gandhi: peregrino de la no-violencia; the unesco courier; vol

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Page 1: Gandhi: peregrino de la no-violencia; The UNESCO Courier; Vol

El CUna ventana abierta sobre el mundo

o rreoOctubre 1908 (año XftJI) - España 18 pesetas - México : 3,00 pesos

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GANÖHI

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/a no-violencia

Page 2: Gandhi: peregrino de la no-violencia; The UNESCO Courier; Vol

Foto © Moravske Museum, Brno

TESOROS

DEL ARTE

MUNDIAL

O

Enigmática maravilla

Este ornamento de bronce, de raro refinamiento, fue descubierto

en Brno (Checoslovaquia) y data del siglo II antes de J.C. Tiene14 centímetros de alto por 12 de ancho y los arqueólogos nosaben qué uso pudo dársele originalmente. Unos creen quesirvió para decorar un vaso de madera y otros que era la guarni¬ción de un doble yugo. Sea como sea, no pierde su alada yequilibrada belleza desde ningún ángulo en que se lo observe(véase la foto de la derecha).

¿1. OCTOíGGí?

Page 3: Gandhi: peregrino de la no-violencia; The UNESCO Courier; Vol

ÍES

El CorreoOCTUBRE 1969

AÑO XXIIPáginas

PUBLICADO AHORA

EN 13 EDICIONES

EspañolaInglesaFrancesa

Rusa

Alemana

Arabe

Japonesa

Norteamericana

Italiana

Hindi

Tamul

Hebrea

Persa

Publicación mensual de la UNESCO

(Organización de las Naciones Unidas parala Educación, la Ciencia y la Cultura).

Venta y distribuciónUnesco, Place de Fontenoy, Paris-7e.

Tarifa de suscripción anual : 12 francos.Bianual : 22 francos.

Número suelto : 1,20 franco ; España :18 pesetas; México: 3 pesos.

Los artículos y fotograflas de este número que llevan elsigno © (copyright) no pueden ser reproducidos. Todoslos demás textos e ilustraciones pueden reproducirse, siempreque se mencione su origen de la siguiente manera: "DeEL CORREO DE LA UNESCO", y se agregue su fechade publicación. Al reproducir los artículos y las fotos deberáconstar el nombre del autor. Por lo que respecta a las foto¬grafías reproducibles, estas serán facilitadas por la Redaccióntoda vez que el director de otra publicación las solicite

por escrito. Una vez utilizados estos materiales, deberánenviarse a la Redacción tres ejemplares del periódico o revistaque los publique. Los artículos firmados expresan la opiniónde sus autores y no representan forzosamente el punto devista de la Unesco o de los editores de la revista.

Redacción y AdministraciónUnesco, Place de Fontenoy, Paris-7"

Director y Jefe de RedacciónSandy Koffler

Subjefe de RedacciónRené Caloz

Asistente del Jefe de Redacción

Lucio Attinellí

Redactores PrincipalesEspañol: Arturo DespoueyFrancés: Jane Albert Hesse

Inglés: Ronald FentonRuso: Georgi StetsenkoAlemán: Hans Rieben (Berna)Arabe: Abdel Moneirn El Sawi'(EI Cairo)Japonés: Takao Uchida (Tokio)Italiano: Maria Remiddi (Roma)Hindi: Annapuzha Chandrahasan (Delhi)Tamul: T.P. Meenakshi Sundaran (Madras)Hebreo: Alexander Peli (Jerusalén)Persa: Fereydun Ardalán (Teherán)

Ilustración y documentación: Olga Rodel

Composición gráficaRobert Jacquemin

La correspondencia debe dirigirse al Director de la revista.

13

20

22

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MAHATMA GANDHI

por Raja Rao

GRANDES ETAPASDE UNA VIDA EJEMPLAR

por Olivier Lacombe

EL PEREGRINO DE LA NO-VIOLENCIA

por René Habachi

20 AÑOS DESPUÉS,MARTIN LUTHER KING

UNA REVOLUCIÓN SIN ARMAS

por Humayun Kabir

REFLEXIONES SOBRE EL GANDHI

por Karl Jaspers

EL GANDHI Y LOS ESTUDIANTESFRENTE A LA POLÍTICA

por Malcolm S. Adiseshiah

IDEAS DEL GANDHI SOBRELA ENSEÑANZA

LOS LECTORES NOS ESCRIBEN

LATITUDES Y LONGITUDES

TESOROS DEL ARTE MUNDIAL (37)

Enigmática maravilla (Checoeslovaquia)

Nuestra portada

El retrato de Mahatma Gandhi

se debe al artista de Nueva DelhiShri Suraj Sadan, cuya siluetadel «peregrino de la no violencia»está inspirada por un grabadoen madera de Nandlal Bose.Ambos han tomado parte en laimpresión de una serie de sellosde correo impresos este año enla India para conmemorar elcentenario del nacimiento dellíder. La presentación gráficade nuestra carátula se debe a

Georges Hautenne.3

Page 4: Gandhi: peregrino de la no-violencia; The UNESCO Courier; Vol

GANDHI"Quizá a las generacionesvenideras les cueste creer

que un hombre asi

anduvo por la Tierra".

ALBERT EINSTEIN

H,por Raja Rao

lubo una vez un sabio yrey llamado Sri Krishna, señor deDwaraka, el puerto situado en elextremo de la península de Kathiawary,en la India occidental. Sri Krishna, quepertenecía al clan de Yadava, regíaa su país sabia y esplendorosamente.Un día de audiencia de gran pompasu chambelán le anunció que a laspuertas de palacio había llegado unpobre brahmán llamado Sudhama quese decía compañero de clase del reycuando ambos eran niños.

Pide a los guardias que lo dejenentrar» exclamó el rey. Al llegar elbrahmán, el rey le lavó los pies conagua callente y fría, los cubrió deungüentos y, luego de abrazar a suamigo, al que no veía desde la infan¬cia, aceptó con regocijo el puñado dearroz que el brahmán le había traídode regalo. Llevándolo luego a lospatios interiores del palacio, le pre¬guntó muchas cosas y le hizo loshonores de una gran comida, comose debe hacer con los viejos amigosque uno quiere.

Sudhama se sentía tan feliz quepasó el día entero con Sri Krishna,cenó con él y, mientras regresaba en

4 RAJA RAO es un brillante escritor indio

de formación universitaria británica y fran¬cesa que ha publicado en francés 'La Ser¬piente y la Cuerda' (París, 1959) y 'ElCamarada Kirílov (Paris, 1966).

uno de los coches de palacio al pue-blecito en que vivía a cierta distanciade Dwaraka, recordó la razón de suvisita: su mujer, después de burlarsede él y de exasperarlo, había acabadopor empujarlo a ver su famoso amigoel rey y a pedirle ayuda. Como regalo,le había dado a regañadientes unpuñado de arroz, que para ellos eraun lujo dada la pobreza en que vivían.

Pero en la alegría que se apoderóde su ánimo Sudhama había olvidado

la misión que lo llevara a palacio, y sehabía olvidado hasta de que volvía asu casa en uno de los carruajes delrey. Al llegar a la aldea quedó estupe¬facto, tal era la magnificencia de todocuanto veía; tenía una mansión con

paredes de mármol y patios fresquí¬simos; por las ventanas trepabanarbustos en flor y su mujer, suntuosa¬mente vestida, lo esperaba en lapuerta llena de sumisión y humildad.

Sudhama no había pedido nada,pero se le había dado lo que nuncase hubiera atrevido ni siquiera a ima¬ginar. Tal fue el don de Sri Krishna aSudhama el daridranárayána, o sea elhombre-pobre-Dios. Y desde ese díaa la aldea se le dio el nombre de

Sudhamapurí (la ciudad de Sudhama)que con el tiempo se transformó sim¬plemente en Puri, y desde que era unpuerto o bunder acabó llamándosePorbunder.

Los reyes de Porbunder, como susprimos de todas partes de la India,se decían descendientes del Sol o

de la Luna y, en las últimas genera

ciones, de las familias de Sri Rama

(el héroe del Ramayana) o de SriKrishna (el del Mahabharatha). En laGita (parte del Baghavad-Gíta) diceSri Krishna al Arjuna: «Actúa, perono les tengas apego a los frutos dela acción.»

Esta antigua ciudad de Porbunderfigura en las crónicas de los merca¬deres griegos y romanos y, por estartoda hecha de mármol niveo, se lallamó la «ciudad blanca». En una de

sus sólidas residencias, con puertasde madera labrada y altos pabellonescon terrazas, nació Mohandas Kara-machand Gandhi el 2 de octubre de1869. Su padre era Primer Ministrodel estado de Porbunder, como lohabía sido su abuelo. Cinco genera¬ciones de los Gandhi habían servido a

sus príncipes con tanta honestidadcomo devoción. Escrupulosos en sustratos, no se inclinaron nunca ante la

injusticia aunque fuera el mismo reyquien la hiciera, y el padre del futurolíder de la India había tenido que pagaruna vez por esa independencia deespíritu.

Habiendo dado refugio a un hombrehonesto (el tesorero del estado) víc¬tima de la dispendiosa regente, éstahizo cañonear la casa de los Gandhi,que muestra hasta la fecha las marcasde su ira real. Asimismo, cuando elpadre del Gandhi dejó Porbunder paratrasladarse a su pueblo natal, en elestado de Junagadh, el príncipe deéste le pidió que fuera su PrimerMinistro. Por toda respuesta Ota

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Foto ¡O Brian Brake - Raoho

Gandhi le dio la mano izquierda. «¿Porqué?» le preguntó aquél. «Porque miotra mano la tengo prometida a Por¬bunder, señor mío» dijo el padre delGandhi. Tal es la integridad tradicionalde la familia.

La madre de Mohandas era una

hindú muy religiosa a la que ayunar,hacer regalos a los monjes y decirsus oraciones daba gran satisfacción,y que enseñó a sus hijos obedien¬cia para con sus mayores, toleran¬cia religiosa y rectitud de conducta.Muy a menudo llevaba a sus hijos

especialmente a Mohandas, el me¬nor a escuchar los recitados lla¬

mados Kathas, en que se contabaalgún episodio de las leyendas, comoel de Prahalada, que desafió a supadre herético y demostró la existen¬cia de Dios Dios surgió ante ellosde una columna común y corrienteo el episodio del rey Harischandra,que trocó su reino por la verdad, ven¬dió a su mujer como cuidadora de unacasa y se convirtió en guardián de uncrematorio. Mientras enjugaba suslágrimas al saber de tales desven¬turas, el niño Mohandas se preguntabapor qué no podían vivir él y los demáslo mismo que Harischandra.

En la escuela primero en Porbun¬der y luego en Rajkot, donde se habíainvitado a su padre a poner en ordenlas cuestiones del estado Mohandas

demostró tener un inconfundible ape¬tito de verdad. Habiéndose negadouna vez a copiar de su maestro laortografía exacta de la palabra inglesa

«kettle» (caldera) en ocasión de lavisita de un inspector británico deenseñanza al Liceo Alfred, dondeestudiaba, su profesor le tomó inquinay le hizo la vida difícil. Pero Mohania,como se le llamaba en diminutivo, noera un niño modelo ni mucho menos.

Tenía compañeros de clase que habla¬ban de otras cosas que de libros ydecían que el mundo de fuera de laIndia era muy, pero muy diferente deésta. Según ellos, los ingleses gober¬naban a la India porque comían carne;ahí estaba la copla para demostrarlo:

El inglés omnipotenteNos rige con mano duraPor su carnívoro diente

Que le da seis pies de altura.

Asi, para llegar a tener ese metroochenta de los Ingleses, Mohania ysu hermano empezaron a comer carnea escondidas a orillas del río. Pero

para hacerlo había que robar dinerode alguna parte y faltar a la verdad,de modo que el niño decidió comercarne sólo cuando fuera mayor e inde¬pendiente como su padre. Otro día uncompañero lo llevó a un prostíbulo, yla mujer que lo recibió le inspiró unacompasión tal, que huyó de allí en unrapto de cobardía.

La cosa resultó peor todavía porqueya se había casado a los trece añoscon Kasturbai, que tenia su mismaedad y había sido su prometida desdelos cinco años. El descubrimiento de

lo que era la mujer a tan tempranaedad y la pasión que sentía por ellale hicieron olvidar sus principiosmorales y sus aptitudes intelectuales;el Gandhi hasta dejó de oir a losmonjes y sabios que visitaban a supadre y de asistir a las lecturas delRamayana de Tulsidas, la gran epo¬peya filosófica de la India.

La noche en que su padre se pusomuy grave Mohania dejó la cabecerade su cama para gozar del esplendorcarnal de Kasturbai, y cuando lollamaron era demasiado tarde. El

padre estaba muerto ya. Esto sacudióal Gandhi hasta las raices mismas de

su persona moral.

Aunque bondadosos y probos, sushermanos no habían recibido la educa¬

ción moderna necesaria para llegar aPrimeros Ministros de Porbunder, yahora que los británicos estaban ins¬talados en la India, a menos quealguno de los Gandhi estudiara dere¬cho, no tenía la menor posibilidad deaspirar al puesto. Por esta razón,contra los deseos de su madre y desu mujer, así como los de la colecti¬vidad en que vivía, la familia de Moha¬nia decidió enviarlo a Londres a quese recibiera allí de abogado. Sólo sele imponía una condición: la de jurar,para mantenerse libre de los males dela civilización occidental, que nuncacomería carne o tomaría vino o ten¬

dría trato carnal con ninguna mujer.

El Gandhi juró. Excomunicado porsu colectividad «por cruzar las aguassombrías» se embarcó para Londresen setiembre de 1888. Tres años vivió

en aquella extraordinaria atmósfera de

la Inglaterra victoríana en que lossocialistas rivalizaban en sinceridad

con los imperialistas, así como losvegetarianos con los anti-víviseccio-nistas, los ateos con los teósofos y lospartidarios de la prevención de lapreñez con los enemigos de ésta. Elextranjero trató desesperadamente deconvertirse en un «gentleman» inglés,para lo cual tomó lecciones de elocu¬ción, de baile y hasta de francés, perohabiendo fracasado en su intento,renunció a todo ello y se decidió avivir económicamente y a estudiarderecho y latín.

El vegetarianismo de Mohandas lollevó a tener insólitas aventuras en

las que conoció a Ingleses excéntricosy llenos de compasión humana, asícomo a mujeres que creían a pies jun-tíllas que un cambio tan poco impor¬tante en el régimen alimenticio podíallevar a la humanidad a una nueva era,si no al descubrimiento del verdadero

Dios. Mohandas fue electo miembro

del Comité Directivo de la Sociedad

Vegetariana de Londres, pero su timi¬dez le impidió por lo general hablaren las reuniones del mismo, aunqueasistía a ellas regularmente.

Luego de una corta visita a París,donde se realizaba la Gran ExposiciónMundial en que el mundo vio por pri¬mera vez la Torre Eiffel en cuyo«restaurant» comió el Gandhi

regresó a Londres, se recibió deabogado y regresó a la India en 1891.Pero nadie lo esperaba allí para darleninguna cartera de Primer Ministro.Ni siquiera ganaba lo necesariopara mantener su bufete era dema¬siado honesto para echar mano degente que solicitara clientes y así,mortificado y triste, cuando una firmade Porbunder que tenía vinculacionescon otra de Sudáfrica lo invitó a quefuera allí como consultor legal, aceptóla oferta sin pensarlo dos veces y par¬tió para Durban, la capital de Natal,en abril de 1893.

Sudáfrica era por esa época uncurioso palimsesto de razas y periodoshistóricos al par que un friso vivo deaventureros de todas partes. El boer,religioso e intrépido, vivía como quiendice en los lindes del universo zulú,mientras los británicos manejaban elmundo para lograr mejores negociosy mejores carreteras y ferrocarrilesjunto con una democracia de caballe¬ros que se iba afirmando cada vezmás. Pero al abolirse la esclavitud,como siempre se necesitaba alguienque hiciera los trabajos duros, se con¬trató en la India a quien viniera ahacerlo: el «coolie». El « coolíe» no

era ni blanco ni negro, sino pobre ymarrón, de modo que nadie supo enqué categoría colocarlo.

En un viaje que hizo a Pretoria porasuntos profesionales a los 23 añosde edad, al Gandhi lo arrojaron deltren a empujones al llegar a Pieter-maritzburg, momento que describecomo el más «creador» de su existen- r

cia. Temblando de frío en la estación JJy completamente privado de amigos,le quedaba la alternativa de seguiradelante enfrentándose con lo desco-

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GANDHI (cont.)

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nocido y con el dolor o volver a laIndia y entregarse allí a alguna acti¬vidad legal de poca monta. El decidióseguir adelante; su fe en la verdadhizo que se negara a ser humillado.

En la diligencia que lo llevó luegoa su destino, un matón le pegó por lasmismas razones de prejuicio racial,pero él se negó a devolverle losgolpes. Es más; en ese momento deci¬dió que nunca apelaría a un tribunalpor ningún daño que se le hiciera.Más adelante, andando por una callede Pretoria, unos guardas le dieron depuntapiés porque la acera en que sehallaba era un sitio reservado a los

blancos; pero de nuevo se negó a ira los tribunales a defenderse.

Al ver la situación humillante en quevivía el coolie indio a él mismo lo

llamaban abogado coolie MohandasGandhi enseñó inglés al peluquero yal comerciante de su tierra y los defen¬dió de sus amos blancos (el cooliefue su daridranárayána). Tambiénescribió cartas a las cámaras, envió

peticiones al Gobierno Imperial deLondres y creó organizaciones políti¬cas y culturales indias. En pocos años,gracias a él, el problema del Indo enSudáfrica se había transformado en

una cuestión imperial e internacional.

En el curso de este proceso descu¬brió, gracias a una serie de momentosde comprensión espiritual debidos alSermón de la Montaña y más tardea la Bhagavad-Gita de Sri Krishna, lasatyagraha que, como se dice en otrasnotas de este número, es la fuerzanacida de la verdad y el amor, o seade la no-violencia. La finalidad última

perseguida por Mohandas Gandhi fue,no la liberación del coolie, ni siquierala de la India exclusivamente, sino laliberación del hombre de todo lo quelo ata: en otras palabras, la moksha.

Esta filosofía y sus técnicas de no-violencia fueron las armas con las queluchó por los derechos de sus compa¬triotas en Sudáfrica. Pero cuando los

blancos se vieron en una situación

penosa durante la guerra boer, elGandhi organizó un grupo de la CruzRoja y sirvió en las zonas de batallamás peligrosas. Durante la rebeliónde los zulúes hizo lo mismo con los

rebeldes heridos y con- los blancosque luchaban contra ellos. Con loscristianos habló de cristianismo, con

los musulmanes del Islam, y a los hin¬dúes los increpó por su pereza, sumugre y su incompetencia.

Al dejar Sudáfrica en 1914, el Gan¬dhi había triunfado en su campaña no-violenta contra el General Smuts,

había logrado todos los puntos concre¬tos de su programa y había demos¬trado al mundo la humanidad sin pary también la eficacia de la satyagraha.Como Smuts y Rhodes (más como elsegundo que como el primero) elGandhi creía en la importancia e inte¬

gridad del Imperio Británico, primerintento hecho por el hombre de unsistema de comunidad humana. Para

él el Imperio implicaba un sentidode fraternidad universal, una cosa

tolstoyana en esencia que surgía de

SIGUE EN LA PAG 8

LAS GRANDES ETAPASDE UNA VIDA EJEMPLAR

por Olivier Lacombe

En forma de álbum ilustrado que continúa hasta la página 19 presen¬tamos aquí los grandes episodios de la vida de Mahatma Gandhi,historia sintética debida a la pluma del orientalista francés OlivierLacombe, profesor de filosofía comparada en la Sorbona, director delInstituto de Civilización India en París y autor, entre otras obras, de«Gandhi ou la force de l'âme», editada por Pion en Paris (1964).

