ii concurs de microrelats de godella · 2018-10-01 · no estem parlant d’un gènere acabat de...
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II CONCURS DE
MICRORELATS DE
GODELLA50 OBRES SELECCIONADES
2
II CONCURS DE MICRORELATS de godella 2016
BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL DE GODELLA
PRIMER PREMI EN VALENCIÀNomés deu segons, de Laura Cabedo Cabo (Torrent, València) .............................................. 5
PRIMER PREMI EN CASTELLÀEl suceso de las palabras parecidas, Toni García Peralta (La Canyada, València) ................6
ACCÈSSITS1. Daños colaterales, Joaquín Solano Pérez (San Fernando, Cadis) ........................................ 7
2. La morada de los signos de puntuación, Fernando Morala Salamanca (Godella, València) ....8
3. Maldita moda, Mónica Llanos Jiménez (Catarroja, València) ...............................................9
4. Paciente espera, Julia Sala Costa (València) ...................................................................... 10
5. Por una teoría de las ideas, Antonio Lino Rivero Chaparro (Las Palmas de Gran Canària) .. 11
MICRORELATS SELECCIONATSBichos, José Luis Chaparro González (Badajoz) ....................................................................... 12
Canibalismo ilustrado, Julián Despaigne Rodríguez (Chelva, València) ............................... 13
Castells en l’aire, María Amparo Paredes Navarro (L’Eliana, València) ................................ 14
Descosidos, Ángela Torrijo Arce (València) ............................................................................ 15
Divertimento, Víctor Vegas (Madrid) .................................................................................... 16
El abrigo, Daniel Gómez Gómez (València) ..............................................................................17
El enamorado, Juan Negreira Montaña (Santiago de Compostela, La Corunya) .................... 18
El hombre que ponía acentos, Pedro Fernando Gálvez Gonzalo (Godella, València) ........... 19
El muñeco, Teresa Sepulcre Rizo (Elx, Alacant) ......................................................................20
3
El número siete, Silvia Asensio García (Madrid) ..................................................................... 21
El último lector, Salvador Robles Miras (Bilbao) ................................................................... 22
El vell rellotge, Concha Estellés Pascual, San Antonio de Benagéber (València) ................... 23
En el barro, de José Manuel Gómez Vega (Torrejón de Ardoz, Madrid) .................................24
Estaciones tristes, Lourdes Aso Torralba (Jaca, Huesca) ...................................................... 25
Futuro simple de subjuntivo, Virginia Mas Peinado (Madrid) ..............................................26
Garganta, Ana Teja de Juana (Muriedas, Cantàbria) ............................................................... 27
Juego triste para un niño, Emilio Silva Otero (Lugo) ...........................................................28
La bomba, Ana Belén Ortiz Moreno (Puente Tocinos, Múrcia) ................................................29
La rebel·lió de les idees, María Dolores Beltrán Barat (Burjassot, València) ........................30
La vieja maleta, Carmen Belén Galván Cabrero ..................................................................... 31
Libro cerrado, Antonio Manuel García Espín (La Copa de Bullas, Múrcia) ............................. 32
Los gigantes se han convertido en fronteras, Amparo Romero Ranz (València) ............... 33
Los guisantes megainteligentes sueñan con ingenieros genéticos, Ainhoa Ollero Naval
(Monzón, Huesca) .....................................................................................................................34
Me dicen «el desaparecido», Roberto Migoya Ramos (Ponferrada, Castella i Lleó) ............. 35
Misterio, Rafael Sastre Carpena (València).............................................................................36
Muerte en la setenta y tres, Silvia Orta Cruz (Paiporta, València) ....................................... 37
Ojos que no ven, corazón que no siente, Guadalupe Gavilá Orejas (Godella, València) ......38
Pólvora mojada, Manuel Pérez Recio (València) ...................................................................39
Raíces, David Sanchis Ribes (València) .................................................................................. 40
Raimon, el cedre, Salvador Patricio Gómez (València) .......................................................... 41
Siempre es tarde cuando es después, Marina Bolaños Urruela (Villanueva del Pardillo,
Madrid) .....................................................................................................................................42
Sonaba en mayo, María Nieves Soria Somolinos (Madrid) .....................................................43
Su plato favorito, Francisca García Jiménez (La Canyada, València).................................... 44
Sueños, Tomás Sánchez Rubio (Sevilla) ..................................................................................45
Teresita, Plácido Romero Sanjuán (Mancha Real, Jaén) .........................................................46
Un instante sin planear, Celina Ranz Santana (Montaña La Data, Las Palmas) ...................47
Una furtiva lágrima, Miguel Ibáñez de la Cuesta (Santander) ..............................................48
Up in the air, Javier González Ramiro (Galapagar, Madrid) ....................................................49
Veinte centímetros, Mª José Fernández Gómez (València) ...................................................50
Viatge cap al nou món, Maria Bofill Garcia (El Puig, València) ............................................. 51
Victor, Justo Gonzalo Burcio (Madrid) .................................................................................... 52
Vísceras de trapo, Manuela Bodas Puente (Veguellina de Órbigo, Castella i Lleó) .............. 53
Wittgenstein for ever, Juan Manuel Márquez Núñez (San José de la Rinconada, Sevilla) ........54
4
Hi ha moltes maneres de contar històries, però una de les més
difícils i alhora més engrescadora és poder fer-ho amb poques
paraules.
