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PENTSAMENDU ETA HISTORIA ALDIZKARIA. REVISTA DE PENSAMIENTO E HISTORIA. SABINO ARANA FUNDAZIOA. EKAINA 2010 JUNIO. Nº 34 ZBK. 5 ÉLITES DE NAVARRA ELKARRIZKETA: JOAN MARI TORREALDAI

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PENTSAMENDU ETA HISTORIA ALDIZKARIA. REVISTA DE PENSAMIENTO E HISTORIA. SABINO ARANA FUNDAZIOA. EKAINA 2010 JUNIO. Nº 34 ZBK. 5

ÉLITES DENAVARRA

ELKARRIZKETA:JOAN MARI TORREALDAI

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Ekainak 11, ostirala. Arratsaldeko laurak jo berriak. Une honetantxe nauzu irakurle lerro hauek idazten. Une honetantxe ere, Euskaditik ez dakit zenbat mila kilometrora, Hego Afrikako futbol mundu txapelketa lehen urratsak ematen hasi berria da. Hemendik eta hilabete batera, ez da besterik izango, futbola eta futbola. Zale-tuentzat gozamena, beste guztientzat matraka jasanezina.

Futbola gustatzen zait –Reala bihar igoko da, horretan ez dago zalantzarik-. Ongietorria beraz mundiala, nahiz eta badakidan “gorria”ren aitzakian futbol ona dastatu ez ezik, uholde gorri-horia jasan beharko dugula.

Mundiala dela eta ez dela, komunikabidee-tan ere ez dago besterik. Atzo bertan, gehigarri batek honela zion: “El mundo juega en África”. Bai horixe, pentsatu nuen. Horrexegatik, Herme-sen baloitik haratago joan nahi izan dugu. Afrika eta ez mundiala ekarri nahi izan dugu gogora, “Norantz doa Afrika?” izenburupean. Agian, batek zion bezala, hona izenburu egokiagoa: “Norantz daramagu Afrika?”.

Haiti-ra ere argazki-bidaia egin nahi izan dugu. Gogoratzen, duela bost hilabete mundua astindu zuen lurrikara hura? Agian ez zaigu ahaz-tu, baina munduak, eta munduarekin batera guk ere, nahiago beste aldera begiratu. 100 egun bete ziren egunean ateratako argazkiak ekarri ditugu gurera, gertatutakoaren isla baino, herrialde gara-tuenen hipokresiaren testigantza modura.

Mundua… eta Euskadi. Euskadi munduan. Joan Mari Torrealdai izan dugu solaskide. Ames-gaiztoaz, bidegabekeriaren korridoreaz eta inkisi-zioaz aritu zaigu, baita duintasunaz, elkartasunaz eta atxikimenduaz ere. Euskalgintzaren atzokoaz, gaurkoaz eta biharkoaz, erreleboaz eta berrial-diaz, buruaz eta bihotzez. Bejoindeizula, Joan Mari!

gure gaiak 4Eduardo Bidaurratzaga

Jokin Alberdi

Boitshoko Mokgatlhe

reflexiones 36Fernando Mikelarena

Ricardo Feliu

Toni Strubell

elkarrizketa 50Joan Mari Torrealdai

historia 72Koldo San Sebastián

kultura 82Rosa Miren Pagola

liburuak 90

gure gauzak 94

apunte director 98

Edita: Sabino Arana Fundazioa.

Director: José Antonio Rodríguez Ranz.

Cordinadora de edición:Olga Sáez.

Consejo de Redacción: Belén Greaves, Iñigo Camino, Sebastián García Trujillo, Iñaki Martínez de Luna, Andoni Ortuzar, Mari Karmen Garmendia, Fernando Mikelarena, Iratxe Molinuevo, Olatz González Abrisqueta, Manu Castilla, Asier Muniategi, Juan Luis Bikuña, Mikel Donazar, Iñaki Bernardo, Daniel Innerarity, Arantza Gandariasbeitia, Nino Dentici, José Luis Mendoza, Irune Zuluaga, Aitor Bikandi.

Colaboran en este número: Eduardo Bidaurratzaga, Jokin Alberdi, Boitshoko Mokgatlhe, Fernando Mikelarena, Ricardo Feliu, Toni Strubell, Pili Kaltzada, Koldo San Sebastián, Rosa Miren Pagola, Andres Urrutia.

Diseño: Logoritmo. Obra Gráfica~Fotografía: Tigú Guimarães. Imágenes entrevista: Txetxu Berruezo.

Imprime: Flash Composition SL.

Sabino Arana Fundazioa. Gran Vía, 29-5º. 48009 Bilbao. Tel: 94 405 64 50. [email protected] www.sabinoarana.org.

Depósito Legal: BI-986-01 ISBN: 1578-0058

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Recientemente, el continente africano parece estar generan-do un interés creciente por

parte de gran número de ac-tores internacionales, públicos y privados, que de diferentes formas quieren intensificar sus relaciones con África para aprovechar sus abundantes recursos y/o contribuir de di-ferentes formas a la mejora de sus condiciones de desa-rrollo. Comprender la realidad del continente, así como sus límites y potencialidades para la generación de desarrollo en función de la acción y combi-nación de los diversos actores externos e internos, se hace por tanto enormemente nece-sario, tanto para entender me-

jor el mundo en el que vivimos, como para poder contribuir a mejorar las condiciones de vida de la población africana.

En este sentido, el presente artículo preten-de revisar someramente algunos de los diagnós-ticos estereotipados más comunes de la realidad del continente, y ayudar a interpretar algunas de las transformaciones y tendencias más recientes, con la intención de dar luz sobre los posibles caminos hacia el desarrollo de las sociedades africanas.

DIAGNóSTICOS SIMpLES y UNIFORMES vS. hETEROGENEIDAD y COMpLEJIDAD

Pese a que el nivel de conocimiento de la realidad socioeconómica, política y cultural del continente es por lo general muy limitado en nuestras sociedades, parece bastante extendida la costumbre de hablar de los países africanos como una única realidad homogénea, afectada por todo tipo de males y desgracias imaginables. Es decir, a pesar de nuestro amplio desconocimiento de las

¿Hacia dónde va África?AlgunAS REFlExionES SoBRE El PASAdo REciEnTE y lAS PERSPEcTivAS FuTuRAS dEl conTinEnTE

Eduardo Bidaurratzaga Aurre

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sociedades africanas, paradójicamente, en nuestro imaginario colectivo aparece una percepción bien clara, repleta de estereotipos y simplificaciones de los problemas fundamentales que las afectan, incluso de las soluciones para los mismos. No obs-tante, la realidad del continente es mucho más di-versa y compleja de lo que habitualmente nos llega mediante la información que nos proporcionan los medios de comunicación, con un amplio abanico de luces y som-bras que dificultan la construcción de la habitual imagen uniforme del continente.

Una simple aproximación estadística sobre un pequeño gru-po de variables socieconómicas deja claramente de manifiesto que las sociedades y economías africanas distan mucho de ser homogéneas e identificables ba-jo un único patrón de compor-tamiento, o representativas de niveles de desarrollo similares. De hecho, diferencias realmente significativas se producen entre países como Mauricio, Seyche-lles, Sudáfrica, Botsuana, Libia, Túnez, Argelia, por un lado, fren-te a Níger, Sierra Leona, Mali o Etiopía, por otro, con un amplio abanico entre ambos extremos, en cuanto a variables como el PIB per cápita, las tasas de al-fabetización, las tasas de mor-talidad materna, o porcentaje de la población con acceso a agua potable, entre otras. En este sen-tido, es fundamental romper con este exceso de reduccionismo que tiende a con-vertir el conjunto del continente en una unidad de análisis que poco tiene que ver con la heteroge-neidad que realmente le caracteriza.

En esta misma línea, más allá de la de-cepcionante evolución en el logro de los ODMs en diferentes países de África Subsahariana, los

resultados varían mucho entre unos y otros, así como entre diferentes sectores y variables. De hecho, en las últimas décadas mientras muchos países han mejorado destacadamente las tasas de escolarización y alfabetización, se ha producido un fuerte descenso en la esperanza de vida de otros, particularmente en África Austral como con-secuencia de la pandemia de VIH/SIDA. Asimismo,

el acceso a información estadística desagregada para el interior de los países africanos, deja clara evidencia de las fuertes desigual-dades internas entre zonas rurales y urbanas, entre grupos de renta alta y baja, o entre hombres y mu-jeres respecto a un amplio número de variables socioeconómicas. Si el diagnóstico de la problemáti-ca del desarrollo en el continente varía sustancialmente entre secto-res, países, en el interior de ellos, o entre grupos sociales y sexos, las estrategias a implementar se deben adaptar también a cada situación y contexto, siendo muy conscientes de la complejidad de la problemática del desarrollo en cada caso.

A modo de ejemplo, un análisis simple de la problemática del VIH/SIDA en el continente, lo convertiría en el principal pro-blema de desarrollo, y llevaría a políticas no diferenciadas, y por tanto, erróneas, en un contexto de enormes diferencias en la tasa de prevalencia de VIH entre unas regiones y otras del continente.

A su vez, más allá del carácter prioritario para diversas sociedades africanas de un problema como el VIH/SIDA, frente a otras necesidades in-satisfechas, la simplificación de la problemática del desarrollo para dichas sociedades llevaría también a la implementación de políticas verticales de lucha contra enfermedades en el contexto de estados débiles y sistemas sanitarios públicos carentes de

Eduardo Bidaurratzaga AurreProfesor del dpto. de Economía Aplicada i de la uPv/EHu y miembro de Hegoa (instituto de Estudios sobre desarrollo y cooperación internacional).

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Es fundamental romper con este exceso de

reduccionismo que tiende a convertir el conjunto del continente en una unidad de análisis que poco tiene que ver con la heterogeneidad que

realmente le caracteriza.

Las estrategias a implementar se deben

adaptar también a cada situación y contexto.

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lo más básico, que precisan ser fortale-cidos y dotados de recursos humanos y materiales bajo una perspectiva de sostenibilidad.

¿FALTA DE DESARROLLO pOR INSUFICIENTE INSERCIóN EN LA ECONOMíA MUNDIAL?

Otra de las caracterizaciones habituales del continente, particularmente en las últimas décadas en el contexto de la globalización, es la que representa a África marginada o excluida de los principales flujos comerciales y de inver-siones extranjeras. Esta realidad, unida a la de la fuerte concentración en el continente de los países en los peores puestos en el ranking de desarrollo humano establecido por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ha llevado a un amplio número de analistas a interpretar que am-bas realidades están estrechamente relacionadas. Desde esta perspectiva, las abundantes carencias en términos de satisfacción de necesidades prima-rias en el continente obedecerían a su insuficiente integración en la economía global, y por tanto, la solución a sus problemas pasaría por hacer au-mentar el grado de apertura de sus economías, intensificando más aún el proceso de liberalización de las mismas. No obstante, el problema de las economías africanas no es de falta de globaliza-ción o de inserción en la economía mundial. Muy al contrario, las economías africanas se encuentran fuertemente insertadas en la economía mundial, siendo una de sus principales características el alto nivel de extraversión de las mismas: exceso de dependencia respecto a unos pocos productos primarios de exportación para los mercados del Norte, o respecto a diversas fuentes de financia-ción externa. En este sentido, no es descabellado plantear que estas economías se encuentran pro-fundamente integradas en la economía mundial, si bien en condiciones claramente desfavorables para su desarrollo. De este modo, lo fundamen-tal es establecer las condiciones para que dicha inserción se produzca de la forma más favorable posible, distanciándose del modelo dependiente y periférico que ha caracterizado a la mayor parte de las economías africanas hasta el momento.

A este respecto, es necesario recordar que el modelo de desarrollo de los países industrializados

ricos en el pasado, y el de algunos casos de éxito económico en diversos países del Este y Sudeste Asiático, nada tienen que ver con el implementado en África en el contexto de la liberalización econó-mica a ultranza de la mano de las políticas de ajus-te estructural en las últimas décadas. Asimismo, no debe olvidarse el ejercicio de incoherencia de quienes predican la liberalización económica como instrumento de desarrollo para las economías en desarrollo, a la vez que protegen los mercados en los que no son competitivos y subsidian sus pro-ducciones agrícolas, obstaculizando el desarrollo de este sector en dichas sociedades en desarrollo, que como en el caso de las africanas, son mayor-mente agrícolas.

Igualmente, los flujos comerciales y de in-versiones en el continente se caracterizan por una fuerte concentración sobre unos pocos productos y países. Es así el sector primario exportador, muy en particular el de hidrocarburos, el que acumula la mayor parte de las exportaciones e inversiones extranjeras. Y del mismo modo, en torno al 80% de las exportaciones e inversiones del continente en los últimos años se concentra en una decena de países. A partir de esta realidad, la diversificación de las economías del continente y el incremento de la participación en estos flujos de la mayor parte de países del continente se muestra claramente nece-saria, aunque ciertamente, no a partir de cualquier modelo, y enfatizando por tanto los aspectos cuali-tativos del comercio y las inversiones en las futuras relaciones de los países del continente entre ellos y con el exterior.

3~5. ¿Hacia dónde va África? Algunas reflexiones sobre el pasado reciente y las perspectivas futuras del continente. Eduardo Bidaurratzaga Aurre 4~5. ¿Hacia dónde va África? Algunas reflexiones sobre el pasado reciente y las perspectivas futuras del continente. Eduardo Bidaurratzaga Aurre

No debe olvidarse el ejercicio de incoherencia de quienes predican la liberalización económica como instrumento de desarrollo para las economías en desarrollo, a la vez que protegen los mercados en los que no son competitivos y subsidian sus producciones agrícolas, obstaculizando el desarrollo de este sector en dichas sociedades en desarrollo, que como en el caso de las africanas, son mayormente agrícolas.

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En el ámbito de las mencionadas incohe-rencias, cobra también fuerza de manera espe-cial la relativa al incremento de restricciones al movimiento de la mano de obra no cualificada a nivel internacional, en un contexto en el que la li-beralización de mercados se convierte en la piedra angular de la era de la globalización neoliberal, y donde paradójicamente esta forma de inserción en la economía mundial no se considera deseable. La importancia de las remesas en comparación con otros flujos internacionales, incluidos los de ayuda al desarrollo, ponen sobre la mesa una pie-za central del complejo puzle del desarrollo en el continente, que con frecuencia queda excluida del debate de un plumazo por parte de los gobiernos de los países industrializados ricos y diversos or-ganismos internacionales.

ALGUNAS TRANSFORMACIONES y TEN-DENCIAS RECIENTES

En materia de cooperación al desarrollo, en los últimos años se han abierto unas nuevas ten-dencias por medio de la Declaración de París (con sus principios básicos de Apropiación, Alineamien-to, Armonización, Rendición de cuentas mutua y Gestión en base a resultados), estableciendo un sustancial cambio de tornas con respecto a prác-ticas anteriores, que partían de la unilateralidad y atomización de los donantes, la volatilidad de los flujos en función de multitud de circunstancias en los países del Norte y las condicionalidades económicas y políticas. En esta misma línea, en materia de instrumentos, los denominados Sector Wide Approach (SWAp) para el apoyo a sectores específicos como salud o educación, entre otros, y el apoyo presupuestario, pretenden garantizar mayor estabilidad y sostenibilidad a los estados africanos en la implementación de su modelo de desarrollo. En cierto sentido, todo ello plantea una vuelta a la reconstrucción del estado africano en su función garante de servicios básicos, tras dos décadas de deconstrucción del mismo por la vía de políticas de ajuste de la mano de la doctrina del fundamentalismo de mercado establecida por el Consenso de Washington. Aunque la im-plementación de esta agenda es aún prematura, plantea una serie de cambios ineludibles a partir de determinadas tendencias no deseables de la etapa anterior, si bien el refuerzo de la sociedad civil como último fiscalizador de la acción de los

gobiernos se hace tan preciso co-mo la del fortalecimiento del estado africano.

Otro de los elementos que ha irrumpido recientemente en el debate sobre el desarrollo en el con-tinente africano es el de las nuevas tendencias de la cooperación de la UE en la era post-Lomé sobre la base de la promoción de áreas de libre comercio con países de África Subsahariana. Bajo el formato de los Economic Partnership Agreements (EPAs), la UE está pre-sionando fuertemente para la firma de estos acuer-dos, que además de reciprocidad en las relaciones comerciales entre socios con fuertes desigualda-des en términos de desarrollo y competitividad (a sumar a la protección al sector agrícola europeo), aspira a incluir también compromisos en temas sensibles como el de la liberalización de las inver-siones extranjeras de las empresas transnaciona-les europeas en el continente y la protección de los derechos de propiedad intelectual, entre otros. A este respecto, es preciso recordar que las empre-sas transnacionales son agentes económicos, pe-ro no necesariamente instrumentos de desarrollo. El hecho de que puedan favorecer el desarrollo en las economías receptoras dependerá mayormente de las condiciones en las que establezcan su acti-vidad, lo cual vendrá determinado por la calidad de sus inversiones, factor normalmente dependiente de las condiciones (los denominados requisitos de desempeño) establecidas por los gobiernos de dichas economías receptoras. Si por la vía de estos acuerdos los gobiernos africanos van a ver restringido su margen de maniobra para estable-cer este tipo de políticas, con el fin de garantizar los intereses de las empresas transnacionales, su

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Todo ello plantea una vuelta a la reconstrucción del estado africano en su función garante de servicios básicos, tras dos décadas de deconstrucción del mismo por la vía de políticas de ajuste de la mano de la doctrina del fundamentalismo de mercado establecida por el Consenso de Washington.

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capacidad de promover condiciones de desarrollo en sus economías se verá también sustancialmente mermada.

Y en este marco supuestamen-te desregulador, paradójicamente, nada se quiere saber de liberalización de los flujos migratorios, que, muy al contrario,

incrementa los obstáculos a la libre movilidad, y lleva a la in-troducción de una nueva forma de condicionalidad, la migratoria, vinculada a acuerdos de repatria-ción y control de flujos en origen. Bajo estas circunstancias, parece pertinente preguntarse, al igual que en el caso de los Tratados de Libre Comercio (TLCs) con países latinoamericanos, hasta qué punto este nuevo formato de regionalismo abierto supone real-mente un instrumento adecuado de desarrollo para las sociedades africanas. O si, por el contrario, se convierte en una forma de “integración” de las economías africanas en la economía global a partir de unas relaciones asimétri-cas generadoras de efectos dis-torsionadores y “desintegración” de sus economías a nivel local.

Finalmente, ante la con-troversia del denominado des-embarco de China en África, es importante analizar con deteni-miento los aspectos positivos y negativos de estas relaciones. Se ha hablado mucho de vino viejo en odres nuevos y de otra forma de neocolonialismo bajo la seña de no-condicionalidad (ni macroeconómica ni política) por parte del gobierno de Beijing. Sin embargo, más allá de la amplia literatura crítica en respuesta a la entrada en el área de influencia de la UE de alguien no invitado, es necesario tener en consideración los posibles efectos positivos de esta intensificación de relaciones comerciales,

inversoras y diplomáticas entre China y los países africanos, así como la ampliación del margen de maniobra de los gobiernos del continente para negociar en diversos foros ahora que un mayor número de países parecen interesarse por sus recursos. De la misma forma que las condiciones

y la calidad de dichas relaciones son fundamentales para la pro-moción del desarrollo en África, es preciso que analicemos en los mismos términos las actuaciones de “nuestros” agentes económi-cos, grandes transnacionales o pequeñas y medianas empresas, operando en el continente en diversos sectores, con el fin de intentar responder a la pregunta de ¿en qué medida contribuyen estos agentes a la mejora de las condiciones de vida de la pobla-ción africana?

Por último, en la línea de estas últimas argumentaciones, es preciso hacer mención a un concepto de uso creciente en los debates sobre cooperación al de-sarrollo, el de la coherencia de políticas. Este concepto plantea hasta qué punto son compatibles determinadas políticas exteriores de defensa sin tapujos de los inte-reses estratégicos o económicos de los países del Norte con la promoción del desarrollo de los países africanos por medio de la cooperación, o si de este modo no se acaba sino quitando con una mano lo que se da con otra.

REFLExIONES FINALESComo se apuntaba inicial-

mente, este texto ha pretendido poner sobre la mesa algunos de los temas fundamentales para

realizar un diagnóstico sobre la situación de África en la actualidad a partir de su pasado reciente y de algunas nuevas tendencias. En cuanto al futu-ro, más que preguntar hacia donde se dirigen las sociedades africanas, habría que plantear sobre

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Las sociedades africanas precisan por parte de

todos aquellos agentes que quieran acompañar

y contribuir a sus procesos de desarrollo, un compromiso firme, coordinado, coherente

y previsible a largo plazo, pero adaptado a las circunstancias y el contexto particular de cada una de ellas. Además de alcanzar

compromisos mínimos en cuanto al volumen de ayuda a destinar a los diferentes países

en función de sus necesidades, es necesario hacer especial hincapié en los aspectos cualitativos

de dicha ayuda.

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todo hacia dónde las dirigimos, con frecuencia, desafortunadamente, en contra de los intereses de la propia población africana, supuesta protagonista de su proceso de desarrollo.

Más allá de diferentes intervenciones coyun-turales, volátiles y en base a intereses geopolíticos y económicos de los países del Norte, las socieda-des africanas precisan por parte de todos aquellos agentes que quieran acompañar y contribuir a sus procesos de desarrollo, un compromiso firme, coordinado, coherente y previsible a largo plazo, pero adaptado a las circunstancias y el contexto particular de cada una de ellas. En este sentido, además de alcanzar compromisos mínimos en cuanto al volumen de ayuda a destinar a los di-

ferentes países en función de sus necesidades, es necesario hacer especial hincapié en los aspectos cualitativos de dicha ayuda. Desde una perspectiva amplia de coopera-ción al desarrollo, ello debería incluir a su vez cualquier otro tipo de ini-ciativa que mejore las posibilidades de ganarse la vida para la población africana de forma autónoma, lo que plantea importantes retos en mate-ria de coherencia de políticas en el caso de las normas internacionales que regulan el comercio, las inversiones y los flujos migratorios, entre otros aspectos. El intenso debate actual sobre el camino hacia el desarrollo en África po-ne de manifiesto que el pretendido consenso de las décadas anteriores sobre males y remedios para las economías del continente no era tal. Las alternativas para llegar al desarrollo pueden ser diversas y cada sociedad debería poder elegir su propio camino, bajo unas condiciones mínimas de democracia y participación de la ciudadanía y en el marco de unas relaciones internacionales más equilibradas y sin dobles raseros, que favorezcan la satisfacción de las necesidades básicas y la promoción del desarrollo humano. Cuanto más consigamos transformar la situación actual para aproximarla a dichas circunstancias, más factible será la generación de condiciones de desarrollo apropiadas para las sociedades del continente.

Más que preguntar hacia donde se dirigen las sociedades africanas, habría que plantear sobre todo hacia dónde las dirigimos, con frecuencia, desafortunadamente, en contra de los intereses de la propia población africana, supuesta protagonista de su proceso de desarrollo.

Tigú gUiMARãES

Fotógrafo, director, realizador y editor de documentales, interpreta y trabaja la comunicación como una posible y potente herramienta para la incidencia y el desarrollo. En Brasil siempre cercano a los movimientos populares estuvo involucrado en el movimiento de video popular y por la democratización de los medios de comunicación a partir de la mitad de la decada de los 80 hasta la mitad de los 90. Fue coordinador y responsable en implementar en los barrios de Nova Iguaçu, Baixada Fluminense, RJ, el proyecto de TV Comunitaria “TV MAXAMBOMBA”, proyecto referencia respecto al movimiento de video y de la democratización de la comunicación en Brasil así como en Latino América. A partir de 1995 se une a la ONG inglesa de Cooperación Internacional CIIR/CID/PROGRESSIO para trabajar como cooperante, transmitiendo su vasta experiencia en proyectos de comunicación popular a las organizaciones sociales. S u misión fue implementar otro proyecto de TV Comunitaria, esta vez en los barrios marginados de Santo Domingo, República Dominicana, donde ha vivido por 7 años. Las fotos fueron realizadas a los 100 DíAS DEL TERREMOTO EN HAITí.

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LOS pLANES DE DE-SARROLLO y COOpERA-CIóN pARA ÁFRICA

Desde el proceso de descolonización en los años 60 hasta nuestros días, África sigue jugando un rol de labora-torio de la política exterior y de cooperación al desarrollo de las potencias del Norte, mien-tras que estas intervenciones exteriores continúan siendo aceptadas por los dirigentes africanos como fuentes princi-pales de financiación externa para mantener sus exiguos Estados poscoloniales.

Durante la Guerra Fría, en África Subsahariana, las in-versiones externas, las prefe-rencias comerciales y la Ayuda

Oficial al Desarrollo (AOD) venían determinadas en buena parte por las lealtades políticas. La competencia de las antiguas metrópolis (Francia y Gran Bretaña) y el enfrentamiento entre el blo-que socialista y el capitalista fueron elementos que condicionaron fuertemente las agendas de desarrollo para África. El ocaso del socialismo real supuso la extensión cuasi-universal del actual modelo de capitalismo neoliberal occidental al conjunto de los países del Sur. De este modo, las políticas de ajuste estructural (PAE) y las demo-cracias liberales se convirtieron en los pilares de los programas de desarrollo para el África al Sur del Sahara.

Con el nuevo milenio, se constata el fracaso de la aplicación universal de la receta de creci-miento económico del consenso de Washington. Los escasos resultados de las PAE y de los proce-sos hacia la democratización y buena gobernan-za, llevaron a la comunidad internacional donante a consensuar un nuevo programa de desarrollo,

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Ayudando o perjudicando a África: las relaciones de la Unión Europea, España y el País Vasco con el continente

Jokin Alberdi Bidaguren

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que sin abandonar las políticas económicas neoli-berales, incorporan los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para tratar de reducir la pobreza y una agenda para mejorar la eficacia y la calidad de la Ayuda (Declaración de París), que pretenden unas nuevas relaciones entre donantes y recepto-res, inspiradas en los principios de apropiación y alineamiento, y en unos instrumentos de coopera-ción, que revisan las condiciones para seguir re-cibiendo AOD y préstamos internacionales. En un intento de recuperar las propuestas afrocentristas de épocas anteriores, y en este nuevo contexto en que las potencias del Norte apuestan por armoni-zar su AOD y alinearla con las estrategias fijadas por las propias/os africanas/os, se crea la Nueva Asociación para el Desarrollo de África (NEPAD) que provoca que la Organización para la Unidad Africana (OUA) se transforme en la Unión Africana (UA) en un intento de poner las bases de un nuevo proceso de integración.

Simultáneamente, va aumentando el prota-gonismo geoeconómico y el interés por los recursos naturales africanos (especialmente energéticos), y el consenso alcanzado tras la Declaración del Mi-lenio en torno a los ODM y la eficacia de la AOD, pactado entre Naciones Unidas, CAD/OCDE, BM, FMI, UE y las principales agencias donantes, pa-rece ir cediendo posiciones a los intereses de las potencias mundiales y de las empresas transnacio-nales. A las operaciones europeas y estadouniden-ses se le suma una creciente actividad inversora y

comercial de China. Los argumentos del beneficio mutuo y de la no injerencia en los asuntos internos africanos han facilitado un estrechamiento de los lazos de cooperación económica entre el gigante asiático y los diferentes países africanos, que han tenido su concreción en la Asociación Estratégica China-África. Ante esta situación, la Unión Eu-ropea, en la era Post-Lomé, trata de negociar nuevos Acuerdos de Asociación Económica (EPA) con los países africanos, mientras que sus Estados miembros, entre ellos España con sus Planes África, tra-tan de ganar posiciones en esta nueva carrera por los recursos africa-nos. Casi una década después, una vez más, los planes de desarro-llo de los gobiernos y sociedades africanas parecen supeditarse a estas estrategias de asociacionismo con las economías ricas del Norte.

LA ASOCIA-CIóN ESTRATÉGICA UE-AFRICA

Las relaciones comerciales y de co-operación al desarrollo entre la UE y África tra-dicionalmente se han encauzado a través de dos grupos regionales: los 4 países africanos que pertenecen a la Asociación Euromedi-terránea, y que a su

Jokin Alberdi Bidaguren

Profesor del dpto. de derecho constitucional, Administrativo y Filosofía del derecho de la uPv/EHu,

miembro de gERniKA gogoRATuZ, centro de investigación para la Paz y Transformación de

Conflictos, y HEGOA, Instituto de Estudios de desarrollo y cooperación internacional. Este trabajo tiene como base un trabajo de investigación sobre la política exterior y de cooperación de la uE y España con África realizado conjuntamente con el profesor Bidaurratzaga.

Las relaciones comerciales y de

cooperación al desarrollo entre

la UE y África tradicionalmente

se han encauzado a través de dos grupos regionales:

los 4 países africanos que

pertenecen a la Asociación Euro-

mediterránea, y que a su vez están

englobados también dentro

de la Política Europea de Vecindad, y

los 48 países africanos del

grupo ACP (que agrupa a 79

países de África, el Caribe y el

Pacífico).

La competencia de las antiguas metrópolis (Francia y Gran Bretaña) y el enfrentamiento entre el bloque socialista y el capitalista fueron elementos que condicionaron fuertemente las agendas de desarrollo para África.

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vez están englobados también dentro de la Política Europea de Vecindad, y los 48 países africanos del grupo ACP (que agrupa a 79 países de África, el Caribe y el Pacífico).

Con el nuevo milenio, este es-quema basado en diferentes estrate-gias y marcos formales de relaciones para África es complementado por

la que se ha venido a denominar la modalidad de Asociación UE-África. La I Cumbre UE-África (2000) adoptó el Plan de Acción de El Cairo don-de se especificaban sus principales ámbitos de actuación (cuestiones económicas, integración

de África en la economía mundial, derechos huma-nos, democratización y paz y lucha contra la po-breza). A pesar de estar prevista para el año 2003, la II Cumbre UE-África no se celebró hasta el 2007. Tras la celebración de esta II Cumbre de Lis-boa (2007) se pone en marcha la Estrategia para el Primer Plan de Acción (2008-2010) que se cen-tra en diferentes áreas de asociación estratégica1. Para noviembre del 2010, está prevista una III Cum-bre UE-África en Tripolí, donde se evaluaran los resultados de este primer plan y se diseñarán los elementos fundamenta-les del próximo Plan de Acción.

Una revisión de los documentos de las troikas ministeriales UE-África y de los diferentes grupos de trabajo de esta Aso-ciación UE-África y del informe de seguimiento de este Plan de Acción (SEC (2009) 1064 final) sugiere algunos avances

en una condicionalidad más positiva, que prioriza el diálogo político frente a medidas punitivas2, aunque también constata un fuerte desequilibrio entre las iniciativas emprendidas en las ocho áreas de asociación estratégica y la falta de re-sultados tangibles.

Tras una década de andadura de la Aso-ciación UE-África surgen dudas sobre si esta mo-dalidad de Asociación está teniendo resultados positivos en términos de desarrollo para el con-tinente africano. No se han reforzado las capaci-dades productivas en África ni la autosuficiencia colectiva, no se ha avanzado en la integración afri-cana, ni se han desarrollado las infraestructuras, no hay resultados esperanzadores en términos de democratización, derechos humanos y paci-ficación y tampoco parece que se hayan puesto las bases para frenar el deterioro ambiental. Al contrario, la UE al impulsar las negociaciones so-bre los EPA y el diseño de una agenda de la OMC que le es beneficiosa, y al posibilitar políticas fa-vorables a las ETN, tienen el efecto contrario en el desarrollo del continente. La UE y sus Estados miembros tienen más interés en participar en la carrera por recursos naturales africanos, por lo que no han conseguido resultados relevantes en sus objetivos de la lucha contra la pobreza. Mien-tras, la continuidad de las políticas neoliberales favorables a las ETN y al agronegocio y las po-líticas proteccionistas europeas (principalmente la Política Agrícola Común –PAC–) provoca que millones y millones de campesinas/os sigan vién-dose obligados a emigrar a las ciudades africanas y europeas, y no puedan protagonizar procesos de desarrollo en sus comunidades. En definitiva, se sigue sin prestar suficiente atención a las di-mensiones estructurales, culturales, históricas y de injerencia externa que contribuyen a explicar la fragilidad de muchos de los Estados africanos y los escasos resultados en materia de desarrollo, democratización y derechos humanos.

EL pLAN ÁFRICA DEL GOBIERNO ES-pAÑOL

Los Planes África liderados por el Ministe-rio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC) de España, aprobados tras la crisis de los ca-yucos, no son ajenos a estas tendencias que venimos describiendo. El gobierno español optó

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Tras una década de andadura de la Asociación UE-África surgen dudas sobre si esta modalidad de Asociación está teniendo resultados positivos en términos de desarrollo para el continente africano. No se han reforzado las capacidades productivas en África ni la autosuficiencia colectiva.

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por articular un plan que tratara de poner orden sobre los objetivos ge-nerales y prioridades geográficas de la acción exterior española y tomar posiciones ante los notables cam-bios que se estaban produciendo en el escenario africano.

Con el I Plan África (2006-2008), además de Latinoamérica y el Magreb, el gobierno español convirtió África en una prioridad de su política exterior. El Plan esta-bleció unas prioridades geográficas en base a los vínculos económicos y comerciales (Angola, Mozambi-que, Sudáfrica y Nigeria), históricos (Guinea Ecuatorial) y de regulación de los flujos migratorios (Senegal, Malí y Mauritania). Debe destacarse que esta priorización geográfica no coincidía con la del Plan Director de Co operación Española (2005-2008), lo que ha provocado importantes niveles de confusión y descoordi-nación en la planificación de las acciones de política exterior y de cooperación entre los gestores de la cooperación pública española y el cuerpo diplomático en los distintos países.

Este Plan español para África no es estrictamente una iniciativa de cooperación al desarrollo, ya que incluye: la promoción de los inter-cambios comerciales; el fomento de la inversión española; el apoyo a la actividad pesquera y la participación de las empresas españolas en la ex-plotación de hidrocarburos; el apoyo a los países africanos para fortalecer el control de fronteras y acuerdos de cooperación migratoria y readmisión a cambio de AOD. La inclusión de estas líneas estratégicas ha sido valorada por algunos secto-res como un acto de honestidad, o al menos de mayor transparencia que en el pasado, en tanto que se concebía como un esfuerzo por congeniar los principios éticos y solidarios con los intereses propios, sin ocultar los segundos. Sin embargo, desde otra óptica, este I Plan África no fue más que el reflejo de la histórica tensión existente

en el seno del MAEC, donde afloran dos vi-siones contrapuestas sobre la razón de ser de la cooperación al desarrollo. Por un lado, aquella que supedita la Ayuda Oficial Española a los intereses geo-es-tratégicos y económi-cos españoles, y otra visión que entiende la cooperación como un instrumento transformador de las relaciones in-justas entre países ricos y países pobres.

