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Infografía: Citas bibliográficas para torpes 17 febrero, 2015 por Pedro Margolles 14 comentarios
En ciencia ninguna idea surge de la nada. Toda idea se basa en mayor o
menor medida en lo que otros autores hicieron en el pasado. Por esta
razón, es importante reconocer su labor, sin ellos probablemente nuestra
investigación nunca se hubiera podido llevar a cabo. Para hacer alusión a
sus trabajos hacemos uso de las citas bibliográficas, un aspecto que
todavía a día de hoy, a muchos estudiantes y profesionales les cuesta
entender. En este artículo e infografía te explicaré todo lo que tienes
que saber sobre citas bibliográficas para que a partir de ahora no te
quepa la menor duda sobre cómo, cuándo y por qué citar, y puedas
centrarte en lo que realmente importa, en crear estudios que dejen
huella.
¿Por qué referenciar?
Personalmente y siendote sincero, considero que el ámbito de las citas
bibliográficas es una de las partes menos atractivas y motivante de la
investigación científica. Mucho formalismo, normativas, detallismo… Es un
campo complejo y quizás por ello, muchas veces no le prestamos la
atención que debiera. Sin embargo, no por estos motivos deja de tener
importancia. Existen muchas razones por las que deberíamos aprender a
citar adecuadamente. Algunas de ellas son las que te indico a continuación:
• Para evidenciar las fortalezas y debilidades de tus argumentos: En
primer lugar, las citas bibliográficas tienen su importancia a la hora de
argumentar correctamente. Cuando realizas un trabajo de
investigación tienes que procurar que todas tus opiniones,
aseveraciones y puntos de vista, tanto a favor como en contra de
otros autores, estén respaldadas por datos procedentes de fuentes
válidas y que, en la medida de lo posible, hayan utilizado el método
científico. De esta manera, cuando en un futuro un investigador lea tu
estudio podrá saber y replicar la secuencia de pensamiento que has
utilizado y averiguar si la conclusiones a las que has llegado a partir de
una determinada información, son correctas.
• Para demostrar que conoces el campo y que te has tomado en
serio la investigación: La segunda razón por la que deberíamos
incluir citas bibliográficas en nuestros trabajos, es para demostrar que
nos hemos informado, que hemos revisado los estudios más
relevantes sobre la cuestión y que en definitiva, sabemos de lo que
hablamos. Cuando presentas tu trabajo ante un tribunal, un profesor o
bien una editorial científica para su publicación, todos estas variables
son evaluadas y podrían determinar totalmente que tu investigación
sea aceptada o rechazada.Si no conoces bien tu campo de estudio
puedes incurrir en errores metodológicos que de otra manera se
hubieran podido evitar.
• Para reconocer el trabajo de otras personas que han hecho
posible tu estudio: Tal como se comentó en la introducción y como ya
decía Newton en el siglo XVII “Si he logrado ver más lejos, ha sido
porque he subido a hombros de gigantes“. Todas tus ideas se
apoyan en otras y por ello, parte del mérito de tus descubrimientos
pertenece también a otros autores. Realizar citas bibliográficas hacia
sus trabajos es lo mínimo que se puede hacer para reconocer sus
contribuciones.
• Para ayudar a otros investigadores a encontrar más información
sobre la materia: Cuando comenzamos a realizar una revisión
bibliográfica para dar respuesta a una pregunta, muchas veces nos
encontramos con que no hallamos información útil de forma directa. A
veces, tenemos que rebuscar entre las referencias de unos pocos
documentos para encontrar información que podamos utilizar. Realizar
citas bibliográficas a trabajos relevantes que hayamos utilizado, puede
ser una buena forma de ayudar a futuros investigadores
a encontrar más fácilmente información sobre la que comenzar
sus investigaciones.
• Para evitar el plagio y malas prácticas académicas: No citar es
igual a plagio. Y un plagio es, en muchas ocasiones, igual a
delito. Realizar citas bibliográficas hacia los trabajos que has
empleado te evitará muchos problemas tanto en el ámbito
académico como con la justicia.