El microrrelat ens demana com a lectors o lectores una actitud activa: l’omis-
sió, els buits i els silencis formen part d’allò que se’ns conta. Les paraules sug-
gereixen més que descriuen; el títol aclareix el context... o no.
No estem parlant d’un gènere acabat de nàixer: refranys, aforismes i epitaf-
is són alguns dels seus antecedents. I, actualment, graffitis i tuits són altres
formes de microrrelat.
Us convidem a gaudir de la lectura d’aquells que el jurat ha considerat els mil-
lors microrrelats de la II Edició del Concurs de Biblioteca Godella.
Joan Cardo Serra
Regidor de Biblioteca i Promoció del Valencià.
5
Només deu segonsLaUra CaBEdo CaBo
Un F-22 alemany sega la foscor. El pilot americà porta la jaqueta impecablement
cosida per una xiqueta de Tailàndia. El míssil romanès, dissenyat abans la
crisi, cau. L’arpó balener travessa l’oceà de gel fos i una jove nigeriana soterra
el nadó, que tindrà l’epitafi al diari oblidat del metro, que passa pels fonaments
de ta casa : “cada segon un xiquet mor”. omar desperta sota la lona. amb
una llanterna Made in China contempla el cel de paper on l’avionet llança
caramels a l'aire. La llum cega els seus huit anys. En l'últim segon, algú crida
davant del televisor: gooool!
(Torrent, València)
6
El suceso de las palabras parecidasToNI GarCía PEraLTa
Le pregunté por su oficio y me dijo que se dedicaba a la decencia. No me gusta
corregir los errores de pronunciación de nadie, así que me limité a mostrarle
mi respeto por las personas docentes. No, no, decente –me rectificó él. Bueno,
intento serlo –añadió.
Me avergoncé y le pedí disculpas por no haber entendido que trataba con
un concejal, pero el hombre tenía buen talante. Chocó mi mano, me palmeó
la espalda y me recalificó la parte superior del tronco convirtiéndome en
urbanizable y rústico a partes iguales.
¡oiga! –le increpé.
Entonces chasqueó los dedos y se institucionalizó.
(La Canyada, València)
7
Daños colateralesJoaqUíN SoLaNo PérEz
No se lamentaban las laboriosas termitas de las innumerables bajas causadas
en su comunidad por el oso hormiguero. asumían con resignación formar
parte de su dieta. Lo que no llevaban bien y las ponía de los nervios era el de-
strozo que causaba en el termitero cada vez que comía, obligando a las super-
vivientes de la masacre a reconstruirlo cada poco tiempo. Clamaban con ve-
hemencia al Creador para que dotara al oso hormiguero de la inteligencia del
chimpancé que, de manera selectiva, conseguía su dieta de termitas utilizando
una ramita e introduciéndola en el termitero sin causar daños colaterales.
(San Fernando, Cádiz)
8
La morada de los signos de puntuaciónFErNaNdo MoraLa SaLaMaNCa
Entré en esa mansión, allí estaban: los dos puntos, había una coma al lado y
una bonita palabra (entre paréntesis); el punto y coma pasó por allí y saludó
al punto y seguido. atravesé el pasillo y allí –entre guiones- me encontré al
punto y aparte.
Pasé a la siguiente habitación y pregunté a la raya
— ¿Son estos los signos de interrogación?
— Y ella me respondió: “son los de entre comillas”.
Vi otro precioso cuarto ¡allí estaban los signos de admiración! después
muchos signos más, los puntos suspensivos…
Y finalmente, en la última estancia, me despedí del punto y final.
(Godella, València)
9
Maldita modaMóNICa LLaNoS JIMéNEz
En aquel montón encontró una blusa de encaje con aberturas en la espalda.
ahí la dejó. al lado unos estrechos pantalones de marca diseñados a zarpazos.
apenas los miró. agachó la cabeza y metida en su mundo siguió hurgando
hasta dar con algo que tapara su vergüenza. Tampoco era un gran cartón pero
al menos no tenía agujeros.
