genealogias cartago 1850

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  • 7/26/2019 Genealogias Cartago 1850

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    VICTOR SANABRIA MARTINEZ

    GENEALOGIAS DE CARTAGO

    HASTA 1850

    _________________________________

    P R I M E R T O M O___________________

    ______________

    SAN JOSE, COSTA RICA, 1957

  • 7/26/2019 Genealogias Cartago 1850

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    PRESENTACION

    Genealogas de Cartago hasta 1850 representa el laborioso trabajo de investigacinrealizado pacientemente por espacio de ms de catorce aos, por quien fuera Arzobispo de SanJos, Monseor Dr. Vctor Sanabria y Martnez.

    La Academia Costarricense de la Historia, depositaria de los originales de este meritorioestudio, deseosa de ponerlo al alcance de los entendidos en la materia, solicit y obtuvo los fondospara su publicacin. Fue necesario primeramente copiar los catorce tomos escritos a mquina, queconstituyen la referida obra de Monseor Sanabria. Durante ao y medio trabaj una empleada entan delicada labor de copias, procedindose luego a confrontarla con el original, ya que el Acuerdode la Academia sealaba que la edicin se hara siguiendo con toda fidelidad el texto original.

    La Academia Costarricense de la Historia ha respetado para esta edicin, la obra del yafallecido Arzobispo de San Jos, abstenindose de introducir variante alguna. A veces se pens enhacer cambios que de seguro el propio autor habra aceptado, ya que los mismos habran servidopara facilitar la consulta de la obra, o aclarando aspectos que de haber vivido su autor algunosaos ms habra dejado incorporados en su laboriosos trabajo. No debe olvidarse este importantedetalle al consultarse la obra que presentamos.

    La Academia Costarricense de la Historia entonces Academia de Geografa e Historia deCosta Rica , tuvo el honor de recibir en su seno a Monseor Sanabria, el da 24 de agosto de 1949.En aquella memorable ocasin el distinguido Arzobispo dio lectura a buena parte de susIntroducciones al estudio que aqu se comenta. El numeroso y selecto pblico que asisti al acto,

    recibi con beneplcito los interesantes comentarios suyos en torno a la importancia de las cienciasgenealgicas en nuestro pas. Hoy se da a conocer el texto completo de esa obra y el lector habr deencontrar en ella una importante contribucin al conocimiento de nuestra historia, y podr ademsapreciar el mtodo empleado por el autor en la planificacin de su trabajo.

    Con la presente publicacin - muy modesta en su aspecto material -, la AcademiaCostarricense de la Historia testimonia su respeto y admiracin a la memoria del que fuera suilustre miembro fundador, Monseor Dr. Vctor Sanabria y Martnez, investigador de nuestrahistoria, ampliamente conocido dentro y fuera de Costa Rica, y deja al juicio de los entendidos en lamateria, el fallo definitivo, que habr de ser sin duda favorable y elogioso, porque la obra representael producto de una labor benedictina, desarrollada con paciencia y cuidado, ocupando las propiashoras de descanso o de vigilia, ya que la intensa labor episcopal no dejaba libre mucho tiempo a su

    distinguido autor.

    San Jos, Costa Rica, febrero de 1957.

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    T I I

    GENEALOGIAS DE CARTAGO HASTA 1850

    INTRODUCCION

    I

    Estn de acuerdo todos los crticos en afirmar que la Genealoga es una disciplina auxiliar dela Historia, bien que, al parecer, no lo estn tanto en relacin con los alcances que en estrictajusticia habra que asignarle. Sea de ello lo que fuere, cierto es que su valor es bien relativo,comparado con el que la misma crtica suele atribuir a otras ramas de las ciencias histricas.

    Por lo que se refiere a la Historia Americana, la Genealoga quiz tenga alguna mayorimportancia que la que se le concede en la historia de otras naciones, sobre todo cuando talesestudios abarcan y comprenden todos o casi todos los grupos sociales de una nacin, de una regin,o de una provincia, sin distincin alguna entre las llamadas clases o castas superiores y las

    inferiores, a diferencia de la genealoga clsica que de suyo se contrae al estudio de los apellidos ode las familias distinguidas por su sangre o por la participacin famosa que algunos de susmiembros hayan tenido en el desarrollo de la vida de la comunidad en sus diversos rdenes.

    Varias razones parecen abonar la anterior afirmacin. Pases nuevos como son los nuestros,mucho les importa conocer, con algn detalle, todos los factores que han entrados en lacomposicin del grupo o de los grupos tnicos que sustentan su propia vida social

    T I II

    y poltica. Conociendo a fondo tales factores podrn aprovecharse de ellos, en forma tcnica, y encuanto ello fuere dable, en todo cuanto tienen de positivo y al mismo tiempo podrn prevenir, con

    igual mtodo, las desviaciones perjudiciales de aqullos, determinadas por los elementos negativosque fatalmente habrn de encontrarse en la entraa de todo factor de origen humano.

    Triple es el valor histrico de nuestra Genealoga: el biolgico, el geogrfico, si cuadra eltrmino, y el social. El primero nos permite conocer, siquiera parcialmente, cules han sido loselementos raciales, con sus cualidades y con sus defectos, que integran un determinado grupopoltico o social. Mediante el segundo fijamos el tanto de la contribucin que las diversas regionesde Espaa dieron a la formacin del nuevo tipo racial americano, producto de la fusin de la sangreaborigen y de la sangre europea y aun de la africana, con lo cual podremos interpretar, al mismotiempo, no pocas de las caractersticas nacionales de cada uno de los nuevos grupos sociales ypolticos de Amrica, en particular las que dicen relacin con su genio y su temperamento.Finalmente, la Genealoga tiene un valor social, propiamente dicho, supuesto que el anlisis de los

    datos genealgicos, mxime si se llega a reducirlos a frmulas ms o menos precisas, facilitar alsocilogo la tarea de descurbrir, con los consiguientes provechos para la comunidad y para lanacin, las agrupaciones familiares de mayores reservas biolgicas, y por tanto de mayor eficienciamental e intelectual, as como tambin le ser dable acertar, cuando menos aproximadamente, en ladeterminacin de las causas probables de las respectivas fallas y deficiencias. El balance que talanlisis arroja, interesa, como es evidente, a la Educacin, a la Economa, a la Higiene y aun a laCriminologa, para no citar ms que estas cuatro categoras de las llamadas ciencias

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    T I III

    sociales.

    Las conclusiones anteriores son valederas, en particular, para la historia de Costa Rica, pasgeogrfica y demogrficamente diminuto, por cuando la posibilidad de reducir a formulas los

    correspondientes datos genealgicos, son mucho mayores que en pases de territorio ms amplio yde poblacin ms densa. Ms evidente se har tal posibilidad cuando se hayan terminado losestudios genealgicos de todas y cada una de las provincias en que se halla dividido polticamenteel territorio nacional. Con lo cual dicho est que estas nuestras Genealogas de Cartago, ciudad yprovincia que durante largos aos del perodo colonial fueron el centro de expansin demogrficapara la mayor parte de la Repblica, respectivamente para la antigua Provincia de Costa Rica, o seala Nueva Cartago, de los conquistadores, no habrn de ser necesariamente intiles, a ms de queen satisfacer la curiosidad muy natural y excusable, por no decir encomiable, de los actualesdescendientes de los troncos cuyo estudio hemos emprendido, no se incurre por cierto en pecadoalguno. A mayor abundamiento, y para aquellos que consideran la Genealoga como un simplepasatiempo, indigno de que en l se empleen el suyo personas de gravedad, hgase cuenta de que elpropsito que nos gui al formular nuestras tablas genealgicas no es otro que el de contribuir,

    segn nuestro leal saber y entender y dentro del limitado radio de accin que es propio de estadisciplina auxiliar de la Historia, al ms detallado conocimiento de nuestra diminuta e incipientenacionalidad.

    II

    Nuestras genealogas, como lo indica el ttulo, no salen de los trminos de la ciudad y de laprovincia de Cartago, en excepcin, desde luego, de los llamados Tres Pueblos, a saber: Cot,Quircot y Tobosi,

    T I IVy de la poblacin de Orosi, que fueron originalmente de extraccin exclusivamente aborigen y de

    hecho conservaron ese carcter durante todo el perodo que comprende nuestro estudio, y conexcepcin asimismo del Pueblo del Pilar de los Tres Ros, por las razones que en su oportunidadse expondrn. Las genealogas de cartago son la base de la genealoga nacional. Cartago es la cunade Costa Rica. Los orgenes de los costarricenses, por lo menos de los que poblaron las mesetascentrales del pas, hay que buscarlos de preferencia en Cartago, que fue la primera ciudad establefundada por los espaoles en el corazn del territorio conquistado, y que por mucho tiempo tuvo lahegemona social, poltica y religiosa en la colonia. Por otra parte, los registros y documentos deCartago, incompletos como son por lo que se refiere a los siglos XVI y XVII, son los nicoselementos con que cuenta el genealogista para formular las tablas genealgicas fundamentales delas provincias de San Jos, de Heredia y Alajuela.

    Obsrvese asimismo, para justificar esta nuestra preferencia por la ciudad y por la Provincia

    de Cartago, que en ninguna otra regin del pas es posible seguir tan de cerca el proceso de fusinde las sangres como en Cartago. En el centro de la ciudad habitaba la poblacin espaola o blanca,como si dijramos el seoro; en el pueblecito o vecindario llamado de San Juan de Herrera, porel nombre de la ermita que en l haba edificada, hacia el sudoeste de la ciudad, vivan los indgenasa quienes se confiaba el servicio domstico en las casas hidalgas, y en la gotera de la ciudad, aleste, se haba establecido desde mediados del siglo XVII, un grupo africano, el de los pardos de laPuebla; finalmente en los alrededores de la ciudad, en las chcaras y haciendas, levantaron sushabitaciones diversas familias mestizas, que dieron origen a las poblaciones de San Francisco deAgua Caliente,

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    o sea del Agua de Marte, de Taras, Guadalupe, El Tejar y San Rafael, sin que olvidemos lapoblacin de Ujarrs, ms retirada de la ciudad pero muy estrechamente unida por vnculos desangre con ciertas familias blancas de Cartago y con los mestizos de los vecindarios que acabamosde citar, y que a ningn precio admitan que se les confudiese con el prximo ncleo indgena deOros.

    El mestizaje, que seguramente haba comenzado ya bajo el rgimen de las encomiendas,aceler su ritmo mediante los contactos ntimos de la poblacin espaola con los indios del servicio.Las generaciones que de tales contactos resultaron fueron consideradas por los blancos, hidalgos ehidalguetes de Cartago, como de condicin inferior para alternar con ellas, y al mismo tiempo losnuevos mestizos se consideraron a s mismos, de condicin superior, gracias a su color rebajado o ala conocida paternidad que les correspondiera en relacin con los indgenas de San Juan de Herrera,y como es de suponer, con los pardos de la Puebla. De aqu que procuraren agruparse, comoiguales, en los alrededores de Cartago.

    Durante mucho tiempo los pardos, esclavos o descendientes de esclavos, que constituan pordecirlo as la clase artesana de la ciudad, no lograron mezclarse con los blancos ni con los mestizos,

    en ambos casos por razones bien explicables. Mas poco a poco se presentaron aqu y all casos defusin de sangres de los seores con sus esclavas, y los mulatos llegaron a ser insensiblemente,sobre todo en el siglo XIX, parte integrante de la poblacin de Cartago y aun lograron algunospocos entroncar con gente blanca y muchos con gente mestiza.

