jorge luis borges - tlön

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  • 8/12/2019 Jorge Luis Borges - Tln

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    Tln, Uqbar, orbis tertius (Texto en proceso de correccin.)

    JORGE LUIS BORGES, OBAS COMPLETAS, Tomo I, (Ficciones), Mara Kodama y EmecEditores, Buenos Aires, 1974

    Debo a la conjuncin de un espejo y de una enciclopedia el descubrimiento de Uqbar. El espejoinquietaba el fondo de un corredor en una quinta de la calle Gaona, en Ramos Meja; laenciclopedia falazmente se llama The Anglo-American Cyclopaedia (New York, 1917) y es unareimpresin literal, pero tambin morosa, de la Encyclopaedia Britannica de 1902. El hecho seprodujo har unos cinco aos. Bioy Casares haba cenado conmigo esa noche y nos demor unavasta polmica sobre la ejecucin de una novela en primera persona, cuyo narrador omitiera odesfigurara los hechos e incurriera en diversas contradicciones, que permitieran aunos pocos lectoresa muy pocos lectoresla adivinacin de una realidad atroz o banal. Desde elfondo remoto del corredor, el espejo nos acechaba. Descubrimos (en la alta noche esedescubrimiento es inevitable) que los espejos tienen algo monstruoso. Entonces Bioy Casaresrecord que uno de los heresiarcas de Uqbar haba declarado que los espejos y la cpula sonabominables, porque multiplican el nmero de los hombres. Le pregunt el origen de esamemorable sentencia y me contest que The Anglo-American Cyclopaedia la registraba, en suartculo sobre Uqbar. La quinta (que habamos alquilado amueblada) posea un ejemplar de esaobra. En las ltimas pginas del volumen XLVI dimos con un artculo sobre Upsala; en las primerasdel XLVIl, con uno sobre Ural-Altaic lenguajes, pero ni una palabra sobre Uqbar. Bioy, unpoco azorado, interrog los tomos del ndice. Agot en vano todas las lecciones imaginables:Ukbar, Ucbar, Ookbar, Oukbahr... Antes de irse, me dijo que era una regin del Irak o del AsiaMenor. Confieso que asent con alguna incomodidad. Conjetur que ese pas indocumentado y eseheresiarca annimo eran una ficcin improvisada por la modestia de Bioy para justificar una frase.El examen estril de uno de los atlas de Justus Perthes fortaleci mi duda.

    Al da siguiente, Bioy me llam desde Buenos Aires. Me dijo que tena a la vista el artculo sobreUqbar, en el volumen XXVI de la Enciclopedia. No constaba el nombre del heresiarca, pero s lanoticia de su doctrina, formulada en palabras casi idnticas a las repetidas por l, aunquetalvezliterariamente inferiores. l haba recordado: Copulation and mirrors are abominable. El textode la Enciclopedia deca: Para uno de esos gnsticos, el visible universo era una ilusin o (ms

    precisamente) un sofisma. Los espejos y la paternidad son abominables (mirrors and fatherhoodare hateful) porque lo multiplican y lo divulgan. Le dije, sin faltar a la verdad, que me gustara verese artculo. A los pocos das lo trajo. Lo cual me sorprendi, porque los escrupulosos ndicescartogrficos de la Erdkunde de Ritter ignoraban con plenitud el nombre de Uqbar.

    El volumen que trajo Bioy era efectivamente el xxvi de la Anglo-American Cyclopaedia. En la falsacartula y en el lomo, la indicacin alfabtica (Tor-Ups) era la de nuestro ejemplar, pero en vez de917 pginas constaba de 921. Esas cuatro pginas adicionales comprendan al artculo sobreUqbar; no previsto (como habr advertido el lector) por la indicacin alfabtica. Comprobamosdespus que no hay otra diferencia entre los volmenes. Los dos (segn creo haber indicado) sonreimpresiones de la dcima Encyclopaedia Britannica. Bioy haba adquirido su ejemplar en uno detantos remates.