(Catarroja, València)
10
Paciente esperaJULIa SaLa CoSTa
Ha vuelto, como cada sábado. Pronto hará dos años que la conozco. aquel día
se puso unas gafas rojas muy graciosas y me miró. desde entonces siempre
me mira, aunque sea de reojo.
Hoy me he puesto a temblar cuando se ha acercado. Estaba tan cerca que
creía que me iba a tocar. Pero ha sonreído ladeando la cabeza y ha elegido
un tomo de quevedo. Luego se ha marchado. Creo que ya ha salido con casi
todos mis vecinos, por eso, aunque refugiado en este estante de la biblioteca,
espero ilusionado el próximo sábado.
(València)
11
Por una teoría de las ideasaNToNIo LINo rIVEro CHaParro
La idea platónica entró solemne en el ágora, ataviada con su túnica blanca
y mientras se atusaba sus luengas barbas, les habló a las ideas confusas
allí reunidas sobre una teoría que había inventado para ellas. al acabar la
explicación, se fueron al bar a tomar unas cañas y comentaron que la charla
parecía haber arrojado una nueva luz sobre las cosas. El debate quedó
bruscamente interrumpido cuando una idea sombría alertó a las demás de
que se hacía tarde y de que al día siguiente les esperaba una dura jornada de
trabajo. Visiblemente apesadumbradas, decidieron regresar a la caverna.
(Las Palmas de Gran Canaria)
12
BichosJoSé LUIS CHaParro GoNzáLEz
El niño había dejado el libro en el suelo y observaba atentamente el interior
de un bote de cristal. Cuando el anciano se percató de ello se lo recriminó:
–¡¡deja ya los bichos y ponte a estudiar ahora mismo!! -ordenó el abuelo
darwin, a su nieto Charles...
(Badajoz)
13
Canibalismo ilustradoJULIáN dESPaIGNE rodríGUEz
examinan el cerebro del mejor pianista del país. hallan apenas un encéfalo
común. perdonen doctores, me equivoqué, traje el cadáver de un condenado
a muerte. los neurocirujanos sonríen, están a tiempo de carne inteligente.
seguí el protocolo: lo llevé a seres de su misma especie, los presos se lo han
merendado… la cólera de los galenos estalla con la frase final… también lo
probé, sabía a música. en el acto se zamparon al ayudante.
(Chelva, València)
14
Castells en l’aireMaría aMParo ParEdES NaVarro
El seu ofici era alliberar a la gent de penes, de frustracions, dels somnis
trencats...per un preu mòdic. Els emmagatzemava en un ordre perfecte pel
pes, color i forma, després de bastants anys va obrir el depòsit i es va fer
construir una gran mansió multicolor amb sòlids fonaments de dolors, culpes
i desenganys, amplis finestrals amb els cristalls de colors de les il·lusions
estripades. desprès es va asseure en un confortable sofà: «ara a descansar»,
digué. Ja era tard però, havia obert la porta del magatzem de les consciencies
dels altres que, lliures, van envair la seua ment.
(L'Eliana, València)
15
DescosidosáNGELa TorrIJo arCE
de día, el reloj del pueblo funciona. de noche, las agujas deshacen los
segundos y sus niños nunca crecen.
(València)
16
DivertimentoVíCTor VEGaS
Los bostezos son diestros trapecistas. Suelen volar de boca en boca porque
allí yace su pasatiempo favorito. No tienen preferencia en boca particular
ninguna: ahora puedes verlos retozar en una pequeña, incolora y sin sabor, y,
un segundo después, en otra gorda, roja y muy apetitosa. Carecen de tácticas
y estrategias. Sólo se dejan llevar por el GPS de las emociones. a simple vista
parecen una orquesta sinfónica rigurosamente ensamblada, pero no pasan de
ser un cuarteto alocado, alegre y absolutamente contagioso.
(Madrid)
17
El abrigodaNIEL GóMEz GóMEz
descubrió aquel abrigo ajeno olvidado en su armario, se lo probó y de
pronto se sintió desnuda al reconocer el olor de un viejo amante, que volvía
a abrazarla.
(València)
18
El enamoradoJUaN NEGrEIra MoNTaña
El hombre enamorado deseaba visitar a su amada, que vivía en una ciudad
lejana. Fue por ello que inventó el automóvil. Tuvo también que inventar las
carreteras y los bares de carretera, que llenó de camareras de moño recogido.
No podía olvidar la manera de extraer petróleo de la tierra, para refinarlo en
forma de gasolina con la que alimentar el motor de su coche, y también las
gasolineras donde repostar. al llegar se la encontró besando a otro hombre.
- ah, hola. Te presento a Miguel. acaba de inventar el avión- le dijo, señalando
a su rival.
