humboldt 157 es

86
HUMBOLDT 157 PROTESTA 2.0 HUMBOLDT 157 Una pUblicación del Goethe-institUt PROTESTA 2.0

Upload: luis-hernando-orozco

Post on 24-Apr-2015

49 views

Category:

Documents


13 download

TRANSCRIPT

Page 1: Humboldt 157 Es

Hu

mb

ol

dt

157

P

ro

testa

2.0

Hu

mb

ol

dt

157

Una pUblicación del Goethe-institUt

Protesta 2.0

Page 2: Humboldt 157 Es

Humboldt 157 / Protesta 2.0

editorial Isabel RIth-MagnI y UlRIke PRInz 3

ChRIstoPh neUbeRgeR y ManUel WendelIn la tRansfoRMaCIón estRUCtURal de la vIda PúblICa 2.0 5

RaUl zelIk ¿RevolUCIones faCebook? 8 hadIja haRUna PRotestas en la Red 11

geRhaRd sChUlze el ManIfestante 14

ReRy Maldonado aquí estamos 18

RIChaRd davId PReCht y stéPhane hessel UtoPías PelIgRosas y neCesaRIas 21

josé-Pablo jofRé “–¡¿dónde está la IzqUIeRda?! –¡al fondo a la deReCha!” 25

ChRIstoPh baRtMann “UtoPIa foR oUR tIMe” 29

MaxIMIlIan PRobst el bUqUe fantasMa 32

tIMo beRgeR los sIn MIedo 34

gUIoMaR RovIRa sanCho el teClado del sUbCoMandante MaRCos 37

CaMIlo jIMénez davId ContRa golIat 40

ósCaR CalavIa la “hIgh teCh” de los IndIos 43

astrid ulloa PUeblos Indígenas, RePResentaCIones y teCnología en ColoMbIa 46

josé aníbal CaMPos atraPados Por la red 48

evgeny MoRozov dICtadoRes IntelIgentes 51

Rosana heRMann – (@Rosana) nosotRos, los qUe MoveMos el MUndo 53

Inke aRns los jonathan sWIft de la geneRaCIón jaCkass 56

ana longonI la InteRvenCIón CReatIva PaRa la MovIlIzaCIón PolítICa 59

anja jUnghans y benjaMIn davId el desCUbRIMIento del esPaCIo PúblICoInteRMedIo 62

geRaldIne de bastIon ¿Red global o CaMPo de jUego elItIsta? 65

RIke bolte tRansveRsalIa 68 RIlo ChMIeloRz memoria: Hablar // callar 71

UlRIke PRInz y thoMas MeIneCke tRas las hUellas de hUbeRt fIChte en salvadoR de bahía 74

alberto acosta la natURaleza Con deReChos 77

MaRkUs lanz aRqUIteCtURa PaRa todos: ConstRUyendo CIUdadanía 81

Ilse Poljansek entReMUndos: gUndUla sChUlze eldoWy 84

PIe de IMPRenta 86

Page 3: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

3/86Protesta 2.0isabel rith-magni y ulrike Prinz

Protesta 2.0

Facebook, Twitter, YouTube y los blogs de la red, los medios de comunicación social, han desatado una auténtica vorági-ne en nuestro mundo. Si hasta no hace mucho aún se lamen-taba la apatía política de la juventud, hoy día la inteligencia del enjambre hace temblar a las altas jerarquías y a los dicta-dores. “El pueblo” pide la palabra. Esto se ha puesto de mani-fiesto, en su dimensión más dramática, en las luchas por la li-bertad de la Primavera Árabe, que partiendo de Túnez han afectado a casi la totalidad de Oriente Próximo y al norte de África, y han sido bautizadas también como “revolución Twit-ter” o “revoluciones Facebook”. En ellas muchos miles de per-

sonas luchan contra regímenes autoritarios y corruptos, así como contra injustas situaciones políticas y sociales. También en los Estados Unidos y en toda Europa –en particular en Es-paña, azotada por la crisis– las masas se movilizan y ocupan las plazas: ¡Somos el 99 por ciento! ¡No nos vamos a callar! ¡Estamos indignados!

Estamos inmersos en una “Revollusion” (imagen del edito-rial de Nasan Tur), que despierta asociaciones con re-volución, e-volución, retroceso, avance. El papel de los medios de comu-nicación social en estos ingentes movimientos de masas es in-discutible, como indiscutible es también su influencia en el con-

Nasan Tur (1974, vive en Berlín), Time for Revollusion, 2008.Foto: cortesía de Nasan Tur. © VG Bild-Kunst, Bonn 2012

Page 4: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

4/86Protesta 2.0

gotas de agua se precipitan hasta el suelo ante los ojos del ob-servador.

Tal y como han puesto de manifiesto las ocupaciones de plazas en todo el mundo, el nuevo activismo político y artísti-co no se puede tachar de “activismo de sofá”, o slacktivism, que limita la participación democrática a un clic de ratón. Al con-trario: el camino conduce desde el monitor de casa a la plaza pública. Y allí, los manifestantes renuevan y amplían continua-mente sus estrategias creativas para llamar la atención. Y es más: en sus reportes resuena la experiencia colectiva, el sen-timiento de ser fuertes conjuntamente, ya sea en la plaza Ta-hrir, en el parque Zuccotti o en la plaza del Sol. Es la vivencia de la comunidad, de la communitas: lo que los etnólogos Arnold van Gennep (1873-1957) y Victor Turner (1920-1983) describie-ron como estadio de suspensión dentro de los ritos de paso y que suprime las estructuras estáticas cotidianas. En este senti-do, los campamentos de los ocupantes de las plazas se convier-ten en el espacio de transición a un mundo opuesto en el que las jerarquías y las pertenencias sociales no tienen cabida. En el esquema de Van Gennep y Turner, ese estadio, limitado tempo-ralmente, conduce a una nueva estructura. ¿Qué aspecto adop-tará? ¿Qué será de las formas de protesta igualitarias de los “revolucionarios de Facebook”, a quienes Christoph Bartmann achaca un cierto factor de hippismo? ¿Se impondrá finalmen-te su manera de entender la democracia y la coparticipación? ¿Subsistirá la inteligencia del enjambre sin un cabecilla? ¿O que-dará todo en una utopía inalcanzable, después de que los cam-pos de protesta fueran desmantelados este invierno y de que todos hayan vuelto a ponerse delante de su ordenador?

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Traducción del alemán: Virtudes Mayayo

Información adicional sobre la ilustración: La expresión “Time for Revolution” (Tiempo de revolución) se emplea en varios contextos. Se puede ver en títulos de libros, nombres de canciones, temas de congresos, tesis doctorales, tí-tulos de obras de arte, y aparece escrita en millones de facha-das en ciudades de todo el mundo. “Time for Revolution” se ha convertido en sinónimo de búsqueda de cambio. Cambio a un estado social o político diferente o cambio que altere sólo mo-destamente nuestra vida cotidiana. Pone en tela de juicio a las autoridades y busca una nueva y mejor alternativa.El rótulo de neón “Time for Revollusion” es una leve modifica-ción de la expresión establecida. Mantiene su contenido básico, pero el fallo ortográfico abre un espacio para una nueva lectu-ra de esta expresión. Pone de relieve una autorreflexión crítica del mensaje que en realidad propaga. (www.nasantur.com)

junto de nuestra sociedad, y todavía no se puede predecir qué derroteros tomará.

En este número, “Protesta 2.0”, indagamos en el efecto de la revolución digital en nuestra sociedad, en las modificaciones que introduce en nuestro comportamiento y nuestra manera de pensar, así como en las novedades que se vislumbran en el ám-bito de interacción de los medios digitales de comunicación, los movimientos cívicos y las estrategias artísticas.

Internet une y libera, favorece la igualdad y la transparen-cia, y conduce a una participación más directa y democrática de base, sin jerarquías. La red permite un intercambio interac-tivo, directo y sin filtros, en paridad de condiciones, según los más eufóricos. Un mayor uso de la red conduciría, por tanto, de manera automática a una mayor democracia. “Somos jóvenes, estamos superconectados. ¿Nos hace eso superdemokraticos?”, pregunta Rery Maldonado. Camilo Jiménez refiere cómo los ac-tivistas de Internet mexicanos luchan contra la corrupción y la mafia de la droga protegidos por el anonimato que ofrece la red. La escena bloguera, interconectada a nivel global, está en auge, y cada quien puede postear sin censuras su opinión, sal-vo en unos pocos países, cuyas estrategias informativas no to-leran la nueva polifonía y resultan tan anacrónicos como dino-saurios en el moderno flujo de datos.

Otros ven la más reciente evolución con escepticismo. Así, Evgeny Morozov constata que los dictadores son asimismo ca-paces de aprender, y persiguen a los disidentes en Internet em-pleando contra ellos los métodos de quienes luchan por la li-bertad. También se manifiesta críticamente Raul Zelik, que considera que a lo sumo la técnica puede apoyar la revolución, pero sólo la hacen posible el encuentro personal, la empatía y la solidaridad.

Optimistas y pesimistas los hay igualmente entre quienes observan el trato y el empleo de la comunicación de alta tecno-logía en las comunidades indígenas: en México, en el Amazonas o en la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia).

¿Y qué hace el arte? ¿Se pone al servicio de la revolución de Internet o logra poner la revolución a su servicio? Inke Arns comprueba que muchas ideas que en la actualidad llegan a un público global en el contexto de las redes sociales no son en realidad tan nuevas. Tal es el caso, por ejemplo, de la práctica actual del crowdfunding, con la que el grupo de artistas RTMark –después, The Yes Men– ya pudo financiar sus acciones subver-sivas en la década de 1990. Con sus “SurvivaBalls”, muestran irónicamente cómo se puede seguir contaminando sin escrúpu-los el medio ambiente. En las acciones artísticas, por ejemplo los flashmobs convocados espontáneamente por medio de los teléfonos móviles, se trata asimismo de descubrir los “espacios intermedios” urbanos (Junghans y David). Iniciativas de tales formas de expresión performativas las ofrecen también grupos artísticos argentinos, que con métodos creativos desenmasca-ran a los actores de un pasado sellado a cal y canto. Los llama-dos “escraches” tienen como objeto sacarlos a la luz. En cambio, en el caso de Julius Popp el objetivo es visibilizar la propia co-municación virtual, su transformación en esculturas analógicas. En su instalación bit.fall se van filtrando con la ayuda de un or-denador las palabras más empleadas en la red: que a modo de

isabel rith-magni y ulrike PrinzProtesta 2.0

Page 5: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 5/86Christoph neuberger y Manuel Wendelin

radio, asimétricos medios de comunicación de masas, se privó a los ciudadanos de participar de forma libre y espontánea en los debates públicos.

En realidad, podría suponerse que Habermas celebraría la aparición de Internet: nunca antes un medio había hecho tan fácil la amplia participación de los ciudadanos en la comunica-ción pública. Sin embargo, para Habermas el único mérito de In-ternet es que permite evitar la censura en Estados autoritarios. Por el contrario, cuando se trata de Estados liberales, se mues-tra más bien escéptico: Internet fomenta la igualdad, pero origi-na una fragmentación del público debido a la inabarcable abun-

Hace exactamente medio siglo, en el año 1962, apareció el libro de Jürgen Habermas Historia y crítica de la opinión pública. La transformación estructural de la vida pública. Ninguna otra obra ha tenido mundialmente tanta influencia en la discusión sobre lo público como la tesis de habilitación del erudito de Marburgo. Habermas analizó el surgimiento de una esfera pública burgue-sa en el siglo XVIII: la discusión entre ciudadanos con los mis-mos derechos, que analizaban críticamente cuestiones de inte-rés público, era para él la imagen ideal de la vida pública. Más tarde, según Habermas, se produjo una apropiación de lo públi-co por parte de fuerzas políticas y económicas. En la prensa y la

la tRansfoRMaCIón estRUCtURal de la vIda PúblICa 2.0

¿traerá la era digital más participa-ción ciudadana o una disgregación de la vida pública? habermas reloaded.

Segovial, 2009, proyecto de “Malinche“, dirigido por Thomas Engelbert. Instalación en OxigenArte 09, Segovia. © Malinche/ Thomas Engelbert. Foto: Thomas Engelbert y Xavi Muñoz

Page 6: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 6/86Christoph neuberger y Manuel Wendelinla transformación estructural de la vida pública 2.0

gencias. La Primavera Árabe ha demostrado que Internet es un medio adecuado para la coordinación y la realización de protes-tas: en Túnez y Egipto los manifestantes utilizaron (con éxito, a pesar de los intentos de los gobernantes de controlar Internet) Facebook, Twitter, YouTube y blogs para informar al extranjero y para sacar a la calle a sus conciudadanos.

Pero Internet era sólo un escenario de las protestas: la pre-sencia de los manifestantes en las plazas y la información de medios de masas más antiguos, sobre todo la televisión, fueron como mínimo igual de importantes. Internet tuvo también un papel muy relevante en otros movimientos políticos, por ejem-plo en el Occupy Wall Street o en protestas locales, como en el caso de Stuttgart, donde los enemigos y los partidarios de la construcción de una estación de ferrocarril se organizaron a tra-vés de medios de comunicación sociales.

El acceso técnico a lo público se ha vuelto más fácil, pero eso no quiere decir ni mucho menos que se nos tome en cuen-ta o tengamos alguna resonancia. También en Internet unos po-cos proveedores concentran la mayoría de los usuarios, mien-tras que numerosos sitios web en la long tail de Internet son visitados muy rara vez. Esto nos lleva a las siguientes pregun-tas: ¿hasta qué punto es permeable la esfera pública en Inter-net? ¿Qué posibilidades hay de que temas y opiniones se mue-van también “de abajo arriba”? El movimiento “de arriba abajo” es sin duda también dominante en Internet, como muestran mu-chos estudios. Los temas y las opiniones de los grandes sitios web periodísticos son retomados y difundidos por el público. Y sin embargo la permeabilidad “de abajo arriba” en Internet es mayor que en la prensa y la radio. Informes de testigos oculares, grabaciones de video explosivas y filtraciones de información interna que pueden desencadenar escándalos tienen más posibi-lidades de alcanzar un público más numeroso.

Internet no conduce automáticamente a un aumento de la democracia. Para que así sea, una primera premisa es que los ciudadanos estén dispuestos a participar en las discusiones pú-blicas. Pero esta disposición es ciertamente limitada: en el mar-co de un proyecto de investigación de la Universidad Técnica de Ilmenau, se observó exhaustivamente la participación de los ciudadanos en Internet entre los años 2002 y 2009. La conclu-sión fue que en Alemania sólo una pequeña minoría se expresa políticamente en Internet. Este resultado confirma la preocupa-ción de que Internet agudice incluso la desigualdad social, por-que los que aprovechan sus posibilidades son sobre todo los grupos de población ya de por sí privilegiados. Algunos estudios sobre la tesis de la “escisión digital” dan a entender que el acce-so a Internet y la competencia en el uso del medio digital depen-den de factores tales como ingresos, educación formal y edad.

Esto es válido tanto para la recepción como para la partici-pación comunicativa. Por eso es de temer que se produzca una profunda grieta en el tejido social no sólo en lo que se refiere a los conocimientos sino también a la participación. Estos meca-nismos de exclusión no son nuevos: a la esfera pública burguesa del siglo XVIII sólo tenía acceso una pequeña clase de hombres cultos y adinerados. <

dancia de la oferta. A su juicio, la red no puede oponer nada a las fuerzas centrífugas, ya que no hay intermediarios periodísti-cos que seleccionen, redacten o sinteticen las noticias dispersas.

Con este análisis, Habermas sin duda subestimó el radical cambio mediático que supone Internet y su potencial público. La esperanza de una mayor y más eficaz participación de los ciu-dadanos en la comunidad política que, desde mediados de los años noventa, se asocia con Internet, no ha sido vana. Sobre todo medios de comunicación sociales como Facebook, Twitter, YouTube y los blogs han contribuido a que los usuarios de Inter-net no sean sólo receptores sino asimismo emisores. En Internet los ciudadanos tienen más posibilidades de desarrollar un con-trapoder mediante la crítica pública: pueden descubrir interacti-vamente sus intereses políticos comunes y coordinar su acción pública a través de peticiones, protestas y boicots. En el caso de plagio del ministro de Defensa alemán Karl-Theodor zu Gutten-berg, que acabó con su dimisión, los usuarios de Internet busca-ron conjuntamente en una wiki fragmentos plagiados en la tesis doctoral de Zu Guttenberg.

Internet reúne una gran cantidad de información y todo el espectro de las opiniones. Gracias a ello, en principio, aumen-tan la transparencia y la posibilidad de trabar conocimiento con distintos temas y posiciones. Pero es cierto que también pue-de ocurrir lo contrario. Ésta es la objeción que expuso asimis-mo Habermas: la tesis de la fragmentación afirma que en Inter-net la opinión pública se desintegra porque, debido a la cantidad de la oferta y a la selección activa según los propios intereses, la atención ya no se ve enfocada a temas concretos, como es el caso en los tradicionales medios de masas. Esto imposibilitaría una agenda común, que es una condición necesaria para formar una opinión pública que funcione.

No obstante, las investigaciones han mostrado una y otra vez que no hay grandes diferencias a la hora de juzgar la rele-vancia de los temas entre los conectados y los desconectados ni entre los que usan mucho o poco Internet. Además los análi-sis de contenido indican que en los blogs y en Twitter la mayo-ría de las veces se retoman y se siguen discutiendo los temas de los medios de masas. Esto es una prueba de que también en In-ternet los temas son impuestos por los medios establecidos y que éstos contribuyen a que no se desintegre la opinión públi-ca. Más justificada parece la preocupación de que en Internet los defensores de opiniones distintas ya no se enfrentan entre sí porque se forman grupos homogéneos de personas con las mis-mas ideas que se aíslan del resto. Faltan, pues, en Internet luga-res en los que se debata el discurso público. El gran desafío de Internet es que esos discursos tengan lugar y que los adversa-rios respeten las reglas del debate. Habermas ha establecido los criterios que debe satisfacer el discurso público. Éstos son, ade-más de un espíritu abierto a actores y temas, la consideración de los puntos de vista del otro, la racionalidad de la disputa y el respeto mutuo de los adversarios. La pregunta de si estas exi-gencias se pueden cumplir en Internet no se puede responder de manera general. Lo que sí es importante en todo caso es que los foros sean moderados por alguien.

Hasta ahora Internet sólo ha servido, sin embargo, más bien para campañas de movilización de adeptos y para plantear exi-

Page 7: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 7/86Christoph neuberger y Manuel Wendelinla transformación estructural de la vida pública 2.0

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autor: Christoph Neuberger (1964, Stuttgart) es catedrático de Cien-cias de la Comunicación, especializado en la transformación de los medios de comunicación, en el Instituto de Ciencias de la Comunicación e Investigación de los Media de la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich. Estudia los cambios experimen-tados en la esfera pública y el periodismo debido a Internet.

Autor:Manuel Wendelin es colaborador científico del Instituto de Ciencias de la Comunicación e Investigación de los Media de la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich. En su tesis se ocupó de la medialización de la esfera pública (2011).

Traducción del alemán: Luis Muñiz

Información adicional sobre la ilustración:Segovial plasma el rasgo de configuración urbana de Segovia mediante una estructura de tejido y cable suspendida encima de la plaza del Corpus. La interacción del sol durante el día re-vela la red de caminos, y la sombra que yace sobre el suelo di-buja un mapa básico de gran escala. En el campo de tensión entre lo material pero ilegible y lo inmaterial pero reconocible –un mapa de sombras proyectado a través del sol– se mueve la vida cotidiana.La estructura de un poblado, que surge a partir de la situa-ción geográfica, topográfica y climática, figura como el retra-to característico del mismo, un retrato de sus rasgos. Esta es-tructura de líneas viales, como si fuesen los mapas de arrugas, marca-das por la vida en la piel de las personas, o las venas y arterias del cuerpo, forma la red, que es base de la sociedad, la cual al mismo tiempo define su identidad. (http://segovial.blogspot.com/)

Page 8: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 8/86Raul zelik

Es un lugar común: los medios electrónicos y las redes socia-les cambian la política y los movimientos sociales. Tuitear se ha convertido en una amplia forma de comunicación; con los “Pira-tas”*, han nacido en numerosos países europeos unos partidos que quieren ampliar las nuevas posibilidades de la comunicación electrónica para convertirlas en programa social, y a las suble-vaciones de la Primavera Árabe se las llega a considerar “revo-luciones Facebook”.

eMPatía de los enCUentRos hUManos Pero existen bue-nos motivos para contradecir la euforia general. El sociólogo madrileño César Rendueles llamó la atención hace unos meses, en una entrevista publicada por el diario vasco Gara, acerca de las discordancias del discurso. Según Rendueles, en relación con el siglo XIX no se habla de “revoluciones del periódico [o del li-bro]” sólo porque los medios impresos jugaran entonces un pa-pel central. Los movimientos sociales no derivan de los medios técnicos que usan, ni en Europa ni en el norte de África, donde sólo una minoría de la población tiene acceso a Internet.

Rendueles, miembro activo él mismo del movimiento espa-ñol 15-M, explicó la nueva ola de protestas en su país como más bien antitécnica: “La gente salió a la calle porque estaba harta de comunicarse por la red y de insultarse en los foros”. En este sentido, los medios electrónicos es cierto que fueron de gran utilidad en el movimiento 15-M para organizar la protesta más allá de los partidos y los sindicatos. Pero no logran generar la empatía y la solidaridad que siguen constituyendo el núcleo de todo movimiento social. Ahora como antes, la empatía surge so-bre todo de los encuentros humanos directos.

IlUstRaCIón téCnICa y deteRMInIsMo hIstóRICo En ese sentido, el entusiasmo por los medios sociales suele ser especí-ficamente ingenuo. En el pasado se acusó –con bastante razón– a la izquierda marxista y a su “materialismo histórico” de que reducían la Historia a un proceso mecánico, en tanto en cuan-to derivaban la realidad social del desarrollo tecnológico. Con la consagración de Face-book y Twitter como fuerzas sociales, ese determinismo histórico regresa con ropajes nuevos. Pero así no

los medios electrónicos son sobrevalorados muchas veces, pero encierran potenciales contradictorios. una revisión en base

al ejemplo de colombia.

¿RevolUCIones faCebook?

“Marcha de los estudiantes por la Salud y Educación”, Colombia 2012. Foto y ©: Esteban Villegas Duque

Page 9: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 9/86Raul zelik¿Revoluciones facebook?

consorcios mediales) le valió a Mockus un inesperado empuje de popularidad y lo convirtió en el más importante candidato de la oposición. Mockus pasó a ser así el símbolo de un movimiento ciudadano que reclamaba una alternativa a los aparatos parti-darios clientelistas. Esta campaña estuvo sostenida por la par-ticipación de los usuarios de Internet, que en la red se trans-formaron en luchadores electorales y que se veían a sí mismos como un movimiento social.

El ejemplo también muestra, sin embargo, los límites de una movilización semejante: el apoyo de los medios electróni-cos (usados principalmente por las clases medias) no se tradu-jo en votos sino de una manera muy reducida. Contra las máqui-nas electorales de los grandes partidos, la “ola verde” no tuvo finalmente ninguna posibilidad: en la segunda vuelta decisiva, el candidato de los partidos tradicionales, Juan Manuel Santos, al-canzó 9 millones de votos, su contrincante alternativo, Mockus, tuvo que contentarse con unos decepcionantes 3 millones. En este sentido, puede afirmarse que la “ola verde” se quedó en virtual, un fenómeno medial que en primera línea estuvo reduci-do a las clases medias urbanas.

El problema de la campaña electoral con medios sociales se evidencia también en otro aspecto: la movilización en Internet fue fugaz; el joven Partido Verde fue “mediatizado” como fuerza opositora pero prácticamente no estaba en condiciones de asu-mir ese papel. Muy pocos meses después de la derrota electoral, las corrientes principales del mismo entraron en conflicto, has-ta el punto de que el ex candidato Mockus abandonó el partido. De esta manera, los verdes colombianos también se quedaron, a nivel de organización, en virtuales. A pesar de ello tuvieron un efecto muy real y problemático: desplazaron en la opinión pú-blica a otros movimientos opositores más asentados y a fin de cuentas hasta debilitaron de este modo a la oposición política.

efICaCIa aMbIvalente Finalmente, como tercer ejemplo de la digitalización de la política puede traerse a colación el movi-miento estudiantil surgido en el 2011. A fines de ese año fueron a la huelga todas las universidades públicas del país, como pro-testa contra la reforma educativa planeada por el Gobierno de Santos, que quería forzar la privatización y la gestión empresa-rial de los centros de estudios superiores. Después de seis se-manas de protestas, y teniendo presente el descenso de popula-ridad de su colega chileno Sebastián Piñera (provocado por una ola contestataria similar), el Gobierno de Santos se vio obligado a retirar su plan de reforma.

También el movimiento universitario colombiano se valió esencialmente de los medios electrónicos. A pesar de que mu-chas universidades se quedaron desiertas tras el anuncio de la huelga, y la mayoría de los estudiantes permanecieron en sus casas, gracias a la red electrónica el movimiento estudiantil pudo activar unas asambleas generales y movilizar hacia las ca-lles, en los días de protesta, más de cien mil personas. Sin los medios sociales, el movimiento se hubiera caído muy pronto. A quienes estaban en sus casas, la comunicación digital les permi-tió ponerse al día y participar puntualmente en las actividades. Pero también aquí fue ambivalente el efecto de la digitalización. Es cierto que las páginas de Facebook y los blogs evitaron la

sólo se sobrevalora el poder de los medios, sino que además se renuncia a cualquier crítica de la nueva técnica. A pesar de las posibilidades participativas de la Web 2.0, gracias a las cua-les en principio cualquiera puede crear su propio blog y su pro-pio dominio, el espacio electrónico es todo lo contrario de una estructura derelicta. Los consorcios mediales y las grandes em-presas también tienen en la red más chances de hacerse oír que las iniciativas ciudadanas o las personas particulares. Y asimis-mo están a la orden del día, en la red, los filtros de contenidos, desde hace mucho y no sólo en los Estados gobernados auto-ritariamente. Empresas privadas como Face-book hacen uso de la posibilidad de bloquear páginas o desplazarlas de sus servi-dores, entretanto también por motivos políticos. La red es, eso sí, más permeable que los medios tradicionales, pero el espacio virtual no se encuentra por ello en absoluto fuera de la sociedad.

Un botón de MUestRa: el ejeMPlo de ColoMbIa Así pues, los cambios en la política a través de medios electrónicos tienen que discutirse a la vista de un ejemplo concreto. Intentémos-lo en el caso de Colombia: aun cuando la tasa de pobreza sigue siendo aquí igual de alta, y aunque por consiguiente la adquisi-ción de aparatos electrónicos queda reservada a una minoría, los nuevos medios de comunicación han arribado aquí a la vida cotidiana. También en los barrios pobres dispone hoy la mayo-ría de la población de teléfonos celulares, los cuales, equipados con tarjetas prepago, no garantizan la libertad de comunicación, pero al menos el hecho de ser accesibles (para el patrono, las autoridades y los amigos). Y si es cierto que la mayoría no pue-de permitirse una computadora o una conexión a Internet, al menos los jóvenes tienen acceso a la red normalmente a través de bibliotecas, universidades, escuelas o cibercafés. A pesar de todas las limitaciones, Facebook, Twitter o YouTube son parte in-tegrante de la realidad social.

Consecuentemente han cambiado también las vías de comu-nicación de la política. Eso se pone de manifiesto claramente en la estrategia comunicativa del ex presidente del país Álvaro Uri-be. El político medellinense, que a lo largo de ocho años condu-jo al país por un rumbo rígidamente derechista, usa los medios electrónicos desde el final de su mandato, a mediados del 2010, para influir en la situación política nacional. Casi a diario envía a sus más de 800.000 seguidores en Twitter varios comentarios breves donde ataca duramente a jueces, políticos o periodistas críticos. Aquí se muestra que el formato ejerce influencia sobre el contenido, pues la concisión de los tuits recrudece por añadi-dura el tono agresivo del discurso de Uribe.

MovIlIzaCIón a tRavés de InteRnet Los medios electró-nicos también les han abierto nuevas posibilidades a los movi-mientos de oposición. Así, la campaña presidencial del ex alcal-de verde de Bogotá Antanas Mockus en 2010 le debió su energía movilizadora no en último término a dichos medios. Puesto que el Partido Verde de Colombia se fundó recién con motivo del ini-cio de la campaña, y apareció en ella sin un programa político auténtico, Mockus entró en la carrera prácticamente sin disponer de una organización partidaria. La “ola verde” puesta en marcha por los medios electrónicos (pero también apoyada por algunos

Page 10: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 10/86Raul zelik¿Revoluciones facebook?

caída del movimiento e hicieron posible una coordinación de la protesta con otros movimientos latinoamericanos, pero simultá-neamente también dieron fe de la actitud tendencialmente pa-siva de la mayoría de los estudiantes. En las discusiones y acti-vidades diarias participó una minoría cada vez más reducida. Al final, los medios digitales sirvieron menos para la participación que para la delegación de trabajo y de tareas.

ChanCes… Pese a los PelIgRos En estos ejemplos se ve cla-ramente que los medios digitales, como cualquier técnica, lle-van con sigo potenciales contradictorios. Hacen posible la parti-cipación, unos procesos de decisión más horizontales y formas de organización más “fluidas”, pero encierran el peligro de que la participación se reduzca al acto virtual y que no surjan pro-cesos de discusión y organización más estables. Qué potencia-les se desarrollan más fuertemente depende, como siempre, de las personas, de las relaciones sociales y de los propios mo-vimientos sociales. Los medios electrónicos abren ampliamen-te la puerta hacia una democratización real de la sociedad más allá de los Parlamentos, los partidos y los informes tecnocráti-cos, pero promueven también la fragmentación, la despolitiza-ción y la superficialidad. Para poder aprovecharlas productiva-mente, los movimientos sociales tienen que hacer uso de estas nuevas posibilidades sin confiar ciegamente en ellas. En primer lugar, como tantas veces, debe estar la capacidad crítica. Porque sólo quien entienda lo que la técnica significa para las relacio-nes de poder será quien pueda utilizarla de una manera eman-cipatoria. <

* El Partido Pirata surgió en Suecia en 2006 y ha dado lugar a la aparición de partidos hermanos en decenas de países de todo el mundo. Los Piratas están en contra de las leyes de derechos de autor y de patentes, contra la violación del derecho de privacidad y a favor del intercambio de archivos sin ánimo de lucro.

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autor: Raul Zelik (1968, Múnich) es escritor y profesor de Ciencias Po-líticas en la Universidad Nacional de Colombia. Sus puntos de interés regional se centran en Venezuela y Colombia. Ha escrito varios libros de divulgación, así como obras de ficción y narra-ciones para la radio. En 2011 se publicaron su novela El amigo armado y su libro de ensayo Tras el capitalismo. Perspectivas de la emancipación. http://www.raulzelik.net/

Traducción del alemán: Ricardo Bada

Page 11: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 11/86Hadija Haruna

Activistas alemanes pretenden salvar el Yasuní, con ayuda de una campaña online. Pero las casi 125.000 firmas recogidas has-ta finales de 2011 para proteger este parque nacional ecuato-riano no son suficientes. El plan de salvamento de esa reser-va natural, de gran biodiversidad y situada sobre yacimientos petrolíferos, sigue pendiendo de un hilo. Sin embargo, según la sección alemana de Avaaz, que ha convocado la recogida de fir-mas para conseguir la prohibición de extracciones petrolíferas en la zona, las negociaciones acaban de empezar y en 2012 po-dría presentarse una nueva oportunidad. Esta red social se con-sidera a sí misma un movimiento de Internet global que pre-tende animar a las personas a implicarse políticamente. En el asunto del Yasuní, el mensaje irradia optimismo. “Juntos lograre-mos un grito de indignación mayor: firma la petición en el mar-gen derecho”, se leía en su página web.

Para discutir, organizar, manifestarse…, los que pretenden cambiar algo usan la red. En ella se dejan los dedos los cibe-ractivistas redactando correos electrónicos y wikis, participan-do en foros, en Twitter o en páginas web para llamar la atención

sobre la caza de las ballenas, la protección del clima o por una política mundial más justa. Los temas y las ofertas son muy va-riados. “Es una nueva cultura de la protesta en la que actúan mi-llones de personas independientemente del lugar o la franja ho-raria en que se encuentren”, explica Markus Beckedahl, bloguero y fundador de Netzpolitik.org.

Son personas como el activista online Albertus van Butselaar, por ejemplo, que dio con Avaaz cuando estaba buscando infor-mación sobre la deforestación de la selva tropical: “Su idea me gustó enseguida, tenía que colaborar con ellos”.

Avaaz significa ‘voz’ en diferentes idiomas de Asia y el este de Europa. Voces que se alzan en todo el mundo con peticiones online, flashmobs y otras acciones. El equipo, relativamente pe-queño, procede de cuatro continentes y actúa en 14 idiomas. El sueldo de los empleados fijos se financia con donaciones. La mi-sión con la que la red social se puso en marcha en Internet es muy sencilla: “movilizar a los ciudadanos del mundo para cerrar la brecha entre el mundo que tenemos y el mundo que la mayo-ría de la gente quiere”.

Protestar contra situaciones injustas por correo electrónico o firmar una petición en la computadora:

las redes de campañas online movilizan a millones de personas.

PRotestas en la Red

La campaña “Abschalten!” (¡Desconecten!), fue apoyada por Campact. © www.flickr.com/photos/campact. Foto: Christian Schlich

Page 12: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 12/86Hadija HarunaProtestas en la red

sita una pequeña entradilla y el enlace que se pincha para firmar la petición no debe estar en la parte inferior de la página porque muchos lectores no desplazan el cursor hasta el final del tex-to. “Asimismo no es conveniente lanzar demasiadas campañas al mismo tiempo porque, si reciben demasiados correos electróni-cos, muchos abonados cancelan la suscripción al boletín infor-mativo”, afirma Venedey.

A diferencia de organizaciones como Amnistía Internacional que usan Internet para sus acciones, las campañas online de re-des sociales como Avaaz o Campact ofrecen un paquete com-pleto y flexible de medidas: presentan diferentes temas y un amplio espectro de actividades. A eso se añade que no es nece-sario hacerse miembro por escrito, sino que se puede ser activo sólo en algunos casos. Cabe sólo plantearse si, al no existir un tema central, el compromiso de sus miembros no será informal y variable; otra cuestión que surge es si las personas que pro-testan en línea son necesariamente personas activas que salen también a manifestarse la calle.

Los críticos piensan que los llamados “demócratas de sofá”, aunque firmen peticiones, no disponen después de más energía. Tampoco está claro cómo es de fuerte la adhesión de cada par-ticipante. “Sin embargo, la protesta online ofrece mejores posi-bilidades de transformar a las personas activas a corto plazo en activistas a largo plazo que siguen actuando durante mucho tiempo”, opina el bloguero Beckedahl. El miembro de Avaaz y de Campact Van Butselaar piensa que gracias a las campañas en lí-nea también pueden actuar personas que siempre sintieron el deseo de hacer algo pero no habrían sabido cómo canalizarlo. “E incluso aunque un activista se quede sentado en el sofá, al me-nos reflexiona sobre los temas que apoya con su clic”.

No es fácil transformar el mundo con unos cuantos clics. También porque una mera lista de firmas no basta para luchar contra el hambre o derrocar Gobiernos no democráticos. El lla-mamiento debe salir de la red y llegar a la calle, consideran los organizadores de Avaaz y Campact. “Por ello, lo más importan-te es entregar la petición para dejar claro que las firmas no han desaparecido en el agujero negro de Internet”, dice Venedey y añade que también se trata de crear imágenes reales para los medios de comunicación, pero que deben tener cuidado de no transformarse en figurantes de una foto de prensa. La campa-ña de Campact más exitosa hasta ahora en Alemania ha sido la llamada Abschalten-Appell (Petición de desconexión) dirigida a la canciller Angela Merkel. El objetivo era acabar con las cen-trales nucleares en Alemania. Según Campact, con ayuda de la campaña online, se convocaron justo después del accidente de Fukushima incontables manifestaciones y cadenas humanas y 318.402 personas firmaron la mayor petición entregada hasta ahora. Las acciones mostraron su eficacia. El Gobierno federal retiró su propia decisión de prorrogar el plazo de funcionamien-to de las centrales nucleares y en junio de 2011 decidió cerrar ocho de las centrales más antiguas y con mayor riesgo de ave-rías y determinó el abandono escalonado de la energía nuclear hasta el año 2022. Se considera que esta decisión ha supuesto un cambio crucial en la política energética alemana y significa, al mismo tiempo, el triunfo del movimiento antinuclear activo des-de los años setenta. <

Según datos propios, Avaaz cuenta con casi diez millones de activistas en todo el planeta y unos 700.000 en Alemania. “El mayor número se encuentra en Francia, Brasil, India y en Ale-mania, donde nos hemos dado a conocer con campañas que die-ron resultado”, explica el organizador de campañas Pascal Vo-llenweider. Pasa a ser miembro todo aquel que se registra para recibir el boletín de información o quien apoya peticiones y las reenvía. Van Butselaar ha colaborado con su firma en un mon-tón de campañas. La primera vez donó cinco euros para la ac-ción mundial “Salvemos a Sakineh”. Se trataba de salvar a la ira-ní Sakineh Mohammadi Ashtiani de morir lapidada, y de hecho la sentencia fue modificada a principios de 2011, quedando en una pena de cárcel de varios años.

“El poder del pueblo es eficaz y cada vez se hace notar más en todo el mundo”, señala un correo de Avaaz a los miembros en junio de 2011, y añade que el éxito sólo fue posible gracias a los muchos miembros que colaboraron en las campañas con es-peranza, energía y visiones y que difundieron la noticia. El prin-cipal objetivo es facilitar la participación y hacerla interesante, así como apostar fuertemente por la comunicación entre los ciu-dadanos y los actores políticos. El propio presidente de EE.UU., Barack Obama, debe su victoria electoral de 2008 en una buena parte a personas activas de la comunidad virtual y a MoveOn.org, una red social de campañas fundada en 1998 que posterior-mente inspiraría a Avaaz en su trabajo.

Civicus: Alianza Mundial para la Participación funciona des-de finales de los noventa. Una red social internacional de or-ganizaciones sociales civiles de más de 100 países, entre ellos muchos de Sudamérica. Su objetivo, centrado en los derechos humanos, es crear una comunidad mundial de ciudadanos in-formados y comprometidos. Su calendario de actividades y sus conocimientos se propagan por la red y sus boletines de infor-mación semanales recogen los desarrollos mundiales de las dife-rentes organizaciones. En su informe de agosto de 2011, titulado Bridging the Gaps. Citizens, Organizations and Dissociation, que aún no ha sido traducido al español, constatan que la fuerza de la sociedad civil no reside tanto en sus organizaciones como en las nuevas formas de activismo online.

Iniciar una campaña online supone tener en cuenta la agen-da mediática, es decir, en la fase de planificación se debe consi-derar cómo y cuándo introducir un tema en el orden del día de la opinión pública. El mero hecho de ser contrario a algo no bas-ta para captar la atención ni para que hagan clic en nuestro en-lace. Es importante comunicar bien el mensaje de una campa-ña. Quien es capaz de mostrar cómo el comportamiento de un solo individuo puede cambiar el status quo anima a los intern-autas a comprometerse. “Nosotros determinamos el momento adecuado y tenemos que ofrecer una acción razonable y atracti-va en la que las personas quieran participar”, explica Vollenwei-der de Avaaz. El bloguero Yves Venedey de Campact considera también que una campaña debe dar la impresión de poder llegar a tener éxito y relevancia mediática. Campact es una red social surgida en 2004 que se ha especializado en asuntos alemanes. “Además debe estar relacionada con una decisión política próxi-ma en la que queremos intervenir con nuestra protesta”. Tam-bién es importante la presentación gráfica de un mensaje. Nece-

Page 13: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 13/86Hadija HarunaProtestas en la red

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autora: Hadija Haruna, diplomada en Politología y redactora, trabaja en el programa de radio YOU FM de la emisora pública Hess-ischer Rundfunk, y escribe colaboraciones para el periódico Tagesspiegel y el magacín Fluter, entre otros. Vive en Fráncfort del Meno y Berlín.

