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IMAGINACIONSOCIOLOGICA

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L.LA PROMESA.'"

. '~I>l) .Hoy EN olA los hombres advietl:iI~ con frecuencia que sus vidasprivadas son una serie de alÍa~zas. ( Se dan cuenta de que en susmundos cotidianos no pueden vencer sus dificultad~ y en eso mu-chas veces tienen toda la raz6n: IQ.gue los hombres corrientes sabendirectamente ~~tá limItado por las 6Íbitasprivadas en ~n; SIlS yjsione" J'-SUS-fac'llt;¡olllS56 limitaJWlI ha-bi~ escenario deLtraba!oLde~~~~ ~;;;ecíAdad; en otrosm os. se mUeyenpor snstitu@6;;;; espectadores. y suantomás cuenta se dan, aunque sea vagamente, de las ambicioneS y delas amenazas que trascienden de su ambiente inmediato, más atra. Alpadospa~nJentirne. c~

-Por .debajo dc;.esa ,sensaci6n de estar.atrap~dos..se..encuentranC31I!biosaparenteme'!J:Ümpersonales .de la estructu!'l.!II}Lma..deso-ciedades de aimensiones conti!!ent:\les':t:Los hechos de la historiaL.co~temporaneason ta . echos.-.teb AAsa' fuUf')to y al frácaso Jde,hoilllln y m~eres individuales. Cuando una sociedad se indus-trializr,elcañipesíño se convierte en un trabajador, y el señor feu.dal es liquidado o se convierte en un hombre de negocios. Cuando

. las clases suben o bajan, un hombre tiene trabajo o no lo tiene;cuando la proporci6n de las inversiones auménta o disminuye, unhombre toma nuevos alientos o se arruina. Cuando sobrevienenguerras, un agente de seguros se convierte en \1n lanzador de cohe-tes, un oficinista en un experto en radar, las mujeres viven solas ylos niños crecen sin padre. Ni la vida de un individuo ni la his-toria de una sociedad pueden entenderse sin entender ambas cosns.

Pero los hombres, habitualmente, l!9 def:nen las :nquietudesque;.sufien en relaCl6ñ~lós C3..!!1bioshist6ricos Y.. l?-U-,?!!-tradio-ciqnC:S_I1l_s.6.fuClonales.Por lo común, nQ iñlpUEiriel liienestar d&

:~que-l:-qt,;lQa los gr!1),ges..Y3Ívenesde.la-sooíeaadiñ:que Viven. Rara; v~. c~nscientes de laiotri,!!~ada.,con~6n entre el tipo de sus !?fo-l p,as VIdasy el cuma de la hlstona Eel ml!!ldo,Jos.60m!?!.C1.c.omen-

tes suelen Ignorar lo que ~nexi6n significa para el tipo dehombres en que se van conVIrtiendo' ara la clase de actiVIdadlUStónca en que pueden tener p.ª.ue. oseen la cual'daaJi • (..s..taTeseñciai para ¡¡erCl'birla.interrelaci6n de ombre ~ sociedád,.de la biografla y de la histoña¡de1 yo-y-del;inun .a.- "o.pueaeñhacer-ffenté-á sus pro'lifetilispersoltares en lOiiñáS que les permi-tan controlar las transformaciones estructurales que suelen estardetn\s de ellas.

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2ituales lo que necesitan, aunque muchas veces la lucha para conse-guirlas agota su limitada energia moral. .

)~oue-n~itan, y lo que ellos sienten que necesitan. es una(éÍÍalfad men! que les ayude a usar la informacióny a desarrollarla ..,.60 ~onseE!!!ir[gt!1iJ!1laci.o.l1!.'S 1.!Í.ciillíid!ilo que ocurreen-criiiü¡ídoy (le fa '1ue 'l~i~S ~t~ PSJ,!wenda..dcntm de ellos. Yló--queyo ine dispóiígó,i'Sostener es que lo que los periodistas y lossabios. los artistas y el público. los científicos Y los ~.ditoresesperande lo que pued~.llamarse imaginación sqggl(¡gica.es precisamenteesa cualidad.' . . ' .. .' .., . .,

25LA PROMESA

l!La. ima.~ina~.iú.~.l.. soci~I~¡:ica..perrJli~,:a_~u .P.9..s..~~.~orr.co~prender el \ ~ <;.

Iescenanq ))lstOrl.CO,roa}_a.!!'p~ ..~'!.._c.!!2!!'fo..a_slL.s.lgmfu:adn para Ila Vio. ¡il,~terior y par~ la trayectoria exterior de di~ers.i_IjaºM indi- Tvlduos. Ella le permIte t<;,neren cuenta cómo los 1l}<;IIVI~.!1~,'en~1 Itnmulto de su expericncia cOtidiana. son con freq¡~.I!.~ment¥--cOlIscicntes de sus posiciones sociales. En aquel tumulto se busCala ttaliJa 'de'la,6cicaaúiilooeriúi', y dentro de esa trama se formu.lan las psicologias de una diversidad de hombres y mujeres. Portales medios, el malestar personal de los individuos se enfoca sobreinquietudes explícitas y la indiferencia de los públicos se convierteen intelés por las cuestiones públicas. \

..El primer fruto de .esa ima inación:.:Jy la primera lección de la Icicñcía' socia ql!e aencarna-es-"~~e que el individuo sólo lpue.de c.om~,:.e..nd...e.r~!tT.'~.r~'p¡"-~x'P~.ri.~l}g.J!-.y."y.aluar su proplQ.des. Itino localizandose a SImISmo en su época;~_que.puede--c<inocer \sus P!~i!t¡i.Qs.¡bilidadeS.l'n!lHridá.-:Si.có.nace.las-de-todgs..lOSindio .viduos.que_~d!!!.llalLen-$us-cireunstaneias. Es. en muc!.OSaspectos•.una Ieccióil terrible. y en otros muchos una lección magnífica, Noconocemos los. límites de la capacidad humana para el esfucrzosupremo o para]a. degradación' voluntaria, para la angUStiao parala alegría. para la brutalidad placentera o para la dulzura de larazón, Pero en nuestro tiempo hemos llegado a saberque los lími-les de la "naturaleza humana" son espantosamente dilatados, He.imas IlC¡¡~.oa saber uC todo individuo vive, de una eraci6rla

lotra.e.n una sacIe a. ue vive lIna biogra la. y que' a vive.den.tro

de una sucesl ~ nea,. oro n u e. aun'JqííC5~en e ucilísima . a' a dar fo . al~f$O .tr Is!ona: :i¡¡~-eliando él está formado por la soci<jady E,2r su lD'pn1so blst6nco. ~ . ' ..

.a iEJaginación sociólogic~perm~ captar la histoti~.y la

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LA PROMESA

No es de extrailar, desle luego. ¿En qué época se han vistotantos hombres expuestos a paso tan r~pido a las sacudidas de tan-tos cambios? Que los norteamericanos no hayan conocido cam.bios. tan. ~tastróficos como los hombres y las mujeres de otrassociedades,. se debe a hechos históricos que' ahora se van convir.tiendo velozmente en "mera hiltoria". La historia que ahora afectaa todos lOshombres es la historia del mundo. En este escenario yen esta época, en el curso de una sola generación, la sexta partede la humanidad de feudal y atrasada ha pasado a scr modema,avanz:¡da,.¡4c¡nib~ ~as políticas se han liberado, y hansurgido ó~C\Y y 'menoj(visipld formas de imperialismo. IJay re-voluciones, y los 'h6m~res sIenten la opresión in tema de nuevostipos de autoridad. Nacen sociedades totalitarias y son reducidasa pedazos... O triunfan fabulosamente. Después de dos siglos de.dominio, al capitalismo se le seftala' sólo como uno de los mcdiosde convertir la sociedad en un aparato industrial. Después dc dossiglos de esperanza, aun la democracia formal está limitada a unaporción muy pequeúa de la humanidad .. Por todas partes, el] elmundo subdesarrollado, se abandonan antiguos estilos de .vida.yvagas expectativas se convierten en demandas urgentes. Por todaspartes, en el mundo superdesarrollado, los medios de ejercer laautoridad y la violencia se hacen totales en su alcance y burocrá.ticos en su forma. Yace ahora ante nosotros la humanidad inisma.mientras Iassupemaciones que constituyen sus polos concentransus esfuerzon\l~S coordinados e ingentes en prcparar' la terceraguerra mundial>. . '.

