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FEBRERO/MAYO 2008 XIV TEMPORADA DE GRANDES CONCIERTOS DE SALA MOZART •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• PALACIO DE CONGRESOS ZARAGOZA AUDITORIO lunes 11 de febrero 20,15 horas KONZERTHAUSORCHESTER BERLIN (antigua Orquesta Sinfónica de Berlín) LOTHAR ZAGROSEK DIRECTOR SEVERIN VON ECKARDSTEIN PIANO

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FEBRERO/MAYO 2008

X I V T E M P O R A D A D EG R A N D E S C O N C I E R T O S D E

SALA MOZART••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

PALACIO DE CONGRESOS ZARAGOZAAUDITORIO

lunes 11 de febrero • 20,15 horas

KONZERTHAUSORCHESTER BERLIN(antigua Orquesta Sinfónica de Berlín)

LOTHAR ZAGROSEK DIRECTOR

SEVERIN VON ECKARDSTEIN PIANO

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En agosto de 2006, la Orquesta Sinfónica de Berlín cambió su nombre

por el de Konzerthausorchester Berlin. El nuevo nombre refleja el estre-

cho vínculo de la Orquesta con su sede: con más de cien conciertos

cada temporada, la Orquesta deja su propia marca en la programación

de la Konzerthaus. En tándem con su nuevo Director Titular, Lothar

Zagrosek, la Konzerthausorchester Berlin continúa enriqueciendo la vida

musical de la capital alemana con cautivadores programas y nuevos

formatos de concierto.

Fundada en 1952, la Konzerthausorchester Berlin (KOB) destacó signifi-

cativamente bajo la dirección de su Director Titular Kurt Sanderling

(entre 1960 y 1977), ganando un gran reconocimiento internacional.

Numerosas estrellas de la escena musical como David Oistrach y Emil

Giles han actuado regularmente con la Orquesta, pasado por diferentes

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ubicaciones. No obstante, el maestro Sanderling consiguió crear un fuer-

te grupo de seguidores para sus conciertos de abono.

En 1977, Günter Herbig fue nombrado Director Titular, seguido por

Claus Peter Flor, que asumió este cargo en 1984. En este mismo año se

reabrió el famoso Schauspielhaus de Karl Friedrich Schinkel, como sala

de conciertos. La KOB tuvo así su primera sede permanente en la plaza

más bonita de la ciudad, la Gendarmenmarkt. Flor llevó a la Orquesta a

numerosas giras por todo el mundo. En 1988 realizaron una gira por el

Reino Unido, EE. UU. y Japón durante siete semanas, y consolidó así la

ya excelente reputación de la Orquesta también internacionalmente.

Durante el período de Michael Schönwandt (1992/1998), la Orquesta se

unió oficialmente a la Konzerthaus, convirtiéndola así en su sede. Des-

de 2001, año del 50º aniversario de la Orquesta, Eliahu Inbal dirigió la

KOB en su nueva etapa. En 2001 tuvo un gran éxito en su gira por

Japón, tocando 15 conciertos en 13 ciudades. En 2004, Inbal y la

Orquesta realizaron una gira de dos semanas en España, en 2005 en Chi-

na, Japón y Corea del Sur y en 2006 la Orquesta volvió con Inbal a

España.

Con casi 16.000 suscriptores, la Konzerthausorchester Berlin está entre

las orquestas con mayor número de abonados regulares de Alemania. En

agosto de 2006, un nuevo nombre empezó a escribir otro capítulo en la

historia de la Orquesta: Lothar Zagrosek, quien se ha propuesto ampliar

de forma continuada el repertorio y el nivel estilístico de la Konzer-

thausorchester con el fin de interpretar música desde Monteverdi hasta

Lachenmann.

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LOTHAR ZAGROSEK DIRECTOR

Empezó su carrera musical como miembro del Coro de la Catedral de

Regensburg. De 1962 a 1967 estudió con Hans Swarovsky, Istvàn Ker-

tész, Bruno Maderna y Herbert von Karajan.

En 1982 fue nombrado Director Titular de la Orquesta Sinfónica de la

Radio Austríaca de Viena, a continuación estuvo tres años de Director

Musical de la Ópera de París (1986/1989), en cuyo período también fue

Director Invitado de la Orquesta Sinfónica de la BBC. Entre 1990 y 1992,

Lothar Zagrosek fue Director Musical General de la Ópera de Leipzig. Des-

de 1995 estuvo vinculado a la Joven Deutsche Philharmonie como Primer

Director Invitado y Asesor Artístico, y desde 1997 fue Director Musical de

la Ópera de Stuttgart. Desde la pasada temporada es el nuevo Director

Titular de la Orquesta Sinfónica de Berlín.

