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JOCKEY CLUB R E V I S T A D E L a g o s t o 2 0 0 7 a g o 07 Premios Carlos Pellegrini | Golf: Alister Mackenzie | Polo: Alejandro Moy Snooker: Carlos Ibarra | 125° Aniversario del Club | Estancias: El Boquerón Año 4 N Ú m e r o 9

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Page 1: JC Agosto N9 2007 PDF - Jockey ClubUna de nuestras principales preocupaciones fue la capacitación de quienes, por vocación, desean i n g resar al mundo de la hípica. Con este objetivo

JO C K EY C LU B

R E V I S T A D E L

a g o s t o 2 0 0 7

a g o07 Premios Carlos Pellegrini | Golf: Alister Mackenzie | Polo: Alejandro Moy

Snooker: Carlos Ibarr a | 125° Aniversario del Club | Estancias: El B o q u e r ó n

A ñ o 4 N Ú m e r o 9

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ajdgasdgas dg

VOCALES SUPLENTES

Carlos María del CarrilMiguel Enrique Crotto

Roberto Enrique HornosAlfredo E. MihuraGuillermo Strada

JO C K EY C LU B

comisión di r e ct i va

PRESIDENTE

Bruno Quintana

SECRETARIO GENERAL

Alfredo Francisco Cantilo

TESORERO

Juan de Ganay

COMISIóN DE CARRERAS

PRESIDENTE

Emilio Raúl Dumais

SECRETARIO

Edgardo A. Garat

VOCALES

Guillermo M. Alvarez FourcadeJuan Carlos Bagó

Horacio Walter BauerCarlos H. Blaquier

Hernán Ceriani CernadasJuan Carlos EcheverzBartolomé Luis Mitre

COMISIóN DEL INTERIOR

PRESIDENTE

Diego Norberto Quirno

SECRETARIO

J. Esteban Cornejo Murúa

VOCALES

Daniel C. L. Funes de RiojaTomás González Álzaga

Diego M. IbarbiaIván Didimo Posse Molina

Marcos F. Roca Julio Sánchez Sorondo

Patricio Edmundo Weiss

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carta del presidente

Bruno QuintanaPresidente

uchas veces nos hemos dirigido a los socios para re f e r i rnos al Club, a su filosofía y al espíritu que lo orienta. En esta oportunidad quisiéramos comunicar algunos datos sobre la actividad hípica en part i c u l a r.

Desde diciembre de 2006 estamos llegando a los E.E.U.U. con nuestras carreras por señal televisiva, quese distribuye en más de cien hipódromos y 700 agencias, como así también en dos canales dedicados a lasapuestas por televisión, con 18 millones de abonados. En Europa se han trasmitido algunas de las carre r a smás importantes a Inglaterra, Alemania y Austria. Logramos de esta forma convert i rnos en el primer hipó-d romo argentino que envía sus imágenes al exterior, posicionando con fuerza nuestro turf en el mundo.En el ámbito nacional y con el objeto de mejorar las recaudaciones hemos instalado máquinas“venta-pago” en cien agencias de lotería de la provincia de Buenos Aires, esto constituye la primeraetapa de un proceso dirigido a alcanzar un total de trescientas agencias receptoras de apuestas, quese sumarán a las noventa y cuatro agencias hípicas distribuidas en todo el país.Mediante el apoyo de la Ley Provincial 13.253, hemos podido mantener un adecuado nivel de premios yaplicar recursos en el mejoramiento de la infraestructura de nuestro hipódromo de San Isidro y del Campode Entrenamiento. También es motivo de permanente análisis la obtención de rentas por la explotaciónde áreas improductivas, concepto a partir del cual estamos cerrando acuerdos dirigidos en ese sentido.En el hipódromo de San Isidro optimizamos el sistema de iluminación de las pistas, y mediante laadquisición de un nuevo grupo electrógeno logramos ahora atender parcialmente la demanda dee n e rgía eléctrica de las instalaciones, iniciativa que concluirá a fines del año en curso cuando eli n g reso de un nuevo equipo nos permita alcanzar el autoabastecimiento. Esto es crucial en épocas decrisis energéticas como la que atraviesa actualmente el país.También en el Campo II se volcaron esfuerzos en la reparación de la pista n* 3, la pavimentación delos caminos internos, el reemplazo del sistema eléctrico y la construcción de nuevos guaneros, entreotras importantes mejoras. Una de nuestras principales preocupaciones fue la capacitación de quienes, por vocación, deseani n g resar al mundo de la hípica. Con este objetivo reactivamos la escuela de jockey aprendices yp o s t e r i o rmente la escuela de cuidadores. Ambas obtuvieron gran convocatoria y funcionan exitosam e n t e .P e ro no nos detuvimos allí: estamos organizando cursos de formación para el personal de caballeri z a s ,apuntando a brindarles los conocimientos que re q u i e ren las diversas profesiones que componen laactividad, así como una educación integral para mejorar su calidad de vida y sus posibilidades labor a l e s .C reemos estar en el camino correcto al impulsar la actividad turfística en todos sus aspectos, desdeel crecimiento y formación de quienes trabajan en ella, hasta el aporte tecnológico que nos perm i t etrascender nuestras fronteras y el permanente mejoramiento de nuestras instalaciones, para poderasí mantener el prestigio más que centenario de nuestro Jockey Club.

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R E V I S T A D E L

Jo c k ey Clu b

Revista para Socios

del Jockey Club

Staff

Director

Alejandro Ramos Mejía

colaboran en

este numero:

Xavier Prieto Astigarraga

Gaston Saiz

Roberto D. Muller

Pedro R. Cossio

Fernando Castro Nevares

Peter Laurence

Arte

Consignas Diseño

Fotografia

Víctor Alvarez

Marcelo Sarachi

Archivo Jockey Club

FOTO DE TAPA

El Golf de San Isidro el día que nevó( 0 9 / 0 7 / 0 7 )

Revista del Jockey Club

es una producción de

ARM Ediciones.

Suipacha 1230 9º B

1011 - Buenos Aires

Tel. (011) 4322-5082

[email protected]

Impreso en FP

Compañia Impresora

estilos60 Estancias

Argentinas

36 Snooker:

Carlos Ibarra

40 Patrimonio

50 Biblioteca

56 Reciprocidad

58 Agenda

índice12 Carrera de

las Estrellas

16 Golf: Gran Premio

Jockey Club

34 Esgrima:

Copa Internacional

Jockey Club

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sumario

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Sede Social

Una fiesta de culturaEn el año de su 125 aniversario, múltiples han sido los actos culturalesque el club ha programado para ofrecer a sus socios e invitados en elámbito del Salón Anasagasti. Conciertos y conferencias deleitan a todosy confirman la calidad y el nivel de la pro g r a m a c i ó n .

Institucionales

El 125º ANIVERSARIO DE LA

FUNDACION DEL CLUB

El 15 de abril se cumplieron 125 años de la fundación del Jockey Club.Autoridades y funcionarios homenajearon a Don Carlos Pellegrini en elmonumento que lo re c u e rda frente al club. Por la tarde se realizó una cá-lida ceremonia en el Salón Dorado que culminó con un brindis de honor.

Polo

UN RENOMBRADO ARTISTA DEL

POLO: ALEJANDRO MOY

Socio del club, arquitecto y golfista aficionado, cuenta su historia, su vo-cación y sus jugadores favoritos. Reconocido en todo el planeta, su obrare c o rre el mundo y sus diseños llegaron a estampillas para el Correo Ar-g e n t i n o .

Carreras

PREMIOS CARLOS PELLEGRINI 2006

La temporada del 2006 destacó las grandes figuras de Invasor y Storm Ma-y o r, nombres que brillaron en la entrega anual de distinciones en el hipó-d romo de San Isidro. Homenaje a Hernán Ceriani Cernadas tras su muert een enero último.

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carreras

8 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

Tal vez nunca haya habidouna entrega de los pre m i o sCarlos Pellegrini como laque tuvo lugar este año. Ta l

vez nunca vaya a haberla nuevamente.¿Cuándo volverá a pasar eso de distin-g u i r, en una misma reunión, al mejor ca-ballo ya no de Argentina sino del mundoy también a un doble campeón del GranP remio Pellegrini? ¿Y ambas cosas juntoa un homenaje al recientemente falleci-do emblema de la hípica contemporánealocal? El encuentro de los premios Pelle-grini 2007 constituyó, sin dudas, algo his-tórico para el turf nacional.

Es algo histórico el contar con el me-jor sangre pura de carrera del planeta–Invasor–, más allá de que actúe en laspistas del exterior donde las re c o m p e n-sas son inigualables. El zaino, con suséxitos en Estados Unidos, sobre todo elde la renombrada Bre e d e r s ’s Cup (Copade Criadores) en noviembre, cuando enKentucky se apropió de los 2.700.000 dó-l a res para el vencedor, se coronó como eln ú m e ro uno indiscutido del orbe en el2006, y tal mérito es suficiente para re-clamar el mayor de estos re c o n o c i m i e n-tos anuales. O sea, el Pellegrini del Año,que Bruno Quintana, presidente del Joc-key Club, otorgó a Sandro Misero c c h i ,e m p resario italiano que crió a Invasor en

el entonces haras Clausán –actualmente,Santa Inés–, de Capitán Sarm i e n t o .

Fue ése el momento cúlmine de la no-che del 29 de mayo último, cuando la ins-titución, como en cada temporada, cele-bró y laureó los puntos altos del ejerc i c i ohípico concluido meses antes. El salóndel tercer piso de la Tribuna Oficial delh i p ó d romo prestó sus instalaciones parac o n g regar al ambiente que durante el2006 turfístico se vio sacudido por una fi-gura que había irrumpido doce meses an-tes: Storm Mayor. Tres estatuillas se adju-

d i c a ron al zaino que, bajo las instru c c i o-nes de Juan Esteban Bianchi, se re g i s t r óen los libros como el tercer ejemplar queganó en dos ocasiones el Gran Premio In-t e rnacional Carlos Pellegrini. Otro pre-mio Pellegrini, el del Año, seguramentehabría sido para ese otro zaino, en casode no existir aquél compatriota que ma-

Noche de cielo e s t re l l a d oLa temporada del 2006 arrojó las grandes figuras de Invasor y Storm Mayor, nombres queb r i l l a ron en la entrega anual de distinciones enel hipódromo de San Isidro. Junto a ellos se destacó el de otro grande: Hernán R. CerianiC e rnadas, homenajeado tras su muerte, sucedida en enero último.

Entrega de los Premios Carlos Pellegrini.

1. izq. a der.: Ricardo Soler, Carlos Mantalén,

Gerardo Serra y Juan C. Bagó

2. izq. a der: Juan C. Bagó, César Valle, Enrique Delger

3. izq. a der.: Juan Ithuralde y Natalio Mezzotero, de la

Asociación Gremial de Profesionales del Turf

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ravilla fronteras afuera. Y que, con otromemorable triunfo, el de la millonariaDubai World Cup en el 2007, ya se anotapara volver a echar mano a una estatuilla.

Otras quedaron en poder de un h a b i -t u é, el jockey Pablo Falero, y el no menosp restigioso entrenador Roberto Pellegat-ta. Firmamento, en tanto, fue distinguidocomo haras y como caballeriza, en méri-to a sus respectivas conquistas en las es-

tadísticas, en ambos casos, apenas unpuesto por encima de La Quebrada.Triunfador en varios años anteriores, es-ta vez el establecimiento de General Ro-dríguez no alcanzó el galardón que ha-bría sido el último para su hombre - s í m-bolo: Hernán Rodolfo Ceriani Cern a d a s .El renombrado criador, propietario y di-rigente no estaba esa noche en San Isidroy su ausencia tenía tanta entidad comouna presencia o más.

Tal era su falta que él, de todos mo-dos, asistió en cierta forma. No sólo vica-riamente a través de su familia, sino tam-bién mediante un logrado video que re-c o rdó la trayectoria del hombre de turfa rgentino más trascendente de las últi-mas cuatro décadas. Nutridos aplausos yafectuosas re f e rencias de algunos pre-miados, como Juan Carlos Bagó (dueñode Firmamento), constituyeron justos re-

conocimientos al ex directivo de la Fun-dación Equina Argentina. Pero el mayorfue el de Quintana al resolver nombrar“ H e rnán Ceriani Cernadas” a la avenidade la entrada del hipódromo, honor queagradó a los deudos del e n t re p re n e u r f a-llecido en enero último.

No se esperó a los Pellegrini corre s-pondientes a la temporada 2007 para ho-menajear a Don Hern á n, al fin y al cabore c o rdado en la ceremonia de pre m i a-ción del 2006. Su memoria, ésa a la que lahistoria ubica en una fila de ilustres t u rf -m e n encabezada por don Carlos Pellegri-ni, debía ser enaltecida cuanto antes. ¿Yqué mejor que en una entrega históricade los premios que, a su vez, honran alfundador del Jockey Club? Allí queda sun o m b re, junto a los de Invasor y StormM a y o r. Dos cracks de su estatura.

Xavier Prieto Astigarr a g a

Los galardonadosPellegrini del año: Invasor

Caballo del año: Storm Mayor

Yegua del año: Emotion Parade

Mejor caballo adulto: Storm Mayor

Mejor yegua adulta: Miss Atorranta

Mejor tres años macho: Dancing for me

Mejor tres años hembra: Emotion Parade

Mejor dos años macho: Husson

Mejor dos años hembra: Batallosa

Mejor fondista: Storm Mayor

Mejor millero: Storm Military

Mejor velocista: Hollín

Padrillo del año: Bernstein

Madre del año: Maya Toss

Jockey del año: Pablo G. Falero

Entrenador del año: Roberto Pellegatta

Criador del año: Haras Hirmamento

Caballeriza del año: Firmamento

Mención especial: “Campana de lar-

gada”, programa de Osvaldo Martínez

Homenaje: Hernán R. Ceriani Cernadas

4. der: Eduardo Kehoe Wilson, Presidente de la Asociación

Propietarios de Caballos de Carrera, entrega el premio al

“mejor 3 años macho” por Dancing for Me

5. izq. a der.: Hernán Ceriani Cernadas, Marcelo Durán de

ESPN, Bruno Quintana, Presidente del Jockey Club, Gus -

tavo Posse, Intendente de San Isidro, y Franco Laporta,

Interventor en el Instituto Provincial de Lotería y Casinos

de la Prov. de Buenos Aires

4

6 7

5

6. Gustavo Posse entrega el premio al “Caballo del Año” por Storm Mayor. 7. Izq. a der.: Gerardo Caresano, Interventor

en el hipódromo de La Plata, Sra. Ma. Inés de Ceriani Cernadas e hijo Hernán, reciben el premio Homenaje.

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carreras

1 0 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

Cómo apostarEl Hipódromo del Jockey Club de San Isidro, ofrece tres diferentes tipos de apuestas: directas, múltiples o combinadas. En

todos los sectores del hipódromo se encuentran ventanillas habilitadas para adquirir las apuestas y para el eventual cobro

de boletos. Para jugar a las carreras, los apostadores deben determinar el monto a apostar, el tipo de apuesta y el número

de el o los caballos elegidos.

Distancia-miento

EmpateVentajamínima

HocicoMediacabeza

CabezaMedio

pescuezoPescuezo

Mediocuerpo

Tres cuartoscuerpo

Un cuerpo

Un cuerpoy medio

Dos cuerpos

Dos cuer-pos y medio

Trescuerpos

Tres cuer-pos y medio

Cuatrocuerpos

Cuatro cuer-pos y medio

BANDERA ROJA: Indica la orden para largar y per-

manece en alto hasta que el marcador pasa a ser de-

finitivo.

BANDERA VERDE: Indica que, a simple vista, el juez

de raya no pudo determinar cuál de dos o más com-

petidores resultó ganador de alguno de los puestos.

BANDERA AMARILLA: Indica un reclamo de uno o

varios jockeys contra uno o varios de sus compañeros

por molestias.

EL MARCADOR

APUESTAS DIRECTAS

Ganador

Se apuesta sobre un caballo que debe llegar primero en una

determinada carrera. Los poseedores de apuestas a ganador

cobrarán solo si el caballo elegido gana.

Segundo

Se apuesta sobre un caballo que debe llegar en segundo lu-

gar o mejor. Una apuesta a segundo gana si el caballo elegi-

do termina ya sea como ganador o como segundo. Lo que

otorga al apostador dos chances de cobrar.

Tercero

Se apuesta sobre un caballo que debe llegar en tercer lugar

o mejor. Una apuesta a tercero gana si el caballo elegido ter-

mina ganador, segundo o tercero, lo que otorga al apostador

tres chances de cobrar

APUESTAS COMBINADAS

Exacta

Se deben seleccionar dos caballos en una misma carrera que

deberán llegar primero y segundo en orden exacto.

Imperfecta

Se deben seleccionar dos caballos en una misma carrera que

deberán llegar primero y segundo en cualquier orden.

Trifecta

Se deben seleccionar tres caballos en una misma carrera que

deberán llegar primero, segundo y tercero en orden exacto.

Cuatrifecta

Se deben seleccionar cuatro caballos en una misma carrera

que deberán llegar primero, segundo, tercero y cuarto en or-

den exacto.

