guillermo hoyos, el argentino que le enseñó patear penales a messi en el barcelona

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E.Q. “Yo fui con la plu- ma y el arco a Real Madrid”, es lo pri- mero que mani- fiesta Hoyos de su paso por la Casa Blanca. En 1981 y con sólo 18 años llegó desde su querido Talleres de Córdoba, pero con las dos plazas de extranjero ocu- padas debió bajar al Castilla, ya que FIFA lo declaró in- ternacional, pese a que su abuelo era de Cádiz. Aun así, el volante ofensivo quedó en la histo- ria merengue al anotarle un gol al mítico Rinat Da- saev en un amis- toso con la Unión Soviética. Fue el primero que tele- visó la pantalla gi- gante del Santiago Bernabéu. “No me dieron po- sibilidades, no me enseñaron y eso reclamé en ese momento. (Juan) Santiesteban (su entrenador en el Castilla) me dejó y yo formo como me hubiese gusta- do que me forma- ran. Por eso soy “antimadridista” y eso que estoy en la historia del Madrid”, relata quien jugó al lado de hoy ya leyendas como Butragueño, Michel y Chendo, por ejemplo. ¿Messi habría sido el mismo si hubiera ido al Real? “Hay gran- des jugadores que han quedado en el camino por en- contrarse a tipos que no supieron aprovecharlos”, responde Hoyos. Y profundiza: “Hay que tener mucha docencia y cono- cimiento a nivel teórico y práctico para saber trans- mitir, porque hoy el jugador es lo que querés que sea”. Al final, vuelve a centrarse en la figura del crack al que entrenó. El mejor futbolis- ta que tuvo a su cargo, sin dudas: “Ahora escucho cuando voy a es- cuelas de fútbol ‘¿Qué, te querés hacer el Messi?’. Ya no nombran a Maradona. Hasta eso está logrando Leo: cambiar la referencia. Hoy vas a cualquier sitio del mundo y nombrás a Messi o al Papa y caés parado”. n Un ex Real Madrid que se hizo ‘antimadridista’ DEPORTES - 9 PERFIL - Domingo 8 de septiembre de 2013 8 - DEPORTES Domingo 8 de septiembre de 2013 - PERFIL UN CHICO ROSARINO. Hace diez años, el diario CEDOC PERFIL ANGEL GUILLERMO HOYOS El argentino que le enseñó a patear penales a Messi en el Barcelona Es cordobés y dirigió al crack en las juveniles del club en 2003; ya en ese momento se animó a compararlo con Maradona. Con los años se hizo amigo de Leo. SU TRAYECTORIA BUTRAGUEÑO. Hoyos fue un fugaz compañero de él en el Real. CEDOC PERFIL E.Q. Tras cerrar en 1997 su carrera en el Miner- vén venezolano, Hoyos buscaba desarrollarse como técnico y vio en Barcelona el lugar ideal. A los dos años fue a ver una prácti- ca de Louis Van Gaal, entonces entrenador del primer equipo del club, pero el hombre de seguridad nunca le abrió paso. “Entrena- ban a puertas cerradas y habían cubierto todo con lonas y me trepé a un árbol con mi cáma- ra”, recuerda sonriente porque el mismo guar- dia en 2003 le daría la bienvenida. “Entrar a la casa del Barcelona, siendo el único extranjero y sin hablar catalán fue algo lindo e importante”, va- lora Hoyos, quien estu- vo tres temporadas en el Badalona hasta que se interesó en él el cua- dro blaugrana, donde sacó bicampeón al Juvenil B por primera vez, aún resignando 16 chicos que subieron de nivel, como Piqué, Bus- quets, Pedro y Messi. “No todos los entrena- dores son además for- madores porque algu- nos juegan un partido para llegar al primer equipo”, apunta. El sueño culé de Hoyos acabó cuando quienes lo convocaron, Sandro Rosell (actual presi- dente) y Josep Colo- mer, vicepresidente deportivo y director de Fútbol Base, respecti- vamente, se fueron en 2005 por diferencias con el titular de aque- llos años, Joan Lapor- ta. El argentino no du- dó en renunciar. “Ellos tenían una proyección conmigo, que era pasar por el Barcelona C y B y, si me veían condi- ciones, me colocarían en el staff de Primera”, indica, abriendo cam- po a esa duda eterna de dónde estaría hoy si to- do hubiera seguido su curso. Pero él no se arrepien- te. n CEDOC PERFIL ESCUDO. En el Camp Nou, como técnico. El sueño de dirigir al Barça no pudo durar La Vanguardia lo descubría. EMMANUEL QUISPE No son muchos los que cono- cen su historia, menos aun los que pueden decir que jugaron con Diego Maradona y entre- naron a Lionel Messi. Si hasta sobran los dedos de una mano para contar a esos privilegia- dos. Seguramente sean Sergio Batista y Gerardo Martino los dos que más pronto vengan a la mente, pero antes de ellos estuvo Angel Guillermo Ho- yos, el cordobés que significó un padre futbolístico para la Pulga en Barcelona. El mismo que cometió la “herejía” de ser el primero en compararlo pú- blicamente con el eterno 10. Maradona en La Masía. Así ti- tuló el diario La Vanguardia de Barcelona un artículo del 8 de septiembre de 2003 en el que Hoyos, técnico del Juvenil B blaugrana, vaticinaba el po- tencial