericana a su respecto. Uno de los propósitos centrales de ese plan de reconstrucción económica de Europa en la posguerra, era ampliar la demanda para las exportaciones de Estados Unidos y, en sus inicios, se preveía que la producción norteamericana, particularmente la agraria, no sería suficiente y debería ser completada con la de otras fuentes. Para la política económica del gobierno peronista, afectado por la inconvertibilidad de las monedas europeas, la perspectiva de ventas a Europa con financiación en dólares del ERP aparecía como una solución, pues de ella dependía la continuidad de las importaciones desde Estados Unidos, fundamentales para su proyecto de industrialización 1 . Las promesas sobre la participación argentina en el Plan, al tiempo que se dilataba su concreción, fue utilizada por Washington y la diplomacia estadounidense como un arma de presión para forzar la baja del precio de venta del trigo argentino. Buscaban también liberalizar las condiciones para la remisión de beneficios de las empresas norteamericanas y restringir o eliminar el rol del IAPI (organismo argentino para el comercio exterior). En suma, una política de presiones dirigidas al abandono de ciertos aspectos de la política económica del gobierno peronista. Ante ello, la Argentina manifestó su voluntad de vender a un precio más bajo si obtenía garantías de acceso a importaciones esenciales desde Estados Unidos "a precios del mercado mundial", y aseguró incluso

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La Argentina y el Plan Marshall: promesas y realidades Argentina and the Marshall Plan: promises and realities Mario RapoportI; Claudio Spiguel

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La Argentina y el Plan Marshall: promesas y realidades

La Argentina y el Plan Marshall: promesas y realidades

Argentina and the Marshall Plan: promises and realities

Mario RapoportI; Claudio Spiguel

RESUMENEl artculo analiza los intereses y prioridades de la poltica econmica externa de los Estados Unidos y las complejas relaciones entre Washington y el gobierno de Buenos Aires en relacin a la puesta en marcha del Plan Marshall de reconstruccin de Europa Occidental. La no participacin de la Argentina en l dificult su proceso de industrializacin al restringir su comercio con el viejo continente e impedirle obtener las divisas necesarias para comprar en los EEUU, proveedor fundamental de los bienes

IntroduccinEste artculo tiene como objetivo analizar la cuestin de la posible participacin de la Argentina en el Plan Marshall y los vaivenes de la poltica norteamericana a su respecto. Uno de los propsitos centrales de ese plan de reconstruccin econmica de Europa en la posguerra, era ampliar la demanda para las exportaciones de Estados Unidos y, en sus inicios, se prevea que la produccin norteamericana, particularmente la agraria, no sera suficiente y debera ser completada con la de otras fuentes. Para la poltica econmica del gobierno peronista, afectado por la inconvertibilidad de las monedas europeas, la perspectiva de ventas a Europa con financiacin en dlares del ERP apareca como una solucin, pues de ella dependa la continuidad de las importaciones desde Estados Unidos, fundamentales para su proyecto de industrializacin1.Las promesas sobre la participacin argentina en el Plan, al tiempo que se dilataba su concrecin, fue utilizada por Washington y la diplomacia estadounidense como un arma de presin para forzar la baja del precio de venta del trigo argentino. Buscaban tambin liberalizar las condiciones para la remisin de beneficios de las empresas norteamericanas y restringir o eliminar el rol del IAPI (organismo argentino para el comercio exterior). En suma, una poltica de presiones dirigidas al abandono de ciertos aspectos de la poltica econmica del gobierno peronista. Ante ello, la Argentina manifest su voluntad de vender a un precio ms bajo si obtena garantas de acceso a importaciones esenciales desde Estados Unidos "a precios del mercado mundial", y asegur incluso que apenas ingresaran dlares al pas por las ventas bajo el Plan Marshall se eliminaran las restricciones a la remisin de dividendos en dlares para las empresas extranjeras.Sin embargo, desde mediados de 1948, la falta de compras por el Plan Marshall ya no se debi esencialmente a esa poltica de presiones ejercidas por Washington, sino a factores estructurales que inevitablemente dejaron de lado a toda Amrica latina. En la medida en que el Plan Marshall haba sido diseado con el propsito, entre otros, de mantener el nivel de actividad de la economa estadounidense en tiempos de paz y conjurar el fantasma de una nueva depresin, la recuperacin agrcola en Estados Unidos implic inevitablemente la exclusin de terceros proveedores con cuyas exportaciones se contaba hasta entonces para completar el abastecimiento a Europa.Los orgenes de la Guerra Fra y el Plan MarshallEl surgimiento de dos superpotencias: los Estados Unidos y la Unin Sovitica, cada una de ellas expresando sistemas econmicos y polticos distintos y ponindose a la cabeza de bloques antagnicos dio comienzo a la llamada Guerra Fra, cuya denominacin se debe a que no implic otro conflicto blico a escala mundial y se bas, ms bien, en enfrentamientos locales, regionales o en los foros internacionales, directos o indirectos. La temprana Guerra Fra (de carcter sobre todo ideolgico y estratgico hasta los primeros aos '50) fue el origen de la bipolaridad mundial. Esta ltima recorri varias etapas e influy en el desarrollo de diversos conflictos blicos con la participacin de alguna de las dos superpotencias, desde las guerras de Corea y Vietnam hasta la de Afganistn, llegando a poner al mundo al borde del holocausto nuclear, como en el caso de la crisis de los misiles, en 1962. Los bloques antagnicos generaron tambin una carrera espacial y armamentstica, conflictos diplomticos y confrontaciones ideolgicas, mediticas y de los servicios de inteligencia.Este proceso fue acompaado, terminada la Segunda Guerra Mundial, por la desintegracin de los imperios coloniales existentes, en especial el britnico, y el surgimiento de nuevas naciones y movimientos nacionalistas, reafirmando intereses propios en conflicto con los poderes hegemnicos y constituyendo un bloque de pases a los que se denomin el Tercer Mundo, tanto en Asia y frica como en Amrica Latina. Al mismo tiempo, los organismos internacionales que se constituyeron, en especial las Naciones Unidas, otorgaron a las grandes potencias victoriosas derechos especiales, como el de veto en el Consejo de Seguridad, trasgrediendo principios igualitarios.En cuanto al plano econmico, hacia fines de los aos 40, el mundo se encontraba muy lejos de las previsiones de los planificadores de Bretton Woods. Desde la etapa final de la guerra, Washington haba impulsado a fondo el diseo de un "nico mundo" bajo su liderazgo. La consecucin y mantenimiento de la paz universal se vinculaban a una expansin del comercio internacional sin restricciones, que pusiera fin a las barreras nacionales y al bilateralismo imperantes desde la preguerra. Tales objetivos, que orientaban la poltica econmica exterior norteamericana desde la depresin, requeran imperiosamente un acceso irrestricto a los mercados extranjeros - indispensable para una economa exportadora de productos industriales masivos y cuya supremaca apareca ahora incontestada- a fin de sortear el fantasma de una recesin que el fin de la guerra haca prever.2Se conceba una rpida transicin hacia el multilateralismo y la libre convertibilidad al precio de polticas de ajuste interno convenidas entre pases deudores y acreedores, reguladas y aceitadas por instituciones supranacionales y un centro financiero con base en el Tesoro de los Estados Unidos: es decir, la "paxamericana".3Pero estos supuestos se derrumbaron pronto. En primer lugar, porque el avance del comunismo, con el liderazgo de la Unin Sovitica, cre un campo econmico contradictorio con esos objetivos: el "mercado universal" se reduca a los pases capitalistas.Por otro lado, la situacin de equilibrio econmico requerida por esas previsiones se haca esperar. En los primeros aos de la posguerra, mientras el supervit comercial norteamericano no dejaba de crecer, Europa Occidental padeca un continuo dficit debido, tanto a las secuelas del conflicto cuanto a la desaparicin del supervit en los "rubros invisibles" de la balanza de pagos europea. Esto se vinculaba con la creciente deuda externa, la prdida de la actividad martima, el peso de los gastos militares y polticos, y la liquidacin de las inversiones en el exterior. A lo que se agregaba su desplazamiento por los Estados Unidos en los mercados del mundo y el hecho de que Europa importaba siete veces el valor de sus exportaciones a ese pas.Tal situacin concurra a causar una creciente inestabilidad poltica en los pases europeos, atenazados por el fuego cruzado de movimientos obreros en ascenso que confluan con el fortalecimiento sovitico. Tambin, por las condiciones impuestas por su aliado americano, que pretenda limitar, en aras del equilibrio externo, la autonoma en materia de polticas econmicas que los europeos requeran y deseaban preservar.En ese contexto, sin embargo, el "consenso keynesiano" se ratificaba como fundamento del orden social. Mientras se procuraba mantener