    Ciertos factores econmicos determinaron en no pocos casos los acercamientos entre familiasblancas y las mestizas o mulatos. Ya en el siglo XVIII, y co-

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    rrientemente en el siglo XIX, no pocas jvenes, hijas de padres hidalgos o blancos simplemente,pero pobres, fueron dadas en matrimonio a personas de sangre mezclada, cuyas condiciones

    econmicas fueran medianamente pasables, o bien a expsitos cuyos padres fueran conocidos, porvoz comn, como pertenecientes a familias de algn abolengo. Ya que por carencia de doteaqullas jvenes no podan ser empleadas en vinculaciones del propio rango, que lo fueran dealguna forma y con el menor sacrificio de los timbres de alcurnia. No fue tampoco raro el caso deque a los hijos que los seores tenan con sus esclavas o con las personas del servicio, se lesreconociese con el tiempo, casi como de la familia, y contrajesen matrimonio con personas de igualcategora de otras familias, amigas o parientes, y de este modo se operaba en forma constante, elfenmeno de la fusin de sangres dentro del permetro mismo de la ciudad de Cartago, hasta elpunto de que son bien contadas las familias que lograron escapar a l y mantener en su pureza lasangre de su origen.

    Por todo ello era necesario que consagrramos en primer trmino, nuestros afanes

    genealgicos a la ciudad y a la provincia de Cartago. En verdad se los hemos consagrado ydedicado en forma exclusiva, ya que el tiempo que hemos consumido en la preparacin de estastablas genealgicas, imperfectas como son ellas, es tanto que ciertamente no nos dejarn espacio, nilas ocupaciones del oficio ni los aos que ya vamos contando, para emprender el estudio de lagenealoga de ninguna otra provincia. Quede reservada esta tarea a quienes con menos aos ymayores bros sientan vocacin por los estudios genealgicos, acerca de los cuales negamos enredondo que sean el natural refugio de los historiadores fracasados como maliciosamente o con

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    justicia podra pensar quien quisiese aplicar al caso nuestro el contenido de aquel axioma. Que enello haya en-

    T I VIItrado un tanto el llamado localismo o sea el puntillo provinciano, por ser Cartago la provincia denuestro origen, dmoslo por descontado, y el confesarlo no nos causa ningn rubor, por aquello de

    que si entre las fatigas de la investigacin histrica y la caridad exige, como creemos, algunarelacin, bien conocido es el aforismo popular, al que de esta vez quisimos atenernos puntualmente,de que la caridad bien ordenada entra siempre y en primer lugar, por la propia casa.

    III

    Nuestras genealogas abarcan un perodo bien extenso, a saber, prcticamente desde elestablecimiento definitivo de la ciudad de Cartago en el sitio actual, en el ltimo tercio del sigloXVI, hasta el ao 1850. Nos detuvimos en esta fecha, tanto para dar lugar a algn estudioso denuestra provincia, que s lo habr, para que complete la faena hasta nuestros das o hasta donde lotolere su constancia, como por cuanto dado el crecimiento de nuestra poblacin en proporcinartimtica cuando no geomtrica, sera punto menos que imposible para quien como nosotros

    trabaja robando el tiempo a sus quehaceres de oficio, adelantar un tanto ms aquellos estudios, desuyo no poco complicados. Por lo dems, en el ao 1850 ya haba terminado, o haba recobrado suvolumen normal el xodo de familias de la ciudad de Cartago, provocado por el establecimiento dela capital en San Jos, por manera que ya entonces estaba circunscrito y fijado el ncleo central dela poblacin cartaginesa, que habra de permanecer ms o menos invariable hasta 1910 en que, conocasin del terremoto del 4 de mayo de dicho ao, se produjo una verdadera emigracin,principalmente desde el casco de la ciudad de Cartago, hacia la ciudad de San Jos y hacia la actualpoblacin de Turrialba, y aun hacia otros lugares de la Repblica.

    T I VIIIQuiere la sinceridad histrica que agreguemos que hubo otras razones que nos obligaron a

    fijar aquel lmite a nuestras Genealogas. Pusimos particular empeo, en gracia del valor biolgico

    que segn dijimos es propio de la Genealoga, en que, siempre que ello fuera posible, figurasentambin los datos de sangre en los diversos rboles genealgicos. Dos provechos se alcanzaban conello, o por mejor decir, dos conclusiones se derivaban de ello. La primera, que como hemosinsinuado ya, no es mucha la sangre blanca qumicamente pura, si cuadra el trmino, que existe enCartago y aun en toda la Repblica, es decir que ha habido verdadera fusin de sangres, y lasegunda, que el anlisis de todos y cada uno de los troncos catalogados fuerza a admitir as mismoque nobleza rancia, de crculo cerrado, no es mucha la que ha logrado conservar limpios suscuarteles de la contaminacin plebeya. Queda as explicado, con bastante propiedad, el misterio deltipo racial uniforme que puebla toda la meseta central, explicacin de la que puede sacar muyvaliosas conclusiones la ciencia poltica para penetrar en el secreto de muchas de nuestrasmodalidades de vida social y democrtica que tanta maravilla causan a los estudiosos de otrasnaciones. Sin embargo tales razones no convencern a algunos, que quisieran que de las

    genealogas se hiciesen desaparecer todos los apuntes de sangre. Pocos o muchos, Dios lo sabr,quienes, llevados por la curiosidad o el inters social, quisieran ver confirmados en los datosgenealgicos las tradiciones de alcurnia de su propia familia, padecern no poco en su vanidad,justificada o no, al saber que en el crisol de fusin de sus respectivas generaciones ascendentes seentremezclaron algunas gotas de sangre indgena o africana. Habramos sido parte de estadesilusin si hubiramos adelantado nuestras tablas genealgicas hasta el ao de gracia en quevivimos. En cambio, el que por su propia cuenta y riesgo se dedicase a formular su rbolgenealgico por va inductiva,

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    T I IXpartiendo desde el presente hasta entroncar con el que hallare en nuestras genealogas, y descubrieseque su familia vale un poco menos, biolgicamente, de lo que haba credo, no tendr ningnmotivo para desagradarse con nosotros, y quiz acepte con mayor conformidad los hechos a cuyodescubrimiento lleg por propio personal esfuerzo. En el peor de los casos le quedar el consuelo,por muy relativo que fuera, de saber que el suyo no es el nico, y que en final de cuentas todos

    somos hijos de Dios, por sobrenatural adopcin, y de nuestras propias obras por ineludiblesexigencias de la verdad histrica.

    IV

    Las fuentes principales de nuestras Genealogas, cuya descripcin haremos ms adelante,son las siguientes: 1) Los libros parroquiales de Cartago y de Ujarrs, sobre todo los primeros; 2)Los Protocolos de Cartago, cuyos ndices hasta el ao 1850 estn publicados; 3) Los estudios delLic. don Manuel de Jess Jimnez. Antes de proceder a describirlas es conveniente que citemos losnombres de algunos estudiosos que nos han precedido en estas ingratas tareas, y trataremos dejustificar el mtodo que hemos seguido en la ordenacin de nuestros datos.

    Ni el Lic. don Len Fernndez, ni don Manuel Mara de Peralta, en sus libros,publicaciones y colecciones de documentos, tuvieron en mente adelantar sistemticamente laGenealoga, pero es indudable que para el perodo en que ms deficientes son los registrosparroquiales y las escrituras de los protocolos, es decir para el perodo que antecede al ao 1610 o1620, poco o nada se podra saber de nuestras genealogas, sin los estudios y documentospublicados por ellos. De particular importancia son, a este respecto, las informaciones de mritos,tan copiosas en la Coleccin de

    T I X

    Documentos para la Historia de Costa Rica, del Lic. don Len Fernndez.

    Don Faustino Vquez, segn referencias, fue muy experto en genealogas costarricenses, ycolaborador asiduo, en estas materias, tanto del Lic. don Manuel de Jess Jimnez, como del Lic.don Cleto Gonzlez Vquez. No conocemos el material genealgico que entre sus muchos papelesdejara el Lic. don Cleto Gonzlez Vquez, pero a juzgar por sus estudios intitulados unos Orgenesde los Costarricenses, publicados primero en Pandemonium y en otras revistas y despus enRevista de Costa Rica dirigida por el seor don J. Francisco Trejos, y otros Fundadores de lasFamilias Costarricenses, publicados en Revista del los Archivos Nacionales ese material fueriqusimo y sobre todo muy seguro y detallado. Favoreca, adems, al seor Lic. Gonzlez Vquez,su sorprendente memoria, que le permita retener todos los detalles que por tradicin recoga, aqu yall, acerca de las descendencias de muchas familias costarricenses, tambin aquellos que por sucarcter reservado no podan figurar en papeles pblicos.

    Prrafo especial merece el famossimo Libro de Figueroa, como suele llamarse al quecompuso, a fines del siglo pasado, don Jos Mara Figueroa, y que con todo esmero se conserva enla Biblioteca Nacional. Probablemente se haya hecho muchas veces la descripcin de esta obra, quees fuente de historia patria, de altsimo precio. Nosotros, sin embargo, no conocemos ninguna deaquellas descripciones, y en el supuesto de que lo mismo ocurra a ms de uno que llegue ainteresarse por las genealogas, haremos una somera descripcin del Libro de Figueroa. Toda laobra est encuadernada en dos tomos, cada uno de 89 centmetros de largo por 68 centmetros ymedio de ancho en las ta-

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    pas y un poco menos en su interior. El primer tomo o volumen, va de la pgina 1 a la 290, y elsegundo de la pgina 291 a la pgina 380. Las genealogas del seor Figueroa, que son las que msrenombre le han dado a la obra, con no ser a nuestro juicio el material de mayor precio, se hallan enel segundo volumen o parte, de la pgina 291 a la pgina 376. Mapas, dibujos, ingenuos si sequiere pero en todo caso muy originales y muy verdaderos, ilustraciones histricas, narraciones de

    gran inters, tanto de la vida colonial como de la vida independiente, ancdotas, noticiasarqueolgicas, etc., hacen de esta obra una verdadera enciclopedia, por ms que en ella no se hayaseguido un verdadero orden de exposicin, y aun prescindiendo del relativamente escaso valorcrtico de algunas de sus partes. Escrito, todo lo que no est impreso, de puo y letra del seorFigueroa. Puede juzgarse de la variedad de su contenido con slo registrar el Indice de la obra, que,en cuaderno aparte compuso, si mal no recordamos, don Adolfo Blen.

    Por ahora lo que ms nos interesa de la obra son los datos genealgicos.