APUESTAS MÚLTIPLES

Doble

Se deben seleccionar dos caballos en dos carreras consecu-

tivas que deberán llegar en primer lugar.

Triplo

Se deben seleccionar tres caballos que deberán llegar prime-

ro en tres carreras señaladas en el programa oficial.

Cuaterna

Se deben seleccionar cuatro caballos que deberán llegar pri-

mero en cuatro carreras consecutivas señaladas en el progra-

ma oficial.

Triple con canje, enganche y placé

Consiste en acertar los ganadores de tres carreras previa-

mente determinadas en el programa oficial.

Por ser una apuesta abierta, el vale ganador del 1er pase se

deberá canjear durante la venta del 2do pase. Y nuevamen-

te, el vale ganador del 2do pase, se deberá canjear durante

la venta del 3er pase.

Opcionalmente se podrá ingresar en esta apuesta en el 2do

y/ó 3er pase adquiriendo el respectivo "vale de enganche".

Cadena

Se deben seleccionar seis caballos que deberán llegar prime-

ros en seis carreras señaladas en el programa oficial. En el

caso de retirarse un competidor, pasa al favorito de la apues-

ta a ganador.

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carreras

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No hace falta que el factorconvocante sea la re u-nión de cada diciembrecon su inigualable Gran

P remio Carlos Pellegrini, y sus h e rm a n o sm e n o re s Joaquín S. de Anchorena y Félixde Álzaga Unzué, para que el hipódro m ode San Isidro reciba una multitud atraídapor varias pruebas de Grupo I en unamisma jornada. Así, de fiesta y con mu-cho público, aparece cuando la serie Ca-rreras de las Estrellas toma por sede alescenario del Jockey Club, cosa que ocu-rre cada vez con más interés y más éxito.No por nada hubo en ese último día dejunio t u rf m e n de Estados Unidos, Irlan-da, Brasil, Uru g u a y, Chile y hasta de Co-rea del Sur en las explanadas contiguas ala pista, en todos los casos con expre s i o-nes elogiosas para con la creación de laFundación Equina Argentina (F. E. Ar. ) .

Fue ésta una iniciativa que ya cumplió16 años. Por eso, resultó la decimosépti-ma la versión que en esa fría tarde del re-cién llegado invierno entusiasmó hastaobtener más de 3.000.000 de pesos en re-caudación por apuestas. Y fue la primerasin su mentor principal, don Hernán, eseh o m b re al que, al nombrarlo en el am-biente, no es necesario agregar el apelli-do para saber de quién se habla. Sólo por

si usted, señor lector, no es habitué de es-ta actividad, se le aclara que se trata deH e rnán Rodolfo Ceriani Cernadas, falle-cido en el último enero después de mar-car huellas profundas en el turf arg e n t i n ode los cuatro decenios más recientes. Nosólo huellas; también delineó rumbos elp ropietario, directivo y criador que supode críticas, palabras de desaliento y ba-rreras cuando propuso para su país el

g rupo de competencias a la usanza de laB reeders’ Cup estadounidense.

A f o rtunadamente, entre sus virt u d e sse hallaba el tesón, y con eso y un equipode pujantes directivos llevó a la prácticasu idea. En una nación harto voluble enlo económico, el conjunto Carreras de las

Una brillante tarde de figurasSeis grandes premios y un clásico con pre m i o stotales por un millón de pesos constituyeron elfestival de la Fundación Equina Argentina enSan Isidro. Fairy Magic fue el vencedor delClassic, la principal competencia de esta suert ede Breeder´s Cup arg e n t i n a .

Carreras de las Estrellas

1. El gran festejo junto al jockey

2. Fairy Magic

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E s t rellas pasó por bonanzas y dificultadesvarias, y de una forma u otra se consoli-dó, se sostiene en un sólido presente ycon la esperanza de un sugerente futuro .

Juan Carlos Bagó, Carlos H. Blaquier,Raúl Lottero (h.), Luis Villamil, Ricard oSoler y Hernán (h.) conducen hoy la F. E.A r., entidad que en un justo homenajeinstituyó la copa Escribano Hernán Ce-riani Cernadas para el principal de losseis grandes premios de la serie, que secompleta con un clásico para ejemplare sque actúan solamente en hipódromos ofi-ciales del interior. Esa prueba central esE s t rellas Classic, la que sobre 2000 me-t ros reúne a los mejores fondistas –y mi-l l e ros dotados de agallas– de más de dosaños. Latency, zaino de excelente campa-ña (triunfos en los grandes premios Joc-key Club y Latinoamericano, entre otro s ) ,

era uno de los mayores candidatos en lasboleterías y el favorito emocional, batien-do, casi a los seis años, el récord de part i-cipaciones en la competencia –tres– queya había ganado en el 2005. El caballoadulto del corazón en la frente dio todo, yestuvo cerca. Pero un alazán tostado aúnpotrillo, Fairy Magic, sorprendió a pro-pios y extraños. Transitó entre los tres úl-timos el opuesto y el codo; le costó abrir-

se paso entre rivales, pero logró emerg e ra mediados del rectilíneo final y aceleróe n t re Latency y Honey Nov, al que impac-tó al buscar su lugar para avanzar. El bra-sileño Jorge Ricardo, jockey de este últi-mo, reclamó no por el golpe sino por unsupuesto fustazo de Juan Carlos Noriega,piloto de Fairy Magic, a la cara de HoneyN o v, pero el jinete cordobés lo negó y –lo

más importante– lo desestimó también lacomisión de carre r a s .

Entonces, los 300.000 pesos destina-dos al ganador quedaron para los herm a-nos Fernando y José Santamarina, pro-pietarios de la caballeriza Las Horm i g a sy de un campeón que por su aspecto, elde sus extremidades b i c o l o r y algo h e t e -

ro d o x a s, no invitaba a jugarle muchosboletos. Al menos en una carrera grande.P e ro, ¡vaya si será bueno! que term i n óllevándose el trofeo Ceriani Cern a d a s ,elaborado por el afamado orf e b re JuanCarlos Pallaro l s .

Otra copa que hace honor a un e n t re -p re n e u r de la serie es la que lleva el nom-b re de Raúl Félix Lottero, lauro metálicode Estrellas Juvenile, la prueba de 1600m e t ros para potrillos de dos años, en laque el éxito fue para Mach Glory. Y unt e rcer trofeo in memoriam es el Dr. PedroC. Blaquier, recompensa de la carre r agemela, pero re s e rvada para hembras dela misma edad. En ella, Inca Noble con-siguió una enorme victoria; primero ,

p o rque su re g i s t ro, de 1’32”98/100, fuemejor que el de la competencia de losmachos (1’33”43/100), y segundo, por-que se impuso por siete cuerpos, la dife-rencia más holgada de la tard e .

R u b ro, el de la ventaja triunfal, en elque empató con Riomar, el ganador deacento provinciano. También por sietel a rgos venció el potrillo venido de Tu c u-mán, pero en la única carrera del gru p oque no fue gran premio: el clásico Estre-llas Provincias Argentinas, de 1200 me-t ros, que re c o rdó, mediante la copa LitoBestani, a otro emprendedor de la inicia-tiva. Riomar fue montado por José Ricar-do Méndez, que con ese resultado cerr óun doblete jerárquico empezado en laprimera de las competencias jerárq u i c a sdel día, Estrellas Junior Sprint. Méndeztuvo el mérito de hacer esperar a su diri-

3. C. Wells

4. St. Marcopolo

5. Méndez sobre Riomar, vencedor del clásico Provincias

Argentinas

3

4

5

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carreras

1 4 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

gido, Greco Tom, aun tratándose de unac a rrera de un kilómetro (para potrillosde dos años), y atropellar con él en el de-senlace, para superar por apenas el hoci-co a la puntera Qué Felicidad.

Y hablando de dobletes, hay que se-ñalar el que alcanzó Jorge Ricardo, quehizo cruzar el disco en el primer lugar aS t o rm Marcopolo al cabo de los 1000 me-t ros de Estrellas Sprint, la otra prueba develocidad, pero para caballos de tres omás años. De haber prosperado su pro-testa en el Classic, el jockey brasileño ha-bría conquistado un triplete en la serie.Tan cierto como que pudo tener un solofestejo, pues también el desempeño en lapista de Storm Marcopolo, gran figura dela recta –lleva siete victorias seguidas enla distancia–, fue objetado, sin éxito, por

un adversario (Francisco Arre g u y, queestuvo sobre el lomo de Knock).

R i c a rdo estuvo cerca de un terc e rtriunfo también cuando corrió sobre lat o rdilla Teamgeist, favorita que term i n óal pescuezo de la ganadora en Estre l l a sD i s t a ff, la competencia para ye-guas fondistas de tres o másaños, por la copa Hotel Pre s i-dente. ¿Y quién venció? Ca-c h o rra Wells, que impuso unritmo demoledor en el inicio–hasta ocho cuerpos de venta-ja– y retuvo la vanguardia conmás orgullo que energía re m a-nente en la definición.

La jornada, cuyos resultados comple-tos figuran en www. h i p o d ro m o s a n i s i d ro-.com, dejó otros datos interesantes, como

los cuatro éxitos, sobre seis grandes pre-mios, de los hermanos Juan Carlos (h.),Carlos Daniel y Juan Javier Etchechoury.Con sus dos conquistas (Cachorra We l l se Inca Noble), el primero y mayor de lost res, C a r l y, llegó a 12 en la historia de

C a rreras de las Estrellas. Otro quesuma copiosamente es Juan

Carlos Noriega, que a bordo deF a i ry Magic –lo montó por pri-mera vez– consiguió su nove-na victoria. Vale subrayartambién los dos triunfos que

obtuvo esa tarde en la serie elharas La Biznaga, vía Greco To m

y Storm Marc o p o l o .C l a ro que lo más destacado fue lo de

F a i ry Magic, que a su modo resultó otrohomenaje a Don Hernán, ya que es cría

de La Quebrada, el haras de los CerianiC e rnadas, porque es hijo de Southern Ha-lo, el jefe de raza al que el escribano tra-jo a la Argentina, y hoy es propiedad deF e rnando Santamarina, gran amigo delprincipal creador de este acontecimiento.

P e ro Hernán Rodolfo Ceriani Cern a-das no fue un egoísta de la actividad. Hade estar alegre por la que en algún senti-do fue también su victoria en el Classic,p e ro tal vez más porque el año próximo elconjunto de estas competencias otorg a r áen recompensas, según lo anunciaron Ba-gó y los demás directivos, 2.000.000 de pe-sos, el doble que en el 2007. Todo un sig-no de crecimiento. Motivo suficiente paraque Don Hernán esboce una amplia son-risa. Por supuesto, en el cielo. Más pre c i-samente, desde una estre l l a . X PA .

6. Inca Noble

7. Greco Tom

8. Mach Glory

7

8

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golf

El Maestro Roberto De Vicen-zo tiene una máxima: “En elgolf, para ganar hay que ju-gar bien 72 hoyos y para

perder sólo hace falta uno”. La mismafrase puede aplicarse a la Copa JockeyClub, que si bien se disputa a 54 hoyos,también es capaz de traer un dolor decabeza similar en los tramos finales decualquiera de sus categorías. Claro que,entre los scratch de este certamen, lamarcha de Manuel Vidal Aleman resul-tó tan sólida que su victoria casi no pe-ligró. Y el domingo 27 de mayo terminósuperando por 17 golpes a Julio Sán-chez Sorondo (h.).

El telón se levantó el viernes 25 y laCancha Azul cobijó el juego de la pri-mera vuelta bajo el tradicional formatomedal play. Es sabido que este trayectosuele presentarse bastante más accesi-ble que el de la Colorada, sobre todo siel viento escasea, como sucedió aqueldía. Sin embargo, Vidal Aleman fue unode los pocos que en la primera jornadasacó real provecho de la situación:aquel score de 69 significó un pasoenorme hacia el título. “Más allá de quehabía facilidades en el campo y que hi-ce una buena tarjeta, la verdad es queno jugué bien el primer día. Es cierto,no cometí bogeys y bajé los pares 5, pe-ro metí para zafar con la ayuda del put -ter”, contó el ganador, de 30 años.

Los 54 pasos hacia una ilusiónManuel Vidal Aleman triunfó entre los scratchdel torneo oficial medal play. Diego Riera, IñakiZavalía Gahan, Matías Ramos Oro m i y JoséA c h á v a l se impusieron en las restantes categorías

LA COPA JOCKEY CLUB

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1. Manolo Vidal Aleman confirmó su gran momento.

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En tanto, Sánchez Sorondo se sintióen carrera aún persiguiendo a Manuelsiempre desde atrás. Completó los 18hoyos de la Azul con 74 y al día siguien-te repitió esa tarjeta en la Colorada.“Me sentí bien los dos primeros días.Eso sí: no me gustó que haya terminadocon un triple bogey. Declaré la pelotainjugable después de una salida a losárboles de la derecha en el hoyo 18.Hasta allí venía bastante parejo, ha-ciendo approach y putt”.

El envión de Vidal Aleman se confirm óen el segundo re c o rrido, ya en el escena-rio de la Colorada. Pese a que las dificul-tades se multiplicaron, logró bajar un gol-pe respecto del primer día y firmó 68. “¿Lav e rdad? Quedé chocho con esa vuelta,p o rque las ubicaciones de bandera esta-ban difíciles y empezó a soplar más vien-to. No erré d r i v e s y jugué bien el p u t t”. Así,tras los primeros 36 hoyos sumaba 137 yaventajaba por once al escolta, SánchezS o rondo. Sin embargo, pese a la abultadad i f e rencia, Julio se tenía fe: “Hasta el finalde la segunda vuelta mantenía las espe-r a n z a s . Tenía la opción del milagro, la po-sibilidad de que él jugara muy mal y yomuy bien. No estaba re n d i d o ” .

Los sueños del escolta fueron dilu-yéndose con un rendimiento que noestuvo acorde con sus expectativas: ce-rró el campeonato con 81, siete golpesmás que sus vueltas anteriores, paratotalizar 229. “Tengo mis días –nos ex-plica. Por momentos no me logro con-centrar y vienen las complicaciones,aunque técnicamente estoy tranquilo.En este caso me vi obligado a arr i e s g a rbastante para descontar la difere n c i a ,aunque fue el día más difícil por lascondiciones climáticas”.

La irregularidad de Sánchez Soron-do (h.) le facilitó las cosas a Manuel,que reconoció que en los últimos 18 ho-yos aflojó. “Estaba al tanto de la dife-rencia a favor que llevaba y por dentrome dije ‘ya está´. Me desgané un pocoya en el hoyo 3, aunque después me to-có el orgullo deportivo y busqué cerrarel torneo de la mejor forma”.

De esta manera, Vidal Aleman tota-lizó 212 golpes y sumó otro título a sutrayectoria; ostenta cuatro campeona-

tos del Club (1997, 1999, 2000 y 2004) ytres Copas Juárez Celman, entre otroslogros. Además, se desquitó de la edi-ción de la categoría scratch de 2005,cuando Sánchez Sorondo (h.) lo superópor cuatro golpes tras anotar 218.

Al margen de su consagración en laCopa Jockey Club, el ganador re c o n o c i óque se siente más cómodo con el form a-to match play: “Creo que me potenciomás en el uno contra uno, me veo máscompetitivo y la adrenalina es otra”.

En la categoría de 10 a 12 se impusoDiego Riera, que con 218 golpes aventajópor tres a Fernando Zavalía Paunero. Setrató de un trabajoso triunfo para Riera,de 64 años: “La Cancha Colorada castigaduramente a la gente de edad, porque tehace caer en lugare s muy compro m e t i-dos, como varias lomas con ro u g h, y des-de allí te obliga a pegar maderas y hie-rros larguísimos. Encima, con el frío y elviento del Sur que hubo el último día, to-do se hizo más complicado”.

A Riera le tomó por sorpresa la victo-ria, pero a poco de concluir el hoyo 54 led i e ron la gran noticia: “Pensé que con elscore que había hecho no ganaría; meayudó que muchos fueron derru m b á n-dose y logré ganar por tres golpes”. Die-go, que ahora tiene 11 de handicap, peroque se mantuvo en una cifra durante 30años, consideró que para coronarse mu-cho tuvo que ver su nuevo d r i v e r, que ha-bía estrenado sólo una semana antes dela Copa Jockey Club: “La sensación deganar es cada vez más lejana a esta edad,p e ro por suerte pude lograrlo por prime-ra vez en este certamen”. Para Riera, quee n t re 1963 y 1970 fue corredor en Tu r i s-mo Nacional, la alegría fue doble, ya quetambién se consagró entre los veteranos.

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2. Diego Riera. 3. Iñaki Zavalía Gahan.