Traducción del alemán: Carmen García del Carrizo

Page 14: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 14/86gerhard schulze

Como personaje del año 2011, la revista Time designó a “The Protester” (el manifestante). El rostro sobre la portada principal aparece embozado, su nombre se desconoce, no queda claro si se trata de un hombre o de una mujer. Pero no es difícil identi-ficarse con el estado de ánimo de la persona representada en la imagen. Él o ella protesta contra la impotencia y clama por la li-bertad y la participación política, ya sea en la plaza Tahrir, a ori-llas del Moscova o frente a la Bolsa de Nueva York. Estamos fa-miliarizados con este estado de ánimo por haberlo sentido como televidentes, lectores de periódicos o cibernautas.

La tensión motivada por la impotencia y la búsqueda de au-tonomía luce como una paráfrasis de la interpretación sinóptica de la sociedad mundial como sociedad red que el sociólogo es-pañol Manuel Castells intentara hacer a finales de los años no-venta en su estudio publicado como trilogía La era de la infor-mación. Economía, sociedad y cultura, obra que entretanto ha alcanzado la categoría de un clásico. Castells considera que la sociedad mundial ha entrado en una polaridad de lo global y lo

personal, el sistema y el individuo, el poder y el contrapoder. El poder se organiza globalmente, el contrapoder regionalmen-te. El poder se cristaliza esencialmente en la lógica capitalista del lucro –un casino desacoplado de la economía real– comple-mentada con la hegemonía, la violencia y la arbitrariedad post-coloniales.

El recurso más importante del contrapoder son ideas de tipo universal: la igualdad de derechos, la obstinación, la identidad cultural, las buenas condiciones de vida. Además, gracias a la re-volución digital el contrapoder ha obtenido recientemente un in-cremento enorme de su eficacia política en términos de capaci-dad comunicacional. Ahora puede movilizar a cientos de miles de personas en poco tiempo. Puede hacer visible lo que está su-cediendo. Puede tener una imagen más clara de sí mismo. The protesters se han convertido de repente en una fuerza que hay que tomar en serio.

Castells no disimula de qué lado están sus simpatías. Quien haya seguido de cerca las rebeliones árabes; quien, debido a

la red, en su virtualidad y globalidad, puede marcar tendencias, pero la suerte y la desgracia de los movimientos emancipadores se deciden en el contexto

singular concreto. un análisis crítico de algunas tesis de manuel castells sobre la sociedad red.

el ManIfestante

Fernando Sánchez Castillo (1970, Madrid), Bodegón, 2009. Foto: cortesía de Ulf Saupe

Page 15: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 15/86

y hacen que fuerzas políticas de viejo cuño surgidas lentamente, como sindicatos, asociaciones, instituciones religiosas o parti-dos políticos, luzcan anticuadas. En las manifestaciones de Rusia se congregan personas de cualquier edad y orientación política: cristianos, comunistas, nacionalistas, anarquistas, neoliberales, exaltados y seguidores del Partido Pirata, todos ellos marchan-do pacíficamente codo con codo. Son el contrapoder organizado virtualmente, que se ha convertido en una amenaza real para el poder. Pero ¿quién está mejor preparado? ¿Cómo evitar que la victoria del contrapoder conduzca simplemente a la sustitución de unos déspotas y explotadores por otros?

Y he aquí otra lección de la Historia, que merece ser toma-da en cuenta: el poder tiene una enorme capacidad de aprendi-zaje. Así, las rebeliones árabes se han beneficiado de un efecto sorpresa que muy probablemente ya no se repita en movimien-tos similares que pudieran surgir a lo largo del mundo. El poten-cial de entendimiento mutuo de las mayorías irá creciendo a la par del potencial perturbador y obstaculizador del poder; es de esperarse que surja una carrera de equipamiento técnico-comu-nicacional que le permita al poder no sólo defenderse, sino tam-bién pasar a la ofensiva. Ya en este momento la red constituye una fuente de información para los servicios de inteligencia, un instrumento manipulador y un sistema de alerta temprana para blindarse –bien sea por medio de la violencia, la estrategia o la tolerancia represiva– ante posibles ataques contra el Gobierno.

Pero ¿qué sucede si nada de esto funciona y el poder se ve obligado a doblegarse? El pensamiento revolucionario, en ge-neral, tiende a la visión de un final del poder. Pero con ello co-rre el riesgo de convertirse en víctima de su propia ingenuidad. Es obvio que no existe una suerte de adiós al poder; a lo único que se puede aspirar es a que mejore la forma de su ejercicio. Hoy en día la ilusión de la redención frente al poder se concre-tiza sobre todo en la dicotomía harto simplista entre un mundo feliz y un sistema perverso. La economía, la política, los medios de comunicación, la ciencia, la tecnología avanzada y las buro-cracias son vistos por muchos miembros de movimientos como demonios cuya desaparición permitiría que el mundo fuera fi-nalmente bueno.

Pero quien aboga por la eliminación de los sistemas entra en contradicción consigo mismo, con sus aspiraciones a una socie-dad que funcione y con sus exigencias de un mundo en el que merezcan vivir los siete mil millones de personas que entretan-to lo habitan. El carácter libertario del proyecto de vida de cada cual, enarbolado por todos los movimientos, depende totalmen-te del espacio de posibilidades objetivo disponible, y este espa-cio sólo lo pueden garantizar los grandes sistemas, por muy frá-giles, opacos y expuestos a la manipulación de usurpadores que sean. Pues en realidad el problema no lo constituyen los siste-mas, sino las reiteradas deficiencias de sus mecanismos de re-gulación.

No se puede desear un mundo mejor y a la vez propugnar la eliminación de los sistemas, aunque ello sea comprensible. Las violaciones a los derechos humanos, la desigualdad, la falta de oportunidades, la arbitrariedad, la violencia –es decir, aquellos motivos, parecidos en todo el mundo, que animan a los movi-mientos– surgen ciertamente en contextos particulares locales;

la sucesión vertiginosa de crisis económicas, esté preocupado por su sustento; quien ya no se sienta políticamente represen-tado no podrá menos de darle la razón. El rostro embozado de la portada de la revista Time se convierte así en un símbolo de progreso. Por fin parece inminente una inversión en el poder; sus protagonistas son los manifestantes omnipresentes, con sus teléfonos celulares en mano.

Cuatro Gobiernos árabes fueron derrocados en 2011, todo un hito en la historia del poder y el contrapoder. La red, con sus portales y artefactos terminales, se convirtió en el instrumento de resueltos grupos de individuos que de otra forma no se ha-brían encontrado entre sí. Constituyó, pues, un medio general para un fin general, el de la oposición al estado de cosas exis-tente y la liberación de la tiranía y la arbitrariedad. Este nexo mediofin es justamente lo que despierta una afinidad de alcan-ce mundial. Es verdad que las estrategias deben siempre partir de las relaciones de poder que existan en cada localidad, y que generalizaciones unilaterales como “el manifestante” o “la rebe-lión árabe” no pueden hacer perder de vista la singularidad de los contextos in situ. Pero la red es la misma para todos: como oportunidad y como riesgo.

Sirve a Al Qaeda y a pederastas, pero también a Melanie Zink, la asistente pastoral que organizó una protesta contra la campaña publicitaria de una cadena de artículos eléctricos. La red nos provee de informaciones de todo tipo: la utilizamos tan-to para presentarnos a nosotros mismos como para movilizar al contrapoder. Pero puede convertirse en un peligro. Sea que el fundador de Facebook Mark Zuckerberg proclame el fin de la es-fera privada; sea que plataformas de hostigamiento a minorías practiquen sus desmanes; sea que WikiLeaks revele los nombres de informantes de servicios de inteligencia occidentales, arries-gando así la vida de éstos: lo cierto es que no tenemos más re-medio que vivir con esa ambivalencia.

Ambivalentes son también las revoluciones. Por primera vez en la historia utilizan la red como un arma, aunque en todo lo demás se parezcan a sus precursoras. La experiencia históri-ca pone de manifiesto un sencillo mensaje que, sin embargo, es ignorado reiteradamente. Tras las revoluciones árabes va sien-do hora de tomarlo en cuenta: toda revolución verdaderamente exitosa implica un cambio radical de tema. Antes de la victoria, lo crucial es superar un impedimento a la libertad; después de ella, todo depende de si se logra construir una normalidad mejor. Antes se requiere valentía; después, inteligencia institucional y pericia política. Antes basta con tener fines generales para saber lo que se desea; después, el pensamiento debe estar adaptado al lugar y ser específico y creativo.

Se necesitan años para determinar quiénes fueron los ven-cedores de una revolución; fueron aquellos que mejor prepara-dos estaban para el Después y supieron darle forma. La abdi-cación del antiguo régimen constituye sólo una etapa. Confundir su desaparición con la victoria es sucumbir al autoengaño de muchos revolucionarios y sus esperanzados acólitos. Tomemos el ejemplo muy reciente de Rusia. Tan sólo el 11 de diciembre de 2011 se concentraron cerca de 100.000 personas para protestar contra las últimas elecciones parlamentarias. Los nuevos movi-mientos sociales conducen a los medios de información clásicos

gerhard schulzeel manifestante

Page 16: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 16/86gerhard schulzeel manifestante

Noticias como éstas no reciben actualmente la atención de-bida. La corriente principal de la era de la información no lo es todo; hay que retomar la reflexión sobre la fuerza creativa de lo local. La razón por la que Alemania, por ejemplo, pudo so-breponerse a las transformaciones críticas de las décadas pasa-das mejor que otras naciones es que mantuvo dentro del país su producción industrial, en lugar de apostar sólo por el sector de servicios, los técnicos informáticos y el trabajo físico de países con salarios bajos.

Por medio de un impresionante bosquejo de la Historia de la humanidad en cámara rápida, Castells nos trae a la mente lo que debemos aprender a continuación. Los protagonistas de su gran narrativa son la naturaleza y la cultura. En un comienzo, la misión de la cultura había sido adaptarse a la naturaleza. Lue-go, se dio a la tarea de conquistarla. Hoy, finalmente, la cultu-ra se ha convertido en su propia antagonista. Nuestra mirada se concentra en la realidad borrosa y extremadamente variable de las relaciones interpersonales. De la naturaleza hemos aprendi-do lo suficiente como para reemplazar el paradigma de la ex-plotación por el de la coexistencia. El mundo es ahora un espa-cio interior en el que debemos instalarnos mancomunadamente lo mejor posible.

La red se ha convertido rápidamente en el medio en el que la humanidad se reúne, se interpreta y se transforma a sí misma. Los manifestantes son los pioneros del ingreso en la era de los discursos. Lo determinante ahora es lograr una mirada desapa-sionada que tome en cuenta al propio observador, esté aguza-da por el escepticismo y renuncie a cualquier rastro de roman-ticismo o confianza prematura. La fórmula resignada de Samuel Huntington del “choque de civilizaciones” ciertamente no hace justicia a ese desiderátum; pero tampoco una euforia que cierre los ojos ante las trampas de la red o no atienda las tareas del día a día que es menester resolver tras la revolución. <

pero las fuerzas de los grandes sistemas, provenientes de fue-ra, ejercen una influencia cada vez mayor. Eso explica el colapso de los fondos de los ahorristas por una lejana crisis de créditos subprime; de los puestos de trabajo, por la competencia trans-continental; de los recursos regionalmente disponibles, por la avidez planetaria de materias primas.

Pero ¿a quién hacer responsable de todo ello? Sólo lenta-mente se van configurando las estructuras políticas globales que pudieran brindar a los movimientos del futuro destinarios adecuados, ya sea bajo la forma de interlocutores, adversarios o representantes. En lo inmediato se impone lograr un gran impul-so institucionalizador global cuya meta sea la atención al con-texto local respectivo.

La retórica de la “transformación radical”, el “adiós al mundo que conocimos” y la “reorientación completa” nos hacen olvidar a veces, sin embargo, que el lugar de una vida lograda es la reali-dad física anclada en un lugar concreto, y no la virtual y globali-zada. ¿Qué está sucediendo en la relación entre los géneros y en las familias, en los barrios, en las empresas, en las pequeñas co-munidades y en las regiones? ¿Qué uso le da el Estado en el que uno vive a su monopolio de la violencia? ¿Cuán justa es la distri-bución de oportunidades y bienes en cada sitio? La responsabili-dad principal por las condiciones de vida seguirá en manos de las instancias locales. En el futuro, los movimientos emancipadores seguirán encontrando su arena en el contexto local; la estructura política exitosa seguirá teniendo ahí, como siempre, el campo de experimentación donde pueda construirse.

Un ejemplo impresionante del potencial político de las inicia-tivas locales, más allá de la red y la globalización, lo proporciona nada menos que África, de la que Castells traza un cuadro som-brío que no admite excepciones. Castells retrotrae en parte el de-sastre africano a la inexistencia de una conexión a la red de la economía global. Desde la perspectiva del año 1998 en que es-cribe, África le parece condenada eternamente al atraso y a ser una víctima irredimible del despotismo, la violencia y las epide-mias. Esto, sin embargo, es una exageración. África registra una serie de casos exitosos que arrojan algo de luz sobre el sombrío panorama. Hay allí hoy más Estados con buenos Gobiernos y más cooperación ciudadana que en ninguna época anterior. Es cierto que dichos Gobiernos dependen en su mayoría de la ayuda inter-nacional; pero están progresando. Tómese el caso de Liberia, un país sacudido por la guerra civil, al que dos mujeres han guiado afuera del caos: la fundadora del movimiento feminista liberia-no y receptora del Premio Nobel de la Paz, Leymah Gbowee; y la también galardonada presidenta del Gobierno, Ellen Johnson Sir-leaf. Esta última no es una figura incontrovertible en su país; pero nadie podrá negar que Sirleaf ha sido buena para Liberia. Otro ejemplo: Malaui, un país pacífico que desde 2005 ha dejado de ser receptor de ayuda alimentaria; que exporta, además de ura-nio, cereales, tabaco, té y azúcar, y registra respetables tasas de crecimiento. En 1964 obtuvo la independencia, y desde entonces no ha tenido ni una sola guerra civil. La tesis de Castells, según la cual el postcolonialismo prácticamente no les deja a los grupos de la población otra alternativa que matarse entre sí, no se cum-ple en este caso, como tampoco en muchos otros Estados africa-nos (por ejemplo, en Mozambique o Eritrea).

Page 17: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 17/86gerhard schulzeel manifestante

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autor: Gerhard Schulze (1944), sociólogo, se ocupa de cuestiones re-lativas al cambio social y cultural. Es profesor emérito de Mé-todos de la Investigación Social Empírica y de Teoría Científica en la Universidad de Bamberg. Su publicación más reciente es Krisen. Das Alarmdilemma (2011). www.gerhardschulze.de

Traducción del alemán: Fabio Morales

Información adicional sobre la ilustración: Bodegón La naturaleza muerta de Fernando Sánchez Casti-llo presenta, en una composición que recuerda a los antiguos maestros de la pintura holandesa, los pertrechos de los mani-festantes –dispuestos u obligados también a la violencia y a la defensa–. Con ello, su posición ilustra el ámbito conflictivo en-tre la estética y la revolución. Esta obra se mostró en 2011 en Berlín en el marco de la exposición “Die Revolution im Diens-te der Poesie” (La revolución al servicio de la poesía), cuya cu-raduría estuvo a cargo de Ulf Saupe y Lutz Henke. La muestra presentó las posiciones crítico-sociales de los artistas espa-ñoles Santiago Sierra, el dúo Democracia, y Fernando Sánchez Castillo, que en su arte reaccionan de manera comprometida y, en parte, radical ante la necesidad de cambio en las estructu-ras sociales que imperan en la actualidad.

Page 18: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 18/86rery maldonado

Sin inocencia no hay aventura. Abbas Khider

Nuestro blog bilingüe Los Superdemokraticos (www.superde-mokraticos.com) es un modelo para el comercio justo intelec-tual. Un folletón multifocal de la política cotidiana. Un rompeca-bezas que en estos meses se ha extendido a más de 16 países y está compuesto por más de 50 voces. Autores jóvenes, inte-lectuales, periodistas, blogueros, artistas responden a temas y preguntas mensuales que consideramos generales. Lo suficien-temente amplias como para que la gente que hemos ido encon-trando y conocido en la red sea capaz de proporcionarnos pola-roids del subjetivo. Instantáneas de vida. Interconexiones en las que podamos encontrarnos como individuos.

Los Superdemokraticos nace como idea a partir de innume-rables charlas entre la escritora alemana Nikola Richter y yo a lo largo de 2009, y tiene su base en la premisa compartida de que sólo el libre pensamiento garantiza el ejercicio democrático. De ahí que la diversidad sea nuestro principal criterio de selección a la hora de comprar ejercicios de escritura de nuestros autores. Las palabras son la mercancía con la que comerciamos.

el PaPel de los Países latInoaMeRICanos Particularmen-te no creo que los alemanes y los latinoamericanos occidentales pertenezcamos a culturas diferentes, más allá de que las mane-ras de expresar esa cultura sean tan distintas. Occidente tiene la particularidad de ser una cultura mestiza, racialmente hablan-do, salpicado de idiomas diferentes, como nos demuestra el con-tinente europeo. Y como término, en su sentido más amplio, de-signa a la civilización cristiana y, desde la Revolución Francesa, a los valores de la Ilustración. Precisamente en nombre de esos valores nacieron los Estados americanos a la vida republicana. Con todos sus defectos y virtudes, estructuralmente hablando, fueron democracias aun antes que los países europeos y, parti-cularmente en el caso del idioma español, no habrían sido posi-bles la modernidad ni la postmodernidad sin los países libres de habla hispana en América Latina. El español es el segundo idio-ma más aprendido del mundo, a pesar de que el acceso real a la palabra escrita sea en la mayoría de los países de habla hispa-na tan limitado.

somos jóvenes, estamos superconectados. ¿nos hace eso superdemocráticos? esta cuestión nos ha acompañado a lo largo de los dos años que llevamos

trabajando en www.superdemokraticos.com.

aquí estamos

© Los Superdemokraticos GbR

Page 19: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 19/86rery maldonadoaquí estamos

los deReChos hUManos PoR los sUelos El cambio de siglo quedó marcado por los atentados a las Torres Gemelas en Nueva York y con el principio de una época de oscurantismo en la civi-lización occidental. Con la supeditación de la justicia y los dere-chos ciudadanos a la seguridad, en el primer mundo, y con una crisis de valores en Latinoamérica, que puso en tela de juicio la democracia que en muchos casos acabábamos de volver a con-seguir. Para Sudamérica empezó el éxodo masivo y para Cen-troamérica la violencia generalizada, que desde entonces se ha cobrado cientos de miles de vidas. Millones de ciudadanos aban-donaron sus países en busca de mejores condiciones, muchísi-mos otros han muerto. Sólo en México, 58.000 personas en los últimos cinco años. Desde que ese país declarara la guerra con-tra el narco y más allá de la propaganda que sostiene al socialis-mo del siglo XXI, lo cierto es que en Bolivia y en Venezuela los Gobiernos revolucionarios van desmantelando sistemáticamen-te las estructuras democráticas de esos países. El Gobierno de Evo Morales cuenta con más de 300 exilados políticos recono-cidos por los organismos internacionales, y algunos intelectua-les, como el economista Juan Antonio Morales, que se niegan a abandonar el país sufren arresto domiciliario sin vistas de tener un juicio justo.

En Europa las violaciones a los derechos humanos han he-cho que países como Italia o Grecia vuelvan a estar en la lista de Amnistía Internacional por incumplir sistemáticamente el Tra-tado de Ginebra respecto a los refugiados de guerra. La reacci-ón europea a la crisis humanitaria en el norte de África a partir de las revueltas, de la Revolución Facebook, como se conocieron en los medios de comunicación occidentales las movilizaciones masivas de la sociedad civil en los países árabes en procura de una apertura democrática, es simplemente impresentable. Fron-tex, la agencia europea que patrulla las costas del Mediterráneo, es exactamente igual de inhumana en sus maneras que las pa-trullas que controlan la frontera mexicano-estadounidense. Ese otro muro vergonzoso que ha creado nuestra cultura y que se cobra la vida de miles de personas todos los años.

A ambos lados del Atlántico no hemos hecho otra cosa que crear leyes que justifican la violación sistemática de los dere-chos humanos, el incumplimiento de los tratados internaciona-les, la mentira y la impunidad, al tiempo que nuestras sociedades sucumben al consumismo antiecológico de la cultura del entrete-nimiento, a la dispersión ñoña de lo políticamente correcto, con la que Occidente pretende mantener su lugar hegemónico en el mundo. Prácticamente no quedan fronteras físicas insalvables, el mundo se hizo conceptualmente más pequeño en este siglo, es cierto, pero sobre todo se hizo comercialmente más pequeño. La globalización es un fenómeno que tiene en primera instancia una repercusión en el consumo, algo que sostiene la economía que está en crisis y que condiciona la forma de vida de las perso-nas, pero no necesariamente sus hábitos políticos. China nos está dando el ejemplo de que pueden existir sociedades económica-mente competitivas en las que el individuo no existe.

el RePUdIo de la Razón CínICa Peter Sloterdijk, al hacer su análisis de fin de siglo, habla ya en 1999, en sus Normas para el

Los países latinoamericanos compartimos el destino de ha-ber sido a lo largo del siglo XX asilo de personas de las más distintas procedencias. Refugiados de la Primera Guerra Mun-dial, de la Revolución Rusa, de la Guerra Civil en el Líbano, de la Guerra Civil española, de la Revolución Cultural china, de Hi-roshima y Nagasaki, del nacionalsocialismo, del franquismo, del fascismo, del comunismo real. Palestinos, judíos, italianos, co-reanos, persas, alemanes, rusos. Onassis se hizo rico en Buenos Aires, Trotski murió en su exilio mexicano, Claus Barbi fue asesor del general Banzer en la dictadura de los años setenta en Boli-via. ¿En qué medida es posible pensar Europa en el siglo XXI sin los millones de inmigrantes que llegaron a suelo americano des-de 1900? ¿Cuándo comenzó la globalización? ¿Qué es la globa-lización?

entUsIasMo PoR la ConvIvenCIa deMoCRátICa En nues-tro cuartel general de Berlín creímos, en su momento, que podí-amos permitirnos hablar de una sola generación a ambos lados del Atlántico. Pero la ironía con la que empezamos en 2009, ha-ciendo un guiño en nuestro nombre a uno de los iconos más po-pulares de esa generación: Super Mario Bros, el videojuego de plataformas, ha quedado obsoleta. Después de estos meses de trabajo y, sobre todo, después del viaje que pudimos hacer en 2011, visitando a nuestros autores en Caracas, Bogotá, La Paz y México, con el apoyo del Goethe-Institut y de la Feria del Libro de Fráncfort, sabemos que más que con una generación tene-mos que ver con una parte de la población, que es la que está activa en la red, y, proporcionalmente hablando, con un número de personas muy reducido que utiliza la web para el intercam-bio de ideas, noticias y contenidos. Que usa las herramientas disponibles para mirar más allá de sus fronteras o mirar crítica-mente dentro de sus fronteras. Para el resto del mundo, la red no es más que un gran supermercado.

Más que de una generación, podemos hablar de la irrupci-ón de Internet a nivel masivo. De un antes y un después, que históricamente coincide con el entusiasmo que nos hizo pensar que, con el triunfo de la libertad, de acuerdo a la fábula que nos contaban los estadounidenses en sus películas después de la guerra fría, el sistema democrático se expandiría, se fortalece-ría. Se convertiría en la constante vital de nuestras sociedades. A ambos lados del Atlántico empezamos la última década del si-glo pasado en la red y con muchas ilusiones. Dando por senta-do que, con el desplome del archienemigo histórico del modelo económico establecido por Occidente, todas las ventajas pro-metidas por la economía de libre mercado se asentarían hasta conseguir sociedades más justas y abiertas. Que se crearían ins-tituciones sólidas para la convivencia democrática.

Comenzamos a hablar de la globalización como un fenóme-no, pero también como un anhelo colectivo. El denominativo de ciudadano del mundo adquirió teóricamente una nueva dimensi-ón y en Europa fuimos testigos de la consolidación de la Comu-nidad Europea. Un eje de crecimiento cultural y productivo que prometía convertirse en la contraparte de los Estados Unidos, en una alternativa ética a los usos y maneras de la política mun-dial, de la economía mundial.

Page 20: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 20/86rery maldonadoaquí estamos

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autora: Rery Maldonado (1976, Bolivia) vive desde 1997 en Berlín. Trabaja como redactora y traductora, es poeta y bloguera. En 2011, publicó junto con Nikola Richter el libro Los Super-demokraticos. Eine literarische politische Theorie. Sitio web: tribulacionesparvulas.blogspot.com/

parque humano, de la condición posthumanista de nuestra cul-tura. Trece años después, deberíamos ponernos de acuerdo en si los valores democráticos con los que los ciudadanos acudimos a las urnas en los países occidentales se corresponden con el ejer-cicio real de la política, de los políticos que nos representan, y en qué medida es prioritario que las instituciones internaciona-les que regulan las transacciones sigan siendo antidemocráticas e independientes de las Naciones Unidas.

2011 se caracterizó en todo el mundo por movilizaciones ma-sivas de la sociedad civil exigiendo nuevas maneras de convi-vencia, que respeten los valores con los que la mayoría de las personas en Occidente seguimos siendo educadas. Al grito de: Democracia real ya, millones de personas salieron a las calles de las principales ciudades. Yo creo que podemos seguir hablan-do de idealismo, porque hay un porcentaje representativo de la sociedad que ha decidido no dejar de ser inocente. Eso tiene que ver menos con nuestra edad que con la responsabilidad que sentimos. Con el repudio a la razón cínica (Sloterdijk) que se ha apoderado de las instancias que toman las decisiones.

Si la mayoría de los que participamos en estos movimien-tos tenemos menos de cuarenta años, tiene que ver con que la mayor parte de la población mundial pertenece a esta franja de-mográfica. El mundo es de los jóvenes, son ellos los que están conectados en la red, los que han crecido con la red; y debería estar en el interés de las instituciones la educación cívica en de-mocracia. Ése debería ser uno de los principales objetivos de la ayuda al desarrollo: consolidar el lugar del individuo, de la per-sona, como eje central del desarrollo.

Con el modelo alternativo de Los Superdemokraticos para una redistribución más equitativa de los fondos asignados a Cul-tura, ayudamos a la integración de jóvenes profesionales, mu-chos inmigrantes; pagamos por el trabajo intelectual en países donde eso no es sobrentendido, promoviendo así el librepensa-miento. Permitimos a través de la autorrepresentación romper con estereotipos, sin mencionar que ayudamos a hacer del ale-mán un idioma más popular en el mundo. Somos un ejemplo de sociedad abierta, uno de los pocos ejemplos online que ha con-seguido apoyo del Gobierno alemán a través de la Agencia Fe-deral para Educación Política (bpb). La bpb es una dependencia del Ministerio del Interior alemán única en su tipo. Fundada en 1952 e independiente de los partidos que gobiernen, tiene como objetivo educar a la población en sus derechos civiles y en el ejercicio democrático. En 2012, y siguiendo la tendencia que se ha impuesto, verá recortado su presupuesto en más de un 20 por ciento. <

Page 21: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 21/86richard david Precht y stéphane Hessel

richard david Precht: Nuestro presente es, a no dudarlo, una época de transición. Experimentamos una crisis de legitimación de los partidos políticos en todas las democracias occidentales. Y estamos sumidos en una crisis global de legitimación de la economía financiera. Llegó la hora de un nuevo contrato social. El antiguo está agotado. Pero ¿será la sociedad civil democrá-tica lo suficientemente abierta como para rehacerlo desde sus raíces?

stéphane Hessel: Mi sociólogo y filósofo francés favorito, Ed-gar Morin ha dicho: Nos hallamos en un umbral. Yo también lo siento así. Necesitamos un nuevo comienzo, y es probable que también el sentimiento de los ciudadanos, tanto en la filosofía como en la política, esté a punto de dar un giro: no podemos se-guir como vamos. Si queremos traspasar el umbral, necesitamos nuevos valores fundamentales. […] ¿Cuáles son nuestros valores fundamentales?

PrecHt: En el futuro seguirán siendo cruciales los mismos va-lores de antaño: seguridad, libertad, justicia, respeto, sentido. Pero nuestra desorientación ha ido creciendo a medida que au-mentan nuestras posibilidades de determinar por nosotros mis-mos nuestra vida individual. […] De ahí que las personas no siempre sean hoy más felices que en épocas anteriores. Están rodeadas de posibilidades que las sumen en un temor constante a equivocarse en sus decisiones.

Hessel: Una ventaja de mi generación es que al menos se sabía con claridad dónde estaba el mal. Sabíamos contra qué luchá-bamos. Hoy, en cambio, debemos luchar contra muchas cosas al mismo tiempo. Pero no acertamos del todo con la manera de ha-cerlo. Tenemos emporios financieros frente a Gobiernos débiles, y necesitamos los Gobiernos porque son nuestro único medio de influir como ciudadanos con un pensamiento nuevo.

el filósofo y publicista Richard david Precht conversa con stéphane hessel, antiguo miembro de la Resistencia de París, quien con sus más de 90 años casi dobla la edad de su interlocutor: dos rebeldes, autores de best sellers, sobre

reyes filósofos, valores, ciudadanos comprometidos y más.

UtoPías PelIgRosas y neCesaRIas

Nasan Tur (1974, vive en Berlín), “Berlin says...”, Video de una performance con cientos de grafitis berlineses superpuestos, 2009. Video stills: cortesía de Nasan Tur © VG Bild-Kunst, Bonn 2012

Page 22: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 22/86richard david Precht y stéphane Hesselutopías peligrosas y necesarias

requiere para seguir adelante. Ese “seguir adelante a toda cos-ta” lo considero un peligro. Es verdad que no se debe perder lo conseguido, pero a veces hay que retroceder para ubicar valo-res que nos permitan avanzar mancomunadamente. ¿Qué es el hombre? ¿En qué se ha convertido? En el feudalismo “honor” era la palabra más importante; luego “poseer” se convirtió en lo más importante. El “hombre poseedor” de hoy debería transformar-se en un “hombre respetuoso”: respetuoso de todo aquello que sea compatible con una humanidad más ecuánime.

PrecHt: Con ello pasamos de Platón a Aristóteles. ¿Cuál es mi actitud ante la vida? ¿Qué representan para mí los bienes ma-teriales? ¿Cuán importante considero la amistad? ¿Qué valor le doy al compromiso con los demás? Naturalmente, nuestros jó-venes se plantean esas preguntas, pero me temo que en este momento todo ello está opacado por otra poderosa utopía del mundo occidental. Me refiero al amor romántico. [...] Eros se ha convertido en el gran tema de la sociedad. En su generación aún había muchas personas que no escogían a su pareja según su propio grado de enamoramiento, sino por la existencia de una compatibilidad razonable, la procedencia de un mismo entorno y el entendimiento mutuo. Hoy el amor romántico es la imagen social más intensa. Pero el amor romántico amenaza el ámbi-to político, pues es esencialmente “asocial”. ¡Nosotros dos con-tra el resto del mundo! Y cuando la principal esperanza de sal-vación es sólo una utopía privada y deja de compartirse con otros, el resultado es socialmente amenazador. Mi temor es que Eros destruya a Cáritas. La felicidad propia nos hace indiferen-tes frente al tema de la justicia global.

Hessel: ¿De verdad? Yo tenía más bien la impresión de que hoy el amor se ha convertido en una mercancía, que la gente se ama para tener experiencias sexuales, algo que no favorece preci-samente al amor romántico. Tales personas dicen: Soy el me-jor compañero porque tengo esto o aquello que otros no tienen. Esta competitividad en el amor me parece un fenómeno relati-vamente novedoso. ¿No podría uno ampliar el antiguo amor ro-mántico, demasiado individualista, en un sentido que abarcase también al amor planetario, cultural?

PrecHt: Eso sería hermoso, por supuesto, pero me temo que la respuesta es No. Usted mismo acaba de decir que hay dos ideas inherentes a dichas representaciones del amor. Una es la de la competencia acentuada, un darwinismo del mercado del amor. La otra es la forma estandarizada de una “industria del entre-tenimiento en el ámbito del amor”, es decir: el amor como artí-culo de consumo. Estos dos factores condenan su propuesta al fracaso. [...]

Hessel: Pero fíjese usted en lo que pasa actualmente: que se da una confluencia de muchas personas –curiosamente, en países como Túnez o Egipto– impulsadas por una especie de amor so-cial, con el fin de lograr algo nuevo.

PrecHt: Pero ¿no es acaso aquí la motivación la amistad y no el amor? También la amistad ocupa hoy una posición sin preceden-

PrecHt: En su nuevo libro ¡Comprometeos! sopla un espíritu platónico. Usted expresa su anhelo de que las élites ilustradas obtengan más poder e influencia. Ciertamente no habla de un gobierno mundial, pero sí de una “reglamentación mundial”. Eso recuerda a los guardianes y a los reyes filósofos imaginados por Platón, es decir, a la fusión de la política y la filosofía.

Hessel: Es verdad. Yo estoy a favor de instituciones globales.

PrecHt: Y no por casualidad. Usted mismo ha desempeñado un gran papel en la elaboración de normas globales, como en la De-claración Universal de los Derechos Humanos de 1948, que us-ted contribuyó a formular. ¿Cree usted que las instituciones glo-bales del futuro llevarán al poder a reyes filósofos?

Hessel: Ésa es la gran interrogante. No podemos eliminar las instituciones globales, no disponemos de otra cosa. Piense en las Naciones Unidas, una gran institución pero cuyo poder es in-suficiente.

PrecHt: ¿Quién puede actuar hoy?

Hessel: Debemos intentar implantar las ideas no sólo en las instituciones, sino también en las mentes de los jóvenes. Para modificar la actitud de éstos, necesitamos ideas de ponderación, no violencia, convivencia de culturas, de civilizaciones. [...] Ne-cesitamos personas que tengan suficiente confianza en sí mis-mas y no olviden que las instituciones son sólo el resultado de su voluntad.

PrecHt: Poner al alma propia en el mejor estado posible y orientarse según la virtud... es un talante platónico que no me desagrada. El espíritu platónico que en cambio me produce in-quietud es el de la reglamentación mundial: me parece demasia-do utópico. ¿Acaso puede una reglamentación mundial enfrentar el poderío y los intereses monetarios del capital?

Hessel: Deberíamos hablar más sobre la actitud de los ciuda-danos.

PrecHt: Sí, apoyo su idea de que deberíamos reflexionar mucho más sobre la actitud y las convicciones personales de los jóvenes. Si tomáramos eso en serio, tendríamos que educar a nuestros ni-ños y jóvenes de otra manera. Necesitaríamos centros de ense-ñanza superior orientados de forma integral, que trabajasen en proporcionar sentido y no solamente información. Pues no sólo hacen falta especialistas, sino también generalistas, explorado-res de deficiencias de sentido y nuevos generadores de ideas. […] Existen en Alemania intentos de refundar o transformar universi-dades que van un poco en esa dirección, como ha sucedido en Lü-neburg. El interés de portavoces de la economía, del derecho, de la sociología o de las ciencias naturales en una forma novedosa de la academia está dado... y, por descontado, el de los filósofos. [...]

Hessel: Quienes se oponen a tal concepción son poderosos y alegan que sólo los especialistas saben exactamente lo que se

Page 23: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 23/86

PrecHt: ¿Una revolución contra el “estalinismo” de los bancos?

Hessel: Si lo sentimos como algo deseable, podremos lograr-lo. ¿Quién lo va a impedir? ¿Acaso los grupos de presión? Estoy convencido de que no sólo hay grupos de presión en el mun-do financiero, sino también en el filosófico. Los filósofos tienen bastante fuerza. Es verdad que a menudo dicen: Una filosofía idealista no conduce a ninguna parte, necesitamos más pensa-dores como Locke que como Hegel. Pero yo soy hegeliano. Tuve esa impresión cuando leí la Filosofía del Derecho de Hegel: “Éste sí me dice cómo son las cosas”, pensé. Paso a paso. Dialéctica-mente. Siempre de manera fresca. La dialéctica de hoy tendría que unificar el mundo financiero y el gubernamental de manera tal que ambos quedasen superados y permitiesen el surgimien-to de una nueva regulación del orden mundial. ¿Le parece a us-ted eso descabellado?

PrecHt: No, pero trato de someter el camino dialéctico que us-ted esboza a la prueba de si puede o no resistir el paso de una aplanadora (se ríe). Quizás lo mejor sería que no hubiese más bancos privados y que éstos fueran sustituidos por entidades de ahorro y préstamo como las que hay en Alemania, o por ban-cos populares y agrícolas administrados comunal o cooperativa-mente. Pero eso es algo que usted, aunque estuviera en el Go-bierno, no podría lograr aunque quisiera, pues tenemos reglas, leyes y acuerdos europeos que garantizan el status quo. Cada banco privado interpondría una demanda contra el intento de convertirlo en propiedad colectiva y ganaría el pleito.

Hessel: Pero surge algo nuevo cuando los productores y los consumidores se reúnen y dicen: No necesitamos un banco, nos podemos ayudar mutuamente. ¿Qué aspecto cree usted como filósofo que tendría esa cooperación mutua? ¿Sería necesario un nuevo ser humano? ¿O podría hacerse con el mismo actual, siempre que éste se respetase a sí mismo y a los demás? Más importante que educar a un hombre nuevo es quizás determi-nar lo que llevamos por dentro y hemos perdido u olvidado por el camino.

PrecHt: Todas las utopías que se proponen producir un ser hu-mano nuevo han sido peligrosas, desde Robespierre hasta Stalin. Yo no creo en el hombre nuevo. Pero hoy conocemos al antiguo mejor: la biología, la ciencia del cerebro, la psicología social nos permiten tener una idea más exacta de cómo funcionamos en el ámbito social. Sabemos, por ejemplo, que no podemos exigirle al ser humano que desarrolle una especie de sensibilidad hacia el mundo. Nuestro alcance emocional es limitado. [...] Tomemos la Declaración de los Derechos Humanos: resulta necesaria preci-samente porque no coincide con mis sentimientos. Todos saben que la vida de cada ser humano tiene el mismo valor, pero si me veo obligado a elegir entre salvar a diez personas anónimas o a mi hijo, salvaré a mi hijo. Por lo tanto, establezco diferencias. El sentido del sistema regulatorio moral, incluyendo el inheren-te a las leyes, es lograr reconducir nuestros instintos sociales hacia ideales más elevados en los que uno pueda creer aunque no los sienta en su fuero interno. La justicia universal es sentida

tes. Con las posibilidades electrónicas, uno puede ser amigo de medio mundo, intercambiar ideas, algo que antes no era posi-ble. Y se pueden conservar los amigos durante toda la vida, aun-que vivan en China. A ello se añade el sentimiento generador de identidad de poder participar mancomunadamente en un acon-tecimiento trascendente y la consciencia de ser joven, algo con lo que ya estaban familiarizados los revolucionarios de 1789. [...] Una juventud se da cuenta repentinamente de que tiene poder, que puede cambiar las cosas con tal de que marche colectiva-mente. Pero ese motor positivo de la revolución se agota pron-to. Puede funcionar sólo algunas semanas y meses. Luego el en-tusiasmo decae rápidamente.

Hessel: ¿Qué podemos hacer nosotros para que precisamente ese momento –un momento fugaz– se prolongue y tenga reper-cusión en las instituciones? Quizás en esto usted y yo disinta-mos: usted no confía en las instituciones.

PrecHt: Yo no sería tan radical. Digamos que pondría un signo de interrogación tras esa frase.

Hessel: Los signos de interrogación son siempre necesarios. Y también la ironía. El maravilloso amor romántico tiene sentido sólo si no se lo toma demasiado en serio; de lo contrario, se con-vierte en un riesgo. Pero ¿no podría la imperfección del amor romántico conducir al perfeccionamiento de una nueva amistad revolucionaria?

PrecHt: Y ¿qué podríamos hacer nosotros para lograrlo?

Hessel: Abogo por el principio de la experimentación. Los ex-perimentos son de hecho sumamente importantes para noso-tros. En las democracias deberíamos apoyar los experimentos sociales y políticos para que la gente sienta en carne propia la libertad. [...]