La plasmacion misma de la historia rebasa actualmente la. ha.•bilidad de los hombres para orientarse de acuerdo con valores pre.feridos. ¿Y qué valores? Aun cuando no se sientan consternados,los hombres advierten con frecuencia que los viejos modos de sentiry de pensar se han ido abajo y quc los comienzos más recicntesSOnambiguos hasta el punto de producir parálisis moral. ¿Es deextrailar que los hombres corrientes sientan que no pueden -hacerfrcntc a los mundos más dilatados. ante los cuales se cncuentrande un modo tan súbito? ¿~_np_p.uedan comprender el sentido desu época en relaciÓncon SIISpropias vidas? ¿Que, en defensa dc su~'o, se insensibilicen moralmente. esforzándose. por segnir siendoIlombres totalmente privados ,o particulares? ¿Es de extrailar queestén poseldos por la sensación de haber sido atrapados?

No a £610 ",formaciÓn lo que ellos necesitan. En csta .fu\addel Dato la infonnación domina. COnfrccuencia SlI. atcnción..v...re-b~.a_~!I.:C:;<¡úcjdadpara asimilar1il' No Son .sólodestrezasintc1ec.

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La distinción mas flUc" n'" era la imaginación socio-logica es U1Z.1Sla uehace entre '1,,' in li.e u es ersona es dclmedio" y . os ro tnaS.públicos..deJ.a estructura socia . Esta

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1,.

.. LA PROMESA 27..•~, .un credo, ésos son los tipos de preguntas que han formulado los

.mcjores analistas sociales. Ellas constituyen los pivotes intelec-tuales de los estudios clásicos sobre el hombre y la sociedad, y SOn'las preguntas que inevitablemente formula toda mente que poseaimaginación sociólógica. Po ue esa ima .n ción es la ca acidadde r de una tiVa a otra. . .ca a la Esicológi-ca, .c!ciexa.lIle,'!..uc:..1J.,!~_~Qm.ili:!,a la estimación comparativa de

i . )ClS.p.resUpuestosnacionales del mnndo.-deJa esOlela teológica al?lr'~establecimiento_mUitar,.!Id_~hJ.diº_d~_1a_J.gdustria del lletróleo

e ~;f ' [email protected]!:S!a,S!ID.t.t:mP!L~1a capacidad de pasar de ~' >-transformaciones más impersonales'y remotas a laS caradeñSñcas ,.(mH ..I"h!D'!.* del.:~ .J1EJI1allil,~de ver las re~ciones entre ambas -

cosas. DetiáSae su uso e.tá slem&re la neces.d~de ~h.er£t s'nificado...mcial e hlsfóDco dd jodi:dno en la soc: adel periodoen que_ti~e su cualida!is-~,l! ser. . ." .

.' En suma, a esto se debe que los hombres esperen ahora captar,por medio de la imaginación sociológica, 10 que está ocurriendo

.en el mundo y comprender 10 que' está pasando en ellos mismoscorrio puntos diminutos de las intersecciones de la biograffa y de.lahistoria dentro de la sociedad. En gian párte, la conciencia quede s( mismo tiene el homhre Contemporán~ como de un extrañopor 10 menos, si no como de un e-.<:tránjeropermanente, descansasobre la cpmprensión absorta de la relatiyjdad-saciaLy...di:LpQdcrtrnnsfofll)ªdoukE-bistoria. La imaginación sociológica es la for-ma más fértil de esa conciencia de si mis o. Por su uso, hombrescuya ' o an recorrido una serie de órbitas limita.das, con frecuencia llegan a tener la sensaciÓn de despertar en unacasa con la cual. sólo habían supuesto estar familiarizados. Correc.ta o incorrectamente, llegan a creer con frecuencia que' ahorapueden' proporcionarse a s( mismos recap.tulaC,lones aderoa-das,~maclOneséOherentes, onent?ciOl;;¡j11!!p1iiis;, Andgtias decisio-nes, quc en otro bempo parcclan s das, les parecen ahora pro-duetos de mentalidades inexplicablemente oscuras, Vuelve aadquirir agudeza su capacidad de llsombrarse. Ad nieren un modo \nuevo d'" . una (Lpalabra por Sil ~efJ~i,Ó.p:-.r.su sensibilidad comprenden d sentidocpltural de las c.enCIas'soclales. o

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26 LA PROMESA','

bi~ffa Y la relación entre aml!is dentro de la socie.dad, Esa essu tarea y su promesa. R«:mºocer~~!.eaJ_ es'!.Ero!JJe<a es lasellal del analista social clásico. Es l:i caractenstica de HerbertSpencer, ampuloso;. vhbOSo, comprenSivo; de A. E. Ross, gracioso,revelador, probo; de Augusle Comte y :£mile Durkhcim; del in.trincado y sutil Karl Mannhcim .. Es la cualidad de todo lo que.es intelectualmente excelente en Carlos MaIX;es la clave de la bri-llante e irónica penetración de ThOIstein Veblen, de las polifaeé.ticas inte'Pretaciones de la realidad de Joseph Schumpeter; es l:1base del alcance psicológico de W, E. H. Lecky no menos quede la profundidad y la elaridad de Max Weber, Y es la señal detodo lo mejor de los estudios contemporáneos sobre el hombrey la sociedad. .' .' '. .

Nin~n estudio social que no vuelva a 10u~!.Oblemasde la bio-grafía, de ¡¡¡DlStODay de inteaecáones"gellfr.iU1~:~~iedad,b!J~inad,() ,Sll-i9I1lªcla-!Jltelectual. Cuale<quiera quc sean losproblemas de! analista social clásico, por IimitadClSo por ampliosque sean los rasgos de la realidad social que ha examinado, los queimaginativamente ban tenido conciencia de lo que prometla suo~ 'han formulado siempre tres tipos ,de preguntas: .

,__ Ll) ¿Cuál. es la estructu~ de ~, ,sQciedad..pa.t:ticuIaLeIUU..COO-juñtli?-¿e'.!!-ªIessº-n..M.!Xl..!!!p~men.t~ciale<, r cómo ~!Uelacio-DaDeDro: sí? ¿En qué se diferencia de otras vaneiliíaes de organi-zación social? ¿Cuál es, dentro de ella, e! significado de todorasgo particular para su continuidad O para su cambio? .

-;..., 2) ¿Qué Jugar ocupa esta-sociedad'en Ia,mstorla humana? ¿Cu~Jes e!!JIecanisrno por el que .está cambiando? ¿Cuál es su lugareñél deseñvolViñiientoae 'cOnjunto"ele la humanidad y qué signi.fica para él? ¿Cómo afecta todo rasgo particular que estamos exa.

'1' minando al periodo histórico en q.ue tiene IU.gar, y cómo es afeeradopor él? lY cuáles__Sllll.1ascaracterlsticas esenciales de es~ periodo?lE? 9ué ~i!ilierede¡¡{~.pe~~~~icüales son sus modos carnc-tensticos e acer stona? . .