    Don Jos procede segn el mtodo clsico de las Tablas o Arboles Genealgicos, mtodoque a pesar de su clasicismo no parece responder a todos los requisitos, principalmente a los de laclaridad. Cada pgina de estas tablas es una verdadera maraa tropical y muy intrincada de rboles

    genealgicos que se cruzan y entrecruzan, muy sencilla tal vez para quien lograra familiarizarse conella, pero no tanto para quien no lo est. Por supuesto, de acuerdo siempre con aquel conceptoclsico, en esos rboles genealgicos no se consignan ms datos de los nombres escuetos. Por loque conocemos de esas Tablas Genealgicas puede afirmarse que son muy seguras. De lamentar esque manos pecadoras, ganosas de dejar constancia de que sus dueos son

    T I XII

    ramas de tales o cuales linajes, se hayan atrevido a afear las Tablas con ampliaciones a tinta o alpiz de las respectivas ramas. En esas Tablas se hallarn genealogas de Cartago y de Ujarrs, deSan Jos, de Heredia y de Alajuela. En general siguen el criterio, tambin clsico, de la llamadagenealoga herldica, en contraposicin al de la genealoga utilitarista y muy plebeya, que diramos,

    a la que nos hemos acogido nosotros; de aqu que quien no tenga conciencia de que en su familiaalguien, con derecho o sin l, us la levita en el curso de una o varias generaciones, intilmentebuscar en las tablas del seor Figueroa los vestigios de sus ascendencias.

    Repetimos que, a nuestro juicio el trabajo del seor Figueroa es valioso sobre original.Debe tenerse por descontado que el seor Figueroa habr rastreado largamente sus datos en librosparroquiales y documentos civiles, y que, dotado como el Lic. don Cleto Gonzlez Vquez, deprodigiosa memoria, habr recogido en muchas fuentes secretos familiares que le han permitidosealar nombres ah donde los archivos callan. En fin, tales son las prendas que descubrimos en elautor y en su obra, que sin dificultad le disimulamos que no haya podido liberarse del todo de lamana anticlerical que se respiraba en el ambiente por los aos en que compuso su libro, comopodr observarse leyendo con cierto cuidado una que otra pgina de la obra. Manos, tambin

    pecadoras, han introducido despus, en algn lugar, una u otra nota de aquel mismo corte, de lasque lo ms suave que podra decirse, es que son de sumo mal gusto.

    En tiempos ms recientes, don Eladio Prado Senz, bien conocido historiador einvestigador, se dedic con benedictina paciencia, a esta ardua faena de formular tablasgenealgicas. Public algunos trabajos, todos ellos de mrito, y entendemos que entre el materialriqusimo que dej al morir, haba uno en que

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    T I XIII

    se catalogaban muy detalladamente todos los apellidos o familias espaolas, fundadoras de losnuestros. El seor Prado sigui el criterio, un poco ms amplio que el adoptado por el seorFigueroa, de catalogar casi todos los apellidos que figuran en las escrituras de los Protocolos. Todoaquel material genealgico, riqusimo como hemos dicho, pas a manos del Lic. don HernnPeralta, segn estamos informados, y de las manos de ste a las de don Ernesto Quirs Aguilar, el

    cual ya ha publicado algunos trabajos, de entre los cuales citamos, como ms redondeado, elintitulado: Los Quirs en Costa Rica. (San Jos, 1948, 48 pginas), que ponen de relieve sureconocida pericia en achaques genealgicos.

    Entre la generacin nueva descuella principalmente en estos estudios, el joven don Norbertode Castro, verdadero perito en herldica y minuciossimo investigador de archivos, tambin de losextranjeros. En los archivos particulares de no pocas familias existen tablas genealgicas de lasrespectivas ascendencias, de las guales una u otra ha sido publicada en la Revista de los ArchivosNacionales o impresa para uso particular. Como se comprende, no es fcil el acceso a esosarchivos particulares.

    V

    A la vista est que el sistema o mtodo que hemos seguido en la ordenacin de nuestrosdatos genealgicos est totalmente divorciado de ciertos conceptos clsicos que imperan en laGenealoga cientfica. Nuestro sistema es emprico y no tcnico. No cuenta tampoco a su favor conel mrito de la originalidad, pero s, segn creemos, con el de la claridad. Todo apellido que figuraen los papeles, por muy humilde que sea su extraccin, tiene cabida en nuestras tablas.

    T I XIV

    Pero suministramos solamente los datos esenciales para que quien quiera investigar por supropia cuenta tal o cual ascendencia puede orientarse en su labor de investigacin. Se dir que conello hemos llevado nuestro empirismo hasta el extremo de convertir lo que se quiso fueran tablas

    genealgicas en un simple registro de censo de poblacin o punto menos. Quiz haya alguna raznpara afirmarlo. Pero eso slo pudimos hacer y slo eso hicimos. No estar fuera de propsito haceralgunas observaciones acerca de aquellos datos que hemos llamado esenciales.

    1. Datos de nacimiento y bautismo. Hasta el segundo tercio del siglo XVIII los registros deCartago son muy incompletos, y generalmente las fechas de coleccin del bautismo no coincidencon las del nacimiento. Se explica muy fcilmente la primera de aquellas fallas, por el hecho de queabarcando como abarcaba la jurisdiccin parroquial de Cartago un territorio muy extenso, en el queestaban incluidos los valles de Aserr o Curridabat, y el de Barba o Cubujuqu (Heredia), no eraposible que los habitantes de stos acudieran regularmente a Cartago a bautizar a sus hijos. De aquque, o los hacan bautizar privadamente en cualquier presunto caso de necesidad, o esperaban hastaque el cura de Cartago o su delegado practicara la visita peridica de las chcaras y haciendas. En

    el primer caso, slo algunas familias emprendan el viaje a Cartago para el efecto de suplir lasceremonias del bautismo, y en el segundo, o el sacerdote prescinda en absoluto de la anotacin delos datos, o bien apuntados stos, se le extraviaban. Son en verdad relativamente muy pocos losasientos de bautismo de personas nacidas al oeste de la Carpintera, que figuran en los librosparroquiales de Cartago. Es de suponer as mismo que en Cartago no se asentaban muchas partidasde bautismo de infantes nacidos en ese valle, ya fuera por incuria de los sacerdotes o de sussecretarios, o bien porque muchos de los que bautizaban sus

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    T I XVhijos en caso de necesidad no los presentaban despus a la parroquia para que les suplieran lasceremonias, entre otras razones, para ahorrarse el pago de los derechos parroquialescorrespondientes. Despus de 1730 son menos incompletos los registros parroquiales de bautismode Cartago. Debise ello, en parte, a que al quedar instaladas las pilas bautismales, primero deHeredia, y despus de San Jos, los sacerdotes de Cartago podan dedicar ms espacio a la atencin

    de su propia oficina, adems de que los decretos de visita dictados por los Obispos o por susdelegados tenan que servirles de estmulo para desempear mejor sus oficios. De aquella incuriaen parte los excusamos porque no habiendo frmulas impresas, que tampoco habran sido emitidas,los apuntadores tenan que escribir todas y cada una de las partidas, repitiendo en todas ellas elmismo formulario. Cuntas veces lamentamos que aquellos apuntadores fueran tan puntuales en laescritura de las frmulas rituales, y no lo fueran tanto en la anotacin de los datos personales queestaban obligados a anotar.

    Porque las fechas del bautismo no coincidan con las del nacimiento, ni mucho menos, enlas tablas genealgicas anteriores al segundo tercio del siglo XVIII nos contentamos con apuntar elao del bautismo y prescindimos de la indicacin del da y del mes, aunque consten tales datos enlos libros parroquiales. Los datos de nacimiento que aparecen en muchas de esas tablas, sin

    indicacin de haber sido tomados de los registros parroquiales, han sido tomados del estudio de donManuel de Jess Jimnez, que describiremos ms adelante, el cual a su vez los calcul coninimitable paciencia, de acuerdo con las declaraciones que suelen aparecer en los testamentos, enlas informaciones de mritos, por lo que se refiere a los tiempos ms remotos, o en otras fuentes.

    T I XVIEn no pocos casos, y para el efecto de llenar en alguna forma los vacos que dejan los libros

    parroquiales, nos hemos servido de los registros de confirmacin de 1690, que se hallan bastantecompletos, y de los de 1711, indicando en cada caso la respectiva fuente.

    2. Datos de celebracin de matrimonios. Siempre que figuran esas fechas en los librosparroquiales las hemos consignado; as como tambin consignamos las de extensin de cartas

    dotales, tomadas stas de los Indices de Protocolos. Dicho sea de paso, estas cartas dotales, al igualque los testamentos, son fuentes muy provechosas para el estudio de la condicin econmica y aunsocial de los correspondientes troncos para completar los datos de los libros parroquiales. Talesdatos de matrimonio, por lo que se refiere a los libros parroquiales, son muy incompletos en el sigloXVI y en el XVII. Las fechas de los libros parroquiales no corresponden en muchos casos a las decelebracin de los matrimonios. Pareciera que el apunte se hubiese hecho casi slo con los que sevelaban, pero no con los que se casaban, supongamos, en tiempos vedados por la Iglesia para lavelacin, y no reciban la bendicin nupcial. Nos parece haber descubierto casos en los que lavelacin se practic muchos aos despus del matrimonio, y aun con ocasin del matrimonio de unhijo.

    3. Datos tomados de los testamentos. Citamos siempre las fechas completas en que fueron

    otorgados los testamentos extendidos en Cartago, tomndolas de los Indices de Protocolos deCartago. Tratndose de testamentos otorgados en San Jos o en Heredia, apuntamos slo el ao,tomado el dato de los apuntes del Lic. Jimnez. Dgase lo mismo de las fechas de los codicilos y delas reparticiones de bienes, o sea de las mortuales. Es intil encarecer la importancia de talesdocumentos para el conocimiento ms detallado

    T I XVII

    de las circunstancias particulares de las respectivas familias. Los Indices de Protocolos contienenresmenes bastante completos de su contenido, pero sera muy til repasar los documentos

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    originales, cosa por otra parte bien hacedera, supuesto que en los Indices de Protocolos constan lascitas de archivo. A veces ciertos nombres, sobre todo geogrficos, de los libros parroquiales, noconcuerdan con los de los testamentos o de las cartas dotales, por ser generalmente ms fieles losescribanos que los apuntadores de los libros parroquiales. Puede tambin acontecer que ciertosnombres aparezcan en los registros de bautismos de una manera, y de otra en los testamentos, ascomo tambin en los registros bautismales se encuentran nombres que no se citan en los

    testamentos, y viceversa. En el primer supuesto consideramos como ms segura la leccin de lostestamentos, y en el segundo nos explicamos el contraste por cuanto no siempre se citan en lasmemorias testamentarias todos los hombres de los hijos muertos en la infancia ni tampoco aparecensiempre en los libros parroquiales todos los asientos, segn observbamos anteriormente.

    4. Datos de sangre: Disposiciones civiles y aun conciliares ordenaban asentar la sangre delos bautizados, entre otros motivos para poder establecer las discriminaciones arancelarias entre lasdiversas clases en el cobro de los derechos parroquiales, de los cuales estaban exentos los indgenas,y lo que era todava ms importante, para aplicar con mayor seguridad las disposiciones pontificiasque ampliaban para ciertas clases de personas, indios y negros, los grados de consaguinidad dentrode los cuales podan contraer matrimonio sin necesidad de obtener dispensa previa. Que en ello

    entraran en mucho ciertas consideraciones sociales y nobiliarias, se cae de su peso. Con ellas

    T I XVIIIdio al traste la corriente igualitaria que, partiendo de las Cortes de Cdiz tuvo su culminacin en elmovimiento de Independencia, segn consta en el documento episcopal que vamos a reproducir acontinuacin, tomndolo de los registros bautismales de Cartago:

    Nuestro Augusto Emperador se ha servido mandar por imperial decreto dado en Mxico19 del ltimo de Septiembre lo que sigue: 1) Que en todo registro o documento pblico o privadoal asentar los nombres de los Ciudadanos de este Imperio, se omita clasificarlos por su origen: 2)Que aunque en virtud de lo prevenido en el artculo anterior no se deber hacer en los LibrosParroquiales distincin alguna de clases, continuar no obstante por ahora la que actualmente se

    observa en los Aranceles para slo la graduacin de Derechos y Observaciones nterin stas seclasifican por otro mtodo ms justo y oportuno. Queda a cargo de Ud. el circularlo entre todos loscuratos de esa Vicara, y a el de los Seores Curas el copiarlo y agregarlo a los Libros quecorresponde para que les sirva de gobierno al asentar las partidas y exigir los derechos parroquiales,y fecho volver a nuestra Secretara de Cmara y Gobierno. Dios guarde a Vuestra Merced. Len,Noviembre 20 de 1822. (f) Fray Nicols, Obispo de Nicaragua. Sr. Beneficiado D. Pedro Jos deAlvarado, Vicario de Cartago.

