jarchas, cantigas de amigo y villancico. dámaso alonso
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Historia de la literatura españolaTRANSCRIPT
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DMASO ALONSO [*]
JARCHAS, CANTIGAS DE AMIGO Y VILLANCICOS
En la mayor parte de estas primitivsimas jarchas romances la persona que
habla es una doncella enamorada: verdaderas canciones "de amigo", como ha
visto ya Stern. Una y otra vez ese mundo de ternura con forma de hombre que en
el Cancioneiro da Vaticana est representado por el amigo, en estas jarchas
estar expresado por la voz rabehabibi 'amado'. [...] No es difcil sealar mltiples
coincidencias entre estas canciones de amigo judaico-mozrabes y la tradicin
peninsular, lo mismo la gallego-portuguesa tal como la podemos ver representada
en el Cancioneiro da Vaticana, que la de la poesa de Castilla. Lo que en esa
tradicin es la voz amigo, es en estas viejsimas canciones la palabra habib, y
ntese que la anfibologa que se da en la voz hispnica romance existe tambin
en la rabe, que usaban, como vemos, en la mozaraba, pues significa lo mismo
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'amigo' que 'amado'. Pero con frecuencia las doncellas hispnicas, en las
canciones de amigo, no hablan directamente al enamorado, sino que se dirigen a
otro interlocutor, alguien que comparta su pena, a veces su gozo. Este personaje
as atrado al tierno ambiente sentimental de la enamorada suele ser la madre: [...]
Qu far, mamma?
Meu al-habib est' ad yana.
Y comprese an (en impresionante proximidad):
Gil Gonzlez Dvila llama,
no s si, mi madre.
si me le abra.
Pero la enamorada, en busca de simpata para su mal, dirige ahora su
lamentacin a sus amigas, a sus hermanas:
Irmana, o meu amigo
que mi quer ben de coraon
e que coitado por mi...
treide-lo-veer comigo... [...]
En nuestras canciones mozrabes tambin la muchacha se dirige,
dolorosamente, a sus hermanas:
Garid vos, ay, yermanelas,
cmo contener meu mali...? [...]
Es muy probable que de este antiqusimo fondo que ahora se nos revela
procedan -dos ramas divergentes, de un mismo tronco- esas dos delicias que han
encantado nuestra vida: las "canciones de amigo" gallego-portuguesas (mucho
ms tardas) y las de ese tesoro castellano cuyas races medievales ha estudiado
Menndez Pidal (buena parte de l est formada tambin por canciones de
doncella enamorada, autnticas canciones "de amigo", si bien de otro carcter y,
sobre todo, de otra estructura formal). [...]
Estos ejemplos de villancicos mozrabes del siglo xi, puestos al lado de toda la
tradicin castellana tarda, prueban perfectamente que el ncleo lrico popular en
la tradicin hispnica es una breve y sencilla estrofa: un villancico. En l est la
esencia lrica intensificada: l es la materia preciosa. Sobre l puede formarse una
moaxaja o un zjel rabe en el siglo xi o xli, una glosa zejelesca en castellano en
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el xiv o en el xv, o una nueva glosa en el xvii. l es precisamente lo que da una
prodigiosa unidad a la poesa tradicional castellana. La glosa es el metal del
engaste. El villancico es la piedra preciosa que, por su concentradsima brevedad,
necesita ser engastada. [...]
La herencia del lirismo mozrabe nos es comn a portugueses y a castellanos.
La participacin de poetas de toda Espaa en el cancionero gallego-portugus
(cuyas ltimas huellas llegan hasta la recopilacin de Baena) puede ser
consecuencia de esa herencia comn. El mozrabe tena la mayor parte de los
rasgos comunes a los dialectos peninsulares, salvo al castellano, y haba de
parecer, por tanto, ms prximo al portugus que al dialecto central: fue, por tanto,
natural que el portugus recibiera, digamos, la mayor parte de la herencia. No
cabe duda de que el lirismo castellano no produjo nada semejante a las brillantes
generaciones que confluyen en los cancioneiros. El lirismo castellano se mantuvo,
sin duda, ms rural; no se convierte en escuela potica. Y quiz por eso
permaneci ms fiel al fondo primitivo. [...] [Las] jarchas, simples villancicos
conservados prodigiosamente, como en alcohol, dentro de las moaxajas de cultos
hebreos, son el ncleo lrico, lo que siempre se cita porque es condensado y
abarcable, lo que siempre se toma, se transporta, compacto ncleo lrico,
diamante sin engastar. Cmo prolongaban o desarrollaban este ncleo -de
cohesin ms veces asonante que consonante- los cantores de Crdoba, de
Granada, de Toledo, de Sevilla? Con la fuerte y marcada consonancia zejelesca?
