iv tema. san agustín filosofía y cristianismo

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IV San Agustín, Filosofía y CristianismoHª. de la Fª. Colegio Marista San José de León Profesor Alejandro J. García Monter Profesor Alejandro J. García Monter Profesor Alejandro J. García Monter Profesor Alejandro J. García Montero 2º de Bachillerato 1 IV TEMA. SAN AGUSTÍN, FILOSOFÍA Y CRISTIANISMO Nace en el norte de África en el año 354, en la ciudad de Tagaste, en una provincia romana denominada Mauritania. De padre pagano y madre cristiana, tras una vida disoluta, pero de fuerte búsqueda intelectual y espiritual, y después de estudiar en Cartago, Roma y Milán se convertirá al cristianismo gracias a san Ambrosio, obispo de Milán, y su madre, santa Mónica. Fue un gran retórico y abogado en su época, defendiendo causas poco éticas, pero con habilidades cercanas a la retórica sofista. Es considerado un Padre de la Iglesia de la época de la Patrística Media, la más importante desde el punto de vista doctrinal y filosófico, (aquella situada entre la Patrística Apologética o Defensiva de la fe, y la Patrística Alto Medieval) junto con Orígenes. Éstos eran cristianos doctos en sabiduría griega, traducción e interpretación de Sagradas Escrituras, y algunos, eran pastores, miembros de la jerarquía, que tenían que hacer frente a las herejías y a sus comunidades en circunstancias de persecución religiosa en un primer momento y de oficialismo religioso cristiano en siglos posteriores, después de la promulgación del Edicto de Milán en el 313. Las herejías se producían por una interpretación exclusivamente racional de la religión o interpretaciones desviadas, incluso interesadas, del cristianismo. Las herejías surgieron ya con los movimientos gnósticos (cfr. Escuelas Post-Aristotélicas). Provocaban divisiones muy serias en las comunidades por ellos pastoreadas. El punto más alto de consolidación doctrinal es la celebración del Concilio de Nicea en el 325. Aun así, surgirán importantes herejías después: arrianismo, nestorianismo, pelagianismo y apolinarismo que finalizarán, tras numerosos conflictos teñidos de sangre, en sucesivos concilios. Los grandes movimientos heréticos, además de los gnósticos fueron: - Maniqueísmo: (Mani 216-276) sincretiza las distintas religiones antiguas y afirma la existencia de dos sustancias opuestas, la luz y la oscuridad. Agustín fue maniqueo hasta su conversión.

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IV Tema. San Agustín Filosofía y Cristianismo

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IV San Agustín, Filosofía y CristianismoHª. de la Fª. Colegio Marista San José de León

Profesor Alejandro J. García MonterProfesor Alejandro J. García MonterProfesor Alejandro J. García MonterProfesor Alejandro J. García Monteroooo 2º de Bachillerato

1

IV TEMA. SAN AGUSTÍN, FILOSOFÍA Y CRISTIANISMO

Nace en el norte de África en el año 354, en la ciudad de Tagaste, en

una provincia romana denominada Mauritania. De padre pagano y madre

cristiana, tras una vida disoluta, pero de fuerte búsqueda intelectual y

espiritual, y después de estudiar en Cartago, Roma y Milán se convertirá al

cristianismo gracias a san Ambrosio, obispo de Milán, y su madre, santa

Mónica. Fue un gran retórico y abogado en su época, defendiendo causas

poco éticas, pero con habilidades cercanas a la retórica sofista.

Es considerado un Padre de la Iglesia de la época de la Patrística

Media, la más importante desde el punto de vista doctrinal y filosófico,

(aquella situada entre la Patrística Apologética o Defensiva de la fe, y la

Patrística Alto Medieval) junto con Orígenes. Éstos eran cristianos doctos

en sabiduría griega, traducción e interpretación de Sagradas Escrituras, y

algunos, eran pastores, miembros de la jerarquía, que tenían que hacer

frente a las herejías y a sus comunidades en circunstancias de persecución

religiosa en un primer momento y de oficialismo religioso cristiano en siglos

posteriores, después de la promulgación del Edicto de Milán en el 313. Las

herejías se producían por una interpretación exclusivamente racional de

la religión o interpretaciones desviadas, incluso interesadas, del

cristianismo. Las herejías surgieron ya con los movimientos gnósticos (cfr.