    Con esto termin prcticamente la anotacin de los datos de sangre, y en esta materianinguna oposicin tuvieron que vencer nuestras autoridades republicanas que en sus leyesproclamaron la igualdad a rajatabla hasta el punto de suprimir el Don, sustituido por el ttulo deCiudadano, ms jacobinamente sonoro, en todos los registros pblicos, tambin en los

    parroquiales.

    No obstante la insistencia de los visitadores, no siempre se tuvo el cuidado de apuntarreligiosamen-

    T I XIXte los datos de sangre en las partidas, cuando menos hasta 1782. Nosotros seguimos el criterio deasignar la sangre a los troncos, cuando no lo hace el registro matrimonial, por la asignacin queeventualmente se hace en los libros de bautismo. En los registros se haca el apunte de sangre, no

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    por confesin de los declarantes, es decir de los padrinos o de los testigos, sino de acuerdo con elcriterio de los sacerdotes o seglares que llevaban los registros. Era ese un criterio emprico, perorelativamente seguro. Se guiaban a veces por la apariencia exterior de las criaturas, y sobre todopor las noticias que tenan de casi todas las familias y ascendencias. Eran, en esta parte, expertosgenealogistas. Los puntillo sociales en este negocio se hicieron ms visibles, una vez que familiasdistinguidas comenzaron a entroncar con otras de inferior categora. Por causa de ello se daban

    casos en que, por condescendencias muy explicables, los apuntadores mejoraban a su talante lasangre de los infantes, o por el contrario, por reaccin personal o de otro orden contra las nuevosricos, que diramos hoy, o sea contra los nuevos nobles, certificaran la sangre, mestiza o mulata,con empeo machacn. Parece que en la determinacin de la sangre de los bautizados o en laaplicacin del Don, cuando caba, se sola atender ms la sangre o categora de la madre, que a ladel padre. Las razones que acabamos de dar, todas en su conjunto o cada una de ellas por separado,sirven para explicar que en la descendencia de un mismo tronco, unos retoos aparezcan como demejor sangre y otros resulten con ttulo ms rebajado. Por nuestra parte en nuestras tablas noconsignamos la sangre de las familias hidalgas, por considerarlo innecesario.

    5. Datos de origen y procedencia. Siempre que en los registros parroquiales, en las cartasdotales o en los testamentos, se indica el lugar de origen de los troncos, lo consignamos. La

    importancia de tales

    T I XXindicaciones es evidente. Mediante ellas podemos fijar con aproximacin siquiera el tanto de lacontribucin que corresponde a cada una de las regiones de Espaa o a las dems circunscripcionespolticas americanas, en la formacin del nuevo tipo racial. En su propio lugar presentaremos, enforma de catlogo, la nmina de familias con los lugares de procedencia cuya identificacin ha sidoposible, para el efecto de establecer el porcentaje aproximado de la contribucin de sangre deaquellas regiones o circunscripciones.

    Y baste con esto de observaciones sobre los datos esenciales que figuran en nuestrosapuntes. En cuanto a la disposicin material de las tablas, tngase presente las indicaciones que

    siguen. Los nmeros romanos designan las generaciones en orden descendente, partiendo de laprimera que ha sido posible identificar segn los datos de archivo, hasta la ltima. Aquellos troncosque en nuestras listas no dan seales de vida en 1850, no las dan, o porque se hayan extinguidototalmente o por la lnea masculina, o porque se hayan trasladado a otros lugares, o bien porqueacerca de ellos no volvieron a aparecer referencias en los archivos de Cartago. A su vez aquellostroncos que sin anunciarse aparecen de pronto en las listas y sin que de sus fundadores masculinosconste que eran expsitos o hijos de padres desconocidos, tal vez estn emparentados con otroscuyos orgenes anteriores s ha sido posible establecerlos, pero no se poda incluirlos en las tablasde stos por no haber indicios suficientes que autorizaran esa inclusin. Familias o apellidos decorto tiraje, valga el trmino, de las que no se han encontrado datos ms precisos, figurangeneralmente bajo el rubro de Miscelnea o de Varios. Posiblemente algunos de estos cabossueltos, como los llama don Manuel de Jess Jimnez, corresponden a troncos ya identificados o a

    familias que se trasladaron a otros lugares o que procedentes de stos no llegaron a

    T I XXIfijar su residencia definitiva en Cartago. Tambin se ha procurado consignar el lugar de origen deciertos apellidos procedentes de otros lugares del territorio nacional. Saber cules de las familiasavecindadas en el valle de Cartago, perteneca a este barrio o cuartel, como se deca entonces, ycules poco a otro, no siempre es posible. Sin embargo, con un poco de cuidado se podraidentificar el domicilio de tales familias mediante la indicacin que se hace en los testamentos delos lugares donde fueron otorgados stos, y que por lo general corresponden a los del domicilio de

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    los otorgantes, y por medio de las referencias que hallamos por corto tiempo, despus de 1840, enlos libros de bautismos, de los lugares de nacimiento de los bautizados, referencias que hemosprocurado apuntar en sus correspondientes asientos.

    IV

    Pasaremos ahora a describir en particular nuestras fuentes principales, ya enumeradas antes.La primera de ellas son los libros parroquiales de Cartago, los de bautismos y los de matrimonios,todos los cuales copiamos extractados antes de ordenar nuestras listas, tanto para facilitar el trabajocomo para conservar en nuestro archivo particular los apuntes que nos permitirn contrastar encualquier momento un dato o referencia. No citamos entre esos libros, los de defunciones, que nolos hemos tomado en cuenta para no complicar ms de lo justo nuestro trabajo, y porque en realidadson ms deficientes que los otros. Se apuntaban las partidas de defuncin de aquellos a quienes sehacan las exequias, pero muchos eran los que no eran llevados a la iglesia para aquel efecto, yafuera porque hubiese muerto en lugares muy apartados o porque los dolientes quisieran excusar elgasto que supona presentar sus muertos en la iglesia con una cierta decencia y pagar derechosparroquiales, violinistas y ve-

    T I XXIIlas, segn lo que en aquellos tiempos se estilaba en los funerales.

    Mons. Thiel (Cf. Datos Cronolgicos para la Historia Eclesistica de Costa Rica) escribe losiguiente a propsito de los libros de defunciones: El primer libro de defunciones (se refiere aCartago) consta de partidas o apuntes del mayordomo de fbrica, para formar sus cuentas dederechos devengados por entierros, y por tanto es muy incompleto. Comienza en 1668. Tan pocaimportancia se daba a este re istro que en 1721 se suspendi del todo hasta 1729 en que el Lic. donJuan de Rivas Chaverri, cura de Esparza y Visitador General de Costa Rica, dispuesto que se llevaseel libro de muertos, que no se llevaba, dice por no ser costumbre. Datos de importancia quepodran tomarse, cuando constaran, de los libros de defuncin, seran las fechas del fallecimiento yla iglesia de la sepultura. En parte est subsanada esta falla en nuestros apuntes, con la indicacin

    de las fechas en que fueron otorgados los testamentos, fechas que generalmente coinciden con elao y el mes del fallecimiento.

    1. Libro de Bautismos. De Mons. Thiel (1.c.) son las siguientes observaciones: El primerlibro de bautismos (de Cartago) que debe haber sido comenzado por el primer cura y vicario, donJuan de Estrada Rvago, ya se haba perdido a principios del siglo XVII por la mala calidad delpapel y la humedad del clima. El segundo libro de bautismos que comienza en 1594, esincompleto. Parece que no haba exactitud en llevar libros; as se comprende que de 1595 a 1600no haya ninguna partida apuntada. En los principios haba dos libros de bautismos, en el primerose apuntaban los espaoles y en el otro los indios, esclavos, etc. Esto explica que en 1637 a 1640 seencuentren pocos o ningunos espaoles apuntados, porque el libro que se ha conservado es el de

    T I XXIIIlos indios y dems gente; en 1641 a 1643 se encuentran slo espaoles apuntados porque son fojasdel libro de los espaoles. Slo desde 1673 en adelante parece que se llevaba un solo libro paratodos. Ms adelante advierte que la desigualdad que se observa en los nmeros de los bautismosde cada ao proviene de que en muchos casos, casi en la mayor parte de las partidas, se trata dehaber suplido las ceremonias, habiendo sido bautizado el nio antes, en caso de necesidad. Como lamayor parte vivan en los campos y en los valles en grandes distancias de la iglesia parroquial, nopodan llevar fcilmente sus hijos recin nacidos a la iglesia; despus se olvidaban y cuando por finhacan viaje a Cartago, venan con dos, tres y hasta cuatro y cinco hijos, todos bautizados

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    privadamente y a quienes se suplan en el mismo da las ceremonias. Este es el motivo principal dela desigualdad en el nmero de los bautizados de cada ao. A lo que podemos agregar nosotrosque este es el motivo principal de que no haya sido posible identificar los troncos de muchasgenealogas de gentes no distinguidas.

    En los Archivos de la Curia Metropolitana estn los registros de bautismos de Cartago hasta

    enero de 1850, y los de matrimonios hasta 1853. Los dos primeros legajos de bautismos, bienpueden llamarse extravagantes, porque no forman parte de ningn catlogo. En verdad nisiquiera merecen el nombre de legajos. Son hojas o pliegos no encuadernados o cosidos sin orden.El primero comienza en 1594, y con muchas lagunas llega hasta 1625. La primera partidacorresponde a Bartolom, hijo de Juana esclava de ... Pearanda. En 1605 se apuntaron por vezprimera, entremezcladas, las partidas de espaoles, mestizos y mulatos. El 19 de junio de 1602 seencuentra una nota firmada por Lucas Cordero, como sacristn mayor, por el cura don Lope deChavarra y como notario de su juzgado por el mismo Padre Chavarra, en la que se dice ...saqu este traslado de un libro de bautismos que el dicho vicario

    T I XXIVme entreg y por su mandado lo hice escribir segn que dicho he. Haba, por tanto, otro libro, que

    se ha perdido. El 3 de junio de 1605 aparece apuntado el primer hijo de la Iglesia.