El Gandhi en la India a los 7.. y a los 17 años de edad.

1. EN LONDRES, EL GANDHI

REDESCUBRE EL HINDUÍSMO

lohandas Karamchand Gan¬dhi nació el 2 de octubre de 1869 en

Porbunder, establecimiento portuariocreado en la costa sudoeste de Kathiawaryy capital de un principado en quevarios miembros de su familia entre

ellos su padre ejercieron las funcionesde Primer Ministro; y murió en NuevaDelhi el 30 de enero de 1948, a los 79años de edad, victima del ataque fanáticode un hindú tradicionalista.

Entre esas fechas extremas de su exis¬

tencia puede distinguirse tres grandes pe¬ríodos: el de la preparación de lejos, tantoen la India como en Inglaterra, para sufutura misión (esta preparación termina en1893, cumplidos los 24 años); el período su¬dafricano (1893-1914) en que forja su mé¬todo, lo ejerce y lo pone a prueba enpequeña escala y en una región marginalde la diaspora india; y por último, el pe¬ríodo principal (1915-1948) donde, en la

misma India, perfecciona ese método alirlo aplicando de una manera cada vez másvasta hasta darle un alcance que va másallá de las fronteras de esa nación que loreconoce como su Padre.

Como tantos otros indos cultos, el Gan¬dhi tuvo, como tarea primordial, la detomar para si y superar luego la dualidadde las culturas oriental y occidental, quese disputaron el imperio de su corazón yde su espíritu. Uno puede imaginar sinesfuerzo hasta qué punto la tradición hindúlimitaba el mundo de su primera infancia.Su familia era «de casta», pero pertenecíaúnicamente a la tercera clase de una so¬

ciedad tan fuertemente jerarquizada comola de la India (gândhi quiere decir vendedorde especias); los cargos políticos y admi¬nistrativos confiados a algunos de lossuyos elevaron, sin embargo, esa posición.

Al morir su padre, el Gandhi tenía die¬ciséis años. Dos años después partió para

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1 los 20 años, de estudiante en Londres.

Abogado en Johannesburg a los 40.

Inglaterra contra las órdenes de su casta(que lo excomunicó) pero con el consenti¬miento de su madre. En los años que pasóen Gran Bretaña (1888-1891) para prepa¬rarse como abogado, no aprendió única¬mente a conocer mejor la cultura occiden¬tal, sino que volvió a descubrir su hin-duismo nutricio. Todavía no había leído

por ese entonces la Bhagavad Gîta, el«Canto del Señor», que debía ser mástarde su consuelo cotidiano: la abordó porprimera vez en la traducción inglesa deSir Edwin Arnold, remitiéndose al originalsánscrito. En La luz del Asia el mismo

Arnold le relató la epopeya espiritual delBuda, y esas lecturas transfiguraron la fide¬lidad casi instintiva que sentía por su reli¬gión ancestral. Por la misma época estu¬diaba también la Biblia, y el Sermón de laMontaña, con su precepto de no resistir almal con el mal, le hizo una impresión pro¬funda.

2. EN LUCHA CONTRA EL RACISMO

EN SUDÁFRICA

Enviado al Africa del Sur por cuestionesde negocios, el Gandhi llegó a Natal afines de mayo de 1893. Las vejaciones ydiscriminaciones raciales más o menos

graves que, como indo y hombre de color,hubo de sufrir allí de entrada, lo lanzaron

pronto por un camino que no había pre¬visto: el de la reivindicación de los dere¬

chos del hombre en favor de sus maltra¬

tados hermanos. Sintiendo en él una fuerza

apacible e indomeñable, al mismo tiempoque un espíritu lúcido, diestro e imagina¬tivo, éstos lo retuvieron consigo. Aunquerecta, valiente y perseverante, su acciónen favor de lo que consideraba el bienpúblico estuvo pendiente siempre de lasposibilidades del momento. El Gandhisabía que la prudencia y el coraje tienen

que ir de la mano. En 1894 propuso yobtuvo la creación de un organismo per¬manente al que se dio el nombre deCongreso Indio de Natal. En 1904 aprobóy sostuvo la publicación de un semanario:Indian Opinion, que luego dirigió virtual-mente, dedicándose a él «hasta dejar quele comiera finalmente todas sus econo¬

mías». Basta eso para ver hasta quépunto consideraba el Gandhi la actividadde periodista como un servicio público.

El nuevo instrumento de acción repre¬sentado por esa revista no podía haberllegado más oportunamente; justo enton¬ces se intensificaba la lucha contra la

injusticia para con la gente de color.

SIGUE A LA VUELTA

7

Page 8: Gandhi: peregrino de la no-violencia; The UNESCO Courier; Vol

GANDHI (cont.)

8

todas las penas y luchas que afligíanal mundo.

Lo cierto es que el Gandhi le habíaescrito ya a Tolstoy en 1909 sobre elmovimiento de no-violencia en el

Transvaal y que Tolstoy le había res¬pondido: «Que Dios ayude a nuestrosqueridos hermanos y compañeros delTransvaal» al mismo tiempo que dabatodo el estímulo posible a la experien¬cia iniciada por el abogado indio. PeroTolstoy no tardó en morir, y prontoalemanes y británicos se enredaronen una disputa sobre el cadáver de unprincipe asesinado en Serbia en la queluego se inmiscuyeron franceses yrusos. Gandhi, subdito fiel del ImperioBritánico, se ofreció a reclutar unejército de voluntarios para ayudarlo,y ello pese a no creer en la violenciade la guerra.

El estado de salud del apóstol de lano-violencia exigía su regreso a laIndia, desde donde el gran líderGokhale lo instaba a que dedicara suvida a la política de su país. Gokhalehabía declarado en la intendencia de

Bombay: «El Gandhi posee el maravi¬lloso poder espiritual de convertir enhéroes y mártires a hombres comunesy corrientes.»

La guerra mundial terminó demanera cruenta: hubo indos que lucha¬ron en Flandes y en el Oriente Medioy a los que los estadistas británicoshicieron grandes promesas, pero alhacerse la paz y volverse a echar unamirada al mundo, Gran Bretaña nomostró ningún deseo de perder laIndia. Se habían dado ya muestras dedesasosiego y de represión general,y ahora la violencia estado de golpe.Gandhi volvió a pedir una actitud másjusta y el respeto a las promesashechas durante la contienda, pero elgobierno británico hizo oídos sordosa su petición.

Antes de terminar la guerra elGandhi había visto en qué condicionestrabajaban los agricultores pobres enuna plantación de añil, la de Behar;no se los trataba mejor por cierto quea los trabajadores llevados por con¬trato a Natal. Siempre el mismo par¬tidario acérrimo de la daridranárayáha,él demostró entonces, con su since¬

ridad acrisolada y su manera meticu¬losa de registrar y presentar loshechos, que los pobres trabajadoresde Champarán eran poco menos queesclavos. Los ingleses amigos de lajusticia (tanto en Sudáfrica como enGran Bretaña) se pusieron de su parte.La verdad tenía ese poder de conven¬cer a la gente, decía el Gandhi, y cadavez que la esgrimía no había adver¬sario monolítico que se le opusiera.

Nunca tuvo enemigos sino adver¬sarios. Y el adversario fue siempre unsistema en vez de un hombre. Cada

vez que un inglés adoptaba su puntode vista, la posición del adversario sehacía menos sólida.

Más tarde, con el apoyo del Partidodel Congreso, del que se había con¬vertido en jefe indiscutible, el Gandhi

lanzó su primer movimiento de no-cooperación, el hartal, haciendo quese cerraran las tiendas, que los tra¬bajadores dejaran su trabajo y las ofi¬cinas se mantuvieran cerradas. A

veces estallaba la violencia aquí y allá,y tenía que pedir a sus partidarios queacabaran con ella y se pusieran arezar. El pueblo indio no estaba prontotodavía para la satyagraha. Pero alvolver a producirse otros hártales,hubo un afloramiento de ésta; y fuetal el entusiasmo en la India que elpaís, si se nos permite la expresión,se vio sacudido por una ola de no-violencia tras otra. Los británicos

estaban tan poco preparados para estefenómeno como Smuts lo había estado

en Sudáfrica.

Pero el país no estaba todavíabastante maduro como para empezarsu regeneración política y espiritual. ElGandhi hizo, por ejemplo, un ensayode satyagraha en una zona limitadacomo la de Bardoli, que tenía unas140 aldeas, y con ese riguroso experi¬mento de no-cooperación pacíficapensó preparar a la India, cuyo entu¬siasmo, entonces, no conoció límites.Pero cuando en Chowri Chowra, con¬tra el parecer de la mayor parte desus partidarios, mataron a varios poli¬cías brutales lo cual despertó contrael Gandhi la indignación de la mayo¬ría él detuvo la lucha no-violenta.

Las cosas no estaban maduras toda¬

vía para la svaraj, la independencianacional. Había que ayunar, rezar yvolver a prepararse.

Pero los británicos no podían per¬mitir que el Gandhi saliera indemnede todo ello, y lo arrestaron. Al pro¬nunciar la sentencia correspondiente,el juez hizo una declaración que hon¬raba la tradición británica. «Aun los

que no piensan políticamente comoVd., lo consideran un hombre de altosideales y de vida tan noble que hastase podría calificar de santa.» Le die¬ron seis años de prisión, pero si lodejaban en libertad, dijo el juez, élsería el primero en regocijarse. Y alos dos años el Gandhi salió de la

cárcel por razones de salud.

Pero mientras haya un satyagrahivivo, no se podrá hablar de derrota.Tal es la esencia del gandhismo. Ydesde que él seguía vivo, la satya¬graha tenía asegurada su continua¬ción; porque para practicarla hay queser capaz de mucha austeridad, muchaintegridad y de decir muchas ora¬ciones. El Gandhi había creado ya laashram (ermita) de Sabaramathi, cercade Ahmedabad, y allí preparó a sushombres para las luchas futuras. Nobuscaba las oportunidades; las opor¬tunidades tenían que buscarlo a él. Sise presentaban, él marchaba a suguerra «no-violenta» con las armas dela verdad y la resistencia pasiva. Lle¬garía el día en que el corazón deladversario se ablandara, en que nues¬tros sufrimientos lo cambiaran y enque pudiera fundarse la verdaderacomunidad humana.

Entretanto, el Gandhi rogaba paraque se produjera la unidad de hindúes

SIGUE EN LA PAG 10

LA GRANDES ETAPAS

(viene de la peg. 7)

3. DESCUBRIMIENTO

DE LA

RENUNCIACIÓN

Y LA

NO-VIOLENCIA

El centro del conflicto se trasladó a Johan¬

nesburg y el método del Gandhi se hizomás preciso. Para designarlo empleó lapalabra sánscrita satyagraha, compuestade satya (verdad) y agraha (aferramiento)o sea, insistencia encarnizada en la verdad.Los choques con las autoridades eran cadavez peores. Entre 1906 y 1914 Gandhi serádetenido seis veces, condenado cuatro apenas de prisión y detenido efectivamentedurante más de un año; pero finalmentetriunfará, acordándose por ley, en julio de1914, casi todas las demandas hechas porlos indos.

Paralelamente a esta acción pública, en¬trelazándose con ella, reforzándola y pu-

El Gandhi en 1899, durante

la guerra sudafricana de losboers (x) rodeado devoluntarios del cuerpode enfermeros indios queél creara.

.. t ». i

Page 9: Gandhi: peregrino de la no-violencia; The UNESCO Courier; Vol

El Gandhi a la edad de 45, al final de su estada

en Sudáfrica. Hace ya varios años entonces quepractica una severa privación personal y que

ha hecho sus primeras armas en campañas dereivindicación no-violenta. La prisión forma

también parte de esa experiencia.

rificándola y recibiendo incitaciones e ins¬piración del curso que iba siguiendo, sehacía mientras tanto más profunda lareforma de la vida privada del Gandhi,doméstica y personal a la vez (su mujer,Kasturbai, con la que se casó en 1882, vivíadesde 1896 en Sudáfrica con sus dos hijos

y un sobrino). La inclinación secreta delGandhi por la vida simple y ascética y sunecesidad de identificarse con los más

pobres lo llevan a dejar la ciudad y susartificios por un establecimiento rural osemirrural «Colonia de Fénix» primero,«Granja Tolstoi» después en que su gustopor la pedagogía y sus dotes para ellapueden desplegarse libremente.

SIGUE A LA VUELTA

Foto PIB. Nueva Delhi

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Page 10: Gandhi: peregrino de la no-violencia; The UNESCO Courier; Vol

LAS GRANDES ETAPAS (viene de la pàg. 9)

4. SU PRIMERA PROTESTA EN LA INDIA :

POR LA EMANCIPACIÓN DE LOS INTOCABLES

Al volver el Gandhi a la India, pasandoantes por Londres, estalla la primeraguerra mundial. El 9 de enero de 1915desembarca en Bombay; es ya un hombre,de cuarenta y cinco años que se nos per¬mitirá calificar de revolucionario moderado

El Gandhi y su mujer, Kasturbai,de vuelta en la India en 1915.

y no-violento, actitud que se irá intensifi¬cando desde entonces. Hombre de posi¬ciones abruptas e ideales tajantes, su bús¬queda de lo absoluto se parece con fre¬cuencia a la búsqueda de lo imposible,pero el Gandhi se cuida de poner siemprede su parte las posibilidades de lo realy lo inmediato. Por eso se llama a simismo «idealista práctico». Por otra parte,aunque se abstiene categóricamente deejercer funciones políticas, invade confrecuencia este terreno porque a sus ojoslas transiciones de lo religioso a lo moraly de lo moral a lo social y político sonimperceptibles y porque a menudo la solu¬ción de los problemas humanos que élbusca tiene su clave en la esfera de las

resoluciones oficiales.

Luego de un viaje de reconocimiento portoda la India, el Gandhi se reserva, como lohiciera ya en Sudáfrica, un puerto de gra¬cia en Sabarmati, en las puertas de Ahme-dabad, donde funda el Ashram de la Sa¬

tyagraha el 25 de mayo de 1915. Este esta¬blecimiento albergó en un principio unas25 personas de ambos sexos y distintasedades, algunas procedentes del PhoenixSettlement o de la Tolstoi Farm y otras dediversas regiones de la India. Tambiénrecogió allí el Gandhi una familia de into¬cables, no sin graves dificultades, surgidastanto en el interior como en el exterior.

¿Cómo exigir a los amos extranjeros querespetaran la dignidad humana de cadahombre nacido en la India, si sus propioscompatriotas, con grave perjuicio para algu¬nos, hacían caso omiso de ella?

El Gandhi choca aquí de frente con laorganización tradicional de la sociedadhindú, comúnmente designada con la

expresión «régimen de castas», y la abordamás en moralista que en sociólogo.

El Gandhi no fue sistemáticamente; hostilal régimen de las castas; por el contrario,apreció los servicios que éste había pres¬tado en el pasado; lo atraía la idea de unaorganización social 'fundada más en losdeberes complementarios de sus miembrosque en la oposición de sus derechos res¬pectivos, pero nunca dejó, de todas ma¬neras, de denunciar los abusos, las des¬viaciones, los encanecimientos que desfi¬guraron ese régimen, de cuyos principios ycuyo funcionamiento exigió una reformaprofunda. El oprobio infligido a los intoca¬bles le era particularmente odioso. Queríala rehabilitación de éstos en el seno

mismo del hinduísmo que había pecadocontra ellos, y no aceptaba que esa reha¬bilitación se cumpliera fuera del dominioreligioso. Para ellos creó una denomina¬ción honrosa: la de Harijan, o sea «pueblode la divinidad».

Volvamos por un momento a 1915. Esta¬mos en plena guerra. Gandhi se abstienede blandir contra la potencia imperial elarma que representa la satyagraha. Lasprimeras acciones violentas que emprendeen territorio indio para lograr en éste másjusticia social (1916-1918) están dirigidascontra el abuso de poder de los plantado¬res de añil del Champarán en Bihar o delos propietarios de las hilanderías deAhmedabad. Al mismo tiempo coopera conel Imperio. Con su típica lealtad y gene¬rosidad, quiere hacer que la nación inglesaque respeta más aún, que quiere leresponda con la misma moneda.

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GANDHI (cont.)

y musulmanes. Hasta en Sudáfrica losdirigentes eran de esta última fe, yla mayoría restante de los indos, hin¬dúes. En la India lucharían como her¬

manos. La fe del Mahatma en el Impe¬rio Británico se había desmoronado.

En marzo de 1930, el Gandhi ini¬ció su famosa «marcha de la sal» en

que salió con sus correligionarios másadictos hasta la orilla del mar en una

peregrinación que fue creciendo envolumen a medida que avanzaba. Lasal era el alimento del pobre, lo quemás necesitaba el daridranárayána, yel gobierno le hacía pagar a éste,cuando no tenía casi qué comer, porun puñado de la sal que el mar ledaba al hombre gratis, como el aireo el agua. Sentado allí, a orillas delmar, y decidido a acabar con el mono¬polio de la sal por el Estado, Gandhihabía iniciado una satyagraha muchomás importante que la anterior, sobretodo por la forma en que se esparciórápidamente por todo el país.

Vuelto a arrestar y vuelto a poneren libertad, se invitó al Gandhi a quese trasladara a Londres a hablar con

las autoridades. No logró allí lo quequería, y al regresar a la India se loarrestó nuevamente. Y cuando el

gobierno quiso dar a los intocablesuna representación aparte el Gandhiinició uno de sus ayunos, y como éstese prolongó el gobierno empezó apreocuparse, porque si el líder moríala revolución iba a ser sangrienta. Lasautoridades cedieron, dejando al par¬tido del Congreso que resolviera elproblema de los intocables.

Por el momento el Gandhi se retiró

de la política para prepararse a símismo y preparar al país para lo quevendría. Pero poco después Hitler seempezó a preparar a su vez para laguerra que libraría contra el mundo,y el Japón se armó a su vez para do¬minar al Asia. El Gandhi quiso enton¬ces que, por razones de orden prác¬tico, se concediera la libertad a la

India y se la pusiera en condicionesde desempeñar un papel en los pro¬blemas internacionales, haciendo sen¬tir cierto peso en favor de la pazfrente a las naciones que se querella¬ban. Porque el Gandhi no luchaba por

la independencia de la India: luchabapor la moksha, la liberación general.

Pero los británicos no estaban pron¬tos para dar ese paso, y cuando Hitlermarchó sobre Polonia, el Gandhi les

rogó que lo dejaran ir a Hitler, comoles rogó también que le permitieranhablar con los japoneses luego delataque de Pearl Harbour. Churchillse negó a escuchar a « ese fakir des¬nudo ». Pero los británicos sufrieron

revés tras revés en Malaya y en Bir-mania, y luego al oeste de Asia. Rom¬mel estaba casi a las puertas de laIndia. El desastre, sin embargo, diouna nueva arrogancia a los británicosque regían los destinos de ésta, peroen ese momento sombrío para ellosel Gandhi no quiso hacerles más dañotodavía.