de uno de sus pupilos de flamantes 16 años: “Tiene esa capacidad de jugar cerca del suelo, regatear a uno, a dos, y cuando lo traban y te parece que se va a caer, no se sabe cómo logra man- tener el equilibrio, da dos zancadas, elude al portero y la mete. Eso sólo se lo vi a Diego y ahora a Leo”. El facsímil de aquella nota se puede ver en la página siguiente. “Está perdiendo el tiempo, Messi debe dar el salto ya”, alertó Hoyos a Josep Colo- mer, director de Fútbol Base del club; así el ro- sarino empezó a alter- nar en cuatro categorías (Juvenil B y A, Barcelona C y B). Como premio fue llamado a Primera y debu- tó en un amistoso contra el Porto de José Mourinho, el 16 de noviembre de ese año. Si bien la conexión Hoyos- Messi duró la pretemporada 2003 y se plasmó en sólo cinco partidos oficiales, suficientes para que el Juvenil B abrocha- ra la liga, la convivencia en va- rios torneos por el mundo for- taleció la relación. “El 99% lo traía de la cuna. Siempre creí eligió la izquierda y luego la derecha. En ninguna foto aparece el pobre Ambruse Vanzekin, siempre engañado. La charla remite a un torneo en Italia, en el que el Juvenil B del Barça golearía 16-0 a un conjunto local. En el entretiem- po, todos están felices. Todos menos Messi. Fastidioso por errar un penal, lanza: “¡Cómo me lo va a atajar el gordo ése!”. Entonces, Hoyos lo deja per- plejo: “Leo, has hecho feliz a ese pibe, porque podrá contar que le atajó un penal al mejor jugador del mundo”. Amistad en silencio. “Guiller- mo me ayudó muchísimo des- de que llegó a Barcelona hasta ahora. En todo momento estu- vo conmigo, me aconsejaba, me enseñó e hizo todo lo po- sible para yo esté en Primera”, expresaba Messi en 2007. Ese mismo año le preguntarían por su mejor técnico y aunque procuraba generalizar, resal- taría a Hoyos. Las menciones de Messi in- comodan a este cordobés de 50 años: “Que hable así me pone feliz y es un compromiso por- que luego te dicen ‘sos el técnico de Messi’”, explica quien fue compañero de Ma- radona en la preselección Sub 20 de 1979. “Es una amistad no pública y para mí no tiene pre- cio, porque mi capital no es lo que yo tenga en el banco, sino en lo humano; uno lo quiere como persona, como jugador, como argentino, como padre, como todo”, se anima. Actualmente, Hoyos trabaja en la Fundación Marcet, una reconocida escuela de alto rendimiento, mientras aguar- da reinsertarse en el fútbol de Sudamérica, tras su paso por Bolívar y Once Caldas: “Si me hiciera un currículum con Leo, conseguiría empleo más fácil, pero no sería correcto por có- mo siento la vida”. Radicado en Cataluña desde 1999, el entrenador tal vez ten- ga en su casa de Lloret de Mar el símbolo más representativo de su nexo con el astro: la ca- miseta 30, la que Leo usaba en sus inicios como profesional con Frank Rijkaard, el mís- ter holandés que lo llamaba “Missi”. “Es de un partido con Milan. El papá (Jorge) me dijo ‘la primera se la dio a la ma- má y la segunda a vos’”, relata. Casta de líder. ¿Por qué Messi engranó mejor con Alejandro Sabella en la Selec- ción? “Dejó que sea él. En Argentina lo atacaron muchísimo y él nunca reaccionó. ¡Hay que tener casta para eso! Todos dicen ‘éste es un boludo’. ¡No, tiene unos huevos bárbaros!”, lo defiende Hoyos. Recalca sobre la personalidad del 10: “Leo es un líder en si- lencio; no necesita ha- blar. Se impone a través de su juego, su persona, su silencio y timidez, que a veces no es mala. El líder debe tener prin- cipios y credibilidad, no necesita gritar ‘¡acá estoy yo, vamos a pelear!’. Conocí mu- chos así y eran una empresa unipersonal”. La Messidependencia es na- tural para Hoyos, pero ¿hasta dónde Leo es determinante? “Es psicológico. ¡Parado te ha- ce daño!”, cierra. n Como jugador vistió 14 camisetas, siete de Argentina: Boca, Banfield, Gimnasia La Plata, Talleres de Córdoba y Chacarita. También jugó en España, Bolivia, Perú, Colombia, Chile y Venezuela. Desde 2006, Hoyos ejerció de entrenador en Grecia, Chipre, Colombia y Bolivia: allí fue campeón con el Bolívar. Todavía se ilusiona con dirigir en la Argentina. EL HOMBRE, HOY. Hoyos vive en su casa de Barcelona. Espera una chance de volver a dirigir en Primera. que había que darle libertad y no encasillarlo”, indica Hoyos en una charla con PERFIL que saltea el almuerzo. El propio crack confesó que Hoyos le enseñó a asegurar los penales. “Ese es mi mejor contrato”, reconoce su maes- tro. “Tengo en un cuadro la foto justo antes de patear y le escribí abajo ‘esto es un golazo de penal’”, devela Hoyos sobre uno de los dos penales de Mes- si con que Argentina ganó la final del Mundial Sub 20 en 2005 a Nigeria. En ambos, Leo nunca desvió sus ojos del arquero nigeriano; primero