    Esta ltima observacin requiere alguna ampliacin. Hijos de la Iglesia siguironsellamando en los registros parroquiales los hijos naturales, hasta 1666 en que por vez primera seemplea la calificacin de hijo de padres no conocidos. No han faltado quienes en tiempospasados, de buena o mala fe, vayamos a averiguarlo, creyeron o aparentaron creer que los hijos dela Iglesia, eran los hijos de sacerdotes, cuyos nombres por tanto habra que adornarlos en las tablasgenealgicas con el consabido bonete, no obstante el hecho bien notorio de que en algunos aoseran tantos los hijos de la Iglesia que ni aun pensando lo peor de todos los sacerdotes y religiososresidentes en Cartago en ese entonces, podra justificarse la sospecha. A los hijos naturales losllamaron en Espaa, en los registros eclesisticos, hijos de la tierra o hijos de la Iglesia. Aquse emple la segunda calificacin, quiz por ser ms caritativa y cristiana. En los libros de

    defuncin se les llama botaditos, es decir, expsitos, a las puertas de fulano o zutano. Aquellanomenclatura tena su razn de ser. Los expsitos, que casi todos los hijos naturales lo eran enaquel tiempo, eran expuestos a las puertas del templo parroquial, o bien a las del prroco, el cualprocuraba encontrar en la comunidad parroquial quien se hiciera cargo de ellos. Aumentando lapoblacin, y con ella el nmero de los hijos naturales, la exposicin se haca a las puertas de algunapersona ligada por sangre con la criatura o a las de cualquier otro vecino, ya que las puertas deltemplo como las del cura, estaban ms expuestas a la observacin de los curiosos. Ms tarde, y sinque ello pueda calificarse de descarado cinismo, no se llevaba tan a mal que la madre confesara suculpa criando el fruto de su pecado pero tambin de sus entraas.

    T I XXVDesde luego aquella reserva o rubor social sola ser patrimonio ms de las doncellas de

    familias distinguidas, que de las pertenecientes a familias de servicio.

    El segundo legajo de extravagantes, que hemos dicho, comienza a mediados de 1637 yllega, tambin con lagunas, hasta 1647. Est muy mal encuadernado, y a veces es imposible acertaren el ao a qu partida corresponde, por estar encabezada sta en esta forma: El dicho da, mes yao..., sin que se pueda saber si el pliego anterior, lo es cronolgicamente o slo en laencuadernacin o costura. Al principio hay una nota bastante difcil de interpretar, escrita por el P.Baltasar de Grado, de la que se saca en claro que haba un libro de espaoles, y que el padre copi

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    algunas partidas de otro legajo o libro que hall en la iglesia... de papel mojado y por soso no sepoda escribir en l, con partidas asentadas por el P. Lope de Chavarra., su antecesor.

    Los dems registros de bautismos, ya ordenados y debidamente numerados, bien puedendividirse, para los efectos de su descripcin, en legajos y en libros. De aqullos hay diecinueve,respectivamente dieciocho, y van desde 1663 hasta enero de 1801. No estn empastados pero s

    encuadernados. De ah en adelante, hasta 1850, se cuentan once libros, muy bien encuadernados yempastados. Los legajos pasaron al Archivo de la Curia en 1852, al ser trasladado el Archivo de laVicara Fornea de Cartago a San Jos. Los libros, ya empastados, pasaron al Archivo de la Curia,segn entendemos, durante la administracin parroquial de Cartago del Presbo. don Antonio MaraRojas. He aqu el sumario de tales libros y legajos.

    Legajo Primero. Comienza en 1663 y termina en 1678. Faltan, por consiguiente, todas laspartidas desde 1648 hasta 1662. En ellos aparecen partidas de bau-

    T I XXVI

    tismo de protestantes reconciliados con la Iglesia, posiblemente piratas. Citamos el hecho, que se

    observa tambin en otros legajos, porque si tales reconciliados, que adoptaban los apellidos de suspadrinos, llegaron a contraer matrimonio en Cartago, representaran un nuevo elemento, por escasaque fuera su importancia, en el fenmeno de la fusin de las sangres. El registro est incompleto.

    Legajo Segundo. Comienza en 1678 y termina en mayo de 1695. Faltan las partidas de1677 t las de 1691.

    Legajo Tercero. Comienza en 1695 y termina el 7 de octubre de 1709. De 1700 a 1704 haymuy pocos asientos. Ya estaba en vigencia la prctica de que administraran la parroquia dosbeneficiados al mismo tiempo, los cuales se dividan, por perodos del ao, determinadas funcionesparroquiales, entre ellas la de administrar el bautismo y llevar los apuntes de oficina, pasando loslibros de las manos del uno a las del otro en las fechas sealadas en los acuerdos. Aquella prctica,

    dicho sea de paso, continu hasta mediados del segundo cuarto del siglo XVIII. Milagro es que, nohabiendo verdadera oficina o archivo parroquial, y conservndose los libros en las habitacionesparticulares de los beneficiados, expuestos a los daos de las goteras, roedores y dems alimaas, yal descuido de las gentes del servicio, hayan llegado hasta nosotros los registros que poseemos.

    Legajo Cuarto. Comienza en octubre del 1709 y llega hasta el 1 de setiembre de 1718.Faltan los asientos de 1717 y 1719. De 1718 hay una sola hoja.

    Legajo Quinto. Del 20 de marzo de 1720 al 11 de marzo de 1734.

    T I XXVII

    Legajo Sexto. Del 27 de enero de 1735 al 9 de setiembre de 1740.

    Legajo Sptimo. Del 21 de enero de 1740 al 29 de diciembre de 1747.

    Legajo Octavo. Del 8 de febrero de 1748 al 29 de julio de 1756.

    Legajo Noveno. Del 16 de agosto de 1756 al 21 de diciembre de 1761.

    Legajo Dcimo. De enero de 1762 al 1 de noviembre de 1766.

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    Legajo Undcimo. De enero de 1767 al 1 de noviembre de 1773. El 28 de julio de 1770 el

    visitador d. Juan Jos de la Madriz Linares orden consignar la sangre de los bautizados,prescripcin que slo irregularmente se observaba y que tampoco guard religiosamente despus.

    Legajo Duodcimo. Del 5 de enero de 1774 al 8 de enero de 1779.

    Legajo Dcimotercero. De enero de 1779 al 2 de setiembre de 1785. Mons. Tristn, en elauto de visita de 1782, orden apuntar los nombres de los abuelos paternos y maternos. Talprescripcin se observ, parcialmente siquiera, y durante un corto tiempo, por lo que se refiere a laspartidas de hijos de familias distinguidas, pero muy escasamente en cuanto a las dems. Al urgir en1815 Mons. Garca Jerez el cumplimiento de aquel auto se crey autorizado para afirmar que nobien fue dado aquel mandato qued relegado al olvido. En verdad as haba ocurrido.

    Legajo Dcimocuarto. De setiembre de 1785 al 22 de abril de 1788. El 14 de noviembre de1786 aparece

    T I XXVIIIel primer reconocimiento de paternidad. Don Francisco de Bonilla reconoce como hijo suyo a JessMara, hijo de Mara Dolores Vega, y firma al pie junto con el prroco. Tales formalidades sesiguieron observando en los reconocimientos posteriores.

    Legajo Dcimoquinto. De marzo (sic) de 1788 al 9 de junio de 1791.

    Legajo Dcimosexto. Del 15 de agosto de 1791 al 27 de marzo de 1793.

    Legajo Dcimosptimo. Del 27 de marzo de 1793 al 1 de abril de 1797.

    Legajo Dcimonono. Respectivamente ste sera el legajo dieciocho. Por equivocacin en

    la numeracin de la cartula, aparece con el nmero diecinueve. Va del 2 de abril de 1797 al 20 deenero de 1801.

    Libro Primero. Del 20 de enero de 1801 al 30 de diciembre de 1805. Se halla empastadojunto con este libro un folleto o libreto de Bautismos de la Capellana Castrense del Batalln deMilicias de la Provincia, que va de 1805 a 1816 inclusive. Es el nico recuerdo que nos queda enlos archivos eclesisticos de aquella capellana castrense.

    Libro Segundo. Del 31 de diciembre de 1805 al 24 de diciembre de 1810.

    Libro Tercero. Del 21 de enero de 1811 al 31 de diciembre de 1814.

    Libro Cuarto. Del 1 de enero de 1815 al 1 de enero de 1820. Mons. Garca Jerez, en elauto de visita del 24 de enero de 1815 orden nuevamente, esta vez en forma perentoria, apuntar losnombres de los abue-

    T I XXIXlos paternos y maternos, y el da del nacimiento. Los primero s se observ, pero no as lo segundo,salvo casos excepcionales. Con ello se facilitaba a los prrocos la tarea de formular rbolesgenealgicos para el efecto de descubrir los parentescos entre quienes intentaban contraermatrimonio. Tambin para lo nuestro aquella disposicin es de no poca utilidad. Facilita la

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    distribucin de los datos entresacados de los libros bautismales en los lugares que les corresponden.No obstante, las referencias de los libros de bautismos con respecto a los abuelos, no son siempreseguras, sea por equivocacin de los padrinos que suministraban los datos, sea por descuido de losnotarios y secretarios. Tales fallas son enormes sobre todo entre 1830 y 1850, hasta el punto de queno hay exageracin en decir que por excepcin aciertan los apuntadores y por regla desaciertan. Noobstante el cuidado que pusimos en rectificar tanto dato equivocado y aun en citar los cambios de

    apellidos y de nombres cuando no podamos disipar las dudas, es difcil que hayamos acertado entodos los casos. Ntese asimismo que indistintamente se citan los abuelos naturales y los legtimos.

    Libro Quinto. Del 2 de enero de 1820 al 1 de enero de 1829. Ya desde 1815 se encuentrananotaciones marginales en los asientos, que indican si la partida fue registrada, para efectosmatrimoniales, generalmente. Desde el 2 de enero de 1821 se comenz a remitir al Ayuntamientolos estados de nacimiento, matrimonio y defunciones. Al instalarse la Repblica, y para efectosfiscales, los libros parroquiales fueron visitados peridicamente por empleados de Hacienda, conobjeto de constatar si los libros eran llevados en el papel sellado prescrito por ley.

    Libro Sexto. Del 1 de enero de 1826 al 2 de julio de 1830.

    T I XXX

    Libro Sptimo. Del 3 de julio de 1830 al 30 de diciembre de 1833.

    Libro Octavo. Del 5 de enero de 1834 al 4 de enero de 1838.

    Libro Noveno. Del 4 de enero de 1838 al 28 de diciembre de 1841.

    Libro Dcimo. Del 1 de enero de 1842 al 31 de diciembre de 1846.

    Libro Undcimo. Del 2 de enero de 1847 al 7 de enero de 1850.

    2. Libros de Matrimonios. No hemos dado con las partidas matrimoniales de 1662-1675,con excepcin de las de 1672 y 1673 que se hallan en el tomo primero del Archivo de la Curia,hacia el medio. Mons. Thiel debi tener a la vista aquellos asientos, que le sirvieron para consignarlos datos estadsticos correspondientes en sus tablas estadsticas. En total son 85 partidas dematrimonio las que nos hemos hallado. De ese primer libro de matrimonios, escribe Mons. Thiel(1.c.): El primer libro de matrimonios comienza en 1662, faltan las fojas correspondientes a 1663y 1664. Haremos la descripcin de los libros matrimoniales que tienen numeracin de archivo.

    Libro Primero. Muy incompleto. Va de marzo de 1676 al 6 de octubre de 1698.

    Libro Segundo. Del 12 de febrero de 1700 al 22 de febrero de 1734. Faltan algunaspartidas.