bajo control estatal las principales palancas econmicas y se preconizaba el incremento del gasto pblico para lograr el pleno empleo, los pases del Viejo Mundo se atrincheraban en polticas de convenios bilaterales o acuerdos de compensacin y en la vigencia de la inconvertibilidad. A este panorama se agregaba la precaria colaboracin financiera anglo-norteamericana, debida a la desastrosa situacin de la balanza de pagos britnica y la defensa ejercida por Londres del sistema de "preferencias imperiales".El objetivo estadounidense de disear en la posguerra un "mundo abierto" basado en el multilateralismo y de eliminar toda restriccin ejercida sobre el comercio y sobre las oportunidades de inversin de capitales, implicaba tambin el fin de los imperios coloniales europeos. El diseo de ese mundo, en el cual la economa norteamericana constituira el "centro vital", se vinculaba a la definicin de Washington de la "estabilidad poltica y social" capaz de prevenir procesos revolucionarios que podran conducir al comunismo. "La paz mundial y el comercio mundial [son] socios naturales."4La red comercial sovitica en Europa Oriental o el rea britnica de la libra esterlina, as como los tratados bilaterales, impedan un "comercio mundial sano". As, tanto para sostener la frgil posicin financiera britnica como para "abrir" el rea de la libra esterlina por medio del compromiso de retorno a su convertibilidad, los Estados Unidos otorgaron un prstamo de U$S 3.750 millones a Gran Bretaa en 1946; pese a las reservas de Keynes que, desde la perspectiva de los intereses britnicos, alertaba sobre su insuficiencia para resolver el problema planteado.La estrategia de un rpido retorno al multilateralismo, asociada ideolgicamente con la intencin de garantizar la paz mundial bajo la hegemona norteamericana, era considerada tambin clave para la prosperidad de los Estados Unidos mismos. stos eran el mayor proveedor de bienes en el mercado mundial (un tercio de las exportaciones totales en 1947, un cuarto en 1948 y un quinto en 1949). Pese a la importancia de su mercado interno, las exportaciones norteamericanas resultaban fundamentales para mantener el nivel de empleo domstico y aventar el fantasma de una depresin econmica en la posguerra. Ciertas industrias claves como la del automvil, la del carbn, la de maquinas-herramientas, los productos siderrgicos y la maquinaria agrcola, dependan en gran medida para sus ingresos de una continua y alta corriente de exportaciones. Lo mismo ocurra con sus productos de origen agrcola. En 1947, el temor al retorno a una depresin que sustentaba la poltica comercial externa de los Estados Unidos era percibido a lo largo del mundo y comentado en especial en forma crtica por los economistas soviticos, que aventuraban una nueva crisis del capitalismo en su propio corazn econmico.5Sin embargo, el regreso al multilateralismo se demorara. Impulsada por Estados Unidos, la vuelta a la convertibilidad de la libra por parte de Gran Bretaa, el 15 de julio de 1947, tuvo consecuencias desastrosas. En pocas semanas, se evapor el remanente de los dlares que quedaban del gran prstamo norteamericano. El Reino Unido se encontraba al borde de la cesacin de pagos y bajo la amenaza de tener que utilizar sus reservas de oro. As, el 20 de agosto, debi decretar nuevamente la inconvertibilidad de su moneda, manteniendo su anterior rea monetaria y su comercio bilateral con muchas naciones. Esta situacin debi ser aceptada por Washington para evitar el derrumbe de su principal aliado, con consecuencias negativas en otros pases, como fue el caso de la Argentina.6El equilibrio y la libre convertibilidad previstos eran reemplazados por el generalizado sntoma de la "escasez de dlares", mientras se deba reconocer que el retorno al multilateralismo no podra lograrse con unas pocas medidas de transicin. As, el sistema diseado en Bretton Woods haca crisis. Se debera apelar a otros resortes para paliar el desequilibrio entre los pases capitalistas y garantizar la actividad econmica de los Estados Unidos.Sin embargo, debe notarse que no slo la realidad del momento y las polticas nacionales de convenios bilaterales practicadas por muchas naciones contradecan el concepto de "puertas abiertas" impulsado por Washington. Esos principios contrastaban con la prctica concreta de la poltica econmica norteamericana respecto de su propia economa domstica: el Departamento de Agricultura preconizaba acuerdos internacionales para establecer precios mximos y mnimos y tema el "libre comercio". La regulacin de los precios internos, los subsidios a las exportaciones agrcolas y las tarifas y cuotas a las importaciones de productos agropecuarios se mantenan y desarrollaban. Estados Unidos tambin puso en prctica, en la posguerra, un sistema de compras gubernamentales y acuerdos comerciales bilaterales y preferenciales en materia de trigo, manganeso, azcar y otros bienes, como en los casos de Cuba y Filipinas. Aunque los derechos aduaneros se redujeron despus de la Segunda Guerra, los Estados Unidos mantuvieron de todas formas un programa proteccionista.Esta realidad fue admitida por William Clayton, Subsecretario de Estado y una de las principales autoridades econmicas: "Si queremos ser honestos con nosotros mismos, debemos darnos cuenta de que muchos de los pecados por los que libremente criticamos a otros pases tienen su contraparte en Estados Unidos".7Ese doblestandardde la gran potencia era denunciado por los pases latinoamericanos, y por los britnicos mismos.8Por un lado, se ponan en prctica, en 1947, el Plan Marshall de apoyo a la recuperacin de Europa; y en 1949, una poltica de ayuda para el "desarrollo" (el "punto 4" del mensaje presidencial de Truman a la Unin de ese ao) que tena tambin objetivos geopolticos (sus primeros beneficiarios fueron Persia e Israel). Por otro lado, hacia principios de la dcada del '50, Estados Unidos llevaba una gran proporcin de sus relaciones econmicas externas a travs de convenios bilaterales con ms de 70 gobiernos, en materia de comercio, inversin privada, asistencia financiera, etc.En los hechos, y ms aun a partir del Plan Marshall, el Fondo Monetario Internacional ces en su operatoria cambiaria y el Banco Mundial abandon sus actividades de reconstruccin y ayuda financiera. Por ltimo, la frustrada Organizacin Internacional de Comercio (ITO) que iba a crearse como complemento de las instituciones de Bretton Woods en la Conferencia de La Habana de 1947, naufrag en las aguas de los desacuerdos anglo-norteamericanos. De all surgi el GATT (Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles) con alcances mucho ms limitados. Ni siquiera Estados Unidos mostraba inters en un programa de liberalizacin de ese tipo, algo evidenciado en el establecimiento de las cuotas de importacin para productos agrcolas.Aunque Washington seguira impulsando sus recetas frente a terceros pases - como la Argentina -, el acento se desplaz del multilateralismo sobre bases universales a travs de las instituciones de Bretton Woods al objetivo ms restringido de la recuperacin e "integracin" de Europa y luego de pases asiticos, vitales para su seguridad. A la larga, Estados Unidos debera aceptar la liberalizacin "en el seno de bloques determinados".9No sorprende, as, que el 5 de junio de 1947, en un discurso en la Universidad de Harvard, el Secretario de Estado George Marshall anunciara el Programa de Recuperacin Econmica para la Reconstruccin de Europa (ERP). Este plan, presentado como medio para reestablecer la prosperidad internacional y de las naciones involucradas, conjugaba tres objetivos: a) expandir las exportaciones norteamericanas para aventar el peligro de una depresin econmica, b) favorecer la reconstruccin econmica y la estabilidad poltica de los pases capitalistas europeos, consolidando el sistema social vigente frente al crecimiento de la influencia electoral comunista y de los potenciales "riesgos revolucionarios" que podran devenir sin esa ayuda y c) "frenar a la Unin Sovitica".De ese modo, la "asistencia financiera" se convirti en una instancia decisiva para el proyecto de un "mundo abierto" con hegemona norteamericana, que ahora se reduca a los pases capitalistas, poniendo en evidencia la alta prioridad de Europa para el gobierno de Truman. Pese a la participacin de Molotov en la Conferencia de Pars a fines de junio de 1947, el plan fue presentado de un modo tal que la Unin Sovitica y los pases de Europa Oriental tendran que rechazar. Ya Estados Unidos en 1945-46 haba puesto un abrupto final al sistema de prstamos y arriendos vigente durante la guerra y se rehusaban a otorgar prstamos a los rusos a menos que aceptaran los principios comerciales norteamericanos, abriendo la Europa del Este a la influencia econmica del Pas del Norte. En verdad, una masiva afluencia de dlares, orientada por las autoridades norteamericanas, pondra en cuestin el sistema sovitico y las economas con planificacin y control estatal.10Por otra parte, los pases de Europa Oriental estaban embarcados en planes de industrializacin y modernizacin agrcola, con asistencia rusa, mientras que, como admitira George Kennan posteriormente, los Estados Unidos esperaban de esos pases, sobre todo, un flujo de materias primas para ayudar a la reconstruccin de Europa Occidental. Derrotadas las corrientes que