Los resultados del I Plan fue-ron más bien exiguos, y de ser re-levantes, lo fueron en el ámbito de la cooperación para el control de los flujos migratorios africanos. En el ámbito comercial e inversor, destacar que los instrumentos de apoyo a las pequeñas y medianas empresas es-pañolas para promover el comercio y las inversiones en África (COFIDES, APPRI, FAD, FEV), en tanto que son bastante desconocidos, no fueron de-terminantes en la decisión de las em-presas españolas para invertir en el continente. Sin embargo, se constata una creciente actuación de grandes empresas como REPSOL-YPF, en especial en Guinea Ecuatorial, Pes-canova, que se expande rápidamente

en diversos países del África Austral, y otras ETN de origen español, que cada vez muestran más interés por entrar en el continente.

Tampoco destacaron las medidas para pro-mover la paz y la democracia en África emprendi-das por el gobierno español en estos dos últimos años. En lugar de participar activamente en la resolución del conflicto del Sahara Occidental y la democratización de Guinea Ecuatorial donde su papel de ex potencia colonial podría haber sido re-levante, se ha limitado a apoyar la estrategia de la UE en este ámbito y activar algunas iniciativas de lucha contra el terrorismo internacional de las que no se conocen sus resultados. Sin embargo, la fir-

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Se sigue sin prestar suficiente atención a las dimensiones

estructurales, culturales,

históricas y de injerencia externa que contribuyen a

explicar la fragilidad de muchos de

los Estados africanos y los

escasos resultados en materia

de desarrollo, democratización

y derechos humanos.

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ma de varios Acuerdos Bilaterales de Cooperación Migratoria con países de origen y tránsito de emigrantes ha-cia España, el intento de trasladar al marco de la UE la responsabilidad del control de fronteras exteriores de la Unión (fortalecimiento de la Agencia FRONTEX y la creación de Equipos de Intervención Rápida), la colabo-ración en la capacitación institucional para el diseño de políticas migratorias y de lucha contra la inmigración ile-gal de los países africanos (proyecto Seahorse), junto con algunos pro-yectos de codesarrollo orientados a minimizar la decisión a emigrar (pro-yecto REVA) confirmaron la apuesta española por una nueva modalidad de condicionalidad que, a cambio de la colabora-ción en la repatriación de “emigrantes ilegales” o el mayor control en los paí-ses de origen, promete un incremento de la ayu-da y de las inversiones.

En cuanto al II Plan África (2009-2012) recientemente aprobado, destacar que si bien ha sido consultado con dife-rentes actores, sigue una línea muy similar al ante-rior. Parece ser que las mismas incoherencias se mantienen, como, por ejemplo, el envío de AOD

a países como Guinea Ecuatorial, Mauritania y Nigeria, que retroceden en términos de demo-cracia y derechos humanos, pero que son socios preferentes en términos comerciales de recursos naturales africanos, o, a la vez que se fija como objetivo la consolidación de la paz en este II Plan, se mantiene el comercio de armas entre España y diferentes países africanos en conflicto.

A pesar de la retórica a favor de los retos globales, el resultado ha sido unos planes fuer-

temente centrados en los intereses españoles, que han puesto el énfasis en aspectos como la seguridad energética, migratoria, pesquera…del Estado español. Se han antepuesto estos intere-ses de seguridad frente a otros intereses comunes y compartidos como la lucha contra la pobreza, la promoción del desarrollo humano sostenible, la democracia o los derechos humanos. Además, la prácticamente nula negociación del Plan con otros actores clave, tanto de la sociedad civil como de los socios africanos, le ha restado importancia y peso político, teniendo un papel marginal en los debates reales sobre las relaciones África Subsa-hariana-España.

LOS pRIMEROS pASOS EN LAS RELACIONES DE EUSKADI CON ÁFRICA

Es indudable que, en las últi-mas décadas, los gobiernos locales y regionales, al igual que la Unión Europea, han ido incrementando su representación en la escena política internacional, y en el caso español, si bien es cierto que existen algunas limitaciones en tanto que las relacio-nes internacionales son competencia exclusiva del Estado, las CCAA han desarrollado de manera importante su acción en el exterior. Esta creciente participación de los entes subesta-tales en el escenario internacional no está ausente de polémicas, en tanto que en ciertas ocasiones estos actores no centrales optan por no someterse a las directrices de los gobiernos estatales y sus agencias donantes. El incremento de los in-tercambios internacionales, la mayor

dificultad para distinguir entre política exterior e interna y la erosión del significado de la territoria-lidad y la soberanía estatal justifican que CCAA como Euskadi estén optando por ir configurando su propia acción exterior y de cooperación. Aun-que hay que adelantar que las iniciativas con el continente africano hasta el momento son más bien testimoniales.

Como recogen Pérez Armiño y Mendia (2002)3, el Gobierno Vasco en el exilio con

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A pesar de la retórica a favor de los retos globales,

el resultado ha sido unos planes

fuertemente centrados en los intereses

españoles, que han puesto el énfasis en

aspectos como la seguridad energética, migratoria,

pesquera…del Estado español.

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su labor diplomática, además de facilitar la evacuación de los re-fugiados vascos, pro-curó el mantenimiento de la legitimidad del autogobierno vasco y proyectar al exterior la realidad política y cul-tural de Euskadi. Tras la transición hacia la democracia y la instau-ración del Estado de las Autonomías, la acción exterior vasca de los 80 se caracterizó por el mantenimiento de las relaciones con las co-munidades vascas en la diáspora. Mientras que en los 90, una vez constituida la Secreta-ria General de Acción Exterior, dependiente de Lehendakaritza, se centró sobre todo en la proyección del autogo-bierno hacia el exterior, particularmente en la proyección en Europa. Los gobiernos de coa-lición PNV-PSE se re-partieron los papeles: mientras que el PNV mantenía la Secretaría General de Acción Ex-terior, y en consecuen-cia de la cooperación al desarrollo, impulsando acciones orientadas a la proyección del auto-gobierno local hacia el exterior y a fortalecer el vínculo con las diás-poras, el PSE-EE se

responsabilizó del Departamento de Comercio, Consumo y Turismo, que desarrollaba las acti-vidades de promoción de la economía vasca en el extranjero, principalmente en América Latina. Nacionalistas y socialistas no coincidían en las motivaciones y el sentido de la acción exterior.

En el tripartito inaugurado durante el 2001 (EAJ/PNV-EA-IU/EB), el PNV mantuvo la cartera de acción exterior, recuperando la promoción turística y empresarial en el exterior, aunque trasladó la cooperación al desarrollo al De-partamento de Vivienda y Asuntos Sociales en manos de IU/EB. El entendimiento en estas materias entre las formaciones políticas en el Gobierno en las dos legislaturas ha resulta-do algo mejor, en tanto que se pone en marcha un proceso orientado a la búsqueda de un mo-delo renovado propio de cooperación descentra-lizada, que no plantea excesivas contradiccio-nes con el resto de ac-tuaciones en el exterior. Si bien, tampoco se puede afirmar que las políticas de promoción comercial y empresarial fueran plenamente co-herentes con la política oficial vasca de coope-ración al desarrollo. En lo que respecta al nue-vo Gobierno del PSE, configurado tras las elecciones del 2009, resulta demasiado tem-prano para hacer un balance sobre su polí-tica de acción exterior y cooperación al desa-rrollo. No obstante, la reciente visita del nue-vo lehendakari a Brasil, tampoco ha evidencia-do excesiva coherencia entre la promoción de los intereses económi-cos y comerciales, y la creciente solidaridad de la sociedad vasca con este país, en tanto que

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La reciente visita del nuevo lehendakari a Brasil, tampoco ha evidenciado excesiva coherencia entre la promoción de los intereses económicos y comerciales, y la creciente solidaridad de la sociedad vasca con este país, en tanto que ha visitado al presidente Lula acompañado de diversos representantes del sector empresarial vasco, y no se ha reunido con organizaciones sociales brasileñas con las que la sociedad vasca tiene importantes iniciativas de cooperación al desarrollo financiadas por el propio ejecutivo autonómico.

El reciente marco normativo e institucional

del que se han dotado las

instituciones vascas en el ámbito de la cooperación al desarrollo posibilita la

consolidación de otras fórmulas

de cooperación (cooperación directa entre instituciones

vascas e instituciones

africanas, cooperación a

través de fondos multilaterales

que trabajan en África, apoyo

presupuestario…) que habrá

que ver cómo evolucionan y

qué resultados ofrecen.

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ha visitado al presidente Lula acompa-ñado de diversos representantes del sector empresarial vasco, y no se ha reunido con organizaciones sociales brasileñas con las que la sociedad vasca tiene importantes iniciativas de cooperación al desarrollo financiadas por el propio ejecutivo autonómico.

Como se puede apreciar el vín-culo entre Euskadi y África ha sido más bien escaso, siendo de re-saltar el paulatino incre-mento de la cooperación descentralizada que lle-van las ONGD vascas con el continente negro, y que está apoyada por diferentes fondos de las instituciones vascas. De momento, no hay sedes del Gobierno Vasco ni casas vascas, y las re-laciones económicas y comerciales están poco desarrolladas. El Plan Estratégico y Director de Cooperación al De-sarrollo (2008-2011) del Gobierno Vasco, esta-blece que un mínimo del 25% del total de los fondos geográficamen-te distribuibles lo serán para África (es decir, en-tre 10 y 15 millones de € anuales). Este Plan también prioriza 9 paí-ses de bajo desarrollo humano (RASD, Ango-la, RD Congo, Ruanda, Burundi, Mozambique, Costa de Marfil y Ugan-da) sin imposibilitar que se puedan llevar a ca-bo proyectos en otros países. También las Diputaciones forales y algunos ayuntamientos están destinando cada

vez más recursos para financiar las propuestas de las ONGD vascas que trabajan en África, des-tacando el caso de la Diputación foral de Araba, que destina aproximadamente un tercio de sus recursos de cooperación a África.

Por último, destacar que el reciente marco normativo e institucional del que se han dotado las instituciones vascas en el ámbito de la co-operación al desarrollo posibilita la consolidación de otras fórmulas de cooperación (cooperación directa entre instituciones vascas e instituciones africanas, cooperación a través de fondos multila-terales que trabajan en África, apoyo presupuesta-rio…) que habrá que ver cómo evolucionan y que resultados ofrecen.

EL FUTURO DE LAS RELACIONES DE LA UE, ESTADO ESpAÑOL y EUSKADI CON ÁFRICA

En resumen, la política exterior y de co-operación de la UE y del Estado español parecen enmarcase dentro de una misma lógica discursiva y de una misma práctica próxima a la nueva orto-doxia dominante del desarrollo y la cooperación, que apuesta por la combinación de los intereses geoestratégicos y económicos propios con los discursos humanitarios socialmente más acepta-bles, entendiéndolos como perfectamente compa-tibles. Cuando la cuestión es, si estas iniciativas comentadas en este trabajo, están realmente ba-sadas en un verdadero equilibrio de las relaciones entre la Unión Europea y los países africanos. En el final de esta primera década del nuevo milenio, se comprueba que la lucha contra la pobreza y los ODM han dejado de ser la agenda central de la Comunidad Internacional para África y que la apropiación de los procesos de desarrollo por los gobiernos y sociedades africanas y el alineamien-to de la AOD de los donantes a las estrategias diseñadas por éstos, no se están materializando debidamente.

Ni los principales contenidos de la Asocia-ción UE-África, ni los planes África del gobierno español han sido capaces de corregir las relacio-nes desequilibradas y verticales existentes entre estos actores. Al contrario, es evidente que el interés solidario por el desarrollo del continente africano sigue eclipsado por las prioridades in-

Ni los principales contenidos de la Asociación UE-África, ni los planes África del gobierno español han sido capaces de corregir las relaciones desequilibradas y verticales existentes entre estos actores.

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versoras, agrícolas, comerciales, migratorias y de política exterior de la Unión Europea y España.

Como se acaba de describir, la acción ex-terior de Euskadi hacia África está prácticamente limitada a la cooperación descentralizada al de-sarrollo, y es posible, que en los próximos años, se incrementen las iniciativas inversoras y comer-ciales. De momento, la priorización geográfica de la AOD vasca no parece estar tan sujeta a otros intereses, y parece estar inspirada por un modelo de cooperación de solidaridad real comprometida con el desarrollo equitativo. Los retos están en no supeditar esta cooperación a otros intereses y en diseñar un modelo de asociación entre Euskadi y África capaz de avanzar en esa solidaridad real que oriente todas las nuevas relaciones en la di-rección de un verdadero desarrollo humano para las/los africanas/os.

En definitiva, si lo que se pre-tende es que la intensificación de las relaciones económicas, políticas y de cooperación con los países africanos contribuyan a la promo-ción del desarrollo en el continente, no puede ser que se mantengan estos esquemas de incoherencia de políticas y de asociacionismo interesado. En Euskadi, tenemos la oportunidad de seguir acompañan-do modestamente algunas iniciati-vas de desarrollo de las personas que viven en el continente, de articular unas relaciones más justas y solidarias entre nuestros pueblos, y de mostrar a los actores hegemónicos del escenario internacio-nal que este tipo de relaciones son posibles. Pero si queremos que las relaciones con África avancen en esta dirección, tenemos que trabajar duro.

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NOTAS

1. Estas áreas estratégicas son: paz y seguridad; gobernanza democrática y derechos humanos; comercio; in-tegración regional e infraestructura; ODM; cambio climático; migraciones, movilidad y empleo; ciencia y sociedad de la información y espacio.

2. El diálogo político parece haberse incrementado en estos últimos dos años ya que se ha producido un considerable aumento de los contactos entre las autoridades africanas y de la Unión. Sin embargo, el doble rasero no parece haber des apare-cido. Algunos países como Guinea ecuatorial, Nigeria…, a pesar de sus malos indicadores en democracia y derechos humanos

siguen manteniendo relaciones privilegiadas con la UE, mien-tras que países como Costa de Marfil, Liberia, RD del Congo, Sudán y sobre todo Zimbabwe, siguen padeciendo medidas res-trictivas y embargos que cuestionan el nuevo espíritu dialogante de las instituciones comunitarias.

3. PÉREZ ARMIÑO, K; MENDIA, I. (2002). La acción exterior vasca y América Latina: motivaciones, instrumentos y evolución. En Freres, C. y Sanz, A. (Eds.) Las comunidades autónomas españolas y América Latina: Una nueva dimensión de la conexión Iberoamericana. AIETI, pp. 195-228.

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vISIóN GENERAL Intentaré estructurar mi

discurso de tal manera que permita comprender los ante-cedentes históricos de Botswa-na, sobre los que se asienta su futuro. Me centraré en gran medida en el desarrollo social y político del país a lo largo de los años, especialmente en su transformación de protectora-do británico con una economía rural caracterizada por la po-breza a un país democrático reconocido como tal en todo el mundo. La posición que ocupa Botswana actualmente es el resultado de la combinación de varios factores de desarro-llo, entre los que las políticas estratégicas adoptadas por los líderes del país y, naturalmen-te, la respuesta de la ciuda-danía a dicho liderazgo han desempeñado un papel clave. Debe tenerse en cuenta que el éxito del país se debe en parte a las políticas adoptadas por

agentes externos en sus relaciones con el país. En todo caso, un país se convierte finalmente en aquello que sus ciudadanos quieren que sea y se esfuerzan por conseguir. Bajo esta perspectiva, el éxito del país podría explicarse mediante la deci-siva determinación del conjunto de los batswana para avanzar en este sentido tras su autodetermi-nación.

SENSATEZ y vALíA DE LOS DIRIGENTES EN EL MOMENTO DE LA INDEpENDENCIA

Botswana está considerado a nivel general como uno de los países más democráticos de Áfri-ca. La paz y la estabilidad imperantes en el país le permiten seguir progresando significativamente en lo relativo al nivel de desarrollo. Para explicar porqué es así, probablemente debería señalar en primer lugar que uno de los aspectos que diferen-cian a Botswana de otros muchos países africanos de la post-independencia es indudablemente la valía de los líderes con los que inició su andadura. Si bien resulta innegable que en el momento de la independencia el país contaba con un número de ciudadanos con formación académica muy re-ducido, el liderazgo ejercido por sus políticos, con Sir Seretse Khama y Sir Quite Masire al frente, fue ciertamente decisivo, centrado y cargado de buenas intenciones. Los dirigentes del país pare-

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AKUna Bostwana próspera después de la independencia ¿noS EnconTRAMoS AnTE un MiSTERio AFRicAno?

Boitshoko Mokgatlhe

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cían estar firmemente decididos a asegurar que éste consiguiera y mantuviera su independencia contando con el respaldo total de todos sus ciuda-danos. En su libro “Very brave of very foolish; Me-moires of an African democrat”, Sir Quite Masire señala que “Los miembros del gabinete de Seretse y del Parlamento eran personas de altos ideales que actuaron con valentía y honestidad”.

Los dirigentes del país eran personas que creían fuertemente en la nación de Botswana, dejando en un segundo plano su propia filiación tribal, lo cual, desgraciadamente, no ha sido nor-malmente el caso en la mayoría de los países post-coloniales. Si bien Seretse era uno de los jefes del fuerte grupo tribal Bangwato, renunció a su cargo para participar en la política nacional. Estaba convencido de que era la nación, y no su tribu, la que precisaba de su fuerte liderazgo en el momento de la independencia. Encontró un sólido apoyo en su vicepresidente, procedente de otra tribu y sin sangre real en sus venas. Su estilo de liderazgo le permitió obtener el apoyo en cuerpo y alma de las masas desde un primer momento, que se mostraron dispuestas a seguirle en su nuevo liderazgo político.

En su discurso de investidura tras la reciente victoria electoral de su partido en las elecciones del 2009, el presidente de Botswana, Ian Khama, se expresó de la siguiente manera: “Permítanme reiterar que, como estoy seguro es el caso de to-dos ustedes, siento el máximo apego y respeto por los principios de la democracia y la libertad. Es la adhesión a estos valores lo que permite a nuestro pueblo participar en la creación de un futuro común que nos pertenezca a todos”. Éstos son los mismos valores que han seguido marcando la pauta de los dirigentes de Botswana desde la independencia y que, indudablemente, han calado profundamente en el corazón y en la mente de los ciudadanos.

LA NO ExISTENCIA DE UNA LUChA pOR LA LIBERACIóN DE BASE TRIBAL

Además de la valía de los dirigentes del país tanto en el momento de alcanzarse la independen-

cia como actualmente, es necesario señalar que Botswana nunca militarizó la lucha popular para liberar el país. En los casos en los que se produjo la militarización, la lucha estuvo encabezada fun-damentalmente por ciertas tribus como, por ejem-plo, los Kikuyu (Mau Mau) en Kenya o los Shona en Zimbabwe. La Rebelión del Mau Mau, por cier-to, se celebra en Kenya el 20 de octubre bajo la denominación de Día de Kenyatta. En resumen, algunas de estas luchas de liberación africanas tenían una base tribal. Por el contrario, en las tri-bus de Botswana nunca se produjo ningún tipo de proceso a gran escala de militarización moderna, ni para combatir entre ellas ni para expulsar a los colonizadores.

Probablemente éste sea uno de los prime-ros ejemplos de la razón por la que el recurso a la insurrección militar nunca se afianzó realmente en la sociedad de Botswana. A pesar de que en la historia son incontables los ejemplos de luchas de liberación militarizadas que finalmente consiguie-ron su objetivo, el caso de Botswana es diferente en el sentido de que no era posible identificar a ningún grupo de personas o tribu como único responsable de la liberación del país. Así pues, a partir de la independencia no ha habido una única tribu que monopolizara el poder y los recursos del estado. Cuando el Partido Democrático de Botswana (BDP) llegó al poder en 1965 tras las pri-meras elecciones, el partido estaba liderado por un noNgwato y su mano derecha era moNgwaketse, ambos sin ninguna etiqueta de héroe de liberación y procedentes de dos tribus distintas.

Boitshoko MokgatlheResponsable de asuntos políticos de la Oficina de Enlace de la unión Africana en Sudán

Los dirigentes del país eran personas que creían fuertemente en la nación de Botswana, dejando en un segundo plano su propia filiación tribal, lo cual, desgraciadamente, no ha sido normalmente el caso en la mayoría de los países post-coloniales.

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Se ha aducido que en otros países africanos, en los que las tribus participaron en la lucha por la libera-ción, se tendió a considerar a dichas tribus como las únicas con derecho a gobernar las naciones recién indepen-dizadas. En la mayoría de los casos estos movimientos ni siquiera estaban preparados, tanto en lo relativo a la formación como a la experiencia, para hacerse con las riendas del poder.

Además, estos grupos se mostraban re-celosos con respecto a cualquier otro grupo que no hubiera participado en la lucha por la libera-ción. Esta desconfianza tuvo efectos nefastos, ya que dichos movimientos heredaron sistemas de gobierno con los que no estaban familiarizados. En ciertos momentos, incluso si realmente lo estaban, tendían a cen-trarse exclusivamente en el desarrollo de sus propias áreas tribales, lo que inexorablemente dio lugar a desastres eco-nómicos que provoca-ron el descontento y las fricciones internas que desembocaron en situa-ciones de guerra civil. Si bien algunos países africanos implantaron democracias parlamen-tarias, y de ello hay va-rios ejemplos, la realidad es que los presidentes tendían a concentrar en sus manos todo el poder en lo relativo a la deci-sión de qué áreas debía ser objeto de proyectos de desarrollo ignorando al parlamento electo. Al-gunos de ellos llegaron

hasta el extremo de fusionar sus tribus minoritarias con otras más pequeñas con el fin de incrementar su ventaja competitiva numérica.

Sin embargo, el gobierno posterior a la independencia de Botswana estaba formado por representantes electos. Estas nuevas élites de la sociedad procedían de diferentes regiones del país y, en la mayoría de los casos, se trataba de perso-nas que disfrutaban de una buena posición en sus respectivas tribus, tanto económicamente como en otros sentidos. Como resultado de ello, no estaban impulsados por el deseo de enriquecerse a costa de la ciudadanía general. Consideraron adecuado implementar los Planes de Desarrollo Nacional (NDP) quinquenales de Botswana para el desarro-llo de todas las regiones del país. Además, si bien el diseño y la presentación de los presupuestos generales corría a cargo del ejecutivo en el Par-lamento, los legisladores tenían la posibilidad y la responsabilidad de responder a dicha propuesta mediante debates, resaltando las áreas que, según su opinión, deberían ser objeto de un tratamiento prioritario en beneficio de sus habitantes.

También hay que tener en cuenta que en algunos países, como es el caso de Ghana, la independencia se consiguió mediante protestas masivas de carácter nacionalista y no mediante levantamientos violentos. Esto permitió que nun-ca se desarrollara una cultura de levantamientos violentos. De hecho, Ghana ha experimentado el fenómeno del golpe de estado, pero sería difícil mantener que la cultura del golpe de estado se hubiera afianzado en la sociedad en algún mo-mento. Como muchos de ustedes sabrán, en este país se ha producido recientemente un cambio de gobierno democrático tras unas elecciones satis-factorias a las que concurrieron varios partidos.

4~12. Una Bostwana próspera después de la independencia: ¿Nos encontramos ante un misterio africano? Boitshoko Mokgatlhe 5~12. Una Bostwana próspera después de la independencia: ¿Nos encontramos ante un misterio africano? Boitshoko Mokgatlhe

El gobierno posterior a la independencia de Botswana estaba formado por representantes electos. Estas nuevas élites de la sociedad procedían de diferentes regiones del país y, en la mayoría de los casos, se trataba de personas que disfrutaban de una buena posición en sus respectivas tribus, tanto económicamente como en otros sentidos. Como resultado de ello, no estaban impulsados por el deseo de enriquecerse a costa de la ciudadanía general.

Botswana, al igual que muchos otros países africanos, obtuvo su independencia durante el período álgido de la Guerra Fría. Sin embargo, los efectos de la misma no fueron demasiado significativos en el nuevo estado de Botswana.

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Este proceso se desarrolló de una manera extre-madamente pacífica, lo cual no resulta habitual en la mayor parte de los estados africanos. La historia de Ghana indica que la determinación nacionalista de este país ha superado la prueba del tiempo. Esta influencia del nacionalismo ha resultado ser de gran utilidad para el país, a diferencia de la tendencia a recurrir a los levantamientos militares para hacerse con el poder.

INTERFERENCIA ExTRANJERA LIMITADA EN LOS ASUNTOS INTERNOS DE BOTSwANA

Hay que señalar que Botswana, al igual que muchos otros países africanos, obtuvo su independencia durante el período álgido de la Guerra Fría. Sin embargo, los efectos de la misma no fueron demasiado significativos en el nuevo estado de Botswana. Si bien es cierto que en el país había personas formadas por la Unión Sovié-tica comunista, tan sólo se trataba de estudiantes universitarios, algunos de los cuales lideraron pos-teriormente partidos políticos. Resulta interesante señalar que nunca recibieron formación o apoyo militar por parte de la Unión Soviética. En este sentido, los efectos tanto políticos como militares de la Guerra Fría apenas fueron apreciables en la Botswana posterior a la independencia.

El resto de los intereses de la comunidad internacional, así como su influencia sobre los asuntos internos de Botswana, tan sólo tuvieron un carácter marginal tanto antes como después de la independencia. Debemos tener en cuenta que, tras producirse la independencia de algunos países como Kenya, todo indicaba que dicha inde-pendencia tan sólo era nominal y que el sistema colonial en su totalidad se había transferido casi intacto a la nueva élite. Algunos renombrados ac-tivistas políticos como Ruth First de Sudáfrica han argumentado que la protección de los recursos e intereses de las naciones coloniales salientes se confió a un círculo selecto de sucesores. En mu-chos casos se tendió a asegurar que estos países estuvieran controlados desde el exterior no sólo política y militarmente, sino también económica-mente. Quisiera citar a Cecil John Rhodes, quien afirmó en una ocasión: “Debemos encontrar nue-vas tierras en las que podamos obtener fácilmente materias primas, explotando al mismo tiempo la mano de obra barata esclavizada que suponen los

nativos de las colonias. Las colonias también proporcionarían una salida al exceso de producción de nues-tras fábricas”.

Por otra parte, no hay que olvidar que Botswana tan sólo era un protectorado británico y no una colonia en el sentido estricto de la palabra. También es importante tener en cuenta que el gobierno británico siempre había mostrado una actitud reacia con respecto al protectorado, ya que la colonización de este árido país no parecía poder ofrecer grandes beneficios. El gobierno bri-tánico tan sólo acordó ofrecer dicha protección tras la enérgica petición en dicho sentido por parte de tres je-fes tribales de Bostwana en 1885, quienes deseaban ob-tener protección contra Cecil John Rhodes y su “British South African Company”, quienes hubieran deseado incorporar Botswana a la República de Sudáfrica. Se dice que Cecil Rhodes afir-mó que “Es humillante haber sido totalmente vencido por estos negros” cuando los británicos decidieron final-mente ofrecer su protección a Botswana.

A lo largo de los años, el gobierno británico tan só-lo efectuó algunos intentos mínimos para desarrollar el protectorado. Cuando los británicos abandonaron fi-nalmente el país en 1966, Botswana se contaba entre los países más pobres del mundo, con sólo 12 km de carretera asfaltada desde la mansión del gobernador hasta la línea ferroviaria que conectaba Botswana con Su-dáfrica. De hecho, la mayor parte del territorio desértico que cubre Bostwana apenas despertaba el interés de las

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Cuando los británicos abandonaron finalmente el país en 1966, Botswana se contaba entre los países más pobres del mundo, con sólo 12 km de carretera asfaltada desde la mansión del gobernador hasta la línea ferroviaria que conectaba Botswana con Sudáfrica.

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potencias coloniales ávidas de recur-sos, más interesadas en países como Sudáfrica, Kenya, Congo, Costa de Marfil, Ghana y otras naciones con abundantes recursos naturales como, por ejemplo, diamantes, oro, sisal, ca-cao y té.

Para algunos analistas, este desconocimiento de la existencia de

recursos naturales en Botswana podría haber contribuido al tan escaso interés mostrado por los países extranjeros a la hora de influir en los asun-tos internos de Botswana. Sea como fuere, esta situación ofreció al país una oportunidad de oro pa-ra establecer y llevar adelante tanto su democracia como sus planes de desarrollo a su propio ritmo y bajo sus propios términos. Algunos analistas adu-cen, con sobrados motivos, que si las potencias extranjeras hubieran tenido conocimiento de la cantidad de diamantes disponibles en Botswana, es muy probable que el país hubiera sufrido la mis-ma suerte que otros países de África dotados con una abundancia de recursos naturales.

LA CULTURA MI-LITAR FRENTE A LA CULTURA TSwANA

Otro aspecto a con-siderar es que Botswa-na no creó un ejército permanente hasta 1977, 11 años después de con-seguir la independencia. Las Fuerzas de Defensa de Bostwana (BDF) sólo se establecieron tras los ataques persistentes por parte de Zimbabwe (por aquel entonces Rodesia). E incluso después de la formación de este ejér-cito, el país siguió sien-do objeto de los ataques lanzados por el gobierno del apartheid sudafricano. Estos brutales ataques se sucedieron sin que el go-bierno de Bostwana re-curriera a una respuesta militar.

Frente a los ata-ques del ejército suda-fricano, el gobierno de Botswana siguió ofre-ciendo asilo a los refu-giados procedentes de Sudáfrica, dejando claro, no obstante, que dichos refugiados no debían utilizar el país como ba-se para el contraataque, indicando así que su falta de capacidad mili-tar no significaba nece-sariamente que el país ignorara las injusticias de las que eran objeto los negros de Sudáfrica. En 1985 y en 1989, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó enérgicamente estos ataques militares de Sudáfrica. El gobier-no de Botswana, por su parte, hizo gala de una gran moderación y si-guió intentando implicar a la comunidad internacional con el fin de urgir a las autoridades sudafricanas a interrumpir los ataques.

En 1994 se produjo otro ejemplo clásico de moderación por parte del gobierno de Botswana, cuando éste mantuvo diferencias territoriales con el gobierno de Namibia en lo relativo a la propiedad de una isla llamada Sedudu. El gobierno de Bost-wana optó por solucionar este conflicto a través del Tribunal Internacional de Justicia (TIJ). En ese momento, los medios internacionales especulaban ampliamente con la posibilidad de un conflicto ar-mado entre ambos países por la propiedad de la isla. Sin embargo, los dirigentes del país, en base a su cultura, eran de la opinión de que la mejor manera de resolver estos conflictos era a través del diálogo y la disputa se resolvió finalmente ante el TIJ en 1999, adjudicándose la isla a Botswana.

Con estos ejemplos intento resaltar el nivel de tolerancia inherente a la cultura Tswana, que afirma “ntwa kgolo ke ya molomo”, expresión cuya traducción literal sería “la mayor lucha en la que

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En Bostwana la cultura del recurso a la violencia militar para resolver las diferencias nunca ha estado realmente enraizada y también podría explicar el hecho de que los dirigentes del país se resistieran a crear un ejército inmedia- tamente después de la independencia.

Algunos analistas aducen, con sobrados motivos, que si las potencias extranjeras hubieran tenido conocimiento de la cantidad de diamantes disponibles en Botswana, es muy probable que el país hubiera sufrido la misma suerte que otros países de África dotados con una abundancia de recursos naturales.

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uno puede participar es la verbal”. Esta afirmación demuestra que en Bostwana la cultura del recurso a la violencia militar para resolver las diferencias nunca ha estado realmente enraizada y también podría explicar el hecho de que los dirigentes del país se resistieran a crear un ejército inmediata-mente después de la independencia. Botswana sigue siendo un buen vecino y no ha proporciona-do ningún motivo a sus poderosos vecinos para interferir en sus asuntos internos.

CIUDADANíA y BUEN GOBIERNO Tras la independencia de Botswana, los

nuevos dirigentes tuvieron que enfrentarse a la responsabilidad de asegurar la unión de la ciuda-danía bajo una misma nación. Es bien sabido que uno de los aspectos más críticos a la hora de crear una nación es el de la ciudadanía, es decir, conse-guir alcanzar una situación en la que todo el mundo sienta que es ciudadano de un país, indepen-dientemente de su origen tribal, color de piel o filiación política. Esta cuestión requirió la atención urgente por parte de los nuevos líderes, ya que el país no es ho-mogéneo y, al igual que en el caso de otros muchos estados africa-nos, había heredado unas fronte-ras que amalgamaban diferentes tribus bajo una misma organiza-ción política. Tal como señala Alex Thomson en su libro titulado “An introduction to African Politics”, “el problema radi-ca en el hecho de que, cuando se trazaron, estas fronteras nacionales apenas tuvieron en cuenta las divisiones políticas, sociales o económicas preco-loniales existentes. Eran arbitrarias” (p.13).

En este sentido, los nuevos dirigentes de Botswana tuvieron en cuenta la necesidad de trabajar con todas las tribus del país con el fin de asegurar que todo el mundo se sintiera parte de la nueva nación. De hecho, tanto en el primer parlamento como en el primer gabinete ministerial había presencia de ciudadanos procedentes de todas las regiones del país, representando a un gran número de tribus de Botswana. El gobierno aseguró desde un primer momento la protección y la garantía de los derechos democráticos de todos los ciudadanos. Se tomó la decisión consciente de

conseguir que la gente se sintiera orgullosa de ser batswana, mante-niendo al mismo tiempo sus diferen-tes culturas tribales. Las cuestiones relacionadas con el orgullo natural de la ciudadanía se airearon delibe-radamente en las emisoras de radio nacionales y se reflejaron en los periódicos nacionales, incluyendo uno con el nombre de ’Kutlwano’, que, de forma reveladora, significa “comprensión mutua”.

Como ciudadanos del país, se permitió, y se sigue permitiendo, a las personas la posesión de tierra en cualquier lugar del país, independien-temente de su lugar de origen. Los funcionarios de la administración pública y, posteriormente, los miembros de las fuerzas armadas, siguen siendo

enviados a destinos repartidos por todo el país, sin tener en cuenta su lugar de procedencia. Algunas de estas personas han pasado la mayor parte de su vida laboral en un mismo destino, lo que ha propiciado los matrimonios inter-tribales y el aprendizaje de otros idiomas sin ninguna coerción por parte del estado. El respeto y la comprensión mutuos ha permitido a los ciudadanos del país comen-zar a apreciar los diversos idiomas y culturas existentes en otras par-tes del país.