    Libro Tercero. Del 6 de julio de 1734 al 24 de mayo de 1741. En 1734 fue erigida la ayudade parro-

    T I XXXIquia de la Inmaculada Concepcin de Cubujuqu (Heredia) y desde entonces no se volvieron aapuntar partidas de ese valle en los libros de Cartago. Lo mismo sucedi desde 1741, con la ayudade parroquia del Valle de Aserr o sea San Jos de la Boca del Monte.

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    Libro Cuarto. Del 15 de enero de 1742 hasta 1761 inclusive.

    Libro Quinto. Del 9 de enero de 1762 al 10 de noviembre de 1773.

    Libro Sexto. Del 1 de enero de 1774 al 6 de enero de 1788.

    Todos estos libros, que en realidad son legajos no empastados, pasaron al Archivo de laCuria junto con los dems papeles que haba en la Vicara Fornea de Cartago. Los que siguen, yque estn muy bien encuadernados y empasatados, fueron depositados aqu, segn parece, en pocams reciente, es decir bajo la administracin parroquial en Cartago del Presbo. don Antonio MaraRojas.

    Libro Primero. Del 1 de febrero de 1788 al 17 de enero de 1818.

    Libro Segundo. Del 28 de enero de 1818 al 21 de noviembre de 1834.

    Libro Tercero. Del 12 de setiembre de 1835 al 30 de noviembre de 1853. Faltan muchaspartidas del ao 1835, algunas de las cuales se encuentran en el libro de bautismos.

    VII

    Interrumpimos aqu la descripcin de las fuen-

    T I XXXII

    tes para comentar algunos casos, serios los unos, humorsticos los otros, de que hallamos vestigiosen los libros parroquiales. Fue costumbre en muchas parroquias anotar en los libros parroquiales,especialmente en los bautismos, algunos sucesos de mayor relieve acaecidos en las respectivasparroquias. No son muchas las indicaciones de este gnero que aparecen en los libros parroquialesde Cartago, y las que existen no requieren mencin literal por referirse a sucesos bien conocidos e

    investigados, fuera de la siguiente que, segn entendemos, constituye la nica constanciadocumental inmediata del llamado voto de San Estanislao, el 7 de mayo de 1822. Las Actas delAyuntamiento de Cartago hablan de ello, pero slo un ao despus. Dice as la respectiva nota dellibro de bautismos:

    El da del voto de S. Estanislao en 7 de mayo de 1822. En el da siete de idem como a lasdos de la maana fue el terremoto tan grande y siguieron por algunos das. Se jur el voto decelebrar misa en dicho da y la vspera se visita la Iglesia de Nuestra Seora de los Angeles, y que elexpresado da de San Estanislao sea de misa y se pueda trabajar.

    No porque les atribuyamos especial importancia histrica, ni mucho menos, sino porque sonmuestra bien acabada del sentido anecdtico de los tiempos pasados, vamos a referirnos en detalle a

    ciertas notas marginales que aparecen en los libros de bautismos de 1735, y en los de matrimoniosde 1748. El autor de ellas debi ser algn sacerdote anciano, residente en Cartago a principios delsiglo XIX, el cual debi estar bien informado de las intimidades de la ciudad. Adems de consignarlas observaciones a que nos referimos, tuvo el cuidado, y esto s tiene valor histrico, de anotar qupartidas correspondan a sacerdotes o a religiosos profesos.

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    T I XXXIII

    El 30 de abril de 1735, hablando de Petronila Aguilar, mujer de Diego de Mesa, anota: Lamadre de sta era la que llamaban Petronila Mesa con el apellido del marido siendo ella Aguilar.El 14 de abril de 1739, refirindose a Jos Joaqun, hijo de Bernarda, esclava de Doa BaltasaraPaniagua, observa: Este se firma Coronel no sindolo. El 31 de octubre de 1739, el margen de lapartida de Domingo Antonio Jos Francisco Mariano, legtimo de D. Domingo Antonio de la

    Rapela y Villar y de Da. Mara Josefa de Barros y Carvajal, con no poca sorna escribe: Todo elCalendario. El 20 de agosto de 1740 dice de Francisco de la Asuncin, espaol, legtimo de D.Dionisio Salmn Pacheco y Da. Francisca Serrano de Reina, lo siguiente: Francisco de laAsuncin, espaol, pero muy molesto por la mala propiedad y una tos fingida que a todos incomodaen la iglesia. En otro lugar escribe de una cierta fulana tuerta, que lo era por una astilla que el dioen el ojo partiendo un huevo. Aparece una partida de una cierta Domitila, y el historigrafo, sin quede esta vez acertara, protesta: no es Domitila sino Domicila, segn no s qu edicin del AoCristiano. Probablemente con irona, pensando en el Presbo. D. Miguel Sancho de Castaeda quetuvo su pugna con la seora, el 26 de julio de 1742, agrega en la partida de Manuela Josefa, hija dedon Francisco Fernndez de la Pastora y Da. Francisca de Arburola: Esta fue la Pastora. Enmaterias de hidalgua era puntilloso; el 21 de julio de 1745, protesta de que a Jos Ignacio SenzGuerrero no le reconocieran la casta: No le pusieron Don, y est la nulidad de las partidas en los

    sacristantes, que hacen lo que no deben, y otras convienen con las personas que sacan de pila, enmentiras. El asiento de 1745, el notario llam Da. Salomona a la madrina y el crtico protesta:No hay Salomona y Salom, y as es, Da. Salom es la madrina. El 25 de julio de 1748, al pie deuna partida matrimonial escribe: Manuel Antonio de Ibarra, este era hijo de ta Mara, muyafeminado. De

    T I XXXIV

    Jos Nicols, esclavo de Da. Baltasara Escalante Paniagua, dice en 1750: Este es el padre delplatero Rafael Escalante, hijo legtimo y de legtimo matrimonio. Con don Mariano Jos Lorenzode la Cruz Iglesias, hijo de don Ignacio del mismo apellido y solar, y de Da. Agueda Garca deMiranda, se las trae, ignoramos con qu motivo: en la partida del 15 de setiembre de 1751, sin ton

    ni son, dibuj al pie, no del todo mal, un pajarraco, y escribi: Este es el pjaro bobo de MarianoIglesias, que con tal apodo era en verdad conocido en Cartago. Al pie de la partida de Juana de laRosa Garro, sin que viniera a cuento, dibuj a pluma un pjaro, y muy satisfecho con las virtudes desu pincel, escribe: Este pjaro slo le falta la pluma y algo de canto. Delicado como era en laseleccin crtica de los nombres, en 1770 protesta airado porque a un fulano lo hubiesen llamadoManuel Joaqun de la Resurreccin. No hay Resurreccin ms que la de N. Seor Jesucristo.Tampoco transige con las incorrecciones en los apellidos; en 1775 aparece como madrina Da.Gertrudis Ginesta, y no se puede contener: no hay tal, es Zavaleta esta madrina, y el apelativo esfurtivo. Menos tolera los reconocimientos furtivos, que dira el cronista: El 30 de junio de 1815se bautiza Mara Paula de las Mercedes Ayala, mulata libre, y al margen leemos la siguiente nota dereconocimiento pstumo: Es hija natural como lo declara por testamento que otorg el seorGobernador que fue de esta Provincia don Juan de Dios Ayala, en el mes de junio de mil

    ochocientos diecinueve. (f) Juan de los Santos Madriz. Contra tal afirmacin protesta en lostrminos siguientes: No es tal hija natural, porque no poda casarse con la zamba por lapragmtica que se lo impeda y su empleo. La ltima anotacin que hizo este perito, es de julio de1815, al margen de la partida de matrimonio de don Jos Antonio Senz y Da. Mara TeresaMonestel: Hasta hoy 15 de julio tiene de casado 60 aos, hasta el de 1815. Sea Dios alabado parasiempre. Ms tres meses que se olvidaron de poner.

    T I XXXV

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    Juzgue el lector lo que guste del humorismo de aquel cronista. Piense tambin lo quequiera de esta otra nota, de otra mano y de ortografa deslavazada, que corregimos nosotros, y conla que ponemos a fin estos comentarios, en la que algn despechado quiso vengar algn presuntoagravio que le infiriera el Padre don Jos Gabriel del Campo, Vicario Forneo de Cartago. Almargen de la partida de Mara Manuela de Jess, legtima de D. Jos Antonio del Campo Solrzanoy Da. Mara Mercedes Guerrero y Arcos, el 15 de enero de 1802, leemos: Esto es lo que se llama

    tontera, porque los que venan de Espaa lo ms eran criminales y venan a hacer suerte a nuestraAmrica, lo que all no eran nada y en el tiempo les hacan creer a los incautos, que eran de lacanalla espaola. De su peso se cae, que quien tal escribi debi ser, a ms de malcriado,republicano incorregible.

    VIII

    Sigamos con la descripcin de las fuentes. Por su orden vienen en segundo trmino losProtocolos de Cartago, o sean los Indices de los Protocolos de Cartago, publicados en seis tomosy que extractan los protocolos desde 1607 hasta 1850. Su descripcin particular puede verse en elIndice Bibliogrfico de don Luis Dobles Segreda.

    De los Protocolos tomamos las citas de los testamentos, codicilos y cartas dotales, y de lasparticiones de bienes. Completan los datos de los libros de bautismos y matrimonios, y aun sirvenpara corregir la ortografa de algunos nombres, desde luego ms exacta en los Protocolos que en loslibros parroquiales. De mucho valor genealgico son las cartas dotales y los nminas de herederosque figuran en muchos testamentos. Don Manuel de Jess Jimnez, segn veremos, es-

    T I XXXVItudi en sus propias fuentes todos esos protocolos, los extract, y de ah tom las indicaciones quefiguran en sus datos. Podramos haber extractado algunos otros datos de los Protocolos,respectivamente de ciertas escrituras de arrendamiento de bienes de menores, de capellanas y decensos, pero con ello es verdad no habramos mejorado substancialmente nuestras referencias, y encambio habramos recargado casi intilmente las sntesis genealgicas que presentamos.

    IX

    No ser necesario hacer la presentacin de la personalidad del Lic. don Manuel de JessJimnez Oreamuno, acucioso investigador y muy exquisito escritor costumbrista. De los muchospuntos que calzaba como poltico y literato, todo el mundo est bien informado, pero no as, o en lajusta medida, de los mucho que vale su labor de investigacin histrica original. Nosotros mismosapenas estbamos informados a medias acerca de estos merecimientos del Lic. Jimnez, cuandohace algunos pocos aos la seora viuda del llorado escritor, doa Cristina Rojas, tuvo la bondad,que una vez ms le agradecemos, de entregarnos parte del material histrico recopilado por suesposo. Entre ese material el ms valioso es el que aqu describimos.

    En dos libros Copiadores y un Diario, es decir en dos libros de los que anteriormente seempleaban en las oficinas de algn movimiento para dejar copias de las cartas que se enviaban, y enun libro de contabilidad, est almacenado el fruto de las valiossimas investigaciones genealgicasdel Lic. Jimnez. El Diario es nada menos que el que sirvi en la Botica del Lic. JessJimnez, en Cartago, para llevar las cuentas del establecimiento desde abril de 1887 hasta octubrede 1890, en el que se emplearon 35

    T I XXXVIIpginas.

