Guía Institucional

de orientación en violencia intrafamiliar

Consejo Estatal para la Prevención y Atenciónde la Violencia Intrafamiliar

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Introducción

Los efectos de la violencia intrafamiliar pueden ser devastadores para el bienestar físico, psicológico, sexual y económico de las personas que la viven. La violencia incrementa significativamente en una persona, el riesgo a largo plazo de desarrollar problemas de salud, como dolores crónicos, discapacidad física, uso de drogas y alcohol, depresión, entre otros.

Las personas con una historia de violencia intrafamiliar también enfrentan un riesgo mayor de embarazos involuntarios, infecciones de transmisión sexual, resultados adversos del embarazo, problemas laborales, sociales y económicos, así como dificultades para mantener una relación de pareja equitativa.

La violencia contra la mujer es diferente a la violencia interpersonal en general. La naturaleza y las modalidades de la violencia contra los hombres, por ejemplo, difieren habitualmente de las dirigidas contra la mujer. Los hombres tienden más que las mujeres a ser víctimas de violencia propiciada por un extraño o un conocido ocasional. Es más probable, en cambio, que las mujeres sean víctimas de un familiar o de su pareja íntima.

El hecho de que por lo común las mujeres estén emocionalmente involucradas con quienes las violentan y sean económicamente dependientes de ellos,

tiene profundas inferencias sobre la manera en que la mujer experimenta la violencia y cuál es la mejor manera, como institución, de intervenir en la solución.

Las víctimas de violencia que acuden a los profesionistas en la materia, suelen tener necesidades múltiples, por lo que el trabajo interdisciplinario juega un papel fundamental y necesario para abordar el caso de manera integral.

Asimismo, un servicio profesional integral cuida que la víctima reciba atención sin indiferencia o una actitud crítica o que culpabilice. A través de la profesionalización y la capacitación, y el apoyo de los sistemas facultados, el personal encargado de brindar atención debe responder a las necesidades jurídicas, sociales, psicológicas y de seguridad de la población que acude a solicitar sus servicios o la orientación necesaria, en materia de violencia intrafamiliar.

Si bien es cierto que se necesita una transformación cultural, social y legal, y un cambio en la mentalidad individual y colectiva para entender y abatir el fenómeno de naturalización de la violencia, que valida estas conductas en perjuicio de los grupos sociales más vulnerables, es de suma importancia también, establecer como instituciones, compromisos en los que participen todos los sectores de la sociedad, y diseñar estrategias a largo plazo que propicien el empoderamiento de la mujer (mayormente víctima), y sensibilice a los varones (mayormente agresores), para que reflexionen sobre las 2

creencias y actitudes que permiten el comportamiento violento.

Asimismo, es importante promover el buen trato en las dinámicas familiares, pues la relación de padres y madres con sus hijos e hijas, es primordial para infundir una cultura de respeto a los derechos de la infancia, y así prevenir casos de violencia hacia los niños y las niñas. Los profesionistas deben asegurar a las mujeres que la violencia es inaceptable y que ninguna persona merece ser golpeada, humillada, abusada sexualmente, vejada, etc.

Esta guía constituye un esfuerzo por parte del CEPAVI para reunir y presentar información con bases teorico-metodológicas y un lenguaje claro y sencillo, con el objetivo de que profesionales involucrados en el tema de violencia puedan ofrecer una orientación sólida (desde las bases teóricas y aspectos prácticos).

Cabe enfatizar el importante papel que juega el profesional en la materia, ya que no puede cumplir de manera óptima sus funciones sin comprender debidamente la calidad multifactorial de las causas, tipos, manifestaciones e implicaciones de la violencia intrafamiliar. Los especialistas que atienden casos de violencia se encuentran en una situación estratégica para detectar a las víctimas y derivarlas a otros posibles servicios necesarios.

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I. FUNDAMENTOS TEÓRICO-CONCEPTUALES

La violencia intrafamiliar se concibió como un problema social grave en la década de los años sesenta, cuando algunos autores describieron el “síndrome del niño golpeado”, redefiniendo los malos tratos hacia los menores.

En el comienzo de los años setenta, la creciente influencia del movimiento feminista resultó decisiva para atraer la atención de la sociedad sobre las formas y las consecuencias de la violencia contra las mujeres. En los últimos veinte años, diferentes trabajos de investigación nos demuestran que la violencia intrafamiliar es un fenómeno cuyo arraigo cultural se sustenta en mitos, creencias y estereotipos firmemente arraigados en la sociedad.

En este sentido, la violencia, en sus múltiples manifestaciones, siempre es una forma de ejercicio de poder mediante el empleo de la fuerza, ya sea física, psicológica, económica, sexual, política, etc. e implica la existencia real o simbólica de un “arriba” (generador) y un “abajo” (receptor), que adoptan habitualmente la forma de roles complementarios: padre-hijo, hombre-mujer, maestro-alumno, patrón-empleado, joven-viejo, etc. Para que esto se produzca, es menester la conjunción de tres elementos: la persona generadora, la persona receptora y los factores propiciatorios.

