fray luis de leon
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FRAY LUIS DE LOEN
(1527-1591)
Nació en Belmonte (Cuenca), el año de 1527. Desde joven se
consagró a la iglesia, y tomó el hábito de San Agustín, habiendo
ingresado en el convento de Salamanca, en el cual profesó el
29 de enero de 1544.
En dicha ciudad siguió sus estudios con gran éxito y aplauso, habiendo sido graduado en teología en 1561, para al siguiente año ganar por oposición la cátedra entonces llamada de Durando, y algún tiempo después la de Sagradas Escrituras.
Fue considerado como uno de los más sabios hombres de su tiempo, y no sin razón, pues conocía a fondo las lenguas orientales, y sus estudios abarcaban todo el campo del saber humano de entonces.
Mas este saber estuvo a punto de perderle, pues sus enemigos le acusaron de haber traducido al castellano el Cantar de los Cantares, cuando los cánones de entonces prohibían las traducciones de los libros santos a la lengua vulgar; y fue procesado por la inquisición de Valladolid como sospechoso en materia de fe, encerrado cinco años en la cárcel de la dicha jurisdicción, al cabo de los cuales logró demostrar la falsedad de lo alegado por sus enemigos, y fue puesto en libertad.
Entonces volvió a su cátedra, y el primer día que se sentó en ella, después de los cinco años de prisión, ocurrió una anécdota muy graciosa: tenía el maestro Fray Luis la costumbre de recapitular cada día lo explicado el anterior, e invariablemente comenzaba con la sacramental frase: Decíamos ayer... Pues el día en que volvió a su cátedra, después de los famosos cinco años de ausencia, también comenzó con el acostumbrado: Decíamos ayer...
Dentro de la orden de los agustinos desempeñó importantes puestos, habiendo llegado a ser nombrado provincial. Mas no desempeñó nunca dicho cargo, pues la muerte le sorprendió en Madrigal, a los sesenta y cuatro años de edad: el 23 de agosto de 1591.
En vida suya gozó de gran popularidad, y hasta inmediatamente después de su muerte se hizo conservar el aula en que explicaba, que se halla hoy exactamente en el mismo estado que entonces.
A LA VIDA RETIRADA¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruido
y sigue la escondidasenda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
Que no le enturbia el pechode los soberbios grandes el
estadoni del dorado techose admira fabricado
del sabio Moro, en jaspes sustentado.
No cura si la famacanta con voz su nombre
pregonerani cura si encaramala lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.¡Oh monte, oh fuente, oh río,o secreto seguro y deleitoso!
Roto casi el navíoa vuestro almo reposohuyo de aquiste mar
tempestuoso.Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;no quiero ver el ceñovanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.
Despiérteme las avescon su cantar sabroso no
aprendido;no a los cuidados graves
de que es siempre seguidoel que al ajeno arbitrio está
atendido.
Vivir quiero conmigogozar quiero del bien que debo al
Cielo.a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,de odio, de esperanzas , de
recelo. Del monte en la ladera,
por mi mano plantado, tengo un huerto,
que con la primaverade bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.
El aire el huerto oreay ofrece mil olores al sentido;
los árboles meneacon un manso ruido
que del oro y del cero pone olvido.
Del monte en la ladera,
por mi mano plantado, tengo un huerto,
que con la primaverade bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.
El aire el huerto oreay ofrece mil olores al sentido;
los árboles meneacon un manso ruido
que del oro y del cero pone olvido.Téngame su tesoro
los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el llorode los que desconfían
cuando el cierzo y el álbrego porfían.
La combatida antenacruje, y en ciega noche el claro día
se torna , al cielo suenaconfusa vocería
y la mar enriquecen a porfía.A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajillade fino oro labrada,
sea de quien la mar no teme airada.
Y mientras miserable-mente se están los otros
abrasandocon sed insaciable
del peligroso mando,tendido yo a la sombra esté
cantando.A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,puesto el atento oídoal son dulce acordado
del plectro sabiamente meneado.
Y como codiciosapor ver y acrecentar su hermosura
desde la cumbre airosauna fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.
Y luego sosegada,el, paso entre los árboles
torciendo,el suelo de pasada
de verdura vistiendoy con diversas flores va
esparciendo.
OBRA-La perfecta casada: dirigida a su sobrina
Maria Varela Osorio con motivo de su boda. Inspirado en el Libro de los proverbios (cap. XXXI), ofrece una reflexión sobre las virtudes que han de adornar a la mujer casada. Esta obra fue considerada el manual de perfección para la mujer cristiana.
-La exposición del libro de Job: Traducción al castellano del texto
hebreo. Su preocupación por captar todos los matices del original le lleva a ofrecer la traducción literal, un comentario en prosa y una paráfrasis en verso. El libro intenta relacionar la experiencia de Job con la suya propia, a su paso por la cárcel de la Inquisición.
-De los nombres de Cristo: El propósito del libro es la divulgación de
la nueva exégesis bíblica. Para ello utiliza la ficción literaria del diálogo.Tres monjes agustinos, Marcelo, Sabino y Juliano participan en una conversación sobre los nombres que la Sagrada Escritura da a Cristo, y su significado. La obra presenta la fusión de l exégesis bíblica clásica, el neoplatonismo renacentista, referencias a la literatura clásica (Horacio y Virgilio), y la tradición de los Santos Padres.