Es importante señalar que se permitió, y se sigue permitiendo, a todas las tribus mantener y practicar sus propias culturas específicas sin que ello cuestionara necesariamente el hecho de que dichas tribus forman parte de la nación de Bostwa-na. De hecho, actualmente existen 13 asociacio-nes constituidas con el objetivo de promover sus propios idiomas sin temor a ningún tipo de represa-lia por parte del estado. Sin dejar por ello de hacer uso de estas libertades, han aceptado plenamente el hecho de que la identidad nacional sigue siendo un aspecto fundamental que no debe ser anulado o disminuido por las identidades locales.

No intento, sin embargo, insinuar en modo alguno que la creación de la nación de Bostwana haya sido un proceso totalmente exento de dificul-

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Los nuevos dirigentes de Botswana tuvieron

en cuenta la necesidad de trabajar con todas las tribus del país con el fin de asegurar que todo el mundo se sintiera parte

de la nueva nación.

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tades. Hay algunas tribus que cierta-mente han sentido que estaban siendo dejadas al margen. Sin embargo, la mayoría de las personas con las que convivo en Botswana no comparten las duras críticas de las que en ocasio-nes es objeto el gobierno. La mayoría de la gente reconoce que deberían adoptarse más medidas para dar cabi-da a las tribus más pequeñas. En este

sentido, Botswana introdujo una enmienda consti-tucional en el 2005 que incluía la representación de las tribus más pequeñas en la Cámara de Jefes (tribales). La experiencia de países como Kenya, Etiopía y Sudán ha demostrado que, si bien es cierto que hay ciertos as-pectos tribales que todavía es nece-sario abordar en Botswana, este país se encuentra muy por delante de otros países en lo relativo a la aceptación e integración de la diversidad existente en la nación.

Tal como ya he mencionado anteriormente, Botswana ha tenido la suerte de haber estado gobernada a lo largo de los años por unos dirigentes dotados de una acertada visión polí-tica, como, por ejemplo, los antiguos presidentes Quite Masire y Festus Mogae y el presidente actual Seret-se Khama Ian Khama. Estos líderes siguieron la senda emprendida por nuestro primer presidente en el sentido de asegurar que el bienestar de las personas que se esforzaban por res-paldar al gobierno estuviera en buenas manos. El buen gobierno ha sido la piedra angular del éxito del sistema político y socioeconómico de Botswa-na. El país dispone de una administración pública cuyo funcionamiento es correcto y que debe rendir cuentas ante los ciudadanos a través de los repre-sentantes electos de la Asamblea Nacional.

En el país se respetan los derechos huma-nos y el sistema judicial ha funcionado, y lo sigue haciendo, correctamente, con una independencia real con respecto al resto de los poderes, de acuerdo con lo consagrado en la constitución de la nación. Ninguna persona, independiente-

mente de sus orígenes familiares o afiliaciones puede considerarse por encima de la ley. Los funcionarios corruptos, cuando se da el caso, deben enfrentarse al sistema judicial sin ningún tipo de condescendencia. Algunos altos cargos del gobierno han perdido su puesto y otros han sido condenados a penas de prisión, incluyendo miembros del Parlamento. Esto ha permitido que los ciudadanos de Botswana sigan teniendo fe en el sistema judicial, ya que tienen la certeza de que éste impedirá que se pisoteen sus derechos simplemente porque haya otras personas que se crean por encima de la ley.

El gobierno de Botswana se ha asegurado de garantizar la libertad de prensa, la libertad de credo está ins-taurada en el país y la sociedad civil no se ve sometida al temor de una posible victimización. También existe libertad de expresión, así como de asociación. Resultaría difícil encontrar algún grupo en Botswana que pudiera quejarse con motivos fundados por la falta de libertades y derechos básicos o la falta de acceso a necesidades básicas en base a cualquier tipo de discriminación, excepto en el caso de la no disponibilidad de los recursos en cuestión. En el 2008, el antiguo pre-sidente Mogae recibió el Premio Mo Ibrahim. Este galardón se estableció con el fin de promover las prácticas de buen gobierno en el continente africa-no. Es interesante señalar que el 19 de octubre del 2009, la Fundación Mo Ibrahim anunció que el Premio de este año había quedado vacante.

DEMOCRACIA MULTIpARTIDISTAHay que destacar, dada la relevancia del

hecho, la manera en que los sentimientos pa-trióticos de la ciudadanía se ha mantenido en Bostwana desde la independencia. Como muchos de ustedes sabrán, desde 1965, año en que se ce-lebraron por primera vez, en Bostwana ha habido elecciones libres y limpias cada cinco años. Las últimas elecciones generales tuvieron lugar en una fecha tan reciente como el 16 de octubre del 2009 y, como de costumbre, han sido libres y limpias.

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Botswana ha tenido la suerte de haber estado

gobernada a lo largo de los años por

unos dirigentes dotados de una acertada visión política, como, por ejemplo, los antiguos

presidentes Quite Masire y Festus

Mogae y el presidente actual Seretse Khama

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Tras estas elecciones, en la edición del periódico Mmegi del 20 de octubre del 2009 se publicaron las siguientes palabras del Director de la Misión de Observación Electoral de la Unión Africana (UA) en Botswana, la Dra. Brigalia Bam, quien también preside la Comisión Electoral Independiente de Sudáfrica: “Estamos fuertemente impresionados por el gran nivel de paciencia y tolerancia de los ciudadanos de Botswana, así como por el hecho de que, a pesar de la presencia policial, no se ob-servara ninguna exhibición de armas de fuego en los colegios electorales que pudiera intimidar a los votantes”. En esta declaración, la delegación de la UA también indicó que “el ambiente en el que se celebraron las elecciones fue en términos generales propicio y brin-dó una oportunidad a los ciudada-nos de Botswana para ejercer su derecho democrático de elección”.

También hay que destacar que en la política de Bostwana se ha producido un fenómeno sin pre-cedentes. Como quizás ya sepan, las elecciones anteriores se habían celebrado en 1999 y en el 2004, respectivamente, y el ganador de las mismas fue Festus Mogae. En abril del 2008, Mogae se retiró an-tes de que finalizara su mandato, igual que lo había hecho el presi-dente Masire antes que él en 1998. Dejó la Presidencia en manos de su hasta entonces vicepresidente Seretse Khama Ian Khama. El ga-nador de las elecciones de octubre del 2009 fue de nuevo Seretse Khama Ian Khama y su Partido Democrático de Botswana (BDP).

Todos los motswana pueden afiliarse a cualquier partido político de su elección, sin que ello afecte en modo alguno a la progresión de su carrera profesional en la administración pública o en otros ámbitos en los que el gobierno esté implicado. De hecho, en Bostwana hay varios diplomáticos de carrera que son simpatizantes de partidos de la oposición y desempeñan dili-gentemente su labor sin ningún temor por parte del gobierno en cuanto al cuestionamiento de sus políticas. En el sistema político de Botswana, todos

los ciudadanos disfrutan del dere-cho a expresar sus puntos de vista, aunque siempre desde el respeto a los demás. Hay un antiguo refrán en mi idioma, “Mmu a lebe o a bo a bua la gagwe”, cuya traducción literal sería “todo el mundo tiene derecho a expresar sus opiniones, sin importar si éstas son recibidas con agrado o no”. Esto significa que todo el mundo tiene derecho a ser escuchado, contribuyendo así a la creación tanto de la nación como del estado de Bostwana.

Esta predisposición está firmemente enraizada tanto en la historia de Bostwana como en su cultura. En la tradición Tswana, el sistema de gobierno se denomina el sistema Kgotla. El Kgotla cumplía las funciones de tribunal, lugar de reuniones del gabinete y lugar de reunión general, además de ser el lugar en el que se llevaban a cabo las diversas celebraciones de la comunidad. En el Kgotla, el Jefe era el encargado de tomar las decisiones a nivel general, pero lo hacía siguiendo los sabios con-sejos del Consejo de Ancianos y manteniendo consultas con los miembros de la tribu. A pesar del inmenso poder político que os-tentaban en aquellos tiempos, los Jefes no eran considerados como personas situadas por encima de las demás per se, sino más bien como sus iguales, lo que ase-

guraba la empatía a la hora de tratar con sus súbditos. El Consejo de Ancianos equivaldría a lo que en el lenguaje actual denominaríamos “Gabi-nete”. Los principios tradicionales sobre los que se basaban los Jefes no han perdido su influencia en nuestro sistema democrático moderno. Si bien somos conscientes de que algunos aspectos de la democracia moderna son nuevos para nosotros, el sistema democrático tal como está diseñado actualmente ya existía en gran medida antes de la llegada de los colonizadores. Esto nos ha situado

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“Mmu a lebe o a bo a bua la gagwe”, cuya

traducción literal sería “todo el mundo tiene

derecho a expresar sus opiniones, sin importar si éstas son recibidas con

agrado o no”.

El buen gobierno ha sido la piedra angular del

éxito del sistema político y socioeconómico de

Botswana.

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en un excelente punto de partida a la hora de adoptar nuevos sistemas de gobierno democrático.

Si bien hay quienes han eti-quetado a nuestro país de estado unipartidista, no se dan cuenta de que la democracia participativa impli-ca que los ciudadanos con derecho a voto ejercen su derecho a elegir a sus representantes. Hasta el momento

en que los ciudadanos de Botswana decidan lo contrario, no hay mucho que pueda hacerse para instigar un cambio de régimen en contra del BDP. Las victorias consecutivas del partido gobernante sólo podrían cuestionarse si se vulneraran los de-rechos de los ciudadanos y se les obligara a votar a candidatos que no son de su elección, lo cual, desgraciadamente, es algo que ocurre en otros lugares del mundo, incluyendo África.

A pesar de que la mayor parte de los países africanos pueden considerarse multipartidistas, hay muchos indicios que apuntan a que, las más de las veces, las elecciones han sido una fuen-te de tensiones. Recientemente hemos podido comprobar las graves y peligrosas situaciones que pueden producirse como resultado de las disputas electorales en Kenya, Zimbabwe, Etiopia y Nigeria. Cuando un proceso participativo como unas elecciones se ve cuestionado por los mismos ciudadanos a los que, en teoría, debería servir, pa-sa a ser contraproducente tanto para el desarrollo de la democracia como para las aspiraciones de desarrollo nacional. En el caso de Botswana, sin embargo, el último ejemplo de elecciones genera-les permite ver con claridad la manera en que se perciben las elecciones y comprobar que éstas no afectan negativamente a los progresos obtenidos en lo relativo al desarrollo.

LA MANERA DE ABORDAR EL pROBLE-MA DE LOS DEREChOS A LOS MINERALES

Cuando nuestro primer presidente, Sir Se-retse Khama, que se educó en el Reino Unido, vol-vió al país al finalizar sus estudios, se encontró con que su tribu había constituido una empresa con-cesionaria denominada BaMangwato Concession Limited (BCL). El proceso de la constitución de BCL se inició en agosto de 1956 con una reunión organizada por un tal John Buchanan, presidente de Minerals Separation Limited, y mantenida entre Tshekedi Khama, regente de la tribu Bangwato y Sir Ronald Prain, presidente de Roan Selection Trust (RST). Ambas partes alcanzaron un acuerdo, firmado el 2 de junio de 1959 y ratificado posterior-mente por la Cámara de los Lores británica. Este acuerdo se suscribió con RST Exploration Limited, una subsidiaria de RST, la cual, a su vez, creo BCL para explotar la concesión.

Dado que Seretse Khama comprendió las implicaciones negativas de este tipo de explotación de recursos a nivel tribal en los estados africanos posteriores a la independencia, decidió convertir esta sociedad en una sociedad privada en la que el gobierno de Botswana tuviera participación accionarial. Mediante esta medida, evitó posibles confrontaciones en el futuro con otras tribus que también intentaran adquirir derechos a los minera-les. Hasta la fecha, todos los minerales descubier-tos en cualquier parte del país son propiedad de la nación y no de una tribu concreta. Esta previsión garantizó que nunca se produjeran conflictos basa-dos en los recursos minerales en el país. Es bien sabido que muchas de las confrontaciones civiles más importantes y cruentas de África han estado causadas y alimentadas por los minerales.

Como algunos de ustedes recordarán, re-cientemente se ha exhibido en los cines una película de Hollywood, titulada “Diamante de San-gre”, en la que se muestran los efectos negativos

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Todos los minerales descubiertos en cualquier parte del país son propiedad de la nación y no de una tribu concreta. Esta previsión garantizó que nunca se produjeran conflictos basados en los recursos minerales en el país.

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de los recursos naturales sobre los ciudadanos africanos. También debe señalarse que el gobier-no de Botswana ha desempeñado un importante papel en el desarrollo del Proyecto Kimberly. La página web del Proyecto Kimberly lo describe co-mo “… una iniciativa conjunta de los gobiernos, la industria y la sociedad civil para poner fin al flujo de diamantes causantes de conflictos, diamantes en bruto utilizados por los movimientos rebeldes para financiar las guerras contra los gobiernos legítimos. El comercio de estas gemas ilícitas ha alimentado décadas de devastadores conflictos en países como Angola, Costa de Marfil, la Re-pública Democrática del Congo y Sierra Leona”. Tal como he indicado anteriormente, existe la fuerte convicción de que la manera en que nues-tro primer presidente abordó la cuestión de los derechos a los minerales contribuyó a evitar pro-blemas como los experimentados en los países citados más arriba.

En su discurso durante la ceremonia de en-trega del Premio Mo Ibrahim al antiguo presidente Mogae, el antiguo Secretario General de las Nacio-nes Unidas, Kofi Anan, afirmó que ”Botswana es un ejemplo de la manera en que un país con recursos naturales puede promover el desarrollo sostenible mediante un buen gobierno, en un continente en el que en demasiadas ocasiones la riqueza en recur-sos minerales se ha convertido en una maldición”.

AUTOSUFICIENCIA y UNA SóLIDA GES-TIóN FINANCIERA

Como muchos de ustedes sabrán, en el momento de alcanzar la independencia la econo-mía de Botswana era una economía basada en la agricultura y bajo el control directo de los ciudada-nos, quienes criaban ganado y cultivaban los cam-

pos para sostener a sus familias y, por extensión, la economía. No era mucho lo que el gobierno controla-ba en lo relativo a los recursos y, por lo tanto, tampoco era mucho lo que el gobierno podía monopolizar para el descontento de la pobla-ción. Hubo momentos en los que el gobierno promovió intensamente la autosuficiencia entre los ciuda-danos. Esta idea se derivaba del concepto setswana de “ipelegeng”, que puede traducirse literalmente como “autosuficiencia”.

Durante su discurso de investidura en oc-tubre del 2009, el presidente Khama se expresó de la siguiente manera: “Para finalizar, permítan-me recordarle a la nación en general que todo el mundo debe estar preparado para rendir cuentas.

Necesitamos recuperar nuestro espíritu de auto-suficiencia. Nos guste o no, la autosuficiencia es una cuestión de fuerza de voluntad y orgullo cuya consecución requiere disciplina. También es nece-sario que nuestra conducta sea intachable”, como una manera de reinstaurar la antigua cultura de la autosuficiencia. Con el fin de enfatizar la necesidad de que los ciudadanos miraran en su interior para contribuir a la creación de una Botswana mejor, afirmó: “No debemos crearnos falsas ilusiones. To-das las naciones que han obtenido avances lo han hecho exigiéndose mucho a sí mismas, ya que son conscientes de la necesidad de crear lo suficiente para cubrir sus propias necesidades actuales con un sobrante para el mañana. Las generaciones futuras heredarán ese sobrante para proseguir su desarrollo”.

Esta cultura de la autosuficiencia se hizo bastante evidente en 1976, cuando tras la expul-sión de estudiantes de Botswana de la Universidad de Botswana, Lesotho y Suazilandia (BOLESWA),

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”Botswana es un ejemplo de la manera en que un país con recursos naturales puede promover el desarrollo sostenible mediante un buen gobierno” (Kofi Anan)

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los ciudadanos de Botswana pusieron en marcha la campaña de Petición del Campus de la Universidad de Botswa-na con el fin de asegurar que los estu-diantes batswana pudieran continuar sus estudios. Cada familia contribuyó con una vaca, una cabra o una gallina a la construcción de una nueva Universidad de Botswana, que una na-

ción en la que muchos de sus habi-tantes eran analfabetos consideraba un proyecto necesario para el bien común. Estos sacrificios representa-ban valores y lazos compartidos que se habían desarrollado sin ningún tipo de coerción por parte del estado. Me han contado que los que pudieron permitírselo contribuyeron con mu-cho más ganado. Así que, señoras y señores, la Universidad que nos pro-porcionó educación con el fin de prepararnos para un futuro mejor no se construyó exclusivamente mediante subvenciones y préstamos internacio-nales ni con fondos gubernamentales, sino que se levantó en gran medida con el sudor y el trabajo de los ciudadanos corrientes de Botswana.

Freedom House, en su publicación Freedom in the World 2009 - Botswana, publicada el 16 de julio del 2009, afirma que los “progresos económi-cos de Botswana se han obtenido mediante una gestión fiscal sensata y unos niveles de corrupción reducidos y la privatización se está produciendo lentamente”. Se ha especulado con que Botswana ha llegado a ser lo qué es hoy en día gracias al descubrimiento de diamantes en su territorio. Este argumento, sin embargo, se ve muy debilitado si se tiene en cuenta el gran número de países del mundo que a pesar de extraer valiosos minerales siguen ocupando los últimos puestos en los rán-kings internacionales tanto de nivel de desarrollo como de gestión financiera.

Me gustaría resaltar que, hacia finales de la década de los 60 del siglo XX, el descubrimiento de diamantes había comenzado a modificar la gran dependencia de la agricultura, que hasta ese momento había sido el pilar básico de nuestra economía. Tal como podría esperarse, por aquel entonces los conocimientos sobre la industria de los diamantes eran extremadamente limitados.

Sin embargo, los prudentes líderes del momento fueron capaces de negociar acuerdos de carácter técnico que permitieron al gobierno crear riqueza, una riqueza que ha seguido garantizando el ac-ceso a la educación y al trabajo para muchos de nuestros ciudadanos.

Algunos escépticos han argu-mentado que los acuerdos iniciales suscritos favorecían a nuestro socio minero De beers. Hay que recordar, sin embargo, que la década de los 60 era una época en la que el gobierno disponía de muy pocos recursos para la puesta en marcha de explotaciones mineras, por no hablar de los conoci-mientos y la experiencia necesarios para ello. El buen juicio del gobierno le impulsó a asegurar que estos re-cursos recién descubiertos se utili-zaran y distribuyeran uniformemente

con el fin de poder desarrollar la totalidad del país y no sólo ciertas partes del mismo. Como ya he mencionado anteriormente, el primer presidente había asegurado que todos los recursos naturales descubiertos en Botswana beneficiaran a toda la nación, mediante la realización de las operaciones mineras por sociedades privadas en régimen de asociación con el gobierno.

De hecho, en base a mi experiencia per-sonal, puedo afirmar con orgullo que yo, al igual que a muchos otros batswana, me he beneficiado enormemente de los recursos generados por los diamantes y de los programas que se implemen-taron gracias a ellos. En su intento de mejorar el nivel de vida de los ciudadanos, el gobierno pro-porcionó educación y asistencia sanitaria gratuitas durante los años 80 y 90 del siglo XX. Actualmente la asistencia sanitaria en los hospitales públicos es gratuita, si bien quienes pueden permitírselo abo-nan aproximadamente 0,75 USD. La educación también es gratuita para quienes no disponen de medios, mientras que los más pudientes tan sólo tienen que pagar unos 40 USD por cada trimestre escolar. El gobierno ha seguido asegurándose de que las carreteras, redes de abastecimiento de agua, telecomunicaciones e instalaciones y equi-pamientos educativos y sanitarios tengan un ex-celente nivel de calidad. De este modo se ha garantizado que todo el mundo tenga sus necesi-dades básicas cubiertas, evitando así las insurrec-

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La situación de Botswana es un

claro ejemplo de la existencia de una correlación directa entre el desarrollo y

la democracia.

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ciones promovidas por los ciudadanos que se han producido en otros países de África.

El gobierno también ha implementado diver-sos programas de ayuda financiera con el objetivo de que los ciudadanos encabecen el programa gubernamental de diversificación destinado a con-trarrestar la dependencia de los diamantes. Existe una Agencia para el Desarrollo Empresarial Ciuda-dano (CEDA) que se creó con el fin de abordar la necesidad de una ayuda al desarrollo coherente y holística para el desarrollo de empresas grandes, pequeñas y medianas por todo el país con tipos de interés bajos.

Los ciudadanos, hombres y mujeres, utili-zan estos programas para actividades empresa-riales de su elección que a su vez contribuyen a la generación de empleo en el país. También reflejan la preocupación del gobierno en lo relativo al desempleo y la necesidad de que sean los ciu-dadanos quienes lideren la lucha contra el desem-pleo utilizando fondos gubernamentales. Si bien estos programas están dirigidos a los ciudadanos, también permiten la creación de asociaciones empresariales con empresas extranjeras. Tanto el comercio exterior como la inversión extranjera son aspectos que el gobierno está muy interesado en promover.

La situación de Botswana es un claro ejem-plo de la existencia de una correlación directa entre el desarrollo y la democracia. Precisamente debido al hecho de que muchos inversores se sienten cómodos con el clima político del país, Bostwana cuenta con una ventaja añadida con respecto a otros países como la República Democrática del Congo, Zimbabwe o Somalia.

AGRICULTURATal como he explicado anteriormente, tradi-

cionalmente los ciudadanos de Botswana se han dedicado fundamentalmente a la agricultura y la ganadería. En un entorno árido como el que ca-racteriza a este país, las condiciones pueden ser muy duras. El gobierno ha sido capaz de ofrecer apoyo a los agricultores para ayudarles a superar los períodos de sequía. Estos proyectos guberna-mentales, denominados programas de ayuda para períodos de sequía, siguen vigentes actualmente y constituyen una fuente de empleo para los agri-cultores cuando escasean las lluvias. El gobierno

también ha diseñado programas para asegurar que los ciudadanos tengan acceso a ayudas financieras como, por ejemplo, el fondo para jóvenes agricultores que se ha crea-do recientemente para animar a los jóvenes a dedicarse a la agricultura. Tal como ya he mencionado ante-riormente, la posibilidad de acceder a la tierra en cualquier lugar del país también favorece la práctica de la agricultura.

CONCLUSIóN Quisiera resaltar que algunas de las situa-

ciones de crisis que se están produciendo actual-mente en África no son el resultado de una falta de visión y de compromiso por parte de los dirigentes africanos, sino que muchos de estos conflictos están firmemente enraizados en los impactos del colonialismo. El orden mundial no tiende a mostrar-se favorable con África en muchos aspectos, tanto políticos como económicos o militares. A pesar de la mayor comprensión de los problemas que se ha ido extendiendo a lo largo de los años, se sigue culpando en gran medida a los estados africanos por algunas de las calamidades resultantes no sólo de la falta de buen criterio o visión, sino también de reacciones reflejas ante la influencia extranjera. Afortunadamente, Botswana ha tenido la suerte de librarse de influencias externas destinadas a alte-rar el equilibrio alcanzado hasta ahora.

En vista de todo lo que se ha dicho aquí, me gustaría señalar que lo que ha venido a de-nominarse un caso de éxito en África no es sim-plemente un milagro. Los progresos obtenidos no son ningún misterio, ya que tienen su explicación en los esfuerzos consensuados llevados a cabo por unos ciudadanos firmemente decididos a co-existir pacíficamente y a alcanzar un mayor nivel de prosperidad. Se trata, en realidad, de un éxito impulsado por las tradiciones de los habitantes de Botswana y basado tanto en la visión de unos hábi-les dirigentes como en la idea de que todo el mundo tiene algo que aportar a la gestión del gobierno. Un éxito al que también ha contribuido el hecho de que las confrontaciones verbales son las mayores confrontaciones que deberíamos mantener tanto por nuestro propio bien como por el del futuro de nuestros hijos.

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12~12. Una Bostwana próspera después de la independencia: ¿Nos encontramos ante un misterio africano? Boitshoko Mokgatlhe

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Élites en Navarra en el franquismo: la Diputación Foral

Fernando Mikelarena

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El objetivo de este artículo es el de ofrecer algu-nas reflexiones acerca de las élites en Nava-

rra durante la dictadura fran-quista y la primera transición, centrándome, sobre todo, en la Diputación y en los diputa-dos forales. La importancia política y social de los diputa-dos forales en la vida política provincial debe de ser subra-yada en cuanto que en Na-varra las competencias de la Diputación eran superiores a las de las demás diputaciones del Estado y en que el número de sus miembros era mucho más bajo que en ningún otro sitio, no existiendo hasta muy entrados los años sesenta ins-tancia de control alguna de su gestión. Además, el apoyo de Navarra al bando nacional en

la guerra civil se tradujo en un gran incremento de los recursos económicos de los que pudo disponer la Diputación y en un trato preferente por parte de la Jefatura del Estado, que apoyó las reclamaciones de las élites navarras frente a las pretensiones de nivelación y de intromi-sión procedentes del Movimiento, potencián-dose así la imagen positiva cara al público de la labor gestora de la corporación provincial. La relativa bondad de la gestión de la Dipu-tación franquista podría explicar la confianza ulterior, más allá de 1979, en las formaciones navarristas por parte del electorado en el pla-no institucional. También se desprendería de ello una primera conformación de redes clien-telares de apoyo que actuarían como sustrato de las posteriores a aquella fecha. Con todo, no hay que olvidar que ello conviviría con dos hechos incontrovertibles: la inexistencia de continuidad de sagas familiares entre ambas etapas, salvo unas pocas excepciones, y lo complicado de los perfiles ideológicos de los diputados más relevantes del periodo franquis-ta, así como de las relaciones de poder entre los círculos más elevados del poder provincial en aquella época.

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ACERCA DE LAS COM-pETENCIAS DE LA DIpUTACIóN DE NAvARRA y DE LA CON-CENTRACIóN DEL pODER EN ELLA

La ley de 16 de agosto de 1841 de modificación de fueros di-señaba para Navarra un escenario peculiar en relación con el resto de España: un poder ejecutivo consti-tuído por muy pocas personas dis-frutaba de un marco competencial mucho más amplio que en ninguna otra provincia, sin que hubiera ade-más ningún organismo de control de la gestión de aquél. Por aquella ley la Diputación foral navarra con-tó con más competencias admi-nistrativas y hacendísticas que las demás diputaciones provinciales. La Diputación estaba constituida por siete diputados que eran elegi-dos por merindades, gozando las merindades de Pamplona y Estella del privilegio de contar con dos representantes cada una, en razón de su mayor población en aquella época, mientras que las otras tres merindades solamente nombraban uno.

El poder local a escala provincial en Navarra se concentraba, además, en menos manos que en ningún otro sitio. Entre 1870 y 1931 las provincias de régimen común tenían como mínimo 25 dipu-tados, agregándose uno por cada 10.000 en las de más de 150.000 habitantes. A partir de 1945 en dichas provincias las diputaciones provinciales se compusieron de un número de diputados desig-nados por los representantes municipales equiva-lente al número de partidos judiciales al que luego se añadía un 50% más de representantes de las corporaciones y entidades económicas, culturales y profesionales. Este 50% a añadir sería en 1963 repartido a medias entre el sindicato único y el resto de corporaciones. Además, en los partidos

judiciales que integraran capitales de provincia se añadía un diputado más por cada 500.000 habitantes. Por lo tanto, en el franquismo el número de 7 diputados forales que había en Navarra contrasta con las 6 provincias que tenían 20 diputa-dos o más, con las 25 que tenían 15 o más o con las 39 que tenían 10 o más.

A todo ello, hay que sumar la falta de cualquier instancia que controlara el ejercicio del poder por parte de los diputados fuera del examen meramente formal y secreto de los actos de los diputa-dos salientes por parte de los en-trantes. Además, el Consejo Foral Administrativo no podía fiscalizar nada puesto que en éste solían estar tanto los diputados forales del momento como los diputados forales anteriores. Además, hasta 1964 no se creó el Tribunal Ad-ministrativo, previsto desde 1925, y cuya función sería resolver los recursos de alzada de los ayunta-mientos1.

La ausencia de instancias de control se veía incrementada por el oscurantismo de la gestión. Aunque en 1967, en virtud de la Ley de Prensa de ese año, los periódicos navarros pidieron conocer el orden del día, así como un resumen amplio de los asuntos tratados, los logros obtenidos fueron muy limitados2.

Por otra parte, durante el franquismo, a diferencia de lo que sucedía en otras regiones del Estado, el gobernador civil en Navarra, también jefe provincial del Movimiento, no podía suspen-der, en la práctica, los acuerdos de la Diputación ni de los ayuntamientos. Asimismo, aún cuando el gobernador podía a partir de la Ley de Régimen Local de 1945 nombrar y cesar a los alcaldes, cuyo mandato era indefinido, las posibilidades

Fernando Mikelarena Profesor de Historia contemporánea en la universidad de Zaragoza.

La ausencia de instancias de control se veía incrementada por el oscurantismo

de la gestión. Aunque en 1967, en virtud de la Ley de Prensa de

ese año, los periódicos navarros pidieron conocer el orden

del día, así como un resumen amplio de los asuntos tratados, los

logros obtenidos fueron muy limitados.

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de los gobernadores ci-viles de interferir en la elección de los diputa-dos provinciales también eran menores que en el resto de España: aquí los diputados eran elegi-dos exclusivamente por los representantes de las merindades (muchas ve-

ces, es cierto, alcaldes), no exis-tiendo, como en otras provincias, representantes de las instituciones y corporaciones sindicales del régimen que eran elegidos por aquél. Los es-fuerzos de los gobernadores civiles Jonquera y Valero por captar adeptos en la esfera de lo municipal y los relativos éxitos obtenidos por los di-putados que se les resistieron en las elecciones indirectas en que aquéllos pudieron confrontar candidatos afec-tos a ellos, prueba que la Diputación y las entidades municipales conser-varon, a pesar de la capacidad de intervención de los gobernadores en el proceso de elección de los ayunta-mientos, cierta autonomía frente a la jerarquía del régimen en Madrid3.

Todo ello hacía que los di-putados forales tuvieran un poder muy elevado dentro de su marco competencial, lo que hacía posible que crearan y mantuvieran clientelas políticas al servicio de sus intereses. Además, los diputados forales in-fluían en la conformación del poder local y también tenían influencia en la conformación de las redes de poder que podían facilitar el acceso a otras escalas y ámbitos de poder.

LAS NOvEDADES ApORTA-DAS pOR EL FRANQUISMO

El apoyo activo de la mayoría de la población navarra al bando nacional fortaleció el foralismo de la derecha navarra, en el que se compatibilizaban la defensa de las

especificidades navarras dentro del marco de la ley de 1841 y la defensa de la indisoluble unidad de España, en un discurso en el que Navarra aparecía como el bastión último de las esencias patrias, del catolicismo y del anticomunismo.

No obstante, ello no supuso la inexistencia de conflictos competen-ciales entre el Estado y la Diputación. Éstos se manifestaron en época muy temprana. Así, por ejemplo, de las Juntas de carácter social creadas por la Diputación durante la guerra civil (de Educación, Beneficencia y Reformas Sociales) y que ampliaban las atribuciones de aquélla, tan sólo pervivió en la posguerra la primera, completada, sin embargo, con otro organismo dedicado a la cultura, la Institución Príncipe de Viana, que desempeñaría una gran labor para la promoción de los referentes simbóli-cos del navarrismo cuarentayunista.

Con todo, mucho más graves fueron los conflictos registrados con los gobernadores civiles Juan Jon-quera y Luis Valero Bermejo a causa de sus tentativas uniformizadoras re-lacionadas con su adscripción falan-gista. El primero, que ocupó el cargo desde marzo de 1945 hasta febrero de 1949, fue ayudado inicialmente por pesos pesados del carlismo cola-boracionista, como Amadeo Marco, diputado foral y subjefe provincial del Movimiento, y Jaime del Burgo Torres. Tuvo que afrontar la dimisión en pleno del Ayuntamiento de Pam-plona en julio de 1946 por el cierre del Círculo Carlista a consecuencia de los enfrentamientos entre tradi-cionalistas y falangistas en la Plaza del Castillo en diciembre de 1945, e intentó prohibir en 1948 la inserción en el Boletín Oficial Provincial de las disposiciones de la Diputación no autorizadas por el Gobierno Civil. El segundo, que sucedió al anterior

La autonomía fiscal y financiera sirvió para atraer

empresas y capitales a través

de exenciones fiscales y para mantener una

presión tributaria inferior a la de

los territorios de régimen común.

La capacidad de ingresar y de gastar

de la Diputación navarra era diez veces superior a la media de

las diputaciones provinciales del

resto del Estado.

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y se mantuvo hasta septiembre de 1954, tuvo una trayectoria más con-flictiva con los poderes locales. Hizo un auténtico esfuerzo por controlar los ayuntamientos, en especial el de Pam-plona, maniobrando para extender la influencia del Movimiento a través de las oportunidades que le ofrecía la división del carlismo; presionó para incorporar a miembros de FET y de las JONS en la Junta de Educación; dispu-tó con la Diputación en relación con las competencias de ésta sobre los ayunta-mientos; mantuvo incluso en los medios una agria disputa personal con Amadeo Marco; llegó a deponer a los diputados que se le oponían, entre ellos el propio Marco, de sus cargos gubernativos o en el Movimiento, acusándoles de se-cesionismo; y se enfrentó duramente con el ayuntamiento pamplonés. En los dos casos las gestiones de la Di-putación ante Franco se saldaron con el cese del gobernador. Precisamente, esa actitud de defensa de la foralidad por parte de la Diputación frente a los intentos centralizadores del Movimiento tuvo como efecto el surgimiento del navarrismo como objeto de elaboración teórica, sobre todo desde el derecho y de la historia, implicándose aquélla en la edición de diversos textos y en la pro-moción de iniciativas en torno a ello4.