Con los japoneses por un flanco ylos alemanes por el otro, los británicosde la India se negaban a aceptar eldesastre. Vayanse de la India » lesdijo Gandhi en su famoso discurso enel Congreso (Agosto 1942) «y déjenlalibrada a la anarquía de Dios ». Chur-

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El Gandhi decide

no volver a

entrar a un

templo hasta queno se admita a

los intocables.

Después de añosde luchas yayunos serátestigo de laabrogación dela ley encentenares de

templos. A laderecha, un

templo deMadurai, en elestado de Madras.

chill lo hizo arrestar junto con suslugarteniantes Pandit Nehru y Maula-nan Azad, Presidente del Congreso,uno de los más grandes teólogos mu¬sulmanes de este siglo. Y la noticia delos tres arrestos creó en la India una

situación tal que durante seis mesesse produjo el levantamiento más gran¬de de las masas registrado desde larevolución (o « motín ») de 1857.

Se hicieron saltar las vías de ferro¬

carril, se cortaron las líneas telegrá¬ficas y se saboteó a las dependenciasoficiales, todo ello en el estilo de la

no-violencia, y hasta el día de hoy esdifícil saber contra cuántos se disparóen el movimiento por la retirada bri¬tánica de la India. Pero el éxito de las

fuerzas aliadas en Europa y las pers¬pectivas que éste abrió para el futurohicieron cambiar repentinamente lascosas. El movimiento inspirado por elGandhi al decir « Vayanse de la India »(en el cual murió a lo sumo mediadocena de europeos) había minado ental forma la integridad del gobiernoque cuando la Marina de la India se

amotinó contra los británicos, y los

soldados ae uran Bretaña quisieronvolver a su tierra (no teniendo nadaen contra de los indos) la potenciamandante decidió conceder la inde¬

pendencia a la India.

¿A cuál de las Indias? cabía pre¬guntar en ese momento; porque Jinnahy la Liga Musulmana habían crecido enpoder y prestigio, aunque pensabanque en un Estado de mayoría hindúserían siempre una minoría impotente.Así, el llegar el momento de la inde¬pendencia el Gandhi se encontró tra¬tando de ahogar el espíritu de masacreque se había apoderado de hindúesy musulmanes al procederse a la divi¬sión del pais. En un satyagrahi comoél la muerte no podía inspirar ningúnmiedo. Morir en ese forma era una

buena manera de morir.

Y así fue de aldea en aldea predi¬cando el amor, y anduvo sobre ende¬bles puentes de bambú y durmió enlas chozas de los pobres, diciendo susoraciones mañana y noche '(himnoshindúes y textos de la Gîta de SriKrishna) y predicando la necesidad

y eficacia del amor. Por último, al lle¬gar a Delhi, donde el gobierno nece¬sitaba mucho de su presencia, predi¬có todas las tardes el amor universal

en los terrenos de Rama-lila. Su mujerhabía muerto ya en la cárcel. El erauna figura solitaria, enjuta, ¡ncompren-dida y apenada. El gobierno tuvo noti¬cia de que se conspiraba para matarlo

los hindúes estaban indignados porsu defensa de los musulmanes peroél se negó a aceptar toda forma deprotección. Acababa de iniciar unayuno para que se diera mejor tratoa los musulmanes y al Pakistán, tantode parte del gobierno como del puebloen general. Un joven intelectual hindúque lo respetaba pero que considerabapeligrosos sus discursos para loscreyentes como él, se arrodilló unatarde mientras el Gandhi decía sus

oraciones y disparó contra él. « HèRam » (Ay, Dios) dijo la víctima, ycayó muerto.

« Quizá a las generaciones venide¬ras » dijo Albert Einstein al enterarsede esta muerte « les cueste creer queun hombre así anduvo por la Tierra.»

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LAS GRANDES ETAPAS

(viene de la pêg. 10)

5. HUELGAS,AYUNOS,MOVIMIENTOS

DE MASAS,CÁRCEL

Pero entre 1918 y 1919 va a producirseun cambio decisivo en el comportamientopolítico del Gandhi; de la cooperación conel gobierno imperial de Nueva Delhi pa¬sará a la no cooperación. La ocasión de laruptura la proporcionan las medidas deexcepción que, habiendo llegado la guerraa su fin, el Gandhi y algunos de sus amigosjuzgan inútiles e incompatibles con la dig¬nidad de todo ciudadano libre.

Para el nuevo jefe del nacionalismo in¬dio porque sin buscarlo, Gandhi va aimponerse bien pronto como tal surgeuna preocupación doble y constante: la demantener a toda costa un alto grado depureza en los medios no violentos, que sonlos únicos a ponerse en práctica pese ala forma en que se tambalea a veces la fede los mejores discípulos y pese también ala indisciplina de las tropas siempre listasa inclinarse a la violencia y, al mismotiempo, la de no perder de vista nunca laliberación política de la India, que como sepensó en ese momento, no sería acordadade buen grado.

En cuanto a la primera de ambas preo¬cupaciones, la «desobediencia civil» máscategórica, la negación de la injusticia, laresistencia a colaborar con los autores de

ésta no autorizan, en opinión del Gandhi,el que se recurra a los métodos violentos;únicamente la «reivindicación cívica» de

lo verdadero por el sacrificio y la purifi¬cación personal, por la aceptación del en¬carcelamiento y los golpes y por la abs¬tención de toda violencia contra personasy bienes llevará a una independencia nacio¬nal auténtica y pura.

Durante muchos años, hasta el momento

en que se alcance el fin perseguido, sesucederán las huelgas no violentas, losmovimientos de masa y los ayunos de pro¬testa. (Entre 1918 y 1948 se producen porlo menos quince grandes ayunos gandhia-nos, tres de los cuales se continúan porespacio de 21 dias y dos se emprendencon duración ilimitada, lo cual implica laeventualidad de la muerte por inanición sino se satisface la demanda del líder.)Habrá, como es lógico, ciertos periodos depausa. Pero la vigilancia del Gandhi noconocerá desmayos, y el Partido del Con¬greso así como la nación entera se¬guirá con entusiasmo al guía que veneran.Todos, sin embargo, no comprenden laexigencia absoluta de la satyagraha. Gandhitiene el valor de desautorizarlos y hasta desuspender, al borde de la victoria, el im¬pulso revolucionario de los que se handejado manchar por graves violencias (fe¬brero de 1922).

SIGUE EN LA PAG 14

Detenido muchas veces, el

Gandhi pasó más de cinco añosde su vida en diferentes cárceles.

En la foto se lo ve visitando a

varios presos políticos en unacárcel cerca de Calcuta.

Page 13: Gandhi: peregrino de la no-violencia; The UNESCO Courier; Vol

EL PEREGRINO

DE LA

NO-VIOLENCIApor René Habachi

D,"esde la muerte del Gandhi

la violencia se ha multiplicado comoun cáncer y ganado todos los conti¬nentes, adoptando fisonomías tan múl¬tiples que a veces es imposible reco¬nocerla. Violación de conciencias yviolación económica. Coacción sola¬

pada de la conciencia mediante la ra¬dio, la prensa y la publicidad, ycoacción descarada por medio delas armas. Víctimas del consumo

exagerado o de una faltadel mismo que linda con el hambre.Tal como dice el sacerdote brasileño« no violento » Don Helder Cámara :

« Bajo apariencias de orden y aparien¬cias de paz se esconden injusticiasterribles que minan la naturaleza deésta ».

Una duda nos asalta de pronto : ¿Nose sufrirá un estado de violencia ?

¿No estaremos infligiendo esta violen-cía a los demás ? ¿No somos todoscómplices de cierta violencia estable¬cida que se abre camino invisiblementepor los surcos de la vida, hasta elmomento de revelar bruscamente su

faz de muerte y de catástrofe ?

Ante esta ofensiva generalizada dela violencia, Gandhi habría respondidoparadójicamente con su no-violencia.No se trata ni de complacencia fácil nide resignado pacifismo. La no-violen¬cia se sitúa en el otro extremo de laviolencia : es una violencia a contra¬

pelo, y exige por tanto la misma ener¬gía que la violencia, con más algocapaz de transformarla en fuerza moral

RENE HABACH I, libanes, es profesor defilosofía en la Universidad de Beirut yactualmente forma parte de la División deFilosofía de la Unesco. El profesor Haba¬chi ha escrito diversas obras, algunas delas cuales han sido traducidas al árabe,

así como al español y al polaco. '¿Oriente,cuál es tu Occidente?"; «Las Columnas

Rotas de Baalbek" (ensayo fenomenoló-gico) y «Un Pensamiento Mediterráneo»(4 volúmenes. 1956-1960), se cuentan entresus libros más conocidos.

y quitarle su virulencia : «Yo quierodesafilar completamente la espada deltirano, no golpeándola con un aceroafilado sino desbaratando su expec¬tativa de que yo pueda presentarle unaresistencia risica.» (Young India,8.10.1925.)

La no-violencia es pues, una últimatentativa del espíritu y de la libertad,mas allá de la cual sólo hay fuerzasimpersonales que se enfrentan sinotra posibilidad que la victoria de lamás implacable. Gandhi se dirige aun mundo todavía humano del que elespíritu aún no ha huido, ya que la«fe en el hombre» es su postrer men¬saje. Esta fe en el hombre él la pagócon la vida. Pero su actitud de no-

violencia ante la muerte, esa victoriadel libre consentimiento totalmente in¬

separable de la no-violencía, ¿no esuna prueba más de que hay que creeren el hombre? Como si el testigo, alaceptar la muerte de antemano, nocerrase los ojos más que para versevenir desde el otro lado de su agonía.Los testigos del espíritu, al sucumbirante la violencia ciega, encienden unallama tan alta que ésta se convierte enreserva de luz para las horas trágicasen que uno empieza a dudar delhombre.

La no-violencia, por tanto, se ase¬meja tan poco a una estrategia derepliegue que lo primero que deseaes medir las fuerzas de la potenciacontraria. ¿De qué serviría la no-vio¬lencía del impotente? «El perdón,dice Gandhi, es el ornamento del sol¬dado.» Pero no de los miedosos. «Si

hubiera que escoger entre la cobar¬día y la violencia», dice, «yo aconse¬jaría la violencia». (Hind Svaraj, 11.8.1920). Más todavía : «Yo melanzaría mil veces a emplearla violencia antes que permitir lacastración de toda una raza»» (HindSvaraj, 4.8.1920). Y por si eso fuerapoco : «Yo cultivo el coraje de morirsin matar. Pero deseo que quien notenga ese coraje cultive el arte dematar y dejarse matar antes que huir

vergonzosamente del peligro». (HindSvaraj, 2.10.1920.

De este modo, el que se deseecapaz de no-violencia debe primeroser capaz de sopesar la violencia yluego, imbuido de anti-víolencla, expo¬nerse, pese a todo, a la acción no-violenta hasta llegar a la muerte. ¿Quémayor audacia que ésta? ¿Qué arrojomayor que la dulzura viril de unafuerza sin armas ?

¿ Cuál es pues, cuando la no-violencia tiene éxito, el secreto de sueficacia? El secreto radica en quela no-violencia se niega a identificar asu adversario con la fuerza que ésteejerce o con la situación injusta con laque se ha solidarizado. Al hacerlo asírespeta en él la parte de comprensióny de libertad que queda viva en su es¬píritu y que no ha caído todavía presade la violencia. Al respetar a ésta, laobliga a estar atenta y consciente de suresponsabilidad frente a los valoresque todavía podrían salvarse.

En pocas palabras, la no-víolenciaabre paso a la verdad extraviada, ocul¬tada o amordazada por viejos actos deviolencia bajo la armazón de situacio¬nes de hecho y paces hechas hipócri¬tamente.

El Gandhi se entrega a la búsquedade la verdad, cosa que pone por enci¬ma de todo. La Verdad es su religión(«La Verdad es Dios», dice en YoungIndia el 31. 12. 1931). Y para él, sólola no-violencia, encarnada en un mi¬

litante verdaderamente puro, que hamatado dentro de sí su propio espíritude violencia, es capaz de arrancar a laverdad del atasco en que se hallao de revelarla si no la han descubiertoaún.

Tan elevada ambición da un sentido

al combate de la satyagraha. Literal¬mente, esta palabra significa «el abra¬zo de la verdad». El orientalista Louis n

Massignon, que conoció al Gandhi y I Ase unió a su lucha, la tradujo por«la reivindicación cívica de la verdad»,

reivindicación que no cuenta con otra

SIGUE A LA VUELTA

Page 14: Gandhi: peregrino de la no-violencia; The UNESCO Courier; Vol

LAS GRANDES ETAPAS (viene de la peg. 12)

6. EL GRANO DE SAL DE LA DESOBEDIENCIA CIVILAunque decepcionado frente a sus par¬

tidarios y duramente combatido por lasautoridades, el Mahatma no pierde el ánimojamás. No le faltan tampoco los mediosde acción, poniéndose bajo su direccióndos periódicos, uno redactado en inglés,Young India, y el otro en gujráti, Navaji-van, que le permiten explicar al público entodas las ocasiones el verdadero sentido

de su doctrina y de sus iniciativas, que nose dirigen todas al fin de acabar con la

injusticia, sino en mucho mayor grado alde construir pacientemente y con amor unorden más justo de cosas: como ejemplosse puede citar la fundación de la Asocia¬ción de Industrias de Aldea y la de dosnuevos ashrams, uno en Wardha y otro enSegaon.

Los acontecimientos más espectacularesque quedan todavía por mencionar son ladeclaración de la « guerra de independen

cia» el 12 de marzo de 1930, y la célebre«marcha de la sal» contra el monopolio delimpuesto considerado como símbolo de laopresión: la participación del Gandhi en lostrabajos de la Conferencia de la Mesa Re¬donda (Londres, 1931); los grandes ayunosque tuvieron por motivo los intocables(1932-33) y la aprobación por el Gandhide las elecciones de 1937 en escala pro¬vincial.

SIGUE EN LA PAG 16

EL PEREGRINO DE LA NO-VIOLENCIA (cont.)

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arma que la ahimsa, o sea, la negacióna perjudicar al prójimo por respeto aél. La satyagraha tiene por fin la ver¬dad y por medio la decisión de nohacer daño, cuyos aspectos positivosson el amor y la compasión.

Por conjugar la satyagraha fines ymedios, no puede servir como fórmulaestratégica ni como procedimientotécnico al servicio de la habilidad. El

satyagrahi tendrá que ser auténtico yvivir en una atmósfera de no-violencia

y de compasión, razones por las cualesle son necesarios tanto una disciplinacomo un largo aprendizaje.

En esto consiste el bramasharya, esdecir, la disciplina de todos los sen¬tidos, el ascetismo. Se trata de venceren sí mismo toda inclinación a la vio¬

lencia mediante el ayuno, la castidad,el silencio, (Gandhi se imponía un díapor semana de silencio total; el lu¬nes), la austeridad en el vestido, (de

ahí el uso del taparrabos y, para tejerel algodón que éste requería, la«campaña de la rueca»); por último,el recogimiento en los ashram, esoslugares de retiro que Gandhi fundóen África del Sur y en la India.

Asi, la lucha de la no-violencia, antesde volcarse hacia fuera, se lleva acabo dentro del militante mismo. ¿Có¬mo exigir a los demás una verdad queuno no se exige antes a sí mismo ?Unas manos impuras no pueden des¬pertar ninguna fuente de luz. Por estasexigencias difíciles e imprevisibles elMahatma (es decir, la gran alma) hapodido despertar a todo un pueblomostrándole a la vez los caminos del

espíritu y los de la liberación política.

¿Puede un mensaje como el delGandhi tener resonancia en un mundo

erizado por toda clase de violencias,como es el nuestro?

Algunos querrían acusar a ese men

saje de esterilidad definitiva basándoseen el argumento de la coyuntura histó¬rica : lo que las circunstancias hi¬cieron posible una vez, ya no lo es ennuestros días. El liberalismo de Ingla¬terra, el «fair play» del gobierno deSu Majestad, habrían permitido a «Mis¬ter Gandhi» actuar como político va¬liéndose de su reputación de místico.

La moral de un pueblo oficialmenteprotestante no habría podido negarsea escuchar el llamado que dirigíaGandhi tanto a la conciencia de los

suyos como a la de los representantesdel Imperio. ¿Qué más se necesitabapara dar acceso a Buckingham Palacea este sabio coronado con sus diplo¬mas de las universidades británicas yvestido con un simple taparrabos ?Pero las condiciones históricas en queactuó no se repetirán jamás.

Se pretende además que, por estarla India integrada al sistema cerrado

Page 15: Gandhi: peregrino de la no-violencia; The UNESCO Courier; Vol

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En 1930, el Gandhi se empeñacon «la marcha de la sal»,en la primera gran batallade la lucha que conducirlaa la independencia de laIndia. El 12 de marzo

abandona el establecimiento

comunal de Sabarmati

(izquierda) y recorre a pie390 kilómetros en 24 días

(derecha) hasta llegar aDandi, a orillas del mar.

Allí recoge un puñado de sal,invitando con este simbólico

gesto a toda la poblaciónde la India a que transgredala ley sobre el monopoliode la sal, que las autoridadesbritánicas se habían negadoa abolir. Este gestorecuerda el célebre episodiodel aBoston Tea Party»;en 1773, durante la lucha

por la independencia de losEstados Unidos, losciudadanos de Boston

tiraron al mar cargamentoscompletos de té comodesafio a la autoridad

británica y protesta contralos impuestos que pagabaeste producto. En 1930,al ofrecerle el virreyLord Irwin una taza de té

al Gandhi, éste le dijo :«Gracias : le echaré un

grano de mi sal comorecuerdo del «Boston

Tea Party».

del Imperio, el impacto de la no-violen¬cia podía, por medio de la no-coope¬ración política y económica, alcanzaral adversario. En los sistemas relati¬

vamente abiertos del mundo actual este

tipo de resistencia no tendría eficacia,ya que el perjuicio económico podríaquedar compensado por un cambio declientela, defendiéndose por lo demáslos Estados, con su arisco espíritu deautonomía, de toda intromisión políticaextranjera. La violencia se agravaríainexorablemente, como lo vemos conharta frecuencia; la no-violencia, a suvez, no pasaría de grito dado «a boceachiusa».

Estos argumentos convencen sóloa medias. No consideran, precisamen¬te, que la abertura de los antiguossistemas cerrados puede transformarseen ventaja, en vez de ser un obstáculo.La propagación de los movimientos deprotesta nacionales puede despertarla solidaridad entre las masas de otros

países y la opinión pública, al conver¬tirse en opinión regional o internacio¬nal, obligar al tirano a aflojar la pre¬sión que ejerce (o hacerla desgra¬ciadamente más fuerte en ciertos

casos). De cualquier modo, todos re¬cordamos ejemplos que prueban queuna resistencia localizada despiertasimpatía mas allá de todas las fronte¬ras y ayuda a modificar, directa oindirectamente, el comportamiento delos gobiernos abusivos.

De todas maneras, como en nues¬

tros días todo incidente nacional puederepercutir en el orden mundial, la no-violencia adquiere también importanciainternacional en el escenario de Na¬

ciones Unidas. La bomba atómica de

la violencia sólo puede quedar neu¬tralizada por el arma absoluta de lapaz; y sólo en las más altas instan¬cias de la conciencia se convertirá el

espíritu de guerra en espíritu de conci¬liación.