    Lemos con algn cuidado el artculo. El pasaje recordado por Bioy era tal vez el nicosorprendente. El resto pareca muy verosmil, muy ajustado al tono general de la obra y (como esnatural) un poco aburrido. Releyndolo, descubrimos bajo su rigurosa escritura una fundamentalvaguedad. De los catorce nombres que figuraban en la parte geogrfica, slo reconocimos tresJorasn, Armenia, Erzerum, interpolados en el texto de un modo ambiguo. De los nombreshistricos, uno solo: el impostor Esmerdis el mago, invocado ms bien como una metfora. La notapareca precisar las fronteras de Uqbar, pero sus nebulosos puntos de referencias eran ros ycrteres y cadenas de esa misma regin. Lemos, verbigracia, que las tierras bajas de Tsai Jaldny el delta del Axa definen la frontera del sur y que en las islas de ese delta procrean los caballossalvajes. Eso, al principio de la pgina 918. En la seccin histrica (pgina 920) supimos que a raz

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    de las persecuciones religiosas del siglo trece, los ortodoxos buscaron amparo en las islas, dondeperduran todava sus obeliscos y donde no es raro exhumar sus espejos de piedra. La seccinidioma y literatura era breve. Un solo rasgo memorable: anotaba que la literatura de Uqbar era decarcter fantstico y que sus epopeyas y sus leyendas no se referan jams a la realidad, sino a lasdos regiones imaginarias de Miejnas y de Tlon... La bibliografa enumeraba cuatro volmenes queno hemos encontrado hasta ahora, aunque el tercero Silas Haslam: History of the Land CalledUqbar, 1874figura en los catlogos de librera de Bernard Quarirch. (1) El primero, Lesbare undlesenswerthe Bemerkungen uber das Land Ukkbar in KleinAsien, data de 1641 y es obra deJohannes Valentinus Andrea. El hecho es significativo; un par de aos despus, di con ese nombreen las inesperadas pginas de De Quincey (Writings, decimotercero volumen) y supe que era el deun telogo alemn que a principios del siglo xvii describi la imaginaria comunidad de la RosaCruzque otros luego fundaron, a imitacin de lo prefigurado por l.

    Esa noche visitamos la Biblioteca Nacional. En vano fatigamos atlas, catlogos, anuarios desociedades geogrficas, memorias de viajeros e historiadores: nadie haba estado nunca en Uqbar.El ndice general de la enciclopedia de Bioy tampoco registraba ese nombre. Al da siguiente,Carlos Mastronardi (a quien yo haba referido el asunto) advirti en una librera de Corrientes yTalcahuano los negros y dorados lomos de la Anglo-American Cyclopaedia... Entr e interrog elvolumen XXVI. Naturalmente, no dio con el menor indicio de Uqbar.

    II

    Algn recuerdo limitado y menguante de Herbert Ashe, ingeniero de los ferrocarriles del Sur,persiste en el hotel de Adrogu, entre las efusivas madreselvas y en el fondo ilusorio de losespejos. En vida padeci de irrealidad, como tantos ingleses; muerto, no es siquiera el fantasmaque ya era entonces. Era alto y desganado y su cansada barba rectangular haba sido roja.Entiendo que era viudo, sin hijos. Cada tantos aos iba a Inglaterra: a visitar (juzgo por unasfotografas que nos mostr) un reloj de sol y unos robles. Mi padre haba estrechado con l (elverbo es excesivo) una de esas amistades inglesas que empiezan por excluir la confidencia y quemuy pronto omiten el dilogo. Solan ejercer un intercambio de libros y de peridicos; solan batirseal ajedrez, taciturnamente... Lo recuerdo en el corredor del hotel, con un libro de matemticas en lamano, mirando a veces los colores irrecuperables del cielo. Una tarde, hablamos del sistemaduodecimal de numeracin (en el que doce se escribe 10). Ashe dijo que precisamente estaba