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Caracterización de la violencia intrafamiliar

Hay quienes la señalan como un fenómeno reciente, producto de la civilización actual o como efecto de la pérdida de valores o consecuencia de otros problemas sociales. Pero la realidad es que ha estado presente desde la antigüedad y es producto de las desigualdades que se establecen al interior de las familias, mediante una fuerte influencia cultural.

La violencia intrafamiliar se concibe como un problema de interés público, de aquí la importancia de la intervención del Estado y de las instituciones sociales, para su prevención y atención.

No se trata de una problemática de carácter natural, ya que está comprobado que no obedece a factores biológicos o genéticos, sino a aprendizajes humanos, cuyos últimos determinantes se encuentran en el contexto social.

El contexto social incluye diversas formas de violencia, que son también fuentes de la violencia intrafamiliar:

Violencia estructural. Se origina en las instituciones y en las legislaciones, por medio de las cuales se asignan jerarquías en función de la clase social, raza, sexo, etc. Permite el sometimiento y la subordinación, condiciones contrarias a los valores de la democracia, justicia social e igualdad.

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Violencia cultural. Se refiere a los símbolos, los valores y las creencias, entes arraigados en el imaginario social y en las mentalidades, que se extienden como “inevitables” sobre las relaciones de desigualdad existentes en la sociedad y en la familia. Algunas expresiones que reflejan estas falsas creencias son, por ejemplo:

“A las mujeres les gusta que les peguen”. •“En realidad ella lo provoca”. •“Algo habrá hecho para que le diera •

esa paliza”.“Te pego porque te quiero”.•“La letra con sangre entra”.•“Si te pego es por tu bien”.•“Hay que pegarles para que aprendan, para que •se eduquen”.“Sólo así se hace hombre”.•

La violencia cultural se manifiesta a través de expresiones individuales en el lenguaje, medios publicitarios, libros de texto, consejos, refranes populares, juegos infantiles, actitudes y costumbres culturales, etc.

Reconocer la influencia del contexto social en las manifestaciones de la violencia estructural y la violencia cultural, permite a las instituciones y a la ciudadanía, plantearse la tarea de crear expresiones culturales no violentas, a través de la promoción de los valores que rigen la No Violencia: respeto, diálogo, afecto, tolerancia, equidad y la defensa de los derechos humanos.6

Las cuatro dimensiones del contexto social

Macrosistema

Comprende al total de la organización social de una sociedad determinada, con sus jerarquías inamovibles y su distribución desigual de poderes, así como las creencias y los estilos de vida. Cada sociedad establece cómo deben ser los hombres y las mujeres, los niños y las niñas, y la misma familia.

Un factor de este sistema que favorece y sustenta la violencia intrafamiliar es la desigualdad de género, llamada también inequidad, por medio de la cual se permite la discriminación y la subordinación de las mujeres a las estructuras y prácticas masculinas.

Exosistema

Está integrado por las instituciones mediadoras entre la cultura y el espacio individual: escuelas, iglesias, medios de comunicación, órganos judiciales, etc. Éstas participan en el fenómeno de la violencia intrafamiliar, cuando sirven como medios para transmitir creencias, actitudes y prácticas que toleran la violencia.

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Microsistema

Se refiere a las relaciones cara a cara, del que la propia familia forma parte. En este espacio se concretizan todos los mandatos culturales del macrosistema y del exosistema, o entran como un filtro para construir diferentes formas de relaciones familiares, muchas de ellas violentas. Por medio de este sistema son transmitidos los modelos de conducta violenta.

Sistema Individual

Corresponde a cada persona en concreto, y es también muy amplio, ya que consiste en diferentes maneras de ser, pensar, sentir y actuar.

Violencia en un espacio de protección

Ocurre en un espacio creado para garantizar la protección de las personas: el hogar

La violencia atenta contra la dignidad y los derechos humanos de la víctima, quienes la perpetran son miembros de la familia, por lo que quienes la recibenconfían en ellos por convicción y necesidad.

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Generalmente, las víctimas de violencia dependen del perpetrador(a). Los lazos emocionales, legales y económicos que vinculan a la víctima, frecuentemente la conducen a una baja autoestima, a ser vulnerable, aislarse, sentir desesperanza y angustia constantes e inseguridad; lo cual tiene un importante peso en cuanto a sus posibilidades para resolver el problema.

Además, la violencia intrafamiliar llega a producir otros efectos sociales: drogadicción, delincuencia, pandillerismo, niños en la calle, prostitución; efectos psicológicos y psiquiátricos: depresión, trastornos de ansiedad, trastornos de la conducta, conflictos de pareja y de comunicación familiar, intentos de suicidio, suicidios y homicidios.

Las relaciones de desigualdad son posiciones asimétricas en donde alguien manda y alguien obedece, alguien decide y ordena, y alguien acepta sin mayores cuestionamientos. Estas posturas se basan en jerarquías desiguales y discriminatorias, establecidas en las relaciones las cuales pueden basarse en las diferencias de género, edad, condiciones sociales y de salud.