Por ser el pacifismo a toda costay la moralidad a no importa qué preciodos utopías peligrosas, el Gandhi, quese definía a sí mismo como « idealista

práctico », no habría desaprobado elprincipio de equilibrio que Pascalexpresara con tanta justeza :

«La justicia sin fuerza es impotente;la fuerza sin justicia, tiránica. Hay queconjugar, pues, fuerza y justicia paralograr que todo lo fuerte sea justo,y lo justo, fuerte».

Tal equilibrio implica que la Organi¬zación internacional debe disponer deuna fuerza internacional a la medida

de la justicia que defiende. Pero estamedida no constituye sino un pasohacia la satyagraha internacional, ysu objeto es contener la violencia,no acabar con ella. Hay que ir más le¬jos todavía.

Un desarme sería un ejemplo con¬creto de no-violencla. Más allá delre-

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SIGUE A LA VUELTA

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LAS ETAPAS (viene de la pàg. 14)

7. ¡VAYANSEDE LA INDIA!

Llega luego la segunda guerra mundial.La India quiso participar en el esfuerzo deguerra en un pie de estricta igualdad conlos otros dominios británicos. Como en la

ocasión previa, el Gandhi decide en unprincipio no oponerse al armamento delpaís. Pero la política oficial lo lleva a re¬considerar esa decisión, y en octubre de1940 comienza una campaña de reivindi¬cación cívica no violenta contra la partici¬pación en la guerra. El 14 de julio de 1942los congresistas votan una moción invi¬tando a los ingleses a retirarse de la India.

Terminada la guerra, se reinician las ne¬gociaciones entre las autoridades británi¬cas y los nacionalistas indios. Gandhi de¬sempeña en ellas un papel decisivo, aun¬que oficioso; y el 15 de agosto de 1947 laIndia accede a la independencia completa.Pero el conflicto entre hindúes y musul¬manes, siempre latente aunque a veces sele quitara el elemento explosivo, llega enese mismo momento a encenderse nueva¬

mente de una manera trágica.SIGUE EN LA PAG 18

En 1942 el Gandhi fue arrestado

con un numeroso grupo de amigospor exigir públicamente la salidade las autoridades británicas.

La no-violencia continuaba siendo

el orden del día, a pesar de quela represión se ejercía en las callescon la ayuda de bombas lacrimógenas.

m

EL PEREGRINO DE LA NO-VIOLENCIA (cont.)

16

chazo de todo gesto agresivo, pondríafin a toda intención oculta de inter¬

vención armada, obligando a las na¬ciones a arreglar sus diferencias me¬diante el diálogo. En este sentido, acejlerar el desarme nuclear constituiría

sin duda alguna un comienzo. Pero,suprimiendo los medios de la violenciase logra por si acaso arrancar decuajo las causas de la misma? Hay queseguir más lejos por ese camino.

Recordando la fórmula de Pablo VI :

«El desarrollo es una nueva forma de

justicia », ¿no podrían la ciencia y latécnica ponerse a disminuir las desi¬gualdades existentes en vez de dejarque se abra más aún el abismo quelibra a la impotencia a gran parte delmundo? ¿Qué tipo de democracia esposible, tanto en el plano nacionalcomo en el internacional, cuando de un

lado tenemos la fuerza y del otro elsufrimiento? La fuerza llamando y ten¬tando a la violencia, y el sufrimientoinvitando al gesto desesperado.

Esta ofensiva en favor de una

«nueva forma de justicia» debería to¬mar la iniciativa y salir deliberadamenteal encuentro de la humanidad que su¬fre. Encauzando la inteligencia de lassociedades evolucionadas hacia la in¬

tensificación de los planes del futurodecenio del desarrollo, no esperaríaa que la amenaza de alguna catástrofe

mundial solicitara su atención y seobligaría, en vez de ello, a cobrar uncarácter no violento para paliar elrencor que crean sufrimiento y desor¬den juntos en las tierras del «tercermundo». Y como un gesto bienhechorsiempre hace bien al que lo practica,los países de sobreconsumo se libra¬rían de ese modo del peso que lostiene prisioneros de su riqueza. Por¬que el consumo excesivo aisla tantoy es tan mal consejero como la sub¬alimentación.

Este esfuerzo, comenzado ya al nivelde Naciones Unidas pero con exce¬siva timidez y demasiado neutralizadopor contradicciones de orden interno

estaría animado por un espíritu másintrépido si se cumpliera en nombrede una no-violencia paladinamentereconocida. No se trata solamente de

una Declaración de Derechos Huma¬

nos, ni de la defensa de esos dere¬chos, limitada como está por la sobe¬ranía recelosa de los Estados. Se trata

de una «experiencia internacional dela verdad» en el sentido gandhiano dela palabra; movimiento planetario decompasión, o en otros términos, deahimsa.

¿Cabe esperar que este espíritu deno-víolencia sople bruscamente sobrelos Estados Miembros de Naciones

Unidas? ¿Se escuchará la voz del

Gandhi sin que otras voces hablen deconcierto con la suya en todos loscontinentes? Quien piense en ello ten¬drá que reconocer la importancia delas disciplinas de la no-violencia, ejer¬cidas por un cortejo de sencillos hé¬roes que, al mismo tiempo que cum¬plen con sus deberes cívicos, resistena la violencia, ponen un dique a lainjusticia, conminan a las masas ahacer de un desarme consciente ylúcido el más ineluctable de los escu¬

dos. Porque todo está ahí: en trans¬formar la fragilidad de la verdad, dela justicia y de los hombres mismosen exigencia imperiosa e inquebran¬table.

He aquí los términos que proponíaa sus compañeros Martin Luther King,cuyo destino recuerda dolorosamenteal del Gandhi, para una «Carta deadhesión» en cuyos artículos ha resu¬citado la ahimsa y el Brahmasahrya:

«2. Recordar que la acción no-violenta tiene por fin la reconciliacióny la justicia, no la victoria.

5. Sacrificar mis intereses perso¬nales para que todos los hombrespuedan ser libres.

6. Observar las reglas de la cortesíatanto frente a mis enemigos como amis amigos.

9. Esforzarme por observar una

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higiene espiritual y física al mismotiempo.

10. Respetar durante las manifesta¬ciones las órdenes de la acción no-

violenta y las de sus jefes.»

Por su parte, el sacerdote brasileñoDon Helder Cámara, que encabeza elmovimiento «Acción, Justicia y Paz »se inspira, como Martin Luther King,en el Evangelio, y se sirve del espíritude éste para reivindicar la justicia pormedio de una resistencia constructiva:

«Acción, Justicia y Paz» no nacepara tratar de mitigar el «no» de losoprimidos sino para ayudar a dar al«no» de todos nosotros, a la protestade todos, un valiente sentido positivo,un alto y bello sentido constructivo.

«Acción, Justicia y Paz» no nacepara ser un movimiento opaco, acomo¬dado y acomodaticio, porque sabe queDios rechaza a los tibios; quiere ser,y con la gracia de Dios llegará a ser,la violencia de los pacíficos.»

Por último, el discípulo directo delGandhi, Acharia Vinoba Bhave, cuyosescritos y actos están recogidos en unvolumen bajo el título de «La revolu¬ción de la no-violencía», recorre las

aldeas de la India para enrolar a losricos en el movimiento del «Don de la

tierra» por medio del cual pide unaredistribución de la misma que favo

rezca a las familias rurales despo¬seídas, y crea en cada aldea una«Brigada de la paz» para despertar alas masas a una cooperación socialconsciente y profunda.

«Toda la tierra, como el aire y elagua, le pertenece a Dios. Si la tierraestá bien repartida, el actual estadode insatisfacción se transformará en

era de buena voluntad, de amor al

prójimo y de cooperación.»

Se inspiren en Cristo o en elGandhi, a quien el Sermón de la Mon¬taña emocionaba hondamente y quele hizo eco en las orillas del Ganges,los discípulos de la no-víolencíainsisten en la interdependencia deEstados y pueblos y derivan su revo¬lución nacional a una corriente de

solidaridad universal. En un discurso

que pronunciara en Calcuta en 1925dijo el Gandhi:

«No deseo la libertad de la India

sí esa libertad implica por fuerza ladestrucción de Inglaterra o ladesaparición de los ingleses.»

«Quiero la libertad de mí paíspara que otros puedan aprenderalgo gracias a él, y para que susrecursos sirvan a la humanidadentera.»

Este universalismo no es un

concepto ideal, sino una experiencia

vivida y puesta a prueba tanto por lainteligencia como por la sensibilidady el amor:

«Mi religión, dijo el Gandhi, noreconoce fronteras geográficas. Mife viva trasciende mi amor por laIndia. Una independencia aisladano podría ser el fin de los diversosEstados del mundo: el verdadero

fin es una interdependencia volun¬tarla. No hay límites al alcance quedebe tener el servicio que preste¬mos al prójimo más allá de lasfronteras de los Estados. Dios no

ha fijado nunca semejantes fron¬teras.»

Si se piensa en el hombre delmañana el hombre planetario hayque recordar que la no-violencia delGandhi habrá querido no solamentehacer saltar los obstáculos que para¬lizan a la humanidad, sino abrircaminos al progreso de ésta:

«No hay límites al alcance quedebe tener el servicio que preste¬mos al prójimo más allá de lasfronteras de los Estados. Dios noha fijado nunca semejantes fron¬teras.»

Bajo un régimen de miedo, la cienciase hace destructora; pero acompañadade la no-violencia, podría ser eminen¬temente creadora.

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LAS GRANDES ETAPAS (viene de la pág. 16)

8. A LA HORA DEL TRIUNFO, PAGA

CON LA VIDA SU RECHAZO DE LA VIOLENCIA

La Liga Musulmana no acepta que lapoderosa minoría de religión islámica lacuarta parte de la población total delpais pueda verse sometida al gobiernode la mayoría hindú. Con la muerte en elalma, el Gandhi y sus compañeros debenconsentir en la «vivisección» del país, yese mismo 15 de agosto, la India que sehabía soñado indivisible y que ahora lograsu libertad, se ve cortada en dos, dospaíses distintos: la Unión India y elPakistán.

Estas peripecias se han visto acompa¬ñadas de disturbios, de violencias, de te¬rribles castigos. Ante todo ese mal desen¬cadenado de golpe, el Gandhi, que ha dedi¬cado su vida al buen entendimiento entre

ambas colectividades religiosas, se ve tor¬turado por el fracaso de sus pacientesesfuerzos. Aunque tiene ya 75 años, nopuede aceptar la audacia con que se ma¬nifiesta ese mal, y así recorre a pie, comopacificador, las regiones transtornadas porla desgracia y por el odio. Al hacerlo asíno ignora que su vida está constantementeamenazada por el fanatismo. Uno de esos«ultras» del hinduísmo, que no puede com¬prender su actitud caballeresca frente a losmusulmanes que han permanecido en laUnión India y que lo considera como untraidor, lo derriba el 30 de enero de 1948.

Gandhi rendía asi el mayor homenaje, elde la sangre vertida, a la causa de la no-violencia, que él tenía por ideal universal,propuesto a todos los hombres de la Tierra.

El Gandhi recorre con los pies desnudos las aldeasasoladas por los sangrientos conflictos queenfrentaron a hindúes y musulmanes en una largacampaña de conciliación. El día de la independenciarenunció a todo sentimiento de alegría, luchó contralos motines y ayunó como siempre.

Inmensas migraciones de la Indiaal Pakistán y viceversa marcanla división de la India en el

momento de lograr suindependencia en 1947.

El 30 de Enero de

1948, en Nueva

Delhi, YaguajarlalNehru, PrimerMinistro de la

India, le anunciabaa la muchedumbre

la trágica muertede su amigo elGandhi, abatido

en el mismo lugarminutos antes.

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Fotos © Life Magazine - Grey Villet

El boycott de los ómnibus de Montgomery, en Alabama,fue en 1956 la primera gran revuelta pacifica de losnegros contra la discriminación racial en los Estados Unidosde America. En esos ómnibus los negros no tenían derechoa sentarse más que en los asientos de atrás y, siel vehículo iba lleno, debían ceder su sitio a los blancos.Al precio de largas caminatas (foto de arriba, derecha) losnegros obligaron a los ómnibus a marchar casi vacíos porespacio de mese» (foto de arriba). La ley puso fin a esasituación obligando a las compañías de transporte a queabolieran toda segregación. Un desconocido muy prontocélebre encabezó esta campaña y la llevó a buen éxito:el pastor Martin Luther King, cuya autoridad moral creceríaen los años siguientes. El movimiento de la no-violenciaculminó con la gran marcha sobre Washington en agosto de1963, al reunirse frente al Lincoln Memorial de la capitalnorteamericana más de 200.000 personas (abajo).

20 ANOS DESPUÉS

CAE EN MEMPHIS

MARTIN LUTHER KING

Foto © Life Magazine - Robert W. Kelley

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Page 21: Gandhi: peregrino de la no-violencia; The UNESCO Courier; Vol

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Martin Luther King (en el centra de la foto de arriba) encabeza en 1965 una marcha de protestapor la igualdad de derechos en que 30.000 personas recorren 80 kms, de Selma a Montgomery.En primera fila a la izquierda, el pastor Ralph Abernathy, que sucedió a King en su puesto de líderluego de su asesinato. Abajo, el retrato de King llevado por sus fieles en la procesión de su entierro.

or la vía de la no-violencia, como

el Gandhi en la India, llevó a cabo MartinLuther King en los Estados Unidos su luchacontra las discriminaciones raciales; y al igualde aquél, no dejó nunca de exhortar a lossuyos a que rechazaran las tentaciones de laviolencia. El 4 de abril de 1968, 20 años des¬

pués del Gandhi, King caía asesinado como supredecesor. Y también como éste, el líder nor¬te-americano había corrido todos los riesgos.

«Practicar la no-vlolencla» había dicho el

Premio Nobel de la Paz para el año 1964,«implica una voluntad de sufrir y de sacri¬ficarse. Es posible que Implique también ir ala cárcel... Y también la muerte física. Pero

si ésta es el precio que un hombre debepagar para librar a sus hijos y sus hermanosblancos de la muerte permanente del espíritu,nada puede ser más salvador para él.»

King sabía cuánto debía al Gandhi, y lodijo en estos términos: «Antes de este siglo,casi todas las revoluciones se basaban enuna mezcla de esperanza y de odio. La espe¬ranza se manifestaba por una sed cada vezmayor de libertad y de justicia. El odio erauna expresión del rencor fomentado por losque perpetuaban el viejo orden. El odio hizoque las revoluciones fueran sangrientas yllenas de violencia. Con el movimiento delMahatma Gandhi en la India surgió algonuevo: una revolución basada en la espe¬ranza y el amor, la esperanza y la no-violen¬cia. Este mismo acento nuevo caracterizó elmovimiento por los derechos civiles que tuvolugar desde el «boycott» a los ómnibus enMontgomery (1956) hasta las manifestacionesde Selma en 1965 (ver fotos de arriba).

Por lo que respecta al sentido de su lucha,King dijo más precisamente: «El problema noes una simple cuestión racial entre negros yblancos. En fin de cuentas, no se trata ni

siquiera de una lucha entre nombres, sino deuna tensión entre la justicia y la Injusticia. Laresistencia no-violenta no está en contra de

los opresores sino de la opresión. Bajo susbanderas se unen, no grupos raciales, sinoconciencias».

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I OHANDAS KARAMCHANDGANDHI nació en una época en laque el Occidente, como un coloso,dominaba el mundo entero. Las po¬tencias occidentales lo regían no sólopolíticamente, sino que en los cam¬pos culturales, económicos e intelec¬tuales ejercían también una suprema¬cía incuestionable. La India, como

todos los pueblos de Asia y Africa,sufría tanto la pérdida de su indepen¬dencia política como la de su empujeeconómico y energía espiritual. El últi¬mo intento del Emperador mogul porrevivir pasadas glorias había quedadodesbaratado después de la revueltade 1857.

A Turquía se la consideraba comoel pueblo enfermo de Europa, y suimperio había entrado en un rápidoproceso de desintegración. Luego dela derrota sufrida por la China en lallamada guerra del Opio, se le habíanimpuesto nuevas cargas tributarias; elJapón, por su parte, empezaba a sufrircomo un sacudón las incursiones de

los Estados Unidos de América, quesurgían en el escenario mundial.

Rusia ampliaba sus fronteras en elcorazón del Asia y presionaba al estey al sur buscando salidas hacia losmares templados. El imperialismo delmundo occidental se dejaba sentir entodos los paralelos, y por primera vezen la historia muchos pueblos de Asiay Africa empezaban a sentir ciertapredestinación en la supremacía delOccidente. Antes de que el Gandhimuriera, esta atmósfera de desalientohabía desaparecido, siendo reempla¬zada por nuevas expectativas y espe¬ranzas llenas de ansiedad, de confian¬

za y a veces de impaciencia. Todoslos países de Asia y Africa se agita¬ban con una nueva vida y exigían ellugar a que tenían derecho en las« mansiones del Hombre ». Al Gandhi

le corresponde una parte no pequeña

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HUMAYUN KABIR, ex-ministro de la India,es un ensayista y filósofo indio. El señorKabir ha publicado una obra considerabley dedicado algunos de sus libros a la vida,lucha y pensamientos del Gandhi. El articuloque publicamos aquí lo escribió para unaobra colectiva que imprimió en NuevaDelhi, en 1968, la 'Gandhi Peace Funda¬tion", poco antes de la muerte del autor.

UNAREVOLUCIÓNSIN ARMASpor Humayun Kabir

del crédito por esta transformación; yaunque sirvió principalmente de ins¬trumento para devolver al pueblo indioel respeto de sí mismo y dar al co¬mún de la gente un nuevo sentido dela dignidad, el despertar de la Indiatuvo resonancia en las más apartadasregiones de Asia y Africa. Pocas vecesun hombre de una nación sojuzgada haalcanzado la posición y el prestigiodel Gandhi en la época que le tocóvivir. Diez años después de su muerte,el imperialismo se batía en retirada entodo el mundo.

La significación que tiene para éstela revolución del Gandhi está en el

éxito con que logró despertar lasenergías dormidas bajo la toleranciay la paciencia del pueblo Indio. Lasmasas indias habían soportado agra¬vios y sufrido injusticias contra lasque otro pueblo más activo se habríarebelado mucho antes. Su pasividade inercia se habían considerado como

una causa de debilidad, y en estoestaban de acuerdo tanto amigos comoenemigos de la India. Aun los gober¬nantes de ésta consideraban que elcarácter de las masas indias excluía

toda posibilidad de revolución abiertay activa.

El Gandhi tenía conciencia de ese

fatalismo, de esa pasividad del puebloindio, pero encontró la posibilidad deusarlos en función de una políticanueva y hacer de ellos reservas defuerza oculta. Organizó as! un movi¬miento de no-cooperación en vez deuna lucha militante y agresiva. Con¬forme las masas indias se iban sin¬

tiendo movidas a la acción política,las fuerzas estáticas inherentes al ca¬

rácter indio se dinamizaban. El pueblorecuperó así el respeto por sí mismoy este hecho constituyó en sí unarestauración de los valores de la espi¬ritualidad.