4. Matias Ramos Oromí. 5. Jose María Achaval

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golf

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Iñaki Zavalía Gahan festejó en la ca-tegoría de 13 a 17, con cinco golpes deventaja sobre Miguel Dianda y EstebanMazzinghi. Lo curioso de su triunfo esque un día antes de comenzar la prime-ra vuelta se cortó un dedo de la manoderecha con un vidrio jugando al pingpong. “Después de eso, me dije: no jue-go. Pero finalmente me puse una venday el primer día concreté la mejor vueltade mi vida en la Colorada. Ya en la últi-

ma jornada no tenía necesidad de utili-zar la venda porque estaba curado, pe-ro me la dejé por cábala y me dio resul-tado”, comentó con una sonrisa Iñaki, de17 años. Aquella vuelta inolvidable tuvosu sostén en el juego corto: “El a p p ro a c hy putt funcionó bárbaro y metí másgreens que nunca”, contó.

Antes de comenzar la última vuelta,Zavalía Gahan le llevaba tres golpes deventaja a Mazzinghi, que logró empa-

rejar el score total en el hoyo 7. Des-pués, el perseguidor tropezó con algu-nos erro res y le allanó el camino a Iña-ki, feliz por su primera gran conquista:“Jugué al golf desde los 8 a los 12 añosy después lo abandoné por cuatroaños, aunque luego retomé. Este año,mi objetivo es bajar el handicap a unacifra. Gracias a esta victoria ya estoyen 11”, señaló.

En la categoría de 18 a 24, el títulofue para Matías Ramos Oromi, con ape-nas un impacto de ventaja sobre CarlosRoca. También Matías, de 20 años, re-currió a la fórmula de las cábalas paraatrapar el trofeo: “Los tres días juguécon la misma ropa: una remera violetay un pantalón clarito. Sin dudas fue milogro más importante, pero recién meenteré que había ganado a la semanasiguiente del torneo, cuando se publica-ron los resultados en la página de Inter-net. En realidad, no quise averiguar porteléfono ni enterarme antes”.

Entusiasmado con este éxito, ci-mentado con muchas horas de prácticahasta en el mismísimo jardín de su ca-sa, Ramos Oromi busca bajar a 15 dehandicap antes de fin de año: “Ahora noquiero parar más, tengo la influenciagolfística de mi papá, Eduardo, y de miabuelo, Manuel, que me guiaron y me-joraron mi juego”.

En la última categoría, la de 25 a 36,el triunfo se inclinó para José Achával,que a lo largo de su trayectoria habíaganado un fourball pero jamás un cer-tamen de estas características. “Since-ramente, estuve más tranquilo quenunca e hice un gran score para mis ex-pectativas, todo un misterio… Disfrutéde esta coronación porque me divertímucho jugando en compañía de JuanDibar y Héctor Novaro, dos muy buenaspersonas”, comentó Achával, que le sa-có diez golpes a Dibar.

Gastón Saiz

ResultadosCategoría scratch

Ganadores: 1 Vidal Aleman Manuel M 69+ 68+ 75= 212

2 Sanchez Sorondo Julio (h) 74+ 74+ 81=229

Ultimos 18 hoyos Vidal Aleman Manuel M =75

Categoría 0 a 9

Ganadores: 1 Vidal Aleman Manuel M (+1) 70+ 69+76= 215

2 Paz Sebastian (8) 75+ 69+72=216

Ganador veteranos Sojo Aquiles Ernesto (9) 71+70+ 82=223

Ultimos 18 hoyos Paz Sebastian (8) =72

Peralta Ramos Nicolas (7) =72

Categoría 10 a 12

Ganadores 1 Riera Diego Luis (11) 69+71+78=218

2 Zavalia Paunero Fernando (11) 72+75+74=221

Ganador veteranos Riera Diego Luis (11) 69+71+78=218

Ultimos 18 hoyos Zavalia Paunero Fernando (11) =74

Categoría 13 a 17

Ganadores: 1 Zavalia Gahan Iñaki (14) 66+72+71=209

2 Dianda Miguel Raimundo (14) 79+67+68=214

Ganador veteranos Dianda Miguel Raimundo (14) 79+67+68=214

Ultimos 18 hoyos Dianda Miguel Raimundo (14) =68=

Categoría 18 a 24

Ganadores 1 Ramos Oromi Matias (19) 66+71+73=210

2 Roca Carlos Alejandro (23) 61+72+78=211

Ganador veteranos Lagos Marmol Alejandro (19) 69+74+74=217

Ultimos 18 hoyos Ramos Oromi Matias (19) =73=

Categoría 25 a 36

Ganadores 1 Achaval Jose M (31) 70+62+75=207

2 Dibar Juan M (30) 67+72+78=217

Ganador veteranos Achaval Jose M (31) 70+62+75=207

Ultimos 18 hoyos Alvarez Bayon Lucas (28) =69

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golf

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En parte, su viaje fue moti-vado por la crisis económi-ca que afectaba a EstadosUnidos, donde, por esa

causa, se habían dejado de cons-truir y remodelar canchas, y en par-te también porque los directivos delJockey Club de Buenos Aires, conun gran espíritu visionario, le enco-mendaron el diseño de sus dos can-chas de golf en los terrenos que ha-bían sido adquiridos en San Isidro.

MacKenzie estudió la situación yrealizó en el terreno una serie de nive-les y desagües ¡que perd u r a ron por 60años!, logrando que dichas canchastuvieran una muy rápida re c u p e r a-ción y drenaje luego de las lluvias.

En persona supervisó los movi-mientos de tierra y la ubicación de

greens y bunkers. El diseño originalle tomó 21 días, según se desprendede las referencias bibliográficas, ypara ir delineando las dos canchasutilizó cintas azules y coloradas,inspirándose para esa elección enlos colores del escudo del club. Deahí que, hasta ahora, las canchas sedenominen precisamente así: laAzul y la Colorada.

En aquel entonces, el capitándel club le preguntó al Dr. MacKen-zie qué pensaba hacer con los bun-kers, y de inmediato recibió estarespuesta: “Las ondulaciones hancreado una variedad interesante yun placentero desafío para el golf,por lo tanto, no requeriríamos deningún bunker. De todos modos, enfunción de la apariencia y con el

propósito de crear más emocionesespectaculares, colocaremos algu-nos pocos bunkers”. (Datos extraí-dos del libro The Life and Work ofD r. Alister MacKenzie, de To mDoak, que se conserva en la Biblio-teca del Jockey Club).

Todo el material excavado paralos drenajes fue utilizado para for-mar los greens abombados (m o u n -ded gre e n s) que distinguen cada ho-yo. Existen g re e n s escalonados ya t e rrazados “M a c K e n z i e”, como el10 de la Colorada. También creó lo-mas dentro de ellos, de diferentes t a-maños y formas (buried elephants) ;la más grande es la que divide al 9 del18 de la Azul (único green doble quese conoce en sus diseños). Hay g re e n scon formas especiales (p a n h a n d l e s)

Alister MacKenzie en el Río de la PlataEn el verano de 1930, por vía marítima y desde Panamá, llegó a Buenos Aires el D r. Alister MacKenzie, destacado arquitecto diseñador de canchas de golf.

El hoyo 16 de la Colorada, protegido

por 3 lomas y sin bunkers. Un ensayo

del famoso hoyo 8 de Augusta National.

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como el 3 o el 17 de la Colorada, o el 6 yel 16 de la Azul, dejando un angostoblanco entre barrancas o bunkers a suslados. Y finalmente está el famoso 16 dela Colorada, cuyo g re e n está cuidado port res montículos de ocho pies de altura(shallow punch bowl), presagiando alhoyo 8 de Augusta National. Estas carac-terísticas hacen que este g re e n sea mu-cho más difícil para el re c o v e ry, aun másque si estuviese defendido por b u n k e r s.Fue tanto el gusto que a MacKenzie lep rodujo este g re e n que, en un trabajo su-yo de 1933, publicado en Masters of theL i n k s, obra editada por Geoff Schakel-f o rd que también se encuentra en nues-tra Biblioteca, re p rodujo en las páginas

108 y 109 las fotografías que lo mostra-ban durante su construcción y su aspec-to una vez terminado. Es ésta otra de-mostración del placer que MacKenziesentía al exaltar la defensa de los g re e n scon lomas y no sólo con b u n k e r s. Losg re e n s con esta forma tienen la caracte-rística de aprovechar y acumular muchomejor el agua que les llueve.

También el hoyo 7 de la Azul, part res, tiene muchas de las característi-cas del 12 de Augusta, siendo el prime-ro predecesor del segundo. Como cu-

riosidad, el experto periodista de golfde Estados Unidos, Thomas Dunne,quien recientemente visitó el club, ca-lificó al hoyo 14 de la azul como un tí-pico hoyo “Redan” ( * ), siempre que sut e e de salida fuera desplazado variosm e t ros hacia la dere c h a .

El efecto que producen las dos can-chas es parecido al de un tapiz onduladode una mesa de pool, y quizás el excesode detallismo en la terminación de losg re e n s, que le da un ligero aspecto art i f i-cial, se debió a que ambas canchas fue-ron terminadas por su ayudante, el Ing.Luther Koontz, que era muy perf e c c i o-nista. De todos modos, sería ésta la únicao b s e rvación que se le puede hacer a un

gran diseño. Ambas canchas, especial-mente la Colorada, salvo alguna modifi-cación de los t e e s, efectuada para mante-nerlas actualizadas, conservan afort u n a-damente todo el espíritu del diseño origi-

nal de su arquitecto y están en magníficoestado de conservación.

También en 1930, MacKenzie redi-señó la cancha de Punta Carreta enMontevideo, tomando la base de los 9hoyos ya existentes y extendiéndola a18, logrando desde allí una vista estu-penda del Río de la Plata. Asimismo, di-señó en las cercanías de Mar del Platala bonita cancha del Boquerón, por es-pecial encargo de su dueño, don Enri-que Anchorena.

Los socios del Jockey debemos estaro rgullosos de nuestros antecesores porhaber confiado en MacKenzie el diseño yc o n s t rucción de estas magníficas can-chas, y en el presente tenemos la obliga-ción de transmitir estos hechos a las pró-ximas generaciones, para que no desa-p a rezca en el olvido toda esta historia.

P e d ro R. Cossio

(*) Así se llama el hoyo 15 de North Borwik West Links (Esco-

cia), con un green colocado en una angosta cresta a aproxima-

damente 45° de la línea de juego, con una gran barranca pos-

terior y lateral, defendido en el flanco frontal por un profundo

b u n k e r, pudiendo tener otro posterior. Este hoyo, por lo bonito,

fue luego reproducido en diversos diseños por los mejores ar-

quitectos de golf del mundo. El nombre “Redan” se cree que

proviene del de una fortaleza de la guerra de Crimea.

Bibliografía: The life and work of Dr Alister MacKenzie, p o r

Tom Doak et al. (Chelsea, 2001); Masters of the Links, e d i t a-

do por Geoff Schackelford (Chelsea, 1997); Golf Architecture,

por Alister MacKenzie (Pownal, 1987); The Spirit of St. An -

drews, por Alister MacKenzie (Chelsea, 1995). Todos estos li-

bros se conservan en la Biblioteca del Jockey Club.

Alister MacKenzie

Arriba: El 10 de la Colorada, un típico green aterrazado

“MacKenzie”

Abajo: El hoyo 17 de la Colorada deja una angosta

entrada entre lomas y profundos bunkers

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Usted, señor socio, puede to-parse con él cada fin de se-mana en la azul. Golfistaaficionado, Alejandro Moy

(h.) es, a la vez, uno de esos miembros so-b resalientes del Jockey Club. Pero estanota no pertenece a la sección “golf”; sípodría figurar en “socios”, el espacio don-de aparecen integrantes notables de laentidad, y sin embargo no es el caso. Es

que Moy está tan identificado con un de-p o rte en particular que sería difícil ex-traerlo de ese ámbito: el polo. Puntual-mente, su vínculo es la pintura. Y tan re-conocido por eso es, que le cuesta imagi-narse en otra cosa.

–Supongamos que no existiera elpolo. ¿Qué sería de Alejandro Moy?

–Es difícil. Es muy difícil... Algo habríapintado. Algo en movimiento. Supongo

que el caballo en otra manifestación. Pe-ro pintor habría sido siempre. ¡Y habríahecho algo para inventar el polo! [ríe]

Así de ferv o roso por los tacos y lasbochas, pero sobre todo por los équidos,es este porteño de 53 años. Que es re c o-nocido en todo el mundo del polo y envarios lugares del planeta. Su obra tienee j e m p l a res en Italia, Holanda, Francia,España, Inglaterra, Alemania, Suiza, Po-lonia, Estados Unidos, Canadá, México,Japón, Australia, Filipinas, Malasia,B runei, Jaipur, Emiratos Árabes Unidos,India, Sudáfrica, Barbados, Perú, Ve n e-zuela, Brasil y Chile. Por supuesto, tam-bién en Argentina, donde se destaca unmural de 9 metros por 2 en el CampoA rgentino de Polo. Algunos de sus dise-ños llegaron a estampillas del Corre oA rgentino en el año 1998. Al siguiente,otra creación suya fue obsequiada por elp residente Carlos Menem al príncipeCarlos, de Gales, en su visita al país. Yen el plano internacional, un podero s obanco extranjero eligió uno de sus tra-

Polo

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El señor de las pinturasA l e j a n d ro Moy (h.), el más renombrado art i s t ade este deporte y dueño de un estilo singular,e s p a rce por el planeta su reconocida obra, quellegó a estampillas de correo y hasta a una tarjeta de crédito. Socio del club, arquitecto ygolfista aficionado, cuenta su historia, su vocación y sus jugadores favoritos. Y define alJockey como parte de sí mismo.

Entrevista a Alejandro Moy

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bajos para incluirlo en una import a n t etarjeta de crédito.

Moy es uno de esos autores que uno,si ya ha contemplado algún cuadro de él,reconoce sin ver la firma. Resulta casi elpintor de polo por antonomasia. Esos tra-zos no del todo contundentes; esas suge-rencias desde la tela, el papel o la super-ficie que sea; esas escenas de dinamismoy fuerza sobre corceles le son bien pro-pias, todo un sello de su obra.

Su historia empezó a los cinco años,cuando su padre, también pintor de polo,volvía a casa y evaluaba los dibujos quesus tres hijos mayores (Cecilia, Delia yA l e j a n d ro; Silvina llegaría años más tar-de) ya debían tener listos, como apre n d i-zaje. El papá los examinaba y, si alguno legustaba mucho, lo colgaba en la habita-ción de los chicos como un cuadro de ho-n o r. Y el niño ya andaba bastante bien...

Al polo lo mamó desde pequeño,

cuando jugaba con amigos y parientes enestancias de Capitán Sarmiento y GeneralMadariaga. Le gustaba ser número 2,p o rque lo suyo era “subir y bajar, buscarbochas”, aunque se reconoce como “ma-lo”. “Me habría gustado jugar mejor”, la-menta Alejandro, que nunca tuvo handi-cap y se mantuvo en un plano muy ama-t e u r. “Pero me divertí muchísimo”, aclaracontento, en un encuentro con Revista delJockey Club en su estudio de San Isidro ,donde pasa buena parte de su existencia.

El polo no fue todo en la juventud deM o y. Siguiendo los pasos de su pro g e n i-

t o r, estudió arquitectura, y se recibió enUniversidad de Buenos Aires (su padreno concluyó la carrera, pero poseía unaagencia de publicidad). Ejerció duranteun tiempo, incluso en estudios re l e v a n-

tes, y aún hoy hace “algunas cositas, congran placer”. Hasta encuentra espaciosde contacto entre su profesión y su art e .“Hay muchos puntos de vista de la arq u i-tectura que sirven para la pintura y vice-versa. Rescato formas de diagramar, dere a rm a r, equilibrios...”, enuncia. Pero alos 35 años su vocación de pintor empezóa eclipsar al resto de sus actividades. Fueentonces cuando empezó a trabajar juntoa la Asociación Argentina de Polo y pusoen marcha su derro t e ro de decenas deexposiciones en el país y en el extranjero .

“Haber jugado ha sido, para mí, una

práctica más que necesaria para pintarpolo. Si no hubiera hecho sobre un caba-llo todos los tiros, si no los hubiera enten-dido desde dentro de la cancha ni visto lasposiciones de los demás jugadores, me

habría sido muy difícil plasmarlo en la te-la. Yo no podría pintar béisbol, porque ja-más agarré un bate. En un partido tomobocetos y apuntes y cuando pinto sientoque yo hago la jugada, que yo estoy den-t ro de la cancha. Uno mismo se trasladaal papel, uno mismo está dentro de la te-la. Me siento yo arriba del caballo. De he-cho, cuando estoy pintando me doy cuen-ta de que me perfilo y me muevo, hagouna mímica. Una foto dice algo pero esmuy limitado. Esto no se trata de un pla-no; es un volumen, hay espacio entre uncaballo y otro”, explica, apasionado.

Arriba der.: Hay pinturas que asombran por la acción en

movimiento. Abajo: Detalles en el taller

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–¿En qué consiste tu estilo?– Yo pinté mucho tiempo con modelo

vivo, que pasaba de una pose a otra cadat res minutos, después cada dos y al finalcada uno. Yo pintaba y en seguida secambiaba de posición; a las piernas nollegaba nunca. Eso me enseñó a ver, noc o p i a r. A percibir ciertos puntos que de-finen lo fundamental, a ver de un panta-llazo lo esencial. Después uno se ocupade los detalles, lo secundario. Y en el ca-so del polista y el caballo, me sirvió paraver los rasgos que definen el movimien-to. Pintar una línea, una arruga dondeno tiene que estar no define el movi-miento, la ubicación de un músculo con-tra el otro. Yo busco un trazo que defineun volumen respecto a otro .