Escuelas Post-Aristotélicas). Provocaban divisiones muy serias en las

comunidades por ellos pastoreadas. El punto más alto de consolidación

doctrinal es la celebración del Concilio de Nicea en el 325. Aun así, surgirán

importantes herejías después: arrianismo, nestorianismo, pelagianismo y

apolinarismo que finalizarán, tras numerosos conflictos teñidos de sangre, en

sucesivos concilios. Los grandes movimientos heréticos, además de los

gnósticos fueron:

- Maniqueísmo: (Mani 216-276) sincretiza las distintas religiones

antiguas y afirma la existencia de dos sustancias opuestas, la luz y

la oscuridad. Agustín fue maniqueo hasta su conversión.

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- Arrianismo: (Arrio 256-336) niega la sustancia divina de

Jesucristo. Lo presenta como ser creado superior a todas las demás

criaturas.

- Pelagianismo: (Pelagio 360-425) niega el pecado original y sus

consecuencias como por ejemplo, el Bautismo, la Iglesia, la Gracia

Divina, los Sacramentos… basando la salvación en la Ley y los

Evangelios (cfr. Reforma Evangélica en Tema Descartes).

Como buen seguidor de Platón introduce el pensamiento platónico

en el cristianismo y éste en el platonismo.

Sus obras, en similitud con Platón, tienen tres periodos

diferenciados:

- Juventud: son obras filosóficas, fruto de sus años de estudio.

- Madurez: son obras teológicas, fruto de su conversión.

- Vejez: sus principales obras que aúnan filosofía y cristianismo:

. Retractationes: se retracta de sus primeras obras.

. De Civitate Dei: filosofía cristiana de la historia.

. De Trinitate: tratado filosófico y teológico sobre la Trinidad.

. Confesiones: autobiografía teológica y filosófica. Obra más

influyente de su pensamiento.

Agustín muere en el asedio que sufre la ciudad de la que es obispo,

Hipona, al frente de la defensa de su comunidad eclesial en el año 430.

Quizá su aserción más celebre sea la de «Ama y haz lo que quieras»,

todo un resumen atomizado del Evangelio.

1. Fe y Razón en san Agustín

El problema de la fe y la razón en el cristianismo proviene de la

interpretación de las Sagradas Escrituras y de los términos griegos así

como de solventar las diversas aportaciones teológicas de distintos

pensadores con la postura oficial de la Iglesia en los Concilios.

Se hallan unidas y poco diferenciadas. Para él la filosofía es la

búsqueda de la Sabiduría suprema, que es Dios. Por lo tanto se debe buscar

en Dios y en su Palabra Encarnada, Jesucristo. No es partidario él de aceptar

una fe a ciegas, como Tertuliano. Él prefiere apoyarla en un discurso

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racional, que necesariamente estará de acuerdo con la fe. Fe e inteligencia

se alimentan mutuamente. Por eso afirma que se cree para entender y se

entiende para creer tal como se traduce del latín: «Crede ut intelligas;

intellige ut credas». Fe y auténtica Sabiduría se dan unidas. Para san

Agustín la creencia precede a la inteligencia y ésta le sigue. También la

Sabiduría conduce a la creencia. Nos esforzamos a comprenderla con el

auxilio de la gracia y ésta nos posibilita la creencia.

Piensa, así, que se eliminan las posibles fronteras o controversias

que pudiera haber entre fe y razón. El creer es pensar con asentimiento.

No existe una doble verdad diferenciada que provenga de la fe y de la razón.

Todo, es decir el ser humano, Dios y el mundo, forma un mismo conjunto de

verdades. En el caso de autores que han ido contra el Cristianismo es que no

han sido clarificados por la fe.

Así razón y fe proceden en último término de Dios.

En un primer momento, la razón ayuda al hombre a encontrar la fe, y

luego le ayuda a entender la verdad de la fe, siempre subordinando la razón a

la fe.

2. Epistemología o conocimiento agustinianos

a) El objeto del conocimiento: la Verdad

Si para Platón la idea suprema era el bien, para Agustín es la VERDAD.