De cualquier forma, el régimen franquista potenció considerablemente a la Diputación navarra en el plano económico. En esta etapa, además de pactarse unos cupos económicos ventajosos en la cuantía y la forma de gestionarlos, se extendió la capacidad de la Diputación como sujeto recauda-dor, ocasionado que la capacidad de ingresar y de gastar de la Diputación navarra fuera diez veces superior a la media de las diputaciones provinciales del resto del Estado. Con todo, mayor importancia que las posibilidades de im-pulso del desarrollo económico y de in-versión en gasto social que brindaba el presupuesto tuvieron las oportunidades

que brindaba la autono-mía fiscal y financiera que sirvió para atraer empresas y capitales a través de exenciones fiscales y para mante-ner una presión tribu-taria inferior a la de los territorios de régimen común, lo que permitió captar capitales como ahorro destinado luego a la inversión5.

Tanto en el plano

político como en el plano económico, en las cesiones del poder central a la Diputación fue determinante la voluntad explícita de la Jefatura del Estado, que se impuso a los intentos relativamente homogeneizadores de los ministerios y de los gobernadores civiles. Además, el Estado franquista asumió el imaginario foral navarro, admitiendo el uso regular de términos como Ley Paccionada o Diputación Foral en numerosos textos legales, y por medio de la no beligerancia en lo relativo al tema de la indeterminación de las competencias de una y otra parte en muchas cuestiones, agran-dó la capacidad de maniobra de las élites navarras y sancionó la práctica de una constante negociación política entre la Diputación y los ministerios6.

LA DIpUTACIóN EN EL FRANQUISMO

En los años cuarenta, entre mayo de 1940 hasta abril de 1949, rigió una única corporación provin-cial, designada por el Consejo Foral por encargo del gobernador civil. En ella fue mayoritario el sector de los carlistas colaboracionistas, como el conde de Rodezno, Cesáreo Sanz, Javier Martínez de Morentin o Ama-deo Marco. A partir de 1949 la Di-putación navarra se eligió mediante los mecanismos establecidos por el

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Tanto en el plano político como

en el plano económico, en las cesiones del

poder central a la Diputación

fue determinante la voluntad

explícita de la Jefatura del

Estado.

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régimen franquista para la renovación de las diputaciones provinciales, ade-cuadas al caso de Navarra a causa de la pervivencia de la Ley de 1841 en cuanto al número de diputados y su distribución por merindades. A partir de ese momento, aumentó la presen-cia de carlistas, si bien su división, no sólo por su adscripción a cada una de las facciones tradicionalistas, sino

también por su actitud ante el gobernador civil, dificulta posicionar con nitidez a cada diputado en una línea política específica, máxime cuando ésta pudo ser, tal y como sucedió, relativamente cambiante en el tiempo.

Según la Ley de Régimen Local de 1945 los diputados eran elegidos por compromisarios municipales de cada merindad, teniendo cada ayuntamiento idén-tico peso, independientemente de su población. En muchas ocasio-nes los compromisarios municipa-les solían coincidir con la persona del alcalde que, a su vez, había sido designada por el gobernador civil, por lo que podían ser presio-nados por éste. Los compromi-sarios que solían mostrar mayor independencia de criterio eran los que coincidían con el hecho de haber sido elegidos por el tercio de cabezas de familia, el único de elección directa7.

Hemos contabilizado a treinta personas que fueron di-putados forales en el franquis-mo. Por el partido de Aoiz figura solamente una (Amadeo Marco) durante todo el periodo. Por la merindad de Estella hemos con-tabilizado a nueve personas. Por la merindad de Pamplona, doce. Por la merindad de Tafalla, cinco, siendo una de ellas (Francisco Uranga) también diputado por Pamplona. Por la merindad de Tudela, cuatro.

Según los perfiles de esas personas, pue-de afirmarse que en el franquismo irrumpió en la

Diputación una clase política nueva con pocas conexiones con el pasado y sin vínculos con las sagas familiares que habían dominado la política provincial tradicionalmente. Considerando la falta de adversarios políticos fuera de la derecha, eso se debe a dos factores: la renovación que se pro-dujo en el seno del carlismo y el peso que adquirió una fuerza nueva, la Falange8.

Desde una perspectiva socioprofesional, se comprueba una ruptura con el perfil mayoritario de propietarios agrarios de los diputados de la Restauración. Durante el franquismo, muchos diputados procedían de las clases medias y de las profesiones liberales (abogados, médicos, farma-

céuticos, ingenieros), así como industriales9.

Por otra parte, los dipu-tados forales constituyeron una élite mayoritariamente centrada en la política provincial durante el franquismo, siendo muchos de ellos alcaldes de sus localidades y llegando algunos de ellos a ser procuradores en las Cortes franquistas, si bien muchos de ellos como representantes de la Diputación o como alcaldes de Pamplona. No obstante, no se observan, salvo casos esporádi-cos, carreras políticas que tras-pasasen las fronteras navarras, accediendo a la alta política es-tatal o a la alta administración del Estado10.

De entre todos los diputa-dos, destacaríamos, por el núme-ro de años que estuvieron en el cargo, a Amadeo Marco, a Julio Asiain y a Jesus Fortún.

Amadeo Marco fue dipu-tado sin interrupción en 1940-1949, 1949-1955, 1955-1961, 1961-1967, 1967-1974 y 1974-1979. Fue secretario provincial del Movimiento entre 1942 y 1949 y miembro del Consejo Nacional de FET y JONS entre 1942 y 1954. En 1949, 1961 y 1974 fue el único candidato a diputado por su merindad y obtuvo la ratificación de la práctica to-

El Estado franquista asumió el imaginario

foral navarro.

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talidad de los compromisarios municipales. Hasta 1954 formó parte de los carlistas colaboracionis-tas con el régimen, teniendo ese año un enfrenta-miento directísimo con el gobernador civil Valero Bermejo por el antiforalismo de éste, siendo des-tituido de sus cargos políticos en el régimen. En 1955 derrotó a un candidato oficial promovido por el Movimiento a cuenta de las tensiones habidas un año antes. En 1967 derrotó ampliamente a un candidato apoyado por Francisco José Saralegui (así como por Huarte y Urmeneta, el sector más desarrollista de la Diputación). Ideológicamente combinaba un ruralismo que le hacía oponerse al proceso de urbanización y de industrialización de Navarra, en cuanto que ello supondría la pérdida de influencia del tradicionalismo católico, con un acendrado fora-lismo, la fuerte lealtad a Franco y un vasquismo cultural de tintes tradicionales, siendo éste último el motor de su apoyo a diversas iniciativas favorables al euskara en unión de Urmeneta11.

Julio Asiain Gurucharri, fa-langista, fue diputado sin interrup-ción en 1958-1964, 1964-1971 y 1971-1979. Fue alcalde de Co-rella desde 1945 a 1971 por su amistad con Arrese12.

Jesús Fortún fue diputado en 1949-1955, 1967-1974 y 1974-1979. Inicialmente carlista, migró hacia Falange y gracias a ello y a su amistad con Arrese, ocupó car-gos dentro del Movimiento fuera y dentro de Navarra. Fue elegido diputado por Estella en 1949 por la división del voto carlista. Vio interrumpida su carrera política al ser el único diputado destituido por el conflicto con el gobernador Valero Bermejo, pese a su común adscripción falangista, por haberse manifestado públicamente a favor de la foralidad13.

Hay que destacar que esos tres diputados actuaron sindicadamente en dos momentos dife-rentes. Entre 1964 y 1967 conformaron uno de los dos bandos que pugnaron por el control de la Di-

putación, consiguiendo la supresión de la Dirección General Técnica de Francisco Javier Saralegui y lu-chando contra Felix Huarte y Miguel Javier Urmeneta14, los diseñadores del proceso de industrialización de Navarra.

A partir de 1976 esos tres diputados, junto con Julio Iturralde, configuraron el sector inmovilista mayoritario de la Diputación, en-frentado a la minoría favorable a una relativa democratización de las instituciones forales constituida por

Arza, Irazoqui y Visus y apoyada entre otros por José Javier Uran-ga, director del Diario de Navarra, y Miguel Javier Urmeneta. Ade-más, Marco y Asiain recibieron, según Félix Huarte, el apoyo de la Jefatura Provincial del Movimiento en la campaña para la renovación de los diputados forales de Aoiz, Estella y Tafalla en 1967. Huarte llegaría a dimitir de su cargo de vicepresidente, siendo defendidos aquéllos por otros diputados o exdiputados como Ángel Bañón y Ambrosio Velasco próximos al bunker. Asiain y Marco también intervinieron a favor de los candi-datos más del régimen en las elec-ciones de procuradores a Cortes por el tercio familiar (posibilidad abierta en 1967) en 1971, tal y como denunciaron los candidatos carlistas Zufia y Pérez-Nievas.

De forma llamativa, la pre-sencia mayoritaria de ese sector intransigente nos presenta a una Diputación absolutamente bunke-rizada, cuando ya el espíritu del

cambio político y social se palpaba en el ambiente. En el Ayuntamiento de Pamplona, por ejemplo, donde en los años cincuenta la línea oficialista ha-bía gobernado con bastante comodidad a causa de la minorización definitiva del sector falcondista, ciertamente relevante en la década anterior, a par-tir de 1966 los concejales de la HOAC y del car-

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Amadeo Marco fue diputado sin interrupción

en 1940-1949, 1949-1955, 1955-1961, 1961-

1967, 1967-1974 y 1974-1979.

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lismo que ya había roto amarras con el régimen tendrán cada vez mayor éxito en las elecciones a concejales por el tercio familiar.

Por otra parte, hay que señalar, que de los diputados del franquis-

mo, sólo Juan Manuel Arza siguió como diputado elegido por sufragio directo en 1979-1983.

Por último, queremos señalar la relación que ese grupo de dipu-tados, que tantos años estuvo en la Diputación y que demostró posturas tan reaccionarias, mantuvo con al-gunos de los grupos de poder y con los valores de los mismos indicados por Ricardo Feliú en su tesis para los años 1999 y 200415.

El Diario de Navarra, el pe-riódico de mayor tirada con dife-rencia tanto en la República como en la etapa franquista, mantuvo en alguna medida actitudes críticas con aquel sector intransigente tanto en la coyuntura de 1967, atacando por ejemplo al diputado falangista Bañón y apoyando a Huarte y Urmeneta, como en la de 1976-1979, apoyan-do Ollarra, director del mismo, las posturas de Visus, Irazoqui y Arza en la moción de julio de 1976 para el replanteamiento del sistema foral. Por lo que respecta a la Universidad de Navarra, regida por el Opus Dei, ubicada aquí durante el franquismo y gracias a él, hay que mencionar que no suscitó actitudes constantemente positivas en todos los sectores de la Diputación. El sector del que hemos hablado expresó sus reticencias en las tensiones de 1967, achacando a Félix Huarte, por ejemplo, su fa-voritismo hacia aquélla y hacia sus gestores.

De cualquier forma, cabría de-cir que ese sector reaccionario de la

Diputación carecía de un modelo sociopolítico acabado, postulando de forma nostálgica un modelo ya superado, mezcla de agrarismo, tradicionalismo y clientelismo a la vieja usanza.

A MODO DE CONCLU-SIóN

Ya para finalizar, haré refe-rencia a tres aspectos. El primero hace referencia a los contenidos normativos de las élites durante el franquismo. Puede decirse que sus marcos referenciales, sobre todo los del sector más bunkeri-zado, estaban imbuidos de las for-mulaciones, configuradas durante la República, de Navarra como nueva Covadonga salvadora de España frente a las disolventes fuerzas del socialismo y de los nacionalismos periféricos. Sin em-bargo, cabe destacar que algu-nos de ellos como Amadeo Marco nunca renegaron de un vasquis-mo sui generis, que enlazaba con la tradición cultural de las élites navarras educadas durante el pri-mer tercio del siglo XX.

El segundo hace referencia a un aspecto que siempre ha sido la seña de identidad característi-ca de la Diputación de Navarra. Siempre ha optado por negociar con el Estado a la manera del An-tiguo Régimen: entablar contactos con la cúspide del Estado o del gobierno a hurtadillas y de mane-ra secreta. Esta vía siempre le ha sido sumamente útil: en el siglo XIX porque había que frenar a los carlistas; en el siglo XX porque hay que frenar a los nacionalistas vascos.

Por último, me referiré a la socialización de los mensajes ideológicos y a la conformación

El presentar a los navarristas de

derechas como derechosos,

ultramontanos, vendidos a Madrid,

ignorantes y traidores respecto a las

verdaderas esencias de Navarra, sin

pretender ir más allá, ignorando su perfecta aclimatación al medio

y su capacidad de aggiornamento, demostrada por

sus repetidos éxitos electorales en los

últimos decenios, es, a nuestro juicio, la mejor

forma de perpetuar escenarios.

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de redes clientelares por parte de la derecha navarra. Hay que remarcar que las estrategias seguidas en relación con esa cuestión tanto en la Segunda República como en el franquismo, y también en la actualidad, no han sido nada desdeñables en relación con los fines que per-seguían, sirviéndose de la división y de la debi-lidad, numérica, pero sobre todo argumentativa, de los adversarios, y demostrando, además, una perfecta adecuación a los tiempos. A ello habría que añadir su habilidad en el uso de las redes sociales en los tres momentos mencionados. Además, creo que en una buena medida se pue-de apreciar una línea de continuidad en relación con los dos aspectos citados (argumentos y uso de redes) en las diversas etapas que van desde 1931 hasta ahora16. La derecha navarrista ha tenido y tiene más recursos que ninguno para adentrarse en la comunidad, entendida ésta en el sentido tradicional, pero también entendida en el sentido moderno.

Por ese motivo, constituye un craso error esgrimir argumentos minusvalorativos en relación con esas estrategias. En este sentido, la frase de Gipuzkoarra en 1909 (que ha encontrado ecos entre sectores del nacionalismo en repetidísimas ocasiones, aún hoy en día) de presentar al nava-rrismo como “de bolsillo chalequero, de no pagar impuestos, nabarrismo zaragozano o de jota y guitarra” se nos antoja, más que caricaturesca, enormemente zafia. El presentar a los navarris-tas de derechas como derechosos, ultramonta-nos, vendidos a Madrid, ignorantes y traidores respecto a las verdaderas esencias de Navarra, sin pretender ir más allá, ignorando su perfecta aclimatación al medio y su capacidad de aggior-namento, demostrada por sus repetidos éxitos electorales en los últimos decenios, es, a nuestro juicio, la mejor forma de perpetuar escenarios.

NOTAS 1. ANGEL GARCIA-SANZ MARCO-

TEGUI, CÉSAR LAYANA ILUNDAIN, EDUAR-DO MARTíNEZ LACABE, MIKEL PÉREZ OLASKOAGA, Diccionario biográfico de los Diputados forales de Navarra (1931-1984) y de los Secretarios de la Diputación (1834-1984), Pamplona, Gobierno de Navarra, 1998, p. 26.

2. Ibid., p. 25.3. ÁLVARO BARAIBAR ETXEBE-

RRíA, “Contrafuero, <<secesionismo nava-rro>> o control provincial: la pugna entre los Gobernadores Civiles y la Diputación (1945-1955)”, en MARIA DEL MAR LARRAZA MICHELTORENA (DIR.), De leal a disidente: Pamplona, 1936-1977, Pamplona, Ediciones Eunate, 2006, pp. 89-114.

4. Ibidem.5. JOSEBA DE LA TORRE CAMPO, “Desarrollo prácti-

co de la nueva fiscalidad: la Hacienda Foral de Navarra, 1841-2000”, Iura Vasconiae, 2009, 6, pp. 472-478.

6. SANTIAGO DE PABLO CONTRERAS, “La Dictadura franquista y el exilio”, en JOSE LUIS DE LA GRANJA y SANTIA-GO DE PABLO (coords.), Historia del País Vasco y Navarra en el siglo XX, Madrid, Biblioteca Nueva, 2009, 2ª ed., p. 93.

7. ANGEL GARCIA-SANZ MARCOTEGUI, CÉSAR LAYANA ILUNDAIN, EDUARDO MARTíNEZ LACABE, MIKEL PÉREZ OLASKOAGA, Op. Cit., p. 22-23.

8. Ibid., p. 40.9. Ibid., pp. 35-36.10. Ibid., p. 39.11. Ibid., pp. 67-73.12. Ibid., pp. 315-320.13. Ibid., pp. 97-106.14. Sobre ambos, Ibid., pp. 201-207 y 247-259.15. RICARDO FELIÚ, La distribución social del poder:

la elite navarra en el cambio de siglo (1999-2004), Tesis Doctoral leída en la Universidad Pública de Navarra, 2009.

16. Soy de la opinión que las tramas argumentativas y las formas de adentrarse en la comunidad usadas por la derecha navarra en la República no son tan diferentes de las utilizadas en los últimos decenios. En relación con aquéllas, Cfr. JAVIER UGARTE TELLERíA, La Nueva Covadonga Insurgente. Orígenes sociales y culturales de la sublevación de 1936 en Na-varra y el País Vasco, Madrid, Biblioteca Nueva, 1998 y ÁNGEL GARCíA-SANZ MARCOTEGUI, El voto femenino y las eleccio-nes municipales de 1933 en Navarra, Pamplona, Universidad Pública de Navarra, 2009.

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La élite de poder en la sociedad navarra en el cambio de siglo (1999-2005)

Ricardo Feliu Martínez

El presente artí-culo, adaptación de una confe-rencia pronun-ciada en el mar-co de una mesa

organizada por la Fundación Sabino Arana sobre Élites y clientelismo en Navarra, inten-ta, en la medida de lo posible, responder a los siguientes in-terrogantes: ¿en la sociedad navarra contemporánea existe, o no, una élite de poder? Y si así fuera, ¿cuáles son sus prin-cipales características socioló-gicas?, ¿es la homogeneidad social la clave que explicaría la existencia de esa élite de poder o, por el contrario, se-rían los valores, actitudes, las

identidades sociopolíticas y socioculturales las que tendrían una importancia mayor?

Antes de abordar esas cuestiones convie-ne poner encima de la mesa algunas conside-raciones y premisas fundamentales. En primer lugar el término élite, entendido como el con-junto de individuos que ocupan formalmente posiciones definidas de autoridad a la cabeza de una organización o institución social, no deja de ser una definición categórica que, desde una perspectiva sociológica, no nos dice mucho. Si quisiéramos ubicar el estudio de las élites en el corazón mismo de la reflexión sociológica debemos preguntarnos si, entre las personas en posiciones de élite se configuraban, o no, grupos sociales reales. De esta manera hablaremos de la existencia de una élite de poder cuando aque-llas personas que están en posiciones de élite se configuran como un grupo social (más allá de las estructuras de autoridad en donde estas

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Ricardo Feliu Martínezdepartamento de Sociología. universidad Pública de navarra.

personas están ubicadas) que comparte un plano normativo similar (conjunto de valores, creencias y actitudes sociopolí-ticas y socioculturales, valores éticos y religiosos, etc.) y un capital social particular.

En segundo lugar, una sociología de las élites se de-be estructurar alrededor de tres cuestiones críticas: las relacio-nes de poder a partir de las cuales se configuran las élites (dimensión de poder), el cómo y de qué maneras se llega a las posiciones de élite en una sociedad (dimensión de recluta-miento y rotación) y, por último, las relaciones sociales que se pueden producir entre las per-sonas que están en posición de élite (dimensión de estructura), diferenciando entre el grado de homogeneidad social (entendi-da por compartir unos mismos orígenes sociales, similares po-siciones de clase antes de la entrada a las posiciones de éli-te, el formar parte de las mismas redes de relaciones informales y un capital social común) y la integración normativa.

Por último, el análisis sociológico de las éli-

tes no solo supone un asunto complejo desde el punto de vista teórico sino también metodológico. Las principales dificultades son dos: los criterios a través de los cuales se realiza la identificación y la selección de las posiciones de élites en una sociedad y, por otro lado, el problema del acceso. En el caso del primero, nuestra postura ha sido la combinación de los tres principales métodos utili-zados hasta el día de hoy (posicional, reputacional y el análisis de redes). Ahora bien, los problemas

derivados del acceso son algo más delicados ya que un conocimiento incorrecto del contexto en donde se va a realizar la investigación, puede echar por tierra todas las es-trategias planteadas de antemano. El factor fundamental que marca el acceso es, sin duda, las barreras organizacionales que se encarnan en la figura de los porteros, lo cual exige una continua y calibrada ne-gociación del rol del investigador durante toda la fase de acerca-miento al objeto de estudio. Una vez superada esa barrera no se han detectado mayores problemas a la hora de realizar las entrevistas con las personas seleccionadas.

Una vez planteadas todas esas consideraciones pasaremos a realizar un primer acercamiento a las élites navarras a través de la dimensión de poder. Las prin-cipales redes de poder-autoridad detectadas en la sociedad navarra en el cambio de siglo se articulan en cuatro ámbitos: el político (Go-bierno de Navarra y los partidos políticos, especial Unión del Pueblo Navarro), la administración (más concretamente la Diputación Foral de Navarra), la económica y la inte-lectual (en donde los principales ac-

tores son el Diario de Navarra y la Universidad de Navarra). Estas redes no se configuran de mane-ra aislada sino que están en un continuo proceso de interacción. El principal nodo en donde unas y otras confluyen es la Diputación Foral de Navarra. En efecto. Es allí en donde se registran el mayor número de vínculos y de relaciones entre actores de ámbitos diferentes (sobre todo económico y político) a través de tres áreas: los órganos con-sultivos (en especial el Consejo de Navarra y el Consejo Económico Social), las fundaciones pú-

Las principales redes de poder-

autoridad detectadas en la sociedad navarra en el cambio de

siglo se articulan en cuatro ámbitos: el político (Gobierno de Navarra y los

partidos políticos, especial Unión del Pueblo Navarro), la administración (más

concretamente la Diputación

Foral de Navarra), la económica y la intelectual (en donde los

principales actores son el Diario

de Navarra y la Universidad de

Navarra)

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blicas y las sociedades públicas – Caja Navarra. Sin embargo, aunque la Diputación Foral tiene ese papel medular, en la sociedad navarra hay otras redes de poder–autoridad que son funda-mentales. En el ámbito económico destaca la

Confederación de Empresarios de Navarra; es la entidad privada con mayor presencia en los órganos consultivos de la Diputación, en sus órganos directivos se encuentra parte de la élite económica navarra y además mantiene importantes vín-culos con otros agentes estratégi-cos como la Universidad de Navarra (más concretamente a través de la Fundación Empresa-Sociedad). Un caso similar es el de la Cámara Navarra de Comercio e Industria (aunque con una presencia en esas redes ligeramente menor que la CEN) y en una segunda fila en-contramos a los sindicatos UGT y Comisiones Obreras.

En el ámbito intelectual las principales referencias son el Dia-rio de Navarra, la Universidad de Navarra y la Universidad Pública de Navarra. La importancia del Diario de Navarra no radica tanto por sus vínculos formales con otras redes de poder sino por su capacidad de influencia. Es el diario de cabecera para la élite navarra. El caso de la Universidad de Navarra y de la Universidad Pública de Navarra es diferente. Mientras que la prime-ra mantiene pocos vínculos pero centrales (sobre todo con la élite económica a través de la Fundación Empresa-Universidad, espacio en donde participa la Confederación de Empresarios de Navarra y la Cámara Navarra de Comercio e In-

dustria), en el caso de la segunda se registran más vínculos, a través del Consejo Social, con ámbitos más diversos, pero estos lazos son más dispersos y menos relevantes.

El análisis detallado de esas redes nos llevo a concluir que la éli-te navarra está formada por aproxi-madamente 114 personas. Casi la mitad pertenecen al ámbito eco-nómico, de los cuales el 55% son altos directivos, el 22% empresa-rios, un 16% agentes y grupos de interés (sindicatos, patronal) y solo un 7% capitalistas financieros. La élite burocrática navarra representa un tercio del total mientras que la élite política navarra supone una quinta parte de la élite navarra, en donde más de la mitad proceden del Gobierno de Navarra y una cuarta parte de las élites de los partidos (UPN, CDN y PSN-PSOE). Por úl-timo destacar el escaso peso de aquellas personas ubicadas dentro del ámbito intelectual.

El siguiente paso es compro-bar si esta élite se configura como una élite de poder. En relación a la dimensión de reclutamiento-forma-ción se observa lo siguiente. Más allá de los requisitos específicos necesarios para acceder a las posi-ciones de élite en el ámbito político, económico y burocrático navarro, la adscripción o la vinculación con ciertas redes sociales pasa a ser un elemento compartido (excepto en el caso de los capitalistas em-presarios). Esto mismo se registra si analizamos las rotaciones entre las posiciones de élite, aunque con un matiz: es estudiando estos mo-vimientos cuando se detectan las principales tensiones derivadas de las exigencias propias de cada red de poder-autoridad. Esos conflictos

La élite navarra está formada por aproximadamente

114 personas.

La élite política navarra supone una quinta parte de la

élite navarra.

La élite navarra es una élite masculina,

en donde sólo el 7% son mujeres.

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nos indican la existencia de una tensión entre el grupo de los tec-nócratas e independientes y el de los políticos-democráticos. La única excepción la encontramos en las ro-taciones entre la administración foral y el ámbito económico, en donde las pugnas emergen por no estar bien definidos los lindes que separan el sector público (sociedades públicas) y el sector privado, así como por las luchas personales que se producen en momentos puntuales.

Con la dimensión de estruc-tura lo que se intenta estudiar es si en la élite navarra se produce inte-gración social y normativa, y en qué grado. Un primer acercamiento a los perfiles sociales de las personas que ocupaban posiciones de élite nos indicó la existencia de rasgos diferenciales con la sociedad na-varra. De este modo, si atendemos a los grupos de edad, se observó cómo el 69% había nacido en la década de los cuarenta y cincuenta, la mayoría en Navarra. Si atende-mos a la distribución de esos naci-mientos vemos como un porcentaje importante (68%) lo han hecho en Pamplona mientras que los nacidos en el resto de la Comunidad Foral se concentran en las comarcas del sur de Navarra. La élite navarra es una élite masculina, en donde sólo el 7% son mujeres (si bien es en la élite política donde la presencia femenina es más importante con un 14%).

Una gran mayoría de la élite reside en la Comarca de Pamplona en aquellas zonas con mayor nivel de vida. Esto está íntimamente aso-ciado al hecho de que los tramos de renta de este grupo son superiores a los del resto de la sociedad nava-rra. Su capital cultural es alto. Casi todos han pasados por la universi-

dad (85% son licen-ciados). En relación con los estudios de secundaria tres son los centros educati-vos claves: el Colegio de San Ignacio (Jesui-tas), Escolapios y Ma-ristas, pero es en los estudios universita-rios en donde destaca un centro sobre todos los demás: la Univer-sidad de Navarra, que también recoge a casi todos los miembros de la élite que han realizado estudios de master y postgrados (a través del IESE).

Una vez conocidos estos da-tos, también se analizó la dimensión de clase previa la entrada a posicio-nes de élite (siguiendo para ello el modelo de Erikson y Goldthorpe) y se observó que casi todos provenían de la clase de servicio mientras que sólo una ínfima parte provenía de la clase trabajadora y una quinta parte de estratos intermedios. Esto nos llevo a preguntarnos por los oríge-nes sociales de la élite actual. Para ello, se tomó como dato de referen-cia la ocupación del cabeza de fa-milia en el momento del nacimiento. El análisis de estos datos nos indica que gran parte de la élite navarra proviene de una vieja clase media y aproximadamente una quinta parte nacieron dentro de la oligarquía na-varra (grandes terratenientes y em-presarios, alta administración y élite política). Dentro de esa vieja clase media nos encontramos profesiona-les liberales, directivos, pequeños y medianos empresarios agrícolas y administrativos con condiciones de vida dispares, en no pocos ca-sos cercanos a la clase trabajadora (como por ejemplo en el sector del

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Todos se definen como navarros-españoles, y es casi inexistente

cualquier referencia a un sentimiento

vasquista. Si se analizan los discursos de

identidad registrados en las entrevistas

con un mayor detenimiento, se observa un

fuerte sentimiento en contra del

nacionalismo vasco.

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comercio o los administrativos), pero cuyas referencias de estatus y de há-bitos se ubican en los sectores privile-giados de la época. Las estrategias de reproducción social dominantes de la época (la transmisión de la propiedad) se empieza a resquebrajar cuando una parte de la vieja clase media (de donde proviene la élite actual), realiza una importante inversión en capital

cultural a través de la adquisición de recursos so-cio-científicos para aprovechar las nuevas oportu-nidades de movilidad social ascendente que surgen debido a los profundos cambios socioeconómicos que se viven en Navarra a partir de la década de los cincuenta. Es en ese momento cuando nace la Universidad de Navarra (1952), princi-pal apoyo y referente científico-intelectual para la arribada del pensamiento tecno-crático a la Diputación en la década de los sesenta de la mano del empresario Félix Huarte (propietario del grupo industrial más importante en aquel del momento en Nava-rra y vicepresidente de la Diputación Foral de Na-varra durante el período 1964-1971) y un espacio de formación para las redes de poder emergentes que, lejos de enfrentarse con las ya existentes, se adaptan y se funden con ellas, logrando que las élites tradicionales navarras asuman (aún con al-gunas renuencias) los principios de la tecnocracia franquista y del desarrollismo.

Todos estos datos nos llevan a pensar que entre las personas en posiciones de élite existe un notable grado de homogeneidad social. Ahora bien, ¿se puede decir que la élite navarra comparte un conjunto de valores, creencias y

actitudes? La respuesta es sí y no. En realidad dentro de la élite se configuran dos grupos en relación a la dimensión religiosa, los valores éti-co-morales e ideológicos y, en menor medida, en relación con la cultura económica. Ahora bien, si hay un aspecto sobre el que existe consenso es en aquellas cuestiones relativas a la identidad colectiva. Todos se definen como navarros-espa-ñoles, y es casi inexistente cualquier referencia a un sentimiento vasquista. Si se analizan los discursos de identidad registrados en las entre-vistas con un mayor detenimiento, se observa

un fuerte sentimiento en contra del nacio-nalismo vasco, bien porque es percibido como una ideología negativa en sí mis-ma, bien porque es considerada como la principal amenaza a una identidad navarra articulada en relación a los Fueros (como símbolo) y a la Dipu-tación. Esto nos ha llevado a definir este sentimiento como na-varrista.

Ese navarrismo se construye a partir de un somos defini-do más por lo que no somos (naciona-

lismo vasco) y se expresa a través de cuatro líneas-fuerza: verdad-mentira (histórica), liber-tad-opresión, desarrollo económico-pobreza y mayoría-minoría. Uno de los ámbitos en donde esa tensión entre el somos y el no somos apa-rece con fuerza es en las opiniones relativas al euskera. En un primer momento, el euskera es valorado como algo propio, dentro de un contexto repleto de referencias a lo familiar, lo íntimo y lo tradicional. Sin embargo, si pasamos a la pre-sencia del euskera en los espacios públicos en la actualidad, de lo afectivo pasamos a la descon-fianza. Ésta es explicada por los entrevistados a través de un argumento según el cual el euskera

La élite del poder se define como de centro-derecha/

derecha. El principal partido político es Unión del Pueblo Navarro, tanto por afiliación

como por voto.

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debe ser gestionado (clave racional-meritocráti-ca), aunque por debajo aparecen otros elemen-tos que, en síntesis, señalan que el euskera es un mero instrumento del nacionalismo vasco pa-ra imponerse y atacar a la tradición navarra (los Fueros y la Diputación).

Llegados a este punto de la exposición, se puede concluir que entre las personas que ocupan posiciones de élite en Navarra durante el período de tiempo considerado (1999–2005), se configuran dos grupos cuyas diferencias no sólo radican en el plano normativo sino también en cuanto a su homogeneidad social, capital social y dimensión de reclutamiento y formación. De esta manera existe una élite del poder navarro compues-ta aproximadamente por 90 personas que se caracteri-za por tener unos similares orígenes sociales y posicio-nes de clase antes de entrar a las posiciones de élite, participar en redes sociales comunes (que se estructu-ran a través de la familia y amistades) y, en menor medida, por la participación en asociaciones cívicas y de ocio. Desde el punto de vis-ta normativo presentan unos rasgos que claramente los diferencian del resto de la sociedad navarra. De esta manera esta élite del poder se puede definir como conservadora en todo lo relativo a los valores ético-morales, defensora de un modelo de vida familiar basado en la unión matrimonial entre un hombre y una mujer, que se manifiesta abiertamente en con-tra del aborto, más creyente y practicante que el resto de la sociedad navarra, desde el punto de vista de la cultura económica se autodefinen como liberales y consideran el trabajo desde una dimensión moral. Mientras la sociedad navarra se ubica ideológicamente en posiciones de cen-tro-izquierda, la élite del poder se define como de centro-derecha/derecha. El principal partido político es Unión del Pueblo Navarro, tanto por afiliación como por voto.

Alrededor de está élite del poder se configura una pequeña élite que presenta otros rasgos so-ciológicos. Sus orígenes sociales se ubican dentro de la clase traba-jadora, presentan un capital cultural menor, han nacido en la década de los cincuenta y no forman parte de las mismas asociaciones cívicas y de ocio que la élite del poder. En su proceso de entrada a las posiciones de élite está determinado por el ascenso dentro de las estructuras de autoridad de las organizaciones a las cuales pertenecen y no participan en las

rotaciones entre posiciones de élite analizadas en esta investigación. Se ubican fun-damentalmente en el ámbito político y económico (sindi-catos). Son más tolerantes y permisivos que la élite del poder. Ideológicamente se declaran de centro-izquierda y son católicos no practican-tes o indiferentes. No vo-tan ni son simpatizantes de Unión del Pueblo Navarro. Aunque comparte con la élite una cultura económica libe-ral, son más proclives a la intervención de los poderes

públicos para reducir las desigualdades sociales.

Ahora bien, el único aspecto que une clara-mente a estas dos élites es lo relacionado con el navarrismo pero con un matiz: el somos de la élite del poder tiene un mayor número de referencias de corte esencialista que apelan a la existencia de una tradición navarra, de tal suerte que sus críti-cas al nacionalismo vasco desbordan lo estricta-mente político, incorporando aspectos relativos a la cultura y la lengua vasca. Por el contrario, esta sub-élite construye su somos de un modo más abierto, diferenciando, por ejemplo, lo cultural de lo político, aunque parte de sus discursos sobre la identidad coincidan en muchos puntos con la élite del poder.

