inventario de cogniciones postraumáticas (articulo 3)

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    Inventario de Cogniciones Postraumticas

    Revista Latinoamericana de Psicologa Volumen 42 No1 pp. 97-110 2010 ISSN 0120-0534

    Recibido: Mayo de 2008Aceptado: Diciembre de 2009

    El sentido del mundo y elsignificado del yo: Inventario deCogniciones Postraumticas(ICPT) en poblacin hispanaWorld Schema and Self Schema: The PosttraumaticCognitions Inventory (PTCI) in Hispanic Population

    Amalio BlancoUniversidad Autnoma de Madrid, Espaa

    Daro DazUniversidad Autnoma de Madrid, Espaa

    Mauricio GaboritUniversidad Centroamericana Jos Simen Caas, El Salvador

    Mara del Carmen AmarisUniversidad del Norte, Colombia

    Agradecimientos: Esta investigacin ha sido auspiciada por los proyectos deinvestigacin A/8839/07 de la Agencia Espaola de Cooperacin Internacionaly SEJ2006-14894 del Ministerio de Educacin y Ciencia de Espaa.

    Correspondencia:Amalio Blanco Abarca, Facultad de Psicologa. UniversidadAutnoma de Madrid. 28039 Madrid. Correo electrnico: [email protected]

    Resumen

    El objetivo de este artculo es analizar, en poblacinhispana, las propiedades psicomtricas del Inventariode Cogniciones Postraumticas (ICPT), un instrumentodiseado por Edna B. Foa para la medicin de creencias ypensamientos relacionados con el trauma. El instrumentofue administrado a una muestra de 132 participantes deEspaa, a una muestra de 363 personas de El Salvador,y a una muestra de 47 vctimas directas de los atentadosterroristas del 11-M de Espaa. La estructura factorial

    del ICPT fue analizada mediante Anlisis Paralelo deHorn, anlisis factorial exploratorio y conrmatorio. Los

    resultados sealaron la existencia de tres factores queexplicaron un 51% de la varianza: Creencias Negativassobre el Yo (35%), Creencias Negativas sobre elMundo (10%) y Autoculpa (6%). Los anlisis factorialesconrmatorios respaldaron esta estructura tanto con

    la ausencia (CFI = 0,93) como con la presencia de unfactor general de segundo orden (CFI = 0,93). Las tres

    Abstract

    The main purpose of the present article was to analyzein Hispanic population the psychometric properties ofPosttraumatic Cognitions Inventory (PTCI), a measure oftrauma-related thoughts and beliefs developed by Edna B.Foa. The inventory was administered to 132 participantsof general population of Spain, 363 participants of ElSalvador, and 47 direct victims of 11-M terrorist attacksin Spain. The PTCI factorial structure was analyzedusing Parallel Analyses of Horn and exploratory and

    conrmatory factor analyses. Results showed three factorsthat explained 51% of variance: Negative Cognitions

    About Self (35%), Negative Cognitions About the World(10%), and Self-Blame (6%). CFA conrmed the three

    factors structure without a second order factor (CFI=0,93) and with this general factor (CFI = 0,93). Thethree dimensions showed good internal consistency

    with general Cronbach levels higher than 0,70. PTCI

    correlated with trauma severity (r= 0,61) and with other

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    dimensiones mostraron una buena consistencia internaen todas las muestras con valores generales del de

    Cronbach superiores a 0.90. El ICPT correlacion conla severidad del trauma (r=0.61) as como con otrosinstrumentos para medir cogniciones postraumticas.Finalmente el ICPT discrimin con precisin entre laspersonas que presentaron psicopatologa postraumticade aquellas otras que no lo hicieron.

    Palabras claves: trauma, cognicin social, estudio transcultural,

    ICPT, propiedades psicomtricas.

    measures of trauma-related cognitions. Finally, the PTCIdiscriminate with precision between traumatized and nottraumatized individuals.

    Keywords: trauma, social cognition, cross-cultural study, PTCI,

    psychometric properties.