Para él la verdad es la certeza y es, en la medida que la alcanzamos ese

mundo superior o trascendente. No sólo como ocupación y tarea, sino como

aspiración suprema de todo creyente, que tiene la obligación de comunicarla

una vez alcanzada. Es eterna e inmortal ya que el alma humana puede

participar de ella, pero además es real y existe frente a todo relativismo y

escepticismo.

Para Agustín el conocimiento superior es el epistémico para

alcanzar el Bien como Platón o el Uno como expresaba el neoplatónico

Plotino. Su Filosofía se desarrolla a partir del conocimiento de las realidades

inmateriales o superiores para conocer después las materiales o inferiores. El

conocimiento de las verdades reveladas se produce por asentimiento o por la

búsqueda de razonamientos infalibles.

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Siguiendo a Sócrates y a Platón piensa que el descubrimiento de la

verdad tiene lugar en el interior del alma humana. Es la primera vez que

el Cristianismo fundamenta la fe en la conciencia humana y su libertad.

Esto se realiza por el recogimiento interior (cfr. Monaquismo cristiano

primitivo) y a través de éste se llega a la verdad suprema de la luz inmortal

(cfr. Platón y la idea de BIEN= Sol). Agustín influirá en el Pseudo-Dionisio y

Procio, filósofos neoplatónicos cristianos del Siglo V.

b) La Dialéctica, disciplina y doctrina del conocimiento. La luz divina

Tal cual vimos en Platón es la ciencia que posibilita el acceso al

conocimiento. No sólo al conocimiento superior o teológico, como hacía

Platón, sino también al conocimiento racional y sensual. Al igual que

Platón esgrime argumentos contra los sofistas, Agustín arremete contra la

corriente escéptica de los Académicos. Para ellos no se podía tener certeza de

ningún juicio (cfr. Relativismo de los Sofistas). Agustín establece como

primera verdad evidente el engaño: «si me engaño, existo»⇒⇒⇒⇒ «si enim

fallor, sum» (cfr. Descartes y su duda metódica: «pienso, luego existo»⇒

«cogito, ergo sum»). Para san Agustín la duda tiene su importancia, y así

en algunos temas conviene dudar, pero en otros como la existencia, la

voluntad… no se puede dudar porque dudar es existir y querer.

Al igual que Platón plantea diferentes grados de conocimiento, a

saber:

b.1. Conocimiento sensible: el más elemental. Participa el alma, como

en Platón, pero es imperfecto. Sólo es producto de la opinión o doxa.

b.2. Conocimiento racional inferior: es el obtenido por la razón

abstraída de lo material. Es la ciencia abstraída de cualquier cosa

material de forma que se adquieren universales plenamente inteligibles

(cfr. Idealismo). Es la capacidad de juzgar las cosas según las reglas

eternas.

b.3. Conocimiento racional superior: se denomina sabiduría por

acceder a ella mediante la iluminación de la fe. Se adquieren

verdades universales y necesarias de orden religioso y ético. Son

por ello verdades inmutables y eternas (cfr. Ideas platónicas). Dios es

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aquel que concede esa iluminación al alma. Por lo tanto ni el alma por

sí sola ni los sentidos pueden captarlo. Por lo tanto las ideas se hallan

en Dios y éste ilumina desde lo más alto a lo más bajo. Dios es luz

divina e increada y fuente de conocimiento por el cual todo se

manifiesta. La luz divina confiere realidad a cada cosa. Por eso es

interna.

3. Teología Agustiniana. Existencia (Pruebas) y Esencia (Trinidad) de Dios

a) Las pruebas o existencia de Dios

Al igual que harán filósofos posteriores, san Agustín trata de

demostrar la existencia de Dios aduciendo pruebas (cfr. Santo Tomás de

Aquino).

Las pruebas se fundamentan en las características referidas a las

ideas platónicas. Tenemos pues:

a.1. Dios es la verdad suprema de todo y envuelve todo.

a.2. Por eso Dios existe, ya que de la verdad externa pasamos a la gran

verdad del alma, que Dios existe como principio de toda verdad.

a.3. Las ideas son inmutables y necesarias como Dios

a.4. El mundo es bello, luego Dios, su creador, es infinitamente bello.

a.5. Existe un consenso de los pueblos en admitir a Dios.

a.6. Hay diversos grados de bien. Luego hay un bien supremo que es

Dios.

a.7. El hombre necesita poner fin a la inquietud de su corazón o «Cor

inquietum» mediante la necesidad de amor. Surge así el gozo de Dios

como prueba de su existencia para colmar en la otra vida la felicidad

del ser humano. Esa felicidad es una pálida imagen de la auténtica.

b) La Trinidad o esencia de Dios

Es la Esencia de Dios. Es el ser de Dios a partir de sus atributos.