hacia el fin de la guerra favorecan todava en Estados Unidos la perduracin de la Gran Alianza, el Plan Marshall se inscriba claramente en la poltica de "contencin del comunismo" de la Guerra Fra. Esa era por otra parte, la causa estratgica fundamental que motoriz el plan como arma de la poltica exterior americana, siendo canalizado a travs de una organizacin bilateral dirigida por Washington, por fuera de las Naciones Unidas y de su Comisin Econmica para Europa, en la que participaba la Unin Sovitica.11Sin embargo, el Plan Marshall va a constituir un poderoso estmulo para la creacin, aos ms tarde, de la Comunidad Econmica Europea, que transform a los aliados dependientes de Estados Unidos en un bloque importante, con una presencia significativa en la economa y la poltica mundial e intereses propios. Aunque implementada en esos aos, la CEE - luego, Unin Europea - haba sido impulsado desde antes del estallido de la guerra por polticos de la regin como Robert Schuman. En la primavera de 1951, se da el primer paso en esa direccin al firmarse en Pars el Tratado que institucionaliz la Comunidad Europea del Carbn y del Acero.12l gobierno peronista, la "escasez de dlares" y las presiones de WashingtonMientras tanto en la Argentina, despus de la asuncin de Juan Domingo Pern a la presidencia, en junio de 1946, el nombramiento de George Messersmith como embajador de Estados Unidos mejor las relaciones entre los dos pases, deterioradas por la neutralidad argentina en la guerra, primero, y por la breve actuacin de Spruille Braden, antecesor de Messersmith, luego. Braden haba aglutinado a las fuerzas de la oposicin contra el entonces Coronel y Vicepresidente, pero no pudo evitar que Pern ganara las elecciones presidenciales en febrero de aquel ao.Sin embargo, fue designado Secretario Asistente de Asuntos Latinoamericanos, aunque el nuevo puesto no pareci un ascenso o un premio a su labor. Messersmith vena con instrucciones de arreglar en lo posible los problemas con Buenos Aires, gestin en la que tuvo cierto xito. Eso fue lo que lo llev a enfrentarse con Braden, que segua obstinadamente desde Washington oponindose al nuevo Presidente.Esta situacin cre continuas diferencias sobre la poltica a seguir entre los dos funcionarios, lo que se observa a travs de la correspondencia diplomtica. Braden llega incluso a hablar en sus memorias de la presunta "insubordinacin" de Messersmith.13En julio de 1947, la renuncia simultnea (y obligada) de ambos, una decisin del presidente Truman en acuerdo con el Secretario de Estado, George Marshall, termin con el conflicto y abri un perodo distinto en las relaciones mutuas. ste estuvo marcado ahora por cuestiones econmicas -ms que por temas polticos como en la etapa anterior-, la mayor parte de ellas vinculadas al Plan Marshall.14De todos modos, Washington se sacaba de encima un dolor de cabeza y, en especial, la obstinacin de Braden contra Pern, cuando comenzaba la Guerra Fra y se haba lanzado la doctrina Truman.Dos tendencias van a marcar en esos aos - 1947/1949 - las relaciones argentino-norteamericanas. Por un lado, Estados Unidos, al asignar prioridad econmica y estratgica a la reconstruccin europea y obtener mediante el Plan Marshall una forma de salida a sus productos, releg a Amrica latina a un segundo plano. Como consecuencia de ello, perdi fuerza el inters de empresarios y exportadores del pas del Norte por el mercado argentino, que en el perodo anterior, durante la embajada de Messersmith, haba favorecido la "aproximacin" al gobierno de Buenos Aires.Por otro lado, la administracin peronista se afirm en su rumbo industrialista proteccionista y nacionalista. Por eso, aun los intereses norteamericanos partidarios de negociar con Pern - aprovechando la industrializacin argentina para desplazar la competencia britnica y europea -, se oponan al "nacionalismo estrecho y egosta" de la poltica econmica y, especialmente, a todos los aspectos que contradecan la estrategia de "puertas abiertas" impulsada mundialmente por los Estados Unidos: estatismo, bilateralismo, creacin del Instituto Argentino de Promocin del Intercambio (IAPI), no incorporacin al FMI y al Banco Mundial, restricciones para la expansin de las empresas y del capital financiero norteamericano dentro de la Argentina, Tercera Posicin en las relaciones diplomticas.15A partir de entonces, si ya no se retornara a polticas de coaccin y distancia practicadas en el pasado, Washington despleg hasta mediados de 1949 una presin econmica selectiva. Buscaba forzar, va negociaciones diplomticas a travs de la embajada local, el abandono del "nacionalismo autrquico" por parte del equipo de Miguel Miranda, el empresario industrial que presida el Banco Central y el IAPI. Para ello se apoyaba en las dificultades econmicas y financieras de la Argentina, procurando influir sobre el Presidente, y afianzar al mismo tiempo las relaciones con el canciller Juan Atilio Bramuglia, el general Sosa Molina, Ministro de Guerra, y otros funcionarios considerados "moderados" con respecto a los nacionalistas "extremos".En lo inmediato, Guy Ray, el Encargado de Negocios norteamericano asegur a Bramuglia que los vnculos entre los dos pases conservaran la base amistosa con la que venan desarrollndose con Messersmith y lo mismo expres el nuevo embajador James Bruce, por instrucciones de Truman, cuando present sus credenciales a Pern el 23 de agosto. Sin embargo las condiciones econmicas y polticas haban cambiado en forma abrupta.A mediados de agosto de 1947, la embajada daba una caracterizacin del gobierno local que resultaba alejada de las esperanzas que Messersmith haba tenido en cuanto a poder orientarlo hacia un rumbo ms "libre empresista". En cambio, - segn Ray - "[...] la tendencia de Pern y de sus ms cercanos colaboradores es intensamente nacionalista e inclinada hacia el control gubernamental de la economa [...]". Por esa razn, para el diplomtico, la mayora de los hombres de negocios norteamericanos y britnicos eran opositores a ese gobierno y predecan confidencialmente su cada en un futuro cercano. "Tales predicciones - afirmaba Ray - se han hecho en forma regular desde que Pern lleg al poder pero parecen estar basadas ms en esperanzas que en una verdadera conviccin [...]". Segn l, sin embargo, la seria situacin econmica y financiera se estaba volviendo una amenaza real aunque no resultaba an lo suficientemente aguda.16Diversos conflictos con intereses econmicos norteamericanos se abran paso en el perodo: por ejemplo, en materia de transporte martimo o con las empresas petroleras radicadas en el pas. Pero el 20 de agosto de 1947, un acontecimiento decisivo profundizara las dificultades econmicas de la Argentina: la inconvertibilidad de la libra, decretada por el Reino Unido con el apoyo norteamericano. Un medida determinada por las agudas dificultades de la balanza de pagos britnica, al borde de tener que apelar a sus reservas en oro mientras el escaso remanente del gran prstamo que Washington le haba otorgado estaba a punto de evaporarse. Fue una decisin determinada por causas esencialmente ajenas a las relaciones con la Argentina, pero que hizo naufragar el intento de mantener el esquema triangular argentino-norteamericano-britnico en las relaciones comerciales del pas.17En efecto, a partir de ese momento la Argentina ya no pudo utilizar las divisas obtenidas del comercio con Gran Bretaa, como lo haba hecho a partir de la vigencia del Tratado Miranda-Eady, para pagar sus importaciones desde Estados Unidos. Se profundizaba la "escasez de dlares"; ya mermadas las reservas en esa moneda por las compras anteriores, el rescate de la deuda externa y las nacionalizaciones.18Esto amenazaba el desarrollo del plan de industrializacin, cuyo avance dependa de la adquisicin de maquinarias, insumos y combustible en el exterior. Aun cuando se contaba con un supervit en monedas inconvertibles (las europeas), el abastecimiento desde el viejo continente y la propia Gran Bretaa estaba restringido por las dificultades de esas economas y por la consiguiente escasez y encarecimiento de los bienes requeridos.Pese a ello, desde la segunda mitad de 1947, el gobierno argentino debi reducir los permisos de importacin desde Estados Unidos y tratar de canalizarlos en lo posible desde Gran Bretaa y otros pases europeos. Los dlares deban gastarse en adquisiciones imprescindibles. Se aplicaron tambin nuevas regulaciones sobre las inversiones de capital extranjero, limitando la remisin de dividendos. Miranda explicaba a los diplomticos norteamericanos que esas circulares del Banco Central eran transitorias y estaban diseadas para "condiciones de emergencia".Un informe de la embajada norteamericana afirmaba al respecto: "cualquier actitud liberal de parte del gobierno argentino, concerniente a transferencias de capital o remisiones de ganancias, depender de la mejora en la posicin en dlares a travs de los canales comerciales o de que se reconozca la necesidad de atraer un creciente volumen de fondos extranjeros al pas [...]