---' 3) ¿Qué'variedades de hombres. y de mujeres prevalecen ahoraen esta sociedad y en este pmodo?lY qué variedades están empe-

{

Z3ndOa prevalecer? ¿De anera.. son seleccionados y formados,I~dos y reprimidos, sensibiliza os y em~~os u clilses de"naturaleza humalla" se tevelan en m con üc y el ca cter queobse,!Yllmosen esta sociedad y en estc;~Odo? ¿YCiiaJ es el signi-ficado para la "nafuriíleza humana" de todos y cada uno de losrasgos de la sociedad que examinamos?, Ya sea e! punto de interés un Estado de gran poderlo, o untalento literario de poca importancia, una familia, una prisión o

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LA PROMESA 29

nor, cómo enriquecerse con eUa, cómo trepar a lo más alto delaparato militar de seguridad, o cómo contribuir a ponerle térmi-no. En suma, encontrar, de acuerdo con los valores que unoreconoCe,una serie de ambientes, y dentro de eUa sobrevivir a laguerra o hacer significativa la muerte de uno en eUa. Pero los pro-blemas estructurales de la guerra se refieren a sus causas, a los tiposde hombres que lleva al mando, a sus efectoS sobre la economiayla poHtiea, sobre la familia y las instituciones religiosas, a la irres-ponsabilidad desorganizada de un mundo de Estados-naciones:

Veamos el matrimonio. En el matrimonio el hombre y la mu-jer pueden experimentar inquietudes personales, pero cuando laproporción de divorcios durante los cuatro primeros afios de ma-trimonio es de 250 por cada 1 000, esto es prueba de un problemaotructural que tiene que ver con las insti.tuciones del matrimonioy de la familia y con otras relacionadas con eUas.

O veamos las metrópolis: el horrible, hermosa, repugnante ymagnifico desparramamiento de la gran ciudad. Para muchas per-sonas de las clases altas, la soluci6n personal del "problema de laciUdad" es tener un departamento con garage privado en el cora-zón de la ciudad, y a cuarenta millas de eUa una casa proyectadapor Henry HiII con un jardín diseiíado por Garrett Eckbo, en unterreno de cuarenta hectáreas de propiedad personal. En esos dosambientes controlados -con un pequeñO cuerpo de servicio encada extremo y una ~omunicación por helicóptero entre e11os-, lamayor parte de las personas resolverla muchos de .los problemasde ambiente personal causados por los hechos de la ciudad. Perotodo eso, aunque esplénqido, no resuelve los problemas públicosque el he.cho estructural de la ciudad plantea. ¿Qué habrla quehacer con ese maravilloso monstruo? ¿Fragnlentarlo en unidades.diseminadas que reuniesen la residencia y el lugar de trabajo?.Dejarla como es, con algunos retoq\lcs? ¿O evacuarla y volarlacon dinamita, y construir ciudades nuevas de acuerdo con planosy lugares nuevos? ¿Cómo scrlan esos 'planos? ¿Y quién va a deci-dir y a realizar lo que se elija? I!sos son problemas estructurales;haccrles frente y resolverlo's nOSobliga a examinar los problemaspoliticos y económicos que afectan a innumerables mcdios..

Mientras una economia esté organizada de manera que hayacrisis, el problema del desempleo no admite una solución personal.Micntras la gllcm sea inherente al sistema de Estados-naciones Ya la desigual industrialización del mundo, el individuo corrienteen su mcdio restringido será impotente -con ayuda psiquiátricaO sin ella- para resolver las inquictudes que este sistema. O faltade sistema le impone. Mientras que la familia co~o iJ1stitu86n

28 LA PROMESA

distinción es un instrumento esencial de la imaginación socioló-gica y una carad~:.I.'~.e tOda.o.brn.c.lásica. en...cienci~ sO.cia!.

Se presentan,-l,liqUJetu en e1carácter de. tl.!I-.!!'dlvlduoyen elim~ito de_~s i~J¡¡l:JOnes.IIline"i~t~scon,Qtrbs; #~éñJelación con.su ~ COn(as á.rs;t.LjjIDita~¡¡e..yjda.;,rociaL<¡qUQ!!~lrecta• . En c~~~cja,..el.!:nunciadojY}a ~lu_cióndé esas inquietud . corres~de prQP.lam.eiífe.all~JYi~.como. c!llií,fj'[I>jQf ~ y en rii!diI]l.º!J:o_de.:Su_amblcotecinmediato:eUiiim¡fo social dnectamente. 9.9,icrtoa su c'pcrienciLpetsona1y, en CIertogrndo, a su actividad delibernda. Una inquietud es unasunto privado: los valoreS amados por un iridividuole parecen Ia éste '1 amena,.ados. . ." . .Los 'Problem se rcIaciona!L~Qjj..mateéÍ.~ue tra,~~i~deJl del

amh~n,tLt>c:a del individuo ,y,..deLá¡nbitll...dc..s.u.v.ida¡!!tc,~..Tie:... ..nen quc"ycr_~onla organi7.aciónde muchos ambientes dentro de las "instituciones,de.¡jtia~.socieMdhislórica'c¡isu conjunto, con las ma- .n.~.~Ull...que diferentes rnedJos se imJ1r.ic~ne jntcTcoctraILpara :'i.fomlar la estructura ma~,~,!,JI!'\"I.dcJujda_social-<:-histúrica . ...Y.JL_ &pi!>blema es un asunto público:,e .advicrte que" cstá amenazado' ,un varor-amado por la. gente. Este debote ,carece cO,n frccucncla ¡de enfoque, porque está en la natmaie,,, n"'<ma de un problema,a difercncia de 10 que ocurrc con la inquictud oun más gcncrali.zada, el que no se le pueda definir bicn' de acuerdo' COnlos .ambicn'tes inmediatos y cotidianos de los.hombrescorrientcs. F.n realida,d,un 'problema implita muchaucc.c~.una_c.!~is_.e.!1-~~_ªiSpo.itivosi~stjtuclona%O y con ~~cia implica ta~bi~~, 10 ~e los niar-xlstas llaman contradICCIOnes"o~Ugolllsmos .""'-'. __ .P ••• - ••••• __ •.__ ._._ •••••• ' _.'" ••.• ~.~ ':

Consideremos a esa luz el dcscmpleo. Cuando en u.na ciudad '.ide 100000 habitantes s6lo carece de trabajo un hombre, eso cQns- .•tituye su inquietud personal, y para aliviarla atendemos propia-mente al carácter de aquel hombre, a sus capacidades y a sus opor-tunidades inmediatas. Pero cuando en una nación de 50 millones.de trabajadores 15 millones carecen de trabajo, eso .constituye u~problema, y no podemos esperar encontrarle solución dentro delmargen de oportunidades abiertas a u-nsolo individlio._ Se ha veni-do abaiQJa~.JJctura misma de oportunidades. 1..~to el enun.ciádo correcto del problema como el margen de soluciones_posiblesnOsooliga-a conSIderar las iñstifÜci6i1es-econ6micas:YpºJttis:~la socleaaa;_y_na..meIJ!mentfliiSíru-:iCióii-yer'c:irkt~_ personales-de individuos-&lle1tos.

Vcamos la guerra. El problema personal de la guerra, cllando .so presenta, puede estar en cómo sobrevivir o c6mo morir con hn-

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convierta a las mujeres en esclavasqueridas ya los hombres en susjefes proveedores y sus dependientes aún no destetados, el pro-blema de un matrimonio satisfactorio no puede tener una soluciónpuramente privada. Mientras la megalópolis superdesarrollada yel automóvil superdesarrollado Se:ln IlISgosconstitutivos de la so-ciedad superdesarrollada, los problemas de la vida urbana no po-drán resolverlos ni el ingenio personal ni la riqueza privada.