Aclarando conceptos sobre citas bibliográficas
Existen tres conceptos sobre la citación bibliográfica que muchas personas
utilizan indistintamente, sin embargo, presentan diferencias que pueden
hacer que incurramos en errores a la hora de tratar en profundidad este
tema. Antes de explicarte paso a paso cómo y cuándo debes realizar una
cita bibliográfica, considero necesario que los tengas claros:
Citas bibliográficas: Es una transcripción de una idea procedente de otro
trabajo. Las citas bibliográficas se incluyen en el interior de un texto y se
indican dependiendo del estilo bibliográfico elegido, o bien con un número
de referencia hacia la fuente original que puede ser consultada al final del
documento (ej. estilo Vancouver), o con el apellido del autor y el año de
publicación del material al que se hace referencia (ej. estilo APA).
Referencias: Es el listado de datos que permite identificar y
encontrar todas las fuentes a las que se cita en el interior del texto. Se
suelen hallar en las últimas secciones de un documento científico. El estilo
bibliográfico elegido determinará si se deben incluir estas y/o la bibliografía.
Bibliografía: Es el listado de datos que permite identificar y encontrar todas
las fuentes que se han consultado (ya estén citadas en el texto o no) para
realizar la investigación. Al igual que las referencias, se suele encontrar en
las últimas secciones de un documento de carácter científico.
Para identificar la diferencia entre cita y referencia bibliográfica puede serte
útil este ejemplo ajustado al estilo Vancouver y obtenido de la página del
instituto de tecnología de Melbourne:
¿Cuándo y cómo realizar citas bibliográficas?
Averiguar cuándo y cómo realizar correctamente citas bibliográficas es
muchas veces fruto de la experiencia. En ocasiones, también es una
práctica muy subjetiva. No todos los autores consideran que se debe citar
ante una misma situación. A pesar de esto, es un tema con el que hay que
andarse con mucho tiento como ya hemos visto en anteriores
artículos, pues puedes estar cometiendo plagio aún sin saberlo.
Para los que están comenzando a realizar sus primeros trabajos de
investigación y no tienen todavía las habilidades necesarias para evaluar
correctamente situaciones de este tipo, tener que realizar citas bibliográficas
puede ser algo tan agobiante que acabe con su curiosidad y motivación por
investigar.
Hace tiempo, buscando información con la que dar una solución general a
este problema, encontré una fantástica infografía en forma de diagrama de
flujo realizada por Aurélie en su blog How to Do a Literature Review (que
recomiendo a todos visitar).
Esta infografía era perfecta para mis intereses, sus únicos inconvenientes
eran que no estaba traducida al castellano y no daba solución a una de las
grandes dudas de los que recién comienzan en la investigación, las citas
secundarias o indirectas.
Por esta razón y gracias al feedback de Juana Mª González, Ana León y
Mercedes Peñalba autoras del libro “Cómo escribir un Trabajo de Fin de
Grado” (Un imprescindible para estudiantes), Azucena Santillán del
blog Enfermería Basada en la Evidencia (Esencial para sanitarios) y Amaia
Lasa, profesora de la UNED a las que desde aquí les envío nuevamente mis
agradecimientos; decidí crear una versión mejorada de esta infografía en
castellano que puedes visualizar a continuación.
Te recomiendo que no te vayas del blog nada más verla porque
posteriormente, encontrarás una explicación paso a paso del diagrama de
flujo empleado que conseguirá aclarar definitivamente todas las dudas que
te pudieran quedar.
Inserta esta infografía en tu página (copia este código):
Inserta esta infografía en tu página (copia este código):
Cuando tienes dudas acerca de si realizar o no una cita bibliográfica hacia
cierta información, lo primero que te debes preguntar es si ese
conocimiento es relevante y puede contribuir de forma útil al
desarrollo y comprensión de tu investigación. Si esto no es así, no
tendría ningún sentido citarla pues lo único que conseguirías sería generar
ruido sobre la información realmente importante y sobre la percepción
externa de calidad de tu investigación. No todas las veces es bueno irse por
las ramas.
La segunda pregunta que te debes hacer una vez has averiguado que la
información es relevante para tu estudio, es si es o no una idea original
tuya. Dicho en otras palabras, ¿Podrías atribuirte todo el mérito de esta
idea o interpretación? (obviamente deberías citar también la información
en la que te basas).
En el caso de que tu respuesta sea afirmativa, deberás asegurarte de que
no la hayas visto antes reflejada en otro lugar. Desde el mundo psicológico
de las personas y dada la velocidad de nuestro aparato mental, muchas
veces es difícil determinar si una inferencia (una deducción o inducción)
realizada en base a una información la hemos hecho nosotros, o por el
contrario la hemos obtenido de otro lugar y simplemente no nos acordamos
de ello. Es importante que revises tus fuentes pues sin ser consciente
de ello, podrías estar realizando una conducta académicamente
incorrecta.