. La tendencia es la de rechazar permisos de importacin en dlares para productos que puedan ser comprados en Europa, aun cuando el precio sea mucho ms elevado y los bienes provistos, inadecuados [...]". Por otro lado - continuaba el informe -, "La acentuacin de los principios del bilateralismo tambin implicar, con la conclusin de un acuerdo satisfactorio con Gran Bretaa, que las importaciones inglesas se vean favorecidas [...]". En cambio, resultaba difcil pronosticar si el Reino Unido estaba en condiciones de fabricar y exportar a la Argentina en cantidades suficientes los bienes que este pas necesitaba.19El informe conclua: "Las perspectivas para las importaciones norteamericanas [...] no son brillantes en el presente [...]. [Una] probable mejora en la existencia de dlares podra resultar de compras norteamericanas de alimentos en la Argentina para los necesitados pases de Europa".20Por otra parte, se hacan pblicas las quejas de intereses empresarios y exportadores norteamericanos, por la imposibilidad de remitir ganancias al exterior u obtener licencias de importacin. Esas quejas se concentraban en la figura de Miranda, que en julio haba pasado a ser la cabeza del nuevo Consejo Econmico Nacional, que debera, a partir de all, orientar la economa local.21Miranda replicaba que los escasos dlares haba que usarlos para lo esencial, como las compras de gasolina. Sostena que mientras la Argentina continuara exportando a pases que no podan pagar con dlares, como se haba visto forzada a hacerlo, se limitaban las necesarias reservas en esa divisa para llevar adelante su plan de industrializacin. La solucin a todo el problema, en beneficio de los intereses argentinos y norteamericanos - insista Miranda - se hallaba en manos de los Estados Unidos. Se refera a posibles ventas a ese pas con destino final en las zonas ocupadas, al lanzamiento del Plan Marshall y a la participacin argentina como proveedor.Dando un paso adelante, el 26 de septiembre de 1947, el presidente Pern iniciaba una serie desacostumbrada de conferencias con banqueros, hombres de negocios e industriales insinuando la proximidad de una nueva fase de la economa argentina con un retiro gradual del control gubernamental y una mayor libertad para la empresa privada. Al mismo tiempo, manifestaba que tena el propsito de continuar su vigilancia general sobre aspectos fundamentales del programa econmico.ElNew York Timesdel da 27 manifestaba, a propsito de estas conferencias, que "algunos economistas tienden a reconocer en el Presidente la sincera intencin de unir todos los elementos en apoyo a su esfuerzo, el cual hasta ahora se ha considerado como seriamente afectado por la falta de una colaboracin experta en el aspecto ejecutivo. Sin embargo, al levantarse el Sr. Pern para dirigirse a banqueros importantes, se pudo observar que Miguel Miranda, presidente del Banco Central, ocupaba todava un asiento a su lado. Muchos hombres de negocios, tanto de la Argentina como extranjeros, creen que la situacin no conformar sus aspiraciones mientras el seor Miranda est a la cabeza del omnipotente Consejo Econmico Nacional, que domina el programa del gobierno sobre importacin y exportacin".Una problemtica decisiva era la de las exportaciones argentinas de alimentos a Europa. En principio, Washington, al ser formulado el Plan Marshall, contemplaba que la Argentina pudiera ofrecer alimentos, fundamentalmente cereales, a ser pagados en dlares para abastecer al mercado europeo. Inclusive el pas del Norte realiz ese ao compras de maz argentino para reexportarlo a las zonas ocupadas. Informes de la Comisin de Cooperacin Econmica de los pases europeos, y del Comit de ayuda externa de la Casa Blanca, presidido por Averrell Harriman, sealaban la relevancia de esa participacin. Se recomendaba que el Departamento de Estado la asegurara y Pern y Bramuglia en reiteradas ocasiones manifestaron su voluntad de hacerlo.22Suceda que si bien uno de los objetivos fundamentales del Plan Marshall radicaba en facilitar e incrementar las exportaciones norteamericanas, en 1947 se prevea en materia de alimentos y otras materias primas, que la demanda no podra ser cubierta exclusivamente por los Estados Unidos. El agro norteamericano podra proveer un 55% de las necesidades de Europa Occidental. El resto debera comprarse en otros lados. La produccin latinoamericana, y dentro de ella, muy especialmente, la de alimentos de la Argentina, tradicional proveedora de Europa, deberan cubrir esa brecha. Los proveedores bajo el Programa de Recuperacin Europea (ERP) recibiran dlares que podran aplicar a comprar bienes estadounidenses, reconstituyndose as el multilateralismo comercial mundial. Una situacin esperanzadora tanto para la Argentina y su plan de industrializacin como para los vnculos econmicos bilaterales con los Estados Unidos, pues poda solucionar los problemas derivados de la "escasez de dlares" y la inconvertibilidad de las monedas europeas.23Esa perspectiva era tambin explcitamente considerada por los planificadores del Norte: "la ayuda se da directamente a los diecisis pases del Programa de Reconstruccin Europea (ERP) y a Alemania Occidental [pero esto] no quiere decir que otros no se beneficiarn indirectamente. [...] las otras Amricas pueden proveer bajo el ERP cerca de la mitad de las exportaciones requeridas [...]. Amrica Latina y Canad obtendrn entonces acceso al mercado estadounidense con dlares obtenidos en pago por las comprasoff shoredel Programa".24Sin embargo, durante este perodo la prioridad otorgada a la recuperacin europea condicion toda la orientacin y las tcticas de los diplomticos norteamericanos en sus relaciones con el gobierno peronista. Por un lado, deban tratar de lograr que la Argentina continuara importando de los pases europeos y abonando con las divisas inconvertibles que reciba por sus exportaciones, a fin de apoyar la recuperacin industrial del viejo continente. Por el otro, se respaldaron los reclamos europeos frente a los precios exigidos por el IAPI por sus exportaciones, especialmente el precio del trigo. Esos reclamos se conjugaban con la oposicin al control estatal del comercio exterior a travs de esa institucin, que limitaba las ganancias de las grandes empresas internacionales exportadoras de cereales. Esta crtica se esgrima a pesar de la existencia de organismos similares de compra en los Estados Unidos y Europa.25No se trataba slo de una tctica de los diplomticos involucrados, sino de una orientacin general de Washington. Sobre el tema, el experto norteamericano Seymour Harris opinaba: "uno de los problemas que irrita al ERP son los precios cobrados por las otras Amricas [Amrica latina] por bienes a ser financiados por los Estados Unidos. Esto es parte de un problema ms amplio, especialmente relacionado con la Argentina [que cobraba un precio ms alto por el trigo] succionado por una organizacin estatal de comercio; y, sin embargo ese pas vino recibiendo una desproporcionada parte de bienes escasos - por ejemplo, en seis meses de 1947, 10,6% de las exportaciones [norteamericanas] de acero, y 9,5% de productos qumicos industriales -. El Comit Herter [de ayuda externa del congreso estadounidense] podra usar los controles de exportacin como un arma para forzar a la Argentina a cooperar en el programa ERP, extendiendo generosos crditos, vendiendo a precios razonables y apoyando los esquemas internacionales de distribucin".26El Congreso norteamericano jugaba un papel clave en la formulacin de esta poltica respecto de la Argentina, as como la Agencia de Cooperacin Econmica (ECA), organizacin administradora del los fondos del Programa, independiente de los Departamentos de Estado y de Comercio, con gran nmero de hombres de negocios entre sus funcionarios.27Frente a la crtica por los altos precios del trigo, Miranda plante a fines de 1947 a los funcionarios norteamericanos que "la Argentina aceptara vender trigo a precios del mercado mundial, a condicin de poder comprar equipos y material en los Estados Unidos a los mismos precios que cualquier ciudadano americano [...]. Explic que frecuentemente la Argentina se vea forzada a comprar a precios "del mercado negro". Bruce observaba: "Las afirmaciones de Miranda parecen tener sustancia y es esperable que el Departamento considere las posibilidades de remediar la situacin [facilitando la canalizacin de equipos y materiales a la Argentina, frente a las limitaciones que regulaban en Estados Unidos las exportaciones norteamericanas] porque esto es muy importante en conexin con la cooperacin argentina en el Plan Marshall".28Pero un Comit del Congreso estadounidense se opuso a un acuerdo semejante porque fortalecera el papel del IAPI como exportador e importador estatal.29En general, en el Congreso y el gobierno norteamericanos se proclamaba el apoyo al comercio a travs de "empresas privadas"; tambin lo recomendaba la Ley de asistencia al exterior que se dict en 1948. En particular, respecto del Plan Marshall, se deban "usar en la mxima extensin posible canales de comercio privado, tanto en los proveedores como en los pases participantes." Sin embargo, para evitar la competencia, los sobreprecios y el despilfarro de fondos, en realidad, y pese a las recetas hacia terceros pases como la Argentina, los Estados centralizaron y canalizaron el intercambio previsto. "Sin la intervencin de los gobiernos, deca Harris, las compras no se haran."30Para la Argentina y para el avance del plan de industrializacin impulsado por el gobierno peronista - que exiga la importacin de bienes de capital, insumos esenciales y petrleo - se conjugaban varios factores