hazaña beniana parte 3

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Hazaña beniana en la Guerra del Chaco Página 43 REGIMIENTO PADILLA “35 DE INFANTERÍA”, SERVICIO ACTIVO. Respetables autoridades, señoras y señores, universitarios y estudiantes; Señor Presidente de la FEDEXCHACO del Beni; Camaradas Beneméritos de la Patria: Accediendo a una gentil invitación de nuestro amigo Don Antonio Carvalho Urey, me siento honrado en ocupar esta tribuna, en la cual me han antecedido personajes ilustres de nuestra ciudad, con la disertación del tema “Aporte del Beni a la contienda del Chaco”. Pero antes, es justo reconocer que no debía ser yo uno más de los disertantes sobre un tema que aún la historia, a pesar de 43 años que han transcurrido de la contienda Chaqueña, no se ha podido esclarecer ni juzgar en todas sus dimensiones. Haya sido más valioso que en mi lugar lo hiciera uno de los intelectuales de nuestro medio, un Universitario o un estudiante, que indiferente a la condición de Benemérito, pueda dar su justo veredicto sobre el origen y las consecuencias que trajo para Bolivia la guerra del Chaco. La historia tiene que insistir en aclarar esta gran tragedia en una forma intensa y vívida, para desnudar sus glorias y amarguras, así también como sus grandezas y miserias. Muy loable por cierto, la iniciativa de nuestra Universidad, el Departamento de Cultura de la H. Alcaldía Municipal y la Casa de la Cultura del Beni, en auspiciar este rol de conferencias, por cuanto ningún otro esclarecimiento histórico es tan necesario en Bolivia como el que se refiere a la Guerra del Chaco. Nuestros estudiantes solo así podrán aprender la lección de la experiencia y al mismo tiempo medir que cuando se llega a ocupar cargos de responsabilidad, se debe actuar procurando que nuestra administración sea digna del juicio de la pos- teridad. Tengo entendido que en el decurso de este ciclo de conferencias, solo se persigue buscar la verdad sin acusar a nadie, y como dije antes, aclarar y desmentir en las generaciones presentes esa falsa idea que se tiene de los excombatientes del Emilio Campos Perdriel, HÉROE NACIONAL, ESCRITOR Y PROFESOR

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3ra. de 13 partes del libro "Hazaña Beniana en la Guerra del Chaco" dela Sociedad de Estudios Geográficos e Historicos del Beni, en la gestión del Lic. Arnaldo Lijerón Casanovas

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  • Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

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    REGIMIENTO PADILLA 35 DE INFANTERA,SERVICIO ACTIVO.

    Respetables autoridades, seoras y seores, universitarios y estudiantes;Seor Presidente de la FEDEXCHACO del Beni; Camaradas Benemritos dela Patria:

    Accediendo a una gentil invitacin de nuestro amigo Don Antonio CarvalhoUrey, me siento honrado en ocupar esta tribuna, en la cual me han antecedidopersonajes ilustres de nuestra ciudad, con la disertacin del tema Aporte delBeni a la contienda del Chaco.

    Pero antes, es justo reconocer que no deba ser yo uno ms de los disertantessobre un tema que an la historia, a pesar de 43 aos que han transcurrido dela contienda Chaquea, no se ha podido esclarecer ni juzgar en todas susdimensiones.

    Haya sido ms valioso que en mi lugar lo hiciera uno de los intelectuales denuestro medio, un Universitario o un estudiante, que indiferente a la condicinde Benemrito, pueda dar su justo veredicto sobre el origen y las consecuenciasque trajo para Bolivia la guerra del Chaco. La historia tiene que insistir en aclararesta gran tragedia en una forma intensa y vvida, para desnudar sus glorias yamarguras, as tambin como sus grandezas y miserias.

    Muy loable por cierto, la iniciativa de nuestra Universidad, el Departamento deCultura de la H. Alcalda Municipal y la Casa de la Cultura del Beni, en auspiciareste rol de conferencias, por cuanto ningn otro esclarecimiento histrico es tannecesario en Bolivia como el que se refiere a la Guerra del Chaco. Nuestrosestudiantes solo as podrn aprender la leccin de la experiencia y al mismotiempo medir que cuando se llega a ocupar cargos de responsabilidad, se debeactuar procurando que nuestra administracin sea digna del juicio de la pos-teridad.

    Tengo entendido que en el decurso de este ciclo de conferencias, solo se persiguebuscar la verdad sin acusar a nadie, y como dije antes, aclarar y desmentir enlas generaciones presentes esa falsa idea que se tiene de los excombatientes del

    Emilio Campos Perdriel,HROE NACIONAL, ESCRITOR Y PROFESOR

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    Chaco, pues si la contienda fue negativa y adversa para Bolivia fue porque enese lapso de nuestra vida nacional las virtudes ciudadanas fueron sacrificadasy al mismo tiempo, desperdiciadas.

    Sin embargo, la historia, en 43 aos se olvida. Es necesario desempolvarla yatender el llamado de las duras realidades para que nuestra juventud conozcalas lecciones del pasado y los camaradas benemritos recuerden los dolores quehan pasado.

    La amable audiencia, estoy seguro de ello, que antes de escuchar la verdad deesta contienda, debe antes tener conciencia que Bolivia no estaba preparada parala guerra y que en conclusin, solo nos dejamos sorprender, motivado a que elpueblo mismo, la masa en accin, no fue dotada por los educadores de entonces,de las ms indispensables cualidades para afrontar una lucha en la cual deberaesgrimirse el mtodo y el espritu de organizacin.

    Para comprender la esencia, no solo se requiere estudiar nicamente el trancede la lucha, es decir las batallas favorables y desfavorables de los ejrcitos enpugna, sino que es necesario reconocer la fuerza total de ambos adversarios,como decir la fuerza material y la fuerza moral.

    La Guerra del Chaco, ha dejado entre muchas enseanzas, naturalmente a-masadas con muertes y sacrificios, la leccin que solo cuando se concurre a unacontienda, debe ser con todos los recursos humanos para poder as encarar lasolucin del conflicto con verdadera energa.

    Dicen algunos historiadores que en la quincena de junio de 1932, a las 4 de latarde, los relojes de todo Bolivia marcaron la hora 25, por cuanto a esa horadesde la sierra, los valles y los llanos, la ciudadana realizaba manifestacionesrebosantes de patriotismo, hasta el punto que se daba mueras a los pacifistascontrarios la guerra. Las muchedumbres enardecidas seguan la corriente de loque se peda desde aos atrs en los corrillos y crculos gubernamentales, porquetodos crean que era la nica salvacin para Bolivia.

    Muy pocos se detenan para analizar previamente la situacin, compulsando lasposibilidades; nadie pensaba estudiar los pro y los contra del enfrentamientoblico; todos pedan entrar de lleno en la batalla.

    Mujeres y hombres, profesionales, obreros, Maestros y artesanos se concentrabanen la plaza principal de cada pueblo para escuchar a los oradores que convencanal pueblo arguyendo la razn, que haba llegado la hora de satisfacer nuestrosviejos anhelos de salir al mar por territorio Chaqueo.

    La evidencia de que el pas no estaba preparado para sufrir el choque de 1932y sin temor a que se desmienta, ello se comprob al mover el primer camin;al trasladar hasta el Chaco la primera unidad de combate y mucho ms semanifest despus, en el curso de las operaciones.

    As enjuici hace algunos aos un coterrneo nuestro, que entonces desempeabael cargo de Comandante del Distrito Naval y que hoy es Ministro de Estado,

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    con estas palabras: La Guerra del Chaco fue tan improvisada, igual comolanzarse al mar en un barco donde sus pilotos no conocan la orientacin, contripulantes que no saban remar y ms an, sin provisiones para la subsistencia.

    Pero ese huracn incontenible de la guerra arremolin de un confn a otro delterritorio beniano, porque para nuestro hombre no hubo naturaleza hostil quele impidiera para acudir al llamado de la Patria, incorporndose a las compaasy destacamentos que salan al Chaco, transportados en lanchas hasta PuertoGrether, para continuar a pie, abriendo sendas en la maraa de la selva yatravesando curichis y pantanos hasta llegar a Santa Cruz.

    En la zona de operaciones, el camba beniano escriba sus cartas con lpicesllenos de tierra, ya que era lo nico por el cual el soldado en el Chaco daba losencargos a la madre que qued sin su hijo, a la esposa sin su marido y a los hijossin su padre.

    Cada una de esas cartas se baaban con lgrimas pero escritas con optimismoporque el soldado en el Chaco crea que la guerra terminara maana. Pero estosiempre fue una esperanza, ya que los meses se encimaban unos con otros hastael punto que los aos se encaramaron tres veces, hasta que lleg el armisticio.

    Roberto Querejazu Calvo, en su libro Masamaclay dice lo siguiente: En laguerra el Gobierno de Bolivia se sinti solo en medio de un mundo hostil.

