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Han Kang
Literature Translation Institute of Korea
L i t e r a t u r a
C o r e a n a
Han Kang
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Hoy día, la novelista es ampliamente reconocida por su estética y su
mundo peculiares, pero originalmente debutó con poesía. El hecho de que
su obra no se caracterice en el reflejo sagaz de la corriente de la época de
manera ingenua y perspicaz sino en una mirada reflexiva desde lo más
bajo del horizonte en la tragedia y las heridas que conjugan nuestras
vidas, nos hace asentir con la cabeza que la escritora haya dado sus
primeros pasos literarios en el campo de la poesía. Pues la poesía más
que la velocidad y el ingenio requiere de una mirada que la pueda escu-
driñar minuciosa y persistentemente. Talvez su obra primogénita Yeosu
podría ser catalogada como un memorando de un alma joven que busca
de esta manera desmenuzar la crueldad de la vida. Este libro, que recoge
las obras que ha escrito la autora durante el primer año de su carrera,
muestra al mismo tiempo una increíble destreza y persistencia, por lo
cual es difícil creer que las obras hayan sido escritas por una escritora
veinteañera. ¿Será por esta razón? El crítico literario Kim Byong-ik utilizó
la expresión “una belleza triste” en el comentario de esta obra y le dijo a la
autora, quien a mediados de los veinte años de edad ya ha descifrado una
increíble tragedia en esta vida: “Yo solo espero que su anhelo y afinidad le
permitan recuperar su edad”. Han Kang, a diferencia de otros escritores
de su edad llenos de humor e ingenio, desde los primeros momentos de
su carrera ha sido penetrante en heridas y dolores.
Pasados los años 80, cuando la llamada novela realista era la corri-
ente, la reputación de los novelistas coreanos se elevó por su narración,
algunos con humor, unos con arenga, otros con aforismo lírico y los otros
con trivialismo. Sin embargo, Han Kang dejó que se expusiera en su obra
primogénita su penetrante mirada en el interior (hinterland) de las vidas
revelada bajo el resplandeciente sol del día sin que esté cubierto con el
velo de ideologías ni de grandes causas. Como ha enfatizado Thomas
Mann a través de los diálogos de los personajes de su novela, de lo con-
trario a aquellas personas tenaces quienes jamás oscilan sus miradas,
Acerca del mundo literario de Han Kang
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Han Kang, una novelista con una mirada de calidez inconmensu-
rable, nació en la ciudad de Gwangju, en 1970. A los once años se muda a
Seúl, la capital. En 1993, poco después de finalizar sus estudios universi-
tarios, comienza su carrera literaria publicando su primer poema en la
revista Literatura y Sociedad. Un año después, con su cuento El ancla roja
obtiene el premio en el Concurso Literario Anual de Primavera. A partir de
entonces inicia su verdadera carrera como novelista. Han Kang, con una
gran atención que recibe del círculo literario desde los primeros momen-
tos de su carrera literaria, llega a ser uno de los escritores polémicos con
la publicación de sus dos obras Yeosu(1995) y El fruto de mi mujer(2000).
Reluciendo aún más su talento confirmado en los cuentos, la autora publi-
ca numerosas novelas polémicas tales como El venado negro(1998), Tus
frías manos(2000), La vegetariana(2007), Pelea de Aliento(2010) y la más
reciente obra El tiempo del griego. Han Kang, con una continua crítica
favorable, ha sido galardonada con prestigiosos premios para los
escritores de Corea tales como el Premio de Literatura Dong Ri, el Premio
de Literatura Yi Sang, el Premio de Literatura de Novelas Coreanas y el
Premio Artista Joven del Año, entre otros. Actualmente, en 2012, aún en
plena actividad creativa ejerce la docencia en el Instituto de Artes de Seúl,
en el Departamento de Creación Literaria.
El mundo de sus obras
La mirada que penetra el interior profundo de las vidas
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La escritora parece haber experimentado de forma directa un
patetismo tanto físico como psíquico cuando escribía estas dos obras. Ella
misma lo detalla como sigue: "La vegetariana es una novela de tres capí-
tulos, cada uno de ellos es descrito por cada una de las tres personas más
cercanas a Yeonghye, quien decide ser vegetariana de manera extrema y
lo lleva a cabo. La pregunta que suscita en cuanto al símbolo del vegetal-
ismo en la obra... esta novela parte de esta pregunta: ¿podría el hombre
llegar a ser un ser puro y perfecto? Yeonghye, la protagonista, prosigue su
decidida acción al punto de llegar a creer que se ha convertido en un vege-
tal y rechaza el acto de comer. Durante el desarrollo de la trama se aúnan
preguntas sobre la violencia y la belleza, el deseo, el pecado y la salvación.
En particular, el último capítulo titulado “Los árboles en llamas”, me hace
recordar esos momentos muy difíciles cuando escribía sobre la voz de la
hermana de la protagonista, Inhye, quien estaba al borde del abismo para
poder comprender a su hermana en una situación catastrófica.”
La vegetariana es una obra que relata a dos hermanas enredadas
con heridas de vida. Esta novela cuestiona, por una parte, el curso del
dolor y la posibilidad de reponerse; y por otra parte tiene un fatal desen-
lace de quien sueña aferradamente, hasta que se podría traducir como
estético, el cambio de ser; ello parece estar grabado como una “mancha
mongólica” hasta lo más profundo del corazón de la misma escritora por
algún tiempo, como se titula uno de sus ciclos. Sorprendentemente, la
novela ha retomado una vez más la atención del público por haber sido
llevada a la pantalla. Aún más, la película La vegetariana ha llegado a ser
un tópico al haber sido incluida entre las 10 películas competidoras en el
Festival de Cine Sundance 2010. En El tiempo del griego, la reciente obra
de Han Kang, es notable el cambio que ha dado en su exponente. La
escritora nos cuenta un interesante episodio acerca de esta novela. “Mi
cuarta novela que es Pelea de aliento, es una obra que me llevó unos cua-
tro años y medio para finalizarla. En el tercer año, ya no podía avanzar
Acerca del mundo literario de Han Kang
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tener mirada penetrante hasta lo más profundo y lo más aflictivo de la
situación es la condición existencial de los artistas contemporáneos. No
obstante, es poco común en nuestra historia de la literatura la existencia
de aquel escritor que impone insistentemente su voluntad de penetrar
hasta el interior (hinterland) de las vidas. Fue justamente esta razón por la
cual la aparición de Han Kang a mediados de 1990 fue controvertida.