–¿Cómo definirías ese estilo?–Diría que es expresionista. Es un ti-

po de dibujo muy simple, muy expre s i-vo, de muchos contrastes de colores, delíneas definidas. Hace muchos años ha-cía con más detalles las cosas, term i n a-ba más las líneas, definía más los obje-tos. Ahora trato de sugerir y de que lamente del que observa complete la obra.Está esa cuestión de hasta dónde dejarsugerido algo y desde dónde termina elp roceso la otra persona. Es fascinante. Aveces me pregunto cuándo termino unc u a d ro, por qué termino ahí y no sigo unrato más. ¿Quién me lo impide? Nadie.Ése es un momento, para mí, mágico.

–¿Siempre quedás a gusto con loque sale?

–Nunca me quedo conforme con loque hago. Sigo probando técnicas, y toda-vía tengo mucho por conocer e investigar.El día en que diga “estoy conforme conesto”, voy a empezar a caer, perderé mo-tivación. En cada partido, en cada caballoen acción veo posibilidades nuevas. Y voya seguir toda la vida en esto; moriré conlos pinceles. Y con los caballos, por su-puesto. Y con el polo, desde luego. Es eld e p o rte que más movimiento tiene. Loque más me fascina es eso: el movimien-to. Ya el caballo, quieto, es extraord i n a r i o ;

moviéndose es superior. Lograr todo loque transmite el caballo es una tarea infi-nita. Creo que mi tiempo de vida no serásuficiente para eso.

Su producción está llena de “mons-t ruos”, pues así considera a “estas mara-villas de jugadores que tenemos” en el al-to handicap. Sus preferidos a la hora delpincel son Bautista Heguy (“extraord i n a-rio, fantástico”), su primo Ignacio (“N a c h ies muy interesante, por la actitud que tie-

ne, por aguerrido”), Adolfo Cambiaso(“desde luego”), el re c o rdado GonzaloHeguy y Facundo Pieres. Este último estambién uno de sus favoritos pero ya co-mo espectador, porque Alejandro Moy(h.) es simultáneamente un gran aficio-nado. “Me gusta mucho el equipo ese”,reconoce, acerca de Ellerstina, el de F a -c u; pero también disfruta a “El Ruso[ E d u a rdo Heguy], con otro tipo de juego”,y a Milo Fernández Araujo. Claro que nopueden faltar en el recuento sus pre d i l e c-tos: los equinos. Entre ellos surgen Luna(famosa yegua de Gonzalo Pieres), Mar-sellesa (Horacio S. Heguy), S i l v i C a ro LaCapital (Sebastián Merlos) y Aiken Cura( “ p o b re, ya no está; era un caballazo”, di-ce del que fue padrillo de Cambiaso). Y sise le pide un gol, menciona el que todop o l e ro re c u e rda: el histórico de Marc o sHeguy para Indios Chapaleufú contra LaEspadaña en la final de Palermo ’86, a

Polo

2 6 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

Oleos, pinceles, carbonillas. Imágenes de la pasión pues -

ta en los caballos y en el Polo.

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Polo

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b o rdo de Marsellesa. “¡Una locura, unalocura! Yo no podía creer lo que hacía”,comenta sobre la arriesgada jugada queempezó en el arco que defendía Marc o s ,el del tablero, y terminó en el de Libert a-dor luego de re c o rrer toda la cancha LaVictoria. Paradójicamente, Alejandro loboceteó, pero nunca lo pintó.

Se produce una pausa... “Ahora estoymuy fanático del golf”, admite.

–¿Mejor arquitecto o golfista?[ríe] –Mejor arq u i t e c t o .–¿Cuánto usás el club?–Lo uso mucho, todos los fines de

semana. Y lo he usado muchísimo. Hepasado mi infancia ahí, cuando todavíano estaba hecha la pileta e íbamos a ju-gar delante del golf. Mi padre era faná-tico, y lo jugaba bien. Y, cuando ya lahubo, me llevaba a la pileta todos los fi-nes de semana. El club fue y es parte demí, de mi vida, de mi crecimiento conamigos. Es como una casa.

–¿Alguna vez te pusiste la camisetapara re p resentar al Jockey?

–No me la puse. Pero siempre se estáa tiempo, ¿no?

–De algún modo, la tenés puesta.–Es como si la tuviera pintada...

Xavier Prieto Astigarr a g a

Vaya pintura: 500 kilos, 24 metros cuadrados, sobre cemento y para Dubai.

El patrón polístico de Adolfo Cambiaso le pidió un mural para el estupendo Mu-

seo del Caballo, y Moy elaboró en seis meses su trabajo más grande.

El polo, como deporte de gente adinerada que es en muchos casos, permite conocer

personajes, historias y excentricidades interesantes. Ali Albwardy, patrón de Adolfo

Cambiaso en Inglaterra, es un prominente empresario oriundo de Emiratos Árabes

Unidos. “De muy buen trato, exigente y gustador de las cosas hechas con calidad”, lo

describe Alejandro Moy (h.), que fue invitado por él a Dubai, capital de uno de los sie-

te emiratos. Y ahí, más precisamente en el formidable Museo Del Caballo, recibió un

peculiar pedido...

“Ali me mostró una pared enorme, de 12 metros de anchura, y me preguntó qué me su-

gería y si podía hacer algo ahí. Me quedé tres días sentado frente a la pared, proyectan-

do imágenes, con bocetos. La gente pasaba por ahí y diría “¿qué hace este hombre sen-

tado solo, mirando una pared vacía...?”. Volví a Buenos Aires, alquilé un astillero en el

bajo de San Isidro y pinté sobre placas de cemento. Fue un proceso fantástico, una ex-

periencia increíble. Todo pesaba unos 500 kilos, fue en avión y llegó muy bien. Cuando

arribé vi a unas 80 personas con andamios y grúas para instalar eso a cuatro o cinco me-

tros de altura. Una vez colocado, me subí al andamio y trabajé unos diez días más, reto-

cando cosas”, narra el autor.

–¿Cómo es pintar de cerca para que se vea bien de lejos, sin perder las propor-

ciones y teniendo en cuenta los detalles pero a la vez el conjunto?

–Más que pinceles, he gastado zapatos, por ir y volver, ir y volver. Lo que se ve de cerca

nada tiene que ver con cómo se debe ver de lejos. Hay que mirar desde la distancia ade-

cuada y pensar qué hay que hacer de cerca para lograr lo que se pretende. Uno tiene en

la cabeza qué efecto causa a la distancia una pincelada, pero hay que ir a verla desde

lejos, para verificar si concuerda con el objetivo. Es muy trabajoso.

Unos seis meses le demandó el mural de 9,6 metros de largo por 2,5 de ancho. O sea, 24

metros cuadrados. “Es mi obra más original y rara. Hubo un proceso muy largo, que in-

cluyó hasta estudios de pinturas en laboratorios. Es lo más grande que he hecho”, sos-

tiene Moy.

Programa de la Exposición en Chantilly- Francia

Alejandro junto al mural de 9,6 mts. de largo por 2,5 mts. de ancho

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campo de deportes Fútbol

3 0 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

El frío, que anunciaba la histó-rica nevada que cayó sobreBuenos Aires dos días des-pués, se rindió el pasado sá-

bado 7 de julio ante el calor de la cele-bración que el fútbol desplegó en el añodel 125° aniversario del Jockey Club.Los festejos consistieron en la disputade cinco partidos a lo largo del día porequipos seleccionados de cuatro cate-gorías de cada club, poniéndose en jue-go la Copa 125° Aniversario del JockeyClub Argentino. Ésta se entregó juntocon otros premios en el tercer tiempo,que se llevó a cabo en el “Rincón deFútbol”, bar temático que se inauguróen la ocasión, donde se exhiben las co-pas y trofeos obtenidos por el club eneste deporte, junto a fotografías y re-cuerdos de seleccionados, equipos y ju-gadores destacados.

El acontecimiento marcó el debutdel seleccionado de una nueva catego-ría (14-15 años), que se sumó a otrasque ya han representado con éxito alclub en otras oportunidades. Si bien eltriunfo no acompañó a los chicos en losdos partidos que jugaron con sus paresrosarinos, fue notorio su entusiasmo yempeño en el juego, lo que permite au-gurar que en el futuro cercano alcanza-

rán importantes victorias, vistiendo lacamiseta de la selección del club.

Mientras tanto, en la cancha “Car-los Casal” se enfre n t a ron sucesiva-mente las restantes categorías. Losm a y o res de 50 años de nuestro club,luego de un comienzo de partido pare-jo, lograron doblegar la resistencia ro-sarina con buen juego en todas sus lí-

Arriba: Seleccionado de una nueva categoría (14-15 años)

Abajo: Ambos equipos Super-Veteranos (+ de 50 años)

Copa 125º Aniversario del Jockey Club Arg e n t i n oNos visitó una vez más el equipo del JockeyClub de Rosario, jerarquizando el encuentro deesa jornada con su habitual calidez en el trato yla ya conocida destreza de sus jugadores, en elm a rco de la amistad que une a ambos clubesdesde hace ya varios años.

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neas, imponiéndose por 5 a 2. En esep a rtido, contamos con jugadores histó-ricos como Alberto Malaver, FedericoAmuchástegui, Vi rgilio Gregorini yG u i l l e rmo Ancizar, entre otros. Con losvisitantes jugó Manuel Tasada, una le-yenda de 76 años que le ha dado eln o m b re a la cancha principal de fútboldel Jockey Club de Rosario.

A su turno, los mayores de 40 añosre a f i rm a ron su calidad de campeones,ya que con un juego exquisito y con-tundente se alzaron con una clara vic-toria por 6 goles a 0 de sus rivales ro-s a r i n o s .

Con los puntos igualados se llegóal último partido, cuyos pro t a g o n i s t a s

f u e ron los seleccionados de la catego-ría Libre de ambos clubes, que defini-ría la serie y al equipo ganador de lacopa 125° Aniversario. Nuestro equi-po, que ya había dado muestras de sucalidad el año pasado, en el torn e oque se disputó en Fisherton, tuvo undesempeño que superó todas las ex-pectativas, afrontando con garra, con-centración y buen juego a su par ro s a-rino, que lo superaba en potencia físi-ca. En un partido apasionante, luegode ponerse en ventaja en el primertiempo con un gol de Ignacio Houssay,

supo aguantar la carga rosarina, quecon rigor físico buscó sin éxito el em-pate dando lugar a excelentes ataja-

das de nuestro arq u e ro Iván Bungey a un destacado desempeño dela defensa. El juego se definiópor 2 a 0 con un golazo deMiguel de Ezeiza al pro m e-diar el segundo tiempo.

Como cierre de otra jornadapara el recuerdo, se inauguró el“Rincón de Fútbol”, que colmado deconcurrentes para el tradicional tercertiempo, fue testigo de la camaradería yamistad existente entre ambas institu-

ciones. Ese encuentro coronó la entre-ga de la Copa 125° Aniversario, que hoyluce en sus vitrinas.

A fines de agosto, dos nuevos selec-cionados re p resentarán al club en elt o rneo General San Martín 2007 queo rganiza el Jockey Club de Rosario ensu campo de deportes. En la próximaedición de la revista nos re f e r i remos aese encuentro .

Por otra parte, terminado el re c e s oimpuesto al fútbol por las vacacionesi n v e rnales -pausa que ha servido parala resiembra y mantenimiento de loscampos de juego-, se ha re i n i c i a d ocon renovado entusiasmo la actividaden todas sus categorías, desde Ve t e r a-

nos Seniors hasta la Escuelita deFútbol, definiéndose ya los dis-

tintos torneos a la vez que losequipos se preparan para loscampeonatos Primavera.También han re c o m e n z a d o

los partidos nocturnos que seo rganizan entre semana para Ju-

veniles, Mayores y Veteranos, ademásde programarse algunos encuentro sde fútbol femenino.

Peter Laurence

La categoría Libre, que definió la serie. Manuel Tasada (76) del JCR y Alberto Malaver

Eduardo Mac Roullion, del Jockey Club de Rosario, entre -

ga la copa 125° aniversario a Alberto Malaver en el nue -

vo bar temático “Rincón de Fútbol”.

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sede social esgrima

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Por duodécima ocasión conse-cutiva, el Club organizó elTo rneo Internacional “CopaJockey Club Argentino”, ava-

lado por la FIE (Federación Intern a c i o-nal de Esgrima) y que tuvo como esce-nario el Tattersall del hipódromo de SanI s i d ro. El certamen, de Clase A y exclu-sivamente de espada masculina, se re a-lizó entre el sábado 23 y el domingo 24de junio y contó con 88 esgrimistas de 20países. Un movimiento de unas 1000personas en las tribunas certificó el éxi-to de la tradicional competencia. “En elaño previo de cada Juego Olímpico estacopa adquiere mayor magnitud, porq u eademás otorga puntos clasificatorios pa-ra la máxima cita del deporte. En 2003,

también en el Tattersall, ya habíamos vi-vido una verdadera fiesta con más de100 esgrimistas”, apuntó Rodolfo Gonzá-lez Moreno, delegado de la Sala de Ar-mas del Jockey Club y Presidente del Co-mité Organizador del torneo, el más im-p o rtante de Sudamérica.

En la primera jornada se disputaro nlas poules eliminatorias para darles elpasaje a la siguiente rueda a 57 tiradore s ;en esa instancia inicial quedaron al mar-gen dos de los re p resentantes del JockeyClub, Matías Figueroa Trongé y HonorioLeguizamón Pondal. En tanto, Marc e l oMéndez se impuso en un asalto en elc u a d ro de 64 y fue eliminado en el de 32por el inglés Jonathan Willis, en un re ñ i-do duelo que finalizó 14-13. Cabe re c o r-

dar que Méndez, de 21 años, se había co-ronado Campeón Nacional de mayore sen 2006 y participó en los últimos JuegosPanamericanos de Río de Janeiro .

El domingo se efectuaron los cho-ques del cuadro de eliminación directaa 15 toques, y allí se ratificó la gran pa-ridad del día anterior sobre las peda-nas, con asaltos emocionantes que seresolvieron por la diferencia de un gol-pe. Un ejemplo fue la derrota por míni-mo margen del argentino José FélixDomínguez –mejor clasificado ganadorde la Copa Horacio Roca- ante el chinoLei Wang, campeón del mundo en 2006.

En las semifinales, el chino GuojieLi superó ajustadamente al italianoFrancesco Martinelli, mientras que elcheco Jiri Beran aventajó con comodi-dad al suizo Lois Hainard.

En la definición, Beran fue desnive-lando a Li mediante rápidas salidas deataque en tiempo y contragolpes velo-ces, estrategia que lo condujo a la victo-ria final por 15 a 10. Todo un alivio pa-ra el checo, que en los tres asaltos ante-riores sólo había triunfado por la estre-cha diferencia de un golpe.

Gastón Saiz

Ajustados asaltos yuna gran emociónEn el Tattersall de San Isidro se realizó con éxito el To rneo Internacional “Copa Jockey Club Arg e n t i n o ” .

1. Asalto final entre Jiri Beran y Guojie Li

2. Marcos Roca y el veedor Julio C. Gonzalez Tirador

(CUBA), entregan los premios

3. En el podio, Jiri Beran (1°), Guojie Li (2°),

Francesco Martinelli (3°) y Lois Hainard (3°)

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2

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sede social snooker

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Son las 3 de la tarde y la sala desnooker del Jockey Club cobravida propia. La escenografía esla típica para la ocasión: luz te-

nue, miradas fijas sobre los cinco paños yel impacto de los tacos que retumba en elambiente. De pronto ingresa Carlos Iba-rra con la humildad de un apasionadomás de este juego, pero no pasa inadver-tido en el recinto. Algunos socios dejande taquear y se le acercan con un saludoafectuoso. Otros le sueltan una broma deesas que abundan cuando se compart econ frecuencia una actividad entre ami-gos. Entonces allí, rodeado por compin-ches de innumerables boladas, Carlitoscomienza a desgranar los secretos dels n o o k e r, un deporte del que es genuinore f e rente en el Club por su trayectoria ya c t u a l i d a d .

–Este juego es tan complejo como ela j e d rez. La clave es saber proyectar tre so cuatro jugadas adelante para seguir

una secuencia. En otras palabras, encon-trar lo que yo llamo la k e y - b a l l, la bolallave que te abrirá la posibilidad de se-guir un camino a la búsqueda de enhe-brar una bolada –nos asegura.