adversos: a) la "escasez de dlares", debido a que el grueso de la exportaciones argentinas era pagado con libras y otras monedas inconvertibles y al dficit estructural de la balanza comercial con los Estados Unidos; b) las importaciones desde Gran Bretaa y Europa de esos bienes, que eran ms caras y difciles de conseguir (de all las exigencias argentinas de obtener bienes "esenciales" a cambio de las carnes en las negociaciones argentino-britnicas) y c) tambin las importaciones que la Argentina efectuaba desde el pas del Norte se volvan ms caras y escasas, debido a la inflacin internacional por la intensa demanda mundial de los bienes norteamericanos, hecho que haba conducido al gobierno estadounidense a implantar controles de exportacin para no desabastecer su propio mercado. Esta tendencia se profundizara con el desarrollo del Plan Marshall que canalizara las exportaciones norteamericanas hacia Europa occidental, afectando el abastecimiento de terceros pases.La Memoria del Banco Central argentino de 1947 resuma claramente la situacin: "Las dos terceras partes de las exportaciones argentinas se destinan a pases con convenio, en tanto el grueso de nuestras compras debe realizarse en Estados Unidos de Norteamrica, a causa de la lentitud con que opera la reconversin de los pases europeos. La intensa demanda de productos de toda ndole que soporta aquel mercado [...] ha provocado nuevos aumentos de precios de sus productos y determin la reimplantacin de sistemas de racionamiento por las autoridades norteamericanas".31Hacia fines de aquel ao, Miranda protestaba ante un funcionario belga por el perjuicio que ocasionaban al pas los pagos con libras inconvertibles por parte del Reino Unido, pero reconoca que slo sera posible el pago en dlares bajo el Programa de Recuperacin Europea. Saba que probablemente debera aceptar cobrar un precio ms bajo por el trigo, aproximado al de Chicago, a fin de poder recibir los dlares del Plan por los embarques a Europa. Pero sealaba que, en realidad, los precios del maz argentino eran menores que los de Estados Unidos, y los de la carne ms de diez veces, y planteaba que Gran Bretaa deba pagar un precio ms elevado por este ltimo producto.32En suma, Miranda y el gobierno argentino buscaban a travs de su poltica comercial externa, contrarrestar el deterioro de los trminos del intercambio y lograr mantener el abastecimiento de los bienes necesarios para la industrializacin; que en el caso de las importaciones en dlares provenientes de Norteamrica slo seran posible a travs de la participacin argentina como proveedora bajo el Plan Marshall.33"Miranda enfatiza la desesperada necesidad de dlares por parte de la Argentina y su posicin personal est ampliamente ligada a su capacidad para obtener esas divisas", informaba el embajador Bruce al Secretario de Estado. Esta situacin afectaba las relaciones econmicas bilaterales. Por un lado, creca aceleradamente la deuda comercial con exportadores norteamericanos, que lleg a sumar U$S 780 millones en el primer trimestre del ao '48, mientras que las exportaciones hacia el pas del norte reportaban 330 millones. Por otro, se acumulaban ganancias de las empresas norteamericanas que stas no podan remitir al exterior.34A partir de 1948, el gobierno de EEUU y sus diplomticos en Buenos Aires utilizaron la promesa de la participacin argentina dentro del ERP, en tanto pas proveedor. Pero la misma se ir difiriendo para presionar a favor de la baja de los precios que la Argentina exiga en su comercio con Gran Bretaa y otras naciones europeas. Tambin para lograr concesiones favorables a los intereses norteamericanos.Por otra parte, en el mismo ao hubo una mejora importante de la situacin alimenticia en el mundo. El surplus del grano exportable fue el ms grande desde 1931. Los Estados Unidos exportaron el 44% del total de granos, comparado con slo el 2% en el perodo 1934-38. Esto originaba la cada de los precios de las materias primas, mientras no exista declinacin de los precios industriales.En funcin de estos datos, un Informe de Inteligencia del Departamento de Estado de mediados de 1948 fundamentaba su poltica hacia la Argentina: "Los nacionalistas a ultranza, mximos responsables de que el gobierno argentino no llegara a un arreglo con las compaas petroleras extranjeras, estuvieron en desacuerdo con Miranda, a quien se considera el arbitro final en cuestiones de poltica econmica [...]. Sin embargo, Miranda, pese a su adhesin terica a favor de la empresa privada, tambin ha hecho mucho para desalentar a los inversores estadounidenses. La gran expansin del IAPI [...] fue reduciendo gran parte del negocio de esas compaas que operaban en la Argentina". En ltima instancia, el informe conclua: "Si el gobierno es incapaz de pagar por su industrializacin con dlares obtenidos libremente, por su cuenta, como aparentemente haba previsto hacerlo, debe pagarlo en concesiones y garantas para las compaas norteamericanas [...]. Pero estas concesiones a los inversores extranjeros involucran un cambio en la naturaleza de la poltica argentina, exterior e interna, tal como la desarrolla el actual gobierno".Una misin brasileo-norteamericana que estudi las condiciones de la economa de Brasil en aquella poca, formulaba en este sentido diversas recomendaciones para promover la inversin de capitales norteamericanos en ese pas, calculando que "aproximadamente un tercio de las necesidades de desarrollo [...] pueden satisfacerse nicamente con asistencia de capital extranjero". Tales recomendaciones incluan los siguientes puntos: "autorizacin para remisin de dividendos y transferencia de capitales y garantas adecuadas para la conversin de cruceiros en dlares, las cuales sern estipuladas por un 'tratado de inversin'"; rebaja de "los impuestos a los ingresos derivados de explotacin de zonas subdesarrolladas, evitando la doble imposicin internacional"; y disminucin "del saldo de obligaciones impagas que actualmente mantiene [Brasil] con los exportadores norteamericanos". La conclusin de Antonio Cafiero, agregado comercial de la Embajada argentina en Washington, luego de leer ese informe, era que la economa capitalista norteamericana haba llegado a un "considerable grado de saturacin". Por lo tanto, la inversin en el exterior constitua "una vlvula de escape a la acumulacin de capital y, dada la definitiva y enorme balanza comercial favorable del pas, la colocacin de tales inversiones, [constituan] una fuente de dlares en el exterior".38Estaban resumidos all los principales diagnsticos y exigencias norteamericanos.A su vez, el embajador Bruce, en junio de 1948, expona sus percepciones y expectativas en forma ms especfica en relacin con el gobierno argentino. "Hay fuertes elementos nacionalistas en el gobierno de Pern que se oponen a cualquier forma de cooperacin con los Estados Unidos. [Sin embargo] Pern puede ser influido y est llegando cada vez ms al entendimiento de que la cooperacin con Estados Unidos es deseable [...]. El presidente ha expresado que si la Argentina recibe considerables cantidades de dlares como resultado de la operacin del ERP, se estableceran ciertas ventajas para los intereses econmicos estadounidenses. Ha enfatizado repetidamente que comprende nuestros argumentos de que no se puede esperar que el capital norteamericano sea atrado a la Argentina a menos que mejoren las condiciones respecto de la libertad de prensa, las libertades civiles y la libre empresa. Esperamos comenzar en breve negociaciones con respecto al trato a las empresas norteamericanas; slo el tiempo dir que progreso seremos capaces de lograr."Frente a este complejo panorama, el gobierno peronista mantuvo hasta donde pudo, los rasgos esenciales de su poltica econmica e internacional. Pensaba, quiz, que poda ganar tiempo y obtener mejores condiciones de negociacin, a lo que contribua su creencia en la inminencia de una tercera guerra mundial.

El Plan Marshall y el "diablo"En 1948, la cuestin de la participacin de la Argentina, como proveedora de Europa Occidental con financiacin del Plan Marshall, recibiendo dlares a cambio de sus ventas, pas a ser un tema poltico de primer orden en las relaciones argentino-estadounidenses.En marzo-abril, durante la conferencia interamericana de Bogot, los reclamos latinoamericanos de apoyo a su desarrollo econmico a travs de una asistencia financiera gubernamental por parte de los Estados Unidos haban chocado nuevamente con la estrategia de Washington de priorizar la reconstruccin europea. No habra nada semejante para Amrica Latina.41El Secretario de Estado plante claramente en su discurso que sera la recuperacin del viejo continente la que traera la solucin: pronto Amrica latina recibira los beneficios del gasto en dlares del Plan. Aunque no lo mencion explcitamente, sus afirmaciones parecan especialmente dirigidas a la Argentina, que jugaba el papel ms significativo como proveedora de alimentos a Europa. Bramuglia declarara luego a intereses empresarios en Buenos Aires que Marshall le haba dado seguridades al respecto.42Para la poltica econmica del gobierno peronista, afectado por la inconvertibilidad de las monedas europeas, la perspectiva de ventas a Europa con financiacin en dlares del ERP apareca como una solucin. De ella dependa la continuidad de las importaciones desde Estados Unidos, fundamentales