(Santiago de Compostela, La Corunya)
19
El hombre que ponía acentosPEdro FErNaNdo GáLVEz GoNzaLo
Tenía 62 años y una sola obsesión: la corrección gramatical en el lenguaje.
¿Su objetivo?: los anuncios donde quiera que estuvieran y los muros de la
ciudad.
Impecable, traje, sombrero, corbata y en sus bolsillos, un spray y un rotulador.
En una de sus manos, un libro.
Calle Músico F. Caballer; una pared: “Tu novio te ama mas que a nada”. Miró
por ver que estaba solo, nadie lo veía; respiró… actuó y, ¡disimuló!; ¡buenas
noches! ¡buenas noches!
Se dirigió a la estación de metro de Godella, allí tenía bastante trabajo.
después viajaría a Valencia. ¡quedaba tanto por corregir!
(Godella, València)
20
El muñecoTErESa SEPULCrE rIzo
El muñeco fue el primero en cerrar los ojos…y el ultimo en darse cuenta de lo
que sucedía. Matilde lloraba acurrucada entre las sabanas de su despedazada
vida, temblando. Su pequeño corazón golpeaba con fuerza, deseoso de que
la puerta que la protegía del miedo permaneciera cerrada. Solo unos pasos
la separaban de la angustia. arropada por la cruel esperanza de que por fin
empezaba a amanecer, comenzó a vestirse, despacio, tenía que llegar a la
cocina cuando su madre ya estuviera allí. Y aún así, debía estar alerta, sus
manos siempre eran capaces de encontrarla.
(Elx, Alacant)
21
El número sieteSILVIa aSENSIo GarCía
recluido en el pozo seco, pronto se callará, como los demás. Ya no le quedaran
fuerzas ni para chupar de esa teta que cada día está más vacía y estéril. áfrica
está sedienta de nuevo.
La madre contempla a su bebé con ternura y acaricia cada surco de su carita
para no olvidarla, como hace siempre. Se irá apagando como un tronco sin
lumbre o hasta que arda la última ascua.
Pronto, será el número siete.
(Madrid)
22
El último lectorSaLVador roBLES MIraS
El lector, desde el corazón de la imaginación, suplicó al escritor que fuese
breve. Pero éste siguió a lo suyo. No podía cortar el flujo de la inspiración. “Por
favor, brevedad”, insistió aquél. El autor hizo un ademán con varias neuronas,
como pidiendo paciencia al lector imaginario. éste, a la desesperada, trató
de persuadirle de su monumental error; pero el escritor siguió a lo suyo,
sordo y ciego a los argumentos del lector imaginario, el alter ego de su último
lector. Hay cuentos que, por mucho que se empeñe un escritor, no pueden
convertirse en una novela.
(Bilbao)
23
El vell rellotgeCoNCHa ESTELLéS PaSCUaL
El rellotge avorrit mirava cap al carrer, el seu temps passava a poc a poc com
si les manetes li pesaren amb cada volta.
Un dia de vent, una enagua de suau blonda sacsava orgullosa les seues costures.
L’aire la va espentar i engronxant-la amb soltesa la va dipositar als peus del vell
rellotge qui de sobte va sentir una aguda punxada que accelerant els segons li
va lubricar les hores, mentre l’enagua maliciosa joguinejava amb la corda del
pobre rellotge, que embogia al ritme del seu maldestre tic tac.
San Antonio de Benagéber (València)
24
En el barroJoSé MaNUEL GóMEz VEGa
El prisionero se separa de la formación y toma asiento sobre el suelo. Con un
dedo escribe en el barro LUMBrE, extiende las manos y se las frota. después
escribe algo más por encima, se inclina hasta rozar las letras con la nariz e
inspira profundamente. Un grito en alemán precede al disparo que acaba con
su poca vida.
Entre los supervivientes del campo de concentración hay un compatriota, un
poeta que nunca se perdonará que aquella noche de invierno se le llenase la
boca de agua en vez de los ojos. Cuando descubrieron en el barro la palabra
PaELLa.
(Torrejón de Ardoz, Madrid)
25
Estaciones tristesLourDES ASo TorrALBA
El reloj perdió una saeta. El pie izquierdo rompió el tacón en las escaleras
de Paraninfo y la puerta del vagón me mordió en ciudad de Justicia. Por
Barbarela ya pensé en el sol de arriba y el desahucio. abajo por El Torcal mi
vida descarriló por completo. Comprendí que los raíles circulan paralelos y
mi segundero jamás podría volver a dar la hora. Le pedí disculpas al saxofón
y dejé que me tragara antes de que el jazz rasgara el aire y unas monedas
cayeran en su platito de pedir. Las estaciones tristes volvieron todas a su sitio.
(Jaca, Huesca)
26
Futuro simple de subjuntivoVIrGINIa MaS PEINado
Pruebe a imaginar por un instante que se convierte en algo inmaterial.