    trasladando no s qu tablas duodecimales a sexagesimales (en las que sesenta se escribe 10).Agreg que ese trabajo le haba sido encargado por un noruego: en Rio Grande do Sul. Ocho aosque lo conocamos y no haba mencionado nunca su estada en esa regin... Hablamos de vidapastoril, de capangas, de la etimologa brasilera de la palabra gaucho (que algunos viejosorientales todava pronuncian gancho) y nada ms se dijo Dios me perdonede funcionesduodecimales. En setiembre de 1937 (no estbamos nosotros en el hotel) Herbert Ashe muri de larotura de un aneurisma. Das antes, haba recibido del Brasil un paquete sellado y certificado. Eraun libro en octavo mayor. Ashe lo dej en el bar, dondemeses despuslo encontr. Me puse ahojearlo y sent un vrtigo asombrado y ligero que no describir, porque sta no es la historia demis emociones sino de Uqbar y Tln y Orbis Tertius. En una noche del Islam que se llama la Nochede las Noches se abren de par en par las secretas puertas del cielo y es ms dulce el agua en loscntaros; si esas puertas se abrieran, no sentira lo que en esa tarde sent. El libro estabaredactado en ingls y lo integraban 1001 pginas. En el amarillo lomo de cuero le estas curiosas

    palabras que la falsa cartula repeta: A First Encyclopaedia of Tln. Vol. Xl. Hlaer to Jangr. Nohaba indicacin de fecha ni de lugar. En la primera pgina y en una hoja de papel de seda quecubra una de las lminas en colores haba estampado un valo azul con esta inscripcin: OrbisTertius. Haca dos aos que yo haba descubierto en un tomo de cierta enciclopedia prctica unasomera descripcin de un falso pas; ahora me deparaba el azar algo ms precioso y ms arduo.Ahora tena en las manos un vasto fragmento metdico de la historia total de un planetadesconocido, con sus arquitecturas y sus barajas, con el pavor de sus mitologas y el rumor de suslenguas, con sus emperadores y sus mares, con sus minerales y sus pjaros y sus peces, con sulgebra y su fuego, con su controversia teolgica y metafsica. Todo ello articulado, coherente, sinvisible propsito doctrinal o tono pardico.

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    En el "onceno tomo" de que hablo hay alusiones a tomos ulteriores y precedentes. Nstor Ibarra,en un artculo ya clsico de la N. R. F., ha negado que existen esos alteres; Ezequiel MartinezEstrada y Drieu La Rochelle han refutado, quiz victoriosamente, esa duda. El hecho es que hastaahora las pesquisas ms diligentes han sido estriles. En vano hemos desordenado las bibliotecasde las dos Amricas y de Europa. Alfonso Reyes, harto de esas fatigas subalternas de ndolepolicial, propone que entre todos acometamos la obra de reconstruir los muchos y macizos tomosque faltan: ex ungue leonem. Calcula, entre veras y burlas, que una generacin de tlnistas puedebastar. Ese arriesgado cmputo nos retrae al problema fundamental: Quines inventaron a Tln?El plural es inevitable, porque la hiptesis de un solo inventorde un infinito Leibniz obrando en latiniebla y en la modestiaha sido descartada unnimemente. Se conjetura que este brave newworld es obra de una sociedad secreta de astrnomos, de bilogos, de ingenieros, de metafsicos,de poetas, de qumicos, de algebristas, de moralistas, de pintores, de gemetras... dirigidos por unoscuro hombre de genio. Abundan individuos que dominan esas disciplinas diversas, pero no loscapaces de invencin y menos los capaces de subordinar la invencin a un riguroso plansistemtico. Ese plan es tan vasto que la contribucin de cada escritor es infinitesimal. Al principiose crey que Tlon era un mero caos, una irresponsable licencia de la imaginacin; ahora se sabeque es un cosmos y las ntimas leyes que lo rigen han sido formuladas, siquiera en modoprovisional. Bsteme recordar que las contradicciones aparentes del Onceno Tomo son la piedrafundamental de la prueba de que existen los otros: tan lcido y tan justo es el orden que se ha

    observado en l. Las revistas populares han divulgado, con perdonable exceso, la zoologa y latopografa de Tlon; yo pienso que sus tigres transparentes y sus torres de sangre no merecen, talvez, la continua atencin de todos los hombres. Yo me atrevo a pedir unos minutos para suconcepto del universo.

