grabado a fuego en la memoria
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Danut
Mi mejor perro.
Cuando tenía tres o cuatro años, tenía un
perro que se llamaba Jaiduc. Era el mejor
perro que he tenido hasta ahora. Nos
íbamos a jugar juntos con la pelota, nos lo
hemos pasado muy bien.
Daniel
Mi motillo.
Cuando era pequeño, mi madre me regaló
una moto de juguete. Cuando la vi, me
encantó y me montaba todos los días.
Cuando íbamos a algún sitio siempre me la
llevaba y dije que quería ponerle un
nombre y la llamé “Motocilla”. Nunca me
separaba de ella.
Paula
Mi pez de peluche.
Era un pez payaso de juguete al que llamé
Nemo. Me lo regalaron mis padres porque
era una niña muy juguetona.
Yo le tenía mucho cariño. Nemo dormía
conmigo, comía conmigo, se bañaba
conmigo, todo lo hacía conmigo.
Nemo no era un juguete como cualquier
otro, era muy especial, nadaba, también
cogía agua y si le apretabas le salía
disparada.
Yo, con tanta imaginación como tengo,
pensé que Nemo, seguro, querría un amigo.
Entonces un día, me regalaron un pulpo que
simplemente llamé Pulpo. A partir de ese
momento, siempre iba con Nemo y Pulpo a
todas partes. Nemo y Pulpo duraron
muchos años. Pero un día, se me perdieron
y nunca jamás volví a saber nada de ellos.
Anisa
Mi oso de peluche.
Cuando era pequeña me regalaron un
peluche que siempre lo tenía en la mano. Lo
hacía todo con él y se convirtió en mi
mejor amigo y mi mejor peluche. En el
siguiente cumpleaños, mi abuela me regaló
otro peluche, ya tenía la pareja perfecta. Se
llamaban Lupi y Lupa. Los quise tanto que
nunca los olvidaré.
Fátima
Mi muñeca gigante.
Cuando era pequeña, mi padre me había
dicho que me iba a comprar en mi
cumpleaños una muñeca de mi tamaño que
yo quería. Un día, mi padre me la regaló, la
llamé Isabel y no dejaba a nadie cogerla.
Mis amigas perdieron una mano y una
pierna de mi muñeca pero yo seguía
queriéndola. Un día vino mi prima y me la
perdió y ya nunca más quise muñecas
porque me recordaba a Isabel.
Pedro
Mi coche amarillo.
Me lo regaló mi hermano. A mí, ese coche
me encantaba porque estaba muy bien
hecho. Se podían abrir las puertas, mover
el volante, bajar la ventanilla, pisar el
acelerador, abrir el maletero…
Estaba genial y me gustaba tanto que lo sigo
teniendo aunque ya no juego con él a que es
un coche mágico que volaba. Ahora lo tengo
muy bien guardado en una caja de plástico
como si fuera un tesoro.
Ismael
Mi gato de peluche.
Tenía un sombrero de detective negro. Su
cuerpo era negro y su barriga de color
blanco y en uno de sus brazos tenía un
cigarro. Le llamé “Furmando”.
Me lo regaló mi madre pero… no sé porqué.
Me gustaba porque cuando yo quería le
podía echar la mano hacia la boca y parecía
que estaba fumando.
Ángel
Mi tomate de silicona.
Cada vez que pasaba por ahí siempre
quería que me compraran el tomate de
silicona que dentro llevaba agua y rebotaba
un montón pero nunca me lo compraban.
Un día estaba en mi casa jugando y entró mi
tía con algo en la mano… ¡Era el tomate! Lo
llevaba en la mano, me lo había comprado y
me hizo muy feliz. Lo conservé durante
tres años.
Un día, se pinchó y me sentí muy mal.
Mario
Mi hipopótamo.
La primera vez que vi aquel juguete pensé:
mío, mío, mío… era un hipopótamo bailarín.
Cuando mi tito Jesús me lo regaló, no
paraba de jugar y jugar. Me gustaba porque
sonaba como una campana aguda y muy
dulce. Solía dormir con él aunque me hacía
mucho daño porque era muy duro pero me
daba igual. ¡Era tan mono!
Hasta que un día se rompió.
¡Nunca lo olvidaré!
Soulimane
Mi camión amarillo.
Cuando yo era pequeño, mis padres me
compraron un camión de juguete con el que
me duchaba, jugaba, comía… Ese camión era
especial para mí, era muy especial. Un día
me senté sobre él y lo rompí.
Luis
Mi Mickey Mouse.
Yo tenía cuatro años y mi madre me regaló
un Mickey gigante. Ese Mickey era mi
juguete más preciado.
Cuando me hice mayor se lo di a mi prima
Mercemar y mi prima me lo remató.
Mar
Mi perro de peluche.
Cuando tenía dos años me regalaron un
perro de peluche un poco grande. Me
gustaba un montón, me subía encima de él y
empezaba a jugar. Me lo llevaba a todas
partes.
Era blanco y muy suave con unas manchas
marrones. Tenía una lengua roja gigante. Lo
que más me gustaba era su cola, larga y
blanca con seis manchas marrones.
Cuando tenía cinco años me harté de él y no
volví a jugar con él.
Marii
Mi perrito de peluche Tim.
Yo tenía un perrito de juguete que se
llamaba Tim y hacía todo conmigo, le
contaba todo y siempre iba a mi lado.
Hasta que un día se me perdió y me sentó
muy mal.
Nouhaila
Mi pájaro Piopio
De pequeña tuve un pájaro que se llamaba
Piopio. Yo solo quería jugar con él. Un día,
una amiga había venido a casa. A mí me
llevaron al parque y mientras mi amiga, en
casa, lo dejó al sol. Piopio murió. Yo estuve
un año y medio triste.
Ángela
Mi pelota loca.
De pequeña, tenía una pelota que se parecía
a un robot y por eso le puse “Rabot”.
Un día por la mañana me desperté para ir
al colegio y cogí la pelota cinco minutos y
se me pinchó.
¡Me llevé un disgusto increíble!