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La vulnerabilidad del receptor

La vulnerabilidad es un factor común de las personas receptoras de violencia intrafamiliar.

Diversos factores producen esta vulnerabilidad:

La condición de dependencia.•

La imposibilidad de tener acceso a los espacios •de procuración de justicia por desconocimiento o falta de capacidad jurídica.

La desvinculación del medio social.•

Los efectos de la violencia, que generan •condiciones emocionales y psicológicas que vuelven vulnerables a las personas, así como reafirman otras condiciones de dependencia.

Las condiciones de subordinación y desigualdad •al interior del núcleo familiar.

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Los generadores

Los principales victimarios en la familia son quienes ocupan una posición de poder y determinan

las jerarquías en las relaciones.

De acuerdo a los teóricos y a las diversas fuentes de datos, son los jefes de familia varones quienes mayormente generan la violencia en detrimento de las mujeres, los niños, las niñas y otros miembros vulnerables, como adultos mayores y personas con alguna discapacidad.

Las mujeres adultas ocupan el segundo sitio como generadoras violentas en contra de los grupos vulnerables mencionados, sobre todo el conformado por las niñas y los niños. Otras fuentes no menos fidedignas indican que, respecto de los niños y las niñas, son las mujeres adultas su principal victimario.

Lo importante es tomar en cuenta que quienes ejercen la violencia intrafamiliar, sean del sexo que sean, tienen algún grado de poder en el ámbito familiar “profundamente arraigado desde el punto de vista cultural, y frecuentemente éste es avalado o soslayado por la norma jurídica,” (Laura Salinas et al. Los derechos Humanos de las Mujeres en México. CNDH, 1994).

Así pues, quien comete violencia ejerce siempre de manera abusiva ese poder social y cultural.

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Gravedad de los casos

Se trata de actos que pueden ir desde lo leve hasta graves daños irreversibles.

Para comprender mejor este punto, hay que tomar como base las características de la violencia intrafamiliar:

En todos los casos, los actos y omisiones •son manifestaciones de poder, sometimiento o control sobre las víctimas. Esta característica conforma el carácter intencional de la violencia, que puede usarse incluso con una intención positiva: definir un orden, establecer una disciplina o la “armonía familiar”.

La recurrencia.• Los actos de violencia no se basan en un solo evento, en cualquiera de sus formas adquieren el carácter de constantes.

La intencionalidad.• Quien infiere violencia tiene claridad respecto a su conducta, por ello es responsable de la misma.

La tendencia a incrementarse. • La violencia se presenta en forma reiterada y con el paso del tiempo, si los conflictos no se solucionan, cada nuevo evento se presenta con mayor intensidad, dañando cada vez más a quien o quienes la reciben.

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Factores que propician la violencia intrafamiliar

Las causas de la violencia intrafamiliar son múltiples y se expresan en diversas dimensiones

sociales, culturales e individuales.

Precisando y jerarquizando los diversos factores que inciden en la génesis y en la reproducción de la misma, podemos afirmar lo siguiente:

1. La violencia no es natural. Toda persona que la ejerce aprendió a usarla en algún momento de su vida, de ahí que no sea lo mismo hablar de agresión (la cual está arraigada en conductas instintivas de sobrevivencia, competencia y autodefensa), que de violencia, que tiene como objetivo ejercer el control y dominio de las personas y grupos más vulnerables, a las que se percibe como objetos, y por lo tanto, sujetos a la voluntad del perpetrador.

2. El dominio masculino sobre el femenino. Se concibe como una desigualdad que pretende fundamentarse en las diferencias biológicas, cuando en realidad se basa en un sistema de valores sancionados socialmente, trayendo consigo el estatus de superioridad de los hombres, y de inferioridad de las mujeres.

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3. Aunada a esto tenemos la presencia de modelos autoritarios de crianza y educación, en donde los padres y/o responsables del menor asumen prácticas violentas y de manipulación como pretexto para “educar”, aun en detrimento del adecuado desarrollo psicoemocional de las personas sujetas a dichos modelos.

4. Ubicamos también como facilitador de la violencia lo que podríamos llamar La red social de la violencia, basada en creencias, costumbres sociales, leyes, políticas institucionales, influencia de los medios de comunicación (en su presentación como algo natural o “divertido”), así como las carencias y deficiencias en la prestación de servicios a las personas generadoras y receptoras de violencia.

5. Otros factores concomitantes son: el alcoholismo, la drogadicción, los conflictos y crisis familiares, el estrés, la pobreza, el desempleo, etc. Factores que influyen como detonantes de la violencia Intrafamiliar o son consecuencia de la misma.

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6. Las víctimas de violencia intrafamiliar presentan dificultad para darse cuenta de eso. Es por ello que les cuesta mucho salir de su compleja situación de violencia. Algunas dificultades son, por ejemplo: sus condiciones de dependencia económica, sus limitaciones de acceso a espacios de procuración de justicia por desconocimiento o por falta de capacidad jurídica, su desvinculación del medio social, su carácter del vínculo afectivo con el agresor(a) y sus condiciones psicológicas; como baja autoestima, estados de depresión, de miedo o confusión.