PrecHt: […] Si el fin está predeterminado, yo no soy lo que im-porta.

Hessel: Porque entonces me convierto en instrumento. Las personas no deberían ser instrumentos para fines. Ahora todos somos instrumentos del sistema monetario. Necesitamos dine-ro para sobrevivir, y para obtener dinero debemos recurrir a las potencias monetarias...

PrecHt: Ya sé, usted sueña con una regulación de la circulación monetaria. Pero ¿cree realmente posible en nuestros Estados democráticos que los ciudadanos y los Gobiernos influyan deci-sivamente en el sistema financiero?

Hessel: Por el momento, me limito a considerarlo como algo muy, muy deseable (se ríe). Si muchos sienten una cosa como deseable es probable que termine haciéndose realidad. Duran-te 20 años pareció deseable librarse del estalinismo, sólo que ello lucía imposible. Pero de repente se hizo posible. Del mismo modo, me gustaría que hubiese...

richard david Precht y stéphane Hesselutopías peligrosas y necesarias

Page 24: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 24/86richard david Precht y stéphane Hesselutopías peligrosas y necesarias

bas se podrían juntar y decidirse por un nuevo curso de acción que no proceda de una nueva visión teórica, sino de la dialécti-ca de las partes. ¿Le parece eso absurdo?

PrecHt: No, no me parece absurdo […] Pero me pregunto cuál sería el siguiente paso. En especial cuando uno se enfrenta a un Goliat como el sistema financiero mundial. Sólo veo hondas para enfrentarlo. El poder que hoy concentra el capital financiero es mayor que el que jamás acumuló emperador romano alguno. Us-ted cree en metamorfosis, en transformaciones; pero yo aún no veo una idea concreta de cómo transformar paso a paso un sis-tema como el mencionado.

Hessel: Quizás nunca lo logremos. […] Pero como alguien de edad muy avanzada, sí le puedo decir que tales contradicciones siempre han existido. Tomemos el caso de imperios coloniales como los de Francia e Inglaterra. Uno se decía a sí mismo: Natu-ralmente, sería hermoso que tales y tales pueblos fuesen libera-dos; pero eso es algo imposible, porque choca contra nuestros propios intereses. Sin embargo, de pronto se levanta una brisa que se convierte en un viento tan enérgico que las personas se ven obligadas a cambiar. [...] Estoy convencido de ello. Tiene que ver con mi biografía. Yo estuve en la Resistencia en 1942 y 70 años después aún me pregunto: Y ¿qué viene ahora? Pues bien, la respuesta es que uno se alegra de saber que el mundo sigue avanzando. Y es una alegría que me gusta compartir con los jó-venes. [...] <

Copyright: Richard David PrechtExtracto de una conversación aparecida en „Die Zeit“ el 1 de junio de 2011.

Autor: Richard David Precht (1964, Solingen) es filósofo, publicista y autor de best sellers. Especialista en Literatura, se ha converti-do en uno de los escritores alemanes contemporáneos más po-pulares con libros de divulgación como Amor, un sentimiento desordenado. En la actualidad, imparte clases en la Universidad de Luneburgo.

Autor: Stéphane Hessel (1917, Berlín) se unió a la Resistencia fran-cesa en 1941, fue deportado al campo de concentración de Buchenwald y escapó de los nazis en abril de 1945. Tras la guerra fue nombrado secretario de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU; en 1948 participó en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. A su librito ¡Indignaos! (2010), se remiten diversos movimientos de protesta.

Traducción del alemán: Fabio Morales

como un valor sólo por cierto porcentaje de la población mun-dial, pero ello no impide que sea reconocida casi universalmen-te. Pienso, exagerando un poco, en un mundo de amistades re-gionales mutuamente interconectadas y solidarizadas en torno a las grandes cuestiones. […] No obstante, los hombres se sien-ten fácilmente desbordados con la idea de una solidaridad uni-versal hacia el mundo.

Hessel: El hombre se ve desbordado como individuo porque desde su hogar lo acostumbran a sentir regional o localmente. La barrera que me separa del vecino es algo que puedo superar. Y aunque no puedo superar todas las barreras, si no hubiera ba-rreras no sentiría la necesidad de hacerlo. [...]

Tal vez deberíamos hablar sobre la palabra utopía. […] Yo soy un utopista. Todas las grandes ideas son utópicas. Ya la mis-ma concepción de que volveremos a nacer tras la muerte y que Cristo nos resucitará, incluso a la vida corporal, es de por sí utó-pica. Significa: nada está definitivamente perdido, siempre ha-brá la oportunidad de seguir desarrollándose o de ensanchar la consciencia, tal como lo enseñan los budistas o el Dalai Lama. Tales reflexiones me son muy cercanas. Pero naturalmente per-manecen utópicas mientras las sociedades vivas dejen de pro-gresar con ellas, negándose, por ejemplo, a tomar medidas para ahorrar energía. En esos casos, las utopías mantienen a esas so-ciedades unidas, pero no las ayudan a progresar.

PrecHt: Tras 1989 hemos desarrollado la utopía de la ausen-cia de utopías. Hemos llegado a creer que las utopías acarrean desgracias debido a que son esencialmente totalitarias. La con-secuencia es una enorme desilusión con respecto a los partidos en los países del mundo occidental. Ojo, no estoy hablando de una desilusión con respecto a la política, sino con respecto a los partidos. Ahora se rechaza a los partidos porque han dejado de tener utopías y concepciones del mundo. Pero al mismo tiempo, los hombres que pueden decirles a sus congéneres “Esa sería una buena meta. ¿Por qué no nos dirigimos hacia ella?” son cada vez más escasos. Entre otras cosas, porque estamos rodeados de expertos y argumentos contra todo. Quien quiere llegar a al-guna parte tiene que tener metas concretas. Quien quiere evi-tar algo busca razones. Hay toda una industria de los medios de comunicación que vive de destruir cualquier asomo de uto-pía. Se los tacha de idealistas, locos, románticos que no tienen los pies en la tierra, ingenuos. Y con ello se cimienta, quiérase o no, el status quo.

Hessel: Pero ¿no es ése el viejo tema de la dialéctica, no sólo de la platónica, sino también de la hegeliana? Si hay dos posi-ciones encontradas y uno siente que ninguna de ellas es viable, ¿acaso hay que resignarse y afirmar que no hay solución posi-ble? ¿No se debería decir más bien: ahora necesitamos una uto-pía que supere las dos posiciones en conflicto?

PrecHt: ¿Una nueva síntesis entre liberalismo y socialismo?

Hessel: Cabe imaginar la síntesis como si se tratase de dos per-sonas. La una actúa de una manera, y la otra de otra. Pero am-

Page 25: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 25/86José-Pablo Jofré

Cómo se unen los caminos de Marita, okupa berlinesa, y Mónica, participante del movimiento español 15-m en contra de una democracia oligarquizada.

“–¡¿dónde está la IzqUIeRda?! –¡al fondo a la deReCha!”

En la entrada y en las escaleras de una casa de la Admiralstras-se de Berlín, las paredes están tapizadas de fotos descoloridas de veinteañeros sonrientes, gafapastas originales con uniforme de obrero, tableros con horarios de trabajos, imágenes de raya-dos (“Balcones para todos”). Todo de hace 30 años, cuando ese edificio okupado era un fantasma oscuro recién inyectado de la sangre verde de un grupo de ilusionados colectiveros. Las fotos en su conjunto, cual película muda ralentizada, podrían ser un documental retro del 15-M: “... no sé de dónde, apareció un sofá sobre nuestras cabezas. Luego los toldos, las cuerdas, los car-tones, la cocina. Las tres enfermerías. Un parpadeo, el jardín de infancia. Un café, el huerto. Un cigarro, la biblioteca. La mujer de cien mil años que lloraba porque, como yo, como todos, no lo podía creer”, comenta Mónica, poeta madrileña y encargada de las cuentas de Twitter y Facebook del movimiento en su barrio.

CegaR Un abIsMo* Marita, una de las okupas berlinesas que aún vive allí, tiene una personalidad colectivista, algo que cho-ca a veces con el resto de los vecinos algo aburguesados. Y es justamente esa forma de organizarse horizontalmente, el for-

mato que espontáneamente se construye para protestar cuan-do la clase política se vuelve incompetente para gestionar la democracia. Horizontales son también las redes sociales en In-ternet, por lo que su uso intensivo no ha sido como herramienta de propaganda, sino como elemento integrante del movimiento de protesta; sin foros, sin Twitter o Facebook, sin blogs: la masi-vidad, la forma de la participación, de la gestión y del desarrollo del movimiento hubiesen sido diferentes. Lo confirma Mónica: “La idea fue crear un sistema de comunicación orgánico y propio, articulado, una red de contestación permanente”.

sInCRonIzaR todas las ResPIRaCIones Tenemos entonces una protesta real-virtual contra una democracia oligarquizada, autodestructiva y suicida gracias a una política de partidos sin actualizar que hace peligrar el progreso de toda una civiliza-ción. No se trata sólo de un llamado de atención, sino también de una expresión de lucidez. Aquí se vuelven a unir los caminos de Mónica y Marita: mientras esta última ha colaborado a tra-vés de su proyecto y el ejemplo de okupar, proteger, reconstruir, habitar y socializar la experiencia del trabajo colectivo a la vez

Tania Bruguera (1968, Cuba; vive en La Habana y Chicago), Huelga General, 2010. Pintura mural en una iglesia desacralizada. Trabajo presentado en “Dominó Caníbal”, Proyecto de Arte Contemporáneo (PAC) 2010, Murcia. Cortesía de Urroz Proyectos y Estudio Bruguera. Foto: la Lobera. © Tania Bruguera, 2010

Page 26: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 26/86José-Pablo Jofré“–¡¿dónde está la izquierda?! –¡al fondo a la derecha!”

con todo esto, y es quizás el elemento fundamental de la Spa-nish revolution: la autonomía orgánica del formato de esta mo-vilización de protesta. El pragmatismo político vendría después. Primero estaba la dignidad, el respeto, la convocatoria, la uni-dad, el compartir deseos de una sociedad simplemente más ra-zonable a través de la alimentación de un micromundo, un espa-cio vivo y por definir.

ConsegUIR qUe todos los Relojes MaRqUen la MIsMa Hora La cronología del movimiento comienza oficialmente con las protestas del 15 de mayo y con la acampada en la Puerta del Sol en Madrid la noche de aquel domingo. A la que se une Bar-celona el 16, mientras en la capital del Estado aumentan los par-ticipantes y todo aquello comienza a tomar forma. El día 17 las manifestaciones y acampadas nocturnas se realizaban ya en 30 ciudades españolas. El 18 de mayo, mientras en Madrid se ins-talaba un puesto de comida y una webcam para informar en Us-tream, la policía ordena desalojos en Valencia, Tenerife y Las Palmas. El jueves 19 y con base a una sentencia de 2010, el Tri-bunal Constitucional señaló que las manifestaciones eran lega-les, las protestas se realizaban en 67 ciudades españolas y 15 extranjeras. El día 20 de mayo, una web de El País comunicaba las ciudades de todo el mundo donde se habían convocado ma-nifestaciones: por la mañana 166 ciudades, por la tarde 357 y por la noche 480. Otros dos momentos clave: la descentraliza-ción de las manifestaciones madrileñas entre 80 municipios y 41 barrios de la Comunidad de Madrid (28 de mayo). Y el fin de la acampada el 12 de junio.

seR tRansPaRente El grito “–¡¿Dónde está la izquierda?! –¡Al fondo a la derecha!” se escucha en Madrid y Barcelona y en el resto de las ciudades y no es antojadizo: entre los anteceden-tes, no de las anteriores protestas sino de la indignación y del hartazgo, se cuenta la crisis de identidad de la centroizquier-da, que ha desembocado en una incompetencia de sus políti-cos para actualizar la democracia y la política de partidos en su rol de intermediador, colaborando en la oligarquización del sis-tema, en el alejamiento de la ciudadanía, y cuyo engranaje gra-cias a egoísmos endogámicos funciona en mínimos. De ahí que el movimiento sea apartidista, pacífico, horizontal y transparen-te, luchando todo el tiempo contra la etiquetación de moviliza-ciones previas, defendiéndose de conceptualizaciones calcifica-das y fuera del contexto del 15-M.

InveRtIR las jeRaRqUías Contra los manifestantes, la visión conservadora repite los tópicos más predecibles (aplicar todos los medios para restaurar el orden, resucitando valores sacra-lizados y ensalzando el miedo y la venganza): “... no conocen a Dios, no conocen a Cristo... Se encuentran con sus vidas rotas, y si las soluciones temporales y materialistas no funcionan, como no están funcionando, el fracaso está servido, y la rebelión tam-bién, y el desconcierto todavía más” (arzobispo de Madrid). La represión como ésta no funciona, tampoco los 120 heridos que dejó el actuar insensato de la policía en Barcelona bajo las órde-nes de Felipe Puig. Lo que funciona es actualizar la democracia, pensando en el futuro como sociedad responsable, actuar soste-

que la sociedad de consumo se vuelve cada vez más dócil y ma-nipulable; la primera, junto a toda una asamblea de indignados, decide tomar la antorcha para no ir hacia una especie de neo-medievalismo, para volver a ser respetados como ciudadanos, comenzando por sí mismos: “Todo esto rompió con la sensación de derrota, con la soledad del fracaso y las pequeñas grandes precariedades del día a día; con aquello que no te deja escribir un solo verso en años. Volver a ser permeable ha sido recuperar una vida que se me había olvidado”, revela la poeta.

aCabaR las obRas InConClUsas Y continúa: “El barrende-ro municipal temía por su empleo si seguíamos limpiando. La necesidad de estar todo el tiempo allí porque no había otro lu-gar en el mundo. No poder quitártelo de la cabeza, no poder ha-blar de otra cosa. No comer. No dormir. Poder con todo. Creer en todo. La acampada fue puro amor”. Así, mientras los habitantes de esta casa berlinesa se reúnen cada cierto tiempo en sus sa-lones para discutir temas como la instalación de un ascensor, ya que han decidido envejecer aquí; el movimiento 15-M se orga-niza a través de asambleas abiertas celebradas en plazas o par-ques estructurándose en comisiones (Legal, Comunicación, Ac-ción, Actividades, Barrios, Estatal e Internacional, Información, Infraestructuras, Lenguas de Signos) y grupos de trabajo (Cultu-ra, Educación, Política, Economía, Medio Ambiente, Trabajo So-cial, Feminismos, Ciencia y Tecnología, Diálogo entre Religiones, Migración y Movilidad, Pensamiento).

oRganIzaR exCURsIones al fUtURo La acampada de la Puerta del Sol hizo la diferencia. La manifestación a la que se había convocado a las principales ciudades españolas ese 15 de mayo podría haber quedado ahí, “como otras tantas; como aque-lla contra la guerra de Irak, que terminó en nada”, comenta Mi-guel, físico, perteneciente al grupo semilla de indignados (licen-ciados nacidos en la España de los ochenta). Había que salir a exigir respeto, pero la sensación de que aquello no desemboca-ría en cambio alguno era cada vez más presente. Terminada la manifestación, la acampada fue espontánea: “¿Y por qué no nos quedamos?”, así de simple: había que ir más allá, estaban har-tos, por la falta de respeto, de confianza en la ciudadanía, de la imposibilidad de hacer llegar las demandas a las cúpulas de po-der. Ese quedarse fue construir una esfera local y global al mis-mo tiempo, la primera con el equipamiento necesario para el día a día (noche a noche), la segunda interconectada telemáticamen-te con las experiencias de otros, con los temas a discutir en las asambleas, como difusores de contenidos.

ConstRUIR Un esPaCIo InfInIto Los primeros días de acam-pada fueron pura logística: qué hacer, cómo organizarse, cómo seguir con todo esto, preguntarse “qué somos”. A los toldos, los palettes como camas, el huerto, les siguió la necesidad de un manifiesto, y claro: la asamblea. La reunión en la plaza pública, algo ya perdido pero que hace varios miles de años fue la for-ma de discutir el ser ciudadano. Se recupera así el espacio pú-blico para explotar la discusión abierta en reuniones de hasta doce horas, que se revelan como el corazón latiente del movi-miento; ahí se redefinía a tacto el qué somos y el qué queremos

Page 27: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 27/86José-Pablo Jofré“–¡¿dónde está la izquierda?! –¡al fondo a la derecha!”

5. Reforma de las condiciones laborales de la clase política para la abolición de sus sueldos vitalicios, así como que los progra-mas y las propuestas políticas tengan carácter vinculante.

6. Rechazo y condena de la corrupción. Que sea obligatorio por la Ley Electoral presentar unas listas libres de imputados o con-denados por corrupción.

7. Medidas plurales con respecto a la banca y los mercados fi-nancieros en cumplimiento del artículo 128 de la Constitución, que determina que “toda la riqueza del país en sus diferentes formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al inte-rés general”. Reducción del poder del FMI y del BCE. Nacionali-zación inmediata de todas aquellas entidades bancarias que ha-yan tenido que ser rescatadas por el Estado. Endurecimiento de los controles sobre entidades y operaciones financieras para evitar posibles abusos en cualquiera de sus formas.

8. Desvinculación verdadera entre la Iglesia y el Estado, como establece el artículo 16 de la Constitución.

9. Democracia participativa y directa en la que la ciudadanía tome parte activa. Acceso popular a los medios de comunica-ción, que deberán ser éticos y veraces.

10. Verdadera regularización de las condiciones laborales y que se vigile su cumplimiento por parte de los poderes del Estado.

11. Cierre de todas las centrales nucleares y la promoción de energías renovables y gratuitas.

12. Recuperación de las empresas públicas privatizadas.

13. Efectiva separación de los poderes ejecutivo, legislativo y ju-dicial.

14. Reducción del gasto militar, cierre inmediato de las fábricas de armas y un mayor control de las fuerzas y cuerpos de segu-ridad del Estado.

15. Recuperación de la Memoria Histórica y de los principios fundadores de la lucha por la Democracia en el Estado.

16. Total transparencia de las cuentas y de la financiación de los partidos políticos como medida de contención de la corrupción política.

niblemente exigiendo respeto y participación política a la diver-sidad de esta nueva ciudadanía rápidamente movilizable, cons-ciente de sus derechos y deberes, e interconectada globalmente en una manifestación permanente que discute en espacios vir-tuales, pero que sabe salir a la calle. Y quedarse allí, si es ne-cesario.

tocar el tiemPo Marita no usa computador y ni falta que le hace, a pesar de que la conexión a Internet en toda la casa es de alta velocidad. Las reuniones sistemáticas, las celebraciones de cumpleaños entre vecinos, las asambleas desatan los conflictos (y abren otros) y se plantean las nuevas metas. Las reuniones ya no duran 10 horas como hace 30 años, y la ropa que visten ya no lleva consignas contra o a favor de alguna idea. Los hijos ya se han ido y sólo quedan los visitantes por temporadas (estu-diantes o poetas). Para Mónica, Twitter es la principal fuente de información: “Ya sabes: buena selección de contactos y la reali-dad se filtra sola. El ruido se reduce al mínimo, me permite se-guir el levantamiento de Rusia previsto para mañana en tiempo real, puedo conversar y contribuir a la propagación de plagas”. Ambas comparten, sin embargo, que una visión horizontal no dogmática de la realidad les ha permitido desarrollarse espiri-tual y armónicamente con su entorno: “No tuve ninguna duda de que aquello hace treinta años era lo que quería. No lo repetiría; pero no me imagino sin aquella experiencia”, apunta Marita. <

*Los 10 subtítulos de este artículo son parte de la instalación 100 obras de arte imposibles de la artista conceptual española residente en Bruselas Dora García.

alteRaR la obedIenCIa de los esPejos El 20 de mayo se redacta la primera lista de propuestas durante la asamblea del día:

1. Cambio de la Ley Electoral para que las listas sean abiertas y con circunscripción única. La obtención de escaños debe ser proporcional al número de votos.

2. Atención a los derechos básicos y fundamentales recogidos en la Constitución como son: derecho a una vivienda digna, ar-ticulando una reforma de la Ley Hipotecaria para que la entre-ga de la vivienda en caso de impago cancele la deuda; sanidad pública, gratuita y universal; libre circulación de personas y re-fuerzo de una educación pública y laica.

3. Abolición de las leyes y medidas discriminatorias e injustas como han calificado la Ley del Plan Bolonia y el Espacio Euro-peo de Educación Superior, la Ley de Extranjería y la conocida como Ley Sinde.

4. Reforma fiscal favorable para las rentas más bajas, una refor-ma de los impuestos de patrimonio y sucesiones. Implantación de la Tasa Tobin, que grava las transferencias financieras inter-nacionales y supresión de los paraísos fiscales.

Page 28: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 28/86

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autor: José-Pablo Jofré, poeta chileno, vive y trabaja en Berlín. En 2010 recibió el Premio Ciudad Sant Andreu de la Barca (España) por su poema “La danza de la existencia” (inédito), y en 2009 fue honrado en el Premio Lagar – Concurso Nacional de Poe-sía y Ensayo Gabriela Mistral (La Serena, Chile) por su poema-rio Abecedario (Arica, 2012).

Información adicional sobre la ilustración: Huelga General La obra de Tania Bruguera se inserta en la cir-cunstancia creada por la convocatoria a la huelga general en España para el día 29 de septiembre de 2010, momento en el que sucede además la ejecución física de la obra en el espa-cio de exhibición. La obra se inicia con indicaciones para pintar en las paredes imágenes de la tradición iconográfica revolu-cionaria de varias culturas políticas de la izquierda. Se trata de crear un espacio que invita al público a participar, incitándolo a pintar y crear sus propuestas de propaganda sobre las imá-genes ya predeterminadas; se trata de generar nuevas imáge-nes relacionadas con el tema de la expresión política. La artis-ta hace coincidir dos tradiciones de producción política: el arte participativo y la tradición del mural como vía de agitación so-cial. Tanto la trama del mural como la sucesión de fases que la artista aspira a introducir en la realización de la pintura buscan absorber una circunstancia temporal: la convocatoria de huel-ga general con la que, en el mes de septiembre del 2010, sin-dicatos, ciudadanos y activistas aspiran a poner en cuestión la serie de políticas económicas y de finanzas públicas con que el Gobierno español quiere controlar las variables de la crisis ca-pitalista. A partir de la ejecución en proceso del mural, se pre-tende incitar a la reflexión sobre la efectividad que tiene la re-presentatividad política de las imágenes en la creación de una comunidad, en la participación ciudadana dentro de los pro-cesos políticos. Se plantea la utopía frustrada en la cual el arte representacional puede reflejar un proceso tan cambiante como la política y tan volátil como la opinión pública en el es-tado fijo que es una imagen visual pintada en un mural. (http://www.taniabruguera.com)

José-Pablo Jofré“–¡¿dónde está la izquierda?! –¡al fondo a la derecha!”

Page 29: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 29/86christoph bartmann

Nueva York, escribe la joven autora Onnesha Roychoudhuri so-bre su ciudad natal, “tiene la mayor densidad poblacional de Es-tados Unidos. No obstante, seguimos siendo una muchedum-bre increíblemente decentita y bien educada. Cogemos nuestros trenes para llegar a nuestros puestos de trabajo y regresamos a nuestros pisos diminutos, donde soportamos estoicamente nuestra lucha con las cucarachas o con los ruidosos pasos de nuestro vecino de arriba. En ocasiones, vamos primero a un bar a tomar una copa con los amigos. Pero cuando no regresamos a nuestros pisos, sucede algo interesante. Nos volvemos visibles”.

Nueva York, en los diez años que lleva ya de mandato el al-calde Bloomberg, ha vivido un apogeo vertiginoso, se ha vuel-to una ciudad más segura, más rica, más cara y hasta un poquito más histérica: y quien quiera hacerse una idea de esto sólo ne-cesita ir hasta el SoHo, donde, en un espacio reducido, parecen

agolparse las esperanzas y anhelos no cumplidos de todos los veinteañeros apuestos de este planeta. En el Manhattan de estos días no hay –o no había, se ve uno tentado a decir– nada más importante que el consumo, aun cuando la vida de la mayoría sea mucho menos glamorosa. La miseria y la pobreza han sido desplazadas con éxito hacia otros barrios y lugares periféricos de la ciudad; pero con ellas parece haber desaparecido también el espacio público (aunque el alcalde, con razón, se haya dejado celebrar por la inauguración del High Line Park).

Así era New York City hasta que el 17 de septiembre de 2011 sucedió algo insólito en el downtown de Manhattan. Estimulados por los acontecimientos de la plaza Tahrir y otros lugares del mundo árabe, versados en el uso de las nuevas tecnologías pero, al mismo tiempo, sin experiencia en la organización de protes-tas, unos activistas ocuparon el parque Zuccotti, muy cerca de

no existe una élite, ni una vanguardia, ni nadie en posesión de un saber privilegiado, ni comandantes en jefe de la estrategia correcta:

es eso lo que diferencia más claramente a occupy Wall street de anteriores formas de protesta.

“UtoPIa foR oUR tIMe”

“Occupy Wallstreet“, centro de información en mitad del parque Zuccotti, Nueva York, octubre de 2011. Foto y ©: Aristide Economopoulos/The Star-Ledger

Page 30: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 30/86

por ciento”. “El primer año de mi vida fui un sin techo”. “Mi fu-turo se ha ido al carajo”. El alcalde Bloomberg condenó las pro-testas del parque Zuccotti señalando que en Wall Street se gana-ba dinero que redundaba en beneficio de todos. Los del 99 por ciento no están convencidos de ello, como tampoco lo está el Premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz.

En ambas cifras porcentuales, la del 1 y la del 99 por ciento, podemos descubrir versiones del sueño americano. De la pursuit of happiness ha formado parte siempre la posibilidad –o inclu-so el objetivo– de hacerse muy rico, así como la posibilidad de no tomarse con demasiada exactitud lo del vínculo social de la propiedad: aunque Estados Unidos sea la meca de la filantropía de los ricos y de la charity. A esa idea originaria estadouniden-se del ascenso y de las grandes sumas de dinero, la idea –tam-bién– del egoísmo y de las capacidades del self made, oponen los activistas de OWS otra idea que también forma parte de los orígenes del país. La idea del e pluribus unum, la de una nación de hombres libres e iguales, lo cual se materializa de la mejor forma en las pequeñas ciudades de provincia estadounidenses, con sus townhall meetings, o, justamente, en el parque Zuccotti. El hecho de que el movimiento OWS tenga su modelo en la pe-queña ciudad ideal es algo que llamó primeramente la atención de Mark Greif, ensayista y activista: “El campamento del Occu-py Wall Street –escribe– tenía su propio centro de comunicación, una biblioteca, una cocina, y podría decirse que, por el modo en que esas instalaciones estaban repartidas en el parque Zuccot-ti, recordaban a una pequeña ciudad en formato pequeño”. Y es justo por ello por lo que puede considerarse al movimiento OWS como inofensivo. Y precisamente porque no es tan radical, por-que articula los ideales y deseos de las mayorías, es por lo que también se lo puede considerar particularmente peligroso. OWS no se enfrenta, como en 1968, a una “mayoría silenciosa”; OWS es más bien la forma de organización de una mayoría que ya no quiere seguir callando. Tal vez por eso las autoridades de la ciu-dad de Nueva York ordenaron despejar el campamento de las protestas en horas de la madrugada, y tal vez por eso la biblio-teca pública del parque Zuccotti fue quemada a toda prisa. Las bibliotecas, nos recuerda Mark Greif, así como la iglesia y la es-cuela, son parte integrante de cualquier ciudad estadounidense. Ellas constituyen –muy en especial la New York Public Library– el lugar del saber público y del diálogo público. En la actualidad, dichas instituciones se ven amenazadas en todas partes por los recortes presupuestarios. A OWS se lo puede calificar de movi-miento conservador o restaurador, ya que se aferra a esos clá-sicos lugares simbólicos de la democracia y la opinión pública.

“En realidad, nuestra causa es conservadora en el sentido más estricto de la palabra”, escribe Mark Greif, pero no por eso el objetivo de los reunidos en el parque Zuccotti y en todas par-tes ha de ser menos revolucionario. Ser revolucionario puede significar oponerse a ciertas evoluciones negativas. Si existe un punto en común entre los disturbios, las protestas, las revueltas y las revoluciones en el mundo árabe y en el mundo universal, es la visión de que las cosas no pueden seguir tal y como están. A los nuevos movimientos sociales, lo mismo si se comprometen con la política medioambiental o si intervienen en cuestiones re-lacionadas con el espacio público o las libertades ciudadanas,

Wall Street, para manifestarse en contra del poder allí concen-trado de la industria financiera. De ese modo nació el movimien-to Occupy Wall Street (OWS), desatando una oleada de protestas públicas que abarcó a todo el mundo occidental y a los sitios con los nombres más disímiles. Así, el hasta entonces anodino par-que Zuccotti –que en el fondo no es ni plaza ni parque, sino una mera plazoleta exterior de los edificios de oficinas que la ro-dean– se convirtió, como la plaza Tahrir en El Cairo, en el símbo-lo de la indignación ciudadana y de la rebelión de las mayorías, a lo cual ni los gobernantes de El Cairo ni los de Nueva York su-pieron dar una respuesta inteligente. “La plaza clásica, la de la Antigüedad –escribía Niklas Maak en el Frankfurter Allgemeine Zeitung–, se ha revelado de nuevo como el lugar en el que em-piezan los cambios políticos”. Y sobre esto se debe reflexionar a la vista de dichos acontecimientos: no son los blogueros por sí solos los que hacen la revolución, sino los manifestantes que se reúnen en esas plazas de día y de noche, haya viento o mal tiempo, y, por supuesto, no sin sus teléfonos móviles.

El parque Zuccotti, hasta el día 15 de noviembre, en que la policía entró en él, fue la tribuna y el campamento base de la protesta. Sin una tribuna en la que uno pueda hablar, discutir, comer y dormir, no hay protesta: Internet es importante para la movilización, pero no es capaz de sustituir a la tribuna pública. Es cierto que el parque Zuccotti era una tribuna sin protagonis-tas o con nada más que protagonistas. El movimiento estaba or-gulloso de no tener líderes, no obstante, les ofreció un podio a estrellas de la intelectualidad como Judith Butler y Slavoj Žižek, llevando sus palabras a los oyentes más alejados a través del llamado human microphone (los micrófonos reales estaban ve-tados). En movimientos como el de OWS se refleja la crisis de la representación política. Los manifestantes no sólo rechazan a la mayoría de los representantes populares elegidos, también se pronuncian en contra de los que se nombran a sí mismos o los representantes de la protesta designados por “consejos”. Ello no tiene por qué ir a parar a la idea, bastante cuestionable, de que “el pueblo”, en caso de duda, es el que tiene la mejor respuesta. Slavoj Žižek les recordó a los manifestantes del parque Zuccot-ti que ningún sujeto debía creer estar en posesión del saber, ni los intelectuales ni el “pueblo común” (muchísimo menos la po-lítica oficial). Es eso, tal vez, lo que diferencia más claramente a los nuevos movimientos sociales de las antiguas formas de pro-testa como, por ejemplo, las del año 1968: que no existe una éli-te, ni una vanguardia, ni nadie en posesión de un saber privile-giado, ni comandantes en jefe de la estrategia correcta; o mejor dicho: no deben existir. Y puede que eso sea lo que despoje a movimientos como el de OWS de cierta eficacia práctica, pero, por otro lado, les proporciona una mayor credibilidad. Una ac-ción de We are the 99 percent –aunque aún no tenga bien claro sus objetivos ni sus propuestas de solución– es siempre más pe-ligrosa para los que gobiernan que cualquier minoría con postu-ras todavía militantes. No es preciso dar un toque romántico a ese ímpetu actual por indignarse, por enojarse y ocupar simbóli-camente ciertos espacios para sentirse conmovido por las inter-venciones que el movimiento OWS ha ido acopiando en la pla-taforma del microblog “Tumblr”: “Mi jefe gana en tres horas más dinero que yo en un año. Yo soy el 99 por ciento. Tú eres el 99

christoph bartmann“Utopia for our time”

Page 31: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 31/86christoph bartmann“Utopia for our time”

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autor: Christoph Bartmann (1955), dirige desde 2011 el Goethe-Institut de Nueva York. Desde 1988 ha ejercido diferentes cargos direc-tivos para el Goethe-Institut, entre otros en Santiago de Chile, Praga y Copenhague; en último lugar, dirigió el departamento de “Cultura e Información” de la sede central del Goethe-Insti-tut en Múnich. Escribe regularmente críticas literarias.

Traducción del alemán: José Aníbal Campos

los une la protesta contra una creciente o continua dominación de unas minorías, ya sean las escleróticas dictaduras en el mun-do árabe o, en otros lugares, los pseudogobiernos de la econo-mía financiera. Puede que las protestas sean políticamente poco claras, puede que sean pobres en propuestas concretas para dar solución a los problemas, pero, a diferencia de los movimientos estudiantiles del año 1968, son compartidas por la amplia mayo-ría de la población. A su vez, lo que vincula a los nuevos movi-mientos con el año 1968 es el reclamo largamente no escuchado de una utopía, una utopia for our time (una utopía para nues-tra época). Durante mucho tiempo el pragmatismo político y una agenda de eternas circunstancias forzosas distorsionaron la mi-rada hacia la posibilidad de lo “completamente distinto”. Aho-ra la gente, sin que por ello tenga que ser adepta a alguna ideo-logía política, se atreve de nuevo a expresar su indignación por el pésimo status quo y a reclamar otro tipo de relaciones y de gobiernos. OWS y sus simpatizantes no se detendrán ahí. Ellos, de algún modo, tendrán que andar el camino hacia una política institucional, y tendrán que experimentar las decepciones y los éxitos como los experimentaron, treinta años antes, los Verdes.El desalojo del campamento base en el parque Zuccotti no ha sido capaz de disolver el movimiento OWS. Las ideas y estrate-gias de una protesta amplia, pacífica, paciente e ingeniosa es-tán dando vueltas por el mundo, y no será posible atraparlas con medidas policiales. Todo sería mucho más fácil si los acti-vistas organizaran acciones punibles, violatorias de la ley. Pero, como no lo hacen, no es posible criminalizar al movimiento OWS. El hecho de que el movimiento encuentre la aprobación incluso dentro del bando burgués les hace difícil a los Gobiernos el re-chazarlo y aislarlo. Lo que no entendió el alcalde Bloomberg lo entendió mucho más rápidamente el presidente Obama, quien expresó su comprensión para con los objetivos de los manifes-tantes. Aun cuando la tribuna del parque Zuccotti esté tempo-ralmente bloqueada a esos objetivos, hay ya nuevas tribunas, nuevos escenarios y nuevas formas de protesta. Es posible va-ticinar a OWS en Nueva York y en otras partes un largo porve-nir. Y cuando se es habitante de esta ciudad, uno siente curiosi-dad por ver cuáles serán las siguientes acciones y, a diferencia de lo que sucede con otras muchas manifestaciones políticas al viejo estilo, le entran ganas de participar. Ya desde ahora el mo-vimiento OWS ha conseguido zarandear el tan comercializado y estéril espacio público de Manhattan. En una ciudad en la que las grandes atracciones han pasado a ser la Apple Megastore y la tienda insignia de Abercrombie&Fitch, hay de nuevo, de pron-to, vida inteligente capaz de organizarse por sí sola, una vida en la que cualquiera puede actuar sin pagar entrada. Y claro, de re-pente también ha vuelto a ponerse de moda el comprometer-se contra el capitalismo financiero. Nueva York no sería Nue-va York si esta nueva utopía no supiera arreglárselas de algún modo con el hipness factor. <

Page 32: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 32/86maximilian Probst

Una característica de la piratería es lo repentino. ¿Cómo llevar a cabo en mar abierto un ataque anunciado? El Partido Pirata de Berlín no es la excepción: “Piratas, súbitamente políticos”, anun-ció el diario sensacionalista Bild, con ese tono de temerosa sor-presa que en otros tiempos podría haber partido de la atala-ya de un buque mercante al divisarse corsarios en el horizonte. Lo repentino de la aparición no debe inducirnos, sin embargo, a pensar que vienen de la nada. Si queremos saber quiénes son los piratas del Partido Pirata debemos analizar dónde se ubi-can en la historia de las ideas. En Alemania lo primero que nos viene a la mente es el Caos Computer Club (CCC), que reciente-

mente celebró su 30.° aniversario con un gran congreso. El Par-tido Pirata coincide en parte en cuanto a personas con el CCC, y casi completamente en cuanto a contenidos. El CCC fue fundado en 1981, es decir, en una época que históricamente podría defi-nirse como de viraje hacia el neoliberalismo. De las esperanzas de cambio que había albergado la generación del 68 quedaban sólo movimientos particulares y nadie podía negar ya la corrup-ción del socialismo realmente existente. Ronald Reagan asume la presidencia en 1981, Thatcher lo había precedido, Kohl le segui-rá en Alemania un año más tarde: la fórmula era una competen-cia desenfrenada; el objetivo, temido por los críticos, una nueva

la victoria electoral del Partido Pirata, que abordó el Congreso berlinés en otoño con casi el nueve por ciento de los votos, pilló desprevenidos a muchos. Pero ¿de dónde salen los piratas? vienen de Internet, pero en su mochila traen

la vieja utopía de la generación del 68.

el bUqUe fantasMa

“Espejismo marino”, grabado histórico Ilustración para un relato de Frank Richard Stockton (1834-1902)

Page 33: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 33/86maximilian Probstel buque fantasma

origen o poder económico. La mente puede, de acuerdo con la idealista hipótesis de partida, escapar de las relaciones reales de poder. El camino llevó durante algunos años por la prácticamen-te ilimitada libertad del mundo digital, en el que cada uno podía volver a inventarse a sí mismo.

Para los piratas, sin embargo, adquirió aún mayor impor-tancia la compartición de archivos o “file sharing”, que permitía intercambiar música, imágenes y textos. No sólo le dio a los pi-ratas su nombre (ya que la industria discográfica califica el in-tercambio de ficheros digitales de música de piratería), sino que, sobre todo, hace posible comunicar, mejor dicho, compartir in-formación: el componente central de la utopía de Internet. De acuerdo con el modelo de Flusser, sin embargo, los ficheros di-gitales no deben estar al servicio del consumo pasivo y priva-tista, sino que deben ser modificados, ampliados y difundidos por el destinatario, dándoles una nueva forma. Es el caso ideal, se entiende.

La red de los últimos veinte años: para un pirata ha podi-do significar libertad, anarquía feliz, experimento social y ese arte del “copiar y pegar” que parecía ser el cumplimiento de la antigua promesa igualitaria de que todos somos artistas. Y, cla-ro, también ha supuesto la libertad de palabra, el parloteo que no cesa, tal como lo imaginó el escritor Maurice Blanchot cuan-do describió el Mayo del 68 como una fiesta: cada uno tiene algo que decir y que escribir. ¿Y qué en concreto? ¡Oh, como si eso fuera lo importante! En relación con el ingreso del Partido Pirata en el Parlamento de Berlín, ello significa: lo que nos deja perple-jos es que se trata de la súbita aparición de un viejo conocido. Es el espíritu de 1968, que se ha conservado fresco en el cibe-respacio, mientras que en otros lados, en la penosa marcha por las instituciones, hace rato que se desvaneció. <

Fuente: Artículo publicado en “Die Zeit“ del 22 de septiembre de 2011

Copyright: Die Zeit

Autor: Maximilian Probst ha traducido al alemán libros de Paul Virilio y Slavoj Zizek, y escribe artículos periodísticos para Die Zeit.

Traducción del alemán: Pablo Kummetz

sociedad de clases. Los hackers del CCC prefirieron, en cambio, la cooperación y se aferraron a la posibilidad de la igualdad. El grupo fue fundado en el local del diario berlinés taz, en la anti-gua mesa de cocina de la Kommune 1, la famosa comuna berli-nesa de inspiración política de fines de los sesenta.