    Hume not para siempre que los argumentos de Berkeley no admiten la menor rplica y no causanla menor conviccin. Ese dictamen es del todo verdico en su aplicacin a la tierra; del todo falsoen Tlon. Las naciones de ese planeta soncongnitamenteidealistas. Su lenguaje y lasderivaciones de su lenguaje la religin, las letras, la metafsicapresuponen el idealismo. Elmundo para ellos no es un concurso de objetos en el espacio; es una serie heterognea de actosindependientes. Es sucesivo, temporal, no espacial. No hay sustantivos en la conjetural Ursprachede Tlon, de la que proceden los idiomas "actuales" y los dialectos: hay verbos impersonales,calificados por sufijos (o prefijos) monosilbicos de valor adverbial. Por ejemplo: no hay palabra

    que corresponda a la palabra luna, pero hay un verbo que sera en espaol lunecer o lunar. Surgila luna sobre el ro se dice hlr u fang axaxaxas ml o sea en su orden: hacia arriba (upward)detrs duradero-fluir luneci. (Xul Solar traduce con brevedad: upa tras perfluyue lun. Upward,behind the onstreaming itmooned.)

    Lo anterior se refiere a los idiomas del hemisferio austral. En los del hemisferio boreal (de cuyaUrsprache hay muy pocos datos en el Onceno Tomo) la clula primordial no es el verbo, sino eladjetivo monosilbico. El sustantivo se forma por acumulacin de adjetivos. No se dice luna: sedice areo-claro sobre oscuro-redondo o anaranjado-tenue-del cielo o cualquier otra agregacin.En el caso elegido la masa de adjetivos corresponde a un objeto real; el hecho es puramentefortuito. En la literatura de este hemisferio (como en el mundo subsistente de Meinong) abundanlos objetos ideales, convocados y disueltos en un momento, segn las necesidades poticas. Losdetermina, a veces, la mera simultaneidad. Hay objetos compuestos de dos trminos, uno de

    carcter visual y otro auditivo: el color del naciente y el remoto grito de un pjaro. Los hay demuchos: el sol y el agua contra el pecho del nadador, el vago rosa trmulo que se ve con los ojoscerrados, la sensacin de quien se deja llevar por un ro y tambin por el sueo. Esos objetos desegundo grado pueden combinarse con otros; el proceso, mediante ciertas abreviaturas, esprcticamente infinito. Hay poemas famosos compuestos de una sola enorme palabra. Estapalabra integra un objeto potico creado por el autor. El hecho de que nadie crea en la realidad delos sustantivos hace, paradjicamente, que sea interminable su nmero. Los idiomas delhemisferio boreal de Tln poseen todos los nombres de las lenguas indoeuropeas y otrosmuchos ms.

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    No es exagerado afirmar que la cultura clsica de Tln comprende una sola disciplina: lapsicologa. Las otras estn subordinadas a ella. He dicho que los hombres de ese planeta concibenel universo como una serie de procesos mentales, que no se desenvuelven en el espacio sino demodo sucesivo en el tiempo. Spinoza atribuye a su inagotable divinidad los atributos de laextensin y del pensamiento; nadie comprendera en Tlon la yuxtaposicin del primero (que slo estpico de ciertos estados) y del segundo que es un sinnimo perfecto del cosmos. Dicho seacon otras palabras: no conciben que lo espacial perdure en el tiempo. Lapercepcin de una humareda en el horizonte y despus del campo incendiado y despus delcigarro a medio apagar que produjo la quemazn es considerada un ejemplo de asociacin deideas.

    Este monismo o idealismo total invalida la ciencia. Explicar (o juzgar) un hecho es unirlo a otro; esavinculacin, en Tln, es un estado posterior del sujeto, que no puede afectar o iluminar el estadoanterior. Todo estado mental es irreductible: el mero hecho de nombrarloid est, de clasificarloimporta un falseo. De ello cabra deducir que no hay ciencias en Tlonni siquiera razonamientos.