Lo que experimentamos en medios diversos y especlficos es,COmohemos observado, efecto de cambios estructurales. En con-secuencia, para comprender los cambios de muchos medios perso-nales, nos vernos obligados a mirar más allá de ellos. Y el númeroy variedad de tales cambios estructurales aumentan a medida quelas instituciones dentro de las cuales Vl~" os se extieild~ serel:rCJonanJnás..ill~ncadamente entre si . Darse cuenta deja ¡'dc:1

.... de estructura sogal' y usarla con sensat es ser capaz ite'"descu-

~~re:o~vi;'C::.=~;ó.r~~!~~d de medios; y ser cá~z

LA PROMESA 31

El nuestro es un tiempo deJlJlll~r e indiferencia, pero aúnno formulados de manera que permitan el trabajo de la razón y eljuego de la sensibilidad. En lugar de inquietudes -definidas enrelación con valores y amenazas-, hay con frecuencia la calami.dad de un malestar vago; en vez de problemas explícitos, muchasveces hay sólo el desalentado sentimiento de que n:lda marchabien. No se ha dicho cuáles son los valores amenazados ni quées lo que los amenaza; en suma, no han sido llevados a punto

, de decisión. Mucho menos han sido formulados como proble-: mas de la ciencia social. .

En los aÍlos treinta apenas se dudaba -salvo en ciertos circu-las de negocios alucinados- que había un problema económico

>que.era también un haz de inquietudes personales. En los argu-"mentos .acerca d~ ::1a crisis del capitalismo", las formulaciones deMarx y las numerosas re-fonnulaciones de su obra probablemente.asientan los principales términos del problema, y algunos indivi.duos llegan a comprender sus inquietudes personales en relacióncon tales términos. Los valoreS'amena;<ados eran fáciles de very estimados por todos; las rontradicciones estructurales que losamenazaban también paredan fáciles. Ambas cosas' eran ampliay profundamente cxperimentadas. Fue una edad poHtica.

Pero los valores amenazados en la era posterior a la segundaGuerra. Mundial, muchas veces na son ni ampliamente reconocidoscomo 'valores ni se advierte de un modo general que estén amena..zados. Muchas inquietudes privadas no son fommladas; muchomalestar ublico m. ¡Mnes deen~srr.e Importancia es-truc!!!E. __n(!. egan_nunca.a.s¡:r"'p.!.oble!'1~.Pll... ICOS. Para qUienesaceptan valores hereditarios, como la razón y la libertad, es elmaleStar mismo lo que constituye la inquietUd, es la indiferenciamisma lo que constituye el problema. Y estasituaciótl de malestare indiferencia es lo que constituye el' signo' distintivo de' ,nuestrotiempo. '".Todo esto es tan sorprendente, qne muchas veces es interpre-

tado por los observadores como un'cambio en la clase misma delos problemas que ahora reclaman ser formulados. Se nos dicecon frecuencia que los problemas de' nuestra década, o aun lascrisis de nuestro tiempo, han salido del campo externo de la eco-nomla y se relacionan ahora con la calidad de la vida individual,en realidad con el problema de si tardará mucho en dejar de haberalgo que pueda llamarse propiamente vida individual. No el tra-bajo ele lo, lIiÍlos, sino los libros de historietas, no la pobreza, sinoel ocio en masa,. son los centros' de interés. Muchos grandesproblcmas públicos, lo mismo que muchas inquietudes .privadas,

II1i

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1

..,.,.LA PROMESA30

3

¿Cuáles son en. nuestro tiempo los mayores problemas para lospúblicos.y las inquietudes clave de los individuos particulares?Paro formular problemas e inquietudes; debemos preguntarnosqué valores SOn preferidos, pero amenazados, y cuáles preferidos.y apoyad~s por las tendencias características de nuestro tiempo.TantCl.en el caso de amenaza como en cI de apoyo, debemos pre-guntarnos qué contradicciones notorias de la estructura pueden

est9~~~J:~asgcnte estim~ un~£la.Ae valQr~ y_no ad~iertenin~na ,amenaza contra el~os,._.~.~t1!!le~~.1?i~n~tgl~,'« :mindoestima unos valores y advierte que están amenazados, eXperimentauna crisis, ya como inquietud persooal;-ya-cqmo'l'rol>lema-plÍl>lico.Y1í'eIlo afecta a todos sus valores, experimenta la amenaza totaldel pánic.21 .

Pero supongamos que la gente no sienta estimación por ningúnj'gciba ninguna amenaza. Esta es la experiencia de la .

,ind~eren~ cual, si parece afectar a todos los valores, se con-Vliil ¿ en palla. Supongamos,. en fin, que no sienta estimaciónpor ningún valor, pero que, no obstante, perciba agudamente una ;.amenaza. :£sta es la experiencia del flldlest<IT, de la ansiedad, la .cual, si es suficientemente total, se convierte en una indisposición'mortal no especifica. )

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32

, ., ..•. :4-,: E[Itodas las épocas intelectuales tiende a convertirse en común

dCflominador de la vida cultural determinado ,estilo de pensamien-", , ,to. Es cierto que hoy en dia muchas modas intelectuales se difun-

i:'dCfl'ampliamente para ser abandonadas por otras nuevas en el, curso de uno o dos años. Esos entuSiasmos quizá sazonan el juego". cultural, pero dejan poca huella intelectual, si es que dejan alguna.

No puede decirse lo mismo de modos de pensar como la "fisicai newloniana" O la ''biología darwiniana". Cada uno de estos uni-; versos intelectuales se convirtió en una influencia que llegó mucho:¡, más lejos que cualquier esfera especial de ideas y de fantaslas.i En relación con ellos, o en relación con cosas derivadas de ellos,~, sabios desconocidos Ycomentaristas de moda rc-Cflfocan sus obser.r vaciones y re-formulan sus problemas." En la época moderna, las ciencias fisicas Ybiológicas han sido~ el principal común denominador del pensamiento serio y de la

:'1" metafisica popular, en las sociedades de ,OCcidente. "La técnica delaboratorio" ha sido el modo consagrado de proceder y la fuente

, de la seguridad intelectual. €se es uno de los significados de la" idea de un común denominador intelectual: los hombres pueden" ' formular sus convicciones más poderosas según sus términos. Otros

, términoS y otros estilos de pensamiento parecen meros vehlculosi "de escape y oscuridad. " ""El ue revalezca un común denominador no si i£ica natural-

merite, .<Lu•eno ~ n otros es os e ~,:,miento y otros 'posde sensibilid~d.Lo que quiere deCir es queToS intereses m1:eleo-tWiTesmas generales tienden a entrar en su ámbito, para ser formu-lados en él más rigurosamente Y pensar, una vez formulados as\,que si nO han tenido solución, por lo menos han sido llevadosadelante de un modo provechoso. '

Creo yo que la imaginación sociológica se está convirtiendo. • en el principal común denominador de nuestra vida cultural y en',' su rasgo distintivO. Esta cualidad mCfltal se encuentra en las cien-

cias sociales y psicológicas, pero va mucho más allá de esas disci-, plinas tal corno ahora las conocernoS. Su adquisición por los indi-viduos y por la comunidad cultural en general es lenta y Cflocasiones torpe; muchos científicos sociales mismos la desconocen

esas demandas por lo que, creo yo, las ciencias sociales se están.' convirtiendo en e! común denOminador de nuestro periodo cultu-.,ral,y la imaginaCión sociológica en la cualidad mental másneee-'saria," ' ," '\:1 .;~,;,.