El presentimiento de muchos lectores percibido en su primer cuento
“Yeosu”, Han Kang lo realiza con El venado negro, su primera novela publi-
cada en 1998. Es una especie de novela de viajes (road novel) en la que un
hombre y una mujer, en busca de los rastros de una mujer joven des-
aparecida a quien ellos querían y apreciaban mucho, emprenden un viaje
por la ruta de una ciudad antigua con una mina abandonada. "Nos falta
muy poco para ver el nacimiento de una joven maestra", el crítico literario
Seo Yeongchae ha elogiado esta novela que trata temas de heridas super-
puestas las unas sobre las otras en un valle donde conviven el individuo y
el tiempo. Las novelas posteriores publicadas por Han Kang han
demostrado que esto no fue un elogio sino más bien un testimonio precoz.
Su segunda novela Tus frías manos, que narra un hecho en el que un
escultor que trabaja en el moldeado en yeso sale con dos mujeres, una
tras otra, enfoca en lo íntimo del ser humano que vive con una frágil más-
cara. Las obras La vegetariana y Pelea de aliento, publicadas después de
unos años de inactividad, son novelas que se
desenvuelven cuestionando tercamente la
profunda tragedia de la vida con una narración
sólida que mantiene continuamente su mirada
clavada en las heridas.
El tiempo del griego,
Munhakdongne Publishing Corp., 2011
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estos dos casos el verbo “recibir” debe ser utilizado de manera distinta en
griego. Esta historia le pareció muy interesante a la escritora y desde
entonces querría algún día escribir un relato relacionado con este concep-
to, y fue de esa idea como nació El tiempo del griego. ¿Será por eso?
Particularmente, en la última parte de la obra se muestra la afirmación
sobre las relaciones. No en el sentido de cuestionar tenazmente que una
herida y la otra se agravan al encontrarse sino en el sentido de mostrar la
posibilidad de que las heridas enlazadas se alivian una a la otra. Pero la
escritora nos da una explicación un poco inesperada en este punto.
“No es que yo haya querido ver los dolores que sufren los hombres
sino que me encontré con un punto claro al escribir la novela. Viendo que
en El venado negro, aunque sus cuatros personajes sufren por dolores tan
peligrosos y se agitan, al final nadie se muere y los cuatros sobreviven y
finalmente llegan a mirar un atardecer espléndidamente claro y tranquilo.
Cuando completé esta novela a los veintinueve, tuve la sensación de que
había traspasado por algo. Pensándolo ahora tuve la misma sensación
cuando escribía Pelea de aliento. Después de la misteriosa muerte de una
pintora llamada Seo Inju, un crítico quien define su muerte como suicidio y
la quiere mitificar y una mujer llamada Jeonghui, amiga de Seo Inju que la
apreciaba como su propia hermana, quien desea esclarecer la verdadera
causa de la muerte de su amiga, compiten en escribir diferentes libros
sobre este asunto. Durante este curso, se generan conflictos violentos
suscitando preguntas sobre la vida y la muerte; la memoria y la realidad;
lo sagrado y lo profano. Jeonghui quien siempre fue débil y proclive a la
muerte durante este conflicto, en la última escena, atraviesa el fuego
arrastrándose por el suelo con toda su fuerza para sobrevivir. En el caso
de La vegetariana, una novela más penosa, al final, Inhye, tras la ventana
de la ambulancia, dirige su mirada a los árboles que parecen estar
quemándose y así termina la novela. Me parece que cuando escribo las
novelas, a pesar de que cada obra tiene un cierto grado de luz y sombra,
Acerca del mundo literario de Han Kang
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más por motivos ajenos y la tuve que dejar de escribir por casi un año.
Durante ese tiempo de inactividad, escribí un corto borrador de unas 150
páginas en papel de manuscrito(una página contiene doscientas sílabas)
en un solo mes, lo que luego vendría a ser El tiempo del griego.
Efectivamente Pelea de aliento tiene un significado importante y excep-
cional para mí, pero al mismo tiempo es una obra que me costó mucho
esfuerzo. Como ya tenía escritas unas 150 páginas de El tiempo del griego,
poco después de publicar Pelea de aliento me vino a la mente el dilema de
¿qué tal si lo sigo escribiendo? Y cuando llegué a las 300 páginas en el
papel de manuscrito pensé que sería mejor si fuese un poco más larga y
así sucesivamente llegó a ser todo un volumen. Mientras escribía y
arreglaba El tiempo del griego, hubo muchas ocasiones en que pude sen-
tir una silenciosa exhuberancia. Sobre todo pasé momentos difíciles
después de la publicación del libro, el hecho de que ya no podía seguir
escribiéndola, me obligaba a salir de ese mundo.”
El tiempo del griego narra sobre un profesor de griego que va perdi-
endo la vista y su alumna que padece afasia. En esta novela se desenvuel-
ven las descripciones sobre las heridas que sufre cada uno de ellos en
forma helicoidal y en su desenlace llegan a unirse en un punto tangencial.
Han Kang no tenía pensado escribir intencionalmente esta novela de ma-
nera cálida y clara, sin embargo, la novelista ha mencionado que cuando
escribía la obra, la novela se estaba encaminando hacia la luz. La escritora
también ha añadido que tuvo una experiencia insólita e inolvidable por
esta novela, pues era evidente que los protagonistas seguían sufriendo
dolores pero la novela se iba aclarando poco a poco. Además, Han Kang
sostiene que la primera idea de esta novela la obtuvo del concepto de la
voz media del griego y nos cuenta de lo que le había dicho una persona
especializada en filosofía griega. Suponiendo que una persona le pasa un
vaso a una persona llamada A, el sujeto A “lo recibe y lo tiene consigo” o
sino “lo recibe pero no lo tiene porque se le ha roto o se lo robaron”, en
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Acerca del mundo literario de Han Kang
En la mitología griega encontramos a Dafne huyendo precipitada-
mente de Apolo que poco a poco se convierte en laurel al ser alcanzada
por las manos del dios. En ella, se observa la vegetabilidad que se
resiste al violento mundo de la animalidad que muerde, mastica y traga.