El Gandhi fue uno de los dirigentesdel nuevo desafío a la dominación

occidental, pero no por ello negó losvalores que el Occidente había apor¬tado a la herencia de la humanidad. La

revolución científica de Europa habíaabierto al hombre un mundo nuevo,mundo lleno de inmensas posibilida¬des. En el plano material, el desarrollotecnológico prometía liberar al hombredel hambre y las enfermedades. En elplano político, la mejor respuesta pare

cía encontrarse en la democracia libe¬

ral del Estado-Nación. Intelectual-

mente esa revolución dio lugar al ra¬cionalismo y levantó la esperanza deque todos los males del hombre desa¬parecieran con la difusión de la ense¬ñanza. Europa estaba animada por unespíritu de expansión, empuje y fe,y todo el mundo seguía los caminosque ella trazaba.

El Gandhi reconoció la contribución

de la ciencia a la solución de los ma¬

les humanos, pero protestó contra elmaterialismo que aquélla engendraba.El sentía que la misma Europa quehabía luchado por la libertad políticatoleraba una esclavitud económica de

la peor clase. La máquina, en sus for¬mas más simples, podía ser esencialal bienestar de la humanidad, pero laforma en que Europa hacía uso deella había reducido al hombre casi a

la condición de esclavo. El Gandhi se

dio cuenta de que el pensamiento tra¬dicional occidental había llegado a unpunto muerto y buscó una solución ala crisis política y social del momento.Esa solución estuvo en lo que llamabasus « experimentos con la verdad ».

E abuso de la máquina habíaconducido a la concentración de la r¡-

qjeza y al desarrollo de una civilizaciónindustrial sin espíritu. El Gandhi buscósolución a estos dos problemas ha¬ciendo hincapié en la aldea autónomay suficiente como unidad primera dela sociedad. La relación entre indivi¬

duos no puede hacerse a un lado enuna concentración pequeña como esa.Las relaciones impersonales reempla¬zan a los contactos humanos cuando

una unidad social crece de tal manera

que los Individuos ya no pueden cono¬cerse como personas. Dar importanciaa la relación humana nos liberaría poruna parte del peligro de la anarquíay la licenciosidad, y por la otra nosofrecería las condiciones necesarias

al desarrollo de la libertad individual.

La aldea evitaría no solamente el peli¬gro de la dictadura del Estado, sinotambién la anarquía resultante sin dudade la falta de éste.

El Gandhi sabía bien la importanciaque tiene la independencia económicadel individuo. Sin independenciaeconómica, la independencia política

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se convierte en una burla, y la demo¬cracia en mera farsa. La concentra¬

ción desmedida de riqueza ataca laindependencia económica del hombre,pero es un resultado inevitable de laproducción en gran escala cuando éstase deja en manos de intereses parti¬culares. El análisis del Gandhi, hasta

este punto, es casi idéntico al de lossocialistas; su solución, sin embargo,es muy diferente de la de ellos. Elremedio socialista se basa en la eli¬

minación de la propiedad privada aun¬que conservando los grandes comple¬jos industriales. El Gandhi buscó unasolución en la dispersión de la in¬dustria, lo que automáticamente aca¬baría con la acumulación de la riquezaen manos de unos pocos individuos.

La diferencia que existe entre lasolución del socialismo y la del Gan¬dhi no es difícil de entender. Una

y otra provienen de una diferenciade actitud para con el individuo. ElGandhi creía que éste es lo más im¬portante; y cualquier retaceo que sehiciera de su libertad había que evi¬tarlo a toda costa. La igualdad, basede toda independencia económica, de¬bería alcanzarse mediante métodos pa¬cíficos y no-violentos.

Los socialistas sostienen a su vez

que la libertad política se puede lo¬grar y se ha logrado a menudomediante una revolución sangrienta. ElGandhi opinaba que por ese métodosólo se logra la forma pero no lasustancia de la libertad. Los resulta¬

dos alcanzados por una revoluciónviolenta siempre pueden perderse araíz de una contrarrevolución más vio¬

lenta todavía. Además, muchos de los

que han esgrimido una espada hanmuerto por un golpe de otra. El pen¬sar en este peligro hizo que el Gan¬dhi instara siempre a todos a alcan¬zar la libertad política sin recurrir ala violencia. Toda violencia, de acuerdo

con sus principios, nacía del odio, yél consideraba que la única forma deresolver los conflictos humanos era

eliminarlo.

La actitud del Gandhi ante la vio¬

lencia presta a su mensaje hoy endía un significado especial. El hechode que él desarrollara su filosofíaaprovechando varios de los elementosde las corrientes modernas del pen¬samiento que por lo demás no ne¬gó nunca nos merece atención yrespeto. Fue el heredero de la mejortradición liberal y consideró la libertadpersonal como uno de los más grandesvalores de la vida.

El líder de la India coincidía con

Una de las 700.000 aldeas de la India

en las que vivía a comienzos deeste siglo el 80 por ciento de la poblacióndel país. La de la foto está situadaen el Pundjab. El Gandhi decía que enellas se encontraba «la verdadera

faz de la India».

los filósofos anarquistas en creer queel Estado debía entrometerse lo menos

posible en la vida del individuo; creíatambién en la tradición colectivista

inherente al pensamiento socialista,pero absorbió todas estas enseñanzasdando un giro nuevo a todo lo queaprendía. Y aunque creía asimismoen la libertad personal, sintió quelos derechos debían de ser conse¬

cuencia del cumplimiento del deber.Estaba en favor de la descentrali¬

zación, pero no de la abolición delEstado, y argüía que se debían re¬partir los bienes del mundo, perono se sentía dispuesto a predicar eluso de la violencia para lograr estefin.

Los teólogos y otros maestros dela religión han dicho desde tiempoinmemorial que el hombre no puedevivir de odio. Sin embargo, la prác¬tica de la no-violencia era, antes de

la aparición del Gandhi, una cuestiónpuramente personal, individual: el fueel primero en demostrar su eficaciacomo acto de un grupo. El éxito desu política hace que no se lo puedadejar a un lado como visionario; sudefensa de la no-violencia como ins¬

trumento de acción política ha sus¬citado interés en todo el mundo, ha¬ciendo que los grupos más disparesintenten emplearla para solucionar susproblemas.

La técnica ha unificado el mundo,venciendo las barreras naturales crea¬

das por el tiempo y el espacio. Anti¬guamente una idea sólo podía des¬plazarse a la velocidad con que unhombre era capaz de trasladarse de unpunto a otro. Hasta mediados del siglopasado, esto equivalía a no más de300 kilómetros por día; pero hoy díaun hombre puede dar la vuelta almundo en menos de dos horas. Una

SIGUE A LA VUELTA

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Foto Margaret Bourke-White - Life Magazine © Time Inc.

EL SABIO EIM

LA RUECA

La rueca, como instrumentode la recuperación social yeconómica de los campesi¬nos indios y de la lucha porla Independencia de la India,se ha convertido en parte dela leyenda del Mahatma. ElGandhi decía que el problemadel hambre precedía al dela libertad, y fue con la -intención de alimentar a millo¬

nes de campesinos sin tierraque organizó su célebre cam¬paña del hilado y tejido amano. Muchas aldeas se

transformaron al revivir él

este olvidado oficio. Simultá¬

neamente, el hecho de no

comprar tejidos fabricados enel extranjero permitió a laIndia empezar a controlar suproducción de algodón. ElGandhi predicaba con elejemplo e hilaba muchas ho¬ras al día, aun en la prisión.

En la foto de la izquierda selo ve sentado al pie de larueca, instrumento que repre¬sentaba para él un símbolode unión entre los hombres

y de respeto al trabajo ma¬nual. El Gandhi precisó enmás de una circunstancia queno se trataba de un retorno

al pasado; en 1921 dijo :«Yo me pronunciaría a favorde la mecanización más extre¬

ma si se pudiera evitar lamiseria y la apatía que traeconsigo».

A la derecha, una zona indus¬trial en la India de hoy.

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REVOLUCIÓN SIN ARMAS (cont.)

¡dea puede llegar simultáneamente atodos los rincones de la tierra. Hace

menos de 20 años, estas posibilidadessobrepasaban a la imaginación másdesbocada; hoy son realidades denuestra vida.

Las montañas y los océanos no di¬viden ya a los hombres. Se viaja porencima de ambos; se llega al espaciosideral. La unificación tecnológica delmundo exige su unidad económica, po¬lítica y cultural, unidad que sólo podráalcanzarse si se protege la diversidady autonomía de las diferentes partesque lo constituyen.

La técnica moderna, por lo demás,ha creado condiciones merced a las

cuales una guerra puede y debedescartarse. Antiguamente las nacionesluchaban por campos de pastu¬raje y por «espacio vital». Despuésempezaron a luchar por la conquistade materias primas y mercados. Sevivía con el temor constante de £¡ue,sin control político de los territorios,un pueblo se viera expuesto a lahambruna y la muerte. El desarrollode la tecnología y la ciencia ha elimi¬nado por primera vez en la historiaeste temor. Ahora todos puedencontar con lo indispensable para vivir.

El obtenerlo es posible si las energíasdel hombre se canalizan hacia fines

productivos y la riqueza que se pro¬duzca se distribuye equitativamenteentre todos los hombres.

Ya no son necesarios los conflictos

o guerras de pura supervivencia. Porel contrario, es la guerra actual la queamenaza la existencia de la humanidad.

Se han creado armas tan poderosasque no sólo pueden destruir a loscontendientes sino también al mundo

entero. Los Estados Unidos y Rusiacuentan con un arsenal atómico capazde lograrlo. La ciencia y la técnicahan creado tales peligros, que o bienla humanidad siente y actúa como untodo o bien desaparece. Esta idea hahecho que las potencias principalesse echaran atrás cuando estaban yaal borde de la catástrofe. El equilibriode terror se refleja ahora en una pazprecaria. Algo se ha ganado con ello,pero todavía no se ha convencido lasociedad de que el empleo de laviolencia dentro de una colectividad

determinada puede plantear la mismaamenaza.

Una razón en apoyo de esta tesises que no hay conflicto interno quepueda mantenerse dentro de sus pro

pias fronteras. Las relaciones entrenaciones son tan complejas, que todoconflicto interno puede y de hechoobliga a otros a intervenir. La guerracivil española empezó como unconflicto entre dos grupos de espa¬ñoles, pero pronto degeneró, por laintervención de ciertas potencias, enun ensayo de lo que luego sería lasegunda guerra mundial. La guerra delVietnam nos recuerda cruelmente quelas grandes naciones no puedenrenunciar a intervenir en las cuestiones

internas de naciones menos pode¬rosas.

En el Asia occidental los problemasse podrían resolver sí las grandespotencias no intervinieran. No puedehaber garantía alguna para el futurosi la violencia, tanto interna comoexterna, no se elimina definitivamente.

Los conflictos humanos empezaroncon el crimen de Caín, que fue inicial-mente el de repudiar la responsabili¬dad que tenía por su hermano. Lalógica de los acontecimientos, hoy endía, ha obligado a un número cadavez mayor de hombres y mujeres adarse cuenta en todas partes de quetodos y cada uno de nosotros debe¬mos aceptar responsabilidad por los

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Foto © Bern, Paris - Rune Hassner

actos de todos los demás. En cuanto

al Gandhi, su aporte más importantefue el de tratar de llevar a la prácticaprogramas de no-violencia para lucharcontra el mal. Aun los políticos quesienten aversión por el uso de lafuerza no la descartan generalmentecomo instrumento político. El Gandhideclaró que el método de la persua¬sión, fuera con relación a asuntosinternos o externos de un país, era elúnico camino humano y civilizadoabierto al hombre. Quiso así eliminarla fuerza física y sustituirla por lapresión moral. La esencia de sumétodo consiste en resistir el mal

empleando la no-violencía, para lo cualel individuo debe empezar por influen¬ciar a otros. Con un programa seme¬jante se podría aminorar las tensionesdentro del individuo y también entreun individuo y otro. Las tensionesinternacionales son a menudo el reflejode tensiones internas dentro de una

nación, asi como las tensiones dentrode la sociedad se deben a menudo a

las que se producen dentro del indi¬viduo. Todo aquel que resuelve sustensiones internas se convierte en una

personalidad integrada, una dínamode fuerza y energía radiante. La res¬puesta del Gandhi al problema de la

violencia, tanto interna como inter¬nacional, fue la de preparar a ungrupo de hombres y mujeres para quesuperaran sus tensiones internas yayudaran a resolver las tensionesexistentes dentro de la sociedad en

la que actuaran. Una vez que las ten¬siones dentro de la sociedad se

redujeran, las tensiones internacionalesdisminuirían automáticamente.

Analizando la injusticia y la des¬igualdad entre los individuos y lasnaciones, el Gandhi sacaba en conclu¬sión que ambas cosas eran causasfundamentales de odio y de tensión.El Estado trata de reducir las causas

de tensión interna, asegurando laigualdad de todos ante la ley. Losimpuestos progresivos, creados con elpropósito de reducir las desigualdadesde orden económico, tratan de servir

el mismo fin. El mayor contacto entrelas naciones exige la aplicación demétodos semejantes para garantizar lajusticia y reducir las desigualdadesmás notorias. Una de las paradojasde la edad moderna consiste en que,al tiempo que el mundo se reducegracias a las conquistas de la técnica,se crean más barreras nacionales con

objeto de impedir la libre comunica¬ción entre los hombres.

El mundo está irresistiblemente impul¬sado a la unión, pero para que ella serealice, haciendo surgir un nuevoorden en el globo, tendrán que cum¬plirse primero dos condiciones. Laprimera es la de garantizar una totallibertad y autonomía cultural aun almás insignificante de los grupos queconstituyen la humanidad. (Uno de ioscambios más extraordinariamente inte¬

resantes de los últimos 50 años ha

sido el surgimiento de potencias gigan¬tescas acompañado de una demandainsistente de mayor autonomía porparte de grupos cada vez más peque¬ños.) La segunda condición consistiríaen la creación de un vasto grupo degente bien informada en todo elmundo. La autoridad civil ha ganadofuerza a medida que se reconocía másy más su imparcialidad. La palabraautoridad sería mejor aceptada sí ga¬rantizase justicia y consideración equi¬tativa a todos los hombres.

El Gandhi fue un revolucionario quebuscó transformar la naturaleza

humana. Fue también un realista, ysabía por ello que el pueblo juzgaríasus fórmulas por los resultados. Poreso empezó con el individuo, al quetrató de cambiar antes que nada. Elcreía que el comienzo más humilde

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REVOLUCIÓN SIN ARMAS (cont.)

podía a llevar a planos de incalculableimportancia; por eso su técnica seadapta bien a la práctica de pequeñosgrupos en programas inicialmentemodestos. El Gandhi, además, recha¬zaba la teoría de que el fin justificalos medios y creía que éstos eran tanimportantes como el mismo fin. Cuandoun hombre actúa de acuerdo con estos

principios, no sólo alcanza una exce¬lencia de orden personal sino quetambién, por haber adoptado métodoslimpios, cambia el curso de la historia.

El ejemplo supremo de la fe delGandhi en la no-violencia y en laimportancia del individuo se encuentraen los pensamientos y actos de losúltimos días de su vida. La década de

1937 a 1947 se caracterizó en la India

por la violencia y la tensión. Conformese aproximaba la fecha de la inde¬pendencia política, las luchas de inte¬reses entre los diversos sectores de

la población iban cobrando mayorintensidad. La India logró su libertadpero a costa de su unidad comonación, y la transición se señaló poruna serie de crímenes y actos deviolencia en gran escala.

El Gandhi se mantuvo firme ante la

ola de rencor y de pasiones enconflicto. Luego de ayudar a calmarlos ánimos primero en Noakhali yluego en Bihar y en Calcuta, se dirigióa Delhi, donde habían estallado revuel¬tas comunales como secuelas de la

división del país. Con su corajecaracterístico,' el Gandhi se enfrentóa la muchedumbre enfurecida, exhor¬

tándola con su mensaje de concordiay amistad. Sus oraciones en grupo seconvirtieron en fuente de fortaleza yconsuelo para innumerables hombresy mujeres de la capital y de todo elpaís. Las pasiones se habían inflamadoa tal punto, que algunos individuos malaconsejados trataron de impedir larealización de estas reuniones, peropese a la oposición, los ataques y lasamenazas, el Gandhi siguió cum¬pliendo intrépidamente su programa.

En Calcuta habían tratado ya deasesinarlo en setiembre de 1947; en

Delhi lo atacaron más veces, repitién¬dose las amenazas contra él. Pero con

una paciencia y una valentía ejem¬plares, el líder siguió el camino decomprensión, fraternidad y compasiónhumana que había escogido. Desde sulucha contra la tiranía en Sudáfrica

hubo en todo lo que hacía un sellode grandeza, pero sin alcanzar nuncala altura a que llegó en los últimos seismeses de su vida. Sus palabras y susactos trasuntaron entonces una nueva

dulzura, una nueva fuerza. Todos los

que se le acercaron salieron más purosy mejores del encuentro. Pero lasfuerzas del mal se intensificaban

también al mismo tiempo, y así fuecómo el 30 de enero de 1948 el Gandhi

pagó el precio supremo por el amorque tenía a sus semejantes. Una balaasesina lo derribó destruyéndolo físi¬camente, pero al mismo tiempo serenovaba en espíritu al unirse al grupode inmortales cuyos nombres brillancomo estrellas en el firmamento de la

historia humana.

REFLEXIONES

SOBRE

EL GANDHI

Todos los bienes terrestres del

Gandhi, que había hecho votode pobreza, se encuentran aquíreunidos en una habitación dela casa de Nueva Delhi frente a

la que fué asesinado: escudillasy cubiertos de madera, tres monitosde porcelana, su diario, un reloj,su libro de oraciones, sus gafas,una salivadera, un pisa-papelesy dos pares de sandalias.

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por Karl Jaspers

E,,1 Gandhi liberó a su paisde la dominación británica no por lafuerza de las armas sino por medio dela no violencia basada en el derecho.

Hizo política porque tenía que vérselascon las autoridades, pero la hizo de unmodo insólito.

A un mundo dedicado a la farsa de

vivir según pretendidos principios dejusticia y de moralidad el líder de laIndia le arrancó la careta, y no sólo ensus estudios analíticos (en los queno estaba solo, pues tuvo muchosprecursores) llamó la atención haciala preponderancia de la violencia enla sociedad humana, sino que tambiénlo hizo en su vida de todos los días,

exponiéndose a la violencia y sufrién¬dola abiertamente.

La fuerza decisiva del Gandhi estuvo

en su disposición a sufrir todas lasconsecuencias de sus actos y en sutalento para suscitar esa misma dispo¬sición de ánimo en las masas de la

India. Por ese método irreductible delucha no-violenta contra la violencia él

asombró al mundo e inspiró a su pue¬blo a seguirlo.

Aunque buscó lo imposible: una polí¬tica basada en la no-violencia, el

Gandhi logró en ese empeño un éxitorotundo. ¿Será entonces que lo impo¬sible se hizo posible gracias a él?Gandhi repudió siempre toda clase "deviolencia física. Preso muchas veces

en el curso de su vida que vio ame¬nazada otras veces acabó por caervíctima de un asesino. Pero con todo

ello ¿puede decirse que se hayaopuesto siempre a toda forma de vio¬lencia? Este es, creo, el punto funda¬mental cuando se habla de él.

Aunque dijera clara y abiertamenteque quería convencer y convertir a susadversarios y llegar a un acuerdo conellos, en realidad recurría deliberada¬mente a una coacción de orden moral.