    Introduccin

    Aunque los estudios epidemiolgicos ofrecen datos nosiempre coincidentes, la exposicin a hechos traumticosforma parte de nuestra vida. Segn Kessler, Sonnega,Bromet, y Nelson (1995), un 65% de hombres y un 51%de mujeres residentes en Estados Unidos informaronde, al menos, un episodio traumtico a lo largo de su

    vida. Los datos de Norris (1992), el epidemilogo dereferencia, y de Resnick, Kilpatrick, Dansky, Saunders yBest (1993) elevan esta cifra al 69%, y los de Breslau et al.(1998), tomados en el rea de Detroit, hasta el 90%. Porsu parte, Norris, Murphy, Baker, Perilla y Gutirrez (2003)

    sealan que, entre la poblacin mexicana, la exposicin altrauma alcanza a un 83% de los hombres y a un 71% delas mujeres. Cabe sospechar de cifras muy parecidas enotros pases de Amrica Latina.

    Las aproximaciones ms recientes desde las que laPsicologa ha abordado el estudio de las experienciastraumticas (Brewin & Holmes, 2003; Dalgleish,2004, y Cahill & Foa, 2007), han optado por asociar eltrauma preferentemente a la cognicin. La experienciatraumtica y su posible conversin en el sndrome clnico

    del Trastorno de Estrs Postraumtico (TEPT), se juegaprimordialmente en la comparacin y confrontacincognitiva entre el antes y el despus del hechotraumtico propiamente dicho. La experiencia deltrauma ofrece informacin altamente signicativa que

    choca frontalmente, a veces de manera brusca, con lascreencias sobre el yo y el modelo de mundo que tieneel sujeto (Brewin, Dalgleish & Joseph, 1996; Foa &Rothbaum, 1998; Foa, Ehlers, Clark, Tolin, & Orsillo,

    1999; Dalgleish, 2004). Uno de los aspectos centrales en

    la fenomenologa del TEPT, es el cambio generalizado,subsiguiente al trauma, en la percepcin que las vctimastienen de s mismas y del mundo, que no es sino unatransformacin de los signicados (Dalgleish, 2004, p. 229).Se trata de un cambio, sostiene Janoff-Bulman (1992, p.63), que supone una abrupta desintegracin del mundointerior, una violacin de las asunciones y supuestosbsicos relacionados con la supervivencia del sujetocomo miembro de un grupo social (Brewin, et. al., 1996).De hecho, las conceptualizaciones del mundo comoalgo razonablemente controlable y predecible, y del selfcomo razonablemente protegido quedan severamente

    daadas por el evento traumtico. El mundo se convierteen algo carente de sentido y signicado, incontrolable,

    un lugar impredecible en el que el selfes vulnerable a lamalevolencia azarosa. (Dalgleish, 2004, p. 229)

    Esta sacudida impetuosa en el mundo de lascreencias se ve inevitablemente acompaada dereacciones emocionales intensas. A las tres emocionestradicionalmente manejadas en el DSM-III y DSM-IV (temor, desesperanza y horror intensos), lasaproximaciones cognitivas aaden ira, culpa, tristeza,

    vergenza y aversin (Dalgleish, 2004, p. 230).

    El sentido del mundo y el significado del yo

    El trauma supone, pues, un ataque masivo yemocionalmente perturbador a las slidas estructuras designicado (creencias) que dan sentido a nuestra vida y

    cobijo a nuestras acciones. Esta es la hiptesis que presidela nueva psicologa del trauma de Janoff-Bulman

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    (1992) que, en ltimo trmino, remite a aquella voluntadde sentido que Viktor Frankl formulara en medio delinerno de Auschwitz: la primera fuerza motivante del

    hombre es la lucha por encontrarle sentido a su propiavida (Frankl, 2004, p. 121), una fuerza primaria en laexistencia de cualquier ser humano. A esta propuesta sesuman un buen nmero de autores interesados en el estudiode la experiencia traumtica. Algunos de ellos (McCann& Perlman, 1990; Epstein, 1991; Janoff-Bulman, 1992;Foa et. al., 1999) han realizado un encomiable esfuerzopor concretar las ideas, los signicados, las creencias que

    quedan afectadas a raz de la experiencia traumtica. Elms reciente, el propuesto por Foa et al.(1999), remite ala teora del procesamiento emocional (as la denominansus autores), y se dene en trminos muy sencillos: tras

    cualquier acontecimiento, las personas podemos revivir sin

    dicultad las experiencias emocionales que lo acompaan;ello supone recordar los pensamientos vinculados a dichoevento y reexperimentar las emociones asociadas a ellos(Foa & Rothbaum, 1998).