El CCC exigió recurrir a la técnica para perseguir objetivos políticos. Tuvo la esperanza de que los diversos movimientos sociales pudieran organizarse en red a través de las computa-doras y se alcanzara así lo que no había podido lograr la gene-ración del 68: sacar de quicio al “sistema”. En Estados Unidos, el potencial crítico de las computadoras fue descubierto aún an-tes: “Olvidad las manifestaciones antibélicas, Woodstock y los cabellos largos. La verdadera herencia de la generación de los años sesenta es la revolución informática”, cita Christian Stöcker en su libro Nerd Attack! al teórico hippie californiano Steward Brand. En 1975 fue fundado en Silicon Valley el Homebrew Com-puter Club, que sirvió de modelo al grupo alemán de hackers. A ese modelo pertenecieron, dicho sea de paso, también esos otros dos obsesionados por las nuevas tecnologías que coloni-zaron los espacios libres de Internet para fines comerciales: Ste-ve Wozniak y Steve Jobs, los fundadores de Apple.

Lo que entre los hippies y en el círculo del Caos Computer Club aparece levemente nebuloso en medio de vahos de mari-huana es formulado como utopía por teóricos como Vilém Flus-ser a mediados de los años ochenta. Flusser ve aparecer en el horizonte una sociedad “en la que cada individuo se realiza en el intercambio de información con otros”. Pero los medios de co-municación masiva –los diarios, la televisión, la radio– aún im-piden ese intercambio, porque los destinatarios de esa infor-mación no pueden responder a ella ni están conectados entre sí. También Jean Baudrillard lamentó que la comunicación en la era de los medios masivos de comunicación fuera esencialmen-te unilateral y analizó el desequilibrio de poder que ello impli-ca: poder significa dar sin que pueda devolverse. Según Baudri-llard, la información difundida a través de los medios masivos de comunicación sólo sirve para taparnos la boca. El resultado: ciudadanos incapacitados en una sociedad de masas totalitaria.

Flusser, un admirador de la técnica, descubrió en la com-putadora la posibilidad de evadirse de ese destino. Su idea: los aparatos de comunicación centralizados podrían sustituirse por redes en las que la información circule libremente. Flusser se lo imaginó como un gigantesco juego social creativo: recibimos in-formación en nuestras pantallas, la procesamos y la reenviamos. Así de sencillo. Una sociedad de ese tipo, escribe Flusser, “sería la primera en reconocer que generar información es la verdade-ra función de la sociedad y podría impulsarlo metódicamente: sería la primera sociedad consciente de sí misma y por lo tan-to libre”.

Cuando surgió la World Wide Web, hace 20 años, esa utopía pareció estar al alcance de la mano. En 1996 circulaba en Inter-net una influyente “Declaración de independencia del ciberespa-cio”, dirigida contra intentos de censura de diversos Estados y que irradiaba optimismo: “Crearemos en el ciberespacio una ci-vilización de la mente. Que sea más humana y justa que el mun-do que vuestros Gobiernos han creado hasta ahora”. Se imagi-naba un mundo para todos, sin privilegios por motivos de raza,

Page 34: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 34/86timo berger

El escritor y traductor literario Timo Berger, él mismo organi-zador de un festival de poesía, fue invitado al festival literario “Antología en Movimiento” que se celebra en Chile. En él, duran-te un periodo de tiempo relativamente largo y con una frecuen-cia de dos actos mensuales por término medio, son presentados escritores de Latinoamérica y de Europa en lecturas individua-les. Timo Berger ha puesto por escrito sus impresiones para HUMBOLDT.

Era otra vez invierno cuando aterricé en Santiago. Hace casi exactamente trece años volé por primera vez sobre los Andes. En 1998 una atmósfera plomiza pesaba sobre el país. Augusto Pinochet había renunciado al mando supremo de las Fuerzas Ar-madas, pero seguía siendo senador vitalicio y su limusina blin-dada atravesaba de cuando en cuando las dunas de arena en di-rección a Reñaca, un lujoso balneario en el Pacífico.

En agosto de 2011 viajo a Chile con nuevas imágenes en la cabeza. Imágenes que apenas concuerdan con el país que cono-cí: el rostro de una joven –que apareció incluso en las noticias en Alemania– incitando a la protesta contra un sistema educa-tivo considerado injusto, y decenas de miles de chilenos que la siguen.

Santiago, tristemente famosa por su contaminación, me re-cibe con un cielo claro. La víspera la lluvia de invierno limpió el aire; al este, las cúpulas de los Andes emergen blanquiazules. Fundada originariamente en el escarpado valle del río Mapocho, con el auge económico la capital ha ido extendiéndose en direc-ción a las montañas: desde el centro con los edificios coloniales hasta los barrios altos de los malls y las torres bancarias.

En el barrio de Providencia descubro los primeros indicios de la otra cara del boom. La puerta de entrada de la Univer-sidad Tecnológica Metropolitana está bloqueada con sillas. Sus patas puntiagudas sobresalen como púas hacia afuera, como si dijeran: ¡No te acerques! Encima de la puerta, en una pancarta que ondea, se lee: “La educación pública no se vende / se crea y se defiende”.

El sistema educativo lucha hasta hoy con la herencia de la dictadura militar (1973-1989). La reforma neoliberal del Esta-do del bienestar llevada a cabo por Pinochet no hizo excepción con las escuelas y las universidades: en 1981 permitió la funda-ción de universidades privadas, en 1990 las escuelas estatales pasaron a depender de los casi siempre escasos presupuestos de las comunas. Las consecuencias fueron un sistema educati-vo que acentuaba cada vez más las divisiones sociales y, so-

de uno que se fue a conocer un nuevo chile. impresiones de viaje de un literato en un país entre los disturbios y el resurgimiento.

los sIn MIedo

Barricada durante las protestas contra el sistema educativo en Santiago de Chile en 2011. Foto: Timo Berger

Page 35: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 35/86timo bergerlos sin miedo

to”, me llama al hotel y me pregunta si podemos aplazar nuestra proyectada lectura en La Chascona, la casa de Pablo Neruda en Santiago. Por una parte teme que el tráfico de cercanías se co-lapse, y por otra no quisiera mostrarse insolidario con la huelga convocada por la organización sindical Central Unitaria de Tra-bajadores (CUT). Me hubiera gustado decir “Todo por la revo-lución”, pero sólo fui capaz de proferir un titubeante “Como tú quieras”.

En la víspera de la huelga general estamos sentados con Raúl Zurita en la parte de atrás de Azul Profundo, un restau-rante de pescado decorado con mimo en el barrio de Bellavis-ta. El poeta galardonado con el Premio Nacional se inclina so-bre un plato de pasta ahogada en nata. “Sigo las protestas”, dice, “con entusiasmo y con dolor. Durante veinte años la gente ape-nas salió a la calle. Protestar contra los que sustituyeron a Pino-chet hubiera sido como una blasfemia”. Y eso que, a su juicio, ya en los primeros Gobiernos tras la transición aparecieron clara-mente las contradicciones: quien crece en un barrio pobre va a una escuela miserable y después apenas tiene oportunidades. “Y eso”, añade Zurita, “a pesar de que hay barrios en Santiago con lujosos malls que podrían estar en Suecia. Si Chile fuera una per-sona, sería más arribista que nadie”.

Sólo cuando uno deja tras de sí la capital se vuelve conscien-te de las dimensiones de este país, esa estrecha franja entre el Pacífico y los Andes que se extiende a lo largo de más de 4.000 kilómetros de norte a sur. Por la ventana del autobús van pa-sando los viñedos y los huertos frutales del Valle Central, la Pa-namericana se abre paso a través de un paisaje con colinas de un verde intenso. Después de más de veinte horas, vuelve a sa-lir el sol y atravesamos las estribaciones del desierto de Ataca-ma. Dos horas más tarde estamos en Iquique. También aquí hay grúas, las torres de los rascacielos penetran en la bruma matu-tina.

Cincuenta kilómetros en dirección al interior, en la ruta 16, están las Oficinas Santiago Humberstone y Santa Laura. Colonias obreras construidas en torno a las salitreras. Son testimonios de un auge de las materias primas ya muy lejano en el tiempo. Aquí se extraía nitrato de Chile y se exportaba como fertilizante a todo el mundo. Tras la invención de los abonos químicos, estas colonias proyectadas en tableros de dibujo y sometidas a los es-tragos de un duro clima se convirtieron en ciudades fantasmas. Camino sobre una escombrera, donde la escoria amontonada se alza varios metros y el suelo poroso cede a mis pasos. Sigo los viejos raíles a través de la arena parda y me topo de repente con el esqueleto sobre zancos de una salitrera, monumento in-voluntario a la arbitrariedad de los ciclos económicos. Todavía hoy la economía de Chile depende en buena medida de las ma-terias primas –los mayores yacimientos de cobre del mundo es-tán en el desierto de Atacama, y a pocos centenares de kilóme-tros al sureste de Humberstone, en el Salar de Atacama, se está extrayendo ahora el nuevo “oro blanco”: la sal de litio–. La his-toria se repite.

De nuevo en Santiago, estoy sentado en un cibercafé. El es-critor Pablo Paredes me envía por Facebook videos de YouTube. En uno de ellos, miles de estudiantes, disfrazados de zombis, se contorsionan al ritmo de Thriller de Michael Jackson delante del

bre todo, muchos gastos. Según la OCDE, Chile es actualmente el país con los derechos de matrícula más caros del mundo. Para pagarlos, muchos estudiantes tienen que pedir créditos de estu-dios. Y porque muchos de ellos ya no pueden hacerlo, están en huelga desde hace meses, han ocupado universidades y protes-tan públicamente.

Cristóbal Bianchi tiene un aire al Che y es una cosa interme-dia entre artista y poeta. Está repantigado en una silla plegable en el Café Literario en la plaza Brasil, en el barrio de los talleres mecánicos y de las villas art déco. En 2001 Bianchi y su grupo Casagrande bombardearon con poemas el Palacio de la Moneda desde un helicóptero. A algunos les pareció un acto terapéutico, la imagen opuesta del 11 de septiembre de 1973, el día del golpe.

“La nueva generación es distinta de nosotros”, dice Bianchi. No tiene miedo. Le pregunto por qué. Bianchi, que normalmen-te evita todo contacto visual, me mira directo a los ojos: “Porque nacieron después de la dictadura”. Los jóvenes sin miedo hacen las preguntas que no se hicieron durante la transición. Salen a la calle y les importa un comino tanto la retórica de la unidad na-cional como el presidente, que cada vez que hay huelga teme por el producto nacional bruto.

Bianchi está convencido de que el sistema en Chile está ago-tado. En los años noventa, durante la transición, Pinochet esta-ba todavía allí y se frenaba todo cambio que no complaciera a los militares. Concertación, la coalición gobernante de centro-iz-quierda, pactaba su política con la derecha. Ahora es distinto. Ya ha tenido que dimitir un ministro de Educación, y el presidente, cediendo a la presión de la calle, ha invitado a los representan-tes de los estudiantes a mantener conversaciones. Pues la ma-yoría de la población apoya las protestas.

“Todo Chile”, dice Bianchi y ríe tímidamente, “está enamora-do de Camila Vallejo”. Vallejo es la mujer cuyo rostro vi en la te-levisión alemana. Es hija de unos militantes comunistas y la más conocida de los portavoces de los estudiantes. Ahora bien, Ca-mila Vallejo es más que un “bello rostro” atractivo para los me-dios y no recurre al confuso lenguaje de muchos funcionarios políticos de los partidos de izquierda: consigue llegar a los pa-dres que desean poder financiar los estudios de sus hijos. “No he visto nunca en Chile algo así”, aclara Bianchi: “Vas al medio-día a un restaurante y en la mesa de al lado hablan del presu-puesto del Estado, discuten las distintas partidas del presupues-to de Educación”.

Por la noche, en el hotel, las primeras imágenes de las noti-cias le pertenecen de nuevo a Camila Vallejo. Su voz alta y suave y su rostro proporcionado engañan. Con determinación, la Juana de Arco chilena expone las razones por las cuales los estudian-tes van a interrumpir el diálogo recién iniciado con el Gobierno: las propuestas que les fueron presentadas son insuficientes; la parte oficial no se ha movido un milímetro. La cámara enfoca su cara con el zoom. Pero Camila no flirtea con la cámara, sino que, imperturbable ante las objeciones de los presentadores, sigue explicando por qué los estudiantes no deben dar su brazo a tor-cer. Y añade que la crisis del sistema educativo forma parte de la crisis de un modelo global de desarrollo.

Ha sido convocada una huelga general. Juan Manuel Silva, el organizador del festival de poesía “Antología en Movimien-

Page 36: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 36/86

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autor: Timo Berger (1974) estudió Literatura General y Comparada, Literatura Alemana Contemporánea y Latinoamericanística. Vive en Berlín, donde trabaja como publicista y traductor. Es cofundador de “Latinale”, el Festival Rodante de Poesía Lati-noamericana, así como de PapperLaPapp, la primera editorial cartonera en Alemania.

Traducción del alemán: Luis Muñiz

Palacio de la Moneda: una metáfora bailada del estado del sis-tema educativo.

Pablo Paredes es sólo unos años mayor que los estudiantes. En uno de sus poemas escribió: “Yo nací en el 1982 / en los años que nadie bailaba”. Hoy, la danza y los elementos carnavalescos forman parte de la variada cultura de la protesta. “Muchos”, es-cribe Pablo, “cuando pasan los manifestantes, se abalanzan so-bre ellos disfrazados de carabineros y escenifican palizas con porras a los estudiantes”. Un anticipo lúdico, pues, de la repre-sión de las fuerzas de seguridad. Incluso se han construido ca-miones cisterna igual que los auténticos y se han representado persecuciones. Otros estudiantes cuelgan parodias de videoclips famosos en Internet, en las que justifican la toma de las univer-sidades, organizan besatones (besamientos en masa) o se disfra-zan de superhéroes. De una u otra forma, las cosas que pasan en Internet o en la realidad los incitan a bailar. La campana de cristal de la transición está definitivamente aireada. <

timo bergerlos sin miedo

Page 37: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 37/86guiomar Rovira sancho

El paradigma de la red alimenta los imaginarios libertarios del activismo y sus formas organizativas no jerárquicas. Uno de los ejemplos inaugurales de las potencialidades de Internet para los movimientos sociales surgió en torno al levantamiento indígena de Chiapas, México. Sin que nadie lo previera, colectivos e indi-viduos de diversos lugares del mundo empezaron a utilizar las tecnologías digitales para incidir sobre la rebelión, difundir de-nuncias en contra de la militarización, las violaciones a los de-rechos humanos, además de para coordinarse y organizar pro-testas. A dieciocho años de la aparición del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el primero de enero de 1994, las tec-nologías digitales siguen siendo instrumentos privilegiados para las nuevas revueltas del mundo, desde la Primavera Árabe has-

ta los Indignados españoles o los ocupas de Wall Street en Es-tados Unidos.

La red transnacional de solidaridad con los zapatistas surgió de forma espontánea y se convirtió en un actor influyente en el conflicto chiapaneco, sorprendiendo tanto al EZLN como al Go-bierno de México, como constataron D. Ronfeldt y J. Arquilla en The Zapatista “Social Netwar” in Mexico ya en 1998. Quienes se entusiasmaron con la rebelión zapatista desde lugares distan-tes empezaron a poblar la web con comunicados, denuncias y reportajes sobre Chiapas y a mandarlos por correo electrónico. El mito del subcomandante Marcos conectado a Internet desde la Selva Lacandona resultó falso, igual que las declaraciones del entonces canciller Gurría calificando el conflicto armado como

una revisión histórica del papel de internet y la solidaridad de las redes activistas transnacionales en el levantamiento indígena de chiapas.

el teclado del sUbCoMandante MaRCos

Joel Rendón, ilustración, 2001. © LETRAS LIBRES

Page 38: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 38/86guiomar Rovira sanchoel teclado del subcomandante marcos

leyeron en algún momento los comunicados del subcomandante Marcos, o bailaron al son de las bandas que hablan sobre Chia-pas o se toparon con las denuncias de las violaciones a derechos humanos en el sureste mexicano o compartieron la iconografía de los pasamontañas y de Zapata, convertidos en símbolos, im-presos en camisetas, carteles y canciones. Chiapas se inscribió en la biografía de los activistas pertenecientes a una generación de luchas sociales que corresponde con los últimos años del si-glo XX y los primeros del XXI.

Amplificado por la concurrencia de redes y movimientos, el altermundismo actuó como red contra el neoliberalismo, contra las políticas económicas internacionales del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Co-mercio, el Grupo de los Ocho y los foros económicos mundiales. En Internet y en las calles se experimentaron nuevos reperto-rios de protesta: bloqueos, contracumbres, Foros Sociales Mun-diales, jornadas descentralizadas de acción global, hacktivismo. Son años de euforia en el correo electrónico, las listas, las pági-nas web, los foros, los chats y el activismo informativo.

Ejemplo de ello fue “el big bang” de los Indymedias: los Inde-pendent Media Centers (IMC) aparecieron por todo el mundo, to-mando el modelo del primer Indymedia de Seattle de 1999. Los activistas construyeron sus propios espacios de información fí-sicos y virtuales, integrando formatos y tecnologías. De acuerdo con la activista de los medios de comunicación estadounidense DeeDee Halleck, los IMC representan un “cambio de época en la forma de la acción pública y de su documentación”. Ahí conflu-yeron activistas de video, radio, hackers, desarrolladores de có-digo, productores de fanzines y el universo de la música punk. El movimiento se basa en una estructura flexible y abierta, de-cisiones horizontales, soporte tecnológico y publicación abierta.

Fueron estas redes altermundistas cada vez más potentes las que convocaron la movilización mundial del 15 de febrero de 2003, cuando 10 millones de personas marcharon contra la gue-rra de Irak en cientos de ciudades del planeta. Sin embargo, la opinión pública global no logró detener las intenciones de Esta-dos Unidos, marcando un punto de inflexión sobre la efectividad de estas luchas y los marcos de democracia y derechos huma-nos en los que se habían movido hasta entonces las redes ac-tivistas.

El uso de las tecnologías digitales para la protesta logró un nuevo hito en marzo de 2004 en España; los teléfonos móviles e Internet permitieron que entre los atentados terroristas contra los trenes de Madrid del 11 de marzo y el día de las elecciones (el 14 de marzo) se rompiera un bloqueo informativo promovi-do por el Gobierno español en los medios masivos. La práctica de los flashmobs o mobidas, también llamadas por el estadouni-dense especialista en las implicaciones sociales de la tecnolo-gía Howard Rheingold “multitudes inteligentes”, convocatorias a través de Internet y teléfonos móviles para una protesta o una fiesta en la calle y tomar la plaza, se extendió.

La emergencia de la Web 2.0 a partir de 2004, con los blogs, las redes sociales y la multiplicación infinita del “periodismo ciu-dadano”, rompió definitivamente el monopolio de la información por parte de los grandes medios masivos. Las experiencias re-cientes de las revoluciones árabes, así como el movimiento del

“una guerra de tinta e Internet”. Hay que tener en cuenta que en 1994 la web apenas tenía un año de existencia y era territo-rio virgen para el activismo, pues no había versiones oficiales ni publicidad. El Gobierno mexicano, acostumbrado a la cooptación de periodistas y medios masivos, ignoró la existencia de Inter-net hasta la tardía fecha de septiembre de 1996, cuando creó la primera página de la Presidencia.

Los simpatizantes del zapatismo en el mundo iniciaron un ci-clo tecnofílico que permitió el ensayo general de los usos de In-ternet. Todo colectivo activista o movimiento social que se pre-ciara cobró conciencia de la importancia de comunicarse con sus pares a bajo costo y de modo casi inmediato; en el último lus-tro de los años noventa tener computadora y módem pasó a ser una preocupación prioritaria del activismo. Se desarrolló el hack tivismo (la confluencia del activismo con la cultura hacker de los expertos en sistemas informáticos) y aparecieron formas inéditas de protesta, como la desobediencia civil electrónica o la netstrike. Internet no sólo era concebido como un arma comuni-cativa, sino también como un espacio para la disrupción. Hoy en día, grupos como Anonymous siguen alimentando esa lógica de intervenir el ciberespacio. Otros, como WikiLeaks, de gran rele-vancia en todo lo ocurrido en las rebeliones árabes de 2011, han mostrado cómo la información al alcance de todos puede ser un arma para denunciar las prácticas ocultas de los poderosos.

La red transnacional zapatista, multitemática y autogenera-da, actuó con la lógica del enjambre: los muchos, aunque dis-persos y no necesariamente dotados de poder en sus contex-tos locales, actúan concertadamente hacia un objetivo común y adquieren la fuerza que por separado no tendrían. Se trata de sumar sin la necesidad de construir identidades, a partir de acuerdos contingentes, sin estructura fija pero con información compartida que posibilite la redundancia y la extensión viral de convocatorias y símbolos.

Esta red zapatista transnacional ha presionado a las élites políticas e intelectuales, a las organizaciones civiles mundiales, a la ONU y a distintas instituciones globales. Ha condenado y di-fundido las violaciones a los derechos humanos cometidas por soldados y paramilitares, ha convocado manifestaciones en dis-tintas ciudades para llamar la atención de la opinión pública so-bre la situación de injusticia en Chiapas, ha acudido a las comu-nidades rebeldes y a los campamentos por la paz en territorio rebelde, ha apoyado la construcción de los procesos de auto-nomía y los proyectos productivos de los pueblos insurrectos. En resumen, sin su actuación no podrían entenderse a cabali-dad muchas de las decisiones que acabaron tomando tanto el Gobierno de México como el mismo EZLN, que supo aprovechar su apoyo.

A partir de 1999, el uso de Internet para el activismo en el mundo se disparó: el 30 de noviembre irrumpió públicamen-te un movimiento masivo en la ciudad de Seattle, Estados Uni-dos, contra la reunión del Milenio de la Organización Mundial del Comercio. Muchos de los activistas del altermundismo ha-bían estado en los Encuentros Intercontinentales por la Humani-dad y contra el Neoliberalismo convocados por el EZLN en 1996 en Chiapas y en 1997 en España, otros tantos fueron a la Mar-cha del Color de la Tierra que recorrió México en 2001, muchos

Page 39: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 39/86guiomar Rovira sanchoel teclado del subcomandante marcos

blican voces totalmente afines y acríticas con el EZLN; esta pu-blicación ha visto reducirse su consejo de redacción y su lista de colaboradores de forma notoria a lo largo de los últimos años.Esta restricción del zapatismo sobre su propio discurso mues-tra la tendencia a convertirse en una organización más tradi-cional. De acuerdo con la investigadora cultural alemana Anne Huffschmid, coeditora de El EZLN y sus intérpretes. Resonan-cias del zapatismo en la academia y en la literatura (2011), esta mutación discursiva que aparece a partir de La Otra Campaña en 2005 puede tener que ver con el mismo carácter interacti-vo del EZLN, que después de la decepción por el incumplimiento de los Acuerdos de San Andrés cortó relaciones con sectores de la sociedad civil y política, para acercarse a grupos de izquier-da más ortodoxa. En ese mismo proceso, el EZLN consideró po-sitivo tener la red por las riendas y su producción simbólica con-trolada, por más que eso no siempre funciona y menos en casos de redes comunicativas multidistribuidas. Las difíciles condicio-nes de hostigamiento militar y paramilitar en que sobreviven los pueblos rebeldes de Chiapas actualmente ameritarían una mayor presencia de aliados de todo el mundo. El zapatismo transnacio-nal se mantiene más disminuido aunque presente, incluso laten-te, en estos periodos difíciles de guerra y violencia en México, quizás intentando incidir por una pacificación del país, muy lejos de la esperanza que durante los noventa lo animó. <

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autora: Guiomar Rovira Sancho, doctora en Ciencias Sociales, es pro-fesora investigadora del Departamento de Educación y Comu-nicación de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, México, D.F. En 2009 publicó Zapatistas sin fronte-ras. Las redes de solidaridad con Chiapas y el altermundismo (México).

15 de Mayo de 2011 en España, muestran que el activismo en-cuentra en la tecnología digital un instrumento útil.

Las nuevas redes activistas, como forma de organización política, se sostienen en un ideal normativo que aparece en to-dos estos movimientos y que trasciende el uso de la tecnología: la autonomía de sus miembros, la horizontalidad, la construc-ción de marcos de significados comunes sin órgano rector. La red, que encuentra en las tecnologías de la información un re-curso favorable y una estructura de oportunidad mediática que le permite hacer fluir su información, se diferencia de otras re-des propias del capitalismo global, como serían las grandes em-presas transnacionales o los mismos negocios del crimen o los cárteles, en que buscan ampliar la participación y distribuir el poder de sus miembros en lugar de concentrarlo para otros fi-nes. La red, para los movimientos sociales, se convierte en un fin más que en un medio.

El caso de la red de solidaridad con la rebelión indígena de Chiapas supuso para los movimientos sociales el primer eslabón en la percepción de la necesidad de articularse a nivel transna-cional, buscando trascender la localización de las luchas, e in-tensificarlas con el contacto con otras experiencias en el mundo.

2001 será un año que marcará un punto de quiebre a nivel mundial para los movimientos sociales. No sólo porque en Mé-xico las fuerzas políticas aprobaron una reforma constitucional contraria a los Acuerdos de San Andrés firmados por el Gobier-no y el EZLN, obligando a este último a replegarse en un pro-ceso de autonomía local y de desconfianza política. Sino porque en Génova, Italia, fue asesinado Carlo Giuliani por la policía du-rante las protestas contra la reunión del Grupo de los Ocho paí-ses más poderosos. Los atentados del 11 de septiembre en Esta-dos Unidos marcaron el fin de los marcos democráticos y de los derechos humanos a los que apelaban las redes activistas. Las guerras de Irak y Afganistán mostraron que la opinión pública mundial no importaba para una fase del capitalismo a gran es-cala que no tenía reparos en restringir las libertades en nombre de la lucha contra el terrorismo.

Dieciocho años después del alzamiento del EZLN, vemos que la red transnacional zapatista, aunque existente, ha dejado de tener su influencia anterior. El mundo es ya otro y la situación de las comunidades rebeldes de Chiapas sigue sin resolverse. La red zapatista, sin control central durante muchos años, vio nacer en 2005 las primeras páginas oficiales y permanentes del EZLN (en 1999 hubo una pero sólo para la Consulta sobre los Dere-chos y Cultura Indígena y después desapareció), en un intento del EZLN de gestionar y controlar la información que hasta en-tonces había sido espontáneamente producida y distribuida. La primera en desaparecer fue la mítica página “Ya Basta!” (ezln.org) creada en 1994 por la iniciativa de Justin Paulson, entonces estudiante en Estados Unidos. A partir de 2005, este portal in-dicaba estar “en reconstrucción” y remitía a las páginas ahora sí oficiales del EZLN, creadas ex profeso para “La Otra Campaña”: enlacezapatista.ezln.org.mx para México y zeztainternacional.ezln.org.mx para los temas internacionales. La primera repor-ta textos y comunicados, la segunda –como síntoma de la misma falta de vigor de la red– dejó de actualizarse en enero de 2007. A su vez, en 2003 se creó la revista Rebeldía, donde sólo se pu-

Page 40: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 40/86camilo Jiménez

Alivio, gran alivio. Todos los redactores y el personal adminis-trativo estaban bien, el equipo seguía completo, y en conse-cuencia Manuel Ramírez* se sentó frente a su computadora y tecleó la buena nueva: “No, el asesinado no pertenecía a nues-tro equipo”.

Aquel día de noviembre de 2011, un comunicado de la Po-licía había conmocionado a la redacción de Nuevo Laredo en vivo. Al pie del monumento a Colón, en el centro de Nuevo La-redo, una ciudad en la frontera con Estados Unidos, unos agen-tes hallaron el cadáver hinchado de un hombre. Mostraba seña-les de tortura y a su lado había un trozo de papel con la palabra “rascatripas”, el seudónimo de un moderador del blog de Ramí-rez. México acababa de pasar una semana negra: el secretario

de Gobernación murió en un accidente de helicóptero; hombres y mujeres fueron torturados y muertos a bala; en la ciudad de Ecatepec se encontraron restos humanos en bolsas de plástico. Y el nuevo comunicado de la Policía petrificó a Ramírez: ¿había matado la mafia a un compañero?

De haber sido la respuesta positiva, quizás no existiera hoy el más popular foro de chateo de la región, con 500.000 visitas y 3.500 seguidores. Ya en el mes de septiembre, unos asesinos a sueldo colgaron dos cadáveres de un paso elevado para pea-tones. Quien siguiera publicando “relajes” en la red, decían los verdugos, tenían que contar con ese mismo destino. Sostenían que las víctimas eran usuarios de Nuevo Laredo en vivo. Poco después mataron a una moderadora del blog, María Elizabeth

los activistas mexicanos en la red quieren vencer sin armas a la narcomafia y de paso a toda corrupción política. ¿tiene la moral una chance contra el poder?

davId ContRa golIat

“Zapata anonymous”, 2011, dibujado por “asrafil”. © Publicado en http://clipartist.net

Page 41: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 41/86camilo Jiménezdavid contra goliat

hacer reporteros de los ciudadanos”, dice. Este año entregará sus poderes el belicoso presidente Felipe Calderón, y entrarán en funciones un nuevo presidente, 128 senadores, 500 dipu-tados y más de mil funcionarios locales. Un ejército cibernéti-co de jóvenes mexicanos quiere vigilar las elecciones. También estarán presentes hombres y mujeres con la máscara de Guy Fawkes [el conspirador británico que en 1605 quiso volar el Par-lamento con el rey y la clase política inglesa en pleno. N. del T.]. Anonymous Iberoamérica, la filial regional de la red global de hackers, que lucha por la libertad y contra la censura en el es-pacio virtual y opera sin jerarquía visible, ya ha enviado sus co-laboradores para estudiar la campaña electoral. Porque, a pesar de las graves acusaciones de corrupción y la sospecha de es-tar implicado en el negocio del narcotráfico, mucho indica que pudiera ganar las elecciones el PRI, el partido antaño monopo-lizador del poder. Los mexicanos pueden leer ahora en Inter-net, acerca del PRI y de los otros partidos, lo que muchos dia-rios, por miedo, no se atreven a publicar. Pequeños imitadores de WikiLeaks, apenas conocidos en el mundo, luchan aquí por la democracia y una prensa libre.

PeRIodIstas en el PUnto de MIRa No quieren que se vuel-va a repetir la historia de Nuevo Laredo. Ya en el 2006 la ma-fia mató allí a balazos a un periodista de El Mañana, un diario local; poco después fue asesinada una reportera radial en un parqueadero. Ninguno de los dos crímenes ha sido esclareci-do hasta la fecha. La Policía busca desesperada el apoyo de los ciudadanos, según informaron reporteros locales al Commit-tee to Protect Journalists (CPJ), con sede en Nueva York. La Po-licía colabora también con la redacción de Nuevo Laredo en vivo, en cuya página web aparecieron cada vez más pistas acerca de delitos. Eso hizo que se movilizase la opinión pública paraliza-da en la ciudad. Pero entonces empezaron a morir blogueros. Como numerosos periodistas, María Elizabeth Macías Castro lle-vaba una vida doble. Oficialmente trabajaba para el diario Pri-mera Hora, pero en su tiempo libre difundía noticias exclusivas en foros de chat, y bajo el seudónimo “@NenaDLaredo” anima-ba a todos los usuarios para que desenmascarasen a los mafio-sos. Poco antes de su muerte escribió este tuit: “caceria d ratzzz si ven a donde korren esos DENUNCIENLOS xfa!!”

Los aludidos eran Los Zetas. Pues todos los mensajes encon-trados junto a los cadáveres de Nuevo Laredo estaban firmados con una Z, la abreviatura de la banda de asesinos más brutal que opera en este conflicto. Los Zetas han convertido la ciudad en un emporio de mercancías de contrabando. Por los puentes del Río Grande transportan drogas a Texas, y a cambio reciben dinero y armas. “Roban, extorsionan y plagian a la luz del día”, dice un informador del CPJ. “Mientras Los Zetas multiplican su riqueza exponencialmente, la sociedad se hunde en la miseria”.Y Nuevo Laredo no es un caso aislado. La ciudad se encuentra en el estado de Tamaulipas, donde, según el diario Excélsior, en doce de los 42 distritos ya desapareció la Policía, y uno de cada cuatro agentes fue expulsado bajo sospecha de trabajar para una banda de contrabandistas. Vehículos militares blindados pa-trullan por las calles y pueblos, pero la muerte acecha en mu-chas esquinas. “Hemos aprendido a vivir en guerra, pero ahora

Macías Castro. Su cabeza decapitada la colocaron junto a su ca-dáver desnudo en una artesa para plantas, con auriculares en los oídos, al lado de un teclado y un ratón de computadora. El mensaje, esta vez: “Aquí estoy por mis reportes”.

Una soCIedad eMPIeza a oPoneR ResIstenCIa En México se ha desencadenado una de las más violentas guerras ciberné-ticas del mundo. Los activistas de la red desenmascaran aho-ra a quienes se supone protectores de los cárteles de la droga: los débiles han iniciado la lucha contra los poderosos, creyendo que pueden ganar, como David contra Goliat, porque el derecho moral está de su lado. Pero al contrario que David en la Biblia, no quieren matar directamente a Goliat sino obligar a su Estado a que asegure de una vez por todas la paz en el país. Es por ello que ponen en la picota el entramado de la corrupción política y la mafia. Combaten con la verdad contra la mentira, la codicia, la violencia y el envilecimiento moral de una sociedad que otro-ra fue bien católica pero hoy está gobernada por un maquia-velismo inmisericorde. Lejos de los debates teóricos acerca de WikiLeaks en Europa y Estados Unidos, sobre si también la fil-tración de delitos es delictiva, los nuevos guerrilleros cibernéti-cos mexicanos luchan contra un enemigo hasta ahora invencible.

Pero éste se defiende con viejos métodos. A comienzos de año, la Procuraduría General reportó 50.000 muertos en la gue-rra de la droga, que dura ya cinco años. En parte se trata de lu-chas de poder entre los mismos narcos, los cárteles de la droga, pero desmintiendo las cifras oficiales cada vez se cuentan más reporteros, activistas y blogueros entre las víctimas. El 3 de fe-brero fue atacada con un arma blanca Norma Andrade, una acti-vista en el caso, mundialmente conocido, de los crímenes contra mujeres en Ciudad Juárez; semanas antes le habían disparado. Peor le fue a Nepomuceno Moreno, padre de un niño desapare-cido en el estado federado de Sonora y organizador con el poe-ta Javier Sicilia de la protesta pacífica contra los cárteles. Él mismo predijo su muerte: “Me matarán, porque no abandonaré la lucha por mi hijo”. Poco antes de Año Nuevo, efectivamente, lo ultimaron a balazos.

InteRnet CoMo RefUgIo Pero los señores del terror no han logrado silenciar con ello a la sociedad. En ciudades como Nue-vo Laredo, los foros de chateo, los blogs y la red Twitter se han convertido ahora en una plataforma para iniciativas ciudadanas y autocontroles. Donde ya nadie goza de la protección del Esta-do, Internet viene a ser como el último refugio. En él se indig-nan sobre todo los mexicanos jóvenes. Con 11 millones de usua-rios de Twitter, México ocupa el séptimo lugar en todo el mundo. Dominios como Nuevo Laredo en vivo, El Blog del Narco y el portal Animal político cierran los huecos abiertos por las metra-lletas en los medios. Hace poco se puso en marcha el proyecto “Todos los ojos”, que interconecta la redacción de Animal políti-co con usuarios en todo el país para asegurar el intercambio de informaciones. Es la primera gran iniciativa crowdsourcing que se emprende en México.

El redactor jefe Daniel Moreno, uno de los más experimen-tados periodistas del país, creó el proyecto de cara a las elec-ciones parlamentarias del 1.° de julio de este año. “Queremos

Page 42: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 42/86camilo Jiménezdavid contra goliat

to, no se pare a considerar estatutos en México, sino que luche como David contra Goliat, es digno de toda loa. <

* Nombre cambiado por la redacción.

Fuente: Artículo publicado en “Die Zeit“ del 9 de febrero de 2012

Copyright: Die Zeit

Autor: Camilo Jiménez (1981, Bogotá) se encarga de reportajes y documentaciones en la revista de actualidad colombiana Semana. Durante cinco años fue corresponsal de Semana en Europa, y en la actualidad escribe para los periódicos Süddeutsche Zeitung y Die Zeit, entre otros.

Traducción del alemán: Ricardo Bada

no tenemos a nadie de nuestra parte”, dice un lugareño, que en realidad no quiere volver a hablar con periodistas, por miedo a asesinos invisibles.

Los activistas en la red son los últimos en quienes muchos ciudadanos aún confían que sepan hacer frente al terror. El pa-sado noviembre, Anonymous Iberoamérica puso en marcha la acción “OpCartel” para conseguir la liberación de uno de sus miembros, secuestrado. Anunciaron la publicación de datos de testaferros de la mafia y comenzaron con un ex fiscal, en cuya página web, hackeada, escribieron en mayúsculas que era un miembro de Los Zetas. Dos días más tarde, la banda narco li-beró al rehén. ¿Quién criticaría a los liberadores por los medios elegidos? ¿Quién iba a preguntar si las pruebas contra el ex fis-cal eran sólidas, y cómo impedir en caso de duda la denuncia de inocentes?

estándaRes étICos PaRa anonyMoUs Entretanto también hay en México crítica desfavorable para Anonymous. “La orga-nización no tiene una meta clara”, dice el redactor jefe de Ani-mal político, Daniel Moreno, “e individuos radicales hablan en nombre de una supuesta organización global. Echo de menos una agenda. Quien se proclama defensor de la Justicia tiene que decir cómo quiere encargarse de hacerla”. También se muestra escéptica Anabel Hernández, la más famosa cronista mexicana, que describió en su best seller Los señores del narco las vincu-laciones entre el Estado y los cárteles: “Faltan estándares éticos para la red. Una lucha sólo es auténtica cuando se puede ver el rostro del luchador”.

¿Luchar con la cara descubierta contra cárteles invisibles? La exigencia es ingenua. Pero el poder de los hackers crece. Quienes son capaces de colapsar las páginas web del Ministerio estadounidense de Justicia y del FBI no son inocuos “programa-dores de garajes”. Sólo que a pesar de todo apenas puede exi-girse de los activistas cibernéticos mexicanos que muestren sus rostros, pues exceptuando su anonimidad no tienen nada más que los proteja.

Human Rights Watch informa de que el Ejército mexicano viola constantemente los derechos humanos. El CPJ añade que la mayoría de las víctimas son periodistas, defensores de los derechos cívicos y emigrantes. Y como la prensa establecida también se calla, cada vez son más los periodistas que emigran a la red. En ella empiezan a recobrar el valor los asustados ciu-dadanos de México. Desde el año pasado se manifiestan en las grandes ciudades por un cambio político y simpatizan abierta-mente con los ciberguerrilleros. También por ello sigue activa Anonymous Iberoamérica. Hace poco, los hackers les anuncia-ron a los candidatos a las elecciones parlamentarias de este año la operación “OpCorrupción”. Actuarían en contra de todos los fraudulentos, no importa de qué partido. “Porque todos ustedes son iguales, ustedes nos han defraudado”.

Anonymous tiene desde luego una misión: una convivencia pacífica y justa, que antes se hubiera calificado como “agradable a los ojos del Señor”. Los hackers tienen que seguir trabajando acerca de una autorreglamentación éticamente intachable. Pero en algún momento es seguro que saldrá una Convención de Gi-nebra para la guerra cibernética. Que Anonymous, mientras tan-

Page 43: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 43/86óscar Calavia

Podría llenarse toda una galería con las variaciones de esa esce-na: indios amazónicos, o esquimales, o nativos de las tierras al-tas de Nueva Guinea escuchan por primera vez una voz huma-na saliendo de un gramófono. Una cámara fotográfica o de cine –otro aparato incomprensible– registra su estupor. Los hombres blancos tienen en alta estima su propia magia, y siempre dis-frutaron exhibiéndola por primera vez ante esos otros hombres que encontraban inmersos en la edad de la piedra. Lo habían he-cho siglos antes con las armas de fuego o simplemente con la

escritura, pero hacia 1900 ya era posible atesorar en fotogra-mas ese momento espectacular.