Además de su labor como director de ópera, lo que le ha llevado a diri-

gir, entre otras, las Óperas de Viena y Hamburgo, Deutsche Oper Berlin,

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Théâtre de la Monnaie de Bruselas, London Royal Opera House Covent

Garden y en el Festival de Glyndebourne, Lothar Zagrosek ha colabora-

do con muchas de las más importantes orquestas internacionales, como

la Gewandhaus Orchestra Leipzig, la Orquesta Filarmónica de Berlín,

Filarmónica de Múnich, las más importantes orquestas de radio alema-

nas, Sinfónica de Viena, Filarmónica de Londres, Orquesta dell’Accade-

mia di Santa Cecilia, Orquesta Nacional de Francia, Sinfónica de Mon-

treal y la Orquesta Sinfónica NHK de Tokio. Asimismo, ha actuado en

prestigiosos festivales como el Wiener Festwochen, Berliner Festwo-

chen, Proms de Londres y el Festival de Ópera de Múnich. También es

invitado habitual de los Festivales de Música Contemporánea de

Donaueschingen, Berlín, Bruselas y París, y ha sido invitado repetida-

mente al Festival de Salzburgo, por última vez en agosto de 2005.

Como Director Musical de la Ópera de Stuttgart obtuvo cuatro veces el

galardón de «Compañía de Ópera del Año», y él mismo fue nombrado

en dos ocasiones «Director del Año». En 2005, la producción de Busoni

«Doctor Fausto», dirigida por él, fue galardonada con el premio «Produc-

ción del Año».

Entre los numerosos CDs de Lothar Zagrosek hay que destacar como los

más importantes «La Muerte de Dantons» de Gottfried von Einem, «San

Francisco de Asís» de Olivier Messiaen (con Dietrich Fischer-Dieskau) y

la grabación de la obra completa para coro y orquesta de Hindemith.

Realizó una serie de grabaciones para la colección «Entartete Musik» con

Decca, entre ellas «Jonny spielt auf» de Ernst Krenek, «El Emperador de

Atlantis» de Victor Ullmann, la «Sinfonía alemana» de Hanns Eislers (todas

ellas con la Gewandhausorchester de Leipzig), «Der Gewaltige Hahnrei»

de Berthold Goldschmidt, «Die Vögel» de Walter Braunfels, así como el

último lanzamiento, «Verlobung im Traume» de Hans Krasa. Algunos de

estos discos han recibido importantes premios internacionales, incluido

el Premio Edison, el Premio Reina Elisabeth y el Premio del Disco ale-

mán. Algunos de ellos fueron nominados para un Grammy.

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SEVERIN VON ECKARDSTEIN PIANO

Severin von Eckardstein nació en 1978 en Düsseldorf (Alemania). Tomó

sus primeras lecciones de piano cuando tenía 6 años. A los 12 fue acep-

tado en la clase de jóvenes talentos de Barbara Szczepanska en la Escue-

la de Música Robert Schumann de Düsseldorf. Durante sus años escola-

res continuó sus estudios de Piano en Hannover y Salzburgo con

Karl-Heinz Kammerling. Después de su graduación en la Escuela Supe-

rior asistió a la Universidad de las Artes de Berlín con el profesor Klaus

Hellwig, y tras obtener su diploma continuó sus estudios en la Acade-

mia Internacional de Piano Lago Como (Italia).

Von Eckardstein ha ganado numerosos concursos, tanto nacionales

como internacionales. Entre ellos destacan el Concurso Steinway en

Hamburgo (Primer Premio en 1990), el Encuentro Internacional de Jóve-

nes Pianistas en Italia (Primer Premio en 1991), el Concurso Arthur

Schnabel en Berlín (Primer Premio en 1998), Concurso Feruccio-Busoni

© P

luim

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en Bozen (1998) y el Concurso ARD de Múnich (Segundo Premio en

1998). En el año 2000 recibió el Tercer Premio y el Premio Especial a la

«Mejor Interpretación de Música Contemporánea» en el Concurso Inter-

nacional de Piano de Leeds, en el que tuvo el privilegio y la oportuni-

dad de tocar con la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham,

dirigida por Sir Simon Rattle. La mayoría de críticos musicales que estu-

vieron presentes escogieron unánimemente a Severin von Eckardstein

como su ganador.