Limitaciones para resolver los casos

El silencio.•

La doble victimización generada a partir de la •violencia institucional.

Las resistencias de los servidores públicos.•

La insensibilidad de autoridades y prestadores •de servicios públicos y privados.

La nula o poca asignación presupuestal.•

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El impacto socioemocional en las víctimas.•

La conducta irresponsable de los generadores •y su falta de compromiso.

La impunidad.•

El marco jurídico-legal insuficiente e •inadecuado.

La deficiente concertación intersectorial e •interinstitucional.

La ignorancia y desinformación con respecto a •la problemática.

La carencia de políticas públicas con una •perspectiva de género.

Manifestaciones que caracterizan el síndrome de maltrato en una persona

receptora de violencia

Autoestima baja. 1. Las personas violentadas en sus hogares sufren la pérdida de su valía personal, del amor hacia sí mismas y del respeto que merecen; no se sienten aptas para manejarse en los ámbitos de la vida.

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Aislamiento. 2. Creen ser las únicas personas a quienes les ocurre esta situación; además, ya sea por convicción, imposición del agresor o su imposibilidad de comunicarse, han roto sus redes sociales y ello les provoca una sensación constante de soledad.

Miedo al agresor. 3. Generalmente, este sentimiento se fundamenta en diversas amenazas y manipulaciones, y en las experiencias de violencia que han vivido. Las víctimas saben que quien las agrede es capaz de cumplir sus amenazas.

Inseguridad. 4. Imposibilidad total o parcial para tomar decisiones, derivada de la escasa seguridad que les proporciona la convivencia con el agresor. Las víctimas tienen la idea de un mundo amenazante y difícil de enfrentar, en tanto sus posibilidades laborales o profesionales están mermadas; además, socialmente no cuentan con redes o estructuras de apoyo.

Depresión. 5. Experimentan una pérdida del sentido de la vida, se manifiesta con profunda tristeza por no haber mantenido una relación, la armonía en el hogar, la estabilidad de los hijos o por no cubrir sus propias expectativas familiares. La víctima de maltrato encuentra

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pocas situaciones esperanzadoras y manifiesta indiferencia ante el mundo.

Vergüenza. 6. Las personas maltratadas tienen dificultades para expresar su experiencia, se culpan de lo que les ocurre. Presentan introversión, es decir, tienden a guardar silencio acerca de su situación.

Culpa. 7. Las personas que han sido víctimas de violencia, asumen que la situación que viven es su responsabilidad, en tanto no están haciendo las cosas que “se espera de ellas”, por lo que se sienten merecedoras de maltrato.

Codependencia.8. En ocasiones, las personas maltratadas basan sus decisiones en la aprobación de lo que dicte el victimario, es decir, dependen de su agresor para sentir, pensar y actuar.

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II. PRINCIPIOS DE LA ATENCIÓN INTEgRAL A LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

Enfoques básicos

Es elemental desempeñar una visión sensitiva que facilite la identificación de los factores que contribuyen a los tratos desiguales y la discriminación por parte de la sociedad, la comunidad y la familia, así como buscar un ejercicio sano de los derechos humanos.

El enfoque de riesgo permite identificar, tanto a los factores desprotectores, como a los factores protectores ante la violencia intrafamiliar. En ello, la detección del nivel de riesgo facilita la toma de decisiones para adecuar las acciones a las necesidades y prioridades de las personas o grupos afectados. Esto ha permitido evidenciar que los grupos más vulnerables son: las niñas y los niños, las mujeres, los personas mayores y las personas con alguna discapacidad.

El abordaje interdisciplinario es necesario para ofrecer una atención integral que incorpore los componentes sociales, psicológicos y legales, para lo cual se requiere de la interrelación entre los saberes de dichas disciplinas. Una sola disciplina no podrá dar cuenta de un problema con un nivel de complejidad como el de la violencia intrafamiliar, de ahí, la necesidad de un trabajo interdisciplinario.

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Al mismo tiempo, cada disciplina debe definir sus acciones de intervención específica.

El enfoque sistémico ecológico nos permite abordar la violencia intrafamiliar desde un contexto estructural, social y cultural, tomando en cuenta los diversos factores macrosistémicos, exosistémicos y microsistémicos, que influyen para que se presenten determinadas conductas sociales de las personas.

Principios orientadores

La experiencia de trabajo1 en este tipo de servicio, ha determinado que los principios orientadores de la atención, sean:

Calidad y calidez. 1. Esto Implica que el acercamiento a los usuarios(as) debe ser en condiciones de respeto y confianza, de tal forma que se sienta suficientemente cómoda como para poder expresar los detalles de su problema, lo cual es muy difícil obtenerlo en un ambiente rígido.

1 Nos referimos a la experiencia de 16 años de trabajo del Servicio Legal Alternativo del Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer, CEPAM, misma que se encuentra sistematizada en el documento “Tu voz es nuestra fuerza”, ya citado.