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A principios de abril de 2010 me llamó al móvil un amigo salmantino algo des-politizado. Agitado, me preguntó si no

sabía –y cito– “lo que está pa-sando en Cataluña”. Inicialmen-te preocupado por si se hubiera producido un nuevo colapso de las infraestructuras o un nuevo caso Pretoria, con creciente alivio comprobé que me contaba que a la vuelta del Pirineo había parado a repostar en un pueblo del Pa-llars, encontrándolo –según me apuntó– “repleto de pancartas incitando a la independencia de Catalunya”. Incluso juraría haber oído un cierto tono acusatorio en su voz (quizás sea mi paranoia), no sé si haciéndome responsable de ello –sinceramente no llego a tanto– o, al menos, de no haber-le informado antes de semejante “conmoción” en mi tierra.

Pasado el susto, tendría que aclarar que no me sorprende en absoluto la desorientación de mi amigo esquiador. ¿De qué for-ma se tenía que haber enterado de todo ese desbarajuste en el “noreste peninsular” y su porqué? Lo cierto es que a los catalanes

nos aqueja un autismo agudo tanto a la hora de es-tablecer nuestras prioridades colectivas como a la hora de expresarlas razonadamente ante el mundo. Y no me estoy refiriendo al lloriqueo de CiU y ERC a la hora de regatear migajas en Madrid, que -eso sí- cuando toca, arrastra titulares. No. Quiero decir que sería poco más que un milagro que alguien conociera desde Castilla-León lo que se cuece en Catalunya. Si hasta hoy los catalanes apenas habíamos salido del armario, ¿cómo nos íbamos a sorprender asomando ahora?

En este aspecto, recuerdo el comentario de un periodista americano del Boston Globe –catala-nista confeso– quien me apuntó en 2002 que la cau-sa catalana era de las “peores defendidas”, al ser, según me dijo “de las más invisibles del mundo”. ¡Qué razón asistía al hombre! Ciertamente llama la atención que nos encontremos hoy en medio de una ingente campaña de referéndums o consultas populares, que por olas se van celebrando en los pueblos de toda Catalunya desde el pasado mes de septiembre, y que la cosa no haya sido noticia-ble más que por algún insulto a Laporta o por la magnífica predicción de Zapatero según la cual la primera consulta de Arenys de Munt (13.9.2009) se-ría un hecho “aislado”. Magnífico profeta Zapatero. Ahora ya pasamos de 300 poblaciones pequeñas y medianas en que se han celebrado consultas, con-tabilizándose centenares de miles de votos a favor de la independencia y con el magnífico dato de que en ninguna se haya bajado de un 85% a favor del sí. ¿No hay nadie en ningún despacho de Madrid para tomar nota?

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Las consultas independentistas en Catalunya.“Hasta aquí hemos llegado”Toni Strubell

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Claro que también ha podido contribuir ge-nerosamente al desconocimiento de este proceso el reglamentario boicoteo de los propios medios ca-talanes adictos al régimen (La Vanguardia, El Perió-dico, TV3), abonados como están –últimamente– al culto del falangista Samaranch o a la desconfianza política hacia todo catalanismo que vaya más allá de los calçots y el logo de la Caixa. Por cierto, no puedo evitar pensar que si todas estas consultas se estuvieran realizando en el Tibet, Mali o en Boli-via, TVE y Euronews seguramente no hablarían de otra cosa. Los catalanes, en cambio, llevamos con suma discreción nuestra silenciosa lucha contra la sordidez que representa la continuada pertenencia a un ex-Estado de las Autonomías donde (como denuncia un Pujol cada vez más comprensivo con los independentistas) ya no queda ni rastro del pacto de la Transición.

Y bien, ¿qué es lo que está pasando en Catalunya? ¿Qué es lo que, en definitiva, provocó la llama-da de mi amigo charro? Bien, yo no quisiera engañar a nadie ni hacerles creer que Catalunya esté a punto de la secesión ni nada por el estilo. No se ganó Zamora en una hora. Pero lo cierto es que, a la chita callando, se ha ido ensanchando en el país una cierta sensación de que “hasta aquí hemos llegado” (título –por cierto- de un libro mío que acaba de publicar Ttarttalo). Así, en Catalunya ha ido creciendo desde 2006 lo que a los politólogos les ha dado por llamar “desafección”, sentimiento que se ha extendido entre los “catalans emprenyats” (catala-nes enfadados). Algunos dicen que todo esto es flor de un día, que ya volverán las aguas a su cauce. Quizás. Sin embargo, hay mucha gente que piensa que no y que esto ya no tiene vuelta de hoja. Así, personalidades de todos los campos se han com-prometido con las consultas desde el actor Sergi López a los catedráticos Josep Maria Terricabras, Salvador Cardús o Elisenda Paluzie (decana de Económicas en la UB), incluso el propietario de la otrora españolísima Radio Teletaxi, Justo Molinero. Muchos piensan que las consultas han abierto una vía hacia la libertad de Catalunya que ya nadie po-drá descarrilar. Y si bien hay quien piense que todo

esto es una utopía, incluso algo negativo (“divisio-nario” dicen), ¿a quién puede sorprender que tantos catalanes hayan llegado a la conclusión de que con España ya no hay nada que hacer? “He votado que sí a la independencia” decía tras votar una señora de mediana edad en Vilaweb TV “porque ahora sé que en España no nos quieren como somos”. Con ella votó “sí” más del 97% de los votantes de Arenys de Munt, casi la mitad de la población. ¿No es todo esto algo altamente significativo? ¿Alguien va a te-ner el pulso de seguir hablando de “cuatro indepes chalados”?

Fijémonos que incluso el president Montilla se está teniendo que resituar ante una coyuntura que, ciertamente, está levantando ampollas nada

menos que en la prensa internacional. Así Montilla se ha visto obligado a ir periódicamente a Madrid para avisar de esa creciente “desafección” de par-te de sus administrados. Un despista-do pudiera preguntarse si esos viajes no pudieran ser para asegurar que su pueblo pudiera ejercer algún día el derecho a decidir. Más cerca de la verdad sería que fueron, más bien, pa-ra avisar al amo de Madrid del peligro potencial que se cierne en la periferia. Que se trata de lo segundo queda evidente por los repetidos ataques de Montilla a las consultas. “Dividen a la sociedad” dice. Palabras que a los vascos les deben sonar. ¿No es lo

mismo que decía el tándem López-Basagoiti ante el Plan Ibarretxe?

Efectivamente, quien duda de las intencio-nes de Montilla no puede saber hasta qué punto participó en la defenestración de Pasqual Maragall, su predecesor. Quizás no sea exactamente una casualidad que fuera el hermano de éste, Ernest Maragall, quien sentenciara en La Vanguardia -el pasado mes de febrero- que Catalunya era un “barco sin rumbo” y que Montilla carecía totalmen-te de “proyecto de país”. Ciertamente, inevitables retracciones al margen, revueltas bajan las aguas del PSC. Han sido demasiados los equilibrios que ha tenido que hacer para obtener la presidencia de la Generalitat, paso que incluso requirió su

Toni StrubellAutor del libro ”Hasta aquí hemos llegado. claves para entender el hartazgo de catalunya con España”

Si todas estas consultas se estuvieran

realizando en el Tibet, Mali o en Bolivia, TVE

y Euronews seguramente no hablarían de otra

cosa.

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compromiso en el proceso de redacción de un nuevo Estatut en que nunca cre-yó, llegándose al extremo de presentar enmiendas en su contra el día poste-rior de haberlo aprobado en el Parlament.

Pero, ¿qué es lo que tiene este nuevo milenio para hacer que muchos catalanes se hayan desplazado hacia el independentismo? Sin que nin-gún medio oficial lo predijera, ¿qué es lo que llevó a centenares de miles de ciudadanos a manifestarse el 18 de febrero de 2006, llegando a paralizar todo el centro de Barcelona para pedir el derecho a de-cidir? Bueno, son muchas, muchísimas cosas. Pero si tuviera que destacar una sola, es sobre todo el hecho de que tanta gente se esté dando cuenta que Madrid pretende cerrar para siempre el camino a las libertades catalanas en el futuro. Que todo quede fosilizado. Muchos catalanes, ya superada la bondadosa candidez demostrada en la Transición, ahora se sienten directamente amenazados por una involución autonómica indisimulada por parte del Estado, conscientes de que se les quiere negar, quizás para siempre, el derecho a decidir. Y muchos se han preguntado, ¿pero quién demonios son ellos para negarnos nuestra libertad? Nunca les había resultado tan clara esta percepción.

Como primera y más evidente prueba de es-te síndrome figura el recurso contra el Estatut ante el Tribunal Constitucional, cada vez más percibido éste por muchos catalanes, con razón, como una de las más decadentes y desacreditadas instituciones. Además, la larguísima demora a la hora de hacer pública la sentencia viene tras todo un proceso que rezumaba menosprecio hacia el pueblo catalán por todas las esquinas: la incumplida promesa de Zapatero, el humillante “cepillado” del texto y su múltiple recusación por parte de PP, autonomías, Defensoría del Pueblo, CEE, etc. Todo conducía a una per-cepción en que -en comparación- las causas internacionales contra serbios, norcoreanos e iraníes más bien pare-cían felicitaciones de Navidad.

En paralelo a este proceso se vivía el rocambolesco episodio del co-lapso de las infraestructuras producido

en 2007. Entonces la RENFE y las eléctricas, entre otras cosas, simple-mente dejaron de funcionar. Agravó la circunstancia el hecho de que por aquel entonces acreditados expertos revelaran que el colapso se debía a décadas de escamoteo estatal de importantes partidas del presupuesto en infraestructuras en Catalunya. Con todo ello la gente empezaba a ver que una cosa era la solidaridad y otra

que te traten de imbécil. Esos mismos economistas denunciaron que lo del déficit fiscal no era un “mal cálculo pasajero” ni un “pequeño exceso”, sino una praxis premeditada durante años. Era una circuns-tancia que estaba acabando con la prosperidad industrial y económica del país. La gente supo que, en términos de productividad per capita, Catalun-ya había caído del primer al undécimo puesto del ranking autonómico en menos de veinte años, si-tuación agravada por un expolio fiscal de 22.000 mi-llones de euros/año, el 10% del PIB catalán (el 16% del balear). ¿Qué país del mundo sobreviviría a un abuso así? se preguntaba la gente. Efectivamente, los catalanes pagaban en solidaridad unos 6 puntos más a las regiones pobres de España de lo que lo hacen los lánders más ricos de la RFA a los más pobres de la antigua RDA. Cuando finalmente el Es-tado accedió a publicar estos balances, ¿acaso se disculpó alguien por los años de insultos proferidos contra los “insolidarios” catalanes? Sin embargo, hoy son muchos los economistas de primera linea que aseguran que incluso con el nuevo acuerdo de financiación del Tripartito difícilmente podrá rehacer el país su economía en los siguientes veinte años.

No sería completa la consideración de la desafección existente en Catalunya sin una rápida mirada a la cuestión de la memoria histórica. Dicen que no es un tema que mueva las masas. Tampoco

ayuda a pensar lo contrario cuando vemos que Montilla y Saura calificaron el rechazo de Conde-Pumpido a pedir la anulación de la sentencia al presi-dent Lluís Companys como “gran día para Catalunya”. Como no podía ser de otra manera, en Catalunya hay mu-cha gente inteligente y no mediatizada que mira estas cosas con asombro. Se percibe nítidamente la incapacidad del Estado español para democrati-zarse como lo hicieron Alemania, Ita-lia, Argentina o Sudáfrica tras el paso de sus respectivas dictaduras.

¿Qué es lo que tiene este nuevo

milenio para hacer que muchos

catalanes se hayan desplazado hacia el independentismo?

La reacción de Madrid a todo este ajetreo –típicamente chulesca y cargada de menosprecio– quizás sea la ideal

para que acabe provocando el

resultado deseado por muchos.

3~4. Las consultas independentistas en Catalunya.“Hasta aquí hemos llegado”. Toni Strubell 4~4. Las consultas independentistas en Catalunya.“Hasta aquí hemos llegado”. Toni Strubell

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Una diferencia de hoy respecto a hace tres años es que la prensa internacional también em-pieza a expresar su asombro ante aspectos de este déficit democrático español. Ha quedado más que evidente en el tratamiento necrológico internacional al ex-falangista Samaranch que –ahora sí– ha sido devastador. El ex-miembro del CSPJ, Alfons López Tena –máximo ideólogo de las consultas– atribuye la vaporización de la buena imagen española, ¿cómo no?, al descalabro económico español. El escándalo inter-nacional que supone el juicio a Garzón por lo de las fosas seguramente no se hubiera dado antes aunque sí hay que recordar que, en su día, la Ley de la Memoria fue duramente denunciada por el Comité de DDHH de la ONU por amnistiar los crímenes contra la humanidad y no resarcir debidamente a las víctimas de Franco. Sin embargo, en general, ha sido sólo tras el estalli-do de la burbuja española cuando su prestigio internacional como “simpática monarquía” ha sido cuestionado in-ternacionalmente. Quizás por ello no fueron pocos los periodistas internacio-nales que entendieron a la perfección la masiva bronca al rey en Mestalla en el Barça-Athletic (mayo 2009).

Una última curiosidad que sí cabe apuntar respecto a la famosa “desafección” catalana es que quizás donde más visible se haya hecho es en la periferia intelectual socialista y no en el nacionalismo moderado. Es alta-mente significativo, por ejemplo, que una persona como Josep Ramoneda, periodista fetiche de este sector en El País, haya declarado que votaría sí en una consulta por la independencia mientras que Artur Mas (presidente de CDC) declarara que no pensaba “salir de casa” para dar su apoyo a la consulta del 13S, con todo lo que ello supuso de bofetón subliminal al sobera-nismo que dice representar. En esta misma línea es significativo que el ex-consejero maragallista Ferran Mascarell haya dicho que los catalanes “necesitan buscarse urgentemente un estado”. Lo es igualmente que Pasqual Maragall se haya dado de baja del PSC y que haya llegado a abogar por el “cierre de cajas” ante Madrid por la gravedad de nuestra situación económica. ¿Eso no es desbordar

a CiU y ERC en catalanismo? Pues lo parece. Ciertamente, muchos so-cialistas no han tenido más remedio que rendirse ante la evidencia que el federalista español, si alguna vez ha existido, es una especie extinguida. Efectivamente, al que pudiera du-dar de que algo se esté moviendo

en Catalunya quizás le re-sulte definitivo saber que UGT y CCOO han aca-bado dando su apoyo a la Consulta Independentista del 25 de abril (Manresa, Girona, Lleida y centena-res de pueblos más). ¿Alguien imagina algo parecido en Euskal Herria?

En este artículo no he pretendido más que señalar algunos movimientos singulares que se están dando en Cata-lunya y que seguramente no aparecen en los medios convencionales. No sólo son las pancartas de Tremp y Sort que espantaron a mi amigo esquiador de Madrid. Son muchas más las cosas que se están moviendo y en muchos frentes. Cosas destacables. Cosas objetivamente sorprendentes como que tanto Maragall como Pujol acudieran a una enorme manifestación (1.12.2007) en favor del derecho de Catalunya a decidir su futuro. Lo seguro es que son fenómenos sin precedente en la historia de los últimos treinta años. ¿Qué cómo acabará todo? Auskalo. Por de pronto cabe señalar que la reacción de Madrid a todo este ajetreo –típicamente chulesca y cargada de me-nosprecio– quizás sea la ideal para que acabe provocando el resultado deseado por muchos. ¿No dijo Gandhi que la independencia de la India se consiguió

más por los errores de la metrópoli que por los méritos del Partido del Congreso? Ciertamente, si Catalunya algún día es libre, me parece que habrá mucho debate sobre si los actuales partidos parla-mentarios catalanes tuvieron mucha mano en ello o si se vieron desbordados por una sociedad civil cada vez más activa. Más bien podrían ser unos nuevos actores (Laporta, Reagrupament?) los úni-cos que tendrán el valor de dar los nuevos pasos que iniciativas como las consultas independentistas parecen pedir y augurar hoy.

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¿A quién puede sorprender que tantos catalanes hayan llegado a la conclusión de que con España ya no hay nada

que hacer?

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Joan Mari Torrealdai

ELKARRIZKETA: PiLi KALTZADA. ARGAZKIAK: TXETXU BERRUEZO

”guk jasan dugun lintxamenduak guraso asko ditu”

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Soziologoa, idazlea, kaze-taria, euskal kulturaren izen handia. Teologian, Gizarte Zientzietan eta Informazio Zientzietan lizentziaduna, Soziolo-

gia eta Zientzia Politikoetan doktorea. Joan Mari Torrealdai (Forua, 1942) jario handiko gizona da, argi eta zuzen hitz egiten duten horietakoa. Zazpi urtez halako amesgaizto baten erdian bizi izan da, Euskaldunon Egunkariaren kontrako auziak eragindako zurrun-biloan katramilatuta. Zutik eutsi dio, eta neurri handian, herriak emandako sostenguari esker izan dela dio. Hala denik ezin uka daiteke, baina kanpotik begiratuta, halako barne-duintasunak eutsi egin diola ematen du. Unerik txa-rrenean ere irribarre egiten daki, baina bistakoa da une txar asko bizi izan di-tuela “bidegabekeriaren korridorean” igaro duen denboran.

“Ez naiz bertsolaria” esanez hartu gintuen. Nahiago, aukeran, ida-tziz jardutea. Liburu artean bizi da, idatzizko gizona da, letrak eta hitzak atsegin ditu. Afizioz eta ofizioz, ongi aukeratzen ditu berbak, eta zuzen eta artez josten ditu galderen zirrikituetatik ihes egin gabe: “gurekin egin dutena inkisizioa da, moduan eta tratuan”.

Esnedunaren orduan iritsi zen guardia Zibila Euskaldunon Egunkaria ixtera. Joan Mari Torreal-dai ez zen bertan, etxean baizik. Ha-ra joan zitzaion bila polizia. Handik eta Jakin aldizkariko zure bulegotik zeure ekarpen zientifikoaren uzta eraman egin zuten. Zentsura Histo-riaren lokatzen ditu erroak geurean, eta zeu neurri handian azken epi-sodioaren protagonista izan zara. ikertzailea, beraz, ikertuta.

Winston Churchill-ek eman zuen demokraziaren definizioa asko gustatu izan zait beti, alegia, goizeko

bostak aurretik zure etxera deitu eta hori esneza-lea bada eta ez beste inor, demokrazian gauden seinale dela hori. Hau da, sistemak, edo Estatuak edo gobernuak babestu egiten bazaitu eta ez era-so. Ez da gure kasua izan.

Nire etxean deitu gabe sartu ziren, atea botata, 01:30ean, eta armez lepo sartu ziren, atxilo hartzeko, emazte eta haur txikien aurrean. Ez du ematen oso jokabide demokratikoa, ezta?

Atxilo hartzeko sartu ziren, bai, baina ez horretarako bakarrik: dokumentazio pila bat era-man zidaten, bai etxean neukana eta bai Jakin nire enpresaren bulegoan: paper mota guztiak, intimoak, enpresakoak, familiakoak, zentsurakoak, ikerketakoak. Eta Egunkariakoak. Zenbat izango zen bada Egunkariakoa? Ehuneko bat? Benetan EL

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Egunkariako paperen bila etorri ziren? Ez ahaztu beste kontu bat, bidaia berean sartu ziren Elkar fundazioan, Ikastolen Federazioan, Argia asteka-rian eta Jakin aldizkarian, eta guztietatik eraman zituzten materialak, dokumentazioa eta ordena-gailuak.

Esan nahi dizudana da, ez zirela Egunkaria ixtera bakarrik etorri 2003ko otsailaren 20ko gau ilun eta hotz hartan. Euskalgintza soziala zuten jomugan aitzakia jakinarekin: den-dena dela ETAk zuzendua edo kutsatua. Eskerrak epaiak egurra eman dion akusazioaren tesi horri.

Zentsura ikertu duzu, eta zentsura pai-ratu, behin baino gehiagotan gainera. Jakin kaleratzea debekatu zuten frankismoaren ga-raian, eta urte dezente eta gero, hau. Behin baino gehiagotan esan izan duzu, hala ere, le-hengoaren aldean, askoz sakonagoa izan dela erasoa, zentsura ez ezik, inkisizioa ere etorri zaizuelako.

Frankismoan bizi izan garenok badugu pri-bilegio triste hori, zentsuratuak izan ginela. Nik neuk zentsura era askotara ezagutu dut. Batetik, idazle gisa, gauza handirik ez, artikulu bat edo beste zentsuratu zidaten. Jakin eta Anaitasuna aldizkarietako zuzendari bezala gehiago jasan dut artazien lana: artikuluak atzera bota, ebaki, debe-katu... Eta zentsura ezagutu dut batez ere, ikerlan gisa. Nire Soziologiako tesian, Deustun, euskal liburuen gain zentsura frankistak egin zuen kaltea aztertu nuen.

Beraz, zentsura ezagutu dut. Eta zoritxarrez Inkisizioa ere bai. Askoz ankerragoa da Inkisizioa. Huskeria da artikulu bat edo beste debekatzea egunkari bat ixtearekin alderatuta. Huskeria da zentsurak eman zezakeen zigorra atxiloketarekin, torturekin, kartzelarekin eta tribunal berezi bateko epaiketarekin konparatuta. Gurekin egin dutena Inkisizioa da metodologian eta tratuan.

Anekdota bat kontatuko dizut. Auto ka-muflatuan Madrilera lau guardia zibilen artean noala, ea zergatik ninderamaten galdetu nien. Eta erantzunak goitik behera kolpatu ninduen: “luma batzuek pistolak baino gehiago hiltzen dute”. In-kisizioak hala jokatzen zuen: ez zentsurak bezala halako esaldia edo halako ideia ezabatuz, baizik

eta iturburura joz, pertsonarengana. Pertsona hori tartetik kentzea, edo ikararaztea, da bidea eta aldi berean helburua.

Zertaz ari ziren, nire lumaz ari baldin bazi-ren? Francoren zentsurari buruz idatzi dudanaz, Estatuak euskarari eman dion tratuari buruz idatzi izan dudanaz. Harrez gero, egia diotsut, ez zait sekula ahaztu esaldi hura, eta aitor dut beldur hori neurekin daramadala harrez gero.

Contra reo garatu da prozesu guztia. Behin eta berriro agertu dira balizko delituak funtsik ez zuela demostratzen zuten dokumen-tuak, testigantzak, ebidentziak. Alta, prozesuak zazpi urte behar izan ditu ixteko, parte ekono-mikoa ebazteke dagoela ahaztu gabe. Zeure buruari zelan azaltzen diozu hau guztia?

Zazpi urtetan bidegabekeriaren korridorean geundela, hainbat aldiz ulertezinaren ulertezinaz barrua asaldatu izan zaidanetan, emazteak fatalis-mo punttu batekin esan izan dit: zuri hau suertatu zaizu beste batzuei minbizia tokatzen zaien beza-la. Eta poztu eta dena egin behar. Horrelaxe da bizitza. Amesgaizto gisa bizi izan dut. Bat-batean gertatu zen, gainera. Ustekabean. Gogoan dut guardia zibil koadrila etxera sartu zenean, ateak puskatuta, eta beraiekin aurrez aurre topo egitean, zera esan niela: etxez nahastu zarete. Konbentzi-tuta nengoen. Ez nuen sekula santan pentsatu nire bila etor zitezkeenik. Hor hasten da amesgaiztoa, eta diozun bezala contra reo doa gainerako guztia. Hasteko, eman ziguten tratua. Gero epaile inkisi-doreen jarrera gure kontra: guk esandako ezertxok ere ez zuen sinesgarritasunik. Epaiketa aurretik kondenatuak ginen epaile instruktoreentzat. Oso gogorra da horretaz jabetzea epailearen aurrean zauden bakoitzean, esaten duzuna esaten duzula, alferrik dela. Ahozko epaiketan bakarrik entzun zaigu. Instrukzio fase guzti-guztian poliziaren te-siak bakarrik agindu du. Sinesgaitza da, baina halaxe da. Francorekin errazago ulertuko nuen.

Sententziak dio: “De entre las diversas formas y modos de injerencia en la libertad de prensa, el cierre supone la mayor restricción, la suspensión o cancelación radical de todos los derechos relacionados con la emisión y recepción de información y opinión, de ma-nera sistemática, afectando masivamente a

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derechos e intereses de múltiples personas y de la propia sociedad”. Nola konpondu daiteke gizarteari egindako kaltea?

Oso argia da sententzia hone-tan, honetan eta beste puntu askotan. Ulergaitza da benetan nola har dai-tekeen honelako neurririk. Baina ez ahaztu lehenago ere hartua zutela Egi-nen kontra eta ez zela deus gertatu.

Inpunitate horrek hauspoturik jo zuten gure aurka ere. Demokrazia batean honelako neurriak ezin dira ez ulertu eta ez onartu. Eta ez lirateke hartu ere egingo inpunitaterik ez balute.

Jakina da, batzuen inpunitatea besteen inpotentzia da. Gauzak horrela, nola nahi duzu gi-zarteari egindako kaltea konpontzea? “Kaltea jacta est”, idatzi zuen Anjel Lertxundik eta arrazoi osoa du. Kaltea eginda dago, eta kito. Nik ez dakit tek-nikoki, juridikoki, zer egin daitekeen kalte-ordainak lortzeko. Baina ez naiz batere baikorra. Duinta-sunarengatik borroka egin beharko da, hala ere.

Eta nola konpondu pertsonei eragin-dakoa? Maila askotako minaz eta kalteez ari gara, gainera…

Aurreko kalteak bezala hauek ordainezinak dira, izan. Esan dut oraintxe mesfidati naizela kalte-ordainez, ezkor. Kalte-ordainak aipatzen di-renero, dirua aipatu ohi da. Enpresak ez dio horri uko egingo, noski. Baina ni neu gehiago beteko ninduke ordain moralak ordain ekonomikoak bai-no. Nahiz eta konbentziturik nagoen ez bat eta ez beste lortuko dugula. Tribunalaren aurrean egin nuen azken alegatoan jasandako kalteen erreparazioa eskatu nuen, eta orduan ez nuen ekonomian pentsatzen, baizik ere norbere izenari, familiari, proiektuari, lehen euskal egunkari nor-malizatuari egindako kalte erremediaezinean. Noiz eskatu behar digu barkamena Estatuak?

2003ko otsaileko egunsenti horrez geroz-tik, askotariko iritziak entzun ziren. Errugabe-tasunaren batere zantzurik agertu gabe jardun zuten askok, orain, epaiaren berri jakindakoan, justiziaren garaipentzat hartu dute zazpi urteko bidea. Zer iritzi duzu?

Bai, arrazoi duzu, ez da Estatua bakarrik hemen errudun. Guk jasan izan dugun lintxamen-

du politiko-mediatikoak guraso ugari ditu. Orduan lintxamenduan parte hartu zutenek orain diote jus-tizia egin dela. Korapilo hau askatzea komeni da. Hiru unetan azalduko dut esan nahi dudana.

Lehen une garrantzitsua 2003koa izan zen. Tesi polizial-judizial-politikoa jende askok oso-osoan irentsi zuen. Terrorista bihurtu gintuzten gauetik goizera, ez bakarrik Auzitegi Nazional espainiarrean, baizik eta plaza publikoan, plaza mediatikoan. Egun hauetantxe egon naiz heme-roteka begiratzen eta tentazio handia dut orduko azalpenak bildu eta argitara emateko. Uste dut bat baino gehiago lotsatuko dela, edo, hobe, lotsaga-rri geldituko dela. Gauza batek harritu nau epaia ezagutu ondoren: lintxamenduan parte hartu zuen inortxok ere ez duela “mea culpa”rik egin.

Bigarren unea ez da une bat, zazpi urteko tunel luzea baizik, bidegabekeriaren korridore luzea. Urte horietan justiziak contra reo jokatuz jarraitu du, eta komunikabideek bezala politikariek ateak itxi egin dizkigute: ez gaituzte hartu eta gure iritzia komunikabideetan agertzeko egin ditugun saioek ez dute argi berderik ikusi.

Hirugarren une erabakigarria tribunalaren epaia izan da. Epaiak justizia egin omen duenez, justizia sistemak justizia egin omen du. Nire iru-diko, eta auzipetu absolbituok agirian esan izan dugunez, hemen egin dena zera da, kalteak han-diagotzea saihestu. Justizia integralak gehiago eskatuko luke, adibidez, kalte ordainak, moralak zein ekonomikoak; adibidez, bidegabekeria hau egin dutenak zigortzea. Ala ez? Profesional bat (arkitekto bat, mediku bat) ondorio txarreko ekintza baten erantzule da, ezta? Ez al dago erantzulerik gure kasuan? Inpunitate horrekin nahi adina erre-pika daitezke horrelakoak.

Erabateko sostengua eta babesa eskai-ni zizuen, orobat, euskal gizarteak. Eskerrak emateko Bilbon egindako ekitaldian behin eta berriro entzun genuen esaldia, hauxe: “ez zuen gertatu behar izan”. Zuek ere esan zenuten: “pozik gaude, baina ez gaude lasai”. gerta lite-ke antzekorik gaur egungo testuinguruan?

Txanponak bezala bi aurpegi ditu gure ka-suak ere. Aurreko erantzunean azaldu dut au rpegi beltza. Alde positiboa gizartearena da, gure he-rriarena. Ez dago sinesterik zein handia eta beroa

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izan den jaso dugun sostengua, elkartasuna, atxikimendua. Horri eskerrak mantendu gara zutik, duintasunez. Babes hau ez da izan une batekoa. Lehen orduan izugarria izan zen, azken fase hone-tan ere lehertu egin da, baina 7 urte iraun du, hori da harrigarria, eskergarria. Momentu batean ere ez gaituzte bakarrik utzi.

Nola ez, bada, zutik mantendu gaituen gi-zarte horri eskerrak eman, lehen orain eta beti? Bilboko Euskaldunan antolatu genuen ekitaldiak gure esker on hori agerian utzi nahi izan du, baina handik aparte ere mila modutara eskertu dugu gizartea.

Ikusi dudan erreakzio batek harritu eta aldi berean poztu nau: absoluzioaren epaiarekin jen-dea ez bakarrik poztu baizik eta lasaitu egin da,

zama bat gainetik kendu izan balitzaio bezala. Euskaltzale jen-deak bere burua epaiketa ho-netan kontzernitua sentitu du, bera ere aulkian balego bezala, nolabait esan.

Iraganeko historia baten azken kapitulua izan dadin nahi nuke. Baina auskalo. ETAk bere jarduna bukatutzat ematen ba-du, baliteke horrela izatea. Baina bestela beldur naiz 2003koa errepika daite-keela. Zer aldatu da, bada? Eragile nagusiak orduko berak dira orain, eta ez dute orduan bai-no gogo gutxiago izango; egokiera politikoak markatzen du aldea.

Orwellen Big Brother hura orain ere lanean ariko da, entzuketak egiten, dossierrak eratzen, datuak biltzen eta bere erara inter-pretatzen, bizitza sozial arrunta modu konspi-ratiboan interpretatzen... eta horrek beldurra ematen du, edo nahiago bada, demokrazia batean beharko genukeen segurantzia galtzera eramaten du.

Martin Ugalde eta Joxemi Zumala-berekin batera, Egunkaria Sortzen mugi-menduko bozeramaile izan zinen. Aurrez esana zenuen, euskaltzain urgazle izendatu zintuztenean, euskal kulturaren erritmoak gehienez astekari bat egiteko ematen zuela,

ametsetan egunerokoa bazenuen ere. Zer eka-rri zion egunerokoak euskal kulturari?

Zer suposatu zuen? Gauza asko aldi be-rean. Ohore handia, lehen egunkaria atera ahal izatea, horixe baitzen mende hasieran ere hainbat euskaltzalek amestu zuena. 80ko hamarkadan, bestalde, errebindikazio horixe izan zen nagusie-tarikoa, mahai-inguruetan, iritzi artikuluetan.

Egunkari batek, bestalde, normalizazioa adierazten zuen. Normalizazioa urte haietan kont zeptu indartsua zen, minorizazioa gainditu nahi zelako. Ordura arte egin kontu astekarien erritmoan bizi ginela, gainerako kulturek mendetik gora zeramatenean eguneroko erritmoan. Eus-kararen normalizazioak ere egunkaria bezalako tresna bat behar zuen.

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Euskalgintzaren eta herrigintza-ren aldetik ere sekulako abantailak ikusten zitzaizkion egunkari bati, Eus-kal Herri osoaren ikuspegiak naturalta-sunez agertzeko, Eskiulatik Berangora, geure baitatik errealitatea begiratzeko, euskaldungoaren kohesiorako...

Horiexek dira Egunkariaren lor-penak ere, lorpenetako batzuk. Garai

hartan Kixotetik ere bazuen ametsak edo apustuak. “Ezina, egina” itzuli zuen Orixek Larramendiren El imposible vencido. Eta horixe da Euskaldunon Egunkariak lortu zuena. Ezina azpimarratzen zu-tenak zioten ekonomikoki ez zela bideragarria, kazetari talderik ez zegoela eskarmentuarekin, irakurlego askirik ez zegoela kontsumorako prest, euskara bera ez zegoelako aski trebatua, orduko giro politiko tenkatuan erokeria zela. Eta, hala ere, ezinen gainetik egin egin zen. Jauzi kualitatiboa suposatu zuen bai euskal prentsan eta bai euska-raren normalizazioan.

Komunikabideen sektorean berebiziko iraultza bizi da azken bolada luze honetan. Teknologia berriek kazetaritzaren produktuak ekoizteko eta kontsumitzeko eredu berriak ekarri dituzte. Zein bide du euskarak inguru-mari berrian?

Egunkariaren jaiotzako urte haietan ez zen hitz egiten globalizazioaz, ez Internetez. Gaurko egoera guztiz desberdina da, guztiz. Goitik behera aldatuz doaz ohiturak, bai ekoiztekoak, bai zabal-tzekoak, eta bai kontsumitzekoak. Konstatazio horren ondoren zer?

Komunikabideetatik harago joz, nostalgia elikatzea alferrik ez ezik kaltegarri ere bada. Ora-in eta hemen zer egin, hori da kontua. Erantzun gutxi eta galdera ugari ditut. Apokaliptiko eta integratuen arteko borroka bizirik ikusten dut gai hauetan. Teknologia berria jainkoa da batzuentzat, eta besteentzat gure hondamendiaren hasiera. Ezin da ukatu teknologia berriekin aukerak ugaldu egin zaizkigula, euskararen presentzia dibertsi-fikatu eta mundu osora zabaldu daitekeelako. Nik uste kulturaren forma berrietan euskarak presente egoten neurri batean asmatu duela, zenbait euskal produktu puntaren puntan edo daudela, teknolo-gia berrien eskutik ibiltzen ikasita gaudela. Poza ematen du.