Su capacidad de sufrimiento, con laenorme repercusión que tuvo en laresistencia del pueblo indio, se convir¬tió de por s¡ en una forma de «vio-

KAri'. 1ASPERS, uno de los grandes filó¬sofos existencialístas, nació en Oldemburg(Alemania) en 1883 y murió en Basilea enfebrero de 1969. Hace más de 50 años

que empezó a escribir su obra; ésta haejercido una influencia muy importante enel pensamiento contemporáneo. El articuloque publicamos fue uno de los últimos queescribió y forma parte de una recopilacióncolectiva recientemente publicada por laFundación Gandhi de la Paz, bajo el títulode 'Mahatma Gandhi - 100 Years», enhonor del nacimiento del Gandhi.

lencia» que finalmente obligó a losingleses a salir de la India.

Esto nos recuerda la antigua doctrinaindia del poder de los ascetas. Por lasincreíbles mortificaciones a que sesometen, éstos acumulan un podermágico que los lleva a dominarlo todo.Hasta los dioses llegan a temer elpoder de los ascetas.

La autodisciplina del Gandhi fue, sinduda, resultado de una especie de vio¬lencia ejercida sobre su yo espiritual,pero esta violencia o coacción internano se limita solamente a quien la prac¬tica; quien se hace violencia a sí mis¬mo está igualmente dispuesto a que sela aplique en los otros. La fuerza de lapresión moral fue uno de los factoresde acción del Gandhi, y a ella cabeimputar no pequeña parte de la res¬puesta que el líder suscitara.

Aunque la no-violencia, tal como lapracticó el Gandhi, no acabó en reali¬dad con la violencia sino que la hizotransferirse a otros ámbitos, no se

puede negar que él logró su éxito polí¬tico sin recurrir a la fuerza física,

aunque hubiera unos cuantos partida¬rios suyos que hicieron uso de ella antela plena desaprobación del jefe. ¿Nodescubrió así el Gandhi un método

político para hacer que el derecho seimpusiera sobre la fuerza? Para darsecuenta plenamente del alcance de esteéxito hay que comprender primero quées lo que hace de él una experienciatan excepcional.

La historia enseña que es posiblehacerse obedecer si se está dispuestoa exterminar a otros hombres y a sem¬brar la destrucción como hicieran los

atenienses en Samos, los romanos enPalestina, la Iglesia medieval en Pro-venza y Cromwell en Irlanda. Siempreque se ejerza sin restricciones y sinescrúpulos, el poder es absolutocuando obedece a una norma delibe¬

rada o se ejerce en nombre de unarevelación divina.

Los pueblos que vivieron orgullososde sus libertades se han visto barridos

por este tipo de tiranía. A la preguntaprincipal: ¿hasta dónde está dispuestaa ir una potencia dominante si se vegravemente amenazada su autoridad?los ingleses tenían pronta su res¬puesta: mejor retirarse que recurrir alterror. El Gandhi tuvo siempre toda lalibertad que quiso para hablar enpúblico, y hasta se le permitió actuardesde la prisión. El liberalismo de losingleses y su idea de lo que son dere¬chos legales hizo posible para el Gan¬dhi dar amplio vuelo a sus actividades.Sus logros se deben tanto si nomás a la manera que los inglesestienen de encarar la política como a laspropias ideas del líder.

Pero queda siempre en pie el hechoextraordinario y quizá único en la his¬toria de un hombre que crea un ins¬trumento de acción política con unaidea que trasciende la política, un hom¬bre cuya vida entera fue un ejemploconstante de esta convicción. Gandhi

creó una teoría que se ajustaba a lapráctica; su política se basa en princi

pios religiosos que la trascienden yestá basada en la acción del yo inte¬rior que lleva a la satyagraha, altenaz aferramiento a la Verdad. Gandhi

sentó él mismo el ejemplo de esteprincipio. La resistencia proyectadahacia fuera debe ser consecuencia de

la fuerza viva del amor, la fe y elsacrificio. Quien se dedica a ella hade profesar la verdad, la castidad, elvalor, la voluntad de sacrificio, y acep¬tar con gusto todos los sufrimientosque se le inflijan, pero no pasivamente,sino como «guerrero de la verdad».

Del mismo modo que el cuerpo delsatyagrahi se ejercita en el manejode las armas, su espíritu y su mente seejercitan en una disciplina particularde autopurificación. El Gandhi se dis¬tinguió de los ascetas sagrados en quesu vida fue una búsqueda permanentee incesante de la propia purificaciónen la que tuvo siempre plena concien¬cia de sus propias culpas. Todos losesfuerzos tendientes a hacer de él un

santo merecieron su desdén y el lucharpara resistir la corriente de los busca¬dores indios del darshan, que queríandeificarlo, se convirtió en una de lasgrandes preocupaciones de su vida.Semejante tergiversación, pensaba elGandhi, sólo podía perjudicar la causaque él quería promover.

El espíritu de autosacrificio del lí¬der le permitió demostrar que una idea«suprapolítica» podía convertirse enuna fuerza para la acción política: enesto reside la grandeza del Gandhi, quees una figura de nuestros tiempos.Para él, la política no sólo fue cosainseparable de la ética y la religión,sino que estuvo constante y completa¬mente alimentada por ellas: mejormorir, mejor dejar «que todo un puebloquede borrado del mapa», que sacri¬ficar la pureza del alma.

E,,n nuestra época el Gandhillegó a ser el único hombre que prac¬tica una política moral y religiosa mien¬tras vive por y para la verdad. Humi¬llado en Sudáfrica a causa de su raza e

inspirado por su origen indio aunqueeducado en Inglaterra este hombreestuvo movido por el amor a una Indialibre y capaz de recuperar su dignidadgracias a su voluntad de sufrir y suespíritu de sacrificio sin límites. Peroal mismo tiempo no perdió nunca esesentimiento secreto de culpabilidad quees la chispa capaz de empujar al hom¬bre a una mayor determinación en susactos.

Ahora se nos plantea el problemasiguiente: ¿cómo escapar a la violen¬cia física y a las guerras, cómo evitarel holocausto de las armas nucleares?

Con sus actos y sus dichos, Gandhidio la respuesta justa a este interro¬gante. Sólo los valores políticos capa¬ces de trascender la política misma

pueden engendrar la fuerza capaz de n«jsalvarnos. Y es particularmente alen- //tador que sea un asiático el que nossugiere semejante fórmula en nuestrosdías.

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EL GANDHI Y LOS ESTUDIANTES

FRENTE A LA POLÍTICApor Malcolm 5. AdiseshiahDirector General adjunto de la Unesco

L,

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i as ideas del Gandhi sobre

la política y las instituciones de ense¬ñanza siguen siendo un tópico deactualidad candente tanto para la Indiacomo para todos los países miembrosde la Unesco. En sólo un año, de1967 a 1968, ha habido tumultos y albo¬rotos estudiantiles en 56 de los80 Estados miembros de la Unesco

que cuentan con universidades (losotros 45 países no tienen todavía ins¬tituciones de enseñanza superior).

Quisiera resumir en cuatro puntoslas ideas del Gandhi sobre el problemade la política en las instituciones deenseñanza: 1) las instituciones de en¬señanza son instituciones políticas;2) como tales, deben actuar en losmomentos de crisis política nacional;3) no deben tomar parte en la polí¬tica partidaria, y 4) deben ser autén¬ticos centros de educación.

Las instituciones de enseñanzason instituciones políticas.

«El antiguo aforismo de que lo quenos libera es la educación resulta tan

cierto hoy en día como siempre» dijoel Gandhi en la revista Harijan (númerode marzo de 1946). Este comentariosintetiza mejor que nada su idea delpapel de la política en las institucionesde enseñanza. Para el Gandhi la edu¬

cación era un aprendizaje general quedebía empezar por forjar el caráctercon objeto de que el hombre sirvieraa la humanidad. Igualmente, la libera¬ción debía significar un romper contodas las formas y gamas de la escla¬vitud, tanto interna como externa.

Si la política es el arte de servir ala humanidad con el propósito de queésta logre obtener los derechos ylibertades adoptados más tarde por laConstitución de la India y la CartaOrgánica de las Naciones Unidas, asaber, el respeto universal y cumpli¬miento de los derechos humanos ylibertades fundamentales sin distinción

MALCOLM S. ADISESHIAH es Director

general adjunto de la Unesco, en la queingresó en 1948. Ex-profesor de CienciasEconómicas de la Universidad de Calcuta,el señor Adiseshiah dirigió también elDepartamento de Ciencias Económicas dela Universidad de Madras durante diez

años, y como especialista en los proble¬mas económicos rurales del Estado de

Madras, formó parte del grupo de econo¬mistas que concibió, antes de que la Indiase independizara, el plan decenal para laindustrialización de su pais.

de raza, sexo, lenguaje o religión, te¬nemos que, en un sentido etimoló¬gico, las instituciones de enseñanzason instituciones políticas.

Las escuelas y universidades ense¬ñan tanto a estudiantes como a pro¬fesores, ciencia por una parte, y arte

el arte de la liberación por la otra.La educación consiste en aprender ypracticar, y la liberación en arrancarprejuicios de raíz y liberar al estu¬diante. En las instituciones de ense¬

ñanza uno aprende a conocerse a símismo, a conocer el mundo circun¬

dante y a realizar los actos que loliberen de la esclavitud junto contodos los que sufren de ella. En estesentido, Gandhi concibió las institu¬ciones de enseñanza como institucio¬

nes políticas en el sentido más noblede la palabra.

Las instituciones de enseñanzadeben actuarken los momentos de crisis

política nacional.

En el momento culminante de la

no-violencia se invitó a estudiantes yprofesores a que abandonaran escue¬las y universidades. Gandhi diría pocodespués, en su versión revisada del

programa constructivo enunciado porprimera vez en 1941 y que finalmentehizo público en Puna en 1945, quelos que respondieron al llamado delCongreso y resistieron, obtuvieron unagran victoria para el país y para ellosmismos. Las naciones atraviesan pormomentos de crisis, raros pero te¬rribles, tal como el que vivió la Indiacuando Gandhi y el Congreso pidierona profesores y alumnos que abando¬naran los establecimientos de ense¬

ñanza y participaran en la lucha na¬cional.

Son raros los que tienen la oportu¬nidad de vivir una experiencia comoésta, declaró él ante el All-India Con¬

gress Committee reunido en Bombayen 1942, en vísperas de adoptarse laresolución que exigía la partida de losbritánicos. «Esta es la consigna queos doy: actuar o morir. No hay bata¬lla que en el mundo se haya libradopor la libertad en que los estudiantesno hayan desempeñado en papel im¬portante.»

En los momentos decisivos de la

vida de una nación, la política sereviste de una misión sagrada, quela convierte en la esencia de la vidade toda una sociedad. Los estableci

mientos de enseñanza participan en¬tonces, como elementos que son deesa sociedad, en la politización de todala vida social, tanto pública como pri¬vada. Tal participación debe ajustarsea dos principios fundamentales e inse¬parables: satya y ahimsa (verdad yno-violencia), y en la mente de losprofesores y alumnos que se sientanprofundamente comprometidos con elmovimiento nacional, no habrá lugarpara la himsa (violencia).

A la hora del asalto final, declaróel Gandhi, los estudiantes y profe¬sores abandonarán sus colegios y uni¬versidades y si es necesario, se sacri¬ficarán por la libertad de su país, sa¬crificio total porque será no-violento.

En esta misma declaración de Puna,el Gandhi deploró profundamente quelos establecimientos de enseñanza no

participasen en las grandes crisis polí¬ticas nacionales y atribuyó esta pasi¬vidad a la interpretación falsa y arti¬ficial que en ese entonces se dabaa lo que es educación. Invitando alos establecimientos de enseñanza a

desempeñar el papel que les co¬rrespondía en las crisis políticas na¬cionales, de hecho Gandhi no negabaa profesores y alumnos lo que HaroldLaski llamaba el derecho fundamental

de todo ciudadano, que es el derechoa rebelarse. Esta responsabilidad esen¬cial y precaria que todo ciudadanoposee, pero sólo en su calidad deciudadano y no de profesor o estu¬diante, le plantea a cada uno un pro¬blema individual de conciencia.

Pero la conciencia es engañosa; porun lado nos puede armar de valor ypor el otro llenarnos de duda y temo¬res. Nos puede hacer decir, con elGandhi: déjame con Dios y el caos, opuede igualmente llevarnos a decla¬rar, con él, que estamos a punto decometer una solemne tontería. Bajoningún pretexto, advertía el Gandhi,deben los que toman parte en laacción emplear la coacción contra losque no participan de sus ideas ocontra las autoridades. Ahimsa es la

marca de la participación política cuan¬do ésta emana de la conciencia.

Las instituciones de enseñanza

no deben tomar parteen la política partidaria.

La política partidaria no es asuntode estudiantes, dijo el Gandhi. Dedi¬cados al estudio y la investigación,no pueden considerarse hombres poli-

Page 29: Gandhi: peregrino de la no-violencia; The UNESCO Courier; Vol

Foto H. Cartier-Bresson, Paris

ticos ni tienen porqué recurrir a huel¬gas políticas. Los estudiantes debentener sus héroes y honrarlos tratandode imitar lo que haya de mejor enellos, no declarándose en huelga, aña¬dió luego en términos muy claros alpronunciarse, en el mismo programaconstructivo de noviembre de 1945,sobre la participación de los estable¬cimientos de enseñanza en la polí¬tica cotidiana.

Esta directiva, completamente clara,parecería dirigirse directamente a losestudiantes de hoy, que se declaranen huelga, desfilan, incendian tranvíasy autobuses y apedrean trenes, hi¬riendo a viajeros indefensos: viejos,mujeres y niños; manifestaciones polí¬ticas de estudiantes y de algunos pro¬fesores que pueden tener como origenuna política lingüística, un debate sobrefronteras o la defensa o ataque deuna idea política cualquiera.

El Gandhi responde con un categó¬rico NO a la cuestión de que en losestablecimientos de enseñanza los pro¬fesores y los alumnos se mezclenen actividades políticas que no tienencarácter nacional y que van siempreacompañadas de violencia. «Cuandoestudiaba en la Universidad de Ma¬

dras», dice, «mi respuesta era «NO»,y ahora, como participante en la obrade la Unesco, sigue siendo la misma.»

No es misión de las escuelas y uni¬versidades la de comprometerse polí¬ticamente y participar de manera activaen la vida política cotidiana. No sonestablecimientos creados para eso; nocuentan con la competencia o la voca¬ción necesarias como para poder mo¬verse en el terreno de la acción política.

Tal como lo subrayó el Gandhi, lafunción de la escuelas y universidadeses esencialmente la de enseñar; pro¬fesores y estudiantes están dedicadosen ellas a la búsqueda de la verdad,a desarrollar los sentimientos de tole¬

rancia, de compasión, de igualdad yde justicia. Pero ¿cómo se puede bus¬car la verdad mientras se desfila porla calle gritando consignas? ¿Cómose puede aprender la tolerancia lle¬vando a las manifestaciones un cu¬

chillo o un palo de afilada punta deacero para apuñalear al adversario?¿Cómo va a cultivar la compasión elque se pasa el día apedreando trenesy lapidando pasajeros sin defensa?

Y ¿cómo adquirir el sentido de laigualdad cuando las huelgas en laescuela o la universidad están basa-

SIGUE A LA VUELTA

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LOS ESTUDIANTES Y LA POLÍTICA (cont.)

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das en la convicción de que, si bientodos los ciudadanos de la India son

iguales, los hay más «¡guales» quelos que se niegan a declararse enhuelga, vienen de otro Estado, hablanotra lengua o pertenecen a otro par¬tido político? ¿Hacia dónde conduce elsentido de justicia que uno trata deadquirir si se incendian los bienes delprójimo: tranvías, autobuses, casas?

¿No es precisamente con el propó¬sito de facultar a alumnos y profe¬sores de escuelas y universidades paraque cumplan con esas funciones queconsisten en la búsqueda de la ver¬dad y el conocimiento de los valoreshumanos que en todos los países seles otorga privilegios especiales y au¬tonomía de pensamiento y acción?Cuando se contraviene esta verdad al

participar los estudiantes en políticasde partido ¿no queda ella en evi¬dencia por el simple hecho de versela participación estudiantil marcadacasi siempre por el juego de la vio¬lencia contra la violencia?

Me doy cuenta de lo difícil que esmantenerse al margen de los pro¬blemas cuando en la escuela y la uni¬versidad uno, que está imbuido deconceptos de verdad y de integridadpersonal, observa la falsedad y la co¬rrupción que lo rodean; cuando, conla cabeza llena de ¡deas de justicia,no ve otra cosa que injusticia por todaspartes; cuando se estudia los clá¬sicos de la libertad y al mismo tiempose está rodeado de formas diversas de

tiranía mezquina, tanto en la adminis¬tración como en las municipalidades ylos concejos de las aldeas; cuando lano-violencia, proclamada como idealabsoluto y sin concesiones, se estrellacontra lo que Herbert Marcuse llamanuestra sociedad fundamentalmente

totalitaria que emplea sutiles técnicasde violencia contra todo elemento quese halle fuera del sistema estable¬

cido, como por ejemplo los estudiantes.

Por un lado, las maniobras de lospartidos políticos raramente tienen quever con estos valores humanos de la

vida académica; por el otro, no hayalternativa para el estudiante y elmaestro. Ambos se parecen a losastronautas y cosmonautas sólo queen una posición más crítica en quedeben consagrarse totalmente a supreparación (el Gandhi pensaba quepara ello era necesario aumentar enun año la duración de los estudios

universitarios) y empaparse hasta laraíz del pelo de la disciplina del estu¬dio y de la capacidad de pensar porsí mismos.

Esto les es necesario para hacerfrente a todas las eventualidades de

la vida, si se quiere evitar un desastreque los arrastre tanto a ellos como alos que en el futuro dependan de susjuicios y decisiones. La disciplina esel precio que tienen que pagar lasinstituciones de enseñanza por la pri¬vilegiada situación que ocupan, y estadisciplina es a la vez un llamado alestudio paciente y a la autoeducaciónintensiva.

Permítaseme dejar bien sentado que

no pretendo separar los estableci¬mientos de enseñanza del resto de la

colectividad y hacer de ellos torresde marfil aisladas de las realidades

sociales y nacionales. Tampoco quierodecir que el conocimiento se adquieresolamente en las salas de clase yanfiteatros. Digo solamente que elproceso de aprender empieza dondees más lógico que empiece: en lasinstituciones de enseñanza.

La sociedad mantiene actualmente

a la educación en una profunda crisis,tanto desde el punto de vista de losconceptos como del de los métodos.Con relación a los conceptos, la edu¬cación no consiste en que uno seajuste a lo que lee o se le enseña,sino en que aprenda a reflexionarpor sí mismo, base de toda posibilidadde diálogo o divergencia; no enaprender a pensar como todo elmundo, sino a estar en desacuerdo

con éste y poder discutir como unhombre civilizado.

En las instituciones de enseñanza

esta ¡dea de lo que es aprenderpuede ponerse en práctica todo eltiempo. Con relación a los sistemas,se sabe bien hoy día qué falsa es laidea heredada del pasado de quepodemos dividir la vida en dos fases:la adquisición del saber (como quienllena un tanque) y la aplicación y difu¬sión de lo que hemos aprendido (comoquien abre el grifo del tanque).Sabemos también que es vano esperarque si abrimos los grifos del tanqueen la escuela o la universidad, el

tanque pueda llenarse más tarde.