Lo que penetra en La vegetariana (2007) de Han Kang es la vegetabilidad
connotada del tremendo dolor y la resistencia.
La vegetariana es un ciclo de tres cuentos: “La vegetariana”, “La
mancha mongólica” y “Los árboles en llamas”. La trama de este ciclo,
escrita de manera cronológica, se desenvuelve en forma serena de
cómo se resiste a comer carne la protagonista Yeonghye, quien venía
ejerciendo su papel de mujer común; de cómo se va destruyendo la
misma protagonista y la familia de su hermana; y de cómo finalmente se
aísla de la sociedad y es encerrada en un manicomio. En medio de ello
se halla Yeonghye, quien no puede salir del trauma de su infancia al
haber presenciado que su perro fuera muerto a golpes; de su padre
quien la obligaba agresivamente a comer carne, de un esposo indifente
y egoísta; y de su cuñado, un fotógrafo, quien se abrasa por su espíritu
artístico codiciando la mancha mongólica que aún le queda en las nalgas
a Yeonghye. En este curso de sucesos, la mujer decide ser un vegetal
Presentación de la obra
La vegetariana
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siempre dejo abierto el final a esos momentos.”
Como lo expresa la escritora, la cuestión de la persistencia de la
novela de Han Kang se origina cuando uno la enfrenta observando el
curso de los acontecimientos que se cumplen hasta el final impulsados
por los propios principios del movimiento.
La durabilidad de la novela de Han Kang proviene de su narración.
No obstante, en este contexto, El tiempo del griego también tiene un cru-
cial significado para la misma escritora. Porque mediante esta obra, ha
acechado la oportunidad de superar el estado de dificultad que había
experimentado con el lenguaje durante algunos momentos.
Han Kang, actualmente, se está preparando para editar dos novelas.
Una de ellas será histórica, siendo su primer intento, con trasfondo de los
años 40. Pero insinuó que talvez la primera de estas dos novelas se iría
por la dirección en la que El tiempo del griego le abrió el camino, afinidad
con la lengua y un poco más de transparencia con el ambiente; una direc-
ción orientada a traspasar en busca de la luz y quizás sea de una forma
muy personal.
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Acerca del mundo literario de Han Kang
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mujer que prefiere llegar a ser un vegetal en vez de enfrentarse con la
violencia de las relaciones. En “El fruto de mi mujer”, el cuerpo morado de
la mujer, del que no se sabe la causa de su moretón, se transforma
impecablemente en un vegetal que da flores y frutos naturalmente. En
cambio en “La vegetariana” el cuerpo de la mujer protagonista, que com-
porta una acción activa al rechazar la comida o poniéndose con los pies
hacia arriba para ser un vegetal, aún mantiene su cuerpo de animal que
debe digerir algo y evacuarlo. Su planta que todavía siente el deseo car-
nal y la carnalidad inquietantes evocan una cruel y sensible planta insec-
tívora. La viscosa e intensa fuerza que emana de esa planta insectívora
no solo les abruma a los lectores sino al mismo tiempo los captura
atrayentemente dentro de la novela. En la novela de Han Kang radica el
rechazo a la violencia de la sociedad en la que el hombre al nacer llega a
pertenecer naturalmente. En el mundo de animalidad, donde prevalece
la violencia, la mujer no puede dejar de transformar o destruir su propio
cuerpo para no ser removida por esa violencia y anhela llegar a ser un
vegetal que da flores y frutos. El cuerpo con deseo de llegar a ser un
vegetal no muestra un “cuerpo herido” como un símbolo convencional
incrustado o como una imagen de la mujer sacrificada por el machismo,
ni tampoco se distancia de uno físico como un “cuerpo maternal” de ter-
nura y de cuidado. Sin embargo, el cuerpo de esta extraña planta que
conserva el apetito animal y el deseo carnal muestra al mismo tiempo
un cuerpo revolucionario que perturba la dicotomía de hombre y mujer;
violencia y maternidad, animalidad y vegetabilidad, etc.; y un bello cuer-
po que implica la posibilidad de la esperanza enfrentándose al mundo.
rechazando gradualmente la vida humana y adopta un comportamiento
activo con la más mínima y necesaria acción para llegar a ser un vegetal.
En “La vegetariana”, ella rechaza la carne; en “La mancha mongólica”, llega
a tener relaciones sexuales con su cuerpo lleno de dibujos de plantas
florecientes, en “Los árboles en llamas” se pone con los pies arriba.
Este trágico argumento no es relatado por la mujer protagonista.
En “La vegetariana”, lo hace su marido; en el segundo cuento “La mancha
mongólica”, lo hace su cuñado; y en el tercer cuento “Los árboles en lla-
mas”, lo hace su hermana, quien aparece como narradora. A través de
ellos, surge una situación donde la mujer llega a enloquecerse de una
manera calmada hablando cada vez menos y alejándose de una clara
conciencia. Ello induce a los lectores a sentir que la protagonista se
ocupa totalmente de la tragedia como un ser inerte sin siquiera utilizar
ninguna lengua.
Esta novela, es más fácil de comprender al relacionarla con su
cuento “El fruto de mi mujer”, publicado en el año 1997 en la revista lite-
raria. Esta obra describe a una mujer que se va transformando en un
vegetal en el balcón. “El fruto de mi mujer” y “La vegetariana” van por una
misma línea desde el punto de vista de que la desesperanza originada
por la “imposibilidad del entendimiento” con
sus seres más cercanos generará el motivo
de “llegar a ser un vegetal”. Sin embargo, las
dos novelas se bifurcan en la posibilidad de
la realización de un sueño imposible de una
La vegetariana,
Changbi Publishers, Inc., 2007
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Acerca del mundo literario de Han Kang
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Escurre el agua de su paraguas doblado. El piso del autobús ya
está mojado y luce un color negro brillante. Debido a que el paraguas no
ha podido protegerla del todo de la fuerte lluvia, su blusa y su pantalón
están también medio mojados. El autobús marcha a toda velocidad por
el camino lluvioso. Esforzándose por conservar el equilibrio, ella avanza
hacia el fondo del vehículo. Va en busca de un asiento doble y se sienta
en el asiento junto a la ventanilla. Saca un pañuelo de papel de su bolso y
limpia el vidrio empañado. Con la mirada sólida de quien ha estado
mucho tiempo sola, mira la lluvia que azota la ventanilla. Al dejar atrás el
pueblo, se despliega a los lados del camino el verde bosque de fines de
junio. El bosque sumergido en el fuerte aguacero parece un gigantesco
animal que soporta el rugido de la lluvia. Al acercarse al monte
Chukseong, el camino se estrecha y se hace serpenteante. En la misma
medida, el bosque se aproxima y balancea su cuerpo mojado. ¿En qué
lugar de la ladera de esta montaña habrían encontrado a su hermana
Yeonghye hace tres meses? Después de seguir con la vista a cada uno de
los árboles que se agitan bajo la lluvia y de imaginar los oscuros espa-
cios escondidos debajo, ella aparta la vista de la ventanilla.