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Es cordobés y dirigió a Messi en las juveniles del club en 2003; ya en ese momento se animó a compararlo con Maradona. Con los años se hizo amigo de Leo.

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Page 1: Guillermo Hoyos, el argentino que le enseñó patear penales a Messi en el Barcelona

e.q.“Yo fui con la plu-ma y el arco a Real Madrid”, es lo pri-mero que mani-fiesta Hoyos de su paso por la Casa Blanca. En 1981 y con sólo 18 años l legó desde su querido Talleres de Córdoba, pero con las dos plazas de extranjero ocu-padas debió bajar al Castilla, ya que FIFA lo declaró in-ternacional, pese a que su abuelo era de Cádiz. Aun así, el volante ofensivo quedó en la histo-ria merengue al anotarle un gol al mítico Rinat Da-saev en un amis-toso con la Unión Soviética. Fue el primero que tele-visó la pantalla gi-gante del Santiago Bernabéu.

“No me dieron po-sibilidades, no me enseñaron y eso reclamé en ese momento. (Juan) Santiesteban (su entrenador en el Castilla) me dejó y yo formo como me hubiese gusta-do que me forma-ran. Por eso soy “antimadridista” y eso que estoy en la historia del Madrid”, relata quien jugó al lado de hoy ya leyendas como Butragueño, Michel y Chendo, por ejemplo.¿ Me s s i h a br í a s i d o e l m i s m o si hubiera ido al Real? “Hay gran-des jugadores que han quedado en el camino por en-contrarse a tipos que no supieron aprovecharlos”, responde Hoyos. Y

profundiza: “Hay que tener mucha docencia y cono-cimiento a nivel teórico y práctico para saber trans-mitir, porque hoy el jugador es lo que querés que sea”.Al f inal, vuelve a centrarse en la figura del crack a l que entrenó. El mejor futbolis-ta que tuvo a su cargo, sin dudas: “Ahora escucho cuando voy a es-cuelas de fútbol ‘¿Qué, te querés hacer el Messi?’. Ya no nombran a Maradona. Hasta eso está logrando Leo: cambiar la referencia. Hoy vas a cualquier sitio del mundo y nombrás a Messi o al Papa y caés parado”. n

Un ex Real Madrid que se hizo ‘antimadridista’

deportes - 9perfil - Domingo 8 de septiembre de 20138 - deportes Domingo 8 de septiembre de 2013 - perfil

un chico rosarino. Hace diez años, el diario

CEDOC PERFILangel gUilleRMo hoyos

el argentino que le enseñó a patear penales a Messi en el Barcelonaes cordobés y dirigió al crack en las juveniles del club en 2003; ya en ese momento se animó a compararlo con Maradona. Con los años se hizo amigo de leo.

sU tRayeCtoRia

butragueño. Hoyos fue un fugaz compañero de él en el Real.