    El gobierno paraguayo contaba la promesa antelada de que la neutralidad argentinasera muy estricta para Bolivia y muy benvola para el Paraguay. Prueba de ello,que de los arsenales argentinos salieron armas y municin que las tropas bolivianasencontraron en las manos de los prisioneros y muertos paraguayos en numerosasoportunidades (pginas 160,162 y 166).

    Cuando se conoci la declaratoria de guerra contra el Paraguay, muchos benianosse encontraban prestando servicio activo en Todos Santos del Chapare,conformando el Regimiento Padilla, unos que haban ingresado el ao 1931 ylos otros el ao 1932.

    Este Regimiento comandado por el Tcnl. Felipe Arrieta fue movilizado aCochabamba, cuyos soldados marcharon a pie, llevando sobre sus espaldas elequipo de campaa ms el fusil. Fue la primera odisea del soldado beniano,porque en aquellas jornadas de caminatas se transmontaron serranas, donde elsorochi haca presa a los soldados ms desfallecientes por efecto de la alturay el cansancio.

    En Cochabamba, se organiz con los soldados que viajaron de Todos Santos ylos que estaban de guarnicin en aquella ciudad, el Regimiento Padilla 35 deInfantera.

    Despus de permanecer algunos das en Cochabamba, mientras cicatrizaban lasllagas que haban producido los equipos de campaa, el Regimiento fue movilizadoen ferrocarril a Oruro y finalmente hasta Potos, donde se permaneci variosdas por falta de movilidad.

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    De Potos fue transportado el Regimiento en camiones al pueblo de Camargo,donde tambin se hizo pascana de varios das, pero ya el efectivo tena sus bajaspor cuanto algunos benianos haban quedado enfermos de pulmona a consecuenciade la altura y otros por descuido en su salud.

    Del pueblo de Camargo el Regimiento fue movilizado en camiones por Tarijay Villa Montes hasta Cururenda, desde cuyo lugar los soldados del RegimientoPadilla, emprendieron el viaje a pie, venciendo las hondas y candentes arenasdel Chaco, hasta el extremo de que las plantas de los pies se ampollaban yescaldaban dificultando el viaje por cuanto la marcha se haca muy lenta.

    Este viaje sacrificado, ms para los soldados cochabambinos, con alimentos yagua racionada, dej muchos enfermos en el camino, pues diariamente al finalde cada jornada quedaban extenuados por la ira del sol y las llagas de los pies,hasta que se lleg al fortn Ballivin, para seguir la marcha en camiones por losfortines de Muoz, Saavedra, Alihuat, Arce hasta el Puesto Yucra, muy cercadel Boquern, donde infelizmente las tropas llegaron muy tarde cuando ya estefortn estaba en manos de los paraguayos.

    Despus de la emboscada que sufri el Regimiento Padilla en la diversificacinde los caminos a Castillo y Yucra, donde un elevado porcentaje de soldados yoficiales quedaron muertos, heridos y prisioneros, el Regimiento qued reducidoa una fraccin al mando del Teniente Rufino Mendoza, la misma que en Alihuatse distribuy a los Regimientos Campero, Loa, Campos y 16 de Infantera.

    Ante la presin paraguaya, las fracciones de cada unidad, se posesionaron a 11kilmetros delante de Arce, en el lugar llamado Campo de la Mula Muerta,pero el 19 y 20 de octubre los paraguayos atacaron frontalmente siendo resistidospor los Regimientos Loa y Campero con el apoyo de la Batera Ribera, mientrasque los dems Regimientos Prez, 15 y 20 de Infantera, igual que la fraccindel Regimiento Padilla abandonaban sus posiciones, haciendo la retiradacompletamente desmoralizados.

    No obstante que el temor a la superioridad del ejrcito paraguayo se propagabade hombre a hombre, se prepar la defensa del fortn Arce, donde la fraccin dePadilla recibi la misin de custodiar el ala izquierda del fortn, en un caadn,prximo del camino de Arce a Platanillos.

    Al da siguiente, cuando los proveedores de desayuno quisieron llegar al fortnArce, ya estaba ocupado por los paraguayos, mientras que del caadn se divisabalas llamas que levantaba el incendio del parque de vveres, anunciando lasexequias de un ejrcito derrotado.

    La fraccin de Padilla, comandada por el Teniente Mendoza haba quedadovendida y antes de caer prisioneros, se resolvi cruzar al arrastre el camino aPlatanillos para internarse en la selva inhspita y tomar el rumbo hacia Alihuat,en cuya aventura muchos soldados cochabambinos murieron insolados y otrospor falta de agua.

    Al fortn Alihuat iban llegando aisladamente los soldados por diferentes

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    direcciones, unos extraviados como la fraccin de Padilla y otros perseguidospor el enemigo, pero nadie pensaba detenerse all, por cuanto el terror dominabaa todos pensando seguir hasta Saavedra o Muoz.

    El Cnl. Enrique Pearanda, ante esta crisis suprema, tom la ltima resolucin,reuniendo primeramente a los oficiales a quienes les habl en estos trminos:

    La situacin de las tropas es desastrosa y ms an noto una vacilacin en losoficiales y soldados. En lo que a m me toca, estoy resulto a permanecer aqucon todos los Jefes, Oficiales y soldados que recuerden que se llaman bolivianos,pero a nadie impongo ni obligo, pues creo que es mejor morir cara al enemigo,antes que volver al hogar con la vergenza en el rostro.

    En total, resolvieron quedarse 1 Coronel, 4 Tenientes Coroneles, 5 Mayores y62 Oficiales, entre stos 6 mdicos.

    Luego, el mismo Coronel hizo formar a todos los soldados en crculo y despusde entonar el Himno Nacional, les dijo estas palabras: No tenemos refuerzos,municiones ni vveres, pero los que quieran defender su Patria, den un paso alfrente. Solo 12 Oficiales, 22 Sanitarios, 4 chferes y 620 soldados avanzaronal frente, lo que sum un total de 730 voluntarios.

    Los 730 voluntarios dieron ejemplo del ms generoso desprendimiento depatriotismo, por cuanto no esperaron la segunda voz de mando para dar ese pasoal frente, con un gesto que no tuvo paragn en la historia del Chaco, mientrasque 2000 cobardes, entre oficiales y soldados daban la espalda al enemigo,arrojando al suelo sus armas y las prendas personales y dando mueras a la guerratomaron la picada rumbo al fortn Saavedra, renunciando a su deber de bolivianos.

    Los 730 voluntarios quedaron en Alihuat entregados a su propia suerte, con elsolo arma del civismo, sin ms mandato que el de la conciencia y sin ms nombreque el de la Patria. Cuando el parte lleg al Presidente Salamanca de esta heroicahazaa, lanz para todo el mundo la Orden General del Ejrcito con estecontenido: Los 730 voluntarios de Alihuat son los hombres que salvaron elhonor a Bolivia.

    Aos ms tarde, la Junta Militar de Gobierno, el 10 de noviembre de 1965,siendo Ministro de Defensa el Cnl. Jaime Berdecio, en justo reconocimiento aesta accin de los 730 voluntarios y en mrito a que haba sido la actitud mssublime, el renunciamiento ms enternecedor y heroico, como fasto de inmaculadapureza con ribetes de leyenda, dict el Decreto Supremo que est vigente, porel cual declara a la los 730 voluntarios de Alihuat HROES NACIONALES,acreedores a todos los derechos y prerrogativas inherentes a este reconocimientoNacional.

    Para que nuestra historia conozca el aporte humano del Beni en la guerra delChaco, entre los 730 voluntarios de Alihuat, figura en la clase de oficiales, elCnl. Carmelo Cuellar Jimnez, el mismo que en esa actuacin era Comandantede la Plana Mayor de la IV Divisin, comandada por el Cnl. Pearanda.Mayormente figuraban los soldados que entraron al Chaco en el Regimiento

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    Padilla 35 de Infantera. De esa lista existen pocos sobrevivientes en Trinidad,por cuanto unos rindieron tributo a la vida en el Chaco y los ms, en tiemposde paz, envejecidos, enfermos e invlidos, se adelantaron a la jornada, descansandoen el jardn florido que solo Dios puede dar a los elegidos de la gloria.