Dios es ser, es esencia, sustancia, más que ningún otro. Es el YO SOY

revelado a Moisés. Por eso dice que se conoce más negando de él que

afirmando. Es lo que se denomina Teología Apofática o Negativa. Así Dios es

el in-menso, in-temporal, in-material… Sin embargo, es eterno y espiritual.

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Por eso en su obra De Trinitate o La Trinidad expone que en ese

constructo teológico no existe jerarquía ni diferencia de funciones, sino

absoluta igualdad. Para él todas las cosas tienen unidad, forma y orden.

Hay una unidad, forma y orden perfectos: en el Dios Trinitario cristiano.

Establece una analogía entre la Trinidad y la mente humana a la que

confiere unidad trinitaria. La posible diferencia en las tres personas no

está en éstas, sino en las relaciones que entre ellas se establecen. Padre e

Hijo se tienen mutuamente, pero no son.

La Teología Apofática también está en Procio y el Pseudo – Dionisio,

que posteriormente influirán en el incipiente filósofo medieval irlandés Juan

Escoto Erígena, del siglo IX.

Esta Teología Apofática será la base de la distinción cristiana entre lo

contingente, inmanente y trascendente para diferenciar Dios y la Creación

(cfr. Santo Tomás).

c) Agustín y su teología-filosofía respecto al Platonismo y al

Neoplatonismo

Para Agustín Dios crea el Mundo (Creatio ex nihilo) de la nada; por lo

tanto éste no surge por emanación ni de la eternidad (cfr. Platón y Plotino

y el Neoplatonismo).

Dios no crea las ideas ni el logos. Dios crea el Mundo Sensible, y

éste no es negación de ningún otro (supuestamente que existiera el Mundo

de las Ideas, que no existe en el Cristianismo). Por lo tanto el Mundo

Sensible, llamado Creación, tiene aspectos positivos, aunque se establece

un abismo entre Dios y la Creación, de la cual formamos parte nosotros,

seres creados a imagen y semejanza de Dios según el relato de Creación del

libro bíblico del Génesis. (Cfr. Gn 1 y Gn 2).

4. Cosmología

El cristianismo eleva a fe la idea de creación frente a la generación

o diseño del mundo propuestos por otros filósofos (cfr. Tema

Propedéutico, Platón y Aristóteles)

Por ello la creación del mundo surge de una decisión libre de Dios y

de la nada. Ha recibido todo el ser de Dios. Dios es Inmanente (es así y no

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puede ser de otra manera) a la creación porque se preocupa de su

conservación. Sin embargo, Dios es distinto y trasciende a las criaturas de

la creación, por eso se dice que es Trascendente. Desde la eternidad Dios

quiso crear el Mundo Sensible, sin embargo la existencia del mismo

comienza en el tiempo (cfr. Doctrina Católica). Agustín habla de razones

semifinales que pone como simientes en la materia para que ésta evolucione

libremente hacia seres vivientes y no vivientes.

Al igual que en Platón que pensaba que el mal era ausencia de bien,

para Agustín el mal físico es ausencia del ser de Dios o tiene carencia o

limitación del mismo. Por lo tanto no es mal en sí, sino en la medida que no

participa del Ser supremo divino. El mal físico deriva de la propia Creación

o Naturaleza.

El mal moral se opone a la voluntad de Dios. Dios lo permite por la

libertad conferida al ser humana. Esta libertad hace que el mundo y la

creación, además del ser humano sean más perfectos. Afirma que la oposición

de contrarios como prueba de la belleza de la creación (cfr. Jerarquía de las

ideas en Platón y demostración de existencia del alma).

De este modo Dios conoce y contiene en sí todas y cada una de las

ideas de todos los seres finitos, creados o posibles. Éstas están en el Logos

de Dios o Verbo Divino y son los modelos de todos los seres creados (cfr.

Platón y Demiurgo, participación, imitación y teleología). El ser creado más

excelente es el hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios para ocupar

el vértice del mundo sensible.