.,1'".LA PROMESA

se definen co.~~::~ueSiion~llpsiquiátricas", con frecuencia, segúnparece, en un ,intento patético de evitar los grandes problemas delo sociedad moderna. A veces esta afirmación patece descansarsobre un angosto, interés provinciano que sólo' tiene en cuentalas sociedades occidentales, o, quizás sólo a los Estados Unidos,ignorando, de eSa suerte, las dos terceras partes de la humanidad;muchas veces, también, divorcia arbitrariamente la vida individuarde las grandes instituciones dentro de las cualcs se desenvuelve esavida y que cón frecuencia pesan sobre ella más penosamente quelos ambientes Intimos de la infancia.

Los problemas del ocio, por ejemplo, ni siquiera pueden formu.la"", sin tener en cuenta los problemas del trabajo. Las inquietu-des de la familia relativas a los libros de historietas no puedcnformularse como problemas sin tel\er en cuenta la situación de lafamilia contem!"Jránea en sus nuevas relaciones con las institucio-nes más recientes de la estructura social. Ni el ocio ni sus usosenervantes pueden entenderse como problemas sin reconocer lamedida en que el malestar y la indiferencia forman actualmenteel clima social y personal de la so-:iedad norteamericana contem'poránea. En ese elima no pueden plantearse ni resolverse proble-mas de "la vida privada" sin lerier en cuenla la crisis de ambiciónque forma parte de la carrera misma de mn<hos hombres quetrabajan en una econoinía de grandes compañías b empresas.

Es verdad, como constantemente sClÍalanlos psicoanalistas, quecan frecuencia las gentes tienen "la sensación creciente de sermovidas por fuerzas o,curas que actúan dentro de ellas misma, yque son incapaces de definir". Pero no es verdad, como dijoEn;est Joncs, que "el principal enemigo y el principal peligro dclhombre es su misma indócil naturaleza y las fuerzas ocultas repri-midas dentro de él". Por el contrario: "el principal peligro" parael hombre reside hoy en las fuerzas ingobernables de la sociedadcontemporánea misma, con sus métodos impersonales de produc.ción, sus técnicas envolventes de dominación política, su anarquíainternacional, en una palabra; COI! sus penetrantes transformacio-nes de la "naturaleza" misma del hombre y las, condiciones }'finalidades de su vida.

La primera tarea polltiea-e.intekctual -porque aquí coincide!lambas cosas- deLcientifico.~ial coonJjs~ehoy en poner en elarolos clcmS.ll!~..flJ'1malcstaiy la' indiferencia contemporaneos. €staes 'lademanda ceñiíiirque le hacéii"Iorótronrnbajadores de lacultura: los científicos del mundo físico y loS artistas, y en gene-ral toda la comunidad intelectual. Es a causa de esta tarea y de

,LA PROMESA 33

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El significado cultural de la ciencia Elsica;...el mayor y másantiguo común denorninador- se está haciendo dudoso. Comoestilo intelectual, la ciencia flsica empieza a ser considétada pormuchos como algo insuficiente. La suficiencia de los esh10s cien.tlficos de pensamiento y sentimiento, de imaginación y sensibili.dad, ha estado, naturalmente, desde sus odgenes sometida a ladada religiosa y a la controversia teológica, pero nuestros padresy abuelos cientificos han reducido esas dudas religiosas. Las dudas

por completo. Parecen ignotar que el uso de esta imaginación escenttal pata mejotar el ttabajo que pueden hacer, que por nodesarrollarla y emplcarla dejan de responder a las esperanzas cnl.turales que se tienen. en ellos y que las ttadiciones clásicas de susdiversas disciplinas ponen a disposición de ellos.

Pero las cualidades de esta iinaginación son regularmente exi.gidas en materias de hecho y de moral, en el trabajo literario y enel análisis político. Se han convertido en rasgos fundamentalesde esfuerzo intelectual y de sensibilidad cultutal en una grandiversidad de expresiones. Los buenos criticos son ejemplos de. ~ cualida~es, lo mismo que los periodistas serios, yen, realidad iBeJuzga segun ellas la obra de unos y otros. Las categonas popu- ¡lares de la cdtica -muy intelectual, medianamente intelectual osin pretensiones intelectuales, por ejemplo- ahora son. tan socio- ~lc',;cas por lo menos como estéticas. Los novelistas -cuya obra .seria encarna las definiciones más. difundidas de la realidad hu.mana- poseen con frecuencia esta .imaginación y se esfuerzan .1en satisfacer la demanda de ella. Por medio de ella, se busca '.orientar el presente como historia. A medida que las imágenes .de la "naturaleza humana" se hacen más problemáticas, se siente .cada ¡ez más la necesidaQ..dtl~tar atención más estrecha, •.pero Imás.lmiginativa, a las prác..ti~.Y.1i ..las'catáStrofes sociaks que !lev?.!!!. (~que, ,..,.oldea'ÜJª-.~t]JFleza .~eU!Q!!,))!e_en este tiempo _ ¡de Il!!Iwe d. CIVIlv de confllcto I.d.eolÓg¡CO.. Aunque alguna.s veces .,se mamfiesta la moda de intentar usarla, la imaginación socio- :

~

lógica no es una mera moda. Es una cua1idad~_tal ~ue parecepr'l!!1.!<~!...~e.,laman"-~!!'~~E'm~_C!Jª..E!'rnprensi6n e nuc:stras

.

prop,ias reall¡¡aJl\',L¡"til!1~.ieJªcjÓJLCon . .las m~~:'iii:íip1i~..reali. :dlldes sociales. No es meramente una cualidad mental más entreel margen contemporáneo de sensibilidacles culturales: .~ la cua.Iidad cuYO uso más amplio y ro~tJt.ábil ofrece.!a promesa de 9ue'todas esas sensibilidaJles -y de hecho la taZÓ" humana mlsma-lIC&,"!Tans" representar un papel más importante en los asuntoshumano. ---....-

hoy corrientes son 'profa~ás, ,humanistls, ,1 Con frecuencia abso-lutamente confusas. Los progresos recientes de las cieiicias fisicas-con su climax tecnológico en la bomba H 1 los medios parattansportarla- no han sido sentidos como soluciól) a n-ínguno delos problemas ampliamente conocidos 1 profuiidiímentc ponde-rados por comunidades intel~tuales 1 públicos cUl~Ílrales muydilatados. Esos progresos han sido consideradps, corrcctamente,como resultado de una investigación altamente especializada, e in.correctamente como misterios maravillosos. Han suscitado másproblemas -tanto intelectuales como morales- que los que hanresuelto, y los problemas que han planteado radican casi como, pletamente en la esfera de los asuntos sociales, 1 no físicos. Laconquista manifiesta de la naturaleza, la supcración de la escasez,las sienten los hombres de las sociedad\'S superdesarrolladas comocosa virtualmente acabada. Y ahora",en esas sociedades se ereeque la ciencia ~principal instrl1rp~nto de esa conquista- vaga asu antojo, sin objetivo, y que nec,esita ser revalorada.

La estimación moderna por lacicncia en gran parte ha sidomeramente supuesta, pero ahora el ethos tccnológico y una espe-cie ,de imaginación ingenieril asociados con la ciencia probable-mente parecen más temibles y ambiguos. que esperanzadores yprogresivos. ,Natutalmente, no es eso tOdo lo que hay en la"ciencia", pero se teme. que llegue a serlo. La necesidad sentidade revalorar la ciencia física refleja la necesidad de un nuevo deno-minador común. Es el sentido humano y el papel social de laciencia, sus consecuencias militares y comerciales, su sigiiificación .política, 10 que está experim~ntando una revaloración confusa.Los progresos científicos de las armas quizás lleven a la "necesi.dad" de reajustes políticos del mundo; pero esa "necesidad" no secree que pueda satisfacerla la ciencia Elsicapor sí misma.