En junio de 2003 ganó el Primer Premio en el prestigioso Concurso

Internacional Reina Elisabeth de Bruselas, ya que en la última ronda del

Concurso realizó una actuación extraordinaria con obras de Beethoven

y Prokofiev. Esta combinación muestra ciertamente la asombrosa versa-

tilidad de este joven gran pianista.

Entretanto, ha tocado en muchos de los grandes escenarios del mundo.

Ha ofrecido conciertos junto a famosas orquestas como la Sinfónica de

Berlín, English Chamber, BBC Philharmonic o la Academia de St. Mar-

tins in the Fields. Ha sido invitado por prestigiosos festivales como el

Klavier Festival Ruhr, Aldeburgh Festival, La Roque d’Anthéron o el Fes-

tival Chopin, y en 2005 deleitó a la audiencia en el famoso Gilmore Fes-

tival en Michigan (EE. UU.).

En la última temporada, Severin von Eckardstein ofreció un recital en la

prestigiosa «Master Pianists Series» en el Concertgebouw de Ámsterdam,

donde un crítico lo calificó como «el nuevo Horowitz». Su reciente debut

en «Piano Hayes Series» en el Kennedy Center de Washington tuvo un

éxito arrollador.

En enero de 2006, Severin von Eckardstein ha sido invitado a su segun-

da importante gira por Japón. En la próxima temporada tocará entre

otros el «Concierto para piano n.º 4» de Beethoven con la Orquesta Filar-

mónica de Róterdam, dirigida por Valery Gergiev. A principios de 2007

se le pudo escuchar de nuevo en el famoso «Master Pianists Series» en el

Concertgebouw.

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PRIMEROS VIOLINESMichael ErxlebenMichail SeklerThomas BöttcherUlrike PetersenTeresa KammererDavid BestehornBernd NiedermayrGyula HalmaiAndrea MaiDetlef RayßInes Galle Christiane NeuhausMarkolf EhrigAdriana CondriucMelanie RichterMarta Murvai

SEGUNDOS VIOLINESAndreas FinsterbuschJohannes JahnelStefan MarkowskiEva SütterlinJörg SchurigChristoph KulickeCornelia DillEvgeny VapnyarskyAlicia LaggerEnrico PalascinoHendrikje Resa Dorothea WittigBeate MüllerSusanne Behrens

VIOLASFerenc GaborAmalia AubertConstanze FiebigMatthias Benker

Gerhard RiedelUlrich HelmholtzDorothee DargelUwe EmmrichSusanne EllemunterKatja PlagensFelix KorinthJohannes Sykora

VIOLONCELLOSFriedemann LudwigAndreas TimmTaneli TurunenWaltraud HentschelNerina ManciniJae won SongAlexander KahlNayon HanAndreas KippPanu Sundquist

CONTRABAJOSAngelika StarkeStephan PetzoldMarkus RexSandor TarHans-Christoph SpreeDietmar HeinrichStefan MathesIgor Prokopets

FLAUTASSilvia CaredduBurghard HilseAntje Schurrock

OBOESFabian MenzelDaniel WohlgemuthNadine Merzbacher

CLARINETESMichael SimmAlexandra KehrleTino Plener

FAGOTESMichael von SchönermarkFranziska Haußig

TROMPASDmitri BabanovHanno WestphalElke BenzTimo Steininger

TROMPETASSören LinkeUwe SaegebarthTobias Winbeck

TROMBONESHelge von NiswandtJürgen KesslerVolker Sommerkorn

TUBAMichael Vogt

TIMBALESMichael Jungmann

COMPONENTES

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ROMÁNTICOS, CLÁSICOS Y NEOCLÁSICOS

Forzados por la inmensidad de la producción artística, que hacía

imposible conocer incluso una mínima porción de todas las gran-

des creaciones de las artes, los historiadores tardo-decimonónicos y

novecentistas de cada una de ellas intentaron superar esta imposi-

bilidad material para su estudio (¿cómo poder saber y hablar de

algo que solo se controla en una porción comparativamente ínfi-

ma?) mediante diversos recursos académicos. Uno de los más afor-

tunados –al menos por la extensión temática, geográfica y cronoló-

gica de su éxito– fue el establecer una serie de «estilos» que

sintetizaran la mayor parte de las obras de arte de un determinado

período, o al menos un amplio grupo de ellas unificadas por deter-

minadas características comunes.