Si una vez comprobado tu material tienes totalmente claro que esa idea te
pertenece, debes saber que no la tienes que citar con excepción de si ya la
has publicado en otro trabajo, en cuyo caso deberás citarlo como harías con
el trabajo de cualquier otro autor. De no hacerlo incurrirías en elautoplagio.
Si la información que pretendes citar no es originalmente tuya, la siguiente
pregunta a hacerse es:¿Se podría considerar conocimiento general
dentro de mi campo de estudio? Obviamente toda idea tiene un creador;
sin embargo, muchas veces este conocimiento está tan instaurado y
generalizado dentro de un campo que cualquier profesional sabría decirte
sin lugar a dudas de quién procede. Al contrario, también puede ocurrir que
no se sepa la procedencia de cierta información por estar muy popularizada.
En este último caso, deberías de tratar de encontrar la fuente original, pero
si te es imposible podrías citar y enunciar algo como “En palabras de el
autor X se podría considerar…” entendiéndose autor X como la fuente
secundaria de donde has recogido la información.
Si la respuesta a esta pregunta es afirmativa queda en tu mano la decisión
de citarla o no, aunque no sería estrictamente necesario. Ahora bien, si no
tienes clara la respuesta, lo mejor que puedes hacer es citarla para evitar
problemas y adicionalmente preguntarle a un compañero, colega o superior
si en base a su experiencia esta información podría considerarse
conocimiento general dentro de tu campo de estudio. De esta manera, para
otra vez ya conocerás la respuesta y podrás crear documentos más
sintéticos. En el caso de que la respuesta a esta pregunta sea negativa,
entonces la idea que pretendes citar no es lo suficientemente conocida y su
autoría es fácilmente reconocible.
A partir de aquí existen dos posibilidades: la primera es que hayas
encontrado la información en un documento y sea una contribución original
de su autor; la segunda, que la hayas encontrado en un documento pero el
autor la haya obtenido a su vez de otro trabajo, en cuyo caso aparecerá una
cita junto a la información (Como suele ocurrir en las introducciones y
estados del arte).
En el caso de que no aparezca citado ningún autor y la información a citar
sea una contribución original del creador del texto que estás consultando, te
irás directamente a la última pregunta“¿Usarás sus palabras exactas?”.
Por contra, si en referencia a una idea, el autor de un trabajo cita a otro
entrarás en una nueva dicotomía: “¿Hace el autor que cita alguna
contribución original y relevante en base a la información de la fuente
primaria?”.
Lo que pretende conseguir esta última cuestión es averiguar si el autor que
está haciendo referencia a otro trabajo, le ha dado una vuelta de tuerca y
hecho una interpretación única en base a la información que referencia
o por el contrario, simplemente se limita a exponer la información
reflejada en otro trabajo por el mero hecho de informar y apoyar con
datos sus argumentos.
En el primer caso, es decir, si el autor del que obtenemos el conocimiento
realiza una interpretación única de la información obtenida a través de
una fuente primaria y nos es útil para nuestra investigación, deberemos
hacerle referencia. Asimismo, si consideramos que referenciar a la
fuente original puede ser relevante para ayudar a nuestros lectores,
deberíamos hacerlo. Como científicos hay que lidiar siempre entre ser
sintético y exhaustivo, por lo que este aspecto queda muchas veces sujeto a
la subjetividad personal. ¿Si un autor hace una simple interpretación del
“Origen de las especies” tendría sentido citar todavía a Darwin? Pues
depende de las condiciones y del valor que constituya esta referencia
para tu trabajo. De otra forma, la fuente secundaria de la que obtienes
información también puede estar malinterpretando los datos de la fuente
primaria por lo que en ocasiones puede ser interesante acudir a la fuente
original para contrastar y asegurar la validez de nuestros argumentos. De la
misma forma, esta decisión también depende de la interpretación del autor y
de su experiencia para detectar limitaciones en este sentido.
Desgraciadamente, no hay recetas únicas en este paso.