Mucho que ha pasado por "ciencia" se'tiene ahora por filoso-fía dudosa; mucho que se considera como "verdadera ciencia" secree. con frecuencia que sólo pioporciona fragmentos confusosde las realidades entre las cuales viven los 'hombres: Está muydifundido el sentimiento de que los hombres de ciencia ya notrata.n de representar. la realidad com.. o un tod.o o de trazar un ~bozo real del destino humano. Además, la "ciencia" Jes..parecea muchos no tanto un ethos ereador y una' orientación, como unju 'lIlIrcientfft'clB mane . .dasJ)()r om res econfu!ilstas Y militares que ni encarnan ni coro-prendeñlacienc,a como ethos orientación. Entretanto, losEn so os qu a an en nom re e a CIenCIaCOnfrecuencia laconvierten en "cienticismo", sosteniendo que su experiencia es

34 LA PROMESA LA PROMESA 3S

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;6 LA PRO~IESA

ILA PROMESA 37

idéntica a.la experiencia humana y que únicamen~e con sus méto-dos puedcn resolverse los problemas humanosJ Con todo eso,muchos trabajadores culturales han llegado a pen::.r que la "cien-cia" es un Mesias falso y pretencioso, o paila menos un elemento.marcadamente am~iguo de la civiliza<:ión..moderr¡a~ . . .... ~;;'

Pcro, segú~ larr;se de C. P. SI;~W,hay "dos. culturas;;: I~ .científicá y .la humanista. Ya como historia o como drama,}'3 como biografía, poesía o novela, la esencia de la cultura hu-manista ha sido la literatura. Pero ahora se insinúa cOllfrecuenciaque la literatur;¡' seriase ha convertido en un arte secundario.Si es así, no es solamente por el crecimiento de los públicos demasas y de los medios de comunicación para las masas, y por to¡!olo que eso significa para la prodl,lcción literaria seria. Se debe. también a la cualidad misma de la historia de nuestro tiempoy a los tipos de necesidades que los hombres sensibles adviertenque reclaman aquella cualidad.

¿Qué novela, qué. periodismo, qué esfuerzo artistico puedecompetir con la rcalidad histórica y los hechos poHticos de nuestro'tiempo? ¿Qué visión dramática del infierno puede competir conlos acontecimientos de la guerra en el siglo xx? ¿Qué' acusaciones ..morales pueden afectar. a la insensibilidad de hombres en la ago-:.nia de la aCumulación primaria? Es la realidad sOCiale histcSrica:..lo que los hombres necesitan conocer, y muchas veces no encuen-tranen la literatura contemporánea un medio adecuado paraconocerla. Quieren hechos, buscan su significado, desean un "grall'pan'1rama" en el cual puedan creer y dentro del cual puedan llegar.a comprenderse a si mismos. Quiercn también valores orienta,dores y maneras apropiadas de sentir y estilos de emocicSny voca-bularios de motivación. Y no encuentran eso fácilmente en laliteratura de hoy. No importa que esas cualidades debanen.cOll-trarse allí; lo que importa es que con frecuencia no las encuentran'allí los hombres.

En el pasado, literatos en función de críticos y de historiadoresescribieron notas sobre Inglaterra y. sobre viajes a los EstadosUnidos. Se esforzaron por caracterizar sociedades en su conjuntoy de discernir su sentído moral. Si Toct¡uevtlle o Taine vivieranhoy, ¿no serian sociólogos? FOrlnulándose esta pregunta acercade Taine, un reseflador de The Times (Londres) dice:'

Tainevio siempre al hombre primordialmente como un animalsocial y la sociedad como una colección de grupos: sabia observarminuciosamente,era.un trabajador de campo infatigable y posefa una

.>,

I*á

~

j

cualidad... particulannente valiosa para percibir relaciones entre losfenómenos sociales: la cualidad de la finneza. Estaba demasiado in-teresado en el presente para ser un buen historiador, era demasiadoteórico para ser novelista, y vela demasiado la literatura como docu-mento de la cultura de una época o de un pais para ser un critico deprimera fila... Su obra sohre la' literatura. inglesa es menos un ~tudiode la literatura inglesaque un.Cbmentario sobre la moral de la sociedadinglesa y un vChiculode su'positivismo.' .Es un tcórico soCial,antes.que nada.' . ", .

Que haya sido un "literato" más bien que lm "cientlfieo social",atestigua quizás el dominio sobre gran parte dc la ciencia socialdel siglo XIX ejercido por la búsqueda celosa de "leyes" supuesta-mente comparables a las que nos imaginamos que encuentran lóscientlficos de la naturaleza. A falta de una ciencia social ade.cuada, los críticos y los novelistas, los dramaturgos y los poetasban sido los principales, si no los únicos, formuladores de inquie-tudes individuales y hasta de problemas públicos. El arte expresaesos sentimientos y a veces se conccntra en ellos -co los mejoresmomentos con dramática agndeza-, pero no aún con la claridadintelectual necesaria para su comprensión y alivio en la actua-lidad. El arte no formula ni puede formular. esos sentimientoscomo problemas que contienen las inquictudes y las dudas a lasque los hombres tienen que hacer frente ahora si han de vcnccrsu málestar e indiferencia y las insufribles angnstias a qúe con-ducen. En realidad, el artista muchas veces no intenta hacerlo.Además, el artista serio experimenta él mismo gran inquietud, yle iria bien con alguna ayuda intelectual y cultural de una cienciasocial animada por la imaginación sociológica. . . .,

5Mi propósito en este libro es definir el significado de las cienciassociales para' las tarcas culturales de nuestro tiempo. Deseo espe-cificar las clases de esfuerzq que. están detrás del desarroUo de laimaginación sociológíca, indicar lo que eUa implica para la vidapolítica y para la vida cultural, quizá sefialar algo de lo que senecesita para poseerla. Deseo, de esa manera, aclarar la natura-leza y los usos de las ciencias sociales en la actualidad, y dar' unlimitado informe de su situación contemporánea en los EstadosUnidos.'

, Timu LiterarrSupplmtent, 15 de noviembrede 1957.2 Siento la necesidad de decir que prefiero con mucho la expresión '105

estudiOs sociales" a la de "'las ciencias sociales", no porque no me agraden

••. c•••••• ;. ;,"

'~',. :~("

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. En cualquier momento dado, tiaturalmente, la "ciencia social"consiste en lo que están haciendo los científicos sociales debida-mente reconocidos; pero no todos ellos están, de ningún modo,haciendo lo mismo; en realidad ni siquierd hacen cosas del mismogénero. La ciencia social es también lo que han hecho los cientí-ficos sociales del pasado; pero cada estudioso de estas materiaselige una determinada tradición de su disciplina. Cuando hablode ''la promesa de la ciencia social", espero que esté claro que me .refiero a esa promesa tal coma yo la veo.

Precisamente ahora hay entre los cultivadores dc las ciencias

los científicos del mundo físico (por el co~trario. me agradan mucho). sinoporquela palabra "ciencia" h, .dquirido gran prestigio y un sentido más bienImpreciso. No siento ninguna necesidad de restarle prestigio ni de hacer aúnmtnOS preciso su sentido us4ndola amio una metifora filosófica. Pero sos.pecho que si esmbo ")os estudiOs 'sociales"; los lectores penS:lrnn sólo era lateoría del gobierno civIl de las es'Cuelas superio~. q!J,C; es, de todos los camposde la sabiduría humana, el l\nico con el q\lc deseo ev:itar toda clase de asocia.cióu. '"Las ciencias de la conducta" es seno1larncnte imposible; supongo queesta denominación fue concebida como un medio de propaganda para con.seguir diDClO destinado a investigaciones sociales de las fundaciones y de losdiputados que confunden "ciencia social" con "socialismo". La mejor den~Qlinación debe incluir la historia (y la psicologia. en la Inedida en que se refierea seres humanos),. y ha de prcstar!c a discusion(.'S, 10 menos posible, porquenosotros argumentamos con palabr.ls, peto no luchm~osacerCd de eUas. Quizásiris bien "disciplinas humanas". Pero ni pens~II::lo. Con la espenm7.a de noser demasiado ampliamente mal interpretado, me atengo al uso c.:on"cuido yempleo la consagrada. expresión de "ciencias socialcs". , ..