Ibarra tiene hoy 50 años, pero sufascinación por el snooker empezó dequinceañero, cuando con sus padresiba al campo de unos amigos y se refu-giaba en la sala de billar para contra-rrestar el calor agobiante de la tarde.Como un testigo de privilegio, quedabaatrapado bajo el magnetismo de esa bo-la que se desplazaba suavemente sobrela mesa. Sin embargo, por aquellostiempos de adolescente terminó incli-nándose por la potencia y precisión delgolf, disciplina en la que se destacó. Yfue recién a los 25 cuando volvió a acer-carse a una mesa de paño verde. “En1982 me asocié al Jockey y descubrí enel cuarto piso la sala de snooker. Enton-ces volvieron a mi mente aquellos años

de chico tratando de que la bola me hi-ciera caso. Empecé en la mesa Nº 5 pa-ra principiantes, con un taco que eramás o menos derecho y de marca ‘piru-lo’. Fueron muchos años de prácticahasta que alcancé la mesa Nº 1, en don-de se disputan los torneos de primeracategoría”, cuenta.

C l a ro que en Ibarra afloraba un talen-to innato para el snooker, pero para con-v e rtirse en un jugador más completo acu-muló horas de práctica, de estudio y deo b s e rvación de los grandes exponentes.“Si bien tenía juego, me faltaba muchopor apre n d e r. Cuando apenas sabía aga-rrar el taco me acercaba a la mesa Nº 1 ycontemplaba las maravillas que hacíanmis maestros, intentando dilucidar elp o rqué y el cómo de su juego tan efectivo.Se aprende mucho mirando y consultan-do a quienes poseen experiencia”.

Al compás de ese aprendizaje, atrave-só por las distintas categorías y se salteó

Fantasías s o b re el paño

Carlos Ibarra es uno de los re f e rentes másdestacados de este juego que reúne a más decien aficionados en el Jockey Club

Instantes de máxima concentración.

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la de Intermedia porque la comisión dehandicap lo catapultó directamente a laPrimera. Hoy, con -35 de handicap –el re-g i s t ro histórico más bajo del Club– y una g u e rrido estilo de juego, Ibarra no se ol-vida de quienes fueron sus mentores: Al-f redo Correas y los doctores FaustinoArámbulo y Alfredo Labougle. A estosn o m b res, Carlos le suma el de Hern á nVidela, con quien se enfrentó en variosp a rtidos decisivos a sala llena: “Videla esuno de los mejores jugadores que he vis-to; creo que cumplí un gran objetivo alhaber podido superarlo en dos finales. Éltenía un gran manejo de la bola blanca;

es decir, la posicionaba siempre en el lu-gar más conveniente de la mesa”.

Pero más allá de grandes adversa-rios, su máxima satisfacción fue haberrecorrido esa senda desde la mesa Nº 5hasta el escenario principal de la sala,allí donde se muestran y se lucen losmejores. “Es como llegar a jugar en elLawn Tennis”, grafica. Y agrega: “Otrade las metas importantes que conseguífue haber mantenido el nivel de juego através de los años, aunque siempre hay

cosas por incorporar, como distintosefectos y la ubicación exacta de la bolablanca. El que dice que ya no hay nadapor aprender, miente”. Para el cortoplazo, augura el advenimiento de lanueva generación: “Hay muchos chicos

que están entrando a la sala de snookery que nos pondrán un pie encima. Vie-nen creciendo bastante rápido y yo yacumplí los 50 años. Evidentemente, mivista ya no es igual a la que tenía a los20 años, aunque afortunadamente notengo problemas con el pulso”, afirmaIbarra, médico clínico y que se impusoen el último torneo Individual con han-dicap al derrotar en la final a HoracioGonzález Álzaga.–¿Cuál es la diferencia entre un muy

buen jugador y otro que no escapa dela medianía?

–Como en otros deportes, la acumula-ción de años de experiencia, que te danel suficiente aplomo para afrontar dife-rentes situaciones. Recuerdo que cuando

me tocó jugar los primeros torneos esta-ba tan nervioso que mi taco tenía movi-miento propio. Pero insisto: para pro g re-sar es determinante mirar a quienes jue-gan bien, leer a los maestros ingleses,que son los mejores del mundo, ver vi-deos y practicar mucho para lograr un ta-queo armonioso, sin sobresaltos y conuna postura adecuada para la ejecucióndel tiro –recomienda Carlos, con un esti-lo didáctico y ameno.

Seguramente, Ibarra no habría al-canzado su condición de notable juga-dor amateur si no se hubiese formadoen el Jockey.”Las mesas de nuestroClub son óptimas para desarrollar elverdadero snooker como se lo conoceen Inglaterra, que es la cuna a nivelmundial. Por suerte, aquí tenemos to-dos los materiales y de máxima cali-dad”, afirma con orgullo. G . S .

La sala del Jockey puede considerarse la mejor de

Sudamérica. Un escenario único para el snooker.

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sede social

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El 15 de abril próximo pasadose cumplieron 125 años deaquél día memorable en elque Carlos Pellegrini y un

grupo de caballeros de su amistad die-ron por fundado el Jockey Club de Bue-nos Aires y eligieron su primera Comi-sión Directiva. Por tratarse de un do-mingo, los actos conmemorativos de es-te significativo siglo y cuarto se pospu-sieron para el lunes 16, comenzandopor la mañana, cuando las autoridadesy los funcionarios del club colocaronuna ofrenda floral ante el monumentoque recuerda al eminente estadista ycreador de nuestra entidad.

Por la tarde se realizó la ceremoniacentral de la celebración en el SalónDorado de la sede social, que contó conla presencia de numerosos socios

acompañados por sus familiares, otor-gándole al acontecimiento una atmós-fera de cálida confraternidad. La con-fraternidad fue, precisamente, uno de

los conceptos que rescató nuestro pre-sidente, Bruno Quintana, al dirigirse ala concurrencia para evocar aquellaarrojada empresa de los fundadores.Esa confraternidad, ese espíritu deamistad que iluminó los comienzos delclub y que continúa vigente y vigorosoen el presente. Ese espíritu, en suma,que fue el que permitió superar épocasoscuras, y que lo pudo hacer porque es-tuvo y está respaldado por los valoresque Pellegrini y sus amigos supieronllevar adelante con denuedo, y que sonlos que hoy siguen impulsando las su-cesivas comisiones directivas y los querigen las relaciones entre lo socios: ci-vilización, honor, cultura, camaraderíay respeto por las mejores tradicionesargentinas.

Después de tan emotivas palabras,se proyectó un documental que, en so-bria síntesis, fue mostrando la evolu-ción del Jockey Club, desde sus humil-des inicios hasta los fastos de la gransede de la calle Florida; desde aquelsencillo Hipódromo Argentino de ma-dera hasta el muy elegante que el clubhizo construir en 1909. Y por supuestose pudieron apreciar también los cam-bios operados en las tierras adquiridasen San Isidro, desde el páramo originalhasta las modernas instalaciones de-portivas de hoy, sus magníficas canchasde golf y las de polo, y su insuperablecirco hípico, escenario de los clásicosmás sobresalientes del turf argentino.Asimismo, se pasó revista a los distintosaspectos de la residencia que actual-mente es la sede social, se recorrieron através de imágenes sus salones, se con-templaron las obras de arte que la en-galanan y su sorprendente biblioteca.En pocos minutos, por lo tanto, se refle-jaron 125 años de la historia de nuestroclub; un club que es un lujo del país ycomo hay pocos en el mundo.

El acto culminó con un brindis dehonor y se prolongó en una amable ter-tulia en la que se trajeron al presentemuchos recuerdos y se trataron nume-rosos planes y proyectos para ir reali-zando en los 125 años por venir.

Celebración del 125º Aniversario de la Fundación del Club

1

2

1. Autoridades y socios depositan una ofrenda floral

en el monumento a Carlos Pellegrini

2. El presidente Bruno Quintana junto a Carlos María

Gelly y Obes y Alfredo F. Cantilo en el Salón Dorado.

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Patrimonio

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La finalidad primordial delJockey Club, establecida des-de un comienzo en su Estatu-to, fue la de fomentar el me-

joramiento de la raza caballar existenteen el país. Al respecto, las carreras fue-ron el vehículo ideal para lograrlo, yaque por medio de los premios se incenti-vaba a los criadores para que re a l i z a r a ninversiones en sus establecimientos y losm o d e rnizaran, incorporando las técni-cas y los adelantos requeridos para po-nerlos a la altura de los mejores delmundo. Por supuesto, a esos premios enmetálico se les adjuntaba un trofeo –ge-neralmente una copa o una plaqueta–,en el cual, por medio de una inscripción,se dejaba para el futuro el testimonio deltriunfo alcanzado en cada ocasión.

Con el tiempo, las autoridades delJockey se pre o c u p a ron por agregarles aesos tradicionales obsequios una espe-cial distinción, sobre todo a aquellos quedebían entregarse a los ganadores de losgrandes premios. Así, por ejemplo, en ju-nio de 1890, durante la última sesión dela Comisión Directiva presidida por Car-los Pellegrini, antes de que asumiera laP residencia de la Nación después de larenuncia de Juárez Celman, se lo autori-zó para hacer colocar sobre un pedestaladecuado un grupo de tres caballos deplata que habían sido comprados en Eu-ropa el año anterior, agregándole al con-

junto la inscripción correspondiente pa-ra ser destinado al ganador del Gran Pre-mio de Honor, clásico instituido en 1887.H o y, ese trofeo se conserva en el SalónFlorida de la sede social, pero hasta elmomento no hemos logrado obtener no-

ticias ciertas acerca de cómo volvió a ma-nos del club. Se trata de un cuerpo cilín-drico de madera laqueada adornado conc a rtelas de plata, que apoya sobre un ela-borado pie del mismo metal finamentetallado y culmina en una moldura con si-

milar diseño, sobre la cual se alza el cita-do grupo escultórico. En el frente, en unaplaca, se lee: “Jockey Club / Premio deHonor / Ganado Por / «Avril» / hijo de Do-llar y de Printanière. / Propiedad del Sr.Salvador Benedit / Setiembre 28 – 1890”.En la parte posterior, un relieve de grandinamismo muestra una carrera entabla-da entre tres caballos guiados por susrespectivos jinetes, que lucen los típicosatavíos de los jockeys.

La misma intención de embellecerlos premios tradicionales se puso demanifiesto en otras oportunidades, asípor ejemplo, cuando en 1903 se le en-cargó al escultor Louis-Ernest Barriasuna reproducción en marfil de La Reno -mée, la conocida figura, originalmenterealizada en bronce, que corona al poe-ta en el monumento a Victor Hugo(1902), para podérsela ofrecer a Day, elganador del Gran Premio de Honor deaquel año. Otro tanto sucedió cuando,en 1905, y con un fin similar, Pellegrinile solicitó el boceto de “un caballo co-rriendo en libertad, acompañado por laVictoria” al célebre escultor animalistaGeorges Gardet, obra que, según suopinión –así se lo expresó a Miguel Ca-né en una carta dirigida desde Paris–,era elegante y muy apropiada, y cuyaejecución –le aseguraba– “sería perfec-ta”. Si bien ya desde tiempos lejanos elclub se preocupó por recuperar este ti-po de obras, para así componer una co-lección histórica de trofeos, es de la-mentar que la escultura de Barrias nopudiera recobrarse, cosa que sí ocurrióen cambio con la de Gardet, que se ad-quirió en 1933, adornó por un tiempo elSalón Imperio de Florida, pero no so-brevivió al incendio de 1953.

Algunos trofeos de antañoUna serie de piezas artísticas que se conserv a nen nuestra sede social muestran cómo se recompensaba en el pasado a los ganadores delos grandes premios de la hípica arg e n t i n a .

Gran Premio de Honor de 1890

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Lejos de olvidarse, la costumbre dee n c a rgar objetos de arte para ofre c e r l o sa los criadores se fue acrecentando conel correr de los años. Como testimonioqueda lo expresado en el acta de la se-sión de la Comisión Directiva del 11 deabril de 1924, en la cual se dispuso que,a p rovechando la partida para Francia dedon Federico de Alvear –que el año ante-rior se había desempeñado como vocalde la Comisión de Carreras–, se le auto-rizaba para adquirir “copas u objetos dea rte para el Gran Premio Nacional por unvalor de 84.000 francos”. Rápido en susdecisiones, Alvear se dirigió al taller dePaul Tro u b e t z c o y, que por entonces esta-ba en el cenit de su carrera como escul-t o r. Hijo de un príncipe ruso y de unacantante lírica estadounidense, Tro u-betzcoy había nacido en Italia en 1866.Su origen, que podríamos calificar comoi n t e rnacional, se reflejó asimismo en sulabor artística como retratista, que tam-bién lo condujo a un trasiego cosmopoli-ta. Si bien llegó a ser un pintor de méritoy muy buen dibujante, sus obras más sig-nificativas fueron sus “estatuillas-re t r a-to” vaciadas en bronce, que le consiguie-ron una fama perdurable en el granmundo de los viajeros distinguidos quevisitaban Europa y también en EstadosUnidos. La amistad que lo unió con Joa-quín Sorolla –nacida durante la Exposi-ción Internacional de París de 1900, en laque ambos artistas lograron premios so-b resalientes– le facilitó el contacto conlas familias y personalidades de mayorrelieve de España e Hispanoamérica, yfue asimismo bien conocido por los ar-gentinos, que pudieron apreciar su art een la exposición que se llevó a cabo enBuenos Aires para festejar el Centenariode 1810 –ocasión en la que dos de sus tra-bajos figuraron en la sección italiana–, yque pro l o n g a ron su admiración posandoante él para inmortalizar sus rasgos enlos retratos que modelaba sabiamente,con un estilo muy personal, pero tam-bién deudor en parte de las re n o v a d o r a stendencias impuestas por Rodin y Me-d a rdo Rosso. El propio Federico de Al-vear se hizo retratar dos veces por Tro u-

b e t z k o y, precisamente en 1924, y tam-bién le encargó los retratos de su esposa,doña Felisa Ortiz Basualdo, y de su jovenhija Felisa, siguiendo así una tradición ala que en 1913 se había adherido Vi c t o r i aOcampo, de quien el príncipe escultorhizo dos dibujos y una estatuilla de bro n-ce, en la que Victoria figura ataviada conun modelo de Madeleine Chéru i t .

El 22 de mayo, la Comisión Dire c t i v ase anotició de que Troubetzcoy estabaejecutando una escultura para galard o-nar al triunfador del Nacional. Según los

detalles recibidos, sus características pa-recían emparentarla con aquella piezaque Pellegrini le había encargado a Gar-det, puesto que se trataba también deuna figura de la Victoria, pero en estenuevo caso no conducía sólo un caballosino una cuadriga, tema por cierto inu-sual para el artista, el primero de los su-yos, según dijo, que en todo re c o rdaba loa n t i g u o1. Los comentarios de Alvear ysus alabanzas pre d i s p u s i e ron sin duda a

las autoridades, como también debe dehaberlas motivado el éxito que obtuvo lapieza en el Salon du Printemps de aquelaño. Por eso, cuando la obra llegó a Bue-nos Aires despertó una merecida admi-ración, y el tesore ro del club, don LuisMaría de Urquiza, propuso de inmediatoque quedara en poder de la institución“para adornar sus salones”. Así se hizo, yallí quedó hasta que el fuego dio cuentade parte de ella. Las llamas se llevaron asu alegórica conductora que, triunfante,p a recía guiar a los desbocados caballoshacia una meta lejana, y sus formas sea b l a n d a ron y deform a ron. Esto hizo quese alterara su aspecto original –conocidoa través de una antigua fotografía delmodelo en barro, que aquí se re p ro d u-ce–, adoptando la apariencia con la quehoy se la puede apreciar en el recinto dela Biblioteca. En la base –en parte daña-da– luce aún la firma del artista y el añode su realización (1924), y también el se-llo de la destacada fundición Va l s u a n i ,que tenía su taller en el 74 de la Rue desPlantes, París. Así, aunque incompleta,se la mostró en la exposición que sobreTroubetzkoy se llevó a cabo en el Museode Arte Moderno de Buenos Aires entreel 1 y el 26 de noviembre de 1978, figu-rando con el nº 15 del catálogo, en el quela acompañaban otras piezas del maes-t ro pertenecientes a colecciones priva-das arg e n t i n a s .

Continuando por la misma senda, end i c i e m b re de 1926 los integrantes de laComisión Directiva del club re c i b i e ro nuna nota del Dr. Ángel Gallardo, ministrode Relaciones Exteriores, en la que lesdaba cuenta de una carta que le había si-do cursada por nuestro re p resentante enFrancia, Federico Álvarez de Toledo in-f o rmándole acerca del éxito obtenido porel escultor argentino José Fioravanti enla exhibición que había realizado c h e zB a r b a z a n g e s, a la vez que aconsejabaque el club adquiriera alguna de susobras. Por aquel entonces, Fioravanti, na-cido en 1896, estaba re c o rriendo por pri-mera vez Europa con el apoyo del pre s i-dente Marcelo T. de Alvear, y había logra-do una excelente acogida en España –allí

“La Victoria” en su estado actual

Modelo en barro para “La Victoria”, de P. Troubetzkoy

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Patrimonio

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le compraron una obra para el Museo deA rte Moderno de Madrid– y en Francia–donde se hizo otro tanto con una cabezade bronce destinada al Musée du Jeu dePaume–. Todavía no había llegado el mo-mento en que se erigiría en nuestro máseximio estatuario, como lo demostró, en-t re otros casos, con los monumentos aAvellaneda y Roque Sáenz Peña, cuyarealización encaró en su taller de la ru eVe rcingetorix durante su segunda etapaparisina, a partir de 1929, mostrando losresultados de su labor en el Jeu de Pom-me, en 1934, y al año siguiente en BuenosA i res, en el Museo Nacional de Bellas Ar-tes, en ambos casos con una re p e rc u s i ó ne x t r a o rdinaria. Si bien no había alcanza-do aún esa instancia consagratoria, hacia1924-1926 ya estaba gestando el lenguajede su madurez, gracias al aprendizaje di-recto experimentado sobre las obrase j e m p l a res del arte egipcio y griego, alque supo sumar la influencia de los gran-des maestros franceses como Rodin,B o u rdelle y Maillol.