    Esto vale tanto para los eventos gozosos como paralos traumticos. En este ltimo caso, resulta de capitalimportancia, sobre todo a la hora de intervenir, identicar

    qu es lo que diferencia, en el campo del procesamientocognitivo y emocional, a aquellas personas que, tras unevento traumtico, han desarrollado un TEPT crnicode aquellas otras que han logrado superarlo sin costepsicolgico signicativo. Unas y otras, sostienen los

    autores, dieren en tres aspectos que resultan centrales

    a la hora de descubrir los mecanismos que impiden ofacilitan el procesamiento emocional tras un eventotraumtico y que, por tanto, allanan o entorpecen laposibilidad de un TEPT: a) primero, en la intensidad conque les afecta el hecho traumtico; b) despus, en susreacciones iniciales al acontecimiento, y c) nalmente, en

    la manera como el hecho traumtico queda grabado ensu memoria (Foa & Rothbaum, 1998).

    Partiendo de estos supuestos, la hiptesis centralde estos autores queda formulada en los siguientestrminos: cualquier evento traumtico activa, de manerapreferente, dos esquemas centrales, estrechamenteinterconectados entre s: a) la percepcin que el sujetotiene respecto a su competencia, fuerza, habilidad ycapacidad para afrontar los acontecimientos, y b) supercepcin respecto a la seguridad o peligrosidad delmundo y de la sociedad en la que vive. La creencia de que

    el mundo en el que vivimos es un escenario peligrosoe incontrolable que escapa a nuestra comprensin y alque nos vemos totalmente incapaces de hacerle frente,conforma la base para una estructura patolgica demiedo que ejercer una inuencia decisiva sobre la

    interpretacin que las personas hagan de la experienciatraumtica y de sus sntomas posteriores. A la postre,sostienen los autores, los trastornos de ansiedad reejan

    la presencia en la memoria de estructuras patolgicas demiedo que se activan cuando la informacin procedentedel ambiente corre pareja y se corresponde elmente

    con la informacin representada en la estructura demiedo. De hecho, la teora del procesamiento emocionalsostiene que la estructura de miedo que subyace al TEPTse caracteriza por la existencia de un amplio nmerode estmulos inocuos que se asocian errneamente

    con peligro, as como representaciones de activacinsiolgica y reacciones conductuales que producen

    sntomas del TEPT. (Cahill & Foa, 2007, p. 63).

    El desarrollo del TEPT crnico resulta de lo quesuceda en tres mbitos concretos. El primero de ellos,atae a los esquemas de la vctima sobre el mundo ysobre el selfprevios al acontecimiento traumtico. Existeuna alta probabilidad de que la experiencia traumticaevolucione hacia en un trastorno clnico cuando losesquemas previos respecto al self y respecto al mundo,son rgidos e inexibles y se sitan en el extremo ms

    positivo o ms negativo del continuo: el procesamientoemocional se diculta cuando el trauma corrobora o

    contradice bruscamente la creencia previa de que de que elyo es competente o incompetente, y el mundo es un lugarseguro o inseguro (Foa & Rothbaum, 1998). El segundopredictor del TEPT, tiene como marco el signicado y

    la evaluacin que el sujeto hace del evento traumtico(Ehlers & Clark, 2000). El TEPT crnico se facilitacuando el trauma es considerado como una experiencianegativa incontrolable y terrible cuyas secuelas creemosque se prolongarn de manera indenida arruinando

    irremediablemente la vida. El TEPT se juega, en buenamedida, en el cruce e interseccin de los esquemas previoscon la valoracin y el signicado personal (appraisal)

    que se le atribuya al evento traumtico. As, la presenciade conceptos rgidos sobre el self y sobre el mundo(positivos o negativos) hace a los individuos vulnerablesal desarrollo del TEPT, y a su vez, las personas conun TEPT persistente se caracterizan por una evaluacinexcesivamente negativa del evento, de sus secuelas o

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    Blanco, Daz, Gaborit & Amaris