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Enfoque de derechos humanos.2. Realizar una mirada desde esta perspectiva, ayuda a tener una visión integral del caso y de la manera como se abordará.

Uso de lenguaje sencillo.3. Hay que recordar que los usuarios(as) no tienen por qué conocer el Derecho ni los términos que se utilizan en esta rama. La sencillez en el manejo del lenguaje no significa la falta de solvencia sobre el tema.

Saber escuchar.4. Se debe prestar atención a los planteamientos del usuario(a), interrumpiendo solamente para hacer preguntas que tengan relación con el caso expuesto y el objetivo de ampliar la información o aclarar ciertos puntos.

Confidencialidad.5. La seguridad de que se guardará reserva sobre el caso, es un incentivo para que las personas expresen con confianza su problema, por lo que los casos abordados en las instituciones deben ser tratados con confidencialidad.

No juzgar y no culpabilizar. 6. No es papel del personal jurídico o de trabajo social, emitir juicios de valor sobre el comportamiento de los usuarios(as) y su experiencia de vida.

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Reconocimiento y manejo del miedo.7. En el caso de las mujeres, el miedo puede tener efectos paralizantes, que les impide actuar y tomar una decisión. Es importante estar atentos y reconocer cuando una mujer tiene temor y ayudarla a manejarlo, identificando los posibles apoyos con los que cuenta (un familiar, un amigo, etc.), y minimizando la dimensión de las presiones sociales. A partir de este reconocimiento podemos medir el riesgo que corre la mujer y, de esta manera, pensar en forma integral.

Propiciar el desarrollo de habilidades.8. La visión de género nos permite ver que una mujer no se da cuenta de todas sus habilidades, porque la socialización sexista le impide trabajarlas y potencializarlas. El espacio de la entrevista puede aprovecharse para ayudar a la mujer a encontrar habilidades que refuercen su independencia y eleven su autoestima.

No compadecer.9. No es pertinente manifestar compasión por el usuario(a) aunque su situación sea conmovedora. Esa persona no necesita saber que quien la escucha siente pena por ella. Todo lo contrario, necesita conocer sus derechos y que alguien la aliente a hacerlos efectivos.

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Ofrecer varias posibilidades.10. Una visión humana e integral del caso, permitirá al especialista ofrecer a las personas más de una alternativa de solución, las cuales no necesariamente tienen que ser legales. Así, si el usuario(a) no logra tomar una decisión pese a la situación de violencia que vive, puede planteársele solicitar apoyo psicológico, o en determinados casos se le puede plantear también recurrir a una ayuda de carácter social.

No dar consejos.11. En más de una ocasión el usuario(a) preguntará luego de exponer su caso: ¿usted qué me aconsejaría? O ¿usted qué haría en mi lugar? Por ello, es necesario explicar desde el inicio de la entrevista, que el equipo multidisciplinario no es un consejero y que su trabajo se limitará a explicar con claridad las alternativas de solución y a apoyarla en lo que las personas elijan y decidan.

No tomar decisiones por el usuario. 12. Una vez que se ha escuchado detenidamente a los usuarios(as), se les ofrecen alternativas de solución para su caso, a través de una explicación detallada donde se le indica que es él o ella quien debe tomar la decisión. El personal del equipo jurídico, psicológico o de trabajo social, no es una autoridad, por lo tanto

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no debe indicarles qué hacer a las personas que atiende, tampoco es saludable adoptar una actitud maternal y tratar al usuario(a) como incapacitados(as). Lo más adecuado es propiciar que ellos y ellas tomen sus propias decisiones.

Interdisciplinariedad.13. El abordar el caso desde varias disciplinas es de gran valor para atacar el problema, así como para obtener resultados exitosos en el proceso. Es importante trabajar coordinadamente con profesionales de psicología, trabajo social, derecho, etc. Lamentablemente la falta de recursos impide que varias instituciones cuenten con equipos multidisciplinarios, sin embargo, puede establecerse una coordinación con otros servicios u oficinas de apoyo que cuentan con estas ramas.

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Cualidades de una atención integral

Conforme a los anteriores principios, una atención integral a la violencia intrafamiliar debe comprender los siguientes aspectos:

Debe ser accesible, continua, eficaz, ágil, •oportuna, confiable, confidencial, segura y que garantice la integridad de las personas afectadas.

Debe contemplar la atención de los diferentes •tipos de violencia.

Debe estar dirigida a romper el ciclo de la •violencia.

Debe contar con espacios de retroalimentación y •contención individual y grupal para las personas responsables de la atención.

Debe tener mecanismos sistemáticos de registro •y análisis de la situación de los usuarios(as) y las familias afectadas, que permitan valorar el cumplimiento e impacto de las acciones.

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Información y orientación sobre violencia intrafamiliar

Haga llegar los siguientes mensajes:

“No hay ninguna excusa para que se presente la violencia en su familia”.

“Nadie merece ser maltratado”.

“La violencia no es culpa de usted”.

“La responsabilidad es exclusiva del abusador”.