para el plan de industrializacin.Mientras se iban demorando eventuales compras, las promesas de participacin argentina y la dilatacin de su concrecin fue utilizada por Washington y la diplomacia norteamericana como un arma de presin para obtener concesiones. Apuntaban tambin a forzar la baja del precio de venta del trigo argentino, a liberalizar las condiciones para la remisin de beneficios de las empresas norteamericanas, a restringir o eliminar el rol del IAPI en las exportaciones; en suma, una poltica de presiones dirigidas al abandono del plan econmico llevado adelante por el gobierno y encarnado en la figura de Miranda.De ese modo, anunciados en abril de 1948 los primeros montos de asistencia financiera, un funcionario de la ECA dio seguridades ante el Congreso que no se prevean compras en la Argentina "en la medida en que eso est bajo nuestro control". Se informara a los gobiernos europeos que no se aprobaran autorizaciones de compras, debido a los altos precios del IAPI.Por su parte, Miranda ya haba manifestado anteriormente que apenas ingresaran dlares al pas por las ventas bajo el Plan Marshall, se eliminaran las restricciones a la remisin de dividendos en dlares para las empresas extranjeras. A fin de mayo, el gobierno argentino concedi rebajar el precio del trigo y venderlo al de Chicago ms el costo de transporte de los puertos del Golfo de Mxico.43As, el gobierno argentino se anticipaba a la llegada a Buenos Aires, en junio, de una "misin exploratoria" del Plan Marshall, encabezada por un asesor de la ECA, Struve Hensel, ex secretario asistente de la Marina Norteamericana. ste, en conferencia de prensa, hizo el resonante anuncio de que no estaban previstas compras con financiacin de la ECA en la Argentina en los siguientes seis meses. Frente a los reclamos locales, acompa este anuncio con alguna afirmacin provocativa respecto de que el gobierno de los Estados Unidos "no era una agencia de rescate", aunque dej abierta una puerta afirmando que se buscaba realizar compras en el pas.Hasta mediados de 1948, la poltica de la ECA fue paralela a la tctica de la embajada para presionar al gobierno peronista a fin de obtener concesiones, con la promesa de participacin en el Plan. Al mismo tiempo, aquella agencia no slo demor la autorizacin de compras sino que busc reforzar esa poltica con discriminaciones deliberadas respecto del comercio argentino con Europa a travs de los convenios y divisas inconvertibles, al tiempo que buscaba limitarlo con el ofrecimiento de ventas - financiadas con sus dlares - de productos agrcolas de pases competidores como Australia o Canad al viejo continente.44Las discriminaciones, documentadas ms tarde por el Departamento de Estado, fueron acompaadas de declaraciones de algunos funcionarios de la ECA que explicitaban de modo provocativo su oposicin a la poltica econmica argentina y buscaban "poner a la Argentina de rodillas".45Estos hechos llegaron a poner en aprietos las negociaciones que el Departamento de Estado y el embajador Bruce llevaban adelante con el gobierno de Pern, elevando la tensin poltica en la Argentina. El embajador viaj personalmente a Washington en agosto para reclamar por aquellas declaraciones mientras en Buenos Aires las crticas y los ataques a los Estados Unidos crecan.46Sin embargo, promediando el ao 48, la falta de compras en la Argentina con financiacin del Plan Marshall ya no se debi esencialmente a la poltica de presiones ejercidas sobre el gobierno peronista, sino a factores estructurales que inevitablemente dejaron de lado al pas y a toda Amrica latina. En el verano del Hemisferio Norte se conocieron los datos de cosechas rcord de trigo en Estados Unidos, Canad y Australia. Tambin la agricultura europea se recuperaba con gran rapidez. Estos hechos determinaron un cambio general en el abastecimiento agrcola mundial respecto de los aos anteriores. En el caso estadounidense, se conjugaron buenas condiciones climticas con la maduracin de cambios tecnolgicos y en la produccin que fueron un resultado a largo plazo de la poltica agrcola del New Deal de apoyo a los farmers, inaugurada con la Ley Agrcola de 1938. Esa ley propiciaba prstamos de largo plazo, pagaderos con parte de la produccin, garantas de precio, etc. Las exportaciones agrcolas norteamericanas se multiplicaron varias veces por encima de los niveles anteriores a la guerra.47Seymour Harris, uno de los autores intelectuales del ERP, reseaba los temores del sector agrcola: "Los continuos avances en la tecnologa, segn la mayora de los economistas vinculados a la agricultura, traern una vez ms superproduccin y el colapso de los mercados. [...] Existe ciertamente un peligro de que el gobierno use el ERP como un medio para disponer de los excedentes agrcolas en el exterior [...]".48En esas condiciones, el gobierno norteamericano garantiz un precio sostn para el trigo y canaliz los excedentes hacia Europa Occidental. En abril de 1948, en el debate sobre la aprobacin del ERP en el Congreso norteamericano, el Secretario de Agricultura, Clinton Anderson, haba defendido el plan con el fundamento explcito de que el mismo garantizara mercados para la produccin de trigo, algodn, tabaco, arroz, etc. Entonces, los grupos vinculados al lobby agrcola incluyeron en el programa una clusula prohibiendo compras fuera del pas si existan excedentes suficientes en los Estados Unidos.En la medida en que el Plan Marshall haba sido diseado con el objetivo, entre otros, de mantener el nivel de actividad de la economa estadounidense en tiempos de paz y conjurar el fantasma de una nueva depresin, la recuperacin agrcola implic inevitablemente la exclusin de terceros proveedores con cuyas exportaciones se contaba hasta entonces para completar el abastecimiento a Europa. A esta realidad se sumaba el peso poltico del "Farm bloc" (bloque de intereses agrarios), en un ao en que se jugaba la reeleccin de Truman, quien deba asegurarse el voto de las regiones agrarias en disputa con los republicanos.Por otra parte, este fue el comienzo abrupto de un proceso de largo plazo que modific la configuracin del mercado alimentario mundial. Estados Unidos se convirti en un gran exportador. Europa inici una poltica dirigida al creciente autoabastecimiento y se fue profundizando la tendencia al deterioro de los trminos del intercambio para los pases productores de materias primas y alimentos. El lugar tradicional ocupado por la Argentina como exportadora de ellos se redujo pronunciadamente.49En suma, Washington y sus diplomticos utilizaron al Plan Marshall como herramienta para presionar al gobierno peronista y lograr la modificacin de su poltica econmica; grupos de inters hostiles a la Argentina de Pern, con eco en el Congreso, impusieron a travs de funcionarios de la ECA una discriminacin deliberada contra las exportaciones argentinas - a veces poniendo en cuestin el xito de las tcticas diplomticas y profundizando el conflicto poltico. Sin embargo, lo decisivo y principal de la imposibilidad argentina de acceder a esas ventas fue que el programa era de por s discriminatorio para un pas competidor de los excedentes norteamericanos. Ms an, el Plan Marshall por su propia naturaleza discriminaba, de hecho, a favor de la colocacin de los excedentes agrcolas estadounidenses y en contra de Amrica latina en general.As lo confirma un documento del Departamento de Estado que en enero de 1949 enumeraba las discriminaciones producidas por la ECA a la Argentina. All, se reflejaban las contradicciones surgidas entre la ECA y el Departamento de Estado, con la actuacin de los funcionarios de aquel organismo "sin conocimiento ni la aprobacin de sus superiores". Se anunciaba que esa descoordinacin ya haba sido corregida y ahora se impona "contrarrestar las impresiones infortunadamente creadas en Argentina y Europa por las repetidas discriminaciones y encontrar oportunidades para autorizar compras en la Argentina".Sin embargo, el mismo documento reconoca: "El ERP en su totalidad es, en un sentido muy real, discriminatorio contra Amrica latina [...]. Adems, en la legislacin de la ECA, est la discriminacin explcita o implcita en favor de los Estados Unidos [...]". Con respecto al caso argentino afirmaba: "aunque las naciones participantes tenan gran demanda de los productos argentinos durante 1948, esta demanda sera efectiva si estos pases podan vender sus exportaciones u obtener crditos de la Argentina, o si la ECA estaba dispuesta a financiar sus compras. Donde la demanda era de productos de los que se tenan excedentes exportables, tanto la legislacin como el gobierno [de Washington] tendieron a hacer efectiva esa demanda [all mismo]. El resultado fue que los Estados Unidos dispusieron de sus excedentes y la Argentina no".50En igual sentido opinaba el ex ministro de Hacienda Ramn Cereijo: "Este plan configur una abierta proteccin de los intereses agropecuarios de ese pas a expensas de los exportadores argentinos [...]