La propuesta hecha al club pre n d i óen el ánimo de sus directivos, y fue asíque el 8 de julio de 1927, cuando Fiora-vanti ya estaba de re g reso en Buenos Ai-res, se votaron los fondos requeridos pa-ra adquirir una obra suya y así podero f recerla al propietario de Q u e m a o, de lacaballeriza La Celina, que había ganadoel Gran Premio Nacional de 1926. Muyp ronto, por razones de tiempo, esta pro-puesta original se alteró, solicitándoseleun bajorrelieve en mármol para pre m i a ral triunfador de 1927. Pasó así la placacolor arena a poder de Justo C. Saave-dra, el propietario de B e rm e j o, que fue elganador de aquel Nacional, y despuésquedó en manos de sus descendientes,hasta que transcurridos 64 años, en1991, el Jockey pudo adquirir el re l i e v e ,que re g resó así a la institución que habíasido su comitente, gracias a la re c o m e n-dación del Sr. José F. de Apellániz y se-gún lo resuelto en las sesiones de la Co-misión Directiva del 4 de junio y del 11de julio de aquel año.

La obra, de 58 x 66 cm., manifiestaun despojado refinamiento y una pure z a

s o r p rendentes: un caballo y junto a él, depie y desensillándolo, su jinete. Hacia lad e recha, una dama vestida con elegantesencillez aplaude. Debajo, una sobria le-yenda: “Gran Premio Nacional MCMXX-VII – Ganador: Bermejo”. Más abajo, ha-cia la derecha y en letras de menor ta-maño: “J. Fioravanti”. En cuanto a la téc-nica, más que de un bajorrelieve se tra-ta de lo que suele denominarse re l i e v een cre u x o encajonado, donde se cavanlos contornos de las figuras, determ i n a n-do las formas en parte rebajadas dentrode ese perímetro para tallar en ellas losdetalles que las definen como figuras.Fue éste un método muy usado por losantiguos egipcios, y precisamente es a

los relieves egipcios a los que remite elespíritu de este trabajo de Fioravanti,que ya se había acercado al estilo y a losp rocedimientos escultóricos de los art e-sanos del Nilo en las alegorías para elmonumento a José Martínez de Hoz, quese eleva en el predio de la Rural, re a l i z a-das en París en 19262. Al contemplar es-tas obras, al apreciar su exquisita sínte-sis formal y su bella simplicidad, de in-mediato se despiertan en el espectadorlos re c u e rdos de otras imágenes: las des-c u b i e rtas en las subterráneas mastabasde Sakkara y Gizeh, o en los secretos hi-pogeos del Valle de los Reyes. En todasellas, el relieve ahuecado –que Fiora-vanti también utilizó para las figuras delmonumento a Beethoven (1928-1929) dePlaza Lavalle3– crea cambiantes y suges-tivos efectos de luz y sombra, ya sea quese las observe frontalmente o se despla-

ce la vista caminando frente a ellas. Ésees, también, el efecto que hoy podemosd i s f rutar ante la placa en honor de B e r -m e j o que, ubicada como está en un lugarde tránsito constante, pero en un muroque concita todas las miradas, llama ne-cesariamente la atención de los sociosque concurren a diario a la sede de la Av.A l v e a r. Y es bueno que así lo haga, por-que se trata de una verdadera joya art í s-tica de nuestro patrimonio.

Mucho se podría seguir diciendoacerca de la colección de antiguos tro-feos que se ha logrado reunir en el club.Podríamos, por ejemplo, referirnos a lahermosa copa de oro con que se premióa Pulgarín en el Nacional de 1921, peronos parece prudente concluir aquí estareseña, dejando el estudio de esa sober-bia pieza para una próxima oportuni-dad. Sin embargo, antes de finalizar seimpone una suerte de reflexión acercadel curioso destino de los objetos sobrelos que hemos tratado. Su origen fueidéntico: se los encargó para galardo-nar a los propietarios de los caballos ga-nadores en premios clásicos del turf ar-gentino. Uno de ellos, el de Barrias, si-guió su vida al margen del club. Otrosdos quedaron en la antigua residenciade la calle Florida y sufrieron los avata-res de la historia. Los restantes tuvieronque aguardar largos años para volver apoder de la institución y engalanar susede social. Aquí conviven. El de Fiora-vanti en la planta baja, próximo a lapuerta por la que se ingresa al bar. Muycerca –en el Salón Florida– se luce elque ostenta los tres caballos de plataadquiridos en 1889, en tanto que los in-dómitos équidos del príncipe escultorse encuentran en el segundo piso, ro-deados por los innumerables libros dela Biblioteca. Los tres están en su casa.

R o b e rto D. Müller

1 John S. Grioni, “Una amistad singular: el escultor prínci -

pe Paul Troubetzkoy y Joaquín Sorolla y Bastida”, en Goya,

nº 280 (2001), pp. 15-20.2 Félix M. Pelayo, José Fioravanti, Buenos Aires, 1944, lá -

mina 12.3 Ibíd., lám. 14.

El relieve en mármol de Fioravanti

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sede social cultura

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Escenario CulturalE

n el año de su 125 aniversa-rio, múltiples han sido los ac-tos culturales que el club hap rogramado para ofrecer a

sus socios e invitados en el apro p i a d oámbito del Salón Anasagasti. Así, porejemplo, entre los últimos re a l i z a d o s ,cabe destacar que el 15 de junio se ofre-ció un singular concierto organizado porla asociación Ars Nobilis, a cargo del ba-rítono Víctor To rres y el laudista IgorH e rzog, quienes ejecutaron un atractivoconjunto de canciones isabelinas.

El 5 de julio, se cedió el salón paraun acto especial que contó con el auspi-cio de la Fundación Vasco Argentina

“Juan de Garay”, durante el cual se es-cucharon las autorizadas palabras delDr. Julio María Sanguinetti -ex presi-dente de la República Oriental del Uru-guay- y del académico de la Historia Dr.Isidoro J. Ruiz Moreno, quienes se refi-rieron al bicentenario de la Defensa deBuenos Aires.

Un nuevo acontecimiento musicalse llevó a cabo el 19 de julio, oportuni-dad en la cual, con el apoyo de la Aso-ciación Argentino Austriaca, se pudodisfrutar de un excelente concierto acargo del Trío Luminar, que ejecutó unprograma en el que figuraron obras deJohann Sebastian Bach, Astor Piazzolla,

Manuel Moreno Buendía, Jacques Iberty Claude Debussy.

Finalmente, un numeroso públicopudo tener otra visión de una aconteci-miento fundamental de nuestra historiacomo fue la Defensa de Buenos Aires, através de la conferencia que don Mar-cos de Estrada pronunció el 9 de agos-to, titulada: “Segunda invasión inglesaal Río de la Plata, de la Banda Orientala Buenos Aires: la Defensa”.

Salón Anasagasti

1, 2 y 11. El barítono Victor Torres y el laudista

Igor Herzog interptretando canciones Isabelinas

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3, 6 y 7. El Dr. Marcos de Estrada

4, 8 y 9. El trío Luminar interpretando obras de

Johann Sebastian Bach, Astor Piazzolla, Manuel Moreno

Buendía, Jacques Ibert y Claude Debussy

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sede social

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5, 10 y 12. El Dr. Horacio Zorreguieta, el Dr. Julio María

Sanguinetti y el académico de la Historia Dr. Isidoro J.

Ruiz Moreno durante la disertación auspiciada por la

Fundación Vasco Argentina “Juan de Garay”

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biblioteca

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Por Roberto D. Müller

En 1918, debido a que el caudalde libros atesorados en el clubya había superado en muchola capacidad de las instalacio-

nes dispuestas para su conservación, laComisión Directiva decidió autorizar lainversión de hasta $ 27.000 m/n paraampliar la Biblioteca en el sitio que has-ta entonces había ocupado el vestuariode los maestros de esgrima. Sin embar-go, esos trabajos apenas lograron paliarp rovisoriamente las dificultades, y eraevidente que, ante el constante cre c i-miento de los fondos bibliográficos, muyp ronto deberían tomarse otras medidasde mayor alcance.

A pesar de esos problemas, las auto-ridades no cejaron en su afán por enri-quecer el patrimonio de la Biblioteca.Fue así que en 1919 se adquirieron 72obras de lujo ofrecidas en venta por elS r. Emilio Goldaracena, a la vez que seincorporaba una colección de notablemérito, especializada en temas art í s t i-cos, que había pertenecido a don MiguelB e rro Madero. Con esas compras, el pro-blema espacial se agudizó, al mismo

tiempo que el ingreso de cerca de 800nuevos socios aconsejaba llevar a cabou rgentes re f o rmas y ampliar la sede so-cial, para así poder ofrecerles las como-didades debidas. A la Biblioteca se la tu-vo muy en cuenta en el momento de pla-nearse esos trabajos, ya que para alber-garla se proyectó un gran local en una

casa anexa, que había sido adquirida en1908 sin que desde entonces se le dieraun destino preciso. Allí, en un grandiosorecinto de la planta baja, en todo acord econ el volumen y la calidad alcanzada, laBiblioteca del club iniciaría una nuevaetapa de su historia, que se extenderíahasta el 15 de abril de 1953.

Mientras se realizaban las obras deadaptación de ese nuevo local, que re-cién concluirían en 1921, se re s o l v i ósuspender la adquisición de libro s ,puesto que en esas circunstancias eraimposible encontrarles una ubicaciónadecuada. Ésa fue la razón por la cualno se pudo comprar en su totalidad labiblioteca que había pertenecido al pe-rito Francisco P. Moreno, que antes deser puesta en venta fue ofrecida al clubpor su hermano, Eduardo G. More n o .De todos modos, en agosto de 1920, lle-gada la instancia del remate judicial deesos libros, dispuesto por el Juez Dr. J.C. Lagos y organizado por la firma J. C.Naón & Cía., el club se hizo presente através de sus re p resentantes en el salónde ventas ubicado en Bartolomé Mitre530, logrando adquirir 249 volúmenescuidadosamente seleccionados entre los1.273 lotes que incluía el catálogo, abo-nándose por ellos $ 4.005,97 m/n. Lasobras elegidas, que hoy forman parte dela sección de libros re s e rvados de nues-tra Biblioteca y son justamente valora-das, tratan fundamentalmente sobreviajes, descubrimientos geográficos yexpediciones científicas realizadas des-

S o b re viajes y viajero s :Los libros del Perito MorenoEn 1920, el Club adquirió un conjunto de libro sque habían pertenecido a Francisco P. More n o ,iniciando así la importante colección de viajero sque actualmente prestigia a nuestra Biblioteca.

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de el siglo XVII hasta los últimos añosdel XIX, presentándose como un vívidotestimonio de aquellos tiempos en losque “el horizonte geográfico era aúnpródigo en incógnitas e invitaba a unap e rmanente aventura”, como tuve opor-tunidad de expresar en el prólogo al ca-tálogo de la exposición Los viajeros y susv i a j e s, que se presentó en los salones dela Biblioteca entre noviembre de 1995 ye n e ro de 1996, muestra en la que figura-ron varias de las obras que habían per-tenecido a More n o .

La pieza más antigua del conjuntoadquirido en 1920 es An account of a vo -yage from Spain to Paraquaria, traduc-ción reducida del holandés del diario deviaje de los padres jesuitas Anton Seppy Anton Behme, que fue impresa en Nu-renberg en 1697. Como ocurre con to-dos los libros de la colección, lleva estevolumen la firma de Moreno en la por-tada, o, más precisamente, habría quedecir que se trata de una de sus firmas,ya que a pesar de la semejanza existen-te entre todas las registradas, se nota enellas el paso del tiempo y ciertos cam-bios evidentes en algunos de sus ras-gos, como se puede advertir al compa-rar las que figuran en las ilustracionesque acompañan a este texto.

Si bien se hace imposible reseñar latotalidad de las obras incorporadas enaquella ocasión, conviene destacar queuna parte importante de ellas pro v i e n edel siglo XVIII. Así, por ejemplo, la H i s -t o i re de la découverte et de la conqueste

du Pero u, de Agustín de Zárate, en tra-ducción de Samuel de Citry (Amster-dam, 1719). Este ejemplar muestra laf i rma de un antiguo propietario (R o c h -f o rd) y la de Moreno, que en este caso

apuntó también la fecha en la que el li-b ro pasó a su poder: el 30 de abril de1874. Es asimismo una obra de muy dig-na sustancia A voyage round the world,in His Majesty’s ship The Dolphin, com -

manded by de Honourable CommodoreB y ro n. En esta segunda edición londi-nense de 1767 –que en su portada lu-ce la firma de Moreno y la fecha “31de enero de 1893”– se indica que elrelato del viaje fue escrito por a nO fficer on Board the said Ship, anó-nimo autor que a veces ha sidoidentificado con Charles Clerke, un

g u a rdiamarina del D o l p h i n.De 1756 data el ejemplar de la

obra de Richard Rolt A new and accura -te history of South-America, que a susinteresantes características editorialesaúna las huellas que fueron dejandosus sucesivos dueños por medio de susfirmas: la de Rufino Varela (en la vista);otra, raspada y prácticamente ininteli-gible, en la parte superior de la portada;la de M. Bollaert al comienzo del pri-mer capítulo y, por supuesto, la del pe-rito, su último poseedor antes de quepasara a formar parte del patrimonio denuestra Biblioteca.

Otros títulos que no pueden sosla-yarse son: An account of the Europeansettlements in America, de Edmund Bur-ke (London, 1757); Travels of the jesuitsinto various parts of the world (London,1767); Histoire des navigations aux te -rres australes, de Charles de Brosses(Paris, 1756); la primera edición del Vo -yage que Louis-Antoine de Bougainvillerealizó autour du monde, comandandola frégate du Roi La Boudeuse, et la flû -te L’Etoile (Paris, 1771); la Historia delNuevo Mundo, de Juan Bautista Muñoz,impresa en Madrid, por la viuda de Iba-rra, en 1793, y la Relation du voyage ala recherche de La Pérouse, de Jacques-Julien de Labillardière, obra en dos vo-lúmenes acompañados por un Atlas in-folio editada en Paris, por H. J. Cansen,en el An VIII de la République Françoise(1799-1800).

Adentrándonos en el grupo de obrasdadas a luz en el siglo XIX, y ubicándo-

Francisco P. Moreno en su juventud.

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biblioteca

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nos de lleno en nuestro continente, des-cubrimos el Voyage to South America,performed by order of the American Go -vernment, de Henry M. Brackenridge(Baltimore, 1819), Travels in the interiorof Brazil, de John Mawe (London,1821), Travels in South America duringthe years 1819-20-21, de AlexanderCaldcleugh (London, 1825), y S o u t h

America and the Pacific, de P. CampbellScarlett (London, 1838). Y en cuanto aobras dedicadas más específicamente adescribir nuestra geografía, nuestrascostumbres y recursos económicos, po-demos admirar, entre otras, las siguien-tes: Rough notes taken during some ra -pid journeys across the Pampas andamong the Andes, de Francis Head

(1826), Twenty-four years in the Argenti -ne Republic, de John A. King (1846),Two thousand miles’ ride through theArgentine provinces, de William MacCann (1853), A two years’ cruise off Tie -rra del Fuego, the Falkland Islands, Pa -tagonia, and in the River Plate, de Wi-lliam Parker Snow (1857), Pioneering inthe Pampas, de Richard Seymour(1870), y Argentina and the Argentines,de Thomas Turner (1892). Varios de es-tos títulos se incluyeron en una segun-da exhibición sobre viajeros que seefectuó en la Biblioteca entre julio yseptiembre de 1997, titulada La Argenti -na contada en inglés.

Moreno había comenzado a reunireste tipo de libros en su juventud, des-pertando la admiración de Mitre, quienen una carta que en 1875 le dirigió aDiego Barros Arana, elogió al “jovennaturalista que es nuestra esperanza”,destacando que no sólo era inteligente,instruido y apasionado por los viajes yla exploración de regiones desconoci-das, sino que también poseía “una vas-ta biblioteca americana”1. Para enton-ces, Moreno tenía apenas 23 años, y ha-cía ya dos que había dado comienzo asu vida de apasionado explorador reco-rriendo las costas de los ríos Negro yColorado. ¿Cómo logró hacerse de unacolección de libros tan sobresaliente enun medio intelectual pobrísimo, comoera el nuestro de aquellos años, dondelejos estaban de circular con asiduidady, por supuesto, no eran los que solíanofrecer las librerías de Buenos Aires?Tal vez algún título aislado –como aquélque perteneció a Varela– le haya sidoobsequiado, pero es más que probableque al respecto recibiera el consejo yapoyo de German Burmeister, organi-zador del Museo de Ciencias Naturales

Portada del libro más antiguo de la colección Moreno, en

la que se advierte la firma primitiva del perito con las ini -

ciales de los nombres separadas del apellido. Puede com -

parársela con las posteriores que figuran en las portadas

reproducidas en las páginas 50, 51 y 54.