La educación ha dejado de ser unapreparación para la vida para pasara ser parte de la vida misma. Ya noconsiste en la llave que nos abre laspuertas de la sociedad: es el centrode la sociedad por excelencia. Laeducación no puede estar basada sola¬mente en las realidades nacionales si

éstas representan las nostalgias de unpasado antes que las posibilidades deun porvenir. La educación y el trabajohan dejado de estar en pugna: el tra¬bajo y la vida han dejado de devorarsemutuamente. La educación es trabajoy es parte del tiempo que se dedica altrabajo y a la producción. La educaciónes también un juego, y como talpertenece a la era futura del ocioplacentero.

Pero sólo a costa de riesgos ypeligros descuidamos los estudios encualquier época de nuestra vida. Des¬perdiciar los primeros años de la vidaescolar dedicándolos al «juego» polí¬tico significa aprender cosas que luegonos veremos obligados a olvidar.Porque aprender es un proceso conti¬nuo y permanente. Siempre se aprendealguna cosa: los rudimentos de unoficio, los valores humanos o losapetitos inhumanos, la forma de edu¬carse a sí mismo o de tirar por laborda lo que se ha llegado a saber.

Dejar de aprender a pensar y razo¬nar en la universidad para dedicarsea actividades políticas partidarias pen¬sando que siempre hay tiempo mástarde de estudiar equivale a hacer de

REFLEXIONES

DEL GANDHI

SÓBRELA

ENSEÑANZA

una vida adulta que debía estar llenade conocimientos y riquezas unvasto hospital siquiátrico, una tristecorreccional educativa, una especie decárcel moral y espiritual. Ante talriesgo, las universidades no puedenpermitirse el lujo de participar ni comoactores ni como instrumentos en el

ruinoso juego de la política de par¬tidos.

Las instituciones de enseñanza

deben ser auténticos centros

de educación.

Lo que caracteriza al estudiante essu necesidad de saber, y el saber esel conocimiento de lo que mereceaprenderse. Un constante preguntarsey una saludable curiosidad son condi¬ciones indispensables para adquirirconocimientos serios de todas clases.

Para crear un mundo nuevo hay queinventar un sistema de educación

nuevo también. La enseñanza universi¬

taria debería tener por meta la for¬mación de verdaderos servidores de

la sociedad, dispuestos a vivir y morirpor la libertad de su país, dijo elGandhi en Hanjan el 31 de juliode 1937.

No puedo resistir la tentación decomparar la doctrina del'Gandhi sobrela enseñanza con el sistema educativo

que se practica hoy día en la India.

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Opino que nosotros tenemos más razones para deplorarnuestra ignorancia y avergonzarnos de ella que de nuestroanalfabetismo. En la educación de adultos yo crearía unprograma intensivo para acabar con esa ignorancia y lopondría a cargo de profesores cuidadosamente selecciona¬dos que, de acuerdo con un programa concebido minuciosa¬mente, cultivaran la mente de los aldeanos adultos. Esto no

quiere decir que no les haría aprender el alfabeto. Valorizodemasiado las primeras letras como para despreciar omenospreciar sus méritos desde el punto de vista edu¬cativo.

La necesidad fundamental de todo adulto que tengauna vocación cualquiera es la de aprender a leer y escribir.El analfabetismo colectivo de la India es su pecado, suvergüenza; hay que acabar con él. Naturalmente, la cam¬paña de enseñanza de las primeras letras no debe empezary terminar con el conocimiento del alfabeto: esa ense¬ñanza tiene que marchar pareja con la divulgación deconocimientos útiles y aplicables.

La idea antigua era la de completar el programa corrientede enseñanza con el aprendizaje de un oficio manual; esdecir, que se aprendían las dos cosas en el mismo planoy al mismo tiempo, lo cual me parece un error fatal. Elmaestro debe aprender el oficio él mismo y transmitir losconocimientos que ha adquirido.

Tomemos el ejemplo del hilado. A menos que tengaconocimientos de aritmética, no puedo decir cuántos metrosde hilo he hilado, ni en cuántas vueltas de rueca. Para

decirlo tengo que aprender números y las cuatro opera¬ciones fundamentales. Cuando tenga que hacer tambiénoperaciones más complicadas, deberé servirme de sím¬bolos y, en consecuencia, aprender álgebra. Y en estecaso yo preconizaría la utilización de las letras del alfabetohindustani antes que las del alfabeto romano.

Pasemos a la geometría: ¿hay mejor demostración de laexistencia del círculo que la misma rueda de la rueca?

Se puede enseñar asi qué es un círculo sin mencionarsiquiera a Euclides.

«Pero» dirán Vds. «¿cómo puede darse una lección degeografía y de historia tomando el hilado como pretexto?»Hace un tiempo encontré una obra que se titulaba: «Elalgodón Historia de la humanidad», libro que me apasionócomo si se tratara de una novela. Primero se contaba en

él la historia de los tiempos antiguos, en qué época y cómose cultivó el algodón por primera vez, las etapas de sudesarrollo, el comercio del algodón entre los países, etc.Al hablar de esos países, yo daría naturalmente datos sobresu historia y su geografía, diría en qué reinos se firmaronlos diversos tratados comerciales en cada época, porquéciertos países deben importar algodón y otros telas distintasde éste, y porqué no todos los países que necesitan algo¬dón pueden cultivarlo.

Estas razones me llevarán luego a abordar el aspectoeconómico de la materia, y también ciertos elementos deagricultura. Enseñaré así al alumno cómo reconocer lasdiversas variedades de algodón, la forma de cultivarlas y elterreno en que mejor fructifican. Y partiendo siempre dela rueda, trazaré a grandes rasgos la historia de la Compa¬ñía de las Indias Orientales, lo que la trajo a la India, laforma en que destruyó nuestra industria del hilado, cómolas razones económicas que la llevaron a la India la empu¬jaron luego a alimentar aspiraciones políticas y cómo setransformó finalmente en un factor determinante de la caída

de los mogoles y los maratas, del establecimiento de ladominación inglesa y más tarde, en nuestra época, deldespertar de las masas. Las posibilidades de este tipo deenseñanza nueva son, como se ve, ilimitadas, y el niñoaprenderá gracias a ellas con más rapidez que repitiendouna lección de memoria.

Tomo el ejemplo del hilado porque es un oficio queconozco. Si fuera ebanista, enseñaría cosas similares alniño partiendo de la construcción de muebles.

Lo que se necesita son maestros de personalidad verda-

SIGUE A LA VUELTA

El Gandhi conocía los defectos de la

educación de su tiempo. En diciembrede 1939, en un artículo para el HindSvaraj, el famoso líder llegaba a unaconclusión decididamente drástica: la

de que no se necesitaban ni los estu¬dios elementales ni los superiores, yaque ni unos ni otros hacían denosotros verdaderos hombres, ni tam¬

poco nos preparaban para poder cum¬plir con nuestro deber. El Gandhiinsistía en el concepto del deber, deldharma, como meta de toda enseñanza.

Al invitarlo la Unesco en 1947 a quedefiniera los derechos humanos, elGandhi, en carta escrita el 25 de mayode 1947 desde la Colonia Bhangi enNueva Delhi, respondió: «Mi madre,que no sabía leer ni escribir, pero queera una mujer llena de sabiduría, meenseñó que todo derecho, para que elhombre lo merezca y lo conserve,debe provenir del deber bien cum¬plido. »

Ahora las instituciones de enseñanza

en la India parecen, más todavía queen los tiempos del Gandhi, haber caídopor la pendiente de la mediocridad yla ineficacia. El derroche, el abandonode los cursos, la cantidad de alumnosrepetidores, la pérdida de tiempoparecen haberse convertido en suscaracterísticas salientes. Una ense¬

ñanza reiterativa y falta de inspiración,

apuntes llenos de errores y deconcepciones trasnochadas en vez detextos, clases demasiado cargadas dealumnos y falta de tiempo parareflexionar y ejercitar lo que el Gandhillamaba la «interrogación inquisitiva»,por no hablar de la congestión queproducen esas técnicas erróneas, sehan convertido en parte esencial de laenseñanza de escuelas y universi¬dades.

El sistema de exámenes ahoga lafacultad de pensar (un profesor univer¬sitario me dijo recientemente que siun estudiante trata de pensar lo queva a poner en un examen escrito,nunca tendrá tiempo de concluirlo) yactúa a la manera de máquina capazde clasificaciones superficiales. Haytambién una falta de relación flagranteentre lo que se enseña y aprende enla universidad y las cuatro ideas funda¬mentales del Gandhi sobre la ense¬

ñanza: búsqueda de la verdad, cumpli¬miento del deber, formación del

carácter y respuesta personal a lademanda nacional de un desarrollo

económico y social más amplio.

Añadamos a todo esto la confusión

moral y la corrupción material queinvaden la administración de la ense¬

ñanza y la atmósfera de mortal aburri¬miento y horrible irrealidad que reinaen todo ello. ¿Es esta una imagen

aceptable de lo que deben ser lasinstituciones educativas?

Pero aunque la imagen fuera sóloparcialmente cierta ¿puede sorprendera alguien que escuelas y universida¬des, en lugar de ser centros donde seaprende a vivir junto a los otros y sevive para aprender junto a ellos, seconviertan en los semilleros de discor¬

dia y de violencia que son ahora?¿Puede sorprender a alguien que, díaa día, la política de partido o de diquese convierta más y más en parte delas instituciones de enseñanza? ¿Noes hora de aplicar instantánea y urgen¬temente las recomendaciones de la

Comisión de Educación, que establecela reforma y reestructuración denuestro sistema de enseñanza, y esta¬blecer un mecanismo que permitaexaminar equitativamente todas lasinjusticias y agravios de que se quejenlos estudiantes?

Si es así, el llamado del Gandhitiene más vigencia que nunca si noqueremos que nuestra vida personaly nacional, social y política, universale internacional se pierda totalmenteen el caos y la destrucción. ¿No hallegado el momento de empezar aluchar por que nuestras escuelas yuniversidades vuelvan a ser centros

puestos al servicio de la verdad y dela promoción del desarrollo económicoy social?

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REFLEXIONES DEL GANDHI SOBRE LA ENSEÑANZA (conr.)

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dera, llenos de amor por su función, que imaginen de undia para el otro lo que van a enseñar a sus alumnos y laforma más viva de hacerlo. Esto no se aprende leyendovolúmenes polvorientos. El maestro tiene que hacer uso desus propias facultades de observación y de pensamientoe impartir de viva voz sus conocimientos al alumno, sir¬viéndose para ello de la enseñanza de un oficio. Todo ellosupone una verdadera revolución en los métodos de ense¬ñanza y las ideas de los maestros.

«¿Porqué tiene un niño que perder 7 años de escuela enaprender un oficio cuando en realidad se va a dedicara otra cosa?» podrán preguntarse Vds. «En otras palabras:¿de qué le sirve al hijo de un banquero que va a serbanquero a su vez aprender a hilar por espacio de sieteaños?»

Esta pregunta revela una gran ignorancia del nuevo plande enseñanza, dentro del cual el niño no va a la escuela

a aprender un oficio sino a recibir su enseñanza primariay a educar su mente por medio del oficio que aprende.Yo sostengo que el niño que ha seguido siete años elnuevo curso de enseñanza primaria será mejor banqueroque el que haya hecho los estudios comunes y corrientes.Al seguir cursos de especialización en operaciones ban-carias, el segundo no se sentirá todo lo cómodo que deberíaporque sus facultades no estarán tan aguzadas como enel caso del primer niño.

Los prejuicios tardan en desaparecer. Si logro hacerlesentender este hecho principal: que el nuevo sistema deenseñanza no consiste en un poco de educación librescay otro de enseñanza de un oficio, sino en una educacióncompleta por medio del aprendizaje de ese oficio, consideroque habré ganado el dia.

Para volver a lo que dijera al principio, si el maestroencara la enseñanza del oficio con un espíritu científico,hablará a sus alumnos desde muchos planos diversos,correspondientes a otras tantas disciplinas y capaces decontribuir al desarrollo de todas las facultades del niño.

Forjar el carácter es la primera función de la educaciónprimaría. El edificio que se levante sobre ese cimientodurará.

La verdadera educación del intelecto sólo puede serconsecuencia del uso inteligente del cuerpo... ya que eldesarrollo de la mente y del cuerpo deben marchar paraleloscon el correspondiente despertar del alma. Al hablar deaprendizaje espiritual yo hablo de educar al corazón.

Yo revolucionaría la educación universitaria organizán-dola en función de las necesidades del pais. A los mecá¬nicos y otros ingenieros habría que darles títulos univer¬sitarios y adscribirlos a las diversas industrias haciendoque éstas costeen la preparación de los profesionales quenecesitan.

Creo firmemente en el principio de una educación pri¬maria gratuita y obligatoria para la India. Sostengo tambiénque la única manera de lograrla es enseñar a los niñosuna actividad útil y usarla como medio de cultivar susfacultades mentales, físicas y espirituales. No debemospermitir que nadie vea en esta previsión de orden econó¬mico en la enseñanza algo sórdido o fuera de lugar. Porqueesencialmente no hay nada sórdido en un cálculo econó¬mico. La verdadera economía jamás milita contra las normaséticas más altas. Del mismo modo la ética para merecerverdaderamente su nombre tiene que apoyarse en unaeconomía racional.

Una economía que inculca el culto de Hammon y permiteque el fuerte se haga rico a expensas del débil es unaciencia falsa y funesta. Por otra parte, la verdadera econo¬mía defiende la justicia social, promueve el bienestar de

todos inclusive de los débiles y resulta indispensablepara una vida decorosa.

Sea cual sea la realidad en otros paises, en la India,donde el 80 por ciento de la población es campesina y un10 por ciento industrial, hacer de la educación una cuestiónmeramente literaria y no capacitar a los niños y niñas paralas labores manuales en una época posterior de su vidaresulta criminal. Es más: como la mayor parte de nuestrotiempo se pasa en trabajar manualmente para ganarse elpan, nuestros niños deben, desde su más tierna infancia,aprender a respetar la dignidad de ese trabajo y no des¬preciarlo nunca. No hay razón para que, después de haberido a la escuela, el hijo de un campesino resulte inútil paralas labores agrícolas, como ocurre en realidad. Es tristeque nuestros escolares tengan en manos el trabajo manual,si no es que lo desprecian.

¿Qué clase de oficios pueden dar mejor resultado sise enseñan a los niños en las escuelas urbanas? No hayuna regla general que resuelva el problema, pero yo tengouna respuesta clara: «En una escuela normal urbana no sepuede enseñar al maestro lo que necesita el campesino,ni interesarlo tampoco en la situación de las aldeas. Hacerloasí, como también empujarlo a vivir en la aldea, no es tareafácil: diariamente tengo confirmación de ello.

Con relación a la educación primaria, mi opinión es queal alumno se le debería dar, para empezar, un conocimientoelemental de historia, de geografía, de aritmética mentaly de un oficio: por ejemplo, el de hilandero. Creo queempezar por el alfabeto, aprendiendo primero a leer yescribir, estorba el desarrollo intelectual. Habrá quienesse pregunten cómo puede desarrollarse la inteligencia deun alumno enseñándolo a hilar; yo respondo que sí sepuede y en un grado asombroso siempre que la ense¬ñanza no sea meramente mecánica.

Cuando se explica al niño la razón de cada operación,cuando se le hace comprender el mecanismo del takli o dela rueda, cuando se le cuenta la historia del algodón y susvínculos con la historia de la civilización misma, cuando

se lo lleva al campo donde se cultiva la planta, y luegocuando se lo enseña a contar las vueltas que va hilandoy la manera de lograr uniformidad y resistencia en el hilado,no sólo se capta su atención sino que también se leadiestran manos, ojos y mente.

Este método no excluye el conocimiento de la historiay la geografía; pero para mí la mejor manera de transmitiresa información general es por vía oral. Se enseña diezveces más de esta manera que leyendo y escribiendo. Lossignos alfabéticos pueden enseñarse más tarde, una vezque el alumno haya aprendido a distinguir «el grano detrigo de la paja de la palabrería» y desarrollado en ciertaforma sus propios gustos. Es una proposición revolu¬cionaria, lo sé, pero ahorraría mucho trabajo y permitiríaal alumno adquirir en un año conocimientos que de otramanera le costaría mucho más tiempo poseer. Ademássería una economía integral, total para el sistema de ense¬ñanza. Y no hay que olvidar que, al mismo tiempo queaprende un oficio, el alumno adquiere nociones ciertas dearitmética.

Repito que no soy enemigo de la enseñanza superior;sólo estoy en contra de la que se ofrece entre nosotrosbajo ese nombre. Según mi plan, habría más y mejoresbibliotecas, más y mejores laboratorios y más y mejoresinstitutos de investigación y estudio. Con él tendríamos unverdadero ejército de químicos, ingenieros y otros expertosque serían verdaderos servidores de la nación, y responde¬ríamos a los reclamos tan diversos como continuamentecrecientes de un pueblo que cada vez va adquiriendo másconciencia de sus derechos y deseos.

Page 33: Gandhi: peregrino de la no-violencia; The UNESCO Courier; Vol

Los lectores nos escriben

CUESTIÓN DE UN CERO

En el número de Marzo de 1969 de

«El Correo de la Unesco», en la partesuperior de la página 29 se dice quela velocidad de la Luna en su órbitaalrededor de la Tierra es de 34.000 ki¬

lómetros por hora.Suponiendo que la órbita sea cir¬

cular (con un radio de 384.000 kiló¬metros) y el periodo medio de 28.5 días,tenemos :

2 TT 384.10728.5 X 24 = 3.400 km/h.La cifra de 34.000 km/h es, por lo

tanto, errónea ¿no?

Profesor Geremia Dalla Nora

Taranto, Italia.

N.D.L.R. Un error tipográfico seconvirtió en error de cálculo. Agra¬decemos a nuestro lector la rectifica¬

ción.

LOS DERECHOS HUMANOS

Y LOS FRANCESES

Me permito felicitarlos el númerode Noviembre 1968, verdadera requi¬sitoria contra la explotación del hombrepor el hombre. Admiro la composiciónde ese número, que hace contrastarlos ideas de todos los tiempos sobreel derecho a ser hombre con fotos queconstituyen ejemplos actuales de ia pri¬vación de ese derecho (guerras, regíme¬nes fascistas, etc.) Vds. muestran allíque el derecho a ser hombre es unproblema de nuestro días, por resolverel cual debemos luchar todos y cadauno de nosotros.

Claude Boulanger,Maromme, Francia.

El número de «El Correo de la

Unesco» que tengo en mis manos eneste momento el de Noviembre de

1968 está completamente dedicado ala Declaración de Derechos Humanos.

Formo parte en estos momentos deun grupo de gente joven y nos propo¬nemos dedicar una serie de veladas al

debate sobre diversos problemas (yquizá sobre algunas soluciones posiblesde los mismos): racismo, violencia, rela¬ciones humanas, justicia... Querríamosque la Declaración de Derechos Huma¬nos fuera el punto de partida de esosdebates. Pero la conocemos mal,aunque todo el mundo hable de ella yaunque, gracias a la colaboración que haaportado a su redacción, un francés,René Cassin, obtenga el Premio Nobel.