El profesor, ante una masa de incrédulos alumnos, comenzó un extraño
proceso de invisibilidad dejando una nube de polvo como única huella de su
existencia. En pleno análisis sintáctico de una oración, su cuerpo y su mente
se condensaros en una sola partícula: un futuro simple de subjuntivo. Un
ente condenado al lenguaje jurídico y administrativo. Nunca aparecerá en una
canción, en una charla entre amigos…
Y acabará sus días sometido a una cadena perpetua en un artículo del Código
Penal.
(Madrid)
27
GargantaaNa TEJa dE JUaNa
El diagnóstico fue implacable:
-Lo suyo es un problema de garganta. Está seca.
de modo que dejé de fumar y me puse como posesa a beber infusiones de
tomillo y hacer gárgaras de agua tibia.
Nada. aquello seguía igual.
Tomé entonces medidas drásticas y dejé de hablar. radicalmente. Hasta
conmigo misma.
El silencio se hizo tan nítido que parecía transparente.
Fue a través de él como, meses después, vi llegar el otoño.
Ladera abajo, brincando de piedra en piedra, como cada septiembre, corría de
nuevo el río por la garganta.
(Muriedas, Cantàbria)
28
Juego triste para un niñoEMILIo SILVa oTEro
–Mamá ya no me gusta este juego.
–Sí mi amor, lo sé, pero tenemos que jugar otro poquito más, ¿ves aquella
puerta allá al fondo? Es la puerta de un jardín al que iremos mañana.
–Vale mamá, pero tengo frío, hambre y me duelen mucho los pies.
–Bueno mi amor, este juego es así, ¿no te gustó cuando cruzamos en barco?
–Sí, me gustó, pero tú me prometiste que en dos días iba a ir a un colegio
muy bonito.
–Sí mi amor, te lo prometí y así va a ser, espera un poco.
–Mamá, no me gusta la alambrada.
(Lugo)
29
La bombaaNa BELéN orTIz MorENo
Si me dejas, le dijo él, mi corazón estallará en mil pedazos, necesito que estés
a mi lado para siempre.
Ella salió por la puerta y puso kilómetros de distancia por miedo a la honda
expansiva de los celos.
(Puente Tocinos, Múrcia)
30
La rebel·lió de les ideesMaría doLorES BELTráN BaraT
Segelleu-los per dotzenes amb la data de caducitat i guardeu
que cap no se n’esclafe, perquè del rovell, les idees se
n’enlairen amb facilitat ! - El general manava des de la
seua caixa daurada i aviat dues agulles sagitades marcaven un
ritme marcial .
Enutjat perquè la producció mai no minvava, barrà
el soroll amb promptitud agressiva i pensà: “Tot està controlat !“
de sobte i rabent, una anacrusi canvià el tempo. La
lloca despertà i estavellà les closques, llavors les idees
s’escamparen pertot arreu; n’eixien a mansalva i les agulles
s’aturaren. La caixa daurada del general esdevingué de fang...
(Burjassot, València)
31
La vieja maletaCarMEN BELéN GaLVáN CaBrEro
Cuando la tos se vaya aún quedarán cosas en la maleta. La cargo desde la
última noche. La noche de la risa verdadera y el canto en el estómago, algo
íntimo es la alegría aunque se expanda y gotee. algo parecido a la visión de
un psicótico. a veces, he goteado recuerdos de ella para engañarlos a todos.
Es la maleta una cojera sombría que se arrastra por los rincones, a la espera de
asaltarme entre los espectros crepusculares.
32
Libro cerradoaNToNIo MaNUEL GarCía ESPíN
Su corazón blandía una sinfonía difícil de describir, a caballo entre la excitación
y el agotamiento. abrió una segunda botella de whiskey, esta vez con otro
motivo. El fluir acompasado de las herrumbrosas manecillas del reloj de pared
se unía a los latidos en un coro estremecedor. a pesar de las circunstancias, le
inundó un terrible vacío. Supo que su éxito significaba el fin.
después de profusas divagaciones, hipótesis erróneas e indicios incongruentes,
había comprendido: el lector era el asesino.
(La Copa de Bullas, Múrcia)
33
Los gigantes se han convertido en fronterasaMParo roMEro raNz
quiso el destino que el ánima de don alonso no feneciera haciéndose carne
una y mil veces en la carne de otros hombres. Hecho verso, acunó a los
parias con manos de dulcinea en Calcuta. Engendró un sueño de justicia
siendo negro y pacifista. Hoy, en la galera de un tal don Miguel, él y Sancho,
empecinados, patrullan la extensa y sepulcral llanura del Mediterráneo:
liberan a los cautivos de este siglo, tienden puentes de plata, recogen a
refugiados y hambrientos y les dan asilo en la ínsula Barataria.