Le dijeron que Yeonghye había desaparecido del sanatorio durante
la hora de paseo libre que tenían entre las dos y las tres de la tarde.
Como hasta entonces sólo había nubarrones negros, pero no llovía, los
pacientes leves salieron a caminar, como todos los días. Supieron que
Yeonghye no había vuelto a las tres, cuando
las enfermeras pasaron lista. La lluvia
comenzó a caer a gotas a esa hora. Todo el
personal se puso en estado de alerta. Los
empleados del sanatorio se apostaron rápi-
菜食主義者,
東京 : Cuon, 2011
Ella está de pie mirando la carretera mojada por la lluvia. Está en
la parada de autobuses que está enfrente de la terminal de buses de
larga distancia de Maseok. Enormes camiones pasan a toda velocidad
rugiendo con estrépido por el primer carril. La lluvia cae con tanta fuerza
que parece que atravesará el paraguas que lleva.
No es muy joven. Tampoco se puede decir que sea bonita.
Simplemente tiene una línea del cuello muy fina y una mirada afable. Se
ha maquillado ligeramente, lo que le da una apariencia natural, y su
blusa blanca de manga corta se ve limpia y sin arrugas. Gracias a esta
pulcritud que causa buena impresión a todo el mundo, la leve sombra
que vela su rostro es casi indiscernible.
Sus ojos brillan brevemente, pues el autobús que estaba esperan-
do ha hecho su aparición a lo lejos. Ella baja a la ruta y levanta el brazo.
El autobús, que venía corriendo a toda velocidad, ralentiza la marcha.
-¿Va al Sanatorio Psiquiátrico Chukseong?
El conductor de edad madura asiente con la cabeza y le hace señas
de que suba. Mientras busca un asiento para sentarse después de pagar
el boleto, se fija en la cara de los pasajeros. Todos la están mirando
atentamente. ¿Será una paciente o una visitante? ¿No tendrá algo raro?
Con soltura hace caso omiso de las miradas, en las que se entremezclan
la sospecha, la desconfianza, la aversión y la curiosidad.
Extractos de la obra
La vegetariana
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Acerca del mundo literario de Han Kang
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Después de cerrar el celular y guardarlo en el bolso, entró en la
sala de rayos X y abrazó a su hijo. El cuerpo del niño, que había perdido
peso en esos días, estaba caliente.
-Mami, lo he hecho bien, ¿no? –preguntó el niño con la cara enro-
jecida por la fiebre y por la expectativa de ser elogiado por su madre.
-Claro que sí. De verdad que te quedaste quietito y sin moverte.
Después de que escuchó el diagnóstico del médico de que no era
pulmonía, tomó un taxi con Jiwu en brazos bajo la lluvia y volvió a casa.
Se apresuró en bañarlo, darle de comer y hacerle tomar la medicina
para acostarlo temprano. Su mente no estaba como para inquietarse por
la desaparición de su hermana. El niño había estado enfermo durante
cinco días, así que hacía cinco días que no dormía bien. Si no le bajaba la
fiebre esa noche, tendría que internarlo en un hospital más grande al día
siguiente. Por si se presentaba una situación de emergencia, estaba
preparando un bolso con el seguro médico y algunas ropas del niño,
cuando sonó de nuevo el celular. Eran casi las nueve.
-¿La han encontrado? Menos mal. La visitaré la semana que viene,
como estaba programado.
También dio las gracias con efusividad, pero debido al cansancio su
voz sonó grave y confusa. Recién cuando cortó, se dio cuenta de que ese
día había habido lluvias en todo el país. En otras palabras, que estaba
lloviendo cuando encontraron a Yeonghye en la montaña.
No podía explicarse cómo podía imaginarse tan claramente el
panorama sin siquiera haberlo visto. Pasó toda la noche poniéndole
compresas frías en la frente del niño que dormía con una respiración
jadeante. Cayendo dormida de ratos como si se desmayara, vio el bosque
moviéndose trémulo como un fantasma bajo la lluvia. La lluvia negra, el
bosque negro, la bata blancuzca de paciente empapada, los cabellos
mojados, la oscura ladera de la montaña, Yeonghye de pie como un alma
en pena, amalgamada a la oscuridad y a la lluvia. Se tranquilizó por fin
en la madrugada, cuando le tocó la frente al niño y sintió el contacto frío.
damente en los puntos de circulación de autobuses y taxis. Una posibili-
dad era que la paciente desaparecida hubiera descendido en dirección a
Maseok y la otra era que se hubiera internado más en el monte.
Al caer la tarde, las gotas de lluvia se hicieron más gruesas.
Debido al tiempo, el sol de marzo se ocultó más rápidamente. Fue una
suerte que uno de los auxiliares que rastrillaron minuciosamente los
alrededores del monte encontrara a Yeonghye. Mejor dicho, fue casi un
milagro, como le dijo el médico que atendía a su hermana. Como si fuera
uno de los árboles bajo la lluvia, la habían encontrado inmóvil y de pie en
una pendiente recóndita y apartada de la montaña.
A eso de las cuatro de la tarde, cuando recibió la llamada de que
Yeonghye había desaparecido, ella se encontraba con su hijo Jiwu. Hacía
cinco días que la temperatura corporal del niño rondaba los cuarenta
grados, así que estaban por tomarle una radiografía de los pulmones.