“No está usted sola, hay personas con las que puede hablar para lograr apoyo”.

Proporcione más información sobre esta problemática

La violencia intrafamiliar es muy común en nuestra sociedad. Generalmente la violencia continúa con el tiempo y aumenta en frecuencia y severidad, pese a las habituales promesas de cambio. Los efectos de la violencia intrafamiliar pueden ser muy perjudiciales, tanto para usted como para sus hijos, aun cuando solo sean testigos de lo que sucede.

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La violencia no es un fenómeno “natural”, sino una conducta aprendida y por lo tanto, susceptible de ser modificada.

A diferencia de la violencia infringida por extraños, en el caso de la violencia intrafamiliar la víctima tiene relaciones económicas, legales y emocionales con el agresor, lo cual confunde su decisión y aumenta las consecuencias de daño psicológico. La percepción de vulnerabilidad y la percepción de pérdida de confianza son especialmente graves.

La mujer maltratada es dependiente, tiene baja autoestima y limitaciones para tomar decisiones en forma autónoma, por lo que se le dificulta solucionar su situación. Los efectos del trauma se exacerban por el hecho de que el agresor es alguien que debía amarla y protegerla.

La violencia contra la mujer, cometida por su pareja, provoca importantes trastornos, como miedo, tristeza, angustia, depresión, agresividad, enojo, codependencia, culpa, inseguridad, frustración, vergüenza, silencio. Así como trastornos psicosomáticos que se manifiestan en cefaleas, gastritis, insomnio, padecimientos dermatológicos, falta o exceso de apetito, alta o baja presión arterial. Igualmente, se desarrollan actitudes autodestructivas o suicidas. También se presentan: apatía, rechazo o disfunción sexual.

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Apoyos que solicitan las víctimas

Las mujeres víctimas de maltrato solicitan, inicialmente, los siguientes apoyos:

El trámite de divorcio.1.

Que se le “llame la atención” a su pareja.2.

Que saquen a su pareja de la casa.3.

Que él cumpla con los gastos en el hogar o la 4. pensión alimenticia.

Que se le apoye cuando él amenaza con quitarle 5. a los hijos.

Que se le apoye para recuperar a sus hijos 6. cuando él se los ha quitado.

Que se levante un acta por lesiones.7.

Que se le apoye para irse del hogar conyugal.8.

Lo anterior indica que en raras ocasiones la mujer maltratada tiene una idea clara de su condición de víctima, y mucho menos conoce sus derechos ni las consecuencias psicoemocionales de ese maltrato.

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Es importante señalar que a partir de la primera intervención de un profesional, se inicia la desarticulación del maltrato, al confrontar e informar del comportamiento violento.

Actitudes de los profesionales que atienden violencia intrafamiliar

Actitudes adecuadas

Tener conciencia de que el fenómeno de 1. la violencia en la familia es un problema multifactorial.

Conocer las distintas formas de violencia y sus 2. consecuencias.

Tener una actitud permanente de respeto hacia 3. el dolor ajeno y a todas las circunstancias que en este sentido plantea la víctima.

Manejar diversas técnicas de entrevista para 4. reunir la mayor información, con el debido cuidado de no lastimar u ofender a los involucrados.

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Conocer los derechos que en materia penal y 5. civil le asisten a la víctima, así como los que puedan plantearse en otras leyes.

Ser objetivo. No alentar en la víctima expectativas 6. de solución inalcanzables.

Transmitirle el apoyo y la confianza necesarios, 7. para que pueda percibir y sentir que su situación es comprendida.

Proporcionar a la víctima, información objetiva 8. que le permita reconocer su situación.

Explicarle cómo su sintomatología física, 9. emocional, intelectual y social se vincula con el trato violento que recibe.

Crearle conciencia acerca de la importancia de 10. recibir tratamiento psicológico para recuperarse y tomar en sus manos su propia vida, así como responsabilizarse de su situación.

Orientarla sobre la posibilidad de vislumbrar un 11. estilo diferente de vida, exento de violencia.

Informarle de la responsabilidad directa de su 12. agresor en su propio comportamiento violento.

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Actitudes inadecuadas

Culparlas de la situación.1.

Cuestionar su permanencia al lado de su 2. pareja.

Tratarlas como incapaces.3.

Manejar mitos, como los referentes al 4. masoquismo, provocación, enfermedad, histeria, etc.

Inducir actos de reconciliación entre la víctima y 5. el agresor como solución al problema.

III. METODOLOGÍA DE INTERVENCIÓN EN CASOS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

Generalidades para la atención en casos de violencia intrafamiliar

Reconocer y validar la situación de violencia 1. intrafamiliar que viven las personas que son víctimas de ella:

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No ignorarla, no negarla, no desviar la atención, no minimizarla, no colocarse al lado del victimario, no desvalorizar a la víctima, no maltratarla, no sobreprotegerla, no ser negligentes.

Mostrar interés en la exposición y los contenidos 2. que revelan las víctimas de violencia intrafamiliar, sobre todo cuando su situación sea grave, con el fin de que éstas se sientan aceptadas y comprendidas.