    Los sobrevivientes benianos de los 730 voluntarios son los siguientes:

    1.- Andrs Antelo, vive en Trinidad 2.- Cirilo Atipobo, en San Javier 3.- Carmelo Bruckner, en Magdalena 4.- Belarmino Cuevas, en San Ignacio 5.- Ascencio Castedo, en Trinidad 6.- Este humilde servidor, Emilio Campos Perdriel 7.- Salvador Chapi, en San Ignacio 8.- Domingo Jimnez, en Trinidad 9.- Lorenzo Male, en Trinidad10.- Abel Parada, en Trinidad11.- Eloy Parada, en San Ignacio12.- Csar Parada, en San Ignacio13.- Mariano Pofueco, en Trinidad14.- Sergio Rodrguez, en Trinidad15.- Remigio Roca, en Trinidad16.- Manuel Salvatierra, en Trinidad17.- Pablo Semo, en el Mamor18.- Lorenzo Temo, en San Francisco19.- Conrado Vejarano, en el Apere20.- Augusto Vejarano, en Trinidad

    No pretendo en esta ocasin convertirme en un juez, para decir que no slo sellaman hroes a los que murieron cara al sol frente al enemigo, sino tambin alos que se jugaron la vida en 100 combates, pero que el destino fue tan favorableque los hizo volver al solar querido, sanos y salvos, para estrechar la manocariosa de la madre, de la hermana, de la esposa y de los hijos.

    El Beni en la contienda Chaquea, dio muchos hroes que estn en la posteridad,pero quedan otros que estn vivos, simbolizando el honor y la templanza delhombre beniano.

    Ya dije que, entre los soldados voluntarios de Alihuat, est el Cnl. CarmeloCullar Jimnez, cuya trayectoria militar no la tiene otro beniano, por cuantoel militar profesional entr al Chaco porque tena obligacin.

    Segn el certificado del Comando de las fuerzas Armadas de la Nacin, el Cnl.Carmelo Cullar Jimnez, cuando la declaratoria de guerra, estaba en servicioactivo en el Regimiento Loa, de junio hasta agosto de 1932 como soldado. Enseptiembre del mismo ao ascendi a Cabo y de octubre a noviembre del mismoao como Sargento. En el Regimiento Colorados, de enero a mayo de 1933como Sargento. En el Escuadrn Divisionario de la VIII Divisin, de junio de1933 a enero de 1934 como Suboficial. De febrero hasta septiembre del mismoao con el grado de Subteniente y como Comandante del Escuadrn Divisionario.

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    En el Escuadrn Divisionario Parada-Cullar del Comando de la II Divisin deCaballera, de octubre de 1934 a junio de 1935 como Subteniente.Durante la permanencia en las unidades de referencia tuvo las siguientesactuaciones:

    Primera fase:

    - Defensa y contraataques de Kilmetro 7- Combate en Laguna Chuquisaca- Toma del fortn Corrales- Toma del fortn Toledo- Ruptura del Destacamento Pearanda- Fracciones Arias- Jordn- Pereyra- Batalln Valdivieso- Escuadrones Viera y Eduardo- Destacamento Mndez- Combate del Campo de la Mula Muerta- Repliegue de Arce hasta Km. 7- Defensa de Cuatro Vientos- Retorna del fortn Platanillos- Primer ataque a Fernndez

    Segunda fase:

    - Tercer ataque a Fernndez- Cerco de la Octava Divisin en la China- Batalla de Strongest (Caada Cochabamba)- Cuarto ataque a Fernndez- Repliegue del II Cuerpo de Ejrcito a Platanillos- Defensa de Platanillos- Repliegue del II Cuerpo de Ejrcito a Campo Jurado- Defensa de Campo Jurado- Combate de Caada Chile- Ofensiva del II Cuerpo del Ejrcito sobre 27 de Noviembre

    Tercera fase:

    - Retoma de Tarair- Retoma de Charagua- Ocupacin de 27 de Noviembre- Toma de Piquirenda y Loma Vistosa- Repliegue del Cuerpo de Caballera y II Cuerpo de Ejrcito hasta Km. 40 de

    Santa Fe y la VII Divisin a Algodonal- Repliegue del Ejrcito desde Ballivin a la lnea Ibibobo-Capirenda-Huirapitindi- Ataque enemigo al Destacamento de Santa Fe- Repliegue hasta Parapet- Continuacin del repliegue a la lnea Vil1amontes - Serranas Aguarague -

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    Serranas Charagua - ro Parapet- Combates en el Izozog- Batalla de Taiguat

    Carmelo Cuellar Jimnez ha recibido las siguientes condecoraciones:

    - Al Mrito Militar en el Grado de Caballero- Al Mrito Militar en e1 Grado de Oficial- Medalla de Guerra por el tiempo de permanencia en la zona de operaciones- El 5 de agosto de 1935 recibi 1a condecoracin de Comendador del Mrito

    Militar.

    El Ejrcito paraguayo felicit a Cullar Jimnez con estas palabras:

    Si sus acciones de armas no ha sabido reconocer su Patria Bolivia, el enemigode ayer pero amigo de hoy, no las olvida".

    Tambin son Hroes Nacionales los voluntarios de Alihuat, sin que esto quieradecir que se restan mritos a todos los Jefes y Oficiales Benianos, igual quetodos los ex-combatientes del Chaco, los cuales estn pasando su vejez carcomidospor los aos, sin que el pueblo del Beni, por intermedio de sus instituciones,hasta la fecha pueda imponerles una condecoracin como gratitud porque pusieronmuy en alto el honor de este lejano jirn de la patria. Seguramente, esta indiferenciae ingratitud, involuntaria por supuesto, es motivada porque en nuestras escuelas,colegios secundarios y cuarteles, no se ensea la contribucin del soldado benianoa la Guerra del Chaco. Sera necesario que las Instituciones auspiciadoras deestas charlas soliciten o las autoridades locales y nacionales de educacin, quepor lo menos en los ciclos intermedio y medio se ensee a los estudiantes latragedia chaquea, pero haciendo resaltar la contribucin humana y econmicade nuestro Departamento. Por otra parte, sera un acto de justicia, que en lossalones de Cultura de nuestra Universidad y de la H. Alcalda Municipal, seexpongan los retratos de nuestros hroes benianos, al lado de los hombres quecrearon y ayudaron a este Departamento.

    Nuestras calles y avenidas estn nominadas, casi la mayor parte, por personajesilustres pero extranjeros a nuestro pueblo, olvidndonos de los hombres queentregaron su vida por la patria, como un Luis Cspedes Moreno, FabinMonasterio Claure, Jorge Henrich Araz, por cuya memoria el Congreso Nacionaldict la Ley del 20 de septiembre de 1948, nominando el aeropuerto de Trinidadcon el nombre de Teniente de Aviacin Jorge Henrich Araz. Seguidamenteviene el Subteniente Adhemar Bravo Monasterio, en cuya memoria el Ministeriode Educacin dict una Resolucin nominando con su nombre una escuela devarones en esta ciudad.

    La muerte del profesor Adhemar Bravo Monasterio es un ejemplo para lasgeneraciones presentes, porque nos ensea que el Maestro no solo debe inculcarel patriotismo desde el aula y el pupitre, sino que como boliviano debe darprueba de su apostolado, sacrificando la vida en holocausto de la Patria.

    Tambin viven en nuestra memoria los Subtenientes de Reserva ascendidos en

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    la Guerra del Chaco y que tambin son Hroes, como Luciano Aez Villaroel,Carlos Bertn Ortz, Ovidio Cullar, Casiano Guzmn Ardaya, Ren IbezCarranza, David Monje Pacheco, Rmulo Mendoza, Ramiro Pradel Vaca, GuidoPradel, Luis Pedriel, Serafn Rivero Carvalho, Jess Rioja Aponte, Guido RiveroEgez y Cicern Salvatierra Justiniano.

    Hago votos porque estas charlas tengan el objetivo de contradecir la falsa ideaque los antipatriotas tienen sobre el excombatiente beniano y desvirtuar al mismotiempo el pesimismo que se hered como saldo de la guerra. La patria pidi albeniano y l dio todo de s, con decisin, disciplina y coraje, ms de lo que eradable exigir a un ser humano.

    Concluyendo, decimos que en la Guerra del Chaco, se demostr que el soldadobeniano tiene excelentes cualidades que lo hacen, ahora y siempre, acreedor aun mejor destino.

    Muchas gracias.

    Trinidad, 9 de octubre de 1975

    Prof. Emilio Campos Perdriel,

  • PRLOGO A LA CONFERENCIA DELCORONEL CARMELO CULLAR JIMNEZ

    Respetables autoridades, distinguido auditorio, buenas noches:

    El prlogo de mi presencia en este acto, como clausura del ciclo de conferenciasque la universidad beniana, la H. Alcalda Municipal y la Casa de la Cultura delBeni auspiciaran para dar a conocer la participacin y contribucin delDepartamento del Beni a la Guerra del Chaco, lo hago con viva complacencia.Porque, siendo yo nio, y cuando deambulaba las calles de Trinidad, escuchabael nombre de Carmelo Cullar Jimnez como el de un titn, a quien por sustemerarias acciones en campaa, yo admiraba. Y al concluir la Guerra del Chaco,mis ojos curiosos buscaban inquietos 1a egregia figura del Hroe Nacional que,para suerte ma, pasado algn tiempo, tuve el privilegio de su amistad.