Si la respuesta a la pregunta “¿Hace el autor que cita alguna
contribución original y relevante en base a la información de la fuente
primaria?” es negativa, esto quiere decir que simplemente se ha limitado a
utilizar información de otros autores para apoyar sus argumentos sin
interpretarlos. En el caso de que la información que te interesase citar fuese
de este tipo, deberías acudir siempre a la fuente original comprobar que sea
válida y citar a esta y no la fuente secundaria en el caso de que te interese
(de la misma manera que no citas a Google cada vez que haces una
búsqueda bibliográfica).
Al contrario de lo que muchos profesionales y estudiantes piensan y hacen,
no se puede utilizar simplemente la información de la fuente secundaria e
incluirla en tu trabajo. ¿Por qué razón?La principal razón es que esta
información puede no ser correcta.
Si incluyes información que es incorrecta o inválida en tu trabajo lo que
conseguirás, en primer lugar, es dañar las investigaciones de futuros
investigadores y en segundo lugar, rebajar completamente la calidad de tu
investigación. Recuerda que tú eres el único responsable de lo que
contengan tus documentos por lo que es esencial contrastar la
información que en ellos reflejas. Si cuando eras pequeño alguna vez
jugaste al teléfono descompuesto o escacharrado, probablemente entiendas
este mecanismo, conforme se repite una realidad esta se vuelve
indistinguible de lo que alguna vez fue en su origen. Solo hay una excepción
a esta cuestión que ocurre cuando no es posible acceder por alguna razón y
tras poner todo tu empeño en ello a la fuente original. En este caso,
deberías realizar una cita secundaria o indirecta de la forma en que
te indique el estilo bibliográfico adoptado.
Finalmente y como última pregunta del diagrama de flujo, deberás decidir si
te interesa citar textualmente o parafrasear a los creadores de la idea. En
ambos casos, deberás hacer referencia a sus trabajos y ajustar las citas
bibliográficas, referencias y bibliografía al estilo elegido o exigido (APA,
Vancouver, MLA, Chicago…).
Las tres grandes reglas de las citas bibliográficas
Como habrás podido comprobar, realizar correctamente citas bibliográficas
es todo un arte. De hecho, cuando empiezas a trabajar en este
campo puedes volverte loco con tantas variables. Por ello y como síntesis
de este artículo, te propongo tres reglas básicas que deberás tener siempre
en cuenta a la hora de realizar citas bibliográficas y que, de seguirlas,
te evitarán muchos problemas en el futuro.
• Solo se cita lo que se lee: Nunca incluyas información en tu
trabajo que no hayas podido revisar íntegramente. No utilices
información procedente de fuentes secundarias a menos que realicen
una contribución única en base a la información de la fuente primaria.
Acude siempre a la fuente original y comprueba que la información sea
válida pues podrías transmitir inconscientemente errores que
perjudiquen a otros científicos y a tu investigación.
• Prioridad a las fuentes académicas: Siempre que puedas da
prioridad a las fuentes de origen académico. La información
procedente de estas está contrastada y generalmente es evaluada por
un grupo de expertos antes de su publicación.
• Ante la duda cita: Más vale ser pecador por exceso que pecador
por defecto. Cita cualquier documento que utilices sea cual sea su
origen (Vídeos, audios, guías clínicas, conversaciones..). Si no citas
estarás cometiendo un plagio, si citas de forma inadecuada lo peor que
te puede pasar es que cometas una conducta académicamente
incorrecta no tan grave como la primera. Por esta razón, ante la duda
cita.
¿Hablamos?
En este artículo, hemos visto las principales razones por las que
deberíamos citar nuestras fuentes, el diagrama de flujo para realizar
correctamente citas bibliográficas y las reglas básicas del referenciado
bibliográfico. Es un campo complejo con una elevada curva de aprendizaje.
Si estás empezando, tan solo decirte que existe vida más allá de las citas
bibliográficas y que la investigación es mucho más que eso. No te
desanimes, la práctica hace al maestro pero recuerda siempre que como
dijo Newton “Si hemos podido ver más allá, ha sido porque hemos
subido a hombros de gigantes”.
Espero que esta infografía te sirva para aclarar las principales dudas
presentes a la hora de realizar citas bibliográficas. No temas en dejar tu
comentario y preguntar cualquier cuestión. Trataré de solucionarla en la
medida de mis posibilidades. Mientras tanto, seré yo el que te haga algunas
preguntas: ¿Qué dudas sueles tener a la hora de citar? ¿En qué
aspectos de la citación bibliográfica te ves más limitado? ¿Cuáles son
tus principales temores?
Referencias
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