Jiwu estaba de pie y solo en la sala de rayos X, mirando alternativamente
al radiólogo y a su madre, como si estuviera nervioso.
-¿Es usted Kim Inhye?
-Sí.
-Es hermana de Kim Yeonghye, ¿verdad?
Era la primera vez que la llamaban a su celular del sanatorio
donde estaba internada Yeonghye. Siempre había llamado ella primero
para reservar una visita o preguntar cómo se encontraba su hermana.
Con un tono calmado que ocultaba lo alarmante de la situación, la enfer-
mera le explicó las circunstancias de su desaparición.
-Estamos haciendo todo lo posible para encontrarla, pero si de
algún modo va a donde está usted, tiene que llamarnos enseguida –ter-
minó diciendo la enfermera, pero antes de colgar, preguntó-: ¿Hay algu-
na posibilidad de que vaya a alguna otra parte? A casa de sus padres, por
ejemplo...
-Mis padres viven muy lejos... Si le parece necesario, yo me ocu-
paré de avisarles.
I 19
Acerca del mundo literario de Han Kang
Escrito por Han Kang
En la primavera de 1996, escribí un cuento llamado “El fruto de mi
mujer”. Se trata de una historia en la que una mujer llega a ser un vegetal
en el balcón de su apartamento y el hombre que vive con ella la planta
en una maceta. El hombre, que no la había podido comprender muy bien
durante el tiempo de convivencia con ella, la riega y la cuida con esmero;
sin embargo ella se seca luego de haber soltado un puñado de frutos
duros al finalizar el otoño. El hombre, apoyado en el marco de la ventana
del balcón, atisba los frutos en sus manos preguntándose si la mujer
brotaría de nuevo en la próxima primavera. Al publicar esa novela, tuve
la sensación inquietante de no haber finalizado esa historia. Tenía el
deseo de cambiarla algún día. Transcurrido el tiempo, desde el invierno
del 2002 hasta el 2005, mientras iba escribiendo la novela La vegetariana
capítulo por capítulo, sentí que estaba escribiendo una novela mucho
más aguda y dolorosa de lo previsto, una novela bastante diferente como
había conjeturado confusamente luego de haber escrito “El fruto de mi
mujer”.
Ensayo de la autora
Mi estilo de escribir: el deambular con preguntas ardientes o frías.
18 I
Salió de la habitación y se quedó mirando la débil luz azulada que entra-
ba por la ventana del balcón de la sala.
Curvando su cuerpo, se acostó de lado en el sofá tratando de
dormir. Tenía que dormir, aunque no más fuera una hora antes de que
se despertara Jiwu.
“Me puse cabeza abajo y entonces me empezaron a nacer hojas en
el cuerpo y también me salieron raíces de las manos... Las raíces se
fueron metiendo bajo la tierra... más y más... Y como me quería nacer
una flor en el pubis, abrí las piernas... las abrí bien...”
La voz de Yeonghye que escuchó en sueños al principio era baja y
afable, hacia la mitad se hizo cándida como la de un niño y al final se
deshizo en sonidos animales ininteligibles. Una fuerte repulsión que no
había sentido despierta la sobresaltó y le hizo abrir los ojos, pero
enseguida volvió a quedarse dormida. Esta vez ella se encontraba de pie
ante el espejo del salón. En el reflejo, su ojo izquierdo estaba sangrando.
Enseguida levantó la mano para limpiarse, pero, cosa extraña, su ima-
gen en el espejo no se movió y se quedó quieta contemplando cómo le
caía la sangre del ojo.
La tos de Jiwu la hizo levantarse y caminar tambaleante hacia la
habitación del niño. Borrando la imagen de Yeonghye que hace mucho
tiempo había estado acurracada en un rincón de ese cuarto, tomó la
mano que el niño extendía al aire como si tuviera convulsiones...
-Ya está todo bien -murmuró por lo bajo, pero no estaba claro si se
lo decía al niño para tranquilizarlo o a ella misma.
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Acerca del mundo literario de Han Kang
20 I
Yeonghye, un veterano de la guerra de Vietnam, le da una bofetada y le
mete a la fuerza la carne en la boca a Yeonghye en una reunión familiar.
Yeonghye arroja ese trozo de carne y se corta la vena con un cuchillo y es
trasladada al hospital. A través de ese suceso, la protagonista en su inte-
rior atraviesa el endeble y arriesgado límite que divide la normalidad y la
anormalidad.
En el segundo capítulo, luego de transcurrir un año, el cuñado de
Yeonghye, quien es un video artista, es cautivado por la imagen de la
mancha mongólica que aún le queda en las nalgas a Yeonghye, y
describe el proceso en el que llega a filmarla con la videocámara.
Originalmente, él trabajaba en el montaje fotográfico de imágenes con
tintes políticos tales como niños pobres, puentes y edificios derrumba-
dos, paisajes de ciudades inhumanas, etc.. Pero después de experimen-
tar ese suceso de tener que cargar a Yeonghye en su espalda, quien se
había cortado las venas, y de ir corriendo al hospital juntos empapados
de sangre, dejó de trabajar por sentir un impenetrable desengaño y
dolor sobre la cualidad humana. Cuando estaba confundido por su sen-
timiento de impotencia, un día casualmente llega a escuchar de boca de
su esposa que en el cuerpo de Yeonghye, que vive sola después de haber
salido del manicomio, aún queda una pequeña mancha mongólica. Y en
ese momento, queda preso del deseo de
dibujar flores en el cuerpo de Yeonghye
quien tiene una mancha azulada como si
fuera un pigmento de planta que solo vive de
la fotosíntesis, y al mismo tiempo, desea
dibujarlas en el cuerpo desnudo de su amigo
El fruto de mi mujer,
Changbi Publishers, Inc, 2000
¿Qué es el hombre? El hombre es un ser que da su vida incondi-
cionalmente por salvar a un niño o niña que ha caído en la vía del metro,
pero además es un ser que puede asesinar al hombre inocente en
Auschwitz. Un espectro amplio que abarca desde lo sagrado hasta lo
cruel, la novela La vegetariana parte de esta agonía sobre el espectro de
la naturaleza humana. ¿Será posible que el hombre verdaderamente
pueda vivir íntegramente en este mundo? Si uno sueña en ser un hom-
bre cabal de integridad queriendo llevarla a cabo en su propia vida, y si
uno se destruye a sí mismo para no perjudicar a nadie, ¿y qué pasará si
paradójicamente llega a destruir hasta la vida de los demás durante este
proceso? La protagonista de esta novela, Yeonghye, es una persona que
ha llevado hasta el extremo la cuestión de la inocencia. Ella no es una
persona que tenga una pureza contradictoria a la violencia del mundo.