. A mediados de 1948, las autoridades de dicho plan haban manifestado que compraran todo excedente de nuestra produccin, pero al propio tiempo el Congreso de Estados Unidos dictaba una ley estableciendo dos condiciones: 1) en ningn caso se permitir que los pases europeos beneficiados puedan realizar operaciones a precios ms elevados que los vigentes en ese momento en el mercado estadounidense y 2) con productos agropecuarios que a juicio del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos fueran declarados en calidad de sobrantes".51Por su parte, los pases europeos buscaban aprovechar el forzoso bilateralismo en su comercio con la Argentina ahorrando dlares para destinarlos crecientemente a productos industriales. Esto era apoyado por Washington en los marcos de la prioridad de la reconstruccin europea en la Guerra Fra, aunque la falta de ingresos en dlares por parte de la Argentina afectara al comercio bilateral y a las empresas norteamericanas radicadas en el pas que buscaban remitir sus dividendos al exterior: "es adems evidente que, como la Argentina est obligada a virar de los Estados Unidos a Europa en busca de sus importaciones esenciales, los dficits comerciales europeos con la Argentina sern ms pequeos y la financiacin de la ECA, menos necesaria [...]. Las naciones participantes podrn probablemente aumentar sus exportaciones de bienes considerados esenciales por la Argentina [...]. El programa ERP contempla globalmente que la ECA financiar para cada ao sucesivo una proporcin decreciente de productos agrcolas y una creciente de productos industriales. Todos estos factores obviamente sugieren que la prdida para la Argentina es irremediable y que la financiacin de la ECA en 1949 en el mejor de los casos ser pequea en relacin con sus necesidades [...]. Como los pases europeos ejercen una considerable libertad de accin al decidir sobre sus fuentes de suministros [...], es importante para nosotros que la Argentina entienda, sin la sombra de una duda, que la ECA autorizar compras en Amrica latina incluyendo a ese pas, pero que las naciones europeas decidirn si la compra es efectuada en la Argentina o en otra parte"52.Simultneamente, la oposicin de Washington al plan econmico de la Argentina, corporizado en Miranda, conjugaba a) la meta de la reconstruccin de Europa, que requera al principio acentuar, como los britnicos, el papel de la Argentina como exportadora de productos agropecuarios baratos, con b) la oposicin al tipo de industrializacin nacionalista promovida por el gobierno peronista.Los Estados Unidos fomentaban la creacin de condiciones favorables a la inversin extranjera y la expansin de sus capitales y empresas dentro de la Argentina. Segn Callum MacDonald, "Washington era hostil a las preferencias acordadas al capital nacional bajo el primer Plan Quinquenal. Se opona particularmente a la creacin de una base de industria pesada significativa en el pas". Desde su punto de vista, ese tipo de desarrollo econmico era la base del nacionalismo que confrontaba con los objetivos estadounidenses en el hemisferio y "estaba inextricablemente ligado a la Tercera Posicin en poltica exterior. Buscaba crear una Argentina independiente del control de las grandes potencias, algo que no poda ser permitido dentro de la esfera de influencia de Estados Unidos en el pice de la Guerra Fra. A los ojos de Washington, un cambio en la poltica [...] era la condicin preliminar para el alineamiento argentino con las metas del pas del Norte".53En un nuevo momento conflictivo que atravesaron posteriormente las relaciones argentino-norteamericanas, Pern, bajo el seudnimo de Descartes, escribira su famoso artculo en el diario Democracia: "As paga el diablo". En aquel texto, responsabilizaba a las potencias anglosajonas por la ruptura sorpresiva de los acuerdos previos con la Argentina, con el retorno a la inconvertibilidad de la libra. As comenz una acumulacin de deudas comerciales argentinas con sus proveedores norteamericanos. "La cesacin de la convertibilidad de la libra esterlina fue casi paralela al anuncio del Plan Marshall que, segn se comprometi y consta en actas del parlamento yanqui, habra de constituir un plan de recuperacin mundial que favorecera a todos. Latinoamrica y en especial Argentina jugaran un papel especial [...] la embajada de los Estados Unidos y los personeros de la ECA aseguraron a nuestro gobierno, con toda clase de garantas verbales, en el sentido de colocar en nuestro pas elevadas rdenes de compra, solicitndonos, a la vez, que se reservara al efecto toda nuestra produccin. Tampoco en este caso deba el gobierno dudar de la buena fe y de la palabra oficialmente empeada por el embajador norteamericano Bruce. Por eso no se paralizaron las importaciones provenientes de los Estados Unidos, sino que se prosigui el abastecimiento esencial de la economa argentina, aun cuando el saldo deudor de los importadores argentinos con los exportadores yanquis se elev a casi doscientos millones de dlares. Aprobado el Plan Marshall, llega a Buenos Aires el seor Hensel, representante de ste, y ante el estupor del gobierno argentino y del propio embajador de los Estados Unidos, seor Bruce, manifiesta que tal plan es simplemente financiero y que en la Argentina no se comprara nada. Se haba consumado el ms triste episodio de la mala fe, del incumplimiento y de la falsedad internacionales".54Esos factores externos no fueron, sin embargo, los nicos que incidieron negativamente. Se conjugaron tambin con trabas internas a la economa nacional, propias de los ciclos de desarrollo industrial, constituyendo razones importantes para explicar la crisis econmica que se iba a producir en 1949 - y durara hasta 1952 -, preanunciada por la renuncia del tan combatido Miguel Miranda en enero del '49. Mostraba as los techos que haba alcanzado en esa etapa el proyecto peronista.55A modo de conclusinCon la llegada de Pern a la presidencia, la actitud norteamericana hacia la Argentina inici un gradual proceso de redefinicin. El pasaje de la Gran Alianza a la Guerra Fra fue conduciendo a un replanteo de las relaciones con Buenos Aires. A ello se agregaba la envergadura del mercado argentino, por entonces el ms importante de Amrica Latina, para las exportaciones y potenciales inversiones del pas del norte. El nombramiento del embajador Messersmith en Buenos Aires, tena como propsito mejorar las relaciones mutuas deterioradas durante la guerra.Sin embargo, pese a la intensificacin del comercio bilateral y la normalizacin de los vnculos diplomticos, hacia fines de los aos 40 esas relaciones no se haban recompuesto totalmente. El plan Marshall que apuntaba a resolver prioritariamente la reconstruccin europea y la colocacin de los bienes y capitales norteamericanos en el viejo continente signific un obstculo importante, sumando a la inconvertibilidad de la libra, a las necesidades insatisfechas del proceso de industrializacin argentino y a las tendencias nacionalistas del gobierno. Sobre esos lmites operaron promesas y presiones de la diplomacia de Washington y se desarrollaron con dificultad las negociaciones entre ambos pases en los inicios del primer peronismo.

Recebido em 01 de maro de 2009Aprovado em 20 de junho 2009

1Este artculo forma parte del proyecto Ubacyt E-027 de la Universidad de Buenos Aires.2Ver Gaddis, Lewis, John,Estados Unidos y los orgenes de la guerra fra, 1941-1947,GEL, Buenos Aires, 1989; [Links]Block, Fred,Los orgenes del desorden econmico internacional,FCE, Mxico, 1989. [Links]3Cf., Gardner, Richard N.,La diplomacia del dlar y la esterlina,Troquel, Buenos Aires, 1966. [Links]4House of Representatives, Special Comittee on Post-war Economic Policy and Planning, 6threport, 79thcong, 1stsession, 8/5/1945, pg. 9. [Links]Ver tambin Handy, Alonso L.,Beyond the New Deal. Harry Truman and American Liberalism,Columbia University Press, New York, 1973. [Links]5Ver la discusin entre economistas soviticos a este respecto en Chambre, Henri,El marxismo en la Unin Sovitica,Ed. Tecnos, Madrid, 1960, pgs. 353-362. [Links]6Vase Gardner (1966), op. cit.;Skupch, Pedro, "La crisis externa britnica de 1947, el Plan Marshall y la Argentina",XXI Jornadas de Historia Econmica,Caseros (Buenos Aires), 23-26 de septiembre de 2008. [Links]7Vase Gardner (1966), op.cit,pg. 378. [Links]8The Economist, 8/8/1946.9Van der Wee, Herman,Prosperidad y crisis. Reconstruccin, crecimiento y cambio 1945-1980,Barcelona, Crtica, 1986, pg. 421. [Links]10En febrero, el gobierno de Truman, a cambio de la tarda oferta de un prstamo, exiga de la Unin Sovitica el fin del comercio a travs del Estado, la aceptacin del multilateralismo, el ingreso al FMI y al Banco Mundial, la apertura de la informacin sobre su economa y tambin de los trminos de sus tratados con los pases de Europa Oriental a terceras naciones. Ver Gaddis, Lewis, John.,Russia, the Soviet Union and the United States,Alfred A. Knopf, Nueva York, 1978. [Links]11Entre 1948 y 1951, la asistencia del Plan Marshall a los pases del programa ERP lleg a 11,8 mil millones de dlares, a los que se haban agregado 5 mil millones para los miembros europeos de la OTAN. Un 33% de las exportaciones norteamericanas se diriga a Europa Occidental y la mitad era financiada con los fondos de la Economic Cooperation Administration (ECA), institucin administradora del Plan Marshall, presidida por Paul Hoffmann, de la Studebacker. Cf. Paterson, Thomas G., "The Quest for Peace and Prosperity: International Trade, Communism and the Marshall Plan", en Bernstein, Barton j., (Ed.),Politics and Policies of the Truman Administration,Quadrangle Books, Chicago, 1970, pgs. 78-105. [Links]Vease tambin Hogan, Michael J., TheMarshall