    Repito, que es un alto honor para m, hacer la presentacin formal de este mo-desto y grande hombre quien, como pocos, dar a conocer a ustedes pasajesheroicos y tal vez dolorosos de la contienda chaquea. Pues, el Hroe, actor debrillantes epopeyas, estuvo en la lnea de fuego desde el comienzo mismo (1932)hasta el final de la guerra (1935). Y debi ser muy grande su accin, porque deentre 50 mil combatientes, Carmelo sobresali y fue reconocido por los dosejrcitos en lucha.

    Como un parntesis, quiero dejar establecido que no he de hacer ningunareferencia histrica sobre la Guerra Estpida, como la calificara el escritorboliviano Augusto Cspedes al relatar los acontecimientos de la contiendachaquea de hace ms de 40 aos. Pues esa no ha sido la intencin ni tampocoese es el espritu de nuestras charlas.

    El propsito ha sido dar a conocer a las nuevas generaciones y dejar escrito paralas futuras, que el Departamento Beni supo cumplir con su patritica obligacinde asistir a la campaa del Chaco para defender la soberana del pas, as losmviles de aquella guerra hayan sido de inters netamente econmicos para losgrandes trust imperialistas europeos y americanos, especialmente, Pues algunoshermanos orientales, mal informados e intencionadamente dainos, cnicamentemanifiestan que los benianos llegaron tarde a los campos de batalla, sinconsiderar que fueron los contingentes benianos quienes desalojaran a las fuerzas

    Prof. Rogers Becerra CasanovasDIRECTOR DEL DEPARTAMENTO DE CULTURA DE LA H. ALCALDA MUNICIPAL

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

  • invasoras paraguayas de las mismas puertas de Santa Cruz.

    Es as que con este Ciclo de Conferencias quedar inobjetablemente demostradala eficaz participacin de los benianos en la defensa del petrleo y, por ende,de nuestra soberana.

    Los conferencistas anteriores ya han citado -aunque muy a la ligera- las causaspolticas y los intereses econmicos que incidieron en el conflicto de dos pueblosque se dejaron arrastrar inocentes a un infame fratricidio. Y si los bolivianosperdimos la guerra, no fue incapacidad de sus combatientes, sino por muchsimosotros factores coercitivos de nuestra fementida diplomacia.

    Cbeme la presente aclaracin en lo referente al Cnl. Carmelo Cullar Jimnez,hago la presentacin de este personaje, no en mi condicin de auspiciador yDirector del Departamento de Cultura de la Municipalidad, sino a ttulo muypersonal porque muy particularmente me une a este ilustre amigo profundaadmiracin, respeto y consecuencia poltica como mi compaero de partido yquien, tal vez, se encuentra marginado injustamente en los actuales momentos.

    Es ahora cuando, carente del poder poltico en las manos, demostramos loshombres sinceros, nuestra conviccin partidaria.

    Si bien el profesor Emilio Campos, en su acertada disertacin de anoche, esbozalgunos pasajes de las ya legendarias actuaciones del Cnl. Cullar y sus mltiplesy merecidas condecoraciones, esta noche quiero resaltar una que la considerode las ms importantes y emotivas:

    Terminada la guerra a las 12 en punto del meridiano, el da 14 de junio de 1935,al da siguiente en el sector central, en el campo denominado de nadie, se hizoun acto especial de confraternidad paraguayo-boliviana, en el cual, despus dela misa de rigor, se intercambiaron obsequios. Y el Comandante del SegundoCuerpo del Ejrcito Paraguayo, el famoso Cnl. Rafael Franco con su huspedde Estado Mayor, Tcnl. Endara y algunos Comandantes de Regimiento, talescomo el Cap. Bveda y otros oficiales pilas, solicitaron la presencia del Tte.Carmelo Cullar Jimnez; primero, porque queran conocer a1 valiente y luego,porque a pedido de un grupo de oficiales de ese Cuerpo de Ejrcito, se le queraentregar un pergamino de recuerdo. El Tte. Cullar se present; y en sencilloacto conmovedor, le hicieron la entrega de esta leyenda:

    Teniente Cullar, si alguna vez en su Patria olvidan los mritos ganados porusted en la Guerra del Chaco, el Paraguay, noble enemigo de ayer, no losolvidar jams.

    Y en 1958, los sobrevivientes paraguayos, a raz de la visita que hizo el Cnl,Carmelo Cullar Jimnez a Asuncin, solicitaron al actual Presidente Paraguayooficializar aquella condecoracin; y fue as que, el 15 de agosto del referido aoel Gobierno Paraguayo refrend tan insigne distincin.

    Don Carmelo Cullar no fue a la guerra, ni tampoco lo llevaron. En 1932, fechaque marca el comienzo del fuego, ya l se encontraba en el campo de operaciones,

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

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    para ser desmovilizado slo a la conclusin de la campaa.

    Lo que quiere decir, que en ninguna de las tres fases de la que fue calificada laguerra, este hroe estuvo ausente; pues, por el contrario, en aquellos tres fatdicosaos, lo cupo pelearle de frente a la muerte en las ms peligrosas como arriesgadasincursiones a los mismos campos enemigos. De donde, afortunadamente volvatriunfante, no sin antes haber hecho estragos en las lneas paraguayas para ver-genza de los pilas y gloria del soldado boliviano.

    En el anecdotario de la vida en campaa del Cnl. Carmelo Cullar Jimnez, esde notar los tremendos altibajos surgidos en los campos de batalla. Fue rebelde,por temperamento como era. Smese a eso, la animadversin de algunos jefesy oficiales por no ser militar de carrera; actos de indisciplina tuvo, por lo cualen dos oportunidades fue degradado de Subteniente a soldado raso, pero quepasado algunos das, nuevamente le asignaban el grado correspondiente enpremio a las peligrosas misiones que cumpla con xito y que, adems, lossoldados que comandaba no se sentan jams mejor ni menos valientes sino alas rdenes de su audaz Comandante Cullar Jimnez.

    Mucho se ha hablado de dos gigantes cambas en 1a Guerra del Chaco: el yadesaparecido Gral. Germn Busch Becerra y don Carmelo Cullar Jimnez.

    Al respecto y no obstante ser, yo, pariente de Busch, quiero hacer esta justadiferenciacin: Busch, como militar de carrera imbuido de esa alta disciplinaque siempre ha caracterizado a los institucionales castrenses, hasta cierto puntoel Ejrcito en campaa cuidaba de su vida por tratarse de un alto valor militar.Lo que as no se daba con el soldado Cullar Jimnez, hecho a todo dar en loscandentes bosques del Chaco. Para quien, tal vez, el infierno verde no era taninfierno ni tan verde, como las montaas del Norte del pas donde el hombrebeniano templa su espritu con la constante asechanza de la manigua. De ah searranca, lgicamente, la temeridad del hombre del Beni en los chaparrales delChaco Boreal.

    He aqu al hombre curtido en el fragor de la metralla quien, en lenguaje sencilloy con la modestia que caracteriza a los grandes, disertar para ustedes emotivospasajes de la infausta conflagracin. Lo tenemos dicho, se trata del Coronel enretiro, don Carmelo Cullar Jimnez, para quien la posteridad debe reservarleun sitio de honor dentro de los valores nacionales. Porque hablar de la Guerradel Chaco y de la participacin beniana en ella, es mencionar y recordar lashazaas del Cnl. Carmelo Cullar Jimnez.

    Su conferencia constar de las siguientes partes: a) Introduccin, con tresCaptulos. b) Trabajo de Fondo, con cinco Captulos. c) Nota Aclaratoria, consus Anexos.

    Cedo 1a tribuna al Cnl. Carmelo Cullar Jimnez, con un aplauso de ustedes.

    Trinidad, 10 de octubre de 1975.

    Prof. Rogers Becerra Casanovas

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    EL APORTE DEL DEPARTAMENTO DEL BENI EN LAGUERRA DEL CHACO.

    Distinguidas autoridades militares y civiles; respetables autoridades, catedrticosy altos funcionarios de la Universidad Beniana; Sra. Supervisora de EducacinMedia, Luisa Aguilera de Alvarado; Directora del Liceo Horacio Rivero Egez,Srta. Carola Barthelemy; Directora de la Escuela Gaspar Cspedes, Sra. Aurade Fernndez; queridos hermanos Benemritos de la Patria y Excombatientesde la Guerra del Chaco; amable concurrencia:

    PRIMERA PARTE

    1.- Introduccin

    En primer lugar, expreso mi sentido y sincero agradecimiento a los entes culturalesque han propiciado este ciclo de conferencias; por haber tomado en cuenta minombre, en tan importante evento informativo, cultural y cvico. Ciertamente,estoy conmovido por la selecta concurrencia, que explica de esa manera suinters por los temas enunciados en las esquelas y tarjetas cursadas para hacerla correspondiente invitacin. Esta expectativa reanima mi espritu y, pese a que,como es lgico, mi trabajo ha sido preparado con antelacin, buscaremos lamanera de no defraudarlos, tratando los tpicos de la mejor forma posible, parazafar, agradando, de este serio compromiso.