CEDOC PERFIL

e.q.Tras cerrar en 1997 su carrera en el Miner-vén venezolano, Hoyos buscaba desarrollarse como técnico y v io en Barcelona el lugar ideal. A los dos años fue a ver una prácti-ca de Louis Van Gaal, entonces entrenador del primer equipo del club, pero el hombre de seguridad nunca le abrió paso. “Entrena-ban a puertas cerradas y habían cubierto todo con lonas y me trepé a

un árbol con mi cáma-ra”, recuerda sonriente porque el mismo guar-dia en 2003 le daría la bienvenida.“Entrar a la casa del Barcelona, siendo el único extranjero y sin hablar catalán fue algo lindo e importante”, va-lora Hoyos, quien estu-vo tres temporadas en el Badalona hasta que se interesó en él el cua-dro blaugrana, donde sacó bicampeón a l Juvenil B por primera vez, aún resignando 16

chicos que subieron de nivel, como Piqué, Bus-quets, Pedro y Messi. “No todos los entrena-dores son además for-madores porque algu-nos juegan un partido para llegar al primer equipo”, apunta.El sueño culé de Hoyos acabó cuando quienes lo convocaron, Sandro Rosell (actual presi-dente) y Josep Colo-mer, vicepresidente deportivo y director de Fútbol Base, respecti-vamente, se fueron en

2005 por diferencias con el titular de aque-llos años, Joan Lapor-ta. El argentino no du-dó en renunciar. “Ellos tenían una proyección conmigo, que era pasar por el Barcelona C y B y, si me veían condi-ciones, me colocarían en el staff de Primera”, indica, abriendo cam-po a esa duda eterna de dónde estaría hoy si to-do hubiera seguido su curso. Pero él no se arrepien-te. n

CEDOC PERFIL

escudo. En el Camp Nou, como técnico.

el sueño de dirigir al Barça no pudo durar

La Vanguardia lo descubría.

emmanuel quispeNo son muchos los que cono-cen su historia, menos aun los que pueden decir que jugaron con Diego Maradona y entre-naron a Lionel Messi. Si hasta sobran los dedos de una mano para contar a esos privilegia-dos. Seguramente sean Sergio Batista y Gerardo Martino los dos que más pronto vengan a la mente, pero antes de ellos estuvo Angel Guillermo Ho-yos, el cordobés que significó un padre futbolístico para la Pulga en Barcelona. El mismo que cometió la “herejía” de ser el primero en compararlo pú-blicamente con el eterno 10.

Maradona en La Masía. Así ti-tuló el diario La Vanguardia de Barcelona un artículo del 8 de septiembre de 2003 en el que Hoyos, técnico del Juvenil B blaugrana, vaticinaba el po-tencial de uno de sus pupilos de flamantes 16 años: “Tiene esa capacidad de jugar cerca del suelo, regatear a uno, a dos, y cuando lo traban y te parece que se va a caer, no se

sabe cómo logra man-tener el equilibrio, da dos zancadas, elude al portero y la mete. Eso sólo se lo vi a Diego y ahora a Leo”. El facsímil de aquella nota se puede ver en la página siguiente.

“Está perdiendo el tiempo, Messi debe dar el salto ya”, alertó Hoyos a Josep Colo-mer, director de Fútbol Base del club; así el ro-sarino empezó a alter-nar en cuatro categorías (Juvenil B y A, Barcelona C y B). Como premio fue llamado a Primera y debu-tó en un amistoso contra el Porto de José Mourinho, el 16 de noviembre de ese año.Si bien la conexión Hoyos-Messi duró la pretemporada 2003 y se plasmó en sólo cinco partidos oficiales, suficientes para que el Juvenil B abrocha-ra la liga, la convivencia en va-rios torneos por el mundo for-taleció la relación. “El 99% lo traía de la cuna. Siempre creí

eligió la izquierda y luego la derecha. En ninguna foto aparece el pobre Ambruse Vanzekin, siempre engañado.