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    de ambos (Foa et. al., 1999, p. 304). Dicho en otrostrminos: la persistencia del TEPT ocurre solo si lossujetos procesan el evento traumtico y/o sus secuelas demanera tal que le produzca un sentimiento de amenazasevera (Ehlers & Clark, 2000, p. 320). Es necesarioprestar atencin a todo aquello que la memoria de la

    vctima registra y almacena tras la experiencia traumtica(los post-trauma records en la denominacin de losautores). Cuando la vctima interpreta las reacciones delos otros como algo negativo y como prueba de que elmundo es un lugar inseguro, o atribuye sus dicultades

    emocionales iniciales a su incompetencia, el trauma seancar en la vida del sujeto cubrindola de sombras

    (Foa & Rothbaum, 1998).

    Estos tres factores se encuentran interconectados

    entre s, de suerte que: a) los esquemas pre-traumticosafectan a la representacin del evento traumtico en lamemoria a travs de los esquemas del yo y del los esquemasdel mundo; b) al mismo tiempo, y en la misma direccin,los registros de memoria del evento traumtico ejerceninuencia sobre las representaciones de los eventos

    postraumticos, y c) los pensamientos pretrauma afectana los pensamientos postrauma a travs de los esquemassobre el yo y sobre el mundo.

    Como resultado de estas propuestas tericas, es deespecial inters la medicin de las diferencias individualesen la evaluacin que las personas hacen del acontecimientotraumtico. La persistencia del TEPT ocurre de manerapreferente cuando los sujetos procesan el eventotraumtico, o sus secuelas, como una amenaza severa dela que ser prcticamente imposible recuperarse (Ehlers& Clark, 2000), e interpretan las reacciones de los otroscomo algo negativo y como prueba de que el mundo esun lugar inseguro (Foa & Rothbaum, 1998 ). Dada lapresencia sistemtica de acontecimientos traumticosen nuestros pases, y teniendo en cuenta la importanciaque revisten los esquemas que los sujetos poseen y

    los signicados y valoraciones que hacen del eventotraumtico, hemos desarrollado, con el consentimientode los autores originales del instrumento, una versindel Inventario de Cogniciones Postraumticas (ICPT;Posttraumatic Cognitions Inventory) propuesto por Foaet al. (1999) para su aplicacin a la poblacin hispanohablante. Este cuestionario, que cuenta con versionesen diferentes idiomas (e.g. chino: Yi-Jen & Chen,2008; alemn: van Emmerik, Schoorl, Emmelkamp &

    Kamphuis, 2006), ha mostrado, en diversos estudios,unas buenas propiedades psicomtricas (e.g. Beck et al.,2004; Foa & Rauch, 2004; Foa & Rothbaum, 1998; Bryant& Guthrie, 2005). El ICPT permite la medicin de lasevaluaciones y cogniciones de las vctimas de un traumacon el objetivo de desarrollar programas de intervencinms ecaces.

    Mtodo

    Participantes

    En este estudio participaron voluntariamente, y sin recibirgraticacin alguna, 542 personas. 132 participantes

    componen la muestra de Espaa (poblacin general)(25%); 363 son de El Salvador (67%), y 47 (8%) son

    vctimas directas de los atentados terroristas ocurridosen Madrid el 11 de marzo de 2004. Los participantes deEspaa (poblacin general), seleccionados de acuerdo conun muestreo aleatorio simple, fueron 16 hombres (12%)y 116 mujeres (88%) con edades comprendidas entre 18y 48 aos. La edad media fue de 20 aos (D.T.= 4). Losparticipantes de El Salvador, seleccionados de acuerdocon un muestreo aleatorio simple, fueron 128 hombres(35%) y 235 mujeres (65%) con edades comprendidasentre 18 y 73 aos. La edad media fue de 24 aos (D.T.= 10). Finalmente, los participantes que fueron vctimasde los ataques terroristas del 11-M, constituyeron unamuestra de conveniencia de las vctimas de laAsociacin11-M Afectados Terrorismoen funcin de su disponibilidadpara participar en el estudio. Un total de 17 hombres(36%) y 30 mujeres (64%) aceptaron participar, conedades comprendidas entre los 20 y los 78 aos, con unaedad media de 46 aos (D.T.= 13).