Otr.l cosa mis: Espero que .mis colegas acepten l~ e"presión "imaginaciónsoóológica". .Los cultivadores de las ciencias polltiCil5 que han leído mimanuscrito sugieren la denominación de "imaginaci6n política"; y los antropó-logos 13 de "imaginación an~opológiC:l", y -as; succsiv:nnentc. Las pabbrasimportan menos que la idea, 13 c\1al espero '1ue se .ac13r:tcl. en el decurso. deeste libro. Con su ~..p.le.o_l.'Jo_q~i~o.l_deide uego, sugerir meramente la dis.

. ciplina acadMiica llamada "sociol~gla"~lucho Cli:J:r;:re la hase significa

r:ra mI ftb 10"'&D en abSOluto fos sociólogos. En Ing aterra, por ejemplo,sociolog(a como, disciplina académica es todavía algo marginal. pero en

buena parte del periodismo, de la novela y sobre todo de la hi5tori~ ingleses,la imaginación sociológica est&. ciertamente, muy bien desarrolbda. Cosaan.llogo.ocurre en Francia: I:•• to la confusión como l•• ud,eia del peusa-miento francés desde la segunda Guerra Mundial descansan sobre su sentí.miento de las características sociológicas del destino dd hombre en nucstrotiempo; pero esas tendencias las S\utenmn liretatos más bien ql1e sociólogosprofesionales. No obstante, empleo 13 £tase .'imaginación sociológica" porque:1) cree el zapatero remendón que no h.y mb que cuero, y par' bien o faramal yo soy un sociólogo;2) creo que históricamente esa cualidad menta haoídoposelda m~ frecuentemente y de manera más vivid. por los sociólogoseUsicosque por los demh cultivadoresde las ciencias soci.les; 3) puesto queYO'J a enminar c:óticameo.te muchas escuelas sociológicas curiosas, necesitoUD tmnmo conbario en que apoyarme.

sociales urunalestar muy generalizado,. tanto intelectual comomoral, por la dirección' que parece ir tomando la disciplina de suelección•. F:~emalestar, así como las infortunadas tendencias que.contribUYen a producirlo, forman parte, según supongo, de unmalestar general de la vida intelectual contemporánea. Peroquizás el malestar es más agudo entre los cultivadores de lasciencias sociales, aunque no sea más que por el dilatado alcancede la promesa .que guió gran parte del trabajo anterior realizadoen su campo, por la naturaleza de los asuntos que trata. y por laurgente necesidad que hoy se siente. de trabajo significativo Y deimportancia. .

No todos sienten ese malestar; pero el hecho de que muchosno lo sientan es en sí misnu:f caUsa de nuevo malestar entre Josque no olvidan la proméS:Í Yson bastante honrados para no admi-tir la pretenciosa\O!:diocridac:l de mucho de lo que se hace. Dichocon toda franqueZa, espero aumentar eSe malestar, definir algunasde sus fuentes, contribuir a trausfotniarJo en un apremio espe-eífi~ para comprender la promesa de la ciencia social y limpiar.eLlerreno para empezar de nuevo: en suma, indicar algunas de lastareas que hay que hacer y los medios disponibles para hacerel.trabajo que hay que hacer hoy.

El concepto de la ciencia social que yo sustento no ha predo-minado ÚJtimamellt~:.....•~ concepto se opone a la ciencia sü?alco,moicon unto de téemcas ouroctáticas ue 1m Iden la mvestiga-ción SOCIacon sus pretenslQ)"tes me ue n .ODanel trabaJó con conce too oscurantistas o ue lo trivializa . re-sá uenos ro emas sm r el n co los ro as. 'públicamente importantes. Esos impedimentos, oscuridades ymVlahdades han próducli:lo actualmente una crisis en los estu.dios sociales, sin que sefialen en absolutÓ..un .camino para salirde ella. .. .

Unos cultivadores de las ciencias sociales insisten en la nece-sidad de "equipos técnicos de investigación", otros en la primadadel investigador individual. Unos 'gastan mucha energ[a en elrefinamiento de los métodos Y las técnicas de investigación; otrospiensan que han sido abandonados lós tipos doctos del artesanointelectual Y que deben ser rehabilitados ahora. Unos desarrollansu trabajo de acuerdo con un rlgido conjunto de procedimientosmecánicos; otros tratan de desarrollar, incitar y emplear la imagi-nación sociológica. Algunos -adeptos del alto formulismo de la: '~teorla"- asocian Ydisocian conceptos de maner.i que a otros lesparece extraña; y estos otros apremian paia la elaboración de pala-

, ..;...,

38 LA PROMESA

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LA PROMESA 39

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bras sólo cuando es manifiesto que ello amplía cI alcance de lasensibilidad y aumenta el ámbito del ('_zonamiento.' Unos estu-dian estrictamente sól6ambientes en peqnefia escala, Can la es-peranza de "armar" 'despuéscon esaspiezas concepciones de estrue-.:turas mayores;otros examinan I3s estructuras sociales cn que tratande "situar" muchos medios pequefios. Unos, olvidando por com-l'leto los estudios comparativos; estudian sólo una pcqueña comu-nidad en una sociedad yen un tiempo; otros trabajan directamente.y de un modo plenaiilente comparativo las estructuras sociales.de las naciones del mlirido. Unos limitan sus' rigürosas investiga-ciones a secuencias muy reducidas,.de. asuntos. humanos; otros seinteresan en problemas que sólo se'advierten en una larga pcrspcc-tiva histórica. Unos especializan su trabajo' de acuerdo con com-partimientos académicos; otros, saltándosc todos los comparti.mientos, se especializan por asuntos o problemas, sin tener encuenta dónde están situados académicamente. Unos atiendcn ala diversidad de la historia, de la biografía, de la sociedad; otros no.

Esos contrastes, y muchos más de tipo parecido, no son nece-sariamente verdaderas altemativas;aunque. en el calor de la 'con.troversia o en la indolente seguridad' de la especialízación se lestome por tales. En este puntó, yo meramente los enuncio de unmodo inicial, para volver a ellos al final de este libro. Tengo laesperanza, desde luego, de que se dejarán vcr todas mis tcndcn-cias O prejuicios personales, porque los juicios. que Jormule seránexplicitas. Pero también intento, independientemente de mis pro-pios juicios, enunciar los significados cultürales y 'politicos dc laciencia social. Mis prejuicios no son, naturalmente; ni más nimenos prejuicios que los que vaya •.""miria" ¡Que quicnes no secuidcn de las míos usen su oposición a ellos para hacer los suyostan explicitos y tan reconocidos comO tales, como yo trataré dehacer los míosl Entonces se reconocerán los problemas' moralesdel estudio social -el problema de la ciencia sóCÍal como pro-blema público--, y se hará posible.1a discusión. Entonces cadauno se conocerá mejor a si misma; lo que es, desde luego, condi.eión previa para la objetividad en la empresa de la ciencia socialen su conjunto. .' .