La charla remite a un torneo en Italia, en el que el Juvenil B del Barça golearía 16-0 a un conjunto local. En el entretiem-po, todos están felices. Todos menos Messi. Fastidioso por errar un penal, lanza: “¡Cómo me lo va a atajar el gordo ése!”.

Entonces, Hoyos lo deja per-plejo: “Leo, has hecho feliz a ese pibe, porque podrá contar que le atajó un penal al mejor jugador del mundo”.

Amistad en silencio. “Guiller-mo me ayudó muchísimo des-de que llegó a Barcelona hasta ahora. En todo momento estu-vo conmigo, me aconsejaba, me enseñó e hizo todo lo po-sible para yo esté en Primera”, expresaba Messi en 2007. Ese mismo año le preguntarían por su mejor técnico y aunque procuraba generalizar, resal-taría a Hoyos.

Las menciones de Messi in-comodan a este cordobés de 50 años: “Que hable así me pone feliz y es un compromiso por-

que luego te dicen ‘sos el

técnico de Messi’”, explica quien fue compañero de Ma-radona en la preselección Sub 20 de 1979. “Es una amistad no pública y para mí no tiene pre-cio, porque mi capital no es lo que yo tenga en el banco, sino en lo humano; uno lo quiere como persona, como jugador, como argentino, como padre,

como todo”, se anima.Actualmente, Hoyos trabaja

en la Fundación Marcet, una reconocida escuela de alto rendimiento, mientras aguar-da reinsertarse en el fútbol de Sudamérica, tras su paso por Bolívar y Once Caldas: “Si me hiciera un currículum con Leo, conseguiría empleo más fácil, pero no sería correcto por có-mo siento la vida”.

Radicado en Cataluña desde 1999, el entrenador tal vez ten-ga en su casa de Lloret de Mar el símbolo más representativo de su nexo con el astro: la ca-miseta 30, la que Leo usaba en sus inicios como profesional con Frank Rijkaard, el mís-ter holandés que lo llamaba “Missi”. “Es de un partido con Milan. El papá (Jorge) me dijo ‘la primera se la dio a la ma-

má y la segunda a vos’”, relata.

Casta de líder. ¿Por qué Messi engranó mejor con Alejandro Sabella en la Selec-ción? “Dejó que sea él. En Argentina lo atacaron muchísimo y él nunca reaccionó. ¡Hay que tener casta para eso! Todos dicen ‘éste es un boludo’. ¡No, tiene unos huevos bárbaros!”, lo defiende Hoyos. Recalca sobre la personalidad del 10: “Leo es un líder en si-lencio; no necesita ha-blar. Se impone a través de su juego, su persona, su silencio y timidez, que a veces no es mala. El líder debe tener prin-cipios y credibilidad, no

necesita gritar ‘¡acá estoy yo, vamos a pelear!’. Conocí mu-chos así y eran una empresa unipersonal”.

La Messidependencia es na-tural para Hoyos, pero ¿hasta dónde Leo es determinante? “Es psicológico. ¡Parado te ha-ce daño!”, cierra. n

◆ Como jugador vistió 14 camisetas, siete de Argentina: Boca, Banfield, Gimnasia La Plata, Talleres de Córdoba y Chacarita. También jugó en España, Bolivia, Perú, Colombia, Chile y Venezuela.◆ Desde 2006, Hoyos ejerció de entrenador en Grecia, Chipre, Colombia y Bolivia: allí fue campeón con el Bolívar. Todavía se ilusiona con dirigir en la Argentina.

el hombre,

hoy. Hoyos vive en su

casa de Barcelona.

Espera una chance

de volver a dirigir en

Primera.

que había que darle libertad y no encasillarlo”, indica Hoyos en una charla con PERFIL que saltea el almuerzo.

El propio crack confesó que Hoyos le enseñó a asegurar los penales. “Ese es mi mejor contrato”, reconoce su maes-tro. “Tengo en un cuadro la foto justo antes de patear y le escribí abajo ‘esto es un golazo de penal’”, devela Hoyos sobre uno de los dos penales de Mes-si con que Argentina ganó la final del Mundial Sub 20 en 2005 a Nigeria. En ambos, Leo nunca desvió sus ojos del arquero nigeriano; primero