    Procedimiento

    Tanto en Espaa como en El Salvador, el estudio fuepresentado como una investigacin sobre la importancia

    de diversos rasgos de personalidad, creencias y actitudes ala hora de evaluar globalmente la salud. Los participantesfueron informados de que los datos del estudioeran condenciales y annimos y, de que en caso de

    aceptar participar, podran detenerlo si lo considerabanconveniente. La totalidad de las personas acept participaren el experimento, completando un consentimientoinformado. Todos los participantes fueron citados enun laboratorio de cabinas, y tras asignarles un nmero

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    personal de identicacin, recibieron un cuadernillo que

    contena, en este orden: el Inventario de CognicionesPostraumticas, las Escalas de Creencias sobre el Mundo,y la Escala de Trauma de Davidson. En el caso de las

    vctimas de los atentados terroristas del 11-M, se empleel mismo procedimiento, aunque los participantescompletaron el cuestionario dentro del protocolo deatencin a las vctimas de la Asociacin 11-M AfectadosTerrorismo, dos aos despus de los atentados. Todos losparticipantes completaron el cuadernillo sin lmite detiempo. El estudio se realiz en una sola sesin.

    Instrumentos

    Inventario de Cogniciones Postraumticas.Siguiendoel proceso recomendado por Muiz y Hambleton

    (1996), dos traductores bilinges vertieron al castellano,con el consentimiento de los autores del instrumento,la totalidad de los tems del Inventario de CognicionesPostraumticas (ICPT; Posttraumatic Cognitions Inventory-PTCI) desarrollado por Foa et al. (1999). Posteriormente,otro traductor bilinge retro-tradujo la versin encastellano de este instrumento y un investigador expertoen su utilizacin la compar con el inventario original.Las diferencias encontradas fueron resueltas mediantediscusin, llegando los traductores y el investigadora una versin nal consensuada. El ICPT cuenta con

    un total de 33 tems pertenecientes a tres dimensiones:Cogniciones Negativas sobre el Yo (CNY), CognicionesNegativas sobre el Mundo (CNM) y Auto-culpa (AC).Los participantes respondieron a cada uno de los temsutilizando un formato de respuesta con puntuacionescomprendidas entre 1 (totalmente en desacuerdo) y 7(totalmente de acuerdo).

    Escala de Creencias sobre el Mundo. Se utiliz,contando con la autorizacin del autor, la Escala deCreencias sobre el Mundo desarrollada por Janoff-Bulman (ECM; World Assumptions Scale -WAS; Janoff-

    Bulman, 1989, 1992). La ECM est compuesta por ochosubescalas: Benevolencia del Mundo, Auto-conanza,

    Benevolencia de la Gente, Justicia, Controlabilidad,Aleatoriedad, Auto-control, y Suerte. Las escalas presentanuna consistencia interna relativamente buena, con valoresdel Alfa de Cronbach comprendidos entre .67 y .78. Losanlisis factoriales conrmatorios ratican la estructura

    de ocho dimensiones propuesta, con una sola excepcin:las escalas de Benevolencia con el Mundo y Benevolencia

    con la Gente parecen constituir un nico factor (Janoff-Bulman, 1989). Los participantes respondieron a cadauno de los tems de las diferentes sub-escalas utilizandoun formato de respuesta con puntuaciones comprendidasentre 1 (totalmente en desacuerdo) y 6 (totalmente deacuerdo).

    Escala de Trauma de Davidson. Se emple,contando con el consentimiento del autor, la traduccinal castellano de la Escala de Trauma de Davidson (ETD;Davidson Trauma Scale; Davidson et al., 1997) efectuada porBobes Portilla, Bascarn, Siz, y Bousoo. (2002). Estaescala est compuesta por 17 tems que se correspondencon cada uno de los 17 sntomas propuestos por elDSM-IV para el diagnstico del TEPT. Los tems 1, 2,3, 4 y 17 corresponden al Criterio B (reexperimentacin

    del suceso traumtico); los tems 5 al 11 al Criterio C(evitacin de los estmulos asociados), y los tems 12 al 16corresponden al criterio D (hiperactivacin). Los sujetosrespondieron sobre la frecuencia y la intensidad de cada

    tem empleando una escala de 5 puntos (0-4). Adems dela puntuacin total, se calcularon tres subescalas, una paralos sntomas de cada criterio. La Escala de Trauma deDavidson ha mostrado, a lo largo de diferentes estudios,una excelente abilidad y validez, y se muestra sensible a

    los efectos de los tratamientos (Davidson et al., 1997).