Eta, aldi berean, beldurra. Presente gaude, hor gaude, bai, baina zein da gure presentzia, gure indarra? Nork ikusten gaitu? Gure inbisibilitatearen beldur naiz ni, Iratiko oihan zabalean zuhaixka bat gara. Txikia hazi egin dela, modernotu? Bai, baina handia proportzio handiagoan.

Teknologia berriekin batera datorkigun kultu-ran gehien kezkatzen nauena da negozioa egiteko bide edo aukerarik euskarak izango ote duen. Ora-in homologagarriak daitezkeen egiturak, enpresak, produktuak badauzkagu. Helburua euskaraz bizi baldin bada, lortuko al dugu etorkizuna ziurtatzea horren merkatu txikia izanik?

Bertan nagusi diren komunikazio-taldeek gaztelania darabilte ia soilik. Euskal kulturari berari ere, tarte txikia eskaintzen zaio. Nola ikusten duzu gaur egungo komunikabideen mapa euskararen normalizazioa irizpide har-tuta?

Minorizazio prozesuaren beldur naiz. Adibi-de bat: datuak eskura ez baditut ere emisio eta audientziatan ia seguru nago euskararen aldeko proportzioa hobea zela 90eko hamarkadan gaur baino. Bistan da orain euskal komunikabideak orduan baino gehiago direla, baina indar erlazioa orain orduan baino ahulagoa da erdarazkoekiko.

Hori batetik. Eta bestetik, komunikazio-tal-deek, kanpokoek, eta bertakoek ere, gero eta begirune gutxiago diote euskarari, euskal kulturari. Gero eta gehiagoak dira medioak, bai horixe, bai-na gero eta berdinagoak, bai edukietan, bai joka-moldeetan ere. Eta interesgune horietatik kanpo utzi dute euskara eta euskal kultura.

Egungo komunikabideen krisia ez dago horrenbeste edukietan baizik eta negozioa egi-teko gaitasunean, berriz diot. Eta hor zailtasun erantsia daukate euskarazkoek. Euskarri batzuk desagert zen edo ahultzen ari direnean, ordezko euskarrien bidez hedabideen negoziorako aukerak eta horien bideragarritasun ekonomikoak ez dira garbi ikusten mundu zabalean, eta are gutxiago kultura txikien kasuan. Euskal Herriko kasua ikusi besterik ez dago: erdal hedabideena da nagusi-goa, eta euskarazkoen nagusigoa tokiko hedabi-deetara mugatuta dago gaur egun. Zer salatzen du honek? Agian hauxe dela berezko joera. Garai batean euskarak euskarari buruz hitz egiteko balio

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zuen. Ez ote berdintsu? Euskara, ordea, ezin du-gu baztertu, txoko goxora bada ere. Euskararen normalizazioak besteen pare egotea eskatzen du. Hori, ordea, euskalgintzaren indar propioekin lort zea ezinezkoa da. Hor sartu behar du Ad-ministrazio ak, merkatuaren urritasunaren mugak gainditze aldera, baina ez limosna tratamendua daukaten subentzioekin. Adiera horretan behin eta berriz aipatu ohi dut apustu estrategiko ausarta.

Egunkaria Sortzen mugimendua abian jarri zenean, halako humus berezi eta egokia zegoela esan izan duzu, hots, munta honetako proiektu bat aurrera ateratzeko moduko inda-rra ba omen zegoen euskal kulturaren baitan. gaur egun ba ote du gure kulturak antzeko apustu estrategikoak egiteko indarrik?

Eredu zaharreko gizartea zen 1990eko hu-ra. Indarra bazegoen, ilusioa ere bai, eta esperan-tza. Eta batez ere proiektu kolektiboetara emana zen. Apustu handi bat izan zen Egunkaria sortze-ko hura, baldintza objektibo eskasekin burutua, gainera. Apustu arriskatua izan zen 2003koa ere, Berria sortzekoa. Eta hori ere lortu zen.

Eta gaur egun? Ez dakit. Egia da gizarte ereduak aldatu direla, etsipen punttu bat badela gizartean oro har, indibidualismoa ere indartu egin dela, boluntarismoa jaistearekin batera. Egia da militantzia eta auzolana ez daudela indarrean. Bai-na agian arazo nagusia noraezak dakar, hau da, ez dakigula oso ondo gizarte honek nondik joko duen. Krisia ez da ekonomikoa bakarrik, gizarte mailakoa baizik.

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Zerk piztu eta indartu dezake gaur euskalgintza? Ez dakit. Adibide bat jartze aldera, apustu estrategiko bideragarri bat aipatuko dut: euskal unibertsitate berria, hau da, euskara ardatz izango duen unibertsitatea. Ha-si da mugida, eta halako batean indar-tu egin daiteke, zergatik ez?

Eredu zaharrez mintzatu naiz oraintxe. Aldaketa kualitatiboak nahi izatera, hainbat eredu zaharkiturik daude. Esaterako, erakundeek subentzio sistema gainditu beharko dute, eta apustu estrategikoak egitera pasatu. Bestela ez dugu sekula santan gaindituko mino-rizazioaren marka hori. Bestalde, euskalgintzak kultur industrien premia du lehiakor izateko. Hori sustatze aldera egin beharko lirateke inbertsioak. Erakunde publikoek alde batetik, esan bezala. Eta

kapitalak ere bai. Gure desgrazia historikoa izan da euskal burgesia eta kapitalismoa ez direla izan euskaltzale, abertzale izan ala ez. Kontrapuntu ederra erakusten digute katalanek.

Erakunde publikoen gaian sakonduz, iru-dit zen zait euskarazko kultura biziari arreta gehia-go jarri beharko lioketela. 1992 geroztik hartu den bidea ez dut gustuko. Inbertsio izugarriak doaz, kulturaren izenean, egitura handi-mandietara, es-pektakuluarekin edo turismoarekin zerikusia dute-netara. Euskal kultura, aldiz, asistentzia sozialaren pareko tratatzen da, subentzio sistemaren bidez. Laguntza sistema guztiz aldatu beharko da, baldin eta nahi bada benetan euskarak daukan merkatu txikia ez dadin are eta txikiago bilakatu. Jakina da euskararen Akilesen orpoa merkatuaren urrita-sunean dagoela, tamaina txikian. Nola hori handitu eta prestigiatu izan beharko luke lehentasuna.

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Hilabete gutxiren aldean, akusatuen aulkitik Euskaltzaindiaren aulkira pasatu zi-nen. “Bibliografiatik bibliotekara. Esperantzari lei hoa” izenburuko hitzaldia egin zenuen Fo-ruan, etxean.

Hilabete eta erdira Euskaltzaindiko aulkitik akusatuen aulkira igaro nintzen. Bada alderik! Bata nire mundua da, euskararena, eta bestea nire tortura.

2009ko urriaren 31 hura egun gogoangarria izan da nire bizitzan. Nik bezala hara bildu zen jen-de guztiak kaskopean zuen handik gutxira akusatu bezala joan beharko nuela Auzitegi Nazionalera. Horregatik izan zen ekitaldi horren beroa, emozioz gainezkakoa. Esker oneko natzaio jendeari, eta batez ere euskaltzainei epaitegirako bidean nen-goelarik aukeratu nindutelako kide. Konfiantza hori beti eskertuko diet.

Biblioteka Nazio-nalaren gaia aukeratu nuen sarrera hitzaldi gi-sa. Saio historiko ezeza-gun batzuk azaldu nituen han, eta etorkizunari be-gira eginbide batzuk ira-doki nituen, zirikatzeko asmoz. Baina batik bat Biblioteka Nazionalaren garrantzia da azpimarratu nahi izan nuena, instituzio gisa. Askorentzat, kul-tura handikoentzat batez ere, Biblioteka Nazionala gaur egun aldarrikatzea zaharkitua bide da. Hala diote. Baina beraiena ez dute auzitan jartzen. Ez da horrenbeste denbora Mitterrandek Frantzian sekulako etxetzarra eraiki zuela. Eta orain, krisia dela eta, Zapaterok Espainiako Biblioteka Nazio-nalari ere diru sarrerak murriztu dizkionean, Bi-blioteka ukiezina dela esanez altxatu dira ahotsak. El Paisek honela zioen: “en la Biblioteca Nacional reside uno de los símbolos más graves de la cultura”. Ba begira, horrexegatik da inportantea guretzat ere.

Orduko hartan amaitzeko galdera pa-rea bota zenuen, orain zuri atzera bueltatzen di zkizudanak: Zein egoeratan ote legoke gaur euskal kultura, baldin eta 1919an Euskaltzain-dia sortu zen bide beretik Euskal Bibliografia eta Euskal Biblioteka sortu izan balira? Aukera

hura galduta ere, non ote geun-dekeen gaur, baldin eta 1982an Euskadiko Orkestra sortu zen bide beretik Euskal Bibliografia eta Euskal Biblioteka sortu izan balira?

Hasteko, lotsagarria da eus-kal gaietako Bibliotekarik hoberenak Euskal Herritik kanpo egotea, Lon-dresen edo Renon. Lotsagarria den bezala euskal bibliografia oso bat ez edukitzea. Jon Bilbaok egin zuen berea. Ez dio inork segidarik eman. Okerrago dena: segida emateari uko egin zion Eusko Jaur-laritzak. Ni neu ere hor nabil 30 bat urte euskaraz argitara ematen dena fitxatzen. Kontu hauek trata-mendu instituzional duin bat izan beharko lukete, herri bat garela sinesten badugu behintzat. Asko,

asko dago egiteko.

Aukera asko gal-du ditugu bidean. Bi gogoratu izan ditut nik. Bata 1919koa: Eusko Ikaskuntzaren bilera baliatuz proposatu zen Euskaltzaindia, eta ber-tan sortu zen. Hantxe bertan proposatu zen

Euskal Biblioteka Nagusia sortzea ere. Baina pro-posamenaren haziak ez zuen lur hartu. Oñatiko bilkura horiek, Eusko Ikaskuntzaren sorrerakoak, katalanek 10 bat urte lehenago gauzatutako ere-dura egin ziren. Han bai, Katalunian, aldi berean sortu zuten Hizkuntz Akademia eta “Biblioteca de Catalunya” eredugarria. Guk porrot egin genuen.

Bigarren aukera bat ere aipatzen nuen, Eusko Jaurlaritza sortu zenekoa. Hainbat instituzio sortu ziren orduan, Euskadiko Orkestra kasuko, baina inork ez zuen proposatu Biblioteka Nazional bat indarrean jartzea. Beste prestantzia eta pre-sentzia, eta bestelako prestigioa izango zuen gaur euskal kulturak. Aukera galdua berriz ere.

Euskal kultura geografia gisa aztertuko bagenu, Arantzazun legoke erdi-gunea. Altxo-rraren mapan X handia bertan kokatzeko ten-tazioa izango luke esploratzaile batek. Bertan ibili zinen zu, Berpizkunde moduko hartan.

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Euskara euskarari buruz aritzeko baino balio ez zuen garaiaz ari naiz. “Putzu sakon eta ilun bat zen”, beste hark zioen moduan. Nola azal-duko zenuke garai horretan jazo zena?

Jakinekook Arantzazu eta 1956 estu-estu lotu ohi ditugu gure azterke-tetan, osotasunaren zati esanguratsu gisa.

Frankismo garai ilunetan Arantzazuk egiteko garrantzizkoa bete du: 50 eta 60ko hamarkadetan hara biltzen ziren euskaltzaleak, artistak, abertza-leak, progresistak, han halako aterpe modu bat bilatzen zuten. Han ikusi ditugu Oteitza, Txillida, Luzio Muñoz, Basterretxea, Blas de Otero, Aresti, Euskaltzaindia osorik. Euskaltzaindiak, esate ba-terako, bertan egin zuen gerraosteko lehen bilkura irekia 1956an, eta Arantzazun bildu zen euskara batua erabakitzeko 1968an.

1956 urtea ere data seinalatua da guretzat. Hasteko, Jakin aldizkaria sortu zen urte horre-tantxe, eta urte berekoak dira Euskaltzaindiak Arantzazun antolaturiko Euskaltzaleen Biltzarra, eta Parisen Agirre Lehendakariak deituta egin zen Mundu Kongresua. Kongresu honek berebi-ziko garrantzia du 20 urte desterruan daraman jendearentzat. Euskal Herrira begira jarri zuen erbestealdia.

Urte horietan belaunaldi berri bat hasten da lanean, planteamendu berriekin hasi ere: euskara eta modernitatea uztartu nahi dira, euskara eta zientzia, euskara eta teknika, euskara kultur tresna moderno eta egoki bihurtu nahi da, gerraurreko belaunaldiarekin eten ideologiko eta politikoa sor-tzen da, probintzien mugez gaindi Euskal Herri osorako instituzioen premia aldarrikatzen da. Urte horietan sortu eta gerora gauzatu zen ereduak elikatuz ibili garela oraintsu arte, esango nuke. Ziklo hori bukatzear ikusten dut gaur bere balio eta akats guztiekin.

Bazuen orduko Arantzazuk zer edo zer berezia, handik zer atera zen ikusirik. Fraide izateko bertara joan, eta kulturaren jardinero bueltatu zinen, “Euskararen Liburu Beltza” zeure lan ezagunenetako baten jarritako hitzak gogoratuz.

Arantzazu, berriz diot, guretzat gauza asko zen batera: erlijioa, artea, euskara, natura, topa-gunea, Euskal Herria osoa bere txikian. Baratze horretan bakoitzak aukeratzen zuen bere barruti-txoa. Nik neuk Arantzazuri gauza asko zor dizkiot: ikasketak Unibertsitaterik ez zegoen garaian, Euskal Herria ikusteko eta sentitzeko modu jakin bat, euskara eta euskal kultura bizitzeko modua, natura eta mendizaletasuna, gauza asko...

Zorte handia izan genuen barruan ere, Kontzilio ondoren: espazio nahikoa askea zen gu-retzat, bai pentsatzeko eta bai harremanetarako. Jakini esker euskal kulturako izen propio eta pro-tagonista guztiekin erlazionatu ginen.

Eta hemendik aurrera, nondik nora ja-rraitu? Berpizkunde berria behar du euskal kulturak?

Berpizkundea ala ez, aldaketa sakon bat behar dugula, eta neurri batean bidean dagoela, hori seguru. Ez naiz gauza oraintxe bertan gehiegi sakontzeko, baina arestian esan dudanaren ildotik iruditzen zait bai 1956ko eredua eta bai 1976koa, autonomia garaikoa, biak zahartu zaizkigula. Bide berriak jorratu beharko dira, diskurtso berria erai-ki beharko da. Inguruan jende asko ikusten dut kezkatuta, garai berrietan euskaraz sozialki zein enpresarialki nola joka asmatu ezinda. Euskarriak erortzen ari zaizkigu, ohitura berriak eta desberdi-nak ari dira agertzen, aurreko balio askok ez dute tiradizorik. Zerbait berria egin beharra dago, katea ez eteteko moduko berrikuntzak gauzatu behar di-tugu, gure seme-alaba gazteek guk hasitako bidea urratzea nahi badugu. Erakundeek apustu estrate-gikoak egin beharko dituzte kulturan, hizkuntzan, ez errepideetan soilki. Horiei ere erakutsi beharko zaie eredu zaharra zaharkituta dagoela.

Kezkaz bizi dut etorkizuna, kezkati eta aldi berean guztiz irekita. Jadanik pare bat aldiz nire bizitzan ezagutu dut “gureak egin du” esanez erretiratu den jendea, belaunaldi berriek dakarten berritasun uholdearen aurrean. Belaunaldi bezala “gurea egin dugula” iruditzen zait. Baina “gureak egin du” esateko puntuan al gaude? Ez dakit. Be-launaldi berrien iraultza gogo gehixeago beharko genuke agian, gureak egin duela kontura gaite-zen. Alde horretatik “impasse” bezalako batean gaudela iruditzen zait batzuetan. Erreleboaren zain. Sumatzen dudan berrialdia zehatzago lan-duta ikusiko nahiko nuke.

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SOBRE LA REpARACIóN

“En el último alegato que hice ante el Tribunal, pedí la reparación del daño incurrido, y no hablaba de medidas económicas, sino del daño irremediable que hemos sufrido cada uno de nosotros, nuestra dignidad, nuestro nombre, nuestro proyecto, el primer periódico normalizado en euskara. ¿Cuándo va a pedirnos perdón el Estado?”

CULTURA vASCA: ¿RENACIMIENTO?

“Creo que vivimos tiempos de profundos cambios, en los que la cultura vasca tendrá que hacer apuestas estratégicas claras. La intuición me dice que ya hemos empezado. Siento que estamos en algo parecido a un impasse, esperando el relevo de la siguiente generación, que vendrá a seguir con el trabajo que la mía ya ha realizado”.

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Como señalan Tusell y Quei-po de Llano, “la primera re-acción de la jerarquía ecle-

siástica norteamericana acer-ca de los acontecimientos de España tuvo lugar cuan-do se tuvieron noticias de la persecución de sacerdotes y religiosos. (…) Sin embargo, cuando a mediados del mes de noviembre hubo una re-unión general del episcopado, la toma de postura evitó cual-quier tipo de alineamiento ex-plícito por uno de los bandos y se mantuvo en la expresión de horror por los “salvajes ex-tremos a los que habían llega-do (en España) la religión y la inhumanidad”1. Otra cosa es el posicionamiento individual de algunos prelados. Mientras que Dougherty (Filadelfia), Hayes (Nueva York) y, sobre todo, O’Connel (Boston), to-dos ellos de procedencia irlan-desa, emplearon un lenguaje mucho más próximo a Franco,

el cardenal Mundelein (Chicago), de ascendencia alemana, tendió a una posición menos comprome-tida con los sublevados. Era el representante del sector más liberal de la jerarquía, muy vinculado a los políticos del New Deal, y solía condenar en parecidos términos al fascismo y al comunismo2.

Por otro lado, los más destacados miembros de la Compañía de Jesús eran, asimismo, fervien-tes defensores del dictador. No olvidaban que la República había expulsado a los miembros de su orden. Eso sí, había católicos pro-republicanos que mantenían actitud de silencio ante la repetida postura de los obispos3. Tampoco hay que olvidar que, incluso en 1941, tras la entrada de Estados Unidos en guerra, la Jerarquía de Estados Unidos rechazaba cualquier colaboración –aunque fuera de tipo humanitario- con los comunistas y con la Unión Soviética, acogiéndose a la Encíclica Divinis Redemptoris, publicada por Pío XI4. Para Rosa María Pardo, “la actitud del catolicismo americano respondía a un sentimiento de solidaridad espon-táneo provocado por la persecución religiosa en la zona republicana y no tanto por la postura militante de la iglesia española”5. Fredrick B. Pike sitúa, por otro lado, las simpatías de los norteamericanos en la pugna que enfrentaba a católicos y protestantes de aquel país a principios del siglo XX6.

La postura de la Jerarquía norteamericana y en particular del cardenal de Boston y de monseñor

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Michael J. Ready, secretario general de la National Catholic Welfare Conference, ante la inmigración de niños vascos, tuvo contenidos políticos. El jesui-ta Talbot y su revista America llegaron a hablar de secuestro de los niños vascos, señalando que ha-bían sido evacuados a Francia y otros países “para ser adoctrinados en ideas hostiles a la unidad de España”, refiriéndose incluso a su utilización

para la “propagan-da comunista”. Un grupo de influyentes congresistas liderado por Mac Cormack, de Massachussets (un estado tradicio-nalmente católico), mostró su oposición pública a la acepta-ción de niños. Por su parte, John Archabal, uno de los líderes de la comunidad vasco-americana, propuso para solucionar el conflicto, que los ni-ños viniesen por las vías regulares de inmigración, o recla-mados por familiares que tenían ciudada-nía norteamericana7.

El 31 de di-ciembre de 1938, The New York Times publicó los resulta-dos de una encuesta sobre la guerra civil realizada por el Insti-tuto Norteamericano de Opinión Pública. Según ésta, un 76 % de los encuestados estaba a favor de la República, y un 24% simpatizaba con los

franquistas. En febrero de 1937, los porcentajes eran 65 a 24. Por lo que se refiere a los católicos, a finales de 1938, un 42 % se mostraba favorable al Gobierno y un 58%, a Franco. Esto último signi-ficaba un cambio cualitativo que no pasa desaper-cibido a la Jerarquía y a otros medios católicos. Entre estos últimos, el semanario Commonweal, seguidor de las tesis de Maritain y que, hasta en-tonces, había mantenido una posición neutral lo que le había supuesto una pérdida de lectores8.

Entre las causas del cambio de opinión de algunos sectores católicos estaban las de la repre-sión ejercida por los franquistas en las zonas que iban conquistando, el bombardeo de las ciudades abiertas y, sobre todo, los fusilamientos y las largas condenas de cárcel o deportación a sacerdotes católicos vascos por parte de los “cruzados”. A Es-tados Unidos, había llegado también la noticia del exilio de Mateo Mugica, obispo de Vitoria, y del car-denal catalán Vidal i Barraquer9. Por el contrario, algunos medios destacaban el hecho de que los sacerdotes antifranquistas contaron con el apoyo de los protestantes que ya se habían pronunciado contra el bombardeo de Guernica10.

LA LLEGADA DE LA DELEGACIóN vASCAEn 1938, una delegación del Gobierno vas-

co encabezada por Antón de Irala se instaló en Nueva York. El día en que los delegados salían pa-ra Estados Unidos, Irala se entrevistó con Manuel de Ynchausti. El primero le da cuenta de las cartas de recomendación y direcciones que llevan, espe-

Koldo San Sebastián Periodista y escritor

La postura de la Jerarquía norteamericana y en particular del cardenal de Boston y de monseñor Michael J. Ready, secretario general de la National Catholic Welfare Conference, ante la inmigración de niños vascos, tuvo contenidos políticos. El jesuita Talbot y su revista America llegaron a hablar de secuestro de los niños vascos, señalando que habían sido evacuados a Francia y otros países “para ser adoctrinados en ideas hostiles a la unidad de España”, refiriéndose incluso a su utilización para la “propaganda comunista”.

A pesar de que el panorama en el campo católico no era nada halagüeño, los delegados vascos multiplicaron sus contactos con representantes cualificados de todos esos sectores católicos.

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cialmente, las de Jacques Maritain y el jesuita vasco-francés Pierre Lhande. Ynchausti insistió una y otra vez en la necesidad de visitar a Frank Murphy11. El segundo tema tenía que ver con la actuación que los representantes vascos debían realizar en los medios católicos americanos. A través de la recomendación de Ma-

ritain, deben llegar a Harry Binsse, director de la revista Commonweal, una publicación católica que se había mantenido neutral en el conflicto es-pañol. También deben visitar al Padre Lafarge, colaborador de la revista America y al Cardenal Mundelain12.

A pesar de que el panorama en el campo católico no era nada halagüe-ño, los delegados vascos multiplicaron sus contactos con representantes cua-lificados de todos esos sectores cató-licos a los que hacíamos referencia. Y, así, el día 28 de septiembre de 1938, se entrevistaron con el Padre Francis Talbot, editor de la revista America, principal periódico jesuítico en los Es-tados Unidos y, según se decía en un informe, “verdadero embajador de Franco” en aquel país. El día anterior, había salido para Japón el Padre Arru-pe –quien, pasados los años, llegó a ser General de la Orden– quien no allanó precisamente el camino a sus compatriotas ante tan difícil encuentro. La mayor parte de aquella entrevista se centró en desentrañar por qué los católicos vascos habían luchado al lado de la República contra Franco; y cuál sería la actitud de José Antonio de Aguirre y su Gobierno si los rebel-des vencían. Por aquel camino, no se podía avanzar. Encauzada hábilmente por el Padre Talbot, podría llegarse a la confrontación que no interesaba, especialmente, con este jesuita cuyos informes llegaban y eran tenidos en cuenta por la Jerarquía13.

Otro punto de tensión con los medios católicos lo constituyó Monseñor Edward Kelly,

obispo de Boise, estado en el que vivía una im-portante comunidad vasca. Sus relaciones con la comunidad vasca no eran muy buenas, ya que en 1928 clausuró la capilla vasca y ocupó la casa del capellán, ambas construidas con el dinero de los miembros de la comunidad14. El prelado, de

origen irlandés, desconfiaba, pues temía que los delegados sembrasen más cizaña entre los miembros vas-cos de su diócesis, especialmente conmocionados por la guerra15. La desconfianza se acentuó cuando Antón de Irala le apuntó la posibi-lidad de traer sacerdotes vascos exiliados en Francia para atender a los vascos de Idaho16.

Para las pretensiones vascas de introducirse en los medios ca-tólicos norteamericanos una de las puertas fue la revista Commomweal, seguidora de las tesis de Maritain y antifranquista, aunque se mantuvo oficialmente neutral. Antón de Irala y Manu de la Sota establecieron el primer contacto con su editor, H.L. Binsse, el día 28 de septiembre. Éste les insistió que, para obtener mejo-res resultados en su labor, buscasen el apoyo de los católicos franceses para que les abriesen puertas en Estados Unidos17.

Otro punto de apoyo fue el de los sindicatos católicos, integrados mayoritariamente por irlandeses ca-tólicos y nacionalistas. Muchos de ellos habían colaborado activamen-te en el movimiento por la indepen-dencia de Irlanda. El primer contacto en este campo lo establecerán con John Cort, secretario general de la Asociation of Catholic Tradeunio-nists (Asociación de Sindicalistas Católicos)18.

A través de la ACT, los vascos logran intro-ducirse en el semanario Catholic Worker, dirigido por Dorothy Day, que mantuvo tesis similares a las de Commonweal19.

3~8. J. A. Agirre: Democracia cristiana y europeísmo en EE. UU. Koldo San Sebastián 4~8. J. A. Agirre: Democracia cristiana y europeísmo en EE. UU. Koldo San Sebastián

Para las pretensiones

vascas de introducirse en los medios católicos norteamericanos

una de las puertas fue la revista

Commomweal, seguidora de las tesis de Maritain y antifranquista,

aunque se mantuvo oficialmente neutral.

Antón de Irala y Manu de la Sota establecieron el primer contacto

con su editor, H.L. Binsse, el día 28 de septiembre. Éste les insistió

que, para obtener mejores resultados

en su labor, buscasen el apoyo

de los católicos franceses para que les abriesen puertas en Estados Unidos.

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Por otro lado, mientras los delegados vascos intentaban que sus contactos con los católicos nor-teamericanos trascendiesen a la opinión pública, la Jerarquía trató de impedir que esto ocurriese20.

Cuando todo esto estaba aconteciendo, llegó a Estados Unidos Jacques Maritain, quien va a recomendar a sus amigos norteamericanos que apoyen sin reservas a la Delegación vasca. La recomendación va a despejar muchos caminos iniciados21. Posteriormente, gracias al cardenal Verdier, arzobispo de París, se consigue el apoyo del cardenal Mundelain, con lo que se logra una especie de fractura en la hasta entonces actitud monolítica de la Jerarquía católica de Estados Unidos22.

Manu de la Sota, que mantuvo siempre las relaciones con la revista católica Commomweal, comenzó a frecuentar a Jacques Maritain a quien, por ejemplo, pone al día de las actividades de los exiliados vascos en Londres:

“En su carta anterior me di-ce que tengamos cuidado con la revista Commoweal por estar llena de boches. Su redacción la forman lo más granado de la intelectuali-dad católica de Estados Unidos y están decididamente del lado de los aliados. Casualmente cenando ayer con Maritain y varios redactores de Commonweal les dije lo que V. me indicaba (sin decir su nombre) causándoles gran regocijo. Siguen a Maritain en todo”23.

AGUIRRE EN NUEvA yORKCuando José Antonio de Aguirre llegó a

Estados Unidos inició, casi inmediatamente, re-uniones regulares con el mundo católico. Tanto con elementos de la Jerarquía norteamericana como intelectuales católicos europeos exiliados24. Como en Inglaterra, eran austriacos, franceses, belgas, holandeses, alemanes, italianos, polacos, checos… Algunos habían pertenecido a la Sec-ción Francesa de la Liga Internacional de Amigos de los Vascos. Destacaban por su personalidad los Jacques Maritain25 y Paul Vignaux, ambos habían firmado, junto a un grupo de intelectuales

católicos franceses, un manifiesto en el que se pronunciaban por el fin de la guerra civil española y res-ponsabilizaban a los militares del desencadenamiento de la misma26. También mantuvo estrechas rela-ciones con el italiano Luigi Sturzo.

“¡Qué interés presen-taría el poder hacer revivir las conversaciones de la De-legación de Euzkadi en Nue-va York entre Maritain y Aguirre! Su tema es lo único que podemos in-tuir. El destino religioso del mundo, de Europa: el porvenir de la libertad del hombre; el de cada uno de los pueblos civilizados.

Más de tres años de contactos de gran intimidad fueron los del Pre-sidente del Gobierno de Euzkadi y el vicepresidente de la Liga Internacio-nal de Amigos de los Vascos.

En circunstancias diversas, el encuentro se extendía a otras per-sonas más. Queda el recuerdo de alguna en que figuraron un cierto número de ellas, una de las cuales fue Chagall”27.

El 23 de enero de 1942, Aguirre e Ynchaus-ti participaron en Washington en una reunión para el estudio de la reconstrucción europea tras la guerra. En aquel primer encuentro estuvo pre-

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Cuando José Antonio de Aguirre llegó a Estados Unidos inició, casi inmediatamente, reuniones regulares con el mundo católico. Tanto con elementos de la Jerarquía norteamericana como intelectuales católicos europeos exiliados.

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sente el presidente la Cámara belga, Frans van Cauwelaert28. “Hemos si-do admirablemente recibidos”, anota Aguirre en su diario29. Van Cauwelaert formaba parte del llamado Inter Allied Catholic Information Group impulsado por el Ministerio de Información britá-nico al que también pertenecía Alberto de Onaindia30.

Aguirre vovió a reunirse con Van Cauwelaert en Nueva York el 17 de Marzo de 1942 para dise-ñar una campaña de propaganda para América Latina31. En aquellos días, el Gobierno belga en el exilio contaba con los recursos financieros del Congo belga, lo que le daba notable ventaja frente a otras comunidades exiliadas32. Por aquellos días, el político belga acababa de regresar de México, donde había pronunciado una serie de conferen-cias en diferentes medios católicos.

A finales de 1942, miembros de la Delega-ción Vasca en Nueva York, entre ellos Luis Navas-cués y Jon Bilbao, comenzaron a colaborar con la Oficina Belga para América Latina. Se trataba de un organismo que, por un lado, colaboraba en América con la Resistencia de su país, y so-bre todo, a través de publicaciones de todo tipo, trataban de contrarrestar la influencia de las ideo-logías totalitarias (nazis, fascistas, franquistas, rexistas,...) en el campo católico iberoamericano. A partir de 1944, los vascos se encargaron de la edición para América Latina de la Revista Belga. Figura como director Luis Navascués y como sub-director Jon Bilbao. En la redacción estaban inte-grados el catalán Jaume Miravitlles y los belgas P.E. de Rooy y Francis Goffart. Este último era, asimismo, el administrador33. Manu de la Sota y el propio José Antonio de Aguirre también cola-boraron con la Revista Belga, uno de los puntos de arranque de la actual democracia-cristiana34. Es cierto que, sobre todo, la publicación que, en América Latina, está distribuida por la red Pro Deo, pretendía ser un instrumento de propaganda antinazi. A principios de 1945, la Revista Belga publicó Ensayo sobre las pequeñas naciones, de Van Cauwelaert. Se trataba, en primer lugar, de un balance de la historia reciente de Europa, de una defensa del derecho de las pequeñas nacio-nes a existir a la luz de lo recogido en la Carta

del Atlántico y de una advertencia ante lo que se adivinaba (la Guerra Fría)35. El libro fue traducido por Luis Navascués y Jon Bilbao a instancias de José Antonio de Aguirre. A finales de 1945, con el país liberado, los vascos dejaron la dirección de la Revista Belga, poniendo en marcha un nuevo proyecto editorial: Ambos Mundos.

A principios de 1942, Jacques Maritain se dirigió a un grupo de intelectuales proponiéndo-les la firma de un documento ante la universali-zación de la guerra tras la entrada en la misma de los Estados Unidos. El filósofo francés les pidió, además, que aportasen consideraciones al mismo. Para marzo, Aguirre ya había contestado a través de Manu de la Sota36. Las dificultades de comunicación –Aguirre, por ejemplo, había salido para una larga gira por Latinoamérica– re-trasaron la elaboración de un texto definitivo. Así, a mediados de noviembre de 1942, el ma-nifiesto “Ante la crisis mundial” (Devant la Crise Mondiale) apareció firmado por 42 intelectuales europeos exiliados en Estados Unidos37. Entre los signatarios se encontraban un grupo de re-ligiosos de varios países. Destacan monseñor Stryker, catedrático de la Universidad de Lovai-na; Dom Michaels, profesor del Instituto Pontificio de Salzburgo; Luigi Sturzzo o el sacerdote Mom-mersteg, director de la Juventud Obrera Católica holandesa. Entre los intelectuales, además de Jacques y Raissa Maritain, Alfredo Mendizábal, catedrático de la Universidad de Oviedo, Hugh S.Taylor, catedrático de Física de la Universidad de Princetown, la Premio Nobel de Literatura Noruega Sigrid Unsted, el austriaco Dietrich von Hildebrand, el profesor polaco Oscar Halecki, el diputado y periodista francés Henry de Kerilis y la socióloga irlandesa Eva J. Ross. Con ellos, los políticos Paul Van Zeelan, Frans van Cawalaert, George Theunis y José Antonio de Aguirre38.

Tardó en conseguirse el texto definitivo. Hasta julio, no se conoció su contenido. Se publi-ca parcialmente como separata de Editions de la Maison française y completo en la revista Com-monweal. Luigi Sturzo recordaba que “la acogida (a este documento) fue incierta”. Porque, ante el conflicto nazi-soviético, era importante “aclarar las ideas”39.

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El documento estaba dividido en dos par-tes: “El totalitarismo y su amenaza contra la civilización” y “Los principios orientadores de las instituciones futuras”40. Se defendían “los elemen-tos orgánicos del orden social, como la familia, las asociaciones vocacionales, las regiones, los grupos culturales”, que debían jugar un papel central en la economía y en la sociedad europea. Al mismo tiempo, rechazaba categóricamente “el estado corporativista y paternalista”. Aseguran que es preciso distinguir claramente entre “la estructura política del estado y la organización económica de la sociedad”41.