    La paradjica verdad es que existen, en casi innumerable nmero. Con las filosofas acontece loque acontece con los sustantivos en el hemisferio boreal. El hecho de que toda filosofa sea deantemano un juego dialctico, una Philosophie des Als Ob, ha contribuido a multiplicarlas. Abundanlos sistemas increbles, pero de arquitectura agradable o de tipo sensacional. Los metafsicos de

    Tlon no buscan la verdad ni siquiera la verosimilitud: buscan el asombro. Juzgan que la metafsicaes una rama de la literatura fantstica. Saben que un sistema no es otra cosa que la subordinacinde todos los aspectos del universo a uno cualquiera de ellos. Hasta la frase "todos los aspectos" esrechazable, porque supone la imposible adicin del instante presente y de los pretritos. Tampocoes lcito el plural "los pretritos", porque supone otra operacin imposible... Una de las escuelas deTlon llega a negar el tiempo: razona que el presente es indefinido, que el futuro no tiene realidadsino como esperanza presente, que el pasado no tiene realidad sino como recuerdo presente. Otraescuela declara que ha transcurrido ya todo el tiempo y que nuestra vida es apenas el recuerdo oreflejo crepuscular, y sin duda falseado y mutilado, de un proceso irrecuperable. Otra, que lahistoria del universoy en ella nuestras vidas y el ms tenue detalle de nuestras vidases laescritura que produce un dios subalterno para entenderse con un demonio. Otra, que el universoes comparable a esas criptografas en las que no valen todos los smbolos y que slo es verdad loque sucede cada trescientas noches. Otra, que mientras dormimos aqu, estamos despiertos en

    otro lado y que as cada hombre es dos hombres.

    Entre las doctrinas de Tlon, ninguna ha merecido tanto escndalo como el materialismo. Algunospensadores lo han formulado, con menos claridad que fervor, como quien adelanta una paradoja.Para facilitar el entendimiento de esa tesis inconcebible, un heresiarca del undcimo siglo ide elsofisma de las nueve monedas de cobre, cuyo renombre escandaloso equivale en Tlon al de lasaporas eleticas. De ese "razonamiento especioso" hay muchas versiones que igualan el nmerode monedas y el nmero de hallazgos; he aqu la ms comn:

    El martes, X atraviesa un camino desierto y pierde nueve monedas de cobre. El jueves, Yencuentra en el camino cuatro monedas, algo herrumbradas por la lluvia del mircoles. El viernes,Z descubre tres monedas en el camino. El viernes de maana, X encuentra dos monedas en elcorredor de su casa. El heresiarca quera deducir de esa historia la realidadid est la

    continuidadde las nueve monedas recuperadas. Es absurdo (afirmaba) imaginar que cuatro delas monedas no han existido entre el martes y el jueves, tres entre el martes y la tarde del viernes,dos entre el martes y la madrugada del viernes. Es lgico pensar que han existidosiquiera dealgn modo secreto, de comprensin vedada a los hombresen todos los momentos de esos tresplazos.

    El lenguaje de Tlon se resista a formular esa paradoja; los ms no la entendieron. Los defensoresdel sentido comn se limitaron, al principio, a negar la veracidad de la ancdota. Repitieron que erauna falacia verbal, basada en el empleo temerario de dos voces neolgicas, no autorizadas por eluso y ajenas a todo pensamiento severo: los verbos encontrar y perder, que comportan una

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    peticin de principio, porque presuponen la identidad de las nueve primeras monedas y de lasltimas. Recordaron que todo sustantivo (hombre, moneda, jueves, mircoles, lluvia) slo tiene unvalor metafrico. Denunciaron la prfida circunstancia que presupone lo que se trata de demostrar:la persistencia de las cuatro monedas, entre el jueves y el martes. Explicaron que una cosa esigualdad y otra identidad y formularon una especie de reductio ad absurdum, o sea el casohipottico de nueve hombres que en nueve sucesivas noches padecen un vivo dolor. No seraridculointerrogaronpretender que ese dolor, es el mismo? Dijeron que al heresiarca no lomova sino el blasfematorio propsito de atribuir la divina categora de ser a unas simples monedasy que a veces negaba la pluralidad y otras no. Argumentaron: si la igualdad comporta la identidad,habra que admitir asimismo que las nueve monedas son una sola.