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porteño, quien reconoció de inmediatolas dotes excepcionales del joven y setransformó en su protector. Quizás ha-ya sido él quien le acercó los catálogosde las librerías o de los anticuarios eu-ropeos y lo guió en la elección de los tí-tulos, y es de imaginar con cuánta an-siedad habrá aguardado, una vez he-chos los pedidos correspondientes, quelos todavía lentos paquetes de antaño letrajeran a vuelta de correo esos codicia-dos objetos de su deseo. Con el correrdel tiempo, ese tipo de contactos se ha-brán hecho corrientes, y dada la famainternacional que por sus trabajos fueobteniendo Moreno, las librerías o ca-sas editoras extranjeras siempre debende haber respondido con presteza a suspedidos. Como dato curioso, podemosrescatar que muchos de los libros rela-cionados con nuestro país que integra-ron su biblioteca fueron publicados porlas editoriales londinenses de John Mu-rray y de Longmans, Green, and Co., ysería por demás interesante averiguarsi aún se conservan archivos de dichasfirmas, que pudieran echar luz sobre laposible existencia de cartas dirigidas aellas por el perito. Queda así planteadaesta inquietud como sugerencia parauna posible y futura investigación.

En su enjundioso ensayo tituladoContribución al estudio histórico del de -sarrollo de los servicios bibliotecarios dela Argentina en el siglo XIX (Resistencia,1974-1975) advirtió María Ángeles Sa-bor Riera que los libros con los que Mo-reno inició su colección los donó mástarde a la Biblioteca Pública de La Pla-ta, de la que –como del Museo de Histo-

ria Natural de esa ciudad– fue su funda-dor y primer director. Según la mismafuente, con el tiempo habría logradohacerse de otro rico conjunto de librosy mapas, formando una segunda biblio-teca, que sería la que se dispersó al servendida en subasta pública en 1920 (II,p. 75 y pp. 142-143). Sin embargo, estosdatos son contradictorios, ya que tantola Biblioteca como el Museo de La Pla-ta fueron fundados en 1884, pero mu-chos de los libros que hoy se conservanen el Jockey Club muestran –como ya lohemos advertido– las fechas en las quefueron adquiridos o pasaron a manosde Moreno, y una notoria cantidad deellas corresponde a los años setenta delsiglo XIX. De ahí que no puedan prove-nir de una “segunda” biblioteca sino deun fondo antiguo que, lejos de haber si-do obsequiado, permaneció en su podery se fue incrementando con el correr delos años. Por lo tanto, la donación a laBiblioteca Pública no debió involucrarla totalidad de los libros que el sabio na-turalista poseía hacia 1884.

Fue con los libros de Francisco Pasca-sio Moreno con los que se estableciero nlas bases de la importante colección dev i a j e ros que todavía hoy es uno de nues-t ros mayores orgullos. Esa import a n c i aha quedado ratificada en la muy comple-ta Bibliografía de viajeros a la Arg e n t i n a

de Susana Santos Gómez (Buenos Aire s ,1983), ya que en muchas de sus entradasfigura la sigla BJC, que testimonia la pre-sencia, en la Biblioteca del Jockey Club,de buena parte de los libros por ella re s e-ñados, algunos considerados como ver-daderas rarezas bibliográficas.

A través de las páginas de esos ve-tustos e inapreciables volúmenes pode-mos ingresar en el fascinante mundo delas exploraciones, ese mundo al queMoreno le dedicó una sección especialen el Museo, con la intención de que losestudiosos aprendieran a conocer el te-rritorio argentino, preocupándose porsu poder económico y su integridad2.Leyéndolos y admirando sus imágenes,transitaremos por mares tempestuososo engañosamente calmos; por tierrasvírgenes, ferales, a veces envueltas enuna atmósfera de misterio y veladas porun silencio absoluto, como tal vez sea elde la eternidad. Conoceremos cómovieron y apreciaron aquellos modernosy atrevidos argonautas los nuevos hori-zontes que iban descubriendo; cómo sefueron abriendo paso luchando contrala naturaleza hostil o contra los indómi-tos aborígenes; cómo apreciaron las po-sibilidades productivas de esos escena-rios inéditos y las ventajas que ofrecíanpara abrir perspectivas y rutas origina-les para la industria y el comercio. Porfin –tal como lo advirtió Carlos J. Cor-dero en su estudio sobre los extranjerosque recorrieron el país después de laRevolución de Mayo (1916)–, cuando al-gunos de esos libros nos muestren elperfil más cercano de nuestra propiapatria, se presentará ante nosotros larealidad de un lejano ayer tal como fuevista por los ojos y los intereses forá-neos, devolviéndonos la imagen denuestras cosas en forma peculiar, comoreflejadas “en un cristal extraño”, enuna suerte de espejo fascinante en elque los viajeros nos han dejado impre-so el asombrado relato de sus viajes.

1 Enrique de Gandía, Mitre bibliófilo, Buenos Aires, 1939, p. 137.2 Roberto Hosne, Francisco Moreno: una herencia patagóni -

ca desperdiciada, Buenos Aires, 2005, p. 19.

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Invitación A través del Travellers Club de Lon-

d res, hemos recibido una especial invi-tación dirigida a los socios del JockeyClub que tengan pensado visitar Euro p ae n t re el 28 de septiembre y el 25 de oc-t u b re del corriente año. Durante ese pe-ríodo se llevará a cabo la exposicióninaugural de The Association of PallMall Libraries, en la cual se expondránl i b ros raros y valiosos pertenecientes ad i f e rentes clubes londinenses. La mues-tra, denominada “Tre a s u res from the Li-braries and Collections of Gentlemen’sClubs and Learned Societies in London”,tendrá lugar en The Royal Society of Me-dicine Library – 1 Wimpole Street – Lon-don WIG 0AE – www.rsm.ac.uk.

Carlos Pellegrini en perspectivaSe encuentra en etapa de impresión,

y próximamente estará en venta, el li-b ro Carlos Pellegrini en Perspectiva,cuarto título de la colección “BibliotecaJockey Club”. En él se han recopiladolas conferencias pronunciadas en elclub acerca de su fundador y primerpresidente, desde la inaugural de 1921hasta la conmemorativa del centenariode su fallecimiento, dictada en julio de2006. La obra, que se edita con el doblemotivo de homenajear al eminente es-tadista, y también como celebración de

los 125 años de la fundación del club,que se cumplen en este año 2007, reú-ne los textos de las disertaciones de: Ri-cardo Rojas, Álvaro Vargas Villemette,Matías Sánchez Sorondo, Atilio Dell’OroMaini, Horacio Zorraquín Becú, JoséArce, Marcos de Estrada, Carlos MaríaGelly y Obes, Héctor Lanfranco, ArturoF rondizi, Pedro Real, Luis SantiagoSanz, Natalio Botana, Roberto CortésConde y Ezequiel L. Gallo, y, comoapéndice, el de un ensayo de ÁlvaroMelián Lafinur.

Dvd documental100 años de Pellegrini / 125 años delJockey Club

El club ha producido un DVD en elque se han editado en forma conjuntados documentales: 1) el que sobre el Dr.Carlos Pellegrini se presentó el año pa-sado en el Salón Anasagasti de la sedesocial, en ocasión de la exposición con-memorativa del centenario de su falle-cimiento, y 2) el que se exhibió el 16 deabril de este año en el Salón Dorado, alcelebrarse los 125 de la fundación delJockey, en el que se expone una síntesisen imágenes de la historia de nuestroclub. Los socios que así lo deseen, pue-den adquirirlo en la Intendencia a uncosto de diez pesos.

N o v e d a d e s

Espacio Publicitario

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reciprocidad

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La pre s e rvación de los idealesde la caballerosidad alentó aun grupo de amigos en Bogo-tá a la creación del Gun Club

en 1882. Los fundadores, que acostum-braban divertirse con un juego de cart a sdenominado “tresillo”, tomaron el nom-b re de Gun Club de la novela de JulioVe rne “De la tierra a la luna”, recién pu-blicada, en la que veteranos de la guerr acivil norteamericana se dedicaban a fa-bricar un gigantesco cañón con el cualdisparar a la luna.

Sin embargo se trató de un nombrede fantasía, porque el propósito de la en-tidad colombiana nunca estuvo tan em-p a rentado con estrechar un vínculo conlas armas, sino más bien con forjar el ca-rácter pacífico y amistoso de sus socios.El 1º de abril de 1882, dice la crónica, se

realizó la reunión inicial en una habita-ción alquilada en el tercer piso de las Ga-lerías de Arrubla, un edificio ya por en-tonces viejo que ocupaba el costado occi-dental de la plaza de Bolívar, en la capi-tal colombiana. Muebles usados y un pia-no alquilado por unos pesos conform a-ron las primeras facilidades.

El reglamento original se redactó en1894, cuando el club se constituyó co-mo un lugar para encuentro y conver-sación entre amigos, además del billar,el tresillo, la música y la lectura, activi-dades recreativas principales. El pri-mer punto de sus normas rezaba: “Suobjeto es el establecimiento de un lugarde reunión y sociabilidad”.

Así describe al Gun Club Bern a rd oGrau Azuero, socio desde 1952: “El espíri-

Actividades re c reativas y el placer de la re u n i ó ne n t re amigos se conjugan en el decano de losclubes de Bogotá; fundado en 1882, posee unarica colección de los más renombrados pintore sc o l o m b i a n o s .

EL GUN CLUB

Un refugio de la amistad

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tu del Gun es algo muy importante, no esun club para millonarios, pero sí de tradi-ción; los apellidos importan pero no sondefinitivos porque valoramos la sencillez.No se recibe a la gente por plata sino porcalidad de persona, la vinculación de hijosy parientes y la forma como se traspasa eld e recho hereditario, por línea masculina,al hijo, al hermano, al nieto y al yern o ” .

Vista la necesidad de ampliar las insta-laciones al compás de la expansión de lalista de socios y del crecimiento demográ-fico de la ciudad, el Gun Club fue mudan-do a distintas sedes con el transcurso del si-glo XX, destacándose la de la Calle 16, des-de 1946 hasta 1982. Finalmente, la entidadfijó su base hasta estos días en la Av e n i d a82, en el norte de Bogotá, una vía circ u n d a-da de jardines que enlaza los mejores sec-t o res residenciales con los comerciales.

El edificio, con su discreta y sólida fa-chada de ladrillo, posee un gran come-d o r, dos bares, dos salas de billar, el salónde recepciones, la biblioteca y nueve re-s e rvados denominados La Cacería, Polo,S a n t a f e reño, Hípico, Centenario, Living,Senado, Altillo 1 y Altillo 2, todos adorn a-dos con motivos alusivos a su nombre .

Entre el patrimonio artístico y cultu-ral, esparcidos por los salones y los re-codos de la sede resaltan una intere-sante colección de objetos, piezas devalor histórico y recuerdos de muchasépocas que provocan admiración. Allí,priman los clásicos maestros de la pin-tura sabanera y sobresalen los grandespintores colombianos.

Conviene detenerse en una arm a d u-ra de caballero adquirida a SantiagoGuarín, que ocupa un lugar de pre f e re n-cia entre los tesoros ornamentales de in-terés histórico, y que fue de los primero selementos decorativos del recinto, allás o b re el final del siglo XIX.

También, se rescatan como piezassignificativas un elegante estuche conun par de pistolas de duelo, un diminu-to revólver español forjado en acero to-ledano, que perteneció al presidenteCarlos E. Restrepo, y “la mama”, unaescopeta inglesa de grandes dimensio-nes fabricada en 1862. Otros objetos–de neto corte masculino- son la colec-ción de grabados y litografías sobre ca-cería, hípica y polo, y las cabezas deciervos, antílopes y alces que recuerdan

a las mansiones campestres de la Ingla-terra victoriana.

E n t re el mobiliario, es notable un LuisXV con sus finas sillas doradas, que juntocon las grandes consolas con tapa de már-mol y los magníficos espejos compañero s ,evidencian el gusto de los bogotanos por ela rte decorativo francés. Otro elemento degran aprecio es el viejo piano Pleyel insta-lado en el comedor principal, en dondetambién luce un precioso roast-beef tro l l e yde plata hecho en Inglaterra en el sigloXIX. Esta enumeración de algunos objetosp re s e rva la memoria de épocas lejanas yc o s t u m b res casi desaparecidas, como tes-timonio de la larga vida del Gun Club, de-cano de los clubes bogotanos.

Cada sector del edificio adquiere unaf u e rte identidad, con tradiciones consoli-dadas a lo largo del tiempo. Los más ca-racterizados son el baño turco, el salónde juego –con sus torneos de gin ru m m y-y la sala de billar, en donde al caer la tar-de llegan los aficionados al deporte parajugar unos partidos amistosos.

Esta entidad nunca ha tenido una se-de campestre o deportiva; es un lugar pa-ra encontrarse durante la semana, noa b re los domingos ni feriados. Y comoconsecuencia de su trayectoria, de la dis-tinción de sus socios, de su jerarquía, elClub ha mantenido relaciones amistosasy tiene establecido el vínculo de re c i p ro-cidad con un grupo selecto de entidadesextranjeras, entre ellas el Jockey Club.

Gastón Saiz

1. La entrada principal en la actualidad

2. Detalle del edificio de la Calle 16

3, 4, 5 y 6. Todas las comodidades nos ofrece

el Gun Club para pasarla bien en nuestra

estadía en Colombia

3 4

65

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agenda

5 8 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

Sede SocialC o n m u t a d o r : 4 8 l 5 - 0 5 6 l / 0 0 2 2G e rencia de Interior: 4815-7081 C o rreo electrónico: g i n t e r i o r @ j o c k e y c l u b . o rg.ar Página en Intern e t : w w w. j o c k e y c l u b . c o m . a r

H i p ó d romo de San IsidroConmutador: 4 7 4 3 - 4 0 1 1 / 1 9C o rreo electrónico: j c h s i @ o v e rn e t . c o m . a rI n t e rn e t : w w w. h i p o d ro m o s a n i s i d ro . c o m . a ra g e n d a

sede social

Ciclo Cultural

11/9 Conferencia del Dr. Adolfo César Díz. Te m a :

Evolución del sistema monetario internacional”

20/9 Conferencia del Dr. Rodolfo Argañaraz Alcor-

ta. Tema: “Mariquita Sanchez – secretos y verda-

des en la historia argentina” con lecturas y docu-

mentos a cargo de la Sra Lili Sielecki, la Sra. Bea-

triz Haedo de LLambi y el Sr. Juan José Saavedra.

4/10 Conferencia del Sr. Fernando de Estrada. Te-

ma: “Tres caudillos de la Reconquista Española: Pe-

layo, Fernán Gómez y el Cid”. Presentada por la

Asociación de Mujeres Hispanistas y la Sociedad

San Fernando Rey.

10/10 Concierto Lírico a cargo del tenor Iván Gan-

cedo (h) y la Profesora Rozita Zozulia.

18/10 Conferencia del Sr. Juan José Llach. Te m a :

“Desafíos económicos y sociales de la próxima pre-

s i d e n c i a ” .

Noviembre. Conferencia del Sr. José Claudio Escri-

bano (a confirmar).

B i b l i o t e c a

Se recuerda a los señores socios que se encuentra a

su disposición, en versión electrónica, el Boletín de la

Biblioteca nº 17-18, que informa sobre todas las

obras ingresadas por compra o donación durante el

año 2006. Se puede solicitar a la dirección bole-

t i n @ j o c k e y c l u b . o r g . a r. Quienes así lo deseen, pueden

consultar su contenido en las copias sobre papel que

se encuentran encarpetadas en la sala de lectura.

Continúa la exhibición de “Clubes de Argentina y

del Mundo”, muestra monográfica en la que se pa-

sa revista a una serie de libros descriptivos sobre

centros sociales y deportivos de nuestro país y so-

bre algunos extranjeros que mantienen correspon-

dencia con el Jockey Club.

Se tiene previsto inaugurar una nueva exposición

en el mes de septiembre, destinada a difundir la bi-

bliografía más sobresaliente que se conserva en

nuestra Biblioteca sobre la pintura francesa de los

siglos XVII y XVIII.

E s g r i m a

20/9 – Copa Quesada Challenger espada individual

a 1 golpe.

18/10 – Copa Intercubes espada por equipos de 3

tiradores con invitación de otros clubes.

31/10 – Campeonato de la Sala espada individual a

5 golpes.

08/11 – Copa Edward Gardère Florete por equipos

con invitación.