La versión castellana de este Manifiesto fue editado en Marianópolis (Estados Unidos) por Información Católica Internacional y difundido por todos los países americanos. Comienza asimismo la distribución del periódico Pueblo y Libertad, “surgido con el propósito de aunar las voluntades y esfuerzos de todos aquellos que propician los principios de la Democracia Cristiana”42.

Parte de los firmantes del Manifiesto se constituyeron en la International Catholic Writer’s Conference cuyo objetivo era el estudio de la solu-ción de los problemas de la postguerra. Al grupo, pertenecen, además de José Antonio de Aguirre, el periodista polaco Waclaw Biner, vinculado al Centro de Información Pro Deo43; los también po-lacos Oscar Halecki, director del Instituto Polaco de Artes y Ciencias, y Setefan de Ropp, director del Centro de Información Polaco de Nueva York; los austriacos Charles Friediger, co-fundador del Centro Pro Deo de Nueva York, Erich Hula o el Padre Gesterreicher, director de un periódico anti nazi en Austria y una radio asimismo anti nazi en París; los belgas Frans Van Cauwelaert y el Padre Félix Morlion44, co fundador de Pro Deo; el holan-dés reverendo Peter Mommersteeg, capellán del Ejército holandés y agregado a la Embajada de su país en Washington y, asimismo, miembro de Pro Deo. Los franceses se mostraron reticentes ante este foro. Maritain quería abrirlo a perso-nalidades no-católicas; Vignaux, miembro de los sindicatos católicos franceses (CFTC), considera-ba a algunos de los participantes excesivamente derechistas. Entre los americanos, Thomas F. Woodlock, columnista del Wall Street Journal, otro periodista, Max Jordan de la NBC, la seño-

ra Brady, directora del CIP (Pro Deo), Michael Williams, director de la revista católica Commonweal, el jesuita Moorhouse Millar, de la Fordham University,... Además, Al-fredo Mendizábal, el ex ministro de Asuntos Exteriores yugoslavo, Franc Snoj o el sacerdote checo Octavec45.

En este mismo año, Maritain publicó “Cristianismo y Democra-cia”. Afirma que las democracias son sistemas po-líticos que buscan el bien de la sociedad mediante el respeto de la persona, entroncando así con elementos esenciales del cristianismo.

En marzo de 1943, se constituyó en Nueva York la Oficina de Ayudas y Restauración de Eu-ropa después de la guerra. Hasta entonces, venía actuando el American Commitee on European Reconstruction. El 30 de abril de 1941, Manu Sota dio una conferencia en este último foro presentado por el doctor Winter, profesor de la New School y ex alcalde de Viena, Austria46. Su director es el ex gobernador Lehman, hombre de confianza de Roosevelt. Uno de sus gabinetes funciona en la Universidad de Columbia. Aguirre, colaborador del mismo, dictó, el 11 de marzo de 1943, una conferencia sobre los problemas de beneficencia y religiosos en la Europa ocupada.

Días más tarde, invitado por el conde Coudenhove-Kalergie, participó en el V Congreso Pan europeo, organizado por la Pan Europa, ce-lebrado en la Universidad de Nueva York47. Junto a Aguirre, se dieron cita políticos, académicos y escritores exiliados, entre los que hay que desta-car a Carlo Sforza, Sphocles Venizelos, Thomas Mann o el heredero al trono austro-húngaro Otto de Ha bsburgo, con quien Coundenhove mantenía una estrecha relación. También participaron impor-tantes personajes americanos, y no solo se discutió sobre el proyecto federal para unificar las naciones europeas sino también sobre una constitución que sentara las bases de esa futura unión48.

Todos coinciden en señalar al conde Richard Coudenhove-Kalergi como uno de los precursores de la Unión Europea. En 1922 había fundado el

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Movimiento Pan Europa, cuyo princi-pal objetivo era la Unión Paneuropea, una organización muy prestigiosa en el periodo de entreguerras. Entre sus miembros un número de políticos des-tacados como Léon Blum y Aristide Briand en Francia y Eduard Benes en Checoslovaquia, así como Winston Churchill. Entre sus miembros también se incluían intelectuales como Albert

Einstein, Paul Valery, Miguel de Unamuno, George Bernard Shaw y Thomas Mann. Expulsado de Aus-tria por el Anschluss alemán de 1938, Coudenho-ve-Kalergi huyó a Estados Unidos en 194049.

En su etapa americana, Coudenhove-Kaler-gi siguió trabajando por su movimiento, insistiendo en que la unidad europea debía ser una prioridad para los Estados Unidos en la inmediata postgue-rra. El político austriaco logró convencer de las bondades de su causa a un grupo de destacados políticos americanos como William Bullitt y los senadores Fullbright y Wheeler. Cuando Estados Unidos entró en la guerra, la OSS promocionó la difusión del pensamiento de Coudenhove-Kalergi como parte de la acción propagandística.

El 10 de diciembre de 1944, Aguirre interve-nía en el Hotel Waldorf Astoria en un acto organi-zado por The American Nobel Committee50. Al acto

asistieron unas 1.500 personas que abarrotaron la sala Belvedere. El tema es el mismo para todos los oradores “Educación para la paz en el mundo de la postguerra”. El presidente vasco comparte la mesa con siete Premios Nobel, entre ellos, la católica escandinava Sigrid Undsted, que había obtenido el Premio Nobel de Literatura en 1913, así como varios políticos, periodistas y editores norteame-ricanos. Durante su discurso, el lehendakari se refiere a la defensa de la libertad de los pueblos grandes y pequeños rechazando el fascismo y la esclavitud51.

Cuando la guerra mundial toca a su fin, el lehendakari trata de definir y diferenciar lo que él califica como “pensamiento vasco”, que es sinónimo de garantía de estabilidad en la España democrática y republicana. En ese “pensamiento vasco” estan incluídas las doctrinas democris-tianas y atlantistas maduradas en los años del exilio, profundamente antitotalitarias (antifascis-tas y anticomunistas). Aguirre las explicó en las conferencias pronunciadas durante su gira por Latinoamérica52 y las sintetizó luego en el Men-saje de Guernica a las Américas incluido en su “De Guernica a Nueva York”53. En abril de 1945, Aguirre publicaba un artículo en The Journal of Educational Sociology, editada por la Asociación de Sociólogos de Estados Unidos, en el que re-coge sus tesis54.

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NOTAS

1. Xavier Tusell/Genoveva Gª Queipo de Llano, El cato-licismo mundial y la guerra de España, Madrid (1993): Biblioteca de Autores Cristianos, p. 312.

2. Ibidem, p.314.3. Koldo San Sebastián, El exilio vasco en América, San

Sebastián (1988): Txertoa, pp. 54-55.4. Patrick J.Hearden, Roosevelt confronts Hitler. Ameri-

cas entry in World War II, Dekalb, Illinois (1987): Nothern Illinois University Press, pp. 199-200.

5. Rosa María Pardo Sanz, Con Franco hacia el Impe-rio. La política exterior española en América Latina, 1939-1945, Madrid (1995): UNED, p.63.

6. Fredrick B.Pike, “The Backgroud to the Civil War in Spain and the U.S. Response to the War”, en Mark Falcott & Fredrick B.Pike (editors), The Spanish Civil War (1936-39). American Hemispheric Perspectives, Lincoln (1982): University of Nebraska Press, p.21.

7. Ibidem, p. 182.

8. Carta de Ramón de la Sota Mac Mahon a José Antonio de Aguirre, New York, 31-XII-1938 (BSP/Basque Collec-tion/Reno-Nevada).

9. Delegación Vasca, New York, Notas, varias fechas (BSP/Basque Collection/Reno-Nevada).

10. Hugh Thomas, Opus cit., p. 753.

11. Frank Murphy (1890-1949). Hijo de emigrantes irlan-deses pobres, católico, destacado miembro del Partido Demó-crata, llegó a alcalde de Detroit. Seguidor fervoroso del New Deal de Roosevelt, fue gobernador general de Filipinas (1933-1935) y alto comisionado de Estados Unidos en aquel país (1935-1936). Es en esta época cuando establece relaciones de amistad con Manuel de Ynchausti. Fue fiscal general en 1939 hasta que Ro osevelt le nombro miembro de la Corte Suprema.

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12. Antón de Irala, “Terminos de la entrevista con don Manuel de Ynchausti”, París,12-VIII-1938 AHN GE 394-1.

13. Delegación Vasca, “Nota” nº 31, New York, 20-IX-1938. Basque Collection/University of Nevada-Reno.

14. Jon Bieter, “John B. Archabal (1873-1945). A Portrait of an Inmigrant Succes Story”, en R.W. Etulain & J.Echeverria, (ed), Portraits of Basques in the New World, Reno (1999): Uni-versity of Nevada Press, p.88.

15. William A. Douglass/Jon Bilbao, Amerikanuak, pp.446-447.

16. Nota s/n, Washington, 13-XII-1938. Basque Colec-tion/University of Nevada-Reno.

17. Nota nº 44, 28-IX-1938. Basque Colection/Univer-sity of Nevada-Reno.

18. Nota nº 56, 18-X-1938. Basque Colection/Universi-ty of Nevada-Reno.

19. Nota nº 59, 27-X-1938. Basque Collection/Univer-sity of Nevada-Reno.

20. Nota nº 36, 2-X-1938. Basque Colection/University of Nevada-Reno.

21. Nota nº 96, 19-XII-1938. Basque Colection/Univer-sity of Nevada-Reno.

22. Carta de José Antonio de Aguirre a Ramón María de Aldasoro, cit.

23. Carta de Manu Sota a Manuel de Irujo, New York, 14-VI-1940.

24. Para un mejor análisis de este asunto ver Iñaki Goio-gana Mendiguren, “José Antonio Aguirre, de lehendakari en Paris a profesor de la Columbia University en Nueva York” en Exilio y Universidad (1936-1955). Presencias y realidades, José Ángel Ascunce, Mónica Jato y María Luisa San Miguel (Coor.), Editorial Saturraran, San Sebastián, 2008, pp. 599-643.

25. En una carta a Alberto Onaindia, José Antonio de Aguirre hablaba de sus encuentros con Maritain: “Con Maritain he estado en algunas reuniones. Le recuerda a V. con gran simpatía. Trabaja extraordinariamente y es muy apreciado. Como V. le cono-ce, calcule lo que ha tenido que sufrir” (Carta de Alberto Onaindia a José Antonio de Aguirre, London, 7-V-1942, Onaindia 31-8) .

26. Euzko Deya, Paris, 7-II-1937. Ambos se integrarán, en 1938, en el Comité de la Sección Francesa de la Liga Inter-nacional de Amigos de los Vascos (ver Jean-Claude Larronde, Exil et solidarité: La Ligue Internationale des Amis des Basques, Bayonne (1997): Bidasoa.

27. Euzkadi: 33 (1973), Caracas.28. Frans van Cauwalaert era el líder belga más impor-

tante del exilio americano. Líder del Partido del Pueblo (Católico Flamenco) fue burgomaestre de Amberes y presidente de la Cámara belga. Mostraba un especial interés por la postura de los católicos en América Latina y, como veremos, a ellos dedicó especial esfuerzo.

29. José Antonio de Aguirre, Opus cit., p.225.30. Carta de Alberto de Onaindia a José Antonio de

Aguirre, Sanderstead, Surrey, 27-V-1943. Onaindia 32-3.31. José Antonio de Aguirre, Opus cit., p. 245.32. Sobre la importancia del Congo en el exilio belga

ver Robert W. Allen, Churchill’s Guest. Britain & the Belgians Exiles during World War II, London (2003): Praeguer, pp.83-84.

33. Goffard, que trabajaba como con-sejero de la embajada belga, era el principal colaborador de Frans van Cauwelaert.

34. Testimonio de Jon Bilbao, Getxo, Marzo, 1988.

35. Frans Van Cauwelaert, Ensa-yo sobre las pequeñas naciones, New York (1945): La Revista Belga.

36. Carta de Jacques Maritain a José Antonio de Aguirre, 31-01-1942/Carta de José Antonio de Aguirre a Jacques Maritain, New York, 30-03-1942. (Jacques Maritain Center, University of Notre Dame).

37. Editions de La Maison Francaise, New York, 1941.

38. Luigi Sturzo, La mia battaglia da New York, Roma (2004): Edizioni di Storia e Letteratura, pp.85-86.

39. Ibidem, p.85.40. Euzko Deya: 129, Buenos Aires, 30-XI-1942.41. W. Kaiser, Opus cit., pp. 455-456.42. Euzko Deya: 132, Buenos Aires, 31-XII-1942.43. Pro Deo era una organización católica de tendencia

liberal. Tiene como lema: “Si deseas hacer a los hombres mejo-res, mejora el mundo en que viven”.

44. El Padre Dominico Félix Morlion puso su organiza-ción al servicio del OSS. En 1944, el coronel Donovan le trasladó al Vaticano, convirtiéndose en responsable de sus Servicios Secretos.

45. Foreign Nationality Groups in the United States. Memorando by the Foreign Nationalities Branch to the Director of de Strategic Service, Nº 117, March 24, 1943.

46. Carta de Manu Sota a Angel Gondra, New York, 2-V-1942.

47. El Gobierno Vasco se había inscrito en esta organi-zación a principios de 1940. Carta de José Antonio de Aguirre a José Ignacio de Lizaso, París, 5 de marzo de 1940. AN-GE-463-2.

48. Julio Crespo Maclennan, Forjadores de Europa. Grandes europeístas y euroescépticos del siglo XX, Barcelona (2009): Destino, p. 45.

49. Euzko Deya: 141, Buenos Aires, 30-III-1943.50. Este Comité había sido creado en 1941 como con-

secuencia de la suspensión en Europa del Comité encargado de conceder los Premios Nobel.

51. “José Antonio de Aguirre ante el Comité del Premio Nobel”, en Euzkadi: 73, Bilbao, IV-1979, pp.16-17.

52. José Antonio de Aguirre, Cinco conferencias pronun-ciadas en un viaje por América, Buenos Aires (1944): Editorial Vasca Ekin.

53. José Antonio de Aguirre y Lecube, De Guernica a Nueva York pasando por Berlín, Buenos Aires (1943): Editorial Vasca Ekin, pp.333-430.

54. José Antonio de Aguirre, “Basque thought at the present”, en The Journal of Educational Sociology, April, 1945, pp. 491-496.

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LEhENENGO URTEAKJuan Iturralde Suit Iri-

barne Arranbide Iruñean, Na-farroako hiriburuan, jaio zen 1840ko urriaren 23an. Gura-soen aldetik Euskal Herriaren iparraldean zuen jatorria eta nobleziarekin ere ba omen zuen loturarik. Aitaren aldeko aiton-amonak Nafarroa Behe-reko Bankan jaio eta bizitakoak ziren. Amaren aldetik, aitona, Zuberoako barkoxtarra zen eta amona, Nafarroa Behereko Al-dudekoa. Bere aita banketxeko zuzendaria izan zen, ‘Banco de Pamplona’ deitzen zenekoa lehenengo, eta hau Iruñeko ‘Banco de España’ren sukur-tsal bihurtu zenean, honena ondoren. Beraz, etxe oneko umea zela esan daiteke.

Haurtzaroa eta lehen gaztaroa Iruñean igaro zituen, goi-mailako ikasketak egiteko alde egin behar izan zuen arte. Batxilergoa amaitu ondoren, ikasle ona eta argia baitzen, Bartzelonara joan zen ingenia-ritza ikasketak egitera. Baina osasun arazo larrixkoak izan zituenez, karrera hura utzarazi zioten eta, haien ordez, merkataritza ikasketak egin zituen Bordeleko Merkatalgo Eskolan, beti ere aitak zuen lanbide bera-ri jarraitzeko asmoz edo ustetan. Aise eraman zituen, eta karrera amaierako saria ere berari eman zioten. Karrera horrekin hasi zitekeen lanean Iruñean, baina ez zuen garbi ikusten bere burua eta bizitza diru-kontutan murgildua. Juan jite bereziko gaztea zen, sentsibilitate handiko pertsona, eta gazterik erakutsi zituen marrazki eta pinturarako joera eta trebezia eta idazteko ere gaitasun eta erraztasuna. Hortik sortuko zitzaion Parisera joateko asmoa, alde batetik bere arte ahalmenak garatzeko eta, bestetik, bere burua kulturalki eta giza zientzietan hobeki prestatzeko. Han egin zuen egonaldia hagitz probetxugarri gertatu zitzaion, orduan Paris baitzen munduko gunerik era-gingarriena kultur munduan oro har.

Iturralde y Suiten mendeurrenean

Rosa Miren Pagola

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RA El centenario del fallecimiento de Juan Iturralde y Suit ha pasado casi inad-vertido. No obstante, Hermes ha querido recordar la figura de este pre-claro navarro, ferviente impulsor de la corriente vasco-foralista precursora del nacionalismo vasco. Brillante escritor y orador, pintor y literato fue figu-ra relevante en la sociedad navarra y reconocido historiador y arqueólogo incluso en el exterior. Defensor nato de la identidad vasca de los navarros

y del euskera como lengua primera y propia de Navarra, veía en ella la clave del ser vasco y de la supervivencia de nuestro pueblo. No sólo la defendió siempre con denuedo en sus escritos, sino que intervino en la organización de diversas actividades culturales y luchó por su presencia en las aulas.

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Formazio zabala eta aberatsa izan zuen, beraz: nola teknika eta ekonomiako gaietan, nola humanitateetan eta arteetan prestatua aurkitzen zen. Horiei gaineratu dakieke giro ezberdin eta aurreratuenak ezagutzeko izan zuen aukera. Guzti hori elkartzen bada Iturralderen jaiera eta maita-sunekin eta bizi izan zuen egoera historikoarekin, errazago ulertu ahal izango da bere bizitzan egin zuen lan aunitzen bilakabidea, nahiz idazle, na-hiz Nafarrroaren historialari eta arkeologo, nahiz Nafarroaren eta euskararen eta Euskal Herriaren aldeko hainbeste ekintzen bultzatzaile bezala.

pOLIFAZETIKOA ETA GIZATASUN hAN-DIKOA

Zenbait urte kanpoan pasa zituen, baina artean gazterik itzuli zen Iruñera, eta betiko lagune-kin bizitza berrartu zuen. Gazte alaia eta bizia eta atsegina zenez, irudiz ere erakargarria, eta Iruñeko bizitzan eta aferetan interesa jartzen zuenez, arin egin zen ezaguna eta estimatua gizartean. Horre-gatik eta zuen prestakuntzagatik, Iruñeko udaleko zinegotzi izendatu zuen Nafarroako Gobernuko Goi Elkarteak 1868ko irailean, eta bizpahiru hila-betera, hauteskundeetan, zinegotzi hautatua izan zen. Batzorde ezberdinetako partaide izendatu zuten berehala, hala nola Ongintzakoa, Ogasune-takoa, Musika eta Marrazkilaritzakoa, eta beste batzorde batzuetako kide ere izan zen, esaterako, ur horniketakoa edo Irakaskuntza Publikoko Ba-tzordekoa. Lan ona egin zuen oro har eta urte aunitz eman zituen zinegotzigoan.

Horrek ez zion eragotzi beste ekintza aunit zetan sartua ibiltzea eta bere zaletasunak lant zea. Marrazketa eta pintura ez zituen se-kula utzi, horiena baitzen bere barne-jaidurarik tinkoena. Arte-sen hori idazketan ere agertu zuen egunkari eta aldi zkarietan, baina hizkuntzaren era-bilera literarioak liluratzen zuen batez ere, eta horretan jardun zuen batik bat bizitzaren azken urteetara arte.

Historiazale gisa, Nafarroako historiak erakartzen zuen erabat. Jakintsua zen horretaz bere lanek agertzen dutenez eta garaiko lekukoek ere adierazten duten bezala. Historiaurreko le-

henengo aurkikuntza arkeologikoak berak egin zituen Nafarroan, horrekin ikuspegi be-rriei bide emanez. Erdi Aroko monumentuak eta gertakizunak ere aztertu eta hainbertze ekarpen garrantzit su egin zituen. Nafa-rroako Monumentu Historiko-Artistikoen Batzordea ez zen as-paldikoa, baina izen handia hartuz joan zen urte haietan, eta Iturral-dek izan zuen horretan zerikusirik eta eraginik, buru-belarri sartua baitzegoen Batzordeak zituen helburu eta eginkizunetan. Batzordeko idazkari eta geroago lehendakariorde ere izan zen. Hitz batez, entzute handiko pertsona bihurtu zen arlo honetan, eta horren lekuko dira San Fernando eta Historiako Errege Akademietako kide izendatua izan zela.

Azken hamabi urte-edo Bartzelonan egin zituen, hara joan zelako semearen osasun arazoak eraginda. Ez zion, hala ere, hemengo jarraipena egiteari utzi eta maiz etortzen zen asmo berriak abiatu nahian. Han hil zen 1909ko abuztuaren 17an, eta haren gorpua Iruñera ekarria izan zen eta Iruñeko Udal-Korporazioak jaso zuen, eta hile-tetan eta hilobiratu arte lagundu zuen.

Iruñeko Udalak eskaini zion errespetuzko eta eskerroneko azken harrera ofizialak agertzen du zein itzal eta estima handiko pertsona izan zen Juan Iturralde eta zein barneratua zuen Iru-ñeko gizarteak haren irudi ona eta oroitzapena. Izan ere, Iturralderen jaidura eta grina Nafarroa izan zen, bere izatean eta historian, bere eus-kaltasunean, bere lege eta ohidura zaharretan, bere harrietan eta eraikinetan. Dena loturik ikusten zuen Nafarroaren nortasun paregabean. Eta hori bazekiten iruindarrek eta nafarrek.

Haren izaerari dagokionez, zail gertatzen da pertsona bati buruz hainbeste laudorio goresgarri irakurtzea gertutik ezagutu zuten lumetan. Ez da lagun min izan zuen Campiónek bihotzez jasotzen duela; oraino deigarriagoak dira haren aiurri onaz

Rosa Miren pagoladoctora en lingüística vasca y catedrática de la Facultad de Humanidades y ciencias Sociales de la universidad de deusto

Iturralderen jaidura eta grina Nafarroa izan zen, bere izatean eta historian, bere euskaltasunean, bere lege eta ohidura zaharretan, bere harrietan eta eraikinetan.

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eta harek zuen bizitza eta baloreen ikuspegiez Mañé y Flaquer-ek, Carmelo de Echegarayk edo Julio Altadi-llek esaten dituztenak. Aipa-tu diren dohain ugariez gain, adimen argia, jakinduria za-bala eta borondante nekagaitza zuen lanerako, eta pertsonarik atseginena zen traturako, izate hoberenekoa, la-

gunen laguna, familiaren maitale eta euslea eta Nafarroako eta Euskal Herriko semerik zintzoen eta kartsuena. Altadillek pertsonaren alderdi biak hartuz zioenez, “Aingeruzko arima eta noble-irudia zituen Iturraldek”1.

FORUEN DEFENTSA: NAFARROA ETA

EUSKAL hERRIADeigarri gertatuko litzaiguke haren barrenak

zeukan sua Euskal Herritik at bere gaztaroa ikas-ketak egiten bizi izan zuen pertsona batean, baina parean tokatu zitzaizkion urteek garbi erakut si zioten zein zen bere herria. Lehen Karlistada bukatu zen urtean jaio zen. Aurreko urtean Berga-rako Hit zarmena sinatu zen, eta horren ondorioz eman zen 1839ko legea, zeinetan Nafarroako eta hegoa ldeko beste hiru euskal lurraldeen foruak be-rresten edo segurtatzen ziren, baina berrespenak, listorrek bezala, atzean eztena zeraman: “sin per-juicio de la unidad constitucional de la monarquía”. Eta eztenak uste baino arinago bete zuen bere egi-tekoa: 1841ean ‘Nafarroako Lege Paktatua’ izenez ezaguna den legea jarri zen indarrean. Artean urtea betetzeko zuen lege hori onartu zenean. Horra zein girotan jaio zen. Ez zaie arrazoirik falta Iturralde Nafarroako Erresuman jaio zen azkenetariko bat izan zela esaten dutenei. Lege horrek kitatu zuen Nafarroa Erresuma eta bihurtu zuen Nafarroa Es-painiako probintzia, Erresumari zegozkion eskubi-de eta ahalmenak ukatuz. Galdu zituen Gorteak, Errege Kontseilua, Aduana, diru-txanpona egiteko eskubidea, legegintza eta epailetza eskukotasunak eta ezarri zitzaion Estatuari zuzeneko zerga ordain-du beharra, garai hartan 1.800.000 errealetan gau-zatua; bestalde, derrigorrezko soldadutza inposatu zitzaion, ordura arte libre ziren gazteak soldadutza egitera behartuz. Halaber, foruak ere aunitz murriz-tu zitzaizkion.

Hurrengo urteetan ere foruak, errespetatu, errespetatzen ziren, batez ere ahoz, beti ere mu-rriztuz joan baziren ere. Gainera, foruen aurkako

kanpainak eragiten zituen Madrileko Gobernuak garaiko egunkarien lagun-tzaz, batez ere euskal lurraldeen ingu-ruko probintziak zirikatuz foruen aurka. Helburua bakarra zen: edozein ezber-dintasun ezabatu eta edozein eskubide

ukatu. Honek, esan bezala, lau lurraldeak hartzen zituen batera, Nafarroaren kasuan berezitasunak nabarmenagoak izan arren. Aurretik ere euskal lurraldeen batasunaren sentipena bazen euskal gizartean gauza natural bezala, baina jokabide horrek Euskal Herriaren nortasunaren zentzua berpiztea ekarri zuen berekin.

Bigarren karlistadaren amaiera urtea (1876) eta urte bereko legea hegoaldeko beste euskal lurraldeen foruak deuseztatuz hartzen da Nafa-rroa eta beste hiru herrialdeen batasunaren eta herri-kontzientziaren esnatzearen hasiera data bezala. Baina hori bazetorren astiro-astiro mami-tzen, batez ere 1841eko legearen ondoren. Lege horrek Nafarroari kendu zizkion eskubide histo-rikoak, baina berekin zekarren hari eginikoa beste hiru lurraldeei ere berdintsu gertatuko zitzaiela. Eta bilakabide horren lekuko ona da Iturralderen pertsona. Ez zen bakarra, noski, baina bera izan zen 1868. urtean euskarazko elkarte bat sortu nahi izan zuena euskara eta euskal kultura bultzatzeko helburuaz eta beste hiru lurraldeetako kideekin harremanak izateko asmoz2. Pablo Ilarregi, Iru-ñeko Udaleko idazkari zen historialaria, Nicasio Landa sendagile eta jakintsua eta Esteban Oba-nos apaiza izan zituen lagun. Araba, Bizkaia eta Gipuzkoako intelektualekin harremanetan jarri zi-ren, baina egitasmoak ez zuen aintzina jarraitzerik izan, 1872. urtean bigarren karlistada hasi baitzen. Deigarria da, nolanahi ere, zein sartua eta ongi ikusia zegoen Iturralde, 27 urteko gaztea, Iruñeko gizartean bera baino hagitzik ere adintsuagoak eta izen handiagokoak ziren pertsonak bildu ahal izateko horrelako ekintza batean.

Dena den, gizainguruan bizi zen Nafarroaren egoera jasangaitza eta horrek loturik zeraman herri bezala zuen nortasunaren iraupenaren kezka bizia. Nafarroako Diputazioak berak ere hegoaldeko eus-kal lurraldeen elkarketa bultzatzeko asmoa zabaldu zuen 1866an3. Hurrengo urtean Gipuzkoa, Bizkaia eta Arabako diputazioei idatzi luze bat bidali zien Diputatu Nagusia zen Zabalzak, zeinean hastape-netik azpimarratzen zen Nafarroak beste hirurekin zuen batasuna jatorrian, hizkuntzan, historian, tra-dizioan, sinestean, e.a., zeinek egiten baititu, zioen,

Elkargo honi zor zaio Zazpiak bat lemaren sorrera.

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“probintzia anaiak ez ezik, probintzia bikiak ere”. Eta proposatu zuten lehenbiziko egitasmoa lau lurraldeen artean Euskal-Nafar Unibertsitatea-‘Uni-versidad vasco-navarra’ alegia- sortzea izan zen. Eta harremanak usutzen eta estutzen ari zirelarik, 1868ko Iraultza gertatu zen irailean eta dena bertan behera utzi zen.

Iturralderen ekinbidea eten egin zen, baina ez zen galdu, alderantziz baizik. Azken Karlistada-ren ondorioz, 1876. urtean Araba, Bizkaia eta Gi-puzkoak beraien foruak galdu zituztenean, Foruak ikono bat bezala gertatu ziren, ez Euskal Herriaren identitatearen eta eskubideen adierazgarri bakarrik, baizik askatasunaren ideiaren ernamuin ere bai. Foruen kontzeptuan euskara eta enda jasotzen ziren eta, Nafarroan bereziki, XVI. mendean galdu zen Erresuma Zaharra, garai batean euskal lurralde guztiak bildu zituena, suharki errebindikatzen zen.

ASOCIACIóN EUSKARA DE NAvARRA - NAFARROAKO EUSKARAZKO ELKARGOA

Juan Iturraldek bere luma eta ahaleginak afera nagusi horren alde bideratuak zituen aitzi-netik ere, baina orain iraganeko egitasmo hura berpiztuko zuen. Campión artean gaztea zen, hogeita bi urte betetzeko zituen Nafarroako fo-ruei buruzko lana, “Consideraciones acerca de la cuestión foral y los carlistas en Navarra”, 1876ko otsailean argitaratu zuenean. Hortik etorriko zen Iturralde eta Campiónen arteko ezagutza pertso-nalagoa; beraien familiek elkar ezagutzen zuten, baina lagun bien adinean zuten aldea handiskoa zen. Campiónen lan horretan euskara da Nafa-rroaren nortasun historikoaren muina eta herri bezala behar zuen bilakabidearen ezinbesteko zutabea. Ideia horiekin ez da harritzekoa haien adiskidetasuna eta lankidetza ia bapatean sortu eta garatzea. Eta hurrengo urtean, Iturraldek, as-paldiko ideia berrartuz eta zenbait arazo gainditu ondoren, 1877ko urriaren 23an, hamahiru lagun bildu zituen bere etxean. Denak ezagunak ziren eta gizartean eragina zutenak. Batzar hartan ezarri ziren Asociación Euskara de Navarra - Nafarroako Euskarazko Elkargoa ospet suaren lehenengo zi-mentarriak. Handik gutxira, urte bereko azaroaren 7an, estatutuak eta araudia onartu zituzten eta hurrengo urteko Erre-ge Egunean publikoan aurkeztu zen be-re Zuzendaritza-batzordearekin batera. Lehendakari Esteban Obanos izan zen eta Juan Iturralde, Idazkari. Horrela zio-

ten: “El objeto de esta Sociedad es conservar y propagar la lengua, li-teratura é historia vasco-navarras, estudiar su legislación y procurar cuanto tienda al bienestar moral y material del país”4. Urtebetean 371 bazkidek osatzen zuten Elkargoa, ohorezko zenbait kide aipagarri ere zituelarik: Sagarminaga, Mora-za, Manterola, Iparragirre, Becerro de Bengoa, Bonaparte Printzea eta Vinson, besteak beste.

Elkargo honi zor zaio Zaz-piak bat lemaren sorrera. Aurretik erabiliak eta hedatuak ziren ‘Irurak-bat’ eta ‘Laurak-bat’, baina biak murritz geldit zen zitzaizkien Elkargoko kideei. Iturralderi, jatorria Eus-kal Herriko iparraldean zuenez, ez zitzaion zail gertatuko ikusmolde horretara iristea eta lagunak horretara erakartzea ere. Adierazgarria da, bes-talde, Iturraldek berak diseinatu zuen Elkargoaren zigilua: domina borobilean zazpi mendiren gainean Gernikako Arbola, honen enborrean Nafarroako armarria bere koroarekin eta arbola gainean guru-tzea; ertz-inguru osoan Elkargoaren lema: Jaun-goikoa eta Fueroak, Dios y Fueros.

Elkargoak lan handia egin zuen euskararen eta foruen eta Euskal Herriaren batasunaren aldeko ideiak zabaltzen eta euskara laguntzeko ekintzak antolatzen. Kulturako gizonak zirenez gehienbat Elkargoko kideek, egunkariak eta aldizkariak sortu zituzten ideia horiek oihartzun handiagoa lor zeza-ten. Egunkarietan ditugu ‘El Arga’, honen ondoren ‘Lau-Buru’, hauen zuzendaria Campion izan zelarik eta, azkenik, ‘El Aralar’. Aldizkarietan, aipagarriak dira ‘La Ilustración de Navarra’, hamaboskaria, ‘Revista del Antiguo Reino de Navarra’, hau ere Campionek zuzendua, eta ‘Revista Euskara’.

Euskarazko Elkargoak euskararen eta Nafa-rroaren eta Euskal Herriaren, elkarren artean inolako bereizketarik egin gabe, onginahia zituen oinarri bezala, beti ere kideen gainerako ideiak guztiz erres-petatuz. Izan ere, aurreko urteetan -1875/01/29 eta 1875/02/07ko dekretuetan, besteak beste- aunitz murriztu zen inprenta askatasuna eta baita elkartze-

askatasuna ere; beraz, kasu egin behar zen, debekuak eta zigorrak aski gogorrak baitziren. Baina alderdi politikoek izan zi-ren interesatuenak Elkargoaren helburuak eta bazkideen ideia politikoak nahasten. Éuskaros, eta euskarianos ere, deitzen

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Iturraldek berak diseinatu zuen

Elkargoaren zigilua.

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zieten kideei eta arrakasta izan zuen izenak. Elkargokoek ere ez zioten muzi-nik egin, eta 1881. urtean izen horrekin aurkeztu ziren udal hauteskundeetara Iruñean, eta ‘Jaungoikoa eta Foruak’ lemapean gehiengo osoa eta alkatet za lortu zuten. Eta berdin 1883an. Orduan hasi zen azpi-jokoa eta izen txarra emateko aurkakoen politika. Urduriaren urduriz, Madrildik ere kanpaina gaitza

eratu zen Elkargoaren izen ona laidoztatu eta kideak ere bortxatzeko. Presioa handia izan zen eta, horren eraginez, zenbait kidek atzera egin zuen eta poliki-poliki Elkargoa ere motelduz joan zen, 1897ko ekai-naren 6an, hogei urte betetzear zegoelarik, itxi egin zelarik. Dena den, Nafarroako Euskarazko Elkargoak erein zituen ideiak nonahi ernetzen hasiak ziren, eta izan zituen helburuen eta sustatu zituen ekintzen testigua beste lurraldeek jaso zuten.