    Debo expresar tambin, por otra parte y con toda franqueza, de que personalmenteestaba interesado en que este aporte del Beni a la defensa de la soberana nacional,no siga ignorado, ya sea maliciosamente o por despreocupacin de los propiosinteresados. Me impulsan a buscar esta difusin de nuestro comportamiento enla Guerra del Chaco, dos hechos fundamentales: Primero, que tengo en preparacinuna especie de notas, con pretensiones de llegar al libro; pero es que ya van paracerca de diez aos que ocupo en esta brega y cada da que pasa me desanimoms, pues hay mucha apata para comprender esta clase de esfuerzo, tanto denuestras autoridades competentes, como del pblico en general. Cunde eldesaliento al comprobar lo penoso que resulta, incluso para escritores de mritos

    Cnl. (r) Carmelo Cullar JimnezHROE NACIONAL

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    conocidos por su capacidad y calidad, el lograr 1 edicin de sus libros y luegola venta de stos. Para ello, hay que pertenecer al CLAN; y eso s que es difcil.

    All, en las pginas que he venido escribiendo, hay una serie de verdades vividasque no me explico por qu, nadie ha escrito sobre la Guerra del Chaco, no sehaya animado a decirlas. Y yo las tengo escritas y deseo se conozcan siquieraen parte. Y segundo, porque cuando apareci publicada una colaboracin maa solicitud del seor Director de El Diario, de La Paz, hubo algunos llamadospor telfono para estimularme por lo que haban ledo, y otras manifestacionespersonales de aliento que lograron entusiasmarme, hasta arrastrarme al atrevimientode sugerir la conveniencia de darle alguna publicidad por medio de esta clasede charlas, dado que la edicin del nmero especial de 'El Diario dedicado alSesquicentenario de la Repblica, donde se public el nombrado trabajo, porsu precio no pudo llegar a los sectores populares, y luego que su distribucinfue escasa debido a la poca cantidad de nmeros enviados a Trinidad.

    Hemos visto con profunda satisfaccin que en el inicio de estas charlas hanentrado en la palestra personalidades de autorizada versacin que, indudablemen-te, lograrn plasmar en la conciencia beniana, el extraordinario comportamientode nuestro pueblo en servicio de la nacionalidad, hecho que, indudablemente,fortificar nuestro espritu cvico para demandar de los poderes del Estado, untratamiento equivalente para nuestras justas aspiraciones de progreso.

    Consecuente con esta aclaracin, pareciera majadera de tipo provinciano, seguirhablando del tema tratado, que podramos llamarlo aclaratorio; pero juzgonecesario y casi imprescindible hacerlo, porque en su factura iremos ya ingresandoal problema de fondo, y considero beneficioso para la salud moral del que habla,as como para evitar ciertas suspicacias en gente que le gusta hilar muy delgado,que en mi caso hasta se podra justificar, corresponde noms, declarar enfticamenteque, muy lejos de mi nimo, estn las pretensiones de tipo personal o polticoque animaron mis aos mozos. He llegado ms all de mis aspiraciones, y porsupuesto, mucho ms lejos de mi propia capacidad. Que Dios me lo perdone.Soy un hombre agradecido con la vida. Recib de ella todo cuanto me debi dar:penas y sufrimientos de toda clase. Supe tambin las veleidades que da el poderpoltico. Disfrut de alegras y satisfacciones en la familia. Vida pletrica deaventuras y desbordes temperamentales. Pobreza que no llega a la miseria,sobrellevada con dignidad y seoro. A esta altura de mi vida puedo, pues,afirmar que si me tocara morir este instante, lo hara dando gracias a Dios conel schoropay schur de los itonamas, que quiere decir: Dios te lo pague,Taita.

    2.- Nuestros Derechos

    El progreso del Beni ser obra de los mismos benianos, reza nuestro hermosolema que ha venido dinamizando el espritu de los pueblos del Beni en susmemorables jornadas de lucha cvica, que alcanzaron fabulosa resonancia en elalma y en el corazn mismo de nuestra tierra, consiguiendo la movilizacin dela gente de un confn a otro del Departamento, con inusitado despertar al conjurode la verdad proclamada por su significativo smbolo. Su eco hizo resonanciaen todo el pas, y el gobierno nacional tuvo que darse cuenta y aceptar como

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    bueno, legal y leal, ese despertar de energas y voluntades insobornables.

    Y el Beni entr por los senderos del progreso. Hoy por hoy, no es malo reconocerque ha decado un poco esa decisin, que hizo rugir de entusiasmo cvico, a lospueblos y villorios ms distantes, generando la palabra clida de estmulo parael Comit central de Trinidad, como la ms positiva contribucin moral a lapoltica trazada por sus bravos como responsables dirigentes.

    Y no queremos ni siquiera insinuar que los actuales dirigentes sean malos. Todoshasta hoy han sido responsables y buenos con el pueblo que confi en ellos alelegirlos.

    Creo s, que lo que hace falta ahora es encontrar una buena frmula que logrela reedicin de las gloriosas jornadas de ayer para enarbolar con mayor firmezay serenidad, nuestros estandartes de lucha que respalden los derechos que siguentodava porfiadamente postergados.

    Convengamos en no hablar de que somos un departamento olvidado, de quesomos preteridos, de que somos un pueblo abandonado, de que somos lacenicienta, etc. No! Ese lenguaje debe desaparecer; ello implica crtica algobierno porque atiende con prioridad a otros hermanos departamentos, hechoste que ms bien debe alegrarnos. Adems, aquel lenguaje, por lo pedigeo,resulta humillante. Debemos hablar en idioma directo, el que corresponde a unpueblo valiente y digno. Exijamos que se nos atienda porque tenemos derechosadquiridos, no solo por nuestra conducta ciudadana, sino por nuestro poderofinanciero y econmico. Actuemos seguros del rol que jugamos en la balanzadel pas, sin jams olvidar que nicamente Dios escucha a los dbiles y a loshumildes, pero que los humanos slo escuchamos a los fuertes.

    Para ello, empecemos a respetarnos entre nosotros mismos. Entremos de verdadpor los caminos de la decencia y de la ecuanimidad, abandonando las transitadassendas de la bellaquera. Respetemos, como es debido, a las familias queconforman nuestra colectividad, cualquiera que sea su condicin econmica.Respetemos a nuestra juventud si queremos que ella se nos aproxime. Rellenemoscon amor y comprensin el gran vaco que existe entre la juventud y la gentemadura, construyamos un puente que no sea levadizo, sino firme, cimentadocon verdadera contenido, con desprendimiento, con sinceridad, para que esajuventud de santas rebeldas, llegue hasta nuestra experiencia. Ellos son lamontaa del presente y del futuro; acerqumonos a ella. Busquemos la unidadde la familia beniana a travs de cierto renunciamiento que, en este caso, cor-respondera a la iniciativa siempre noble de la lite dirigente; todo en serviciode nuestra sociedad.

    Rindamos culto y veneracin a nuestros hroes, si ellos estn muertos; y si estnvivos, prestmosle la consideracin debida a sus aos y... tambin si se quiere,a sus glorias. As unidos, nuestra voz sonar ms fuerte, llegar serena yterminante para destapar los odos de quienes no quieren escuchar. Contandocon estos elementos sustanciales, el Beni encontrar derroteros positivos parasu progreso. Si no procedemos as, nuestro lema se transformara en El atrasodel Beni, es obra de los mismos benianos.

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

    3.- Aporte e importancia del departamento del Beni a la guerra del Chaco

    Es importante destacar que si no hacemos, de manera urgente, que nuestro pueblorecuerde o conozca fehacientemente su contribucin a la defensa nacional, seraimposible que pueda sentirse orgulloso. Cmo puede concebirse orgulloso unpueblo que no tiene tradicin, que no conoce sus propias sus glorias? Es en lainstruccin de estos hechos, y en el convencimiento de pertenecer a un pueblode valientes, la conformacin de la mejor estirpe del ciudadano que ha sabido,en todo memento, cumplir con la patria en tiempo de paz o de guerra.

    El conocimiento de la contribucin en tiempo de paz, a la formacin de laconciencia nacional, es de lo ms importante para formar el ideal del hombretipo, o de la sociedad modelo; y ha sido una gigantesca promocin de hombresbenianos que ha cumplido a cabalidad con este mandato, dando lustre a laintelectualidad boliviana, al descollar en el arte, las letras, la investigacinhistrica y en todas las actividades del saber humano y que han venido a completarla actual estirpe del hombre boliviano.

    Si en la escuela hacemos, como se hace por ejemplo en las escuelas del Paraguay,el nio aprendera desde muy temprano a conocer la historia de la Guerra delChaco, con lo cual se conseguira que se vaya perfilando un sentimiento definidode respeto a los excombatientes de esa guerra, donde tomaron parte sus abuelos,sus padres, sus tos o hermanos. De esa manera se obtendran los mismosresultados que alcanzan otros pueblos. Porque no es cantando el Himno Nacionala troche y moche, ni haciendo desfiles, que se logra adquirir amor a la patria,sino respetando a sus hroes, venerando sus glorias y conservando sus tradicionespositivas.