Es más bien, un ser conciente de que el largo espectro de la naturaleza
humana yace integralmente en su interior, comienza a vivir de vegetales
para eliminar su pecado vomitando y vaciando por sí misma la carnali-
dad, la oscuridad de la naturaleza humana. Ella cree que la única mane-
ra de librarse de las imágenes amargas de los trozos de carne, de las
sangrientas caras que aparecen de forma frecuente en los sueños, es no
comer carne. Esta novela tiene tres capítulos y cada capítulo es narrado
por diferentes personas. La protagonista Yeonghye no llega a tener su
propia voz hasta el último momento, sino que es observada y descrita
por las personas de su alrededor como un sujeto de deseo, conmise-
ración e incomprensión. En el primer capítulo, el marido de Yeonghye
la describe con una mirada fría y realista. La vida matrimonial entre los
dos empieza a arruinarse en el momento en que Yeonghye, quien para
su marido es solo una mujer común y corriente, lleva a cabo una
extremada práctica de vegetalismo siendo atormentada por pesadillas e
insomnio. Mientras languidece, aparenta estar en un delirio y las per-
sonas de su alrededor se unen para hacerla comer carne. El padre de
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Acerca del mundo literario de Han Kang
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el máximo límite para salvarse en lugar de ser torpemente consoladas.
Son personas que no desean ser seres humanos, son personas que pug-
nan para expulsar lo humano y son personas que dan todo su esfuerzo
para mirar fijamente su propia interioridad sin engaños. La vegetabilidad
y la carnalidad, la mancha mongólica, los árboles que se inflaman
estando con los pies arriba son sus ansiosas preguntas y son los símbo-
los que avanzan con la pregunta de ¿qué es el hombre? o sino ¿a qué se
refiere vivir como hombre en este mundo? Al final de la novela, el hecho
de que Inhye, quien iba junto con su inconsciente hermana Yeonghye en
la ambulancia, lanzara su mirada tras la ventana como si fuese que
estuviese protestando por algo cuando la ambulancia iba entre los
árboles en llamas verdes comprende la contemplación sobre el mundo
en el que conviven vehemente la violencia y la belleza; y la seriedad y el
anhelo de preguntar que si a través de esa contemplación es realmente
posible buscar el camino.
La vegetariana es mi tercera novela larga. La primera novela El
venado negro fue una novela de viajes (road novel) en la que un hombre y
una mujer buscan a una mujer desaparecida siguiendo sus rastros y la
segunda Tus frías manos maneja un estilo de crónica que narra la histo-
ria de un escultor que trabajaba en el moldeado en yeso y que salía con
dos mujeres. Luego de haber escrito La vegetariana en la que deseaba
hacer un cuestionamiento sobre la violencia y la salvación; y sobre la
posibilidad de la inocencia y la belleza, escribí la cuarta novela del
género de misterio Pelea de aliento. Es la historia de un crítico que
define la muerte misteriosa de una pintora como un suicidio y escribe
una crónica para mitificarlo y paralelamente la amiga de la pintora,
quien se opone al crítico, redobla sus esfuerzos para escribir un libro
con una versión diferente sobre el hecho. En esta novela quise describir
el punto límite donde se encuentran la vida y la muerte; la verdad y la
falsedad; la memoria y la realidad.
que le sirve de pareja y filmar con la videocámara la escena en que
hacen el amor aquellos seres que no son ni vegetal, ni animal, ni
humano, ni un dios. Después de varias vicisitudes, llega a filmar la ima-
gen en la que había soñado y a la vez, arribando al final de su apetito car-
nal se queda arruinado.
En el tercer capítulo, después de transcurrido otro año, esta vez es
narrado por la mirada de Inhye, la hermana de la protagonista.
Yeonghye, internada por un largo tiempo en un sanatorio psiquiátrico de
una zona forestal cercana a Seúl, da un paso más al acto de no comer
carne y ahora empieza a creer que poco a poco se está convirtiendo en
un ser vegetal. Inhye, que visitaba a su hermana regularmente para
cuidarla, observa a Yeonghye en medio de un doloroso dilema que re-
chazaba la comida creyéndose que ya no era más humana ni animal. Los
médicos, para salvar a Yeonghye cuyo cuerpo ha quedado sumamente
liviano por una larga anorexia y además con el vello de una niña a causa
del cambio hormonal, le pusieron un tubo en la nariz para que pudiera
ingerir el caldo de arroz pero no pudieron lograrlo. En la senda de la
montaña, rumbo a un hospital más grande en Seúl, Inhye, que acom-
paña en la ambulancia a Yeonghye que estaba en un estado de incon-
sciencia, dirige su mirada a los árboles que parecen estar abrazados por
las llamas tras la ventana de la ambulancia.
De los tres capítulos, la voz de Inhye, hermana de Yeonghye, quien
clava la mirada silenciosamente en la situación en medio del profundo
dolor, se esfuerza para encontrar el sentido que constituye el pilar esen-
cial de esta novela. La obra, a pesar de que dos capítulos estén narrados
desde puntos de vista masculinos, después de todo, se puede decir que
es la historia de estas dos hermanas.
Ellas no temieron ni temen y se encaminan hacia el final. Son per-
sonas que dan un paso más hacia adelante desde su lugar (aunque ello
en realidad fuese el camino a la ruina) empujándose a sí mismas hasta
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Acerca del mundo literario de Han Kang
24 I
al mismo lugar de donde uno había partido. Finalmente, tras mucho
tiempo, uno puede rememorar qué camino había venido recorriendo.