Creo, en resumen, que lo que puede llamarse análisis socialclásico es una serle de tradiciones definibles y usables; que sucaracteristica esencial es el intetés por las estructuras sociales his-tóricas; y que sus problemas tienen una relación directa con losurgentes problemas públicos y las insistentes inquietudes humanas.Creo también que hay actualmcnte grandes obstáculos en el ca-mino del>t continuidad de esa tradición -tanto dentro de las

De un modo bastante embarazoso para quien se ~onfiesa sociólogo,todas las infortunadas tendencias (salvo quizás una) que estudiaréen 105 capítulos siguientes caen dentm,de lo que gener:l1m'ente seconsidera "el' campo de la sociología", aunque la abdicación culotural y política qne impli~ari indudablemente caracteriza a -gran ..parte del trabajo di~rio' dé otras ciencias sociales. Haya lo quehaya de verdad. ~n.d¡'sciplinas tales como las ciencias políticas yla eeonomí~,),n.l:i historia y la antropología, es evidente que hoyen los Estados Unidos lo que se conoce con el nombre de socio-logía' ¡éha convertido en el centro de reflexión acerca de la cien-cia social. Se ha convertido en el centro de interés en cuanto alos métodos; y también encontramos en ella un interés extremadopor la "teoría general". Una diversidad de trabajo intelectualverdaderamente notable ha entrado a tomar parte en el desarrollode la tradición sociológica. Interpretar esa variedad como. unatradición es audaz por sí mismo. Pero quizá se admita general-mente que lo que ahora se reputa trabajo sociológico ha tendidoa moverse en una o más:de tres direcciones generales, cada unade las cualC5 está expuesta a ciertas deformaciones ..

ciencias sociales como en sus ambientes académico y politicD-;pero que, no obstante, las cualidades mentales que la constituyen,se están. convirtiendo en un denominador común de nuestra vidacultui~l.'general Y que, aunque vagamente y bajó una confusa~':Iriea:~ade disfraces, están empeza¡¡do a dejarse sentir como unaneeé$idad. . .

.Muchos profesionales de la ciencia social, especialmente en losEstados Unidos, me parecen curiosamente renuentes a aceptar el .reto que ahoia se les lanza. De hecho, muchos abdican las tareasintelectuales y políticas del análisis social; aIras, indudablemente,no están a la altura del papel que, sin embargo; se h'lD asignado.En ocasiones casi parecen habcr acogido deliberadamente viejasastucias y producido nuevas tilJlideces. Mas, a pesar de esa resis-tencia, h atención inteleetl1al Y la atención pública están ahoratan ma'nifiestami:nte fiiadcibre los mundos sociales .que se supone<lue ellos estudian, que hay que reconocer que se encuentrari porúnica vez ante U\13 oportunidad .. En esa oportunidad se rC"e1anla pro!J)csai!ltekclual. de las:ciencias sociales, los usosculluralesde Jainiáginación soCiológicay el sentido político de losesludiossobre \"1 'hombfe y la sociedad. .

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-+2 LA PROMESA

Tendencia 1: Hacia' una leorla de la historia. nr ejemplo,en marios de Comte, como en las de Marx, Spencer yWeber, lasociologla es una empresa enciclopédica, relativa a la totalidadde la 'vida social del hombre. Es al mismo tiempo httórica ysistemática: histórica porque trata de materiales del pasaio y los .empIca; sistemática porque lo hace con objeto de diS'inguir''\as etapas" del curso de la historia y las regularidades de l. vidasocial.

La teorla de .la historia del hombre puede ser deformada rauyfáCIlmente y convertirse en un estrecho molde trans.histórico en Iel cual se meten a la fuerza los materiales de la historia humana 1y del cual salen visiones proféticas (por lo general sombrlas) del Jfuturo. Las obras de Amold Toynbee y de Oswald Spengler son tejemplos bien con!JCidos.<,1

Tendencia 11: Hacia una teona sistemátit<l de "la naturaleZadel hombre y de la sociedad".. Por ejemplo, en las obras de losformalistas, principalmente Simmel y Von Wiese,1a sociologiatrata de conceptos destinados a servir para clasificar todas las rela~.ciones sociales y penetrar sus caracteristicas supuestamente inva-riables. En suma, se interesa en una visión más bien estática yabstracta de los componentes de la estructura social en un nivelmuy elevado de generalidad. . '... Quizá por reacción contra la deformación 4é la Tendencia l,.

~ historia puede ser .totlllmente abandonada: ~Ia teorla sist~má-tica de la naturaleza del hombre y de la SOCIedadse conVIertecon facilidad excesiva en un formalismo complicado y árido en elque la descomposición de conceptos y.>USinterminables recolO-posiciones y combinaciones se convierte en la tarea central) .Entrelos que llamaré Grandes Teóricos, las concepciones se han conver-tido verdaderamente en conceptos. El ejemplo contemporáneomás importante en la sociología norteameriCana es la obra deTalcott Parsons.

Tendencia 111:Hacia el estudio empírico de los hechos y los .problemas sociales contemporáneos. Aunque Comte"y Spencerfueron los soportes de la ciencia social norteamericana hasta 1914aproximadamente, y la influencia teórica alemana fue grandcz..1aacti~£!i:ilEl--!l'~_fu~d.~~tal en los Estados Unidosdes<letietnJ?os tem?ranos. En parte sedéliio estoaliaber SIdo anteriorla-consagraCloo académica de la economía y de la ciencia poll-tica. Dado esto, en la medida en que es definida como el estudiode algún sector especial de la sociedad, la sociologia se convierte

:>

LÁ'p'&oi¥ESA -+3fácilmente en una especie de trabajador suelto entre las cienciassociales ocupado en. estudios misceláneos de sobrantes académicos.Hay estudios' de ciudades'y de familias, de relaciones raciales yétnicas, y, desde luego, de "pequeños grupos". Como veremos, lamiscelánea resultante se convirtió en un estilo de pensamiento queexaminaré bajo el dictado de "practicidad liberal".

El estudio de los hechos contemporáneos fácilmente puedeconvertirse en una serie de datos de aíll1)¡éme sin felación-entresi X con frecuencIa inslgmficantes. Muchos cursos docentes desOClologlanorteamencanapueden servir de ejemplo; pero quizáslo revelen mejor los libros de texto relativos a la desorganizaciónsocial. Por otra parte, los sociólogos han tendido a hacerse espe-cialistas en la técnica de la investigación de casi todo. Entre ellos,los métodos se han convertido en metodologla. Gran parte de la

. obra _y más aún del ethos- de George Lundberg, Samuel Stouf-fer, Stuart Dodd y Paul F. Lazarsfeld son ejemplos actuales. Estastendencias -de dispersar la atención y cultivar el método por elmétodo- son dignas compañeras entre si, aunque no se den nece-sariamente juntas. .

Las peculiaridades de la sociologla pueqen entenderse comodeformaciones de una omE de sus tendeñclas tia¡¡¡clonales.-Perotambién sus promesas pueden entenaerse en relacióñcon esas ten-dencias. En los Estados Unidos se ha .producido actualmente unaespecie de amalgama helenistica que incorpora diversos elementosy. finalidades de las sociologias de .las diferentes sociedades occi-déntales. El peligro está en que, en medio de tanta abundanciasociológica, otros cientificos socialesse impacienten tanto, y quelos soci61ogossientan tanta urgencia. de "investigar", que pierdanel do;ninio' sobre un legado verdaderamente valioso. .Pero haytambIén una oportunidad en nuestra situación: la tradición socio-lógica contiene las mejores formulaciones de la plena promesa delas ciencias sociales en conjunto, as! como algunas realizacionesparciales de ellas. El matiz y la sugerencia que los estudiosos de lasociQlogía pueden encontrar en sus tradiciones no pueden resu- .mirse en breves términos, pero el investigador social que las tomeen sus manos quedará ricamente recompensado. Su dominio sobreellas puede convertirse rápidamente en nuevas orientaciones parasu propio trabajo en la ciencia social. .

Volveré a ocuparme de las promesas de la ciencia social (en loscapltulos vn a X, después de haber examinado algunas de susdeformaciones más habituales (capltulos D a VI).