(València)
34
Los guisantes megainteligentes sueñan con ingenieros genéticos
aINHoa oLLEro NaVaL
al limpiar el congelador, los ingenieros genéticos encontraron una bolsa de
guisantes y una probeta con genes de Mendel. Fascinados por la coincidencia,
decidieron combinar ambos adN; resultó una variedad de guisantes
megainteligentes que les valió el reconocimiento mundial. Partieron de gira
por las principales universidades del planeta; en su ausencia, los guisantes se
encargarían del laboratorio.
En cuanto se quedaron al mando, las brillantes leguminosas incorporaron
adN del ganador del campeonato mundial de coctelería a los circuitos
centrales de unos robots, añadieron unas gotas de cafeína y les salieron unos
ingenieros genéticos eficientísimos que descifraron el genoma de dios.
(Monzón, Huesca)
35
Me dicen «el desaparecido»roBErTo MIGoYa raMoS
reo en mi paraíso de corrupta opacidad, clon en serie para nunca existir en
el curso legal. Mis compinches son élite; el poder, mi refugio. Juntos apilamos
legiones influyentes… Tan misántropos, tan codiciosos. Un papel envidiado y
al mismo tiempo repudiado por la calderilla del humilde. Invisible a la libertad
de movimiento de mis hermanos menores y los honestos que a diario se baten
el cobre. Mi nombre es quinientos y todas mis caras irradian purpúreas
vergüenzas. Temedme aquellos de timbre decente, pero no me odiéis, pues no
soy yo, sino viles humanos quienes controlan la fortuna del ahogado.
(Ponferrada. Castella i Lleó)
36
MisterioraFaEL SaSTrE CarPENa
Juro por dios que no entiendo qué narices hago a la una de la mañana dentro
de este vestido de camarera, bebiendo whisky y fabricando volutas de humo
en la barra de un solitario snack-bar de Wisconsin. Sobre todo si consideramos
que me llamo Cristóbal, vivo en Teruel, soy butanero, abstemio y no tengo ni
pajolera idea de inglés. Cruzaré los dedos para que no entre ahora Maruja y
me reconozca; hace unos días le aseguré que había dejado de fumar.
(València)
37
Muerte en la setenta y tresSILVIa orTa CrUz
Por fin iba a matarle. Todavía no sabía cómo, pero había llegado el día. Se
levantó de la cama y se dirigió hacia su mesa, mientras introducía la boquilla
de un cigarro en su boca pastosa. El frío y la primera luz de la mañana
penetraban desde la ventana hacia su cuerpo. Planeó, imaginó, ideó. Un
disparo en la nuca. Frotó sus manos hasta que entraron en calor. Ya estaba
preparado. Cogió con firmeza su arma, volvió la hoja y le mató en la página
setenta y tres de su novela.
(Paiporta,València)
38
ojos que no ven, corazón que no sienteGUadaLUPE GaVILá orEJaS
En una ocasión, un profesor hizo uso de este refrán mientras hablaba con sus
jóvenes alumnos. Uno de ellos, un muchacho ciego de nacimiento, se lo tomó
tan al pie de la letra que cuando murió, a la venerable edad de noventa y nueve
años, pudo decir, muy ufano, que jamás había amado a nadie.
(Godella,València)
39
Pólvora mojadaMaNUEL PérEz rECIo
El anciano de traje beige alisó su barba, contuvo el aliento y llamó a la puerta. abrió una mujer de pelo cano, encorvada como un arado, el rostro agrietado y la mirada hundida en un pozo de resentimiento.
“Lo siento. Me equivoqué”, se apresuró él, con los ojos brillantes.
La mujer esbozó una sonrisa agridulce, y acarició con ternura la mejilla del hombre, su pelo cano. ¿Cuánto tiempo había pasado?... Mantuvo la mirada perdida en sus ojos durante unos instantes. Luego dio un paso atrás, dejó escapar un hondo suspiro de alivio y cerró la puerta en sus narices.
(València)
40
raícesdaVId SaNCHIS rIBES
El picor es inaguantable.
ayer lo oí en las noticias. dicen que es posible. que ya pasó en varias
personas.
–¡No te tragues el hueso!
...Me lo dijeron...
Noto las ramas. dentro de mi pecho. Y como las raíces se anudan en mi
colon, oprimiendo mis vísceras. asfixiantes. Sin tregua. Enredándose en mis
tripas.
debo ir al médico. Esta hipocondría va a matarme. él me dirá que no es
nada.
Ya estoy en la sala de espera, sudando, qué nervios.
Entro.
–Cuénteme.
–abra la boca.
–respire.
–Tosa.