El catálogo de estos «estilos artísticos» fue primero configurándose,

en las primeras décadas del siglo XX, gracias sobre todo al impul-

so de los historiadores de las artes plásticas que partieron del «wölf-

fliniano» y finisecular enfrentamiento entre lo «clásico» –mostrado en

particular en la serenidad renacentista– y lo «barroco», entendidos

como conceptos fundamentales de una historia del arte «sin nom-

bres», es decir, no preocupada tanto de los creadores individuales y

sus concretas obras, sino de lo que tenían en común éstas en fun-

ción de su adscripción a ese determinado «estilo».

Lo clásico renacentista y lo neoclásico de la ilustración, lo barroco,

como más tarde lo romántico o lo gótico, pasaron a ser estilos bien

conocidos que permitían clasificar la inmensa mayoría de las obras

de arte bajo unas pocas y eficaces etiquetas mediante las cuales el

conocedor, erudito o aficionado podría «reconocerlas» incluso sin

haberlas visto antes y situarlas en su correspondiente época, dando

así la tranquilizadora impresión de que lo inabarcable de la pro-

ducción artística de tres mil años quedaba solventado por un cómo-

COMENTARIOS AL PROGRAMA

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do agrupamiento en unas cuantas tablas de características técnicas

(forma de los arcos o de la planta, tipos de ornamentación, etc.).

HAYDN Y LA SINFONÍA CLÁSICA

Incardinar esos estilos procedentes de las artes plásticas en otras

producciones artísticas parecía cosa fácil, sobre todo cuando aún se

creía en el ideal de la unión profunda de todas las artes y en la

comunión espiritual de todos los artistas. Pero había inconvenien-

tes graves que, pese a todo, fueron ocultados o ingenuamente mini-

mizados, para que, finalmente, las artes en su conjunto pudieran

compartir ese tranquilizador etiquetado.

Zona de alto riesgo para ese trasvase era, en particular, la de la

música, pues el arte sonoro occidental carecía de un repertorio pro-

pio de la antigüedad grecolatina al que se pudiese acudir como

modelo práctico, lo que, por el contrario, hacían sin problemas, y

casi desde siempre, la arquitectura y la escultura o la literatura.

Con esa carencia de principio «clásico» (¿a qué obra musical griega

o romana podría acudir como modelo Palestrina o Mozart, compa-

rable a ejemplos como el Partenón, las eculturas de Fidias o los

poemas de Homero y Virgilio?) era obligado idear auténticas pirue-

tas intelectuales para reconocer en las composiciones polifónicas de

los siglos XV y XVI o en las obras sinfónicas dieciochescas alguna

especie de «renacentismo» o «neoclasicismo», respectivamente,

cuando tales obras, lógicamente, no se acercaban a modelo «clási-

co» práctico alguno. Pero con todo, se buscó en la «serenidad» sono-

ra, en la aparente disminución del ornamento melódico, en la sen-

cillez armónica… características «clásicas» capaces de oponerse a la

pasión, exhuberancia y complejidad de una música que podía til-

darse de «barroca».

Un proceso que, pese a su incongruencia de fondo, ha prosperado

en el mundo académico y se ha hecho fuerte en la difusión popu-

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lar del repertorio musical culto, de manera que ¿quién ahora puede

negarle a una sinfonía de Haydn (1732-1809) la etiqueta de clásica?

Aunque en la música de este maestro –y su sinfonía número 88 en

Sol, compuesta para J. Tost en torno a 1787, será sin duda buena

muestra de ello– haya también pasión, ornamento y densidad, si

bien lógicamente no como las mostraba el para nosotros «barroco»

Händel.

EL INCLASIFICABLE STRAVINSKI

Mucho más difícil de etiquetar en la historia de la música es el escu-

rridizo ruso-franco-americano Igor Stravinski (1882-1971), que

libremente transitó –como le sucedió al gran Picasso– por casi todos

los estilos de la creación culta del siglo en que vivió. En efecto,

comenzada su carrera en un tardío pintoresquismo romántico rims-

kiano, que supo reconvertirlo en provocadora vanguardia gracias a

las «rusistas» recreaciones parisinas (desde el cuento romántico de

El Pájaro de Fuego a la simbólica historia de feria de Petrushka, y

llegando a la mitificada prehistoria de La Consagración de la Pri-

mavera en una Rusia pagana…), Stravinski entró después en una

larga y fructífera «etapa» neoclasicista –iniciada con una Historia de

un soldado que en medio de la Gran Guerra no renunciaba a seguir

siendo rusa pero buscando un nuevo camino sonoro– en cuyo espí-

ritu antirromántico, incisivo e irónicamente evocador de lo diecio-

chesco mezclado con lo popular, podemos situar el Capriccio para

piano y orquesta, que estrenara Ansermet –gran azote de atonales–

en el París de 1929.