Dentro de poco comenzaré a escribir mi sexta novela, pero todavía no sé
de dónde debo comenzar a partir de la quinta novela ni qué camino debo
tomar. Lo único que tengo en la mente es que la voy a escribir pausada-
mente. Continuaré deambulando por la vida que se me ha otorgado abri-
gando preguntas ardientes o frías.
Confesándolo, la Pelea de aliento, que me llevó 4 años y medio
escribirla, partí de la pregunta que había lanzado en la última parte de
La vegetariana, si realmente nosotros podemos aguantar este mundo
donde coexisten agudamente la violencia y la belleza. No era que
quisiera buscar la respuesta a esta pregunta sino que solo quería per-
feccionarla. La protagonista de esta novela es una mujer débil con un
estado inestable en su interioridad, pero llega a abrazar enérgicamente
la vivacidad de la vida durante el proceso de perseguir las huellas
dejadas por su difunta amiga y querer esclarecer que la muerte de su
amiga no fue un suicidio. Escribiendo el desenlace de la novela, me di
cuenta de que el desvelo que conlleva la pregunta, a veces, por sí mismo
nos puede conducir a la respuesta.
Después de aquel empeño, en la reciente y la quinta novela El
tiempo del griego(2011), que he escrito por dos años, esta vez se inicia a
partir de la última fase de la Pelea de aliento. Suponiendo que nosotros
tengamos que vivir abrazando este mundo, si realmente fuera posible
vivir de esta manera, entonces ¿cómo deberá ser esa vida? El tiempo del
griego es una novela que narra el encuentro de un hombre que iba per-
diendo la vista paulatinamente y una mujer que un día repentinamente
padece afasia. A diferencia de las novelas como La vegetariana o Pelea
de aliento que se desenvuelven en un medio violento, esta es una novela
tranquila. Los personajes de la novela son solo estas dos personas, sus
vidas se superponen cortamente en el silencio llegando al final de la
novela. La escena de la conversación en la que la mujer escribe unas
palabras con su dedo índice en la palma del hombre en la oscuridad, tal
vez fue la escena más luminosa entre las novelas que he escrito hasta el
momento.
Escribir novelas tiene algo de similar con el deambular. Con las
preguntas ardientes o frías se avanza o se retrocede. A veces se vuelve
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Acerca del mundo literario de Han Kang
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Ya llegué a la edad de saberlo. Uno no se aleja estando ausente dela mirada sino uno añora porque no lo puede ver. Ya he conocido un sin-número de formas de amores falsos, la otra cara del desengaño. Perotambién llegué a saber de esto. Que es inevitable. Que inevitablementeamamos. Tan inútil y débil, una verdad momentánea fácil de quebrarse,porque a veces solo la belleza momentánea es todo lo que tenemos. Queademás puede servirnos como una fuerza de recuperación.
- Han Kang, Una canción en silencio, Bichae Publishing Co., Ltd., 2007
Comencé a escribir La vegetariana partiendo de estas preguntas: siverdaderamente podemos nosotros ser inocentes en este mundo violen-to, si realmente podemos comprender a los demás, incluso a uno mismo.(…) Suponiendo que el comer mismo de la carne en la vida fuese un ince-sante uso de alguna violencia, la protagonista Yeonghye rechaza la vio-lencia y desea sentirse inocente a través de su decisión de ser vegetari-ana. La violencia no solo se halla en el mundo exterior sino dentro de unomismo, es por eso que le acosan las pesadillas, no come y desea vehe-mentemente transformarse en su ser total, en lo que no sea humano.
- Han Kang, “Entre el aliento de la vida y la muerte” en la entrevista de larevista Literatura y Sociedad, Primavera de 2010
Han Kang no solo es consciente de que la impresión sensorial delinstante es la cara del destino equivalente a la totalidad de la vida delhombre; sino que también dispone de una lengua con la cual puede cap-turar esa impresión en un estado sutil y vivo. Su impresionismo, tratán-dose de la luz y la sombra que se posan en una experiencia reservada delas relaciones humanas, conlleva en particular un efecto deslumbrante.Sumando El fruto de mi mujer, sus recientes obras, por un lado, noshacen sentir cuán ardientemente surge el deseo de las relaciones desdelo profundo de la experiencia personal y por otro lado, nos hacen darcuenta cuán horrenda violencia subyace en el movimiento de ese deseo.Bajo esta ironía de las relaciones humanas se exhibe vívidamente la trágica sensibilidad la cual la generación desengañada aprendió íntegra-mente por la experiencia.
- Hwang Jongyon, El fruto de mi mujer, Changbi Publishers, Inc., 2000
El ensueño del amanecer, una palabra lanzada por un ser descono-cido, una frase encontrada en un diario desplegado casualmente, haymomentos en que uno siente como si fuera toda una revelación, hasta uninstante de un recuerdo lejano impróvidamente desatado. Es justamenteese momento el que más aprecio cuando escribo novelas. Aun siendouna vida ordinaria como siempre, en una serie de interrogantes lanzadosque se me acercan con una sensación totalmente nueva, en un intenso ycorto despertamiento y en una sensación hondamente punzante; mesiento una especie de libertad en medio de ellos.
- Han Kang, "palabras de la autora", Tus frías manos, Moonji Publishing Co., Ltd., 2002.
Deseo escribir una novela que cuestione en vez de una novela queresponda. En cierto sentido, pienso que preguntar en sí es responder.Concebir preguntas continuamente… pues podría expresar cómo llegarhasta el extremo de la pregunta; o cómo llevar empujando la preguntahasta el máximo punto; o cómo poner todo en la pregunta hasta su máxi-ma capacidad limitante. Y si de este modo tuviera una pregunta perfecta,creo que ello podría llegar a ser una respuesta.
- Han Kang, “Entre el aliento de la vida y la muerte” en la entrevista de larevista Literatura y Sociedad , Primavera de 2010
Voces de la autora y de los críticos
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Acerca del mundo literario de Han Kang
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La mayoría de los personajes femeninos de Han Kang viven con una
conciencia de inanición o un trauma equivalente a ella, sin embargo, no
muestran ninguna agresividad animal ante el mundo o ante los demás; ni
tampoco expone una marcada enemistad. En lugar de ellos, durante el
curso de la transformación en vegetal desea hacer soplar un viento pací-
fico, más bien dicho, si no lo pudiera soplar, por lo menos, vivir libre-
mente en un aliento pacífico. No obstante, en muchas ocasiones, la reali-
dad implícita de agresividad animal o la situación de la vida humana le
impide respirar debidamente o le hace asfixiar a las personas que abrig-
an ese anhelo. Si bien el mundo nos hubiera dejado de entrever la pacífi-
ca vegetabilidad siguiendo la verdad ecológica, Yoenghye no se habría
acuciado por una pesadilla tan cruel en La vegetariana. Es justamente
esa razón por la cual ella clava su mirada en el mundo respirando
ansiosamente.