¿Creen Vds. que la opinión públicaesté suficientemente compenetrada detodos los problemas que se planteanal hombre de hoy? Y si asi es, ¿cómoexplicar entonces que ese 20°. aniver¬sario de la Declaración Universal hayapasado casi desapercibido para el granpúblico? Que yo sepa, no ha habidoninguna manifestación capaz de llegaral hombre de la calle y permitirle darsecuenta cabal de lo que significa esaDeclaración de Derechos Humanos.

Paulette Beaune,Vichy.

POR UN NUMERO

SOBRE EL GANDHI

Gandhi en el mundo entero. ¿PiensanVds. dedicar un número de esa revista

a la lucha del gran apóstol del amory la verdad? Para actualizar su mensajede no violencia, ¿no podrían presentartestimonios diversos sobre la acción no

violenta que se registra actualmente enel mundo?

J.-F. Besson,Minzier, Francia.

N. de la R. Este número es nuestra

respuesta a su carta. Esperamos quela satisfaga.

UNA CLIMATOLOGA

APASIONADA

Este es el año en que se conmemo¬rará el centenario del nacimiento de

Me interesa el material de todos los

números de «El Correo de la Unesco»,y especialmente el de aquellos desabor telúrico: «Nuestra tierra y suhombre», por ejemplo. Y son tam¬bién de mi preferencia los artículossobre climatología, volcanología y sis¬mología.

Nuestra América es un extraordina¬

rio campo de estudio para estas cien¬cias; pero por desdicha, como siempreocurre en los llamados «países subdes¬arrollados», en general nos es imposibleemprender algo en el medio naturaldebido, por un lado, a la falta realde recursos y por el otro a un régi¬men de distribución de becas difícil de

prever. Poco es lo que logramos apren¬der de climatología en nuestras ¡ntitu-ciones uruguayas de enseñanza. ElMinisterio de Transportes, Comunica¬ciones y Turismo auspicia cursos dedivulgación de esta ciencia y tambiénde meteorología, cursos que no siemprese desarrollan con la regularidad de¬seada.

Pero aprovechando de ellos he obte¬nido el certificado de observador me¬

teorólogo, con la aspiración de intro¬ducirme en el apasionante campo de laclimatología. Causas imprevistas deorganización han dejado en suspensolos cursos este año...

Mi país, el Uruguay, está compren¬dido dentro de lo que los sismólogosllaman «zona asísmica» del continente,

por lo cual no posee un centro deenseñanza y divulgación de estos fenó¬menos o «fuerzas diastróficas», crea¬doras y modeladoras del relieve terres¬tre. Es así como muchas inquietudesse ven condenadas al silencio y,cuando se desea seguir de cerca elavance de la ciencia, debe recurrirse

a la información teórica y libresca.Por lo expuesto, y por ser pro¬

fesora de Ciencias Geográficas en li¬ceos del Estado, leo con tanto interés«El Correo de la Unesco», que siem¬pre me trae la emoción de algo nuevoy fascinador.

Elodia Lühers,Montevideo.

LA GUERRA.

LA PAZ Y LOS JÓVENES

La revista de Vds., como todas lasactividades de la Unesco, me interesa so¬bremanera. El primer número que compréde ella era el de agosto-setiembre de1967, dedicado a la «Guerra o la Paz».

Me pareció muy Interesante y lo hice

conocer dentro del marco de unalección de alemán.

Hablamos luego del porvenir de la hu¬manidad, discutimos la posibilidad de undesarme total (sobre el que había opi¬niones pesimistas y optimistas) y luegolos alumnos respondieron a la primerapregunta de la encuesta de la Unesco :«¿Cómo querría Vd. ver organizado elmundo luego de un desarme total?».

Este año me ha llamado especialmentela atención el número de abril pasado,sobre los problemas de la juventud.Hay también buenas ¡deas en ese nú¬mero, pero tengo la impresión de quelas características de los jóvenes seconsideran en él como enfermedades

infantiles. Y sin embargo es el espíritucrítico el que favorece el desarrollo,por lo que creo que se le debíadejar libre curso con todas las garan¬tías legales. El entusiasmo de los jóve¬nes ha hecho grandes cosas en lahistoria, y entre las paredes de lasescuelas y las universidades no pode¬mos hacer valer nuestras ideas.

Marta Buvári,Budapest.

Quiero felicitarlos por el número deabril pasado sobre la juventud. Losestudios que se publican en él me hanentusiasmado. Hallándonos como nos

hallamos en plena reforma universitaria(realización de un referendum nacional,estudios internos) me he interesado so¬bremanera por el estudio de MarcelGicter, del cual me he permitido extraeralgunos párrafos para hacerlos publicaren un periódico interno de la EscuelaPolitécnica Federal de Lausanne. Es¬

pero de este modo que la masa deestudiantes que siguen siendo indife¬rentes a estos problemas encuentrenuevo impulso en esas frases de extra¬ordinaria densidad.

Raymond Durussel,Lausanne.

CON LA ESPERANZA DE UN BIS

Permítanme Vds. felicitarlos por elexcelente número de «El Correo de laUnesco» dedicado en enero último a la

protección de la Naturaleza. Hace yamucho tiempo que deseaba escribirlespara preguntarles si no sería posibleconsagrar unas páginas de la revista aese problema. Ahora es cosa hecha,y debo decir que el número me parecesencillamente notable.

Lo único de lamentar es que no sehaya pensando un poco en los jóvenes,por lo menos en aquellos que vancobrando una conciencia cada vez más

profunda de la necesidad de protegerla Naturaleza pero a quienes falta elestímulo para hacer algo, y también,por otra parte, a los que jóvenes omenos jóvenes han olvidado total¬mente lo que quiere decir Naturalezay a los que no habría estado malrecordar ciertos principios elementalesdel comportamiento del hombre frentea ésta.

Quizá tengan Vds. alguna ocasión dehacerlo, tanto más cuanto que elConsejo de Europa, con sede enEstrasburgo, ha proclamado 1970 comoAño Internacional para la Conservaciónde la Naturaleza.

A. Lapp,Estrasburgo.

Page 34: Gandhi: peregrino de la no-violencia; The UNESCO Courier; Vol

Dibujando cubiertasLas Ediciones Ceac de Barcelona aca¬

ban de publicar, en una serie dedicada adibujantes e ilustradores que cuenta yacon doce títulos, el volumen de Pastecca«Dibujando cubiertas de libros», que a ladetallada explicación de los procesos grá¬ficos y a las ilustraciones originales delautor, agrega en su presentación multitudde ejemplos de cubiertas tomados detodas las editoriales del mundo, buenaproporción de los cuales están impresosen colores. Un libro de gran interés paralos profesionales.

Estudios sobre enseñanza

superior en EspañaEn un volumen de 247 páginas que

acaba de publicar en Madrid la EditorialGredos S. A. ha reunido Javier Rubio cua¬

tro ensayos sobre diversos aspectos dela enseñanza superior tal como se ejerceen España en la actualidad. Ciertos proble¬mas básicos de la misma son comunes amuchas partes del mundo, como lodemuestra a veces el autor en algunarevista somera de lo que ocurre en otrospaíses, por ejemplo en los ensayos titu¬lados «Nuevas consideraciones socioeco¬nómicas» y «El abandono de los estudios»;por esta razón el libro ha de despertarinterés entre muchos educadores y univer¬sitarios del ámbito de habla española.

Enseñanza

en las fábricas francesas

Cerca de 6 000 adultos que trabajan enciertas fábricas y minas de Francia parti¬cipan de un experimento de enseñanzaque abarca todos los niveles y grados,desde el aprendiz al ingeniero. Todos ellosson alumnos de cursos especiales que sedictan dentro del horario normal de

trabajo, cursos que van desde los conoci¬mientos generales a ios más especia¬lizados, como por ejemplo los deelectrónica e «informática». Un 5 o 6 %de los obreros, técnicos y empleadosde esas empresas habrán mejorado asísu preparación poniéndose en condicionesde aspirar a interesantes ascensos.

Música del Vietnam

en los discos de la Unesco

La colección de discos de la Unesco

«Antología Musical del Oriente» acabade enriquecerse con un nuevo «long-

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34

El lu

CENTENARIO

DEL

"BARDO DE ARMENIA"

Los armenios de todas partes del mundo celebran este año el centenario delnacimiento de Ovanes Tumanyan, justamente calificado de «padre de la modernaliteratura de Armenia». La celebración ha de adquirir características especiales enla Unión Soviética, donde se han publicado en 18 idiomas cuatro millones de ejem¬plares de sus obras. El talento de Tumanyan para expresar los sentimientos, idealesy cultura de los armenios han hecho que se lo comparara con Goethe en la litera¬tura alemana, Pushkin en la rusa, Mickiewicz en la polaca, Shevchenko en laucraniana y Tagore en la de la India.

En obras tales como su poema «Anush», su novela corta «Gikar» y «La cancióndel labrador», el 'bardo de Armenia» pinta la vida espiritual de su pueblo, suscaracterísticas como tal y su lucha por la libertad. Los célebres cuartetos deTumanyan, todos de tema filosófico, se han comparado con los clásicos persasde Omar Khayyam o los de Hafiz. Un relato épico que se remontaba a diez siglosatrás le dio pretexto para una versión moderna titulada «David de Sasún», en queexpresa en verso sus ideas sobre la inmortalidad, la belleza, el patriotismo y lafuerza del amor entre los hombres. Y por medio de sus notables traducciones elpoeta armenio hizo conocer a sus compatriotas las obras de Pushkin, Byron, Ler¬montov, Schiller, Longfellow, Mickiewicz, de Musset, Goethe y otros escritoresfamosos.

En medio a toda la turbulencia que caracterizó su vidacontienda del Cáu-caso, matanza de los armenios en Turquía, primera guerra mundial, revolución yguerra civil en Rusia Tumanyan no cejó nunca en su lucha por la razón, porel humanismo y por la hermandad entre naciones, aún cuando ello lo expusieraa veces a serios riesgos personales.

playing» dedicado a las tres formas prin¬cipales de música del Vietnam: la deceremonia, la de teatro y la de simplerecreo. Esta colección Unesco la edita

la casa Barenreiter-Musicaphon en Suiza,bajo el patrocinio del Consejo Internacio¬nal de Música.

Un programa para la juventudBajo el patrocinio de la Embajada de

Colombia en Suecla, de la Fundación Berna-

dotte y de la Folksuniversitet de Estocolmo,un grupo de jóvenes profesionales suecosha iniciado un programa que permite exa¬minar de cerca las inquietudes de la juven¬tud actual y tratar de ofrecer un horizontea quienes buscan canalizar positivamentela inconformidad e insurgencia de ésta.

El programa sueco invita a profesionalesjóvenes a estudiar el tema integral del

PRIMEROS SELLOS DE CORREO EUROPEOS DE N.U.Una serie de sellos de Naciones Unidas apa¬

recerá por primera vez con valores suizosen Octubre de este año. Anteriormente, todoslos sellos de N.U. estaban valorados en dóla¬

res. Los nuevos sellos sólo podrán ser usadosen la Oficina de Correos del Palacio de las

Naciones Unidas de Ginebra y tendrán unvalor de 5, 10, 20, 30, 50 y 75 céntimos, uno ytres francos suizos; también se pondrán ala venta tarjetas postales de 20 y 30 cén¬

timos, así como un sobre-carta aéreo de 65 céntimos. El que quiera mayor infor¬mación al respecto podrá escribir a: U.N. Postal Administration, Palais des Nations,CH-1211 Genève 10, así como a la U.N. Postal Administration, 1st. Avenue, New York17, U.S.A. o al Unesco Philatelic Service, Place de Fontenoy, Paris 7e. Como agentede la Administración Postal de Naciones Unidas en Francia, el Servicio Filatélico dela Unesco tiene en venta todas las estampillas de aquélla actualmente en circulacióny los sobres con matasellos del primer día de venta.

desarrollo participando en proyectos clavesdel mismo, como el que está en vías derealización en Colombia.

En la Folksuniversitet de Estocolmo los

profesionales seleccionados siguen un cur¬so preparatorio de seis meses, que com¬prende lecciones de español, historia suda¬mericana y geografía y cultura y economíade Colombia; luego se trasladan a éstapara trabajar durante un año en proyectosde desarrollo y, a su regreso, colaborancon la Universidad en los trabajos de éstapara establecer las características, metas,técnicas y problemas del desarrollo eco¬nómico y social en América Latina. A los20 profesionales suecos que trabajabanen Colombia con este fin se han unido

desde junio pasado otros 12, a cuyo trans¬porte han contribuido de una manera sus¬tancial las compañías navieras de Suecia.

La enseñanza secundaria

en Guatemala

Guatemala va a dedicar 12 600 000 dóla¬

res al desarrollo de la enseñanza secun¬

daria, cuya matrícula, que es actualmentede 60 000 alumnos, alcanzará la cifra de

115.000 en 1980. Con su nuevo programael país se propone principalmente formarun número mayor de profesores de segundogrado y también de técnicos agrícolas,así como de personal de dirección yadministración para la industria y el co¬mercio.

Con un préstamo de 6.300.000 dólaresque le ha concedido al efecto el BancoMundial, las autoridades guatemaltecas seproponen construir y equipar, fuera de unaescuela normal superior dentro de la Uni¬versidad de San Carlos, 15 nuevos institu¬

tos o liceos de secundaria y una filial delInstituto Técnico Agrícola en Villa Nueva.En la preparación de los proyectos corres¬pondientes han colaborado varios expertosde la Unesco.

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Page 35: Gandhi: peregrino de la no-violencia; The UNESCO Courier; Vol

MUSEUM

Esta revista no sólo contiene estudios

ampliamente ilustrados sobre las realizaciones másinteresantes, modernas y perfeccionadas en

materia de presentación y conservación de lasobras expuestas en los museos de diversasclases, tanto artísticos como científicos, sino queinforma sobre las novedades en materia de locales

y otros temas de interés museográfico, aportandodatos y noticias de gran número de países.

Por su amplio contenido informativo, por lacalidad y belleza de sus ilustraciones, así comopor el carácter de divulgación de muchos de susartículos, " MUSEUM " interesa no solamente a los

técnicos directores y conservadores de museos

y sus colaboradores especializados , sinotambién a los amigos de los museos, a losprofesores e investigadores y, en general, a todoslos amantes del arte.

Publicación trimestral

Suscripción anual : 24 FNúmero suelto : 7 F

La edición es bilingüe (francés e inglés)con resúmenes de todos los artículos en español

y en ruso.

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general de ésta. Los nombres de los agentes que nofiguren en esta lista se comunicarán al que los

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ANTILLAS NEERLANDESAS. C.G.T. Van Dorp &

Co. (Ned. Ant.) N.V.Willemstad, Curaçao, N.A. (Fl. 5.25).ARGENTINA. Editorial Sudamericana. S.A., Humber¬

to I No. 545, Buenos Aires. ALEMANIA. Todas

las publicaciones: R. Oldenburg Verlag. Rosenhei-merstr. 145. Munich 8. Para «UNESCO KURIER»

(edición alemana) únicamente: Vertrieb Bahrenfelder-Chaussee 1 60, Hamburg-Bahrenfeld, C.C.P. 276650. (DM12). BOLIVIA. Comisión Nacional Boliviana de laUnesco, Ministerio de Educación y Cultura, Casilla deCorreo, 4107, La Pal. Sub-agente : Librería Universi¬taria, Universidad Mayor de San Francisco Xavier deChuquisaca, Apartado 212, Sucre. BRASIL, Livrariade la Fundaçao Getulio Vargas. Caixa postal 4081-ZC-05,Rio de Janeiro. Guanabara. COLOMBIA. LibreríaBuchholz Galería, Avenida Jiménez de Quesada 8-40,

Bogotá; Ediciones Tercer Mundo, Apto, aéreo 4817,

Bogotá; Distrilibros Ltda., Pió Alfonso García, Carrera4a 36-119, Cartagena; J. Germán Rodriguez N.,Oficina 201, Edificio Banco de Bogotá, Girardot, Cun-dinamarca; Librería Universitaria, Universidad Pedagó¬

gica de Colombia, Tunja. COSTA RICA. Todas laspublicaciones: Librería Trejos S.A., Apartado 1313,Teléf. 2285 y 3200, San José. Para «El Correo»:Carlos Valerln Sáenz & Co. Ltda., «El Palacio de las

Revistas», Aptdo. 1924, San José. CUBA. Institutodel Libro, Departamento Económico, Ermita y San Pedro,Cerro, La Habana. CHILE. Todas las publicaciones:Editorial Universitaria S.A., Casilla 10 220, Santiago.«El Correo» únicamente : Comisión Nacional de la

Unesco, Mac Iver 764, Depto. 63, Santiago. ECUA¬

DOR. Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del

Guayas, Pedro Moncayo y 9 de Octubre, Casilla decorreo 3542, Guayaquil. EL SALVADOR. Librería

Cultural Salvadoreña, S.A., Edificio San Martín, 6a.

Calle Oriente N* 118, San Salvador. ESPAÑA.Todas las publicaciones: Librería Científica Medmaceli,Duque de Medmaceli 4, Madrid 14. «El Correo» úni¬camente: Ediciones Ibero-americanas. S.A., Calle de Oñate,

15, Madrid. Ediciones Liber, Aptdo. 17, Ondárroa

(Vizcaya). (180 ptas.) - ESTADOS UNIDOS DEAMERICA. Unesco Publications Center. P.O. Box 433,

Nueva York N.Y 10016 (USS 5.00). - FILIPINAS.The Modern Book Co., 928 Rizal Avenue, P.O.

Box 63,2 Manila. Librairie de l'Unesco,

Place de Fontenoy, Paris, 7«. C.C.P. Paris 12.598-48

(12 F). GUATEMALA. Comisión Nacional de

la Unesco, 6a Calle 9.27 Zona 1, Guatemala.JAMAICA. Sangster's Book Stores Ltd, P.O. Box 366;

101, Water Lane, Kingston. MARRUECOS. Librairie«Aux belles Images», 281, avenue Mohammed-V, Rabat.

«El Correo de la Unesco» para el personal docente:

Comisión Marroquí para la Unesco, 20, Zenkat Mou-rabitine, Rabat (CCP 324-45). MÉXICO. EditorialHermes, Ignacio Mariscal 41, México D.F. ($ 30).MOZAMBIQUE. Salema & Carvalho, Ltda., Caixa

Postal 192, Beira. NICARAGUA. Librería Cultural

Nicaragüense, Calle 1 5 de Setiembre y Avenida Bolívar,

Apartado N* 807, Managua. PARAGUAY.

Melchor García, Eligió Ayala, 1650, Asunción.PERU. Distribuidora Inca S. A. Emilio Althaus 470,

Lince, Apartado 3115, Lima. PORTUGAL. Dias &Andrade Lda., Livraria Portugal, Rua do Carmo 70,Lisboa. PUERTO RICO. Spanish-English Publi¬cations, Calle Eleanor Roosevelt 115, Apartado 1912,Hato Rey. REINO UNIDO. H.M. Stationery Office,

P.O. Box 569 Londres, S.E.I. (20/-) - REPÚBLICADOMINICANA. Librería Dominicana, Mercedes 49,

Apartado de Correos 656, Santo Domingo. URU¬GUAY. Editorial Losada Uruguaya S.A./ Librería LosadaMaldonado 1092, Colonia 1340, Montevideo.

VENEZUELA. Librería Historia, Monjas a Padre Sierra,

Edificio Oeste 2, N* 6 (Frente al Capitolio), Apartadode correos 7320, Caracas.

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