UtIlIzando nUevas teCnologías El estupor, en realidad, no es más que una exigencia del guión. Si no lo diésemos por des-contado, descubriríamos en esos rostros exóticos toda una gama de reacciones diferentes. En su película de 1922 Robert J. Fla-herty muestra a Nanook, el esquimal, examinando el gramófono, intentando comprender su mecanismo o comprobar si no hay un

las nuevas tecnologías son un recurso esotérico al que estamos dispuestos a atribuir efectos excepcionales y revolucionarios nunca antes vistos.

en el mundo indígena son una herramienta menos sorprendente...

la “hIgh teCh” de los IndIos

Acuarela de Kitama, una integrante de los yanomami, en un cuaderno de bocetos de Lothar Baumgarten, 1979. Colección Baumgarten/Sugai: Yanomami Ethnogra-phica © Museum Folkwang

Page 44: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 44/86óscar Calaviala “high tech” de los indios

habla en tiempo real”. Ese mensaje incluye muchos silencios: en realidad los ejecutivos de la Bolsa de Londres no suelen conver-sar con pescadores malayos, y eso no se debe a limitaciones tec-nológicas. La mitología publicitaria calla algunos de los recursos más apreciados de sus productos, precisamente los que sirven para seleccionar, desviar o en suma para cortar una comunicación que, hoy por hoy, se ha hecho a la vez difícil por otros medios.

basURa “hIgh teCh” El mundo de la comunicación en tiempo real permite también un escamoteo sofisticado. Además de eso es muy frecuente –no sólo en la selva, aunque allí más– que la majestad de la alta tecnología sufra a manos de la baja infraes-tructura: en buena parte del planeta no hay cobertura, o fal-ta electricidad para que las máquinas funcionen, las condicio-nes ambientales exigen una manutención más imposible cuando más necesaria. Las imágenes del indio con su iphone suelen ser imágenes de estreno, momentos cumbres de una celebración que después dejan lugar a un cotidiano en que la high tech se torna simplemente basura high tech, revuelta con cáscaras de yuca. Hoy por hoy es improbable que las nuevas tecnologías al-teren seriamente la vida diaria de las aldeas indígenas en un lu-gar como la Amazonia: no son más eficaces en la práctica que las precarias estaciones de radio que tienen hace mucho tiem-po un papel importante en las idas y venidas de sus habitantes.

defensa de los deReChos étnICos Algo diferente son para esas minorías –aún hoy jóvenes– que residen en las ciudades como representantes de sus etnias, y forman el núcleo del movi-miento indígena. Allí son vitales para definir sus redes de alian-za, tendidas en buena parte a esa distancia que se maneja mejor por medio de la Internet, y facilitan la creación y manutención de intercambios panindígenas que serían improbables por otros ca-nales. Hay muchas afinidades entre los nuevos medios de comu-nicación y el ecologismo y el multiculturalismo, sus contemporá-neos: la defensa de la naturaleza, de los derechos étnicos o de las tradiciones ancestrales –temas recurrentes de las webs indíge-nas– son también tópicos muy divulgados en el resto de la web, capaces de suscitar un vago consenso entre millones. Por la mis-ma razón, fue una Biblia el primer libro impreso por Gutenberg: las nuevas técnicas difunden masivamente mensajes que ya esta-ban masivamente divulgados, y es difícil saber cuándo abren por mérito propio espacio para mensajes inéditos. Sería demasiado esencialista suponer que haya surgido ya una mirada o una prác-tica indígena de los nuevos medios, un uso y un lenguaje dife-rentes: por lo pronto, indios, amigos de los indios y empresarios de lo exótico comparten léxico, tono e iconografía en la Internet.

las nUevas teCnologías CoMo ReCURsos esotéRICos El estupor ante la magia poderosa del hombre blanco es so-bre todo un atributo del propio hombre blanco; que contemos con ingenieros de telecomunicaciones entre nuestros parientes o vecinos no evita que, para la mayor parte de nosotros, los smartphones que manejamos sean tan incomprensibles como para el hombre de la edad de la piedra, y que microchips y on-das electromagnéticas nos sean arcanos e imprecisos como fan-tasmas. Las nuevas tecnologías son un recurso esotérico al que

hombre diminuto en su interior –no sin razón, pues en los albo-res del maquinismo europeo no faltaron los falsos autómatas operados por un enano escondido–. Los hombres de la edad de la piedra, en contacto con expediciones científicas o militares o con el derroche de medios y consumo de las fiebres del caucho, el oro o las pieles, conocieron esas nuevas tecnologías antes que muchos ciudadanos europeos de la provincia, y de hecho cuan-do Nanook examina el gramófono ya se está interpretando a sí mismo. Como se sabe, él colaboró muy activamente con Flaher-ty, e inventó modos de fingir ante la cámara escenas que la cá-mara no había conseguido captar en la realidad –la caza de una foca, por ejemplo–. No dominaba la técnica, pero ya sabía bien para qué servía. Décadas más tarde, al final de los ochenta, los kayapó se hicieron famosos con sus grandes cámaras de video al hombro –un nuevo tipo de arma, como señaló en su momen-to Terence Turner–, registrando su propia lucha contra una inva-sión de sus tierras o contra la construcción de una hidroeléctrica en la selva. Poco antes, el primer –y último hasta ahora– dipu-tado indígena en el Congreso brasileño, el xavante Mário Juruna, había hecho un uso devastador de la nueva tecnología, guardan-do en un pequeño grabador de bolsillo las promesas o las ofer-tas que otros políticos le hacían y haciéndolas oír después en un momento crucial. Y desde entonces no ha habido novedad tec-nológica ajena al mundo indígena: ordenadores de mesa o por-tátiles –algunos programas de alfabetización se han puesto en marcha con la ayuda de teclados, saltándose la etapa del papel y el lápiz–, aparatos de música que divulgan a todo volumen por la selva las últimas modas musicales del interior, sertanejas o tecnobrega; Internet, teléfonos móviles, smartphones, tabletas.

exotismo al cuadrado Junto al uso instrumental que los in-dios le puedan dar a cada uno de esos ingenios, hay que contar el efecto nada desdeñable de la propia imagen de esos indios usán-dolos. Máxime si el indio lleva en la otra mano su arco y sus fle-chas, si está desnudo, pintado o emplumado. Ese oxímoron o ese exotismo al cuadrado –tan apetitoso para los fotógrafos o cineas-tas de hoy día– es para algunos una señal de que esos indios ya no son indios, pero en realidad muestra no sólo que los indios es-tán vivos en la era de la alta tecnología, sino que, como diría la antropóloga brasileña Bárbara Arisi, son indios high tech que con-viven alegremente con ella. Si algo pone en duda la superviven-cia de sus sociedades o sus culturas, no será desde luego el pro-greso tecnológico como tal.

el MedIo CoMo Mensaje O en otras palabras, que los indios digan algo a través de un móvil parece ser la prueba de que tie-nen algo que decir. “El medio es el mensaje” debe ser una de las frases más repetidas de la segunda mitad del siglo XX, y el XXI la ha confirmado. Lo que se transmite por medio de esas tecno-logías no tiene en sí novedad: “estamos bien, X ha muerto, X ha nacido, voy, vuelvo, estoy; compra, vende, me gusta, no me gus-ta, viva, muera” –las noticias de siempre–. Pero esas imágenes de una joven china, un ejecutivo de la City, una india amazónica y un pescador malayo usando simultáneamente un móvil son ya parte de la mitología publicitaria de la comunicación, y son el mensaje: “rebasamos fronteras y culturas, unificamos el mundo, estamos al

Page 45: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 45/86

contundente de las nuevas tecnologías, allí donde se aplican co-tidianamente, sea el de aislarnos de nuestro alrededor físico en la misma medida en que nos liga a sujetos lejanos, quizás muy lejanos, con los que mantendremos una relación depurada, sin ese caos de sensaciones, contradicciones y conflictos que pro-porciona la inmediatez; se puede tener un millón de amigos uni-dos en torno a una misma afición, por ejemplo, aunque ninguno de ellos viva en la misma calle, el mismo barrio, ciudad o país. Eso sí es un cambio vertiginoso en un mundo que cultivaba el prejuicio de que los próximos debían ser amigos y los extranje-ros peligrosos. La “abertura a lo extraño” que los etnólogos se han empeñado en atribuir a los indios americanos favorece sin duda que, cuando el nuevo aparato se presenta, sea usado sin estupores –tantas cosas extrañas hay en el mundo–, pero tam-bién torna sus efectos menos abismales. En las sociedades indí-genas no es pecado reconocer que el enemigo suele vivir al lado, y que quizás encontremos un interlocutor preferible muy lejos, incluso entre los espíritus o los muertos. Nosotros no creemos en la posibilidad de hablar con espíritus o con muertos: usamos nuestros aparatos para comunicarnos con seres de carne y hue-so que están en cualquier lugar, y con ello nuestra vida se torna, según los humores, más plena o más rala. Los indios pueden ser high tech sin aspavientos porque, mucho antes de Steve Jobs, ya contaban con que la comunicación debía incluir a muchos se-res con los que no es posible –a veces ni recomendable– encon-trarse cara a cara. <

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autor: Óscar Calavia Sáez (1959, España) es profesor del Departamen-to de Antropología de la Universidad Federal de Santa Catarina, Brasil. Ha realizado investigaciones sobre temas religiosos en España y Brasil, y sobre etnología indígena de la Amazonia. Su libro Las botellas del señor Klein (2008) recibió el premio Tigre Juan a la mejor primera novela en castellano publicada en su año. Recientemente ha publicado Amazonia-China. Dos viajes de vuelta. Blog: cafekabul blogspot.com

Información adicional sobre la ilustración: La acuarela de Kitama pertenece a la Colección Baumgarten/Sugai, que pudo verse hasta mayo de este año, en el Folkwang Museum de Essen, en el marco de la exposición “Lothar Baum-garten. Abend der Zeit – Señores Naturales. Yanomami”. La muestra dio cuenta del encuentro e intercambio entre Lothar Baumgarten y los yanomami del alto Orinoco, con quienes el artista alemán vivió a fines de la década de 1970. Durante 18 meses compartió la vida de los indios kashorawë-theri y yapi-tawë-theri. En Essen pudieron verse por primera vez parte de los objetos etnográficos que intercambió durante aquel tiempo por productos naturales y una sorprendente cantidad de dibu-jos sobre papel realizados por los yanomami.

estamos dispuestos a atribuir efectos excepcionales: revolucio-nes, multiplicación de recursos, disolución de fronteras, y en suma un mundo nunca antes visto. Los hombres de la edad de la piedra no se excitan tanto con la novedad. Quizás porque ellos no han llegado al mundo high tech atravesando aquel desencan-to del primer cientificismo con su materialismo raso; pueden así entender que se trata de nuevas magias que continúan las an-tiguas: chamanismos del hombre blanco. Es conocida la analo-gía que muchos indios de la Alta Amazonia hacen entre la televi-sión y las visiones inducidas por la ayahuasca de sus chamanes –una magia ambigua, peligrosa aunque capaz de ponerlos en co-municación con todos los sujetos del universo–. A la inversa, no-sotros hemos acabado por sospechar que en los útiles de infor-mación se pueden esconder hechizos peligrosos, y por ello nos parece necesario ponerles algunos límites –para los niños, por ejemplo–, cuando no los miramos con un recelo más radical. Eso no ha solido ocurrir entre los indios: es difícil encontrar entre ellos ese desdén, ese miedo o ese odio hacia nuevas tecnologías que podrían minar un modo de vivir, o una moral, o un modelo de relaciones humanas.

PRoPIedad InteleCtUal O si esa inquietud ha surgido lo ha hecho por otros caminos. Por ejemplo, la posibilidad de grabar y almacenar en discos todo aquello que otrora se guardaba en la memoria y se transmitía exclusivamente por vía oral produ-ce algunos conflictos en las sociedades indígenas. El saber es la propiedad fundamental en sociedades donde otros conceptos de propiedad se aplican muy raramente, y la propiedad intelectual es así un tema aún más sensible allí: ¿quién oirá las palabras que ahora grabo?, ¿las podrá hacer suyas?, ¿con qué sentido, para qué las repetirá? Y aunque las nuevas posibilidades de registrar imágenes y palabras sean acogidas con agrado como una posi-bilidad de preservar un acervo en peligro de perderse –es ése el lema de muchos proyectos de rescate cultural en las más di-versas etnias–, esa garantía no deja de tener sus sombras. Vivi-mos en sociedades a las que el cristianismo ha acostumbrado a tomar la eternidad o el infinito como bienes indiscutibles, y nos cuesta comprender que para alguien la proliferación o la peren-nidad puedan ser inquietantes. Sin ir más lejos, la permanencia de la voz o la imagen de un muerto pueden ser un problema in-édito con el que, después de la grabación o la fotografía, se tor-na obligatorio tratar.

nanook y PRoUst Quizás la mejor aproximación a esas imá-genes de primitivos escuchando un gramófono hace cien años sea un texto de Proust, un contemporáneo de Nanook: ese pa-saje de Du côté de Guermantes en que narra su primera conver-sación telefónica con su abuela. Para Proust el teléfono era una novedad, y oyendo a través de él una voz familiar se sorprendía al reconocerla desligada de la inmediatez física que siempre la había acompañado. El teléfono anulaba la distancia, sí, y traía de lejos a aquella mujer. Pero al mismo tiempo subrayaba esa mis-ma distancia, como si lo que ofrecía a sus oídos fuese ya la voz de una muerta. Nativo de una época de visitas, cortesías y con-versaciones cara a cara, Proust decidió partir inmediatamente para reencontrar a su abuela en persona. Quizás el efecto más

óscar Calaviala “high tech” de los indios

Page 46: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 46/86astrid ulloa

Los pueblos indígenas colombianos usan la tecnología, el Inter-net y las redes sociales, al igual que medios de comunicación como emisoras locales, periódicos o videos, en las luchas por el reconocimiento de sus derechos y buscando posicionar sus de-mandas. Así han creado varias redes transnacionales de inter-cambio y apoyo en cuestiones relacionadas con lo territorial, lo ambiental y lo cultural. Las nuevas tecnologías de información y comunicación sirven de herramientas para agilizar la interac-ción y permiten respuestas casi inmediatas a sus problemáticas

por parte de miembros de grupos étnicos y personas solidarias alrededor del mundo.

Entre otros aspectos, la nueva relación de los pueblos indí-genas con la tecnología ha derivado hacia la búsqueda de una representación propia en nuevos espacios (meta-espacios en la red, en portales como YouTube) y con nuevos medios (imágenes, videos). Dos ejemplos colombianos en este sentido son los pro-cesos liderados por el pueblo misak y los pueblos de la Sierra Nevada de Santa Marta (kogui, arhuaco y wiwa), que buscan re-

PUeblos Indígenas, RePResentaCIones y teCnología

en ColoMbIa

“Palabras Mayores”, cartel de la serie televisiva (de 10 capítulos) de la organización Gonawindua Tayrona, emitida por Telecaribe. Foto: www.agendasamaria.org, 2011. ©: OGT Archivo

Page 47: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 47/86astrid ulloaPueblos indígenas, representaciones y tecnología en Colombia

raleza, las amenazas, sobre lo que se debe hacer en la Sierra Nevada de Santa Marta– como parte de una estrategia de comu-nicación que permita entender cómo afectan los procesos exter-nos a los pueblos indígenas. Han sido dirigidos por los jóvenes directores indígenas Amado Villafañe (arhuaco), Saúl Gil (wiwa) y Silvestre Gil Zarabata (kogui), y circulan en la web con subtítul-os en español e inglés.

nUevas teCnologías, nUevos Retos Estos dos ejemplos colombianos ponen de relieve cómo el uso de las tecnologías de información y comunicación ante problemas específicos en los territorios indígenas permite alianzas y respuestas de recono-cimiento de derechos colectivos. De igual manera, ha posibili-tado a los pueblos indígenas el control de sus representaciones, su circulación y uso, así como también de contenidos temáticos relacionados con aspectos como autonomía, territorio, educa-ción y salud.

Sin embargo, la nueva tecnología trae también nuevos pro-blemas: los dominios de Internet que inicialmente estaban vin-culados a temáticas indígenas y ambientales cambian, se ven-den, se acaban o modifican su objetivo. Paralelamente, se da una excesiva proliferación de redes que se apropian de la vo-cería indígena, minimizando las demandas de estos pueblos y reemplazándolas por visiones románticas que desconocen los problemas reales que afectan a sus territorios y que los asocian a la naturaleza como una especie, sin reconocer sus derechos en el mundo globalizado. El acceso a las redes permite, a su vez, la entrada en circuitos comerciales que se fusionan con otros inte-reses, como el consumo de imágenes. Y, finalmente, hay que con-siderar que no todos los pueblos tienen acceso a las tecnologías de información y comunicación en igualdad de condiciones.

Sin embargo, las ganancias parecen más importantes que las pérdidas, como demuestran las dos experiencias presenta-das. Los misak y los pueblos de la Sierra Nevada de Santa Marta plantean estrategias que confrontan las lógicas de apropiación simbólica, económica y política transnacional y nacional y posi-bilitan alternativas de representación y control territorial, con-sideradas como espacios de resistencias para posicionar los ter-ritorios colectivos en contextos locales, nacionales y globales. <

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autora: Astrid Ulloa Cubillos, antropóloga, es profesora asociada de la Universidad Nacional de Colombia. Ha trabajado con diversos pueblos indígenas desde 1984. Sus temas de interés se centran en movimientos indígenas, ecogubernamentalidad, biodiversi-dad, etno-ecología, cambio climático, y antropología del medio ambiente. Es investigadora principal de DesiguALdades.net.

presentaciones a partir de referentes culturales propios, y que se tornan en estrategias de resistencia y nuevas maneras de mostrar demandas y derechos de los pueblos indígenas en con-textos globales.

estRategIas de ResIstenCIa y deMandas De las expe-riencias con meta-espacios en la red, se pueden tomar como ejemplo tres videos de dibujos animados elaborados por los misak, en los que denuncian problemas territoriales y reivindi-can su identidad. Estos videos son resultado del trabajo comuni-cativo de jóvenes líderes con formación universitaria, que plan-tean una estrategia de difusión de sus derechos y una propuesta de representación basada en su percepción y en formas gráfi-cas (animaciones) que parten de sus propios referentes cultura-les. En el video Maíz transgénico, subido a YouTube por el pu-eblo misak (véase http://www.youtube.com/watch?v=pcL2z5JiJjo&feature=related), se muestran las consecuencias de los acu-erdos económicos internacionales y de las apropiaciones de las semillas, se “denuncia la construcción podrida de semillas trans-génicas que violan la ley natural y degradan la salud integral de todos”. Las cuestiones de la identidad cultural e idiomática se abordan en los videos Madre Tierra (http://www.youtube.com/watch?v=vW3SUEcmgRY), que presenta la perspectiva misak de relación con la naturaleza y el territorio, y En mi idioma (http://www.youtube.com/watch?v=3TLw5B9-y-c&feature=related), que trata sobre “el idioma de la nación misak, parte de los prin-cipios milenarios, que hoy sigue re-existiendo para no desapa-recer sino prolongarse en el tiempo y en el espacio”. Estos tres videos sobre temáticas claves en las demandas y luchas del pu-eblo misak son una muestra de las propuestas de los misak y de líderes como Liliana Pechene, Maya Sofia Tunubalá y Jeremias Tunubalá, quienes a través de nuevas representaciones y el uso de las tecnologías de información y comunicación logran articu-lar un planteamiento político.

vIajes PoR el teRRItoRIo El segundo ejemplo lo ofre-ce el Centro de Comunicación Indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta – Zhigoneshi (http://www.corazondelmundo.co/?q=taxonomy/term/9), vinculado a la Organización Indígena Gonawindúa Tayrona-OGT y a la Confederación Indígena Tayro-na-CIT. Ahí, un grupo de trabajo de indígenas kogui, wiwa y ar-huaco viaja por sus territorios y produce sus propios documen-tales. Así, ellos mismos pueden controlar la representación de sus tierras y sus propias historias. En su proyecto comunicati-vo dan la palabra a las autoridades espirituales y desarrollan propuestas políticas de los pueblos indígenas de la Sierra Neva-da de Santa Marta. Estas propuestas se han registrado en una serie de 10 documentales cortos titulados Palabras Mayores, en los cuales sus “autoridades tradicionales le responden al mun-do”. Cada documental se centra en un tema: territorio sagrado, pagamentos espirituales, amenazas del agua, calentamiento glo-bal, por qué se acaba la nieve, por qué atentan contra la coca, cómo se forman los mamos (las autoridades espirituales), qué piensan acerca de la violencia, quiénes son los hermanos me-nores y cómo hicieron Palabras Mayores. Los documentales re-gistran las palabras de los mamos –sobre el territorio, la natu-

Page 48: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 48/86José aníbal campos

Desde que fuera galardonada con el Premio José Ortega y Gas-set en la categoría de “Periodismo digital”, Yoani Sánchez ha pa-sado a ser uno de los blancos predilectos de los ataques de la maquinaria desinformadora del régimen castrista. En un país donde el acceso a Internet está fuertemente restringido y con-trolado, han proliferado de pronto los blogs oficialistas destina-dos casi exclusivamente a desacreditar lo que escribe y hace la joven periodista, y sin escatimar en medios: seguimientos con cámaras, apodos groseros, descalificaciones personales y las consabidas acusaciones de “mercenaria” y “asalariada” del Go-bierno de Estados Unidos.

Sin embargo, cuando cualquier persona con acceso libre a In-ternet entra en el blog Generación Y, lo que allí encuentra son más bien breves crónicas sobre la vida real en Cuba, pinceladas de cierta calidad periodística y literaria sobre una cotidianidad

marcada por la escasez y la improvisación de la supervivencia. Los ataques, de repente, parecen desproporcionados, y el ensa-ñamiento de todo un aparato estatal represivo con esta mujer menuda y de aspecto amable y sereno invierte la bíblica pará-bola –usada hasta la náusea por el Gobierno cubano– de Goliat contra David, con la que durante años se ha aludido simbólica-mente al enfrentamiento de la pequeña isla de Cuba al gigante estadounidense. De repente la joven bloguera (y con ella toda una generación de blogueros, periodistas independientes, escri-tores y artistas que encuentran en la red un medio para expre-sar lo que piensan y –sobre todo– lo que viven y ven), pasa a ser la hormiga pequeña y laboriosa que, teniendo a mano un te-clado y un módem en lugar de una honda, se enfrenta cada día al peligro de ser aplastada por el pisotón de un elefante torpe y ciego.

Reflexiones sobre una blogosfera cubana y la política informativa oficial del estado.

atraPados Por la red

“This is not a photo opportunity”, La Habana, 2002. Foto: Rij, Cuba

Page 49: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 49/86José aníbal camposatrapados por la red

de la realidad y, en el mejor de los casos, por su tediosa unifor-midad. Hasta la existencia de blogs rabiosamente “antiyoanistas” como el llamado Cambios en Cuba (que en su campaña de des-crédito contra la bloguera ha mostrado hasta sesiones de vigi-lancia a los movimientos de la joven Yoani Sánchez, grabadas por cámaras ocultas que automáticamente remiten a los méto-dos del seguimiento policial) puede ser útil en un sentido: el de comparar. Basta echar un vistazo a Generación Y y a Cambios en Cuba, al tono y a la argumentación (o no-argumentación) de uno y otro blogs, para darse cuenta de que –a pesar de la pose numantina de la que gusta hacer gala el Gobierno cubano, la de una nación (léase una élite en el poder) asediada por “infames campañas de prensa” (lo que se ha dado en llamar la “cibergue-rra contra Cuba”)– estamos ante una política informativa ofi-cial llamativamente abocada al autodescrédito, a la autodestruc-ción. Se puede estar de acuerdo o no con Yoani Sánchez y lo que nos cuenta en su blog sobre la vida cotidiana en Cuba. Pero los métodos de Cambios en Cuba, más allá de posturas políticas, se desacreditan por sí solos

Desde que en los años noventa se fundara en Madrid, gra-cias a la iniciativa del escritor Jesús Díaz, la revista impresa Encuentro de la cultura cubana (así como su diario digital Cu-baencuentro –del que se ha desprendido, más recientemente, el diario digital Diario de Cuba, dirigido por algunos prestigiosos intelectuales cubanos en el exilio–), la realidad construida por la no-prensa oficial cubana se ha visto contrarrestada por criterios informativos que, en un contexto como el cubano, atraen y con-vencen, ya de por sí, gracias a su capacidad para no eludir el de-bate, para mostrar en una misma edición opiniones matizadas o contrarias sobre la realidad cubana, opiniones que, a veces, son diametralmente opuestas a la línea editorial de dichas publica-ciones. Y lo más llamativo es que el sistema cubano no haya sa-bido aprender de esto, quizá no tanto porque no quiera hacerlo –ni por falta de voces críticas dentro del mismo que aboguen por cambios profundos en lo que a libertad de expresión se refiere–, sino porque no puede, porque dicha política informativa rígida y dogmática forma parte intrínseca y esencial de un sistema per-sonalista, adiestrado sólo para escuchar las voces de mando de uno o dos hombres.

No resulta fácil predecir en qué medida esa proliferación de blogs y blogueros, oficialistas o disidentes, complacientes con el régimen o no, puede conducir a cambios estructurales profun-dos dentro de Cuba. Hay que tener en cuenta que, como ya se ha dicho, el acceso a Internet dentro de la isla es muy limitado, y una de sus paradojas es que ni siquiera los blogs simpatizan-tes con el régimen cubano pueden ser leídos masivamente por la población cubana. Sin embargo, esa diversidad bloguera ha permitido un acceso mucho más rápido y directo a páginas web sobre Cuba y, sobre todo, ha puesto en evidencia, a través de esa pequeña mirilla, lo obsoleto de una política informativa dis-frazada de “revolucionaria”, pero que puede compararse, en sus rasgos esenciales, a la vertiente más reaccionaria de la informa-ción en este vasto mundo: visión unilateral, reiteración de ver-dades a medias o incluso de falsedades, temas tabúes, mediocre argumentación, descalificación sin matices, campañas de agita-ción y propaganda, y un largo etcétera. También es probable

A pesar de todos los cambios más o menos cosméticos que se han operado en la vida social y económica cubana en esta te-diosa agonía de más de cincuenta años, hay algo que no ha cam-biado: los temas que se abordan en público (desde la producción de cerillas hasta la figura de algún visitante extranjero invitado oficialmente por el Gobierno) responden a un guión peor o mejor escrito, llegado desde las “instancias superiores”, desde los im-penetrables corredores del poder central y sus distintos brazos ejecutores. Si un “experto” gubernamental, en un artículo publi-cado en uno de los dos o tres periódicos legales en la isla, atri-buye la caída en la producción de un ramo económico determi-nado al “bloqueo yanqui”, ningún otro periodista puede poner en cuestión por su cuenta dichas conclusiones, hablando de in-eficiencia local o de desvío de recursos, pues sabe, de antema-no, que lo que publican Granma o Juventud Rebelde representa la versión que cuenta con el beneplácito del poder; si un per-sonaje de oscuro pasado como Louis Farrakhan visita Cuba in-vitado por el Gobierno de La Habana, será presentado en unos términos que no dejen lugar a dudas sobre su enfrentamiento al Gobierno estadounidense y sobre lo “gratamente impresiona-do que está con la realidad cubana”, y a nadie se le podría ocu-rrir contar la historia que señala al actual líder de la Nación del Islam como una de las personas que, con su virulenta campaña de descrédito en los años sesenta, propiciaron en cierto modo el asesinato de Malcolm X. La construcción de la realidad por los medios de comunicación es un fenómeno global –una lacra, sin duda–, pero en cualquier otro país con un sistema político e in-formativo más o menos abierto, lo que publica un medio puede ser desmentido y matizado por otro, mientras que en la isla cari-beña esa construcción de la realidad constituye una parcela muy bien controlada e incuestionable, la cual, en ocasiones, emite distorsiones grotescas del mundo. En una ocasión escuché a un joven cubano, recién llegado a Europa, atribuir con firme convic-ción al periódico español El País una postura pro-aznarista. Mi perplejidad ante semejante disparate sobre uno de los mejores periódicos de habla española, el cual lideró la crítica y la oposi-ción a los dos periodos de gobierno del conservador José María Aznar, me animó a averiguar el trasfondo de aquella opinión: re-sultó que El País se había manifestado de un modo bastante crí-tico con la ola represiva organizada por el Gobierno a principios de 2003 (la llamada “primavera negra”), y poco antes se había orquestado en La Habana una campaña propagandística contra el presidente del Gobierno español (en la que se lo pintaba in-cluso con un bigotito hitleriano), y en esa campaña se metía en un mismo saco, sin matizar, al político del conservador Partido Popular, al Grupo Prisa y a su órgano de prensa más prestigio-so (de marcada tendencia socialdemócrata), creando esa dispa-ratada confusión en un joven que sólo había tenido acceso, has-ta entonces, a una única visión del mundo.

La proliferación de blogs sobre Cuba, tanto dentro de la isla como en el extranjero, ha venido a romper en cierta medida la valla de esa parcela. Es un agujerito diminuto en la cerca, cierta-mente, pero constituye por lo menos la mirilla a la que cualquier interesado con acceso libre a Internet puede pegar el ojo para intentar buscar matices en una política informativa oficial que se ha caracterizado por una cada vez más inverosímil distorsión

Page 50: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 50/86

que, en su necesidad de “defenderse” de la “ciberguerra” que su-puestamente se lleva a cabo contra él, el régimen se vea obliga-do a ir abriendo espacios cada vez más amplios (aunque contro-lados) de acceso a la red. Y no cabe duda de que lo hará de muy mala gana, del mismo modo que liberalizó el dólar a principios de los noventa, apremiado por el profundo malestar reinante entonces entre la población y que se puso de manifiesto en el llamado “maleconazo” de agosto de 1994. En ese sentido, la red virtual ha venido a echarse encima –a una velocidad desconcer-tante y casi sin darles tiempo para reaccionar en un principio–, de los pejes gordos que han controlado la información en Cuba durante cinco décadas. Pero eso sí, habría que estar atentos a los siguientes coletazos de los ictiosaurios atrapados en la red. <

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autor: José Aníbal Campos (La Habana, 1965) es germanista, traductor y ensayista. Sus artículos y ensayos han aparecido en diversas revistas y publicaciones culturales de Europa y América Latina. Ha traducido a autores como Hermann Hesse, Stefan Zweig, Uwe Timm, Peter Stamm, Pascal Mercier, Martin Mosebach. Desde 2003 reside en España.

José aníbal camposatrapados por la red

Page 51: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 51/86evgeny morozov

Ante la suspensión total de la Internet en Egipto, el “Día Mun-dial contra la censura en Internet”, que convoca cada año la or-ganización Reporteros sin Fronteras, tuvo en 2011 una relevan-cia sin duda mayor que nunca antes. Y, sin embargo, no debiera olvidarse que los dictadores y los regímenes represivos prefie-ren cada vez más aprovechar la Internet en beneficio propio, antes que censurarla.

Después de lo sucedido en Egipto, uno podría creer que los medios sociales aceleran enormemente el final de regímenes au-toritarios agotados. Evidentemente, los egipcios fueron bendeci-dos con un Gobierno que no sabía distinguir un tuit de un post. Sin embargo, el golpe mortal que la Internet asestó al régimen de Mubarak servirá a otros opresores como advertencia de que deben ocuparse sin tardanza de las últimas invenciones que se producen en Silicon Valley, y adquirir al menos los conocimien-tos básicos de la propaganda online.

Por supuesto, la trágica muerte del joven de 28 años Khaled Said, a quien un año antes la policía secuestró en un cibercafé en Alejandría, fue un factor que movilizó a las masas. La página de Facebook “Todos somos Khaled Said” desempeñó un papel cla-

ve en las protestas. Es cierto que los dos policías que propina-ron una golpiza mortal a Said fueron detenidos, pero el Gobier-no egipcio ignoró por demasiado tiempo la cólera que se sentía en la red. Esa cólera disminuyó, pero no llegó a desaparecer por completo, y los sucesos de Túnez le dieron una fuerza nueva.

En China se dio un caso semejante. En 2009 un campesi-no de 24 años llamado Li Qiamong fue arrestado por tala ilegal. Poco después estaba muerto. La policía les contó a los padres de Li que el joven se había golpeado en la cabeza mientras ju-gaba a los escondidos con otros reclusos. Solamente en un blog chino muy frecuentado, el suceso generó en un tiempo brevísi-mo casi 100.000 comentarios. Sin embargo, las autoridades chi-nas reaccionaron rápidamente.

En vez de tratar de estrangular el debate online, se diri-gieron a los indignados usuarios de Internet y los invitaron a participar en una comisión que investigaba la muerte de Li. En realidad, esa comisión nunca pudo efectuar verdaderas investi-gaciones. Más tarde se descubrió que se componía sobre todo de periodistas afines al Gobierno. Pero entonces ya la red se ha-bía calmado.

el verdadero peligro para la democracia no es la censura en Internet, sino el dominio de la red.

dICtadoRes IntelIgentes

J. MAYER H., Rapport - Estructura espacial experimental. Instalación en la Berlinische Galerie, 2011-2012. © J. MAYER H. Foto: Ludger Paffrath, Berlín

Page 52: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 52/86evgeny morozovdictadores inteligentes

Si uno observa los éxitos de los Gobiernos de Moscú y Bei-jing para contener el potencial democrático de la Internet, que-da claro que las dictaduras son muy capaces de aprender y que pueden controlar la Internet en un tiempo brevísimo. Es asun-to nuestro en Occidente anticipar sus reacciones y superar con habilidad sus duras acciones. En definitiva, esos regímenes re-curren sobre todo a firmas y asesores occidentales para lle-var sus mecanismos represivos al nivel técnico más moderno. Por eso, para que esta nueva era de democratización impulsada por la Internet se sostenga realmente, es necesario también que aprendamos a contrarrestar los métodos sofisticados encamina-dos a asfixiar los movimientos de protesta. <

Fuente: Artículo publicado en el „Süddeutsche Zeitung“ del 12 de marzo de 2011

Copyright: Süddeutsche Zeitung, www.diz-muenchen.de

Autor: Evgeny Morozov, (Bielorrusia) es coeditor de la revista Foreign Policy. Su blog “Net Effect” se ocupa de las repercusiones de Internet en las estructuras políticas globales. En la actualidad, es profesor invitado en la Universidad de Stanford. Su libro The Net Delusion. The Dark Side of Internet Freedom (2011) es una de las obras más citadas sobre el tema de Internet y democracia. Traducción del alemán: Alberto Estévez

Información adicional sobre la ilustración: El despacho berlinés de arquitectos J. MAYER H., fundado por Jürgen Mayer H. (1965), trabaja en el campo de intersección en-tre la arquitectura y la comunicación. En la construcción de es-pacios, el empleo de medios interactivos y nuevos materiales desempeña un papel primordial. Para el vestíbulo de diez me-tros de altura del museo Berlinische Galerie, J. MAYER H. con-cibió una instalación transitable, que pudo visitarse hasta abril de 2012. Las paredes y el suelo estaban revestidas con una moqueta de tonos negros y grises, estampada con modelos de seguridad de datos. Su título, “Rapport”, tiene una interpreta-ción polisémica en alemán: de un lado, como tecnicismo de la industria textil, remite al modelo serial de la instalación; de otro, en su acepción militar (equivale a “parte militar”) y en el ámbito de la psicología, el término “rapport” implica una rela-ción interpersonal basada en la confianza. De ese modo, se alu-de también al material de partida de la instalación: los modelos de seguridad de datos empleados para garantizar una comuni-cación confidencial entre dos partes. Pero la instalación pue-de entenderse además como visualización de la red digital en la que nos movemos los seres humanos.

Viendo las cosas después que sucedieron, es asombroso lo poco que hizo el régimen de Mubarak para controlar la Inter-net. No se realizaron intentos de filtrar la red, como en China, ni hubo propaganda online o blogueros pagados por el Gobier-no, como en Rusia. Prácticamente no se efectuaron ciberataques a las páginas web de blogueros y organizaciones de protesta. Y aunque el Gobierno egipcio disponía de la más moderna tecno-logía estadounidense para vigilar la Internet, también se hizo poco en ese sentido.

Ésa fue una de las causas de que las protestas tomaran por sorpresa a las autoridades, aunque fueron planeadas y discuti-das online públicamente. El hecho de que Mubarak hiciera supri-mir la Internet después que el movimiento online ya había crea-do un impresionante empuje offline en la plaza Tahrir no hizo sino revelar con mayor claridad esa incompetencia. No fue la In-ternet la que derrocó a Mubarak. Fue la absoluta ignorancia de Mubarak respecto a Internet.

Ya hay regímenes que parecen haber aprendido bien la lec-ción. El Gobierno sirio revocó la prohibición de Facebook y You-Tube, lo cual fue presentado oficialmente como una “concesión” a grupos opositores. Hay bastantes razones para considerar que la medida se aplicó con el propósito de observar mejor el des-contento público.

El dictador de Sudán, general al-Baschir, prometió que iba abastecer de electricidad hasta los más recónditos rincones del país para que sus partidarios pudieran defenderlo en Facebook. Posteriormente, las autoridades policiales sudanesas han difun-dido en los medios sociales informaciones falsas sobre protestas para encarcelar inmediatamente a los que se presentaron a las supuestas manifestaciones.

Después de las protestas que tuvieron lugar en Bahréin, Twitter fue inundado allí de propaganda favorable al Gobierno para crear dudas sobre la confiabilidad del servicio de mensajes cortos como fuente de información. Y las autoridades de Irán, que aprendieron su lección de los disturbios de 2009, han de-sarrollado la estrategia para el control de Internet de mayor al-cance en todo Oriente Próximo. Por ejemplo, se crearon unida-des de ciberpolicía que ya pueden hasta detectar a disidentes que usen programas anticensuras.

Por supuesto, el mayor problema online de esos regíme-nes siguen siendo los medios sociales estadounidenses como Facebook. Por eso Rusia y China han creado sus propios me-dios que compiten con los mencionados. Seguramente un gru-po online que se proponga como meta derribar al Gobierno ruso no duraría mucho tiempo en la alternativa rusa a Face-book, Vkontakte.

Las redes sociales rusas ya dominan el mundo online de la mayor parte de las antiguas repúblicas soviéticas. Cuando en di-ciembre de 2010 se formaron grupos de protesta después de las controvertidas elecciones en Bielorrusia, un grupo online que apoyaba a uno de los candidatos opositores y había adquirido importancia en la organización de las protestas desapareció de Vkontakte de la noche a la mañana.

En Vietnam el Gobierno ha prohibido Facebook y creó una página propia llamada goonline.vn, que ahora es la red social más popular del país.

Page 53: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 53/86Rosana hermann – (@rosana)

Internet es la oportunidad más rica que el ser humano tuvo en su historia, un paraíso donde el fruto del conocimiento está per-mitido y es accesible a todos. Al mismo tiempo, Internet es una biblioteca infinita de la civilización humana y un mar de expre-siones del momento, una máquina de conectar personas y un espacio de convivencia y aprendizaje; es fábrica, mercado y vi-trina, palco y platea, museo y galería. Productora y archivo. In-ternet es, muy probablemente, la última oportunidad de que el ser humano cuaje como proyecto en la Tierra.

Las cifras de esta red son impresionantes. Twitter ya pasó de los cien millones de cuentas y Facebook sobrepasó los 800 millones de usuarios. YouTube, la mayor red social de videos en Internet, recibe el asombroso volumen de 4.000 millones de vi-sualizaciones diarias. Repitamos: cuatro mil millones de visuali-zaciones todos los días. En un planeta con 7.000 millones de ha-bitantes, Internet tiene ya conectados a 2.000 millones de seres humanos. Contando con el creciente número de accesos vía ce-lulares y la demanda por otros medios de acceso móvil, es pro-

bable que en pocos años toda la población de la Tierra esté in-terconectada. Un mundo entero de personas en la red, de forma descentralizada, una realidad que no previó ninguna ciencia fic-ción. Y, entretanto, es realidad.