Pasando de estilo en estilo (mejor dicho, de «ismo» en «ismo»,

pues quizás muchas de estas caracterizaciones de la composición

novecentista cabrían bajo un mismo estilo), Stravinski llegó

incluso, en el final de su vida, hasta un serialismo dodecafónico

que había estigmatizado décadas atrás al propio Schönberg, pero

siempre sin perder su propio sello «stravinskiano», que resulta

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incluso más reconocible que el «estilo» general en que su obra se

pueda enmarcar.

FRANCK, MÁS ALLÁ DE LAS ETIQUETAS

La cultura francesa ha sido, con diferencia, la más complicada de

someter a la dictadura de los estilos, en especial porque su maravi-

lloso «Siglo de Oro» (con Racine y Moliere, el preceptista Boileau y,

entre los músicos, el francoitaliano Lully) posee un indiscutible cla-

sicismo sin que, por ello, deje de pertenecer al corazón de una épo-

ca que artísticamente se dictamina como barroca.

Ejemplo musical de otro tiempo, pero no menor, de esta misma difi-

cultad de encajar en los estilos generales, es la figura y la obra de

César Franck (1822-1890), profesor, compositor y organista que,

perteneciendo de lleno al siglo musical romántico, y compartiendo

características técnicas del cromático y apasionado final de este esti-

lo, sin embargo su faceta docente y el apego por alguna de las for-

mas «clásicas» –de la fuga a la sinfonía– le han granjeado fama de

conservador, cuando no de academicista.

Justamente célebres, las Variaciones Sinfónicas de Franck fueron

estrenadas en la Sociedad Nacional de París en 1886, y tras ellas

solo figuran en el corto pero exigente catálogo sinfónico de su autor

dos obras maestras más, igualmente carentes de número de Opus:

el poema sinfónico con coro Psyché (1888) y la aún más conocida

Sinfonía en Re m, cuya primera interpretación tuvo lugar en los

Conciertos del Conservatorio en 1889. Creaciones cuya hermosura,

por fortuna, ha sabido estar por encima de cualquier taxonomía.

LA SINFONÍA ROMÁNTICA Y SCHUMANN

La obra de Robert Schumann (1810-1856) parece, a primera vista,

mucho más sencilla de clasificar. No solo su cronología, sino inclu-

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so su particular periplo vital –incluyendo la dramática locura del

final de sus días– lo sitúan en el corazón del romanticismo germá-

nico. Así también parte de su obra cumple magistralmente con el

paradigma de ese estilo, gracias por ejemplo a su felicísimo cultivo

de la microforma pianística o la asombrosa producción liederística

que es indiscutible cumbre de la canción del salón decimonónico.

Resaltando también en otros géneros exclusivamente románticos

(caso del Poema Sinfónico), así como en otros repertorios no menos

propios del romanticismo aunque no exclusivos de este estilo

(como es el concierto para piano), Schumann se ocupó también de

cultivar la sinfonía –cuya célebre tercera incursión, en Mi bemol

mayor, Op. 97, sobretitulada «Renana», estrenada en Düsseldorf en

1851, podremos escuchar en esta velada–, que en la primera mitad

del siglo XIX había dejado de ser clásica para, tomando al último

Beethoven como pórtico, convertirse en esplendor de lo romántico.

Una prueba más de la fragilidad de las etiquetas estilísticas, en esta

ocasión pegadas a una forma orquestal tan especialmente longeva

y fructífera que sirve, además, como apertura y broche de un pro-

grama donde clásicos, neoclásicos y románticos comparten, más

allá de estereotipos artísticos, la común marca de una excepcional

calidad sonora.

Álvaro Zaldívar Gracia

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F. J. HAYDN

Sinfonía n.º 88 en SolAllegroAllegroLargo

AllegrettoAllegro con spirito

I. STRAVINSKI

Capriccio para pianoPresto

Andante rapsodicoAllegro capriccioso

C. FRANCK

Variaciones sinfónicas para piano

SEVERIN VON ECKARDSTEIN PIANO

R. SCHUMANN

Sinfonía n.º 3 en Mi bemol, Op. 97 «Renana»Vivace

Scherzo: molto moderatoAndante: non troppo vivo

MaestosoFinale: Vivace

SEGUNDA PARTE

PRIMERA PARTE

KONZERTHAUSORCHESTER BERLIN(antigua Orquesta Sinfónica de Berlín)

LOTHAR ZAGROSEK DIRECTOR

PROGRAMA

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