Plan. America, Britain, and the reconstruction of Western Europe, 1947-1952,Cambridge University Press, Cambridge, 2002. [Links]12Ver Bossuat, Grard,L'Europe Occidentale a L'Heure americane 1945-1952,Editions Complexe, Bruselas, 1992. [Links]13Braden, Spruille,Diplomats and DemagoguesArlington House, Nueva York, pg 361. [Links]14Ver Rapoport Mario y Claudio Spiguel,Relaciones tumultuosas. Estados Unidos y el primer peronismo,Emec, Buenos Aires, 2009, cap. 7, [Links]donde se explica en detalle las razones de la poltica de Braden hacia la Argentina.15El IAPI, que absorbi las funciones de la Junta Reguladora de Granos, tena por objetivo en sus inicios transferir recursos del sector externo al proceso de industrializacin. Ver Rapoport, Mario,Historia econmica, poltica y social de la Argentina, 1880-2003,cap. 4, Emec, Buenos Aires, 2008. [Links]16Ray al Secretario de Estado, Buenos Aires, 14/8/1947, Foreign Relations of the United States (FRUS) 1947, vol.VIII, pgs. 206-207. [Links]17Ver una reconstruccin detallada y precisa en Skupch, Pedro, "Las relaciones anglo-argentinas en la postguerra: entre la convertibilidad y el bilateralismo" (artculo indito), 2008. [Links]18El Tratado Miranda-Eady, firmado entre Buenos Aires y Londres en septiembre de 1946, negociaba la nacionalizacin parcial de los ferrocarriles y un acuerdo de intercambio comercial, pero no entr en vigencia. Los ferrocarriles se nacionalizaran totalmente en febrero de 1948, por el Pacto Andes.19Informe del Consejero para asuntos econmicos de la embajada, J. Greenup, en Bruce al Secretario de Estado, 18/11/1947, FRUS, 1947, vol. VIII, pgs. 273-276. [Links]Hasta mediados de 1947, las empresas extranjeras no tenan lmites legales para remitir sus dividendos.20Idem ibidem.21Ray al Secretario de Estado, Buenos Aires, 1/4/1948, United States National Archives (USNA), Departament of State (DS), 811.503135/4-148. [Links]22Marshall a la Embajada en Argentina, Washington, 12/9/1947 y Lovett a la Embajada en la Argentina, 26/9/1947, FRUS 1947, vol.VIII, pgs. 306-307; [Links]"European Recovery and American Aid",A report by the President's Committee on Foreign Aid,Washington, 7/11/1947, USNA, DS. [Links]23Harris, Seymour,The European Recovery Program,Harvard University Press, Cambridge, 1948, pgs. 175 y 212-213. [Links]24Harris, S.,op.cit.,pgs. 65-66 y 209-214. [Links]En materia de commodities agrcolas, se calculaba que Latinoamrica y el Canad podran en principio proveer cerca del 60 % de un total esperado de U$S 19.600 millones.25Ver Macdonald, Callum, "The United States, Britain and Argentina in the years inmediatly after the Second World War", en Di Tella, Guido y D. C. M. Platt (eds.),The Political Economy of Argentina,Macmillan, Oxford, 1986. [Links]26Efectivamente el Comit Herter para la Ayuda Externa del Congreso norteamericano recomend en las negociaciones la utilizacin de esos instrumentos en vista de las necesidades urgentes de la Argentina en materia de bienes de capital, acero y productos qumicos a cambio de lograr la baja del precio del trigo argentino, contando todava con la necesidad de que la Argentina fuera proveedor bajo el Plan Marshall Ntese tambin el sealamiento sobre la destacada participacin de la Argentina, "desproporcionada" segn el autor, como receptor de bienes escasos desde los Estados Unidos en el perodo anterior; Harris, S. (1948),op. cit.,pgs. 65-66. [Links]Ver tambin Giacalone, Rita, A.,From bad neighbors to reluctant partners: Argentina and the United States, 1946-1950(Tesis doctoral), Indiana University, Indiana, 1977, pgs. 162-163. [Links]27Ver Skupch, Pedro, "La crisis externa britnica de 1947, el Plan Marshall y la Argentina",XXI Jornadas de Historia Econmica,Caseros (Buenos Aires), 2008. [Links]28Bruce al Secretario de Estado, Buenos Aires, 15/11/1947, FRUS 1947, vol.VIII, pgs. 311-312. [Links]29Cafiero, Antonio,De la Economa social justicialista al rgimen liberal capitalista,Eudeba, Buenos Aires, 1974, pg. 229; [Links]New York Times,26/5/1948. En su oposicin a la poltica econmica argentina, un Comit del Senado norteamericano, lleg a proponer incluir en una reglamentacin la prohibicin de todo comercio entre los pases europeos y la Argentina salvo a travs de la ECA.30Harris, S. (1948),op.cit..ps. 176-177. [Links]31Banco Central de la Repblica Argentina,Memoria Anual,1947, pg. 9. [Links]32Memorndum de Conversacin, por el Secretario Asistente Armour, Washington, 9/12/1947, FRUS 1947, vol. VIII, pgs. 313-314. [Links]33En realidad, como ha sealado J. Fodor, no existan "precios mundiales" establecidos por un mercado impersonal. "No exista un 'mercado mundial'. Slo haba acuerdos bilaterales y unos pocos acuerdos internacionales". La poltica de precios argentina respecto de sus productos exportables estuvo vinculada primero a la necesidad de acceder a importaciones cada vez ms caras y escasas, por las regulaciones estatales de las potencias proveedoras, y luego a la posibilidad de obtencin de dlares del Plan Marshall para facilitar esas importaciones desde Estados Unidos. "La Argentina haba usado todo su poder negociador, pero no teniendo la posicin de fuerza de los Estados Unidos, no poda obtener precios similares. Esos precios, de todas formas, no significaron un aumento del abastecimiento de las importaciones necesarias". Fodor, Jorge, "Pern's policies for agricultural exports, 1946-1948: dogmatism or common sense?" en Rock, David (ed.),Argentina in the Twentieth Century,University of Pittsburgh Press, Pittsburgh, 1975, pgs. 156-157. [Links]34Bruce al Secretario de Estado, Buenos Aires, 29/9/1947, FRUS 1947, vol. VIII, pgs. 308-309. [Links]35Inclusive, el Comit Herter para la Ayuda Externa del Congreso norteamericano recomend el uso en las negociaciones, de las necesidades urgentes de la Argentina en bienes de capital, acero y productos qumicos a cambio de lograr la baja del precio del trigo. Ver Giacalone, R. (1977),op. cit., pgs. 162-163 [Links]36Cifras del Consejo Econmico y Social de las Naciones Unidas, Informe Anual 1948.37"Argentine Foreign Policy" OIR N 4714, USNA, DS.38Cafiero, Antonio, Informe N XVIII "El nuevo y audaz programa de inversiones del presidente Truman", Washington, 23/3/1949, Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina (AMREC). [Links]39Bruce al Secretario de Estado, Buenos Aires, 3/6/1948, FRUS 1948, vol. IX, pg. 289. [Links]40Bruce a Acheson, Bs. As., 4/1/1949, USNA, DS, 611.353/1-449. Hasta 1952, en sus artculos firmados con el seudnimo de Descartes, Pern adverta sobre la posibilidad de una nueva guerra mundial, cf., Descartes,Poltica y estrategia,Buenos Aires, 1953.41Sobre la poltica de EE.UU. en Amrica latina en la posguerra, ver Green, David, "The Cold War Comes to Latin America", en Bernstein, B. J. (1970),op.cit. [Links]42New York Times,30 y 31/10/1948.43New York Times,13/6/1948; Bruce a Marshall 19/11/1948, USNA, DS 711..35/11-1948 [Links]44Esto contravena la legislacin que reservaba los dlares del programa para compras europeas que no pudieran ser hechas en otras divisas. As a lo largo de 1948 la ECA financi 360 millones de dlares en ventas desde Canad y Australia frente a un escaso milln cien mil dlares en la Argentina. Ver Memorndum del Departamento de Estado sobre discriminacin por la ECA contra la Argentina, 25/01/1949, adjunto a Tewksbury a Bruce, 25/1/1949, USNA, DS 840.50 Recovery/1-2549; [Links]Escud, Carlos,Gran Bretaa, Estados Unidos y la declinacin argentina, 1942-1949,Editorial de Belgrano, Buenos Aires, 1983. pgs. 323-328. [Links]45Ver la actuacin de Fitzgerald, Kunze y otros funcionarios de la ECA en Escud, C. (1983) ibdem y; Dorn, Glenn, J.,Peronistas and New Dealers. U.S.-Argentine Rivalry (1946-1950),University Press of the South, New Orleans, 2005. pgs.252-258. [Links]46El embajador elev un memorndum al presidente Truman, planteando la necesidad del cese de las discriminaciones operadas por los funcionarios de la ECA, pese a que la Argentina haba aceptado rebajar el precio del trigo, y que slo se permitieran declaraciones pblicas de Paul Hoffman y Howard Bruce y no de funcionarios menores; Bruce al Secretario de Estado, 14/7/1948 FRUS 1948, vol. IX, pg. 325; [Links]Bruce a Marshall 19/11/1948 USNA, DS 711.35/11-1948; [Links]ver diversas interpretaciones sobre las contradicciones entre la ECA y el Departamento de Estado en Giacalone, R. (1977),op.cit.,pgs. 166-167 y Dorn, G. (2005),op. cit.,pgs. 258-262.47Cf. Skupch, Pedro, (2008).op. cit.48Harris, S. (1948),op.cit.,pgs. 224-226.49Cf. Fodor, J. (1975),op.cit.50Tewksbury a Bruce, 25/1/1949, Memorndum adjunto sobre discriminaciones de la ECA contra la Argentina, USNA, DS 840.50 Recovery/1-2549. [Links]51Entrevista a Ramn Cereijo, HOPEA,(Historia Oral de la Poltica Exterior Argentina)Conicet, Buenos Aires, 1987. [Links]Ver en igual sentido, Gmez Morales, Alfredo,Curso de poltica econmica peronista,Buenos Aires, 1951. [Links]52Tewksbury a Bruce, 25/1/1949,idem ibdem.53MacDonald, Callum., "The US, the Cold War and Pern, 1946-1950", en Abel, Christopher y Colin Lewis (eds.),Latin America: Economic Imperialism and the State,Athlone Press, Londres, 1985, pg. 410. [Links]54Descartes (Juan Pern),Poltica y Estrategia,Buenos Aires, 1953, pg. 187. [Links]55Ver Galasso, Norberto,Pern. Formacin, ascenso y cada (1893-1955),Colihue, Buenos Aires 2006 pgs. 536-537.[Links]