    Increblemente, esas refutaciones no resultaron definitivas. A los cien aos de enunciado elproblema, un pensador no menos brillante que el heresiarca pero de tradicin ortodoxa, formuluna hiptesis muy audaz. Esa conjetura feliz afirma que hay un solo sujeto, que ese sujetoindivisible es cada uno de los seres del universo y que stos son los rganos y mscaras de ladivinidad. X es Y y es Z. Z descubre tres monedas porque recuerda que se le perdieron a X; Xencuentra dos en el corredor porque recuerda que han sido recuperadas las otras... El OncenoTomo deja entender que tres razones capitales determinaron la victoria totalde ese pantesmo idealista. La primera, el repudio del solipsismo; la segunda, la posibilidad deconservar la base psicolgica de las ciencias; la tercera, la posibilidad de conservar el culto de los

    dioses. Schopenhauer (el apasionado y lcido Schopenhauer) formula una doctrina muy parecidaen el primer volumen de Parerga und Paralipomena.

    La geometra de Tlon comprende dos disciplinas algo distintas: la visual y la tctil. La ltimacorresponde a la nuestra y la subordinan a la primera. La base de la geometra visual es lasuperficie, no el punto. Esta geometra desconoce las paralelas y declara que el hombre que sedesplaza modifica las formas que lo circundan. La base de su aritmtica es la nocin de nmerosindefinidos. Acentan la importancia de los conceptos de mayor y menor, que nuestrosmatemticos simbolizan por > y por

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    herrumbrada, de fecha posterior al experimento. ste se mantuvo secreto y se repiti despus encuatro colegios. En tres fue casi total el fracaso; en el cuarto (cuyo director muri casualmentedurante las primeras excavaciones) los discpulos exhumarono produjeronuna mscara de oro,una espada arcaica, dos o tres nforas de barro y el verdinoso y mutilado torso de un rey con unainscripcin en el pecho que no se ha logrado an descifrar. As se descubri la improcedencia detestigos que conocieran la naturaleza experimental de la busca... Las investigaciones en masaproducen objetos contradictorios; ahora se prefieren los trabajos individuales y casi improvisados.La metdica elaboracin de hronir (dice el Onceno Tomo) ha prestado servicios prodigiosos a losarquelogos. Ha permitido interrogar y hasta modificar el pasado, que ahora no es menos plsticoy menos dcil que el porvenir. Hecho curioso: los hronir de segundo y de tercer gradolos hronirderivados de otro hron, los hronirderivados del hron de un hronexageran las aberraciones delinicial; los de quinto son casi uniformes; los de noveno se confunden con los de segundo; en los deundcimo hay una pureza de lineas que los originales no tienen. El proceso es peridico: el hronde duodcimo grado ya empieza a decaer. Ms extrao y ms raro que todo hron es a veces el ur,Ia cosa producida por sugestin, el objeto producido por la esperanza. La gran mscara de oro quehe mencionado es un ilustre ejemplo.

    Las cosas se duplican en Tlon; propenden asimismo a borrarse y a perder los detalles cuando losolvida la gente. Es clsico el ejemplo de un umbral que perdur mientras lo visitaba un mendigo yque se perdi de vista a su muerte. A veces unos pjaros, un caballo, han salvado las ruinas de un

    anfiteatro.

    Salto Oriental, 1940.

    POSDATA DE 1947.Reproduzco el articulo anterior tal como apareci en la Antologa de laliteratura fantstica, 1940 sin otra escisin que algunas metforas y que una especie de resumenburln que ahora resulta frvolo. Han ocurrido tantas cosas desde esa fecha... Me limitar arecordarlas.