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    Uno de los libros copiadores, de 400 pginas, contiene material ms que genealgico,

    topogrfico, esto es, la localizacin de las habitaciones de los vecinos de Cartago en diversaspocas, de acuerdo con los datos entresacados de los varios instrumentos notariales que obran en losArchivos Nacionales, respectivamente en los Protocolos de Cartago. Figuran en l, por su orden:1) Planta y localizacin de viviendas en Cartago, en 1608, al folio 3, seguida, hasta el folio 43, de

    las citas crticas que autorizan la respectiva localizacin; 2) Planta de Cartago y localizacin deviviendas, en 1630, al folio 44, seguida hasta el folio 85, de las correspondientes citas justificativas;3) Planta de Cartago y localizacin de viviendas en 1650, al folio 86, seguido hasta el folio 135 delas citas documentales del caso; 4) Planta y localizacin de viviendas en Cartago en 1670, al folio36, seguido hasta el folio 189 de las citas documentales pertinentes; 5) Planta y localizacin deviviendas en Cartago en 1690 al folio 191, seguido hasta el folio 287, de las citas del caso; 6)Planta y localizacin de viviendas de Cartago en 1608, al folio 288, que es correccin de la planta ylocalizacin del folio 3, seguido hasta el folio 381 (los restantes hasta el fin estn en blanco) de lascitas documentales. Todas las citas estn escritas a lpiz y no estn todava ordenadas en formadefinitiva.

    A emprender tal original como laborioso trabajo se habr decidido el Lic. Jimnez, movido

    quiz por el ejemplo, que bien que en escala mucho menor, la haba dado el Sr. Figueroa en algunasde las pginas de su libro, en las que intent, desde luego sin agregar citas documentales de ningunaespecie, un ensayo por el estilo, y sobre todo por su vocacin de escritor costumbrista, en su gnerono igualado todava por ninguno en Costa Rica, ganoso de ambientar,

    T I XXXVIIIcomo se dice ahora, sus narraciones, dentro del terreno mismo que le haba servido de escenario, ensu muy amada ciudad natal de Cartago. El trabajo no est definitivamente elaborado, como sucedeen general con los estudios genealgicos que estamos presentado, y habra que rehacerlo en muchaspartes y completarlo en su conjunto antes de ofrecerlo como obra ms o menos acabada, pero granparte de los materiales est ya acumulado, y sobre todo, tenemos ya esbozado un sistema que, porsu claridad, convendra seguir a quien intentara redondear la obra. Ms adelante, y por cuanto ello

    interesa a nuestros propsitos, presentaremos un esquema de las localizaciones de viviendas deCartago en los aos arriba citados, de acuerdo con las conclusiones del Lic. Jimnez.

    Para lo nuestro, como se deja entender, es todava ms importante la descripcin de losotros dos volmenes, el segundo copiador y el libro de contabilidad, que contienen los datosgenealgicos de buena parte de las familias coloniales de Cartago, y de algunas otras establecidasen San Jos, Heredia y Alajuela. El Diario est sealado, para efectos de indice, con la letra A,y el copiador con la letra B. Los apuntes genealgicos comienzan en el primero, en la pgina 37y siguen hasta la pgina 367, de las 376 que tiene el volumen. En el segundo, los apuntescomienzan en la pgina 2 y llegan hasta el folio 369 de los 400 que forman el volumen. En estesegundo volumen aparecen varias plantas o localizaciones de viviendas de San Jos, a saber: 1)San Jos de 1800 a 1830, al folio 370; el San Jos de 1800 a 1830, que es continuacin del folio

    anterior, al folio 372; 3) San Jos, norte, ao 1840, al folio 376; 5) San Jos, ao 1850, al folio 378.No se cita ningn documento justificativo de estas localizaciones.

    T I XXXIXEl sistema o mtodo seguido por el Lic. Jimnez corresponde al de tablas genealgicas,

    pero difiere esencialmente del adoptado por el seor Figueroa, en su libro, en que dentro o fuera delos crculos u hojas del rbol genealgico apunta todos los datos que justifican la cita, siquiera enforma abreviada. Todo est a lpiz. Es un trabajo todava en gestacin. Para disponerlo el seorJimnez, segn observbamos antes, estudi por s mismo y extract prcticamente todos los

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    protocolos de Cartago hasta 1850, y buena parte de los de San Jos y Heredia, que en aquelentonces no haban sido publicados los correspondientes Indices de Protocolos. Don FaustinoVquez, segn se desprende del contenido de varias libretas, que tambin estn en nuestro poder, enlas que se apuntaban muchos datos que despus eran trasladados en extracto a las tablas, fue sucolaborador asiduo, y aun creemos que sin esa colaboracin, prestada por quien conoca comopocos los Archivos Nacionales y que prepara buena parte de los Indices de Protocolos, la tarea

    del Lic. Jimnez habra sido ms penosa y tardada. Tambin investig ocasionalmente el seorJimnez en los archivos parroquiales de Cartago. En fin, trabajo representa el esfuerzo de toda unavida, o punto menos, esfuerzo tanto ms digno de admiracin por cuanto el seor Jimnez, al igualque el Lic. Gonlez Vquez, consagr sus energas y capacidades a muchas otras faenas pblicas ysociales, por manera que apenas logramos explicarnos que su tiempo le alcanzara y muy de sobrapara obra de tanta paciencia y de ningn provecho econmico. Hemos de confesar que el ejemplodel Lic. Jimnez fue poderoso estmulo para nosotros, desde que tuvimos la fortuna de enterarnosde l, y esto por dos razones;: nos alent a proseguir, hasta terminarlo, el estudio en que nosocupbamos desde haca aos y al que ya casi habamos dado de mano, excusando nuestrodesaliento con las angustias de tiempo a que nos tienen sometidos las ocupaciones de oficio, y ensegundo lugar previno el temor, que no dejaba de acongojarnos, de que algn avaro

    T I XL

    del tiempo nos acusara, como Judas a la Magdalena, de que habamos dilapidado el nuestro quebien podamos aplicar al cumplimiento de nuestras obligaciones ministeriales, emplendolo enpasatiempos de tan escaso provecho, supuesto que, de ser justa aquella acusacin, antes que anosotros habra que hacrsela a quien tampoco haba sido dueo absoluto de sus propios das.

    Hablando con estricta propiedad, el estudio del Lic. Jimnez no es una fuente degenealogas, en el sentido que la crtica da a esa palabra, pero es ciertamente una pauta muy segurapara orientarse en esta maraa de nombres. Lo hemos llamado fuente del nuestro, por las siguientesrazones: a) Nos convenci de que la ordenacin de datos genealgicos en forma de tablas o rboles,es menos clara que la que finalmente adoptamos nosotros; b) Incorporamos a nuestros datos todas

    las fechas de nacimiento y de defuncin calculadas por el seor Jimnez de acuerdo con lasreferencias de las informaciones de mritos o de otros documentos, cuando no era posibledeterminar aquellas fechas por las citas de los libros parroquiales; c) Las citas, por aossimplemente, de testamentos otorgados en Cartago, las extractamos personalmente de los Indices deProtocolos, y procedimos en esta forma porque de suyo nos interesaba en primer trmino y casiexclusivamente ofrecer el aparato crtico documental tomado de archivos cartagineses y porque lascitas crticas correspondientes a otras provincias o a personas y familias que aunque originarias deCartago se trasladaron a otros lugares, habr de hacerlas quien de ellas llegue a ocuparse msadelante.

    El Lic. Jimnez, al igual que nosotros, contrae su estudio, de preferencia, a la Provincia deCartago,

    T I XLImejor diramos a la ciudad de Cartago, y slo incidentalmente se ocupa de las genealogas de otrasprovincias, por la relacin que tengan los troncos de stas con los originarios de Cartago. Todosaquellos apellidos o nombres que en nuestras tablas no lleven la anotacin completa de da, mes yao de nacimiento, respectivamente de bautismo, de matrimonio o de defuncin, son tomados deltrabajo del seor Jimnez y de la autenticidad de ellos responder, y muy cumplidamente, laacuciosidad del seor Jimnez. Todo lo dems corre bajo nuestra responsabilidad. Por lo que serefiere a la extensin del estudio del seor Jimnez conviene tener presente que l, a diferencia del

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    seor Figueroa, no se ci exclusivamente al estudio de los apellidos distinguidos, bien que a stosaplicara mayor diligencia, sino tambin a los otros acerca de los cuales encontr referencias en lasescrituras de los protocolos y slo en cuanto a tales referencias. Desde luego son muchas lasfamilias o apellidos que no son citados ni una sola vez en los protocolos, pero que s lo son en loslibros parroquiales. Valga de nuevo la observacin, a este propsito, de que la ausencia de talesapellidos de las citas de los protocolos es argumento generalmente muy seguro para afirmar, ya sea

    la humildad de sus orgenes, ya sea su escasa o muy reducida capacidad econmica, puesto que noposeyendo bienes inscritos no tenan que extender escrituras de compra o venta, de censos o dearrendamientos, de testamentos o de reparticiones de bienes, Lo cual, sin embargo, no quieresignificar que la simple cita de un apellido en los protocolos sea argumento de comprobacin de ladistincin de todos y cada uno de los hombres en ellos citados.

    ______

    T I XLII X

    Incidentalmente citamos entre las fuentes de nuestras Genealogas, los libros parroquiales

    de Ujarrs, que fue poblacin ladina, esto es, mestiza, no indgena pura, con iglesia parroquial ylibros propios. Entre Ujarrs y Cartago hubo mucho intercambio social. Muchos troncos quefiguran en las genealogas de Cartago fueron originarios de Ujarrs y viceversa. Todas lasescrituras, cuando menos hasta que despus de la Independencia se establecieron o autorizaroncartularios en Paraso, se extendas en los Protocolos de Cartago. Con objeto de aprovechar estasfuentes, hasta donde nos sea posible, en volumen aparte consignamos las genealogas de Ujarrs,siquiera hasta 1832, ao en que fue trasladada la parroquia de Ujarrs a los Llanos de Santa Luca,procurando remitir al lector, por medio de indicaciones oportunas, a las tablas genealgicas deCartago o de Ujarrs, segn los casos, en las que aparezcan datos correlativos.

    No hemos citado expresamente como fuente de nuestras genealogas, los registrosparroquiales de Tres Ros, y esto por varias razones. En primer trmino el fondo demogrfico

    original de Tres Ros, pueblo fundado hacia 1749 con los 45 indios talamancas que el MaestreCampo Fernndez de la Pastora sac de Trraba, y con los que en setiembre de 1748 llev aCartago el mismo Fernndez de la Pastora, fue netamente aborigen. Los libros parroquiales de TresRos comienzan en 1766. En segundo lugar, para efectos genealgicos ms propio sera considerarlos registros de Tres Ros como fuentes auxiliares de la genealoga de San Jos, ya que por razonestopogrficas y de otros rdenes, Tres Ros socialmente pertenece ms a la provincia de San Jos quea la de Cartago.

    Pocas son relativamente las familias cartagine-

    T I XLIIIsas establecidas en Tres Ros en el perodo que abarcan nuestras genealogas. No obstante esto y lo

    que dijimos antes de los orgenes de la poblacin de Tres Ros, sta debe considerarse comopoblacin ladina y no indgena, como lo demuestra, entre otros, el hecho de que tan pronto pasarasu jurisdiccin parroquial de manos de los franciscanos a las de los sacerdotes seculares. En todocaso, de las genealogas de Tres Ros tendr buena cuenta y de ellas dar cumplida razn el quedisponga los datos genealgicos generales de la Provincia de San Jos.