Con un primitivo sistema paralelstico? Unas veces de la una manera y otras de
la otra? Todo lo que digamos sern conjeturas. Es evidente (no se olvide) que el
paralelismo existe lo mismo en la tradicin portuguesa, que en la asturiana, que en
la castellana. Lo que ocurri (podemos interpretar) es que la formacin de una
fuerte escuela trovadoresca en Portugal fij un tipo paralelstico de gran
complicacin y matemtico desenvolvimiento (que no creemos fuera el tradicional
arcaico). [...]
Haremos una observacin para terminar. He aqu el nacimiento del villancico.
El nacimiento del ncleo lrico. Cmo nace? Tres razas, tres literaturas, tres
lenguas colaboran: cristianos, moros y judos. Esta colaboracin nos la explicamos
as: el origen mismo est en los siglos an oscuros del romanismo peninsular; la
lrica tradicional (de qu an ms soterraos grmenes?) ferment como la
lengua y con el mismo ritmo de la lengua. Con la invasin, se vio sumida en lo
rabe, rodeada de cultura rabe; y mientras se dejaba penetrar de numerosos
arabismos, produca en la literatura rabe extraas revulsiones. sobre las
cancioncillas o villancicos romances se construyeron poemas (moaxajas y
zjeles); y es posible que la misma forma estrfica de estos poemas (forma nueva
en rabe) est basada en glosas o desenvolvimientos estrficos de los villancicos
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que existieran tambin en romance. Lo importante para nosotros es esto: poetas
cultos rabes y hebreos, con una curiosidad, con una estimacin de lo popular que
el europeo no ha tenido hasta el siglo XIX, recogieron esas jarchas redactadas en
la lengua vulgar que nadie escriba, y las tomaron como ncleo de intensidad lrica
de sus moaxajas. [...]
Esas veinte cancioncillas, esos veinte villancicos [las jarchas conocidas en
principio], son los antepasados lricos ms viejos (hasta hoy) de toda la poesa
portuguesa y castellana. Venerable tesoro, emocionante tesoro!
Conocamos sus descendientes tardos (s, hasta ayer nos pare-can tan
arcaicos!; pero hoy ya los podemos llamar tardos): la bellsima lrica "de amigo"
gallego-portuguesa y toda la tradicin (mal fechada) del villancico castellano. Lo
que nos encant bebido en tradicin tarda, aqu en estas jarchas (lstima que
slo en una veintena y con zonas an muy oscuras) se nos revea, vivo, en una
poca prodigiosamente arcaica: cuando en Europa no existe lrica. Mal dicho
(porque creo que el hombre ha cantado siempre, aunque haya fillogos que
parecen creer lo contrario -tal vez porque ellos no cantaron nunca): en una poca
en la que, para m, exista, seguramente, por todas partes cancionero popular, en
Europa, pero de la cual no nos queda ningn resto lrico verdaderamente
coherente en otras lenguas. Mientras no haya nuevos descubrimientos, podemos
afirmar que espaoles son los testimonios cuajados y significativos de la ms
temprana primavera lrica de Europa.
[*]. Dmaso Alonso, "Cancioncillas 'de amigo' mozrabes (primavera temprana de
la lrica europea)", Revista de Filologa Espaola, XXXIII (1949), pp. 297-349;
reimpr. en Primavera temprana de la literatura europea: lrica-pica-novela,
Guadarrama, Madrid, 1961, pp. 17-79 (pp. 36, 48-49, 57, 61-2, 70-72, 75-79).