    En funcin de la clasicacin propuesta por Montero

    y Len (2007), y considerando los objetivos propuestosen esta investigacin, se decidi emplear un estudioemprico cuantitativo, ms concretamente, un estudioinstrumental. Este tipo de estudios son los ms adecuadospara el desarrollo de pruebas y aparatos, incluyendotanto el diseo (o adaptacin) como el estudio de laspropiedades psicomtricas de los mismos (Montero &Len, 2005). Dentro del estudio previsto, y siguiendo larecomendacin de diversos autores (e.g. Daz, Blanco,Horcajo & Valle, 2007), en primer lugar, se estudiar ladimensionalidad de los datos obtenidos realizando un

    Anlisis Paralelo de Horn sobre cada una de las muestrasde este estudio. Posteriormente, se realizarn anlisisfactoriales exploratorios y conrmatorios para comprobar

    la validez factorial del instrumento. En una segunda fase,se analizar la abilidad de cada una de las escalas del ICPT

    en las diferentes muestras. A continuacin, se examinarla validez convergente del instrumento. Finalmente, seanalizar la validez discriminante del ICPT estudiandola capacidad del instrumento para discriminar entre

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    Blanco, Daz, Gaborit & Amaris

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    personas que presentan psicopatologa postraumtica deaquellas otras que no la presentan.

    Resultados

    Los estadsticos descriptivos de las diferentes escalas delInventario de Cogniciones Postraumticas se presentanen la Tabla 1. Como comentario general, se seala que,

    como era de esperar, las personas cuya existencia haestado atravesada de un acontecimiento traumtico (el11-M) muestran de manera signicativa cogniciones

    sobre el yo y sobre el mundo ms negativas que la muestrageneral espaola y salvadorea (todas las pruebaspost hocde diferencias de medias fueron signicativas p< .01, aexcepcin de la autoculpa en la muestra de vctimas del11-M y de poblacin general de El Salvador,p >. 05).

    Tabla 1

    Estadsticos descriptivos de las escalas del ICPT

    Muestra Total Espa a poblacin

    general

    El Salvador

    poblacin general

    Espaa vctimas

    del 11-Marzo

    Escalas Media DT Mn. M x. Media DT M n. Mx. Media DT M n. Mx. Media DT M n. Mx.

    Puntuacin Total 2.90 1.01 1 6.87 2.68 .96 1 6.87 3.10 .87 1.26 5.61 4.04 .86 1.77 5.68

    Esc. Cogn. Neg. sobre el Yo 2.29 1.10 1 6.76 1.97 .88 1 6.76 2.52 .91 1.00 4.95 4.04 1.29 1.43 6.24

    Esc. Cogn. Neg. sobre el Mundo 3.57 1.37 1 7 3.34 1.38 1 7 3.71 1.18 1.14 7.00 4.87 .99 2.00 6.57

    Escala de Autoculpa 2.84 1.23 1 7 2.71 1.23 1 7 3.05 1.21 1.00 6.20 3.22 1.09 1.80 6.20

    Validez factorial. En primer lugar, se estudi ladimensionalidad de los datos obtenidos realizando un

    Anlisis Paralelo de Horn sobre cada una de las muestrasque participaron en este estudio. En el primer paso delanlisis, se generaron 50 conjuntos de datos aleatorios delas mismas dimensiones de cada una de las muestras. Esdecir, se generaron 50 conjuntos de datos con el mismonmero de observaciones (n = 132) y variables (36)que la muestra de participantes espaoles, otros 50 con361 observaciones y 36 variables correspondientes a lamuestra de El Salvador, y 50 ms con 47 observacionesy 36 variables para la muestra de vctimas del 11-M. Paraasegurar, adems, la consistencia y la distribucin de las

    variables aleatorias acorde con los mismos parmetrosque los datos reales, se j el valor mximo que poda

    adoptar cada variable aleatoria (que coincida, lgicamente,con el mximo valor de la variable real), as como elpunto medio de la escala que se haba empleado para

    su medicin. Para generar estos conjuntos de datos, seemple una adaptacin de la sintaxis de SPSS propuestapor Thompson y Daniel (1992) que fue ejecutada con elprograma SPSS 12.0.