–¿qué tengo doctor?
...silencio
–Nada que no pueda solucionar un jardinero.
(València)
41
raimon, el cedreSaLVador PaTrICIo GóMEz
a raimon li agradava cuidar del jardí. Per això, quan va començar a conver-
tir-se en arbre, sabia on acabaria els seus dies.
Un dia, unes branquetes van començar a créixer als seus avantbraços. Si les
tallava, creixien més fortes. El monyo li va caure, i va ser substituït per fulles
verdes. La pell es va endurir, i es va tornar marró. quan les arrels van comen-
çar a brollar dels peus, raimon es va rendir i va preparar un lloc al jardí.
quan l’últim cabell es va convertir en fulla, raimon es va alegrar de tindre un
jardí tan ben cuidat.
(València)
42
Siempre es tarde cuando es despuésMarINa BoLañoS UrrUELa
Finalmente, Ulises volvió a casa.
Clavó los pies en la arena y miró al frente.
El mar era tan enormemente vivo como recordaba. Tan salvaje y tan armóni-
co. Tan frío y tan agradable. Tan mágico. La arena era tan suave y tan salada,
el cielo tan cálido y tan grande. Las gaviotas tan ausentes como se temía La
playa tan desierta.
Les miró a los ojos y no pudo evitar llorar, gritar de ira. Correr hasta la orilla
y arriesgarse a meter los pies en el agua gris.
En esa masa oscura que hace años alguien llamó Mediterráneo.
(Villanueva del Pardillo, Madrid)
43
Sonaba en mayoMaría NIEVES SorIa SoMoLINoS
La música de zarzuela inunda el aula, alfredo Kraus interpreta magistral-mente un fragmento de Luisa Fernanda. Me emociono y mi mente en un in-stante recrea una estampa de mi niñez.
ahí estoy yo, con un brochazo de espuma en la naricilla, contemplando cómo te afeitas, con qué destreza pasas la navaja por tus mejillas. Tus ojos negros me miran desde el espejo, y tu voz, tu maravillosa voz, canta a mamá, que embe-lesada ha parado un instante en su quehacer: “¡Ay mi morena, morena clara!, ¡Ay mi morena, qué gusto da mirarla! …”
que mamá sea pelirroja carece de importancia.
(Madrid)
44
Su plato favoritoFraNCISCa GarCía JIMéNEz
María, prepara las setas con especial cuidado, su plato favorito. Mientras,
fantasea con un futuro cercano, una playa con palmeras, el mar. Escucha el
ascensor, las llaves en la cerradura, los pasos vacilantes, la voz pastosa gritando
su nombre. Tiene dudas y decide servirle una sopa, pero él la rechaza con
brusquedad y termina en el fregadero. María tiene miedo, como siempre. En
silencio, le sirve las setas... y se sienta a esperar.
(La Canyada, València)
45
SueñosToMáS SáNCHEz rUBIo
Les advertí que sería un mal raa -responsable de alerta aérea-, que me
quedaba dormido, que no era simple narcolepsia… No sirvió de nada, no me
entendieron. Elegían al azar y me tocó a mí.
Como era de esperar, me dormí enseguida. No sabían que mi enfermedad
era extrañamente contagiosa… Por eso vivía solo en las afueras, alejado de
todos. Me quedé dormido y no avisé. Tampoco hizo falta. Esa noche también
los pilotos se quedaron dormidos. Por esa sola madrugada dejaron de caer
bombas.
(Sevilla)
46
TeresitadE PLáCIdo roMEro SaNJUáN
Nunca dejan mirar hacia arriba. Buscan la ventana a la que se asomaba
Teresita. Todos estaban enamorados de ella. Todos soñaban con desposarla.
Todos, incluso los que buscaron otra mujer y se casaron, siguen amándola. No
saben lo que le sucedió a Teresita. Un día, simplemente desapareció. quizá fue
a estudiar a la capital o se casó con ese novio que decían vivía en zaragoza.
Teresita, escondida detrás de los visillos, les ve levantar la vista para mirar
la ventana. decidió encerrarse cuando cumplió cuarenta años, despechada
porque ninguno de ellos se había atrevido jamás a llamar a su puerta.
(Mancha Real, Jaén)
47
un instante sin planearCELINa raNz SaNTaNa
Las palabras se perdieron en la ingravidez de su tránsito entre el contestador
y la ventana.
“Señora Sarasqueta, le rogamos que contacte con nosotros lo antes posible. El
departamento de análisis ha cometido un grave error con los resultados de la
prueba. Estaba usted en lo cierto: probablemente sólo soñó que volaba”.
