importancia de viajar en la arquitectura
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LA IMPORTANCIA DE VIAJAR EN LA ARQUITECTURA
No hay arquitecto que no considere al viaje como la experiencia de aprendizaje
más potente. Sin embargo viajar significa un lujo que no todos pueden darse y
menos los estudiantes, quienes en su mayoría no reciben ingresos.
Un viaje no se puede encontrar en internet, ni en algún libro, no sirve que te lo
cuenten. Es como la buena comida, nada reemplaza el saborearla. A lo más se
puede conocer superficialmente los planos, algunas fotos de interiores o algunos
apuntes. A esto muchas páginas de Internet tratan de transmitir lo intransmisible y
de paso causar envidiar, aunque en estos relatos más se conoce del degustador
que del plato.
Al estudiar un libro o mirar alguna revista de Arquitectura, siempre nos quedamos
con ganas de ver más, de sentir más, no solo el contexto, clima, también olores.
Esto es lo que nos mueve a viajar, de buscar similitudes. Conocer lo que no
vemos, observar el movimiento de las personas, registrar sonidos que envuelven a
estas obras de Arquitectura, cosa que no nos muestran los libros ya que solo son
esas pequeñas ventanas.
El viaje de estudios o el Gran Tour, o como se le quiera llamar, el viajar es un
sistema de aprendizaje en el cual se intenta perderse en los orígenes de la
arquitectura: desde los antiguos constructores libres de la edad media, únicos que
podían libremente viajar entre feudos hasta Sir Norman Foster que viaja en su jet
privado, los arquitectos peregrinamos hacia los centros históricos de la cultura,
para convencernos de algo que la academia, los libros o las fotos no entregan.
Estos sirven para conocer otras realidades, que Arquitectura se está haciendo en
otros países, que experiencias han resultado buenas y malas, para elaborar un
conocimiento sólido para poder aplicar sin copia, una Arquitectura acorde a
nuestro contexto.
La manera de entender los viajes se inició desde la arquitectura. El arquitecto
siempre está en búsqueda de imágenes que lo sorprendan y, ante las nuevas
visiones, trata de entender las formas, las estructuras y los sistemas que los
originan. Muchas veces las cámaras de fotografía nos hacen creer que miramos y
anotamos, cuando más bien nos marginan de una observación más profunda. La
misma idea de viajar ha perdido su reto de aventura espiritual. Pero hay quizás
algo más grave. Una pérdida de fe en la posibilidad del descubrimiento, y peor
aún, en la posibilidad de que éste nos resulte transformador.
Bramante y Palladio viajan a Roma en los siglos XV y XVI, respectivamente. Los
británicos del siglo XIX, como John Soane, John Ruskin o Charles Rennie
Mackintosh, no concebían concluida su formación sin el “Grand Tour”. Por
mencionar algunos viajes que terminaron revolucionando la arquitectura
contemporánea cabe recordar que Le Corbusier en 1911, aun Charles-Edouard
Janneret, realiza su importante viaje a oriente. Eric Gunnar Asplund en 1913 lo
hace por Italia y el norte de Africa, Alvar Aalto en 1921 viaja por Europa justo
después de graduarse y antes de abrir su estudio profesional, Walter Gropius lo
hace en 1928, luego de renunciar a su cargo de Director de la Bauhaus de
Dessau, Adolf Loos viaja a observar la nueva arquitectura en Estados Unidos,
Frank Lloyd Wright lo hace al Japón, etc… Le Corbusier insistía en usar el lápiz.
“Uno usa sus ojos y dibuja, para así fijar en una experiencia profunda y propia lo
que ve. Una vez que la impresión ha sido grabada por el lápiz, permanece para
siempre registrada e inscrita”. Para Le Corbusier dibujar significa primero mirar,
luego observar y al final, con suerte, descubrir. “Todo nuestro ser entra en acción,
y es esta acción la que cuenta. Otros permanecieron indiferentes, pero ¡Tú viste!”.
Es importante señalar que el destino y sentido de los viajes han ido cambiando,
pues hay que destacar antes los centros de la cultura fueron por siglos Roma y
Grecia, ahora se han fragmentado en múltiples direcciones, territorialmente y
temáticamente. Y porque antes de viajar a algún lugar foráneo primero nos
conocemos nuestras raíces, conocer nuestra ciudad nuestro pueblo, e incluso
nuestro propio país.
Así, la importancia del viaje para un arquitecto y de paso también para un
diseñador, un artista, un antropólogo o todo aquel profesional que intente conocer
al ser humano, en donde situamos el punto de observación en varios asuntos
obvios pero olvidados: Como por ejemplo la arquitectura que debe ser valorada
por todo aquel que la habita, es decir, no sólo hay que escuchar a los expertos,
sino toda persona que recorre y cohabita en una obra tiene el legítimo derecho a
valorar; En consecuencia la arquitectura es un hecho, que su observación o su
interpretación es subjetiva, aunque no arbitraria, es decir, depende del observador,
su grado de conocimiento, emociones y de la manera cultural como este la valora.
Esto hace que la interpretación sea sutil para cada persona y como tal es de
diversas voces: nadie tiene la razón y a la vez todos la tienen; Por consiguiente es
algo obvio pero que hay que decir, que la arquitectura es con un contexto: su
lugar, su gente, su atmósfera, su circunstancia y su entorno.