EUSKARAREN ERAGILEEz dakigu Juan Iturraldek euskaraz zekien

edo ez, baina bere lanetan sartu zituen euskal hi-tzek, euskararekiko agertzen duen atxikimenduak eta euskararen alde egin zituen ahaleginek euskara ezagutzen zuela pentsarazten dute. Antonio Arzakek zuzendu zion olerkiak ere hori bera ematen du adi-tzera: “Zer naizu esatea, adiskidea, / Donostiatik? / ¿Zer Ernanitik, zurea izaten dan / Uda-kabitik? […] / Orain, lagun maitea, ¿zuk zer diozu / Nafar alde-tik? / Esan zadazu anaiak geradela / ¡Bai! … ¡Bio-tzetik!”5. Nolanahi ere, euskarari buruz idatzi zituen idazkiak izugarri ederrak dira eta indar handiz jaso zuen euskararen nortasuna eta balioa. Euskararen eta Nafarroaren euskalduntasunaren defendatzaile sutsua zen eta euskara Nafarroako lehen eta ber-tako hizkuntza zela zioen. Iturraldek euskararekin lotzen zuen herriaren izatea: enda, euskaldunen moraltasuna, errespetua, askatasuna; hitz batez, euskaldunen ezaugarriak euskarari itsatsirik agertzen zitzaizkion eta euskara gordez gero, euskal sena eta nortasuna ere etorkizunerako bermatuak ikus-ten zituen. Begira zer dioen Elkargoaren aipaturiko programak: “Si el pueblo euskaro, cuya raza, cuyo genio peculiar, cuyas costumbres son […] ha podido conservar su personalidad, y se ha mantenido con su genuino carácter y sus varoniles virtudes a través de los siglos, es indudablemente porque supo guardar, como en depósito sagrado, esa antiquísima lengua vascongada […]. A impedir que desaparezca tan admirable idioma, y a propagarlo, si posible fuese, se dedicará con empeño la Asociación”6. Barne-barnean

zeraman euskararen kezka, eta euskaran ikusten zuen Euskal Herriaren egoera tamalgarriaren sal-bamena. Campiónek dakartza hark bidalitako gutun batetik jasoak: “Cuando una tarde del último verano recorríamos juntos (Campión eta biek) las cercanías de esta población (Pamplona), y contemplábamos con tristeza nuestros escuetos montes y nos lamen-tábamos de la tala material y moral que sistemática-mente se lleva a cabo en nuestro infortunado país; cuando considerábamos que todo lo que constituye la fisonomía especial de esta noble tierra va desapa-reciendo […]; cuando buscando remedio a tanto mal, conveníamos en que era tal vez el medio más seguro de atajarlo, la conservación y propagación de ese mismo idioma, monumento grandioso a cuya sombra se han mantenido puras, desde remotísimas edades, las costumbres, las instituciones y las creencias de la libre raza euskara”7.

Ahalegindu zen bere aldetik euskararen aldeko ekintzak eragiten, literatur lehiaketa aipaga-rria Iruñean, euskal jaiak Nafarroan d’Abbadie-ren laguntzaz, eta bereziki Revista Euskara-n euska-raren presentzia ziurtatzen, euskarazko idazleen kolaborazioa eta lanak bilatzen. Baina haren ekin-tzarik aipagarrienak euskararen irakaskuntzaren inguruan izan ziren. Eskolan haurrek euskaraz egitea debekatu eta zigortzea biziki salatzen zuen. Euskararen irakaskuntza eskoletan sartzeko aha-leginak ere egin zituen. Euskal katedra bat sortzen ere saiatu ziren Elkargotik, eta Madrileko minis-terio batera ere euskararen erabilera indartzeko lagunt za eskakizuna bidali zuten.

REvISTA EUSKARAHauxe izan zen Euskarazko Elkargoaren

emaitzarik hoberenetarikoa eta hark zituen hel-buruak betetzeko tresnarik egokiena. Revista Eus-kara 1878an sortu zen. Lehenengo zuzendaria Nicasio Landa, izen handiko sendagile eta historia-gile ospetsua, izan zen, eta Juan Iturraldek jarraitu zion erantzukizun horretan. Elkargoko kideez eta nafarrez gain, garaiko idazlerik entzutetsuenek idazten zuten: Duvoisinek, Becerro de Bengoa, Vicente Arana, Vinson, Elissanburu, Ramon Artola, Jose Manterola, Agustin Chaho, Antonio Trueba, Serafin Baroja, Delmas, Ricardo Becerro de Ben-goa eta beste aunitzek. Bonapartek ere aldizkari honetan argitaratu zituen zenbait lan.

Aldizkarian tratatutako gaiak benetan uga-riak izan ziren: Nafarroako eta Euskal Herriko historia, etnografia, paleografia, biografiak, foru-

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zuzenbidea, saiakera, euskal hizkuntza eta literatura, artea eta abar. Euskaraz idatzitako testuak aunitz dira, gehienak olerkiak edo bertsotan idatzitako eleza-har egokituak eta lehiaketa literarioetan eta Lore-jokoetan saritutakoak, horrela euskarari presentzia adierazgarria eta maila batekoa eskainiz. Baina bada beste literatu-ra bat euskal gaiez gaztelaniaz idazten dena ere. Eta hainbat kasutan hizkuntza batekoak bestera itzult zen dira eta alderantziz. Itzulpen hauetan Antonio Trueba aurkitzen dugu euskaratik gaztela-niara testuak itzultzen, hala nola Gernikako Arbola, Leloren kanta edo Arrese y Beitiaren Bi zkaitar zarrak eta Erromatarrak, azken honi ohar hau jar-tzen diolarik: “Esta versión ha sido hecha por D. Antonio de Trueba teniendo a la vista otra palabra por palabra que, para mejor interpretación de los conceptos pidió el autor”8. Azken xehetasun bezala aipagarria da nola Elkargoaren 1883ko urtarrila-ren 14ko batzarrean onartu zen Axularren ohorez Urdazubin oroitarri bat eraikitzeko Iturralderen pro-posamena .

Aldizkariaren maila ona zen, baina zail ger-tatzen zen behar bezala eustea, kolaborazioak urritzen joan ziren eta geroago eta maizago bete behar zen Iturralde beraren lanez eta saritutako lan literarioez. Horrekin ongi jabetuak zeuden Iturralde bera, zuzendari bezala, eta Campión, erredaktorea. Eta horrela agertu zioten 1883ko azaroaren 30ean Elkargoko lehendakariari bidali zioten idatzian erantzukizuna uzteko asmo sendoa agertuz: “Esta decepción […] ha sido causa de que pesase sobre nosotros exclusivamente la difícil ta-rea de sostener el interés de la Revista […] y este es también el motivo principal de que renunciemos nuestros cargos […]. Lo que antecede no significa, en manera alguna, que nos separemos de esta Revista, la más antigua en su clase del país Vasco-navarro…”10. Dirudienez ez zegoen eusterik, eta tamalgarria izan zen hain maila jasoa lortu zuen eta beste euskal lurraldeetakoen eredu eta eragile izan zena itxi egin beharra.

ERAGIN LUZEKO BIZITZAJuan Iturralde y Suit, esan bezala, pertsona

polifazetikoa izan zen eta ez dago hemen haren alderdi desberdinak azaltzerik, baina esan daiteke euskararen eta Nafarroaren eta Euskal Herriaren kezka eta ardura bizi zuten bere garaiko jende-

rik kultuenak –Florencio Ansoleaga, Estanislao Aranzadi, Nicasio Landa, Esteban Obanos, Pablo Ilaregui ere bai aurretik, Arturo Campión…- bildu zituela bere inguruan eta

haiekin batera egitasmo garran-tzit su eta eraginkorrak aurrera era-man zituela. Ekintzak eta Elkargoa bera ere desagertu ziren, baina haien eragina ez zen suntsitu, al-derantziz baizik, bide bat seinalatu eta ireki zuten garbiro, eta bide horretatik abiatuz sortuko ziren Euskal Herriaren izatea, historia eta nortasuna aldarrikatu eta errebindikatuko zuten pertsonak eta mugimenduak. Azken urteetan goibel xamar baze-bilen ere, Iturraldek ez zuen sekula etsi ez ideiatan ez eta ideialetan, eta itxaropen hori gorde zuen beti bere bihotzean. Hunkigarriak dira azken urteetan bere seme-alabei zuzendu zizkien hitzak: “Izan bitez lerro hauek nire arimaren erretratua neurri batean, eta haurrak zinatenean entzun zenizkida-ten elezahar eta ipuinen oroitzapena, Jainkoaz, familiaz eta gure Aberriaz erran nizkizuenak batez ere, nik neure ariman gurtu ditudan horiek, zuek ere zuenean gordeko dituzuen itxaropenez, bizitza guztiz hits honetako bidaia egiten duzuen bitar-tean”11.

OHARRAK 1. Julio Altadill: “Iturralde poseía alma de ángel y figura de no-

ble”, Navarra, Geografía General del País Vasco-Navarro-n, (4. alea), Ed. Alberto Martín, Barcelona, 1915. 1000. or.

2. Arturo Campión: Obras de D. Juan Iturralde y Suit, Cuentos, leyendas y descripciones euskaras, (1. alea), Pamplona, 1912, LX or.

3. Mª Sagrario Martínez Beloqui: “Las relaciones entre la Di-putación Navarra y las provincias vascongadas en 1866”, IX Congreso de Estudios Vascos, Eusko Ikaskuntza, 1984 (9. alea), Donostia-San Sebastián, 463 – 465 or. [on line] http://www.euskomedia.org/PDFAnlt/congresos/09/09463465.pdf [jasotako data 2009ko azaroaren 24a].

4. Euskarazko testua, gaztelaniazkoaren itzulpen bezala au rkeztua, askatasun handiz egina dago, eta kasu honetan honela dio: “Euscarazco Elcargoaren asmoac diré, gordetzea, galtzera utzi gabe, ta edatzea aldaitequen gucian euscarazco mintzarioa; ongui ezagutzea gu-re aurrecoac itzcunza eder onequin erran eta eguin dituzten on guztiac; alic eta onguiena icastea nola dembora gucietan bere lege jakintsuekin […]; eta azquenean Euscal-errien onac aleguin guztiaz obeagotzea”. Revista Euskara, 1.go urtea, 1878. 5-6. or.

5. Antonio Arzác: “Itz bi. D. Juan Iturralde eta Suit Jaunári”, Revista Euskara, V. urtea, 1882, 288 or.

6. Revista Euskara, I. urtea, Pamplona, 1878, 3-4 or. 7. Arturo Campión: Obras de D. Juan Iturralde y Suit, Cuentos,

leyendas y descripciones euskaras, Pamplona, (1.alea), 1912, LVIII or.8. Revista Euskara, VI. urtea, 1883, 52. or. 9. Revista Euskara, VI. urtea, 1883, 4. or.10. Revista Euskara, VI. urtea, 1883, 319-320. or.11. Itzulpena gurea.

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Iturraldek euskararekin lotzen zuen

herriaren izatea.

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Programa proyecto emoción:lAS MEMoRiAS dE JORDI PUyOL

En aquest segon volum miro de fer entendre que per ser eficaç —o com a mínim per tenir possibilitats de ser-ne—, l’acció d’un polític ha de tenir tres ingredients: programa, projecte i emoció. O potser millor canviar l’ordre: projecte, programa i emoció. És a dir, primer: visió general del país i dels seus objectius globals; segon: confegir un programa que vagi posant les peces del projecte global; tercer: presentar el projecte global amb emoció i transferir-la a cadascuna de les peces del programa. Doncs bé, el que intento en aquestes Memòries —i també en aquest segon volum— és fer presents —barrejats i envitricollats i mútua-ment impregnats— aquests tres components.

També intento explicar que per anar bé en l’exercici de la política hi ha d’haver una altra interacció: la de l’acció i el pensament. I no tan sols el pensament orientat a l’acció immediata, sinó el pensament de base fonda, sobre els grans valors (p. 10).

Su primera preocupación, la formación de la Genera-litat, de una Generalitat catalana que recomienza su anda-dura en una situación de crisis económica y de herencia del régimen anterior, no muy fácil de encauzar.

Para Pujol, el sentimiento básico es el de la cons-trucción nacional catalana, y el procedimiento también está claro:

Des del sentiment de construcció nacional que ens guiava, vam haver de prendre l’opció de si era més impor-tant disseminar la consciència de catalanitat o bé formular de manera contundent la reivindicació nacional. Davant una societat tan diversa i encara tocada pels efectes del fran-quisme, vaig optar per la disseminació. Quan es dissemina es demana un grau d’adhesió menys profund, però era mi-llor que els sis milions de catalans fossin o se sentissin una mica o raonablement catalanistes o com a mínim identificats amb el país, que no pas que tres milions fossin molt nacio-nalistes i els altres tres milions no ho fossin gens (p. 40).

No hay dudas para Pujol en cuanto a la labor que tiene que desarrollar un partido nacional como CDC:

Entenen per partit nacional l’opció política que en el seu projecte i en la seva acció de govern és capaç d’encapçalar i sintetitzar els diferents interessos presents en la societat, més enllà de les discussions ideològiques tradicionals. Aquesta definició encaixa perfectament en el que és i vol ser CDC. El nostre partit ha arribat a questa formulació per sentit del bé comú i per patriotisme, que són conceptes molt propers i molt lligats amb la idea de poble o de nació, del conjunt humà que té una personalitat col·lectiva conscient. En tot cas, cerc que va ser molt bo per al país qu e no ens deixéssim endur pel sectarisme, que la nostra manera d’entendre la política no es basés en el poder pel poder (pp. 41 y 42).

El prestigio institucional, la presencia a nivel es-tatal e internacional de los nuevos órganos de gobierno de Catalunya, todo estaba por hacer. Pero para ello era necesario que el país tuviera una estabilidad que estuvo a

LIB

URU

AK

Jordi Pujol. MEMÒRiES.Temps de construir (1980-1993)

Amb la collaboració de Manuel cuyàs

Ed. PRoA. Barcelona. 2009

iSBn: 978-84-8437-795-5

423 pp.

Pocos políticos en España han alcanzado la proyec-ción, tanto a nivel auto-nómico como estatal, de Jordi Pujol. Pujol es, en efecto, uno de los suje-

tos capitales de la Transición española, aquel camino que supuso la llegada de la Constitución de 1978 y su posterior desarrollo autonómico.

Jordi Pujol publicó el primer tomo de sus memorias en 2007. Lo que entonces tituló Memòries (1930–1980) tiene en este segundo tomo un subtítulo muy significativo: Temps de construir (1980–1993). Es quizás el resumen más lúcido de toda una ac-ción de gobierno que ha tenido como objetivo fundamental la construcción de un país, la construcción de una na-ción, Catalunya, dentro de una España plurinacional, en un espacio de tiempo especialmente convulso, como es el que va del año 1980 al año 1993.

Acción y pensamiento, progra-ma, proyecto, emoción… son concep-tos que Jordi Pujol engarza de forma magistral y accesible. Leamos las pa-labras del propio Pujol:

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punto de desaparecer el 23 de febrero de 1981, cuando un golpe de estado trajo consigo una grave crisis en la democracia española.

Además de contar su peripecia aquella noche, Jordi Pujol se queja con amargura de las consecuencias que supuso el golpe:

Uns mesos després el govern d’en Calvo Sotelo i l’oposició del PSOE es posarien d’acord per elaborar la Loapa, la Llei orgànica d’harmonització del procés autonòmic.

El cop d’estat no va fracassar del tot. A Catalunya hi va haver un abans i un després d’aquella data i d’aquell fet (p. 64).

Uno de los capítulos más in-teresantes es quizás el que se refiere a sus viajes a Castilla el mismo año 1981. Pujol se reafirmó en sus ideas, ideas que, desde luego, expone de forma clara y firme:

Jo sóc un nacionalista català que no vol ser castellà. Que si per ser espanyol ha de ser castellà, no vol ser espanyol. Però que sent respecte per tots aquells fets i tots aquells llocs als quals aquell viatge a Castella i Lleó em van acostar i que posen de manifest les entranyes d’un país. D’una manera recíproca, vull el mateix respecte cap a nosaltres i la nostra realitat històrica, cultural i lingüística (p. 68).

En ese viaje, su conferencia en Madrid, en la que realiza un resumen de la historia de Catalunya, contiene párrafos de gran calado:

Yo soy un político nacionalista, soy un político que procuro, por así decirlo, no tener ningún vínculo de dependencia política con otras fuerzas políticas centradas en Madrid. Eso es sabido. No lo digo con aire polémico. Es un hecho. Sin embargo tenemos derecho a estar presentes en el que-hacer de España tal como somos, es decir, desde la forma de ser español que se da en Cataluña (p. 70).

La segunda parte del libro es-tá dedicada a lo que el autor llama Navegant per mars tempestuosos, y que contiene su crónica de la época posterior al 23-F, época en la que lo

fundamental era insuflar moral y apoyo a una Catalunya que se encontraba en la tesitura de recibir las consecuencias del golpe de estado, la LOAPA, la ju-dicialización del marco competencial… Todo ello son procesos en los que Pu-jol va a ser un actor de primer orden.

Especialmente significativos son los capítulos que dedica al affaire Ban-ca Catalana, donde Pujol resalta una conclusión personal muy dolorosa:

Banca Catalana m’ha produït una ferida profunda. Hi pensaré fins que em mori. Lamentaré que el país perdés l’oportunitat de disposar d’una gran entitat financera, i a la vegada mantindré el convenciment que amb la campanya que va precipitar la crisi i amb la querella ens van voler destruir, a mi i un sector de país. Tot podria haver anat d’una altra manera. Podrien haver sacrificat la meva persona, però no Banca Catalana i el que significava per a Catalunya (p. 122).

L’OTAN: un error forçat, L’ope-ració reformista, any de refLexió, L’es-gLésia, La mort de tarradeLLas... son capítulos, eslabones de una cadena que es el pórtico para la tercera parte del libro, Temps de construir, que sirve de subtítulo a este segundo volumen. Es éste el momento que elige Pujol para entrar a fondo en lo que significa la construcción del país y de su admi-nistración propia, con una mentalidad de empresa que ha de prestar los servicios fundamentales (educación, sanidad, policía, lengua, cultura, de-porte…) a una sociedad culturalmente evolucionada y que se halla en pleno proceso de integración en unos niveles totalmente equiparables a una Europa que es su referencia.

Cita, de forma específica, su preocupación por la lengua catalana, que Jordi Pujol califica de “cuestión de estado”, y en la que demuestra una sensibilidad de integración de las diferentes lenguas que conviven en Catalunya, sin renuncia a la persona-lidad de la propia, y de normalización de su uso, con el objetivo de conseguir una utilización del catalán en el comer-cio, los medios de comunicación, la rotulación pública o los juzgados.

La normalització lingüística va pesar molt en la nostra política i es va manifestar en la cultura, l’ense-nyament, la televisió o en l’objectiu d’aconseguir que el català fos llengua habitual al comerç, a les retolacions públiques o als jutjats (p. 315).

Termina este segundo volumen con unas reflexiones que abarcan hasta el año 1993, año de cierre de las memorias, con unas palabras de ánimo que hacen del autor un testigo privilegiado del momento que enton-ces se vive en Catalunya:

Ara, el 1993, el PSOE està to-cat i desgastat. Nosaltres mantenim la majoria que el poble de Catalunya ens ha renovat. Em fa la impressió, com-partida per CiU i pel mateix Roca, que Catalunya passa per un moment i un estat d’ànim positius i que se li obren noves perspectives i possibilitats. No-més que les circumstàncies ens siguin moderadament favorables estarem en condicions de fer bona feina. S’acosta un moment prometedor. El moment de poder posar en pràctica l’eslògan amb el qual vam anar a les eleccions gene-rals que van llevar la majoria al PSOE: “Ara decidirem” (p. 409).

Completan el trabajo los ín-dices onomásticos que contribuyen a una fácil y rápida búsqueda de los protagonistas de estas memorias que, con el impulso de Jordi Pujol, y la colaboración de Manuel Cuyàs, nos permiten sentir a un pueblo, a una nación que es consciente de sí misma, en definitiva, oír la voz de Catalunya, expresada por uno de sus más impor-tantes protagonistas.

Programa, proyecto, emoción, tres palabras, un estilo, una ilusión... sin lugar a dudas, una lectura reco-mendable para quienes vivimos in-mersos en realidades a la vez tan semejantes y tan distintas.

Quedamos a la espera del tercer tomo.

Andres Urrutia

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Iaz, 2009ko irailaren 24an, hedabideei jakinarazi zitzaien, Jose Antonio Agirre Lekube lehenengo lehendakariaren heriotzaren 50. urteurrena ospatzeko batzorde bat eratu zela. Handik gutxi-ra, azaroaren 2an, aipatu batzordea

ofizialki eratu zen. Batzorde horretan Agirre lehendakariarekin zerikusia duten instituzio guztiak daude ordezkaturik, baita haren se-nide berezkoak eta jarduera politikoan Agirre lehendakariaren alboan izan zirenenak ere.

Honako hauek dira: Aintzane eta Jo-seba Agirre (Agirre lehendakariaren seme-alabak), Ander Landaburu (Francisco Javier Landabururen, erbestaldian Eusko Jaurla-ritzako lehendakariordea izandakoaren se-mea), Joseba Leizaola (Jesus Maria Leizaola lehenengo Eusko Jaurlaritzako sailburu eta Agirre hil osteko lehendakariaren iloba), Xabier de Irala (Lehendakaritzako idazkari nagusi Antón de Iralaren semea), Belén

Greaves (EAJ/PNV), José Manuel Salinero (Eusko Jaurlaritza), Bizkaiko Foru Aldundia, Arabako Foru Aldundia, Gipuzkoako Foru Aldundia, Bilboko Udala, Getxoko Udala, Donibane Lohizuneko Udala, Ludger Mees (EHU-UPV), Jose Antonio Rodríguez Ranz (Deustuko Unibertsitatea), Fernando García Macua (Athletic Club) eta Juan Mª Atutxa eta Irune Zuluaga (Sabino Arana Fundazioa).

Batzordearen helburu nagusia Agirre lehendakariaren figura, haren ibilbidea, izari politikoa nahiz giza izaria eta haren ondarea gizarteari ezagutaraztea da; baina, batez ere, berak eta bere belaunaldiak irudikatzen dituzten printzipioak eta balioak. 50 urte igaro direlarik, Agirre eta bere belaunaldi politikoko gizon eta emakume haiek gaur egun ere erabat indarrean dauden balioak irudikatzen segitzen dute eta XXI. mendeko Euskadi, Europa eta mundua eraikitzeko balio sendoak dira.

AgiRRE lEHEndAKARiA gogoAn

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Batzordeak programaturiko ekitaldietan lehe-nengoa Lehendakaritzan egin zen, joan den martxoaren 6an, larunbatarekin. Patxi Lopez

lehendakariak Gernikako Arbolaren Gurutzea domina eman zion Jose Antonio Agirre lehenengo euskal le-hendakariaren sendiari, eta aldi berean bere esker ona erakutsi zien lehenengo Eusko Jau rlaritza osatu zuten sailburuen senideei.

Lehendakaritzaren atarian ospatu zen ekitaldia, eta bertan izan ziren, besteak beste: lehenengo Eusko Jaurlaritzako kideen senideak; oraingo Jaurlaritzako zenbait sailburu; Juan Jose Ibarretxe eta Carlos Ga-raikoetxea lehendakari ohiak, aurreko Jaurlaritzetako sailburuak, Eusko Kontseilu Nagusikoak barne; hiru ahaldun nagusiak, Jose Luis Bilbao, Markel Olano eta Xabier Agirre; Jokin Bildarratz EUDELeko presiden-tea; Sabino Arana Fundazioko lehendakari eta Agirre Lehendakaria Batzordeko buru Juan Mª Atutxa, bai halaber Euskadiko instituzioetako, politikagintzako eta gizarte-esparruko hainbat ordezkari.

EKiTAldiA lEHEndAKARiTZAn

Joan den martxoaren 23an, Begoñako Andra Ma-riaren Basilikan, orain Valladolideko artzapezpikua den eta une hartan Bilboko gotzaina zenak, Ricar-

do Blázquez monsinoreak, Lehendakariaren oroipenez eskaini zen meza eman zuen.

Blazquezek, meza ematen ia ehun apaiz zi-tuela, sermoian Agirreren aipamena egitean “guztien lehendakaria” deitu zion, eta hark bizi behar izan zuen garaiaren gogorra ere gogoratu zuen.

Euskal politikako pertsona ezagun ugari bildu zen hitzordura, bai eta lehengo hiru lehendakariak, hau da, Garaikoetxea, Ardanza —bihotzekotik susper-tu ostean lehenengo bider jendaurrean— eta Ibarretxe. Herriko ekonomia-, gizarte-, kirol- eta kultura-arloetako beste aurpegi ezagun batzuez gain.

goMuTA-MEZA BEgoñAn

Martxoaren 30ean pentsamendu-eta historia-aldizkari honek Agirre lehendakariari eskaini-tako zenbaki berezia (33. zk.) aurkeztu zen.

Aurkezpena Gipuzkoako Foru Aldundian egin zen aldizkariko zuzendari Jose Antonio Rodriguez Ran-zen eskutik. Zuzendariak aurkezpen-adierazpenean azaldu zuen, asmoa zela “zor bat kitatzea, urte arras latzetan duintasunaren, askatasunaren eta legitimita-te demokratikoaren garrari bizirik eusten jakin zute-nak goretsi eta eskertzea”. Ondoren lehendakariaren seme Joseba Agirrek hitz egin zuen, eta ekitaldia bukatzeko, Markel Olano Gipuzkoako Foru Aldundiko ahaldun nagusiak.

HERMESEK MonogRAFiKoA ESKAini dio

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Apirilaren 11n Donibane Lohizune lapurtar udale-rrian ere zenbait ekitaldi egin ziren, Jose Antonio Agirreren heriotzaren 50. urteurrena oroitzeko,

han baitago ehortzirik lehendakaria. Goizean goiz lore-eskaintza egin zen aipatu herriko hilerrian, non lore-sortak ezarri baitziren haren hilobiaren ondoan. Ondo-ren, meza bat eskaini zen Agirreren oroit zapenez, San Joan Bataiatzailearen elizan, eta gero, haren ohorez eraiki eskulturaren aldamenean, Thiers bulebarrean, Peyuco Duhart udalerriko auzapezak, frantsesez eta euskaraz, eta Joxe Mari Muñoa Eusko Ikaskuntzako presidenteak hitz egin zuten.

oMEnAldiA doniBAnE loHiZunEn

Orobat, apirilaren 15ean Getxoko udalerriak go-razarre hunkigarria eskaini zion Jose Antonio Agirreri, zein, Euskadiko lehenengo lehen-

dakaria izateaz gain, Getxoko alkatea ere izan baitzen. Agirrek kudeatu zuen udalaren izenean, Imanol Landa oraingo alkateak hura gogoratzean esan zuen, “ados-tasunaren eta akordioaren politikaria, Euskadigatik, as-katasunaren alde eta demokraziaren alde dena, bizia bera ere bai, eman zuen belaunaldi baten ordezkari gorena dela”. Omenaldia amaitzeko, Algortako Mira-mar kalean, familiarekin bizi izan zen lekuan, estalkia kendu zitzaion haren ohorez ezarritako plaka bati.

gETxoK HAREn AlKATE-JARdunA gogoRATu

Bizkaiko Foru Aldundiak maiatzaren 19an Agi-rre lehendakariari buruzko liburu bat aurkeztu zuen; bertan Athletic-eko jokalaria izan zen aldia

azaltzen da. Lanaren izenburua “Jose Antonio Agirre Lekube. Futbola: bere alderdi ezezaguna” da; liburu horretan egileak, Carlos Aiestaranek, lehendakariak, Zuzenbideko karrera ikasteaz batera, kamiseta zurigo-rria jantzita izandako bizipenak kontatzen ditu. Aurkez-penean, egileaz beraz gain, baita egon ziren ere Jose Luis Bilbao Bizkaiko ahaldun nagusia, Fernando Gar-cía Macua Athletic-eko presidentea, Josune Ariztondo Bizkaiko Kulturako foru-diputatua eta lehendakariaren seme Joseba Agirre.

BiZKAiKo FoRu AldundiAK AgiRRE ATHlETic-EKo JoKAlARiA iZAn ZEnEKoARi BuRuZKo liBuRu BAT AuRKEZTu

Agirre lehendakaria, naziek okupatutako Europatik Ameriketara alde egiteko, ihesari ekin zion egun berean, 1941eko urtarrilaren 7an, Bruselan ber-

tan idazten hasitako egunerokoaren edizio faksimilea da orain argitaratu dena. Lehendakariak egunez egun, egun batean ere huts egin barik, 1942ko maiatzaren 28ra arte, egindako erregistro pertsonal bat da. Iñaki Goiogana historialariak, argitalpenaren arduradunak, zera nabarmendu zuen: koaderno haietan “bizipen per-tsonalak deskribatu ez ezik, Agirrek II. Mundu Gerraren gainean zuen iritzia ere islatzen da, eta Lehendakariak eta Eusko Jaurlaritzak hartutako erabaki batzuen zer-gatia ulertzeko ere balio dute”.

FundAZioAK HAREn EgunERoKoA ARgiTARATu

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Yves Wantens, representante del Gobierno de Flandes en el Estado español, participó el 17 de febrero en la Tribuna de reflexión y debate de

Sabino Arana Fundazioa, donde avanzó algunas de las prioridades de su gobierno durante los seis meses que los belgas estarán a cargo de la presidencia de la UE.

El representante de la Comunidad y Región flamenca marcó como prioritarias “la estrategia 2020 de la UE, la inclusión social, el desarrollo sostenible, la globalización, los cambios demográficos, el clima y la energía y, finalmente, el papel de los estados re-gionales y sus ciudadanos en el proceso de toma de decisiones de la UE y sus instituciones”.

El papEl dE FlandEs como un Estado rEgional En la prEsidEncia bElga dE la uE

El 15 de abril, el director del Centro PwC/IE para la Investigación Financiera, Luis de Guindos, desgranó su visión sobre la situación económica

española y sobre la necesidad de “reformar el mercado laboral y las cajas de ahorros”.

Quien fuera secretario de Estado de Economía afirmó que “la recuperación en el Estado puede ser más lenta que en otras economías avanzadas” y por ello considera necesario “la puesta en marcha de un programa integral de reformas económicas”.

Manuel Elkin Patarroyo, científico colombiano y autor de la primera vacuna sintética para la prevención de la malaria, visitó Bilbao para

recoger uno de los Premios Sabino Arana 2009. La Fundación le reconoció el hermoso gesto de ceder gratuitamente la patente de su vacuna a la OMS, pen-sando solamente en el bien de la humanidad y no en el enriquecimiento personal.

Unos días después, el doctor Patarroyo impar-tió una conferencia en la Tribuna de reflexión y debate de la Fundación en la que habló sobre los resultados en monos de su nueva vacuna, la cual -dijo- “tendrá un precio aproximado de 20 céntimos de euro y una capacidad protectiva de más del 95%, un 55% más que su primer preparado para la prevención de esta enfermedad”. Asimismo, afirmó que “la Humanidad se está quedando sin herramientas para combatir las enfermedades infecciosas”.

El doctor patarroyo habla dE su nuEva vacuna contra la malaria

Acompañado por el presidente de EAJ-PNV, Iñigo Urkullu, el presidente de Convergència i Unió, Artur Mas, afirmó, el 7 de mayo, en la Tribuna de

Sabino Arana Fundazioa, que la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut dará “la foto finish” que señalará “cuál es el límite de nuestras aspiraciones dentro de su interpretación de la Constitución”. En este sentido, indicó que uno de los retos de fondo es ver cómo en los próximos años “aceptamos que España no asumirá su carácter de Estado plurinacional”.

artur mas: El Estatut dará “la Foto Finish” a los nacionalistas

luis dE guindos rEclama rEFormas Económicas intEgralEs

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“Incertidumbre”: según el diccionario de la Real Academia: “falta de certidumbre”; “certi-dumbre” = “certeza” y “certeza” = “conocimien-to seguro y claro de algo”.

Tristemente, es la palabra de moda, de moda y mucho más. La pasada semana cele-brábamos en la Fundación Sabino Arana un seminario sobre inmigración. Llevaba por título: “Europa e inmigración: necesidad e incerti-dumbre”. En estas mismas páginas, Joan Mari Torrealdai, en una más que jugosa entrevista, dice: “Agian arazo nagusia noraezak dakar”. Hoy, en todos los órdenes, seguridad cero, claridad cero.

El mundo, y nosotros con él, se ha quedado sin brújula… y sin hoja de ruta. La incertidumbre es la única certeza. No sabemos ni hacia dónde, ni cómo, ni cuándo. La crisis se nos revela cada día con un nuevo y desconocido rostro. El Estado del bienestar se tambalea de la noche a la mañana. Sabíamos que el Estado-nación era una estructura no apta para el siglo XXI. Hoy sabemos también que el mercado está muy por encima de los Estado-nación, y que el sujeto del derecho a decidir no está ya en Madrid, París o Bruselas, sino en los fondos de inversión y la especulación.

Y España al borde del abismo, menos grande y libre que nunca, pero eso sí, una. Lo del “pluri” –plurinacional, plurilingüístico-, si alguna vez existió, pasó a la historia. Fue solo el sueño de juventud de los primeros años de la Transición. ¿Qué hacemos?

Siempre les he dicho a mis hijos que antes de empezar a escribir cualquier cosa tienen que saber cómo acabar, y que todo texto tiene que tener su mensaje. Hoy, esta tarde, me siento reo de mis propias palabras. No sé cómo acabar, ni tengo mensaje. Ziurtasunik ezak jota, ni ere!

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José Antonio Rodríguez Ranz

El mundo, y nosotros con él, se ha quedado

sin brújula… y sin hoja de ruta. La

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PENTSAMENDU ETA HISTORIA ALDIZKARIA. REVISTA DE PENSAMIENTO E HISTORIA. SABINO ARANA FUNDAZIOA. EKAINA 2010 JUNIO. Nº 34 ZBK. 5

ÉLITES DENAVARRA

ELKARRIZKETA:JOAN MARI TORREALDAI