    XI

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    Descritas ya las fuentes de nuestras genealogas no estar fuera de propsito presentar, enorden alfabtico la nmina de familias y apellidos, con sus lugares de origen, que figuran ennuestras tablas genealgicas, dejando para ms adelante la presentacin de otras nminas defamilias y apellidos acerca de los cuales no hemos encontrado referencias en los archivos que nospermitan sealar sin gnero alguno de duda los lugares de sus orgenes, pero que ciertamenteproceden de Espaa y pueden ser considerados como fundamentales por cuanto corresponden a los

    tiempos de la conquista o a los que la siguieron inmediatamente despus. Con ello ilustramos nopocos aspectos de lo que tantas veces hemos llamado el fenmeno de la fusin de sangres, ypodremos establecer con alguna aproximacin, por muy relativa que ella sea, el tanto decontribucin que la poblacin de nuestro territorio exigi a todas y cada una de las regionesespaolas y aun a otras naciones de Europa y de Amrica en el perodo comprendido por nuestrasGenealogas. El nmero incluido entre parntesis remite a la pgina respectiva de las Genealogasen que constan las referencias.

    ___________

    T I XLIV

    Abrego (Espinosa) Antonio Jos - Panam.Acosta Arvalo Antonio - GriegoAcosta Amonte Lzaro - Gnova.Adn (Piedra) Juan Bautista - Luca.Aguilar Salazar Francisco - Ronda (Obispado de Mlaga-Granada).Aguilar Len Bartolom - Antequera (Espaa).Aguilar Avils Manuel- Nicaragua.Aguiriano Pedro Jos - Ciudad de Panam.Alarcn Juan de - Antequera (Castilla).Alcayna Juan de - Villa de Abojo.Aguirre Sebastin de - Valle de Bastan (Navarra)Alvao (Bao - del Bao) - Barcelona.

    Alvarado Diego - Badajoz.Alvarez Francisco - Ciudad de MxicoAlvarez Gaspar - Islas Canarias.Alvarez de Villanueva Toms - Ciudad de Guatemala.Alvarez Andrs Toms - Granada (Nicaragua).Angulo Gascn Pedro - Granada.Aragn Gregorio - Managua (Nicaragua).Aranda Alonso - Zamora (Castilla).Araujo Andrs - Concepcin (Nicaragua)Arburola Lorenzo - San Sebastin (Guipzcoa).Alcarazo Lope de - Mondragn (Guipzcoa).Arciniega Marcos de - Crdoba.

    Arguello y Carvajal Cristbal - Alcntara (Extremadura.Argueta (Paz) Antonio - Ciudad de Guatemala.Arias Maldonado Andrs - Marbella (Espaa).Arias Romero Alonso - Carmona.Arizaga (Alizaga) Antonio Panam.Arlegui Francisco Villa de la Fuente de la Reina (Vizcaya).Armaola Jos - Villa de Marquina (Vizcaya).Arnesto de Troya Luis - Cdiz.Arviceita Diego - Panam..

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    Artavia Pedro GuatemalaAspure Juan Miguel - Bilbao (Vizcaya).

    T I XLV

    Avellandea Martn - Villa de Portugalete ( Vizcaya).

    Avila Sebastin.- Tegucigalpa (Honduras).Avila Vicente Marcelo - Villa de San Vicente (El Salvador).Avila Pedro - San Miguel (El Salvador).Ayala Juan de Dios Panam..Ayesta Domingo - Villafranca (Vizcaya).Aymerich Pedro - Catalua.

    ___________

    Baeza Espinosa de los Monteros Jos - Antequera (Mxico).Bao Jos - Barcelona (Cf. Albao).Barraganes Ventura - Galicia (Santiago de).Barros Carvajal Diego - Corua (Galicia).

    Barroeta Juan Antonio - San Sebastin (Vizcaya).Bastarrica Gaspar - Vergara (Guipzcoa).Bejarano (Nuez) de Fernando - Valladolid (Comayagua).Beltrn Francisco - Puerto de Santa Mara.Benites Len J. - San Francisco de Cruz (Panam).Bermes Magrovejo Bernardo - Benavente (Castilla).Berecoechea Joaqun Francisco - Hernani (Guipzcoa).Bermdez Velzquez Felipe Santiago - Antequera (Castilla).Bersab Cabeza de Vaca Alonso - Osuna (Espaa).Betancourt Francisco - Granada. (Nicaragua).Blasco Juan - Granada (Espaa).Bolandi Andrs - Suecia.

    Bolvar Josef del Haya y Bolvar - Panam.Boniche Domingo - Panam.Borgn (Borbn) Andrs Luis - Jan (Alta Andaluca).Boza Felipe - Granada (Nicaragua) (?)Bustamante Francisco - Espaa..Bruno Juan Bautista -. Risca o Ruasca de la Rivera ( Gnova).

    T I XLVICaballero Juan Bautista - Estella (Navarra).Cabrera Francisco - Trujillo (Honduras).Cceres Domingo - Trujillo (Per) (Cf. Casares 170)

    Caldern de Anguas Rodrigo - Donbenito (Extremadura.Calvo Miguel - SevillaCalle ( Calles - La Calle) Jos - San Salvador.Caamao Gregorio de Noya (Galicia).Campos Jos Antonio - Espaa.Campos Juan - Ciudad Real (Espaa).Campos Quirs Pedro de - Medelln (Extremadura)Campo Blanco Juan Gaspar - Viena.Capriles Joaqun - Cartagena de Indias.

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    Carazo Pedro Villa de Santo Domingo de Silos.Caas Juan Manuel - EspaaCrdenas Sebastin de - Mlaga.Carrasco Francisco - Guayaquil (Ecuador).Carvagal Jos - Plasencia (Espaa).Casanova Antonio - Catalua.

    Castillo Bartolom del - Guatemala.Castillo Juan Antonio - Ciudad de Len (Nicaragua).Castillo Francisco de - Espaa.Castro Rodrguez (Rodrguez de Castro) Juan - Nava del Rey (Castilla la Vieja).Castro Manuel - Lugo (Galicia).Castro Juan Antonio - Sevilla.Cataln Jos - (Cf. Ginesta o Jinesta)Ceballos Jos Miguel (Cf. Mier de Ceballos)Celis (Rub de) Francisco - Burgos.Cspedes Fabin - Madrid.Clar (Clare-Clark ?) Francisco - Norte Amrica.Colina Juan Francisco - Habana.

    Cooper Enrique - York (Inglaterra).Cordero Pedro Martn - Jerez de la Frontera.Corona Jos Joaqun Julin - Arzobispado de Burgos , Montaas de Santander.Coronado Sebastin - Guatemala.

    T I XLVII

    Coronel Francisco - Jamaica.Corral (Lpez del) Antonio - Madrid.Corts Bernardo - Panam.Costigan Enrique - Dublin (Irlanda).

    Cristn (Christn) Francisco Jos - Cartagena de Indias.Cruz Jo e de - Granada (Nicaragua).Cubero Cristbal Martn - Segovia.Cuende Juan Jos - Estella (Navarra).Cueva (de la Banda-Ruiz} Manuel de - Nicaragua.Cullar Gaspar de - Ciudad de Guatemala.Chapui Antonio - Gnova.Charles (Herrera) Diego - Guatemala.

    ___________

    Daniel Juan Bautista - Barati (Gnova).

    Daniel Marcos - Callao (Per).Dent Juan - New Castle (Inglaterra).Daz de Herrera Manuel - San Lcar de BarramedaDaz Bravo Benito - Panam.Daz Cristbal - Moron de la Frontera.Daz de la Mata Juan - Granada (Nicaragua).Dibowsky Emilio - Prusia (Alemania).Dittel Francisco - Alemania.Duarte Juan Laureano - Granada (Nicaragua).

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    Duque Francisco de Estrada - Villa de Ons (Espaa).Durn de Chavez Cristbal - Santa Fe de Bogot (Nueva Granada).

    ___________

    Echavarra Jos de - Len (Nicaragua).Echavarra Patio Jos - Sevilla.Echandi (Chanda) Martn - Vizcaya.Escalante Paniagua Jos de - Villa de Serena - (Extrernadura) (Sevilla et).Espinach Buenaventura - Montblanch (Catalua).

    T I XLVIII

    Escarpeta Jernimo - Santa Fe.Espinosa Francisco - Granada (Nicaragua).Espinosa Manuel.- Madrid.

    Estrada Nicols - Cartagena de Indias.Estrella Juan de - Dunquerque (Flandes).

    ___________

    Fbrega Vicente - Castelln de la Plana (Valencia.Falca Juan de la - Francia.Falcn Jos - Santiago de Guatemala.Fallas de la Vega Francisco, Cdiz.Farfn Fernando - Jerez (Castilla).Fargo Juan - Burdeos (Francia).Fernndez Martnez Juan - Sedano (Montaas de Burgos).

    Fernndez Castellanos Jos - Toledo.Fernndez de Miranda Francisco - Utrera.Fernndez Juan - Villa de Pesa (Espaa).Fernndez Bulagai Juan - Mxico.Fernndez de Serralonga Juan - Sevilla.Fernndez de la Fuente Juan - Sagra de Toledo.Fernndez Dionisio - Ciudad de Salterro (Francia)Fernndez Vivas Juan - Tegucigalpa (Honduras).Fernndez Francisco - Avila de los Caballeros - (Castilla la Vieja).Fernndez Chacn Juan - Extremadura.Fernndez Manuel - Villa de Chincn de la Mancha.Fierro Lucas - Isla de Palma.Figueroa Antonio - Islas Canarias (Santa Cruz de Tenerifa).Flores Jos - Villa de Cceres.Fonseca Luis - San Lcar de Barrameda.Foto Juan Antonio - Ciudad de Escopelos (Grecia)Freses Juan - Barcelona.Frutos Diego Nicols - Cdiz.Fuente Antonio de - Astorga.

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    T I XLIX

    Fuente Pedro - Espaa.Fuerte Jaime - Palma de Mallorca.

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    Galiano Antonio Jos - Cdiz.Gallardo Francisco - Habana.Gallardo Francisco - Espaa.Gallegos Felipe - Lugar de Morales (Zamora).Garay Pedro- Vizcano.Garca de Miranda Bernardo - Villa de Avils - (Principado de Asturias).Garca Argueta Manuel Granada (Espaa).Garca Francisco Manuel - Cdiz.Garca Juan - San Juan (Ciudad de Len).Garca Merinero Jos - Espaa.Garca de Estrada Domingo - Consejo de Vimenes (Asturias).Garca Cordero Francisco - Cartagena de Indias.

    Garca Gabriel - "Ciudad de la Frontera" (Sevilla).Garca Alonso - Villa del Banco (Asturias).Garca Adn Juan - Villa de Alcocer (Cuenca).Garca Antonio - Salamanca.Garca Rafael - Managua.Garca de Ortigoza Juan O Villa de Pedroso.Garita Sebastin - Villa de Madrid.Garrido Francisco - Panam.Gemmir y Lleonart Juan - Ciudad de. Matar (Catalua)Giralt Miguel - Sarra (Barcelona).Gmez Bernardo - Len. (Nicaragua).Gmez Juan de Dios - Villa de los Santos (Tierra Firme).

    Gmez Miguel - Murcia.Gmez Nicols - Palermo (Sicilia).Gmez Rico. Juan - Azuaga (Extremadura).Gmez de Ocn Manuel - Figuera de Vargas.

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    Gmez Juan - Sevilla.Gmez de la Hi