No ofrecer falsas expectativas de solución o 3. alternativas no reales y adecuadas al contexto de las personas, lo cual crearía situaciones de frustración, falsas esperanzas, desconfianza o enojo, además que éticamente es deshonesto y una forma de maltrato institucional.

Se debe contar siempre con el conocimiento y 4. los datos acerca de los recursos institucionales y comunitarios con los que cuentan las personas para recibir diversos apoyos sociales, gubernamentales y no gubernamentales.

Es necesario realizar durante el proceso 5. de atención, las evaluaciones necesarias y específicas según las diversas situaciones de violencia intrafamiliar que se presenten (evaluaciones generales, psicológicas, de salud, psiquiátricas, características del maltrato,

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socioeconómicas, etc.), porque éstas contribuyen a fundamentar el análisis de la problemática y planear adecuadamente la intervención.

La prioridad de la atención debe ser 6. permanentemente la seguridad de las víctimas, antes que otras medidas de intervención establecidas. La seguridad de las víctimas debe valorarse siempre, antes de abandonar la entrevista inicial.

Si en la entrevista inicial se detecta un nivel 7. de riesgo para seguridad y protección de la integridad o la vida de los receptores(as), se debe asesorar a las personas respecto a estrategias de seguridad o protección, necesarias para prevenir un probable peligro.

Este proceso debe ser sencillo, oportuno, breve, 8. no burocrático, no impuesto a las personas, y tomando en cuenta siempre los principios de confidencialidad y anonimato, con las debidas excepciones de acuerdo al caso.

Se deben tomar en cuenta los distintos contextos 9. y situaciones concretas de violencia intrafamiliar, no utilizar los mismos criterios para todas las personas y casos.

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Establecer análisis y propuestas de 10. resolución, estrategias y soluciones en forma interdisciplinaria, y proveer de servicios eficaces e integrales.

Los casos deben ser registrados debidamente, 11. siguiendo los lineamientos establecidos al respecto. Los documentos y expedientes se deben recopilar de manera precisa y profesional, incluyendo la totalidad de los datos necesarios para determinar la problemática e intervenir en su resolución.

En los casos donde se proporcione el servicio 12. de orientación y la derivación correspondiente a otra institución, es necesario realizarla por los cauces formales para asegurar la debida atención de cada caso.

La entrevista de primer contacto con las 13. personas, sean generadoras o receptoras de violencia intrafamiliar, debe realizarla preferentemente un trabajador social, quien debe contextualizar la problemática, es decir, valorar la gravedad del problema y así sugerir las alternativas personales e institucionales a seguir.

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Generalidades para la atención en casos de maltrato infantil

Es importante que toda intervención en casos de maltrato infantil, incluya o considere el debido trabajo con los padres u otros miembros de la familia, para que ésta sea integral e influya en el contexto del niño.

Las actividades de los profesionales hacia los menores de edad víctimas de violencia intrafamiliar, deben ser la atención cálida, la escucha activa; sin juicios ni opiniones que prejuzguen o critiquen las conductas, creencias o valores de los menores. Es preciso desarrollar actitudes empáticas y propiciar un ambiente de confianza, respeto y calidez.

La empatía es imprescindible como recurso para captar y comprender el mundo interior que experimentan los menores de edad que sufren maltrato; sus sentimientos, percepciones y puntos de vista referentes al maltrato de sí mismos y de las demás personas que conforman su entorno.

Es recomendable que la atención comprenda la intervención y evaluación médica, sobre todo en los casos de lesiones físicas y sexuales. Tanto en la evaluación del maltrato al menor como en la intervención, debe permanecer la interdisciplinariedad como instrumento profesional básico en la atención integral.

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En todo el proyecto de intervención en los casos de maltrato a menores se debe mantener una actitud y un trato humano.

Respetar la capacidad de pensar, emitir opiniones y desarrollar habilidades para solucionar problemas por parte de los menores de edad, implica no imponerles criterios ni decisiones sin tomarlos en cuenta, y mucho menos agredirlos por sus actitudes, creencias o valores.

Guía básica de intervención en casos de agresion sexual a menores

En los casos en que la agresión haya sido ejercida por un familiar muy cercano, es necesario que los menores no convivan con el agresor. Los profesionales que atienden deberán tomar en cuenta la recomendación y seguir los lineamientos legales establecidos, así como los que determinen las instituciones para coordinar acciones de atención y derivación.

En los casos que constituyen un delito, es factible el inicio de gestiones en los procesos penales y/o medidas de carácter civil. Cuando no sea esto posible, ha de buscarse la manera de evitar que el menor continúe siendo agredido, y brindarle a él y a la familia, todos los apoyos necesarios para afrontar esta situación. Durante los procesos de los apoyos legales ha de cuidarse que

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los derechos humanos de los niños y las niñas sean siempre respetados.

En todos los casos de agresión sexual, los profesionales e instituciones que atienden, deben brindar apoyo emocional o psicológico a los menores de edad, como parte de una atención integral, en cuyo sistema, la revisión y evaluación médica es imprescindible.