Esta nueva configuración sin precedentes similares tendrá consecuencias novedosas y desde ya suscita cuestionamien-tos imprescindibles sobre el comportamiento que debemos de adoptar. ¿Estamos pasando demasiado tiempo conectados? ¿Es-tamos exponiéndonos demasiado y de forma inconsciente? ¿Im-plica eso algún riesgo o garantiza nuestra seguridad? ¿Tenemos más libertad hoy o estamos siendo totalmente vigilados? ¿Esta-mos caminando rumbo a una democracia plena o en dirección al control total? ¿Cómo será vivir en un modelo de autogestión, sin poder central, que realmente emana del pueblo? ¿Estamos pre-parados para ello? ¿Y si Internet colapsara?

el PodeR de InteRnet La primera indicación que arroja luz sobre algunas posibles respuestas es que la transparencia se

seres humanos evolucionados, con tecnología sofisticada, o un bando de bárbaros conectados: el futuro que nos espera dependerá de

nuestro trato con internet.

nosotRos, los qUe MoveMos el MUndo

J. MAYER H., modelo de seguridad de datos para la instalación Rapport - Estructura espacial experimental. © J. MAYER H.

Page 54: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 54/86Rosana hermann – (@rosana)nosotros, los que movemos el mundo

teneR oPInIón Vivimos en un mundo que privilegia lo au-diovisual. Todo es imagen. Y las imágenes generan sentimien-tos. Vemos, y creemos que aquellas imágenes corresponden a la verdad absoluta. Y con la misma prisa que vemos, juzgamos. Y actuamos a partir de ese juicio inicial. El impulso de reaccio-nar, fomentado por la velocidad de las redes sociales, nos lle-va a formar opiniones prematuras e infundadas. Porque hoy “es necesario tener opinión acerca de todo” para vivir en sociedad.

Un caso reciente sucedió en Twitter acá en Brasil. Una cuenta falsa publicó frases prejuiciadas y xenófobas contra brasileños de la región Nordeste. Más de ocho mil personas presentaron denuncias a la Fiscalía, en contra de esa cuenta. El problema es que la cuenta falsa usó como avatar fotos de una joven que real-mente existe. Aquella imagen del avatar fue replicada miles de veces, asociada a las frases prejuiciadas. La joven es inocente, es víctima. Y ahora, quien ve su foto verdadera asocia su ima-gen con los textos criminales. Además de ello, antes de que nin-gún órgano de la Justicia pudiese actuar, la cuenta fue hackeada. En el primer momento todos experimentaron una sensación de “bien hecho”, de “venganza” llevada a cabo. Pero la justicia no es venganza y, definitivamente, la justicia no es algo que se deba hacer “con las propias manos”... ni “con los propios ratones”.

sIn PodeR CentRal Ése es el gran riesgo de nuestro compor-tamiento en Internet. Es maravilloso tener una red que nos une, sin poder central, movida por todos nosotros. Pero eso nos pue-de llevar a sobrepasar los límites de la ley y la Justicia, del buen periodismo que indaga en todas las direcciones y muestra todos los puntos de vista, del buen sentido que exige tiempo y cautela.

La velocidad de transmisión de los datos no puede dar lugar a juicios superficiales y apresurados, mucho menos a castigos basados en impresiones. Cuando eso sucede, dejamos de ser se-res humanos evolucionados, con tecnología sofisticada, y pasa-mos a ser un bando de bárbaros conectados, y, ciertamente, no es eso lo que nos deseamos.

Todo lo que existe fue hecho por seres humanos como no-sotros. Todo nos resulta posible, todos tenemos talentos. La red está ahí para ayudarnos a descubrir nuestras mejores potencia-lidades. El futuro que nos espera es justamente ése, la potencia-lización de lo que somos.

Es por eso que tenemos que revisar todo en este momento, desde los sistemas de gobierno hasta las ambiciones personales, el consumo excesivo, el trato a nuestro planeta. Tenemos que cuestionar los fundamentos éticos de nuestra civilización, re-definir nuestra moral. E Internet es la herramienta que nos va a ayudar a realizar ese cambio, un cambio que comienza en nues-tra comunidad, en nuestro barrio, en nuestra ciudad. Crecemos como civilización y ya no necesitamos ser tutelados por ningún poder central. Es hora de demostrarnos que, juntos, la humani-dad puede regirse a sí misma y regir al planeta. A fin de cuentas, todos somos un solo organismo. <

está convirtiendo en el arma mejor a favor de la democracia. Todos los ejemplos de la llamada Primavera Árabe confirman el antiguo proverbio anterior a Internet de que “la unión hace la fuerza”. Independientemente del mérito del caso, el movimien-to Occupy Wall Street también nos trajo una visión del estado de los llamados medios tradicionales y el poder de Internet.

Asimismo fue relevante lo que vimos durante las elecciones en Irán, en junio de 2009. Jóvenes encima de los tejados, trans-mitiendo en tiempo real por los celulares, mostrando al mundo la represión en las calles, nos dieron una dimensión humana to-talmente diferente. En Brasil, a través de Twitter, personas que nunca se interesaron por cuestiones locales iraníes, se unieron a las campañas del “movimiento verde”, subiendo a sus cuentas tuits en apoyo de los manifestantes de la oposición. Sentimos cuán cierto resulta que el mundo, según lo definió McLuhan, es una pequeña aldea global.

Una segunda percepción optimista es que la vida permanen-temente en grupo aumenta nuestra seguridad. Tenemos siempre mucha más gente celando por nosotros, personas a disposición todo el tiempo para cualquier evento que necesite de ayuda co-lectiva. No importa dónde es que uno se encuentra el mundo; un celular conectado a Internet hace que uno tenga ayuda a mano, en todos los sentidos. En los smartphones pueden implementar-se bibliotecas enteras, mapas, traductores de lenguas, directo-rios, todo lo que uno precisa para resolver problemas inmedia-tos, incluso transacciones financieras. Si uno tiene acceso a la red, nunca está solo. Ni perdido.

enCeRRados en Un ClUb de IgUaldad Desdichadamente, la vida en la red no se compone sólo de maravillas, por ser tam-bién un reflejo, un espejo de la especie humana, con sus pro-blemas y ambiciones. Las redes sociales también pueden come-ter errores peligrosos e impedirnos tener acceso a la diversidad. Muchos algoritmos funcionan así: a partir de aquello que publi-camos, comentamos, consumimos, y que refleja nuestros gustos, creencias y posiciones políticas, los robots ofrecen más infor-maciones similares. En rigor, y con el paso del tiempo, estamos relacionándonos sólo con nuestros similares, encerrados en un club de igualdad, sin diversidad ninguna. Todo es el propio ego expandido, más de lo mismo. Y es en ello donde reside el peligro. Esa convivencia con la semejanza puede robarnos la tolerancia hacia lo diferente, acarrearnos la pérdida de interés por lo des-conocido. Y como ya sabemos, crecemos por el contacto con el otro, mejoramos como seres humanos a través de la discusión y de la aceptación de otros argumentos.

La base de la democracia es la comprensión de que los dere-chos son iguales para todos, y la convivencia con nada más que personas de la misma “tribu” puede dificultar ese entendimiento. Necesitamos estar atentos para no encerrarnos en guetos, justa-mente en una red donde podemos ampliar nuestros horizontes y expandir nuestra visión del mundo.

La mayor preocupación, por consiguiente, no depende de los algoritmos o la tecnología. La gran cuestión ética que se está de-lineando en la vida conectada es cómo lidiar con la alta veloci-dad de la comunicación manteniendo la cautela necesaria para juzgar y discernir.

Page 55: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 55/86

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autora: Rosana Hermann, periodista, escritora, bloguera (r7.com/rosana) y conferenciante (creatividad y redes socia-les); profesora de Guiones de la Fundação Armando Álvares Penteado y gerente de innovación del portal R7.com en Brasil. En 2011 publicó Um passarinho me contou, su nuevo libro sobre Twitter. Más información: http://farofa.com.br/

Traducción del alemán: Ricardo Bada

Información adicional sobre la ilustración: El despacho berlinés de arquitectos J. MAYER H., fundado por Jürgen Mayer H. (1965), trabaja en el campo de intersección en-tre la arquitectura y la comunicación. En la construcción de es-pacios, el empleo de medios interactivos y nuevos materia-les desempeña un papel primordial. Para el vestíbulo de diez metros de altura del museo Berlinische Galerie, J. MAYER H. concibió una instalación transitable, que pudo visitarse has-ta abril de 2012. Las paredes y el suelo estaban revestidas con una moqueta de tonos negros y grises, estampada con mode-los de seguridad de datos. Su título, “Rapport”, tiene una inter-pretación polisémica en alemán: de un lado, como tecnicismo de la industria textil, remite al modelo serial de la instalación; de otro, en su acepción militar (equivale a “parte militar”) y en el ámbito de la psicología, el término “rapport” implica una re-lación interpersonal basada en la confianza. De ese modo, se alude también al material de partida de la instalación: los mo-delos de seguridad de datos empleados para garantizar una co-municación confidencial entre dos partes. Pero la instalación puede entenderse además como visualización de la red digital en la que nos movemos los seres humanos.

Rosana hermann – (@rosana)nosotros, los que movemos el mundo

Page 56: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 56/86inke arns

La figura de Anonymous, que se ha hecho popular en el contex-to del movimiento Occupy Wall Street tiene diferentes antece-dentes: uno de ellos es sin duda Andy Bichlbaum. ¿Quién es este hombre? Nunca ha existido y, aun así, figura en los programas oficiales de cumbres económicas internacionales de alto nivel. Pronunció conferencias en ellas, unas veces como representan-te de la OMC (Organización Mundial del Comercio), otras como representante de Dow Chemical. Andy Bichlbaum es un seudó-nimo, inventado por el dúo estadounidense de artistas y acti-vistas The Yes Men. El personaje Andy Bichlbaum muestra el mundo financiero en un espejo (a veces deformante) nombran-do los verdaderos intereses de la economía global, exagerando un poco en ocasiones.

PeqUeñas jUgaRRetas a los gRandes ConsoRCIos Anali-zando minuciosamente el net.art activista de finales de los no-venta del siglo XX se pone de manifiesto que muchas de las ideas que llegan hoy al gran público a través de redes sociales

(blogs, Facebook, etc.; en general de la era Web 2.0) y reclaman una gran atención no son tan novedosas. Por ejemplo, la prácti-ca actual de la financiación colectiva (también conocida por su denominación en inglés: crowdfunding). Ya en la segunda mitad de los noventa, el grupo de artistas y activistas estadounidense RTMark se había fijado el objetivo de financiar actividades sub-versivas, es decir, apoyar a personas que, por ejemplo, quisie-ran realizar pequeñas jugarretas a los grandes consorcios. En la página web de RTMark había una base de datos de acceso pú-blico, llamada “The Mutual Funds” (fondos mutuos), con diferen-tes presupuestos de apoyo de acciones subversivas. La tarea de “Mutual Funds” consistía en poner en contacto a potenciales con-tratantes y contratistas. De manera parecida a la Bolsa, los fi-nanciadores podían invertir en diversos proyectos. Una acción se llevaba a cabo cuando contaba con la suficiente financiación. Los “dividendos” no eran de carácter financiero sino que con-sistían en captar la atención de los medios de comunicación y obtener satisfacción personal. Así, por ejemplo, la Organización

sobre el activismo net.art de RtMark, the yes Men y UbeRMoRgen.CoM.

los jonathan sWIft de la geneRaCIón jaCkass

The Yes Men, SurvivaBall, acción en el East River, Nueva York, 20 de septiembre de 2009. Foto y ©: drivenbyboredom

Page 57: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 57/86inke arnslos Jonathan swift de la generación Jackass

te. En 2005, un tal Erastus Hamm habló como representante de Dow Chemical en la conferencia de Pagos Internacionales (Inter-national Payments 2005) de Londres. Les presentó a los entu-siasmados banqueros el Calculador de Riesgo Aceptable, un pro-grama para estimar los “riesgos aceptables” (= vidas humanas). Con esta herramienta, las empresas pueden determinar los ries-gos que están dispuestas a asumir en pro de su beneficio. En el marco de esta acción, que se realizó con cámara oculta, los Yes Men destaparon a Gilda, el esqueleto de oro. Ejecutivos eufóri-cos se hicieron fotografiar con este dorado “riesgo aceptable” e intercambiaron tarjetas de visita con el representante de Dow Chemical. De esta manera los Yes Men se infiltran en el terreno de los grandes negocios y sacan clandestinamente noticias que son escandalosas y, al mismo tiempo, muy divertidas. Por eso, la autora Naomi Klein los denomina también los “Jonathan Swift de la generación Jackass”.

Un MayoR aCeRCaMIento del CaPItalIsMo y la deMo-cracia UBERMORGEN.COM es un dúo de artistas que traba-ja en el ámbito del arte (digital) contemporáneo; fue fundado por lizvlx (*1985) y Hans Bernhard (*1979) en el año 2000. Las acciones del dúo se sitúan en un lugar indefinido entre el arte conceptual, las instalaciones, el arte de software, el arte legal y el hackactivismo. Sobre todo a comienzos de la primera década del 2000, UM ha empleado las llamadas “tácticas de marketing de guerrilla” o bien el llamado “marketing de shock”. También [V]ote-Auction (2000), proyecto apoyado por RTMark, se basó en esta estrategia de marketing y comunicación. Bajo el pegadi-zo eslogan Bringing capitalism and democrazy closer together! (acercar el capitalismo y la democracia) y justo durante la cam-paña de las elecciones presidenciales de 2000 (G. W. Bush con-tra Al Gore), se ofreció a los votantes estadounidenses la posi-bilidad de vender su voto presidencial en una plataforma online de subastas. Los votos ofrecidos de cada estado federado se venderían al mejor postor y a los vendedores del voto se les en-tregaría la parte correspondiente de los ingresos obtenidos. Con una claridad envidiable se demostraba la intrincación del capi-tal y el poder (de los votos). Si bien la venta individual del voto está prohibida en todos los estados federados de EE.UU., la pro-hibición se esquiva en el caso de las inmensas donaciones (lega-les) para la campaña procedentes de las grandes empresas. La resonancia en los medios de comunicación fue aplastante. En los tres meses anteriores a las elecciones, UM concedió hasta cin-co entrevistas diarias de radio y televisión y unas veinte entre-vistas por correo electrónico y teléfono. Diferentes fiscales es-tadounidenses anunciaron un total de trece procesos judiciales contra UM. En cuatro estados se llegaron a abrir procesos y se dictaron resoluciones cautelares. Debido a una sentencia judicial de Illinois se cerró dos veces el dominio de la página web, pero pudo volverse a activar justo a tiempo para las elecciones con el nombre ligeramente modificado. La cadena de televisión CNN informó siete veces sobre [V]ote-Auction y el 24 de octubre de 2000 le dedicó un episodio de media hora titulado “Bidding for Ballots: Democracy on the Block” en el programa de abogados “Burden of Proof”. Al parecer, hasta 450 millones de usuarios de los medios de comunicación se enteraron de la acción. Como no

para la Liberación de la Barbie (BLO, por sus siglas en inglés) fue financiada con “fondos mutuos”. La acción consistió en cambiar los chips de sonido de las muñecas Barbie y los muñecos G.I. Joe en un supermercado, de modo que los G.I. Joes decían “¿Nos va-mos de compras?” (Wanna go shopping?) con voz de pito y las Barbies gruñían entre dientes “Los hombres muertos no mien-ten” (Dead men tell no lies). En otro proyecto, un programador introdujo por encargo de RTMark a dos policías gais en el vi-deojuego SimCopter.

RTMark desconcertaba una y otra vez a los internautas con páginas web imitadas, que bien podían confundirse con las pá-ginas oficiales de políticos y empresas. Diana de tales páginas manipuladas fue, por ejemplo, el antiguo presidente de EE.UU. George W. Bush, cuyas presuntas experiencias con la cocaína podían ser rescatadas al pinchar en GWBush.com. Como conse-cuencia, Bush afirmó en una conferencia de prensa ante las cá-maras de televisión que “Deberían ponerse límites a la libertad”, delatándose indirectamente. También se manipularon las pági-nas web de organizaciones internacionales como el GATT (siglas en inglés del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Co-mercio; www.gatt.org) y la WTO (siglas en inglés de la Organiza-ción Mundial del Comercio; wto.org), ambas en 2001.

Desde 2001 los artistas y activistas The Yes Men –antiguos miembros de RTMark– actúan como representantes oficiales de la OMC (bien bajo el sinónimo de Andy Bichlbaum o bien bajo el de Granwyth Hulatberi). Páginas web manipuladas se hacían pasar por páginas auténticas de la OMC, por lo que los miem-bros de Yes Men, en cuanto que supuestos representantes au-torizados, fueron invitados varias veces a conferencias inter-nacionales. El objetivo de The Yes Men es una “corrección de la identidad”: “Hacernos pasar por grandes criminales con el fin de humillarlos públicamente. Nuestros destinatarios son líderes y grandes corporaciones que ponen el ánimo de lucro por encima de cualquier otra cosa”. Yes Men pretende “ayudar” a empresas y organizaciones a formular abiertamente lo que, de otro modo, sólo se encuentra implícito en las prácticas empresariales. En el caso de la OMC, por ejemplo, al llevar al extremo la consecuen-cia lógica de la idea del libre comercio, Yes Men espera desper-tar la indignación de la opinión pública. No obstante, suelen con-seguir lo contrario: puro entusiasmo. Incluso las propuestas más radicales, puestas en boca de la OMC, se consideran auténticas y se toman, por tanto, muy en serio.

falsas notICIas ReveladoRas Los Yes Men llevan “corri-giendo” la identidad de la empresa química Dow Chemical des-de 2002. Colgaron una página falsa en la red en la que la empre-sa declaraba que, desafortunadamente, las víctimas del terrible accidente químico de Bhopal (1984) y sus familiares no podrían ser resarcidas porque no eran accionarios (!). Como consecuen-cia, un programa en directo de BBC World invitó a Yes Men en noviembre de 2004. En él, el portavoz de Dow, Jude Finisterra, declaró que, con motivo del veinte aniversario del accidente, la empresa había decidido finalmente indemnizar a todas las víc-timas. Durante una hora, la “falsa noticia” estuvo circulando por las redes de TV globales y si bien la empresa desmintió el co-municado poco después, sus acciones bajaron considerablemen-

Page 58: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 58/86

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autora: Inke Arns (1968) es desde 2005 directora artística de Hartware MedienKunstVerein de Dortmund (www.hmkv.de). Desde 1993 trabaja como curadora y autora especializada en arte y teo-ría de los medios de comunicación, culturas de la red y Europa oriental. Cuenta con numerosas publicaciones, entre ellas Netzkulturen (2002). www.inkearns.de

Traducción del alemán: Carmen García del Carrizo

Información adicional sobre la ilustración: Las pelotas de supervivencia “SurvivaBall”, elogiadas irónica-mente en Internet, son grotescas caricaturas de trajes de pro-tección con los que ya no tienen nada que temer quienes des-truyen el medio ambiente. El 20 de septiembre de 2009, The Yes Men llevaron a cabo una acción con ellas en el East River.

se pudo probar que los representantes de [V]ote-Auction hubie-ran cometido ninguna acción ilegal, se archivaron los procesos en todos los estados (salvo en Illinois). Aunque [V]ote-Auction fue un proyecto totalmente ficticio, los artistas tienen prohibi-da la entrada a EE.UU.

Modelos de negoCIo sUbveRsIvos Desde 2005 UM anali-zó en la EKMRZ Trilogy (EKMRZ alude al e-commerce, comercio electrónico) los modelos de negocio de los tres “gigantes” de la era de la información: Google, Amazon y eBay. GWEI – Google Will Eat Itself (2005-2008), la primera parte de la trilogía, es un sistema que gracias al uso hábil de Google-Ads, es decir publi-cidad de Google, acaba apropiándose de Google en el transcur-so de 202 millones de años. Amazon Noir – The Big Book Crime (2006-2007) aprovechó la aplicación de Amazon “Search Insi-de the Book”, un servicio que permitía a los clientes buscar pa-labras clave en el texto completo de 250.000 libros digitaliza-dos. Por medio de un algoritmo, entre julio y octubre de 2006 se “robaron” 3.000 libros de la página web de Amazon y se dis-tribuyeron por redes P2P, lo que acabó publicándose estratégi-camente en los medios de comunicación de masas. The Sound of eBay (2009), el tercer capítulo de la trilogía, generó además la banda sonora, muy tranquilizante e idónea, del e-commerce a partir de los datos de los usuarios de eBay.

Se podría nombrar toda una serie de artistas que desarro-llaron proyectos interesantes entre el arte de red y el activismo político (por ejemplo los proyectos de irational.org, un colectivo de arte de red fundado en 1996 y todavía activo, y los proyec-tos activistas –en particular Toywar– de eToy). Sin embargo, los ejemplos presentados en este artículo muestran sobre todo que los artistas de red activistas crearon plataformas online, mucho antes del bombo de la Web 2.0, que facilitaron a mecenas anó-nimos la financiación del “Jonathan Swift de la generación Jack-ass” mediante formas primigenias de crowdfunding. <

inke arnslos Jonathan swift de la generación Jackass

Page 59: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 59/86ana longoni

Las prácticas de articulación entre producción artística y acción política en las calles tienen una larga historia en Argentina, que se remonta al menos a fines del siglo XIX. De ninguna manera se trata de un vínculo pacífico sino de un territorio de tensio-nes, desencuentros y proposiciones utópicas, polémicas públicas y adhesiones secretas. Me referiré aquí a la vitalidad contem-poránea de ciertas prácticas que llamaré de modo genérico (y conscientemente problemático) “activismo artístico”, retomando la vieja autodefinición propuesta por el dadaísmo alemán. Agru-po bajo esta definición producciones y acciones, muchas veces colectivas, que abrevan en recursos artísticos y los cruzan con saberes extra-artísticos, animados por la voluntad de tomar po-sición e incidir de alguna forma en el territorio de lo político, en-tendiéndolo como espacio del disenso.

Dos momentos históricos son cruciales en la aparición, la multiplicación y la vitalidad de grupos de activismo artístico surgidos en toda Argentina –no sólo en Buenos Aires sino tam-bién en muchos puntos del interior del país– a lo largo de las úl-timas décadas.

el sURgIMIento de h.I.j.o.s. La primera coyuntura está sig-nada por el surgimiento de H.I.J.O.S. (Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio), agrupación nacida en 1996 que reúne a hijos de detenidos-desaparecidos durante la últi-ma dictadura militar (ocurrida entre 1976 y 1983). No puede ob-viarse la hostilidad reinante cuando esta generación ingresa a la vida adulta (y a la acción política): la década de los noventa es-tuvo marcada por el auge privatizador y el desguace neoliberal del Estado, así como por la consolidación de la impunidad ob-tenida gracias a las llamadas Leyes del Perdón y el otorgamien-to de indultos a los militares responsables del genocidio contra opositores políticos que tuvo lugar durante la dictadura inicia-da en 1976.

“Escrache” es una palabra proveniente del lunfardo –lengua-je coloquial propio del Río de la Plata– que indica aquello que está intencionalmente oculto y es puesto en evidencia; escra-char es, entonces, señalar, evidenciar. Los escraches impulsados por H.I.J.O.S. revitalizaron el movimiento de derechos humanos en Argentina que lideran valientemente las Madres de Plaza de

no sólo el ciberespacio es un ámbito público sino también, y primordialmente, la calle: activismos artísticos en argentina.

la InteRvenCIón CReatIva PaRa la MovIlIzaCIón PolítICa

“Los niños”, instalación en Córdoba, Argentina, el 30 de agosto de 2002. Foto y ©: Urbomaquia

Page 60: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 60/86ana longonila intervención creativa para la movilización política

Por su parte, Etcétera aportó a los escraches sus grotescas performances: con grandes muñecos, máscaras o disfraces, re-presentaban en la puerta de la vivienda o del lugar de traba-jo del ex represor, en medio de la movilización con la que con-cluía cada escrache, escenas de tortura, represores en el acto de apropiarse de un recién nacido hijo de una prisionera, un militar limpiando sus culpas al confesarse con un sacerdote, o un parti-do de fútbol que enfrentaba argentinos contra argentinos.

Tanto los carteles del GAC como las performances teatrales de Etcétera fueron, al principio, completamente invisibles en el medio artístico como “acciones de arte”, y en cambio proporcio-naron una indiscutible identidad y visibilidad social a los escra-ches, contribuyendo a que se evidenciaran como una nueva y contundente forma de lucha contra la impunidad.

En coincidencia con la dimensión carnavalesca y creativa que asumieron los nuevos movimientos de protesta que emer-gieron en esos mismos años en muchas partes del mundo, y cu-yos puntos de inicio pueden ser la rebelión zapatista en Chia-pas en 1995 y, más tarde, la “anticumbre” en Seattle en 1999, los escraches propiciaron la conformación de un cuerpo colec-tivo y festivo que dio lugar a la irrupción de otras formas de política.

InestabIlIdad InstItUCIonal y nUevos PRotagonIsMos sociales La segunda coyuntura del activismo artístico recien-te tiene lugar entre diciembre de 2001 y la asunción del pre-sidente Néstor Kirchner, a mediados de 2003, periodo marca-do por un clima de inédita inestabilidad institucional y continua agitación callejera, así como por la emergencia de lo que se lla-mó “nuevos protagonismos sociales”. Al calor de la revuelta po-pular de los días 19 y 20 de diciembre de 2001, cuando en me-dio del estado de sitio y de una cruenta represión que ocasionó treinta y cinco muertes renunciaba el presidente Fernando de la Rúa, vieron la luz nuevas formas de intervención vinculadas a los movimientos sociales con la expectativa de cambiar la exis-tencia en Argentina: asambleas populares, piquetes o cortes de ruta, fábricas recuperadas por sus trabajadores, movimientos de desocupados, clubes de trueque, etc. Grupos de artistas for-maron parte de la emergencia de un renovado activismo y se vieron interpelados por la aparición de nuevos sujetos colecti-vos que reclamaban un cambio radical en el sistema político al grito de “¡Que se vayan todos!”. Surgieron procesos asamblea-rios que reunieron artistas, comunicadores, videastas, fotógra-fos, como Argentina Arde. En el verano de 2002 se constitu-ye el Taller Popular de Serigrafía (TPS), un colectivo de artistas que surgió como parte de la asamblea popular de San Telmo, en la ciudad de Buenos Aires, y encontró su práctica característi-ca de manera casual: estaban estampando afiches en medio de un acto callejero y ante el pedido de alguien, aplicaron la ima-gen a una remera o camiseta. Así nació el lazo que determinó la práctica del grupo, según su propia definición: el vínculo entre “la mano que estampa y la mano que da la remera”. Serigrafia-ron sobre las ropas de manifestantes dispuestos a ello decenas de estampas distintas entre 2002 y 2007, especialmente gene-radas para acompañar experiencias callejeras, tomas de fábri-cas y otras campañas.

Mayo desde 1977. A diferencia de las rondas que realizan los jueves las Madres en torno a la pirámide de la Plaza de Mayo –punto nodal de la ciudad alrededor del que se concentran los edificios que condensan el poder simbólico político, religioso y económico de la nación–, los escraches constituyen una práctica deslocalizada y dispersa; pueden ocurrir de improviso en cual-quier parte del país –“Adonde vayan, los iremos a encontrar”, se coreaba en las marchas–. Al mismo tiempo, si las estrategias simbólicas de las Madres habían apuntado a dar visibilidad a las víctimas de la dictadura, los H.I.J.O.S. desplazan su énfasis a evi-denciar la existencia de victimarios, buscando expandir la “con-dena social” ante la impunidad “legal”.

A contrapelo de la tendencia dominante que encomiaba la impunidad, el auge del individualismo y el repliegue en el ám-bito privado, emergieron en esos años algunos grupos de artis-tas que promovían acciones callejeras e intervenciones en el es-pacio público. Dos colectivos nacidos por ese entonces, el GAC (Grupo de Arte Callejero) y Etcétera (renombrado en los últi-mos años como Internacional Errorista) siguen trabajando acti-vamente hoy, quince años más tarde. El GAC y Etcétera se invo-lucraron activamente y aportaron recursos que proporcionaron una identidad (visual y performática) característica a los escra-ches; por su parte, la modalidad de acción directa inventada por H.I.J.O.S. contribuyó a la revitalización de la lucha por los derechos humanos en esa adversa situación al evidenciar pú-blicamente la impunidad de los represores y apuntar a gene-rar condena social ante la ausencia de cualquier atisbo de con-dena legal.

Si bien sus orígenes son distintos –el GAC nació por iniciati-va de un grupo de estudiantes de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón (véase el libro colectivo GAC: pen-samientos, prácticas, acciones [2009], un relato polifónico de la historia del grupo), mientras que los Etcétera se reivindican su-rrealistas autodidactas y vinculados al teatro under–, ambos co-lectivos confluyeron pronto en acciones conjuntas, especialmen-te en torno a la colaboración con H.I.J.O.S. Desde 1998, el GAC generó la gráfica de los escraches: son característicos sus car-teles que subvierten el código de señales viales, simulando un cartel de tránsito habitual (por su forma, color, tipografía, ubi-cación), de manera tal que para un espectador no advertido po-drían pasar incluso desapercibidos. Las señales realizadas por el GAC –que nunca firma sus producciones como una manera de incitar a otros a la libre apropiación y circulación de sus realiza-ciones– se instalan en la trama urbana para señalar, por ejemplo, la proximidad de un ex centro clandestino de detención; los lu-gares de los que partían los llamados “vuelos de la muerte”, en los que se arrojaba al Río de la Plata o al océano Atlántico a los detenidos sedados desde aviones; o el lugar en el que funcionó una sala materna clandestina –pues aún se busca a casi cuatro-cientos niños apropiados por los represores–.

Su cartografía “Aquí viven genocidas”, en la que se señalan los domicilios de represores escrachados, empapeló las calles en 2001, cuando se cumplían veinticinco años del golpe de Esta-do, y fue reactualizada en sucesivas ocasiones, evidenciando la vigencia de su denuncia hasta que en los últimos años se están concretando los juicios a los ex represores.

Page 61: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 61/86

en la escena contemporánea pueden rastrearse en los márgenes del arte, en aquellas experiencias que desbordan sus fronteras, que desvían sus recursos y sus modos de hacer con la voluntad de incidir en otras partes.

Quizá la mayor señal de la vigencia del activismo artístico radica en la “dimensión creativa” presente en las distintas for-mas de la protesta social, además de la notable profusión anó-nima y espontánea de recursos gráficos (esténciles, carteles, intervenciones sobre publicidad, etc.) que signan hoy las convo-catorias de los indignados en distintas plazas de Europa o Esta-dos Unidos o las movilizaciones masivas de los estudiantes chi-lenos. <

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autora: Ana Longoni, escritora, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, y profesora, doctorada en Artes, de la Universidad de Buenos Aires. Ha publicado en-tre otros Del Di Tella a “Tucumán Arde” (2000), Conceptualismos del Sur/Sul (2009), Romero (2010) y Roberto Jacoby. El deseo nace del derrumbe (2011). Impulsa desde su fundación la Red Conceptualismos del Sur.

Modos de haCeR dIveRsos Bajo el amplio ruedo de lo que llamamos “activismos artísticos” coexisten modos de hacer di-versos: desde formatos convencionales insertos en espacios no habituales hasta propuestas experimentales, vinculadas al arte de acción o a intervenciones gráficas urbanas (en paredes, ca-lles, afiches, vestimentas, distintivos); desde murales que se pueden inscribir en la vieja tradición del muralismo político la-tinoamericano hasta exposiciones multitudinarias en un museo. La mayoría de estos artistas instaló sus intervenciones en la calle, en las movilizaciones, los muros urbanos y los espacios publicitarios. Interpelaron –provocando interés, humor o des-concierto– a espectadores ocasionales y no advertidos de la condición “artística” de aquello con lo que se habían topado. El aprovechamiento subversivo de los circuitos masivos (la publi-cidad callejera, los afiches, la gráfica urbana) y la construcción de dispositivos de contrainformación fueron patrimonio común y habitual de las nuevas modalidades de protesta. También, la apuesta por una reapropiación radical del espacio público a par-tir de distintos programas a favor de la socialización del arte. La multitud, ya sea de peatones ocasionales o de manifestantes, es interpelada para que se transforme en ejecutante o en partícipe activo de las “obras”. Muchas veces se diluye e incluso se olvida el origen “artístico” de las iniciativas, en la medida en que el re-curso que los grupos ponen a disposición es apropiado y resig-nificado por muchos.

PeRsIstenCIas ¿Qué queda, diez años más tarde, de esta ex-plosión de creatividad social? ¿Es sólo una parte ya desactiva-da del potente mito del 2001 (recurro a la noción de mito en Georges Sorel como cohesionador y activador de energías co-lectivas)?

Algunos de los grupos mencionados se disolvieron, otros continúan trabajando. Y a la vez fueron surgiendo otros agru-pamientos, como Mujeres Públicas, que hoy trabaja activamente en la campaña por la legalización del aborto; Iconoclasistas, que apunta a la producción y socialización de recursos gráficos y de mapeo; y Serigrafistas Queer, que retoma el modo de hacer del TPS en instancias como la Marcha del Orgullo LGTB.

No estamos ante elaboraciones refinadas ni ante retóricas herméticas, sino ante recursos reiterados, a veces previsibles, técnicas apropiables, incluso hábitos populares. Su condición “artística”, desde el punto de vista de la originalidad, autoría o actualización respecto del debate contemporáneo, importa poco y nada. Para pensar estas prácticas quizá nos ayude retomar la noción de posvanguardias que propone Brian Holmes en tanto movimientos difusos integrados por artistas y no artistas que socializan saberes y ponen a disposición recursos para muchos, moviéndose tanto dentro como fuera del circuito artístico. Un desplazamiento de la idea de vanguardia como grupo de choque o avanzada hacia la noción de movimiento. El pasaje de la tajan-te oposición a la institución artística al desbordamiento de sus fronteras, las ocupaciones momentáneas, el desvío (de recursos, de saberes, de experiencias).

El mayor impacto de este proceso de cruce del arte y la po-lítica se produce no tanto dentro del circuito artístico sino más bien sobre los nuevos modos de hacer política. Así, sus señales

ana longonila intervención creativa para la movilización política

Page 62: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 62/86anja Junghans y benjamin david

En los últimos tiempos, numerosas metrópolis de todo el mun-do han sido escenarios de sublevaciones urbanas con motiva-ciones muy diferentes. En Teherán, Túnez, El Cairo, Trípolis, pero también en Tel Aviv, Madrid, Lisboa, Atenas, Santiago de Chile y Nueva York, la gente se echó a la calle para rebelarse contra es-tructuras existentes y luchar por otro futuro. Dichos aconteci-mientos serían tan impensables sin el espacio público de la ciu-dad como sin el espacio digital de Internet. Lo que a la larga o a la corta se establece en Internet encuentra su correlato mate-rial en las plazas públicas de las ciudades: la plaza Tahrir, el par-que Zucotti o los jardines del Palacio de Stuttgart se convirtie-ron respectivamente en símbolos de todo un movimiento.

Gracias a la creciente fusión de espacios públicos urba-nos y digitales, surge un nuevo “espacio” público progresivo. Smartphones y otros aparatos móviles equipados para Internet, junto con los medios sociales, conforman la llave de acceso a ese “espacio público intermedio”, donde la acción posee el po-tencial para hacer tambalearse las estructuras del poder políti-co, cultural o económico.

RenaCIMIento del esPaCIo PúblICo Desde hace algunos años los estudios sobre la ciudad vienen hablando de un “Rena-cimiento del espacio público”, de “episodios urbanos” y de “es-pacios públicos temporales”. En la ciudad de hoy, crecientemen-te fragmentada en lo espacial y lo social, el espacio público se convierte en temporal. Sólo en los casos más raros, como les gusta sostener a los críticos, se trata de “eventos comerciales”, antes bien se desarrollan cada vez más proyectos no orientados hacia el lucro, como espectáculos culturales, veladas artísticas, manifestaciones, mercados semanales o los llamados “de pul-gas”. Todos ellos “se ponen en escena” en espacios públicos, con gran aplauso de la concurrencia. En la actual “ciudad de aconte-cimientos y vivencias” no existe más el “espacio público” stric-to sensu como estado permanente, sino que relampaguea con-tinuamente en viejos y nuevos lugares públicamente utilizables.

A diferencia de lo profetizado por los pesimistas culturales, Internet no condujo a la decadencia y caída del espacio públi-co sino que apoyó y reforzó su renacimiento. Formas distintas de acción, como flashmobs, “fiestas Facebook” o, por ejemplo,

Reflexiones y proyectos acerca del entrelazamiento de espacios urbanos y digitales.

el desCUbRIMIento del esPaCIo PúblICo InteRMedIo

“Moment of Starlings”, 2008. ©: John Wells, Pennington, NJ, EE.UU.

Page 63: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 63/86anja Junghans y benjamin davidel descubrimiento del espacio públicointermedio

smartphone o tabletas, tanto mayor parece la necesidad de la vida pública y de encuentros reales.

Ya en el 2003 se reunieron por primera vez en Nueva York miles de personas para, durante unos pocos minutos, llevar a cabo cosas sin sentido. Lo que más tarde se conoció como flash-mob se cuenta hoy como uno de los fenómenos característicos de Internet. A partir de entonces creció el entrelazamiento de los espacios digitales y reales, como demuestran las llamadas “fiestas Facebook” o el lip dub, una forma especial de videos mu-sicales donde un grupo previamente definido de personas canta una canción famosa en sincronización labial, o también el plan-king, donde las personas se hacen fotografiar de las maneras más absurdas, generalmente con el rostro hacia abajo, tendi-das en los lugares más inusuales (por ejemplo, la barandilla de un balcón) para publicar esas fotos en las correspondientes pla-taformas.

el lejano oeste del esPaCIo InteRMedIo El espacio públi-co intermedio y el concepto de la inteligencia de enjambre no se lo apropian sin embargo, en exclusiva, los movimientos contes-tatarios. La mano del Estado y grandes consorcios económicos usan asimismo el espacio digital y urbano para generar nuevos saberes. Un ejemplo de ello es el BMW Guggenheim Lab, que vi-sita Berlín entre mayo y julio del 2012, y que tanto en Facebook y en su propio blog como en la arquitectura móvil en el espacio público urbano se apoya en el principio del así llamado crowd-sourcing, la distribución del trabajo intelectual entre muchos fa-cilitada por Internet, para desarrollar ideas sobre la metrópo-li del futuro.

En el espacio público intermedio nos hallamos como en la conquista del Lejano Oeste. De lo que se trata es de saber quién usa ese nuevo espacio, y con cuáles metas e intereses. <

En marzo 2012 tuvo lugar en la Academia Evangélica de Tutzing, cerca de Múnich, el congreso “Revolución en el espacio público intermedio”, que se ocupó del tema Protesta, Participación y Discurso entre los espacios públicos urbanos y digitales. Más información acerca de este debate en www.urbanaut.org

el planking, muestran el creciente entrelazamiento de los espa-cios digitales y urbanos, al igual que los movimientos políticos de la Primavera Árabe, el entretanto movimiento global “Ocu-pa”, o también acontecimientos como los aludidos bajo la rúbrica “Stuttgart 21”, las protestas ciudadanas contra la construcción de una nueva estación central ferroviaria subterránea.

el desCUbRIMIento del esPaCIo PúblICo InteRMedIo El sociólogo Howard Rheingold califica los fenómenos digital-urba-nos, desde hace ya casi diez años, como smart mobs. Éstos se basan en el concepto de “inteligencia de enjambre”, que desig-na las posibilidades de Internet para concentrar y hacer útil en común, espacial y temporalmente, la inteligencia humana. Las ideas se desarrollan, se expanden y se refuerzan en común en las redes sociales, muchas veces a través de grandes distancias. Las personas se “enredan” y fortalecen con el sentimiento de una colaboración colectiva.

El concepto “inteligencia de enjambre” procede originaria-mente de la biología y está relacionado sobre todo con los seres vivos que viven en enjambres, cardúmenes o bandadas. Pero desde la aparición y la propagación de Internet, el concepto de inteligencia de enjambre se aplica cada vez más al sistema de trabajo y comunicación de la red. La “muchedumbre” pasa a ser una categoría nueva. El ejemplo más conocido de inteligencia de enjambre en el espacio digital sigue siendo con toda seguridad Wikipedia. Los artículos de este diccionario enciclopédico en lí-nea son escritos, corregidos y siguen siendo ampliados por di-versos autores. Nace así un sistema que se autorregula.