(Montaña La Data, Las Palmas)
48
una furtiva lágrimaMIGUEL IBáñEz dE La CUESTa
Es la última actuación del prestidigitador. El escaso público aplaude
cortésmente cuando el artista decrépito se despide con una reverencia. Se
apagan las luces del escenario y los espectadores se levantan en silencio y se
van.
En el camerino, iluminado con una sola bombilla amarillenta, se oye un
suspiro de melancolía: el que emite el conejo cuando desinfla al mago, lo
dobla, lo alisa con cuidado, lo mete en la maleta por última vez.
(Santander)
49
up in the air JaVIEr GoNzáLEz raMIro
a sus ochenta y muchos, dámaso Valero de Juan, al que dicen “El Talgo”,
conservaba muy buena vista. Mientras subían, alcanzó a leer desde la camilla
el discreto cartelito que brillaba en la botonera del ascensor: “ELEVaMoS
SUEñoS”. Se acordó de su pueblo, Fregenal de Calatrava, donde los sueños
habían sido pocos y más bien horizontales.
“¿qué tal, dámaso, estamos tranquilos? Venga, ánimo, que ni se va a enterar”,
decían las batas verdes de alrededor. Por instinto, el manchego se agarró
fuerte a la sábana, no fuera a elevarse mucho.
Cuando despertó, ya estaba arriba. arriba del todo.
(Galapagar, Madrid)
50
Veinte centímetrosMª JoSé FErNáNdEz GóMEz
¿de verdad sabéis lo que son veinte centímetros? Parece poco, pero os puedo
asegurar que es demasiado, al menos para mí; muchas mujeres consideran que
es el tamaño ideal, pero os puedo asegurar que a mi la experiencia me resultó
dolorosa, casi traumática, y a dios pongo por testigo de que no lo repetiré,
que volveré a contentarme con bastante menos, ¡pero si hoy apenas puedo
caminar! os aseguro que me siento completamente dolorida, que cada paso
que doy es una tortura insufrible... no, nunca más, jamás volveré a ponerme
tacones de veinte centímetros.
(València)
51
Viatge cap al nou mónMarIa BoFILL GarCIa
El cansament i el fred invadien fins l’últim dels seus menuts ossos. Sa mare li
estrenyia una mà amb força, i amb l’altra el xiquet agafava l’únic peluix que
va poder rescatar abans d’emprendre eixe llarg viatge que pareixia no acabar
mai. Ja no li quedaven energies per plorar, i la por s’havia convertit en una
part inherent de si mateix. Però això ja no li preocupava. Només somiava amb
assolir eixa frontera que li havien promés, i amb arribar a eixe món en què
segons deien, el so de les bombes només existia a la televisió.
(El Puig, València)
52
VictorJUSTo GoNzaLo BUrCIo
El olor a primavera combatía con el hedor a injusticia que recorría el estadio
Nacional. Nos mirábamos desde las diferentes gradas, intentando reconocernos
antes de que el partido terminara. Los megáfonos empezaban a rugir. Los del
campo doblaban las rodillas de cansancio al reconocer inminente su derrota.
ráfagas de pólvora partieron mi corazón antes de escuchar el pitido final.
(Madrid)
53
Vísceras de trapoMaNUELa BodaS PUENTE
a Carmelo se le había roto su barriguita por el roce y el cariño. No se separaba
ni un segundo de Pequeñohumano, su hermano mayor.
aquella mañana despertaron con una calma inusual. En la cocina, yacía
mamá sin vida, con el corazón asomando por un costado y las vísceras
desparramadas sobre el mandil-mapa de tantos descosidos del alma. Sin
vacilar, Pequeñohumano se acercó al cuerpo yacente de su madre, la besó
mientras tomaba el corazón y sus vísceras para introducirlas en el cuerpo de
Carmelo.
(Veguellina de Órbigo, León)
54
Wittgenstein for everJuAN MANuEL MárquEz NúñEz
El detalle no pasó inadvertido: por primera vez en veinte años, d. Jacinto
C., catedrático de Filosofía del Lenguaje, hombre recto, conducta intachable,
casado y con cinco hijos, acudía a clase sin cobarta. Yo intentaba concentrarme
en sus palabras, pero bajé la mirada cuando la suya, enamorada, casi
imploradora, se clavó en la mía mientras explicaba el punto siete del
“Tractatus”. Me di cuenta de que tenía el bolso abierto. Lo cerré con cuidado
y rápidamente, confiando en que nadie la hubiera visto en su interior. Tenía
manchas del carmín de mis labios y era de cachemir.
(San José de la rinconada, Sevilla)
fitxa tècnica
© dels textos: Els autors
Jurat: Antonio M. Herrera, Rosa Pastor Carballo
i Josep Vicent Domínguez García
Secretària i coordinadora: María Castelló García
Disseny i maquetació: Andrés García García
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ABRIL DE 2016