05/12 – Entrega anual de Premios.

g o l f

Se reseñan a continuación, los principales torneos

a disputarse en los próximos meses

8/9 – Copa Santiago Luro – MP – Clasif. 16 mejo-

res 10 a 13 y 25 a 36

9/9 – Clasif. 16 mejores 14 a 17 y 18 a 24

15/9 – Copa Carlos Pellegrini (Campeonato del

Club) – MP – Clasif. Cat. Scratch a 36 hoyos

15/9 – Copa Santiago Luro – Clasif.16 mejores 0 a 9

16/9 – Ultimos 18 hoyos

22/9 – 1º Rueda a 18 hoyos de todas las categorías.

23/9 – 2º Rueda a 18 hoyos de todas las categorías.

29/9 – Semif. a 18 hoyos de todas las categorías

30/9 – Copa Carlos Pellegrini – Final a 36 hoyos.

30/9 – Copa Santiago Luro – Finales a 18 hoyos

6/10 – Copa Primavera –18 h. MP – Categorías

Scratch, 0 a 16 y 17 a 36.

7/10 – Copa Agosto – 18 h. FBA – Categorías 0 a

16 y 17 a 36. Copa Dos Generaciones – 18 h. FBA –

Categorías 0 a 36. Copa Arquitecto Guillermo Ma-

dero – 18 h. FBA –Cat. 0 a 36

10/10 al 14/10 – 100° Torneo Interclubes de

1º división de caballeros (AAG).

13/10 – Copa Miguel A. Martinez de Hoz – 18 h.

Lag. – Categorías 0 a 36

14/10 – C. Miguel Saenz – 18 h. Lag. – Categ. 0 a 36

15/10 – Copa Centenario Interclubes –18 h. MP – Ca-

tegorías: Scratch, 0 a 9, 10 a 16, 17 a 24 y 25 a 36.

20/10 – Copa Capitan – FBC – Clasif.16 mejores 13

a 18 y 8 mejores 19 a 27

21/10 – Ultimos 18 hoyos de la Clasificación.

27/10 – Clasif. mejores 16 tarjetas 0 a 8 y 9 a 12

28/10 – Ultimos 18 hoyos de la clasificación.

3/11 – 1º Rueda a 18 hoyos de todas las categorías.

4/11 – 2º Rueda a 18 hoyos las todas las categorías.

10/11 – Semif. a 18 h. de 0 a 8, 9 a 12 y 13 a 18: Fi-

nal a 18 h. de 19 a 27.

11/11 – Final a 18 h. de 0 a 8, 9 a 12 y 13 a 18.

12/11 al 16/11 – Torneo Sudamericano Ve t e-

ranos de Golf

17/11 – Gran Premio Miguel A. Juarez Celman – 54

hoyos MP – Clasif. Cat. a determinar. Primeros 18

hoyos de la clasificacion.

18/11 – Ultimos 18 hoyos de la clasificación.

23/11 – 54 hoyos MP – Clasif. Cat. a determinar.

Primeros 18 hoyos de la clasificación.

24/11 – Ultimos 18 hoyos de la clasificación.

25/11 – Ultimos 18 hoyos para los clasificados en

todas las categorías.

S e r v i c i o s

Alquiler de carritos: Se ha implementado para

los señores socios con impedimentos físicos, el ser-

vicio de alquiler de carritos para la práctica de golf.

Cajero automático: Se encuentra habilitado un ca-

jero automático para el uso de los señores socios.

Tarjeta de crédito: En el comedor del club se

acepta este medio de pago.

Salones de recepciones: Los salones del Club Hou-

se pueden ser utilizados para ofrecer recepciones.

campo de deport e s

Tenis: 8/8 – Copa Carlos Pellegrini, Copa Primavera

20/9 – Copa Amistad B.

Enseñanza de tenis: Los sábados y domingos se

imparte en el sector Cadetes, clases de tenis diri-

gidas a menores de 5 a 18 años.

Hockey: Las clases dirigidas a niñas de 6 a 14

años, se imparten los sábados de 14 a 17. A

través del correo electrónico hockey@jockey-

club.org.ar puede obtenerse mayor informa-

ción sobre la actividad.

Salones para fiestas: El Campo de Deportes

cuenta con salones aptos para reuniones sociales.

La disponibilidad de fechas y aranceles pueden

consultarse en la Administración.

Traslado al Campo de Deportes: Este servicio se

brinda los sábados y domingos, con salidas desde

la Sede Social a las 10 y 12 hs. y regresos a las

16,30 y 18,30

Hipódromo de San Isidro

Las alternativas de las pruebas que se disputan en

el Hipódromo de San Isidro pueden seguirse a tra-

vés de Internet. Se accede a través de la página

institucional del Club (www.jockeyclub.com.ar) y

posteriormente en el ícono del Hipódromo de San

Isidro, deberá pulsarse CARRERAS DEL DIA.

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estilos Estancias argentinas

6 0 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

El Boquerón”. Vaya si suenac a m p e s t re ese nombre .G u a rda un toque rústico,tradicional y bien criollo.

Así podría llamarse cualquiera de laspropiedades rurales que abundan enuna Argentina nacida y forjada a caba-llo por ingentes extensiones. Una Ar-gentina que, tiempo después, encontra-ría también en el campo un acervo deesteticismo y lujo, con sello autóctono,muy propio. Un país de gauchos céle-

bres y emprendedores que hicieron pa-tria; de hombres lúcidos e ilustradosque condujeron pueblos para crear pa-tria; de cultivos y ganados que alimen-taron a patriotas y fuereños; y de gran-des estancias que fueron orgullo delpaís en épocas de aroma a riqueza cul-tural y liderazgo regional.

El origen.Tres son las grandes propiedades de

este tipo de las cuales puede ufanarse

Mar del Plata: Chapadmalal, La Armo-nía y El Boquerón. Ésta se ubica a unos23 kilómetros de la ciudad, junto a laruta que lleva a Necochea, donde ha-llan su límite las sierras de Tandil y Bal-carce, antes de Sierra de Los Padres. Laestancia se sitúa a unos 100 metros so-bre el nivel del mar, en un parque de300 hectáreas (en una propiedad quetiene un total de 4.300) entre cuyas pen-dientes se distribuye su poblada flora.

El Boquerón está indisolublementeidentificada con la familia Anchore n a ,que tuvo su primera raíz en tierra criollacon la llegada de Juan Esteban en el año1765, proveniente de Pamplona. Muy tra-b a j a d o r, el pionero de las ramas arg e n t i-nas estableció un fluido intercambio debienes con el interior, sobre todo con Tu-cumán y Salta, y también exportó a Euro-pa, lo cual lo convirtió en un potentadoc o m e rciante hacia el 1800. La fortuna de

A n c h o rena fue creciendo y llegó cuantio-sa a uno de sus descendientes, MarianoNicolás, que se casaría con Merc e d e sCastellanos, hija de Aarón Castellanos,un precursor del desarrollo de Santa Fe.El matrimonio fructificó con diez hijos,p e ro Mercedes quedaría viuda siendo to-

Bien de familiaC e rcana a Mar del Plata, la estancia de los A n c h o rena creció de la mano de Enrique, suprimer dueño, y hoy es punto de reunión deamigos y descendientes. Cuenta con un parq u ede 300 hectáreas y la firma de Alejandro Bustilloen sus dos construcciones principales.

El Boquerón

Vista aérea de la casa principal y chalet anexo

Agradecimiento especial a Ricardo Frers

de “Estancias Argentinas”

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davía joven, con 300.000 hectáreas y unae n o rme riqueza por administrar. Señorap rudente y muy creyente, sus pomposostítulos de “condesa pontificia” y “dama dela rosa de oro” no le quitaron los pies dela tierra. No se preocupaba por la moda;era una mujer de campo entregada a sufamilia que supo no sólo no dilapidar elpatrimonio, sino más bien incre m e n t a r l o .Era dueña del hoy llamado Palacio SanM a rtín (sede de la Cancillería), donde vi-vió con su descendencia, y mandó cons-t ruir la iglesia del Santísimo Sacramento,en cuya cripta descansan sus re s t o s .

De tan sobresaliente persona nacióEnrique Anchorena, que solía veraneara principios del siglo XX en un chalet deMar del Plata y no tardaría mucho enser el destinatario del monte que en lasafueras poseía doña Mercedes (propie-taria de varios otros campos) desde quelo había comprado a un tal Zubiaurre afines del XIX. Enrique, no tan prolijocon los números como su madre, aficio-nado al buen vivir y conocedor del buengusto merced a los períodos en que losAnchorena vivieron en Europa, acudióa algunos de los más prominentes pro-fesionales para hacer de El Boquerón(el predio heredó su nombre de unpuesto que había en el lugar) una suer-te de paraíso terrenal. En una época deesplendor de las grandes estancias –lasprimeras décadas del siglo XX–, quisolo mejor para la suya: encomendó lasviviendas al joven aunque renombradoarquitecto Alejandro Bustillo, encargóel parque al alemán Hermann Böttrichy dejó en manos del escocés AlisterMacKenzie la cancha de golf.

La cancha.Enrique Anchorena era un fervoro-

so adepto al golf y, con semejante terre-no a disposición, decidió tener a manoun campo de juego. Para ello convocóal doctor Alister MacKenzie, que pocosaños después agregaría a su obra en laArgentina el diseño de las dos canchasdel Jockey Club (Azul y Colorada).

El diseñador escocés proyectó nuevehoyos dobles con tees alternados, pero fi-

estilos Estancias argentinas

6 2 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

El personaje de la familia: Aarón de AnchorenaUno de los miembros del clan Anchorena que frecuentaban El Boquerón era Aarón, hijo de

Mercedes Castellanos y hermano de Enrique Anchorena. Se trataba de una mezcla de aven-

turero, deportista, viajero y bon vivant, tan capaz de crear el primer parque nacional de

América del Sur (en la isla Victoria, próxima al deshabitado Bariloche) como de trasladarse

al Chaco para dialogar con un cacique y así evitar un malón, cosa que no consiguió, aunque

fue el último de su tipo en el país.

En una de sus atrapantes ocurrencias, trajo de Francia un globo aerostático y un técnico pa-

ra efectuar el primer vuelo sobre el Río de la Plata. Cuando estaba casi todo listo para la

partida en la Sociedad Sportiva Argentina (hoy, Campo Argentino de Polo), frente a muchos

amigos en la nublada mañana del 25 de diciembre del año 1907, el técnico le hizo saber que

el gas con el que iban a intentar la hazaña no poseía la suficiente densidad como para lo-

grarla, y se rehusó a volar. Ante su gente, Aarón no se echó atrás y preguntó al público si

alguien quería acompañarlo. Un ingeniero electricista de 32 años que jamás había tenido

experiencias aéreas aceptó la propuesta. El aeróstato ascendió nomás, y Aarón y su impro-

visado compañero salieron hacia Uruguay. Venía todo bien hasta que Pampero –el globo–

empezó a perder altura. Mala noticia: el técnico francés tenía razón. Los tripulantes debie-

ron arrojar toda su carga al río para no caer antes de tiempo, el agua estaba cada vez más

cerca... pero, apenas con lo justo, piloto y copiloto arribaron a la costa oriental. El susto ya

no importó: Aarón estaba feliz por la llegada, por ser protagonista del primer cruce aéreo

del río, tanto que decidió comprar unas tierras cerca de ahí. Su madre, Mercedes, se las ob-

sequió a cambio de la promesa de que nunca más volaría, y el hijo, un espíritu inquieto pe-

ro cumplidor, no volvió a viajar por el aire.

Aarón hizo construir ahí, en Conchillas, a poca distancia de Colonia del Sacramento, una es-

tancia, La Barra de San Juan, que la gente llamaría “Estancia Anchorena”. Mandó hacer

también una elevación de 75 metros (“Torre Anchorena”) al estilo de un faro marítimo. Y allí

pasó a gusto el resto de sus días, hasta que murió en 1965. Su cuerpo descansa al pie de

su torre. Se había casado de grande y había legado su propiedad, de 1370 hectáreas, al Es-

tado uruguayo, que aún hoy dispone de ella como residencia de descanso del presidente.

¿Qué fue de su acompañante en el globo? Al parecer, la excitante vivencia le gustó y bastante:

el fulano era un tal “Jorge Newbery”, el padre de la aviación argentina, para más datos.

Aaron de Anchorena junto a Jorge Newbery

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nalmente fueron construidos nueve ho-yos simples, en un trabajo superv i s a d opor el argentino Juan Dentone y llevadoa cabo en el año 1928. El 4 de marzo del1930 el propio MacKenzie rubricó el librode visitas, que durante los años 30 y 40 sepoblaría con firmas prestigiosas, por lacalidad de su juego, de los mejores pro-fesionales y amateurs tanto del ámbitonacional como del extranjero. Entreellas, la más fulgurante es la de HenryCotton, que re f rendó esas hojas tambiénen el ’30, antes de vencer en el Abiert oBritánico en tres ocasiones (’34,’37 y ’48).

Las re s i d e n c i a s .Alejandro Bustillo se recibió de ar-

quitecto en el año en que comenzó laprimera guerra mundial: 1914. En el’27, cuando le pidieron que proyectara

las construcciones de la estancia, ya eraun profesional de marcado prestigio,aunque sus obras cumbres llegaríanmás tarde: el hotel Provincial y el Casi-no de Mar del Plata, el centro cívico y lacatedral de Bariloche, el hotel Llao-Llao y el edificio central del Banco de laNación Argentina. Y para la misma épo-ca de El Boquerón efectuó los planosdel propio Mar del Plata Golf Club.

Tres viviendas diseñó Bustillo para lap ropiedad de los Anchorena. Una fue lacasa de los peones, levantada en lo altode una pendiente como una suerte def o rtaleza de mampostería y piedra. Cons-ta de una plaza central en forma de he-rradura alrededor de la cual se hallan uncomedor con una galería y, a los costa-dos, dos grandes arcos laterales de acce-so y varias dependencias de servicio; en

el piso superior, encima del comedor, selocalizan las habitaciones, dispuestas detal modo que el sol de la mañana entrarade lleno por sus ventanas. ¿Para qué? Pa-ra que no remoloneara el personal des e rvicio de la estancia. Muy cerca de ellaestá La Ferme (“La Granja”), que fueideada como casa del mayordomo y queconsta de una única planta cubierta porun gran techo dotado del sello de Busti-llo. El tercer proyecto, el de la re s i d e n c i aprincipal, un caserón de estilo morisco,nunca pasó de los papeles. La economíaadversa de los años treinta y la comodi-dad que se le había otorgado a la casa delos peones fru s t r a ron la que sería la mási m p o rtante construcción del conjunto.

Otra obra existente en el predio es lacapilla, levantada a fines de los treintapor iniciativa de Amalia Anchorena enrecuerdo a su padre, Enrique. En ellase casaría Mariano Demaría Anchore-na, nieto del primer propietario. Cuan-do éste falleció, sus cuatro hijos vivos(Nicolás, Enrique, Alberto y Amalia; Er-cilia murió joven) y Mariano heredaronla estancia, quedando la casa mayor yLa Ferme para Amalia, ya casada conRicardo Zuberbühler.

El here d e ro .Luego de las sucesiones, las dos vi-

viendas mencionadas –mas no los cana-les y lagos– están actualmente en las 53hectáreas que quedaron en manos deJaime Zuberbühler Anchorena, hijo deAmalia, marido de Rosita Casares y ge-nerador de siete vástagos y 17 nietos.

R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 6 3

Abajo. Jaime Zuberbühler, actual propietario, a la

derecha la casa original y uno de los carruajes

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Para los 26 miembros de esa rama, ElBoquerón es hoy punto de encuentro.Claro que para Jaime, por los años devivencias que lleva allí, es más especial.

“ C reo que El Boquerón ha sido másmi casa que los sucesivos domicilios deBuenos Aires en los que he residido enmi vida. Mis re c u e rdos son fantásticos”,e x p resa el nieto de Enrique Anchore n a .Y enumera aquellas cabalgatas de 20personas, los intentos de fumar a escon-didas (“comprábamos unos cigarr i l l o sh o rribles, ‘Laponia’, que eran mentola-

dos, e íbamos a ver lo que era fumar. Pa-ra mí debe de haber sido magnífico elsistema porque nunca más fumé”), lapesca de tiburones más allá del faro, lospaseos por las playas y alre d e d o res a bor-do del pequeño avión biplaza de su pa-d re, lo agreste y despoblado –salvo porlobos marinos y jabalíes– que se veíadesde arriba a Pinamar y sus adyacen-cias en los años cuare n t a .

Una de esas remembranzas, tal vezla más marcada, es de una tarde del ’51,cuando Enrique lo invitó a jugar al golf

en la cancha familiar. Jaime tenía 11años y ya disfrutaba y aprendía ese de-porte. Fue el último recorrido de An-chorena: un día y medio después, cuan-do se alistaba para asistir a una misa enla capilla del parque, falleció repentina-mente. Jaime se quedaba sin abuelo ypadrino; El Boquerón, sin su hacedor. Aesa altura, Enrique Anchorena ya esta-ba inscripto desde hacía rato en lasmagníficas páginas de la historia de lasestancias argentinas.

Xavier Prieto Astigarraga

estilos Estancias argentinas

6 4 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

Izquierda. El patio interior con su imponente arcada

Abajo. Distintas perspectivas de la casa y el parque

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