Toda intervención profesional deberá adecuarse a la edad del menor y a sus capacidades intelectuales, cognoscitivas y psicoemocionales, y siempre en todos los casos, la comunicación será abierta, en actitud receptora y de escucha, facilitando la exposición de sentimientos sin restricciones en estos aspectos.

Otra actitud necesaria de los profesionales, es el respeto al menor de edad y la generación de un ambiente de confianza y apoyo. Se recomienda ampliamente la utilización de recursos como el dibujo, el juego, el teatro, la danza, la música y el diálogo. Éstos permiten un avance más rápido y facilitan un mejor contacto con los niños y las niñas.

De preferencia, se deben promover siempre actividades lúdicas en los procesos de apoyo y recuperación de la agresión.

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Recomendaciones básicas para la detección e intervención en casos de abuso sexual

A los niños y las niñas A la familiaCreerle y protegerle Darle afecto

Conocer y entender lo que significó para ellos(as)

Darle confianza

Recomendarle cambios que no les perjudiquen en su vida diaria

Realizar cambios en beneficio del niño(a)

Entrevistar al niño(a) ofreciéndole juegos a través de los cuales exprese sus sentimientos o describa la problemática. Evitando centrar la charla exclusivamente en el aspecto sexual

Ayudar a despejar los mitos: clarificarle que el abuso sexual no se trata de un problema de carácter sexual, sino de violencia y abuso

Ayudarle a que comprenda que se trata de un acto violento, muy distinto a las manifestaciones de amor o seducción exentas de abuso

Ayudarle al niño(a) a resignificar el hecho. No culpabilizarlo ni discriminarlo

Trabajar en subsanar los sentimientos de culpa y ambivalencia de la víctima

No sobreproteger, procurar una comunicación abierta

Solicitar apoyo de especialistas Solicitar apoyo de especialistas

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Para la adecuada aplicación de esta guía es recomendable proporcionar a los servidores públicos, la inducción y capacitación correspondientes.

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Bibliografía

Centro Ecuatoriano de Desarrollo y Estudios AlternativosGénero y EquidadFolleto temáticoQuito, Ecuador. 2001

Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la MujerImaginarios Urbanos y Violencia IntrafamiliarQuito, Ecuador. 2000

Lagarde, Marcela Estudios Básicos de Derechos Humanos IV. IIDHIdentidad de Género y Derechos HumanosSan José, Costa Rica. 1996

Ministerio de Salud Pública; Organización Mundial de la Salud; Organización Panamericana de la SaludMódulos de autocapacitación para profesionales de la SaludViolencia IntrafamiliarEcuador. 2000

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Caroline MoserPlanificación de Género y Desarrollo; Teoría, Práctica y CapacitaciónRed Entre MujeresFlora TristánLima, Perú. 1995

Suzanne Williams, Janet Seed, Adelina MwauManual de Capacitación en Género de Oxfam. Tomo 1Edición adaptada para América Latina y el CaribeFlora Tristán / OXFAMLima, Perú. 1997

Índice

Introducción………………………………………........... 1

I. FUNDAMENTOS TEÓRICO-CONCEPTUALES……………………………………….............................. 4

Caracterización de la violencia intrafamiliar…………………………………………........ 5

Las cuatro dimensiones del contexto social…............ 7

Violencia en un espacio de protección………………………………………….......... 8

La vulnerabilidad del receptor ………..………............. 10

Los generadores…...................................................... 11

Gravedad de los casos................................................ 12

Factores que propician la violencia intrafamiliar.......... 13

Limitaciones para resolver los casos........................... 15

Manifestaciones que caracterizan el síndrome de maltrato en una persona receptora de violencia..... 16

II. PRINCIPIOS DE LA ATENCIÓN INTEGRAL A LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR............................ 19

Enfoques básicos…………………………..................... 19

Principios orientadores................................................. 20

Cualidades de una atención integral............................ 25

Información y orientación sobre violencia intrafamiliar.................................................... 26

Apoyos que solicitan las víctimas................................. 28

Actitudes de los profesionales que atienden violencia intrafamiliar.................................................... 29

III. METODOLOGÍA DE INTERVENCIÓN EN CASOS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR............................... 31

Generalidades para la atención en casos de violencia intrafamiliar.................................... 31

Generalidades para la atención en casos de maltrato infantil.............................................. 35

Guía básica de intervención en casos de agresion sexual a menores........................................... 36

Recomendaciones básicas para la detección e intervención en casos de abuso sexual..................... 38

Bibliografía………………………………......................... 40

Director del CEPAVIMagdaleno Varela Maldonado

Investigación y TextosBertha Angélica Cardona Gómez

Martín Rolón Díaz

Coordinador EditorialGabriel Zamudio Osuna

DiseñoNictheha Medina Corona

Esta Guía es una publicación realizada por el Equipo Técnico y la Coordinación de Comunicación Social del Consejo Estatal para la Prevención y Atención de la

Violencia Intrafamiliar.

Guadalajara, Jalisco. Enero de 2009.