    En el segundo paso, cada uno de los conjuntos dedatos generados aleatoriamente se someti a un anlisisde componentes principales para extraer los autovalores.En el tercer paso, se calcul la media de cada uno de los

    autovalores en los 50 conjuntos de datos generados paracada una de las tres simulaciones. Sin embargo, y dadoque, como sealan algunos autores, emplear la media delos autovalores es anlogo a establecer el error Tipo I ()

    en .50 (e.g. Glorfeld, 1995), y eso equivale a una ciertatendencia a la sobre-extraccin, se calcul tambin elpercentil 95, una estrategia ms conservadora similar aestablecer un = .05, y que ha sido recomendada por

    autores como Glorfeld (1995) o Harshman y Reddon(1983). Finalmente, se realiz un anlisis de componentesprincipales de cada una de las muestras de datos realesde nuestro estudio para extraer los autovalores, y secompararon con los generados aleatoriamente. Entodas las muestras nicamente los tres primeros factorespresentaron en los datos reales autovalores mayores queen los datos generados aleatoriamente, por lo que fueronretenidos. Adems, los resultados fueron los mismosempleando cualquiera de los criterios de seleccin: media

    o percentil 95.

    Siguiendo el criterio jado por el Parallel Anlisispara el nmero de factores a extraer, se realiz un anlisisfactorial exploratorio con el mtodo de anlisis decomponentes principales. En funcin de los resultadosobtenidos en estudios previos, que parecen indicar laexistencia de factores moderadamente correlacionados(Foa et al., 1999), se emple un mtodo de rotacin

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    oblicua: oblimin directo. En la muestra de participantesde Espaa, se obtuvo un primer factor que explic un32.62% de la varianza; el segundo dio cuenta del 11.50%, mientras que el tercero lo hizo de un 6.75% de la

    varianza. En la muestra de participantes de El Salvador,el primer factor explic un 35.19% de la varianza, elsegundo el 9.30 %, y el tercero un 5.32%. Finalmente,en la muestra de vctimas del 11-M los tres factoresexplicaron respectivamente el 30.59%, el 9.50% y el7.66% de la varianza.

    Como se observa en la Tabla 2, la estructura factorial delICPT present, en general, una buena estabilidad a lo largode las diferentes muestras. Todos los tems, a excepcin del14, 17, 22, 24 y 28, presentaron, en todas las muestras, altassaturaciones nicamente en el factor que les corresponda.

    Para analizar con mayor detalle la estructura factorialdel ICPT, se realiz un anlisis factorial conrmatorio

    sobre la muestra global de participantes (mtodode estimacin: mxima verosimilitud) empleando elprograma AMOS 5.0. Se plantearon tres modelostericos diferentes.

    El modelo 1, deende la existencia de tres dimensiones

    diferentes, aunque relacionadas, que coinciden con laestructura terica propuesta por el ICPT: CognicionesNegativas sobre el Yo (CNY), Cogniciones Negativas

    sobre el Mundo (CNM), y Auto-culpa (AC). El modelo2, muy similar al anterior, postula la misma estructurade tres dimensiones (CNY, CNM y AC), pero norelacionadas. Propone, por tanto, la existencia de tresfactores ortogonales. Finalmente, el modelo 3 sustentala existencia de tres dimensiones diferentes (CNY, CNMy AC) y un factor de segundo orden denominado ICPTque justicara la existencia de una puntuacin general en

    el inventario.

    Como muestra la Tabla 4, la bondad de ajuste de losmodelos tericos, se midi empleando ndices absolutos yrelativos, como recomiendan autores como Hu y Bentler(1999). Se utilizaron, concretamente, los siguientesindicadores: Chi cuadrado (2), Akaike Information

    Criterio (AIC), Comparative Fit Index (CFI), StandardicedRoot-Mean-Square Residual (SRMR) y RMSEA. Cuantomenores son los valores del 2 y RMSEA, y mayores

    los del CFI y NNFI, mejor es el ajuste del modelo a losdatos.

    ICPT 28 .72/.73/ < < / < / .49

    ICPT 29 .52/.54/.72 .64/ .59/