Otro ejemplo es la plataforma GuttenPlag, que se autocali-fica como documentación colaborativa sobre el plagio. Se llama así por el ex ministro alemán de Defensa Karl-Theodor zu Gut-tenberg, que en el año 2011 tuvo que dimitir de todas sus fun-ciones políticas a consecuencia de un plagio. GuttenPlag tuvo una influencia decisiva en el desarrollo de este asunto y cuenta hoy como ejemplo para la creciente importancia de Internet, en especial en relación con los medios clásicos. En 2011, GuttenPlag recibió el premio Grimme Online.

En el espacio digital de Internet se reúnen innumerables personas para trabajar juntas en una visión, formular pensa-mientos, encontrar aliados. Así nace de alguna manera una masa crítica, un respaldo, sin los que apenas sería posible dar el paso al espacio público de la ciudad y organizar una resistencia. Re-cién ahí gana la masa en materialidad, se hace visible y genera la atención que necesita.

La inteligencia de enjambre le presta al fenómeno de los “episodios urbanos” una dinámica adicional y al mismo tiempo, también, una cierta continuidad. Mientras que los movimientos urbanos de protesta y resistencia del año pasado en todo el mundo se diferencian en lo que se refiere a sus metas concretas, tienen sin embargo en común que todos pueden formar en el es-pacio público digital comunidades en torno a vagas concepcio-nes de un contenido y sostenerse en ese espacio. De este modo, el uso de Internet no significa obligadamente encapsulamiento individual sino lo contrario: cuanto más intenso es el uso de las redes sociales en Internet, bien en casa con computadoras es-tacionarias, o transitando con móviles, computadoras portátiles,

Page 64: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 64/86

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autora: Anja Junghans (1982, Dresde) estudió Ciencias de la Cultura y de la Comunicación; en la actualidad trabaja, entre otros, con “los urbanautas” de Múnich. Escribió su tesis doctoral sobre el flash mob como estrategia de visibilidad y evidencia. Sus temas de interés son los espacios urbano y digital, sobre todo desde la perspectiva de la creatividad y la subversión.

Autor:Benjamin David (1976, Nueva York) estudió Geografía, Urba-nismo y Ciencias Políticas. En 2001 fundó con Ulrike Bührlen y Stefan Zölle “los urbanautas” en Múnich, que se ocupa de nu-merosos debates teóricos relacionados con el espacio públi-co en la ciudad y como “laboratorio urbano” lleva a cabo diver-sos proyectos artísticos y culturales en el espacio público de Múnich.

Traducción del alemán: Ricardo Bada

anja Junghans y benjamin davidel descubrimiento del espacio públicointermedio

Page 65: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 65/86geraldine de bastion

Una tarde de domingo en Berlín. En lugar del periódico de fin de semana, leo en Facebook un mensaje de mi amiga filipina y miro las fotos de su excursión de fin de semana. A continuación me in-formo sobre los últimos movimientos en el mercado keniano de telefonía móvil en uno de mis blogs preferidos, escrito por espe-cialistas africanos en telecomunicaciones.

En nuestra sociedad, marcada por la movilidad y la globaliza-ción, Internet permite cultivar contactos sociales más allá de los límites geográficos y recibir informaciones procedentes de to-dos los rincones del mundo. Gracias a los medios sociales, pu-blicar y compartir contenidos producidos por uno mismo se ha hecho más sencillo que nunca. De ese modo, los medios sociales aportan también nuevas oportunidades para fortalecer el diálo-go entre culturas.

la bReCha dIgItal: el qUe no tIene aCCeso no PUede PaRtICIPaR en la ConveRsaCIón Por supuesto, una serie de obstáculos determinan que solamente una minoría pueda apro-

vechar las nuevas posibilidades digitales. No todos los seres hu-manos participan en la conversación global, pues hoy como ayer la mayoría no tiene acceso a Internet. Sin embargo, el fuerte au-mento de los accesos a la red promete la futura reducción de esa brecha digital que divide a la sociedad. Mientras en 2006 solamente cerca del 18 por ciento de la población mundial usaba Internet, según estadísticas actuales de la Unión Internacional de Telecomunicaciones ese valor se ha elevado a aproximada-mente el 35 por ciento. Ha crecido especialmente la participa-ción de los usuarios de Internet en países subdesarrollados y en los países recientemente industrializados: ¡en un 62 por cien-to! A eso ha contribuido sobre todo el aumento de los usua-rios en China, donde vive casi la cuarta parte de ellos. También en América Latina ha aumentado considerablemente el número de usuarios. En este momento tienen acceso a Internet en la re-gión más de 215 millones de personas, aproximadamente el 36 por ciento de la población. En cambio, en 2000 eran sólo unos 18 millones.

el papel de los medios sociales en el diálogo de las culturas.

¿Red global o CaMPo de jUego elItIsta?

Julius Popp, bit.fall, 2001. Foto y ©: el artista

Page 66: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 66/86geraldine de bastion¿Red global o campo de juego elitista?

intercambio cultural. Turkayfe desea ofertar una casa de té vir-tual como lugar de encuentro de las culturas, donde se pueda conversar tranquilamente sobre diferentes aspectos de Turquía. De una manera semejante, diversos países tratan de presentar-se en la red, dar ideas generales de la cultura y la política y crear una oferta de conversación online.

Junto a las redes sociales comerciales, sobre todo las inicia-tivas de periodismo participativo y los blogs tienen un papel im-portante en la creación de un público internacional para acon-tecimientos locales. Entre las más importantes iniciativas de ese tipo está Global Voices, un proyecto conjunto de más de 300 blogueros y traductores del mundo entero. Proyectos como Glo-bal Voices crean un público, sobre todo para voces que no son oídas en los medios tradicionales, y permiten, gracias a la tra-ducción, un intercambio cultural que rebasa las barreras idio-máticas.

En 2011 se propuso a la Unesco reconocer Wikipedia como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Wikipedia no es sólo una enciclopedia, sino además un proyecto social al que se puede calificar también como experimento de intercambio cultural. ¿Pero se promueve realmente mediante ella una comunidad uni-versal del saber? En primer lugar, las versiones en los distintos idiomas ocasionan un aislamiento de las diferentes comunidades provocado por las barreras idiomáticas. El grado de interés en los distintos temas varía considerablemente de idioma en idio-ma, lo cual se refleja en asimetrías en cuanto a los asuntos que se priorizan, y es válido preguntarse si esto no contradice las pretensiones de una enciclopedia universal. Por ejemplo, en la variante española sólo hay tres biografías de saltadores de es-quí, mientras que en la versión alemana se dedican 135 artícu-los exclusivamente a saltadores de esquí austriacos. En cambio, la española contiene aproximadamente veinte veces más artícu-los sobre toreros que la alemana. Para mejorar cuando menos la comunicación sobre aspectos técnicos entre las diferentes ver-siones, se ha creado un tipo de mensajes que permite a quien no domina una lengua plantear preguntas y sugerencias, que lue-go pueden ser transmitidas por traductores a la comunidad co-rrespondiente. Hay además proyectos de traducción encamina-dos a reducir el desequilibrio temático. Sin embargo, para un intercambio intercultural efectivo son decisivos sobre todo los encuentros personales. Es así que aproximadamente una vez al año se realiza una conferencia llamada Wikimanía, en la cual se reúnen autores del mundo entero.

Mientras tanto, ya se hizo de noche en Berlín. Le he respon-dido a mi amiga filipina y le envié un enlace a mi nuevo video fa-vorito. Es algo bueno que podamos intercambiar a pesar de la diferencia de horario: en Manila es ahora medianoche. Un ami-go se comunica conmigo por chat; ha visto que estoy online y me pregunta si pudiéramos salir a una cena improvisada esta mis-ma noche. Acepto con gusto, descansar un poco de la laptop me vendrá bien, pese a la información imprescindible que me pro-porciona.

Internet permite la formación descentralizada de comunida-des de intereses y el intercambio interpersonal, esto lo demues-tran incontables comunidades activas, desde las de intercambio de recetas hasta los clubes literarios. Sin embargo, sigue siendo

Actualmente los servicios de Internet preferidos son los medios sociales: más del 80 por ciento de los usuarios de Internet fre-cuentan al menos una red social. Sobre todo en América Latina, éstas son muy populares. Según los estudios más recientes, Ar-gentina, Chile, Colombia, Perú y Venezuela se encuentran entre los diez países en los cuales las personas pasan el mayor núme-ro de horas conectadas a redes sociales. En Argentina son más de diez horas al mes.

de lo qUe habla el MUndo La plataforma estadounidense Facebook ha encabezado la marcha triunfal de las redes socia-les. A fines de 2011, esa plataforma registró más de 800 mi-llones de usuarios. En países como Japón y Brasil, donde has-ta hace poco otras empresas dominaban el mercado, Facebook está sobrepasando muy rápidamente a sus competidos. Aunque en este momento haya versiones en 74 lenguas, los temas que dominan esa red social todavía están muy marcados por la cul-tura estadounidense. Junto a la muerte de Osama Bin Laden, los cinco temas dominantes de 2011 incluían el resultado del Super Bowl, Charlie Sheen y la muerte de Steve Jobs.

Twitter se revela como una red más política e internacional. En el año de las revoluciones árabes y de Fukushima, #egypt y #japan se contaron entre los cinco hashtags más usados, como se llama a las palabras clave que se marcan mediante un signo de número y simplifican la búsqueda de contenidos en Twitter.

Las posibilidades que ofrecen las redes sociales, aparte del uso privado, como plataforma para la movilización y organiza-ción de movimientos sociales o políticos se manifestaron una y otra vez con la Primavera Árabe, y también con los movimientos de ocupaciones de plazas. Mediante los medios sociales se crean nuevos públicos y se eluden las barreras creadas por la censu-ra estatal y el filtraje de los medios tradicionales. Mientras algu-nos ven en esto el surgimiento de nuevas estructuras globales de participación, otros ponen en primer plano los aspectos críti-cos. Y es que sólo una fracción de los usuarios contribuye acti-vamente a la formación de contenidos en la Internet, aparte de las ocasionales actualizaciones de estatus en Facebook. La ma-yoría de los usuarios de Internet permanecen pasivos, mientras sólo un 10 por ciento aportan contenidos propios, por ejemplo, llevando un blog, editando artículos de Wikipedia o subiendo vi-deos en YouTube. Estudios estadounidenses evidencian que los que usan Internet son sobre todo hombres bien instruidos del mundo occidental. ¿La participación en Internet se limita enton-ces a capas con determinado nivel de instrucción? ¿Acaso Inter-net no va en definitiva más allá del monólogo, y el diálogo de las culturas no pasa de ser una utopía?

Más allá de la CUltURa del botón “Me gUsta” y de las baRReRas IdIoMátICas Pese a la falta de participación acti-va, es indiscutible que Internet desempeña un papel sustancial en nuestra vida: como fuente de información, como plataforma de comunicación y como red privada o profesional. Diferentes actores usan la red para promover el intercambio intercultural. Veamos unos cuantos ejemplos: Internet se está abriendo paso en la esfera de la diplomacia. Por ejemplo, la página web Turka-yfe es un intento de promover la imagen de Turquía mediante el

Page 67: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

67/86Protesta 2.0

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autora: Geraldine de Bastion, politóloga, forma parte del equipo de “newthinking communications” desde 2008. Asesora organiza-ciones públicas y privadas en cuestiones relacionadas con los nuevos medios de comunicación y tecnologías públicas, y coor-dina cooperaciones y proyectos internacionales. Trabaja acti-vamente por una política de la red orientada a la ciudadanía en el Verein Digitale Gesellschaft y en Verein all2gethernow.

Traducción del alemán: Francisco Díaz Solar

Información adicional sobre la ilustración: En la cascada bit.fall, accionada digitalmente, un sistema de control modifica una cortina de agua de modo que las gotas que se precipitan van formando palabras, que duran un bre-vísimo lapso de tiempo y después se disuelven y prosiguen su caída. Continuamente van cobrando forma nuevas palabras, que no son legibles más que una fracción de segundo. bit.fall reflexiona sobre el tema de la información, que constituye el núcleo del trabajo artístico de Popp. La instalación está conectada a Internet y, mediante un algorit-mo, se van filtrando en ella palabras del incesante torrente de información de la red global: gefährlich, Prozess, Politik… (pe-ligroso, proceso, política). Así, a modo de instalación escultu-ral analógica, los procesos digitales se hacen perceptibles sen-sorialmente al observador. Las gotas de agua son los ladrillos, los bits, con los que se configura la información. La fugacidad de estas pequeñas unidades de información en la instalación es comparable a la velocidad con la que se obtienen, intercambian y actualizan las informaciones en la sociedad de los medios de comunicación. bit.flow emplea otros materiales, formas y procedimientos, pero al igual que bit.fall hace visibles y comprensibles los pro-cesos de comunicación y la transformación de información. Las instalaciones de Julius Popp consiguen traducir la información digital y los procesos culturales de comunicación a formas poé-ticas y perceptibles a los sentidos.(www.edith-russ-haus.de)

problemático determinar hasta qué punto la red contribuye a un intercambio entre diferentes culturas que tienen intereses con-trarios. Cuantas más personas consigan un acceso a la Internet, tanto mayor será la oportunidad de un intercambio global, que vaya más allá del simple “show-and-tell”. La profundización de los diálogos en la red es posible, pero no puede darse por des-contada. En el futuro hay que promover iniciativas cross-media, nuevas herramientas técnicas y sobre todo una formación me-dial que capacite a los seres humanos para poder comunicarse constructivamente. <

geraldine de bastion¿Red global o campo de juego elitista?

Page 68: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 68/86

Autora: Oya Erdoğan (1970, Turquía). Estudió Filosofía y Filología Oriental en Viena. En la actualidad, vive en Berlín y Estambul. Es autora tanto de ensayística, prosa y poesía como de per-formances, siempre poniendo un acento en su voz. Ha editado Wasser. Über die Anfänge der Philosophie (2003).

Autora: Elsye Suquilanda Jaramillo (1979, Ecuador) ha estudiado Cine-matografía en el Columbia College de Chicago y Producción en el Instituto Cuest TV de Quito. En 2008 se radicó en Berlín, donde actualmente realiza performances que combinan música, video y poesía. Ha editado Nalgas (2003) y está preparando la publicación de Berlín pata de perro, Cortina de circo popular y Como se llama este libro. Traducción: Carlos Capella

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Redactora: Rike Bolte (1971) es docente de la Universidad Humboldt de Berlín, traductora y cofundadora de “Latinale” (latinale.blogs-port.eu). Ha editado numerosas antologías de poesía y prosa latinoamericana. Recientemente ha publicado con Ulrike Prinz Transversalia. Horizontes con versos / Horizonte in verkehrten Versen, la primera gran colección de Transversalias, en J. Frank Verlag (2011).

rike bolte

tRansveRsalIaHorizontes con versos: diálogo germano-latinoamericano.

Illustración Mónica Alvarez Herrasti, 2011

Page 69: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 69/86rike boltetransversalia

ritual

Tiamat, ¡tórtola mía!

Apuntamos a tu arcillaDejamos que restalle por los aires

Esquirlas sal y polvo Acrecientan amor paz seguridad

Algo empero

se resquebraja

siempre

Oya Erdoğan

rituell

Tiamat, mein Täubchen!

Wir zielen auf deinen TonLassen in der Luft ihn zerschellen

Scherben Salz und StaubVermehren Liebe Frieden Sicherheit

Etwas aber

bröckelt

immer

///// telegrama / suquilanda - - - erdoğan: +++ Para Oya: +++ Te envié mis amígdalas en una paloma mensajera para que fuerza y el aliento sea más fuerte, como una caja de sonido que ayudase a ir en contra de ese corsé metálico que viene envuelto a dia-rio de odio, egoísmo, mentira, racismo. +++ La esperanza se multiplicó entre mis dedos al leerte, esos olores de libertad vinieron a mí, vi a un grupo de negritos chiquitos quienes jugaban con pepitas de oro llamadas “esperanza”, en una playa de algún lugar de la tierra, mas no era un sueño, era realidad, pero… // algo pasó, una nube gris nos cubrió, y las lágrimas del cielo nos envolvieron. Se colgó una oreja viva de un matorral infestado de hormigas silvestres esqueletos con lágrimas de cristal pedían piedad en una eminente y eterna catástrofe diaria… + la guerra. +++

Page 70: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0 70/86

Elsye Suquilanda

oveja sin pastor perro con pulgas

Si ha sido difícil,si lágrimas internas y externas hemos derramado,si las luces de nuestro cabaret se quemaron,si la leche se cortó antes de servir el café…O quizá los zapatosque me regalaste se llenaron de hongos psicodélicosy a la risa le dio chancro duro,porque la palabra “amor”tenía caries…Porque el agua no se cocióantes de lavarnos los intestinos en las mañanas…Ha pasado ya la marea,el revolcón de sensacionesabsurdas e inconcretas...Se acabó la incómoda vigiliadel qué haré…Los ratones volvieronal nido,los gatos han sido vencidos,esos demonios color magma se han desvanecido…Aquí estamos trepados nuevamenteen nuestro burro con alasy seguimos navegandoen nuestros países de cartón bananero,pateándole el culo a esos cíclopes llamados !¡problemas¡!Te espero siempreTe tengo siempre

///// telegrama / erdoğan - - - suquilanda: +++ Oh, qué pastor bebe Perrot con bulgur +++ Elsye, mira ahí los pedacitos +++ Oh, ya empieza el programa de preguntas y respuestas // Zap // Estantes cuelgan psíquicamente de abolladuras +++ Un gigante el dios el armario en tono mayor +++ Palabracadabra por ende amour +++ Pero Ah y Guah no se hacen mimos +++ Y María pasa +++ Sensacional +++ La revolución en las cómodas +++ Guardia nocturna y el Haré sin Krishna +++ Depende de si los vallados dicen depende +++ Y las nuevas escaleras esodemónicas +++ La vela, bueh, como Ghandi +++ Y otra vez nidos sobre mapas de estam-pado búlgaro +++ Bananas negras +++ El paté bordeado por salsa-olé con mil loops y un odioso as-problema +++ Elsye, mira ya que tiemblo +++ Mira, Elsye, como siempre +++

rike boltetransversalia

Page 71: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

71/86Panoramarilo chmielorz

Gracias a la memoria se da en los hombres lo que se llama experiencia.Aristóteles

¿Qué es la memoria? Una selva: rica, exuberante, bella... pero lle-na de peligros. A ratos necesitamos un machete, otros nos bas-ta con un punzón. Las huellas de la memoria me ocupan des-de hace más de treinta años. A veces me sumerjo en archivos, otras sigo los rastros vitales de algunas personas; están además

las huellas simbólicas de la memoria en mi obra artística. A es-tas últimas las dejo como signos arañados con el punzón en los materiales más diversos. Una obra central para mí es Palimpsest aus Wasser (Palimpsesto de agua). Esta instalación y performan-ce al mismo tiempo, que se expuso en los años noventa en Espa-ña, Alemania y México, consta de siete cajas metálicas con hielo. Las cajas tienen a media altura un doble fondo con micrófonos de contacto que graban mis rasguños simbólicos en el hielo y los reproducen en la sala a modo de instalación de altavoces mul-

Reflexiones en torno al simposio “Memoria histórica: identidad y trauma” en alicante en 2011.

memoria: Hablar // callar

Cartel del simposio “Memoria histórica: identidad y trauma”, Universidad de Alicante, septiembre de 2011. Diseño: Gabinete de Imagen y Comunicación Gráfica de la Universidad de Alicante. © julio de 2011.

Page 72: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

72/86Panoramarilo chmielorzmemoria: hablar // callar

asociadas a la reparación de las víctimas y a la obligación moral de hacer todo lo posible para que no se repita un trauma socio-político parecido. No obstante, una obligación moral únicamen-te puede desarrollarse en una sociedad que se avergüenza y la vergüenza, a su vez, solamente se adquiere mediante un senti-miento profundo. Por ello, Castresana reclama un trabajo infor-mativo cultural.

¿En qué puede consistir dicho trabajo? ¿No es necesario romper, en primer lugar, el silencio de las víctimas y sus familia-res? ¿O deberíamos simplemente aprender a descifrar el silen-cio? El eco callado de un trauma sociopolítico son los gritos de cada uno de los miembros de esa sociedad y es ese eco lo que debemos escudriñar; es ese eco el que se nos graba como los sonidos de los arañazos en un mar de lágrimas congelado que nunca hemos llorado. Somos testigos de un acontecimiento que irremisiblemente deja huella en nuestro subconsciente. Sentimos esa reverberación hasta las entrañas.

Hartmut Radebold, psiquiatra y psicoanalista, relata: En 1949 los historiadores decidieron que la Segunda Guerra Mundial sólo podría reconstruirse basándose en hechos y documentos y prescindiendo ex profeso de los informes de los testigos pre-senciales. Me parece estar asistiendo al nacimiento de la separa-ción entre la emoción y el hecho. En este momento me acuerdo de las clases de Historia en el instituto a mediados de los sesen-ta. Ya entonces me preguntaba si la Historia no sería más bien la historia de los seres humanos que la vivían, pero por entonces no había lugar para esa cuestión. Tampoco mi familia hablaba de la historia vivida y yo no me atrevía a preguntar. Al parecer pertenezco a ese 80 por ciento de familias en las que los asun-tos relacionados con el nacionalsocialismo y la Segunda Guerra Mundial son tabú. Hay cosas sobre las que cae un silencio sepul-cral y, sin embargo, ese silencio forma parte de la comunicación familiar. No obstante, es una comunicación que no entendemos ni conseguimos ubicar; la sentimos como un muro del silencio y no sabemos qué se esconde detrás. Este muro, que nos sepa-ra de las vivencias traumáticas de nuestros padres, arroja una sombra que se posa sobre nosotros. Notamos esa sombra a dia-rio pero no podemos asociar con ella ningún recuerdo expresa-ble en palabras. Esta “herencia transgeneracional” se graba en silencio en nuestro interior y el espanto sigue bramando en no-sotros.

Radebold vivió de niño la guerra, en la que perdió a su pa-dre. Forma parte de los 2,5 millones de niños alemanes que tu-vieron que crecer huérfanos de padre, de madre o de ambos. No toma conciencia de las dimensiones de su propia experien-cia traumática hasta los 50 años de edad, al tratar con pacien-tes que también vivieron la guerra en su infancia. Acuden a su consulta con los trastornos psiquiátricos habituales, como de-presión, insomnio, estados de ansiedad. En el transcurso de la terapiase consigue asociar estos síntomas con experiencias trau-máticas de la guerra. El psicoanalista Radebold acaba también con depresión y llora sentado tras el sofá de sus pacientes. Es ahora cuando puede empezar a hacer duelo, a enfurecerse con su padre que lo dejó abandonado. Aunque Radebold investiga y publica desde hace años sobre el tema, se emociona al contarlo y no puede evitar que se le salten las lágrimas.

ticanal. Mientras las huellas arañadas van desapareciendo en el hielo derretido, el sonido sigue resonando. La misma agua se puede volver a congelar y se pueden volver a marcar las hue-llas: de este modo sería posible repetir el proceso simbólico del “acordarse” todas las veces que fueran necesarias recubriendo así un palimpsesto.

Se trata de una osadía paradójica: ¿Cuán pasajero es el ras-tro de la memoria? ¿Se inscribe de manera acústica? ¿Siempre se evoca la memoria a través del lenguaje? ¿Cómo se mantiene viva? ¿Hablamos sobre lo vivido o bien callamos porque lo vivi-do nos deja sin habla?

¿Por qué me acuerdo precisamente ahora de esta obra, aun-que hace ya casi 20 años que, en 1993, la estrené en el Archi-vo Histórico de Alicante en el marco del Festival de Música Con-temporánea?

Septiembre de 2011: Otra vez de camino a Alicante. Voy a un simposio: “Memoria histórica: identidad y trauma”. Lo organiza la Universidad de Alicante bajo la dirección de Irene Prüfer, hija de refugiados que vivió la guerra y fue testigo de los horrores de la dictadura argentina. Participan tres países afectados: Es-paña, las consecuencias de la Guerra Civil y cuarenta años de franquismo (1936-1975), Alemania durante el periodo nacional-socialista y la Segunda Guerra Mundial (1933-1945), así como Ar-gentina bajo la dictadura de Jorge Videla (1976-1983). El tema se aborda desde una perspectiva interdisciplinar y con exper-tos de los tres países, historiadores, testigos presenciales, psi-coterapeutas y abogados. Talleres, lecturas, visionado de pelí-culas y conversaciones con artistas completan el programa. Sin embargo, no sé qué me espera. ¿Qué experiencias adquiriré? Yo soy hija de la posguerra; mi padre murió hace mucho tiempo, pero su pertenencia a un regimiento de policía de las SS (abre-viatura de la Schutzstaffel, una organización de seguridad na-cionalsocialista) me inquieta en la actualidad más que nunca. En mis oídos retumban las peleas de mis padres. Vuelvo a sentir el miedo que me atrapó aquella mañana en que llegaron tres “ci-viles” para llevarse a mi padre a un interrogatorio y mi madre me dijo, a mí que todavía ni iba a la escuela, que tal vez mi pa-dre no volviera nunca a casa. Sobre el “porqué” se guardó silen-cio. Pero mi padre regresó ese mismo día y gracias a la amnis-tía proclamada por Konrad Adenauer realizó una sólida carrera de funcionario de policía de grado medio en la nueva Repúbli-ca Federal Alemana.

También en España se silenciaron las atrocidades de la Gue-rra Civil y de los cuarenta años de dictadura franquista. Carlos Castresana, fiscal del Tribunal Supremo, informa de que durante la llamada Transición (1975-1978) se inició una especie de olvido oficial. También en España se declaró una amnistía “para no per-judicar la instauración de la democracia”.

¿Olvidar? ¿Se puede olvidar una experiencia traumática? Las huellas del hielo se derriten y los contornos de los rasguños se difuminan pero siguen resonando. Y las víctimas claman justi-cia en silencio. Una revisión histórica del pasado de una socie-dad no sólo puede ser llevada a cabo por la justicia. Castresa-na insiste en que la búsqueda de la verdad y la justicia deben ir

Page 73: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

73/86Panoramarilo chmielorzmemoria: hablar // callar

palabras. La memoria forma parte de nuestra biografía y tene-mos que “recuperarla a arañazos”. No puede congelarse en el hielo de la insensibilidad. Sólo cuando las víctimas y los super-vivientes empiezan a hablar de los recuerdos traumáticos con-siguen integrar esas experiencias. Y sólo entonces pueden ser protegidas las generaciones posteriores de la herencia de una guerra que sigue bramando en su interior.

Las huellas se derriten en el hielo, pero en el espacio con-tinúan resonando silenciosos los ecos de las voces y el llanto. Sólo lograremos mantener viva la memoria contando a otros lo que hemos vivido y cómo lo hemos vivido. <

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autora: Rilo Chmielorz (1954) artista multimedia, vive en Berlín y Madrid. Realiza reportajes radiofónicos para la emisora pública ARD, escribe para Die Zeit y dirige proyectos artísticos tera-péuticos con niños.

Traducción del alemán: Carmen García del Carrizo

También el día previo al simposio, cuando los testigos pre-senciales de la guerra y los regímenes del terror van narran-do, se derraman muchas lágrimas. Fernando Sandoval habla de sus padres desaparecidos, secuestrados ante sus propios ojos en una operación clandestina brutal en Buenos Aires. José Luis Galán relata la historia de su tío, que despareció en la Guerra Ci-vil española. Durante muchos años su familia guardó silencio. Lentamente me doy cuenta de que estas lágrimas de duelo y ra-bia también son las mías. Por fin se empieza a resquebrajar el muro. Las pérdidas causadas por el terror y la violencia no es-tán superadas. Las familias ya han callado demasiado tiempo. Es ahora cuando puede ir afrontándose lentamente el miedo. Con todo, en España todavía cuesta mucho esfuerzo tratar de obte-ner la verdad y la justicia. Hasta hace diez años no se empezó a abrir las tumbas colectivas de los desaparecidos. Los antropó-logos forenses españoles desempeñan la triste tarea de recons-truir, a partir de los restos de los huesos, identidades individua-les, al igual que lo hicieron años antes sus colegas argentinos. Hasta hoy sólo se han exhumado 250 de los 2.000 enterramien-tos colectivos que se supone que existen. Ahora es la genera-ción de los nietos la que reclama la desaparición de los abuelos, la que se agrupa en asociaciones como ARMH o H.I.J.O.S. de Ma-drid y pide justicia.

Argentina es considerada un modelo de la lucha eficaz por la justicia. En ella desempeñan un papel esencial las Madres de Plaza de Mayo que organizaron un movimiento de protesta pa-cífico como reacción a las desapariciones forzadas de sus hijos e hijas. También la abuela de Fernando Sandoval estaba allí. Las Madres con sus pañuelos blancos están mostrando hasta hoy su dolor todas las semanas en la plaza de Mayo. De esta forma se atrajo la atención de la opinión pública internacional sobre un delito hasta entonces no contemplado en la ley: el de “hacer desaparecer”. Este hecho punible pasó hace ya tiempo a formar parte de los estatutos de los tribunales internacionales. Jorge Videla ha sido juzgado en los tribunales por crímenes de lesa humanidad y desde hace 25 años tiene que responder casi inin-terrumpidamente ante tribunales argentinos e internacionales.

España es uno de los países europeos en los que se pueden llevar a juicio delitos cometidos fuera de Europa en función del principio de la jurisdicción universal contra la lesión de dere-chos humanos. Al juez Baltasar Garzón se debe la orden de de-tención de 1998 contra Pinochet, quien fue obligado a permane-cer un año entero en régimen de arresto domiciliario en Londres. Tras su extradición a Chile, el antiguo jefe de la Junta tuvo que comparecer en numerosos procesos judiciales hasta el final de sus días (2006). Precisamente este juez español, que ha lleva-do procedimientos judiciales decisivos en el plano internacional, fue suspendido de su cargo en 2010 cuando empezó a indagar en su propio país los crímenes contra los derechos humanos en la época del régimen franquista.

El abogado Luis Dualde, secretario de Estado de los Dere-chos Humanos en Buenos Aires, comenta que las democracias débiles que desprecian los derechos humanos ponen en peligro la soberanía del Estado. Sólo con ayuda de una cultura de la me-moria histórica se puede construir una nueva sociedad.

Los horrores que nos quitan el habla deben expresarse en

Page 74: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

74/86Panoramaulrike Prinz

Con paso apresurado entra Thomas Meinecke al Coffee Fellows, en el que nos hemos citado para hablar sobre los dos meses que ha pasado en Salvador de Bahía. Me ha estado buscando por dos de los locales que se extienden como forúnculos en torno a la estación central de Múnich. “You will love it” (Te encantará), me había profetizado, y una vez fortalecido con una café XXL, empieza de inmediato.

En el marco de un programa de intercambio literario entre las ciudades portuarias de Hamburgo y Salvador de Bahía, el es-critor y músico Thomas Meinecke, que por entonces escribía su novela Lookalikes, fue invitado a una estancia de dos meses en Salvador. Desde Brasil vino a Hamburgo el escritor Marcos Ri-beiro. En una edición bilingüe aparecieron más tarde las andan-zas literarias de Marcos Ribeiro Entre os “bárbaros filósofos” y las de Thomas Meinecke, con el título Negro alemão, que alude a la letra de una canción de Caetano Veloso.

Este autor pop también publicó sus experiencias en aquella ciudad extrajera en la mencionada Lookalikes, su novela más re-ciente, en la que los personajes ganan dinero gracias a su pare-

cido con personas famosas, si bien la mayor parte del tiempo se la pasan navegando por Internet, chateando en Facebook o dis-cutiendo sobre teorías postcoloniales. En esta novela sobre los discursos nos tropezamos, además de con Josephine Baker, Jus-tin Timberlake o una Lady Gaga con su vestido de carne, con el “periodista lírico y etno-poeta” Hubert Fichte.

ulrike Prinz: En tus paseos por Salvador de Bahía sales en bus-ca de las huellas de Hubert Fichte, por lo que acudes a visitar a los terreiros, los templos del candomblé. ¿Fue algo que te encar-garon los anfitriones, la fundación literaria Pedro Calmon/Se-cultBA y el Instituto Goethe de Salvador de Bahía o fue una idea tuya?thomas meinecke: La directora del programa cultural del Insti-tuto Goethe de Bahía, Wiebke Kannengießer, que más tarde se convierte también en un personaje de la novela, había escrito su tesis de diploma sobre Hubert Fichte, y su esposo, Isaac, trabaja en la Fundação Pierre Verger. Me invitaron porque Wiebke sabía

una charla con el músico y literato pop thomas meinecke.

tRas las hUellas de hUbeRt fIChte en salvadoR de bahía

Mario Cravo Neto (1947-2009, Salvador de Bahía, Brasil), Dios de la cabeza, 1988. Daros Latinamerica Collection, Zúrich. Foto y ©: el artista

Page 75: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

75/86Panoramaulrike Prinztras las huellas de hubert fichte en salvador de bahía

Prinz: … y también escribió una obra muy sólida sobre las hier-bas con las que trabajan los sacerdotes del candomblé.meinecke: Fichte también creó un herbario, ¡y los dos compe-tían para ver quién coleccionaba más hierbas!

Prinz: Sin embargo, esa amistad, poseída por ese espíritu de competencia, acabó de un modo abrupto cuando Fichte desveló públicamente que Verger era homosexual…meinecke: Y en general, ya que llegó a escribir de un modo algo despectivo sobre él. En Ethnopoesia, un compendio de impor-tantes textos de Fichte traducido al portugués brasileño, Verger destacó los pasajes en los que aparece. Allí Fichte lo ridiculiza calificándolo de “Stefan George en trance…”. Y también la suce-sora de Verger, la etnóloga musical alemana Angela Lühning, te-nía sus reservas con respecto a Fichte, por lo que hube de acla-rar, desde el principio, que estaba interesado en muchos otros temas, y no sólo en Fichte. Yo llegué a Salvador con un tipo de respeto muy distinto, con el que muy seguramente también lle-gó Fichte, pero su manera de describir las cosas lo hizo poco querido allí. A la gente no le apetece hablar de él. Lo que yo pre-tendía, más bien, era sobre-escribir un libro, una especie de pa-limpsesto…

Prinz: Tú sobre-escribiendo a Fichte…meinecke: …y Fichte, a su vez, lo había hecho con Jorge Amado… Uno de los más destacados estudiosos de Hubert Fichte, Ro-bert Gillet, de la Queen Mary University de Londres, contrató di-rectamente en una agencia de turismo una visita al candomblé, pues pensó que ése sería el planteamiento equivalente: ¡quedar-se en la superficie! De todos modos, los turistas se quedan úni-camente una hora, pero yo quería más, y por eso estuve allí du-rante las cinco horas que dura un ritual de esa índole.

Prinz: Esa experiencia directa, física, el revivir lo que ha visto y descrito tu antecesor, ¿qué provocó en ti? ¿Qué es lo que le in-teresa del candomblé a un escritor pop?meinecke: A mí, en efecto, también me interesa mucho la su-perficie, ver cuál es el aspecto de los altares, las túnicas y los elementos sincréticos del culto afrobrasileño, pero, en general, me fascinan temas religiosos como la eucaristía y la transubs-tanciación: ese estado agregado de tránsito hacia algo diferen-te, donde las personas, durante dos horas, entregan sus cuerpos a su divinidad. El sistema de trance y clímax que tenemos tam-bién en la cultura pop, en la discoteca, por ejemplo, ¡donde uno echa a volar!

Prinz: Me he estado preguntando si has introducido a “Thomas Meinecke” como personaje de la novela para preservar cierta distancia en esta penetrante atmósfera de tambores y de trance… meinecke: Sí, ya que en mis textos suelo guardar la distancia con la persona que escribe los libros. Lo que yo quería era escri-bir un libro sobre esa ciudad, no sobre mí –y el primer tercio de la novela de Fichte Xango (Changó) trata también de la ciudad–, pero mientras escribía me di cuenta de que algo era distinto a mis libros anteriores, donde todo está mediado, y aquí sucede algo muy inmediato, sin ningún tipo de mediación. Y teniendo en

que me había ocupado de Fichte, quien fue una especie de pre-cursor de la literatura pop y ensayó, en lo literario, tantas técni-cas del collage que yo también uso en mis publicaciones.

Prinz: De modo que hubo ambas cosas.meinecke: Sí, ellos me conocían y yo quise emprender esa bús-queda de las huellas de Fichte; por otro lado, también me inte-resaban, de un modo muy general, las religiones sincréticas y la correspondencia del vudú haitiano en Brasil, lo cual, en la cul-tura pop, es un topos enorme, y quise probar si era posible un acercamiento. No obstante, pude elegir libremente.

Prinz: ¿Podrías precisar algo más el parentesco existente entre la forma de escribir de Fichte y la tuya? Fichte dijo que el can-domblé no se podía describir de otro modo que no fuese a tra-vés de la técnica del collage…meinecke: Sí, bueno, Fichte estaba muy interesado en lo que está en la superficie. Eso le otorgó ese pop-art-approach (enfo-que pop art). Describió los altares del candomblé en todo su co-lorido y en su plasticidad, su hibridación y su sincretismo. Era algo que lo atraía mucho, por eso se vio inmerso, en Salvador, en una suerte de rivalidad con el “papa” del candomblé, el et-nólogo francés Pierre Verger, que estaba investigando allí sobre una base de intereses muy similares a los de Fichte. Ambos es-taban también libidinosamente interesados por el mundo de los hombres, y acudían con frecuencia a los baños de la estación y de los cines. También en la última gran novela de Fichte, Ex-plosion, cuya trama se desarrolla casi exclusivamente en Salva-dor, se percibe esa rivalidad de ambos hombres, que se agotan trabajando sobre el mismo objeto, tanto desde el punto de vis-ta homosocial como del homosexual. Y ahora vengo yo, trein-ta años después, como alguien que también fue socializado en el arte pop, aunque un hombre heteronormado, y me encuentro con mucha gente que conoció a Verger. A Fichte, sin embargo, no lo tragan mucho en la Fundación Verger, que está situada en me-dio de uno de los barrios populares, ya que allí se lo ve más bien como a un intruso.

Prinz: A Fichte se le reprochó siempre su tendencia al sensacio-nalismo. Quería presenciar los rituales sangrientos, al igual que Leonore Mau –la fotógrafa con la que viajaba–, que siempre bus-caba fotografiar cosas novedosas.meinecke: Eso se añade a todo lo anterior: Fichte no era sólo gay, tenía una compañera con la que viajaba por todo el mun-do y que había dejado a su familia por él. Leonore quería foto-grafiar el “baño de sangre” para revistas de gran tirada, Y ahí, de un modo muy interesante, surge una pequeña contradicción, porque el “baño de sangre” no es en ningún modo la superficie: ¡el término en alemán (Blutbad) nos hace pensar de inmediato en Hermann Nitsch y en el “teatro de orgías y de misterios”! Fi-chte quería ver la superficie y Verger, por su parte, quería llegar más al fondo, mientras que la compañera y acompañante de Fi-chte –aunque tal vez fuera él quien la acompañaba a ella– esta-ba realmente interesada en fotografiar cosas nuevas. Verger, sin embargo, había dejado ya de fotografiar por entonces, sólo pre-tendía chequear los ritmos…

Page 76: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

76/86Panorama

Tom Zé. Todos esos músicos estudiaron en las décadas de 1950 y 1960 con exiliados alemanes de la escuela dodecafónica. En Sal-vador, por ejemplo, vivió Hans-Joachim Koellreutter (1915-2005), quien enseñó en el Instituto Superior de Música de allí métodos de orquestación “super-sophisticated”. Y eso puede percibirse, por ejemplo, en la música que hace Milton do Nascimiento, ¡mú-sica artística de muy alto nivel dentro del pop! Y también están los ejemplos de Maria Bethânia, Caetano Veloso, ¡que hacen un arte totalmente elaborado! Y que incluye, justamente, los ritmos del candomblé.