    En marzo de 1941 se descubri una carta manuscrita de Guanar Erflord en un libro de Hinton quehaba sido de Herbert Ashe. El sobre tea el sello postal de Ouro Preto, la carta comentabaenteramente el misterio de Tlon. Su texto corrobora las hiptesis de Martinez Estrada. A principiosdel siglo xvII, en una noche de Lucema o de Londres, empez la esplndida historia. Una sociedad

    secreta y benvola (que entre sus afiliados tuvo a Dalgamo y despus a George Berkeley) surgipara inventar un pas. En el vago programa inicial figuraban los "estudios hermticos", la filantropay la cbala. De esa primera poca data el curioso libro de Andrea. Al cabo de unos aos deconcilibulos y de sntesis prematuras comprendieron que una generacin no bastaba paraarticular un pas. Resolvieron que cada uno de los maestros que la integraban eligiera un discpulopara la continuacin de la obra. Esa disposicin hereditaria prevaleci; despus de un hiato de dossiglos la perseguida fraternidad resurge en Amrica. Hacia 1824, en Memphis (Tennessee) uno delos afiliados conversa con el asctico millonario Ezra Buckley. ste lo deja hablar con algndesdny se re de la modestia del proyecto. Le dice que en Amrica es absurdo inventar un pasy le propone la invencin de un planeta. A esa gigantesca idea aade otra, hija de su nihilismo: lade guardar en el silencio la empresa enorme. Circulaban entonces los veinte tomos de laEncyciopaedia Britannica; Buckley sugiere una enciclopedia metdica del planeta ilusorio. Lesdejar sus cordilleras aurferas, sus ros navegables, sus praderas holladas por el toro y por el

    bisonte, sus negros, sus prostbulos y sus dlares, bajo una condicin: "La obra no pactar con elimpostor Jesucristo. Buckley descree de Dios, pero quiere demostrar al Dios no existente que loshombres mortales son capaces de concebir un mundo. Buckley es envenenado en Baton Rouge en1828; en 1914 la sociedad remite a sus colaboradores, que son trescientos, el volumen final de laPrimera Enciclopedia de Tlon. La edicin es secreta: los cuarenta volmenes que comprende (laobra ms vasta que han acometido los hombres) seran la base de otra ms minuciosa, redactadano ya en ingls, sino en alguna de las lenguas de Tlon. Esa revisin de un mundo ilusorio se llamaprovisoriamente Orbis Tertius y uno de sus modestos demiurgos fue Herbert Ashe, no s si comoagente de Gunnar Erfjord o como afiliado. Su recepcin de un ejemplar del Onceno Tomo parecefavorecer lo segundo. Pero y los otros? Hacia 1942 arreciaron los hechos. Recuerdo con singular

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    nitidez uno de los primeros y me parece que algo sent de su carcter premonitorio. Ocurri en undepartamento de la calle Laprida, frente a un claro y alto balcn que miraba el ocaso. La princesade Fancigny Lucinge haba recibido de Poitiers su vajilla de plata. Del vasto fondo de un cajnrubricado de sellos internacionales iban saliendo finas cosas inmviles: platera de Utrecht y dePars con dura fauna herldica, un samovar. Entre ellascon un perceptible y tenue temblor depjaro dormidolata misteriosamente una brjula. La princesa no la reconoci. La aguja azulanhelaba el norte magntico; la caja de metal era cncava; las letras de la esfera correspondan auno de los alfabetos de Tlon. Tal fue la primera intrusin del mundo fantstico en el mundo real. Unazar que me inquieta hizo que yo tambin fuera testigo de la segunda. Ocurri unos mesesdespus en la pulpera de un brasilero, en la Cuchilla Negra. Amorim y yo regresbamos de SantAnna. Una creciente del ro Tacuaremb nos oblig a probar (y a sobrellevar) esa rudimentariahospitalidad. El pulpero nos acomod unos catres crujientes en una pieza grande, entorpecida debarriles y cueros. Nos acostamos, pero no nos dej dormir hasta el alba la borrachera de un vecinoinvisible, que alternaba denuestos inextricables con rachas de milongas ms bien con rachas deuna sola milonga. Como es de suponer, atribuimos a la fogosa caa del patrn ese griteroinsistente... A la madrugada, el hombre estaba muerto en el corredor. La aspereza dela voz nos haba engaado: era un muchacho joven. En el delirio se le haban cado del aradorunas cuantas monedas y un cono de metal reluciente, del dimetro de un dado. En vano un chicotrat de recoger ese cono. Un hombre apenas acert a levantarlo. Yo lo tuve en la palma de lamano algunos minutos: recuerdo que su peso era intolerable y que despus de dejar el cono, la