- Wu Chan-je, “Entre el aliento de la vida y la muerte” en la entrevista de la
revista Literatura y Sociedad, Primavera de 2010
Aunque nuestras lágrimas vertidas por habernos conmovido se
secaran rápidamente, aunque nos faltara mucho camino por recorrer
juntos en la vida cotidiana, aunque lo que soñemos fuera un mundo de
rosas, nuestro lugar en el que estamos parados es el de tiempo de los
animales. Han Kang no solo contempla meramente el hado de este ser
afligido que en un solo cuerpo conserva el destino animal y el ensueño
vegetal; sino que sueña incansablemente con el retorno al paraíso perdi-
do dentro de él. Entre el mundo de rosas y el mundo animal, sin el aban-
dono de uno de ellos, el camino que deberá recorrer Han Kang y sus per-
sonajes no podría dejar de ser espinoso. La novela de Han Kang, pese a
sus sentidos opuestos, crea energía de vida que choca con el mundo ani-
mal que se retuerce y lucha contra el deseo, la furia y el odio con el
mundo de las rosas desprendido de ese deseo.
- Hwang Do-kyeong, El fruto de mi mujer, Changbi Publishers, Inc., 2000
En ese lugar, nosotros presenciamos un prodigio secular donde el
nacimiento y la muerte desembocan en una nueva vida que vuelve a reen-
carnarse. ¿Hay alguna otra novela que nos haya enseñado la manera de
hundirnos tan bella y enteramente?
- Lee So-yeon, El tiempo del griego, Munhakdongne Publishing Corp., 2011
Pelea de Aliento,
Moonji Publishing Co., Ltd. 2009
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Acerca del mundo literario de Han Kang
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Sang por “La mancha mongólica” que es una novela corta que forma una
parte independiente de la obra La vegetariana; y en 2009 obtuvo el
Premio de Literatura Dong Ri por Pelea de aliento. La vegetariana fue
llevada a la pantalla con el mismo título e invitada al Festival de Cine
Sundance 2010, siendo incluida en las películas competidoras. La pelícu-
la La cicatriz, basada en la obra original de “El niño Buda”, también fue
invitada al Festival Internacional de Cine San Sebastián 2011 por ser una
de las películas competidoras. Las novelas largas de la autora como La
vegetariana y El tiempo del griego entre otras, que fueron traducidas al
japonés, español, francés, vietnamita y otras lenguas, ya fueron publi-
cadas o están en curso de su publicación. Actualmente, en 2012, ejerce
la docencia en el campo de creación literaria en el Instituto de Artes de
Seúl y además realiza actividades literarias.
Tus frías manos,
Moonji Publishing Co., Ltd. 2002
Han Kang nació en 1970 en la ciudad de Gwangju y se mudó a Seúl
con su familia en 1980 y allí pasó toda su niñez y adolescencia. Estudió
Letras en la Universidad Yonsei y luego de graduarse trabajó unos 3
años como periodista para las revistas Publishing Journal, Samtoh y
otras. Durante ese período, en 1993, publicó el poema “El invierno de Seúl”
en la revista Literatura y Sociedad en la edición de invierno; y en 1994,
luego de ser premiada por su cuento “El ancla roja” en el Concurso
Literario Anual de Primavera del diario The Seoul Shinmun, inicia su
carrera literaria. Desde entonces, la escritora se dedicó a escribir obras
de novela más que poesía y llamó la atención del círculo de críticos
literarios y de los lectores por su estilo poético y sensual; y además por
sus obras de carácter inquisitivo que penetran el interior profundo del
ser humano. Hasta ahora ha publicado tres cuentos: Yeosu, El fruto de
mi mujer y La eternidad amarillenta; y cinco novelas: El venado negro,
Tus frías manos, La vegetariana, Pelea de aliento y El tiempo del griego.
En el año 2000, la escritora fue galardonada con el Premio Artista
Joven del Año organizado por el Ministerio de Cultura, Deportes y
Turismo. Además, en 1999 recibió el Premio de Literatura de Novelas
Coreanas por su novela corta “El niño Buda”; en 2005 ganó el Premio Yi
Biografía
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Acerca del mundo literario de Han Kang
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Traducción
Japonés
菜食主義者, 東京: Cuon, 2011
Vietnamita
NGỦỜI ĂN CHAY, Tre Publishing House, 2010
Obras
Novela
El venado negro, Munhakdongne Publishing Corp., 1998
Tus frías manos, Moonji Publishing Co., Ltd. 2002
La vegetariana, Changbi Publishers, Inc., 2007
Pelea de Aliento, Moonji Publishing Co., Ltd. 2009
El tiempo del griego, Munhakdongne Publishing Corp., 2011
Cuento
Yeosu, Moonji Publishing Co., Ltd, 1995
El fruto de mi mujer, Changbi Publishers, Inc, 2000
Caja de lágrimas, Munhakdongne Publishing Corp, 2010
Salamandra salamandra, Moonji Publishing Co., Ltd, 2012
Ensayo
Amor, el entorno del amor, Yolimwon Publishing Group, 2003
Una canción en silencio, Bichae Publishing Co., Ltd. 2007
Bibliografía
NGỦỜI ĂN CHAY,Tre Publishing House, 2010
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Acerca del mundo literario de Han Kang
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ÍNDICE
1. El mundo de sus obras
2. Presentación de la obra: La vegetariana
3. Extractos de la obra: La vegetariana
4. Ensayo de la autora
5. Voces de la autora y de los criticos
6. Biografía
7. Bibiliografía
IMPRESO
Texto: Cho Kang-sok, Kang Jihee
Traducción: Kim Yoojin
Fotógrafo: Lee Young-kyun