    Por eso es que he considerado mi deber relatar la contribucin del Departamentodel Beni en la Guerra del Chaco, pidiendo a ustedes, amable audiencia, serindulgentes con mi exposicin que, ciertamente, no es de un erudito. Simplementees la narracin de hechos histricos en forma fra, y la interpretacin calientede la poca en que se produjeron esos acontecimientos.

    Estoy consciente de que este relato tiene, por otra parte, la desventaja de contenerlas observaciones de un hombre que es extrao totalmente a esta clase detrincheras. La nica ventaja en favor de esta amable y paciente concurrencia,es el hecho de que est escuchando en el presente relato, a un ciudadano de 64aos de edad, madurado -como los pltanos- ms por el tiempo, que por cualquierotro ingrediente subjetivo. Adems, como protagonista en ese nuevo drama, enese nuevo y terrible reencuentro de Bolivia con la tragedia, fue actor de prime-ra lnea, que se hizo respetar con un adversario aguerrido y que converspermanentemente con la muerte, hasta lograr su amistad y convencerla de queno se ocupara de su persona y porque, definitivamente, he venido dispuesto adialogar en forma directa con mi pueblo, en la entrega ms honesta que puedahacer un hombre viejo, a las generaciones encargadas de construir la grandezadel Beni.

    Y como testimonio del respeto que guardo por el legado de nuestros sagradosmuertos.

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    SEGUNDA PARTE

    1.- Antecedentes

    Los benianos, hasta hoy, no nos hemos preocupado de efectuar un enjuiciamientohistrico, debidamente documentado, sobre el aporte del Dpto. del Beni en laguerra del Chaco.

    El presente ensayo, slo pretende cubrir la finalidad de llevar a conocimientode la Repblica los episodios ms salientes, relacionados con el aporte dereferencia, satisfaciendo de esta manera, gentiles solicitudes. Por la brevedaddel plazo para su entrega, mi apreciacin acerca de este delicado problema, serconjetural y aproximativa, basada, sobre todo, en los informes verbales de losexcombatientes benianos, que prestaron servicio, cooperando con el Gral.Federico Romn en la gigantesca tarea de movilizar, organizar y conducir a loscontingentes benianos hasta las mismas lneas de combate.

    Para determinar con precisin la contribucin del Beni en el conflicto del Sudeste,lo conveniente sera que el Comando Supremo de las Fuerzas Armadas propiciela realizacin de una investigacin, para establecer el aporte regional, en losaspectos econmico-social, que les correspondi a todos y cada uno de losDepartamentos del pas, con el propsito de disponer de datos estadsticosverdicos, que sirvan de base para futuras emergencias nacionales y de ningunamanera para establecer diferencias odiosas, que daaran el principio de UnidadNacional.

    2.- Estado poltico-social del Beni antes de la guerra

    Desde fines del siglo pasado, hasta 1928, la cuestin del Chaco, slo interesabaa los gobernantes, con fines demaggicos, manteniendo al pueblo de espaldasante esta realidad, que a medida que pasaba el tiempo, se tornaba cada vez msgrave, pese a que desde 1908, los sucesivos gobiernos nacionales conocan queel diferendo con el Paraguay, no tendra solucin a travs de medios pacficos,sino por el de las armas. Por otra parte, la prensa estaba ms interesada en lascontiendas de lucha poltico-partidaria absorbida por este tipo de problemas,ajenos a1verdadero inters nacional.

    Los caudillos polticos de entonces, se engolfaban en pletricos y rimbombantesdiscursos, defendiendo posiciones de grupo, al margen de los altos intereses dela Repblica.

    Es a partir de los luctuosos sucesos del fortn Vanguardia, el 5 de diciembre de1928 que el gobierno del Dr. Hernando Siles, supo desviar el conflicto armadoa1 terreno diplomtico que, recin se empez a difundir nuestro derecho sobreel Chaco, causando grande sorpresa, en la mayora del pueblo boliviano, alenterarse de que tenamos en el Paraguay, un enemigo en potencia.

    En el caso concreto del Gobierno del Dr. Daniel Salamanca, no se preocup depercatarse de la estrategia y capacidad blica del Paraguay, as como de la

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    predisposicin organizada en el espritu del pueblo guaran, dirigidas a deformarla verdad histrica, en sentido de que el Chaco Boreal, perteneca a1 Paraguayy no as a Bolivia, presentando a sta, como nacin usurpadora.

    En el ao 1932, caus sorpresa la especie infantilista, lanzada por algunosmilitares identificados con la poltica guerrista del gobierno Salamanca, ensentido de que el Paraguay, no resistira el menor empuje de las fuerzas bolivianashecho que impact fuertemente en la psicologa del pueblo boliviano,predisponindolo en forma desenfrenada para la guerra, y as cumplir aquellaclebre orden de Salamanca al Gral. Carlos Quintanilla, cuando dispona la tomade Corrales, Toledo y Boquern, como represalia por el ataque paraguayo aLaguna Chuquisaca de: Cumpla usted la orden, General; que si en ste haylaureles, sern suyos, y si hay responsabilidades, sern mas. Pierda cuidadoExcmo. Seor Presidente, -responda Quintanilla- que a punta de fuete, lossacaremos a los pilas hasta el ro Paraguay.

    Como en el resto del pas, esta corriente belicista, ya lo dijimos, estuvo latenteen el Beni; y al estallar la guerra, en julio de 1932, su clmax lleg a su ms altonivel, mengu la tensin poltica de los partidos en pugna (Republicano genuinoversus Liberal y Republicano Socialista). En esta gestin comenzaron a llegar,en calidad de confinados, lderes obreros, que venan luchando por la justiciasocial, quienes en su estada en el Beni, desplegaban accin proselitista, en favorde ideas marxistas, especialmente entre grupos estudiantiles, ideas que no fueronclaramente comprendidas, por no responder a la realidad beniana, que secaracterizaba por su sencillez, sin grandes preocupaciones econmicas y sociales,y por lo tanto, sin conciencia de clase.

    Las ciudades permanecan estacionarias, viviendo a merced de la febril actividadde los establecimientos agropecuarios, que funcionaban en el campo; se exportabacastaa, goma en bolachas, cueros y pieles silvestres al exterior, va Manaos-Par; y charque y azcar en panes, al interior del pas, as como ganado vacunoen pie, a Santa Cruz, al Acre y al Brasil. En esta atmsfera, que podramoscalificarla de feudal, la vida beniana discurra lentamente, 1as vas decomunicaciones eran rudimentarias, los caminos eran los tradicionales, queprovenan de la poca jesutica, por donde transitaban los carretones y los viajerosa caballo; las vas fluviales, daban a1 Departamento actividad econmica, quese efectuaban en lanchas a vapor y pequeos motores, inyectando dinamismoa las poblaciones ribereas, ms por espritu de servicio que del lucro organizadode que hace gala hora.

    Los nicos medios de transmisin entonces eran tres estaciones de radio, ubicadasen Trinidad, Santa Ana y Riberalta. El Lloyd Areo Boliviano que en formairregular se haba establecido en 1927, ya en 1932 haca servicio regular a lacapital del Beni, con carcter quincenal. Gracias a esta comunicacin area, seaceler el servicio postal, dando lugar a que el pueblo estuviese informado delas incidencias y alternativas de la guerra y del quehacer nacional.

    3.- Iniciacin de la guerra (julio - 1932)

    Por Radio del Estado, se inform al Prefecto del Departamento y al Comandante

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    o Mayor de Plaza, como se llamaba al entonces Jefe Militar del Distrito, delincidente de Laguna Chuquisaca, ocurrido el 15 de julio de 1932; hubo una granmanifestacin cvica en Trinidad, pidiendo la guerra. El Regimiento Padilla 7de Zapadores, que prestaba servicios en esta capital fue el primero en partir ala Zona de Operaciones, por la va Chapare-Cochabamba (esta unidad, formadapor 600 conscriptos benianos, de la categora de 1931, se llen de gloria,combatiendo heroicamente, junto a los Regimientos Loa, Campos', Lanza,Campero, Ayacucho, en las clebres batallas para romper el cerco deBoquern, desde Yujra, Castillo y Ramrez; en la defensa de Arce, Alihuat yKilmetro Siete, etc.; en virtud de que las unidades nombradas, se encontrabanen el Chaco, cumpliendo con el servicio militar, como conscriptos de los aos1930, 1931 y 1932.