    opresin perdur. Tambin recuerdo el circulo preciso que me grab en la carne. Esa evidencia deun objeto muy chico y a la vez pesadsimo dejaba una impresin desagradable de asco y demiedo. Un paisano propuso que lo tiraran al ro correntoso. Amorim lo adquiri mediante unospesos. Nadie saba nada del muerto, salvo que vena de la "frontera". Esos conos pequeos y muypesados (hechos de un metal que no es de este mundo) son imagen de la divinidad, en ciertasreligiones de Tlon.

    Aqu doy trmino a la parte personal de mi narracin. Lo dems est en la memoria (cuando no enla esperanza o en el temor) de todos mis lectores. Bsteme recordar o mencionar los hechossubsiguientes, con una mera brevedad de palabras que el cncavo recuerdo general enriquecer oampliar. Hacia 1944 un investigador del diario The American (de Nashville, Tennessee) exhumen una biblioteca de Memphis los cuarenta volmenes de la Primera Enciclopedia de Tlon. Hasta elda de hoy se discute si ese descubrimiento fue casual o si lo consintieron los directores del

    todava nebuloso Orbis Tertius. Es verosmil lo segundo. Algunos rasgos increbles del OncenoTomo (verbigracia, la multiplicacin de los hronir) han sido eliminados o atenuados en el ejemplarde Memphis; es razonable imaginar que esas tachaduras obedecen al plan de exhibir un mundoque no sea demasiado incompatible con el mundo real. La diseminacin de objetos de Tlon endiversos pases complementara ese plan... El hecho es que la prensa internacional voceinfinitamente el "hallazgo". Manuales, antologas, resmenes, versiones literales, reimpresionesautorizadas y reimpresiones pirticas de la Obra Mayor de los Hombres abarrotaron y siguenabarrotando la tierra. Casi inmediatamente, la realidad cedi en ms de un punto. Lo cierto es queanhelaba ceder. Hace diez aos bastaba cualquier simetra con apariencia de orden elmaterialismo dialctico, el jansenismo, el nazismopara embelesar a los hombres. Cmo nosometerse a Tlon, a la minuciosa y vasta evidencia de un planeta ordenado? Intil responder quela realidad tambin est ordenada. Quiz lo est, pero de acuerdo a leyes divinas traduzco: aleyes inhumanas que no acabamos nunca de percibir. Tlon ser un laberinto, pero es un

    laberinto urdido por hombres, un laberinto destinado a que lo descifren los hombres.El contacto y el hbito de Tlon han desintegrado este mundo. Encantada por su rigor, la humanidadolvida y torna a olvidar que es un rigor de ajedrecistas, no de ngeles. Ya ha penetrado en lasescuelas el (conjetural), idioma primitivo" de Tlon; ya la enseanza de su historia armoniosa (yllena de episodios conmovedores) ha obliterado a la que presidi mi niez; ya en las memorias unpasado ficticio ocupa el sitio de otro, del que nada sabemos con certidumbre ni siquiera que esfalso. Han sido reformadas la numismtica, la farmacologa y la arqueologa. Entiendo que labiologa y las matemticas aguardan tambin su avatar... Una dispersa dinasta de solitarios hacambiado la faz del mundo. Su tarea prosigue. Si nuestras previsiones no erran, de aqu a cien

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    aos alguien descubrir los cien tomos de la Segunda Enciclopedia de Tlon.

    Entonces desaparecern del planeta el ingls y el francs y el mero espaol. El mundo ser Tlon.Yo no hago caso, yo sigo revisando en los quietos das del hotel de Adrogu una indecisatraduccin quevediana (que no pienso dar a la imprenta) del Um Bunal de Browne.

    (1) Haslam ha publicado tambin A General History of Labyrinths.