Prinz: Pero precisamente músicos como Gilberto Gil y el mo-vimiento del tropicalismo retomaron elementos de la llamada “música popular”, y lo hicieron de un modo muy consciente, mez-clando ese arte tradicional y rural con influencias llegadas des-de Norteamérica y Europa, con lo cual desarrollaron un nuevo tipo de música. Tal vez en ese sentido ya fueran postmodernos.meinecke: Sí, tal vez lo fueran justamente en medio del paisa-je de la alta modernidad. Aunque también la gente de los coros, como Pixiguinha, ya escribía hacia 1919 y 1920 cuadrillas elabo-radas, y eso es algo más que folclore, tal y como lo entendemos nosotros. De todos modos, tal vez nuestro concepto del folclo-re sea erróneo…

En el Coffee Fellows resuena una música inidentificable. Se ha acabado nuestra hora y Thomas desaparece en dirección al Starnberger See. Yo me quedo sumida en una inmensa nostalgia de Brasil, que con su vivacidad inmediata casi ha hecho perder el rumbo al mismísimo maestro del discurso mediado. <

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autora: Ulrike Prinz (1961, Múnich) es etnóloga y redactora. Entre 2001 y 2004, impartió clases sobre temas latinoamericanos en la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich. Desde 2007 es corresponsable de la redacción de la revista HUMBOLDT.

Autor: Thomas Meinecke (1955, Hamburgo) es autor, músico y dj. Ha publicado numerosos cuentos y novelas, entre ellas Lookalikes, la más reciente. Representa una noción postmoderna de la li-teratura. En el semestre de invierno 2011/12 impartió clases de Poética en la Universidad Goethe de Fráncfort en calidad de profesor invitado. Traducción del alemán: José Aníbal Campos

cuenta que “Wiebke Kannengießer” se llama tal y como se llama en la realidad, y que “Angela Lühning” también se llama como se llama, o “Isaac”…, el personaje de la novela tendría que ser, de al-gún modo, “Thomas Meinecke”. Al principio era un poco extraño, por eso degradé al personaje a la tercera persona, para que al cabo de ciento cincuenta páginas de novela –que empecé a es-cribir ya en Alemania– no apareciera de repente un “yo”. Fue en Brasil donde el libro (Lookalikes) cobró ese tono adecuado para el tema que quería tratar, que era el de los ídolos de masas, las estrellas y la moda.

Prinz: El libro también trata de álter egos… meinecke: … a los que la gente imita, emula, es decir, “adopta” sus emociones y las imita. ¡Y todo eso, de repente, halló un co-rrelato increíble en el candomblé, donde los dioses se apoderan del cuerpo! Por eso era preciso traer a colación a un tipo –que al final se convirtió en ese “Thomas Meinecke”–, al que se puede observar de un modo más distanciado, en efecto, a través de la tercera persona, si bien sus experiencias fueron a menudo mu-cho menos distanciadas, y eso también lo describo.

Prinz: Thomas, tú no sólo eres literato, sino también músico. Los tambores del candomblé, la música como medio de transporte, ¿cómo lo registraste?meinecke: Los ritmos de los tambores tienen un carácter casi arquitectónico, sirven como elementos de sostén, columnas de un espacio social temporal. Cuando se acallan, todo ha acabado. Yo soy un gran fan de las músicas bailables repetitivas: disco, house, tecno, donde lo que importa son las pequeñas modulacio-nes dentro de un todo de apariencia monótona. Siempre me si-tuaba cerca de los que tocaban los tambores, y eso tenía la ven-taja de que tocaban debajo de un ventilador, además de que ellos no caen en trance, lo que era tranquilizador para mí. Yo no estaba preparado para una participación tan directa, ni sabía que la gente era tan abierta y que lo único que se cerraba ante mí era yo mismo.

Prinz: Con la música, con los diferentes ritmos, se invoca a los distintos orishas –los dioses de esta religión afrobrasileña– que luego toman cuerpo en los danzantes.meinecke: Yo no puedo distinguir los distintos ritmos de los orishas, Changó, Ochún, etcétera... En ese sentido, el aspec-to performático es muy interesante: la gente en trance baila la danza de la divinidad respectiva que acaba de introducirse en su cuerpo. Y ellos consiguen bailar entonces, hay una especie de saber que se transmite a través de un medio totalmente inexpli-cable para nosotros.

Prinz: Los ritmos del candomblé y de la religión umbanda des-empeñan también un papel muy importante en la música pop brasileña.meinecke: Brasil se diferencia de otros países del sur cuya mú-sica tradicional –que también me gusta mucho– es a menudo descalificada como “primitiva”. Hay allí una especie de moderni-dad utópica que recuerda a la arquitectura de Brasilia, y que po-demos percibir en la música que hacen Antonio Carlos Jobim o

ulrike Prinztras las huellas de hubert fichte en salvador de bahía

Page 77: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

77/86Panoramaalberto acosta

“Los progresos de los conocimientos cósmicos exigieron el precio de todas las violencias y horrores que los conquistadores, que se tenían a sí mismos por civilizados, extendieron por todo el continente”.Alexander von Humboldt

IntRodUCCIón La acumulación material –mecanicista e inter-minable de bienes–, asumida como progreso, no tiene futuro. Se agota en consecuencia el concepto de desarrollo derivado de la

idea colonial del progreso. Los límites de los estilos de vida sus-tentados en la visión ideológica del progreso antropocéntrico son cada vez más notables y preocupantes. Si queremos que la capacidad de absorción y resilencia de la Tierra no colapse, de-bemos dejar de ver a la naturaleza como una simple condición para el crecimiento económico o como un objeto de las políticas de desarrollo. Y por cierto debemos aceptar que lo humano se realiza como parte integrante de la naturaleza, sin pretender do-minarla, menos aún destruirla.

el reconocimiento de la naturaleza como sujeto de derechos en la constitución ecuatoriana estableció un hito mundial. el economista, intelectual y presidente

de la asamblea constituyente que la redactó explica por qué.

la natURaleza Con deReChos

Juana Córdova, Detalle de la instalación Erythroxylum coca, 2010.Foto: cortesía de la artista © la artista

Page 78: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

78/86Panoramaalberto acostala naturaleza con derechos

ner, a costa del resto de la humanidad, la lógica de la eficiencia entendida como la acumulación material permanente. Los países ricos (por supuesto también las élites de los países empobreci-dos), en definitiva, deben cambiar su estilo de vida que pone en riesgo el equilibrio ecológico mundial, pues desde esta perspec-tiva son, de alguna manera, también subdesarrollados o “malde-sarrollados” (Samir Amin, José María Tortosa).

El desarrollo convencional, sustentado en la ideología del progreso, nos conduce por un camino sin salida. Los límites de la naturaleza, aceleradamente desbordados por los estilos de vida antropocéntricos, particularmente exacerbados por las deman-das de acumulación del capital, son cada vez más notables e in-sostenibles. La crisis provocada por la superación de los límites de la naturaleza conlleva necesariamente cuestionar la institu-cionalidad y la organización sociopolítica global. Aflora con fuer-za la necesidad de repensar la sustentabilidad en función de la capacidad de carga y resilencia de la naturaleza. En otras pala-bras, la tarea radica en el conocimiento de las verdaderas dimen-siones de la sustentabilidad, que no pueden subordinarse a de-mandas antropocéntricas. Esta labor exige una nueva ética para organizar la vida misma.

La tarea parece simple, pero es en extremo compleja. En lu-gar de mantener el divorcio entre la naturaleza y el ser humano, hay que propiciar su reencuentro. […] Para lograr esta transfor-mación civilizatoria, una de las metas iniciales radica en la des-mercantilización de la naturaleza. (Téngase presente que Luigi Ferrajoli, destacado filósofo del derecho, desarrolla la teoría de la desmercantilizacion de los derechos humanos como punto de partida para asegurar, por ejemplo, el acceso gratuito a la educa-ción, a la salud, a la vivienda, entre otras demandas básicas del ser humano.) Los objetivos económicos deben estar subordina-dos a las leyes de funcionamiento de los sistemas naturales, sin perder de vista el respeto a la dignidad humana, siempre procu-rando asegurar la calidad en la vida de las personas. […]

Escribir ese cambio histórico es el mayor reto de la humani-dad si es que no se quiere poner en riesgo la existencia misma del ser humano sobre la Tierra.

los deReChos de la natURaleza o el deReCho a la exIs-tenCIa Las reflexiones anteriores enmarcan en la historia los pasos vanguardistas dados en Ecuador, durante la Asamblea Constituyente de Montecristi en el año 2008, al aceptar que la naturaleza es sujeto de derechos.

En la Constitución redactada por dicha Asamblea, al recono-cer los derechos de la naturaleza y sumar a esto el derecho a ser restaurada cuando ha sido destruida, se estableció un hito mun-dial. Por igual trascendente fue la incorporación del término in-dígena Pacha Mama, como sinónimo de naturaleza, en tanto re-conocimiento de plurinacionalidad e interculturalidad. […]

A lo largo de la historia del derecho, cada ampliación de los derechos fue anteriormente impensable. La emancipación de los esclavos o la extensión de los derechos a los afroamericanos, a las mujeres y a los niños y niñas fueron una vez rechazadas por ser consideradas como un absurdo. Se ha requerido que a lo lar-go de la historia se reconozca “el derecho de tener derechos” y esto se ha conseguido siempre con un esfuerzo político para

Esto nos conduce a aceptar que la naturaleza, en tanto cons-trucción social, es decir, en tanto término conceptualizado por los seres humanos, debe ser reinterpretada y revisada íntegra-mente si no queremos poner en riesgo la vida del ser humano en el planeta. Aceptemos que la humanidad no está fuera de la na-turaleza y que ésta tiene límites biofísicos.

Cuando se plantea que la naturaleza debe tener derechos, no se trata de renunciar a la razón para refugiarnos, en nuestra an-gustia o perplejidad por la actual marcha suicida de la humani-dad, en misticismos antiguos o de nuevo cuño, o en irraciona-lismos políticos. De ninguna manera se pretende renegar de la razón.

Sin negar los aportes de la civilización actual, estamos cons-cientes de que la voracidad por acumular el capital –el sistema capitalista, en definitiva– forzó a las sociedades humanas a su-bordinar a la naturaleza. Con diversas ideologías, ciencias y téc-nicas se intentó separar brutalmente al ser humano de la natu-raleza. Fue una suerte de tajo al nudo gordiano de la vida. El capitalismo, en tanto “economía-mundo” (Inmanuel Wallerstein), condenó a la naturaleza a ser una fuente de recursos aparente-mente inagotable…

la InteRMInable doMInaCIón de la natURaleza y sUs aMenazados líMItes Desde los albores de la humanidad el miedo a los impredecibles elementos de la naturaleza estu-vo presente en la vida de los seres humanos. Poco a poco la an-cestral y difícil lucha por sobrevivir se fue transformando en un desesperado esfuerzo por dominar la naturaleza. Paulatinamen-te el ser humano, con sus formas de organización social antro-pocéntricas, se puso figurativamente hablando por fuera de la naturaleza. Se llegó a definir la naturaleza sin considerar a la hu-manidad como parte integral de la misma. Y con esto quedó ex-pedita la vía para dominarla y manipularla. […]

Hace ya casi 40 años el mundo enfrentó un mensaje de ad-vertencia: la naturaleza tiene límites. En 1972, en el Informe del Club de Roma, conocido como “los límites del crecimiento” o In-forme Meadows, el mundo fue confrontado con esa realidad in-discutible. […] La advertencia no fue desoída: mientras tanto ya son muchos los economistas que han roto lanzas en contra del crecimiento económico visto como sinónimo de desarrollo. En la actualidad se multiplican los reclamos, sobre todo en los países industrializados, por una economía que propicie no sólo el creci-miento estacionario, sino el “decrecimiento”.

Ahora, cuando los límites de sustentabilidad del mundo es-tán siendo literalmente superados, es indispensable buscar solu-ciones ambientales vistas como una asignatura universal. Por un lado, los países empobrecidos y estructuralmente excluidos de-berán buscar opciones de vida digna y sustentable, que no repre-senten la reedición caricaturizada del estilo de vida occidental. Mientras que, por otro lado, los países “desarrollados” tendrán que resolver los crecientes problemas de inequidad internacio-nal que ellos han provocado. Al asumir su responsabilidad de-ben dar paso a una restauración global de los daños provoca-dos y pagar sus deudas ecológicas con los países empobrecidos.

Pero, en especial, los países ricos tendrán que incorporar cri-terios de suficiencia en sus sociedades antes que intentar soste-

Page 79: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

79/86Panoramaalberto acostala naturaleza con derechos

En los derechos humanos el centro está puesto en la persona. Se trata de una visión antropocéntrica. En los derechos políticos, es decir de primera generación, el Estado le reconoce a la ciu-dadanía esos derechos como parte de una visión individualista e individualizadora de la ciudadanía. En los derechos económicos, sociales y culturales (DESC), conocidos como derechos de terce-ra generación, se incluyen los derechos ambientales, concreta-mente el derecho a que los seres humanos gocen de condiciones sociales equitativas y de un medioambiente sano y no contami-nado. Se procura evitar la pobreza y el deterioro ambiental que impacta negativamente en la vida de las personas. […]

Por otro lado, en los derechos de la naturaleza el centro está puesto en la naturaleza, que incluye por cierto al ser humano. La naturaleza vale por sí misma, independientemente de la utilidad o de los usos que le dé el ser humano. Esto es lo que representa una visión biocéntrica. Estos derechos no defienden una naturale-za intocada, que nos lleve, por ejemplo, a dejar de tener cultivos, pesca o ganadería. Estos derechos defienden el mantenimiento de los sistemas de vida, los conjuntos de vida. Su atención se fija en los ecosistemas, en las colectividades, no en los individuos. […]

A los derechos de la naturaleza se los considera como dere-chos ecológicos para diferenciarlos de los derechos ambientales, que surgen desde los derechos humanos. Estos derechos ecoló-gicos son derechos orientados a proteger ciclos vitales y los di-versos procesos evolutivos, no sólo las especies amenazadas o las áreas naturales.

En este campo, la justicia ecológica pretende asegurar la persistencia y sobrevivencia de las especies y sus ecosistemas, como conjuntos, como redes de vida. No es de su incumbencia la indemnización a los humanos por el daño ambiental. Se expre-sa en la restauración de los ecosistemas afectados. En realidad se deben aplicar simultáneamente las dos justicias: la ambiental para las personas, y la ecológica para la naturaleza; son justicias estructural y estratégicamente vinculadas.

En definitiva, habría que distinguir dos planos. Un primer plano descriptivo y crítico en que los derechos humanos, y en particular el derecho a un medio ambiente sano en su versión tradicional, son identificables como antropocéntricos. Un segun-do plano normativo y reconstructivo en que se produce una re-conceptualización profunda y transversal de los derechos huma-nos en términos ecológicos, pues al final la destrucción de la naturaleza niega las condiciones de existencia de la especie hu-mana y por tanto atenta contra todos los derechos humanos. In-versamente, si la naturaleza incluye a los seres humanos, sus derechos no pueden ser vistos como aislados de los del ser hu-mano, aunque tampoco deben ser reducidos a éstos. En conse-cuencia, derechos como el derecho al trabajo, a la vivienda, a la salud, incluso al acceso a la propiedad deben entenderse tam-bién en términos ambientales. En este plano prescriptivo, los de-rechos humanos y los derechos de la naturaleza, siendo analíti-camente diferenciables, se complementan y transforman en una suerte de derecho de la vida y a la vida. […]

los deReChos de la natURaleza, Una taRea loCal, na-CIonal, RegIonal y global Si en un pequeño país andino como Ecuador se dio un paso histórico de trascendencia plane-

cambiar aquellas visiones, costumbres y leyes que negaban esos derechos. Es curioso que muchas personas que se han opuesto a la ampliación de estos derechos no han tenido empacho alguno en alentar la entrega de derechos casi humanos a las personas jurídicas… una de las mayores aberraciones del derecho.

La liberación de la naturaleza de esta condición de sujeto sin derechos o de simple objeto de propiedad exigió y exige un tra-bajo político que la reconozca como sujeto de derechos. Un es-fuerzo que debe englobar a todos los seres vivos (y a la Tierra misma), independientemente de si tienen o no utilidad para los seres humanos. Este aspecto es fundamental si aceptamos que todos los seres vivos tienen el mismo valor ontológico, lo que no implica que todos sean idénticos.

Dotar de derechos a la naturaleza significa, entonces, alen-tar políticamente su paso de objeto a sujeto. Conscientes de que no será fácil cristalizar estas transformaciones en un país con-creto, sabemos que su aprobación será aún mucho más compleja a nivel mundial. Sobre todo en la medida que estas transforma-ciones afectan los privilegios de los círculos de poder naciona-les y transnacionales, que harán lo imposible para tratar de de-tener este proceso de liberación. Es más, desde la vigencia de los derechos de la naturaleza es indispensable avizorar una civili-zación postcapitalista, que exige una lucha de liberación, la que, en cuanto esfuerzo político, empieza por reconocer que el siste-ma capitalista, un “sistema parásito” (Zygmunt Bauman), destru-ye sus propias condiciones biofísicas de existencia.

los deReChos de la natURaleza fRente a los deReChos hUManos La vigencia de los derechos de la naturaleza plan-tea cambios profundos. Hay que caminar del actual antropocen-trismo al biocentrismo. […] En este sentido, esta definición, pio-nera a nivel mundial, de la naturaleza como sujeto de derechos es una oportunidad frente a la actual crisis civilizatoria. Y como tal ha sido asumida en amplios segmentos de la comunidad inter-nacional, conscientes de que es imposible continuar con un mo-delo de sociedad depredadora, basado en la lucha de los huma-nos contra la naturaleza.

Al reconocer a la naturaleza como sujeto de derechos, en la búsqueda de ese indispensable equilibrio entre la naturaleza y las necesidades de los seres humanos, se supera la versión cons-titucional tradicional de los derechos a un ambiente sano, pre-sentes desde hace tiempo atrás en el constitucionalismo latino-americano.

En sentido estricto, pues, urge distinguir que los derechos a un ambiente sano son parte de los derechos humanos, y que no necesariamente implican derechos de la naturaleza. La finalidad de esta distinción, como reflexiona Eduardo Gudynas, es indicar que las formulaciones clásicas de los derechos humanos de ter-cera generación, es decir, de los derechos a un ambiente sano o calidad de vida, en esencia son antropocéntricas, y que deben entenderse separadamente de los derechos de la naturaleza. […] Sin embargo, es evidente que no se podrá asegurar los derechos a un ambiente sano si no se respetan los derechos de la natura-leza. Aquí aflora nuevamente la necesidad de establecer una vin-culación correcta y estratégica entre derechos humanos y dere-chos de la naturaleza.

Page 80: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

80/86Panorama

tual para hilvanar líricamente un conjunto de narrativas socio-históricas”. La artista comenta “conflictivos aspectos sociales […] en su instalación Erythroxylum coca (2010). Cada pequeña hoja de las cinco plantas del conjunto, que aparentan estar sembra-das en pequeños montículos de cocaína, está manufacturada con billetes estadounidenses de distinta denominación. Lo pro-pio ocurre con sus pequeñas flores, hechas con diversas mone-das troqueladas acordemente para lograr el símil. Se establece de esta forma aquella estrecha relación de réditos que alimen-ta el narcotráfico, pero el interés de la artista intenta desbordar las capas superficiales de esta problemática para más bien en-tablar paralelos entre el antiguo –y aún perviviente– uso ritual de la planta, su perversión como estupefaciente en el presente y su consecuente satanización mediática. Ciertamente nos remi-te al valor de la hoja de coca y su empleo como moneda de in-tercambio en el mundo andino de antaño” (fragmentos ligera-mente modificados de http://www.pangaea-mq.com/español/artistas/juana-córdova/).

En el contexto de lo expuesto por Alberto Acosta, las obras de Juana Córdova adquieren una dimensión adicional.

taria, es motivador ver que en otras latitudes se comienza a de-batir sobre el tema. La estricta vigencia de los derechos de la naturaleza exige la existencia de marcos jurídicos internaciona-les adecuados, teniendo en consideración que los problemas am-bientales son temas que atañen a la humanidad en su conjunto. […] Entonces, si estamos frente a una cuestión global, es hora de impulsar la Declaración Universal de los Derechos de la Natura-leza. Igualmente urgente es el establecimiento de un tribunal in-ternacional para sancionar los delitos ambientales, como se pro-puso en la Cumbre de la Tierra de Tikipaya, en Bolivia, en el año 2010. Tareas complejas, pero prometedoras, sin duda alguna. […]

En síntesis, la tarea pendiente es compleja. Hay que vencer tanto visiones miopes como resistencias conservadoras y posi-ciones prepotentes que esconden y protegen una serie de privi-legios, al tiempo que se construyen diversas y plurales propues-tas estratégicas de acción. <

Fuente: Fragmentos de una conferencia ofrecida en el contexto de la serie de actos sobre el desarrollo sostenido en Latinoamérica que con el título “A Different Kind of Development? Perspec-tives from Latin America” se celebró en el Institute for Advan-ced Sustainability Studies [IASS] de Potsdam en otoño de 2011. La versión completa del texto se podrá leer en una publicación del IASS que se editará a fines de 2012.

Copyright: Alberto Acosta

Autor: Alberto Acosta. Economista ecuatoriano, graduado en Alemania; profesor e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Ecuador); ex ministro de Energía y Minas; presidente de la Asamblea Constituyente de Ecuador (2007-2008); consultor internacional; asesor de movimientos sociales. Es autor de innumerables artículos y libros.

Información adicional sobre la ilustración:Juana Córdova y Pangaea: un proyecto de colaboración inter-cultural Juana Córdova, quien estudió Arte en Ecuador hasta 1997, es una de las integrantes del grupo de ocho artistas, de Ecuador y Alemania, reunido a iniciativa de Lucía Falconí (Quito) y Monika Humm (Múnich) con el fin de interconectar los mundos artísti-cos de ambos países. Todos ellos toman parte en el proyecto expositivo Pangaea, en el que, entre otros aspectos, se cuestio-nan la existencia de una naturaleza salvaje y su realización es-tética, así como la interacción entre la naturaleza y la cultura en el entorno de las ciudades. Juana Córdova estuvo/estará representada en las dos exposi-ciones colectivas contempladas en el proyecto, en febrero/mar-zo de 2012 en Múnich y en marzo de 2013 en Quito. El conjunto de sus trabajos, según ha escrito Rodolfo Kronfle Chambers en 2012, “enlaza, sin costuras, elegancia formal y lucidez concep-

alberto acostala naturaleza con derechos

Page 81: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

81/86Panoramamarkus lanz

La Bienal Internacional de Arquitectura de São Paulo está consi-derada, después de Venecia, la segunda más importante a nivel internacional. Desde 2001 pone a debate a un ritmo de dos años diversos temas de la arquitectura actual. Del 1 de noviembre al 4 de diciembre de 2011 fueron exhibidos en el Pabellón Gober-nador Lucas Nogueira Garcez, conocido como la Oca, unos 140 proyectos de 25 países y 13 representaciones nacionales. Bajo el lema Arquitectura para todos: construyendo ciudadanía, los orga-nizadores, del Instituto de Arquitectos de Brasil (IAB), intentaron interesar a un vasto público por los planteamientos de la arqui-tectura. La muestra, en cuyo marco también se llevaron a cabo discusiones, conferencias y talleres, se trazó como objetivo hacer visible qué responsabilidad recae sobre la arquitectura en el me-joramiento de la calidad de vida en las ciudades. El curador, Valter Caldana, prometió análisis críticos en el marco del tema propues-to. Además se desarrolló un plan descentralizado de exposiciones para ser presentado en diversos lugares públicos de la ciudad.

La bienal, sin embargo, no atrajo mucho público. El núme-ro de visitantes fue el más reducido desde que se fundó y mar-

có el punto más bajo hasta ahora en las exposiciones internacio-nales de arquitectura, que desde hace años se hallan en crisis. Ello no puede sorprender. En el IAB hubo divergencias en cuan-to a la organización. A último momento se acordó presentar la muestra en el Parque Ibirapuera. La mudanza del gran pabellón tradicional de la bienal –que siempre fue difícil de llenar– a la Oca, una edificación mucho más pequeña, fue una decisión in-evitable. Pese a todo, el pabellón quedó sorprendentemente va-cío. La implementación de las ambiciosas ideas dejó que desear, el interesante tema central estuvo poco presente. Los proyec-tos expuestos exigían total concentración incluso a los arquitec-tos profesionales. Los visitantes legos en la materia, a los que se dirigía en realidad la bienal, fueron abandonados a su suerte.

La exposición estuvo estructurada en cuatro niveles, en una sucesión heterogénea. En el nivel superior se mostraron, en for-ma de presentación clásica de arquitectura, una serie de edifi-cios de todo el mundo de gran calidad arquitectónica. En el piso bajo, la bienal se aproximó a su verdadero tema. Con los progra-mas de recuperación urbana de las favelas, la Secretaría Munici-

en los prolegómenos de Río+20, el aporte alemán a la Ix bienal Internacional de arquitectura de são Paulo, nonabia, enriquece la discusión sobre

el desarrollo sostenible del entorno construido.

arquitectura Para todos: ConstRUyendo CIUdadanía

Ampliación de la Biblioteca Nacional Alemana, Leipzig, Alemania. Diseño: Gabriele Glöckler (Stuttgart) con Zsp Architekten (Stuttgart). Foto: Gabriele Glöckler

Page 82: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

82/86Panoramamarkus lanzarquitectura para todos: construyendo ciudadanía

temente que las nuevas formas de construcción de bajo impacto ambiental no sólo son económicas, sino que además en su con-cisión arquitectónica armonizan perfectamente con el contex-to paisajístico. Dos grandes proyectos en China, los edificios del Jardín Botánico de Chenshan de Auer + Weber, y la llamada Cul-ture Wave City de Hangzhou crean espacios libres y permiten que también puedan acceder a la naturaleza los habitantes de ciudades que ya tienen millones de habitantes y continúan cre-ciendo aceleradamente. La idea de hacer visibles y perceptibles nuestros recursos naturales encuentra una expresión espacial en proyectos de ASTOC Architects, Terrain y Deubzer König + Rimmel Architekten. Los espacios vitales que crea la arquitectu-ra que protege el clima no son menos, sino más atractivos. Edi-ficios de GKK + Architekten e Ingenhoven Architekten temati-zan la integración de propuestas inteligentes de abastecimiento energético en un vasto plan espacial. La arquitectura actual en Alemania se ocupa también del tratamiento de edificios existen-tes como parte de la memoria colectiva. Reinterpretando la es-tructura arquitectónica del museo Albertinum de Dresde, el es-tudio Staab Architekten desarrolló una mayor calidad espacial, asegurando así su utilización a largo plazo. La arquitectura sos-tenible es formulada a través de espacios que son perdurables en su concisión arquitectónica y simultáneamente están abiertos a diversos usos. Los arquitectos Barkow Leibinger proyectaron un comedor de empresa como sala multifuncional de eventos. Un edificio con galería y estudios de los arquitectos berline-ses Brandlhuber (véase HUMBOLDT 155) no sólo ha supuesto un coste rentable, sino que además posibilita la modificación de los espacios según las necesidades de los futuros usuarios. El tema central, “Cultura de la construcción” enriqueció la bienal Arquitectura para todos: construyendo ciudadanía con aspectos esenciales. Con los proyectos presentados, “Cultura de la cons-trucción made in Germany” colocó en el foco de la arquitectura alemana contemporánea los principios de la sostenibilidad, rea-lizando así un destacado aporte para el debate en los preparati-vos de la próxima Cumbre Ambiental de las Naciones Unidas en 2012 en Río de Janeiro.

Cuestionable fue el tema central de los proyectos seleccio-nados. La muestra presentó sobre todo edificaciones aisladas. El desarrollo urbano y regional, que trata esencialmente los te-mas ecológicos y sociales del futuro, no estuvo en el foco de atención. El habitar, como área elemental de trabajo de la arqui-tectura, fue prácticamente ignorado. También la forma de pre-sentación fue cuestionable: con la sola exhibición de planos y fotografías, lo esencial de la arquitectura permanece oculto para el gran público.

Una viva cultura de la construcción se desarrolla a partir de un diálogo crítico y constructivo y de una percepción de la res-ponsabilidad común con respecto a nuestro entorno construido. Bajo el lema Arquitectura para todos: construyendo ciudadanía, la IX Bienal Internacional de Arquitectura de São Paulo tuvo la oportunidad de plantear cuestiones fundamentales relativas al desarrollo de nuestro entorno vital de cara al futuro y de discu-tirlas a un amplio nivel. Esa posibilidad fue desaprovechada. <

pal de Planeamiento de São Paulo presentó un importante ejem-plo de la relevancia de la arquitectura para el desarrollo de una sociedad urbana. Interesantes fueron las áreas de la muestra que invitaron al visitante a participar en la construcción del me-dio urbano y en las conversaciones sobre el entorno construi-do. En talleres se discutió, además, sobre el acceso a la infraes-tructura urbana y el desarrollo de los espacios públicos como importante componente de la convivencia en las ciudades. En el aporte Ciudad en movimiento se contrastaron los proyectos de concurso para la capital, Brasilia, con innumerables bloques de construcción Lego colocados en mesas: una forma de formu-lar llamativamente la posibilidad de participar activamente en el desarrollo urbano más allá del gran plan. Finalmente, en el ni-vel de entrada al pabellón fueron exhibidas las propuestas que representaban a trece países extranjeros. Dinamarca y Francia presentaron sus aportes a la pasada Bienal de Arquitectura de Venecia y subrayaron, con la reiterada exhibición de cuestiones esenciales del desarrollo urbano, la importancia de la arquitec-tura para la sociedad. En forma refrescante y directa, el área de exposición de los Países Bajos animó a los visitantes a tomar la iniciativa. Proyectos internacionales mostraron posibilidades de apropiación de espacios públicos urbanos.

CUltURa de la ConstRUCCIón “Made In geRMany” El aporte alemán fue exhibido en el Centro Cultural São Paulo (CCSP), ubicado centralmente, en la Rua Vergueiro. El CCSP es un grandioso lugar de exposiciones: uno de los más polifacéticos si-tios culturales en la megalópolis de São Paulo, uno de esos luga-res en los que una excepcional arquitectura logra ofrecer espa-cios abiertos para el desarrollo de la sociedad urbana.

Allí, la Cámara Federal de Arquitectos (BAK) presentó 20 proyectos, entre nacionales e internacionales, de arquitectos e ingenieros alemanes. “Cultura de la construcción made in Ger-many” fue una clásica exhibición de logros de la arquitectu-ra alemana. “Muestra que los arquitectos e ingenieros alema-nes están en condiciones de erigir obras de nivel internacional que cumplen con las exigencias del futuro, particularmente en el área de la protección climática, la energía y la cultura arquitec-tónica, y que se construyen además de forma sostenible”, según lo formuló Sigurd Trommer, presidente de la BAK.

Por cultura de la construcción se entiende el proceso de pla-nificación del entorno arquitectónico con la participación de toda la sociedad. “La cultura de la construcción”, dice el filóso-fo Julian Nida-Rümelin “exige de los constructores sensibilidad estética y social; y de los ciudadanos, compromiso y participa-ción en el diseño de los espacios remodelados”. Los 20 proyec-tos expuestos presentaron la sostenibilidad como característica esencial de la calidad de la actual cultura alemana de la cons-trucción. La sostenibilidad se entiende en ese marco en el sen-tido de viabilidad de futuro de edificios y ciudades. El concepto no sólo abarca aspectos ecológicos y económicos, sino también –y sobre todo– socioculturales.

aRqUIteCtURa sostenIble El puente ferroviario sobre el río Ijssel en los Países Bajos proyectado por SSF Ingenieros y el puente sobre el Elba de LAP Ingenieros demuestran convincen-

Page 83: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

83/86Panorama

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Autor: Markus Lanz (1965), arquitecto, investigador urbano y fotógra-fo, es miembro fundador de The Pk. Odessa Co. En 2011 fue pro-fesor invitado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Actualmente imparte clases sobre el espacio urbano y Fotografía en la Universidad Técnica de Múnich y trabaja en un proyecto en Brasilia. Traducción del alemán: Pablo Kummetz

Información adicional sobre la ilustración:Arquitectura del libro La ampliación de la Biblioteca Nacional Alemana conecta el edificio histórico principal, de 1916, y la co-nocida como “torre de libros” de época de la República Demo-crática Alemana mediante una construcción de formas diná-micas. La cubierta ha sido optimizada desde el punto de vista energético; en el interior se emplea climatización geotérmica.

markus lanzarquitectura para todos: construyendo ciudadanía

Page 84: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

84/86Panoramailse Poljansek

“Berlín hizo de mí una fotógrafa.” Esta apreciación de la pro-pia artista encabezó la gran retrospectiva con que se rindió ho-menaje este invierno a la obra temprana de Gundula Schulze El-dowy en C/O Berlín, Foro de Diálogos Visuales, con fotografías realizadas entre 1977 y 1990. De las fotos, que se tomaron en Berlín oriental, Dresde y Leipzig hasta poco después del cambio político de 1989, se ha dicho justamente que están desprovistas de toda indulgencia; ciclos como Berlín en una noche de perros rompen tabúes; de tan directas, las imágenes están desembara-

zadas de falso pudor, pero no hay en ellas desvergüenza. Esas fotos en blanco y negro serían insoportables si su dureza docu-mental no estuviera compensada por el cariño que siempre sin-tió la fotógrafa por sus protagonistas.

Este repertorio de imágenes está tan ligado a la desapare-cida República Democrática Alemana (RDA) que ha llegado a ser considerado prácticamente como una encarnación de ese tiem-po y esa sociedad: “La obra de Gundula Schulze Eldowy se en-cuentra entre lo mejor que produjo la fotografía no oficial de la

“berlín es para mí la otra parte de Perú” la fotógrafa y autora gundula schulze eldowy. Una semblaza.

entRe

Gundula Schulze Eldowy, Ollantaytambo, Perú, de la serie Grito de lechuza de lo oculto, 2009. Foto y ©: la artista

Page 85: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

85/86Panoramailse Poljansekentremundos

En 2011 apareció su colección de cuentos Am fortgewehten Ort (En el lugar alejado por el viento). Allí resume su vida nóma-da, su existencia entre los mundos, que encarna en su obra y en su persona: “Para ser toda entera tuve que dividirme en el espa-cio y el tiempo. Lo que no soy en Alemania lo soy en Sudamé-rica. Lo que no puedo ser en Perú lo soy en Egipto. No vivo las distintas facetas de mi yo al mismo tiempo, sino sucesivamen-te en diferentes lugares. […] En Alemania soy artista de la ima-gen. En otros países soy arqueóloga, poeta, historiadora, místi-ca, sacerdotisa, cantora, filósofa, aventurera, esposa, maestra, sanadora, cocinera, jardinera – Hator, Sekhmet, Ianna, Mama Oc-llo, Ñusta, Jequetepeque, Ceridwen, Rhiamnon, Mnemosine… Y, mientras tanto, el arte es sólo un círculo ilustre en el traspa-tio de mi ser. Es una parte, no el todo. La fotografía me vincula a Alemania. Cuando tomo contacto con la artista, viajo a Berlín. Berlín es para mí la otra parte de Perú, donde vive la mitad de mí. Una parte soy yo la de aquí, otra parte soy yo la de allí”. <

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt RedaktionJunio 2012

Traducción del alemán: Francisco Díaz Solar

Autora: Ilse Poljansek escribe e investiga sobre arte contemporáneo en Europa y Latinoamérica.

RDA. Si valió la pena el experimento RDA, es por estas fotos”. Tal fue la valoración aparecida en Photo-International en 2011.

Sólo le fue posible desprenderse de la asociación casi inevi-table con Berlín oriental porque, según escribió otro reseñista, Gundula Schulze “nunca se aferra a un entorno, sino que es una mujer hambrienta de mundo”.

Y se dejó llevar por su hambre de mundo. Abandona Alema-nia en 1990, siguiendo una invitación nada menos que de Robert Frank (Zúrich, 1924), uno de los grandes e influyentes fotógrafos del siglo XX. A continuación vive muy cerca de él en Nueva York. Frank parece haber descubierto casi con clarividencia la ambi-valencia o dialéctica del arraigo local y la apertura a lo univer-sal (en sentido tanto geográfico como espiritual) cuando le escri-bió a su joven colega: “Eres un animal talentoso, capaz de abrir las puertas, y entonces, en el viaje de regreso encuentras esos souvenirs en tu cartera. The Beast in You is Germany… Continúa tu camino – Salut from Robert”. Después de los tres años en los EE.UU. vienen otros siete en Egipto, antes de comenzar en Perú una nueva etapa de su vida. ¿Quién puede explicar mejor sus motivos que la artista, que desde 1988 se dedica también a la poesía, la narración y el ensayo? Ella analiza desapasionadamen-te: “La mujer de mirada rígida que había en mí… Tenía que librar-me de ella”. En sus palabras para el catálogo de la exposición “Das unfassbare Gesicht / El rostro inconcebible” (2010) recuer-da: “El 30 de noviembre del año 2000 quedará grabado eterna-mente en mi memoria. Ese día llegué a Perú. No conocía a nadie allí, no hablaba una palabra de español, había seguido únicamen-te una intuición que me decía que allí me esperaba un lado ocul-to de mí misma. Estaba en el aeropuerto de Lima preguntándo-me: ¿Qué estoy haciendo aquí? Había roto con mi pasado. Quería dar un salto hacia lo nuevo. La fotógrafa que había sido hasta entonces parecía estar paralizada en la mirada de un sesentavo de segundo […] ¿Qué había pasado? […] Había cedido a la atrac-ción de un torbellino de imágenes en el que sólo importaba el acto de ver. Los fotógrafos son ciegos. No comprenden que exis-te otra cosa bajo la superficie… Se consuelan con una ilusión de ver, dan la impresión de que lo que ellos ven existe realmente”.

Gundula Schulze Eldowy describe en “Al acto de contemplar responde el de ser contemplado” (su contribución en el catálogo) su iniciación peruana en el territorio de la visión interior. Des-cubre cada vez más un lado chamánico en su personalidad, que no diferencia categóricamente entre la visión, el sueño y la rea-lidad. Se compenetra con el país, se casa en el norte de Perú, vive cerca de Trujillo. Ahora sabe que sus “fotos no tratan de Nueva York, El Cairo o Lima. Tratan del espíritu. Ser artista sig-nifica para mí estar cerca del espíritu”. Experimenta una pro-funda afinidad, si no una vinculación interna: “En Perú mi ros-tro se deshizo en mil pedazos. Volví a encontrarme en el legado de los antiguos peruanos que al igual que yo habían eterniza-do rostros. No en fotos, sino en telas y vasijas de barro, en pie-dra y en arena. […] otra persona tuvo hace miles de años la mis-ma concepción que yo”. Llega a estar segura de que “perciba lo que perciba, eso tiene que ver conmigo de una manera miste-riosa. También la fuerza de visión de los chamanes les viene de que lo que perciben en otros lo saben de sí mismos. El camino hacia los otros pasa por uno mismo”.

Page 86: Humboldt 157 Es

Humboldt 157Goethe-Institut 2012

86/86

© Goethe-InstitutPrinted in the Federal Republik of Germany

HUMBOLDT aparece dos veces al año.

Para cualquier pregunta sobre las suscripciones, diríjase por favor a [email protected]

HUMBOLDT se puede adquirir en nuestra webshop. Visítela en http://shop.goethe.de

Los artículos no siempre expresan ni coinciden plenamente con la opinión de la redacción.

Portada:Nasan Tur (1974, vive en Berlín)“Time for Revollusion”, 2008c-print, 150 x 200 cm, marco de madera, plexiglásFoto: cortesía de Nasan Tur© VG Bild-Kunst, Bonn 2012

PIe de IMPRenta

redacción:Isabel Rith-MagniUlrike Prinz

dirección:Frankenstraße 1353175 Bonn

comité asesor:Wolfgang BaderVittoria BorsòOttmar EtteBarbara GöbelAnne HuffschmidReinhard MaiwormBerthold Zilly

consejo editorial:Néstor García CancliniJuan GoytisoloWerner HerzogAxel HonnethRobert MenasseSebastião SalgadoBeatriz SarloAntonio Skármeta

editor:Secretario general del Goethe-InstitutPostfach 19041980604 München

internet: E-mail: [email protected]/humboldt

revisión de textos:Virtudes Mayayo

diseño:QWER: Michael Gais Iris Utikal

Isbn 0018-76152012/Número 157/Año 53

Protesta 2.0