    Todos los sobrevivientes del Padilla y de los Regimientos anteriormentenombrados, son Hroes Nacionales, declarados por Ley de la Repblica, quienesen su mayora han ascendido a Oficiales de lnea, Oficiales de Reserva, Sub-Oficiales y como mnimo, al grado de Sargento. Continuando, cabe decir, quelos alumnos del Colegio Nacional "6 de Agosto" de Trinidad, organizados engrupos de 10 alumnos, al mando de un profesor, partieron a las provincias delDepartamento, con l propsito de inculcar el derecho de Bolivia sobre elterritorio del Chaco Boreal e invocar el patriotismo de los hombres del campo,para la defensa de nuestra soberana.

    Cada parte de accin de armas, era ledo y comentado por los intelectuales alpueblo reunido en la plaza principal, ya que en aquella poca no exista en lareferida capital, radioemisora alguna.

    La defensa y cada de Boquern, conmovi profundamente a los benianos y seexigi al gobierno, en todos los tonos, su participacin en la defensa de la patria.

    El gobierno, sin duda, escuch este pedido, pues dispuso la marcha del primercontingente compuesto de 500 hombres por la va Chapare, habiendo partidode Trinidad el 8 de noviembre de 1932, rumbo a Todos Santos, de donde continua pie hasta la ciudad de Cochabamba.

    La marcha forzada, dirigida por inexpertos conductores por sendas o caminosde arrieros, por escarpadas serranas, bajo un clima inclemente; fustigados porel fro y la lluvia, la alimentacin deficiente y otros factores adversos, produjeronuna serie de enfermedades en los movilizados, que el Alto Mando se vio obligadoa disponer la disolucin del contingente. Los soldados que se hallaban msdelicados de salud, fueron atendidos generosamente, por las organizacionescvicas y sociales de Cochabamba, para despus ser enviados, por va area, alseno de sus hogares. Los que recobraron salud en Cochabamba siguieron viajeal campo de operaciones, incorporndose a contingentes procedentes de eseDepartamento.

    4.- La movilizacin del Beni (noviembre-1933)

    Al iniciarse la Guerra del Chaco, el Beni, incluyendo el Territorio Nacional deColonias, tena una poblacin aproximada de 60,000 habitantes, de los cuales

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    fueron movilizados 12,000 hombres, que representan el 20 % de la poblacintotal, significando en buenas cuentas, el porcentaje ms alto de contribucinhumana, en todo el pas.

    Un ao despus de la partida del Regimiento Beni, del que hacemos referenciaen el captulo anterior y cuando al parecer, empezaban a disminuir las reservashumanas del resto del pas, el gobierno nacional, atendi el clamor del pueblobeniano, y dispuso la movilizacin general en el Departamento del Beni yTerritorio Nacional de Colonias, en los primeros das del mes de noviembre de1933, designando al Gral. Federico Romn, como Comandante General de esamovilizacin, asignndole facultades extraordinarias, para la organizacin yconduccin de los contingentes benianos, hacia el frente de batalla va SantaCruz, teniendo como Ayudante y cooperador inmediato al caballeroso e incan-sable Mayor Jos A. Villarroel, amigo entraable de los benianos.

    Desde todos los puntos del Departamento del Beni y de la zona del Acre (hoyDpto. Pando) se movilizaron, por sus propios medios, respondiendo as al llamadode la patria, procedentes de Bolpebra, Porvenir, Filadelfia, Santa Rosa del Abun,Bella Flor, Nacebe y otras barracas; eran grupos de caucheros, castaeros,cazadores, chacareros, todos hombres curtidos en el duro batallar por la vida,quienes se desplazaron por los ros y las selvas, para incorporarse, a lasjurisdicciones de reclutamiento; famoso fue el Regimiento Bagu, compuestopor ciudadanos del Noroeste, que se conduca en forma independiente. Ese bravocontingente fue trado hasta Trinidad, por una flota de vapores de la lnea delro Mamor: Dr. Grteher, Bolivia, Rodolfo Araz, Luis Antonio,Ambor, Britania y varios otros; pero no slo de all, sino del extenso Itnez,y de las ms alejadas comarcas, entregaron su concurso humano, tales comoCafetal, Versalles, Curich, Piedras Negras, San Lus, Bella Vista, Orobayaya,etc. De la entonces Provincia Yacuma: Santa Ana, Santa Rosa, San Borja, Reyes,Exaltacin, Rurrenabaque, para no mencionar ms.

    Tambin estuvieron presente, con su aporte valeroso, San Ignacio de Moxos,Loreto, San Francisco, San Antonio de Loras, Limoquije, Camiaco y Riberalta,hermosa capital de la Prov. Vaca Diez, contribuy asimismo, junto a Guayaramern,Villa Bella con un numeroso contingente de hombres valerosos que no desmayaronjams en el combate. Finalmente, les hombros de Magdalena, San Joaqun, SanRamn, Puerto Siles, Huacaraje, Baures, El Carmen y otros, constituyeron unverdadero ncleo de valientes, que prestigiaron al Beni, poniendo muy en altoel valor del saldado boliviano. En fin, esta movilizacin organizada y dirigidapor el Gral. Romn, apenas dej lo indispensable para cuidar la produccinagropecuaria del Beni, y para la atencin de los transportes fluviales.

    En Trinidad, como centro de operaciones, se concentraron todas las tropasprocedentes del Beni y del Noroeste, pertenecientes a las categoras convocadasde los aos 1925 al 1934. La capital beniana, como consecuencia de esto, notuvo la capacidad necesaria para cubrir los requerimientos ms indispensables.

    El hospital Guadalupe, que era el nico de la capital, careca de una dotacinmedianamente adecuada, para prestar atencin a su propia colectividad, menospoda ofrecer servicios mdicos en la dimensin requerida por los citados

  • contingentes, razn por la que se improvis un hospital de emergencia, en ellocal de la Alcalda Municipal, que vino a suplir en parte, este tan importanteservicio. El examen mdico estuvo a cargo de una comisin destacada desde LaPaz. Despus del reconocimiento mdico, fueron organizadas Compaas de100 hombres, las que comenzaron a partir en canoas, unas tras otras, por elarroyo de San Juan, en los primeros das de noviembre de 1933.

    Oh caravana inolvidable!, los vapores esperaban a los soldados en los puertosAlmacn y Ballivin, sobre el ro Ibare, los que luego tomaban el roMamor, para despus conducir a los movilizados, hasta la desembocadura delro Chimor, donde se asienta actualmente Puerto Villarroel. La travesa fluvialfue lenta y muy accidentada, debido a los bancos de arena y palizadas existentesen los ros, motivo por el que los vapores no pudieron llegar a Puerto Grether,sobre el ro Ichilo y solo los de menor calado, pudieron arribar hasta PuertoIsarzama.

    A lo largo del Ichilo, la administracin del Gral. Romn, haba organizadoalgunos campamentos con sembrados, existiendo por esta razn, sendas quebordeaban la orilla derecha del mencionado ro. Varios y penosos das durabael trayecto por tierra desde los puntos anteriormente indicados hasta PuertoGrether, hasta llegar a Yapacan, y luego a la primera poblacin crucea: SanCarlos. En todo este trayecto, la previsin del Gral. Romn, haba hecho que seorganicen tambin otros pequeos campamentos de auxilio sanitario y dedescanso, bautizndolos risueamente con los nombres de algunas poblacionesbenianas, tales como: Trinidacito, Magdalena, Santa Ana, Itnez y Yacuma,ocurrencia sagaz que llenaba de alegra a los soldados, cuando por ejemplo,decan: Fuerza muchachos, apuremos, que ya vamos a llegar a Magdalena...

    La travesa terrestre fue vencida con grandes sacrificios y admirable vo1untad,ya que se la hizo con pesado equipo de campaa a la espalda en pleno tiempode agua, atravesando grandes sectores pantanosos, en los que se andaba con elbarro a 1a rodilla o el agua en la cintura, acosados por la sabandija, siempre, yatacados en algunos casos, por tribus salvajes, reptiles venenosos y otros animalespropios de 1a regin. Frente a esta serie de peligros triunf en todo momentoel espritu emprendedor del hombre beniano, ayudado por su carcter jovial, desuyo fuerte y entusiasta, para cumplir sin un asomo de protesta, con el llamadode la patria en peligro.

    Desde San Carlos, en forma escalonada, los destacamentos y compaas, fuerondesplazndose por los pueblos de Buena Vista, Portachuelo y Montero, hastallegar a la ciudad de Santa Cruz de las Sierra, habindose empleado para esterecorrido vehculos motorizados en general, y en algunos casos de a pie.

    Las autoridades y pueblo cruceo brindaron una recepcin cariosa y emotivaa todos los contingentes benianos, hecho que estimul el espritu cvico,templndolos para continuar, con nuevos bros, hacia el campo de batalla. Luegode un merecido descanso las tropas benianas fueron organizadas en destacamentosde 400 hombres, los que a su vez, eran despachados con sus respectivosconductores, en sendas columnas de camiones hacia los frentes de combate, alencuentro de 1a muerte y de la gloria.