El viaje permite al arquitecto entrar en el juego de la valoración, donde incluso los
malos resultados en arquitectura pueden ser buenas experiencias. Esto es,
experimentar la libertad de la obra, que es entregada por el arquitecto, el
propietario, el que sea a un contexto que la va a conocer y reconocer según
parámetros que no siempre son pensados en el diseño arquitectónico.
De las muchas etapas del trabajo del arquitecto, el viaje de estudio, el trabajo de
campo o el simple hecho de recorrer la ciudad representa una de las fases más
importantes en su formación, ya que lo vincula con sus semejantes y sus obras
permitiéndole así observar la exposición que tiene toda obra al juicio futuro.
Concepción, proyección y construcción son las más conocidas, y aunque luego de
la inauguración acaba (o debería acabar) el trabajo del arquitecto, es justamente
entonces cuando comienza a aparecer el valor de la obra arquitectónica porque no
sólo en el autor y en sus aspectos constructivos – estructurales – expresivos esta
esa calidad de buena arquitectura, sino en el valor que se le asigna seguidamente,
al impacto del dialogo con un conjunto de otras obras de diferentes estilos,
épocas, materiales, con diferente rol urbano, y cuya apreciación cambia según la
sociedad.
Siguiendo la vestigios que dejo el arte contemporáneo, el viajar permite mostrar
que la arquitectura está allí donde cada uno pueda verlo: no solo en las ruinas o
en las grandes obras, sino también en la periferia o en la que no intervino la mano
del hombre y está en los habitantes y su cultura; en los ruidos y los olores, en las
luces y los brillos, está en el idioma y la música, está en el clima y en el paisaje,
también en los problemas resueltos o no y por qué no también en los errores de
los arquitectos. Los viajes permiten demostrar que la arquitectura se mide en su
contexto, recorriéndola, cohabitándola, luego de ser entregada la obra a la dura e
implacable posteridad y el contexto, a su vez, se conoce solo por la experiencia
directa y desprejuiciada.
En la época actual, donde la movilidad y la comunicación han adquirido una
dimensión mayor y conviniendo en que la comida y la arquitectura son dos
placeres lo único que se puede enseñar de un viaje es que hay que hacerlo. El
contexto no se encuentra en Internet, ni en libros, ni en revistas; tenemos que
aprender a ver las obras y las ciudades también con la mirada del usuario. El
llamado entonces es a viajar para profundizar una visión propia y desconfiar de la
crítica. Todos tenemos derecho a observar y a aprender del contexto, es al fin y al
cabo, nuestra experiencia y por la cual estudiamos arquitectura.
Pienso que un buen arquitecto es aquel que sabe reconocer sus antecedentes sin
resentimiento y sin rubor. Porque para bien o para mal el arquitecto proyecta sobre
la arquitectura en el cual que ha vivido y se a alimentado. Es decir, sobre sus
recuerdos y sus vivencias. Y no hay mejor modo para esto que viajar.
Gracias a esos viajes Asplund, Le Corbusier, Soane, Kahn, Lewerentz y tantos
otros se han reconciliado con sus ancestros y han hecho aflorar su propia mirada.
“El viaje es el encuentro de algo que andamos buscando, sin saber qué es con
exactitud. Es la búsqueda de un lenguaje con el que ser capaz de dibujar las
sombras de nuestras ideas. Moviéndose en el espacio y en el tiempo, el viaje no
es sino la historia que nos plagia; es la dilatación de nuestra pupila la que ilumina
el espacio y allí encontramos lo desconocido revestido de intimidad”.(*)
Viajar transforma. Sea viajar de estudio o placer. Viajar a la propia experiencia o a
lugares donde palpar una labor. Sin embargo se viaja para ahondar,
paradójicamente, en uno mismo.
"Viajo para reconocer mi geografía", dejó escrito un loco sobre los muros de un
manicomio francés en el siglo pasado. El arquitecto viaja, más bien, para
reconocer su propia "geometría". Como quien busca colocarse ante un espejo.
Viajeros de si mismos.
En conclusión, considero que los viajes son muy importantes para los arquitectos y
para los que estamos en camino a hacerlo, dado que nuestra profesión nos exige
diseñar ciudades y edificaciones de calidad. Conocer otras ciudades, nos ayuda a
tener una mente más amplia, así como conocer las debilidades y fortalezas de la
ciudad que vivimos en comparación a la que visitamos. Además, saber qué
funciona en otros lugares, que se podría implementar nuestra ciudad. Por ello, y
por infinidad de razones más, es absolutamente necesario salir, viajar, compartir,
conversar en otros lugares. Porque con una actitud cerrada, recelosa y
mirándonos solo a nosotros mismos no vamos a llegar muy lejos, es necesario
explorar para incentivar nuestra creatividad, proyectar con más criterio y contribuir
a elevar el nivel de vida.
VILCAHUAMAN CERRON, José Gustavo
BIBLIOGRAFIA
- (*) MORENO MANSILLA, Luis, Apuntes de viaje al interior del tiempo, Fundación
Caja de Arquitectos, Barcelona, 2002, pp. 13.
- LECORBUSIER, Mensaje a los Estudiantes de Arquitectura, Ediciones Infinito,
Buenos Aires, 1973.
- Marlit Martins Ildefonso, La Importancia De Los Viajes En La Formación De La
Consciencia Urbana, Blog, 19 de abril de 2012.
- Entrevista al Arq. Martin Vega.
(http://sancheztaffurarquitecto.wordpress.com/2012/03/13/video-martin-vegas-arquitectura-
viajes-y-dibujos-eugenia-lagorio-vimeo-caracas/)