5. Psicología

Agustín no afirma la creación del alma por parte de Dios. Cree que

es inmortal, simple, racional… (cfr. Características de las ideas en Platón).

Cree que se entrega una parte de las almas por parte de los padres a los

hijos, es lo que se llama doctrina generacionista o traduccionista. Así

explica el surgimiento del pecado original en todos los seres humanos. El

alma es inmortal por el deseo de felicidad, además de la presencia en

ella de la verdad eterna e inmortal.

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Este será uno de los puntos débiles de su doctrina, pues condenará

al infierno a los niños no bautizados.

6. Ética Agustiniana

El factor principal que interviene en la consecución del bien es la

voluntad para posibilitar la elección o libre albedrío (libertad psicológica)

y la posibilidad de evitar el mal y practicar el bien sobrenatural (libertad

moral).

La libertad psicológica es inherente al ser humano. En la libertad

moral interviene la gracia divina, además de la voluntad humana. Cuando la

voluntad se aparta del bien, aun conociéndolo, y sigue el mal surge la maldad.

En la libertad moral se dice que todo ser humano ha de tender a la

felicidad, pero ésta no se alcanzará hasta la otra vida en lo que se llama

vida y visión beatífica que tendrán los bienaventurados en el Cielo. Se debe

seguir así la virtud para conseguir la felicidad. Ésta virtud consiste en

purificarse y armonizarse con las virtudes:

- Morales o cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.

- Teologales o divinas: fe, esperanza y caridad.

Así la gran esencia del hombre y de la moralidad es el amor o Charitas

que es la fuerza que hace que el hombre siga el bien. Esto se sintetiza en la

famosa aserción agustiniana: «Ama a Dios y haz lo que quieras».

7. Filosofía de la Historia en La Ciudad de Dios: la Política de San Agustín

Agustín es el primero en buscar una serie de principios y analizar la

historia según el método filosófico de conocimiento. La evolución

histórica del ser humano está imbuida de la Providencia Divina. El

hombre no puede cambiarla. Se desarrolla esta existencia en una guerra

entre dos ciudades: la del Bien o Celestial y la del Mal o Terrenal (cfr.

Cosmología platónica). La Ciudad del Bien es reúne a todos los creyentes en

Cristo y en Dios. Pueden existir o existirán. Es creada por un amor de Dios tan

grande que conlleva el desprecio de uno mismo para aumentar la gloria de

Dios. Esta ciudad camina hacia la perfección celestial, pero ahora se

encuentra en la Ciudad Terrenal y por eso se somete a algunas de sus

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leyes. Ambas tienen por fines la consecución de la paz y la concordia. La

Iglesia es su máxima expresión representativa comparada con la

Jerusalén celestial frente a la Ciudad Terrena que es fruto del egoísmo

humano que conlleva la gloria humana. También la terrena persigue la

concordia, interés común de toda la ciudadanía. Se compara con la ciudad

bíblica de Babilonia.

Todos los personajes de la Biblia tienen sus semejanzas en los de la

historia. Hay luchas y al final triunfará el bien frente al mal y la corrupción.

Hay momentos duros como la caída del Imperio Romano, pero no es el fin del

mundo. La organización de la historia en la vida particular está en la

familia cristiana. Defiende el origen divino de aquel que gobierna ya que

detenta el poder que procede de Dios, por eso confiere a la Iglesia la

autoridad de gobernar por encima de cualquier poder (cfr. Arcontes de

Platón). Es el primer intento de teorizar sobre la primacía de la Iglesia

sobre el Estado. Es el primer tratado de política cristiana que regirá parte

de la Edad Media con la unión del trono, la espada, la cruz y el altar.

Este tratado de La Ciudad de Dios, junto con la Política de

Aristóteles y la supeditación de la fe respecto a la razón y la Iglesia

respecto al poder civil serán las bases de la Política Eclesiástica

Cristiana Medieval, especialmente tratada por el máximo genio de la

Escolástica Santo Tomás de Aquino.

Esta unión entre fe y razón, trono y altar, poder civil e Iglesia,

será rechazada de plano por el máximo exponente del Nominalismo

Guillermo de Ockham, fiel a la separación de Iglesia y poder civil y

secularización de la fe en la Baja Edad Media.