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

  • Una vez llegados estos contingentes al Centro de Operaciones, fueron distribuidosconvenientemente entre las distintas Unidades del Ejrcito en Campaa.

    El contingente de la Compaa 21, compuesta por profesores, intelectuales,profesionales y jvenes de la clase terrateniente y ganadera, fueron seleccionadospara recibir la instruccin especial, en el curso de Condado, destinado para laformacin bsica de Oficiales de Reserva, medida por dems atinada, ya que deesos cursos rpidos y prcticos, realizados en el mismo terreno de la guerra, yfrente al enemigo, egres una brillante oficialidad, que vino a llenar los sentidosclaros que haban dejado los oficiales profesionales, fallecidos, heridos o quehaban cado prisioneros, en el fragor de las batallas. La actuacin de estaoficialidad se mostr positiva, en los momentos ms crticos de la lucha, en losaos 1934 y 1935.

    La contribucin de los hombres del Beni y del Noroeste, fue de gran significacinpara las armas de nuestro ejrcito, ya que dicha contribucin, lleg en un momentocrucial y dramtico para la suerte del pas, como consecuencia del desconcertantedesastre de Campo Va.

    El Alto Mando Militar, para evitar el embotellamiento del Ejrcito y un desastretotal, luego que la 9 Divisin se rindi inmotivadamente, orden el abandonode Kilmetro 7, Saavedra y Muoz, con repliegues sucesivos hasta lalnea de Conchitas, para el primer Cuerpo de Ejrcito y para el Segundo, elrepliegue de la 8 Divisin del Frente de Fernndez, abandono de Platanillos,Bolvar, Jayucubs, Loa y Camacho para formar lneas sobre la Chinay despus formar un solo frente con ambos Cuerpos de Ejrcito, con la finalidadde hacernos fuertes defendiendo Ballivin, y detener el avance enemigo hacialas petroleras, en la lnea cordillerana de Aguarague.

    La verdad hay que decirla, el imperdonable desastre de Campo Va, en mimodesto concepto, caus mucho ms dao moral en el espritu de nuestro Ejrcitoen Campaa, que el tremendo e inexplicable desastre de Picuiba.

    En el primer caso, nadie ha podido comprender todava, y menos en aquellapoca, como es que se poda abandonar, sin lucha, una posicin tan estratgicay de decisiva importancia para asegurar el triunfo futuro de nuestras fuerzas.

    La cada de 9.000 hombres bien equipados, armados hasta los dientes, con ungran arsenal de municiones, con vveres y agua suficiente como para resistir pormucho tiempo, significa el estigma ms grande, para los responsables de esavergonzosa derrota.

    Con la retirada que he mencionado anteriormente, con el enemigo fustigndonosy pisndonos los talones, cundi el desaliento y porqu no decirlo, tambinel derrotismo, por la desconfianza con que los viejos combatientes, miraban alos conductores de la guerra.

    Es justo declarar que en todo proceso de la guerra, fue la nica vez que perciben el ejrcito combatiente, un amargo sabor a frustracin muy parecido a uncolectivo sentimiento de derrota. Los veteranos combatientes no alcanzbamos

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  • a comprender, cmo se poda ordenar el abandono de fortines tradicionales yestratgicos, como Muoz y Platanillos, por ejemplo, sin presentar batalla.

    El avisado y ensoberbecido adversario, fustig por ambos frentes: por el de laChina y Campo Jurado y por el de Magarios, camino hacia Ballivin.Los curtidos oficiales y soldados templados en cien batallas, hacan prodigiospara recuperar la moral combativa de las tropas desalentadas. Fue en esascircunstancias que llegaron los primeros contingentes benianos y del Noroeste(febrero - 1934) los que, como dijimos en lneas anteriormente, fueron asignadosa las diversas unidades de ambos Cuerpos de Ejrcito.

    Repetimos pues, que este oportuno refuerzo, retempl la moral combativa denuestras tropas, poniendo tambin en aviso al tenaz enemigo, de que desde esosmomentos cambiara la suerte para las fuerzas bolivianas; y fue as como, losparaguayos, encontraron una muralla imbatible, en las batallas de Conchitas,El Condado, Caada Strongest, Ballivin, en el fuerte de Villamontesy en la lnea Aguarague-Parapet, que se apoyaba por el Sud, en el Pilcomayo,y por el Norte, en los baados de Isozog, donde periclitaron todos los sueosdel Paraguay, en su afn de apoderarse de las petroleras bolivianas y de la ciudadde Santa Cruz de la Sierra.

    Fue debido a esa reaccin violenta del Ejrcito Boliviano, que el Cancillerargentino Saavedra Lamas, tuvo miedo de continuar la guerra.

    Fue el brutal estrellamiento del Ejrcito Paraguayo, contra la infranqueablemuralla de Villamontes, lo que asust al famoso Canciller Premio Nobel de LaPaz.

    Fue la expulsin violenta de las fuerzas paraguayas de Charagua y de todo elro Parapet y de las cercanas del ro Grande, vale decir de las mismas goterasde Santa Cruz, lo que hizo exclamar a Saavedra Lamas: BASTA!

    Finalmente, el temor a la contraofensiva del Ejrcito Boliviano, fue el queapresur al famoso Canciller argentino Saavedra Lamas, a fabricar el ALTOAL FUEGO, el 14 de junio de 1935. (Fecha luctuosa para el pueblo boliviano,como bien apunt el Sr. Antonio Carvalho Urey, en su brillante conferencia dellunes pasado).

    En todas estas batallas, estuvo presente con su coraje, con dominio de la selva,con su abnegacin y con su inmenso amor a la Patria, el Soldado Beniano, quienlleg en el momento ms oportuno, para apoyar plenamente a los valerososhermanos combatientes de todos los confines de la Repblica, siendo, como sedesprende, determinante la actuacin de estos contingentes, para que, ahoracomo lo ven ustedes, sean otros los beneficiarios con la produccin de carburantesy no quienes la defendieron con tanto herosmo, ofrendando su sangre y su vidamisma.

    Escueta y someramente presentado, este fue el aporte del Departamento del Benien la guerra del Chaco.

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  • TERCERA PARTE

    NOTA ACLARATORIA

    1.- Como sucedi en todas partes de la Repblica, tambin fueron muchos losbenianos que se alistaron para ir a la guerra, desde los diferentes centrosdel pas donde ellos residan.

    2.- El Beni contribuy con una plyade de distinguidos profesionales, cuyabrillante actuacin es por dems conocida por todos los excombatientesbolivianos. La lista de estos oficiales la daremos lectura oportunamente.

    3.- El Beni perdi ms del 50% de sus contingentes como consecuencia directao indirecta de la guerra (durante la movilizacin y desmovilizacin, los quecayeron heroicamente en los campos de batalla y los desaparecidos).

    Me pregunto con cierta inquietud, Por qu no recordar con cario y respetoa los que murieron en el trayecto sin lograr rendir su vida misma en loscampos de batalla, como era su primognito propsito al movilizarse? Porqu no un minuto de silencio para estos patriotas que el destino les juguna mala pasada, arrebatndoles la vida antes de llegar a las trincheras?

    4.- Me ha sido imposible precisar el nmero de prisioneros benianos, ya queestos figuran en diferentes listas, cuyo nico indicativo es el clsico naturalde Beni , o de tal o cual otra parte; y las listas, en lo que he llegado acomprobar, pasan de 300 agrupaciones, y mi lucha para presentar estetrabajo, era y es contra el tiempo; pero s, creemos, por todos los datosalcanzados a recoger, que no llegan a 200 estos prisioneros, ya que el mayornmero fue el que cay en Picuiba La Faye donde fue tomada una fraccinde 76 benianos del Destacamento Bava (vale la pena explicar que el Cnl,Bava ha sido el nico oficial boliviano que se destap los sesos de unbalazo, antes de caer prisionero, cumpliendo de esta manera con aquelloque dice nuestro himno: Morir antes que esclavos vivir, perolastimosamente su ejemplo ha sido sumido en el ms completo olvido,seguramente, porque el recordarlo lastima)

    5.- Otros datos interesantes son los siguientes: 27 benianos, en puestos desecretara, almacenes, talleres mecnicos, ubicados dentro de las zonas deoperaciones; 172 en puestos auxiliares de primera lnea, como ser: estafetasdivisionarios, cocineros, aguateros, proveedores de municin, camilleros,etc. y 9.846 aguerridos combatientes. Fue realmente mnimo el nmero debenianos que se qued emboscado en las ciudades. Y los que as lo hicieron,se han convertido ahora en los ms fuertes enemigos de los excombatientes;y otros, que lograron hacerse declarar Benemritos de la Patria, cuentan enlos velorios, hazaas que nunca vivieron.

    6.- La nmina de heridos e invlidos de la guerra del Chaco sacada de listasPasivas y del Departamento V del Estado Mayor Conjunto, asciende a1.413.

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